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F/203
D. JOSE F E R N A N D O R A M I R E Z .
(DATOS BIO-BIBLIOGRAFICOSI.
YGW0 SALVADOR I.
Aatzin, Ahatl.
Memorias, || Negociaciones y Documentos, para Academia Teórico-Práctica de Durango.
servir á la Historia de las diferencias que han sus- Academia de Jurisprudencia Téorico-Práctica de
citado ; entro México y los Estados Unidos, j los./ México.
tenedores del antiguo privilegio, concedido para la Acamapic, Acamapich, Acamapitz..
Aeoloa, Aculua, Aeulliua.
Acta constitutiva. ra su inteligencia. Por Don José Fernán lo Ramí-
Acta de Independencia. rez, Conservador del Museo Nacional. II Apud Atlas'
Agathodemón- Geográfico, Estadístico é Historico de la República
Aguilar (Gerónimo.). Mexicana, formado por Antonio García Cubas. ||Mé-
Aguilar ("Marcos d e ) . xico!! Imprenta de 1>. José Mariano Fernández||de
Arizona. Lara. calle de la Palma número 4. ü 1858.
Armas de México. Son dos grandes láminas litografiadas en folio
Atotonilco. máximo [Número 1 y 2 , la primara en colores re-
Auitzotl ó Ahuizotl. produce el Mapa de SigUenza, códice original impor-
Axayacatl. tantísimo que ha desaparecido del establecimiento
Axolohua. en que se conservaba; la segunda contiene el
Canatlan. Lienzo de la peregrinación azteca cuyo rriginal
Canelas. existe en el Museo Nacional de M é x : c o . Ambas lá-
Cuenacamé. minas están acompañadas de un texto explicativo
Cuitlahua ó Cuitlahuatzin, del Sr. Romírez.
Chimalpain. [Domingo de San Anton Muñoz ó No fueron estos los únicos códices de la antigüe-
Muñón]. dad mexicana, que dió á l i estampa el docto anticua-
Chimalpopoca. n o . Cuando estuvo en París, no sin veneer el carac-
Durango | Estado d e ] terístico egoísmo de Mr. Aubin, posedor de una
Perrería de Duraugo y cerro del Mercado. inapreciable colección de pinturas geroglíficas que
Huitzilihuitl ó Vitzili'vitl. llevó de México, el Sr. Ramírez logró hacer litogra-
Itzcoatl ó Itzcóhuatl. fiar los siguientes códices pertenecientes al men-
Ixtlilxóchitl [Fernando de Al va] cionado Mr. Anbin.
Moteczuma ó Motecuhzuma Ilhuicamina. Tonalamatl, calendario ritual de 260 días: 20 lá-
Ñuño de Guzmán (el mismo estudio que se publi- minas con colores. Hay ejemplares sin iluminar.
c ó en el Proceso). Historia del reino de Acolhuacan ó Texcoco. Mapa
Tloltzin. Tiene lm.275 de largo por 0 m:Sló de an-
Puede haber otros artículos que se me hayan es-
cho.
capado al registrar el Diccionario; pero los anterio-
res son los principales. L o s lelativos á los reyes de Mapa Quinántzín Tiene Om.77 de largo por
México son muy notables, y es lastima que el Sr. Om.44 de ancho.
Ramírez no escribiera los correspondientes á TÍZOC Mapa de Tepechpan. Historia sin crónica de los
y á Cuauhtemoc para completar la serie cronológi- Señores de Tepechipan y de México. Mide 3m.39—
ca. El de Motecuhzoma X o c o y o t z i n lo dejó trunco é O.móO.
inédito. Códice Aubin. Historia de los mexicanos desde el
principio de su peregrinación hasta J609. seguido
ile otro códice cronológico desde IVnoch hasta
1607.
Cuadro Ilistórico-Geroglifico || de la ¡Peregrina- Atlas de la Historia del I\ Duran. Consta de tres
ción de las Tribus Aztecas que poblaron el Valle de Tratados. El 1 ° contiene 32 láminas, el 2 o 11 lá-
México || Acompañado de algunas e s p i r a c i o n e s pa- minas y el 3 ° 6 láminas.
Códice que forma el Apéndice de la obra anterior: Opúsculo tan interesante, lo escribió el Sr. Ra-
16 láminas. mírez para insertarlo entre las ilustraciones con que
Todos éstos códices fueron impresos en París, en pensaba publicar la edición de la Historia de]Tlax~
la Litografía de Jules Desportes. Instituto Imperial cala, por Diego Muñoz Camargo. Ignoro por qué no
de Sontos Mudos. H a y de ellos ejemplares ilumina- lo incluyó el Sr. Chavero en la impresión que de di-
dos y en negro: los primeros son muy raros. El Sr. cha obra hizo en 1892; con notas del citado Sr Ra-
Ramírez también hizo copiar en el transcurso de su mírez.
viaje á Europa más de dos mil jeroglíficos mexica- L a anterior disquisición tengo noticia que se pu-
nos en otras tantas tarjetas. blicó por separado el año 1864, en un folleto 4® ma-
yor de 27 pígs., á dos columnas.
DE
FRAY T O R I B I O DE BENAVENTE
O MOTOLINIA.
PRILERA PARTE.
BIOGRAFIA.
: f p p T e 5 2 r f l e a d i ia eorreeetóa ^
- Monarquía Indiana, libro X V , capítulo 10.
" se suele juntar á sus tratos y granjerias,
Herrera:—"¿qué han estos miserables, que
" acudiendo á la provisión de sus familias.
"tantas voces están dando ?' ' - s e preguntaban
" Y maravilláronse de ver tanta multitud
unos á otros los asombrados indigenas ;—
" de almas, cuanto en su vida jamás habían
" mírese, añadían, si tienen hambre: deben
" visto así junta, alabaron á D i o s con gran-
" ser emfermos ó están locos: dejadlos vo-
" dísimo gozo p o r ver la copiosísima mies
" cear, que les debe haber tomado su mal
" que les ofrecía y ponía por delante. Y mo-
" d e locura: pásenlo corno pudieren y no
" vidos con el celo de la caridad que venían,
" les hagan mal, que al cabo de ello mori-
" ya que no les podían liablar, por ignorar su 1 ' rán: notad cómo á medio día y á media
" lengua, comenzaron con señas ( c o m o ha- " noche y al amanecer, cuando todos se ale-
" cen los mudos) á declararles su intento, " gran, ellos lloran: sin duda es graude su
" señalando al cielo, queriéndoles dar á en- " mal, porque no buscan placer, sino tris-
" tender que ellos venían á enseñarles los " teza," 3 En estas y otras conversaciones
" tesoros y grandezas que allá en lo alto de su género, la palabra MOTOLINIÁ se en-
" había. Los indios andaban detrás de ellos contraba en boca de todos, repitiéndose con
" como los muchachos suelen seguir á los un gesto y expresión que la hacían más re-
" que causan novedad, y maravillábanse marcable Tales circunstancias y su mismo
" con verlos con tan desarrapado traje, tan sonido armonioso, hirieron la aadiente ima-
" diferente de la bizarría y gallardía que ginación de Fray Toribio, que ansiaba tam-
" en los soldados españoles habían v i s t o . " bién por comenzar su aprendizaje déla len-
La fuerte y extraña impresión que debe gua mexicana. Preguntó lo que querían
haber causado en el espíritu de los Indios la decir con ella, y habiéndosele contestado
presencia de estos húespedes, de tan singu- que significaba POBRE, dijo—"Este es el
lar carácter y catadura, con sus predicacio- " primer vocablo que sé en esta lengua y
nes por señas ó en lengua incomprensible
lo manifiesta perfectamente una de las an-
3 Herrera ; Décadas de Indias, déc. III, lib. 2,
tiguas relaciones comunicadas al cronista cap. 9.
" porque no se me olvide, éste será de aquí
nos han conservado el minucioso itinerario
" adelante mi n o m b r e " - " y desde enton-
de los misioneros desde España hasta Ve-
" ees, añade Torquemada, < dejó el nombre
raeruz, no expresan las fechas de su llega-
" d e Benavente, y se l l a m ó MOTOLINIA." 5 _ _
da á Tlaxcala, ni la de su entrada á México.
" El rasgo retrata al hombre.
Esta puede deducirse, muy aproximadamen-
Después de algunos días de descanso que
te, de la reunión de su primer capítulo,
la colonia franciscana tomó en Tlaxcala,
que dice Torquemada 6 se celebró "el día de
continuó su peregrinación á México, donde
la Visitación de Nuestra Señora," á los
se les aguardaba con grandes preparativos
quince días do su arribo; con que así, éste
y alboroto, Cuando se tuvo noticia de su
debió ser entre el 17 y el 18 de Junio.—
aproximación, salió Cortés á recibirlos,
Vetancurt, 7 haciendo el mismo cómputo,
acompañado de todos sus capitanes y de los
fija el 2 3 ; mas su equivocación es patente.
restos de la antigua grandeza mexicana, ha-
—En seguida se repartieron los religiosos
ciendo con ellos la famosa demostración de
de cuatro en cuatro por las tres mayores
humildad y respeto que debía captarle su
poblaciones de la época, Tezeoco, Tlaxcala,
afecto y cousolidar su propio p o d e r — L o s
y Huexotzinco, quedándose en México Fray
historiadores, que, incluso el P. Motolinia.
Martín de Valencia, su superior, con otros
cuatro; pues cuando aquel Apostolado lle-
J Lib. X X , c a p . 25. gó á México se encontró con cinco indivi-
s L a traducción vulgar que se lia dado á esta pa- duos de su orden, que servían de capella-
labra, es impropia, y por lo mismo no re mesen U
nes, y que luego fueron incorporados á la
exactamente su idea, ni el espíritu ó sentimiento
con que se pronunciaba en esa ocasión. V e r d a d es nueva comunidad.
que sigmüca POBRE: mas también tiene las acep
ciones de infeliz, desgraciado, infortunado, e t c ete Nuestros monumentos históricos no pre-
y los Indios la usaban en esa vez c o m o interjección
o exclamación d e piedad ó lástima, á la manera mis- sentan suficiente material para seguir paso
ma que nosotros la usamos en ocasiones semejantes.
Don Lucas Alamán se equivocaba aún más, tradu- 6 L i b . X V , cap. 12.
ciendo aquella palabra por el sustantivo Pobrezas
7 CHronica de la Provincia del Santo Evangelio,
\ canse sus disertaciones, etc.. t. II. p. 140. " '
etc., tratado I, cap. 1, núm. 4.
á paso la vida de Fray Toribio, que fué una " conciencia, mas aun entremétanse en usar
de las más activas y laboriosas. P o r tal mo- « de juridición civil é criminal é enyben
tivo, no menos que por el carácter particu- " (inhiben) por la corona de las justicias,
lar de este escrito, reduciremos sus noticias " que son cosas tocantes á la preminencia
á los hechos principales y mejor averigua- " Episcopal, no lopudiendo hacer syn tener
dos. " prouisyon de sus magostados para ello
No se sabe positivamente cual residencia " é porque esto es contra su real preminen-
le tocó en la dispersión de sus hermanos, y « acorda-
la primera noticia cierta que de él tenemos " ron de enviar á rogar al dicho Padre Frey
se encuentra en el Acta de 28 de Julio de " Toribio, guardian del dicho monesterio,
1525, del primer Libro de Cabildo de esta " que llegue al dicho cabildo é que se le
ciudad. Por ella sabemos que el gobierno " notifique de su parte, que le piden é re-
colonial, entonces al cargo de Gonzalo de " quieren que no huse de la dicha jurisdi-
Salazar, con el carácter de teniente gober- " cion hasta tanto que en el dicho Cabildo
nador por la ausencia de Cortés, se mani- " muestre las bulas é prouisyon es que de su
festaba alarmado por la conducta de los » magestad tiene para ello &c"—Consta de
franciscanos, haciéndoles las graves incul- la misma Acta que Fray Toribio respondió
paciones que revela el siguiente pasaje que incontinenti que sus bulas estaban ya pre-
copio de aquel inédito y curioso documen- sentadas—"é que por ellas tenían bastante
t o : — " E dixeron (el teniente gobernador y " poder de Papa é del Emperador, á cuya
" regidores) que á su noticia es venido que "petición fueron concedidas é á ellos da-
" Fray Martín de Valencia, frayle del mo- "das."
" nasterio de Sor. San Francisco, é Frey To- Todas las corporacisnes, particularmente
" ribio guardian del dicho monesterio en las electivas, son desmemoriadas; así es
" su nombre, diciéndose Vice Episcopo en
que—"los dichos sres. justicia é regidores
" esta N. España, no solamente entiende
dixeron, que tal no havían visto, ni en esta
" en las cosas tocantes á los descargos de
cabildo havia sido presentado"—y en con-
secuencia ordenaron nuevamente al reque- prochar su olvido á los concejales, pues del
rido hiciera la presentación de sus títulos. mismo Libro de Cabildo consta que en la
Entonces F r a y Toribio exhibió dos cédulas sesión de 9 de Marzo anterior, presente
expedidas en Pamplona á 15 de Noviembre Gonzalo de Salazar, como uno de los tenien-
y 12 de Diciembre de 1523, dirigida la una tes de gobernador, y " d e pedimento del P.
a los oficiales de la Casa de Contratación de " Fr. Martín de Valencia, Custodio de la
Sevilla, y la otra á los gobernadores y jus- " casa del Sr. Francisco, vistas las bulas
ticias de América. La primera era el permiso " que presentó ante sus mercedes en el di-
que se concedía á los religiosos para pasar " cho cabildo, dixeron que las obedecían co-
á estas partes, con la orden de que se les " rno á mandamiento de Su Santidad, y que
facilitara el pasaje y recursos necesarios: " conforme á ellas podian usar de todas las
la segunda era una especie de pasaporte ó " cosas y casos en ellas contenidas en esta
credencial en que se ordenaba á la autori- " N u e v a E s p a ñ a . " — E l Ayuntamiento re-
dad respectiva "que en todo por los dichos pitió la misma fórmula y protesta, mani-
" frayles ó por alguno de ellos fuera reque- festándose dispuesto á hacerlas efectivas
" rida é ovieran menester los hubiera en lo perteneciente " á la predicación é ins-
por encomendados." Con estas cédulas pre- trucción de los i n d i o s ; " mas " e n quauto á
" lo demás de la juridicióu é judicatura ce-
sentó Fray Toribio "dos b u l a s t e su minís-
" bil é criminal de que ios dichos PP. Re-
" tro general escritas en lengua latina
" ligiosos querían usar, dixeron que apela-
en que dixo estaba encorporada la bula de
' ' ban é suplicaban de dichas bulas, por ser
" S. S. las cuales no se~ trasladaron (en el
' ' en perjuicio de la preminencia real é da-
" Acta) por su prolixidad é asy
ño de la pacificación destas partes"—De
"presentada dixo, que como quiera que
conformidad con esa [determinación les
" otra vez estaban presentadas, á mayor
prohibió^el [Ayuntamiento usar^de ambas
" abundamiento requería(al Ayuntamiento) jurisdicciones. LDS pasajes referidos nos
" que las cumpliera." permiten oomjsturar un hecho que no se
Fray Toribio tenía mucha razón en re-
encuentra mencionado en ninguno de los
da por las discordias civiles que excitaban
cronistas de la provincia, conviene á saber:
la ambición y la codicia, contrariadas por
que Fray Toribio se quedó en México des-
un celo religioso ardiente 6 inflexible.
pués de la dispersión de sus hermanos, sien-
Las incesantes quejas que recibía el em-
do también el primer guardián de su con-
perador del mal tratamiento que se daba á
vento. El Padre Valencia debió conservar el sus nuevos vasallos, le inspiraba la idea de
carácter de Custodio. crear el cargo de Protector de Indios, que en-
Si bien las contradicciones que vemos comendó por cédula de 24 de Enero de 1528
asomar entre los religiosos y el gobierno, á Don Fray Julián Garcés y á Don Fray
debían proceder en mucha parte del grande Juan de Zumárraga, primeros Obispos, el
celo con que los Españoles han defendido uno de Tlaxcala y el otro de México. Este
siempre las prerrogativas del poder civil, en nombramiento caía en lo recio de aquellas
la ocasión eran fuertemente estimuladas pol- turbaciones, y produjo sus naturales efec-
la adhesión que profesaban á Cortés, enton- tos. El gobierno colonial, que- se encontra-
ces vivamente perseguido por sus émulos, ba muy mal avenido con esta especie de tri-
y sobre todo por el ardiente celo é infatiga- bunado eclesiástico que se le imponía, pen-
ble perseverancia con que protegían á los só nulificarlo discurriendo dudas que le
infelices Indios, víctimas de la codicia y ru- permitían paralizar su poder, mientras se
deza de los conquistadores. Aunque todos consultaba con la corte, cuyas respuestas
los religiosos hacían una profesión de con. se hacían esperar meses y aun años. El Sr.
ciencia en ampararlos y protegerlos, afron- Zumárraga exigía, al contrario, su pronta
tando con el odio y con la persecución de obediencia, y como se discutía con la san-
los potentados, Fray Toribio sobresalía en gre ardiente, por intereses que. en el sentir
esas calidades, adelantándose un punto que de los disputadores, no admitían transac-
quizá hoy no podemos calificar debidamen- ción, y el gobierno se consideraba con la
te, porque tampoco conocemos todas las fa- facultad de resolverlos por las vías de he-
cho, la contienda se exacerbó hasta el ex-
ses y secretos de aquella sociedad, trabaja-
m i m
tremo en que nos la pinta Fray Vicente de bres, estimulada por su propio interés, pa-
Santa María, testigo presencial, de cuya re- recía indecoroso ceder ante el débil obstá-
lación, aun cuando rebajemos mucho, pol- culo que oponía la resistencia de un puñado
las pasiones que entonces dividían a domini- de frailes, y en consecuencia comenzaron
cos y franciscanos, siempre quedará lo bas- las vías de hecho contra los renuentes. Es-
tante para descubrir un grande 6 importante tos, como era naturel, buscaron el arrimo
fondo de verdad. El decía al obispo de Os- y el favor de los únicos que simpatizaban
ina en carta escrita el Mío de 1528 desgracia- con su desgracia, y que en la ocasión eran
damente sin indicación de mes, que el Sr. protectores legales. Los caciques persegui-
Zumárraga Labia mandado á los francisca- dos se refugiaron al convento de Huexot-
nos que prediearau contra la Audiencia, y zinco, implorando un asilo, y el animoso
que los predicadores se extendieron hasta Fray Toribio se los otorgó, arrostrando con
apellidar á los oidores—''-ladrones y bandi- todos sus peligros. 8 Prolongándose estas
" dos, ordenando á sus visitadores se abs- resistencias en el año de 1529, la Audien-
" tuvieran de proceder, bajo pena de exco- cia comisionó al alcalde Pero Núñez para
" munión. En mí presencia, añadía el na- aprehender y enviarle bajo custodia á los
" rrador, han tratado de tirano al presiden- caciques principales de Huexotzinco y sus
" te de la Audiencia, aconsejando á los familias, quienes noticiosos del caso se asi-
" Indios que n o los obedecieran cuando les laron con sus bienes, el día 15 de Abril, en
" mandaban trabajar en las obras pribli- el convento de los franciscanos. Fray To-
" cas." ribio, su guardián, no solamente los aco-
gió, sino que al otro día hizo notificar en
Las turbaciones producidas por estos su- toda forma á los agentes de la audiencia
cesos se extendieron á todas partes, ponien-
do en lucha abierta á los conquistadores,
8 Lettre du Fr. Vincent de Sta, Maria, domini-
ávidos de riquezas, con los pueblos esquil-
cain, & l'eveque d'Osma, apud Ternaux-Compans
mados y agobiados bajo un yugo apenas Voyages, Relations, etc. : Second Recueil de Pièces
porsoiable, A la energía de aquellos hom- sur le Mexique, p. 92.
la orden de salir de la población, dentro de
resistencias, despojándolas del carácter de
nueve horas, b a j o pena de excomunión. Los
inobediencia y aun de rebelión que les da-
testigos mandados examinar por la Audien-
ban sus enemigos. Esa energía, ese valor
cia deponían que Fray Alonso de Herrera
civil, esa conciencia con que los frailes ha-
la había apodado en un sermón llamándola
cían frente al despotismo de los conquista-
"Audiencia del demonio y de S a t a n á s y
dores, era el único escudo que defendía á
que Fray Toribio, que decía la misa mayor,
los Indios. Fray Toribio, uno de los. más
cuando la h u b o terminado, hizo una ligera
animosos, si 110 el más, en esta parte de la
plática "confirmando cuanto había dicho el
América, aun fué acusado de regentear una
" p r e d i c a d o r " — L o s mismos testigos im-
conspiración: decíase que su plan era al-
putaban á los frailes, que aconsejaban á
zarse con el gobierno de la colonia, aun-
los Indios no pagaran los tributos que
que reconociendo la soberanía del rey de
exigía la Audiencia, sino en la cuota que
España; pero prohibiendo enteramente la
ellos les fijaban. 9 En fin, el fraile domini-
introducción de Españoles en el país, como
co antes mencionado, decía que había fal-
obstáculos insuperables á la conversión de
tado muy poco para que los ludios 110 se
los Indios. Atribuíase el complot á los
hubieran sublevado con las predicaciones
Padres Fray Luis de Fueusalida, Fray
de Fray Toribio.—Este se denominaba en
Francisco Ximénez y Fray Toribio, los
sus actos oficiales, Visitador, Defensor,
tres personajes eminentes, y miembros del
Protectory Juez de los Indios en las Provin-
famoso Apostolado. 10 Si algo pudiera pro-
cias de Muexotzinco, Tlaxcalla y Euacaclm-
babilizar esta imputación, sería la circuns-
la; títulos que le autorizaban para intei -
tancia de referirse^ la época del intolerable
venir en los otros, y que legitimaban sus
despotismo y desorden del gobierno de los
oficiales reales.
9 ProcèS-verbal de l'audience contre certains
franciscains do Huexotzinco, commencée le 22 Avril 10 Rapport fait á 1'Audience de Mexico, le 23 Avril
1520.—En la citada colección de Temaux-Compans. • 1529, par Gonzalo de Medina.—En el citado volu-
p. 104, men de la colección de Ternaux-C'ompans, p. 109,
El descuido en la determinación precisa zii ó Acpocaquil como lo llama Juarros,
de la fecha de los sucesos, muy comiín en acaecida en 1526: una patente, firmada por
nuestras antiguas crónicas, produce dificul- el mismo religioso, admitiendo en su her-
tades cronológicas de ardua resolución y mandad "al magnífico Señor Gaspar Arias
que tampoco podrían analizarse en un es- " alcalde primero de la ciudad (Guatemala),"
crito como el presente. Hemos visto, con la I cuyo documento aunque sin fecha, precisa
autoridad de un dominico contemporáneo, la época, por constar del Primer Libro de
que el año de 1528 se encontraba Fray To- Cabildo, que Arias fué alcalde en el bienio
ribio en México, comprometido con la Au- de 1528 y 29.—El Padre Vázquez cita otras
diencia en una lucha que todavía duraba á pruebas que parecen establecer suficiente-
mediados de Abril del año siguiente, sien- mente el hecho de la presencia del Padre
do su teatro Huexotzinco. Ahora b i e n ; el Motolinía en aquellos lugares, entre los
cronista de la provincia franciscana de Gua- años mencionados. Allí tuvo noticia de dos
temala" asegura que en ese mismo año hizo • religiosos extrangeros que recorrían el país
nuestro misionero su primera entrada en predicando el Evangelio y con tal motivo
aquella provincia, siendo así, también el se internó hasta Nicaragua, ya para comu-
primero que introdujo el cristianismo en nicarse con ellos, ya para ver un volcán y
esas lejanas regiones. Para establecer el he- algunas otras curiosidades naturales, de que
cho cita pruebas que no carecen de fuerza, era grande admirador. 12 El Padre Vázquez"
tales c o m o el testamento de un indígena dice que en esa exploración fundó los con-
que decía haberlo bautizado Fray Toribio ventos de Quetzaltenango, Tecpan-Guate-
poco después de la prisión del rey Ahpozo- mala y Granada
Este cronista que parece hizo exquisitas
1 investigaciones para seguir los pasos á nues-
" F r . F r a n c i s c o Vázquez, Chronica de la Provin-
cia del S S . Nombre de Jesús de Guatemala, lib. I,
cap. 4 . — J u a r r o s repite estas noticias en su Com- Torquemada lib. X X , cap. 25.
t
pendio d e la Historia de Guatemala, t. 1, trat. 2, >3 Chronica de Guatemala, lib. I, cap. i .
cap. 6.
tro Fray Toribio, asegura que volvió de
tribución del trabajo, cuyo empleo ordina
aquella expedición á fines de 1529, encon-
rio era el de las minas, como más lucrati-
trándose en Guatemala y de vuelca para
v o , precipitaba rápidamente la destrucción
México, con el famoso F r a y Andrés de Ol-
de la raza indígena, oponiendo también ma-
mos, que iba en su busca y á la conversión."
yores dificultades á su civilización. Fray
I retende también establecer que ambos reli-
Toribio pensó remediarla en mucha parte,
giosos permanecieron allí detenidos por las
abriendo una nueva y útil senda á la inmi-
instancias que les liacían los principales ve-
gración española, y promovió la fundación
cinos para que fundaran, manteniéndose
d e la ciudad de Puebla. El mismo nos refie-
todavía el 25 de Julio, fiesta del patrono de
re este suceso en la pág. 232 de su Historia,
la ciudad, en que dice el Padre Vázquez'*
diciéndonos que su primera piedra se puso
predicó Fray Toribio. Este hecho es incon-
" en el año de 1530. en las octavas de Pas-
ciliable con el que v a m o s á referir, y que
" cua de flores, á 16 días del mes de Abril
parece bien probado.
" día de Santo Toribio, obispo de Astorga"
Una de las causas próximas de la opre- Los Padres Torquemada 16 y Vetancurt' 7 aña-
sión y malestar de los I n d i o s era la ociosi- den que nuestro historiador fué también
dad ó sea holganza á que aquí se entregaban quien dijo allí la primera misa que se ce-
ios Españoles pretendiendo vivir y enrique- lebró.
cerse única ó principalmente con los servi-
Las contradicciones que hemos notado po-
cios personales denominados encomiendas, re-
drían concillarse aproximando un poco los
partimientos &., esto es, c o n el fruto del tra-
sucesos relativos á la expedición de Guate-
bajo de cierto número de Indios que se les
mala, cuyas pruebas no son tan coneluyentes
aplicaban, constituyendo una especie, ya de
en punto á cronología, como sus contrarias;
esclavitud, ya de vasallaje feudal. Estadis-
pues bien examinadas, aparecen fundadas
14 Ibid., eap. 5.
-5 Ibid., Iib. I, eap. 5. -Hb. III, cap. 34. Lib. III, eap. 30.
Trat. de la ciudad de Puebla, cap. 1, par. 3.
en meras conjeturas. La que aquí se propo-
En los primeros años de la conversión
ne para esa conciliación tiene además en
los indígenas afluían en tan gran número
su apoyo la circunstancia de que nada sabe-
para recibir los sacramentos, especialmente
mos de positivo de las acciones del Padre
el bautismo, que los religiosos se quejaban
Motolinía en los años posteriores, desde la
de faltarles aun la fuerza física para admi-
mitad del 1530, hasta el 18 de Enero de 1533
nistrarlo, porque se trataba de centenares y
que le hallamos en Tehuantepec, acompa-
y aun de millares de personas por día.
ñando á Fray Martín de Valencia y á los
Así también la gloria y mayores timbres
otros religiosos que suscriben la carta diri-
del misionero se medían por el más alto
gida al Emperador desde aquel punto,
guarismo de las bautizados, ostentándolo
Probablemente fué ésta la expedición em-
entre sus blasones, como un conquistador
prendida por el Padre Valencia, de que ha-
mostraría las plazas sometidas y un avaro
bla el autor en la pág. 170 de su Historia,
sus tesoros. En la materia que nos ocupa,
y que se desgració por los motivos que ex-
los cronistas presentan á Fray Toribio como
pone. Ignórase la ruta que de allí siguió.
En el año de 153G sabemos por su misma X V I I , cap. 9 , ) que su descripción la copió " s i n
Historia (pág 73) que residía en el conven- quitar ni poner letra," de un Memorial del P. Mo-
tolinía, hemos preferido la notación de este, por no
to de Tlaxeala, como su guardián, y que allí t«ñer dato alguno para decidir de parte de quién
moró seis años (pág. 49). Cuándo comen- está la equivocación. El único que se presenta no
he podido depurarlo. Ambos historiadores dicen que
zaron éstos, no se sabe; mas sí que aun per- el día- de la fiesta " f u é el primero en que los Tlax-
manecía el año de 1538, en que se verificó " calteeas sacaron el escudo de Armas que el Em-
" perador les dió, cuando á este pueblo (Tlaxeala)
la solemnidad famosa de la fiesta del Cor- " hizo c i u d a d ; " y y a se ve que con tal noticia po-
pus' 9 que nos describe en la pág 79. dría fijarse muy aproximadamente la incertidumbre
de aquellas f e c h a s ; mas no he encontrado la cédula
que declaró ciudad á Tlaxeala, y tengo poca espe-
* Véase el volumen intitulado Second Recudí de ranza de dar con ella, porque D. Diego García P a -
nes, diligente investigador de nuestras antiguallas,
dice que se perdió. Limitóme, pues, á indicar el
" Torquemada pone esta solemnidad en el año vacío, dejando á otro más afortunado, el trabajo y
lo.JO; ptro como el mismo dice (Monarq. Ind., lib. placer de llenarlo.
uno de los más infatigables, si no como el que entonces era inferior bajo todos aspee- .
mayor afirmando que hacia la época que re- tos. Nada enajena tanto las voluntades, ni
c ó r r e l e s , iban bautizados cosa de seis mi- engendra mayores rencores, que las dispu-
llones, y que sólo aquel religioso "bautizó tas escolásticas y religiosas; así es que las
por cuenta que tuco en escrito"y que Torque- suscitadas entre franciscanos y dominicos
mada30 dice haber visto, "más de cuatrocien- degeneraron al punto que manifiesta la
" tas mil, sin los que se le podrían haber carta antes citada de Fray Vicente de San-
olvidado. " ta María, que ya en 1528 se manifesta-
Era físicamente imposible que un núme- ba asombrado—"del sufrimiento con que la
ro tan exorbitante pudiera administrarse " Audiencia soportaba la insolencia de los
con entera sujeción al Ritual, y así es que " religiosos franciscanos-"—"Xos aborrecen,
desde los principios se trató de abreviar la " añadía este dominicano, porque no hemos
fórmula, reduciéndola á la mayor simplici- " querido predicar en su sentido: ellos im-
dad posible; operación que comenzaron los " piden á los Indios que vengan á trabajar
franciscanos, c o m o que fueron los prime- " á nuestra casa, lo cual prueba su poca ca-
ros, continuando en ella sin contradicción " ridad; porque mientras ellos tienen diez
por algunos años. Esta nació con la entrra " ó doce monasterios en el país, nosotros
da de los dominicos, que fueron los segun- " no poseemos uno s o l o . " E n tiempos de tur-
dos ; parte por escrúpulos religiosos y par- baciones, y cuando las pasiones hablan más
te por los celos que siempre han dividido las alto que la razón y el deber, sucede siempre
órdenes monásticas en aquella época más que el partido débil busque un apoyo en la
agrios, como que había más fe y f e r v o r ; autoridad, lo cual es funesto y desolador en
contribuyendo también como activo colabo- materia de religión, porque los hombres se
rador el clero secular, que jamás ha esta- persiguen y degüellan en el nombre de
do enteramente avenido con el regular, y Dios. Parece que los dominicos tomaron
aquí por entonces el partido de la Audien-
cia, ó sea del Gobierno, contra quien estaban
=» Lib. X X , eap. 2 5 ; y Lib. X V I , cap. S.
- en perpetua lucha los franciscanos, por la " hasta predicar unos contra otros, é los In-
defensa de los indios, y esta oposición exa- " dios se escandalizan é turban &c. " — La
cerbó las controversias teológicas que los querella tomó tales proporciones, que fué
dividían. necesario someterla á la autoridad Pontifi-
Varios eran los puntos sobre que versa- cia, decidiéndola el Sr. Paulo I I I por su
b a n ; el uno verdaderamente de filología, ó bula Altitudo Divini consilii, de 1 ? de Ju-
literatura sagrada, propio por lo mismo para lio de 1537, que como era de esperarse, no
exitar las pasiones que engendra la vanidad, dejó enteramente satisfecho á ninguno de
y el otro rigorosamente lógico y de los más los contrincantes. El Pontífice declaró que
aptos para ' aflamar aquel celo que abrasa. todos los bautismos hasta entonces celebra-
En el uno se disputaba sobre la oalabra dos eran válidos, y que no habían pecado
propia para expresar el nombre de Dios en sus ministros. Ordenando para lo futuro,
las lenguas indígenas; el otro versaba sobre dispuso que excepto en caso de urgente ne-
la ritualidad para administrar el bautismo, cesidad, se guardaran á lo menos las so-
sembrándose de paso dudas alarmantes so- lemnidades siguientes:—1 f Agua santifi-
bre la validez del administrado. No se ne- cada con el exorcismo acostumbrado: 2 f
cesitaba tanto para encender una ardiente Catecismo y exorcismo con cada uno: 3 f
controversia con todas sus inevitables con- Que la sal saliva, capillo y candela se pusie-
secuencias, produciendo, según decían, al ran, cuando menos, á dos ó tres por todos
Emperador los obispos reunidos en esta los que se hubieran de bautizar, así hom-
ciudad,"-"mucha cisma y contradicciones y bres c o m o mujeres: 4 f5 Que el crisma se
pusiera en la coronilla de la cabeza y el
" pasiones entre ellos ( l o s disputadores),
óleo sobre el corazón de los varones adul-
tos niños y niñas, salvando en las mujeres
" U r t r . 0 1 ' ; S m a l d e l o s Hmos. Señores Obispos de crecidas las reglas de honestidad.
México. Guatemala y Oajaca, sobre la ida al Conci-
lio general, etc.—De México, áfln (sic.) de Noviem-
bre de le>37.—En el Apéndice á los Concilios Pri- • Aunque esta declaración debió recibirse
mtro y Segundo Mexicanos, p. 13. en México, á fines de aquel mismo año de
1537, no se reunió la Junta Eclesiástica que
crita el año de 1553 d e c í a : — " y o liá que eo-
prescribió y reglamentó su obediencia sino
" nozco al de las Casas quince años primero
hasta el año de 1539, concurriendo á ella
" que á esta tierra viniese, i él iva á la tierra
los obispos de México, Tlaxcala, Oaxaca y
" d e l Perú, y no pudiendo allá pasar es-
Michoacán, el comisario general de los fran-
" tuvo en Nicaragua &c. ? '—Imposible es
ciscanos, y los superiores de las órdenes re-
concordar estas indicaciones con otros da-
ligiosas. En esa Junta se acordaron veinti-
tos hitóricos que he consultado, ni aun
cinco capítulos que resumían todos los pun-
con ellas mismas, por la incertidumbre
tos decididos por la bula y qus se notifica-
del término desde el cual debe liaceree la
ron el 28 de Abril á quienes concernían
cuenta de los quince años; pues si por la
para su observancia. Comprendíase entre
tierra de que allí se habla y á la que se dice
ellos el que prescribía la uniformidad en la
vino por primera vez, se entiende, como mu-
administración del bautismo, expresándose
chos entendían en. la época- toda la parte
en términos que aun h o y tienen un áspero
descubierta de la América, entonces el co
sonido; —'para que ninguno baptize« cada
nocimiento de nuestros ilustres misioneros
"paso, ni albedrío, " decía el capítulo 12 de
dataría desde el año de 1512 ó 1513; porque
las resoluciones acordadas. En el capítulo
Fray Bartolomé no vino á ella por la pri-
siguiente limitó su práctica, respecto de los
mera vez sino hacia los años de 1527 á 28.
adultos, á las épocas prescrita por el Ri-
Esta conjetura parece poco probable en ra-
tual, salvo los casos de urgente necesidad.
zón de que ese año Fray Toribio estaba en
La vaguedad con que el Padre Motolinía España encerrado en su convento y el Padre
habla de su conocimiento con el célebre Casas, clérigo recientemente ordenado, resi-
F R A Y BARTOLOMÉ DE LAS C A S A S , n o p e r m i - día en Cuba, donde permanecía hasta el año
te determinar su época de una manera pre- de 1515, afines del cual volvió á Sevilla.'-'3
cisa. En su famosa carta al Emperador? es-
escribió, por su puesto, á fines del año anterior.
=3 Quintana, vida de Españoles.célebres, art. CA-
M Lleva la fecha de 2 de E n e r o de 1555; pero se
SAS, t. III, p. 286, [Madrid 1833, 12 © . ]
Pero si por la frase esta tierra se en- atezado y escurridizo, que podría manchar
tiende la de México, donde el Padre Motoli- aún á la misma pluma que imprudentemen-
nia escribía su mencionada carta, entonces, te lo soltó, he creíd» que la verdad histó-
si bien el texto no se aclara enteramente nos rica, el buen nombre de aquellos ilustres
da una fecha precisa y verdadera, pues con- antagonistas, y aun el interés mismo de
tando los quince años desde el de 1554 en nuestra narración ganarían con echar una
que la escribió, tendremos el de 1539 para ligera ojeada sobre ciertas acciones del V .
el conocimiento personal de ambos misione- Casas, únicamente en la parte necesaria para
ros. Digo personal, porque habiendo bas- que se puedan apreciar las críticas y censu-
tantes fundamentos par conjeturar que am- ras excesivamente acres que se hallarán en
bos se encontraron en el territorio de Gua- un escrito del P. Motolinia, Ésta era para
temala, hacia el año de 1528, es seguro mí una tarea tanto más necesaria cuanto que
que el Padre Motolinia tuvo largas no- el deseo de vindicar la ajada memoria de
ticias, cuando menos, del Padre Casas, y aquel prelado fué lo que principalmente me
que participó de la excitación general que decidió á cargarme con la no ligera tarea de
causaba con sus predicaciones, tan ruido- difundirme en sus noticias, dándoles una
sas por la novedad de sus principios, como extensión tan superior á las otras que se ven
alarmantes por los intereses que ponían en en esta preciosa Colección con que el Sr Don
peligro. Joaquín García Icazbalceta ha enriquecido
nuestra literatura. Para desempeñar con-
El Y . Casas es una de las figuras más co-
venientemente mi intento, necesito tomar
losales y de los tipos más prominentes del la narración de un poco más atrás.
siglo X V I , no sólo en América, sino aun
en Europa; y como ciertos sucesos de su La profesión de mutua amistad y frater-
nidad que hacen los franciscanos y domini-
vida enlazan íntimamente con la del Padre
cos, en conmemoración déla que dicen man-
Motolinia, y éste haya arrojado sobre la
tuvieron sus santos fundadores, no fué bas-
más luciente página de la historia de aquel
tante á impedir que entre ambas órdenes
héroe de la caridad cristiana, un borrón tan
Ramírez-o
religiosas surgieran desde su principio fuer-
tes contiendas, " y que comenzaran una gue- " y aunque se acudió al provisor para que
r r i l l a civil y muy cevil unos frailes contra " atajase la vehemencia con que se procedía,
otros," según dice un escritor dominicano- 4 " y puso pena de excomunión, sin embar-
que nos hace una rápida, pero viva pintura " g o de ella, la orden de Santo Domingo
de esos combates, c o m o un preludio de los " procedía adelante & c . " — E s t a persisten-
últimos que se proponía describir. Los mo- cia indica suficientemente cuál fuera la acri-
tivos fueron los que siempre han separado tud y exaltación de los ánimos; y si repa-
átoda corporación, particularmente las lite- ramos en que esto pasaba el año de 1528 ;
rarias, instigados por esa oculta é inven- que la Española era por decir así, la metró-
-cible pasión, disfrazada con el modesto poli y centro de donde partían todas las
título de espíritu de cuerpo. Uno de estos ideas á las colonias; y en fin recordan--
estímulos, probablemente alguna de las do que en ese mismo año, los domini-
disputas escolásticas tan en boga á princi- cos y franciscos de México no se tra-
pios del siglo X V I , produjo el primer com- taban más fraternalmente, según lo he-
bate que aquellas órdenes monásticas se die- mos visto' 5 en la carta de Fray Vicente de
ron en el Nuevo Mundo, si nos atenemos á Santa María, no parece aventurado conje-
las noticias que de él nos ha conservado turar que la discordias que hacían tales es-
él Cronista Herrera3? " H u b o , dice, entre los tragos en la entonces Reina de las Antillas,
' 'frailes dominicos y franciscos de la isla Es- extendieran sus influencias á la Nueva Es-
" pañola (Santo D o m i n g o ) , diferencias so- paña.
mbre ciertos sermones y proposiciones que se Hacia esa misma época se agitaba con
" hicieron, y llegaron á poner públicas con- grandísimo calor, y también con rabioso
" clusiones, de que se siguió algún escándalo frenesí, según el carácter é interés de los
contendientes, una cuestión de religión y
de política, que dividió hondamente los
Remesa!, Historia de la Provincia de San Vi-
cente de Chiapa, lib. X , eap. 1. ánimos dejando una inmensa y sangrienta
Décadas de Indias, dóc. IV, lib. 5, c. 1.
