You are on page 1of 14
Neoliberalismo y usura’ Gabriel Ascencio Franco Instituto Chiapaneco de Cultura Introduccion El presente texto se ocupa de los cafeticultores del Soconusco, Muestra la relacion entre los minifundistas de ejidos, fracciones ejidales, ranchos y rancherias 0 cantones y los finqueros asentados en predios medianos y grandes. Estudia la integracion de un sistema agricola definido por la interdependencia de técnicas y relaciones sociales historicamente dadas (Linck, 1982: 85). Repasa el poblamiento y la diversificacién socio- espacial de la zona para acercarse a la region y a la actividad, pero se ocupa particularmente del crédito a cuenta de cosecha. Este es en la actualidad casi la wnica forma de financiamiento para los minifundistas, y el mecanismo de integracién fundamental de las unidades cafetaleras de esta region chiapaneca. Poblamiento y diferenciacion El Soconusco es la zona mas rica de Chiapas (ver mapa 1); produce ganado y cultivos de plantacién —basicamente café, platano, mango y cacao—; en otro tiempo Ilegé a producir algodon y soya. A partir del porfiriato, la region atrajo a empresarios extranjeros y algunos naciona- les, quienes desarrollaron la cafeticultura en la frontera de México con Guatemala, en las tierras templadas de entre los seiscientos y mil dos- cientos metros sobre el nivel del mar, en las estribaciones de la Sierra Madre frente al Océano Pacifico (Baez, 1989: 205). Los caminos de herradura y, mas tarde, las brechas y terracerias, comunicaron a la zona cafetalera con la franja costera por donde siempre ha transitado el café. Primero salia por el puerto de San Benito, desde 103 RELACIONES 54 1908 por el ferrocarril, y a a partir de 1965 por la carretera Panamericana, siempre con rumbo a los mercados de Estados Unidos y Europa (Baez, 1989: 206). En la actualidad, el Soconusco esta comunicado por vias asfaltadas y terracerfas que parten de Huixtla y Tapachula o bien por la carretera Panamericana que comunica a la regién con el resto del pais, uniendo a ambas ciudades y cubriendo la zona cafetalera mas intensiva (excepto por el norte y nordeste donde se pierde el horizonte en cl parteaguas dela sierra, ver mapa 2). Las fincas ocuparon tierras de colonizacion poco pobladas. Fueron compradas en lotes de unas mil hectareas a la compafiia deslindadora Chiapas Land Company. Las primeras se formaron con un socio capita- lista y uno industrial. Este ultimo fungia como administrador al frente de los trabajos. Mas tarde, muchos administradores compraron terreno con los frutos de su actividad y fundaron sus propias empresas (Spenser, 1988: 46). Asi, las tierras casi despobladas y poco cultivadas por sus antiguos habitantes indigenas, vieron aparecer una nueva forma de poblamiento (Baez, 1989: 205). Surgieron los ‘‘cascos”’ de fincas con sus instalacio- nes de beneficio y almacenamiento de café, la casa Ppatronal, los edificios administrativos, la rancheria 0 agrupamiento de viviendas para trabaja- dores permanentes, las galleras 0 dormitorios de los trabajadores estacionales, y la cocina donde se preparan y sirven los alimentos a estos ultimos. A finales del siglo XIX habia en el Soconusco unas veintiséis fincas grandes; noventa y cuatro hacia 1928 (Spenser, 1988: 46 y 112) y casi centenar y medio en 1990 (Instituto Mexicano del Café, s.f.). Sin embar- 80, debido al desarrollo del reparto agrario, a partir de los afios treinta también crecié el numero de localidades asiento de minifundistas: a los ranchos 0 predios con un solo propietario minifundista se sumaron las tancherias 0 cantones regularmente compuestos de varios copropietarios con parcelas individuales. También surgieron los ejidos y fracciones ejidales que retinen a un sinnimero de productores,? cada uno con su parcela individual bien delimitada al interior, al igual que los copropie- tarios de los cantones. 104 NEOLIBERALISMO Y USURA. Aunque el poblamiento en torno a grandes fincas siguié vigente, la diferenciacion de las unidades productivas y la multiplicacién de los minifundios generaron nuevas formas de integracién econémica y cam- bios en la distribucion de la poblacién y los asentamientos.