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jacques lacan 1 COMENTARIO HABLADO SOBRE LA VERNEINUNG DE FREUD En primer lugar, debo agradecer al doctor Lacan Ja insistencia qu ha puesto en que les presente yo este articulo de Freud, porque me proporcioné Ja oportunidad de una noche de trabajo; y de trey el hijo de esa noche ante ustedes.' Espero que encontrar indulgen a los ojos de ustedes. El doctor Lacan tuvo la amabilidad de enviarme el texto alemin con el texto en francés. Hizo bien, porque creo que — no habria entendido absolutamente nada en el texto francés, si no hubiera tenido el texto aleman2 4 No conocia yo ese texto. Es de una estructura absolutamente ex: traordinaria, y en cl fondo extraordinariamente enigmatica. Su cons truccién no es en modo alguno una construccién de profesor. Es uni ‘onstruccién del texto a la que no quiero lamar dialéctica, para fi abusar de la palabra, pero extremadamente sutil. Y me ha impueste ntregarme con el texto alemin y con el texto francés (cuya traduc ién no ¢s muy exacta, pero en fin, en comparacién con otras, bas ante honesta) a uma verdadera interpretacién. Y es esa interpret — idn Ja que voy a darles. Creo que es valida, pero no es la nica posh le y merece cicrtamente discutirse. Freud empicza por presentar el titulo Die Verneinung. Y me do cuenta, descubriéndolo después del doctor Lacan, de que vald 4s traducirlo por “la denegacién”. Del mismo modo, encontraran ustedes empleando més all4 etwas m Uricil verneinen, que es no la negacién de algo en el juicio, sino a especie de desjuicio.# Creo que, a todo lo largo de este tex! “Je Vapporte l'enfant d’une nuit d'Idumée.” [y. 1.] [“Te taigo el Wi una noche de Idumea”; se trata del primer verso de un soneto de Mi mé. s.] La traduccidn francesa de la Verneinung de Freud aparecié en el t Wy . 2, del digano oficial de la Sociedad Psicoanalitica de Paris, 0 sea ef 4, bajo el titulo de “La negacién”. El texto alemdn aparecié primero 1g0, 1X, en 1925, y ha sido reproducido en varias recopilaciones de obi Freud. Se lo encontraré en G. W., x1v, del que es el segundo artla 11-15 [“La negacién”, A. x1x, pp. 253-257]. nntido bastante indicado por Ja frase que sigue, prosiguiendo sobre irteilung, es decir la condenacién a la que ella designa como equi 12) de la represin, cuyo propio no debe ser tomado como una f un certificado de origen comparable al made in Germany impr in. objeto. [J. L] 860 COMENTARIO DE JEAN HYPPOLITE SOBRE LA “VERNEINUNG” ya actitud de habra que distinguir entre Ja negacién interna al juici actitud d egeon aa de otro modo no me parece comprensi is Er texto francés no pone de relieve el estilo extremadamente con- creto, casi divertido, de los ejemplos de denegacién en los que Freud toma su punto de partida. Este en primer lugar, que contiene una proyeccién cuyo papel podran ustedes situar facilmente siguiendo los anilisis realizados en este seminario, y en el que el enfermo, digamos el psicoanalizado, dice a su analista: “Va a pensar usted seguramente que quiero decirle algo ofensivo, pero no es realmente mi intencién.” “Comprendemos”, dice Freud, “que se trata del rechazo de la idea que acaba precisamente de emerger por medio de la proyeccién.” “Me he dado cuenta en la vida corriente de que cuando, como sucede a menudo, queremos decir ‘no quiero por cierto ofenderle con lo que voy a decir’, hay que traducir por ‘quiero ofenderle’. Es una voluntad que no escasea.” Pero esta observacién ‘Ieva a Freud a una generalizacién Ilena de audacia, y en la que va a plantear el problema de la denegacién en cuanto que podria ser él origen mismo dé la’ inteligencia. As{es“toimo compréndo el articulo en’ toda su densidad filosdfica. Asimismo da el ejemplo de aquel que dice: “He visto en mi suefio a tal persona. Se pregunta usted quién puede ser. No era indudable- mente mi madre.” En cuyo caso, la cosa es clara, puede uno estar seguro de que es cfectivamente ella. Gita también un procedimiento cémodo para uso del psicoanalista, pero asimismo, dirfamos nosotros, de cualquiera, para obtener una