You are on page 1of 171

ÉTICA y

CIUDADANÍA
HU109 – PREGRADO
HUMANIDADES

MATERIAL
DEL CURSO

Edición 2009
ÉTICA Y
CIUDADANÍA

Editores generales: Armando Millán, Francisco Merino y Odette Vélez

Colaboradores: Soledad Álvarez, Atilio Castro, Maribel Cuenca, César


Escajadillo, Gisela Hurtado, Mónica Jacobs, Pilar Locatelli, Armando
Millán, Eliana Mory, Miryam Narváez, Humberto Quispe, Pilar Robledo,
Oscar Sánchez, Manuel Sotomayor, Nicolás Tarnawiecki, Odette Vélez,
Gustavo Zambrano y Claudio Zavala.

Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas – UPC

Julio, 2009
ÍNDICE

Pág.

INTRODUCCIÓN 5

CAPÍTULO 1. ÉTICA 7
1.1 El campo de la ética.............................................................................................. 8
1.1.1 Algunos sentidos del término ética............................................................ 11
1.1.2 Libertad y responsabilidad moral............................................................... 15
1.1.3 Libertad y toma de decisiones……..……………………………………... 19
1.1.4 Ética, individuo y sociedad moderna……………………………………... 22
 Lecturas 33
 Ejercicios 50
 Casos 61

CAPÍTULO 2. PLURALISMO MORAL 87


2.1 Pluralismo moral y búsqueda de principios reguladores de la convivencia........... 88
2.2 Ética de mínimos y ética de máximos………………………………..................... 90
 Lecturas 93
 Ejercicios 111

CAPÍTULO 3. CIUDADANÍA 115


3.1 El complejo concepto de ciudadanía ………………………….............................. 116
3.2 Aspectos básicos para el ejercicio pleno de la ciudadanía…………...................... 122
 Lecturas 145
 Ejercicios 156

BIBLIOGRAFÍA 167
Introducción

Introducción

¿Se puede enseñar la ética? ¿Se puede enseñar a ser ciudadano? ¿No es acaso poco humilde –
por no decir necio– creer que un curso sobre ética y ciudadanía pueda cambiar los
comportamientos y actitudes de los alumnos? Peor aún, ¿se le puede enseñar a alguien a ser
respetuoso con los demás en catorce semanas de clase? ¿Se pueden formar “buenos”
ciudadanos con más de cincuenta horas de clase? Ciertamente, pretensiones de este tipo
estarán destinadas al fracaso si las proponemos como logros esperados de los estudiantes al
finalizar un curso sobre ética y ciudadanía que forme parte de un ciclo universitario. Los
valores de las personas y las virtudes cívicas se van adquiriendo y forjando con el paso de los
años, en interacción primero con la familia y luego con el entorno histórico y social que cada
uno de nosotros experimenta a lo largo de nuestra vida.

Ni los valores ni los deberes ciudadanos se transan comercialmente. Es decir, no son objetos
que se pueden adquirir, como quien compra una camisa o un pantalón. No pertenecen al
ámbito de la realidad que trata con objetos tangibles ni cuantificables. Los valores éticos son
cualidades del actuar humano y, como tales, forman parte de la experiencia interna y subjetiva
de la persona, solo que se plasman en comportamientos y actitudes específicas en la
interacción social. Asimismo, los derechos y deberes como ciudadanos requieren ser
conocidos y experimentados desde la propia vida dentro de una comunidad política. Desde
estos puntos de vista, ética y ciudadanía, obviamente, no pueden ser enseñadas en un aula de
clase. No son puros conocimientos racionales y abstractos cuya puesta en práctica requiere el
conocimiento de algunas pautas que los relacionen entre sí. La ética y la ciudadanía se
contrastan en el día a día y se construyen en el complejo proceso de transformación y
crecimiento de la persona humana.

Creer que un curso como Ética y Ciudadanía es un espacio en el que los profesores tratarán
de “convencer” a los estudiantes de que hay comportamientos y creencias “buenas” o
“correctas” que los últimos “deben” incorporar es desconocer la riqueza social y humana de la
experiencia ética y de nuestro aprendizaje como ciudadanos. La existencia de reglas
domésticas para coexistir en los reducidos espacios de una casa familiar, el contacto con los
vecinos antipáticos, las molestias propias del pesado tránsito vehicular, las dificultades para
conciliar con personas que tienen opiniones contrarias a las nuestras, los retos de cumplir con
lo que nos comprometemos, entre otros, están todos ellos vinculados con la experiencia ética
del ser humano y nuestra vivencia como ciudadanos. Todo lo humano nos hace
profundamente éticos y toda la vida social nos invita a preguntarnos por nuestra condición de
ciudadanos.

El curso Ética y Ciudadanía que propone la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas se


sostiene sobre la idea de que ambas nociones –“ética” y “ciudadanía”– tienen que ser
abordadas desde una reflexión aplicada a la vida cotidiana de las personas, ya que ellas hacen
necesariamente referencia a un espacio de vida compartido con otros individuos o personas

Ética y Ciudadanía 5
Introducción

con las que será necesaria establecer acuerdos para respetarnos y vivir de la mejor manera
posible. Conseguir esto último –“vivir de la mejor manera posible”– no es nada sencillo.
Puede tomar una vida entera descubrir nuestra mejor manera de vivir. E incluso supone
aceptar que siempre existirán otras personas con distintas perspectivas de lo que es “vivir de
la mejor manera posible”. Tal vez allí se encuentre el reto. Descubrir qué es lo que nos
permite vivir poniendo en ejercicio nuestra libertad desde la convivencia con otros.

Por ello, la experiencia de la ética y la ciudadanía, lejos de ser simplemente un ejercicio de


reproducción de los valores y las normas de conducta establecidas para algún determinado
grupo humano, consiste en poner en ejercicio nuestras capacidades como seres que piensan y
sienten para mirarnos a nosotros mismos y tratar de entender nuestras complejas formas de
vivir. Ese es el reto que asumimos al inicio de este curso y que, durante el lapso de dieciséis
semanas de clase, los estudiantes serán capaces de experimentar. Este curso requiere de
mucha paciencia –condición escasa en esta época en que la que el tiempo “vale oro”–,
paciencia para ser capaz de escuchar a otros distintos de nosotros, y paciencia para constatar,
una vez transcurridas las dieciséis semanas, que algo se movió dentro de cada uno de nosotros
(estudiantes y profesores) y nos puso más en contacto con la experiencia ética y ciudadana.
Están invitados.

6 Ética y Ciudadanía
Capítulo 1
ÉTICA
Capítulo 1: Ética

1.1 El campo de la ética

El mundo está “patas arriba”. El siglo veinte evidencia


haber sido un caos en términos éticos. Solemos decir que
los políticos son personas corruptas, que la justicia está
ausente en nuestro día a día, que vivimos en una época de
crisis de valores, que ya nadie cree en nada. No vivimos
en el mejor de los mundos posibles.
Si Alicia volviera
Hace ciento treinta años, Desde hace muchos años, vivimos en la permanente
después de visitar el país de paradoja del mundo al revés: increíbles avances en el
las maravillas, Alicia se metió
en un espejo para descubrir
ámbito técnico y científico conviven con grandes
el mundo al revés. Si Alicia retrocesos en el social. En palabras del premio Nobel de
renaciera en nuestros días, Literatura José Saramago, hemos llegado hasta Marte,
no necesitaría atravesar
ningún espejo: le bastaría
pero todavía nos cuesta mucho llegar a nuestro prójimo.
con asomarse a la ventana. ¿Será que a un mayor grado de desarrollo tecnológico le
(Galeano, 1998) corresponde un menor grado de humanidad?

¿Qué está pasando en el mundo?, ¿qué está ocurriendo


con nuestras prioridades de vida? Definitivamente, algo
anda mal y no es solo la falta de recursos materiales, pues
los problemas de los que estamos hablando, también,
afectan a los países desarrollados. Vivimos situaciones
que atentan contra nuestros derechos fundamentales: se
usa a la persona como instrumento, torturándola o
sacrificándola en nombre de un supuesto bienestar
colectivo, a pesar de que sabemos que la persona es un fin
en sí mismo; no se respeta la autonomía ni la dignidad de
los individuos al discriminarlos por su raza, sexo,
ideología, forma de vida, etc. Vivir así es inhumano.
Necesitamos vivir mejor.

Estamos hartos de los problemas del país y del mundo. No


queremos saber nada de ellos y preferimos divertirnos
yendo a la playa, discotecas, conciertos, etc. Sin embargo,
aun en esos lugares de diversión, algunos nos damos
cuenta de que existe todo un mundo que nos rodea que no
anda muy bien: la playa está sucia y contaminada, las
discotecas se reservan el derecho de admisión y algunos
tememos ser discriminados al entrar, los conciertos no son
ajenos a la delincuencia “al paso”, etc. Por supuesto,
están, también, aquellos a quienes no les importa esta
situación y prefieren vivir en una burbuja.

No obstante, por más que uno quiera escapar de estos


problemas, sabemos que estamos inmersos en una
sociedad en la que abundan actitudes despreciables como
la corrupción, el tráfico de drogas, la malversación del

8 Ética y Ciudadanía
Capítulo 1: Ética

dinero público, la inmoralidad, la impunidad, el racismo,


entre otras. Tarde o temprano, estos hechos
cotidianamente contundentes terminan por colarse en la
vida de cualquier ciudadano, de modo que se crea una
gran brecha entre la sociedad que percibimos y la
sociedad que deseamos. Así, vivimos un desencanto ante
una sociedad que no es “como debiera ser” o “como
quisiéramos que fuera”. Todo esto nos muestra las
carencias que existen en nosotros como especie, tanto en
el ámbito personal como en el social.

Sin embargo, esa es solo una cara de la moneda.


Felizmente, también existe la otra: el hecho de darnos
cuenta de todo lo anterior expresa, de alguna manera, el
profundo deseo de alcanzar una vida más armónica, a
pesar de saber que nunca estaremos satisfechos, que
siempre querremos algo más y que los conflictos nunca
acabarán, pues son parte de nuestra esencia.

De esta manera, los tiempos difíciles no solo nos llevan a


la inacción o a la violencia, sino, también, son tiempos
para pensar y compartir nuestras ideas y sentimientos
sobre cómo estamos viviendo. Quizá ustedes se habrán
preguntado ¿por qué permanecemos indiferentes frente a
la vida que estamos llevando?, ¿cómo así nos quedamos
estáticos cuando vemos que asaltan a alguien en la calle?,
¿por qué nos quedamos paralizados cuando vemos cómo
alguien da una coima o tratan a alguien injustamente?,
¿cómo es posible no pensar en lo que pasa?, ¿por qué
podemos convivir con la intolerancia, el autoritarismo, las
guerras y las graves amenazas ecológicas?

Si hay algo que nos une a todos es que un día, sin


pensarlo, hemos nacido y nos hemos encontrado aquí en
este planeta llamado Tierra, bajo el mismo sol
alumbrándonos. Un día, aparecimos y descubrimos que
teníamos un nombre, una familia, que existían otras
personas, la naturaleza, la cultura, la ciencia, la sociedad y
miles de cosas más. Un día, empezamos a existir, nos
convertimos en personas con la ayuda de otros semejantes
a nosotros; crecemos, vivimos y, en cualquier momento,
nos morimos. Así, nuestro paso por la vida es justamente
eso: solo un tránsito. Si hay algo que todos queremos, es
sentirnos bien, lo que, comúnmente, conocemos como
“ser felices”, sentirnos aceptados y queridos. Entonces, si
lo que todos queremos es vivir bien, ¿por qué insistir en
vivir de cualquier modo?, ¿por qué hacernos la vida
imposible sembrando ira y desconfianza en nuestras
relaciones? Se hace necesario continuar en la búsqueda de
una vida más vivible.

Ética y Ciudadanía 9
Capítulo 1: Ética

Aquí, entonces, la ética aparece como necesaria


protagonista: en la búsqueda de una mejor vida.
Justamente de eso se trata: de decidir cómo usar nuestra
libertad, de modo que cada uno pueda vivir y convivir lo
mejor posible; de elegir nuestra forma de vida junto a los
otros.

La ética no es solo un asunto de entendidos en la materia,


preocupación solo de filósofos. Si bien la Filosofía ha
propuesto mucho sobre temas éticos –y, por ello,
recurriremos mucho a esta en este curso– hay, también,
otras disciplinas que han aportado a esta reflexión.
Además, cualquier persona, aunque no sepa nada de esta
disciplina, puede reflexionar sobre temas éticos. De
hecho, lo hacemos, pero, quizá, no nos damos cuenta de
ello, porque no conocemos uno de los sentidos más
generales de lo ético: la búsqueda de una mejor vida. Así,
el interés de la ética no es tan ajeno a nosotros como
solemos pensarlo; otra cosa es que nuestros profesores de
Filosofía nos la hayan presentado como una materia inútil
y poco relacionada con nuestras vidas. Sin duda, lo ético
es inherente al ser humano en la medida que nuestros
actos −formas de ser o de tratar a los demás, posturas
sobre problemas morales, prioridades en la vida, etc.−
son, con mayor o menor énfasis, conductas éticas, pues
están relacionadas con cómo usar o no usar nuestra
libertad, con cómo vivir o con cómo no vivir.

Hablar de ética, en el sentido que hemos explicado, tiene


relación con la vida de cualquiera de nosotros, y decir que
no nos interesa es afirmar que nuestra vida y la de los
demás no nos interesan; es desentendernos de algo que
nos es propio: la posibilidad de elegir, crear y mejorar, en
gran parte, nuestra forma de vida. ¿Quién más que
nosotros para decidir qué hacer con nuestra vida? Sí, se
trata de decidir –como lo venimos haciendo– sobre
nuestras vidas. Somos seres éticos, aunque todavía este
término nos suene extraño o nos asuste un poco.

Hablar de ética tiene sentido, porque no estamos


satisfechos con la forma en que vivimos. Necesitamos
despertar nuestro impulso vital y reaccionar,
constructivamente, para encontrar nuevos sentidos de
vida.

10 Ética y Ciudadanía
Capítulo 1: Ética

1.1.1 Algunos sentidos del término ética


Las palabras “ética” y “ético” son familiares para
cualquier persona. Con mucha frecuencia y facilidad,
ya sea en la calle, el trabajo, la universidad, en los
medios de comunicación o en otros espacios, nos
quejamos de la falta de ética de las personas y de las
instituciones, nos interrogamos acerca de si es ético o
no determinado comportamiento, si debería
establecerse o no límites éticos a ciertos avances
científicos y tecnológicos, u opinamos sobre las
consecuencias éticas de las decisiones políticas en
nuestro país y el mundo.

“No es ético que copies mi trabajo y lo presentes como


si fuera tuyo”, “este político no tiene ética, es un
inmoral”, “los médicos deben respetar un código
ético”, “¡qué diferente sería todo si viviéramos con
ética!”... son algunas de las expresiones que
escuchamos diariamente, y que demuestran que lo
ético es una cuestión que preocupa a cualquier persona
y sobre la que todos tenemos algo que decir. Pero, ¿a
qué nos estamos refiriendo? En la primera frase, por
ejemplo, cuando decimos que algo no es ético,
queremos expresar que lo que se ha hecho no nos
parece correcto, aceptable, justo, que va contra las
normas establecidas. Luego, al afirmar que alguien no
tiene ética manifestamos que dicha persona no posee
nociones acerca de lo que es correcto para la vida
humana y que va contra la moral pública. En el tercer
ejemplo, cuando señalamos que un profesional debe
respetar un código de ética, más bien indicamos que
hay ciertas reglas que la profesión establece y que estas
deben cumplirse estrictamente. Finalmente, cuando
deseamos una vida cada vez más ética, se está
evidenciando un profundo anhelo por vivir bien.

¿Hay algo en común entre los diversos significados de


las palabras “ética” y “ético” mencionados
anteriormente? ¿Podríamos intentar extraer una noción
general de estos conceptos? Si es así, ¿cuál sería esa
idea?

En un sentido general, podríamos decir que el significado


otorgado en las frases anteriores a los términos “ética” y
“ético” apunta a establecer lo que es correcto, mejor,
adecuado, justo; es decir, ambas palabras están asociadas
a una calificación siempre positiva de las acciones
humanas y que podemos sobreentender como sinónimos
de “bueno”. En ellas está presente la dimensión normativa

Ética y Ciudadanía 11
Capítulo 1: Ética

de lo ético, la cual surge de la necesidad de orientar y


regular la convivencia humana. Por ello, decir “no es ético
que te copies mi trabajo y lo presentes como si fuera
tuyo” estamos afirmando que dicha acción no respeta
alguna norma o acuerdo establecidos. En estas frases,
entonces, lo “ético” es tomado, principalmente, en un
sentido normativo pues se trata de saber si una acción o
conducta resultan correctas o no.1 Así, pues, este uso de la
palabra “ética” como adjetivo corresponde al ámbito del
deber ser, del actuar correctamente.

Sin embargo, si analizamos el origen etimológico de la


palabra, el vocablo “ética” proviene del término griego
“ήθος” (ethos) que significa carácter, manera de ser.2 Este
término tiene un sentido más amplio que el que damos
hoy en el lenguaje cotidiano a la palabra “ética” pues
comprende, como lo explica Aranguren3, las
disposiciones generales del hombre en la vida, su carácter,
sus costumbres, su forma de vida. Desde esta perspectiva,
se podría hablar de diferentes ethos, de diversos modos de
vivir, los cuales pueden ser calificados no solo
positivamente sino también negativamente.4

Si bien usualmente los términos “ético” y “ética” se


emplean como adjetivos para caracterizar lo positivo del
proceder humano, vemos que su sentido etimológico nos
remite a un significado más amplio orientado a la forja del
carácter, a la construcción del modo de vida de cada ser
humano. Ya no estamos hablando de ambos conceptos
únicamente como calificativos positivos del actuar de las
personas en términos ideales –de cómo deberíamos
actuar–, sino de “lo ético” como realidad
constitutivamente humana que supone inventar y elegir un
sentido de vida. ¿A qué nos referimos con esta otra forma
de entender lo ético?

A diferencia de los animales, que son y hacen lo que están


programados naturalmente, las personas nos enfrentamos,
ineludiblemente, ante la necesidad de elegir cómo
queremos vivir. De forma voluntaria o inconsciente,
explícita o implícita, vivir implica una elección
permanente, un “hacernos” constante. Es cierto que esta
elección es solo parcial pues, aunque no tanto como los

1
Cfr. Ferrater Mora, 1980: 1057
2
Cfr. Corominas 1990: 260
3
Cfr. Aranguren 1995: 22
4
Los términos “moral” y “ética” han sido usados a menudo como sinónimos ya que sus etimologías remiten
a los significados de “costumbre”, “hábito”, “carácter”, “modos de ser”. La palabra "moral" proviene de la
voz latina mos moris y esta expresión, en latín, también quiere decir costumbre. Desde el punto de vista
etimológico ambos términos son equivalentes.

12 Ética y Ciudadanía
Capítulo 1: Ética

animales, también estamos programados biológicamente y


configurados culturalmente, pero la diferencia es que por
más programados que estemos, siempre podemos optar,
nunca tenemos un solo camino a seguir; lo cual supone,
también, la posibilidad de cambiar ya que, por suerte o
por desgracia, nuestra vida es un proyecto
permanentemente reformulable.

Como no hay un camino previo a seguir –en todo caso


hay muchos–, lo vamos construyendo y, en ese andar, le
vamos dando sentido a nuestra existencia en relación al
espacio natural, a las creaciones humanas, a las
instituciones sociales, a los demás y a nosotros mismos,
desde luego. Vamos definiendo nuestra vida mientras la
vamos viviendo y se configura a través de lo que somos,
sentimos, pensamos, preferimos, decidimos, a partir de
nuestras condiciones físicas, biológicas, psíquicas,
culturales, sociales, históricas y, por supuesto, también a
partir del azar. Es decir, nos vamos adaptando
críticamente al medio en el que vivimos, en un proceso
inacabado, perfectible y cambiante. La dirección y la
forma de esta adaptación siempre está por hacerse y eso
nos señala la imperiosa necesidad de determinar
libremente cómo queremos vivir5.

A partir de lo señalado, lo ético se entiende como un


fenónemo indesligable de la vida humana pues las
personas nos enfrentamos, inevitablemente, ante el reto
permanente de decidir cómo deseamos vivir, es decir, ante
la exigencia de construir nuestro ethos o forma de vida.
Entonces, si todas las personas tenemos un ethos y, en
consecuencia, vivimos éticamente, por lo que, desde esta
perspectiva, algunas de las frases revisadas líneas arriba
(“este político no tiene ética”, “¡qué diferente sería todo
si viviéramos éticamente!”) pierden sentido. El ser
humano es constitutivamente ético en tanto tiene que
conducir su vida por sí mismo, al margen de que lo haga
bien o mal.

Sin embargo, es interesante constatar que esta forma mucho


más profunda de entender lo ético –como creación del
propio modo de vivir– está estrechamente vinculada a la
primera forma de entenderlo –en su sentido normativo y
como sinónimo de bueno. Pues la necesidad de todo ser
humano de tener que forjar su propio ethos supone
inevitablemente darle un contenido específico a ese ethos –
elegir determinada forma de vida–, que puede ser valorado

5
Estas ideas recogen la visión existencialista de Jean Paul Sartre (1905-1980), quien afirma que estamos
condenados a ser libres, es decir, la elección libre es ineludible: no podemos no elegir.

Ética y Ciudadanía 13
Capítulo 1: Ética

como positivo o negativo. Es un hecho innegable que hay


ciertas formas de vivir que nos parecen mejores y otras que
consideramos peores. Como dice el filósofo Fernando
Savater (1999: 20), “se puede vivir de muchos modos pero
hay modos que no dejan vivir”. Así, cuando se habla de lo
ético como sinónimo de lo bueno, lo que ocurre es que solo
se está tomando el contenido positivo de dicho sentido de
vida. La parte buena se toma por el todo. Esta asociación
entre “ético” y “bueno” tal vez se da porque sabemos que
ante la elección de cómo vivir todos siempre tendemos a
preferir una vida buena (aunque, claro está, lo que para unos
es bueno para otros puede no serlo). El solo hecho de
escoger siempre lo que nos parece preferible revela que lo
bueno es una aspiración común. Es decir, nadie escoge lo
que considera malo o inútil. Desde esta consideración
obtenemos un punto común entre los más diversos grupos
humanos: incluso quien elige, por ejemplo, el dolor o el
sufrimiento como forma de vida, lo hace creyendo que es lo
mejor.

Además de entender lo ético en su sentido normativo y


como rasgo esencial de lo humano, debemos considerar un
tercer sentido académico referido a la ética como disciplina
filosófica, la cual busca fundamentos racionales de las
costumbres y hábitos humanos. Nos referimos a la ética
como saber práctico que, a diferencia del saber teórico, es
un saber para actuar, al cual le interesa discernir qué
debemos hacer, cómo debemos orientar nuestra conducta.
Dentro de los saberes prácticos, algunos –la técnica o el
arte, por ejemplo– se dirigen a la acción para obtener un
objeto o producto concreto y otros –la ética o filosofía
moral6– quieren enseñar a obrar bien, o sea, proceder
racionalmente en el conjunto de nuestra vida entera.7

Según Cortina8, la ética como disciplina filosófica tiene tres


tareas centrales: aclarar qué es lo moral, buscar la
fundamentación racional de lo moral (¿por qué debemos
obedecer normas morales?) y aplicar lo investigado para
orientar la acción en los distintos ámbitos de la vida social
(ética aplicada). También se suele decir que la ética es una

6
En la nota 5 precisamos que, desde el punto de vista etimológico, “ética” y “moral” son términos equivalentes.
Sin embargo, ahora que estamos hablando de la ética como disciplina filosófica bien vale la pena mencionar
que, independientemente de sus paralelos etimológicos, con el pasar del tiempo, los términos “ética” y “moral”,
al decir de diversos autores (Cortina, Aranguren, Fontan y Fullat, Brunet, Ricken, Hospers, Etxeberria, entre
otros) se fueron especializando en dos direcciones distintas y se fueron configurando técnicamente como dos
formas de reflexión: una referida al mundo de la vida y de las acciones mismas –moral– y otra referida al
mundo de la filosofía, –ética o también llamada filosofía moral–, orientada al estudio teórico de las acciones
morales. Para mayor detalle ir a la sección de lecturas complementarias de este apartado y buscar el texto
referido a las diferencias y semejanzas entre los términos ética y moral.
7
Cfr. Cortina 1996: 23.
8
Cfr. Cortina1997: 52

14 Ética y Ciudadanía
Capítulo 1: Ética

disciplina filosófica que se ocupa de la dimensión del


deber-ser, es decir, que procura brindar pautas normativas
para la acción9.

1.1.2 Libertad y responsabilidad moral

La libertad es uno de los problemas más interesantes y


complejos que existen. Su relación con la ética es bastante
estrecha, pues solo podemos juzgar moralmente a las
personas —elogiar o recriminar sus acciones—, si tenemos
En la Antigua Roma se razones para asumir que actúan libremente. Quien decide
llamaba libert al varón capaz cometer un robo porque es objeto de una amenaza no puede
de procrear. Cuando el varón
llegaba a esta condición, se ser hallado enteramente responsable de sus actos. Ahora
le entregaba la “toga libera” o bien, si el contexto de la acción muestra que la persona
“toga virilis”, como símbolo de pudo actuar de otra manera, y que podía no robar, cabría
su condición de hombre libre,
capaz de asumir desde luego atribuirle un mayor grado de responsabilidad
responsabilidades. moral. Pero si descubrimos que no tenía más opción que
(Brunet) delinquir, quizás porque la vida de un familiar o la suya
estaba en riesgo, minimizamos el grado de culpa que le
corresponde.

Incluso la ley reconoce este hecho, y exime de


responsabilidad jurídica a las personas que no están en
capacidad de discernir entre el bien y el mal, como las
personas con severas patologías mentales. Ambos casos
Libertad es la posibilidad de muestran que ninguna acción puede ser considerada como
actuar libre de coacciones.
(Aristóteles) buena o mala, correcta o incorrecta, a menos que sea una
acción libre. No juzgamos moralmente a las arañas por
Para que un acto sea libre es tender trampas a los insectos, ni a las aves de rapiña por
indispensable la voluntad. Si
se actúa por la fuerza, por cazar serpientes y roedores. En el caso de los seres
inconciencia o por ignorancia humanos, podemos aprobar o condenar sus acciones porque
no ha habido voluntad, no se eligen qué hacer, a diferencia de las arañas y las aves
ha sido responsable y por lo
tanto tampoco libre. rapaces. Sus acciones no están predeterminadas, de ahí que
puedan ser objeto de aprobación o rechazo.

Sin embargo, la capacidad que tienen los seres humanos de


elegir qué hacer, o de actuar libremente, no es algo que
podemos asumir así nomás. Por siglos, los filósofos han
creído que la libertad depende de una facultad innata, propia
de la especie humana, que solemos llamar voluntad.
También hoy solemos decir que una persona es libre cuando
actúa conforme a su voluntad —por ejemplo, cuando decide
9
Es decir, la ética no trata sobre la dimensión del ser, del cual se ocupan, de modo descriptivo o explicativo,
diversas ciencias. Pero también otras ciencias se ocupan del deber-ser: el derecho, la economía y la política;
solo que, según algunos especialistas, la ética se diferencia de estas disciplinas pues se ocupa de valores
universales, mientras que las otras no necesariamente pretenden dicha universalización. Cfr. Giusti 1999: 175-
176.

Ética y Ciudadanía 15
Capítulo 1: Ética

entre dos opciones en base a su mejor juicio—, en caso


contrario su acción es involuntaria y la persona no es libre
de elegir qué hacer.
Libertad es decidir, pero
también darte cuenta de que
estás decidiendo.
Esto no termina de aclarar en qué consiste la acción libre.
(Savater) Pues si decimos que esta es resultado del ejercicio de la
voluntad, es lícito preguntar también si la voluntad es libre
Cuando uno decide
libremente, tiene que ser
de elegir ciertas cosas y no otras. Un ejemplo puede aclarar
consciente de ello; si la este punto. Si tengo sed, puedo elegir entre tomar agua y
elección ha sido tomada tomar una gaseosa, y preferir una bebida más que otra, pero
dejándose llevar por otro, no
se ha realizado una elección
¿soy libre también de elegir entre sentir y no sentir sed? En
libre. otras palabras, si no somos libres de querer lo que
queremos, ni de desear lo que deseamos, ninguna acción es
libre y la libertad termina siendo una ilusión.

Tal vez sea importante notar que la libertad no siempre fue


un problema para las civilizaciones. Los antiguos nunca se
preguntaron hasta qué punto somos libres de actuar o no.
Libertad consiste en elegir Ellos asumieron que el ser humano no es algo desligado de
dentro de lo posible
(Savater)
un orden mayor de cosas, como el cosmos o el Estado al
que pertenecen; en ese sentido, no concebían al ser humano
Es importante considerar lo como un ente autónomo capaz de determinar sus propias
posible, lo que uno puede
hacer; porque si creo que al
acciones. En realidad, el problema de la libertad solo pudo
elegir siempre voy a ser planteado con el nacimiento de la ciencia experimental
conseguir lo que quiero, moderna a fines del siglo XVI, en el contexto de cambio de
entonces no estoy siendo
libre sino omnipotente.
ideas y de visión que se gestó a partir del desarrollo de la
ciencia en áreas como las matemáticas, la física y la
astronomía. De este período proviene nuestra concepción
del ser humano como un agente libre capaz de actuar en
base a motivaciones propias, y también, desde luego, el
problema de la libertad.
La libertad no es algo que
tenemos sino algo que
somos. Precisamente, el otro enfoque de este problema viene de la
(Ortega y Gasset) visión mecanicista del universo que fue tan común durante
la modernidad10. Según este punto de vista, el universo
La vida humana es un
quehacer -es algo que entero funciona como una gran pieza de relojería que está
hay que hacer-, que se va gobernada por leyes físicas inquebrantables, leyes causales
construyendo a través de sin excepción como la ley de la gravedad. Bajo este
las decisiones que vamos
tomando; éstas nos van supuesto, si asumimos que los seres humanos están sujetos
definiendo como a las mismas leyes que gobiernan el comportamiento de los
personas y en esas objetos en el mundo natural, entonces eliminamos la
decisiones está presente
la libertad. supuesta libertad que tienen de actuar según su voluntad o
libre albedrío. A esto se le conoce como el problema del
determinismo.

10
Se entiende por modernidad la caracterización conceptual de una época (la Edad Moderna) representada
por un modelo de civilización con pretensiones universales, a ser compartido por todos los seres humanos,
caracterizado por el predominio de la racionalidad en todos los ámbitos del conocimiento y de la realidad;

16 Ética y Ciudadanía
Capítulo 1: Ética

El determinismo sostiene que cada evento del universo es


producto de un estado antecedente que lo causa, de modo
que implicaría violar una ley natural el que algo ocurra sin
un estado previo que lo produzca. Esta doctrina ha sido
utilizada comúnmente para rebatir la idea del libre albedrío,
la noción de que es posible actuar en función de causas que
solo dependen de nosotros mismos.

En los últimos años se han ensayado múltiples respuestas a


estos problemas. Una de las más originales, propuesta hace
Libertad es la facultad natural no mucho, consiste en señalar que tanto la libertad como el
que tiene el hombre de obrar
de una manera o de otra, y
comportamiento moral en los seres humanos serían el
de no obrar. resultado de la evolución de la especie. El comportamiento
(Fontan y Fullat) moral y la acción libre constituirían, en ese sentido, ventajas
El sujeto libre puede elegir
que le permiten al ser humano adaptarse mejor a su entorno,
entre varias posibilidades o así como las branquias favorecen la supervivencia de los
dejar de hacerlo; no está animales marinos. Este punto de vista es interesante porque
predeterminado por ninguna
de ellas.
muestra que la acción moral o solidaria con otros miembros
de la especie es altamente favorable, de modo que tal vez
nos iría peor (o quizás ya nos hubiésemos extinguido) si
actuásemos de manera egoísta o poco solidaria.

Otra respuesta al problema de la libertad consiste en señalar


Lo esencial no es “tener” que la acción libre no puede ser resultado de una propiedad
libertad sino “ser y sentirse” misteriosa semejante a un motor interior que opera según
libre. Es una forma de ser y
de vivir que genera un estilo leyes naturales o fuerzas ocultas. En vez de eso,
de vida, un modo de afrontar lograríamos entender mejor en qué consiste la capacidad de
la existencia y resolver los actuar libremente si concebimos la acción libre como un
problemas.
(Berlin) tipo de acción que puede ser justificada en base a razones.
Según este punto de vista, decir que una acción es libre
La libertad define al ser significa que podemos dar razones suficientes que
humano y éste la
internaliza de tal manera expliquen por qué una persona actúa de cierta manera o
que la convierte en un piensa de tal otra. En este caso, no suponemos que hay una
estilo de vida el cual nos facultad misteriosa —como la voluntad— que hace que el
permite enfrentar la
existencia y resolver los ser humano actúe libremente o no; antes bien, decimos que
problemas una persona es libre si su acción puede ser descrita de un
modo tal que nada nos haga suponer que la persona tuvo
algún tipo de impedimento o coacción para actuar. Del
mismo modo, si como parte de esta explicación asumimos
que la persona no pudo actuar de otra manera, yendo en
contra de su mejor juicio, reconocemos la existencia de una
acción involuntaria o no-libre.

basado en el progreso de la ciencia y en el control instrumental de la naturaleza, siempre con la intención de


liberar al ser humano. Este modelo está vigente en nuestra sociedad contemporánea y es cuestionado por sus
consecuencias negativas: destrucción del equilibrio ecológico, política colonizadora, capitalismo extremo,
etnocentrismo cultural, totalitarismo, etc. Cfr. Giusti 1999: 273

Ética y Ciudadanía 17
Capítulo 1: Ética

De este modo, podemos entender la libertad como la


capacidad que tienen las personas de actuar y justificar sus
propios actos en base a razones. En otras palabras, se trata
La libertad es la posibilidad de una capacidad que atribuimos a las criaturas racionales
de tejer lazos con quienes
nos rodean
para explicar sus acciones desde un punto de vista
(Jacquard) intencional —a diferencia de un punto de vista físico—,
esto es, como personas que quieren, desean, temen, hacen y
La libertad no puede ser un
ejercicio solitario; se
esperan ciertas cosas de la vida. Solo como parte de este
necesitan por lo menos dos tipo de explicación tiene sentido atribuir responsabilidad
para poder establecer las moral a las personas, pues así como no le atribuimos
reglas comunes de vida, en
las que la libertad juega un
creencias ni deseos a las piedras, tampoco les podemos
papel esencial. atribuir responsabilidad, lo que hace imposible juzgarlas
moralmente. Con los seres humanos es distinto. Estos
pueden ser descritos de un modo particular que hace que sus
acciones puedan ser vistas como buenas o malas, correctas
o incorrectas, justas o injustas, etc.

Independientemente de estas respuestas, lo cierto es que el


ser humano es la única criatura sobre la tierra que no puede
La libertad es imprescindible evadir su libertad, pues incluso cuando uno decide no hacer
para establecer nada y cruzarse de brazos, está tomando una decisión que
responsabilidades, porque sin
responsabilidad no se puede presupone la capacidad de haber actuado de otro modo.
articular la convivencia en Esto significa que estamos condenados a elegir y ser
ningún tipo de sociedad. responsables de nuestros actos, pues uno no podría vivir
(Savater)
como si sus acciones fuesen siempre involuntarias o
Cuando uno asume su producto de algo ajeno a su voluntad. En ese sentido, tanto
libertad, asume también la libertad como la responsabilidad moral son facultades
la responsabilidad de las
consecuencias de lo que inherentes al comportamiento humano, o mejor aún, son
uno hace o intenta hacer, rasgos que distinguen a la acción humana de todas las
así sean consecuencias demás. Ambas son condiciones esenciales para la ética,
indeseables; ello permite
la convivencia entre los pues ahí donde no hay libertad no hay responsabilidad
seres humanos. moral, y donde no hay responsabilidad moral no hay
acciones que puedan ser calificadas como buenas o malas,
dignas o injustas.

18 Ética y Ciudadanía
Capítulo 1: Ética

1.1.3 Libertad y toma de decisiones

Toda problemática vinculada con lo ético suele


confrontarnos con dilemas de valores que se expresan,
generalmente, en una pregunta que nos cuestiona y nos
exige tomar una postura y decidir: ¿hasta qué punto es
válido sacrificar la vida de un grupo de personas para
lograr la felicidad de una madre?, ¿debo avisar al dueño
de la tienda que un niño le está robando la mercancía?,
¿es correcto que le cuente a mi amigo que su enamorada
lo está engañando?, ¿es justificable torturar a un terrorista
para evitar un posible ataque subversivo? Así, este tipo de
problemas nos confronta con situaciones difíciles de
solucionar en relación a lo que es mejor o peor en el
terreno de las acciones humanas –cuál es la mejor o peor
forma de proceder como personas–; nos exige decidir
entre dos o más alternativas que nos parecen igualmente
valiosas; y, nos obligan a actuar o, al menos, a tomar una
postura frente a ellos.

Toda situación dilemática vinculada con lo ético nos insta


a la acción o, al menos, a la manifestación de una posición
u opinión al respecto. Lo complejo es que las alternativas
que se presentan siempre son igualmente trascendentes,
importantes, valiosas, ya que se ponen en juego los
valores de los involucrados. Ahora bien, las opciones que
se presentan cuando estamos frente a un dilema ético
siempre se relacionan con los valores de las personas. En
algunos casos, puede tratarse de preferir la honestidad por
encima de la amistad o de preferir la vida por encima de
la libertad, pero lo cierto es que siempre se confrontan
valores, de lo contrario no se trataría de un dilema ético
sino de dilemas de otra naturaleza.

Otro tipo de dilemas pueden ser: ¿qué me pondré hoy para


salir a la calle: zapatillas o zapatos?, ¿qué podemos
comer: tallarines o arroz con pollo?, ¿en qué banco podría
guardar mis ahorros? Estos enunciados podrían parecer
dilemas éticos pues están formulados en forma de
pregunta y exigen que la persona opte entre dos
alternativas que pueden ser igualmente importantes pero
no son dilemas éticos pues no están vinculados con una
decisión en relación a lo que es más adecuado o menos
adecuado en el terreno de las acciones humanas, sobre lo
que es mejor o peor, lo que es correcto o incorrecto del
actuar de las personas.

Ética y Ciudadanía 19
Capítulo 1: Ética

Por otro lado, puede haber algunos enunciados que


resulten particularmente complejos, pues, si bien plantean
preguntas sobre lo que se debe o no se debe hacer, sobre
lo que es mejor o peor en cuanto al actuar humano, resulta
difícil encontrar una alternativa moralmente racional que
los justifique. Es el caso de, por ejemplo, el siguiente
enunciado: “¿es correcto maltratar físicamente a los
niños?”. Tal como se plantea la situación dilemática, no
parecen existir razones válidas para defender o realizar
actos de esa naturaleza. Solemos considerar que el
maltrato físico infantil no es aceptable bajo ninguna
circunstancia pero, a pesar de ello, existen muchos padres
de familia y profesores de primaria o secundaria quienes
consideran que, por ejemplo, “la letra con sangre entra”,
esto es, que asumen que el proceso educativo debe
acompañarse con una dosis de disciplina extrema que
incluya humillaciones y agravios físicos. Por ello, en un
caso como este podrían confrontarse el derecho a la salud
e integridad física de los niños con una particular
interpretación de la educación que la antepone a cualquier
consideración de respeto individual hacia los alumnos.

Otro caso un poco más complejo se presenta si


analizamos una situación dilemática como la siguiente: “si
dos mujeres que están postulando a un mismo puesto de
trabajo tienen los mismos méritos profesionales, ¿es justo
elegir a la postulante que no tiene hijos?”. Desde la
perspectiva del gerente de personal de una empresa, se
podría justificar esta actitud aduciendo el derecho que
tiene una compañía de velar por sus intereses económicos.
Las mujeres con hijos tienen, por lo general, mayores
obligaciones domésticas, piden permisos con frecuencia
por motivos de salud de sus familiares y difícilmente
pueden hacer sobre tiempo cuando hay necesidad. Todo
esto es muy razonable… pero desde una perspectiva
económica. Los valores que privilegia este gerente ante el
dilema de contratar o no a una candidata con hijos tienen
que ver con la eficiencia administrativa, el bienestar de la
compañía, o, en último término, del mantenimiento de sus
utilidades.

Desde otra perspectiva, muchos podrían considerar que


una selección laboral guiada por la existencia o no de
hijos de la postulante es vejatoria de los derechos
fundamentales de las personas y, especialmente, de las
mujeres. En este caso se apela a valores propiamente
éticos, esto es, aquellas cualidades del actuar humano que
las personas consideramos valiosas para una mejor
convivencia en la sociedad. Hay otros casos más que se
pueden analizar en la misma dirección:

20 Ética y Ciudadanía
Capítulo 1: Ética

“Ana tenía una incertidumbre. Una de sus amigas más


cercanas, Alejandra, estaba pensando en separarse de su
enamorado –su enamorado de toda la vida, desde que
comenzaron la secundaria– porque había conocido a
alguien nuevo. Alejandra le contó esto a Ana y le pidió
que le guardara el secreto. Ana era amiga de los dos, de
Alejandra y su enamorado, Gonzalo; así que sentía que
podría estar traicionando a Gonzalo con solo saber lo
que Alejandra le había contado. Luego de unos días,
Gonzalo le pide a Ana que le cuente si sabe qué le pasa a
Alejandra, por qué está tan esquiva. ¿Debería decirle lo
que sabe o debería guardarle el secreto a su amiga?”

Podría parecer trivial, pero la situación de Ana la


confronta con la lealtad a dos amigos. En este dilema se
enfrentan la lealtad y la lealtad, solo que a dos personas
diferentes, dos amigos distintos. ¿Hay personas a las que
uno debe serles más leales que a otras?

“El día de paga, el encargado de los pagos a los obreros


en una fábrica se dio con la sorpresa de que no le iban a
dar el dinero para pagar a sus obreros pues la empresa
se encontraba en una terrible situación financiera y no
contaba con liquidez. A pesar de ello, su sueldo sí le sería
pagado. ¿Debería recibir su sueldo y no protestar –pues
al fin y al cabo tiene responsabilidades para con su
familia– o, más bien, a riesgo de ser él mismo despedido,
protestar y exigir que se cumplan los derechos de los
obreros?”

En la primera opción –recibir su sueldo– está en juego la


responsabilidad que el personaje del caso tiene con su
familia; no se dan detalles, pero podría tratarse de sus
padres, su esposa o sus hijos. En cualquier de esos casos,
si tiene responsabilidades, no las debe hacer a un lado. En
la segunda opción –protestar a riesgo de ser despedido–
está en juego el trato justo para todos los trabajadores por
igual. Como se ve, en cualquiera de las dos alternativas
hay significativos valores en juego.

“En situaciones extremas como conflictos o guerras, ¿a


qué se debe dar prioridad, a la seguridad nacional o al
respeto por los derechos individuales de las personas?”

Este ejemplo plantea un dilema moral: la razón de Estado


vs. la defensa de los individuos. Cualquiera de las dos
alternativas es moralmente deseable y eso es,
precisamente, lo que hace que la pregunta contenga un
dilema que exige reflexión.

Ética y Ciudadanía 21
Capítulo 1: Ética

Todos estos casos dejan entrever que las decisiones a


tomar en caso de un dilema de naturaleza ética no son
fáciles de resolver. La pregunta de “¿cuál es la mejor
alternativa” o “¿cuál es la alternativa correcta?” no
pueden ser respondidas de manera mecánica ni directa. La
contraposición de opciones moralmente válidas,
curiosamente, no abre la puerta para una posición
relativista en la que cualquier opción vale. Por el
contrario, nos revela que ambas posiciones resultan
razonables, entendibles y justificables, porque hay un
conjunto de valores –distintos entre sí– que le dan
coherencia a la respuesta elegida, sea cual esta sea. Lo
que ocurre no es que una de la alternativas es válida y la
otra no. Ambas alternativas tienen valores o cualidades
deseables para la convivencia humana.

