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Resumen del Libro La Cuarta Dimensión

(DAVID YONGGI CHO)

Incubación de una Bendición

Filipenses 4:6 No se preocupen por nada. Más bien, oren


y pídanle a Dios todo lo que necesiten, y
sean agradecidos.

Filipenses 4:7 Así Dios les dará su paz, esa paz que la
gente de este mundo no alcanza a
comprender, pero que protege el corazón
y el entendimiento de los que ya son de
Cristo.

Hay ciertos modos y maneras en que la fe obra, nos liga y


relaciona con nuestro padre celestial, hay cuatro procesos básicos
que debemos cumplir para incubar una Bendición (un deseo).

Primero: para poder usar nuestra fe, debemos tener una clara
visión de nuestro deseo, la fe es la sustancia de las cosas (cosas
claramente nítidas) que se esperan, si solo tenemos solamente
una vaga idea de lo que deseamos, entonces estamos fuera de
ese toque único que es el que puede responder a nuestra oración.
Debemos tener una meta (deseo) bien clara y definida.

Segundo: debemos sentir un anhelo ardiente por ese deseo,


muchas veces oramos superficialmente y como no sentimos ese
anhelo ardiente, cuando terminamos nuestra oración sucede que
ya hasta se nos olvidó que fue lo que pedimos. Este tipo de
oración nunca trae una verdadera bendición, debemos ser
ardientes y constantes en el deseo y muy específicos.

Tercero: debemos obtener la sustancia o seguridad, una vez


que tenemos bien definido nuestro deseo y este es
verdaderamente ardiente, entonces debemos estar de rodillas y
orar hasta obtener la sustancia o seguridad.
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Cuarto: debemos dar muestra de nuestra fe, esto significa que
debemos llamar las cosas que no son como si fueran. Los
milagros no se producen por medio de una lucha ciega, hay leyes
en el reino espiritual y nosotros tenemos en el corazón recursos
inagotables, porque Dios habita dentro de nosotros pero debemos
creerlo eso es parte de la fe.

Lo que es engendrado en nuestra mente y corazón está listo para


realizarse en nuestro ambiente y circunstancias aun cuando sea
malo, por esto debemos estar muy atentos con los deseos de
nuestro corazón.

De modo que para “hacer las cosas que no son como si


fueran” debemos pronunciar la palabra, la Iglesia de hoy ha
perdido el arte de dar órdenes, los cristianos hemos venido a ser
perpetuos mendigos porque estamos mendigando
constantemente. Aprendamos a pronunciar la palabra de poder
como hizo Pedro “No tengo plata, ni oro, pero lo que tengo te doy,
en el nombre de Jesucristo: levántate y anda”.

De modo que para que nuestra fe sea efectiva, tengamos un


deseo bien claro y definido por ejemplo: (Lograr una Iglesia
comprometida y fiel al Señor y que tenga 5000 miembros), esto
es un ejemplo de un deseo claro y definido. Que este deseo sea
quemante hasta el punto de hacerse insoportable, entonces
oremos hasta tener la seguridad o sustancia de que lo
obtendremos y por último empecemos a pronunciar la palabra de
seguridad que nos ha sido dada.

El poder creativo de la palabra hablada.

Santiago 3:5 Y lo mismo pasa con nuestra lengua. Es


una de las partes más pequeñas de nuestro
cuerpo, pero es capaz de hacer grandes
cosas. ¡Es una llama pequeña que puede
incendiar todo un bosque!

Santiago 3:6 Las palabras que decimos con nuestra


lengua son como el fuego. Nuestra lengua
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tiene mucho poder para hacer el mal.
Puede echar a perder toda nuestra vida y
hacer que nos quememos en el infierno.

El centro del habla y el nervio que controla el lenguaje, tienen tal


poder sobre todo el cuerpo que una persona simplemente
hablando puede controlar todo su cuerpo y manipularlo de la
manera que se desee. Por ejemplo si “dices bueno yo no puedo
hacer este trabajo porque no tengo la habilidad”, entonces tu
cuerpo y mente se condicionan para no poder hacer ese trabajo, si
tú dices “bueno ya me estoy poniendo demasiado viejo”,
indudablemente tu cuerpo dirá: cierto ya no servimos para nada y
se pone viejo.

