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Wittgenstein – 10 de Octubre 2018

El lenguaje no puede contener los problemas existenciales que él siente. Así, en un momento dado, se da cuenta de
que: “lo que no se puede decir, no se puede decir”, es decir, el lenguaje no puede expresar las vivencias personales,
no tiene la posibilidad de expresarlo porque el lenguaje figura hechos. Las vivencias personales no pueden ser
expresadas por el lenguaje, no tiene la posibilidad, “de lo que no es posible hablar, mejor callar”. El lenguaje o es
figurativos de hechos o bien no expresa nada. Todo lo que pertenezca al ámbito personal, individual, de la voluntad,
es algo que desborda el lenguaje, es lo que constituye el sinsentido.

Hay básicamente tres categorías ontológicas: mundo, hecho y objeto. Es fundamental entender la relación que se de
entre tres conceptos: ontología, lenguaje y lógica, es fundamental porque de acurdo a como se entienda la relación
entre estos conceptos, vamos a entender estas categorías ontológicas fundamentales. Desde un planteo clásico de la
cuestión habíamos mencionado que había dos posturas fuertes en donde la primera defiende que hay prioridad en el
tractatus de la ontología frente al lenguaje. La segunda, sostiene que es el lenguaje el hilo conductor decisivo a partir
del cual se explica la realidad. Ya sea en un caso como el otro, la lógica en ambos, aparece subordinada a ellos. Pero
hay una tercera posibilidad que acentúa el rol de la lógica en la concepción wittgenstaniana de la relación entre
lenguaje y realidad.

