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CASACIÓN

CAS. Nº 336-2006 (El Peruano 01/02/2007)


CAS. Nº 336-2006-LIMA. Nulidad de acto jurídico. Lima, veintiocho de agosto de dos mil
seis. La Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la República, en la causa
vista en audiencia pública de la fecha emite la siguiente sentencia; MATERIA DEL RECURSO:
Se trata del recurso de casación interpuesto por la demandante Luzmila Montes Gamarra,
contra la sentencia de vista de fojas quinientos dieciocho, su fecha seis de junio del dos mil
cinco; que declara Nula la apelada de fojas doscientos cuarenticinco, fechada el seis de
diciembre del dos mil, que declaraba Fundada la demandada, en los seguidos por Luzmila
Montes Germina contra el Banco Continental y otros sobre nulidad de actos jurídico y otro;
FUNDAMENTOS DEL RECURSO: La Corte mediante resolución de fecha ocho de mayo del
año en curso, ha estimado Procedente el recurso por las causales de: i) inaplicación de los
artículos ciento cuarenta inciso primero, doscientos diecinueve inciso primero, trescientos
quince y dos mil doce del Código Civil; y, ii) aplicación Indebida del artículo dos mil catorce del
mismo Código; expresando la recurrente como fundamentos: i) Inaplicación: que en la
sentencia de vista no se ha tenido en cuenta los artículos ciento cuarenta inciso primero,
doscientos diecinueve inciso primero, trescientos quince y dos mil doce del Código sustantivo,
puesto que en la constitución de la hipoteca no ha intervenido la sociedad conyugal la cual
para gravar sus bienes requiere de la intervención de ambos, lo que no ha ocurrido en autos,
ya que no ha Intervenido la actora; que la información de que la fábrica sobre el terreno sub
júdice es de propiedad de la sociedad conyugal ya constaba de la misma declaratoria inscrita
cuatro años antes de la hipoteca, no modificando esta situación el hecho de que con
posterioridad a la hipoteca se inscriba una aclaración expresa sobre el estado civil; ii)
Aplicación indebida: que la Sala Revisora ha aplicado indebidamente el artículo dos mil
catorce del Código Civil, dado que el principio de fe pública registral no opera cuando las
causas de nulidad constan del mismo registro; y esto se presente en el presente caso desde
que en la misma Ficha del Inmueble sub júdice aparece inscrita no solo la fábrica a nombre
de la actora y del codemandado, sino también un Contrato de Mutuo con Garantía Hipotecaria
del treinta de junio de mil novecientos ochentiséis otorgada a la actora y el codemandado, que
sirvió precisamente para construir la casa; así como la correspondiente cancelación del mutuo
levantamiento de hipoteca; CONSIDERANDO: Primero.- Que, este Supremo Tribunal en
reiterada y uniforme jurisprudencia ha establecido que, de acuerdo a la Ley y a la doctrina, la
naturaleza jurídica de la sociedad de gananciales es la de un patrimonio autónomo e indivisible
que goza de garantía institucional, integrado por un universo de bienes, en el que no existen
cuotas ideales las cuales son propias al Instituto jurídico de copropiedad o condominio;
Segundo.- Que, en efecto, tos bienes gananciales o sociales son aquellos que adquieren los
cónyuges a titulo común, lucrativo u oneroso; durante la vigencia del matrimonio, de
conformidad con los artículos trescientos diez y trescientos once del Código Civil y tiene fin
cuando el régimen de sociedad de gananciales fenece, de acuerdo a los artículos trescientos
diecinueve y trescientos veintitrés del mismo Código; distinguiéndose de la copropiedad,
en tanto esta se define como el dominio de un bien tenido en común por varios sujetos, quienes
son titulares de cuotas ideales en Igual proporción respecto del bien; Tercero.- Que, en ese
orden, de acuerdo al artículo trescientos diez, in fine, del citado Código, tienen también la
calidad de bienes sociales los edificios construidos a costa del caudal social en suelo propio
de uno de los cónyuges, abonándose a este el valor del suelo al momento del reembolso;
Cuarto.- Que, en tal virtud, para disponer bienes sociales o gravarlos, se requiere la
intervención del marido y la mujer, salvo que uno de ellos dé poder al otro para ese efecto, de
acuerdo el articulo trescientos quince del Código Civil, por lo que están prohibidos los actos
de disposición unilateral de bienes inmuebles o los bienes muebles registrables sin
intervención de ambos cónyuges; de modo tal que si, contraviniendo dicha norma, se practica
actos de disposición de bienes sociales por uno solo de los cónyuges se incurra en la causal
de nulidad absoluta de acto jurídico prevista en el articulo doscientos diecinueve inciso primero
del Código Civil, por falta de manifestación de voluntad de los titulares del dominio del bien y
por ser contrario a las leyes que Interesan el orden público según articulo V del Título
Preliminar del Código Civil; Quinto.- Que, ahora bien, además del derecho de familia, nuestro