Las personas casi siempre están muy dispuestas a hablar en


términos negativos “estoy realmente pobre y no puedo comprar
estas cosas”.

Las cosas semejantes se atraen unas a otras y como actuamos


como personas pobres se atrae la pobreza, esta mentalidad; si
continúa, nos mantendrá eternamente pobres.

Pero por otro lado si nosotros nos decimos que somos capaces de
hacer de todo y que tendremos éxito en todo lo que
emprendemos, entonces nuestro cuerpo se prepara para triunfar.

Una primera razón para usar la palabra hablada, es crear


poder para vivir una próspera y triunfal vida personal, Pero para
llegar a este nivel de cambio, antes debemos cambiar nuestro
lenguaje, si no cambiamos nuestro lenguaje previamente, no
podremos cambiarnos a nosotros mismos.

¿Dónde podemos aprender un nuevo lenguaje? del mejor


lenguaje de todos. En la Santa Biblia. Hay que leer la Biblia
completa y preferentemente empezar a memorizar versículos, de
esta manera empezaremos a cambiar nuestro lenguaje y a hablar
la palabra de Fe. Alimentemos nuestra mente con un lenguaje
creativo, constructivo, edificante, progresivo y victorioso.
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Hablemos con las palabras de la Biblia, repitámoslas
constantemente hasta que ellas tomen posesión de nuestra mente
y de nuestro cuerpo, y entonces realmente empezaremos a ser
una nueva persona, victoriosa y exitosa con una actitud de Fe.

Una segunda razón por la que debemos usar el poder creativo


de la palabra hablada, y esta es para permitir que el Espíritu de
Dios pueda usarnos a nosotros para dar cumplimiento a los
propósitos de nuestro señor.

Antes de que podamos pronunciar la palabra, el Espíritu Santo


no tiene el material adecuado con el cual crear. Si el Espíritu
Santo imparte Fe a tu corazón para remover una montaña, no
mendigues suplicando que la montaña sea removida, mejor
pronuncia firmemente la palabra “desarráigate y plántate en el
mar” y ella lo hará, si aprendemos esto y adoptamos vivir bajo la
unción del Espíritu Santo y la Fe que Dios nos da, solo entonces
podremos empezar a ver muchos milagros en nuestra vida.

Jesús usó la palabra hablada para crear, para transformar y para


cambiar situaciones, lamentablemente la iglesia de Jesús parece
haberse convertido en una perpetua mendiga, siempre plañendo y
mendigando, con temor de hablar la palabra de Fe y dar órdenes.
Necesitamos recuperar el arte perdido de la palabra hablada.

Una tercera razón para usar el poder de la palabra hablada, por


medio de ella podemos poner en libertad la presencia de
Jesucristo, conforme a Romanos 10:10 puede leerse “Con el
corazón se cree para justicia pero con la boca se hace
confesión para salvación”. Es por medio de la confesión de Fe,
confesión verbalizada en palabras claras que podemos
apropiarnos de la salvación que solo viene por Jesucristo.

Jesús está limitado a lo que hablamos, de la misma manera que


podemos producir la presencia de Jesús, también podemos dar
libertad al poder de Jesús por la palabra hablada, si no
verbalizamos claramente la palabra de fe, la presencia y el poder
de Jesús no pueden ser traídos a nuestra vida.

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Seamos osados, Hablemos la palabra de Dios con firmeza y
produzcamos una presencia específica de Jesús, liberemos esa
presencia en medio de las personas que nos rodean y veremos
resultados específicos. Un padre puede crear la presencia de
Jesús en su hogar, y Jesús hacerse cargo de todos los
problemas de la familia.

Recuerda, Cristo depende de ti y de tu palabra hablada, para


manifestar su presencia. ¿Qué vas a hacer con este Jesús que
está a flor de labios? ¿Lo vas a soltar para que sea bendición
para muchos? ¿O le vas a poner candados por medio de una
lengua que no se mueve y una boca que no se abre?

EL RHEMA DE DIOS.

Romanos 10:17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la


palabra de Dios.

La palabra hablada tiene una creatividad asombrosa y su uso


apropiado es vital para la vida cristiana victoriosa. Sin embargo,
esta palabra hablada debe tener su base correcta para ser
realmente eficaz, y descubrir en qué consiste esa base
correcta, es una de las asignaturas más importantes de la
palabra de Dios.