26 Pág. L.
huella, que no han podido borrar tres siglos.
prendiendo la buena fe y paternal corazón
Un fraile27 la resumía á principios del X V I I
de los reyes de España, lograron establecer
en una enérgica exposición que dirigió al
el sistema llamado de Encomiendas, y los
rey y dilucidando el siguiente problema
Repartimientos para el servicio personal,
si era justo y político " q u e la espada fuese
que reducían á los indios á una esclavitud
" abriendo primero el camino al Evange-
infinitamente más dura, opresiva y destruc-
•' lio que es el mismo que tuvo el mal-
tora que la que ha pesado y pesa sobre las
" dito Mahoma para sembrar su mala sec-
víctimas de la raza africana; porque el amo
" ta," ó bien debe preferirse como más
de éstos se v e forzado á mantener y conser-
acertado, " q u e la espadaño vaya delan-
var sus esclavos, por su propia convenien-
" te del Evangelio, sino que lo vaya si-
cia, mientras que á los indios de reparti-
" guiendo, esto es, que vayan los predica-
miento se les dejaba perecer por la fatiga ó
" dores á predicarlo, y que para su seguri-
por las enfermedades, con la seguridad de
' ' dad lleven consigo soldados y gente de
que serían inmediata y aun ventajosamente
" guerra.
reemplazados. He aquí una causa muy su-
Este gravísimo problema había surgido ficiente para esa espantable devastación,
de entre las devastaciones, desastres y rui- que, despertando los sentimientos nobles y
nas producidos en todo el continente ame- humanitarios, y alarmando las conciencias,
ricano por los bárbaros y sangrientos es- produjo una reacción en las ideas, que hizo
tragos de la conquista, y más aún, por las subir á la fuente para investigar su origen.
hordas de aventureros que venían de Euro- Muchos campeones se lanzaron denoda-
pa á buscar fortuna, y que querían hacerla dos en esta nueva liza, á que provocaba el
en breve tiempo. Ellos fueron los que sor- espíritu de la época, ávida de discusión, y
que reemplazaba los antiguos torneos y jun-
=7 Advertencias importantes acerca del buen go-
bierno y administración de las Indias, así en lo espi- tas de los caballeros, con las disputas y
ritual como en lo temporal dirigidas & Su Maj. y contiendas literarias de sus sabios. Entre
Real Consejo de Indias, por Fr. Juan de Silva, (Ma-
drid, 1621, f o l . ) ellos sobresalía como un héroe de ardiente
é inextinguible caridad, F r a y Bartolomé de por ella no se defiendan con el calor que
las Casas, que había cambiado la sotana produce lo que se llama espíritu de cuerpo.
por la estameña dominicana, para lidiar La historia de todos los tiempos y de todas
con más desembarazo. É l abordó denoda- las clases nos presenta abundantes ejem-
damente las dos cuestiones que dividían la plos. Los dominicos se lanzaron por la
religión y la política, y de cuya solución senda que Fray Bartolomé había ya ilustra-
dependían la vida y la f o r t u n a de los habi- do con su nombre y con sus afanes apostó-
tantes del Nuevo M u n d o ; y enarbolando la licos, tomándolo por su caudillo.
Cruz como única bandera y c o m o único me-
En la misma línea habían asentado sus
dio civilización, proclamó la libertad de los
reales los franciscanos, siguiendo una opi-
Indios y condenó el empleo de la fuerza:
nión media que tendía á conciliar la cate-
porque, decía, " s o b r e todas las leyes que
quización con la conquista, y el bienestar
" fueron, y son y serán, nunca otra ovo ni
de los Indios con los intereses de los con-
" avrá que así requiera la libertad, c o m o la
quistadores ; bien que en esa doctrina no
" ley evangélica de Jesucristo, porque ella
se presentaba perfectamente acorde la fami-
" e s ley de suma l i b e r t a d . " 28 De confor-
lia seráfica, porque entre sus hombres más
midad con este principio, y c o m o su forzo-
distinguidos por su piedad y por su cien-
so corolario, deducía que las encomiendas,
cia, había muchos que "profesaban extric-
los repartimientos y todos los otros medios
tamente la del Padre Casas. Sin embar-
inventados por el interés para forzar el tra-
go, era una cuestión político-religiosa, con-
bajo de los Indios, eran injustos, ilegítimos
vertida además en bandera, y esto bastaba
y pecaminosos. Cuando un individuo de
para que esas dos antiguas órdenes mo-
cierta respetabilidad en una corppración ó
násticas, fuertes, respetables y rivales des-
clase alza una bandera, raro es que no la si-
de su cuna, abrieran una nueva polémica,
ga su gremio, y que los intereses creados
sobre las muchas que las dividían. El in?
terés de la que iba á comenzar podrá re-
28 Remedio contra la despoblación de las Ind. conocerse por la apreciación que los con-
Occid., razón 2 « . al fin (Sevilla, 1552, 4® got.)
- 40 -
cias conviene colocar el suceso que refiere mente reconocían por base las recientes
el mismo Padre Motolinía, y que probable- prohibiciones de la Silla Apostólica y de la
mente fué el principio del conocimiento que Junta Eclesiástica, en cuyo caso nada te-
bizo con Fray Bartolomé, así como del des- nían de achaques, y la resistencia era perfec-
vío que los separó durante su vida. El mis tamente legítima y fundada, así como su
mo nos lo refiere c o n la mayor simplicidad violación era un acto de culpable desobe-
y candor más adelante, en este, volumen, diencia.
sazonando su narración con pullas y desa- Ya hemos dicho que el Padre Motolinía
hogos harto picantes, que ponen en plena pensaba de muy diversa manera; así es
evidencia la mala voluntad que le profesa- que tomando en cuenta sus convicciones y
ba, y quizá alguna otra pasión que le ha su fervor apostólico, no se extrañan los ul-
imputado un ilustre escritor de nuestros teriores acontecimientos, ni la conducta que
días. Es el caso que "un Indio había veni- en ellos le vemos guardar. Él mismo nos
" do de tres ó cuatro jornadas á se baptizar, los relata con una franqueza y candor in-
" y había demandado el baptismo muchas concebibles. " E n muchas partes (decía alu-
" v e c e s . . . . y yo (añade nuestro historia- d i e n d o á las prevenciones de la Junta
" d o r ) con otros frailes rogamos mucho al " Eclesiásticaj no se bautizaban sino niños y
" d e las Casas que baptizase aquel Indio, " enfermos; pero esto duró tres ó cuatro
" p o r q u e venía de l e j o s ; y despues de mu- " m e s e s , hasta que en un monasterio que
" c h o s ruegos demandó muchas condiciones " s e llama Quecholac, los frailes se deter-
" d e aparejos para el bautismo, como si él " m i n a r o n de bautizar á cuantos viniesen,
"solo supiera más que iodos & e . " El resul- "no obstante lo mandado por los obispos."
tado final fué que Fray Bartolomé rehusó El propio narrador, no pudiendo resistir
bautizar al Indio, p o r motivos que su anta- al contagio del ejemplo confiesa ingenua-
gonista calla, y que por consiguiente no po- mente que cayó en la tentación,—"y en
demos juzgar si él tendría razón para cali- "cinco días, añade, que estuve en aquel mo-
ficar, como califica de achaques. Segura- n a s t e r i o , otro sacerdote y yo bautizamos
"por cuenta catorce mil y doscientos y tan-
afrontándolo y arrollándolo como un obs-
"tos!!!.."43 Componga quien pueda este
táculo, como una fórmula que impedía lle-
rasgo de fervor y celo por la salvación de
gar al logro de lo que juzgaba el fin. Nada,
las almas, con los preceptos de la obedien-
pues, tiene de extraño que caracteres tan
cia ; para mi intento basta notar el suceso.
diversos se encontraran siempre en conti-
Él marca, mejor que pudiera hacerlo un li-
nua y abierta oposición.—Por lo demás, la
bro, la total diferencia de carácter de nues-
vehemencia, y bien podría decirse virulen-
tros misioneros: el uno (Casas) canonista
cia é ira, que respira el lenguaje de la car-
y hombre de ley, vacilando, luchando y al
ta del Padre Motolinía, son debilidades de
fin cediendo á la autoridad del precepto le-
la especie humana, á que nadie escapa: qui-
g a l ; el otro, ferviente propagador de la fe,
zá en las que notamos había algo de despe-
cho, producido por el favor que su antago-
« Trat. II, cap. 4 de sa Historia.—El caso, por lo nista y su doctrina encontraron en el virrey
que toca al cuantioso número de bautismos admi- Mendoza, quien, dice Herrera, 44 "siguió,
nistrados en esta ocasión, parece excento de toda
duda, pues aun llamó la atención de los mismos In- " como hombre pío, el parecer de su gran
dios. Confírmalo la siguiente noticia que se encuen- "amigo Fray Bartolomé de las Casas, de no
tra en una especie de Anales inéditos, escritos en
lengua mexicana por un indígena de Tecamachalco " h a c e r los descubrimientos de mano arma -
ó Quecholac.—Matlactlicce Tochtlil546.—Ipanin xi- " d a , sino por medio de religiosos que lo
huitl ohualla Fray (/implo Presidente mochihuaco timan
Fray Francisco de las Navas, icuac mochintin quin "hiciesen, y predicasen."
cuatequique. (En el año 11 Conejos llegó Fray Cimplo
( ? ) c o n el cargo de presidente, y él en unión de Fray
Con el entusiasmo y actividad que este
Francisco de las Navas bautizaron una multitud santo religioso ponía en el desempeño de
inmensa de gente. Trad. del lie. D. Faustino Galicia)
Sólo hay que notar en este pasaje el error de corres-
su caritativa misión, y que la mala volun-
pondencia entre el año mexicano y el europeo; pues tad del Padre Motolinía traducía por los
al nuestro . de 1542 no correspondía en el otro el
símbolo de 11 Conejos. Tales equivocaciones, de
resabios de un genio inquieto, bullicioso,
pluma ó de cálculo, son muy frecuentes por la haragán &e., 4 3 se dirigió á España para po-
dificultad de la materia, descuido de los copiantes,
y rápida decadencia de l a antigua cultura indí-
« D é c . V I , lib. 7, cap. 7.
gena.
-'•5 " — ó despues que estuvo (aquí en México)
ner un dique á las violencias y temeridades cia sumamente grave. Cantando y jugando
de los gobernadores de la América del Sur, mataron á pedradas en Tlaxcala á un sa-
y obtener de la corona medidas que alige- cerdote del antiguo culto, dando así asun-
raran el rudo yugo que pesaba sobre los in- to á la tragedia que refiere nuestro escri-
felices Indios. Estos esfuerzos prepararon tor, y á la leyenda llamada de los Márti-
los beneficios que después vinieron con las res de Tlaxcala, que él mismo escribió se-
famosas cédulas denominadas las Nuevas paradamente con el título de Vida de tres
Leyes, de que se hablará eu su lugar. El Niños Tlaxcaltecas, y los martirios que pa-
cronista Herrera'16 dice que en esta ocasión decieron por la fe de Cristo. En ese mismo
obtuvo del monarca la orden en cuya virtud año de 1539, el historiador se hallaba en
se mandó fundar nuestra Universidad.— Atlihuetzia, ocupado en hacer las averigua-
Dejémoslo corriendo por Europa en pos del ciones correspondientes para descubrir y
Emperador, y volvamos á su ilustre anta- hacer castigar á los autores de aquel cri-
gonista. men, cuyo escarmiento alcanzó aun á algu-
A los principios de la conversión, cuando nos Españoles, sus cómplices.
el celo cristiano para destruir los templos y Por las noticias de nuestro mismo histo-
los dioses de la religión nacional, luchaba riador sabemos que el año siguiente de
con las resistencias que se oponían para de- 1540 residía en Tehuacán, ayudando pro-
fenderla, relajando aun los vínculos de la bablemente á su misionero en la fatiga que
familia y de la sangre, una algazara de mu- le daban "los muchos que allí iban á se
chachos dió origen á un suceso, en su esen- bautizar, y casar, y c o n f e s a r . " — E n prin-
cipios de 1541 estaba en Antequera, hoy
Oajaca, de vuelta de la excursión que había
luego se hartó y tornó á vaguear y andar en sus |bu-
llicios y desasosiegos acá apenas tuvo c o s a de hecho durante treinta días por la Mixteca,
religión — estuvo en esta tierra obra de siete años, y el 24 de Febrero escribía ya en Tehua-
y fué como dicen que llevó cinco de calle.—Carta
del P. Motolinía. cán la Epístola proemial de su Historia, ó
•*6 Dée. VI, lib. 7, cap, 6. .. sea la dedicatoria al conde de Benavente.
La fundación de la provincia francisca- rrido en el mismo error cronológico que el
na de Guatemala es un punto de seria con- Padre Vázquez. De Guatemala envió á
troversia, por la autoridad que le da la opi- Fray Luis de Villalpando, con título de
nión del Padre F r a y Francisco Vázquez, su comisario, 51 y cuatro religiosos á predicar
cronista particular. Él, después de haber el Evangelio en Yucatán; y continuando
examinado y pesado las noticias de nuestro sus afanes apostólicos en los principales
Torqtfemada, las de la crónica general de la lugares de aquella y de las comarcas inme-
orden y otros monumentos manuscristos, diatas, puso los cimientos de la nueva pro-
resuelve que aquel suceso se verificó el año vincia franciscana de Guatemala, denomi-
de 1544, siendo el fundador el Padre Moto- nada del Noriibre de Jesrís.53
linía. Añade q u e lo envió al efecto con Fray Toribio permaneció allí trabajando
veinticuatro f r a i l e s , Fray Jacobo de la Tes- con celo y constancia infatigables para pro-
tera, comisario general, á su vuelta del ca- pagar la religión y la civilización en su di-
pítulo general d e la orden, celebrado en latado territorio, aprovechando la oportu-
Mantua el año d e 1541. 47 Contra estos fun- nidad que le presentaban sus mismas tareas
damentos, meramente conjeturales, pueden apostólicas para estudiar las bellezas y pro-
producirse sus m i s m o s datos, porque el Pa- digios de la naturaleza, de que era grande
dre Testera, s e g ú n las noticias que minis- admirador, según lo manifiestan sus escri-
tra Torquemada 4 8 y algunos monumentos tos. Los monumentos de la provincia fran-
manuscritos q u e he consultado, murió en ciscana de México dejan un gran vacío, por
8 de Agosto de 1542, fecha en la cual pone falta de cronología, en la historia de núes -
expresamente a q u e l historiador 49 el viaje tro misionero durante los seis años corri-
del Padre Motolinía. Vetancurt 5 0 ha incu- dos desde éste de 1542 hasta el de 1548;
mas por las noticias de la Crónica de Gua-
corte del mundo. Allí también afirmó Fray- 11 los dragones, y que totalmente no los con-
Bartolomé su bandera y la gloria inmortal " suman y maten y (quede vasto todo aquel or-
de su nombre proclamando en las gradas " be de sus tan infinitos naturales habitado-
del solio y ante la flor de la grandeza y de 11 res como estaba y lo vimos p o b l a d o . " —
primeros días fué festejado y obsequiado á espiritual, siempre que sus depositarios en-
porfía por los principales vecinos, que te- tran en la propia senda de corrupción. Sin
nían Indios esclavos ó en encomienda, es- embargo, es el único remedio, así c o m o la
peranzados de ganarle la voluntad con sus amputación lo es para la grangrena, aun-
obsequios y atenciones: pero cuando vieron que se corran las contingencias de caer en
que estos medios eran absolutamente ine- manos de la ignorancia. El gobierno colo-
ficaces, y que el obispo, primero rogando y nial se encontraba entonces en ese estado
suplicando, y después ejerciendo su autori- de corrupción, porque sus depositarios mis-
dad, exigía inflexible el cumplimiento de mos tenían vinculada su fortuna en el tra
las Nuevas Leyes, su interesada adhesión se bajo forzado de los indígena*; siendo por
consiguiente interesados en la continuación
trocó en despecho, jurándole un odio ma-
de los abusos. Nada, pues, podía esperar
yor que fué su afecto. El obispo no podía
de su cooperación el nuevo obispo y protec-
absolutamente desempeñar la misión que
tor de los Indios.—Convencido de ello, em-
había recibido del soberano para proteger
puñó la arma invisible, y por ello más for-
á los Indios y hacer cumplir las leyes ex-
midable, contra la cual nada pueden las de
pedidas en su favor, por las resistencias
los h o m b r e s : llamó en su auxilio la autori-
que en todas partes encontraba, y porque
dad que no sa corrompe con dones ni inti-
las autoridades encargadas de su ejecución,
mida coa amenazas, y ofreciéndose '.a v o -
lejos de hacer algo para dominarla, la favo-
luntario holocaustro á la ira y codicia irri-
recían, como directamente interesados en la
tada de sus enemigos, los puso en la abso-
continuación de los abusos. Cuando la po-
luta imposibilidad aun d e dañarlo. El
testad civil llega á corromperse, la sociedad obispo apeló al poder de la conciencia, y
no puede hallar su salvación más que en el para darle eficacia privó á todos los c o n f e -
poder de la conciencia¡ ¡ remedio heroico, sores de sus licencias, no dejándolas más
delicado y sumamente peligroso! porque que al deán y á un c a n ó n i g o ; y eso, dice
se corre el riesgo de sustituir un despotis- Remesal, " d á n d o l e s un memorial de casos,
mo malo con otro peor, cual es el del poder
cuya absolución reservaba para s í . " Esta
reserva comprendía los penitentes que tra- primía la autoridad episcopal, que exacer-
ficaban con la libertad y trabajo de los In- baba el odio que se profesaba al prelado, y
dios. Así precavía, hasta donde la previ- que contribuía á aumentar la obcecación,
sión humana puede alcanzar, los deslices especialmente tratándose de gentes tan pun-
que en circunstancias tales suelen tener los tillosas como los Españoles. Ofendíalos en
confesores complacientes. sumo grado que se les negaran los sacra-
La noticia de esta determinación del obis- mentos, y más aun por contemplación á los
po f u é como bomba que estalla en almacén Indios que veían con el último desprecio.
de pólvora. Un grito de maldición y des- El interés pecuniario venía por otra parte
pecho resonó por todas partes; y para que á fortificar los sentimientos malévolos en-
nada faltara á las amarguras del prelado, gendrados por la vanidad.
la apostasía vino á dar un terrible golpe á Parece que ha sido achaque muy antiguo
su autoridad, fortificando la interesada ob- en la raza española emplear los influjos del
secación de los recalcitrantes. ¡ Y el deán favor y de las súplicas en los asuntos que
fué el que dió el ejemplo y el e s c á n d a l o ! . . solamente debieran decidirse por el poder
Comenzó por mostrar su oposición en térmi- de la justicia y de la razón; achaque f u -
nos más perniciosos que lo habría sido una nesto que el curso de los siglos ha hecho
abierta desobediencia; porque si bien rete- crónico, causando en nuestro país daños
nía la absolución en los casos reservados, incalculables. Los vecinos principales, con
enviándolos al obispo, lo hacía dando al el clero mismo á su cabeza, se presentaron
penitente una cédula en que decía: "El por- al obispo para rogarle mitigara su rigor
t a d o r desta tiene alguno de los casos re espiritual; y como todas sus súplicas fue-
"servados por V . S . , aunque y o no los lia- ron inútiles, "lo requirieron por ante eseri-
tío reservados en el derecho ni eu autor " baño y testigos diese licencia á los confe-
"alguno;" 61 calificación atrevida que de- " sores para que los absolviesen, protestando,
61 Remesal, lib. VI, cap. 2. " si no lo quería hacer, de quejarse y que-
" reliarse dél al arzobispo de México, al
Sabíase también que habían sido absuel-
" Papa y al rey y á su consejo, c o m o de
tos p o r el deán.—Semejante conducta tenía
" h o m b r e alborotador de la tierra, inquie-
todos los caracteres de una abierta y osada
' ' tador de los cristianos y su enemigo, y
desobediencia, que era necesario reprimir
''- favorecedor y amparador de unos perros
pronta y enérgicamente. El buen prelado
" ludios."62 Este empuje l o producía pro-
quiso amonestar á aquel cou suavidad y en
bablemente la p r o x i m i d a d de la cuaresma
secreto, y al efecto lo c o n v i d ó á comer.
de 1545, en la cual, según las antiguas cos- A c e p t ó , pero no c o n c u r r i ó : llamado nueva-
tumbres, las autoridades y todas la personas mente, se e x c u s ó : en fin, requerido, aun
de viso se confesabau y recibían la Euca- con censuras, no obedeció. Entonces el
ristía con grande solemnidad, so pena de obispo envió un alguacil y clérigos p a r a
caer en la nota p o p u l a r de impiedad y he- aprehenderlo; mas c o m o el caso había lla-
rejía, entonces t e m i b l e é i n f a m e . — E l pre- mado la atención, reuniendo algunos curio-
lado no cedió una línea, c o m o que se trata- sos en las inmediaciones, el deán " q u e sa-
ba de un negocio d e conciencia, y antes bien " lía preso comenzó á hacer fuerza con l o s
procuró persuadir á sus diocesanos la justi- "que le llevabau y dar voces, gritando:
cia y rectitud de s u s procedimientos. Creía- " Ayudadme, señores, que yo os confesaré á
los, si no c o n v e n c i d o s , á l o menos resigna- " todos; soltadme, que yo os absolveré." A
dos, y á los c o n f e s o r e s obedientes á sus estas voces estalló el tumulto, capitaneado
mandatos, cuando o b s e r v ó que á las comu- p o r uno de los mismos alcaldes: toda la
niones de la Semana Santa y Pascua habían ciudad se puso en armas, corriendo los unos
concurrido personas " q u e conocidamente á soltar al deán y los otros á la habitación
" se sabía que eran de los contenidos en los del obispo, quizá sin saber ellos mismos lo
" c a s o s reservados, porque tenían Indios que iban á hacer ó pretendían. Y a en su
" esclavos, y en aquellos mismos días ejer- presencia y cegados p o r la ira, "tuvieron
citaban el c o m p r a r l o s y venderlos como " m u c h a descomposición de p a l a b r a s , " y
un atrevido que pocos días antes le había
" antes."
I « M — W U
tas comarcas, comenzaba á aparecer un ter- "que le ayudaban á cumplir la obligación que
cer combatiente que debía desalojar á sus "tenía en la predicación y conversión de
rivales, quedando dueño del terreno. El "aquellas gentes." Si esta reminiscencia
obispo Marroquín había llevado á Guate- no era de tan melodioso sonido, peor aún
mala los primeros religiosos franciscanos y lo tenían las prevenciones que se le hacían,
dominicos que allí hicieron asiento, con- ya respecto " á los muchos clérigos facinero-
tándose entre éstos á nuestro V . Casas, que. "sos y de mala vida y ejemplo que se decía
entonces era simple fraile: á él también, "estaban refugiados en su obispado, hu-
según hemos visto, le encomendó traer de "yendo de otros obispados," y a á los que
España la numerosa misión de ambas órde- " se entremetían en tratos de mercaderías
nes, que en parte condujo personalmente, '•ú otras cosas fuera de su p r o f e s i ó n . " —
y con los cuales desempeñaba las funcio- Aunque estas cédulas sean posteriores de
nes de su ministerio. La más perfecta ar- cinco y ocho años al que recorremos, deter-
monía reinaba entre el prelado y sus cola- minan muy bien la época de su origen, pues
boradores apostólicos, no obstante sus pri- la circunspecta corte de Madrid no precipi-
vadas querellas. Mas hé aquí que cambián- taba sus determinaciones, ni las dictaba si-
no cuando rebosaba el abuso. ¿Y qué pudo
dose las voluntades, n o sólo el obispo sino
producir tan completo cambio? Nuestro
también el gobernador, comenzaron á des-
sincero cronista dice con toda lisura 73 que
favorecerlos á todos, y después aun á tra-
" por los pleitos y disensiones que se le-
tarlos tan mal, que se hizo necesaria la in-
" vantaron entre los frailes, porque le can-
tervención del soberano, quien por cédulas
" saban y molían con quejas, peticiones, in-
de tono áspero7~ previno al primero "tuvie-
" formaciones, notificaciones, escritos, pa-
" ra muy gran cuidado de favorecer é ayu-
" labras, enfados y otros frutos de la dis-
" d a r é honrar á los dichos religiosos, como
" cordia que traían entre sí."—Comenzaba
" a p e r s o n a s (decía otra cédula posterior)
79 Pág. L X X .
Remesal, lib. VII. cap. 4,
queriendo luchar de constancia con la es- dado una respuesta que pudiera parecer al-
tudiada y aun interesada inercia de las au- gún tanto punzante, sino en la vez que to-
toridades. El resultado fué cual debía es- cando un último y heroico medio para ven-
perarse. Los oidores rompieron aún las ba- cer la culpable apatía de la Audiencia "se
rreras que oponían el decoro y el bien pa- " le presentó en acuerdo público y en pre-
recer, á punto de que habiendo entrado una " seneia de los oficiales y otras muchas per-
vez el venerable prelado á la sala de acuer- " sonas que allí estaban, requirió al presi-
dos para agitar el despacho de sus memo- " dente y oidores de parte de Dios y de San
riales,—"con sólo verle daban voces desde " Pedro y San Pablo y del Sumo Pontífice,
" los estrados el presidente y oidores (gri- " que le desagraviasen su Iglesia y sacasen
" tando) Echad de ahí á ese loco. Y una vez " sus ovejas de la tiranía en que estaban:
" sobre cierta réplica que hizo para no salir " que diesen orden como los Españoles no
" de la sala, dijo el presidente, mandando " impidiesen la predicación del Evangelio,
" que con violencia le echara della: Estos • " y que le dejasen libre su jurisdicción pa-
" cocinerillos en sacándolos del convento, no ""ra poder gozar della. Y la respuesta que
" hay quien se pueda averiguar con ellos. Ha- " sacó de su requerimiento, de boca del pre-
" bló número plural, observa el cronista, " sidente, fué en sus formales palabras: —
" para incluir al obispo de Nicaragua, que " Sois un bellaco, mal hombre, mal fraile,
" también importunaba á la Audiencia por " mal obispo, desvergonzado, y mereciais ser
" el remedio de los males de su provincia.'' 8 0 " castigado."—Esta insolente reprimenda
A los ultrajes y desprecios que por todas habría excitado la ira en el más humilde y
partes encontraba, solamente oponía Fray , sufrido cartujo, y más cuando se dirigía á
Bartolomé una resignación y sufrimiento un prelado y en p ú b l i c o ; pero él, revistién-
imperturbables, no sabiéndose que haya dose tan sólo de la dignidad que el caso re-
quería,—"poniéndose la mano en el pecho,
" algo inclinada la cabeza y los ojos en el
80 Remesal, lib. V I I , cap. 5, que copia el Memo-
° presidente, no respondió otra cosa q u e :
rial del obispo.
|\
r
" — l o lo merezco muy bien todo eso que V. La noticia de éstas había causado gran-
" S. dice, Señor Licenciado Alonso Maldona- dísimas alarmas en Guatemala y Chiapas,
" do. - Y dijo esto el obispo por lo mucho » exacerbando por consiguiente las disputas
" que había trabajado para que le hiciesen y desavenencias entre los miembros de las
'' presidente de aquella Audiencia, abonan- dos órdenes religiosas que las habían pro-
" do y calificando su persona, y dando no- vocado y mantenían, con sus opuestas doc-
" ticia de sus buenas partes, para que sa- trinas. Han debido llegar á un 'alto gra-
l i e s e nombrado en las Nuevas Leyes."9' do, ó bien colmar la medida, algo escasa,
Mientras así y tan mal despachado en sus según parece, del sufrimiento del Padre
pretensiones se encontraba el obispo en Motolinía, supuesta la intempestiva y vio-
Gracias-á-Dios, las cosas iban de mal en lenta resolución que tomó y llevó al cabo.
peor en su diócesi. El provisor y gober- Quiuce meses hacía solamente que había si-
nador de la mitra, ajustándose á las estre- do electo Custodio de aquella nueva funda-
chas órdenes é instrucciones que le había ción, compuesta ya de treinta y un religio-
dejado su prelado, rehusaba los sacramen- sos, cuando reunió una congregación cus-
tos á los que resistían dar libertad á sus todial, haciendo ante ella renuncia de su
Indios esclavos. Los amos suscitaban con encargo, y manifestando la resolución in-
tal motivo continuos alborotos, amenazan- flexible de volverse á México. Nada fué
do y hostilizando al provisor, único que bastante á disuadirlo; ni los ruegos de sus
tenía la facultad de absolver á tales perso- hermanos, ni los empeños de la ciudad. Si
nas. El obispo volvió entonces nuevamen- nos atenemos al cronista de aquella provin-
te á la carga, y sin intimidarse con las ame- cia, parece que en tal determinación influ-
nazas, ni retraerse con los desaires de la r* yeron bastante los nuevos desabrimientos
Audiencia, urgió con m a y o r empeño por suscitados entre dominicos y franciscanos
una resolución sobre sus pretensiones. con motivo de la disputa filológica que
enunciamos en otra parte, sobre la palabra
propia con que debía mencionarse el nom-
81 Remesal, lib. VII, eap. 6.
bre de Dios. Según el mismo cronista, 82 do escribió el Padre Vázquez. Como su
los franciscanos, deseosos de prevenirla, texto descubre suficientemente los senti.
aun adoptaron la precaución de hacer cen- mientos penosos que dirigían la pluma del
surar y aprobar por un dominico distingui- autor, y solamente se encuentra en la Cró-
do, el Catecismo que escribió en lengua de nica Franciscana de Guatemala, libro no
Guatemala Fray Pedro de Betanzos, impri- muy común, le damos aquí lugar. Dice así:
miéndolo además bajo la protección de su " M u y magníficos y devotísimos seño-
o b i s p o ; " para cerrar ladridos de gente sin " r e s : - L a paz del muy alto Señor Dios
" r a z ó n ; " sin embargo, añade el mismo " nuestro sea siempre con sus santas áni-
cronista, " n o le bastó al religioso padre " mas, amén.—Lo que Vuesas Mercedes me
" e s t a humilde resignación, ni al Illmo. "demandan, y o lo quisiera tanto como el
" Sr. obispo su política atención, para ex- " q u e mas; pero sepan Vuesas Mercedes
" cusar el fuego que de algunas centellas " que há muchos días que Fray Luis é otros
" en materias opinables, sopló la malicia " frailes de los que conmigo vinieron, su-
" y fomentó el demonio. Apúntalas el Y . " pieron que en lo de Yucatán hay mucha
" Padre Fray Toribio en carta escrita á la " gente y muy necesitada de doctrina, y co-
" muy noble ciudad de Guatemala, respon- " mo acá vieron que en esto de Guatemala
' ' diendo á los amorosos cargos que le ha " hay muchos ministros, y todos los más
" cían aquellos nobles y devotos caballeros, " de los naturales están enseñados y bapti-
" sintiendo su vuelta á M é x i c o . " 8 3 La car- z a d o s — é solo los padres dominicos han di-
ta de que aquí se habla es la de despedida " cho algunas reces que ellos bastan para
que dirigió al ayuntamiento, y cuyo origi- "esta gobernación, y aun que tomarán so-
nal aun se conservaba en su archivo cuan- " bre su conciencia de enseñar á los natura-
" les. Vistas estas cosas, Fray Luis de Vi-
" llalpando y otros me pidieron muchas ve-
82 Vázquez, Crónica de Guatemala, lib. I, cap. 20,
" ees licencia para ir á Yucatán é y o no se
con las noticias que da Beristain (Bidlioteea His-
pano-Americana), en el art. Betanzos, Fray Pedro. " la dando, procuráronla del que á mí me
83 P. Vázquez, eit. lib. I, cap. 20.
Ramírez.—13
'ir '' •
" envió, que es nuestro superior. E sepan El tono de esta carta revela suficiente-
" Vuesas Mercedes que yo siempre lie pro- mente toda la intensidad del sentimiento
" curado lo que conviene á Guatemala y á que la dictaba, siendo, en contraposición
" su obispado, y he detenido lo que he podido. de la que más adelante extractaremos, tan
" Y esta voluntad sepan Vuesas Mercedes notable por lo que calla, como la otra lo es
" que la lie tenido y tengo para servir á por lo que habla. Pero la disposición de
" Dios y á Sus Mercedes en esta tierra. Y espíritu del autor en esos momentos, y la
" e s t o baste para por carta, que despues á verdadera medida de sus afectos, las com-
" los que más particularmente quisieren sa- prenderemos por los que expresaba mucho
" b e r porqué algunos frailes van á Yucatán y tiempo después de los acontecimientos.-
" otros son vueltos á México yo lo diré. La cuando el tiempo, la edad y la distancia ha-
" gracia del Espíritu Santo more siempre brían debido producir su natural e f e c t o ; el
" e n el ánima de Vuesas Mercedes, amen. olvido ó la templanza; tanto más de espe-
"De Xucbtepet x x i de Octubre año de rarse, cuanto que separado el V. Casas de
" MDXXXXV. (1545.) su obispado, por renuncia que hizo de la
mitra, y encerrado en el convento de San
"Pobre y menor siervo de Vmds.
MOTOLINÍA
Gregorio de Valladolid, hacía una vida re-
FRAY TORIBIO." 34 tirada, enteramente consagrado á ejercicios
En el sobrescrito: de piedad y devoción, no tomando en los
" A los Muy Magníficos y devotísimos negocios de América otro participio que el
" Señores, los Señores del Cabildo y Regi- que le daban el gobierno con sus consul-
" miento de la Ciudad de Guatemala." tas, ó los encargos que se le hacían de aquí
para promover algunas medidas favorables
8-i El P . Vázquez [Crón. eit., lib. III, cap. 3 5 ] e x -
á los Indios.—Pues bien: entonces era
pliea esta singular forma de la suserición de Fray
Toribio, diciendo que por mostrar " l a estimación cuando el Padre Motolinía escribía la tre-
que liacia de la santa pobreza tomó el apellido Mo- menda filípica que forma parte de esta c o -
tolinía, que n o sólo abrazó, sino que la puso sobre su
cabeza, firmando en dos rengloneitos," dispuestos lección con el carácter de Carta al Empera-
como aquí se v e n .
m
dor, y que, como antes observaba, nos per-
mite conjeturar cuáles fueran la acerbidad judicial, que de dejarlo suelto, dice, sería
é intensidad de sus sentimientos contra D. capaz de meter la discordia y el desorden
Fray Bartolomé diez años antes, en el calor aun en la misma Roma. 8 3 Ultimamente, in-
dignado y como atemorizado de sus accio-
é irritación de los sucesos. Allí, echando
nes y aun más todavía "de las injurias, des-
una ojeada sobre la vida entera de su ad-
honras y vituperios" que lanzaba [contra
versario, y como queriendo formar un epí-
los Españoles y "del pecado que cometía"
logo de sus obras, de sus calidades y hasta
difamándolos, lo tacha de orgulloso, so-
de sus sentimientos íntimos, lo califica de
berbio y poco caritativo, 8 9 dirigiendo al
ignorante v a n i d o s o ; 8 3 llámalo difamador
cielo un ferviente voto por q u e / ' D i o s le li-
atrevido, mal obispo, 86 mal fraile, inquie-
bre de quien tal ósa d e c i r . " 90 Este, repito,
to y callejero, 8 7 diablo tentador que debe-
no es más que un árido y breve resumen
ría ser encerrado en un convento para que
de lo que el Padre Motolinía sentía diez
llorara sus culpas, considerándolo tan per- años después de sus contiendas con el Sr.
Casas, según puede verse de la lectura en-
tera de su famosa carta. ¡ Qué sentiría en
83 " . , . . por cierto, p a r a con unos poquillos cáno-
nes quel de las Casas oyó, él se atreve á mucho, y su época! X o se puede, por consiguien-
muy grande parece su desorden y poca su humildad te, tomarlo como juez imparcial de los ac-
[pág. 2 5 7 ] . "
85 El censor aun a b u s ó de la Santa Escritura, pa- tos de su antagonista. El obispo de Guate-
ra aplicarle el tremendo pasaje de San Juan: fugit
quid mercenarius est, etc., [pág. 264.]
88 '•' estas cosas (las obras del obispo) es clara
" Y o me maravillo cómo V. H . ha podido su-
frir á 1111 hombre t a n pesado, inquieto ó importu- tentación de nuestro adversario y Y . M. le de-
no i bullicioso i pleitista en hábito de religión, tan bía mandar encerrar en un monesterio, porque no
desasosegado, tan malcriado, i tan injuriador i per- sea cabsa de mayores males; que si n o , tengo te-
judicial, y tan sin r e p o s o etc. (pág. 2 5 7 . ) . . . . a c á mor que lia de ir á Koma, y será cabsa de turbación
apenas tuvo cosa de religión (pág. 258), ni deprendió en la corte romana [pág. 2 6 1 . ] "
89 " á más de la poca caridad y ménos piedad
lengua de Indios, ni se humillo, ni aplicó á les ense-
ñar |pág. 2 6 0 . ] — e s t u v o en esta tierra obra de que en sus palabras y escripturas tiene fuera mu-
siete años, y fué como d i c e n que llevó cinco de ca- cha razón que se templara y hablara con alguna co-
lle [pág, 2 7 3 . ] " lor de humildad [pág. 268.]
9° Pág. 274.
mala, con quien tampoco llevaba su colega
' ' daron que atento que el R. señor el Padre
la mejor armonía, no era ciertamente mas
" Fray Toribio, comisario, hace en la tierra
que el eco do los sentimientos del Padre
" tanta falta en los naturales destas partes,
Motolinía, cuyas ideas reproducía casi con
" y ques tanta la falta que al presente hay
las mismas palabras. Una muestra flagran-
'•' de su persona á causa de su ausencia; se
te de ella nos da su carta al Empera-
" escriba al P. Comisario general de Méxi-
dor, 91 citada]en otra parte, donde,^con re-
" co, é al Sr. obispo de allí lo e n v i e . " 9 2 —
ferencia á Don Fray Bartolomé y su mi-
Una demostración de este género era evi-
sión de Verapaz, le decía:—"todo su edificio
dentemente sincera, y probaba la estima-
" y fundamento va fabricado sobre Mpocre-
ción que se hacía de la persona; mas tam-
"sía y avaricia, y así lo mostró luego que le
bién podía tener en ella mucha parte la
" fué dada la mitra: rebosó la vanagloria, co"
política y la pasión, pues frecuentemente
" rao si nunca hubiera sido fraile, y como
vernos que se ensalza y se eleva á una per-
" s i los negocios que ha traído entre la ma-
sona, menos por su propio merecimiento,
" nos no pidieran más humildad y santidad
que por mortificar y abajar á otra que se le
" p a r a confirmar el celo que había mostra-
opone como rival. Esta reflexión es una
" d o . " — S e ve, pues, que ambos cantaban
inspiración de los propios sucesos y de la
al unisón.
circunstancia casual de ser la época de ese
No se sabe de una manera precisa la fe- acuerdo municipal la misma en que Don
cha en que el Padre Motolinía salió de Gua- Fray Bartolomé volvía de Gracias-á-Dios
temala ; mas debió ser probablemente á fi- á su obispado, precedido de noticias que á
nes de aquel mismo mes de Octubre, puesto todos ponían en alarma.
que el 4 de Diciembre ya lamentaba su fal- En efecto, este prelado había urgido y
ta el Ayuntamiemto. " E s t e d í a , dice elac- urgía con tal perseverancia por una reso-
" ta, los dichos señores proveyeron y man- lución definitiva y precisa sobre las peti-
91 Quintana, uhiswp., Apénd. número 11. 92 Vázquez, Crón. eit., lib. I, cap. 20.
ciones pendientes, que hostigados el pre- cuela de su catedral, Juan de Perera, arras-
sidente y oidores, - « y por verse libres de trado por el torrente de la corrupción
•'tan continua y molesta importunación, le general, se sublevó contra su prelado, y
"concedieron al fin un oidor que fuese á prestándose á ser instrumento de los que
Chiapa y ejecutase las Nuevas Leyes en vinculaban su fortuna en la esclavitud y
" t0(l° aquello que era bien y provechoso opresión de los Indios, le escribió una des-
" de la naturaleza."—La noticia de esta de- templada carta para amedrentarlo y retraer-
terminación, con la de la vuelta del obispo, lo de su empeño.—"El más honroso epíte-
causó en Chiapas y aun en Guatemala, una " to (que en ella le daba) era llamarle trai-
alarma y espanto mayores que los que ha- " dor, enemigo de la patria y de los cris-
bría causado la sublevación de una provin- " tianos que allí vivían, favorecedor de
cia, ó la invasión de un ejército. Un regi- " Indios idólatras, bestiales, pecadores y
dor de Ciudad-Real, accidentalmente en " abominables delante de Dios y de los
Guatemala, decía en carta á un amigo su- " hombres. Y una de las cláusulas postre-
y o : — " E l obispo vuelve á esa tierra para " ras de la carta e r a : — V o t o á San Pedro
acabar de destruir esa pobre ciudad, y " que os he de aguardar en un camino con
" l l e v a un oidor que tase de nuevo la tie- " gente que tengo apercibida aquí en Gua-
" rra." 9 3 En otra parte se leía: " d e z i m o s " témala, y prenderos y llevaros maniatado
" por acá que m u y grandes deben ser los " al Peni, y entregaros á Gonzalo Pizarro
" p e c a d o s de esa tierra, cuando la casti- " y á su maestro de campo para que ellos
" g a Dios con un azote tan grande como " os quiten la vida, como á tan mal hom-
" bre, que sois la causa de tantas muertes
" e n v i a r á ese A n t i - C r i s t o por obispo.
