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Marx y la Historia,
1818-2018
Nuestra Historia
Revista de Historia de la FIM
ISSN: 2529-9808
Usted es libre de:
ȘȘ Copiar, distribuir y comunicar públicamente esta obra.
Número
Marx y la Historia
Carlos Martínez Shaw 27
Nuestros Clásicos
Presentación de «Karl Marx: 100 not out»
Anne Showstack Sassoon 99
Karl Marx, vigente cien años más tarde
Alan Hunt (moderador) 101
Entrevista
Reyna Pastor de Togneri
Ana Rodríguez 117
Lecturas
Les mans del PSUC: militància, de Josep Puigsech Farràs
y Giaime Pala (eds)
Jordi Sancho Galán 123
Encuentros
Que cien años no es nada… Octubre (1917-2017):
la Revolución que dio forma al siglo XX
José Manuel Rúa Fernández 152
Memoria
El robo de bebés desde una perspectiva de género
Soledad Luque Delgado y María José Esteso Poves 169
carceldeventas.madrid.es
Historia de una prisión de mujeres
Fernando Hernández Holgado 177
Número 5
Consejo de Redacción de Nuestra Historia
abre con un dossier sobre «Marx y la His- de Londres, y que además introduce y con-
toria», en el que una docena de prestigio- textualiza dicho debate. La entrevista se
sos historiadores expresan sus opiniones y dedica en esta ocasión a la entrañable his-
despliegan sus análisis sobre la relevancia toriadora Reyna Pastor de Togneri, de fir-
de Marx y el marxismo en el campo histo- mes convicciones marxistas y discípula de
riográfico y sus perspectivas de futuro. Tal Claudio Sánchez Albornoz en su exilio ar-
como se explica en la presentación de di- gentino; Reyna Pastor responde a las pre-
cho dossier, lo que en principio era una en- guntas que le formula la investigadora del
cuesta articulada en torno a cuatro grandes Instituto de Historia del CCHS-CSIC Ana
preguntas terminó convirtiéndose en un Rodríguez, que además glosa brevemente
conjunto de aportaciones diversas en cuan- la figura de la ilustre historiadora.
to a planteamientos, extensión y formato, Nuestro número se completa con las ha-
pero coincidentes en lo que atañe al interés bituales reseñas de libros y lecturas, cróni-
de las reflexiones. La simple relación de los cas de encuentros y congresos y la habitual
participantes (Josep Fontana, Carlos Forca- sección de Memoria, que recoge en este
dell, José Luis Martin Ramos, Carlos Martí- caso un artículo sobre el robo de niños des-
nez Shaw, Carme Molinero, Xosé M. Núñez de una perspectiva de género, una crónica
Seixas, Bryan Palmer, Juan Sisinio Pérez de la cárcel femenina de Ventas y una sem-
Garzón, José A. Piqueras, Domingo Plácido, blanza biográfica de la militante comunista
Juan Trías Vejarano y Carlos Antonio Agui- balear Francisca Bosch.
rre Rojas) avala con sus nombres el interés Nuestra Historia agradece a sus lectores
del dossier. el interés demostrado por nuestros núme-
También las Secciones habituales de ros anteriores, que afortunadamente van
«Nuestros Clásicos» y «Entrevista» están abriéndose camino en las redes de difusión
en este número especialmente relaciona- más accesibles y que, por fortuna, cuentan
dos con la conmemoración marxiana. La cada vez con más colaboradores que en
primera recoge el debate, inicialmente pu- cierto modo la hacen suya. Y en este año de
blicado en Marxism Today, sobre la vigen- especiales resonancias para nosotros, nos
cia de Marx a los cien años de su muerte, apropiamos de la respuesta a la retórica pre-
moderado por Alan Hunt y protagonizado gunta del gran historiador marxista Pierre
por Eric Hobsbawm, Ralph Miliband, Ro- Vilar: no sólo no tenemos miedo a Pensar
bert Rowthorn y Anne Showstack Sassoon, con Marx hoy, sino que creemos que el de-
actualmente profesora visitante de Género bate crítico sobre su obra y su pensamiento
y Política en Birkbeck College-Universidad constituye hoy un ejercicio imprescindible.
propio perfil de los entrevistados así lo de- ajenas a nuestra voluntad, el sesgo en la se-
terminaba, pues elegimos a profesionales lección ha acabado por afectar de manera
de la Historia críticos y veteranos, es decir, particular a las historiadoras, que en más
receptivos a la renovación historiográfica a de un caso de los previstos están además
la que contribuyó el marxismo (lo que no vinculadas a interesantes propuestas de
significa necesariamente complacientes renovación de la Historia desde el género.
con sus resultados), con una obra consoli- Nuestra Historia agradece, de todos modos,
dada y una solvencia ampliamente recono- el interés y la cortesía demostrada por unos
cida. Los resultados serían distintos si ex- y otros —los que participaron y los que no
tendiéramos la encuesta a otros sectores, a quisieron o no pudieron hacerlo— y, desde
historiadores más jóvenes o con otro tipo luego, les ofrece sus modestas páginas para
de posiciones historiográficas. No olvide- futuras colaboraciones.
mos que, como la valoración de la mayoría Como el lector podrá comprobar, los
de las respuestas constata, la influencia del diagnósticos y valoraciones que a conti-
marxismo en la Historia ha experimentado, nuación se reproducen mantienen coinci-
en las últimas décadas, un evidente retro- dencias y discrepancias, coherentemente
ceso. Pero, más que la representatividad en con un debate que debe ser amplio, abier-
ese sentido, nos preocupaba el interés de to y plural. Hay, en todo caso, un espíritu y
las reflexiones que pudieran suscitarse. En una actitud común que —matices aparte—,
ese orden de cosas, creemos haber acertado nos gustaría destacar, especialmente en
en la opción elegida. lo que atañe a dos rasgos fundamentales.
Sí cabe lamentar, por el contrario, que El primero es la valoración positiva de las
no todos los cuestionarios enviados hayan relevantes aportaciones realizadas por el
obtenido respuesta, por razones diversas. marxismo a la renovación de la Historia,
En algún caso, se debió a la respetable de- más allá de las opiniones —en este terreno
cisión de los afectados de no participar, divergentes— acerca de sus insuficiencias
casi siempre por falta de tiempo, por deseo y de sus perspectivas de futuro. La segun-
de evitar repetir lo que algunos ya habían da es la relación, pasada, presente y quizás
planteado en otros lugares y momentos, o para el porvenir, entre el marxismo como
probablemente por juzgar que nuestra ini- perspectiva intelectual y la realidad políti-
ciativa carecía de interés. En otras ocasio- co-social, en línea con la aceptación de la
nes, la falta de respuesta específica a nues- utilidad social del conocimiento histórico.
tro cuestionario fue compensada, por los Un conocimiento que al menos los marxis-
interesados, con el envío de algún texto o tas —y algunos que no necesariamente se
artículo que Nuestra Historia agradece e irá definen como tales— situarían, por utilizar
incorporando a números sucesivos; uno, en la expresión usada en otro lugar por uno de
concreto (del historiador latinoamericano los autores que colabora en esta encuesta,
Aguirre Rojas) se incluye en este dossier. En «en el lugar donde confluyen la interpreta-
cambio, desgraciadamente y por razones ción del mundo y el intento de cambiarlo».
Josep Fontana
Universitat Pompeu Fabra
Obreros de un taller parisino en junio de 1905 (Fuente: Bibliothèque Historique de la Ville de Paris).
la India, y exigir una nueva forma de na- Pero fue sobre todo la difusión en los
rración histórica no lineal, que rechace el años ochenta de las ideas expuestas por
hábito de interpretarlo todo en función de Walter Benjamin, con motivo de la publi-
la legitimación del Estado. La exigencia de cación de los materiales de Das Passagen
Guha de una nueva forma de narración que Werk lo que volvió a poner en circulación
sea capaz de recoger todas las voces de la la exigencia de una historia no lineal. Una
historia plantea un desafío que no somos exigencia cuya dificultad queda ilustrada
todavía capaces de resolver. por la propia existencia de Das Passagen
La condena de las explicaciones lineales Werk, que es a la vez un monumento y un
que encadenan causas y efectos, habituales campo de ruinas.
en la narrativa de los historiadores, había Estos últimos años nos han dado además
sido planteada ya por el economista nor- la sorpresa de encontrarnos con un grupo
teamericano Edward J. Nell, que proponía de historiadores norteamericanos, como
reemplazarlas por interpretaciones basa- Sven Beckert y Edward Baptist, que están
das en «redes factoriales de relaciones mu- abordando de manera original e inteligente
tuamente dependientes», más adecuadas la historia del capitalismo.
para explicar el complejo juego de interre- La formación de un historiador marxista
laciones que se producen en una sociedad. debe mantenerse siempre activa.
Obrero mecánico trabajando en una máquina de vapor en EEUU, 1920 (Foto: Lewis W. Hine,
fuente: National Archives and Records Administration).
¿Cuáles considera que han sido las huella del materialismo histórico en la his-
principales contribuciones de Marx y toriografía posterior, fue esbozada en aquel
del marxismo posterior a la concepción texto de 1845 que los veinteañeros Marx y
de la Historia y la historiografía, sus Engels dejaron inédito para «la roedora crí-
méritos y sus puntos débiles? tica de los ratones», La Ideología alemana,
que actuará como hilo conductor de su obra
Toda la obra de Marx, desde el comien- posterior, una concepción de la historia ra-
zo, se nutre de la historia y del análisis del dicalmente antihistoricista como queda re-
pasado para fundamentar tanto la com- flejada en las optimistas páginas del Mani-
prensión del presente como el horizonte fiesto Comunista publicado, este sí, tres años
de luchas políticas, democráticas, obreras y después. Pero el optimismo, como la propia
emancipadoras al que debía dirigirse la ac- primera juventud de los padres fundadores,
ción política. Es en este sentido en el que se no iba a durar mucho. Hay que subrayar
constituye un «materialismo histórico» que que la obra teórica y la práctica política de
supone una auténtica inversión del histori- Marx, inseparables por definición, se desa-
cismo y de la historiografía nacionalista que rrollaron entre dos gigantescas derrotas de
desplegaban los nuevos Estados nacionales sus esperanzas y proyectos para la Europa
europeos, autosatisfecha y apologética, así de su época, la de la democrática primavera
del pasado como del presente, como ilus- de los pueblos en 1848 y la de la sangrienta
tran los casos de Guizot (1787-1874), que represión de la Comuna levantada por los
celebraba tanto a la nación francesa como a trabajadores parisinos a partir de 1871.
la sociedad burguesa posnapoleónica, o de La historia viene escrita por los vence-
Ranke (1795-1886), quien justificaba los he- dores a corto plazo, pero al final, como ha
chos históricos como cumplimientos obje- insistido Reinhardt Koselleck, acaba sien-
tivos y necesarios, contemplaba una histo- do elaborada por los vencidos, cuya mira-
ria cerrada, convertida en «patrimonio», en da es siempre crítica, porque «la experien-
pasado archivado y alejado de las «pasiones cia que se saca de una derrota encierra un
del presente», y sacralizaba lo existente, que gran potencial de conocimiento», y pone
para él era la nueva Alemania y el conserva- como ejemplo al propio Marx, que escribe
durismo antiliberal del Reich bismarckiano. sobre las revoluciones del siglo XIX desde
La radical novedad de Marx, y de la larga el punto de vista de las clases trabajadoras
Obreras de una fábrica de tabaco en Tampa, Florida (Foto: Lewis Wickes Hine, fuente: Museum of
Photographic of Arts).
vencidas, historizando sus derrotas para hace falta ser marxista para reconocer que
recuperar y proyectar las esperanzas de los lo que Marx y otros denominaban ejercito
vencidos. Terry Eagleton escribe que «para de reserva de mano de obra esta resurgien-
Marx solo podemos avanzar hacia el futuro do en todo el mundo... Así, al mismo tiem-
recordando el trauma del pasado». (Mate- po que perdemos de vista al comunismo, la
rialismo, 2017, pág. 110). caída de la URSS ha librado a Marx de sus
Desde esta perspectiva las aportaciones herederos y nos ha liberado a nosotros, y
del marxismo al método histórico y a la probablemente crecerá el atractivo moral
práctica historiográfica contemporánea han de alguna versión renovada del marxismo»
sido innegables y de gran envergadura, in- (Sobre el olvidado siglo XX, 2008, pág.143).
cluso para quienes han escrito historia ale- La historiografía de referencia o tradi-
jados de una identidad «marxista». Alguien ción marxista ha sido muy plural y variada.
tan poco marxista como Tony Judt, y con Sus debilidades y limites han sido mayores
anterioridad a la crisis de 2008, a la vez que y más visibles cuanta mayor ha sido su difi-
echaba en cara a Hobsbawm la persistencia cultad en desembarazarse de una teleología
de sus convicciones o militancias comunis- y esquematismo finalista implícitos en una
tas, escribía: «Sin embargo hoy las cosas es- visión políticamente militante de la histo-
tán volviendo a cambiar. Vuelve la cuestión ria, y de modo más acusado cuando se ha
social de tiempos de Marx, cómo abordar y desplegado, a lo largo del siglo XX, al ser-
superar las enormes disparidades de rique- vicio de las políticas de la memoria y usos
za y pobreza, las vergonzosas desigualdades públicos de la historia promovidos oficial-
en salud, educación y oportunidades [...]. No mente por Estados comunistas (URSS, Re-
pública Democrática Alemana, países del derson..., quienes fueron objeto a través de
bloque soviético en Europa, China, etc.), sus traducciones al castellano de una nota-
ahora sí, temporalmente vencedores..., ble recepción en las historiografías españo-
hasta 1989. la y latinoamericana. Tampoco estuvieron
ausentes aproximaciones antropológicas
¿Qué aportaciones fundamentales y al análisis cultural (Raymond Williams),
realizó la historiografía marxista del posteriormente revalorizadas. Desde el
siglo XX? marxismo y la tradición marxista se atendía
y subrayaba la mundialización del sistema
Esa historiografía marxista oficial de económico (Wallerstein, Arrighi, Brenner),
países comunistas ha caído en el olvido y, destacaban medievalistas y modernistas
en su momento, careció de incidencia en polacos (Kula, Topolski), se abrían los «estu-
la escritura de los historiadores europeos y dios subalternos» en la India (Ranajit Guha,
americanos, pero el método histórico inau- Chakrabarty) que también reinterpretaban,
gurado por Marx fue cultivado y desarro- por su parte, los conceptos gramscianos de
llado tras la Gran Guerra, desde fuera de la subalternidad y hegemonía desde la pers-
academia, por teóricos como Lukacs, Gram- pectiva de los dominados... Enzo Traverso
sci..., o formó parte del instrumental me- escribe que, en general, «a partir de la dé-
todológico de algunos miembros de la pri- cada de 1960 la historia social y cultural al-
mera generación de los Annales como Marc canza un auge impresionante, en el marco
Bloch, o historiadores alemanes de Weimar de un marxismo abierto y antidogmático. La
como Arthur Rosenberg... Y el momento historiografía en su conjunto se transformó
de mayor influencia del marxismo en la in- bajo el signo de una confrontación casi obli-
vestigación y en la escritura de la historia gatoria con el marxismo» en un ciclo fulgu-
llegó después de la Segunda Guerra Mun- rante que es el que pareció agotarse a partir
dial, cuando comenzó a desplegarse una del los años noventa. («Marx, la historia y
historiografía marxista original y potente los historiadores», Pasajes de pensamiento
cuyos numerosos efectivos se lanzaron, por contemporáneo, nº 39, 2012, pág. 79).
primera vez, a la conquista de las universi- Un historiador de la historiografía ale-
dades, capítulo relevante de una etapa en mán, de común reconocimiento entre la
la historia de la historiografía en Occidente profesión, Lutz Raphael, resume y sinteti-
que vino a coincidir con las largas décadas za en su síntesis de historia de la historio-
de la «guerra fría» (1950-1990). grafía en el siglo XX que «la investigación
La historiografía marxista de la revo- histórica marxista constituye, sin duda, la
lución francesa (Soboul, Vovelle...), en la mayor corriente en el seno de la ecumene
estela de Lefébvre y Mathiez, fue siste- de historiadores [...], la investigación histó-
máticamente traducida por las editoriales rica marxista se convirtió en el siglo XX en
españolas e influyó poderosamente en la el competidor mas importante del modelo
historiografía española del periodo del se- liberal de progreso, y, a su vez, en heredera»
gundo franquismo y hasta bien entrados los (La ciencia histórica en la era de los extremos,
ochenta, así en la enseñanza como en la in- 2003, pág. 133).
vestigación; y simultánea fue la presencia
intelectual, editorial e historiográfica de los
historiadores marxistas británicos: Hobs-
bawm, Hill, Rudé, Samuel, Thompson, An-
rusa recalada en la Universidad de Har- nueva vía a las esperanzas de los vencidos,
vard, desde similares presupuestos, habla reactualizar las demandas insatisfechas de
de «nostalgia», entendida como una emo- las generaciones que nos preceden. Sin ir
ción histórica activa y movilizadora (Svet- tan lejos, entre nosotros, Juan José Carre-
lana Boym: El futuro de la nostalgia, 2015). ras (1929-2006), uno de los principales co-
Las dos reflexiones se remiten a la huella nocedores y difusores de teoría y métodos
y recepción de la obra de otro gran melan- marxistas en la universidad e historiogra-
cólico y nostálgico, Walter Benjamin, cuya fía españolas, haciendo balance de su vida
estatura crítica, política e intelectual no ha profesional, confesaba una especie de mar-
hecho sino crecer con el tiempo: el recuer- xismo nostálgico, pues «ha sido derrotada
do del pasado fallido constituye una fuente la utopía de la razón, la marxista y la ilus-
de esperanza para el presente y un factor trada [...], Pero también por eso me figuro
de liberación. La mirada nostálgica al pa- que hay que hacer algo más que limitarse
sado es una vía para recuperar proyectos, a sollozar y seguir nadando», en referencia
ilusiones y esperanzas de perdedores olvi- a la hermosa parábola del magistral poema
dados o marginados, da un nuevo sentido al épico de Hans Magnus Enzesberger sobre
presente y, como acicate critico y liberador, El hundimiento del Titanic (1986). (Juan José
levanta chispas de esperanza en el pasado; Carreras, Lecciones de historia, lección 6ª:
para salvar el pasado es preciso dar una «El Angel de la Historia», pas. 88 y ss.).
En los últimos años de la Dictadura los únicos historiadores que tenían enton-
Franquista el marxismo aparecía como la ces como referencia a Marx en la universi-
orientación dominante entre la nueva ge- dad catalana, pero eran los que constituían
neración historiográfica. Una generación el núcleo más compacto que se traducía en
que empezaba a incorporarse a la docencia predominante en el ámbito de su actividad.
universitaria de la mano de aquellos que ha- Y vinculados a ellos se formaba una terce-
bían hecho de puente entre el magisterio de ra oleada de alumnos, entre ellos Leandre
Vicens Vives y la recepción del marxismo, Colomer, Ricard Vinyes, Ferran Mascarell,
Josep Fontana y Josep Termes. La creación Josep Maria Fradera, nacidos en 1952, que
de la Universidad Autónoma de Barcelona constituían una suerte de primera genera-
llevó a la contratación por el Departamen- ción de la transición y protagonizarían la
to de Historia, por la iniciativa o el aval de fundación de la revista L’Avenç, destinada
ambos, de una parte de los que habían com- entonces a consolidar la presencia pública
partido con ellos trabajo en la adaptación en la universidad y fuera de ella de la histo-
española de la Gran Enciclopedia Larousse, riografía marxista. Esa importante presen-
editada por Planeta, todos vinculados o en cia de Marx en los setenta no solo se pro-
la periferia del PSUC: Francesc Espinet, Mi- ducía en la historiografía, también lo hacía
quel Izard, Anna Sallés, Ramón Garrabou, en buena parte del pensamiento filosófico,
Borja de Riquer, Pere Gabriel, Anna María liderado por Manuel Sacristán junto con
García, quien firma este artículo; a ellos Francisco Fernández Buey, que representa-
se sumaron otros jóvenes licenciados que
general que pretendo, en el área de la historia contem-
compartían orientación ideológica, aun-
poránea, en la que el predominio de Marx fue mayor, tuvo
que no siempre aquella militancia concreta mayor trascendencia social y marcó la orientación general.
—Esteban Canales, Ramón Alquézar, Fran- Aunque no desconozco que hubo influencia del marxismo
cesc Bonamusa, Joaquim Nadal y Enric Uce- en la historiografía antigua (Alberto Prieto) medieval (Ma-
nuel Sánchez), moderna (empezando por Pierre Vilar, en el
lay Da Cal—; se configuró así un grupo de
umbral de la contemporaneidad; Eva Serra); también entre
historiadores contemporaneístas notable- los prehistoriadores (Eudald Carbonell, Vicente Llull) cu-
mente compacto por sus afinidades ideoló- yos años de formación universitaria correspondieron a la
gicas y su experiencia conjunta, en el traba- difusión en España de los libros de V. Gordon Childe. Desa-
rrollar de manera exhaustiva la presencia de historiadores
jo o en la militancia [1]. Obviamente, no eran
marxistas en todas las áreas en que está dividido nuestro
oficio sería objeto más propiamente de un trabajo acadé-
1.– En este artículo me mantengo, en orden a la reflexión mico, de un libro, que de los objetivos de este artículo.
Trabajadores portuarios durante un descanso, Francia, octubre de 1932 (Foto: Agence de Presse
Mondial Photo-Presse, fuente: Bibliothèque nationale de France).
da, desde luego— su exposición apuntaba gráficos, en la que destacaban las sombras
cuestiones claves en la valoración de la de Vicens Vives y Soldevila y las de la es-
historiografía marxiana y en su futuro. No cuela francesa de los Annales, con particu-
sé si lo hizo a propósito para poner en evi- lares influencias braudelianas. Metodológi-
dencia la falta de congruencia intelectual camente, por otra parte, era notablemente
de sus compañeros de oficio, o para señalar mejorable; había incorporado la preocupa-
lo que en su criterio era su obsolescencia ción por la investigación empírica, por el
ideológica y política, sea por lo que fuere trabajo de archivo y la precisión del dato,
evitó calificar a la corriente dominante en- pero frecuentemente eso se traducía en un
tre los historiadores contemporaneistas de producto más descriptivo que de análisis
«historiografía marxista» para etiquetarla e interpretación. No era nada definitivo,
como «historiografía frentepopulista»; esa tanto la mezcla de concepciones y estilos
adjudicación restaba homogeneidad inte- como los defectos metodológicos podían
lectual a la corriente considerada marxista responder al peculiar proceso formativo
y la convertía en un frente de confluencia intelectual y profesional, que los historia-
de posiciones ideológicas entre las que es- dores que se consideraban marxistas en las
taban no solo las de signo comunista o so- décadas de los setenta y ochenta habían
cialista sino también las nacionalistas. Por tenido que realizar de manera autodidacta
otra parte caracterizó la producción de esa y aprovechando la disponibilidad muy des-
«historiografía frentepopulista» no por la igual y heterogénea de los recursos teóricos
homogeneidad de su discurso ideológico o e historiográficos a los que se conseguía ac-
por el uso común de un determinado mé- ceder. Tanto valía un Poulantzas como un
todo, sino por la naturaleza de sus objetos Hobsbawm, el socio-economicismo final de
de estudio mayoritarios: el movimiento Vicens Vives como el discurso romanticista
obrero, la historia de la izquierda y sus ins- de Soldevila; y no porque no pudieran te-
tituciones políticas, la historia económica ner todos aportaciones concretas de inte-
y en particular la transición del Antiguo rés, asumibles incluso, sino porque todavía
Régimen a la etapa burguesa y capitalista se estaba en la fase de juntar retales y aún
—traslación, en parte, de uno de los mo- no se había conseguido —insisto, de mane-
tivos fundamentales de la historiografía ra general— confeccionar un traje entero
marxista, en particular la anglosajona: la desde un único patrón. Quizás la dificultad
transición del feudalismo al capitalismo. Y para escribir libros —más allá de los que se
finalmente, pero no en último término, la derivaban de la publicación de las tesis de
razón ideológica y política de aquella falta licenciatura y doctorado— y el predominio
de protección institucional, que no era sino de los artículos tuviera algo que ver. Menos
el preludio de la batalla planteada desde razón, para mi tenía el reproche a la selec-
esas instancias por una reorientación de la ción de temas; esa selección no es neutra
historiografía catalana. y los temas priorizados tenían que ver con
La etiqueta de historiografía frentepo- intereses fundamentales del marxismo: la
pulista» —imagen brillante, pero discutible crítica a la sociedad capitalista y la defen-
sobre su aplicabilidad al caso— sugería algo sa de una propuesta, de pensamiento y de
que es difícil no reconocer. La historia que lucha, emancipadora; si acaso, es cierto
se escribía desde la militancia intelectual que convenía abrir el campo de estudio a
marxista era, salvo excepciones, una amal- la derecha y sus regímenes políticos, qui-
gama de concepciones y estilos historio- zás incluso reconsiderar como derecha los
protagonistas burgueses de la obra de Vi- te entre 2000 y 2004 del Centro de Histo-
cens Vives, aunque eso no aparecía como la ria Contemporánea de Cataluña, fundado
prioridad a finales del franquismo e incluso en 1984. La evolución de historiadores de
podía tener un sentido contradictorio. Vis- generaciones tan distintas como Josep Ter-
ta desde la perspectiva de su todavía corta mes —que en su distanciamiento del mar-
existencia la crisis de la historiografía de xismo llegó a afirmar que nunca lo había
vocación marxista, que afectaba al conjun- compartido— o Agustí Colominas pueden
to de los estudios sobre la contemporanei- ser ejemplos claros de esa atracción. El
dad, era más una cuestión de crecimiento, Centro de Historia Contemporánea de Ca-
que de agotamiento. Precisamente por ello taluña, fue la institución central desde la
el reclamo de ayuda, de protección institu- que se estimuló el nuevo discurso historio-
cional podía tener sentido. gráfico; consolidado a partir de la apertura
Sin embargo, lo que se estaba produ- en 1996 del Museo de Historia de Cataluña,
ciendo en el ámbito cultural y también his- dirigido inicialmente por Josep María Solé i
toriográfico catalán, en el tránsito hacia la Sabaté, uno de los adalides de la contrarre-
última década del siglo XX, no era un déficit forma nacionalista en la historiografía que,
de protección, sino algo bien distinto: una en 2010, escribía contraponiendo la novela
ofensiva, desde el nacionalismo política- de Joan Sales sobre la guerra civil —Incerta
mente vencedor desde las primeras eleccio- Glòria— con los historiadores marxistas de
nes autonómicas y desde las instituciones los años setenta, sus profesores, que «adoc-
de la Generalitat que controló totalmente trinaban, más que enseñaban». Solé Sabaté
entre 1980 y 2003 y desde 2010 hasta hoy, y afirmó que en la novela de Sales había en-
parcialmente aunque con nuevos protago- contrado por fin «la verdad» sobre la guerra
nistas entre 2003 y 2010. Un nacionalismo civil y que con ella «un grupo de jóvenes
que albergaba en su núcleo duro la volun- historiadores empezamos a querer salir de
tad de combatir la interpretación marxis- las falsas verdades establecidas sobre nues-
ta de la historia de Cataluña y sustituirla tro pasado y empezamos a ver que todo es-
plenamente —en el mundo académico, en taba por conocer, por investigar».
la divulgación y finalmente en la memoria Ese grupo de jóvenes historiadores y no
histórica— por una historia nacional tanto pocos de los historiadores de los años se-
en la delimitación de su espacio de estudio tenta y ochenta que han abandonado su
como en el sentido de su interpretación. La vocación marxista juvenil y se han sumado,
hostilidad de Jordi Pujol hacia los intelec- desde el nacionalismo o no, al proyecto do-
tuales marxistas, que hacía extensible a los minante de la historia nacional, predomina
ámbitos universitarios en los que tenían hoy en las librerías y en los centros acadé-
una presencia destacada, era conocida; no micos. Quienes siguen tomando como refe-
obstante, la gestión de esa hostilidad y del rencia fundamental, no necesariamente ex-
vuelco que había que dar, en nuestro caso clusiva que eso tendría poco de marxiano, a
en la historiografía, fue desarrollada hábil- Marx y a la producción historiográfica mar-
mente no desde la confrontación abierta xista son minoría. Y ni el momento político
sino desde la oferta de alternativas mate- en Cataluña, ni el momento universitario
riales, desde la atracción incluso ejercida en el que la incorporación consolidada de
sobre determinados historiadores, de ma- nuevas generaciones está hoy por hoy blo-
nera singular por parte de Albert Manent, queada, auguran que pueda haber un cam-
asesor personal de Jordi Pujol y presiden- bio. No es ningún lamento, es la realidad
el hambre, el cada vez más difícil acceso al que abandonara ese terreno a los creyentes
agua y los horrores del fanatismo religioso que, supuestamente, estarían en mejores
y de la guerra. condiciones de comprender los fenóme-
Ahora bien, esta imputación a los histo- nos estudiados, mientras que los marxistas,
riadores marxistas no debe ocultar a nues- fundamentalmente no creyentes o incluso
tros ojos algunas realidades que se tratan agnósticos o ateos, no podrían abordar ob-
de minimizar cuando no de esconder pura jetivamente tales cuestiones. El historiador
y simplemente. Un primer ejemplo es el in- francés replicó rechazando lo que llamó no
tento de frenar la expansión de la historio- sin su pizca de ironía ese «Yalta historio-
grafía de este signo o de excluir de determi- gráfico», ya que todas las temáticas son el
nados campos a la historia de izquierdas. Un objeto de todos los historiadores, pues tan-
ejemplo nos lo da el caso del gran especia- to parti pris sobre un tema «espiritual» pue-
lista francés Michel Vovelle. Como es bien de tener un católico precisamente a causa
sabido, nos encontramos ante el creador de de sus creencias como acercamiento crítico
la historia serial de la muerte, a partir de su puede presentar un historiador situado al
obra fundamental Piété baroque et déchris- margen de cualquier inclinación irracional
tianisation en Provence au XVIIIe siècle, un hacia la materia objeto de investigación.
libro que ha sido también punto de partida Y realmente, el historiador marxista está
de otras corrientes llamadas a un brillante incluso en mejores condiciones de incorpo-
porvenir. El autor recurre al uso sistemáti- rarse como estudioso a las nuevas amplia-
co del testamento como fuente privilegia- ciones del territorio del historiador. Ponga-
da para averiguar las preocupaciones de la mos un caso, el de la historia local, que sólo
población provenzal del Setecientos ante el puede ser válida cuando es al mismo tiempo
fenómeno de la muerte: las pompas fúne- historia total, pues sólo así puede dar cuen-
bres, el lugar de la sepultura, la demanda de ta de todos los rasgos que definen la peque-
misas para la salvación del alma, el encargo ña formación social de la localidad que se
de caridades y obras de misericordia. Pero trate, sólo así tendremos una completa his-
además el libro pone de manifiesto la apa- toria local, pues la aproximación correcta
rición en la segunda mitad del Setecientos no depende de las dimensiones mayores o
de un proceso de descristianización, que se menores del observatorio escogido, sino de
explica por la superficialidad de la vida re- la profundidad y la amplitud de la mirada
ligiosa como fruto en buena parte del uso del observador, que tiene siempre presente
preferente de la pedagogía del miedo, por el concepto de totalidad social. En ese sen-
el desplazamiento del conformismo de una tido es oportuno el título elegido por el gran
sociedad donde la práctica se había uni- escritor Xuan Bello al querer dar cuenta de
versalizado pero donde al mismo tiempo la identidad de su diminuto pueblo asturia-
se habían reprimido los comportamien- no: Historia universal de Paniceiros.
tos más libres y más profundos, por el en- Y la misma predisposición tiene el histo-
sanchamiento del foso que separaba a los riador marxista para convertirse en privile-
clérigos de los laicos y, finalmente, por la giado estudioso de la moderna historia glo-
difusión de nuevas ideologías que impli- bal. De lo infinitamente pequeño sólo apto
caban una crítica de la Iglesia y, más allá, para el microscopio, puede pasarse a una
incluso de los fundamentos del cristianis- historia que tenga en cuenta todo el mun-
mo. Pues bien, Michel Vovelle hubo de so- do, aunque naturalmente el conocimiento
portar la crítica de aquellos que le pedían integral sólo sea posible a través de nume-
rosos estudios parciales. Pero los lazos que las herramientas teóricas y metodológicas
se establecen entre los diversos espacios que heredamos sigue plenamente vigen-
interconectados, desde el punto de vista de tes, aunque no nos reclamemos de todas
los intercambios demográficos, alimenta- las nociones expuestas en la obra de Karl
rios, comerciales y culturales, esos sí pue- Marx, aunque hayamos rechazado (desde
den (y deben) ser el objeto del estudioso, hace tiempo) la deriva determinista, eco-
que es capaz de identificar y de jerarquizar nomicista y dogmática de la «escolástica»
los vínculos de diversa índole creados, has- marxista (igual que rechazamos la dicta-
ta completar ese ideal de historia universal dura del proletariado en la praxis políti-
y de historia total con que soñaron los dis- ca), aunque resulte insostenible mantener
cípulos de Marc Bloch y Lucien Febvre y los conceptos como el de «modo de produc-
discípulos de Karl Marx y Friedrich Engels. ción asiático» que nada significa, aunque
haya que matizar otra serie de afirmaciones
¿Qué posibilidades existen del que se hicieron en un contexto concreto,
desarrollo de una historiografía puntual y contingente que ya hace mucho
marxista en el siglo XXI y sobre qué que dejó de ser el nuestro. Y no sólo porque
fundamentos debería apoyarse? los historiadores de tradición e inspiración
marxista, a la hora de aproximarnos a nues-
Nos hemos dejado deliberadamente una tro objeto de investigación, sepamos que
frase en el tintero. Hoy día somos menos los la utilización de aquel instrumental sigue
que nos declaramos explícitamente histo- siendo el mejor para comprender los fenó-
riadores marxistas, de inspiración marxista menos del pasado y, también, del presente.
o simplemente discípulos de (por poner un Aquí es donde entra la noción que, qui-
ejemplo personal) Pierre Vilar. Y por ello zás pretenciosamente, llamo el «marxismo
somos motejados de paleomarxistas, de difuso». Aquel que, sin darse cuenta, de
dogmáticos, de estudiosos cortos de miras modo cuasi inconsciente, practican mu-
o de especialistas sumidos en un horizonte chos profesionales de la historia, que no
arcaico u obsoleto. El marxismo pertene- pueden prescindir en su investigación de
ce al pasado, a un mundo periclitado, que las nociones y de las herramientas metodo-
sólo pueden frecuentar, y sólo por un parti lógicas consagradas por muchas décadas de
pris ideológico (seguramente porque anta- análisis histórico (y, también, obviamente,
ño militaron en un partido de izquierdas y económico, o sociológico, o antropológico).
guardaron un recuerdo romántico de aque- En sus estudios se deslizan (con el mismo
lla militancia), aquellos que siguen aferra- nombre o con un nombre distinto) los con-
dos a ideas políticas igualmente privadas ya ceptos de modo de producción, medios de
de toda vigencia. El marxismo ha muerto, el producción, fuerzas productivas, forma-
barco se ha hundido en el mundo académi- ción social, totalidad social, plusvalía, ex-
co y en el mundo político, y los marxistas plotación, alienación, emancipación… Y
somos los restos del naufragio. se aplican a la hora de explicar los proce-
Y, sin embargo, el marxismo sigue más sos económicos, sociales y políticos que se
vivo que nunca. Y no sólo porque todavía han venido desarrollando a lo largo de los
somos muchos («molts més dels que ells tiempos, porque sin ese cemento tales fe-
volen i diuen») los que hacemos una histo- nómenos quedan en el aire, deletéreos y, a
ria marxista de modo consciente y delibe- la larga, incomprensibles. Incluso han sido
rado, porque estamos convencidos de que aceptados universalmente conceptos como
Trabajadoras cosiendo una alfombra para una exhibición de coches en las Galeries nationales du
Grand Palais de París, 1932 (Foto: Mondial Photo-Presse, fuente: Bibliothèque nationale de France).
el de «clase social», que una historiografía tos teóricos y el utillaje metodológico que
deliberadamente antimarxista ha trata- nos ofrecieron la obra de Karl Marx y la de
do de desterrar: ni siquiera el tiempo de sus sucesores. En nuestro quehacer cotidia-
la «sociedad estamental» puede prescindir no (trabajando con documentos irrefuta-
de la divisoria por clases sociales, que unas bles y con casos concretos) hemos revisado
veces se superpone, otras complementa y la primitiva concepción del materialismo
otras dinamita desde su interior a la diviso- histórico. Hemos desechado el determinis-
ria estamental, lo que es tan perfectamente mo teleológico para compaginar el azar y
lógico como la coexistencia de la onda y la la necesidad, hemos corregido el economi-
partícula en la luz o la coexistencia de la fí- cismo para asentar la relativa autonomía
sica clásica con la física relativista y cuán- de las ideas (aunque seguimos rechazando,
tica. Sólo una historiografía (esa sí arcaica y por poner un ejemplo, que la Reforma na-
obsoleta) que quiera abrumarnos con el re- ciera de la celda en que Lutero luchaba con-
gistro de los datos y el listado de los hechos tra el Maligno, como pensaba Jacques Ma-
desnudos o quiera ensimismarse en la pura ritain, para seguir pensando en el complejo
elucidación tautológica, puede prescindir de problemas materiales, sociales, políticos
de la panoplia explicativa de la «historia y espirituales que bullía en la Alemania del
razonada», como llamaba a la historiogra- otoño de la Edad Media), hemos dado entra-
fía marxista Joseph Alois Schumpeter (el da a nuevas problemáticas que han amplia-
creador del término) y como sostuvo toda do el territorio del historiador, que un día
su vida Pierre Vilar. tendimos a infravalorar y que hoy hemos
Los historiadores marxistas seguiremos introducido en nuestra visión de conjunto
en el futuro trabajando con los fundamen- de una sociedad (el chocolate condicionaba
¿Cuáles considera que han sido las pretar —a la vez que ayudar a— transformar
principales contribuciones de Marx y el mundo. Varias generaciones de historia-
del marxismo posterior a la concepción dores encontraron en el utillaje conceptual
de la Historia y la historiografía, sus marxista un esqueleto suficiente pero flexi-
méritos y sus puntos débiles? ble para acercarse al devenir histórico. La
sociedad es concebida como una totalidad
Contribuciones. El marxismo fue un en la que actúan distintos factores dinámi-
componente esencial de las corrientes que cos que condicionan su evolución. Así, los
en el siglo XX pretendían convertir la histo- historiadores deben prestar atención a las
ria en una ciencia social, una disciplina que condiciones sociales y culturales concretas
dedica especial atención a explicar tanto en que hombres y mujeres desarrollan sus
los rasgos característicos de una determi- acciones y sus luchas en pro de sus objeti-
nada sociedad como las tensiones internas, vos y hacen la historia.
