You are on page 1of 8

TEMA:

ANÁLISIS DE LA SENTENCIA EXPEDIENTE N° 02092-2012-HC/TC


Caso andahuaylazo

ELABORANDO:
 María Luisa Genoveva Conga Palomino.
 Diana Rusmalda Paulino Chumpitaz.
INTRODUCCION
Con fecha 17 de octubre del 2011, doña Isabel Paiva Zarate interpone demanda sobre Proceso
de habeas corpus a favor de don Antauro Igor Humala Tasso, cuya pretensión la dirige contra
los magistrados de aquel entonces, integrantes de Sala Penal Permanente de la Corte Suprema
de Justicia de la Republica doctores Villa Stein, Rodríguez Tineo, Pariona Pastrana, Neyra Flores,
Calderón Castillo y Santa María Morillo, vocal dirimente, alegando la vulneración del debido
proceso, tutela jurisdiccional efectiva, al juez natural, a la debida motivación de las
resoluciones judiciales y la libertad individual.
El Señor Juez del Trigésimo Cuarto Juzgado Penal de Lima, admite a trámite la demanda, y
confiere traslado a los Magistrados demandados; absolviendo la demanda el Procurador
Público del Poder Judicial a cargo de los asuntos judiciales; seguidamente, se recibe las
declaraciones de los magistrados demandados, quienes afirman que la sentencia cuestionada
ha sido expedida respetando las normas constitucionales, normas del derecho penal sustantivo
y procesal, respetando el derecho a la debida motivación de las resoluciones judiciales, previo
análisis de los medios probatorios acopiadas a lo largo del proceso; El señor Juez de la causa,
con fecha 30 de Noviembre del 2011, expide sentencia declarando infundada la demanda, por
considerar que las resoluciones judiciales cuestionadas han explicado por qué el hecho
imputado al favorecido encuadra en el tipo penal de rebelión y no configuran el derecho de
insurgencia y por qué los delitos de secuestro, homicidio, daños, sustracción de armas, los
tratan en forma independiente al delito de rebelión, asimismo, la Sala Penal de Vacaciones para
procesos con reos en cárcel de la Corte Superior de Justicia de Lima, confirmó la sentencia
apelada, al considerar que el favorecido fue juzgado por concurso real de delito; por lo que
correspondía que se siga el proceso ordinario, la competencia del juzgado fue determinada por
la Corte Suprema y los magistrados que intervienen lo hicieron conforme a ley; ante esta
decisión jurisdiccional, el recurrente interpone el recurso de agravio constitucional reiterando
los fundamentos de su demanda, señalando que la sentencia de la Sala Superior el proceso de
Habeas Corpus no se pronunció respecto a la vulneración del derecho a la debida motivación
de las resoluciones judiciales y no analizó idóneamente las afectaciones al derecho debido
proceso.
LAS VULNERACIONES MATERIA DE DISCREPANCIA EN LA SENTENCIA DEL TRIBUNAL
CONSTITUCIONAL EN EL CASO DE ANDAHUAYLAZO (Exp. Nº 02092-2012-HC/TC)
Las vulneraciones de derechos que argumentaron en la demanda sobre Proceso de Habeas
Corpus, fueron: el debido proceso, tutela jurisdiccional efectiva, al juez natural, a la debida
motivación de las resoluciones judiciales y la libertad individual.
La primera vulneración alegada fue el debido proceso 1, con el argumento de que la sentencia
de fecha 23 de Junio del 2011, expedida por la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema de
Justicia de la República, con el voto dirimente de fecha 6 de setiembre del 2011 y la resolución
de fecha 6 de setiembre del 2011 con cuatro votos conformes de los magistrados demandados,
se condenó al favorecido por la comisión de los delitos: Contra los Poderes del Estado y Orden
Constitucional, en la modalidad de Rebelión; Contra la Vida, el Cuerpo y la Salud, en la
modalidad de Homicidio Simple; de Sustracción o Arrebato de Arma de Fuego; de Secuestro y
Daños Agravados (R.N. Nº. 890-2010); acotando refiere que los hechos que dieron origen a
dicha condena se suscitaron durante los días 1 al 4 de enero del 2005, en el que se realizó un
alzamiento armado, dirigido por el favorecido y acompañado por doscientos miembros del
“movimiento etnocacerista”, en el que se exigía la renuncia del entonces Presidente de la
1
Tenemos pues al debido proceso como un principio jurídico procesal o sustantivo según el cual cualquier persona tiene derecho a
cierta gama de garantías mínimas, las cuales tienden a asegurar el resultado justo y equitativo dentro de cada proceso efectuado,
y a permitir a las personas tener la oportunidad de ser oídas y así hacer valer sus pretensiones frente a cualquier juez o autoridad
administrativa. (Ver Art. 29 inc. 1º Constitución Nacional de Colombia)
República, don Alejandro Toledo Manrique. En esta acción se tomó el local central de la policía
en Andahuaylas; por lo que, a partir del 1 de enero del 2005, el Gobierno decretó el Estado de
Emergencia en el Departamento de Apurímac. Añade que los móviles de dicho alzamiento
fueron netamente políticos, siendo así, debió aplicarse el artículo 45 de la Constitución Política
del Perú2; también alega que no correspondía que se establezca concurso ideal, ni concurso
real de los delitos comunes, y ende, le correspondía el procedimiento sumario y no ser
procesado por el procedimiento ordinario.