Las personas generalmente piensan que pueden creer en la


palabra de Dios, la verdad es que pueden creer, pero fallan al no
conocer la diferencia que hay entre la palabra de Dios que da
conocimiento general acerca de Él y la palabra de Dios que es
usada para impartir Fe acerca de circunstancias y problemas
específicos, esta última palabra es la que produce milagros.

La confusión se genera al traducir del griego la enunciación


“palabra”; ya que en el griego hay dos palabras que se traducen
“palabra”, una es LOGOS y la otra RHEMA.

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LOGOS, es la palabra que se extiende desde Génesis hasta
Apocalipsis, porque toda esa palabra (Logos) directa o
indirectamente nos habla de Jesucristo. Leyendo el Logos desde
Génesis hasta Apocalipsis, usted obtiene todo el conocimiento
que necesita acerca de Dios y sus promesas, pero solo por leer o
escuchar el Logos usted no obtiene Fe, usted recibe conocimiento
y comprensión de Dios pero no recibe Fe.

Romanos 10:17, nos hace ver que el “material” que se usa para
edificar la Fe, es algo más que la mera lectura de la palabra de
Dios, “la Fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”.
Específicamente hablando, la fe viene por el oír el Rhema (la
Palabra) de Dios.

RHEMA, es una palabra específica y directa de Dios, dada a una


persona específica, para una situación específica.

Ejemplo de Rhema:

Mateo 14:28 Señor, si eres tú manda que yo vaya a ti sobre las


aguas. Jesús contestó... “ven” (Jesús dijo la palabra diciente de
Dios).

Rhema trae la fe que viene por el oír, por el oír de rhema. Pedro
nunca caminó sobre las aguas solo por el conocimiento de Dios,
caminó porque recibió rhema de Dios.

Rhema sale de logos, logos es igual que el estanque de Betsedá.


Puedes oír la palabra de Dios y puedes estudiar la Biblia, pero
solamente cuando viene el Espíritu Santo y aviva (como se aviva
el agua de la fuente cuando baja el ángel) esa palabra en tu
corazón, haciéndola hervir dentro de tu alma y dándote a
conocer cómo aplicarla directamente a tu situación específica es
que Logos se convierte en Rhema.

Pero, si nunca tienes tiempo de esperar delante del Señor,


entonces el Señor nunca vendrá a vivificar la palabra sembrada en
tu corazón.

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Vivimos en una época muy agitada, las personas vienen a la
iglesia escuchan un sermón breve y enseguida se retiran, sin
darse un momento de tiempo para esperar delante del Señor, de
esta forma obtienen el Logos de Dios pero no el Rhema de Dios.
Lo mismo sucede con nuestra oración, en el mejor de los casos si
es que nos damos un tiempo de oración, hacemos una rápida
oración, pensamos que con eso es suficiente y nos integramos a
nuestra agitada rutina diaria, privándonos de tener un encuentro
con nuestro Señor y que nos de su palabra (Rhema).

Cuando el Señor trata contigo, date tiempo para permanecer


delante del Señor, confiésale tus pecados y entrégale tu vida,
cuando estas condiciones requeridas se producen, entonces
puede venir el poder de Dios a tu corazón y entonces sabrás que
esa promesa es tuya y recibes Fe para producir el milagro.

Cuando el Espíritu Santo aviva el Logos de la escritura, una Fe


milagrosa es impartida a nuestro corazón, y ahora nos
percatamos que la escritura ya no es solamente “la palabra dicha
de Dios”, sino que se ha convertido en “la palabra dicha por
Dios”.