" y desastres como allá hay. Y á ese bigar-
' ' Nunca le nombraban por su n o m b r e ; aña-
" do de Fray Vicente (el compañero del
" d e e l cronista, s i n o ese diablo que os ha
" obispo) yo le voto á tal que en cogiéndo-
"venido por obispo." « — A u n el maestres-
" le le tengo de llevar como Indio delante
as Remesal, lib. V I I , cap. 6. " de mí, cargado del lío de su hato á cues-
54 El mismo, allí, cap. 16.
" tas & c . " 9 3 ¡ Vaya un m a e s t r e s c u e l a ! . . . . de Diciembre (1545) para protestar é im-
—La prevaricación de este sacerdote fué el pedir el efecto de las provisiones que se de-
golpe más rudo y doloroso que recibió el cían arrancadas á la corona y á la Audien-
santo obispo, menos por su propia injuria, cia "con falsas relaciones;" y convocado el
que por el fomento que daba á la desmora- pueblo al toque de la campana mayor, se
lización, siempre creciente,"y por lo que de- resolvió no darles cumplimiento, no reco-
bilitaba su autoridad, alentando el cisma nocer la autoridad del obispo, si pretendía
que ya asomaba. Sin embargo, imitando á obtenerlo, y ocuparle las temporalidades,
San Esteban, que oraba por sus verdugos, con otras varias de aquellas medidas que
pidió á Dios un rayo de luz para aquel sa- aconseja el interés sobresaltado, y más
cerdote extraviado, y no mucho tiempo des- cuando es espoleado por el espíritu de fac-
pués tuvo el con suelojie ver que su oración ción. Para más imponer al pueblo, y qui-
había sido escuchada, convirtiéndose el ene- zá para contenerlo en la obediencia se to-
migo en el más robusto apoyo y en el más maron todas las otras precauciones que
fervoroso propagador de la doctrina del pre- tomaría una plaza en riesgo de ser asalta-
lado.—Este, sin dejarse intimidar, empren- da. La ciudad se puso en armas, y sus ca-
dió su viaje de retorno á Chiapas para au- minos se cubrieron de atalayas á larga dis-
xiliar, ó mejor dicho para abreviar y diri- tancia, "apercibiendo mallas, petos, cora-
gir la nueva tasación de tributos que debía " zas, coseletes, arcabuces, lanzas, espadas
hacer el oidor nombrado al efecto.
" y gran ^cantidad de J u d í o s flecheros
Apenas se supo en Ciudad-Real la sali- " todo contra un obispo ó pobre fraile, só-
da del obispo, cuando comenzó la alarma " lo, á pié, con un báculo en la mano y un
poniéndose todo en movimiento,"cuaPsi el " breviario en la c i n t a . " 9 6
enemigo estuviera ya á las puertas de la Mientras así se preparaban en Ciudad-
ciudad. El ayuntamiento se reunió el 15
101 Ib id.. cap. 15. " duro El odio, por tanto, que se ha-
,0= £ 1 mismo, cap. 8. " bia concitado por la singularidad de su
" conducta, era general, y según su mas " tan calificada, que no pudieron menos de
11 apasionado historiador, no habia en In- " a p l i c a r l e directamente remedio en la vi-
" dias quien quisiese oir su nombre, ni le " sita de Rogel. Deteníase este en empe-
" nombrase sino con m i l execraciones. T o - " zar á cumplir con su encargo y ejecutar
" do, pues, le impelia á abandonar un " sus provisiones. Notábalo el obispo, y
" puesto y un pais, donde su presencia, en <' apuraba cuantas razones habia en la jus-
" vez de ser remedio, no debia producir " ticia y medios en su persuasión, para
" naturalmente mas que escándalos. Ha- " animarle á que diese principio al reme-
" liándose en estos pensamientos, f u é 11a- " dio de tantos males como los Indios su-
" frian, poniendo en entera y absoluta ob-
" mado á México á asistir á una junta de
" servancia las Nuevas Leyes. A l princi-
" obispos que se trataba de reunir allí pa-
" pió el oidor escuchaba sus exhortaciones
" ra ventilar ciertas cuestiones respectivas
" con atención y respeto: mas al fin, ó cau-
" al estado y condicion de los Indios, y es-
" sado de ellas, ó viendo que era necesario
" to fué ya un motivo para que apresurase
" h a b l a r l e con franqueza, le contestó un
" sus disposiciones de ausentarse de Chia-
' ' dia en que le vió mas importuno: Bien
" p a ; en lo cual acabó de influir eficazmen-
" sabe V. S. que aunque estas nuevas leyes
" te la llegada del juez que se aguardaba
" y ordenanzas se hicieron en Valladolid con
" de Gracias-á-Dios, para la visita de la
" acuerdo de tan graves personajes, como V.
" provincia, prometida por la Audiencia de " 8. y yo vimos, una de las razones que las
" los Confines. " han hecho aborrecidas en las Indias, ha
" Era éste el licenciado Juan R o g e l , uno " sido haber V. 8. puesto la mano en ellas,
" de los ministros que la componían, y su " solicitando y ordenando algunas. Que como
" principal comision la de arreglar los tri- " los conquistadores tienen á V. 8. por tan
" butos de la tierra, á la sazón tan e x o r - " apasionado contra ellos, no entienden que
b i t a n t e s , que por m u y ajenos que estu- " lo que procura por los naturales es tanto
viesen los oidores d e dar asenso á las 11 por amor de los Indios, cuanto por el abo-
. lujjuiWiiani •• IIFI^"- .. y
• -
11 crecimiento de los Españoles, y con esta " las voluntades'no quedaban tan encona-
" sospecha, más sentirían tener á V. S. pre- 11 das como las desazones pasadas prome-
" sente cuando yo los despoje, que él perder " tian." 103 '
" los esclavos y haciendas. El visitador de
El licenciado Don Francisco Tello de
" México tiene llamado á V. 8. para esa Jun-
Sandoval, que era el visitador de quien ha-
11 ta de prelados que hace allí, y V. S. se an-
bla Quintana, había sido enviado por la
" da aviando para la jomada; y yo me hol-
corte con tal carácter y con el especiaren-
" gaña que abreviase con su despedida y la
cargo de promulgar y hacer cumplir las
" comenzase á hacer, porque hasta que V. S.
Nuevas Leyes. Aunque había llegado á Mé-
" esté ausente, no podré hacer nada-, que no
xico desde el 8 de Marzo de 1544, fueron
" quiero que digan que hago por respeto suyo
" aquello mismo á que estoy obligado por mi tantas y tan pujantes las resistencias que
" comision, pues por el mismo caso se echaría encontró, apoyadas hasta cierto punto pol-
11 á perder todo. la administración misma, que ni aun se
atrevió á publicarlas luego, difiriendo esta
11 Este lenguaje era duro, pero franco, y
formalidad hasta el día 28, para tomar las
" en cierto modo racional. El obispo se
precauciones convenientes. A pesar de ellas
" persuadió de ello, y abrevió los prepara-
la impresión que produjeron fué terrible:
" tivos de su viaje, que estuvieron ya con-
" hubo, dice Torquemada, 104 grandes altera-
" cluidos para principios de cuaresma de
" ciones y estuvo la tierra en términos de
" 1546, y salió al fin de Ciudad-Real al
" perderse; pero con la sagacidad y pru-
" año, con corta diferencia, que había en-
•' dencia de Don Antonio de Mendoza, to-
11 trado en el obispado. Acompañáronle en
" marón acuerdo él y el visitador y Audien-
" su salida los principales del pueblo, y al-
" cia de que no se ejecutasen algunas cosas
g u n a vez le visitaron en los pocos dias
" por entonces, sino que fuesen entrando
" que se detuvo en Cinacatlan para descan-
" sar y despedirse de sus amigos los reli-
">3 Quintana, Vidas, ubi siq>., pp. 401-4,
" giosos de Santo D o m i n g o : prueba de que L i b . V , cap. 13.
" en ellas poco á p o c o y que se consumiesen
" ciencia que en ella habia, para tratar y
"Ios esdavos que liabía, y cou buenos rne-
11 resolver las cuestiones y dificultades que
" d i o s se sobreseyesen las Leyes &c."—
" en tan grave materia, como el hacer á los
Con este favor que dispensaba el gobierno,
" Indios esclavos y tenerlos por súbditos y
los encomenderos y todos los que se sen-
" vasallos en los repartimientos y enco-
tían agraviados, apelaron de las Nuevas Le-
" miendas que los gobernadores habían he-
yes para ante el Emperador, y para dar
" cho, se ofrecían; para que si eran ó no
mayor eficacia á sus gestiones se dispuso
" eran lícitos los tales esclavos y las tales
enviarle una diputación compuesta de los
" encomiendas, se resolviera de una v e z . . .
superiores de las religiones de San Eran- 11 porque ( y esta observación del cronista
cisco, Santo D o m i n g o y San Agustín, de " es muy digna de atención) la mayor par-
regidores de la ciudad y procuradores de 1 '• te de los doctores y obispos tenían la afir-
los encomenderos, c o u el encargo de obte- " mativa desta opinion, como mas favora-
ner su revocación y la confirmación de las " bie á los seglares; y la menor, que era la
disposiciones antiguas que autorizaban el " orden de Santo Domingo, y en ella no to-
servicio forzado de l o s Indios. " dos, tenían la negativa, como mas llegada
Como al visitador había parecido pruden- " á la verdad y al bien de los Indios." 1 0 5
te y más útil á los intereses d é l a corona He aquí muy claro y perfectamente formu-
admitir ^ a p e l a c i o n e s interpuestas, se en- lado el punto de desacuerdo y controversia
contró paralizado en el punto principal de entre franciscanos y dominicos, y que, co-
su misión, mientras no recibiera nuevas mo observa uno de esta orden, había logra-
órdenes. La espera debía ser bien larga, do introducir no sólo la división, sino aun
así es que para aprovecharla determinó de- el cisma, porque religiosos de la misma
sempeñar otro artículo de sus instruccio- provincia y hasta del mismo convento opi-
nes, contraído á convocar " una junta de naban de diversa manera.
" todos los prelados d e la Nueva España y
" de todos los h o m b r e s de ciencia y de con- « s Remesa], lib. VII, cap. 13.
Si la discordancia de pareceres hubiera " das la ludias, atribuyendo su oposición á
quedado encerrada en el claustro, ó no ex- " soberbia y á estimarse él y los padres de
cediera los términos comunes de una con- " Chiapa en más, y tenerse por más acer-
troversia teológica, el mal hubiera podido " tados, ó sabios, que cuantos acá (en Mé-
sobrellevarse como otros muchos de su gé- " xico) había." 10(5 Así le preparaban el te-
nero ; pero afectando tantos y tan cuantio- rreno sus émulos y desafectos para desalen-
sos intereses materiales, la polémica se tarlo, acobardarlo y hacerlo fracasar en su
convirtió en negocio de estado, aparecien- filantrópica misión.
do en ella y en primer término la potestad El obispo de Chiapa estaba dotado cier-
civil, como uno de los principalas campeo- tamente de una energía y perseverancia
nes. El visitador t o m ó la parte que le to- que ofrecen muy raros ejemplos; pero de
caba, y lo hizo guiándose perfectamente estas virtudes á la terquedad y obstinación
por los intereses de la política; así, unien- que le atribuyen, hay una inmensa distan-
do su voz á las que censuraban al obispo cia, que desgraciadamente no comprenden
de Chiapa, había ya prejuzgado la cuestión, los caracteres suaves, contemporizadores,
escribiéndole "con mucha aspereza, notán- ó si se quiere, demasiado prudentes. El Sr.
" dolé de duro y terco, porfiado é impru- Casas se juzgaba bien asentado en el sen-
" dente en aferrarse tanto con su parecer, dero del deber, y por eso no cejaba; pero
" siendo úuico y solo en negarlos sacrameu- como se le decía tanto y se le censuraba de
" tos á los cristianos." Y como los paralo- todas partes y por toda clase de personas,
gismos y los argumentos que afectan la va- quiso conferenciar nuevamente sobre el
nidad ó amor propio son siempre los más asunto, para rectificar y consolidar su opi-
convenientes para la multitud, no dejó de nión, antes de presentarse en la junta ecle-
hacerse valer contra D o n Fray Bartolomé siástica de México, donde debía emitir un
" que levantaba nuevas opiniones, oponién- voto definitivo é irrevocable. A l intento, y
" ¿ose á los obispos, religiosos, maestros,
" letrados y hombres santos y doctos de to-
106 Remesal, ibid., cap, 15.
ya eii camino, reunió á todos los religiosos
" res y penitentes, abominando públicamen-
dominicos de la comarca, y después de muy " te los pecados de los unos y la ceguera
detenidas conferencias en la materia se de- " de los o t r o s . "
batió con libertad y con conciencia, "tonió- Natural era que la foma de estas predi-
" se la última resolución de lo que el obis- caciones, que según la cándida expresión
" po había de proponer y defender y con todas de Remesal escandalizaban este Nuevo Mun-
" susfuerzas procurar que se pusiese en eje- do, produjeron mayor excitación en la ciu-
" cucióu en la junta de México, acicalando las dad de México, como centro de mayores y
" razones que todos tenían para la doctrina más protegidos intereses. En efecto,dallá-
" que enseñaban, y que c o m o era opuesta á base ya á pocas jornadas de ella, y aun ha-
" todo el torrente común de las Indias, te- bía fijádose el día de su entrada, cuando
" nían por contrarios á seglares, clérigos, comenzaron á asomar los alborotos—"como
" religiosos y algunos o b i s p o s . " — C o n esta " si hubieran de ver un ejército de enemi-
determinación se despidió de su grey, para " gos, encendiéndoseles tanto la sangre en
ya no volver, acompañado de tres religio- " su odio y aborrecimiento, que temiendo
sos de su orden y de aquel canónigo de " el virey y visitador alguna alteración ó
quien ya liemos dado noticia que lo había " desgracia, le escribieron que se detuviese
renegado y colmado de ultrajes, y que aho- " hasta ellos le avisasen, que seria cuando
ra era su mejor amigo y más ferviente co- " entendiesen que la gente estaba algo des-
laborador. Sus últimas disposiciones fue- a p a s i o n a d a . " 107 Quizá se esperaba que
ron para repartir entre las iglesias y mo- tales prenuncios hicieran en el ánimo del
nasterios sus ornamentos, muebles, libros ilustre huésped el natural efecto de intimi-
y cuanto poseía, quedándose con lo encapi- darlo ó contenerlo, y quizá también se con-
llado. Su camino fué una predicación con- taba con ellos para lo que se preparaba;
mas teníanselas con un hombre que cual el
tinua con que asombraba á cuantos lo es-
cuchaban, por la novedad y rigidez de su
doctrina, que "condenaba á todos, confeso- Remesal, lito. VII, cap. 16.
gigante de la fábula, recobraba sus bríos al die pudiera equivocarse respecto de su doc-
tocar la tierra. Llegado el último día de trina y ulterior conducta.
espera hizo su entrada en México, y no á Reunidos los prelados, doctores y demás
oscuras, sino á las diez de la mañana, atra- personas convocadas para la celebración de
vesando por entre la muda y atónita multi- esta junta eclesiástica, procedió á ocuparse
tud, que lo vió pasar con respetuoso silen- de los asuntos de su misión. Cuáles fueran
cio. Fuése directamente á posar al conven- éstos no se sabe con entera certidumbre,
to de su orden, que en ese año ocupaba ya porque los historiadores, tan comunicati-
la misma localidad que hoy.—El virrey y vos sobre otras materias menos importan-
los oidores le enviaron la bienvenida en el tes, han pasado muy rápidamente sobre es-
mismo día; mas su sorpresa y estupor de- te suceso, limitándose á mencionarlo y á
bieron ser inexplicables al oír el mensaje decir que en esa reunión se resolvió la du-
que les devolvió el obispo en retorno de su da relativa á la administración del Sacra-
cortés saludo. "Envióles á decir que lo per- mento de la Eucaristía á los Indios. Reme-
" donasen que no los iría á visitar porque sal, 109 que tuvo á la vista un resumen de
" estaban descomulgados, por haber manda- sus debates, menciona alguuos de sus pun-
" do cortar la mano en la ciudad de An- tes, los cuales giran principalmente sobre
" t e q u e r a (Oajaca) á un clérigo de gra- la libertad de los indígenas y manera de
" dos." 1 0 8 Esta respuesta se hizo públi- catequizarlos; todo en el espíritu de la doc-
ca, causando "grandes inquietudes y alter- trina que sobre el particular defendía y
" c a d o s , " que, como se comprenderá, au- propalaba el obispo Casas. Natural era que
mentaban las pesadumbres y conflictos del con polémicas de tal carácter y en tales cir-
obi s p o ; mas c o n ella había afianzado su cunstancias "sudaran los de la junta mu-
bandera, no dejando ocasión para que na- " chas conclusiones, y que cada disputa su-
11 ya fuera como un día del juicio," según la
" de la junta principal, excepto los Sres. Casas, es uno de los que presentan mayores incerti-
dumbres, ya por la originalidad de él, ya por el des-
" obispos, y por muchos días¿ en disputas cuido con que los antiguos trataban la parte biblio-
" públicas, trató la materia de los Indios es- gráfica.—Hé aquí sus variantes, en el orden crono-
lógico de las autoridades que han llegado á mi noti-
" clavos diéronse éstos por mal hechos, cia,— Dávila Padilla, que escribía á fines del siglo
' ' condenándose á sus amos por tiranos X V I su Historia de la fundación y discurso de la Pro-
vincia de Santiago de México, lo cita solamente [lib.
" obligándolos á ponerlos en libertad, sope- 1, cap. 98] por vía de mención, diciendo que escri-
r a de mal estado 111 De todo lo que en bió un libro " d o n d e se contenían unos avisos y re-
glas para los confesores que oyesen confesiones de
" e s t a juntase determinó se hicieron mu- los Españoles que son ó han sido en cargo á los In-
" dios traslados y se enviaron por todas las dios de las Indias del Mar Océano."—Remesal se
expresa poco más ó menos en idénticos términos.
Indias, principalmente por el distrito y "Escribió, dice, [lib. X , cap. 24] un Confesionario
que contiene doce r e g l a s ; " y cita como tal el que
" gobernación de la Audiencia de México,
copia en su Crónica, y del que doy particular noti-
" p a r a que así eclesiásticos como seglares cia,—En la primera edición [1629] del Epítome de
la Biblioteca Oriental y Occidental de León Pinelo,
" lo snpiesen y se gobernasen p o r e l l o . " — se menciona á la pág. 64 este opúsculo con el si-
Asegúrase, y el hecho parece cierto, que en guiente título, que desde luego revela haberse com-
puesto con vista de las noticias de Remesal: Confes-
estas juntas tuvo el obispo el placer y el sionario de doie reglas, para los confessores de Espa-
consuelo de ver aprobada la doctrina de su ñoUs que han sido en cargo á los Indios.— El maestro
Gil González Dávila en su Teatro Eclesiástico de la
famosa Instrucción á los Confesores, de que Santa Iglesia de Chiapa, cita, cual si describiera ob-
antes hemos hablado, aunque su texto, tal jetos que tenía á la vista, "Otro (cuaderno ó lega-
j o ) que tenía 32 hojas, con título de Confessiona-rio."
cual corre impreso en la edición de Sevilla, Perplejo Don Nicolás Antonio con estas variantes,
se redactó ciertamente con posterioridad, dudó (Bibliotheca Nova Hispan. Scrip. art. Bartlio-
lomceus de las Casas) si se trataba de dos obras di-
pues en la Regla 8 « se hace mérito de una versas, y así las citó, dando á la una el título Avi-
sos para los confesores de las Indias, el cual cierta-
Esto es, so pena de conciencia pecaminosa, ó mente sacó de las noticias de sus predecesores; y á
de n o poseerlos con buen título. la otra el de Confessionario foliis XXXII, copiado
Tranquila la conciencia del obispo con el
mentó, según dijimos, y ahora de vuelta,
juicio de las personas más competentes que
contrito y humillado al redil eclesiástico.
presentaba el Nuevo Mundo en las ciencias
Remesal nos ha conservado íntegro el texto
eclesiásticas, lo comunicó á su clero de de su título que contiene varias instruccio-
Chiapas para darle más aliento en el desem- nes, algunas de ellas bien severas, para
peño de su difícil ministerio; y á fin de vi- el desempeño del encargo. El documen-
gorizar su acción, no menos que para pro- to está fechado en la Ciudad de México á
veer al mejor régimen de su Iglesia, cuyo 9 de Noviembre de 15Í6 con la suscrición
gobierno había ya determinado renunciar, Frater Bartolomeus de las Casas Fpiscopus
nombró vicario general á aquel m i s m o ca- civitatisEegalis.—Con fecha del día siguien-
nónigo Juan de Perera, extraviado un mo- te trae el mismo cronista el texto de las li-
vendido p o r esclauos. L a quarta cerca del licuar y que el dicho eofessor ordenare y mandare hazer
vender a r m a s y mercadurías a los tyranos conquis"- de todos sus bienes sin faltar cosa alguna. Y si
tadores: g u a n d o actualmente estauan en las dichas acaesciere escapar de aquella enfermedad: que no
conquistas;¡ violencias y tyranias. Y mandara que reuocara en su vida ni al tiempo de su fin y muerte
se les p a g u e a los dichos yntlios que tuuo por escla- aqueste Testamento en todo ni en parte ni hara de-
uos por c a d a mes|¡o cada año todo aquello que juz- claracion por otro testamento ni codieilio en cotra
gare el discreto confessor: que por sus trabajos y de lo suso dicho. Y que estara mientras biuiere pol-
servicios e injuria hecha que se les recompense» las reglas que el dicho confessor le diere: que abaxo
merecían. serán puestas cerca de los conquistadores que no
IT L o q u i n t o que reuoque otro qualquiera testa- están en el articulo d' la muerte. Y si contra algu-
mento |¡o codieilio que aya hecho aí'firmando que es- na cosa de las suso dichas en parte || o en todo vinie-
te solo quiere que sea valido y firme y que se cum- re!! o hiziere en algíía cosa: da poder al obispo su
pla como s u vltima voluntad.' Y si fuere menester prelado y a la justicia eclesiástica: y si menester
también d a poder al dicho confessor para añadir a fuere para effecto desto a la justicia seglar: para
esta su determinación c-n fauor de la dicha restitu- que le castigue como perjuro y que le haga cum-
ción y satisfacción qualquiera clausulado clausulas plir todo lo que dicho es sin faltar cosa alguna. 1
que viere q u e conueugan a la salud de su anima. Y desde luego se despoja y haze cession de todos sus
que pueda declarar por ellas qualesquiera dubdas bienes quanto a esto: y los subjeta a la jurisdieion
que c e r c a deste negocio occurrieren: y ordenar eeclesiastica en quanto a constreñille al cumpli-
qualquier c o s a que de nueuo ordenar conuiniere pa- miento de todo ello: y renuncia qualesquiera leyes
ra en f a u o r y mayor descargo de su conseiencia. que contra lo suso dicho le puedan a y u d a r . . . . .
1Í L o s e x t o haga juramento soléne en forma de «[ Quinta R e g l a : si el penitente no estuuiere en
derecho y obligación de todos sus bienes muebles v steado d' peligro de muerte: sino que se confessare
rayzes q u e l o guardara y cumplirá: de estar por lo ansol'deue el confessor antes do la confession con-
" diez 6 doce conquistadores, ellos y nos hemos obraba el sentimiento del misionero que te-
"de ir (ti infierno " mía aventurar la salvación del alma, único
Y no eran solamente las conciencias las fin de todos sus sacrificios y desvelos, con
que el SE. Casas había alarmado con doc- 4 la práctica y ejercicio de los actos mismos
trinas, sino que también irritó la vanidad y con que la creían asegurada; y obraba tam-
el interés; pasiones infinitamente más des- bién el punzante escozor del teólogo, de-x
contentadizas y susceptibles que la concien- moralista, del hombre de letras que se veía
cia, como que tienen el funesto poder de so- públicamente tildado y deshonrado con una
juzgarla. En el Padre Motolinía, y lo mis- censura que argüía una ignorancia supina.
mo en los otros ministros del Evangelio, Esto lo marcaba muy distintamente el Pa-
dre Motolinía en muchos pasajes de su car-
certarse con el y pedir le si q' ere salir de toda dub- ta, manifestando bien claramente la penosa
da y poner en estado seguro su cósciencially si res-
podiere con todo coragon que si: mande le hacer impresión que le causaban;" 7 y como en
vna seriptura publica por la quaí so obligue a estar cansas de tal género la voz del mayor nu-
por la determinación de lo que el confessor de su
hacienda toda ordenare y viere que conuiene a su mero suele ser más poderosa que la de la
eoneiéeia: aunque sea expendella toda, Y para lo razón, hizo cuanto pudo para aumentar el
tener y auer por firme y cüplir como el cofessor
lo ordenare y mandare. obligue todos sus bienes de
de los descontentos, irritando la vanidad
la misma manera que esta dicho en la primera re- del mercader, del militar, del seglar, del
gla: dado poder al obispo de aquel obispado y jus-
ticia eeclesiastiea: para que le puedan constreñir!!
eclesiástico, del letrado, del magistrado,
o compeller en el foro judicial eeelesiastico á lo su- del virrey, del consejo, y aun la del mismo
so dicho. Esta regla c o la primera se prueba clara
y formalméte en los mismos términos por el c.
Sup eo. de raptorib: donde esta establecido por el Una de las más enérgicamente expresadas se
Eugenio papa, 3. que los confesores no pueda ab- encuentra ciertamente en aquel an-anque dondeha-
soluer a los raptores como son todos los dichos con- blaba (pág. 257) de los -poquillos cánones quel de
quistadores de las yndias: si primero no restituye- las Casas o y ó : " — " y Dios p e r d o n e fdecía en a p ^ .
ren todo lo robadoüo dieré||restituedi seuüemédan- 267) a l . . . . que tan gravísimamente deshonra y dis-
di firma y plena securitaté, &c. Assi lo dize el tex- fama, i tan terriblemente injaria y afrenta una y
t o : y pone alli graves penas al cofessor que lo con- muchas comunidades i una nación ¿-apañóla, i a su
trario hiziere. Prueua se también por el cap. Príncipe y Consejos, con todos los que en nombre
quanq?. de vsuris en el lib. 6. de V. M . administran justicia en estos Reynos &c.
emperador Carlos V , á quien decía: "Si " posición de los ánimos, la flaqueza y
" los tributos de Indios son y han sido "parcialidad de los gobernadores, el endu-
"mal llevados, injusta y tiránicamente " recimiento general de los interesados y
" (como afirma el de las Casas), buena es- " el odio concebido en todas partes contra
" taba la conciencia de V. M. pues tiene y lie- " él, no podia ser útil aquí á sus protegi-
" va V- M- la mitad ó más de todas las pro- " d o s . " — E s e viaje fué una inspiración del
vincias de manera que la principal cielo que salvó á las infelices razas con-
" i n j u r i a ó injurias hace á V. M. y condena quistadas de calamidades que ni siquiera
" á los letrados de vuestros consejos, 11a- sería posible conjeturar, pero que podrían
" mándolos muchas veces injustos y tira- augurarse en parce por la total extinción
" líos: y también injuria y condena á todos que sufrieron en algunas de las Antillas,
" los letrados que hay y ha habido en toda donde hoy no se encuentra una sola perso-
" esta Nueva España, así eclesiásticos comu na de las familias primitivas. Los intere-
" seculares, y á los presidentes y audien- sados en la conservación de los abusos ha-
bían puesto en juego todos sus medios para
" c i a s de V . M., &c. & c . "
salvarse y para perder al indomable pro-
Estas y otras muchas especies de su géne-
tector de los Indios. Uno de los mejor
ro que el Padre Motolinía hacía todavía va-
escogitados, por su conformidad con el es-
ler en 1554, no erau más que la repetición
píritu de la época, fué ganarse la pluma de
y brevísimo epílogo de lo que se decía en
dos de los más afamados sabios que, por
principios de 1547, cuando terminadas las
decir así, se partían el imperio de las letras
sesiones de la segunda junta eclesiástica y
en la vasta monarquía española, en el A n -
las conferencias privadas que promovió
tiguo y Nuevo Mundo; el Dr. Juan Giués
Don Fray Bartolomé para hacer revisar la
de Sepúlveda "hábil filósofo, diestro teólo-
doctrina de su Confesionario, se volvió á Es- " go y jurista, erudito muy instruido, hu-
paña con la resolución ya formal de renun- " manista eminente y acérrimo disputador,
ciar su obispado; " convencido íntimamen- " que escribía el latín con una pureza, una
" te, dice Quintana, de que según la dis-
Ramírez.—19
" facilidad y una elegancia exquisitas, ta- más culto, el más filantrópico y más liberal
" l e n t o entonces de mucha estima, y en que d é l a tierra: el Dr. Sepúlveda, asi como
" Sepúlveda se aventajaba entre los mas se- los políticos Norte-Americanos, defendía
" ñalados. Favorecíanlo ademas las venta- —que subyugar á aquellos que por su suerte
b a s de cronista y capellan del empera- y condición necesariamente han de obedecer á
" dor. " 1 , 8 Hacíale eco en México el Dr. otros, no tenía nada de injusto. El principio
Bartolomé Frías Albornoz, discípulo del era inmensamente fecundo en consecuen-
gran Don Diego Covarrubias, primer pro- cias. Nuestro Dr. Frías Albornoz lo soste-
fesor y fundador de la cátedra de derecho nía también aquí, atacando además, de una
civil de esta universidad, y según la expre- manera directa y esplícita, la persona y es-
sión del famoso Brócense, varón doctísimo critos del obispo de Chiapas. De su obra
y consumado en todas lenguas. D. Nicolás no nos ha quedado más que el título, que
Antonio 1 , 9 decía en su elogio que fué hom- trascribiré con las palabras de Don Nicolás
bre de ingenio eminente y de memoria Antonio, de quien lo copió Beristain con su
monstruosa. El primero se encargó de batir acostubrado descuido; dice así: Un tratado
en brecha y de zapar en sus fundamentos de la conversión y debelación de los Indios.
la doctrina de D o n Fray Bartolomé, soste- Los enemigos del Sr. Casas para mejor
niendo la justicia del derecho de conquista asegurar el logro de todos sus intentos, ha-
y formulando su doctriua en un axioma bían subvertido la cuestión reduciéndola
que, por una de aquellas absurdas contra- principalmente al paralogismo que tanto ha-
dicciones del entendimiento humano, hoy cía valer el P. Motolinía en su carta al Em-
forma el dogma del pueblo que se juzga el perador; esto es, de presentar la doctrina
de aquel como atentatoria á la dignidad y á
los derechos de la corona, ya porque, según
1,8 Quintana, op. cit., pág. 41G.
decían, tendía á invalidar el título con que
"9 ut summi ini/cnH, ac plañe monstrosi, sin
et memoria specimen sope deilit. Nie. Ant. Bibliotli. los soberanos de Castilla podían justificar
Nova,, en su artículo.— Bei-istain, Bibliot. H i s p . - su señorío en América, ya también porque
Amer., id.
los convertía en cómplices, cuando menos, un triunfo completo con grande gloria su-
de las tiranías, violencias, despojos y usur- ya, y mayor aún con la de la magistratura
paciones que los conquistadores cometían y española que conquistó entonces un timbre
de cuyos frutos participaban en gruesa que no borrará el curso de los siglos, mien-
cuantía.—El medio de argumentación uo tras la justicia y la moralidad conserven
podía ser más vigoroso, y manejado por un sus respetos. Aunque la Apología de Se-
tan diestro, respetable y acérrimo disputador, púlveda no sólo favorecía y lisonjeaba la
como dice Quintana era el Dr. Sepúlveda, política española, sino que también venía
el triunfo debía considerarse asegurado en á darle un grande apoyo, tanto para legiti-
aquel siglo formuloso y silogístico. El doc- mar su señoría en las Américas, como para
tor había efectivamente trabajado un opús- esquivar los espinosos argumentos que se
culo 120 sobre este tema favorito, que corría le hacían con los desmanes de los conquis-
con gran boga en los círculos políticos li- tadores y encomenderos, sin embargo,
terarios de la corte á tiempo que llegó " n o por eso halló mejor cabida en el
nuestro obispo. Hasta entonces no había " gobierno: los ministros que lo componían
más que simples lecturas en copias manus- " tuvieron entonces á la moral y honesti-
critas, procurándosele así patrocinio pa- " dad pública un respeto que desconoció
ra obtener el permiso de la impresión. el escritor, y no quisieron manifestarse
El obispo, impuesto de lo que pasaba, se " aprobadores de aquella apología artificio-
echó por su lado para combatir con su " s a de la violencia y de la injusticia. Negó
vehemencia y ardor característicos, la doc- "el Consejo de Indias su licencia para la
trina y pretensiones del doctor, caminando " impresión; igual repulsa halló en el de Cas-
en esta parte con tanta dicha, que obtuvo " tilla; las universidades le reprobaron y al-
"gunos sabios le combatieron."
" ministraran los sacramentos, confesaran perdonado y absuelto, sino que lo volvió á
" y absolvieran á los vecinos." La misión su Iglesia y al goce de su beneficio, en el
del procurador enviado á la corte era más cual por única recompensa se ocupaba en
importante y elevada, y para mejor asegu- censurar la conducta de su prelado, en exa-
rar su éxito se confió á un regidor enco- cerbar la irritación de los ánimos mal pre-
mendero; autorizósele "para que pueda venidos y en aumentarle dificultades.
" p a r e c e r (decía el acuerdo del Ayunta - Eran tantos los intereses puestos en con-
" miento) ante S 31. en nombre de la ciu- tíicto y tan ardientes y exaltadas las pasio-
" dad é pueda suplicar é suplique á S. M. nes que los impelían, que habría sido un
" sea servido de mandar proveer que venga verdadero prodigio librar enteramente á sus
" á esta dicha ciudad é provincia un perla- efectos. En América todo se le disponía
" do atento que se fué desta ciudad é pro- mal á nuestro obispo, aun en lo que á pri-
v i n c i a el obispo de ella, e t c . " 122 N o po- mera vista parecía indiferente; tal por ejem-
día pedirse con más claridad la remoción plo, como la elección del ministro provin-
del Sr. Casas, quien en la ocasión pudo cial de los franciscanos, que en el año si-
igualmente repetir aquella última y senti- guiente de 1548 recayó en nuestro Padre
da exclamación de César: ¡tu quoque fili Alotoliuía, el sexto en orden de los escogi-
mi!.... Sí; con doble aplicación de suge- dos, según liemos visto, para formar el
to, porque uno de los principales instiga- apostolado de los primeros misioneros, y
dores de esas quejas y turbaciones era el el sexto también en orden de los ministros
deán Gil Quintana, aquel eclesiástico per- provinciales elegidos en esta provincia del
verso que le suscitó el tumulto de 1545 Santo Evangelio. En España iban las co-
(pág. L X X ) , que aun puso en riesgo su sas peor, por el empuje poderoso que reci-
vida. El buen obispo, incapaz de odio, ni bían de aquí, eficazmente auxiliado por el
menos de rencor, no solamente lo había influjo de tantas personas como habían to-
mado parte en la contienda por interés, por
conciencia ó por la gloria literaria. Entre
122 Remesal, libro VIII, cap. 4.
Ramírez.—20
— 154 —
éstos sobresalía el formidable Dr. Sepúlve- ba otro nuevo procurador á la corte, con el
da, más que vencido, humillado cou la pro- encargo especial de querellarse contra su
hibición que le impedía la impresión de su obispo por las restricciones de su Confesio-
opúsculo. Estos son agravios que no olvi- nario. Ese procurador, ; quién lo creyera!
da ni perdona un estudiante, y estudiantes fué aquel mismo miserable deán Quintana,
eran casi todos los sabios de aquella épo- tan generosamente perdonado por su pre-
ca. El maltratado doctor, eco y represen- lado, y que en esta vez solicitó y mendigó
tación de todos los intereses en conflicto, del Ayuntamiento ese oprobioso encargo
ya que más no podía, se conformó con to- para mortificar y perseguir á su benefac-
mar su desquite en la misma especie, y la tor, como efectivamente lo hizo, "andando
real cédula de 28 de Noviembre de aquel " en la corte, con tanta ignominia como in-
año (1548; se lo dió tan completo como po- " solencia, agenciando y solicitando contra
día desearlo. El Emperador mandó á la au- " su obispo, hasta que vió que renunciaba
diencia de México que recogiera todas las <; la mitra." 12-'
' - • •
españoles de haber intentado impedir la obligaba a los misioneros á tomar una par-
ejecución de la justicia, fueron rudamente te directa y activa en la dirección de los
azotados. 149 negocios públicos, autorizándolos para me-
Estos actos de caridad y de justicia, y to- ditar y propouer los remedios y mejoras
das las otras virtudes evangélicas que en convenientes. Si el Padre Motolinía no
tan alto grado poseía el Padre Motolinía, puede aspirar á la corona literaria, sí tiene
le habían granjeado el afecto y veneración justos títulos para reclamar la que se debe
pública, al puuto de elevarlo sobre el nivel al geuio investigador y observador, que en
común de la naturaleza humana. Así, á la práctica vale más que el ingenio y la
la eficacia de su oración y merecimientos, erudición. Fruto de aquellas dotes es el
atribuía el pueblo el beneficio de las llu- pensamiento profundamente político con
vias, en un año que las cosechas se perdían que, sin pretensiones ni estudio, concluía
por su falta; de la misma manera que otra uno de los capítulos de su Historia' 3 ' y que
vez, en que la abundancia de agua las des- en el último siglo dió tanta nombradla
truía, obtuvo la seca. '5° á uno de los más famosos ministros de
La importancia de las funciones que en Carlos III, de España, estimándose como
el siglo X V I ejercían los misioneros desti- una profecía política, que podría decirse
nados á la América, sus incesantes contra- cumplida cou los sucesos de nuestro país y
dicciones con los conquistadores y la in- de nuestro tiempo. Hé aquí sus palabras,
filtración del elemento teocrático en la ad- escritas probablemente hacia el año d e . . . .
ministración general de la monarquía espa- 15-10.—"Lo que esta tierra ruega á Dios es
ñola, más abundaute y vigoroso en la " que dé mucha vida á su rey y muchos hi-
particular de los países recientemente con- " jos para que le dé un infante que la seño-
quistados, no solamente daba sino que "ree y ennoblezca y prospere, así en lo es-
p i r i t u a l como en lo temporal, porque en
" t e r c e r o de la Costa Firme, tomando el rarse para que rezaran aquella hora canó-
"monarca español el título de e m p e r a d o r . " nica, advirtiéudoles " q u e á su tiempo los
¡ Proyecto eminentemente político y gran llamaría. " H í z o l o así cuando hubieron con-
dioso que habría cambiado totalmente la cluido, " y estando todos juntos en su pre-
faz del continente americano y retardado sencia y habiéndoles dado su bendición con
por siglos la decadencia de la m e t r ó p o l i ! muy entero juicio, dió el alma á su cria-
Las crónicas franciscanas, lo mismo que d o r . " 152 Apenas hubo exhalado el último
otros muchos monumentos inéditos que he suspiro, cuando los circunstantes se preci-
consultado dejan una laguna de catorce años pitaron sobre su cadáver, disputándose los
en el último período de la vida del Padre girones de la pobrísima mortaja que lo cu-
Motolinfa, saltando del 1555 última fecha bría. Don Fray Pedro de Ayala, obispo de
bien conocida hasta el 9 de Agosto de 1569 Xalisco, fué el primero que le cortó un pe-
en que el Martirologio y el Menologio fran- dazo de la capilla del hábito, porque le te-
ciscano de Vetancurt poneu su muerte. Pre- nía mucha devoción y en reputación de san-
sintiéndola quiso celebrar por la última vez, to, como .en verdad lo era, añade su bió-
á cuyo efecto hizo disponer un altar en el grafo. 133 El Padre Motolinía fué el último de
claustro antiguo del convento grande de los doce misioneros que pagó su tributo á
esta ciudad. Trémulo, casi arrastrándose, la tierra que había fecundado con su doc-
rehusando todo ajeno apoyo y mostrando en trina, edificado con su virtud, é ilustrado
el ánimo aquel esfuerzo que le negaba la coa sus apostólicos afanes, tan dilatados
naturaleza y que le caracterizó en su larga y como útiles y meritorios.
trabajada carrera, se dirigió á la ara santa La fecha de su muerte puede fijarse con
para consumar el augusto sacrificio. P o c o bastante precisión, no obstante la discor-
antes do, completas (seis de la tarde) se man-
dó administrar la extremaunción, y como á
esta fúnebre ceremonia se encontraran pre- .5= Torqufimada, libro X X , cap. p . — V e t a n c u r t ,
Menolog. franciscano, 9 de Agosto.
sentes varios religiosos, los invitó á reti- •ss Torqueraada y Vetancurt, ubi supra.
dancia de sus dos principales biógrafos.
alguno para ponerlo como allí se pone'54 en
Torquemada dice que murió "el día del glo-
el año de 15G8.'54
rioso mártir español San Lorenzo, cuyo
Hasta aquí solamente hemos visto en
muy particular devoto e r a ; " y que fué sepul-
Fray Toribio de Benavente al misionero in-
tado "el mismo día con la misa del Santo, en
fatigable, al caritativo y animoso defensor
lugar de la de d i f u n t o s ; " notando de paso
de las razas conquistadas, y al ardiente
que en su introito se encuentran aquellas
propagador de la civilización cristiana; va-
palabras—confesio et pulehritudo in conspec-
mos ahora á considerarlo en otro teatro no
tu pjus tf-c,—"que con harta congruidad se
menos interesante para la civilización que
podian aplicar al apostólico v a r ó n . " Ve- para su propia gloria; en el de las letras,
taneurt, citando á Gonzaga y al Martirolo- donde ocupa y ocupará siempre un lugar
gio, dice que murió el 9 y que le enterraron distinguido, como fuente abundante y pura
el día de San Lorenzo; repitiendo las otras de las tradiciones primitivas de la civiliza-
circunstancias que Torquemada. Ellas, en ción cristiana, y de otras muchas preciosas
buena crítica, autorizan la data de Vetau- de la historia antigua del país. En esta in-
eurt, porque supuesto que el Padre Moto- vestigación quedará también vindicado su
linía haya muerto después de completas, ó buen nombre de los lunares que una crítica
lo que es igual, después de. las neis de la tar- severa é imparcial encuentra en su ardiente
de, es improbable sepultaran su cadáver polémica con el V . Casas, y que han dado
en esa noche, é imposible que esto se hi- motivo á uno de sus más esclarecidos com-
ciera con la misa de San Lorenzo, cuya patriotas y distinguido escritor de nuestro
festividnd se celebraba al día siguiente. siglo, para hacerle reproches excesiva-
Un descuido, probablemente de pluma ó mente acres y duros. Así como Quintana,
de imprenta, en la Biblioteca Hispano-Ame- memorando los furores de la conquista, de-
ricana del Dr. Beristain, produce otra va- cía de ellos para vindicar á su patria:
riante mucho más grave, pues h a c : retro- "Crimen fueron del tiempo, y no de España,"
ceder el suceso un año entero. X o hay dato
'34 Art. Motolinía (Fray Toribio.)
así también podría decirse de los deslices
del Padre Motolinía, que lo fueron de la
turbulenta situación en que se encontraba
metido y de la oposición de principios en
materia tan difícil y controvertible. Si to-
davía lioy la pusiéramos á discusión, pro-
duciría entre nosotros las mismas discor-
dias con sus acompañantes inseparables de
imputaciones ofensivas, recriminaciones y
odios, pues q u e aun ardemos en ellos por SEGUNDA PARTE.
motivos m e n o s justificables, y hasta por
cuestiones destituidas de sentido común.