El reto de la convivencia, en su expresión más elemental,


pasa por este reconocimiento esencial: existen diferentes
visiones de vida, formas y estilos de vivir que, sin
embargo, son igual de legítimos a los que nosotros
defendemos o valoramos. Enfrentar estos dilemas sin
intentar resolverlos de manera unilateral, cerrada,
imponiendo solo una alternativa de solución ha llevado a
numerosos filósofos y pensadores occidentales a proponer
sistemas de vida basados en el respeto, reconocimiento y
legitimación de las diferencias. Es ese el germen para la
construcción de sociedades pluralistas en las que la
diversidad y las diferencias fueran aceptadas como válidas
y necesarias.

1.1.4 Ética, individuo y sociedad moderna

El fin del siglo XX y el inicio del XXI han tenido como


principal característica la aparición de conflictos de diverso
orden: social, político, económico, cultural, entre otros.

Sin embargo, a la constatación de tales conflictos habría


que observar en ellos las dimensiones y efectos de los
mismos: en el transcurso del siglo pasado el mundo ha
vivido y sufrido dos guerras mundiales que han costado la
vida de más de cien millones de personas por causa de las
ideologías autoritarias que se creen y sienten dueñas de la
verdad. Desde estas ideologías, todo otro que afirme una
diferencia con respecto a ellas está equivocado y, por tanto,
es susceptible de ser eliminado.

22 Ética y Ciudadanía
Capítulo 1: Ética

Asimismo, el calentamiento global de la tierra, ocasionado


por una industria irresponsable y cuya mirada desconocía –
y desconoce– que los bienes de la tierra requieren tiempo
para su renovación ha hecho que las generaciones humanas
futuras corran el riesgo de no disfrutar de los mismos de
manera sostenible. Por otro lado, el siglo recientemente
iniciado nos ha mostrado y televisado la barbarie del terror
generado por el fundamentalismo árabe y, como
contraparte, hemos asistido a un proceso de ocupación
militar en países como Afganistán e Irak por parte de la
administración norteamericana.

Sin necesidad de ir muy lejos, en nuestro país se formó una


Comisión de la Verdad y Reconciliación cuyo objeto era
investigar los acontecimientos que marcaron una guerra
interna iniciada por Sendero Luminoso y prolongada por el
Estado peruano a través de las fuerzas del orden, cuyo
saldo fue de casi 70,000 muertos11. Lo más grave y triste es
que las recomendaciones del informe final de dicha
comisión ha recibido indiferencia y escasos compromisos
de acción por parte de las autoridades del Estado, los
partidos políticos, las instituciones protagónicas dentro del
conflicto (fuerzas armadas y policiales), y peor aún, por
una parte importante de los ciudadanos que no se ha
interesado por saber quiénes eran y siguen siendo las
víctimas del conflicto. De esta manera, ha quedado
retratada una nula vocación por intentar comprender lo que
pasó y por qué pasó, para evitar que sucesos tan
humanamente degradantes vuelvan a repetirse.

Lo que se puede constatar es que con proyectos autoritarios


(como el del movimiento nazi, el de Sendero Luminoso, el
del sectarismo fundamentalista árabe o el del
expansionismo bélico norteamericano) o de corto plazo
económico, depredador de los recursos naturales de la
tierra, no se pueden generar condiciones que posibiliten
más y mejores condiciones de vida buena para el conjunto
de los seres humanos. Estos proyectos autoritarios y de
corto plazo económico configuran, qué duda cabe, fuertes
malestares que caracterizan nuestro tiempo; y decimos
“nuestro” porque son muchos los años que hemos
convivido en medio de ellos, quedándonos por momentos
encerrados en nosotros mismos, dejando el espacio público
o político en manos de personas que privilegiaron sus
propios intereses políticos y económicos.

11
De esa cifra, el 56% de las víctimas tenía como lengua materna el quechua y más del 90% pertenecía a
comunidades nativas y campesinas de nuestro país.

Ética y Ciudadanía 23
Capítulo 1: Ética

Así, hoy somos conscientes de que existen grandes


problemas por su alcance planetario y por la gravedad de
sus consecuencias: pobreza, subdesarrollo, violencia,
desequilibrios ecológicos, violación de derechos humanos,
etc. ¿Cómo hemos enfrentado estos problemas? Hay
quienes opinan que desde una racionalidad instrumental y
poco humana.

Cuando hablamos de racionalidad, nos referimos a la razón


como la facultad que nos permite pensar, comprender y,
consecuentemente, actuar. En efecto, con la razón también
actuamos y nos relacionamos y a esos modos de actuar con
la razón los denominamos racionalidad. Una racionalidad
es la instrumental, cuya principal característica es disponer
de ciertos medios para que sean esencialmente eficaces –
aunque no necesariamente éticos– para la consecución de
ciertos fines o resultados. Según el filósofo Charles
Taylor12, la razón instrumental es aquella de la que nos
servimos cuando calculamos la aplicación más económica
de los medios a un fin dado y la medida de su éxito es la
eficiencia máxima obtenida (la mejor relación costo-
rendimiento).

Éxitos ligados a la tecnociencia son los que han


garantizado el prestigio y la preponderancia de este tipo de
racionalidad en nuestra sociedad contemporánea. Pero el
problema no está en la racionalidad instrumental en sí
misma sino en la primacía de su aplicación en ámbitos de
nuestra vida en los que resulta peligrosa ya que justifica la
posibilidad de tratar a las personas como materias primas o
instrumentos de nuestros proyectos, es decir, como medios
y no como fines en sí mismas. Así, por ejemplo, Sendero
Luminoso creía que el Estado peruano representaba al
viejo orden oligárquico que no incluía a los pobres y
campesinos del Perú y creyeron que el medio para
transformar esa situación era recurriendo a la violencia
terrorista. Otro ejemplo sería el del empresario maderero
en la selva amazónica que tala indiscriminadamente el
bosque selvático para conseguir grandes ganancias
económicas en detrimento de espacio natural. Toda
racionalidad instrumental busca establecer un equilibrio
eficaz entre medios y fines y recurre a medios incluso
vetados éticamente para conseguir sus objetivos y
resultados.

Como señala Taylor, el temor radica en que aquellas cosas


que deberían decidirse por medio de otros criterios se
decidan en términos de eficiencia. No se trata de negar los

12
Cfr. Taylor 1994: 40.

24 Ética y Ciudadanía
Capítulo 1: Ética

aportes de la ciencia y la tecnología pero lo cierto es que la


lógica del progreso científico y técnico no puede
determinar la vida de las personas.

Pero en las sociedades actuales no solo se enfrentan los


problemas éticos desde la razón instrumental. Acompaña a
este tipo de racionalidad, casi como una cabeza a un
tronco, el individualismo en su expresión más egoísta y
pragmática. Hacemos esta aclaración pues no solo existe
un lado negativo del individualismo sino también positivo:
el derecho de las personas a elegir por sí mismas la forma
en que desea conducir su vida sin estar predefinido su rol
en el mundo y en la sociedad –logro admirable de la
civilización moderna ya que antes la propia razón del
sujeto estaba subordinada a consideraciones superiores o
externas a lo humano–.

Sobre el individualismo, además, debemos recalcar que


aunque supone un centrarse en el yo, eso no quiere decir
permisividad total o tolerancia absurda. La idea que
propone Gilles Lipovetsky, filósofo francés, es que la
discusión y condena ética están cada vez más presentes –
por ejemplo–en la discusión en medios de comunicación, y
no necesariamente una indiferencia a las prácticas morales
de los colectivos sociales. Lo que aparece es la
“personalización”, es decir, un proceso en que desaparece
una imagen rigorista de la libertad, propia de los inicios de
la Modernidad, para dar paso a nuevos valores que apuntan
al libre despliegue de la personalidad íntima, la
legitimación del placer, el reconocimiento de las peticiones
singulares, y la modelación de las instituciones en base a
las aspiraciones de los individuos (Lipovetsky 1996: 7).

Cabe aclarar que no es cierto que individualismo sea


sinónimo de relativismo o de egoísmo. El egoísmo, como
dice Alexis de Tocqueville, existe desde siempre; el
individualismo es una posibilidad de las sociedades
democráticas contemporáneas, en las que ya no se desea
ser condicionados por órdenes sagrados extra-individuales
que imponen una manera particular, “correcta”, de vivir y
de actuar. Desde el individualismo contemporáneo, sin
embargo, se suele exigir equidad, justicia, igualdad, entre
otros.

Sin embargo, este logro en la autonomía del sujeto y en las


libertades del individuo suele ser percibido en nuestros
tiempos como fuente de inquietud o incluso de
lamentaciones y desafíos. En efecto, el individualismo
puede representar la desaparición del sentido o la
comprensión del mundo desde una perspectiva más

Ética y Ciudadanía 25
Capítulo 1: Ética

abierta hacia los otros, es decir, una posición egocéntrica y


sin disposición a establecer lazos con los otros; un
individualismo radical que propicie una pérdida de
consideración por el otro como igual y como elemento
importante en la constitución de la propia individualidad.

La consecuencia de esta racionalidad instrumental aunada


a un tipo de individualismo extremo es el desinterés por los
asuntos comunes, o lo que es lo mismo, desinterés por lo
público, por lo político. Charles Taylor llama a esto
pérdida de libertad política. Ahora bien, es pérdida de
libertad política puesto que abandonamos los espacios
públicos donde ejercemos nuestros derechos como
ciudadanos y dejamos que sean ocupados por quienes
buscan satisfacer intereses personales o de grupo, los
cuales detentan el poder desde una racionalidad
instrumental y, por tanto, egoísta.

Razón instrumental, individualismo y pérdida de libertad


política son tres malestares que Taylor presenta como los
más representativos de nuestra sociedad contemporánea y
nosotros creemos que, por ello, constituyen también
malestares en la forma como enfrentamos actualmente los
problemas éticos –además de que los tres constituyen
problemas éticos en sí mismos–.

Modernidad y predominio de la razón

Los malestares de la sociedad contemporánea de los que


nos habla Charles Taylor, tienen su origen en la
Modernidad propiamente dicha, así como en lo que
posteriormente se conoce como Ilustración. La
Modernidad es una etapa de la historia europea que, a nivel
de las ideas, se da a partir del siglo XIV con Guillermo de
Ockham, fraile franciscano que rompió con los lazos
propios de la era medieval, en la que predominaba el
vínculo insoslayable entre Iglesia y Estado, y en la que el
sujeto no existía con autonomía y capacidad de elección y
libertad; por el contrario, era la Iglesia y el orden natural,
dependiente del orden divino, los que determinaban la
acción y vida del sujeto. Con ello rompe Ockham, pero son
sus ideas las que tienen un correlato fundamental en la
esfera pública.

En efecto, la separación entre Iglesia y Estado y las guerras


contra los infieles (Cruzadas) hace que se acentúe la caída
del viejo mundo medieval y que aparezcan nuevas formas
de entender la sobrevivencia al margen de la tierra como
fuente de riqueza, poder y prestigio. Nuevas actividades
humanas marcan una pauta distinta para generar riqueza y

26 Ética y Ciudadanía
Capítulo 1: Ética

conocimiento, tanto que Francis Bacon, filósofo de la era


industrial (1561 – 1626), establecía un vínculo inseparable
entre saber y poder; más aún, señalaba que el conocimiento
era aquel que estaba orientado a la eliminación del
sufrimiento humano. Lo que estamos diciendo es que el
saber y el conocimiento se constituyen en herramientas
centrales para la sobrevivencia de los sujetos o individuos
como tales; es decir, dejan de depender de una institución
monopólica del saber y del conocimiento como lo fue la
Iglesia.

En este sentido, la Ilustración (s. XVIII) deviene en una


extensión de la era moderna, pero es más que una época, es
toda una expresión cultural, científica, tecnológica,
antropológica, nueva que va a presentar un nuevo perfil de
ser humano; quien expresa muy bien el espíritu de la
Ilustración13 es Inmanuel Kant, quien afirmaba que “(...)
La Ilustración es el abandono por el hombre del estado de
minoría de edad que debe atribuirse a sí mismo. La minoría
de edad es la incapacidad de valerse del propio intelecto
sin la guía de otro. Esta minoría es imputable a sí mismo,
cuando su causa no consiste en la falta de inteligencia, sino
en la ausencia de decisión y de valentía para servirse del
propio intelecto sin la guía de otro”.

Dicho de otra manera, la ilustración deposita y afirma su


confianza en la razón y voluntad humanas, sin ellas,
piensan los ilustrados, sería imposible poder afirmar un
proyecto autónomo y libre en el que predominen los
sujetos independientes y maduros. Sin embargo, como ya
hemos comentado antes, esta independencia ha devenido
también en la existencia de los malestares de los que nos
habla Taylor.

Ahora bien, los problemas éticos no solo se enfrentan


desde la racionalidad instrumental o monológica (una
suerte de monólogo donde el yo del sujeto o individuo
habla y se escucha a sí mismo sin reconocer otros
interlocutores), desde el individualismo o desde el
desinterés por el ámbito político. Existe también una
racionalidad asentada en el diálogo y la conversación que
reconoce a los otros individuos y grupos o colectividades
como interlocutores iguales y válidos para la resolución de
conflictos que tienen un asidero común.

13
El término “ilustración” estaba inicialmente asociado a los fenómenos metereológicos, y consistía en el
proceso por el cual las nubes, que tapaban la tierra, de pronto se abrían permitiendo la entrada de los rayos
solares e iluminando todo aquello que estuviera bajo su mira. Del mismo modo, así como el sol, la razón
humana del sujeto es aquella que penetra sobre toda la realidad, “iluminándola” y otorgándole sentido y, de
esta manera, el individuo racional deviene en centro del conocimiento y tiene por tarea espurgar y manipular
todo lo que le circunda.

Ética y Ciudadanía 27
Capítulo 1: Ética

El diálogo se inserta en la búsqueda de fines que


involucran a todos y cada uno de nosotros en tanto
inmersos en espacios comunes y compartidos, sabiéndonos
también diferentes. En este sentido, el diálogo es valioso
no sólo por el medio formal y eficaz con el que
argumentamos, sino porque nos conduce a la búsqueda de
objetivos y fines compartidos. A través de él podemos
generar una convergencia y fusión de perspectivas que
incluya a la mayor cantidad de participantes que poseen
sus propias creencias, opiniones y puntos de vista y
afianzar, de esta manera, espacios democráticos de
participación activa y comprometida con la realidad. A este
tipo de racionalidad la denominaremos dialógica y es la
que propondremos como una mejor forma de abordar los
problemas éticos actuales.

Ámbitos de los problemas éticos

A partir de lo señalado antes sobre los malestares de la


sociedad contemporánea, se hace evidente que los
problemas vinculados con la ética suceden y se manifiestan
en diversos espacios de la vida humana: el privado, el
social y el político o público.

Así, no siempre un problema ético se circunscribe a un solo


ámbito, pues un acontecimiento humano privado puede
afectar a un número mayor de personas, dependiendo de la
Ámbito
privado publicidad que se le otorgue o de cuán importante sea la
materia que contenga de manera que el grupo o comunidad
que se vea afectada no pueda permanecer indiferente frente
 Intimidad a aquél.
 Vida
personal Los tres ámbitos mencionados –el privado, el social y el
 Familia
 Identidad político o público– también suelen reconocerse y reducirse
individual solo a dos: el público y el privado; en donde el espacio
público integra al social y al político.

Ahora bien, la división entre ámbito público y ámbito


privado responde a una vieja distinción efectuada dentro
de la filosofía alemana que tiene su origen en dos
conocidos filósofos: Kant y Hegel. En efecto, Kant
entiende el quehacer ético o moral como un ejercicio de la
voluntad libre que pertenece de modo exclusivo al sujeto;
en tal sentido, lo ético se circunscribe a lo que el sujeto
determina como bueno y no por lo que los otros (sujetos o
instituciones) establezcan como tal. Dicho de otro modo,
Kant entiende la moral como aquello que forma parte de la
esfera autónoma y libre del individuo.

28 Ética y Ciudadanía
Capítulo 1: Ética

Por el contrario, Hegel piensa que reducir la moral a la


esfera de lo individual constituye un grave error y una
suerte de pérdida de la propia originalidad que lo
constituye; es decir, el sujeto es tal si es que está respaldado
por un contexto o grupo que le otorga identidad y sentido
de pertenencia. Se trata, por ende, de comprender las
acciones humanas, y los valores que estas incluyen, dentro
de un espacio mucho más amplio que el de la esfera
individual o privada del mismo. Más bien, la subjetividad
del sujeto se circunscribe a una especie de
intersubjetividad, por la cual y en la cual forja su específica
identidad individual.

Lo que se juega en este debate son más que posiciones


Ámbito conceptuales rivales, antes bien, se trata de modos de
social comprensión de la acción humana cuyos efectos
comprometen al sujeto que las realiza y que, de hecho,
tienen repercusiones tanto sobre la sociedad y sus
instituciones como en las del Estado propiamente dicho.
Pero, ¿en qué consisten estos ámbitos en los que se realizan
 Espacios de discusión o efectúan los eventos éticos en cuanto eventos humanos?
y acuerdos para la
acción en asuntos de
interés común, El ámbito privado está formado por todos los seres
vinculados a la humanos en su calidad de individuos; se trata de la esfera
actividad del Estado
 Identidad social de la intimidad, de la vida y proyectos personales, de la
 Ciudadanía familia, de los sentimientos y afectos. Es la esfera de lo
 Comunicación pública particular, en donde sobresalen los valores de autonomía y
de libre elección propia del individuo; sin embargo, dicha
autonomía y libertad de las que gozan los sujetos exige de
ellos responsabilidad. Es decir, la elección de lo que cada
uno quiere ser o haya realizado repercute inevitablemente
sobre los otros del entorno inmediato y, por eso, el
individuo tiene la necesidad de “responder” por aquello por
lo que ha optado; es decir, se trata de responder también
Ámbito público o ante los otros por lo que haya hecho u optado.
político

En el siglo XVIII se empieza a hablar del ámbito social,


que surge como un espacio intermedio entre el ámbito
 Estado
 Gobierno
privado y el ámbito público. La aparición de la sociedad
 Asuntos implica que muchas de las actividades antes destinadas al
constitucionales ámbito privado (administración del hogar y satisfacción de
 Poder público necesidades) se hacen públicas y de interés común. La
sociedad aparece como una forma de organización pública
del propio proceso de vida. Este hecho se vincula al
surgimiento del mercado en el que los asuntos económicos
devienen asuntos públicos. Así, la economía deja de
formar parte del espacio privado y se genera la economía
de libre mercado (libre transacción de bienes y servicios
entre los individuos) y la actividad económica privada se
reorienta de acuerdo con un tráfico mercantil sometido a

Ética y Ciudadanía 29
Capítulo 1: Ética

directivas y supervisiones públicas. El mercado, que es una


parte de la sociedad civil, abre unos elementos nuevos
En el mundo griego, en el dentro de la dinámica de los individuos, quienes articulan
que se origina la noción una serie de prospectos nuevos de cara a los derechos que
occidental de comunidad
política, existía una
poseen como sujetos y ciudadanos reconocidos como
separación tajante entre las iguales ante la ley.
esferas privada y pública de
la vida de los ciudadanos. El
hogar era el ámbito de lo
La sociedad civil, esfera de interacción social entre la
doméstico, de lo privado; la economía y el Estado, discute y decide sobre temas de
polis era el ámbito de lo interés común.. Esta surge como producto del desarrollo de
público, del interés común.
No existía en esa época la
redes entre las asociaciones de individuos. Está compuesta
noción de sociedad tal como por: la esfera privada, la esfera de asociaciones, los
la entendemos nosotros movimientos sociales y las formas de comunicación
ahora. La vida privada estaba
circunscrita a la satisfacción
pública. En ella los ciudadanos reconocen sus derechos y
de las necesidades básicas, asumen su pertenencia a una comunidad. La sociedad civil
mientras que en la polis, en la no gobierna pero confronta al Estado a través de la
comunidad política, se
desarrollaba el interés por el
comunidad política (representantes de la sociedad civil).
bien común que, por
supuesto, tenía preeminencia Así, el ámbito social es la esfera de la institucionalidad, de
sobre el bien individual.
la legalidad, de los ciudadanos como individuos poseedores
de iguales derechos y deberes, que gozan, por ende, de
libertad de acción, autonomía y de iniciativas propias frente
a la esfera coactiva del Estado cuya autoridad reposa en el
imperio de la ley reconocido por los individuos en cuanto
ciudadanos.

El ámbito político o público constituye la esfera del poder


político (integrado por una minoría: partidos políticos,
autoridades locales, regionales y nacionales) y está
formalmente institucionalizado por el gobierno, por el
Estado y sus dependencias; tiene la potestad de decidir,
discutir y ejecutar en relación con los temas de interés
común. También, es el espacio de la legalidad puesto que
su quehacer se ajusta a lo que denominamos estado de
derecho. La función del Estado consiste, además de ejercer
el poder propiamente dicho, en proteger y promover los
derechos de los ciudadanos de manera activa, facilitando la
participación ciudadana a través de mecanismos
institucionalizados que la fortalezcan. La participación
ciudadana constituye una mediación fundamental de
control del poder irrestricto que puede detentar el Estado en
contra de los ciudadanos, a quienes debe su existencia.

En la medida en que, como señalamos antes, lo ético está


vinculado con el afán de armonizar razonablemente las
exigencias sociales de la libertad, el ejercicio de una
autonomía responsable y el cuestionamiento de los valores
institucionalizados –es decir, el logro de una vida
civilizada–, podemos afirmar que atraviesa todos los
ámbitos de la vida de las personas. Así, encontraremos

30 Ética y Ciudadanía
Capítulo 1: Ética

problemas éticos cuya relevancia es mayor a nivel privado,


social o político, dependiendo de las características de este
y del contexto en el que se plantee.

Por ejemplo, si analizamos el caso Wilngal (ver página 81)


en función de los ámbitos descritos, podríamos afirmar que
el problema ético de si es o no correcto el trato que le dan a
la mujer en algunas de las tribus de Papúa Nueva Guinea
atraviesa los tres ámbitos mencionados. Por un lado, la vida
privada de Miriam Wilngal se ve afectada por una de las
prácticas vigentes en su región en relación con las mujeres
–el hecho que se regale a una mujer como compensación
cuando los miembros de un clan matan al líder de otro
clan–, con la que ella no está de acuerdo y por la que decide
huir a la capital de su país. Como mujer, y a pesar de ser
miembro de dicha tribu, ella no está dispuesta a sufrir esa
experiencia y prefiere salir de su región para poder hacer su
vida como quiere. Por otro lado, la vida social de este país
se ve afectada, pues se ven confrontados el sistema legal
del país y el de las comunidades tribales que lo integran,
que no coexisten siempre armónicamente; además, este
hecho tendrá algunas repercusiones en los diversos
miembros de la sociedad. Finalmente, la vida política del
país también se ve afectada –tal vez menos directamente–,
pues, al ser el Estado el que debe garantizar la coexistencia
entre la defensa de los derechos tribales y el sistema legal
oficial, las autoridades correspondientes al poder judicial
tendrán que interceder en dicha problemática.

En el caso Carter (ver página 67), el problema ético de si


un profesional debe siempre cumplir con su misión de
trabajo bajo toda circunstancia –en este caso: si debió sólo
fotografiar a la niña moribunda o hacer algo por ella–
atraviesa, principalmente, los ámbitos privado y social. La
vida privada del fotógrafo se ve afectada, pues su decisión
personal y profesional (fotografiar a la niña) es duramente
criticada por diversos medios de comunicación
internacionales, por sus propios colegas y por círculos de la
sociedad en la que vivía, a pesar de que su foto ganara el
premio Pulitzer.

Asimismo, la pobreza, más allá de los debates y


discusiones que genera su origen, puede y de hecho es
considerada un problema ético que afecta no solo al
pobre concreto como tal, sino que puede tener
consecuencias funestas a nivel social y político. Si una
sociedad está conformada en su mayoría por gente que
no puede satisfacer sus necesidades elementales, puede
entrar en crisis la eficacia del sistema político del Estado
en mantener el orden interno; más aún, es una

Ética y Ciudadanía 31
Capítulo 1: Ética

obligación ineludible del mismo el generar condiciones


al conjunto de la sociedad que tiendan a promover la
convivencia pacífica y la paz entre sus miembros. Así, la
pobreza deviene de un problema que afecta a los
individuos concretos en un problema social y político
con una notable carga ética.

Cada uno de nosotros, además de ser individuos con ideas


propias, formamos parte de sociedades muy complejas. El
mundo avanza, cada vez más, hacia una globalización
política; hoy, existen muchos problemas importantes de la
humanidad, desde el hambre, el respeto a las fuentes de
energía o la preservación ecológica, hasta la educación de
los niños. Cada vez hay más países que no pueden
garantizar ciertas funciones básicas y que necesitan formar
parte de un esfuerzo común de la humanidad. Hay muchos
problemas que ya no se pueden seguir planteando solo a
escala individual; miles de millones de personas no pueden
afrontar una serie de problemas por su lado. Es aquí cuando
la ética debe intervenir en el ámbito social y en el político.
Hemos dicho que la ética tiene una faceta personal en la
búsqueda de la perfección individual, pero, también, una
faceta social o colectiva de nuestras relaciones con los
demás y de lo que queremos hacer juntos como ideal de
vida digna. Se hace necesario reflexionar sobre cuáles son
los objetivos éticos que deben servir de vigilancia tanto al
ámbito social como al político.

32 Ética y Ciudadanía
Capítulo 1: Ética

 Lecturas

Sentido normativo de lo ético


(como adjetivo calificativo, sinónimo de “correcto”)

“La moral surge como conflicto entre ‘lo que es’ y ‘lo que debe ser’. Tanto ética como
moral, en cuanto a saberes, se refieren a un orden que debe realizarse, a algo que estaría
bien que existiese; de ahí que una y otra versan sobre normas de comportamiento que se
imponen al hombre desde la pretendida bondad de aquellas.”
Fontan y Fullat 1991

“Sí, ética o moral. Curiosamente, la palabra ‘ética’ está, hoy, bien aceptada en el lenguaje,
mientras que el término ’moral’ se rechaza en nombre de una connotación vagamente
religiosa o bienpensante. Sin embargo, se trata de dos sinónimos derivados, uno, del griego
y, otro, del latín, que evocan el arte de elegir un comportamiento, de distinguir el bien del
mal.” Jacquard 1988: 61

“En ética, nos ocupamos de cuestiones sobre lo bueno y lo malo, lo recto y lo incorrecto, el
deber, la obligación y la responsabilidad moral (...) Las principales palabras que usamos en
ética son “bueno”, “malo”, “recto” e “incorrecto”. (...) Así, si ha de vivir el hombre, debe
elegir pensar, debe elegir adoptar la vida como su patrón de valor, debe descubrir los
valores específicos que su vida requiere. Un código de valores aceptado por elección, dice
Rand, es un código de ética o moralidad.”
Hospers 1976: 696 y 725

Sentido etimológico de lo ético


(como rasgo esencial de lo humano)

“La ética no es más que el intento racional de averiguar cómo vivir mejor. Si merece la
pena interesarse por la ética es porque nos gusta la buena vida.” Savater 1996: 76

“¿Es posible la ética? Entendida como arte de vivir, como proyecto razonable para
armonizar las exigencias sociales de la libertad, como conciencia de la autonomía
responsable, como reflexión crítica sobre los valores institucionalizados, negar la
posibilidad de la ética equivaldría a negarnos a nosotros mismos como sujetos no ya civiles,
sino civilizados. (...) Pero el núcleo esencial del ímpetu ético subyace bajo modas,
novedades y propósitos de universal regeneración, muy parecido al que ya tantas voces han
formulado a lo largo de la historia: que lo humano reconozca a lo humano y se reconozca en
lo humano, que la libertad oriente la vida y que la vida –la buena vida, no el puro fenómeno
biológico señale los límites debidos a la libertad.”
Savater 1996: 59-61

“(...) hay una ética general, una ética en términos más absolutos, que son la ética que
tenemos cada uno en cuanto a seres humanos que buscamos un destino, más o menos de
felicidad, de dignidad, como hemos dicho. Todos tenemos un determinado conjunto de
valores éticos. (...) Este es uno de los principios generales de la ética entendida en el nivel
más absoluto, más amplio posible.” Savater 1998: 44

Ética y Ciudadanía 33
Capítulo 1: Ética

Sentido académico de lo ético


(como disciplina filosófica)

“El tema de la ética se puede formular así en un primer esbozo aproximativo: ¿Está en
nuestras manos el modo de decidirnos? ¿O existen puntos de vista objetivos y de validez
universal que han de tenerse en cuenta en nuestras decisiones? ¿Cuáles son esos puntos de
vista? También se podría decir que la ética investiga la decisión recta o el obrar recto, y
una decisión recta es una decisión que se puede justificar o defender. (...) Ética designaría,
por el contrario, una disciplina filosófica. Yo empleo la palabra “ética” como la
investigación filosófica del campo de la moral; es la disciplina filosófica que busca la
fundamentación de la moral. (...) La ética no pregunta cómo se conducen los hombres,
sino cómo tienen que conducirse; no investiga si una manera de actuación se considera
correcta, sino si lo es realmente.” Ricken 1987: 13, 17

“La regla dice qué hacer, pero no dice por qué se debe seguirla. Lo que necesitamos es un
principio moral, o un conjunto de principios morales, de los cuales se sigan tales reglas, y
eso es lo que intentamos hallar en ética.” Hospers 1976: 730

“Los términos “moral” y “ética” han sido usados a menudo como sinónimos. Por ej.: el
título de la misma obra de Aristóteles ha sido traducido como “Moral a Nicómaco” y
como “Ética a Nicómaco” ya que las etimologías de ambas palabras remiten a los
significados de “costumbre”, “hábito”, “carácter” pues “mos moris” (de donde deriva
“moral”) fue la morales, y la Moral, como conjunto de prescripciones, valores y creencias
acerca de lo bueno y de lo malo vigente en una sociedad y cuyo cumplimiento, en
consecuencia, se exige a sus miembros. (...) La ética, por ser una disciplina filosófica cuyo
objeto es la moral y su fundamentación, aparece tardíamente en la historia de la
humanidad, generándose a partir de las morales existentes. Esta relación con las morales o
la moral existente en una sociedad puede darse de manera justificatoria o crítica.”
Brunet 1997: 33-38

“Son cosas distintas que haya digestiones y que se dé, además, un tratado sobre el aparato
digestivo. Por un lado los hechos y por otro lado los hechos reflexionados. Las morales
están ahí, en plena calle, con su vocabulario y sus argumentaciones. Entras a un bar y
puedes escuchar una discusión acerca de si es bueno o malo suicidarse o abortar o matar
para alcanzar un bien superior como sostiene el terrorista. La moral está muy viva en la
vida cotidiana de los hombres. La Ética es un discurso analítico, en un primer momento,
sintético después, en torno a los decires y haceres morales. Estudiará el significado y valor
del lenguaje moral; intentará descubrir en qué se distingue “lo moral” de otros sectores de
la cultura humana; trabajará para poner luz en el origen del fenómeno moral; mirará cómo
fundamentar los códigos morales...etc. Todos somos morales, todos consistimos en “tener-
que-hacernos” (antes de “buenos” o “malos”, somos morales); sólo que algunos se dedican
a la Ética, a la reflexión sobre la moralidad.” Fontan y Fullat 1991

34 Ética y Ciudadanía
Capítulo 1: Ética

Algunas semejanzas y diferencias entre los términos ética y moral

Los términos “moral” y “ética” han sido usados a menudo como sinónimos pues sus etimologías
remiten a los significados de “costumbre”, “hábito”, “carácter”, “modos de ser”. La palabra
"moral" proviene de la voz latina mos, moris y esta expresión, en latín, también quiere decir
costumbre. Etimológicamente ambos términos son equivalentes. Sin embargo, según diversos
autores (Cortina, Aranguren, Fontan y Fullat, Brunet, Ricken, Hospers, Etxeberria, entre otros),
con el surgimiento de la ética como disciplina filosófica ambos vocablos se fueron especializando
en dos direcciones distintas y se fueron configurando técnicamente como dos formas de reflexión:
una referida al mundo de la vida y de las acciones mismas –moral– y otra referida al mundo de la
filosofía, –ética o también llamada filosofía moral–, orientada al estudio teórico de las acciones
morales.

Así, en la historia de los saberes que se ocupan de la forja del carácter en sus diversas formas, se
fue haciendo una distinción entre dos niveles de reflexión y de lenguaje: el nivel de la vida y
reflexión cotidiana –moral vivida– y el nivel de la reflexión filosófica sobre la moral –ética o
moral pensada. Desde esta perspectiva diferenciadora, la ética entendida como disciplina filosófica
es la que investiga el campo de la moral; mientras que la moral viene a ser un conjunto de
comportamientos y normas que consideramos válidos, correctos, ideales en una sociedad y que,
por tanto, deben regular el comportamiento humano. En resumidas cuentas, esta distinción entre
moral y ética pone énfasis en que la moral forma parte del vivir de las personas, sean o no
especialistas en ética, mientras que la ética –o filosofía moral– requiere un aprendizaje y un
lenguaje especializados. La ética, en este sentido, es un saber filosófico, es una parte de la filosofía
que reflexiona sobre la moral, mientras que la moral forma parte de la vida cotidiana y no ha sido
creada por filósofos.

Para complejizar más aún el panorama, Giusti (1999: 176) afirma que esta diferenciación, que se
remonta a la forma en que Kant planteara en el siglo XVIII el problema de la moral, es una de las
más defendidas por diversos especialistas y de las más difundidas a nivel del sentido común; sin
embargo, representa solo una posición específica en el debate actual sobre la ética y es vulnerable
desde diversos puntos de vista. La polémica sobre la ética y la moral es bastante más complicada
de lo que estamos presentando brevemente en estas líneas. Se remonta a los inicios de la filosofía,
ha estado presente en diversos momentos de la historia de la misma y lo sigue estando todavía, en
medio de abiertos debates. Uno de los momentos más álgidos de este debate empezó a inicios de la
Edad Moderna y continuó con un movimiento de crítica de la Ilustración en el que el filósofo
Hegel plantea una distinción entre “moralidad” y “eticidad”. El primer término designa, de manera
general, la forma en que se fundamenta la ética desde la modernidad, y el segundo se refiere a la
conceptualización aristotélica de la ética reactualizada por Hegel. Hay que aclarar que esta es una
diferenciación histórica de los términos que estamos comentando, los que, en un sentido, no se
diferencian ni semántica ni etimológicamente.

Pero, más allá de si existe o no un consenso sobre estas diferenciaciones conceptuales, no solo nos
parece importante mencionarlas sino también constatar que, como bien dice Cortina (1997: 16), sin
lugar a dudas, ambos niveles –la ética como disciplina filosófica y la moral como conjunto de
comportamientos– están estrechamente vinculados, pues los filósofos no pueden sino reflexionar
sobre la moral vivida y porque sus reflexiones pueden influir en el quehacer moral cotidiano. En
cualquiera de ambos casos se trata de reflexionar, aunque de diferente manera.

Ética y Ciudadanía 35
Capítulo 1: Ética

Semejanzas y diferencias entre lo ético y lo legal

Tanto las normas éticas –o morales– como las normas legales son definidas como saberes
prácticos con un objetivo en común ubicado en el ámbito del deber ser: orientar la
conducta humana para regular y asegurar la convivencia en comunidad. Sin embargo, la
forma que tienen de lograr este objetivo es diferente en cada caso. Las normas morales o
éticas proceden del sujeto, emanan de su razón y es él mismo el que se autoobliga a
cumplirlas pues está convencido de que son correctas y la sanción que recibe al no
efectuarlas es sentir remordimiento, culpa o vergüenza. Se trata de una legislación interna
en donde la intención del sujeto es lo que importa, su actuación depende de su conciencia
moral y de sus propios principios. En cambio, las normas legales, procedentes del
Derecho, son promulgadas por órganos del Estado, el cual exige que se cumplan mediante
coacción –de sus fuerzas y poderes– y decide las sanciones correspondientes. Se trata de
una legislación externa, en donde la intención del sujeto no es indispensable, sino más
bien el cumplimiento de dicha norma. El sujeto puede cumplir por temor, presión social o
por una recompensa, su actuación depende de principios externos. Una diferencia más
entre lo moral y lo legal es que el Derecho se orienta principalmente a proporcionar
normas, mientras que el ámbito de lo moral es mucho más amplio que el de las normas.

36 Ética y Ciudadanía
Capítulo 1: Ética

Intersubjetividad

“(...) la madre, que es quien primordialmente encarna al Otro. Es en la madre como


función donde el sujeto se encuentra con el significante –de ahí que se hable de lengua
materna, no con el código de la madre sino con el lugar del Otro que la madre encarna.
Esto demuestra que el lenguaje siempre viene del Otro. El sujeto más que con la madre se
encuentra con el significante en la madre. En tanto ella encarna al Otro el sujeto puede
tener la ilusión de una relación intersubjetiva, cuando en verdad se encuentra con la radical
alteridad del significante.”
Carvajal, D’Angelo y Marchilla 1986

“(...) ¿por qué me concierne el otro? Ésta es la pregunta que aparece en La Biblia, en Gén.
4,9-10: «¿Acaso soy el guardián de mi hermano?».”
Bárcena y Mélich 2000: 139

“La experiencia del otro es la rotura del silencio de mi mundo, que está centrado en el
<Yo>. La voz del otro descentra mi universo (...). El tacto es la práctica de la alteridad (...)
es actuar en armonía solícita hacia el otro, para el otro (...) es la práctica de estar orientado
hacia los otros (...) para ejercer el tacto uno debe ser capaz de superar una forma de ver el
mundo que parece natural en los seres humanos: la actitud de considerarse a sí mismo el
centro de todas las cosas (...)”
Van Manen 1998: 150-153

“La libertad personal va ligada necesariamente a un compromiso por unas instituciones


libres. El desarrollo de la libertad sólo es posible en el marco de una organización social
construida sobre la base del reconocimiento y de la práctica de la libertad, como principio
vertebrador de la sociedad. No es, por tanto, la libertad una cuestión solamente personal.
Es, ante todo, un principio de la vida social.”
Ortega 1996: 78-79

“La subjetividad se convierte en subjetividad humana no solamente cuando el sujeto


individual es capaz de decidir cómo debe ser y cómo orientar su vida, sino también cuando
es capaz de dar cuenta, además de la vida del otro, cuando responde del otro, de su
sufrimiento y de su muerte.”
Bárcena y Mélich 2000:17

Ética y Ciudadanía 37
Capítulo 1: Ética

“En la ciudad de Jerusalén existe una avenida de árboles, llamada Yad Vashem, que
es un recinto en memoria del Holocausto, y en cada árbol está escrito un número,
algún nombre y un lugar.En diciembre de 1995 había 1.172 árboles, y cada uno de
ellos honra a una persona, a una pareja o incluso a una familia que arriesgó su vida
para salvar a uno o más judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Esas personas
eran goyim: franceses, belgas, polacos, escandinavos, japoneses, alemanes, ateos o
cristianos. Gentes distintas, de nacionalidades distintas y credos diferentes; creyentes
y descreídos. A pesar de sus diferencias, esas personas murieron para dar la vida por
un desconocido, por el Otro. No tenían ninguna necesidad de hacerlo, pero lo
hicieron. Podemos pensar en ellos como queramos: en términos de heroicidad o de
santidad; lo mismo da. Lo cierto (y esto es lo esencial) es que esas personas fueron
capaces –quizá con ayuda de sus imaginaciones respectivas y de su capacidad de
ponerse en el lugar del otro– de responder a lo humano por encima y más allá de los
dictados de la nación, la religión y la familia. Fueron capaces de hacer lo que Adolf
Eichmann –teniente coronel de la SS–, demostró ser incapaz de practicar: percibir lo
humano en cada Otro desconocido. Con su gesto realizaron una contribución
esencial para cualquier filosofía política: el propósito de la mejor de las sociedades
no reside en la justicia liberal, sino en la decencia y en el corazón, en la compasión y
en la voluntad de hacer que el amor fuese necesario para una convivencia pacífica y
permitir nacer una sociedad decente. Porque al amor le falta el conocimiento del otro
–quizá en realidad no lo precisa como condición de posibilidad- lo mismo que al
conocimiento le falta su alteridad.”
Bárcena y Mélich 2000: 36-37

38 Ética y Ciudadanía
Capítulo 1: Ética

Libertad y responsabilidad

“Los sistemas morales existentes en nuestra sociedad regulan nuestras conductas de


una manera muy superior a la que solemos darnos cuenta. Al haberlos interiorizado
en gran medida a través del proceso de socialización, los asumimos sin trabajo
reflexivo específico, como algo natural. Esta asunción espontánea se pone en crisis
cuando surgen conflictos, ya sea a nivel personal ante determinadas situaciones
vividas, ya sea a nivel público, cuando comportamientos sociales discordantes se
remiten en ambos casos a valores. Dichos conflictos nos fuerzan a cuestionar las
normas interiorizadas implicadas, haciéndonos a la vez conscientes de la aceptación
acrítica que en general teníamos de todas ellas. (...) Si los conflictos nos fuerzan a la
reflexión, si nos fuerzan a pasar al segundo nivel de la ética, ello se debe a que nos
exigen tomar una decisión personal problemática que necesitamos justificar ante
nosotros mismos y ante la comunidad a la que pertenecemos.”
Exteberria 1998: 23-24

“Este problema de la elección es tan antiguo como el descubrimiento por parte de los
hombres de su posibilidad de actuar e influir en su propio devenir. La importancia de
esta elección coincide con la eficacia de sus acciones. Mientras sus poderes eran
limitados, algunas reglas sencillas, por ejemplo, las traídas por Moisés de la cima del
monte Sinaí, podían bastar para garantizar un funcionamiento armonioso de la
sociedad. El desarrollo de nuestros medios de acción nos ha puesto frente a
cuestiones inéditas que requerían reflexiones éticas jamás realizadas hasta el
momento. Esta exigencia se ha convertido en algo crucial a lo largo del presente
siglo, y sobre todo en los últimos cincuenta años. Las posibilidades de destrucción
(armamento nuclear) y de creación (procreación médicamente asistida o
manipulación genética) han experimentado tales avances que el recurso de estos
nuevos medios provoca un miedo legítimo. Estos medios, que representan logros
técnicos extraordinarios, ¿implicarán un progreso humano real o, por el contrario,
una regresión hacia la barbarie?”
Jacquard 1988: 61-62

“Necesitamos creer en cierta medida en la libertad para poder atribuir cada uno de
los sucesos protagonizados por humanos a un sujeto responsable, que pueda ser
elogiado o censurado –y castigado llegado el caso– por su acción. La libertad es
imprescindible para establecer responsabilidades, porque sin responsabilidad no se
puede articular la convivencia en ningún tipo de sociedad. Por eso ser libre no es
sólo un motivo de orgullo sino también de zozobra y hasta de angustia. Asumir
nuestra libertad supone aceptar nuestra responsabilidad por lo que hacemos, incluso
por lo que intentamos hacer o por algunas consecuencias indeseables de nuestros
actos.”
Savater 2001

Ética y Ciudadanía 39
Capítulo 1: Ética

“La responsabilidad y la libertad sólo son posibles desde el respeto por sí mismo que
permite escoger desde sí y no movido por presiones externas. (...) El respeto por sí
mismo pasa por el respeto por el otro, y se vive cuando uno no vive su relación con
el otro en la continua justificación de su ser, y no le exige al otro un ser particular.
En el respeto por sí mismo uno hace lo que hace consciente de que lo quiere, y no
requiere justificarlo, aunque explique el cómo y el porqué. El que se respeta a sí
mismo no requiere que lo quieran, o que lo acepten, o coincidir con los otros para
estar bien, pero no tiene dificultad en aceptar ser querido o en querer al otro. El que
se respeta a sí mismo es independiente y autónomo sin estar en oposición; el respeto
por sí mismo no se constituye en la diferencia con el otro, sino en la aceptación de la
propia legitimidad. El que se respeta a sí mismo quiere lo que quiere desde la
libertad de ser, esto es, desde ser responsable de la propia responsabilidad. Se es
responsable cuando se es consciente de las consecuencias de las propias acciones y
se actúa de acuerdo a si se quiere o no quiere esas consecuencias. Se tiene la
experiencia de libertad cuando uno atiende a su querer las consecuencias de sus
acciones (responsabilidad), preguntándose si uno quiere o no quiere su querer, y
actúa de acuerdo a su respuesta (responsabilidad) ante esa pregunta.”