Permítanme darles los cinco pasos específicos que doy, para


saber el Rhema acerca de deseos de mi corazón:

1. Defino mi deseo. Una vez que el deseo es claro,


comparo mi deseo con las enseñanzas de la Biblia. De
modo que nuestros deseos deben ser examinados
cuidadosamente con la escritura, si tenemos dudas
debemos consultar con nuestro pastor.
2. Mi segundo paso es ponerme a mí mismo en “punto
neutro”, no marcha adelante ni marcha atrás, sino
completa calma en el corazón. Entonces espero delante
del Señor diciendo: “Señor aquí estoy listo para escuchar
tu voz, si tú dices –sí- actuaré, pero si dices –no-,
entonces no actuaré.
3. La tercera cosa que hago, es pedirle al Señor que me
revele su voluntad a través de mis deseos, Dios siempre
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viene a nosotros a través de nuestros deseos. Oren al
Señor esperen delante de él hasta que les revele el divino
deseo (obtener la sustancia o seguridad).
4. Le pido al Señor que me dé una señal y que esa señal
provenga de las circunstancias, si Dios ha hablado
realmente a su corazón, entonces le dará indudablemente
la señal solicitada desde el mundo exterior.
5. Después que he recibido la señal externa, doy el paso
final, oro hasta que sea el momento de Dios, el tiempo
de Dios siempre es diferente del nuestro. Debes orar
hasta que sientas una verdadera paz, si después de orar
aun sientes inquietud en tu espíritu entonces aun no es el
tiempo apropiado, significa que aun está encendida la luz
roja, de modo que mantente orando y esperando, cuando
sientas una gran paz en tu corazón es la señal de que la
luz roja ha cambiado a verde. Entonces es el momento
de saltar, no camines, corre a toda velocidad, con la
bendición de Dios y el Rhema de Dios los milagros se
sucederán uno tras otro.

CAMBIA TU MENTALIDAD.

Efesios 4:22-23 En cuanto a la pasada manera de vivir,


despojaos del viejo hombre, que está
viciado conforme a los deseos engañosos,
y renovaos en el espíritu de vuestra
mente,

Cuando usted recibe a Cristo como su salvador personal, su


espíritu renace instantáneamente a la vida de Dios, la cual se
derrama en usted y de inmediato todo su ser espiritual recibe
vida eterna. Pero su mente, sus pensamientos tienen que ser
renovados también, conforme a su espíritu regenerado.

El trabajo de renovación de la mente es un proceso que dura toda


la vida, y demanda energía, perseverancia y exige lucha, pero
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esta renovación es imprescindible si uno ha de recibir y actuar en
el rhema que es dado de Dios.

Mucha gente experimenta renovación espiritual, pero no renueva


su mente para poder captar los pensamientos de Dios, por esta
razón Dios que habita en ellos, no puede moverse libremente a
través del canal de su vida pensante.

Dios es como un pensamiento, pero si usted no tiene


pensamientos correctos alineados con Dios, entonces Dios no
tiene causes para hablarle a usted. Dios no pertenece al mundo
sensorial. Usted solo puede tratar con Dios en el reino de su
pensamiento.

Los pensamientos de Dios vienen a nosotros a través de su


palabra o del Espíritu Santo. Sus pensamientos tocan nuestros
pensamientos y es allí donde encuentra a Dios. De modo que si
usted no renueva totalmente su forma de pensar después de su
conversión, entonces Dios no puede manifestarse realmente a
usted.

La mayoría de las personas viven con sus antiguos pensamientos


aun después de su conversión, este antiguo modo de pensar es
muy limitado, de modo que también Dios se encuentra limitado
debido a una incorrecta vida de pensamiento. Dios no puede
tratar con una mente que está viciada y contaminada, la fe no
brota solamente del espíritu interno, la fe viene en cooperación
con sus pensamientos, porque la fe viene por el oír la palabra de
Dios.

Primeramente usted debe oír, y por el oír la palabra de Dios,


viene a sus pensamientos y a través de sus pensamientos, los
pensamientos de Dios entran en su espíritu y producen fe.

Hay tres pasos que les recomiendo seguir si deseamos renovar


nuestra mente, a saber:

