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Bradilalia

1. Que es

La bradilalia es una condición médica consistente en una alteración en la manera


de hablar. Las personas que la padecen tienen afectado tanto el ritmo como la
fluidez del habla. Por ello, la manera en la que emiten las palabras es más lenta de
lo normal, además de aparecer algunos otros problemas de expresión.

Así, por ejemplo, la bradilalia puede producir mutismo (falta temporal del habla),
alargamiento excesivo de fonemas, o tartamudeos. Este trastorno está relacionado
con diferentes tipos de problemas neurológicos, por lo que las causas que lo
producen serán distintas en cada caso.

Entre otros factores, la bradilalia puede aparecer asociada a retrasos mentales,


síndrome de Down, patologías cerebrales o que afecten al sistema nervioso,
consumo de sustancias alteradoras de la transmisión neuronal, diabetes, o ictus.

Aunque no se trata de un problema excesivamente frecuente, es necesario


comprender mejor cómo se produce y las maneras en las que se puede tratar. Su
resolución será fundamental para mejorar las condiciones de vida de los pacientes
que sufren braquilalia, cuya autoestima y bienestar pueden verse muy afectados
por ella.

2. Síntomas

El principal síntoma de la bradilalia es la dificultad para hablar de manera fluida y a


un ritmo normal. Los pacientes que sufren este problema tienen problemas para
producir palabras a la misma velocidad que una persona sana; además, suelen
presentar un tono monótono, y una voz ligeramente distorsionada.

Sin embargo, a pesar de que este es el síntoma principal de la bradilalia, no es el


único. A continuación veremos algunas de las características más comunes que
presentan las personas con este trastorno.

3. Causas
A pesar de que no se conoce exactamente qué produce la bradilalia, sí se sabe
que está relacionada con un problema neurológico en la mayoría de los casos. Por
varios motivos, una persona puede sufrir una alteración en ciertas áreas de su
cerebro y perder en parte el control de los órganos fonadores.

Estas alteraciones puede aparecer desde la infancia, debido a problemas como


parálisis cerebral o síndrome de Down; o, por el contrario, pueden surgir una vez
que la persona ya es adulta, tras sufrir por ejemplo un ictus o un derrame cerebral.

En otras ocasiones, la bradilalia puede estar producida por la atrofia de algunos de


los músculos y órganos encargados del habla. Sin embargo, esta atrofia tiende a
estar relacionada también con los trastornos neurológicos mencionados
anteriormente.

4.Tratamiento

Tratamiento

Tratamiento paliativo

En la mayoría de las ocasiones, las causas fisiológicas de la bradilalia no pueden


ser solucionadas. Una vez que el cerebro queda dañado por cualquier motivo, es
prácticamente imposible remediar este hecho. Por lo tanto, la mayoría de los
tratamientos para este trastorno se centran principalmente en paliar los síntomas.

Debido a que se trata de un trastorno del lenguaje, los encargados de solucionarlo


suelen ser los logopedas. Estos expertos le enseñarán al paciente distintas
maneras de adquirir la capacidad de producir palabras sin interrupciones y de
forma fluida.

Entre otras cosas, tendrá que trabajar para mejorar su coordinación entre los
sonidos que produce y su respiración. También será necesario que fortalezca los
músculos fonadores y respiratorios, que pueden haber quedado atrofiados por la
falta de uso.
Por último, se le enseñarán estrategias para corregir o disimular la lentitud
excesiva en la comunicación. De esta manera, aunque el problema subyacente no
se llegue a solucionar, la persona podrá volver a vivir una vida normal.

Tratamiento fisiológico

Las últimas investigaciones sobre el tema han mostrado que el sistema nervioso,
al contrario de lo que se pensaba hasta hace poco, es capaz de regenerarse por sí
mismo. Por lo tanto, en épocas recientes han aparecido terapias cuyo objetivo es
estimular el crecimiento neuronal en las áreas cerebrales dañadas.

Estas terapias son todavía de carácter experimental. Sin embargo, algunas de


ellas tienen resultados muy prometedores, que podrían ayudar a los pacientes
afectados de bradilalia en épocas futuras.

