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EL PROBLEMA DE LA SOBERANIA: SU HISTORIA ANTE EL SIGLO XXI II Coloquio de Historia y Sociedad Claudio Alberto Bricefio Monzén * Manuel Donis Carolina Guerrero * José Francisco Juarez * Agustin Moreno Juan Carlos Pérez Toribio * Oscar Reyes * Pablo Sanchez Ezio Serrano Paez * Tomas Straka * Corina Yoris FSS Universidad is aA Catdlica 4 Andrés Bello GIF QUINOCCIO EL PROBLEMA DE LA SOBERANIA: SU HISTORIA ANTE EL SIGLO XXI JT Cotoguto DE Historia ¥ SOCIEDAD Claudio Alberto Bricefio Monzén * Manuel Donis Carolina Guerrero * José Francisco Judrez * Agustin Moreno Juan Carlos Pérez Toribio * Oscar Reyes * Pablo Sanchez Ezio Serrano Péez * Tomds Straka * Corina Yoris [== Universidad G QUINOCCIO Lael catdlica LSEVERSIORD S66 BOLRAR, Andrés Bello Caracas, 2007 This one ig 4N JZ1320.2 co Coloquio de Historia y Sociedad (2 : 2007 : Caracas). El problema de la soberan{a : su historia ante el siglo XXI : II Coloquio de Historia y Sociedad / Claudio Alberto Bricefio Monzén... [et al] - Caracas : Universidad Catdlica Andrés Bello, 2006. 225 p.5 22 cm. ISBN: 980-244-489-8 Incluye referencias bibliogrificas. 1. SOBERANIA - VENEZUELA - CONGRESOS. 2. VENEZUELA - POLITICA Y GOBIERNO ~ HISTORIA - CONGRESOS. 3. AUTODETERMINACION NACIONAL - VENEZUELA. 4. IGLESIA Y ESTADO ~ VENEZUELA. I. Bricefio Monzén, Claudio Alberto. II. Titulo, Juan Cantos Pérez Tortaio, TomAs STRAKA (comPILADORES) EL PROBLEMA DELA SOBERANIA: SU HISTORIA ANTE EL SIGLO XXI II Colequio de Historia y Sociedad Universidad Catélica Andrés Bello Montalbin, La Vega. Apartado 29068 ‘Caracas - Venezuela Disefio y edicién: Pusticaciones UCAB Diagramacién: Reyna Contreras M. Correccién de texto: Marta BoLINcHEs Disefio de portada: Reyna Contreras M. Impresién: Eprrortat, Texto, C.A. © Universidad Catélica Andrés Bello Primera Edicién, 2007 Hecho el Depésito de Ley Depésico Legal: 1F45920063204576 ISBN: 980-244-489-8 @® NOTA BENE: Los trabajos que aparecen en el presente texto han sido arbitrados por la comisin nombrada al efecto. Reservados todos los derechos. No se permite reproducir, almacenar en sistemas de recuperacin de la informacién, ni transmitir alguna parte de esta publicacién, cualquiera que sea el medio empleado -electrénico, mecénico fotocopia, sgrabacién, etc.-, sin el permiso previo de los titulares de los derechos de la propiedad intelectual. INDICE PRESENTACION, Juan Carlos Pérez Toribio y Tomds Straka, SOBERANIA: APROXIMACION HISTORICA A UN CONCEPTO MEDIEVAL, Corina Yoris Villasana LA REPUBLICA CONTRA SUS ORIGENES: CABILDOS Y LEGITIMIDAD EN LA PROVINCIA DE CARACAS (1808-1830), Ezio Serrano Péez..... os IDEA DE SOBERANIA EN EL DISCURSO CONSTITUCIONAL UNA APROXIMACION, LA CONFORMACION TERRITORIAL DE VENEZUELA: IMPLICACIONES PARA LA SOBERANIA NACIONAL, Claudio Alberto Bricefio Monzén 72 SOBERANIA Y FRONTERAS MARITIMAS DE VENEZUELA, Manuel Donis. - 99 IGLESIA Y SOBERANIA NACIONAL: REFLEXIONES SOBRE EL CONVENIO CON LA SANTA SEDE DE 1964, Agustin Moreno Molina. 132 LA SOBERANIA DE LAS CONCIENCIAS: ESTADO DOCENTE E IGLESIA EN VENEZUELA, 1936-1950, José Francisco Juarez... 151 LA DICTADURA PERFECTA: O DE LA SOBERANIA Y EL ESTADO DE EXCERCION PERMANENTE A PARTIR GIORGIO AGAMBEN, sensors 19D Oscar Reyes ... SOBERANIA Y POLITICA EXTERIOR EN EL GOBIERNO DE HUGO CHAVEZ, Pablo Sanchez... SOBERANIA _* Corina Yoris-Villasana Lex Regia, también conocida como Lex imperio, que le conferia al emperador la prerrogativa de hacer todo aquello que él dictaminara conveniente para bien del Estado; dicho en breves palabras, el poder absoluto. Las cosas van cambiando y ast ese imperium no lo ejercerd el emperador por delegacién del pueblo, sino que se le reconocer4 como “derecho inherente a su cualidad misma (...). Asi fue creada por el genio de Roma la nocién juridica del poder piblico, que se llamaré mis tarde soberania y que habia de ser hasta el siglo XX el fundamento del derecho puiblico en los pueblos de Europa y de las Américas” (http://www. antorcha,net/biblioteca_virtual/derecho/soberania/soberania.heml, s/f). Si nos remontamos a la época feudal, el concepto de imperium se va desdibujando hasta casi desaparecer. Las clases sociales, después de la caida del Imperio Romano de Occidente, tenderdn a buscar una organizacién entre ellas que hoy podrfa denominarse contractual. Es as{ cémo el sefior feudal se convertird en una suerte de contratante que esta en condiciones de exigir una determinada prestacién de servicios, asi como, a su vez, esta en la obligacién de devolver ese servicio (E. Burgeois. Le Capitulaire de Kiersy-sur-Oise, p. 320, citado por L. Duguit, 1913). Sin embargo, y siguiendo el hilo conductor de Duguit, a quien tenemos como telén de fondo en esta exposicién, la nocién de imperium, que es a la que le estamos siguiendo la pista, no desaparece del todo. @Dénde se conserva? En Alemania, serd el emperador quien posea tal beneficio; en Francia, sin duda, el rey. Dice, Duguit, citando a M. Luchaire que el rey estd encargado de asegurar la paz por la justicia (...) Y no es solamente la Iglesia, ha escrito muy atinadamente M. Luchaire, quien hace del Rey, ante todo, el gran justiciero. El feudalismo laico ha reconocido que la raiz y el fruto del oficio real son la justicia y la paz. El juramento prestado por Felipe I y sus sucesores a su advenimiento al trono les obliga a conservar a cada uno la justicia que le es debida, a dar a cada cual su derecho, y a poner al pueblo en posesién de sus derechos legitimos (M. Luchaire: Histoire des Institutions Monarchiques sous les premiers Capétiens, I, p. 40). Aun més, durante todo este periodo, entre el poder y la posesién de las tierras se establecié un lazo que instituye que hay poder donde hay posesién de tierras, y viceversa: quien posee tierras tiene poder. Indudablemente, aun en los tiempos en que el régimen feudal ha Ilegado a su completo desarrollo y subsiste atin en su pureza, se reconoce al Rey un poder propio, personal, independiente de la tierra