Maturana y Nisis 1997

40 Ética y Ciudadanía
Capítulo 1: Ética

Características de los valores


Datos históricos
 Segunda mitad del S.XVIII: inicio de axiología como disciplina (aporte de economistas)
 Siglo XIX: como rama de la filosofía / Lotze (“los valores no son, sino que valen”). Auge
a fines del S. XIX.
 Término se propagó rápidamente en ámbito de la vida personal y colectiva, y al campo de
la sociología y psicología. Se ha estudiado más desde la filosofía (clásica, moderna y
postmoderna).
Características
1) No existen por sí mismos, necesitan añadirse a un objeto (cosa, persona, acción,
conducta, hecho) para ser reales. Antes de añadirse son sólo posibilidades. No conocemos los
valores en abstracto sino en referencia a un objeto (dimensión material). Por eso sería más
apropiado hablar de lo justo o lo injusto (cualidad/adjetivo) que de la justicia o la injusticia
(sustantividad) pero el uso habitual no es ese. Si se quiere hablar de ellos de forma abstracta
vendrían a ser objetos ideales (también se valora lo que no es, por ejemplo se valora un mundo
regido por el respeto –dimensión abstracta). Dependen de las cualidades empíricas en que se
apoyan pero, al mismo tiempo, no pueden reducirse a ellas.
2) Son polares o duales: se distribuyen en positivos y negativos, buenos y malos. Las
personas no somos indiferentes a ellos, tendemos a aceptar unos y rechazar otros. Los valores
negativos (contravalores o antivalores) no son mera ausencia del correspondiente valor
positivo, sino que existen por sí mismos.
3) Se ordenan jerárquicamente, lo que implica que hay valores superiores e inferiores, tanto
a nivel individual como colectivo. A nivel colectivo es muy difícil establecer una jerarquía
axiológica que sea aceptada por todas las personas, universalmente. También es complicado
coincidir en los principios o criterios para llegar a establecer ese orden jerárquico. Las
jerarquías de valores son fluctuantes, cambiantes y sujetas a determinaciones del contexto
(social, histórico, económico, político, etc.). La pregunta es si, considerando que las jerarquías
están en función a cada tipo de sociedad, hay unos valores mínimos comunes a todas ellas,
susceptibles de universalización. También cabría preguntarse si se puede afirmar
categóricamente una jerarquía por encima de otra.
4) Tienen naturaleza objetiva, subjetiva o relacional. La posición objetivista afirma que los
valores existen en independencia de los sujetos (queremos los valores porque son valiosos por
ellos mismos). La posición subjetivista señala que existen supeditados a los sujetos que
valoran (los valores son valiosos porque los queremos). La posición relacional considera que
los valores tienen doble naturaleza (objetiva y subjetiva) y que el valor es el resultado de la
tensión entre sujeto y objeto (para que haya valoración se necesita un objeto y un sujeto).
Sujeto y objeto no son homogéneos ni inmutables. Asimismo la relación entre sujeto y objeto
se da en un contexto o situación que los afecta (cinco elementos lo constituyen: el ambiente
físico, el medio social – estructuras económicas, políticas, jurídicas, educativas y las
creencias, prejuicios, actitudes y estilos de vida de una comunidad-, el ambiente cultural, el
conjunto de necesidades y aspiraciones y el factor espacio temporal).
5) Son impulsores de la conducta humana: incluyen componentes motivacionales,
cognitivos, afectivos y conductuales; son creencias preescriptivas duraderas con sentido
terminal (búsqueda de existencia deseable) e instrumental (modos de obrar para llegar a vida
deseable). La comprensión y el conocimiento son necesarios para captarlos pero se requiere la
experiencia afectiva de los mismos para poder aprehenderlos.

Ética y Ciudadanía 41
Capítulo 1: Ética

Concepto de valor

1) No existen valores en sí, como entes ideales o irreales, sino objetos reales (o
bienes) que poseen valor.
2) Puesto que los valores no constituyen un mundo de objetos que exista
independientemente del mundo de los objetos reales, sólo se dan en la realidad –
natural y humana– como propiedades valiosas de los objetos de esta realidad.
3) Los valores requieren, por consiguiente –como condición necesaria–, la existencia
de ciertas propiedades reales –naturales o físicas– que constituyen el soporte
necesario de las propiedades que consideramos valiosas.
4) Las propiedades reales que sustentan el valor, y sin las cuales no se daría éste, sólo
son valiosas potencialmente. Para actualizarse y convertirse en propiedades
valiosas efectivas, es indispensable que el objeto se encuentre en relación con el
hombre social, con sus intereses o necesidades. De este modo, lo que sólo vale
potencialmente, adquiere un valor efectivo.

Así, pues, el valor no lo poseen los objetos de por sí, sino que éstos lo adquieren
gracias a su relación con el hombre como ser social. Pero los objetos, a su vez, sólo
pueden ser valiosos cuando están dotados efectivamente de ciertas propiedades
objetivas. Sánchez Vásquez 1971: 112

“No es fácil definir el concepto. Y el diccionario, cuando afirma que “valor es algo
que vale” no nos aporta nada que no sepamos. El término valor forma parte de
aquellos conceptos que tienen dificultad para ser definidos. Sabemos definir su uso
pero no el concepto (...) Son diversas las ramas del saber que en un momento u otro
han centrado su atención en el tema de los valores. La economía, la filosofía y la
pedagogía, entre otras, han hecho diversas aproximaciones sobre el concepto de valor
(...). Destaquemos la idea de valor entendido como un “horizonte de sentido”, o bien
“horizonte de significado”, que es la definición que se aproxima más al contenido que
queremos darle al término valor. Esta definición incluye dos palabras que tienen larga
tradición en filosofía: horizonte y sentido. Sin horizontes, sin puntos de referencia, la
existencia deja de tener sentido y todo se hunde. Además, hemos de tener presente que
los puntos de referencia no son solo personales, íntimos, sino que forman parte de
algo que compartimos con los otros. A los valores, les pasa como a las palabras o
gestos, que encuentran su significado en la interacción constante entre los humanos.
(...). Hacemos referencia a la relación entre valor y sentimientos. Hay autores que
defienden que todo valor es dado a través de un sentimiento y validado por un juicio.
Sin sentimiento, el valor más preciado no es nada. En esta línea, la explicación que
nos aproxima al concepto de valor es la que hace referencia a una propiedad capaz de
suscitar la estimación de los seres humanos que la perciben. (...) Valor también se
relaciona con algo que hace que una cosa sea deseada, apreciada, buscada.
Subrayamos que afirmar que alguna cosa ha de ser buscada, comporta también afirmar
que no será dada de manera gratuita, y que toda búsqueda exige una lucha. Como
afirma Víktor E. Frankl, el sentido no nace con la propia existencia, sino que hace
frente a la existencia. Desde este punto de vista, el valor toma características de ideal,
de sentido. Valor, ideal y sentido presentan profundas analogías, con términos que se
apoyan mutuamente.
Mélich y otros 2000 : 20-21
(el texto original está en catalán, la traducción es nuestra)

42 Ética y Ciudadanía
Capítulo 1: Ética

¿Qué es un valor?

“(...) perfección o dignidad que tiene lo real o que puede tener y que reclama de nosotros el
adecuado juicio y estimación.”
Marín Ibáñez, en: Payá 2000: 44

“(...) carácter de las cosas que explica el que sean más o menos deseadas y que pueden
satisfacer un fin.”
Fondevila

“(...) síntesis de reacciones subjetivas frente a cualidades que hallan en el objeto.”


Frondizi 1958: 199

“Tal como lo concibe Frondizi, el valor sería una cualidad estructural que surge de la relación
de un sujeto con un objeto. Pero esta relación no se da en abstracto, ni en el vacío, sino en un
contexto, en una situación: no se concibe igual el valor de la libertad gozando de ella que
viviendo las consecuencias de su falta. Por otra parte, no cabe entender esta situación como un
mero fondo o escenario, sino afectando a ambos, sujeto y objeto, y, por consiguiente, a la
relación que establecen.”
Payá 2000: 68

“Si interpretamos el valor como una cualidad estructural, advertimos desde un comienzo la
complejidad de los conflictos morales y la imposibilidad de una receta universal para
resolverlos. Ello no quiere decir que no tengan solución, sin que varía según la situación en
que halle el sujeto (...) Si bien los valores dependen de la situación en que halle el sujeto, en
cada caso hay una solución moralmente superior a otra, que no depende de la arbitrariedad del
sujeto. No hay que confundir ‘objetividad’ y ‘racionalidad’ con una supuesta ‘universalidad’.
Cuando existe un conflicto entre dos o más valores positivos, debemos preferir al superior (...)
Esto nos conduce al problema de la jerarquía axiológica.”
Frondizi 1958: 222

“La falta de verdades absolutas no debe inducirnos a un escepticismo desesperado o a un


relativismo indiferente. La complejidad del problema no permite resolverlo con recetas
simplistas. Si es difícil una decisión jurídica, donde las normas de fondo y de procedimientos
están escritas, ¿cómo se puede esperar que sea sencilla una evaluación moral o estética (...)?
La existencia de lo ‘mejor’ o lo ‘peor’ es una incitación constante a la elevación moral, la
tarea constructiva, la lucha contra la injusticia, la ignorancia y la opresión. Los valores
superiores nos indican la ruta en cada caso, dentro del desarrollo histórico de la humanidad,
siempre abierto a la libre obra creadora de la imaginación, la inteligencia y la mano del
hombre.”
Frondizi 1958: 232-233

Ética y Ciudadanía 43
Capítulo 1: Ética

La Modernidad según Bovero14

Sobre lo moderno podemos decir lo siguiente:

1. Lo moderno coincide con una progresiva e incesante atenuación de vínculos, lazos,


reglas, al límite de su desaparición; o bien
2. Lo moderno coincide con la liberación progresiva del sujeto agente de los cánones u
ordenes presupuestos.

El término moderno deriva del latín modernus. Modernus oscila entre la aceptación de
reciente y la de presente o actual. En ella podemos leer la idea de algo que posee validez
actual.

Según un uso hoy consolidado, comúnmente se contrapone el mundo moderno o la sociedad


moderna al mundo y a la sociedad tradicional. Frente al mundo y la sociedad tradicional, la
modernidad sólo puede ser representada como ruptura con la tradición: como emancipación
de los esquemas de comportamiento preestablecidos y del sistema de las jerarquías de rango.

La idea de lo moderno está conectada con la idea de lo nuevo, con la idea de un presente que
puede realmente definir una identidad propia del pasado, porque ya no es repetición e
imitación.

El advenimiento de lo nuevo, contrariamente a la rigidez y a la heteronimia de los esquemas


tradicionales, no puede sino coincidir con el nacimiento del sujeto, la reivindicación del
derecho subjetivo individual, la pretensión de reconocimiento de la libertad subjetiva,
entendida como el derecho individual de desarrollar las propias convicciones y de perseguir
los propios intereses, autónomamente definidos.

El paso a la modernidad consiste en la emancipación del individuo de las formas estrechas


de la vida comunitaria premoderna. El principio de la modernidad es concebible así como el
primado de la identidad individual sobre la identidad colectiva.15

Bovero se pregunta ¿cuándo comienza, cuándo surge la modernidad? El comienzo es


evidentemente variable en el tiempo en función del criterio que se adopte y en función del
espacio: si el criterio es el filohegeliano, entonces en ciertas zonas del mundo la modernidad
tiene algunos siglos de vida mientras que en otras, donde las identidades son colectivas, no
ha comenzado aún.

En los manuales de Historia se hace coincidir la fecha del inicio de la modernidad con el año
1492, con el descubrimiento del nuevo mundo. Es una pura convención arbitraria, pero

14
Resumen del texto: BOVERO, Michelangelo (1993). Modernidad, pp. 97-112. En: Cruz, Manuel (editor),
Individuo, modernidad e historia. Madrid: Tecnos. Michelangelo Bovero es doctor de la cátedra de Filosofía
Política de la Universidad de Turín (Italia).
15
Bovero 1993: 101.

44 Ética y Ciudadanía
Capítulo 1: Ética

posee un significado enormemente simbólico: alude precisamente a la apertura de nuevos


horizontes, y al consiguiente trastorno material y mental en la vida del mundo occidental.

Lo moderno, entendido como la idea y el valor de lo nuevo y del cambio, afecta a todos los
campos de la vida humana: la vida pública y la vida privada, las artes, las ciencias y la
filosofía. La filosofía moderna, por ejemplo, nace con Descartes, con el principio del cogito.

Parece que los procesos materiales de modernización, aquellos que han sido el vehículo de
alejamiento para los hombres de las identidades opresivas de las formas de vida premoderna,
y luego de la renovación constante de lo nuevo, más allá de un cierto umbral, se divorcien de
los valores de la modernidad. Si el principio de la modernidad coincide con la liberación del
sujeto de los vínculos presupuestos y heterónimos, la modernización, entendida rectamente,
habrá de consistir en el conjunto de los procesos materiales (y culturales) dirigidos en cada
campo a realizar un cada vez más extensa liberación, hasta la emancipación universal.16

Precisamente la conjunción de aspectos negativos e inquietantes en el desarrollo más


reciente de las formas de la vida moderna, unidos al sentido de extravío de la ruta que deriva
de la caída de grandes ideales de emancipación, ha dado ocasión al nacimiento del concepto
de lo posmoderno. En sí mismo es un concepto contradictorio pues implica el fin de lo
moderno, pero si lo moderno es renovación constante, su fin sólo puede ser la estaticidad.

16
Cf. Bovero 1993: 109.

Ética y Ciudadanía 45
Capítulo 1: Ética

¿Es la modernidad un proyecto occidental?

“[…] Cuando hablamos de modernidad… nos referimos a las transformaciones


institucionales que se originaron en Occidente. ¿Hasta qué punto es la modernidad distintiva
de Occidente? Para contestar esa pregunta, debemos considerar varios rasgos de la
modernidad que son analíticamente separables. En términos de agrupamiento institucional,
podemos distinguir dos complejos institucionales de particular significación en el desarrollo
de la modernidad; el estado nacional, y, la producción capitalista sistemática. Ambas tienen
sus raíces en características específicas de la historia europea y tienen pocos paralelismos en
períodos anteriores a la modernidad o en otros entornos culturales. Si estrechamente unidos
se han extendido por todo el mundo, es debido, sobre todo al poder que ellas mismas han
generado. Ninguna otra de las formas sociales más tradicionales ha sido capaz de contestar
su poder y de mantener una autonomía completa al margen de las tendencias del desarrollo
global. ¿Es la modernidad un proyecto distintivamente occidental, en razón de los modos de
vida que han patrocinado esas dos grandes instituciones transformadoras? A ese interrogante
la respuesta categórica debe ser, “sí”.

Una de las fundamentales consecuencias de la modernidad… es la mundialización. Esta va


más allá de las instituciones occidentales a través de un mundo en el que las otras culturas
han sido aplastadas. La mundialización – que es un proceso de desigual desarrollo que
fragmenta al mismo tiempo que coordina – introduce nuevas formas de interdependencia
mundial en las que, una vez más, no existen los “otros”. Esas formas de interdependencia
crean simultáneamente nuevas formas de riesgo y peligro mientras promueven posibilidades
de largo alcance para la seguridad global. ¿Es la modernidad peculiarmente occidental desde
el punto de vista de las tendencias globalizadoras? No. No puede ser, dado que de lo que
hablamos aquí es de las emergentes formas de interdependencia mundial y de consciencia
planetaria.

No obstante, las maneras en las que se abordan y se manejan estas cuestiones,


inevitablemente involucran concepciones y estrategias derivadas de escenarios no-
occidentales. Porque ni la radicalización de la modernidad, ni la mundialización de la vida
social son, en ningún sentido, procesos acabados. Se pueden dar muchas clases de respuesta
cultural a esas instituciones dada la diversidad cultural del mundo en su conjunto. Los
movimientos “más allá” de la modernidad se producen en un sistema global caracterizado
por las grandes desigualdades de riqueza y poder, y no pueden sino ser afectados por ellas.

La modernidad es universalizadora no sólo en términos de su impacto global, sino en


términos del conocimiento reflexivo fundamental a su carácter dinámico. ¿Es la modernidad
distintivamente occidental en este aspecto? Esta pregunta ha de ser contestada
afirmativamente, si bien, con ciertas matizaciones definidas. El radical cambio de la
intrínseca tradición a la reflexividad de la modernidad produce una ruptura no sólo con las
épocas precedentes sino también con otras culturas. Desde el momento en que la razón se
muestra incapaz de proporcionar una última justificación para sí misma, resulta inútil
pretender que esa ruptura no descansa en el compromiso cultural (y poder).

46 Ética y Ciudadanía
Capítulo 1: Ética

Sin embargo, el poder no estabiliza inevitablemente los problemas que se plantean como
resultado de la difusión de la reflexividad de la modernidad, especialmente en la medida en
que los modos de argumentación discursiva son ampliamente aceptados y respetados. La
argumentación discursiva, incluyendo la propia de las ciencias naturales, implica criterios
que superan las diferenciaciones culturales. No hay nada “occidental” en esto si en el
compromiso con dicha argumentación, como medio de resolver disputas es inminente.
¿Quién puede decir, sin embargo, qué límites han de ponerse a la difusión de ese
compromiso? La radicalización de la duda está siempre en sí misma, sujeta a la duda, y por
tanto es un principio que provoca severa resistencia”.

Giddens 2002: 162-164

Elogio del individualismo


Por Rosa Montero

Los tópicos son palabras muertas y pensamientos dormidos. Son trivialidades coreadas
mecánicamente hasta la saciedad. A veces son perogrulladas, y a veces, falsedades que la gente repite
como si fueran verdad. Hay tópicos muy persistentes que me ponen especialmente nerviosa. Como,
por ejemplo, ese lugar común que asegura que hoy se lee menos que antes, cosa que, por fortuna, no
es cierta: la lectura siempre fue una actividad minoritaria, y hoy esa minoría, los datos lo demuestran,
es mayor que nunca en todo el mundo.

Otro tópico equívoco es la mala fama que tiene el individualismo. Cuando hablamos del
individualismo de la sociedad moderna utilizamos siempre la palabra como un compendio de todo lo
negativo, como sinónimo de la destrucción del tejido afectivo y de la solidaridad social. Se han
escrito extensos trabajos sobre el tema, anatemizando el individualismo como base esencial del
capitalismo más caníbal. A veces, en la furia de algunos de estos ataques me parece oír cierto eco de
mis años adolescentes, en la época confusa y siniestra del franquismo, cuando el hecho de que te
gustara la ópera, o ponerte perfume, o cualquier nadería semejante, podía hacer caer rápidamente
sobre ti el sambenito de ser una pequeñoburguesa, una individualista sin suficiente conciencia ante
las urgentes, heroicas, trascendentales demandas de la sagrada masa proletaria.

El caso es que la sociedad occidental ha ido siendo más y más individualista con el paso de los
siglos; y, si estudiamos el pasado, se ve claramente que todas las conquistas de justicia social han
sido impulsadas por el individualismo. Es la conciencia individual, al reaparecer en el siglo XII tras
los años oscuros, la que impulsa la creación de organizaciones protodemocráticas, y las leyes contra
el abuso de los nobles, y la orgullosa ambición de ser feliz frente al oscuro despotismo de los dioses.
El individualismo es el motor de la Revolución Francesa, y del sufragio universal, y del concepto
mismo de derechos humanos. Y del respeto a las minorías y a la diferencia. Por el contrario, las
mayores tropelías sociales de la Historia han sido cometidas por regímenes que negaban la
individualidad. Por tiranos que contemplaban a sus súbditos como meros esclavos, o por regímenes
totalitarios que consideraban al individuo como algo sospechoso.

Ética y Ciudadanía 47
Capítulo 1: Ética

Y así, paradójicamente, resulta que aquellos sistemas de pensamiento que enaltecen al pueblo y que
dicen defender por encima de todo a la colectividad, acaban siendo verdaderos mataderos colectivos
y creando sociedades mucho más injustas que aquellas en las que impera el individualismo. Como
sucedió con la pesadilla del nazismo, con las decenas de millones de víctimas de los soviéticos, con
los jemeres rojos asesinando a la tercera parte de la población de su país. A mí lo que me da
verdadero miedo no es el individualismo, sino esas grandes ideas intocables que dicen hablar por el
bien de todos y con las que se enardecen las masas ciegamente. Como decía Bioy Casares, "las ideas
nacen inocentes y se vuelven feroces". Creo que la conciencia individual es una buena herramienta
para evitar los abusos; y que es desde el individualismo desde donde se puede uno preocupar por los
demás. De hecho, a lo largo de la historia ha sido siempre así.

Claro que las sociedades individualistas nos asustan, porque, como contrapartida, uno cada vez está
más solo ante la muerte. Y ante la vida. Y eso exige madurez y valor. Pero incluso ese aspecto
también es relativo, porque nos vamos acostumbrando. Ya he contado alguna vez ese pasaje de la
famosa biografía de Samuel Johnson hecha por Boswell. Johnson fue uno de los intelectuales más
importantes del siglo XVIII inglés. Un hombre cultísimo, lúcido, moderno para su época. Pues bien,
en el libro, Johnson y Boswell se lamentan amargamente de la aparición en Londres, en torno a 1770,
de los primeros restaurantes con mesas individuales; hasta entonces se comía en grandes mesas
corridas. A Johnson esa novedad le parece atroz, el síntoma de una disgregación social fatal, de un
individualismo infame que acabará con la convivencia. Hoy, sin embargo, creemos que comer con
intimidad con los amigos mejora la convivencia, y lo que nos parecería bárbaro y fatal es tener que
compartir la mesa con quince extraños; y aún nos horrorizaría más por ir a un hotel y dormir en la
misma cama con dos desconocidos, como era lo habitual en las posadas del promiscuo Medievo. Ya
ven hasta qué punto el desarrollo de nuestra civilización va emparejado con el individualismo.

Publicado en el Diario El Comercio


27 de diciembre de 2007

48 Ética y Ciudadanía
Capítulo 1: Ética

Relevancia de los problemas éticos en los ámbitos social y político

“Tres valores, tres fuentes, tres nódulos duros de valoración en los cuales coinciden la ética
y la mejor política: la inviolabilidad de la persona humana, la autonomía de la persona y la
dignidad de la persona. La inviolabilidad de la persona para no sacrificarla a los fines
comunes, la autonomía de la persona para respetar sus planes de vida y sus proyectos de
forma –quizá divergentes a las de otros grupos humanos- y la dignidad de la persona no
basada en su etnia, su sexo, sus preferencias en los órdenes de su demostración expresiva, de
su vitalidad –sino en cuanto a que comparte una humanidad común con los demás- son los
límites éticos de cualquier desarrollo político.”
Savater 1998

La vida de cada humano es irrepetible e insustituible: con cualquiera de nosotros, por


humilde que sea, nace una aventura cuya dignidad estriba en que nadie podrá volver a
vivirla nunca igual. Por eso sostengo que cada cual tiene derecho a disfrutar de su vida del
modo más humanamente completo posible, sin sacrificarla a dioses, ni a naciones, ni
siquiera al conjunto entero de la humanidad doliente. Pero por otra parte, para ser
plenamente humanos tenemos que vivir entre humanos, es decir, no sólo como los humanos
sino también con los humanos. O sea, en sociedad. Si me desentiendo de la sociedad humana
de la que formo parte (y que hoy me parece que ya no es del tamaño de mi barrio, ni de mi
ciudad, ni de mi nación, sino que abarca el mundo entero) seré tan prudente como quien
yendo en un avión gobernado por un piloto completamente borracho, bajo la amenaza de un
secuestrador loco armado con una bomba, viendo cómo falla uno de los motores,
etc...(puedes añadir si quieres alguna otra circunstancia espeluznante), en lugar de unirse con
los restantes pasajeros sobrios y cuerdos para intentar salvarse, se dedicara a silbar mirando
por la ventana o reclamara a la azafata la bandeja del almuerzo.”
Savater 1995

“La libertad es una invención humana, al igual que la dignidad, los derechos o el amor. No
por eso deja de formar parte de la realidad que construimos desde que tenemos conciencia de
ser. (...) La libertad es la posibilidad de tejer lazos con quienes nos rodean. No es, pues, un
ejercicio solitario. La célebre fórmula “Tu libertad se detiene donde comienza la del otro”
nos induce al error. Para ser libre se requieren, por lo menos, dos o más exactamente, para
establecer día tras día, reglas de vida en común satisfactorias para todos.”
Jacquard 1998

Ética y Ciudadanía 49
Capítulo 1: Ética

 Ejercicios
a. Según el texto “Algunos sentidos del término ética” (Ver 1.1.1):

• ¿Qué se entiende por ética en un sentido normativo?


• ¿Qué se entiende por ética en un sentido más amplio, como rasgo esencial de lo
humano?
• ¿Qué se entiende por ética en un sentido académico, como disciplina filosófica?
• ¿Cuál es la diferencia entre los tres sentidos presentados?
• ¿Cuál es la semejanza entre los tres sentidos presentados?

b. Según el texto “Algunos sentidos del término ética” (Ver 1.1.1):

• ¿Cuál es el sentido de “ética” a partir del cual vamos a trabajar en el curso?

c. Lee la siguiente viñeta de Quino:

50 Ética y Ciudadanía
Capítulo 1: Ética

• Miguelito tiene una inquietud muy concreta. ¿Crees que sea una inquietud ética? ¿Por
qué?

• ¿Cómo se relaciona la inquietud de Miguelito con alguno de los tres sentidos revisados
sobre lo ético?

d. De acuerdo al texto “Algunos sentidos del término ética” (ver 1.1.1), se entiende que “lo
ético” tiene tres sentidos: normativo, como rasgo esencial de lo humano (etimológico) y
académico. Lee los enunciados siguientes y marca con un aspa (X) a cuál o cuáles
sentidos de lo ético corresponden:

Sentido Sentido Sentido


Enunciado
normativo etimológico académico
“Es imposible vivir sin ética”

“La ética estudia los fundamentos de la moral


y las costumbres”
“No es ético copiar el trabajo de otra persona y
presentarlo como si fuera propio”
“En el siglo XX ha habido numerosos aportes
en ética por parte de diversos filósofos”
“La formación ética debe ser parte de la
preparación profesional”
“Existe una estrecha relación entre lo ético y
diversos aspectos de la vida humana”
“El Colegio Médico del Perú tiene su propio
Código de Ética”
“El mundo actual necesita una revolución
ética”

Ética y Ciudadanía 51
Capítulo 1: Ética

DELIMITACIÓN DEL CAMPO DE LA ÉTICA

a. Revisa el siguiente listado y determina qué características tienen en común todos los
enunciados; menciona al menos tres características.

1. ¿Qué debe prevalecer, la 2. ¿Es aceptable que en algunos países 3. Corrupción generalizada en
justicia o la libertad? musulmanes las mujeres no puedan funcionarios públicos
mostrar sus rostros por la calle?

4. Si tuviera que
elegir, ¿qué es 5. Un médico especializado en cirugía plástica ha cometido un grave error en la
preferible: ser justo operación del rostro de una paciente; esto lo ha obligado a intervenirla quirúrgicamente
o ser solidario? dos veces más que las proyectadas. La paciente no sabe si debe o no denunciarlo al
Colegio Médico pues teme que su problema se haga público.

6. Discriminación racial, 7. ¿Qué es más justo: decirle a un 8. En una situación de


cultural o lingüística enfermo terminal que su muerte está conflicto bélico, si la única
próxima o más bien ocultarle la verdad? manera de salvar a una
población es sacrificando a
algunas personas, ¿qué
debemos hacer?
9. Un amigo muy cercano me ha confesado que planea, por necesidad, cometer
un robo que traerá graves consecuencias para ciertas personas que yo no
conozco. Ahora solo yo puedo evitar que cometa el robo. ¿Qué hago? ¿Lo
delato?
¿Qué características tienen en común?
Indica al menos tres.

52 Ética y Ciudadanía
Capítulo 1: Ética

b. Analiza las siguientes preguntas y establece lo siguiente:

 ¿Las llamarías preguntas éticas? ¿Por qué?


 ¿Qué características comunes tienen todas las preguntas propuestas?

1. ¿De qué color es este 3. Si todo A es B y algún C no es


papel? 2. ¿Cómo se produce la lluvia? B, ¿qué se puede inferir?

4. ¿Cuántos alumnos 5. ¿Cuál es el índice de aceptabilidad del 6. ¿Por qué el agua de mar es
hay en este salón? Presidente de la República? salada?

7. Si la distancia entre Lima e Ica es 300 km. Y un auto parte de Lima, del 8. El principio de no
kilómetro 0 a una velocidad constante de 80 km/h, ¿cuánto se demorará en llegar contradicción afirma que es
a Ica? imposible que una
proposición sea verdadera
y falsa al mismo tiempo y
en el mismo sentido. ¿Qué
9. ¿Por qué las bacterias se hacen 10. ¿Es la ciencia la única
se puede deducir de este
resistentes a ciertos antibióticos? forma de acceder al
principio?
conocimiento?
¿Las llamarías preguntas
éticas? ¿Por qué?
¿Qué características comunes tienen
todas las preguntas? Menciona al
menos tres.

Ética y Ciudadanía 53
Capítulo 1: Ética

EVALUACIÓN DE SITUACIONES ÉTICAS

Algunas situaciones nos ayudarán a discriminar problemas de naturaleza ética respecto de


otro tipo de problemas:

Situación 1. “Hace poco más de un mes me di cuenta que la relación con mi enamorada no
estaba nada bien. No es que discutiéramos todo el tiempo, sino que el encanto se ha
desgastado. La verdad es que ya no me siento más enamorado. He decidido decírselo, pero se
que no va a ser nada fácil, pues ella sigue ilusionada con nuestra relación. ¿De qué modo
debería decirle la verdad?”

Situación 2. Un elefante vengativo puede llegar a correr a 40 km/h ¿A cuánto equivale esto
en metros por segundo?

Situación 3. La película “Rescatando al soldado Ryan” trata sobre un hecho ocurrido durante
la Segunda Guerra Mundial. Un grupo de ocho soldados norteamericanos tiene la misión de
rescatar con vida al soldado Ryan y llevarlo a una base aliada. Para ello, deben arriesgar sus
vidas, ya que será necesario atravesar territorio enemigo. La razón de esta misión es que la
madre viuda de este soldado acaba de perder a tres de sus cuatro hijos en la guerra y el
gobierno norteamericano quiere devolverle al único sobreviviente antes de que sea demasiado
tarde. ¿Hasta qué punto es válido sacrificar la vida de un grupo de personas para lograr la
felicidad de una madre? ¿Vale la pena arriesgar la vida de varios para salvar la de solo un
individuo?

¿Se parecen entre sí las situaciones planteadas? ¿Son casos similares o muy diferentes?
Puedes trabajar estas preguntas de manera individual o grupal.

Luego de contestar las preguntas, revisa el cuadro de la siguiente página, en el que se


analizan las características de cada una de las situaciones en detalle17:

17
Cfr. Berlin 1982.

54 Ética y Ciudadanía
Capítulo 1: Ética

Problema 1 Problema 2 Problema 3

¿De qué manera debería ¿A cuánto equivale 40 ¿Hasta qué punto es válido
planteadas
Preguntas

decirle a mi enamorada km/h en m/seg.? sacrificar la vida de un


que quiero cortar la grupo de personas para
relación? lograr la felicidad de una
madre?
respuestas posibles

a) Explicarle 11,1 metros por segundo a) Sí vale la pena arriesgar


detalladamente como me la vida de varios para
Algunas

siento, para que ella me salvar la de uno solo.


entienda b) No vale la pena.
b) Decírselo de frente sin
tratar de endulzar las cosas

No tiene una única Tiene una única respuesta No tiene una respuesta
¿Qué caracteriza cada

respuesta, pero sus correcta. Plantea una única ni exacta. Plantea


alternativas se orientan a interrogante relacionada una interrogante que nos
situación?

encontrar una solución a con información que invita a pensar. Este tipo
un problema práctico podemos conseguir de situaciones implica
vinculado con la vida aplicando ciertas fórmulas. cierto conflicto entre lo
cotidiana. que está bien y lo que está
mal.

A la experiencia de vida, a A consideraciones No bastan solamente la


¿A qué necesitamos

preguntas que cada


situación plantea?

los consejos de los teóricas, como, por experiencia ni el


responder las
recurrir para

amigos, a la intuición, ejemplo, fórmulas o leyes; conocimiento científico.


entre otros. a conocimientos Se trata de situaciones en
científicos o las que no hay parámetros
procedimientos ya establecidos para hallar
establecidos que podemos respuestas y, por tanto, se
encontrar en un libro. necesita reflexionar.

Reflexión: Cada una de las situaciones planteadas culmina con una o más preguntas. No
obstante, tanto los tres problemas como las preguntas son diferentes entre sí. El primer
problema plantea una dificultad práctica para resolver un problema: debo encontrar un modo
de terminar una relación sentimental. La segunda situación es un sencillo problema de cálculo
matemático, y se resuelve fácilmente haciendo una operación. La tercera situación, en
cambio, nos plantea una dificultad diferente: nos exige pensar acerca de si es correcto
sacrificar la vida de ciertas personas. Esta es una pregunta que no se responde con una
estrategia práctica –como la que se necesita para abordar a una chica, por ejemplo– ni con un
cálculo matemático.

Conclusión: Resulta evidente que la tercera situación es un problema de naturaleza ética,


pues plantea una disyuntiva sobre qué es mejor para un individuo o un grupo de individuos,
sobre cómo podría afectar una acción en la vida de otras personas y frente a él no hay una
regla o pauta definitiva ni única para hallar una respuesta, por lo que es necesario reflexionar.

Ética y Ciudadanía 55
Capítulo 1: Ética

PROBLEMAS ÉTICOS

a. Observa atentamente las siguientes viñetas e identifica cuál es la problemática ética que
se plantea en ellas:

56 Ética y Ciudadanía
Capítulo 1: Ética

Ética y Ciudadanía 57
Capítulo 1: Ética

58 Ética y Ciudadanía
Capítulo 1: Ética

b. Lee la letra de la canción y luego identifica alguna problemática ética que resulte notoria:

“El plebeyo”, por Felipe Pinglo


La noche cubre ya
con su negro crespón Mi sangre aunque plebeya
de la ciudad las calles también tiñe de rojo
que cruzan las gentes el alma en que se anida
con pausada acción. mi incomparable amor.
ella de noble cuna
La luz artificial yo humilde plebeyo
con débil proyección no es distinta la sangre
propicia la penumbra ni es otro el corazón
que esconde en su sombra ¡Señor! ¿Por qué los seres
vergüenza y traición. no son de igual valor?”

Después de laborar Así en duelo mortal


vuelve a su humilde hogar de abolengo y pasión
Luis Enrique “el plebeyo”, en silenciosa lucha
el hijo del pueblo, condenarnos quieren
el hombre que supo amar a grande dolor;
y que sufriendo está al ver que un querer
esta infamante ley porque plebeyo es
de amar a una aristócrata delinque si pretende
siendo plebeyo él. la enguantada mano
de fina mujer.
Trémulo de emoción
dice así en su canción: El corazón que ve
“El amor siendo humano destruido su ideal
tiene algo de divino reacciona y se refleja
amar no es un delito en franca rebeldía
porque hasta Dios amó que cambia su humilde faz;
y si el cariño es puro el plebeyo de ayer
y el deseo sincero, es el rebelde de hoy
¿Por qué robarme quieren que por doquier pregona
la fe del corazón? la igualdad en el amor.

Ética y Ciudadanía 59
Capítulo 1: Ética

VALORES ÉTICOS

Analiza la siguiente lista de palabras e identifica cuáles de ellas no pueden ser consideradas
valores éticos.

Lealtad Bienestar
Honestidad Seguridad
Amor Codicia
Solidaridad Alegría
Orgullo Soberbia
Verdad Precisión
Respeto Paz
Igualdad Compasión
Ambición Sexo
Ira Imaginación
Justicia Confidencialidad
Honradez Confianza
Puntualidad Ternura
Tradición Luz
Familia Espiritualidad
Belleza Transparencia
Salud Creatividad
Tolerancia Rectitud
Libertad Coraje
Rentabilidad Pensamiento
Engaño Dios
Vida Responsabilidad
Amistad Excelencia
Porvenir Competencia
Dinero Sentido del humor

60 Ética y Ciudadanía
Capítulo 1: Ética

 Casos18

CASO 1: El fotógrafo Carter

En el año 1994, el fotógrafo sudafricano Kevin Carter, recibió el premio Pulitzer por una
foto tomada durante la hambruna en Sudán en la que aparece una niña sudanesa
demacrada, hambrienta y moribunda arrastrándose sobre el piso para alcanzar un plato de
comida y un buitre detrás de ella, esperando a que se muera para comérsela. Dicha
fotografía fue publicada en el New York Times, en el diario The Mall, así como en diarios
locales sudafricanos como el Johannesburgh Weekly. Posteriormente esta misma
fotografía fue publicada en otros medios a nivel mundial como metáfora de la
contradicción existente en la situación económica y social de los países africanos.

La reacción frente a la fotografía causó una gran controversia social pues, por un lado, se
valoró el trabajo realizado por el fotógrafo al haber registrado una escena que reflejaba la
cruda realidad de la población de algunos países africanos pero, por otro lado, se criticó
duramente el que Carter hubiera estado un buen rato viendo a la niña muriéndose en el
intento por alcanzar la comida sin poder lograrlo, amenazada por un buitre, sin hacer otra
cosa que tomar fotografías. Esta crítica se hizo aún más severa cuando el fotógrafo
declaró que la secuencia de fotos que él había registrado mostraba todo el proceso en el
que la niña iba avanzando hacia la comida, en un largo y doloroso intento que acabó
cuando el buitre terminó cazándola.

Cuando los responsables de diversos medios de comunicación fueron entrevistados sobre


la polémica en relación a esta secuencia de fotos, algunos afirmaron que Carter había
cumplido con su labor de informar sobre la situación de hambruna en Sudán que pasaba
desapercibida para el mundo entero y que la escena que había registrado era
irremediablemente fatal pues la niña moriría de todas maneras. Asimismo, el fotógrafo
mencionó a varios entrevistadores que luego de tomar la foto estuvo horas sentado bajo
un árbol fumando y llorando, “ser fotógrafo es cargar con el horror de todo lo que se
fotografía”, comentó a la prensa.

Kevin Carter empezó su trabajo como fotógrafo deportivo en 1983 pero pronto empezó a
trabajar en las páginas políticas de los medios de comunicación sudafricanos, registrando
imágenes relacionadas a la represión y a las protestas contra el apartheid. Definía su
trabajo fotográfico como “similar al de un corredor de automóviles que disfruta viviendo
al límite”. Algunos años más tarde, Kevin Carter se suicidó y algunos medios de
comunicación señalaron que fue producto de una profunda depresión aparentemente
ocasionada por las presiones vividas respecto al tema de las fotos en Sudán.

Tomado de The New York Times

18
Los casos 4 y 10 han sido obtenidos del Proyecto de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la
Pontificia Universidad Católica del Perú para los cursos de Deontología (2003-2004).

Ética y Ciudadanía 61
Capítulo 1: Ética

CASO 2: El producto industrial

En la década de los años setenta, el mercado automotor norteamericano se vio invadido por
el automóvil “escarabajo” de la Volkswagen, de fabricación alemana. El éxito del carro se
basó principalmente en lo barato y compacto del modelo, así como en el corto tiempo que
tomaba su fabricación, a comparación de otras marcas. La compañía Ford, líder en la venta
de automóviles en Norteamérica decidió enfrentar esta competencia creando un modelo
similar, en donde el peso y el precio se convertirían en los elementos esenciales a tomar en
cuenta en su fabricación. Los ingenieros que participaron en el proyecto lograron reducir el
tiempo de fabricación de cuarenta y tres a venticinco meses y el peso a menos de mil kilos.
Esto, junto con otros elementos, lograron que la compañía ponga a la venta el modelo Pinto a
precios sumamente baratos y competitivos con el “escarabajo”. Mientras estuvo el carro en
fabricación, los ingenieros advirtieron una falla en el diseño en relación a la ubicación del
tanque de gasolina. Corregirla les hubiese tomado más dinero y tiempo, cosa que no estaban
en condiciones de considerar.

Se hizo un estudio económico de cuánto costaría corregir el error, teniendo en cuenta que ya
estaban circulando muchos carros y otros que se estaban fabricando versus el asumir
demandas legales por muerte o accidente producto del error en el diseño. En el primer caso,
se estimó que corregir el error en los automóviles que ya estaban circulando les podría costar
casi cincuenta millones de dólares. En el segundo caso, estimaron que por cada muerte,
tendrían que pagar doscientos mil dólares y por cada accidente sesenta y siete mil dólares. La
Ford optó por la segunda alternativa.

A continuación se presenta un extracto sobre el caso19:

Ocurrió el 10 de agosto de 1978 en una carretera de Indiana, Estados Unidos. Un automóvil


denominado Pinto, innovador subcompacto fabricado por la empresa Ford, se incendió a
causa de la ruptura del tanque de combustible después de ser embestido por atrás por otro
vehículo. Las dos muchachas que viajaban en el Pinto murieron. No era la primera vez que se
incendiaba un Pinto como consecuencia de un choque trasero. En los siete años desde que
este producto industrial se introdujo en el mercado ocurrieron por lo menos cincuenta casos
que condujeron a demandas civiles contra la Ford y al pago por daños. Pero esta vez fue
diferente: la Ford fue acusada ante una corte criminal de causar, por grave negligencia, la
muerte de dos personas. De perder el juicio, cosa que efectivamente ocurrió, varios
ingenieros del equipo de diseño de la Ford irían a la cárcel.

Durante el juicio se estableció que los ingenieros conocían, desde el diseño original, la
vulnerabilidad del vehículo ante impactos traseros. Sin embargo, la solución que propusieron
para lograr la invulnerabilidad ante este evento no fue aceptada por la administración. Para
desechar la solución propuesta, ésta alegó que tal solución incrementaba el costo del Pinto,
demoraba el inicio y disminuía el ritmo de su producción, lo que estaba en contra de lo que la
empresa requería para derrotar a la competencia.

19
Fledermann B., Ch: Engineering Ethics. New Jersey: Prentice Hall, 1999. En: Gallegos (1999).

62 Ética y Ciudadanía
Capítulo 1: Ética

CASO 3: Discriminación por orientación sexual

Caso presentado por DEMUS-Estudio para la Defensa y los Derechos de la Mujer ante la
Comisión de protección al consumidor de INDECOPI (octubre de 2004):
En el mes de agosto del año 2004, la administración y el personal de seguridad de la cafetería
Dulces y Salados del supermercado Santa Isabel (Av. La Marina 2155) discriminó a
Crissthian M. Olivera Fuentes y a su enamorado por mostrar su afecto en público. La
responsable del local, junto con cuatro efectivos de seguridad exigió a Crissthian y su pareja
abstenerse de mostrar su afectividad porque “no estaba permitido ese tipo de
comportamientos”. Finalmente, ante la protesta de Olivera y su pareja por el trato
discriminatorio (las parejas heterosexuales sí pueden mostrarse públicamente en dicha
cafetería), se les pidió retirarse y afirmaron en todo momento que no se les estaba
discriminando y que si querían continuar en el local debían hacer compras en la cafetería,
pero dejaron en claro que aún consumiendo productos adquiridos allí, no podían continuar en
la misma actitud ni con los mismos comportamientos, “deben de ser cuerdos, comprendan
que se les está tratando como personas, deben sentarse separados y correctamente” dijo. En
otra ocasión, Crissthian y su pareja fueron discriminados de supermercados Santa Isabel de la
Av. 2 de mayo en San Isidro por personal de esa institución, por motivos similares. Una
trabajadora les señaló que lo que hacían era “una falta de respeto”, y luego, un representante
de Santa Isabel les indicó “afuera en la calle, haz todo lo que quieras, pero acá no”. Aquella
vez, un miembro de seguridad de la tienda aceptó que esta era una política de Santa Isabel,
como los hechos lo demuestran. Esta situación fue registrada por el programa de televisión
“Reporte Semanal” de Frecuencia Latina, emitido el domingo 22 de agosto en la mañana.