claridad sobre lo que ha sido reprimido en una situacién dada. “Di- game lo que le parece, en esta situacién, que debe considerarse como lo mis inverosimil de todo, lo que para usted esta a cien mil leguas.” Y el paciente, y también en nuestra opinién cl consultante ocasional, el del salén o de Ja mesa, si se abandona a la trampa y dice en efecto lo que le parece mas increible, eso es lo que habré que creer. Tenemos pues aqui un anilisis de procedimientos concretos, genera- lizado hasta encontrar su fundamento en un modo de presentar lo que se es en el modo del no serlo. Pues es exactamente eso lo que lo constituye: “Voy a decirle lo que no soy; cuidado, es exacta- mente lo que soy.” As{ es como Freud se introduce en la funcién de la denegacién y, para ello, emplea una palabra..con. 1a, cual no he podido evitar sentirme familiarizado, la palabra Aufhebung, que, como ustedes saben, ha tenido fortunas diversas; no me toca a mi decirlo. .. LACAN. Claro que sf, ¢a quién sino a usted le tocarfa? nyepouttz. Es la palabra dialéctica de Hegel, que quiere decir_a la vez negar, suptiitiir’y conservar, y en el fondo levantar. En Ja rea lidad, “puede ser la Aufhebung de una picdra, 0 también la cesacién de mi suscripcién a un periddico. Freud aqui nos dice: “La denega- cién es una Aufhebung de Ia represién, pero no por ello una acepta- Génde lo reprimido.” Aqui empieza algo verdaderamente extraordinario en el anilisis COMENTARIO DE JEAN HYPPOLITE SOBRE LA “VERNEINUNG” de Freud, por lo cual se desprende de esas anécdotas, qui podido creer que no eran mds que eso, un alcance filosdl gioso que voy a tratar de resumir dentro de un momento, Presentar_el propio. s« jo.el_modo de no serlo, de | que se trata yerdaderamente en esa Aufhebung dé Ja rey “noes una aenace dé Io reprimido. El que habla “dice: jue_no soy.” No habria~ya~aqui represién, si représioi onmene que es. spunea ‘Pero la repredt cuanto a lo esencial,4 bajo la forma dé la no-aceptacions™ “Aqui Freud va a conducitfios a través dé un proceso de sutileza filos6fica, que nuestra atencién desaprovecharia grosel si dejase pasar en la irreflexién de su uso corriente la ob a la que va a apegarse Freud de que “aqui_Jo intelectual. lo afectivo"’. Pues hay verdaderamente, en la manera en que va a tr descubrimiento profundo. Diré, levando adelante mi hipétesis, que para hacer un ani lo intelectual, no muestra cémo lo intelectual se separa de lo sino cémo lo intelectual es esa especie para la que no seria inconveniente en un Jénguaje un poco bf el término sublimacién.5 Tal vez lo que nace aqui es el pensar como_tal; pero esto _no fe tenido haya sido” “do por una denegacién, Saree eee noon eine pido excusas pero el doctor Lacan es aqui mi aval de semejante nee al final de un capitulo de Hegel, se trata de sustituir la negati verdadera a ese apetito de destruccién que se apodera del di que se concibe aqui bajo un modo profundamente mitico mut que psicolégico, sustituir, decia, a ese apetito de destruccién qu apodera del deseo y que es tal que en el resultado extremo de la | primordial en que se afrontan los dos combatientes ya no habtd f para comprobar la victoria o la derrota del uno o del otro, una f cién ideal. La denegacién de que habla Freud aqui, en la medida en diferente de la negacién ideal en que se constituye lo que es inte tual, nos muestra precisamente esa especie de génesis cuyo vestigh el momento de concluir, nos designa Freud en el negativismo caracteriza a ciertos psicdticos.6 Y Freud va a darnos cuenta de lo que diferencia a ese momet la negatividad, siempre hablando m{ticamente. ‘“Bei Fortbestand des Wesentlichen an der Verdringung” (G, p. 12) [A. x1x, p. 254]. *Pensamos dar algtin dia a este término su estricta definicién analista —cosa que todavfa no se ha hecho [J. 1./1955). Promesa después (1966). ie allgemeine Verneinungslust, der Negativismus mancher P ist wahrscheinlich als Anzeichen der Triebentmischung durch Aba bidindsen Komponenten zu verstehen” (G. W., xiv, p. 15) [A. x1x, py 2

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