que tiene. Pero la concepcién feudal SOBERANIA__* Corina Yoris-Villasana El principe no ha de tener otro objeto, ni abrigar otro propésito, ni cultivar otro arte, que el que ensefia, el orden y la disciplina de los ejércitos, porque es el tinico que se espera ver ejercido por el que manda. Este arte encierra utilidad tamafia, que no solamente mantiene en el trono a los que nacieron principes, sino que también hace subir con frecuencia a la clase de tales a hombres de condicién privada, Por una razén opuesta, sucedié que varios principes, que se ocupaban mds en las delicias de la vida que en las cosas militares, perdieron sus Estados. La primera causa que harfa a un principe perder el suyo, serfa abandonar el arte de la guerra, como la causa que hace adquitir un reino al que no lo tenfa, es sobresalir en ese arte (N. Maquiavelo, cap. XIV). Sin embargo, no podemos afirmar que el Estado se consolidé en las mencionadas ciudades italianas; ese Estado se ird configurando en los reinos europeos. Estos, en sus luchas externas e internas, afiaden vastos territorios a sus dominios, mientras también se dan agudos debates ideolégicos donde se van reformulando una serie de conceptos; entre ellos, se encuentra el de la soberanfa: “Soberania, entendiéndola como el poder de decisién de quien detenta un territorio, en otras palabras: quién manda y por qué” (Jorge E. Mesta Martinez: ths si La aparicién de estas ideas expresan que la fuerza no es el tinico elemento constitutivo del Estado Nacional y que éste requiere de consensos para construirse y consolidarse. Las explicaciones de qué y cémo es el Estado, las propuestas de cémo debe ser y la necesidad de justificar sus acciones contribuyen a ello. (F. Mesta Martinez: hetp://www. .upn.mx/ sevista/39/indepsob.htm, s/f). Estamos ya en los siglos XVI y XVII, y sus mejores representantes —en este orden de ideas— son Jean Bodin (1530-1596) y Thomas Hobbes (1588-1679). Los seis libros de la reptiblica de J. Bodin, podria ser leido como un tratado sobre la soberania, donde ésta es entendida como el poder absoluto y perpetuo de una repiblica (J. Bodin: 1973, L.I, 8). Es explicada por Bodin como la fuerza, cohesién y unién de una reptblica; asi mismo, dice que la “majestad soberana y poder absoluto consiste principalmente en dar ley a los subditos en general sin su consentimiento” (J. Bodin, 1973, LI, 8). Bodin considera que las leyes son necesarias para la direccién del Estado; pero, el principe soberano esté sujeto a las leyes divinas: 13, SOBERANIA _* Corina Yoris-Villasana Alcanzamos asi a la época de Ia Ilustracién, cuyo mayor representante es Louis de Sécondat, Barén de Montesquieu, mondrquico, pero con la mirada puesta en el parlamentarismo inglés, Su obra, El espiritu de las leyes (1748), ha sido considerada como el inicio del gran triunfo de la Ilustracién. Propone, Montesquieu, una nueva estructura en el Estado basada en el equilibrio de los poderes, equilibrio que entraba en pugna con la concepcién absolutista de la monarquia francesa. Plantea que el rey, aun cuando conserva el poder ejecutivo, queda completamente limitado por el poder legislativo constituido por una asamblea representativa, como el modelo inglés, y también por el poder judicial, ejercido por magistrados o parlamentos (en Francia, tribunales), absolutamente independientes del ejecutivo y legislativo, es decir, del rey y de la asamblea. Es as{ como aparece la idea de la soberanfa “dividida” o “compartida”. Otro de los grandes representantes de la Ilustracién fue J. J. Rousseau, considerado por los analistas de su produccién filoséfica como el primer pensador genuinamente democrético. Su obra més representativa es El Contrato Social (1762). Para Rousseau, los seres humanos, en su aparicién sobre la tierra, se encuentran en “Estado de Naturaleza”. (Qué quiere decir con ello? Significa que no hay gobierno, ni leyes, no hay autoridad, ni existe organizacién social alguna, como tampoco la hay politica. Los hombres toman conciencia de algo vital: necesitan agruparse para defenderse mejor y asi va a surgir el Estado. De tal manera que el Estado es un acuerdo entre los seres humanos que les permite vivir mejor y resguardar su vida y bienes. Es importante sefialar que en esta concepcién, es el conjunto de individuos quien elige al gobernante, y asi como lo elige, también podré destituirlo. Por su parte, la misién del gobernante sera cumplir la “voluntad general”; y ésta no es otra cosa que la voluntad de la mayorfa. Para expresarse, la voluntad popular empleard las elecciones donde deben votar todos los ciudadanos. Esta “voluntad general” es inalienable, puesto que no se puede ceder. Asi nos encontramos con el concepto que venimos rastreando: soberania. No sélo es inalienable, sino que no puede ser representada, en otras palabras, es indivisible; porque la voluntad de un individuo no es otra cosa que una “voluntad particular”, y “no deben existir poderes separados como partes de la soberania sino como emanaciones suyas”. La “voluntad general” no puede equivocarse, es decir, es infalible. Por ultimo, la soberanfa es absoluta. Al obedecer al soberano, el individuo est obedeciendo la voluntad propia, “y preguntarse cudles son los I{mites de su poder es como preguntarse hasta qué punto un ciudadano puede comprometerse consigo mismo”. 