2 Herrera, Déc. V I . lib, 3, cap. 19.—Para bieu diana del P. Torquemada. donde se encuentran las
comprender este pasaje, que á primera vista pre- censuras á que hago alusión. Es por tanto seguro
senta en el original dificultades inextricable-', debe que Herrara las vió antes de la impresión y en el
tenerse presente que las cuatro primeras Décadas mismo MS. del autor, qu Q h i debido llegar á Ma-
de Herrera se imprimieron el año de 1601, y las drid hacia fines de 1612. De psta m m e r a se explica
cuatro siguientes el de 1615, en el mismo que se im- esa singular simultaneidad del cargo con la res-
primió también, por primera vez. la Monarquía In- puesta.
que se me hace sospechosa por su forma y opuesto, siendo el suyo defender la ultra-
concisión. De ella me encargaré en el § 10. jada memoria de Don Fray Bartolomé de
El siglo X V I I I nada adelantó, porque el las Casas.
nuevo editor de la Biblioteca de León Pi- Diez años después, el insigne historiador
n d ó (1757) no hizo más que seguir el ejem- de la Conquista de México, Mr. W . II.
plo de Don Nicolás Antonio. Roberstsou Prescott, dió á conocer por primera vez el
(1777) y Clavigero (1780) solamente nos mérito é importancia de la obra anunciada
dieron un nuevo y más extenso título de dos siglos antes por León Piuelo, elogián-
una obra ya conocida. dola en uua de las interesantes noticias
Más afortunado nuestro siglo, vió salir biográficas y bibliográficas que exornan
(1805) de entre el polvo secular de los ar- aquella historia.
chivos de Madrid largos fragmentos de un En 1848 salió á luz la mayor parte de esa
importante documento; de la Carta del Pa- misma obra, en la espléndida y rica colec-
dre Motolinía á Carlos V . ( V . §12.) ción . de Antigüedades Mexicanas que em-
No mucho tiempo después ( 1 8 1 6 - 2 1 ) , el prendió el magnífico y malogrado Lord
Dr. Don José Mariano Beristain reprodu- Kíngsborough; pero sorprendido por la
cía en nuestras prensas, aunque descuida- muerte á la mitad de su carrera, y converti-
damente, el catálogo de sus predecesores, do después su generoso pensamiento en
omitiendo los Memoriales y los Tratados es- mera especulación de librería, esa obra, lo
pirituales, olvidando la Carta á Carlos V, mismo que otras de su colección, quedó
y aumentando, en vez de esclarecer, las in- truncada en el volumen postumo publicado
certidumhres que habían sembrado los Bi- el dicho año.
bliotecarios españoles.
En fines de 1854 la tenía ya impresa,
Eu 1833 repitió el ilustr; Don Manuel completa y aumentada con la Carta á Cur-
José Quintana la publicación de los frag- ios V, el Sr. García Icazbalceta; pero como
mentos de la Carta á Carlos V, en me- sólo ha trabajado en ella en sus ratos de
nor número y con un espíritu enteramente 0"io y por mero solaz, se le adelantó en la
Ramírez.— 27
publicación de la Carta, mi excelente amigo la-cita con subtítulo en castellano (De las
é infatigable investigador de MSS. america- • costumbres de los hulios], aunque anotando
n o s , M R . BUCKINGHAM SMITH, s e c r e t a r i o q u e estar escrita en latín. Don Nicolás Antonio
fué de la Legación de los Estados-Unidos repite la especie, enunciando la duda de sí
en esta República, y actualmente en la sea la misma obra que la de los Ritos, ido-
corte de Madrid. Ha dádola á l u z el año latrías &c. ( V . §11), y Beristain añade que
próximo pasado en el tomo I de su intere- de ella se aprovechó mucho Torquemada,
sante y bella Colección de Documentos para como antes lo hicieron el dominico Fray
la Historia de la Florida. Ahora aparece Diego Durán y el Padre José Acosta, jesuí-
también en la presente, y se anotan las li- ta. Y o conjeturo que ninguno de estos bi-
geras variantes que ha dado su colación. bliógrafos la tuvo á la vista y que escribían
Si en los párrafos que preceden liemos por noticias, particularmente el último, cu-
podido seguir paso á paso y con datos se- ya aserción, por lo que toca á los Padres
guros la enfadosa cronología de las noticias Durán y Acosta, me parece enteramente
adquiridas sobre los escritos del Padre Mo- divinatoria.
tolinía, no sucede otro tanto con respecto
La suposición de qjje haya sido escrita
á Ja de la redacción de los escritos mismos,
originalmente en latín, no tiene, en mi con-
porque con excepción de los últimos men-
cepto, otro f uudamento que el haberse a p u
cionados, todos los otros solamente se co-
ciado por primera vez en esta lengua, como
nocen por las vagas indicaciones de los
que en ella se publicaron las biografías de
bibliógrafos. En tal deficiencia, formaré
los misioneros fraciscanos que vinieron á
mi catálogo, siguiendo el orden de éstas y
anunciar el Evangelio. En ella se dieron
de su mención.
también los títulos de sus escritos; y aun-
que Torquemada lo haya conservado en su
I.—De Moribus Indormn:
obra castellaua. nada'prueba,. por la costum-
Esta es la primera obra mencionada en bre que aun duraba en su siglo, de citar en
1* noticia del Illino. Gonzaga. León piuelo latín algunos títulos de obras castellanas.
especialmente cuando en ella se presentaba
con mayor concisión, y antes se había anun- II. — Advenías duodecim Patriim,
ciado en dicha lengua. Fundo mi conjetu- qui priini eas regiones devene-
ra en un pasaje del mismo Torquemada,' riint, et de eorum rebus gestis.
donde exaltando el progreso que hacían
los Indios en Ja perfección cristiana y los Así el limo. Gonzaga. Torquemada tra-
dones singulares con que Dios los favore- - dujo al castellano este título. Venida de Jos
cía, menciona varios casos, tomados, según doce primeros Padres, y lo que llegados acá
dice, de esta obra, que cita cou el propio hicieron. León Pinelo lo abrevió, y Don
título latino DeMoribus Indorum. Ahora Nicolás Antonio copió á Gonzaga con una
bien ; cotejado ese pasaje cou los dos últi- ligerísima alteración gramatical. Beristain
mos párrafos del cap. 8, Tratado II, de la - lo subvirtió escribiéndolo Actas de los doce
Historia de ¡os Indios, se ve que el uno es primeros Varones Apostólicos, quede el or-
copia casi literal del otro; congruencia que den de San Francisco pasaron á la conquista
persuádela comunidad de origen. Si la obra espiritual déla Nueva España. Don Nicolás
que nos ocupa era un tratado especial, ó Antonio dudó si esta obra fuera la misma
bien un cartapacio que formaba parte de que la de los Memoriales ( § 9 ) , ó la déla
los Memoriales de que más adelante hablaré Guerra de los Indios que menciona Rebolledo
[ V . § 9] y que sirvieron para escribir la ( § 4) ; pero no me parece fundada su incer-
mencionada Historia, son problemas de re- tidumbre. Es muy probable que pertene-
solución muy difícil, ó imposible, sin tener ciera álos Memoriales, y que sirviera de mate-
a la vista los originales, hoy perdidos. rial para escribir la Y arte cuarta de la His-
toria de los Indios, que no conocemos. Los
fundamentos de esta conjetura son; 1 °
3 Monarquía Indiana, lib. X I X , cap. 14.
que en su título, qne veremos adelante
( § 11 ) , se anunciaba comprendería esta
materia: 2 ® que el Padre Motolinía pro-
Metía formalmente una Parte cuarta, «con « palabra, en latín lo que él escribió en ro-
indicaciones del mismo asunto. Es igual- „ m a n C e . " — L o que y o be notado es, que
mente muy probable que esta obra formara el asunto v distribución de materias de la
crónica del I l l m o . Gonzaga, son absoluta-
la base de las dos siguientes, que dice Ve-
mente los m i s m o s que los del Cuaderno del
tancurt existían en su p o d e r : Un cuaderno
Padre Mendieta, en lo relativo ú fundacio-
escrito por d p.p. Fray Gerónimo de Men-
nes y biografías, alcanzando basta el ano
dieta, con ias fundaciones de concentos, vidas
de algunos varones ilustres y singulares casos de 1585. ,
que sucedieron en el viaje de los primeros pa- Entre las preciosas noticias que debo a
dres, con día, mes y año, y lo que se decreto la »eneros* amistad del Sr. Smith, hay una
acerca del modo de administrar los santos sa que parece propia de este i u g a r . - E n carta
cramentos.=— Un libro escrito en cuarto por que me escribió de Madrid can fecha 10 de
d R. P. Pedro de Oroz... .sobre la fundación Febrero de 1856, rae envió á Paris varios
de la provincia y vida de religiosos, que dedi- apúntesele los MSS. que posee la biblioteca
có el año de 585 á la marquesa de Villaman- de la Academia d é l a Historia; y a conti-
nuación de la noticia de los del Padre Mo-
riqupf De este escritor, añade Vetaneurt,
tolinía hay el siguiente, que copio a la le-
" es todo lo que está en el libro del Illmo.'
t r a : — ' L e g a j o s & c . - L a relación del Pa-
"Gonzaga. al pie déla letra sin discrepar
« dre Toribio de Benavente Motolinia está
» en un tomo f o l i o , letra del tiempo, ij X
J - F s muy propia tierra [ l a de M é x i c o ] para-er- „ 21. —Cap. 3 ? de los Frayles que han nwer-
mitaños y contemplativos... . y aun de esto que di-
go com.enza ya á haber harta muestra, como se di- »"to en la conversión de los Indios.—Hay ¿0
ffiSÍSS lt p a H e d e P S t a narración.!' " capítulos"—|Es ésta una obra del Padre
Histeria cit., tratado Til, cap. <).
Motolinia? ¿Será un fragmento de la del
t™ d ® A u t 0 r 6 3 i m p l a o s y de Instruíásn
Ramírez,—23
tecismo romano se intitulan " los diez man-
" damientos de la Ley canónica, que son di-
c h o s preceptos de la Iglesia.'' La única
IV.—Guerra de los Iridios de ¡a
congruencia q u e se advierte entre ambas
Xnerci España.
obras, es la concisión de la primera parte La más antigua noticia que he visto de
de su doctrina, conservada hasta hoy en esta obra es en Fray Luis de Rebolledo,
nuestro catecismo popular con el nombre franciscano, quien la da en el Catalogo de
de oraciones, f o r m a n d o la segunda la deno-
minada declaraciones. La primera se tradu- trina cristiana en la lengua mexicana y pusiéronla
en un canto llano muy gracioso para que loa oyen
j o luego al mexicano con el título mixto de tes así la tomasen de memoria,"
Doctrina tepiton (Doctrinita, ó Doctrina pe- La duda sobre la primacía aumenta con una no -
ticia singular de Vetancurt, reforzada por Beris-
queña). De ambas tengo á la vista varias tain. Dice el primero (Menologio, Junio 29,—Varo-
copias impresas y MSS., siendo muy curio- nes ilustres, núm. 5 ) que el V . Fr. Podro de Gante
enseñó " á millares de niños la doctrina cristiana,
so y digno de reparo, que su estructura, que tradujo en mexicano y á los dos años tenía im-
su ordenación, y en gran parte su contexto presa en Amberes por carecer de imprenta" en
México. Y como el P. Gante arribó á Veracruz el
mismo, se ajustan al famoso Catecismo del 30 do Agosto do 1523, tendríamos como hecho se-
Padre Ripalda, mejor que á ningún otro.4 guro, que su Doctrina, impresa en Amberes, estaba
ya en México á fines de 1525, un año después do la
llegada de los misioneros franciscanos, y antes cier-
» Como de la noticia que copio del Padre Torque- tamente que éstos hubieran aprendido la lengua.
mada podría deducirse rectamente que el Padre Mo- Beristain dice en términos precisos, que la impre-
tolinía fué el p r i m e r o que escribió una Doctrina en sión se hizo el aüo de 1528, t r f s posteriores al que
Mexicano, debo añadir, por la exactitud 7 fidelidad da la computación de Vetancurt: añade que se
que debe guardarse en las investigaciones litera- reimprimió en México el de 1553, y agrega circuns-
rias, que el mismo Torquemada flib. X V , cap. 18) tancias que á primera vista inducirían á creer que
hace una explícita é importante rectificación, ex- había tenido en sus manos ambos ejemplares. / A
presando " q u e los primeros que supieron la lengua cuál atenernos?
mexicana y salieron con ella," fueron Fr. Luis de Vivamente e x c í t a l a mi curiosidad, hacía años,
Fuensalida y Fr. Francisco Ximenez, y que "con por esta duda, y encontrándome cerca de Amberes,
esta inteligencia y con aynda de los más hábiles de quisa aprovechar la o p o r t u u i i a l , y a para admirar
sus - discípulos, q u e estaban ya muy informados en los prodigios del pincel de Eubens, ya para aclarar-
las cosas de la f é , tradujeron lo principal de la doc- este segundo misterio d? la bibliografía mexicana,
los sanctos y varones notables desta apostóli-
ca órden de nuestro seráfico y bienaventurado Sevilla, en el convento de San Francisco,
Padre Sant Francisco, que puso al fin de la en la emprenta de Francisco Perez, 1598,
Primera parte de la Chrónica general de N. f o l . — A q u e l catálogo comprende otros va-
rios, siendo el terciodécimo el de los Escrip-
S. P. Sant Francisco y su apostólica Orden:
tores assi antiguos como modernos (de la mis-
siendo el otro la tan decantada edición de la Escala
espiritual de San Juan Clímaeo. Nada encontré en
sus más acreditados depósitos de libros antiguos, ni gun hemos visto ( § 2) son l i s del P. Oroz. coiteni-
los corredores del ramo supieron darme razón. En- poráneo del V. Gante, se resumen en el siguiente
tonces me dirigí á Gante, con el único designio de pasaje, que nada expresa respecto de la impresión:
visitar el monasterio de nuestro Fr. Pedro, esperan- fn ipsorúm id tomate [el mexicano] per ampie satis ct
do hallar en su biblioteca lo que buscaba, y añadir copioso christianam doclrinam scripsit, quac cxcussc
algo á las escasísimas noticias que poseemos de es- typis circumfctur. Torquemada, su coetáneo, l o tra-
te Venerable fundador de la civilización y de las ar- dujo, ó qaizá copió de su original castellano, en las
tes en México. El superior del convento, sugeto siguientes palabras: " c o n p u s o en ella [en la len-
muy afable y cortés, se manifestó perfectamente gua mexicana] una doctrina que anda impresa, bien
dispuesto á resolver todas mis dudas; pero no pudó copiosa y l a r g a . " — M á s explícito en la noticia de
responder á ninguna de mis preguntas. Biblioteca, los escritores franciscanos [Monarquía, li'o. X I X .
frailes, convento, iglesia, todo había desaparecido cap. 33], dice: ••Después de estos cuatro [que allí
al soplo del furioso vendaval democrático brotado menciona], Fr. Pedro de Gante, aunque lego, cora
de la revolución de Francia, sin dejar á los restau- puso una copiosa Doctrina cristiana, que también
radores, ni las ruinas, ni aun el terreno, sobre el anda impresa."—La calidad de copiosa era bastan-
cual se levanta hoy un edificio público. Nada, por te para conjeturar que no fuera la primera, aunque
consiguiente, tenía de extraño que el guardián tam- indudablemente el P. Gante lo fué en el catequis
poco recordara al humildísimo lego que, mas de tres mo mexicano. Esa doctrina, hoy muy rara, existe
siglos ántes, había venido á esconder su existencia para ministrar una última prueba contra la preten-
y su nombre en un mundo desconocido. Después de dida. edición primera de Amberes. El ejemplar que
muchas preguntas ó indicaciones, me dijo que tenía tengo á la vista contiene 162 fojas en 8 o ., got,, sin
idea de haber visto una copia escrita en flamenco contar las del Calendario y Tabla. L e falta la poi-
de la carta que dirigió á sus hermanos en 27 de Ju- tada, y su suscrición dice así: " A honrra y gloria
nio de 1529, publicada últimamente en francés, por de nuestro señor Iesuxpo y de su bédita madre: aquí
Mr. Ternaux -Compans. Hé aquí el único fruto de se acaba la presente doetrina xpiana, en legua me-
diez años de incesantes pesquisas. Quizá otro será xicana. L a ql. fué recopilada por el R. p. fray Pe-
más dichoso. dro de Gate de la ordé de sant fraciseo. Fué impre-
sa en casa de lúa pablos impressor de libros. Año.
Las noticias de nuestros dos bibliógrafos sobre la
de. 1 5 3 3 . " — A ser una reimpresión, se hubiera ex-
pretendida edición de Amberes, me parecen suma-
presado, como so v é en otras producciones del mis-
mente sospechosas, Las del limo. Gonzaga, que se-
ino tipógrafo.
ma; orden) con cuyo, doctrina resplandece la Beristain, que ciertamente no conoció este
Iglesia. El último de los mencionados es opúsculo, alteró su título por una de aque-
Fray Toribio Motolineas fsicj, quien, dice llas fatales licencias tan frecuentes en sus
el bibliógrafo, " e s c r i b i ó l a Guerra de los descripciones. Intitúlalo Camino espiritual
" Indios de la Nueva España y un tratado ó del espíritu. El probablemente formaba
" d e l Camino del espíritu, en lengua caste- parte de los Tratados de materias espiritua-
llana.'' Hasta aquí el cronista. Don Ni- les, vagamente citados por Gonzaga. y de
colás Antonio • lo copió en su Biblioteca, in- los cuales, si algunos han llegado á noso-
sinuando una duda que, por sus términos, tros, no es fácil reconocerlos, por la cos-
podría inducir á creer que León Pinelo ha- tumbre generalmente adoptada entre los
bía dado noticia de esta obra; pero ella no primeros misioneros de no poner sus uom-
se encuentra mencionada en ninguna de las bres en sus escritos. De esta clase existen
dos ediciones de su Biblioteca Oriental y muchos.
Occidental. También dudaba si fuera la
misma que los Memoriales, ó la de la Veni- VI,--La Vida y Muerte de 'Tres Xi-
da de los don Podres, según insinúo en el ños de Tlaxcalla que murieron
§ 2. por la confesion de ¡a fe: según
que la escribió en romance el Pa-
dre Fray Toribio Motolinia, uno
F.— Camino del espíritu. de los doce religiosos primeros <i'c.
Rebolledus laudat dice D. Nicolás Anto- Así aparece este título en la noticia que
nio ; pero yo no he visto en el cronista fran- nos da Fray Juan Bautista de sus propias
ciscano más que las palabras que literal- obras i m p r e s a s , a u n q u e la publicación se
mente he copiado en el artículo anterior.
Colocad* al principio de la que lleva la siguien-
te p o r t a d a : — " A Ieáucliristo S. N. ofrece esta ¡Ser-
* Bibliotheca Hispana N o v a , art. Tvríbins <h Mo monario en lengua Mexicana su indigno siervo Fr.
ioUnéfl.—Madrid. 1788, l'ol. loan Baptista de la orden del Seraphico Padre Sauct
" Tlaxcala,. MS."'—Esta lección indica que
hizo en mexicano, siendo el traductor y edi- el bibliógrafo conoció solamente una de las
tor el mismo Padre Bautista. Como yo, á dos partes en que está d i v i d i d o ; ó bien que
pesar de las más exquisitas investigaciones, olvidó trascribir el título de la obra.
no he logrado descubrir ningún ejemplar
Vetancurt dice que de la Relación del
de esta obra, me he abstenido, á ley de fiel
viaje del Padre Motolinía á Guatemala, "co-
narrador, de dar su título en mexicano, no
" piaron los mas autores el martirio de los
obstante tener á la vista una copia suya que
" N i ñ o s de Tlaxcala." El Dr. Beristain
perteneció á Boturiui. Consérvase en el Mu-
prohijó la noticia, expresándola con tal
seo Nacional en 18 fojas, 4", MS., y aunque
confusión, que de ella se deduce que el Pa-
aquel dice en el Catálogo de su Museo India-
dre Bautista fué quien la extrajo, virtién-
no, que tenía un ejemplar impreso, desapa-
dola después al mexicano. El opúsculo, por
reció hace ya muchos años, según puede
consiguiente, sería una simple excerpta sa-
juzgarse de los intervalos posteriores. Ade-
cada de aquella Relación. Todas estas aser-
lante copiaré el título mexicano que tiene
ciones me parecen enteramente infunda-
en aquel MS.
das, 11 pues la obra misma que nos ocupa
D. Nicolás Antonio da noticia de este ministra datos incontestables de que ella
opúsculo con ligeras variantes, y dice se formabaun tratado especial sobre su asunto.
imprimió en 1601, en la oficina de Diego Las pruebas de esta aserción son muchas,
López Dávalos, en un volumen en 8 o . Tam- y según decía, se encuentran en la Historia
bién lo menciona el adicionador de la Bi- misma. Hállase la primera al principio de
blioteca de León Pinelo, con el siguiente la obra, en una Exhortación que falta en el
título: "Vida i Martyrio de Cristóbal In-
" dio, Niño, hijo del cacique Acxotecatl. en
11 Ni el mismo P. Vetancurt, quien, según vimos,
'3 Era muy común en las antiguis relaciones, y sustancial de esta narración, con grandes amplifi-
aun en formales tratados científicos, que se escri- caciones.
a traslación de sus cenizas, mientras que
opúsculo se encuentra en el artículo que
en la otra decía, refiriéndose al testimonio de
sigue:
Fray Andrés de Córdoba, que el cadáver
de Cristóbal "estaba seco, mas no corrom-
VIL—Traducción de las Vidas y
"pido."
Martirios que padecieron Tres
La copia MS. de la traducción mexicana,
Niños principales de la ciudad
que según dije antes perteneció á Boturini,
de Tlaxcala, la cu al practicó el in-
y b o y se conserva en el Museo, comprende
térprete general de esta Real Au-
la historia de los tres niños, siendo la pri-
diencia (Don Vicente de la Rosa
mera la de Cristóbal, y la otra la de Anto-
Saldívar), en virtud de lo manda-
nio y Juan. Sus títulos respectivos sou co-
do por el Exilio. Sr. Conde de
mo sigue:
ReviUagigedo, Virrey, Goberna-
dor y Capitán General de es te Rei-
a ) Nican mitokua motenehua iainemilitzin ihuan
itlaiyohuilitzin in piltzintli Christobalitó; ca oquimo no.-—México, por Vicente García
tecpanilli caxtillancopahuic in teopixeatzintli Fray
Thoribio Motolinia. Auh oquimo uahuatemili in to-
Torres, 18-%'. fol., apud 1(Docu-
fatzin Fr. Jn° Bautista, Guardian catqui Santiago mentos para la Historia de Mé-
Tlatelolco. Isican México oquitecpan ipan matlactli
orne capitulo tepitzitzin noc eocno ipan chicuey ca-
xicoTercera Serie, Tomo I.
pitulo oquitlalli imn tlayohuilitzin Juan ihuan Av-
tonio oquichpiltin Tláxcallan.
El contexto de esta portada nos instruye
h) Antonio ihuan Juan oquichpipiltotontin Tías-
calteea Pipiltin in itlahiyohuiltiloca ihuan in tone claramente de que ella fué escrita por el
huaca pololoea. In yuh quimicuilhui zano huei ye- intérprete de la Audiencia, y que el texto
huatzin Padre Fr. Thoribio Motolinia San Francisco
Teopixqui. Auh in axean nahuatlatolcopa quimo castellano que poseemos no es el original
tecpanilia P':. Fray Juan Bautista San Francisco del Padre Motolinia. sino el del mismo in-
Teopixqui. (La ortografía del MS. está bastante co-
rrompida y se ha enmendado bajo la dirección del Lic. térprete que lo tradujo del mexicano del
P. Faustino Galicia, profesor de la lengua.) Padre Bautista; así es quo lo debemos al
trabajo de una doble versión. A esta porta-
El complemento de las noticias de este da sigue una nota del intérprete, precedida
del siguiente epígrafe.: Vida de tres Riño* cias, pareceres y censuras, por estar en
Tlaxcaltecas, 1/ los martirios que padecieron castellano; " y sólo lo ejecutó (continúa)
por la Fe de Cristo; el cual, por la manera " de lo que puramente se halla en mexica-
con que se enuncia, podría considerarse co- " 110, á saber, la Dedicatoria, Exhortación é-
mo el título original con que el Padre Bautis- " Historia, cuyo tenor, uno en pos de otro,
ta publicó su traducción mexicana; Su enun- " es en la forma y manera siguiente."' &e.
ciación en la lengua castellana 110 es una ob- La Dedicatoria no es, con ligeras varian-
jeción, porque los antiguos misioneros la tes, más que la repetición del título que ya
usaban muy frecuentemente para los títu- conocemos, y termina con las siguientes pa-
los, no sólo de sus libros, sino aun para los l a b r a s : — " D e d i c a d o á Don Cristóbal de
de los capítulos de las obras escritas en i ¡ Oñate, 15 encomendero de Santiago Teca-
otras lenguas; práctica singular, pero muy - -11, por Coruelio Adriano César. A ñ o
común. " 1 6 0 1 . " — P o r la distribución que dió el
En esa nota del intérprete se encuentran Padre Bautista á la obra original, resultó
todas las noticias bibliográficas que nos dividida en dos partes ó relaciones, cada
faltan de la edición del Padre Bautista. una con su respectivo epígrafe, según antes
Por ellas sabemos que su traducción mexi- se ha visto en sus títulos escritos en mexi-
cana estaba concluida desde el año de 1595 cano. La primera contiene la historia de
en que dieron su aprobación los censores; Cristóbal, con once capítulos. La segunda
que la licencia para la impresión la conce- la de Antonio y Juan, con ocho, terminan-
do con la atestación del intérprete, formu-
dió el virrey conde de Monterrey; y aunque
lada á estilo de escribano en 28 de Febrero
allí se expresa que la del ordinario eclesiás-
de 1791.
tico fué en 14 de Setiembre de 1701, este
guarismo está errado por descuido del co- El texto que sirvió de original para esta
piante, debiendo leerse 1601, en el cual edición se conserva en el tomo II de la Co-
se hizo su impresi ja, El intérprete concluye
advirtiendo que no copió á la letra las licen- *s El descubridor y conquistador de Zacatecas.
lección de Memorias Históricas del Archivo llegado hasta nosotros, cual fuera el ejem-
G e n e r a l , i n t i t u l a d o Varias piezas de Orden plar que sirvió de texto á la explicación del
Real, formada por disposición del ilustre Padre Motolinia.
virrey conde de Revillagigedo. No puede
dudarse que el intérprete hizo su versión IX. —Memoriales.
directamente de un ejemplar impreso de la
traducción mexicana del Padre Bautista. Aunque Herrera y Torquemada los men-
cionaron simultáneamente en sus historias
impresas el año de 1015, el segundo fué
VIII.— Calendario Mexicano.
ciertamente el primero, y quien lo hizo con
Henrico Martínez es el primero que ha- más especificación, pués el otro sólo habló
bló de esta obra, y eso por incidencia, en la de ellos por incidencia. León Pinelo copió
noticia que da del sistema que empleaban probablemente sus noticias, porque no dice
los mexicanos para la distribución del tiem- haberlos visto. Cuál fuera el carácter de es-
po y formación de sus calendarios en figu- ta obra, es un problema envuelto en difi-
ra circular. Y o tengo en mi poder, decía, cultades inextricables. Por los datos que
" u n a rueda de estas con toda su declara - existen puede conjeturarse que eran lo que
" c i o n hecha por Fray Toribio Motolina anuncia su título; una especie de cartapacio
" fsicj, de la orden de San Francisco. " 15 ó libro de memoria en que el autor consig-
Torquemada repitió textualmente la especie'7 naba sus observaciones y recuerdos, distri-
y diciéndose, por supuesto, poseedor de buidos en sus principales secciones, con-
otro ejemplar. Las noticias de ambos son viene á saber, prácticas y ceremonias reli-
tan superficiales, que hoy no es posible dis- giosas, usos y costumbres, propagación del
cristianismo, notas geográficas, físicas, de
cernir entre los varios calendarios que han
historia natural &c. &c., escritas con más ó
menos orden y coherencia, y en diversos
16 Beportorio de los Tiempos, trat. II, e. 9 tiempos y lugares. Estos también fueron los
Monarquía Indiana, lib. X , cap. 3G,
Ramírez,—30
materiales d e sus otros tratados especiales, mencionada Historia, siendo aún considera-
particularmente del más acabado é impor- ble el número de las remisiones á que no
tante que, aunque imcompleto, ha llegado se les halla correspondencia. Quizá un más
hasta nuestros tiempos: la Historia (le detenido examen pudiera dar el de algunas,
los indios. aunque muchas faltan indudablemente. "
Varias son las menciones específicas que De estos antecedentes se puede deducir una
de ellos hace el P a d r e Torquemada. En tres de dos conjeturas igualmente p r o b a b l e s : 6
lugares los cita o o n el simple título de Me- que hayan en efecto existido esas Memorias.
moriales-, en dos con el d e Memoriales de como apuntes ó cartapacios de que el autor
mano; 18 y en u n o c o n e l d e Libros escritos sacó después su Historia; ó bien que f u e -
de mano. Cotejados los pasajes que allí se ran esta misma, antes de su final arreglo, y
copian, con sus relativos de la Historia de cuando todavía estaba desparramada en los
los indios, se ve que cuatro de ellos están varios cuadernos ó tratados que después el
más ó menos textualmente en ésta. 19 Los autor coordinó y retocó, dándoles la f o r m a
dos restantes n o l o s he p o d i d o identificar, en que h o y los vemos. Entre ellos se e n c o n -
ni aun con el auxilio del Sr. García Icazbal- traban, ó á ellos pertenecían ciertamente,
l o s t r a t a d o s Be moribus Indorum, las bio-
eeta, colector, editor é impresor á la vez de
grafías de los primeros misioneros, el ma-
aquella obra. E l m i s m o historiador cita
t e r i a l d e la Parte cuarta de la Historia, que
otros varios, aunque sin asignarles proce-
dencia. que igualmente se encuentran en la
Sesenta y seis son las remisiones que lio conta-
18 Esto es. manuscritos. do en Torquemada á las obras del P . Motolinia:
f Torquemada: Motolinia: seis á los Memoriales yuna al Calendario; otra á I03
j Lib. III, cap. 23. Trat. III. cap. tí. Mártires de Tlaxcala, y cincuenta y ocho sin indica-
Comp. < Lib. X I , cap. 27. Epístola proemial, ción de su fuente. De todas ellas solamente se han
i Lib. X V I , cap. 22. Trat. II, cap. 7. podido identificar treinta y seis, quedando, por con-
(.Lib. X V I I , cap. 9. Trat. I, cap. 15. siguiente treinta indeterminadas; bien que hay-
Torquemada dice que el Memorial relativo al penúl- unas cuantas bastante vagas, y que propiamente no
timo de los pasajes citados lo escribió Fr, Toribio son más que remisiones. Repito que un examen más
en Tlaxcala, hacia el año de 1540, detenido podrá aumentar las concordancias.
El
caciones y descuidos que allí le noté me ha- ción cíe las cosas, idolatrías, ritos y ceremo-
cen muy sospechosa la noticia. nias de la Nueva España, MS. fol.- Don
Nicolás A n t o n i o lo r e p r o d u j o textualmente
en su Biblioteca.—Robertson la menciona
e n el Catálogo de libros y manuscritos que
consultó para escribir su Historia de la Amé-
rica ; -' mas c o m o lo hace sin expresar el
•• • f e
•'' ser un Fraile Menor, y no otro nombre El valor literario de este escrito ha sido
" ninguno tfcc." Sin él se publicó en la edi- apreciado por una de las autoridades más
ción de Kingsborough. Después se le ha competentes en la materia; por el ilustre
agregado, no sé por quién. autor de la Historia de la Conquista de Mé-
El detenido cotejo que ha hecho el Sr. xico. El Sr. Prescott nos da razón de su
García Ieazbalceta de aquella copia con la asunto, de su mérito y de sus defectos en
del Sr. Prescott, contenida en este volu- las siguientes palabras: ." La Historia de
men, ha dado la convicción de que ambas " los Indios de Nueva España, escrita por
reconocen una fuente, salvas las variantes " Fray Toribio, se divide en tres^partes:
inevitables que introduce el descuido de " 1 Religión, ritos y sacrificios de los
los copiantes, y que el editor ha notado " A z t e c a s : 2a. Su conversión al cristianis-
con una minuciosa escrupulosidad. Este co- " mo y manera con que celebraban las fies-
tejo ha descubierto que la edición de Kings- " tas de la Iglesia: 3 * Indole y carácter
borough está incompleta. Fáltanle casi la " de la nación; su cronología y astronomía,
mitad del que allí es capítulo 9 o , y el 10° del " con noticias de las principales ciudades
Tratado II, con todo el Tratado III. El en- " y de los productos de majmr tráfico en el
cargado de la impresión anduvo tan precipi- " país. La obra, no obstante su disposición
tado y mezquino en esa operación, que aun " metódica, está eserita'en la forma vaga é
truncó el período, colocando un punto final ' incoherente de un libro de memoria ó
en el lugar de un colón imperfecto. La mis- " cartapacio, en el cual el autor hacinaba
ma suerte cupo á otras de las obras que for- " confusamente las noticias de lo que ob-
man los dos últimos volúmenes de aquella " servaba y le parecía más interesante en
preciosa colección; porque convertida, des- " el país. No perdiendo jamás de vista su
pués de íb muerte del noble editor, en mera " misión, corta bruscamente el hilo del
especulación de librero, ya no'se trató más " asunto que, inmediatamente le ocupa,
que de darle fin, aprovechando el material " cualquiera que sea, para dar cabida áuna
impreso, sin cuidarse de completarlo. " anécdota ó acontecimiento que pueda ilus-
" trar sus afanes eclesiásticos. Los sucesos " liosas. El largo é íntimo trato que man-
" más estupendos í4 los relata con toda " tuvo Fray Toribio con los indígenas, le
" aquella grave credulidad que es de tan " colocó en situación favorable para adqui-
" poderoso efecto para captarse el crédito " rir todo el caudal de los conocimientos
" del v u l g o ; y el historiador da fe y testi- " que poseían en su teología y ciencias; y
" monio de una copia de milagros más que " como su estilo, aunque algún tanto esco-
" suficiente para proveer al consumo de las " lástieo, es llano y natural, sus ideas se
" nacientes comunidades religiosas de Nue- " comprenden sin dificultad alguna. Sus
" va España. " deducciones, en que se reflejan las supers-
" No obstante, en medio de ese cúmulo " ticiones de la época y el carácter peculiar
" de piadosas inverosimilitudes, 5 5 elinves- " d e la profesión del autor, uo pueden
" tigador de las antigüedades aztecas ha- " adoptarse siempre con entera confianza;
" liará muchas noticias importantes y cu-- " pero como su integridad y medios de ins-
" tracción son indisputables, su autoridad
24 Esta me parece la traducción más genuina dei
" es de primer orden para el estudio de las
siguiente pasaje del original: The most startling oc- " antigüedades del país, y para el conoci-
eurrences are recorded with all ihe credulous gravity " miento del estado que guardaba al tiem-
which is so likely to win creditfrom the vulgar.—La
que se le ha dado en las ediciones de Cumplido y de " po de la conquista. " s S
García Torres presenta un cierto tinte epigramático,
que no descubro ni en las palabras ni en la mente El juicio crítico del Sr. Prescott me pa-
del autor.—En la primera dice su traductor: "Aun
las más extrañas ocurrencias las refiere con esa gra- rece perfectamente exacto, lo mismo que
ve credulidad tan á propósito para ganarse el favor su comparación de esta obra con un carta-
del v u l g o . " —E n la segunda: " L a s más extrava-
gantes ocurrencias están referidas con aquella cré- pacio, pues que examinándola atentamente
dula gravedad que es tan á propósito para ganar se ve que fué escrita á retazos, en diversos
crédito entre el v u l g o . " — P a r é c e m e que una y otra
colocan al P. Motolinía b a j o un punto de vista des- tiempos y circunstancias; calidades que
ventajoso que no quiso darle el autor.
