You are on page 1of 2

Juan Rulfo y el género epistolar

Existe en la actualidad la “gran necesidad” de conocer los detalles más íntimos de los
personajes que admiramos; cantantes, actores, figuras políticas, directores de cine, talentos
de pantalla, escritores y todo personaje que se pueda considerar público, pero en una visión
más general, esa necesidad de información no afecta sólo a este tipo de personas cuyas
actividades quedan expuestas ante la luz pública, sino que también existe un interés por
conocer detalles de la vida de nuestros compañeros, familiares y vecinos, con fines que
pueden ser buenos o malos dependiendo del interesado.
El auge de las redes sociales ha contribuido en gran parte a despertar este interés casi
morboso por tener el control de la información no sólo de quienes admiramos o conocemos
sino hasta de personas que escasamente conocemos. Además, debemos reconocer que
nuestra actitud frente a la divulgación de nuestras vidas es por demás despreocupada. Ahí
estamos todos frente a las pantallas de nuestros celulares subiendo cuanta foto seamos
capaces de tomar, y en las situaciones más triviales que podamos imaginar. Luego están los
estados y las indirectas –las que generan gran cantidad de visualizaciones e interacción de
parte de nuestros seguidores–, como tratando de alzar la mano para decir presente.
Esta sobreexposición de nuestras vidas es consciente y voluntaria, pero ¿Qué sucede
cuando la información que se expone a la luz pública ha sido realizada sin nuestra
consideración o permiso? ¿Quién tiene el derecho sobre nuestros pensamientos más
íntimos? Son preguntas que debemos considerar antes de leer las cartas, apuntes, diarios o
simples anotaciones de los grandes escritores que ahora están siendo publicadas –como el
caso de Gabriel García Márquez y Juan Rulfo, por citar algunos ejemplos–, esto con el fin
de darle el tratamiento y el respeto adecuado a la memoria de las personas cuya privacidad
ha sido invadida.
En el caso de la literatura, la difusión del contenido de las cartas de escritores conocidos se
ha dado con el objetivo de conocer a fondo a la persona detrás de los libros, a la mente
creadora: una especie de humanización de un ser que consideramos inalcanzable. Será
posible encontrar en estas cartas la fuente de inspiración de muchas de sus obras, o siendo
un poco más optimistas, podrán inspirarnos a crear mundos tan maravillosos como los que
ellos crearon, son algunas de las grandes dudas que muchos compartimos y que
aparentemente justifican nuestros deseos por conocer a fondo la intimidad de los escritores
que admiramos.
Les comparto un fragmento de las cartas que escribiera el autor mexicano Juan Rulfo a
Clara Aparicio quien se convertiría en su esposa luego de siete años de un intenso
intercambio epistolar:
Hoy que vine de ti, sostenido a tu sombra, he mirado la noche.
He mirado las nubes en la noche como lágrimas alrededor de la luna clara;
los árboles oscuros, las estrellas blandas.
Hoy he visto cómo por todas partes la noche era muy alta.
Y me detuve a mirarla como se detiene el que descansa.
Clara:
Hoy se murió el amor por un instante y creí que yo también agonizaba.
Fue a la hora en que diste con tus manos aquel golpe en la mitad de mi alma.
Y que dijiste: tres años, como si fuera tan larga la esperanza...

You might also like