Código Civil ha contemplado también en su Libro IX, el Derecho Registral, el mismo que
descansa en el principio de la fe pública registral la cual responde a la necesidad de asegurar
el tráfico patrimonial, cuyo objeto consiste en proteger las adquisiciones que por negocio
jurídico efectúen terceros adquirientes y que se hayan confiados en el contenido del registro;
para ello, la ley reputa exacto y suficiente el contenido de los asientos regístrales, vale decir,
la Ley ha preferido la seguridad jurídica que produce el efecto erga omnes de las inscripciones
regístrales; de tal modo que el contenido y alcance de las normas regístrales deben ser
armonizadas con las disposiciones del derecho de familia; Sexto.- Que, entonces,
continuando con el fundamento de la fe pública registral, se tiene que, en consonancia con
dicho propósito, se contempla, entre otros, los principios de publicidad y legitimación;
recogidos en los artículos dos mil doce y dos mil trece del Código Sustantivo, en cuyas virtudes
se presume de modo jure et de jure que toda persona tiene conocimiento del contenido de las
inscripciones, y de modo juris tantum que dicho contenido se presume cierto y produce todos
sus efectos, mientras no se rectifique o se declare judicialmente su Invalidez; Sétimo.- Que,
otro de los pilares del derecho registral es la buena fe con que actúa el usuario de los Registros
Públicos; es así que el artículo dos mil catorce del Código Civil; que regula el principió de
Buena Fe Pública Registral, establece claramente que el tercero que de buena fe adquiere a
título oneroso algún derecho de persona que en el registro aparece con facultades para
otorgarlo, mantiene su adquisición una vez inscrito su derecho, aunque después se anule;
rescinda o resuelva el del otorgante por virtud de causas que no consten en los registros
públicos; dispositivo que concluye señalando que “La buena fe del tercero se presume
mientras no se pruebe que conocía la inexactitud del registro”; lo que significa que la
presunción de buena fe del tercero adquiriente puede ser quebrada acreditando el interesado
que el referido tercero, pese a lo que informaba el Registro, conocía por otros medios, que
dicha información era inexacta y perjudicaba un futuro acto jurídico; Octavo.- Que, en tal
virtud, armonizando ahora las disposiciones de Derecho de familia y registrales precitadas se
concluye: i) que aun cuando el terreno o la fábrica o ambos hayan sido de propiedad de una
sociedad conyugal si en los Registros Públicos aparece inscrito solo a nombre de uno de los
cónyuges con estado civil de soltero, el adquiriente de algún derecho respecto del referido
bien o bienes de parte de la referida persona, conserva su derecho una vez que inscriba este
así se anule, rescinda o resuelva el del otorgante, lo que significa que con mayor razón el título
del adquiriente no puede ser objeto de nulidad ni de cualquier declaración de Ineficacia; ii) que
la precitada conservación de derechos del adquiriente desaparece si se acredita, ya sea por
la misma información que aparece en los Registros o cualquier otro medio válido, que dicho
adquiriente tomó conocimiento o se encontró en la aptitud de conocer sobre el real estado civil
del otorgante y de la naturaleza del bien o bienes que aparecen a su nombre, haciéndose
acreedor el título del tercero de la declaración de nulidad y en la extensión que corresponda
conforme a los artículos doscientos diecinueve y doscientos veinticuatro del Código Civil;
Noveno.- Que, como puede apreciarse, definido el marco interpretativo y aplicativo de las
normas pertinentes, el tema se traslada el escenario fáctico; el mismo que es ajeno al presente
recurso de casación no solo porque dicho punto no es materia de este especial medio
impugnatorio dado los fines asignados al mismo por el artículo trescientos ochenticuatro del
Código Procesal Civil, sino también porque la sentencia de vista no resuelve el fondo de la
pretensión sino que consiste en una resolución nulificante, que ordena a su vez que el a quo
dicte nueva sentencia a fin de que determine cuestiones fácticas relacionadas a la
construcción del inmueble y su aclaratoria registral; por tanto; no se configuran los errores
jurídicos denunciados; debiendo desestimarse el recurso, de conformidad con el artículo
trescientos noventisiete del Código Procesal Civil; estando a las consideraciones que
preceden; declararon: INFUNDADO el recurso de casación interpuesto a fojas quinientos
treinticinco por Luzmila Montes Gamarra, en consecuencia NO CASARON la resolución de
vista de fojas quinientos dieciocho, su fecha seis de junio del dos mil cinco; CONDENARON
a la recurrente al pago de las costas y costos del recurso, así como a la multa de dos Unidades
de Referencia Procesal; ORDENARON la publicación de la presente resolución en el diario
oficial El Peruano; en los seguidos por Luzmila Montes Gamarra con el Banco Continental y
otros sobre Nulidad de Acto Jurídico y otro; y los devolvieron.

