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PANAL
LITERATURAS
NACIONALES:
DI
ALEMANIA
Opiniones de un payaso,
9
CE
de Heinrich Böll
Aisha cruz caba
CELDILLA
miscelánea
81 Daniel Kehlmann:
representar (medir) al mundo
Raúl fierro
85 Thomas Ruff
Frida sosa castañeda
99 Trastorno Hamlet,
sobre Heiner Müller
Elizabeth arias
EDITORES AVISPERO
DI Leonardo da Jandra
[coordinador editorial]
REC
Guillermo Santos
Alejandro Beteta
Viridiana Choy
[edición impresa]
TO Axel Alarzón
[diseño y diagramación]
RIO
Jonathan Barbieri
[ilustraciones]
Raga G. Arteaga
[relaciones públicas]
Daniel Robles
[fotografía]
[consejo editorial]
Alejandro Beteta, Viridiana Choy,
Raúl Fierro, Daniel Nush, Raga G. Arteaga,
Leonardo da Jandra, Enna Osorio,
Pergentino José Ruiz, Guillermo Santos,
Frida Sosa Castañeda, Karina Sosa Castañeda,
Angel Morales, Alejandro Guzmán G.
[escritores invitados]
Aisha Cruz Caba, Aguillón-Mata, Alfredo Lèal,
Guillermo Fadanelli, Paul Meixueiro, Elizabeth
Arias, José Molina, Israel Martínez, Guillermo de
la Mora Irigoyen, Alice Reynoso, Fausto Rasero.
www . avispero . mx
avisperorevista@gmail.com
OPINIONES DE
UN PAYASO,
DE HEINRICH BÖLL
P
¿ or qué puede llegar a incomodarnos tan-
to la tristeza del hombre? ¿Qué hay de
importuno, de perturbador, de insano,
en el desconsuelo del Otro? ¿Somos seres trági-
cos por naturaleza?
el centro de ese proscenio que el escritor nos
permite imaginar.
Hay mucho de teatralidad y pantomima
en el lenguaje de la novela. No sólo porque su
protagonista es un payaso y tales aspectos co-
Éstas y otras tantas interrogantes son pro- rresponden al quehacer del artista en cuestión.
vocadas por la emblemática figura del payaso
creado por el escritor alemán Heinrich Böll.
En una suerte de soliloquio retrospectivo, una Asistimos al último acto
voz, en medio de un escenario solitario, nos en la vida de alguien que,
revela cómo un mundo se puede caer a peda- desarmado, esgrime una
zos. Asistimos al último acto en la vida de al- respuesta como quien dicta
guien que, desarmado, esgrime una respuesta sentencia para sí mismo:
como quien dicta sentencia para sí mismo:
consciente de la derrota.
consciente de la derrota. Opiniones de un pa-
[ 12 ] LITERATURAS NACIONALES
Creo que es, además, la manera en que el autor frente a un mundo lleno de fórmulas, rituales,
alemán expone la banalidad y el patetismo de estratagemas y códigos que nublan sus senti-
las ambiciones con que el hombre intenta a toda dos y lo aíslan, pero no lo silencian. Él tiene
costa hacerse un lugar en el mundo. La novela algo qué decir. La marginalidad le concede el
no esconde sus motivaciones en cuanto crítica ángulo privilegiado del observador que aprove-
de la postura farisea de la sociedad alemana de cha su soledad y, alucinado, se toma el tiempo
la posguerra en el orden político y moral, aun- para crear y poner el mundo del revés. En la
que apuntando específicamente al gremio cató- novela, Hans Schnier, el payaso, toma el telé-
lico. El soliloquio del payaso es un desafío ante fono cual niño jugando bromas a sus mayores,
el despojo de aquello que nos reivindica como aunque en este caso la broma es más bien una
seres humanos falibles y desnudos, es decir, salva de ironías. Sabe bien que el solo hecho
mortales. Desde el lugar del vacío y la pérdi- de su existencia pone contra la pared a todos
da, su alegato no es ingenuo, sino descarnado. aquellos que le han dado la espalda; los des-
Cada movimiento de su cuerpo y cada palabra arma con su atrevimiento para desenredar los
que sale de su boca es un tropiezo y una con- sofismas en que ellos escudan sus actos y su
tradicción pero no un enmascaramiento; por el teología, y el hecho de que sea su amor por
contrario, la máscara se resquebraja sin piedad Marie la verdadera razón por la que lucha hasta
frente a aquellos que lo observan inflexibles y el final.
aterrorizados por igual, como si estuvieran sien- ¿Por qué no entiende? ¿Por qué no se calla?
do obligados a mirarse al espejo durante ese ¿Por qué no se resigna? ¿Por qué no acepta que
proceso, mientras que para él significa consu- así son las cosas en el mundo?, se preguntan
mirse sin remedio pero sin cruzarse de brazos. alterados e inquietos. Les parece ridículo que
sea el amor, en su sentido más natural y simple,
Llegué a olvidar realmente que era mi rostro la bandera de su causa; Hans resulta quijotesco
el que veía en el espejo. Volvía el espejo del y anacrónico en un mundo que hace tiempo
revés al terminar el ensayo, y cuando más olvidó el significado de la virtud, el honor o la
tarde, en el transcurso del día, miraba al pasar lealtad. Los disturba que no pueda ser compra-
frente a un espejo me asustaba; había un sujeto do: ¿cómo tratar, cómo derrotar a alguien que
desconocido en mi cuarto de baño, encima del no entiende la “lógica universal” del dinero y
lavabo, un sujeto que yo no sabía si era cómico de la moral institucional y de clase?
o serio, un espectro lívido y narigudo, y corría,
tan aprisa como podía, en busca de Marie, para “Déjese de tonterías, Schnier. ¿Qué mosca le ha
verme en su cara. picado?”
“Los católicos me ponen nervioso”, dije,
Como el niño, el payaso es cruel y encantador a “porque juegan sucio”.
la vez. Juega a vivir como una forma de hacerle “¿Y los protestantes?”, preguntó riendo.
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“Me irritan con su manoseo de las Las circunstancias sociales que rodearon la
conciencias.” infancia y juventud de Böll —la crisis econó-
“¿Y los ateos?” Seguía riéndose. mica de los años 30, el nazismo y la Segun-
“Me aburren porque siempre hablan de Dios.” da Guerra Mundial— serán determinantes en la
“¿Y qué es usted, pues?” evolución de su conciencia política y en cómo
“Soy un payaso”, dije, “de momento, superior a ésta se verá reflejada en su escritura. El choque
mi fama. Y hay un ser católico al que necesito existencial que “necesitaba” como escritor no
con urgencia: Marie y precisamente vosotros provino de los habituales problemas familiares
me la habéis quitado”. que abundan en la historia personal de los escri-
tores, sino de la crisis económica y social que
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[ 14 ] LITERATURAS NACIONALES
los afectó profundamente. Frente a sucesos una posición diametralmente distinta a la nues-
que lo rebasaban, que estaban más allá de su tra, tanto ideológica como existencial. Uno a uno
control, Böll aprende a construirse una iden- vemos aparecer a los personajes que han mar-
tidad que le permite saltar los abismos reales cado la vida de Schnier —la madre, el amigo,
que enfrenta con su familia día con día: “en mí, el agente, el teólogo, el monje, el hermano, y
el miedo y la inconciencia siempre estuvieron varios más—, y llegamos a conocerlos a partir
mezclados”. En este punto es donde el artificio, de dos elementos a destacar: su voz y su olor.
la ironía, la reinvención lúdica de sí mismo y Su visión del mundo se escucha y se huele. En
de la realidad cotidiana cobran sentido. A tra- la línea de Rabeleis (Gargantúa y Pantagruel) y
vés del juego se enfrenta al mal (representado Erasmo de Rotterdam (Elogio de la locura), Böll
por la guerra y el nazismo) y así se introduce formula una estética de lo grotesco aguda y
en el ámbito de lo novelesco: “Las diversas po- crítica (rayana en el esperpento) al subrayar lo
sibilidades del comportamiento cobran en una visceral, lo instintivo, lo escatológico en las ac-
situación determinada por sí sola rasgos de no- ciones, el lenguaje, las emociones o la gestuali-
vela”, afirma Böll, y esta idea la lleva a su obra dad de Hans y sus interlocutores. Cada acto es
cuando hace tomar a su protagonista decisiones una puesta en escena autónoma donde la deca-
o comportamientos que pueden parecer absur- dencia, la violencia soterrada, la miseria moral,
dos, exagerados o riesgosos para hacer frente a el infortunio personal o el esguince verbal se
una situación límite. revelan por contraste. A partir de esta estrategia
Hans no es desatinado, irónico o excesivo sensorial, se evidencian tanto los rasgos dramá-
por ser un payaso, sino porque es un ser hu- ticos y humanos del payaso como el trasfondo
mano acorralado por fuerzas opresivas, cínicas viciado de esta historia: Bonn, la ciudad donde
y con el poder en sus manos. Es ahí donde se Marie, la amada perdida, podía “respirar aire
expresa la rebeldía subjetiva del personaje, que católico a pleno pulmón”.
raya en el anarquismo y la locura, y con la cual Al único personaje que “vemos” físicamen-
nos llegamos a sentir identificados. Böll senso- te, además de Hans, es a su padre, quien lo vi-
rializa la experiencia de la catástrofe e insegu- sita en su departamento. La escena es un clímax
ridad económica y social que vivieron tantos de visos catárticos que deja entrever la tragedia
como él en aquella época, a través de la repre- final del protagonista, y donde se mezclan tem-
sentación, en el sentido teatral de la palabra, de poralidades, recuerdos, alucinaciones, frases he-
las “opiniones” que dan título al libro. chas y reclamos a medio camino entre el vacío
Un personaje: Hans. y la palidez filial. El padre es un personaje de
Un escenario: la habitación de Hans. sí mismo y Hans ve en él una sombra mediocre
Un acto, repetido una y otra vez: descolgar el y astuta a la cual no puede acogerse. En el en-
teléfono, marcar el número, hablar. Hablar con cuentro de ambos se intensifican el artificio y
quien está al otro lado de la línea y, a la vez, en la distorsión que permean la novela y a su pro-
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tagonista. No es casualidad que el payaso nos recuerda que, entre otras cosas, la guerra lo
haga pensar en la figura del loco. Como él, es transforma en un ser no sedentario, en un va-
un excéntrico vagabundo de territorios incier- gabundo irredento, pues “la vida en aquel en-
tos y prohibidos. ¿Qué motivaciones esconde tonces era demasiado intranquila” y lo obligaba
su andar desordenado?, ¿su risa intempesti- a uno a estar siempre en camino. Este continuo
va o sus actos absurdos? Fuente de múltiples errar como un hábito desesperado y al mismo
sospechas, todos se preguntan qué hay detrás tiempo fuente de invenciones y despropósitos
de la sonrisa impostada en el rostro: “El espe- creativos es una característica que se puede
jo me confirmó algo tan emotivamente real advertir en otros escritores de la posguerra
como un plato que se vaciaba, un trozo de pan como Bohumil Hrabal, Witold Gombrowicz o
que se achicaba, una boca Bruno Schulz. Más allá de
ligeramente grasienta que sus temas y estilo propios,
me sequé con la manga de La calle es un símbolo en la obra de cada uno de
la chaqueta. No ensayaba. a través del cual Böll ellos están presentes el ar-
Nadie había allí que pu- revela la coherencia tificio y la constante meta-
diera sacarme del espejo y ética de sus ideas y morfosis de sus personajes
devolverme a mí mismo”. la huella profunda e, incluso, de ellos mismos
Hans, enfermo, con la ro- como escritores. El caos y
que dejó en él la
dilla hinchada, desaliñado, el azar son los territorios
en bancarrota, melancólico,
experiencia de la del loco, del niño y del ar-
hambriento, falto de sueño guerra. tista. Ahí es donde se cruzan
y con un irreprimible deseo los límites de la realidad y la
de beber, es el espejo de una humanidad ago- ficción, y ese traslape es una actitud y un posi-
biada que defiende su libertad a toda costa y cionamiento frente al mundo. Al reivindicar la
que, en el límite de sus fuerzas y su circuns- calle como un bastión de la libertad, y hacer
tancia, confirmará que es la calle el último re- del payaso un símbolo de rebeldía crítica y
ducto —único y verdadero— donde la puede ser consecuente, Heinrich Böll nos recuerda el
hallar. No es esto una cosa menor. vínculo insoslayable entre el arte y la vida, y la
La calle es un símbolo a través del cual Böll valentía que implica defender la imaginación,
revela la coherencia ética de sus ideas y la hue- el amor, la paz y la lealtad al bien en tiempos de
lla profunda que dejó en él la experiencia de crisis, corrupción, violencia y oscuridad.
la guerra. Si antes mencioné el rasgo anárqui-
co de su personaje es porque para el escritor
alemán significó en esa época de crisis una Aisha Cruz Caba. Nació en el Distrito Federal y vive
en Oaxaca. Estudió la carrera de Letras Hispánicas y
forma de vida que implicaba la improvisación la Maestría en Literatura Mexicana en la Universidad
absoluta y permanente de la existencia. Böll Veracruzana.
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E nna O sorio
EL FILO
DE LAS PALABRAS:
ULJANA WOLF
1. Uljana Wolf, Fronteras del lenguaje, Antología (2003-2011). Traductor y antologador Vladimir García Morales.
Ed. La Bella Varsovia / Cosmopoética, España, 2011.
2. Uljana Wolf, Dichtionary (A German-English dictionary of false friends, true cognates and other cousins), traducción
al inglés de Susan Bernofsky.
3. Me aventuro a traducir al español la versión de Susan Bernofsky: “un florero es un florero es un florero para
cualquier palabra más profunda que ancha. ¿miraremos dentro? el adorno no es un florero aunque venga con él.”
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4. Uljana Wolf. Fronteras del lenguaje. Antología (2003-2011). Traductor y antologador Vladimir García Morales,
Ed. La Bella Varsovia / Cosmopoética, España, 2011.
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5. Versiones de Daniel Bencomo para la revista literaria Luvina 65, Universidad de Guadalajara, diciembre 2011.
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ya es historia, gracias a la apertura que brinda guirá abriendo puertas y tendiendo puentes
la tecnología para la comunicación entre los ejerciendo el oficio de poeta, al ritmo latente
seres humanos. La escritura creativa en torno de su marea.
a los fenómenos del lenguaje puede parecer un
proyecto ambicioso. Sin embargo, la lingüís-
tica actual sigue dominada, básicamente, por
los mismos problemas teóricos que ocuparon
a los pensadores antiguos. Por esto y porque
el oficio poético sobre y con la palabra no es
novedad tampoco, considero que Wolf tendrá
que procurar más la carne del cuerpo poético
y no sólo la idea, si aspira a no repetirse tras
agotar sus motivos. Esto lo logra con claridad
y belleza en su primer poemario, pero no así
en el segundo donde, de tan cerebral, su jue-
go frío entretiene pero no quema. Finalmente,
como es el tiempo para las vanguardias de la
primera mitad del siglo xx, lo será con las pro- Enna Osorio (Ciudad de México, 1977). Poeta. Estu-
puestas actuales —posmodernas o de la época dió la Licenciatura en Humanidades en la Universi-
dad de las Américas, Puebla. Becada por el FONCA
sin certezas— y sobrevivirá, como siempre, la en el Programa Jóvenes Creadores 2011-2012. Reside
buena poesía. Mientras tanto, Uljana Wolf se- desde hace años en Oaxaca.
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A ngel M orales
MNEMÓSINE
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[ 24 ] LITERATURAS NACIONALES
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A guillón -M ata
LA MEDIDA
DEL HOMBRE, NOTA
SOBRE W. G. SEBALD
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dar vuelta a la página sin darse tiempo para el lugar— contemplarlo. La célebre máxima de
luto, para el dolor, para la catarsis. Alemania, Primo Levi que adorna la entrada del museo
parece indicar Sebald, sale de la guerra como del Holocausto, en Berlín —aquella que señala
entró en ella, su espíritu incólume. Hans Mag- la necesidad de recordar lo sucedido, pues de
nus Henzensberger escribió en Europa en Rui- otro modo podría suceder de nuevo— no re-
nas (1990) que “es imposible comprender la fiere ni sintetiza el esfuerzo de Sebald, que con
misteriosa energía de los alemanes […] si re- fatalismo agonizante parece indicar que, sea
chazamos el hecho de que han convertido sus como sea, el horror habrá de repetirse, pues
defectos en virtudes. Insensibilidad […] fue la la semilla del horror es la que nos permite, en
condición de su éxito”, a lo que Sebald añade: otra circunstancia, sobrevivir.
Cualquier lección que permita dar vuelta a
Los prerrequisitos del milagro económico la página del dolor se encuentra en oposición
alemán se hallan en algo más que las enormes directa a la mirada de Sebald y pertenece a ám-
sumas invertidas en el país bajo el Plan bitos distintos del literario: el ideológico, el po-
Marshall, las tensiones de la Guerra Fría, y la lítico, el histórico. Sobra decir que ingredientes
destrucción de algunos complejos industriales relevantes a estos ámbitos se encuentran en
—operación llevada a cabo con brutal toda obra literaria —o artística, en general—
eficiencia por escuadrones de bombarderos; pero las obras de Sebald se rigen por la bús-
se hallan también en algo reconocido con queda de un pathos que niega la posibilidad de
poca frecuencia: la incuestionable ética laboral una conclusión. Concluir significa, en el caso
adquirida en una sociedad totalitaria, la capacidad del Holocausto, sanar, pero la condición huma-
logística de improvisación mostrada por una na no se hallaba enferma durante la organiza-
economía en constante amenaza, la experiencia ción industrial de los campos, sino explayada.
previa en el uso de “fuerzas extranjeras de trabajo”, Hannah Arendt recuerda en diversos textos su
y la experiencia del insostenible peso de una perplejidad ante la normalidad de Adolf Eich-
historia en flamas desde 1942 hasta 1945, mann, a quien conoció durante su juicio en
incendiada junto con edificios seculares, Jerusalén en 1961. Del mismo modo, Sebald
casas-habitaciones y negocios en Nuremberg, reconoce que quien perpetra el mal no es un
Colonia, Fráncfort, Aachen, Brunswick y monstruo, sino un ser ordinario en circunstan-
Wurzburgo, un peso histórico que a final de cias específicas. (¿Uno mismo?) Señalar —al
cuentas sólo unos pocos lamentaban (los énfasis contrario— a los culpables y, ante todo, señalar
son míos). una diferencia inherente entre ellos y nosotros,
presuntamente inocentes, es un acto de orden
La obra de Sebald, como sugiere esta luenga político que adrede malentiende los hechos.
cita, no se interesa en aleccionar ni en ofrecer Tal es la dinámica que nos permite glorificar
alternativas al caos, sino sólo en —pues tuvo actos de guerra y condenar otros análogos,
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[ 28 ] LITERATURAS NACIONALES
de acuerdo con lógicas torcidas. Las fórmulas muerto en la choza leñera durante uno o dos
retóricas como “daño colateral” o “la guerra es el meses y esperar el deshielo. Se crecía con esta
infierno” o incluso la enumeración por cientos, conciencia de tener la muerte alrededor, y
miles, millones —a mayor el número, menor cuando alguien moría, sucedía en el centro o
la comprensión— de víctimas funcionan como en medio de la casa, donde la persona muerta
velos para cubrir aquellos rasgos en común en- habría sufrido sus agonías, ahí mismo en la
tre —por decir— Eichmann y uno mismo. En sala, y luego, antes del velorio, el cadáver
otro texto célebre, el artículo “Nosotros, Refu- seguiría siendo parte de la familia durante tres
giados” (1943), Arendt encuentra en la persona o cuatro días.
del Sr. Cohn el paradigma del hombre civili-
zado que, con base en tal condición, es objeto Sebald parece mantener en sus páginas esta di-
de expulsión por su propio continente —este námica. No se consuela ni se exalta la presencia
hombre es en realidad Erich Cohn-Bendit, de la catástrofe, la presencia del dolor. Simple-
amigo personal de la pensadora. Hay error en mente se contempla, se reconoce, se respira sin
atribuir a su condición de Europeo por antono- propagandas ni condenas, sin celebración ni
masia esa expulsión; el Sr. Cohn es refugiado a enseñanza, y ahí donde el horror no puede per-
pesar de que no hay rasgos esenciales que lo cibirse con un golpe de vista, del mismo modo
distinguen de Eichmann, individuo tan culto que a menudo no puede saberse quién está
y paradigmático como Cohn. No es difícil pre- vivo o muerto en antiguos retratos familiares,
veer que se tome ofensa de este aserto. El reco- se observa minuciosamente hasta reconocer lo
nocimiento del mal en uno mismo no puede que de humano tiene el monstruo.
sino ser punzante, como punzante es la prosa
de Sebald. La gran catástrofe de Occidente, que
a menudo abordamos como entidades eminen-
temente políticas, se encuentra en las páginas de
Sebald determinada por otra cosa, su normali-
dad, su naturalidad. El hecho de que nos perte-
nece ontológicamente.