Por otro lado, todavía se está investigando el uso de células madre para
restablecer áreas cerebrales dañadas en pacientes con problemas neurológicos.
De nuevo, estos procedimientos no están perfectamente desarrollados, pero
prometen ser muy eficaces en un futuro no muy lejano.

Tratamiento psicológico

Sin duda, uno de los aspectos más complicados de convivir con la bradilalia es la
cantidad de inseguridades y problemas psicológicos que puede causar en los
pacientes que la sufren. Así, por lo general esta enfermedad está asociada con
baja autoestima, depresión, ansiedad y aislamiento social.

Por ello, además de intentar paliar los síntomas físicos de este trastorno del habla,
un tratamiento efectivo de la bradilalia debe incluir alguna estrategia para evitar las
consecuencias mentales más graves que suelen aparecer en los pacientes.

Para ello, existen muchos enfoques distintos que pueden ser efectivos. Las
terapias psicológicas que más éxito suelen tener en este tipo de problemas son
dos: la cognitivo – conductual, y la terapia de aceptación y compromiso.
Ambos enfoques prometen ayudar a los pacientes a aprender a convivir con su
problema sin que este les produzca un trastorno grave a nivel psicológico.
Combinando los enfoques paliativo, neurológico y psicológico, es posible para la
mayoría de las personas llevar una vida relativamente normal a pesar de sufrir este
trastorno.

Sin embargo, aún queda mucho que aprender sobre la bradilalia. Esperemos
que, dentro de no mucho tiempo, se pueda haber erradicado por completo
esta alteración del habla.

Taquilalia

1. Que es

La taquilalia es un tipo de trastorno del lenguaje en el que la persona habla con un


ritmo mucho más rápido de lo normal. Por lo general, esta velocidad excesiva va
acompañada también de un gran desorden en el discurso. En algunas ocasiones,
también se conoce a este problema como taquifemia.

Normalmente se considera que la taquilalia no está producida por causas físicas,


como fallos en los órganos fonadores. Por el contrario, tiene que ver más con una
falta de coordinación entre los pensamientos (que van mucho más rápido de lo
normal) y la capacidad de movimiento de los órganos encargados del lenguaje.

En muchas ocasiones, la taquilalia se presenta junto a otros trastornos del


lenguaje. Por ejemplo, es frecuente ver este problema junto a la tartamudez (cuyo
nombre técnico es disfemia). Esto puede llevar a confusiones entre ambos; sin
embargo, se considera normalmente que son alteraciones distintas.
2. Síntomas

A continuación veremos cuáles son los síntomas más comunes que presentan las
personas con taquilalia.

Ritmo rápido e irregular en el habla

La característica más importante del lenguaje de un paciente con taquilalia es que


su ritmo al hablar es extremadamente rápido. Esto provoca que, en muchas
ocasiones, sea complicado entender lo que quiere decir; las palabras sonarán
atropelladas, y difíciles de distinguir unas de otras.

Dificultad para organizar pensamientos


Además de los problemas en el habla, el problema suele venir de que la mente va
mucho más rápido de la velocidad a la que los órganos pueden producir sonidos
articulados. Esto suele provocar que la persona no tenga un discurso
especialmente coherente. En muchas ocasiones, los afectados por Taquilalia son
incapaces de ordenar sus ideas; por lo tanto, saltarán de un tema a otro de forma
aparentemente aleatoria.

Mala articulación y cambios en las palabras

Debido a que intentan hablar a un ritmo excesivamente rápido, en la mayoría de


las ocasiones las personas con taquilalia articulan muy mal las palabras.

Además, para ahorrar tiempo en su pronunciación, es bastante común que los


afectados realicen cambios en algunos fonemas, sílabas o en palabras enteras.

Repeticiones, bloqueos y muletillas

La dificultad para organizar los propios pensamientos en un discurso coherente


hará que muchas veces lo que diga la persona no se produzca de forma fluida.

Debido a que los afectados tienden a perderse en sus propios pensamientos,


aparecerán muchas características en su habla propias de quienes no saben qué
decir.
Entre otras cosas, esto se verá en forma de repeticiones de palabras para darles
tiempo para pensar. Lo mismo puede ocurrir con el uso de muletillas; es decir,
frases hechas que no requieren esfuerzo mental y en algunas ocasiones, incluso,
la persona puede quedarse completamente bloqueada sin saber qué decir.

