Anna Freud (1966) La adolescencia como perturbación del desarrollo.

En la salud física, el conjunto de órganos físicos trabajan saludablemente. En la salud

mental, desde el psicoanálisis, la diversas instancias de la mente, los impulsos, el yo
racional y los ideales deben coincidir de manera notoria y permitir resolver los conflictos
de la situación actual, además de que siempre habrá rasgos neuróticos en personas
"normales" y rasgos normales en personas neuróticas. La salud depende del acuerdo y el
equilibrio entre las diferentes fuerzas y exigencias.
Perturbaciones del desarrollo (concepto). El equilibrio logrado en cada fase del desarrollo
se ve perturbado o alterado con cada nuevo estadio posterior y debe lograrse un nuevo
equilibrio.
En cuanto al [impulso sexual] se experimentan cambios cuantitativos: aumento en la
actividad impulsiva (más hambre, avidez, crueldad, curiosidad, egocentrismo) y después,
cualitativos (transformación de los impulsos sexuales pre-genitales en genitales, mismos
que hacen percibir riesgo de efectuar dichos impulsos con sus padres y hermanos). Esto
produce cambios en la [organización del yo]: para prevenir las conductas y fantasías pre-
genitales, se trata de mantener esos impulsos bajo control y hay un aumento en las
defensas (represiones, formaciones reactivas, identificaciones, proyecciones,
intelectualizaciones y sublimaciones) y a causa de esto se produce una tensión en la que
se oscila de la personalidad extremadamente rígida, defensiva, y la personalidad primitiva,
sin restricciones.
Para defenderse de la sexualidad adulta (sus impulsos genitales) solo podrá "defenderse"
contra el incesto descartando a sus padres como objetos (sexuales). Para lograrlo, lo
buscará mediante la indiferencia, menosprecio, juzgarles estúpidos, insolencia y rebeldía,
no obstante, habrá ocasiones en que se les exigirá ser de nuevo los padres amorosos y
tiernos de la infancia, pues aún se depende de ellos y la separación (independencia) se
torna más difícil cuanto más apega haya habido.
Al alejarse de los padres también se desprende de sus ideales, y se buscan substitutos:
algunos reemplazan a sus padres por otros adultos a quienes se inviste de cualidades
divinas, y otros exaltan al "grupo de pares" o a uno de sus miembros. Los nuevos ideales
deben contrastar con los anteriores.
La crisis que de la personalidad que caracteriza a la adolescencia se ve empalmada,
además, con demandas y exigencias escolares y laborales desconsideradas respecto a
los jóvenes y sus actuales procesos internos.
La agresividad que usualmente se manifiesta dentro del medio familiar, en otros países,
se canaliza en actitudes bélicas socialmente aceptables contra fuerzas enemigas