* En otras palabras, surgié una nueva organizacion de la actividad. Organizacion socio-espacial Las fincas de las primeras décadas del siglo tenian un promedio de doscientas treinta hectareas con cafetal; las mas grandes concentraban hasta quinientas y las pequefias entre veinte y sesenta. Una quinta parte de la tierra se ocupaba regularmente con cafetales y casi una tercera parte con milpa y potrero.° El resto se mantenia con vegetaci6n original, misma que iba desmontandose para abrir nuevas areas al cultivo con- forme disminuia la productividad del cafetal envejecido (Spenser, 1988: 54). Los grandes propietarios eran quienes contaban con capital para industrializar y exportar el aromatico. Reunian a lo sumo millar y medio de hectareas como superficie total, cantidad suficiente para expandir el cafetal y mantener su productividad por area cultivada, mientras el resto veia disminuir su rendimiento y se iba descapitalizando. Los pequefios finqueros sin posibilidades iniciales de construir y adquirir las instalacio- nes y maquinaria para transformar el café cereza primero en pergamino, y luego en oro, se convirtieron en subsidiarios de los grandes quienes contaban con dicha infraestructura (Spenser, 1988: 113-114). Cuando Ia legislacién posrevolucionaria declaré afectables los terre- nos incultos y proscribié las plantaciones mayores de trescientas hecté- Teas, comenzaron a venderse algunas partes y otras se fraccionaron por mecanismos de herencia, al tiempo que la reforma agraria repartia los excesos de tierra de las fincas. Los empresarios se vieron en la necesidad de cultivar la totalidad de sus predios para evitar terrenos incultos candidatos a ser invadidos o demandados en reparto ejidal. Con la restriccidn en el tamafio de la propiedad, éstos dejaron de dotar tierras para cultivos de autoconsumo a sus trabajadores. En su lugar, alguno que otro entreg6 pequeiios predios en el entorno de su propiedad; ello con el fin de formar un cintur6n de defensa frente a demandantes de tierra oa 105 RELACIONES 54 ejidos interesados en ampliarse, aun cuando su formacién se dio a expensas de terrenos de la propia finca o la propiedad de otros vecinos.® Fue dentro de este contexto que se impulsé la intensificacion del cultivo mediante la aplicacién de agroquimicos y la plantacién de varie- dades mas productivas. La produccion se acrecenté sin necesidad de mantener reservas para abrir al cultivo, situacion que se daba cuando los cafetales vicjos bajaban su productividad mas de lo esperado, resultando incosteables, dados los gastos de la mano de obra requerida para man- tenerlos en produccién. Toda la finca se cubrio de cafetales, al punto de que en algunos ejidos y cantones desaparecié la milpa y cualquier otro cultivo de autoconsumo. El panorama recuerda la divisa echeverrista de ‘‘que solo los caminos queden sin sembrar’’. Se trata de una zona densamente poblada de cafetos y arboles de sombra para proteger la plantacién.’ Practicamente sélo quedan libres los caminos y viviendas con su solar adjunto, donde también hay cafetos combinados con cacao, citricos y platanos. Se distinguen municipios con mayor o menor intensidad y especializacién, donde predomina el café o donde cobran importancia el cacao, el platano 0 los pastos, hecho que se explica por la altura a que se encuentran los predios. También se observa que las explotaciones combinadas estan en las partes mas bajas de la zona y donde predomina el minifundio (ver mapa 3). Ademas, las nuevas reglas de tenencia de la tierra, el desarrollo del mercado y la tecnologia provocaron la integracion de varias fincas en torno a un beneficio de café instalado en la ciudad o bien en la finca madre.’ Asimismo, se instauré la dependencia de ejidos y cantones respecto a tales fincas en términos de financiamiento, beneficio y comer- cializacion de café. Espacialmente se cred un area con predominio de fincas en las partes mejor dotadas para la produccién entre los seiscien- tos y mil doscientos metros sobre el nivel del mar, cerca de las corrientes permanentes de agua. Las fincas con beneficio resultaron centro de un hinterland compuesto por minifundios y fincas menores. 