En su conversación ya citada con Eleonor
Wachtel, Sebald recuerda cómo durante su in-
fancia, en los Alpes, “tal era en muchos sen-
tidos un lugar bastante arcaico.” Por ejemplo:
Aguillón-Mata (Ciudad de México, 1980). Es autor de
…no se podía enterrar a los muertos en los libros de ficción Quién escribe (Paisajista, 2004),
Envés y Tratado (De una zona privada), estos últimos
invierno porque el suelo estaba congelado y en vías de publicación. Actualmente reside en Cin-
no había manera de cavar. Había que dejar al cinnati, Ohio.
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A lfredo L èal
LA MÁSCARA
DE LA “VERGÜENZA”.
EL PROBLEMA ÉTICO
EN EL LECTOR, DE
BERNHARD SCHLINK
Levi refiere que un testigo, Miklos Nyiszli, uno de sin haberse interrumpido nunca. Representa la cifra
los poquísimos sobrevivientes de la última Escuadra perfecta y eterna de la “zona gris”, que no entiende
especial de Auschwitz, contó que había asistido, du- de tiempo y está en todas partes. De allí proceden
rante una pausa del “trabajo” a un partido de fútbol la angustia y la vergüenza de los supervivientes,
entre las ss y representantes del Sonderkommando. “la angustia inscrita en todos del ‘tòhu vavòhu’, del
“Al encuentro asisten otros solados de las ss y el resto universo desierto y vacío, aplastado bajo el espíritu
de la escuadra, muestran sus preferencias, apuestan, de Dios, pero del que está ausente el espíritu del
aplauden, animan a los jugadores, como si, en lugar hombre: todavía no nacido y ya extinto”. Mas es
de las puertas del infierno, el partido se estuviera también nuestra vergüenza, la de quienes no hemos
celebrando en el campo de un pueblo”. A algunos conocido los campos y que, sin embargo, asistimos,
este partido les podrá parecer quizás una breve pausa no se sabe cómo, a aquél partido, que se repite en
de humanidad en medio de un horror infinito. Pero cada uno de los partidos de nuestros estadios, en cada
para mí, como para los testigos, este partido, este transmisión televisiva, en todas las formas de nor-
momento de normalidad, es el verdadero horror del malidad cotidiana. Si no llegamos a comprender ese
campo. Podemos pensar, tal vez, que las matanzas partido, si no logramos que termine, no habrá nunca
masivas han terminado, aunque se repitan aquí y esperanza.
allá, no demasiado lejos de nosotros. Pero ese parti-
do no ha acabado nunca, es como si todavía durase, Giorgio Agamben, Lo que queda de Auschwitz
[ 32 ] LITERATURAS NACIONALES
En el epígrafe de este texto se encuentra la proble- conflicto ético en la obra de Schlink? Dicho de
mática teórica central de la novela de Bernhard otro modo, si no habrá esperanza hasta que no
Schlink, El lector: la “vergüenza” de “quienes no “lleguemos a comprender ese partido” del que
hemos conocido los campos y que, sin embar- habla Agamben, ¿cuál es la dimensión ética
go, asistimos, no se sabe cómo, a ese partido”. que abre la novela de Schlink y, por consiguien-
No obstante, ¿hasta qué punto podemos de- te, en qué grado contribuye a que podamos re-
cir “vergüenza” sin caer en categorías trascen- solver el problema del campo, a que podamos
dentales, es decir, sin creer que entendemos a comprender(lo)?; o bien, ¿hasta qué punto somos
priori lo que esta “vergüenza” significa porque incapaces de comprender ese partido del que ha-
la consideramos como parte de un sistema bla Agamben por medio de una obra como la de
determinado de antemano?, ¿hasta qué punto Schlink?, ¿hasta qué punto ésta es, por decir lo
resulta necesaria, indispensable incluso, una re menos, inútil?
definición de la “vergüenza”? Como afirma El conflicto en El lector tiene distintos ángu-
Derrida en La Diseminación: “…siempre habrá los de entrada. El affaire entre Hanna y Michael
un riesgo en el momento de trabajar, de po- podría ser, y quizá lo sea para el lector/espec-
ner en circulación incluso, los viejos nombres: tador promedio, el punto de partida, la pro-
aquél de una instalación, inclusive de una re- blemática central. Yo no la considero así, no,
gresión”; negar este riesgo “sería afirmar la al menos, a la luz de la adaptación de Daldry.
autonomía del sentido, la pureza ideal de una En Fellini por Fellini, el cineasta italiano afirma:
historia teórica o abstracta del concepto”, pero “hay que reconocer que el problema de la cen-
pretender olvidarse de las huellas de éste sería sura cinematográfica no sería tan importante
olvidar que las oposiciones que lo constituyen si se tratase de luchar por los centímetros del
no son parte de un sistema dado, sino, como bikini de una actriz o por la manera de bailar
concluye Derrida, de “un espacio disimétrico de una vedette. Se trata más bien de constatar
y jerarquizante, atravesado por fuerzas y traba- hasta qué punto la censura en todos los países
jado en su clausura por el afuera que rechaza”. es alegremente eludida y cómo sirve para esti-
Al cuestionar la “vergüenza” —forzosamente mular la fantasía más morbosa para encontrar
entrecomillada— que se presenta en la obra formas pornográficas que no caigan dentro de
de Schlink —y, consiguientemente, de algún los distintos códigos”. En este sentido, una de las
modo también en su adaptación cinematográfi- diferencias capitales entre el texto de Schlink y
ca, realizada por Stephen Daldry—, es preciso el filme de Daldry es la manera en la que este
hacer una regresión, un examen, para encontrar, último parece regodearse en los encuentros
aunque sea provisionalmente, una respuesta a sexuales de Hanna y Michael. Toda la primera
la siguiente pregunta, ciñéndonos a la “ver- parte del filme, pretendidamente equivalente
güenza en los campos”: ¿hasta qué punto la a la primera parte del libro, está enfocada en
“vergüenza” funciona como detonador de un los actos sexuales. Ahora bien, aun cuando
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AV I S P E R O
[ 34 ] LITERATURAS NACIONALES
de aquellos guardianes y esbirros, o que no ma que “sus actos únicamente podían conside-
los había obstaculizado en su labor, o que ni rarse delictuosos retroactivamente”. Así pues,
siquiera los había marginado después de la los actos de Hanna sólo pueden ser vistos en el
guerra, cuando podría haberlo hecho”. Hannah marco de esta “revisión del pasado” en la que,
Arendt refiere este sentimiento del pueblo ale- por supuesto, no sólo estaba involucrado Mi-
mán como una condición de posibilidad para chael sino toda la generación a la que pertene-
una reconstitución de un campo ético y un cía. Dicho de otro modo, el problema del libro
marco jurídico que, sin elidir la Solución Final, es, antes que de corte psicológico, de corte ju-
pueda establecerse no entre los alemanes sino rídico: el juicio de Hanna deviene, entonces,
entre todos los tocados por el conflicto de los en el núcleo semántico de la obra de Schlink.
campos. Hablando de Eichmann, Arendt afir- Y no es coincidencia. El acento, en la novela,
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está puesto en la frialdad de Hanna —que en el tración se muestra como una posibilidad que,
filme no se consigue del todo. A Hanna pueden de haber sabido leer, habría evitado. Más allá de
aplicarse las palabras con que Arendt define la que muchos de los propios miembros del par-
actitud de Eichmann al ser juzgado: “lo hecho, tido nacionalsocialista “ignoraban” el programa
hecho estaba. Eso ni siquiera intentó negarlo”. de éste —a pesar de saber y poder leer, como
Sin embargo, no puede decirse de ella que el propio Eichman, quien, según Arendt, “no
tenga una “consciencia” de lo que hizo y, por tuvo tiempo, ni tampoco deseos, de informar-
lo tanto, tampoco puede aplicársele una cua- se sobre el partido, cuyo programa ni siquiera
lidad moral como la que Eichmann pretendió conocía, y tampoco había leído Mein Kampf”—,
auto-imponerse. Hanna está, de algún modo, las empresas alemanas contribuyeron con las ss
vacía. Si no muestra arrepentimiento y acepta, de manera activa, y esta visita a Siemens que
sin más, sus culpas, ¿cuál es, entonces, el pro- es referida en la novela debe, entonces, leerse
blema de Hanna, por qué es que su situación como tal, es decir, como una forma de trasla-
parece tan complicada de “revisar” a la luz de la do que era casi lógica. De acuerdo con Arendt,
ética? ¿Por qué acepta todos los cargos que se le “aparte de las empresas industriales de las ss,
imputan? La respuesta obvia sería, por supues- poco importantes, algunas firmas alemanas
to, su analfabetismo, la condición de “desigual- como I. G. Farben, Krupp Werke y Siemens–
dad” en la que se encontraba con respecto a Schukert Werke, habían establecido plantas
sus compañeras guardianas. Empero, creo que en Auschwitz, así como cerca de los campos de
esta condición es, una vez más, una máscara muerte de Lublin. El entendimiento entre las ss
—la máscara de la “vergüenza”—, que le sirve, y los hombres de negocios era excelente”. Algo
en este caso no a Daldry sino a Schlink, para en la novela de Schlink no termina de coinci-
desviar la atención de su propio planteamien- dir con una re-presentación de las condiciones
to. “Otro de los miembros del tribunal”, dice reales de los juicios a miembros de las ss. Pero
el narrador, “le preguntó a Hanna qué clase de esto no es todo. Más adelante, Michael reflexio-
trabajo había esperado encontrar en las ss, na sobre los supervivientes y los guardianes.
y ella replicó que las ss habían ido a Siemens y “Como el interno de un campo de exterminio
también a otras empresas, a reclutar mujeres que, tras sobrevivir mes a mes, se acostumbra a
para trabajar como guardianas en los campos la situación y observa con diferencia el espan-
de concentración, y que ésa era la tarea para to de los que acaban de llegar. Que lo observa
la que ella se había alistado y la que efec- con el mismo estado de embrutecimiento con
tivamente le habían adjudicado. Pero eso no que percibe el asesinato y la muerte. Todos los
contribuyó a borrar la impresión negativa”. supervivientes que han narrado por escrito sus
Este pasaje, en apariencia “realista”, esconde, experiencias hablan de ese embrutecimiento,
no obstante, cierta información. La decisión en el que las funciones de la vida quedan re-
de Hanna de trabajar en el campo de concen- ducidas a su mínima expresión, el comporta-
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[ 36 ] LITERATURAS NACIONALES
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nueva ciencia se convierte ahora en la piedra de posible que la vergüenza explicara también el
toque que juzga y mide toda moral y toda digni- comportamiento de Hanna durante el juicio y
dad. El musulmán, que es la formulación más en el campo de concentración? ¿Qué prefiriera
extrema de ella, es el guardián del umbral de ser acusada de un crimen a pasar por analfabe-
una ética y de una forma de vida que empiezan ta? ¿Cometer un crimen por miedo a pasar por
allí donde la dignidad acaba”. analfabeta?” Las preguntas de Michael no son
No podemos considerar —o, mejor dicho, sólo retóricas sino, sobre todo, ambiguas. En la
conceder la posibilidad de que Schlink ubique primera equipara la vergüenza con la acción
el problema central de su novela en un juicio que Hanna ejerce en el campo. En la segunda,
como una simple coincidencia. Ahora bien, al decir “que prefería ser acusada”, asume que
si, como afirma Agamben, “en Auschwitz no se Hanna es, en algún punto, inocente. Finalmen-
moría, se producían cadáveres. Cadáveres sin te, en la tercera da por hecho que cometió el
muerte, no-hombres cuyo fallecimiento es envi- crimen (¿pero a cuál se refiere, a los campos,
lecido como producción en serie. Según una al incidente de la iglesia, el cual no es sino pa-
interpretación posible y muy difundida, es jus- ralelo al problema del campo en sí?) y da por
tamente esta degradación de la muerte lo que hecho, también, que es culpable. Sin embargo,
constituye el ultraje específico de Auschwitz, el eso no es lo que parece resaltar del pasaje an-
nombre propio de su horror”, entonces la situa- terior sino el hecho de que el analfabetismo se
ción de Hanna no es simplemente aquélla de considere como una vergüenza, lo cual no pue-
una mujer atormentada por su analfabetismo de serlo sino para un hombre que, ponderando
—a menos, claro, que éste se considere como la su superioridad, tiene miedo a ser desenmas-
degradación del hombre. Cuando el narrador carado. Un hombre digno. La vergüenza se con-
refiere el proceso de selección y el analfabetis- vierte en máscara de la civilización de Hanna
mo de Hanna, se pregunta si éste habría sido y, con ello, del régimen nazi y de la Solución
suficiente para que ella no declarara la “verdad” Final. La vergüenza, como la muestra Schlink,
—que no había escrito el informe y que no era es impostada, no es sino un elemento distrac-
“tan” responsable como se le acusaba de serlo. tor (y con ello, el analfabetismo de Hanna se
“Yo podía comprender”, dice el narrador, “que convierte en elemento distractor asimismo)
se avergonzase de no saber leer ni escribir, y del verdadero problema: el campo. Nada tiene
que hubiera preferido comportarse de una ma- que ver con la vergüenza de los supervivientes,
nera inexplicable conmigo antes que permitir la cual es, sencillamente, como afirma Levi, “la
que la desenmascarase. Al fin y al cabo, yo vergüenza que los alemanes no conocían, la que
sabía por propia experiencia que la vergüen- siente el justo ante la culpa cometida por otro,
za puede forzarlo a uno a mostrarse esquivo, a que le pesa por su propia existencia, porque ha
ponerse a la defensiva, a ocultar y desfigurar sido introducida irrevocablemente en el mundo
las cosas, incluso a herir a los demás. Pero ¿era de las cosas que existen, y porque su buena
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estadounidense en Irak, los asesinatos de mu- o no haber leído Hanna. Esta ausencia es equi-
jeres en ciudad Juárez… Bajo estos conceptos parable a la de las imágenes del Holocausto y se
trascendentales de “bien” y “mal” es no sólo po- determina en lo que Deleuze define como cliché,
sible sino consecuente entender que Hanna se es decir, “esas imágenes flotantes, esos clichés
“convierta” al humanismo a través de lecturas anónimos, que circulan en el mundo exterior,
sobre los campos: “Me acerqué a la estantería”, pero también que penetran a cada uno y cons-
dice el narrador. “Primo Levi, Elie Wiesel, Ta- tituyen su mundo interior”. Sin embargo, si la
deusz Borowski, Jean Améry: la literatura de las interioridad de Hanna es equivalente al exterior
víctimas y, junto a ella, las memorias de Rudolf (Michael y, por extensión, el espectador/lector),
Höss, el comandante de Auschwitz, el ensayo ¿quiere esto decir que la “consciencia” que hace
de Hanna Arendt Eichmann en Jerusalén y varios a Hanna merecedora de su muerte —último
libros sobre los campos de exterminio. —¿Han- acto de autonomía que no es sino autoritario—
na leía estas cosas?— Por lo menos cuando pi- es parte del conocimiento “generalizado” que
dió los libros sabía muy bien lo que hacía. Hace tenemos de los campos? Dicho de otro modo,
varios años ya me pidió que le diera bibliografía ¿basta con “leer” sobre los campos, con ver una
general sobre los campos de exterminio, y lue- o dos películas a este respecto, con “informar-
go, hace un año o dos, me preguntó si había se” para estar “consciente” de lo que los campos
libros sobre las mujeres de los campos, tanto las implican? Si esto fuera así, no habría necesidad
prisioneras como las guardianas”. (¿Es el libro de citar —por ejemplo, en este mismo texto—
que escribe, dentro de la novela, Michael, una los trabajos de Arednt o Agamben. La irrespon-
forma de otorgarle a Hanna su propio libro, de sabilidad de Schlink, traducida a la de Daldry,
contar —y legitimar— su lucha?) La pretendida es entonces aquélla de considerar los libros de
“humanidad” que adquiere Hanna al superar los campos como clichés que pueden elidirse
el analfabetismo es uno de los ejes de la adap- sin que ello constituya una pérdida. La obra
tación cinematográfica —la escena en la que de Schlink (novela y, luego, filme) es, en este
Hanna se suicida comienza con ella apilando sentido, como en los otros que he demostrado,
los libros para poder ahorcarse—, quizá porque irresponsable: no ayuda a “comprender” sino
el acento, en el filme, no puede ponerse en el a enmascarar, tras la “vergüenza”, el problema
problema verdadero: ¿hasta qué punto leer es, de los campos. Y bien, mientras la literatura
también, ignorar, o bien, querer hacerlo? Llama alemana siga produciendo obras de ese tipo
la atención que en la adaptación no aparezca no habrá posibilidad de comprender, y, por lo
el título de los libros —el inicio del cuento de consiguiente, mucho menos de olvidar.
Chéjov es, por el contrario, repetido más de tres
veces— que “importan” para este movimiento Alfredo Lèal (Ciudad de México, 1985). Narrador y
ensayista. Autor de Ohio (uacm, 2007), Circo y otros
hacia el humanismo que parece querer determi- actos mayores de soledad (EEyC, 2010) y La especie
nar Schlink con la lista de los libros que pudo que nos une (Tierra Adentro, 2010).
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A lejandro B eteta
EL PROBLEMA
DEL FILÓSOFO
Los filósofos escriben para los profesores; tico. De las biografías y tesis absurdas que se
los pensadores, para los escritores. escriben tanto en Alemania como en todas las
E. M. Cioran lenguas interesadas en esos pensadores, las de
Safranski salen a lucir de la oscuridad de la so-
Las mentes estrechas suelen condenar fística. (No sólo es tedioso ver las listas y los
todo lo que está más allá de su alcance. cerebros dedicados a ofrecer una versión más
F. Rochefocauld eficiente en algo en que sus débiles esfuer-
zos no tienen cabida: términos y más términos
lar épocas y datos históricos que rayan con el vela fue para Safranski como lo que significó
morbo científico1. Niels Lyhne —de Peter Jacobsen— para Stefan
Aunque Safranski no es devoto de una nue- Zweig. Una revelación del amor y de la creencia
va verdad, tiene la humildad de reconocer lo en uno mismo. Con sólo diecisiete años sintió
que debe a los antiguos y a los modernos. Du- ese libro como un llamado único. En 1988,
rante un tiempo desempeñó la docencia (en cuando Nooteboom tenía cincuenta y cinco
adultos) y, decepcionado o libre de ello, ahora años, y Safranski cuarenta y tres se conocieron.
dedica su pluma y su sabiduría a la escritura de Nooteboom iba a hacer una presentación2 de
libros. Safranski conduce con Peter Sloterdijk un su primer libro, el preferido de Safranski, en
programa de televisión en Alemania (El cuarteto una librería. Ese día su esposa le dijo a Safrans-
filosófico) donde discuten temas de interés cul- ki que Nooteboom estaba vivo y que iba a dar
tural y filosófico. Antes de cumplir los cuarenta lectura a su libro. Al final de la presentación
empieza a publicar su obra, edad a la que Pas- Safranski lleva Das paradies ist nebenan a firmar:
cal abandonó este mundo. Más sensible de lo “Lo releo una vez al año y también cuando co-
que podemos imaginar, Safranski aún atesora el mienzo una relación con una mujer”. Noote-
sueño romántico. Enamorado de esa faceta que boom saca de entre sus cosas la biografía de
combina fantasía, pensamiento y originalidad Schopenhauer escrita por Safranski, que poco
desbordada de ego, ha sabido revivir a sus clá- antes había comprado en una librería. ¡No es
sicos. No son pocas sus referencias a Hoffmann éste uno de los pasajes más románticos que
y tampoco lo son sus estudios sobre la cultura y nuestro autor ha perpetuado! Símbolo de la ad-
pensamiento alemán desde el siglo xviii. miración y creencia en la imaginación. Incluso
En 1984, en la provincia de Rottweil Sa- hoy, con sesenta y tres años puede dibujarse en
franski lee con entusiasmo una novela escrita su semblante a un niño regordete que ha venci-
por Cees Nooteboom a los veinte años: Philip do la timidez, convertido en filósofo.
y los otros, 1954 (Phillip en de anderen), traduci- En nuestros días abundan pesimistas y ni-
da del neerlandés al alemán como Das paradies hilistas, temerosos y blasfemos. En otro tiempo
ist nebenan (El paraíso está aquí al lado). La no- hablar más de lo debido costaba la hoguera, la
1. Nos ha entregado esas extraordinarias biografías: Schopenhauer y los años salvajes de la filosofía, 1988. Un maes-
tro de Alemania. Martin Heidegger y su tiempo, 1994. Nietzsche. Biografía de su pensamiento, 2000; y esos grandio-
sos tratados sobre los románticos: Friedrich Schiller o la invención del idealismo alemán, 2004. Romanticismo: una
odisea del espíritu alemán, 2007; y un libro sobre el mal: El mal o El drama de la libertad, 1997; y una relación
sobre la amistad y pensamiento entre Goethe y Schiller, 2009; y también sus ensayos sobre globalidad: ¿Cuánta
verdad necesita el hombre? Sobre lo pensable y lo vivible, 1990. ¿Cuánta globalización podemos soportar?, 2003.
