Ley Número 46.

Nunca hay que mostrarse demasiado perfecto.

1. Parecer mejor que los demás resulta peligroso, la envidia provoca enemigos silenciosos.

2. Álvaro Uribe Vélez es querido y envidiado por muchos colombianos, sin lugar a duda es
reconocido por sus retractores, como el personaje político más importante en los últimos
años. Desde el año 2002 ha logrado consolidar una creciente aceptación por parte de sus
seguidores. Juan Manuel Santos Calderón e Iván Duque Márquez llegaron a la presidencia
gracias a la ayuda del hoy senador. Durante la presidencia de Santos se convocó al pueblo a
un plebiscito, donde nuevamente la tesis de Uribe, en el sentido que el proceso de paz no
ofrecería ninguna garantía de paz para los colombianos, triunfó y la ciudadanía rechazó los
compromisos adquiridos por el gobierno con las Farc. Estos logros han enmarcado a Uribe
en un panorama de admiración, respeto y amor, incluso ha sido catalogado como una persona
recta, justa y honesta que no ha tenido errores al momento de tomar decisiones. Sin embargo,
el ego de este individuo ha sido una gran barrera y si a ello se le otorga la mirada de millones
de personas, reconocer sus fallas y pedir perdón puede percibirse como un gesto humillante
que se querrá evitar a toda costa. No obstante, ha despertado la envidia de muchos sectores,
de los que no se han escapado ni siquiera las altas cortes, hecho que lo ha llevado a ser victima
de muchas persecuciones que hoy lo tienen en líos jurídicos.

3. El político en su afán por obtener poder, debe aceptar las equivocaciones. El alcalde electo
de Medellín Federico Gutiérrez reconoció que no tiene idea para gobernar, que no es el líder
que esperan sus seguidores y por eso ha designado a personas con experiencia para que lo
asesoren. Ha detenido varios nombramientos de secretarios por sospechas y dudas, de igual
forma acepta que no le gustaría trabajar con otros partidos políticos porque según él son
incompetentes. Es inteligente mostrar los defectos en algunas ocasiones para parecer
humanos y no generar envidia, aunque no se debe exagerar y menospreciar el poder que le
ha concedido la población. Es menester, como político mostrarse ante la sociedad como un
líder racional, que demuestra rigor y seguridad, aunque para ello también es necesario que al
momento de enfrentarse a una disyuntiva, tenga la capacidad de aceptar con honor y
resignación el error, teniendo en cuenta su prestigio y dignidad.