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CAPÍTULO 1:

PERDIDAS EN EL MAR:

Las hermanas María, Rigoberta y Ana, decidieron irse de vacaciones de


verano a Tarragona para alojarse en un precioso apartamento delante del mar
a pasar unos días.
Un día bastante caluroso, ellas acordaron de ir a la playa a pasar el día.
Se fueron a comer al chiringuito de la playa, pidieron unos bocadillos y luego
pagaron.
Cuando de repente una luz las deslumbró en sus ojos y María dijo:
-¡Mirad! Viene el barco que le gustaría tener a la mayoría de la gente en época
de verano.
María se refirió a un yate de lujo de marca Tatoosh.
Las hermanas hicieron un pacto: “Estarían siempre juntas, pasase lo que
pasase”.
Se dirigieron hacia el yate y cuando ellas entraron, el barco zarpó.
Al ver que el yate se movió, subieron a cubierta y cuál sería su sorpresa al
descubrir que ya no estaban en el pueblo, lo único que se veía era el inmenso
mar.
Como no podían hacer nada más, las hermanas decidieron visitar el yate por
dentro mientras navegaban. Descubrieron que el yate era muy enorme, había
diez habitaciones, aseos, servicio de comidas, cocina, sala de estar y una sala
de juegos.
De repente el clima empeoró, el cielo se puso negro provocando una lluvia con
truenos, relámpagos y una racha de viento que las olas del mar alcanzaban
niveles altos durante horas y horas.
Cuando se terminó la tormenta, las hermanas vieron que llegaron a un puerto
y el barco paró.
Rigoberta dijo:
-¡Hemos llegado!
-¿A dónde estamos? – Preguntó Ana.
-Eso quisiera saber yo también – Dijo María.
Ana se percató que los carteles que estaban en la parte de atrás del asiento y
colgados en la pared estaban escrito en francés.

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-Hermanitas estamos en costas francesas – Dijo Ana a sus dos hermanas
enseñándole los cárteles que estaban colgados en la pared.
Bajaron del yate y se fueron a una pequeña casa situada en medio de la playa,
para saber si había alguien que le pudiera dar un poco de comida.
De repente, una persona se les cruzó en el camino. Cuando las hermanas le
contaron lo que les había sucedido, esta persona no dudó en ayudarlas y las
invitó a pasar unos días en su casa. Cuando entraron se quedaron muy
sorprendidas, todo lo que vieron eran cosas que solo los ricos podían tener. La
familia les ofreció una estupenda cena y les agradecieron la hospitalidad.
Una semana después, las hermanas decidieron viajar a Nueva York para
empezar una nueva vida llena de aventuras e ilusiones, así mismo, la persona
que les ayudó, también pagó su viaje y les dio un cheque con bastante dinero
para que pudieran ir a un hotel y a restaurantes, las acompañó hasta el
aeropuerto y allá se despidieron.
Varias horas después, las hermanas aterrizaron al aeropuerto de Nueva York.
Querían ir a ver las torres gemelas, la estatua de la libertad, etc. Pero antes
decidieron buscar un hotel.
Habían hoteles grandes, lujosos y muy caros, solamente los ricos podían
disfrutarlos.
Los hoteles medianos, eran modernos con mucha historia, también era posible
de tener descuento dependiendo de cuánto tiempo se iban a quedar y por
último estaban los típicos hoteles pequeños, allí en Nueva York nadie se
apuntaban porque eran muy sucios.
Al darse cuenta de que las cosas eran un poco raras, Rigoberta dijo:
-Estoy segura de que a nosotras nos iría bien un hotel mediano.
Entre todas decidieron quedarse en el Medium hotel, dejaron sus maletas en
las habitaciones, al ver que yaera tarde y tenían hambre, decidieron irse a
algún sitio para cenar. Al bajar de la habitación, se dieron cuenta de que había
un restaurante en el hotel. Entraron, se sentaron y pidieron la cena. Una vez
que terminaron de cenar Ana se acercó y le dijo al Director:
-La cena está riquísima.
-Muchas gracias señoritas, es un placer tenerlas en el hotel – Respondió el
Director.

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Como ellas aún no tenían sueño se fueron a ver el resto del hotel, todo era
precioso, había muchas cosas para hacer, lo cierto no había ni un segundo de
aburrimiento, las tres hermanas se divertían jugando al pesar de que tenían
edades diferentes.
Varios días después, los huéspedes del hotel estaban muy molestos e hicieron
una manifestación con una pancarta dentro del hotel en contra del Director.
Ajenas a lo sucedido, cuando las hermanas regresaron del paseo se
extrañaron y Ana preguntó:
-¿Qué ha pasado?
Una joven amablemente le respondió:
-Estamos protestando porque hace varios días que el agua del grifo de la
ducha no funciona.
-Gracias – Dijo Ana.
Entonces, las hermanas decidieron hablar con el Director.
El director Víctor, que así era su nombre, hacía poco que su mujer le había
echado de casa y se lo dijo a las tres hermanas.
Ellas no se podían creer lo que estaban viendo, al descubrir que toda su ropa
estaba colgada en su despacho.
Al ver lo triste que estaba el director que bastantes preocupaciones tenía, no le
dijeron nada sobre el grifo de la ducha.
Las hermanas decidieron en intentar arreglar el problema y se fueron
directamente al cuarto de la caldera.
Al entrar, lo primero que vieron fue que el grifo estaba roto, se fueron a comprar
otro más nuevo y lo arreglaron con la ayuda de un fontanero.
Al final la gente dejó de protestar y cuando el director se enteró, se puso tan
contento, que les invitó al hotel totalmente gratis.
En ese mismo día decidieron irse de compras y después irían a buscar un
restaurante para comer.
Pasaron por un parque lleno de césped con un color verde y palmeras
relucientes que sus hojas se movían a causa del viento. Al final del parque,
encontraron un restaurante De las Delicias, tenían aire acondicionado cosa que
agradecieron porque hacía mucho calor.

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Un camarero joven y atractivo llamado Jorge, les atendió enseguida e intentó
ponerlas en una de las mejores mesas que había, mientras María empezó a
sentirse atraída por él.
Eso lo descubrieron sus dos hermanas, cuando María dijo en broma:
-Creo que me he enamorado.
-¡Vamos no será para tanto! – Dijo Rigoberta
Pero, Ana estaba a favor de María y dijo:
-En mi opinión, mi hermana tiene razón el camarero que nos atiende es muy
atractivo y vamos a salir de dudas si tiene novia o no.
Rigoberta le preguntó a Ana.
-¿Por qué ha de tener novia?
-Los chicos guapos como él generalmente suelen tener novia y en caso de que
no la tuviera, mi hermana y él podrían tener una relación.
Él les sirvió de enseguida, y empezó sentirse atraído por María, nunca hubiera
imaginado que sentiría cosquillas en el estómago.
Ana ni corta ni perezosa le preguntó:
-¿Oye tienes novia?
Jorge sonrío:
-¡Ejem! No es una pregunta que conteste todos los días, pero no tengo novia
¿Se puede saber por qué me has hecho esta pregunta?
-Solamente era curiosidad, lo que intento decir, como un chico tan atractivo
como tú, aún no tengas novia.
-No había llegado el momento, ahora puedo decir que tú hermana, es la mujer
más guapa y me gustaría saber si alguna vez aceptarías salir conmigo a
tomarnos una copa – Respondió Jorge.
-Claro que sí, mi nombre es María ¿Y cómo te llamas?
-Yo Jorge.
-Bonito nombre, mira te presento a mis hermanas Rigoberta y Ana – Dijo María.
-Mucho gusto conocerlas – Dijo Jorge.
-Lo mismo decimos – Dijeron a la vez Rigoberta y Ana.
Cuando Jorge y María llevaban unos meses de relación amorosa, él decidió
hacerle una sorpresa a su novia para pedirle matrimonio.
Una noche, las hermanas se fueron a cenar al restaurante de Jorge, al ver que
era muy tarde y estaban cansadas, Rigoberta y Ana se fueron a descansar al

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hotel, mientras que Jorge cerraba el restaurante para irse a su casa, le
preguntó
-¿Quieres quedarte a dormir en mi casa?
-Claro que sí– Respondió María.
María y Jorge se relajaron tomando una copa de vino tinto, Jorge empezó a
abrazarla y a darle besos en la boca, por alrededor del cuello. María empezó a
desabrocharle los botones de la camisa a cuadros para acariciarle el pelo que
tenía en el pecho, mientras se besaban apasionadamente. Jorge le bajó la
cremallera de su vestido rojo y se acostaron en la cama haciéndose el amor.
En la mañana siguiente, al despertar Rigoberta y Ana se dieron cuenta de que
su hermana María aún no había regresado.
Bajaron a desayunar al bar del hotel y mientras esperaban a su hermana
María, decidieron echar una partida al billar, quien perdía invitaba al desayuno.
En la casa de Jorge:
-Buenos días, cariño – Dijo Jorge.
-Buenos días, mi amor ¿Cómo estás? – Dijo María.
-Yo feliz, ayer me diste el mejor momento de mi vida. Quiero decirte que tengo
una sorpresa para ti- Dijo Jorge cariñoso dándole un beso apasionado en la
boca.
-¿Ah sí? Entonces tendré que esperar. ¿Por cierto, qué hora es?
-Son las 10.30, aún es pronto – Respondió Jorge.
-Me cambio y regreso al hotel, mis hermanas deben estar muy preocupadas.
-Está bien, yo lo voy a preparar todo para esta noche, te recogeré a las 20:00 –
Dijo Jorge.
-Allí estaré, estoy ansiosa por saber de qué se trata la sorpresa.
Jorge sonrió, le dio un beso en la boca y se despidieron en la puerta, María
regresó al hotel con una sonrisa en la cara. Mientras Jorge se fue a comprar el
anillo de compromiso.
María cuando entró al hotel por la puerta principal, se imaginó que sus dos
hermanas estarían en la cafetería jugando al billar y no se equivocó y dijo:
-Buenos días ¿Quién gana?
-Estamos empatadas a una partida, hacemos el desempate, quien pierda invita
al desayuno. ¿Por cierto, como te fue ayer? – Preguntó Ana.

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-Muy bien, hice el amor con él, y me ha hecho la mujer más feliz del mundo –
Respondió María.
-Yo de tu no confiaría mucho en Jorge, no digo que sea mala persona, pero no
me acaba de convencer – Dijo Ana.
Mientras, Rigoberta aprovechó el despiste de Ana y dijo:
-¡Gané!
-¡Pero si eso es trampa! – Respondió Ana.
María sonrío y dijo:
-Ya sabes que nuestra hermanita está acostumbrada hacer trampas,
aprovecha cualquier despiste que tengas para ganarte, pero es igual, de todas
formas perdiste y te toca invitar al desayuno.
Se abrazaron y se fueron a desayunar, Ana pagó el desayuno tras perder la
partida.
Mientras tanto Jorge entró en una tienda de joyas, a donde la vendedora le
atendió amablemente con una sonrisa en su rostro.
-Buenos días ¿Qué desea?
-Buenos días, quiero un anillo de compromiso si puede ser el más bonito de
todos – Respondió Jorge.
La vendedora abrió un par de puertas del mostrador y sacó una caja con todos
los anillos y dijo:
-Tenemos varias colecciones.
-Todos están muy bonitos pero quiero que sea el más bonito de todos y a
poder ser que no sea muy caro – Dijo Jorge.
-Te ofrezco este, es muy bonito – Dijo la vendedora.
-No me acaba de gustar, mi novia se merece el mejor anillo.
-Está bien – Dijo la vendedora – Que te parece este, es el estilo que tú buscas
y además es económico.
-La verdad que este anillo es precioso, le quedará muy bien a mi novia
¿Cuánto vale? – Preguntó Jorge.
-250 euros.
-Perfecto, me lo quedo – Dijo Jorge.
Pagó y se fue a comprar unas rosas de color rojas, regresó a su casa, lo
escondió al primer cajón de la mesita de noche y organizó cada detalle de su
sorpresa.

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Mientras María dijo a sus hermanas:
-Hoy por la noche saldré a cenar con mi novio, dice que tiene una sorpresa que
darme.
-Nos alegramos, pero ves con cuidado, ya te dije que noto algo raro – Comentó
Ana.
-Tranquila, él solo me quiere a mí y no sería capaz de hacerme daño –
Respondió María enamorada.
-No lo dudo, pero no queremos que sufras – Dijo Ana.
Por la tarde, Jorge se fue a buscar a María a su casa, ella al abrir la puerta, le
entregó el ramo de rosas y María dijo:
-¡Que preciosas son! Huelen muy bien, las voy a poner en agua.
Cuando llegaron al restaurante, se sentaron a la mesa del centro, pidieron la
cena y cuando habían terminado Jorge le dijo a María:
-Ahora vengo.
Jorge cogió el micrófono y dijo delante de todas las personas que estaban
cenando allí:
-¡Atención todos! Quiero comunicar delante de todos vosotros, que he conocido
a una mujer especial. Desde el primer día que se cruzó en mi camino me robó
el corazón y quería preguntarte María ¿Sí deseas casarte conmigo?
Enseñando el anillo de compromiso delante de toda la gente del restaurante,
mientras se arrodillaba.
A María se iluminaron los ojos, sonrío emocionada, subió a la tarima y le
respondió:
-Sí, acepto casarme contigo, eres un hombre maravilloso y noble, por eso me
enamoré de ti.
Los dos se besaron y la gente que estaba alrededor aplaudieron mientras
dijeron:
-¡Vivan los novios!
Se fueron al hotel y se lo comunicaron a sus hermanas, ellas les felicitaron y
brindaron con champán.
Semanas después, cuando llegó la noche de despedida de solteros, Jorge y
María estaban nerviosos porque iban a empezar una nueva vida, llena de
ilusiones y de sueños.

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La noche era demasiado tranquila, Jorge disfrutaba la cena con sus amigos, y
por azares del destino se encontró con la vendedora del anillo y dijo a sus
amigos:
-Ahora vengo.
-¿A dónde vas? – Preguntó uno de sus amigos invitados.
-Voy hablar con una amiga – Respondió Jorge.
Jorge se acercó a la mesa adonde estaba ella y le preguntó:
-Buenas noches ¿Te acuerdas de mí?
-Sí, el que hace un par de semanas me compró un anillo de matrimonio –
Respondió la vendedora.
-¿Qué haces por aquí?
-Pasar el tiempo libre – Respondió la vendedora - ¿Y tú?
-Festejando mi último día de soltero con mis amigos.
-Por cierto ¿Cuándo es la boda? – Preguntó la vendedora.
-Cuanto antes mejor, no sabes como quiero a mi chica.
-Me imagino, si no, no le hubieras pedido que se case contigo ¿No? – Dijo la
vendedora.
-Eres muy simpática, llevamos tiempo hablándonos y aún no sé tu nombre –
Dijo Jorge.
-Me llamo Elisabeth ¿Y tú?
-Yo Jorge y eres una chica muy guapa.
-Veo que el vino te está afectando en la memoria, seguramente que eres un
don Juan – Dijo Elisabeth
Más tarde, Jorge y Elisabeth tuvieron efectos secundarios por las copas de
más que habían bebido de vino, empezaron hacer el tonto mientras bailaban,
ya que en el mismo restaurante se había convertido en una pista de baile. Más
tarde, se fueron a un hotel y en esa misma habitación hicieron el amor.
Mientras tanto, en la despida de solteras María con sus dos hermanas
disfrutaban bailando y bebiendo, ellas eran muy conscientes de que no podían
llegar al límite.
Al día siguiente, todo el mundo estaba de resaca, Jorge se dio cuenta que fue
infiel a su novia y dijo:
-¡Que he hecho!
-No te preocupes, ella lo va entender – Respondió Elisabeth.

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-Mejor no se lo diré, no quiero verla sufrir.
-Tarde o temprano se va a enterar – Comentó Elisabeth.
Solo faltaba un par de días para que fuera la boda de Jorge y María.
Ana observaba que María estaba muy ilusionada, pero notó un presentimiento
extraño, de repente se le cayó la taza del café al suelo rompiéndose en mil
pedazos, María y Rigoberta se asustaron y preguntó María:
-¿Qué ha pasado?
-Nada, se me ha caído la taza de la mano al suelo – Respondió Ana.
Mientras Elisabeth después de estar varios días indispuesta, con ascos y con
ganas de vomitar se dirigió al hospital y le dieron la noticia de que estaba
embarazada. Llorando por la calle se dirigió al restaurante de Jorge para
comunicarle la noticia.
-Buenos días, Jorge ¿Puedo hablar un momento contigo? Es muy importante.
-Sí, claro, vamos a fuera – Respondió Jorge.
-Hoy he ido al médico porque hace varios días que me he encontrado muy
indispuesta y vengo a comunicarte que estoy embarazada y el hijo que espero
es tuyo.
-Antes de nada, quiero pedirte que no llores y quiero que sepas que soy todo
un hombre, te pienso cumplir tal como dice la ley, cometí un error por culpa del
alcohol y ahora debo de pagar las consecuencias ahora voy a decirle la verdad
a mi novia – Respondió Jorge.
Jorge se fue a buscar a su novia.
-Hola, mi amor – Dijo Jorge.
-Hola cariño ¿Qué tal? – Respondió María abrazándolo.
-Tengo que confesarte una cosa, que tú no sabes.
-Dime ¿Qué pasa? – Comentó María.
Mientras Ana escuchaba la conversación detrás de la puerta, Jorge le dijo a
María:
-Verás... la noche de la despedida de solteros, me encontré a la vendedora de
anillos, el que te regalé para que te casarás conmigo pero acabamos ebrios e
hicimos el amor, ahora ella está embarazada y no puedo casarme contigo.
María sorprendida, le dio un sonoro bofetón y sin decir nada se fue
directamente a la habitación a llorar, mientras Ana pensaba me lo imaginaba
que esto iba a suceder.

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Cuando Rigoberta se enteró de la noticia, le cayó como jarro de agua fría.
Pasaron varios días y entre las tres decidieron irse a Francia, pero antes,
fueron a despedirse del director del hotel y éste dijo que muy pronto nos
íbamos a reencontrar.
Mientras al mismo tiempo, Jorge se casaba con Elisabeth y firmaba el acta de
matrimonio pensando en María.
Las tres hermanas hicieron las maletas y se fueron directamente hacía al
aeropuerto.
Una vez allí, descubrieron que las mesas del bar estaban ocupadas, mientras
María pedía refrescos para las tres, Ana preguntó a una chica:
-¿Está ocupado?
-No – Respondió la joven.
-¿Nos podemos sentar? – Preguntó Ana.
-Claro, esto es un país libre – Respondió la joven.
-Muchas gracias ¿Cómo te llamas? – Preguntó Ana.
-Me llamo Natalia ¿Y vosotras?
-Nosotras nos llamamos, María, Rigoberta y Ana, somos hermanas ¿A dónde
vas de viaje? – Intervino María.
-Voy a estudiar a Francia ¿Y vosotras? – Dijo Natalia.
-¡Qué casualidad! Nosotras también vamos a Francia – Dijo Ana.

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CAPÍTULO 2:
EL VIAJE A FRANCIA:

-Dicen que es muy bonita – Comentó Natalia.


-Por eso vamos, ya que nosotras tenemos curiosidad de conocerla – Dijo Ana.
Llegó la hora de embarcar, enseñaron los pasaportes y los billetes. Entraron en
busca de los asientos, para saber a dónde se tenían que sentar. La sorpresa se
la llevó Ana puesto que le habían dado otro número de asiento y se tenía que
separar de sus hermanas durante las horas de vuelo.
Ana cuando encontró su asiento, su compañero amablemente le dijo:
-Hola, por favor déjame que le ayude a poner las maletas arriba.
-Muchas gracias – Respondió Ana.
Sonó la megafonía del avión anunciando que iban a despejar, pidieron a todos
los pasajeros que estuvieran sentados en sus asientos y que se abrocharán los
cinturones y acto seguido el avión despejó.
Cuando llevaban un rato viajando, el acompañante de Ana dijo:
-Eres muy linda.
-Muchas gracias – Respondió Ana con una sonrisa.
-Llevamos un tiempo volando y me gustaría saber tu nombre – Dijo Adrián
curioso.
-Me llamo Ana ¿Y usted?
-Yo Adrián, vengo de Argentina y por favor trátame de tu.
-Bueno, no puedo decir que esté lejos, porque yo vengo de Nueva York – Dijo
Ana.
En ese preciso momento, las azafatas paseaban con la bandeja de comida y
se las daban a los pasajeros, todos dieron las gracias.
Daniel, el mejor amigo de Adrián, era muy impulsivo, no se lo ocurrió otra cosa
que decir:
-¡Qué asco de comida!
Su acompañante Natalia sonrió y le respondió:
-¡Anda come! Te has pasado medio viaje quejándote, si es cierto, la comida
que nos dan no es tan buena como las hace nuestras madres.
-Te debo una disculpa, soy un mal educado, digo cosas que no tengo que decir
delante de una señorita como tú.

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-Está bien, disculpas aceptadas – Dijo Natalia.
-Por cierto, me llamo Daniel ¿Y tú?
-Me llamo Natalia, venga a comer, que se te va enfriar la comida.
En los asientos de las hermanas mayores María y Rigoberta seguían
durmiendo profundamente, sin enterarse del viaje.
Daniel no podía imaginar que una chica tan guapa se sentase a su lado,
después de comer, le cogió la mano y le dijo a Natalia:
-¿Sabes Natalia? Eres una mujer muy guapa.
Pero Natalia se sintió incomoda y le respondió:
-Ahora vengo, voy un momento al lavabo.
Entonces, Adrián le dijo a Ana:
-Estoy muy cansado del viaje, voy a ir al lavabo para refrescarme la cara a ver
si se me quita el dolor de cabeza.
-Esto es del viaje, ya hace bastantes horas que estamos volando – Dijo Ana.
En Nueva York todo seguía igual, Elisabeth era muy buena con Jorge, pero ella
sabía que su marido amaba a María, pero no renunciaba a su amor y soñaba
que algún día se enamorase de ella.
Jorge en la habitación sentado en su cama, no podía dejar de pensar en
María, en los momentos tan felices que vivieron juntos.
En el avión, Adrián hizo un guiño a Ana, no se percató de que Natalia estaba
allí y los dos se empujaron, Adrián se quedó asombrado de la belleza de
Natalia y dijo:
-Perdona no te he visto.
-No te preocupes, yo también iba despistada – Dijo Natalia.
Los dos se fueron al lavabo a refrescarse la cara.
Daniel estaba leyendo el periódico y se levantó para caminar un rato. Ana que
lo vio le preguntó:
-Disculpa ¿Se encuentra bien?
- No, estoy cansado de estar sentado, tengo ganas de bajar ya – Respondió
amablemente Daniel –Por cierto ¿ A dónde se encuentra mi amigo Adrián?
-Al lavabo – Respondió Ana.
María y Rigoberta se despertaron porque en el asiento de delante había un
hombre viejo mal educado que roncaba mucho.Cada vez que se despertaba se
metía un chicle masticando con la boca abierta y haciendo globitos para petarlo

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y para colmo de mares hablaba con su compañera con voz fuerte que se oía
hasta la otra punta del avión.
Las dos hermanas cogieron un enfado y Rigoberta dijo en voz baja a su
hermana mayor:
-¡Que inoportuno!
-¿Sabes qué? Voy a refrescarme la cara, debo de tener legañas – Comentó
María.
-Yo voy a ver cómo se encuentra mi hermana pequeña Ana – Dijo Rigoberta.
Así que las dos se levantaron, Rigoberta se acercó Ana y ésta le preguntó:
-¿Cómo llevas el viaje?
Ana se asustó y dijo:
-Me has asustado.
-Como siempre – Dijo Rigoberta.
Adrián y Natalia salieron de los lavabos y cada uno se fue por su lado, Ana que
estaba hablando con su hermana, le dijo a Rigoberta:
-Espera un momento, voy hablar con mi compañero.
Adrián estaba muy contento porque por primera vez se sentía tan atraído, se
acercó Ana y le preguntó
-¿Te veo contento?
-Así es, he conocido a una chica muy guapa.
-Tú eres un don Juan, como todos los hombres – Dijo Ana.
Mientras María se fijó bastante bien, y le preguntó a Rigoberta:
-¿Quién es ese joven?
-No lo ves, es el acompañante de Ana – Respondió Rigoberta.
-Hay que reconocer que el joven es muy guapo – Dijo María.
Natalia que había escuchado la conversación dijo:
-Ese joven compañero de tu hermana se llama Adrián.
-¿Y tu como lo sabes? - Preguntó María.
-Porque tú hermana no para de llamarlo – Respondió Natalia.
Así, que todos estaban levantados de sus asientos cuando de repente el
altavoz sonó:
-¡Atención pasajeros! Vamos a aterrizar, por favor sentaros en vuestros
asientos y abrochasen los cinturones. ¡Muchas gracias!

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Obedecieron, se fueron para sus asientos, se sentaron y se abrocharon los
cinturones, el altavoz sonó unas cuantas veces y en varios idiomas, en francés,
inglés, alemán y español. Así que el avión cuando aterrizó, todos los pasajeros
se dieron cuenta de que su vuelo no hubo ningún problema ni si quiera de
retraso que lamentar, tuvieron un viaje muy tranquilo, pero todos estaban muy
cansados del viaje.
Las tres hermanas y sus amigos salieron del avión, bajando por las escaleras
mecánicas a buscar las maletas, cuando estaban en el aire libre, Daniel suspiró
y dijo gritando de alegría:
-¡Por fin! Aire fresco.
Adrián y Ana se sonrieron como buenos amigos.
En Nueva York, Elisabeth le preguntó a Jorge:
-¿Hoy no trabajas?
-No, tengo el día libre – Respondió Jorge.
-¿La sigues queriendo?
Jorge se gira y se la queda mirando fijamente, viéndola llorar y le respondió:-Sí
la sigo queriendo con toda mi alma pero no quiero hacerte daño porque eres
demasiada buena conmigo y eso no me lo merezco.
En Francia, en la Ciudad del Campo, las tres hermanas, Natalia y Daniel, se
fueron a vivir en el apartamento de Adrián. Ahí escogieron cada uno su cuarto y
le dieron las gracias a Adrián por haberles permitido abrirles las puertas de su
casa.
Nueve meses después, En Nueva York, Jorge estaba trabajando en su oficina,
cuando de repente, una llamada de teléfono en su despacho le comunica que
Elisabeth va dar luz y él con el permiso de la jefa se fue al hospital con tanta
mala suerte se encontró con un atasco de coches y llegó tarde al hospital.
Desafortunadamente las cosas no salieron bien, ya que se trataba de un
embarazado complicado.
El médico que atendió el parto no pudo hacer nada para salvar la vida del bebé
y se lo comentó a Jorge:
-Lo siento, ha perdido el bebé.
-¿Ella lo sabe? – Preguntó Jorge
-No, está dormida y no creo que tarde en despertar.
-Gracias, voy a verla en su habitación – Dijo Jorge

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Entonces para que no sospechara que había llorado se frotó los ojos, pero todo
era en vano, porque justo cuando entró en la habitación, Elisabeth se giró,
Jorge la miró, sonrió y mientras cerraba la puerta, le preguntó:
-¿Te he despertado?
-No, estaba despierta, ¿Qué ha pasado con nuestro hijo? - Preguntó Elisabeth.
Jorge se quedó mirándola tristemente y respondió
-Lo hemos perdido.
-Ahora, supongo que volverás con María, ya que nada nos une a nosotros –
Dijo Elisabeth llorando.
-No volveré con ella, me quiero quedar contigo para superar juntos esta
desgracia – Dijo Jorge.
Mientras en Francia, en el apartamento de Adrián, Jorge desde Nueva York,
llamó al móvil de María, ésta sin sospechar quien era, lo cogió y preguntó:
-¿Sí?
-María, quiero hablar contigo – Dijo Jorge llorando – Ha ocurrido una desgracia.
-¡No me asustes! – Dijo María intrigada.
Mientras Ana y Rigoberta observaban a su hermana hablando en el jardín.
-Verás, hoy mi mujer fue a dar a luz y hemos perdimos el bebé, estamos los
dos destrozados – Dijo llorando Jorge.
-De verás lo siento mucho, pero ahora no la puedes dejar, estas casado y
tienes derecho a ser feliz –Dijo María y colgó.
Cuando las hermanas vieron que María había terminado de hablar por el móvil,
Rigoberta le preguntó a María:
-¿Era el traidor de Jorge?
-Sí.
-¿Qué quería ese traidor? – Preguntó Rigoberta con cara de asco.
-Decirme que perdió a su hijo.
-¡Que fuerte! –Dijo Ana.
-Sí, hay cosas muy fuertes en esta vida – Dijo María.
Natalia salió al jardín e interrumpió la conversación de ellas:
-¡Venga chicas que la cena se enfría!
Las tres hermanas se miraron y sonrieron, entonces Ana levantó la mirada al
cielo y se dio cuenta de que iba llover y dijo:
-Vamos a entrar que está a punto de caer una buena lluvia.

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Nada más entrar en casa, el cielo empezó a ponerse negro, empezó a llover
muy fuerte y a tronar eran de aquellas tempestades que daban miedo.
Daniel el mejor amigo de Adrián, le cogió la tormenta, cuando volvió de hacer el
recado, en vez de ir a buscar refugio, se quedó en su coche y conduciendo a
toda velocidad, a él le fascinaba mucho los riesgos y creía que era más
emocionante si no tenía puesto el cinturón de seguridad. Por suerte no pasó
nada que lamentar.
Cuando explicó lo que había hecho a todos para llamar la atención, Adrián le
regañó y dijo:
-Haber Daniel, algún día te pasará algo malo.
-¡Venga ya! Yo con lo fuerte que soy, no me va a pasar nada malo – Dijo Daniel
con un tono de chulería.
-No te confíes – Dijo Ana.
-¡Te agradecería que no te metieses en mis asuntos! Le replicó Daniel.
-¡A mi hermana no la trates así, que si no....! Dijo María.
-¡Que si no que! Venga dilo te estaba esperando… – Dijo Daniel con su
chulería.
-Mejor me callo, he oído demasiadas tonterías – Dijo María.
-Claro, eso sí vete, tonta, vete – Dijo Daniel.
-¡Cómo te pasas! – Gritó Natalia.
-Ay perdóname mi amor, yo te quiero muchísimo – Dijo Daniel con cara de
triste.
-Si de verdad me quieres, pídeles perdón a ellas por tu mal comportamiento –
Dijo Natalia.
-Yo tengo que pedir disculpas a esa par de tontas que solo quieren
entrometerse - Comentó Daniel.
-Pues si no pides perdón, está noche no duermes aquí – Dijo Natalia.
-Adrián, eres mi amigo, se supone que me tienes que ayudar – Dijo Daniel.
-A mi no me metas en problemas, eso lo debes de solucionar tú con tu novia –
Dijo Adrián.
-Gracias por nada, luego decís que sois amigos – Dijo Daniel dando un portazo
en la puerta.
Esa noche durmió en su coche.

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En la otra parte de la urbanización había otro apartamento, vivía Manuel con su
novia Silvia y su hermana pequeña Susana a ésta última se le daba bien fingir.
Tenían un plan, conocían perfectamente las historias de todos de sus vecinos y
se dedicaban a criticar y a molestar a los demás. Así que Manuel le dijo a
Susana:
-Mira Susana, éste es nuestro plan, nos situaremos a la zona del parque y tú te
tragas esta pastilla que hace llorar y llorarás, la más pequeña Ana enseguida te
verá y como es la más sensible pues te preguntará cosas, luego lloverá muy
fuerte, siendo amable le pides a Silvia que te ayude, está furiosa te dirá que no
y tú te marchas de casa, te vas con ellos e intentas hacerles la vida imposible a
todos esos inútiles.
- Lo haré si me das un beso – Dijo Susana.
Así que Manuel se levantó, la estrechó entre sus abrazos y le dio un beso,
Silvia muerta de los celos dijo:
-¡No te pases que es mi chico!
-También es mi chico, recuerda que compartimos a los hombres guapos y
distinguidos - Dijo Susana – Me voy hacer el plan.
Todos estaban paseando, Ana se perdió por el camino, se encontró en un
parque precioso y allí vio una chica joven llorando, ella sensible se le acercó y
dijo:
-Hola ¿Qué te pasa?
Mientras tanto Silvia y Manuel observaban la escena detrás de un árbol y
aprovechaban para darse besos en la boca y en el cuello muy bien abrazados.
-He cortado con mi novio – Mintió Susana.
-Todos los hombres son iguales – Dijo Ana.
-¿Por qué dices eso?
-Porque hoy en día, los hombres y más si son los guapos intentan conquistarte
para luego mandarte, allí adonde sabes bien ¿Cómo te llamas? - Dijo Ana.
-Yo Susana ¿Y tú?
-Yo Ana.
De repente, María, Rigoberta, Adrián y Natalia, la vieron y dijo María:
-Ana, ¿Adonde te habías metido? Te hemos buscado por todos los sitios y ya
estaba empezando a preocuparme.
-Lo siento, no quería preocuparos pero me encontré con una amiga Susana.

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Empezó a caer una lluvia muy fuerte con truenos, relámpagos y granizo.
Susana, les dijo a todos sus amigos:
-Voy hablar con mi hermana Silvia a ver si me deja que os alojéis en nuestro
apartamento.
-Te acompañamos a casa – Intervino Adrián.
Entonces la peña de Adrián y Susana, se fueron al apartamento de Susana y
cuando llegaron, Silvia con actitud borde se asomó a la ventana y al ver que su
hermana traía gente, se mosqueó haciendo el papel del plan, abrió la puerta y
le dijo a Susana chillando:
-¡Quien son estos!
-Son unos amigos ¿Te puedo pedir un favor? – Preguntó Susana en buenos
modales, según el plan.
-¡Y ahora que quieres que haga! – Gritó Silvia.
-La lluvia no para cada minuto que pasa es más fuerte, mis amigos viven muy
lejos, me gustaría que les dejase una habitación para que se quedase.
Su hermana Silvia se negó y dijo echa una histérica:
-! No, si se mojan, serán su problema¡ !Que hubieran traído paraguas¡
La lluvia paró de repente, y Susana fingió que estaba harta de su propia
hermana y le dijo:
-¡Quédate con tu novio! Yo me voy de casa y desde luego no pienso regresar.
Al oír tantos gritos entró Manuel actuando y preguntó a Silvia:
-¿Qué está pasando aquí? Pero Susana se dirigió al cuarto y Ana la siguió, la
peña de Adrián salió en la calle esperando a Ana y Susana, Silvia se fue a la
cocina y empezó a tirar todo lo que encuentra por el medio chillando, Manuel
entró en la cocina, la cogió entre sus brazos y la besó para calmarla.
En la habitación, Ana le preguntó a Susana:
-¿Estás bien?
-Sí, no te preocupes, ya estoy acostumbrada – Respondió Susana.
-¿Quieres que te ayude? – Preguntó Ana.
-No hace falta, ya estoy, venga vámonos.
Pero en ese preciso momento, Adrián se dio la media vuelta y vio con sus
propios ojos como Manuel y Silvia hacían el amor a través de la ventana de la
cocina.
María se le acercó y preguntó:

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-¿Estás bien Adrián?
-Ahora no, gírate disimuladamente y mira por la ventana.
María también lo vio y dijo:
-¡Qué fuerte!
Susana y Ana salieron de la casa de su hermana Silvia y está cerró la puerta
con un portazo que impactó dentro de la casa, Daniel se ofreció a Susana de
llevar las maletas. Natalia al ver que Daniel fue amable empezó a sentir celos
de ella y empezó a mirarla con mala cara.
Pero nadie imaginaba que un periodista estaba sacando fotografías de esta
historia.
En Nueva York, Jorge y Elisabeth estaban destrozados por la pérdida del bebé,
ellos estaban ilusionados con el tema de ser padres y poder ser feliz, pero su
vida cambió drásticamente.
Jorge le preguntó a Elisabeth:
-¿Quieres comer?
-No tengo hambre – Dijo Elisabeth con tono de voz triste y a punto de llorar.
-Tienes que comer, te vas a poner enferma y yo no quiero eso para ti, mira sé
que es muy duro, pero para mí también lo es.
-De que me sirve comer si la vida me castiga duramente – Dijo Elisabeth.
-Ay que luchar, los dos tenemos la obligación de superar esto.
-Ya, como tú tienes la obligación de olvidar a María – Dijo Elisabeth.
Jorge bajó la mirada sintiéndose ofendido, Elisabeth se dio cuenta y dijo:
-Lo siento, no quise ofenderte.
-No te preocupes, me voy a dar un paseo.
La peña de Adrián, llegaron al apartamento de Adrián:
-Mañana empiezan las clases – Dijo Adrián.
-Vaya, no me gusta nada madrugar– Dijo Natalia.
En este preciso instante, Daniel llamó a la puerta y una vez dentro dijo:
-Vengo a disculparme por el otro día, fui un maleducado y lo pague con todos,
a veces una persona tiene que hacer tonterías para llamar la atención y más si
estás enamorado de una persona como lo es Natalia, espero que me podáis
perdonad – Dijo Daniel.
-Disculpas aceptadas – Dijeron todos a la vez.

20
Entre todos se abrazaron, mientras que Susana estaba en la cocina llamando a
su hermana Silvia para explicarle todo lo que estaba pasando dentro del
apartamento.
Daniel se fue directamente a la cocina parasaludar a Susana y le dijo con una
sonrisa:
-Hola Susana, estás muy guapa – Dándole un beso en la mano.
En ese mismo momento Natalia entró en la cocina y vio cuando Daniel le daba
el beso en la mano a Susana, celosa se marchó.
Horas después todos se fueron a matricularse en el Instituto del Campo, era un
instituto público para la gente que no tenía recursos y que pudieran estudiar.

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CAPÍTULO 3:
ROBAN EN EL INSTITUTO:

Llegó el primer día de clases, las tres hermanas y sus amigos se matricularon
en el Instituto Del Campo.
El inicio de clases se les hacía muy cuesta arriba, cuando en ese mismo
momento apareció Susana con una revista en la mano y les dijo:
-Buenos días, tengo malas noticias para todos.
-¿Qué ha pasado? – Pregunto María intrigada.
-Me la encontré en nuestro buzón cuando salía de casa para venir aquí. –
Explicó Susana mientras enseñaba la portada del periódico.
-¡No puede ser! ¿Quién habrá sido? – Dijo Ana.
-A lo mejor fue idea de tu hermana Silvia – Comentó Rigoberta.
-A mi hermana no creo que le haya hecho gracia salir en el periódico – Dijo
Susana, haciendo el papel del plan.
-Entonces, está claro, habrá sido un periodista –Dijo un joven alumno
desconocido
-¿Y tú quién eres? – Preguntó Natalia.
-Perdonen pero no he podido evitar la conversación, me llamo Fabrice.
Cuando todos entraron dentro del instituto para la sala de actos,Fabrice le
cogió del brazo a Susana, está asustada preguntó:
-¿Qué es lo quieres?
- Te he estado persiguiendo y sé que quieres hacer daño a Ana y a sus
amigos, pero no lo vas a conseguir porque voy a estarvigilándote

- Dijo Fabrice.
En Nueva York, las cosas seguían igual de tensas, después de su largo paseo,
Jorge volvió a su casa veía como su mujer Elisabeth seguía llorando por la
pérdida de su bebé.
En el Instituto Del Campo todos los alumnos entraron en la sala de actos,
empezaban segundo de Bachillerato y todos estaban preparados para oír las
aburridas normas de siempre.
Las hermanas María, Rigoberta, Ana y sus amigos estaban muy nerviosos con
muchas ganas de empezar el curso.

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El director del Instituto Del Campo se presentó y dijo a todos los alumnos:
-Buenos días a todos, me llamo Julián y doy la bienvenida a este nuevo curso.
A continuación vamos hablar de las siguientes normas:
-No podéis tirar papeles en clase cuando esté o no la profesora.
-No se puede comer chicle.
-Cuando sea la hora del recreo, está totalmente prohibido correr en los pasillos
del instituto.
-Y lo más importante que considero es que haya respeto tanto a los
compañeros, profesores y materiales del instituto.
-Esperemos que disfrutéis de éste nuevo curso y a continuación vamos a decir
en qué clase os toca. Empezamos por segundo de Bachillerato, hay cuatro
grupos que son A, B, C y D, empezaremos con el grupo A:
-Silvia, Manuel y otros compañeros con la tutora Laura.
Laura ha venido nueva al instituto y es la tutora de la asignatura de Literatura
Española.
En el grupo B:
-Ana, Adrián, Carlos y algunos compañeros con la tutora Cinta.
La tutora Cinta lleva dos años en este instituto e imparte la asignatura de
dibujo.
Cuando Carlos vio a Ana, se enamoró de ella a primera vista.
En el grupo C:
-María, Rigoberta y algunos compañeros con el tutor Javier que dará la clase
de Educación Física.
Y en el grupo D:
-Susana, Daniel y Natalia, tendréis el tutor Alfredo que dará la asignatura de
música.
Alfredo, era un hombre muy vanidoso, dispuesto a todo para conseguir sus
metas, aunque era profesor de música hacía el mal que el bien en la gente. Él
odiaba a las personas buenas. Pero un secreto que descubrirá cambiará de
parecer.
Ahora os levantáis y con el tutor iréis a vuestras clases.
Cuando llegaron a la clase, todos los tutores se pusieron de acuerdos en
sentarlos por orden de lista y así lo hicieron.

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Todos los alumnos contentos obedecieron a sus tutores, nada más en empezar
la clase Carlos y Diego eran vecinos de mesa. A Carlos le gustaba molestar
para ser el centro de atención de la clase, en cambio, Diego era un chico muy
tímido, él siempre perdonaba por mucho daño que le hicieran.
Ana se quedó pensativa, en ese momento observó como Carlos estaba
molestando a Diego.
Ana al ver que Diego no se podía defender se lo dijo a su tutora Cinta, está
cuando lo vio le echa la bronca a Carlos:
-¡Ya está bien, deja de molestar a los demás, que hay gente que quiere
estudiar y lo único que haces es molestar a tus compañeros!
Pero Carlos le protestó a Cinta:
-¡Esto no es cierto!
Cinta al ver que un alumno como Carlos le faltó el respeto le dijo el primer día
de clase:
-Por favor sal de la clase estás expulsado.
-No cal, me marcho yo – Dijo Carlos.
Al abrir la puerta observó que Ana y Diego se estaban mirando y cabizbajo se
marchó, dando un pequeño portazo.
Por fin tocó el timbre del patio, Diego se acercó a Ana para darle las gracias
por haberle defendido de Carlos y Ana le demostró una de sus sonrisas y le
preguntó a Diego:
-¿Qué vas hacer?
-Creo que me voy aburrir, he repetido curso y no conozco a casi nadie.
-Vente con nosotros, te lo pasarás muy bien, hay chicos en mi peña pero pocos
– Dijo Ana bromeando.
En ese preciso momento, Carlos observó aDiego y Ana se fueron juntos,
enseguida le entró un ataque de celos. Más tarde Carlos se sentó en un banco
para descansar, mientras escuchaba a José otro compañero del instituto
cuando se despidió de un colega suyo, él al girarse saludó a la persona que
estaba a su lado y entablaron conversación. José le preguntó:
-Hola ¿Cómo te llamas?
-Carlos.
-Yo José.
-Encantado de conocerte – Dijo Carlos.

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-Lo mismo digo.
Carlos y José estrecharon las manos para saludarse.
-Por cierto ¿De dónde eres? – Preguntó Carlos.
-Soy de Madrid, me expulsaron de mi anterior instituto y como no había más
plazas para continuar estudiando en España me enteré que aquí en Francia sí
había estoy aquí desde hace un año – Explicó José –¿Y tú Carlos?
-Yo soy de un pueblo de Galicia, por un cambio de trabajo de mi padre, tuve
que venir aquí, reconozco que hay mucha diferencia entre un pueblo y una
ciudad.
José se quedó mirando, al ver que Carlos estaba triste le preguntó:
-¿Quién es tu padre?
-Mi padre es Javier, el que hace la asignatura de Educación Física.
-Pues no tenía idea, siempre me entero el último en saber los cotilleos del
instituto – Dijo José.
-Eso hay solución, a partir de ahora, serás el primer amigo en contarte todo lo
que me pasa – Dijo Carlos.
Los dos se rieron y se volvieron a estrechar las manos, tocó el timbre y
volvieron a las clases.
En Nueva york, Elisabeth no podía superar la muerte de su bebé y la falta de
amor de su esposo que aún seguía amando a María, empezó a refugiarse en el
alcohol, cuando Jorge entró en su casa y vio como todo el comedor estaba
lleno de botellas de bebidas alcohólicas vacías en el suelo y en la mesa todos
los días, se enfureció tanto que empezaron las discusiones muy fuertes hasta
llegar a los extremos.
Semanas después, cuando sonó el timbre, Silvia al ver entrar el profesor
Alfredo, se dio cuenta que no había traído el libro de música y dijo:
-¡Oh, no! Se me ha olvidado el libro de música ¿Y ahora qué hago?
-Deja de quejarte tanto, hoy me siento a tu lado para compartirlo, pero mañana
lo traes – Dijo Manuel.
-Es que estoy enamorada de ti y no quiero perderte, es por eso se me olvida
todo – Dijo Silvia.
Silvia y Manuel se abrazaron, Alfredo los vio y les dijo:
-Manuel no te acerques tanto a ella que estamos en clase y si quieres
abrazarla lo haces en el patio.

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Manuel sonrió y obedeció por obligación.
En Nueva York, Jorge llamó por el móvil a su amigo de infancia Daniel, cuando
éste lo cogió, preguntó:
-¿Quién es?
-Soy Jorge ¿Estas ocupado?
- No dime ¿Pasa alguna cosa?
-Sí pasa. Estoy fatal, hace varias semanas, cuando vine de paseo, me encontré
a mi mujer Elisabeth refugiándose en el alcohol. Y ya no sé qué puedo hacer –
Dijo Jorge.
-Tienes mala suerte, tienes que olvidar a María e intentar ser feliz, pon un poco
de tu parte y ya verás que todo va a salir bien – Dijo Daniel animando a su
mejor amigo.
-¿Por qué no vienes un día a Nueva York y te invito a comer? Así con tu visita,
Elisabeth y yo nos animamos. – Comentó Jorge.
-Claro que sí pero iré cuando pueda ya hemos empezado las clases en Francia
– Dijo Daniel – Ahorahe de colgar tengo que hacer unos recados.
-Gracias Daniel por estar siempre a mi lado, estés donde estés.
-Aquí me tienes para lo que haga falta – Dijo Daniel.
Los dos colgaron.
Todos los alumnos del instituto regresaron a sus casas, todos estaban
cansados y con hambre, excepto Ana que le dijo a Susana que no quería
cenar, se cerró en su habitación y mirando el mal tiempo que hacía a través de
la ventana recordó su oscuro secreto del pasado y se durmió.
Varias horas después, en el apartamento del lado hacían una fiesta con música
a todo volumen, eso le mosqueó a Ana porque se despertó, salió y llamó al
timbre de la puerta.Cuando los vecinos le abrieron, Ana descubrió que su
verdadero amor, estaba cerca de ella y al sorprenderse se desmayó.
Los vecinos eran gemelos se llamaban Alfonso y Alberto, tiempo atrás Alberto y
Ana se conocieron y tuvieron un bonito romance.
Alberto reconoció al ver a su ex novia cuando vio que se desmayó, la levantó
del suelo y llamó a la puerta del al lado, Adrián abrió la puerta y dijo:
-¿Quién eres tú?
-Soy Alberto el vecino, me imagino que está señorita vive contigo.
- Sí, ¿Qué ha pasado?