17 SOBERANIA _* Corina Yoris-Villasana Afirmo, pues, que la soberanfa, no siendo més que el ejercicio de la voluntad general, no puede ser nunca engjenada, y que el soberano, que no es mas que un ser colectivo, no puede estar representado mds que por s{ mismo: el poder puede transmitirse, pero no la voluntad (...). Por la misma razén que la soberan{a es inalienable, es indivisible, pues la voluntad es general o no lo es (...) (J. J. Rousseau: 1984, pp. 173-174). Tratar de mantener vigente la nocién de soberanfa, tal como fue entendida en esta época revolucionaria, es, por decir lo menos, un anacronismo. El dogma esencial de esta nueva religién, que la Revolucién pretendfa dar al mundo, era el principio de la soberanfa nacional; y porque nuestros “padres de la patria” creyeron en ella como en el credo de una religién revelada, es por lo que la soberanfa nacional, que era el producto contingente de ciscunstancias hist6ricas, se ha impuesto alos espftitus y ha sobrevivido alas circunstancias que lo produjeron. (http://mx.geocities.com/profpito/duguit.html obtenida el 21 noviembre 2005 16:33:10 GMT.) REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS Bodin, J. (1973). Los seis libros de la Republica. (Pedro Bravo Gala trad.) Barcelona: Aguilar Ediciones. D’amico, Claudia. Conciliarismo e imperio cristiano en Nicolds de Cusa (Versién on line: A Duguit, Ledn (1913), Las transformaciones del derecho piiblico. (Versién on line: > iblieneen . ; bul) Hobbes, T. (1993). Leviatdn (Carlos Mellizo trad.; 2* reimpresién). Madrid: Alianza Editorial. Locke, J. (1990). Segundo tratado de gobierno (Mario H. Calichio, trad.). Buenos Aires: Editorial Agora. Luchaire, M. (1891). Histoire des Institutions Monarchiques sous les premiers Capétiens. Paris: A. Picard. 21 LA REPUBLICA CONTRA SUS ORIGENES * __Ezio Serrano Péez b. El ejercicio de la autoridad hacia el interior de su 4mbito politico territorial (soberanja interna). Con respecto a lo externo, la soberania se confronté con poderes de vocacién universalista, como el caso de la Iglesia Catélica, y con otros Estados frente a los cuales surge una relacién juridica entre iguales’. Con relacién a su aspecto interno, la evolucién del Estado Occidental implicé la derrota o eliminacién de poderes competidores surgidos dela sociedad medieval. El ejercicio de la soberania, debié liquidar el dominio del clero, de los cuerpos estamentales, de los gremios y de /as autonomtas locales, entre otros. En realidad, se traté de la imposicién de una forma de soberania que debié derrotar la estructura de autoridad dominante en la sociedad tradicional. Tal como lo sefiala Bendix, la vida politica durante el tradicionalismo feudal se caracterizé por la existencia de una soterrada lucha por el poder “entre jurisdicciones més © menos auténomas, cuyos miembros comparten inmunidades y obligaciones basadas en una jerarquia social establecida, y en una relacién de fidelidad consagrada por la Iglesia Universal”®, Hay por un reflejo practico y concreto del ejercicio de la soberanfa en el tipo de estructuras administrativas que se van a utilizar segtin predomine la fragmentacién de la autoridad o si el absolutismo gana terreno frente a las formas estamentales. Aspecto que ya habfa sido sefialado por Maquivelo al hacer referencia a los dos modos como son gobernados (administrados) los principados conocidos: el primero consiste en serlo por un principe asistido de otros individuos que permaneciendo siempre stibditos bien humildes al lado suyo, son admitidos por gracia o concesién, en clase de servidores solamente para ayudarle a gobernar (...) ef segundo modo (...) se compone de un principe, asistido de barones (..) estos mismos tienen Estados y gobernados que los reconocen por sefiores suyos. 5 Aeesto hace referencia Hegel al afirmar que entre las naciones prevalece la ley de la selva 0 el derecho del mis fuerte. Véase al respecto: Marx C. Critica del Derecho del Estado hegeliano. Caracas, UCV-FHUE, 1980, pp. 21 y ss. 6 Bendix, R. Estado nacional y ciudadanfa, Buenos Aires, Amotrortu, 1974. p. 46. 7 Maquiavelo, N. El principe. Madrid, Espasa-Calpe Colec. Austral, N°. 69, 1978, pp. 25-26. 25 LA REPUBLICA CONTRA SUS ORIGENES _* _Ezio Serrano Piez y menos, sus manifestaciones en la conciencia politica dominante. Atin con la creacién de otras instituciones de igual cardcter unificador, tales como la Intendencia (1776) y la Real Audiencia (1786), es necesario reconocer, tal como lo hace Carrera, que los cambios operados en la primera década del siglo XIX, incluyendo los movimientos independentistas, “se produjeron en medio de un proceso de integracién territorial y politica atin inconcluso, que ademés estaba confrontando las tendencias autonémicas provinciales”"*. Para finales del XVIII y comienzos del XIX, ya se venian produciendo documentos con fuerza de ley que empezaban a integrar elementos dispersos en el territorio asignado a la Capitanfa General. Es este el caso de “documentos constitutivos” tales como la Real Cédula de San Ildefonso de 1777, ya referida, la Instruccién para el establecimiento de la Intendencia de Ejército y Real Hacienda del 8 de diciembre de 1776”, as{ como también, la Cédula del 31 de julio de 1786, mediante la cual se anuncia la creacién de la Real Audiencia'®, Estos cuerpos juridicos constituyen documentos encaminados a unificar la dispersién provincial, y son la base del uti possidetis juris al cual se apelard en 1811 en la hora fundacional de la Republica”. Estos instrumentos definen un dmbito espacial o jurisdiccional sobre el cual se debfan operar como territorio especifico, y no es otro que el de las ya aludidas seis provincias. Debe reconocerse en este punto, que aquellos instrumentos de gobierno sumados a otros, perfilan la voluntad real del control absoluto, para lo cual la definicién espacial de unidades funcionales es un requisito indispensable. Pero con ello, el absolutismo cumple su histérico papel nivelador, o por lo menos lo inicia en la medida en que el sistema absolutista de gobierno, y su cabeza visible, ejerce poderes en un “dmbito espacial mds estructurado”, es decir, impulsa unas medidas o leyes que afectaron “a todos” los sujetos de aquellas provincias. Aunque para ello se utilicen funcionarios “delegados” a su entera y arbitraria voluntad. El contenido “integrador” del patrimonialismo Borbén incluye un distanciamiento lento pero apreciable 16 Carrera Damas, G. Venequela: proyecto nacional y poder social. Madsid, Edit. Critica,1986, p. 15. La etapa del reformismo Borbén en la Capitania General de Venezuela, como en otros territorios, coincide con el incremento inusitado de la conflictividad social y politica. 