Como puede verse de estos hechos, la cadena de tiendas Santa Isabel, tiene una política
discriminatoria contra las personas de una orientación distinta a la heterosexual, lo que es
evidente por la reincidencia de sus actos. El trato diferenciado es evidente cuando parejas
heterosexuales pueden mostrar signos de cariño en su local sin ser reprimidos, mientras que
parejas homosexuales no. Ello es evidenciado en el programa de televisión “Reporte
Semanal” antes mencionado, en el que se muestra cómo una pareja heterosexual se besa y no
es cuestionada por ello.

Nuestra Constitución en su artículo 2 inciso 2 establece que “Toda persona tiene derecho a la
igualdad ante la ley. Nadie debe ser discriminado por motivo de origen, raza, sexo, idioma,
religión, opinión, condición económica o de cualquier otra índole”. Este artículo no sólo
reconoce como un derecho fundamental el de no ser discriminados por razón de sexo, sino
que al hacer una lista indicativa o enunciativa (al reconocer otros motivos de “cualquier otra
índole”) protege a todas las personas de aquellas diferenciaciones injustificadas, que histórica
y socialmente, han colocado a determinados grupos vulnerables en situaciones de “distinción,
exclusión o restricción a sus derechos”. La inclusión de la “orientación sexual” como una
causa de discriminación queda fundamentada, además, con la Cuarta disposición final y
transitoria de la Constitución que señala que: “las normas relativas a los derechos y a las
libertades que la Constitución reconoce se interpretan de conformidad con la Declaración
Universal de Derechos Humanos y con los tratados y acuerdos internacionales sobre las
mismas materias ratificadas por el Perú”. De esta manera en el ordenamiento jurídico
peruano, la discriminación por orientación sexual está prohibida constitucionalmente y
además se fundamenta en los instrumentos internacionales del que nuestro país es parte.

Ética y Ciudadanía 63
Capítulo 1: Ética

Por otro lado, encontramos algunos avances en materia legislativa y jurisprudencial como
que se incluya literalmente en el Código Procesal Constitucional que cabe establecer el
proceso de Amparo si se vulnera el derecho a la igualdad y a no ser discriminado por razón
de orientación sexual. Asimismo, el Tribunal Constitucional, en sentencias emitidas el 26 de
marzo de 2003 y el 24 de noviembre de 2004, se ha pronunciado en el sentido de que la
moral no puede afectar el principio de igualdad consagrado en nuestra Constitución.
Finalmente, la Ley de Protección al Consumidor establece que todos los consumidores tienen
el derecho a no ser discriminados por motivo de sexo, ni de cualquier otra índole; estas
normas deben ser interpretadas de acuerdo a las normas constitucionales, por lo que deben
incorporar la prohibición de discriminación por orientación sexual.

Extracto de la exposición de Jeannette Llaja, abogada de DEMUS, en la conferencia de


prensa del miércoles 21 de junio de 2006 sobre la resolución de la Sala de la Libre
Competencia de INDECOPI:
INDECOPI ha liderado desde 1998 la lucha contra la discriminación racial. En ese sentido, el
INDECOPI ya viene desarrollando un trabajo sostenido en la erradicación de la
discriminación. Sin embargo, es reciente su participación en un tema novedoso en una
sociedad conservadora como la nuestra, como es la discriminación por la orientación sexual.
En el año 2004, Crissthian, patrocinado por DEMUS realizó la primera denuncia no sólo
pública de discriminación por orientación sexual, sino también la primera denuncia jurídica
sobre el mismo tema. El 11 de agosto de 2004, cuando Chrisstian y su pareja se encontraban
en Santa Isabel de la avenida La Marina y se mostraban actitudes de afecto evidenciando que
eran pareja –estaban leyendo poemas en una actitud romántica– fueron reprimidos por
personal de esta empresa que incluso llevó a un policía para que ellos dejaran de tener estos
actos definidos como inmorales.

Durante el proceso, la estrategia de Santa Isabel ante INDECOPI fue en primer lugar
desprestigiar al denunciante señalando su militancia y activismo en el movimiento
homosexual de Lima (MHOL). Además de ello y en el afán de justificar su conducta en la
aparente protección del interés superior del niño, Santa Isabel llegó a presentar un informe
médico psiquiátrico que ha reivindicado la idea de que la homosexualidad es una enfermedad
mental y que recomienda la terapia de modificación de la orientación sexual. Indicando
además que el Movimiento de Liberación Gay, así como las organizaciones feministas,
estaríamos buscando legitimar la pederastia, hecho totalmente falso y que demuestra los
prejuicios existentes contra la comunidad de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales
(LGTB). Lamentablemente la Sala de Protección al Consumidor en agosto de 2005 declaró
infundada la denuncia de Chrisstian por falta de pruebas y en su fundamentación hizo eco de
los argumentos de Santa Isabel, llegando a establecer que es legítimo el trato diferenciado a
las personas homosexuales cuando se trata de garantizar la integridad psicosexual del menor.
Esta resolución fue revisada por la Sala de Defensa de la Competencia, que el 17 de mayo de
2006 emitió la resolución que nos convoca en esta oportunidad. Esta resolución confirma el
dictamen establecido por la Comisión en el sentido de que es infundada la denuncia por falta
de pruebas, sin embargo expresamente modifica sus fundamentos y se aleja de los mismos.

http://www.demus.org.pe/Menus/caso6.htm
http://www.consorcio.org/observatorio/bol_obs/obs7/obs7-entr_Tribuna-INDECOPI.asp

64 Ética y Ciudadanía
Capítulo 1: Ética

CASO 4: El cineasta Kazan

Elia Kazan es uno de los más importantes cineastas norteamericanos de los años cincuenta
y sesenta. Dirigió clásicos como Viva Zapata, Un tranvía llamado Deseo y Al Este del
Paraíso, que lanzó las carreras de Marlon Brando y James Dean. En 1997, a Kazan le fue
denegada de por vida, como lo había sido durante años, la posibilidad de recibir premios
por parte del Instituto Americano de Cinematografía y la Asociación de Críticos de Cine de
Los Ángeles. La razón de esta medida es que, en 1952, Kazan compareció ante el Comité
del Congreso de los Estados Unidos que investigaba Actividades Anti-Americanas e
informó que ocho amigos suyos, todos guionistas y directores de cine, y él, habían sido
miembros del Partido Comunista Americano en los años treinta. Kazan no acusó a estas
ocho personas de alguna acción concreta contra los Estados Unidos. No obstante, como
resultado de su testimonio, ninguno de ellos pudo trabajar en la industria cinematográfica
por muchos años y, en algunos casos, nunca más. El testimonio de Kazan se llevó a cabo en
la cúspide de la Era McCarthy, cuando el Comité buscaba celosamente cualquier evidencia
de influencia comunista en Hollywood. Kazan estaba bajo presión para testificar, así como
lo estaban otros antiguos miembros del Partido Comunista Americano de la industria
cinematográfica, porque no cooperar con el Comité significaba ingresar a la lista negra de
guionistas y directores de las productoras, que hacía imposible encontrar trabajo. Los
críticos de cine están profundamente divididos acerca de la decisión de no precisar los
méritos cinematográficos de Kazan. Algunos creen que, en palabras de un miembro del
Instituto Americano de Cinematografía: “Todo lo que importa está en las películas. Se
premia el trabajo de una persona.” Otros están en desacuerdo: “Cuando se premia la
carrera de alguien, se premia la totalidad de lo que representa, y la carrera de Kazan,
después de 1952, se construyó sobre la ruina de las carreras de otros”.

Autor: Robert F. Ladenson.

Ética y Ciudadanía 65
Capítulo 1: Ética

CASO 5: ¿Camisea como sea?

Un estudio de la consultora E-Tech International revela que son altas las probabilidades
de que el gasoducto de Camisea, una de las más promocionadas obras de este gobierno,
presente más rupturas que afectarán a las poblaciones indígenas aledañas. Por su parte, la
Defensoría del Pueblo ha dado la voz de alarma y recomendó esta semana la creación de
una instancia autónoma que analice el impacto del hidrocarburo en la población.

"En menos de 50 años, el río Urubamba va a ser seriamente contaminado", señala Alberto
Romero, presidente del Centro para el Desarrollo del Indígena Amazónico (Cedia), con
veinte años de trabajo en el Bajo Urubamba, en donde precisamente operan la Plus Petrol
-en la producción- y la Transportadora de Gas del Perú (TCP), un consorcio liderado por
la firma argentina Techint.

Según el informe de la consultora ambientalista E-Tech, con sede en San Diego,


California -presentado esta semana-, por lo menos la mitad de la tubería (de 720
kilómetros de longitud) fue hecha con sobras de otros proyectos y está severamente
corroída, y para colmo llegó al Perú con sus extremos deformados debido al inadecuado
almacenamiento y transporte. "Actualmente hay altas probabilidades de que sucedan más
derrames", ha señalado el director de E-Tech, Richard Kamp.

Actualmente ya se han producido cuatro rupturas confirmadas. Un hecho sin precedentes,


de acuerdo a Kamp. "Es imposible encontrar un proyecto en el mundo con tantos
derrames en un año". Vayamos, pues, a la cronología de estos forados.

El 22 de diciembre del 2004, es decir solo cuatro meses después de que el presidente
Alejandro Toledo inauguró formalmente, con una sonrisa de cabo a rabo, este proyecto, se
produjo el derrame de 723 barriles de gas natural condensado (es decir, líquido) en la
quebrada de Kemariato, un tributario del río Urubamba. Consecuencias: dos muertos,
entre ellos un niño de 12 años. El 29 de agosto del 2005 se filtraron tres manchas en una
estación de bombeo en Pacobamba, Ayacucho. Apenas un mes después, el 16 de
setiembre, 4 mil barriles de gas contaminaron el río Chunchubamba, en Ayacucho,
obligando a evacuar a más de 200 familias. A raíz de este tercer derrame, según la
investigadora Maria Helena Foronda, el gobierno, a través del representante del ministerio
de Energía y Minas, se comprometió a que ante una nueva falla en el gasoducto, se
procedería a una suspensión de actividades para una revisión integral del proyecto.
Palabras que se llevó el viento. El 24 de noviembre, 4.630 barriles afectaron los ríos
Paratori, Picha y Urubamba, causando un desastre ecológico para los pobladores que
viven desde tiempos inmemoriales del aprovechamiento de la pesca en estas vías
fluviales.

Tecnología chatarra
Para Roger Vásquez, regidor de la municipalidad de Sepahua (Bajo Urubamba), el asunto
es bien simple: la TCP ha colocado tubos viejos y eso causa esta contaminación, por la
que los afectados exigen una compensación. "Muchas veces encontramos peces, grandes
y chicos, flotando, boca arriba, muertos, en el Urubamba". De acuerdo a una versión no
confirmada que manejan los integrantes de Cedia se ha producido un último derrame en el
río Mantaro, afluente del Urubamba.

66 Ética y Ciudadanía
Capítulo 1: Ética

Según María Elena Foronda, Plus Petrol reunía mucho menos credenciales técnicas,
comerciales y financieras que su antecesora (Shell); sin embargo, Ciro Miranda, que
representa a Cedia en el Cusco, considera que Plus Petrol ha tenido un trato mucho más
justo y equitativo que la TCP, que siempre quiere minimizar los gastos; y cuando no se
ponen de acuerdo con las comunidades acuden a la Conata (Comisión Nacional de
Tasaciones), dependiente del ministerio de Energía y Minas, que siempre les da la razón.
Miranda señala que, de acuerdo a estudios científicos, la TCP debería abonarle 6.300
dólares por hectárea de-forestada a las comunidades afectadas, y la valorización de un sol
por el pie cúbico de caoba le parece una ridiculez. Tino Auca, biólogo y presidente de la
Asociación de Ecosistemas Andinos, añade que la TCP hizo un trazo poco técnico: en
zonas fácilmente erosionables no hicieron túneles (en casos en que era indispensable), y
cubrieron con gramíneas el terreno deforestado, algo que no ayuda en nada frente a las
grandes precipitaciones pluviales. El gasoducto queda entonces expuesto y es una
invitación a mayores desastres. "Han tratado de ahorrar en todo", resume Auca.

Álvaro Rocha
Revista Somos, 4 de marzo 2006

Ética y Ciudadanía 67
Capítulo 1: Ética

CASO 6: Caricaturas de Mahoma

En el mes de septiembre de 2005, el diario danés Jyllands-Posten publicó una serie de 12


caricaturas entre las cuales se encontraba el profeta Mahoma con una bomba en la cabeza
puesta a manera de turbante. Posteriormente, en el mes de enero de 2006, diversos diarios
de Noruega, Francia, España, Alemania e Italia las reprodujeron.

Los musulmanes tienen prohibido cualquier representación gráfica de Mahoma. En este


caso el hecho de que Mahoma lleve una bomba con la mecha encendida en su turbante,
según ellos, sugiere que el fundador del Islam es un terrorista. Esto ha creado mucho
malestar entre los millones de creyentes que tratan de llevar una vida pacífica.

Per Stig Moeller, canciller de Dinamarca, ha expresado públicamente que su gobierno no


tiene que pedir disculpas, tal como lo exigen los creyentes islámicos, y que ellos son “una
sociedad que apoya la tolerancia y el respeto mutuo.”20 Con el fin de enfrentar la crisis, el
primer ministro danés, Anders Fogh Rasmussen, ha reunido a 71 embajadores en
Copenhague, entre ellos 11 embajadores de países musulmanes.

Se han dado protestas en varias ciudades y países del mundo: Jerusalén, Jordania, Siria,
Líbano, Teherán, Londres y París; boicots a productos daneses en Medio Oriente y
amenazas contra los países escandinavos. Los actos más violentos han sido: el incendio y
posterior destrucción del edificio que las embajadas de Dinamarca, Suecia, Noruega y
Chile ocupan en Damasco, la capital de Siria; el incendio a las Embajadas de Dinamarca y
Austria en Teherán, Irán; el incendio a la embajada de Dinamarca en Beirut, Líbano; el
ataque a las oficinas de la OTAN en Afganistán; el ataque a locales de franquicias
norteamericanas en Lahore, Paquistán, con un saldo de dos muertos; el ataque al consulado
italiano en Bengasí, Libia el que más de 1000 manifestantes rompieron una valla de
seguridad, muriendo 11 personas.

La mayoría de analistas internacionales considera que estas protestas son


desproporcionadas: no hay una relación equitativa entre el grado de las ofensas y las
reacciones violentas. Para algunos estas reacciones violentas no son sino muestras de la
manipulación de las clases dirigentes sobre una comunidad de creyentes islámicos.

Por ejemplo, en Gaza La Brigada de los Mártires de Al Aqsa ha amenazado con matar a
daneses, franceses y noruegos si no cierran sus consulados. En la ciudad de Nablus
(Palestina), la misma organización ha dado un plazo de 72 horas a los ciudadanos de
Francia, Dinamarca y Noruega para que abandonen la ciudad, so pena de ser secuestrados.
Por otro lado, Dinamarca ha cerrado su embajada en Yakarta (Indonesia) y en Teherán
(Irán). Además, ha evacuado a todo su personal de dichas ciudades después de haber
recibido amenazas de muerte.

Ante todos estos hechos, nos podemos preguntar: ¿Es legítimo ejercer la violencia porque
alguien opina algo que nos ofende? ¿Está este diario de Dinamarca, que es un país laico,

20
El Comercio A24, 4 de febrero de 2006

68 Ética y Ciudadanía
Capítulo 1: Ética

ejerciendo su derecho de libre expresión? ¿Se hubiera podido evitar todo esto si se hubiera
reflexionado antes de publicar unas caricaturas que se sabían iban a ser ofensivas para
algunos? ¿Por qué los islámicos se pueden sentir atacados si algunos de ellos, los grupos
violentos más radicales, usan a su religión y a la jihad (guerra santa) como banderas y
ofrecen a los terroristas el premio del paraíso eterno si mueren por ellas?

El Comercio, 4 a 13 de febrero de 2006

Ética y Ciudadanía 69
Capítulo 1: Ética

CASO 7: Tylenol Extra Strength

En 1982, en la ciudad de Chicago, siete personas murieron súbitamente después de ingerir una
cápsula de Tylenol Extra Strength. Después de los estudios se determinó que el contenido de
las cápsulas no correspondía a la fórmula del medicamento sino a 10 mgs. de cianuro, dosis
bastante mayor a la necesaria para envenenar a cualquier adulto. Alguien -hasta el momento no
se sabe quién- adulteró el contenido de entre 5 y 10 cápsulas de ciertos pomos del producto. La
noticia fue propalada por todos los medios de comunicación y hasta la policía de Chicago
advirtió sobre el problema por las calles mediante el uso de altoparlantes. No es de sorprender
que el pánico cundiera, no solo en la zona sino en todo el territorio norteamericano. Johnson &
Johnson enfrentó la situación rápidamente iniciando la investigación sobre la forma cómo
debieron ser adulteradas las cápsulas. Llegó a la conclusión de que no había sido un error en la
fabricación porque las muertes ocurrieron solo en Chicago, lugar diferente a la ubicación de la
planta donde se fabricaba el medicamento. Concluyó también que alguien había retirado de los
anaqueles de cinco establecimientos de la ciudad de Chicago pomos correspondientes a cuatro
lotes diferentes del medicamento y colocado las cápsulas adulteradas, semanas después, en los
mismos lugares. Johnson & Johnson se vio en el problema de tener que enfrentar de la mejor
manera posible la adulteración de su producto más rentable, Tylenol, sin destruir la reputación
de su compañía. Planteó las acciones a seguir en dos niveles: a corto plazo, solucionar la
situación del momento y a mediano plazo, reinsertar el producto y la marca en el mercado.

En relación al primer nivel, priorizó la seguridad de sus clientes ante cualquier otro argumento
de carácter económico. La compañía utilizó cuantos medios de comunicación pudo para alertar
a la población sobre el problema. También participó, junto con la policía de Chicago y el FBI
en la búsqueda del asesino, ofreciendo $100 000 al que diera datos para su captura. Además, al
tener claro que las adulteraciones se había producido en las cápsulas Extra Strength, decidió
retirar, a nivel nacional, todos los pomos que en ese momento se encontraban en el mercado y
también parar momentáneamente su producción. Retiraron un total de 31 millones de pomos,
lo cual les representó una pérdida de más de $100 millones. En relación a las cápsulas que ya
habían sido vendidas, optó por cambiarlas, también a nivel nacional.

Por otro lado, tuvo que pensar cómo reinsertar un fármaco que tenía ganado el 37% del
mercado de los analgésicos de venta libre (sin receta médica) y, lo que era más difícil aún, que
este problema no repercutiera en el resto de productos de la misma marca. La compañía supo
que esto iba a tomar tiempo y dinero y que iba a ser una tarea muy difícil, pero lo consideró un
imperativo moral a la vez que un buen negocio. Seis semanas después de la desgracia, el
producto ya se encontraba otra vez en el mercado, con un nuevo empaque y sellado con triple
medida de seguridad. Salió a la venta con una agresiva campaña publicitaria que consistía,
entre otras estrategias, en ofrecer por su compra un descuento del 25%, además de publicar en
diarios y otros medios bonos de $2,50 de descuento. Por otro lado, se utilizaron 2 250
vendedores para que, personalizadamente, se vuelva a presentar el producto en diferentes
centros médicos, a nivel nacional. Paralelamente se inició una campaña de difusión masiva, a
través de la publicación de artículos y de conferencias, sobre el plan de recuperación que la
compañía había decidido iniciar. Todo esto fue visto con muy buenos ojos por los clientes de
Johnson & Johnson, ya que sintieron que la compañía había pensado, desde un inicio, en su
protección. Antes de cumplirse los dos meses de la tragedia, Tylenol ya tenía el 24% del
mercado de la venta de los analgésicos de venta libre.

http://www.personal.psu.edu/users/w/x/wxk116/tylenol/
http://www.personal.psu.edu/users/w/x/wxk116/tylenol/crisis.html

70 Ética y Ciudadanía
Capítulo 1: Ética

CASO 8: El escándalo Enron

Enron, empresa formada por la fusión de Houston Natural Gas e Internorth en 1985, pasó a
ser en 15 años en una de las empresas comercializadora de gas más grande del mundo y la
sétima empresa más grande de Estados Unidos.

Era una empresa que gozaba de mucho prestigio. En el año 2000 ganó el premio del
Finantial Times a la Compañía de Energía del Año y a la mejor y exitosa decisión de
inversión. El 14 de agosto de 2001, la revista Fortune la consideró como la más creativa del
período 1996-2001 por haber abierto sus mercados de gas, por haber creado un mega
almacén virtual de gas y por ser la pionera del mercado online más grande del mundo de
comercialización de la energía; le auguraba un crecimiento para toda la década. Además, su
presidente ejecutivo Kenneth Lay, Ph.D en Economía, financió la campaña del presidente
Bush en el año 2000 y después se convirtió en su asesor en el tema de energía. Era también
un catedrático reconocido en la materia y frecuentemente se le invitaba en diversas
universidades para que diera conferencias. Influyó en millones de estadounidenses para que
invirtieran sus fondos de pensiones en la compañía. Lay consideraba a Enron como el
Microsoft de la energía.

Cuatro años después de su creación, al poder Enron vender el gas como cualquier otro
producto agrícola (commodity) en 1989, se convirtió en el mayor comercializador de gas
natural en Estados Unidos y en el Reino Unido. En el año 1999, lanzó un sistema de
transacciones por Internet que permitía a sus inversionistas ver en tiempo real los precios de
las acciones en el mercado y, por lo tanto, realizar transacciones en línea, es decir, en forma
instantánea. Esta innovación le permitió, en dos años, llegar a realizar 6 mil transacciones
diarias por un valor de 2,500 millones de dólares. En diciembre del año 2000, las acciones
de Enron alcanzaron la cotización récord de $ 84.87. Esto llevó a Enron a ser la sétima
empresa más valiosa de los Estados Unidos; llegó a tener más de 21 mil trabajadores en 40
países del mundo.

¿Qué venía ocurriendo detrás de todo esto? La empresa había venido falsificando
información de tal manera que se piense que tenían muchas más ganancias de la reales. A
finales del año 2001 había subestimado sus deudas y sobreestimado sus beneficios en varios
miles de millones de dólares. Los inversionistas seguían pensando que era una empresa
próspera y no solo invertían en ella su capital sino también los fondos de pensiones de sus
empleados.

En agosto de 2001, el empleado de Enron, Sherron Watkins, le escribe a Lay advirtiéndole


que habían ciertas irregularidades contables que podían poner en riesgo el negocio. Este fue
el primer aviso de que algo raro ocurría. Ante la posibilidad de que toda la corrupción de
destape, Lay comienza a vender sus acciones y, los inversionistas que no conocían estas
denuncias, siguieron comprando. En octubre de ese mismo año, la firma auditora Arthur
Andersen comenzó a destruir documentos relacionados con las auditorías que había venido
haciendo a la empresa. En ese mismo mes, Enron se vio obligada a reportar pérdidas por $
638 millones; posteriormente por $ 586 millones más y por último $ 690 millones. El precio
de las acciones de Enron llegó a $ 4.01. En octubre de 2001, se inició una investigación

Ética y Ciudadanía 71
Capítulo 1: Ética

formal contra Enron.

Ya iniciada la investigación Enron se declaró en bancarrota y prohibió a sus empleados


vender las acciones asignadas a sus planes de retiro; además, la empresa había dado
facilidades a sus empleados para altos porcentajes de sus ahorros los invirtieran en las
acciones de la compañía. Con esto logró que sus más de 21 mil empleados perdieran sus
ahorros para el retiro.

La firma auditora Arthur Andersen echó a su ejecutivo David Duncan, encargado de auditar
en Enron y en su reemplazo nombró a otros tres. La firma auditora había cobrado 27
millones de dólares en el último ejercicio. Poco tiempo después, desapareció como
empresa.

Clifford Baxter, vicepresidente de Enron hasta mayo de 2001, fecha en que dejó la firma
por las prácticas contables que en ella se seguían, se suicidó en enero de 2002.

En la actualidad, en la corte de Houston, están siendo investigados: Keneth Lay, presidente


ejecutivo de Enron, a quien se le acusa por siete cargos; Jeffrey Skilling, responsable de la
contabilidad de Enron, a quien se le acusa de 31 cargos; Andrew Fastow, responsable de las
finanzas y supuesto autor intelectual del fraude, quien ha pactado una pena de diez años a
cambio de colaborar con la justicia. En total son 16 los ejecutivos de Enron que están
siendo investigados. Por otro lado también son parte del proceso: David Duncan, auditor de
Arthur Andersen responsable de la veracidad de los registros contables de Enron; y Joseph
Berardino, presidente ejecutivo de Arthur Andersen.

Este escándalo llevó al gobierno norteamericano a adoptar amplias reformas legales con el
fin de tener un mayor control sobre las prácticas contables y financieras de las empresas,
entre ellas la Acción Sarbane Oxley, herramienta de control financiero obligatoria para
todas las empresas de capital norteamericano.

Enron pasó de ser una empresa modelo en la gestión de la energía a un ejemplo de


falsificación, fraude y tragedia laboral y bursátil.

Ante esto nos podemos preguntar: ¿dónde está el límite de la intervención del gobierno en
una empresa privada? ¿Puede alguien actuar de acuerdo con sus propios intereses si
representa a los de muchas personas?

http://www.laprensagrafica.com/economia/405995.asp
http://www.elregionalpiura.com.pe/guery/guery_finanzas.htm
http://www.udep.edu.pe/publicaciones/desdelcampus/art721.html
http://www.aunmas.com/sociedad/parte_04.htm

72 Ética y Ciudadanía
Capítulo 1: Ética

CASO 9: Maltrato a animales. El caso de la explotación de lana

La mayoría de las personas no sabe que las ovejas criadas para usar su lana son castradas y
mutiladas sin anestesia ni analgésicos, para luego ser transportadas por barco en largas
travesías hasta que finalmente son matadas estando plenamente conscientes. Gran parte de
la lana que se usa en la producción textil proviene de ovejas criadas en Australia y Nueva
Zelanda, donde los granjeros las trasquilan sin ningún cuidado, rebanando en ocasiones
pedazos de su carne. Sin embargo, para la industria son meras máquinas de producir lana.
Es evidente que el trato humanitario hacia estos animales no es una prioridad para la
industria.

Las cifras señalan que Australia produce entre el 30% y el 50% de la lana usada en todo el
mundo. Y si bien, la crianza se realiza en tierras muy lejanas, no estamos al margen del
problema ya que la lana de estas ovejas llega hasta todo el mundo a través de prendas de
diversas marcas. El problema para combatir esta situación está en que es realmente difícil
probar la procedencia de la lana, aunque se cree que la mayoría sería de origen australiano.

La lana del ganado ovino llega hacia nosotros luego de un proceso cruel con estos
animales: largos transportes que causan la muerte de un gran porcentaje; procedimientos
como el “mulesing” (mutilación de trozos de piel) debido a la infestación de parásitos
producto del extremo confinamiento. Muchas de las razas de ovejas (como las Merino21)
han sido producidas por selección artificial, por lo que muchas de ellas mueren de calor en
el verano por el exceso de lana, pero, al ser trasquiladas, mueren en el invierno de frío.

Semanas después de haber nacido, a las ovejas se les perforan las orejas se les corta la cola
y a los machos se les castra sin anestesia, haciendo una incisión y extrayendo los testículos,
o con una liga que les corta la circulación, siendo este el método más doloroso. Cada año,
cientos de ovejas mueren de hambre antes de las 8 semanas de nacidas y muchas ovejas
adultas mueren por enfermedades, falta de cobijo o negligencia por parte de sus
cuidadores.

En el Perú, el trasquilamiento no solo de las ovejas sino también de los camélidos andinos
como la alpaca se hace bajo condiciones en las que no es relevante el sufrimiento del
animal sino la producción que rinda. Así, es frecuente que el trasquilamiento cause muchas
heridas en estos animales, que no son atendidos por personal veterinario.
Cruel Transporte
Cuando las ovejas no son útiles para la industria, son vendidas al matadero. Esto conlleva
el cruel transporte de 6.5 millones de ovejas cada año, desde Australia hasta Medio Oriente
y Norte de África. Cerca de 800 000 ovejas salen del Reino Unido y son matadas en el
extranjero. Ovejas de Australia y Nueva Zelanda son matadas en Oriente Medio después de
haber padecido semanas o meses de travesía en barcos donde son hacinadas con poca agua
21
La crianza de ganado ovino de raza merino tiene uno de sus principales orígenes en España. Luego, producto
de la mezcla de diversas razas se ha obtenido en Australia la raza merino australiano (producto del cruce entre las
razas merino español, merino australiano y rambouillet). En general, su carne no es considerada buena para el
consumo por su mala calidad. Sin embargo, su lana es considerada muy fina e ideal para la industria. Además, su
crianza es presenta muchos beneficios para el industria ganadera en diversos lugares por las siguientes
características de este ganado: rusticidad y capacidad de adaptación a medios diferentes, elevada capacidad de
recuperación, instinto gregario, y resistencia y facilidad para los grandes desplazamientos.[Editado de
http://www.sagarpa.gob.mx/ganaderito/razasovi.htm 15-03-07 9:00 am]

Ética y Ciudadanía 73
Capítulo 1: Ética

y comida, y donde soportan climas extremos.

Muchas ovejas enferman, otras quedan sumidas entre los excrementos y no pueden
moverse, y otras son aplastadas por ovejas que tratan de alcanzar la poca agua que se les
da. La mortalidad a bordo es de un 10 por ciento. Las ovejas enfermas o malheridas son
procesadas vivas o lanzadas por la borda para que se las coman los tiburones. En el 2002,
14 500 ovejas murieron de calor en el camino hacia Oriente Medio. Sus cadáveres fueron
lanzados por la borda.

Entre agosto y octubre del 2003, más de 50 000 ovejas permanecieron semanas a bordo del
barco Cormo Express, cuando el gobierno de Arabia Saudí rechazó aceptarlas porque
muchas de ellas estaban enfermas. Después de dos meses a bordo del barco, con poca
comida y agua, con temperaturas superiores a los 37 grados, la nación africana de Eritrea
aceptó sacrificarlas. Cuando las sobrevivientes llegaron a su destino, fueron arrastradas a
camiones y posteriormente degolladas estando plenamente conscientes. En los países
musulmanes del Norte de África y de Oriente Medio, el ritual tradicional está exento de
regulaciones humanitarias. Algunas ovejas son matadas masivamente, mientras que otras
son vendidas y matadas por compradores particulares.

Creencias falsas
La lana puede proceder de borregos, cabras, conejos o antílopes tibetanos. Se llame lana,
pashmina, cashmir o angora, este material es la base de una gran industria atenta contra el
trato digno de estos animales. Mucha gente cree que trasquilar a las ovejas es bueno para
ellas, pues, de lo contrario, tendrían demasiada lana. No obstante, sin intervención humana,
las ovejas producen la suficiente lana para protegerse de las temperaturas extremas, pues
esta les sirve para aislar tanto el frío como el calor. Las ovejas son trasquiladas cada
primavera, justo antes de que se deshagan naturalmente de sus abrigos de lana. Para evitar
que se pierda la lana, los granjeros las trasquilarán antes de que haga calor y, como
consecuencia de esto, muchas ovejas mueren de frío. A los granjeros se les paga por
volumen y no por hora, lo que los obliga a trabajar rápido y sin atender al bienestar de las
ovejas.

Cachemir y otros tipos de lana. El cachemir está hecho del pelo de cabras de Cachemira.
Las que tienen el pelo “defectuoso” son matadas antes de los dos años de edad. La
industria espera que los granjeros maten entre 50 y 80 por ciento de las cabras que no
cumplen con los estándares requeridos.

Conejos de angora. Estos conejos son atados a una tabla mientras se les corta el pelo. Es
inevitable que trozos de carne se vayan con el pelo. Los conejos de angora tienen las patas
muy delicadas y el tenerlos en jaulas de alambre les causa úlceras y llagas. Los machos
tienen 75 u 80 por ciento menos pelo que las hembras, por lo que muchos de los granjeros
los matan al nacer.

Alpaca. El mercado de la lana de alpaca empezó en los años ochenta cuando las llamas y
alpacas sudamericanas fueron descubiertas por el negocio de las fibras. Hay subsidios para
este comercio y los animales se subastan continuamente. Actualmente, hay algunos
santuarios para estos animales, pues el número de animales maltratados y explotados va en
aumento.

74 Ética y Ciudadanía
Capítulo 1: Ética

Antílope tibetano. El antílope tibetano o chiru es una especie en peligro de extinción y su


pelo se usa para hacer chales. El chiru no puede domesticarse y ha de matarse para obtener
su lana. Desde 1975, es ilegal poseerlo o venderlo y, por ello, su venta en el mercado negro
puede alcanzar los 15 000 €. La población actual de estos animales es de 75 000
ejemplares. En abril del 2000, las autoridades de Gran Bretaña multaron a una compañía
por comercio ilegal y posesión de 138 chales equivalentes a 1 000 pieles de antílopes. A
pesar de la prohibición de comercializar el chiru en la India, el mercado negro en Londres,
Nueva York y Los Ángeles puede pagar hasta 17 000 € por un chal. Mientras 20 000 chirus
son matados cada año por su lana, la especie podría extinguirse para el 2011.

[Editado de http://blog.pucp.edu.pe/item/3063/catid/378 11-03-07 11:30 am]


[Editado de http://www.animanaturalis.org/modules.php?goto=Svst139_639 11-03-07
12:30 pm]

CASO 10: Miriam Wilngal

Papua Nueva Guinea es una isla nación en el Pacífico que obtuvo su independencia hace
unos veinte años. Hace unas pocas décadas, la población tribal de las remotas regiones
montañosas de la isla descubrió que no eran el único pueblo del mundo. La vida en los
poblados de esas áreas sigue rigiéndose por las antiguas tradiciones tribales. Uno de los
aspectos centrales de ese modo de vida es la compensación que se exige cuando miembros
de un clan matan al líder de otro clan. La compensación incluye dinero, bienes de
consumo y un miembro femenino del clan ofensor. Recientemente, por primera vez en la
historia de estos pueblos, una joven mujer, llamada Miriam Wilngal, rehusó ser parte de
esta práctica y huyó a la casa de sus familiares en Port Moresby, la capital de Papua Nueva
Guinea, a más de doscientos kilómetros de la región. Papua Nueva Guinea tiene un sistema
legal paralelo al derecho consuetudinario de las comunidades tribales, pero la coexistencia
armónica de ambos derechos no está garantizada. La señorita Wilngal fue a la corte,
representada por otra mujer, Susan Balen, quien había roto asimismo la tradición al
convertirse en abogada. La Dra. Balen sostuvo que la ley tribal tradicional puede ser
desatendida si viola la Constitución del Papua Nueva Guinea. Un juez de una corte cercana
a la región de la Srta. Wilngal sentenció a su favor. Los miembros del clan agraviado se
pusieron furiosos, y decidieron demandar al clan de la Srta. Wilngal en la misma corte
regional, contratando para ello a un abogado que se especializa en la defensa de los
derechos tribales frente a la invasión de las costumbres extrañas propiciada por el sistema
legal oficial.

Autor: Robert F. Ladenson

Ética y Ciudadanía 75
Capítulo 1: Ética

CASO 11: Esterilización forzada

El caso de Mamérita Mestanza es uno más de cientos de casos de mujeres afectadas


por el programa de esterilización gubernamental, de carácter masivo y sistemático,
que se aplicó especialmente a las mujeres de zonas rurales y pobres a fines de los años
noventa.

María Mamérita Mestanza Chávez, de 33 años, vivía con su esposo Jacinto Salazar
Juárez y sus 7 hijos, en el caserío Sogorón Alto, distrito La Encañada, provincia y
departamento de Cajamarca. Desde 1996, el personal del centro de salud de La
Encañada la presionaba constantemente para que se esterilice. Según el centro de
salud, había una ley que ordenaba cárcel y el pago de una multa a quien tuviera más
de cinco hijos.

El 27 de marzo de 1998 la señora Mestanza aceptó operarse luego de firmar un


documento que no leyó. Sin hacerle exámenes previos de riesgo quirúrgico fue
sometida a un bloqueo de las Trompas de Falopio en el Hospital Regional de
Cajamarca. Salió del hospital al día siguiente a pesar de mostrar síntomas de malestar.
Su estado se agravó sin que el personal del Centro de Salud hiciera algo al respecto,
desatendiendo los pedidos de atención del esposo de la señora Mestanza. Ocho días
después, el 4 de abril, ella falleció a consecuencia de una infección post operatoria,
pero la necropsia no cumplió con determinar la causa exacta de la muerte.

El Proceso: Vía Interna y Comisión Interamericana

El 18 de mayo la Fiscal Provincial de Baños del Inca denuncia penalmente a Martín


Renzo Ormeño Gutierrez, Lorenzo Silva Aranda, Patricia Cabanillas Paredes y Nélida
Sánchez Merino, por el delito contra la vida y la salud en figura de homicidio culposo
en perjuicio de la señora Mestanza. Luego de archivamientos y apelaciones, el 16 de
diciembre de 1998 el Fiscal Provincial de Baños del Inca resuelve el archivo
definitivo del caso por no haber lugar a la formalización de una denuncia penal.

El 15 de junio de 1999 DEMUS denunció el caso ante la Comisión Interamericana de


Derechos Humanos junto con información sobre otros 243 casos investigados por
CLADEM (Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de
la Mujer). En esta etapa, el 26 de agosto de 2003 mediante Acuerdo de Solución
Amistosa el Estado peruano reconoció su responsabilidad en la violación de los
derechos de María Mamérita Mestanza Chávez. Por ello, el Estado se compromete a
adoptar medidas de reparación en beneficio de las víctimas; investigación y sanción
de los responsables en el fuero común; y adoptar medidas de prevención para evitar
que estos hechos se repitan en el futuro.

Desde la fecha de la suscripción del Acuerdo de Solución Amistosa hasta la fecha, el


Estado ha cumplido con los siguientes compromisos:

1. Pago de una indemnización económica para las hijas mayores de la víctima.


2. Otorgamiento de su seguro permanente de salud para el esposo y los siete hijos de
la víctima, a través del Ministerio de Salud.

76 Ética y Ciudadanía
Capítulo 1: Ética

Sin embargo, quedan todavía pendientes de cumplimiento los siguientes acuerdos:

1. Una exhaustiva investigación de los hechos y aplicación de las sanciones


legales contra toda persona que se determine como participante de los hechos,
sea como autor intelectual, material, mediato u otra condición, aún en el caso
de que se trate de funcionarios o servidores públicos, sean civiles o militares.
2. Pago de indemnizaciones económicas tanto para el esposo de Mamérita
Mestanza como para sus cinco hijos menores de 18 años en un fondo de
fideicomiso.
3. Otorgamiento de una suma por concepto de tratamiento de rehabilitación
psicológica, el que será entregado también en fideicomiso.
4. Otorgamiento de una suma para que el esposo de Mamérita Mestanza pueda
adquirir un terreno o una casa en nombre de sus hijos habidos con la víctima.
5. Modificación legislativas y de políticas públicas sobre los temas de Salud
Reproductiva y Planificación Familiar, eliminando de su contenido cualquier
enfoque discriminatorio y respetando la autonomía de las mujeres.

Marco Legal
En el presente caso se violaron varios derechos fundamentales contemplados en la
normativa nacional e internacional. Entre ellos, tenemos el derecho a la vida, recogido
en la Convención Americana de Derechos Humanos y la Convención Interamericana
para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, Convención de
Belem do Pará. Este fue vulnerado por la omisión o inacción de agentes estatales, en
este caso el personal de la posta de salud de la Encañada, perteneciente al sistema de
salud pública, quienes no brindaron la atención debida a la señora Mestanza,
atentando contra su integridad física y ocasionándole la muerte.

Al mismo tiempo, el Estado incumplió con su deber de garantizar a sus ciudadanos


los derechos reconocidos en la Convención Americana de Derechos Humanos,
establecidos en el mismo tratado. Por ello, el Estado debió abstenerse de realizar
acciones que lesionen o perturben el ejercicio de los derechos reconocidos, así como
adoptar las medidas necesarias para que todas las personas puedan gozar
efectivamente de estas libertades. Del mismo modo se violó el derecho de la señora
Mestanza a la igualdad ante la ley sin discriminación. La falta de garantía de ejercicio
de derechos, así como la falta de igualdad y discriminación se hicieron patentes no
solo con las limitaciones a los servicios de salud, especialmente en la etapa post
operatoria, sino también en lo referido a la denegación de remedios judiciales para
esclarecer los hechos y deslindar responsabilidades, investigaciones que terminaron
siendo archivadas.

Estos mismos derechos han sido recogidos por la normativa nacional por la
Constitución Política del Perú. Al liderar la jerarquía normativa nacional, los
principios incluidos en la Constitución deben gobernar la aplicación de todo el
ordenamiento jurídico, algo que en este caso no ocurrió.

http://www.demus.org.pe/Menus/caso1.htm

Ética y Ciudadanía 77
Capítulo 1: Ética

CASO 12: Las mujeres en el régimen Talibán

El régimen fundamentalista de Talibán llegó al poder en Afganistán en 1995. Se


trataba de un grupo de jóvenes estudiantes del Corán –el libro sagrado de los
musulmanes– que consideraban que los mandatos de Mahoma debían ser cumplidos
al pie de la letra. Desde entonces, las mujeres empezaron a usar una burka, un vestido
largo con una capucha que esconde la cabeza y que tiene una tela por donde mirar.
Ellas eran apedreadas en público si no usaban el traje formal, o solamente porque no
tenían la malla que cubre el frente de los ojos. Una mujer murió porque un grupo de
fundamentalistas la atacó por exponer un brazo accidentalmente mientras caminaba.
Otra fue apedreada hasta la muerte por haber tratado de dejar el país con un hombre
que no era su pariente.

Las mujeres estaban prohibidas de trabajar y hasta de mostrarse en público sin un


pariente masculino. Las profesionales como profesoras, traductoras, doctoras,
abogadas, artistas y escritoras fueron despedidas de sus trabajos y consignadas a sus
casas. La casa donde vivía una mujer, durante ese régimen, debía tener las ventanas
pintadas para impedir que ellas sean vistas por extraños. Estaban obligadas a usar
zapatos silenciosos para nunca ser oídas. Las mujeres vivían con miedo de perder la
vida por causa de un leve desliz en el comportamiento que les habían impuesto. No
había ninguna instalación médica disponible para las mujeres, y muchos profesionales
del área de salud, en protesta, dejaron el país llevando medicamentos y otras cosas
necesarias para tratar el índice de depresión entre las mujeres que había aumentado
durante esa época. Nunca se supo cuál era la tasa de suicidios en esta sociedad
fundamentalista islámica, pero se calcula que dicha tasa aumentó significativamente
entre las mujeres, ya que no podían hallar un tratamiento para la depresión severa y no
soportaban el cambio radical que había sufrido sus vidas.

Algunos especialistas consideraban que Occidente no tenía derecho de juzgar el


régimen fundamentalista de Afganistán, porque representaba otra realidad cultural,
pero eso es cuestionable. Las mujeres disfrutaban de una libertad relativa para
trabajar, generalmente vestían como querían, caminaban y aparecían solas en público
hasta 1996. La rapidez de esa transición fue el principal argumento para depresión y
el suicidio: las mujeres que eran pedagogas o doctoras o simplemente disfrutaban de
la libertad básica para cualquier ser humano fueron severamente reprimidas y
maltratadas en nombre del ala fundamentalista del Islam.

En el año 2001, luego de la invasión norteamericana y británica a Afganistán, como


respuesta al ataque terrorista en el World Trade Centre de Nueva York, cayó la
dirigencia talibana que gobernaba el país de manera radical y extremista. A partir de
entonces, las mujeres han podido volver a realizar actividades tan simples como
caminar solas por la calle sin ser molestadas ni agredidas. El cambio, sin embargo, ha
sido conseguido a través de un cuestionable costo en vidas humanas.

78 Ética y Ciudadanía
Capítulo 1: Ética

CASO 13: “Disculpen, soy lesbiana”

Por Esther Vargas

[…] Siempre creí que las organizaciones defensoras de las minorías sexuales exageraban
cuando hablaban de discriminación sexual en el Perú. Pensaba aquello porque quizás tuve la
suerte de no haber sido marginada en ninguna parte. En el aspecto laboral, precisamente, debo
decir que en el desaparecido diario El Mundo, en La República y en Perú.21-donde
actualmente trabajo como editora de la sección Sociedad- jamás me he sentido marginada por
mi orientación sexual, la misma que nunca oculté.