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-Perdona que te haya molestado a estas horas de la madrugada, pero vuestra
amiga se ha desmayado –Dijo Alberto.
-Gracias.
-De nada – Dijo Alberto.
Adrián la cogió entre sus brazos, y la metió de nuevo en su cama, tapándola
con las sabanas y mantas.
Entonces los hermanos gemelos, mientras todo el mundo dormía, se fugaron
de su casa en busca del instituto, entraron, lo tiraron todo por los suelos,
rompieron los cristales de las clases de la planta baja, se llevaron cosas muy
valiosas, luego entraron en la clase del grupo B y tiraron todo .Pero, antes de
que entraran a robar, un hombre vestido de negro, dejó una carta misteriosa a
la mesa de Ana.
De repente se disparó la alarma y se fueron corriendo, detrás del instituto había
un camino que nadie conocía, que llegaba a su casa.
Regresaron y sin hacer ruido se durmieron.
Cuando sonó el despertador muy temprano, desayunaron tranquilamente y
cogieron sus respectivas bolsas, que pesaban de tantos libros.
Mientras que Daniel tuvo un accidente de coche y estaba en estado grave en el
Hospital Principal del Centro.
La peña de Ana, cuando llegaron al instituto, observaron que la zona estaba
restringida y estaba lleno de coches de policía y preguntó Natalia:
-¿Qué ha pasado aquí?
-Algún tema turbio – Dijo Ana.
Entonces, el director Julián, los vio y le dijo a la policía:
-Ahora vengo.
Se acercó, agachó la cabeza para pasar la tira de rallas que hacía cerrar la
zona y cuando llegó a la zona de los alumnos.
-Buenos días director – Dijo Adrián
-No son tan buenos, es un mal día para nosotros – Dijo Julián
-¿Qué ha pasado? – Preguntó Ana.
-Han entrado a robar – Contestó Julián.
-¿Qué?- Dijeron todos a la vez asombrándose.
-No puede ser – Dijo María.
-¿Cuál clase ha sido la más afectadas, director? - Preguntó Rigoberta.

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-¿Cuándo fue el robo? – Preguntó Adrián.
Julián solo oía preguntas y más preguntas, incluso lo agobiaban un poco, pero
era su trabajo, estaba orgulloso de él y respondió:
-El robo fue ayer pasadas la media noche y la clase más afectadas ha sido tu
clase Ana.
El policía le llamó y dijo Julián:
-Chicos han encontrado una cosa.
Volvió a pasar la tira de rallas y le preguntó al policía Rubén que era muy
amigo de Julián:
-¿Has encontrado alguna cosa en esa clase?
-Sí, han dejado una carta a una de tus alumnas y han escrito cosas en la
pizarra – Dijo Rubén.
-¿Se puede saber lo que pone? – Preguntó Julián.
-Sí, en la pizarra ponía “llegó la hora de la verdad, regresaremos”- Dijo Rubén.
-¿Crees que podría ser algunos de los alumnos? – Preguntó Julián.
-No creo, además son profesionales, no han forjado la cerradura, pero
cambiando de tema, me gustaría hablar con la alumna de esta carta, seguro
que será buena persona – Dijo Rubén.
-Está bien.
Julián que estaba harto de pasar por la tira de rallas, empezó a llamarle por el
nombre y Adrián que veía que hacía señas, le dijo a Ana:
-El director te está llamando, yo de tu iría a ver qué es lo que desea.
Ana se fue a donde estaba la zona prohibida y cuando estaba allí preguntó:
-¿Pasa alguna cosa director?
-Sí, mira este policía se llama Rubén y ha encontrado una carta en tu pupitre.
Quiere hablar contigo – Dijo Julián.
Javier le comunica a Rubén:
-Aquí está.
-Gracias Javier, hola Ana – Dijo Rubén.
-Hola, ¿Qué hay? – Dijo Ana.
-Verás, hemos estado registrando vuestra clase que ha sido la más afectada y
en tu pupitre te han dejado una carta antigua, no la hemos abierto porque
sabemos que es personal – Dijo Rubén.
-¿Han robado alguna cosa más? – Preguntó Ana.

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-Sí, según Julián uno de tus compañeros de clase se ha puesto a llorar porque
le habían robado su Diario de cada día, creo que se llamaba un tal Carlos –
Dijo Rubén.
-Gracias por todo, Rubén, ya nos veremos.
-No creo, precisamente me marcho este mes, porque he conseguido una oferta
de trabajo mejor en Rusia – Dijo Rubén.
-Bueno, que te lo pases bien y abrígate que hace mucho frío.
Le dio la carta en sus manos y se dijeron adiós, cuando volvió a mirar el sobre
de la carta, pensaba “¿Qué puede ser?”, “La abro o no la abro”, “¿Será cosa de
mi ex?”...
Muchas cosas les vinieron en su mente, ansiosa y nerviosa, estaba alterada,
no sabía qué hacer ni que decir, se quedó mirando fijamente en los ojos de sus
dos hermanas, ahora Rigoberta empezó a sospechar algún secreto suyo.
Rigoberta para romper el hielo, le preguntó a Ana:
-¿Qué si todo iba bien?
-Creo que sí, Rubén el policía me ha dado esta carta y no la abierto, ni creo
que yo tampoco lo haré – Dijo Ana.
-Pero puede ser importante – Dijo María.
-No insistas, porque no lo haré – Dijo Ana.
En ese preciso momento llamaban al móvil de Adrián y éste preguntó:
-¿Sí dígame?
-Somos del Hospital Principal. ¿Conocéis a Daniel? – Preguntó la
recepcionista.
-Sí es mi amigo ¿Le ha pasado alguna cosa? –Preguntó preocupado Adrián.
-Tu amigo Daniel ha sufrido un grave accidente de coche y está en coma –
Volvió a responder la recepcionista.
-¿Cómo? Voy para allá.
Adrián nervioso, preocupado y alterado, poniéndose las manos en la cabeza
dijo a sus amigos:
-¡¡Chicos, esto no puede pasarnos!!
-Tranquilo, Adrián ¿Qué ha pasado? – Preguntó María.
-Parece que las cosas malas han vuelto a suceder y estoy muy mal, ahora –
Dijo Adrián.

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-¡Ay Adrián, me vas a poner más nerviosa de lo que estoy! – Replicó sin querer
Ana.
-Daniel ha tenido un accidente de coche y está en coma, su estado es grave –
Dijo Adrián a punto de llorar.
-¡Qué! ¡No puede ser! –Dijeron todos a la vez.
-¿En qué Hospital está? – Preguntó Ana.
-Hospital Principal Del Campo – Respondió Adrián.
Casi todos de la peña, se fueron directamente a ese Hospital, para ver si había
mejorado su estado, pero todo salía igual, pasaban horas y horas.
Carlos y Diego que no se habían enterado de la noticia y al observar que
Carlos estaba triste, Diego se acercó y le dijo:
-Hola Carlos, lo siento mucho por tu Diario.
-¡A ver y tú de que vas! ¡A ti te gusta que me pasen desgracias! –Replicó
Carlos tirando una mesa
-Yo voy de amigo, mira Carlos sé cómo te sientes de haber perdido el Diario.
¿Crees que eres el único que te han robado? – Dijo Diego.
El director Julián al escuchar que había gritos escandalosos decidió averiguar
qué pasaba, Carlos no se salvó de la bronca de su director Julián, pero como él
era muy rebelde y protestón, entonces Julián había perdido la paciencia con
Carlos, justo cuando el director le iba pegar entró Javier su padre y le dijo:
-¡Así educas a tus hijos, mal nacido!
-Tú hijo siempre está protestando y molestando a los demás, es muy
incansable y rebelde – Dijo Julián.
Javier harto de oír tantas tonterías le pegó un puñetazo en la nariz al director y
el director se lo devolvió, así se enzarzaron en una pelea, hasta que al final
llegaron los demás profesores de otros cursos a separarlos, uno de ellos dijo:

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-¡Vergüenza os tendrías que dar, pelearos como un niño! ¡Director me has
decepcionado! ¡Crees que vas a dar buen ejemplo a los alumnos si tú eres el
primero que provocas los escándalos! ¿O para que sirven tus normas,
entonces? Vamos estoy esperando una respuesta tuya.
-Tienes toda la razón, lo único que puedo decir es perdón y no volverá a
suceder – Dijo el director Julián.

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CAPÍTULO 4:
VERDADES, MENTIRAS Y SUFRIMIENTOS:

En el hospital, mientras Ana estaba cuidando de Daniel, Adrián regresó a las


afueras del instituto para informarles a su primo Carlos y a su amigo Diego que
Daniel está hospitalizado y en estado muy grave. Adrián dijo:
-Vuelvo al hospital sólo he venido a infórmate.
-¡Espera, voy contigo! – Exclamó Carlos.
-Y yo también – Dijo Diego.
Carlos se negó rotundamente y para ser el centro de atención le dijo a Adrián:
-¡Él no por favor qué no venga primo con nosotros!
-Lo siento Diego, no me lo tomes a mal, solo he traído la moto y cabemos dos
personas – Dijo Adrián.
Carlos miró a Diego con una sonrisa pícara y él se puso muy triste, José que
presenció la escena le preguntó:
-¿Qué ha pasado?
Diego le respondió a José:
-Carlos está enfadado porque le robaron su diario personal y paga los platos
rotos conmigo.
-Debes de tener paciencia – Dijo José.
Al día siguiente, Diego, harto de las tonterías de Carlos, decidió arreglar sus
problemas con él:
-Carlos vamos a hablar quieras o no.
-Tienes razón tenemos que hablar – Dijo Carlos levantando la cabeza.
-Dime que es lo que te pasa conmigo para que me tengas tanta manía – Dijo
Diego.
-Estoy celoso de ti, cada vez que Ana se te acerca y vais juntos por todo el
instituto. Has de saber que Ana me gusta mucho y no puedo evitar sentir celos
– Respondió Carlos.
-Claro, ahora lo entiendo todo ¿Me molestabas para llamar la atención a Ana?
-Sí, eso mismo, pero yo no tengo nada en contra tuyo - Respondió Carlos.
-Todo esto me hace gracia Carlos, Ana y yo solo somos amigos y nada más,
pero no te haga muchas ilusiones que le gusta otro chico.
-¿Se sabe quién es? – Preguntó Carlos.

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-Se rumorea que es Adrián pero no se sabe seguro.
-¿Mi primo Adrián? – Preguntó Carlos extrañado – Espero que algún día me
perdones por todo el daño que te he hecho, intentaré no ser tan borde como
siempre.
-Eso espero – Dijo Diego con una sonrisa.
Diego y Carlos se dieron la mano conforme de que habían hecho las paces.
En el Hospital Principal, Adrián estaba cuidando a su mejor amigo Daniel.
Entró el médico y le echó un vistazo, Adrián estaba muy preocupado, le
preguntó:
-¿Cómo se encuentra mi amigo? ¿Crees qué se pondrá bien?
-Eso espero, ha mejorado su estado, pero en la radiografías se ha descubierto
una cosa terrible y se puede dar el caso de que se quede inválido – Dijo el
doctor.
-¿Tan fuerte fue el accidente? – Preguntó Adrián.
-No se sabe, solo puede decir él cuando se haya despertado del coma.
-Gracias por todo – Dijo Adrián.
-Sí pasa alguna cosa extraña no dudes en comunicármelo.
-Muchas gracias – Dijo Adrián.
Los dos estrecharon las manos y el médico se fue hacer su trabajo.
En Nueva York, en la casa de Jorge estaba muy cansado de que su mujer
siempre estaba ebria y sus discusiones eran más seguidas. Hartó de su
situación, decidió irse muy lejos para rehacer su vida y para fingir escribió una
nota a su mujer Elisabeth diciendo “Tengo una reunión urgente tardaré en
volver”.
Cogió su maleta y se fue de su casa, en busca de su coche de marca Renault y
se dirigió hacia el aeropuerto, lo dejó aparcado allí. Se dirigió a sacarse unos
billetes hasta Australia, se subió al avión y cuando llevaban justo media hora
del viaje, el avión se perdió en el fondo del mar y no hubo supervivientes.
Elisabeth cuando se despertó, vio la nota que había dejado su marido, pero,
de repente sintió un mal presentimiento en todo su cuerpo. Decidió llamar a la
empresa a dónde trabajaba y le dijeron que tenía una reunión urgente en
Australia, justo después de colgar, encendió la televisión y vio las noticias
acerca del accidente de avión, llamó a la compañía para informarse sí su
marido estaba en la lista de los pasajeros cuando la compañía le dijeron que su

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esposo había muerto, lloró y bebió desconsoladamente tanto que decidió poner
punto final a su vida suicidándose por el balcón delante de la muchedumbre
que había en esos momentos en la calle.
En Francia seguía todo igual, las cosas estaban muy tensas. Cuando era la
media noche, Silvia le envió un mensaje al móvil a su hermana Susana
explicando el siguiente plan. Consistía que Manuel iba a besar a Natalia a la
fuerza para que pudieran montar el espectáculo.
En la casa de Adrián, Rigoberta se había despertado por la lluvia que caía e
intrigada que ponía en esa carta antigua de su hermana pequeña Ana y
aprovechando que todos estaban durmiendo, se dirigió a la habitación de ella,
cogió su diario personal, y en medio de las hojas estaba la carta. La abrió y al
ver lo que ponía en ella sintió como le echarán un jarrón de agua fría por
encima al enterarse de que Ana era adoptada. No se lo podía creer, así que la
volvió a meter en su diario.
Cómo Rigoberta no podía dormir por culpa de la carta, bajo al salón y encendió
la televisión. Mientras veía detenidamente una película de amor, las noticias le
interrumpieron informando que ha habido un accidente de avión trágico y no
había supervivientes.
Al escuchar un trueno muy fuerte, María se asustó saltándose de la cama, se
levantó para refrescarse la cara y a comer un iogurt porque tenía hambre.
Cuando bajó por las escaleras y encontró a su hermana le preguntó:
-¿Qué haces?
-No podía dormir porqué me acabo de enterar que nuestra querida hermanita
Ana es adoptada– Dijo Rigoberta.
-¿Leíste su carta verdad? Un día te vas a meter en un lío, por mirar cosas
personales de los demás –Dijo María.
-Tenía que hacerlo, además tú también estabas preocupada por lo que ponía
en aquella carta –Dijo Rigoberta.
-Hubiese preferido que me lo dijera ella – Dijo María.
-Me voy acostar que mañana hay clases y tendré ojeras –Dijo Rigoberta.
-¿Se lo dirás que es adoptada? – Preguntó María.
-Desde cuando me he enterado que ya no es mi hermana de sangre biológica,
no le pienso decir nada. Además, le devolví la carta – Dijo Rigoberta con tono
de hipocresía.

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-¡Qué cruel eres!¡Si tú estuvieras en su lugar, te gustaría que te cuidasen! –Le
replicó María – Dejando el pote de yogurt vacío encima de la mesa del
comedor.
Las discusiones que mantenían en el comedor, despertaron a todos que
convivían con ellas. Excepto Adrián que estaba pasando la noche en el
Hospital Principal cuidando de su mejor amigo, Daniel.
Susana, Ana, Natalia bajaron al salón y preguntaron todos a la vez:
-¿Qué está pasando aquí?
-¡No os dais cuenta la hora que es! – Exclamó Ana.
-Bueno, le estaba contando a mi hermana María que ha habido un accidente de
avión–Dijo Rigoberta mintiendo.
-¡Qué!- Exclamó Ana - ¿Cómo ha sido?
-El avión se accidentó en el medio del mar y desafortunadamente no hubo
supervivientes – Dijo Rigoberta.
- ¿Es cierto María que estabais hablando de esto? – Preguntó Ana.
- Sí, es cierto – Mintió María para no decirle la verdad.
-Es mejor que nos vayamos a dormir, queda poco para que suene el
despertador – Dijo Susana.
-Tienes razón, mañana hablamos con más calma – Dijo Natalia.
Todos se regresaron a sus habitaciones.
Ana al no poder reconciliar el sueño, encendió la luz de la mesita, se levantó
de la cama, cerró la puerta de su habitación con prestillo y abrió su diario
personal. Busco la carta y se dio cuenta de que estaba abierta. Dijo hablando
sola:
-¿Quién habrá abierto mí carta?
Una vez que tenía la carta entre en sus manos, no tuvo otra opción de leerla, al
enterarse de que era adoptada, se puso a llorar cada vez más fuerte y
entonces se imagino porque sus hermanas discutían.
Cuando sonó el despertador, todos se despertaron, bajaron a desayunar y se
dijeron buenos días.
María preguntó a Ana:
-¿Qué quieres para desayunar?
Mientras Rigoberta se moría de celos.
-Un vaso de leche con cereales – Respondió Ana con una voz triste.

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Rigoberta para despistar un poco el tema le preguntó:
-¿Estás bien? Te noto muy triste, si quieres me lo puedes contar.
-Sí, estoy bien – Respondió Ana.
En el instituto, Diego se acercó a Carlos y le dijo:
-Allí viene tu princesa.
Carlos se giró la cabeza y la vio toda preciosa, sin duda se la intentaba ligar y
le dijo:
-Muy buenos días guapa.
-Carlos, hoy no estoy para bromas – Comentó Ana.
Se acercaron Diego y José para unirse en la conversación:
-Si ya hemos visto que estas muy triste ¿Quieres contarlo?
-Ya me gustaría pero es un asunto personal y voy un momento al lavabo – Dijo
Ana.
Cuando entró al bar, en la barra Rigoberta hablaba con Manuel para darle
información para que metiera cizaña. Ana se dirigía a los lavabos, se dio
cuenta de que Rigoberta y Manuel estaban hablando y escuchó toda la
conversación.
-Manuel, ayer hice una gamberrada como las tuyas.
-¿Ah sí? Lo dudo – Dijo Manuel intrigado.
-Sí, sí, te lo digo enserio, sé una cosa que se va escandalizar todo el instituto.
-Dime qué cosa – Dijo Manuel.
-Verás, te cuento, ayer un trueno me despertó y fui a la habitación de mi
hermana Ana, abrí su diario personal para ver una carta que la habían dado, la
leí y ponía que era adoptada
-Tienes mal corazón – Dijo Manuel irónicamente.
-Al igual que tu – Le devolvió la indirecta.
Ana se fue corriendo al lavabo a llorar y Rigoberta la vio correr.
Manuel le dijo:
-¡Estas metida en buen lio!
Cuando Rigoberta se fue, Manuel no dudo en contarlo todo a todos que
estaban alrededor del bar que Ana era adoptada con un tono de burla. Al
enterarse Diego se acercó a Carlos:
-Oye Carlos, ahora que somos amigos, tienes que proteger a tu princesita Ana,
está en un momento muy difícil. Me acabo de enterar que ella es adoptada.

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-¿Qué? ¿Cómo te has enterado? – Preguntó Carlos
-Parece ser que Manuel vuelve a meter cizaña, alguien habrá dado el
chivatazo y ahora es la comidilla de todo el instituto.
Cuando Ana acabó de llorar, regreso a los pasillos del instituto, tuvo que
soportar todas las burlas de sus compañeros diciendo “Niña adoptada”
seguido. Al escucharlo José, Carlos y Diego, José les dijo a sus amigos:
-Tenemos que hacer alguna cosa, no podemos permitir que Ana este pasando
por esto.
-Lo que teníamos que hacer es vengarnos de Manuel – Dijo Carlos.
-O partirle la cara –Dijo Diego.
Manuel que precisamente se encontraba justo detrás de Diego, escuchó la
conversación y preguntó maliciosamente:
-¿A quién partirás la cara?
En ese momento, también apareció Ana y Manuel aprovechó la situación para
volverle a decir a la cara de que era una “Niña adoptada”, pero Carlos le replicó
a Manuel:
-¡Déjala en paz! ¡Eres un cobarde! ¡Metete conmigo!
-Ay mira, sois tal para cual.... no sabía yo que te gustase tanto la niña adoptada
–Dijo Manuel.
-Me pregunto ¿Qué hubiera pasado si el adoptado eres tú? – Preguntó José.
Diego y Carlos se rieron del comentario de José, Manuel se sintió ofendido y le
pegó un bofetón a José que cayó al suelo dándose un golpe en la cabeza
contra el radiador, Diego enseguida al verlo se impresionó tanto y empezó a
chillar:
-¡José! ¡José!
Ana estaba horrorizada, Manuel se había ido corriendo y salió al patio del
instituto, pero Carlos lo alcanzó y le empezó a dar patadas en el estomago y
cuando se cayó, Carlos se agachó y le advirtió a Manuel cogiéndose el cuello
del jersey:
-Cambia de actitud antes de que sea demasiado tarde, dicen que la vida pasa
factura, como te vuelvas a meter con Ana te las veras con todos nosotros,
prefiero mil veces que te metas conmigo que con ella y respondiendo a tu
pregunta, sí estoy enamorado de ella.
-¡Esta me la pagarás Carlos, te lo juro! -¡Exclamó Manuel!

37
-No me das miedo–Respondió con calma Carlos.
Al oír un escándalo muy fuerte con gritos el director Julián se acercó para
descubrir lo que estaba pasando y preguntó:
-¿Qué está pasando aquí?
Mientras Diego seguía con sus gritos.
-¡José¡ ¡José!
Ana seguía temblando por la noticia y lo empezó a recordar todo lo que había
pasado y sufrió un desmayo. Al verlo Carlos se fue hacía ella y se quitó su
abrigo para taparla.
Julián volvió a preguntar ¿Qué ha pasado aquí? Mientras Manuel se había
fugado cerca de la biblioteca muy golpeado.
Diego explicó todo al director:
-Verás director, todo ha pasado muy rápido la verdad, simplemente Manuel ha
vuelto a meter cizaña, se ha metido con Ana en un asunto personal. José,
Carlos y yo la hemos defendido. José le ha preguntado una cosa a Manuel y
nosotros nos hemos reído del comentario. Manuel le ha dado un puñetazo a
José y él al caerse al suelo se ha dado buen golpe en la cabeza en el radiador
y luego no sé qué habrá pasado.
Y el director Julián le preguntó a Carlos:
-¿Qué ha pasado más?
Carlos le respondió a Julián:
-Aparte de lo que te habrá explicado mi compañero Diego, cuando veía que
Manuel se escapaba le perseguí y cuándo llegué alcanzarlo, empecé a pegarle
y sobre todo advertirle que dejara en paz a mi amiga Ana. Regresé y me
encontré a Ana desmayada.
Creo que deberíamos llamar a una ambulancia – Dijo Diego.
-De acuerdo, parece que en este instituto siempre pasan cosas malas.- Dijo
Julián.
Cogió su móvil, llamó a la ambulancia y estos dijeron:
-¿Emergencia dígame?
-Necesito una ambulancia para dos personas urgentemente por favor –
Respondió Julián.
-¿Me podéis decir adonde se encuentran los enfermos? – Preguntó los de la
emergencia.

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-En el Instituto del Campo – Respondió Julián.
-Enseguida vamos – Dijeron los de emergencia.
Vinieron, les pusieron en una camilla y se marcharon al Hospital Principal con
sus sirenas encendidas.
Cuando la ambulancia llegó al Hospital Principal, Adrián por casualidad estaba
paseando por el pasillo, se dio cuenta que había pasado alguna cosa mala a
ver a José y Ana tumbados en una camilla. Vio a su primo Carlos y le preguntó:
-Carlos ¿Qué ha pasado?
-Primo, luego te lo cuento, es una historia muy larga.
- No sé porque será, pero creo que tiene que ver con Manuel – Afirmó Adrián.
-Sí, Manuel está metido en un buen lío – Dijo Carlos.
Los médicos dijeron:
-Lo siento, no podéis entrar aquí.
Carlos y Adrián se regresaron la habitación de Daniel y Carlos le preguntó a su
primo Adrián:
-¿Cómo se encuentra?
-Está luchando por su vida pero sigue sin reaccionar ¿Podrías ir a ver cómo se
encuentran Ana y José? – Preguntó Adrián.
-Por supuesto primo – Dijo Carlos.
Carlos se pasó todo el pasillo y a recepción le dieron la información que
necesitaba, cuando regresó con su primo Adrián le contesto:
-Les están haciendo pruebas a Ana y a José, Diego se ha quedado con ellos.
Cambiando de tema Adrián, puedo hacerte una pregunta un poco personal –
Dijo tímidamente Carlos.
-Por supuesto.
-¿Te gusta Ana? – Preguntó Carlos curioso.
-Ana es una chica estupenda, somos muy amigos y nos conocimos en el avión
cuando veníamos a Francia. Reconozco que es una chica muy guapa, está
dispuesta a ayudar a todos. Pero, cómo mí pareja, no me gusta. ¿Y a ti te
gusta Ana? – Dijo Adrián.
-Sí, desde el primer día de clase cuando la vi sentada en la sala de actos, me
enamoré.
-Te deseo mucha suerte para conquistar su corazón y cambiando de tema -
¿Qué ha pasado en el instituto? – Preguntó Adrián intrigado.

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-Verás Adrián, en el instituto no paran de meterse con Ana porque es
adoptada. Imagino que alguien dio un chivatazo a Manuel. Diego cuando se
enteró, me avisó para que la protegiera. José también estaba, lo escuchó todo.
Más tarde apareció Manuel. José le hizo una pregunta indirecta, Manuel se
sintió ofendido y le dio un empujón tan fuerte que al caerse se dio un golpe en
la cabeza con el radiador.
Manuel riendo se echó a correr y yo le perseguí hasta alcanzarlo. Empecé a
pegarle patadas en el estómago y le advertí que dejara en paz a Ana.
-¡Eso no está bien! – Echó la bulla Adrián.
-Sí lo se... pero me da rabia que los chicos del instituto se meten con Ana y no
sé cómo conquistarla... es la primera vez que voy a necesitar un consejo tuyo.
Pero antes de que pudiera responder, la máquina de respirar de Daniel se iba
para abajo haciendo el ruido:
-¡PIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIPIPPPPPPPPP¡
-¡Llama un médico, rápido! – Dijo chillando Adrián.
El médico enseguida entró y dijo a los dos:
-Por favor salir de aquí.
Adrián y Carlos salieron de la habitación, Adrián estaba llorando y Carlos le dijo
para animarle:
-Tranquilo, todo saldrá bien.
-¿Porqué tantas desgracias en tan poco tiempo? ¿Qué hemos hecho para que
la vida nos trate de esta forma? –Preguntó Adrián.
-Estas cosas suceden en esta vida tan difícil, tenemos que ser fuertes para
superar todo esto que nos está pasando. No solo sufres tú, sino todos.
Respecto a Daniel no te preocupes porque sé que se va a recuperar muy
pronto de que todo creemos. Porque no vamos a ver como se encuentra Ana y
José, mientras que el doctor está con Daniel – Dijo Carlos.
Carlos consiguió de qué su primo Adrián sacara una sonrisa y Adrián le dijo:
-Tienes razón, vamos.
Ajena de lo sucedido Natalia cuando encontró a Manuel tendido en el suelo, se
asustó.
Era la continuación de sus malvados planes que tenían en su mente.
Cuando Manuel levantó la cabeza le dijo en voz baja y quejándose a Natalia:
-¡Natalia por favor ayúdame!

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Natalia se quedó quieta sin saber qué hacer, estaba asustada y tenía miedo a
que algún día podía tener remordimientos. Se acercó a Manuel y le preguntó:
-¿Qué quieres?
-Ayúdame a levantarme, por favor –Dijo Manuel mintiéndole.
Natalia ayudó a Manuel a levantarse para sentarle en el banco, cuando los dos
estaban sentados, Manuel la cogió tan fuerte entre sus brazos sin que ella
pudiera escapar y la beso a la fuerza. En ese mismo instante Susana hacía
fotos de ellos con su móvil. Se fue rápidamente a enseñarlas a su hermana
Silvia, al verlo se fue a donde estaban ellos y le pegó una bofetada a Natalia.
Se quedaban mirando unos hacía otros, Natalia no sabía que estaba pasando y
no se enteraba de nada.
Manuel le dijo a Natalia:
-Eres muy tonta lo sabes, caíste en mi trampa de nuevo.
-¡Ese es mi chico y no lo voy a consentir que me lo beses! –Replicó Silvia.
-¡Fue él quien me beso, me pidió que le ayudará y yo le ayudé! Le dijo en el
mismo tono de voz a Natalia.
-Natalia no seas tan mentirosa, fuiste tú quien me cogiste abrazándome y me
distes un beso apasionado -Dijo mintiendo Manuel.
-¿Qué hacemos con ella? –Pregunto Silvia.
-Haz lo que quieras con ella –Respondió Manuel.
-La vamos a atar para que aprenda la lección de con mí chico no se meta. dijo
Silvia.
Natalia empezó a huir de Silvia y Manuel ya que la estaban persiguiendo por
todo el instituto. Susana, por ayudar a su hermana Silvia, cuando vio a Natalia,
aprovechó para hacerle la zancadilla. Natalia cayó al suelo, sacaron las
cuerdas y la ataron en una silla en una de las clases.
Nadie se había dado cuenta de que Fabrice estaba observando la escena,
haciendo fotografías, así que como los siguió, una vez que marcharon, él entró
y empezó a desatarla. Cuando Natalia volvió abrir los ojos llorosos, preguntó:
-¿Quién eres tú?
-Me llamo Fabrice, no te voy hacer nada malo. Puedes confiar en mí, yo lo he
visto todo de la maldad de esas personas.
-¿De qué me conoces? – Pregunto Natalia asustada.

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-No me tengas miedo, soy bueno ya sé que estáis sufriendo ¿Acaso no te has
enterado de las últimas novedades? – Preguntó Fabrice.
-¿Qué novedades?
-Esta mañana ya se ha empezado con una pelea bastante fuerte con Manuel,
José, Diego y Carlos porque Ana es adoptada. José y Ana están en el hospital
haciéndose pruebas – Dijo Fabrice.
-Quiero ir a verlos, necesito saber cómo están – Dijo Natalia.
-Es mejor que no vayas. Ahora corres peligro, te tienen a ti como punto de vista
y sospecho que también lo harán con Ana. Venga vámonos – Dijo Fabrice.
Como era de noche completamente ,Fabrice le ofreció su casa a Natalia,
porque él sabía que estaba muy asustada.
Natalia le dijo mientras cenaban:
-Gracias por dejarme estar contigo esta noche, no te conocía y gracias por
haberme ayudado.
-Ese es mi trabajo, no soporto ver que los chicos se metan con los chicas, son
de cobardes.
-Bueno ¿Te puedo hacer una pregunta? – Preguntó Natalia.
Fabrice la miró, se levantó a buscar una cerveza y se le cayó una tarjeta de
identificación que ponía “Paparazzi”. Natalia la recogió y se la entregó.
Fabrice sonrió y dijo:
-Esa era tu pregunta.
-Sí esa era mi pregunta, la tenía en mi mente – Dijo afirmando la respuesta
Natalia.
-Por favor, no se lo comentes a nadie, esto va a ser un secreto entre nosotros
dos. Estoy vigilando los planes tan maquiavélicos que hacen Silvia, Manuel,
Susana y los gemelos. Espero que pueda confiar en ti.
-Sería totalmente injusto de que te tratase tan mal siendo tu tan amable
conmigo, ofreciéndome una estupenda cena y un lugar adonde poder dormir
¿Es cierto que Ana es adoptada? – Preguntó Natalia.
-Sí, yo puse la carta antigua en su mesa antes de que lo tirasen todo y robaron
el Diario personal de Carlos – Contestó Fabrice.
-¿Pero tú sabías que iban a robar en el instituto?

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-No yo no sabía nada de lo que iba a suceder, porque me fui antes de lo
previsto. Pero en esta ocasión ha sido diferente. Te pido por favor que lo que te
cuento no salga de esta casa –Dijo Fabrice.
-Tan solo una pregunta más ¿Tú sabes quién es el verdadero padre de Ana?

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CAPÍTULO 5:
TE QUIERO PERO NO TE QUIERO:

En el Hospital Principal justamente en la habitación de Daniel había sufrido un


paro cardiaco, lo médicos enseguida entraron y pusieron unas planchas en su
cuerpo para reanimarlo. Después de varios intentos lo consiguieron, volvió a
estar estable pero todavía seguía en coma.
María llamó al móvil de su hermana Ana, tenía su bolso Carlos, cuando
escuchó que sonaba el móvil, se fue a la calle, abrió la puerta de la entrada y
preguntó:
-¿Sí dígame? ¿Quién es?
-Eso mismo me pregunto yo... soy la hermana mayor de Ana ¿Está por allí?
- Soy Carlos ¿No me reconoces la voz? Tú hermana está en el Hospital
Principal.
- ¿Qué ha pasado? – Dijo María.
- Manuel y sus amigos han hecho de las suyas ahora todo el instituto sabe que
Ana es adoptada.
- Esto ha sido cosa de mi hermana Rigoberta, me da la sensación que se ha
ajuntado con ellos – Dijo María – De todas formas muchas gracias, ahora voy
para allí.
- Vale, te esperamos.
Cuando Carlos regresó se cruzó con el Doctor Martínez y le preguntó:
-¿Doctor Martínez como se encuentran mis amigos José y Ana?
-Verás... José es un chico valiente, está muy bien, por suerte ha sido solo un
susto y no te debes de preocupar - Dijo el Doctor Martínez.
-¿Y Ana?
-Ana en salud está bien, el ligero desmayo que sufrió fue a causa de un estrés.
Sería muy conveniente que fuera hablar con un psicólogo. Le iría muy bien. En
un par de horas les daré el alta y podréis marcharos a casa – Dijo el Doctor
Martínez.
-Gracias Doctor Martínez.
María no tardó en llegar al hospital para saber cuál era el estado de salud de su
hermana pequeña Ana y cuando se encontró a Carlos le preguntó:
-¿Cómo está mi hermana?

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-De salud está bien, pero temo a que entre en depresión por lo que está
pasado – Respondió Carlos.
-¿Y el médico que ha dicho?
-El médico ha aconsejado que hable con un psicólogo – Respondió Carlos.
-Gracias por estar junto a ella, ahora necesita toda de nuestra ayuda lo debe
estar pasando mal.
-Y esto pasa por culpa de Manuel, a éste chico le tengo más rabia que a los
exámenes – Dijo Carlos.
-Y seguro quien está metida en un buen lío es mi hermana Rigoberta, ella
empezó todo el alboroto.
-Pues dile a tu hermana que ya me gustaría verla sufrir como lo está haciendo
Ana, no quiero ofenderte pero si es cierto lo que dices desde luego no puede
caer tan bajo – Comentó Carlos.
-¿Y qué quieres que haga? Ella siempre ha sido rebelde, no puedo cambiarla,
ya me gustaría que fuera más sensible pero el carácter que tiene, es muy
difícil.
-Puedes hablar con ella, que tenga compasión, que intente tener paciencia con
los demás – Dijo Carlos.
-¿Qué crees que acaso no le intento, Carlos? Mira ahora viene nuestros
amigos, parece ser que Ana y José ya le han dado el alta.
-Sí, mejor aparquemos el tema, ahora hay que estar unidos más que nunca, ya
hablaremos de esto cuando se tenga que hablar – Dijo Carlos.
Una vez que habían llegado al apartamento, todos se fueron acostar tras un día
tan agotador y lleno de nervios pero Ana aunque estaba acostada en la cama
no podía dormir, tenía la mente llena de recuerdos, tanto de cuando era muy
pequeña y ahora en esta etapa de la adolescencia, se preguntó a si misma
¿Cuánto se arreglaran las cosas y podré olvidarme de este recuerdo que me
lleva amargando desde siempre? Y paso la noche en vela.
Al día siguiente, todos estaban desayunando en una mesa larga y grande en el
comedor, entonces, Rigoberta para ser el centro de atención le preguntó a Ana
para ofenderla:
-Niña adoptada ¿Cómo has dormido esta noche?
Ana bajo la mirada apuntó de llorar, su hermana María la defendió y le
preguntó a Rigoberta:

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-¿Se puede saber qué te pasa? ¡Antes no eras así! Siempre tienes que
estropear los momentos dulces de una familia.
-Ya te lo dije María que fueras con cuidado con esta víbora – Intervino en la
conversación Carlos.
-¡No te metas en una discusión familiar que a ti no te conviene! – Le replicó
Rigoberta.
-Claro que sí que me meto, eras una cínica y hipócrita, pareces buena chica
cuando en realidad eres muy mala. Quiero que te quede una cosa clara, yo
a Ana la quiero mucho y si tú la tocas un dedo te las verás conmigo. No
entiendo porque eres insoportable, rebelde y estas llena de maldad – Dijo
con tranquilidad Carlos sin perder la paciencia
Se armó un buen escándalo porque Diego y José también intervinieron en
la pequeña discusión y eso que solo era un asunto familiar.
-Carlos tampoco te pases, no está bien meterse con las chicas, recuerda
que son de cobardes, por más que Rigoberta este llena de maldad –Dijo
Diego.
-¡Yo no estoy llena de maldad! – Dijo histérica Rigoberta.
-¿A no? ¿Y entonces porque no aceptas a Ana? – Pregunto José.
-¡Esto es un asunto familiar y no quiero os metáis! – Replicó Rigoberta.
Adrián no tardó en aparecer por su apartamento y preguntó al ver a Ana
llorar:
-¿Por qué tanto alboroto? ¿Por qué Ana está llorando?
-¡Porque Ana llora por nada! – Replicó Rigoberta
-María por favor ven, vamos a dar una vuelta alrededor de la casa para que
me cuentes todo lo que ha sucedido – Dijo Adrián.
Adrián y María se fueron a dar un paseo cerca de la casa y una vez María
que había contado lo sucedido, llegaron a un acuerdo y regresaron al
apartamento, faltaba quince minutos para estar en el instituto, todos
estaban sentados en la mesa y al ver las caras de ellos, Ana preguntó:
-¿Qué pasa María?
-Hemos llegado un acuerdo entre Adrián y yo – Respondió María.
-¿Qué acuerdo habéis llegado? – Preguntó Rigoberta.
-Rigoberta, no podemos estar aquí cada día peleando contigo porque tu no
soportas esta situación, no quería hacerlo, pero con tus malas actitudes, no

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me queda más remedio, así como dueño de este apartamento te pido que
recojas todas tus cosas y márchate – Dijo Adrián.
-¡Esto es una injusticia, aquí la que sobra es Ana! – Replicó Rigoberta.
-No lo hagas más difícil – Comentó Adrián.
-Está bien, voy a hacer mis maletas y me marcho, pero juro que me la
pagaréis todas juntas – Dijo Rigoberta histérica.
Rigoberta subió a su habitación, hizo las maletas y se largo de casa dando
un portazo.
Carlos se levantó de la silla para abrazar a Ana, todos se estaban mirando
y en eso Ana preguntó:
-¿Habéis visto a Fabrice y a Natalia?
-No sabemos nada de ellos, pero es mejor que nos marchemos al instituto o
si no Alfredo nos echara la bronca – Dijo Adrián.
-¿Y Daniel? –Pregunto Carlos.
-Daniel está bien cuidado, no te preocupes – Respondió Adrián.
Llegaron cinco minutos tarde y tuvieron la mala suerte de encontrarse con
Alfredo y éste al verlos les dijo:
-¡Llegáis tarde!
-Perdona Alfredo no volverá a pasar, nos hemos entretenido – Dijo Adrián.
En Segundo de Bachillerato, mientras el tutor de Educación Física Javier
daba la explicación de lo que harían en todo el curso, Rigoberta amenazó a
su hermana María:
-¡No te creas que se me ha olvidado lo de esta mañana, vete con cuidado
porque a pesar de que seas mi hermana mayor, me las vas a pagar!
-¿Por qué montaste este jaleo? Antes eras una buena persona dispuesta
ayudar y ahora en cambio, serías capaz de cometer un delito, la verdad no
te entiendo – Dijo María.
-Simplemente fue por la noticia de la niña adoptada – Respondió Rigoberta.
-¡Es tu hermana! – Replicó María.
-Perdona, ni ella ni tú ya no lo sois, me echasteis de casa porque no
soportaba la presencia de tu hermana favorita y ahora mi nueva familia es la
de Manuel – Dijo Rigoberta.
-Te has vuelto loca con el tiempo, pero te advierto “quien mal anda mal
acaba” – Dijo María.

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Mientras que en la sala de música, Natalia llega media hora tarde al
instituto, pero Alfredo en vez de echarle la bronca, le dijo:
-¡Natalia, que alegría verte, después de dos días, las cosas que te has
perdido!
-No te preocupes, si lo que te importa son los deberes ya los tengo hechos
–Dijo Natalia.
Mientras Alfredo, escribía unas cosas en la pizarra, Susana se cambio de
sitio y se sentó al lado de Natalia, para comunicarle sobre Daniel:
-Se que quieres a Daniel con locura, espero que te hayas enterado de la
última noticia.
-¿Qué noticia? – Preguntó Natalia extrañada.
-Simplemente sufrió un paro cardíaco pero lo reanimaron– Dijo Susana.
-¡Te gusta decir mentiras! – Dijo Natalia alzando la voz.
-Por una vez te digo la verdad, no soy tan mala como mi hermana Silvia –
Comentó Susana.
-Tienes toda la razón, eres peor, porque duele más la mentira que la locura
de tu hermana – Dijo Natalia.
En el patio, cerca de la pista de fútbol - sala todos miraban a Ana y le
volvían a decir una y otra vez “Niña Adoptada”. Manuel intentó agredirle a
Ana pero Alberto le frenó el brazo y éste le replicó:
-¡Déjala tranquila, ella no te ha hecho nada!
-Es una “niña adoptada”, no entiendo como la puedes defender – Comentó
Manuel.
-Quiero que te marches y no te acerques a ella – Dijo Alberto, mientras que
Ana le iba el corazón a mil por hora, cuando Manuel se marchó, Ana
también estaba a punto de irse, pero Alberto la hizo frenar y dijo cogiéndola
entre sus brazos:
-Espera, tenemos que hablar.
-¿Qué quieres, Alberto? – Preguntó Ana llorando.
-Del tiempo que estuvimos juntos – Dijo Alberto.
-Ese tiempo ya pasó, Alberto te puedo hacer una pregunta – Dijo Ana.
-Pregunta lo que quieras, ahora sé que estas pasando una mala temporada,
no te puedo negar nada – Dijo Alberto
-¿Sigues robando para sobrevivir? – Pregunto Ana.

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-A veces sí que robo, bien tu sabes mi padre está muy enfermo y mi madre
nos abandonó – Respondió Alberto.
-¿Y qué paso con nuestra hija? – Preguntó de nuevo Ana.
-Vaya menos mal que era una pregunta sola – Comentó Alberto.
-Por favor contesta, lo quiero saber – Insistió Ana.
-Está bien, nuestra hija fue entregada a una familia rica, así que ella
también es adoptada – Respondió Alberto.
-¿Por qué lo hiciste? – Pregunto Ana.
-Tú lo sabes muy bien, eras pequeña, no podías haber estudiado y hacer
una vida normal y yo porque no tenía dinero para manteneros y es mejor
que entremos a clases – Dijo Alberto.
-Espera, quiero que sepas una cosa, a pesar del tiempo que hemos estado
separados, aún te sigo amando, pero te deje porque no aguantaba la idea
que robarás – Dijo Ana y acto seguido le robó un beso en los labios,
recordando sus mejores momentos de su infancia.
Entonces Ana entró a clases y Alberto aturdido se quedó mudo y
sorprendido de la reacción de Ana, se dijo a sí mismo “Me robó un beso” y
también entró.
Alberto no prestaba atención a las explicaciones de la profesora Laura, se
pasaba la hora recordando a Ana y el beso robado.
Mientras que en la clase de Ana, a Carlos se le cae una hoja que había
dibujado un corazón y que ponía “Ana te quiero mucho”. Ella al leerlo se lo
recogió del y se lo devolvió a Carlos.
Cuando sonó el timbre de la salida, Ana que veía que Carlos se marchaba,
se dio prisa para alcanzarlo y una vez que lo alcanzó, le dijo:
-Carlos porque nunca me lo dijiste, todo lo que sentías por mí.
-Ay Ana, yo siempre te he querido, pero tú no te has enterado, la verdad
que me gustaría que tu amor sea el mío, pero sé que no va a ser posible.
-La verdad es que yo te quiero como un hermano, eres muy bueno y seguro
que muy pronto vas a encontrar a una joven que te enamore, mira, me
puedes pedir lo que quieras que yo estaré allí para ayudarte – Dijo Ana.
-No lo creo, si no eres tú a mi no me interesa nadie, pero de todas formas
ya sé que me ves solo como un hermano, parece mentira que tú me estés
dando ánimos, cuando eres tú que lo estas pasando mal.

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-Bueno, tampoco no pasa nada porque sea adoptada, está claro que me
tengo que hacer a la idea y a poco a poco lo estoy asimilando, bueno, pero
no quiero verte triste, mira esta noche te llevo a bailar en una discoteca –
Dijo Ana.
-Contigo voy hasta el fin del mundo, porque eres la más guapa de la tierra,
pero te advierto que yo soy el mejor bailarín de esta ciudad.
-Sí, eso ya lo sabía yo, dispuesto a todo, te admiro porque eres un luchador
que no se deja que lo pisoteen – Comentó Ana y los dos se abrazaron.
Mientras que en la salida del instituto, justamente en la puerta de entrada a
Adrián le llaman al móvil y al responder pregunta:
-¿Quién es?
-Soy el doctor del Hospital Principal que esta curando a tu amigo Daniel.
-¿Ha pasado algo malo? – Preguntó Adrián.
-Al contrario, tengo buenas noticias pero no quiero hacerlo por el teléfono,
ven a verme al hospital y hablamos – Dijo el Doctor.
-Voy enseguida al hospital –Dijo Adrián.
Adrián colgó el móvil y Natalia le preguntó:
-¿Estás bien Adrián? Tienes una cara de incógnita.
-La verdad que sí, me acaba de llamar el Doctor que esta curando a Daniel,
que por cierto, me tiene que dar buenas noticias y voy a mi casa para ir con
la moto – Respondió Adrián.
-No hace falta, he venido con coche, si quieres te llevo, así no pierdes tanto
tiempo, además a mí también me gustaría verlo, además estoy enamorada
de él, le quiero.
-No entiendo, hace casi un mes que ha tenido el accidente y ahora decides
verlo, él si te ve se va a enfadar contigo, pero yo quiero confesarte una
cosa, pero sé que ahora no es el momento – Dijo Adrián.
-Venga vámonos al Hospital Principal, te dejo conducir – Dijo Natalia.
Al subir en el coche, Natalia le dijo a Adrián:
-Por favor ponte el cinturón ya que la ciudad está muy llenas de policías, ah
y no puedes coger el móvil mientras conduces.
-Tienes razón, también hay que pararse en los semáforos rojos, dejar pasar
a los peatones en el paso cebra y ceder el paso a los que vienen por la
derecha en un cruce – Dijo Adrián.