Esta postura es la que sostiene Alejandro Tomasini Bassols. Entre los parágrafos 1 y 2.1 Wittgenstein nos presenta
una radiografía del mundo, y lo describe como la totalidad de los hechos, o de lo que acaece. Entre los hechos, los
más importantes son los hechos simples. Esta ontología, es diferente a la tradicional, porque presenta una ontología
definida por los hechos, no por las cosas. Pone el acento en lo que se da, en los hechos, por lo que se puede decir
que la ontología del tractatus es factual. Lo que no implica reducir su postura a una mera tesis empirista, porque la
categoría de totalidad es una categoría lógica. Acá se advierte de la importancia de la lógica en esta concepción del
mundo y del lenguaje presente en el tractatus. Nos presenta el mundo desde una perspectiva lógica, y su ontología
es entonces, formal. Es formal en tanto enuncia los rasgos necesarios, que desde el punto de vista lógico, no pueden
faltar en una descripción del mundo. El carácter universal que toma la lógica en esta obra opera como tesis
fundamental que sostiene la relación entre ontología y lenguaje. Se va a ver entonces, de qué manera la necesidad
lógica atraviesa tanto el plano lingüístico como el plano de los hechos. Entonces, el mundo es una categoría
ontológica, que desde una perspectiva formal, se aplica a la totalidad de lo que acaece, y lo que acece son los
hechos. Los hechos más importantes son los hechos simples o atómicos. Hay hechos moleculares o compuestos y
hechos simples. Wittgenstein distingue entre mundo y realidad. Hay dos palabras alemanas para nombrar la
realidad: Wirklichkeit y otra es Realitat. La primera tiene que ver con la efectividad, en cambio la segunda es más
general y tiene un mayor alcance, vinculado a todo lo que es posible que se dé. Esta distinción se traduce en la
distinción que hace Wittgenstein entre mundo y realidad, mundo es la totalidad de los hechos efectivos; la realidad
comprende los hechos que efectivamente acecen y los que no acaecen, o no suceden pero pueden acaecer, pero que
es posible que desde un punto de vista lógico, sucedan. Por ejemplo: llueve, en este momento no acaece, pero
puede llover. Pero no puedo decir: el árbol vuela, no puede volar. Esta fuera de las posibilidades lógicas. Esto
muestra como la lógica determina cuales son los hechos que pueden acaecer y cuáles no. Mundo es lo que
efectivamente se da pero no agota lo que puede darse. La posibilidad lógica determina el mundo, aquello que
efectivamente se da, se da porque puede darse, porque cumple con las necesidades de la lógica. Entonces, si el
mundo es la totalidad de los hechos, los hechos juegan un papel fundamental ya que, no hay mundo sin hechos. Los
hechos demarcan lo que es el caso, lo que acontece. Los hechos son una pieza fundamental de la ontología
tractariana. Los hechos son lo ontológicamente efectivo, que existe. Entre los hechos, los más importantes son los
hechos simples, que juegan un papel importante en la descripción del mundo, porque son los referentes necesarios
de las proposiciones simples; una proposición simple va a referirse a un hecho simple. Una proposición simple: “p”.
Una proposición compuesta: “p.q” está compuesta por proposiciones simples unidas por conectivas. Los hechos en el
tractatus son así, uno independiente del otro. Cada uno de estos: “p”, “q” tiene sus posibilidades de verdad en la
tabla. Cada hecho simple es independiente, en el lenguaje es simbolizado como una unidad “p”. Los hechos simples
son una pieza que va a estar coordinada con la descripción que se haga del mundo, van a ser el referente necesario
de las proposiciones simples. Los hechos están compuestos de objetos. El mundo es la totalidad de los hechos, estos
a su vez, está compuesto de objetos, quiere decir que los objetos también están coordinados con los hechos. Por lo
que la pieza fundamental de esta ontología son los hechos, por eso es factual, no empirista sino formal, porque se
ven los hechos desde sus rasgos necesarios lógicamente; desde los rasgos que necesariamente impone la lógica. La
lógica dice que si hay hechos, hay entonces objetos. Los objetos no pueden darse independiente de los hechos, ya
que el mundo es un mundo de hechos no de cosas. Y no admite la posibilidad de que un objeto se dé fuera del
contexto de un hecho. Pero, si bien el concepto central es el de hecho, son los objetos lo que determinan que hechos
pueden darse. Por eso llama a los objetos, la sustancia del mundo. Los objetos privilegiados son los objetos simples.
Así como los hechos simples serán los correlatos de las proposiciones simples, los objetos simples serán los
correlatos necesarios de los nombres. Los objetos constituyen también un elemento primordial, porque determinan
la forma del mundo, y en ese sentido son necesarios. El rasgo fundamental de los objetos es pertenecer a un hecho.
Los objetos son la sustancia del mundo, en el sentido de que son lo fijo. Independientemente de los hechos que
acaecen, los objetos son lo fijo. Sus formas necesarias, que son lógicas, por ejemplo: espacio, tiempo, color. Son la
que determinan los hechos. Los objetos aportan las características formales de la realidad, porque contienen en sí, la
posibilidad de todos los estados de cosas. Los objetos son lo fijo y tienen ciertas características, estas pueden
combinarse. La combinación de todas las características de los objetos determinan todo lo que va poder acontecer,
aunque no acontezca, y eso será el espacio lógico. Entonces, no hay azar, no hay casualidad ya que todo está
determinado en el espacio lógico, a partir de las posibles combinaciones de las características de los objetos que son
lo fijo. Por eso juegan un papel tan importante. Por eso los objetos son necesarios, y su existencia tiene un necesidad
lógica, si yo describo el mundo como una totalidad de los hechos, ya estoy determinando la necesidad del objeto. Es
importante ver el papel es esta ontología, de la posibilidad lógica, porque marcará lo que puede darse aunque de
hecho no se dé. La existencia necesaria de los objetos, muestra la existencia necesaria del mundo, porque si los
objetos son necesarios, quiere decir que hay hechos, ya que no se dan sueltos. Y el mundo es la totalidad de los
hechos. La existencia necesaria de los objetos también tiene implicaciones en su concepción del lenguaje, ella que
como los hechos son lo fijo y necesario, va a desatar el sentido de la verdad de las proposiciones, porque las
características de los objetos van a determinar los hechos que pueden darse aunque no se den, y desde el punto de
vista del lenguaje, una proposición va a poder tener sentido porque se refiere a un hechos posible aunque no se dé, y
cuando se dé, cuando haya correspondencia, la proposición además, será verdadera.