Mis jefes y mis compañeros me trataron y me tratan con respeto y sin aspavientos. La
condición sexual de sus periodistas no era ni es motivo de escándalo. Por eso, quizás, no me
sentí tocada y hasta sospeché que se sobredimensionaba el problema. Lo que realmente ocurre
-entendería luego- es que los gays y lesbianas maltratados y/o desalojados o desplazados de
sus centros de trabajo -sean instituciones públicas o privadas- no se atreven a denunciar por el
miedo a que su familia, compañeros de trabajo o estudio, vecinos, y parentela en general, se
enteren de su verdad.

A lo largo de mi carrera he abordado el tema de la discriminación sexual por una cuestión de


principios. Principios que -por suerte- siempre coincidieron con la política de los medios que
me acogieron. Perú.21, de hecho, ha cuestionado y defendido estas causas desde su aparición,
en 2002, cosa que me enorgullece y que me ha permitido sentirme muy cómoda.

No obstante, hay que decirlo, no fueron muchos los casos que han salido a la luz. Pocos se
atreven a decir que por su condición homosexual fueron despedidos, humillados, presionados u
hostilizados. El martes me tocó a mí y, por esos principios que menciono, no me lo voy a
callar, así la imagen de la universidad que me dio la oportunidad de enseñar se vea afectada.
Posiblemente no solo soy parte de una minoría sexual sino también de una minoría dentro de
esa minoría que no esconde su homosexualidad ante el mundo. Me refiero a mi pequeño
mundo: mi madre, mis hermanos, mis amigos, mis compañeros de trabajo, mis jefes, mis
colegas y. MIS ALUMNOS (sino todos, buena parte de los más de 500 jóvenes que desde
marzo de 2007 contribuí a formar).

Las profesoras Marina Cho, jefa del Departamento Académico, y Silvia Quintero, responsable
de periodismo escrito, me llamaron el martes último para informarme que habían recibido
quejas de un grupo de alumnas. ¿Quejas sobre qué?, pregunté. Luego se me cambió la versión.
No eran alumnas las quejosas sino padres de familia, supuestamente inquietos por la opción
sexual de la profesora de sus hijos. Se me mencionó también que habían recibido correos
electrónicos anónimos, presumiblemente de padres o alumnos, contrariados por haber
encontrado detalles sobre mi vida sexual en Internet.

En 2006 creé un blog personal llamado “sex o no sex”, donde tocaba abiertamente temas de
sexo y hacía referencia a mi orientación sexual. Simplemente era un diario. Asimismo, las
profesoras citaron la columna de sexo que escribo en este diario los miércoles, la cual suele
tener rebote en Internet. Quizás, dijeron Cho y Quintero, los chicos, sus padres o los anónimos
habían tenido acceso a esta información. También se me cuestionó la creación de un blog
exclusivo para mis lecciones de periodismo. Se trata de Clases de periodismo
(http://clasesdeperiodismo.blogspot.com/), una herramienta didáctica y moderna para
enganchar a los alumnos con la lectura y la carrera. El blog, creo yo, tuvo acogida entre los
chicos, quienes realizaban en línea prácticas calificadas o debatían determinados temas. ¿Qué
de malo hallaban en este espacio? Libros en versión PDF para descargar gratuitamente,
correctores ortográficos, videos, webs de diarios nacionales y extranjeros, opiniones de

Ética y Ciudadanía 79
Capítulo 1: Ética

periodistas, polémicas sobre medios y técnicas de redacción. Las profesoras señalaron que
quizás este sitio on-line había llevado a los chicos o a sus padres a algún link relacionado con
mi vida sexual, lo cual me pregunto si es una falta.

No se observó mi desempeño profesional. La señora Cho -quien fue mi profesora de


Redacción 1 y a la que no puedo dejar de agradecer que me recibiera como docente- me indicó
que la universidad estaba en la mira, que se le buscaba perjudicar, y que mi orientación sexual
podía generar problemas, escándalos. Temía, según me dijo, que los padres organizaran una
protesta. Valoraba mi trabajo, mi metodología (aunque el blog no le gustó, pues me dijo que el
sílabo bastaba), mi esfuerzo, pero lo mejor sería que abandonara las aulas.

Cho y Quintero manifestaron que había personas intolerantes, conservadoras, pero que ellas
respetaban la opción sexual de su personal. Sin embargo, para evitar problemas, lo más
conveniente era una salida salomónica. La salida era que renunciara o que me dedicara a
elaborar manuales para periodismo, tarea que -por cierto- presentaron como muy interesante.
Seguro que lo es, pero a mí me contrataron para dictar clases, no para realizar trabajos
administrativos o para elaborar manuales. Porque justamente pienso en grande -como dice el
comercial de la San Martín-, no acepto premios consuelo y rechazo, desde aquí, que se me
haya pretendido apartar de las aulas por ser lesbiana.

No renuncio. Esperaré que me despidan o que se me indique muy claro las razones de esa
actitud, o quizás que se me explique por qué una profesora lesbiana no puede enseñar
periodismo en una universidad que, supuestamente, piensa en grande. No quiero premios
consuelo. Simplemente quiero denunciar este hecho de intolerancia que le puede pasar a
cualquiera o que quizás ya esté pasando, con alumnos o con profesores.

Es raro que, después de casi un año y medio enseñando en la San Martín, recién se hayan dado
cuenta de que soy lesbiana. No sé si la entrevista que me hizo mi ex alumno Jaime Chao para
su blog Red@ctiva fue el detonante. Chao me hizo una sola pregunta -con elegancia- sobre el
tema, y yo le respondí con honestidad. No sé si esto algo haya tenido que ver.

PD.
La tarde de ayer, la profesora Silvia Quintero me hizo saber que todo había sido una
equivocación, que jamás se pretendió discriminarme y que hoy podía retornar a clases, pues
tenía la garantía de que no volverá a ocurrir. Se me pidió que continuara con mi labor
académica pero, antes que nada, decidí expresar mi rechazo a la intolerancia a través de este
artículo. Susel Paredes, abogada de LGTB Legal Perú, se hará cargo de mi defensa ante
cualquier acto discriminatorio.

Tomado de VARGAS, Esther (2008) Disculpen, soy lesbiana.


En: Diario Perú 21, 10 de abril de 2008.
http://peru21.pe/impresa/noticia/especial-disculpen-soy-lesbiana/2008-04-10/141075
(consultado el 16 de marzo de 2009)

80 Ética y Ciudadanía
Capítulo 1: Ética

ANÁLISIS DE LA RELACIÓN ENTRE INDIVIDUO,


ÉTICA Y SOCIEDAD MODERNA

a) Lee el siguiente cuento de Julio Ramón Ribeyro22 y explica de qué manera se evidencia en
él o que Charles Taylor llama primacía de la razón instrumental e individualismo.

EL CAUDILLO

Cuando el chofer, reapareciendo con los brazos engrasados, dijo que la única solución era
empujar el ómnibus, nadie se movió de su asiento. Cada cual esperaba, sin duda, que su
vecino se levantara, pero como el vecino pensaba lo mismo, reinó la más completa
inmovilidad. Comenzaron, entonces, a lanzarse miradas oblicuas que eran una invitación y, a
veces, hasta una orden. Pero el sol ardía implacable. Cayendo sobre los arenales se aplastaba
en todas direcciones con una luz espesa que parecía humear.
¿Cómo? –preguntó el chofer–. ¿Nadie se anima? ¡Entonces nos vamos a quedar botados en
este lugar! Ustedes saben que por aquí pasan muy rara vez dos carros...
Pero esta arenga, lejos de persuadir a los pasajeros, los invitó a seguir observando el interior
del vehículo, buscando una víctima propicia. En el último asiento había un mocetón en
mangas de camisa, con unos poderosos bíceps de herrero, leyendo despreocupadamente su
periódico. Todos repararon en él y sin previo concierto calcularon que sería él quien diera el
empujón. Cuando el joven levantó el rostro vio la cuádruple fila de pasajeros mirándolo en
silencio. En sus facciones se vislumbró una mueca de fastidio.
Entonces, ¿yo? –dijo, señalándose el pecho.
Nadie respondió «sí» directamente, pero comenzaron a hacer comentarios más expresivos.
Usted es el más fuerte ...
La ciudad está aún muy lejos ...
Hay que ser un poco desprendido ...
Y no faltó quien buscara la excusa en su camisa:
Me la acabo de cambiar esta mañana.
¡Malhaya! –exclamó el joven, levantándose al mismo tiempo que arrojaba su periódico–. Lo
haré, pues.
Y comenzó a cruzar el ómnibus hacia la puerta. Una vez afuera lo vieron arrugar los párpados
para protegerse del sol y remangarse más la camisa. Pronto se dirigió a la espalda del ómnibus
con un paso decidido y atlético que despertó la admiración unánime por su corpulencia.
¿Ya? –gritó al poco rato, y el chofer, apostándose en su asiento encendió el motor.
Al principio el ómnibus no se movió, pero todos sintieron vibrar a través de su armadura una
fuerza sobrehumana.
¡Más fuerte! –gritó un pasajero.
Otro sacó la cabeza por la ventanilla.
¡Dale, mozo! ¡Con fuerza!

22
Cfr. Ribeyro 2004.

Ética y Ciudadanía 81
Capítulo 1: Ética

Muchos lo imitaron y así el joven notó, de pronto, que casi todos los pasajeros lo alentaban,
con medio cuerpo fuera de la ventana.
¡Ahora! ¡Bravo! ¡Así! ¡Un poco más!
Él, para no defraudarlos, a pesar del calor que lo ahogaba, se aplicó con tal energía que el
ómnibus comenzó a rodar lentamente. Después fue aumentado su velocidad, comenzó a
roncar el motor, lanzó una gruesa columna de humo y arrancó con una rapidez vertiginosa.
El joven quedó en medio de la pista limpiándose el sudor con ambos brazos y al levantar la
mirada divisó al ómnibus que seguía su marcha. Esperó un momento que se detuviera, pero
no tenía trazas de hacerlo. Entonces comenzó a correr detrás suyo gritando y agitando los
brazos con desesperación. Hubo un momento en que se aproximó tanto que pudo ver al
conductor prendido del estribo.
¡Pare! –gritó-. ¡No se olviden de mí!
¡Si nos detenemos se vuelve a malograr! –escuchó que le respondía.
¡Lo vuelvo a empujar! –bramó el joven haciendo una promesa que seguramente no iba a
poder cumplir.
El conductor se introdujo un momento, como si fuera a consultar con la mayoría. Poco
después reapareció.
¡Ya no podría hacerlo arrancar! ¡Está usted muy cansado!
Por último, en una curva cerrada, el ómnibus desapareció. El joven alcanzó a divisar aún los
rostros de los últimos pasajeros que, vueltos hacia él, parecían reír.

82 Ética y Ciudadanía
Capítulo 1: Ética

b) Analiza las siguientes viñetas y explica cómo se relacionan con lo que Charles Taylor
llama razón instrumental, individualismo y pérdida de libertad política.

Ética y Ciudadanía 83
Capítulo 1: Ética

84 Ética y Ciudadanía
Capítulo 1: Ética

Ética y Ciudadanía 85
Capítulo 1: Ética

86 Ética y Ciudadanía
Capítulo 2

PLURALISMO MORAL
Capítulo 2: Pluralismo moral

2.1 Pluralismo moral y búsqueda de principios reguladores de la


convivencia

En una sociedad plural no es legítimo imponerle a nadie una


visión de vida buena, de felicidad o de autorrealización.
Para algunos, dicha felicidad puede radicar en la adquisición
de conocimientos, para otros en una vida dedicada al
cuidado de los enfermos y para otras personas en la música,
en la enseñanza, en la práctica de alguna religión
determinada o en el compromiso con cierto ideario político.
No hay una respuesta única ante la pregunta sobre lo que es
la felicidad ni sobre el modo de alcanzar la plena realización
de la condición humana. Por el contrario, en una sociedad
plural existen diferentes ofertas y posibilidades para que
cada persona desarrolle un proyecto vital propio.

El pluralismo moral descansa en una valoración positiva de


la libertad del ser humano, de su autonomía, es decir, de su
derecho y capacidad de otorgarle a su existencia una forma
propia.

Lamentablemente, las cosas no siempre se han presentado


de esta manera. En el pasado23, debido al casamiento entre
el Estado y la Iglesia Católica, no se admitía que cada
persona eligiera y siguiera su propio camino con plena
libertad. Se consideraba que la esencia o naturaleza del
hombre determinaba el camino correcto y único de su
realización; tenían fuerza y peso social conceptos
descalificatorios como el de “herejía”, y cada persona debía
tener como máxima aspiración la adecuación de su forma de
vida a un orden o plan divino previo. Aún en nuestro tiempo
hay muchos que piensan así, y no tendríamos razón para
negarles el derecho a tener sus propias convicciones o
creencias; sin embargo, resulta inadmisible su pretensión de
imponer su verdad y negar, al mismo tiempo, el derecho de
los demás a orientar su vida en base a convicciones
diferentes.

23
Al referirnos al pasado, no nos limitamos al período histórico conocido como medieval. También aludimos
a los proyectos autoritarios de inspiración religiosa del siglo XX, como es el caso del franquismo en España,
y al deficitario proceso de secularización en países latinoamericanos como el Perú. Ciertamente, no podemos
ni debemos negar –en una sociedad plural- el derecho de las iglesias o comunidades religiosas a participar en
los debates públicos sobre la despenalización del aborto, la planificación familiar o el matrimonio de
homosexuales. Lo que no resulta admisible es la imposición –desde el poder o en alianza con el poder
político- de un ideal de vida buena. En el Perú se percibe un contraste entre la declaración constitucional a
favor del pluralismo y la libertad de pensamiento con un trato privilegiado a la Iglesia Católica. Basta ilustrar
este aserto recordando que en las escuelas públicas se mantiene el curso de religión (católica) como parte del
currículo oficial.

88 Ética y Ciudadanía
Capítulo 2: Pluralismo moral

En la perspectiva del pluralismo moral, ninguna concepción


particular de la vida buena o de la felicidad es exigible para
todos los miembros de una sociedad. Pretender obligar a
todos a compartir la misma visión del mundo, la misma
concepción de la sexualidad humana o un conjunto de
creencias religiosas, filosóficas o políticas, representaría un
atentado contra la libertad del ser humano. Podemos
proponer o invitar a los demás a compartir o tomar en
consideración nuestra concepción de una vida buena o feliz,
pero no podemos plantearla como una exigencia para todas
las personas24.

La familiaridad con estas ideas nos hace olvidar muchas


veces que estamos ante una conquista de la Modernidad,
aleccionada por las persecuciones, torturas, guerras de
religión y otras formas de violencia ligadas a una
mentalidad intolerante y a la defensa de un código moral
único. Conviene recordar que la valoración positiva del
pluralismo moral va de la mano con el proceso de
secularización –por el cual el Estado moderno se separa del
poder institucional de la Iglesia–, encuentra su apoyo y
desarrollo teórico en el liberalismo político25 del siglo XVII
y XVIII, y un intento importante de plasmación histórica en
la Revolución Francesa de 1789.

Uno de los retos que la Modernidad temprana tuvo que


afrontar fue, precisamente, el de encontrar una fórmula
ético-política que hiciera viable la convivencia pacífica
entre personas con diferentes concepciones religiosas,
políticas y filosóficas. Se buscaba garantizar la libertad
individual y, al mismo tiempo, la convivencia pacífica entre
las personas que compartían el mismo territorio.

24
Cabe señalar que en nuestro tiempo la libertad individual no se ha visto amenazada únicamente por las
pretensiones absolutistas de algunos grupos religiosos ultraconservadores. También encontramos dicha
amenaza o desprecio por la libertad de las personas en regímenes políticos conducidos por ideologías
autoritarias o totalitarias. Fue el caso de los regímenes comunistas de Europa Oriental. En el Perú, ese afán
de hacer prevalecer un código moral único –una mirada uniforme de nuestros problemas y de sus respectivas
soluciones- lo encontramos en la ideología fundamentalista y en la práctica sanguinaria del Partido
Comunista del Perú Sendero Luminoso, de reconocida inspiración maoísta.
25
El liberalismo político es una forma moderna de concebir los límites de los poderes y funciones del Estado
con el fin de garantizar la libertad y los derechos individuales. Históricamente aparece como una reacción y
crítica de las monarquías absolutas. Su principal exponente en el siglo XVII fue el filósofo inglés John
Locke, quien defendía la idea de que los hombres tienen derechos naturales –es decir, derechos inherentes a
su condición de seres humanos– y la idea de que el individuo es el fin del Estado. Para la concepción liberal
el poder del Estado debe ser ejercido dentro de un marco constitucional que ofrece mecanismos de protección
y garantía de las libertades y derechos de cada individuo. Los más importantes de estos mecanismos son: 1)
el control del poder ejecutivo por parte del poder legislativo; 2) el control eventual del parlamento en el
ejercicio del poder legislativo ordinario por parte de una corte jurisdiccional que se pronuncia sobre la
constitucionalidad de las leyes; 3) una relativa autonomía del gobierno local frente al gobierno central; 4) un
poder judicial independiente del poder político. El Estado liberal también tiene funciones limitadas, contrario
al paternalismo o a un espíritu interventor que pueda poner en peligro el espacio de libertad que los
individuos requieren para su realización.

Ética y Ciudadanía 89
Capítulo 2: Pluralismo moral

El camino trazado por el liberalismo político consistió en


afirmar un conjunto de principios, valores y derechos como
condición básica para la convivencia civilizada y la
resolución justa de conflictos entre personas con distintas
ideologías y diferentes formas de entender la vida. A
diferencia de las concepciones particulares de la felicidad o
de vida buena, este conjunto de principios, valores y
derechos tenía carácter vinculante y, por tanto, toda persona
estaba obligada a su cumplimiento. Se trata de normas
éticas mínimas, exigibles a toda persona en la medida que
son indispensables para garantizar el respeto a su dignidad,
el pluralismo moral –es decir la libertad que tiene cada ser
humano para configurar su propia existencia- y la resolución
no-violenta de los conflictos que acompañan la vida en
común.

En la referencia a esta ética de mínimos estriba la diferencia


entre un relativismo insostenible y la visión pluralista de la
convivencia humana. El respeto a la libertad individual y al
ideal de autorrealización que cada persona posee, no implica
una fragmentación absoluta. Por el contrario, plantea la
necesidad de estar de acuerdo en principios éticos básicos
orientados a reconocer la dignidad de toda persona, a
respetar su vida, a salvaguardar su libertad, a ofrecerle
igualdad de oportunidades y a establecer relaciones justas
con los demás.

De manera resumida, podemos decir que la llamada “ética


de mínimos” corresponde con las exigencias mínimas que
debemos plantearle a cualquier persona para que no se vea
comprometida la dignidad de los seres humanos. El célebre
filósofo alemán Immanuel Kant, en términos formales,
expresó esta idea de la siguiente manera: “Obra de tal modo
que uses a la humanidad, tanto en tu persona como en la
persona de cualquier otro, siempre al mismo tiempo como
fin y nunca simplemente como medio”.

2.2 Ética de mínimos y ética de máximos


En esta presentación general y sucinta del pluralismo moral
y del minimalismo ético nos hemos inspirado en las
reflexiones de la filósofa española Adela Cortina. En sus
diferentes obras, dicha autora distingue tres formas de
entender la moral, la libertad y la sociedad: el monismo, el
pluralismo y el relativismo moral. Estos tres enfoques
pretenden ser aclarados a partir de las nociones de ética de
máximos y ética de mínimos. La ética de máximos es
entendida como el conjunto de creencias y convicciones de

90 Ética y Ciudadanía
Capítulo 2: Pluralismo moral

un grupo humano determinado que define su modo de vida


y su ideal de felicidad o autorrealización. Según la ética de
máximos de los católicos, por ejemplo, el sentido de la vida
guarda relación con la búsqueda de santidad y comunión
con los demás. Para ello pondrán en práctica las enseñanzas
bíblicas y del magisterio eclesial. Sin embargo, el contenido
y los criterios de acción presentes en esta ética de máximos
no son compartidos por todos los miembros de la sociedad.
No todos ven de la misma manera el matrimonio, la
estructura familiar o la sexualidad.

En una sociedad plural conviven diferentes grupos humanos


con diferentes concepciones de la vida buena o de la
felicidad: es decir, encontramos diferentes éticas de
máximos. Ninguna de ellas es exigible para todos los
miembros de la sociedad. Si pretendiéramos que una de
ellas tenga carácter obligatorio para todos, estaríamos
incurriendo en lo que Cortina denomina el monismo moral
(la vigencia de un código moral único). En este caso la
libertad de los individuos para desarrollar un proyecto de
vida propio se vería significativamente comprometida o
afectada.

Precisamente, en nombre y defensa de esa libertad, Adela


Cortina –retomando los logros de la modernidad- aboga por
el pluralismo moral. Para que este pluralismo sea,
simultáneamente, condición y expresión de la libertad de
todo ser humano, debe reposar sobre un conjunto de
principios y valores exigible para todos, de tal suerte que se
logre una sociedad lo más justa posible: es decir un tipo de
sociedad donde esté garantizado el respeto a la dignidad de
cada cual y la igualdad de condiciones y oportunidades para
la realización de un proyecto vital propio. Estos mínimos de
justicia son denominados por Cortina “ética de mínimos”.

Para ella esta ética de mínimos es la condición de


posibilidad de la ciudadanía en una sociedad plural. Frente a
los partidarios del código moral único (llamados también
absolutistas por absolutizar su particular concepción de la
vida buena o felicidad), Adela Cortina ha insistido en no
confundir pluralismo (conjunción de la afirmación de la
individualidad con mínimos de justicia) con relativismo (la
disgregación completa que impide discutir y distinguir entre
lo que es aceptable o no en el marco de nuestra convivencia
con otros seres humanos).

El contenido de la ética de mínimos se ha ido enriqueciendo


a través del tiempo. En el siglo XVIII, bajo el influjo del
liberalismo político, las exigencias éticas mínimas se
concentraban en los derechos humanos de primera

Ética y Ciudadanía 91
Capítulo 2: Pluralismo moral

generación –derechos civiles y políticos–. Estos derechos


guardan relación con la vida, la libertad de pensamiento y
expresión, la libertad de reunión y tránsito, y con la
participación en la legislación de la propia comunidad
política. Luego, gracias a las luchas reivindicatorias
emprendidas por los movimientos socialistas, se
incorporaron otras exigencias éticas de carácter económico,
Los Derechos Humanos social y cultural, bajo la premisa de que a las libertades
han tenido un proceso de
reconocimiento largo y es civiles y políticas debía dotárselas de un apoyo real. En el
difícil establecer una discurso de estos movimientos se afirmaba que sin
secuencia exacta en su alimentación suficiente, sin abrigo y casa, sin protección
aparición, pues varía de
acuerdo con cada realidad ante la enfermedad, sin trabajo o sin medios para educarse,
específica. Sin embargo, un es una hipocresía decir a una persona que es libre.
hito importante en su
historia fue la “Declaración
de los derechos humanos” Estas dos generaciones de derechos han sido reconocidas
hecha en 1948 por la expresamente en la Declaración Universal de los Derechos
Organización de las Humanos en 1948. En años posteriores los derechos
Naciones Unidas (ONU),
que las define como la mencionados han sido enriquecidos por un conjunto de
condiciones propias a derechos vinculados al medio ambiente y a la calidad de
nuestra naturaleza sin las vida, denominados de tercera generación. Sin embargo, cabe
cuales no podemos vivir
como seres humanos. Su señalar que en los debates actuales esa terminología,
fundamento se basa en una derechos humanos de “primera”, “segunda” y “tercera
cualidad exclusiva del ser generación”, ha sido abandonada para evitar equívocos y
humano: su dignidad. El ser
digno significa que la con la intención de resaltar la indivisibilidad,
persona no es un medio, interdependencia y complementariedad de los derechos
sino un fin en sí mismo. humanos.

Existen los derechos Cuando hablamos de “ética de mínimos” estamos hablando


individuales (derechos de
propiedad y de libertad de este legado cultural de las sociedades democráticas
individual, principalmente), occidentales; legado que reconocemos como valioso en la
políticos (derechos de medida que constituye un requisito para el respeto de la
participación y
representación política), dignidad humana y para el desarrollo de los proyectos de
sociales (derecho al felicidad de las personas. En tanto legado cultural, la ética
bienestar, a la seguridad y a de mínimos es algo que ya compartimos, es parte de la
un nivel de vida adecuado)
y, finalmente, los derechos conciencia moral del hombre occidental. Sobre esa base
de los pueblos (derecho al adquieren sentido nuestros juicios morales e incluso las
patrimonio común de la estrategias empleadas por aquellos que se ocultan para
humanidad, a un medio realizar acciones que saben perfectamente que serán
ambiente sano, entre
otros).
censuradas moralmente, como es el caso de la tortura, la
corrupción, el homicidio, etc.

Esta herencia cultural compartida es a la vez la plataforma


para continuar la tarea de construir un mundo más justo,
más humano, en base al reconocimiento de los otros y a
través del diálogo. No basta tolerar o soportar al otro -lo que
puede llegar a coincidir incluso con el desprecio-, es
necesario un reconocimiento positivo e igualitario que le
brinde a todos el respeto a su dignidad y las posibilidades de
una autorrealización plena y libre.

92 Ética y Ciudadanía
Capítulo 2: Pluralismo moral

 Lecturas

Sobre la dignidad humana: alcances pre-modernos y modernos

“Sería interesante recordar que el concepto de dignidad humana ha conocido varias fases en su
formulación histórica. Durante la época pre-moderna, dicho valor derivaba del parentesco
uniendo el hombre con Dios y hacía del primero un ser excelente por ser creado a la imagen del
primero. Gracias a las cualidades que le fueron atribuidas (pensamiento, lenguaje, etc.) el ser
humano podía demostrar su grandeza y superioridad sobre los demás animales: el hombre era el
único ser valioso puesto que Dios le otorgó sólo a él las capacidades más nobles para ejercer su
predominio y perfeccionar su conocimiento. El concepto de dignidad era así un concepto
religioso y las razones de su aparición deben buscarse en el antropocentrismo fomentado en
gran parte por la religión judeo-cristiana.

En la época moderna, el concepto de dignidad fue reformulado: la dignidad del hombre deriva
de su naturaleza humana pero dicha naturaleza se desvincula progresivamente de cualquier
origen divino. Como en la época pre-moderna se hace un elogio de las capacidades humanas
pero esta vez deduciendo de éstas mismas la dignidad del hombre, sin acudir a ningún
parentesco religioso. El antropocentrismo está así preservado, puesto que se insiste en la
singularidad de la especie humana en relación con los demás animales. A esta reformulación
parcial del concepto se ha añadido una más profunda: el hombre es un fin en sí mismo y debe
ser tratado como tal y no meramente como un medio. Esta nueva formulación de la dignidad se
plasmará en el ámbito jurídico con la aparición de los derechos humanos. Desde ahora, la
dignidad humana no sólo tiene un alcance vertical (la superioridad de los seres humanos sobre
los animales) sino también un alcance horizontal (la igualdad de los seres humanos entre ellos
sea cual sea el rango que cada uno pueda desempeñar en la sociedad). Es cierto que podemos
encontrar precedentes a dicha igualdad del género humano en la pre-modernidad. Sin embargo,
dichos precedentes no contestaban los tipos de organización social pre-modernos caracterizados
por su desigualdad, donde el rango de cada uno constituía precisamente su dignidad y valor,
justificando una división social entre dueños y esclavos, señores y vasallos, etc.

Si el concepto de dignidad nace en la época pre-moderna, su alcance ha sido desarrollado en la


época moderna. De la igualdad de los miembros del género humano se deduce la necesidad de
un trato mutuo respetuoso; trato garantizado en particular por las herramientas jurídicas que son
los derechos humanos. El concepto moderno de dignidad humana es así deudor del concepto
pre-moderno en la medida que recupera esos rasgos humanos pero los interpreta de forma
secularizada: el individuo es valioso en sí y no por su parentesco divino. Introduce además una
novedad: la igual dignidad pretende generar una igualdad jurídica y política de los individuos a
pesar de sus posiciones sociales y desigualdades naturales.

A pesar de sus diferencias, las dos versiones de dignidad tienen una misma consecuencia:
otorgan un valor absoluto al ser humano. Tanto el fundamento como la amplitud de este valor
es distinto según estas dos perspectivas. Sin embargo, coinciden en el otorgar una excelencia al
ser humano. En cuanto la perspectiva pre-moderna: el ser humano es un ser excelente y
superior puesto que ha sido creado por Dios. En caso contrario, la “indignidad” del ser humano
hubiera limitado o contradicho la excelencia (creadora) de Dios. En cuanto la perspectiva
moderna: el ser humano es un ser excelente por los rasgos que derivan de su única naturaleza

Ética y Ciudadanía 93
Capítulo 2: Pluralismo moral

humana. Esos rasgos eran también identificados por la primera perspectiva pero aquí se los
desvincula de su parentesco divino para considerar que pueden otorgar en sí mismos dignidad
al ser humano. La naturaleza humana llevaría razones suficientes para otorgar un valor supremo
al individuo; un valor tan supremo que se lo considera como el prius del orden jurídico del
Estado de Derecho.

En resumen, tanto en la época pre-moderna como la moderna, el concepto de dignidad humana


se fundó en unos rasgos físicos y psicológicos que presupuestamente definen al ser humano
como ser superior y excelente. Su dignidad estriba por ser una criatura cuyos dotes le permiten
manifestar su esencia divina (época pre-moderna) o afirmar su libertad y autonomía,
desmarcándose del reino animal (época moderna). Como podemos ver, esos tipos de
fundamentación vincula la dignidad humana con una presumida excelencia natural del ser
humano. El valor del ser humano deriva de sus capacidades aunque éstas se manifiestan de
distintas formas en cada individuo e incluso, no se manifiestan en ciertos individuos.”

Pelé 2004: 9-10

94 Ética y Ciudadanía
Capítulo 2: Pluralismo moral

Origen de los Derechos Humanos

¿Qué son los derechos humanos?


Los derechos humanos son condiciones que todo ser humano posee y le cabe disfrutar sin
importar cual sea su nacionalidad, edad, raza, sexo, idioma, religión, convicción política,
situación social o económica. Son derechos fundamentales que garantizan a los seres
humanos vivir en condiciones de dignidad, libertad e igualdad, de manera que puedan hacer
uso pleno de sus cualidades, valores y aptitudes.

A estos derechos se le atribuyen las siguientes características:

• Universalidad: le pertenecen a todas las personas, sin distinción alguna, en todo


momento y lugar donde se encuentre.
• Indivisibilidad, interdependencia y complementariedad: están relacionados entre
sí, forman parte de un sistema armónico que garantiza y protege la vida digna, libre
y autónoma del ser humano.
• Son irrenunciables e imprescriptibles: nadie puede renunciar a ellos, sea por la
fuerza o voluntariamente. Además, estos derechos protegen al ser humano a lo largo
de su vida, son permanentes y no se pierden con el paso del tiempo.
• Son inalienables e inviolables: no pueden transferirse, cederse o comercializarse;
los Estados no pueden desconocerlos o violarlos de forma alguna.

Los derechos humanos se basan en el deseo de vivir una vida en la que se respeten y
protejan la dignidad y valor inherentes de cada ser humano. Si bien tales derechos se
expresan jurídicamente (están reconocidos tanto en constituciones y leyes nacionales
como en tratados, declaraciones y resoluciones internacionales); los derechos humanos
van más allá de un mero listado de derechos individuales o colectivos que los Estados se
comprometen a respetar y garantizar. Los derechos humanos responden a principios
inherentes al logro de una calidad de vida y un proyecto de vida para todas las personas,
lo cual tiene fundamento en los principios de solidaridad, igualdad y universalidad. Por
ello, cuando se hace referencia a los derechos humanos no solo se está aludiendo a un
conjunto de instrumentos normativos, sino también a un discurso ético. Los objetivos de
este discurso van más allá del mero reconocimiento de los seres humanos respecto a los
derechos y libertades que los asisten, pues conocer no implica necesariamente respetar y
sin respeto resulta imposible impedir que se vulneren los derechos de los demás. El
propósito mayor del discurso ético de los derechos humanos es lograr constituir una
cultura de derechos humanos; es decir, un sistema de actitudes, creencias,
comportamientos, normas y regulaciones que se entrelacen entre sí.

Ética y Ciudadanía 95
Capítulo 2: Pluralismo moral

Declaración Universal de los Derechos Humanos


(extracto)

Adoptada y proclamada por la Resolución de la Asamblea General 217 A (iii) del 10 de


diciembre de 1948

La Asamblea General
proclama la presente

Declaración Universal de Derechos Humanos como ideal común por el que todos los pueblos
y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las instituciones,
inspirándose constantemente en ella, promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el
respeto a estos derechos y libertades, y aseguren, por medidas progresivas de carácter nacional
e internacional, su reconocimiento y aplicación universales y efectivos, tanto entre los pueblos
de los Estados Miembros como entre los de los territorios colocados bajo su jurisdicción.
Artículo 1
Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están
de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.

Artículo 2
1. Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin
distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra
índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.
2. Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o
internacional del país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se trata de
un país independiente, como de un territorio bajo administración fiduciaria, no autónomo o
sometido a cualquier otra limitación de soberanía.

Artículo 3
Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.

Artículo 4
Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre, la esclavitud y la trata de esclavos están
prohibidas en todas sus formas.

Artículo 5
Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.

Artículo 6
Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurídica.

Artículo 7
Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley.
Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja esta
Declaración y contra toda provocación a tal discriminación.

96 Ética y Ciudadanía
Capítulo 2: Pluralismo moral

Artículo 8
Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los tribunales nacionales competentes,
que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la
constitución o por la ley.

Artículo 9
Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado.

Artículo 10
Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con
justicia por un tribunal independiente e imparcial, para la determinación de sus derechos y
obligaciones o para el examen de cualquier acusación contra ella en materia penal.

Extracto de:

ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS (2007)


Declaración Universal de los Derechos Humanos (consulta: 1 de junio de 2007).
(http://www.un.org/spanish/aboutun/hrights.htm)

Ética y Ciudadanía 97
Capítulo 2: Pluralismo moral

Evolución histórica de los Derechos Humanos

El concepto “derechos humanos” hizo su aparición hacia mediados del siglo XX; sin
embargo, si entendemos estos derechos en su sentido más amplio –en tanto la búsqueda de
todo aquello que nos permita disfrutar plenamente de nuestra condición de seres humanos y
de nuestra dignidad-, podremos encontrar algunos referentes mucho más atrás en el tiempo.
Ejemplo de ello es la búsqueda, desde fines del siglo XVII, de reivindicaciones civiles y
políticas tales como el derecho a la vida, la libertad, la participación ciudadana y la igualdad.
Esta búsqueda, esta necesidad por el reconocimiento de derechos, daría lugar a dos
documentos sumamente conocidos:

 La Declaración de Virginia (Estados Unidos, 1776): aunque su intención fundamental era


proclamar la independencia de Estados Unidos frente a la corona inglesa, este documento
también reconoce el derecho a la vida, la libertad, la búsqueda de la felicidad y la igualdad
política.
 La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (Francia, 1789): redactada
en medio de un contexto tan complejo como el de la Revolución Francesa, este documento
consagra el derecho a la libertad, la igualdad, la seguridad y la resistencia contra la
opresión.

Ambos documentos tuvieron un gran impacto a nivel internacional y en América Latina ello
se hizo evidente en el contexto de lucha por la independencia respecto al dominio español.

Hacia fines del siglo XIX el proceso de Revolución Industrial provocó la aparición de una
nueva clase social (la clase obrera o proletariado), cuyo trabajo no sólo no era bien
remunerado sino que lo obligaba a vivir en condiciones de vida muy precarias. Ello abrió las
puertas a nuevas demandas orientadas a proteger y regular los derechos de los trabajadores, a
contar con educación pública y gratuita, a gozar de una atención generalizada en cuestiones
de salud. Es decir, en este periodo la búsqueda de derechos se enfocó en lograr mejores
condiciones de vida para los individuos a nivel económico, social y cultural.

A inicios del siglo XX estas demandas tuvieron como telón de fondo violentos procesos
revolucionarios, tales como la Revolución Mexicana (1910) y la Revolución Rusa (1917). En
ambos casos, el discurso revolucionario buscaba no solo mejores condiciones económicas y
sociales, sino que reivindicaba la justicia social como ideal. A pesar de la trascendencia que
llegaron a tener estos episodios revolucionarios más allá de sus fronteras, fueron dos grandes
conflictos los que llevaron a la comunidad internacional a asumir de una vez por todas la
tarea de contar con derechos que protegieran a la humanidad en su conjunto:

 La Primera Guerra Mundial (1914 - 1919): el desastre y destrucción que supuso este
conflicto para todas las naciones implicadas fue determinante para la constitución de
un organismo internacional, la Sociedad de Naciones, cuyo objetivo era velar por la
paz en el mundo.
 La Segunda Guerra Mundial (1939-1945): ante el evidente fracaso de la Sociedad de
Naciones y luego de la firma de paz que puso fin a este segundo conflicto, se creó la
Organización de Naciones Unidas (ONU). Fue precisamente el documento
constitutivo de este organismo, la Carta de la ONU (1945), el que revelaría un cambio
significativo en la manera en que los derechos eran entendidos: el desarrollo y

98 Ética y Ciudadanía
Capítulo 2: Pluralismo moral

estímulo del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos
-sin hacer distinción por razones de raza, sexo, idioma o religión- dejaba de ser
considerado un asunto interno de competencia exclusiva de los Estados para
convertirse en un asunto de interés universal y que, por tanto, competía a la ONU.

Esta aspiración por dotar a los derechos de un carácter universal se fortaleció cuando el 10 de
diciembre de 1948 la Asamblea General de la ONU aprobó un documento, la Declaración
Universal de Derechos Humanos (DUDH), en el que se reconocía como universales una serie
de derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, enunciados detalladamente y
conceptualizados como derechos humanos. Pese a que los 58 Estados Miembros que
integraban las Naciones Unidas tenían ideologías, sistemas políticos, ideas religiosas,
patrones culturas y dinámicas de desarrollo muy diversos, la DUDH logró ser reconocida
como un instrumento legal que expresaba aspiraciones y objetivos comunes, que ofrecía una
imagen del mundo que la comunidad internacional quería hacer realidad.

En la actualidad, la DUDH ha sido aceptada por la mayoría de naciones en el mundo. A ella


se fueron sumando poco tiempo después una serie de instrumentos normativos
internacionales -el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales- que van más allá del mero
reconocimiento de derechos, que generan en los Estados que los suscriben la obligación de
proteger todos los derechos allí contenidos. Estos y otros documentos han sido agrupados en
uno mayor, la Carta Internacional de Derechos Humanos.

Carta Internacional de Derechos Humanos


Declaración Universal de Derechos Humanos (1948)
Pacto Internacional de Derechos Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos (1966) Económicos, Sociales y Culturales
(1966)
Protocolo Facultativo del Pacto Segundo Protocolo Facultativo del
Internacional de Derechos Civiles y Pacto Internacional de Derechos
Políticos (1966) Civiles y Políticos, destinado a
abolir la pena de muerte (1989)

No solo se ha ido asociando a los derechos humanos principios de universalidad,


indivisibilidad y progresividad; sino que además se han ido incrementando y especializando
las instancias de protección de los derechos humanos (por ejemplo, en nuestra región la más
importante es la Corte Interamericana de Derechos Humanos). Otro logro, sin duda
fundamental, es que el ámbito de protección de los derechos humanos se haya ido ampliado
gradualmente, abarcando normas concretas relativas a la mujer, la infancia, las personas con
discapacidad, las minorías étnicas, los trabajadores migrantes y otros grupos vulnerables que
en la actualidad son titulares de derechos que los protegen de practicas discriminatorias. La
Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial
(1966), la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la
Mujer (1979) y la Convención sobre los Derechos del Niño (1989), son algunos de los
documentos que dan prueba de este desarrollo.

Ética y Ciudadanía 99
Capítulo 2: Pluralismo moral

Los Derechos Humanos en debate:


universalidad versus relatividad cultural

En los últimos años se ha desarrollado un intenso debate entre dos posiciones


aparentemente contradictorias: la universalidad de los derechos humanos y la
especificidad cultural. A la primera se le acusa de propiciar un “imperialismo moral
cultural”, mientras que a la segunda se le imputa permitir prácticas que violan la
dignidad humana. Plantear el debate en esos términos no resulta útil para abordar
aquello que parece ser el problema de fondo: en la búsqueda de elementos mínimos
que garanticen la dignidad del ser humano se han se perdido de vista las diferentes
maneras en que dicha dignidad puede ser entendida.

Por ello, una solución propuesta para hacer frente a la tensión entre la especificidad
cultural y la universalidad de los derechos humanos es reconocer que si bien estos
derechos protegen bienes jurídicos universales, la protección de los mismos debe
llevarse a cabo tomando en cuenta el contexto cultural. A ello debe sumarse la
necesidad de ir más allá de la definición clásica de los derechos humanos, entendidos
como derechos individuales, para poder resaltar en ellos una dimensión colectiva. Ello
nos permitiría plantear (con optimismo) la posibilidad de que, tras un diálogo cada vez
más frecuente e intenso, la pertinencia de los derechos humanos sea reconocida por
diversos grupos, diferentes culturas.

En definitiva, si bien los derechos humanos buscan promover la justicia y la libertad


de un ser humano racional y abstracto; es decir, no circunscrito a una determinada
sociedad o cultura, el reconocimiento de ese modelo de ser humano racional y
abstracto supone, necesariamente, que todos los seres humanos puedan sentirse
representados en él. Para que todos y cada uno de los seres humanos se sientan
representados por el ser humano al que aluden los derechos humanos, es indispensable
que todos y cada uno de nosotros reconozcamos en el otro a nuestro semejante y que
ambos nos reconozcamos efectivamente como iguales. Dicha igualdad se pone de
manifiesto en la capacidad del otro de ser interlocutor, de entablar un diálogo
horizontal con los demás. El reconocimiento de la interlocución obliga a admitir el
diálogo, la discusión y el disenso. En este sentido, todo puede ser susceptible de ser
analizado y cuestionado, incluso la pretensión de universalidad de los derechos humanos.

100 Ética y Ciudadanía


Capítulo 2: Pluralismo moral

La protección universal de los Derechos Humanos y el pluralismo moral

“Las personas pueden no estar de acuerdo en por qué tenemos derechos, pero sí pueden
coincidir en que son necesarios. Mientras que los fundamentos para la creencia en los
derechos humanos están sujetos a discusión, los motivos prudenciales para creer en los
derechos humanos son mucho más seguros. Argumentaré que esta motivación de los
derechos humanos está basada en lo que la historia nos ha enseñado: que la vida de los
seres humanos peligra cuando carecen de una mínima agencia [es decir, la facultad de
acción del ser humano]; que la propia agencia precisa de protección a través de
estándares acordados a nivel internacional; que estos estándares deben otorgar a los
individuos al derecho a oponerse y a resistirse a aceptar órdenes y leyes injustas dentro
de sus Estados; y, finalmente, que cuando hemos agotado todas las soluciones, estos
individuos tienen el derecho a pedir ayuda a otros pueblos, naciones u organizaciones
internacionales para defender sus derechos.

(…) Una justificación prudencial e histórica de los derechos humanos no necesita


apelar a ninguna idea concreta acerca de la naturaleza humana. Tampoco necesita
buscar su validación última en una idea concreta del bien. Los derechos humanos
representan aquello que es correcto, no lo que es bueno. Las personas pueden disfrutar
de una protección completa de sus derechos humanos y aún así creer que carecen de
elementos esenciales para una vida buena. Si esto es así, las creencias comunes en los
derechos humanos deben ser compatibles con actitudes divergentes acerca de lo que
constituye la vida buena. En otras palabras, un régimen universal para la protección de
los derechos humanos debe ser compatible con el pluralismo moral. Es decir, debe ser
posible mantener regímenes de protección de los derechos humanos en civilizaciones,
culturas y religiones muy diversas, cada una de las cuales discrepa de las otras acerca
de lo que debe ser la buena vida.”