los factores de contradicción —uno de los Puntos débiles. Durante un tiempo la
cuales es la lucha de clases—, que impiden influencia de la derivación estructuralista
el mantenimiento del status quo y derivan de algunos pensadores marxistas les llevó a
en cambio histórico. En este sentido desta- considerar que en la investigación histórica
caría el bagaje conceptual que el marxismo era posible o conveniente aplicar esquemas
aporta a la disciplina histórica, en particu- rígidos de relaciones entre «base» y «super-
lar la dotación de un aparato conceptual estructura» para explicar la evolución de la
básico para adentrarse en la dialéctica en- sociedad. Igualmente, el concepto «lucha
tre las estructuras sociales, económicas, de clases» era utilizado de forma abusiva,
culturales y políticas, y la acción humana. convirtiéndose en factor explicativo para
A su vez, el marxismo ha contribuido casi cualquier fenómeno social.
de forma especial al desarrollo de un pen- Incluso sin caer en la deriva estructura-
samiento crítico capaz de influir decisiva- lista, durante mucho tiempo la historiogra-
mente en la producción intelectual de las fía marxista fue escasamente sensible a la
décadas de los años sesenta y setenta del importancia del sujeto humano, cuya ac-
siglo XX. El marxismo ofrecía la posibilidad tuación no se puede predeterminar dada la
de avanzar en un objetivo básico para aque- multiplicidad de factores que intervienen
llas generaciones de intelectuales: inter- en ella. También era frecuente la minusva-
loración de los aspectos culturales en una las últimas décadas apenas se ha realizado
parte de la historia social; en la explicación historia institucional del movimiento obre-
de los acontecimientos históricos, la con- ro. Desde hace ya más de medio siglo, los
cepción materialista de la historia podía lle- historiadores sociales han puesto especial
var en múltiples ocasiones a prescindir de la énfasis en interrelacionar las acciones de
constatación de que la actuación de los se- protesta y las formas organizativas con las
res humanos es producto de la confluencia experiencias cotidianas de los trabajadores
de factores heterogéneos, entre los cuales y el contexto en las que éstas tienen lu-
los de origen cultural son fundamentales. gar. Para el estudio del movimiento obrero
durante el franquismo, por ejemplo, estos
¿Qué aportaciones fundamentales planteamientos han sido muy fructíferos.
realizó la historiografía marxista del Por otra parte, los historiadores marxis-
siglo XX? tas contribuyeron decisivamente a que la
historia económica tuviera un desarrollo
Durante aproximadamente tres décadas extraordinario entre 1930 y 1970, aproxi-
desde el final de la Segunda Guerra Mun- madamente, alcanzando una influencia so-
dial la historiografía marxista fue capaz de bre la historia tout court que no tuvo antes
transformar los paradigmas de la discipli- y que perdió hace varias décadas.
na influyendo no solo en amplios sectores
de historiadores que se autocalificaban de ¿Cuál es la situación actual del
marxistas sino que influyó, aunque fuera marxismo en los estudios históricos?
indirectamente, en la mayoría de las co-
rrientes existentes. Comparto el planteamiento de Enzo
Por mi propia especialización remarco su Traverso y otros historiadores que han des-
impulso a la historia social y la historia eco- tacado que la causa principal del retroce-
nómica después de la Segunda Guerra Mun- so del marxismo en la historiografía tiene
dial. La historia social se centraba en buena causas fundamentalmente políticas y está
medida en aquellos sectores que luchaban vinculado al giro de la historia en 1989, un
por la transformación de la sociedad capita- hito que vino a clausurar la influencia de las
lista. En particular destacaría el influjo que utopías emancipadoras en el devenir social
alcanzó la historiografía británica sobre el y político. Como sintetiza Traverso, entre la
conjunto de la historia social en la segun- Resistencia de los años 30 y 40 y los años
da mitad del siglo. La historia desde abajo, 70, pasando por la descolonización y las
que estudia a los trabajadores comunes y revoluciones en Asia y América Latina, se
reivindica su papel social, fue clave para la forjaron nuevas relaciones entre los inte-
renovación de la historia de la clase obrera, lectuales y los movimientos políticos, que
atenta al estudio de la vida cotidiana y de encarnaban el legado de Marx. La revolu-
la acción colectiva. Un estudio en el que la ción conservadora de los años 80, que llegó
categoría thompsoniana de experiencia era a su apogeo con el vuelco de 1989, invirtió
fundamental. la tendencia. Desde entonces, las corrientes
Considero que si bien la historia de la conservadoras ocuparon el hueco que deja-
clase obrera o del conjunto de las clases ban quienes consideraron que había cam-
populares es un objeto de estudio parcial- biado el viento de la historia.
mente distinto al del movimiento obrero, la En los últimos años la práctica historio-
primera se ha impuesto a la segunda y en gráfica se ha hecho masiva, como reflejan
Obreros trabajando en la fábrica de pianos Pleyel en París, mayo de 1913 (Foto: Agence de presse
Meurisse, fuente: Bibliothèque nationale de France).
las posibilidades de desarrollo de una his- historia desde abajo engloba tipos de prácti-
toriografía influida por el bagaje concep- cas historiográficas distintas. Sus objetivos
tual propio del materialismo histórico son y metodología permiten rescatar la historia
amplias. de distintos sectores de las clases subalter-
La Historia pretende ordenar e inter- nas invisibilizados en buena medida hasta
pretar hechos del pasado y en su voluntad el presente, los seres humildes y anónimos.
explicativa están presentes todos los com- En ocasiones, sin embargo, ese conocimien-
ponentes que impulsan la acción de los se- to no contribuye a la explicación del deve-
res humanos, desde cubrir sus necesidades nir histórico; si los sujetos analizados no
más básicas a sus aspiraciones más espiri- se ponen en relación con otros aspectos de
tuales. Justamente la historia nos muestra la realidad social y política y las distintas
que, al lado de las primeras los aspectos in- formas de conflicto que generan, el conoci-
materiales pueden ser determinantes de los miento de ese pasado no ayuda a explicar la
comportamientos individuales y colectivos. historia de la humanidad.
Ciñéndome a la historia social, al histo- Para finalizar. Los historiadores no viven
riador o a la historiadora le continúan sien- en una torre de marfil. Quizás si la incerti-
do útiles los instrumentos analíticos propios dumbre que reina en las izquierdas dismi-
del materialismo histórico para interpretar nuyera y aparecieran claramente perfila-
el mundo y, quizás también, para contribuir dos proyectos emancipatorios para futuros
a los conocimientos de aquellos que inten- posibles, capaces de congregar el impulso
tan cambiarlo. El materialismo histórico ético —político en el sentido más noble del
puede aportar a la historia desde abajo sus término— de una parte de los estudiosos de
categorías analíticas para huir del peligro la historia, el materialismo histórico —con
de la despolitización presente en el siglo todas las innovaciones que ha incorporado
XXI. En este sentido, me parece importante en las últimas décadas— volvería a ocupar
destacar que en la actualidad la «etiqueta» un espacio destacado en la historiografía.
¿Cuáles considera que han sido las En tercer lugar, el refuerzo de la visión
principales contribuciones de Marx y diacrónica de la historia: verla como un
del marxismo posterior a la concepción proceso en el que existen fases, transicio-
de la Historia y la historiografía, sus nes y modelos de desarrollo. Aunque dis-
méritos y sus puntos débiles? temos hoy de ver esas fases (feudalismo,
capitalismo) y transiciones como las veía
En primer lugar, una decidida superación no sólo Marx, sino muchos de sus epígonos,
del positivismo y el historicismo. Gracias a seguimos siendo deudores de su sistemati-
Marx y la escuela que, directa o indirecta- cidad: la búsqueda de las causas profundas
mente, creó en la historiografía mundial, la de los procesos históricos, el preguntarse
historia adquirió un estatus más científico, no sólo por cómo ocurren las cosas, sino
que la acercó a lo que es hoy, una forma de por qué ocurren como ocurren.
conocimiento fundamentada en métodos
científicos. ¿Qué aportaciones fundamentales
En segundo lugar, la ampliación del ob- realizó la historiografía marxista del
jeto y los sujetos de la historia. Marx llamó siglo XX?
la atención sobre los desposeídos, el prole-
tariado, la burguesía, en menor medida so- La atención preferente a la economía y la
bre otros estratos sociales. Aunque se haya sociedad como protagonistas y motores del
criticado el estructuralismo y el holismo cambio histórico. Se han señalado varios
metodológico y conceptual que subyacía en defectos que se han señalado a la historio-
la consideración de los colectivos sociales grafía marxista: estructuralismo y holismo,
como un sujeto colectivo y tendencialmen- implícito o explícito carácter teleológico,
te homogéneo, se ha de tener en cuenta falta de sensibilidad hacia diversos sujetos
que la historiografía anterior se ocupaba de históricos, desde el campesinado hasta la
reyes, generales, grandes hombres, a veces pequeña burguesía, desconsideración del
los Estados. Marx puso el acento en la so- mundo de las representaciones y las per-
ciedad. Después se deconstruyó de distin- cepciones, presunción de que la pertenen-
tas maneras cómo se estructuraba y com- cia individual a un colectivo social es re-
ponía la sociedad. sultado de procesos objetivos y, por tanto,
apriorismo en la determinación de los «in- ta por muy diversos historiadores entre los
tereses» colectivos… Mas, a pesar de todo años sesenta y setenta del siglo XX.
ello, el marxismo nos enseñó mucho sobre
la complejidad de los agregados o conjun-
tos sociales, acerca de la necesidad de plan- ¿Qué posibilidades existen del
tearse cuál es la representatividad social de desarrollo de una historiografía
las élites políticas, culturales y sociales, cuál marxista en el siglo XXI y sobre qué
su eco y cuál su apoyo; e, igualmente, inte- fundamentos debería apoyarse?
rrogarse sobre los intereses individuales y
colectivos en liza en un contexto histórico En mi opinión, una historiografía mar-
determinado. Más allá de ello, el marxismo xista del siglo XXI debería inspirarse en el
también nos previene contra los riesgos de legado de Marx, de Gramsci, de Hobsbawm,
una excesiva fe en la historia de las repre- de E. P. Thompson y tantos otros, pero de-
sentaciones: los seres humanos han tenido bería también aprender de sus errores y
y tienen opciones, condicionadas por los desenfoques. Debería adoptar una defini-
contextos en que viven, su origen y sus ex- ción más compleja de la naturaleza de los
pectativas; pero no todos los factores que agregados sociales, tener en cuenta las ya
intervienen en su vida, a menudo de forma muy sedimentadas enseñanzas de Max We-
determinante, pueden ser percibidos por ber, de la nueva historia social británica, de
los actores individuales de la historia. Esas la nueva historia social alemana, de la his-
estructuras existen, aunque no funcionen toria cultural y de la historia cultural de la
como un Deus ex machina. política, en particular en lo relativo a la re-
levancia de las representaciones y su difu-
¿Cuál es la situación actual del sión social; asumir que dimensiones como
marxismo en los estudios históricos? el género tienen una importancia funda-
mental en el devenir histórico; y desterrar
En retirada, desde la irrupción casi impa- los apriorismos y teleologismos, implícitos
rable de la historia cultural y de los diversos o explícitos. Marx fue un gran analista de la
«giros» (postcolonial, de género, biográfico, sociedad de su tiempo, extraordinariamen-
etc.) que ha experimentado la historia so- te lúcido en su taxonomía y en la detección
cial y política desde la década de 1970. Con de sus contradicciones. Mas, como sabe-
todo, el marxismo parece experimentar en mos, fracasó en sus predicciones. Una his-
los últimos años un retorno superficial, de toriografía marxista debería empezar por
la mano de especialistas en estudios cultu- renunciar a definir vías predeterminadas
rales que citan a Thompson o Gramsci sin de evolución social, e introducir una ma-
contextualizarlo, vulgarizando conceptos yor complejidad en sus análisis. Con todo,
como «modo de producción» o «hegemo- como la gran Depresión económica inicia-
nía», pero sin el peso teórico y reflexivo de da en el 2007 nos ha enseñado, el poder de
los historiadores marxistas clásicos. Una las estructuras económicas y sociales para
suerte de nuevo «marxismo de garrafón», condicionar, y a veces determinar, la vida
como en su momento se calificó la asun- de las personas sigue ahí.
ción superficial de la terminología marxis-
Bryan D. Palmer
Trent University
¡Doscientos años desde el nacimiento de sus movilizaciones populares; el ascenso y
Marx! Eso nos recuerda que nunca ha deja- caída del estado del bienestar o la impor-
do de estar con nosotros. Todos los grandes tancia de las crisis fiscales y la imposición
acontecimientos de nuestra historia, tanto de políticas de austeridad neoliberales; el
si ocurren de manera singular como múlti- explosivo significado de los movimientos
ples veces y con independencia de su natu- de liberación femenina, las luchas por los
raleza —como tragedia, farsa o innovación derechos civiles y las políticas de identidad.
dinámica que contribuya a la emancipación ¿Cómo sería el mundo de hoy si no hu-
humana— llevan algo de la huella de Marx. biéramos vivido, desde el nacimiento de
Marx, la abolición de la esclavitud; el as-
¿Un mundo sin Marx? censo de un capitalismo global empeñado
en revolucionar los medios de producción
Intenten imaginar un siglo XIX europeo en ciclos rutinarios de reestructuración; la
sin los acontecimientos de 1848 o 1871, o necesidad del capital que alcanza sus lími-
los Estados Unidos del mismo período sin tes de rentabilidad dentro del marco nacio-
la Guerra Civil (1861-1865) o el Gran Le- nal y se ve forzado a extenderse a través del
vantamiento de los Caballeros del Traba- imperialismo, sembrando al mismo tiempo
jo [1] o el primer «Temor Rojo» provocado las semillas del desarrollo y de la devasta-
por el enfrentamiento entre anarquistas, ción? Todos estos hechos históricos son, de
trabajadores y policías en el Haymarket hecho, expresiones de la máxima metafó-
de Chicago a principios de mayo de 1886. rica de Marx «la historia de toda la socie-
Piensen en un siglo XX sin la Revolución dad existente hasta ahora es la historia de
Rusa (1917); la Huelga General británica; la la lucha de clases» [2], precisamente porque
Guerra Civil española (1936-1939); la tota- se centran en aquellos que han organizado
lidad y enormidad de la Gran Depresión con el poder de formas particulares, aquellos
que han experimentado la desposesión y la
* Traducción de Antonio Tato Fontaina (2018)
resistencia resultante.Este proceso de de-
1.–La Noble and Holy Order of the Knights of Labor fue safío y oposición a una hegemonía social-
la organización obrera más importante de los EEUU en
los años ochenta del siglo XIX. Creció entre el fin de 2.– Karl Marx y Friedrich Engels, «The Manifesto of the
la Depresión y el comienzo del Gran Levantamiento Communist Party» en Marx and Engels, Selected Works,
(aproximadamente 1879-1886). Moscú, Progress, 1968, p. 35.
Grupo de trabajadores en Stongfjorden, Noruega, ca. 1910 (Foto: Paul Stang, fuente: Fylkesarkivet
i Sogn og Fjordane).
11.– Marx, Capital, I, 20. Bonaparte» en Marx and Engels, Selected Works, pp. 180,
12.– Karl Marx, «The Eighteenth Brumaire of Louis 177.
de los límites de la diferenciación racial y relación entre capital y trabajo sigue sien-
regional en la economía global [13]. do tan fundamental para la movilización
Que Marx subrayó que la clase se definía de la resistencia al capital global en nues-
por la desposesión era evidente en muchos tros días como lo fue en el siglo XIX, con
de sus escritos, abarcando desde el análi- la notable diferencia de que el capital y sus
sis del asalto legal capitalista a los robos de estados consolidados han tenido más de
madera, escrito en los 1840, a su capítulo un siglo para construir una hegemonía que
del Volumen I de El Capital sobre la expro- ahora parece inexpugnable. Pero a medi-
piación de los productores agrícolas, de los da que la crisis capitalista parece tomar el
cuales salió un proletariado segmentado: control y las trampas de una condición uni-
los «libres» y «los proscritos» [14]. Esto es- versal, se vuelve evidente que la creencia
taba relacionado con el reconocimiento de de Marx en la necesidad de la revolución es
Marx de que la producción capitalista crea- tan válida en nuestra época como lo fue en
ba «trabajo» que a menudo se reducía a una la suya. Los cráneos de los caídos yacen es-
desposesión definitiva, forzado a entrar en parcidos por todas partes a nuestro alrede-
las filas de la «población excedente», con dor, visibles con que tan solo mirásemos, y
los salarios y el empleo sujetos a una pre- el néctar que podríamos ansiar, disponible
sión a la baja que dejó a parte de la clase para nosotros en formas diferentes de las
trabajadora «con un pie ya en el pantano que se nos ofrecían hace más de un siglo,
del pauperismo». El asunto era que, fuesen todavía tiene que ser consumido en maca-
sus salarios altos o bajos, su status el de un bros vasos que son parte de nuestro hábitat
mendigo o el de un obrero respetable, una actual solo a través de la destructividad del
experiencia de clase fundamental de despo- pasado capitalista.
sesión tenía la capacidad de unir a diversos
sectores de una clase trabajadora tanto más Historiografía: la huella de Marx y el
dividida, incluyendo una gran parte que fue futuro
conscientemente promocionada dentro de
la hegemonía burguesa en curso [15]. Ha sido la historiografía marxista, más
Este tipo de comprensión teórica de la que cualquier otra tradición interpretati-
va identificable, la que se ha basado en las
13.– Véanse, por ejemplo, los debates en Michael Denning, ideas críticas anti-capitalistas de Marx, si-
«Wageless Life» New Left Review, 66 (November-Decem- guiendo sus pasos. Este materialismo his-
ber 2010), pp. 40-62; Bryan D. Palmer, «Reconsiderations
tórico marxista ha ampliado la concepción
of Class» Precariousness as Proletarianization» Socialist
Register (2014), pp. 40-62. Esto no quiere negar que cier- de Marx de que las formas de resistencia de
tas características de la producción a gran escala facilitan clase de los desposeídos constituyen una
la organización del trabajo y la conciencia de clase, o que rica reserva, un legado de lucha al que se
en una situación revolucionaria sectores específicos de la
puede recurrir para apreciar la complejidad
clase trabajadora podrían tener roles diferenciales al de-
safiar al capital. Ver Mike Davis, «Old Gods, New Enigmas» del pasado, vigorizar nuestro presente y re-
Catalyst, 1 (Summer 2017), pp. 7-40. configurar nuestro futuro.
14.– Karl Marx, «Proceedings of the Sixth Rhine Province El conocimiento del mundo griego an-
Assembly, Third Article Debates on the Law on ‘Theft of tiguo, por ejemplo, nunca puede parecer el
Woods’» en Marx and Engels, Collected Works, Volume
mismo después de la aplicación idiosincrá-
I Moscú, Progress, 1975, 224-263, y el debate en Erica
Sherover-Marcuse, Emancipation and Consciousness: Dog- tica e innovadora del marxismo a esta área
matic and Dialectical Perspectives in the Early Marx. temática hecha por G.E.M. de Ste. Croix
15.– Marx, Capital, I, 641-642 en The Class Struggle in the Ancient Greek
World (1981). En Inglaterra, cuna de la pri- materialismo histórico. Robert Brenner nos
mera revolución industrial, los historiado- ofrece planteamientos marxistas sobre la
res marxistas británicos crearon un cuerpo transición del feudalismo al capitalismo en
de trabajo que reconfiguraba las sensibili- la Europa preindustrial; examina de nue-
dades históricas: Christopher Hill alcanzó vo la revolución comercial paralela a dicho
una preeminencia indiscutible en los análi- desarrollo y traza la economía política del
sis de la Revolución Inglesa del siglo XVII; mundo posterior a la Segunda Guerra Mun-
la magnitud de Eric Hobsbawm, con sus dial, que pasó del auge a la quiebra.
interpretaciones de la transformación ca- La historiografía feminista sin duda ha
pitalista desde la crisis del siglo XVII hasta gravitado, en las secuelas del postmoder-
el largo siglo XIX y el corto XX, fue inigua- nismo, hacia un compromiso crítico con
lable; y la recuperación de Edward Thomp- Marx, como es evidente en la trayectoria
son de las tradiciones de rebelión plebeyas de Joan Wallach Scott [16]. Pero el estudio de
y obreras en el siglo XVIII y principios del las mujeres y el género disminuirían incon-
XIX reformuló las conceptualizaciones de mensurablemente si esas historiadoras de
clase para reavivar la apreciación de la ac- la mujer y el género que tienen una deuda
ción humana en formas que forzaron un con Marx, como es el caso de Sheila Row-
replanteamiento de la relación de deter- botham y Marianne Debouzy, no hubieran
minación. Todo este trabajo histórico sería estado publicando activamente en campos
inimaginable sin Marx. diversos. Además, los estudios marxista-
El ascenso y caída de acontecimientos feministas, a menudo recurriendo a la his-
históricos mundiales tales como la Revo- toria pero más probablemente emergiendo
lución Bolchevique de 1917 serían incom- de disciplinas como la sociología, la ciencia
prensibles sin las aportaciones de parti- política o incluso la geografía, han aborda-
cipantes y críticos marxistas como Leon do cuestiones fundamentales que han esta-
Trotsky, cuyos tres volúmenes de La His- do en el meollo del pensamiento marxista
toria de la Revolución Rusa (1932) siguen desde la época de la II Internacional y la
siendo una narrativa histórica de peso y publicación de Origin of the Family, Private
elegancia cautivadora, al igual que la bio- Property, and the State (1884) de Engels.
grafía como género se ha enriquecido con Esto nos recuerda las contribuciones
contribuciones como la trilogía de Isaac de los investigadores marxistas en cam-
Deutscher, The Prophet Armed, The Pro- pos congruentes con la historia, una con-
phet Unarmed y The Prophet Outcast (1954- sideración cada vez más importante dado
1963). La historiografía de la fallida Revo- el impulso irreprimible de la investigación
lución alemana (1917 - 1923) y de la Guerra histórica contemporánea en campos de
Civil española se ha enriquecido con la in- investigación interdisciplinares donde las
vestigación marxista y la tenacidad intelec- preocupaciones teóricas son justificada-
tual de Pierre Broué. En los Estados Unidos,
16.– Los primeros escritos de Joan Wallach Scott, desde
probablemente el más creativo y prolífico
The Glassworkers of Carmaux: French Craftsmen and Politi-
de los intelectuales públicos de la izquier- cal Activism in a Nineteenth-Century City, Cambridge, Har-
da, Mike Davis, ha anclado sus imaginativas vard University Press, 1974; a (con E. J. Hobsbawm) «Po-
historias de Los Angeles —los barrios mar- litical Shoemakers», Past & Present, 89 (Noviembre 1980),
86-114 debían mucho a Marx y al materialismo histórico,
ginales del mundo en desarrollo, el terro-
mientras que su trabajo posterior a Gender and the Poli-
rismo, las epidemias— en los peldaños más tics of History, Nueva York, Columbia University Press, 1988,
apocalípticos de la escalera analítica del adopta un enfoque distinto.
Tejedoras trabajando, Nueva York, EEUU, entre 1910 y 1915 (Foto: Byron, fuente: The Library of
Congress).
mente transcendentes. Entre las figuras que no carecen de influencia. En India y Bra-
podrían ser nombradas al respecto estarían sil, por ejemplo, donde la palabra de Marx
Fredric Jameson y Terry Eagleton (teoría li- está reforzada por la praxis de los parti-
teraria y estudios culturales); Neil Smith y dos marxistas y los movimientos sociales,
David Harvey (geografía); y Ellen Meiksins el estudio del materialismo histórico y la
Wood, Vivek Chibber y Leo Panitch, cuyas lucha por un mundo mejor y que mira a
extensas contribuciones enlazan la socio- Marx avanzan juntos. Hay indicios de que
logía y la economía política. el marxismo disidente está haciendo incur-
Mi capacidad para comentar sobre la siones dentro de regímenes establecidos
historiografía de Marx está condicionada en los que el marxismo oficial (estalinis-
por mis propias deplorables y determinan- mo) casi había eviscerado el pensamiento
tes limitaciones como angloparlante, pero marxista serio y la práctica socialista, como
soy consciente de que en el mundo existe China y la antigua Unión Soviética. Puede
una inmensa historiografía marxista, influ- que el marxismo en nuestro tiempo no esté
yente y publicada en las lenguas de Europa, ganando —¡ni mucho menos!— pero ni su
Asia, América Latina y África. Hay también resonancia en el presente ni su relevancia
movimientos sociales de oposición resis- para el futuro tienen porque ser descarta-
tente para los que el marxismo es a la vez das por aquellos que se toman en serio el
guía e inspiración y estas movilizaciones interpretar el mundo y cambiarlo.
Con independencia de la posición ideo- por un lado, y, por otro, de trinchera para
lógica de los distintos historiadores, se po- dogmas y ortodoxias.
dría alcanzar fácilmente el consenso sobre Por eso conviene esbozar, solo de for-
las aportaciones de Marx, si se plantea que, ma somera, ciertas consideraciones sobre
para explicar el pasado, no se pueden silen- cómo la obra de Marx primero dio paso a
ciar cuatro factores: el modo de organiza- una doctrina esclerótica, luego, ya en la se-
ción de las relaciones económicas, la rea- gunda mitad del siglo XX, a la elaboración
lidad de las diferentes clases sociales, las de una fértil historiografía, para iniciar
formas de dominio y de poder sociopolítico posteriormente su declive y marginación,
y cultural y, por supuesto, el conflicto so- y también verse zarandeada por el reclamo
cial como expresión de los citados factores de formulaciones tan dispares como discu-
previos. tibles.
Enunciadas así las aportaciones de Marx,
probablemente se evitaría el rebote que en Del materialismo histórico a las
bastantes científicos sociales produce la es- historiografías marxistas
clerosis escolástica que ciertos marxismos
han hecho de las ideas de Marx. Empeñado Marx produjo su obra sumergido en el
en desentrañar el funcionamiento del capi- proceso de expansión del primer capitalis-
talismo, Marx usó las nociones de «modo de mo industrial en la Europa noroccidental
producción», «explotación», «dominación» durante el siglo XIX. Los debates filosófi-
y «lucha de clases», para explicar las formas cos, ideológicos y políticos en los que estu-
de ese «capital» cuyo despliegue histórico vo implicado en los sucesivos momentos de
constituyó el tema de estudio de su vida. su vida han sido descifrados recientemente
Nunca pensó que sus palabras, tan concre- por Gareth Stedman Jones, quien contex-
tas e incluso cambiantes, se convertirían en tualiza magistralmente la génesis intelec-
una jerga escolástica despojada de las ca- tual de cada uno de sus escritos [1]. Aunque
pacidades analíticas originarias. En ningún
momento pensó que sus escritos iban a ser- 1.– Gareth Stedman Jones, Karl Marx. Ilusión y grandeza,
vir de confortable comodín demostrativo, Madrid, Taurus, 2018.
Trabajadora con máquina de oropeles en EEUU, ca. 1920 (Foto: Lewis W. Hine, fuente: George
Eastman Museum).
Ahora bien, conviene subrayar que Marx, apoyo empírico para anclar sus ideas teóri-
lo mismo que Saint-Simon, aceptaba una cas [5]. Sin adentrarnos en el debate sobre el
pluralidad de determinantes en el proceso papel de F. Engels, lo cierto es que a éste se
histórico, porque la acción social no podía le puede atribuir la sistematización de las
concebirse desde un determinación unidi- ideas de Marx como una teoría universal
mensional, tal y como demostró el propio de la historia y de la naturaleza, con la pro-
Marx en sus análisis históricos concretos [4]. puesta de un materialismo filosófico. Sin
En tales análisis, Marx desplegó esa embargo, parece muy discutible pensar que
mezcla química de la que hablaba Schum- Marx se apoyase en un materialismo onto-
peter, porque no hizo una yuxtaposición lógico, porque más bien utilizó el término
mecánica entre datos económicos, socia- de materialismo como sinónimo de método
les y políticos, sino que los combinó para científico, aplicado sólo a la historia [6].
dar como resultado una teoría explicativa
5.– Joseph Schumpeter, Capitalismo, socialismo y democra-
de los procesos históricos, con suficiente
cia, Madrid, Aguilar, 1968.
6.– Conviene recordar las propias palabras de K. Marx:
de las ciencias sociales. El caso del materialismo histórico, «El todo, tal como aparece en la mente como todo del
Barcelona, Anagrama, 1980, pp. 69-75; Raymond Aron, Les pensamiento, es un producto de la mente que piensa y
étapes de la pensée sociologique, Paris, PUF, 1967; y Louis que se apropia el mundo del único modo posible, modo
Althusser, Para leer a Marx, México, Siglo XXI, 1970. que difiere de la apropiación de ese mundo en el arte,
4.– Ver Pierre Vilar, Historia marxista, historia en construc- la religión, el espíritu práctico. El sujeto real mantiene,
ción. Ensayo de diálogo con Althusser, Barcelona, Anagrama, antes como después, su autonomía fuera de la mente,
1974. por lo menos durante el tiempo en que el cerebro se
pher Hill, Eugene Genovese o George Rudé. tales democracias un marxismo estructura-
Ninguno aplicaba la dicotomía radical en- lista cuyo catecismo doctrinal lo sistema-
tre base y superestructura, dogma propio tizó Marta Harnecker. Los planteamientos
de la ortodoxia soviética de la misma. y debates desarrollados en el marxismo oc-
En concreto, Gordon Childe, Perry An- cidental llegaron a España en los años en
derson, Raphael Samuel y los citados que se gestaba y construía el tránsito de la
Christopher Hill, Rodney Hilton, Edward P. dictadura a la democracia, con una influen-
Thompson y Eric Hobsbawm investigaron cia muy dispar y de limitado alcance para
el pasado con postulados materialistas, sin las investigaciones concretas en ciencias
caer en fórmulas mecanicistas. No echaron sociales [10].
mano de la lucha de clases ni de los mo- En este sentido, conviene subrayar que
dos de producción como fáciles exorcismos en España no hubo marxismo como siste-
para explicar las experiencias vitales de las ma de pensamiento hasta muy a finales de
clases populares. Plantearon lo que se co- la década de 1960, con Manuel Sacristán y
noció como «historia desde abajo», y pen- sus discípulos; y en el campo de la historio-
saron que además el cambio cultural tenía grafía hasta que el materialismo histórico
que constituir un paso esencial en la lucha en esos mismos años fue la agenda para una
por la instauración del socialismo [9]. En to- nueva hornada de historiadores como Mar-
dos ellos existía una «problemática teórica celo Vigil, Abilio Barbero y Julio Valdeón en
común», y sus propuestas tuvieron amplio Historia Antigua y Medieval; o ya en la dé-
eco en distintos países occidentales, o con- cada de 1970, para los núcleos de jóvenes
vergieron con planteamientos similares historiadores formados en torno a maestros
derivados de las lecturas de Gramsci, sobre como Josep Fontana, Enric Sebastià y Juan
todo en Italia desde la década de 1960. José Carreras en Historia Contemporánea.
Se puede formular, por tanto, que la his- No hay que olvidar, por otra parte, el im-
toriografía marxista se hizo realidad, como pacto de los encuentros organizados en esa
propuesta metodológica para el análisis del década por Manuel Tuñón de Lara en Pau
pasado, entre las décadas de 1950 y 1970 (Francia), porque sumaron a muchos inves-
en las democracias occidentales. Además, tigadores unidos no por coincidir en pro-
con importantes polémicas como las pro- puestas marxistas, sino sobre todo por bus-
tagonizadas por el citado E. P. Thompson y car alternativas y explicaciones diferentes a
L. Althusser, pues también se desarrolló en la historiografía académica dominante bajo
la dictadura, inmovilizada en la erudición
9.– Ver Harvey J. Kaye, Los historiadores marxistas británicos.
Un análisis introductorio, Universidad de Zaragoza, 1989, 10.– Lo cierto es que la polémica entre E. P. Thomson, L.
pp. 9-22; José Antonio Piqueras, La era Hobsbawm en his- Althusser y otros autores, así como el intento de construir
toria social, México, El Colegio de México, 2016; Raphael una historiografía marxista, en España se quedó en la tra-
Samuel (ed.), Historia popular y teoría socialista, Critica, ducción, y se supone que la lectura, de las obras de sus
Barcelona, 1984, p. 81 y ss.; Julián Casanova, La historia protagonistas: Louis Althusser, Para leer a Marx, México,
social y los historiadores ¿Cenicienta o princesa?, Barcelona, Siglo XXI, 1969; la dura respuesta de E. P. Thompson,
Crítica, 1991, pp. 95-109.; Bryan D. Palmer, E. P. Thompson. Miseria de la teoría, Barcelona, Crítica, 1981; las posiciones
Objecciones y oposiciones, Valencia, Publicaciones de la de Perry Anderson: Teoría, política e historia. Un debate con
Universitat de València, 2004; Perry Anderson y otros, E. P. E.P. Thompson, Madrid, Siglo XXI, 1985; también su obra
Thompson, diálogos y controversias, Valencia, Fundación de Consideraciones sobre el marxismo occidental, Madrid, Siglo
Historia Social,-Centro UNED de Alzira Tomás y Valiente, XXI, 1979; y el libro traducido por Rafael Aracil y Mario
2008; Gregory Elliot, Perry Anderson. El laboratorio implaca- Garcia Bonafé, Hacia una historia socialista, Barcelona, ed.
ble de la historia, Valencia, Publicaciones de la Universitat del Serbal, 1983, con una introducción muy certera sobre
de València, 2004. «Marxismo e historia en Gran Bretaña».
tradicionalista, salvo impactos concretos de los estudios y debates suscitados por las
de renovación metodológica como los ex- distintas olas de lo que se catalogó como
pandidos por Vicens Vives [11]. posmodernidad. A eso se sumó la fuerte
Simplificando, el esplendor de la histo- irrupción de la historia de género, más la
riografía marxista tuvo lugar ante todo, y historia cultural, la nueva historia política,
paradójicamente, en las democracias occi- la historia de las ideas y un amplio pano-
dentales; y se podría acotar entre las dé- rama de investigaciones pegadas a las in-
cadas de 1950 y 1980. En las obras de los quietudes más coyunturales de un presen-
autores citados más arriba, que obviamente te inundado de «memorias» y agitaciones
no es exhaustiva, se albergan las principa- identitarias. El hecho es que en la primera
les aportaciones metodológicas, en lo que década del siglo XXI parecía que el marxis-
se refiere a modos y propuestas de reno- mo se había quedado como material para la
vación. También para el caso español. Sin arqueología sociopolítica, hasta que la pro-
embargo, es justo significar que, aun sien- funda crisis del capitalismo abierta en 2007
do autores y obras con indudable relevan- rehabilitó en gran medida los clásicos diag-
cia, nunca dejaron de ser una minoría en el nósticos de la tradición marxista, si bien
gremio académico y en el panorama de la desde posiciones que ya no respondían ni
producción historiográfica. Predominaban a las demandas sociales de un proletariado
las escuelas catalogables como positivistas, industrial, ni a las ortodoxias de unos par-
con unas investigaciones que fluctuaban tidos comunistas superados por las nuevas
entre la creciente especialización por paí- estructuras de clases.
ses, áreas y temáticas y el predominio de
una erudición, rigurosa y loable, al margen ¿Existen, en tal caso, posibilidades
o incluso en contra de los debates teóricos de desarrollo de una historiografía
impulsados por esas minorías marxistas. Es marxista en el siglo XXI?
cierto que en esos trabajos de erudición se
incluyeron perspectivas de historia social y En este nuevo contexto de sociedades
de historia económica, y hasta se han de- postindustriales y democráticas, con Esta-
sarrollado las máximas especializaciones dos de bienestar de mayor o menor magni-
en esos campos, con revistas científicas de tud, cabe renovar la potencialidad analítica
alto prestigio en todos los países, pero con de las principales categorías del materia-
análisis y nociones ajenos en su mayoría a lismo histórico, como las de relaciones de
las perspectivas críticas de la dialéctica ma- producción, explotación, dominación y
terialista propia del marxismo. conflicto social. De ningún modo valen los
Por eso, no es de extrañar que en las textos de Marx o Lenin convertidos en an-
décadas de 1980 y 1990, con el derrum- teojeras escolásticas de valor omnímodo.
bamiento del imperio soviético, disuelto El materialismo histórico ha cumplido su
como un azucarillo, más el rearme ideoló- papel como estímulo para ampliar el hori-
gico del liberalismo económico, la historio- zonte de conocimiento social, pero se debe
grafía marxista se quedara en los márgenes rechazar como fundamento para diagnosti-
car estrategias políticas, o vademécum para
11.– Juan Sisinio Pérez Garzón, «La historiografía en Es- presagiar el futuro. Se está cumpliendo el
paña. Quiebras y retos ante el siglo XXI», en Salustiano
dictamen de aquellos dos jóvenes, Marx
Del Campo y José Félix Tezanos, dirs., España Siglo XXI, vol
5: Literatura y Bellas Artes, Madrid, Biblioteca Nueva, 2009, y Engels, que en 1848 evaluaron el capi-
pp. 223-260. talismo como el modo de producción que
sacar su poesía del pasado, sino solamente en la década de 1980 los paradigmas esta-
del porvenir. No puede comenzar su propia blecidos literalmente patas arriba. Si nos
tarea antes de despojarse de toda venera- sirve el ejemplo de El dieciocho brumario no
ción supersticiosa por el pasado. Las ante- es para ejemplificar la tesis ultratextualis-
riores revoluciones necesitaban remontar- ta, sino porque el propio fundador del ma-
se a los recuerdos de la historia universal terialismo histórico hizo un uso deliberado
para aturdirse acerca de su propio conteni- de unos recursos estilísticos, calificados
do. La revolución del siglo XIX debe dejar hoy como posmodernos, para transmitir
que los muertos entierren a sus muertos, con el máximo grado de verosimilitud lo
para cobrar conciencia de su propio conte- fantásticos que fueron realmente los su-
nido. Allí, la frase desborda el contenido; cesos que ocurrieron en aquel interludio
aquí, el contenido desborda la frase [...] Y de la historia, un argumento compatible
justo cuando parecían entregados a revolu- con lo que Derrida proclamaba de que «no
cionarse a sí mismos y a las cosas, a crear hay nada ‘exterior’ al texto» [20]. Por lo de-
algo que aún no ha existido nunca, precisa- más, el propio análisis de Marx para aquella
mente en períodos tales de crisis revolucio- Francia de mitad del siglo XIX sería extra-
naria, conjuran a los espíritus del pasado polable, conviene reiterarlo, a importantes
para servirse de ellos y tomarles prestados realidades de estos inicios del siglo XXI,
nombres, gritos de batalla y ropajes para cuando se hacen añicos las distinciones en-
presentar el nuevo escenario de la historia tre materialidad e ilusión, cuando los inte-
mundial en un disfraz honrado por el tiem- reses sociales pueden quedar reemplazados
po y un idioma prestado» [19]. por una gama de ficciones y cumplimientos
Estas citas de Marx pueden servirnos imaginarios, y además la retórica simulada
para mostrar que el posmodernismo no y el mercadeo de imágenes se han converti-
es sino la otra cara que desde el principio do en una segunda naturaleza, incluso para
está en la propia modernidad, su autocrí- criticar a tan solemne adversario como es el
tica. Desde este punto de vista, El diecio- capitalismo.
cho brumario es un texto misteriosamente Pensadores como Baudrillard tienen
tan premonitorio como clarividente de los razón cuando diagnostican la condición
obstáculos e impensables paradojas de la posmoderna como una situación de crisis
naturaleza de la representación histórica generalizada en el orden de los signos y
sufridos por la teoría marxista en estas úl- representaciones, pues borra todo sentido
timas décadas. Lo que observaba Marx para de diferencia entre verdad y falsedad, rea-
la Francia de 1848 a 1851 sería aplicable a lidad e ilusión, discurso serio y no serio [21].
la difícil situación de los intelectuales de Por eso, el impacto en nuestra profesión del
izquierdas y marxistas en el momento pre- posmodernismo va más allá de lo estricta-
sente, enfrentados al espectáculo de unas mente metodológico. En efecto, abrirse a
transformaciones históricas cuyos intere-
20.– Jacques Derrida, La escritura y la diferencia, Barcelona,
ses, recursos informativos, valores sociales Anthropos, 1989.
y programas políticos producen tanto des- 21.– De la abundante bibliografía sobre el posmodernis-
concierto como abundante insustanciali- mo, es obra necesaria la de Jean Baudrillard, El sistema de
dad analítica. los objetos, Méjico, Siglo XXI, 1969, y La Post-modernidad,
(con Hal Foster y otros), Barcelona, Kairós, 1985; también
En resumen, la lectura posmoderna puso
la de Nicolás Casullo (comp.), El debate modernidad-pos-
modernidad, Buenos Aires, Ed. El cielo por asalto, 5ª ed.,
19.– Ibidem, p. 15 y 108. 1995.