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-Ya veo que hoy estas muy bromista.
-¡No es broma Natalia! La gente tenía que dejarse ya de saltar las normas y
evitar los accidentes de coches que pueden causan la muerte, no entiendo
porque lo hacen –Comentó Adrián
-Adrián, la gente va a su bola, no se dan cuenta de lo que pueda pasar,
piensan que por ir más rápido llegas más pronto. Tampoco puedes ir tan
lento excepto que te lo indiquen. Cambiando un poco el tema, mira aquí hay
un sitio para aparcar.
Cuando aparcaron el coche y entraron al Hospital Principal, se subieron a la
consulta del Doctor, éste al verlos les saludo:
-Hola Adrián, veo que hoy estas acompañado.
-Sí es una de mis mejores amigas, se llama Natalia.
-Encantado de conocerte – Dijo el Doctor Vicente.
-Lo mismo digo – Dijo Natalia.
-¿Cuáles son esas buenas noticias que tienes que darnos? – Preguntó Adrián
curioso.
-Verás, Daniel ha despertado del coma, está muy débil y se pasa las horas
durmiendo. Es un chico bastante fuerte, lo admiro por su forma de ser, además,
porque este caso es especial. Pero tengo que advertiros algo muy importante –
Dijo el Doctor Vicente.
-Di cualquier cosa –Respondió Adrián.
-Aparte de que tu mejor amigo haya despertado es posible que haya perdido la
memoria, ahora más que nunca necesita de vuestra ayuda, es decir que le deis
mucho cariño y no alterarle – Dijo el Doctor Vicente.
-¿Y tú me dijiste que al principio se podía haber quedado invalido, sabes
alguna cosa? – Pregunto Adrián.
-No os preocupéis, por suerte eso no va a pasar nada, ah y la amnesia será
temporal, pero puede durar tiempo – Dijo el Doctor Vicente.
-¿Puedo ir a verlo? – Pregunto Natalia.
-Sí, pero déjale descansar que lo necesita – Dijo el Doctor Vicente.
-Muchas gracias, Doctor, eres muy amable por informarnos – Dijo Adrián.
-Si sigue así, ya le tendremos que dar de alta, y haber si recupera el tiempo
perdido de clase – Dijo el Doctor Vicente.

51
Adrián y el Doctor Vicente se dieron la mano, Natalia se fue a la habitación, al
ver a Daniel despierto le preguntó:
-¿Se puede pasar?
-¡Natalia! Creía que nunca te iba a ver –Dijo Daniel.
-Vengo a decirte varias noticias –Dijo Natalia.
-Ay no, por favor no empieces con los misterios – Dijo Daniel.
-No empiezo, pero todas son muy buenas noticias – Dijo Natalia mirándole
fijamente en los ojos.
-Te escucho, estoy ansioso por saberlo, pero antes quiero saber ¿Con quién
has venido? –Dijo Daniel.
En ese preciso momento, entra Adrián y dijo:
-Ha venido conmigo, soy Adrián ¿Te acuerdas de mí?
-Lo siento, la verdad es que no te conozco, ni me acuerdo que tenía un amigo
que se llamase Adrián – Respondió Daniel con dureza,
-Es tu mejor amigo, lo compartes todo con él – Dijo Natalia.
-No sé quién es y quiero que se marche de aquí – Dijo Daniel alterado.
Adrián triste se fue de la habitación y empezó a llorar como una magdalena.
-Has sido un poco duro con él, aunque no te acuerdes no tienes que ser injusto
– Dijo Natalia.
-¿Me vas a decir las buenas noticias? –Preguntó insistiendo Daniel.
-Bueno tan buenas no son pero al menos ya es algo, sufres amnesia pasajera,
la otra que no te vas a quedar paralítico y si te portas bien te darán el alta –
Dijo Natalia.
-¡Ay! – Suspiró Daniel.
-¿No estás contento? –Pregunto Natalia.
- Sí que estoy, lo que pasa es que estas guapísima y no entiendo porque no
me has ido a visitar antes – Dijo Daniel.
-Yo no vine a verte porque estaba en el punto de mira de Manuel, Silvia y
Susana me tendían muchas trampas. Estoy agradecida con Fabrice, porque
pude estar escondida varios días. Pero siempre he preguntado por ti, porque te
quiero muchísimo – Dijo Natalia.
-Natalia me haces el hombre más feliz del mundo, a pesar de que este en esta
cama del hospital. Yo desde el primer día que te vi, me enamoré de ti como un
loco y quiero seas mi esposa.

52
-Bueno, pero antes, tienes que regresar a las clases y ponerte a trabajar. Si
queremos casarnos y mi amor, me tengo que ir – Dijo Natalia.
Le dio un beso, se fue de la habitación en busca de Adrián. Adrián estaba en el
bar del hospital, bebiendo cerveza, cuando Natalia lo vio, le preguntó:
-¿Estás bien?
-Cómo quieres que este bien, si mi mejor amigo no se acuerda de mi–Dijo
Adrián llorando.
-No te pongas así, sabes muy bien que dijo el Doctor Vicente, que sufre
amnesia pasajera.
-¿Qué debo hacer? No entiendo porque la vida me trata así de mal – Dijo
Adrián llorando.
-Simplemente, debes de darle tiempo, solo es pasajera y ya verás que dentro
de poco, volveréis ser los mejores amigos que erais antes, eso que no te cabe
la menor duda –Dijo Natalia consolando a Adrián.
-Pero es injusto, que me castigue tan duramente, pero no es solo por Daniel –
Dijo Adrián.
-¿Y entonces cual es el tema?
-No sé si debo confesarte todo lo que siento –Comentó Adrián.
-Ah ya entiendo, es el amor, estás enamorado ¿Y se puede saber de quién se
trata?
-De ti, siempre estuve loco de amor hacía ti e incluso alguna vez soñaba que
podía tenerte entre mis brazos, pero cuando te ibas con Daniel, los celos me
arrastraban –Dijo Adrián.
-¿Y porque no me lo dijiste antes?
-Porque preferí callarme y ver a mi mejor amigo Daniel feliz contigo, yo solo
sería un estorbo para ti –Dijo Adrián.
-Que bueno eres, mira esta noche, Ana va a ir a la Discoteca a bailar con
Carlos y espero que tú hagas lo mismo pero conmigo – Dijo Natalia dándole un
beso en la mejía.
-Está bien, pero te advierto que nuestra familia somos los mejores bailarines, te
sorprenderías –Dijo sonriendo Adrián.
-Estas más guapo cuando sonríes.
Se abrazaron y se fueron a buscar el coche, ese día no había clase por la tarde
y se fueron hacia el apartamento de Adrián.

53
-¡Qué bueno, que no haya clase por la tarde! –Dijo Carlos alegrándose.
-Tú eres un vago, primo –Dijo Adrián de broma.
-Ya me estás haciendo rabiar como siempre –Dijo Carlos.
-Mira hoy podemos cenar a un restaurante y después irnos de marcha, hay
que aprovechar estas oportunidades – Dijo Ana.
-Pues entonces a que esperamos, marchémonos ya, cuando más pronto
salgamos más diversión hay y haber si ligo – Dijo María.
-Pero antes tenemos que cambiarnos de ropa, hay que estar más guapas
de lo normal, oye María, me prestas tu vestido azul que tiene perlas
brillantes, me haría ilusión –Dijo Ana.
-¿Y tú me dejas tus pinturas? – Preguntó María haciéndole una indirecta.
-¿Por qué las chicas siempre tardan en arreglase? – Pregunto José.
-Las mujeres son muy presumidas – Dijo Diego.
Momentos después las chicas estaban guapísimas y cada uno se fue con
sus parejas, primero decidieron irse a cenar y luego a bailar, se fueron con
una lujosa limosina alquilada a buen precio.
Todos estaban muy guapos y se proponían a pasar una noche inolvidable.
Cuando bajaron de la limosina y entraron en el restaurante, tomaron los
mejores platos que tenía Francia y los camareros le ofrecieron el mejor vino
de sus tierras, la cena estaba riquísima, claro que Ana recordaba el mismo
momento cuando empezó todo y dijo:
-María, no crees que estamos empezando todo de nuevo.
-¿De qué hablas? –Pregunto María.
-De la cena y todo esto, es como si hubiéramos retrocediendo en el tiempo
en Nueva York – Dijo Ana.
-La verdad tienes razón, pero hoy hemos veniros a divertirnos y no a
lamentarnos –Dijo María.
Al acabar la cena, se fueron paseando tranquilamente y sonriendo hasta
llegar a la discoteca, era grande, tenía dos plantas y era muy bonita.
Bebieron cervezas, champús, ballantines con naranja y probaron el martini
negro y blanco.
Luego se pasaron al baile, todos tenían su propia pareja, hablaban en vez
de cuándo y se dejaban llevar por la música.

54
Horas después mientras que la peña de Adrián seguían bailando, de
repente una chica llamada Patricia se desmayó y todos los que estaban
alrededor chillaban.
Carlos al verla tendida en el suelo, se quito la chaqueta, le dio unas
palmaditas a la cara para que reaccionara y así sucedió, todo había
quedado en un susto y en fin Carlos le preguntó:
-¿Estás bien?
-Sí, simplemente he bebido demasiado – Contestó Patricia.
-Cuando pasa esto es mejor salir a la calle que te dé el aire fresco – Dijo
Carlos.
-Sí, tienes razón, voy a la calle – Comentó Patricia.
-Déjame acompañarte, por favor – Dijo Carlos.
-Está bien, vámonos y toma la chaqueta que es tuya – Dijo Patricia.
-Mejor pontéela que hará frío y haber si vas a coger un resfriado – Dijo
Carlos.
-Muchas gracias, eres muy amable –Dijo Patricia.
Entonces Carlos abrió la puerta de la discoteca y dijo:
-Las chicas primero.
Cuando estaban en la calle, Patricia le dijo:
-Eres simpático y muy atractivo, por cierto ¿Cómo te llamas?
-Me llamo Carlos y gracias por el piropo ¿Y tú?
-Me llamo Patricia y sí es verdad, eres muy guapo, cualquier chica se fijaría
en ti.
-Ya más quisiera yo tener a la mujer que amo entre mis brazos, pero ella
quiere a otro chico.
-Antes de desmayarme, te estuve observando fijamente desde la barra y
cada vez que bailabas con ella, tus ojos empezaban a brillar – Dijo Patricia.
-¿Qué me aconsejas?
-Tendrías que olvidarla, ya sé que es difícil pero el tiempo lo cura todo y
quizás algún día, menos inesperado encuentras a la mujer de tu vida –Dijo
Patricia.
-Mira allí están mis amigos y seguro que vienen para avisarme que hay que
irnos a dormir.
-Está bien Carlos, gracias por preocuparte por mí –Dijo Patricia.

55
-Ha sido un honor poder ayudarte.
Todo el mundo se fueron a dormir, por suerte, las clases eran solo por las
tardes ya que los profesores hacían huelga.
Al día siguiente, en el apartamento de Adrián le sonó el teléfono y preguntó:
-¿Sí?
-¿Está Adrián? – Preguntó el Doctor Vicente.
-Sí, soy yo ¿Qué desea?
-Soy el Doctor Vicente, esta misma mañana le daremos de alta a tu amigo
Daniel.
-Muchas gracias, Doctor ¿Sobre a qué hora? – Preguntó Adrián.
-Cuando firme el papel del alta y después ya podéis iros.
-Enseguida estoy allí –Dijo Adrián.
Colgó el teléfono, en ese mismo instante baja Natalia y preguntó:
-¿Todo bien?
-Sí Natalia, no puede ir mejor a Daniel le van a dar de alta del hospital –Dijo
Adrián.
-¡Qué bien! –Exclamó Ana de alegría.
-Espero que le sirva de escarmiento, ese accidente de coche – Dijo José.
-Bueno pues habrá que prepararle una sorpresa – Dijo Diego dando una
sugerencia.
-Bueno, yo voy a buscarlo ¿Quieres venir Natalia? – Dijo Adrián.
-Sí, venga, hasta ahora – Dijo Natalia.
-No te preocupes por nada, nosotros lo solucionaremos todo – Dijo María.
Y entre toda la peña decidieron hacer una pequeña fiesta, fueron a comprar,
pistachos, cacahuetes, olivas negras y verdes, sobretodo no podía faltar las
patatas, el queso y una tarta de nata que estaba deliciosa, luego de bebidas
había vino, champagne, cerveza, martini, fanta, coca-cola y agua.
Más tarde hicieron una pancarta bien grande y escribieron “Bienvenido a
casa campeón”. Y adornaron toda la casa.
Mientras en el Hospital Principal, Adrián y Natalia ya están en el despacho
del Doctor Vicente y dijeron:
-Buenos días.
-Buenos días Adrián y señorita Natalia, supongo que debéis estar
contentos, porque al fin le vamos a dar el alta –Dijo el Doctor.

56
-Sí, admiro a mi mejor amigo porque es un luchador – Dijo Adrián.
-¿Ya están los papeles firmados del alta? – Preguntó Natalia.
-Están en ello, es que hoy estamos con mucho trabajo y las cosas van con
retraso, pero en algún momento, vendrán –respondió el Doctor Vicente.
-Vale, no pasa nada, tenemos tiempo, ya que hoy tenemos clase por la
tarde – Dijo Adrián.
-¿Y cómo es eso? –Pregunto el Doctor Vicente.
-Bueno, todos los profesores hacen huelga, pero no sabemos el motivo y
creo que no se sabrá – Respondió Natalia.
En ese mismo momento, entra la secretaria del Doctor Vicente y le dijo:
-Perdona, Doctor Vicente por interrumpir, pero vengo a entregarte los
papeles del alta de Daniel.
-Ah, muy bien, muchas gracias – Dijo el Doctor Vicente.
-Bueno, yo voy a la habitación haber si Daniel, necesita ayuda – Comentó
Adrián.
-Ha sido un placer conocerte, Doctor Vicente – Dijo Natalia, mientras veía
que Adrián se alejaba.
-Igualmente señorita, me tendrás que disculpar pero tengo que irme, me
están esperando en el quirófano tengo una operación – Dijo el Doctor
Vicente.
-Gracias doctor por todo.
En la habitación de Daniel, entró Adrián y preguntó:
-Hola ¿Necesitas ayuda?
-No hace falta ya estoy ¿Ha venido Natalia?
-Sí, ahora viene, está terminando de hablar con el Doctor Vicente –
Respondió Adrián.
-El Doctor Vicente me cae muy bien, es simpático y ha sido muy bueno –
Dijo Daniel.
Entonces, entró Natalia y dijo dándole un beso:
-Hola mi amor, ¿Estás listo para regresar al apartamento?
-Tengo muchas ganas de veros a todos – Respondió Daniel.
-Pues, a que estamos esperando – Dijo Adrián.
Se fueron hacía el coche, Daniel observa a través del cristal las hermosas
calles de Francia y dijo a Adrián y a Natalia:

57
-¡Que preciosa es Francia!
Cuando llegaron a casa, toda la peña dijeron ¡Sorpresa! Y Daniel se
emocionó y dijo:
-Muchas gracias a todos, por haber estado a mi lado, sois mis mejores
amigos y nunca os olvidaré.
Brindaron y le pusieron a corriente de lo que estaba sucediendo y se quedó
sorprendido, comieron y disfrutaron de ese día tan especial.
Por la tarde, regresaron a las clases y todos aplaudieron, Rigoberta le dijo a
Manuel:
-Mira, no entiendo porque la gente lo aplaude, tiene más vida que un gato.
-Es cierto –Dijo Manuel.
Mientras Eduardo había llegado a Francia, para darles las sorpresas a sus
dos hijos Alberto y Alfonso, se fue de camino al Instituto El Campo y sus
hijos se dieron cuenta y dijeron:
-¡Papá! ¿Qué haces aquí? ¿Cómo estás?
-Bueno, estoy un poco cansado del viaje, quería haceros esta sorpresa y
deciros que me voy a quedar una larga temporada con vosotros – Dijo
Eduardo.
-Me parece muy bien y vámonos para casa, bueno es un apartamento muy
grande y hay muchos vecinos por el barrio – Dijo Alfonso.

58
CAPÍTULO 6:
EL SEQUESTRO:

Dos meses más tarde en el bar del instituto, una joven adolescente estaba
llorando sentada en una de las sillas cerca de la mesa porque no conocía a
nadie, tenía la sensación de haberse quedado sola.
En ese momento entraron los hermanos gemelos Alberto y Alfonso. Alberto le
preguntó:
-¿Por qué estás llorando?
-Lloro porque me siento pérdida en éste instituto – Respondió Sara.
-¿Eres nueva? – Preguntó Alfonso.
-Sí, soy nueva – Dijo Sara frotándose los ojos – Disculparme pero me tengo
que ir a clase.
Justo en la salida del bar, Adrián tropieza con Sara casi le hace caer al suelo y
dijo Adrián cogiéndola entre sus brazos:
-Perdona, no te he visto ¿Estás bien?
Sara al levantar la mirada, se impresionó de lo guapo que era, empezó a sentir
un cosquilleo en el estómago y le respondió con una sonrisa:
-Sí, estoy bien, gracias –Dijo Sara.
-¿Eres nueva verdad? Nunca te he visto por aquí – Dijo Adrián.
-Sí soy nueva, me llamo Sara – Respondió.
-Yo soy Adrián, no te preocupes por nada, yo soy tu amigo y los que están
conmigo son mis mejores amigos, sí lo prefieres puedes venirte con nosotros –
Dijo Adrián.
-Gracias Adrián, pero también tengo que ir a buscar un sitio a dónde quedarme
que no sea muy caro–Dijo Sara.
-Ah de eso nada, tú te vienes con nosotros, hay una habitación libre en nuestra
casa –Dijo Ana.
-Gracias por todo, chicos – Dijo Sara.
-Ya eres de la peña – Dijo José.
Cuando habían terminado las clases, Adrián ayudó a Sara con las maletas
hasta llegar al apartamento, un vez dentro Sara le dijo a Ana:
-Adrián es muy guapo, creo que me voy a enamorar.

59
-Lo único que puedo decirte es que luches por él, aunque se te hará un poco
difícil – Dijo Ana.
¿Y por qué dices eso? – Preguntó intrigada Sara.
-Verás todo está muy complicado a Adrián le gusta Natalia, es otra de las
amigas de la peña, pero Natalia está saliendo con Daniel y los dos se quieren
muchísimo – Explicó Ana.
-Una de mis virtudes es tener paciencia. Me voy a dormir porque tengo mucho
sueño.
-¿No vas a cenar? – Preguntó Ana.
-No tengo hambre.
-Lo que hace el amor, se lo que se siente amar a una persona y no poder
disfrutarla. Mira, te lo voy a contar porque todos ya lo saben – Dijo Ana.
- En el instituto se ha dado el rumor de que tú besaste a Alberto a uno de los
gemelos. ¿Es cierto?
Ana, en ese preciso momento recordó cuando se atrevió a besar a Alberto y
dijo:
-Sí, es cierto, estoy enamorada de Alberto desde que era una niña, tuve que
dejarlo porque fue una pena que robará para sobrevivir - Respondió Ana.
Sara se fue acostar en su habitación, pensando en Adrián y haber si tenía
posibilidades en conquistarlo.
En la casa de al lado, en el jardín Manuel y Silvia bebían tranquilamente una
cerveza.
-La verdad no me ha caído bien la niña nueva – Dijo Silvia.
-A mí lo que más me fascinó, que la nueva ya se fue a vivir en el apartamento
de Adrián sin conocerse ¿Y Rigoberta? – Preguntó Manuel.
-Se ha ido a pasear en la playa.
-¿Y para qué habrá ido allá? – Preguntó Manuel intrigado.
-Seguro que debe estar tramando un plan para destruir a nuestros vecinos y
sobre todo a sus hermanas.
-Sí, ese es el caso, tendríamos que aliarnos y dar todo el apoyo a Rigoberta,
nos viene muy bien ¿Y tu hermana cómo le ha ido? – Preguntó Manuel.
-Bueno, pues ahora no sabe nada, está vigilando cada detalle, cuando sepa
alguna cosa, me imagino que me informará porque una traición suya juro que
no se lo perdonaría.

60
En ese mismo momento Rigoberta regresó y dijo:
-Hola chicos, gracias por dejarme vivir en vuestra casa ¿A que no sabéis la
última novedad?
-¿Qué novedad? – Preguntó Silvia.
-La niña nueva del instituto se ha ido a vivir a mi ex casa – Dijo Rigoberta.
-Ya lo sabemos, lamentamos mucho de que ya te hayan olvidado – Dijo
Manuel.
-La verdad no me importan lo que hagan y dejen de hacer, lo único que tengo
en mi mente, es destruirle a mis dos hermanas – Dijo Rigoberta.
-¿Y qué tienes pensado en hacer? – Preguntó Manuel.
-Me está rodando una idea en la cabeza, pero esto hay que planearlo muy
bien, cuando lo tenga decidido os avisaré y lo haremos – Respondió Rigoberta
Y se fueron a dormir.
Alberto recordaba los momentos más bonitos de su infancia, sobretodo el beso
que le había robado Ana en el patio del instituto. Luego recordó cuando dio en
adopción a su hija. Los recuerdos se vieron interrumpidos cuando el papá
Eduardo llamó a la puerta de su habitación y cuando entró preguntó:
-¿Estás bien Alberto?
-La verdad estoy un poco cansado pero no es nada, papá dime ¿Cómo te
encuentras de tú enfermedad? – Preguntó Alberto.
-Bueno, sigue allí, la verdad sí te soy sincero me gustaría trabajar de alguna
cosa, pero no encuentro nada que me interese y tampoco no sé hacer muchas
cosas –Respondió Eduardo.
-¿Te van a operar? – Dijo Alberto.
-El médico de cabecera me dijo que de momento no es necesario, pero
siempre se puede dar el caso de empeorar. Además tengo ganas de vivir y de
trabajar – Respondió Eduardo.
-Mira papá, en mi instituto buscan a un conserje y si quieres le puedo pedir el
favor al director Julián – Dijo Alberto.
-Sí, me parece una buena idea que trabajes con nosotros, al menos así
estaremos juntos, como una familia feliz – Dijo Alfonso.
-Es mejor que nos vayamos a dormir que vosotros tenéis que descansar, ya
que mañana hay clases – Dijo Eduardo.

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-Papá ¿Sabes el motivo porque nos abandono nuestra madre? –Preguntó
intrigado Alfonso.
-Es muy tarde, hablamos otro día de esto, buenas noches – Dijo Eduardo.
-Tienes razón, es muy tarde, buenas noches papá – Dijo Alfonso.
-Buenas noches papá, que descanses bien – Dijo Alberto.
Era una noche de sueños, Sara soñó que estaba en un parque precioso con
muchas flores alrededor con Adrián y se cogían de la mano para dar un largo
paseo, se sentaban en un banco y Adrián le pedía de salir con una flor de color
roja, Sara ilusionada aceptaba encantada y se besaban apasionadamente.
Mientras que Alberto soñaba con Ana, todo lo que ellos vivieron, soñó en la
entrega de amor de Ana, cuando ella dio luz a una niña al cual abandonaron, el
beso robado...
Cuando sonó el despertador de todas las casas, la mayoría estaban
asombrados del sueño, estaban contentos, Eduardo le dio una taza de leche y
mojando un par de galletas, al final dijo Eduardo:
-¿Estás bien?
-Sí, estoy bien, simplemente estaba pensando en varias cosas –Respondió
Alberto.
-¿Y en que pensabas? – Preguntó Alfonso.
-En nada especial, no te preocupes – Dijo Alberto, bebió la leche y cogió su
bolsa y se marcho.
-¿Qué le sucede a tu hermano, Alfonso? – Preguntó Eduardo.
-Últimamente se encuentra muy raro, es como si estuviera enamorado –
Respondió Alfonso.
-¿Sabes de quien se trata? – Preguntó Eduardo.
-Si quieres que te diga la verdad, mi hermano me cuenta la mitad de las cosas,
me parece que se trata de una niña suya de la infancia, pero no me ha dicho su
nombre – Explicó Alfonso.
-Está bien, hablaré cuando regrese del instituto, para hablar de este tema –Dijo
Eduardo.
-Mientras tanto, espero que no se olvide de ti, para hablar con el director que tu
estas buscando trabajo y es muy raro que después de dos meses no hayas
encontrado nada –Dijo Alfonso.

62
-Verás, hijo, una persona cuando es adulta y termina los estudios, se le acaba
la buena vida porque es muy difícil encontrar trabajo y espero que pronto me lo
den – Explicó Eduardo.
-No te preocupes que ya me encargaré yo de recordárselo, y bueno papa, me
marcho que se me hace tarde ¿Puedo coger mi moto? Te prometo que llevaré
casco e iré con precaución – Dijo Alfonso con una actitud caprichosa.
-Está bien, pero pontéelo que esta zona es muy peligrosa, ya que aquí los
conductores no suelen respetan nada – Dijo Eduardo.
-No te preocupes, iré con precaución – Dijo Alfonso, salió de casa, se puso el
casco y arrancó la moto, observó que Ana salía de casa, se le acercó con su
moto, la saludo y le preguntó:
-Hola Ana, veo que estas muy apurada ¿Quieres que te lleve en mi moto?
-¿Se puede saber por qué hoy estas amable? Si tú ni yo no hablamos.
-Tienes razón, pero sé que tienes clase con Alfredo y solo quedan diez minutos
y aun te falta quince minutos andando ¿Dime, te subes o no? –Preguntó
Alfonso.
-Está bien ¿Tienes casco de sobras?
-Sí, espera que bajo y abro el asiento, toma pontéelo –Dijo Alfonso.
- Gracias, te debo una.
-Oye Ana, ¿Tú sabes que le pasa a mi hermano Alberto? –Preguntó Alfonso.
Ana recordó el momento del beso robado y al final preguntó:
-¿Por qué me lo preguntas?
-Por nada, es que simplemente se comporta de una manera extraña, tú bien
sabes que nosotros no somos tan malos, pero mi hermano empieza a
preocuparme – Explicó Alfonso.
-Sí, yo lo sé, vosotros robáis por necesidad y también se que vuestro padre
está enfermo, entre otras cosas, yo lo entiendo.
-Mira ya hemos llegado –Dijo Alfonso.
-Muchas gracias.
Cuando llegaron al Instituto, Alberto y Carlos habían observado que bajaban de
la moto de Alfonso.
Alberto le preguntó a su hermano:
-Puedo saber ¿Qué hacías con Ana en tu moto?

63
-Simplemente le he hecho un favor, tiene clase con Alfredo y estaba apurada.
Te aconsejo que dejes los celos aparte y que te acuerdes que has de hablar
con el director, por el trabajo de nuestro padre – Dijo Alfonso.
-Sí, pero lo haré en la hora del patio y que sepas no estoy celoso –Dijo Alberto.
Alfonso sonrió y se fue a su clase.
Entonces Alberto escuchó la conversación también de Ana y Carlos, porque
éste le preguntó:
-¿Por qué has ido con Alfonso en la moto?
-¿Estás celoso?
-¿Y a ti qué te parece? –Preguntó Carlos.
-Simplemente me ha hecho un favor, sabía que yo tenía clase con Alfredo y no
pasó nada más.
-Es mejor irnos a clase, seguro está a punto de llegar Alfredo, además no
quiero que te subas en su moto – Dijo Carlos.
-Carlos, gracias por preocuparte tanto por mí pero no es necesario, además
ellos no son tan malos.
-¿Y se puede saber porque los defiende? ¿Acaso te gusta alguno de los dos? –
Preguntó Carlos.
-Los defiendo por cosas de la vida, que tú jamás lo entenderías.
Llegó Alfredo, Carlos sonrío y los dos entraron a clase, escucharon
atentamente a lo que explicaba.
En el aeropuerto de Francia, Santiago llegaba por asuntos personales, quería
cambiar de aires, que su vida fuera divertida, llena de acción y cogió su maleta
del aeropuerto y salió. Cruzó por el parque tranquilamente. En ese mismo
momento, el joven Santiago tropezó con un pequeño baúl y lo abrió. Miró hacía
abajo, lo abrió y se dio cuenta de que era un Diario Personal cubierto de tierra,
lo espolsó, se fue en busca de un banco, se sentó y empezó a leerlo.
Cuando acabó de leer, se emocionó tanto que no dudó en ir al Instituto del
Campo. Cuando llegó al Instituto, en el pasillo se encontró con el director y dijo:
-Hola, buenos días ¿Eres el director?
-Sí, tú debes de ser Santiago, te estaba esperando, por cierto yo soy Julián –Te
llevaré a tú clase, he de comentar una cosa a tus compañeros.
Por cierto, puedes dejar la maleta en mi despacho, estará bien cuidada –
-Muchas gracias, director.

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Julián acompañó a Santiago a su nueva clase, era segundo de Bachillerato B y
llamó a la puerta. Alfredo la abrió y dijo:
-Buenos días Julián.
-Buenos días Alfredo, perdón por la interrupción de la clase. He de decir dos
cosas muy importantes – Dijo Julián.
-La clase es toda tuya.
-En primer lugar, quiero presentar a vuestro compañero de clase, se llama
Santiago, espero que le deis la bienvenida a este Instituto. Y quiero
comunicaros que a partir de hoy podréis disfrutar de la biblioteca y esto es
todo, gracias Alfredo –Dijo Julián.
-Santiago siéntate al lado de Adrián, luego hablamos director –Dijo Alfredo.
-Gracias profesor, mañana traeré los libros –Dijo Santiago
Cuando sonó el timbre del descanso, Diego le preguntó a Carlos:
-¿Vas a salir al patio?
-No, hoy no me apetece salir, prefiero irme a estudiar en la biblioteca.
-¿Lo dices por tu princesa? – Preguntó Diego.
-Sí, lo digo por ella y además porque sé que dentro de nada vienen los
exámenes.
Carlos y Patricia salieron de sus respectivas clases y los dos se encontraron en
el medio del pasillo y dijo Carlos:
-Hola, Patricia ¿Qué tal todo?
-Muy bien Carlos, ¿Sabes? Cada día que pasa estas más guapo, dime ¿Qué te
cuentas? –Dijo Patricia sonriente.
-Voy a ir a estudiar a la biblioteca, que dentro de nada empezamos a tener
exámenes y este año quiero aprobarlos.
-Bueno, los exámenes son en un par de semanas – Comentó Patricia.
-Bueno, me voy para la biblioteca que quiero estudiar o se me va acabar el
tiempo de patio.
-Espera voy contigo, así estudiamos juntos claro si tú quieres, si no otro día –
Dijo Patricia.
-Está bien, vamos a la biblioteca.
Mientras Alberto se dirigió al despacho del director Julián, al verlo, le preguntó:
-Perdón ¿Se puede pasar director?
-Sí claro, Alberto, pasa, por favor siéntate – Dijo el director Julián.

65
-Gracias.
-¿En qué puedo ayudarte? – Preguntó intrigado el director Julián.
-Verás mi padre vino hace un par de meses y no hay manera de que consiga
un trabajo. Me enteré de que tú estás buscando un conserje para que te
ayudase en el tema del orden. Quiero decirte que mi padre es muy responsable
y a mí como a mi hermano, nos encantaría que trabajará aquí adonde
estudiamos nosotros.
-¿Tu padre tiene experiencia? –Preguntó el director Julián.
-La verdad no tiene mucha, sufre una enfermedad que le va durar por el resto
de su vida.
-¿Es muy grave su enfermedad? – Preguntó el director Julián.
-Creo que no, mi padre no me suele contar estas cosas para no hacerme daño.
Pero te repito que mi papá es muy responsable, tiene manía al desorden y
además sabe arreglar todos los aparatos rotos y viejos.
-Está bien, cuando regreses a casa le comentas a tu padre que mañana por la
mañana a la hora del patio, le haré una entrevista personal y si me convence
enseguida le contrato como nuevo conserje del Instituto del Campo –Dijo el
director Julián.
-Muchas gracias director.
-¡Alberto! Espera un momento, quiero preguntarte una cosa- Dijo el director
Julián.
-Dime.
-¿Estás bien? Últimamente te noto muy extraño, antes hacías muchas
travesuras en clase, tirabas los papeles en el suelo, insultabas a compañeros,
profesores y ahora ya no lo haces. Sé que tú no eres tan malo como tú
hermano y lo haces para complacerle – Dijo Julián.
-La verdad no estoy bien, la vida me ha dado tantos golpes que las pago con
todo el mundo y no entiendo porque. Cuando era un niño pequeño no sabía
nada del mundo, mi madre nos abandonó y no se sabe a dónde está. Para
desgracia mi padre tiene su enfermedad y no puede salir mucho a la calle. Así
que no había más remedio que robar por necesidad. Quiero que sepas que yo
quiero mucho a mí hermano, pero me da rabia que siempre haga travesuras,
no entiende que puede herir a otras personas y por otro lado tuve un romance
con Ana cuando éramos pequeños –Explicó Alberto.

66
-¿Ana y tu os conocías tiempo atrás?
-Sí, desde toda la vida, como se dice –Respondió Alberto.
-¿Qué sucedió? Si se puede saber claro.
Era una noche preciosa, hacía un poco de viento, quedamos en salir y a irnos
de pubs, habíamos bebido mucho, nos fuimos a mi apartamento y allí, por el
amor que nos teníamos, nos entregamos, en la cual cosa, ella quedó
embarazada, tuvo una niña y yo la adopte a una familia multimillonaria, luego
perdí el contacto con ella y en este curso nos reencontramos –Explicó llorando
Alberto.
-¿La sigues amando?
-Claro que la amo, pero sigo robando por necesidad, ya estoy harto, quiero ser
bueno y no tener problemas con la justicia. Quiero demostrarle a Ana que
puedo hacer una vida normal – Dijo Alberto llorando.
-Tranquilo, ya verás que todo va a salir bien, es normal que en tu edad estés un
poco desorientado, porque es la edad de la rebeldía, si tú de verdad amas a
Ana, lucha por ella – Dijo Julián dándole un clínex.
-Gracias, director Julián –Dijo Alberto.
-Por favor no me llames director, me haces sentir viejo y no lo soy ¿O no?
-Está bien director, perdona es la costumbre. Muchas gracias Julián por todo –
Dijo Alberto.
-Adiós Alberto que pases un buen día y no te preocupes por nada.
Alberto hizo una leve sonrisa y se fue del despacho del director, mientras que
en la biblioteca, Patricia y Carlos estaban estudiando. Cuando Carlos dijo:
-¡Qué aburrimiento!
-La verdad con el ruido que hacen los compañeros no se puede estudiar,
porque no descansamos –Dijo Patricia.
Santiago acababa de entrar a la biblioteca, se dirigió hacía Carlos y le
preguntó:
-¿Puedo hablar un momento contigo? A solas, por favor.
-Sí, claro –respondió Carlos.
-Bueno, yo ya me voy para abajo, falta poco para terminar el patio, que pena,
con lo bien que estaba aquí, bueno ya estudiaremos otro día Carlos – Dijo
Patricia.
-Vale, dime Santiago, ¿Qué quieres? – Preguntó Carlos.

67
-Mira, creo que esto te pertenece – Dijo Santiago devolviendo el diario personal
de Carlos.
-¡Mi diario! ¿Adónde lo encontraste?
-Verás, esta mañana estuve paseando por el parque y me tropecé con un baúl
de color negro, me llamó mucho la atención, lo abrí y me encontré con tu diario
– Explico Santiago.
-No me queda más remedio que darte las gracias, pero dime ¿Has leído mí
diario?
-Sí, lo siento, tuve curiosidad y no lo pude evitar, pero tú no te preocupes que
no se lo voy a contar a nadie, además te tengo envidia sana – Dijo Santiago
-¿Y eso porqué?
-Porque al menos tu vida no es tan aburrida y te pasan muchas cosas, además
a ti con solo mover un dedo ya te vienen todas las chicas detrás –Dijo
Santiago.
-¡Tonterías! Ya me gustaría a mí que a la mujer que amo, me quisiera, pero
tengo la mala costumbre de enamorarme de la persona equivocada.
-Bueno, creo que es mejor que nos vayamos a abajo, no sé porque tengo un
presentimiento que va a suceder alguna cosa mala – Dijo Santiago.
-¡Ay por favor! No digas esto, que soy muy susceptible.
-Simplemente es un presentimiento, no he dicho nada más –Dijo Santiago.
-Santiago, quiero darte otra vez las gracias de haber recuperado mí diario
personal, porque es muy especial para mí.
-Lo suponía, tuviste una idea genial de poner tú nombre con la dirección.
Parece ser que cuando te lo robaron no se dieron cuenta ¿Se supo quien lo
hicieron? – Preguntó Santi.
-Esto ya pasó hace mucho tiempo y ya no me importa quien haya sido,
simplemente lo tengo de nuevo a mis manos y con eso me conformo.
Los dos se fueron a clase, a intentar pasar el tiempo de una forma u otra, así
que en Bachillerato A, tenían al aburrido de Alfredo, siempre estaba de mal
humor, echaba la bronca a quien creía conveniente y sin razón. Era un hombre
de carácter fuerte y muy injusto..
En la clase de Bachillerato B, estaban en el patio haciendo Educación Física,
era la clase más divertida, porque hacían ejercicios y jugaban a todo tipo de

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juegos. En esa clase reinaba el buen ambiente y además Javier solía hacer
bromas constantemente.
Mientras en la clase de Bachillerato C, los alumnos eran muy rebeldes, ya que
no se sabían comportarse, Rigoberta siempre estaba insultando y amenazando
a su propia hermana, la odiaba con todas sus fuerzas.
Laura intentaba tranquilizar el ambiente pero todo era inútil, no podía,
definitivamente se le iba la clase de las manos y en Bachillerato C, era la más
tranquila, nunca había discusiones, ni mal ambiente, rara vez había algún
pequeño problema, en esa clase todos se querían y era muy bonita. Cinta que
tenía muy mal carácter, intentaba que hubiera mal ambiente pero no lo
conseguía.
Cuando todos estaban en el apartamento cenando y descansando de tantas
clases, se fueron a dar un paseo, todo parecía indicar que era una noche
tranquila, pero nadie se enteró que Carlos se perdió misteriosamente y junto a
él desapareció de nuevo su diario personal, todos se extrañaron pero no le
dieron importancia.
Regresaron a su apartamento, pasaban las horas y continuaba sin aparecer, se
extrañaban sí, pero no le dieron la mínima importancia, se decían mañana será
otro día y estará con nosotros.
Al día siguiente se despertaron y Adrián se fue a la habitación de su primo
Carlos, se extrañó que no hubiera llegado todavía, bajó por las escaleras, se
encontró con sus amigos desayunando, entonces preguntó:
-¿Alguien sabe adónde está Carlos?
-No sabemos nada –Dijo Ana.
-¡Qué raro! –Dijo Daniel.
-A lo mejor está en casa de Patricia, porque no la llamas – Dijo Diego.
-Buena idea ¿Sabes el número de Patricia? – Preguntó Adrián.
-Carlos tenía una agenda en su habitación, de todas formas ahora a Patricia te
la vas a encontrar en el instituto y precisamente hacemos ya tarde – Dijo José.
-Tienes razón – Dijo Adrián.
-¿Y por qué no se lo preguntas a tu tío? – Pregunto Ana.
-Pues también tienes razón, pues dada vistas opiniones, es mejor irnos al
instituto, que si no llegaremos tarde – Dijo Adrián.
-¿No desayunas nada Adrián? – Preguntó Sara.

69
-Ahora no tengo hambre, a la hora del patio ya comeré – Respondió Adrián.
-Está bien, por cierto, hoy vas muy guapo, ya verás Adrián no te preocupes,
que tu primo aparecerá. – Dijo Sara dándole un beso en la mejía.
Ajenos de lo sucedido, en la casa de los gemelos Alberto y Alfonso, estaban
desayunando tranquilamente y para romper el hielo, preguntó Alberto:
-Papá ¿Adonde estuviste ayer por la noche? Quería comentarte que ayer hable
con el director y para que hoy te haga una entrevista.
-Ayer fui a pasear y regresé tarde ¿Y a qué hora quiere que vaya? – Pregunto
Eduardo.
-Creo que me dijo a la hora del patio, así estará más tranquilo –Dijo Alberto.
-Bueno, vámonos que se nos ha hecho tarde, cogemos la moto, adiós papá–
Dijo Alfonso.
-Hasta luego papá, te esperamos en el instituto, acuérdate del nombre “Instituto
del Campo” – Dijo Alberto.
Salieron del apartamento y Alberto vio que Ana también salía con sus amigos,
giró la cabeza y Ana se dio cuenta de que era su amado Alberto que le estaban
adelanto. Estaban preocupados al no saber nada de Carlos .Al menos tenían la
esperanza de que estuviera en el Instituto del Campo.
Cuando llegaron al Instituto, en el pasillo Adrián se encontró con su tío y
preguntó:
-Tío ¿Has visto a Carlos?
-No, ayer precisamente se tenía que presentar en mi casa para cenar y no
apareció – Comentó Javier.
-Sí, ayer estuvo a principio con nosotros en el paseo y de repente desapareció.
Nadie de nosotros nos dimos cuenta hasta cuando era demasiado tarde y no le
dimos mucha importancia – Comentó Adrián.
-Pues no me queda más remedio que ha sido secuestrado – Dijo Javier.
-Han pasado 24 horas de la desaparición, tendríamos que hacer la denuncia –
Dijo Adrián.
-No te preocupes ya se lo comunicaré al director del centro Julián, ahora
cuando entre en su despacho –Comentó Javier.
-De acuerdo muchas gracias tío, hasta luego –Dijo Adrián.
Enseguida Javier entró en el despacho del director Julián y éste dijo:
-¿Te ocurre alguna cosa?

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-Sí pasa, director Julián es muy urgente – Dijo Javier.
-Entonces ¿De qué se trata?
- ¡Carlos, mi propio hijo ha desaparecido! –Exclamó Javier mostrando todos
sus nervios.
-¿Cómo ha sido esto? ¿Quién te lo ha contado?
-Sí, me lo acaba de decir Adrián. Ayer por la noche se fueron a dar un paseo
tranquilamente con sus amigos y nadie se dio cuenta que Carlos había
desaparecido hasta cuando regresaron a su apartamento, se extrañaron pero
no le dieron importancia –Explicó Javier.
-Tranquilízate, estas muy nervioso, mira ahora voy a llamar a un amigo íntimo
que es policía – Dijo Julián.
-Gracias.
-Mientras tanto, ves al bar y pides una tila para que se te calme los nervios –
Dijo Julián.
Javier se fue al bar y vio que Adrián estaba conversando con Patricia:
-Perdona Patricia ¿Has visto a Carlos?
-No sé nada desde ese día que estudiamos en la biblioteca juntos ¿Pasó
alguna cosa?
-Sí, Carlos ha desaparecido –Respondió Adrián.
-¿Y cómo sucedió?
-Ayer por la noche estábamos juntos de paseo y de repente desapareció. Estoy
muy preocupado porque ya ha pasado las 24 horas de su desaparición
Respondió Adrián.
-Pues tienes que comentárselo a tu tío.
-Ya lo sabe, mira está aquí, espera voy a hablarle – Dijo Adrián.
-De acuerdo – Dijo Patricia.
-Hola tío ¿Sabes alguna cosa? – Dijo Adrián
-He hablado con el director Julián y está intentando localizar a un amigo suyo
íntimo que es policía, para poner la denuncia – Explicó Javier.
El director del Instituto del Campo, buscaba en su agenda el número de su
amigo, el policía Miguel de Rivera, una vez que lo encontró, cogió el teléfono y
llamó. Enseguida respondieron:
-¿Policía Dígame?
-¿Esta el Policía Miguel Rivera? – Preguntó el director Julián.

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-Sí está, espera un momento por favor enseguida te lo paso – Respondió una
voz de hombre.
El policía llamó por teléfono al despacho de su compañero Miguel Rivera y dijo:
-Miguel, tienes una llamada por la línea 1.
-¿De quién se trata? – Preguntó Miguel.
-No lo sé – Respondió el policía.
-Pásamela, gracias Luís – Respondió Miguel.
-Está bien –Dijo el policía Luís.
Una vez pasada la línea telefónica, preguntó Miguel:
-Soy Miguel Rivera ¿Qué desea?
-Hola Miguel, soy Julián el director del Instituto del Campo.
-¡Julián que agradable sorpresa escucharte después de tanto tiempo! ¿Pasa
alguna cosa mala? – Preguntó Miguel.
-Sí, necesito que vengas inmediatamente al instituto, un alumno nuestro ha
sido secuestrado – Respondió el director Julián.
-¿Y de quien se trata? –Preguntó Miguel.
-Sé trata de Carlos, el hijo del profesor de educación física – Dijo el director
Julián.
-¡No puede ser! ¡Tranquilo! Enseguida estamos allí, ya verás que todo va a salir
bien, ánimo – Dijo el policía Miguel.
-Gracias –Dijo el director Julián.
Los dos colgaron, Miguel dijo a su compañero Luís:
-Venga coge la chaqueta hay trabajo por hacer – Ordenó Miguel.
-¿De qué va? – Preguntó Luís.
-Se trata de un alumno secuestrado en el Instituto del Campo – Contestó
Miguel.
-Por lo visto será un día ajetreado, definitivamente hay que ponerse las pilas –
Comentó Luís.
Enseguida subieron al coche y pusieron la sirena de emergencia para llegar
más pronto al Instituto del Campo. Toda la gente que pasaba por la calle
pensaban ¿Qué habrá pasado?
Cuando llegaron al instituto, se fueron al despacho del director Julián y éste
dijo:
-Buenos días, Miguel de Rivera –Dijo el director Julián.

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-Buenos días, director Julián, mira este es mi compañero Luís, me ayudará a
investigar este caso – Dijo Miguel.
-Hola Luís – Dijo el director Julián estrechando su mano.
-Bien espero que me cuentes toda la historia desde el principio al fin y si puedo
preguntar a los familiares más directos – Dijo Miguel – Luís apunta en la libreta
todo lo que ha sucedido.
-Está todo listo Miguel – Dijo Luís.
El director del Instituto del Campo, Julián, empezó a explicar a los policías:
-Según Adrián comentó que se fueron de paseo tranquilamente por la noche,
cuando Carlos nuestro alumno se perdió misteriosamente, ellos no se habían
dado cuenta hasta muy tarde pero no le dieron importancia. El profesor de
educación física, Javier comentó que habían quedado para cenar en su casa y
nunca asistió.
-¿Qué lazos les une a Javier y Adrián? – Preguntó Miguel.
-Javier es su padre y Adrián es su primo –Comentó el Director Julián.
-¿En la noche que supuestamente secuestraron a Carlos con quien iban? –
Preguntó Miguel.
-Iba con los amigos de Adrián – Respondió el director Julián.
-¿Me puedes dar todos los nombres de ellos? – Preguntó Miguel.
-Sí, sus nombres son María y Ana son hermanas, Natalia, Daniel, Adrián, Sara,
Santiago, Diego y José – Respondió el director Julián.
-¿Adonde les puedo localizar? – Preguntó Miguel.
-Todos están al bar consolándolos a Javier y Adrián –Respondió Miguel.
-¿Carlos tenía enemigos? ¿Quién quería hacerle daño? – Preguntó Miguel.
-Creo que no tenía enemigos, últimamente no paramos de tener problemas en
el instituto pero espero que pronto se descubra la verdad y solo quede en un
secuestro, ahora os acompañaré al bar – Dijo Julián.
Acto seguido se fueron al bar, todos se giraron al ver al director Julián que
estaba acompañado de dos policías y Julián dijo:
-Buenos días de nuevo, Javier y Adrián éste es mi amigo Miguel Rivera del que
te hablé hace unos momentos y su acompañante Luís.
Javier, Adrián y Miguel se dieron la mano e hicieron lo mismo con Luís, Adrián
empezó a preguntar:
-¿Encontraréis a mí primo?