25 Mass of pious incredibilia.— El traductor de
Cumplido falseó el pensamiento de ésta frase, vir- 26 History of the Conquest of Mexico, &c., book
tiéndola por masa de fábulas increíbles. III, eh. 9 .post-script. N e w York. 1847. 8th edition.
podrían conducirnos á conjeturar lo que lia el cap. 8 del Tratado II, notándose
fuera la primera, intitulada Memoriales, además la omisión de trozos 'que abrazan
quizá refundida en esta misma. En efecto, algunos renglones. El Sr. García juzga que
y ateniéndonos solamente á las indicacio- tales descuidos proceden del editor inglés:
nes que hace el autor con una fecha preci- mas parece que lo son de la copia que le
sa, veremos que aunque él dató su dedica- sirvió de original, y que los de ésta remon-
toria al conde de Benavente, en Tehuacán tan á la época en que el MS. del autor aun
" el día del glorioso apóstol San Matías no recibía su última compaginación. ( * )
" (24 de Febrero) de 1 5 4 1 , " sus materiales PARTE 2 * .—Contiene diez capítulos, de
se habían comenzado á reunir algunos años los cuales solamente hay ocho en la edición
antes, inglesa, aunque el último lleva el número
El padre Motolinía dividió ó tuvo inten- 9. La discrepancia consiste en que el 8 °
ción de dividir su Historia en cuatro par- de aquella, forma en ésta el 15 ® de la pri-
tes, de las cuales solamente conocemos tres, mera parte, notándose en esas permutacio-
con el título de Tratados, y con las parti- nes el mismo truncamiento de textos. El
cularidades que v o y á notar. editor inglés, por dar fin á su volumen,
cortó el texto de la manera brusca que an-
PARTE 1 « —Contiene quince capítulos
tes se ha notado. A esta Parte2«? pertene-
en esta edición, y catorce en la de Kings-
ce el cap. 20 de la 3 , según nos lo advier-
borough, que duplicó p o r descuido la nu-
te el mismo Padre Motolinía, debiendo
meración del 9 © , resultando de aquí que el
formar probablemente su cap. 1 ® . — E l
último lleva el número 13.—Su asunto,
resumido en el epígrafe, son las idolatrías,
ritos, ceremonias &e. El Sr. García ha ad-
(*) No atribuyo este descuido al editor inglés en
vertido en una nota al cap. 14 el enredo y el sentido de suponerle autor de la trasposición, si-
revoltura de la edición inglesa, que inter- no por no haberla notado, y hecho siquiera alguna
advertencia sobre ello. Vease mi nota de la pág.
cala aquí un largo párrafo que por su asun- 73 de la Historia de los Indios.—Xota del Sr, García
to corresponde al cap. 15. Este es en aque- Tcazbalceta,
asunto, según su epígrafe, es la predica-
á otras copias, las variantes que tan escru-
ción del Evangelio.
pulosamente ha anotado el Sr. García en su
PARTE 3«? .—Comprende veinte capítu- actual edición, prueban que en los tiempos
los, aunque el último, según se ha adverti- sucesivos tuvo todavía enmiendas y adi-
do, pertenece por su asunto á la 2 « .—.Yo ciones. 27 También hay datos inequívocos
tiene epígrafe, omisión que indica que tam- de que muchas de éstas se perdieron, por-
poco se le había dado la última mano. Su que quizá se encontraba en fojas sueltas,
asunto es una mixtura de las materias más que dejó extraviar la incuria de aquellos
discordantes; historia civil, eclesiástica, tiempos. Esto quizá también nos explica
natural, geografía &e., &c., todo se trata esas trasposiciones que cortan y desfigurau
indistintamente, resaltando como un no- eí texto, obra de copiantes indolentes que
table episodio, la Vida de Fray Martín de no se encargaban de su asunto. Las alter-
Valencia, anunciada en alguno de los títu- nativas con que se hicieron aquellas en-
los puesto á este MS. miendas, se percibirán más claramente
PARTE 4 0 3 . — E l autor la promete explí- echando una ojeada sobre el siguiente cua-
citamente en el cap. 9 de la anterior; pero dro de la disposición ordinal de sus pági-
falta. Vease lo que sobre ella dejó ¡expues- nas. comparada con los años en que fue-
to en el § 2. Su asunto era, probablemente, ron escritas.
la biografía de los primeros [misioneros; Tiatado. Capítulu. Página. Anos.
conjetura que adquiere grande probabili- 2 1 101 Escribíase en el año de. 1540
dad comparando el plan de esta historia y según la variante de
c o n el d e la Monarquía Indiana del Padre Kingsborough. en 1536.
EPÍSTOLA P R O E M I A L . — P á g . 9 . — O a x y e c a c .
TRAT. I, CAP. 7.—Pág. 4L—El dia de
D e b e leerse Huaxyacac, nombre de la ciudad de-
nominada hoy, corruptamente, Oajaca. E a la anti- Atemoztli ponían muchos papeles pintados y
gua ortografía se escribe Oaxyacac. llevábanlos á los templos de los demonios, y
ponían también Ollin, que es una goma de un
TRAT. I, CAP. 3 . — P á g . 27.—Solo Aquel
que cuenta &c. árbol etc.
Atemoztli no es nombre de dia, sino de mes, en el
El editor ha advertido muy jastataente que este
calendario mexicano ( V . la nota anterior.) Quizá
falta un signo ó voz numeral antes de la palabra compuesta del posesivo No [ m i ] , y Papatli, elidida
ffta. En la descripción que hace el Padre Sahagún la final tli, por la regla c o m ú n de los compuestos.
de las solemnidades de este mes, dice que " e n la A los sacerdotes, pues, y no á su cabellera, se daba
noche de la vigilia de la fies'a... .que era á los vulgarmente el nombre Nopapa; y como en la pro-
v e m t e l U a s de este mes, toda la noche gastaban en
nunciación de esta palabra dominaba el sonido de
cortar papeles de diversas m a n e r a s , " y que " t o - sus dos últimas sílabas, los escritores contemporá-
dos los papeles estaban manchados con ulli." - 3 La neos de la conquista, particularmente Bernal Diaz
palabra OUin del texto es incorrecta; y como aun del Castillo, denominaron constantemente Papas á
en algunos escritores se encuentra con la misma los ministros del antiguo culto mexicano.
ortografía el nombre del 17 ° . dia del mes mexica-
no (Ulltn), esta aparente homonimia podría indu-
cir alguna v e z en graves equivocaciones. IBID.—Hueytozoztli. Este dia era &c. —
Pág. 46.—Tititl. Este dia y otro &c.
TRAT. I, CAP. 7.—Pág. 45.—A aquellos En v e z de dia, lease mes, por las razones expues-
cabellos grandes llamaban Nopapa, y de allí tas en la nota á la pág. 44.
les quedó á los Españoles llamar á estos mi-
nistros, Papas, &c. TRAT. I , CAP. 9 . — P á g . 52.—Contaban, si
no me engaño, diez y ocho veces ochenta,
Esta observación etimológica del Padre Motolinía
demanda alguna explicación. porque cinco dias del año no los contaban,
Uno de los principales distintivos del sacerdocio sino diez y ocho meses, á veinte dias cada
mexicano era el cabello largo, enmarañado y me-
choso, porque la ley no permitía peinarlo sino en mes.
determinadas ocasiones. Su nombre propio era Pa-
Los dos primeros guarismos, 18 y 80, son induda-
f S „ q U ? < e l J í í e a b " i l a r Í 0 d e F r a > " Alonso de Molina blemente los factores del período cuatrienal que du-
S f , ^ f ^ e ^ e r r a d o s y largos de los minis- raba el ayuno impuesto al sacerdocio de Tehuacán,
íd0l°S- P o r u n a d e a < l U f i l l a s locuciones cuya descripción se encuentra en la página ante-
comunes en todas las lenguas, el nom- rior; el mismo también que se guardaba en Tlaxea-
bre del símbolo se trasladó al individuo, y el vulgo la y Cholollan, con el nombre de Año de Dios; por-
denomino también Papatli á sus sacerdotes; pero que 1 8 x 8 0 = 1 4 4 0 + 2 0 [de los complementarios]=
como la sintaxis peculiar del mexicano exige en un 1460 da el mismo producto que 4 [años] X
gran número de casos, que al sustantivo f e acom- [dias] = 1460, sin computar el dia intercalar del bi-
pañe precisamente el pronombre posesivo respecti- siesto.—El año común, como lo advierte el mismo
v o c o n a calidad de prefijo ó conjuntivo, de aquí Padre Motolinía en el pasaje notado, se componía
es que e ; nombre generico de los sacerdotes, usado de 18 meses de d 20 días, v 5 complementarios:
en singular, se expresaba c o n la palabra Nopapa, 18X20=360+5=365.
3'Encuéntrase en su edición, 4 ® esp.. Ma- 3' Impresa en Madrid, por José Rodríguez, 1857,
drid, 1805, tomo V I , p á g 94 en la nota. fol., y en número solamente de 500 ejemplares.
— 260 — - 261 -
losamente con la anterior, sólo se han atado las diferencias contenidas en la si-
guiente tabla comparativa, procedentes Mas de descuidos de pluma.
fig. Un.
a -aay^j^feÇiB
de San Cipriano y que profesaba su misma
Ahora bien, ¿y qué han perdido ni en la
doctrina se expresaba en términos todavía
estimación, ni en la veneración pública, las
más punzantes contra la defendida por el
personas ó corporaciones así difamadas?..
papa San Esteban, no perdonando tampoco
¿Acaso el V . Palafox, Bossuet, Fenelon y
ni á su ciencia, ni á su persona. 44
los otros varones ilustres y santos de la
Iglesia son menos respetados y honorifica-
sinódica el concilio de Antioquía que condenó y de- dos de lo que reclaman sus merecimientos
puso á Paulo de Samosata.—Eusebio, Hist. Ecles.
lib. VII, cap. 30. y sus virtudes! N ó ; porque á cada uno
** H ó aquí unos cuantos pasajes entresacados de en su caso podía aplicarse, con más ó me-
la carta que escribió á S. Cipriano, consolándolo y
fortificándolo e n su doctrina. nos propiedad, la observación que Brotier
Sed hcec interim quce ab Stephano gesta sunt prcete- y Yauvilliers hacían con motivo de la vio-
reantur; ne dum audacice et insolentice ejus memini-
mus, de rebus ab eo improbé gestis longiorem masti- lenta diatriba 43 que uno de los más bellos
tiara nobis inferamus —Ep. L X X V . cit., p. 143. genios de la Grecia disparó al justamente
Et quidem quantum ad idpertineat qued Stephanus
dixit plenissimé vos respondistis neminem tam stul-
aclamado Padre de la Historia.—" Es im-
tum esse qui hoc credat apostolos tradidisse, quando p o s i b l e al hombre, decían, no pagar el
etiani ipsas hcereses eonstet execrabilis ac detestandas
postea extitisse etc., etc.—Ibid., p. 144.
" tributo que debemos á la malignidad, á
Quod nunc Stephanus ausus estfacere, rumpens ad- " la debilidad y á las pasiones que son el
versüm vos pacem quam semper antecessores ejus vo- " triste patrimonio de la humanidad." Por
biscum amore et lionore mutuo custodierunt, adhuc
etiam infamans Petrum et Paulum beatos apostolos, consiguiente, añadían ( y y o repito con
quasi hoc ipsi tradiderint etc., etc.—Ibid. ellos), " nuestro esfuerzo y empeño para
—jam probastis satis ridiculum esse ut quis se-
quatur errantes " repeler y desenmascarar la injusticia, de-
Atque ego in hac parte justé indignor adhanc tam " ben ser tanto más grandes, cuanto que
apertam et manifestam Stephani stultitíam...—Ibid.,
p. 148.
Stkepanus, qui per successionem, cathed>-arn Petri asserendos fraternitatem scindere, insupe et Cypria-
habere se prcedicat, nulo adversüs hcereticos zelo exci- num pseudochristum et pseudoapostolum et dolosum
tatur, concedens ilUs non modicam sed maximam gra- operarhm diccre.—Ibid., p. 151.
fía potestatem Ibid. « L a que escribió Plutarco intitulada De la ma-
Et tamen non pudet Stephanum talibus adversüs lignidad de Herodoto, desacreditando la obra é infa-
ecclesiam patrocinium prastare et propter hcereticos mando la persona de este célebre historiador.
" proceden de quien no puede sospecharse paciones de Don Fray Bartolomé: 2®
" que consienta en ser su instrumento." desacreditar la veracidad de sus narracio-
La observación que precede cuadra es- nes, y subvertir su recta intención, lleván-
pecialmente al Padre Motolinía, porque dose de calle al narrador. Para lo primero
su respetabilidad, su ingenuidad y sus asienta que las adquisiciones de aquellos
eminentes virtudes, han sido precisamen- eran por medios legítimos; que los Indios
te la poderosa palanca que ha dado una estaban bien tratados; que sus tributos
fuerza casi irresistible á las acres censu- eran muy moderados; que los antiguos abu-
ras y opinión desfavorable sembradas en sos habían desaparecido y que á l o s Indios,
el mundo contra su venerable antagonista se hacían entera y pronta justicia" contra
Fray Bartolomé de las Casas. N o pudién- sus mismos dominadores; que éstos eran
dosele sospechar intereses privados, ni mi- muy celosos por la propagación del cristia-
ras rastreras, sus palabras y juicios se to- nismo, más y mejor aun que el mismo Ca-
maron como la sincera expresión de la sas; en fin, insinuaba que la despoblación
verdad, y como el severo fallo de una con- procedía principalmente de las epidemias
cienzuda opinión. Sin embargo, ¡ y quién que habían afligido á las razas indígenas.
lo creyera! el mismo Padre Motolinía viene Esto decía al Emperador en su Carta. Vea-
á ministrar con su autoridad y cou sus re- mos ahora lo que antes había dicho al con-
velaciones históricas, la prueba plena y de de Benavente en su Historia de los In-
flagrante de todos y de cada uno de los he- dios.
chos que el Padre Casas invocaba en apoyo
Comienza con las siguientes meláncoli-
de las fulminantes filípicas que lanzaba á
cás palabras, que forman el epígrafe del
los conquistadores.
trágico obituario de las familias aztecas.
Dos fueron los principales intentos que " Hirió Dios y castigo esta tierra, y á los
se propuso Fray Toribio en su famosa Car- " que en ella se hallaron,"así naturales como
ta al Emperador; 1 ® vindicar á los con- " extranjeros, con diez plagas trabajosas." 4 6
quistadores y encomenderos de las incul-
*6 Alusión á las de Egipto.
— 275 —
Las tres primeras fueron la peste, la gue-
rra y el hambre que trajo la conquista. La " en prisiones crueles, porque los trataban
cuarta " l o s calpixques, - ó estancieros y " bestialmente, y los estimaban en menos
„ * e / r ° s > <l ue ^ e g o que la tierra se repar- " que á bestias.
' I o s conquistadores pusieron en sus re- " La sexta plaga fué las minas de oro,
p a r t i m i e n t o s y pueblos., para cobrar los " que además de los tributos y servicios de
„ tnbutos 7 Para entender en sus granje- " los pueblos á los Españoles encomenda-
" n a s . . . H a n s e (añadía) enseñoreado dees- " dos, luego comenzaron á buscar minas,
" ta tierra, y mandan á los señores princi- " que los esclavos Indios que hasta hoy en
pales y naturales de ella como esclavos- " ellas han muerto no se podrían contar.
" V porque no querría descubrir sus d?fe¿ " La séptima plaga fue la edificación de
" fos > e a l l a r é l o que siento con decir que . " la gran ciudad de México, en la cual los
" a do quiera que están todo ¡o enconan y co • " primeros años andaba más gente que en
" rromPen> hediondos como carne dañada, y " la edificación del templo de Jerusalem..
' que no se aplican á nada sino á mandar- " Allí murieron muchos Indios/ 8
" son zánganos que comeu la miel que la- " La octava plaga fué los esclavos q u e
" bran las pobres abejas, que son los In- "hicieron para echar en las minas
" dios. " de todas partes entraban á México tan
" La quinta plaga fué los grandes tribu- " grandes manadas como de ovejas para
" tos y servicios que los Indios hacían, " e c h a r l e s el hierro y por la prisa
" y como los tributos eran tan continuos " que daban á los Indios para que trajesen
" para poder ellos cumplir vendían l o s l i i -
" jos y las tierras á los mercaderes, y fal- ** El P. Motolinía advierte que este trabajo iba
" tando de cumplir el tributo, hartos murie- acompañado de gravámenes todavía más imponde-
rables que los impuestos .al pueblo hebreo en Egip-
" ron por ello, unos con tormentos y otros t o ; porque los Indios " d e b í a n buscar á su cosía los
materiales, pagar los pedreros y carpinteros, y si
ellos mismos no traían que comer, ayunaban."
Recaudadores. Por supuesto que la conducción era también de su
cuenta.
" esclavos en tributo, tanto número de " bandos que hubo entre los Españoles que
" ochenta en ochenta días, acabados los es- " estaban en M é x i c o , " y que remataron con
" clavos traían los hijos y los maceliua- suplicios y matanzas de Indios.
" les 45 y cuantos más haber y juntar Los párrafos que preceden se han toma-
" podían y como el hierro 50 andaba bien d o d e UN SOLO CAPITULO ; d e l primero de
" barato, dábanles por aquellos rostros tan- la Historia del Padre Motolinia, y van co-
" tos letreros, demás del principal hierro piados con sus propias palabras. 52 Ahora,
" del rey, tanto que toda la cara traían es-
52 El que deseare aumentar sus datos no tiene más
" crita. que registrar el resto de su Historia, donde hallará
" La novena plaga fué el servicio de las una abundante cosecha. Yo me limitaré á unas
cuantas reminiscencias.—"Sólo Aquel que cuenta
" minas, á las cuales iban de sesenta leguas las gotas del agua de la lluvia y las arenas del mar
" y más á llevar mantenimientos los Indios (decía en la pág. 27), puede contar todos los muer-
tos y tierras despobladas de Havtí, Cuba, S. Juan,
" cargados destos y de los esclavos que Jamaica y las otras islas; y no hartando la sed de
su avaricia, fueron á descubrir las innumerables is-
'' murieron en las minas, fué tanto el he-
las de los Lucayos y las de Mayaguana, con toda la
" dor, que causó pestilencia, en especial en costa de Tierra Fiime matando tantas ánimas y
" las minas de Oaxyecac, 51 en las cuales echándolas casi todas en el infierno, tratando á los
hombres peor que á bestias."
" media legua á la redonda y mucha parte " ¿ Q u é diré de los Españoles seglares qut con és-
" del camino, apenas se podía pasar sino tos [Indios] han sido y son tiranos y crueles, que
no miran más de á sus intereses y codicia.. .1 [pág.
" sobre hombres muertos ó sobre huesos; 161]." " no curan de enseñarlos y doctrinarlos,
" y eran tantas las aves y cuervos que ve- ni hay quien les diga lo qua toca á la fé y creencia
de Jesucristo.... ni quien procure destruir sus su-
" nian á comer sobre los cuerpos muertos, persticiones &c. (pág. 175)." " pues que desde
" que hacían gran sombra al sol, por lo una tierra tan rica y tan lejos como es España, mu-
chos han venido á buscar el negro oro de esta,
" cual se despoblaron muchos pueblos. que tan caro cuesta, y á enriquecerse y usurpar en
" La décima plaga fué las divisiones y tierra ajena lo de los pobres Indios, y tratarlos y
servirse de ellos como de esclavos (pág. 205)."
"Más bastante fué la avaricia de nuestros Espa-
49 Labradores y gente de servicio, ñoles para destruir y despoblar esta tierra, que to-
so La marea que se ponía á l o s esclavos. dos los sacrificios y guerras y homicidios que en ella
l 5' No Oaxyecac sino Hmxyacac. hubo en tiempo de su infidelidad, con todos los que
pues, respóndase con franqueza y buena fe, es'falsa por la exageración de sus formas y
si el V. Casas ha dicho ni podía decir más crudeza de su colorido. Don Fray Bartolo-
en sus escritos, y si no es evidente que los mé hacía, en efecto, todas las investigacio-
del mismo Padre Motolinia ministran la nes que le proporcionaba la ocasión, porque
más robusta prueba, ya de la sinceridad y así lo exigían los deberes de historiador y
verdad de sus narraciones, ya de la justa de protector de los Indios. No haciéndolo,
indignación con que fulminaba á los con- habría incurrido en una verdadera y grave
quistadores. culpa; pex-o ni averiguaba despreciables
Si el Padre Motolinia ha sido harto des- euredos, ni menos acogía ligei'amente cuan-
graciado en sus apologías y defensas, y to se le contaba. Nimiamente prudente y
por consiguiente en sus censuras contra la concienzudamente circunspecto en esta par-
veracidad de Don Fray Bartolomé, no le te, exigía siempre que las relaciones se le
cabe mejor suerte en el segundo y más gra- dieran por escrito y autorizadas por los
que las enviaban. Concienzudo he dicho,
ve punto de su iutentó; en el de hacer sos-
y lo prueba su estudiada reserva en no
pechosas sus diligentes y desinteresadas in-
mencionar el nombre de las personas cuyos
vestigaciones, no menos que su recta inten-
crímenes delataba, á menos que lo exigiera
ción. Píntanoslo como un frenético, enemi-
la narración, ó fueran tan conocidas que
go de sus compatriotas, siempre á caza de
nada tuvieran que perder. Este solo rasgo
chismes y de enredos, lince para lo malo,
de circunspección bastaría para absolverlo
topo para lo bueno, y caminando de acá
plenamente del reproche que sin funda-
para acullá "con veinte y siete 6 treinta y
mento ni justicia se le ha hecho de difama-
" siete Indios cargados y fatigados, todo lo
ción. Nuestra obispo observaba escrupulo-
" más con procesos y escrituras contra Espa- samente el precepto— dicere de vitiis, par-
" ñoles ,y bujerías de nada." 53 Esta pintura cere personis.
eu todas partes se sacrificaban, que eran muchos Comprendo que las precedentes asercio-
(pág. 207). &c., &c., &c.
53 Carta & Carlos Y , pág. 259. nes causarán alguna extrañeza, merced á
las falsas ideas tan generalmente propaga-
durante su larga y congojosa v i d a ; tañ
das sobre el carácter y escritos de Don Fray
convencido de ellos, 'que en esos momen-
Bartolomé, y por eso lamentaré siempre
tos lo vemos reunir sus últimos esfuerzos
que las fatigas de un prolongado trabajo y
para dirigir á su patria un apostrofe á que
las pesadumbres de la expatriación, duran-
tres iiltimos siglos van dando el melancó-
te mi residencia en Europa, no me dejaron
lico tinte de una tremenda profecía. Lamen-
tiempo ni aliento para producir b o y ínte-
to, vuelvo á decir, no haber copiado íntegro
gro un documento de que solamente puedo
ese precioso é inédito documento, que ha-
dar un brevísimo extracto. 51 Refiérame al
llaría hoy su propio lugar. P o n g o á conti-
testamento del Y . Casas, del cual se con-
uuación los apuntes y extractos que saqué
serva en la Biblioteca Imperial de París,
de él en la misma Biblioteca Imperial, á
calle de Richelieu, un testimonio jurídico
fines de Noviembre de 1855. Su concisión
compulsado quince días después de su muer-
está indicando que, lo mismo que algunos
te. En esa ocasión solemne, en que aun los
otros, los tomé solamente para conservar-
perversos, rompiendo la esclavitud de sus
los como un recuerdo de viaje.
terrestres ataduras pagan su tributo á la
verdad, D o n Fray Bartolomé se manifestó
como se le había visto siempre; franco, sin-
FOJAS 3 0 2 A 3 0 6 .
cero, entusiasta y profundamente conven-
cido de la justicia de la causa y de la rec-
Testimonio jurídico de una cláusula del testa-
titud de los principios que había defendido mento del l i m o . Fray Bartolomé de las Casas, com-
pulsado en Madrid en 14 de Agosto de 1566.—De él
aparece que el 17 de Marzo de 1564 se presentó el
SÍ Encuéntrase en el departamento de M S S . , en escribano Gaspar Testa en el monasterio de Nues-
u n v o l . f o l . i n t i t u l a d o PAPELES VARIOS, n u m e r a d o y tra Señora de Atocha, del orden.'de Predicadores,
marcado Num, 1588, S. G. F.~Contiene otros mu- para autorizar el testamento cerrado del obispo, y
chos documentos muy interesantes para la historia
de nuestro país. ( * ) que el 31 de Julio de 1566 compareció^ Fray Juan
Bautista a n t e el L i c e n c i a d o Palomino, teniente de
po'ei * ' 0d0S e "° S ' > corregí dor de la villa, avisando la^ muerto j l e l pre-
Ramirez—36
lado, y pidiendo, como albacea, que se procediera " bro con todas, por la orden de los meses é años
a la apertura del testamento.-En una de sus cláu-
" que se me enviaban y de las provincias que ve-
sulas dice el obispo: "hize esta escritura por fin de
" nian, y se pongan en la librería del dicho colegio
" hebrero de 1564." & e .
" ad perpetúan rei memoriam, porque si Dios deter-
Su asunto es el que formo el objeto de todos los " mina destruir á España, se vea que es por las
trabajos y votos del prelado, expresados con su mis- " destrucciones que habernos hecho en las Indias,
mo entusiasmo y vehemencia, según se comprende- " y parecerá la razón de su justicia. Esta compila-
rá por el siguiente rasgo: « 6 creo que por estas im- " eion comenzó á hacer un prudente colegial, pues-
" pías y celerosas é ignominiosas obras tan injusta " to que no ovo lugar para acabarla,"
" tiránica y barbáricamente hechas en ellas [en las El documento que describo presenta en muchas
" gentes de América] y contra ellas, Dios ha de de- partes apostillas de letra del V . Fray Alonso de la
" rrainar sobre España su furor é ira, porque toda Veracruz. ss Una, autorizada con su firma, es la si-
ella ha comunicado é participado poco que mucho guiente : — " D i g o yo Fray Alonso de la Vera f 56 que
" en las sangrientas riquezas robadas y tan usurpa- " oí al doctor Cerrano, oidor de S. M. en esta ciu-
" das y mal habidas y con t antos estragos é acaba- " dad de México, que estando en corte de S. M. en
" miento de aquellas gentes, si gran penitencia no " E s p a ñ a , y siendo relator allí de lo que el fiscal
' hiciere, y temo que tarde ó nunca hará &c » — " o y ó pedía contra Pizarro de los males y tiranías
l na de sus mayores recomendaciones al prelado del " que había hecho en el Perú, se le probó haber
monasterio, era que conservara sus papeles con el muerto más de veinte mil niños tomados de l o s
mayor cuidado, sin permitir extraerlos, especial-
mente su Historia general de las Indias. Igualmente
encargaba que se reunieran en volúmenes todas las 55 Este fué uno de los personajes más ilustres
por su virtud y por su ciencia, que honraron el sue-
cartas é informes que se le habían escrito comuni-
lo de América, Abandonando los honores y lisonje-
cándole los atentados que cometían los conquista- ro porvenir que le presentaba la corte, se vino á Mé-
dores "porque [decía] estas cartas son testimonio d xico para no ser má* que misionero cristiano. Fué
" la verdad que yo "siempre y por muchos años uno de los más ardientes promovedores de la funda-
ción de nuestra Universidad. en la que dese mpeSo
la primera cátedra de Escritura. Fué también el
" por misericordia de Dios he defendido, é délas
iundador de los estudios monásticos de PP. Agusti-
" injusticias, injurias, é violencias, é prisiones, é nos en el colegio de S. Pablo, donde he visto su re-
" calamidades, é muertes, que aquellas gentes de trato. Promovido por tres veces al episcopado, lo
" nosotros han padecido, é será é vivirá como histo- renunció. El Dr. Beristain ha formado su elogio en
su Biblioteca Hispano-Americana.
" ria probada por m u c h o s . . . . ; por ende pido por
s6 Abreviación de Yeracruz, muy usada en el si-
" caridad al M. R. P. R e c t o r . . . . que se haga un li-
glo X V I .
" ' p e c h o s de sus m a d r e s , porque siu embarazo de-
ciencia tranquila, no temía el juicio de la
" líos pudieran en l a s madres llevar las cargas de
" los 1ue iban en c o m p a ñ í a del d i c h o Pizarro y su- posteridad, y patentizaba hasta en sus úl-
" y a s . ~ F R . ALONSO DE LA V E R A F " S? timos días los rectos y desinteresados sen-
timientos de un buen obispo y de un buen
ciudadano; porque un sincero y acendrado
No es ésta, según ya advertía, la única
patriotismo entraba también en todos los
apostilla que se encuentra en aquel precio-
actos del perseguido obispo de Chiapas.
so monumento; hay otras muchas, suma-
mente breves, pero todas cofirmatorias de Iguales ó mayores elogios que los que le
las especies asentadas por el ilustre testa- tributaba el venerable escritor agustiniano,
dor, como de un testigo que daba fe de su ha merecido á los historiadores de las otras
verdad. sS ¿Qué p o d r á entonces oponerse, órdenes religiosas. Pero hable por todos el
en buena crítica, á la fidelidad de sus narra- ilustre franciscano Fray Juan de Torquema-
ciones y á la sinceridad del n a r r a d o r ? . . . . da, ardiente defensor de la honra de sus her-
Contra ésta, nada absolutamente, y si las manos, historiador el más diligente y since-
otras claudicaban, uo era suya l a ' c u l p a ; ro, que encontró aún fresca la memoria del
por eso recomendaba tan encarecidamente Y . Fray Toribio Motolinía 59 y disfrutó de
y aun pedía por caridad al rector del mo-
nasterio, que conservara las relaciones que
59 Ninguno de nuestros b i b l i ó g r a f o s h a dado no-
se le habían enviado, haciéndolas encuader- ticias completas del P . Torquemada, el m e j o r de
nar en un libro, porque esas cartas eran tes- nuestros historiadores, digan lo que quieran sus in-
teresados ó mal impuestos censores. E l Dr. Beris-
timonio de la verdad (que siempre había defen- tain d e j ó inciertas las é p o c a s de su n a c i m i e n t o , pro-
dido. Quien así se expresaba tenía su con- fesión y m u e r t e ; y el envidioso P . Vetancurt ape-
nas hace de él u n a m a l i g n a m e n c i ó n . E n algunos
monumentos que he consultado encuentro que na-
c i ó en España hacia los años de 1563 ó 1565; que
57 A q u í termina el e x t r a c t o del testamento vino niño, y t o m ó el h á b i t o en este convento de M é -
s8 L l e g ó á M é x i c o el 2 de Julio de 1536. — V . Cró- x i c o el mes" de F e b r e r o de 1583, catorce años des-
n i c a de la Orden de N . P . S. Agustín en las provin- pués de la muerte del P a d r e Motolinía. L a de nues-
cias de la Nueva E s p a ñ a , & c . , por Fr. Juan de Gri-
tro diligente y v e n e r a b l e historiador acaeció el de
j a l v a , ( M é x i c o , 1624, f © ) E d a d i a c a p , 16 _
1624, siendo guardián del mismo c o n v e n t o ,
todcs sus papeles. Ni una sola palabra vier- sa y sentida peroración. " Tengo para mí
te sobre sus contiendas con el V . Gasas, ni " (sin alguna duda) que es muy particular
tampoco menciona entre sus escritos la fa- " la gloria que goza en el cielo y honro-
mosa carta que nos ocupa, y que seguramen- " sísima la corona de que está coronado por
te tenia á la vista. En oposición de este si- " e l santísimo celo que con perseverancia
lencio, proclama al obispo " hombre santo " hasta la muerte tuvo de padecer por amor
" y grande inquisidor de verdades; 60 apos- " de Dios, volviendo por los pobres y mi-
" tólico y singular v a r ó n . ' T e j i e n d o en otra " serables destituidos de toda ayuda y favor.
parte el elogio de los personajes ilustres de " Émulos hartos ha tenido por haber dicho
la orden de Santo Domingo, decía: " Y pues " claramente las verdades: ¡ plega á la majes-
" que hacemos memoria de los que la mere- " tad de Dios que ellos hayan alcanzado an-
" c i e r ° n por haber trabajado fiel y apostó- " te su divina presencia alguna parte de lo
" licamente en la obra de la conversión de " mucho que él mereció y alcanzó, según la
" l o s Indios, razón será que se haga de " f é que t e n e m o s ! " 62
" quien entre otros religiosos más que otro
Estas palabras en boca de uu hombre de
" al9uno trabajó y más hizo por su conserva-
la alta virtud y ciencia histórica que reunía
" ción y cristiandad. Este fué el obispo de
el Padre Torquemada; de un Español, de
" Chiapa Don Fray Bartolomé de las Casas."
un coetáneo y de un religioso franciscano
Haciendo en seguida un breve resumen de
de la provincia y del convento que había
sus afanes y trabajos por la defensa de los
ilustrado el V . Motolinía con sus virtudes
Indios, y para los cuales, advierte el histo-
y con sus escritos, es una respuesta contun-
riador, que sus mismos hermanos francis-
dente á todos los argumentos y difamacio-
canos de México le enviaban noticias y do-
nes lanzados contra su igualmente venera-
cumentos, concluye con la siguiente piado-
ble antagonista. Y o podría multiplicar
hasta lo infinito las remisiones á autorida-
TOMO S E G U N D O . - 3 0 1 , 2. — 379, 2 . — 4 0 0 ,
2.—420, 2.—441, 2. - 4 4 4 . 2.—474, 2 . -
4 7 5 , 2 Í/ 2.—478, 2 , - 5 5 6 , 2 . - 5 5 8 , 2 y 2. -
564, -565. 2.-566, 2.-597. 64 — 6 1 2 , 2.
—618, 1.—623, 1.
TOMO T E R C E R O . — 6 0 5 , 2 .
N O T A S Y ESCLARECIMIENTOS
Al dar fin á esta tabla y á mi tarea, repi-
to la advertencia que antes hice, conviene A LA
á saber : que es muy posible se encuentre
alguno de estos fragmentos en la Historia HISTORIA DE LA CONQUISTA
de los Indios, pues ni mis ocupaciones me DE MEXICO
permitían hacer un tan minucioso examen,
ni puedo confiar euteramente eu mi memo- D E L SEÑOR W . PRESCOTT.
ria; por lo mismo he ¡escansado principal-
mente en la del editor.
TOMO T E R C E R O . — 6 0 5 , 1 .
N O T A S Y ESCLARECIMIENTOS
Al dar fin á esta tabla y á mi tarea, repi-
to la advertencia que antes hice, conviene A LA
INTRODUCCION.
Ramirez—39
tor ha sido tan sincero, que conservando ¡i
de patrono y de juez, se le exige que narre
los o b j e t o s sus propias y naturales formas,
con fidelidad, que defienda con conciencia,
solamente ha usado del derecho, que todo
que falle sin prevención, sometiéndose á
historiador tiene, para vestirlos ó desnu-
las leyes de la historia, que le mandan no
darlos según su mérito, para ver las cosas
decir nada falso, no callar lo que es verda-
con sus propios ojos, y para juzgarlas por
dero, y evitar aun la sospecha de odio ó de
sus convicciones. El historiador no es so-
favor ( 1 ) . ¿ Y cómo desempeñar cumplida-
lamente juez inexorable, pues el genio de
mente este encargo, cuando las pruebas
la historia también le permite ser patrono
destinadas á formar el criterio, divagan y
elocuente y florido pintor de las escenas
se contradicen? Como lo desempe-
que retrate, bien que poniéndole en to-
ña un juez, á quien jamás la verdad se
do caso por cotos la incolumidad de la
presenta en su sencillo traje; apelando á
verdad.
la lógica judicial, ó lo que es lo mismo, si-
Y o sé que esto es muy fácil de decir, pe- guiendo los severos principios de la sana
ro q u e ofrece infinitas y muy graves difi- crítica; que así como es un terrible escollo
cultades para ejecutarse, porque el interés, para los surcidores de patrañas, también
el descuido, ó la pasión que ordinariamen- es un crisol de donde el historiador sale
te presiden en la redacción de los docu. radiante. Cuando el juez no puede discer-
mentos que forman los materiales de la nir la verdad, la ley y la razón le mandan
historia, raras veces presentan desnuda la seguir la verosimilitud, que, dicho sea de
verdad, siendo muy común que el redactor paso, es ordinariamente la verdad de la
los escriba con el designio de desfigurarla; historia.
mas aquí es precisamente donde debe lucir
el talento, ejercitarse la ciencia y probarse El Sr. Prescott, más qué ninguno otro
la rectitud del historiador, pues que acu-
mulando en su persona las funciones, has- (1) Nam quis nescit, prim am esse liistorice legem,
ne quid falsi dicere, avdcatf delude ne quid veri non
cierto punto incompatibles, de relator, audeatl ne qua suspicio gratia sit in scribendol ne
qua smultatisl—QicvRO. de Oratove, II, 15.
de los historiadores de América, lia hecho tido, sin justicia ni razón, en campeón
mayor y mejor uso de las reglas de la crí- denodado de Cortés. No es raro tampoco
tica; pero también ha incurrido en terri- que el autor dé un hecho por establecido,
bles flaquezas, las unas por exceso y las bajo la sola palabra del conquistador,
otras por defecto, emanadas ambas princi- arrostrando con testimonios que nadie ten-
palmente del último de los influjos que he dría áuinio para despreciar, ó alegando ra-
notado; de su inmoderado entusiasmo por zones tan candorosas, como la de que Cor-
Cortés, no poco reforzado por el desapego tés, mejor que cualquier otro, debía estar
de raza. Es interesante para el estudio de bien impuesto en los hechos que refería :
la filosofía .racional, y aun para entretener buena razón en ciertos casos, pero inadmi-
la imaginación, el ver cómo el autor se en- sible en todos aquellos en que el afirmante
castilla en las reglas de la crítica para es- pueda tener un interés en ser creído. Lo
tablecer algún hecho ó para batir otro que particular es que ése tan formidable Aqui-
repugna, lanzando torrentes de elocuencia les, que se ha reputado bastante poderoso
y de saber sobre los que intentan disputar- para descargar la conciencia de Cortés de
le su adquisición ó propiedad Muestras graves culpas, tales como las multiplica-
más ó menos brillantes de su pericia tene- das carnicerías ejecutadas por su ejército,
mos en las defensas de los cincuenta tlax- atribuidas íntegramente á los aliados, sea
caltecas mutilados, en los asesinatos de del todo ineficaz para probar contra produ-
Xicotencal, Cuauhpopoca, Cacamatzin, &c., centem, pues no se llega á ver que las car-
&e., y sobre todo, en la del espantoso de- tas dirigidas á Carlos V . prueben jamás con-
güello de los cholultecas por la cual ten- tra su autor, á la vez que sí se hallan citadas
drá derecho á que se le adjudique la palma para infirmar muy graves testimonios, en-
conquistada por el jefe de la retirada de tresacándose de ellas palabras que nada di-
los diez mil. Así también otras veces des- cen, como se ve en el suceso relativo á la
ciende tanto, tanto, que uno se siente ver- destrucción de las naves.
daderamente mortificado al verlo conver-
En ésto?; y otros puntos, que. herían cier
tas fibras muy delicadas, el historiador ha etéreos que inhumanamente se lanzan de
teuido sus flaquezas, manifestándose for- tiempo en tiempo á nuestra ya pestilente
mado de nuestro común y f r á g i l barro; atmósfera; gérmenes que podridos y pul-
pero como hombre de genio y panegirista verizados por los trescientos años que han
próbido, ha sabido también conquistarse pasado sobre el polvo que los nutrió sola-
una más difícil, y por lo mismo más es-
mente deberían servir para las útiles ense-
plendente corona. Es verdad que el Sr.
ñanzas de la historia, y nada para el ali-
Prescott no se ha despojado enteramente
mento de pasiones vengativas y renco-
de sus afectos; mas tampoco puede impu-
rosas.
társele que haya dádoles vuelo con agravio
Hay en la historia del Sr. Prescott otra
ajeno. Contemplándolos hasta donde lo
especie de deslices críticos, que no tienen
permitían los derechos de tercero y las li-
relación alguna con las causas de que en mi
cencias de la historia, las aprovechó, no
juicio proceden los notados, siendo además
para sacrificar su verdad, sino para suavi-
muy probable que toda la razón esté por su
zar la crudeza de sus colores; para dar to-
parte, y que la equivocación sea mía. Hablo
ques de luz á algunos objetos y pasar deli-
del juicio que emite sobre la autenticidad
cadas sombras sobre o t r o s ; para correr un
y valor de nuestras fuentes históricas, y
ligero y púdico cendal sobre ciertas verda-
del que ha formado sobre el carácter inte-
des que podrían desgraciar el cuadro os-
lectual y moral de los pueblos americanos,
tentándose en vivas carnes, y para realzar
en su relación con la práctica de los sacri-
sobre todo la colosal figura del grande
ficios humanos y costumbres antropófagas.
conquistador, colocada en primer término.