2. En una entrevista por Alejandro García Abreu, en Letras Libres, Nooteboom dice que fue él quien se acercó a
Safranski por su firma, y Safranski en su prólogo a Philip y los otros dice que fue él quien se acercó a Noote-
boom. Sin embargo, nada había leído Nooteboom de Safranski. La anécdota que cuenta Nooteboom no es la
compra del libro, sino que la dueña de la librería le dio a elegir un libro de regalo y él tomó la biografía, y que
además, fue la dueña quien le anunció que Safranski estaba en su librería y él acudió a la firma.
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lengua o la cabeza. La crítica se ha vuelto tan empírica, lo real, el mundo”, y Nietzsche pa-
libre que ha perdido vigor. Pero lo realmente rodiándolo dijo que “hubo una vez un astro
poderoso y sublime del pesimismo crítico es lo en el que animales inteligentes inventaron el
que se engendra por encima de la observación conocimiento. Fue el minuto más altanero y
superficial, profundidades donde sólo los lecto- falaz de la “Historia Universal”: pero, a fin de
res calamares pueden sondear. El pesimismo cuentas, sólo un minuto”, no nos queda menos
es un don reservado, y Safranski ha tenido la que pensar que estamos condenados a soportar
osadía de hacer un libro prometedor por su tí- los vaivenes de nuestro azar, que ningún dios
tulo: El mal. Safranski nos explica dónde está el nos debe nada ni nosotros a él. No sólo Pascal
mal, pero no dónde está el bien. “No hace falta sintió el vacío de la degradación existencial:
recurrir al diablo para entender el mal. El mal “Me espanta la infinita inmensidad de espacios
pertenece al drama de la libertad humana”, es- que ignoro y que me ignoran”. Finalmente, el
cribe en la introducción de su libro. ídolo de Safranski, al que lee cada noche, pre-
La razón y el libre albedrío son, en esencia, feriría vivir en un mundo donde sólo existiesen
dos de nuestros dones más grandes concedidos perros, pues la postura de los perros es mucho
ya por una deidad o por el azar, según la postu- más coherente que la de los abyectos y sucios
ra del lector de este artículo. En nuestro tiem- humanos: “Lo que me hace tan grata la socie-
po, ¿quién ejerce correctamente su libertad y dad de mi perro es la transparencia de su ser.
su libre albedrío sin pisotear o ser pisoteado, o Mi perro es tan transparente como el cristal. Si
peor aún, ser indiferente? Si nos indigna el mal no hubiera perros no me gustaría vivir”. El mal
y las bajezas humanas también debe indignar- me parece la imposibilidad de conocer y hacer
nos nuestro rostro ante el espejo. Si Schopen- el bien.
hauer dijo que nacimos en un planeta “sobre al Pero, ¿dónde se aprende hoy filosofía? En
[el] cual una capa mohosa ha originado seres un arrebato genial dice Nietzsche que no existe
vivos y capaces de conocer: ésta es la verdad la filosofía sino filósofos que filosofan a des-
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[ 44 ] LITERATURAS NACIONALES
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sino la imitación inconsciente. Eso lo van a trata de llegar a dar el mejor bien a la mayor
agradecer los anales de su Historia, si no es que parte de la humanidad, esa sociedad está con-
los rebajamos. denada a la idiotez general. Y ni los filósofos
La mayor parte de los humanistas salidos de podrán salvarla. Un gobernador que no sabe
las universidades apenas tienen experiencia con gobernarse a sí mismo menos podrá gobernar
el mundo: análisis y teoría. Se supone que la fi- a los demás (Platón). Se dice que Diógenes, “el
losofía es para generar un mejor vivir, y que las Perro”, no era nada humilde, pero el ejercicio
mejores conciencias son aquellas que persua- de vida que hizo llegó a ser más que humildad.
den a las demás en hacer con ejemplos lo que Por eso pereció su doctrina. No es nada difícil
la teoría rígidamente pontifica. ¿Es aquí donde ver a un ingenuo vestido de sabio, y han sido
se rompe el filósofo gobernador añorado por los listillos con poder los que han conducido
Platón? Si a una sociedad la gobierna un inep- el ¡orden! de este mundo, y no los inteligentes.
to con poder en vez de un lúcido cerebro que A nadie se le enseña a ser virtuoso. Ni en la
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[ 46 ] LITERATURAS NACIONALES
academia ni en lo particular. Los dos hijos de el rumbo atroz de la sociedad. Quiénes cam-
Sócrates no fueron importantes para la histo- bian el rumbo de las cosas o son tímidos ence-
ria. Platón se negó a fecundar un vientre por rrados en sus páginas o son héroes eufóricos.
miedo a defraudar a las ideas. Su amistad y Hoy podemos ver que los sofistas y los filósofos
educación esmerada que sembró en Dion, fra- no han cambiado nada desde la antigüedad. Si-
casó por el orgullo del poder. Aristóteles educó guen viviendo en su torre de marfil. Lo cierto
a Alejandro, y en su Ética Nicomáquea afirma es que la filosofía no llega a todos, ni a los pro-
que “cuando se trata de política, el joven no es pios estudiantes insípidos. La pregunta es: ¿qué
un discípulo apropiado, ya que no tiene expe- podemos exportar nosotros a Alemania, aparte
riencias de las acciones de la vida, y los razo- de pies de página sobre su filosofía?
namientos parten de ellas y versan sobre ellas; ¿Cómo deben comportarse hoy nuestros
además, siendo dócil a sus pasiones, aprenderá humanistas sin lavarse las manos? “Ésa es otra
en vano y sin provecho, puesto que el fin de de las lecciones que Heidegger nos ha dado,
la política no es el conocimiento, sino la ac- que también los filósofos pueden quedar des-
ción”. Si su alumno hubiera tenido la gracia de lumbrados por el brillo del poder. Aun cuando
leer su texto, seguro le deja de administrar los defendía su distancia frente a las cuestiones de
servicios merecidos por su enseñanza. Pero esa su tiempo, fue devorado por su vértigo, y de-
fortuna no la tuvo Séneca con Nerón; sus mar- fendió posturas totalitarias”, (Safranski).
chitas manos quizás hubieran escrito algunas En nuestras letras todavía no aparecen esos
cuantas páginas más si hubiera cerrado la boca. románticos que añoramos, los hombres que
De la misma manera que Séneca, Cicerón edu- exalta Safranski nos parecen extraños en nues-
có a sus asesinos intelectuales. tro panorama. ¡Nuestros parteros no han hecho
El hombre no cambia sus manías, las me- bien su trabajo! La crítica apenas nace, lo cual
jora: desde el filósofo indiferente encerrado en nos motiva a creer que en futuro tendremos
su obra patrimonio de la humanidad, hasta el algo que decir. A propósito de la filosofía na-
reaccionario que busca por sus ideas cambiar
La diferencia
“entre lo crudo y
lo cocido”
– Claude Levi-Strauss –
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[ 48 ] LITERATURAS NACIONALES
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A lejandro G uzmán G.
EL LIBRO MÁS
IMPORTANTE QUE JAMÁS
SE HA ESCRITO SOBRE
BERLÍN
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[ 52 ] LITERATURAS NACIONALES
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de amigos de lo ajeno, pues únicamente tiene de nostalgia el corazón. Reinhold le acusa del
que tirar esquina si ve a alguien acercarse. Se asesinato y después de ser capturado, lo ingre-
da cuenta, muy tarde, el fin para el que lo han san al manicomio. Es lo que pasa, que uno sobra.
reclutado. En la huida forcejea con Reinhold Se ha construido una jaula de hierro alrededor, se
quien a pesar de su apariencia de pájaro posee ha sentado dentro y no deja pasar a nadie. “La
una fuerza increíble y lo proyecta fuera del ve- más lacerante descripción del dolor que co-
hículo en movimiento siéndole machucado el nozco en la literatura”, es la opinión de Susan
brazo derecho por el auto que los persigue. Sontag acerca de un capítulo incluido en el li-
Ten valor, mira en torno, ese esconderse tiene bro noveno. Su alma llega a un abismo muy
que acabar de una vez. Se recupera lenta y pe- hondo y antes de levantarse de nuevo, de sen-
nosamente gracias a unos viejos amigos quienes tir un inmenso sufrimiento, piensa que el ser
le animan a planear revancha, pero no delata a humano es la criatura más repulsiva que existe
nadie, aunque quieran eliminarlo o sobornarlo, sobre la Tierra, peor aún que los gatos. Él dice:
“que los polis trabajen solos, que para eso les pa- no es bueno habitar en un cuerpo humano, prefie-
gan”. Promete pagar a sus amigos hasta el último ro esconderme bajo tierra, correr por los campos y
marco con que lo han ayudado pero el dinero se comer lo que encuentre, y que el viento sople, y la
le ha acabado -mientras lo tuvo fue honrado. lluvia caiga, y el frio venga y se vaya, eso es mejor
No le han dejado cumplir su juramento. Y no, no que vivir en un cuerpo humano.
encuentra una salida. Mieze comienza a mante-
nerlo (para los rufianes no faltan las mujeres); se
da cuenta que ya no es honrado, sino un padro- iii. no ser literatura,
te además de ladrón pues esta vez es arrastrado sino la vida misma.
con conocimiento de causa hacia el delito, no El nacimiento de la novela moderna en Alema-
quiere, se resiste, pero es más fuerte que él; se nia. Berlin Alexanderplatz se convirtió desde
da cuenta que la ilegalidad es la cosa más lu- su publicación en 1929 —durante el decenio
crativa que jamás se haya visto. Quiere trabajar; más creativo del siglo en las artes—, en una
dan un nuevo golpe y le ofrece todo el dinero a sensación de ventas y público, adaptada para
Mieze, que no lo acepta. Todos me están siempre la radio un año después y con ocho traduc-
sermoneando, piensa, repiensa, recapacita, repa- ciones en sólo seis años. Adaptada impeca-
sa. En Reinhold, la cólera, la lujuria y el amor blemente como una película para televisión de
a los placeres generan su criminalidad. Alguien poco más de quince horas en 1980, su autor,
tiene que pagar su ruindad. Y asesina a Mieze. Rainer Werner Fassbinder declaró que había
Ofrecerse a sí mismo en sacrificio. Las desgra- leído la novela cuando tenía catorce o quince
cias se suceden al difícil destino de un hombre años de edad y que había soñado con llevarla al
fuerte y manco. Ha llevado una vida derrotada, cine desde el comienzo de su carrera. La prime-
siente que ha finalizado y necesita desahogar ra versión castellana data de 1931. La que nos
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[ 54 ] LITERATURAS NACIONALES
ocupa, de 1987 (Ediciones B) contiene diversas algunos alegres: “Unos ojos de mujer, vasos lle-
referencias a la época de entreguerras alemana nos por doquier, no hace falta más motivo, más
sin notas a pie lo cual dificulta en principio la razón para beber”, “Quien a orillas del mar ha
lectura —una especie de placer forzado porque besado, escuchando el rumor de las olas, ése
no se sabe bien quien está narrando— incon- sabe lo que es más sagrado y ha encontrado el
veniente subsanado en una versión posterior amor sólo a solas”, otros críticos y de denun-
(Cátedra, 2003). Mediante la técnica del mon- cia social: “El quebrantado estado de salud de
taje y collage, Döblin intenta abarcar la totalidad casi todos los pueblos cultos de la actualidad
de la realidad —naturalmente fragmentada— de se debe al consumo de alimentos desnaturali-
los habitantes de la gran urbe moderna. Uti- zados y artificialmente refinados”, “La gente de
liza el entonces novedoso monólogo interior la ciudad no tiene tiempo y quiere que la en-
reflexivo y lo enfrenta con el discurso oral que tretengan”, muchos juicios políticos “El votante
envuelve las conversaciones del habla popular; está sometido a la legalidad. Y la legalidad es
intercede como autor: se adelanta a los hechos la fuerza bruta, la viva fuerza de la clase do-
que va a narrar y conversa con sus personajes, minante”, “Los verdaderos truhanes obran pero
cuenta lo que les ocurre; literalmente copia, sin no los cogen. Las sinvergonzonerías de esos se-
apenas modificarlos, titulares de periódicos, ñores no se descubren”.
artículos de enciclopedia, reportes meteoro- Döblin se volvió contra la adicción de los es-
lógicos y datos estadísticos; en su prosa altera critores de su tiempo de llenar la prosa de metá-
composiciones líricas de poetas alemanes, in- foras, análisis, parábolas y atacaba con dureza a
troduce canciones populares y diálogos en los los novelistas que insistían en los “problemas de
tonos y matices más variados; hace alusiones insuficiencia interior”. “¡Escribir no es morderse
a las Sagradas Escrituras (Jeremías, Juan; el las uñas y hurgarse los dientes, sino una cues-
paralelismo entre Biberkopf y el duro destino tión publica!”, declaró un hombre muy contra-
de Job, o entre su vida criminal acompañada dictorio que por otro lado escribe: “Soy un autor
con el relato del sacrificio de Isaac en el libro de la burguesía, ¿quién ha dicho que yo desee
sexto); es también una crónica obsesionada el triunfo de la clase proletaria? ¿Qué derecho
con los hechos. Todos estos medios estilísticos, tiene el proletariado a exigirme nada?” Berlín
incluida la ironía, en su sentido más alemán, Alexanderplatz es una novela antiliteraria en la
es decir, “como mecanismo de distanciamien- que quizá su autor haya querido someter el arte
to crítico” intervienen para lograr un relato a la vida. Como escribió su editor alemán: “nun-
épico que siempre está en tiempo presente y ca más coincidieron en él la intención artística,
cuya línea argumental es el destino, verdadero el tema y la experiencia personal”.
y revelador, de Franz Biberkopf y el Berlín de
Alejandro Guzmán G. (México, D.F, 1979). Pasante en
los veintes, convertida en capital de Europa. Es Derecho por la uabjo, lector que escribe ensayo y re-
un libro poco optimista con muchos estratos, seña literaria en medios locales.
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G uillermo S antos
JÜNGER,
EL MUNDO
COMO JARDÍN
inhumanidad y a la vez el hecho capital del des- Tempestades de Acero como la única épica del si-
cubrimiento objetivo de la radiación. (Radia- glo xx. El encuentro entre Jünger y Borges tuvo
ción, será ésta una palabra que a Jünger llamará lugar por fin un día de 1982. De este encuentro
la atención de manera peculiar: “…recibimos entre dos seres por completo distintos, quedan
radiaciones del ser humano, de nuestros próji- algunas reflexiones de Jünger, quien prefería
mos y de quienes nos quedan lejos, también de no conocer a los seres que admiraba.
nuestros amigos y enemigos. ¿Quién conoce las Sin duda fue motivo de su reflexión el he-
consecuencias de una mirada que nos rozó fur- cho de que las máquinas entraran en la vida del
tivamente, quién conoce el efecto de la plegaria hombre, por ello, le ocupó también la cuestión
que por nosotros rezó un desconocido? […] En de la técnica un lugar considerable entre sus es-
cada instante estamos envueltos en haces de luz critos. Para Jünger, los objetos que acompañan
que nos tocan, nos rodean, nos traspasan.” El al hombre y que éste fabrica son sus aliados, sus
conjunto de sus diarios, de 1939 a 1949 se lla- cómplices por la travesía de la existencia. Allí se
man, precisamente, Radiaciones. alinean las brújulas, los telescopios y los relojes,
No hay casi nada que no afecte el corazón aparatos que nos ayudan a orientarnos por un
de un ser humano que no afecte a la vez a su universo que no sabemos si soñamos o vivimos.
razón, Jünger lo supo desde su infancia. Sus Su ensayo El libro del reloj de arena funcio-
primeras influencias románticas provienen de na como sanación a la visión utilitarista de los
las sagas y novelas de aventuras. Particularmen- objetos, visión en la que, por cierto, la huma-
te, dijo haber obtenido cierta inspiración vale- nidad es un instrumento más. Para un hom-
rosa de la lectura del Orlando el Furioso, sobre bre como Jünger el tiempo no suscitaba un
todo en las trincheras. Inspirado por la nostal- problema técnico sobre el que había que sacar
gia de la literatura, el combate y acaso la virili- el mayor provecho, sino una cuestión que había
dad, Jünger se enroló en la Legión extranjera a que contemplar con detenimiento. El tiempo que
los dieciocho años. Su padre hizo lo imposible el hombre dedica a sí mismo es un tiempo
porque trajeran de regreso a su hijo. Su pa- sagrado. Se le llama tiempo de estudio a este
sión por el combate, por la Guerra, lo llevarían a acto de recogimiento durante los últimos si-
sumarse de inmediato al frente alemán durante glos. Cada época tiene su modo de recogerse.
1918. Su fama de héroe de Guerra sólo pudo El tiempo actual no tiene nada parecido. En la
venir tras su cruz de honor y la publicación contemplación encuentra el hombre su sana-
de Tempestades de Acero y sus siete heridas de ción, escucha su existencia dentro del pulsar
combate. Por este libro no sólo se volvió un hé- del universo. Incluso en la contemplación de
roe patrio, sino que comenzó a llamar la aten- las balas y de la muerte Jünger halló conoci-
ción de algunos intelectuales y políticos. Borges miento propio, y fue este conocer lo que lo llevó
pensaba que el escritor más revolucionario de a escribir libros como El combate como experien-
Europa era precisamente Jünger y colocaba a cia interior o La emboscadura. El recogimiento
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interior tendrá en él, como veremos, a uno de ler. Éste último, no hay que olvidarlo, sentía
sus últimos practicantes, cuando menos entre una extraordinaria admiración por Jünger. Por
los intelectuales. De hecho, para Jünger esto cierto, Jünger seguía estando, al inicio de la
no sólo tenía que ver con la libertad interior, Segunda Guerra, en la lista de combatientes
sino con un modo de ser, el modo de ser de por Alemania. Hecho, que no tendría por qué
cada uno de los hombres y que en cada eta- declararlo abiertamente nazi. Por el contrario,
pa de peligro corría los más grandes riesgos: Jünger se opuso siempre al antisemitismo, pero
“En una situación en que son los técnicos los no podía sustraerse del hecho de participar en
que administran los Estados y los remodelan la guerra al lado de seres tan oscuros. Duran-
de acuerdo con sus ideas, están amenazadas de te la ocupación alemana en Francia, Jünger se
confiscación no sólo las digresiones metafísicas dedicó a resguardar iglesias, museos, bibliote-
y las consagradas a las musas, lo está también cas privadas y todo tipo de artefactos artísticos
la pura alegría de vivir”. que los franceses había abandonado de un mo-
Su novela mayor fue Sobre los acantilados de mento a otro durante el combate. Fue capitán y
mármol. Su célebre comienzo, citada por do- también trabajó como lector de corresponden-
quier, no puede menos que dejar una marca cia. En muchas de esas cartas, donde la única
indeleble en los lectores: “Todos vosotros cono- consigna apremiante era matar a Hitler, Jünger
céis la profunda melancolía que nos sobrecoge encontró mucha más emoción que en las trin-
al recordar los tiempos felices. Esos tiempos cheras.
que se han alejado para no volver jamás y de Jünger tenía una mirada sumamente fría
los cuales estamos más implacablemente sepa- sobre los acontecimientos humanos, cuando
rados que por cualquier distancia”. Así se abre narraba las desgracias no se conmovía, o sólo
uno de esos libros que transcurre en la memo- se conmovía de las peculiaridades de la natura-
ria del narrador, como un antiguo ensueño del leza. Para él resultaba natural ser sólo un obser-
cual es imposible sustraerse; trata de la resisten- vador de los acontecimientos, acontecimientos
cia llevada a cabo por dos hermanos durante ante los cuales no se podía intervenir. De he-
tiempos particularmente nefastos. Por alguna cho, alguna vez manifestó tener una sensibi-
extraña fortuna —que los cuentos comparten lidad para mirar mucho más que para actuar.
con la vida misma—, esos hermanos habían Prefería la distancia, oteaba. Peter Sloterdijk
heredado el Hortus Plantarum Mundi, firmado otro gran lector contemporáneo, dedica algu-
por el mismo Carl von Linneus, y al que de- nas líneas a Jünger en Crítica de la razón cínica:
dicaban días enteros, también junto a piedras “Las algodiceas políticas proceden según un
y la colección botánica de algunos siglos atrás. esquema elemental. Retirada de la compasión
Se trata de una novela de iniciación que a la pura frialdad observadora. En este ejerci-
terminaría siendo una parábola de la Segunda cio, Ernst Jünger ha conseguido un virtuosismo
Guerra mundial, y de su mayor tirano, Hit- completo. Ernst Jünger, uno de esos trabajado-
AV I S P E R O
[ 58 ] LITERATURAS NACIONALES
AV I S P E R O
PA NA L [ 59 ]
AV I S P E R O
[ 60 ] LITERATURAS NACIONALES
AV I S P E R O
J osé M olina
LOS TERRAPLENES
DE LA TRADICIÓN EN
ADRIAN KASNIZT
tradición y las ideologías. ¿Cómo restaurar los “Embutido”, “Scarlett Johansson” y “Gruesa
puentes rotos? ¿Desde qué espacio volveremos con Herodoto” son los ejemplos más claros so-
a cantar las ideas sublimes? bre la experiencia carnal-textual que a su vez
Siguiendo la respuesta del doctor Fausto, reinstala el principio clásico del carpe diem. Al
Kasnitz vuelve los ojos a la sensualidad y nos final la experiencia política o religiosa o sensual
hace recordar que la experiencia mística sólo termina defraudando al sujeto, importa tal vez
es posible expresarse mediante el acto carnal. el aleteo que la convierte en ficción.
