- Es necesario para que me hagas el favor. - Me voy a meter en problemas, ¿verdad? - Si lo haces bien, no. Lo tengo todo planeado. - ¿Y es necesario estar entre carnes frías? - Evidentemente. - ¿Y si digo que no? - Yo que tú no lo haría. Además somos amigos. - Los amigos no chantajean a sus amigos. - Claro que sí, nunca has oído lo de “Para eso están los amigos.” La amistad se basa en eso. Un amigo cumple favores que nadie más haría por ti. - Bueno, ¿y qué voy a hacer? - Y de seguro me vas a decir que no has escuchado a un buen amigo decirle a otro cuando está muy triste ¿A quién hay que matar, compadre? - No estoy dispuesto a matar a nadie por ti. - Es bueno saber los límites de nuestra amistad. Yo creía que eras de los de a deveras. - ¿A quién quieres que mate? - Relájate, no se trata de eso. - No te entiendo. - Te acuerdas de la chica que conocí en el bar. - ¿La güerita? - ¿Esa machorra? Por supuesto que no. - Te estabas besando con ella. - Ella me beso, es diferente. - A veces me gustaría ser tú. Tienes pegue. - Las mujeres no deberían tomar las riendas. Desde la antigüedad son los hombres los que seducen, los que mandan. - Tu lo que quieres es un maniquí. - No, me gusta la carne, carne morena. - ¡No mames, Margarita! - La gaveta E6. - Sabías que yo quería con ella. - ¿Me vas a hacer el favor? - Te pasas, cabrón. - Por eso somos amigos. - Cabrón.