1. Pasar de una actitud de pensamiento negativa a una


actitud positiva en todo momento. Este es un concepto
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muy importante porque así como un hombre piensa, así
es y así actúa. Si usted piensa que es un rey o una
reina, actuará como rey o como reina, si usted piensa
que es un ser indigno, vil, miserable, sin valor alguno,
entonces actuará en la vida de una manera consecuente,
aceptando que no sirve para nada.
Sea absolutamente positivo en sus pensamientos, nunca
piense negativamente, Dios es luz y en él no hay ninguna
tiniebla, no hay nada negativo en Dios, de modo que para
empezar a tener comunión con Dios debe renovar sus
pensamientos y pensar de modo positivo.
Alimente su alma con la Biblia, la palabra de Dios, porque
la Biblia está llena de pensamientos positivos, sea
revolucionario, muchas personas se encuentran trabadas
porque piensan solo de una manera ortodoxa, pero si
usted recibe la palabra de Dios, y revoluciona su modo de
pensar entonces usted llegará a cumbres muy altas,
mucho más allá de sus actuales limitaciones.
2. Entrenarse constantemente para pensar siempre solo
en términos de milagros. Esta actitud de pensamiento y
vida podemos verla en los discípulos de Jesús. En este
punto su fe va a ser probada una y otra vez si tiene un
proyecto pequeño será probado de una manera leve,
pero si su proyecto es grande las pruebas serán muy
duras, no piense que su fe lo hará pasear por un campo
lleno de rosas, usted tendrá que pasar por muchas
tormentas, tribulaciones y turbulencias a través de las
cuales se pondrá a prueba su fe.
Mucha gente cree que cuando uno tiene fe, las cosas
vienen fácilmente con pocos o ningún problema, es
importante recordar que esto no es así, y esto se ilustra
con Abraham, él tenía fe y soportó la prueba por 25 años;
Jacob soportó dificultades y contrariedades por durante 20
años; José por 13 años, y Moisés por 40; los discípulos
de Cristo soportaron pruebas y tentaciones durante toda
su vida de ministerio.

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No se descorazone ni se desaliente si lleva semanas o
meses o años de prueba, no deje caer sus manos como si
estuviera derrotado, no llore “Oh, ¿donde está Dios?”
Dios siempre está ahí y lo está probando cuando Dios lo
está fortaleciendo, usted siente crujir los huesos, pero si
se afirma en la palabra de Dios y tiene fe, Dios nunca lo
dejará caer.
Muchas veces parece que Dios espera hasta el último
momento. Una vez que usted renueva su mente y
aprende a caminar con Dios, debe ser perseverante hasta
el último momento. Y no tenga dudas ni temor a nada.
3. Llene su mente con una orientación hacia el triunfo,
usted debe saturar su mente con la conciencia de la
victoria y esa conciencia debe ser abundante, rebosante,
ya que así son los pensamientos que está recibiendo de
Dios, entonces usted siempre será un triunfador.
Dios nunca pierde una batalla, porque es el eterno
victorioso, ¡usted debe vivir con la eterna conciencia de
la victoria!
Este estado de conciencia es sumamente importante. Si
usted vive con la conciencia de su inferioridad, de su
pobreza, de su enfermedad o de su fracaso, entonces
Dios nunca podrá obrar en usted.
Dios es su Ayuda, es su abundancia, es su triunfo, de
modo que para andar con Dios y para hablar con Dios
usted tiene que injertar en su conciencia todos los tipos de
conciencia de Dios.
¡Renueve su mente!, piense constantemente en términos
de éxito, de victoria, de abundancia, cuando haya
renovado completamente su sistema de pensamiento,
entonces usted recibirá el Rhema de Dios, asimile
osadamente la palabra de Dios, y sature con ella su vida
de pensamiento.

Mire únicamente al Señor, aun cuando no esté sintiendo nada,


aun cuando no esté palpando nada, aun cuando su destino

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parezca un pozo oscuro en medio de la noche, no tenga miedo,
usted está viviendo ahora por virtud de un conocimiento de
carácter revelacional, usted está viviendo con la fuerza de nuevos
pensamientos, los pensamientos de Dios, los pensamientos de su
palabra, la Santa Biblia.

Piense en grande, tenga grandes objetivos, usted tiene una sola


vida para vivir, de modo que no rasque el polvo de la tierra,
viviendo con una conciencia de fracaso, su vida es preciosa para
el Señor, y usted tiene que hacer una buena contribución a este
mundo, Jesucristo habita gloriosamente en cada Cristiano, por lo
tanto usted posee un recurso inagotable dentro de usted.

Finalmente usted debe leer la Biblia, pero lea la Biblia para


alimentar su mente y cambiar por completo todo el orden de su
pensamiento, entonces Dios podrá fluir libremente a través de su
vida y hacer por medio de usted grandes cosas para su gloria.

¿DONDE VIVE DIOS?