SS. ROMÁN SANTISTEBAN, TICONA POSTIGO, CARRIÓN LUGO, PALOMINO


GARCÍA, MIRANDA CANALES
CAS. Nº 111-2006 (El Peruano, 31/01/07)
CAS. Nº 111 2006-LAMBAYEQUE. Lima, treinta y uno de octubre de dos mil seis. La Sala
Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República, vista la causa ciento once
dos mil seis, con los acompañados, en audiencia pública de la fecha y producida la votación
con arreglo a ley, emite la siguiente sentencia: 1. MATERIA DEL RECURSO: Se trata del
recurso de casación interpuesto por Aldo Antonio Zeballos Picco contra la resolución de vista
de fojas cuatrocientos veintidós, su fecha catorce de noviembre del año dos mil cinco, que
revocando la sentencia apelada que declaraba fundada la demanda y declaraba nulo el acto
jurídico y el contrato de garantía hipotecaria contenido en la escritura pública del diez de
agosto del año mil novecientos noventa y ocho, así como el documento que lo contiene, con
lo demás que en ella contiene; y reformándola declara infundada la demanda en todos sus
extremos. 2. FUNDAMENTOS POR LOS CUALES SE HA DECLARADO PROCEDENTE EL
RECURSO: Esta Corte por resolución de fecha veinticuatro de enero del dos mil seis ha
estimado procedente el recurso de casación por las causales previstas en los incisos 2 y 1 del
artículo 386 del Código Procesal Civil: a) Inaplicación del artículo 315 del Código Civil, ya que
teniendo conocimiento el Banco, que la demandada Monnsy de Fátima Chong Arrunátegui
tenía la condición de casada, requería necesariamente para la constitución de la hipoteca de
su intervención, en su calidad de cónyuge; por lo que, al haberse celebrado un acto jurídico
de gravamen respecto de un bien inmueble social, sin la intervención conjunta de los
cónyuges, no resulta oponible la publicidad registral por el conocimiento previo de la
inexactitud del registro; b) Aplicación indebida de los artículos 2012, 2013 y 2014 del Código
Civil, pues al momento de la celebración del acuerdo hipotecario no concurrían “los elementos
objetivos ni subjetivos de la buena fe registral como es la exactitud registral y la buena fe”
(sic), pues al tenerse conocimiento de la situación jurídica de casada de la demandada, se
desvanece la presunción juris tantum del artículo 2014 del Código sustantivo; asimismo,
señala que los magistrados no han reparado que existe inexactitud en el registro, esto es,
discordancia entre el registro y la realidad jurídica. 3. CONSIDERANDO: Primero.- Que, la
inaplicación de una norma sustantiva se presenta cuando el juzgador, luego de haber
identificado los hechos del caso, al momento de buscar la subsunción, no logra identificar la
norma pertinente, por lo que no la aplica. Segundo.- Que, se ha denunciado la inaplicación
del artículo 315 del Código Civil, buscando con ello en el fondo, tal como lo estableció la
sentencia de Primera Instancia, establecer que en los de autos se está ante un supuesto de
nulidad del acto jurídico, y así, buscar que el banco beneficiario con la garantía hipotecaria, al
conocer de la naturaleza social del bien inmueble hipotecado, no se beneficie con la publicidad
registral. Tercero.- Que, tanto en la doctrina como en la jurisprudencia se ha discutido sobre
el supuesto de hecho previsto en el artículo 315 del Código sustantivo, siendo que con esta
Sentencia Suprema, se procede a variar criterios anteriormente establecidos, a fin de concluir
que, el supuesto previsto en la referida norma sustantiva no recoge un supuesto de nulidad
del acto jurídico, sino uno de ineficacia, el mismo que origina que el acto jurídico cuestionado
no sea oponible al patrimonio de la sociedad de gananciales. Cuarto.- A mayor abundamiento,
conforme lo establece el artículo 292 del Código Civil, la sociedad conyugal se encuentra
representada por los dos cónyuges, la misma que además debe ser ejercida de manera
conjunta; atendiendo a ello, el artículo 315 del Código en mención establece que, para
disponer o gravar un bien social se requiere de la intervención de ambos cónyuges; supuesto