17 “Doc. 21” en: Morazzani de Pérez Enciso, G. La Intendencia en Espaiia y América. Caracas, UCV-CDCH. 1996. (Apéndice Documental) pp. 318 y ss. 18 AGN. Seccién Reales Cédulas.'T. XI, fol(s) 303 y ss. 19 Cfr. Morén, 6. El proceso de Integraciin de Venezuela (1776-1793). Caracas, ANH, Colec. El libro Menor, N°3. 197. 29 LA REPUBLICA CONTRA SUS ORIGENES _*_Ezio Serrano Péez tropas francesas hasta Andalucia, con lo cual la Junta Central renuncia a sus poderes y los deposita en manos de una Regencia®*. Lo anterior significé, momentdéneamente, una mayor ingerencia de los sectores conservadores, pero que en definitiva no lograron encauzar el rumbo que habrian de tomar las deliberaciones en el seno de las Cortes. De hecho, la legislacién que éstas produjeron: “(...) responde en Iineas generales a dos objetivos basicos: constituir un nuevo régimen y promover la transformacién de la sociedad”. La Constitucién que se produce en 1812 como resultado de aquellos debates, si bien admite la institucién mondrquica, “determina ciertas precauciones para limitar sus iniciativas o anularla, en el caso de que su titular tratase de restablecer el absolutismo”™. Las enormes repercusiones que todos estos acontecimientos tienen sobre Hispanoamérica estén fuera de toda duda. Pero es particularmente significativo el hecho de que las Cortes pudieron actuar con gran libertad y sin las presiones de sectores tradicionales. De este modo se convirtieron en una Asamblea Constituyente que pudo abrogarse la soberanfa plena: “Los diputados que componen ésta y que representan la nacién espafola, se declaran legitimamente constituidos en Cortes generales y extraordinarias y que reside en ellas la soberania nacional”. Debe tomarse en cuenta que en aquella asamblea estaba la “representacién” de los esparioles americanos convocados bajo unas reglas cuya justeza habrian de cuestionar muchos, pero que, sin embargo, no dejaban lugar a dudas en cuanto la importancia que los peninsulares le atribuian a estos territorios. Por lo demas, la convocatoria hecha con inclusién de los americanos, colocaba en primer plano la idea de la igualdad interprovincial y el debate sobre la igualdad 32 Ob. Cit., p. 32. 33. Ibid, p. 32. 34 Ibidem. 35. Decreto del 24 de 1810. Citado por Artola M., ob. cit., p. 32. El tema de las Cor- tes espafiolas puede ser abordado bajo la creencia de su contenido tradicional. Esta lectura procura mostrar vinculos de continuidad entre las Cortes y su larga historia que las conecta con la Espafia feudal. Otra lectura, sin embargo, focali- za el fendmeno como una ruptura con el pasado a partir del dominio que entre 1808 y 1812 ejercié la burguesia revolucionaria hispana. Al respecto puede verse: Bleiberg, G. (director) Distonaro de Historia de Espana, Madrid, Alianea Editorial, 1979. 33 LA REPUBLICA CONTRA SUS ORIGENES _*__Ezio Serrano Péez ya desde el 22 de mayo de 1809 la Junta Central en la peninsula, tras las victorias francesas en Espafia, habfa promulgado la consulta a La Nacién con inclusion de los espafioles americanos. Esta consulta estaba dirigida a “las juntas provinciales, ayuntamientos, tribunales y personas eruditas” quienes aconsejarian cual seria la mejor manera de organizar el gobierno. Puede decirse que en América, los ayuntamientos devinieron en Juntas de Gobierno y de éstas se derivaron gobiernos provisorios que fueron sustituyendo al poder patrimonial espafol. Al acentuarse el temor a la dominacién francesa y constituirse la Regencia, se reforz6 la iniciativa autonomista que habria de derivar en las declaratorias de Independencia, con los ayuntamientos como protagonistas“. En la Capitania General de Venezuela, teniendo al Cabildo caraquefio como agente estelar de los sucesos del 19 de abril de 1810, se procedié a conformar la Junta Suprema, que en lo inmediato decidié enviar emisarios a las principales ciudades que integraban la mencionada Capitania General. El propésito era lograr su adhesién y para ello se dirigieron hacia los principales ayuntamientos“”. Los cabildos se fueron pronunciando en el siguiente orden Ppropuesto por Grisanti: 1.- Caracas, el 19 de abril de 1810. 2. Barcelona, el 27 de abril. 3.- Cumani, el 30 de abril. 4.- Margarita, el I? de mayo. 5.- Barinas, el 5 de mayo. 6.- Mérida, el 16 de septiembre. 7+ Trujillo, el 9 de octubre’. 45 Rodriguez , J. La Independencia... Ob. cit. p. 100. 46 No puede negarse, sin embargo, que en las asambleas capitulares se agregaran otros in- dividuos que no eran propiamente miembros de los ayuntamientos, pero eran “notables” incorporados a una accién iniciada por el cuerpo municipal. 47 Véase al respecto: Grisanti, A. Repercusiones del 19 de abril de 1810 en las provincias, ciudades, villas y aldeas venezolanas. Caracas, Avila Grifica, S.A. 1949, pp. 25 y ss. 48 Cfr. Grisanti, A. Ob. cit,, pp. 19 y ss. 37 LA REPUBLICA CONTRA SUS ORIGENES * _Ezio Serrano Piez cabildos, sino también en la larga experiencia de atropellos ¢ iniquidades cometidas por la burocracia peninsular contra los americanos. Con este ultimo argumento se amplian las posibilidades de justificar o legitimar una salida independentista que, pese a originarse en las discrepancias inter burocraticas, se cubrird con el ropaje ideolégico del discurso ilustrado, Por lo tanto, 1810 es el momento crucial de una ofensiva estamental, un nuevo episodio de la soterrada lucha por el control del poder®. El largo proceso histérico colonial registra diversos episodios en los cuales los cabildos se enfrentaron a las autoridades centrales. Reasumir la autoridad es la consecuencia légica del rechazo a la burocracia peninsular. Prueba de ello es lo que ocurre a partir de marzo de 1810, en ocasién de una grave novedad en Guayana que obliga al Gobernador y Capitan General a actuar con celeridad. En carta reservada para el Intendente le informa lo siguiente: La grave novedad que ha ocurrido en la provincia de Guayana de haber arrestado a su gobernador el Cabildo, reasumiendo el mando politico y militar, me