2da. Corintios 13:5 Examinaos a vosotros mismos si


estáis en la fe; probaos a vosotros
mismos. ¿O no os conocéis a
vosotros mismos, que Jesucristo
está en vosotros, a menos que
estéis reprobados?

Juan 14:20 En aquel día vosotros conoceréis


que yo estoy en mi Padre, y
vosotros en mí, y yo en vosotros.

¿Le ha sucedido que muchas veces se sientes confuso y se


pregunta si realmente está viviendo la vida del Espíritu?, sobre
todo cuando se encuentra en situaciones complicadas, cuando ha
tenido un día difícil lleno de contrariedades, llega la noche y no
tiene fuerza ni deseo de orar y pierde el contacto con el Señor y
clama ¡Oh Señor, yo sé que estoy en Cristo Jesús, pero estoy

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confundido, estoy tanto dentro como fuera de tu persona y no sé
cómo conservarte siempre conmigo.

Esto puede ocurrir debido a que no tenemos claro dónde y cómo


podemos encontrar a Dios.

Yo gradualmente empecé a entender que a través del Espíritu


Santo, Dios el padre y Dios el hijo habitan en mi, leí en segunda
de corintios que Dios ha enviado el Espíritu de su hijo a nuestros
corazones, entonces encontré el lugar donde vive Dios y me di
cuenta que la dirección donde vive Dios es mi misma dirección.

Dios habita también dentro de usted, y su dirección es la misma


que usted tiene, más aún, si usted está en su hogar Dios está
ahí, si va a su trabajo Dios está ahí, donde sea que usted vaya
Dios está ahí. Dios habita en ustedes y todos los recursos de
Dios también están en ustedes.

Yo había estado tratando de encontrar a Dios en un lado y en otro.


Cuando escuchaba de evangelistas famosos yo corría a
escucharlos, tratando de encontrar a Dios, a veces subía a una
montaña para orar a solas, otras veces bajaba a un valle.
Busqué por todas partes tratando de hallar a Dios, pero después
de que me fue revelada esta verdad ya no deambulé más, había
hallado la dirección y la habitación de Dios.

Dios no es un Dios lejano que se encuentra a dos mil kilómetros


de usted, tampoco es un Dios que se ha quedado dos mil años
atrás, no es tampoco un Dios del futuro. Nuestro Dios habita en
nosotros con todos sus recursos poder y autoridad, su dirección
está en ustedes. De modo que usted puede orar y hablar con Él
todos los días a cualquier hora y en cualquier lugar, pueden acudir
a Él y obtener todos sus recursos por medio de la oración y la fe,
cuando ustedes gritan Dios les oye, cuando oran o hablan
suavemente Dios les oye también, cuando ustedes simplemente
meditan sin pronunciar palabra Dios también oye, porque Él habita
dentro de ustedes.

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Deseo imprimir en sus corazones esta verdad, ustedes tienen
dentro de sí mismos todos los recursos que necesitan ¡ahora
mismo!, no mañana, ni pasado mañana, ¡ahora mismo!,
ustedes pueden tener todo lo que es de Dios, Dios no está ahí
durmiendo, Dios no toma vacaciones, Dios está ahora mismo
trabajando para su salvación y Dios nunca obra sin antes venir a
su pensamiento, sin venir a través de su visión, sin venir a través
de su fe. Usted es el cauce de Dios.

Usted es el cauce, por tanto usted tiene la responsabilidad, pero


si usted no desarrolla su manera de creer para cooperar con Dios,
entonces Dios se verá limitado, a lo menos en su vida y en la vida
de los que dependen de usted, Dios será tan grande como usted
le permita ser y tan pequeño como usted le obligue a ser.

LOS PECADOS DE LA CARNE

Usted puede tener una vida enriquecida, fructífera y victoriosa,


puede tener tremendos éxitos, si aprende como obtener los
recursos de Dios, pero también hay una condición que debe
cumplir, y esta es: quitarse todos los pecados de la carne.