Evaluando la postura de la recurrente es totalmente errónea, para demostrar este aserto,
definamos primero que es un proceso, es un medio para asegurar en la mayor medida posible,
la solución justa de una controversia 3; asimismo, la definición de un debido proceso es “el
conjunto de requisitos que deben observarse en las instancias procesales” 4, teniendo estas
definiciones concretas, podemos evaluar los fundamentos fácticos y jurídicos del Recurso de
Agravio Constitucional, así como, la sentencia, sobre el particular, compartimos los argumentos
esgrimidos por el Colegiado del Tribunal Constitucional, al exponer que los delitos de Rebelión
y Sedición, están sujetos al procedimiento sumario conforme preceptúa el Decreto Legislativo
Nº 124, consecuentemente, la vía procesal para los fines de la investigación judicial seguida
contra el favorecido, le correspondía el de sumario y no asía la vía ordinaria; sin embargo, el
Colegiado del Tribunal Constitucional, expuso que la determinación del tipo penal seguido, es
un aspecto propiamente de la jurisdicción ordinaria que no le compete revisar a la justicia
constitucional, bajo esta premisa, consideramos que es correcto la improcedencia de esta
supuesta vulneración, en estricta observancia de lo dispuesto en el inciso 1º del artículo 200 de
la Constitución Política del Estado, concordante con los artículo 5º y 25º de Código Procesal
Constitucional, en vista de que la naturaleza de este proceso constitucional está amparado el
habeas corpus como también cuando se declara improcedente, es proteger la vulneración o
afectación de una libertad individual, aspecto que no se cuestiona con esta vulneración
alegada.
En la segunda vulneración referida a la tutela jurisdiccional efectiva, Jesús Gonzales Perú, nos
dice que el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva es el derecho de toda persona a que se le
“haga justicia”; a que cuando pretenda algo de otra, esta pretensión sea atendida por el órgano
jurisdiccional, a través de un proceso con mínimas garantías 5. Teniendo en cuenta esta
definición, se analiza los fundamentos de la demanda de habeas corpus y Recurso de Agravio
Constitucional; aspectos que no han sido apreciadas adecuadamente por el Colegiado del
Tribunal Constitucional, empero, de acuerdo al criterio del Doctor Aníbal Quiroga León 6,
podemos inferir que se cumplió con las previsiones constitucionales, tal como lo establece
artículo 139 inciso 14 de la Constitución Política del Perú, toda vez que el favorecido fue
informado inmediatamente sobre los motivos de su detención y estuvo asesorado por un
abogado defensor de su elección.

2
“El poder del Estado emana del pueblo. Quienes lo ejercen lo hacen con las limitaciones y responsabilidades que la Constitución y
las leyes establecen. Ninguna persona, organización, Fuerza Armada, Policía Nacional o sector de la población puede arrogarse el
ejercicio de ese poder. Hacerlo constituye rebelión o sedición”.
3
Elizabeth S. Cristina Blanco, “el derecho al debido proceso en la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos”, Editorial Universidad del Rosario, Edición 2012, Pág. 2.
4
Corte IDH. Garantías Judiciales en Estado de Emergencia (arts. 27.2, 25 y 8 Convención Americana sobre Derechos Humanos).
Opinión Consultiva OC-9/87 del 6 de octubre de 1987, párrafo 27.
