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Sanchez Perez Brandon

Heródoto es un historiador el cual al leer su texto pude identificar varios temas los cuales
me parecieron de cierto modo importantes de explicar, sin embargo me concentrare en
argumentar, el, ¿por qué? la codicia y el querer más de los hombres son lo principales temas a
tratar. Desde un principio, Heródoto dice que, independientemente de quien haya iniciado el
conflicto entre persas y griegos, él, indagara las causas y expondrá los resultados, que su
investigación le ha dado, y aquí es donde yo empecé a interpretar lo que, indirectamente los
resultados de Heródoto demuestran. En muy buena parte, del libro uno, se menciona a varios
Gobernantes, de diferentes lugares, que tuvieron que ver directa o indirecta mente en el
conflicto bélico Grecia contra Persia y en cada relato yo pude identificar algo en común, estos
gobernantes que hace mención Heródoto en la mayoría de los casos quieren poseer lo que para
ellos es lo más bello del mundo (dígase una mujer) ,ser el hombre más afortunado del mundo o
que los mismos dioses le den predicciones favorables a su futuro, pero aquí hay algo más
profundo de analizar, el Hombre es un ser el cual no dudara en hacer cualquier cosa para que su
palabra o sus deseos se hagan realidad, a él no le importar que vean desnuda a su mujer,
secuestrar a mujeres, sobornar con regalos preciosos a una persona que supuestamente habla
con los dioses, mandar a matar a su propio nieto o incluso asesinar a un niño y dar su carne de
comer a su padre, es algo que Heródoto a lo largo de su obra, no lo deja ver explícitamente, pero
yo puede identificarlo, además el gran factor por el cual también creo que mis afirmaciones son
ciertas es el hecho de que las fuentes de Heródoto eran órales esto significa que solo escuchaba
y con base en eso escribía sus historias, si bien es cierto esto podría contradecir mis teorías ya
antes mencionadas, por el hecho, de que pudo a ver sido que la gente callera en juicios de valor
y no le dieran a Heródoto información verídica de los acontecimientos y personajes, alterando la
información y dándole a Heródoto lo que a ellos les convendría, pero esto más que
contradecirme me ayuda a explicar que los hombres siempre o en la mayoría de los casos
buscara su conveniencia o la de su pueblo, pues bien como menciona el mismo Heródoto, no se
fía del todos los testimonios que recibe de parte de los oráculos y de las personas que el mismo
entrevista, si bien es cierto una buena parte de su vida se la paso recorriendo los diferentes
puntos del mundo antiguo para recabar información de las guerras Medicas, la información que
se tenía en ese entonces siempre se veía nublada con la codicia y el deseo de los hombres,
respecto a los sucesos que habían pasado en los diferentes lugares, además, la obra de Heródoto
siempre tiene presente esta pisca de tragedia, pues, como ya mencione, los gobernantes que
aparecen a lo largo de la obra tienen un final trágico, o se ven decepcionados por no haber
logrado su cometido, y eso al lector o al escucha le hace sentir una sensación de alivio, de
venganza y en unos casos contados de tristeza, ya que dicho personaje no debió haber
terminado de esa manera, pero bueno la verdad es que al final la codicia y la ambición de los
hombres de tener más en esta vida, se ve frustrada por ellos mismos, ya que, si tomamos como
verídico lo escrito por Heródoto, ellos mismos al tratar de cumplir cual magnifico deseo suyo,
solo encontraron la muerte, o en menor medida su deshonra y la caída su imperio. Es de
resaltar una frase que, para a mis oídos los hacen retumbar, si bien no he de juzgar al personaje
(Creso), si dejaría bien claro que en esa época el concepto de dichoso, no refiriese a las
posesiones materiales, si no a lo que cada hombre interpreta por esa palabra, además de creerse
el hombre más dichoso del mundo. «Amigo ateniense, hasta nosotros ha llegado sobre tu
Sanchez Perez Brandon

