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Construcción histórica de México en el mundo II (a partir de 1947)

Unidad 4

Actividad 2

Torres Díaz Edgar Enrique

Profesor: Manuel Zúñiga Aguilar

16 de junio de 2018
El regreso del Partido Revolucionario Institucional al
gobierno federal

Introducción

Después de 12 años de una histórica alternancia política para México, desde el año
2000 con el sexenio de Vicente Fox y en 2006 con Felipe Calderón, el Partido
Revolucionario Institucional volvería en el año 2012 a tomar las riendas del gobierno
federal.

En el año 2015 se celebraron elecciones intermedias en un contexto nacional de


crisis económica, política y social tras acontecimientos como la desaparición de 43
estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, el escándalo de corrupción por la
“casa blanca”, así como la fuga de Joaquín “El chapo” Guzmán en julio de ese año.

Aspectos políticos y sociales

En términos políticos y sociales, hubo principalmente tres factores que determinaron


cierta inestabilidad. En primer lugar la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela
Normal Rural de Ayotzinapa, hecho que generó gran incertidumbre y descontento entre la
sociedad mexicana e internacional, lo cual demostró la gran ola de violencia e inseguridad
que se vivía en el país. En noviembre de 2014 salió a la luz un hecho de presunta
corrupción en el que se vio involucrado el presidente Enrique Peña Nieto, el secretario de
Hacienda, así como un contratista gubernamental, con la venta de una “casa blanca”
ubicada en la zona de Lomas de Chapultepec y valuada en 7 millones de dólares. Por
último, en julio de 2015 ocurrió la fuga del narcotraficante Joaquín “El chapo” Guzmán, de
una de las prisiones de más alta seguridad en el país, con lo que quedaba al descubierto la
incapacidad del gobierno mexicano para llevar a cabo algunas de sus tareas.

Nuevas elecciones intermedias

Con la reforma político-electoral que se aprobó en 2013 se introdujeron tres cambios


importantes: permitir la reelección de legisladores y alcaldes, se obligó a los partidos
políticos a registrar candidaturas con paridad de género (50% hombres y 50% mujeres), y
se formó un nuevo esquema electoral.

Así, con un nuevo sistema nacional electoral se transformaron los 32 institutos


locales y el federal para crear un solo instituto que se encargara de todo el proceso de
toma de decisiones en el país, de esta forma se eliminó en parte el esquema electoral en el
que cada estado de la república se imponía sus propias reglas. Además, el recién creado
INE también se encargaría de la fiscalización de los recursos otorgados a los partidos
políticos, tanto nacionales como locales. También se introdujo el esquema de candidaturas
sin partidos o “independientes”.

Resultados de las elecciones

En este proceso electoral se encontraban en juego 500 cargos de diputados


federales y estatales, 9 gobernadores, 993 alcaldías, 16 delegados en el Distrito Federal y
640 diputados locales, y se puso a prueba por primera vez la reforma electoral ya antes
mencionada. Supuso también un reto al ser la elección con el mayor padrón electoral hasta
ese momento con 83.5 millones de personas registradas y con una participación de casi el
47%.

El resultado más importante se encontraba en resolver la incógnita si la coalición


entre el PRI, Partido Verde y Nueva Alianza se quedaría con la mayoría en el Congreso o
si el gobierno de Peña Nieto tendría que perderla como sus tres antecesores. Esta
coalición logró mantener su mayoría al obtener 10 curules más, esto gracias al
enfrentamiento de una oposición debilitada. El PAN continuó siendo la segunda fuerza en
el Congreso con 21.8% de los votos, mientras MORENA y PRD obtendrían el 9 y 11.5%
respectivamente. Así, los tres partidos que concentraban la mayoría de los votos perdieron
fuerza, mientras los partidos pequeños la aumentaron o mantuvieron, con excepción del
PT.

Dichas elecciones estuvieron marcadas por la incertidumbre que se vivía semanas


antes del 7 de junio, tanto que se amenazaba con boicotear el proceso en Guerrero y
Oaxaca. Esto por el llamado de una gran parte de la sociedad civil, que cansados de la
forma de hacer política en el país llamaban al “voto nulo”.

El éxito que tuvieron algunos candidatos independientes puso de manifiesto a los


partidos políticos el descontento de gran parte de la ciudadanía con ellos, por lo que en
algunos estados como Veracruz, Chihuahua y Sinaloa se aprobaron reformas locales para
poner limitantes a dichas candidaturas sin partidos.

Con la novedad de la paridad de género tras la reforma, en 2015 con el 50% de


candidatas, las mujeres obtuvieron 117 curules, más del doble que en 2009. Así, tras el
reparto de los lugares plurinominales las mujeres ocuparon el 42.4% de la Cámara con 212
curules.

El poder ejecutivo y legislativo

A la mitad de su sexenio el presidente Peña Nieto mostró el porcentaje de


desaprobación más alto desde su inicio en 2012 con un 57% frente a solo el 35% de
aprobación. Esto se explica por la percepción generalizada de la falta de seguridad pública
así como de un pobre desarrollo económico.

En el año 2015 anunció algunos cambios en su gabinete, entre los que destacaron
Secretaría de Educación Pública, Secretaría de Desarrollo Social, Secretaría de
Relaciones Exteriores, así como la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano.
En cuanto al poder legislativo, en la legislatura vigente de 2012 a 2015 fue más fácil
para el PRI hacer coalición con el PAN o el PRD. De esta forma, en 2013 la reforma
educativa, la de telecomunicaciones y la político electoral fueron promovidas por los tres
principales partidos. La reforma energética fue apoyada por el PRI y el PAN, y la reforma
fiscal por el PRI y el PRD. Así fue como Peña Nieto tuvo mayor éxito que los presidentes
panistas para impulsar su agenda legislativa.

Nota: En la plataforma se pide abordar el papel de los medios de comunicación


dentro de las percepciones en torno a la administración priista, sin embargo en el artículo
apenas se mencionan estos sin entrar en más detalles.

Referencias

 Freidenberg, Flavia y Francisco Javier Aparicio. “México 2015: Entre la


fragmentación partidista y el descontento ciudadano”, en Revista de Ciencia Política,
volumen 36, núm. 1, 2016, pp. 219-238.

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