5
Víctor Roberto Obando Blanco, “Derecho a la tutela jurisdiccional efectiva en la jurisprudencia”, Editorial Palestra Editores, Edición
marzo 2001, Pág. 69.
6
“Al abordar el concepto de tutela jurisdiccional efectiva que, “la tutela del proceso se realiza por imperio de las previsiones
constitucionales para evitar que el legislador ordinario instituya leyes procesales de modo tan irrazonables que, debido a bruscos
cambios de la coyuntura política, virtualmente impida a las partes la defensa de sus derechos y a los jueces el cumplimiento de su
función jurisdiccional”- (Víctor Roberto Obando Blanco, “Derecho a la tutela jurisdiccional efectiva en la jurisprudencia”, Editorial
Palestra Editores, Edición marzo 2001, Pág. 65).
En la tercera vulneración está relacionado al Juez Natural, al respecto se asevera que
mediante Resolución de fecha 4 de noviembre del 2005, la Sala Penal Permanente de la Corte
Suprema de Justicia de la República, Transferencia de Competencia Nº 28- 2005-APURIMAC,
declaró fundada la petición de transferencia de competencia incoada por el Procurador Público
encargado de los asuntos judiciales de Ministerio del Interior y dispusieron que el proceso
penal contra el favorecido sea transferido al Juez de Lima, quien inicialmente conoció del
proceso, aplicando retroactividad de la ley Nº 28482, de fecha 3 de abril del 2005, que puso en
vigencia los artículos 39, 40 y 44 del Código Procesal Penal. El Tribunal Constitucional, resolvió
amparándose en el Expediente 0290-2002-PHC/TC, que cuestiona la legitimidad de las Salas y
Juzgados Penales Especiales; sin embargo, en este proceso el Tribunal señaló que “la
predeterminación de la competencia que exige el Juez natural no impide la entrada en vigencia
de normas que modifiquen la competencia del órgano jurisdiccional con posterioridad al inicio
del proceso, siempre que se trate de órganos investidos de jurisdicción antes del inicio del
proceso y que la norma en cuestión revisa criterios objetivos y generales, de modo tal que no
se busque atentar la imparcialidad del órgano jurisdiccional, tal como prescribe la ley 28482 7.
Es frecuente encontrar en la doctrina y en la jurisprudencia referencias al “juez natural” o “juez
predeterminado por la ley”8 como si ambas categorías tuviesen el mismo significado.
Históricamente sabemos que no es así, pues si bien la segunda tuvo su origen en la primera, en
estricto no nos remiten a lo mismo. La idea del juez natural surge en el juzgamiento de los
fueros, ya que un clérigo, un militar o un ciudadano corriente, ante faltas cometidas, debían ser
juzgados por alguien que fuera “natural” a ellos; es decir, otro clérigo, otro militar u otro
ciudadano respectivamente. En cambio, la idea del “juez predeterminado por ley” surge ante el
reforzamiento del principio de legalidad en la gestación de los estados, o sea que debía juzgar
quien estaba habilitado por la ley para ello, sin tomar en cuenta necesariamente vinculaciones
de tipo personal.
Nuestro Tribunal Constitucional también hace uso de ambas categorías prescindiendo de sus
distinciones originarias. A continuación veremos algunos casos en que se sometió a civiles al
juzgamiento por parte de tribunales militares y que, a juicio del Tribunal, contravinieron lo
estipulado por la Convención Americana.
De acuerdo con el inciso 3º del artículo 139º de la Constitución Política del Estado, toda
persona tiene derecho al juez natural, por lo cual “ninguna persona puede ser desviada de la
jurisdicción predeterminada por la ley, ni sometida a procedimiento distinto de los
previamente establecidos”.
Asimismo dicho derecho es garantizado por el artículo 8.1 de la Convención Americana de
Derechos Humanos, que señala que toda persona tiene derecho “a ser oída, con las debidas
garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e
imparcial establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación
penal formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden
civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter.
De conformidad con la IV Disposición Final y Transitoria de la Constitución Política del Estado,
los derechos y libertades reconocidos en la Constitución deben interpretarse de conformidad
con los tratados internacionales en materia de derechos humanos suscritos por el Estado
Peruano. Tal interpretación, conforme con los tratados sobre derechos humanos, contiene,
7
“Se advierte que la citada norma establece la posibilidad de modificar la competencia sobre la base de criterios objetivos,
habilitando la transferencia de manera excepcional, con el único fin de salvaguardar el éxito del proceso”.