Ignatieff 2003:77

Ética y Ciudadanía 101


Capítulo 2: Pluralismo moral

Moral como actitud dialógica

La moral, en una tradición kantiana, es, en principio, capacidad de darse leyes a sí mismo
desde un punto de vista intersubjetivo, de forma que las leyes sean universalizables, lo cual
nos muestra que los individuos racionales no están cerrados sobre sí mismos, sino que cada
persona es lugar de encuentro de su peculiar idiosincrasia y de la universalidad; es un nudo
de articulación entre subjetividad e intersubjetividad. Una persona “alta de moral” en este
sentido sabe, pues, distinguir entre normas comunitarias convencionales y principios
universales, que le permiten criticar, incluso, las normas comunitarias. Sin embargo, a la
hora de interpretar el punto de vista moral universalista, existe una gran diferencia entre
los kantianos: mientras Kohlberg, Hare o Rawls adoptan como método para determinar
qué normas son las correctas la “asunción ideal del rol” (ponerse en el lugar de otro), la
ética del discurso deja esa tarea en manos de los afectados por la norma. Porque,
atendiendo al principio de la ética del discurso descubierto a través del método
trascendental:

“Sólo pueden pretender validez las normas que encuentran (o podrían encontrar)
aceptación por parte de los afectados, como participantes de un discurso práctico.”

Por lo tanto, para que la norma sea correcta, tiene que haber participado en el diálogo todos
los afectados por ella y se tendrá por correcta solo cuando todos -y no los más poderosos o
la mayoría- la acepten porque les parece que satisfacen intereses universalizables. Por lo
tanto, el acuerdo sobre la corrección moral de una norma no puede ser nunca un pacto de
intereses individuales o grupales, fruto de una negociación, sino un acuerdo unánime, fruto
de un diálogo sincero, en el que se busca satisfacer intereses universalizables. Estamos
acostumbrados a tergiversar los términos, de modo que identificamos diálogo con
negociación y acuerdo con pacto y, sin embargo, las negociaciones y los pactos son
estratégicos, mientras que los diálogos y los acuerdos son propios de una racionalidad
comunicativa. Porque quienes entablan una negociación se contemplan mutuamente como
medios para sus fines individuales y buscan, por tanto, instrumentalizarse. Se comportan
entonces estratégicamente con la mira puesta cada uno de ellos en conseguir su propio
beneficio, lo cual suele acontecer a través de un pacto. Por el contrario, quien entabla un
diálogo considera al interlocutor como una persona con quien merece la pena entenderse
para intentar satisfacer intereses universalizables.

Por esta razón, la persona con altura humana a la que nos hemos referido reiteradamente a
lo largo de este trabajo asumiría una actitud dialógica, lo cual significa

1. Que reconoce a las demás personas como interlocutores válidos, con derecho a
expresar sus intereses y a defenderlos con argumentos
2. Que está dispuesta igualmente a expresar sus intereses y presentar los argumentos que
sean necesarios

102 Ética y Ciudadanía


Capítulo 2: Pluralismo moral

3. Que no cree tener ya toda la verdad clara, de suerte que el interlocutor es un


sujeto al que convencer, no alguien con quien dialogar. Un diálogo es bilateral
no unilateral.
4. Que está preocupado por encontrar una solución correcta y, por tanto, por
entenderse con su interlocutor. “Entenderse” no significa lograr un acuerdo total,
pero sí descubrir lo que ya tenemos en común.
5. Que sabe que la decisión final, para ser correcta, no tiene que atender a intereses
individuales o grupales, sino a intereses universalizables, es decir, a aquello que
“todos podrían querer”, por decirlo con la célebre fórmula del contrato social.
6. Que sabe que las decisiones morales no se toman por mayoría, porque la
mayoría es una regla política, sino desde el acuerdo de todos los afectados
porque satisface asimismo los intereses de todos.

Quien asume esta actitud dialógica muestra con ella que toma en serio la autonomía
de las demás personas y la suya propia; le importa atender igualmente a los derechos
e intereses de todos y lo hace desde la solidaridad de quien sabe que “es hombre y
nada de lo humano puede resultarle ajeno”.

Naturalmente, cada cual llevará al diálogo sus convicciones y más rico será el
resultado cuanto más ricas sean las aportaciones. Pero a ello ha de acompañar el
respeto a todos los interlocutores posibles como actitud de quien trata de respetar la
autonomía de todos los afectados por las decisiones desde la solidaridad. La
educación del hombre y del ciudadano ha de tener en cuenta, por tanto, la dimensión
comunitaria de las personas, su proyecto personal y también su capacidad de
universalización, que debe ser dialógicamente ejercida, habida cuenta de que
muestra saberse responsable de la realidad, sobre todo de la realidad social, aquel
que tiene la capacidad de tomar a cualquier otra persona como un fin y no
simplemente como un medio, como un interlocutor con quien construir un mejor
mundo posible.

Cortina 1998: 71-74

Ética y Ciudadanía 103


Capítulo 2: Pluralismo moral

Consenso y disenso

En consecuencia, la relación entre consenso y disenso debe ser pensada y


desarrollada social y políticamente con especial cuidado. Absolutizar el consenso es
privar a la moralidad de su dinámica, caer en nuevas formas de dogmatismo y
autoritarismo. Absolutizar el sentido del disenso es darle la razón al escepticismo
radical y al anarquismo ciego. La relación y la complementariedad de las dos
posiciones ponen en movimiento la argumentación moral. Todo consenso debe
dejar necesariamente lugares de disenso y todo disenso debe significar posibilidad
de buscar diferencias y nuevos caminos para aquellos acuerdos que se consideren
necesarios.

Esta dialéctica entre consensos y disensos nos devuelve al principio, al mundo de la


vida y a la sociedad civil, en la cual los consensos tienen su significado para
comprender los conflictos y para buscar soluciones compartidas, y los disensos, a la
vez, nos indican aquellas situaciones que requieren de nuevo tratamiento, porque
señalan posiciones minoritarias, actitudes respetables de quienes estiman que deben
decir “no” en circunstancias en las que cierto unanimismo puede ser inclusive
perjudicial para la sociedad, en las que los mismos medios de comunicación
manipulan la opinión pública porque se han convertido en cortesanos o en
aduladores del César.

Hoyos 1998: 34-35

104 Ética y Ciudadanía


Capítulo 2: Pluralismo moral

El reconocimiento del otro y la política de la diferencia

El reconocimiento del otro se refiere, esencialmente, a reconocer que todas las


personas pueden tener opiniones, perspectivas y puntos de vista diferentes. La ética
busca, entre otras cosas, que nuestra relación con los otros sea de comprensión y no
de utilización instrumental de estos para nuestros fines particulares. Reconocer las
diferencias en el otro no significa aceptar incondicionalmente sus puntos de vista,
opiniones o creencias, sino más bien buscar el origen de estas para tratar de
entenderlas, aunque no las compartamos. Podemos llegar a comprender, por
ejemplo, por qué es posible que un hombre pueda transformarse en una bomba
humana por sus creencias religiosas y entender también que este hombre sea
incapaz de darse cuenta de la destrucción de vidas humanas que pueda ocasionar.
Comprender los fundamentos de sus creencias nos pide comprender la
incomprensión. Sin embargo, comprender no implica estar de acuerdo con creencias
que consideramos inadecuadas.

Por otro lado, reconocer las diferencias en el otro tampoco significa tolerar porque
no hay otra opción y mostrar una actitud de benevolencia falsa o aceptación de una
imagen inferior y humillante, la cual puede destruir al otro. La verdadera tolerancia
implica haber hecho un adecuado uso de nuestra reflexión crítica, abrir nuestras
mentes, ser sensibles a la diversidad, lo cual nos lleva a tomar una posición crítica y
ética, y nos permite valorar la posición antagónica del otro. No obstante, esto no
implica aceptar lo innoble o amenazante.

El conocimiento de los diversos contextos y la diversidad cultural aparece,


entonces, como un elemento crucial en este reconocimiento del otro. En etapas más
bien modernas, comenzó a surgir el concepto de la política de la diferencia, es
decir, considerar a cada ser humano en su identidad personal, cultural y social
única. Sin embargo, sabemos, por diferentes medios, que esta aceptación de lo
individual no ha sido respetada de manera universal e, incluso, se han dado
continuas y permanentes denuncias sobre casos de discriminación y rechazo a
ciudadanos considerados de “segunda categoría” o minorías que no son
consideradas como dignas del principio del respeto a la diferencia.

La política de la dignidad igualitaria parte del principio de que todos los seres
humanos son igualmente dignos de respeto, independientemente de la propia
identidad como individuos y como cultura. De hecho, la sola consideración de la
existencia de “culturas más o menos desarrolladas”, “más o menos modernas”,
“culturalmente más avanzadas” es la manifestación de un desprecio y rechazo a la
igualdad del potencial humano, y a la negación del contexto en el que estas culturas
se han desarrollado. Por ejemplo, dado que nuestro país es multicultural y
plurilingüe, parte de la población ha sufrido severas discriminaciones a nivel de
políticas estatales, así como a nivel de la convivencia social. Se ha tendido a
sobrevalorar lo “limeño” sobre lo andino o selvático, en una actitud coherente con
el histórico centralismo de nuestra nación.

Ética y Ciudadanía 105


Capítulo 2: Pluralismo moral

Factores que favorecen la posibilidad de reconocer a los demás

1) La reflexión crítica

Todo proceso comunicativo requiere hacer un análisis crítico tanto de lo que


decimos como de aquello que escuchamos. Esto nos pone a salvo de copiar modelos
o seguir ideas sin cuestionarlas y, a la vez, nos permite ir configurando nuestra
identidad. Taylor afirma que “(...) necesitamos las relaciones para realizarnos, no
así para definirnos26.” Es nuestra libertad pero desde una perspectiva crítica, la que
nos permite tomar decisiones sobre cómo influyen las relaciones interpersonales en
nuestra formación como personas.

Otro aspecto importante a considerar es que, según Hoyos27, ese entendimiento


mutuo que se va generando en las interacciones con los otros debe basarse en un
diálogo orientado a la búsqueda de un entendimiento mutuo, para lo cual debe
afirmarse solo aquello en lo que verdaderamente se cree y aquello de lo que se esté
convencido, es decir, ser auténticos en los procesos discursivos.

Mediante la reflexión crítica, podremos descentrarnos de nuestros juicios, ideas y ser


capaces de tomar en cuenta los diferentes puntos de vista para ser también capaces de
aceptar al otro en su diversidad.

2) El autoconocimiento

Sobre este tema, Morin refiere lo siguiente:

“Es necesario practicar el autoexamen personal de forma permanente, ya que


comprender nuestras propias debilidades o faltas es el camino que nos llevará a
comprender a los demás.” (Morin 2001: 122)

Autoconocerse implica reconocer nuestros prejuicios, nuestro etnocentrismo, así


como nuestra apertura, capacidad de escucha, etc.

3) Respeto y no solo tolerancia

Generalmente, se tiende a confundir tolerancia con indiferencia o escepticismo, o


con sufrir pacientemente. El diccionario de la Real Academia Española señala como
sentidos principales los siguientes: “sufrir; llevar con paciencia; permitir algo que no
se tiene por lícito sin aprobarlo expresamente; respeto y consideración hacia las
opiniones o prácticas de los demás, aunque repugnen a las nuestras; y

26
Cfr. Taylor 1993
27
Cfr. Hoyos 1998

106 Ética y Ciudadanía


Capítulo 2: Pluralismo moral

reconocimiento de inmunidad política para los que profesan religiones distintas de


las admitidas oficialmente”. En cambio, de acuerdo con el mismo diccionario, la
palabra respeto implica, en sus diferentes acepciones: “veneración, acatamiento que
se lleva a cabo ante alguien, miramiento, consideración y deferencia”.

Vivimos, actualmente, en un mundo con una gran diversidad religiosa, cultural,


filosófica, etc., la cual busca posicionarse como verdadera y se constituye en un
caldo de cultivo para que emerja la incomunicación y el rechazo a aquellas ideas que
no compartimos. Por lo tanto, ante este mosaico de realidades, surge la imperiosa
necesidad que lleve al hombre, a través de su racionalidad, a proponer ciertas reglas
de convivencia que puedan lograr un consenso en el que se pueda llegar a considerar
aquello que es lo más conveniente para todos. Y esto solo se podrá lograr a través del
respeto hacia el otro, sobre la base de la aceptación de un pluralismo razonable y a
través del intento por lograr consensos en torno de principios básicos de justicia.

Esto no implica obligar a nadie a aceptar las creencias o ideas de los demás, sino
construir una ética ciudadana que se sustente en el diálogo interpersonal y no solo
por tolerancia, ya que, como decía Goethe: “la tolerancia debería propiamente ser
sólo una actitud de transición: debe llevar al reconocimiento. Tolerar significa
ofender.” (Hoyos 1998)

Ética y Ciudadanía 107


Capítulo 2: Pluralismo moral

Factores que limitan la posibilidad de reconocer a los demás

1) Egocentrismo

La actitud egocéntrica alude a la del individuo marcado por su centrismo, muchas


veces inconsciente, en la que su propia visión y criterio son considerados por él
como lo más obvio, normal, natural, razonable y justo.

2) Etnocentrismo y sociocentrismo

La actitud sociocéntrica puede referirse a distintos sectores o conglomerados


sociales, en los cuales el grupo de origen no reconoce al extranjero su cualidad de
ser humano y, por lo tanto, no respeta sus diferencias.

De otro lado, al sociocentrismo cultural se le denomina también etnocentrismo y


está referido a un grupo humano que se define por su cultura, o bien al área
macrocultural a la que pertenece (por ejemplo, Europa o el Islam). Conocemos a
través de los medios de comunicación innumerables casos de sociocentrismo o
etnocentrismo que se han dado y continúan, hasta ahora, originándose en el mundo.

Como consecuencia de estos factores limitantes de un diálogo que permita la


convivencia y el respeto hacia el otro en su propia identidad personal y cultural, es
que han emergido los conflictos y guerras entre culturas, grupos étnicos, que,
paradójicamente, desdicen de la racionalidad humana, como dice Clément Rosset:
“la descalificación por razones de orden moral evita cualquier esfuerzo de
inteligencia del objeto descalificado, de manera que un juicio moral traduce siempre
un rechazo al análisis e incluso al pensamiento.” (Morin 2001: 119)

Puede afirmarse que la falta de comprensión o no reconocimiento del otro brotan de


la subjetividad o de la intersubjetividad y pueden llevar los nombres de
egocentrismo, sociocentrismo, etnocentrismo y antropocentrismo. Su característica
común es el centrismo clausurado en sí. Esto no significa que la subjetividad e
intersubjetividad sean condiciones desdeñables en el hombre. Se vuelven en contra
de él cuando se ven limitadas por la falta de una intervención racional y crítica de
su pensamiento. En consecuencia, afloran los prejuicios, la incapacidad de la
autocrítica la negación, el desprecio, etc.

108 Ética y Ciudadanía


Capítulo 2: Pluralismo moral

Reconocimiento del otro en la comunicación

“Momento inicial de todo proceso Comunicativo es el que podríamos llamar nivel


hermenéutico de la comunicación, en el cual se da la comprensión de sentido de
las expresiones lingüísticas, de las situaciones conflictivas, de las propuestas de
cooperación social, etc. Este momento comprensivo es un desarrollo de la
fenomenología del mundo de la vida, y es conditio sine qua non del proceso
subsiguiente. Se trata de un reconocimiento del otro, del derecho a la diferencia,
de la perspectiva de las opiniones personales y de cada punto de vista. Es un
momento de apertura de la comunicación a otras culturas, formas de vida y puntos
de vista, para apropiarse del contexto propio en el cual cobra sentido cada
perspectiva y cada opinión. No olvidemos que toda moral tiene que comenzar por
la comprensión del otro. Naturalmente que reconocer al otro no nos obliga a estar
de acuerdo con él. Quienes así lo temen prefieren, de entrada, ignorar al otro,
ahorrarse el esfuerzo de comprender su punto de vista, porque se sienten tan
inseguros del propio que más bien evitan la confrontación.”

“(...) Este momento hermenéutico del proceso comunicativo puede ser pasado a la
ligera por quienes pretenden poner toda la fuerza de lo moral en el consenso o en
el contrato, pero precisamente por ello es necesario fortalecerlo para que el
momento consensual no desdibuje el poder de las diferencias y de la
heterogeneidad propio de los fenómenos morales y origen de los disensos, tan
importantes en moral como los acuerdos mismos.”

“(...) El primer momento de la comunicación, el de la comprensión, es de apertura


a otras formas de vida; en él, se basa la tolerancia y el pluralismo razonable; él
constituye el reconocimiento del derecho a la diferencia. Hay que perder miedo a
comprender a otros, como si ello significara tener que estar de acuerdo con ellos.
Los que así piensan son los que prefieren ignorar la opinión de los demás,
excluirlos de la participación, negarles la posibilidad de tener razón. Sólo después
de haber comprendido a otros, se puede analizar si estamos en acuerdo o en
desacuerdo con ellos.”

Hoyos 1998: 23-24, 29

Ética y Ciudadanía 109


Capítulo 2: Pluralismo moral

Las dos comprensiones

La comunicación no conlleva comprensión.

La información, si está bien transmitida y comprendida, conlleva inteligibilidad,


que es la primera condición necesaria para la comprensión, pero no es suficiente.

Existen dos tipos de compresión: la comprensión intelectual u objetiva y la


comprensión humana intersubjetiva. Comprender significa intelectualmente
aprehender en conjunto, com-prehendere, captar en conjunto (el texto y su
contexto, las partes y el todo, lo múltiple y lo individual). La comprensión
intelectual pasa por la inteligibilidad y por la explicación.

Explicar es considerar lo que hay que conocer como un objeto y aplicarle todos
los medios objetivos de conocimiento. La explicación es obviamente necesaria
para la comprensión intelectual u objetiva.

La comprensión humana sobrepasa la explicación. La explicación es suficiente


para la comprensión intelectual u objetiva de las cosas anónimas o materiales. Es
insuficiente para la comprensión humana.

Esta comporta un conocimiento de sujeto a sujeto. Si veo un niño llorando,


comprenderé su pena sin medir el grado de salinidad de sus lágrimas sino
encontrando en mí el recuerdo de mis angustias infantiles, lo identificaré con mi
experiencia y me identificaré con él. Percibimos a las demás personas no solo
objetivamente, sino como otro sujeto con el cual uno se identifica y uno identifica
en sí mismo, un ego alter que se vuelve alter ego. Comprender incluye
necesariamente un proceso de empatía, de identificación y de proyección.
Siempre intersubjetiva, la comprensión demanda apertura, simpatía y
generosidad.
Morin 2001: 114-115

110 Ética y Ciudadanía


Capítulo 2: Pluralismo moral

 Ejercicios
Reconocimiento del otro

a. Lee las siguientes afirmaciones y reflexiona sobre las preguntas planteadas.

• Los hombres son más ciudadanos que las mujeres.


• Los blancos, los criollos y los mestizos son más ciudadanos que los cholos y los
indígenas.
• Los negros, cholos e indígenas tienen menos derecho a entrar a determinadas
discotecas.
• Los heterosexuales tienen más derecho que los homosexuales a ocupar puestos
gerenciales.

¿Crees que estas frases se siguen diciendo actualmente?


¿Qué relación encuentras entre estas afirmaciones y la ciudadanía?
¿Podrías relacionarlas con algunas situaciones de tu vida cotidiana?

b. Identifica diversas situaciones de la vida cotidiana en las que tú (tus ideas, propuestas,
sentimientos, etc.) no te hayas sentido reconocido por otras personas (familia, amigos,
compañeros de estudio, de trabajo, etc.) y haz un listado de ellas.

¿Cómo te sentiste en las situaciones identificadas?

Ética y Ciudadanía 111


Capítulo 2: Pluralismo moral

c. Identifica diversas situaciones de la vida cotidiana en las que tú no hayas reconocido las
ideas, propuestas, sentimientos, etc. de otras personas y haz un listado de ellas.

• ¿Cómo te sentiste en dichas situaciones?

d. Identifica diversas situaciones de la vida cotidiana en el Perú en las que se evidencia el no


reconocimiento del otro y haz un listado de ellas. Para facilitarte la tarea, organiza tu
listado en función de las cuatro desigualdades que, según varios especialistas, son las más
fuertes en el Perú:

112 Ética y Ciudadanía


Ética y Ciudadanía

Desigualdad de procedencia Desigualdad de género Desigualdad étnica Desigualdad de ingreso


regional

Capítulo 2: Pluralismo moral


113
Capítulo 2: Pluralismo moral

• ¿Qué creencias se tiene de las personas que no son reconocidas en las situaciones
que has identificado antes?

114 Ética y Ciudadanía


Capítulo 3

CIUDADANÍA
Capítulo 3: Ciudadanía

3.1 El complejo concepto de ciudadanía

Cuando en la actualidad utilizamos la palabra ciudadanía,


difícilmente nos referimos a esa antigua noción heredada de
los griegos para la civilización occidental. La ciudadanía
contemporánea está estrechamente vinculada al proceso de
Modernidad vivido por Occidente durante los últimos cuatro
siglos y que reconfigura, de manera radical, el modo en que
los seres humanos nos organizamos social y políticamente
para la convivencia. Ideales y valores tan fundamentales
para las mujeres y los hombres modernos como la libertad,
la igualdad, la soberanía y la autonomía, entre otros,
estuvieron prácticamente ausentes en diferentes épocas de la
historia.

Así por ejemplo, en los regímenes monárquicos de los


En Grecia, surge la noción siglos XVII y XVIII existían criterios de estatus y prestigio
de comunidad política: la para el establecimiento del orden social. Los seres humanos
polis. Ciudadanos eran los tenían “esencias naturales” distintas entre sí, lo que
hombres adultos y libres
que, por serlo, permitía distinguirlos y jerarquizar sus cualidades. La
participaban en los estructura de la sociedad de esa época era muy clara pues
espacios de la polis; su se componía únicamente de tres estamentos: nobleza, clero
ámbito era el del interés
común y no el de la esfera y plebe. Mientras los primeros tenían asignado el control
privada (el hogar, la del poder político por derecho de nacimiento, los segundos
administración de lo contaban con las mismas prerrogativas para el caso del
doméstico, de las
necesidades y de lo ejercicio de los asuntos religiosos. El tercer estamento –en
privado) a la que se Francia se le llamará “tercer estado”– tenía una condición
dedicaban las mujeres, los subordinada a los otros dos, en el que las personas vivían
esclavos y los niños.
bajo las reglas sociales, políticas y religiosas que
establecían los nobles y las jerarquías eclesiásticas, por lo
que desarrollaban sus vidas bajo una lógica patrimonial
basada en relaciones de patrón-cliente.

Dicho esquema de relación social se basaba en favores. Es


decir, se trataba de una lógica de reciprocidad que consistía
en dar y recibir algo valioso de acuerdo con las
posibilidades de cada persona. El patrón ofrecía acceso a
las tierras de cultivo, protección y seguridad militar,
mientras que el cliente o siervo se comprometía a entregar
parte de su producción y su servicio leal en caso de
enfrentamiento con otro señor rival. Las relaciones entre
patrones y clientes se fortalecían a través de valores como
el honor, la lealtad y la tradición. No obstante, estas
relaciones sociales no se sustentaban en la libre voluntad;
es decir, no las decidían las propias personas, sino que
estaban predefinidas por las relaciones históricas de las
familias entre sí. El vínculo entre patrón y cliente era
heredado y cada cual tenía que ocuparse de desarrollar

116 Ética y Ciudadanía


Capítulo 3: Ciudadanía

adecuadamente el papel que le correspondía de antemano.

Bajo las condiciones antes descritas, no es posible hablar de


“La ciudadanía tiene que
ver con la transformación ciudadanía en su concepción moderna, pues esta supone la
de las sociedades existencia de un sujeto racional, libre y consciente de lo que
tradicionales en modernas es mejor para él mismo. Eso es lo que afirman, al menos,
y está relacionada con la
definición de la relación Lynch y Patrón (1997: 93): “[la ciudadanía es una]
entre los individuos y el condición del desarrollo político de la humanidad en la
Estado, esta relación época moderna, que reivindica el valor único de la persona
constituye a los
gobernantes bajo el humana y su capacidad para decidir su propio destino”. Un
mandato de los ciudadano es un igual. Esto es, alguien que comparte los
gobernados, bajo el mismos derechos y deberes con cualquier otro vecino o
supuesto de que no
existen poderes por habitante de un mismo lugar. En la lógica de la condición de
mandato divino (Dios) ni ciudadanía, no existen diferencias de estatus ni de prestigio.
por herencia sanguínea No hay cualidades intrínsecas que hacen a algunos
(reyes). El fundamento del
poder, el arte de la individuos superiores a otros. Es una igualdad que permite la
administración de la convivencia en términos de justicia y equidad. Borradas las
sociedad, reside en todos diferencias de nacimiento, solo queda la capacidad libre y
aquellos que conformaban
la sociedad, en los autónoma de tomar decisiones sobre su vida.
hombres y mujeres de
carne y hueso”. (Venturo Pero, ¿es indispensable la ciudadanía, realmente, para poder
1997).
afrontar mejor los problemas éticos sociales y públicos?
¿Qué alternativas o posibilidades nos brinda para
resolverlos? Para empezar a responder estas preguntas, y
plantearnos otras, necesitamos entender a profundidad este
concepto.

El concepto de “ciudadanía” es antiguo y complejo, al igual


que otros conceptos trabajados en el curso, como, por
ejemplo, ética. Esta noción se viene construyendo y
debatiendo desde hace muchos años, por lo que su discusión
aún no está cerrada. De acuerdo con las diversas realidades
culturales y con las diferentes posturas de los autores que
han estudiado el tema a fondo, se han establecido varias
definiciones y, además, como todas las palabras que
inventamos las personas, se ha venido comprendiendo y
usando de muchas maneras. Su origen se encuentra en el
mundo griego y, desde entonces, su sentido ha ido
transformándose a lo largo de la historia, en relación
estrecha con el desarrollo de las sociedades.

Así, por ejemplo, a veces, asociamos el término


“ciudadanía” con el hecho de ser habitantes de un país. Por
eso, algunas personas creen que ser pobladores del mismo
país ya nos hace ciudadanos; otra veces, relacionamos este
concepto con la obtención de la mayoría de edad, y, de esta
manera, se entiende que solo los mayores de edad son
ciudadanos. Sin embargo, otros piensan que la edad no
tiene nada que ver con el tema y, más bien, lo vinculan con
el lugar de nacimiento, la participación en los procesos

Ética y Ciudadanía 117


Capítulo 3: Ciudadanía

electorales, la conciencia y el cumplimiento de derechos y


deberes, el sentido de pertenencia, la igualdad, la política y
el poder, entre otros. El problema es que esta variedad de
sentidos genera cierta confusión y hace que nos asalten
algunas dudas: ¿será que “ciudadanía” significa todo esto a
la vez?, ¿será que alguno de estos significados es más
adecuado que el resto? Si existen tantas maneras de
entender la ciudadanía, ¿existirán, también, diversas formas
de ser ciudadano?, ¿se podría decir que algunas personas
son “más” ciudadanas que otras?

Más allá de su relevancia histórica, nos interesa acercarnos


al significado de “ciudadanía” en el mundo de ahora y
darnos cuenta de su importancia en nuestras vidas, en
“Ciudadanía” viene de nuestra formación ética, considerando el interés central del
“ciudadano”, que, a su vez,
viene de “ciudad”. Si
curso. ¿Qué tendrá que ver la ciudadanía con la búsqueda
pensamos en ciudad, de una mejor vida para mí y para los demás? Diversos
pensamos, también, en especialistas señalan que existen algunas condiciones
comunidad. El ser humano
es un zoon logon politikon,
mínimas de convivencia necesarias para construir un
según el filósofo griego escenario social en el que la ciudadanía sea el paradigma
Aristóteles. Esta afirmación predominante de la vida política de los individuos. Son
es todavía muy actual: el ser
humano es un animal político
estos elementos los que se discutirán en las páginas
capaz de discurso, lo cual siguientes. Por ello, cabe considerar que seremos
quiere decir que es un ciudadanos de una comunidad política, entre otros, si es
animal diferente de los
demás, y se distingue porque
que:
vive con otros y porque
posee un lenguaje que no  nos reconocemos mutuamente como iguales, con los
sólo es instrumental, sino
que, también, expresa ideas,
mismos derechos y deberes.
creencias, valores. Somos  conocemos y ejercemos nuestros derechos y deberes
seres eminentemente como miembros de dicha comunidad.
sociales. Nuestro lenguaje es
el vínculo.
 existe un Estado que garantice nuestros derechos, vele
por el cumplimiento de nuestros deberes y asegure la
convivencia social.
 participamos en la discusión y acción de cómo debe el
Estado regular y administrar el orden social.
 sentimos que pertenecemos a una comunidad política
(por ejemplo, el Perú).

Así, podemos constatar que crear condiciones para el


ejercicio pleno de la ciudadanía es una tarea difícil, pero no
necesariamente imposible. Definitivamente, no existe
ningún país que cumpla, plenamente, con los criterios de
ciudadanía de este modelo teórico propuesto, aunque, de
hecho, algunos sí se han acercado bastante y otros casi
nada.

Problemas mundiales como la pobreza, la discriminación


cultural, el autoritarismo, la corrupción política, el
desinterés en relación con el ámbito social, la violación del
ordenamiento jurídico, la violación de los derechos

118 Ética y Ciudadanía


Capítulo 3: Ciudadanía

humanos, por nombrar sólo algunos, dificultan el desarrollo


de una ciudadanía plena. La ciudadanía se va definiendo de
acuerdo con una serie de procesos históricos que suceden
de diferente manera y en distinta secuencia en cada
realidad. De hecho, no es una condición que sea posible
construir de un día para otro.

Acercarnos a entender algunas de las piezas fundamentales


en el desarrollo de la ciudadanía sólo nos da algunas pistas
de cómo construirla, pero es cada sociedad, de acuerdo con
singulares características, la que va logrando su propio
perfil ciudadano con matices particulares. Incluso, algunos
especialistas afirman que los sentidos que le demos a la
palabra “ciudadanía” dependen del tipo de sociedad en que
Democracia es un sistema queramos vivir. En este sentido, no hay una definición
político que organiza al
Estado y una forma de neutral y tampoco existe un único concepto de ciudadanía,
convivencia entre seres sino diferentes concepciones de ella.28 Considerar estos
humanos. Como sistema elementos es un buen punto de partida para generar interés
político, tiene las
siguientes características: por pensar e intentar un orden social coherente con nuestras
distribución equitativa del expectativas por aprender a vivir juntos de una mejor
poder, reconocimiento de manera.
las necesidades e
intereses de la mayoría y
minoría, participación A partir de todo lo trabajado sobre la ciudadanía, vemos que
ciudadana organizada, esta aparece como una condición, individual y colectiva, a
práctica de una ética
sustentada en valores, alcanzarse en las sociedades actuales para poder resolver de
vigencia del Estado de mejor manera los problemas de convivencia entre las
Derecho, cumplimiento de personas. Incluso, podemos hacer un intento de definición
responsabilidades y
deberes, elecciones libres, de ciudadanía que integre algunas condiciones clave de
transparencia en el convivencia: “[la ciudadanía es] una condición de
ejercicio de la autoridad, pertenencia a una comunidad política bajo condiciones de
etc. Como estilo de vida, la
democracia implica la igualdad en el ejercicio consciente de derechos y deberes
vivencia de los derechos relacionados con la convivencia social; implica participar
humanos y la construcción autónoma y organizadamente en el espacio público para
de relaciones de justicia y
de solidaridad que abren expresar opiniones, impulsar iniciativas y tomar decisiones
los espacios para la libre frente a los problemas de esta convivencia; supone la
determinación de las existencia de un Estado que garantice que la ciudadanía
personas, de los grupos y
de los pueblos. goce de una condición jurídico-política que vela por el
cumplimiento de las leyes y normas que rigen la vida en
IPEDEHP, 1998. común.” (Mory y Vélez 2005: 64)

De acuerdo con José Esteban Castro29, si bien la noción de


ciudadanía, en términos generales, se puede entender como
la condición plena de pertenencia a una comunidad, es
decir, “un conjunto de derechos y obligaciones que
determinan el carácter de las relaciones entre los individuos
de una determinada comunidad política”, el concepto

28
Cfr. Estévez 1998.
29
Cfr. Castro 2002: 39-62

Ética y Ciudadanía 119


Capítulo 3: Ciudadanía

presenta una serie de matices en su aplicación que podría


considerarse una noción con dos dimensiones no
necesariamente vinculadas: formal y sustantiva. Tal como lo
señala Castro, la primera es aquella que permite determinar,
en términos legales, la identidad que el individuo adquiere
por pertenecer a una comunidad política relevante, como el
Estado-nación. Por otra parte, la dimensión sustantiva se
refiere a un conjunto determinado de derechos y formas de
participación en la vida política, económica y social que no
está garantizado por pertenecer formalmente a un Estado-
nación. Por el contrario, su ejercicio efectivo depende, en
gran medida, de una serie de determinaciones vinculadas
estrechamente con mecanismos de distancia social, como
las diferencias de clase, de género y étnicas o raciales.

Por ello, los derechos de ciudadanía, más allá de ser una


cuestión normativa, constituyen mecanismos de inclusión-
exclusión propios de las formas contemporáneas de
organización sociopolítica en el mundo occidental. En ese
sentido, si bien requiere que el establecimiento y
reproducción de las relaciones sociales dentro de las
comunidades políticas sean regulados, también permite
demarcar un espacio en disputa, en el que se dan las luchas
sociales con el fin de ampliar y conquistar derechos en
distintos espacios sociales. No obstante, teniendo en cuenta
que, incluso en las democracias industriales más
desarrolladas, el acceso y ejercicio plenos de los derechos
de ciudadanía no se logran, es pertinente que los derechos
de ciudadanía sean analizados y comprendidos a partir de
sus limitaciones.

De este modo, la noción de ciudadanía se puede definir


dentro de un contexto plenamente activo: un territorio en
disputa y en constante negociación. Ese es el espíritu de la
ciudadanía que ha dirigido el debate iniciado hace algunas
décadas al respecto. A partir de ello, se ha dado lugar a un
proceso de cambio de la concepción tradicional de los
“derechos de ciudadanía”. De esta manera, se vienen dando
cambios tanto a nivel de expansión del contenido formal de
tales derechos como a nivel de la ampliación de las
categorías de personas que pretenden acceder a los mismos.

En ese sentido, el contexto de cambio y de búsqueda


constante de reivindicación de los derechos de ciudadanía
exige un análisis profundo y responsable de las dificultades
que atraviesa gran parte de la población para acceder a ellos,
sobre todo en Latinoamérica. El poder, en términos de
acceso y de pleno ejercicio de tales derechos, parece estar
determinado, como ya se señaló, por una serie de
condiciones propiciadas por un sistema económico que

120 Ética y Ciudadanía


Capítulo 3: Ciudadanía

asume la existencia natural de la desigualdad y que se opone


radicalmente a un sistema democrático. Luego de más de
una década del gobierno de regímenes militares y
autoritarios en Latinoamérica, se puede señalar que el
establecimiento de las instituciones y principios de la
democracia liberal sigue constituyendo una promesa
largamente incumplida. Por ello, urge la rápida erradicación
de la pobreza, no sólo como imperativo moral sino también
como condición necesaria para el mantenimiento de la
estabilidad social y política, componente esencial de
cualquier proceso de inversión y crecimiento.

¿Diría Ud. que los peruanos som os poco o nada...? Sociedad y discriminación en el Perú.
Los peruanos tenemos una
evaluación negativa del presente
Iguales ant e la ley pero, además, sentimos que en vez
de avanzar hemos retrocedido en
varios aspectos centrales para la
Democáticos convivencia social. Hoy en día nos
vemos más machistas así como
Conscientes de sus menos honestos que hace algunos
obligaciones y deberes años. La mayoría piensa que
Respet uosos de los
seguimos siendo igual de racistas o
Derechos Humanos que incluso ahora lo somos más. A
pesar que hace algunos años el Perú
Exigent es en sus estuvo inmerso en un conflicto
derechos armado interno que provocó
aproximadamente 70 mil víctimas
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 fatales, cerca del 70% de
entrevistados piensa que hoy somos
Fuente: Encuesta sobre discriminación social (DEMUS 2006) más violentos que en el pasado.

En la medida que uno se sienta cada vez más parte de una


comunidad política, el interés por los problemas de
convivencia podría crecer, ya que nos importaría no solo lo
que ocurre con nuestra vida y la de nuestros seres queridos,
sino, también, lo que ocurre, en general, con los demás en la
vida en común. Asimismo, el hecho de que se logre
considerar a los demás como iguales en derechos y deberes
(respaldados por un Estado) es un paso importante en la
búsqueda de mejores formas de resolver los problemas
sociales, económicos y, fundamentalmente, éticos, pues nos
obliga a respetar a los demás en ese intento.

La ciudadanía se presenta como una condición importante a


ser desarrollada en las sociedades para poder enfrentar
mejor los problemas de convivencia pero, también, vimos
que son pocos los países en el mundo que la han logrado
desarrollar plenamente. ¿Querría esto decir, entonces, que
no se pueden afrontar los problemas de convivencia en
dichos países o sociedades? Sería ingenuo pensar así. Lo
único que parece quedarnos claro es que, mientras más
sólida sea la ciudadanía en un país, este tendrá mejores
posibilidades de resolver los dilemas que afronta. Así, la

Ética y Ciudadanía 121


Capítulo 3: Ciudadanía

ciudadanía se presenta como una condición valiosa para


ello, puesto que permite construir un diálogo entre las
personas afectadas para buscar una solución. Dada la
característica de polarización social de la mayoría de los
países latinoamericanos, sectores minoritarios de la
población disfrutan de un ejercicio pleno de los derechos de
ciudadanía vigentes, mientras que extensas mayorías de
personas ni siquiera gozan de los derechos más elementales.
Quizás la expresión más cruda de esta realidad se refleja en
las áreas urbanas de nuestros países, en las cuales la misma
asume la forma de una oposición entre las identidades del
“ciudadano” y del “no-ciudadano”.

3.2 Aspectos básicos para el ejercicio pleno de la ciudadanía


En el curso Ética y Ciudadanía, consideramos que existen
una serie de aspectos básicos de convivencia ciudadana30
que deben ser tomadas en cuenta para construir un entorno
adecuado para la vida en común. Dichos elementos son la
igualdad en derechos y deberes, la existencia de un Estado
de derecho, el sentido de pertenencia, la participación
ciudadana, entre otras, las que se desarrollan a continuación.

Igualdad en derechos y deberes

De los elementos que favorecen la ciudadanía moderna y


facilitan la vida en común, probablemente, la igualdad en
deberes y derechos sea una de las más importantes.

Ciertamente, al hablar de igualdad, nos estamos refiriendo a


la condición que señala uno de los cambios más
importantes que ha sufrido la civilización occidental en los
últimos dos o tres siglos. El mundo antiguo y medieval se
constituyó sobre la base de las diferencias de estatus; es
decir, se asumía que las personas pertenecían a categorías
distintas de individuos construidas en función de “esencias”
entre los sujetos que eran diferentes entre sí y que podían
ser jerarquizadas. Se trataba de sociedades basadas en el
honor, término que en tiempos antiguos estaba
intrínsecamente vinculado a la desigualdad y la existencia
de preferencias: desde este punto de vista, para que algunos
tuvieran “honor”, era absolutamente necesario que otros no
lo tuvieran31. Esto justificaba el discurso discriminatorio y
las políticas esclavistas, ya que se asumía que los grupos

30
Nos basamos en aquellos elementos que muchos especialistas en el tema consideran centrales para entender la
ciudadanía: Lynch y Patrón 1997; León 1997; Venturo 1997; Bustamante 1998; y, Tovar y otros 1996.
31
Cfr. Taylor 1993: 45

122 Ética y Ciudadanía


Capítulo 3: Ciudadanía

más poderosos o más “puros” tenían derecho a imponerse


sobre los grupos más débiles o menos educados. Así,
existían grupos “superiores” y otros “inferiores”.

El régimen basado en el estatus y en el prestigio de los


individuos se extendía a todas las dimensiones de la vida
humana: las sociedades se organizaban de ese modo tanto
en sus aspectos económicos, como en los sociales, los
políticos y los culturales. Así, la idea de que existían
sujetos mejores o peores formaba parte del sentido común
de los individuos y no se cuestionaban las políticas que
establecían regímenes diferenciados de derechos y
privilegios. Como ya se señaló líneas arriba, en las
monarquías europeas del siglo XVII y XVIII, solo podían
ejercer funciones políticas de gobierno aquellos individuos
que pertenecían a una nobleza o linaje tradicional y
reconocido como tal. La posibilidad de que un hombre del
común pudiera llegar a convertirse en rey era una situación
absolutamente incoherente y absurda, ya que cualquier
gobernante debía tener un respaldo sustentado en la
pertenencia a un linaje sagrado y divino. Por otro lado, en
los tiempos del Virreinato del Perú, existía una sociedad
dividida principalmente en una República de Españoles y
una República de Indios, cada una con sus propias leyes
que marcaban diferencias relativas a la posibilidad de
acceder a puestos de la administración colonial, a usar
cierto tipo de vestimentas, al trabajo en favor de la corona a
través de la mita, el pago de tributos, entre otras. Todo ello
sostenido mediante la idea que entre los seres humanos,
unos habían nacido para gobernar y otros para ser
gobernados.

En tales circunstancias, no existía, por supuesto, una


¿Consideramos a los
demás como iguales, con política que reconociera la existencia de derechos
los mismos derechos y igualitarios entre todos los individuos. Esta situación
deberes? ¿O tenemos empieza a cambiar con el tránsito de sociedades basadas
ciertos prejuicios que nos
hacen jerarquizar a las en el honor a sociedades basadas en la dignidad, como las
personas según algunos actuales. El concepto moderno de dignidad se entiende en
criterios? un sentido universalista e igualitario, como cuando se
habla de la dignidad del ser humano o del ciudadano. Se
asume que es una condición que todos, sin excepción,
comparten.

La política de la dignidad igualitaria se sustenta en la idea


de que todos los seres humanos somos dignos de respeto y
reconocimiento. ¿Y qué es lo que justifica poner en práctica
este respeto? De acuerdo con Kant, lo que inspira respeto
es nuestra condición de seres racionales que tienen la
capacidad de decidir sobre su vida basándose en principios.
Este potencial que tienen todos los seres humanos, y no lo

Ética y Ciudadanía 123


Capítulo 3: Ciudadanía

que cada uno haya hecho con él, es lo que asegura que cada
individuo merezca respeto32. En otras palabras, no importa
si un individuo es blanco o negro, indígena o mestizo,
ignorante o educado, respetuoso de las leyes o delincuente
sin escrúpulos, en cualquiera de los casos, esa persona
merece respeto y ser considerado igual en derechos y
deberes en relación con los demás ciudadanos.

En consecuencia, hemos encontrado algo que nos une:


tener los mismos derechos básicos. Así como cada uno
vela por el cumplimiento de sus derechos, cada uno de
nosotros, también, tiene el deber de proteger los derechos
de los demás. Si tomáramos conciencia de que
convivimos con otros a quienes debemos considerar
como iguales, respetando sus diferencias, tal vez la
convivencia sería más armoniosa y solidaria entre las
personas.

Justamente, esto propusieron los griegos cuando idearon


la democracia: las mismas leyes debían regir para todos
los ciudadanos, al margen de las diferencias. En esa
época, las mujeres, los esclavos y los niños no eran
considerados ciudadanos y, por tanto, no tenían los
mismos derechos que estos. Sin embargo, el punto de
partida de los griegos fue importante para que, después de
muchísimos años, se llegara a la conclusión de que todos
los seres humanos somos iguales en derechos y deberes.
En esto último, jugó un papel muy importante la
declaración universal de los derechos humanos, pues,
como acuerdo de la comunidad internacional, constituye
una forma de proteger la vida de las personas y asegurar la
convivencia. A pesar de ello, el respeto de los derechos
humanos todavía sigue siendo una promesa difícil de
cumplir.