Aquí es donde se enraízan polémicas sobre peño de encontrar pruebas irrefutables que
causas y móviles en los procesos históricos, demuestren que nuestra particular utopía
carácter de los mismos, elección entre in- nos acompaña desde el pasado, en nuestro
terpretaciones y también sobre la función hipotético camino hacia el futuro. Mien-
social que debe cumplir como ciencia y, tras los físicos están reflexionando sobre
por consiguiente, como saber ciudadano. nuestro universo como una fluctuación del
En cualquier caso, a los historiadores les vacío cuántico, los historiadores o los cien-
corresponde una función extraordinaria- tíficos sociales no podemos empeñarnos en
mente singular dentro de las ciencias so- encontrar una explicación global de todo el
ciales, la paradójica tarea de luchar contra pasado, de toda la complejidad de las rea-
la fetichización de la historia, porque ni lidades sociales. Quizás nos obsesiona en-
existen fuerzas históricas sobrehumanas contrar la explicación unitaria, demostrar
o incontrolables, ni todo es fruto del azar una tesis totalizadora, pero tenemos que
individualizado. Nada está íntegramente asumir la humildad epistemológica de que
anticipado, aunque todo se encuentra con- en las búsquedas de los porqués persiste la
dicionado. Tampoco los condicionantes de validez de varias respuestas posibles, a las
la acción individual se pueden traducir en que lógicamente hay que aplicar el método
impotencia social, o en indiferencia histó- científico de contrastar hipótesis.
rica. En este sentido, el reto más urgente Se impone, por tanto, el diálogo razona-
quizás consista en elaborar un discurso his- ble y paciente para contemplar las distin-
toriográfico que rompa la hegemonía de las tas facetas de una realidad, y además para
perspectivas nacionalistas de todo signo, admitir diferentes interpretaciones de esa
porque no existen culturas ni identidades realidad. Esto implica una revisión constan-
perennes, sino cambios y transformaciones te de todo conocimiento. Un revisionismo
constantes en toda sociedad, con poderes, que, en sentido etimológico, significaría la
conflictos y disidencias que impulsan me- capacidad de la razón para analizar la rea-
tas tan dispares que no hay rutas incues- lidad sin verdades cerradas, siempre alerta
tionables. ante nuevas perspectivas, con la exigencia
Y justo, llegados a este punto, es necesa- de identificar mitificaciones y prejuicios
rio subrayar que en el proceso de construir para ser desmontados. Además implica, por
ese relato científico sobre la complejidad coherencia científica, la búsqueda de los
del pasado, nos acecha el afán de alcanzar otros, que pueden ser los opuestos y simi-
un conocimiento universal objetivo, cuan- lares a la vez. Por eso, más que rebatir, se
do lo cierto es que conocemos la realidad trata de aprender de lo que otros investigan
también desde los afectos, desde las expe- o aportan sobre la realidad. El diálogo enri-
riencias de la convivencia social y política, quece, no se puede demonizar de antema-
porque, en definitiva, la historia también no a nadie, aunque es legítimo y necesario
trata de explicar quiénes somos y qué cami- hacer una valoración crítica de las distintas
no guía los procesos sociales. De ahí el em- interpretaciones.
Metalúrgicos soldando una tubería en las instalaciones de la NACA, precedosora de la NASA, año
1929 (Fuente: NASA on the Commos).
¿Cuáles considera que han sido las factores no es posible desentrañar el lugar
principales contribuciones de Marx que han venido a ocupar en el conjunto, ni
a la concepción de la Historia y la la función que desempeña ni, por emplear
historiografía? una expresión hoy muy difundida, su sig-
nificado.
El marxismo, según lo desarrolla Karl Marx dedica la mayor parte de su obra a
Marx, me parece esencialmente un método, explicar el capitalismo. Su formación e in-
no una teoría general ni una filosofía. Con clinación primera, sin embargo, es la de la
frecuencia es presentado como una teoría filosofía del derecho, posiblemente la me-
social y, asociado a la acción política trans- nos jurídica de las materias de Derecho y la
formadora, como una filosofía de la praxis. menos filosófica de las materias de Filoso-
Para el trabajo de historiador tiene sentido fía, orientada frecuentemente a la teoría y
en tanto método de análisis. naturaleza del derecho y del ordenamien-
El materialismo histórico fue concebido to jurídico, justo cuando en Alemania y en
por Marx como un método de conocimien- otros países europeos el Estado se hallaba
to de la sociedad pasada y presente, si se en intenso proceso de reedificación en un
prefiere, del pasado hacia el presente, que sentido liberal y las formas de propiedad
en términos de Marx sería más correcto. Es anteriores, feudales, estaban siendo mate-
un método que se considera conforme a la ria de apropiación privada. Hegel le propor-
naturaleza de la realidad estudiada, no es ciona la manera de pensar los cambios, las
una mera técnica analítica. La obra de Marx claves que pronto Marx, declarado mate-
se encuentra saturada de historia a pesar rialista, invierte. La secuencia es conocida:
de que nunca escribe un libro de Historia. en Francia se embebe de teoría social, las
El análisis del derecho, del conflicto, de los ideas con las que dos generaciones de pen-
grupos sociales, de la sociedad, de la econo- sadores, desde la revolución, han preten-
mía (esa fue la secuencia de sus preocupa- dido explicar el ordenamiento de la nueva
ciones intelectuales), es en Marx eminente- sociedad burguesa y sus desarmonías que
mente histórico porque considera que cada mantienen viva la brasa de la protesta; In-
hecho social o económico se ha formado glaterra le pone en contacto con la econo-
en un proceso temporal —de duración di- mía política, a la que traslada su atención.
versa— en el que interactuaron factores de Esta explicación casi canónica del aprendi-
diversa índole, personales e impersonales; zaje intelectual de Marx omite la podero-
sin acceder a la génesis y desarrollo de tales sa influencia que ejerce en él la historio-
grafía francesa liberal, los Thierry, Guizot, pasado y presente porque su afán es diri-
Mignet, Thiers, volcados en considerar la girse a los hombres y mujeres de su tiempo.
revolución o revoluciones como expresio- En segundo lugar, se sirve de un conjun-
nes fundacionales de la nueva sociedad, de to de categorías analíticas (relaciones so-
atribuir una base sociológica a la historia, ciales de producción, fuerzas productivas,
una intencionalidad a agrupaciones socia- clase, modo de producción, formación so-
les que definen como clases. Son las he- cial, etc.), nociones que no son concebidas
rramientas que Marx adopta y, al igual que como artificios ni como «tipos ideales» que
sucede con el hegelianismo, se las apropia ayudan al conocimiento práctico, sino que
y adapta. En cuanto a la economía políti- han sido elaboradas sobre el estudio de la
ca, la primera tarea a la que se aplica es su sociedad observadas en un tiempo dado.
crítica sistemática, lo que le consume más La época en la que Marx vive le permite
de una década y todavía se halla presente comparar la nueva sociedad con la prece-
a lo largo de El capital. La crítica a la eco- dente, todavía en proceso de modificación
nomía política anterior y contemporánea en numerosas partes de Europa. El ejerci-
tiene tres dimensiones: una es conceptual; cio de abstracción no implica imaginar la
la segunda es funcional, sobre cómo se ex- economía campesina feudal porque el tar-
plica el orden del capitalismo, la naturaleza dofeudalismo está reciente y subsiste en
de la mercancía y la relación con ésta del amplias regiones, incluidas las que toman
trabajo, la producción y circulación, la ga- la delantera y sin embargo «el muerto atra-
nancia, etc.; la tercera dimensión es histó- pa al vivo». Marx, en cambio, duda al definir
rica, sobre cómo se ha generado el capital modos de producción anteriores o distin-
antes del capitalismo, la formación de cla- tos. Así, habla de un modo de producción
ses básicamente a partir de la articulación asiático y otro «antiguo», que a veces, no
de intereses, la transformación de las ins- siempre, califica de esclavista.
tituciones. Pero también el debate sobre Naturalmente, concibe la sociedad como
los conceptos de la economía política está una totalidad. La noción requiere preci-
jalonado de referencias históricas porque a siones, pues a diferencia de las tesis del
diferencia de la economía clásica, las cate- funcionalismo esa totalidad no implica un
gorías que Marx depura en su análisis del equilibrio más o menos estable orgánica-
capitalismo no son absolutas e intempora- mente integrado en todos sus elementos,
les sino estrictamente históricas. El capita- de manera que modificado alguno se sacu-
lismo es una economía históricamente de- da la estructura. Los factores de la sociedad
terminada, nos dice. se encuentran jerarquizados. En esa totali-
El método es crítico y es histórico. Am- dad, operan grupos sociales constituidos o
bos supuestos son necesarios para des- en proceso de constitución y de disgrega-
velar las contradicciones que a cada paso ción, porque aun presentándose en torno
caracterizan cualquier sociedad donde los a un modo dominante de producción, por
intereses se contraponen. La primera cua- ejemplo en la articulación económica es-
lidad del método que Marx pone en pie es tablecida por el capital, este es también un
la adopción de una lente histórica en la ob- proceso abierto; de igual modo, las clases
servación de todo fenómeno, sea material, son esencialmente relaciones sociales y,
social, cultural o espiritual. Esa perspectiva por lo tanto, se hallan en continua modifi-
incluye observar el presente en su dimen- cación, en «condimentación».
sión histórica, diluyendo la distancia entre En tercer lugar, dado que su método se
Obrero en una fundición de Oregón, EEUU, ca. 1910 (Fuente: Oregon State University).
después, el mismo que se interroga por la Gramsci o Benjamin, entre otros muchos,
ausencia de correspondencia entre creci- son inseparables de buena parte de la his-
miento del trabajo asalariado, proletariza- toriografía moderna desde 1925. También
ción, empobrecimiento del campesinado y la selección de cuestiones que el marxis-
explotación económica, y subordinación o mo consideró relevantes. Hay un marxismo
pasividad de las clases subalternas, el que creativo que se desarrolla fuera de Europa,
reacciona contra la previsión más o menos particularmente útil para pensar realidades
mecánica incumplida, sobre los límites y no europeas, como el de Mariátegui. Proba-
plazos de la «determinación» económica, y blemente, junto con el historicismo, es el
sobre qué debemos entender por determi- primer método histórico en universalizarse
nación a la vista de los factores extraeco- y hacerlo con contribuciones locales y co-
nómicos que la modifican, en una sociedad, rrientes que a partir de 1945 se diversifican
la capitalista, en la que supuestamente las y en ocasiones compiten entre sí, no solo
relaciones entre clase habían pasado a ser por alzarse con el sello de la verdadera or-
exclusivamente económicas. todoxia sino en un abierto espíritu «hete-
La contribución de Marx a la concepción rodoxo».
de la Historia se desprende asimismo de las En el siglo XX se desarrolla un marxismo
dos obras en las que analiza políticamente historiográfico creativo, esto es, una histo-
la coyuntura de 1848: Las luchas de clases riografía que responde a las exigencias del
en Francia y El 18 Brumario de Luis Bonapar- oficio y explora la realidad pasada desde el
te. La relación entre clase, intereses y polí- marxismo, a la vez que reevalúa los instru-
tica es ilustrada en un ejercicio de pensar el mentos del marxismo al ser contrastados
presente como si fuera histórico. con esa realidad pretérita empíricamen-
Me detendré en Marx, y lo haré aquí, sin te verificable. Por lo general, se menciona
comprender la obra personal de Engels (La aquí al Grupo de Historiadores del PC britá-
situación de la clase obrera en Inglaterra y el nico, a los llamados historiadores marxis-
Anti-Düring, serían pertinentes) y no avan- tas británicos (Hill, Hobsbawm, Thompson,
zaré en el marxismo posterior a fin de evi- Hilton, el economista Dobb, el agregado
tar todo un ensayo. Rudé, el habitualmente omitido Raymond
Williams…). Pero eso es un reduccionismo
¿Qué aportaciones fundamentales historiográfico muy poco «histórico». Mu-
realizó la historiografía marxista del cho antes, en 1924, George Lefebvre abor-
siglo XX? daba el papel de los campesinos durante la
Revolución francesa con una perspectiva
En el siglo XX, que es el siglo a lo largo marxista abierta, que reproduce en su in-
del cual se institucionaliza la Historia como terpretación de La Grande Peur; su marxis-
una disciplina académica en un sentido mo va haciéndose más explícito con el paso
moderno en la mayor parte de los países, de los años, es decir, más conforme con las
el marxismo ha estado presente en la his- formulaciones y el vocabulario, como suce-
toriografía, «contaminando» incluso libros de con su discípulo Albert Soboul, pero la
que difícilmente admitirían esa etiqueta. perspectiva marxista está presente desde
Las categorías definidas por los clásicos, el principio. Como se encuentra en alguien
el vocabulario, elementos que no forma- que transita del marxismo a formulaciones
ban parte del lenguaje de los historiado- eclécticas sin desprenderse de las catego-
res antes de Marx, Engels, Lenin, Trotsky, rías de aquél, como Ernest Labrousse; sin
Domingo Plácido
Universidad Complutense de Madrid
La crucial importancia del marxismo, rrollo pleno de la esclavitud. Ello quiere de-
tanto en las humanidades como en las cir que los textos de Marx no sirven como
ciencias sociales, difícilmente se podría guía dogmática para la interpretación de
exagerar, puesto que incluso los autores las sociedades antiguas, en lo que se refleja
que rechazan sus postulados se ven a me- el aspecto no dogmático del marxismo. Más
nudo obligados a utilizar conceptos aso- bien interesa comprender la dinámica de su
ciados a él —como clase, alienación (en el pensamiento como marco para el estudio
sentido social) o ideología (como forma de específico de dichas sociedades.
expresión intelectual del sistema de cla- En El Manifiesto comunista, 1848, Marx y
ses)— o a definir su postura con respecto Engels comienzan con una referencia a la
al pensamiento de Marx. Desde el punto lucha de clases:
de vista histórico, la mayor contribución
del materialismo es el protagonismo que «La historia de todas las sociedades exis-
otorga a los factores económicos y sociales tentes hasta hoy es la historia de la lucha
combinados para formar una unidad y, en de clases. Libres y esclavos, patricios y ple-
concreto, la idea de que la lucha de clases, beyos, barones y siervos de la gleba, miem-
entendida como explotación del hombre bros de las corporaciones y criados, en una
por el hombre en el plano de las relaciones palabra, opresores y oprimidos han estado
de producción, desempeña un papel central siempre en oposición entre ellos, han sos-
en el proceso histórico. tenido una lucha ininterrumpida, a veces
De manera ocasional, Marx define las so- oculta, a veces evidente: una lucha que
ciedades antiguas de diferentes modos, en terminó siempre o con una transformación
relación con el protagonismo de la política revolucionaria de toda la sociedad o con la
y de las formas de propiedad, vinculadas al ruina común de las clases en lucha».
desarrollo del derecho romano. También se
aplica a la Antigüedad el concepto de lucha Así se ve cómo se mezcla la disyuntiva
de clases de manera diversa, de acuerdo con libre / esclavo con la de patricio / plebeyo.
la presencia mayor o menor de los esclavos, En la Carta a Engels de 1855, Marx habla
dado el carácter evolutivo de las sociedades, de la lucha de clases entre latifundistas y
desde la comunidad primitiva hasta el desa- pequeños posesores, con las modificacio-
Mineros del carbón de la compañía East Greta Colliery, EEUU, en 1894 (Foto: Ralph Snowbal,
fuente: NSW State Archives).
mas de definición de clases en sí y para sí, dicción principal». Pero eso ya ocurría en El
y de si la «lucha de clases» depende de la Manifiesto cuando de enumeraban libres y
«conciencia de clase». Son problemas que esclavos, patricios y plebeyos, como ejem-
han afectado a la concepción de la lucha de plos de lucha de clases.
clases en la Antigüedad, sobre todo en los Dicen Marx y Engels en La ideología ale-
debates de los coloquios del GIREA, Groupe mana, 1844-45 (capítulo IA):
International de Recherches sur l’Esclavage
de l’Antiquité. «Las diferentes fases de desarrollo de la di-
Naturalmente, la lucha de clases enten- visión del trabajo son otras tantas formas
dida como guerra abierta no está presente distintas de propiedad, o, dicho de otro
en la investigación histórica, pero en toda modo, cada etapa de la división del trabajo
la historiografía está presente el conflicto determina también las relaciones de los in-
social en que se incorporan los enfrenta- dividuos entre sí, respecto del material, el
mientos entre clases que pueden mani- instrumento y el producto del trabajo».
festarse de modo más o menos palmario.
Cuando se hace historia de las luchas polí- Se conoce como materialismo histórico
ticas por ejemplo de los momentos finales el sistema marxista, cuya génesis sitúa En-
de la República romana, es difícil encontrar gels en 1845, con la publicación de las Te-
estudios que no perciben tras ellas los di- sis sobre Feuerbach de Marx (ambos autores
ferentes niveles de los enfrentamientos de discípulos del idealismo y la dialéctica he-
clases que derivan de la explotación, aun- geliana), que consiste fundamentalmente
que no siempre se manifiesta de manera en destacar como factor de explicación his-
explícita la que podremos llamar «contra- tórica las relaciones que los hombres man-
Iré respondiendo a cada una de las pre- Sobre lo último son esenciales las observa-
guntas: ciones contenidas en La Ideología alemana
La contribución del Materialismo histó- y, por más que su esfuerzo se centrase en el
rico o concepción dialéctico materialista de análisis del modo de producción capitalista,
la historia según el título que se suele dar que culminan en El Capital, en el conjunto
al Marxismo en este campo y que compren- de su obra se contienen puntos capitales
de no sólo las aportaciones de Marx sino para una comprensión de las sucesivos mo-
la de los que se han inspirado en ellas, es dos de producción y formaciones econó-
la mayor que se ha dado en el campo del micosociales, así como para una teoría del
conocimiento para una comprensión ra- poder político. Otro campo en el que nos
cional del proceso histórico, es una autén- proporcionó una guía fueron sus estudios
tica revolución gnoseológica, semejante a sobre sociedades concretas, como fueron la
la revolución científica del siglo XVII, con Francia de mediados del XIX y otras: como
razón Della Volpe llamó al Marxismo gali- señaló Pierre Vilar, Marx nos enseñó a pen-
leismo moral. Evidentemente, Marx, como sar históricamente. Es también relevante
el mismo reconoció, es deudor del trabajo su contribución a la metodología del análi-
de la Ilustración en el esfuerzo por desmi- sis social, expuesta entre otros textos en la
tificar la comprensión de la naturaleza y la Introducción de 1857 a los Grundrisse, en El
vida social, que en él no son universos se- Capital y en otros escritos.
parados. Pero, lo que representa la formu- La obra de Marx es inseparable de la de
lación que se contiene en Prefacio de 1859 su fraternal amigo F. Engels, aquél desta-
a la Contribución a la crítica de la economía có sus aportaciones pese a la modestia del
política marca un hito decisivo en la com- segundo que atribuyó todo el mérito al pri-
prensión de ellas. mero. Hay que matizar el juicio de los que
Pues la aportación de Marx no se limitó subrayan las simplificaciones del Marxismo
a poner el acento en el papel clave de las de Engels. Este acometió la tarea de edi-
condiciones materiales de vida, en las rela- ción de la parte inacabada o no editada de
ciones de producción, sino que se extendió El Capital, prologó diversa reediciones de
a lo que llamó supraestructura jurídica y sus escritos, realizó diversa exposiciones de
política y a las formas de consciencia social. la nueva concepción de que eran autores y
ejerció una labor de magisterio con los que pero dentro de ésta constituye un ejemplo
estaban organizando los partidos socialistas de análisis total e interrelacionado, que in-
o socialdemócratas de inspiración marxista. agurará una tradición de estudios que llega
Lo más criticado es su exposición de las hasta el presente y que muestra las capaci-
leyes generales de la dialéctica. El libro que dades eurísticas del Marxismo en el campo
influyó enormemente en el Marxismo fue El sociohistórico.
origen de la familia, la propiedad privada y En las fronteras de los siglos XIX y XX,
el Estado (1884), sobre todo en el llamado nuevos problemas y realidades motivaron
Marxismo-Leninismo. Con él, apoyándose una reflexión en el seno del Marxismo que
en el trabajo de Morgan y otros estudiosos, lo enriquecieron y, con ello, su contribución
incorporó el marxismo al estudio de la an- al conocimiento de las realidades sociohis-
tropología que, como veremos, ha tenido tóricas. En primer lugar, la cuestión nacio-
unos interesantes desarrollos. En nuestra nal sobre la que ya habían tratado Marx y
opinión, en este libro Engels incurre en Engels con referencia a Irlanda y Polonia y
simplificaciones ahistóricas al tratar del Es- la situación en el área centroeuropea. Pero
tado, pues presenta como determinaciones a finales del siglo XIX y comienzos del XX,
generales rasgos que son propios del Esta- se volvieron a plantear con agudeza en los
do capitalista y no de la configuración del territorios mencionados y, en general, en
poder político en otras formaciones eco- los imperios plurinacionales austrohúnga-
nómicosociales como la Antigua, la Feu- ro, ruso y turco, con movimientos de rei-
dal y la sociedad del Antiguo Régimen, por vindicación y autodeterminación nacional.
no hablar de la Asiática, que no menciona, Kautsky, Rosa Luxemburg, los Austromar-
abriendo camino a la periodización unili- xistas, Lenin, Stalin, en el ámbito europeo,
neal que consagró el Marxismo-Leninismo. aparte las soluciones políticas, aportaron
De los marxistas posteriores, se ha cri- a la teoría de la nación y los nacionalismo
ticado la concepción del Materialismo his- valiosos análisis, que se han incorporado al
tórico prevaleciente entre los teóricos del acerbo de la reflexión sobre dicho fenómeno
principal partido socialdemócrata de la Se- en el siglo XX por parte de autores de ins-
gunda Internacional, es decir, del alemán, piración marxista y de otras orientaciones.
acusándola de determinista y objetivista. En segundo lugar, el Imperialismo, en el
Contra ella reaccionaron los que fundarían que hay una teorización pionera por parte
la Tercera Internacional, como Lenin, Trots- de Hilferding en Das Finazkapital, que será
ky, Rosa Luxemburg, y la gran generación proseguida por Kautsky, Rosa Luxemburg,
que renovaría el Marxismo en el siglo XX, la Lenin, Bujarin, etc, en los comienzos del si-
de Gramsci, Korsch y Lukacs, que subraya- glo XX, y que a lo largo de este siglo se con-
rían la importancia del elemento subjetivo, vertirá en un asunto central de la reflexión
del momento político, de la consciencia. de las fuerzas y autores que se reclaman del
Todavía en el siglo XIX, merece una marxismo. Pero, la categoría de Imperialis-
mención especial como aplicación del Ma- mo es también un instrumento de análisis
terialismo histórico al análisis de una so- historiográfico que, basándose en el Ma-
ciedad concreta, la obra de Lenin El desa- terialismo histórico, servirá para dilucidar
rrollo del capitalismo en Rusia. El proceso de estructuras y relaciones, sobre todo colo-
formación del mercado interior para la gran niales y semicoloniales, y en este sentido
industria. Como indica el propio autor el es- supone una aportación del Marxismo al co-
tudio se centra en la estructura económica, nocimiento histórico.
Obrero textil en Paterson, New Jersey, EEUU, en 1937 (Foto: Lewis W. Hine, fuente: The U.S.
National Archives).
Para completar la respuesta a la pregun- es una de las afirmaciones más tajantes del
ta de la contribución del Marxismo y de sus teórico italiano, cosa a la que el marxismo
méritos y punto débiles, aparte lo ya dicho, no ha sido siempre fiel. Después, la relevan-
es necesario entrar en las aportaciones y li- cia otorgada a la sobreestructura, mediante
mitaciones del Marxismo del siglo XX. Para la puntualización de un célebre pasaje de
muchos, especialmente los de militancia Marx del Prefacio de 1859 a la Contribución
comunista, el marxista más relevante del a la crítica de la economía política. Aquí se
siglo es Lenin. En mi opinión, que compar- sitúa el concepto de Hegemonía, cuando in-
to con bastantes, si se examina la cuestión siste en que para mantener la dominación
desde el punto de vista de la relevancia son necesarios fuerza y consentimiento, y
para el conocimiento histórico, o desde una que para conseguir éste entra en juego la
perspectiva más amplia, al Materialismo ideología y los intelectuales, con la carac-
histórico como sistema de comprensión de terización de los intelectuales orgánicos,
la realidad y, concretamente, de la social, que cambian según el Bloque histórico. Se-
la primacia la tiene Gramsci. Este aporta ñalaré que habiéndome especializado en
tantos elementos que sería muy largo enu- el estudio del campo ideológico, el arsenal
merarlos. Sólo mencionaré dos: En primer teórico gramsciano es el que me ha servido
lugar, la categoría de Bloque histórico, con la en mis estudios sobre el Federalismo y el
que designa esa unidad comprensiva de la Catalanismo y en el análisis de la transición
estructura y la sobreestructura, que es ade- entre el Antiguo Régimen y el Capitalismo
más siempre histórica, pues la historicidad en el terreno de lo mental.
análisis de las sociedades sin clases, en el tas. En cuanto a la situación actual del mar-
que son muy interesantes las reflexiones de xismo en los estudios históricos, éstos se
Maurice Godelier sobre el funcionamien- han visto afectados por factores externos
to en ellas de las relaciones de parentesco e internos. De los primeros, destacan las
como relaciones de producción. En general, caída de la URSS y de los países del Este,
se ha superado el punto de vista eurocén- que han arrastrado a instituciones (edito-
trico, abriéndose a las sociedades preco- riales, institutos como los de marxismo-
lombinas en América, a las africanas y a las leninismo, etc.) y a personas, por ejemplo,
asiáticas, lo que ha motivado la atención las expulsiones de profesores en la antigua
al modo de producción asiático, se admita o RDA. En el mundo capitalista occidental, el
no esta denominación. En la mismas líneas ascenso del Neoliberalismo y del Neocon-
de amplitud que acabamos de señalar para servadurismo a partir de los años ochen-
Francia, se mueve el marxismo en Italia, ta, acompañado de la crisis de la izquier-
con orientaciones diversas, pero en el que da, tanto de los partidos socialdemócratas
ha jugado un papel decisivo el historicismo como de los comunistas, se ha traducido en
de inspiración gramsciana. el avance del Revisionismo histórico y no
Merecen una referencia los estudios ha dejado de manifestarse en el alejamien-
históricos realizados en la URSS y en los to del marxismo de muchos estudiosos y en
países del llamado socialismo real. En ellos el descenso editorial de la literatura inspi-
ha jugado un papel negativo el Marxismo- rada en el Materialismo histórico.
leninismo ideología oficial que imponía las Pese a lo anterior, continuamos pen-
pautas interpretativas, así sucedió con el sando que el marxismo como instrumento
modo de producción asiático, eliminado de heurístico continua conservando su valor,
la periodización histórica en nombre de si bien deberá incorporar, como así lo ha
una única y lineal que buscó legitimarse en hecho en muchos casos, nuevos elementos,
Engels. La llamada desestalinización jugó como, por ejemplo, los traídos en el ámbi-
un papel decisivo en la corrección del dog- to lingüístico con el análisis del lenguaje,
matismo y, pese a que la herencia anterior con la importancia de la construcción del
no desapareció del todo, la historiografía relato, con la ecología y los enfoques de gé-
de esos países ha realizado notables apor- nero. Por otro lado, los cambios operados
taciones. Sin ánimo exhaustivo, vamos a en la composición de la clase trabajadora,
citar algunas, como la de Witold Kula sobre de las formas de explotación y el paso del
La teoría económica del sistema feudal , la capitalismo industrial al financiero, obli-
de Boris Porshnev a propósito de la Fron- gan a enriquecer los análisis. Pero al hilo de
de en su libro Los levantamientos populares lo que supone la acentuación de los efectos
en Francia en el siglo XVII, y la investiga- destructores del capitalismo en su actual
ciones sobre las revoluciones burguesas fase sobre la naturaleza y las personas, ha
efectuadas en la extinta RDA por el grupo revivido el interés por el marxismo, su re-
de la Universidad de Leipzig dirigido por el valorización, como estamos apreciando en
profesor Manfred Kossok. este año del bicentenario del nacimiento de
Paso a contestar las siguientes pregun- Karl Marx
Herrero en la puerta de su taller en East Maitland, Nueva Gales del Sur, Australia , ca. 1910 (Foto:
Victor Studios, fuente: State Library of New South Wales).
«Por primera vez se erigía la historia sobre su Además, y al revisar el paisaje general
verdadera base; el hecho palpable, pero de las ciencias sociales mas contemporá-
totalmente desapercibido hasta entonces, de neas, siempre resulta claro que, más allá de
que el hombre necesita en primer término estas repetidas declaraciones sobre el fin
comer, beber, tener un techo y vestirse, y por del marxismo —que ha sido enterrado de-
lo tanto, trabajar...». cenas de veces para reaparecer y resucitar
con mas fuerza otras tantas ocasiones—,
Federico Engels y Karl Marx, 1877. dicho paisaje se encuentra totalmente in-
fluenciado, en lo que se refiere a estas ma-
Más allá de los reiterados discursos, nifestaciones del pensamiento crítico, y a
siempre renovados y siempre falsos, sobre las posiciones siempre mas innovadoras y
la muerte del marxismo, o sobre la crisis del de vanguardia en todos los campos de este
pensamiento crítico, o en torno del fin del análisis múltiple de lo social, por dicha he-
socialismo y de las utopías, que han vuelto rencia e impronta del marxismo original, y
a ser relanzados con cierta fuerza después después de las diversas tradiciones de los
de la caída del Muro del Berlín en 1989, si- múltiples marxismos del siglo XX [1].
gue siendo un hecho incontestable la ne-
cesaria y cada vez mas urgente presencia, 1.– Una corriente que ha subrayado con especial énfasis
actualización y desarrollo de perspectivas esta dimensión del marxismo como horizonte general del
pensamiento crítico contemporáneo, tratando de aplicarlo
críticas, en el plano de la teoría y de los di-
además de una manera muy creativa y muy radical,
versos análisis sobre las sociedades con- ha sido la importante Escuela de Frankfurt. Por ello, la
temporáneas de todo el mundo, que sean extraordinaria actualidad y vigencia de muchos de sus
capaces de abrir caminos y de proponer sa- planteamientos principales. Al respecto, y por mencionar
solo algunos de los textos mas importantes, cfr. Theodor
lidas alternativas a este mundo capitalista
Adorno, Minima Moralia, Taurus, Madrid, 1987, y Dialéctica
que continua aún desarrollándose, y que negativa, Taurus, Madrid, 1975. También el texto de Theodor
cada día que pasa se presenta mas y mas Adorno y Max Horkheimer, Dialéctica del iluminismo,
evidentemente como un mundo explota- Sudamericana, Buenos Aires, 1969, y de Max Horkheimer,
Crítica de la razón instrumental, Sur, Buenos Aires, 1969,
dor, opresivo, injusto y discriminador en
Teoría crítica, Amorrortu, Buenos Aires, 1974, Historia,
una escala cada vez mas insoportable e in- Metafísica y esceptisimo, Alianza editorial, Madrid, 1982,
tolerable para toda la gente. Ocaso, Anthropos, Barcelona, 1986, y Teoría tradicional y
Algo que siendo evidente en todas las las bases de toda historia crítica posible en
ciencias sociales actuales, se halla igual- la actualidad.
mente presente dentro del campo de la his- Ya que la historia crítica no es un proyec-
toriografía contemporánea, es decir de la to reciente, ni una preocupación que haya
historiografía que, en sus muy diversas mo- aparecido solo en los últimos tiempos, sino
dalidades, se practica hoy en día a lo largo que es, en las modalidades específicas que
y ancho de todo el planeta. Porque cuando hoy presenta, un proyecto que prácticamen-
intentamos, de una manera conciente, lle- te acompaña, desde su propio nacimiento,
var a cabo un análisis histórico que sea real- a los discursos y a las formas de hacer his-
mente científico y verdaderamente explica- toria que hoy podemos llamar estrictamen-
tivo y comprehensivo de las realidades que te contemporáneas. Formas que habiendo
investigamos, nos vemos entonces obli- comenzado su desarrollo singular, como
gados a inscribirnos dentro del horizonte ya lo hemos apuntado, desde la segunda
global del pensamiento crítico actual, y con mitad del siglo XIX cronológico, se han
ello dentro de una línea de filiación intelec- desarrollado y complejizado de diferentes
tual que es simplemente incomprensible sin maneras, para mantenerse hasta el día de
esa raíz fundadora y estructurante que es la hoy como las específicas formas vigentes de
perspectiva crítica del marxismo original. hacer historia en la actualidad.
Porque cuando rechazamos también Pues cuando remontamos hacia atrás el
abiertamente, volver a hacer la historia hilo del tiempo, a la búsqueda de los oríge-
aburrida, complaciente, cómoda y estéril nes históricos de los tipos de historia que
que todavía hoy practican los historiadores hoy son todavía vigentes en el mundo en-
positivistas de todo el planeta, entonces se tero, resulta claro que dichos orígenes se
nos impone de inmediato la necesidad de encuentran en esa segunda mitad del siglo
intentar construir y elaborar una historia XIX cronológico. Ya que es en estas últi-
nueva y diferente, que será también sin duda mas décadas de ese siglo XIX que se afirma,
una historiografía crítica. Una historia ge- como es bien sabido, por un lado el modelo
nuinamente crítica, que, en consecuencia, de la historia positivista que antes men-
nos remite directamente a lo que han sido cionamos, y que intenta «copiar» la «exac-
los fundamentos mismos de la historiogra- titud» de las ciencias naturales, promo-
fía contemporánea actual, es decir de la his- viendo una historia puramente descriptiva,
toriografía todavía hoy vigente que arranca fáctica, empirista, especializada y reducida
su periodo de existencia precisamente con a «narrar los hechos tal y como han aconte-
esas versiones primeras del marxismo ori- cido», mientras que del otro lado se va con-
ginal, las que al romper con los discursos figurando y difundiendo, también progre-
historiográficos que fueron dominantes sivamente, la primera versión de la historia
durante los tres primeros siglos de la histo- crítica contemporánea, que es justamente la
ria de la modernidad capitalista, sentaron historia que se encuentra incluida dentro
del complejo y más vasto proyecto crítico
teoría crítica, Paidos, Barcelona, 2000. Finalmente, también de Karl Marx.
los brillantes trabajos de Walter Benjamin, El concepto Así, es claro que ha sido Marx el que ha
de crítica de arte en el Romanticismo alemán, Península, sentado los fundamentos de la historia crí-
Barcelona, 1988, El origen del drama barroco alemán, Taurus,
tica, tal y como ahora es posible concebir a
Madrid, 1990, Tesis sobre la historia y otros fragmentos,
Contrahistorias, México, 2005, e Iluminaciones, vols. I, II, III, esta última, y tal y como ella se ha ido de-
IV, Taurus, Madrid, 1998. sarrollando a lo largo de los últimos ciento
Trabajadores de la New England Fish Company, EEUU, en 1909 (Fuente: University of British
Columbia - Library).
cincuenta años. Ya que no existe duda res- tro de esa herencia todavía viva y poderosa,
pecto al hecho de que, después de Marx y de esa primera versión de la historiografía
apoyándose en mayor o menor medida en crítica que ha sido la historia defendida y
el tipo de historia crítica y científica que propuesta por el propio Karl Marx.