106 NEOLIBERALISMO Y USURA. Integracion y crédito a cuenta de cosecha Estructuralmente, la cafeticultura del Soconusco se divide genéricamente en finqueros y minifundistas. Los segundos dependen de los primeros, quienes cuentan con la capacidad de transformar y exportar el aromatico. Entre los finqueros se da una lucha por el acopio de la produccion minifundista, lucha que sc libra en el terreno del financiamiento de la produccién con base en las relaciones personales. Es decir, bajo los mecanismos conocidos de la usura rural, cuyas particularidades son el arraigo del prestamista en la localidad; ser un mecanismo de comercializacién dadas las formas de pago, estar ajustado al ciclo agricola y de necesidades de la familia, alcanzar sumas regularmente modestas, utilizarse pocas veces en la produccién y, regularmente, prescin- dir de documentos legales que avalen el débito (Linck, 1982: 138-142). Ciertamente, en la cafeticultura del Soconusco, una zona y un cultivo de agricultura capitalista de exportacién, pareceria incongruente el uso de tal mecanismo, si no se advierte la existencia del minifundio y de una legislacién que limita la posesién de la tierra. Sino se toma en cuenta que la inversion en plantaciones de café es sumamente inelastica y que los precios suelen tener altibajos continuos, sdlo entonces resultaria incon- gruente que un grupo de empresarios tan dinamico apoyara su negocio en Ja usura. Quien cuenta con una superficie sembrada que debe seguir cultivando y cosechando a pesar de la incosteabilidad coyuntural, prefiere mantener en produccién una extensién limitada y ante la prevision de una baja en el precio, hacer sdlo la inversién minima en la conservacién del cafetal o ante una eventual mejora, intensificar el manejo agricola de la planta- cion. Como alternativa a los riesgos de inyertir sumas mayores en la producci6n, el finquero se ocupa de beneficiar la cosecha propia y la de sus vecinos, a quienes cobra una cuota y regularmente compra el produc- to maquilado precisamente cuando al final de la cosecha, éste ha asegurado pedidos a precios determinados y entonces —con seguridad— puede pagar el precio que se acomode a su interés. Asi, el minifundio se integra a la finca mediante la maquila y compra del aromatico. 107 RELACIONES 54 El finquero-exportador requiere de alguna formula para tener ol café de sus vecinos minifundistas al final de la cosecha y poder satisfacer una afieja clientela pasada de padres a hijos. Por ello busca cobrar bajos precios a los minifundistas por beneficiar su produccién, pero. sobre todo, tiene cuidado en asegurar su entrega mediante el crédito a cuenta de cosecha. Los pequeiios productores viven empefiando su cosecha, apenas la recogen y finiquitan adeudos anteriores, tienen que buscar nuevos crédi- tos a cuenta de la cosecha venidera. De otra manera les seria imposible pagar la mano de obra requerida en las labores agricolas del cafetal, pues solos no alcanzan a realizarlas. Muchas veces, dependen de tales créditos para su propia sobrevivencia. } Tal situacién presenta un panorama de competencia entre beneficiadores de café por financiar el cultivo a cambio de que la cosecha sea entregada para su transformacién y compra, 0 cuando menos, la cantidad suficiente para cubrir el crédito adelantado y el beneficio de la deuda. En tiempo de cosecha, las camionetas y camiones de los presta- mistas granean por ejidos y localidades de pequefios propietarios en busca de hacer efectivos los compromisos adquiridos por los minifundistas. Al retirarse el Instituto Mexicano del Café, los minifundistas perdie- Ton un acreedor mas. En el caso particular de un grupo estudiado en Tapachula, los cafeticultores se quedaron con la alternativa de operar fundamentalmente con cinco prestamistas, entre ellos dos fincas y tres pequefios beneficiadores, quienes emplcan