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-Haremos todo lo que esté en nuestro alcance ¿A qué hora desapareció, tu
primo Carlos? – Pregunto Miguel.
-No lo sabemos – Dijo Adrián.
-¿Recibía amenazas de muerte o algún comportamiento extraño? –Preguntó
Miguel.
-Carlos nunca ha tenido problemas con nadie, mi primo siempre ha sido
rebelde pero solo lo hace para llamar la atención. No entiendo ¿Por qué le
secuestraron? – Dijo Adrián.
-¿Tenéis alguna foto de él? – Preguntó Miguel.
Javier llorando abrió la cartera y dijo:
-Sí, toma, por favor sálvalo.
-Haremos todo lo posible, no puedo prometeros nada porque es un tema
delicado – Dijo Miguel.
-¿Ahora qué procede? – Preguntó Adrián.
-Vamos a poner carteles de desaparecidos en la calles, revistas periódicos –
Dijo Miguel.
Justamente cuando iba a salir del bar dijo:
-¡Patricia!
-¡Miguel, hermanito! ¡Cuánto tiempo sin verte! ¿Qué haces aquí en mi propio
instituto? – Preguntó Patricia.
-Verás estoy resolviendo el caso de tu amigo Carlos – Respondió Miguel.
-Hermanito ¿Podemos ayudar en alguna cosa? Yo cogí mucho cariño a Carlos,
te confieso que siempre me ha gustado mucho – Dijo Patricia triste.
-¿Quién lo iba a decir? Mi hermana pequeña está enamorada –Dijo Miguel de
broma.
-Miguel hermano, no son momentos de gastar bromas, aquí hay personas que
están sufriendo mucho – Dijo Patricia.
-Tienes razón, ahora más que nunca necesitaré vuestra colaboración – Dijo
Miguel.
El director Julián intentaba consolar a Adrián y a Javier diciéndoles:
-No os preocupéis, ya veréis como todo se arreglará y estará con nosotros
cuando menos lo esperemos.
-Gracias director, eres muy generoso –Dijo Adrián.
En la conversación de Miguel dijo a Patricia:

74
-Bueno, hermanita tengo que seguir trabajando.
-De acuerdo – Dijo Patricia.
Miguel se fue del Instituto y todos decidieron suspender las clases por el
secuestro de Carlos.
El director Julián, regresó a su despacho y se sentó, descolgó el teléfono y
llamó a Eduardo, éste preguntó:
-¿Quién es?
-Soy Julián, el director del Instituto del Campo ¿Te acuerdas que hoy habíamos
quedado por la entrevista de trabajo como conserje?
-Sí, claro ¿Ha pasado alguna cosa? Ahora mismo iba hacía allí – Dijo Eduardo.
-Mira, la verdad que hemos suspendido las clases por dos días – Dijo el
director Julián.
-¿Cuál es el motivo? Mira yo necesito ese trabajo, es muy importante para mí –
Dijo Eduardo.
-Sí lo sé, pero, por favor tranquilízate, verás, es que estamos pasando una
mala temporada y es que nos acaban de secuestrar a un alumno – Dijo el
director Julián.
-¡Qué! ¡Han secuestrado un niño adolescente! Pobrecito, tienes que decirlo a la
policía. –Dijo Eduardo.
-No te preocupes, el asunto está en manos de la policía, el alumno
desaparecido se llama Carlos ¿Ahora entiende el motivo del suspenso de las
clases por dos días? –Dijo el Director Julián.
-Sí, claro no importa, ya quedaremos otro día, al fin y al cabo el trabajo puede
esperar. Ahora lo más importante es la vida de ese niño que corre mucho
peligro –Dijo Eduardo.
-Te cito dentro de dos días a primera hora de la mañana – Dijo el director
Julián.
-Está bien, allí estaré – Dijo Eduardo.
Dos días después en la casa de Eduardo estaban desayunando y Alberto dijo:
-Papá, que mala suerte la tuya, no poder haber ido a la entrevista con el
director, por el suspenso de clases por el secuestro de Carlos.
-Bueno no te preocupes, hoy el director me ha citado y haber con un poco de
suerte consigo el trabajo – Dijo Eduardo.
-¿Estas muy callado Alfonso? – Preguntó Alberto.

75
-Estoy comiendo ¿Papá puedo ir en moto? – Preguntó Alfonso a Eduardo.
-¿No prefieres que te lleve en coche? – Preguntó Eduardo.
-Venga papá déjame ir en moto, tú sabes que me porto muy bien y siempre voy
con seguridad, anda por favor, déjame – Dijo Alfonso insistente.
-Está bien, pero ves con cuidado – Dijo Eduardo.
Alfonso se subió a su moto y se dirigió al instituto.
Mientras en la calle, Rigoberta salía de su apartamento, pensativa por el plan
de destruir a sus hermanas, cuando cruzó por el paso cebra, no se percató de
que un motorista venía a toda velocidad y cayó de mala manera, quedó se
inconscientemente al suelo. El motorista en vez de parar para averiguar el
estado de ella se dio a la fuga.
Silvia y Manuel presenciaron el atropello de Rigoberta y se fueron corriendo a
auxiliarla y Manuel gritaba su nombre:
-¡Rigoberta! ¡Rigoberta despierta!
-¡Qué no se muera! ¡Qué alguien llame a una ambulancia rápido! – Dijo Silvia.
Enseguida llegó la ambulancia y se la llevaron al Hospital Principal, el doctor
Vicente, la atendió y la examinó. Salió a la sala de espera y preguntó:
-¿Sois familiares de ella?
-Casi, su familia le echaron de casa y ahora vive con nosotros – Respondió
Manuel.
-¿Dime como se encuentra doctor? – Preguntó Silvia.
-Verás, vuestra amiga ha tenido mala suerte con el atropello, he de amputarle
el brazo derecho– Dijo el Doctor Vicente.
-¿Quién ha sido el que ha hecho esta desgracia? –Preguntó Silvia llorando.
-Ay Silvia pues alguien muy cruel –Respondió Manuel.
-Perdonad chicos, se que estáis pasando un mal momento ahora, pero esto
hay que decírselo a la policía – Dijo el Doctor Vicente.
-Sí, nosotros hemos presenciado el atropello pero al motorista no lo hemos
reconocido y además no hay pruebas ¡maldita sea! – Dijo Silvia.
-La última palabra quiero que la de Rigoberta –Dijo Manuel.
-Me parece muy bien, bueno, me marcho que se acabó mi turno – Dijo el
Doctor Vicente.
-Oye Doctor ¿Cuánto tiempo estará ingresada al Hospital? – Preguntó Silvia.

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-Primero estará las veinticuatro horas en observación, luego la llevaran a
amputarle el brazo y al final a la planta, ahora lo más conveniente no darle
disgustos – Dijo el Doctor Vicente.
-¿Podemos ir a verla? –Pregunto Manuel.
-Sí claro, es al fondo a la derecha – Dijo el Doctor Vicente.
-Muchas gracias Doctor – Dijo Silvia.
Silvia y Manuel se fueron a la habitación de Rigoberta, entre ellos hablaban
flojito, Silvia preguntó a Manuel:
-¿Sospechas de alguien quien la haya sido capaz de atropellarla?
-De momento no, pero seguro que ha sido alguien del vecindario –Respondió
Manuel.
Entonces Rigoberta se despertó y preguntó medio adormida por tanto sueros:
-¿Adonde estoy?
-Estas en el Hospital, tienes que descansar para recuperar fuerzas para tu
venganza – Dijo Silvia.
-¿Qué me ha sucedido? –Preguntó Rigoberta.
-Alguien te atropelló con intención de matarte – Dijo Manuel.
-Ah sí ya me acuerdo – Dijo Rigoberta.
-Ahora, sería una buena idea para atacarlos de nuevo, podrías poner la
denuncia a tu hermana María para que la “Niña adoptada” sufriera más –Dijo
Silvia.
-De momento no ¿Dime que te ha dicho el médico? – Pregunto Rigoberta.
-Vas a perder el brazo derecho y te lo tienen que amputar – Comentó Manuel.
-¡Maldita sea! ¡El que me lo haya hecho me la va a pagar bien caro! – Dijo
histérica Rigoberta.
-¿Y por qué no pones la denuncia del atropello? – Preguntó Silvia.
-Pues se me ha ocurrido un plan perfecto para destruirles definitivamente, pero
ahora yo no lo puedo hacerlo sola porque he perdido el brazo –Dijo Rigoberta
histérica.
-Para eso estamos nosotros, acuérdate que ahora somos tú familia, que te
estamos dando cobijo –Dijo Manuel.
-¿Y qué plan es? – Preguntó Silvia intrigada.
-Verás, el plan consiste que cacéis avispas en el bosque y que las guardéis en
una botella de cristal amplia y la dejáis medio abierto a la ventana de mi

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hermana pequeña. Al día siguiente, cuando mi hermana abra su ventana para
ventilar una avalancha de avispas la picará y morirá envenenada – Explicó
Rigoberta.
-Es perfecto el plan ¿Y qué pasa si sale mal o si fallamos en alguna cosa? –
Pregunto Manuel.
-Es imposible de fallar ¡La quiero muerta a la niña adoptada! – Dijo Rigoberta
con todo el odio que sentía hacia su propia hermana.
-¿Cuánto quieres que hagamos el favor? – Preguntó Silvia.
-Cuando lo tengáis todo, pero cuando más pronto será mejor, yo habré perdido
el brazo, seré una inútil para toda mi vida, pero seguiré siendo mala o peor
para toda la vida –Dijo Rigoberta con todo el odio.
-Creo que muy tarde lo podremos hacer en dos días, pero claro habrá que ir
con cuidado que nadie no nos vea –Dijo Manuel.
-Hacerlo como queráis pero hacerlo, ya dije que la quiero muerta – Dijo
Rigoberta más calmada. ¡Ah! Otra cosa, no digáis nada de que este yo aquí, no
quiero verlas ni a una ni a la otra.
-No te preocupes, nadie lo sabrá y muy pronto te haremos el favor – Dijo Silvia.
-Pero este accidente puede ser útil para acusar a algunas de tus hermanas
¿No crees? –Preguntó Silvia.
-Y aunque no fueran tus hermanas ¿Quién habrá sido? – Preguntó Manuel.
-Pues alguno de los amigos habrá sido, ya lo averiguaremos – Respondió
Rigoberta.
En la casa de Eduardo y su hijo Alberto estaban sentados en el sofá del
comedor, dijo Alberto:
-Papá ¿De qué quieres hablar?
-Verás, hijo, sabes que te quiero mucho y que tienes todo mi apoyo,
últimamente te encuentro como ausente, pensativo, es como si estuvieras
enamorado de alguien – Dijo Eduardo.
-¿Por qué me dices esto? Es normal que me enamore si hay alguien que me
gusta ¿Acaso no he sufrido lo suficiente para no poder encontrar el verdadero
amor? –Dijo Alberto.
-Alberto no lo tomes mal, no te estoy recriminando, pero me gustaría saber
quién es esa mujer que tan enamorado te tiene, se que eres valiente, que has

78
tenido que robar para sobrevivir y para ayudarnos a nosotros, pero... –Dijo
Eduardo.
-Pero ahora nada, yo he cambiado, esta mujer me la encontré después de
varios largos años sin saber nada de ella y ahora que la he vuelto a ver, voy
hacer todo lo posible para tener un buena vida y cambiar mi forma de ser, esto
te lo puedo jurar para toda la vida – Comentó Alberto.
-Parece mentira que tú con lo rebelde que eras ya estas madurando, la verdad
que me sorprende.
-No es para tanto, papá por favor vamos al Instituto que haremos tarde y no
quiero quedar mal con el director - Dijo Alberto.
-Muy bien, vámonos.
Cogieron el coche y se fueron al Instituto del Campo, Eduardo aunque lo sabía
disimular, en realidad estaba nervioso, porque quería trabajar, cuando
aparcaron y entraron en la sala de dirección, llamaron a la puerta:-Adelante –
Dijo el director Julián.
-Hola director, es mi padre Eduardo y viene a la entrevista de trabajo –Dijo
Alberto.
-Muy bien, por favor Eduardo siéntate – Dijo Julián -Gracias Alberto puedes irte
a clase –Dijo Julián.
-Hasta luego papá – Dijo Alberto.
-Adiós hijo, pórtate bien – Dijo Eduardo.
Al salir del despacho del director, se encontró con Ana en el pasillo de la
entrada y le preguntó:
-Hola ¿Cómo está la chica más guapa del mundo?
-Dentro de lo que cabe estoy bien, pero todavía no hay noticias de Carlos –Dijo
Ana.
-Entiendo, se que estas pasando un mal momento, primero tu cuando te
enteras de que eres adoptada, y ahora el secuestro de Carlos, sabes que
cuentas conmigo en todo lo que necesites- Dijo Alberto.
-Gracias, Alberto.
-Aún recuerdo el día que me robaste aquel beso, me dejaste aturdido, pero
quiero que sepas que yo también te amo con locura y que por ti soy capaz de
cualquier cosa, déjame quererte como antes – Dijo Alberto.
-¿Tú me sigues amando desde el primer día?

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-Por supuesto que te sigo amando, por ti soy capaz de dejar robar y darte la
buena vida que te mereces – Dijo Alberto.
-Voy a clase, no quiero tener problemas con los profesores.
Alberto se quedó mirando hacia abajo, mientras veía que su amada Ana
entraba en clase y él se fue hacía el patio que hacían educación física.
En el despacho del director, Julián le comentó a Eduardo:
-¿Cómo te encuentras de tú enfermedad?
-Bueno… Allí está, pero ahora lo que quiero es dejar de pensar en ella, estoy
nervioso por la entrevista – Dijo Eduardo.
-No te preocupes, quería pedirte disculpas por el suspenso de hace dos días,
que la verdad no nos esperábamos una tragedia así, que haya secuestrado a
un alumno.
-No pasa nada, son momentos duros en el instituto y me pareció muy bien la
idea de suspender las clases por dos días ¿Y sabes alguna cosa del alumno? –
Pregunto Eduardo.
-De momento no, la policía y todos nosotros estamos colaborando poniendo
carteles en búsqueda de Carlos, pero cada día que pasa es más probable que
esté muerto.
-Vaya, espero que te equivoques –Dijo Eduardo.
-Cambiando un poco el tema ¿Así que te gustaría trabajar? ¿Qué experiencias
tienes?
-Bueno, no tengo mucha experiencia, pero te puedo asegurar que aprendo
rápido, sé arreglar aparatos viejos, rotos y tengo mucha manía al desorden.
Además estar en casa me aburre mucho y ya no quiero que mis hijos roben –
Dijo Eduardo.
-Entiendo, Alberto me contó algunos problemas vuestros y visto que estáis muy
necesitado has conseguido el trabajo sin prueba – Dijo Julián.
-Muchas gracias, eres un buen amigo, no sé cómo agradecerte, director Julián.
¿Des de cuando empiezo? –Dijo Eduardo.
-Ahora mismo y cuando termines el día, te daré un adelanto de sueldo.
Mientras en el patio, los alumnos de Bachillerato A, estaban haciendo la clase
de educación física. Alfonso oyó la conversación de Manuel y Silvia:
-La verdad me alegro del secuestro de Carlos y se haya contratado a un sicario
¿Crees que lo habrá matado? – Dijo Manuel.

80
-Eso espero, le dijimos que lo haga inmediatamente, esta tarde le llamaré a ver
qué habrá pasado– Dijo Silvia.
-¿Y Susana te ha dado noticias de la niña adoptada? – Preguntó Manuel.
-No hay noticias nuevas por dónde atacar – Respondió Silvia.
-Hemos de hacer muy pronto el plan de las avispas, esta tarde o por la
mañana, pero hay que hacerlo inmediatamente –Dijo Manuel.
Los dos se rieron a carcajadas, pero no prestaron atención que mientras
corrían por la pista, Alfonso había escuchado toda la conversación y dijo
pensando en sí mismo:
-Vaya con los malvados estos, ninguno de los dos se han dado cuenta de que
les he escuchado todo lo que han dicho y ya tengo una prueba contundente
muy bien grabada en mi móvil. He de pensar muy bien lo que voy hacer, si le
digo esto a mi hermano se pondrá furioso, le salvará la vida a su amada y se
peleará con Manuel a puñetazo limpio en el bar del instituto. Mientras tanto
llamaré a Fabrice para comunicarle todo el plan y si todo sale bien, será
perfecto y seré un héroe.
Alberto le preguntó:
-Hermanito ¿Estás bien? Te veo pensativo.
-Ay perdona, tengo que contarte una cosa terrible, pero aquí no es el momento
– Dijo Alfonso.
-¿De qué se trata? – Pregunto intrigado Alberto.
-De tu amada, tengo un presentimiento y creo que va a estar en peligro –Dijo
Alfonso mintiendo para que Manuel y Silvia no les pillara.
-Está bien hablaremos luego, con más tranquilidad – Dijo Alberto.
Cuando se acabó la clase, Silvia para meter cizaña le preguntó a Alberto:
-¿Cómo está tu niña adoptada?
-Está muy bien y ahora no le afecta nada de ser adoptada ¿Y vosotros? –
Pregunto Alberto atacando con molestia hacia ella.
-Manuel y yo bien, la que ha salido más perjudicada es a Rigoberta – Dijo
Silvia.
-¿Qué ha pasado? – Pregunto Alberto.
-Está en el Hospital, fue atropellada por una moto y tonta de ella que no miro la
carretera para cruzar – Dijo Silvia.
-¿Esta bien Rigoberta? – Preguntó Alberto.

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-No está bien, le han amputado el brazo derecho – Dijo Silvia.
-¿Cómo? No, esto es un de las mentiras más feas que te inventas, a ti te gusta
herir a las demás personas – Dijo Alberto.
-Pues mira, esta vez es cierto, Rigoberta está en el hospital y tiene un odio a tu
amada al igual que nosotros – Dijo Manuel interrumpiendo la conversación.
-Sois muy crueles y déjame que os avise de una cosa muy importante, podréis
hacer todas las maldades que queráis y sé que lo haréis en cada momento que
tengáis una oportunidad magnífica para atacar. Pero tarde o temprano la vida
pasa factura y vosotros seréis castigados para toda la vida y os advierto que a
mi niña adoptada la voy a proteger como una fiera – Dijo Alberto.
Alberto se marchó y Manuel le preguntó a Silvia:
-¿Por qué le has comentado a Alberto lo de Rigoberta? Nos va a matar.
-No tiene porque enterarse, además así la “niña adoptada” sufrirá más, cuando
se haga pública la muerte de Carlos le dolerá, se pondrá enferma y estará triste
por su hermana – Dijo Silvia.
-Mirándolo de esta manera, no lo veo tan mal y además sí convencemos a
Rigoberta que encarcelé a su hermana María, el sufrimiento de la “niña
adoptada” será mayor. Solo espero que el plan de las avispas funcione – Dijo
Manuel.
-Ya verás cómo funcionará y a lo mejor tenemos la suerte de que la niña
adoptada muere envenenada y todo – Dijo Silvia con toda frialdad
En la clase Bachillerato B, Laura veía que los alumnos estaban tristes y
preguntó a Ana, dejando descansar un poco el tema de la unidad.
-¿Cómo te encuentras Ana?
-A ti no se te puede mentir, la verdad estoy mal – Dijo Ana.
-¿Lo dices por el motivo de que eres adoptada? – Preguntó Laura.
-No es por eso, lo tengo asimilado, estoy triste porque no hemos sabido nada
de nuestro amigo Carlos, últimamente – Dijo Ana.
- Yo he perdido las esperanzas, no entiendo quien puede ser tan malo para
secuestrar a mi propio primo, con lo bueno que es – Dijo Adrián llorando.
-No te preocupes, Adrián, seguro que pronto estará con nosotros, aquí de
nuevo – Dijo animando Laura.
-Laura, le echo de menos y si se muere, voy a perder la razón de tanto dolor –
Dijo Adrián llorando.

82
Ana se fue a sentarse al lado de Adrián y lo abrazó.
-No te preocupes Adrián, todo se va arreglar ya lo verás –Dijo Santiago
-Sabes que tienes todo el apoyo de toda la clase – Dijo Diego.
-Y de todo del instituto – Dijo la Profesora Laura.
-Gracias a todos, pero quiero que esto se acabe pronto – Dijo Adrián
marchándose, para tranquilizarse al aseo del bar del instituto.
En la sala de música, los alumnos de Bachillerato C, estaban prestando
atención a lo que decía Alfredo y en un momento dado, Sara le preguntó a
María:
-¿Qué raro que tu hermana Rigoberta, no haya venido?
-Sí, es muy extraño – Respondió María.
-¿Crees que estará tramando alguna cosa entre vosotras? – Preguntó Sara.
-Conociéndola ahora, es capaz de hacer cualquier barbaridad, está dispuesta a
todo para hacer daño – Comentó María.
-Pues le podrías sacarle la información a Susana, ella no se ve tan mala – Dijo
Sara.
-Tienes razón, pero luego espero que no se lo cuente a su hermana Silvia –
Dijo María.
-No lo diría, si hacemos algo por ella – Dijo Sara.
-¿A qué te refieres? – Pregunto María.
-Dándole mucho dinero para que traicione a su propia hermana – Dijo como
una sugerencia Sara.
-¡Qué! Además yo no tengo dinero – Dijo María.
-Tú no, pero Fabrice sí –Dijo Sara.
-¿Fabrice, que tiene que ver con todo esto? – Preguntó María.
-Fabrice tiene pinta de ser periodista, porque siempre va arreglado y siempre
lleva cosas nuevas, bonitas y caras ¿Acaso no te fijaste? -Preguntó Sara.
-No me fije, pero se lo preguntaré a Natalia que ella lo sabe todo, a la hora del
patio – Dijo María.
Entonces, Alfredo que era un hombre con muy mal genio, se dio cuenta de que
Sara y María estaban hablando, se les acerco y preguntó:
-¿De qué estáis hablando?
Sara y María se miraron mutuamente y hubo un silencio, así Alfredo, volvió a
preguntar:

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-¿De qué estáis hablando? ¡Sí, no lo sabéis, estamos en clase y aprendiendo
música, las charlas se dejan para el patio!
-Tienes razón, sí quieres saber de lo que hemos hablado, ya te lo escribiré en
folios para que lo sepas – Dijo Sara.
Mientras María se intentaba controlar la risa, y Alfredo se dio cuenta de que le
faltaba alguna cosa y dijo:
-Bien, ahora vengo voy a buscar la radio que me la deje en el del Bar, espero
que os porteéis bien, si no, habrá castigo para toda la clase.
-Puedes irte tranquilo, nos sabemos comportar sin tu presencia – Dijo Sara.
Alfredo se fue a buscar la radio, bajo por las escaleras hasta la primera planta y
luego se fue todo recto, mirando a los demás como hacían las clases y abrió la
puerta del Bar. Sin querer, derramó un vaso de agua que había cerca de la
radio del y no se dio cuenta que tenía la mano mojada y tampoco sé fijó de
que la radio estaba enchufada en un interruptor y cuando la desenchufó se
electrocutó, cayéndose desmayado dándose un buen golpe en la cabeza en la
mesa y apoyando mal el pie.
Mientras en la sala de música, Sara le dijo a María:
-Ahora sería un buen momento para hablar con Susana para que traicione a su
propia hermana ¿Te atreves?
-Bueno, pero yo no me quiero meter en un lío – Dijo María.
-Oye ¿No te parece raro que Alfredo todavía no haya vuelto? Con lo rápido que
es – Dijo Sara.
-Voy a ver qué ha pasado, a lo mejor le ha pasado alguna cosa, o algún
accidente –Dijo María – Pero a la hora del patio, hablaremos con Susana, al
final, estoy de acuerdo contigo, estaría muy bien que traicionara a su propia
hermana.
María bajó las escaleras hasta el primer piso y se fue directo al bar, abrió la
puerta y entró. Se dio cuenta que los camareros no estaban en la barra y se
encontró a Alfredo tendido en el suelo y empiezo chillar:
-¡No puede ser, ayuda! ¡Ayuda! ¡Necesito ayuda!
Los gritos se oyeron por todos los sitios del instituto y entonces vino Javier y
pregunta:
-¿Qué está pasando aquí?
-Alfredo se ha electrocutado y esta inconsciente – Comentó María.

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-Esta bien, voy a llamar a una ambulancia y adonde están los camareros
cuando pasa alguna cosa – Dijo Julián.
Julián llamo a una ambulancia vinieron enseguida, y entonces preguntó María:
-¿Adonde se lo llevan?
-Al Hospital Principal.
-Voy con vosotros – Dijo Javier.
Se lo llevaron al Hospital a Urgencias y el Doctor Martínez se encargo de
hacerles todas las pruebas.
Mientras en el Instituto, en el despacho del Director Julián:
-¡Empezamos mal el día!
-¿Qué ha pasado? – Preguntó Eduardo.
-Alfredo el profesor de música, se ha electrocutado intentando desenchufar del
interruptor y está en el Hospital – Dijo el director Julián.
-Espero que se recupere pronto y que vuelva cuando antes – Dijo Eduardo.
Pasó el tiempo y los alumnos se fueron al patio, allí Sara llamó a Susana y
dijo:
-Susana amiga ¿Puedes venir un momento, con nosotras?
Susana se quedo desconcertada y no tuvo opciones de negarse, así que se fue
a sentarse con ellas y preguntó:
-¿Qué quieres?
-Hablar contigo – Dijo Sara.
-No me gustan los misterios, ve directo al grano ¿Qué es lo que quieres? –
Preguntó Susana.
-Quiero que me digas los planes que están tramando tu hermana, Manuel y
Rigoberta.
-¿Por qué lo tendría que decir? Es mi hermana y no la pienso traicionar nada –
Dijo Susana.
-Susana, te estoy pidiendo que traiciones a tu hermana por el bien de nosotros,
si quieres el dinero no te preocupes te pagaremos bien – Dijo Sara.
-¡Yo no quiero el dinero de nadie! – Dijo Susana gritando.
-¿Y entonces que es lo que quieres?
-Favor por favor – Dijo Susana.
-Habla, te escuchamos – Dijo Sara.

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-Hace mucho tiempo que no sé nada de Fabrice y es un hombre que me tiene
totalmente enamorada, si me ayudáis a conquistarlo, yo traiciono a mi propia
hermana Silvia – Dijo Susana.
Sara no lo veía muy segura ese favor, así que María tuvo que intervenir y dijo:
-Aceptamos el favor.
Mientras que Fabrice, estaba paseando tranquilamente hacia una montaña,
para tomar un poco de aire fresco, había un chalet abandonado en ruinas, allí
escuchó un par de disparos y vio a lo lejos una sombra de una persona que
provocó un incendio, enseguida llamó a los bomberos llegaron los más rápido
posible y mientras unos intentaban apagar el fuego con mangueras de agua,
otros miraban dentro si había una persona, un bombero dijo:
-Hay una persona pero está muerta, se ha cometido un homicidio.
-Ay que llamar a la policía inmediatamente – Dijo otro bombero.
La Policía y la ambulancia vinieron de inmediato y se llevaron el cuerpo al
Tanatorio, para que le echase un vistazo el forense y éste dijo:
-Tiene un par de balas en el corazón, así que el incendio fue para que
pareciera un suicidio y bueno, como ves las muñecas y los tobillos de los pies
estaban atados, por eso tienen marcas ¿Se sabe el nombre del fallecido?
-Sí, se llama Carlos Fernández – Dijo Miguel de Rivera – Voy a comunicárselo
a Fabrice.
Y salió de la Sala del forense, Miguel de Rivera pregunto a Fabrice:
-Buenos días ¿Conoces a Carlos Salazar Fernández?
-Sí, es el alumno del Instituto del Campo ¿Ha fallecido verdad? – Preguntó
Fabrice.
-Sí, lo siento mucho, sé que era un buen amigo, Patricia me lo contaba todo, no
se como le voy a dar la noticia – Dijo Miguel.
-Pobrecito, no se merecía este final – Dijo Fabrice.
Miguel, Luís y Fabrice se fueron al instituto a comunicárselo a todos, una vez
allí, se encontró el Director Julián que iba hacia el patio y dijo:
-Buenos días, Miguel de Rivera.
-Buenos días, tenemos malas noticias que darte, pero me gustaría saber a
dónde están los familiares directos – Dijo Miguel de Rivera.
-Están todos en el patio, vamos os acompaño – Dijo el Director Julián.
Acto seguido se fueron al patio y el Director Julián dijo:

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-¡Atención, todo el mundo, han traído noticias de nuestro compañero Carlos!
-¿Está bien, mi primo Carlos? – Preguntó Adrián.
-¡Dinos algo por favor! – Dijo Javier.
-Lamentamos deciros que Carlos acaba de fallecer – Dijo Miguel de Rivera.
-¡No puede ser! – Dijo Javier.
Y todo el mundo se puso a llorar.
-¿Quién ha sido capaz de haber matado a una persona? El asesino tiene que
pagarlo muy caro y con muchos años de cárcel – Dijo Javier.
-No te preocupes, haremos todo lo posible para que eso pase –Dijo Miguel de
Rivera.

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CAPÍTULO 7:

¡AMORES SINCEROS!

-¡Porqué me han quitado a mi primo, me siento culpable de no haberme dado


cuenta de la dichosa hora en que desapareció! – Dijo Adrián llorando lleno de
dolor y de rabia.
-No te preocupes, tú no sabías nada y mucho menos que lo iban a secuestrar,
así que no tienes la culpa de nada – Dijo Sara intentándolo consolar poniendo
su mano en su hombro.
-Nosotros nos vamos al cuartel para empezar a investigar cual fue la causa del
secuestro, vamos Luís – Dijo el policía Miguel de Rivera.
-Miguel, muchas gracias por todo lo que has hecho por todos nosotros – Dijo el
director Julián.
-Cómo ya te había dicho antes, cogeremos al asesino sea quien sea prometo
que no voy a darme por vencido y será encarcelado o encarcelada para toda la
vida – Dijo el policía Miguel de Rivera.
-Chicos, nos vemos en dos minutos en la sala de actos – Dijo el director Julián.
-¡Me quiero morir! – Dijo Javier ¡Yo sin mi hijo, no quiero seguir viviendo!
-Yo... de verás, amaba mucho a tu hijo Carlos, sé que no es momento de
decirlo y aunque sé que te duela, hay que seguir adelante, la vida sigue y
sigue, ahora el dolor es muy grande pero ya verás que cuando pase el tiempo,
se calmará esa herida – Dijo Patricia.
-Gracias Patricia, me hubiese gustado mucho que Carlos hubiera sido tu novio,
porque tú eres una muchacha muy guapa, yo sabía el aprecio y el cariño que le
tenías – Dijo Javier llorando.
-Siempre le voy a estar agradecida a Carlos, ese mismo día en que me
desmayé en la discoteca, fue el primero en ayudarme mucho y aunque ya no lo
tenga más a mi lado, tengo sus recuerdos y me recordaré de él para toda la
vida – Dijo Patricia.
-¿Le conociste en la discoteca? – Preguntó Javier.
-Sí, me quede sorprendida de lo guapo que era desde la primera vez que lo vi,
pero vamos a la sala de actos, creo que el director nos va hablar – Dijo Patricia.

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Todos los alumnos se habían dirigido a la Sala de Actos y el director Julián
estaba de pie encima de la tarima, cogió el micrófono y dijo:
-Silencio por favor, nos hemos reunido aquí en la sala de actos, porque hoy es
un día muy triste. Un día de dolor, porque como ya sabéis ha fallecido un
alumno y amigo nuestro al que todos queríamos. Hoy en día, a cada uno de
vosotros le puede pasar lo mismo o salvarse de milagro. En primer lugar,
quiero dar el pésame a Javier y a Adrián que son familiares suyos más
cercanos y quiero que sepan que cuentan con nuestro apoyo. A continuación,
voy hablar del tema de la violencia, tal como sucedió en este caso, creo
conveniente que lo que os diga a partir de ahora, es porque vosotros juzguéis a
sí mismos las cosas que hacéis y que en algún futuro seáis responsables.
Hoy en día, hay mucha gente mala, que disfrutan haciendo daño a los demás
sin piedad, son gente que están enfermas del cerebro. Algunas personas
roban, otras secuestran y al final del tema es lo mismo, siempre muere una
persona por culpa de un secuestro, de algún asesinato y cada día se van más
a por los niños que no tienen culpa de nada, porque son inocentes.
Adrián seguía llorando cada vez más fuerte y Sara se acercó al oído y le dijo:
-Cálmate Adrián, no puedo verte así tan dolido.
-¡Y cómo quieres que este! ¡Sí me han quitado a un ser querido! – Exclamó
Adrián.
-De verdad lo siento mucho que tu primo fuese asesinado de esta manera tan
cruel – Dijo Sara intentándole consolar.
-Aquí la única verdad será cuando cojan al asesino y lo encarcelen para toda la
vida y ahora no puedo suportar el discurso de la violencia – Dijo Adrián,
levantándose del asiento.
-Pero ¿A dónde vas? – Preguntó Sara.
- A desahogarme las penas en un lugar tranquilo adonde nadie me vea –Dijo
Adrián, mientras cerró la puerta de la sala de actos dando un buen portazo.
Mientras que el Director Julián continuaba su discurso:
-Personas que no tienen corazón, ni que se pongan límites, tras lo sucedido de
hoy con nuestro alumno Carlos Fernández se suspende todas las clases
durante una semana.
En ese momento regresó Adrián, escuchado las últimas palabras del director
Julián. De repente se levantó Santiago aplaudiendo por el discurso, seguido de

89
todos sus amigos, Ana, Sara, Patricia, Diego, José y los demás compañeros
del instituto, excepto la peña de Silvia y Manuel.
Eduardo entró en la sala de actos, se dirigió a Adrián:
-Tienes una llamada al teléfono.
-¿Quién es? – Preguntó Adrián intrigado e intentando secarse las lagrimas con
las manos.
-No me acuerdo, o no se lo pregunté –Dijo Eduardo – Oye Adrián te doy todo
mi pésame por el fallecimiento de tu primo Carlos.
-Gracias Eduardo –Dijo Adrián.
Una vez al despacho del director, Adrián cogió el teléfono y preguntó:
-¿Sí, quién es?
-Adrián, soy Natalia tengo que comunicarte un par de cosas.
-No creo que ahora sea el mejor momento, estoy destrozado – Dijo Adrián.
-Escucha, Adrián de verdad lamento el fallecimiento de tu primo, ha salido en
los telediarios y estamos conmovidos. Daniel también te da el pésame, aunque
ahora no está aquí en Francia –Dijo Natalia.
-¿Estás aquí en Francia? ¿Adónde has estado?
-He estado varías semana en Nueva York y me he casado con Daniel en
secreto, ayer por la noche regresé – Dijo Natalia.
-¿Y Daniel se ha quedado en Nueva York?
-Sí, se ha quedado para investigar una cosa, pero aquí por el teléfono no se
puede explicar –Dijo Natalia – Mañana seguramente saldrá tu primo en las
portadas de los periódicos aquí en Francia.
-¿De quién se trata?
-Se trata de Jorge se extraña que no le ha llamado ni nada en estos meses y
parece que estaba en vuelto en asuntos terbios, pero como te he dicho antes,
ya te lo comentaré porque ahora no estoy segura de nada. Oye al final ¿hacéis
luto? – Dijo Natalia.
-Sí hacemos luto una semana.
-Me tengo que ir, dales besos a todos –Dijo Natalia.
-Natalia te quería dar las gracias por no olvidarte de mí.
-Desde luego que de un buen amigo como tú es imposible de olvidar – Dijo
Natalia.
Alberto al ver que Adrián salió del despacho del director, le preguntó:

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-¿Está todo bien? Perdona soy un mal educado, te doy el pésame por la
muerte de tu primo ¿Sabes quién podría ser el asesino?
-Gracias Alberto, aunque sé que tu y mi primo había mucha rivalidad por Ana –
Dijo Adrián.
-Así es, pero yo nunca hubiera deseado el mal a nadie, por mucha rivalidad
que haya, yo no sería capaz de eso, en el fondo le tenía mucho aprecio y ¿Qué
hacías en el despacho del director?
-Me ha llamado Natalia, para darme el pésame y comunicarme ciertas noticias
– Dijo Adrián.
-Ah sí ¿Y que se cuenta?
-Qué se ha casado con Daniel en Nueva York y que regresó ayer por la noche
– Respondió Adrián.
-Espero que nos venga a vernos, pues con Natalia nunca se sabe, viene un
mes si como dos meses que no – Dijo Alberto.
-Es cierto, digamos que Natalia es un poco misteriosa –Dijo Adrián sonriendo.
-Como todas las mujeres – Dijo Alberto..
En ese mismo momento, aparecía Sara e intervino en la conversación y le dijo:
-Estás más guapo cuando sonríes.
-Esta chica esta coladita por ti Adrián, yo lo intentaría con ella – Dijo Alberto.
Sara miró a Alberto con una cara de ironía y Adrián sonrío, finalmente le dijo:
-Bueno, si es así, ya me lo dirá algún día pero ahora estoy mal y solo quiero
pensar en el asesino de mi primo.
-¿Sospechas de alguien? – Preguntó Sara.
-No, Carlos no tenía enemigos – Dijo Adrián.
-Sí nos los tuviera ahora no estaríamos aquí, estoy segura de que la peña de
Manuel están metidos en esto – Dijo Sara.
-Sara no puedes hacer acusaciones gravemente, para acusar a alguien
necesitas pruebas y más pruebas – Le explicó Adrián.
-Yo estoy de acuerdo con Sara, todos sabemos de lo que es capaz de hacer
Manuel y sus amigos, él ha hecho mucho daño, no te acuerdas el mal
momento que tuvo que aguantar mi princesita Ana cuando le llamaron “Niña
adoptada” – Comentó Alberto.
-Tú como siempre tan romántico, pero tú antes robabas – Dijo Sara.

91
-Sí robé, pero era por necesidad, mi madre nos abandonó cuando era casi un
recién nacido, para más dolores de cabeza mi padre tiene una enfermedad y
no se puede cansar mucho – Explicó Alberto.
-En esta vida uno para conseguir lo que quiere hay que luchar para
conseguirlo, y aunque no sé que no es el momento de decírtelo pues estas
demasiado triste y destrozado, Alberto tiene razón en una cosa – Dijo Sara.
-Bueno yo me marcho para casa que mi padre ya está saliendo del despacho,
adiós Adrián, no te preocupes todo saldrá bien, ya lo verás – Dijo Alberto.
-Gracias Alberto ¿Y bueno en que tenía razón Alberto? – Dijo Adrián.
-Te decía que aunque no sea el momento puesto que estás de luto, te quiero
mucho y más de lo que te imaginas – Dijo Sara.
-¿Sabes Sara? Creo que eres la primera chica que me declara sus
sentimientos y la verdad que me halaga saber que tu estés enamorada de mi y
tienes razón, ahora no es el momento porque antes quiero descubrir quién
mató a mi primo, pero más adelante ya veremos qué es lo que pasa. Tú eres
una chica especial, guapa, encantadora y atractiva, pero ahora necesito tiempo
– Dijo Adrián.
-¿Así que puedo tener alguna esperanza contigo? – Preguntó Sara bajando su
mirada al suelo.
-La verdad es que ahora es el tema que menos me apetece hablar es de amor,
lo siento pero me he de ir, el día que quieras hablaremos pero hoy no puedo,
adiós Sara – Dijo Adrián.
-Seguramente vas a ir a la comisaría, para saber cómo está el tema de tu primo
– Dijo Sara.
-Así es, no voy a parar hasta encontrar quien sea el asesino o asesina de mí
primo –Dijo Adrián.
-Bueno, nos vemos en el apartamento y se dice hasta luego, que la palabra
adiós no me gusta –Dijo Sara.
-Pues perdone usted señorita, entonces hasta luego – Dijo Adrián.
Mientras en el cuartel de la policía, pasaba lo siguiente:
-¡Es que no entiendo, como alguien puede ser tan ruin para matar a un
inocente como lo es un niño! – Exclamó Miguel de Rivera.
-¿Lo dices por Carlos? – Preguntó Luís.

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-Claro ¿Te ocurre alguna cosa? Hoy no estás atento en las cosas en que te
digo – Dijo Miguel de Rivera.
-Bueno, supongo que también me ha afectado la muerte de él – Dijo Luís.
-Sea cual sea el precio, tenemos que conseguir que el asesino pague por este
crimen, tenemos que llegar al fondo de este caso – Dijo Miguel de Rivera.
-Estoy de acuerdo contigo, hay que encarcelar al asesino – Dijo Luis fingiendo.
-Vamos a ver, pásame el informe de Carlos y las declaraciones de sus
familiares, que están en una carpeta de plástico de color roja allí en la segunda
estantería – Explicó Miguel de Rivera.
Justo en el momento en que cogió la carpeta se le cayó al suelo y se
traspapeleó todos los papeles y dijo Luís:
-Lo siento, hoy tengo un día malo.
-Sí, eso ya lo veo a ti te pasa alguna cosa, hasta tus manos te tiemblan – Dijo
Miguel de Rivera.
-Es que esta noche no he podido dormir bien – Dijo Luís.
-¿Sabes? He leído por allí que los que tienen insomnio es porque no tienen la
conciencia tranquila – Dijo Miguel de Rivera.
-No sabía –Dijo Luís.
-Bueno, tomate unos días de descanso ya me ocuparé yo de este caso de
Carlos Fernández – Dijo Miguel de Rivera.
-Gracias amigo, no sé como agradecerte – Dijo Luís.
En ese preciso instante, entró Adrián en el cuartel y dijo a Miguel:
-¿Podemos hablar un momento? A solas por favor
-Bueno yo me marcho, adiós compañero – Dijo Luís.
-Vale y descansa en estos días, pasa Adrián siéntate. Dime ¿Cómo te
encuentras? – Preguntó Miguel.
-Estoy destrozado, me gustaría saber quién es el asesino para olvidarme de
todo esto – Dijo Adrián.
-Entiendo ¿Quieres café o un vaso de agua fresca?
-Sí no es mucho pedir un vaso de agua – Respondió Adrián.
Miguel se levantó de su silla y le sirvió un vaso de agua para Adrián y dijo:
-Toma, vigila que está fría y ¿De amores como vas?
-¡Qué rica está el agua! Ahora, el amor es un tema aparcado – Dijo Adrián
sonriendo tímidamente.

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-¿Y eso?
-Pues antes quiero saber quién es el asesino o asesina de mi primo y me
gustaría verle la cara, porque lo que ha hecho no tiene nombre y si me
permites me gustaría ayudarte en la investigación, sé que no tengo ni idea de
cómo se hace, pero es un familiar al que le tenía mucho apreció – Respondió
Adrián.
-Pues mira Adrián, hoy estas de suerte, mi compañero Luís se ha puesto
enfermo de cansancio y le he dado un par de días libre, para que se mejore
aunque me ha parecido demasiado extraño lo que ha sucedido – Explicó
Miguel.
-¿Y qué ha pasado exactamente? – Preguntó Adrián.
-Estábamos hablando de tu primo, le digo que me pase el informe y las
declaraciones que están en la carpeta roja de la estantería, justo en el
momento que la cogió se le cayó de las manos y se traspapeleó todo –
Respondió Miguel.
-Desde la primera vez que le vi entrar en nuestro instituto, a mí ya me parecía
demasiado raro, es como si fuera de mala espina, pero no tengo nada en
contra de él – Explicó Adrián – Lo único que quiero es ayudarte a ti con la
investigación, a mi tío Javier y a mí porque quiero que se sepa la verdad.
-Así que estaría encantado de que me ayudes en la investigación, te prometo
Adrián que lo encarcelaremos y por muchos años – Dijo Javier.
-¡Ay, Miguel! No seas tan antiguo, se dice para toda la vida y de todas formas
gracias, es lo que más deseo, que el asesino o asesina pague por esto – Dijo
Adrián.
-¿Tienes algún sospechoso? – Preguntó Miguel.
-De tener sospechoso puede, pero no tengo pruebas hay un dicho que es muy
curioso que dice: “Todo el mundo es inocente si no se demuestra lo contrario” –
Respondió Adrián.
-¿Y crees que Alberto, el hermano gemelo de Alfonso, podría haber organizado
el secuestro para así quitarlo de en medio y tener vía libre para conquistar a
Ana? – Preguntó Miguel.
-Mira Miguel, yo no creo que Alberto tenga que ver en este caso de Carlos,
aunque hubo mucha rivalidad no se llegaron a las manos – Respondió Adrián.
-Ya, pero Alberto roba ¿Verdad? –Dijo Miguel.

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Adrián bebe un sorbito de agua, traga saliva y dijo:
-Perdón, déjame corregirte, robaba, pero eso es agua pasada.
-¿Y eso?
-Robaba por necesidad, te cuento esto para que no tengas dudas, su madre le
abandonó poco días después del parto, su padre está enfermo y digamos que
tiene una enfermedad muy larga – Dijo Adrián.
-Entiendo ¿Y qué pasó con Diego? Por lo que sé, al principio le tenía manía.
-Sí, bueno, pero eso son piques de amigos, nada sin importancia, está claro
que Carlos debía de tener un enemigo en común yo me imagino quien es, pero
como te dije antes, no tengo pruebas – Dijo Adrián.
-Aunque no tengas pruebas, sería más valioso que dijeras el nombre de esa
persona, puede ser útil – Comentó Miguel.
-Sospecho de Manuel, pero creo que también sería conveniente de que
fuéramos al lugar del crimen y hablar con Fabrice, te lo digo porque él encontró
el cadáver y escuchó unos disparos a lo lejos – Explicó Adrián.
-Estoy totalmente de acuerdo contigo. ¿Sabes Adrián? Vales mucho para ser
policía, me sorprende mucho tus argumentos, tu forma de pensar, de actuar –
Dijo Miguel echándole elogios a Adrián.
-¡Pero, déjate ya de tantos elogios¡ – Dijo Adrián.
-Por lo que veo también tienes mucho carácter – Dijo Miguel.
-Bueno, es mejor que dejemos las impertinencias aparte y nos pongamos a
trabajar cuando antes en este caso – Dijo Adrián.
-Tienes toda la razón ¿Por dónde empezamos? – Preguntó Miguel.
-Parece mentira que seas jefe de policía Miguel – Dijo Adrián.
-Adrián, te estoy dando la oportunidad de como lo harías tu – Dijo Miguel.
-Entonces, tienes que mejorar tu forma de expresión que a veces no se te
entiende, y lo que haría yo primero es ir hablar con Fabrice, para que nos lleve
al lugar de crimen y luego hablar con los forenses encargado del caso – Explicó
Adrián.
-¡Magnífico!
-A que sí – Dijo Adrián.
Cerraron el cuartel de la policía con llaves, entraron en el coche y se pusieron
el cinturón, Miguel preguntó:
-¿A dónde podemos localizar a Fabrice?

95
- Al Instituto – Respondió Adrián.
-Pues vamos dirección al instituto.
Una vez que llegaron, Adrián se dio cuenta de que había un montón de ramos
en todo el instituto, en homenaje a su primo Carlos. Javier le observó, le dijo:
-Es muy bonito saber que tus amigos y compañeros del instituto estén a tu lado
en estos momentos.
Adrián se giró y respondió:
-La verdad estoy admirado de la buena gente que hay en este mundo y
también se lo penosos que solo saben hacer daño y destruir familias, sin
contemplaciones ni nada por el estilo, oye tío dime ¿por qué la gente es tan
mala?
-¿Pero no decías que la gente es buena? –Preguntó Javier de broma.
-¿Tú, también estás con las bromas? – Preguntó Adrián con la misma manera.
-Tienes razón, ahora no es lugar de hacer bromas, la gente no es mala, se
hace mala y dime ¿Qué hacías con el policía Miguel de Rivera? –Preguntó
intrigado Javier.
-Ayudarle en el caso de Carlos, porque el compañero suyo se ha puesto
enfermo – Respondió Adrián.
-¿Podrás hacerlo todo, estudiar en casa, madrugar para ir a clase y averiguar
quién fue el asesino?
-Pues no lo sé, pero seguro que si me organizo bien, desde luego saldré
adelante, estoy seguro de que alguien aquí y muy conocido, haya escuchado
alguna conversación interesante – Respondió Adrián.
-Estoy orgulloso de ti, sobrino – Dijo Javier.
-¿Me lo dices enserio? – Preguntó Adrián.
Javier sonrío y se abrazaron.
-Tío te quiero muchísimo – Dijo Adrián.
-Yo también te quiero a ti.
En el despacho del director:
-Buenas tardes, Miguel de Rivera – Dijo Julián.
-Buenas tardes ¿Me puedes hacer dos favores? – Preguntó Miguel.
-Sí, dime ¿Qué puedo hacer por usted?