ha determinado mandar que pase inmediatamente a Guayana el coronel D. Miguel de Ungaro, a posesionarse del empleo de gobernador de la misma provincia que S.M. ha conferido(cursivas del autor). Las propias autoridades utilizan la expresién reasumir para referirse a una situacién que luego se repitié en distintas ciudades. Pero no sélo se destituye a gobernadores, también ocurre con los tenientes nombrados por aquéllos, con lo cual se resquebrajé la “unidad basica y funcional del poder”. La comunicacién entre Emparany Arce ilustra la estrecha conexién entre el maximo representante del poder politico-militar y el Intendente General, como méximos responsables del control politico. Ambos forman el centro del poder destituido en 1810, sustituidos por la Junta de Caracas. Este reasumir es un hecho revelador del contenido principista que animaba la actuacién de las ciudades cabildo o partidos capitulares, los agentes estelares 62 No puede obviarse que, ya para 1808 se pucden evidenciar tendencias “cevolucionarias” radicales, con inspiracién ideolégica muy distinta al fidelismo monirquico. Ello parece evidenciarse en Ia agitacién acaecida en aquel afio, calificada por Diaz como una “conju- sa”. Al respecto, Cfr. Diaz, J.D. recuerdos sobre la Rebelién de Caracas, Caracas, BANH, No. 38, 1961, pp. 54y ss. También Parra Pérez, C. Ob. cit. 63 AG.N., Caracas) Intendencia de Ejército y Real Hacienda. Tomo CCCXV, fol. 31. 4 LA REPUBLICA CONTRA SUS ORIGENES _* _Ezio Serrano Paez un organismo legislativo representativo, es decir, para los patriotas es basico el control o la creacién de un organismo decisorio (asamblea o congreso), para convertirlo en punto de partida del nuevo poder. Esto tiltimo no es un problema en el bando realista, pues partian del esquema capitular como basamento de la legitimidad y los principales cabildos estaban abiertamente a favor del Rey. Por lo anterior, no es casual que durante los afios 1813-1819, se produjeran varios intentos por establecer un punto de partida “legal”, que sostuviera la administracién dela guerra y del gobierno provisional: la asamblea de emigrados en Haiti (1816), asamblea en Villa del Norte, Margarita, el “Congresillo” de Cariaco, creacién del Consejo de Gobierno, el Consejo de Estado (1817-1818), y el Congreso de Angostura en 1819.” Se recorre un largo camino buscando los acuerdos para establecer la unidad politica y de mando. El problema de la legitimacién est4 muy presente en Bolivar, precisamente por haber participado durante los afios mencionados, en la lucha por el poder y el liderazgo. En la proclama que dirige desde Angostura el 22 de octubre de 1819 convocando el Congreso Constituyente de 1819, sefiala de entrada que: “... Nuestras heridas van a curarse al abrigo de una representacién legitima””!. Luego, Bolivar incluye en la proclama un recuento de los hechos en que él ha participado —no por vana ostentacién os hablaré de mi—, aclara el Libertador antes de iniciar el recuento de su actuacién que incluye las acciones de los afios anteriores, enfatizando los momentos en que su autoridad ha sido reconocida, y su disposicién a que sea una asamblea del pueblo la que indique quiénes han de ser las autoridades: Al llegar a Margarita una asamblea general me nombré Jefe Supremo... mi dnimo fue convocar alli el Congreso (...) los sucesos de la guerra no permitieron, sin embargo, este anhelado acto de la voluntad nacional (..) Libre Guayana, y libre la mayor parte de Venezuela, nada nos impide ahora devolver al pueblo sus derechos soberanos, No era cierto que estuviese libre la mayor parte de Venezuela, de hecho la campahia del centro desarrolladaa lo largo de 1818 habia resultado un estrepitoso fracaso posteriormente reconocido. Pero no era éste el unico problema que el 70. Cfr. Moron G. Historia de Venezuela (la formacién del pueblo). Caracas, Italgrifica, Tomo IV, 1971, pp. 178 y ss. 71 Blanco y Azpurua Ob. cit,, doc. 1457, p. 478. 72 Ob. Cit, p. 479. 45 LA REPUBLICA CONTRA SUS ORIGENES _* _Ezio Serrano Péez caracterizado resulté contraria a los propésitos de unidad centralizada que se concretaban en las constituciones republicanas. El 14 de mayo de 1821 el general Bermtidez penetra en Caracas proveniente de Oriente. Esta accién, al parecer como parte de una estrategia militar para desconcentrar las fuerzas realistas, permitié la entrada de los patriotas, por primera vez desde 1814. La Gaceta de Caracas registré la Ilegada de Carlos Soublette y la recepcién efectuada por “el gobernador politico, el M.I. Ayuntamiento y otras personas” que le acompafiaron en la mesa. La Gaceta resefia la “alegria y buen humor” de los concurrentes mientras se brindaba®!. Poco duré el control patriota sobre Caracas, pues el 27 de mayo del mismo afio, las fuerzas realistas al mando de Francisco Tomas Morales, recuperaron el control sobre la ciudad. La propia Gaceta, una vez recuperado el control de la capital provincial por los realistas, publica un Acta del Ayuntamiento en el que los cabildantes “expresan su disgusto por la difusién, de impresos con informaciones que los vinculaban a los patriotas”. La preocupacién principal de la municipalidad era demostrar su comportamiento de “dignidad, moderacién y decoro... conforme a los sentimientos de fidelidad manifestados en todos los tiempos al rey”. El ayuntamiento caraquefio luce como fiel de la balanza. Es la referencia para el equilibrio de cualquier poder que pretenda constituirse. Probablemente por esta razén, Bolivar triunfante en 1821 dicta una serie de medidas conciliatorias. Estas reafirmaron la importancia politica del centro-norte, procuraron abonar el terreno para la aceptacién del gobierno surgido de Ciicuta, a la vez que eliminé las retaliaciones contra los que no apoyaron el gobierno de Angostura. Por ello, la nueva administracion mantuvo no sélo las estructuras, sino también a los hombres de la época realista, Se procuré darle fuerza al proyecto independiente ganandose de una vez la adhesién de los restos de la comunidad capitular existentes en Caracas. Algunas de las medidas favorables a la hegemonia central fueron: el decreto que declara a Caracas capital del Departamento de Venezuela y 81 Gaceta de Caracas del 25-05-1821, N%. 