8
Para Almagro Nosete Juez legal o natural son expresiones que hacen referencia al juez autentico, es decir, aquel juez cuya
imparcialidad está asegurada, dentro de lo humanamente posible, por garantías (independencia, inamovilidad, responsabilidad)
establecidas con carácter general, para mantener la exclusiva sumisión del juez a la ley en el enjuiciamiento y decisión del caso -
(Placido Fernández - Viagas Bartolomé, El Juez natural de los parlamentos, Editorial Civitas Ediciones, Primera edición 2000, Pág.
54.).
implícitamente, una adhesión a la interpretación que, de los mismos, hayan realizado los
órganos supranacionales de protección de los atributos inherentes al ser humano y, en
particular, el realizado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, guardián último de
los derechos en la Región.
En casos similares, a lo alegado en la demanda del proceso hábeas corpus, dicha Corte
Interamericana ha señalado que “toda persona sujeta a un juicio de cualquier naturaleza ante
un órgano del Estado deberá de contar con la garantía de que dicho órgano sea competente,
independiente e imparcial”.
El derecho a un juez competente garantiza, que ninguna persona pueda ser sometida a un
proceso ante autoridad que carece de competencia para resolver una determinada
controversia.
Este fue el criterio del Tribunal Constitucional en el caso de Alfredo Crespo Bragayrac (Exp. Nº
0217-2002-HC/TC) en el que se declaró fundado el hábeas corpus y, por consiguiente, nulo el
proceso seguido ante la justicia militar, ordenando la remisión del proceso a la Corte Superior
de Justicia de Lima. Con este mismo criterio se ha resuelto, en los casos de Jorge Cartagena
Vargas (Exp. Nº 218-02-HC/TC) y Juan Carlos Quispe Gutiérrez (Exp. Nº 1261-2002-HC/TC).
En el caso de Andahuaylazo, pareciera que se vulneró el principio de juez natural, porque para
aquel entonces se promulgó la Ley Nº 28482, que ponía en vigencia los artículo 39°, 40° y 41°
del Código Procesal Penal, que regula la competencia del Juez; amparándose en esta norma, el
Tribunal Constitucional, considera que no se afectó el principio al juez natural, bajo el
argumento de porque los magistrados cumplen su función en base a la ley.
En la cuarta vulneración está referida a la debida motivación de las resoluciones judiciales 9, la
recurrente alega que la sentencia cuestionada no se encuentra motivada porque se ha omitido
toda referencia al artículo 45 de la Constitución Política de Perú. Añade que la sentencia
condenatoria, ha debido establecer los criterios por los cuales las tesis de la defensa es errado
o equivocada; para evaluar estos argumentos es necesario tener en consideración los
siguientes conceptos:
El concepto de motivación, se refiere a la justificación razonada que hacen jurídicamente
aceptable a una decisión judicial. En el ordenamiento peruano se encuentra prescrito en el
Inciso 5º del artículo 139 de la Constitución Política del Estado, que señala que son principios y
derechos de la función jurisdiccional “la motivación de las resoluciones judiciales en todas las
instancias (…) con mención expresa de la ley y los fundamentos de hecho en que se sustentan”.
Una sentencia judicial debe sustentarse en una motivación fundada en derecho, es decir, que
vaya en concordancia con el derecho y los valores y principios consagrados en el ordenamiento
jurídico. Por ello es que, como señala Colomer, podemos solicitar o exigir al juzgador
razonabilidad y racionalidad en su decisión10, así como establecer determinados criterios que
los jueces deben tomar en cuenta al momento de motivar una sentencia.

9
La Sala de Derecho Constitucional y Social Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la República en la Casación Nº 1347-
2010, de fecha 15 de agosto de 2012, ha precisado que el principio del debido proceso contiene el derecho a la motivación escrita
de las resoluciones judiciales que garantiza el derecho de obtener de los órganos judiciales una respuesta razonada, motivada y
congruente con las pretensiones oportunamente deducidas por las partes en cualquier clase de proceso; indicando, asimismo, que
la exigencia de que las decisiones judiciales sean motivadas en proporción a los términos del inciso 5 del artículo 139 de la
Constitución Política del Estado garantiza que los jueces cualquiera sea la instancia a la que pertenezcan expresen el proceso lógico
que los ha llevado a decidir la controversia, asegurando que el ejercicio de la potestad de administrar justicia se haga con sujeción
a la Constitución y a la ley, pero también con la finalidad de facilitar un adecuada ejercicio del derecho de defensa.