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-En primer lugar, te agradecería que si somos amigos de toda la vida, que me
trates de tú que tampoco soy tan viejo y en segundo lugar llámame Miguel, por
favor – Comentó Miguel.
-¿Y qué puedo hacer más por ti?
-¿Está por aquí Fabrice? – Preguntó Miguel.
Julián sonríe y respondió:
-Bueno, Fabrice es un hombre misterioso y un poco raro, hace un par de días
que no lo veo, supongo que querrás hablar del caso de Carlos.
-Así es ¿Y sabes dónde puedo localizarle? Seguro que tendrás su dirección
¿Verdad? –Preguntó Miguel.
-Sí, espera que te lo busco – Respondió Julián abrió el segundo cajón y había
un montón de ficheros por orden alfabético de todos los alumnos matriculados
del Instituto del Campo, buscó la letra F y cuando la tuvo en su mano dijo:
-¡Aquí está! Mira Fabrice vive en la calle del Río, número 2.
-¿Y el número de piso? – Preguntó Miguel.
-Debe ser una casa, tengo entendido que esa zona es a donde viven los más
ricos y te puedo hacer una pregunta por curiosidad.
-Claro – Dijo Miguel.
-¿Qué hacía Adrián contigo?
-Pues lo mismo que yo, investigando el caso de Carlos, te recuerdo que era su
primo – Respondió Miguel.
-¿Y tu ayudante Luís?
-Se ha puesto enfermo, últimamente le encontré muy raro, estaba nervioso y se
le caía todos de las manos – Explicó Miguel.
-Tu ayudante es más raro que un perro verde, no sé porque me da la
sensación de que alguna cosa esta ocultando – Comentó Julián.
-Qué curioso, Adrián también me lo ha dicho, pero en otras palabras – Dijo
Miguel.
-¿Y se puede saber lo que te dijo?
-Me ha dicho que era raro y como si fuera de mala espina – Dijo Miguel.
En ese mismo instante, llaman a la puerta y el director Julián dijo:
-Adelante.
-Perdone señor Director Julián, tienes una reunión con los demás profesores –
Dijo Eduardo.

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Miguel y Julián se miran mutuamente y éste dijo:
-Gracias Eduardo, enseguida voy. ¡Ah! Por cierto, llámame Julián, que tampoco
soy tan viejo.
-Mira que eres un copión, eres un gran imitador – Dijo Miguel en broma.
-Está bien, a partir de ahora te llamaré Julián, por cierto Miguel ¿Por qué has
dicho eso? – Dijo Eduardo.
-Ah bueno, es que él también me llamaba de otra manera que a mí me
molestaba, somos amigos íntimos de la infancia, siempre nos hemos criado
juntos – Explicó Miguel.
-Miguel te olvidas que también fuimos vecinos y las travesuras que hacíamos –
Dijo Julián.
-Qué tiempos aquellos ¿Verdad? – Dijo Miguel.
-¿Y cómo te ha estado llamándote en todo este tiempo? – Preguntó Eduardo
intrigado.
-Vaya hoy éste instituto se ha levantado muy preguntón, pues me ha llamado
con todo mi nombre completo Miguel de Rivera ¿A que sí Julián? –Dijo Miguel.
-Así es, de toda la vida, desde niño hemos estado compartiendo muchas cosas
buenas y malas, aunque ahora ha habido un descanso – Dijo Julián.
-Muy bonito, mira se me pone piel de gallina de los momentos que tuvisteis,
pero Julián te repito que tienes una reunión y que los profesores están
impacientes – Dijo Eduardo.
-Claro, señor de Rivera mucho gusto en tenerle aquí, pero si me permites debo
de irme – Dijo Julián en broma.
-Sí, yo también debo de irme, voy a buscar Adrián y vamos a buscar a Fabrice
y a hablar con los forenses – Dijo Miguel.
-Espero que por el bien de Adrián y de su tío que descubran pronto el asesino y
que este encerrado para toda la vida, nada más en pensar que hay gente que
secuestran a niños que no tienen la culpa de nada se me pone la piel de gallina
– Dijo Eduardo.
-A todos se nos pone la piel de gallina – Dijo Adrián que iba a buscar a Miguel
en el despacho.
-Te iba a buscar – Dijo Miguel.
-Ya estoy aquí – Dijo Adrián.

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-Adrián, sé que no estás pasando por un buen momento, tras la muerte de tu
primo Carlos, pero me gustaría decirte que si necesitas ayuda que ya sabes
adonde estoy, y no te apartes de tus amigos, es un consejo – Dijo Eduardo.
-Gracias Eduardo, lo único que me importa ahora es saber quién es el asesino
– Dijo Adrián.
-Venga vamos a buscar a Fabrice – Dijo Miguel de Rivera.
-Vamos –Dijo Adrián.
Mientras tanto en el Hospital Principal, Alfredo le dan el alta, solo había sido un
susto, en el pasillo se encontró con Manuel y Silvia, ella se dio cuenta y le
preguntó:
-¿Cómo está mi profesor favorito?
-Estoy mejor que nunca, por fin es un alivio de poder dejar el Hospital – Dijo
Alfredo.
-Que mala suerte la tuya, de electrocutarse en el bar del instituto – Dijo Manuel.
-Ya ves, solo fue un susto, hay mucho Alfredo por delante y no pienso rendirme
nunca ¿Y vosotros que hacéis por aquí? – Dijo Alfredo intrigado.
-Venimos a ver a Rigoberta, que la pobre está pasando un mal momento – Dijo
Silvia.
-¿Rigoberta, la hermana de María y Ana, verdad? – Preguntó Alfredo.
-Así es – Dijo Manuel.
-¿Qué le ha pasado a Rigoberta? – Preguntó Alfredo.
-Ha sido atropellada, la pobre está sufriendo muchísimo y ella es una víctima
de la vida – Dijo Silvia mintiendo.
-¿En qué habitación se encuentra? – Preguntó Alfredo.
-Está en esta planta al fondo de la derecha – Dijo Manuel.
-Voy a verla – Dijo Alfredo.
-Sí, Alfredo es lo mejor que puedes hacer, si te ve seguro que recupera fuerzas
– Dijo Silvia.
Alfredo se va directo a la habitación de Rigoberta, ésta se extrañó y preguntó:
-¿Qué haces aquí?
-Visitando a mi alumna favorita ¿O no puedo? – Dijo Alfredo.
-Ve al grano ¿Qué quieres? – Preguntó Rigoberta.
-Quiero saber que te ha pasado, el día que tuviste el atropello – Dijo Alfredo.
-Me atropello una moto y se dio a la fuga – Explicó Rigoberta.

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-¿A dónde fue eso? – Preguntó Alfredo.
-Cerca de nuestro apartamento. ¿Te puedo confesar un secreto Alfredo? – Dijo
Rigoberta.
-Claro, sabes que conmigo puedes tener otro aliado más, que no solo cuentas
con la ayuda de Manuel y Silvia, sino que conmigo también puedes confiar.
-Me alegro saber de qué estás a mi lado, recuerdo ese día perfectamente, yo
iba a dirección del instituto muy pensativa y crucé por el paso cebra y de
repente una moto venía a toda velocidad, me atropelló y se dio a la fuga –
Explicó Rigoberta.
-¿Tienes idea de quién pudo haber sido? A lo mejor no lo hicieron queriendo.
-¡Por favor Alfredo, si no lo quisieran haber hecho, se hubiera parado para
saber cómo estaba! – Dijo poniéndose histérica Rigoberta.
-Vale, vale, pero haz el favor de tranquilizarte que así quieren verte tus
enemigos. ¿Te puedo dar un consejo? – Dijo Alfredo.
-Estoy ansiosa por saberlo – Dijo Rigoberta
-Podrías acusar Alberto para que lo metan preso en la cárcel o a tu propia
hermana – Explicó Alfredo.
-¡Qué coincidencia! Manuel y Silvia me han dicho lo mismo, pero ellos me han
aconsejado que denuncie a mi hermana mayor porque quieren ver a la “Niña
Adoptada” sufriendo – Comentó Rigoberta.
-Por alguna razón decimos lo mismo, miran lo que te han hecho, te han echado
de casa, te han atropellado y ni siquiera no se han preocupado por ti, tienes
que meter mal ambiente a esos amigotes de pacotilla, que me caen mal.
-No te preocupes, ya llegará el momento de vengarte Alfredo – Dijo Rigoberta.
En ese preciso instante, entraron Manuel y Silvia y Manuel dijo:
-Profesor ¿Qué haces que todavía no te has ido?
-Pues hablando con tu amiga Rigoberta de una conversación muy importante –
Explicó Alfredo.
-¿Y qué conversación tan importante es? – Preguntó Silvia intrigada.
-La misma que tuvimos nosotros hace un par de semanas que teníamos que
acusar a María, pero que Alfredo me dijo que también piense en la posibilidad
de acusar a su enamorado Alberto – Explicó Rigoberta.
-Ya ves, tenemos muchas cosas en común, por eso es mi profesor favorito –
Dijo Silvia.

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-Cambiando de tema, Manuel ¿Cuándo piensas hacer el plan que tenemos
pendiente para la “Niña Adoptada”? – Preguntó Rigoberta.
-¿Qué plan? ¿En qué consiste? –Preguntó Alfredo intrigado.
-Vamos a buscar avispas venenosas para ponerlas en el alféizar de la
habitación de la “Niña Adoptada” – Explicó Silvia.
-¡Qué horror! – Se horrorizó Alfredo.
-¡Será divertido! Verás a la “Niña Adoptada” sufriendo y más aún que morirá
siendo una víctima de las avispas – Dijo Manuel flotándose las manos, de las
ganas que tenía.
-Pero tenemos que ir a buscar las avispas esta tarde – Dijo Silvia.
-Nada de eso, si vosotros vais a buscar las avispas alguien os puede ver, yo
os sugiero una idea mucho mejor – Dijo Alfredo.
-Habla Alfredo, oiremos tu versión – Dijo Rigoberta.
-Aunque me horroriza saber el plan de las avispas, por otro lado me alegro
porque así sufrirá también el enamorado de Ana, así que os ayudaré, no hace
falta que busquéis avispas, en una parte del instituto que no se utiliza hay un
laboratorio y allí hay unas avispas guardadas y si me permitís seré yo quien
vaya a buscarla, puedo inventarme una excusa pero si sois vosotros os pueden
acusar y se puede ir todo al traste – Explicó Alfredo.
-Me parece una buena idea, estoy de acuerdo contigo – Dijo Rigoberta.
-Yo estoy más que de acuerdo, es mi profesor favorito –Dijo Silvia.
-Yo también estoy de acuerdo, con tal de hacer sufrir a todos nuestros vecinos-
Dijo Manuel.
-Bien que no se hable más, ésta noche cuando cierren el instituto por la
semana de luto, pues entraré, las cogeré y las tendré guardadas – Dijo Alfredo.
-¿Una semana de luto para qué? – Preguntó Rigoberta extrañada.
-Ya ves, por el fallecimiento del secuestrado Carlos, mira como están de
solidarios nuestro instituto – Dijo Manuel con toda su frialdad.
-¡Esto para mí es un absurda tontería! – Dijo Rigoberta.
-¡Y para nosotros también! – Dijeron Manuel, Silvia y Alfredo a la vez.
-Entonces ¿Qué día lo hacemos? – Preguntó Silvia.
- El lunes por la mañana tiene que salir perfecto el plan – Dijo Rigoberta.
-Muy bien, yo traeré el domingo por la noche las avispas en un pote de cristal,
tenéis que ir con cuidado de que os pueden escapar, estas cosas son muy

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delicadas, es aconsejable de que tengáis guantes y estéis un metro de ellas,
porque os pueden acercarse – Explicó Alfredo.
-Gracias Alfredo, pero lo tenemos todo preparado y solo nos hace falta las
avispas y esperar a que sea el día. – Dijo Manuel.
-Está bien, yo me voy para mi apartamento, esta noche en la madrugada
estarán conmigo – Dijo Alfredo.
-Alfredo, se muy discreto por favor – Dijo Rigoberta.
-No te preocupes confía en mí, hasta luego – Dijo Alfredo.
Alfredo se fue a su apartamento, cuando llegó la madrugada cogió su coche
descapotable de color rojo, presumiendo y se escondió en una esquina, para
entrar en el instituto, justo en ese momento, el director del centro Julián cerraba
puertas y se fue a buscar su coche y se largó.
Alfredo cuando observó que Julián se había ido, y que no había monos en las
costas, se puso un pasamontañas y guantes negros, cogió su caja de
herramientas y se guardó en su chaqueta de piel un destornillador en el bolsillo
de dentro, salió del coche y lo cerró con llave, se fue por la parte de atrás y se
subió en el alféizar de una de las ventanas del instituto y la abrió mediante el
destornillador, entró y se fue directo a la aula de laboratorio y allí había una
puerta que dentro estaban animales para analizarlos y enseñárselos a sus
alumnos, entonces Alfredo se quitó su bolsa para meter los dos potes de
cristal, y salió del instituto con toda tranquilidad.
En la casa de Eduardo, Alfonso tiene una pesadilla y sueña que es atacado por
Alfredo, se despierta y sin hacer ruido se fue a la cocina a beber un vaso de
agua fresca y se va directo al ordenador, entra en Internet y se dirigió a la sala
de sucesos, entró en un chat y vio nicks muy raros, miró los perfiles y descubrió
que los que estaban chateando eran Manuel, Silvia con el profesor Alfredo y
dijo para él mismo:
-¡No puede ser esto! Tengo que llamar pronto a Fabrice para hacer lo que
tengo planeado, así mi hermano como Ana me lo agradecerán para siempre,
estoy seguro de que Fabrice como es periodista privado sabrá hackear los
ordenadores de ellos dos, para saber qué es lo que traman, mientras tanto voy
a imprimir estos perfiles.
Se levantó para cerrar la puerta del despacho para no molestar a su padre y a
su hermano porque estaban dormidos, se regresó al ordenador, encendió la

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impresora e imprimió la información que tenía, también se dio cuenta que en el
perfil de Silvia esta puesto su número de móvil.
Alfonso vuelve hablando solo –Esto a Fabrice le va a interesar mucho para
ponerlo en la portada de la revista del instituto. ¡Será genial!
Esconde los perfiles en una carpeta de color marrón de cartón y lo guarda en la
caja fuerte que hay en la sala del ordenador. Se va para la cocina y prepara el
desayuno. Su hermano Alberto también se levantó pronto y se va directo a la
cocina y dijo:
-Buenos días ¿Qué te ha pasado hoy, que no se te han pegado las sabanas?
-No he podido dormir – Respondió Alfonso.
-¿De qué tema querías hablarme, hace un par de semanas? – Preguntó
Alberto.
-Aquí no es el momento, te lo diré en un lugar seguro, no quiero que nuestro
padre se entere para no darles más disgustos – Dijo Alfonso.
-Está bien, esperare mi turno – Dijo Alberto sonriendo.
Eduardo también se despertó y dijo:
-Buenos días.
-Mi hermanito Alfonsito ha hecho el desayuno – Dijo Alberto en broma.
-Y tú por lo que veo te has levantado bromista ¿verdad? –Dijo Alfonso en
broma.
-Espero que lo hagas siempre de así de bien, cuando no se te peguen las
sábanas – Dijo Eduardo.
-¡Papá! Lo siento, pero me tengo que ir, tengo que hacer una cosa muy
importante, así que ya hablaremos. – Exclamó Alfonso.
-¿Y tú que vas hacer, Alberto hijo? – Preguntó Eduardo.
-Pues quiero volver a conquistar a Ana –Respondió Alberto.
-Me parece una buena idea, oye y para empezar porque no la invistas a comer
en nuestra casa, tengo ganas de conocerla, por lo que me cuentas debe ser
una buena chica – Dijo Eduardo.
-¿Lo dices enserio? – Preguntó Alberto.
-Claro –Dijo Eduardo.
-Gracias papá – Dijo Alberto en tono cariñoso y dándole un abrazo muy fuerte.
-Cuando regrese tu hermano se lo comunicaremos – Dijo Eduardo.

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-Sí, cuando regrese, que si no le decimos nada, se enfada y luego no hay quien
le aguante – Dijo Alberto.
Alfonso salió de casa con su carpeta marrón y se dirigió para la casa de
Fabrice, cuando llegó, llamó a la puerta y abrió Natalia la puerta, ésta se quedó
sorprendida y dijo:
-Hola Alfonso ¡Cuánto tiempo sin verte!
-Hola Natalia, cada día estas más guapa ¿Está Fabrice? – Preguntó Alfonso.
-Sí, ésta en el estudio ¿Y a que se debe tu visita? – Preguntó Natalia.
-Pues tengo información frescas sobre la peña de Manuel y a lo mejor le
interesa ¿Y tú a donde te has metido, Natalia, para perderte la mitad de curso?
–Preguntó Alfonso.
-Ya sabes, Alfonso, como que a mí no me van los estudios, me fui a Nueva
York con mi marido Daniel –Explicó Natalia.
-¿Perdón? ¿Has dicho marido? – Preguntó Alfonso extrañado.
-Sí, eso he dich, mi marido Daniel, nos casamos allá en Nueva York y por lo
civil fue muy bonita la boda – Comentó Natalia.
-¿No sabía que tuvieras familia allí en Nueva York? – Preguntó Alfonso.
-No, no la tengo, me case en secreto –Respondió Natalia.
-Ah, bueno, entonces me alegro de que todo te haya salido tan bien, pero quien
se va a sentir dolido es Adrián – Dijo Alfonso.
-Adrián ya lo sabe, se lo dije cuando me entere cuando habían asesinado a su
primo Carlos – Dijo Natalia.
-Bueno, si no te importa voy a ver a Fabrice en el estudio – Dijo Alfonso.
En ese mismo instante llaman a la puerta, Miguel de Rivera y Adrián, Natalia
abrió la puerta y dijo:
-¡Adrián! ¡Qué alegría verte!
-Hola Natalia – Dijo Adrián en voz seria.
-Hola Miguel de Rivera – Dijo Natalia.
-Hola. ¿Creía que te habías olvidado de mí? – Preguntó Miguel.
-Hola Alfonso ¿Qué haces aquí? – Preguntó Adrián.
-Vengo hablar con Fabrice, tengo que decirle una cosa muy importante – Dijo
Alfonso.
-Hola, Alfonso ¿Y qué cosa es tan importante? – Preguntó intrigado Miguel de
Rivera.

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-Mira Adrián de todas formas te vas a enterar, tengo noticias importantes que
deciros sobre tu primo Carlos – Explicó Alfonso.
-¡Dime de qué se trata por favor! – Dijo Adrián hasta el punto de agobiarlo.
-¡Adrián, tranquilízate! Así no vas a llegar a ningún lado – Dijo Natalia.
-¡Por favor, como quieres que me tranquilice, necesito tener pruebas para
encerrarlo ya de una vez! – Dijo Adrián gritando.
-Es mejor que venga Fabrice, así nos enteraremos todos de lo que Alfonso
quiere contarnos sobre Carlos y Adrián estate tranquilo, a lo mejor nos da una
pista clara –Dijo Miguel de Rivera.
-Sí, quizás tengáis razón, no se me comportarme últimamente, no hago que
estropear el momento – Dijo Adrián haciéndose un poco la víctima.
-Adrián, no hace falta que te hagas la víctima, aquí la única que ha sido es tu
primo Carlos, ya sé que te gusta ser un poco el centro de atención, pero ten un
poco de paciencia – Dijo Natalia.
-Como me conoces – Dijo Adrián.
-Ya ves, pero tranquilo – Dijo Natalia.
-Mira, ya viene Fabriche – Dijo Alfonso.
-Hola a todos ¿A qué se debe el honor de esta visita? – Preguntó Fabrice.
-Bueno, la verdad que todos venimos hablar de un asunto muy delicado, se
trata del difunto Carlos – Explicó Miguel de Rivera.
-Yo he venido aquí porque tengo noticias – Dijo Alfonso.
-Y nosotros veníamos a preguntar sobre el día que habías escuchado esos
disparos, Miguel y yo creemos que esos disparos están relacionados – Dijo
Adrián.
- Es un buen momento para tomarnos a tomar un té y pasar al comedor para
estar más cómodos ¿No creéis? – Dijo Fabrice.
-Sí, desde luego que aceptamos tomar una taza de té y por supuesto estoy de
acuerdo contigo de pasar al comedor porque allí estaremos todos más
cómodos – Dijo Adrián.
-Yo voy a preparar té para todos – Dijo Natalia.
Natalia se fue a la cocina a preparar té.
-Dime Alfonso ¿Qué querías contarnos sobre el asunto Carlos? – Preguntó
Adrián.

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-Adrián, en estos casos sería conveniente de ser educado, hay que esperar a
Natalia – Dijo Alfonso.
-Tienes razón – Dijo Adrián.
Cuando regresó Natalia con la bandeja, se sentó en el suelo y puso las tazas
con su plato encima de la mesa y dijo:
-Cuidado, que quema.
-Por favor, Natalia siéntate en un sillón – Dijo Miguel de Rivera.
-No gracias, estoy cómoda –Dijo Natalia.
-Vale, como quieras – Dijo Miguel.
-Perdonad que os interrumpa, chicos pero yo estoy impaciente de lo que tengo
que saber de Carlos – Dijo Adrián nervioso.
-Sí, tienes razón, perdone usted – Dijo Natalia.
-Fabrice, tienes un papel y un bolígrafo a mano, es que se me olvidó en mi
casa – Dijo Miguel.
Fabrice se fue a buscar una carpeta, a donde había varios papeles y un
bolígrafo nuevo de marca caro y dijo:
-Aquí lo tienes ¿Desea alguna cosa más?
-No, gracias, por mi empecemos ya – Dijo Miguel.
-Está bien, Alfonso dime lo que querías contarme sobre el caso de Carlos –
Dijo Fabrice.
-Es que no solo se trata de Carlos, es que tiene alguna cosa que ver con Ana –
Dijo Alfonso.
-Explícate – Dijo Natalia.
-Hace un par de días, en la clase de Educación Física, cuando todos de mi
clase estábamos dando vuelvas por la pista, escuché una conversación de
Silvia y Manuel – Explicó Alfonso.
-Perdón, por interrumpir ¿Qué curso haces? – Preguntó Miguel.
-Yo hago 2º de Bachillerato – Respondió Alfonso.
-Gracias, por favor sigue ¿Y qué conversación tuvieron? – Preguntó Miguel.
-Les escuche decir que ellos contrataron a un sicario para matar a tu primo,
Adrián, lo siento – Explicó con detalles Alfonso.
-¡Qué fuerte! – Dijo Natalia.
-¿Y llegaron a decir el nombre de sicario? – Preguntó Fabrice.
-No, porque cambiaron de tema – Dijo Alfonso.

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-¿Y de que más hablaron? – Preguntó Adrián.
-Hablaron de que quieren ver destruida a Ana y que tienen un plan muy
malvado –Dijo Alfonso.
-¿Y cuál es el plan? – Preguntó intrigada Natalia.
-Pues es un plan malvado, maquiavélico y repugnante, quieren poner avispas
en el alféizar de su ventana de la habitación – Explicó Alfonso.
-Yo la verdad, si no me lo cuentas no me lo creería – Dijo Natalia.
-¡Qué fuerte! – Dijo Fabrice.
-Sin duda, estamos hablando de unas personas que solamente echan veneno,
no puedo entender como esa peña pueden ser tan malos y no tener
remordimientos de las cosas que hacen y ya sabemos que son capaces de
hacer cualquier cosa, para cumplir con su objetivo – Comentó Miguel.
-Creo que deberían de estar encarcelados por el resto de su vida a esa peña-
Dijo Adrián.
-Lo siento Adrián, pero ellos no fueron los asesinos de tu primo, hay que buscar
a ese sicario – Explicó Miguel.
-Pero son cómplices y eso es casi lo mismo – Dijo Adrián.
-Adrián ten paciencia, muy pronto podrás disfrutar de que el asesino de tu
primo este en la cárcel y eso te lo juro, porque yo soy un hombre de palabra –
Dijo Miguel.
-Las ganas que tengo de verlo encerrado, pero bueno, ya llegará el momento,
tampoco hace falta que me obsesione porque a que llegue a suceder va a
pasar mucho tiempo – Dijo Adrián.
-A parte de explicaros de lo que escuché, me enteré de una cosa muy
sorprenderte –Dijo Alfonso.
-¿Todavía hay más? –Preguntó Natalia.
-Sí, resulta que esta mañana me he levantado pronto y he encendido el
ordenador y descubrí con mis propios ojos que la peña de Manuel traman sus
planes malvados en un chat de internet –Explicó con lujo de detalles.
-¿Y tienes alguna prueba de esto lo que me estás contando? –Preguntó
Miguel.
-Sí, mira en ésta carpeta tengo los perfiles de la peña de Manuel, en el pie de
la página está escrita la web, adonde podéis sacar las conclusiones, no sé los
horarios que se meten, pero por lo visto van a por todas – Dijo Alfonso.

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-Eso ya lo sabíamos – Dijo Natalia.
-Sí, yo no entiendo como pueden jugar con las demás personas y ser
cómplices de un secuestro – Dijo Adrián.
-Adrián, no puedes juzgar sin pruebas – Dijo Miguel.
-¿Y los perfiles de la carpeta que es? – Preguntó Adrián.
-Pero, aquí no dicen nada si son ellos o no, solo son nicks, eso puede uno
inventárselo –Explicó Miguel.
-Tienes razón, en un chat no puedes fiarte de nadie y esto es un poco probable
–Dijo Natalia.
-Supongo que sí, solo me gustaría ver encarcelado al hombre que termino con
la vida de mi primo –Dijo Adrián.
-No te obsesiones –Dijo Natalia.
-Sí no estamos seguros de que funcione podríamos probarlo –Sugirió Fabrice.
-Haber explícate ¿Tienes alguna idea? –Preguntó intrigado Miguel.
-Una no, varias –Respondió Fabrice.
-Te escuchamos Fabrice –Dijo Miguel.
-Sí no estamos seguro de que los perfiles sean ellos exactamente, solo hay
una forma de probarlo – Dijo Fabrice.
-No te entiendo – Dijo Adrián.
-Muy fácil, que alguien se meta en el chat que pregunte si son ellos o mejor,
justo cuando nosotros estemos metidos en el chat, ir a su apartamento como
una excusa – Explicó Fabrice.
-Excelente idea - Dijo Alfonso.
-¿Quieres contar más sugerencias? –Preguntó Miguel.
-No, sin ofenderte –Dijo Fabrice.
-Está bien, como tú quieras –Dijo Miguel.
-Bueno, yo ya me marcho a avisarle a mi hermano, lo que están tramando la
peña mala –Dijo Alfonso mirando el reloj.
-Espera te olvidas los perfiles –Dijo Fabrice.
-Quédatelo tú, seguro que aprovechas más la situación y gracias por el té,
Natalia –dijo Alfonso.
-Entonces te acompaño a la puerta –Dijo Fabrice.
-Gracias y adiós –Dijo Alfonso.
En el comedor, Adrián le dijo a Miguel:

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-No le hemos preguntado por lo que pasó ese día cuando escuchó los
disparos.
-Tienes razón, pero esto hay que hablarlo en privado – Explicó Miguel.
-Gracias por lo que me toca, os recuerdo que Carlos también fue amigo mío y
que yo también estudie en el mismo instituto que él –Dijo Natalia.
-No te molestes Natalia, lo dice de broma ¿Verdad? –Dijo Adrián.
-Sí claro, además tienes el mismo derecho de saber la verdad –Dijo Miguel.
-Entonces retiro lo dicho, bueno voy a recoger las tazas y llevarlas a la cocina –
Dijo Natalia.
En el recibidor, Alfonso le dijo a Fabrice:
-Me marcho a contárselo a mi hermano, porque tiene derecho a saber la
verdad.
-¿Se lo dirás en tu apartamento? – Preguntó curioso Fabrice.
-No, te recuerdo que mi padre está enfermo, mi hermano y yo no queremos
darles más disgustos.
-Pero entonces ¿A dónde lo vas a citar? – Volvió a preguntar Fabrice.
-En la puerta del instituto.
-No me quiero imaginar lo que va a pasar cuando tu hermano Alberto se enteré
del plan de las avispas –Dijo Fabrice.
-Pues es muy fácil, seguro que salvara a su princesita. Fabrice ¿Tú qué opinas
de la peña de Manuel?
-Buena pregunta, está claro que ellos no van a cambiar de su forma de ser y
cuando tenga una oportunidad, irán a por ello para hacer más daño ¿Y tu
Alfonso? –Dijo Fabrice.
-Yo opino de ellos que son unas personas maquiavélicas, mentirosas y
perversas, nunca había conocido gente así de esta calaña.
-Pero te recuerdo que tu también fuiste malo durante una temporada, porque
robabas –Dijo Fabrice.
- Sí robaba era por necesidad, ya que nunca he tenido el cariño de mi madre
-Lo siento –Dijo Fabrice.
-No pasa nada –Dijo Alfonso – Adiós.
-Adiós Alfonso – Dijo Fabrice – Sí me permitís estoy un poco cansado y me
gustaría acostarme un rato.

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-Sí entiendo pero sólo respóndeme a una pregunta más ¿A dónde escuchaste
los disparos? ¿En qué zona? – Preguntó Miguel.
-Estaba paseando por una montaña y me fije que había un chalet abandonado
en ruinas, también vi a lo lejos una persona que lo incendió – Dijo Fabrice.
-Fabrice ¿Tu nos llevarías a ese lugar? – Preguntó Adrián.
-Sí, pero hoy no, ya os dije que estoy cansado y quiero irme a dormir –Dijo
Fabrice.
-¿No vas a cenar? – Preguntó Natalia.
-No tengo hambre – Respondió Fabrice.
-Gracias Fabrice estaremos en contacto, buenas noches – Dijo Miguel.
-Buenas Noches –Dijo Adrián.
-¡Adrián, espera! – Dijo Natalia llamándole.
-¿Qué pasa? – Preguntó Adrián.
-Te llamaba porque tenemos una conversación pendiente del día que te llamé
en el despacho del Director en el instituto –Dijo Natalia.
-¡Ah sí! Esta semana voy a estar ocupada pero si tengo un rato libre te llamo
por teléfono ¿Vale? – Dijo Adrián.
-De acuerdo, pero no me vayas a tardar –Dijo Natalia dándole un beso en la
mejilla.
Mientras que Miguel sonrió y ambos se fueron a coger el coche del policía
Miguel.
Mientras en la calle, Alfonso va en busca de una cabina telefónica y llamó a su
casa, por suerte respondió su hermano gemelo Alberto y al descolgar le
preguntó:
-¿Quién es?
-Soy tu hermanito. ¿Te acuerdas de la conversación pendiente que tenemos? –
Preguntó Alfonso.
-Sí claro, yo también tengo que decirte una cosa muy importante ¿A dónde
estás?
-Estoy en la puerta del instituto como en media hora ¿Te parece bien? –
Preguntó Alfonso.
-Sí inmediatamente voy por allá – Dijo Alberto, colgando el teléfono.
-¿Quién era? – Preguntó Eduardo.
-Era mi hermano –Dijo Alberto.

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-¿Y qué quería? Últimamente está muy raro, no se comporta como siempre –
Dijo Eduardo.
-Me voy que he quedado con él, para que me cuente una cosa muy importante
y de paso le diré lo de la comida a Ana – Dijo Alberto.
-¿A dónde has quedado con tu hermano?
-En la puerta del instituto y luego iré a buscar a Ana – Respondió Alberto dando
un beso a la mejilla a su padre.
-Me parece muy bien, pero no tardéis.
-No te preocupes papá –Dijo Alberto sonriendo.
Alberto cerró la puerta de su casa, cogió su moto, se puso el casco y se fue
dirección al instituto, una vez allí dijo:
-Hola hermanito ¿Me querías verme verdad?
-Sí, te tengo que contar una cosa, pero aquí hay mucha gente que pasan y nos
puede escuchar – Dijo Alfonso.
-Espera tengo una idea y porque no vamos en el camino secreto nuestro,
cuando nos robamos el Diario de Carlos.
-Tienes razón, vamos – Dijo Alfonso.
Una vez estuvieron allí, se sentaron y Alberto le dijo:
-¿Dime que querías?
-Tu princesita corre peligro – Dijo Alfonso.
-Haber explícame.
-Esta noche he tenido una pesadilla y cómo no he podido dormir más me fui al
ordenador, me conecté a Internet y entré en una sala de chat, luego vi en los
perfiles que se trataban de la peña de Manuel que hablaban de tu princesita –
Explicó Alfonso.
-¿Y qué tiene que ver la peña de Manuel con mi princesita?
-Porque leí con mis propios ojos que quieren poner avispas en el alféizar de su
ventana. – Explicó Alfonso.
-Qué plan tan repugnante y malvado, esto lo tiene que saber Fabrice.
-No te preocupes que ya me encargado yo – Dijo Alfonso – ¿Y tú que me
querías contar?
-Que voy a invitar a Ana a comer, mi padre la quiere conocer y te lo digo con
tiempo para que no te molestes conmigo ni con nuestro padre y que digas que
nunca te avisamos que sabes que no es cierto.

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-Vale vale, bonito discurso que me has echado, hermanito – Dijo Alfonso.
En ese momento, Alberto se dio cuenta de que la ventana del instituto está
abierta y Alfonso que lo observó preguntó:
-¿Qué te pasa, hermanito?
-Mira la ventana está abierta, tú me dijiste que la peña mala querían poner
avispas en el alféizar de la ventana de Ana ¿Verdad? – Dijo Alberto.
-Sí, pero las avispas las irán a comprar –Dijo Alfonso todo confiado.
-Yo no estaría tan seguro –Dijo Alberto.
-¿Por qué?
-Porque si la van a comprar obvio que alguien lo descubrirían y el plan se iría al
desastre, eso es de lógica – Respondió Alberto.
-No te entiendo.
-Detrás de esta ventana hay una puerta que siempre está cerrada con candado
y precisamente es adónde esta el laboratorio y dentro del laboratorio hay otra
puerta cerrada que pone prohibido pasar, porque allí hay animales de todo
tipos de clases que solo tiene acceso los profesores de biología y por la hora
que es, dudo que haya algún profesor que esté trabajando. Estoy seguro, que
alguien tuvo que entrar para coger las avispas para dárselas a la peña mala –
Explicó Alberto.
- Yo creo que es muy retorcido lo que me estás diciendo y además ha sido un
error que ha cometido de dejar la ventana y la puerta abierta. Lo que podemos
hacer es entrar dentro y a ver lo que ha pasado en realidad.
-Tienes razón y luego me iré a buscar a mi princesa – Dijo Alberto.
-¿Y si es cierto de quien alguien se robó los potes de cristal adonde estaban
las avispas, que vamos hacer?
-Fácil, llamar al policía Miguel de Rivera para que vengan de inmediatamente –
Dijo Alberto.
-Venga entremos.
Alberto y Alfonso entraron y comprobaron que el laboratorio de biología tenía
todas las puertas abiertas y faltaban dos potes a dónde contenían avispas y
estaban seguros de que en la segunda puerta estaba cerrada con un candado
y lo habían forzado ya que estaba roto.
-¡No me lo puede creer! Tenías razón Alberto – Dijo Alfonso.

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- Como te estaba diciendo y lo suponía han robado los dos potes de cristal a
dónde iban las avisas y el candado está roto.
-Es mejor salir y llamar desde una cabina telefónica al policía Miguel de Rivera
– Dijo Alfonso.
-Le llamaremos por mí móvil, ya que si lo hacemos por una cabina telefónica
podrían sospechar que fuéramos nosotros quien nos la robamos.
- Como sigas por este camino vas a llegar a ser un crack –Dijo Alfonso
bromeando.
-Venga, salgamos a llamar que aquí dentro no hay cobertura – Dijo Alberto.
Una vez que volvieron a la calle, Alberto llamó al cuartel del policía pero nadie
cogió el teléfono y dijo:
-¡Qué raro! No me cogen el teléfono
-Llama al móvil de Adrián seguro que está con él –Dijo Alfonso.
-Tienes Razón.
Alberto llamó a Adrián descolgó el móvil y preguntó:
-¿Sí, quién es?
-Soy Alberto, Adrián ¿Está contigo el policía Miguel de Rivera?
-Sí está aquí, ahora te lo paso, espera un minuto – Dijo Adrián – Toma Miguel
es Alberto, quiere hablar contigo.
-Gracias Adrián ¿Dime Alberto? – Dijo Miguel.
-Tienes que venir inmediatamente en el Instituto del Campo.
-Pero ¿Qué ha pasado? – Preguntó intrigado Miguel.
-Ha habido un robo en el laboratorio de biología dos potes de cristal adonde allí
estaban guardadas unas avispas.
-Gracias Alberto, enseguida vamos para allá ¿Alguna cosa más? – Preguntó
intrigado Miguel.
-La segunda puerta del laboratorio que tenía un candado lo han roto.
Miguel colgó el móvil y se lo devolvió a Adrián, éste extrañado le preguntó:
-¿Qué ha pasado?
-Creo que tenemos pistas sobre el plan organizado de la peña de Manuel,
según Alberto y Alfonso han descubierto que hubo un robo de dos potes de
cristal de avispas en el laboratorio de biología en el instituto – Respondió
Miguel.

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-Entonces, se confirma que Alfonso tenía razón sobre los perfiles de la peña de
Manuel, ya que es curioso que en pocos rato estén en el chat hablando de este
plan y ahora llamó Alberto confirmaron un robo y precisamente en el instituto y
lo que más raro se me hizo es que no jueguen al despiste.
-Adrián, no seas tan ingenuo, la peña de Manuel son tan astutos que más bien
creo que se alió con un cómplice que haga el trabajo sucio – Dijo Miguel.
-También es verdad, son capaces de hacer cualquier cosa para hacer daño,
pero ¿Quién puede ser cómplices de ello?
Una vez que llegaron al instituto Del Campo con la sirena en marcha, bajaron
del coche y Miguel preguntó:
-Alberto ¿Qué ha pasado exactamente?
-Ya te lo conté por teléfono, han robado dos potes de cristal que contenían
avispas – Respondió Alberto.
-Aquí hay alguna cosa que no cuadra, si el instituto está cerrado ¿Cómo pudo
entrar el ladrón? – Preguntó Adrián extrañado.
-Por un camino secreto que tiene el instituto y que nadie lo ha visto hasta ahora
mismo – Dijo Alfonso mintiendo.
-¿Y donde ésta ese camino secreto? – Preguntó Miguel.
- Acompáñame – Dijo Alberto siguiendo la corriente a su hermano Alfonso.
Una vez allí subido todos al tejado entraron por la ventana y descubrieron que
todo estaba abierto.
-¿Quién puedo haber hecho algo tan malvado? – Preguntó Adrián.
-La peña de Manuel – Respondió Alberto.
-Hermanito, no tienes prueba para acusarlos, yo opino que se trata de un
cómplice –Dijo Alfonso.
-Yo estoy absolutamente de acuerdo con él – Dijo Miguel.
-Yo lo único que quiero ya que se acabe todo esto, las intrigas y las movidas –
Dijo Adrián.
-Amigo, lo siento mucho por tener que decepcionarte, pero hasta que no
consigamos las pruebas, ellos van a seguir haciendo de la suyas – Dijo Alberto.
-¿Qué más pueden hacer? – Preguntó Adrián.
-Sólo ellos lo saben, excepto Susana que tiene un trato con María y con Sara –
Dijo Alfonso.
-¿Tú como lo sabes eso? – Preguntó Adrián.

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-Susana está enamorada de Fabrice y por tenerlo a él, es capaz de traicionar a
su propia hermana – Explicó Alberto.
-¿Y a dónde están María y Sara? – Preguntó Miguel.
-Casi todos mis amigos están de viaje para desconectar de los problemas que
han tenido últimamente, excepto Daniel que está en Nueva York – Explicó
Adrián.
-¿Y tú porque no fuiste, Adrián? – Preguntó Miguel intrigado.
-Ya sabes muy bien el motivo, quiero averiguar quién mató a mi primo –
Respondió Adrián.
-¿Y Susana, adonde la puedo localizar? – Preguntó Miguel.
-Vive en nuestra casa, pero nunca está, va de un lado a otro – Respondió
Adrián.
-¿Sí es hermana de Silvia que hace viviendo en vuestra casa? – Preguntó
Miguel.
-Supongo porque su hermana mayor le ordenó que se fuera aquí para
vigilarnos y además Rigoberta vive con ellos –Dijo Alberto.
-¿Me estás diciendo que Rigoberta se ha vuelto mala? – Preguntó Miguel.
-Sí, pero ya es mala en sí – Dijo Alfonso.
-¿Qué motivo tuvo que hacerlo? – Preguntó Miguel.
-Pues se enteró de que su hermana pequeña Ana es adoptada y no la soporta
–Explicó Alfonso.
-¿Cuándo empezó todo estos problemas? – Volvió a preguntar Miguel.
-Creo que fue a principios de curso, cuando robaron el Diario de mi primo, un
compañero tuyo que se fue a Rusia por trabajo, creo que su nombre era Rubén
– Explicó Adrián.
-¿Y qué tiene que ver el Diario de Carlos con la Carta? – Preguntó Miguel.
-Pues eso es lo que me gustaría a mí saber, pero yo no creo que tenga nada
que ver, creo que antes de que entraron los ladrones, alguien había entrado
para ponerla allí, porque minutos después hubieran coincidido con los ladrones
¿No creéis? – Explicó Adrián.
-¡Que imaginación! Tienes Adrián, tendrías que dedicarte a ser escritor de
novelas de acción – Dijo Alberto en broma.
-Por lo que veo, entre vosotros os gastáis muchas bromas, que pasáis de
malos rollos – Dijo Miguel.

115
-Me las gastan a mí que es bien diferente – Dijo Adrián de broma.
-Bueno si te las gastan por alguna razón será – Dijo Miguel.
-Ya, si te llegas a enterar investigando, me lo cuentas que por alguna razón soy
tu socio – Dijo Adrián en broma.
-Dejemos ya las bromas aparte, creo que esto lo tiene que saber Julián verdad
– Dijo Alfonso.
-Sí es cierto, voy a llamarle por el móvil – Dijo Miguel.
En ese preciso momento se dio cuenta de que se dejó el móvil en el coche y
Adrián dijo:
-¿Qué te pasa, Miguel?
-Pues que ahora que me acuerdo, tengo el móvil en el coche – Respondió
Miguel.
-Anda toma el mío – Dijo Adrián.
-Gracias Adrián, enseguida te lo devuelvo y si por si acaso te gasto el saldo no
te preocupes que te lo cargo yo – Dijo Miguel intentando gastarla una broma en
vano.
-Pues va a ser que no, porque mi móvil es de contrato y pago al final de mes –
Dijo Adrián en broma.
Miguel miro a Adrián con cara pensativa, llamó a Julián, cuando éste descolgó
el móvil preguntó:
-¿Quién es?
-Hola Julián soy tu amigo de la infancia Miguel de Rivera.
-¿A qué se debe esta llamada?
-Tengo malas noticias que darte, amigo – Respondió Miguel.
-¿Qué ha pasado?
-Siento informarte que han robado en el instituto – Comentó Miguel.
-¡Qué! ¡No puede ser! ¿Qué han robado?
-Han robado dos potes de cristales de los laboratorios de Biología a donde
contenían avispas – Respondió Miguel.
-Voy para allá y dime ¿Quién se ha enterado del robo?
-Han sido los hermanos gemelos Alfonso y Alberto – Respondió Miguel.
-Gracias ¿Y qué hacían allí?

116
-Pues no lo sé, pero si quieres cuando vengas se lo preguntas a ellos, seguro
que tendrán alguna explicación y te cuelgo porque este móvil no es mío, es de
Adrián, hasta ahora – Dijo Miguel.
-Hasta ahora.
Julián no tardó en aparecerse por el instituto y dijo:
-Hola a todos, ¿Alguien me podría contar lo que ha pasado exactamente en el
Instituto?
-Hola director Julián, mira te explico lo que ha pasado, resulta que la parte de
atrás del instituto tiene un camino secreto que llega a la ventana de una de las
aulas y de allí tiene el acceso perfecto para entrar y salir cuando se les vienen
en gana, así que han entrado al laboratorio de biología y han robado dos potes
de cristales adonde contenían esas avispas – Explico Alfonso.
-¿Y para que querrían esas avispas? – Preguntó Julián intrigado.
-Simplemente que la peña de Manuel no soportan a Ana por ser una “Niña
Adoptada” –Explicó Adrián
-Muchachos no entiendo nada de lo que me estáis contando – Dijo Julián
frunciendo el entrecejo.
-Vamos a ver, director Julián, resulta que la peña de Manuel quiere hacer daño
a mi princesita Ana, entonces mi hermano entró en un chat, y vio claramente
por la pantalla del ordenador que hablaban de ella – Explicó Alberto
-Pero en un chat no es de fiar, allí la gente miente – Dijo Julián.
-Tienes razón, muchas veces los chats no son de fiar, pero lo que más me
asombró es que habían puesto por escrito el apodo de Ana – Explicó Alfonso.
-Si lo que estas contando es cierto, tendré que tomar medidas e investigar muy
bien el asunto por mi parte – Dijo Julián.
-Además también vi por el chat que querían poner las avispas que robaron del
laboratorio en el alféizar de la casa de Adrián, lo que sí está claro que todo
ellos no lo podrían haber hecho, estoy seguro de que ha sido un cómplice de
ellos y os puedo asegurar de que está más cerca de lo que nos imaginamos y
podría intuir que hasta le conocemos y todo – Explicó Alfonso.
-No saques conclusiones, antes de tiempo, solo sabemos que han entrado a
robar –Dijo Miguel.
-¿Entonces cómo vamos a desenmascararlos? – Preguntó intrigado Adrián.

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-Lo único que puedo decirte que tengas paciencia, en esta vida todo sale a la
luz y te enteraras de todo – Dijo Miguel.
-Eso espero, al menos es una pequeña esperanza – Dijo Adrián suspirando.
-Lo que más me gusta de ti, Adrián que eres muy optimista – Dijo Miguel.
-¿Ya empezamos con los elogios? Mira tú también eres un hombre muy
trabajador, estas dispuesto a mover mar y tierra para descubrir el asesino de mi
primo –Dijo Adrián.
-Perdona que te corrija, pero se dice estamos dispuestos, porque tú y tu tío
Javier son los más interesados en saberlo – Dijo Miguel.
-Tienes razón –Dijo Adrián.
-Bueno chicos, lo siento me tengo que ir a buscar a mi princesa que la quiero
invitar a comer en casa, mi padre se le ha metido la idea en la cabeza y la
verdad no parará de insistir hasta conseguirlo – Dijo Alberto.
-Lo de la comida me parece que es una declaración de amor – Dijo Adrián en
broma.
-¡Qué gracioso eres! – Explicó Alberto.
-Que te vaya bien y ya me contarás, como fue la comida – Dijo Adrián.
-¿Sabes que Adrián? – Podrías aprovechar esta ocasión para llamar a Sara,
seguro que le gustará esa sorpresa – Dijo Alberto.
-Ya veremos, Alberto yo de tu me iría antes de que se me hiciera más tarde –
Dijo Adrián.
-Espera hermanito, que voy contigo, quiero estar presente cómo le invitas a
comer a tu princesita – Dijo Alfonso.
-Me parece que lo único que le importa es que le lleven en moto – Dijo Alberto
en broma.
-Me has pillado – Dijo Alfonso.
Los hermanos gemelos, subieron a la moto y mientras iban camino hacia la
casa de Ana, Alfonso le dijo en plan de broma:
-Hermanito, antes de invitarla le tendrías que regalar una flor ¿No crees?
-¿Sabes qué? A veces me sorprendes que tengas razón, ahora mismo, vamos
a la floristería a comprar un ramo de rosas rojas – Dijo Alberto.
-Me parece muy bien, hermanito, si te gusta ella pues lucha, ya que no tienes
nadie que te haga la competencia –Dijo Alfonso.