Bien que en esta última parte no dejen de
Esto es lo que ha hecho el Sr. Prescott, y
vislumbrarse algunas prevenciones, sin em-
un tal ardid de artista, que admiro y no
bargo, la cuestión en lo general debe con-
repruebo, debe ser del todo indiferente á
siderarse como una de aquellas rigorosa-
cualquiera que busque en la historia otra
mente científicas y filosóficas, en que es
cosa más sustancial que esos gérmenes de-
permitido formar una opinión contraria,
sin mengua ni agravio del autor á quien se guíente, los mexicanos lanzaban ahullidos,
combate. Eu tal virtud mis objeciones de- y sus ejércitos por lo común, no se replega-
ben estimarse como una simple apelación ban ni retiraban, sino que huían. La fuerza
al mundo literario, y aun al mismo autor, misma del lenguaje técnico exigía también
mejor instruido. que su indomable valor se apellidara furor
Aunque la antipatía de raza, segunda de rabioso, y que aquellos innumerables y estu-
las flaquezas que me ha parecido descubrir pendos ejemplos, raros en la historia del
en el historiador, domine en toda su obra f muudo, que presentaron de abnegación y de
dándole uu tinte tan perceptible que sólo heroísmo, se explicaran, no como una inmo-
puede escapar á un ojo enteramente impe- ación voluntaria inspirada por el santo fue-
rito, los mexicanos no tienen derecho para go de la libertad y de la patria, sino como el
quejarse de una rigorosa denegación de brutal efecto del encono, del odio y de una
justicia, aunque sí podían redamar que no ferocidad irracional. Eu fin, tampoco es ex-
se les hiciera tan completa como á sus com- traño que el grande historiador abaje su ma-
petidores, en cuyo f a v o r ciertamente se jestuoso vuelo hasta el polvo de fútiles re-
han fallado todas las cuestiones pro amieo. paros, reservados á los dengues y melindres
Aquí el desdén de raza se manifiesta sin femeniles, para divertirse en medir la me-
embozo y sin doblez hasta en despreciables lodía ó aspereza de ciertas palabras ó voca-
menudencias. El Sr. Prescott ha empuñado blos mexicanos; punto sobre el cual, dicho
la pluma para escribir la historia de bár- sea sin agravio, no puede ser juez muy
baros; palabra que. alternada con la de sal- competente el oído acostumbrado á harmo-
vajes, campea en todo el curso de la histo- nías como las del Yankee dooclle.
ria, escoltada por otras del mismo temple.
Pero dejando á un lado estas bagatelas,
Siendo un ejército de bárbaros el que lu-
que nada importan á la esencia de la histo-
chaba contra los invasores, sus gritos de
ria, y que descartará todo el que sepa lla-
guerra no podían tener la misma denomina-
mar las cosas por su propio nombre, pase-
ción que los de un pueblo culto ; por eonsi-
mos á otro punto en que el historiador se
Ramírez.—40
«
ha tomado más libertades y ensanches de festó en todas ocasiones ( 1 ) , y l o engalanó
los que aquella permite. El burlón que pen- con la espuela, que en mi juicio no alcau-
só corregir el fanatismo de los biógrafos, zó, de cumplido caballero de la cruz, el
de los traductores y de los glosistas pintán- historiador no ha escrito su historia de ro-
dolos postrados y rindiendo un culto de dillas, y sí ha menguado muy considerable-
adoración ante la efigie de su héroe ó de mente las luces del monumento que le en-
su autor favorito, nos ha dado en su cari- cendió Don Antonio Solís. El defecto úni-
catura dos lecciones que no deben olvidar- co que se le puede notar, no es el de haber
se : por la una nos enseña todo lo difícil exaltado los hechos y las calidades de
que es á un escritor sobreponerse á sus aquel hombre, verdaderamente extraordi-
afectos; y con la otra nos previene á aco- nario y grande, ni menos el que haya apu-
ger indulgentes sus expansiones. No hay rado su diligencia para esclarecer y aumen-
duda en que el Sr. Prescott se manifiesta tar las noticias de sus acciones: en lo pri-
constantemente apasionado á Cortés, y que mero usaba de su derecho y hacía justicia
la colosal imagen del conquistador, nunca
apartada de su memoria, dominaba las ins-
piraciones de su mente, así c o m o dirigía la ( 1 ) L a delectación morosa con que Cortés recor-
daba, en sus cartas á Carlos V, las matanzas en que
pluma que eternizaba su memoria ( 1 ) Sin había tomado parte, no serían las más á propósito
embargo, esa misma verdad y justicia re- para adjudicarle la aureola beatífica de héroe de la
humanidad.—Fué MUY HERMOSA COSA, dice hablan-
claman se diga, que aunque haya despo- do de la carnicería que hizo en una sorpresa que dió
jádolo de la crueldad de carácter que maui- á los mexicanos, prosiguiendo el alcance cerca de
dos leguas, todas llanas como la palma. HERMOSA
VICTORIA llama á la que obtuvo en el asalto del P e -
ñol, defendido por muchos combatientes, y d é l o s cua-
les ninguno se escapó, excepto las mujeres y niños.
( 1 ) El Sr. Prescott da fin á sus trabajos con las A la vuelta de la foja dice que ERA LA COSA DEL
siguientes palabras:—La historia de la conquista es, MUNDO MAS PARA VER, las infinitas canoas que
como ya lo he hecho notar, lude Cortés, que fué, por echaron á pique, y los muchos enemigos que mataron
decirlo así, no sólo el alma, sitio aun el cuerpo dé y ahogaron durante un alcance de tres leguas gran-
aquella empresa, pues en todas partes estuvo presente. des. ( Carta 3. * de Cortés en Lorenzana, §§ X I V y
(Yol. IT, pág. 369.) X X I V , págs. 212, 241, 242 y pasim.)
sin o f e n s a de nadie, y en lo segundo pres- tos, el Sr. Prcscot solamente ha conseguido
taba un importante y precioso servicio á la dejarnos una relevante prueba de su ta-
historia. S u defecto no está en no haber lento, y un testimonio irrefragable de los
hecho ni l o uno ni lo otro por completo, inmensos recursos que pueden sacarse de
pues que habiendo ofrecido una historia, y la ciencia para abonar una mala causa,
no una biografía, la justicia y su programa cuaudo ésta se pone en manos de un hábil
demandaban que no pasara tan de largo por y ardoroso defensor.
sobre las espantosas carnicerías de Tqmca Todo esto quiere decir que ni la historia
y de Pánuco : que no dejara envueltos en ti- general de la conquista, ni la particular
nieblas el asesinato de Xicontecal, el tor- del conquistador están completas; y dice
mento áe]Cuautemotxin, la muerte de (taray, todavía más, que tal empresa solamente
y exigían también que hubiera empleado podría llevarse cumplidamente al cabo pol-
siquiera una centésima parte de la inflexi- lina pluma filosófica, que sintiera correr en
ble crítica eon que examinó otros muchos sus venas, mezclada y con tranquilo curso,
puntos m e n o s graves de nuestra historia, la sangre de los conquistadores y de los
al escribir el sangriento episodio de Choto- conquistados; por uno, en fin, que discu-
la, obra exclusiva de una insidiosa y pérfi- rriendo sin odio y sin desdén, los llame
da política, qjie jamás por jamás podrá á un juicio de familia, teniendo presente
justificarse ante el tribunal de la razón ni que va á hacer justicia entre sus progenito-
de la ley. E n fin. la historia, que también res. Entonces y solamente entonces, po-
le disimularía guardara silencio cuando la dremos concebir esperanzas de tener una
justicia exigiera un fallo improbatorio, no completa, imparcial y fiel historia de la
le puede perdonar que oscurezca ó disculpe conquista, que nada nos deje que desear
atentados tan horribles como los que hicie- por el lado de la integridad, que nada nos
ron sus víctimas á los llamados espías haga sentir por el lengaaje apasionado ó
tlaxcaltecas, á Xicontencal, á Quauhtemot y desdeñoso del historiador. No será, por
á otros, en cuyas defensas, salvos mi respe- supuesto, de entre las genereciones pre-
sentes desprovistas de los medios necesa- verso que puede formarse de Cortés, según
rios y dominadas aún por las mezquinas sean los documentos que se consulten, pa-
pasioncillas que el severo buril de la his- ra estimar su conducta en el caso del in-
toria desprecia y repele, de donde salga el cendio de la ilota. Los españoles, sacudien-
genio que ha de dar cima á tan ardua y do antiguas y mezquinas preocupaciones,
gloriosa empresa. Todavía yacen sepulta- han dado ya principio á esta obra de rege-
dos en los archivos de ambos mundos nu- neración, así como un testimonio irrefra-
merosos monumentos que es necesario con- gable de sensatez y buena fe, en la ilustra-
sultar, y ni aun siquiera poseemos, como los da protección que dispensó su gobierno al
otros pueblos cultos, una colección regular infatigable y benemérito D. MARTIN FER-
de fuentes históricas. Por aquí debemos co- NANDEZ NAVARRETE y á sus s o c i o s l o s S r e s .
menzar si es que aspiramos á la gloria de SALVA y SAINS DE BARANDA, p a r a la p u b l i -
ver salir de nuestro país esa suspirada his- cación de los interesantes y curiosos docu-
toria persuadiéndonos de que nuestra única mentos inéditos relativos á la historia de
misión es acumular materiales, salvando España y á los viajes marítimos de los es-
con imparcialidad y buena fe, de la des- pañoles. México, que aunque indolente y
trucción y del olvido cuanto pueda serle descuidado en la conservación de sus archi-
útil; es decir, no librando solamente aque- vos, aun posee ricos y preciosos tesoros,
llo que pueda lisonjearnos, sino todo lo ¿se quedará atrás y con nada ayudará estos
que pertenezca, aunque choque con nues- esfuerzos de interés y gloria comunes para
tras convicciones y afectos. No es raro, pe-
ambos pueblos? ¡ T i e m p o es ya de
ro qué digo r a r o ; es muy frecuente en la
que sacudamos ese egoísmo imprevisor,
historia que un documento al parecer adverso
que eu política, en literatura y aun en las
á la buena fama de un grande hombre, venga
más pequeñas menudencias de la vida do-
á ceñirle la aureola que le arrancaría ó eclip-
méstica, nos mantiene estacionarios, por-
saría otro, al parecer formado para erigirle
que únicamente pensamos en el pan de ea-
su apoteosis. Dígalo, si no, el juicio tan di-
mencé por donde creo que habría comenza-
da día, porque liada queremos hacer en do cualquier otro investigador, especial-
favor de las generaciones venideras! mente si era mexicano; por defender la
A l tomar mis apuntes de la historia del autenticidad y valor de las fuentes históri-
Sr. Prescott, me había propuesto rectificar cas do su país, y por vindicar la memoria
y suplir por una serie sucesiva de notas, de sus aborígenes, ambas maltratadas en
las inadvertencias y omisiones que me pa- el juicio que ha formado del mérito de las
recía descubrir; no con el designio, cier- primeras y en el influjo que atribuye á los
tamente inasequible, de restaurarla, sino sacrificios humanos y á la antropofagia so-
más bieu con el de preparar el camino á su bre el carácter intelectual y moral de los
restauración, señalando sus escollos; pero segundos. El asunto era interesante y cu-
un rasgo de debilidad hizo abortar mi rioso, pero d i f í c i l ; la mies sabrosa y abun-
plan, que después varias circunstancias dante; mas era necesario cosecharla en un
acabaron de desgraciar. Las amistosas ins- campo vasto y dilatado, que no carecía de
tancias del editor, que abundando en mis escollos ni de espinas. Ese punto, y el re-
ideas, veía con no poco sentimiento traba- lativo á la estimación de la antigua mone-
jar sus prensas para reproducir, tan consi- da, conocida solamente en las Américas
derablemente mejorada y embellecida, una bajo la denominación de peso de oro, fue-
obra que por el lado de la equidad y de la ron pora mí un verdadero escollo, pues
justicia atributriz nos dejaba algo qué de- que en él v i n o á estrellarse el último y
sear, me determinaran á hacer el sacrificio, mezquino plan que me había propuesto.
no solamente de mi plan sino también del Consultando más á mi entusiasmo que á
amor propio de autor, consintiendo en en- mis fuerzas, y sin tomar en cuenta ni el
tresacar algunas notas de mis apostillas y tiempo, ni los elementos, ni los medios dis-
en improvisar su redacción, para que se ponibles para llevar á cabo mi programa,
acumularan al fin de la obra, cuya edición me entré en los abismos y sinuosidades
estaba casi concluida que era necesario recorrer para escribir
Reducido así £ límites tan estrechos, co- Ramírez—.41
mis dos primeras notas, y r e d u c i r á s u úl- otras apostillas q u e n o podían ya caber en
tima expresión el asunto de la séptima, las e s c a s a s d i m e n s i o n e s de mi c u a d r o , se
en cuyo esfuerzo c o n s u m í la m a y o r parte q u e d a r o n en m i c a r p e t a , c o r r i e n d o la mis-
del tiempo, destinado al desempeño de ma suerte a l g u n o s d o c u m e n t o s r a r o s ó iné-
aquel, sobreviniendo además otros compro- ditos, tales c o m o la f a m o s a f ó r m u l a de re-
y u g o d e la i m p a c i e n t e a c t i v i d a d d e l cajista.
Cortés á Veracruz, le envió una solemne embajada,
Midiendo entonces mis trabajos por mi
no para conquistarse el afecto de un huésped des-
tiempo y medios disponibles m e limité á conocido v terrible, sino para jurarle pleito home-
naje, y entregarle el cetro del imperio como á su
meras rectificaciones de hecho, y á simples
soberano y señor, que según las más antiguas y ve-
correcciones que n o exigieran grandes de- nerables tradiciones, debía volver dentro de cierto
tiempo, á encargarse del gobierno do estas nacio-
sarrollos, dejando a l g o m á s q u e e n e l tin- nes. Los embajadores llevaban sus vestiduras y
t e r o , es d e c i r , y a e n t e r a m e n t e c o n c l u i d o s ó arreos, con las cuales el hábil conquistador se dejó
engalanar, acomodándose de muy buena voluntad
preparados algunos trabajos de no pequeño á representar el papel de Quetzalcohuail, cuyo ardid
interés, tales como un e x a m e n c r í t i c o de de luego á luego le abrió las puertas del imperio,
penetrando sin obstáculo por parte de los mexica-
l a s v e r d a d e r a s c a u s a s q u e d e t e r m i n a r o n la nos. Es de sentirse que la brillante y graciosa plu-
espantosa matanza de Cholula, y una dis- ma del Sr. Prescott haya pasado en sileneio este
episodio, que tanto se "prestaba para lo sublime y
q u i s i c i ó n s o b r e l a i n f l u e n c i a d e c i s i v a q u e tu- aun para lo cómico, y con el cual un talento filosó-
fico nos podría explicar cómo las crencias supersti-
v o e n los p r ó s p e r o s y estupendamente fáci-
ciosas que tantas veces lian ayudado á las pueblos
les sucesos de la conquista, la creencia para salvar su libertad, fueron para los mexicanos
un instrumento de ruina que les hizo perder aun su
supersticiosa p r o p a g a d a en t o d o s los pue- independencia y nacionalidad. Y o aconsejo al lec-
blos americanos con respecto á los dere- tor que eche una ojeada sobre los capítulos IV y
V de la Belación de la Conquista de Nueva-Espina,
chos soberanos, y esperando el retorno escrita por el padre Sahagún, donde se encuentran
del m i s t e r i o s o Quetzalcolniatl [1]. Estos y los pormenores de esta interesante y curioso inci-
dente.
(1) Luego que supo Mocteuzoma la llegada de
c í n , el proceso instruido á Cortés por la
mando el complemento de mis trabajos. La
muerte de su primera mujer, y así de otros
novedad y dificultad de la materia exigía
que exigían m á s tiempo del que podía dis-
poner el editor, y del que pudiera tolerar investigaciones que no era posible impro-
la impaciente ansiedad de los suseritores. visar, y habiéndose consumido en ella lo
Quizá un poco m á s adelante, y trabajando que al editor y á mí nos quedaba de tiempo,
en el retiro y desahogo de la vida privada, y á los suseritores de paciencia, fué nece-
podré devolver al público, en menos mala sario ya fijar el hasta aquí, no como quien
forma, aquellas y otras noticias que le per- finaliza, sino como quien da el último corte
tenecen. á la aventura.
Afortunadamente esos defectos han caí-
Los ilustrados esfuerzos y exquisito em-
do en un trabajo de supererogación que ni
peño que ha p u e s t o el editor para reprodu-
exigía ni permitía una perfecta coherencia;
cir la obra del S r . Prescott, no sólo enga-
quedan por lo mismo intactos el mérito in-
lanada con t o d o s los adornos v atavíos
trínseco y extrínseco de la o b r a ; aquel, en
de que podía disponer la prensa mexicana
la incolumidad del pensamiento del autor
en el actual estado de sus conocimientos
que se ha procurado conservar en la tra-
tipográficos y litografieos, sino también
ducción ; el otro en el lujo y limpieza de la
positivamente mejorada con la publicación
edición que el señor Cumplido ha mejora-
de monumentos históricos raros, ó inédi-
do y embellecido con las numerosas y es-
tos, sacados de las antiguas pinturas me-
cogidas estampas que la exornan. El esme-
xicanas, me decidieron á tomar una peque-
ro y el empeño con que ha trabajado la
ña parte en los interesantes trabajos del
prensa mexicana para inmortalizar por su
Sr. Gondra, á cuya acreditada capacidad é
parte y nacionalizar los escritos del señor
inteligencia se encomendó la elucidación
Prescott , y la cordial acogida que han en-
de aquellos. A l efecto escogí unas lápidas
contrado en mis compatriotas ( 1 ) , conven-
depositadas en el Museo Nacional, cuya
interpretación va al fin de las notas, for-
( ! ) L a historia del señor Presenil se ha impreso
cerau al autor y al mundo entero de que Thierry, Guizot, Barante, Sismondi, Mu-
México lia sabido estimar en todo su valor 11er, Capefigue &c. &c., nos prueba en
el rico presente que ha hecho á la literatu- ellas, y sobre todo con la tan antigua como
ra y á la historia americana; estimacióu trillada historia de R o m a , restaurada últi-
por otra parte muy justa y merecida, sin mamente por Niebulir, que en ese ramo nos
que en nada puedan rebajar su mérito in- queda todavía mucho que enmendar, rnucño
trínseco las tachas y lagunas que en él se que suplir, supuesto siempre el acierto en
noten. Estas, c o m o ya he dicho, solamen- la elección del p l a n ; y también nos prueba,
te prueban una cosa, y es que todavía no que no siendo quizá posible llegar al ter-
poseemos completas la historia de la con- mino de la perfección absoluta, aquella
quista ni la del conquistador, lo cual nada historia tendrá derecho de llamarse per-
tiene de particular en literatura, ni menos fecta y completa, que más se aproxime al
se extraña en el nuevo giro que han toma- tipo ideal del complemento y perfección.
do los estudios históricos. H o y las viejas En esta categoría deben colocarse mu-
naciones de Europa, cual si no poseyeran chas de las que hoy se presentan como mo-
sus historias á centenadas y bajo cuantas delos, y entre ellas ocupará un lugar dis-
formas pueden inventarse para escribirlas, tinguido la del Sr- Prescott; quien, además,
todavía las juzgan imperfectas y aun in- ha dejado trazado en la suya el plan de que
completas, á pesar de que muchos siglos no podrá separarse, sin graves riesgos, el
há pertenecen al dominio del público las genio á quien la suerte depare la gloria de
voluminosas colecciones de sus fuentes. Es- dar á su ó b r a l a última mano de perfección.
te impulso regenerador que ha enriqueci- El único y más formal inconveniente.que
do las letras c o n las producciones de Rank, podría ofrecer su lectura á la incolumidad
de la verdad histórica y á la rígida distri-
bución de la justicia explectriz y'atributriz,
en México á competencia, y compitiendo también procede esencialmente de los tres^ afectos
con una nueva edición de la de Clavigero, encon-
trando sus editores bastante favor en los mexicanos que he notado en el autor como flaquezas,
para llevar su empresa al cabo.
y que por decir así forman el pecado ori-
ginal de la obra; pero que uua vez conoci-
do y estimado, uo opoue ya dificultad al-
guna á la perfecta inteligencia y justa
apreciación de los hechos, á la vez que fa-
i:
cilita al lector la clave cou cuya ayuda pue-
de rectificar y aun suplir l o q u e sería im- NOTAS AL TOMO PRIMERO.
" go dicho y por escusar volumen y porque les, calificándolas de delirios producidos
" son tan extrañas las cosas y tan peregrinas por la barbarie, ó de creencias inspiradas
" y nunca oidas, sepultadas y perdidas de por Satanás para enseñorearse del alma de
" la memoria de los naturales, y lo otro los indios. De aquí procedía el obsti nado
" por haberles quemado al principio sus silencio que guardaban sobre aquellos pun-
" historias, que ésta ha sido la causa priu- tos, los unos por encono ó por orgullo'
" cipal de su o l v i d o . " (5) X o ha dicho, viendo que se les b u r l a b a ; los otros, poi-
pues, Ixtliíxochitl ni que desechaba las diez que al fin llegaron á persuadirse de que en
y nueve vigésimas partes de sus noticias, efecto eran tan bárbaros como se les decía.
ni menos que lo hiciera por reconocerlas él En Ixtliíxochitl se descubre á cada paso el
mismo llenas de absurdos y falsedades. A l primer sentimiento, y así lo nota el padre
contrario, expresamente anuncia que las colector de sus escritos, al terminar la Ad.
reputaba cosas verdaderas y ciertas, y sola- vertencia con que comienza el volumen.
mente las omitía por escusar volumen y no " Algunos borrones, dice, se encontrarán
ocupar al lector con especies extrañas y " en' esta o b r a : queremos decir que en su
peregrinas, temiendo, quizá por el senti- " contesto hay alguuos párrafos y expre-
miento de abyección que había comenzado á " siones duras, odiosas y de mal sabor.
engendrar la conquista, exponerse á la crí- " Agitado el espíritu del autor de las ocu-
tica de los fanáticos y de los incrédulos, " rrencias de aquel tiempo, dejó correr la
que tal vez vacilaban todavía sobre la racio- " pluma con inconsiderada libertad." (6)
nalidad de los indígenas. El menos versa-
do en nuestra historia sabe que aun las
grandes lumbreras literarias de aquel tiem- (G) El misino Ixtliíxochitl refiere una de aquellas
anécdotas, que perteneciendo á la vida íntima de
po veían con un piadoso y compasivo des- los pueblos, son el más seguro criterio para juzgar
precio las historias y tradiciones naciona- de su estado social. Encareciendo las dificultades
que tuvo que vencer para rectificar los hechos de
sus historias, por la obstinada taciturnidad que
guardaban los naturales, refiere, que habiendo pre-
( 5 ) Vol. eit, fol. 41. guntado un caballero á cierto indio antiguo quienes
Al trazar estos renglones no pretendo ues, han fortiñeádose los bandos literarios
convertirme en campeón de la infalibilidad que nos lo presentan como el padre de la
de nuestras historias, pues quizá soy en la historia y de la fábula, bien que la crítica y
materia más incrédulo de lo permitido; sin la ciencia moderna avancen cada día en la
embargo, es necesario convenir en que si rehabilitación de sus escritos y de su nom-
dudamos de la fe de las nuestras, debemos bre. Nada digo tampoco de las relaciones
negársela á todas las conocidas, porque ni de viajes, porque desde los atrevidos cuen-
Diodoro de Silicia, ni -Josefo, Livio, Táci- tos de Marco Polo hasta los dorados em-
to, ni otro alguno de los historiadores, aun bustes de Chevalier y groseras mentiras de
los más acreditados, puede presentar en Lowensterd, uno está autorizado para du-
su apoyo los testimonios de creencia que dar de lo que escriben los pretendidos tes-
resplandecen en los nuestros. De intento tigos de vista.
he omitido el nombre de Herodoto, el más
La critica histórica es quizá la parte más
curioso é instructivo de los antiguos, pues-
difícil y menos adelantada de la literatura,
to que desde los rudos ataques que dió
no obstante lo mucho que se lia escrito so-
Plutarco á su veracidad y á sus intencio-
bre ella, pues todavía uno corre el inmi-
nente peligro de caer en una nimia credu-
lidad, ó en un pirronismo que destruye
habían sido los progenitores de Ixtlilxocliitl, padre
del rey Netzahualcóyotl, le respondió aquel: que Ix- radicalmente la ciencia. Una historia puede
tlilxochitl n o h a b í a tenido padre ni madre; que ha- ser exactamente verdadera y altamente ins-
bía nacido de un enorme huevo que una águila co-
losal puso en un árbol, plantado en la plaza de la tructiva, aun conteniendo los más increí-
ciudad; y que no teniendo rey los aculhuas cuando bles absurdos y despropósitos, cou tal que
acaeció este sucesa, proclamaron al niño que nació
de aquel Irievo, dándole el nombre de Txtlilxochitl. nos trasmita fielmente las tradiciones, las
Como el caballero se riera de ésta historia fabulosa, creencias y las costumbres del pueblo que
aconsejando al v i e j o que no contara tales neceda-
des éste le respondió, " que á él y á todos los que nos da á conocer; así como será omnímo-
" le preguntaran acerca de esto, les había de respou- damente falsa, aunque refiera hechos co-
" der éstas y otras cosas tales como éstas, especial-
" mente d los españoles." munes y verosímiles, si son inventados -
por el autor ó 110 descansan sobre sólidos otros que han bebido en fuentes nada de-
fundamentos. semejantes á las en que bebieron Herodoto
La historia mexicana, como la de todos ó Dionisio Halicarnaso; ni creo que los
los otros pueblos, se forma de esas dos grandes hechos de Alejandro, referidos por
clases de noticias: en las unas se describen Quinto Curcio ó por Arriauo, sean más dig-
los usos, costumbres y creencias dominan- nos de fe que los de Netzahualcóyotl ó cual-
tes que dan el tipo de la nación; y en las quiera otro de nuestros reyes, trasmitidos
otras la vida pública y privada de sus hom- á la posteridad por sus compatriotas ó des-
bres célebres, allende los otros hechos que cendientes Nada digo de las inciertas tra-
interesan á la masa de la comunidad y que diciones de los Asirios. Medos y Persas,
constituyen el sér y vida de las sociedades. ni de las nebulosas dinastías de los Egip-
En cuanto á las primeras, repito lo que cios, cuya memoria todavía se busca en las
antes he dicho, que ninguua de las histo- ruinas de sus ciudades y de sus sepulcros.
rias conocidas puede sostener el paralelo Ni se diga que esos escritores contaron,
con las nuestras; porque ni Aulo Gelio, ni además de los recursos de la tradición, con
Macrobio, ni Petronio, ni otro ^alguno de los de las inscripciones, los relieves, las
los que emprendieron describir las costum- pinturas y algunas antiguas memorias;
bres privadas de los pueblos que conocie- pues tradición por tradición, escritura hie-
ron, presenta en apoyo de su fe datos tan rátiea ó fonética por escritura geroglífica,
auténticos ni fidedignos como los que mi- y memorias por memorias, no hay razón
nistran nuestros cronistas, especialmente alguna para decidir que las asiáticas ó eu-
el diligentísimo padre Sahagúu. ropeas deban reputarse verdaderas y las-
Por lo que toca á biografías y á sucesos, americanas falsas; ni juzgo tampoco que
me parece que 110 pueden considerarse co- los Mármoles de Arundel, los Pastos con-
mo mejor autenticados los contenidos en las sulares, los cronicones de Julio Africano,
historias griegas y romanas, que los que de Ensebio. &c. fundados en la tradición y
memoran Iztlihoehifl, Tezozomoc, Veytiay en los monumentos, puedan merecer más
Ramírez.— <U
fe que las memorias de nuestros indígenas, "fieos." ( 7 ) Si esta crítica del Sr. Pres-
sacadas de antiquísimas pinturas y de otras cott recayese sobre una interpretación es-
fuentes monumentales que todavía lioy en crita en nuestros días, yo respetaría su fa-
parte se conservan. El Sr. Prescott, que llo ; pero tratándose de un intérprete próxi-
las ha examinado con encontrados afectos, mo descendiente de los reyes de Tezcoco,
vacilando entre la admiración y el desdén, que floreció en los tiempos inmediatos á la
tan presto deplora su destrucción, como una conquista, que conoció de trato íntimo á
pérdida de gran valor ( v o l . I, pág. 70 y los que habían visitado sus archivos y po-
s i g-)> y tan presto rebaja su cuantía, has-
seían una parte de sus crónicas, y que,
ta presentárnosla como poco menos que in- como decía él mismo al virrey á quien de-
diferente. dicó sus Relaciones, esa escritura geroglí-
El sabio historiador, que había limitádo- fica era para los que la entendían, tan
se en su nota de que me ocupo, á sólo po- clara como nuestras letras; cuando se ti ata,
ner en duda la existencia de escrituras en fin, de un hombre en quien el mismo
tolteeas, ataca de frente todo el resto de Sr. Prescott reconoce instrucción y talento,
nuestros antiguos anales en la crítica que y que fué durante su vida el intérprete ti-
hace de los escritos de IxtlilxocMtl. " Debe tulado del yirreinato, no es posible pasar
" también tomarse en cuenta, dice en la por la disculpa con que se atempera la crí-
" página 151, que si en su narración pare- tica, siu arrojar un grande descrédito so-
" ce algunas veces incierto é indeciso bre nuestras historias y nuestros monu-
" (startling), esto depende de que inten- mentos ; ó si se admite, será preciso hacer
" tó penetrar con sus investigaciones hasta una inmensa rebaja en la proverbial bar-
" los abismos misteriosos de la antigüe- barie de sus destructores. La tradición uni-
" dad, donde la luz y las tinieblas se en- forme y el juicio que aún podemos formar
" cuentran confundidas, y donde todo es
" susceptible de desfigurarse, como cpie se ve
" al través del nebuloso medio de los geroglí- ( 7 ) Vease el texto original, vol. I, pág. 207 de la
edición americana.
por los restos que uos quedan, no obstante bación la advertencia con que concluye di-
la pérdida de la clave de su interpretación, cho intérprete, que en su original español
bastan para destruir cualquiera suposición dice así: " El estilo grosero é interpreta-
" ción de lo figurado en esta historia supla
contraria.
" el lector, porgue. no se dió lugar al inter-
Y o convengo, desde luego, en que este " pretador, y como cosa no acordada ni
ramo de la ciencia azteca no ha debido en- " pensada, se interpretó á uso de proceso.
contrarse al alcance de todos, pues sabemos " Ansimismo en donde van nombrados A l -
que hasta losúltimostiempos del imperio me- " faqui mayor y Alfaqui novicio, fué inad-
" vertencia del interpretador poner tales
xicano había colegios establecidos para en-
" nombres, que son moriscos. Ase de en-
señarla á las personas destinadas á escribir
" tender por el Alfaqui mayor, sacerdote
los anales y los ritos de la nación; mas no " mayor, y por el novicio, sacerdote novicio.
me parece en manera alguna fundado el " Y donde van nombradas mezquitas, ase
severo juicio del Sr. Prescott, que presen- " de entender por templos. Diez dias antes
ta aquella escritura como incomprensible, ".de la partida de la flota se dió al interpréta-
la libertad de abandonar la traducción del Sr. Na-
ó lo que es casi igual, como susceptible de
varro, sustituyéndola con otra menos elegante, por-
desfigurarse; ni menos encuentro conclu-
que cuando se versa un punto de filología, debe
yente la autoridad que produce en su apo- reproducirse con la mayor posible exactitud el espí-
yo. " La necesaria irregularidad é incerti- ritu y el pensamiento del autor. Como es muy pro-
" dumbre de estos anales históricos, dice, se bable que yo me haya equivocado en la apreciación
" manifiesta en la advertencia misma del de sus palabras, las copiaré literalmente. " The
') intérprete español de la colección d e M e n - " necessary looseness and uncertainty of thesehisto-
" rical records are made apparent b y the remarks
" doza, el cual repetía que los naturales
" of the Spanish interpreter of the Mendoza codex,
" e n c a r g a d o s de explicarla, se dilataban
"who tell us that the natives, to whom it was
" mucho en ponerse de acuerdo sobre la pro-s " submitted, were very long in coming to an agre-
"pía ó genuina significación de las pintura- " ement about the proper signification of the paint-
ings.—History of the conquest of Mexico, &c. Vol.
(pág. 08, nota 1 0 ) . " ( 8 ) Cita en compro I, pág. 98. New-York, 1843.
(8) En este pasaje y en el anterior me he tomado
" dor esta historia para que la interpret disculpar, y de dificultades que dice se pul-
" el cual descuido fué de los indios que acor- saron en la redacción de la obra; ¿mas
" ciaron tarde, y como cosa de corrida no aquellas y éstas las atribuye acaso á los in-
" se tuvo punto en el estilo que convenía iu- térpretes de las pinturas? Inconcusa-
" terpretarse, ni se dio lugar para que se mente no. El colector se contrae principal-
" sacase eu limpio limando los vocablos y mente al traductor español, disculpándolo
" orden que convenía, y aunque las inter- con la escasez del tiempo que se le dió pa-
" prefaciones van toscas, no se ha de tener ra la traducción, pues en efecto diez días
" nota sino á la sustancia de las aclarado - es término muy limitado para traducir un
" nes, lo que significan las figuras, las cua- manuscrito que en la obra colosal del lord
" les van bien declaradas, por ser como es eL< Kingsborough ocupa setenta y cuatro pági-
" interpretador de ellas buena lengua me- nas impresas. La sola inculpación que allí
" xicana. ( 9 ) se hace á los indígenas, ni recae sobre los
Por estas palabras, que he copiado lite- defectos de su trabajo, ni menos sobre la
ralmente, se reconoce desde luego, que en impericia de los intérpretes de las pintu-
la redacción del Códice Mendozino han de- ras, único caso en que podía ser fundada
bido intervenir tres clases de personas. la crítica clelSr. Prescott: la inculpación es
Primero. Los indígenas intérpretes de las á los que escribían en lengua mexicana la
pinturas. Segundo. Los que escribían su explicación que hacían los intérpretes de
explicación ó interpretación en lengua me- las pinturas, y no se les hace otra que la
xicana. Tercero. Los que la tradujeron al de morosidad ó tardanza en entregar sus
español. Es verdad que en esa advertencia manuscritos, quizá porque tampoco se les
habla el colector de defectos que procura dió el tiempo suficiente para escribir. Este
es e11 l u i juicio el genuino sentido de las
(9) Antiquities of M é x i c o ; eomprising fac-siini- palabras, "y el cual descuido fué de los indios
les of ancient mexican paintigs and hi°roglypliies, 11 que aclararon tarde" c o n q u e se quiso
&c. b y Kinsborough, vol. V, pág. 113. Un ejemplar
de esta magnífica obra existe en el Museo Nacional disculpar el mal estilo del traductor español,
de esta ciudad.
— 352 -
- 353 -
Por lo demás la uniformidad que se nota pinturas; de la cual debemos inferir nece-
en la tradición, en las historias, en los sariamente su facilidad para comprender-
autores, y sobre todo eu las pinturas mis- las. De otra manera no se concibe cuál
mas que se conservan, están manifestando pudiera ser la utilidad de los colegios que
que ellas debían ser, para los que las en- mantenía el estado para conservar este ra-
tendían, tan inteligibles y familiares como mo de instrucción, ni menos que empren-
lo son para nosotros nuestros caracteres dieran el ímprobo trabajo de escribir lo
alfabéticos. Así lo dice expresamente Ix- que nadie había de entender.
tlilxochiil en uno de sus escritos, según
En la infancia de los pueblos la historia
dejo advertido, y así también lo convence
existe enteramente en los recuerdos. El
el sistema que vemos siguió el padra Sa-
jefe de la tribu llena sus veladas recitando
hagúu para la recolección de las noticias
ó escuchando la historia de las grandes
que le sirvieron en la redacción de su his-
hazañas de sus mayores; el padre de fami-
toria. Hablando este religioso, en la foja
lia la repite á sus hijos en el hogar domés-
2 " de su prólogo, de la junta de sabios
tico, y así va pasando de generación en ge-
indígenas que reunió en Tlaltelolco para
neración, hasta llegar á un cierto estado
instruirse de sus prácticas y costumbres,
social, en que los progresos mismos de la
dice: " Todas Jas cosas que conferimos,
inteligencia y la mayor importancia de los
"nielas dieron por pinturas, que aquella
sucesos, hacen sentir la necesidad de con-
" era la escritura que ellos antiguamente
servarlos de una manera más segura y du-
" u s a r o n : los gramáticos las declararon
radera. El primer medio que ha debido
" en su lengua, escribiendo la declaración
ocurrir á la mente es la pintura del hecho
al pié de la pintura. Tengo aun ahora
que se quería perpetuar, reproduciéndose
" estos originales." Cito este hecho como
eu el lienzo ó en el papel con todos sus
una muestra de la instrucción y de la cos-
pormenores. Así es, que si se trataba de con-
tumbre, ciertamente antiquísima, que te-
servar el recuerdo de la destrucción de un
nía de escribir sus anales por medio de
pueblo, por la guerra, se pintarían hom-
Ramlrez—45.
bres peleando, mujeres y niños pasados á efigie de un guerrero y de un escudo de
cuchillo y casas incendiadas: armas en el ceutro de varios signos simbó-
Como un tal medio de historiar era su- licos que representaban el nombre y nú-
mamente lento y laborioso, se pensó en mero de otros tantos pueblos. El todo sig-
simplificarlo; mas esto no debió hacerse nificaba que aquel guerrero los había sub-
de una vez, sino que el pintor comenzaría yugado por fuerza de armas.
por omitir algunos rasgos hasta llegar á He aquí eu compendio la historia del
la total supresión de las figuras de detalle. nacimiento, principales progresos y última
Por consiguiente, el hecho que n >s sirve perfección de la escritura jeroglífica, pro-
de ejemplo, se representaría, entonces, con piamente dicha ( 1 0 ) , comenzando desde
la imagen de un guerrero que tiene asido la detallada y servil pintura de los objetos
á otro por los cabellos, á la manera de los destinados á representar un suceso, hasta
que se ven en l o s relieves de la piedra lla- llegar, por medio de abreviaciones sucesi-
mada de los sacrificios; ó también colocan- vas, á la formación de la escritura trópica
do á aquel mismo guerrero, de pie y arma- ó simbólica, cuyo carácter peculiar es ex-
do, sobre el geroglífico que representara presar, con una sola figura, la idea del ob-
el asiento de la tribu sometida.
[10] En la escritura (jeroglífica de los Egypcíos di-
En la vida de los pueblos medio civili- ce Champollion-Figeac, deben distinguirse dos'co-
zados, la guerra y las conquistas son los sas: informa material de los signos, que constituyen
tres especies de caracteres, llamados geroqlifieos
sucesos más importantes y dignos de re- hieraticos y demóticos; y el valor ó expresión particu-
cuerdo; de aquí es, que cuando aquellas se lar de cada signo que los distingue en figurativos,
simbólicos yphonéticos. L a esritura geroglifica pro-
multiplicaban dentro de un breve período, piamente dicka, es la que se compone de signos oue
el trabajo del historiador crecía en la mis- representan los objetos del mundo ¡físico, tales como
plantas, animales, &c, por cuya razón se llaman fi-
ma proporción sin utilidad y sin interés. gurativos. -L1 dibujo de estos objetos unas veces'es
Pensóse entonces en una nueva simplifi- simplemente lineal, en otras aparece enteramente
acabado y aun iluminado, según la importancia del
cación, y ésta se hizo, como se ve repetida- monamente o la habilidad del dibujante. — U n i -
mente en los anales aztecas, pintando la vers; Egypte ancienue. pág. 220. in 8 o , París 1843
do Ollin [11] que siguifica movimiento, co-
jeto que antes se expresaba con muchas.
locado sobre el símbolo representativo de
De esta clase <le escritura usaban los me-
la tierra, expresaban exactamente la idea
xicanos para significar todos los nombres
del terremoto, y también la del número de
de personas y de lugares; cuya operación
veces que se había repetido, con sólo du-
no podía serles difícil, porque siempre es-
plicar ó triplicar el siguo. La idea del cur-
taban expresados por algunos objetos físi-
so ó dirección que llevan los objetos pues-
cos que tenían su nombre p r o p i o ; tales co-
tos en movimiento, se representaba por
mo águila, culebra, flor, &c.
la huella del pié desnudo; la del habla por
Pero la dificultad subía hasta un punto una figurilla, á manera de lengua, iuine-
que parecía invencible cuando se trataba diata á la boca de un rostro humano. La
de representar objetos difíciles de reprodu- del bautismo se expresó, por los primeros
cir exactamente por la pintura, tales como de nuestros indígenas cristianos, de una
la tierra, la agua, el aire, &c., y sobre todo manera tan sencilla como clara: figuraban
las ideas abstractas, como las del movi- á un religioso con un jarrito en la mano,
miento y su dirección, el habla, &c., que levantado á la altura "de la'cabeza del ca-
muchas veces serían necesarias en la pin • tecúmeno, y cubriendo parte de ésta con
tura para dar su complemento á la narra- el símbolo de la agua. A esta especie de
ción del suceso cuya memoria se quería escritura se dió el nombre de ideográfica,
conservar. Tal dificultad sólo podía ven- por componerse de signos figurativos y
cerse recurriendo á los símbolos, es decir, simbólicos, que expresan directamente la
á la invención de una figura convencional idea de los objetos y de las cosas cuyas
que por sí sola representara aquel objeto formas no es posible reproducir por medio
ó idea, y que unidas con otras de la mis- de la pintura.
ma clase, ó entrando en combinación con
algunos signos figurativos, representaba no f l l ) Este puede considerarse como símbolo ó co-
mo signo. Bajo el primer respeto, lo es de el movi-
sólo un objeto, sino un pensamiento ente- miento, y b a j o el segundo es la simple representa-
ro. Así, los mexicanos con el siguo llama- ción de uno de los días del mes mexicano.
