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TRASTORNOS DEL EQUILIBRIO ÁCIDO- BASE; ACIDOSIS Y ALCALOSIS.

Las alteraciones del equilibrio ácido-base se pueden presentar en pacientes de forma primaria o
secundaria a un proceso patológico como la diabetes mellitus o la falla renal entre otros. Hay dos
tipos de trastornos del equilibrio acido-base; la acidosis y la alcalosis.
Antes de comenzar a hablar del desorden como tal es importante tener claro el medio en el que se
desarrolla el mismo. En la sangre arterial se encuentra un ion hidrogeno libre (H+) a una
concentración de entre 35 y 45nmoles/L lo que equivale a mantener un pH entre 7,45 y 7,35. La
concentración de iones hidrógeno (H+) es uno de los parámetros más importantes de equilibrio ácido-
base, y esta depende de las interacciones entre la presión arterial de dióxido de carbono (PaCO2), la
concentración plasmática del ion bicarbonato (HCO3−), la disociación constante del ácido carbónico
y la solubilidad del dióxido de carbono como lo determinó la ecuación de Henderson y Hasselbalch.
El dióxido de carbono (CO2) se combina de manera reversible con el agua para formar ácido
carbónico, posteriormente este se disocia en HCO3− + H+ (CO2 + H2O ↔ H2CO3 ↔ H+ + HCO3−).
Esta reacción es catalizada por la enzima anhidrasa carbónica presente en los eritrocitos, las nefronas,
el intestino, el páncreas, el músculo estriado y el endotelio de los capilares pulmonares. Para mantener
el equilibrio ácido-base en el fluido extracelular, se usan ciertos mecanismos compensadores,
realizados por:
1) El sistema respiratorio elimina o retiene CO2 a través de cambios en ventilación alveolar
(hiperventilando o hipoventilando respectivamente en respuesta a cambios censados por
quimiorreceptores), generando cambios en la PaCO2, gas que debido al bajo peso molecular y
alta solubilidad pasa fácilmente entre las diferentes membranas y compartimientos biológicos de
manera que altera la [H+].
2) El sistema renal por medio del túbulo proximal aumenta o disminuye la secreción de H+ (ácido)
y reabsorbe cerca del 80% del HCO3 − filtrado, el 16% se reabsorbe en el segmento ascendente
grueso y en el túbulo contorneado distal, mientras otro 4% se reabsorbe en el túbulo colector;
pero además produce nuevo bicarbonato por 2 mecanismos:
a) A partir de glutamina (2/1) en el túbulo proximal, por deaminación, resultando alfa-
cetoglutarato que es metabolizado con CO2 y H2O para formar HCO3 − mientras el
amonio (NH4 +) se disocia en amoniaco (NH3) para ser transportado a la luz tubular.
b) A partir de fosfatos en forma de sales neutras que se filtran por el glomérulo uniéndose
a los H+ de la luz y generando HCO3 − en las células del túbulo proximal, distal y ducto
colector en relación 1 a 1, aunque representan apenas una pequeña fracción (acidez
titulable). El bicarbonato se constituye entonces como el factor principal del control
metabólico (no respiratorio) del equilibrio ácido-base
En el cuerpo humano los órganos que regulan en gran medida el equilibrio ácido-básico son los
riñones y los pulmones. Cuando una persona padece acidosis el pH de los fluidos corporales se
encuentra por debajo de 7.35. La acidosis es un estado de exceso de acidez en los fluidos del cuerpo.
Hay dos tipos principales de acidosis; la acidosis metabólica que involucra los riñones y la acidosis
respiratoria que compromete a el sistema respiratorio, directamente a los pulmones. Aunque se
pueden ver otras áreas afectadas como el cerebro, el sistema gastrointestinal, el corazón, los intestinos
y los músculos. Mientras que, cuando la persona tiene alcalosis el pH de sus fluidos es mayor a 7,45.
La alcalosis es una afección que se caracteriza por una cantidad excesiva de base (álcali) en los
líquidos corporales. La reducción de los niveles de dióxido de carbono (un ácido) o el aumento de los
niveles de bicarbonato (una base) en la sangre pueden causar alcalosis. Como se muestra en el
siguiente diagrama de flujos.
Figura 1
Fuente: revista colombiana de anestesiología
LA ACIDOSIS
La acidosis surge de una disminución de la base de bicarbonato (bicarbonato combinado con
minerales como calcio, magnesio, fósforo o una base) o un aumento del ácido carbónico (combinación
de dióxido de carbono y agua o un ácido). La medicina reconoce tanto la acidosis metabólica y
respiratoria clínicamente, aunque los dos son a menudo entrelazados. La acidosis metabólica
involucra los riñones, que metabolizan, neutralizar o excretar cualquier ácido, como el dióxido de
carbono. La acidosis respiratoria implica la capacidad de los pulmones para exhalar el dióxido de
carbono, siendo este un gas, que es combinado fácilmente con agua para formar ácido carbónico. La
acidosis puede ser verificado mediante el análisis de gases sanguíneos arteriales.

La acidosis metabólica ocurre cuando el metabolismo es limitado, a veces por la ingestión de una
sustancia que excede la capacidad de los riñones como buffer. O puede ser causada por la ingesta de
alcohol de madera (metanol), etilenglicol (anticongelante), y los salicilatos como la aspirina en dosis
grandes. Ciertas infecciones pueden causar acidosis metabólica. Mal control de la diabetes mellitus
tipo 1 causa acidosis metabólica cuando los niveles de insulina son insuficiente para habilitar los
cuerpos cetónicos con el fin de acidificar la descomposición de las grasas en la sangre. Cuando se
excede la capacidad de la sangre para alimentar los músculos, se produce ácido láctico. Para remediar
la sangre ácida, los mecanismos del cuerpo amortiguan minerales como el calcio, el magnesio, el
sodio y el potasio de los órganos y huesos.
Ocurre cuando los pulmones no pueden expulsar suficiente dióxido de carbono. A menudo es causada
por enfermedades tales como enfisema, bronquitis crónica, edema pulmonar, neumonía o asma, que
dañar los pulmones o los bronquios. También puede ocurrir con enfermedades de los nervios o los
músculos que mueven el pecho o el diafragma. La apnea del sueño que interrumpe la respiración o la
hiperventilación puede causar acidosis respiratoria. También puede ser resultado de la sobredosis con
narcóticos opioides o sedantes fuertes que ralentizan la respiración. En caso de paro cardíaco, la
acidosis respiratorio y metabólica son simultaneas.

La acidosis puede ser crónica o aguda. Sus síntomas pueden variar desde inadvertidos a vagos a
perturbadores o potencialmente mortales. Al igual que sus causas difieren, sus síntomas también
varían. Los síntomas de acidosis metabólica incluyen náuseas, vómitos y fatiga. La acidosis
respiratoria puede causar dolor de cabeza, confusión y respiración poco profundas, debido al esfuerzo
que hace el cuerpo para expulsar el dióxido de carbono.

La acidosis metabólica es tratada de manera directa; se determina la causa y corregir el desequilibrio.


Las sustancias ácidas en la sangre deben ser retiradas o reguladas, aunque esto puede resultar difícil.
Los tratamientos varían de acidosis metabólica causada por enfermedad renal, shock, intoxicaciones,
cáncer, diabetes y paro cardíaco. En los casos leves, la acidosis puede ser corregida por medio de
líquidos intravenosos. En casos severos, se puede administrar bicarbonato por vía intravenosa. Esto
sólo proporciona un alivio temporal, sin embargo, y se pueden crear más problemas con el exceso de
sodio.

La acidosis respiratoria es generalmente controlada con la mejora de la función pulmonar Las


enfermedades tales como enfisema o asma pueden responder a los broncodilatadores, que abren las
vías respiratorias. Los niños menores de cinco años pueden desarrollar acidosis metabólica y
respiratoria simultáneamente por envenenamiento de salicilato; el vómito puede ser inducido con
jarabe de ipecacuana. Cuando la respiración es afectada lo suficiente para impedir el intercambio de
oxígeno y dióxido de carbono, la ventilación mecánica puede ser necesaria.