2, p. 9. 82 Gaceta de Caracas del 30-05-1821, N*. 43, p. 191. 49 LA REPUBLICA CONTRA SUS OR[GENES _* _Ezio Serrano Péez principalmente a los de esta tiudad (Caracas) donde hay mucho godo y mucho egoista; esta gente no quiere servir para nada ni por consideraciones que con ellos se tenga; pero yo estoy empefiado en que le paguen el tributo que le deben a Ia patria (...)”. Las municipalidades habrian de pagar un altisimo tributo por hacerse presentes como entidades con pretendida existencia propia dentro de la estructura del poder. Ni en los peores tiempos coloniales, cuando el cabildo se enfrentaba a la arbitrariedad del funcionariado patrimonial, habia sido tan palpable lacondenaaesta institucién. Laanulacién o inexistencia de mecanismos institucionales que permitieran la armonizacién de sus reclamos amenazaba su sobrevivencia politica. La culminacién de este ciclo de confrontaciones la marcard el propio Simén Bolivar en ese afio de 1828 al emitir un decreto cuyo tenor es revelador de la notable animadversién que le Ilegé a inspirar la institucién capitular: Considerando: 1. Que las Municipalidades bajo de su forma actual son una verdadera carga para los ciudadanos y producen muy pocas utilidades al piblico; 2. Que es absolutamente necesario reformar las Municipalidades déndoles nueva organizacién y que entre tanto deben suspenderse. Decreto: Articulo 1-. Se suspenden todas las Municipalidades de la Republica por el tiempo que el Gobierno juzgue necesario. Articulo 7. Los Jefes politicos y de policia, donde los haya, quedarin encargados de todas las atribuciones que tenfan las Municipalidades Simén Bolivar”, La gendarmeria dejaba sentada la evidencia clara de su poder tras las victorias guerreras. La vida civil, de la cual los ayuntamientos eran responsables inmediatos, quedaba subordinada a la fuerza en tiempos de su imperio. La vieja 91 Bolivar, S. Escritos del Libertador. 53 IDEA DE SOBERANIA.... * Carolina Guerrero El propésito de esta fase inicial de la investigacién es identificar, en el contexto venezolano y en el perfodo 1811-1819, las concepciones de soberania articuladas en la tradicién monarquista y sus respectivas actualizaciones; el pensamiento sobre soberan{a que desarrolla el discurso republicano; y el sentido politico de las ideas de soberania finalmente plasmadas en las constituciones de 1811 y 1819. Las siguientes Ifneas son prolegémeno a la incursién propuesta. I. LA RESONANCIA DE LAS TRADICIONES En torno a la idea de soberania, la monarquia catélica que domina el espacio americano a lo largo de tres siglos se corresponde con una tradicién de pensamiento compleja, en la cual confluyen, primero, una concepcién descendente sobre el poder politico y el derecho; luego, la idea de una monarquia limitada en funcién de la ley natural que es anterior y superior al Estado (y por supuesto al poder del gobernante); y también una interpretacién sobre la utilidad del poder absoluto para mayor beneficio de los gobernados. De ello se desprende que la dominacién despética que va a desplegar Espafia sobre los reinos de ultramar a partir del siglo XVIII con el ascenso borbénico, no guarde filiacién alguna con la concepcién tradicionalmente aportada por la filosofia politica sobre el despotismo, segiin el cual los gobernados eran sometidos mediante la violencia la voluntad caprichosa de uno solo que empleaba el poder politico en ventaja propia. El despotismo borbénico en la América dieciochista concibe el poder absoluto, omnimodo y rigurosamente centralizado como una necesidad para proveer el mayor bien sobre unos stibditos que requieren del servicio del rey, quien, como buen padre de familia, ha de ser garante del orden, la seguridad, la prosperidad y, muy especialmente, también de la modernidad y de la ilustracién, esta ultima entendida del singular modo como fue versionada por el pensamiento borbénico‘. En efecto, a lo largo de la defensa de los derechos del rey que con vehemencia despliega José Domingo Diaz para enfrentar el proyecto de construccién de la reptiblica en lo que habia sido la Capitania General de Venezuela, este personaje 4 Uno de los dilemas de la monarquia espafiola desde Ia segunda mitad del siglo XVIII consistié en cémo conciliar dominacién despética y filosofia de la Tlustracion (en especial, su ensefianza en las universidades hispanoamericanas), siendo esta iiltima conducente al ejercicio de la raz6n como regla de vida para el conocimicnto y defensa de derechos po- liticos y civiles no desplegables bajo el antiguo régimen. Sobre el tema, ver, por ejemplo, el trabajo de Diana Soto Arango: Polémicas universitarias en Santa Fe de Bogotd, siglo XVIII. Bogoté, Universidad Pedagégica Nacional / Editorial Cédice, 1993. 57 IDEA DE SOBERANIA.... * Carolina Guerrero para ejercer la representacién absoluta del interés politico de los gobernados tendrd, como puede verse, origen popular, ya no divino. En Caracas, este principio tiene cierta resonancia en el pensamiento republicano de los comienzos, que articula la idea de que los pueblos, inducidos por la voluntad de Dios, enajenan su soberania en manos del rey. Sélo que esta transferencia nunca puede ser irreversible si se verifica el incumplimiento de las condiciones que fundamentaron dicha delegacién, tal como expresa Miguel José Sanz desde el Semanario de Caracas: Por Dios, es verdad, reinan los reyes haciendo que los Pueblos les confieran la potestad suprema, y permitiendo que reinen. Por Dios reinan asimismo las Asambleas y Senados en los gobiernos democraticos. (...) por Dios dejan de reinar los Ejecutores de la voluntad soberana de los Pueblos cuando faltando a los pactos y procediendo contra las leyes fundamentales del Estado, se desata el contrato social reciprocamente obligatorio"®. Otra tradicién