Falta de conciencia sobre los problemas del habla

Los problemas causados por la taquilalia se ven agravados por un síntoma muy
curioso. Por lo general, la persona no es consciente de que no está produciendo
un discurso coherente o de que lo hace demasiado rápido. Además, no se dará
cuenta de que sus interlocutores tienen problemas para entenderlo.

Esto contrasta con otros problemas del lenguaje como la tartamudez. En ellos, los
afectados son perfectamente conscientes de lo que ocurre, y tienden a sufrir
de ansiedad social y miedo a relacionarse con otros; sin embargo, esto también les
ayuda a corregir su disfunción de manera más sencilla.

Problemas en la paralingüística

El hecho de hablar muy rápido hace que las personas con Taquilalia no expresen
adecuadamente sus emociones a través del lenguaje.

Normalmente, tenderán a utilizar un tono de voz monótono y sin inflexiones, lo que


hará aún más difícil que el resto de gente comprenda lo que les quieren transmitir.

El uso de inflexiones, tonos de voz distintos y matices emocionales en el habla se


conoce como paralingüística. Los afectados por la Taquilalia tendrán que trabajar
también en este aspecto de la comunicación, además de en simplemente reducir la
velocidad a la que se expresan.

3. Causas

Como la mayoría de los trastornos del lenguaje, se considera que la Taquilalia


tiene un origen multicausal. Es decir, no se puede señalar a un solo elemento
como culpable de que una persona hable más rápido y de manera más
desorganizada de lo normal.
Sin embargo, normalmente no se considera que este trastorno tenga un
componente físico; es decir, por lo general las personas afectadas por él no tienen
ningún problema en sus órganos fonadores o respiratorios.

En general, se atribuye la aparición de esta disfunción del lenguaje a dos tipos de


causas: neurológicas y hereditarias, y psicológicas y emocionales.

4. Tratamiento

Las causas de la taquilalia son más psicológicas que físicas. Por ello, los
logopedas que la tratan se centran sobre todo en el componente mental de los
pacientes. En general, tendrán que intervenir sobre tres áreas: autoconciencia,
relajación, y articulación del lenguaje.

Autoconciencia

Lo primero que tendrá que trabajar una persona con taquilalia es su


capacidad de examinar la manera en la que está produciendo el
lenguaje. Casi siempre, los afectados por este trastorno son incapaces
de darse cuenta de que hablan demasiado rápido.

Por eso, el logopeda debe animarles a que reflexionen sobre la manera


en la que están hablando. Para ello, podrá hacer uso de técnicas como
grabar a la persona hablando y hacerle escuchar los audios luego. Esto
ayudará a que el paciente se de cuenta (muchas veces por primera vez)
de cuál es su forma real de hablar.

Relajación

Una vez que el paciente es consciente de que tiene un problema, el


siguiente paso será aprender a relajarse. La excitación física es una de
las principales causas de la taquilalia; por eso, rebajar los nervios será
de mucha ayuda a la hora de reducir la velocidad de producción del
lenguaje.
Por suerte, existen multitud de técnicas que se pueden emplear para
fomentar la relajación. Entre otras, algunas de las más efectivas son
la relajación progresiva de Jacobson, o el uso de respiraciones
profundas.

La idea con estas herramientas no es que la persona las utilice mientras


está hablando. Por el contrario, lo que se persigue es que su estado de
activación habitual disminuya. Así, tendrá menos dificultades para
mantener la calma en un contexto social.

Además, esto también será de mucha ayuda en los casos en los que la
taquilalia se presente junto a una fobia o ansiedad social.

Articulación del lenguaje

El último paso que debe dar una persona para superar la taquilalia es
aprender a emitir el lenguaje de manera más efectiva. Para ello, una vez
que haya conseguido ser consciente de su problema y relajarse, tendrá
que eliminar aquellos hábitos del habla que haya ido adquiriendo a lo
largo de los años.

Así, por ejemplo, el paciente tendrá que aprender a articular las palabras
enteras sin eliminar partes de las mismas. Además, deberá practicar
para usar mejor la paralingüística, y expresar sus emociones a través
del lenguaje.

Una vez que se consigan estos tres objetivos, la persona afectada por
taquilalia dejará de tener problemas de comunicación en la mayoría de
los casos.

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