Tal fué el grado de adelanto respectivo aztecas, en los varios establecimientos pú-
á que los mexicanos habían llegado en el blicos que costeaban para la enseñanza de
arte de escribir ( 1 2 ) ; y aunque es cierto las ciencias. Un ramo de éstas, y muy
que todavía les quedaba un vasto campo principal era el estudio de los sucesos his-
que correr para llegar á la escritura lúerá- tóricos, que también comprendía el de las
tica, y otro aun más largo y laborioso, pa- arengas políticas y religiosas, las cuales se
ra descubrir los caracteres phonéticos, sin hacían aprender de memoria á los alumnos,
embargo, bien puede sostenerse con los hasta que las repetían de coro ( 1 3 . )
P P . Valadés y Acosta y con Gama, que la
El alto grado de perfección en que los
escritura que poseían les bastaba para su
mexicanos poseían la escritura geroglífica,
objeto y para sus reducidas necesidades
se puede reconocer por los esfuerzos que
sociales, puesto que con sus signos figura-
hacían para expresar con ella, la serie de
tivos, sus símbolos, sus calendarios y sus
ideas metafísicas contenidas en las instruc-
caracteres ariméticos podían conservar,
ciones religiosas de los primeros misione-
con entera fidelidad y precisión, el recuer-
ros ; y fueron tan felices, que consiguieron
do de cuantos sucesos remarcables acae-
representar por este medio todas las ora-
cieran en el orden físico y político. Por lo
ciones y preceptos morales contenidos en el
demás, la verdadera historia, es decir, la
catecismo. El lector se formará una idea
minuciosa relación de los acontecimientos,
más cabal del asunto por el siguiente frag-
así como la jurisprudencia, la filosofía, la
mento que nos ha conservado el padre
moral, &c., existían íntegramente en la tra-
dición y en los recuerdos, esmeradamente (13) Es de saber que tenían los mexicanos gran -
conservados y cultivados por los monarcas de curiosidad en que los muchachos tomasen de me-
moria los dichos parlamentos (las arengas) y com-
posiciones, y para esto tenían escuelas y como cole-
gios ó seminarios, á donde los ancianos enseñaban
[12] El escritor antes citado creía que los mexi-
á los mozos estas y otras muchas cosas, que por tra-
canos no habían dado un paso mas allá de la escri-
dición se conservan tan enteras, como si hubiera
tura meramente (jeroglifica, mas los ejemplos ante-
escritura de ellas .Acosta; Historia natural y moral
riores prueban que habían alcanzado, por lo menos,
de las Indias. Lib. V . , cap. 7. Madrid, 1792, in 4 °
los primeros elementos de la escritura ideográfica.
Acosta [14] del Símbolo de los Apóstoles, cómo al simple contacto de la civilización
escrito en caracteres geroglífieos: " p a r a europea, aquel pueblo pasaba violenta y
" significar aquella palabra: yo pecador me súbitamente de la escritura geroglífica á la
" confieso, pintan un indio hincado de rodi- phonética, saltando la kierática, mientras
" lias á los pies de un religioso, como que que los egipcios, abandonados á sus pro-
" se confiesa; y luego para aquella: á Dios pios recursos, habían permanecido estan-
" todopoderoso, pintan tres caras con sus cados, quizá siglos enteros, en cada una de
" coronas al modo de la Trinidad; y á la ellas, como los mexicanos lo estuvieron en
" gloriosa Virgen María, piutan un rostro la primera.
" de Nuestra Señora, y medio cuerpo cou Este progreso maravilloso se nota más
" un niño, y á San Pedro y á San Pablo, palpablemente, y con circunstancias suma-
" dos cabezas con coronas, y unas llaves, y mente curiosas é interesantes para el estu-
" una espada, y á este modo va la confe- dio de la lengua escrita, en la representa-
" sión escrita por imágenes; y doude fal- ción del Paler Xoster. " El vocablo que
" tan imágenes, ponen caracteres c o m o : en ellos tienen, " decía el P. Torquema-
"que pequé e f e . " — E n este ejemplo se ve ' da " [ 1 5 ] , y que más tira á la pronun-
•'ciación de Pater espantli, que significa
" una como vanderita, con que cuentan el
[14] lbid. Este procedimiento empleado por los
mexicanos fué el que inspiró á los primeros misio-
" número veinte; pues para acordarse del
neros la idea de explicarles la doctrina cristiana por " vocablo Pater, ponen aquella vanderita,
medio de retablos en que estaban pintados los suce-
sos Históricos de nuestra religión, los sacramentos,
" que significa pantli, y en ella dicen Pater.
las virtudes, los vicios, &c., &c. El misionero ponía " Para la segunda, que dice Xoster, el vo-
á la vista de sus oyentes el retablo asunto de su
sermón, y con una varita iba señalando los objetos
" cabio que ellos tienen más parecido á
que explicaba, según se ve representado en el frontis " esta pronunciación es Nuchtli, que es el
de las obras del P. Torquemada que refiere este liecho.
— Monarq. Ind., íib. X V , cap, 25. —Valadés, Itlie-
" nombre de la que los nuestros llaman tu-
tórica cristiana; part. 2 80 , cap. 2 7 . — L o s retablos
simbólicos que aun se conservan en la portería de
la Profesa, pertenecen á este género. [15] Monarq. Indiana. Lib. X V , cap. 3G.
Ramírez—46
" na, y en España higo de las Indias; pues " t e n e s s ) . " Y o no he podido consultar la
" para acordarse del vocablo Noster, piutau edición en folio de aquella obra, que supon-
" consecutivamente tras de la randerita, g o sea la citada por el autor; mas conside-
" una Tuna, que ellos llaman Xuchtli; y de rando que sólo puede referirse á lo que di-
" esta manera van prosiguiendo hasta aca- ce el Barón en la introducción de su obra,
" bar su o r a c i ó n . " De este y otros procedi- página 37 de la edición in 8 ° , y más exten-
mientos semejantes usaron para confesarse samente en la página 298 del volumen 2 ° ,
y para retener las instrucciones catequísti- noto que no se ha reproducido su pensa-
cas escribiendo éstas y sus pecados con miento con toda la fidelidad que era nece-
signos figurativos ó simbólicos, que en breve saria, para que pudiera ser justa la censura
tiempo aumentaron y perfeccionaron, á tal con que el señor Prescott acompaña aque-
punto, que ya presentaban las formas ex- lla observación, en las siguientes palabras:
teriores de una escritura regular ( 1 6 ) . " Despues de lo dicho, apenas podrá com-
" prender el lector, que raras veces se eu-
En corroboración del sistema que defien-
" cuentran anotados (en los anales ) más de
do y para dar fin á esta discusión, anali-
" uno á dos hechos por año, y que frecuen-
zaré la última razón de dudar que propone
" teniente se pasan doce y aun más sin ha-
el señor Prescott, contra el mérito y valor
" llar n i n g u n o . " Quizá y o habría dejado
de nuestras fuentes históricas. " N o es del
pasar esta crítica sin contradicción, si no
" todo s e g u r o , " dice en la misma nota 10,
me hubiera parecido notar en ella una cier-
" l o que Humboldt asienta en la página
ta incredulidad irónica, que á la vez ataca
" 137 de las Vistas de las Cordilleras; esto
la muy justa reputación literaria del noble
" es, que los anales aztecas presenten des-
Barón, y la fé de nuestros monumentos his-
" de el fin del siglo XI la más exacta regu-
tóricos; pues éstos no podían quedar bien
" laridad g sorprendente minuciosidad (the
parados desde el momento en que se hicie-
" greatest inetliod, and astonishiug rninu-
ra dudosa la autoridad del escritor que más
ha contribuido á ilustrarlos y que mejor ha
(16) El mismo. L i b . X V I cap. 1(>.
ttiNBKW^'»''^ -
sabido comprenderlos. Estas son las ra- pues además de que ya las había moderado
zones que me estrechan á decir, que el el autor con un casi, restringe en seguida
señor Prescott 110 ha trasmitido con exac- esa minuciosidad en los detalles, á ¡os su-
titud el pensamiento del Barón de Hum- cesos que son influentes ó remarcables en la
boldt, en la parte que podía favorecer su infancia de los pueblos; los cuales, respec-
intento, y añadiré, que por lo que toca á la tivamente hablando, siempre son en corto
sustancia de la cosa, es decir, en cuanto á número y de poca importancia por sí mis-
la escasez de sucesos anotados en nuestros mos. El Barón de llumboldt, que ha sido
anales, aquel escritor está enteramente de fidelísimo en la exposición de los que cita,
acuerdo con su censor. como podrá reconocerlo el que quieta ho-
El pasaje del Barón de Humboldt, que jear los códices Telleriano y Vaticano ( 1 8 ) ,
entiendo ha tenido á la vista el Sr. Pres- anduvo parco todavía en su enumeración,
cott, dice así: " Desde el siglo X I I pues pudo añadir que en esos anales apa-
recen anotados otros muchos sucesos, ta-
" es cuando los anales aztecas, así como
les como eclipses, cometas, temblores,
" l o s chinos y tibetauos refieren, casi sin
hambres, pestes, nevadas, sacrificios, muer-
" interrupción, las fiestas seculares, la ge-
tes, é inauguraciones de los reyes, y así de
" nealogía de los reyes, los tributos im-
otras más minuciosidades que allí se pue-
" puestos á los vencidos, las fundaciones
den ver, con la particular designación del
" de las ciudades, los fenómenos celestes,
año en que acaecieron. Sin embargo, el es-
" y en fin, los más menudos acoñtecimieu-
f* tos que han influido de alguna manera eu critor se redujo á los más estrictos límites,
y aun en la detallada descripción que hace
" el estado de sus sociedades nacientes." ( 1 7 )
del segundo de los códices citados, muy
El lector atento no encontrará en estas pa-
lejos de asentar la proposición absoluta
labras esas proposiciones absolutas y ge-
nerales que le atribuye el Sr. Prescott,
(17) Vues des Cordilleres, &c.—Introd. t. 1. pág. (18) En l a e i t . colece. de Lord Kingsboroutjli, vol,
37. París, 1814, in 8 o . 1, parte y vol. 2 Lam. 91 y sig.
que se le atribuye, dice hablando de dichos es precisamente la confirmación de su au-
anales: " Desde el año .1197 hasta la mitad tenticidad. En cronología, y especialmente
" del siglo X V no se refiere sino un muy cuando se trata de épocas remotas, la mi-
" pequeño número de lieclwa; freeuentemen- nuciosidad es sospechosa, y ministra un
" te apenas uno ó dos en un intervalo de justo motivo de desconfianza. Si del Géne-
" trece años: desde 1454 la narración co- sis, que es el más antiguo y venerable de
" mienza á ser más circunstanciada; y de todos los cronicones, exceptuamos las noti-
" 1472 á 1549, ya se encuentra en detall y cias relativas al nacimiento y muerte de los
" casi año por año, todo lo que en el país patriarcas, encontraremos que durante el
" había ocurrido de más notable, tanto en largo período de trece siglos ( 2 0 ) que según
'' el orden físicocomo en el p o l í t i c o . " ( 1 9 ) el cómputo más moderado se cuentan desde
Cotéjese este pasaje del Barón de Hum- la creación del primer hombre hasta el di-
boldt con lo que el señor Prescott se pro- luvio, apenas se refieren cinco ó seis suce-
pone establecer en su enmienda ó censura, sos. Los fragmentaste Manethon y de Julio
y se verá que ambos están enteramente de Africano, recogidos por Ensebio, no se pre-
acuerdo en la sustancia del hecho, couvie- sentan más abundantes, aun bajo la pluma
ne á saber, en la escasez de noticias figura- de los sabios modernos que han aumentado
das en las pinturas aztecas. sus narraciones con el auxilio de los otros
autores y de los descubrimientos hechos en
Yo supongo que el respetable crítico no
las ruinas de esas ciudades, que han perdi-
pensará en deducir de esta circunstancia
do hasta su nombre. La famosa crónica (le
consecuencia alguna que tienda á rebajar el
Atenas, vulgarmente conocida con el nom-
mérito y la importancia de esos anales, con-
bre de Mármoles de raros ó Arundelianos,
siderados como fuentes históricas, pues que
sobre mutilada y equivocada en muchas de
esa misma aridez, ó llámese mezquindad,
sus datas, según dicen los inteligentes que
(19) Vues, &e., supiera., Planeh. L Y v L Y I , en el (20) Por el de la versión de los Setenta serían
vol. 2. ° tle la edición ¡n S ° ,p. 298. veintidós y medio siglos.
lian hecho un estudio particular de ella, (21) to con monumento, observando toda la
uo contiene en los mil trescientos diez y ocho posible igualdad, las diferencias, que de
años que abrazan, ni el número ni la va- luego saltan, son todas en nuestra veutaja.
riedad de los hechos que representan las Así el señor Prescott, que cuenta muchos
pinturas aztecas conservadas en los códices intervalos vacíos, aun de trece años, en los
Telleriano y Vaticano, durante el período anales americanos, habrá notado que en
de trescientos diez y siete años; es decir, en los famosos mármoles de Paros los hay de
menos de la cuarta parte del tiempo reco- cuarenta, de ochenta, que no escasean los
rrido por la crónica de Atenas, á pesar de de ciento, y que alguno excede de ciento
la inmensa ventaja que daba á las griegos treinta. ( 2 2 )
la posesión de la escritura fonética, entera-
Si de la abundancia de noticias descen-
mente desconocida á los mexicanos.
demos á la calidad, no me parece que la
Este paralelo podría llevarse todavía á crónica ateniense pueda sostener el parale-
términos verdaderamente atrevidos, pero no lo con la azteca. Es muy notable que en la
infundados, haciéndolo con cualesquiera de primera no se mencione ninguna observa-
las tablas cronológicas más perfectas que los ción astronómica, ni un solo fenómeno
modernos han formado de los tiempos pri- físico, excepto el del diluvio de Deucalión,
meros. Tómese, por ejemplo, la últimamen- cuya data es quizá hoy tan incierta como
te citada de Larcher ú otra y vease si en lo era entonces; no así en la segunda, don-
un igual período de tiempo, y aun en el de abundan tales noticias, llevándose la
triplo, presentarán menos lagunas que los exactitud hasta anotar la repetición del su-
anales aztecas. Pero si este cotejo lo hace-
mos, como debe ser, es decir, de monumen-
(22) Tal es el período que media entre la época
X V I I I , que memora la salida de Neleo para fundar
las colonias de Efeso, Clazomese, &e., y la X I X , en
(21) Larcher, Essai de chronologie sur Hérodote, que se dice floreció el poeta Hesiodo.—Mr. d' Ar-
ehap. 9,—en el v o l . 7 de la Histoire d'Herodote, edi- monville ha publicado un trasunto de estos anales
ción de París in 8 ° , 1802. — Bovet.—Les dynasties eu su Diotionnaire des Dates &c. art, Árundel, París,
égyptiennes suivant Manetlion, &e.. part. 2 e4 ait. 14. 1842, in 4, °
p.amírez.^p'
ceso cuando lia acaecido dentro de un mis-
des que después sufrieron los mexicanos
mo año; tal, v. g., corno el del terremoto.
por las inundaciones y hambres que sobre-
Esta deficiencia de los monumentos griegos,
vinieron (25). En fin, el sexto año del reina
que ha dejado envuelta en inextricables
do de Moten jzoma fué célebre por las guerras
dudas, no solo las fechas, sino aun los su-
que las tres cabezas del imperio mexicauo
cesos, raras veces se encuentran en la nues-
hicieron á los de Atlixco, Tecuhtepec, Zo-
tra, porque una vez reconocido el hecho en
lan, Quauquecholla, cuyas victorias se ce-
la pintura, se puede fidelizar sujetándolo
lebraron con numerosos sacrificios huma-
al crisol de la cronología, no siendo raro
nos. El autor á quien debemos estas noti -
tampoco el hallar su confirmación en el
cías ( 2 6 ) , añade, como circunstancias par-
cómputo astronómico. Así, v. g., se refiere
ticulares, que en ese año se celebraba la
en nuestras historias escritas, que al quin-
famosa fiesta de la renovación del fuego y
to año del reinado de Axayácatl se constru-
atadura de los años; que en él hubo un
y ó el templo de Cohuatlán, y que por este
eclipse, y que los cautivos fueron sacrifica-
tiempo hubo un eclipse de Sol [2'ój: el mis-
dos en la fiesta del TlacaxipehnaVztli, para
mo fenómeno se repitió en los años inme-
la cual se difirió otra muy solemne, que se
diatos durante las guerras que sostuvo
hizo en ese año, con motivo de la reedifica-
aquel rey c o n los Ocuiltecas, MatlatzincaS,
ción del templo de Tzonmolli, derribado en
&c., en una de las cuáles luchó cuerpo á
el anterior por un rayo [ 2 7 ] .
cuerpo con el j e f e de los Otomíes, recibien-
do la herida que lo dejó cojo para siem- Estos acontecimientos, que hasta aquí
pre (24). En tiempo de Ahikotl hubo tam- podían considerarse establecidos por la sola
bién un grande eclipses, que eutonces so tradición oral de los indígenas, como así lo
consideró c o m o el anuncio de las calamida- da á entender frecuentemente el señor
Prescott de algunos otros, se encuentran
(23) Tíi-quemad ' , Monarquía Ilicitana, lib, 2. cap. (25) Ibid. cap. 66.
55. (26) Id. cap. 76.
(24) El mismo, cap. 5?, (27) Id. cap. 75.
El primer suceso es el relativo al eclipse
plenamente justificados por las pinturas
observado cuando la construcción del tem-
aztecas, que lian conservado la memoria de
plo de Cohuatláu y guerra Matlatzinca, que
todas esas menudencias (28).
se fija en el 5 ° año del reinado de Axayd-
Daré una ligera idea de éstas, para que
catl. Esta noticia corresponde exactamente
mejor se comprenda su relación con las
con las pinturas de los códices Telleria-
otras.
no ( 2 9 ) y Vaticano ( 3 0 ) . Allí se ve en el
(28) Y a que vuelvo á tocar este punto de la tra-
año señalado con el símbolo siete casas, co-
dición histórica, copiaré en seguida lo que sobre su rrespondiente al nuestro 1473, la represen-
esmerada cultura y conservación, nos dice un anti-
guo escritor que ha llegado á mis manos después de
tación de un templo, la de las batallas que
impresas las páginas anteriores. " El segundo modo precedieron á su construcción, y elgeroglí-
que observaban los naturales, para que no se p e r -
diese la memoria de los casos memorables y que
fico del eclipse. Retrocediendo cinco años
fuesen pasando do padres á hijos por dilatados si- de aquella fecha, se encuentra en el de
glos, era por medio de unos cantares que componían
los mismos sacerdotes en cierto género de versos que
1469, señalado eon tres casas, la represen-
iban añadiendo á trechos unas interjecciones no sig- tación de la muerte de Moleuczoma Illiuica-
nificativas, que servían para la cadencia sola de su
canto. Estos se enseñaban á los niños que conocían
•mina y exaltación al trono de Axayácatl.
por más hábiles y memoriosos, conservándoles en
la memoria éstos; y en llegando á ser provectos en
El segundo hecho está comprobado de la
la edad y suficiencia, los cantaban en sus festivida- misma m a n e n en la lámina 15 del códice
des y en sus saraos ó mitotes, al son de instrumen-
tos músicos, que unos llamaban Teponazatli y otros
Telleriano, y en la 119 del Vaticano, que
Tlalpanhuehuetl —Por medio, pues, de estos
ponen el eclipse y combate singular en el
cantales pasaron de uno en otro siglo tradiaionss y año diez pedernales, correspodiente al nues-
acontecimientos de quinientos y mil años de anti-
güedad: en éstos se referían las guerras, victorias y
tro 1476.
desgracias, hambres, pestes, nacimientos ó muer- El tercero, y según parece más terrífico
tes de los reyes y varones ilustres; el principio y fin
de sus gobiernos, y las cosas memorables que iban
acaeciendo en cada siglo." (Felicidad di México en
(29) En el vol. I. parte 3 - , L i m . 14 de la colec-
la admirable aparición de Nuestra Señora de Guada-
ción de Lord Kingsborough.
lupe, efe , por el Bachiller Luis Becerra Tanco; en el
volumen 1, página 546 de la colección de obras y (30) En el vol. I. II de la misma, lám. 1,1,8. Vea-
opúsculos giiadalupanos. Madrid, 1785, en 8 ' . se la interpretación de ambas en eí vol. V I .
de todos los eclipses, fué el observado en
flores amarillas y encarnadas, que infiero
tiempo de Ahuizotl, pues las historias lo
sea el símbolo del renacimiento, pues los
recuerdan como el principio de una era de
mexicanos creían que en uuo de estos pe-
calamidades y de desgracias para la nación,
ríodos cíclicos debía acabarse el mundo, y
las cuales también se ven representadas en
por tal motivo acostumbraban destruir en
los años siguientes, con los símbolos de la
ese día todos sus muebles y utensilios, que
meve, el terremoto, la hambre &c.— Los
no comenzaban á renovar sino hasta des-
códices citados lo representan ( 3 1 ) en el
pués que había relucido el fuego nuevo en
año tres pedernales, correspondiente al nues-
la cima del Vixachtecatl.—Más abajo se ve
tro 1496, y debió ser casi total, pues pintan
el símbolo del agua, y en medio de él al-
cubierta la mitad del disco solar y á éste
gunas cabezas que tienen los ojos cerrados,
en campo azul sembrado de estrellas.
con lo que significaban que allí se ha-
La más interesante y variada de todas bíau ahogado aquellas personas: á la iz-
las noticias es la cuarta, comprensiva de quierda hay un símbolo que denota el
los sucesos ocurridos en el sexto año del nombre del río (el Tucac) en que acaeció
reinado de Moteuczoma. Allí se ve ( 3 2 ) en tal desgracia: á la derecha se ve un signo
el^ año dos cañas, correspondiente al de numérico que da la suma de los ahogados,
1507, la figura de un templo sobre una que fueron 1800. Del símbolo de este año
montaña, y al pié de ésta el símbolo de la sale en el códice Telleriano una línea de la
atadura de los años, que indicaba la con- cual penden los símbolos del eclipse, de
clusión de un cielo y la gran fiesta de un pueblo que parece conquistado y de un
la renovación del fuego, última que cele- terremoto, siendo de notar que la línea
braron los mexicauos. En la cima de la parte de la extremidad del cuádrete geroglí-
montaña se descubre una planta verde con fico, eu que termina aquel año y comienza el
de tres pedernales. Esta línea no se en-
cuentra en el códice Vaticano; pero sí se
(31) Cód. Teller. lámin. 22.—Vatio. lám. 12G
(32) Cód. Teller. lám. 25—Vat., lám. 131.
nota que el símbolo del eclipse está colo-
cado entre los años dos cañas y tres peder- de sus manuscritos y de sus antigüedades,
nales, correspondiente á los 1507 y 1508, yo debería encontrarme esta vez en la ap-
hallándose también representado en una y titud de exhibir la detallada historia de
otra pintura, el alzado de un templo que nuestro cielo, para comprobar la de nues-
debe ser probablemente el de Tzonmolli, tro suelo. (33)
reedificado por Moteuczoma. Que tales su- D . ANTONIO DE LEÓN Y © A M A , u n o d e l o s
cesos ocurrieron efectivamente en el sexto más distinguidos sabios que honran á Mé-
año de su reinado, se demuestra sacando xico, y el último anticuario que en él ha
la cuenta en retroceso hasta el de 1502, en florecido de un siglo á esta parte, habien-
que el historiador azteca anotó su exalta- do reunido un gran número de manuscri-
ción y la muerte de Aliuitzotl. tos originales y de pinturas, emprendió es-
Una vez comprobada la verdad de la na- cribir la Historia Cronológica de los mexi-
rración histórica por el medio de su cotejo
con las pinturas, sólo resta contestar una [33 j Becerra Tanco dice en el opúsculo antes ci-
tado, pág. 5 5 0 : — " E s t a s pinturas eran y son tan
objeción. Algún crítico dirá que tales na- auténticas como los escritos de nuestros escribanos
rraciones no adquieren ningún grado de públicos, porque no se fiaban de la plebe ignorante,
sino de los sacerdotes solamente, que f ran los his-
certidumbre, por la minuciosidad de sus toriadores, cuya autoridad y crédito era muy vene-
pormenores, ni menos porque se les haga rable en el tiempo del gentilismo Quitando
pues, lo supersticioso que toca á los ritos, lo histo-
coetáneas con ciertos fenómenos celestes, á rial es auténtico y v e r í d i c o . " — E n comprobación de
menos que se pruebe que éstos hayan real- este aserto se podría citar la práctica observada,
aun después de cien años de la conquista, en la sus-
mente acaecido. Tan justa como es esta tanciacióu de las causas civiles y criminales de los
observación, tanto así es conCluyente la indios. Todas ellas, especialmente las relativas átri-
butos y apeos, estaban escritos en símbolos y caracte-
prueba que ministra su respuesta en favor res geroglíficos, viniendo de aquí la necesidad de la
de la autenticidad de nuestros anales, y si plaza perpetua de intérprete, que por largos años
se conservó c u el virreinato y en la audiencia, ser-
no fuera por el abandono y salvaje despre- vida por personas tan dignas é inteligentes, como
cio con que en mi país se ha visto, ya no Ixtlilxochitl y Don Carlos de Sig'úenza. A u n hoy
se conserva en el archivo general algunos de esos
digo el estudio, sino auu la conservación procesos.
canos, comprobada con los cálculos astro- res. El Sr. Gama, poniendo en ejercicio sus
nómicos de los fenómenos celestes de que sobresalientes conocimientos astronómicos,
aquellos hacían mención en sus historias. comenzó por examinar si en efecto hubo ta-
Parece que esta obra llegó á estar enteramen- les eclipses, y sacó por sus cálculos que á
te concluida; pero el gobierno de entonces fiues del año diez pedernales, correspon-
miró con desdén el esfuerzo gigantesco de diente al 1476, ó á priucipios del de once
nuestro sabio, y ese precioso monumento casas, 1477, debió observarse en México el
literario se ha perdido, así como todos los eclipse de que hablabau los historiadores.
otros manuscritos, pinturas y antigüedades ( 3 4 ) ya se ha visto que este fenómeno se
que había reunido el diligente y desvalido encuentra anotado con su respectivo gero-
arqueógo, no quedándonos de sus trabajos glífico, en las pinturas mexicanas, en el
más que la Descripción histórica y cronológi- año de 1476, cuya cireuustancia es á su vez
ca de las dos piedras descubiertas en 1790, y una confirmación del cálculo astronómico,
esto gracias á la infatigable constancia de pues Gama, como lo observa el Barón de
nuestro benemérito literato y mi buen ami- Humboldt, ( 3 5 ) no ho debido conocer estas
g o el Sr. D. Carlos María Bustamante. En pinturas. El mismo Gama hace mención
esa obra, donde se ilustran y rectifican los desde §52 de otros varios cálculos de eclip-
puntos más interesantes y curiosos de nues- ses que había formado para los años si-
tra historia antigua, mal conocidos ó apre- guientes, y llama desde luego la atención
ciados por los otros historiadores, se en- la conformidad que se observa entre el re-
cuentran algunas noticias tomadas de la sultado de aquellos y las observaciones con-
historia cronológica, cuyo interés nos revela signadas en los anales aztecas, que conti-
toda la importancia de lo que perdimos. niian reproduciendo en los mismos ó apro-
Una de éstas es la relativa á los eclipses
observados en tiempo que Axayaeatl hacía
[34] Descripción de las dos piedras &c., parte
guerra á los Ocuiltecas, Matlatzincas, ÍCC.,
1, § 50.
sobre cuya época discordan los historiado- [35] Vues des Cordilleres, vol. 2, pág 298 de la
edición in 8 o
simados períodos, el símbolo del eclipse,
tos sociales. Sin embargo, es seguro que
aunque bajo una cierta diversidad de forma
los mexicanos, así como todos los otros
que tal vez serviría para denotar el mayor
pueblos del mundo, han debido pensar en
ó menor grado de oseuración. ( 3 6 )
trasmitir la memoria de sus grandes suco-
Uno de los ramos de nuestra historia, sos á las generaciones venideras, por me-
que ignoro se haya cultivado hasta ahora, dios proporcionados á su capacidad ó á sus
es el de las inscripciones aztecas, á la vez recursos. (37) De aquí infiero, que si entre
que su estudio podría ayudar, cuaudo me- nuestras piedras monumentales se encuen-
nos para rectificar los errores ó fijarlas in- tran algunas de un tipo singular, pero que
certidumbres de nuestra cronología. Con- se comprenden y aun pueden explicar en
fieso que he vacilado al enunciar este pen- todo ó en parte, desde el momento en que
samiento, por el temor de la ofensiva in- uno las considera destinadas á perpetuar
credulidad y desconfianza de los que no la memoria ó la fecha de un suceso conser-
quieren conceder á los aztecas nada que
salga de los estrechos límites que ellos pre- [37] Todas las historias de los pueblos primiti-
tenden fijar á su capacidad y á sus adelan- vos atestiguan que los primeros monumentos levan-
tados por la mano del hombre para perpetuar la me-
moria de algún suceso importante, consistía en una
simple agregación piramidal de piedras sin labrar,
sustituidas más adelante por monolitos. De esta es-
(3G) No han sido tan felices los arqueólogos eu-
pecie era la que consagró Jacob en el lugar donde
ropeos, que todavía trabajan para fijar la fecha del
tuvo su célebre visión, y de esta forma y de la a n -
combate entre Cyaxares y Al yates, mencionado por
terior participaba el monumento que poco después
Kerodoto, con la notable circunstancia de haberse
erigió en recuerdo y testimonio de la alianza cele-
terminado por el espanto que sombró entre los com-
brada con su suegro Labán. Este le llamó Jegar
batientes un eclipse que convirtió repentinamente
Saadoutlia, es decir, montón del testimonio (tumu-
el día en noche. Habiéndose tomado este dato como
lum testis) y Jacob, Galaad ó monton del testigo
un punto seguro de apoyo para fijar la fecha, han
faeerbum testimoni), palabras todas que llevan
formádose cálculos que, en los autores citados por
consigo la idea de un recuerdo. Quizá éste fué tam-
Larelier, divagan dentro de un período de veinte
bién el primer pensamiento que condujo á la pirá-
y tres años, el cual sube hasta cuarenta en los nue-
mide y al obelisco á la ara, al altar y al templo, en
vos que ha tenido á la vista Miot.—Vease el lib. 1,
los cuales una generación más civilizada esculpió
cap. L X X I Y de la historia de Herodoto, con las no-
después con caracteres parlantes la memoria de los
tas de los comentadores que cito.
§ucesos.
S
vado por la historia, debemos concluir que pruebas que las producidas en el discurso
esa piedra es una inscripción. Pareciendo- de esta nota para fundar su exactitud y su
me reconocer algunas de esta clases en el autenticidad, ya se comparen con las que
Museo Nacional y en las estampas de las sirven de fundamento a los de las otras na-
Antigüedades mexicanas, publicadas p o r los ciones, ya se atienda al mérito intrínseco
señores Baradere y Saint Priest, las exa- de los monumentos mismos. El natural
miné con más detenimiento y me confirmé desdén con que vemos lo que es de recien-
en mis conjeturas:,habiéndolas sujetado te data; el desprecio con que hasta hace
después al crisol de la historia, me pareció poco se hojeaban nuestras antiguas histo-
también que no eran del todo indescifra- rias, que, en sentir de los tiranos de la li-
bles, y que una de ellas se podía adaptar á teratura, no eran más que una confusa
la época de las famosas victorias que alcan- hacina de absurdos, de delirios y de patra-
zó Moteuczoma II, de las cuales, como ya ñas; la admiración exclusiva por sólo lo
se lia visto, hacen mención Torquemada"y antiguo, en que hay más lujo que gusto, y
las pinturas aztecas. Sin embargo, no me más espíritu de imitación que amor al es-
he atrevido á producir este dato c o m o una tudio; en fin, esa crítico-manía intolerante
confirmación de mis pruebas, porque aun y vana que hace un siglo cortó el vuelo al
no he tenido tiempo para examinar las pie- más distinguido de nuestros arqueólogos,
dras con la detención y cuidado que de- habían sido los escollos en que se estrella-
mandan ; mas si aquel y la fortuna favore- ron los beneméritos investigadores de nues-
cieren mis investigaciones, daré al fin de tras antigüedades, que ni obtuvieron jamás
estas notas un ensayo sobre este ramo de protección, ni estímulo de los gobiernos
nuestra historia, que otros adelantarán y nacionales, y que cuaudo no temían ó su-
perfeccionarán con mejores datos y cono- frían su persecución, tenían que arrostrar
cimientos. con la sátira y con la burla de miserables
sabiondos.
Por lo demás no me parece que nuestros
El ilustre Barón cíe Ilumboldt, á quien
monumentos históricos necesiten de más
la historia mexicana debe tantos beneficios —En efecto, haciendo un estudio compa-
cuantos agravios ha recibido de los que rado de nuestras memorias históricas y de
han trillado su camino, fué el primero que las pinturas conservadas en esos códices,
á la sombra de su esclarecido nombre logró podremos adelantar mucho los conocimien-
fijar la atención del mundo culto sobre tos que poseemos sobre nuestras pueblos
nuestras antigüedades. Desde entonces co- primitivos, y aun restaurar en parte la
menzó á rozarse el breñoso, pero fecundo clave de esa escritura misteriosa que hoy
terreno, que las sepultaba en las entrañas debe considerarse perdida. Es sólo de sen-
de la tierra, entre la impenetrable maleza tir que el noble Lord, consultando más á
de los bosquea y bajo el polvo de los ar- su gloria y á la esplendidez de la edición,
chivos. El noble Lord Kingsborougli, á que á la utilidad pública, la haya hecho
quien debemos estimar y venerar como al tan magnífica y por consiguiente tan costo-
verdadero restaurador de las antigüedades sa, que la pone fuera del alcance aun de
mexicanas, ha librado todos esos monu- fortunas medianas. El único ejemplar que
mentos del olvido y de la destrucción, eri- yo sepa existe en México, se conserva en
giéndose á si mismo con la magnífica colec- el Museo Nacional, y según rne han dicho,
ción de pinturas mexicanas que ha publi- aunque el gobierno la compró de segunda
cado, un imperecedero monumento de su mano, todavía le costó un precio muy su-
ilustración y de su gloria. En ella se encuen- bido. Se dice que hoy ha bajado mucho
tran los célebres anales aztecas que forman éste, y sin embargo, el que se le fija aún
el asunto de esta nota, y que eu juicio del es demasiado alto para las mezquinas for-
Barón deHumboldt, son un monumento de la tunas de los muy pocos que en nuestro
mayor autenticidad y dignos de ser consulta- país podrían dedicarse á esta especie de es-
dos por todo el que quisiere emprender una tudios, en medio del torbellino revolucio-
historia clásica de los pueblos mexicanos. [38). nario que nos agita y nos devora. Y o he
reconocido con profundo pesar que cual-
quiera mediana protección por parte del
U S ] Vucs vol. 2 pég, §98,
— 386 -
— 387 —
gobierno, ayudada por la del público, bas- El señor Prescott nos propone aquí unos
taría para reproducir cou mayor utilidad, y de los problemas más interesantes y curio-
á un precio sumamente módico, esa intere- sos que presentan las ciencias políticas y
sante colección, mejorándola con el aumen- filosóficas, y que tiempo lia debían haber
to d é l o s originales que existen en nuestro resuelto nuestras sociedades literarias, aun-
Museo. Pero ésta es empresa que dudo lle- que no fuera más que por un motivo de
ve al cabo la generación actual. amor propio. Perplejo un momento el autor
entre la teoría y la práctica, entre su con-
vicción y sus afectos, toma al fin un parti-
do, y decide, pocas líneas después: que es
IMPOSIBLE que el pueblo acostumbrado á esas
NOTA SEGUNDA.
prácticas inhumanas, haga grandes adelantos
en la cultura moral é intelectual; y da la ra-
SACRIFICIOS HUMANOS Y ANTROPOFAGISMO zón ; porque ellas corrompen la naturaleza
D É L O S MEXICANOS. espiritual é inmortal del hombre, infun-
diéndole las ideas más abominables y de-
CAPITULO III página 5 7 . — C u a n - gradantes. Quedaba, sin embargo, por de-
do se recuerdan los usos repugnan- satar una grave dificultad, eu la reconocida
tes que hemos dado á conocer en civilización de los mexicanos; mas el autor
las páginas anteriores, se experi- la juzga enteramente resuelta con sólo ob-
servar : 1 ° , que la civilización de éstos no
menta gran dificultad en conciliar-
era propia, sino heredada de los tolteeas,
Ios con ninguna forma regular de que jamás mancharon sus altares, ni menos
gobierno, y en atribuirlos á un sus festines, con la sangre de los hombres:
pueblo adelantado en civilización: 2 ° , que si bien hicieron alguuos adelantos
sin embargo, los mexicanos tienen en aquella cultura, que puede llamarse
meramente material, habían qnedádose muy
justos títulos á este renombre.