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-Tú y tus bromas, por cierto ¿Y a ti quien te gusta? – Preguntó Alberto
intrigado.
-Sí te digo la verdad, de momento no me gusta nadie, supongo que llegará la
hora que me enamore de verdad, pero en fin, tampoco me voy obsesionar –
Dijo Alfonso.
-Vaya, hasta que resultó ser explicativo y razonable –Dijo Alberto en plan
broma.
Mientras que en la puerta del Instituto Del Campo, el policía Miguel le preguntó
a Adrián:
-¿Nos vamos?
-Espera voy hacer una llamada – Respondió Adrián.
-Sí, no me equivoco, vas a llamar a Sara ¿Verdad? – Preguntó Miguel.
-Pues no te equivocas – Respondió Adrián.
Entonces, Adrián cogió el móvil y con tan solo de buscar el nombre de Sara,
llamó.
Sara que estaba disfrutando de esas minis vacaciones que hacían por el luto
de Carlos, miró su móvil y vio que era Adrián quien llamaba, se sorprendió y
empezó acelerarse el corazón de lo nerviosa que estaba, así que respondió y
dijo para despistar:
-¿Sí?
-Hola Sara, soy Adrián ¿Cómo estás?
-Muy bien, Adrián es una pena que no hayas querido venir en esta hermosura
de ciudad, te hubiera ido muy bien para desconectar. ¿Y tú que me cuentas? –
Preguntó Sara.
-Pues mira tenemos noticias, han entrado a robar en nuestro Instituto, mientras
estaba cerrado por el luto de mi primo.
-¿Qué han robado? – Preguntó Sara.
-Dos potes de cristal que contenían avispas.
-Esto debe ser de la peña mala, si no me equivoco ¿Verdad? – Preguntó Sara.
-Peor aún, es un cómplice.
-Cambiando de tema ¿Cómo estas tu? – Preguntó Sara.
-Mejor ¿Sabes que Sara? Te estoy echando de menos ¿Cuándo regresas del
viaje?

119
-Pues yo estaba pensándome en quedarme hasta el viernes, pero si quieres
me marcho más pronto –Dijo Sara.
-¿Harías eso por mi? – Preguntó Adrián, mientras que el policía Miguel sonreía.
-Claro, además ya sabes lo que siento por ti Adrián, dime ¿Cuándo quieres que
venga? – Preguntó Sara.
-¿Qué te parece, si te invitó a cenar mañana por la noche?
-¿Me estas invitando a cenar en tu propia casa? – Preguntó Sara.
-Perdona, pero yo no he dicho eso ¿Aceptas?
-Acepto, esta noche prepararé la maleta y mañana a primera hora de la
mañana, voy para Francia – Dijo Sara.
-Por cierto, antes de que se me olvide ¿En qué lugar del mundo te encuentras?
-En estos momentos estoy en Inglaterra, es una pena que no hayas querido ir
con nosotros – Dijo Sara.
-¿Por qué dices ahora esto?
-Porque Inglaterra es preciosa, te has perdido lo mejor de éste país – Dijo Sara.
-Bueno... ya tendré tiempo para ir a verla, porque Inglaterra siempre va a estar
allí.
-Entonces, mañana cuando te vea te explicaré todo lo que hemos hecho, por
cierto nos hemos encontrado con una persona que conocemos muy bien –Dijo
Sara.
-Ah sí ¿Y de quien trata?
-Se trata de la hermana de Ana, está muy cambiada – Respondió Sara.
¿Y qué hace por allí?
-Pues, como muchos españoles, vivir en Inglaterra –Respondió Sara.
-Adrián cuelga, por favor hay que hacer mil cosas –Dijo Miguel.
-¿Con quién estas? – Preguntó Sara.
-Con el policía Miguel de Rivera, me tengo que ir, mañana ya hablaremos, que
tengas dulces sueños, y que mañana te recojo en el aeropuerto, Sara.
-Igualmente, hasta mañana –Dijo Sara.
En Inglaterra, María se acercó a Sara y le preguntó:
-¿Con quién hablabas?
-Con Adrián –Respondió Sara.
-Estás muy contenta, de haber hablado con él –Dijo María
-Sí, claro no me lo esperaba, además estoy muy enamorada de él.

120
-El amor no nos da más que problemas –Dijo María.
-¿Por qué lo dices?
-Porque yo tuve un desengaño amoroso – Respondió María
-¿Hace mucho tiempo de ese amor?
-Sí pasó hace muchísimo tiempo, nosotras vivíamos en un pueblo de
Tarragona, era un día de verano y mis hermanas y yo nos fuimos a dar un baño
en la playa. Por la tarde, encontramos un barco muy bonito que parecía que
estaba parado, decidimos entrar, pero antes, hicimos una promesa que por lo
que veo no se va a cumplir, bueno, nos dimos cuenta que era media noche y
que lo único se veía era el inmenso mar, porque subimos a cubierta y tuvimos
que pasar varios improvistos. Más tarde nos mudamos a Nueva York y un día
que fuimos a comer en un restaurante allí estaba Jorge, trabajaba de camarero
y nos sentimos atraídos el uno hacía el otro, me pidió matrimonio de una forma
muy bonita y especial, pero el amor no quiso que estuviéramos juntos, pues,
justo en el día de solteros hizo el amor con la vendedora de anillos y se quedó
embarazada –Explicó María, llorando.
-¡Qué fuerte! Por eso vinisteis a vivir a Francia.
-En parte sí, pero también queríamos cambiar de aires, pero nadie se podría
imaginar que es lo que estaríamos viviendo en estos meses, para mí era
insoportable ver como mi propia hermana Rigoberta se había vuelto tan cruel,
si me hubiese quedado allí en Francia, me hubiera vuelto loca – Explicó María.
-Sí quieres que te diga la verdad, hiciste mal en no decirle nada a tu hermana
Ana.
-¿Y que cuenta Adrián? – Preguntó María.
-Quiere que vaya mañana a cenar con él, así que hoy me haré la maleta, pero
antes tengo que contarte una pequeña mala noticia.
-¿De quién trata? – Preguntó María
-De la Peña Mala.
-¿Qué han hecho ya? –Preguntó María.
-Mejor dicho pregunta ¿Qué van hacer? Ellos tienen pensado en poner en
avispas en el alfeizar de la ventana a donde duerme Ana.
-¿Estás segura de esto? Preguntó María.
-Sí, además tu hermana Rigoberta sigue estando ingresada en el Hospital
Principal, tiene una mano amputada, según los informes médicos dicen que fue

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atropellada por una moto cuando cruzaba la carretera, la verdad, María no sé
cuándo se van a arreglar los problemas pero va para largo.
-Sí eso ya sabía alguna cosa, pero en fin, te voy a echar de menos, si te vas
esta noche a Francia –Dijo María.
-Sí, yo también, es una verdadera lástima que te quedes a Inglaterra y que no
quieras regresar a Francia, además Ana no se merece todo esto, ella lo está
pasando fatal, por lo menos llámala por teléfono o mándale una carta que sepa
que estés de su lado, porque lo que está viendo y te puedo asegurar que se
siente muy sola.
-Quizás tengas razón, alguna cosa tendría que haber hecho, pero ahora ya es
tarde, mejor dejar las cosas como están pero te prometo que un día volveré y
se lo explicaré todo como ocurrió y quiero que me prometas que nunca le dirás
nada a mi hermana – Explicó María.
-Yo no te entiendo, nunca es tarde para hacer las cosas
-Por favor, Sara prométemelo, prefiero hacer las cosas a mi manera –Dijo
María.
-Está bien, voy a preparar mis maletas.
Mientras en Francia seguía con el mismo ritmo de vida.
-Ya te vale, con la cantidad de faena que hay y tú hablando con tu novia Sara –
Dijo el policía Miguel.
-Sara no es mi novia, pero conmigo se ha portado muy bien y en estos
momentos solo puedo confiar en ella y en nadie más –Dijo Adrián.
-Entonces ¿Estás enamorada de ella verdad?
-Siento una gran atracción por ella y estoy dispuesto a tener un relación
amorosa con ella – Respondió Adrián.
-Para atracción el de tu amigo Alberto con Ana.
-Eso no es atracción, es amor verdadero y puro, lo que me preocupa es saber
quien son los padres verdaderos de Ana –Dijo Adrián.
-Tienes un buen corazón.
-Gracias ¿Te imaginas como se va a quedar Ana de sorprendida cuando le
digan que su suegro quiere conocerla? –Preguntó Adrián.
-Estará encantada, si está enamorada de él, no tendrá problema en conocer a
su suegro –Dijo Miguel.

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-Tengo ganas de que sea mañana por la noche, le voy a pedir a Sara que sea
mi novia –Dijo Adrián.
-Al final lo ha conseguido, te ha enamorado.
-Yo estaba obsesionado con la idea de encontrar al asesino de mi primo y me
encerré a mí mismo, pero Sara siempre ha estado allí en los momentos más
difíciles y ahora que se ha ido de viaje, pues me he dado cuenta de que la
necesito – Dijo Adrián.
Alberto y Alfonso se fueron a la floristería y Alberto compró las flores más
bonitas para su amada Ana. Y se fueron a su apartamento, tocó el timbre, Ana
al abrir la puerta, enseguida notó que el corazón le iba muy deprisa y Alberto le
dijo, mientras le daba la rosas.
-Mi amor, no sabes cómo te extrañe en todo este tiempo.
-Son preciosas, las voy a poner en agua – Comentó Ana.
-Espera un momento, tengo que decirte una cosa muy importante –Dijo Alberto.
-Dime, que es eso tan importante que me quieres contar –Dijo Ana.
-Pues ya sabes que te amo con locura y mi padre tiene ganas de conocerte,
me gustaría mucho que vinieras a cenar con nosotros, claro que si no tienes
planes –Dijo Alberto.
-Mi amor no te preocupes, no tengo planes ni nada y sí me gustaría ir a tu casa
para conocer a tu padre, ya sé que él trabaja en el Instituto pero no hemos
tenido la oportunidad de conocernos –Explicó Ana – Me arreglo y nos vamos,
hola Alfonso, perdona no te había visto.
-Hola futura cuñada – Dijo Alfonso.
-Te espero –Dijo Alberto
-Yo mejor me voy a guardar la moto en el garaje, a la parejita hay que dejarla
solitas – Dijo Alfonso.
-Nos vemos luego hermanito –Dijo Alberto sonriendo.
Ana aprovechó el momento en que su amado Alberto esperaba en el comedor
sentado en el sofá, Ana se puso elegante, le encantaba ponerse guapa,
cuando terminó de vestirse se maquilló y se puso colonia, al abrir la puerta de
su habitación y salió directa al comedor, Alberto en ese momento se giro y de
repente se levantó diciéndole:
-¡Qué guapa estás!

123
-No te puedes quejar que me he puesto guapa solo para ti –Respondió Ana-
dándose un beso en los labios.
-Hola Sara – Dijo Adrián dándole el ramo de rosas de color rojas.
-Hola mi amor, cada día estás más guapo – Dijo Sara.
-Me arreglo por ti – Dijo Adrián con sentido del humor.
-¿Qué os pasa hoy que todos estáis de broma? – Preguntó Sara.
-Es la mejor forma de mirar que ha pasado la semana de luto – Dijo Susana
inofensivamente.
Adrián bajó la mirada y recordó momentos muy bonitos sobre su primo Carlos,
Sara que estaba muy enamorada de él para animarle le dijo:
-Ya verás Adrián que muy pronto el asesino lo pagará muy caro y que estoy
muy intrigada de donde me vas a llevar.
Adrián sonrío y dijo:
-Gracias por ser tan buena y noble conmigo, por cierto ¿Te he dicho que hoy
estás muy guapa?.
-Pues no, no me lo dijiste pero ahora no estoy guapa, espérate a que me
arregle –Dijo Sara.
Adrián le dijo a Sara:
-Vengo en cinco minutos.
-¿A dónde vas? – Preguntó Sara intrigada.
-Ahora lo verás – Respondió Adrián.
Adrián salió del apartamento y se fue directo al parking a buscar el coche
descapotable de color rojo, el que acaba de comprarlo hace unos días y
esperaba a éste momento para estrenarlo, cuando arrancó y llegó a su
apartamento tocó el claxon del volante, en ese instante, Sara que ya se había
arreglado, al abrir la puerta, Adrián se quedo aturdido de lo guapa que se había
puesto y le dijo:
-Ahora estás muy guapa.
-Gracias – Dijo Sara.
Sara abrazó a Adrián y en eso que levantó la vista y vio allí el coche rojo
descapotable y dijo:
-¡Qué pasada de coche!
Adrián sonriendo le dijo:
-¿Te gusta?

124
-No me gusta, me encanta – Dijo Sara.
-Pues esa es la primera sorpresa que tenía reservada – Dijo Adrián.
Sara se pone las manos en la cara como que no se lo creía y vuelve abrazar a
Adrián, dándole las gracias una y otra vez. Los dos subieron al coche y a Sara
pensó de que todo era un sueño, pero no era un sueño, era la realidad de la
noche, se puso el cinturón de seguridad y Adrián empezó arrancar el coche y
tocó de nuevo el claxon para despedirse de sus amigos, y el coche se alejó,
Sara le dijo:
-¿A dónde me llevas?
-Eso sí que es una sorpresa, te pido que tengas un poco de paciencia –Dijo
Adrián.
-Que malo eres, Adrián.
-Piensa que si te lo digo ya no sería una sorpresa, no seas impaciente –Dijo
Adrián.
-Si no hay remedio, tendré que esperar.
-Me alegro que lo entiendas – Dijo Adrián.
Adrián recorrió toda la ciudad para llegar al hotel que estaba situado al barrio
de los más ricos. El hotel era lujoso, había mucho espacio, silencioso, se
fueron a la habitación que habían reservado y ya tenían la cena preparada
caliente dentro de la habitación y mientras cenaban se miraban fijamente, Sara
estaba encantada de las sorpresas que había recibido y ambos acabaron
haciendo el amor en la cama de la habitación del hotel.
En el Hospital Central, a Rigoberta ya le habían dado el alta, justo antes de irse
de la habitación, viene sus aliados, Manuel, Silvia y el profesor Alfredo.
-Tengo ganas de que se acabe esta semana de luto –Dijo Silvia.
-Todos tenemos ganas que llegue el día – Dijo Manuel.
-Mientras que Luis no nos traicione – Dijo Rigoberta.
-¿Lo tienes todo previsto para el gran día Alfredo? – Preguntó Silvia intrigada.
-No te preocupes, lo tengo todo muy bien planeado, si me permites Manuel
darme el privilegio de poner las avispas en el alféizar – Dijo Alfredo.
-Claro, tú has organizado el plan y la idea al fin y al cabo es tuya – Dijo Manuel.
-Bueno, vámonos que Rigoberta se está impacientado y quiere llegar a casa
cuando antes – Dijo Alfredo.
-¡Pero qué bien me conoces profesor! – Dijo Rigoberta sonriendo.

125
Entonces se fueron directos al ascensor, una vez fuera del Hospital, entraron el
coche de Alfredo y entonces dijo:
-Ya solo falta dos días para el gran día.
Silvia, Manuel y Rigoberta se rieron a carcajadas pero nadie de ellos
sospechaba de que un hombre vestido de negro escuchó la conversación
detrás de un árbol.
Todos se fueron a dormir, faltaba solo un día para regresar al Instituto y los
amigos que estaban en Inglaterra se hicieron las maletas para volverse a
Francia, con lo bien que ellos se estaba pasando.
En Inglaterra, Susana dijo:
-¡Qué mal rollo! Sólo nos queda un día de luto.
-No te preocupes que pronto ya llegaran las vacaciones de verano – Dijo José.
-Venga chicos a embarcar que el avión está a punto de salir – Dijo Diego.
-Cada uno con su tema –Dijo Fabrice – Patricia estas muy callada ¿En qué
piensas?.
-Pienso en Carlos, que nunca lo voy a olvidar, me llegué a enamorar
perdidamente de él y justo cuando todo lo tenía, alguien me lo quitó y no puedo
quitarme de la cabeza que ya nunca más lo volveré a ver – Explicó Patricia.
-Carlos era un buen amigo, al principio de curso era muy rebelde pero poco a
poco asentaba la cabeza, le hemos hecho su luto, pero ahora nos toca seguir y
tendremos que afrontar más pruebas – Comentó Fabrice.
-¿Y cuál será la otra prueba que tendremos que enfrentar? – Preguntó Patricia.
Una vez sentados en el avión, Fabrice le respondió:
-Todavía hay muchas cosas que tenemos que afrontar, tanto de buenas como
de malas.
-¿Cómo que cosa? – Preguntó Patricia.
-Pues tenemos que descubrir muchas verdades, por ejemplo, quien mató a
nuestro amigo Carlos, quien entró a robar en el Instituto que se llegó a
encontrar una carta adonde se decía que Ana era adoptada y al final de todo
encontrarás alguien que te quiera como no te pudo llegar a querer Carlos, solo
te tenía un aprecio – Explicó Fabrice.
-Y lo más importante es que Carlos te quiere ver feliz y no olvides nunca que él
siempre estará en tu corazón – Dijo Diego a Patricia para animarla.

126
En el apartamento de Eduardo, se preparaba una cena riquísima y una gran
velada que prometía mucho, Ana estaba muy nerviosa, lo bueno es que a su
suegro ya lo conocía y eso lo agradecía, pero ella estaba muy pensativa de que
fue de la niña en la que dejo abandonada, Alberto al ver que su amada estaba
tan pensativa le preguntó:
-¿En qué piensas mi amor?
-En nuestra hija –Dijo Ana en voz baja para que nadie se enterase.
Alberto se quedó callado varios segundos y dijo:
-Ven te enseño nuestra casa por dentro, verás mi habitación mientras mi padre
termina con la cena.
Se fueron a la habitación y Ana se quedó sorprendida, pues era un
apartamento muy moderno y su habitación estaba ordenada y aseada, al final
le dijo a Alberto:
-Tienes una habitación muy bonita.
-¿Te gusta? Pues quiero que sepas que la he pintado yo – Dijo Alberto.
-Déjame decirte que tienes buen gusto.
Ana y Alberto empiezan a besarse y en ese momento aparece Alfonso,
sonriendo diciendo:
-Lo siento que interrumpa pero la cena se va a servir.
-Que graciosillo esta hoy mi hermano – Dijo Alberto.
-Es mejor no hacer esperar a tu padre – Dijo Ana.
Los tres bajaron al comedor y se sentaron para cenar, era una noche de mucho
frío y decidieron hacer sopa, Ana al probar varias cucharadas dijo:
-La sopa está riquísima.
-Mi padre es un excelente cocinero – Dijo Alberto en broma.
-¿Quién lo iba a decir? Mi hermano gastando una broma – Dijo Alfonso.
-Gracias, pero no te creas todo lo que digan – Dijo Eduardo – Aquí siempre
estamos de bromas.
-Eso es muy bueno pasáis el rato y también os olvidáis de los problemas que
tengáis – Dijo Ana.
-Por cierto, Ana ¿Tú eres muy amiga de Adrián? – Preguntó Eduardo.
-Por supuesto – Respondió Ana.
-¿Cómo se encuentra ahora que ha pasado unos días de la muerte de su
primo? – Preguntó Eduardo.

127
-¡Papá! Éste es no el momento – Dijo Alberto llamándole la atención.
-Tranquilo mi amor no importa, la verdad que Adrián está hecho polvo, aunque
lo disimule muy bien, lo que me preocupa es que tan obsesionado en descubrir
quién fue el asesino de Carlos – Comentó Ana.
-Eso es normal, está en un momento muy duro y cualquier cosa que se le diga,
le molesta, la verdad me parece muy bien lo que se hizo en el Instituto de una
semana de luto – Dijo Eduardo.
-Cambiando de tema, que mala suerte la tuya de haber empezado a trabajar y
tienes que hacer el primer descanso –Dijo Ana.
-Tranquila esto lo hago por solidaridad y que de verdad comprendo mucho a tu
amigo – Explicó Eduardo.
-Bueno, vamos a cambiar de tema que no estamos aquí para hablar cosas
tristes, esto es una cena de familia – Dijo Alfonso.
Alfredo está cenando tranquilamente en su apartamento, cuando de repente
alguien le envía un mensaje en el móvil anónimo en el cual ponía:
-Sé que robaste en el Instituto del Campo, lo pagarás caro.
Alfredo asustado de inmediato se fue a encender el ordenador y entró en el
chat, allí vio que estaba conectado Manuel y le hizo doble clic en el privado,
entonces le escribió:
-Hola Manuel ¿Sabes lo que me ha pasado?
-Hola profesor – Respondió Manuel en el privado - ¿Qué te ha pasado?
-Verás estaba cenando tranquilamente, cuando de repente alguien me ha
enviado un mensaje en el móvil y me ha escrito esto: se que robaste en el
Instituto del Campo, lo pagaras caro ¿Tú sabes alguna cosa?
-Escribió Alfredo.
-No sé nada, pero no te preocupes será alguien que te ha querido gastar una
mala broma – Escribió Manuel.
-Es que el problema no he dado mi número de móvil a nadie, sólo lo tenéis
vosotros que sois mis amigos – Escribió Alfredo.
En ese mismo momento, entró uno en el chat con un sobrenombre El
Misterioso, hizo doble clic en el privado de Alfredo y le escribió:
-¡Eres un ladrón!
Alfredo quedó pensativo y le respondió en el privado:
-¿Quién eres?

128
-Soy el misterioso vestido de negro ¿No has oído hablar de mi?
-La verdad que no ¿Quién eres y de que me conoces? – Escribió Alfredo.
-Te llamas Alfredo, eres profesor de música del Instituto del Campo, en el
pasado abandonaste a una hija recién nacida que casualmente os habéis
cruzado en el mismo instituto –Escribió El Misterioso.
-¿Tú como sabes todo mi pasado? – Escribió extrañado Alfredo.
-Yo soy una persona muy sabía que no soporto las injusticias ni las injurias y tu
pagarás por todo el mal que estas causando, no sé si sabes que existen las
leyes y que tanto abandonar a una menor como robar son delitos y yo haré
todo lo posible para que lo pagues encerrado en una cárcel –Escribió El
Misterioso.
-¿Se puede saber que mal te he hecho yo? – Escribió Alfredo.
Entonces El Misterioso se desconectó del chat y Alfredo al ver que le devolvían
el mensaje dio un puñetazo en el teclado.
Mientras en el aeropuerto de Francia, ya habían llegado y dijo José:
-¡Por fin! Hemos llegado a nuestro país, tengo unas ganas de acostarme en la
cama, hoy no voy a cenar.
-Ni tu ni nadie –Dijo Diego
En la casa de Eduardo, ya habían terminado de cenar, Ana al ver que Eduardo
recogía los platos de la mesa, le dijo:
-Espera, te ayudo a recoger los platos
-No hace falta, tú eres la invitada – Dijo Eduardo.
-A mi no me importa ayudar, es más me gusta estar ocupada si no se me pasa
el tiempo muy lento – Dijo Ana.
-Pues está bien, te espero a la cocina – Dijo Eduardo.
En la cocina, Ana le preguntó a Eduardo:
-¿Qué pasó realmente con tu mujer?
-Ana, espero que me comprendas pues prefiero no hablar del tema –
Respondió Eduardo.
-Creo que acabo de meter la pata, no te lo tenía que haber preguntado – Dijo
Ana.
-No te preocupes, tú eres libre de preguntarme lo que quieras, pero es que
ahora no quiero hablar del tema – Dijo Eduardo.
Entonces entró Alberto en la cocina y dijo:

129
-Mi amor estoy cansado, me voy a dormir ¿Te vienes?
-Sí, claro, creo que me irá bien descansar –Dijo Ana – Buenas noches futuro
suegro.
-Buenas noches y cuidadito haber lo que hacéis – Dijo Eduardo.
-Buenas noches –Dijo Alberto sonriendo a su padre Eduardo.
Alberto y Ana se fueron a la habitación de visitas, era una habitación muy
grande, era amplia y espaciosa, Alberto cerró la puerta y Ana sonrío le dijo:
-¿Sabes qué? Tengo muchísima calor.
Alberto sonriendo le dijo:
-No te preocupes, ha sido la bebida.
-No sé lo que me pasa, pero me siento muy bien y sólo tengo ganas de estar
contigo –Dijo Ana.
Alberto mirándola, le cogió de la cintura y se empezaron a besar, Ana que
estaba juguetona con él, pues empezaba tocarle el pelo y Alberto le dijo:
-Me encantó ese día que me robaste el beso en el patio del instituto.
-La verdad lo hice por agradecimiento, pues tu me salvaste de la maldad de
Manuel, en esa temporada que me llamaban “Niña Adoptada”, a veces pienso
quién podría ser mis verdaderos padres – Dijo Ana.
-Ahora no pienses en eso, pensemos cosas alegres, hoy por fin puedo estar
contigo y a solas, aprovechemos esta ocasión – Dijo Alberto.
Ambos empezaron a desnudarse y acabaron haciendo el amor, esa noche
prometía mucho amor, cariño y pasión.
Pero a las altas horas de la madrugada, cuando todos estaban durmiendo,
Manuel en compañía de Alfredo pusieron avispas en el alfeizar de la ventana
de Alberto, ya que se habían enterado a último minúto de que esa noche la
iban a pasarla juntos.
Al día siguiente, en el hotel sonó el despertador, Sara que ya estaba despierta
desde hace mucho rato, acarició el pelo a Adrián y éste se despertó.
-Buenos días mi amor –Dijo Sara.
-Buenos días preciosa –Dijo Adrián.
-Ésta noche no la olvidaré, ha sido para mí un sueño gracias por todo –Dijo
Sara.
-Tras la muerte de mi primo, me he dado cuenta de muchas cosas y no quiero
perderte, porque te quiero –Dijo Adrián.

130
Mientras que en el apartamento de Eduardo, en la habitación de visitas adonde
estaban Alberto y Ana, ésta empezó abrir la persiana y Alberto se despertó
justo en el momento en que Ana iba abrir la ventana de la habitación, dijo
gritando:
-¡No abras la ventana!
-¡Ay! No me asustes – Dijo Ana.
-Perdón, pero no me acordé de decirte que la peña de Manuel, tenían un plan
ruin para ti y malvado.
-¿Qué plan? – Dijo Ana.
-Han puesto avispas en el alfeizar.
-¿Qué? – Dijo Ana sorprendida.
Adrián y Sara regresaron y se fueron directos al Instituto Del Campo. Alfredo
recibió otro mensaje anónimo al móvil diciendo que habían fracaso el plan de
las avispas y de inmediato se lo cuenta a Manuel que estaba en el bar, Alberto
y Ana desayunaron tranquilamente en el comedor, Eduardo se despertó y bajó
a desayunar y dijo:
-Buenos días ¿Cómo estáis?
-Buenos días – Dijeron Alberto y Ana a la vez.
-¿Por qué tenéis esa cara?
-Papá, no abras la ventana de la habitación de visitas – Dijo Alberto.
-¿Por qué?
-Porque la peña de Manuel han puesto avispas en el alfeizar para destruir a
Ana – Respondió Alberto.
-¡Qué! Estoy chavales han llegado demasiado lejos con su maldad – Dijo
Eduardo – Llamaré a los bomberos para que las quiten de la ventana.
-De acuerdo papá nos vamos al instituto que hacemos tarde – Dijo Alberto.
-Adiós – Dijo Eduardo.
-Adiós – Dijo Ana.
Eduardo llamó a los bomberos y llegaron de inmediato, después de varias
horas consiguieron quitar todas las avispas de la ventana.
Cuando llegaron al instituto, Alberto y Ana decidieron irse al bar y allí
precisamente se encontró a Manuel, Alberto recriminó su actitud de cobarde, y
ambos se enzarzaron en una pelea.

131
CAPÍTULO 8:
UN SECRETO SE REVELA:

Ambos fueron separados por sus amigos. Manuel vio que Alfredo se acercó y
aprovechó para meter más cizaña.
Alfredo dijo con su mal carácter:
-¡Qué está pasando aquí!
-Alberto me pegó cuando yo estaba despistado – Dijo Manuel haciéndose el
ofendido.
-¿Eso es verdad, Alberto? – Preguntó Alfredo.
-Sí, es verdad, nunca imaginé que tu alumno favorito fuera tan malo de poner
avispas en el alfeizar de la ventana de mi novia Ana y ya le tenía ganas de
darle su merecido, es así la única manera de que aprenda –Dijo Alberto.
-¡Con que te sigues revelando! Me parece que tus amigos no les va hacer
gracia que ponga como castigo un examen sorpresa mañana a primera hora –
Dijo Alfredo –Además no tienes pruebas de que haya sido él.
-Te equivocas, tengo varias pruebas que le incriminan a él y sería muy fácil de
delatarle a la policía, además si tienes que hacer el examen sorpresa lo haces,
eso es menos doloroso que tener que aguantar las hazañas de tus alumnos
favoritos ¿A caso no crees que sé que tu eres el cómplice de ellos? – Dijo
Alberto.
-Mi amor, déjalo estar, yo estoy bien y no ha pasado nada, si continuas con
esto va a ser peor, además no eres partidario de hacer escándalos en el
instituto –Dijo Ana.
-Cariño, pues siento decirte que siempre hay una primera vez –Dijo Alberto.
-Por favor Alberto, no sigas con esto –Dijo Adrián – Mira, todos estamos
nerviosos porque falta poco para los exámenes de final de curso y Alfredo
quiero hacerte una pregunta ¿Por qué nos tienes tanta manía? Es un
verdadera lástima que un profesor de música, que en teoría tendría de sentirse
relajado y aliviado de sus problemas, sea todo al contrario. Desde que empezó
el curso, no has hecho más que humillarnos y me parece que no tienes
sentimientos, te gusta criticar a los demás, pero tú no te miras en el espejo –
Dijo Adrián.

132
En ese justo momento Manuel le iba a pegar a Adrián para defender a su
profesor favorito, pero él profesor le frenó con el brazo y le dijo a Adrián:
-Mira Adrián, tienes razón y es lógico que mereces una respuesta, os tengo
manía por el simple hecho de que todo lo hagáis tan bien. Además por si fuera
poco, me molesta vuestra presencia, pero eso no significa que vaya a quitar el
examen sorpresa.
-¡No es justo! –Dijo Ana.
-Tienes razón ¡Niña Adoptada! La vida es una injusticia, por tu culpa perdí mi
brazo –Dijo Rigoberta –Por cierto ¿Ya sabes quién son tus padres verdaderos?
Simplemente quiero que te vayas a otro sitio.
De repente todos se callaron porque vieron entrar Roberto mirando el odio que
sentía hacia la peña de Manuel y le dijo muy claramente al profesor de música
Alfredo:
-Si no quitas o cambias el examen a ellos, te juro que haré todo lo posible para
que te expulsen de éste instituto y seas encarcelado por todo lo que has hecho.
Sé muchas cosas de ti y te las estoy guardando como secreto, pero si me
entero de que tienes la intención de hacer un examen sorpresa, los relevo a la
policía.
-¡Tú no eres quién para decirme lo que tengo que hacer! –Exclamó Alfredo.
-Baja la voz, estas montando un escándalo y todos te están mirando –Dijo
Roberto.
-¿Quién eres? – Preguntó Silvia.
-Yo soy Roberto el que siente el sufrimiento de tus enemigos de todas las
hazañas que hacéis y siento el mismo odio hacía vosotros. Tendrías que
llevarte mejor con los alumnos, porque en el momento adecuado hablaré
contigo de una cosa muy interesante que cambiará muchísimos las cosas.
-¿Se puede saber de va ese secreto? – Pregunto Rigoberta toda intrigada.
-Lo siento, el secreto no se puede decir y solamente las sabrán esas personas
en su debido tiempo.
Entonces, entró al director y al ver que Roberto estaba poniendo orden en el
bar, le preguntó:
-Roberto ¿Qué ha pasado?

133
-Ha pasado lo que ha tenido que pasar, resulta que Alberto y Manuel se han
peleado y Alfredo ha puesto un examen sorpresa como castigo – Explicó
Roberto.
-¿Eso es verdad, Alfredo? – Preguntó Julián.
-Claro, la idea de empezar este escándalo ha sido de Alberto, ha sido el
primero que pegó a Manuel –Respondió Alfredo.
-¡Qué mentiroso! – Dijo Sara.
-Julián, si Alberto no hubiera montado todo este escándalo no hubiera pasado
nada, cómo sabemos muy bien, éste instituto se cumplen unas normas para
todos, yo opino que se debencastigar a los alumnos por mal comportamiento y
no voy a levantar para nadie el castigo –Explicó Alfredo.
-Claro Alfredo, cuando te interesas pones como excusas las normas, cuando tú
eres el primero en la que no las cumples, tú eres el profesor, aquí en este
instituto. Los mayores tienen que demostrar ejemplo a sus alumnos pero la
mayoría de los profesores no lo hacen y si tienes que castigar ¡hazlo! Pero una
cosa, también tendrías que castigar a Manuel por poner avispas en el alfeizar
de la venta de nuestra casa – Dijo Alberto.
-¡Dale! Otra vez con lo mismo, te he dicho mil veces que yo no fui, que no
tengo nada que ver –Dijo Manuel mintiendo.
-Claro que tienes que ver, seguro que pagaste muy bien a un cómplice para
que haga perfecto el trabajo, pero me alegro muchísimo de que no habéis
salido con la vuestra, en fin, el único consuelo que me queda, es que la vida
pone a cada quien en su sitio y ya lo veréis –Dijo Alberto.
-Está por verse –Dijo Rigoberta desafiando la mirada hacía ellos.
-Bueno chicos, cada uno a su clase que ya hacéis tarde, incluido a ti Alfredo,
luego hablaremos mejor del tema a solas en mi despacho y quiero que sepas
que también hablaré con los profesores porque tienen derecho a enterarse de
lo que están sucediendo en las cosas en el instituto –Dijo Julián.
-Está bien, hablaremos de este asunto a la hora del patio –Dijo Alfredo
conformándose.
Todos se fueron a sus clases, los profesores notaban que los alumnos
estaban raros, muy serios, cuando siempre estaban alegres y de buen humor.
Imaginaron porque era la época de los exámenes. Los alumnos estaban muy
agobiados, no sabían qué hacer, esa semana le resultaría eterna, al saber que

134
el profesor de música, tenía en su mente ponerles el examen sorpresa a
primera hora. Por fin sonó la campana para salir al patio, todos estaban muy
serios. Alfredo estaba ingeniándose que mentiras iba a decir a su propio
director del instituto y se dirigió hacia el despacho del director, Julián alzó la
vista y dijo:
-Por favor, Alfredo ven y cierra la puerta, tenemos que hablar seriamente de
este asunto lo considero muy grave.
-Dime, tú dirás – Dijo Alfredo haciéndose el simpático.
-Mira Alfredo, te contraté en este instituto porque sé que eres muy bueno en
música, he visto tu currículum y tienes una trayectoria muy larga, tendrías que
sentirte orgulloso de ti mismo. Pero no puedo tolerar lo que ha pasado esta
mañana en el bar, esa pelea de Alberto con Manuel y tu poniéndoles como
castigo un examen sorpresa a primera hora. Tú eres el profesor y debes
mostrar ejemplo en todas las situaciones. Considero que has ido demasiado
lejos en ponerles un examen sorpresa, espero que esto te sirva de lección, si
no me veré obligado a tomar medidas muy serias para bien de nuestro instituto
–Explicó Julián.
-Entiendo perfectamente, pero te digo que esos alumnos los tengo a primera
hora de la mañana, es lógico que se imponga un castigo, sería mejor que se
hiciera el examen sorpres sin discusión de cambiarlo –Dijo Alfredo, haciéndose
el ofendido.
-Siempre me pregunté ¿por qué tienes tanta manía a esos alumnos, que no te
han hecho nada?
-Mira Julián te respecto porque por encima de todas las cosas, eres el director
del instituto, pero también te recuerdo que soy humano y es normal que haya
alumnos que me caigan más bien que otros – Dijo Alfredo intentando esquivar
el tema.
-Pues te recuerdo, que en este instituto se tiene que ser imparcial, por muy mal
que te caigan los alumnos, pero si tu nos les das la oportunidad de conocerlos
a esos chicos tan buenos, no puedes juzgar ni saber cómo son –Dijo Julián con
dureza –dicho esto, te puedes retirar, espero que durante el día recapacites y
quites o cambies el examen.
Por fin regresaron a las clases, se notaba un ambiente tenso por todo lo que
había pasado. Por una parte las hazañas de la peña de Manuel que seguían

135
sin tregua y por otra por los exámenes. Por lo visto la peña de Adrián no iba a
aguantar la presión que conllevaba eso, estaban ansiosos que por fin tocará la
campana para salir de allí, el tiempo pasaba muy pero muy lento, hasta que por
fin llegó la ansiosa campana. Todos recogieron sus cosas y se fueron hacia el
pasillo del instituto, pero Alberto nada más al salir de la clase, la gente le hizo el
pasillo y aplaudiéndole por haber plantado cara tanto a Manuel como al
profesor Alfredo, sus compañeros de otros cursos, se habían enterado de lo
sucedido y también estaban hartos de la actitud de la peña de Manuel y
querían tener un buen ambiente en el instituto.
Ana le dijo a Alberto bromeando:
-Te has ganado todo al instituto, yo de ti me presentaría como nuevo delegado
de la clase.
-Qué graciosa estas hoy –Dijo Alberto –Pero no entiendo porque me han hecho
el pasillo.
-Alberto, te queremos decir que nos hemos enterado de la pelea que has tenido
y nosotros, incluida yo, estamos hartos de la actitud de Manuel y que tienes
nuestro apoyo –Dijo una joven desconocida que recién había llegado a Francia.
-Muchas gracias, por cierto ¿Cómo te llamas? –Preguntó Alfonso intrigado.
-Me llamo Lorena y te has ganado el aplauso de todos que estudiamos aquí en
este instituto.
-Gracias, no es para tanto, he hecho lo que he tenido que hacer –Dijo Alberto.
-Más vale tarde que nunca, lo que has hecho hoy es un gran paso –Dijo
Lorena.
Cuando Alberto y Ana se fueron juntos cogidos de la mano, Alberto y Ana
sonreían al ver que todos coreaban su nombre y los alumnos que iban a buscar
en su moto les tocaba el claxon para saludarlos, en ese mismo instante,
aparecía el profesor Alfredo y se encontró con abucheos diciendo ¡fuera! y más
de lo mismo con la peña de Manuel.
Cuando por fin, llegaron al apartamento Alberto le dijo a su padre:
-Pon un plato más en la mesa, que mi princesa se queda a comer.
-Hola cuñada ¿Qué tal? – Preguntó Alfonso.
-Muy bien, hoy a tu hermano le ha pasado muchas cosas –Dijo Ana.
-¿Ah sí? ¿Qué cosas son esas? –Dijo Alfonso.
-Pues, pregúntaselo a él, que allí lo tienes –Dijo Ana en ironía.

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-¿Qué te ha pasado, hermanito? – Pregunto Alfonso.
-Resulta cuando sonó justo la campana para irnos del instituto, en la salida, me
hicieron el pasillo y también me aplaudieron –Explicó Alberto.
-¿Y porque te aplaudieron? –Preguntó Eduardo, el padre de los gemelos.
-Pues lo hicieron porque planté cara a Manuel y al profesor de música Alfredo –
Respondió Alberto.
-Has hecho muy bien en plantar cara al profesor, se cree que es el dueño de
todo y que todo le pertenece, me cae muy mal –Dijo Eduardo.
-¿Y qué más? – Preguntó Alfonso intrigado.
-Una joven llamada Lorena, me ha echado elogios –Respondió Alberto.
En el jardín Ana y Alfonso intercambiaron algunas palabras sin importancia y
apareció Alberto y dijo:
-Nos vamos a comer mi amor.
-Claro, no veas el hambre que tengo– Dijo Ana.
-Me voy a poner celoso de mi cuñada ¿Y a mí no me vas a decir lo de comer?
–Dijo Alfonso.
-Ahora el que estas de broma eres tú –Dijo Ana.
-Me has pillado –Dijo Alfonso.
-Bueno, pues vamos al comedor a comer – Dijo Alberto –Hermanito te toca
poner a ti la mesa, que ya te escaqueabas.
-No hay problema, es un privilegio tener que poner la mesa –Dijo Alfonso.
En ese momento, suena el teléfono, Eduardo dijo:
-Siempre lo mismo, cuando vamos a comer siempre tiene que sonar el
teléfono, no hay un día que se coma tranquilo en esta casa y preguntó:
-¿Si?
-¿Esta Alberto? – Preguntó José.
-Sí ¿De parte de quien? – Preguntó Eduardo.
-De José.
-Espera un momento –Dijo Eduardo -¡Alberto al teléfono! Es José.
-Hola José ¿Cómo va todo? – Preguntó Alberto.
-Va muy bien, de hecho esta tarde quiero deciros una cosa muy importante,
avisa a tu hermano y a tu novia –Dijo José.
-¿A dónde quedamos? –Preguntó Alberto.
-En el parque a las seis de la tarde ¿Te va bien? –Dijo José.

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-Sí claro, luego nos hablamos, venga adiós –Dijo Alberto.
Colgó el teléfono y Ana preguntó:
-Mi amor ¿Quién era?
-Era José –Respondió Alberto.
-¿Y qué quería? –Preguntó Alfonso.
-Ha reunido a toda la peña, quiere que vayamos al parque a las seis de la
tarde, me ha dicho que tiene que decirnos una cosa muy importante –Explicó
Alberto.
-¿Qué será? –Preguntó Ana.
-A la seis lo sabremos –Dijo Alberto.
-Venga chicos a comer, que ya debe estar fría la comida –Dijo Eduardo.
Mientras tanto José y Diego se fueron a comer en el restaurante que estaba
enfrente del parque y Diego preguntó:
-¿A quién has llamado?
-A los gemelos –Respondió José.
-¿Cómo crees que se lo van a tomar que nos marchemos a otro país? –
Preguntó Diego.
-Ellos son amigos para toda la vida y seguro que nos van a entender y aunque
no fuera así, igualmente nos tendría que respetar la decisión –Comentó José.
-Tienes razón –Dijo Diego.
-Como siempre –Dijo José en broma.
El camarero les trajo la ensalada muy variada (lechuga, atún, maíz, tomate y
pepino, por encima se veía el chorro de aceite, vinagre y sal).
-Tiene buena pinta –Dijo Diego.
-Sí claro –Dijo José –Cada día tengo más hambre.
-Tenemos que ir a la agencia de viajes, para que nos den los billetes para irnos
a Suecia –Dijo Diego.
-Sí, tenemos que mirar que nuestros carnets de identificación no estén
caducados –
Dijo José.
-Sí te digo la verdad, no creía que irse de viaje, iba a traer muchísima faena-
Dijo Diego.
-Pues ya ves que si, y seguramente sabrás que el clima es muy diferente, que
el de aquí de Francia –Dijo José.

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-Sí, es una pena que en Suecia siempre llueva ¿Por qué será? –Preguntó
Diego.
-No sé, pero lo más seguro que es por el paisaje verde que tienen –Dijo José.
Mientras el camarero recogía los platos vacíos de la ensalada y en cinco
minutos, les trajo una dorada con unas patatas fritas, hubo silencio porque
ambos tenían hambre, así terminaron el segundo plato y enseguida le dieron
los postres, flan con nata y fresas troceadas.
-Está todo muy bueno –Dijo José.
-En todo caso dirás que está riquísima la comida, aquí lo hacen muy bien y
también hay que agradecerles que pongan el aire acondicionado –Dijo Diego.
-Pues en Suecia, te quejarás del frío que hace y del mal tiempo que haga
-Dijo José.
-Pues igual que tu –Dijo Diego, ya teniendo el café en la mesa, mientras le
echaba el azúcar.
-Pues, nuestro viaje será muy dulce como el azúcar que le estas poniendo al
café –dijo José en broma.
-Es que el café si no tiene demasiado azúcar no me gusta, además ya sabes
cómo soy de goloso –Dijo Diego.
Pagaron la cuenta y le dijeron al camarero que todo estaba riquísimo y que no
dudarían en volver al mismo restaurante. l camarero les agradeció los elogios
que recibió y les respondió que es un placer de tenerlos como clientes y se
fueron a dar un paseo tranquilo yendo hacía el parque.
En el apartamento de Eduardo, Alberto le dijo a Ana:
-Mi amor ¿Te falta mucho? Vamos a llegar tarde al parque.
-Un segundo, ya bajo –Respondió Ana.
-Bueno, hermanito me voy en moto –Dijo Alfonso.
-Ves con cuidado –Dijo Eduardo – y ya me contareis lo que ha pasado esta
tarde.
-Tranquilo papá, te lo vamos a contar todo sin dejarnos ningún detalle –Dijo
Alberto.
En ese instante, Ana bajó por las escaleras y Alberto se quedó boquiabierto,
pues cada día que pasaba la encontraba más guapa. Alfonso aprovechó la
ocasión que aun no se había ido a buscar la moto en el parking le dijo a su
hermano:

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-Se te cae la baba.
Pero Alberto no se había enterado y Alfonso dijo
-Se te cae la baba, hermanito ¿Me escuchas?
-¿Qué? –Dijo Alberto desconcertado y volviendo en sí mismo.
-Te digo que se te cae la baba y desde luego que estas en las nubes –Dijo
Alfonso –Bueno me marcho con mi moto, hasta luego hermanito.
-¿Nos vamos? – Preguntó Ana.
-Claro, vamos a llegar tarde al parque – Dijo Alberto.
-Mi amor, no esperemos ningún minuto más – Dijo Ana.
-Chicos, ir con cuidado y mirar al cruzar la calle por ambos lados –Dijo
Eduardo.
-Ya tranquilo, ya somos mayorcitos y sabemos cuidar de nosotros mismos –
Dijo Alberto, mientras que Ana se tronchaba de risa.
Se fueron paseando tranquilamente hasta llegar al parque y una vez que
llegaron, se encontraron con todos sus amigos y se saludaron. Eran las seis de
la tarde y todos estaban sentados en el césped del parque, mientras esperaban
a José y a Diego que aparecieran. Todos estaban ansiosos por saber que les
iban a decir, por fin llegaron y también se sentaron, juntos con sus amigos y
Sara preguntó:
-¿Qué nos tienes que decir que tan urgente es?
José echó una ojeada a sus amigos y respondió:
-Gracias a todos por venir, nos hemos reunido porque mi amigo Diego y yo
tenemos que deciros una cosa muy importante.
-Ah sí es – Dijo Diego – Lo que intentamos decir, quizás sea un poco triste.
Pero en fin, también tenéis que entender que es una oportunidad de oro para
perderla, espero que me comprendáis.
-¿Qué tenemos que comprender? – Preguntó Ana.
-Nos vamos a Suecia –Dijo José.
-Lo hemos decidido porque aquí nos ha pasado muchas cosas tanto buenas
como malas y necesitamos cambiar de aires – Dijo Diego.
-¿Y cuando os vais? – Preguntó Ana.
-Cuando esté todo en orden –Dijo Diego.