que no descarta la posibilidad que uno de ellos pueda otorgar poder al otro, posibilidad legal
que se encuentra recogida tanto en el artículo 315 como en el artículo 292 del Código glosado,
lo cual lleva a concluir que, la presencia de ambos cónyuges en un acto de disposición o
gravamen, no supone un requisito de validez del acto jurídico, sino supone una adecuada
legitimidad para contratar. Quinto.- Es decir, la intervención de ambos cónyuges supone dar
cumplimiento a un requisito de eficacia denominado legitimidad para contratar, el cual implica
el “poder de disposición que tiene el sujeto en relación a una determinada situación jurídica”
(Massimo Blanca. “Diritto Civile”. Tomo tres. II Contralto. Giuffré Editore. Milán, mil novecientos
noventa y ocho. Páginas sesenta y cinco sesenta y seis). Tal supuesto resulta plenamente
reconocido por nuestro sistema jurídico, ya que el mismo puede ser encontrado también en el
artículo 161 del Código Civil, a propósito de los efectos realizados por el denominado falsus
procurator. La diferencia con el caso materia de autos es que, en la celebración del contrato
de constitución de garantía hipotecaria, la demandada doña Monnsy de Fátima Chong
Arrunátegui se presentó ante el Banco demandado como única propietaria del bien inmueble
y además declarando su calidad de soltera. Sexto: Siendo así, atendiendo a que se ha
demandado la nulidad de un acto jurídico, la norma sustantiva materia de análisis, al no
recoger un supuesto de nulidad, no resulta aplicable a los autos, por lo que esta primera
denuncia debe ser desestimada. Sétimo.- En cuanto a la aplicación indebida del artículo 2012
del Código Civil, tal dispositivo recoge el denominado principio de publicidad, en virtud al cual
se presume que toda persona tiene conocimiento de las inscripciones, sin admitirse prueba
en contrario. Al respecto se aprecia que tal norma resulta pertinente a los de autos, al recoger
un principio registral necesario de ser analizado ante el pedido de nulidad de un acto jurídico
inscrito, por tanto, esta denuncia también debe ser desestimada. Octavo.- En cuanto a la
denuncia de aplicación indebida del artículo 2013 del Código Civil, esta norma recoge el
denominado principio de legitimación, en virtud al cual, el contenido de las inscripciones se
presume cierto, mientras no se rectifique o se declare judicialmente su invalidez. Conforme se
aprecia de su texto, tal dispositivo recoge un mecanismo de seguridad a favor de quienes
contratan en base a la información registral, pero, ofrece una protección relativa, ya que en
caso se demostrara la inexactitud del registro, respecto de quien contrató en base a su
información, el efecto de la invalidez o ineficacia le alcanzará también al adquirente. A fin de
establecer su contenido de manera concreta, se debe apreciar que, aquel que contrata
basándose en la información registral y luego inscribe su derecho, goza de una protección
relativa (dada la presunción iuris tantum contenida en el dispositivo materia de análisis),
debiendo indicarse también que el hecho de la inscripción registral no implica la desaparición
de las causales de invalidez o ineficacia en las que se pudiera encontrar el acto jurídico en
cuestión. Noveno.- Conforme se aprecia, esta presunción resulta aplicable a los autos, en la
medida en que la situación jurídica existente entre el Banco demandado y quien ha otorgado
en garantía un inmueble viene siendo cuestionada, manifestándose así la presunción relativa,
pues de determinarse el supuesto de nulidad que se ha denunciado, sus efectos alcanzarán
al Banco demandado, dado que respecto de él no se rompe la “cadena de arrastre de la
nulidad”; empero, conforme se ha expuesto, al haberse demandado la nulidad del acto jurídico,
y al no haberse declarado esta, la aplicación del artículo 2013 del Código Civil en nada va a
afectar el sentido de la decisión final, entonces, esta denuncia también debe ser desestimada.