La pieza fundamental de esta ontología son los objetos simples. La simplicidad de los objetos es una exigencia lógica,
no factual. Los objetos son un elemento necesario que operan como condición de posibilidad del mundo. El aforismo
2.0.2.1, dice que porque forman la sustancia del mundo, no pueden ser compuestos. Entonces, la simplicidad de
estos objetos simples no es demostrada, sino postulada por una necesidad lógica operativa en esta ontología. No es
una noción absoluta de necesidad, sino que es una tesis que no puede separarse de las afirmaciones del lenguaje
presentadas en el tractatus, porque va a ser el correlato de los nombres simples. La lógica es simultáneamente la
lógica del mundo y del lenguaje, por lo que hay un paralelismo entre ambos, mundo y lenguaje, ya que ambos están
atravesados por la lógica. Ese paralelismo se ve entre el par de conceptos: hecho atómico y objeto; proposición
simple y nombre. Los objetos tienen que darse en combinaciones, esa es una exigencia lógica que atraviesa no solo la
ontología, sino también, el lenguaje. Porque para describir los hechos, voy a necesitar las proposiciones, y estas,
serán una combinación de nombres.
Para que haya mundo hace falta hechos; no hay mundo sin hechos, y estos hechos se componen de objetos, son
necesarios. La necesidad atraviesa todos los términos, porque, para que puedan darse los hechos, son necesarios los
objetos. Para que se dé el paralelismo entre los hechos y sus descripción: las proposiciones, hace falta un requisito
fundamental: que ambos compartan la misma estructura o forma, para que puedan ser correlativamente
correspondientes hechos y proposiciones. Entramos así entonces, en la propuesta de la representación o la teoría
pictórica de Wittgenstein, que habla sobre como nosotros nos hacemos representaciones de los hechos. A partir del
aforismo 2.1 dice: “Nosotros nos hacemos figuras de los hechos. La figura presenta el estado de cosas en el espacio
lógico. La existencia y no existencia de los hechos atómicos. La figura es un modelo de la realidad. A los objetos
corresponden en la figura los elementos de la figura.” Es decir, este mundo que antes presentamos por las categorías
ontológicas, nosotros podemos hacernos una figura de los hechos. Entonces la temática o desarrollo del tractatus
pasa ahora al plano de lo que es la figuración o Bild (proposición). El presenta una teoría de la representación que es
ajena a la tesis psicologísta, por lo que no quiere usar el término representación, porque Wittgenstein está
intentando mostrar, por influencia de Frege y Russell, una mirada del lenguaje que haga pie en la lógica y no en la
psicología. También Wittgenstein es un anti psicologísta. Quiere eliminar todo lo que tiene que ver con los
sentimientos, vivencias, etc. Cuando habla a la representación no apela a la palabra Vertretung (representación), por
sus connotaciones de la misma. Apela a otra palabra: Bild, que normalmente es traducida como forma. Y está en
consonancia con lo que él quería hacer: una crítica de todo lo ornamental y accesorio.