— 386 -
— 387 —
gobierno, ayudada por la del público, bas- El señor Prescott nos propone aquí unos
taría para reproducir cou mayor utilidad, y de los problemas más interesantes y curio-
á un precio sumamente módico, esa intere- sos que presentan las ciencias políticas y
sante colección, mejorándola con el aumen- filosóficas, y que tiempo lia debían haber
to d é l o s originales que existen en nuestro resuelto nuestras sociedades literarias, aun-
Museo. Pero ésta es empresa que dudo lle- que no fuera más que por un motivo de
ve al cabo la generación actual. amor propio. Perplejo un momento el autor
entre la teoría y la práctica, entre su con-
vicción y sus afectos, toma al fin un parti-
do, y decide, pocas líneas después: que es
IMPOSIBLE que el pueblo acostumbrado á esas
NOTA SEGUNDA.
prácticas inhumanas, haga grandes adelantos
en la cultura moral é intelectual; y da la ra-
SACRIFICIOS HUMANOS Y ANTROPOFAGLSMO zón ; porque ellas corrompen la naturaleza
D É L O S MEXICANOS. espiritual é inmortal del hombre, infun-
diéndole las ideas más abominables y de-
CAPITULO III página 5 7 . — C u a n - gradantes. Quedaba, sin embargo, por de-
do se recuerdan los usos repugnan- satar una grave dificultad, en la reconocida
tes que hemos dado á conocer en civilización de los mexicanos; mas el autor
las páginas anteriores, se experi- la juzga enteramente resuelta con sólo ob-
servar : 1 ° , que la civilización de éstos no
menta gran dificultad en conciliar-
era propia, sino heredada de los tolteeas,
Ios con ninguna forma regular de que jamás mancharon sus altares, ni menos
gobierno, y en atribuirlos á un sus festines, con la sangre de los hombres:
pueblo adelantado en civilización: 2 ° , que si bien hicieron algunos adelantos
sin embargo, los mexicanos tienen en aquella cultura, que puede llamarse
meramente material, habían qnedádose muy
justos títulos á este renombre.
atrás eu los conocimientos abstractos y en
" sacrificio para aplacar la cólera de los
las ciencias puramente intelectuales res-
" dioses y aunque el rey siem-
pecto de los tezcocauos; cuyos sabios sobe-
" pre fué enemigo de este modo de servir y
r anos no admitieron los abominables ritos de los
" granjear á los dioses de los culhuas me-
aztecas, sino con grande repugnancia, ni prac-
" xk'tnis, hubo de hacerles muy grandes
ticaron sino en una escala mucho menor. El
" y solemnes sacrificios, y admitir su ado-
lector reconocerá que aquí los hechos son
" r.tción, que hasta entonces no lo había he-
la base fundamental de los raciocinios, y
" cho, ni permitido hacerles templos ningu-
que todos aquellos vienen á resumirse en
" nos; y así en esta ocasión dentro de sus
uno solo, presentado bajo de dos respec-
casas comenzaron á edificar los templos
tos, y con el cual se piensa dar la solución
" de los dioses mexicanos."
del enigma propuesto. Este hecho es la to-
tal ausencia de los sacrificios humanos en- Y o no alcanzo de Cuales de las palabras
tre los tultecas, y la repugnancia con que antes copiadas se pueda deducir que los
los toleraban los monarcas tezcocauos. Co- tultecas no practicaron los sacrificios hu-
mencemos por investigar si en efecto ha manos, y antes bien me parece que su con-
existido ese hecho, y después discutiremos texto mismo prueba lo contrario. L o más
su influencia. que, en mi juicio, podría inferirse de ellas,
era la aversión personal del rey á tales prác-
El señor Prescott lo da por inconcusa- ticas, y que inspirado por ésta no había
mente establecido en el siguiente pasaje querido conceder el derecho de ciudadanía
del cronista tezcocauo ( 1 ) . " Determinado á los dioses mexicanos, y en consecuencia
" el rey (Netzahualeoyolt) á poner un tér- ni erigirles templos; mas no se prueba, de
" mino á la insolencia d e s ú s enemigos, manera alguna, que tal fuera el espíritu
" reunió á los más sabios de la nación, los domiuaute de la nación, ni menos que en
" cuales le aconsejaron hiciera un solemne ella no estuviera radicado de antemano
aquel culto sangriento. Así lo convence lo
[!] Historia chicJiimcca, cap. 45. en la colección
lie M. a. del ífcrchivp general, yol. X U I
<Vue el mismo cronista tezcocano dice en el
final del propio capitulo, donde describien-
" batí á cierto artificio que llamaban Tetli-
do el templo que aquel rey edificó al Dios no
" monamiquian, que quiere decir, encuentro
conocido, advierte que lo maudó levantar
" de las piedras, y allí lo ponían en medio,
frontero y opuesto al mayor de Euitzilopox-
" de suerte que dos piedras con las esqui-
tli; del cual había hablado ya en el capítu-
" ñas se encontraban, y lo hacían allí pe-
lo 37, con su inseparable acompañamiento
" dazos, y después lo enterraban" (2).
de víctimas humanas. Concluyo de todo,
Si la identidad en los nombres propios y
que si la autoridad citada prueba algo, es
la analogía entre las prácticas religiosas
contra producentem,
pueden considerarse datos suficientes para
En otro de los escritos de este historia- deducir una comunidad de origen, parece
dor se encuentra un pasaje que confirma no cabe duda en que tauto el dios que ve-
todo lo expuesto, cou la circunstancia muy neraron los mexicanos bajo los nombres de
particular de referirse en su narración á Tlaloc, Tlaloctlamacazqui y Tlaloca-Tecuh-
las costumbres de los antiguos tultecas y tli, así como su culto, los tomaron de los
de darnos, según parece, el origen de una tultecas; y ésta es probablemente la divi-
de las prácticas cruentas de los mexicanos. nidad que en el manuscrito, antes citado,
" Aunque es verdad, dice, que estas gen- de Ixtlilxoclútl, se llama Tonacatecuhtli,
" tes ( l o s tultecas) fueron grandísimos quizá por un descuido del copiante. Con-
" idólatras, 110 sacrificaban hombres, ni fírmame en esta opinión lo que dice Tor-
" hacían los sacrificios supersticiosos que quemada sobre la antigüedad de su culto y
" los mexicanos, sino era á TLALOC, sacri- de su procedencia tulteca [ 3 ] , y lo que po-
" ficándole cada año einco 6 seis doncellitas
" d-e poca edad, sacándoles los corazones y (2) Relaciones, &e. B e l . 4, M.S.— Esta misma
" ofreciéndoselos, y sus cuerpos los ente- tradición, con algunos otros p o r m s m r e s , se encuen-
tra en Vevtia, Historia antigua de México-, cap. 27.
" rraban; y al Tonacaleculitli ciertos tiern- ( 3 ) Dicen que este dios Tlaloc, es el más antiguo
" pos del a ñ o : al más malhechor que hu- que hubo en esta tierra, después que se pobló de
las naciones que ahora la poseen De la an-
" biera cometido grandes delitos, lo lleva- tigüedad de este ídolo se averiguó ser del tiempo de
ciemos deducir del paralelo entre sus anti- " los indios mexicanos, que traen origen de
guos y modernos ritos, que, en medio de 11 los tollecas y acollnas, fnerón los más
sus alteraciones, conservan intacto su tipo "racionales y políticos de este nuevo mun-
primitivo. En efecto, el sacrificio de las ] " do, aunque los mas afectados en los ritos y
doncellitas de poca edad y el suplicio del de "ceremonias, con que daban culto á sus
lincuente, que los tal tecas ofrecían á Tía- " falsos dioses, por medio de cruentos sacri-
loe, tienen una exacta correspondencia con llficios" [•">]. Juzgando por ésta y las otras
la inmolación de niños y con el severo cas- autoridades, bien podemos decir que la ci-
tigo que infligían los mexicanos á los sa- vilización tolteca ya traía consigo el ger-
cerdotes culpables, en el mes destinado á men. cuando menos, de esas crueles insti-
la fiesta de la misma deidad ( 4 ) . Becerra tuciones que después fecundaron los mexi-
Tanco, que floreció en la época de Ixtliho- canos de una manera tan espantosa. Desde
ckitl y que p o r su instrucción en la lengua aquí comienza á palparse la insuficiencia
y en las antigüedades del país, adquirida del sistema que pretende hacer enteramen-
con treinta y dos años de ejercicio de cura te incompatible cualquiera especie de cul-
tura intelectual y moral con los sacrificios
de almas, debe reputarse como un juez
humanos, pues ya no se trata de la postiza
muy competente en la materia, favorece
y manea civilización de los mexicanos, sino
mis conjeturas. Encomiando las felices
de la de sus maestros los tultecas, que
disposiciones mentales de los indígenas.y
también los practicaban, y á los cuales con-
los rápidos progresos que hicieron los pri-
fiesa, no obstante, el señor Prescoü, gran-
meros alumnos del colegio establecido en
des adelantos en todos los ramos del saber
Tlaltelolco, d i c e : " D e que se infiere, que
humano.
9 n^B^^VW. V i «
contra la invasión cartaginense, uno de los trario, esas prácticas, con toda su horrible
motivos que más esfuerza para exaltar su deformidad, ministran la mejor prueba del
indignación, es que Anníbal liabia empren- adelanto progresivo en la cultura intelec-
dido hacer todavía más cruel y feroz el tual y moral, especialmente aquellas desti-
carácter ya ferino de sus soldados, hacién- nadas á ser una manifestación sensible del
dolos pasar los ríos por puentes formados dogma de la inmortalidad del alma.—No-
de cadáveres humanos, ¡ y lo que es aún sotros, que nos ponemos pálidos de horror á
más horrible! exclama el orador, ¡ ense- la simple idea de los sacrificios humanos y de
ñándolos á alimentarse de carne huma- la brutalidad de los antropófagos, dice el
na! ( 5 8 ) elocuente historiador del gobierno de la
Sea, pues, cual fuere el horror que en Providencia, ¿cómo podremos ser al mismo
el estado actual de cultura y suavidad de tiempo bastante ciegos é ingratos para desco-
nuestras costumbres nos inspire, ya no di- nocer que todos estos sentimientos los debemos
go la práctica, sino aun la mera idea de la á la ley de AMOR, que ha velado sobre noso-
antropofagia, abstengámonos de juzgarla y tros en nuestra cuna? ( 5 9 ) Esta ley, que el
condenarla por aquellas, y guardémonos, conde de Maistre llama de amor, es la mis-
sobre todo, de decidir que esos pueblos ma que bajo otra forma y por otros moti-
pertenecieron á una raza envilecida, inca- vos se ve dominar en todos los sistemas
paz de ninguna especie de cultura intelec- religiosos que han admitido los sacrificios;
tual ó m o r a l ; pues tal fallo sería' una ca- ya sea porque, c o m o observa Mr. Debret,
lumnia que desmiente la historia de la el que vierte la sangre humana sobre las aras
marcha del entendimiento humano, y un de los dioses, no está distante de bebería; ya
error que condénala sana filosofía. Al con- sobre todo, y aquí llamo la atención de mis
lectores, porque en todas esas religiones
se ha considerado c o m o una parte integran-
[581 Insuper dux ipse efferaUt poaíibus ae
m o h b u s e x humanorum corporüm strue í a e i e n d i s e t
( q u o d p r o l o q u i etiam pigetj vesci humanis cornoribus
docendo.— L i b . X X I I I , 5. d o ) Esclarecimientos & c , , cap. 2, pág. 193.
te y esencial del rito, la participación ó idea que se había formado de la virtud y
comunión de la hostia ó víctima inmolada santidad de la ofrenda, El escritor católi-
en los altares, no excluyéndose de ella sino co, repetidamente citado, explica así este
á los heridos por el anatema religioso. Esta fenómeno intelectual y moral: " Por una
creencia procedía de que todos los pueblos " continuación de las mismas ideas sobre
miraban esa hostia como cosa sagrada, por " la naturaleza y eficacia de los sacrificios,
ser ofrenda dedicada á la divinidad ( a ) y " veian también los antiguos alguna cosa
santificada por el sacrificio (b); en cuya " misteriosa en la comida del cuerpo y de
virtud bien podía decir de ella y de sus " la sangre de las víctimas. Esta contenia,
ritos, lo mismo que el ceremonial religioso " en su sentir, el complemento del sacrificio y
de los judíos decía de los suyos: lex hostia " de la unidad religiosa, de tal modo que
sancta sanctorum est. " los cristianos rehusaron por mucho tiem-
Si alguno replicare todavía que esas " po probar las carnes inmoladas, para que
prácticas siempre aparecerán á los ojos de " no se creyese que comiéndolas, recono-
la humanidad y de la razón, crueles, absur- " cian las falsas divinidades á que se ha-
das, ó como otros quieren, aun criminales, " bian o f r e c i d o ; porque lodos los que partí-
examínelas á la luz de la sana filosofía, y " cipan de una misma víctima son un mismo
reconocerá que ni ese crimen es del hombre, " cuerpo [I. Corinth. X , 17.] Mas esta idea
ni menos'prueba una degradación intelec- " universal de la comunion por la sangre,
tual ó moral de su especie. Ese crimen, " aunque viciosa en su aplicación, creo sin
dado caso que lo hubiera, lo sería exclusi- " embargo justa y profética en su origen,
vamente del tiempo; así como la forma " así como aquella de la cual deriva-
establecida para la participación del sacri- " ba [ 6 0 ] . "
ficio, fué inspirada por el sentimiento reli-
Pues bien, las mismas ideas, las mismas
gioso que la vió como inseparable de la
creencias y la misma voluntad que dirigía
dice servían para el arreglo de las fiestas, Me parece inverosímil la cultura que
cómputos astrológicos y redacción de los atribuye el señor Prescott á los mexicanos
anales, estaban formados bajo un sistema en la extracción de los metales, s u p o n i e n d o
tan complicado, que no me atrevo á entrar q u e s a c a b a n el o r o . el p l o m o , la p l a t a y el
en pormenores, temiendo fastidiar al lector. c o b r e , n o s ó l o d e la superficie de la tierra,
Ya he dicho en la nota anterior que la ta- sino de las vetas escondidas entre las sólidas
bla de indicciones contenida en la pág. 81, rocas, en las cuales, dice, abrían tan exten-
es enteramente inexacta, respecto de las sas galerías, que los restos de sus labores sir<
vieron de guía á ¡os}mineros mineros españo- de plata que aquí se encontró, indica que
les. Aunque el Barón d e H u m b o l d t ( 1 ) trae solamente beneficiarían la superficial ó la
algo de esto, no recuerdo que ninguno de suelta,"que suele encontrarse en bodoques,
los historiadores primitivos lo diga, y an- y que los mineros llaman nativa ó virgen.
tes bien encuentro datos bastantes para
creer lo contrario en la idea que nos da
Cortés de las minas de oro de Móteuczoma,
que mandó reconocer, y en la naturaleza
de las herramientas que usaban para su be- NOTA SEXTA.
neficio (2). Ambas noticias concuerdan
exactamente con las de B. Díaz, del P. Sa-
Jiagún ( 3 ) , y con lo que se practicaba en el LIBRO SEGUNDO
Perú ( 4 ) , donde todas las artes, y especial-
mente la minería, estaban mucho más ade- EXPEDICIÓN DE H E R N Á N C O R T E S . — S U S
lantadas que en México. La escasa cautidad INSTRUCCIONES.—ESPÍRITU Y CARÁCTER DE
LA EMPRESA.
N O T A S E P T I M A
N O T A S E P T I M A
«
lioy dos pesos y noventa y tres centavos. Su de las especies en que el señor Prescott lo
escolio nos lo dá la siguiente tabla compa- distribuye, solamente me produce:
rativa de la apreciación del tesoro.
Robertson, que lo valúa en 600.000 pesos Por 162.000 (pesos de o r o )
de oro, lo estima en £2.500.000, que redu- á razón de $ 2.93 cent., va-
cidas á nuestra moneda [ a ] son $11.500.000. lor del peso de oro 0.474.660
El señor Prescott, dividiéndolo en espe- Por 500.000 ducados á razón
cies, que no aprecia separadamente, lo es- de $ 2 . 2 4 , c e n t . , valor del
tima ad corpus, en £1.417.000. cuya re- ducado [ c ] 1.122.500
ducción hace él mismo [ 5 ] en $ 6.300.000. Por 5200 marcos de plata á
Apreciando y o separadamente cada una $8.2,suponiéndola de ley de
lid 4.125
[ a ) Para hacer esta reducción he seguido los cál- Líquido valor del tesoro.$ 1.601.285
culos del manual comercial, i n t i t ú l a l o : — L e secré-
iaire du comerce (edie. angl.-franc. de París, 1805,
en 8 o ; , que estima la £ en 2-1 fr. 40 cent., y el pe-
Hasta aquí me he atenido solamente á los
so español en 5 fr. 30 cent., un centavo menos del
cálculos seguidos por el señor Preseott; pe-
que le dan nuestros catecismos de aritmética; por,
cuya cuenta corresponden aproximadamente á la £ ro tenemos todavía un cuarto del cual no
en nuestra moneda, $ 4.3*/53 avo3 que he reducido á ha hecho caso, quizá por la brusca fran-
$. 4.G0 cent., para facilitar las operaciones y dar queza y atrevimiento del calculador. Este
mayor ensanche al cálculo.
( c ) No lie estimado el ducado como moneda ima-
(6J Por mis cálculos debían ser $ 6.518.2G0. pues ginaria, que valía 375 maravedís en plata, sino co-
el dollar de los Estados Unidos es por su ley y talla mo moneda efectiva de oro, ó excelente de la granada,
igual á nuestro peso. L a diferencia consistirá tal cuyo valor era el de los mismos 375 maravedís.—De
esta manera c r e c e el suyo en la nuestra, hasta los
v e z en que se le estime en más con respecto á la
diez y oclio reales escasos que le asigno, mientras
£ ; bien que el manual citado le fija en fr.el mismo que de la otra- solamente valdría muy poco más de
valor que el nuestro. catorce reales.
es el buen Bemal Díaz, quien dice (13), que existe bajo nuesiros piés, esperando hacer
después de cercenado el tesoro en un tercio nn dichoso; v el resto, decían los soldados
de su valor,—por parle de Cortés, de los ca- en el acampamento que se los había repar-
pitanes y otros que se lo tomaban y escondían, tido Cortés.—tomándose uno en payo, y otro
todavía produjo cuando se le metió en la en saco, é otro so el sobaco'^ 14]. _Según esta
balanza sobre seiscientos mil pesos de Oro, sin cuenta de partición, n o debía ser mucho lo
las joyas y tejuelos. Aprovechando, pues, partible e n t r e l o s c o m p a ñ e r o s ; y por ser tan
este dato del veraz historiador, por lo que poco, dice el citado historiador,muchos sol-
toca al valor del oro y plata, y tomando del dados hubo que, no lo quisieron recibir, y con
señor Prescott la suma relativa al de las todo se quedaba Cortés.... é otros _ hubo que
joyas, &c. expresada en ducados, tendremos tomaron sus partes\k cien pesos, y daban vo-
que el t e s o r o de Moteuczoma, aumentándo- ces por lo demás. U n año después salían hu-
le un tercio más por lo escondido y tomado, yendo los españoles llevando consigo algu-
valdría aproximadamente en pesos de oro nos caballos y tamemes cargados con el oro
900.000-¡-500.000 ducados, ó $3.409.000 del quinto r e a l : entre ellos iba una yegua
de nuestra moneda; y dando algo por lo morcilla, c o n d u c i d a del diestro por un page
escondido y tomado, llegaría á tres millones llamado Torrecicas, á quien el general ha-
y m e d i o ; suma enorme, si se recuerdan los bía e n c o m e n d a d o la eustodia de sus más
procedimientos imperfectos que empleaban preciosos tesoros. Ni el page ni la yegua
los mexicanos para extraer es tos metales, volvieron á parecer después del sangriento
y atendiendo á que por los usos á que los desbarato que s u f r i ó el ejército en frente
destinaban, más bien eran un objeto de lujo de la iglesia de San H i p ó l i t o ; y sin embar-
que un elemento de riqueza. go, los t e s t i g o s de la residencia ( 1 5 ) y la
¿ Y que f u é de tanta riqueza? ¿quién la
a p r o v e c h ó ! . . . . una buena parte de ella
(14) Bemal Díaz, cap. C V . — L o s testigos exami-
nados en l a res.deuaia dol conquistador afirman lo
f l 3 ) Cap. C I V , al fin. mismo.
(15) R e s p u e s t a 14 ¡i los Capítulos; y 9 en la de»
historia dicen que el oro que se perdió no es suprema, y para mí invencible. El lector
fué el de Cortés. formará juicio de ella por la impresión que
hizo en el viejo capitán la especie, cuando
la leyó en Gomara: él va á hablar en su
desaliñado, pero ingenuo lenguaje.—"Pues
" otra cosa peor dice el Gomara, que Cor-
" tés mandó secretamente barrenar los on-
N O T A O C T A V A .
" ce navios en que habíamos venido, antes
" f u é público, porque claramente, por conse-
" jo de todos los demás soldados, mandó dar
DESTRUCCIÓN DE LA FLOTA.
" con ellos al través, á ojos vistas, porque
" nos ayudase la gente de la mar que en
CAP. Ylll,pág 269. " ellos estaba, á velar y guerrear [cap.
" X V I I I . ] " — " Estando en Cempoal pla-
Sojuzgado el historiador por sus afectos, " ticando con Cortés en las cosas de la
se esfuerza en probar, contra el más autén- " guerra y camino para adelante, de plática
tico monumento de nuestra historia y con- " en plática le aconsejamos, los que éramos
tra todas las reglas de la crítica, que la ' sus amigos, qus no dejase en el puerto
destrucción de las naves fué obra de la so- " ningún navio, sino que luego diese al tra-
la voluntad de Cortés, ejecutada á escusas " vés con todos, y no quedasen ocasiones,
" porque eutre tanto que estábamos la tie-
de sus soldados. Cuesta trabajo, añaíe,
" rra adentro, no se alzasen otras personas
apartarse de la narración del honrado Bernal
" como los pasados (cap. L V I I I ) " Lo mis-
Díaz, que] dice fué destruida, no sólo con el
m ) repite á la vuelta de la f o j a y eu el ca-
conocimiento, sino aun con la expresa apro-
pítulo siguiente, sin dejarlo de la mano
bación del ejército. En efecto, la dificultad
en el resto de su historia, venga ó no á
ciar, del segundo testigo, SJ. S. del archivo gene- cuento, hasta el cap. 105, donde resumien-
ral.
historia dicen que el oro que se perdió no es suprema, y para mí invencible. El lector
fué el de Cortés. formará juicio de ella por la impresión que
hizo en el viejo capitán la especie, cuando
la leyó en Gomara: él va á hablar en su
desaliñado, pero ingenuo lenguaje.—"Pues
" otra cosa peor dice el Gomara, que Cor-
" tés mandó secretamente barrenar los on-
N O T A O C T A V A .
" ce navios en que habíamos venido, antes
" f u é público, porque claramente, por conse-
" jo de todos los demás soldados, mandó dar
DESTRUCCIÓN DE LA FLOTA.
" con ellos al través, á ojos vistas, porque
" nos ayudase la gente de la mar que en
CAP. Ylll,pág 269. " ellos estaba, á velar y guerrear [cap.
" X V I I I . ] " — " Estando en Cempoal pla-
Sojuzgado ei historiador por sus afectos, " ticando con Cortés en las cosas de la
se esfuerza en probar, contra el más autén- " guerra y camino para adelante, de plática
tico monumento de nuestra historia y con- " en plática le aconsejamos, los que éramos
tra todas las reglas de la crítica, que la ' sus amigos, qus no dejase en el puerto
destrucción de las naves fué obra de la so- " ningún navio, sino que luego diese al tra-
la voluntad de Cortés, ejecutada á escusas " vés con todos, y no quedasen ocasiones,
" porque eutre tanto que estábamos la tie-
de sus soldados. Cuesta trabajo, añaíe,
" rra adentro, no se alzasen otras personas
apartarse de la narración del honrado Bernal
" como los pasados (cap. L V I I I ) " Lo mis-
Díaz, que'jlice fué destruida, no sólo con el
m ) repite á la vuelta de la f o j a y en el ca-
conocimiento, sino aun con la expresa apro-
pítulo siguiente, sin dejarlo de la mano
bación del ejército. En efecto, la dificultad
en el resto de sa historia, v e n g a ó no á
ciar, del segundo testigo, SJ. S. del archivo gene- cuento, hasta el cap. 105, donde resumien-
ral.
do la curiosa cuenta de la partición leonina tan extraordinario y singular! ¡ O l v i d o s en
que hizo Cortés entre sus soldados del te- Bernal Díaz, que recuerda hasta las pintas
soro de Moteuczoma, pone la siguiente y lacras de los caballos, y que r e m a t a su
partida que copio con su g l o s a . — " Y demás historia c o u tres largos capítulos, d o n d e
" de esto dijo (Cortés), que se apartase memora á t o d o s los capitanes y la casi tota-
" del mismo montón (de oro y joyas), la lidad de l o s soldados, con sus n o m b r e s ,
" costa que había hecho Diego Yelázquez apellidos, patrias, señas personales, v i c i o s
" en los navios que dimos al través con ó virtudes, lugares donde se a v e c i n d a r o n
" ellos, pues, todos fuimos en ello ( a ) . ' y próspera ó adversa fortuna q u e tuvie-
Esa repetición fastidiosa de una misma ron!!! ¿ Y cuáles son esos contemporá-
idea; ese contiuuo retroceder sobre el mis- neos tan, competentes que le o p o n e el se-
mo asunto por parte de un testigo presen- ñor Prescott para contrapesar su testimo-
nio? . . . . ¿Cortés? Y o n o v e o e n el
cial, que todo lo vió y lo supo, añade tal
fuerza á la irresistible sanción de su testi- pasaje que el señor Prescott cita en su car-
monio, que uno no sabe qué pensar al oír la ta ( 1 ) , que él—hubiera declarado expresa-
solución con que se cree haber resuelto en- menteaZ emperador, que ordenó la destruc-
teramente la dificultad: — " E l veterano. ción de las naves sin c o n o c i m i e n t o de sus
" dice el señor Prescott, puede haber olvida- tropas: lié aquí sus palabras: <; creyendo
" do, por los muchos años que habían tras- " que si allí los navios dejase, se me alza-
currido alguna parte del suceso. .-..su solo « rian con ellos Utve manera, como
" y único testimonio, no puede contrapesar "so color que los dichos navios no estaban
•'al de todos sus contemporáneos, tan " para navegar, los eché á la c o s t a : por
" competentes como él para saber la ver- « donde todos perdieron la esperanza de
" dad del s u c e s o ! ! ! " ¡Olvido sobre " salir de la tierra; y yo hice un camino
hechos p r o p i o s ! . . , , ¡ Olvido en un suceso " más seguro y sin s o s p e c h a , " - Y a que en
( a ) Es decir, por hiber consentido todos en su " [ r T l ^ 1 § II, al fin; P*S- 41 ' e n la edÍC- de
destrucción, Lorenzana.
las palabras de Cortes, concordadas con las clarar en España el día 30 de Abril, fecha
de Bernal Díaz, más bien podríamos cimen- de su declaración ( 4 ) , como testigos pre-
tar una prueba contraria ¿ bailaremos por . senciales de aquel suceso.
ventura la favorable en las atestaciones ¿Cuáles son, vuelvo á preguntar, esos
judiciales de Montejo y de Porto Harrero, contemporáneos competentes? No los
que el señor Preseott cita en confirmación? hallo; mas sí noto que el señor Preseott
. . . . El autor estaba distraído ó preocupa- incurrió en otro olvido, cuando asienta que
do al producir en apoyo de su inteuto estos el testimonio de Bernal Díaz es el solo y
testimonios, que ó nada prueban, por el único que puede oponérsele, pues el cronis-
anacronismo que los nulifica, ó si prueban
ta Herrera dice exactamente lo mismo, con-
algo es contra producentem. Por las prime-
firmando además las sospechas, nada favo-
ras palabras de la citada carta de Cortés
rables, que desde entonces se despertaron
consta, que los procuradores Montejo y Por-
entre los soldados sobre la conducta de
to Carrero se embarcaron el día 16 de Julio
Cortés ( 5 ) .
de 1519; y por las notas añadidas al prin-
cipio y fin de la carta del ayuntamiento de [ 4 ] Veanse sus declaraciones en el vol. cit. de la
Veracruz ( 2 ) , aparece que no llegaron á Colección do Navarrete, y la de Puerto Carrero, en
el vol. II, pág. 442 de esta historia.
Valladolid de España, sino basta principios [5] " tuvo forma para que los soldados más
de Abril de 1520; es así que la destrucción " a f i c i o n a d o s que t e n í a s e lo pidiesen fia destruc-
" ción de las naves) y de ello se recibió auto por
de la flota se efectuó á los pocos días de la " ante escribano; aunque' luego se entendió que á
salida de los procuradores, y antes del 16 " esto le m o v í a otra astucia, que fué no quedar élso-
" lo obligado á la paga de los navios, sino que el ejer-
de Agosto ( 3 ) ; luego ellos no podían de- " cito los pagase. (Dec. I I , lib. V , cap. 14, al fin.—
. " Bernal Díaz; cap. L V I I I . ) " — L a justicia y la crí-
tica exigen se diga, que si esta mira entraba en sus
(2) Vease en la Colección de Documentos &c., combinaciones, no pasaría de u n o de aquellos cál-
de Xavarretc; y en las Disertaciones Históricas del culos que sabe formar el genio, para sacar provecho
señor Atamán, vol. 1. del fruto natural é inseparable de los efectos, que de
( 3 ) Carta y § eit. de Cortés, pág. 40.—Crónica do otra manera sería perdido; pero convertir en causa
Gomara, cap. 42 en Barcia, y 44 en la edic. del se- motiva un interés tan ruin, y suponer que por el se
ñor ©ustamante. agenciaba c o n el ejército la destrucción de la Ilota,
Si de las pruebas testimoniales pasamos " bau apoderarse de ese tínico navio queque-
á los argumentos de crítica, la causa em- 11 cíala, para ir á d e n u n c i a r á Velazquez
peora, ya por la baja ley de los producidos, " los proyectos de C o r t e s , y atraer sobre
ya, sobre todo, porque para darles valor lia " su cabeza todo el p o d e r y el o d i o de su
sido necesario desnaturalizar algunos he- " poderoso e n e m i g o . " S i e n d o ésta, pues,
chos históricos y despojar á un tercero de la verdaderamente d e s e s p e r a d a situación
su gloria, para engalanar á otro con sus en que se veía c o l o c a d o , ¿ c u á l era, pregun-
despojos. Esto se comprenderá mejor co- to, el úuic3 camino q u e , a u n q u e sembrado
nociéndose cuál era la verdadero situación de riesgos, siquiera l o alentara con una
de Cortés, que se puede retratar en muy remota esperanza,'ya que n o de dicha, á l o
pocas palabras. " H a b i a emprendido la ex- menos de salvación? ¿ A c a s o la vuel-
pedición sin permiso del g o b i e r n o : debia ta á Cuba? E s t o e r a caminar á una
" á Velazquez gruesas sumas, q u e n o p o d i a
muerte infalible. Perseguido como jefe
" ó no quería pagarle: rodeado y aun opri-
militar sublevado, notado como criminal
" mido p o r sus partidarios, que habían
reincidente, sospechado c o m o traidor, y
" suscitado varios alborotos y tramando
amenazado, cual lo había sido César, de
" sérias conspiraciones, en que se trataba
defender su causa ante j u e c e s subyugados
" nada menos que de apoderarse de losna-
por las picas y lanzas d e sus implacables
" vios y dejarlo abandonado entre pueblos
enemigos; el h o m b r e q u e después ha lle-
" enemigos, la necesidad lo f o r z ó á vejar-
nado el m u n d o con su f a m a , habría muer-
' ' los con dureza y á castigarlos sin mira-
to en Cuba en el l e c h o i g n o m i n i o s o de los
" m i e n t o s : en la última y más peligrosa
" de las conjuraciones, que costó la -vida á delincuentes vulgares, s i n despertar sim-
" algunos de los conspiradores, proyecta- patías, sin que nadie h o y tal vez conociera
su nombre.
¿Qué hacer, pues, en tan estrecho y duro
sería una torpeza que Cortés reclamaría justamente trance?....,.. JACTA ALEA ESTO, d i j o C é s a r
como una calumnia, y que repelerá la historia como
una extravagancia. á la orilla del R u b i c ó n , o p r i m i d o por una
situación del todo idéntica; y Cortés, que sonjeras proposiciones de paz ( 8 ) ; la incen-
eonocia su historia y sabía de eoro sus dió, en fin, á la vista de un ejército disci-
máximas ( 6 ) , echando una mirada hacia plinado y valiente que lo adoraba, lanzán-
México, donde vislumbraba un porvenir de dose con él á un país enemigo, atravesando
inmensa ventura y de inmarcesible gloria, comarcas desiertas y desconocidas, y sin
dijo también, como el Dictador romano: ta más mantenimientos que los necesarios pa-
suerte está echada; corramos á donde nos lla- ra vivir veinte días. Juliano, pues, era ente-
ma la voluntad de Dios y el odio implacable ramente dueño de sus acciones; en su sola
de mis enemigos. (7) voluntad estaba el avanzar ó retroceder,
¿ Y era ésta, acaso, la situación en que se siendo muy reparable y de tomarse en cuen-
encontraba el emperador Juliano cuando ta, que, conservando el puesto y aun retro-
incendió su flota, para que pudiera permi- cediendo, tenía mucho en que escoger y
tirse el señor Prescott, parangonarlas y ca- mucho que ganar, á la vez que avanzando,
lificarlas cual las califica! Juliano todo lo podía perder, inclusa la vida, que
incendió su flota después de la brillante tampoco s a l v ó ; y aunque el señor Prescott
jornada que lo hizo dueño del Tigris y lo dice todavía, q u e - " Gibbon ha demostrado
condujo triunfador" al pié de las murallas " satisfactoriamente que la flota incendiada
de Ctesiphon; después que había desechado " le habría sido de más daño que deprovecho
con inflexibilidad y con desprecio las más li- en el curso de las ulteriores operacio-
" n e s , " yo no concibo que conservándola,
pudiera sobrevenirle un daño mayor_que>l
[ 6 ] — y sobre ello dijo otras muchas compara-
ciones de hechos heroicos de los Romanos; y todos "Tsi Giblon, Hist. de la decadenee et de la chute
a ú n a l e respondimos, que haríamos lo que ordenase, de l'Empire R o m a i n ; cap. X X I V , vol. IV pop. 488,
que echada estaba la suerte de la buena ó mala
trad. de M. Guizot, París, 1828 m 8 ° . - E l historia-
ventura, como dijo Julio César sobre el ltubicon.
dor añade, que quizá Sopor no habría rehusado com-
(Bcrnal Diaz,rcap. L I X . )
prar su seguridad cou la mitad de su remo, contem-
[7J Eatur, ioquit, quo deoruni ostenta ct inimico- plándose feliz con la celebración de un tratado que
rum iniquitas vocat. Jacta alca esto.—[Sueton, in le permitiera declararse el fiel y sumiso aliado del
Cesar, 23.] conquistador romano.
que sufrió,"'pagando [su temeridad con la sobre otro h e c h o de data m u y anterior, y
vida y con la desgraciare su ejército. Pol- sin duda el más audaz y estupendo de l o s
lo demás, siento decir que Gibbon no ha em- conocidos; e l de Agatocles, q u e v i é n d o s e en
prendido la demostración que le atribuye la imposibilidad absoluta de contrarrestar-
el señor Prescott: aquel historiador califica la superioridad numérica del ejército carta-
de precipitada la conducta de Juliano, y re- ginés, que había invadido la Sicilia, se
sumiendo las opiniones contestes de los lanzó con u n puñado de valientes á las c o s -
contemporáneos y de otros capitanes é his- tas de la L i b i a , atravesando p o r la flota
toriadores, dice que todo el universo ha visto enemiga, p a r a hacer la guerra á los i n v e n -
su resolución como la más adecuada para com- cibles cartagineses dentro de Cartago m i s -
prometer su seguridad y hacer dudar de su mo. S u p o n g o que el señor Prescott n o re-
prudencia militar ( 9 ) . Pocos renglones des- cordaría este pasaje, pues á haberlo l e í d o ,
pués, como por pasatiempo, ó mejor dicho, creo que habría también descartado de sus
como quien defiende á un reo convicto pruebas el argumento de crítica que l e h a
buscando disculpas para atemperar una fal- parecido coucluyeute para atribuir á Cortés
ta que ha condenado corno juez, dice: —si solo, toda la gloria de su acción. " Este
<! fuera preciso justificar esta resolución, no " hecho t a u extraordinario, dice, q u e se
" faltarían algunas razones especiosas y tal " concibe suponiéndolo obra de la voluntad
" vez bastante sólidas, & c . " ; y á continua- " de un solo hombre, se hace increíble, c u a n -
ción expende las que el señor Prescott ha " do se presenta como el resultado del c o n -
calificado de una demostración satisfactoria. " curso d e muchas voluntades independien-
Nuestro historiador ha guardado silencio tes."—pues b i e n ; Agatocles, quien, si
mis recuerdos no me engañan, fué el pri-
[ 9 ] Gibbon, ubi supra, ; pág. 491.—"Juliano" pudo
" o b t e n e r felices sucesos si hubiera sabido, hacer mero que dió el más atrevido ejemplo á l o s
" uso de su ejército de mar y de tierra; pero'come- que después incendiaron sus flotas, e m p l e ó
" tió una falta que fué causa de su m u e r t e . — ( H i s -
" toire générale de Ick Marine, vol. I, cap. V I H , pdg. procedimientos tales, qne salvas las perso-
" 3 0 3 . París, 1744, i n 4 o . j " * nas y los menudos incidentes, uno podría
Ramírez.—66
leer en Diodoro de Sicilia el famoso episodio bre de Cortés, explicar su grande hecho
de la vida del conquistador de México, así c o m o un prodigio de su elocuencia y de su
como en Bemal Días, el respectivo del au- genio, que como el efecto de la interesada
daz tirano de Siracusa. Agatocles platicó y ruin superchería de un proscripto, que
primeramente el asunto con sus más ínti- viéndose perdido, trata de envolver en su
mos confidentes, y obtenido que hubo su ruina á amigos y enemigos por la esperan-
consentimiento, lo propuso á los demás en za de salvarse. En lo uno se ve fulgurar el
una animada arenga, en que habló á nom- genio, descollando lo grande y lo subli-
bre de la patria, de los dioses, del h o n o r ; me ; en lo otro no se halla más que la baje-
y aprovechando el primer rapto de entu- za y mezquindad de un vil bandido; y tal
siasmo que habían producido sus palabras, aparece Cortés, tal se revela su conducta,
empuñó la tea que, momentos después, dejó bajo la pluma apasionada de los que con
marcado con un montón de cenizas el lugar nadie quieren partir su inagotable fama, y
que antes ocupaban los bajeles ( 1 0 ) . No que rayando en injustos, por nimiamente
hay, pues, dificultad de ninguna clase para justicieros, despojan á unos oscuros, pero
dar asenso al cronista del ejército español, heroicos soldados, de su única aureola, para
cuyo testimonio, por la sola calidad de engalanar, y mejor se diría, encorosar. las
presencial, debería ser invulnerable á todo Sienes de su general. Y o , aunque descen-
argumento de razón. diente de la raza conquistada, devuelvo por
justicia al conquistador lo que el sabio his-
En cuanto á lo sustancial del hecho, na-
toriógrafo le cercena por afecto
da importa que Cortés hiciera, forzado por
la necesidad, lo que Agatocles y Juliano
acometieron, por pura audacia; y vista la
cosa á la luz de una razón despreocupada,
quizá es más honroso á la gloria y al nom-
partes para comparecer dentro de cien Cortés no ha podido extraer plata de las
años: relegóse, según dice el señor Pres- minas de Zacatecas. Uua inscripción con-
cott, al polviento archivo de Indias de Se- servada en la antigua capilla de los Reyes,
villa. Conocido, pues, el carácter político y de aquella ciudad, d e c í a : — " A ñ o 1546, día
judicial que por nuestras antiguas leyes " de la natividad de N 1 5 S 1 3 , á 8 de Sep-
tenía ese proceso, yo no solamente lo veo " tiembre, entré en estas minas, y o , Joan-
como un útil y precioso monumento histó- " nes de Tolosa, y año de 1548, día de S.
rico, sino que lo juzgo indispensable para " Sebastian, á 20 de Enero, entré y o , Bal-
el conocimiento del hombre íntimo, sin el " tasar Temiño de Buñuelos, en estas minas:
cual nunca podrá ser debidamente aprecia- " y en este mismo año, dia de San Bernabé, á
do su genio, ni justamente valorizadas sus " 11 de Junio, se descubrió la veta de San
acciones; muchas de las cuales aparecen " Bernabé, (pie fué la PRIMERA veta de plata
« que sedescubrió &c." (1). Cortés murió
en España el día 2 de Diciembre de 1547,
casi siete años después de liaber salido de
México por la última vez, y uno antes del
' M I S C E L A N E A .
descubrimiento de la primera veta de plata
en Zacatecas.
NOTA DECIMA.
Pág. 3G8.
'y-.
del monasterio de Santo Domingo; luego la den adaptarse al terreno de la plaza, y no
del Lic. Delgadillo y solares de San Fran- al más antiguo, ni al nuevo ó actual asien-
cisco estaban en el punto opuesto de la mis- to de San Francisco.
ma línea ó calle; y éste no podía ser otro, En este lugar, y no en un ángulo de la
según las tradiciones, sino el de la plaza. plaza, como dice el señor Prescott, estaba
Así lo confirma la acta de 22 de Febrero de la «asa de fieras de los reyes mexicanos.
1527, donde se encuentra la merced becba
á Pedro Meneses - " d e un solar en los que
" s e añadieron en la traza hacia el moneste-
" rio que se hace de Sanio Domingo, el cual
" es el quinto solar contando desde la es-
" quina de la calle que va DE San Francis-
" co al Tatilulco, en la calle que va DESDE
" allí á Santo Domingo en la misma acera
"del dicho monesterio."—Esta misma re-
dacción, sin otras] diferencias que las de
sustituir las palabras cate por hacia, y sex-
to por quinto, se usó en la merced de Ber-
nardino de Santa Clara, que sigue á conti-
nuación, añadiéndose que su solar lindaba
con el de Meneses. De] esta conformidad
de contexto y de sus] términos, deduzco la
confirmación relativa al punto de la iibica-
ción, que me parece muy claramente deno-
tado por las "preposiciones DE y DESDE que
denotan simultáneamente un punto de par-
tida y una línea de dirección, que sólo pue-
INDICE.
Fi ss.
M I - C & O l E L J U M A D O fello-
~~ ^ tí- J*