Escupes Du spuckst
En el arco, ves las velas de las castañas im Bogen, siehst die Kerzen der Kastanien
sobre los terraplenes de Soest o Lucca auf den Wällen von Soest oder Lucca
quién sabría decirlo. wer weiß das zu sagen.
La luz es inequívoca Das Licht ist aber eindeutig
la fina lluvia incesante der feine nimmer aufhörende Regen
y del otro lado sonidos resonantes und die hinüber schallenden Laute
de un buscapleitos con perro. eines Bullterriers mit Hund.
Sin lugar a dudas me parece Ganz unzweifelhaft kommt es mir vor
que aquí hemos ido de paseo. dass wir hier spazieren gingen.
AV I S P E R O
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Embutido [Aufschnitt
Nosotros no somos nosotros, solo una casualidad Wir sind nicht wir, bloß ein Zufall
una desgracia, una excusa perdida. ein Missgeschick, eine verpasste Ausrede.
Haces alusiones, señalo Du machst Andeutungen, ich weise
a la distancia. En el Ruhr in die Ferne. Die Ruhr hinab
los peces emigran río abajo. ziehen Fische.
Ahí arrojados edificios, los picos, una mezquita Dahin geworfene Gebäude, Spitzen, eine
solitaria einsame Moschee
La cadena de pipas, a hurtadillas se desliza Die Kette der Tankwagen, die zum
sobre el sitio de descarga Umschlagplatz schleicht
Detrás el Odenwald, las colinas ordenadamente Dahinter der Odenwald, die Hügel ordentlich
desatadas aufgeschnürt
Carriles, creciendo implacable el verde en los Gleise, hochschießendes Grün an
muros contrafuegos, la floja Brandmauern, die träge
Baja a las bodegas la sombra de un Airbus, ok Auf die Lagerhallen senkt sich der Schatten
eines Airbus, ok]
AV I S P E R O
[ 64 ] LITERATURAS NACIONALES
Atenas [Athen
Como siempre permanece el calor en los Wie immer steht die Hitze im Geröll
guijarros bis auch der Kies zu glitzern beginnt.
hasta que también la grava comienza a
centellear. Bestimmt eine Verheißung, eine Botschaft für
dich.
Un augurio dirigido, un mensaje para ti. Du bückst dich und es ist nichts
Te inclinas y no es nada
als ein hingeworfenes Etwas, ein Kronkorken
como un algo tirado, una corona den irgendein durstiger Mann hierhin
que algún hombre sediento aquí transportaba. beförderte.
La mujer, que buscas, no está aquí. Die Frau, die du suchst, ist nicht hier.
Ninguna diosa que te salve Keine Göttin, die dich errettet
antes del ocaso en las concurridas calles. vor dem Abend in den belebten Straßen.
Bajas hasta el puerto. Du steigst hinab bis zum Hafen.
Ahí esperan los transbordadores y se desgastan Dort warten die Fähren und dümpeln im
en melancolía Trübsinn
antes de que se arrastren en lo abierto. bevor sie sich ins Offene schleppen.]
En la orilla buscar piedras, periódico, chatarra. Am Ufer Steine suchen, Zeitung, Schrott.
Leer los signos, las distancias. Die Zeichen lesen, die Entfernungen.
El verde notable y conforme con las reglas Das Grün beachtlich und nach den Regeln
cartografíado. Agitado, mira, kartographiert. Geschwungen, schau,
se desvia el Rhin bajo la autopista. driftet der Rhein unter die Schnellstraße.
Un par de pasos hacia la Ein paar Schritte auf die aufgelassene
Industria que quedó abierta, a lo largo del agua fría Industrie zugehen, längs des kalten Wassers
que niega sus componentes químicos. das seine chemischen Bestandteile leugnet.
Un parpadeo y lleva un buque de carga al mar. Es blinzelt und trägt ein Frachtschiff zum Meer.]
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¿Somos lo bastante buenos para el arte o Sind wir hinreichend für Kunst oder
sólo alcanzamos a garabatear? reichen wir bloß zum Schmieren?
agitan las cabezas, miran al frente. schwenken die Köpfe, blicken fort.
Los monumentos, que él tanto odia Die Sehenswürdigkeiten, wie hasst er sie
AV I S P E R O
[ 66 ] LITERATURAS NACIONALES
AV I S P E R O
G uillermo F adanelli
LA CORRECTA DISTANCIA
CRÍTICA DE LA RAZÓN
CÍNICA, DE PETER
SLOTERDIJK
ilustrado o consciente a quien salvar de la alie- nosotros. Tal parece ser el objetivo del autor
nación, ni de las tiranías políticas o de los pode- de Crítica de la razón cínica.
res estatales: el incendio que propagó Rousseau Son treinta años los que han pasado desde
está controlado y los reformadores marxistas la publicación de Crítica de la razón cínica, libro
que se incomodan ante el desvanecimiento de que a su vez apareció cuando se cumplieron
la utopía no encuentran terreno sólido en don- doscientos años de Crítica de la razón pura, de
de levantar el nuevo templo dedicado al bien Immanuel Kant. La alusión a ambas obras no es
social. En vez de una razón pura que dé fun- gratuita porque una trae a la filosofía el sueño
damento a una filosofía capaz de competir con científico de la ilustración, mientras que la otra
la ciencia y avanzar a su paso, se impone una es la precisa violación de todos los órdenes y
razón cínica que narre los estragos de la imagi- la vuelta de la literatura y la imaginación lú-
nación histórica y encarne la risa de la muerte: dica a la filosofía. Lo primero que me gustaría
una razón dispersa y cínica que se valga de la li- decir acerca de esta obra es que permite una
teratura, la burla y el arte desgarrado para con- inmensa libertad a la interpretación y que su
tar la broma. A ello se avocó Peter Sloterdijk y columna vertebral es plástica y movediza. Es
escribió un libro, no con el propósito de dar la entrada a un bosque y a un laberinto cuyos
nuevos cimientos o esperanzas al edificio de la senderos o pasadizos se entrelazan, cambian de
filosofía, sino de permitir el relajamiento a un orientación y de género: se trata tanto de una
punto tal que nadie pudiera sentirse traicio- novela como de un abigarrado mosaico de la
nado. La ansiedad o desesperación como un decadencia contemporánea. No es una obra
genuino método de la periferia que nos con- pesimista, sino burlesca y además culta, que si
duce a descubrir nuevamente las verdades bien renuncia a sumarse a la filosofía socialista
elementales, el eterno retorno de las mismas e ilustradora, no por ello deja de ser una crítica
verdades. Invocar el desenfado de Diógenes de las perversiones económicas y culturales de
“el perro” y traer de nuevo a Nietzsche entre nuestra época: si como pensaba Benjamin “la
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crítica es una cuestión de distancia correcta”, abarcan todo porque no comprenden nada.
en este libro la distancia se disuelve en expe- Como el ingenuo que piensa que el mundo
riencia y acción: es la descripción del campo está circunscrito nada más a lo conocido por él
de batalla desde su centro mismo, ya que este mismo. Los medios son “los herederos de la
filósofo alemán no mira la escaramuza a través enciclopedia y el circo”, escribe Sloterdijk. Este
de sus binoculares; al contrario, se involucra empirismo sin teoría que coloca en el mismo
y asume una libertad propia del escritor que plano un terremoto o una violación sexual que
inventa sin un aparente objetivo. En la intro- un concurso de pasteles, nos habla de que la
ducción del libro se lee lo siguiente: “Aunque Ilustración no tuvo la fuerza o influencia su-
parezca irónico, la meta del esfuerzo más críti- ficientes para impedir que, una vez puesta en
co es el dejarse llevar de la manera más inge- marcha la democracia, los hombres liberados
nua.” Naufragar para conocer, añadir el cuerpo regresaran alegremente a su estado primitivo:
a la idea, provocar un vértigo en este mundo de a ser de nuevo los niños que no comprenden
cuerpos reprimidos por su imaginación cada- la diferencia entre embarrarse crema batida o
vérica y manipulada. caca en el rostro.
Es imposible tomar este libro como un todo Otra aventura memorable del libro des-
o un sistema: he allí su resistencia; no obstante, pierta en la apología dedicada a Diógenes “el
quiero mencionar algunas notables aventuras perro”, cuya escritura el mismo autor debió
que me sucedieron durante su lectura. La crí- disfrutar mucho: “Su sugestivo éxito —el de
tica a una comunicación enloquecida en la que Diógenes— depende de querer ser un maestro
se ha extraviado la posibilidad de valorar, des- que no desea tener alumno alguno que lo imi-
de cualquier prudencia moral, los supuestos te.” Este cínico prefería a los rivales que a sus
contenidos que se transmiten: los medios lo discípulos o imitadores. ¿Qué intenta decirnos
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[ 70 ] LITERATURAS NACIONALES
AV I S P E R O
CEL
DI
LLA
miscelánea
D aniel N ush
RUINAS,
PINTURAS Y LIBROS
DE KIEFER
…tocad más sombríamente los violines no oír las bombas. Mis sirenas fueron las bom-
luego subiréis como humo en el aire bas”. En la Alemania de la posguerra todos ad-
luego tendréis una fosa en las nubes virtieron ruinas por doquier. Cualquier persona
allí no hay estrechez… tiene derecho a olvidar. Pero los escombros en
Paul Celan, Fuga de la Muerte sí mismos no son algo definitivo sino futuro, y
Kiefer lo imaginó. Sintió que las ruinas no son
críticos más obsesionados con los principios de los años setentas pintó paisajes que capturaron
la influencia en el arte, Harold Bloom, no en- la sombra del espíritu germano y la autonega-
cuentre un paralelo creativo literario para Kiefer ción del espíritu bajo complejos símbolos cul-
en la actualidad, y se vuelva a Joyce y a Proust turales. Discípulo de Joseph Beuys, renovador
o a Stravinsky y a Schönberg. A pesar de que estético de la Alemania de posguerra y uno de
ha incursionado en los medios más habituales los artistas alemanes más discutidos que aspira
de la segunda mitad del siglo pasado —la foto- a una renovación de todas las formas, Kiefer
grafía, la instalación, el grabado o el dibujo— debe a su maestro el fondo imaginario de su
la exploración comprometida de Kiefer en la historia y la afición a los mismos materiales
pintura desconcierta. En ese momento histó- como el hierro oxidado y el plomo, aunque
rico, después de la vertiginosa explotación de Kiefer se muestra más tradicional al decantarse
posibilidades que padeció la pintura figurativa por la pintura en telas monumentales y al ale-
durante el siglo xx, parece conservador volver a jarse unos pasos de las elaboraciones efímeras
ella en comparación a otros soportes. de su maestro.
Los cuadros de Anselm Kiefer no proponen En la década de los años ochentas empieza
respuestas novedosas sino nuevas preguntas re- a interesarse por la Cábala y la alquimia. Los
feridas a nuestras imprecisas concepciones y pre- nombres le provocan unas sensaciones miste-
juicios sobre lo que debe develar un cuadro. La riosas de que hay algo oculto detrás de ellos: el
reputación de Kiefer, como apunta agudamente aura —lo que nos recuerda a Benjamin. Anselm
Robert Hughes, se benefició de las limitaciones Kiefer trabajó con las texturas y materiales más
de la educación visual de los ochentas. Toda su inusuales que no permiten dominación, como
obra no disfruta el mismo valor. Conocido por plomo, ceniza, polvo, paja, pegamento, y con-
sus trabajos monótonos que frecuentan iróni- tinuamente experimenta con nuevos materia-
camente la memoria histórica alemana —par- les para abordar el tiempo, el viento, el hebreo
ticularmente el periodo nazi—, Kiefer durante antiguo o la historia egipcia. A Kiefer le gusta
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AV I S P E R O
[ 76 ] MISCELÁNEA
AV I S P E R O
I srael M artínez
BERLÍN:
LA VANGUARDIA
EFÍMERA
música popular y alternativa que más suenan Neue Musik Berlin, completamente abocado a
en la temporada, se presentan ante miles de jó- la ejecución de música contemporánea con un
venes sedientos de sol; sesiones de jazz, funk o gran nivel. En el recinto se une la escena de
death metal. Así, nos damos cuenta no sólo de la música experimental (académica o no), que
la enorme oferta de presentaciones musicales por supuesto no incluye sólo a alemanes, sino
en la urbe, sino que además ésta jamás se detie- también a extranjeros que de alguna manera
ne. Con frío, lluvia o nieve, Berlín suena, sigi- estamos en la ciudad, porque Berlín es una me-
losa pero sustancialmente, durante todo el año. trópoli que, en cuanto a actividades culturales,
integra inmediatamente a su comunidad.
La “nueva música”
Fin de junio de 2012, un impresionante progra- el sonido instalado
ma se ejecuta en Villa Elisabeth, antigua iglesia En el corazón de una de las zonas berlinesas
ahora sede de eventos de música contemporá- que más se han transformado a partir del fenó-
nea. Se trata de un concierto-homenaje en vida meno de gentrificación —desplazamiento de
a Ingrid Beirer, quien durante más de treinta una comunidad de un área por el incremento
años dirigió el departamento de música del Ar- en los costos de vida—, Prenzlauer Berg, se en-
tists-in-Berlin Program de la daad (Servicio Ale- cuentra la galería de arte sonoro Singuhr-Hoer-
mán de Intercambio Académico), un proyecto galerie, básicamente en una histórica reserva
de residencias artísticas para aproximadamente de agua, lo que le otorga características arqui-
quince creadores por año en diferentes disci- tectónicas y acústicas que decenas de artistas
plinas, en el que se les invita a vivir y producir han explorado con el fin de realizar esculturas,
en Berlín con todas las facilidades para hacerlo; instalaciones e intervenciones específicas para
por este programa han pasado luminarias de el sitio.
la composición y el sonido como John Cage, En agosto de 2012 toca su turno a un vie-
Morton Feldman, Brian Ferneyhough, Krzys- jo personaje de la escena de Berlín, Robert
tof Penderecki o Christian Marclay, por citar Henke, mejor conocido por su proyecto de
sólo algunos. Carsten Seiffarth, director de la música electrónica Monolake y por ser parte
galería de arte sonoro Singuhr, ha elegido un del equipo creador de uno de los softwares
programa sorpresa para Beirer, el cual incluye para composición musical y edición de audio
desde piezas clave de la historia de la música más potentes en el mundo: Ableton Live. Al
electroacústica —reproducidas en ocho cana- entrar al cavernoso espacio inmediatamente
les—, hasta solos de instrumento en clave ex- me absorbe una luz tenue roja, las frecuencias
tendida de Tomomi Adachi o Mario Verandi, graves comienzan a vibrar en el inmueble, al
u obras poético-vocales de gente como David caminar puedo darme cuenta de las cualidades
Moss, y la participación del Kammerensemble laberínticas de Hoergalerie; mis pasos parecen
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AV I S P E R O
[ 80 ] MISCELÁNEA
AV I S P E R O
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con el Festival Ars Electronica de Austria, son sicamente, todas las estrategias confluyen y,
los eventos idóneos para examinar un ambiguo como en toda experimentación, el proceso es
territorio de creación artística que, por igual, fundamental y a veces más interesante que el
nos marca la pauta en torno a la relación del resultado.
arte y la ciencia, como nos muestra una dura En Berlín casi todo es efímero. Es ahí donde
competencia por la innovación tecnológica sin la gente va y viene. Un verano, unos meses has-
ningún planteamiento artístico. ta la llegada del gélido invierno, un año para
realizar proyectos, o a lo sumo dos. Hasta los
holgazanes, que los hay por montones, termi-
Los objetos nan por abandonar la ciudad. No es nada nue-
e instrumentos ultrajados vo ni nada de qué preocuparse, Berlín siempre
Con o sin tecnología de punta, Berlín goza de ha sido así. La ciudad nunca es la misma, lo
una de las más vastas escenas de música impro- atestiguan las incontables grúas distribuidas en
visada en el mundo. Cada día se pueden encon- las obras de mejoramiento o restauración de la
trar un promedio de dos a diez eventos, a veces ciudad. Jamás terminan.
hasta más. A esto se le puede dar seguimien-
to desde el sitio en Internet de Echtzeitmusik
(música en tiempo real), una organización para
la difusión de la experimentación musical. Así
encontramos sesiones de improvisación tanto
de solistas como de dúos, grupos o ensambles
en distintos cafés, bares y foros a lo largo de la
ciudad, como Sowieso, Quiet Cue, Altes Finan-
zamt, WestGermany, Salon Bruit, y lugares ya
emblemáticos como Ausland y NK. Hay también
sitios que durante la semana tienen una progra-
mación musical diversa pero que dedican uno
o dos días a la improvisación y la experimen-
tación, Madame Claude y O Tannenbaum son
buenos ejemplos.
Es en esta escena en la que se puede sen-
tir la vitalidad de músicos que cotidianamente
Israel Martínez (Guadalajara, 1979). Es artista mul-
buscan nuevas formas para la expresión so- tidisciplinario y compositor electrónico. Desde hace
nora, utilizando cualquier objeto y ultrajando más de diez años ha presentado su obra en países
de América y Europa. Recientemente fue invitado del
sus instrumentos, recurriendo a la tecnología programa de residencias Artists-in-Berlin de la daad
y también marcando distancia ante ella. Bá- en Alemania.
AV I S P E R O
R aúl F ierro
DANIEL KEHLMANN:
REPRESENTAR (MEDIR)
AL MUNDO
AV I S P E R O
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[ 86 ] MISCELÁNEA
AV I S P E R O
F rida S osa C astañeda
THOMAS
RUFF
fotografías de pasaportes son intervenidas por por un pasillo largo y frío, existen puertas me-
Ruff para lograr un aparente retrato de la coti- tálicas que me impiden el acceso a otros es-
dianeidad que acaba de inventar un universo pacios, lugares ajenos a los hombres donde el
nuevo. Quizá la esencia de esta serie de retratos polvo y la oscuridad se encuentran. Los vidrios
radique en la importancia que tienen para Ruff que aún se conservaban reflejan la silueta de
las formas que nos habitan, la historia de cada mi sombra en el piso, “soy una sombra que ca-
personaje a través de una seña particular, tal mina en el abandono”, escribo sobre los vidrios
vez con el paso del tiempo la serie retratos se empolvados.
convierta en el cementerio de formas y perso- Thomas Ruff pertenece a la generación de
najes inexistentes. fotógrafos más destacados de la así llamada
La idea de un paseo “Escuela alemana”. Naci-
por una fotografía de Ruff do en los años cincuenta
Un paseante es un
empieza a emocionarme. con una formación fami-
Me mudo, ya no estoy más
ser que observa para liar rigurosa consigue su
aquí, estoy en una fotogra- poder vivir, que guarda primera cámara a la edad
fía de Thomas Ruff: “Sin pequeños detalles que de dieciséis años, y es en
título, 2”. Me encuentro le permiten construir ese momento cuando se
aquí, deteniendo con mi historias, que aprisiona inicia en la fotografía, pe
mirada los instantes que sensaciones en su ro será mucho más tarde
conforman una ciudad. Es cuando pueda dedicarse a
memoria para poder
una pequeña calle al oeste ella por completo. Poco
de Berlín. Una calle. Ob-
llevarlas consigo por después le ocurrirá una
servo, tras la ventana, los toda la vida. afortunada desgracia: le
sujetos que caminan fuera diagnostican una enfer-
de este lugar, tienen un tamaño minúsculo, la medad en el ojo izquierdo la cual le impide
altura del piso en el que me encuentro me cau- mantener contacto con la fotografía durante
sa vértigo. No sé exactamente como he llega- algunos años. Con el paso del tiempo tiene
do a este sitio. El escenario que se muestra en nuevamente un acercamiento a ella, y es allí
el edificio me deja una honda impresión, las donde ha permanecido durante más de treinta
plantas brotan de las paredes como si alguien años. Quizás el sólo hecho de ver el mundo
hubiera empeñado tiempo en su cuidado, los ligeramente afectado por la enfermedad le haya
restos de pintura en tonalidades de café que dado la visión fotográfica que hoy le ha dado
aún se conservan y la luz que se filtra por los un lugar privilegiado en los artistas visuales
ventanales con cristales rotos, dan la sensación contemporáneos.
de estar en un lugar donde se puede hallar cier- La serie titulada Desnudos es una clara de-
ta tranquilidad. Salgo de este espacio y camino mostración de las obsesiones que tiene Ruff
AV I S P E R O
C E LDILL A [ 89 ]
con el alejamiento y la cercanía que pueden los deseos del espíritu, las imágenes el resulta-
ocasionar una impresión en él espectador. En do de nuestros sueños. Thomas Ruff lo único
primer plano se muestran los cuerpos desnu- que ha hecho es colocar unos pequeños velos a
dos de mujeres, detrás sólo fondos en colores las imágenes del mundo, y con ello ha logrado
uniformes, aparentemente las imágenes se ven establecer una realidad que dista de estar en la
fuera de foco, pero son estos pequeños deta- realidad, pero que se empata con algunas sueños
lles casi fantasmales los que hacen de Ruff un del hombre. Desde lo infinitamente pequeño y
gran retratista. Son imágenes angustiantes, la cotidiano, hasta el macrocosmos, Thomas Ruff
cercanía que existe entre la imagen y el espec- se ha empeñado en ser un paseante que altera
tador despierta una pregunta elemental: ¿qué el espacio donde camina.
tan lejos nos encontramos de lo que observa-
mos? Ruff ha alterado ligeramente esas imáge-
nes que presenta gran formato. Sólo un poco.
