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http://folk.uio.no/jmaria/lund/2004/textos/pdf/04sagarzazutodorov.pdf
el conocimiento científico es fáctico.
Se trasciende el hecho creando nuevos y verificando los resultantes.
La investigación científica es especializada, aunque sea interdisciplinaria.
El conocimiento científico es claro y preciso.
El conocimiento científico es comunicable, la poesía no.
El conocimiento científico es verificable.
La investigación científica es metódica.
La investigación científica es sistemática.
La investigación científica es explicativa. Se expresa en leyes.
El conocimiento científico es predictivo.
http://www.biologia.buap.mx/ciencia-su-metodo-y-filosofia-BUNGEN.pdf
Bunge, Mario
Dice Mario Bunge en una entrevista con Salvador López Arnal para la revista Sin Permiso
que “la crítica literaria […]puede ser correcta sin ser experimental, pero todo crítico
literario responsable prueba sus hipótesis, y al hacerlo obra científicamente” .
López Arnal, Salvador. (2011). Las pseudociencias, como los artículos
adulterados, corrompen la cultura, ponen en peligro la búsqueda de la verdad
y hacen perder tiempo a todos. Sinpermiso, obtenido de la red el día 29 de
agosto de 2018 de: http://www.sinpermiso.info/printpdf/textos/las-pseudociencias-
como-los-artculos-adulterados-corrompen-la-cultura-ponen-en-peligro-la-bsqueda-de
Hoy en día se acepta que la teoría literaria está constituida como disciplina, ya que existe el
acuerdo, más o menos definido, de cuál es su objeto. Pertenece al grupo de las llamadas
Humanidades, entendidas como el campo de saber que no se incluye en las ciencias de la
naturaleza, y es una disciplina que cuenta con unos métodos determinados que cumplen
unos fines concretos.
Aunque echa de menos una discusión sobre los fundamentos de estas ciencias, parecidos a
los que existen sobre las ciencias de la naturaleza, determina que el origen de las ciencias
del espíritu se debe a ejercicios de funciones sociales; la gramática, la retórica, la lógica, la
estética, la ética, la jurisprudencia y las demás disciplinas han surgido porque el individuo
toma conciencia y reflexiona sobre su propia actividad. Todas estas ciencias tienen carácter
histórico, y forman una unidad porque incluyen lo que Domínguez Caparrós llama “el
análisis de la vivencia total del mundo espiritual” (2002, pág.86)
Si toda ciencia se caracteriza por unas proposiciones que pasan de hipótesis a leyes
universales, las proposiciones de las ciencias de este tipo según Dilthey son: hechos
(carácter histórico), teoremas, juicios estimativos y normas (elemento práctico).
[Domínguez Caparrós señala la relación de esa división con la división disciplinar entre la
ciencia que se ocupa de hechos históricos (historia literaria), la que formula teoremas
(teoría literaria) y otra que plantea juicios estimativos y normas (crítica literaria)]
Según Gadamer, las llamadas ciencias del espíritu se ocupan de realidades –como la
filosofía, el arte o la historia– extracientíficas, que quedan fuera de la verdadera ciencia:
“formas de experiencia en las que se expresa una verdad que no puede ser verificada con
los medios de que dispone la metodología científica” (Verdad y método,1960). No
obstante, tienen una pretensión de verdad que se trata de legitimar filosóficamente, y
Gadamer defiende la experiencia de verdad que se da en el arte y en la tradición histórica
por encima de las limitaciones que pueda suponer el aplicar conceptos de verdad científica.
La verdad, en la historia y en el arte, es producida por la interpretación.
Para que las ciencias del espíritu alcancen validez, tienen que reconciliarse con la tradición,
admitiéndola como fuente de verdad, pero sin la pretensión de hacerlo de forma científica.
Los modos de conocimiento que sirven de modelo a la verdad que producen las ciencias del
espíritu, son, según H.-G. Gadamer, la comprensión del pasado y la interpretación de la
obra de arte, dos procesos que no pueden reducirse a la ciencia moderna.
“La aproximación a las obras literarias desde una perspectiva semiótica supone un
enriquecimiento porque, como destacó ya Lázaro Carreter (1976: 29), rompe con la idea
formalista y estructuralista de la obra encerrada en sí misma, sin conexión con el exterior, y
la pone en contacto con los demás sistemas de signos, especialmente las otras artes, con el
autor y el receptor como extremos del proceso comunicativo…” (David Viñas, Historia de
la crítica literaria, 2007, pág.467) .
2.2.a. René Wellek y Austin Warren, en su Teoría literaria, afirman que “teoría literaria, un
Organon metodológico, es la gran necesidad de la investigación literaria en nuestros días”
(1949) Parece claro que el estudio de la literatura admite tres enfoques: teoría, historia y
crítica, y la teoría es la disciplina básica para las otras dos. Además, estos autores enuncian
la necesidad de una reconstitución de un cuerpo de principios teóricos relacionados con la
antigua poética, y que habían sido relegados por el auge del historicismo. Wellek y Warren
establecen la siguiente clasificación:
2.2.c. Tzvetan Todorov, (Poétique ,1968) teoriza desde el estructuralismo francés y usa el
término “poética” como sinónimo del de “teoría literaria” de Wellek. Para delimitar la
poética, a la que define como un acercamiento a la literatura a la vez “abstracto” e
“interno”, Todorov distingue dos actitudes básicas dentro de los estudios literarios:
– tratar de establecer leyes generales de las que el texto literario es un producto, que es la
actitud de la ciencia, la actitud que adoptan los estudios psicológicos o psicoanalíticos,
filosóficos o sociológicos. Se trataría del tipo de estudios que Wellek y Warren denominan
“acercamientos extrínsecos”.