En el mundo occidental, las personas desafían aún más el equilibrio ácido-base a través de la dieta,
con productos animales como la carne, los huevos y los productos lácteos, así como con alimentos
procesados como el azúcar y bebidas como el café y los refrescos. Muchas drogas comunes son
formadoras de ácido, al igual que los edulcorantes artificiales. Mientras funcionan normalmente, los
pulmones y los riñones se oponen a las tendencias de los fluidos corporales para superar los
parámetros de pH normales. Tener una función pulmonar y renal saludable, y evitar o equilibrar el
ácido en la dieta, puede ayudar a mantener una química interna óptima.
LA ALCALOSIS
La alcalosis consiste en un exceso de alcalinidad sanguínea causado por la presencia de demasiado
bicarbonato o por una carencia de ácido en la sangre (alcalosis metabólica), o por una concentración
baja de dióxido de carbono en la sangre a consecuencia de una respiración rápida o profunda (alcalosis
respiratoria).
Basado en el modelo de H-H, este fenómeno resulta de un incremento en la relación del HCO3- y el
CO2 en el líquido extracelular, caracterizado por un aumento en el HCO3- y una disminución en la
concentración de H+, que generan un aumento en el pH y como respuesta compensatoria primaria se
da un aumento en la pCO2. Por otra parte, según la teoría de diferencia de iones fuertes (SID, por su
sigla en inglés), la alcalosis metabólica hipoclorémica se presenta como resultado del aumento en el
valor del SID por disminución de la concentración de Cl- en presencia de valores normales de Na+
que llevan a un aumento en la concentración de HCO3- plasmático.
La alcalosis metabólica aparece cuando el organismo pierde demasiado ácido o acumula demasiado
álcali. Por ejemplo, se pierde ácido del estómago cuando los vómitos persisten durante mucho tiempo
o cuando se aspira el ácido del estómago con una sonda (como se hace en los hospitales). En casos
excepcionales, la alcalosis metabólica es el resultado de ingerir demasiadas sustancias alcalinas, como
el bicarbonato sódico. También puede ser consecuencia de una pérdida excesiva de sodio o de potasio,
que afecta a la capacidad renal para regular el equilibrio ácido-básico de la sangre. Por ejemplo, una
carencia de potasio lo suficientemente grave como para provocar alcalosis metabólica puede deberse
a la hiperactividad de una glándula suprarrenal o a la ingesta de diuréticos.
La alcalosis metabólica se reconoce por el incremento tanto del pH (alcalemia) como de la
concentración de bicarbonato plasmático en la sangre arterial. El aumento en el pH sanguíneo
conduce rápidamente y de manera previsible a la depresión de la ventilación que resulta en un
aumento de la pCO2 y de los buffers de la alcalemia. La pCO2 aumenta aproximadamente 0,5 a 0,7
mmHg por cada 1,0 mM que incremente la concentración de HCO3- en el plasma. Aunque una pCO2
mayor de 55 mmHg es poco común, los aumentos compensatorios a 60 mmHg se han documentado
en alcalosis metabólicas graves. La alcalosis metabólica es comúnmente responsable del 50 % de los
trastornos ácido-base en humanos, ya que el vómito, el uso de diuréticos y la aspiración nasogástrica
son comunes entre los pacientes hospitalizados
Por otra parte, la alcalosis respiratoria es el resultado de una respiración rápida y profunda
(hiperventilación) que provoca una eliminación excesiva de dióxido de carbono de la sangre. La
ansiedad es la causa más frecuente de hiperventilación y, por tanto, de alcalosis respiratoria. Otras
causas de hiperventilación y, por consiguiente, de alcalosis respiratoria son el dolor, concentraciones
bajas de oxígeno en la sangre, fiebre y sobredosis de ácido acetilsalicílico (que también puede dar
lugar a acidosis metabólica).

BIBLIOGRAFÍA
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