Pero el minúsculo que consiste en líneas de
sombras, en contornos vaporosos, ha conver-
tido a lo que observamos en un aparato mucho
más complejo.
La naturaleza de los espacios no habitados
resulta, acaso, incompresible. Ruff se aventura a
través de su serie titulada ma.r.s a mostrarnos lo
que sucede en el espacio, volúmenes en tonos
amarillos flotando sobre fondos negros, som-
bras con colores marrones, texturas rugosas en
tonalidad rojiza, pinceladas fuertes, combina-
ciones de colores inalcanzables para cualquier
pintor. Estrellas, nebulosas lejanas. Así es el es-
pacio en las fotografías de Ruff: un enigma, una
muestra del silencio constante, un paseo en el
que no ocurre nada pero sucede todo. Un pa-
seante es un ser que observa para poder vivir,
que guarda pequeños detalles que le permiten
construir historias, que aprisiona sensaciones
en su memoria para poder llevarlas consigo por
toda su vida.
Construir una imagen tiene cierta similitud Frida Sosa Castañeda (Oaxaca, 1992). Fotógrafa de
con sonar. Los sueños, son la consumación de tiempo completo y estudiante de comunicación visual.
AV I S P E R O
L eonardo da J andra
PRINCIPIOS DE
FILOSOFÍA CÓSMICA
S egunda y tercera parte
del primer capítulo
AV I S P E R O
C E LDILL A [ 93 ]
que conlleva una vida muda y caótica— poner Aprovecho la referencia a la regla de oro pla-
al descubierto la verdadera condición del frau- tónica para rescatar de la inmerecida ignorancia
de lingüístico. Repárese tan sólo en este vómi- a Filón de Alejandría, pieza clave en la comple-
to apesadumbrado de Ionesco: “La palabra no mentación de platonismo y cristianismo: “Por-
muestra. La palabra parlotea. La palabra es lite- que serán desdichados aquellos que todo lo que
raria. La palabra es una fuga. La palabra impide hacen lo hacen para sí mismos, no por la honra
que hable el silencio. La palabra ensordece. En de los padres, ni por la conducta de sus hijos, ni
lugar de ser acción, consuela como puede de por la salvación de la patria, ni por la defensa de
no actuar. La palabra gasta el pensamiento. Lo las leyes, ni por la conservación de las costum-
deteriora. El silencio es oro. La garantía de la bres, ni por el encauzamiento de las cosas priva-
palabra debe ser el silencio”. das y públicas, ni por el servicio de los templos,
El culto al silencio está en la raíz de todos los ni por la piedad hacia Dios”. En esta letanía de
esoterismos, pero está también presente, como regaños está esbozada una de las críticas más
una escenografía de muerte, en los creadores más cabales de la conciencia egocéntrica.
radicales y originales: Kafka y Beckett, Schoen- Pero antes, mucho antes de que el orgullo y
berg y Webern… Los silencios, como lo saben la soberbia llevasen al yo a la delirante búsque-
muy bien los traductores de Rulfo, no se pue- da de placer, el individuo ya estaba encadenado
den traducir; son un no-lenguaje que vuelve tan a una conspiración de belicosas influencias:
inútiles los excesos sicománticos a lo Lacan (“es hambre, temor, deseo sexual y poder. En esta
el mundo de las palabras el que crea las cosas”) fase evolutiva pre-racional se estacionó la hu-
como las pretensiones hermenéuticas de Ricoeur manidad miles de años, y cuando al fin se optó
y Derrida. La matematización de la filosofía y la por ejercitar la razón aparecieron escritos con
consagración de la sintaxis lingüística como lí- letras de fuego los tres principios civilizadores
mites del horizonte de comprensión humano, universales: autoconservación, autoperpetua-
dejaron a la sociedad indefensa ante los usufruc- ción y autogratificación. Casi todo lo que tiene
tuarios del consumismo naturicida. No siempre que ver con la parte más profunda y duradera de
fue así, ni será para siempre así. Hubo un tiempo la dinámica civilizadora está contenido en los
en que se creía que el logos era la verdad (“las dos primeros conceptos; el tercero es el asiento
palabras contienen en sí aquello que nombran”, predilecto del egocentrismo. La autoconserva-
Fray Luis de León en De los nombres de Cristo), ción y la autoperpetuación aseguran la con-
y que el comercio era la forma más legítima de tinuidad social; la autogratificación destruye
difundir la cultura… Y vendrá un tiempo en que las civilizaciones. Del mismo modo que los
se verán como expresiones primitivas los balbu- ordenadores universales necesitan un eje lógi-
ceos lingüísticos que hoy proferimos, poniendo co para ser comprendidos, hay también cons-
ingenuamente al rigor y la precisión por encima tantes lógico-matemáticas en la caída y el caos.
de la verdad, la belleza y la bondad. Los más grandes imperios cayeron justo en el
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[ 94 ] MISCELÁNEA
AV I S P E R O
C E LDILL A [ 95 ]
AV I S P E R O
[ 96 ] MISCELÁNEA
complementación, era de esperar que el huma- separado del mundo, vaciado de todas aquellas
nismo se fuera hacia los extremos. En la justa cualidades con las que el ser humano se iden-
reivindicación del libre albedrío y de la razón tifica de modo exclusivo, y a la vez dinámica-
crítica iba ya contenida la pulsión ensoberbe- mente comprometido con él. La forja del yo y
ciente que anuncia la caída. La derrota del hu- el desencantamiento del mundo, la diferencia-
manismo es indisociable del egocentrismo en ción de lo humano y apropiación de sentido
su expresión más naturalista: la soberbia. La son aspectos del mismo desarrollo”.
antiheroicidad de nuestro tiempo va ligada a un
sistema económico-social que acrecienta las car- Ω
gas del individuo y lo condena perversamente
a la imposibilidad de soportarlas; de ahí que el La razón escéptica no entra en conflicto con el
menor gesto de humildad sea visto como una orgullo y la soberbia. Por el contrario, una bue-
derrota. En la raíz de la soberbia y la autoim- na dosis de soberbia suele ser el mejor antídoto
portancia está un ciego desprecio a las formas contra los fundamentalismos gregarios de todo
de convivencialidad gregaria. Por eso la inte- signo. El peligro surge cuando la autoconciencia
ligencia egocéntrica tiende sentenciosamente comienza a rendirse culto a sí misma, cuando
hacia el egocentrismo; es decir, la desconfianza no reconoce más supremacía que la de su per-
permanente como forma de vida. sonalidad. Sospecho que este exceso de amor
Imposible ser más transparente para definir propio y arrogancia era la hybris por excelencia,
el egocentrismo tautológico a que ha arribado lo que los primeros gnósticos llamaban el pe-
la ciencia —con las notables excepciones espe- cado (léase con provecho Presagios del milenio,
ranzadoras— que esta frase de Jacques Monod de Harold Bloom, sentencioso compendio de
característica del pensamiento científico del si- cuestionamientos en torno a la gnosis).
glo xx: “El antiguo pacto se ha hecho trizas: el El orgullo —motor primario de la individua-
hombre sabe por fin que está solo en la inmen- ción racional— sin espiritualidad se transforma
sidad insensible del universo, de la que surgió inevitablemente en un monstruo que devora
únicamente por casualidad”. Esta visión de un toda conciencia y se devora a sí mismo. Es falso
universo sin más significado y finalidad que la que el orgullo se alimente exclusivamente de
caprichosidad humana, no sólo evidencia una los demás; el sustento primordial del ego es el
alta dosis de soberbia sino que también pone al ego mismo, su crecimiento ilimitado, la ciega
descubierto el desencantamiento de una era carrera hacia el abismo… La exaltación desme-
que mató a Dios para divinizar al yo. Nos lo dida del yo es indisociable de la pobreza de es-
resume de manera antibelicosa Richard Tarnas píritu. En un corazón rebosante de amor hacia
en Cosmos y psique: “Este proceso evolutivo ha sí mismo no hay lugar para la empatía con el
estimulado el surgimiento de un yo autónomo otro; y en una mente que celebra con orgullo su
que ocupa el centro. Es un yo decididamente brillantez no puede haber lugar para la solida-
AV I S P E R O
C E LDILL A [ 97 ]
ridad con el otro. En tiempos tan aciagos como a sí mismo como la fuente primaria de todo
el actual casi todo lo que las mentes egocéntri- mal, fueron los moralistas como Pascal y Rous-
cas construyen tienen el estigma de la culpa y seau los que elevaron a norma humanizadora
el desencanto. En consecuencia, la degradación básica el “amor al prójimo”, que está en la raíz
generalizada obliga a la razón desilusionada a de las religiones del libro sagrado. En el Discur-
mirar hacia atrás con vergüenza. so sobre el origen y los fundamentos de la desigual-
Las más grandes tradiciones occidentales dad entre los hombres, hay una frase tan rotunda
—desde el pneuma pitagórico al cuerpo de luz como iluminadora que nos retrotrae a la más
gnóstico— hablan de un yo oculto, sutil e in- decantada sabiduría bíblica: “Haz tu bien con
mortal que prevalece por encima de todos los el menor mal para el otro que te sea posible”.
cambios. Para algunos, esta entelequia forma Pero el ego de Rousseau estaba demasiado ob-
parte de la misma totalidad que contiene a los nubilado por el poder, a diferencia del de Pas-
universales platónicos y a los arquetipos jun- cal que conocía desde la rectitud del espíritu
guianos; como sea, no nos queda más opción las debilidades humanas y los límites virtuosos
que recurrir al concepto de mente para tratar de la razón: “La suprema adquisición de la ra-
de encontrarle un significado a través de la guía zón consiste en reconocer que hay una infi-
racional del lenguaje. nidad de cosas que la sobrepasan. Cuando no
Los ideales sublimes de la razón —la bús- reconoce esto, la razón es débil”. Este relámpago
queda del bien común, la justicia y la paz— no de lucidez, extraído de los Pensamientos, debería
pueden alcanzarse en la fase egocéntrica de la ser la denominación de origen del racionalismo
evolución. La conciencia egocéntrica sólo acep- cabal, esto es, de toda reflexión libre y crítica.
ta en el otro lo que la gratifica. Y a la búsqueda Sin embargo, como lo vio el propio Pascal,
de la gratificación, que es otra forma de nom- la razón es tan celosa que convence al ego —a
brar la felicidad, está enfocada la tesis central costa de hacerlo injusto consigo mismo e inde-
de la moral egocéntrica: si no hay un fin que seable para los demás— de que no hay mayor
unifique la voluntad de los individuos, enton- felicidad que la que ella puede proporcionar.
ces lo más racional es la búsqueda de la propia El hecho de que las reflexiones más arries-
felicidad. Ciertas lecturas prejuiciadas tienden gadas sobre la búsqueda racional de la felicidad
a creer que ésta es también la tesis central del hayan surgido en el seno de la tradición an-
utilitarismo; pero ni Benthan, ni Stuart consen- gloamericana tampoco puede ser considerado
tirían en que se separara drásticamente el bien producto del azar. La supremacía de la justicia
común de la felicidad individual. y la libertad, que en Inglaterra prohijó a mentes
En la Europa continental la denuncia del tan privilegiadas como Hobbes y Locke, Hume
egocentrismo ha tenido un fundamento más y Stuar Mill, en Norteamérica adquirió visos de
ético que filosófico. Y aun cuando filósofos cruzada fundacionaria. Encontrar la felicidad
como Kant hayan señalado al desmedido amor en el marco de una convivencia justa y libre
AV I S P E R O
[ 98 ] MISCELÁNEA
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[ 100 ] MISCELÁNEA
mentación no a la confrontación; y hay otro ca, quisiera recurrir a manera de corolario a una
soberbio, confrontativo y exigente que no reco- reflexión crítica esbozada por Patrick Harpur
noce más hegemonía que la suya. El segundo en El fuego secreto de los filósofos, para moverle
representa la conciencia egocéntrica; el prime- al menos el pedestal a aquellos partidarios del
ro anuncia ya la aparición de la conciencia so- azar y del caos que recurren a bases biológicas
ciocéntrica. Podríamos aventurar a estas alturas para tratar de convencernos de que el culto exa-
una definición heterodoxa del término egocen- cerbado al ego es consecuencia de un proceso
trismo como el amor del ego hacia sí mismo por bioquímico: “Aunque no fuera tautológica, la
encima de todas las cosas; y de sociocentrismo supervivencia de los más aptos seguiría siendo
como una forma de relacionarse con el mundo dudosa. Es una noción completamente indi
en que es prioritario el bienestar ajeno. vidualista que excluye la cooperación, el amor y
Todos los actos egoístas reflejan una impo- el altruismo que caracterizan a muchas especies
sición de la burda animalidad sobre el espíri- sumamente prósperas, incluida la nuestra. La
tu; es la bestia astuta y deseante la que pide y competición sanguinaria que Darwin imaginó
exige sin querer dar nada a cambio. Para los como la característica distintiva de la natura-
que creemos que los ideales de la razón su- leza pocas veces se encuentra en la práctica.
ponen una mayor evolución que los reclamos La abrumadora mayoría de las más de 22 mil
orales y genitales, el paso del egocentrismo al especies de peces, reptiles, anfibios, aves y
sociocentrismo es una muestra sublimadora de mamíferos no luchan ni matan por comida ni
inteligencia y generosidad. La primera —con- compiten agresivamente por el espacio”.
cedámoslo— es inequívocamente evolutiva; la
segunda es impensable sin el soplo hermanante
del espíritu.
El discernimiento de la razón la lleva a
reconocer sus propios límites: ¿por qué tengo
que preocuparme por los demás si lo único que
cuenta es mi ego? En las infinitas motivacio-
nes no sólo debe estar comprendido lo que que-
remos, sino también lo que rechazamos. El
egoísmo y el altruismo provienen del mismo
yo: uno se inclina hacia la autogratificación y
el reconocimiento; el otro se eleva por encima
de la razón para comprender que sólo con los de-
más la evolución es posible. Y llegado a este Leonardo da Jandra (Chiapas, 1951). Filósofo y es-
critor, su más reciente libro es La mexicanidad. Fiesta
punto en que confluyen para separarse la con- y rito (Almadía, 2012). Reside en Oaxaca desde hace
ciencia egocéntrica y la conciencia sociocéntri- años.
AV I S P E R O
E lizabeth A rias
TRASTORNO
HAMLET, SOBRE
HEINER MÜLLER
lo mucho que han servido, pero ¿acaso se pen- homicidio no tenga lengua, puede hablar por
só en los vicios que desencadenarían? La reali- los medios más prodigiosos”. Este es el teatro
dad la olvidamos con la tv y el cine. ¿Qué pasó que han buscado directores, dramaturgos y
con los primeros hombres que vieron imágenes actores que tienen algo que decir más allá de
proyectadas por una máquina? Se asombraron, las vanalidades diarias; los que frente a la crisis
sin embargo no sabían las adicciones que les social no se quedan de brazos cruzados. Hay
provocaría. ¿El teatro puede ayudarnos a en- pocos casos. En Alemania encontramos el tea-
frentar la realidad y las adicciones humanas? Sí, tro político, reflejo de los pensamientos, idea-
sólo el teatro que es fiel a sí mismo. les, experiencias y juicios que buscan enfrentar
Hamlet, el personaje de Shakespeare, dice: al espectador y al actor. Algo de esto existe en
“He oído contar que personas delincuentes, Heiner Müller, quien escribió más de una do-
asistiendo a un espectáculo teatral, se han sen- cena de obras dramáticas, las más conocidas:
tido a veces tan profundamente impresionadas Máquina Hamlet, 1977, y Cuarteto, 1981, escrita
por el solo hechizo de la escena, que en el acto a partir de Las relaciones peligrosas de Choderlos
han revelado sus delitos; porque aunque el de Laclos. También escribió poemas y dirigió la
AV I S P E R O
C E LDILL A [ 103 ]
compañía de teatro creada por Bertolt Brecht, turga, quien después de varios intentos de sui-
Berliner Ensemble. cidio consigue acabar con su vida el 1º de junio
Heiner Müller: el hombre que siempre vis- de 1966. Pero ¿qué hay en sus textos? Él era sus
tió de negro, su aspecto hablaba por él, nunca textos: su vida y Alemania. “Como una joroba
dejó sus lentes oscuros y su tabaco, era un Ha- arrastro mi pesado cerebro”, dice su personaje
mlet. Siempre estuvo de luto, un luto quizás Hamlet. Müller escribe dramas en la segunda
aparente. ¿Qué hay atrás de ese contraste en- mitad del siglo xx, el siglo más dramático. Sin
tre el blanco de su piel y su vestir negro? Una embargo, no fueron bien aceptados por su pos-
tragedia. Nace en 1929 y a sus cuatro años de tura crítica, estaba prohibido criticar. Él era un
vida supo lo que hacía el poder. Su padre fue águila que afilaba su mirada, casi microscópi-
arrestado por los nazis en 1933, año de los exi- ca sobre la realidad, para reprender a las ser-
liados. Bertolt Brecht huye de Alemania, él era un pientes más venenosas: sociedad, burocracia e
niño y no sabía que más tarde ocuparía el lugar injusticia; esto le costó la estancia en la Repú-
de Brecht en el teatro alemán y que en el futuro blica Democrática Alemana. Comenzó haciendo
sería considerado el mejor y más importante adaptaciones de los textos clásicos griegos y del
dramaturgo después de Samuel Beckett, según Renacimiento, convencido de que el presente
el Theater Guide. Su destino era ése y no lo po- se puede explicar con el pasado. Se ayudó de
día cambiar. Lo que tampoco pudo cambiar fue la historia para criticar el presente. Dramas con
su experiencia de las dos guerras mundiales, la pocos personajes, donde predominan los mo-
división de Alemania, la construcción y la caí- nólogos y diálogos completamente poéticos.
da del muro de Berlín; lo que sí pudo modi- Los personajes en sus obras expresan imágenes
ficar fue su colaboración con la stasi. En una desconcertantes, donde la imaginación evoca la
entrevista dice: “Claro que hablé con la stasi, y violencia contra sí mismo para evadir la violen-
hubiera hablado con Stalin o con cualquiera si cia exterior; afectan nuestro ánimo, se asoma
eso hubiera ayudado en algo. El trasfondo de un asco a la realidad, nos identificamos. Nos
esto es que la población sienta un sentimiento pone un espejo: “Ayer dejé de matarme. Estoy
de culpa para que el poder tenga más poder so- sola con mis pechos mis muslos mi regazo.
bre todos. Los intelectuales dicen: Müller habló Destrozo las herramientas de mi cautiverio la
con la stasi, ¡qué puerco!, y mi imagen se dete- silla la mesa la cama. Destruyo el campo de
riora. […] Hay mucha gente en esos archivos. batalla que era mi hogar. Abro violentamente
Estar en ellos no significa otra cosa que ellos las puertas, para que el viento pueda entrar y
tenían información sobre alguien”. el grito del mundo”, dice Ofelia. La guerra es
La turbulencia de su vida no se separa de su hogar y la única forma de acabar con ella
sus textos; arrojado en el río nada contra co- es acabar consigo mismo: la locura o el sui-
rriente y recibe un fuerte golpe: el suicidio de cidio. “Mi cerebro es una cicatriz. Quiero ser
su primera esposa, Inge Müller, poeta y drama- una máquina. Brazos para agarrar piernas para
AV I S P E R O
[ 104 ] MISCELÁNEA
AV I S P E R O
R aga G. A rteaga
GOETHE O
LA OSCURIDAD
DE UN GENIO
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Q
¿ ué es la luz y qué es el color? ¿Los
colores se ven porque son caracterís-
ticas intrínsecas de los objetos o son
el reflejo de la luz? ¿Se sueña con colores? ¿In-
fluyen los colores en nuestro estado de ánimo?
arte. Desde chico conoció a algunos pintores
y se aficionó a ese antiguo arte de la acuarela y
de las tintas, pero desde el principio reconoció
que era más habilidoso con la escritura de poe-
mas que en la pintura.