de pensamiento que contribuye a la conformacién de las ideas politicas de la monarqu{a espafiola (en especial bajo la casa borbénica), es el absolutismo teorizado por Bodin, que propone lo siguiente: el orden civil se fundamenta sobre el principio de soberania, que pertenece al rey y es entendida como un poder absoluto (indivisible, ilimitado) y perpetuo (continuo, impersonal), el cual se impone de manera incontestable sobre todos, sin requerir su adhesién. La nocién de pacto apenas se esboza en la idea de reciprocidad, donde principe y “ciudadanos” estin unidos por una obligacién mutua, que establece el ejercicio de justicia y proteccién de una parte, fe y obediencia de la otra. Tacitamente gravita también cierta pélida concepcién pactista, segin la cual la soberan{a, siendo el poder absoluto de hacer Ia ley sin consentimiento de los “ciudadanos”, no ha de extenderse a las leyes de Dios y de la naturaleza'*. Sin embargo, esta corriente de pensamiento no contempla la posibilidad de revertir el pacto ante el incumplimiento de los deberes del principe o su eventual atropello al derecho natural. En tal caso, la monarquia 13. Miguel José Sanz, Semanario de Caracas, 9-12-1810, en: Teoria politica y ética de la Independencia (compilacién: Pedro Grases) Caracas, Colegio Universitario Francisco de Miranda, 1979, p.56. 14 Ver Olivier Nay: Histoire des idées politiques. Pasis, Armand Colin, 2004, pp. 159-162. Tam- bién Philippe Nemo: Histoire des idées politiques aux temps modernes et contemporains. Paris, Pres- ses Universitaires de France, 2002, pp. 85-91. 61 IDEA DE SOBERANIA ... * Carolina Guerrero Un hombre que en s{ mismo tiene dos leyes opuestas, no es una ficcién, sino realidad: ley de la Razén, y ley de apetitos repugnantes a ella, son dos puntos de oposicién fijados en el intetior de cada individuo. Del uno es la soberanfa, del otro lasubor $n; aquél manda, y éste obedece. El hombre subordinado a la voz de su propia Razén, no deja de ser duetio de si mismo, y soberano de sus pasiones.(..) Combinada en las asociaciones politicas esta misma Razén humana, y reducida a la ley nacional por la voluntad general de los asociados, llega a constituir un nuevo sibdito, y un nuevo soberano en la linea del ser politico. El cuerpo social, de su propia Razin federada, y emitiendo en la calma de los apetitos los mejores dictamenes de ella, es un soberano independiente y libre*. En esta concepcién hay eco de la tradicién contractualista liberal, que reconoce que el individuo, en estado de naturaleza, posee la facultad de dominar sus pasiones (sus “apetitos repugnantes”) a través de la recta raz6n**. En eso difiere del contractualismo absolutista, que plantea que algo andlogo a la recta razén sélo existe en la persona artificial, creada convencién, depositaria absoluta y eterna de la soberania, garante del dominio de las pasiones humanas al constrefiir a los individuos a través del miedo”’. Segtin la tradicién liberal, los individuos en estado de naturaleza consultan la recta razén para dominar sus pasiones y cumplir la ley natural, pero esto no siempre es observado, lo cual revela la necesidad de trascender ese estado natural para crear una convencién en la que todos renuncian a algo de su libertad natural y, asociados, depositan la soberanfa en el cuerpo civil del cual forman parte. De alli deriva el orden que serd conducido por un gobierno, regido a su vez por la voluntad de todos a través de las leyes, y produciéndose la despersonalizacién de la soberania y la afirmacién de la constitucién como soberana”’”. II. REPRESENTACION, ACERTIJOS... El debate constituyente de 1811 es precedido al menos por tres momentos diferenciables: los sucesos de julio de 1808, abril de 1810 y julio de 1811. En 24 Idem, pp. 147-148. 25 Ver John Locke: Ensayo sobre el gobierno civil. México, Fondo de Cultura Econémica, 1941. 26 Ver Thomas Hobbes: Leviatén (1651) México, Fondo de Cultura Econémica, 1992, capitu- los XIV al XVIII. 27 Al respecto, apunta Manuel Garcia-Pelayo: “En efecto, sila soberania es el poder de man- dar sin excepci6n, y si todas las facultades de mando son tales en cuanto que son expresi6n yse mueven dentro del émbito de la constitucién, es claro que la constitucién es soberana, puesto que todos los poderes de mando lo son en virtud de ella”. En: “Derecho constitu- cional comparado”. Ob.cit., volumen I, p. 261 65 IDEA DE SOBERANIA ... * Carolina Guerrero de textualizar en nombre de quién se acttia, cual es la voluntad politica que se representa. El sujeto politico apenas queda insinuado en la denominacién de aquel érgano (el Supremo Congreso de Representantes de las Provincias y Pueblos de Venezuela) y en el objeto del cual se ocupa (la sancién de la soberanfa de estos “Estados”), lo cual ademés entrafia el problema de que la soberania (digo més, la soberanfa del pueblo), en esos términos, se plantea como algo que requiere de la aprobacién de un cuerpo autorizado por si mismo, contradiciendo el principio politico liberal sobre la soberanfa como potestad politica suprema que por derecho pertenece al pueblo, sin requerir de la sancién de unos cuantos, congregados en congreso bajo propia autorizacién para el ejercicio de la representacién politica de dicha potestad. En dicha acta, la apelacién al pueblo se esboza en el sefialamiento sobre “los imprescriptibles derechos que tienen los pueblos para destruir todo pacto, convenio 0 asociacién que no Ilene los fines para que fueron instituidos los Gobiernos”, asumiendo luego la indistincién entre esos pueblos (el soberano) y los diputados firmantes (la representacién) en una construccién retérica que prosigue de este modo: “(...) creemos que no podemos, ni debemos conservar los lazos que nos ligaban al Gobierno de Espafia; y que (...) estamos libres y autorizados para no depender de otra autoridad que la nuestra”. Ill. MAGNAS CARTAS Aefectos de discurrir sobre el tema en las siguientes fases de esta investigacién, finalizo con los siguientes enunciados: 1- La Constitucién Federal para los Estados de Venezuela, de 1811, define que la soberania reside “esencial y originariamente, en la masa general de sus habitantes”**. Contraria a la impronta del republicanismo rousseauniano, segtin el cual la soberania es el ejercicio de la voluntad general como entidad ante la cual se enajenan la opinién, libertades y voluntades particulares, esta constitucién deposita el poder soberano en un colectivo tangible, no en una abstracta construccién moral en cuyo nombre han hablado, por mds de dos siglos, los usurpadores encarnados del antifaz democrético, popular, patticipativo, republicano. 