Buenos dias hermanos y hermanas reciban un fraternal saludo
de paz y bien, en este trigésimo tercer domingo del tiempo
Ordinario, hoy reunidos en torno al altar celebramos el día del Señor, confiando siempre en que sus designios son de paz y no de aflicción. De pie con el canto de entrada recibimos al celebrante. En la primera lectura tomada del libro del profeta Daniel, se nos muestra una revelación, que mas que causarnos miedo, nos invita a estar atentos a la venida de nuestro Salvador, confiando que El salva a sus hijos de todo mal. Escuchemos. En la segunda lectura nos confirma la misericordia eterna que Dios ha tenido con nosotros, San Pablo nos menciona como una sola ofrenda ha purificado del todo nuestro pecado a través de Jesucristo, solo debemos dejarnos transformar y tener una verdadera conversión. Escuchemos atentos. En el santo evangelio San Marcos nos recuerda que nadie sabe el momento exacto de la venida de Jesús, pero esto no debe atemorizarnos, sino más bien nos anima a estar atentos con las lampara llenas de aceite, con el corazón lleno de fe, para cuando sea el día, alcancemos la misericordia infinita de nuestro Dios. De pie cantamos el aleluya para escuchar el santo evangelio.