él ha promovido y establecido, se han ido Y si bien la caída del Muro de Berlín en
afirmando, a lo largo de todo el siglo XX y 1989, ha significado sin duda la muerte de
hasta hoy, distintas corrientes, autores y todos esos proyectos de construir mundos
trabajos que, reclamándose abiertamente «socialistas» dentro de sociedades esen-
«marxistas», han alimentado de manera cialmente escasas —es decir, de sociedades
considerable el acervo de los progresos y de que carecían de las condiciones y del grado
los desarrollos de toda la historiografía del de desarrollo necesarios, en lo económico,
siglo XX. Y entonces, lo mismo los autores en lo social, en lo político, y en lo cultural,
de la Escuela de Frankfurt que los del lla- para intentar edificar sociedades no capita-
mado austromarxismo, y hasta los autores listas—, también es claro que eso no signifi-
de la actual historia socialista británica o ca, para nada, el fin del discurso crítico y de
de la historiografía crítica neomarxista del la historiografía también crítica marxistas,
«world-system analysis» (del análisis de los que encuentran en cambio su fundamento,
sistemas-mundo), y pasando por los tra- no en esas sociedades del que fue llamado
bajos históricos de las escuelas marxistas el «socialismo realmente existente» y que
polaca, o alemana, o italiana, pero también hoy están en proceso de cambios profun-
latinoamericana, entre muchas otras, son dos, sino en las contradicciones esenciales
todas distintas manifestaciones y proyec- mismas del capitalismo, hoy mas vivas y
tos intelectuales que es necesario inscribir apremiantes que nunca, así como en la ne-
dentro de esa vasta presencia global y den- cesidad todavía vigente y urgente de la ne-
cesaria superación histórica de ese mismo la historia que, de acuerdo a la noción del
capitalismo [2]. mismo Marx, debería abarcar absolutamen-
Puesto que si es claro que, en donde hay te a todos los territorios que hoy están ocu-
explotación habrá lucha en contra de esa pados por las llamadas «ciencias sociales»,
misma explotación, y si donde hay opresión y que en la medida en que hacen referencia
habrá siempre resistencia, y si es una ex- a los distintos aspectos, actividades, mani-
periencia reiterada de la historia, que la in- festaciones o relaciones sociales construi-
justicia y la discriminación sociales engen- das por los hombres, en el pasado o en el
dran también ineludiblemente la rebeldía y presente, se engloban igualmente dentro
la sublevación contra dicha discriminación de esa «historia de los hombres» cuyo estu-
e injusticia, entonces también es evidente dio corresponde justamente a dicha ciencia
que mientras exista capitalismo habrá un histórica. Ciencia de la historia que enton-
pensamiento crítico, destinado a explicar ces, y concebida en esta vasta dimensión,
su naturaleza destructiva y despótica, y a es para Marx una historia necesariamente
orientar la reflexión que ilumine la lucha global, una historia que posee la amplitud
contra ese capitalismo y la búsqueda de las misma de lo social-humano en el tiempo,
vías concretas de su superación real. Por considerado en todas sus expresiones y
eso, y en contra de las visiones simplistas y manifestaciones posibles [3].
siempre apresuradas de ciertos periodistas Estatuto científico de nuestra discipli-
y de ciertos politólogos actuales, el pensa- na, concebida en esta vasta y englobante
miento crítico sigue más vigente que nunca, definición, que se hace necesario reiterar
junto a la necesidad y posibilidad de una ahora de nueva cuenta, tanto frente a las
historia igualmente crítica. minoritarias posiciones postmodernas, que
¿Cuáles son, entonces, las lecciones to- quieren reducir a la historia a la condición
davía vigentes para una historia aún crítica, de simple juego estético, de arte, o de mero
derivadas de su versión marxista fundado- ejercicio discursivo, como también frente
ra y originaria?. ¿Y cuáles las implicacio- a las posiciones que pretendiendo «defen-
nes que podemos derivar de estas mismas der» una fantasmal «identidad» dura de la
lecciones para todo el conjunto de las ac- historia, distinta de las «identidades» de la
tuales ciencias sociales contemporáneas?. sociología, la antropología, la economía,
La primera de ellas, en nuestra opinión, se
3.– Marx será muy enfático en afirmar que no conoce mas
refiere al estatuto mismo de la historia, es que «una sola ciencia» y que esa ciencia única es la ciencia
decir, a la necesidad de concebir que toda de la historia. Cfr. su libro La Ideología Alemana, Pueblos
la actividad que desarrollamos, y todos los Unidos, Buenos Aires, 1973. De ahí, el importantísimo
papel que ocupa en su formación el estudio de la historia
resultados que vamos concretando, están
y de las obras de los historiadores, que hemos tratado
claramente encaminados hacia la consoli- de desarrollar en nuestro ensayo, Carlos Antonio Aguirre
dación de un proyecto de construcción de Rojas, «El problema de la historia en la concepción de Marx
una ciencia de la historia. Una ciencia de y Engels» en Revista Mexicana de Sociología, vol. 45, num. 3,
1983. Y no es por casualidad que, por ejemplo Marc Bloch,
2.– Sobre esta naturaleza específica del fundamento coincida en este punto con Marx, al definir a la historia
del discurso de Marx, cfr. el libro de Bolivar Echeverría, como «la ciencia que estudia la obra de los hombres en el
El discurso crítico de Marx, Era, México, 1986 y también tiempo», en su célebre libro Apología para la Historia o el
Definición de la cultura, Itaca - UNAM, México, 2001. Oficio de Historiador, Fondo de Cultura Económica, México,
Sobre la vigencia del marxismo en el pensamiento 1996. Sobre estas coincidencias, puede verse también
actual, cfr. nuestro libro, Carlos Antonio Aguirre Rojas, nuestro ensayo, Carlos Antonio Aguirre Rojas, «Entre Marx
Para comprender el mundo actual. Una gramática de larga y Braudel: hacer la historia, saber la historia» en la revista
duración, Centro Juan Marinello, La Habana, 2003. Cuadernos Políticos, num. 48, México, 1986.
la psicología, etc., terminan reduciéndola entonces, la repetida frase de que «el buen
también al simple trabajo del coleccionista historiador se hace en los archivos». Porque
de antigüedades y del anticuario, del aman- nunca será dentro de los archivos, en don-
te de las «cosas del pasado», erudito y posi- de el historiador se pondrá al tanto de esas
tivista. tradiciones, debates y teorías que confor-
Pero si, como Marc Bloch lo ha repetido, man el verdadero edificio de su ciencia. Y
la historia es la ciencia que estudia «la obra de la misma manera en que el físico va al la-
de los hombres en el tiempo», sólo puede boratorio, o el biólogo a la práctica de cam-
hacerlo dentro de esta declarada vocación po, solo después de haber aprendido lo que
de constituirse en un determinado y claro es, lo que investiga, lo que quiere compren-
proyecto científico. Y por lo tanto, asumien- der y resolver la física o la biología, así el
do todo lo que este concepto de «ciencia» buen historiador solo va al archivo después
implica. Porque una simple descripción de que ha asimilado lo que es y lo que debe
o relato no es todavía ciencia, como no lo ser la historia, y luego de haber definido
es tampoco cualquier tipo de discurso, o con claridad una problemática historiográ-
cualquier actividad de mera recolección y fica determinada, desde y con las teorías, la
clasificación de documentos, de datos y de metodología y los conceptos y categorías
fechas. En cambio, la idea de ciencia con- de su propio oficio.
lleva necesariamente la de la existencia de Y también es claro que, aunque la his-
todo un aparato categorial y conceptual toria incluye sin duda una cierta dimen-
específico, organizado de una determinada sión artística, y otra dimensión narrativo-
manera, a través de modelos y de teorías de discursiva, dimensiones que cuando son
orden general, y que busca y recolecta di- conocidas y bien manejadas enriquecen
chos hechos y acontecimientos históricos, enormemente el trabajo y los resultados
para ensamblarlos e insertarlos dentro de del historiador, sin embargo la historia no
explicaciones científicas comprehensivas, se reduce a ninguna de esas dos dimensio-
y dentro de modelos de distinto orden de nes, las que si bien están siempre presen-
generalidad, que definen tendencias de tes, no son nunca el elemento o momento
comportamiento de los procesos sociales, y determinante de la disciplina o ciencia de la
regularidades de las líneas evolutivas de las historia en su conjunto [5]. Y si la historia no
sociedades, a la vez que dotan de sentido
y de significación a esos mismos sucesos y tareas esenciales de la rama de la historia que es la historia
fenómenos históricos particulares. de la historiografía, es precisamente la de estudiar, analizar
y reconstruir esas múltiples tradiciones intelectuales,
Noción fuerte de la historia como ver-
junto a esos debates, teorías, conceptos, paradigmas y
dadera ciencia, que implica entonces que modelos utilizados por los distintos historiadores en el
la historia, como cualquier ciencia, se haya ejercicio cotidiano de su oficio. Tarea que frecuentemente
ido configurando a partir de diferentes y olvidan quienes sólo conciben a esta historiografía como
simple recuento de autores y de obras. Sobre este punto
complejas tradiciones intelectuales, estan-
cfr. Massimo Mastrogregori, «I problemi della storia della
do atravesada por debates teóricos, episte- storiografia», en Rivista di storia della storiografia moderna,
mológicos y metodológicos, y apoyada en año 8, num. 2 –3, 1987, «Storiografia e tradizione storica»
un amplio conjunto de teorías, de paradig- en Passato e Presente, año 12, num. 32, 1994, «Storiografia,
A.D. 2062» en Belfagor, año 54, num. 323, 1999 y
mas, de modelos teóricos y de armazones
«Liberation from the Past», en The European Legacy, vol.
conceptuales diversas [4]. Lo que desmiente 6, num. 1, 2001.
5.– Sobre esta dimensión narrativa del trabajo del
4.– Y vale la pena insistir en el hecho de que una de las historiador, vale la pena revisar el trabajo de Paul Ricœur,
se reduce ni a arte, ni a discurso, ni tampo- dos diferentes y sus técnicas, teorías y con-
co a la práctica del erudito en los archivos, ceptos siempre específicos y distintos, han
entonces la investigación histórica misma terminado por provocar las múltiples, infi-
debería también ajustarse a su condición de nitas y paralizantes «especializaciones» en
verdadera ciencia, remontándose más allá que hoy se fragmenta ese mismo estudio de
de la mera búsqueda y del establecimiento las realidades humanas sociales en general.
de cronologías y de series de datos, y su- Pero, si para Marx solo existe esa única
perando su condición de simple crónica de ciencia de la historia, eso nos proporciona
fechas, lugares y sucesos, que es a lo que hoy una salida viable y muy sugerente fren-
la han reducido sistemáticamente esas vi- te a la crisis actual de ese episteme parce-
siones de la historia positivista que todavía lado aún vigente, crisis que no se resolverá
hace falta criticar y superar. con las limitadas y solo cosméticas salidas
Por lo demás, es también claro que si de la «interdisciplinariedad», la «multidis-
Marx concebía a la historia como la única ciplinariedad», la «pluridisciplinariedad»
ciencia de lo social humano en el tiempo, en- o la «transdisciplinariedad», —todas ellas
tonces hubiese estado en contra de la ac- inviables e ineficaces, en virtud de que
tual organización del episteme hoy vigente continúan respetando como legítima esa
dentro de las llamadas ciencias sociales ac- división del conocimiento de lo social en
tuales, episteme que solo se afirma a finales diferentes «disciplinas», cuando de lo que
del siglo XIX y principios del siglo XX, y que se trata es de negar radicalmente dicha
cuadricula y fragmenta la unidad de esa división y de suprimirla— sino solamente
totalidad humana social, en los supuesta- mediante el retorno a esa visión genuina-
mente autónomos e independientes cam- mente unidisciplinaria sobre lo social que es
pos de lo económico, lo geográfico, lo so- la que ha defendido y asumido justamente
cial, lo histórico, lo político, lo cultural, lo el gran autor de El Capital.
antropológico, etc. Campos artificialmente En consecuencia, esa noción fuerte de
establecidos por la actividad humana del ciencia que Marx aplica para la historia, y
conocimiento, que no se corresponden con que nos permite distanciarnos tanto del
el funcionamiento real de lo social, y que posmodernismo en historia como del limi-
al haber establecido sus supuestamente di- tado positivismo historiográfico, vale igual-
versos «objetos» de estudio, con sus méto- mente para todas las ciencias sociales actua-
les, acosadas también por el irracionalismo
Tiempo y narración, 3 tomos, Siglo XXI, México, 1995 – de los discursos logocéntricos posmoder-
1996. Sin embargo, es claro que estamos en contra de las nos, como por las múltiples versiones re-
derivaciones e interpretaciones posmodernas de este libro,
novadas del empirismo y del funcionalismo
y mas en general de la exageración desmesurada y de la
hipostatización de esa dimensión narrativa del trabajo actuales, puramente descriptivos y pura-
histórico llevada a cabo por esas mismas posturas del mente apegados al trabajo monográfico
posmodernismo en historia. Para una crítica muy aguda mas limitado.
de estos puntos de vista posmodernos, cfr. la obra de Carlo
Una segunda lección importante de esta
Ginzburg, por ejemplo Tentativas, Universidad Michoacana,
Morelia, 2003, A microhistória e outros ensaios, Difel, historia científica promovida por Marx, y
Lisboa, 1989, Ninguna Isla es una Isla, Universidad Juárez que sigue manteniendo toda su vigencia
Autónoma de Tabasco, Villahermosa, 2003 y Rapporti di hasta el día de hoy, es el de concebir a la
forza. Storia, retorica e prova, Feltrinelli, Milan, 2000. Véase
historia, en todas sus dimensiones, temá-
también el ensayo de Immanuel Wallerstein, «La escritura
de la historia» en la revista Contrahistorias, num. 2, México, ticas y problemas abordados, como una
2004. historia profundamente social. Es decir,
sociales explotados y sometidos, los que en les, y son estas últimas las que determinan
gran medida «han hecho la historia». Clases siempre los límites generales de sus accio-
sociales sometidas, que involucradas den- nes diversas. Y si bien su propia acción, es
tro de un conflicto social o lucha de clases un vector que puede influir en el cambio
que atraviesa una gran parte de la historia de estas mismas circunstancias, lo es solo
humana, —y en particular, aquella que ha dentro de los márgenes que fijan las ten-
comenzado luego de los múltiples procesos dencias, una vez más sociales, de la evolu-
de disolución de las muy diversas y varia- ción específica que vive esa sociedad deter-
das formas de la comunidad, que están en minada en esa época o momento también
el punto de partida de todas las socieda- particular [8].
des humanas [7]—, han ido tejiendo con su Con lo cual, la historia o la ciencia so-
trabajo cotidiano y con su actividad social cial críticas son sociales en un doble senti-
permanente, pero también con sus luchas y do: en primer lugar en cuanto a que, para la
con sus acciones de resistencia y de trans- explicación de cualquier hecho o fenómeno
formación, el específico tejido de lo que en social e histórico, tienen que involucrar y
términos concretos ha sido y es justamente hacer intervenir a los grandes actores co-
la historia humana. lectivos que antes eran omitidos e ignora-
Y es claro que no hay historia científica o dos, y que son siempre el entorno inmedia-
crítica posible, pero tampoco una sociolo- to obligado, tanto de la formación como de
gía o economía serias, ni una antropología las acciones de cualquier personaje indivi-
o psicología realmente científicas, que no dual. Y en segundo lugar, en el sentido de
tomen en cuenta, por ejemplo, a las for- que también cualquier suceso o situación
mas de la cultura popular, o a los grandes histórica o social, se desenvuelve dentro
movimientos sociales, a las expresiones de de un determinado y múltiple contexto so-
la lucha de clases o a los grandes intereses cial general, que lo condiciona y envuelve,
económicos colectivos, lo mismo que a las fijándole tanto sus límites como sus posi-
grandes corrientes de las creencias colecti- bilidades de repercusión determinada. Y
vas o a los diversos contextos y condicio- parece ser claro que, una de las tendencias
namientos sociales generales de cualquier más marcadas de prácticamente todas las
proceso, fenómeno o hecho social e histó- corrientes historiográficas que se han desa-
rico analizado. rrollado durante el siglo XX, con la única y
Lo que no implica, ni mucho menos, que obvia excepción de la tendencia positivista
dejemos de estudiar a los individuos, a los de los historiadores, ha sido ésta de incor-
grandes personajes, o a las élites, pero si en porar a los grandes grupos sociales, a las
cambio modifica de raíz el enfoque tradi- sensibilidades colectivas, a las masas po-
cional desde el cual han sido, y son aún a pulares, a las formas de conciencia mayori-
veces abordados, estos grupos o clases mi- tarias, y a las clases y movimientos sociales
noritarias y estos individuos. Porque todo
8.– Lo que nos remite al complejo problema de la
individuo es fruto de sus condiciones socia-
biografía histórica y del papel de los individuos dentro
de la historia. Sobre este problema, cfr. Jorge Plejanov,
7.– Sobre este problema cfr. el texto de Karl Marx, Formas El papel del individuo en la historia, Roca, México, 1978,
que preceden a la producción capitalista, Pasado y Presente, Maximilien Rubel, Karl Marx. Ensayo de biografía intelectual,
México, 1976 y El porvenir de la comuna rural rusa, Pasado Paidos, Buenos Aires, 1970, y Carlos Antonio Aguirre Rojas,
y Presente, México, 1980. También Carlos Antonio Aguirre «La biografía como género historiográfico» en el libro
Rojas, «La comuna rural de tipo germánico» en Boletín de Itinerarios de la historiografía del siglo XX, Centro Juan
Antropología Americana, num. 17, México, 1988. Marinello, La Habana, 1999.
en todas sus expresiones, dentro de los te- pasando por diversas y complejas variantes
rrenos y de las perspectivas habituales de como la de la «traducción», la negación, la
la historia. Lo que, necesariamente, ha sido simbolización, la construcción de fetiches
acompañado también de esa introducción o las múltiples figuras de una cierta recons-
sistemática de los diversos contextos socia- trucción diferente de ese mundo material
les —políticos, intelectuales, económicos, en el nivel cultural [9].
civilizatorios, etc.— dentro de las explica- Por lo tanto, afirmar que la historia crí-
ciones históricas cotidianas. tica o la sociología científica, o la antropo-
Otra lección importante de la historia y logía o la ciencia política actuales, deben
de la ciencia y el análisis social que Marx de ser también materialistas, solo implica
ha construido, la tercera, es su dimensión que no es posible hacer, por ejemplo, una
como historia, ciencia y análisis materialis- historia de las llamadas «mentalidades»,
tas. Y no en el sentido vulgar, aunque mu- sin considerar los contextos sociales, polí-
chas veces repetido, de que lo «espiritual» ticos, económicos y generales de esas mis-
sea un simple «reflejo» directo o depen- mas «mentalidades». Es decir, que debemos
diente de lo material, sino más bien en la evitar una historia o un análisis social idea-
línea de que, en general, resulta imposible lista de los fenómenos políticos o cultura-
explicar adecuadamente los procesos cul- les o jurídicos o intelectuales, como la que
turales, las formas de conciencia, los ele- ha escrito por ejemplo Philippe Aries, pero
mentos del imaginario social, las figuras de también como la que nos entregan con fre-
la sensibilidad colectiva, etc., sin conside- cuencia connotados politólogos o juristas
rar también las condiciones materiales en modernos. O también una historia pura-
que se desenvuelven y apoyan todos esos mente logocéntrica, y puramente ocupada
productos, y todas esas manifestaciones di- del plano discursivo o conceptual, como
versas de los fenómenos intelectuales, y de la que proponen Hyden White y los demás
la sensibilidad humana en general. autores que defienden el posmodernismo
Porque las ideas no flotan en el aire, dentro de los estudios históricos actuales.
separadas de los hombres y de los grupos En cambio, la verdadera historia cien-
sociales que las producen, y los productos tífica y el análisis social pertinente deben
de la cultura, de la conciencia o de la sensi- estar siempre atentos, cuando se ocupan
bilidad, solo se hacen vigentes en la medi- de esos hechos, fenómenos y procesos del
da en que se encarnan y «materializan» en
determinadas prácticas, en instituciones, 9.– Es claro que esta relación que existe entre los
en comportamientos y en realidades total- productos y los fenómenos culturales y las condiciones
materiales en que dichos fenómenos o productos se
mente materiales. Lo que, sin embargo, no
gestan, se encuentra en el centro mismo de todo posible
elimina el hecho de que el tipo de relación proyecto de una historia cultural seria y genuinamente
específica y concreta que se establece, en- crítica. Lo que explica los límites y la pobreza enorme de
tre esa dimensión intelectual y sus condi- la historia francesa de las mentalidades, la que nunca fue
capaz de resolver adecuadamente este problema crucial.
ciones materiales de producción y de efec-
Frente a esto, véase en cambio el interesante proyecto de
tivización, sea un problema abierto y por una historia cultural, naturalmente materialista y también
establecer, y que puede abarcar desde la for- crítica, desarrollado en general por Carlo Ginzburg en
ma de la condensación o la transposición obras como El queso y los gusanos o Historia Nocturna,
entre otras. Sobre este punto, cfr. Carlos Antonio Aguirre
sublimada que a veces se expresa en el arte,
Rojas, «El queso y los gusanos: un modelo de historia
hasta la forma del «reflejo invertido» que crítica para el análisis de las culturas subalternas» en
en ocasiones descubrimos en la religión, y Prohistoria, num. 6, Rosario, 2002.
llamado «espíritu humano» —y que noso- globales, los hechos económicos. Una lección
tros llamaríamos más bien fenómenos de marxista que quizá sea la más vulgarizada y
la conciencia y de la sensibilidad sociales—, la más mal interpretada de todas, por par-
de las condiciones materiales que acompa- te tanto de los historiadores, como incluso
ñan y se imbrican con dichos fenómenos de una gran mayoría de los científicos so-
intelectuales, conscientes de que el tipo ciales. Y ello, debido a la amplia difusión
de relación que se establece entre ambas e influencia importante del marxismo vul-
esferas, la material y la «espiritual», es un gar en prácticamente todo el mundo, y a lo
problema abierto y por investigar y redefi- largo de casi todo el siglo XX cronológico.
nir en cada caso concreto, pero seguros a la Porque esta lección no implica, ni mucho
vez de que sin esas condiciones materiales, menos, que todos los fenómenos sociales
no es realmente comprehensible la natura- deben de «reducirse» a la base económica,
leza profunda y el sentido esencial de todos ni que la economía es la «esencia» oculta
esos fenómenos de la mente y de la econo- o el «espíritu profundo» escondido de todo
mía psíquica de los individuos y de las so- lo social, sino simplemente —¡simplemen-
ciedades. te!— que, en la historia que los hombres
Y es precisamente este error, de ignorar han recorrido y construido desde su origen
la importancia de esa base material y de como especie y hasta el día de hoy, los he-
ese conjunto de condiciones reales, el que chos y las estructuras económicas han ocu-
reencontramos no solo en muchas de las pado y ocupan todavía un rol que posee una
versiones de la historia de las «mentalida- centralidad y una relevancia fundamentales
des» antes referida, sino también en múl- innegables. Lo que significa que dichos pro-
tiples historias o estudios contemporáneos cesos sociales globales son incomprensibles
sobre los fenómenos de la religión, del arte, sin la consideración de las evoluciones y la
de la literatura, de la cultura y de las ideas, naturaleza determinada de esa dimensión
que prosperan lo mismo dentro del gremio económica, pero no significa, en cambio,
de los seguidores de Clío, que en todas las que debamos buscar cuál es, por ejemplo,
restantes ciencias sociales contemporá- «la base económica de la pintura de Picas-
neas. E incluso, y muy frecuentemente, en so», o la «estructura económica en que se
muchas de las historias predominantemen- apoya esa ‘superestructura’ que ha sido el
te políticas que han escrito los historiado- arte surrealista», lo que es a todas luces
res positivistas de América Latina y de Eu- una empresa ridícula y sin sentido, a pesar
ropa, historias donde también ese nivel de de haber sido alguna vez planteada por los
lo político parece «cerrarse sobre sí mismo» marxistas vulgares de Francia en la primera
y ser totalmente autosuficiente, y en donde mitad del siglo XX [10].
se ignoran por completo también las con-
diciones sociales reales y las condiciones 10.– Felizmente, y en contra de esas simplificaciones de
materiales de esos procesos políticos que este aporte importante de Marx, siempre ha habido autores
inteligentes que, manteniendo su perspectiva marxista
se estudian.
crítica, han desarrollado muy interesantes análisis de
La cuarta posible lección derivada de los los muy diversos problemas de la cultura humana y del
trabajos de Karl Marx, para una historia ge- arte, del fenómeno de la ciudad, del estudio de la vida
nuinamente crítica y para un análisis de lo cotidiana, del papel de la tradiciones o del rol de la
religión, entre muchos otros. Nos referimos, por ejemplo,
social que sea realmente comprehensivo y
y solo para aludir a aquellos marxistas peretenecientes a
explicativo, es la relevancia fundamental las tradiciones del mejor marxismo crítico del siglo XX que
que tienen, dentro de los procesos sociales han abordado estos temas enlistados, a las obras y trabajos
Reconociendo entonces esta centralidad fía del siglo XX, y que una vez más, abar-
de lo económico para la interpretación de can desde las finas y elaboradas versiones
los procesos sociales históricos globales, del marxismo de Marx y de algunos de los
el buen analista social y el buen historia- marxismos críticos posteriores, —como es
dor crítico saben también que la relación el caso de algunos de los trabajos que, con
específica que esos fenómenos económicos cierta flexibilidad, podríamos calificar de
pueden tener, o pueden no tener con otros obras de «historia económica», escritos por
hechos y realidades sociales, es igualmente Lenin, por Rosa Luxemburgo o por Henry
un problema abierto y por definir en cada Grossman, entre otros [11]—, hasta las va-
caso concreto, y cuyo abanico de respuestas riantes simplificadas del marxismo vulgar o
abarca, lo mismo la opción de que no existe del marxismo reducido a ideología oficial,
ningún vínculo, o de que no existe un vín- en muchos Manuales de la antigua Unión
culo directo, y por lo tanto la conexión se Soviética o de los países del llamado «blo-
da sólo a través de complejas e indirectas que socialista».
mediaciones de otros niveles y relaciones, Una quinta lección importante para to-
hasta la posibilidad de relaciones claras y dos los científicos sociales genuinamente
evidentes de determinación directa de ese críticos, y por ende también para todo his-
mismo nivel económico, y pasando nueva- toriador serio, es la exigencia de Marx de
mente por vínculos de dependencia, o de ser capaces de observar, y luego de explicar,
condicionamiento sólo general, de encua- todos los fenómenos investigados «desde el
dramiento, de limitación indirecta, o de punto de vista de la totalidad». Lo que quie-
muy diversos matices de influencias de ma- re decir que debemos de cultivar y desarro-
yor o de menor peso específico. llar la capacidad de detectar y de descubrir,
Y puesto que ha sido Marx el primero en sistemáticamente y en todo examen de los
rescatar de manera sistemática esta centra- problemas sociales e históricos que aborda-
lidad de lo económico dentro del proceso mos, los diversos vínculos y conexiones que
histórico global, es lógico que sea también
él, el fundador de la rama de los estudios de 11.– Nos referimos a los trabajos de Vladimir Ilich Lenin,
historia económica dentro del tronco mayor El desarrollo del capitalismo en Rusia, Estudio, Buenos
de la historiografía contemporánea. Rama Aires, 1973, Rosa Luxemburgo, Introducción a la historia
económica, Pasado y Presente, México, 1976, y Henryk
que, desde el autor de El capital y hasta hoy,
Grossman, La ley de la acumulación y del derrumbe del
ha tenido una buena parte de sus más im- sistema capitalista, Siglo XXI, México, 1979. Para un
portantes representantes, precisamente planteamiento adecuado de esta compleja relación
dentro de las distintas corrientes y expre- entre los hechos económicos y otras dimensiones de la
vida social, cfr. Bolivar Echeverría, «La forma natural de
siones de los múltiples «marxismos» que
la reproducción social» en Cuadernos Políticos, num. 41,
llenan la historia y también la historiogra- 1984, y Carlos Antonio Aguirre Rojas, «Economía, escasez
y sesgo productivista. Desde los epigramas de Marx hasta
de Georg Lukács en el campo de la estética y de la historia los apotegmas marxistas» en Boletín de Antropología
literaria, de Henri Lefebvre sobre lo rural y lo urbano o Americana, num. 21, México, 1990. Para un desarrollo
sobre la cotidianeidad, o de Edward Palmer Thompson, mas amplio del punto del papel de Karl Marx como
sobre la formación de la clase obrera inglesa. Un ensayo fundador de la moderna rama de los estudios de historia
de reconstrucción de la compleja visión de Marx sobre, por económica, cfr. nuestro ensayo, Carlos Antonio Aguirre
ejemplo, la sociedad europea medieval, que está lejos de Rojas, «La corriente de los Annales y su contribución
reducir todo a esas visiones economicistas mencionadas, al desarrollo de la historia económica en Francia», en
lo hemos intentado en nuestro artículo, Carlos Antonio el libro Corrientes, temas y autores de la historiografía
Aguirre Rojas, «El modo de producción feudal» en Revista contemporánea, Universidad Juárez Autónoma de Tabasco,
Mexicana de Sociología, vol. 48, num. 1, 1986. Villahermosa, 2002.
van también a establecer de manera igual- que los historiadores y los cientistas socia-
mente concreta, todo el nudo de específicas les del siglo XX han cultivado muy poco
conexiones que tendrá ese hecho social o en general, a pesar de las ricas y profundas
fenómeno histórico investigado con esos contribuciones que podría implicar el de-
diferentes y sucesivos medios contextuales sarrollo, el ejercicio sistemático y la apli-
en los que el se despliega. cación creativa de este pensamiento y de
Por lo cual, como lo ha explicado Jean- esta visión dialécticas de la historia y de la
Paul Sartre, se impone siempre un proceso totalidad social. Visión dialéctica que nos
de «totalización progresiva» del problema invita a dejar de ver los hechos sociales y
que abordamos, proceso que reconstruye también los fenómenos y situaciones his-
esa inserción dada del tema en esas múlti- tóricos como «cosas», y a la historia misma
ples y diversas totalidades, que son las que o a la sociedad actual como un conjunto de
le otorgan su significación y su sentido glo- realidades muertas, terminadas y diseca-
bales. Reconstruyendo así, un análisis so- das, realidades que además, estarían deter-
cial y una historia «desde el punto de vista minadas en un sólo sentido, siempre claro y
de la totalidad», el historiador o el cientí- siempre bien establecido. En lugar de esta
fico social que adopta esta lección central última visión, tan extendida entre los soció-
de la perspectiva crítica de Marx se instala logos funcionalistas, los antropólogos tra-
entonces dentro del terreno de un examen dicionales, los politólogos contemporáneos
social global de los hechos sociales investi- o los historiadores positivistas, entre otros,
gados, o también en el espacio claro de una esta perspectiva dialectizante afirma por el
historia global o globalizante, tal y como la contrario que todos los hechos históricos y
han defendido y promovido también, des- sociales son realidades vivas y en devenir, a
pués del propio Marx, los autores de la pri- la vez que elementos de procesos dinámi-
mera y la segunda generación de la mal lla- cos y dialécticos en los que el resultado está
mada «Escuela de los Annales» [12]. siempre abierto y en redifinición constante,
La lección número seis que es posible a partir de las contradicciones inherentes y
extraer del pensamiento social e histórico esenciales que se encuentran, tanto en esos
de Marx, es la necesidad de enfocar los pro- mismos procesos, como en el conjunto de
blemas de la historia y de la sociedad desde los hechos antes mencionados [13].
una perspectiva dialéctica. Una perspectiva Así, junto a la positividad de cualquier
situación o fenómeno de la sociedad y de
12.– Jean Paul Sartre ha definido esta estrategia como un la historia, es necesario también captar
proceso de «totalización progresiva» en su libro Crítica de su correlativa negatividad, mostrando por
la razón dialéctica, Losada, Buenos Aires, 1963. La tesis que
ejemplo, junto al carácter hoy dominante
postula ser capaz de analizar los distintos problemas que
abordamos «desde el punto de vista de la totalidad» fue del capitalismo, su naturaleza irremedia-
desarrollada por Carlos Marx en su célebre texto de la blemente efímera, y junto a la modernidad
Introducción general a la crítica de la economía política. burguesa que hoy se enseñorea todavía en
1857, Pasado y Presente, México, 1980. Para un desarrollo
el planeta entero, a las múltiples moderni-
agudo de las implicaciones de esta tesis, cfr. Georg Lukács,
Historia y conciencia de clase, Grijalbo, 1969. Y para la co- dades alternativas que la combaten y que
nexión entre esta historia asumida desde el punto de vis-
ta de la totalidad y la perspectiva de la historia global de 13.– Sobre este punto, cfr. el ensayo de Leo Kofler, Historia
la escuela de Annales, cfr. nuestros libros, Carlos Antonio y dialéctica, Amorrortu, Buenos Aires, 1974 y Karl Korsch,
Aguirre Rojas, La escuela de los Annales. Ayer, Hoy, Mañana, La concepción materialista de la historia y otros ensayos,
Montesinos, Barcelona, 1999 y Fernand Braudel y las cien- Ariel, Barcelona, 1980, por mencionar solo dos ejemplos
cias humanas, Montesinos, Barcelona, 1996. de entre muchos otros posibles.
dar cuenta de todos esos fenómenos histó- ven toda positividad o afirmación social e
ricos desde explicaciones multicausales y histórica en su caducidad negativa y en su
combinadas, que sumando y articulando los «lado malo», para hacer saltar siempre el
varios elementos y dimensiones de dichos carácter contradictorio y dialéctico de los
fenómenos, terminen por dar cuenta de problemas que abordan.
ellos en toda su específica complejidad [16]. Una ciencia social y una historia cuyos
Historia realmente crítica, pero también resultados habrán de oponerse, necesaria-
análisis realmente científico e igualmente mente, a los de la ciencia social y a la his-
crítico de los hechos sociales que, por lo de- toria hoy dominantes, las que promovidas
más, sólo pueden construirse desde los cri- y divulgadas desde el poder, se regodean
terios que antes hemos enumerado y esbo- todo el tiempo en análisis puramente mo-
zado. Ya que sólo desde una noción fuerte nográficos, descriptivos, y aburridos, pero
de ciencia social o de ciencia de la historia igualmente legitimadores del statu quo ac-
y de sus implicaciones, es que pueden cons- tual. Ciencias sociales genuinamente crí-
tituirse estos discursos críticos historiográ- ticas, que, sin duda alguna, deben todavía
ficos y de ciencias sociales, los que tampo- hoy muchos de sus fundamentos esenciales
co podrán ser otra cosa que las ya referidas y de sus herramientas mas importantes a
formas de la historia o del análisis radi- ese proyecto teórico del marxismo original,
calmente social, en la doble acepción tan- cuyos ecos principales continúan resonan-
to de historia o estudio de los fenómenos do, a pesar de todo, mas de un siglo y medio
y procesos colectivos y sociales en sentido después de que fuesen formulados por el
estricto, como también de análisis e histo- mas importante intelectual de todo el siglo
ria siempre contextuados socialmente, aún XIX: Karl Marx. Marx, fundador del mas mo-
cuando se ocupen de las élites, los indivi- derno y contemporáneo pensamiento críti-
duos o los personajes singulares. Además, co y radical, bajo cuya sombra intelectual
será también, necesariamente, una ciencia seguimos todavía viviendo, y cuya herencia
social y una historia materialista, que reco- teórica seguirá vigente, necesariamente,
nozcan las condiciones materiales de todo mientras continúe con vida este injusto e
fenómeno intelectual, de conciencia o de la irracional capitalismo contemporáneo que
sensibilidad, y a las que no escapará nunca él mismo ayudo con tanta agudeza y cla-
la centralidad general de los hechos econó- ridad a diagnosticar y a entender, siempre
micos dentro de la sociedad y dentro de la en el ánimo de ayudarnos a superarlo para
historia. Y serán por último, también una construir sobre sus ruinas un futuro real-
ciencia social y una historia vistas desde el mente diferente y mejor.
punto de vista de la totalidad, y con pers- Porque, si como afirmo alguna vez Mi-
pectiva dialéctica, que recorrerán ágilmen- chelet, hemos todavía de creer en el futuro,
te los niveles de la totalización sucesiva será solo en la medida en que estemos radi-
del tema investigado, a la vez que disuel- calmente dispuestos a participar en el pro-
ceso complejo de su propia construcción.
16.– Hemos intentado desarrollar el modo en que esta
tradición de la historia genuinamente crítica se hace
presente en varios autores de la historiografía francesa
del siglo XX, como Marc Bloch, Fernand Braudel y Michel
Foucault, en los ensayos incluidos en nuestro libro, Carlos
Antonio Aguirre Rojas, Los Annales y la historiografía
francesa, Quinto Sol, México, 1996.
*Anne Showstack Sassoon: profesora emérita de Kingston, Universidad de Londres y actualmente profesora visitante de
Política y género en Birkbeck College, Universidad de Londres. Traducción de Antonia Tato Fontaíña.
ne que tenemos que ser críticos con todo lo del nacionalismo y del populismo regresivo,
que leamos. Después de todo esa es la pro- demasiado amenazantes en la actualidad,
pia esencia del trabajo de Marx —aunque como decía Gramsci, necesitamos una serie
no siempre de los que reivindicaban o rei- de herramientas para fomentar la inteligen-
vindican estar inspirados por sus escritos. Y cia política vinculada a la comprensión de
tenemos que preguntarnos con total hones- los sentimientos y deseos de la población.
tidad qué es lo que en 2018 todavía sirve, En 2018, cuando pensamos en la obra de
si lo hay, para desarrollar ideas que puedan Marx y en los escritores marxistas que le
contribuir a una política progresista ahora y sucedieron, de los cuales en mi opinión el
en el futuro. Si no otra cosa, los contradic- más interesante es Gramsci, sorprende no
torios aspectos a los que nos enfrentamos solo el hecho de que haya un interés per-
requieren una amplia gama de instrumen- manente en su obra sino que el contexto en
tos analíticos con el objetivo de combatir el que se puede debatir, analizar y discutir
esas tendencias reaccionarias y retrógradas sea tan diferente del de 1983. El colapso de
de las que todos somos conscientes. la Unión Soviética y del comunismo en la
Marx y el marxismo podrían proporcio- Europa del Este no solo ha provocado una
narnos algunas de esas herramientas, que transformación en la sociedad de esos paí-
como aquí dice Eric Hobsbawm, tienen que ses sino que ha sido el factor principal, si
ser «constantemente afiladas y modifica- es que no el único, que explica los enormes
das». El marxismo, dice, tiene una varie- cambios de la situación de los partidos de
dad de respuestas distintas para las mismas izquierda y de centro-izquierda en la ma-
cuestiones al tiempo que hace posible que yoría de los países de Europa Occidental.
se formulen otras. Para que cualquier es- Después de 1989, superada la Guerra Fría,
trategia de izquierda tenga éxito, según se cualquier discusión sobre Marx o el marxis-
manifiestan las nuevas necesidades socio- mo ha estado libre en gran parte, si es que
económicas, debe tener sus raíces en los no en su totalidad, de la camisa de fuerza
cambios que están ocurriendo más allá del de las implicaciones políticas inmediatas
control de cualquier fuerza política y en las del período anterior, cuando ciertas postu-
necesidades de la gran mayoría de la pobla- ras a menudo se veían como apoyo u oposi-
ción, en sus experiencias de vida, y aprove- ción al bloque soviético. Lo que también es
char el potencial progresista de las tenden- cierto, sin embargo, es que han aparecido
cias actuales. Esto es esencial para poder nuevas formas de dogmatismo que hacen
tener la oportunidad de ganar un apoyo po- afirmaciones basadas en versiones de Marx
pular amplio. Y para entender cómo actuar o del marxismo. Por lo tanto, cualquier cosa
con éxito en esta realidad, para aumentar que pueda contribuir al debate contempo-
la posibilidad de resultados progresistas ráneo no sectario, abierto y crítico de la
que beneficien a muchos y no sólo a unos izquierda como es la nueva publicación de
cuantos a la vez que evitamos las trampas «Karl Marx: 100 not out» es muy positivo.