¿De donde toma el concepto de Bild? En: Tomasini Bassols “sobre la filosofía de Wittgenstein”, donde él explica la
influencia de Herz en la concepción wittgenstaniana de Bild, y como la reformula Wittgenstein. El primero en usar la
palabra Bild es Herz. Este escribe “los principios de la mecánica” y ahí usa por primera vez esta palabra. Herz sale al
frente de una concepción de la ciencia de otro físico importante que es Ernst Mach. Este era un pionero en la nueva
era científica y consideraba que el auténtico conocimiento científico era netamente empírico. Pensaba que cualquier
proposición genuina tenía que ser verificable, y la verificación consistía en que una proposición debía ser confirmada
en la experiencia individual. Por lo que le daba una importante función a las sensaciones. Mach era un fenomenalista
radical ya que su interés era explicar el funcionamiento de las ciencias en término de sensaciones, y cree
fundamentalmente en las leyes de las ciencias son las leyes de la física, y concebía a las leyes como generalizaciones
empíricas, es decir, como enunciados que condensaba una multitud de experiencia. Contra este modo de entender la
ciencia se levanta Herz. Este formulará una concepción alternativa desde un trasfondo kantiano, porque para él, la
mente tiene que aportar algo en su esfuerzo por comprender el mundo y para predecir el curso de los
acontecimientos. En Herz entonces, la mente tiene un papel activo, y para dar forma para dar forma a esa intuición
introduce la palabra Bild. Esta palabra, algunos la traducen por imagen, con lo que no se aleja del psicologismo. Ha
esta palabra hay que traducirla por modelo. El modelo, para Herz, es una forma de conceptualizar una clase de
objetos, por ejemplo: la mecánica clásica es un modelo de la materia, en el que los objetos materiales quedan
prefigurados por unas cuantas nociones, masa, velocidad, fuerza, y por unas cuantas leyes, las leyes de la gravitación
universal. Según Tomasini, no hay que poner tanto el acento en el hecho de que Herz habla de los modelos como
ceraciones de la mente, sino que lo que importa, es las condiciones que deben satisfacer los modelos, que para Herz
son tres: que sea lógicamente coherentes: permisibles. Que sean apropiados: empíricamente útiles. Que sean
económicos: lo más simple posibles. El hecho de que nosotros no podamos visualizar o tener una imagen de los
modelos, no debe afectar al modelo mismo, es irrelevante. Lo que importa es su funcionalidad u operatividad. Esa
operatividad se puede evaluar: un modelo es dinámico, operativo, si nosotros cuando construimos o disponemos de
dos sistemas, por ejemplo un sistema de signos y uno de objetos, entre ellos podemos establecer ciertas relaciones.
Las mismas relaciones tienen que valer en los dos sistemas, para poder decir que uno es modelo del otro. Esas
relaciones son: tiene que darse una relación uno a uno entre sus respectivos elementos y, que valga entre ellos la
relación de isomorfismo, osea, que no tan solo cada elemento de cada uno tenga una equivalente en el otro sistema,
sino que el modo como están ordenados es el mismo, la forma de ordenación de esos elementos, sea la misma en el
sistema de signos y en el sistema de objetos. De este modo para, se evitaba recurrir a cuestiones subjetivas como las
sensaciones.

Wittgenstein está luchando contra el psicologismo. Se apropia de la idea de Herz de modelo, pero le da un giro
completamente diferente, porque aplica esta idea a la teoría general de la significación. Una aplicación que a Herz no
se le cruzo por la cabeza. En Wittgenstein, según Tomasini, Bild no significa lo mismo que para Herz. Normalmente se
traduce como figura, pero la palabra figura siempre está asociada a un carácter imaginativo. La palabra que
Wittgenstein prefiere es la de retrato, porque un retrato se exhibe. La idea clave en el tractatus respecto al lenguaje
es, la de pictoricidad, no figuración. La pictoricidad tiene que ver con las relaciones que se producen con un cuadro o
pintura. Esta idea de retrato le sirve a Wittgenstein para desarrollar la concepción del lenguaje que presenta en el
tractatus, y es una concepción de todo lenguaje posible, y lo que pretende en esta obra es mostrar cuales son los
rasgos esenciales del lenguaje, y hablar de los rasgos esenciales del lenguaje es hablar de la forma general de la
proposición. Wittgenstein usa la palabra proposición para definir el lenguaje. Para él, el lenguaje es la totalidad de las
proposiciones. Toda proposición genuina es un retrato, ya que es un modelo de la realidad. Entonces, conservando
esta idea de modelo, la proposición será un retrato, un modelo de la realidad. Si es un modelo de la realidad, tendrá
que cumplir con dos condiciones: la correspondencia uno a uno entre el modelo y lo modelado, entre el retrato y el
hecho retratado y, el modo en cómo se vincula la forma de su relación, que para Wittgenstein es la forma lógica. En
el retrato y en el hecho retratado habrá, entonces, la misma forma lógica. Esto es lo que llama isomorfismo. Para que
uno sea modelo de otro, hace falta una correspondencia uno a uno entre los elementos y también, que compartan
ambos, la misma forma (el isomorfismo). En esos términos se da la relación entre lenguaje y realidad. Y la
proposición será un retrato de la realidad, por lo cual Wittgenstein la analiza como nudo central.

Después que termina con la ontología, primero, plantea en términos generales todas las posibilidades de hacernos
retratos de la realidad. Es lo que se llama la teoría pictórica. Y después la aplica al pensamiento y al lenguaje. Vamos
a ver los tres planos: el retrato en términos generales, en cuanto al pensamiento y al lenguaje. Esa es la estructura
que van a seguir los aforismo que vienen a continuación.

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