persona una gran fama en razón de tu sabiduría y de tu espíritu viajero, ya que por tu anhelo de
conocimientos y de ver mundo has visitado muchos países; por ello me ha asaltado ahora el
deseo de preguntarte si ya has visto al hombre más dichoso del mundo».(Heródoto, Historias. P-
108). Pues desde este punto, he de argumentar porque, a mi parece la idea de Heródoto con
respecto a la Historia que el escribe en su primer Libro y en las demás páginas, es una idea de
historia Belica-Dramatica (Tragedia), porque pienso esto, pues, como ya comente en la página
anterior, el texto que he leído está repleto de narraciones bélicas o comienzos de estas pero al
final todo este conflicto termina en desgracias que se pudieron haber evitado, si, los hombres
que menciona Heródoto, hubieran tenido un punto de reflexión más alto, ya que, en la gran
parte de las historias los gobernantes son necios es sus cometidos y siempre buscan tener razón
en lo que dicen siendo segados por su propia codicia e ignorancia. Mencionare dos ejemplos
los cuales me llamaron mucho mi atención el primero es el de Caudales, el cual, si bien es cierto
no contiene en su historia nada de eventos bélicos si contiene eventos dramáticos los cuales
provocan su muerte, a partir de su codicia y deseo de creer que su mujer es la más bella del
mundo, en este caso la mujer de Caudales tiene un buen motivo para haber mandado a asesinar
a su marido pues ya que desde esos días en la cultura Persa se tenía la idea de la deshonra que
provocaba el haber sido vistos desnudo por otra persona ajena a su familia, y esta deshonra es
peor para las mujeres, pues bien Caudales a pesar de estar al tanto de lo que podría suceder si
ven a su esposa desnuda, obliga a uno de sus más leales oficiales a ver a su esposa desnuda, él,
pensando que sus esposa jamás se daría cuenta de lo sucedido, decide esconderlo en su
habitación y que esperase hay hasta que su mujer se despojara de sus prendas, pero ella logra
darse cuenta, y sabiendo la deshonra que esto significaba manda a matar a su marido y el
asesino es nada más que su fiel oficial, es un final triste para un hombre que de verdad amaba a
su mujer y que incluso la adoraba como la más bella del mundo pero ese mismo afán de creer
que él tenía la razón indiscutible lo llevo a su propia Muerte, «Giges, como creo que, pese a mis
palabras, no estás convencido de la belleza de mi mujer (porque en realidad los hombres
desconfían más de sus oídos que de sus ojos), prueba a verla desnuda».(Herodoto-Historias.P-
92). El segundo caso es el de Creso pero no el ya mencionado, al continuar la lectura en un
momento en específico, Creso con toda la ambición de vencer y conquistar a unos Pueblos
Persas manda a sus sirvientes a preguntar por segunda vez a los oráculo de Delfos si era
conveniente invadir Persia, a lo cual los oráculos llegan a una coincidencia, « Los dictados de
ambos oráculos coincidieron en advertir a Creso que, si emprendía la guerra contra los persas,
destruiría un gran imperio»(Herodoto-Historias.P-127) esto al final resulto ser verdad ya que,
desde antes Creso mandaba regalos bien acomodados a los oráculos, regalos que desde mi
punto de vista, intentaban sobornar a las divinidades para poder lograr su cometido, cosa, que al
final no fue tan cierta, puesto que su imperio fue asediado y saqueado por los persas e incluso el
líder persa en un momento dado de la historia cuestiona a Creso sobre el intento fallido de
conquista, «Creso, ¿qué sujeto te instigó a invadir mi territorio y a convertirte, en vez de mi
amigo, en mi enemigo?».(P, 162-163) eso incluso da a entender que, los Persas supuestamente
siendo un pueblo bárbaro, podrían entablar negociaciones pacificas para poder volverse aliado
de ellos, en lugar de llegar a un conflicto bélico, que al final solo dejo centenares de hombres
muertos. Es de entender que los afanes del hombre lo lleven a hacer cosa que ninguna persona
Sanchez Perez Brandon

con razonamiento lógico haría pero es claro que Heródoto a través de toda su obra nos
demuestra, como eso es mentira, y a pesar de todo lo sucedido esto se sigue repitiendo hasta
nuestra actualidad, los conflictos bélicos han evolucionado a una escala más allá de los
imaginado, donde ya no solo mueren hombres, si no también niños y mujeres, pero todo esto es
de esperarse, pues hasta que el hombre no sacie su sed de codicia y de querer más, estas guerras
seguirán y seguirán, por lo que a mí respecta es un cuento de nunca acabar, y citare una frase del
Oráculo la cual tiene mucha razón, «Hasta para un dios resulta imposible evitar la determinación
del destinito». (P-165)

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