¿Podemos sanar a través del color? ¿Podemos A Goethe la poesía se le daba de manera
percibir la luz sin la oscuridad que la rodea? natural; nos narra que la realizaba en su interior,
Johann Wolfgang Goethe es el ejemplo de empezando con cualquier objeto o impresión, y
la asociación del hombre de genio con el hom- con el paso del tiempo iba elaborando el poe-
bre poderoso. Convirtió a Weimar en la época ma calladamente, hasta que de pronto, como
de Carlos Augusto en el centro cultural de su un flashazo y como efecto de una improvisa-
tiempo. Goethe, el sabio, el genio, el símbolo ción, casi instintivamente, lo estampaba en el
más decantado que la cultura alemana ha dado papel.
[ 106 ] MISCELÁNEA
Herder le inculcó que frente al espíritu ra- he aquí la finalidad primordial de la presente
cionalista del Siglo de las Luces están el alma obra”.
y el sentimiento como fuente de inspiración. Obra que divide en tres: “Teoría de los colo-
En la intuición y en lo irracional y no en la fría res”, “Repudio a la hipótesis de Newton” e “In-
razón está la creación, colocando a la esponta- vestigaciones históricas y trabajos preliminares”.
neidad encima de las reglas que se enseñaban Goethe uno de los genios más grandes que
en la universidad de Leipzig donde estudiaba ha dado la humanidad, tenía una mente pre-
Goethe. Es cuando descubre la poesía popular. clara y se interesaba vivamente por saber las
Goethe afirmó que antes que él existieron causas del mundo en el que vivía; pero como
poetas mucho más grandes y que seguramente toda gran luminaria tenía su lado oscuro y esto
después seguirían existiendo, pero que su con- se notó cuando durante más de veinte años se
tribución a la ciencia de los colores era única y opuso tajantemente y de manera suicida contra
que por ello se le recordaría en tiempos futuros: la teoría de Newton, que afirmaba que la luz
“Pero, que en mi época, y en una ciencia tan solar contiene los colores del arcoíris. Compa-
difícil como la de los colores, haya sido el único raba a Newton y a su teoría como un castillo
capaz de descubrir el buen camino, constitu- con fama de inexpugnable, donde a través del
ye para mí algo importante, y por ello puedo tiempo se habían realizado varias reformas,
sentirme por encima de muchos”, le confesó a pero que seguía con esa aureola ante la cual
Eckerman y a partir de sus observaciones y ex- todos se inclinaban; afirmaba que ya era tiem-
perimentos de su Teoría del color, se lanzó de po de destruir ese castillo y abrir huecos en los
lleno en la elaboración. techos para que salieran los murciélagos y las
Había sido testigo del color como problema lechuzas que allí se encuentran atrincheradas
artístico, decía que había visto cómo habían para que entrara luz nueva. Es impresionante la
sido ideados los cuadros de muchos pintores: manera con la que arremete contra la teoría de
composición y forma, y que hasta él mismo Newton, que dice que los colores provienen
podía dar un buen consejo al respecto, pero en de la luz solar como elemento constituyente de
cuanto al colorido, todo parecía dominio de la la luz. Va en contra de sus mismas afirmaciones
casualidad determinada por el gusto, costum- al postular que nadie puede celebrar las cuali-
bre derivada de prejuicio, en fin, condiciones dades de su tiempo si no sabe ponderar las cua-
del artista y de su época. “…había caído final- lidades del pasado, acusa a Newton de soberbia
mente en la cuenta de que a los colores, como aristocrática y altanería insoportable de cómo
fenómenos físicos, había que encararlos pri- la escuela newtoniana ha vilipendiado a todo lo
mero por el lado de la naturaleza, si con respec- que se ha hecho antes y después de ella.
to al arte se quería poner en claro algo sobre Schopenhauer se entusiasmó de joven con
ellos. […] facilitar así la difusión de conceptos la teoría del color de Goethe. Era un invitado
superiores entre los amigos de la naturaleza, frecuente a su casa y juntos realizaron distin-
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C E LDILL A [ 107 ]
tos experimentos físicos. Schopenhauer mismo cura del genio en las líneas citadas por el mismo
escribió un pequeño tratado sobre la visión y Schopenhauer: “Con gusto seguiría llevando la
los colores en 1815, en donde estipulaba que batuta de maestro más tiempo, si los alumnos
el blanco puede estar formado por color, a dife- no se convirtieran en maestros de inmediato”.
rencia de lo establecido en la teoría de Goethe Leonardo da Vinci, en su Tratado de la Pin-
y teniendo alguna similitud con la opinión de tura, nos alerta contra nuestro lado oscuro,
Newton. La relación se enfrió notablemente a
partir de esta afirmación y finalmente Schopen-
hauer perdió la esperanza de que Goethe escri-
“El más perfecto prisma de la luz
biera algunas líneas introductorias para su obra es la Tierra. Ella descompone la
El mundo como voluntad y representación y mandó luz en infinitos colores, ¿qué es, qué
imprimir su manuscrito sin Goethe. Nunca más son todas las materias, sino colores
se encontrarían personalmente estos dos perso- corpóreos?…”
najes y se nos muestra una vez más la parte os-
AV I S P E R O
[ 108 ] MISCELÁNEA
aquello que no podemos ver por nosotros mis- real física y mezcla aparente que es la mezcla
mos y por lo cual requerimos de la visión de óptica.
los demás para darnos cuenta cabal de lo que Para que veamos la luz es necesaria la pre-
estamos realizando.“No hay cosa que engañe sencia de la sombra, afirma Goethe, pues para
tanto como nuestro propio dictamen al juzgar obtener su manifestación es necesaria la oscu-
de una obra nuestra; y en este caso más apro- ridad… Goethe reduce a cinco los colores pris-
vechan las críticas de los enemigos, que las máticos, mientras que el espectro de Newton
alabanzas de los amigos; porque estos, como contaba con siete colores: los de Goethe más el
son lo mismo que nosotros, nos pueden aluci- rojo y el índigo. Goethe decía que el color es un
nar tanto como nuestro propio dictamen”. Y al fenómeno que se manifiesta en la luz sombrea-
final de su vida Goethe, preso de su oscuridad da, que combina luz y opacidad, y ésta es una
afirmaría: “Prefiero la injusticia al desorden”. afirmación de un pintor más que de un cientí-
Pero veamos la parte luminosa y la gran fico, pues los pintores sabemos muy bien que
aportación de Goethe a la teoría del color. An- para dar la sensación de una luz primigenia se
tes de Goethe el color era sólo objeto de estu- debe contrastar con una gran oscuridad.
dio científico, pero para los artistas plásticos Para Goethe el color púrpura es “el color más
representaba la forma de su relación sensible valioso, más seductor y más representativo de
con el mundo: son de alguna forma su visión la visión”, y aquí se conecta con una larga tradi-
del mundo. Goethe observa atentamente las ción que se remonta a civilizaciones como Tiro y
sombras a distintas horas del día, es el primero Sidón que comerciaban con el color del caracol
en separar los colores en positivos y negativos, púrpura, que es uno de los colores más perma-
cálidos (del rojo al amarillo,) y fríos (del azul nentes de origen animal que existe. Es un color
al verde). También es de los primeros en apre- que se ha utilizado en casi todas las culturas para
ciar sus cualidades morales y las reacciones a reyes y príncipes, en las religiones establecidas
los colores que tenemos, en estrecha relación se le usa para el ropaje de los más altos cargos.
con los principios dualistas de la filosofía ro- Goethe clasifica los colores en fisiológicos,
mántica de la naturaleza, especialmente con el físicos y químicos —estos últimos permanen-
idealismo de Schelling. Aparte del efecto emo- tes. Los tintes incoloros extremos son el blanco
tivo del color, Goethe aborda con originalidad y el negro. Los colores químicos son los mine-
la relación de las cualidades estéticas como rales, y aquí es donde los pintores deberíamos
simpatía y antipatía de los colores. Las armó- aprender a valorar la permanencia de los co-
nicas se dan entre colores complementarios: lores que utilizamos, pues muchos no tienen
rojo-verde, amarillo-violeta, anaranjado-azul. ni idea de los pigmentos que utilizan en sus
Y dice que la combinación característica de dos obras. Ha de ser terrible para un coleccionista
colores puros es un contraste que produce el de arte, que el cuadro que al principio era de
color intermedio, distinguiendo entre mezcla un color rojo precioso, con el tiempo se vaya
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desvaneciendo y quede en un rosa lánguido. indios, cuerpo astral para los teosofistas. Los
Leonardo da Vinci experimentó mucho con las indios yaquis y los huicholes tienen una planta
técnicas de pintura y perdió gran parte de su sagrada llamada hikuri (peyote), con la cual co-
obra por ello, creo que habría sido feliz con las mulgan cuando quieren restablecer la comu-
pinturas acrílicas, pues el fresco no era una téc- nicación con lo divino. Todo el maravilloso arte
nica que le gustara mucho al tener que hacerse ritual huichol está inspirado en estas experien-
por tareas y no poder retocar nada. cias de expansión de la conciencia. Estoy segu-
Tal vez un antecedente de algunas ideas ra que si Newton, Goethe o Leonardo da Vinci,
que plasma Goethe en su Teoría del color pueda vieran que hoy en día se puede saber de qué
ser la que el físico romántico Johann Wilhelm están hechas las estrellas que vemos en el fir-
Ritter afirma: El más perfecto prisma de la luz mamento con los espectrómetros cambiaría por
es la Tierra. Ella descompone la luz en infini- completo su visión de los colores, pues cada
tos colores, ¿qué es, qué son todas las materias, elemento tiene su propio código colorístico.
sino colores corpóreos? Combinaciones no son Aunque, para ser sinceros, todos estos inven-
más que mezclas de colores. A quien habitual- tos no han servido para que seamos mejores
mente prefiere éste o aquel color concreto le seres humanos. Ya no necesitamos más máqui-
corresponde con certeza también éste o aquel nas sino ideas, colores como ideas capaces de
color corpóreo más que cualquier otro. Teoría transformar nuestro ánimo, ideas que nos ayu-
de la salud, teoría del color. En la Tierra todo den a evolucionar.
color se hace, inmediatamente, material Tam- En tiempos de oscuridad como los nues-
bién existen los colores psíquicos, los colores tros, en donde la materialidad y la autograti-
del aura humana, los colores que pueden sa- ficación nublan la vida y la conciencia de la
narnos o enfermarnos, y en este tema de la re- mayoría, necesitamos utilizar más que nunca
lación salud y color, destaca un fenómeno que los efectos sensoriales-morales del color de los
se llama efecto Kirlian. Desde los años 30 los que hablaba Goethe, los que aparecen en el
esposos Seymon y Valentina Kirlian en Rusia espíritu cuando en realidad aprendemos algo
fotografiaron objetos, plantas y seres huma- sobre la esencia del color y, como diría Goethe
nos sometidos a campos eléctricos de alta fre- si la luz es: “Una de las fuerzas y virtudes pri-
cuencia, descubriendo las primeras fotos con mordiales creadas por Dios, que se esfuerza en
luminosidad alrededor de los mismos cuerpos. representar su símbolo en la materia”; los colores
Y estas luminosidades variaban según los esta- serían: “…actos de la luz, actos y pasión”.
dos anímicos de los sujetos que fotografiaron
y descubrieron que las plantas sanas tenían
diferente color que las enfermas. El aura, en dis-
tintas tradiciones culturales es un fenómeno Raga G. Arteaga (Ciudad de México). Pintora, ambien-
conocido: ki para los chinos, prana para los talista y fundadora del Parque Nacional Huatulco.
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P aul M eixueiro
LA ESCUELA
DE FOTOGRAFÍA DE
DÜSSELDORF
…la fotografía se ha utilizado para todo comprobar o reprobar cosas y hechos; mientras
tipo de razones en los últimos 150 años. discutían esto, la fotografía poco a poco tomó
Casi todas las fotografías con las que un protagonismo singular en diferentes campos
nos encontramos ya no son auténticas. de nuestro quehacer humano hasta el punto
Tienen la autenticidad de una realidad que hoy en día es imposible sustraernos de su
manipulada, previamente concertada. infinito poder de acción. En el caso de la Ale-
Thomas Ruff mania de entreguerras la fotografía fue vista por
el Tercer Reich como un gran aliado para sus
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trabajaron como fotógrafos para una agencia co añade mayor información sobre el edificio,
publicitaria en Düsseldorf y se casaron en 1961, solamente el año en que fue tomada y el lugar
época en la que empezaron a trabajar juntos el donde se encuentra. Despojado de cualquier in-
proyecto personal que consistía en fotografiar formación adicional uno se centra en la figura y
lo que a uno y a otro les fascinaba: estructuras en los cambios de cada objeto con relación a los
industriales en ruinas; lo que los intrigaba de demás; el matrimonio alemán busca ofrecer una
estas estructuras alemanas —la mayoría de la visión neutra y fría de las edificaciones, lo rigu-
década de los treinta—, era el hecho de que roso que resulta su método logra que los objetos
muchos de estos edificios industriales parecían destaquen como esculturas, ellos los llaman “es-
haberse construido con una gran dosis de aten- culturas anónimas”, aunque insisten en que su
ción hacia el diseño. El matrimonio alemán a trabajo prioriza la documentación de construc-
partir de estas fechas y a lo largo de cuarenta ciones, los resultados sorprenden y la búsqueda
años se dedicó a viajar incasablemente primero estética rebasa la búsqueda documental.
por Europa y posteriormente por Estados Uni- Los Becher han logrado reunir una enciclo-
dos con el fin de fotografiar cisternas, hornos, pedia de las formas industriales de principios
plantas de tratamiento, torres de refrigeración, del siglo xx, y al mismo tiempo han obtenido
almacenes y todo tipo de estructuras restaura- premios importantes como el Gran Premio de
das, en ruinas o a punto de ser demolidas. Escultura de la Bienal de Venecia de 1980. Una
La obra de los Becher siempre se exhibe en constante que define a los dos fotógrafos ale-
bloques de seis, nueve, doce o quince piezas manes, es que basados en el uso de la cámara
ordenadas dependiendo del material o de la como medio de descripción, su trabajo apuesta
función de las estructuras, por lo regular esto por la objetividad, por una carencia de juicios
invita a los espectadores a comparar sus formas sobre los objetos.
y diseños, también el público logra apreciar los En 1976, Bernd Becher comenzó a enseñar
cambios basados en las idiosincrasias regiona- fotografía en la Academia de Düsseldorf —la
les, o la época de las estructuras —clasificar política de la escuela impidió el nombramiento
visualmente estos cambios minúsculos es la simultáneo de Hilla— donde permaneció en
principal función de esta especie de collage. En la facultad hasta 1996; antes de él la fotografía
las fotografías de Hilla y Bernd uno encuentra había sido excluida de lo que era en gran par-
todas las piezas desprovistas de información te una escuela de pintores. Entre los primeros
adicional, como personas, nubes o letreros, la alumnos que destacaron en aquellas primeras
atención se centra en la forma del objeto, en clases iniciadas por el matrimonio Becher se
la estructura del almacén o de la cisterna; los encuentran: Candida Höfer, Axel Hütte, Tho-
Becher siempre buscan que la iluminación sea mas Ruff y Thomas Ströth. Más tarde y progre-
plana, sin sombras o luz excesiva, las fotogra- sivamente se incorporaron gente como: Petra
fías siempre en blanco y negro, el título tampo- Wunderlich, Jörg Sasse y Andreas Gursky.
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aumentó año con año, hasta llegar a inundar trabajaban en gran formato, su estilo era do-
el mercado actual del arte. Pero, “¿dónde está cumental y habían estudiado con Bernd e Hi-
la fotografía alemana ahora mismo? ¿Está sur- lla Becher. Ese estilo ha sido tan habitual, que
giendo una escuela post-Becher?” Le pregunta ahora mismo somos testigos del surgimiento
la periodista Anne-Celine Jaeger a Inka Grae- de la tercera generación de fotógrafos de esti-
ve directora del Departamento de Fotografía y lo Becher en el mundo del arte. Empieza a ser
Nuevos Medios de la Pinakothek der Modern aburrido. Los alumnos de Becher siempre han
de Múnich, esto en un libro titulado Creadores de contado con la atención internacional, pero el
imágenes (Océano, 2007), ella contesta lo si- espectro de la fotografía alemana es mucho más
guiente: “En realidad la escuela Becher nunca rico. Michael Schmidt por ejemplo es de Berlín
fue un movimiento. Se relacionó a fotógrafos y sus planteamientos son totalmente distintos,
como Gursky, Struth y Candida Höfer porque pero es tan importante como ellos. Thomas
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[ 116 ] MISCELÁNEA
Demand, que crea interiores en cartón, como difícil encontrar los árboles mejor plantados en
puestos de control de un aeropuerto y los foto- medio de este bosque en el que anteriormente
grafía, ha avanzado también por otro camino, se encontraba un erial.
como Wolfgang Tillmans”. Thomas Demand
fue alumno de los Becher y después de una Otro pathos subrepticio.
retrospectiva en el MoMA alcanzó notoriedad La nueva objetividad
equiparable a la de Gursky, para algunos es una
conquista más de la escuela de Düsseldorf, sin Siempre trato de construir un concepto de una imagen;
embargo muchos ven en él la figura “rebelde” a veces de forma narrativa, otras veces con una sintaxis
de toda la generación; él opina al respecto en más filosófica o asociativa. Una imagen sólo muestra
una entrevista del mismo libro de Anne-Celi- lo necesario para un pensamiento,
ne Jaeger: “No es que quisiera trabajar como no el propio pensamiento.
Bernd y Hilla Becher, sino que ellos eran los Thomas Demand
que gestionaban el taller de fotografía”. Todo
el grupo de fotógrafos se encuentran fastidia- En 1998 Dominique Baque publicó un libro
dos de la simple clasificación como alumnos titulado La photographie plasticienne, Un art pa-
Becher, en cada oportunidad coinciden que radoxal, el libro posteriormente fue traducido
si bien todos llevan en su columna vertebral por la editorial española Gustavo Gilli en el
algo de los Becher, cada uno tomó un camino año 2003 bajo el nombre La fotografía plásti-
distinto. Thomas Ruff opina lo siguiente: “To- ca; en él se intenta delinear los cimientos de la
dos nosotros somos artistas individuales, pero, fotografía que atraviesa las artes plásticas y es
como la gente necesita categorizar, pues dicen: utilizada por artistas visuales. Para la francesa
estos que vienen de Düsseldorf y que hacen fo- esta nueva concepción de la fotografía tiene un
tos de gran formato, pues los llamamos Escuela nombre: fotografía plástica. El libro es una pe-
de Becher. Pero tenemos estilos diferentes: sólo queña historia del medio fotográfico tomando
coincidimos en el lugar y en el medio, la fo- como inicio finales de los años sesenta, cuando
tografía”. Las búsquedas individuales de cada la fotografía entabla afinidades con el arte con-
uno de los egresados de la cátedra Becher, la ceptual y el arte de acción.
competencia que existía entre ellos y la capaci- En cierta parte del libro Dominique toma
dad de voltear a otras formas estéticas, logró un como objeto de estudio al matrimonio Becher
gran impacto en la concepción de las imágenes y escribe que su trabajo proviene de autores
que hoy en día nos acompañan; lo que cuestio- que en los años veinte fueron llamados la Neue
nó a la forma hegemónica y replanteó la foto- Sachlichkeit (Nueva Objetividad) los cuales se
grafía artística hoy en día en el mercado tiene oponían a una idea de subjetividad ligada a
vigencia, de tal forma que vivimos saturados de cierta tradición alemana que alcanzó notoriedad
concepciones de este tipo; sin embargo no es después de la Segunda Guerra Mundial con
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V iridiana C hoy
LA SINFONÍA
DEL CINE ALEMÁN
Cuando construyas un muro, sé prudente, ces proyectado. El director del ensamble Alex
construye entres sus piedras una grieta. Otaola, festeja el primer aniversario de Oaxa-
Jaime Moreno Villarreal caCine. Pienso, ¿cuán injusta ha sido la imagen
de Alemania ante el mundo en el siglo xx? La
técnica de expresión corporal son actores. Para desarrollado en exteriores, o bajo el funciona-
los que no estamos habituados a ver danza, nos miento de un teatro. Los bailarines son filma-
recuerdan algo básico: los bailarines no son los dos en estaciones del tren elevado, el S-Bahn,
instrumentos de una coreógrafa, es por eso que acantilados y edificios industriales.
en la película vemos a ejecutores dueños de una Ruttman y Wenders coinciden en un detalle
técnica que construyen junto a su maestra, son en sus documentales, como símbolo de transi-
seres creativos que recrean una escena desde ción de una época a otra, tal vez un homenaje
de su mente, su alma y su cuerpo. a los inicios del cine con la filmación del ferro-
Los más de veinte ejecutores y entrevista- carril de los hermanos Lumière. El cine no sólo
dos, por su selección plantean la diversidad experimenta con nuevas formas narrativas,
en su nacionalidad, edad, disciplina, y con sino en sí mismo se replantea el hecho de hacer
ello complementan los aciertos de la forma de de las proyecciones actos vivos, ya sea a través
representación de Pina Bausch: combinación de las nuevas tecnologías, o la música viva.
precisa entre baile y acción dramática, movi-
mientos cotidianos impregnados de ritualidad,
peso en la voz natural del cuerpo: respiración, Los cuarenta y cinco kilóme-
sonidos guturales, emociones no dichas, pero tros de la vergüenza
interpretadas. Hitler y el nazismo son temas revolcados en sus
Otro acierto en el que se aventura Wenders, múltiples versiones de legitimación los judíos
es que la película está diseñada para proyectar- como los “mártires del siglo veinte”, tópicos que
se en 3D, la posibilidad de la experiencia sen- no les interesa seguir explotanto a los cineas-
sorial de la danza-teatro llevada a la pantalla tas alemanes, ya que vuelven sus miradas a la
abre otros caminos a la percepción del cine: la crítica de la represión y las contradicciones del
puesta en escena en las que se exploran la pan- régimen comunista en la República Democrá-
tomima, la caída, la desesperación…, todo ello tica Alemana.