La igualdad de derechos y deberes es necesaria para que


exista una vida digna para las personas. Supone que todos
los que pertenecemos a la misma comunidad nos tratemos
como iguales, pero aceptando que somos diferentes y
únicos en nosotros mismos. Esto es, sin duda, un gran
reto. Las diferencias que se presentan dentro del espacio
público que alberga sujetos–ciudadanos diferenciados por
su cultura, idioma, género u opciones particulares y
específicas de vida, son una fuente inagotable de riqueza
que apuntala y amplía el espectro de comprensión de los
individuos que habitan el espacio público. En tal sentido,

32
Cfr. Taylor 1993: 65

124 Ética y Ciudadanía


Capítulo 3: Ciudadanía

la mayoría de los espacios sociales33 de nuestra época se


caracterizan cada vez más por una diversidad de
individuos cuyos orígenes u opciones de vida difieren
entre sí. Los procesos migratorios, por ejemplo, así como
la presión sufrida por las grandes urbes han modificado
los paisajes urbanos de modo tal que ya no existe una
única identidad común que caracterice al grueso de sus
habitantes. Por el contrario, son las diferencias las que
saltan a la vista en las sociedades complejas
contemporáneas.

Estos procesos de movilización humana han modificado


las costumbres locales de los habitantes de las grandes
urbes, de manera que las transformaciones en dichas
sociedades ha predispuesto a oriundos y migrantes a
conflictos, a propósito de los cuales han surgido
manifestaciones violentas que han definido las relaciones
humanas. Estos procesos de cambio, en los que la
violencia ha retratado una serie de conductas de desprecio
y de no reconocimiento igualitario ante esos otros
“distintos” dada su condición de “extranjeros”, han
configurado modos de convivencia signados por el recelo
y la distancia, cuando no, por el desprecio y, en última
instancia, por el no reconocimiento (a esos otros distintos)
iguales derechos como seres humanos y la negación, por
tanto, de su condición como ciudadanos del mundo.

Se concluye, así, que las desigualdades humanas y


ciudadanas que se representan en los espacios públicos
tienen su origen en la ausencia de reconocimiento social,
lo que genera otras formas de desigualdad. En efecto, las
desigualdades económicas, por ejemplo, constituyen un
fortísimo obstáculo para la convivencia entre las personas,
pues esta puede negar34 posibilidades de desarrollo básico
y primario entre los seres humanos, tales como el acceso a
la alimentación, a la salud y a la educación35.

Otra forma de desigualdad recurrente en los países con


mayor carga migratoria y con viejas tradiciones de
dominación colonial y autoritaria, como sucede en nuestro
país, es la desigualdad relativa al origen o procedencia
de los ciudadanos. Esto se relaciona con sociedades
fragmentadas a partir de esquemas polares del tipo

33
Muchos de los cuales son verdaderos centros de poder que resultan atractivos para los habitantes de otras
latitudes en las que las oportunidades de acceso a bienes y servicios son escasas y, muchas veces, inexistentes.
34
Dependiendo de los espacios geográficos en los que se manifieste, pues las desigualdades económicas no son
siempre las mismas en todo lugar. Una cosa muy distinta es ser pobre en Alemania, Francia o los Estados Unidos;
en algún país del África sub sahariana o Haití; o que ser pobre en Argentina o Costa Rica.
35
Según datos de PNUD de 1998, el 20% más rico de la población mundial cuenta con el 80% de las riquezas que
se producen en el mundo; el 20% restante de riqueza producida es para el 80% del resto de la población del orbe.

Ética y Ciudadanía 125


Capítulo 3: Ciudadanía

“centro” y “periferia” que en el Perú, por ejemplo, se


manifiesta como la permanente contraposición entre la
capital y las provincias. Los habitantes del centro parecen
tener mayores facilidades para el ejercicio de sus derechos
fundamentales que aquellos que pertenecen a la periferia.

El caso peruano es paradigmático al respecto. De acuerdo


con lo señalado líneas arriba, durante la sociedad colonial,
se consideró a los indígenas como fuerza de trabajo para
la extracción minera al servicio de los conquistadores y de
la estructura política y estatal de la corona española. Es
decir, se les atribuyó un rol específico dentro de la
división social del trabajo y, a fuerza de representar este
rol de servicio a los sectores dominantes a lo largo de toda
la colonia, se les configuró un modo de ser social
determinado. Este modo de ser, a la larga, se volvió
determinante: terminaba por aludir a una condición
natural inferior dada, esencial y no sujeta a cambios. Aquí
se manifestaba otro tipo de desigualdad, aquella
sustentada en la discriminación por cuestiones étnicas.
Los indígenas, señalaba Alejandro Deustua –filósofo
peruano de inicios del siglo XX influido por las doctrinas
entonces de moda, como el positivismo– habían llegado a
la cúspide de su desarrollo como especie dentro de la
humanidad, por lo que no cabía esperar de ellos ni
progreso ni mejora, tan sólo cumplir un papel de operarios
dentro de la sociedad.

Finalmente, es preciso señalar la existencia de las


desigualdades de género, que han perdurado a lo largo de
casi toda la historia de la humanidad. Así, en el mundo
occidental, los derechos ciudadanos reconocidos a favor
de las mujeres son de fecha relativamente reciente.
Incluso, estos derechos reconocidos socialmente han sido
el fruto de las propias luchas de las mujeres por acceder,
igualitariamente, a los espacios públicos, sean estos
sociales o políticos. Fueron las propias mujeres las que
tuvieron que ganarse en la calle el reconocimiento de sus
derechos civiles y políticos. En el Perú, por ejemplo, el
derecho al voto femenino data de 1956; pero, aun así,
dentro del movimiento popular peruano –caracterizado
por la precariedad económica y social–, las mujeres han
tenido un rol determinante para hacerle frente tanto a la
pobreza como a la violencia política de la subversión, así
como a las frustradas políticas sociales de los gobiernos
de los últimos treinta años. Organizaciones femeninas
como los comedores populares y los clubes de madres,
dan cuenta de ello.

126 Ética y Ciudadanía


Capítulo 3: Ciudadanía

Derechos y deberes: beneficios y obligaciones

Conforme las comunidades en las que vivimos van


creciendo, la forma de organizarnos se hace más difícil
pues, al aumentar el número de individuos, se hace más
complicado sentarnos a dialogar para conseguir ciertos
convenios. Siendo seres sociales, ¿cómo nos ponemos de
acuerdo para convivir? La posibilidad de un conflicto
debido a nuestras discrepancias sobre cómo organizar la
vida en común está siempre latente. Estas mismas
discrepancias ocurren en todos los grupos a los que
pertenecemos: la familia, los grupos de trabajo, el país y
el mundo entero.

Por ello, nos hemos visto obligados a concebir y


establecer ciertas normas que nos permitan organizar una
convivencia digna y justa en sociedad. Estas normas se
construyen en función de un conjunto de “beneficios” que
el colectivo otorga a los individuos y un conjunto de
“responsabilidades” que cada uno de nosotros debe
cumplir. Así, cumplimos nuestras tareas en esta constante
convivencia y sabemos que otras personas también, por lo
que somos conscientes de lo que nos pueden exigir y lo
que podemos exigir dentro de la interacción social. No
solo es ponernos de acuerdo, sino también saber darle la
importancia a lo que hemos acordado. Pero sobre todo,
ser conscientes de ello para saber cumplir y hacer cumplir
obligaciones y responsabilidades, todo ello a favor de la
convivencia social.

Estas pautas mínimas de convivencia reconocen, ante


todo, el valor de la vida: discrepar no tiene por qué
llevarnos a agredir y, menos, a matar. Este intento por
preservar la vida humana dentro de un orden establecido,
reconoce ciertos derechos que toda persona tiene. Los
derechos son las facultades del ser humano para hacer,
legítimamente, lo que conduce a los fines de su vida.
Facultades de hacer o exigir todo aquello que la sociedad,
sus leyes y autoridades establecen en nuestro favor. En
palabras más sencillas, se trata de un conjunto de
principios y normas, expresivos de una idea de justicia y
de orden, que regulan las relaciones humanas en toda
sociedad. Algunos de ellos son el respeto a la vida, la
libertad de pensamiento y participación en asuntos de la
comunidad, el derecho a la propiedad y a la justicia, el
derecho al bienestar económico, la seguridad y la calidad
de vida, entre otros.

Ética y Ciudadanía 127


Capítulo 3: Ciudadanía

Estos derechos, a su vez, constituyen deberes a ser


respetados, pues son exigencias éticas y cívicas, normas
legales indispensables para la vida en sociedad. Rigen las
relaciones de convivencia humana y orientan el
ordenamiento jurídico de las instituciones. Son
responsabilidades que tenemos para actuar dentro de
espacios públicos.

Así, todo derecho implica un deber, una obligación nacida


del respeto a los derechos de toda persona. Establecer
ciertos derechos (facultades) y deberes (responsabilidades)
que aseguren la convivencia social le pone reglas al
“juego” de vivir: qué puedo esperar de la comunidad y qué
puede ella esperar de mí. Todos los hombres y mujeres que
convivimos en sociedad tenemos derechos que ejercer y
deberes que cumplir. Entonces, hacer efectivos nuestros
deberes y exigir que se cumplan nuestros derechos, siempre
en equilibrio, permitirá que el orden social se mantenga.

Esto quiere decir que, como individuos, tener conciencia de


nuestros deberes y derechos significa tomar parte activa en
la vida social. Es decir, intervenimos directamente en el
sostenimiento de la comunidad a la que pertenecemos
cumpliendo sus normas y obligaciones. Una vez que somos
conscientes de ello, exigiremos nuestros derechos y
cumpliremos nuestros deberes ya no de una manera
mecánica, sino conscientes de la finalidad última de todo
este conjunto de normas y obligaciones que ordena la
sociedad: el bienestar de la persona humana. Frente a ello,
nos planteamos la siguiente pregunta ¿qué consecuencias
tiene para la vida en sociedad cumplir con nuestros
deberes y derechos?

A veces solo pensamos en nuestros derechos y no en


nuestros deberes. Por ejemplo, cuando vamos a la playa nos
gusta encontrarla limpia, echarnos en la arena, disfrutar del
mar, tomar sol, etc. Pero, en ocasiones, no estamos
dispuestos a cumplir con nuestros deberes: no dejar basura

128 Ética y Ciudadanía


Capítulo 3: Ciudadanía

en la playa, mantenerla limpia, fijarse en que otros la


cuiden, etc. No se trata solo de recibir, sino, también, de dar.
Se trata de respetar el derecho de todos a encontrar la playa
tan limpia como uno la encontró.

El ser ciudadano no solo es pertenecer a una comunidad


política que me otorga derechos. Implica tener ciertas
responsabilidades como, por ejemplo, cuidar
permanentemente los espacios a los que pertenecemos, pues
vivimos en ellos y son espacios de todos. En este caso, la
playa es un espacio común y no solo se trata de
beneficiarnos y disfrutar de ella, sino también de mantenerla
limpia. Lo mismo podemos decir de las calles, los parques,
centros de esparcimiento, estadios, autobuses, ferias, etc. Si
bien el cuidado de los espacios públicos está a cargo de
personas especializadas en dicha tarea, también requiere del
cuidado de todos los que habitamos en ellos. Esto es así
porque son los lugares donde vivimos, donde nos
relacionamos. Es importante saber respetar los acuerdos
sobre esos espacios: no es conveniente hacer lo que nos
parezca abandonando el orden establecido, ya que ello no
permitirá alcanzar ese bienestar ciudadano que estamos
buscando.

Cantidad de países donde Amnistía Internacional comprobó... Ataques a los


derechos humanos
El cuadro revela las
A cto s de to rtura o maltrato s 111 cifras encontradas por
la organización
Amnistía Internacional
P risió n po r delito s de o pinió n 56
sobre la base de 152
países analizados en
P rácticas irregulares de detenció n arbitraria 54 su Informe Anual
correspondiente al año
Una o más co ndenas a muerte 50 2002. En el caso de
los países en los que
Ejecucio nes extrajudiciales 47 hubo condenas a
muerte, en 27 de ellos
Graves ataques a lo s derecho s humano s cuya se registró la ejecución
respo nsabilidad incumbe a grupo s de o po sició n
42
de al menos una de las
condenas.
Desaparició n de perso nas 35

0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100
%
Fuente: Le Monde diplomatique 2002: 73.

El uso y el cuidado de los espacios de convivencia social


son solo un ejemplo de las múltiples responsabilidades y de
los diversos derechos que tenemos como miembros de una
colectividad. Así, ser ciudadano nos remite de algún modo a
nuestro hogar también. Así como nuestros padres nos dan
educación, alimentación o vivienda, también tenemos
ciertos deberes: ayudar en las tareas domésticas, estudiar,
cuidar las cosas, etc. Se trata de una relación de
responsabilidades interdependientes. En consecuencia, la
ciudadanía se produce en la medida en que damos y

Ética y Ciudadanía 129


Capítulo 3: Ciudadanía

recibimos en nuestra relación con la comunidad; implica


ser conscientes de nuestros derechos y deberes. Ser
ciudadano significa adquirir el derecho y la responsabilidad
de participar en la organización de la convivencia social.
Ejerciendo mis derechos y deberes en la comunidad
fortalezco mi condición de ciudadano.

Estado de derecho

Para garantizar, regular y administrar la vida social en


favor del desarrollo de las personas y de las colectividades,
hemos necesitado crear los Estados. En su definición más
elemental, el Estado se refiere al conjunto articulado de
instituciones políticas de una colectividad, es decir, a
aquellas que tienen que ver con la manera en la que un
pueblo determinado decide cómo gobernarse y vivir.

Esto quiere decir que los Estados pueden tener


características diferentes de acuerdo con su propia realidad
La misión del Estado de
Derecho es servir al histórica y social. Así, por ejemplo, en el caso de Estados
individuo garantizando el Unidos, se trata de una organización de principios liberales
respeto de sus derechos, y de naturaleza federal, mientras que, en el caso del Reino
regulando y administrando
la vida social a favor del Unido, se trata de instituciones políticas propias de una
desarrollo de las personas monarquía parlamentaria. Asimismo, el Estado cubano
y colectividades. responde a un esquema republicano-socialista y, así,
podemos continuar a lo largo del planeta.

A pesar de estas diferencias, todo Estado constituye una


estructura, el armazón de reglas y poderes sobre el cual la
sociedad espera se garantice la convivencia de sus
habitantes. Sin embargo, no es lo mismo hablar de Estado
que de Estado de Derecho. Para el Doctor Elías Díaz, el
camino que nos lleva del Estado al Estado de Derecho se
inicia con el cumplimiento de la condición del “imperio de
la ley” frente al puro arbitrio y voluntad de los
gobernantes36.

Pero, ¿cómo es que llegamos a tener la organización política


que conocemos actualmente como Estado de Derecho?
¿Sobre la base de qué ideas es que tenemos la estructura que
reconocemos como Estado peruano? Para tener una idea
más clara de cómo reconocemos el Estado de Derecho y
cómo actuamos dentro de este orden, repasemos,
brevemente, lo que ha sido la historia y el desarrollo de las
ideas políticas que han influido en la configuración de los
Estados que actualmente conocemos.

36
Cfr. Díaz 1983. Las ideas de este autor están presentes a lo largo de esta sección.

130 Ética y Ciudadanía


Capítulo 3: Ciudadanía

Ya en la Grecia antigua existió el ideal de hacer predominar


el imperio de la ley frente al capricho despótico37. Si bien
este ideal no logró institucionalizarse, siempre estuvo
presente como una pretensión o meta deseable. En esa
época el poder era ejercido por quienes tenían talento, ya
sea como guerreros, pensadores, estrategas políticos, etc.
Estos personajes basaban su autoridad en el apoyo de bases
sociales o pobladores que habían favorecido a lo largo de su
actividad pública. No existía una idea de Estado tal como la
conocemos ahora, sino que eran Ciudades – Estado (como
Atenas o Esparta, por ejemplo) en las que la administración
de la vida social y política se reducía a los límites de una
ciudad en particular. Además, en aquellos tiempos un
amplio margen de las regulaciones sociales estaban regidas
por las costumbres, reglas y normas de conducta no dictadas
por ninguna autoridad.

Durante el medioevo europeo, las limitaciones a la voluntad


omnímoda de las autoridades provienen de doctrinas
teológicas y filosóficas propias de un contexto cultural y
espiritual de esa época, las que inspiran legislaciones de
carácter ético–religioso o de derecho natural (ius naturalis)38

Aproximadamente entre los siglos VI y XIII, la historia de


modelos políticos es rica en ejemplos en la gesta de lo que
conocemos como Estados modernos. El poder se encontraba
fraccionado en diversos espacios territoriales, dándose paso
al feudalismo. En este sistema de poder, el denominado
señor feudal era dueño de la tierra y máxima autoridad de su
territorio, el cual incluía a las personas que moraban en este.
Pero estos señores tenían que aliarse entre sí y lograr
mantener su autoridad en virtud de un balance de fuerzas y
alianzas. Lo que se produce en la Alta Edad Media europea
es que los pueblos comienzan a diferenciarse cada vez más
claramente, asentándose su propia cultura y germinando las
identidades nacionales. Se empieza a hablar de diferencias
culturales, idiomáticas, consuetudinarias, económicas,
sociales, dejando sentadas las bases para la posterior
emergencia de la idea del Estado-Nación. Esto es, que a
ciertos territorios le corresponden ciertas naciones, ya que la
gente se identifica con su tierra y con la cultura de estos.

Pero, ¿cómo se construyeron las bases para el


establecimiento de los Estados modernos? Existen tres
pueblos y sus respectivas organizaciones políticas, que
influyeron en lo que hoy podemos reconocer son las

37
Cfr. Lucas Verdú 1983
38
Se entiende por derecho natural al constituido por normas asentadas en principios universales e inmutables
dadas por Dios o la Naturaleza.

Ética y Ciudadanía 131


Capítulo 3: Ciudadanía

premisas de los Estados modernos: Inglaterra, los Estados


Unidos de Norteamérica y Francia.

El pueblo de Inglaterra aportó un principio fundamental: el


principio de protección y defensa de las libertades de la
persona. En efecto, en la Carta Magna de 1215 se asumía
que la ley estaba por encima del rey, adelantándose varios
siglos a lo que sería el reconocimiento moderno del valor de
la libertad individual. Asimismo, fue en la isla británica
donde se puso en práctica el ejercicio de un Parlamento
organizado como Poder Legislativo, encargado de controlar
al soberano en el ejercicio del poder, aspecto que se definió
en la Bill of Rights o Declaración de Derechos de 1689, en
la que nuevamente se recuerdan las obligaciones deberes del
rey y el parlamento.

Sin embargo, aunque estos documentos legales son fruto de


una presión ejercida en este caso por la aristocracia, no
dejan de ser una concesión otorgada unilateralmente por el
rey sin intervención legislativa alguna de parte del pueblo.

En el caso de los Estados Unidos de Norteamérica, trece


colonias se declararon independientes de Inglaterra a fines
del siglo XVIII y elaboraron una Constitución (1787) sobre
la base de la Declaration of Rights elaborada en el Estado
de Virginia (1776). La elaboración de estos documentos se
llevó a cabo mediante la elección de representantes del
pueblo reunidos en convenciones o asambleas. No se trata
de una carta otorgada por el soberano ni de un pacto entre el
rey y el pueblo, la diferencia radica en que estos
documentos son declaraciones emanadas del pueblo,
considerado como el único soberano.

Estados Unidos fue la primera potencia mundial sin


monarquía, la cual instaura la figura del Presidente como
Jefe de Estado que, con el tiempo, se fue incorporando a los
demás regímenes republicanos del mundo. Además, los
Estados Unidos sustentaron su orden y organización
internos en un texto denominado Constitución, la “primera
de las leyes” y que tiene un carácter cualitativo superior a
las demás.

Finalmente veamos el caso de Francia. Durante los años


previos y posteriores a la Revolución Francesa (1789), se
sucedieron una serie de acontecimientos que consolidaron
las ideas políticas que actualmente consideramos comunes.
En primer lugar, el Iluminismo francés del siglo XVIII
permitió la gesta de las ideas liberales que luego se
materializaron en los hechos del 14 de julio de 1789. En
segundo lugar, la influencia de Montesquieu quien, luego de

132 Ética y Ciudadanía


Capítulo 3: Ciudadanía

observar el sistema de gobierno inglés, propuso en su libro


Del espíritu de las leyes la distribución de los poderes en:
poder legislativo (el que dicta las leyes), poder ejecutivo (el
que dirige y administra) y poder judicial (el que debe
administrar justicia). Y, en tercer lugar, las ideas planteadas
por Jean Jacques Rousseau en su libro El contrato social, en
el que afirma que todos pertenecemos a una unidad
indivisible, y que poseemos, en consecuencia, una cuota de
poder en la sociedad, igual a la de los demás. Esta idea del
poder presente en cada individuo que nos hace iguales, será
el germen de la idea de decisión mayoritaria, y de que el
pueblo hace la ley y por tanto es el soberano. Quedaban
establecidas las bases para la elaboración de las primeras
nociones de Nación y de Soberanía modernas. Estas ideas
inspiraron tanto el proceso de independencia de los Estados
Unidos así como la propia Revolución Francesa.

El 6 de agosto de 1789 se aprueba la Declaración de los


Derechos del Hombre y del Ciudadano, una declaración
sobre derechos individuales que ningún organismo del
Estado podía violentar en ningún caso. Esta declaración será
la base de lo que conocemos actualmente como los
Derechos Humanos, y en ella se reconoce el poder del
pueblo en legislarse, en darse sus leyes por ser soberano, en
elegir a sus representantes, en establecer que el respeto a la
dignidad del hombre y del ciudadano es la primera función
del Estado, y que este no está por encima de los hombres y
mujeres que conforman la sociedad. En consecuencia,
Francia aporta a la idea de Estado que hoy conocemos: (i) el
desarrollo teórico y práctico de la separación de poderes; (ii)
la institucionalización de los derechos fundamentales de la
persona a través de textos legales; y, (iii) el principio de
soberanía que reside en la nación. Con ello, según Elías
Diaz, se generaliza la fórmula de lo que en adelante
llamaremos Estado de Derecho.

En consecuencia, el Estado es una agrupación humana


(pueblo o nación) fijada en un espacio geográfico
determinado (territorio) en el que existe un orden social,
político y jurídico (legalidad) orientado hacia el bien
común. Es un sistema de reglas de convivencia propias,
centralizadas y compartidas, lo que le permite diferenciarse
de otros estados (soberanía). A su vez, mantiene una cuota
de poder que le permite consolidar este orden social,
jurídico y político (capacidad coercitiva).

Ahora bien, una vez revisados los fundamentos del Estado


moderno hay que dejar muy claro que, si bien están
estrechamente vinculados, algo muy distinto es el Estado
de derecho. Este último tiene que ver con asegurar a los

Ética y Ciudadanía 133


Capítulo 3: Ciudadanía

ciudadanos el cumplimiento de las reglas y las normas que


permiten la vida en común. No sirve de nada saber que
tenemos el derecho a libertad de expresión y a la libre
reunión, si es que luego las fuerzas de seguridad del Estado
persiguen a los periodistas por emitir opiniones contrarias al
régimen o nos impiden llevar a cabo reuniones políticas de
oposición. Nuestros deberes y derechos pueden lucir
correctamente planteados en el papel, pero si en la práctica
no es posible ejercerlos, es como si en verdad no existieran.
Por ello, es necesario que alguien se ocupe de velar
permanentemente por el cumplimiento tanto de nuestros
derechos como de nuestros deberes. Esto garantizará la
correspondencia entre lo planteado en los textos
constitucionales y legales, y la vida cotidiana real en la que
se ponen en práctica dichos derechos y deberes. A la
garantía del cumplimiento de la condición jurídico política
que rige la vida de una comunidad se le llama Estado de
derecho y, en el caso de las naciones modernas, es
responsabilidad de las autoridades del Estado asegurar
dichas condiciones.

De acuerdo con Díaz, los caracteres generales del Estado de


Derecho son cuatro: (a) imperio de la ley, entendiendo esta
última como expresión de la voluntad general; (b) división
de poderes: ejecutivo, legislativo y judicial; (c) legalidad de
la administración pública de acuerdo a ley y control judicial;
y, (d) derechos y libertades fundamentales: garantías
jurídico-formales y su efectiva realización material.

Pasemos a explicar cada uno de ellos.

a) En cuanto al imperio de la ley, se puede decir que


constituye el primer aspecto de un Estado de Derecho.
La ley no proviene de una voluntad individual absoluta
sino de la voluntad popular reunida en una asamblea de
representantes libremente elegida. La ley es expresión
de la voluntad general. De esta manera, debe quedar
claro que no todo Estado en el que existe un imperio de
la ley es un Estado de Derecho.

b) Si la creación de las leyes queda a cargo del poder


legislativo, la aplicación de las leyes corresponde tanto
al poder ejecutivo como al judicial. La división de
poderes es una manera de distribuir funciones y más que
una separación de poderes lo que se busca es evitar la
concentración de los mismos en manos de un soberano o
de un grupo de poder.

c) El principio de legalidad de la administración pública es


una exigencia de sometimiento de esta a la ley. Su

134 Ética y Ciudadanía


Capítulo 3: Ciudadanía

actuación será posible, siempre y cuando, se haga sobre


la base de lo permitido por la ley. En el Estado de
Derecho, la administración pública se encuentra
fiscalizada a través de una serie de recursos a favor de la
persona contra posibles infracciones legales. Los actos
discrecionales se reducen a sus justos términos.

d) Finalmente, el objetivo de todo Estado de Derecho y de


sus instituciones básicas se basa en establecer una
garantía y seguridad para los derechos fundamentales de
la persona humana. En nuestro caso, estos derechos se
encuentran estipulados en el Artículo 2º de nuestra
Constitución Política.

Es decir, el Estado de derecho es el orden en el que vivimos


y que garantiza que la persona se pueda desarrollar
individual y colectivamente. Vale aclarar, sin embargo, que
los conceptos expuestos en estas páginas se refieren a
estados modernos occidentales. Es el sistema democrático
de gobierno y convivencia en el que nos encontramos a
inicios del siglo XXI. En la realidad global mundial, existen
diversas maneras en las que los hombres se ordenan y
gobiernan. Serán las premisas comunes de respeto al orden
internacional y a la persona las que nos permiten ser parte o
no de esta estructura globalizada.

Asimismo, en el caso peruano, somos un Estado


pluricultural, en el que es necesario replantear algunas de
las premisas de lo que es el Estado si es que queremos
alcanzar un tipo de Estado de derecho que permita
reconocernos como pueblo. La homogenización de la
ciudadanía se presenta como una limitación frente a las
ciudadanías diferenciadas sobre la base de centros culturales
que coexisten previamente y a la par del Estado, como las
comunidades campesinas e indígenas. Esto nos lleva a
afirmar que, al hablar del Estado de derecho en nuestro país,
tenemos que saber reconocer nuestras diferencias y
similitudes. No es posible hablar de Estado de derecho si se
cometen abusos, si hay exclusión social o si no se respetan
las leyes, y no solo por parte de las autoridades, sino
también de todos nosotros.

En países como el nuestro, existen muchas carencias en los


ámbitos económico, político y social. Estas se ven reflejadas
en la forma como viven la mayoría de los pobladores, en la
satisfacción de sus necesidades básicas, en la falta de
respeto por los derechos fundamentales, en la organización
de las ciudades y sus calles, problemas en el acceso a la
salud, etc. Esta situación parece indicarnos que la misión del
Estado no se está cumpliendo, pues no se garantiza el

Ética y Ciudadanía 135


Capítulo 3: Ciudadanía

respeto a los derechos de los individuos ni tampoco se


regula adecuadamente la vida social en favor del desarrollo
de las personas y las colectividades. Todo esto trae no sólo
graves problemas sociales sino, también, genera una gran
insatisfacción en nosotros, los peruanos, así como el
debilitamiento en la credibilidad de un Estado que,
históricamente, se ha desentendido de las necesidades de su
gente.

Achoramiento, el clima moral del país


A pesar de los cambios y de algunos
avances en nuestra manera de
relacionarnos, seguimos siendo un país
donde las reglas de convivencia social,
las leyes y la consideración por los otros
son datos secundarios. Es como si el
achoramiento, ese comportamiento
anómico e informal, se estuviera
convirtiendo en parte de nuestra cultura.
(...) Quizás no nos demos cuenta porque
vivimos en el Perú y nos hemos
acostumbrado de una manera increíble a
la violación de las reglas, al atropello y al
caos. Los políticos se insultan, los
ambulantes invaden el espacio público,
los conductores nos meten el carro
aunque usemos el crucero peatonal, las
envolturas de los helados o las cáscaras
de frutas caen por las ventanas de los
micros, taxis o autos particulares, las
calles se convierten en urinarios. (...) Lo
más peligroso de todo esto es que si
antes se trataba de comportamientos
clandestinos que se hacían al amparo de
la oscuridad o en una suerte de zonas
liberadas, ahora se hacen abiertamente
sin ningún reparo ni vergüenza. Muchas
discotecas, bares, centros de comercio,
medios de comunicación, compañías de
transporte aéreo y terrestre,
congresistas, jueces, policías,
empresarios, etc., actúan como si las
leyes no existieran, como si solo tuvieran
derechos y no deberes. En medio de
este panorama poco alentador, no todo
está perdido; estamos a tiempo de ser
una sociedad y un país donde podamos
convivir en base al respeto mutuo, la
tolerancia y el respeto de las leyes.

Forns y Vega 2003: 47-48 y 137-138.

136 Ética y Ciudadanía


Capítulo 3: Ciudadanía

Participación ciudadana y sentido de pertenencia

Está muy bien que los individuos y grupos sociales


reclamen al Estado por el respeto de sus derechos, pero lo
que no estaría muy bien, según lo que hemos visto en
relación con el tema de los derechos y deberes es que no se
asuman las responsabilidades que también se tienen con el
Estado y con la administración de la convivencia social. Si
bien es cierto que, como hemos observado antes, es difícil
sentir que pertenecemos a un espacio o grupo del que no
recibimos nada o prácticamente nada, esta no sería una
razón suficiente para desentendernos de lo concerniente a
la vida en común. Esto sería como un círculo vicioso: si el
Estado no me da nada, entonces yo tampoco doy nada.
Estamos acostumbrados a no hacernos responsables de una
serie de aspectos vinculados con el bienestar común, de
modo que le dejamos todo el trabajo al Estado, a los
municipios, al presidente, a los policías y a otro tipo de
autoridades. Cada uno tiene la responsabilidad que le
corresponde y a quienes vivimos en la sociedad, también,
nos corresponde velar por el orden, el cumplimiento de
leyes y normas, la seguridad, etc.

El problema es que, a menudo, creemos que con votar en


las elecciones presidenciales o municipales ya hemos
cumplido con todo nuestro deber ciudadano. Al pensar así,
nos desentendemos, casi por completo, de los asuntos
comunitarios y no hacemos lo más importante: ejercer
nuestros deberes y derechos. ¿Cómo? Los ejercemos
participando en política u organizando la convivencia
social, lo que supone hechos tan concretos como ser
responsable con el cuidado de los espacios públicos,
participar en manifestaciones civiles, o, incluso, ser
miembro de algún grupo que elabore propuestas sociales.

Si nos sentimos parte de la sociedad, mantendremos una


lógica de comportamiento activa que implique la capacidad
y compromiso de involucrarnos en los sucesos diarios que
ocurren a nuestro alrededor, ya sea en la universidad, en
nuestra ciudad, en nuestro distrito, en nuestro país, etc.
Supondrá presentar una notoria identidad con la sociedad.
De esta manera, me involucro en el desenvolvimiento social
porque me siento parte de este.

Sin embargo, este compromiso debe ser libre, sin presiones


externas que nos obliguen a hacer algo que no queramos.
Asimismo, debe ser un compromiso informado, para que de
esta forma nuestras ideas tengan sustento válido y sepamos
por qué y para qué nos involucramos y decidimos. Así, nos

Ética y Ciudadanía 137


Capítulo 3: Ciudadanía

alejamos de situaciones de manipulación, para decidir de


manera responsable, siendo conscientes de las implicancias
y de las consecuencias de lo que puede suceder.

Hasta aquí podemos decir que todo lo mencionado se


conoce como participación. Sintetizando, participar es
pertenecer, ser reconocidos y aceptados, actuar libremente,
poder decir lo que pensamos con responsabilidad, poder
actuar y tomar decisiones, saber escuchar lo que nos dicen,
buscar construir entre todos asumiendo nuestros
compromisos, dado que es un proceso en el que cada
individuo o grupo pasa de la penumbra al reconocimiento39.
Y como vemos, eso es ser un ciudadano con poder de
actuar, decir y decidir. Esto se vincula directamente con la
gobernabilidad democrática, ya que admitiría conseguir
mejoras en las condiciones de vida de las personas que en
sociedad que se involucran en los procesos de toma de
decisiones. Podemos decir que la participación ciudadana es
el pleno ejercicio de la libertad política.

Asimismo, la participación será considerada como derecho


en tanto es la facultad de involucrarnos en el quehacer
social para influir en nuestro devenir. Es tomar conciencia
que tenemos una cuota de poder en el desarrollo social y
que participando se consolidarán ideas y decisiones
democráticas. En algunos casos, tendremos que supervisar
el cumplimiento de los acuerdos y planes a implementarse
en nuestra comunidad. En otros, estaremos siendo
fiscalizados por quienes nos dieron el poder de decidir. Lo
importante es alcanzar de manera participativa las metas
que como grupo nos proponemos. Sin embargo, no sólo se
trata de supervisar al Estado y a las instituciones públicas,
sino, también, de contribuir a la resolución de problemas,
desde diversos espacios.

Pero la participación también es un deber, por ser la


responsabilidad de actuar en los asuntos públicos40. En este
caso, para ejercer efectivamente el derecho a la
participación, se requiere necesariamente el respeto del
conjunto de derechos fundamentales de la persona, entre
ellos la vida, la integridad, la libertad personal, la libertad
de opinión, de información y expresión, libertad de
asociación, de reunión; de igual manera, el respeto al
principio de no discriminación, el cual evita que
determinados sectores de la sociedad sean excluidos.

39
Cfr. Zambrano 2005
40
Cfr. Alonzo 2002

138 Ética y Ciudadanía


Capítulo 3: Ciudadanía

Nuestra participación se puede desenvolver en diversos


espacios:

• Desde el espacio privado: dominio de las decisiones


individuales que implican responsabilidad con
nosotros mismos y con los demás en la vida cotidiana,
desde cada acción que realizamos.
• Desde la sociedad civil: familia, asociaciones
voluntarias, movimientos sociales, formas de
comunicación pública, entre otros.
• Desde el espacio público (el que intermedia entre los
gobernantes y los gobernados, entre la sociedad y el
Estado): gobiernos locales, juntas de vecinos, cabildos
abiertos, medios de comunicación e instancias que
permiten la participación ciudadana a través de
debates sobre temas de interés común.

Cuando un país está en crisis, es cuando más se necesita la


participación de todos los ciudadanos para solucionar los
problemas que se viven. El desinterés y la indiferencia
frente a la organización de la convivencia social no es sino
un arma de doble filo, porque, aparentemente, nos alivia de
comprometernos con la solución de los problemas, pero, en
el fondo, nos perjudica, pues se decide sobre nuestra vida en
común sin que nosotros participemos en esas decisiones. Si
estamos en contra de las corrupciones políticas, no se trata
de alejarnos de la política, sino de hacer algo por construir
nuevas formas de hacer política.

Para participar en política no necesitamos ser parte del


gobierno, ser miembro del Congreso ni ocupar cargo
público alguno. No necesitamos ser políticos a tiempo
completo. En los gobiernos realmente democráticos,
políticos somos todos, pues los gobernantes son solo
nuestros representantes41. Nosotros, en tanto gobernados,
necesitamos exigir transparencia en el trabajo de los
gobernantes, pues es el único medio a través del cual
podemos estar informados de su gestión y, así, proteger los
intereses de la comunidad.

No obstante, esta es sólo una manera de participar en


nuestra sociedad. Al ser individuos que estamos en
constante interacción y al pertenecer a varios grupos, como
la familia, el barrio, la universidad, el distrito, el club, el
país, etc., podemos reconocer distintas maneras de
involucrarnos en los proceso de decisión en pos del

41
Cfr. Savater 1998b

Ética y Ciudadanía 139


Capítulo 3: Ciudadanía

bienestar general. Es cuestión de asumir una actitud de


interés frente a lo que ocurre alrededor nuestro.

Entonces, ser ciudadano de una comunidad política implica


participación ciudadana: actuar autónoma y
organizadamente en el espacio público para expresar
nuestras opiniones, impulsar iniciativas y tomar decisiones
frente a los problemas de la convivencia social.

Sentido de pertenencia

Todos nacemos y crecemos en una comunidad o ciudad, y


desarrollamos vínculos con ella y con las demás personas
que conviven con nosotros. Hay comunidades pequeñas y
otras más grandes. Mientras más grandes sean, los vínculos
entre sus habitantes se van haciendo más anónimos, más
lejanos y difusos. No obstante, si compartimos un proyecto
común, la comunión con ella es más fácil y, a pesar de las
distancias, nos seguimos sintiendo parte de lo mismo;
nuestro sentido de pertenencia es fuerte.

Entonces, si la ciudadanía supone un sentido de pertenencia


El sentido de pertenencia
supone la construcción de
a una comunidad, ¿cómo podríamos caracterizar esa
un vínculo emocional con el pertenencia?, ¿será igual que pertenecer a una familia o a
entorno que rodea a los un grupo pequeño?, ¿qué tanto interés tendría que tener uno
individuos. Ya sean
personas o lugares quienes
por los demás?, ¿a qué grupos humanos y espacios
conforman dicho entorno, a pertenecemos? Seguramente, lo primero que diríamos es
medida que crecemos que pertenecemos a nuestra familia. Al fin y al cabo, allí
desarrollamos vínculos o
relaciones que resultan
hemos nacido, crecido y, allí, de una u otra manera, nos han
significativas para nuestras acogido otras personas. Desde pequeños, la familia ha sido
vidas. En la medida que un importante punto de referencia en nuestras vidas y,
sean más significativas,
aumenta nuestro sentido de
probablemente, si ahora alguien nos preguntara dónde
pertenencia a ese grupo de vivimos, responderíamos “con mi familia” y daríamos la
personas o a ese lugar. El dirección de nuestra casa. En ella, solemos sentirnos
sentido de pertenencia no es
una “relación fría”. Por el
tranquilos, aunque, también, podemos sentirnos agobiados.
contrario, se establece con Podemos reír y llorar, decir lo que pensamos o permanecer
aquello que ha resultado callados. Amor, cariño, calidez, frialdad, indiferencia: la
importante para el individuo
con el paso de los años.
familia nos produce emociones diversas y esto sucede,
sencillamente, porque nos importa, porque estamos ligados
a ella, porque pertenecemos, finalmente, a ella. Si lo que
sucediera en nuestra familia no nos afectara ni siquiera
mínimamente, podríamos afirmar que no pertenecemos a
ella, que estamos desligados de ella. Sería una situación
difícil y triste, pero posible.

Una situación similar a lo que pasa en nuestra familia ocurre


con nuestro grupo de amigos (del barrio, del club, de la
promoción del colegio, de la universidad, etc.). Cuando
sentimos que pertenecemos a dichos grupos, es porque
“vivimos” en ellos, porque “disfrutamos y sufrimos” en

140 Ética y Ciudadanía


Capítulo 3: Ciudadanía

ellos. Es ese pertenecer lo que nos da referencias internas


(“yo crecí en...”), lo que nos otorga identidad y
reconocimiento (“nuestra universidad...”), lo que nos
permite diferenciarnos de otros que no pertenecen a los
mismos grupos (“mi” grupo).

Así, como pertenecemos a nuestra familia y a diversos


grupos de amigos, también pertenecemos a una comunidad
¿Cómo es nuestro sentido urbana o rural, a un barrio, a un distrito. Quizá, no nos
de pertenencia en relación
con cada uno de los damos cuenta porque, al parecer, no es tan evidente, pero
grupos y espacios a los las características de nuestro barrio, también, nos definen.
que pertenecemos? ¿Nos Vivir en un barrio con pocos parques y plazas es diferente
sentimos más identificados
con unos que con otros? de vivir en un barrio rodeado de árboles y jardines. Vivir
¿Nos identificamos con los lejos de nuestro centro de estudios y de nuestros amigos
amigos más que con la nos obliga a trasladarnos, continuamente, a otros barrios,
pareja, con los vecinos
más que con cualquier pero, también, aprendemos más de las calles y de la ciudad.
habitante del mundo? Sin embargo, además del barrio, pertenecemos a una
ciudad. Ser de una ciudad enorme, donde toma horas
desplazarse de un lugar a otro, es muy distinto a ser de una
ciudad pequeña en la que todas las familias se conocen y
donde no sucede nada sin que todos se enteren.
Independientemente de que nos guste o no, la ciudad donde
vivimos y crecemos nos plantea retos y moldea las
posibilidades de nuestras vidas, y nosotros, también,
influimos en ella. Y podríamos seguir. Pertenecemos a un
país con una historia, con posibilidades, con frustraciones y
logros. Ser de este país nos otorga características que van
más allá de nuestra raza o nuestra cultura. A veces, solo nos
damos cuenta de esto cuando salimos del país y cuando nos
encontramos con gente diferente, de países e historias
diversas, de miradas distintas. Es recién entonces cuando
extrañamos muchas cosas nuestras.

Ética y Ciudadanía 141


Capítulo 3: Ciudadanía

Así, las personas pertenecemos a diversos grupos y


espacios: la familia; los amigos; el colegio; la vecindad;
asociaciones culturales; deportivas, profesionales o
religiosas; el distrito; la ciudad; el departamento; el país; el
continente; el planeta Tierra; el Universo; y, así, podríamos
seguir hasta el infinito.

Ahora bien, ¿realmente sentimos que pertenecemos a todos


estos grupos y espacios?, ¿nos interesan todos por igual? Si
tuviéramos que ordenarlos según la importancia que tienen
para nosotros, ¿cuál sería ese orden?

Como vimos antes, para algunas personas, la familia es el


principal referente de pertenencia, mientras que, para otros,
los amigos ocupan el lugar más importante. Unos priorizan
al grupo de trabajo y otros prefieren a los del barrio. Lo
cierto es que, como observamos, existen distintos grados
de pertenencia, y hay grupos y espacios con los que nos
sentimos más comprometidos, identificados y respaldados.
En otras palabras, valoramos a unos grupos y espacios más
que a otros. ¿Cómo así ocurre esto? ¿Por qué nos sentimos
más involucrados con unos grupos que con otros?

Pertenencia es eso que sólo logramos expresar cuando


tenemos que afirmarlo (“soy serrano”, “soy chalaco”, “soy
De forma general
podemos entender a un
de la U”, “soy boy scout”, “soy estudiante”, etc.), pero que
espacio como aquello de está presente dentro de nosotros desde antes. De hecho,
la naturaleza que, gracias sólo podemos afirmarlo si ha habido un vínculo que se ha
a la intervención humana
se ha modificado. Por lo
ido construyendo. Nadie pertenece a un grupo si no tiene
tanto, un espacio está una relación con él. Uno puede “pagar” por pertenecer a un
compuesto de dos club, por ejemplo, pero, en el fondo, si no hay una relación
grandes elementos: el
lugar (que remite a la
con él, uno no pertenece realmente a este. Esto vale para
naturaleza, al medio físico todos los niveles mencionados antes: familia, amigos,
que soporta la comunidad, país. Solo si establezco una relación puedo
organización humana), y
el grupo humano (que es
pertenecer. Esta relación podrá ser una relación cercana o
quien aprovecha los lejana, fuerte o débil, importante o irrelevante. De este
recursos brindados por le modo, me siento más comprometido con un grupo que con
medio físico del lugar y se
organiza socialmente con
otro, más cercano o distante, más capaz de sacrificar
el espacio). cualquier cosa por ellos. ¿De qué depende el grado de
profundidad de una relación de pertenencia? ¿Por qué, a
veces, la relación es sólida y, otras veces, es frágil? Es
difícil responder estas preguntas y, tal vez, no haya una
única respuesta para ellas, pero tienen que ver con algo
importante en la construcción del sentido de pertenencia.

Una relación de pertenencia supone dar algo mío y recibir


algo de ese grupo al que digo pertenecer; significa
comprometerse, en menor o mayor grado, con aquello a lo
que digo pertenecer. Si en mi casa siento que no recibo nada

142 Ética y Ciudadanía


Capítulo 3: Ciudadanía

y tampoco doy nada (cariño, atención, apoyo, tiempo,


esfuerzo, alegría, etc.), entonces habrá poca relación y mi
pertenencia será débil. Si me da lo mismo lo que suceda en
mi barrio y me desentiendo de él, no pertenezco a ese barrio
aunque viva en sus calles. Si lo que pasa en el Perú me llega
de oídas y cuanto menos mejor, si no considero en la
realidad y en mis sueños algo que tiene que ver con el país
(“a mí sólo me tocó nacer en este país de casualidad”), me
falta todavía un sentido de pertenencia y mi “peruanidad” se
reduce a mi partida de nacimiento.