* «Karl Marx: 100 not out», Marxism Today, marzo, 1983. Traducción de Antonia Tato Fontaíña. El título original está
tomado de una expresión usada en el juego del cricket, que se refiere al bateador que después de hacer 100 car-
reras continúa en el juego. Alan Hunt: sociólogo y escritor fue miembro del consejo editorial de Marxism Today.
Eric Hobsbawm (1917-2012): historiador y profesor en el Birkbeck College, Universidad de Londres. Fue miembro del
Partido Comunista de Gran Bretaña y del consejo editorial de Marxism Today. Ralph Miliband (1924-1994): profesor de
Ciencia Política en la London School of Economics y en la Universidad de Leeds. Cofundador de Socialist Register, formó
parte del Partido Laborista y de la Nueva Izquierda. Robert Rowthorn: profesor emérito de Economía en la Universidad
de Cambridge, fue miembro del consejo editorial de Marxism Today. Anne Showstack Sassoon: profesora emérita en
Kinsgston, Universidad de Londres y actualmente profesora visitante de Género y Política en el Birkbeck College, Uni-
versidad de Londres. Pertenece al Partido Laborista [Nota de la Traductora].
riador, le adjudico una importancia especial con el análisis, está también la idea de que
a la concepción materialista de la historia. el conflicto puede de hecho eliminarse, que
Creo que, tanto en el plano teórico como en está dentro de la capacidad humana acabar
el práctico, eso es el meollo del marxismo. con el conflicto social.
[Robert Rowthorn] Estoy de acuerdo con Las sociedades capitalistas modernas han
Eric. Creo que lo más importante del mar- mostrado un grado notable de estabilidad
xismo es que proporciona la única crítica mucho después de que Marx afirmara que
coherente del capitalismo que existe. Des- el capitalismo había agotado su potencial.
taca la importancia de la lucha de clases en ¿Pensáis que el marxismo ha comprendido y
la sociedad capitalista y evidentemente vi- explicado adecuadamente la continuidad del
vimos en un mundo donde la lucha de clases capitalismo moderno?
es una realidad muy presente. En segundo
lugar, subraya que el desarrollo capitalista [Robert Rowthorn] Después de lo visto,
está azotado por la crisis y que sufre crisis el marxismo lo ha hecho bastante bien. El
recurrentes. Y una vez más, este es un he- marxismo tiene una historia que es como
cho evidente de la vida y por tanto es natu- la del hombre anuncio que dice: ¡Ten cui-
ral que una teoría que resalta estos hechos dado, tu fin está próximo! Cuando el fin no
mantenga su influencia. Además de ser una llega en el espacio de tiempo previsto, los
teoría con un considerable poder explica- marxistas vuelven al principio, examinan
tivo, el marxismo también es una guía de el pasado y con frecuencia ofrecen una ex-
acción, una teoría de la lucha. Gramsci lo plicación bastante buena sobre las razones
denominó «la filosofía de la práctica». por las que el capitalismo se las ha arregla-
do para sobrevivir a otra crisis más. Los es-
[Anne Showstack Sassoon] Las contra- critos de Marx y Engels dan la impresión de
dicciones internas dentro del capitalismo que el mundo entero pronto sería domina-
son realmente la raíz del interés en el mar- do por la industria moderna y entonces el
xismo. Pero el mismo hecho de que el mar- proletariado arrasaría con todo. Creo que la
xismo tenga que lidiar con nuevas formas expansión del capitalismo a escala mundial
de contradicciones significa que tenemos ha sido más lenta de lo que ellos esperaban.
que estar constantemente preguntándo- Ese es el primer punto. El segundo y más
nos ¿es adecuado el marxismo para esta importante es que Marx y Engels no valo-
tarea? raron bien que la instauración de la demo-
cracia parlamentaria y el logro del sufragio
[Ralph Miliband] Mientras el conflicto universal actuarían como un estabilizador
de clase dure, el marxismo como la doc- político. La democracia parlamentaria mo-
trina del conflicto de clase seguirá siendo derna es un sistema relativamente flexible.
fundamental. Pero hay también en el mar- Permite compromisos que tienen un efecto
xismo una insistencia en que el conflicto profundamente estabilizador. La razón más
no es la guerra de todos contra todos, que importante para que el capitalismo perdure
no es inherente a la naturaleza humana y es el hecho de que ha desarrollado un siste-
por tanto que no es algo que tenga que ser ma político que, hasta ahora, ha sido capaz
soportado o que sólo se pueda atenuar. El de hacer los ajustes necesarios para su su-
marxismo proporciona una interpretación pervivencia.
coherente del conflicto de clase, pero junto
nos llaman «reforma estructural». ¿Exacta- que ir más allá de estos dos modelos y plan-
mente qué clase de reformas estructurales tear cuestiones de una forma muy nueva.
y adónde conducen? ¿Qué tipo de econo- La cuestión del socialismo se presenta
mía y qué fases de economía de transición ahora de una forma nueva. Ya no se for-
tendremos como objetivos? A la larga eso mula en términos de más reformas en la
suscita la cuestión mucho más importante tradición de la socialdemocracia. Ya no se
de la naturaleza de las economías socialis- plantea en términos de remitirse a la expe-
tas que esperamos se construyan sobre la riencia de la Unión Soviética y de los pro-
base de lo que ha sucedido en el pasado en pios países socialistas. Se plantea en térmi-
las sociedades capitalistas desarrolladas. nos de la necesidad, por ejemplo, de tener
¿El marxismo ha entendido el fracaso un control racional sobre los recursos. Se
del socialismo revolucionario en Occiden- plantea en términos de la incapacidad del
te? Yo creo que la respuesta es sí, sin duda. sistema social de proporcionar empleos a la
No todos los marxistas por supuesto —de mayoría de la gente. Se plantea en términos
hecho no me gusta la palabra «marxismo» de la incapacidad del sistema de atender a
en singular porque hay y siempre ha habi- toda una amplia gama de necesidades nue-
do un número considerable de desacuerdos vas que están apareciendo en la actualidad.
dentro del marxismo. Sin embargo, bastan-
tes escuelas marxistas, incluyendo las de [Robert Rowthorn] Yo estoy de acuerdo
los partidos comunistas, han comprendido con los últimos puntos de Anne. Uno de
el fracaso del socialismo revolucionario, en los problemas para encontrar una estrate-
gran medida por dos experiencias históri- gia creíble para la transformación socia-
cas: los largos períodos de expansión y es- lista es desarrollar una idea convincente
tabilidad capitalistas como los que tuvimos de lo qué queremos decir con socialismo.
en los años cincuenta y sesenta y el fracaso La opinión tradicional es que sabemos qué
de las revoluciones cuando se hicieron des- es el socialismo; tenemos que ir y predicar
pués de 1918. Gramsci, cuyas ideas se basan el mensaje y finalmente si encontramos la
en el reconocimiento de la imposibilidad clave para entrar en las mentes de la gente,
de hacer una simple repetición de la Revo- ellos aceptarán ese mensaje. Esto me pare-
lución de Octubre en la Europa Occiden- ce muy poco materialista. Lo que se entien-
tal, demuestra que hay, por lo menos, una de por socialismo, a menudo tanto por los
tradición marxista muy fuerte que ha sido que predican el mensaje como por los que
plenamente consciente de que tenemos lo escuchan, no es muy atractivo y no se co-
que repensar lo que los socialistas revolu- rresponde con las percepciones de la gente
cionarios harían en los países capitalistas sobre lo que es importante en sus vidas.
desarrollados. Para Marx y Engels el socialismo era
esencialmente una economía democrática
[Anne Showstack Sassoon] A mi no me con producción socializada, en la que hay
hace muy feliz esta fórmula de la «tercera muchas libertades diferentes, era una so-
vía». Ese enfoque contrapone la primera ciedad libre organizada sobre la base de la
vía, la socialdemocracia, a la segunda, la Re- cooperación. Naturalmente, estos eran solo
volución de Octubre. Pero la manera en la eslóganes generales. Hoy el único modelo
que a menudo se expresa es que hay una vía, que existe, el único modelo de socialismo
en algún sitio entre las dos. La razón de que completamente desarrollado y llevado a la
esta idea no me haga feliz es que tenemos práctica, es el sistema sumamente autori-
tario del Este. La implantación del socialis- [Eric Hobsbawm] Una transferencia de
mo en los países de la Europa del Este y en poder puede ser un criterio necesario para
otras partes fue un logro histórico enorme la construcción del socialismo, pero no es
que ha dado a la gente pleno empleo y un suficiente. La culpa la tiene el propio Marx
nivel de seguridad económica sin paran- que cometió el error de no plantearse, más
gón en el mundo capitalista. Sin embargo, que en líneas muy generales, qué sociedad
el sistema político de estos países es auto- iba a suceder al capitalismo. Por ejemplo,
ritario y realmente no se le puede llamar fueron los economistas burgueses los que
democrático en el sentido en que Marx y culparon a los socialistas al decir, habláis
Engels entendían el término. de la socialización de la producción, no ha-
Hay también las formas de gobierno béis considerado los problemas de la asig-
socialdemócrata, bastante burocráticas y nación de recursos en una economía. Los
anónimas, de ciertos países occidentales socialistas no los analizaron, ni los social-
que, aunque han proporcionado algunos demócratas ni los comunistas; no hasta que
beneficios materiales, todavía son socieda- los comunistas estuvieron en el poder en la
des de clase con profundas desigualdades y Unión Soviética y tuvieron que enfrentarse
no le han dado a la masa trabajadora mucho a ellos. Una buena parte de lo que viene su-
control directo sobre su propia existencia. cediendo en el socialismo del Este se debe
Sin embargo, existen en la actualidad mo- en cierta medida a no considerar los pro-
vimientos populares, como los del movi- blemas de la organización real de una eco-
miento de mujeres o en contra de las armas nomía no-capitalista, algunos de los cuales
nucleares, que sí plantean estas demandas podrían haber sido tenidos en cuenta antes.
de un control democrático sobre el que se Estos problemas todavía tienen que anali-
debe construir el socialismo. zarse hoy cuando pensamos en términos de
la transformación socialista de la sociedad
[Ralph Miliband] Por supuesto que uno occidental.
siempre está de acuerdo con que hay nue-
vas fuerzas, nuevos movimientos y nuevos Marx vio al proletariado como actor prin-
problemas que tienen que ser incorporados cipal de la revolución socialista. ¿El prole-
a un movimiento popular por el socialismo. tariado de Marx está siendo eliminado en el
Ningún marxista negaría esto en serio. La capitalismo moderno? ¿Tiene la «nueva clase
pregunta es: ¿tiene el marxismo una estra- trabajadora» capacidad para ser la «fuerza
tegia política para transformar la estructu- líder» en la transformación socialista?
ra de poder existente? Cuando Bob se pre-
gunta ¿qué significa socialismo? yo querría [Robert Rowthorn] El proletariado no
responder que desde luego significa des- está siendo eliminado si por proletariado
truir esta estructura de poder y sustituirla se entiende todos los que se ganan la vida
por una democrática, que necesariamen- trabajando para otros. En este sentido, el
te significa que sea también más o menos proletariado de hecho está aumentando de
igualitaria. La vocación última del mar- tamaño en la sociedad occidental. Pero el
xismo es una vocación democrática. Pero problema es que la mayoría de los marxis-
uno se queda con la pregunta: ¿dicho esto, tas y la tradición socialista en general han
cómo se transforma la estructura de poder interpretado el término «proletariado», li-
que existe? mitándolo estrictamente al proletariado
industrial. No hay la menor duda de que en
[Eric Hobsbawm] Esta es una cuestión [Ralph Miliband] Lo que los marxistas en
muy difícil y crucial para los marxistas. los países occidentales tienen que afrontar
Marx hizo dos clases de predicciones, que es el encontrar cuáles son los organismos
eran diferentes pero que él conecta. Pri- adecuados para las nuevas clases trabaja-
mero, vio al capitalismo proletarizando a doras y los nuevos movimientos. Puede ser
la mayoría de la población, es decir, trans- que ahora necesitemos un pluralismo de
formándolos en trabajadores asalariados al organizaciones, en coalición unas con otras
tiempo que el capital se centralizaba cada para avanzar en los diferentes frentes.
vez más; y al final el conflicto entre estas
dos situaciones sería tal que forzaría la ex- Hablar de «crisis del marxismo» se ha con-
propiación de los expropiadores. La socie- vertido en algo frecuente. ¿Es esta una carac-
dad que siguiera estaría lógicamente basa- terización certera del estado del marxismo
da en la propiedad social y la gestión de los contemporáneo?
recursos. Segundo, él creía que esto suce-
dería a través de una clase trabajadora con [Eric Hobsbawm] Bueno, sí, evidente-
conciencia de clase, ampliamente definida mente hay una crisis, pero no es una crisis
como una clase trabajadora industrial, que del marxismo. Probablemente en la actua-
gradualmente adquiriría esta conciencia y lidad hay más marxistas de los que ha ha-
se organizaría políticamente como una cla- bido en toda mi vida. Pero hay una crisis en
se (es decir, como un partido); y esto sería el marxismo. Consiste en una ruptura del
lo primordial para conseguir el socialismo. consenso sobre lo que constituye el cuerpo
Esa primera predicción a largo plazo a principal de las ideas marxistas. No me re-
mi me parece extremadamente válida por- fiero a diferencias en estrategia o en orga-
que las tendencias están ahí. La segunda nización política porque siempre ha habido
predicción fue a medio plazo muy aguda y diferencias sustanciales sobre estos puntos.
correcta porque es exactamente lo que pasó Pero desde el momento en que el marxismo
con la clase trabajadora en la mayoría de los como tal hizo su aparición en los 1880 en
países industriales, adquirieron conciencia, Alemania, cuando se formuló en gran par-
se organizaron como clases, como partidos te como respuesta al desafío de Bernstein
de clase (nuestro propio Partido Laborista y del revisionismo, hasta mediados de los
es un ejemplo muy típico). Lo que estaba años 50 hubo un consenso bastante consi-
equivocado es que asumía que esta clase derable y continuado sobre lo que quería-
iba a seguir expandiéndose de esa forma mos decir con marxismo.
y que los partidos por sí mismos serían los Ese consenso se rompió en los años 50.
agentes de la transformación socialista. No Sobrevivió al declive y caída del Partido So-
ha sucedido así y, con los cambios que Bob cialdemócrata Alemán, que en su momento
fue la máxima autoridad intelectual sobre tra situación presente y el posible futuro.
lo que era o no era marxismo. Pero no ha
sobrevivido al desmoronamiento del mo- [Robert Rowthorn] Yo creo que la crisis
vimiento comunista internacional. Si esto del marxismo tiene lugar en dos niveles.
es bueno o malo es otro tema, pero por el Existe una crisis, una seria crisis dentro del
momento no existe tal consenso. Práctica- marxismo, pero en algunas cosas es una
mente no hay propuesta que se haya hecho, crisis de crecimiento. Primero, de alguna
incluidas las de Marx, que no sea cuestio- manera todos estamos intentando liberar-
nada por unos u otros, que se autodenomi- nos de la herencia del estalinismo y por lo
nan marxistas. Y el hecho de que se llamen tanto el marxismo refleja las incertidum-
marxistas no es irrelevante. Hace treinta bres y el conflicto político que nace del he-
años la gente que cuestionaba esas cosas, cho de que el Partido Comunista Soviético
lo hubiera considerado una razón absoluta- ya no domina los partidos occidentales. El
mente definitiva para dejar de ser marxis- segundo problema atañe al período alre-
tas. dedor de los años 60 cuando los marxistas
Bien ¿puede el marxismo sobrevivir a esta intentaban aceptar los cambios que esta-
crisis? Sí, históricamente es muy probable ban teniendo lugar en las sociedades oc-
que sobreviva a esta crisis. Ha sobrevivido cidentales. En ciertos aspectos caían en la
crisis similares anteriormente. Es posible clásica trampa revisionista de asumir que el
y creo que deseable que un cierto grado de capitalismo era próspero y de que tenemos
consenso sobre lo qué es marxismo retorne. que producir un marxismo para una socie-
Sugiero que vuelva, o debería volver, sobre dad próspera con pleno empleo. Los cogió
la base de la concepción materialista de la desprevenidos, porque justo cuando habían
historia. Pero al mismo tiempo, y creo que transformado sus mentes en consonancia
es algo positivo —de aquí en adelante será con la nueva realidad, esta nueva realidad
imposible hablar de marxismo en singular se vuelve como la vieja realidad. Y ahí te-
únicamente. El marxismo es un cuerpo de nemos una situación bastante extraña en
pensamiento que permite una variedad de la que muchos «nuevos marxismos» de los
respuestas a la misma pregunta y que sea últimos 60 ahora parecen muy anticuados,
posible abordar nuevas preguntas. Vivire- incluso en comparación con la versión es-
mos y vivimos en un mundo de marxismos. talinista que era la ortodoxia mucho tiem-
po antes.
[Anne Showstack Sassoon] Creo que la Sin embargo, al mismo tiempo se produ-
forma en que Eric ha descrito la crisis del ce una cantidad inmensa de textos impor-
marxismo refleja un cierto éxito y vitali- tantes e interesantes en estos momentos.
dad del marxismo. En la actualidad hay una Creo que los marxistas tienen hoy mucho
fuerte presencia de diferentes versiones más que ofrecer en la comprensión de lo
del marxismo en Gran Bretaña. Lo que me que está sucediendo en la crisis mundial
preocupa es el uso del término «crisis»: im- actual que cualquier otra escuela de pen-
plica que hubo un momento en que todo iba samiento. Paradójicamente parece como si
bien. Lo que es bueno de esta crisis es que el marxismo estuviera en crisis, pero sólo
el marxismo tiene que afrontar un núme- se tiene que examinar el ámbito de la eco-
ro de desafíos. La cuestión es si a través de nomía, donde el pensamiento convencio-
esto el marxismo será capaz de evolucionar nal es un caos, para darse cuenta de que el
y continuar ayudándonos a analizar nues- marxismo goza de una relativa buena salud.
[Ralph Miliband] Hay un problema al que [Anne Showstack Sassoon] Creo que te-
el marxismo no ha hecho frente eficiente- nemos que establecer un nuevo punto de
mente y es el problema de las élites, la oli- partida. Hay razones históricas y políticas
garquía, la burocracia y la reproducción de por las que estos países aparecieron como
los privilegios y la represión sobre las rui- modelos pero ya no pueden funcionar así.
nas del viejo orden económico y social. El Aún así un número de los problemas que
desafío que presenta a este respecto gran afrontan son problemas que existen para
parte de la experiencia de la Unión Soviéti- nosotros en la actualidad; el problema de
ca, China y los otros países socialistas exis- instituciones complejas, del control popu-
tentes es muy grande pero no tiene que ser lar, de socializar el trabajo doméstico, las
paralizante. Algunas de las categorías del contradicciones entre la creciente centra-
marxismo se pueden usar para explicar y lización de la sociedad y la aspiración a un
entender esa experiencia pero acometer su control democrático. No debemos ver los
análisis requiere de mucho reequipamien- problemas de la sociedad capitalista como
to. En Marx sí se encuentran conceptos de si se resolvieran automáticamente con la
dominación y poder que son útiles, aunque llegada del socialismo. Tenemos que reali-
él subestimó el alcance del problema. Hay zar un análisis bilateral, de los países socia-
un número de cuestiones que surgen aquí y listas y de los países capitalistas, asumien-
en las que los marxistas solo han empezado do que estos son problemas que van a estar
a desarrollar un análisis sociológico y polí- con nosotros durante un largo período de
tico serio. la historia.
[Eric Hobsbawm] No hay razón para asu- tuciones producen desigualdad si no criti-
mir que el primer país que haga una revo- camos esta noción.
lución bajo el liderazgo de un partido mar- Al mismo tiempo, el movimiento de mu-
xista tiene que convertirse en un modelo. jeres plantea nuevas cuestiones a los mar-
De hecho, por razones históricas, la Unión xistas. Plantea la posibilidad de una dife-
Soviética fue considerada como el mode- rente afiliación entre la esfera doméstica y
lo durante mucho tiempo. Gran parte del la productiva. Esto se corresponde con un
análisis y la crítica del «socialismo real» ha cambio muy real en las vidas de las muje-
estado empapada en las pasadas polémicas res porque, como la mayoría de las muje-
de la tradición bolchevique. Los trotskistas, res forman parte ahora de la fuerza laboral,
por ejemplo, continuaban sus debates den- significa que están combinando esas dos
tro de la Unión Soviética en los años 20 y a áreas de forma diferente. Así que hay una
pesar de lo útiles e importantes que fueran, amplia gama de problemas nuevos que, por
históricamente son debates específicos que ejemplo, presentan un desafío a la actual
no necesariamente inspirarán nuestra acti- organización tradicional de la producción
tud de hoy. y el trabajo. Hasta ahora el trabajo se or-
En el lado no marxista, todo el análisis ganizaba siguiendo una lógica que no tie-
ha estado abrumadoramente dominado por ne en cuenta las necesidades individua-
el deseo de encontrar un argumento contra les. Los sindicatos siempre han aceptado
el movimiento obrero y contra el socialismo que debíamos cambiar nuestras vidas para
en cualquier parte. No hay absolutamente adaptarnos al puesto de trabajo o no entrar
ninguna razón para suponer que el intento a competir por determinados puestos. El
de construir el socialismo tiene que llevar desafío que plantea el feminismo es que el
necesariamente a la clase de poder dicta- trabajo se amolde a las necesidades huma-
torial y estructura antidemocrática que se nas y no la gente al trabajo.
han producido en un número de países. Si Hay muchas maneras, pues, en las que el
hay una razón, no se aplica solo al socialis- marxismo es muy útil para analizar la posi-
mo, se aplica también a todo el desarrollo ción de las mujeres, pero al mismo tiempo
del estado del siglo XX, Este y Oeste. está siendo cuestionado por el movimiento
de mujeres y por el feminismo.
¿Ha resuelto el marxismo adecuadamente
la variedad de cuestiones planteadas por el [Eric Hobsbawm] Si hay algún aspecto
feminismo moderno? del marxismo en el que no tenemos que ser
demasiado auto-críticos atañe precisamen-
[Anne Showstack Sassoon] La verdadera te a las mujeres. Desde el mismo principio
pregunta aquí es si el marxismo es capaz el marxismo trató específicamente este
de analizar la evolución de los movimien- problema. Las listas más cortas de lecturas
tos sociales y las necesidades reales, inclu- marxistas siempre incluyen Los Orígenes de
yendo las de las mujeres. Mucho de lo que la Familia de Engels, el libro con el que la
ha salido del marxismo ha sido útil en este socialdemocracia alemana se crió. El mo-
contexto, por ejemplo, la crítica de la no- vimiento mismo, en contra de los instintos
ción burguesa de igualdad de que nosotros de muchos de sus miembros, viejos traba-
somos todos iguales en abstracto. Lo que el jadores machistas, retrógrados y campesi-
feminismo también sugiere es que no po- nos, recalcó constantemente la necesidad
demos entender la forma en que las insti- de liberar a las mujeres porque no era solo
la liberación de un sexo sino la liberación [Ralph Miliband] Creo que Eric tiene
de toda la humanidad. Y no nos andemos razón cuando habla de la postura del mar-
con rodeos, cualesquiera que sean las crí- xismo en relación con el feminismo, pero
ticas que se puedan hacer del socialismo hay una importante salvedad que nace del
real, ha supuesto una tremenda diferencia fuerte elemento salvacionista que hay en el
positiva para las mujeres. Hay un número marxismo, que implica que después de la
de cuestiones que han surgido de la expe- revolución todo irá bien para todo el mun-
riencia histórica del movimiento de muje- do, incluidas las mujeres. La insistencia de
res. Una de ellas ha sido, por ejemplo, que las feministas en que la dominación mas-
los primeros avances de la emancipación culina no es fácil de eliminar es algo que
de la mujer primero en los países capita- ha sido muy positivo en la denuncia de este
listas y en los países socialistas aparente- elemento salvacionista del marxismo. Pero
mente han perdido fuerza. Cuando en los esta insistencia ha llevado a algunas femi-
60 empezó un nuevo movimiento de muje- nistas radicales a rechazar cualquier idea
res, actuaban como si fuesen las primeras. de que el socialismo sea particularmente
Todavía hace poco que el marxismo se ha importante para su causa. A mí eso me pa-
dado cuenta de la seriedad del problema de rece un error.
la situación inferior de la mujer en la socie-
dad. Después de todo es la primera forma [Anne Showstack Sassoon] Me sorprende
de explotación de un ser humano por parte la complacencia que veo aquí. El marxismo
de otro. Sería demasiado optimista esperar tiene muchísimo que aprender del desafío
que se aboliese tan fácilmente como otras que el feminismo supone para él. Hay va-
formas más recientes de explotación. En cíos importantes en la forma en que Marx
la actualidad hay de nuevo un movimiento y Engels plantean cuestiones que atañen a
feminista fuerte con el que todos simpati- las mujeres. Por ejemplo, está todo el tema
zamos mucho y es un componente esencial del «produccionismo», la creencia en la
del movimiento por el socialismo. producción por la producción en sí misma,
relegando la esfera de la reproducción a un
[Robert Rowthorn] Los países socialistas lugar secundario. En la actualidad el mo-
han tenido un programa bastante avanza- vimiento de mujeres insiste en que hacer
do sobre la posición de la mujer en la so- esto es insatisfactorio. A menos que empe-
ciedad. Ha tenido ciertas limitaciones: no cemos ahora a plantear estas cuestiones de
tiene completamente en cuenta el papel de manera muy concreta, en términos de crear
la mujer en la división del trabajo y de su instituciones que realmente permitan una
posición dentro de la familia; aún así ha su- transformación de la división del trabajo
puesto un enorme avance para las mujeres. entre hombres y mujeres aquí y ahora ¿por
Este proceso está llegando a su límite. Este qué motivo iban a ir mejor las cosas con el
estancamiento refleja un problema que es socialismo?
muy serio en la Europa del Este. Nace de la
posición de monopolio de los partidos co- ¿Cuáles son los puntos fuertes y los puntos
munistas en esos países y del hecho de que débiles de la tradición política marxista en
no hay movimientos autónomos de mujeres Gran Bretaña?
en la Europa oriental. Sin esos movimien-
tos es difícil que se pueda desarrollar una [Eric Hobsbawm] La fuerza de la tradi-
presión real para lograr nuevos avances. ción política marxista de Gran Bretaña es
[Ralph Miliband] Creo que es muy pro- tonces un creciente interés en teorías que
bable que las ideas fundamentales del mar- señalen el camino a seguir hacia una alter-
xismo continúen ganando influencia en el nativa. Y la teoría principal es, desde luego,
movimiento obrero y más allá, y a servir el marxismo; es el mayor rival. Es probable
como base sobre la que los socialistas que- que haya un resurgimiento del interés po-
rrán construir mientras afrontan nuevos pular en el marxismo.
problemas y tareas. Pero la cuestión real- Hay un número de cuestiones respecto
mente importante, tal como yo lo veo, no del carácter del marxismo que emergerán
es sobre el marxismo como cuerpo de pen- del período actual. Una posibilidad es que
samiento sino sobre la clase de organiza- podría haber un aumento del marxismo
ciones políticas que pueden articular mejor utópico, del tipo ejemplificado por la auto-
las aspiraciones socialistas implícitas en el denominada izquierda revolucionaria, que
marxismo y representarlas en la práctica. A a menudo va con las formas sectarias de ac-
este respecto, no hay sitio para la compla- tividad política. Esta es una posibilidad —un
cencia; porque no creo que ninguna de las marxismo sectario y semi-religioso. El otro
formaciones políticas existentes del movi- es un tipo de marxismo mucho más amplio
miento obrero puedan, por diferentes razo- que puede lograr una posición hegemóni-
nes en cada caso, sacar el movimiento ade- ca dentro de los movimientos populares de
lante —ni el Partido Laborista ni el Partido protesta y oposición. Ese marxismo debe
Comunista ni ninguno de los otros grupos ser capaz de proporcionar orientación en
de la izquierda. No debemos convertir en lo que es una situación política muy difícil.
fetiches a los partidos y a las organizacio- No estamos en una época revolucionaria
nes, pero son necesarios; en mi opinión ha en Gran Bretaña. El marxismo debe aportar
llegado la hora de que los marxistas y otros directrices para la lucha en una época no-
empiecen a hablar entre ellos sobre qué revolucionaria, marcar un camino a través
clase de formación política podría servir de la crisis actual; un camino que suponga
como fuerza efectiva en las luchas de la cla- el fortalecimiento de las fuerzas populares
se trabajadora y en los «nuevos movimien- para sentar las bases de una transforma-
tos sociales» y como podría ayudar a darle ción más radical en algún tiempo futuro.
a las ideas socialistas la amplia audiencia y El Partido Comunista ha reconocido esto
aceptación que hoy no tienen. Sin duda, el en el periodo de postguerra. Por esa razón
Partido Laborista continuará siendo el ma- no tenía solamente un programa revolu-
yor partido de reforma social en Gran Bre- cionario; ha formulado un programa de re-
taña; pero los socialistas deberían pensar formas avanzadas en un contexto nacional
seriamente en qué más se necesita y cómo —The British Road to Socialism. Ha recibido
se puede lograr. críticas desde su izquierda por reformista
y chauvinista, porque ve la nación como el
[Robert Rowthorn] Bueno, yo creo que el lugar primordial de acción. Ambas críticas
punto de partida debe ser la seria crisis eco- son injustas y defiendo al Partido Comu-
nómica que aflige ahora al mundo occiden- nista por elegir este tipo de enfoque ya que
tal, crisis de la que no se ve el final. Aunque supone un intento serio de afrontar la rea-
la clase trabajadora ha estado hasta ahora lidad.
bastante pasiva ante la situación, creo que Sin embargo, nuestro énfasis en la nece-
no puede continuar así indefinidamente; sidad de un programa puramente nacional
antes o después habrá oposición. Habrá en- ya no es del todo adecuado porque la crisis
Introducción
Entrevista
[A. Rodríguez] Nos encontramos Reyna na Pastor: entre lo estudiado y lo vivido”.
y yo, en presencia de su hija Mariana en dos Yo cambiaría el orden, y diría, sobre todo
ocasiones y de su hijo Juan Pablo en una, en refiriéndome a mi vida en la Argentina: en-
su casa de Madrid, entre los meses de mar- tre lo vivido y lo estudiado. Las cosas que
zo y abril de 2018. De largas conversaciones han marcado mi vida fueron fruto del azar
interrumpidas por recuerdos, precisiones, si- y de elecciones personales que culminaron,
lencios para ordenar y enunciar mejor algu- a mediados de 1976, con el exilio, cuando
nos pensamientos, surge un relato coherente tenía 50 años. Hay un antes y un después de
y explicativo de una vida llena de cambios y esa fecha. Lógicamente, tengo una visión
de nuevos comienzos. El texto escrito de esta en parte deformada, ahora vista cuarenta
entrevista es el resultado de lo dicho en esos años después, de mi vida en Argentina. La
encuentros. considero como un largo período de forma-
Descendiente de españoles, argentina de ción personal y de búsqueda de mí misma,
nacimiento, exiliada en España y establecida de crecimiento, como mujer independiente
en Madrid desde hace más de cuarenta años… a partir de una primera juventud, impreci-
sa, llena de tanteos, de aciertos y desacier-
[R. Pastor] Nací en Buenos Aires, Argen- tos, de oscilaciones entre una educación
tina, en octubre de 1925, así que tengo aho- en parte tradicional y la apertura hacia in-
ra 92 años, vivo en Madrid desde 1976, don- quietudes intelectuales, políticas, militan-
de llegué con mis dos hijos y donde ellos tes, que se presentaba como vertiginosa,
también se establecieron. Mi padre era un terriblemente cambiante. Todos los pasos
médico descendiente de asturianos, de allí dados hasta que cumplí 30 años fueron de
heredé el nombre de Reyna. Mi madre era ensayo y de búsqueda, de caminos variados,
hija de gallegos. Entré en la Universidad de seductores, difíciles y alternativos. Porque
Buenos Aires en la especialidad de Filosofía la vida, y la intelectual en especial, sufrió
y Letras. profundas alternativas, ya se tratara de la
Argentina de Perón y del peronismo, desde
¿Cuáles son los acontecimientos que han 1943 hasta 1955, y la que siguió a partir de
marcado tu vida? ¿Cuáles son tus recuerdos entonces hasta el golpe militar del general
de tu vida en Argentina antes del exilio? de turno, Onganía en esta ocasión, que echó
por tierra la mayor parte de los construido
En el libro homenaje que editaste en en los once años anteriores de actividad y
mi honor (Ana Rodríguez (ed.), El lugar del apertura.
campesino. En torno a la obra de Reyna Pas-
tor, Publicaciones de la Universidad de Va- En el convulso mundo político argentino y
lencia, 2007), titulas la presentación “Rey- en una época de despertar y de revueltas en
estos campos apliqué, con el sumo cuidado Francia a los grandes medievalistas, a Geor-
que exige trabajar en la Plena y Baja Edad ges Duby, a Jacques Le Goff. Yo estuve en el
Media, algunas técnicas cuantitativas, por 68 en París, aunque no participé en las re-
entonces de gran desarrollo en la Historio- vueltas. Mis hijos vinieron con nosotros en
grafía francesa. También apareció entonces ese viaje a Europa, eran pequeños entonces.
un problema que me preocupó durante mu- Quedamos sin trabajo, sin concursos y
chos años, tanto a nivel teórico como me- con las aulas clausuradas, hasta 1970-71,
todológico, el de la frontera entre las for- cuando otro general de turno, nuevo pre-
maciones económico sociales. Junto a él se sidente, más abierto en varios sentidos,
enunciaba otro igualmente importante, el impulsó lentamente el retorno a las uni-
de las definiciones y conceptualización del versidades. En los años intermedios, cada
feudalismo. uno trabajó como pudo y donde pudo. Yo lo
hice como profesora de historia en un cole-
Abandonaste la universidad tras el golpe gio de secundaria en Buenos Aires. En 1971,
de Onganía ¿Qué actividad desarrollaste en- aprovechando la tímida apertura, me rein-
tonces? corporé a la Facultad de Rosario primero y
a la de Buenos Aires después. En Rosario
Entre 1962 y 1966, repartí mi tiempo conocí a algunos de mis alumnos más que-
viajando todas las semanas a Rosario. Aun- ridos: Marta Bonaudo, Susana Belmartino
que estaba allí solo dos días por semana, y Arturo Firpo. Estuve en Rosario hasta el
inicié una amplia labor de seminarios, con- 74. Los últimos años en Argentina antes del
ferencias, preparación de ayudantes. Esos exilio los viví muy ocupada. Mis hijos eran
ayudantes llegaron a ser, con el tiempo, pequeños. Pero las amenazas de muerte,
muy buenos profesores, de los que me en- las detenciones, las muertes y las desapari-
orgullezco. Yo era también secretaria de la ciones de alumnos y profesores que culmi-
Facultad, la primera secretaria mujer que naron con la clausura de las universidades,
hubo en la Universidad de Buenos Aires. hicieron imposible llevar una vida normal.