Existen principalmente cuatro pecados de la carne que es


imprescindible desterrar antes de que el cristiano pueda trabajar
activamente para Dios. Si usted no quita de su vida estos
pecados, los cauces seguirán obstruidos, y Dios no podrá fluir
libre y abundantemente a través de usted. Estos pecados son los
siguientes:

1. El odio, ese espíritu implacable no perdonador, es el


enemigo número uno de su vida de fe. En Mateo 6: 14-
15 Jesús destaca este pecado: ”Porque si perdonáis a
los hombres sus ofensas, os perdonará a vosotros
vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los
hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre
celestial os perdonará vuestras ofensas”.
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Si usted no quita el odio de su corazón, no podrá estar
realmente en comunión con el Señor. Cuando usted
predique el evangelio debe ayudar a comprender a las
personas esta verdad.
Sí, ciertamente, Dios habita en usted, pero si usted no se
libra de ese archienemigo, el odio, el poder de Dios no
puede fluir a través de usted.
2. El temor, muchísima gente vive presa de este pecado, y
es parte de nuestro ministerio ayudar a estas personas a
liberarse de este pecado.
Había leído en cierta publicación médica no cristiana, que
mucha gente muere por hábito, yo me preguntaba
¿Cómo puede la gente morir por hábito? Entonces leí el
artículo.
Estos médicos hablaban del importante papel que juega el
temor en nuestras vidas, daban el ejemplo de un hombre
de solo 50 años de edad que murió de presión alta a una
edad en que la habría sobrepasado fácilmente, el hijo de
él cuando llegó a 50 años, también murió de presión alta,
ahora el nieto vive con el constante temor de morir cuando
llegue al medio siglo. Cuando cumpla 50 años y tenga
leves mareos seguramente va a exclamar, ¿ven?, ya
tengo la presión alta, ¡Estoy liquidado! Esto es solo un
ejemplo pero bastante real de lo que el temor puede hacer
en nuestras vidas.
Si usted mira sus circunstancias con sus ojos físicos y vive
por sus sentidos, Satanás lo destruirá con miedos y
terrores, pero si usted cierra los ojos y mira a Dios,
entonces puede creer.
Hay dos clases de conocimiento: conocimiento sensorial y
conocimiento revelacional. Nosotros debemos vivir por el
conocimiento que nos trae la revelación que hallamos en
la Biblia, no por el conocimiento sensorial de los sentidos.
Debemos aprender cono cristianos a perder el miedo que
le tenemos a las circunstancias y al medio ambiente, si no
lo hacemos, nunca podremos desarrollar nuestra fe y por
tanto Dios no podrá manifestarse a través de nosotros.
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Sometamos nuestros temores a Dios y pongamos nuestra
fe en el Señor y su palabra.
Finalmente recuerde que el temor es vivir una fe pero
en negativo.
3. Complejo de inferioridad, mucha gente vive víctima de
este complejo y por eso se hallan trabados y frustrados.
Si las personas sienten que son inferiores porque viven en
un barrio pobre, usted no puede sacarlos de ahí, quizá
fracasaron en sus negocios y se han resignado a vivir
siempre en bancarrota, mientras mantengan esa actitud
Dios no podrá ayudarlos, primero deben entregar ese
complejo al Señor y reconstruirse a sí mismo por el poder
del Espíritu Santo.
4. Complejo de culpa. Es el cuarto pecado que debe ser
superado por los cristianos antes de que puedan trabajar
activamente con Dios y para Dios. Porque mientras usted
esté sufriendo de algún sentimiento de culpa, Dios no
puede fluir libremente a través de su vida, usted necesita
entender que si está bajo la carga de una conciencia de
culpa o bajo la depresión de haber cometido un pecado,
deben venir a los pies del Señor Jesús y pedirle que lo
limpie y libere completamente a través del perdón.

Hermanos y Hermanas en Cristo, ustedes igual que yo, tienen el


poder de Dios morando en ustedes. Ustedes pueden recurrir a
ese poder para sus gastos, sus vestidos, sus libros, su salud, sus
negocios, ¡Para todo!

Cuando tengan la oportunidad de predicar el evangelio, no


prediquen un vago objetivo, una teoría, una filosofía o una religión
humana. Ustedes están enseñando a las personas como
destapar el manantial inagotable de los recursos materiales y
espirituales de Dios en nuestra vida.

Ustedes estarán dando a las personas a Jesús, y por medio de


Jesús, Dios viene para habitar en sus corazones. AMÉN,
AMÉN y AMÉN.
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