diferentes formas de présta- mo, pero sdlo una forma de cobro. Los pequefios prestamistas habilitan particularmente las labores de cosecha o la limpia previa a la cosecha. Cobran altos intereses en unos dias y siempre exigen que se pague en producto: café uva que ellos beneficiaran. Si el deudor prefiere Tecuperar su café, entonces deber liquidar el costo de la maquila y finiquitar la deuda e intereses. Una de las fincas presta con similares condiciones, pero se trata de montos mayores, frecuentemente otorgados desde las primeras labores de principios de afio. La otra dejé este tipo de financiamiento como principal forma de crédito después del ciclo 1987, cuando prest6 como nunca y dada la crisis de precios de ese afio, se dificulté la recuperacién de los adeudos. Fundamentalmente, debido a que se duplicé el nimero de 108 NEOLIBERALISMO Y USURA. acreedores desordenadamente, se le hicieron préstamos a productores que no tenian la suficiente cercania personal a la finca. Prueba de ello es que al reanudarse la otorgacién de préstamos, el numero de acreditados volvid a ser similar al de afios anteriores y, al menos la mitad de los acreditados por unica vez en 1987, son desconocidos para los adminis- tradores de la finca. Esta finca volvio a prestar hasta 1990 pero ahora principalmente despensas alimenticias, una forma que usaba con anterioridad pero con un peso similar o inferior a los créditos en efectivo. Sobre todo en 1991, los créditos en efectivo fueron minimos y siempre otorgados a producto- res muy conocidos, quienes después de entregar suficiente café a maquilar, pidieron personalmente al empresario su apoyo en efectivo para comple- tar el corte. Los mecanismos de financiamiento de la finca cafetalera del presente ejemplo son los tradicionales de la usura rural. La mayoria de los deudores que solo aparecen en 1987 son de procedencia desconocida en la propia finca. La mayoria del resto reciben crédito aiio con afio y estructuran lazos de coterraneidad, vecindad y cercania social con la finca. El crédito en despensa aparece como solidario para el minifundista, quien ve en el patrén un aliado que le cobra menos por la maquila y que Je hace préstamos en efectivo cuando le sobreviene una grave e inaplaza- ble necesidad 0 cuando requiere continuar su cosecha. EI finquero compra alimentos al mayoreo, cobra precios de menudeo, se asegura el acopio de café, la amortizacién de su inversién en instala- ciones de beneficio y obtiene ganancias comerciales. Ademas tiene bue- nas relaciones con sus vecinos a manera de erradicar peligros de inva- sin. No corre grandes riesgos, ya que presta en efectivo cuando tiene en su poder la cantidad suficiente de café del minifundista para descontar la deuda que adquirié por la entrega de despensa y/o en su haber existe café para asegurar el pago de tal crédito emergente. Aun previo a la nueva ley agraria, este empresario estaba dispuesto a financiar las labores del cafetal de sus vecinos, a manejar directamente las operaciones y al finalizar la cosecha, restar los gastos al precio de venta alcanzado en la localidad para finalmente repartir la ganancia. Es decir, tenia disposicién para habilitar el cultivo, recobrar su inversion sin haberla arriesgado en ningtin momento, autocomprarse la produccion y 109 RELACIONES 54 repartir la ganancia calculada bajo tal mecanismo, ademas de afiadirle la reportada por la exportacion. En contraste a la disposicién expresada por este finquero para habili- tar los cultivos de sus vecinos minifundistas, su conducta productiva muestra un manejo diferente entre una parcela y otra de su propia plantacion. Las parcelas mas productivas siempre estan mejor cuidadas, aplica agroquimicos en cantidades mucho mayores, respeta con mayor celo los calendarios de cultivo ¢ invierte mas jomadas-hombre por hectarea. El razonamiento parece ser congruente: invertir en las partes que se sabe rendiran frutos y en el resto, lo minimo o de plano abandonar- las. Sin embargo, la baja productividad de un cafetal es resultado de su manejo, depende de