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ACTITUD DEL MAESTRO FRENTE A LOS NIÑOS CON TRASTORNOS DE

LENGUAJE.

El trabajo del maestro no implica la reeducación de los trastornos del lenguaje,


sino proporcionar a los niños en general las situaciones y los elementos que les
permitan construir normalmente su lenguaje.

El niño con trastornos de lenguaje que puede seguir una enseñanza normal
necesita, ante todo e incluso antes de la reeducación, una actitud positiva de su
maestro (a).

Es dentro de esta perspectiva donde hemos incluido algunas directrices


orientativas:

EL NIÑO NO HABLA NADA O MUY POCO Y PRESENTA UN


COMPORTAMIENTO DE INADAPTACIÓN. (INHIBICIÓN, RECHAZO A
REALIZAR CUALQUIER ACTIVIDAD. LLANTOS QUE PERDURAN A LOS
DOS MESES DE INGRESO, PASIVIDAD).

Es conveniente hablar con los padres para determinar si es un fenómeno


producido por el colegio o si tampoco habla en casa.

Hablarle individualmente con cierta frecuencia, pero sin ninguna actitud que
implique la exigencia de una respuesta, ni siquiera de una atención especial.
Progresivamente le presentaremos actividades y materiales sin exigirle nada
tampoco. Lo que se pretende conseguir es un momento en el que el niño
reaccione con un gesto, un sonido una palabra.

Evitar entonces los gritos de alegría (¡ya ves, ahora lo has hecho bien!) que
podrían hacerlo retroceder.

Recordemos que siempre hay que partir del niño y no imponerle un modo de
conducta que nosotros consideremos como ideal.

La relación con un compañero (a) tranquilo y protector puede servir como primera
relación y podemos intentar favorecerla.

EL NIÑO HABLA MUCHO Y NO SE LE ENTIENDE NADA (Inmadurez


articulatoria)

Este caso ocurre con mucha frecuencia entre los dos y tres años y a veces hasta
los cinco.

A corta edad no es necesariamente patológico, es la madurez articulatoria que no


se desarrollo al mismo ritmo que las demás funciones del lenguaje.
Lo importante es que esto no provoque una inhibición de lo que es fundamental: la
comunicación.

Es necesario propiciar que el niño exprese sus ideas, sentimientos y necesidades


evitando hacer correcciones directas y vergonzosas que pudieran inhibir toda
forma de expresión.

Se beneficiará mucho con ejercicios fonéticos y de respiración que pueden


realizarse con sus alumnos en general.

EL NIÑO HABLA BASTANTE BIEN PERO COMETE INCORRECCIONES.

Las incorrecciones pueden ser subrayadas sin interrumpir la comunicación del niño.
Bastará con repetir correctamente la formula después de que haya terminado.

EL NIÑO PRESENTA DISLALIA (Trastorno de la emisión de uno o varios


fonemas).

En grupo no se debe llamar la atención del niño sobre su trastorno ni hacer repetir
las palabras mal pronunciadas, se debe intentar también controlar las posibles
reacciones negativas de los demás niños.

Con su grupo realice juegos de atención, discriminación fonética, de motricidad


buco facial, rimas, cantos, adivinanzas, narración de cuentos etc. para favorecer el
lenguaje del niño.

Si la dislalia se aprecia severa, oriéntale hacia una reeducación especializada


principalmente después de los cinco años y seguir las orientaciones del terapeuta.

EN CASO DE TARTAMUDEZ.

Tenemos que recordar que el niño es incapaz de deshacerse de su trastorno por


un simple acto de voluntad, por lo tanto es contraproducente interrumpir, corregir,
hacer repetir y anticipar lo que nos va a decir un niño que presenta tartamudez.

Tampoco hay que alabarlo cuando hable normalmente. Nuestra tarea consiste en
formar a su alrededor un clima de confianza y comprensión.

Es importante evitar que se produzca o agrave un sentimiento de inferioridad


frente al grupo y habrá que eliminar, por lo menos al principio, situaciones
demasiado difíciles como recitar solo, por ejemplo.

Muchos ejercicios de psicomotricidad le serán muy provechosos, asimismo los


ritmos y cantos.
Es importante que el niño vea frente a sí una persona relajada pendiente de lo que
está diciendo y no de cómo lo dice.

EN CASO DE TAQUILALIA (forma precipitada y excesivamente rápida de


hablar, en la cual se observan omisiones de fonemas y sílabas).

Al contrario del caso de la tartamudez, se debe progresivamente centrar la


atención del niño sobre la realización fonética y estética de su lenguaje, cuidando
sin embargo de no cortar por eso las características de fácil comunicación y
riqueza de contenido del habla de estos niños.

Hay que saber exigirle y darle conciencia de la dificultad que tenemos en


entenderle sin recurrir a actitudes negativas.

Es bueno comisionarle para mandar recados en el colegio, hacerle hablar en


público, recitar, actuar en dramatizaciones.

Sacar provecho también de los ejercicios de psicomotricidad que tienen como


objetivo el control de la impulsividad y la relajación.

No se consigue habitualmente modificar el habla espontanea del taquilálico, pero


se le puede dotar de una buena capacidad de control que le permita afrontar sin
problemas las situaciones en las que su forma de hablar le puede perjudicar.

EN LOS CASOS DE RETRASO DE LENGUAJE.

Sabiendo que todos los niños no desarrollan su lenguaje según un mismo ritmo,
tenemos, sin embargo, que estar muy atentos a los retrasos más importantes, de
los cuales algunos desaparecerán sin más ayuda, pero otros no lo conseguirán o lo
conseguirán muy tarde, pudiendo provocar retrasos escolares, dificultad para un
aprendizaje normal de la lectura, problemas emocionales….

La ayuda del educador se centrará sobre todo en proporcionar el mayor número


posible de situaciones de dialogo al niño, sea con el adulto, sea con un grupo
reducido de niños, sugiriendo que la familia haga lo mismo en casa. No debe
preocupar demasiado el contenido o tipo de palabras que se deben emplear con el
niño, lo importante es que él pueda iniciar la conversación, hacer preguntas… y
disponer de un interlocutor abierto a seguir sus intereses y brindarle a través de
sus respuestas, modelos ricos y correctos.

Otras sugerencias para favorecer el lenguaje del niño son las actividades de
psicomotricidad, mirar y comentar libros con imágenes, juegos didácticos, juegos
de simulación de la vida cotidiana, aprendizaje lúdico de canciones…
El pronóstico evolutivo es globalmente positivo, gran pare de los retrasos ligeros
son pasajeros y se normalizan espontáneamente debido al ingreso del niño a la
escuela.

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