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1. Efecto positivo
Las grasas insaturadas son las que llamamos "grasas buenas", ya que ayudan a cuidar el corazón.
Son de dos tipos: poliinsaturadas y monoinsaturadas.
Grasas monoinsaturadas: Excelentes para garantizar el buen estado del corazón. Aportan
cantidades adecuadas de ácidos grasos Omega 9, principalmente, y están disponibles en el
aceite de oliva (y otros oleicos provenientes de la canola, cacahuates y maníes), los aguacates,
las semillas de sésamo y de calabaza, entre otros.
El pescado azul, como el salmón, las sardinas, el arenque, bonito o el atún (todos ellos
ricos en omega 3)
Algunos aceites vegetales como el de girasol y soja
Las margarinas con alto contenido en grasa poliinsaturadas como Flora y Tulipán
El aceite de oliva
El aceite de nabina
Algunos frutos secos, como las nueces de Brasil
El aguacate
Las grasas son necesarias en nuestro cuerpo y escogiendo las adecuadas pueden ofrecer los
siguientes beneficios:
Ayudar a prevenir enfermedades, ya que las grasas insaturadas como es el caso del
omega 3 por ejemplo, poseen un efecto antiinflamatorio que favorece el
funcionamiento de retina y cerebro, así como también nos aleja de patologías
cardiovasculares, aterosclerosis y otras como concluye una investigación publicada en
la American Journal of Clinical Nutrition.
Conservar funciones sexuales adecuadas, ya que las grasas forman parte de hormonas
y una alteración en las mismas puede estar vinculado a cambios endócrinos que afecten
funciones sexuales básicas.
Volver más flexible nuestra dieta, así como sostenible en el tiempo y apetecible, dado
que las grasas brindan palatabilidad a nuestros platos.
Los aceites vegetales como son los de girasol, el de soya y maíz, son fundamentales para
el organismo, ya que contienen grasas poliinsaturadas. El aceite de oliva extra virgen, es
uno de los mejores, rico en minerales, vitaminas, antioxidantes y ácidos grasos
esenciales.
Las grasas saturadas, son aquellas de origen animal, como son; las carnes rojas (ganado
y cerdo), pollo, leche, queso y la yema de huevo, se deben consumir con moderación,
ya que pueden elevar el colesterol malo, pero no se pueden eliminar de la dieta diaria,
ya que aportan y cumplen funciones importantes en nuestro organismo.
Entre las diferentes grasas que encontramos distribuidas en los alimentos, es fundamental
distinguir su tipo o calidad, ya que no todas tienen efecto beneficioso en el organismo.
Así, podemos distinguir tres grandes grupos: grasas saturadas, insaturadas y trans. Las primeras
fueron las que ubicaron el banquillo de los acusados por mucho tiempo y que se encuentran
ampliamente distribuidos en alimentos de origen animal, aunque también las hay en el mundo
vegetal como es el caso del aceite de palma que deberíamos restringir en nuestra dieta o
el aceite de coco con ácidos grasos saturados también, pero de mejor calidad.
Hoy se sabe que las grasas saturadas no son las más dañinas y que no son responsables de
problemas cardiovasculares como pensábamos antes. Por el contrario, el último consenso sobre
el consumo de grasas para la población española no señala límite máximo para su ingesta.
Las grasas insaturadas son las que predominan en los alimentos vegetales y dentro de las mismas
debemos distinguir grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, entre las primeras se encuentra
el omega 9 que puede ayudar a prevenir dislipemias y proteger el sistema cardiovascular al
elevar el colesterol bueno o HDL en el organismo, mientras que las segundas se componen
te omega 3 y omega 6 entre las que debe existir un equilibrio para beneficiar la salud.
Y por último, las grasas trans que si bien son mínimas en alimentos naturales, no son iguales que
las artificiales que abundan en los alimentos procesados debido a que se originan
industrialmente y pueden perjudicar la salud e incrementar el riesgo de enfermar al tener un
efecto inflamatorio en nuestro cuerpo.
Como mostramos antes, hay diferentes tipos de grasas y siempre debemos priorizar el consumo
de las más saludables para nuestro cuerpo, por eso, a continuación te mostramos algunas
alternativas para sumarlas a la dieta:
Frutos secos y semillas: son fuente de ácidos grasos poliinsaturados entre los que
predomina el ácido alfa linolénico así como también, aportan grasas monoiinsaturadas.