la renovacién constante de los cafetos. Comentario final Enel fondo del comportamiento productivo de los finqueros y su integra- cién al minifundio existe la voluntad de invertir en actividades mas rentables como el propio beneficio y exportacién de café de otros produc- tores, lo cual permite usar la capacidad instalada para transformar, almacenar y exportar café. Debido a que obtienen ganancias con tal actividad, se invierte con mayor intensidad en las areas del cafetal propio mejor dotadas, pues es en estas donde se alcanzan rendimientos buenos y se obtiene una ganancia a pesar de los bajos precios. De ahi que una parte de la plantacién se deje como reserva a habilitar ante indicadores de mejor precio. Pese a los programas del Estado intervencionista para generar un sector ejidal fuerte, tanto las unidades socioeconémicas conformadas por pequefios cafetaleros como las fincas pequefias de antes de la revolucién, se convirtieron en dependientes estructurales de las fincas con beneficio y exportaci6n de café. La rcoricntacin neoliberal del antiguo Estado intervencionista, su- mada a la baja en el precio internacional del café refuerzan los lazos de integracién nunca rotos entre la finca y el minifundio. Los finqueros preficren acopiar el café de los minifundistas mediante el crédito a cuenta de cosecha, evitando asi invertir en sus plantaciones en una situacion en la que el precio del café esta en descenso, mientras que los costos de 110 NEOLIBERALISMO Y USURA. produccién van en ascenso, debido a la famosa desregulacién o el retiro de subsidios. Ciertamente, con el retiro del Instituto Mexicano del Café del financiamiento y comercializacién, los minifundistas pierden una alter- nativa institucional de crédito a cuenta de cosecha. Sin embargo, esta forma de crédito es mejor ejercida por los empresarios locales, quienes por formar parte de la red social de la zona —a diferencia de la agencia de gobicrno—, cucntan con mecanismos informales que corresponden mejor a la naturaleza usurera de la compra al tiempo o préstamo a cuenta de cosecha. En otra palabras, al parecer, el impacto de la politica neoliberal en la cafeticultura del Soconusco contradice los postulados de la moderniza- cién sexenal, pues afianza a la usura como mecanismo de integracion entre pequefias y grandes unidades de produccion. Sin embargo, la reforma al articulo 27 constitucional abre la puerta para formalizar la asociaci6n agricola entre finqueros y minifundistas. En resumen, Ia densidad social presente en las relaciones de fincas pequefias y grandes, con beneficio de café 0 sin el, fue acrecentada por la aparicin de ejidos surgidos con la reforma agraria, ademas de cantones generados como altemativa al ejido. Mas tarde, la intervencién econdmi- ca estatal matizé tal relacion, misma que en los ultimos afios se vuelve a tedefinir en favor de la subordinacién del minifundio a la gran planta- cién, mediante el mecanismo tradicional de la usura. Falta ver si los cambios en la legislacién agraria impulsan la integracién, segiin lo declarado por los reformadores; es decir, la asociacién para la produc- cion, afioranza del empresario de nuestro ejemplo. 1 RELACIONES 54 Mapa 1. Municipios del Soconusco en el contexto de Chiapas y México Fuente: Elaboracién del autor a partir del Tercer Informe de Gobierno, informacion grdfica, gobierno del estado de Chiapas, 1991. 112 ‘NEOLIBERALISMO ¥ USURA Mapa 2. Vias de comunicacién en Ia zona cafetalera intensiva A vuxTLa CSS aes {\ MAzATAN SIMBOLOGIA LOCALIZACION TABASCO LIMITE INTERNACIONAL, CABECERAS MUNICIPALES (SORISTOBAL © LOCALIDADES omxdca Tux OuTiennez +, —— CARRETERA ASFALTADA ‘compat, —..