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La vida de los otros, Adiós a Lenin! y Esto no tos de presión será la pérdida de la privacidad
es California, son algunas de las películas que de los ciudadanos, a través de un organismo
abordan a un socialismo que suena a dictadu- de espionaje y tortura, como lo fue el Minis-
ra. El tema del “muro del socialismo” en las terio para la Seguridad del Estado (stasi) de la
películas es lo contrario del comunismo, de rda.
ese fantasma que recorre Europa, del que nos Dos de los tres directores desarrollan una
hablaban Marx y Engels, y que se suponía de- ópera prima, los temas son muy comunes en
bía causar espanto a las burguesías, tronos y la Alemania de los 90, pero no tan conocidos
gobiernos. El socialismo que retratan los tres en el mundo del cine occidental, motivo para
filmes, describen a un país aislado, las fronte- ser películas bien aceptadas por la crítica y los
ras van más allá de las limitantes materiales de festivales, a casi veinticuatro años del derrum-
un muro. El más aterrador de sus instrumen- be del muro.
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[ 122 ] MISCELÁNEA
El mismo director lo afirma y lo refuta: “Coin- dan referencia de esa falta o exceso de perspi-
cido un poco en que a veces la imagen que se cacia en su tiempo.
tiene de nosotros es de fríos, que no bailamos La imágenes memorables del cine alemán
mucho y que no tenemos humor y hasta cierto que tengo presentes son: el fantástico dragón
punto es verdad, pero por eso con esta película de los nibelungos, el delirante montaje en la
verán un poco de cómo yo me siento como ale- historia del doctor Caligari, la ciudad futurista
mán, ya que me di cuenta que hay trabajo que y la María redentora de la Metrópolis, o el bar-
hacer para mostrar al mundo que no somos rí- co que cruza por tierra la selva amazónica.
gidos y que Alemania está cambiando”. Berlín se ha transformado muchas veces en
un siglo, se ha destruido y más allá de su re-
construcción material, se ha renovado en su
Los cien años de orgullo pensamiento. Cualquiera que sea el sistema de
cinematográfico Alemania, capitalista o comunista, al hacer re-
A inicios del siglo xx quien tuvo la directriz en nacer su ciudad de entre sus cenizas, demuestra
el cine europeo fue Alemania, país que creó con ello el poder de sus ideas. Alemania es un
una intencionada diferenciación entre la es- país que como una sinfonía musical divide sus
cuela de Hollywood y la expresionista. Para movimientos, cada uno con un tiempo y una
su época los directores europeos generaron un estructura distinta a la anterior.
gran aporte a la narrativa cinematográfica con
el uso de los contrastes, el traveling de la cáma-
ra, las sombras, el enfoque de la cámara en la
composición de la escena y no en los actores.
En los años 20 Robert Wiene, Fritz Lang,
Friedrich Wilhelm Murnau, son algunos de los
directores que en la historia del cine mundial
son imprescindibles. Algunos de ellos han in-
fluido a otros directores contemporáneos, fuera
de los parámetros hollywodenses, al copiar esti-
los, con la intencionada idea de hacer homena-
jes a las obras clásicas.
Curiosamente, mientras la crisis de los años
20 y 30 azotan a Alemania, la producción fílmi-
ca se situará en no abordar los temas que mar-
can su contexto histórico-social, y la consigna Viridiana Choy (Oaxaca, 1983). Estudió Ciencias de
la Comunicación y teatro. Es promotora cultural,
es: “el sentimiento de ser diferente”. Temas editora y becaria del Programa de Estímulo a la Crea-
como drogas, homosexualidad y prostitución, ción Artística, en el área de ensayo.
AV I S P E R O
PI
CA
DERO
reseñas
G uillermo de la M ora I rigoyen
EMIL CIORAN,
O EN BÚSQUEDA DE
LA SUBJETIVIDAD
PERDIDA
Cada quién tiene que seguir su camino, puesto que En repetidas ocasiones, Cioran dijo que él
el error más grande que se puede cometer es de escribía siempre el mismo libro; lo que quiere
querer seguir un modelo. decir que dedicó su escritura a plasmar sus ob-
Vale la pena mil veces más malograr sesiones vitales, aquellas que lo acompañaron
todo conservando lo que uno es, que triunfar desde que la consciencia se le instaló como un
adoptando un camino de alguien más. parásito. Admirador de estoicos, hedonistas y
La derrota es un triunfo, si es nuestra derrota. escépticos de la antigüedad (Marco Aurelio,
Sucumbamos con orgullo. Epicuro, Diógenes), así como de moralistas
Carta a Gabriel Liiceanu franceses del siglo xviii (La Rochefoucauld, La
Brouyère, Helvetius) y prosistas vitales como
Vagabundear dentro Nietzsche y Schopenhauer, dedicó su atención
de los confines del alma para convertirse en un “secretario de sus sensa-
multiplicidad de quimeras, el amor que surge Cioran describe este evento en sus entrevistas
tan ridículo como extraordinario; son paradojas como el más trágico de su vida, puesto que
que constituyen la columna vertebral de esta pierde la libertad de deambular por los montes
empresa. Conocerse a uno mismo, implica a su y entablar contacto con los individuos del lu-
vez, desfilar entre abismos. gar de manera libre y despreocupada. Sin em-
bargo, se muestra un excelente estudiante y es
allí donde comienzan sus lecturas formativas:
¿Quién es Emil Cioran? Rousseau, Voltaire, Diderot; así como Nietzs-
Genealogía de un che y Dostoievski. Se confronta a uno de los
insomne precoz temas más capitales para su escritura posterior:
Uno de los más grandes profetas del escep- el tedio.
ticismo en el siglo xx nació en el diminuto “El tedio recomienza en mí, aquel hastío
pueblo de Rasinari en 1911, en la Transilva- que yo conocí en mi infancia algunos domin-
nia dominada por el imperio austro-húngaro; gos, él mismo que devastó mi adolescencia. Un
aunque habitada por una mayoría rumana. Su vacío que evacúa el espacio, y contra el cual
padre fue un pope ortodoxo políglota, cate- sólo el alcohol podía alejarme. Pero el alcohol
drático en teología de la facultad de Sibiu. Su me está prohibido, todos los remedios me son
madre, de quien escribe a su hermano Aurel prohibidos. ¡Y decir que me obstino todavía en
en 1967: “ella nos ha trasmitido el gusto y el algo! ¿En qué acaso persevero? Sin duda algu-
veneno de la melancolía”2, era una mujer de na, justamente en el ser”.5
ascendencia noble, atea y melómana “para mí, En su juventud, se añadirá a su vez el fe-
no hay más que Bach”3 rezaba en discusiones nómeno del insomnio al bagaje de sus obse-
relativas a dogmas religiosos. De esta mezcla siones. La pérdida del sueño lo obliga a llevar
tan particular, de místico y esteta, nace una una vida nocturna en donde las lecturas y los
figura tan singular como Emil, hijo de la bur- paseos moldean su estado de ánimo. Es allí
guesía ilustrada de un lugar remoto de Europa donde conoce la sensación de caída en el tiempo
Central. y en donde comienzan los accesos de lucidez y
En su infancia paseaba libremente por los los sobresaltos nerviosos. “A mis insomnios, les
campos en donde se hacía amigo de los pas- debo lo mejor y lo peor de mí”.6
tores de ovejas y del sepulturero local; una
imagen paradisiaca que remonta a la inevita-
ble nostalgia en sus años seniles: “Si la palabra
2. Carta a su hermano, Aurel Cioran, 1967.
paraíso tiene un sentido, ésta se aplica a este 3. Entrevista de Cioran para la televisión francesa en
periodo de mi vida”4. A la edad de diez años, los años 50.
4. Carta a su hermano, Aurel.
su padre lo lleva a Sibiu, donde cursa la prima- 5. Cahiers, página 24.
ria en la pensión de dos solteronas germanas. 6. Cahiers, página 27.
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[ 128 ] RESEÑAS
peligros de locura a los cuales nos expone, la tos que confieren un destino. Una especie de
intolerancia y la idolatría que implica, el des- movimiento se constituyó en ese entonces, que
caro sublime al cual nos somete. Así me ocu- quería reformar todo, incluso el pasado. No
rrió mucho antes de la treintena, de tener una creí en aquello, sinceramente, ni un instante.
pasión por mi país. Una pasión desesperada, Pero ese movimiento era el único indicio que
agresiva, sin salida, que me tormentó por años. nuestro país pudiera ser otra cosa que una fic-
Mi país… quería que fuera poderoso, desme- ción…”10
surado y demencial, una fuerza feroz, una fa-
10. Mon pays. Manuscrito encontrado por su esposa
talidad que haría temblar al mundo, y éste era (Simon Boué) antes de su muerte, probablemente
pequeño, modesto, sin ninguno de los atribu- escrito en a principios de los años 50.
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[ 130 ] RESEÑAS
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P IC A D E RO [ 131 ]
el diálogo y no nos guarda rencor por haberle “La divinidad de Francia: el gusto. El buen gusto”.
escogido como pretexto teatral de nuestros aba- De la France, 1942
timientos”.
“La conciencia apareció gracias a los instantes de “No cultivan el aforismo sino quienes han co-
libertad y de pereza. Cuando estás acostado con nocido el miedo en medio de las palabras, este
los ojos fijos en el cielo o en un punto cualquie- medio de desmoronarse con todas las palabras”.
ra, entre el mundo y tú se origina un vacío sin el
cual la consciencia no existiría”. “El pesimista debe inventarse cada día, nuevas
razones para existir: Es una víctima del sentido
“De los filósofos, sólo nos intrigan aquellos que, de la vida”.
exasperados por los sistemas, se pusieron a bus-
car la felicidad. Así nacen las filosofías crepuscu- “Todo pensador, al principio de su carrera, opta
lares, más consoladoras que las religiones, pues a pesar de sí, el camino de la dialéctica o de las
nos liberan de todas las prohibiciones…” lágrimas”.
De lágrimas y santos, 1937
“Yo creo en la salvación de la humanidad, al fu-
turo del cianuro…”
“La vida, cuando no es sufrimiento, es un jue- Silogismos de la amargura, 1952
go. Debemos por lo tanto reconocerle a Francia
el haberlo cultivado con maestría e inspiración.
Allí es donde aprendí a tomarme en serio sólo en “Sería emprender la narración de una pesadilla
la oscuridad, y en público, a burlarme de todo”. el describirle con minucia la historia de mis rela-
ciones con este idioma prestado. Todas aquellas
“Los países, desgraciadamente, existen. Cada palabras pensadas y repensadas, afinadas, sutiles
uno cristaliza una suma de errores, que cultivan, hasta la inexistencia, curvadas por la timidez de
combinan, y a quienes otorgan cursos y validez. los matices, inexpresivas por intentar explicarlo
Su totalidad constituye la individualidad de todo, cobardes de precisión, cargadas de una fati-
cada uno de ellos, y su orgullo implícito”. ga y de un pudor, discretas hasta la vulgaridad…
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[ 132 ] RESEÑAS
Ni un rastro de tierra, de sangre o de alma en “Un pensamiento fragmentario refleja todos los
ellas. Una sintaxis rigurosa, una dignidad cada- aspectos de la experiencia, un pensamiento sis-
vérica las aprisiona y les asigna un lugar donde ni temático no refleja más que uno sólo; el aspecto
Dios mismo podría reasignarlas. Qué consumo de controlado, y al mismo tiempo empobrecido… El
café, de cigarrillos y de diccionarios para escribir sistema es siempre la voz del jefe: es por ello que
una frase relativamente correcta en esta lengua todo sistema es totalitario, mientras que el pen-
inabordable, demasiado noble, y demasiado dis- samiento fragmentario permanece libre”.
tinguida para mi gusto!” Entrevista con Fernando Savater, 1977
Respecto a la escritura en francés.
“La patria no es más que un campamento en el “Nos encontramos todos en el fondo de un infier-
desierto” reza un texto tibetano. Yo no voy tan no, en donde cada instante es un milagro”.
lejos: cambiaría todos los paisajes del mundo, Aveux et Anathèmes
por aquel de mi infancia. Aunque me faltaría
añadir que, si hago de ella un paraíso, hago res-
ponsable a las prestidigitaciones o a las enferme-
dades de mi memoria. Todos somos perseguidos
por nuestros orígenes”.
Historia e utopía, 1960
AV I S P E R O
A lice R eynoso
Juan Pablo Anaya, Kant y los extraterrestres concertada tras vicisitudes y complicaciones de
Fondo Editorial Tierra Adentro, 2012 la vida diaria, el Vigilante, de suyo una persona
distraída —cosa que le ocasionaba innumera-
1. Durante la presentación del libro de Anaya (a la que el aprendiz de ufólogo asistió tras su conversación con el
escritor), no pudo evitar sonreír, cuando una escritora de renombre le hizo saber que no sólo él había quedado
obnubilado con la lectura del clásico.
[ 134 ] RESEÑAS
2. La misma escritora contó esta anécdota en la presentación del libro, contribuyendo al pasmo del alguna vez
Vigilante.
3. En el libro de Juan Pablo Anaya se encuentran referencias al cómic The Watchmen, de aquí el guiño.
4. Juan Pablo Anaya, Kant y los extraterrestres, Fondo Editorial Tierra Adentro, 2012, p. 50
5. Ibidem.
6. Ibidem.
7. Durante la presentación del libro.
8. También, durante la presentación.
9. Un apunte directo del autor.
AV I S P E R O
P IC A D E RO [ 135 ]
devino fan con el tiempo, hablaba de replican- tes tuvimos un escaparate público tan grosero
tes: “replicas (que) no pueden ser consideradas de recuerdos ¿propios?, que, a distintos niveles,
individuos, pues las vivencias, el aprendizaje y, se mezclan con los que emiten, prefabricada-
finalmente, los significados de su memoria no mente, pantallas, celulares, tabletas. Y aunque
fueron naturalizados por su propio cuerpo”.10 aquí necesitaríamos hablar de clase —se decía
Saber que en teoría, con la teoría, éste era un a sí mismo— es un hecho, que en lo que ati-
libro que filosofaba. Leer que es posible ejercer naremos a llamar “cloud colectivo”, abundan
“una sospecha bien fundada hacia las impos- moldes, cuadros para introducir comentarios,
turas de nuestra memoria”11. Y, en su hangout “alzar” la voz, expresarse, dejar un trazo en dis-
con quien pensó lo guiaría por otros mundos, positivos de interfases y corporeidad diversa:
escuchar a través de una pantalla, que esa me- los quince minutos de fama de Andy Warhol
moria, y las emociones ligadas a ella, “están cris- (que implican dejar huella en una memoria co-
talizadas en los dispositivos mnemotécnicos”12, lectiva) se han vuelto horas, siglos. Hay ecos
y que muchos de ellos, populares en la vida de nuestras memorias plasmadas en una gran
de tantos, tienen estrecha relación con la tec- nube de dispositivos mnemotécnicos relacio-
nología. El tema había sido parte central de su nados con la tecnología. Nos replican, en efec-
plática cibernética con Anaya, quien, enérgico, to. Los replicamos:
había declarado: “Creo que sí me compro la te-
sis radical de que (las tecnologías, por ejemplo, La ingesta diaria de series televisivas,
las de punta) le dan forma a la manera en que cereales para el desayuno, canciones, revistas
pensamos y a la manera en que sentimos. Por pornográficas y un largo etcétera, conforman
supuesto que marcan muchas posibilidades de un entramado complejo de valores y discursos
sentir nuevas emociones. Y creo que de lo que se que nos habría formado más que los mitos
trata es de explorarlas”. Y el explorador de cielos acerca de la nación, el catecismo y las máximas
lo había leído claramente en el libro (entendido scouts. Esa memoria prótesis definiría nuestra
apenas): “La memoria implantada que mode- existencia precisamente como la de una
laba la sensibilidad de las réplicas más sofis- réplica.14
ticadas en Blade Runner podríamos volverla
una analogía para nosotros mismos”13. Resul- Ya en su época docente, el ahora ex Vigilan-
ta, pensó muchos años después, que nuestras te solía, cuando dejaba el libro de Anaya a sus
memorias se almacenan, que quizá nunca an- pupilos, llevar su aproximación de exégesis
10. Juan Pablo Anaya, Kant y los extraterrestres, Fondo Editorial Tierra Adentro, 2012, p. 15.
11. Ibidem.
12. Juan Pablo Anaya, durante su conversación con el joven auscultador de cielos.
13. Juan Pablo Anaya, Kant y los extraterrestres, Fondo Editorial Tierra Adentro, 2012, p.22.
14. Juan Pablo Anaya, Kant y los extraterrestres, Fondo Editorial Tierra Adentro, 2012, p.22.
AV I S P E R O
[ 136 ] RESEÑAS
por ciertos caminos específicos. Su claridad al de la melancolía humana por el futuro, o que
respecto vino de varias epifanías que tuvo tras ofrece una breve historia de ciertas formas de
su encuentro con el —siempre lo recalcaba— pensar que… ¿Podrían dar pistas sobre una
ganador del Premio Nacional de Ensayo Joven propensión humana a añorar el futuro? Cuan-
José Vasconcelos 2012. Kant y los extraterres- do el entonces vigía le preguntó por algo que
tres, decía, es un libro que —más allá de los le intrigaba, a saber, un fragmento del libro en
marcianos y el filósofo alemán— quiere cons- donde —lo supo después— Anaya refrasea a
truir un juego de yos capaz de excavar propo- Kant16, y señala hacia “el cielo azul entre cuyas
siciones desde una idea central y ejercer una nubes puede aparecer una nave extraterrestre y
forma viva de hacer ensayo. “Esa idea de salirse (subraya) la melancolía que la constante espera
de ti mismo, para ensancharte, para ponerte en de este posible acontecimiento produce en el
cuestión, (y que implica) un camino de regre- que mira”17, el escritor guardó primero silen-
so. […] Esa idea de generarme una pandilla a la cio. El aprendiz de objetos voladores en el cie-
que siempre he querido pertenecer.”, como lo se atrevió entonces a extender la pregunta,
le había comentado Anaya. Y su interpretación que parecía venir no de él, sino de allende las
continuaba: Kant y los extraterrestres es además estrellas: ¿esta melancolía por el futuro es una
un alegato en favor de poner en la mesa, lo que especie de ansiedad de lo que no se va a alcan-
el autor, “ufólogo de medio tiempo”15, acota zar con la memoria? La respuesta del escritor
como memoria implantada industrialmente, y abrió caminos en vez de definir uno: “Deleuze
qué tanto de esa memoria abarca nuestra me- dice sobre el arte, citando a uno de los teóricos
moria física. Pero, sobre todo, insistía, quizá de la Bauhaus, que el arte siempre es un arte para
sea un libro que traza parcialmente los caminos un pueblo por venir. El arte carece de una co-
AV I S P E R O
P IC A D E RO [ 137 ]
munidad concreta, pero trata de imaginar una quedemos. Quizá esto es lo que genera una
comunidad posible, aunque no le toque verla sensación de melancolía. Y lo que quería en el
en vida. Esto me ha hecho pensar que la cien- libro era decir también que la inquietud que
cia ficción siempre está apelando a eso, porque produce la llegada del futuro es lo que genera
está imaginando comunidades futuras. Ahora, un sentimiento de melancolía”.
la melancolía es una tristeza que no tiene obje- Cuando el aprendiz de ufólogo, ahora maes-
to, en la tristeza hay algo que perdiste. Cuando tro de filosofía, vio por primera vez la película
estás melancólico no sabes qué fue lo que se alrededor de la cual gira la esencia de Kant y los
perdió. Quizá el punto sea dar cuenta de este extraterrestres, volvió a esta reflexión, particu-
agujero de un futuro que no sabes cuál era y larmente en una secuencia del filme en la que
al cual no lograste acceder. Además, ahora te- un androide rebelde, a punto de ajusticiar al
nemos un futuro lleno de imágenes. Nos toca policía que lo persigue, tiene un arranque me-
especular cuál será la imagen con la que nos lancólico en donde, precisamente, se lamenta
AV I S P E R O
[ 138 ] RESEÑAS
18 La famosa frase es quizás uno de los guiones de cine más citados. Corresponde a un momento clave en Blade
Runner referido aquí. Ver, tantas veces como se pueda, Blade Runner (1982), de Ridley Scott.