Podemos sumar semillas de chía, pipas de girasol, de calabaza, lino, sésamo u otras y
también, incorporar variedad de frutos secos a la dieta como almendras, avellanas,
nueces y demás.
Pescados grasos: al igual que el aceite de pescado, los pescados azules o grasos tales
como el atún, las sardinas, anchoas, bonito, jurel y similares poseen grasas
poliinsaturadas esenciales para el organismo y por ello, son recomendables en el marco
de una dieta saludable.
Aguacate y aceitunas: son frutas frescas oleosas, no son muy calóricas como las frutas
secas y son fuente de ácidos grasos insaturados, sobre todo omega 9 con poder
aniinflamatorio en nuestro organismo. (GOTTAU, 2017)
2. Efecto negativo
Las grasas saturadas y trans son las que llamamos "grasas malas". El exceso de grasas malas en
la alimentación puede ser una de las principales causas de tener los niveles de colesterol
elevados.
Grasas saturadas: Se recomienda un consumo diario que oscila un porcentaje menor del 5%
total de las calorías consumidas. Muchos estudios han demostrado que la alta presencia de las
grasas saturadas en el organismo puede incidir también a la aparición del cáncer de colon y de
próstata. Es posible obtenerla a partir de la carne roja, la piel del pollo, productos lácteos con
alto índice de lípidos, huevos y aceites provenientes del coco.
Grasas trans: el término “grasas trans” se popularizó en los últimos años luego de que múltiples
empresas de comida empaquetada empezaran a alardear de la ausencia de este tipo de lípidos
en sus productos. Muchos científicos creen que el consumo de grasas trans puede ser más
riesgoso que el de las saturadas, especialmente si se consumen a partir de métodos artificiales;
dando paso a las grasas hidrogenadas, incluso en pequeñas cantidades, ya que pueden elevar el
LDL y disminuir el HDL (colesterol bueno). Su ingesta se debe limitar a menos de 2 gramos por
día. Como es de esperarse, pueden encontrarse en alimentos chatarra y de origen animal como
productos lácteos y carnes magras, aunque con estas últimas no se debe tener mucha
preocupación.
La mantequilla
Las carnes grasas y embutidos
Los quesos grasos
La leche entera y derivados
Las grasas trans resultan más nocivas para el organismo que las saturadas, ya que, no solo
aumentan los niveles de colesterol malo (LDL), sino que también disminuyen los niveles de
colesterol bueno (HDL).
Los principales riesgos para la salud del consumo excesivo de grasas vienen por medio de dos
mecanismos:
El colesterol es una grasa compleja que se encuentra de forma normal en el cuerpo humano,
y es transportada por unas proteínas. El llamado "colesterol bueno" (colesterol-HDL) tiene
como una de sus misiones la protección de la pared interna de las arterias para evitar que
se obstruyan. El conocido como “colesterol malo” (colesterol-LDL), sin embargo, favorece la
aparición de placas en esas paredes de las arterias. Esas placas se van haciendo cada vez
más gruesas hasta que acaban por estrechar o incluso taponar completamente las arterias,
impidiendo el paso de la sangre por ellas. También producen la arteriosclerosis, que consiste
en un aumento de rigidez y pérdida de la flexibilidad de las arterias, que dificulta el riego
sanguíneo.
b. Sobrepeso y obesidad.
- Enfermedades cardiovasculares:
Hipertensión arterial: muy frecuente en nuestra sociedad, está directamente
asociada a la enfermedad cerebrovascular (también conocida como ictus, infartos
cerebrales, derrames cerebrales), que provoca numerosas muertes, pero también
muchos casos de discapacidad grave, tanto física como mental. La falta de riego
sanguíneo se conoce como isquemia; si se produce en las arterias carótidas, que
llevan la sangre a la cabeza, se pueden producir enfermedades gravísimas, como los
infartos cerebrales. Si la obstrucción se da en las arterias coronarias, pueden
producirse infartos de miocardio, a veces de alta mortalidad .El consumo excesivo
de grasas saturadas tiene un doble efecto sobre el colesterol: por un lado favorece
el aumento del colesterol-LDL (el “malo”) y, por otro, disminuye e impide la acción
del colesterol-HDL (el “bueno”). El consumo excesivo de grasas saturadas también
provoca el aumento de los triglicéridos, otra grasa que se encuentra de forma
normal en el cuerpo, pero cuya elevación puede propiciar también la
arteriosclerosis.