—. REPUBLICA oe secase TERRACERIA ee seer VIA DEL FERROCARRIL Fuente: Cartas topograficas 1:250 000 D15-2 y D15-5, INEGI, México, 1980. Dibujé: Carlos Mota. 113 RELACIONES 54 Mapa 3. Distribucién municipal de los productores segtin ocupan mayor 0 menor superficie de su propiedad con cafetal, 1990. Con > 70 % |] Entre 50 y 70% TABASCO Con <25 % VERACRUZ. Sin cafetal Oaxaca, CHIAPAS / REPUBLICA / DE ¢ GUATEMALA CACOY AGUA, ESCUINTLA MAPASTEPEC. PETAGUAA. copalrittan UZANTAN HUIXTLA, CACAHOATAN INION JUAREZ MAZATA REATAN TUXTLA CHICO METAPA CAPACHULA FRONTERA HIDALGO SUCHIATE Fuente: Elaboracion del autor a partir del Censo cafetalero 1990, Instituto Mexicano del Café. 114 NEOLIBERALISMO Y USURA Notas 1. Una versién preliminar del presente texto se presenté como ponencia en el XI Encuentro de la Red ‘Nacional de Investigacién Urbana realizado en San Cristobal de Las Casas, Chiapas, a finales de 1992. Se trata de un avance de la investigacién “Los efectos de la reestructuracién econémica en la cafeticultura del Soconusco”” dirigida por el maestro Daniel Villafuerte 2. El censo de 1990 realizado por el Instituto Mexicano del Café reporté casi diez mil productores y cerca de setecientas localidades cafetaleras en el Soconusco. 3, Fraccién ejidal es un regionalismo para designar una dotacién “‘complementaria’? o una ‘“‘am- pliacién’” en los términos de la legislacién agra 4, Destacael municipio de Tapachula con mas dal treinta por ciento de los productores, localidades y superficie con café de la region: cuenta con unos doscientos poblados cafetaleros y casi tres mil productores, divididos por mitadentre ejidatarios y propietarios, pero en su mayoria minifundistas, ya que s6lo uno o dos por ciento del total cuentan con fincas de sesenta hectareas o mas, 5. Una explotacion con cientosetenta hectareas de café reunia entre cuarenta y cincuenta familias de trabajadores permanentes y les otorgaba el usufructo de diez a quince cuerdas (0.625 a 0.937 ha.) para su milpa de autoconsumo. 6. Segtin Garcia de Leén (1985: 168) los colonizadores propusicron desde mucho antes de 1910 un “‘reparto agrario” para arraigar mano de obra cerea de la finca e incluso algunos cedieron tierras con tal propésito. 7. La sombra puede ser natural con Arboles de la vegetacién original, especializada con arboles sembrados ex-profeso, o bien puede ser un policultivo (frutales que dan sombra al café a la vez que producen otras cosechas). 8. Las grandes plantaciones subdividieron su predio original en dos o tres fincas para no rebasar el limite legal de tierra. Se organizaron como sociedad andnima, se integraron por el manejo ceniralizado del capital, la planificacién de la produceién, la planta beneficiadora y los canales de comercializacion. Asi, en la finea central o madre estan les instalaciones de transformacién y almacenamiento del café producido en el conjunto de predios que conforman la sociedad (Poh- enz, 1979: 112). 9. Los ejidos y cantones ocuparon tierras marginales en los umbrales de las cotas superior e inferior mencionadas. Tal vez un analisis detallado confirmaria que los ejidos dentro de dicha cota se localizan en terrenos con menos abastecimiento de agua y mayor pendiente. Bibliografia Barz Lanpa, Mariano, ‘‘La frontera sur y el caso del Soconusco”’, en Luis Hernandez Palacios y Juan Manuel Sandoval (comp.), E/ redescubrimiento de la frontera sur, México, Universidad Auténo- ma de Zacatecas y Universidad Autonoma Metropolitana, 1989, pp. 198-212. 115 RELACIONES 54 Garcia DE Leon, Antonio, Resistencia y utopta. Memorial de agravios y crénica de revueltas y profecias acaecidas en la provincia de Chiapas durante los iltir:os quinientos afios de su historia, tomo 2, México, Era, 1985. InstrTUTO Mexicano DEL Care, Censo cafetalero de la region Soconusco, Tapachula, mecanuscrito, s.f. Linx, Thierry, Usura rural en San Luis Postosi. Un acercamiento ala problemitica de la integracién campesina, Zamora, El Colegio de Michoacan, 1982. Poutenz Corpova, Juan, Dependencia y desarrollo capitalista en una region agricola. Las plantaciones cafetaleras de la Sierra Madre de Chiapas, tesis de licenciatura en Antropologia, México, Escuela Nacional de Antropologia e Historia, 1979. Srenser, Daniela, El partido socialista chiapaneco. Rescate y recons- truccion de su historia, México, Centro de Investigaciones y Estu- dios Superiores en Antropologia Social, Ediciones de la Casa Chata, no. 29, 1988. 116

You might also like