33 En Aristides Rojas: E/5 de julio de 1811. Caracas, José Agustin Catala, editor, 1990. 34 Capitulo 8°, Seccién 1*, numeral 144 de dicha constitucién. 69 LA CONFORMACION TERRITORIAL DE VENEZUELA... * Claudio Bricefio soberan{a, la unidad universal de decisién en un territorio, eficaz en el interior y en el exterior. Trazaremos en forma general la ubicacién y valorizacién geopolitica de Venezuela ante América Latina; y de manera resumida y analitica abordaremos la conformacién territorial del espacio en Venezuela, a través del proceso de configuracién de sus fronteras nacionales con Colombia, Brasil, Guyana y el Caribe. Venezuela constituye un caso unico en el continente americano. Estd alejada de los paises andinos del Pacifico, particularmente en cuanto se refiere a la situacién y posicién geografica, y sin embargo, participa de este conjunto regional andino. De la misma manera, esta directamente vinculado al mundo antillano, forma parte de la regién del Caribe. Es el tinico pais de la América del Sur que presenta una fachada maritima hacia el Mar Caribe y otra fachada abierta hacia el Océano Atldntico, precisamente donde este océano se reduce en extensién hasta formar un estrecho ocednico entre la costa de América del Sur y el saliente continente africano’. El privilegiado emplazamiento geografico venezolano se destaca igualmente en sus tierras interiores con el sistema de la América andina, al cual se identifica con sus territorios trujillanos, meridefios y tachirenses fronterizos con Colombia. Venezuela ha reivindicado esta presencia con su plena participacién, desde el Acuerdo de Cartagena o Pacto Andino, del cual no fue signatario pero al que se integré desde 1973. Coincidentemente la presencia de sus espacios amazénicos y guyaneses, limitrofes con Brasil y Guyana, ha permitido ha Venezuela destacar en los acuerdos geopoliticos y econémicos de la América amazénica y guyanesa, lo que se ha probado con su adhesién, en 1978, al Tratado de Cooperacién Amazénica, cuyo propésito fue el desarrollo entre los paises signatarios de una activa cooperacién en el aprovechamiento de los recursos hidroeléctricos, el aprovechamiento de la navegacién fluvial interior, el desarrollo agricola, pecuario y pesquero y la integracién‘. 3 Rubén Carpio Castillo. Geopolitica de Venequela. Caracas: Aricl-Seix Barral Venezolana, 1981, pp. 287. 4 Maria Elena Medina Puig. “El Pacto Amazénico”. En: Venequela Y... Las paites bemisforicos,ibéricos ¢ bispanobablantes: por los 500 aos de! encuentro con la Tierra de Gracia. Caracas: Instituto de Altos Estudios de América Latina, Universidad Simén Bolivar, 2000. 73 LACONFORMACION TERRITORIAL DE VENEZUELA ... * Claudio Bricefio La delimitacién de una frontera posibilita ver en la construccién misma de su espacio los aspectos relacionados a la formacién del territorio, cuya existencia hace prevalecer una continuidad en el ejercicio del control de ese espacio. Por otra parte, el mismo es producto de distintos intercambios practicos y simbélicos que equiparan en el contexto la creacién de ecosistemas culturales y politicos, que resguardan formas de establecer relaciones entre los espacios interiores”. Las fronteras con Colombia Con el pais que Venezuela en su historia republicana ha perdido mas territorio, a través de distintos tratados y laudos, ha sido Colombia. Desde el Tratado Pombo-Michelena de 1833; el Laudo Espafiol dictado en 1891 por la reina regente de Espafia, Marfa Cristina; el Laudo Suizo de 1922, dictado por la Confederacién Suiza, hasta el Tratado de Limites firmado en el templo del Rosario de Ciicuta en 1941, llevaron a Colombia hasta las costas del Golfo de Venezuela y las riberas del rio Orinoco. Desgraciadamente, la realidad actual es la que emerge de los laudos y tratados, y no de los antecedentes histéricos que asignaban a Venezuela la totalidad de la Peninsula de la Guajira y del rio Orinoco. La forma en que fuimos representados y defendidos en las delimitaciones y demarcaciones fronterizas fue muy negligente, mal planeada, con defensores poco apropiados para ello, con argumentos pusilanimes y, sobre todo, con un complejo de inferioridad y de derrotismo psicolégico muy dificil de comprender, como si Venezuela siguiese siendo la Capitania General al lado del Virreinato". A partir de octubre de 1964, se manifiesta publicamente el potente interés de Colombia en el Golfo de Venezuela, en la biisqueda de asegurar la explotacién petrolera con la exploracién de un drea del Golfo que consideraban como suya. Este problema ha preocupado a las dos naciones desde su origen hasta el presente, desarrollandose a través de negociaciones directas que en sus inicios reflejaron el interés petrolero de los colombianos en dicha drea. Hasta 1980 éste fue el tema mds relevante en las relaciones bilaterales entre ambos paises. En 1989, tras nueve afios de interrupcién en las relaciones colombo-venezolanas, 10 Ver: Rafael Pérez Taylor. “Fronteras étnicas, politicas y mentales”. En: Antropologia en Cas- tilla y Leén ¢ Iberoamérica, III fronteras. Salamanca: Instituto de Investigaciones Antropolégi- cas de Castilla y Leén, 2001, pp. 25-33. 11 José Manuel Bricefio Monzillo. Venezuela y sus fronteras con Colombia, 2* reimpresién de la 2*. ed. Mérida-Venezuela: Universidad de Los Andes, Consejo de Publicaciones, 1995.

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