10
COLOMER, Ignacio. Op. Cit., p. 158
Que, en el presente caso, no vulneró la motivación en la sentencia cuestionada, porque no se
advierte la inexistencia de motivación o motivación aparente 11, falta de motivación interna de
razonamiento, deficiencias en la motivación externa, la motivación insuficiente, la motivación
sustancialmente incongruente; en consecuencia, consideramos que el Tribunal Constitucional
ha resuelto conforme a ley.
LOS PROBLEMAS SUSTANTIVOS Y PROCESALES, EN LA SENTENCIA DEL TRIBUNAL
CONSTITUCIONAL, EN EL CASO DE ANDAHUAYLAZO (Exp. 02092-2012-HC/TC).
Los problemas sustantivos que a plena luz se dio en la sentencia materia de hábeas corpus y
que trajo mucha conmoción política entorno a la sociedad, pues viéndolo de una manera
racional, el hermano del Presidente de la República del Perú, estaba a punto de su
excarcelación, dando a lugar que se plantee muchas preguntas respecto a que si era un
favoritismo político por ser hermano del Presidente de la República, sin embargo, de acuerdo a
nuestra Constitución Política del Estado, contemplado en el artículo 118 , establece que "es
obligación del presidente de la República cumplir y hacer cumplir las resoluciones judiciales",
en estricta observancia de esta norma constitucional, el mandatario tiene que respetar la
decisión del Tribunal Constitucional y hacerla que se cumpla; ahora, desde otro punto de vista,
el favorecido en la demanda interpuesta por la recurrente no fundamentó hechos
contundentes de una vulneración de la libertad individual ya que en su fundamentación se
basa que el Tribunal determine en que vía debe llevarse el proceso, aspectos que no es su
propia atribución; asimismo, que los otros delitos cometidos se subsuman ante el delito de
Rebelión; que el juez natural tenía que abocarse al conocimiento del hecho y no otra
jurisdicción distinta, finalmente, a que no hubo una debida motivación en la resolución;
teniendo en cuenta ya lo mencionado, pues tenemos que basarnos que si el hecho que se
suscito, hubo una afectación o vulneración en el debido proceso, tutela jurisdiccional, entre
otros; como hemos estando analizando dichas vulneraciones al inicio del ensayo; acorde a lo
regido por nuestra constitución política del estado 139 inciso 3 y así mismo en la Convención
Interamericana de Derecho Humanos en el artículo 8.1 y 25; solo se pudo percatar de estos
problemas sustantivos que se dio en esta demanda de Habeas Corpus.
El problema procesal que reviste la sentencia es más evidente que la situación de los votos, los
votos singulares y discordantes, ante esta, situación llamaron a otro magistrado dirimente;
cabe señalar que los magistrados de voto singular decidieron porque se declarare fundada la
demanda de habeas corpus, porque se sustenta en el principio de igualdad, no se juzgó de
igual manera al favorecido Antauro Humala Tasso, que los demás denunciados o procesados,
ya que a estos solo se les tipificó el delito de Rebelión y no así los otros delitos; en cambio al
favorecido se le procesó por todos los delitos; evaluando el principio de igualdad 12, se tiene
que se juzga a las mismas personas por igual, ya que todos deberían ser juzgados y
sentenciados por la misma condición que el otro, pues se trata de un proceso que tiene
innegable connotación política y lo que está en discusión es si los cometidos fueron delitos
comunes o hubo problemas de sedición, de rebelión; si eso es así, la pena que se le impuso
sería excesiva. Pero aun si el tribunal declarara favorable el hábeas corpus, no a podría poner
en libertad (de Antauro), sino que la Corte (Suprema) evalúe. Para los demás casos del
"Andahuaylazo" la Corte falló que se configuraron los delitos de sedición y rebelión.

11
El Tribunal Constitucional en la sentencia expedida en el expediente Nº 01939-2011-PA/TC de fecha 08 de noviembre de 2011,
precisa que existe motivación aparente cuando una determinada resolución judicial si bien contiene argumentos o razones de
derecho o de hecho que justifican la decisión del juzgador, éstas no resultan pertinentes para tal efecto, sino que son falsos,
simulados o inapropiados en la medida que en realidad no son idóneos para adoptar dicha decisión.