Enfermedad coronaria: la afectación de las arterias coronarias, que son las que
aportan oxígeno al corazón, produce anginas de pecho e infartos de miocardio.
Trombosis: la producción de trombos en el sistema venoso, especialmente en las
piernas, puede provocar posteriormente el desprendimiento de dichos trombos,
ocasionando embolias, que pueden ser de graves consecuencias.
- Enfermedades metabólicas:
Diabetes mellitus: la diabetes es también muy frecuente, y provoca trastornos en
ocasiones muy graves, en diferentes partes del cuerpo humano, como los riñones,
los ojos (retina) o los nervios periféricos.
Aumento del ácido úrico: produce lesiones y alteraciones a veces muy
incapacitantes en un número importante de personas.
- Enfermedades articulares:
El exceso de peso daña las articulaciones que tienen que soportarlo, en especial las
rodillas y las articulaciones de la columna vertebral; el tratamiento de algunas de estas
lesiones es en ocasiones difícil y con resultados poco satisfactorios.
- Enfermedades respiratorias:
El exceso de peso dificulta el funcionamiento del aparato respiratorio y provoca desde
insuficiencia respiratoria crónica a otras alteraciones como la apnea obstructiva del
sueño.- Tumores: parece ser que puede haber algún tipo de relación entre la obesidad
y diversos tipos de tumores, como los de colon, vesícula o mama, entre otros.
- Enfermedades digestivas: trastornos del hígado, vesícula biliar y páncreas, entre otros.-
- Enfermedades del aparato genitourinario: trastornos de la fertilidad, incontinencia
urinaria, etc.
- Enfermedades de la piel.- Trastornos psicológicos y psiquiátricos: puede producirse una
baja autoestima y enfermedades como trastornos depresivos. (plan cuidate mas, s.f.)
Grasas trans
Los ácidos grasos trans de producción industrial, conocidos generalmente como “grasas trans”,
han sido definidos por la Comisión Mixta FAO/OMS del Codex Alimentarius como “ácidos grasos
insaturados que contienen uno o varios enlaces dobles aislados (no conjugados) en una
configuración trans”.Se generan durante la hidrogenación parcial de aceites vegetales líquidos
para formar grasas semisólidas que se emplean en margarinas, aceites para cocinar y muchos
alimentos procesados, como por ejemplo algunos productos de panificación (como hojaldres),
amasados de pastelería, copetín, galletitas, alfajores y productos con baño de cobertura, entre
otros. Las grasas trans también se generan “naturalmente” en pequeñas cantidades por la
acción de microorganismos presentes en el estómago de los rumiantes (por ejemplo, ganado
bovino, ovino y caprino). Sin embargo, esta forma de grasas trans supone un mínimo aporte
(<0,5% del total de energía) de la cantidad total de grasas trans consumidas, y no tienen los
efectos perjudiciales como las de origen industrial.
Las grasas trans resultan atractivas para la industria de alimentos debido a su tiempo de
conservación prolongado, su mayor estabilidad durante la fritura y su mayor solidez y
maleabilidad para el uso en productos y dulces de repostería. Efectos de las grasas trans en el
organismo. Si bien ofrecen ventajas a la industria de los alimentos, las grasas trans tienen efectos
adversos para la salud humana: aumentan el riesgo de las grasas enfermedades
cardiovasculares, de muerte súbita de origen cardíaco y de diabetes mellitus. Esto se debe a que
provocan un incremento en sangre del colesterol LDL (el llamado “colesterol malo”). Su exceso
tiende a adherirse y engrosar las paredes de las arterias y venas de todo el organismo,
incluyendo corazón y cerebro. A la vez, esto conlleva a la disminución del colesterol HDL
(conocido como “colesterol bueno”), lo que provoca una disminución en la capacidad para
regular, eliminar y reciclar el colesterol. Estudios científicos de la Organización Mundial de la
Salud han revelado que la ingesta diaria de 5 gramos de grasas trans es suficiente para aumentar
en un 25% el riesgo de enfermedades cardiovasculares. (ARGENTINA, LIBRE DE GRASA TRANS ,
s.f.)
3. Bibliografía
ARGENTINA, LIBRE DE GRASA TRANS . (s.f.). Obtenido de ARGENTINA, LIBRE DE GRASA TRANS:
http://www.anmat.gov.ar/grasas_trans/que_son.asp
TRABAJO ENCARGADO
ALUMNA:
CURSO:
DOCENTE:
CICLO:
IV
TARAPOTO- PERU
2018