140
-Con vosotros he sabido lo que es realmente la amistad verdadera, gracias por
compartir los buenos momentos. Estoy seguro que algún día nos
reencontraremos y desde luego será muy pronto – Dijo José.
-Os echaremos de menos –Dijo Adrián.
-Adrián quería decirte que el asesino de tu primo Carlos lo pagará muy caro
cuando lo atrapen la policiía –Dijo José.
-¿Cómo va la investigación? – Preguntó Diego.
-Seguimos igual, no hay pruebas para culpar a nadie y ya ha pasado mucho
tiempo. Es lo que más deseo que pague por todo el daño que ha hecho el
asesino – Dijo Adrián.
-Bueno, mi amor, no te pongas triste que ya verás como todo se solucionará –
Dijo Sara acariciándole la melenita.
-Pero bueno, ahora no es el momento de ponernos triste por eso, ahora hay
que desearles lo mejor de la suerte a ellos dos en su viaje a Suecia – Dijo Ana.
-Tienes razón, os deseo lo mejor –Dijo Adrián.
-Espero que vuestra aventura sea muy agradable y que encontréis muchísimos
amigos que sean buenos – Dijo Sara.
Toda la peña se echaron unas risas por el comentario de Sara y José dijo:
-Gracias a todos vosotros por ser tan buenos, nosotros dos también os
echaremos de menos, pero muy pronto nos volveremos a ver –Dijo José.
-Y cuando tengamos una casa, os prometo que seréis los primeros invitados –
Dijo Diego.
Era un día especial, todo eran risas y nostalgia, porque aunque quedaban días
para irse, ya se le echaban de menos.
Pasaron la tarde juntos hasta que se oscureció, se fueron a cenar y después se
fueron a dormir, era una noche tan calurosa que todos dormían con las
ventanas abiertas para sentir el aire fresco. Todos dormían plácidamente, hasta
que sonó el despertador, todos estaban dormidos y perezosos, no tenían ganas
de ir al instituto, es más tenían ganas de que se acabará el curso, pero eso aún
quedaba lejos.
Todos se levantaron y se dieron los buenos días, Adrián era el último en
levantarse, después de dejar que el despertador sonará por lo menos tres
veces, cuando Sara le iba a dar los buenos días, se rió de lo despeinado que
estaba y le dijo:

141
-Mi amor estás muy guapo con estos pelos al viento.
-¿Ya te estás riendo de mi? – Preguntó irónicamente Adrián.
-Un poco –Respondió Sara.
-¿Ah sí? Pues ahora verás lo que te voy hacer –Dijo Adrián.
-¿Qué me vas hacer? –Preguntó Sara.
Adrián la estrechó entre sus brazos, la tiró encima de la cama y allí empezó
hacerle cosquillas de todo tipo, con el pelo, con las manos, etc.
José entró en la habitación y llamó a Adrián:
-Perdón que os moleste, pero si no bajáis a desayunar haremos tarde al
instituto y tengo ganas de saber que va a pasar si Alfredo pone ese examen o
no.
-Mi amor nuestro amigo tiene razón, hay que desayunar para recuperar fuerzas
y a ver qué pasa con todo este jaleo –Dijo Sara.
Adrián y Sara ya estaban en el comedor desayunando:
-Si te soy sincero, yo también estoy intrigado, pero tengo una duda
¿Qué vamos hacer si al final nos pone el examen sorpresa? – Preguntó Adrián.
-Pues si se hace yo no lo pienso hacer es más me iré de la clase – Dijo José.
-¿Y si te amenaza con suspenderte todo el curso? – Preguntó Sara.
Entonces llamaron al timbre de la puerta y se asombraron al ver unos de sus
mejores amigos, allí estaban Patricia y Santiago.
Al escuchar los planes que tenía el malvado profesor de música Alfredo, se
quedaron de piedra.
Entonces Diego acordándose de la pregunta que hizo Sara, le respondió:
-Pues entonces me va a tener que suspender a mí también.
-Y a toda la clase –Dijo Adrián.
Cuando todos estaban en la calle, yendo hacia al instituto, entonces apareció
Roberto y les dijo:
-Vuestro profesor de música, no se va a salir con la suya, tenéis todo mi apoyo.
-Roberto, tenemos un plan y me gustaría saber tu opinión –Dijo José.
-Claro, soy todo oído – Dijo Roberto.
-Estamos pensando que si es cierto que Alfredo nos pone el examen sorpresa,
irnos de la clase – Explicó Adrián.
-Me parece una buena idea. Alfonso quiero hablar un momento contigo a solas
–Dijo Roberto.

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-Claro, hermanito enseguida voy al instituto –Dijo Alfonso.
-No te preocupes –Dijo Alberto –Hazle caso a Roberto que es más importante.
Cuando todos se alejaron, Roberto y Alfonso se fueron de paseo
tranquilamente, y Roberto le dijo:
-Hoy llegarás tarde a clase.
-¿Por qué voy a llegar tarde a clase? – Preguntó intrigado Alfonso.
-Porque se muchas cosas de ti que te sorprenderían –Dijo Roberto.
-¿Ah sí? Sorpréndeme – Dijo Alfonso.
En el instituto, Lorena observó al profesor Alfredo y lo persiguió, cuando
descubrió que éste estaba poniendo los exámenes encima de las mesas, no
dudó en llamar al móvil de Alberto, éste lo cogió y preguntó:
-¿Si? ¿Quién es?
-Buenos días Alberto, soy Lorena la que te dijo lo orgullosa que estoy de ti, por
haberle plantado cara Alfredo ¿Te acuerdas de mí?
-Claro, como no olvidarme de ti ¿Qué quieres? – Pregunto Alberto.
-Bueno, solo quería avisarte de que el examen sorpresa sí que existe –Dijo
Lorena.
-¿Y cómo que estás tan segura? –Pregunto Alberto.
-Porque lo he perseguido, hoy los profesores tienen reunión a primera hora de
la mañana para empezar a preparar los exámenes de verano y por lo visto,
Alfredo se adelantó. He visto como ponía los exámenes encima de la mesas y
que hoy vais a ser más, me explico, que en una clase van a estar todos los que
hacen segundo de bachillerato van a estar en el mismo grupo – Explicó Lorena.
-Gracias Lorena, por cierto ¿Cómo conseguiste mi número de móvil? –
Preguntó Alberto.
-Alberto ¿No lo sabes? –Preguntó extrañada Lorena.
-¿Qué tengo que saber? –Preguntó Alberto.
-Pues que alguien puso tu número de móvil en la pizarra, pero no me preguntes
quien fue, porque no lo sé, solo vi el número allí y espero que no te hayas
molestado conmigo –Dijo Lorena –Además creo que lo han cogido todas las
chicas del instituto porque te has hecho muy popular y te tienes que presentar
como delegado de clase.
-¿Y ponía alguna cosa más en la pizarra? –Preguntó Alberto.
-Sí, ponía “Alberto delegado de clase y abajo tu número de móvil” –Dijo Lorena.

143
-Gracias por todo Lorena, estamos camino del instituto, me despido, hasta
luego –Dijo Alberto colgando el móvil.
-¿Qué quería Lorena? –Preguntó Ana.
-¿Por qué estás tan serio? ¿Pasa alguna cosa? – Preguntó Sara.
-Sí pasan muchas cosas y las dos son de igual de sorprendentes, hoy voy a
tener insomnio.
-Mi amor ¿Por qué dices todo esto? – Preguntó Ana.
-Porque alguien ha publicado mi móvil en la pizarra – Dijo Alberto.
-¡Qué fuerte! –Dijo Santiago.
-¿Quién pudo hacer esto? – Preguntó Patricia.
-Seguro que es la peña mala – Dijo Sara de broma.
Todos se rieron y Alberto le dijo a Sara:
-No creo, esto es una travesura pequeña sin importancia, la peña de Manuel
hacen cosas peores, pero aún hay más.
-Cuéntanos mi amor –Dijo Ana.
-Ana ¿Tú no te cansas de decirle mi amor? – Preguntó Sara de broma.
-¿Por qué lo dices? – Dijo Ana con otra pregunta.
-Pues es que cada frase que dices, siempre sales con mi amor y eso que le
puedes decir cariño, mi vida – Dijo Sara.
-¿Enserio que lo digo? –Preguntó Ana mirando a Alberto.
-Claro cariño, me lo dices, además tu amiga Sara no se inventa las cosas, si te
lo pregunta será por alguna razón – Dijo Alberto.
-Bueno, no me doy cuenta de que lo diga siempre, pero te respondo amiga,
porque quiero que todo el mundo sepa que él es mi verdadero amor, el hombre
que tanto he amado en toda mi vida – Dijo Ana.
-Bueno... ¿Qué nos ibas a contar? – Preguntó Adrián.
-Los exámenes sí que existen, Lorena ha perseguido a Alfredo y lo ha visto que
los ponía encima de las mesas y lo más sorprendente es que ha aprovechado
la situación cuando todos los profesores tenían reunión a primera hora de la
mañana. Y para colmo de males, hoy todos los que hacemos segundo de
bachillerato vamos a estar todos juntos. Él lo tenía todo calculado y me imagino
sin el permiso del director – Explicó Alberto.
-¡No me lo puedo creer! –Dijo Ana – Ese profesor nunca va a aprender.

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-Tienes razón. Lo único que va a conseguir que le expulsen del instituto –Dijo
Patricia.
-Y seguro que esconde alguna cosa más, te recuero que es cómplice de la
peña de Manuel –Dijo Adrián.
-Pues yo creo que si sigue por este camino, irá a la cárcel – Dijo Santiago.
-Yo también opino lo mismo que Santiago – Dijo Patricia.
Mientras en la conversación de Roberto y Alfonso se dijo lo siguiente:
-Me decías que te sorprendiera ¿Verdad? – Dijo Roberto.
-Sí, a ver si es verdad que me conoces tan bien como tú dices –Dijo Alfonso.
-Sé que tu madre te abandonó a ti y a tu hermano cuando eráis muy pequeños.
Tu padre sufre una enfermedad, antes estaba muy débil, entonces tu hermano
y tú os hicisteis cargo de la familia, pero eráis demasiados pequeños para
poder trabajar y robabais por necesidad.
En una noche de baile, en la discoteca tanto tu hermano como tu os
emborrachasteis, allí tu hermano Alberto conoció a Ana, hablaron
tranquilamente y Ana también terminó ebria, luego se fueron a un hotel y
terminaron haciendo el amor y de ese amor nació una hija llamada Lucía que
es tu sobrina, recién nacida y sin tener dinero, Alberto decidió entregar a su hija
para que le adoptarán una familia multimillonaria. Luego entrasteis a robar en el
instituto a través del camino secreto que hay por detrás. Más tarde en la clase
de Educación Física escuchaste una conversación interesante sobre el
secuestro de Carlos que decían la peña de Manuel y no dijiste nada, esto en
los juicios se le llama cómplice y no conforme con todo esto entras en el chat y
le envías un privado al profesor de música amenazándolo –Dijo Roberto.
-¡Es increíble! Nadie me ha conocido tan bien como tú, es cierto, me has
sorprendido y no habría otra forma de arreglar este asuntillo. – Dijo Alfonso.
-Podríamos hacer un pacto –Dijo Roberto.
-¿Qué propones? –Preguntó Alfonso intrigado.
-Tengo un secreto que van a cambiar muchas cosas y creo que tu lo debes de
saber antes que todos –Dijo Roberto.
-¿Cuál es ese secreto? –Preguntó Alfonso.
-Te lo diré, pero antes me tienes que prometer que no se lo dirás a nadie hasta
que sea el momento adecuado –Dijo Roberto.

145
-Está bien, te lo prometo –Dijo Alfonso –Ahora dime, que estoy ansioso por
saber de ese secreto.
-El profesor de música Alfredo es el verdadero padre de Ana, es decir, que es
suegro de tu querido hermano Alberto.
Roberto observó que Alfonso se quedó en blanco, paralizado, sin reacción, sin
palabras, hasta pasados varios minutos y dijo:
-¿Has dicho que el amargado profesor de música Alfredo es el verdadero padre
de Ana?
-Así es –Dijo Roberto –Además te tengo que contarte una cosa acerca de tu
padre, que es muy importante.
-¿Te refieres la enfermedad que sufre mi padre? – Preguntó Alfonso.
-Sí, tu padre tiene leucemia – Dijo Roberto.
-¡No puede ser! ¡Es mi padre! – Gritó Alfonso llorando.
-Tranquilo, pero tengo que decirte el plan que vamos hacer para destruir al
profesor de música Alfredo.
-Luego hablaremos del amargo de Alfredo, una pregunta ¿Mi padre sabe que
está enfermo? –Dijo Alfonso.
-Sabe que está enfermo pero no la enfermedad que tiene, porque alguien se
robó la información en el hospital –Explicó Roberto.
-Pobre de mi papa, el día que se enteré que tiene leucemia, bueno, dime ¿Qué
pacto me hablabas a principio de la conversación? –Preguntó Alfonso.
-Hay que amargarle el día al profesor y que más al ser humillado que todos los
alumnos del Instituto del Campo al confesarle que Ana es su verdadera hija –
Explicó Roberto.
-Excelente idea, pero también va ser un impacto para Ana y me sabría mal,
pero por tal de destruir a Alfredo soy capaz de cualquier cosa – Comentó
Alfonso.
-Vámonos entonces hacia el instituto – Dijo Roberto.
-Invito yo – Dijo Alfonso.
Mientras en el instituto, Alfredo dijo:
-Buenos días a todos, encima de la mesa tenéis el examen sorpresa, como ya
sabéis el motivo que Alberto provocó una pelea en nuestro bar y eso ha
provocado este precioso castigo.

146
-Estás muy equivocado si piensas que lo vamos hacer, esto es una injusticia –
Dijo Adrián.
-¿Por qué eres tan malo? – Preguntó Ana mirándolo en la cara.
-Está bien, el que no quiera hacer el examen no lo haga, pero el que se salga
por esa puerta tendrá la asignatura suspendida –Dijo Alfredo.
Alfonso y Roberto llegaron al instituto y éste le dijo:
-Alfonso ve a clase y dale la guerra al profesor, yo mientras le voy a dar el
chivatazo al director Julián.
-A sus órdenes, jefe – Dijo Alfonso bromeando.
Alfonso entró en clase y Alfredo le preguntó:
-¿A dónde estabas?
-Estaba con un asunto de vida o muerte que no podía esperar, no te imaginas
la sorpresa que te espera – Dijo Alfonso con cara de odio.
-¡No me gusta las sorpresas! ¡Te exijo que me lo digas de inmediato! –Gritó
Alfredo.
Los gritos se oían en el despacho del director y gracias al chivatazo de
Roberto.
Julián y Roberto entró en la clase y Julián exclamó:
-¡Qué está pasando aquí!
-Verás, el profesor Alfredo al final nos ha puesto el examen sorpresa –Dijo
Alfonso.
-Otra vez con lo mismo, te dije que lo anularas, Alfredo me estás dando
muchos problemas y no voy a tener otro remedio que despedirte –Dijo Julián.
-Además, tengo que contarte una cosa que cuando la sepas te arrepentirás de
todo el daño que has hecho – Dijo Roberto.
-¡No me interesa nada de lo que me tengas que decir! –Dijo Alfredo.
-Ni siquiera te interesa saber que Ana es tu hija verdadera –Dijo Roberto.

147
CAPÍTULO 9:
VERDADES REVELADAS:
PRIMERA PARTE

-¡Qué estás diciendo! – Dijo Ana llorando -¡Qué Alfredo es mi verdadero padre!
-Lo siento Ana, de alguna forma te tendrías que enterar, no podía permitir que
te hiciera más daño – Explicó Roberto.
-¡No es verdad! – Gritó Alfredo.
-Claro que es verdad, y si no lo crees te enseño las pruebas de ADN que llevo
en esta carpeta –Dijo Roberto enseñando la hoja que confirmaba la noticia.
Ana llorando se acercó y le preguntó a Alfredo:
-¿Me dejas ver la prueba por favor?
-Toma – Dijo Alfredo.
Alfredo alzó la vista y vio a toda la clase, se veía humillado, sentía rabia y
frustración, dio media vuelta y dio un puñetazo en la pizarra.
Mientras Ana, sentada en la tarima de la clase leía con atención las pruebas
consistentes, le preguntó a Roberto:
-¿Por qué nunca me lo dijiste?
-Lo siento Ana, de verás que lo siento, no te lo podía decir porque no tenía las
pruebas suficientes para demostrarlo – Dijo Roberto.
-¡Tenía todo el derecho! –Replicó Ana llorando –Tú mejor sabías que yo sufría
y no hiciste nada, para evitarlo.
-Tienes toda la razón – Dijo Roberto.
-¿Desde cuándo sabes que Alfredo es mi verdadero padre? – Preguntó Ana.
-Hace muy poco tiempo que me enteré de la verdad.
-¡No me lo puedo creer! Mi verdadero padre es mi peor enemigo, que disfruta
haciendo todo tipo de daño –Dijo Ana llorando.
-Ana no lo juzgues tanto, él ni mucho menos sabía que tú eras su propia hija,
pero tu hija a la que abandonaste también puede opinar lo mismo de ti, pero
ella sí que no podría perdonarte porque tú nunca la buscaste de nuevo – Dijo
Roberto – Me llamo mucho la atención que las dos historias se repitiesen.
-Pero no estamos hablando de mí y la hija que yo tuve en el pasado, yo tuve
mis motivos para abandonarla – Dijo Ana.
-¿Y crees que Alfredo nos lo tuvo? – Preguntó Roberto.

148
Ana se levantó de la tarima y le dijo Alfredo:
-Aunque me haya enterado de que tu eres mi verdadero padre, nunca te voy
aceptar ¿Sabes porque lo digo? Me imagino que tú robaste el pote de cristal
que contenía avispas y para postre nos pusiste este examen sorpresa, si no lo
hubieras puesto ni tu ni yo sabríamos nada de esto – Dijo Ana – Porque un
padre de verdad, es cariñoso con su propios hijos y aunque sé que yo también
abandoné a mi hija, siempre pregunté a mi novio de esto y para tu información
Roberto, hemos contratado a un detective para que la busque y explicarle
como sucedieron las cosas.
-Pues si quieres que tu hija te preste atención para que te escuche tus motivos,
tú también lo debes hacer, porque quieras o no, tu hija es la nieta de tu padre –
Explicó Roberto.
-Aunque me duela muchísimo y me haya destrozado el corazón le daré esa
oportunidad para que me cuente todo, pero va tener que ser otro día y se fue
de clase llorando.
-Voy a ir con ella – Dijo Alberto.
-De momento no vayas, me imagino que ahora ella quiere estar sola – Dijo
Roberto interceptándole el brazo.
-Está bien lo entiendo – Dijo Alberto -¿Por qué estás tan callado Alfredo?
-No tengo palabras, ten por seguro que si hubiera sabido que tu novia era mi
hija, no le hubiera hecho daño – Dijo Alfredo.
-¿Qué vas hacer? – Preguntó Alberto.
-Entregarme a la policía, voy a confesar todo lo que hecho – Dijo Alfredo.
Alfredo cogió sus cosas y se fue en busca de su coche, aparcó en el
estacionamiento cerca de la comisaria y entró.
Por casualidad se encontraba el policía Miguel, éste lo vio llorando se acercó y
dijo:
-Buenos días Alfredo ¿Te encuentras bien?
-No estoy bien, he venido a la comisaría para confesar todo lo que he hecho,
llevo un tiempo esperando y todavía no me han atendido – Respondió Alfredo.
-No te preocupes, vamos a mi despacho, allí me cuentas todo.
Una vez que entraron el despacho, Miguel dijo:
-Por favor siéntate.
-Gracias Miguel.

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-Cuéntame que tienes que confesar para que te hayas atrevido a entregarte por
tu propia voluntad – Dijo Miguel.
-Antes de empezar la historia de porque me entrego a la policía es por mi hija.
-¿Tú hija? No entiendo nada – Dijo Miguel extrañado.
-Ahora lo entenderás, cuando empezó el curso siempre he tenido envidia a la
gente buena porque han sido feliz y lo han tenido todo, me refiero exactamente
a la peña de Adrián. Soy profesor de música pero solo fue un vacio que ocupé,
me cegó la razón y la ambición hasta llegar a ser un amargado. Un día cuando
me dieron de alta del Hospital Principal por haberme electrocutado con la radio
en el instituto, en la sala de espera estaba Silvia y Manuel, cuando los vi les
pregunté qué había pasado y me comentaron que Rigoberta había sido
atropellada por una moto y le tuvieron que amputar un brazo, por cierto, el
conductor de la moto se dio a la fuga. Más tarde, fui a ver a Rigoberta en la
habitación y me contó que tenía un plan para destruir a la peña de Adrián.
-¿Qué plan era? Preguntó Miguel.
-El plan que tenía Rigoberta era matar a su propia hermana poniendo avispas
venenosas en el alfeizar de la ventana.
-¿Rigoberta a quién quería matar? – Volvió a preguntar Miguel.
-A su hermana pequeña Ana.
-¿Pero por qué? – Preguntó Miguel.
-Porque Rigoberta descubrió que Ana es adoptada.
-¿Qué? Alfredo cada vez entiendo menos – Dijo Miguel.
-Te cuento esa historia, prácticamente a principios de curso, en una noche a
las altas horas de la madrugada entraron a robar en el instituto. Al día
siguiente, el instituto estaba lleno de coches de policías, en esa ocasión estaba
el policía Rubén y él muy amablemente entregó la carta a Ana. Por lo que me
contó Rigoberta, es que en esa misma noche se desató una tormenta bastante
fuerte y decidió ir a por la carta que estaba escondida en el diario personal de
Ana. Y fue allí cuando empezó todo el escándalo de la Niña Adoptada, desde
entonces Rigoberta ha sido muy mala y su odio aumentó cuando Adrián le
echó de casa y se fue a vivir en el apartamento de Manuel.
-Entiendo, sígame contando que pasó con el plan de las avispas – Dijo Miguel.
-Cuando me enteré del plan de las avispas enseguida me alié con ellos con el
fin de hacer daño a Ana y a sus amigos. Confieso haber robado los potes de

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cristales del departamento de biología y de haber puesto las avispas en el
alfeizar de la ventana de la casa de Alberto porque a última hora nos
enteramos que tenían una cena familiar.
-¿Y qué pasó más? – Preguntó Miguel.
-Al día siguiente, Alberto el novio de Ana, fue a reclamarle la actitud a Manuel y
yo estaba ansiando el momento de poder vengarme y ambos se enzarzaron en
una pelea en el bar del instituto. Yo como estaba a favor de Manuel decidí
castigar a todos con un examen sorpresa, aún así por encima del director
Julián que me lo prohibió. Está mañana a primera hora se tenía que hacer el
examen sorpresa, había organizado de una forma a dónde el director tuviera
reuniones para que no me pudiera hacer nada y en parte estaba contento
porque quería suspender a la peña de Adrián y a todos los alumnos del
Bachillerato. Pero ellos se manifestaron y decían que era una injusticia, justo
entonces apareció Roberto, y yo estaba tan cegado del odio que sentía que
quería hacer mucho daño a los demás. Fue cuando me dijo “ni siquiera te
interesa saber que Ana es tu propia hija” yo al principio no me lo creía, pero
Roberto llevaba unas carpetas de documentos de toda mi vida incluyendo los
resultados de ADN. ¿Te das cuenta Miguel que casi atentó contra la vida de mi
hija? Soy culpable y merezco ir a la cárcel durante muchos años.
-No sé qué decirte Alfredo, es la primera vez que escucho una historia como la
tuya, pero me has dejado sorprendido en que Ana fuera tu hija ¿Y puedo saber
porqué? – Dijo Miguel.
-Miguel no me lo tomes a mal pero eso es algo personal que causó todas mis
desgracias, para que me entiendas, mal de amores.
-Lamentándolo mucho tengo que decirte que estás detenido por robo e intento
de asesinato, tienes derecho a no declararte culpable, a guardar silencio, a un
abogado, a poner en conocimiento de un familiar tu detención, al habeas
corpus ¿Has entendido tus derechos?– Dijo Miguel siguiendo las órdenes de
las leyes.
- Sí, pero antes de ir a mi celda quiero pedirte dos favores.
-Dime ¿Qué favores quieres? – Preguntó Miguel.
-Necesito escribir una carta a mi hija Ana para que se enteré de una vez todo lo
que sucedió con su madre y el segundo lugar quiero que venga Adrián para

151
pedirle perdón en nombre de su peña, ya que sé que él te ayuda en la
investigación de la muerte de su primo Carlos.
-Está bien, favores concedidos, pero déjame decirte que no lo vas a tener fácil,
vas a pasar muchos años en la cárcel – Dijo Miguel.
Alfredo asintió la cabeza conforme estaba de acuerdo, lo acompañaron en una
celda que era bastante amplia acompañada de una literera y una mesa de
estudio para sentarse a escribir o leer como prefería, luego Miguel cerró la
celda con llave, Alfredo explotó y se puso a llorar fuertemente. Los vigilantes se
estaban paseando por el pasillo para controlarlos, amablemente un vigilante
que pasaba por allí, se ofreció a traerle un clínex y un vaso de agua para
suavizar la garganta, Alfredo le dio las gracias.
Alfredo se sentó en la mesa de su celda, cogió un papel en blanco y empezó a
escribirle una carta que decía lo siguiente:
Querida hija mía:
Te escribo esta carta porque no me atrevo a mirarte en la cara después del
todo daño que te he causado y espero que algún día me puedas perdonar.
Entiendo que no quieras saber nada de mí y que en estos momentos me estés
odiando.
Quiero que sepas que te escribo desde la cárcel, soy consciente de que he
hecho muchos errores graves y lo tengo que pagar durante muchos años si
antes no me vuelvo loco.
Aprovecho la ocasión para explicarte cómo sucedieron las cosas hasta el
extremo de llegar a abandonarte.
Hace muchos años cuando yo estudiaba en la Universidad del Campo para
sacarme la carrera de profesor de música, en el último curso, conocí a una
chica muy guapa, muy bonita, se llamaba Almudena, tenía el pelo largo, era
rubia, ojos azules, alta y le gustaba ir siempre arreglada y a la moda.
Tuve un romance con ella y en la graduación lo fuimos a celebrar por todo lo
alto, en ese mismo día acabé por irme a su casa, ya que los padres estaban de
viaje y después de tanto beber terminamos haciendo el amor en su habitación,
de repente, apareció su padre y dijo:
-¡Almudena! ¿Se puede saber que estás haciendo? – Dijo Jesús.
-¡Papá! ¿Qué haces aquí tan temprano? – Preguntó Almudena.

152
-Hemos acabado antes de lo previsto ¿Y puedo saber quién es este? –
Preguntó Jesús
-Me llamo Alfredo y estoy estudiando para ser profesor de música.
-Está bien, Alfredo quiero hablar un momento contigo en el despacho – Dijo
Jesús
Una vez en el despacho Alfredo le preguntó:
-¿De qué quieres hablar?
-De mi hija y de ti – Respondió Jesús - ¿Qué sientes por mi hija?
-Estoy enamorado de ella y quiero que sea mi esposa – Respondió Alfredo.
-Lamentándolo mucho tengo que desilusionarte porque mi hija te ha engañado.
-¿En qué me ha mentido? – Preguntó Alfredo.
-Me imagino que te habrá dicho que es soltera, que eres el amor de su vida y
que te quiere con locura ¿Verdad? – Preguntó Jesús.
-Así es – Respondió Alfredo.
-Como ves lo que hay en esta casa debes saber que no es de tu clase social y
que tú ha sido uno más de sus conquistas, un pasatiempo – Dijo Jesús
-¿Por qué me estás diciendo esto en tu propia casa? ¿Me estás depreciando
por ser pobre? – Preguntó Alfredo.
-No desprecio a ningún pobre, entiendo que pasáis muchas necesidades, si te
despreciará hubiera soltado a los perros, de todas formas también quiero
aclararte que está no es mi casa – Dijo Jesús.
-Perdona… no entiendo…. Ella siempre me ha dicho que vivía contigo en esta
casa y si no es tuya ¿De quién es? – Preguntó Alfredo.
-De su marido – Respondió Jesús.
Imagínate una vez que me había enamorado de verdad, caí en las trampas de
una mujer, recuerdo que salí corriendo llorando como un tonto, sin dar gracias
a nadie.
Pasaron los años Almudena ya no volvió más a la universidad y yo más tarde,
recibí una carta diciendo que Almudena estaba embarazada y que yo podría
ser el padre, pero el dolor, la rabia y la furia me cegaron todo y creyendo que
era una mentira más no hice caso, ella por venganza te dio a luz en el Hospital
del Castillo de aquí en Francia y te dejo allí en la habitación en la cuna, ya que
en realidad no quería tenerte porque no pertenecías a su clase social.

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Según me contaron los médicos de ese hospital, el psicólogo Rodrigo Valencia
te encontró y te llevó a una casa de acogida y luego no sé nada más.
Lamentablemente el odio que sentía por aquella mujer que me engañó y me
destrozó la vida hice que rompiera todas sus fotografías y ahora me entero
según Roberto que eres mi hija, todo hubiera sido diferente si tu madre
Almudena hubiera ido con la verdad de frente.
Espero que cuando hayas leído esta carta, tu corazón sepa perdonar, ya que te
puedo decir que el rencor y el odio solo me han hecho daño a mí hasta punto
de amargarme.
Se despide con cariño y quien te quiere muchísimo tu padre:
Alfredo
Acto seguido dobló las hojas y lo puso dentro de un sobre, mientras Miguel
llamó al móvil de Adrián y cuando éste descolgó preguntó:
-¿Sí?
-Hola Adrián, soy tu amigo Miguel, necesito verte en mi despacho, Alfredo ha
confesado como se organizó todo el plan de las avispas y quiere hablar contigo
¿Puedes venir?
-Sí, ahora mismo voy para allá, ya que se han suspendido las clases por el
escándalo del examen sorpresa.
Adrián colgó el móvil, salió del instituto, cogió su coche y se fue hacía la
comisaría, aparcó y se dirigió hacía el despacho del policía Miguel de Rivera.
-Buenos días – Dijo Adrián.
-Hola Adrián.
-¿Qué novedades hay? – Preguntó Adrián.
-Lee la confesión de Alfredo te va sorprender.
-Adrián tomó la carpeta, la abrió empezó a leerla detenidamente y cuando
terminó se quedó sorprendido como un jarro de agua fría y dijo:
-¡Increíble! Nunca había leído nada igual.
-Lo mismo le dije yo – Dijo Miguel.
-¿Sabes de lo que quiere hablar Alfredo conmigo?
-A mí me dijo que quería pedirte perdón pero yo creo que te dirá muchas cosas
– Respondió Miguel.
-Pues voy a ver que se trae ahora entre manos.

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-No creo que se traiga nada entre manos, hace un momento los vigilantes me
dijeron que lo han visto llorando, yo creo que está arrepentido – Dijo Miguel.
-Lástima que su arrepentimiento llegó tarde, nos ha hecho mucho daño.
-Pero, tú eres bueno y generoso, sabes perdonar a los demás – Dijo Miguel.
-Ese ha sido mi problema que entrego mi confianza y la amistad y luego me
dan la puñalada por la espalda ¿De qué sirve ser tan bueno?
-¿Y qué sirve ser una mala persona? – Dijo Miguel.
-Bueno voy a ver que quiere el profesor de música.
Miguel acompañó a Adrián a la celda de Alfredo y cuando llegó le dijo:
-Hola Alfredo, Miguel dijo que querías verme.
-Hola Adrián, si es cierto quiero hablar contigo – Dijo Alfredo.
-Aquí estoy dime ¿Qué quieres?
-En primer lugar quiero pedirte perdón a ti y a tus amigos, sé que no he sido
buen profesor, ni una buena persona y por eso ahora estoy pagando las
consecuencias, sé que tú también me debes de odiar, pero te aseguro que si te
pido perdón lo digo en el fondo de mi corazón – Dijo Alfredo.
-Yo no te odio Alfredo, pero tampoco me has caído bien, des de el inicio de
curso te ensañabas con nosotros y sin ninguna explicación, fuiste muy cruel.
-Entiendo que estés molesto, pero tengo derecho a reparar mi daño y eso
quiero hacer, solo te pido perdón por todo el daño que te he causado a ti y por
haberme alegrado de las cosas malas que te han pasado, he entendido que los
buenos siempre triunfan – Dijo Alfredo.
-Aunque yo pienso que tu arrepentimiento llega tarde y para que estés tranquilo
te perdono, como te he dicho antes no te odio, porque no soy yo quien debo de
odiarte, sí de verdad dices estar arrepentido Dios te ayudará, porque Dios
ayuda a la gente buena y quien se quiere a unos a otros.
-Gracias Adrián, necesito que me hagas un favor, quiero que entregues esta
carta a mi hija Ana, allí descubrirá lo que pasó realmente cuando la llegué a
abandonar – Dijo Alfredo dándole la carta a Adrián.
Adrián cogió la carta y se regresó de nuevo al despacho de Miguel de Rivera
cuando llegó dijo:
-Miguel, ya me voy.
-¿Ya has hablado con Alfredo? – Preguntó Miguel.
-Sí, acabo de hablar con él.

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-Y ¿Qué te ha dicho? – Preguntó Miguel.
-Me ha pedido perdón por todo el daño que ha hecho, me ha dicho que él ha
sido consciente de que no ha sido un buen profesor ni una buena persona pero
quiere reparar el daño causado.
-Ya te lo dije yo que su arrepentimiento es sincero ¿Te ha dicho algo más? –
Preguntó Miguel.
-Sí, me ha pedido que le entregue esta carta a Ana.
-Estoy segura que Ana se va a sorprender de lo que contiene esa carta, seguro
que sabrá su origen y porque le abandonaron – Dijo Miguel.
-Yo también lo creo, pero también pienso que será muy doloroso para ella
cuando la lea.
-Bueno voy a llamar un abogado defensor para Alfredo ya que no tiene el
dinero suficiente para pagar uno – Dijo Miguel.
-Me parece bien, nos vemos Miguel.
-Hasta luego Adrián – Dijo Miguel.
-Cualquier novedad que tengas sobre mi primo Carlos llámame, estaré
disponible todo el día.
Adrián se marchó, Miguel descolgó el teléfono y la secretaria del otro hilo dijo:
-Buenos días, oficinas de abogados defensores ¿Qué desea?
-Soy el policía Miguel de Rivera y necesito un abogado defensor para un preso
ya que no tiene recurso.
-¿El preso es de aquí de Francia? – Preguntó la secretaria.
-Sí, efectivamente está nacionalizado como francés.
-Por favor esperase un momento – Dijo la secretaria.
La secretaria pusó música al teléfono para que sepa que esté en línea de
espera, se fue a la primera oficina y se encontró con la abogada llamada
Almudena y dijo:
-Buenos días licenciada Almudena ¿Puedo pasar?
-Buenos días Elvira, por supuesto que puedes pasar.
-Gracias licenciada Almudena – Dijo Elvira la secretaria.
-¿Qué deseas?
-Tengo una llamada por teléfono a la espera y el quien llama es el policía
Miguel de Rivera y busca un abogado defensor para un preso de nuestro país –
Respondió Elvira.

156
-Está bien, pásamelo por la línea 6 yo me hago cargo del asunto.
-Enseguida te lo paso – Dijo Elvira.
Elvira regreso a su puesto de trabajo, volvió a coger el teléfono y dijo:
-Sr de Rivera ¿Sigue usted allí?
-Sí, dime.
-Te paso con la abogada de oficio Almudena tiene una trayectoria destacable –
Dijo Elvira la secretaria.
Elvira pasó la llamada telefónica por la línea 6, Almudena lo descolgó y
preguntó:
-¿Estoy hablando con el policía Miguel de Rivera?
-Sí, soy yo.
-Soy la licenciada Almudena ¿En qué puedo ayudarte?
-Verás licenciada necesito un abogado defensor para un preso – Dijo Miguel.
-Sí, yo me encargaré del asunto, pero comprenderás Sr Rivera tengo que
hacerle unas preguntas para saber de qué asunto se trata.
-Sí, entiendo, pregúntame lo que desees – Dijo Miguel.
-¿Cómo se llama el nombre del preso?
-Se llama Alfredo – Respondió Miguel.
-¿Qué profesión tiene?
-Es profesor de música en el Instituto del Campo – Respondió Miguel.
-¿Qué delitos ha cometido?
-El profesor de música Alfredo se le imputa de delito de robo, cómplice e
intento de asesinato – Respondió Miguel.
-Necesito que me pases la declaración del profesor de música por correo
electrónico.
-Está bien, enseguida se lo enviará mi ayudante Luís, por cierto ¿Cuándo
pasarás por la comisaría? – Preguntó Miguel.
-Dentro de media hora.
Ambos colgaron y Miguel llamó a su ayudante Luís y éste dijo:
-¿Qué quieres?
-Necesito que escanees la declaración de Alfredo y se lo envías por archivo
adjunto a este correo electrónico a la licenciada Almudena.
-Enseguida lo hago jefe – Dijo Luís.

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Luís cogió la declaración de Alfredo, abrió la tapa del escáner y la cerró, lo
escaneó, lo guardo en una carpeta y se lo envió a la licenciada Almudena.
Almudena lo recibió de inmediato y al leer la declaración se quedo conmovida,
ella sabía que Alfredo era a la persona que le había hecho daño en el pasado y
por eso aprovechó la oportunidad para defenderlo y pedirle perdón, cogió su
bolso y se fue directamente hacía la comisaría.
Ya era la media hora y Almudena fue puntual como la aguja de un reloj, entró y
dijo:
-Buenos días, tengo cita con el policía Miguel de Rivera.
-¿Quién la solicita? – Dijo el secretario Luís.
-Soy la abogada defensora de Alfredo el profesor de música.
-Aquí está el policía Miguel de Rivera – Dijo Luís.
-Buenos días Sr de Rivera – Dijo Almudena.
-Buenos días licenciada – Dijo Miguel.
Miguel acompañó a Almudena a la celda de Alfredo y cuando llegaron Miguel
dijo:
-Hola Alfredo, ella es Almudena y será tu abogada defensora.
Alfredo se le quedo mirando y la reconoció seguía siendo tan guapa como de
joven, cuando Miguel se largo de nuevo a su oficina, Alfredo le recriminó:
-¡Qué haces aquí!
-Vengo a defenderte.
-¡Todo lo que me ha pasado es por tú culpa! ¡Por tus mentiras! – Dijo Alfredo.
-Entiendo que estés resentido conmigo pero vengo a rectificar mi error y pedirte
perdón, yo también he aprendido la lección y aunque no te lo creas te sigo
queriendo como el primer día.
-¡No te creo! ¡Eres una víbora que no tiene sentimientos! – Dijo Alfredo - ¡Estás
perdiendo el tiempo aquí para defenderme!
-No digas eso Alfredo, yo sé que te mentí pero también tienes que comprender
que era una niña.
-¡No me vengas con eso, tú estando casada, te entregaste a mí y si no fuera
por tu padre yo jamás me hubiera enterado de que mujer eres realmente!
¡Hasta que abandonaste a tú propia hija a pocos días de dar luz! ¿Qué clase
de madre es esa? – Dijo Alfredo.

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-Tienes razón, yo también fui mala persona pero he pagado las consecuencias,
mi marido falleció por enfermedad ya que fumaba mucho, no sabes las
angustias que he pasado por no haberme encargado de mi hija y también
quiero pedirle perdón.
-¡Olvídate! Ella no te va a perdonar nunca al igual que a mí – Dijo Alfredo.
-¿La conoces?
-Sí, si la conozco y ella muy pronto sabrá la verdad – Respondió Alfredo.
-¿A qué te refieres?
-A que esta tarde va a recibir una carta mía y allí le he explicado cómo
sucedieron las cosas y no creo que le gustará – Dijo Alfredo.
-¿Por qué lo has hecho?
-Porque tiene todo el derecho que para eso es mi hija, yo la abandoné porque
creía que era una mentira más en tu larga lista – Dijo Alfredo.
Adrián se fue al apartamento de Alberto porque se imaginaba que Ana estaría
con él, llamó al timbre de la puerta y Eduardo le abrió y dijo:
-Hola Adrián, pasa por favor.
-¿Está Ana? – Preguntó Adrián.
-Sí, Adrián ven estoy en el comedor – Dijo Ana levantando la voz para que
Adrián la oyera.
-Hola Alberto – Dijo Adrián.
-Hola Adrián – Dijo Alberto.
-¿Quieres alguna cosa para tomar? – Se ofreció Eduardo.
-No gracias, estoy bien – Respondió Adrián.
-¿Para qué me buscabas? – Preguntó Ana intrigada.
-Tengo que contarte una cosa relacionada sobre tu padre – Respondió Adrián.
-¿Sí quieres me voy? – Preguntó Alberto.
-No, no te vayas, es importante que tú también lo escuches – Dijo Adrián.
-Bien, entonces me quedo – Dijo Alberto.
-Cuéntame ¿Qué te ha dicho mi padre? – Preguntó Ana.
-Bueno Ana, tú no lo sabes aún, cuando tú te has ido a llorar fuera de clase,
Alfredo cogió sus cosas y se fue directamente a la comisaría a entregarse y por
lo visto, cuando finalizó la declaración, me pidió dos favores a Miguel de
Rivera, el primero pidió llamarme a mí – Explicó Adrián.
-¿Para qué te pidió llamar? – Preguntó Alberto.

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-Me mandó a llamar para pedir perdón a todos nosotros – Respondió Adrián.
-Tiene una cara que se la chafa – Dijo Alberto.
-¡Alberto! Te recuerdo que tú eres el yerno – Dijo Ana enfadándose con su
novio.
-Bueno... no os enfadéis – Dijo Eduardo.
-¿Y cuál era el segundo favor que te pidió? – Preguntó Ana.
-El segundo favor que pidió era que te entregará está carta, me dijo que es
importante que la leas porque allí explica cómo sucedieron las cosas hasta el
extremo de abandonarte – Dijo Adrián entregándole la carta a Ana.
-Gracias, la leeré en otro momento – Dijo Ana.
-¿Lo piensas perdonar? – Pregunto Alberto.
-No sé, todo esto me ha sorprendido mucho, necesito tiempo para asimilarlo,
no tengo idea de que hacer – Respondió Ana abrumada.
-La verdad que no es fácil todo lo que has sufrido, pero tienes que hacer caso
al corazón si puedes o no perdonar, pero piensa que tú también abandonaste a
tu hija y tú querrás que te perdone como tu padre Alfredo – Dijo Eduardo.
-Lo de mi hija es diferente – Dijo Ana.
-Pueden ser situaciones diferentes pero el hecho es el mismo, la
abandonasteis igual – Dijo Eduardo.
-Eduardo tiene razón – Dijo Adrián.
-Hijo, estás muy callado – Dijo Eduardo.
-Estoy escuchando vuestras opiniones – Dijo Alberto.
-¿Vas a leer la carta? – Preguntó Adrián.
-Ya he dicho que no sé lo que voy hacer, nunca me hubiera imaginado estar en
esta situación – Respondió Ana.
-Piensa como te sentirías si tu hija te rechazará y no te perdonase jamás, no
quiero agobiarte con el mismo tema pero tú también has cometido el mismo
fallo y si tú quieres que tu propia hija te perdone pienso que deberías hacer lo
mismo con tu padre – Dijo Eduardo.
-Gracias Eduardo, tendré en cuenta tus consejos que siempre me han ayudado
mucho – Dijo Ana.
-Por cierto Adrián ¿Hay novedades del caso de tú primo Carlos? – Preguntó
Alberto.

160
-Lamentablemente no se sabe nada, estamos como el principio no hay ni
siquiera ni una pista que nos diga porque lo hicieron y ya ha pasado mucho
tiempo y cada vez es más complicado llegar a la verdad – Respondió Adrián.
-Adrián, pienso que tienes que ser más paciente, la justicia es lenta pero llega,
tarde o temprano se sabrá la verdad – Dijo Eduardo.
-La verdad que esa noche fue bien extraña, estábamos en la discoteca y de
repente Carlos desapareció misteriosamente – Dijo Ana.
-Ahora que me acuerdo las únicas pistas que tenemos son que al cabo de días
Fabrice oyó unos disparos por esa zona y luego que tú hermano Alfonso los vio
entrando en un chat – Dijo Adrián.
-Sí me permites una sugerencia, tendrías que ir de nuevo a la zona esa a
dónde Fabrice oyó los disparos y de paso aprovechar y pasar por la discoteca
esa os puede servir de ayuda y empezar a encontrar pistas que den el
verdadero culpable – Dijo Eduardo.
-Tienes razón, se lo comunicaré a Miguel, la verdad que muchas gracias – Dijo
Adrián.
-No tienes que agradecer nada, yo te ofrezco mi ayuda para siempre – Dijo
Eduardo.
-Bien, pues ya me marcho a mi apartamento, voy a comer y llamaré a buscar a
Miguel para comentarlo – Dijo Adrián.
-¿Y por qué no te quedas a comer? – Preguntó Eduardo.
-La verdad me gustaría pero ya tengo la comida hecha, pero prometo que otro
día la aceptaré – Dijo Adrián.
Adrián se fue del apartamento de Eduardo y se fue al suyo que estaba cerca,
mientras calentaba la comida en el microondas, cogió su móvil y llamó a
Miguel, empezó a sonar y enseguida dijeron “este móvil no está disponible o
fuera de servicio por favor deje su mensaje después de oír la señal… pip”.
Cuando se apagó el microondas, Adrián lo abrió y cogió su plato lo dejó encima
de la mesa y en eso llamaron al timbre de la puerta, se fue a abrir y dijo:
-Hola mi amor.
-Perdóname amor, se me olvidaron las llaves – Dijo Sara.
-No te preocupes, está es también tu casa.
-¿Te sucede alguna cosa? – Preguntó Sara.
-Alfredo ha confesado y está detenido en la cárcel.

161
-Deberías de estar contento, se ha hecho parte de justicia – Dijo Sara.
-Pidió hablar conmigo.
-¿Y qué quería? – Preguntó Sara.
-Pedirnos perdón por todo el daño que nos ha causado y de paso le he
entregado a Ana una carta de su padre.
-Pobre Ana, debe estar pasando por un momento muy difícil – Dijo Sara.
-Sí, es una chica que la propia vida se le ensaña.
-La vida es injusta, tú también lo has pasado mal ¿Sabes si Alfredo sabe
alguna cosa de tu primo Carlos? – Preguntó Sara.
-No sé, pero no creo, de todas formas le preguntaré.
Mientras en la cárcel, Julián se dirigió a la comisaría, preguntó por la celda de
Alfredo y le acompañaron, en esa ocasión Miguel de Rivera ni Adrián estaban.
-Hola Alfredo ¿Cómo estás? – Preguntó Julián.
-Buenas Julián ¿Cómo crees que debo de encontrarme aquí cerrado?
-De todas formas tú te lo buscaste, fuiste muy injusto y desobedeciste mis
órdenes, te dije muy claramente que anularas el examen sorpresa – Dijo Julián.
-Perdóname Julián debí hacerte caso, estoy muy arrepentido de todo lo que he
hecho, sólo he hecho que el instituto se vea involucrado en un escándalo más.
-Ya me enteré a través de una revista que fuiste tú quien robaste en el
laboratorio de biología ¿Por qué lo hiciste? – Preguntó Julián.
-No tengo ninguna justificación, pero has venido por otra cosa ¿Verdad?
-Sí, vengo a decirte que estás despedido el día que salgas libre de la cárcel
podrás recoger el finiquito – Dijo Julián.
-Entiendo perfectamente que me despidas, simplemente estás haciendo tú
trabajo, pero no creo que salga de aquí nunca, estoy encerrado por muchos
años y si por casualidades de la vida saliera de aquí seré un viejo que estará a
punto de morirme, sólo puedo pedir perdón y quiero que el dinero de mi
finiquito se lo ingreses a mi hija Ana.
Miguel que acababa de llegar a su casa vio la llamada de Adrián y le llamó,
éste cuando lo cogió dijo:
-¿Sí?
-Hola Adrián, soy Miguel, he visto que me has llamado ¿Qué querías?
-Hola Miguel, quiero hablar contigo de mi primo Carlos ¿Puedes venir a mi
casa? – Preguntó Adrián.