12
La exigencia del derecho a la igualdad en la aplicación de la ley, pretende que no se pueda recibir de un mismo órgano de justicia
un pronunciamiento diferente respecto de otras en una situación análoga o semejante. Se afecta el contenido constitucional
protegido cuando se aplica diferenciadamente la ley basado en el capricho o subjetivismo del juzgador.
Dejando de lado ese aspecto en la sentencia que se ganó por el voto dirimente no se pronunció
en ese sentido, sino más bien se vio la vulneración de lo pedido por la recurrente, ya que la
sentencia se encuentra debidamente motivada por las causales que se sentenció al favorecido;
lo cual se considera que es lo correcto.
Cabe destacar que, por la forma como se ha resuelto (voto singular), ante todo, por la demora
en resolver el caso en el Tribunal Constitucional, nos hace presumir que hubo una presión
política en el sentido de que salga fundada la demanda.
JURISPRUDENCIA REFERENTE A LA SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL EN EL CASO
DE ANDAHUAYLAZO (Exp. 02092-2012-HC/TC)
EXP. Nº0032-2005-PHC13, que en la resolución materia de recurso de agravio constitucional, no
se ha vulnerado ninguno de los derechos denunciados.
En el Exp. N° 001377-2007-PHC/TC también se pronuncia respecto a la Resolución de la Sala
Penal permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República N° 28-2005 Apurímac, de
fecha 4-11-2005, respecto a la alegada afectación al derecho al Juez natural, derecho,
declarando infundada la demanda al considerar respecto de la ley N° 28482 (que establece la
posibilidad de modificar la competencia). En consecuencia existiendo jurisprudencia uniforme
al respecto, el TC siguiendo esa línea o razonamiento concluye que, no se ha acreditado la
afectación del derecho al Juez natural reconocido.
DISCONFORMIDAD EN LA SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL EN EL CASO DE
ANDAHUAYLAZO (Exp. 02092-2012-HC/TC)
Coincidimos parcialmente con la decisión del Tribunal Constitucional, de haber declarado
IMPROCEDENTE la demanda de Habeas Corpus, ya que los argumentos de mi postura estas
plasmadas en el ensayo, por cuanto, la sentencia del TC se encuentra sustentada en la
Constitución Política del Estado y norma supranacional; existiendo únicamente mi divergencia
en el extremo del voto singular sobre el principio de igualdad, porque el favorecido no ha sido
juzgado de la misma manera que a los demás procesados.
CONCLUSIONES
Tomando en cuenta todo lo expuesto en este ensayo, es pertinente señalar que en nuestra
Constitución Política del Perú, el debido proceso y la tutela jurisdiccional efectiva están
consagradas en el artículo 139 inciso 3; la misma que ha sido observada al expedir la sentencia
cuestionada, siendo así, el proceso de hábeas corpus no tiene por objeto proteger en abstracto
el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva y el debido proceso.
En consecuencia, el debido proceso parte de la concepción del derecho de toda persona a la
tutela jurisdiccional efectiva, y se concreta a través de las garantías que, dentro de
un íter procesal diseñado en la ley, están previstas en la Constitución Política del Perú.
Todo lo expuesto tiene especial relevancia, porque nos permite apreciar cómo se desarrolló el
proceso de habeas corpus, y al expedir la sentencia del Tribunal Constitucional en el caso de

13
“Es importante resaltar que el hábeas corpus es un proceso constitucional destinado a la protección de los derechos reconocidos
en la Constitución, y no a la revisión de si el modo como se han resuelto las controversias de orden penal son las más adecuadas
conforme a la legislación ordinaria. En cambio, no puede decirse que el hábeas corpus sea improcedente para ventilar infracciones
a los derechos constitucionales procesales derivadas de una sentencia expedida en un proceso penal, cuando ella se haya expedido
con desprecio o inobservancia de las garantías judiciales mínimas que deben observarse en toda actuación judicial, pues una
interpretación semejante terminaría, por un lado, por vaciar de contenido al derecho a la protección jurisdiccional de los derechos
y libertades fundamentales y, por otro, por promover que la cláusula del derecho a la tutela jurisdiccional (efectiva) y el debido
proceso no tengan valor normativo”
Andahuaylazo, pues se advierte la existencia de errores en la fundamentación de la demanda
de habeas corpus, donde no se ha destacado la tutela de los derechos fundamentales.

You might also like