Entre estas dos posiciones se sitúa la poética, que, en palabras de Domínguez Caparrós
(2002), “contra la primera actitud, no busca el sentido, sino las leyes generales que presiden
el nacimiento de cada obra; y que, contra la segunda actitud, busca estas leyes en el interior
de la literatura misma”. El objeto de la poética son las propiedades del discurso literario, y
su finalidad es proponer una teoría de su estructura y su funcionamiento. La poética se
relaciona con otros estudios literarios: con la crítica (con la que es complementaria), y con
la historia literaria. Así, la poética de Todorov vendría a ser una teoría literaria, no muy
alejada de los planteamientos de Wellek.
Las ciencias que se ocupan del estudio de la literatura pueden clasificarse en cuatro:
-Literatura Comparada, con dos ramificaciones: la que compara una literatura con otra y la
que compara la literatura con otras disciplinas artísticas.
-los aspectos menos constantes son los temas generales relacionados con el valor estético o
con la función social de la literatura
– existe una gran riqueza del pensamiento teórico de las principales corrientes y escuelas,
sobre todo de las del siglo XX, en que no es raro que cada una se presente con vocación de
diferenciarse de las demás.
– un organon metodológico,
Según Wellek, se trata de una ciencia, cuyo ideal científico es de índole empírica, con una
forma de proceder descriptiva y objetiva, que consiste en la “observación, clasificación y
caracterización de los mecanismos verbales propios del universo literario en un sentido
amplio”.
Wellek también ve la relación de la poética con la crítica, con la historia literaria y con la
estética, si bien la teoría literaria debe mantener sus límites definidos.
Fokkema3.1.b. Douwe W. Fokkema y Elrud Ibsch (Teorías de la literatura del siglo XX,
1977) defienden la interrelación de la teoría, la historia y la crítica literaria. Lo que
caracteriza a la crítica literaria es la elaboración de “conceptos generales y modelos que
expliquen los desvíos individuales y den cuenta de la base histórica de todas las literaturas”.
Teoría, crítica e historia se ayudan.
El estudio de una obra u obras concretas con vistas a su evaluación se conoce como crítica
literaria.
3.2.a. Wayne Shumaker, en sus Elementos de teoría crítica (1964), aborda la dificultad de
una definición, y dice que “el objeto último de la crítica, sea o no asequible, es la
comprensión total y valorativa de la materia crítica”.
3.2.b. Roland Barthes (1915-1980), resume sus planteamientos en Critique et vérité (1966).
Hay dos discursos posible sobre la obra literaria: la crítica y la ciencia literaria. La primera
intenta dar a la obra un sentido particular mediante un lenguaje intermediario que permite
continuar las metáforas de la obra siguiendo los siguientes puntos:
– todo libro es un mundo ante el cual el crítico experimenta la misma sensación que el
escritor ante el mundo real, de forma que el crítico es, también, creador de otra obra
necesitada, así mismo, de coherencia.
3.2.c. La crítica literaria, pese a las dificultades que plantea su delimitación, es reconocida
unánimemente como necesaria para la constitución de la teoría, cuya finalidad busca un
mejor conocimiento de las obras concretas. Teoría, crítica e historia se relacionan entre sí y
se apoyan mutuamente.
Hay unas cuestiones metodológicas que han sido resumidas por Óscar Tacca (“Historia de
la literatura”, en Métodos de estudio de la obra literaria, Ángel Canellas López, José María
Díez Borque, 1985), y que se refieren:
-al tipo de delimitación (geográfica, lingüística, histórica) que se sigue al describir una
historia de la literatura. Tacca dice que la obra literaria no es ni histórica ni ahistórica, sino
extrahistórica (en La historia literaria, 1968).
3.4.a. La literatura comparada, pese a contar con una larga tradición de estudios, presenta
los mismos problemas de delimitación que las otras disciplinas literarias. Ya Wellek
(1949), comenta la asociación de la literatura con otras investigaciones (temas de literatura
oral, relaciones entre dos o más literaturas, la literatura como algo universal…) El poeta
Goethe también señala, en 1957, que la poesía es “patrimonio común de la Humanidad”.
También dan una descripción más descriptiva diciendo que la literatura comparada es “el
arte metódico –por la investigación de lazos de analogía, parentesco e influencia- de
aproximar la literatura a otros dominios de la expresión o el conocimiento, o bien los
hechos y los textos literarios entre sí […] a fin de mejor describirlas, comprenderlas y
saborearlas”. Según esto, la literatura comparada aborda tanto la comparación de la
literatura con otras artes como la comparación de literaturas y textos entre sí.
3.4.c. La literatura comparada sirve de conexión entre la teoría y la historia literaria. Como
señala Claudio Guillén (Entre lo uno y lo diverso. Introducción a la literatura comparada,
1984), la literatura comparada es una tendencia o forma de exploración intelectual en los
estudios literarios.
3.4.d. Pese a algunos antiguos intentos de comparación como el del español P.Juan Andrés
y su Origen, progresos y estado actual de toda la literatura, en el s. XVIII, la literatura
comparada propiamente dicha surge en el siglo XIX, con autores como Mme de Staël De
l’Allemagne (1813) y Jean-Charles-Léonard Simonde de Sismondi, Histoire de la littérature
du Midi de l’Europe (1813).
3.4.e. Respecto al objeto de las comparaciones, los temas son muchos y destacan: