REDACCIÓN 2 – MI BAR RESTAURANTE FAVORITO

Mi restaurante favorito está en Burdeos, Francia, justo al lado del Gran Teatro. Es una calle
muy bonita y transitada del centro de la ciudad. El establecimiento está en un edificio de
piedra, estrecho y bajito, de 4 plantas. La puerta principal es en arco y encima hay un cartel
negro donde pone en letras amarillas “l’entrecôte”. Además, tiene una terracita muy agradable
para días calurosos con un toldo de rayas negras y amarillas a un lado de la entrada. En las
partes de los comedores más cercanas a la fachada, hay unas ventanas con bonitas vistas a la
calle y los árboles de una placita.

El restaurante siempre tiene una cola que parece interminable pero que por suerte avanza con
rapidez. El motivo de que esta cola tan larga, que a veces incluso llega a doblar la esquina de la
calle, avance con rapidez es que en cocina sólo se hace un plato: entrecot con patatas.
Únicamente se sirve una pequeña ensalada y un plato de carne con ilimitadas patatas fritas, lo
más largas, finas y retorcidas posible, en su famosa salsa secreta. Los postres son más variados,
suelen tener mousses, coulants de chocolate, tartas, helados…

En la primera planta está la entrada con una barra desde donde se entra a la cocina. La camarera
de la barra suele tener cerillas, libretitas, lápices, y pajitas con los colores del restaurante y se lo
suele entregar a los niños. Los baños se encuentran en la primera y tercera planta y son algo
pequeños, pero están muy limpios y cuidados. La estética del restaurante es igual de simple y
eficaz que su menú. La decoración en las tres plantas es la misma, y para subir hay una escalera
de madera muy amplia y bonita. Absolutamente todo es de color negro o amarillo, como el cartel
y el toldo. Las mesas y sillas son negras y los manteles y servilletas amarillas. Las paredes están
cubiertas con espejos, lo que ayuda a dar sensación de amplitud a los comedores, que no son
especialmente grandes. Únicamente hay camareras mujeres, vestidas de negro con delantal
amarillo, tacones y moño. Son muy amables y nunca dejan de sonreír. El restaurante siempre se
llena de gente y tiene un ambiente muy agradable. Es perfecto para ir con tu familia a pasar un
buen rato.