2 millones de peruanos fuera


Los que se han ido en los últimos años
son el 10% de la población, y algo
importante tiene que estar pasando para
que 2 millones de peruanos ya se hayan
ido del país (...). Son muchos los que se
van a los Estados Unidos y Europa.
También a países vecinos. En el Perú
son más los que quieren irse que los que
quieren quedarse. Según una encuesta
de Apoyo, sobre el 68% de personas que
quieren salir del país, 47% tienen planes
concretos de emigrar. Hay unos, como
los que van al Japón, que quieren hacer
plata y regresar, pero hay quienes no
quieren retornar. Enviaron, en el año
2002, mil trescientos millones de dólares
en remesas. (...) La extrema pobreza en
la que viven y la necesidad de un mejor
modo de vida para su familia, motiva a
los migrantes a emprender el sueño de
vencer la pobreza. Motivados por los
medios de comunicación, que les
presentan un mundo mejor al alcance de
sus manos, inician una aventura que en
muchos casos los lleva a vivir
nuevamente la pobreza, la
desesperanza, el maltrato, la
desesperación y la explotación. En
realidad, casi 50% de los peruanos en el
extranjero están en situación irregular.
(...) Al principio los que se iban eran de
sectores altos pero actualmente la
mayoría son pobres. Los que se van
ahora son mayores que los jóvenes que
se fueron antes, al comprobar que ya no
hay oportunidades laborales para ellos
en el Perú.

Forns y Vega 2003: 129-130 y 146.

Ética y Ciudadanía 143


Capítulo 3: Ciudadanía

Así, se puede hablar de un sentido de pertenencia más


consciente si es que uno se da cuenta de las repercusiones
que tienen nuestros propios actos y los de los demás en la
comunidad. También, podemos hablar de un sentido de
pertenencia voluntario y comprometido si que nos nace
interesarnos por participar en la solución de los problemas
que afectan la comunidad en la que vivimos. Sin embargo,
también podemos hablar de un sentido de pertenencia
menos sólido si este se reduce sólo a vivir en un lugar sin
que nos interesen las cosas que suceden en él. De este modo,
aunque todos los peruanos somos pobladores del Perú, el
hecho de haber nacido en un lugar o, simplemente, por vivir
en él, no crea, de manera automática y necesaria, un
compromiso con los demás. En ese sentido, si bien, en
nuestro país, se pueden presentar diversos matices e incluso
algunas diferencias entre todos los que lo conformamos o
vivimos en él, se puede concluir que el ejercicio de una
ciudadanía plena debería implicar, además de los elementos
básicos ya señalados, el desarrollo de un sentido de
pertenencia con tres características fundamentales: una
pertenencia voluntaria, consciente y comprometida.

144 Ética y Ciudadanía


Capítulo 3: Ciudadanía

 Lecturas

Ciudadanía en el Perú

Podemos esbozar de esta forma un conjunto de conclusiones teóricas en relación con


el proceso de construcción de una ciudadanía democrática en el Perú.

La ciudadanía es una condición del desarrollo político de la humanidad en la época


moderna que reivindica el valor único de la persona humana y su capacidad para
decidir su propio destino. Como tal, la ciudadanía supone un modelo normativo –
que no es lo mismo que un esquema descriptivo– a partir del cual se define lo que es
y lo que no es ciudadanía, así como las condiciones que permiten su desarrollo. La
preeminencia del modelo normativo es fundamental porque nos permite realizar el
análisis desde una instancia crítica y nos pone a salvo de las reducciones empíricas
producto de las modas de coyuntura.

La ciudadanía se construye en un proceso histórico específico e implica el ejercicio


de la voluntad de determinados actores sociales y políticos. La construcción de la
ciudadanía, sin embargo, no significa que unos países (los ricos) puedan alcanzar
una ciudadanía de primera y que otros países (los pobres) debamos conformarnos
con una ciudadanía de segunda, porque no tendríamos los recursos para financiar
una ciudadanía plena. La construcción de la ciudadanía, eso sí, nos permite
desarrollar esta condición de pertenencia a partir de nuestras propias especificidades
históricas y culturales.

La ciudadanía supone la pertenencia a una comunidad determinada e implica, por lo


tanto, la inclusión de los individuos en dicha comunidad. La realidad de exclusión es
por ello antitética a la idea misma de ciudadanía y se constituye en el principal
obstáculo para su desarrollo. La ciudadanía es también igualdad entre los individuos
que forman parte de la comunidad política. Por esta razón, las desigualdades que van
más allá de lo razonable, es decir, más allá de las posibilidades de tener una vida
digna para las personas, impiden el desarrollo ciudadano.

La ciudadanía se gesta en el ámbito de la sociedad civil y se desarrolla en la


multiplicidad de redes asociativas que hombres y mujeres crean, que implican la
posibilidad de desarrollar espacios públicos de argumentación e intercambio por
parte de individuos capaces de ponerse de acuerdo y de emprender acciones
comunes. Por ello, la construcción de ciudadanía es un proceso que se genera
principalmente “desde abajo” y que atraviesa todas las esferas de vida de las
personas (de la familia al Estado).

La ciudadanía supone valores universales, por lo que la multiplicación de los


particularismos excluyentes puede poner en peligro su desarrollo. Dicha
universalidad no puede, sin embargo, plantearse en términos de contradicción con la
pluralidad y la heterogeneidad que caracteriza a un país como el Perú. Es
importante, por lo tanto la realización positiva –no la negación– de las identidades
particulares.

Ética y Ciudadanía 145


Capítulo 3: Ciudadanía

La ciudadanía es también un conjunto de derechos que se va articulando en el


proceso de construcción de la misma. Los derechos no están aislados unos de otros,
por lo que la aceptación o negación de algunos de ellos afecta a los demás y supone
avances o retrocesos en términos ciudadanos. Los derechos, de igual manera,
implican también deberes u obligaciones. El desarrollo de un conjunto de derechos
sin una contraparte en deberes supone una ciudadanía precaria cuyos logros pueden
ser fácilmente revertidos.

El logro y/o la concesión segmentada de derechos ciudadanos puede llevar a una


situación en que los derechos son vistos, o son hechos ver, como privilegios de unos
pocos. Esta confusión entre derechos y privilegios es otra de las fuentes de
precariedad ciudadana, y, a menudo, uno de los pretextos de quienes se oponen al
desarrollo de la ciudadanía, para ponerle trabas a la misma.

La ciudadanía es, en principio, una condición individual, cuyo desarrollo se estimula


en ambientes de libertad, tanto económica como política. Sin embargo, esta
condición individual se reconoce y realiza en comunidad, por lo que su
fortalecimiento es siempre una tarea colectiva que va más allá del individuo aislado.
Por ello, esta condición individual supone una responsabilidad del conjunto por el
bienestar de cada cual. Cuando esta responsabilidad colectiva desaparece peligra la
existencia misma de la ciudadanía.

La ciudadanía se realiza en la posibilidad de que los individuos participen en la toma


de decisiones sobre los asuntos que les competen. La profundidad y amplitud de esta
participación es por ello el “test” último del grado de desarrollo ciudadano en un
país determinado. Por lo tanto, las limitaciones al ejercicio de esta participación
constituyen un importante obstáculo en el proceso de construcción de la ciudadanía
democrática.

Lynch y Patrón 1997

146 Ética y Ciudadanía


Capítulo 3: Ciudadanía

Constitución Política del Perú


(extracto)

PREÁMBULO

El Congreso Constituyente Democrático, invocando a dios todopoderoso, obedeciendo el mandato del


pueblo peruano y recordando el sacrificio de todas las generaciones que nos han precedido en nuestra
patria, ha resuelto dar la siguiente constitución:

TÍTULO I

DE LA PERSONA Y DE LA SOCIEDAD

CAPÍTULO I

DERECHOS FUNDAMENTALES DE LA PERSONA

Artículo 1°. La defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la
sociedad y del Estado.

Artículo 2°. Toda persona tiene derecho:

1. A la vida, a su identidad, a su integridad moral, psíquica y física y a su libre desarrollo y


bienestar. El concebido es sujeto de derecho en todo cuanto le favorece.

2. A la igualdad ante la ley. Nadie debe ser discriminado por motivo de origen, raza, sexo,
idioma, religión, opinión, condición económica o de cualquiera otra índole.

3. A la libertad de conciencia y de religión, en forma individual o asociada. No hay persecución


por razón de ideas o creencias. No hay delito de opinión. El ejercicio público de todas las
confesiones es libre, siempre que no ofenda la moral ni altere el orden público.

4. A las libertades de información, opinión, expresión y difusión del pensamiento mediante la


palabra oral o escrita o la imagen, por cualquier medio de comunicación social, sin previa
autorización ni censura ni impedimento algunos, bajo las responsabilidades de ley.

Los delitos cometidos por medio del libro, la prensa y demás medios de comunicación social
se tipifican en el Código Penal y se juzgan en el fuero común.

Es delito toda acción que suspende o clausura algún órgano de expresión o le impide circular
libremente. Los derechos de informar y opinar comprenden los de fundar medios de
comunicación.

5. A solicitar sin expresión de causa la información que requiera y a recibirla de cualquier


entidad pública, en el plazo legal, con el costo que suponga el pedido. Se exceptúan las
informaciones que afectan la intimidad personal y las que expresamente se excluyan por ley o
por razones de seguridad nacional.

El secreto bancario y la reserva tributaria pueden levantarse a pedido del juez, del Fiscal de la
Nación, o de una comisión investigadora del Congreso con arreglo a ley y siempre que se
refieran al caso investigado.

6. A que los servicios informáticos, computarizados o no, públicos o privados, no suministren


informaciones que afecten la intimidad personal y familiar.

7. Al honor y a la buena reputación, a la intimidad personal y familiar así como a la voz y a la


imagen propias.

Ética y Ciudadanía 147


Capítulo 3: Ciudadanía

Toda persona afectada por afirmaciones inexactas o agraviada en cualquier medio de


comunicación social tiene derecho a que éste se rectifique en forma gratuita, inmediata y
proporcional, sin perjuicio de las responsabilidades de ley.

8. A la libertad de creación intelectual, artística, técnica y científica, así como a la propiedad


sobre dichas creaciones y a su producto. El Estado propicia el acceso a la cultura y fomenta su
desarrollo y difusión.

9. A la inviolabilidad del domicilio. Nadie puede ingresar en él ni efectuar investigaciones o


registros sin autorización de la persona que lo habita o sin mandato judicial, salvo flagrante
delito o muy grave peligro de su perpetración. Las excepciones por motivos de sanidad o de
grave riesgo son reguladas por la ley.

10. Al secreto y a la inviolabilidad de sus comunicaciones y documentos privados.

Las comunicaciones, telecomunicaciones o sus instrumentos sólo pueden ser abiertos,


incautados, interceptados o intervenidos por mandamiento motivado del juez, con las garantías
previstas en la ley. Se guarda secreto de los asuntos ajenos al hecho que motiva su examen.

Los documentos privados obtenidos con violación de este precepto no tienen efecto legal.

Los libros, comprobantes y documentos contables y administrativos están sujetos a inspección


o fiscalización de la autoridad competente, de conformidad con la ley. Las acciones que al
respecto se tomen no pueden incluir su sustracción o incautación, salvo por orden judicial.

11. A elegir su lugar de residencia, a transitar por el territorio nacional y a salir de él y entrar en él,
salvo limitaciones por razones de sanidad o por mandato judicial o por aplicación de la ley de
extranjería.

12. A reunirse pacíficamente sin armas. Las reuniones en locales privados o abiertos al público no
requieren aviso previo. Las que se convocan en plazas y vías públicas exigen anuncio
anticipado a la autoridad, la que puede prohibirlas solamente por motivos probados de
seguridad o de sanidad públicas.

13. A asociarse y a constituir fundaciones y diversas formas de organización jurídica sin fines de
lucro, sin autorización previa y con arreglo a ley. No pueden ser disueltas por resolución
administrativa.

14. A contratar con fines lícitos, siempre que no se contravengan leyes de orden público.

15. A trabajar libremente, con sujeción a ley.

16. A la propiedad y a la herencia.

17. A participar, en forma individual o asociada, en la vida política, económica, social y cultural
de la Nación. Los ciudadanos tienen, conforme a ley, los derechos de elección, de remoción o
revocación de autoridades, de iniciativa legislativa y de referéndum.

18. A mantener reserva sobre sus convicciones políticas, filosóficas, religiosas o de cualquiera otra
índole, así como a guardar el secreto profesional.

19. A su identidad étnica y cultural. El Estado reconoce y protege la pluralidad étnica y cultural de
la Nación.

Todo peruano tiene derecho a usar su propio idioma ante cualquier autoridad mediante un
intérprete. Los extranjeros tienen este mismo derecho cuando son citados por cualquier
autoridad.

20. A formular peticiones, individual o colectivamente, por escrito ante la autoridad competente,

148 Ética y Ciudadanía


Capítulo 3: Ciudadanía

la que está obligada a dar al interesado una respuesta también por escrito dentro del plazo
legal, bajo responsabilidad.

Los miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional sólo pueden ejercer
individualmente el derecho de petición.

21. A su nacionalidad. Nadie puede ser despojado de ella. Tampoco puede ser privado del derecho
de obtener o de renovar su pasaporte dentro o fuera del territorio de la República.

22. A la paz, a la tranquilidad, al disfrute del tiempo libre y al descanso, así como a gozar de un
ambiente equilibrado y adecuado al desarrollo de su vida.

23. A la legítima defensa.

24. A la libertad y a la seguridad personales. En consecuencia:

a. Nadie está obligado a hacer lo que la ley no manda, ni impedido de hacer lo que ella no
prohibe.
b. No se permite forma alguna de restricción de la libertad personal, salvo en los casos
previstos por la ley. Están prohibidas la esclavitud, la servidumbre y la trata de seres
humanos en cualquiera de sus formas.
c. No hay prisión por deudas. Este principio no limita el mandato judicial por
incumplimiento de deberes alimentarios.
d. Nadie será procesado ni condenado por acto u omisión que al tiempo de cometerse no
esté previamente calificado en la ley, de manera expresa e inequívoca, como infracción
punible; ni sancionado con pena no prevista en la ley.
e. Toda persona es considerada inocente mientras no se haya declarado judicialmente su
responsabilidad.
f. Nadie puede ser detenido sino por mandamiento escrito y motivado del juez o por las
autoridades policiales en caso de flagrante delito. El detenido debe ser puesto a
disposición del juzgado correspondiente, dentro de las veinticuatro horas o en el término
de la distancia.
Estos plazos no se aplican a los casos de terrorismo, espionaje y tráfico ilícito de drogas.
En tales casos, las autoridades policiales pueden efectuar la detención preventiva de los
presuntos implicados por un término no mayor de quince días naturales. Deben dar cuenta
al Ministerio Público y al juez, quien puede asumir jurisdicción antes de vencido dicho
término.
g. Nadie puede ser incomunicado sino en caso indispensable para el esclarecimiento de un
delito, y en la forma y por el tiempo previstos por la ley. La autoridad está obligada bajo
responsabilidad a señalar, sin dilación y por escrito, el lugar donde se halla la persona
detenida.
h. Nadie debe ser víctima de violencia moral, psíquica o física, ni sometido a tortura o a
tratos inhumanos o humillantes. Cualquiera puede pedir de inmediato el examen médico
de la persona agraviada o de aquélla imposibilitada de recurrir por sí misma a la autoridad.
Carecen de valor las declaraciones obtenidas por la violencia. Quien la emplea incurre en
responsabilidad.

Artículo 3°. La enumeración de los derechos establecidos en este capítulo no excluye los demás que la
Constitución garantiza, ni otros de naturaleza análoga o que se fundan en la dignidad del hombre, o en
los principios de soberanía del pueblo, del Estado democrático de derecho y de la forma republicana de
gobierno.

Extracto de:

TRIBUNAL CONSTITUCIONAL DEL PERÚ (2007)


Constitución Política del Perú (consulta: 1 de junio de 2007).
(http://www.tc.gob.pe/legconperu/constitucion.html)

Ética y Ciudadanía 149


Capítulo 3: Ciudadanía

Sentido de pertenencia y participación

Democracia está ligada al concepto de espacio público donde las personas se


reúnen para entrar en relación, en colaboración, en complicidad social. Recordemos
que existen dos formas de incorporarse a un colectivo: por un lado está la
pertenencia y por el otro, la participación. La pertenencia es a aquellos colectivos
en los cuales nacemos y de los cuales formamos parte simplemente por el hecho de
nacer. Con ellos no tenemos una distancia crítica, una valoración previa, sino que
constituyen casi nuestra identidad. Me refiero, por ejemplo, a la familia, a nuestra
tierra natal, a ese ‘soy de aquí’, ‘esta es mi madre’, ‘este es mi padre’, ‘esto es lo
mío’.

Esta forma de participación acrítica, insisto, que no pone condiciones, es muy


satisfactoria para la persona, quien se siente apoyada y ayudada por las
circunstancias. No obstante, de alguna forma también se siente coaccionada o
limitada, porque eso que nos rodea y que nos hace uno con aquello con lo que
participamos, no nos deja ninguna iniciativa personal.

Es decir, si bien estamos muy acogidos a los que Nietzsche malignamente llamaba
‘el calor del establo’, es decir a ese calor que se dan la vacas unas a otras
soplándose al cuello; si bien ello es necesario para nuestra estabilidad, es
insuficiente para la formación de una individualidad y una subjetividad.

Lo que inventa la democracia es un espacio al cual ya no solamente se pertenece,


sino en el que se participa; es decir, un espacio de adhesiones condicionadas.

Se trata de sociedades de las que formo parte porque me interesa el proyecto de esa
sociedad. Por ejemplo, si me hago miembro de una sociedad filatélica es porque me
interesa la filatelia.

La participación es algo más distante, más crítico. Yo ingreso a un grupo político,


por ejemplo, porque creo que ahí existen objetivos, que existen cosas necesarias
que ese grupo va a llevar a cabo. No obstante si veo que ese grupo no logra cumplir
sus objetivos, que los traiciona o los abandona, entonces me salgo y busco otro
lugar donde pueda ejercer mejor mis derechos ciudadanos. La pertenencia es
excluyente, exclusiva, identitaria. La participación es algo mucho mas abierto,
mucho más crítico, mucho más optativo.

Para que no todo se convierta en pertenencia, que será volver a sociedades


unánimes y, en último término, totalitarias; para que toda la sociedad no tenga que
tener esa imagen familiar que la haría asfixiante, hace falta que se cree un espacio
público en el que podamos participar con cierta distancia, enterarnos de lo que
ocurre, optar por unos planteamientos frente a otros.

Savater 1998a: 22-24

150 Ética y Ciudadanía


Capítulo 3: Ciudadanía

Ética y economía

¿Qué tiene que ver la ética con el desarrollo y la economía? Mucho. América
Latina presenta múltiples desafíos que, al mismo tiempo que económicos y
sociales, son éticos. El 36% de los niños menores de dos años de edad padecen de
desnutrición. El 17% de los partos se hace sin asistencia médica. La mortalidad
materna quintuplica la de los países desarrollados. La desocupación juvenil duplica
la general. Numerosas familias están siendo destruidas por la pobreza. La brecha
de desigualdad es la mayor del planeta. La criminalidad asciende y está ligada a la
desocupación juvenil y al deterioro de la familia. Son desafíos éticos ineludibles.
(…)

La desocupación es un grave problema económico y social. Pero al mismo tiempo


no puede dejar de verse que es una cuestión ética. No solo implica no percibir una
remuneración, causa daños muy graves a las personas en aspectos vitales. Así, el
Nobel de Economía Robert Solow (1995), señala que la economía convencional se
equivoca cuando dice que es un tema de oferta y demanda. Dicha economía supone
que los desocupados por períodos prolongados van a buscar activamente trabajo,
van a bajar sus pretensiones salariales, y se alcanzará un nuevo equilibrio (de
mercado) en el que encontrarán trabajo. Solow muestra que cuando una persona
está desocupada por un extenso tiempo, sufre todo orden de daños psicológicos. Es
vulnerada su autoestima, su familia se tensa al máximo, se siente excluido de la
sociedad. Según las investigaciones, en lugar de buscar intensamente trabajo tiende
a retirarse del mercado laboral por temor a sufrir nuevos rechazos, y asimismo
tiende a retraerse socialmente por la “vergüenza” de no tener trabajo. Son
sufrimientos que afectan la dignidad humana. En América Latina la tasa de
desocupación es elevada, el 9%, y la de los jóvenes más que duplica la tasa
promedio.

Kliksberg 2002: 151 y 155

Ética y Ciudadanía 151


Capítulo 3: Ciudadanía

Los niveles de la participación

“Es habitual, desde los estamentos del poder, confundir participación con
información. Sin embargo, la información es sólo el primer nivel, o requisito
previo, por el que se abren vías para la participación. Así podemos distinguir los
siguientes niveles:

a) Información. Tener información suficiente sobre cualquier actuación pública es


imprescindible para que pueda existir la participación de los vecinos y afectados
por dichas actuaciones. Información implica también Formación: la información
que no es comprendida no sirve, por lo tanto a veces es necesaria una labor
previa de formación. Por ejemplo, para iniciar un proceso de participación
ciudadana en urbanismo es necesario informar no sólo de lo que el
ayuntamiento quiere realizar sino, previamente, de las diferentes posibilidades
existentes con arreglo a las normativas legales, las repercusiones económicas y
sociales de los procesos urbanísticos, etc.

b) Consulta y Debate. Significa que los afectados den su opinión, realicen


sugerencias y alternativas, y se abra una fase de diálogo entre administración-
representantes del poder elegido y los ciudadanos, que posibilitará llegar a
conseguir acuerdos por consenso. Mediante una adecuada información-
formación y la consulta también posibilitaremos la existencia de un control real
y público (control social) sobre las actividades del Estado y del Mercado.

c) Gestión compartida o trabajo en común (Cogestión). Toma de decisiones


conjunta y ejecución compartida por los miembros de una colectividad. Es el
nivel de la participación que tiende hacia formas de cogestión y autogestión
ciudadanas, al darse una participación directa en el gobierno, en el poder
ejecutivo concreto”.

Extraído de:
ALBERICH NISTAL, Tomás (2007) Participación
ciudadana (consulta: 7 de marzo de 2008). En: Reyes,
Román (dir.). Diccionario Crítico de Ciencias Sociales.
(http://www.ucm.es/info/eurotheo/diccionario/P/index.html)

152 Ética y Ciudadanía


Capítulo 3: Ciudadanía

El “termómetro democrático”

La participación ciudadana, como veremos, se puede dar de diferentes formas y a


diferentes niveles, son difícilmente mesurables y, por tanto, comparables. La
participación ciudadana es, por tanto, un buen indicador cuantitativo y cualitativo de
la "temperatura democrática" de una sociedad concreta (ya sea una comunidad local,
regional, una nación, etc.).

El objetivo, por tanto, que persigue la participación de los ciudadanos en los asuntos
públicos es darle contenido y ampliar la democracia, caminando por un sendero
democrático y avanzando en lo que se conoce como democracia participativa. En
contraste, cuando en un país sólo existen las libertades básicas únicamente, como el
voto obligatorio cada cuatro años, la libertad de expresión, etc., hablamos de una
democracia formal, que puede acabar "vacía de contenido". En las sociedades
complejas, la participación busca y pretende hacer que los habitantes de un lugar sean
más sujetos sociales, con más capacidad para transformar el medio en que viven y de
control sobre sus órganos políticos, económicos y administrativos, de tal manera que
superen la condición de meros objetos sociales.

Desde las instancias del poder, se presta atención a cómo evoluciona el nivel de
participación ciudadana sólo en algunos aspectos, como, por ejemplo, en las consultas
electorales (porcentaje de abstención), pero no se presta ningún interés a otros
indicadores de la participación. Algunos de los indicadores cuantitativos y
cualitativos de la temperatura democrática que deberíamos conocer son:

a) Mayor o menor descentralización político-administrativa. Órganos de control


sobre los poderes políticos y administrativos. Separación de poderes.

b) Elecciones: nivel de abstención. Diversidad de los partidos representados en las


cámaras y su relación con votos emitidos. Proporcionalidad votos/diputado.

c) Libertad de prensa: nivel de monopolios y oligopolios de los medios de


comunicación.

d) Democracia directa: Referéndum (requisitos, número anual, ámbitos,...).


Iniciativas legislativas de los ciudadanos. Movilizaciones.

e) Índices en relación con el asociacionismo (según sexo, edad, clases sociales,


territorios):

 Tasa de afiliación o asociatividad: porcentaje de la población que está afiliada


a asociaciones (en España en torno al 35%, la media europea se acerca al
50%). Porcentajes y formas de voluntariado, afiliados/activos, participación en
las entidades (asistencia a reuniones, frecuencia, formas de participación
interna...).

Ética y Ciudadanía 153


Capítulo 3: Ciudadanía

 Tasa de multiafiliación: número medio de asociaciones en que está cada


persona afiliada (en la actualidad es alrededor de 1,5 asociaciones por
asociado).
 Diversidad y pluralidad. Número de asociaciones por mil habitantes.
 Tipologías. Actividades y tipos de asociaciones predominantes, porcentajes,
tendencias, etc.

Conocer estos indicadores nos permitirá hacer un seguimiento adecuado y


comparativo de los niveles y formas de la participación. También tomar el pulso a
nuestra democracia.

Extraído de:
ALBERICH NISTAL, Tomás (2007) Participación ciudadana
(consulta: 7 de marzo de 2008). En: Reyes, Román (dir.).
Diccionario Crítico de Ciencias Sociales.
(http://www.ucm.es/info/eurotheo/diccionario/P/index.html)

154 Ética y Ciudadanía


Capítulo 3: Ciudadanía

Las falsas coartadas

Frente a estos y otros problemas que son una afrenta a los valores éticos de nuestra
civilización, suelen circular ciertos razonamientos que pueden considerarse
“coartadas” destinadas a atenuar o marginar, los conflictos éticos existentes.

Se alega que, en definitiva, la pobreza es un problema universal, que por ende se


trataría de un componente ineludible de la estructura de la sociedad.
Efectivamente, en diversos países desarrollados también hay pobreza. Pero
mientras en España e Irlanda es el 18%, en Gran Bretaña e Italia, el 19%, y en
Suecia y Noruega casi no existe, en América Latina está cercana al 50%. Es una
dimensión no solo cuantitativa sino cualitativamente distinta.

Se trata de convertir la pobreza en un problema individual. Los pobres lo serían


porque no han hecho suficientes esfuerzos en su vida, o tienen tendencias hacia el
alcoholismo, la indolencia, etc. (…) ello no tiene ninguna sustentación. Cuando
una de cada dos personas es pobre, evidentemente hay problemas del contexto que
están creando esa situación. Por otro lado (…) es bien claro que cuando las
políticas aplicadas abren oportunidades reales a los pobres las aprovechan a fondo
como cualquier otro sector de la población.

Se plantea que las desigualdades son inevitables, son una especie de ley de la
naturaleza. Formarían parte del proceso de modernización de una sociedad.
Diversas investigaciones recientes en cambio concluyen que tienen que ver con
factores como las políticas públicas implementadas, y las actitudes culturales
prevalecientes frente a la inequidad. Cuando ambas son proequidad la situación
cambia. Ello explica los buenos niveles de equidad obtenidos en países como
Suecia, Noruega, Dinamarca, Japón, Canadá, Holanda.

Se plantea que la solidaridad es una especie de anacronismo, un valor premoderno.


Que debe darse el máximo énfasis al individualismo, y que cada uno debe hacerse
responsable por sí mismo. (…) La orientación a la solidaridad forma parte central
de la calidad humana, y ennoblece a las personas. Por otra parte, muchos de los
países líderes del mundo actualmente en economía y tecnología, tienen sociedades
civiles con altos grados de ejercicio de solidaridad, con multiplicidad de
organizaciones no gubernamentales de acción solidaria, y ejércitos de trabajadores
voluntarios.

Kliksberg 2002: 155-156

Ética y Ciudadanía 155


Capítulo 3: Ciudadanía

 Ejercicios

Ciudadanía: Sentido de Pertenencia

a. Ubica los diez lugares que se especifican en el mapa de Lima.

156 Ética y Ciudadanía


Capítulo 3: Ciudadanía

b. Ubica los 12 lugares que se especifican en el mapa del Perú.

Ética y Ciudadanía 157


Capítulo 3: Ciudadanía

Sentido de pertenencia

1. Piensa en los grupos a los que perteneces. Dales un orden de importancia. Trae a la
clase algo del grupo que te parezca el más importante, algo que lo represente. A partir
de eso que traigas, explícanos en qué consiste el grupo y qué es lo que más te gusta de
él.

2. Piensa en los grupos a los que perteneces. Escoge uno en el que te sientas muy bien y
otro en el que no te sientas tan igual. Explícanos por qué.

3. Saquen su carnet de la UPC. ¿Qué significa que sus caras estén en ese documento?
¿Cómo se sintieron el día en que lo recibieron? ¿Qué pensaron, qué dijeron?

4. El orgullo de ser hincha (historia de barristas): cuenta tu experiencia de ser hincha de


algún equipo de cualquier deporte de primera división o del colegio.

158 Ética y Ciudadanía


Capítulo 3: Ciudadanía

Ciudadanía en el Perú

Sobre la ciudadanía en el Perú, responde lo siguiente:

a. Escribe una situación de envergadura social que ilustre la presencia del sentido de
pertenencia. También, puede ser una situación en la que la ausencia de este represente
un problema social. Explica detalladamente.

b. Describe una situación de envergadura social que ilustre la presencia de la participación


ciudadana. También, puede ser una situación en la que la ausencia de esta represente un
problema social. Explica detalladamente.

c. Describe una situación de envergadura social que ilustre la presencia del ejercicio de
deberes y derechos. También, puede ser una situación en la que la ausencia de este
represente un problema social. Explica detalladamente.

Ética y Ciudadanía 159


Capítulo 3: Ciudadanía

d. Describe una situación de envergadura social que ilustre la presencia del estado de
derecho. También, puede ser una situación en la que la ausencia de este represente un
problema social. Explica detalladamente.

e. Describe una situación de envergadura social que ilustre la presencia de la igualdad.


También, puede ser una situación en la que la ausencia de esta represente un problema
social. Explica detalladamente.

f. Evalúa y comenta si en el Perú hay condiciones para que exista o no ciudadanía plena.
Sustenta tu respuesta.

160 Ética y Ciudadanía


Capítulo 3: Ciudadanía

Igualdad y desigualdad

Analiza las siguientes viñetas en relación con el tema de la igualdad y el reconocimiento

Ética y Ciudadanía 161


Capítulo 3: Ciudadanía

162 Ética y Ciudadanía


Capítulo 3: Ciudadanía

Ética y Ciudadanía 163


Capítulo 3: Ciudadanía

164 Ética y Ciudadanía


Capítulo 3: Ciudadanía

Ética y Ciudadanía 165


Capítulo 3: Ciudadanía

166 Ética y Ciudadanía


Bibliografía

BIBLIOGRAFÍA

ALONZO, Manuel (2002) ¿Qué es participación ciudadana? (consulta: marzo de 2006)


(http://portal.rds.org.hn/documento.php?doc_id=323)

ARANGUREN, José Luis (1995) Ética. Madrid: Revista de Occidente.(170 ARAN)

ARISTÓTELES (1969) La política. Trad. P. De Azcárate. Madrid: Espasa-Calpe.


____ (1998) Ética Nicomaquea. Madrid: Gredos (170 ARIS)

ARGUEDAS, José María (1971) El zorro de arriba y el zorro de abajo. Buenos Aires: Losada.

BÁRCENA, Fernando y MÈLICH, Joan-Carles (2000) La educación como acontecimiento


ético. Barcelona: Paidós.

BEDOYA, Jaime (2004) Mal menor. Lima: Editorial Norma.

BERLIN, Isaiah (1982) Introducción a la filosofía. En: Magee, Bryan. Los hombres detrás de
las ideas. México D.F.: Fondo de Cultura Económica.

BLANCAS, Carlos; LANDA, César y RUBIO, Marcial (1996) Derecho constitucional


general. Materiales de enseñanza. Lima: Fondo Editorial de la PUCP.

BRUNET, Graciela (1997) Hablemos de Ética: la formación ética en la E.G.B. Rosario:


Homosapiens (370.114 BRUN)

BUSTAMANTE, Luis (1998) ¿Cómo enseñar ciudadanía? En: GRADE. Educación


ciudadana, democracia y participación. Lima: USAID / GRADE.

CASTRO, José Esteban (2002) El retorno del ciudadano: los inestables territorios de la
ciudadanía en América Latina, pp. 39-62. En: Perfiles Latinoamericanos, Año 8, Nº 14.
México D.F.: FLACSO.

CONSEJO NACIONAL DE LA JUVENTUD (CNJ) (2004) Juventud peruana en cifras 2002.


(consulta: 30 de mayo 2006) (http: // www.conaju.gob.pe)

COPI, Irving y COHEN, Carl (1999) Introducción a la lógica. México D.F.: Limusa (160
COPI)

COROMINAS, Joan (1990) Breve diccionario etimológico de la lengua castellana. Madrid:


Gredos.

CORTINA, Adela (1985) Razón comunicativa y responsabilidad solidaria. Salamanca:


Sígueme.
____ (1996) El quehacer ético. Guía para la educación moral. Madrid: Santillana.

Ética y Ciudadanía 167


Bibliografía

____ (1998) La educación del hombre ciudadano. En: OEI. Educación, valores y
democracia. Madrid: Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia
y la Cultura, OEI.

DELORS, Jacques (1996) La educación encierra un tesoro. Madrid: Santillana (370 DELO)

DEMUS (2006) Página web de la ONG Demus, dedicada a luchar contra las prácticas
discriminatorias y la violación de los derechos humanos que sufren las mujeres.
http://www.demus.org.pe/Menus/somos.htm (fecha de consulta: 14 de marzo de 2007)

DERRIDA, Jacques (2002) Universidad sin condición. Madrid: Trotta.

DÍAZ, Elías (1983) Estado liberal de derecho, pp. 23-42. En: Díaz, Elías. Estado de derecho y
sociedad democrática. Madrid: Taurus.

EXTEBERRIA, Xabier (1998) Ética básica. Bilbao: Universidad de Deusto.

ESTÉVEZ, Francisco (1998) El norte y el sur de la educación ciudadana. En: GRADE.


Educación ciudadana, democracia y participación. Lima: USAID / GRADE.

FERRATER MORA, José (1980) Diccionario de filosofía. 2da. ed. Madrid: Alianza Editorial

FONTAN, Pedro y FULLAT, Octavio. (1991a) Ética y moral. Ethos. Barcelona: Vicens-
Vives.
____ (1991b) Ética y moral. Mores. Barcelona: Vicens-Vives

FORNS, Santiago y VEGA, Ismael (2003) Nueva crónica del Perú Siglo XXI, 2000-2003.
Lima: Editora Impresora Amarilys.

FRISANCHO, Susana (1994) Desarrollo del juicio moral. Material por el Decanato de
Estudiantes de la UPC. Lima: UPC.

FROMM, Erich (1984) El miedo a la libertad. México D.F.: Editorial Paidós.

FRONDIZI, Risieri (1958) ¿Qué son los valores? Buenos Aires: Fondo de Cultura
Económica.

GALEANO, Eduardo (1998) Patas arriba: la escuela del mundo al revés. Buenos Aires:
Catálogo.

GIDDENS, Anthony (2002) Consecuencias de la modernidad. Madrid: Alianza Editorial.

GIUSTI, Miguel (1999) Alas y raíces. Ensayos sobre ética y modernidad. Lima: Fondo
Editorial PUCP.

GOMEZ GARCÍA, Pedro (1984) Para criticar la antropología occidental. Etnocentrismo y


nueva crítica de la razón. Gazeta de Antropología. Nº3. Universidad de Granada.
(http://www.ugr.es/~pwlac/G03_07Pedro_Gomez_Garcia.html)

HABERMAS, Jürgen (1985) Conciencia moral y acción comunicativa. Barcelona: Península.

168 Ética y Ciudadanía


Bibliografía

HORTAL, Augusto (1994) Planteamiento de una ética profesional, pp. 55-73. En: Fernández,
José Luis y Hortal, Augusto (comp.). Ética de las profesiones. Madrid: Universidad Pontificia
de Comillas.

HOSPERS, John (1976) Introducción al análisis filosófico. Madrid: Alianza Editorial. Tomo
2 (101 HOSP)

HOYOS VÁSQUEZ, Guillermo (1998) Ética comunicativa y educación para la democracia


En: OEI. Educación, valores y democracia. Madrid: Organización de Estados
Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, OEI.

IGNATIEFF, Michael (2003) Los derechos humanos como política e idolatría. Barcelona:
Paidós.

INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA E INFORMÁTICA (INEI) (2000) Perú:


mercado laboral urbano y género. Encuesta Nacional de Hogares 1999.
http://www.inei.gob.pe

JACOBS, Mónica; MORY, Eliana y VÉLEZ, Odette (2000) Ética y política. El arte de vivir y
convivir. Lima: Fondo Editorial de la UPC (172 JACO)

JACQUARD, Albert (1988) Pequeña filosofía para no filósofos. S/c: s/e.

KLIKSBERG, Bernardo (2002) Hacia una economía con rostro humano. Maracaibo:
Universidad del Zulia, Universidad Nacional Experimental Rafael María Baralt, Fondo de
Cultura Económica.

LARROSA, Jorge y PÉREZ, Nuria (1997) Imágenes del otro. Bilbao: Virus.

LE MONDE DIPLOMATIQUE (2002) El Atlas de Le Monde Diplomatique. Santiago: Le


Monde Diplomatique, Edición Cono Sur.

LEÓN, Eduardo (1997) Educación ciudadana: un asunto de política educativa. Lima: Tarea

LIPOVETSKY, Gilles (1996) La era del vacío. Ensayos sobre el individualismo


contemporáneo. Barcelona: Anagrama.

LUCAS VERDÚ, Pablo (1983) Estado Liberal de Derecho y Estado Social de Derecho. En:
Díaz, Elías. Estado de Derecho y Sociedad Democrática. Madrid: Taurus.

LYNCH, Nicolás y PATRÓN, Pepi (1997) Educación y ciudadanía: Propuestas de política.


Lima: Foro Educativo.

MACINTYRE, Alasdair (1999) Historia de la Ética. Barcelona: Paidós (170.8 MACI)

MATURANA, Humberto y NISIS, Sima (1997) Formación humana y capacitación. Santiago


de Chile.

Ética y Ciudadanía 169


Bibliografía

MÈLICH, Joan-Carles y otros (coords.) (2000) La veu de l’altre. Reflexions i expèriences per
educar en valors ètics. Barcelona : Institut de Ciències de l’Educaciò.

MORIN, Edgar (2001) Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. Barcelona:
Paidós.

MORY, Eliana y VÉLEZ, Odette (2005) La exigente incomodidad. Ética y profesiones. Lima:
Fondo Editorial de la UPC.

ORGANIZACIÓN DE ESTADOS IBEROAMERICANOS y UNIVERSIDAD DE


BARCELONA (1998) Educación, valores y democracia. Madrid: OEI. Materiales del Master
a Distancia “Democracia y educación en valores en Iberoamérica”.

OROZCO, Carlos (1997) Pedagogía de la educación superior y la formación en valores. Santa


Fe de Bogotá: Universidad de los Andes.

ORTEGA, Pedro y otros (1996) Valores y educación. Barcelona: Ariel.

ORTEGA, Pedro y MINGUEZ, Ramón (2001) La educación moral del ciudadano de hoy.
Barcelona: Paidós.

ORTIZ CRESPO, Santiago (1998) Participación ciudadana. Análisis y propuestas para la


reforma del Estado. Quito: Asociación Cristiana de Jóvenes de Ecuador.

PAYÀ, Montserrat (2000) Educación en valores para una sociedad abierta y plural.
Barcelona: Desclée de Brouwer.

PELÈ, Antonio (2004) Una aproximación al concepto de dignidad humana, pp. 9-13
(consulta: 23 de octubre de 2008). Universitas. Revista de Filosofía, Derecho y Política, No. 1
(http://universitas.idhbc.es/numero1.htm)

PLANAS, Pedro (1997) Regímenes políticos comparados. Lima: Fondo de Cultura


Económica.

PUIG, Josep Maria (1995) Aprender a dialogar. Toma de conciencia de las habilidades para el
diálogo. Madrid: Infancia y aprendizaje.

QUINO (Joaquín S. Lavado) (1996) Toda Mafalda. Buenos Aires: Ediciones de la Flor.
____ (2004) ¡Qué presente impresentable! Buenos Aires: Ediciones de la Flor.

RIBEYRO, Julio Ramón (2004) Cuentos y ensayos. Presentación, selección y cronología de


Víctor Vich. Lima: PUCP.

RICKEN, Friedo (1987) Ética general. Barcelona: Herder.

RODRÍGUEZ-IZQUIERDO, Guillermo (1994) La responsabilidad de la Universidad en la


formación de profesionales, pp.163-182. En: Fernández, José Luis y Hortal, Augusto
(comps.). Ética de las profesiones. Madrid: Universidad Pontificia de Comillas.

170 Ética y Ciudadanía


Bibliografía

RUBIO CORREA, Marcial (1996) El sistema jurídico. Introducción al Derecho. Lima:


Colección de textos jurídicos de la PUCP, Fondo Editorial PUCP.

SÁNCHEZ VÁZQUEZ, Adolfo (1971) Ética. Cuarta edición. México D.F.: Grijalbo

SANTUC, Vicente (1997) Ética y educación. En: Revista Autoeducación, nº 52, Lima.
____ (2000) Ética y política, ¿qué nos pasa? Lima: Centro de Estudios para el Desarrollo y
la Participación y Escuela Superior de Filosofía, Pedagogía y Letras, Antonio Ruiz de
Montoya.

SAVATER, Fernando (1991) Ética para Amador. Buenos Aires: Ariel (170 SAVA)
____ (1995a) Diccionario filosófico. Barcelona: Ariel
____ (1995b) Política para Amador. Barcelona: Ariel (320.01 SAVA)
____ (1996) El contenido de la felicidad. Barcelona: Ariel
____ (1998a) Conferencias en Lima. Lima: Fondo Editorial de la UPC (070.4 SAVA)
____ (1998b) Ética, política y ciudadanía. MéxicoD.F.: Grijalbo (172 SAVA/F)
____ (2000) Las preguntas de la vida. Barcelona: Ariel.

TAYLOR, Charles (1993) El multiculturalismo y “la política del reconocimiento”. México,


D.F.: Fondo de Cultura Económica.
____ (1994) Ética de la autenticidad. Barcelona: Paidós.

TOVAR, Teresa y otros (1996) Qué y para qué de la educación ciudadana. En: Necesidades y
demandas para un cambio en la educación. Lima: Foro Educativo.

UCEDA, Ricardo (2004) Muerte en el Pentagonito. Los cementerios secretos del Ejército
Peruano. Bogotá: Planeta.

VAN MANEN, Max (1998) El tacto en la enseñanza. El significado de la sensibilidad


pedagógica. Barcelona: Paidós.

VELARDE, Gisèle (1998) Notas del curso “Ética en Occidente”, dictado en la UPC.
____ (2003) Notas del taller “Ética, moral y política”, dictado en la UPC.

VENTURO, Sandro (1997) Conferencia internacional sobre educación ciudadana, democracia


y participación. Lima: Grade.
____ (2000) Ciudadanos jóvenes, no. Jóvenes ciudadanos. En: Tarea, Revista de Educación
y Cultura, nº 45, Lima: Asociación Educativa Tarea.

ZAMBRANO, Gustavo (2005) Función social del derecho a la participación ciudadana en el


ámbito de la gestión ambiental nacional: el caso del lago Chinchaycocha (2002-2003). (Tesis
para optar el grado de Licenciado en Derecho). Lima: Pontificia Universidad Católica del
Perú.

Ética y Ciudadanía 171

You might also like