Décimo.- En cuanto a la aplicación del artículo 2014 del Código Civil, esta norma recoge el
denominado “principio de buena fe registral”, en virtud al cual, a diferencia del supuesto
anteriormente analizado, al tercero registral se le otorga una protección absoluta, de tipo jure
et de jure, es decir, donde no cabe prueba en contrario, principio que beneficia a un sujeto
particular al que se le denomina tercero registral, quien para recibir tal calificación y protección
debe encontrarse dentro del supuesto de hecho de la norma en análisis, lo cual supone
establecer: a) Que exista una adquisición válida a título oneroso; b) Que la adquisición del
derecho se haya realizado, de persona que aparece en el registro con facultades para
otorgarlo; c) Que exista buena fe en el adquirente, es decir, que ignore los motivos de nulidad,
rescisión o resolución que afectan el contrato antecedente en el que confía el tercero; d) Que
no debe constar en el Registro Público las causales de nulidad o ineficacia del contrato
antecedente; y, e) Que el tercero haya inscrito su título. Undécimo.- Conforme se desprende
de lo establecido en el artículo 2014, el tercero registral al que hace referencia la norma, es el
sujeto de derecho que no interviene, es decir que no es parte, en el acto jurídico que es materia
de anulación, rescisión o resolución. Este supuesto no ocurre en los de autos, ya que es el
recurrente quien argumenta que el acto de gravamen realizado por su cónyuge no se
encuentra amparado bajo el principio de la fe pública registral, pero, tal acto de gravamen es
específicamente aquel cuya validez viene siendo cuestionada en autos; de manera que, el
Banco demandado no es tercero registral bajo los alcances previstos en la norma bajo análisis;
siendo así, dado que la aplicación del artículo 2014 del Código Civil, según alcances que se
le ha dado, en nada va a afectar el sentido de la decisión final, entonces, esta denuncia
tampoco debe ser estimada. Duodécimo.- Que, conforme a los argumentos expuestos, el
recurso de casación debe ser declarado infundado, frente a lo cual este Supremo Tribunal no
pude dejar de apreciar que, el acto de constitución de hipoteca, materia de nulidad fue
constituido por doña Monnsy de Fátima Chong Arrunátegui, a fin de garantizar las deudas que
tuviera la firma Diseños Exclusivos Sociedad Responsabilidad Limitada, la misma que
mantiene una deuda de dieciséis mil novecientos doce dólares americanos con el Banco
demandado (según mandato de ejecución de fojas cuarenta y dos del expediente
acompañado), lo cual dio lugar al inicio de un proceso de ejecución de garantía, conforme se
advierte del expediente acompañado; apreciándose también que, en tales autos, a fojas ciento
veintinueve, la firma Diseños Exclusivos Sociedad Responsabilidad Limitada, se ha
apersonado a tal proceso, actuando representada por su Gerente, don Aldo Antonio Zeballos
Picco (cónyuge de doña Monnsy de Fátima Chong Arrunátegui y demandante en los de autos),
advirtiéndose también que, a fojas doscientos noventa y cuatro del referido expediente, se ha
dispuesto la suspensión del proceso de ejecución, en virtud a la tercería de propiedad
interpuesta por doña Liliana Carmen Julia Márquez Mori, quien ha señalado haber adquirido
el inmueble sub litis antes de la constitución de la hipoteca; lo expuesto se indica para efectos
de advertir que, conforme al artículo 109 del Código Procesal Civil, las partes tienen el deber
de proceder con veracidad, probidad, lealtad y buena fe en sus intervenciones en el proceso.
4. DECISIÓN: Por las consideraciones expuestas; estando a lo establecido en el artículo 397,
398 y 399 del Código Procesal Civil: declararon a) INFUNDADO el recurso de casación
interpuesto por don Aldo Antonio Zeballos Picco, mediante escrito de fojas cuatrocientos
treinta y dos; en consecuencia NO CASAR la resolución de vista de fojas cuatrocientos
veintidós, su fecha catorce de noviembre del año dos mil cinco, emitida por la Primera Sala
Civil de la Corte Superior de Justicia de Lambayeque. b) CONDENARON a la parte recurrente
al pago de las costas y costos originados en la tramitación de este recurso, así como al pago
de multa de una Unidad de Referencia Procesal; en los seguidos con Banco Santander (hoy
Banco de Crédito del Perú) y otra, sobre nulidad de acto jurídico. c) DISPUSIERON la
publicación de la presente resolución en el diario oficial El Peruano, bajo responsabilidad;
interviniendo como Vocal Ponente el Dr. Miranda Canales, y los devolvieron.
SS. SÁNCHEZ PALACIOS PAIVA, SANTOS PEÑA, MANSILLA NOVELLA, HERNÁNDEZ
PÉREZ, MIRANDA CANALES

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