Toda esa labor fue cortada brutalmente Sufrimos amenazas directas, eso te mina.
por el golpe de estado del general Onganía, Muchos alumnos míos desaparecieron, era
que tomó el poder y que en la noche llama- el gobierno de Isabel Perón con Cámpora.
da de “los bastones largos” hizo apalear por Iba un día con mis hijos y en la calle delante
la policía a profesores y estudiantes de va- de mi casa veo un auto con cuatro parami-
rias facultades de Buenos Aires. El golpe de litares, el clima era muy opresivo, teníamos
Onganía nos puso a todos en una situación que mirar bien a dónde íbamos. Las amena-
peligrosa, todos éramos de izquierdas y se zas reales y directas, el clima de enorme in-
sabía, la policía lo sabía. Vinieron a con- tranquilidad y miedo y la situación general
tinuación las renuncias masivas de todos motivaron el exilio a Madrid.
los profesores de izquierdas y de los demó-
cratas en general. Aquí se generó el primer ¿Cómo se desarrolló tu exilio en España?
exilio de varios de ellos. Era peligroso, mi Háblanos de tus nuevas preocupaciones in-
marido Jorge Togneri era entonces diri- vestigadoras.
gente estudiantil en Matemáticas. Enton-
ces Jorge, sin decirme nada, compró pasa- Antes del 75 yo había vuelto a Madrid,
jes para Europa. Fue entonces, en abril de di una conferencia en la Casa de Velázquez
1967, cuando volvimos. Conocí entonces en sobre el origen de los movimientos sociales
en España. Estuve entonces con Gonzalo plaza de Madrid y, más tranquila, pude se-
Anes, a quien ya conocía y con Abilio Bar- guir mi investigación y mis tareas docentes,
bero, a quien conocí entonces, ambos muy que eran muchas.
importantes para luego poder instalarme A principios de 1987 comenzó una nue-
en España. Pude trabajar ya en el curso va etapa, en el CSIC y dedicada íntegra-
1976-77 en la Facultad de Económicas de mente a la investigación. Hasta que llegué
la Complutense, en la cátedra de Historia al CSIC y formamos el grupo de investiga-
Económica Mundial y de España de la que ción, con becarios y colaboradores como
era catedrático Gonzalo Anes. Él me brin- vosotros —Ana Rodríguez, Esther Pascua y
dó esa oportunidad por la que le he estado Pablo Sánchez Léon—, yo no había encon-
siempre agradecida. En esos comienzos era trado en España alumnos progresistas que
la única mujer en un grupo de unos veinte me entusiasmaran con su pensamiento y su
docentes. Tuve también que buscar otros seguimiento, que me aceptaran plenamen-
trabajos en editoriales, informes, correc- te. Entre el alumnado español y el argenti-
ciones de pruebas, todo. Colaboré especial- no preferí siempre el argentino. No había
mente con Siglo XXI de España, cuyos di- dinero, nos perseguía la policía, pero no ha-
rectores Faustino Lastra y Javier Pradera se bía obstáculos insalvables. Los alumnos ar-
preocuparon mucho por los exiliados que gentinos se acercaban al profesor, Romero
habíamos pertenecido a Siglo XXI Argenti- los tenía a puñados, don Claudio no, porque
na y por otros muchos más. no aceptaba hablar con los alumnos que no
Pronto surgió la necesidad de hacer otra fueran al seminario.
tesis doctoral pues por entonces no se con-
validaban las tesis hechas en el extranjero. Y, por último, ¿cómo llegaste a las nuevas
Tras largos años de mucho trabajo y sacri- visiones y preocupaciones de la Historia de
ficio pude presentarla, y fue casi inmedia- las Mujeres? Es esta una de las facetas que
tamente publicada por Siglo XXI como Re- más desarrollaste en los últimos años que te
sistencias y luchas campesinas. Hace 35 años dedicaste a la investigación.
estos temas de los campesinos, sus estruc-
turas familiares, sus alianzas internas, sus Llego por varios canales: por una parte,
comunidades, sus capacidades para utilizar Duby me pide hacer la parte española de la
recursos propios, sus resistencias y sus lu- gran obra en la que estaba entonces embar-
chas, así como los problemas teóricos que cado, los tres volúmenes de la Historia de
planteaba su conciencia de clase, eran casi las Mujeres en Occidente, que aquí publicó
totalmente desconocidos por la historio- Taurus en 1991. Por otra, porque ya para
grafía al uso. Sólo Abilio Barbero, Marcelo entonces participaba en las incipientes y
Vigil y yo los comenzamos a investigar con entusiastas reuniones con historiadoras de
distintas cronologías. Por mi parte, lo hice a distintas universidades, Mary Nash, Cándi-
partir de mi formación teórica, la influencia da Martínez, Susana Tavera, Gloria Nielfa,
de Rodney Hilton y sus trabajos para Ingla- que culminaron en la fundación de la re-
terra medieval, de otros historiadores bri- vista Arenal, que publica la Universidad de
tánicos y de Marc Bloch y de Georges Duby Granada. Ha sido una fuente de satisfac-
especialmente entre los franceses. ción, de entusiasmo, de nuevas perspecti-
Poco después de obtener el doctorado vas, de conjugar muy diversas preguntas en
en España, pude optar a un concurso, que un sujeto histórico olvidado hasta entonces
entonces tenían carácter nacional. Saqué la y una capacidad explicativa inmensa.
catalán, zanjando algunas de las controver- tido en sus primeros años. Para López Este-
sias y mitos generados entorno al partido y ve el PSUC practicó un «patriotismo dual»
abriendo y aportando debates y elementos que le permitió combinar «la liberación
de análisis. Es, asimismo, especialmente nacional de Catalunya hasta las últimas
interesante la apuesta que el trabajo hace consecuencias, como elemento central de
por analizar la parte menos orgánica e ins- su identidad política, con la independencia
titucional del Partido, tomando un especial nacional de la República española frente
relieve la militancia, los movimientos so- al fascismo». Todo ello con el objetivo de
ciales y la cuestión cultural y nacional, ele- erigirse como el portador de la «legitimidad
mentos que recorren transversalmente los nacional» frente al patriotismo nacionalis-
diferentes apartados. ta, defendiendo la soberanía y la liberación
El primer bloque, dedicado a los años nacional, «elementos constitutivos de la
de la Guerra Civil, lo abre José Luis Mar- identidad política del partido».
tín Ramos con el propósito de desmontar En la misma línea, Josep Puigsech defi-
uno de los tópicos más extendidos sobre ne al PSUC como un nuevo tipo de parti-
el partido: la idea del PSUC como «el par- do: «marxista, antifascista y nacionalista»,
tit dels botiguers», es decir, un partido de aunque su ponencia está centrada en la
clases medias que, por ende, frente a los relación entre el PSUC y la diplomacia so-
proyectos obreros y revolucionarios de la viética. Una relación que partía de intereses
CNT-FAI y del POUM, habría defendido in- mutuos: por parte del PSUC aparecer como
tereses «contrarrevolucionarios». En cam- el principal interlocutor con la URSS, mien-
bio, Martín Ramos, analizando los datos tras que, por parte del consulado soviético
referentes a la militancia, defiende que el en Barcelona, consistía en disponer de in-
PSUC fue un partido de trabajadores de la formación directa sobre los planes de la
ciudad y del campo que defendió «un pro- Generalitat y «reconducir el poder político
yecto revolucionario popular para hacer y social que tenían los anarquistas en favor
frente al fascismo consiguiendo para esta de un modelo que pudiera generar confian-
propuesta la adhesión de trabajadores, asa- za des de Londres y París». Sin embargo,
lariados y campesinos» y también una mi- como demuestra Puigsech, esta relación
noría de profesionales liberales y pequeños no siempre estuvo en plena sintonía dado
comerciantes identificados con los valores que, en diferentes aspectos, unos y otros
republicanos y democráticos, que para di- mantenían proyectos y estrategias políticas
ciembre de 1937 sitúa respectivamente en distintas. Entre los ejemplos que presen-
el 3,7% y el 1,9% de la militancia, frente ta el capítulo, destacan la relación con la
al 56% de obreros, 27,4% de campesinos y CNT-FAI, la competencia con ERC y, prin-
11% de empleados. Lo que le permite de- cipalmente, el proyecto político. Un pro-
finir al PSUC en el contexto de la Guerra yecto político que los comunistas catala-
Civil, como un «partido frentepopulista en nes consideraban que debía derivar en una
el que el frente de los trabajadores es clara- revolución popular, mientras que la URSS
mente hegemónico». era partidaria de un modelo liberal demo-
Un partido, además, donde la cuestión crático para España. Por lo tanto, conclu-
nacional tendrá, desde sus inicios, un lugar ye Puigsech, el PSUC fue para el consulado
destacado entre sus principales debates. A soviético un excelente interlocutor, pero en
ello dedica su capítulo Manel López Esteve ningún caso una correa de transmisión de
trazando la posición mantenida por el Par- sus planteamientos, ni mucho menos, un
partido subordinado a sus intereses. Carme Molinero y Pere Ysàs defienden que
Finalmente, cierra el apartado dedicado el PSUC mantuvo esta apuesta por la movi-
a la Guerra Civil, Maria Campillo analizan- lización social y por la unidad antifranquis-
do la relación entre el PSUC y los escrito- ta hasta las primeras elecciones democrá-
res catalanes, especialmente, de la Agru- ticas. No obstante, esto en ningún caso les
pació d’Escriptors Catalans. Campillo hace lleva a concluir que, a partir de ahí, el Par-
una descripción de los intensos debates y tido propiciara una desmovilización, posi-
discrepancias en torno a qué función de- cionándose en la cuestión del papel juga-
bía tener la literatura en ese determinado do por la dirección comunista en cuanto la
momento histórico y qué hacer con la tra- movilización social durante la Transición,
dición literaria catalana burguesa y/o no uno de los aspectos que en los últimos años
estrictamente antifascista o revolucionaria. está generando un mayor debate historio-
Debates que, partiendo de posiciones cla- gráfico.
ramente encontradas, tal y como avanzará Un buen ejemplo de ese vivo debate es el
el período, tenderán a una mayor afinidad capítulo que les sigue, escrito por Francis-
entre el Partido y los escritores, llegando co Erice y centrado en la política de alian-
a ser especialmente fructíferos a partir de zas y la movilización de masas por parte
la aparición del semanario Meridià. Con de los comunistas españoles, donde anali-
este análisis, Maria Campillo pretende des- za críticamente la evolución programática
montar otro de los mitos sobre el PSUC en y discursiva de la dirección comunista en
el período: su control sobre la Agrupació la etapa final del franquismo y la Transi-
d’Escriptors Catalans. ción. Francisco Erice considera que el PCE
El segundo apartado, centrado en el pe- mantuvo, en este período, unas posiciones
ríodo antifranquista (1939-1975), se inicia tendentes a la moderación, especialmente
con el capítulo de Carme Molinero y Pere a partir del Pacto por la Libertad y los «su-
Ysàs, en el que analizan la retroalimenta- cesivos llamamientos a los centristas del
ción entre las dos principales consignas régimen y a los sectores del capitalismo
del PSUC en el período —la apuesta por la español», que para Erice, marcaran el pau-
movilización social y la política unitaria—, latino paso de la apuesta por una transfor-
y como estas serán elementos clave para mación revolucionaria con un fuerte conte-
que el PSUC se acabara convirtiendo en nido social, hacia un acuerdo que «aunque
«el partido hegemónico del antifranquis- siguiera hablando de la ‘democracia’ como
mo». Molinero e Ysàs recorren la actuación objetivo primordial, […] excluía necesa-
del partido en el movimiento obrero y es- riamente cambios sociales vinculados a la
tudiantil y en las asociaciones de vecinos caída del régimen, posponiéndolos para un
para demostrar como su conexión con los momento ulterior». Esta evolución hacia la
elementos más activos de la sociedad les moderación, el autor la observa claramente
permitió convertirse en el partido de los en las movilizaciones y el «reajuste táctico»
movimientos sociales, pudiendo así romper del período 1975-1977, cuando el partido,
el aislamiento político en el cual estuvieron defiende Erice, entrará «en una cadena de
instalados los comunistas hasta bien entra- renuncias que situaban la perspectiva polí-
da la década de los sesenta. Constatando, tica del PCE fuera o en los bordes de la mis-
también, como las plataformas unitarias ma idea de ruptura», que pasaría a signifi-
promovidas por el PSUC beneficiaron la car «simplemente acabar con el ‘monopolio
movilización social en el tardofranquismo. político del Movimiento’».
dedicado a los años de la Transición y los de la crisis del PSUC desde una interesante
primeros de la democracia. Abre el apar- perspectiva: analizando la Transición espa-
tado el pormenorizado análisis de Andreu ñola a partir de los conceptos gramscianos
Mayayo sobre la militancia del PSUC en el de revolución pasiva y transformismo mo-
período, estudiando, a partir de los datos lecular. Una relación ya apuntada por Rafael
de afiliación, la militancia comunista tan- Díaz-Salazar, pero que Joan Tafalla lleva un
to a nivel de cifras —poniéndolas en rela- paso más allá estudiando la actuación de la
ción con el momento histórico—, como la dirección comunista y relacionándolo di-
cultura militante del partido en el tardo- rectamente con la crisis del PSUC [1]. Ambos
franquismo y los cambios que en ella se autores coinciden en considerar la Transi-
producen a partir de la Transición. En este ción como un proceso de «revolución des-
apartado, además, resultan especialmente de arriba» que parte de una crisis orgánica
destacables los capítulos de Carme Cebrián del régimen producida por las movilizacio-
y de Joan Tafalla, donde se presenta des- nes populares, obreras y estudiantiles, las
de dos perspectivas diferentes, aunque en cuales amenazaban con una ruptura ten-
cierto modo complementarias, la crisis y el dencialmente emancipadora. Ante ello, el
final del Partido. bloque dominante, encabezado por Suarez,
Carme Cebrián, expone la evolución emprendería esa revolución pasiva a partir
del PSUC desde los años setenta, cuando de modificaciones moleculares: incorpo-
lo define como «un partido heterodoxo y rando los planteamientos menos radicales
plural» de tipo gramsciano que buscaba la del antifranquismo, integrando, en parte,
hegemonía política y cultural mediante el a los líderes opositores y reduciendo las
voto, ofreciendo a largo plazo, un proyecto protestas populares. Este proceso, en con-
de socialismo en libertad. Un proyecto que, secuencia, daría como resultado una tran-
sin embargo, no solo no pudo ser, sino que sición basada en un modelo de innovación/
terminó con una grave crisis y la congela- conservación, con una cierta moderniza-
ción del partido. En consecuencia, entra a ción sociopolítica a costa de no implantar
analizar los porqués centrándose básica- un nuevo sistema socioeconómico. Joan
mente en tres puntos: en primer lugar, un Tafalla, analiza la crisis del Partido como
nuevo mundo desconocido para el PSUC, el un epifenómeno de esta guerra de posicio-
de la competencia democrática entre par- nes que habría sido la Transición, donde los
tidos, en el que destaca también, el papel comunistas habrían cosechado una «derro-
del poder económico, que «no podía con- ta estratégica» que actuaría como uno de
sentir que el titular ‘Catalunya, poder co- los factores fundamentales de la suma de
munista’ se hiciera realidad»; en segundo descontentos que, entiende, fue la crisis del
lugar, la cuestión ideológica que, para Car- PSUC. Cierra finalmente el libro, Raül Di-
me Cebrián, en el fondo, es la cuestión de gón Martín analizando el proceso de reor-
la política del partido en la Transición y el ganización ideológica y organizativa que
descontento que esta produce en una parte seguirá el comunismo catalán, en sus dife-
significativa de la militancia. Y, finalmente, rentes expresiones, a partir de esta crisis y
añade como elementos la crisis económi- hasta la «definitiva» hibernación del PSUC.
ca y las primeras elecciones al Parlament,
1.– Rafael Díaz-Salazar, «Transición política y revolución
cuando el axioma «‘partido de lucha y de
pasiva», Juan Trias Vejarano (coord.), Gramsci y la izquierda
gobierno’ dejará de tener sentido». europea, Madrid, Fundación de Investigaciones Marxistas,
Joan Tafalla complementa esta visión 1992, pp. 97-114.
1977. Los análisis económicos del Partido naba los impulsos transformadores de las
Comunista de España (Los libros de la Cata- masas que buscaban una orientación socia-
rata, 2014) y el más reciente Las transicio- lista de la revolución. [2] No obstante, como
nes políticas. Enfoque ideológico y discurso veremos más adelante, Enrique González
académico: Una mirada crítica (Académica de Andrés es bastante más prudente en sus
española, 2016). aseveraciones, dejando muchas veces una
Las palabras escogidas por el autor para sensación de ambigüedad a los ojos del lec-
encabezar el libro no son baladíes. La dico- tor o lectora.
tomía entre reforma o ruptura fue decisi- En la introducción destacan los objeti-
va para la táctica del partido de Carrillo en vos del libro y el estado de la cuestión de
este convulso periodo que abarca los últi- la temática que pretende abordar. En ella
mos años del franquismo y la primera etapa se sitúan aspectos importantes para la pos-
de la monarquía. Sin embargo, el autor lejos terior comprensión de las ideas expuestas.
de ceñirse exclusivamente al marco políti- Uno de ellos es el «carácter probabilístico»
co que debía seguir a la muerte del dictador que debe adoptar la investigación histórica.
también la sitúa en el marco económico. Es Es decir, indagar en torno a por qué no se
decir, la dicotomía que ya había planteado produjeron otros hechos y qué aspectos de-
a finales del s. XIX Rosa Luxemburgo con- terminaron ese rumbo histórico en concre-
tra las tesis reformistas de Eduard Berstein to. Otras cuestiones esbozadas emplazan a
de reforma o revolución. La perspectiva de tener cuidado al valorar a las organizacio-
análisis, como no podía ser de otra mane- nes situadas teóricamente a la izquierda
ra, parte de una exhaustiva revisión crítica del PCE, puesto que tendrían una línea más
de múltiples fuentes y de la confrontación moderada de la que se les ha caracteriza-
de posiciones con lo que hasta el momen- do tradicionalmente. El periodo que aborda
to han sido las visiones hegemónicas de la abarca desde la muerte de Carrero Blanco
historiografía sobre el PCE en este periodo. hasta la firma de los Pactos de la Moncloa,
González de Andrés no utiliza como pun- un contexto histórico lleno de contradic-
to de partida a la dirección comunista y sus ciones. El autor se cuestiona sobre los des-
políticas sin más, sino que trata de con- ajustes existentes entre las orientaciones
trastar el auge del movimiento obrero en políticas promovidas por el PCE y las ex-
ciertas zonas con la táctica del PCE en ese pectativas de su base social, especialmen-
contexto mostrando, a su vez, las múltiples te sobre la orientación del cambio demo-
contradicciones existentes entre los análi- crático. Para González de Andrés no se ha
sis comunistas y las experiencias del mo- culminado la normalización historiográfica
vimiento obrero. La intención del autor es sobre el PCE y es necesario valorar más el
estudiar el alcance y la influencia de estas papel de su militancia. El objetivo del libro,
políticas en el contexto de las luchas socia- expuesto en su introducción no es otro que
les de la época, especialmente de las luchas responder a la pregunta de si hubiera sido
obreras de la última etapa del franquismo. posible una ruptura si el liderazgo de la iz-
Esta obra sigue de alguna manera la estela quierda hubiera actuado en una dirección
de otros autores como Raquel Varela quien más combativa. Para ello, el autor parte de
previamente ya analizó para el caso por- una reivindicación de los preceptos funda-
tugués las políticas del Partido Comunista
de dicho país desde la perspectiva de que 2.– Raquel Varela, A Historia do PCP na Revolução dos Cra-
el partido dirigido por Álvaro Cunhal fre- vos, Lisboa, Bertrand, 2011.
mentales del materialismo histórico, de- muy crítico con su línea, ya que considera
fendiendo que, pese a estar condicionados que pese a la aparente utilización de pará-
por la realidad material que les rodea, los metros marxistas, los comunistas españo-
seres humanos son los auténticos protago- les utilizaban argumentos similares a los
nistas de la historia. de los economistas pro-capitalistas. Por lo
El libro se estructura en tres grandes tanto, no identificaban correctamente las
bloques temáticos: que guardan una estre- crisis de superproducción, defendiendo que
cha relación entre sí. El primero lleva por la solución pasaba por establecer un régi-
título Programa y discurso del PCE. En este, men democrático-burgués al estilo de otros
el autor defiende las tesis trotskistas de que países de Europa Occidental. Esta reflexión
el verdadero origen de las políticas poste- plantea que el PCE no vislumbraba en nin-
riormente conocidas como «eurocomunis- gún momento un horizonte no capitalista
tas» se encuentra en el triunfo de las tesis para el postfranquismo, idea que está pre-
del Stalin frente a las de Trotsky en los años sente en toda la obra. La última parte de
veinte. Por lo tanto, todas las políticas pos- este primer bloque es una introducción so-
teriores no tienen un carácter novedoso, bre la actitud del PCE ante la conflictividad
sino que constituirían adaptaciones de la huelguística entre 1962 y 1977. González de
línea de frentes populares del VII congreso Andrés defiende que los conceptos de huel-
de la Kommintern. De esta manera, en vez ga política y económica no están obsoletos,
de aglutinar a la clase obrera en la lucha por sino que no han sido siempre usados con
la revolución socialista, el PCE habría de- mucho rigor, aplicando normalmente una
dicado sus esfuerzos a tejer una estrategia interpretación mecanicista de estas tipo-
interclasista, lo que confrontaría con los logías huelguísticas. También reflexiona
anhelos anticapitalistas de sectores desta- sobre aspectos importantes para indagar
cados de la militancia obrera. En su opinión, en el estudio de las movilizaciones obreras,
resulta nocivo establecer una línea gruesa como son la toma de conciencia, la identi-
entre una Política de Reconciliación Nacio- dad proletaria o la construcción cultural de
nal caracterizada de rupturista y las políti- este sujeto transformador. El marco general
cas del PCE en la transición, donde existe que se presenta como contextualización de
más consenso sobre su carácter reformis- esta época aparece, en palabras de Gonzá-
ta. Posteriormente aborda el debate entre lez de Andrés, como bastante radicalizado.
Claudín y Carrillo, donde parece defen- Destaca especialmente el supuesto giro a la
der las tesis del primero al considerar que izquierda de los sindicatos en toda Europa.
el discurso sobre el carácter monopolista En ese contexto el PCE habría tenido un pa-
del capitalismo de Estado en las socieda- pel que fomentaba las huelgas reformistas,
des occidentales es una forma de encubrir mientras trataba de contener aquellas de
una desviación de los verdaderos objeti- carácter más revolucionario y anticapita-
vos de la lucha de clases. También realiza lista.
una breve comparativa internacional para En el segundo bloque titulado Discurso
criticar la táctica «etapista» de los comu- y acción social del PCE se analizan tres pro-
nistas occidentales, entre los que no duda cesos huelguísticos que para el autor son
en incluir al Partido Comunista Portugués. cruciales a la hora de entender las dinámi-
Posteriormente se centra en los análisis del cas existentes en aquellos años. La prime-
PCE sobre la crisis económica mundial y la ra huelga es la de Navarra en 1973, donde
situación en España. El autor se muestra por primera vez el PCE se vio superado por
las dinámicas propias del movimiento y las El último bloque, Discurso y acción po-
acciones de las organizaciones situadas a lítica del PCE, analiza el final del gobierno
su izquierda. No obstante, el autor es muy de Carrero Blanco contrastándolo con la vi-
crítico con estas organizaciones, ya que sión que el PCE defendía en aquel momen-
en su gran mayoría estas no impulsaban to. González de Andrés pone en cuestión la
el proceso en una dirección revoluciona- supuesta debilidad del régimen y su incom-
ria fuertemente anticapitalista, dado que patibilidad con un capitalismo desarrolla-
sus programas buscaban la constitución do a imagen del entorno europeo occiden-
de frente populares y alianzas antifascis- tal. Según su criterio, la burguesía obtenía
tas. Una crítica más dura es la que plantea todo el respaldo por parte del régimen para
a las posiciones del PCE, más preocupado el aumento de sus beneficios, por lo que
en buscar alianzas con los empresarios «no era imposible que se sintiera atraída por
monopolistas» que en extender la lucha de las propuestas democráticas que defendía
clases en un sentido superador del capita- el partido de Carrillo. Posteriormente, se
lismo. El segundo proceso analizado es la adentra en los análisis que los comunistas
huelga general del País Vasco y Navarra del tuvieron sobre la Ley de Reforma Política
11 de diciembre de 1974. En este caso des- promulgada por Adolfo Suárez. Para el au-
taca especialmente el análisis que hace de tor, el PCE no se esforzó en buscar la abs-
la situación del antifranquismo en el País tención en el referéndum, ni se explicaron
Vasco y el papel de la cuestión nacional en bien los resultados. Esto fue debido a que
todo el proceso. También resulta relevante no se estaba de acuerdo con las formas en
el minucioso seguimiento de la táctica del que se planteaba el plebiscito, pero no tan-
EPK que, en palabras del autor, no atraía a to con el contenido y el rumbo emprendido
unos sectores de la clase obrera radicaliza- por el sector reformista de los franquistas.
dos por las propias dinámicas de la movi- Por último, el autor profundiza en los Pac-
lización. La tercera parte la componen las tos de la Moncloa, poniendo de manifiesto
huelgas de enero de 1976 en Madrid. Para la idea de que la firma de los pactos iba en
González de Andrés la larga conflictividad la línea de lo defendido anteriormente por
parece abonar la idea de que es cuestiona- el PCE. Según González de Andrés este par-
ble que el franquismo tuviera la fuerza para tido no tenía un análisis distinto del resto
dar continuidad a su proyecto sin sufrir un de economistas que defendían el capitalis-
alto coste. Además, la aparición de coman- mo. No existía en su programa una alterna-
dos y otras formas combativas de lucha de- tiva en clave marxista y por lo tanto la solu-
mostraba que existía en las bases una con- ción a la crisis recayó sobre las espaldas de
cepción más clasista de huelga general. Por la clase trabajadora. Según plantea el autor,
lo tanto, la moderación del PCE no tenía la todo se reduce a que el PCE no creía que
intención de conectar mejor con el movi- fuera posible el socialismo y, por tanto, su
miento obrero sino de aparecer como un alternativa se basaba en un pacto social en
partido responsable ante sectores de la cla- base a un pacto político en el cual se visi-
se dominante. Una vez más, esta dinámica bilizara su papel responsable y moderado.
de movilización es interpretada por el autor El libro de González de Andrés es una
como un obstáculo que el PCE intenta de lectura necesaria que aporta nuevas visio-
todas las maneras moderar en vistas de su nes críticas a la deriva moderada del PCE en
proyecto de pacto con la burguesía no mo- unos años cruciales para entender el final
nopolista que era el Pacto para la libertad. del franquismo. No obstante, el autor tie-
nes más personales que colectivas» (p. 21). por «grupos contestatarios» y por agentes
Por todo ello, el trabajo de Saz se basa en la de las fuerzas del orden público entre el 20
idea, en primer lugar, de que la transición de noviembre de 1975 y la llegada del PSOE
«es una parte cronológicamente delimitada al poder en octubre de 1982. Solo en lo que
(julio 1976-diciembre 1978) de un proceso se refiere a quienes perdieron la vida en
mucho más amplio, el de la conquista de la esos años, la autora contabiliza más de 530
libertad» (p. 31); a fin de cuentas, «ninguna personas a manos de los «contestatarios» y
periodización de la transición es política- 178 muertas por balas policiales. Al añadir
mente neutra» nos dice el autor en la pá- otros tipos de violencia física política, la
gina 19. En segundo lugar, Saz afirma que autora habla de un ciclo de violencias espe-
históricamente, «casi siempre», el pueblo cífico de la transición, que podría ser el más
siempre ha sido el «gran protagonista» de sangriento de Europa (p. 147). Negar esta
los procesos democratizadores. Por eso, el realidad, como hace el mito transicional, es
subtítulo de este capítulo es sumamente la causa de que las víctimas hayan quedado
expresivo: «No solo élites». La transición relegadas a un rincón.
fue fruto de la presión social. De violencias escribe también Borja Ri-
Pau Casanellas abre con «¿Un país donde bera, en su caso referido al territorio valen-
reina el orden? Represión, control social y resis- ciano: «De la violencia a la negociación. El
tencias al cambio antes y después de Franco» un anticatalanismo y el proceso autonómico
apartado dedicado a la violencia: «Los años valenciano», un texto que cierra el apar-
de plomo españoles». Casanellas apuesta tado sobre la violencia política, pero que
por la movilización social para explicar la bien podría haber sido incluido en el dedi-
superación de las inercias del aparato fran- cado a la «cuestión nacional». Borja Ribe-
quista, a pesar de los resortes represivos ra describe la «Batalla de Valencia» (marzo
puestos en funcionamiento por la dicta- de 1978-diciembre de 1979), una campaña
dura. De hecho, el fracaso de los intentos ejecutada por la derecha valenciana con ac-
de reforma de los meses inmediatamente titudes violentas para frenar el desarrollo
posteriores a la muerte de Franco eviden- de una identidad valenciana encuadrada en
ció que «sin el concurso de la oposición y el marco catalán.
rechazada de plano en la calle, no había re- «Construir la imagen del 20-N», título
forma posible» (p. 114). No hubo una hoja del segundo bloque en que se divide Cua-
de ruta pilotada por una, dos o tres perso- renta años y un día…, agrupa dos trabajos
nas para salir del franquismo. sobre la representación audiovisual del
Como Ismael Saz, de mitos también se 20-N y del franquismo, un interesante en-
habla en otros capítulos de este libro, con- foque que no siempre está presente en los
cretamente en el trabajo de Sophie Baby: libros de historia. El capítulo «La recon-
«La violencia en la transición española: quista audiovisual de la invisible agonía de
el derrumbe de un mito». Porque lo que Franco», del que es autora Nancy Berthier,
cuestiona Baby es el mito de la transición estudia de qué manera los últimos día de la
como periodo pacífico. La opinión de Baby vida del dictador «tomaron cuerpo en la na-
se apoya en evidencias extraídas de la rea- rrativa audiovisual para colmar retrospec-
lización de un censo de actos de violencia tivamente el vacío de la imagen ausente,
física y de amenazas «siempre que se refie- percibida como imagen prohibida» (p. 42).
ran a usos de la fuerza con fines políticos» Partiendo de la teoría de los dos cuerpos del
(p. 128); actos y amenazas protagonizados rey, Berthier nos habla del «cuerpo natural»
Pero, sobre todo, fue un militante de las la libertad, si no que también, para que sea-
ideas socialistas y un abnegado y trabajador mos capaces entre todos de aprender lo que
participante de dicho proyecto. Sin embar- tuvo que vivir y sufrir toda una generación,
go, un personaje de este calibre que daría para precisamente evitar que se repita en
para hacer películas o series y homenajes el futuro. Como lectura breve, apasionada y
a raudales por la intensa vida que tuvo, es que bebe de una buena cantidad de fuentes
prácticamente un desconocido, una víctima de todo tipo (desde entrevistas personales
más de la memoria selectiva que se impuso a archivos públicos, militares y privados,
en este país. Obras como esta, en donde se entre otros) seguro que aporta su grano de
sintetizan años de investigaciones y traba- arena para la recomposición democrática
jo para recomponer el hilo rojo de la vida de de nuestra memoria histórica y fomenta el
este personaje son necesarias, no sólo para conocer un poco más de cerca a quien fue
rendir un tributo impagable a personas que uno de los primeros organizadores de gru-
como él se dejaron la vida, la juventud y pos de la mítica «Résistance» contra la ocu-
muchas cosas por el camino en la lucha por pación nazi de Francia.
tica la constata el autor de manera parale- cas de Aurora Picornell resultaron enorme-
la a la inexistencia de documentación que mente transgresoras con las convenciones
complete algunas partes de la corta vida de de edad y de género del momento. Trans-
la biografiada que quedan, por tanto, sin ce- gresora, adelantada a su tiempo, politizada,
rrarse del todo, como bien apunta Ginard, a con conciencia, valiente, voz de las y los sin
pesar del intento por tratar de resolverlas voz, incansable, comunicadora, soñadora,
con una intensa investigación centrada trabajadora, feminista. Estas son algunas
en la recopilación de testimonios de per- de las conclusiones que se sacan de la corta
sonas que sobrevivieron a la existencia de vida de Aurora Picornell. Corta vida porque
Aurora y que, en su momento, la rodearon. las circunstancias la llevaron al peor de los
Entre todos destaca el de su hermana Lli- finales.
bertat. Otro mecanismo utilizado es el in- Y es en este punto donde nos volvemos
tento por completar vidas paralelas a la de a encontrar la combinación entre la escasa
Aurora, como la de Heriberto Quiñones, su documentación existente y los testimonios
compañero sentimental y padre de su úni- indirectos para relatar la última fase de vida
ca hija, pues no se pudo llegar a demostrar de la biografiada, existiendo algún dato que
si llegaron a casarse. Una época de la que se ha podido contrastar. Por ejemplo, mien-
existen pocos datos es de cuando estuvo en tras el expediente del Centro Penitenciario
Valencia, se sabe que utilizó el pseudónimo de Palma especifica que Aurora entró en
de Amparo Pino, que participó en un mitin prisión el 19 de julio, el libro de anotacio-
junto a Mª Teresa León, y ambos anteceden- nes de la Secretaría del Gobierno Civil de
tes llevan a la generalización, probable, de Baleares señala el día 24 como la fecha en
que su actividad política fue intensa (p. 76). la que la «comunista del Molinar» entró en
El sustrato ideológico de Aurora es, por prisión. De lo que no hay ninguna duda es
el contrario, el mejor documentado, puesto que Aurora Picornell fue la primera mujer
que fue una prolífica escritora de artículos presa en Mallorca tras el golpe de estado
desde su más temprana juventud en la re- franquista. Ella mantenía una actitud opti-
vista Concepción Arenal hasta sus numero- mista sobre su futuro, como así lo relató un
sos artículos en la revista republicana fede- preso aragonés en la cárcel de Palma, Odón
ral Ciudadanía o en Nuestra palabra. de Buen, «sobre el departamento nuestro
Ginard demuestra un profundo cono- se hallaba la cárcel de mujeres y algunas
cimiento sobre la biografiada al hilvanar de ellas animaban a los presos con sus can-
a la perfección sus actitudes de vida con tos; se distinguía una muchacha joven que
la proyección que ella misma hizo de su me dijeron que era una valerosa propagan-
ideología a través de los distintos discur- dista de las reivindicaciones obreras» (p.
sos, intervenciones o artículos. Encajando, 155). Pero, sin embargo, la situación en la
al mismo tiempo, con los acontecimientos cárcel poco a poco se iba a volver cada vez
políticos, económicos, culturales y sociales más insostenible, fundamentalmente por
que definían el entorno en el que se suce- los niveles de hacinamiento alcanzados,
dían las actividades de Aurora. Todo esto que mezclados con las pocas posibilidades
nos permite a los lectores sacar nuestras de salir en libertad, hicieron desaparecer
propias conclusiones sobre la implicación cualquier atisbo de optimismo que pudiera
de la protagonista en la realidad que le quedar. Con el relato de los meses de pri-
tocó vivir, como cuando extraemos la idea sión sufrido por Aurora, Ginard nos ofrece
de que las primeras intervenciones públi- la oportunidad de conocer las condiciones
de vida en el penal de mujeres de Mallorca. mado político que años atrás se construía
Su hija, en esos momentos, contaba única- con ansias de crear una realidad basada en
mente con dos años y acudió con su abuela la igualdad y en la libertad, ahora se des-
en alguna ocasión a visitar a su madre a la moronaba con los efectos de la represión
prisión. Y esas serían las últimas posibili- sublevada. Dicha represión ponía fin a una
dades que Octubrina tendría de disfrutar de corta pero intensa vida de compromiso po-
su madre porque en enero de 1937 Aurora lítico, social y cultural y contribuía a crear
fue fusilada en las tapias del cementerio de los cimientos de un recuerdo que, aunque
Porreres, junto a Catalina Flaquer Pascual, durante los años dictatoriales permaneció
sus hijas Antonia y María Pascual Flaquer y en el silencio, a partir de 1975 se reactivó
Belarmina González Rodríguez. para acabar construyendo un símbolo re-
Y, como escribe David Ginard en la pá- presentativo de todos aquellos valores por
gina 172, a partir de aquí es prácticamente los que había dejado su vida. Y esta repre-
imposible distinguir entre la historia y la senta otra de las grandes contribuciones de
leyenda. «La conmoción que generó el bru- Ginard en su libro: el análisis de cómo evo-
tal asesinato de Aurora Picornell estimuló, luciona la memoria colectiva de la repre-
sin duda, la fantasía popular». La tragedia sión franquista dependiendo de las circuns-
que rodeó a la familia Picornell (el padre tancias políticas que se suceden. Del olvido
de Aurora y sus hermanos, Ignasi y Gabriel provocado por un largo silencio impuesto, a
también fuero fusilados) representa las la reactivación democrática de un recuerdo
dimensiones alcanzadas por la violencia que quedó convertido en símbolo, como nos
estructural del franquismo. Todo el entra- demuestra la biografía de Aurora Picornell.