19 Juan Pablo Anaya, Kant y los extraterrestres, Fondo Editorial Tierra Adentro, 2012, p. 70.
AV I S P E R O
ZUM
BI
DO
entrevistas
M a t e r n a l • P r e e s c o l a r • P r i m a r i a • S e c u n d a r i a • P r e p a r a t o r i a
La buena educación de
un pueblo se ve reflejada
en su grandeza.
ADICCIÓN A
LOS ALEMANES
entrevista a J uan V illoro
1. Traducciones de Villoro: Capote, Truman, Un árbol de noche. 1989; Goethe, Johann Wolfgang, Egmont;
Greene, Graham, El general. 1985; Lichtenberg, Georg Christoph, Aforismos. 1989; Müller, Heiner, Cuarteto.
1996; Rezzori, Gregor von, Memorias de un antisemita. 1988; Schnitzler, Arthur, Engaños. 1985. El teniente
Gustl, 2006; Frisch, Max, Cuestionarios, 1995; Brecht, Bertotl, Un artista consumado, 1997. Soy dramaturgo,
1998.
[ 142 ] ENTREVISTAS
AV I S P E R O
ZUMBIDO [ 143 ]
AV I S P E R O
[ 144 ] ENTREVISTAS
J. V.: Lo primero que descubrí fue que no me gusta tanto como el español. Pasados los años,
gustaba ser agregado cultural. El mundo de la soñar en alemán se volvió menos traumático.
diplomacia es bastante inútil, está lleno de si- He soñado también en otros idiomas y en una
mulaciones y transcurre en un limbo en el que mezcla de todos ellos, un poliglotés onírico.
no te integras al país de llegada y te alejas del
tuyo. No quise seguir en la carrera. Pero me inte- A. B.: Sergio Pitol, amigo y maestro suyo, tie-
resaba mucho vivir en Alemania, porque había ne un libro con un título encantador: Adicción
estado en el Colegio Alemán, donde tuve una re- a los ingleses. Podemos decir que sus ensayos
lación equivocada con el idioma. Al ser una len- sobre alemanes, al igual que los de Pitol con
gua impuesta, de enorme dificultad y poco uso los ingleses, comprenden esa particularidad de
en la cotidianidad mexicana, el alemán me pa- unir datos biográficos, comentarios históricos y
reció un castigo del que quería liberarme. Juré anécdotas cargadas de un humor sutil. ¿Piensa
no volver a hablarlo. Se trataba, obviamente, usted en su lector, en tratar de informarle lo
de una rebeldía infantil. Cuando empecé a leer más posible, o deja ese trabajo a los académicos
por gusto me pareció absurdo no leer a los ale- y a los enciclopedistas?
manes en el original. Grass, Mann, Kafka y Böll J. V.: Sí, estoy convencido de que el ensayo debe
me reconciliaron con el idioma. La ventaja de ser un género útil en el más literal de los sen-
ser agregado cultural es que el trabajo era un tidos. Debe establecer contextos, ofrecer datos
tanto fantasmagórico y tenía las tardes libres. variados sobre el autor, relacionar la obra con la
Esto me permitió estudiar mucho por mi cuen- vida, señalar fechas pertinentes. Es un compro-
ta. Además, Sergio Pitol estaba en Praga y lo miso básico para llegar a lo más importante: la
visitaba muy seguido. Él era mi guía en los ve- impresión personal de la obra, las ideas origina-
ricuetos de la diplomacia, leía mis manuscritos, les. Sin lo primero, lo segundo carece de peso.
me impulsaba a traducir, en fin, era un maestro Es imposible saber si en verdad arrojas nueva luz
múltiple. Trabamos una amistad muy intensa, sobre una obra, pero sin duda puedes tener una
apoyados en la circunstancia de estar lejos de idea de si tu ensayo ofrece datos útiles. Otro as-
nuestros demás amigos. pecto decisivo es que se trata de un género litera-
rio y, por lo tanto, representa un elevado desafío
A. B.: ¿En esos años, mientras dormía, soñaba de escritura. He tratado de darle a mis ensayos
en alemán? los mismos valores narrativos que a mis cuen-
J. V.: A veces sí. Dicen que soñar en otro idio- tos. No son, evidentemente, los ensayos de un
ma es una prueba de que lo has hecho tuyo. erudito. Me muevo en una zona intermedia, as-
Cuando salí del Colegio y repudiaba el alemán, pirando a que los textos funcionen como divul-
tenía pesadillas en ese idioma. El inconsciente gación para quienes no han leído a los autores
me castigaba de ese modo. Quizá la mejor en- que menciono y que aporten al menos un dato
señanza del Colegio Alemán fue que nada me singular para quienes los conocen mejor que yo.
AV I S P E R O
ZUMBIDO [ 145 ]
A. B.: Sus ensayos sobre literatura alemana tie- Domínguez escribió que mis ensayos sobre Li-
nen un tono narrativo y apegado a la crónica. chtenberg o Valle-Inclán le parecían mejor lite-
¿Cómo es su método de trabajo para esa parte ratura que mis cuentos. Lo decía con cierto tono
de su labor de escritor, siendo usted un escritor de reproche, pues me veía básicamente como un
que incursiona en diversos géneros literarios? cuentista. Se trata de un juicio extraño, sobre
J. V.: El disparador es siempre el impacto que todo, viniendo de un buen ensayista, porque
la obra tiene sobre mí, salvo en algunos casos, los ensayos son literatura. Lo que es incuestio-
como el de Klaus Mann, que me interesa más nable es que no podría escribir ensayos de ese
por su historia de vida. Michel Tournier escri- modo si no escribiera cuentos.
bió a propósito de él un ensayo de título inme-
jorable: “Klaus Mann o la dificultad de ser hijo”. A. B.: En 1912 Stefan Zweig escribió a propó-
Sus contemporáneos pensaban que ser hijo del sito de J. Wassermann: “En Alemania presen-
egregio Thomas Mann debía ser una ventaja, taría un peligro engañoso suponer que el arte
pero esto suele no ser así. Soy hijo de un filóso- narrativo alemán desde hace muchísimo tiem-
fo, conozco a muchos hijos de intelectuales po, quizá desde la aparición del Werther, no ha
y estoy convencido de que, más que una ventaja, ejercido la menor influencia sobre la literatu-
eso suele ser una escuela de perturbación emo- ra universal […] Basta hojear los listados de
cional. Klaus Mann se suicidó y nunca pudo las ediciones inglesas, francesas e italianas que
afectar de verdad a un padre demasiado inte- pretenden reunir los standard works”. ¿Qué tan
resado en sí mismo. Desde que vi la película cierto es la apología de Zweig un siglo después,
Mefisto, de István Sabó, me interesó mucho y más en la literatura de habla española?
su principal novela. En fin, ahí hay un tema J. V.: Kafka y Robert Walser han tenido una gran
que escapa al impulso propiamente literario. influencia en Vila-Matas, Bernhard en Javier
En los demás casos, el disparador es la escritu- Marías y en Félix de Azúa, Humboldt dio pie a
ra, y de inmediato me interesa representarme una obra de Ibsen Martínez, Pablo Soler Frost
el contexto y las condiciones en que esa obra y Javier García-Galiano son germanistas apasio-
fue posible. En alguna ocasión, Christopher nados, Eduardo Lizalde le debe mucho a Rilke
AV I S P E R O
[ 146 ] ENTREVISTAS
y Francisco Cervantes a Hölderlin, Ricardo Pi- importante de esa lengua que no extienda la
glia se ha interesado mucho en Bertolt Brecht, y narración al pensamiento. Peter Handke es un
Sergio Pitol es devoto de los diarios de Thomas ejemplo muy claro al respecto. El ensayo que
Mann, en fin, sobran vasos comunicantes. le dediqué se llama “La vida de la mente”, lo
cual refleja la importancia de las ideas en su
A. B.: ¿En sus estancias en Alemania ha podido narrativa.
averiguar que tanto leen los alemanes a los la-
tinoamericanos? ¿La industria del libro alemán A. B.: Ha traducido a escritores como Arthur
favorece a nuestra lengua? Schnitzler, Georg Christoph Lichtenberg, Hei-
J. V.: El gran problema es que los autores lati- ner Müller y Gregor Von Rezzori. ¿Cómo ha
noamericanos llegan filtrados a través de Espa- sido su experiencia como traductor?
ña, donde están las principales editoriales. Aun J. V.: En todos esos casos ha sido muy estimu-
así, Alemania es uno de los países que más tra- lante, pero por distintas razones.
duce y que más generosamente se interesa en lo Heiner Müller vivió en la Alemania comu-
que pasa en otras lenguas. nista, donde la censura era fuertísima. Por lo
tanto, era un virtuoso en decir las cosas entre
A. B.: ¿De la nueva generación de escritores líneas, en aludir a la realidad sin denunciarla
en lengua alemana, no importando su nacio- abiertamente. Su obra de teatro Cuarteto está
nalidad, tiene contacto con ellos, conoce sus llena de valores entendidos. Es una recreación
obras? Hablo prácticamente de las últimas dos de Las relaciones peligrosas de Laclos, y convier-
o tres décadas. te el idioma de la Ilustración en un lenguaje
J. V.: He conocido personalmente a F. C. De- represivo, sádico, cuartelario, burdelero. En un
lius, Ingo Schultze, Cristoph Buch, Cristoph principio fui incapaz de ver las posibilidades
Ranzmayr, Günter Grass, entre algunos otros. escénicas del texto. Sólo con el montaje de
Ludwik Margules, que me había encargado la
A. B.: “Si para Borges la metafísica es una rama traducción, entendí la fuerza dramática de la
de la literatura fantástica, los escritores de escritura. Como la cultura en lengua españo-
habla alemana de la literatura suelen ser una la no tuvo una auténtica Ilustración, contrasté
forma de la filosofía. Las novelas de Hermann el lenguaje moderno y prostibulario con uno
Broch, Thomas Mann, Robert Müsil y Elias Ca- más antiguo, el del Siglo de Oro. El desafío de
netti son formidables ensayos”, escribió usted este texto era el decir mucho por alusión, en
en su ensayo sobre “Arthur Schnitzler”. ¿Sigue forma esquiva, indirecta.
la nueva joven narrativa alemana ese mismo Rezzori es un autor proustiano, memorioso,
impulso de sus precursores? con una riqueza de vocabulario amplísima. Ahí
J. V.: Herta Müller y Elfriede Jelinek son autoras el reto fue el de usar un lenguaje que nunca
muy reflexivas. Es difícil concebir a un autor jamás pensé que debería poner en práctica. Por
AV I S P E R O
ZUMBIDO [ 147 ]
AV I S P E R O
F austo R asero
JONATHAN BARBIERI
Y EL CULTIVO DE LA
MANDRÁGORA
AV I S P E R O
[ 150 ] ENTREVISTAS
que el día que visité su estudio en las afueras primario, original, en una palabra, auténtico”.
de Oaxaca, su obra me había parecido per- Visto de ese modo, Jonathan Barbieri es un ja-
turbadora. Me confesó que muchas personas balí que deambula en una colonia de morsas.
le habían dicho eso anteriormente, no todas Sus influencias pictóricas se ubican muy lejos
como un cumplido. Su respuesta y el mezcal del entorno oaxaqueño. Quizá la más remota
me alentaron a preguntar si tenía, entre todos se encuentra en un ring de boxeo en el Up-
sus cuadros, alguno que le produjera el mismo per West Side de Nueva York. Se trata de una
efecto. Luego de un minuto de silencio, mien- escena pintada por el estadounidense George
tras buscaba más en su inconsciente que en su Bellows en 1909 que lleva por título Stag at
memoria, me dijo que sí, que había un óleo Sharkey’s. Las fuertes pinceladas con las que el
sobre tela de 1997 que tenía guardado desde autor define el cuerpo y, sobretodo, el rostro de
hacía varios años en el sótano de la casa de un sus personajes principales, un par de boxeado-
amigo, en California, porque le resultaba difí- res, otorgan una singular textura visual al cua-
cil enfrentarse a aquello que había pintado. Le dro, y por singular quiero decir que esa forma
propuse adquirir aquella pieza sin verla pre- de pintar se apartaba de la tradición romántica
viamente, a lo que él accedió de inmediato y imperante y anunciaba en América, en la pri-
fijó una cantidad casi simbólica. Al estrechar mera década del siglo xx, el surgimiento del
nuestras manos para cerrar el trato sentí en él Expresionismo, en Europa.
la alegría de quien se quita un peso de enci- En la obra de Barbieri hay un elemento recu-
ma. Meses después, cuando recibí en mi casa rrente y perturbador: la sangre. Por eso, antes de
la pintura, tuve la dimensión exacta de la carga seguir adelante en el camino de sus influencias
que Barbieri me había trasladado. El cuadro se pictóricas, voy a referirme a otro cuadro de Be-
llama El hermano. llows con el propósito de ejemplificar el efec-
Asentado en Oaxaca desde hace treinta to que logran ambos artistas con ese elemento
años, este pintor estadounidense ha desarrolla- compositivo. El óleo se llama The Germans
do una obra apartada de la temática y el tra- Arrive y fue pintado en 1919. El episodio plas-
tamiento que prevalecen en las artes plásticas mado, aparentemente real, debió llegar a oídos
oaxaqueñas desde hace tres o cuatro décadas. de Bellows gracias a inmigrantes europeos que
Para explicar su singularidad en la escena oaxa- encontraron en Estados Unidos un refugio ante
queña, traigo a colación las palabras de Robert la Primera Guerra Mundial. En él aparece en
Valerio: “La mayor parte de lo escrito sobre la primer plano un par de soldados alemanes so-
pintura oaxaqueña contemporánea se dirige, metiendo a un enemigo belga, una especie de
en busca de explicaciones, hacia el pasado (co- cristo descalzo y semidesnudo, que se contor-
lonial o prehispánico), hacia el entorno (arqui- siona luego de que le han sido amputadas am-
tectura, artesanías, costumbres, luz oaxaqueña, bas manos con un sable; al fondo otro soldado
tonos de tierra), hacia todo lo que se considere alemán sujeta por el cuello a una mujer ves-
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ZUMBIDO [ 151 ]
tida de blanco, madre o esposa del mutilado, (con este tema existe una serie de litografías
cuyo ropaje remite a la pacífica neutralidad del realizadas en 1896, impresas en París, a una
pueblo belga, una neutralidad que resultó un sola tinta, cuyos ecos se advierten con claridad
obstáculo para los germanos a la hora de trazar en la obra gráfica de Barbieri); al expresionista
la ruta más corta entre Alemania y Francia. La austriaco Egon Schiele (1890-1918), del Neu-
obra es lo que podríamos llamar un “juego de kunstgruppe, por la vibrante representación de
espejos” en cuanto a influencias se refiere, ya la figura humana. También al expresionista
que el tema que aborda, la guerra y sus horro- germano Max Beckmann (1884-1950) por su
res, nos remite a otro artista que Barbieri reco- manera de plasmar los horrores de la guerra en
noce como maestro: Goya. A diferencia de la cuerpos mutilados (los trazos de su obra Los
escena de box, en ésta no hay pinceladas vi- amantes I reflejan una hermandad con los di-
gorosas llenas de contrastes y movimiento, no, bujos de Jonathan Barbieri); otro expresionis-
aquí la luz es equilibrada, los trazos suaves, las ta alemán que no puede faltar es Emil Nolde
formas definidas y los colores pálidos. Sin em- (1867-1956), por sus rostros plagados de sole-
bargo, Bellows consigue un fuerte dramatismo dad y angustia. Quiero terminar esta lista, salvo
al poner el énfasis en los muñones del soldado que es interminable, con el ruso Chaïm Soutine
belga, como si el cuadro entero, si Europa en- (1893-1943), además de su enorme influencia
tera, se desangrara por esas heridas. en la obra de Barbieri (ver de este último La nube
La pintura de Jonathan Barbieri posa su ca- verde, óleo de 1994), hay una anécdota que los
ballete en ambos lados del Atlántico. He citado acerca aún más: el ruso trasladó hasta su estu-
a Bellows en Estados Unidos, debo citar tam- dio una res muerta como modelo para una ver-
bién a Albert P. Ryder (1847-1917) por el vigor sión propia del Buey desollado de Rembrandt.
que imprime a las fuerzas de la naturaleza para Algo similar hizo Barbieri en dos ocasiones,
acentuar la fragilidad de la condición humana; una vez con la cabeza de un cerdo (El sacrificio)
a Joseph Stella (1877-1946), italiano asentado y otra con una cabeza de buey (Cabeza de toro).
en Nueva York, y su análisis de la industria- La viscosidad de la carne descompuesta se pue-
lización estadounidense como una nueva re- de tocar en esos lienzos.
ligión, sus obras sobre el puente de Brooklyn Existen varios puntos de coincidencia en los
nos remiten más a una catedral gótica que a artistas que he mencionado como parte de
una estructura industrial; a Robert Motherwell las influencias pictóricas de Jonathan Barbieri.
(1915-1991), notable impulsor del expresio- Quiero destacar solamente tres: coincidir en un
nismo abstracto, y sus pinturas negras. Por la periodo que va de la segunda mitad del siglo
parte europea debo mencionar al noruego que xix a la primera del siglo xx, ser notables re-
prefiguró el Expresionismo, Eduard Munch tratistas y su interés por reflejar la soledad y el
(1863-1944), especialmente por sus cuadros dolor humano. Cabe preguntarnos qué ocurrió
inspirados en la enfermedad de su hermana en Europa y América en el periodo señalado.
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ZUMBIDO [ 153 ]
Entre otras cosas, me parece que Occidente antes de la Primera Guerra Mundial, movidos
salía de un largo periodo de ignorancia, prin- por la intuición, la miseria o la expansión de
cipalmente en el campo de las ciencias factua- las comunicaciones marítimas, muchos euro-
les. La Escuela de Viena, impulsada por Carl peos viajaron a América, entre ellos artistas
Von Rokitansky, estableció nuevos paradigmas como Joseph Stella que portaban noticias de
científicos a finales de 1800 y propició la espe- la gestación de movimientos artísticos de van-
cialización y la aplicación de la Ética en el cam- guardia en el viejo continente. Estados Unidos
po de la medicina. Poco después, a principios no presentaba un escenario de cuerpos mutila-
de 1900, el también austriaco Sigmund Freud dos en sus calles y ciudades bombardeadas que
presentó su teoría del psicoanálisis, convirtién- excitaran la creatividad de sus artistas locales
dose así en uno de los pensadores más influ- e inmigrantes, pero ofrecía a cambio el de la
yentes del siglo xx. En industrialización. A final
parte gracias a estos dos de cuentas, sabemos que
acontecimientos capita-
Jonathan Barbieri ambos escenarios han lo-
les, Viena se convirtió en ha hecho de su grado producir horrores
el polo que atrajo a cien- pintura una suerte de semejantes.
tíficos, intelectuales y ar- calamidad creativa, Poniendo el foco
tistas. No es casual que a ha cultivado durante nuevamente en la obra
la sombra del psicoanáli- décadas una obra que de Jonathan Barbieri,
sis y las autopsias in situ, puedo decir que en ella
florece, lo mismo que
los artistas comenzaran a se encuentra una temá-
buscar la semejanza ín-
la mandrágora, al pie tica diversa y oscilante.
tima entre sus obras y del patíbulo de los Están ahí lo sagrado y lo
el individuo. El paisaje condenados. profano (El santo patrón
pasó a segundo plano y de las cosas mundanas), lo
el retrato abrió nuevas posibilidades de expre- diminuto y lo inabarcable (Nena con gigante), el
sión al pesimismo y desamparo de la vida mo- júbilo y el desencanto (La terrible equivocación),
derna. Si Austria brindó un escenario propicio la vida en sociedad y el destierro (La aldea),
para la creación, Alemania no, y sin embargo fue lo consciente y lo inconsciente (El retrato), la
aquí a donde el Expresionismo migró y alcan- soledad acumulada (La vida), lo real y lo oníri-
zó sus luces más altas. Ataviada como actriz co (La tiranía del miedo), la lucidez del alcohol
principal de dos guerras mundiales, Alemania (Otra vez esta maldita felicidad), la inocencia
ofreció paradójicamente temas suficientes para como un arma (Los colmilludos), la voluntad al
inspirar la creación, al tiempo que persiguió, servicio del deseo (Circe). Barbieri es un pintor
expulsó o condenó a la mayoría de artistas que de caballete, pero también ha realizado obra
querían tomar la guerra como motivo. Poco gráfica, dibujos y experimentado con radiogra-
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Alberto “El Negro” Ibáñez
[ 156 ] ENTREVISTAS
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