* Aurélie Denoyer, L’exil comme patrie. Les réfugiés commu- concentra en sí la potencialidad de un fu-
nistes espagnols en RDA (1950 – 1989), Presses Universitai- turo al que no le fue permitido advenir. Por
res de Rennes, 2017., 288 pp.
eso, hacer la historia del exilio es también
1.– Balibrea, Mari Paz y Sebastiaan Faber, «Hacia otra his- hacer una historia de los posibles, la his-
toriografía cultural del exilio republicano español. Intro-
toria de las utopías y de los proyectos que
ducción a modo de manifiesto» en Mari Paz Balibrea (ed.),
Líneas de fuga. Hacia otra historiografía cultural del exilio fueron violentamente cercenados de la co-
republicano español, Madrid, Siglo XXI, 2017, pp. 13-25. munidad nacional. De ahí también que la
cuestión del retorno sea una cuestión pro- comunidad compuesta por unas 30 familias
fundamente política, como lo señalan los españolas, marcadas por la militancia co-
autores antes mencionados, pues no sólo munista de alguno-a de sus miembros, que
fueron los individuos quienes regresaron, fueron expulsadas de Francia en el marco
sino también las ideas. de una operación policial que se desarrolló
En el caso de la historiografía española en septiembre de 1950, conocida como Opé-
(o en español) asistimos desde hace años a ration Bolero-Paprika, y que encontraron
un importante trabajo de reconstrucción de refugio en la Republica Democrática Ale-
esta comunidad del exilio republicano es- mana, instalándose finalmente en Dresde.
pañol y de sus culturas políticas. El esfuer- En realidad, el propósito de la autora, como
zo se ha concentrado principalmente en el ella misma lo expone en la introducción, no
ámbito de la historia cultural y literaria, parte en origen de la voluntad de interrogar
gracias en gran medida al impulso de po- el exilio republicano español sino de com-
tentes y dinámicos grupos de investigación prender una forma peculiar de exilio entre
como el GEXEL de la Universidad Autóno- el Este y el Oeste de Europa en plena Guerra
ma de Barcelona. Los campo de la historia Fría. En efecto, mientras que los estudiosos
política y de la historia social han sido algo de las migraciones políticas durante dicho
menos frecuentados, aunque también hay período suelen contemplar el exilio desde
que destacar la importante labor de inves- el Este hacia el Oeste, Denoyer elige seguir
tigadores como Alicia Alted y asociaciones la trayectoria de un grupo minoritario que
como AEMIC (Asociación para el Estudio realiza el trayecto inverso: desde un país
de las Migraciones Contemporáneas). Sin occidental, Francia, hacia un país comunis-
embargo, más que con esta historiografía ta. La talla reducida del grupo le permite
(a la que por supuesto no ignora), el trabajo realizar un análisis casi microhistórico, en
de Aurélie Denoyer entronca con una po- el que se entrecruzan diferentes cuestiones
tente tradición francesa de historia social estudiadas con minuciosidad y abundante
de la política, por un lado, y de estudios mi- aporte documental: las políticas migrato-
gratorios, por otro, que proporcionan una rias y de acogida de refugiados de Francia
sólida estructura interpretativa en la cual y la RDA, las relaciones entre partidos co-
el exilio republicano español se entiende munistas europeos (en particular el PCE y
como parte integrante de una historia eu- el SED alemán), el problema planteado por
ropea de las migraciones políticas y del an- un exilio caracterizado como comunista al
tifascismo. Gracias en gran medida a este inicio de la Guerra Fría o el papel del exilio
anclaje historiográfico, L’exil comme patrie en la construcción identitaria de los indivi-
supone un salto cualitativo en la historio- duos y de los grupos sociales.
grafía del exilio republicano español, tanto La primera parte del libro aborda la ges-
por su ambición metodológica como por su tión del exilio republicano en Francia y la
amplitud geográfica y cronológica, al seguir razón de ser de la operación policial Bole-
al objeto de su estudio, un colectivo de exi- ro-Paprika, que condujo a la expulsión y
liados comunistas españoles, a lo largo de deportación de un número importante de
un periplo transnacional y durante un lap- refugiados comunistas españoles. Dicha
so de dos generaciones. operación es analizada no solamente como
El libro de Aurélie Denoyer reconstruye un acontecimiento puntual producto de la
la trayectoria, las experiencias de integra- coyuntura del recrudecimiento de la guerra
ción y la reelaboracion identitaria de una fría, sino desde la óptica de la propia po-
lítica interior francesa y su gestión de la tes en gran medida del interior de España,
cuestión migratoria. En particular, el papel que encuentran refugio en la RDA. En esta
crucial de los prefectos de policía en el im- parte, Denoyer desarrolla su análisis en dos
pulso a la operación es analizado de forma direcciones: las políticas desarrolladas por
minuciosa a partir de fuentes primarias, y la RDA para la integración de este colectivo
la autora demuestra que lo que preocupa- (analizando tres parámetros: la integración
ba a las autoridades locales no era tanto la estructural, social y cultural), y la evolu-
amenaza fantasma de una insurrección co- ción de los individuos frente a la «réalité
munista, como el peligro concreto de sub- durable» del exilio. Las particularidades de
versión que representaban unos militantes la política de acogida en un país comunis-
extranjeros que se habían comprometido ta, que no había firmado la Convención de
de forma importante con los movimientos Ginebra, son analizadas con agudeza, mos-
sociales franceses, en particular las impor- trando que esta integración fue un enjeu
tantes huelgas de 1947. Denoyer desmonta tanto de política exterior, en particular en
también la supuesta «peligrosidad» de los el marco de la relación entre dos partidos
militantes expulsados, que ocupaban en comunistas «hermanos» (el PCE, particu-
el mejor de los casos cargos menores den- larmente protegido por el «Gran Hermano»
tro del PCE, mientras que los altos cargos soviético, y el SED), como de política in-
consiguieron escapar a la deportación. Los terior, puesto que el colectivo español fue
métodos expeditivos empleados, que priva- regularmente movilizado en el contexto de
ron a los españoles de cualquier asistencia una política de prestigio del SED y utilizado
jurídica, tienen por otra parte un eco parti- para el control de la población, al conside-
cular en un momento, el nuestro, en el que rar a estos españoles como «políticamente
el gobierno francés proyecta endurecer de seguros». Más allá de las particularidades
nuevo las políticas migratorias y el acceso de un exilio fundamentalmente político, el
al estatuto de refugiados, y en que las ex- análisis de la integración social y cultural
pulsiones manu militari están a la orden del permiten desmontar ciertos mitos, como
día. En suma, esta primera parte ya repre- el del dominio de la lengua para conside-
senta en si misma un aporte muy novedo- rar una integración como exitosa, o el de
so al conocimiento de un acontecimiento la oposición entre integración en la socie-
crucial en la historia del exilio republicano dad de acogida y cohesión del colectivo: en
español, en particular comunista, y consti- efecto, en el contexto de una sociedad co-
tuye a día de hoy el aporte más completo al munista que garantizaba a todos sus miem-
conocimiento y análisis de la famosa ope- bros el derecho al trabajo, la integración de
ración Bolero-Paprika. los españoles se realizó principalmente por
La segunda parte de la obra abandona el esta vía, y también por la de la educación
terreno francés para centrarse en las polí- recibida en el caso de la «segunda genera-
ticas de acogida e integración que la RDA ción». Lo cual no está reñido con una con-
desarrolló en dirección de este colectivo. trapartida autoritaria: en palabras de San-
En esta parte, la autora desarrolla un aná- drine Kott, citadas por la autora, si bien la
lisis a la vez microhistórico y sociológico política de acogida puede ser considerada
del colectivo español en RDA, concentrado como muy generosa, el individuo debía ser
principalmente en Dresde. Al «grupo de los en contrapartida «cooperativo y obedien-
31» iniciales se añadirán, por otra parte, te». En fin, la cuestión del retorno también
otros antifranquistas españoles, proceden- es analizada. En el caso de la comunidad
en que se centra en los grupos artísticos y del parisino GRAV (Groupe de Recherche
no, como es habitual, en los artistas con- d´Art Visuel) formado por artistas ameri-
siderados individualmente. Y lo hace te- canos y europeos, uno de ellos el español
niendo presente siempre las relaciones de Francisco Sobrino.
aquellos con las sociedades en las que sur- Los grupos artísticos han tenido una
gieron y en las que se desarrollaron. Como gran influencia social tanto en los colec-
buen historiador Galimberti incluye en su tivos artísticos como en los intelectuales
trabajo a numerosos grupos, muy diferen- y han sido decisivos para el desarrollo del
tes tanto por sus prácticas artísticas como arte contemporáneo al haber presentado a
por sus orígenes y organización, sin dejar- la sociedad importantes innovaciones den-
se llevar por sus preferencias estéticas. Los tro del mundo de la cultura y de las artes.
puntos focales de la perspectiva adoptada Como indica el autor «en los años 60 varios
por el autor son la historia y la sociología, artistas supieron reconocer el crecimiento
con las que construye un relato en el que se de la conciencia social y política de la co-
describen, explican y analizan colectivos munidad en contraposición al individua-
artísticos corrientes y movimientos, a los lismo, y subrayaron el carácter colectivo
que ha unido el de la política, entendida en en su obra». Además de que —añade Ga-
su sentido más amplio. Así, a lo largo de las limberti— «Postularon formas alternativas
349 páginas del libro, encontramos tanto de compañerismo, subjetivación y acerca-
colectividades artísticas con una relación miento a lo común [...] establecieron la au-
laxa entre sus miembros como las inte- toría en grupo, atacaron el individualismo
grantes del Situacionismo, como grupos y denunciaron la ideología de la ‘creación’»
muy organizados en los que sus integran- y «redefinieron las ideas de competición
tes renunciaron a su individualidad a favor e individualismo como dos de los compo-
del grupo, como fue el caso del Equipo 57. nentes necesarios de un proceso dirigido
Galimberti demuestra como los compro- en primer lugar al igualitarismo».
misos social y político de la mayor parte de Por lo que respecta a España Galimberti
los artistas considerados estuvieron uni- explica el intento de acercamiento del ré-
dos estrechamente a su deseo de cambiar gimen franquista a las democracias extran-
los códigos artísticos vigentes, ya fuese fi- jeras, lo que en el ámbito del arte supuso
gurativos o abstractos, para lo cual expone una convivencia entre un modelo oficial
las actuaciones de aquellos en sus socieda- de cultura y el impulso —unas veces oficial
des respectivas y, sobre todo, como es lógi- y otras oficioso— a las iniciativas de van-
co, en el desarrollo del arte y la cultura de guardia, y la simultánea oposición de algu-
cada una de ellas. El autor explica, asimis- nos artistas a la cultura establecida, como
mo, las raíces ideológicas que propiciaron la de los tres grupos más conocidos por los
la creación, el desarrollo y la desaparición posicionamientos políticos de sus miem-
de los grupos artísticos. Expone, también, bros: Equipo Crónica, Equipo Realidad y
la influencia de los colectivos artísticos en Equipo 57. El autor no ha incluido en su
el desarrollo del arte contemporáneo, es- trabajo al Grupo El Paso, el colectivo más
pecialmente por su labor innovadora en el importante de aquellos años y con más re-
arte y la cultura europeas con el efecto de conocimiento internacional, queremos su-
despertar el interés del público por mani- poner que no lo ha hecho en razón de la
festaciones artísticas heterodoxas, como, menos conocida oposición al franquismo
entre otras, las de los situacionistas y las de los integrantes de aquel grupo, si bien,
pensamos que debía haberlo hecho, ya que contemporáneo. Por tanto, tuvieron una
el compromiso antifranquista de algunos preocupación cultural amplia, patente no
de ellos, sobre todo los de Manolo Milla- solo en los manifiestos que hicieron, sino
res y Antonio Saura, fue patente. Ante la también en los coloquios y las charlas que
indefensión social a la que el franquismo organizaban.
sometía a los españoles, los artistas van- Para terminar este reseña breve quere-
guardistas al agruparse se sentían fuertes, mos destacar el cuidado de la edición, que
de modo que ya en la segunda mitad de la incluye ciento cuarenta y cinco ilustracio-
década de los años sesenta se habían afian- nes que, junto con el índice onomástico y
zado y dejado atrás los vínculos que tuvie- de conceptos (algo que lamentablemente
ron con el régimen. Tanto en España como no solemos encontrar en ediciones de edi-
en Europa las agrupaciones de artistas se toriales españolas) hacen que el libro de
interesaron por promover aspectos de la Galimberti sea de consulta obligada para
vanguardia artística del momento y por los estudiosos e historiadores del arte con-
despertar el interés del público por el arte temporáneo.
El pasado siglo fue, sin duda alguna, el De acuerdo con lo anterior, la conmemo-
siglo de la Revolución y más concretamen- ración el pasado año 2017 del centenario del
te de la Revolución Rusa. Así lo ha recogido inicio de la Revolución fue concebida desde
recientemente Josep Fontana en su último el Centre d’Estudis Històrics Internacionals
libro (El siglo de Revolución) y, en buena me- de la Universitat de Barcelona (CEHI-UB),
dida, así lo entendía Eric Hobsbawm cuan- en colaboración con la Comissió del Cen-
do hablaba del corto siglo XX, comprendido tenari de la Revolució Russa de 1917, como
entre la I Guerra Mundial y la disolución de una magnífica oportunidad para recoger las
la URSS: dos extremos que también enmar- aportaciones historiográficas relativas a di-
can a la propia Revolución, con la chispa cho proceso, con las perspectiva histórica
—o mejor dicho la llamarada bélica— que que nos brindan los 100 años transcurridos,
la provocó y el ocaso de su obra, con la des- dando lugar a la celebración de un Congre-
aparición de la denominada patria del so- so Internacional, entre los días 25 y 27 del
cialismo. A partir de 1917 todo lo aconteci- mes de octubre del 2017, en la Facultad de
do en el antiguo Imperio Zarista, traspasará Geografía e Historia de la Universitat de
fronteras y sacudirá los cimientos de todo Barcelona.
tipo de sociedades, independientemente de Las citadas aportaciones se enmarcaron
su identidad nacional, credo religioso, es- dentro de seis líneas de trabajo que, además
tructura económica o institucionalización de poner de relieve la multitud de enfoques
política. Los sucesos de Octubre servirían y factores que concurrieron entorno a la
tanto de modelo a imitar como de fantas- caída del zarismo, la creación de la URSS
ma a combatir, inspirando y alentando los y su impacto a nivel internacional, sirvie-
conflictos, reformas, revoluciones y contra- ron para estructurar el propio Congreso.
revoluciones que han dado forma al corto Todas ellas contaron con una serie de po-
siglo XX. nentes que, al contextualizar histórica-
mente los diferentes ámbitos, introdujeron
* «Congreso Internacional: Centenari de la Revolució Rusa»,
las ideas-fuerza de cada temática y dieron
Barcelona, 25-27 de octubre de 2017. Este artículo formará
parte, como introducción, de la futura publicación de las paso al posterior debate, con el concurso
actas del Congreso por parte de la Universitat de Barcelona. de las respectivas comunicaciones. De este
modo nos encontramos con los apartados nario ruso, sino por las repercusiones de su
sobre I Guerra Mundial y Revolución (con la onda expansiva en todo tipo de ámbitos y
ponencia a cargo de Alberto Pellegrini), Re- entre los colectivos más diversos, como po-
volución y mundo del trabajo (José Manuel dría ser el caso de los campesinos mexica-
Rúa), Mujer y Revolución (Gemma Torres), nos o los jornaleros andaluces —poniendo
Las miradas cinematográficas de la Revolu- en cualquier caso de manifiesto el impacto
ción (Magí Crusells), Las miradas sobre la en un mundo rural sediento de tierras—, tal
Revolución (Andreu Mayayo), El miedo a la y como refleja el apartado sobre el mundo
Revolución (Paola Lo Cascio) y La Implosión del trabajo. Más que estudiar la Revolución
de la Unión Soviética (Antoni Segura). Rusa, el objeto de estudio se centraría ac-
El listado de participantes que enviaron tualmente en estudiar cómo la Revolución
sus comunicaciones incluía investigadores Rusa cambió el mundo del siglo XX.
e investigadoras procedentes de univer- De acuerdo con esto, no resulta extra-
sidades y centros de estudios de Portugal, ño que el apartado con más aportaciones
México, Brasil, Italia y Cuba, además de es- haya sido el de «Las miradas de la revolu-
pañoles. En la inmensa mayoría de los casos, ción»: cómo vieron y como se vivieron los
los trabajos presentados y debatidos ponían días que estremecieron al mundo desde los
de relieve el desplazamiento del foco de in- lugares y las perspectivas más variadas. El
terés en los estudios sobre la Revolución volumen de comunicaciones en este campo
Rusa hacia el impacto de los acontecimien- nos obligó, para poder desarrollar un deba-
tos en realidades geográficamente alejadas te en condiciones, a crear una nueva divi-
del mundo soviético. Cien años después de sión dentro de este apartado, con un ámbi-
Octubre, el congreso evidenció un interés to relativo a las miradas cinematográficas
creciente no tanto por las causas, el con- de la Revolución, que incluía estudios de
texto o el desarrollo del proceso revolucio- películas de carácter histórico de directo-
res como Sergéi Eisenstein, Warren Beatty cación que sitúa la crisis del zarismo en el
o Nikita Mikhalkov, así como trabajos so- contexto de «los otros 1917 europeos», den-
bre la recepción del cine soviético en los tro una amplia oleada de movilizaciones
círculos anarcosindicalistas durante la II que afectaron tanto a países beligerantes
República española o las producciones de como neutrales. En el apartado relativo al
ciencia ficción norteamericanas, durante papel de la Mujer en la Revolución, desta-
la Guerra Fría, como metáforas en pantalla can trabajos que inciden en las conquistas
de la «amenaza roja». De este modo, para revolucionarias de las mujeres en todo tipo
el ámbito original de «Las miradas sobre la de ámbitos, como el político (con la primera
Revolución», quedarían aquellas aporta- constitución soviética y el derecho al voto
ciones sobre la recepción de la revolución femenino), el social (con legislación sobre el
en ámbitos tan diversos como Cuba (con la derecho al divorcio y al aborto) o el educa-
representación que la gráfica mural de la tivo (en consonancia con el nuevo papel de
Cuba revolucionaria hizo de la experiencia la mujer en la sociedad socialista). Dentro
soviética), México (con un intercambio de del campo de «El Miedo a la Revolución»,
miradas entra las dos revoluciones), Alba- podemos constatar desde los prejuicios de
nia (a partir de las interpretaciones diver- los liberales contemporáneos cubanos a
gentes con motivo del LI aniversario de la las ideas bolcheviques, hasta el anti-comu-
Revolución en comparación con la URSS y nismo desatado en Japón con motivo de la
Bulgaria), Alemania (tomando como pro- Expedición del Norte (1926-1928) llevada
tagonista la figura del dirigente comunis- a cabo por nacionalistas y comunistas, con
ta durante la República de Weimar Ernst el apoyo soviético, contra los señores de la
Thälmann) o Barcelona (partiendo del no- guerra; pasando por las vicisitudes de los
menclátor de la ciudad durante los perío- exiliado rusos de 1917 en Europa y su con-
dos democráticos). En este apartado tam- tribución al discurso antibolchevique y al
bién encontraríamos los estudios sobre los miedo del contagio revolucionario.
testimonios de visitantes procedentes de la Finalmente, el último apartado, «La im-
localidad catalana de Vilafranca del Pene- plosión de la Unión Soviética», incluye la
dès en la Unión Soviética de los años 30, o radiografía final de la época soviética, a
del bailaor flamenco Juan Martínez durante partir de la adaptación cinematográfica de
la guerra civil rusa; así como sobre la in- Fred Schepisi de la novela de John Le Carré
fluencia de la psicología en la construcción La Casa Rusia, las reflexiones, dentro de la
de un gusto musical soviético por parte de tradición de la escuela de marxismo analí-
las nuevas autoridades, y sobre la utiliza- tico y especialmente del filósofo Gerald A.
ción del futbol como instrumento al servi- Cohen, del impacto de 1989 para el futuro
cio de la diplomacia soviética. Finaliza este de la izquierda; y la importancia del factor
ámbito con las aportaciones en forma de nacional en la desintegración de la URSS
ensayo sobre el significado histórico-social tomando como ejemplo el caso moldavo
y la naturaleza de la Revolución y de la (1989/1994).
URSS, y sobre los problemas historiográfi- El programa también contó con la inter-
cos derivados de la comparación entre las vención de reconocidos especialistas que
revoluciones de Febrero y de Octubre. contribuyeron a los debates congresuales
Por lo que respecta al resto de apartados, con una serie de conferencias, que reprodu-
en el primero de ellos, «I Guerra Mundial cimos junto a las ponencias y comunicacio-
y Revolución», encontramos una comuni- nes, focalizadas en aspectos más concretos,
narias. De este modo, el principal cometido cias vividas, la profesora Macarena Iribarne
de este Congreso ha sido visibilizar el rol de la Universidad de Wollongong (Austra-
de las mujeres en los procesos de transfor- lia), en la ponencia «La tradición del Femi-
mación de las sociedades tanto desde una nismo Socialista» analizó los antecedentes
mirada histórica como filosófica. El uso de y presupuestos teóricos que posibilitaron la
un enfoque multidisciplinar se ha conside- presencia de las mujeres como pensadoras
rado imprescindible para llevar adelante y activistas de la revolución, como fueron
un análisis lo más exhaustivo posible acer- los casos de Flora Tristán o Aleksandra Ko-
ca de la relación entre mujeres y la Revo- llontai. En una diferente línea analítica, la
lución rusa, así como sus consecuencias y profesora Montserrat Huguet Santos (Uni-
legado. versidad Carlos III de Madrid), bajo el tí-
Asimismo, el carácter internacional del tulo de «Las mujeres del Ejército Rojo. Ex-
Congreso le ha conferido una riqueza de periencia y legado», presentó el contexto
discursos y perspectivas que han desborda- pre-revolucionario por el cual las mujeres
do las expectativas de lo que estaba pensado rusas comenzaron a militar en espacios ex-
inicialmente como un encuentro de carác- clusivamente masculinos, tal y como fue el
ter monográfico. Durante el primer día del caso del primer «Batallón de la Muerte» or-
Congreso, dicha riqueza se vio reflejada en ganizado por María Bochkariova.
una exposición sobre cómo la Revolución En el segundo día del Congreso, la ac-
puede ser mirada desde la perspectiva de la tivista e investigadora catalana Sandra
militancia femenina, tal y como expuso la Ezquerra (Universitat de Vic – Universitat
profesora Patrizia Gabrielli de la Universi- Central de Catalunya), en la ponencia «Pro-
dad de Siena (Italia) en «Gli uomini servono puestas desde el marxismo y la economía
a tavola le donne. L’Urss e l’emancipazione feminista: desarrollo y políticas sociales
femminile nelle rappresentazioni delle co- de inclusión», trajo a debate la realización
muniste italiane». A lo largo de su exposi- de «un recorrido por la teoría económica
ción, Gabrielli disertó sobre las expectati- marxista clásica y contemporánea y, par-
vas de las comunistas acerca de la «patria ticularmente, sobre cómo ésta ha teoriza-
del proletariado», la URSS, y sus promesas do y utilizado el concepto de acumulación
de libertad en un lugar «donde las mujeres primaria». De acuerdo con este análisis, se
derrumban la rígida construcción de gé- defiende cómo desde la crítica de la econo-
nero que recluye la feminidad en la esfera mía feminista «el método de acumulación
privada» al mismo tiempo que «confirman capitalista ha consistido en la estrategia de
el sentirse parte y, al mismo tiempo, ‘re- dividir de manera ficticia la economía en
sultado’ de un proceso político». Por otro sectores visibles y sectores invisibles: las
lado, desde un enfoque periodístico, la in- mujeres, la naturaleza y los pueblos em-
vestigadora gallega Rosario Martínez, en su pobrecidos». Por último, la autora francesa
conferencia titulada «Sofía Casanova, co- Sophie Noyé (Université François Rabelais
rresponsal de ABC en la Revolución rusa», de Tours), en la conferencia «Materialist
pretendió «explicar no sólo la presencia de and Queer Feminism: Politics of counter-
Sofía Casanova en San Petersburgo en aquel hegemony», reflexionó acerca de «la rela-
momento, sino también su actitud ante la ción entre el feminismo materialista y el
Revolución bolchevique y su visión de los movimiento queer en Francia» y la nece-
hechos» como primera mujer corresponsal sidad de «desarrollar una estrategia hege-
de guerra. Como contraste de las experien- mónica sobre la concepción del sujeto po-
lítico». De acuerdo a estas observaciones, nes que atañen a una nueva «revolución de
Noyé estableció la posibilidad de que «los las mujeres» que en 2017 se comenzó a fra-
feminismos materialista y queer pueden guar a partir del Women’s March, así como
desarrollar una contra-hegemonía respec- los preparativos hacia la huelga feminista
to al feminismo dominante y a las políticas global de 2018 o campañas internacionales
neoliberales». como #NiUnaMenos o el posterior #MeToo.
De este modo, durante el Congreso que- De este modo, el Congreso no sólo ha servi-
daron plasmadas diferentes aproximacio- do de puente entre culturas, sino de espejo
nes sobre cómo se puede reexaminar y re- entre experiencias que ofrecen diferentes
visitar tanto la Historia como la Filosofía, narraciones sobre qué ofrece y cómo se
y qué lagunas, sobre todo desde el punto plantea la revolución con vistas a un cam-
de vista del género, quedan por salvar en el bio social, político, cultural o económico de
estudio de todos los acontecimientos que carácter radical. Es así que los resultados
han marcado aquello que tanto Iván Berend científicos y discursivos de las jornadas se
como Eric Hobsbawm han llamado el «cor- verán plasmados en una publicación en la
to siglo XX». Con un público muy dedicado, Revista de Historiografía de la Universidad
durante el encuentro se expusieron de ma- Carlos III de Madrid, proyectada para el se-
nera muy acertada algunas de las cuestio- gundo semestre de 2019.
En octubre de 2017 se cumplieron cien en las tres lenguas oficiales del congreso:
años de uno de los más trascendentales español, inglés y ruso. Entre los aspectos
acontecimientos de la historia contempo- más reseñables del encuentro estuvieron
ránea universal, la Revolución Rusa de oc- su enorme proyección internacional y su
tubre de 1917. Con motivo del centenario se amplia interdisciplinariedad, al contar con
organizaron exposiciones, aparecieron no- participantes procedentes de diferentes
vedades editoriales, se publicaron artículos países y de distintas disciplinas, desde la
y dossiers en distintas revistas científicas Historia a la Literatura, la Filología, el Arte
y se organizaron numerosos eventos aca- o la Sociología. En este sentido, el congreso
démicos que, desde diferentes disciplinas, cumplió las expectativas del Comité Orga-
trataron de conmemorar la gran efeméri- nizador, al revelarse como uno de los even-
de histórica del siglo XX. En este contex- tos académicos sobre la Revolución Rusa
to conmemorativo se celebró en Grana- más ambiciosos y de mayor entidad del año.
da entre los días 15 y 17 de noviembre el En el encuentro tuvieron cabida pers-
Congreso Internacional «100 años de la pectivas y enfoques propios de la historia
Revolución Rusa», organizado por el Área política y la historia de las ideas, pero tam-
de Filología Eslava, el Centro Ruso, el Ins- bién de la historia socio-cultural, la historia
tituto Confucio, la Facultad de Traducción de género o la historia de la vida cotidiana.
e Interpretación y el Departamento de His- Más concretamente, las líneas temáticas
toria Contemporánea de la Universidad de del congreso giraron en torno a problemá-
Granada. ticas tan variadas como el discurso y la re-
El congreso comenzó a organizarse con ligión durante la Revolución, las escuelas
la pretensión de crear un espacio inter- de pensamiento surgidas tras 1917, el fenó-
disciplinar para el debate, la discusión y la meno de la contrarrevolución, la cuestión
transferencia de conocimiento en torno a de las nacionalidades, las figuras clave del
la Revolución Rusa de 1917 en el año de su proceso revolucionario, el impacto y la re-
centenario. De su envergadura y buena aco- cepción de la Revolución en el exterior y,
gida da buena cuenta el número de comu- especialmente, en España, o la Rusia pos-
nicantes, que ascendió a 89, cuyas propues- terior a la URSS. Asimismo, se prestó aten-
tas fueron distribuidas en 13 mesas-taller ción al papel desempeñado por las mujeres
o paneles temáticos que se desarrollaron durante la Revolución, las expresiones ar-
tísticas y la literatura, o la memoria y con-
* Granada, 15-17 de noviembre de 2017. memoración de 1917. Por último, el interés
del congreso estuvo del lado de las actua- gumentación, el sentimiento de casi total
les interpretaciones historiográficas y los desconfianza que se apoderó inicialmente
nuevos enfoques metodológicos a la hora de los líderes y acabó por expandirse entre
de estudiar este acontecimiento clave del la sociedad soviética.
siglo XX. Por su parte, Ricardo Martín de la Guar-
El encuentro se abrió y se clausuró con dia, de la Universidad de Valladolid, abordó
dos mesas redondas que venían a incidir en la recepción de la Revolución de Octubre
la dimensión internacional del proceso re- de 1917 en España. Según explicó en su
volucionario ruso de 1917. La inaugural ver- ponencia, la reacción inicial de las fuer-
só sobre «El impacto de la Revolución rusa zas españolas de izquierdas ante el triunfo
en China» y contó con la participación de bolchevique fue positiva, pero poco des-
especialistas como Kim Donggil, de la Pe- pués de los sucesos revolucionarios tanto
king University, Stephen Smith, de All Souls la CNT como el PSOE expresaron sus dis-
College (Oxford) o Carlos Enríquez del Ár- crepancias, distanciándose del movimiento
bol, de la Asociación de Estudios Marxistas. e incluso criticándolo. Este enfriamiento
En la segunda mesa redonda, dedicada a habría estado en la base de las dificultades
«Las revoluciones rusas y España», intervi- que halló en nuestro país el nacimiento y
nieron los profesores Ricardo Martín de la consolidación del Partido Comunista. En su
Guardia, de la Universidad de Valladolid, Ju- seguimiento de la Primera Guerra Mundial
lián Vadillo, de la Universidad Complutense parte de la prensa española se decantó por
de Madrid, Francisco Cobo y Simón Suárez, apoyar a los revolucionarios y dar de lado a
ambos de la Universidad de Granada. la tiránica autocracia zarista, si bien el he-
El congreso contó con la intervención de cho de que España se mantuviera neutral
ponentes de gran altura como el profesor en la contienda mundial aminoró el im-
Geoffrey Hosking, de la University College pacto de la Revolución con respecto a otros
(London), que centró su ponencia en las pa- países europeos. Martín de la Guardia con-
radojas de la confianza y la desconfianza en cluyó que la influencia del bolchevismo se
la Rusia soviética. Según este autor, al igual dejó sentir sobre todo entre la juventud y el
que ocurriera entre los líderes comunistas, movimiento obrero y que, tras el triunfo de
en la sociedad soviética se pasó de la con- la Revolución, los conservadores liberales
fianza a la desconfianza en un breve lapso españoles, alertados por los acontecimien-
de tiempo, extendiéndose rápidamente un tos en Rusia, decidieron apostar por las re-
clima dominado por la omnipresencia de la formas sociales como dique de contención
paranoia y la sospecha. La sociedad estali- frente a una hipotética rebelión en suelo
nista se habría caracterizado, por tanto, por patrio.
una desconfianza creciente y desenfrena- Otro de los profesores invitados fue Mi-
da que estuvo en buena medida en la base chael A. Nicholson, de la University College
del «terror» estalinista. En su intervención (Oxford), que centró su intervención en la
Hosking explicó que no solo los oposito- figura del escritor e historiador Aleksandr
res abiertos, sino prácticamente cualquie- Solzhenitsyn. El título de su ponencia, «Lo-
ra podía ser considerado «enemigo» y ser ving the Revolution», hacía referencia al
víctima de grotescas acusaciones sin op- título inicial de una de las novelas históri-
ción de defenderse mediante argumentos cas que el autor concibió en 1937, cuando
racionales. Tras muchas de las muertes de se sentía próximo a las posturas leninistas.
aquellos años habría yacido, según su ar- Sin embargo, tras su arresto y encarcela-
miento en 1945, acabó modificándolo para mujeres o las minorías étnicas. Read defen-
finalmente dar por abandonado el proyecto dió la necesidad de avanzar por esta senda
sin haber podido concluirlo. Nicholson ex- y de repensar los sucesos revolucionarios
plicó en su conferencia cómo se fue refle- de 1917 y parte de la experiencia soviética
jando en las obras de Solzhenitsyn la atrac- para tratar de ofrecer una explicación más
ción que sintió por la Revolución en sus compleja, realista e histórica, desprovista
años de juventud y cómo aquella seducción de las profundas connotaciones políticas
fue perdiendo intensidad a medida que se que ha presentado hasta ahora.
adentraba en su etapa de madurez. Una de las cuestiones que hubiera podi-
Por último, Christopher Read, de la Uni- do hacer del Congreso Internacional «100
versity of Warwick, hizo un interesante y años de la revolución rusa» un evento aún
necesario balance acerca del conocimiento más reseñable y enriquecedor hubiera sido
historiográfico actual sobre la Revolución una mayor presencia femenina entre los
Rusa y apuntó hacia las nuevas perspec- ponentes, pues no se contaba a ninguna
tivas que se están abriendo paso a la hora mujer entre los seis conferenciantes. Tam-
de abordar el fenómeno. El autor criticó la bién las dos mesas redondas, cada una de
excesiva politización que impregnó las in- ellas integrada por cuatro miembros, resul-
terpretaciones de la Revolución ya desde taron enteramente masculinas. Por tanto,
1917, cuando se reveló como sostén de la no hubo ni una sola mujer entre los once
legitimidad del gobierno soviético y, sobre profesores procedentes de diversas univer-
todo, a raíz de la Guerra Fría, cuando cobró sidades nacionales e internacionales que
especial intensidad. Para este profesor las fueron invitados a participar en las sesiones
visiones dominantes acerca de Octubre de plenarias y mesas redondas a lo largo de los
1917, la soviética, la antisoviética y la trots- tres días que duró el evento. Además, en sus
kista, —que, pese a hacer interpretaciones intervenciones el colectivo femenino como
opuestas de los acontecimientos, tienen sujeto histórico estuvo prácticamente au-
más rasgos comunes de lo que pudiera pa- sente del relato. Lo cierto es que este es-
recer—, resultan erráticas. Según Read, la collo hubiera podido soslayarse incluyendo
investigación más reciente, facilitada por el en el programa a mujeres especialistas que,
acceso a nueva documentación archivística a buen seguro, hubieran podido enriquecer
y por la disponibilidad de una mayor varie- las visiones historiográficas y las narrativas
dad de fuentes, comienza a prestar aten- históricas del pasado —casi— netamente
ción a hechos locales y provinciales, así masculinas ofrecidas por sus compañeros
como a nuevos sujetos históricos como las de profesión.
pos académicos por autores pertenecientes tos de madurez. Por ello su propuesta para
a disparejas generaciones. El primer autor entender y desarrollar la obra de Marx en la
abordó el significado del concepto de críti- actualidad, es un punto intermedio en sen-
ca de la economía política desde los textos tido aristotélico que se sitúe entre la ruptu-
de Marx y de manera diacrónica. Sus puntos ra y el continuismo con la obra del propio
claves fueron explicar cómo Marx trató en Marx.
sus primeros textos (en la década de 1840) La segunda sesión dentro del mismo
de terminar con la mistificación de la eco- bloque nos permitió conocer la propues-
nomía capitalista mediante el análisis de la ta del editor C. Bértolo, dirigida al análi-
relación capital/trabajo y la relación entre sis de la prensa en relación a Marx y como
modo de producción/valor-precio, y cómo a espacio para el combate textual, y la de la
partir de la década de 1860 quiso analizar el economista M. Etxezarreta, dedicada a ex-
capital para tratar de superarlo y llegar a la plicar la evolución y situación económica
sociedad socialista, entendiendo la revolu- en la España actual partiendo de la situa-
ción como un proceso y no como un acon- ción económica de los años 70. En este se-
tecimiento. Y con todo, sin olvidar que se gundo caso se trató de un cambio a última
trata de una teoría incompleta que terminó hora pues estaba prevista otra participante,
de ser publicada por Engels mediante notas pero agradecimos haber podido asistir en
y manuscritos del propio Marx. ese momento a la conferencia de la profe-
Por su parte M. Heinrich trazó una bio- sora Etxezarreta —adscrita inicialmente al
grafía intelectual de Marx desde la crítica bloque de Teoría del Capital, Crisis y Acu-
de la economía política. Además expuso el mulación— ya que aportó una visión eco-
espíritu crítico del propio Marx quien no nómica necesaria para llevar la crítica de
quiso publicar todo lo que escribía por no la economía política hasta el presente de
estar satisfecho con su propia producción. manera práctica y a través de un caso con-
Razón por la que las publicaciones hechas creto. Aunque fuera del campo por el que
después de su muerte resultan problemáti- se estaba derivando el congreso hasta esos
cas: los manuscritos no corresponden con instantes, resultó muy interesante para
los textos editados por Engels más allá de ampliar el espectro temático del bloque y
cuestiones formales y de estilo, y los su- aportar un aire más fresco a última hora de
puestos continuadores de la obra de Marx la mañana cuando el cansancio empezaba a
como Lenin no llegaron a conocer jamás la hacer mella para quienes veníamos de fue-
producción total del propio Marx. Ambos ra. En el primer caso C. Bértolo se presentó
factores llevaron a una corriente idealista como un lector de Marx no universitario y
dentro de las primeras lecturas de Marx. un militante del PCE marxista-leninista.
Así, las ediciones de textos hechas ya en- Su conferencia fue interesante al analizar
trado el siglo XX, campo al que se dedica al Marx periodista y propagandista. Dos as-
el autor, han tratado de completar las lagu- pectos, entre las múltiples facetas del autor
nas de la obra marxista como si se tratase alemán, que se unifican en torno a la idea
de un arqueólogo que trata de recompo- de lucha contra la censura de su época y
ner un espacio a partir de sus fragmentos. una concepción del saber entendida como
También resultó interesante la idea de que crítica contra el poder. También valoró el
la ideología domina más la producción del tono irónico, crítico, riguroso, burlón y
joven Marx mientras que la parte científica combativo que Marx usaba en su prosa para
y materialista está más presente en sus tex- arremeter tanto contra adversarios como
contra los «amigos» que no encajaban con que de negar o incidir en sus errores. Al fin
los planteamientos marxistas. Igualmente, y al cabo lo que se presenta como nueva po-
señaló con acierto que su obra periodística lítica son partidos como Ciudadanos —por
estaba dirigida a la clase media y burgue- la derecha— y Podemos —por la izquier-
sa —sus iguales— y no a la clase baja o tra- da—, que solo han institucionalizado la po-
bajadora de la época, entre la que no tenía tencia política crítica de la sociedad frente
impacto debido a las altas tasas de analfa- al bipartidismo anterior aunque plantean
betismo. distintos modelos económicos. No obs-
En el segundo caso, desde un plantea- tante como la propia profesora dijo no se
miento económico M. Etxezarreta explicó pueden —deben— cargar las críticas contra
cómo se había llegado hasta la situación la política de modo visceral, cuando el res-
económica actual marcada por el aumento ponsable último es el capitalismo, a quien
de la desigualdad, planteando a modo de nunca parece discutírsele. Ni tampoco re-
hipótesis marxista que analizando la es- sulta riguroso homogenizar acríticamente
tructura económica general se puede cam- el centro derecha y el centro izquierda en
biar esa tendencia del presente. Las claves base a su demostrada proximidad económi-
de su exposición fueron la pérdida de peso ca, bien sea genuina como en el caso del PP
de la economía nacional a favor de la eco- o bien sea obligada por la UE como en el
nomía globalizada, las propias lógicas de caso del PSOE.
la entrada y situación de España en la UE, La tercera sesión pertenecía a un bloque
y el engrandecimiento de la Unión Euro- distinto dedicado al estudio de la obra, el
pea dado en 2004 al integrar las economías contexto histórico y la recepción de Marx.
del este del continente. Al mismo tiempo En este caso el idioma elegido para las po-
que se produjo un abandono de las tesis de tencias fue el inglés. Posiblemente este
Keynes y se favorecieron las de la corrien- hecho explica la falta de público junto a la
te neoliberal, y por consiguiente la idea de coincidencia con otras mesas que tuvieron
Estado del Bienestar fue perdiendo peso mayor afluencia. La primera intervención
específico. Así, la crisis de 2008 no parece fue la de V. Finocchiaro de la mano de quien
haber traído nada nuevo: es la misma línea descubrimos la figura de Antonio Labriola,
neoliberal que ha ido recorriendo la Espa- uno de los primeros autores italianos en
ña democrática, salvo algunos períodos desarrollar en Italia la teoría marxista. Un
concretos, pero impuesta con más fuerza autor que influenció por igual tanto a B.
desde los gobiernos del centro-derecha. La Crocce, fundador del Partido Liberal Italia-
propuesta de esta autora para tratar de re- no, como al fundador del Partido Comunis-
vertir esta situación, donde los partidos de ta Italiano, A. Gramsci. A pesar de sus ini-
izquierdas y los sindicatos de clase parecen cios hegelianos, el filósofo italiano terminó
tener la batalla perdida frente a otras pro- criticando la metafísica del idealismo acu-
puestas políticas e ideológicas dominantes ñando una frase que resume bien su plan-
por su atomización y la falta de unidad, es teamiento marxista: las ideas no caen —no
hacer nueva política. Entendida más como vienen— del cielo. Entendiendo el materia-
una unión ciudadana al margen de agentes lismo histórico más como una tendencia
tradicionales como se planteó en el 15M, ya general que como un método científico, y al
que a pesar de sus ambigüedades progra- mismo tiempo más como un método de co-
máticas de lo que se trata en la práctica es nocimiento que como teoría para explicar-
de mejorar los análisis de la ciudadanía más lo todo, en su concepción el comunismo era
el desarrollo práctico del método marxista no como mero relato o crónica de hechos,
más que un fin de la historia. desde perspectivas diversas: como fuente
A continuación el turno fue para el pro- para la historia, como autor de un método
fesor finlandés V. Oittinen, quien diser- científico y como excelente escritor enci-
tó sobre la influencia de Kant en Marx y clopédico muy crítico frente a detractores
explicó cómo la influencia de Hegel vino y seguidores acríticos. También se expuso
realmente de la mano de Engels. Según su algún caso práctico del método marxista
tesis, Marx estaba más próximo de la dia- para investigar la historia, detectado en los
léctica kantiana que de la hegeliana, pero análisis de Marx sobre algunos puntos de
matizando que el retorno kantiano de Marx la historia de España en el siglo XIX. Desde
fue dialéctico para discutir la crítica que un punto de vista parecido en el fondo pero
Hegel hizo de los planteamientos de Kant. diferente en origen y material utilizado —
Cerrando la sesión el historiador P. Sánchez lo cual fue una grata sorpresa para los po-
expuso la teoría de Marx sobre la constitu- nentes en tanto en cuanto no conocíamos
ción mixta. Partiendo de la base de que los nuestros respectivos trabajos hasta ese
sistemas políticos pueden esquematizarse momento—, el politólogo I. Arcos expuso
y degenerar en: capitalismo (tiranía de los la actualidad que el pensamiento de Marx
ricos), oligarquía (gobierno de los mejores tiene en la actualidad desde una perspecti-
o de la élite), demagogia (gobierno de las va filosófica. No entendiendo a Marx como
masas) o dictadura (tiranía de los más fuer- un ídolo de una religión laica, como en el
tes), la vía intermedia para constituir un pasado hicieron muchos autodenominados
sistema utópico debe pasar por la consti- marxistas que pugnaban entre sí por deten-
tución de un sistema mixto: el comunismo. tar la pureza de la doctrinal y denostaban a
El cual además de eliminar la degeneración los demás como revisionistas, pero sí tra-
de los sistemas anteriores combate la anar- tando de superar el olvido que la teoría de
quía —entendida en un sentido negativo Marx sufrió tras la Segunda Guerra Mundial
alejado de la doctrina filosófica propia del por la influencia de las escuelas anglosajo-
movimiento libertario, como populismo, en nas en sus intentos de no mezclar la ideo-
sentido negativo, del siglo XIX—, y la meta- logía con el conocimiento científico para
física del derecho. Lo cual se posibilita por evitar contaminarlo. Más bien presentan-
ser el proletariado la clase dirigente que do e interpretando con rigor a Marx como
aúna riqueza, fuerza, número y virtud. una alternativa viable en el presente para
Cerrando el bloque dedicado a la obra, responder tanto al fin de los fundamentos
contexto histórico y recepción otras tres científicos de las humanidades y las cien-
ponencias fueron expuestas y debatidas. cias sociales, por un lado, como al fin de la
Afortunadamente con mayor presencia de ideología en un plano político, por el otro.
público aunque sin poder compararse con Pues con todas sus limitaciones y diferen-
el lleno de la sala que tuvo el congreso por cias contextuales entre la época de Marx y
la mañana. Comenzando por la del autor de el presente, siempre subsiste la sensibili-
este texto, quien desde un punto de vista a dad marxista o marxiana al mirar a la reali-
caballo entre teoría de la historia y la his- dad desde un prisma científico.
toriografía demostró —trató de demostrar No menos importante e interesante fue
para no resultar presuntuoso— el interés la comunicación que cerró la mesa, donde
que la obra de Marx tiene para la historia A. Saiz defendió y demostró por qué la crí-
entendida como conocimiento científico y tica de la economía política es una ciencia.
En un plano similar al que fue defendido en del desarrollo de los estados y el análisis
las intervenciones anteriores pero al mismo del Estado capitalista), logró desentrañar
tiempo partiendo desde otro punto de vista los fundamentos de la teoría marxista del
totalmente diferente y mucho más metodo- Estado y exponer las diferencias entre el
lógico, se puso en valor la actitud científica Estado teórico en Marx y el Estado en la so-
que tiene la obra de Marx tanto para criti- ciedad capitalista. A continuación R. Cobo
car el capitalismo de modo riguroso como hizo un análisis crítico de la prostitución
para superar el positivismo de la economía desde un planteamiento marxista y revo-
vulgar. No planteando visiones materialis- lucionario. De nuevo el congreso tomaba
tas doctrinales y ortodoxas, que terminaron un prisma mucho más práctico en términos
confundiendo causalidad con correlación sociales, y se demostró cómo en la prosti-
y leyes con regularidades y por extensión tución se conjugan la explotación capita-
terminaron degenerando en planteamien- lista con la explotación patriarcal, pasando
tos supremacistas, machistas, nacionalis- de ser una actividad artesanal antes de los
tas, etc., sino siguiendo el método del pro- años 60 más o menos discutida moralmente
pio Marx: partir de la realidad para extraer por la sociedad, a ser una de las principales
datos y procesarlos mediante el método y industrias ilegales con cierta legitimación
la ideología. Algo que cualquier sujeto hace social a partir de las teorías de la liberación
en su oficio sea más o menos intelectual o sexual de esa década. Todo lo cual saltó por
más o menos artesanal o mecánico, salvo los aires en los años 80 por la tendencia
que se detenten posiciones intelectuales o neoliberal de la política y de la economía,
ideológicas platónicas y elitistas. En suma que hizo que el sexo fuera un gran negocio
hacer ciencia descriptiva pero no predicti- y la prostitución quedase legitimada como
va, como fundamento actual de las ciencias un contrato libre entre iguales cuando en
sociales, y releyendo al propio Hegel que se realidad se trata de una explotación de cla-
negaba a reducir sus planteamientos a una se, étnica y de género. La razón es que los
fórmula mágica basada en tesis-antítesis- países (sus burguesías) cuyas economías
síntesis. no pueden seguir el ritmo de las naciones
El último bloque en el que participamos avanzadas por el ciclo económico, termi-
de nuevo como oyentes, estuvo dedicado a nan por encontrar en las actividades ilícitas
la Teoría del Capital, Acumulación y Crisis. su negocio para la acumulación capitalista,
Lo abrió el sociólogo B. Jessop, quien pro- haciendo que se exporten armas, drogas y
puso una comparativa entre la teoría del órganos como se exportan mujeres para el
Estado expuesta por Marx en El Capital y negocio del sexo. Tratando a seres huma-
los estados dados en las sociedades capita- nos como mercancías.
listas. La razón de concebir así su propuesta La cuarta y última sesión que cerró el blo-
es que la teoría de Marx quedó incompleta, que corrió a cargo de J. Maiso y de C. Ruiz.
a pesar de que es posible analizarla a través Desde un punto de vista filosófico el primer
de su obra. Resultó significativo y novedoso autor trazó una interesante propuesta de
comprobar la influencia de las ciencias na- cara a relacionar la teoría con la práctica
turales en la concepción del Estado dentro y repensar el pensamiento de Marx en el
de la teoría marxista. Partiendo de esa ana- presente. Huyendo de las lecturas tradicio-
logía y del análisis formal del Estado hecha nales del marxismo tomado como un cate-
por Marx (cuyos componentes eran la críti- cismo del movimiento obrero, propuso una
ca de la teoría política, el análisis histórico lectura moderna: volver a leer su obra para
descubrir lo que hay de verdad y contextua- ticas del congreso en particular. Si bien en
lizar su pensamiento en la sociedad actual. todo momento nuestra exposición ha sido
Dado que la obra de Marx resulta inconclu- rigurosa cuando hemos resumido los con-
sa en sí misma, y que es necesario adaptarla tenidos del congreso y de los autores que
al presente desde un punto de vista prác- nos dimos cita, las valoraciones no dejan de
tico y transformador de la realidad, donde ser una parte de nuestra propia perspectiva
otras visiones tradicionales han fracasado, apoyada en las conversaciones que tuvimos
se debe volver a interpretar la realidad sin con otros colegas y una parte pequeña de
abandonar el legado de Marx. A pesar de los los asistentes. Nuestra lectura del congreso
problemas asociados a las nuevas lecturas, es muy positiva, porque distintos autores
pues la modernización ha emancipado las e investigadores de diversas áreas del co-
fuerzas productivas, la ruptura frente a la nocimiento llegamos a trazar unas líneas
realidad es mucha veces y sobre todo cate- de análisis semejantes en lo esencial, de
gorial, y no es fácil responder al qué hacer y donde se colige que Marx es un autor útil
quién es el sujeto en que recae la transfor- para repensar y analizar la realidad, si se
mación, desde luego parece una propuesta lee de modo riguroso, actualizado y crítico.
más útil tanto para actualizar a Marx y su Al menos yo me llevo un gran número de
obra como para afrontar los desafíos de la notas tomadas que he usado para confec-
sociedad actual desde un planteamiento cionar este texto, la mente plena de ideas
marxista crítico. Por su parte C. Ruiz plan- compartidas o debatidas con autores que
teó la cuestión de la historia en la crítica desconocía, la mochila llena de libros que
de la economía política. Partiendo de que tengo ganas de empezar a leer para profun-
Marx no hizo un análisis historiográfico dizar en algunos de los planteamientos de
de la realidad sino que dio una explicación algunos autores, y de altas dosis de moti-
general de la misma, también propuso una vación para continuar investigando a la luz
lectura actualizada de la obra del pensador y a la sombra de Marx: uno de los autores
alemán para superar las barreras del mar- fundamentales para entender la contempo-
xismo ortodoxo. En el fondo y a pesar de raneidad independientemente de la ideolo-
los matices, la línea de su pensamiento era gía que cada uno tenga. Un autor de vasta
bastante similar a la anterior como ambos cultura, método científico y lectura críti-
autores reconocieron. ca al que conviene imitar para explorar al
El congreso aún tuvo un día más de se- máximo las posibilidades intelectuales de
siones con otros bloques distintos, más las ciencias humanas y sociales. En cuanto
encauzados a la práctica revolucionaria, al a la praxis revolucionaria y sin querer negar
feminismo y al nacionalismo, pero desgra- la necesidad de eliminar los efectos nega-
ciadamente no pudimos acudir por motivos tivos de la sociedad moderna, eso es otra
laborales y personales. También se debe te- historia que no nos compete en este texto y
ner en cuenta que esta reseña del congreso que nos vemos imposibilitados de abordar
responde únicamente a nuestros intere- en breves líneas. Confiamos en que las lí-
ses intelectuales particulares de la obra de neas trazadas por otros autores sirvan para
Marx en general, como de las mesas temá- abrir el debate al respecto.
ideológico, el económico, el que se comete adeptas al régimen, con mujeres «de raza»
en nombre de la moral, de la religión, de las que querían ser madres y que no siempre
buenas costumbres, todos forman parte de podían tenerlos.
la misma ignominia. Sin olvidar la terrible Cuando avanzamos en el tiempo y pen-
represión de género que anula los más bá- samos en las mujeres que ya parían en ma-
sicos derechos de las mujeres y que enmar- ternidades u hospitales, sabemos que estas
ca de forma trágica este crimen» [5]. entraban solas al paritorio y se encontra-
ban rodeadas de un ambiente frío, bastante
Circunstancias y consecuencias desabrido y en la mayoría de las ocasiones
intimidatorio. Ese era el escenario que se
Es importante tener en cuenta las cir- encontraba la mayoría de las mujeres que
cunstancias en que se encuentra la mujer dieron a luz en aquel tiempo. En tales cir-
cuando ocurren los hechos, cómo se reali- cunstancias, nada más nacer, el bebé era
zan los robos y, en especial, toda la estruc- retirado del lado de la madre con la excu-
tura ideológica represiva que comienza con sa de llevarlo a la incubadora y después de
los indeseables postulados de Vallejo Náge- un tiempo, que podían ser minutos, horas
ra y que ha sido heredada por varias gene- o días, llegaba la noticia de que el bebé ha-
raciones en nuestro país. bía fallecido. El patrón era casi siempre el
Aunque en la segunda parte de este ar- mismo: no se permitía ver el cadáver y en
tículo, elaborada por Mª José Esteso, se ha- muchos de los casos tampoco se le podía
blará más extensamente sobre la nefasta enterrar, ya que el hospital se encargaba de
influencia de Vallejo Nágera en la terrible todo.
realidad vivida por las mujeres de nuestro «La situación de shock por la pérdida de
país durante décadas, y los flecos que to- un hijo, junto con la siempre respetada, in-
davía ondean al respecto hoy día, es opor- cluso temida, autoridad de ciertas figuras
tuno recordar cómo ya en1937, en su libro preponderantes de la época, hacía que las
Eugenesia de la Hispanidad y regeneración familias salieran del hospital con el cora-
de la raza, encontramos afirmaciones del zón destrozado y la mente confusa sobre
tipo: «La mujer de raza no quiere ser ‘com- lo que había pasado. Poco tiempo después,
pañera’ o ‘amante’, sino ‘madre’, y madre de estas madres a las que habían engañado co-
muchos hijos» [6]. menzaban a analizar lo ocurrido y empeza-
Si a esta idea le unimos su obsesiva bús- ban a pensar que quizás había pasado algo
queda del gen rojo que, según propugnaba diferente a lo que les habían dicho» [7].
en sus escritos, era la madre republicana Algunas de ellas mantuvieron silencio
la que lo transmitía a sus herederos, solo al pensar que podían estar imaginando de-
pudo darse la situación que se dio en la masiado; cuando se atrevían a manifestar
posguerra hasta el año 52: miles de niñas y sus temores, se les aconsejaba callar para
niños robados a mujeres republicanas para no ser consideradas mujeres trastornadas.
ser educados muchos de ellos con familias El silencio fue parte esencial en su vida,
no por ser mujeres silenciosas sino por ser
5.– Soledad Luque Delgado, «Los bebés robados en el Es- mujeres silenciadas. La soledad y la incom-
tado español: La lucha continúa”, Periódico Rojo y Negro
prensión también las acompañaron duran-
(enero de 2018), pp.18-19.
6.– Antonio Vallejo Nágera, La locura y la guerra: psicopa- 7.– Luque Delgado, Soledad, «El robo de niños en España.
tología de la guerra española, Valladolid, Librería Santarén, Un delito continuado en el tiempo”. Revista Viento Sur Nº
1939, p. XXXVII. 126, (enero 2013), pp. 27-36., p. 13.
8.– José Luis Gordillo Gordillo, Los hombres del saco, Madrid: Editorial San Pablo, 2015, p. 116.
así, que corría el rumor, entre las madres, a «débiles mentales, arpías, fanáticas...». En
primeros de los años 60, cuando se ponen uno de esos textos, firmado por Vallejo Ná-
marcha muchos hospitales públicos, que en gera y el doctor Eduardo Martínez, se dice:
estas nuevas maternidades desaparecían
los recién nacidos. Aquel rumor se ha con- «Si la mujer es habitualmente de carácter
firmado hoy. Esas mujeres no estaban equi- apacible, dulce y bondadosa se debe a los
vocadas. frenos que obran en ella, pero como el psi-
Aunque no existen cifras, son miles las quismo femenino tiene muchos puntos de
niñas y niños que fueron robados. Por un contacto con el infantil y el animal, cuan-
lado, se sabe que hasta el año 1952 fueron do desaparecen los frenos que contienen
más de 30.000 niños robados, como explica socialmente a la mujer y se liberan las in-
el auto del 18 de noviembre, en 2008, del hibiciones fregatrices de las impulsiones
juez Baltasar Garzón. Pero existe una se- instintivas, entonces se despierta en el
gunda etapa, del robo de bebés que llega sexo femenino el instinto de crueldad y re-
hasta los 90, en la que el tráfico de niños y basa todas las inhibiciones inteligentes y
niñas aumentó de forma considerable. lógicas» [9].
Los bebés supuestamente morían, por
cualquier causa pero, en realidad, lo que
se hizo fue falsificar documentos y mentir Instrumento de reproducción
a las familias, mientras los recién nacidos
eran entregados a otros padres que no eran Bajo estos principios, las mujeres eran
los biológicos. Estos los inscribían en mu- consideradas meros instrumentos de re-
chos casos como hijas e hijos naturales. producción. El régimen se arrogó también
la custodia de los niños y niñas a través de
Sin derechos varias normativas que permitían inscribir-
los con otros apellidos que no eran los su-
En la dictadura, el pensamiento domi- yos en el caso de los hijos de los vencidos.
nante consideraba que los vencidos, los El menosprecio hacia las mujeres y las
rojos, pero también las familias humildes, madres estaba presente siempre. Durante
no tenían derechos sobre sus hijos. Y, si a el parto, si ahora nada más nacer el bebé
las familias pudientes y adeptas al régimen es puesto en los brazos de la madre, enton-
Dios no les daba hijos, con más razón, a es- ces se actuaba con autoridad y desprecio
tas había que entregarles estos niños. hacia la propia madre. El hijo era rápida-
Después, el robo de bebés se convierte en mente apartado del contacto con esta, lo
un negocio, sin abandonar el tinte ideológi- que también facilitaba su desaparición. A la
co y la impunidad con la que actuaban los madre no se le permitía verlo ni abrazarlo
actores implicados: médicos, curas, mon- en la mayoría de los casos. Pero durante el
jas, matronas, notarios, abogados... Enton- parto, tampoco solían estar presentes los
ces, la mujer sigue siendo un instrumento. familiares en el caso de los hospitales. En
El desprecio a las mujeres ya estaba sem- ese momento, la mujer estaba sometida a
brado y perdura hoy en algunos sectores. El
militar y siquiatra del régimen Antonio Va- 9.– Antonio Vallejo Nágera y Eduardo Martínez, «Psiquis-
mo del fanatismo marxista. Investigaciones psicológicas
llejo Nágera (1889-1960) se encargó de de-
en marxistas femeninas delincuentes», Revista Semana
jarlo claro. En varios artículos publicados médica española: revista técnica y profesional de ciencias
en los años 30, califica a las mujeres como médicas, n. 25, 1939, pp. 194-200.
Concentración en la Puerta del Sol de asociaciones de víctimas del robo de bebés, 6 de enero de
2017, día de Reyes (Foto: María José Esteso).
la autoridad que estaba representada por el nina adoctrinó a las mujeres para cercenar
médico, la matrona, la monja... que se arro- cualquier deseo de emancipación o rebeldía
gaban la protección de la criatura. Por ello, y, por supuesto, reconducir el deseo sexual.
muchos relatos de madres a las que se les Esa organización explica así, en uno de sus
arrebató a su hija o hijo comienzan igual: manuales, como debía actuar una mujer: «Si
«Se lo llevaron corriendo y no nos lo pudi- tu marido te pide prácticas sexuales inusua-
mos ver». les, sé obediente y no te quejes», afirma. «Si
él siente la necesidad de dormir, no le pre-
La sexualidad reprimida siones o estimules la intimidad». «Si sugie-
re la unión, accede humildemente, tenien-
Sobre el cuerpo de las mujeres llegó tam- do siempre en cuenta que su satisfacción es
bién la victoria. La sexualidad de las muje- más importante que la de una mujer. Cuan-
res fue negada y reprimida durante años. La do alcance el momento culminante, un pe-
dictadura franquista y la Iglesia se encar- queño gemido por tu parte es suficiente
garon de crear una conciencia del pecado para indicar cualquier goce que haya podido
sobre las mujeres que debían ser personas experimentar» (Sección Femenina 1958).
asexuadas y sumisas. Personas sin autono-
mía y sin derechos, únicamente destinadas Las mujeres no contaban
a «dar gusto» a sus maridos, a los cuidados y
a parir los hijos que Dios les enviara. Las mujeres no contaban, incluso cuando
Para ello, durante años la Sección Feme- los médicos anunciaban que el bebé había
testimonial —de carácter textual y visual, lar que no institucional, que intervenía en
pero también sonoro— sobre la prisión fe- el espacio público mediante la instalación
menina de Ventas [4]. de una sencilla placa memorial. El segundo
aspecto era su potencialidad, que sospecho
Patio de Ventas que por entonces nadie de los presentes en
aquellos actos habría podrido prever, como
La iniciativa de este proceso de partici- si entre todos y todas hubiéramos sembra-
pación social tenía, sin embargo, un ante- do una prometedora semilla sin ser dema-
cedente que se enraizaba en el Movimiento siado conscientes de ello. Porque tres años
15M de 2011, que tanta significación había después, ya en el marco del proceso par-
tenido en Madrid. Durante los días 8 y 9 de ticipativo iniciado en septiembre de 2015
marzo de 2012, en el local de la Federación —«Patio de Ventas»— volveríamos a encon-
Regional de Asociaciones de Vecinos (FRA- trarnos varios de los participantes en aquel
VM) de la calle Bocángel, a un tiro de piedra primer evento, con un protagonismo clave
del solar de la cárcel, así como en el Cen- de las antiguas activistas de la Asamblea
tro Social Ocupado «La Salamanquesa», la 15 M, algunas ya convertidas en vocales de
Asamblea 15M de la Plaza de Dalí organizó distrito o componentes del Foro Social, y al
unas exitosas jornadas de recuerdo y home- lado de asociaciones como el colectivo Me-
naje a las presas de Ventas [5]. En ellas parti- moria y Libertad de familiares de víctimas del
ciparon colectivos de memoria y vecinales, franquismo en Madrid [7]; la Asociación La
abogadas, historiadores y «cronistas de la Comuna [8]; o la Fundación Ángel Llorca,
memoria viva del barrio», como el veterano de Acción Educativa de Madrid [9].
periodista y vecino Luis Garrido, culminan-
do en la instalación de una placa en el muro Prisiones invisibles
del fondo del parque —en proyecto por en-
tonces— dedicada a las «presas políticas de Algo había cambiado para entonces, y
Ventas» [6]. Dos aspectos habría que destacar era la voluntad de las autoridades del Dis-
de esta iniciativa. El primero, que se trataba trito de Salamanca, encabezadas por el
de una iniciativa de memoria pública, popu- concejal Pablo Carmona, de apoyar esta
clase de iniciativas memoriales, de base
4.– Véase http://www.gacetaslocales.com/noticia/10309/ plural. Lo primero que nos planteamos era
salamanca-retiro/la-carcel-de-ventas-renace-en-la-red. reunir y divulgar información relevante so-
html (consulta: 2 de abril de 2018).
bre la cárcel, y el mejor medio nos parecía
5.– Intervinieron en las dos mesas redondas: Paloma
sin duda el de un portal web, siguiendo la
Monleón, de la Asamblea 15 M de la Plaza de Dalí; la
abogada Alicia Alonso, especialista en encarcelamiento estela de algún proyecto anterior, como
femenino; Isabel Pérez Alegre, de la Asociación La la página Memoria de la prisión de mujeres
Comuna Presos y Presas del Franquismo; el periodista y de Barcelona, nacida en 2007 [10]. El objeti-
vecino Luis Garrido; y el historiador Fernando Hernández
Holgado. En la red hay amplia constancia de estas
7.– http://www.memoriaylibertad.org.
jornadas, con enlaces a los videos de las diferentes
intervenciones. Véase al respecto: https://archive.org/ 8.– http://www.lacomunapresxsdelfranquismo.org.
details/Video_Jornadas_Carcel_de_Ventas_y_la_Memoria_ 9.– http://www.fundacionangelllorca.org.
de_las_mujeres_presas_10_3_12 (consulta: 2 de abril de 10.– http://presodelescorts.org/es. Sobre la trayectoria
2018). de esta página, véase: Fernando Hernández Holgado:
6.– Véase el apartado https://carceldeventas.madrid.es/ «Memoria de la prisión de mujeres de Les Corts (2006-
history/desalojo-y-cierre-de-la-prision (consulta: 2 de 2014). Un balance y una mirada al presente», On the W@
abril de 2018). terfront, Universitat de Barcelona, Monográfico Memòria i
vo era diseñar un portal que reuniera toda arrancó —a mediados de 2015— el proyec-
clase de información textual, visual y au- to de creación de un portal específico sobre
diovisual sobre lo que había sido la cárcel, la cárcel de Ventas que fue finalmente pre-
ya que el principal problema con el que nos sentado en noviembre del año pasado, en
encontrábamos —al igual que en el caso de un emotivo —y multitudinario— acto cele-
Les Corts— era la invisibilidad de la misma brado en el mismo parque actual [14].
prisión, desaparecida a principios de los se-
tenta. carceldeventas.madrid.es
La situación era efectivamente muy se-
mejante a la del también desaparecido edi- Carceldeventas.madrid.es se configura
ficio de la prisión provincial de Barcelona así como un lugar de memoria virtual, un
(1939-1955) [11], si bien en el caso madrileño espacio web que recoge tanto el discurso
se contaba y se cuenta con la ventaja del o relato histórico de la que fue la prisión
parque municipal que ocupa actualmente femenina más poblada de la historia de
parte del antiguo solar, y que constituye un España, con una trayectoria compleja que
espacio singularmente idóneo para la ins- recoge casi todo el periodo republicano y
talación de elementos memoriales de reco- buena parte del franquista, con toda una
nocimiento y homenaje [12]. En ambos casos, amplia gama de elementos diversos que
sin embargo, el punto de partida debía ser contribuyen a visibilizarla a los ojos del in-
un portal web como lugar de memoria vir- ternauta de hoy. Fotografías del edificio y
tual, que de alguna manera sustituyera al de las propias presas; testimonios orales y
no-lugar físico, esto es, ese espacio donde, audiovisuales de antiguas presas políticas
tanto por lo que se refiere a Ventas como ya fallecidas, entresacados de entrevistas;
a Les Corts, nada absolutamente recuerda videos de documentales actuales o de me-
su existencia al viandante [13]. Fue así como trajes antiguos; discursos textuales sobre la
historia de la cárcel o del edificio; listados
ciutadania. Interdisciplina, recerca i acció creativa (II). Vol. de presas de Ventas ejecutadas durante el
36, nº 2 (2014), pp. 2-24, http://www.raco.cat/index.php/ periodo 1939-1941 en las inmediaciones
Waterfront/article/view/292469/381002 (consulta: 2 de
abril de 2018). del cercano cementerio del Este… todo
11.– A propósito de la cárcel de Les Corts, en Barcelona ello compone un mosaico multimedia que
se ha venido desarrollando un interesante proceso introduce al visitante virtual en el conoci-
participativo de larga proyección que en 2015 alcanzó miento de lo que fue aquella prisión y de las
un hito importante con la instalación de unos tótems
vidas de las mujeres que la habitaron.
explicativos en el chaflán de las calles Europa y Joan
Güell. En este momento, además, se encuentra en Toda estructura delata un guión, y car-
ejecución un proyecto más ambicioso de monumento celdeventas.madrid.es lo tiene. En los pá-
definitivo, respaldado por el Ayto. de Barcelona. Véase el rrafos introductorios de la portada hay toda
blog https://presodedones.wordpress.com.
una declaración de principios, muy básica:
12.– Es precisamente por ello por lo que, en el marco
de la red del Patio de Ventas y con apoyo asimismo de arrancada a finales de año pasado, o el monumento
la Concejalía de Salamanca, está previsto un proyecto provisional del chafán de las calles Europa y Joan Güell
artístico de señalización y homenaje a cargo de un en Barcelona.
grupo de ceramistas del Patio de Ventas, antiguos 14.–«El Concejal del distrito de Salamanca asiste a la
alumnos de la Escuela de Cerámica de la CAM «Francisco presentación de la web carceldeventas.madrid.es». Nota
Alcántar». Su trabajo, antes de su próxima instalación, de prensa de Diario de Madrid, 23/11/2017 https://diario.
puede verse en Internet: https://www.youtube.com/ madrid.es/blog/notas-de-prensa/el-concejal-del-distrito-
watch?v=1KINl06QAYo (consulta: 2 de abril de 2018). de-salamanca-asiste-a-la-presentacion-de-la-web-
13.– Si exceptuamos la placa memorial de Ventas, carceldeventas-madrid-es/ (consulta: 2 de abril de 2018).
Las maestras Justa Freire y Rafaela González Quesada, Rafita, en la cárcel de Ventas en 1940.
Dibujo de Mercedes Núñez Targa. (Fuente: Fundación Ángel Llorca, legado de Justa Freire).
rando con el tiempo— recoge uno fun- nutero de turno en los espacios interiores
damental, tanto más por lo escasamente de la prisión. Imágenes estas últimas que,
divulgado hasta ahora: la relación de pre- destinadas en un principio a permanecer
sas de Ventas y de la prisión provisional atesoradas en los álbumes familiares, han
de Claudio Coello —habilitada durante podido de esta forma ver la luz y alcanzar
los primeros años de posguerra— fusila- su máxima exposición en el espacio virtual.
das en las inmediaciones del cementerio Hemos dejado para el final el apartado
del este o de la Almudena entre los años quizá más relevante, que reúne los datos
1939-1941 [25]. La relación se acompaña de de la historia y de la memoria: el de Tes-
un escueto informe técnico sobre la meto- timonios, a través de la presentación de
dología de cuantificación de las mismas, en siete mujeres, de siete presas políticas ya
número ya aquilatado de ochenta [26]. Existe fallecidas, que conocieron desde dentro la
también otro apartado, este no ya infor- cárcel de Ventas. Cada una de estas entra-
mativo, pero de gran importancia, titulado das —Nieves Torres, Mari Carmen Cuesta,
«Participación» [27], concebido para favore- Mercedes Núñez, Manuela del Arco, Trini-
cer la comunicación con cualquier persona dad Gallego, Ángeles García-Madrid y Jua-
que pueda o quiera aportar alguna informa- na Doña— ilustra a la perfección el perfil
ción, corrección o dato al proyecto, en for- de las presas políticas que continuaron lu-
ma de envío de informaciones, referencias, chando contra la dictadura desde la cárcel
fotografías, etc… La memoria y la historia de Ventas [28]. Todas recogen sucintamente
como una función social, como un servicio una semblanza biográfica intercalada con
de ayuda al público y a la ciudadanía: esta cortes orales de fragmentos de entrevistas
es la intención que anima este apartado de realizadas años atrás, junto con una gale-
la estructura. ría de imágenes, un apartado bibliográfico
Las fuentes visuales desempeñan un es- y una biografía redactada esta vez por un
pecial peso, como no podía ser menos, en familiar.
esta web. En primer lugar las fotografías Son estos últimos textos, los escritos por
de archivos oficiales como el de la Agencia los familiares, los que nos introducen en
EFE, el Archivo Regional de la Comunidad el complejo fenómeno de la posmemoria,
de Madrid, el Archivo General de la Admi- según el término acuñado por Marianne
nistración o el de la Biblioteca de la Direc- Hirsch: el relato de los recuerdos transmiti-
ción General de Instituciones Penitencia- dos y heredados por el familiar en cuestión,
rias, donde es posible identificar obras de para el caso los de Alexis Mesón Doña, Mi-
fotorreporteros tan significados como Al- guel Ángel Martínez del Arco o Pablo Igle-
fonso hijo, Santos Yubero o Hermes Pato. Y sias Núñez. Su colaboración ha sido esen-
en segundo lugar, aunque no menos impor- cial a la hora de enriquecer este proyecto
tante, las imágenes procedentes de los ar- aportando al mismo tiempo una vertiente
chivos familiares de las propias presas, en social, colectiva, trascendente de la labor
buena parte fotografías tomadas por el mi- del historiador o del documentalista del
portal. Es esa vertiente la que alimentado el
25.– https://carceldeventas.madrid.es/list (consulta: 2 de
proyecto desde su creación, y que va mucho
abril de 2018).
más allá de la labor de unas pocas personas.
26.–https://carceldeventas.madrid.es/sources/Fusiladas-
delcementeriodelEste.pdf (consulta: 2 de abril de 2018).
27.– https://carceldeventas.madrid.es/contact (consulta: 2 28.–https://carceldeventas.madrid.es/testimonial
de abril de 2018). (consulta: 2 de abril de 2018).
Los ejemplos son numerosos: Javier Larrau- de los principales impulsores del proceso
ri nos prestó sus excepcionales documen- participativo «Patio de Ventas». Manuel
tales sobre Ángeles García-Madrid (2010), Calvo diseñó el logo que preside la web,
al igual que Ana Martínez y Llum Quiño- fruto de una curiosa mezcla de dos de los
nero hicieron con el suyo de Mujeres del 36 elementos más representativos de su estilo
(1999); Lua Multimedia con Del olvido a la pictórico: sus «hombrines» y sus «rolde» [30].
memoria. Presas de Franco (2006); y Lola Desde estas páginas os invitamos a na-
Alfonso Noguerón con Memòries del Cam- vegar en un proyecto que persigue dotar de
pament de Alaquàs (2016). El «cronista del la mayor visibilidad a un lugar de memoria
barrio», Luis Garrido Martínez, nos ofreció que, en un principio parecía condenado a
generosamente diversas imágenes del edi- no tenerla: tanto por su condición de anti-
ficio de la cárcel durante el proceso de de- gua cárcel —espacio opaco por excelencia,
molición, mientras que Manuel Sainz de Vi- sea cual sea la época de la que hablemos—
cuña Melgarejo hizo lo propio con otras de como por su papel de prisión franquista
su última etapa. En cuanto a las presas de la femenina, quizá la más importante y se-
última etapa de Ventas, Lola Canales y Na- ñalada de la dictadura. Socializar un co-
tividad Camacho García-Moreno nos cedie- nocimiento histórico y memorialístico, y
ron con la mayor generosidad fotografías de hacerlo al mismo tiempo en colectivo, con
su periplo carcelario o policial, que hemos las aportaciones de todos y todas, dando
incluido en una de las últimas entradas del así continuidad a aquel ya lejano impulso
apartado Historia [29]. A riesgo de dejarme de la Asamblea 15 M de la plaza de Dalí. Esa
algún nombre, terminaré esta relación con ha sido nuestra intención, y quien lea estas
la figura de Manuel Calvo Abad, señalado notas y se aventure a navegar por carcelde-
pintor con obra en el MNCARS, activista de ventas.madrid.es podrá decir en qué medi-
la Asamblea 15M de la Plaza de Dalí y uno da lo hemos conseguido o no.
29.–https://carceldeventas.madrid.es/history/una-nueva-
generacion-de-presas-politicas-en-ventas (consulta: 2 de 30.– Véase, por ejemplo, Manuel Calvo Abad, El silencio... La
abril de 2018). pintura en blanco y negro, Madrid, José de la Mano, 2014.
Francisca Bosch interviniendo en una reunión de la Agrupación Centro del PCE de Palma, finales
de 1976 - principios de 1977 (Foto facilitada por el autor).
misión de mensajes en clave y las visitas a suelen pasar directamente al PSU de Catalu-
Mallorca de dirigentes del PCE o del PSUC ña. Quiero decir con esto que el crecimiento
como Sixto Agudo, Antoni Gutiérrez Díaz ha sido muy desigual y que ha sufrido gran-
y Gregorio López Raimundo. En agosto de des variaciones» [1].
1975, Francisca Bosch se incorporó al Co- Tras la muerte del dictador, Francisca
mité Central. El Partido Comunista se ex- Bosch impulsó la salida a la superficie del
tendió a Menorca e Ibiza y consiguió una PCE de las Islas. Ésta incluyó, a lo largo de
expansión en ámbitos variados como el del 1976, algunos episodios audaces, como la
sindicalismo de la construcción, las asocia- celebración en Palma (2 de julio) del primer
ciones de vecinos y el mundo intelectual y mitin tolerado de los comunistas en toda
profesional. La fusión con Bandera Roja, a España, la venta pública de Mundo Obrero
principios de 1975, permitió conectar con en la calle (24 de septiembre) —que provocó
un amplio núcleo de trabajadores de la hos- la fugaz detención de Bosch y otros militan-
telería y jóvenes universitarios. Se reinició tes—, y la reunión de la III Conferencia de la
la edición de la publicación Nostra Paraula organización (Formentera, 21-23 de octubre
y se impulsó la creación de organismos uni- de 1976). Ya en esta época, se perfiló la exis-
tarios como la Mesa Democrática (1972-74) tencia de dos corrientes en el PCE balear,
y la Junta Democrática de las Islas (1974- situándose Francisca Bosch al frente de la
76). llamada línea oficialista, partidaria de prio-
En cualquier caso, Francisca Bosch era rizar la lucha por la ruptura democrática.
perfectamente consciente de las limitacio- Francisca Bosch encabezó la candidatu-
nes de este crecimiento. El centenar largo ra del PCE al Congreso de los Diputados por
de militantes con el que contaba el PCE en las Baleares en las elecciones del 15 de ju-
Mallorca hacia 1975 constituía una cifra es- nio de 1977. La campaña electoral fue muy
cuálida, aunque respetable en comparación intensa. El PCE realizó 102 actos públicos a
con el resto de las fuerzas antifranquistas los que asistieron —según datos, sin duda
de la isla. En una entrevista concedida a exagerados, de la organización— cerca de
Mundo Obrero poco después de la muerte 50.000 personas. En el mitin palmesano
de Franco, Bosch presentó un balance bas- del 24 de mayo, en el que Francisca Bosch
tante realista de la situación organizativa compartió tribuna con Santiago Carrillo,
del PCE balear: se congregaron 16.000 personas. Bosch se
«Después crecimos, en algunas ocasiones caracterizaba por una encendida oratoria
y en la situación de máxima clandestinidad que le hizo ganarse entonces —al igual que
en que nos movíamos, llegamos a ser un su admirada Aurora Picornell— el apodo
número muy respetable que incidía ya en de «la Pasionaria mallorquina». Esta mo-
la realidad de nuestras Islas. Pero hay que vilización generó entre algunos dirigentes
tener en cuenta que el Partido se compone comunistas locales la convicción de que
de los nativos más estables, y de los penin- Francisca Bosch obtendría el escaño en el
sulares que trabajan en ellas, pero que a ve- Congreso. Sin embargo, los resultados de la
ces no se establecen definitivamente, y que candidatura fueron más bien discretos. Los
después de un tiempo de militancia vuelven comunistas obtuvieron un 4,38% de los vo-
a las organizaciones de sus pueblos. Que en tos en el conjunto del archipiélago. Sólo los
las Islas no hay una auténtica universidad y
1.– «Entrevista. Francisca Bosch. Secretaria del Comité
que frecuentemente la mayoría de militan- de las Illes [sic] del PCE», Mundo Obrero 33 (23 de julio
tes de Juventudes Comunistas de las Islas, de 1976), pág. 8.