162
-En media hora estoy en tu casa, me doy una ducha y voy.
-Está bien – Dijo Adrián.
-Mi amor ¿Quién era? – Preguntó Sara.
-Era el policía Miguel de Rivera.
-¿Y qué quería? – Volvió a preguntar Sara.
-Yo antes le he llamado pero me ha salido el buzón de voz y ahora me ha
llamado él a mí.
-¿Se trata de tu primo? – Preguntó Sara.
-Así es.
Pasada media hora, Miguel se encontraba tocando el timbre, Sara abrió la
puerta y dijo:
-Buenas tardes Miguel.
-Buenas tardes Sara – Dijo Miguel.
-Cada vez me sorprendes más por lo puntual que eres – Dijo Adrián.
-Por favor pasa ¿Quieres tomar alguna cosa? – Se ofreció Sara.
-Quiero una taza de café – Dijo Miguel.
-¿Y tú mi amor? – Preguntó Sara cariñosamente.
-Yo lo mismo – Respondió Adrián – Pasemos al comedor que estaremos más
cómodos.
-Entonces hago café para tres – Dijo Sara.
-Adrián perdona que no te haya cogido antes el móvil, pero es que estaba en
una operación policial – Dijo Miguel.
-Ah, no te preocupes ¿Qué ha pasado? – Preguntó Adrián.
-Pues que hemos encontrado gente que vendían drogas y están todos
detenidos – Respondió Miguel.
-Aquí estoy con los cafés, uno para el policía Miguel, el otro para mi amor y el
último para mí – Dijo Sara repartiéndolo encima de la mesa.
-Cambiando de tema ¿De qué me querías hablar? – Preguntó Miguel.
-Quiero hablarte de mi primo Carlos – Respondió Adrián – Pienso que no
estamos haciendo las cosas bien, no es posible que aún no tengamos ninguna
pista clara sobre este caso.
-Adrián tiene razón – Dijo Sara.
-Cuando he ido a entregar la carta a Ana, Eduardo el padre de los gemelos me
dio la sugerencia de que empecemos a investigar por la discoteca que a donde

163
se perdió misteriosamente y luego volver a revisar la zona a donde Fabrice oyó
los disparos y vio a lo lejos un gran humo de fuego – Dijo Adrián.
-Permíteme mi amor, yo creo que sería conveniente que volváis hablar con el
forense, a lo mejor el informe completo te dan más pistas – Dijo Sara.
-Tenéis razón – Dijo Miguel – No podemos seguir así, estamos como al
principio y hay que hacer justicia ya.
-¿A dónde vamos primero? – Preguntó Adrián.
-Primero vamos a la comisaría y revisamos el informe que tenemos, luego
iremos a la Morgue a pedir el informe al forense y allí comprobamos pistas,
más tarde iremos a esa discoteca a donde dices que se perdió y luego
llamaremos a Fabrice para que nos acompañe el lugar del crimen – Dijo
Miguel.
-¡Cuánta faena! – Dijo Sara.
-La vida de un policía es muy complicada, hay que tener los ojos bien abiertos,
últimamente se está poniendo muy a la moda los narcotraficantes – Dijo
Miguel.
-Perdón por mi ignorancia pero ¿Qué son narcotraficantes? – Preguntó Sara.
-Narcotraficantes son aquellas personas que distribuyen drogas
-¿Qué tipo de drogas? – Preguntó Sara.
-Pues por ejemplo están vendiendo muchas drogas de cocaína – Respondió
Miguel.
-Pues a que esperamos a ponernos a trabajar – Dijo Adrián.
-Mi amor ¿Ves con cuidado? – Dijo Sara.
-No te preocupes, acuérdate que lo hago por mi primo – Dijo Adrián – Llegaré
tarde a dormir y por favor cuando te vayas a dormir cierra la puerta con llave y
luego quitarla que no podré yo entrar en casa.
Los dos se despidieron dándose un beso en la boca y Sara cerró la puerta,
asintiendo con la cabeza para estar conforme con lo que su amor Adrián decía.
Mientras curiosamente en la zona del crimen a donde secuestraron, torturaron
y mataron a Carlos, por allí pasaba Alfonso el hermano gemelo que era el líder
de los narcotraficantes, siempre era un chico bastante raro parecía buena
persona y arrepentido pero nunca cambió como su hermano Alberto. Llevaba
tiempo metido en estos asuntos terbios, precisamente un día que pasaba Silvia
la hermana de Susana lo descubrió y dijo:

164
-¡Vaya, vaya! ¿No sabes que lo que estás haciendo es ilegal?
-Mira quien fue hablar, precisamente tú no me puedes decir nada de ilegal.
-Ahora mismo voy hablar con tu hermano – Dijo Silvia.
Silvia intentaba irse pero Alfonso le interceptó el brazo y dijo:
-No te atreverás, porque si tú dices una cosa en contra mía yo pongo la
denuncia que vosotros organizasteis el secuestro de Carlos.
-¿Y tú cómo sabes eso?
-En verdad eres una tonta, tendrías que ser más cuidadosa con lo que dices,
tuviste una conversación muy interesante con Manuel mientras hacíamos
educación física ¿Te acuerdas? – Dijo Alfonso.
-¿Y qué más sabes?
-Ahora que me lo preguntas, tengo una caja llena de papeles de todas las
conversaciones del chat cada vez que quedabas con Manuel, Alfredo y Susana
para organizar el plan de las avispas – Respondió Alfonso.
-Pero no te enfades, simplemente estaba bromeando.
-No si yo no me enfado, simplemente dejo las cosas muy claras, tú podrás
engañar a quien quieras, pero a mí no – Dijo Alfonso.
-¿Y qué quieres?
-Quiero que cortes con Manuel y quiero que seas mía, porque si no lo eres
tengo suficiente con hacer una llamada a la policía para que vengan a buscarte
– Chantajeó Alfonso.
-¿Pero cómo le voy a cortar?
-Eso no es mi problema, tú eres la experta en trazar planes para herir a los
demás, solo te digo que te acuerdes de que te tengo en mis manos y si tú me
hundes yo te hundo a ti y créeme que tú pasarías muchos más años en la
cárcel que yo por narcotraficante – Respondió Alfonso.

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SEGUNDA PARTE:

Cuando llegaron al cuartel de la policía, Miguel abrió la puerta con llave y dijo:
-Ponte cómodo Adrián.
-Gracias.
-¿Quieres beber un refresco? – Preguntó Miguel.
-Sí, quiero una coca – cola.
-En la nevera la tienes – Dijo Miguel – Voy a buscar la carpeta roja de plástico
a donde tengo todo sobre el caso de tu primo.
-Me parece bien, creo que ya va siendo hora de que se vaya descubriendo la
verdad.
-¡Qué raro! Adrián – Dijo Miguel.
-¿Qué pasa?
-El informe que tenía sobre el caso de tu primo Carlos en esta carpeta ya no
están – Respondió Miguel.
-¿Cómo es posible que suceda este tipo de cosas?
-Es lo que me pregunto yo, siempre he sido muy responsable, siempre he
sabido a donde dejo las cosas y ahora de repente desaparecen por arte de
magia – Dijo Miguel.
-Eso no lo dudo, eres un policía ejemplar que da todo el ejemplo a los
ciudadanos de este país cuando la gran mayoría son policías corruptos, tú en
cambio respetas y obedeces las normas.
-Gracias Adrián – Dijo Miguel – Estoy sacando conclusiones de lo que ha
podido pasar con el informe nuestro de Carlos.
-Sí, es un misterio, pero no se lo habrá llevado tu ayudante Luís para
archivarlo, ahora que hago memoria cuando vinisteis por primera vez, lo había
apuntado en una libreta.
-Tienes razón, vamos a su despacho y veremos si lo tiene por allí – Dijo Miguel
– Yo lo busco por el ordenador y tú Adrián mira el cajón de los archivadores.
-Bien pues empecemos de una vez a trabajar.
Miguel encendió el ordenador de Luís pero se encontró con la sorpresita de la
contraseña y dijo:
-¡Vaya hombre!
-¿Qué te sucede ahora?

166
-Mi ayudante es muy listo se ha puesto una contraseña antes de que el
Windows inicie sesión – Respondió Miguel – Y ahora no sé qué hacer
-Migues hay que tener recursos ¿No se supone que los policías tienen
registrado todos los nombres con las contraseñas en el departamento de
administración?
-Tienes razón voy a llamar la línea 5 que es de administración – Dijo Miguel -
¿Tú encuentras alguna cosa?
-No aún no, pero de lo que puedo presumir es de la paciencia que tengo yo con
las cosas.
-No me cogen el teléfono – Dijo Miguel
-Esa gente nunca lo suele coger.
-Entonces, tendré que ir en persona – Dijo Miguel.
-Pues ve y tranquilo aquí me queda mucho con los archivadores.
-Hasta luego – Dijo Miguel.
Miguel se fue hacía la administración de la comisaria y cuando llegó a
recepción dijo:
-Buenas noches señorita.
-¿Qué deseas?
-Necesito que me hagas un favor a ver si me puedes ayudar – Respondió
Miguel.
-Dime.
-Mira, necesito la contraseña de mi ayudante Luís porque no encuentro un
informe que tenía, si usted pudiera decirme la contraseña se lo agradecería
mucho – Dijo Miguel.
-Un momento por favor sr Miguel de Rivera.
-Está bien no se preocupe tomase el tiempo que crea conveniente – Dijo
Miguel.
-¿Me puedes decir el nombre de tu acompañante?
-Sí se llama Luís y es mi ayudante en el caso de Carlos – Respondió Miguel.
-¿El chico joven que secuestraron el Instituto del Campo?
-Sí, así es – Respondió Miguel.
-Mira aquí tiene la contraseña de su ayudante.
-Muchas gracias señorita – Dijo Miguel.
Miguel se regresó a su despacho de la comisaría y preguntó:

167
-¿Cómo va Adrián?
-No he encontrado nada.
-No entiendo que ha podido pasar para que despareciera por arte de magia y
eso que los folios no tienen patas para irse solo – Dijo Miguel.
-Porque no descansamos y vamos a comer una pizza a la pizzería que está
enfrente.
-Me parece muy buena idea, dicen que comer alimenta el cerebro – Dijo
Miguel.
-Y el cuerpo, comer es necesario para la salud, hay que recargar nuestras
ideas.
Miguel y Adrián se fueron en la pizzería que estaba enfrente de la comisaria y
pidieron varias pizzas 4 quesos, Hawaiana, Carbonara y la Mediterránea de
tamaño pequeño, de bebida se cogieron una cerveza Fischer. Estuvieron
hablando de muchas cosas, el asunto de su primo Carlos, del misterioso
informe que se había desparecido misteriosamente, también hablaron del
amor, de los estudios.
-Por cierto ¿Qué hora es? – Dijo Miguel.
-Van a ser la una de la madrugada.
-Creo que ya es tarde para llamar a la Morgue – Dijo Miguel.
-Sí, así es.
-Mañana por la mañana cuando te despiertes te vienes a la comisaría,
intentaremos entrar en el ordenador de mi ayudante Luís, iremos a la Morgue
para hablar con el forense de Carlos y así que nos dejen el informe o que nos
haga fotocopias – Dijo Miguel.
-Me parece bien, lo único que me importa es que se haga justicia.
Miguel acompañó a Adrián a su apartamento y éste dijo:
-Muchas gracias.
-De nada – Dijo Miguel.
Adrián abrió la puerta y vio que Sara estaba acostada en el sofá viendo la
televisión y preguntó:
-¿Qué haces despierta?
-No podía dormir ¿Siempre vienes tan tarde? – Preguntó Sara acercándose
para besarle.
-¿Qué pasa?

168
-Hueles alcohol – Respondió Sara.
-Sí, es cierto, hemos ido a cenar una pizza y hemos vivido un par de cervezas.
-Esta tarde se han pasado llamando al teléfono y al descolgar han colgado –
Dijo Sara.
-¿Por eso no podías dormir?
-En parte sí, se la pasan llamando cada cinco minutos y su número sale
desconocido o número privado ¿Ya me dirás como me duermo? – Respondió
Sara.
-Es mejor irnos a dormir, mañana tenemos clase – Dijo Sara.
-Tú tendrás clase, yo mañana por la mañana he quedado con Miguel hacer
justicia por lo de mi primo.
-Eso es lo que más me molesta de ti, siempre estás pendiente de tu primo y no
te das cuenta de que estás descuidando los estudios, has pasado de ser un
empollón a un vago – Dijo Sara enfadada.
-Piensa que a mí primo Carlos lo secuestraron, lo torturaron y lo mataron.
-Siempre estás con tu primo, estás obsesionado con el mismo tema – Dijo
Sara.
-Marcho – Dijo Adrián abriendo de nuevo la puerta de la calle.
-¿A dónde vas?
Adrián no le respondió, solo se oyó el ruido de un portazo y Sara dijo gritando:
-¡Mecachís!
Adrián se fue al bar de la esquina a seguir bebiendo cervezas hasta el punto de
emborracharse, él había crecido en un ambiente a dónde no tenía normas,
vivía con su tío y su primo Carlos que para él era más que un primo como un
hermano pequeño, tras la muerte de su primo, Adrián cambió mucho su actitud,
ya no era esa persona tan generosa que ayudó a Ana en el aeropuerto de
Francia, también aparcó los estudios y estaba obsesionado con el asesino de
su primo y no le importaba nada más. El bar cerró y se llevó la lata de cerveza
que había pagado y se fue dirección a la playa, se sentó en la arena y vio
amanecer, en toda la noche no volvió a su apartamento porque él odiaba que
le estuvieran criticando, vigilando. Se fue a la comisaría y Miguel preguntó:
-¿Qué te pasa?
-No sabes decir otra cosa que no sea preguntar ¿Qué pasa?- Respondió
Adrián ebrio.

169
-No debe ser bueno para que vengas ebrio.
-Ya ves, he discutido con Sara, últimamente está insoportable, me vigila y me
critica –Dijo Adrián.
-¿Por qué no vas a tú casa a descansar?
-Es que no quiero ir allá – Respondió Adrián.
-Bueno, toma mis llaves y vete a mi apartamento, mi casa es tú casa.
-Gracias, te lo agradezco – Dijo Adrián.
Adrián tomó las llaves y se dirigió al apartamento de Miguel, vio que era una
casa moderna, de lujo, sabía que siendo policía tendría que tener mucho
dinero, a Adrián nunca le importó el dinero, pero al refugiarse bebiendo bebidas
alcohólicas empezó tener avaricia y empezaba a tener envidia de la gente que
tenía alrededor.
La casa de Miguel era muy grande, paredes blancas finas con un comedor con
mesas de maderas muy buena a donde encima tenía un florero de hermosas
flores variadas y bien cuidadas, era un sofá de color azul muy grande y muy
cómodo, tenía un sofá que te daba masajes, había un pasillo con un arco
romano de color dorado y a la izquierda estaba la cocina, tenía la nevera
blanca, era pequeña, arriba estaba el congelador, la mesa de la cocina era de
cristal con unas sillas negras con cojines rosas de flores y los bordes blanco, el
fuego era vito-cerámica, el suelo de la cocina era negro con puntos blancos al
igual que el mármol y el resto de casa era muy parecida al comedor teniendo 3
habitaciones, la que estaba cerca del comedor estaba la habitación a donde
dormía él o la que se diría la habitación de matrimonio, en el pasillo se
encontraba la habitación de doble camas, al lado estaba otra habitación que
era un sofá – cama y enfrente estaba el baño era curioso porque era un baño
árabe, tenía una ducha y al lado una bañera de color rosa al igual que el váter y
el bidet.
Adrián se dirigió a la cocina y vio que tenía muchas cervezas, empezó a beber
una tras otra sin dormir, ni descansar ni nada.
Miguel se fue a la Morgue y habló con el forense de Carlos, le dieron el informe
y se dirigió hacia el apartamento de Adrián, llamó a la puerta y Sara abrió y
dijo:
-Hola Miguel.
-Ya sé que tienes clase, pero me gustaría hablar contigo sobre Adrián.

170
-Pasa, ponte cómodo ¿Quieres tomar algún refresco? – Preguntó Sara.
-No, estoy bien gracias.
-Dime ¿Qué pasa con Adrián? – Preguntó Sara.
-Está mañana se ha presentado en mi despacho de la comisaria ebrio y con
ojeras – Explicó Miguel.
-Tuvimos una discusión fuerte porque no quiero que él deje los estudios y a mí
me tiene abandonada y le dije que estaba muy obsesionado con su primo
Carlos y nos enfadamos – Respondió Sara con cara de asco y con ganas de
vomitar.
-¿Te encuentras bien?
-Sí, permíteme un momento por favor.
Sara se dirigió al baño y empezó a vomitar hasta el punto de alterar de Miguel y
cuando preguntó:
-¿Estás bien?
-Sí, no es nada – Respondió Sara.
-¿Cuánto hace que tiene esas nauseas?
-Hace quince días – Respondió Sara.
-¿La regla te ha venido?
-No, ¿Por qué? – Preguntó Sara.
-Porque estás nauseas significa que estas embarazada.
-No había caído en eso – Dijo Sara.
-Adrián me ha dicho que tú últimamente estás insoportable que lo vigilas y lo
críticas.
-Bien, pues en vez de irme a clase voy a ir al médico. – Dijo Sara.
-¿Quieres que te acompañé?
-Pues te lo agradecería porque me pilla lejos el Hospital Principal y a veces me
siento mareada, te pido por favor que aún no le digas nada de esto Adrián –
Dijo Sara.
-¿Por qué no quiere que lo sepas?
-Porque no estoy segura de que si estoy embarazada no sé si el niño que
espero es de él – Respondió Sara.
-¡Qué! ¿Has sido infiel al chico que te gustaba?
-Sí, he sido infiel a él, pero no me arrepiento porque yo ya me cansé de esperar
– Respondió Sara.

171
-Entonces ¿Tienes un amante?
-Sí, bueno no, las cosas con Adrián no va bien, él está obsesionado con
encontrar el asesino de su primo y por eso ha hecho que pierda el interés por él
– Respondió Sara.
-¿Y por qué no terminas con Adrián y te vas con tú amante?
-Porque me he enamorado de un hombre casado – Respondió Sara.
-Pero bueno ¿Cómo te ha podido pasar esto? Estás cosas se ven mal aquí.
-Ya, pero el rechazo de Adrián me hizo que me fuera por ese camino – Dijo
Sara - ¿Nos vamos al hospital?
-Sí, claro.
Sara se fue al hospital, le hicieron un análisis de sangre y en unas dos horas le
dijeron “enhorabuena estás embarazada”.
-Sara te puedo hacer dos preguntas más sobre tu amante.
-Sí, Miguel que quieres saber – Respondió Sara.
-¿Cómo se llama y de dónde es?
-Se llama Víctor y es de Nueva York por lo que tengo entendido es el director
de un hotel – Respondió Sara.
-¿Y cómo os conocisteis?
-¿No eran solo dos preguntas? – Preguntó irónicamente Sara.
-Tengo curiosidad.
-Si te soy sincera, el día que lo conocí fue muy gracioso los dos estábamos en
el bar y yo me fui a por un café con leche y sin darme cuenta tropecé con la
silla y se le cayó todo encima – Dijo Sara.
Miguel sonrío y dijo:
-¡Caray! Estás cosas solamente te pasan a ti.
-El pobre lo está pasando mal cuando le tiré el café me disculpé de inmediato y
nos pusimos hablar como si nos conociéramos toda la vida, nos dimos nuestro
números de teléfono y empezamos a quedar un día y luego otro, un día me
contó que su hotel de Nueva York estaba prácticamente en la ruina y tenía
muchos problemas con su esposa, le va a pedir el divorcio y también quiere
poner tierra de por medio y se quiere venir una temporada a Francia, cuando
vino también dijo que estaba buscando empleo pero que antes de quedarse
aquí tenía que arreglar las cosas con su mujer.

172
Mientras Susana la hermana de Silvia se dirigió hacía su apartamento para
hablar con ella, descubrió que era ilegal en este país y que estaba embarazada
y cuando llegó toco el timbre y Silvia abrió la puerta.
-¡Hola hermanita! Te vengo a molestar un rato ¿Puedo?
-Sí claro pasa ¿Tienes noticias? – Preguntó Silvia.
-Noticias de última hora ¿Está Manuel y Rigoberta?
-Aquí estamos – Dijeron Manuel y Rigoberta.
-Sentaros, porque tengo noticias que daros – Dijo Susana.
-Estamos impacientes por saberlas – Dijo Rigoberta.
-Vamos por el principio tu hermana María se ha ido a vivir a otro país, luego
Adrián y Sara hay mal rollo entre ellos, a mí me parece que cuando Adrián se
enteré de que está embarazada la dejará – Dijo Susana.
-¿Quién está embarazada? – Preguntó entrando Alfonso ya que tenía una
copia de las llaves.
-¿Y tú qué haces aquí? – Preguntó Manuel.
-¿No te lo ha dicho Silvia? –Preguntó Alfonso.
-Perdona Manuel se me olvidó decirte que invité a Alfonso – Respondió Silvia.
-Susana, te he hecho una pregunta ¿Quién está embarazada? – Volvió a
repetir Alfonso.
-Sara – Respondió Susana.
-Ya me lo imaginaba, ella nunca me cayó bien cuando vino nueva – Dijo
Alfonso.
-Pero es que eso no es todo respeto a ella – Dijo Susana.
-¿Entonces? – Preguntó Rigoberta.
-Pues que a Adrián le está metiendo los cuernos con un hombre casado
y ahora está embarazada – Respondió Susana.
-¡Caray! La niña que nunca rompía un plato – Dijo Alfonso.
-¿Y mi hermana María en qué país se encuentra? – Preguntó Rigoberta.
-En Inglaterra – Respondió Susana.
-Volviendo al tema de Sara, hay que sacar provecho para seguir haciendo la
vida imposible a Adrián – Dijo Manuel.
-Meteros con quien queráis pero con mi hermano no – Dijo Alfonso.
-¿Por qué no? – Preguntó Manuel.

173
-Ya veo que Silvia no te ha contado nada ¿Verdad? – Dijo Alfonso – Porque si
os metéis con mi hermano o mi padre, tengo pruebas suficientes para
mandaros a la cárcel, sé muy bien que vosotros organizasteis el secuestro de
Carlos y sé muy bien que pagasteis a un sÍcario y también sé que la idea de
poner avisas en el alfeizar de la ventana fue idea tuya Rigoberta y Silvia quedó
avisada porque me quiso chantajear, pero no le di opción y llegamos a un
acuerdo.
-¿Qué acuerdo? – Preguntó Manuel.
-Pues que iba a ser mi novia durante los próximos cuatro años, pero no te
preocupes Manuel si la quieres la podemos compartirla, ya que Susana y ella
han hecho lo mismo contigo – Respondió Alfonso.
-¿Y por qué te chantajeó? – Preguntó Susana.
-Es un asunto entre ella y yo – Dijo firme Alfonso.
-¿Sabéis que Alfredo se ha puesto del lado de los buenos? – Dijo Susana.
-A buena hora, su castigo es estar mucho tiempo encerrado por confesar la
verdad – Dijo Rigoberta en tono burlón.
-Lo que me preocupa que hable – Dijo Silvia.
-Pues en eso ya has llegado tarde, ya ha confesado que fue cómplice de
vosotros en el siniestro plan de las avispas y también dijo que él había robado
los potes a donde las contenían – Dijo Alfonso.
-Bien ¿Qué vamos hacer? Al menos él no puede decir nada sobre Carlos
porque nunca lo supo – Dijo Susana.
-Mira por dónde, vosotros tampoco creías que lo sabía y mira que sí – Dijo
Alfonso chuleando.
-Bueno, pero tampoco hace falta que no los recuerdes cada dos por tres que ya
nos hemos enterado – Dijo Silvia.
-Se me acaba de ocurrir una idea – Dijo Alfonso.
-¿Qué idea? – Preguntó Rigoberta.
-Podíamos enviar un anónimo a Adrián diciendo que Sara le pone los cuernos,
durante un tiempo tanto con papel por el móvil de él en sms – Dijo Alfonso.
-Muy buena idea – Dijo Silvia.
-¿Y respeto a Alfredo? – Preguntó Susana.

174
-Lo de Alfredo es mucho más fácil con pagar a un preso para que lo asfixie o lo
envenene – Respondió Alfonso – Bueno cambiando de tema pero quiero
deciros que a partir de hoy yo seré el jefe vuestro y quien organice los planes.
-¿Sabéis cómo soluciona Adrián sus problemas? – Preguntó Susana.
-A ver cuéntanos – Dijo Alfonso.
-Pues ahora le ha dado por ser alcohólico y prácticamente no duerme por las
noches y se presenta ebrio a trabajar en el despacho de Miguel – Dijo Susana.
-¡Caray! Con la peña buena de Adrián – Dijo Manuel – No entiendo porque
tanto nos critican si ellos son iguales o peores que nosotros.
-Allí te equivocas nosotros somos mucho peores que ellos – Dijo Alfonso –
Bien, Silvia te encargarás de enviarle los anónimos a Adrián, Rigoberta te
encargarás de enviarles sms por el móvil, Susana sigue vigilando a tus amigos.
-¿Y yo qué? – Preguntó Manuel.
-Para ti tengo una cosa mejor que luego te lo explicaré a solas – Dijo Alfonso -
¿Chicas, estáis de acuerdo?
-Sí – Dijeron todas a la vez.
-Bien, Manuel y yo nos retiramos, tenemos que hablar de cosas hombres – Dijo
Alfonso.
Alfonso y Manuel cerraron la puerta y dijo:
-Sube en mi coche tú conduces.
-¿A dónde vamos?
-A la zona a donde mataste a Carlos – Respondió Alfonso.
-¿Para qué me llevas allá?
-No preguntes tanto y obedece – Dijo Alfonso abriendo el cajón del copiloto que
tenía una pistola para defenderse.
-¿Eso es una pistola?
-¿No lo ves? – Preguntó Alfonso irónicamente.
Cuando llegaron a la zona, Alfonso le enseñó las drogas a Manuel y éste dijo:
-¿Eres narcotráfico?
-Sí, soy el líder de los narcotráficos, yo manejo a todos mis tripulantes.
-¿Las vendes por barcos? – Preguntó Manuel.
-Sí y cada uno de ellos tienen un pistola para defenderse ¿Te apuntas?
-Claro, el quien no arriesga no gana – Dijo Manuel.

175
-Dejemos a las chicas que hagan la vida imposible a la peña de Adrián, pero
que no toquen a mi familia que de eso me encargaré yo en su debido
momento.
-Me parece bien ¿Por cierto hay chicas que estén buenísimas? – Preguntó
Manuel.
-Sí, claro, en el barco hay chicas que se dedican a este negocio y se dejan que
las coqueteas, por eso no te preocupes.
Días después Adrián regresó a su apartamento a donde convivía solo con
Sara, ya que hace tiempo todos los amigos se mudaron de casa, Ana se fue a
vivir en la casa de su novio Alberto, junto con su padre Eduardo que estaban
muy cerca de Adrián.
Patricia se fue a vivir a casa de su hermano Miguel para pasar más tiempo con
él, ya que trabajaba de policía y ella por los estudios prácticamente no se
veían.
Fabrice se mudó a los hoteles ya que su trabajo de periodismo tenía que viajar
mucho y tampoco quería abusar de la confianza de Adrián.
Santiago también se mudó de casa y se compró una muy cerca del Instituto del
Campo ya que le era mucho más práctico y cómodo porque así no le haría falta
madrugar tanto ya que le gustaba dormir.
Susana también se mudó de sitio cogió una casa de alquiler que fuera
económica y enfrente de sus vecinos de Adrián, Sara, Alberto, Ana y Alfonso.
Cuando llegó, Sara que estaba insoportable por el embarazo le gritó:
-¡Se puede saber a dónde estabas!
Adrián que estaba ebrio hacía caso omiso a las palabras de ella, sólo le
importaba saber quién era el asesino de su primo, entonces cogió su portátil y
se dirigió a la habitación de visita y luego se fue al botellero a coger una botella
de vino francés y una copa para beber, se cerró la puerta de la habitación y
empezó a investigar, puso el nombre Carlos Fernández en el google y salían
todas las noticias destacadas sobre el secuestro, empezó a mirar una por una
haber si encontraba pistas, entre las noticias ponían el nombre del forense,
también recordó que Fabrice oyó unos ruidos por la zona de los narcos y que
Alfonso tenía pistas sobre un chat a donde se reunían la peña mala y el único
que podía darle información era Alfredo.

176
Bajo las escaleras, no se despidió de Sara, la situación se volvió insostenible,
antes de que abriera la puerta de la calle encontró un papel doblado, lo recogió,
lo desdobló y ponía “Sara te está poniendo los cuernos”. Entonces, se quedó
extrañado pensativo, pero recordó que tenía que subir de nuevo a su
habitación que se había dejado el móvil, allí estaba Sara acostada en la cama
que no se encontraba bien y Adrián preguntó:
-¿Te encuentras bien?
-No.
-Ahora me tengo que ir hacer unos recados – Dijo Adrián cogiendo el móvil.
-¿A beber alcohol?
- Pues sí a seguir bebiendo y a buscar pistas sobre mí primo, ya que eso a ti te
da igual – Respondió Adrián bordemente.
Adrián se alejó de su habitación para no tener una discusión fuerte con Sara,
cogió las llaves y se fue en busca de su coche, se dirigió hacía la comisaría
para hablar con Miguel, aparcó el coche en el estacionamiento de la policía
local y entró, se fue en busca del despacho de Miguel.
-Buenas tardes – Dijo Adrián.
-Hola Adrián ¿Cómo te va?
-Igual que siempre, cada vez que regreso a mi apartamento Sara está muy
insoportable, pero he venido aquí para preguntarte si tienes el informe del
forense – Dijo Adrián.
-Sí, mira me lo acaban de enviar por email.
-¿Me puedes imprimir uno? – Preguntó Adrián.
-Por supuesto, ahora mismo te lo imprimo.
Miguel encendió el ordenador de sobre mesa y espero a que se iniciará la
sesión de Windows, una vez listo, abrió internet y se dirigió a su cuenta de
correo electrónico, una vez dentro de su cuenta, abrió el email del forense y lo
imprimió y dijo:
-Aquí tienes tu informe.
-Gracias, voy a visitar al profesor de música.
-¿Para qué? – Preguntó Miguel.
-Porque él es el único que me pude decir como se llama el chat de dónde se
reúne la peña de Manuel.
-Me parece bien – Respondió Miguel.

177
-Gracias por el informe.
-De nada, tienes derecho es tu primo – Dijo Miguel.
-Hasta luego.
-Adiós – Dijo Miguel.
Adrián se fue a la celda de Alfredo y dijo:
-Buenas tardes Alfredo.
-Buenas tardes Adrián.
-Vengo a decirte que ya entregué la carta a Ana – Dijo Adrián.
-Gracias, te debo una.
-Mira por dónde que hoy estás de suerte porque necesito un favor tuyo – Dijo
Adrián.
-¿Qué favor necesitas?
-Necesito que me digas en que chat se reúne la peña de Manuel para organizar
los planes siniestros – Respondió Adrián.
-Me imagino que será por buscar pistas sobre tú primo Carlos.
-Sí ¿Sabes alguna cosa? – Preguntó Adrián.
-No sé nada, pero si quieres te puedo ayudar a averiguar cosas, pero necesito
un papel para apuntarte a donde chatean.
Adrián cogió el informe y dijo:
-Apuntalo detrás.
-¿Es el informe de Carlos verdad?
-Sí – Respondió Adrián.
-Aquí tienes la página web a donde chatean, se reúnen cada miércoles a las
tres y media de la madrugada, si no quieres que te descubran invéntate un Nick
raro que sea difícil de identificar, no digas tú nombre verdadero, ni digas que
eres de Francia porque pueden sacar conclusiones y no respondas ninguna
pregunta que vengan de ellos.
-Muchas gracias Alfredo – Dijo Adrián
-Por mi parte investigaré por aquí discretamente, por cierto ¿Sabes si Ana leyó
la carta?
-No la leyó porque tampoco era el momento, cuando me enteré que la haya
leído te lo diré – Respondió Adrián.
-Gracias, cuando me enteré sobre alguna cosa de tu primo Carlos, te mandaré
a llamar.

178
-Nos veremos – Dijo Adrián.
-Hasta luego.
Adrián salió de la comisaría, volvió a coger el coche y se fue dirección a la casa
de Fabrice.
Fabrice abría la puerta de su casa cuando pitaban el claxon del coche y Adrián
lo hizo. Fabrice, se asomó al balcón, vio que era Adrián y dijo:
-Ahora te abro.
-Gracias.
Fabrice abrió la puerta y dijo:
-Hola Adrián pasa, estás en tu casa.
-Gracias Fabrice, quería hablar contigo de un asunto delicado.
-¿Quieres tomar algún refresco? – Se ofreció Fabrice.
-Me gustaría beber una cerveza Fischer.
-¿Des de cuándo bebes? – Preguntó intrigado Fabrice.
-Desde hace unos días, la situación con Sara es insoportable.
-De las mujeres cuando más les das más quieren – Dijo Fabrice.
-No te puedes fiar de ninguna.
-Bien ¿De qué querías hablarme? – Preguntó Fabrice.
-De mi primo Carlos.
-Entiendo ¿Dime qué quieres saber? – Volvió a preguntar Fabrice.
-Me acuerdo que tú dijiste que habías visto unas personas que lo estaban
incendiando.
-Te explico Adrián como fueron las cosas, yo estaba paseando por la zona de
la montaña, me acuerdo que vi un chalet de ruinas, oí unos disparos y luego vi
a una persona con un pasamontañas que lo incendiaba – Dijo Fabrice.
-¿Me podías llevar a esa zona?
-Sí claro, pero esa zona se ha vuelto muy peligrosa porque las están usando
los narcotráficos y cada dos por tres hay disparos, así que hay que ir bien
protegidos, mira ponte este chaleco anti-balas y llevaré una pistola para que no
nos den por sorpresa – Explicó Fabrice.
-Está bien.
-Entonces vámonos – Dijo Fabrice.
Fabrice y Adrián se fueron a la zona a donde mataron al primo de Carlos, iban
a buscar pistas sobre el secuestro, pero justamente en el mismo chalet

179
descubrieron que Alfonso estaba involucrado al mundo de las drogas y Adrián
preguntó:
-¿Has visto eso Fabrice?
-Sí, estoy muy sorprendido, no puede ser que Alfonso haya caído tan bajo en el
mundo de las drogas.
-Siempre ha sido un chico muy raro y demasiado anti-social, pero, ahora no sé
si decírselo a su hermano o callarme para no herirle sus sentimientos – Dijo
Adrián.
-¡Mira! Por allí en la costa viene un barco ¿Por qué no nos acercamos?
-Espera Fabrice, esto puede ser peligroso – Respondió Adrián.
-No te preocupes, nos esconderemos detrás de la palmera que da diagonal y
ellos no verán nada.
-Vale – Dijo Adrián.
Se dirigieron hacia esa palmera y descubrieron también que Alfonso era el jefe
de los narcotráficos, Adrián sacó su móvil para hacerle una foto para
enseñárselo a su amigo pero un inoportuno estornudo, alertaron a Alfonso y
éste preguntó
-¿Has oído eso?
-Sí, creo que hay una o dos personas espiándonos detrás de las palmeras –
Dijo el narcotraficante.
Mientras Adrián dijo:
-¡Vaya!
-¡Corre Adrián! ¡Corre Adrián! ¡Corre! – Dijo Fabrice.
Los narcotraficantes empezaron a disparar por el aire y Fabrice también se
defendía con su pistola y se tuvieron que alejar de la zona.
-¿Reconoces a los que nos estaba espiándonos? – Dijo el narcotraficante.
-No, no he podido ver nada, pero lo voy a investigar – Respondió Alfonso.
Adrián y Fabrice se tuvieron que ir a la otra punta del país, Fabrice dijo:
-Por lo visto no nos han seguido.
-Me gustaría saber para que llevas una pistola ¿Estás ocultando alguna
identidad?
-No, no estoy ocultando nada, pero te lo voy a contar pero tienes que ser muy
discreto – Dijo Fabrice.
-No te preocupes sea lo que sea seré una tumba.

180
-Verás Adrián, soy periodista – Dijo Fabrice.
-¿Qué eres periodista?
-Sí, eso acabo de decir – Respondió Fabrice.
-¿Y en qué consiste tu trabajo? Si se puede saber claro.
-El trabajo de un periodismo es un mundo muy complicado y a veces muy
difícil, por eso en algunas zonas muy peligrosas tenemos que llevar pistolas
para protección – Explicó Fabrice.
-¿Qué especialidad eres?
-Soy periodista de investigación y todo lo que veo a mi alrededor lo publicó en
el periódico de tu propio instituto – Respondió Fabrice.
-¿Pero eso es peligroso?
-No es peligroso porque no pongo ningún nombre – Volvió a responder Fabrice.
-De acuerdo ¿Esto saldrá mañana a primera hora?
-Sí, esta noche yo entró en el instituto en la clase de informática y allí escribo
las noticias que han ido pasando en el instituto, también voy entregando esos
ejemplares a los periódicos de éste país para que lo pongan de suplemento y
en la calle a cada esquina – Explicó Fabrice.
Alfonso se dirigió hacia el apartamento de Manuel, él tenía llaves porque como
era el jefe de la peña mala, entró y empezó a gritar:
-¡Manuel! ¡Manuel! ¡Manuel!
-¡Aquí estoy! – Respondió Manuel medio despierto y con unos pelos de punta
porque le habían despertado de la siesta.
-¿Se puede saber porque no me respondes? – Preguntó Alfonso.
-Perdón, es que me he quedado dormido mientras esperaba que vinieras.
-Tomate café, te necesito despejado – Dijo Alfonso dándole órdenes.
-De acuerdo, pasa a la cocina.
Se fueron a la cocina, Manuel le ofreció una cerveza a Alfonso y dijo:
-Esta cerveza Fisher es muy buena, jefe.
-Veo que te ha quedado claro que aquí el único que manda soy yo.
-Voy a prepararme el café – Dijo Manuel encendiendo el fuego de gas a
esperar que le saliera la llama y poner el cazo con agua.
Cuando hirvió el agua puso el café y lo removió, luego apagó el fuego y cogió
una taza de café pequeña y se lo puso con dos cucharadas de azúcar, lo
removió y dijo:

181
-¿Qué querías decirme?
-¿Están Silvia, Susana y Rigoberta en el apartamento?
-No, se han ido a comprar, ya sabes le he dado dinero para que se compren
alguna cosa – Respondió Manuel.
-Me parece bien, así podemos hablar más tranquilo, mira, hoy en la zona a
donde tenías a Carlos secuestrado, ha pasado una cosa que me preocupa
mucho.
-¿Qué ha pasado? – Preguntó Manuel.
-Pues la verdad estaba hablando con un narcotraficante y parece ser que eran
dos personas que nos estaban espiando detrás de la palmera y uno de ellos ha
estornudado y hemos empezamos a disparar.
-Me parece bien ¿Reconocisteis quien eran? – Preguntó Manuel.
-No, no les vimos la cara porque empezaron a correr, por eso te encargo que
investigues quien nos estorba para la negociación de la droga.
-Eso mismo haré jefe – Dijo Manuel.
-Así me gusta que me obedezcas en todo – Dijo Alfonso.
En ese mismo instante venían Silvia, Susana cargadas de bolsas de compras y
Rigoberta tenía envidia de aquellas personas que tenían dos brazos, Alfonso
que no se había fijado en eso, le preguntó:
-Rigoberta ¿Qué te pasó?
-Perdí un brazo en un accidente – Respondió Rigoberta.
-Pobrecita, cuando fue a cruzar por no sé a dónde una moto la atropelló y se
dio a la fuga y ella cayó de mala manera que se rompió el brazo – Dijo Silvia.
-¿Y qué paso con el conductor? – Preguntó Alfonso.
-Se dio a la fuga – Respondió Manuel.
-Rigoberta ¿Me podrías explicar que te paso exactamente? – Preguntó Alfonso.
-Mira, te explico cómo sucedieron las cosas, yo salía de este apartamento e iba
a cruzar la carretera en el paso cebra y justamente a la mitad de la carretera
venía una moto haciendo el burro y me atropelló, por su culpa he perdido mi
brazo derecho – Explicó Rigoberta.
Alfonso cuando escuchaba las palabras de Rigoberta, recordó perfectamente
ese día, era él quien lo había provocado todo y para confirmarlo le preguntó:
-¿A dónde fue que te atropellaron?
-Cerca del apartamento – Respondió Rigoberta.

182
-La verdad sospechamos de la peña de Adrián.
-Estas muy pensativo – Dijo Silvia.
-Nada de eso, simplemente me ha conmovido lo que ha dicho Rigoberta – Dijo
Alfonso para despistar y para quedar bien – Manuel y yo nos retiramos, hemos
encargado pizzas para vosotras por si tenéis hambre.
-De acuerdo – Dijeron Susana y Silvia a la vez.
Alfonso y Manuel se fueron del apartamento cerrando la puerta, Rigoberta que
estaba ansiosa quería saber a dónde se dirigían y dijo a Silvia y Susana:
-Necesito tomar un aire, aquí encerrada en casa me agobio ¿Queréis venir?
-No, estamos cansadas preferimos quedarnos aquí – Dijo Silvia.
-Cómo queráis.
A Rigoberta le convenía mejor que ellas no vinieran así podría descubrir en que
estaban metidos Manuel y Alfonso, salió del apartamento y buscó una tienda
de disfraces para que ellos dos no la pudieran reconocer, entonces pensó en
disfrarzarse de vieja y así lo hizo porque sabía que en una vieja no la iban
hacer nada.
Rigoberta dio la vuelta a la manzana del apartamento para presenciar la
escena, Alfonso le dijo a Manuel:
-¡Mira que moto me he comprado!
-¡Caray! Estoy sorprendido del dinero que ganas ¿Me dejas subir en ella?
-Sí claro, además para que veas que soy generoso te la regaló – Respondió
Alfonso.
-¿Enserio es mía?
-Ya te he dicho que es un regalo porque sé que eres un fiel trabajador que no
ha protestado y eso me gusta – Dijo Alfonso.
-¿Y tú que como irás?
-Yo con mi moto de siempre – Respondió Alfonso – Estoy acostumbrada a ella
y no me la quiero cambiar.
-¿Y qué le ha pasado a tu moto que está un poco embollada?
-Atropellé a una persona – Respondió Alfonso.
-¿No me digas que a la que atropellaste a Rigoberta?
-Sí, la atropellé, espero que no digas nada – Ordenó Alfonso.
-Seré una tumba.

183
Rigoberta que pasaba por allí disfrazada de vieja escuchó la conversación de
ellos y cuando se alejó dijo:
-¡Maldito Alfonso! ¡Cómo que fuiste tú quien me atropellaste y por tu culpa
perdí mi brazo derecho!
No conforme con eso, Rigoberta vio que se fueron tirando a la costa a donde
había un montón de chalets abandonados y lo siguió andando, descubrió que
Alfonso era el jefe de los narcotraficantes, compraba y vendía drogas,
Rigoberta pensó para ella misma:
-¡Ya te tengo en mis manos!
Fabrice se quedó alejado de su zona y se fue a instalarse en un hotel, mientras
que Adrián se regresó a su apartamento, se dirigió al comedor y se sentó en la
silla, abrió la maleta del portátil, lo cogió y lo puso encima de la mesa del
comedor, levantó la tapa y le dio al botón de encender, mientras iniciaba el
Windows, se fue a buscar una cerveza Fisher en la nevera y se regresó al
comedor, al lado tenía el informe de su primo Carlos y el chat a dónde se
reunían la peña de Manuel para organizar los planes siniestros.
Sara salía de su habitación, bajaba las escaleras y preguntó:
-¿Ya estás aquí?
-¿No me ves?
-¿Qué haces? – Preguntó Sara.
-¿Y qué crees que puedo hacer?
-Ah sí, lo mismo de siempre averiguando pistas de quien es el asesino de tu
primo Carlos – Dijo irónicamente.
Adrián iba a responderle pero en ese justo momento recibe un sms al móvil
diciendo que Sara le está poniendo los cuernos.
-¿Quién era? – Preguntó Sara.
-Era un sms del banco que me han ingresado el dinero por ayudar ca Miguel.
-Entonces ¿Tienes contrato? – Preguntó Sara.
-Por supuesto, nadie trabaja por amor al arte, así quiero ganarme unos dineros
extras – Respondió Adrián.
-Está bien y ¿Puedo saber que estás leyendo? – Preguntó Sara.
-El informe de Carlos que me ha dado una copia Miguel.
Adrián le dio apuros y se tuvo que ir al baño a vomitar tantas cervezas le
revolvieron el estomago y Sara aprovechó que estaba ausente y cogió el móvil

184
de su novio Adrián y vio que le había engañado, que no era el sms que él
decía, sino que había leído lo mismo que él “Sara te está poniendo los
cuernos”, luego se dio cuenta de que en la mesa del televisión había un papel
arrugado a dónde ponía lo mismo, estando embarazada ya no quería tener
más disgustos con él, así que dejo todo como estaba y disimulando le
preguntó:
-¿Te encuentras bien?
-No mucho, la cerveza me ha sentado mal.
-¿Cuántas cervezas te has tomado? – Preguntó Sara.
-Muchas, no las cuento ¿Por lo visto te gusta mucho preguntar?
-Me preocupo por tu salud que es diferente – Respondió Sara – Voy a
prepararte sopa, te irá bien para el estómago y no hay peros que valga, espero
que por un momento puedas dejar el caso de tu primo Carlos un momento al
lado.
-Haz lo que quieras.
Sara se dirigió a la cocina para hacer la sopa, cogió una olla, la puso medio
llena de agua, encendió la vito cerámica, la puso y espero a que el agua
hirviera, cogió una pizca de sal, la removió y tiro los fideos y tapó la olla,
cuando ya estaba listo, lo retiró del fuego, lo puso en un momento en la
fregadero y apagó el fuego.
Sacó un plato hondo del cajón y se lo llenó, cogió un vaso y le puso agua,
también una cuchada y se dirigió hacia el comedor y dijo:
-Espero que te lo comas todo.
-¿Y tú no cenas?
-Más tarde que he merendado – Respondió Sara.
Sara intentó darle un beso a Adrián, pero éste se apartó y Sara molesta se fue.
Adrián se comió toda la sopa y se volvió con su portátil para seguir
investigando, entró en el chat de la peña de Manuel y lo hizo como Alfredo le
recomendó, estaba de suerte porque casi nunca se reunían en una hora
determinada, tenía un nombre raro difícil de identificar y sólo tenía que estar
leyendo la conversación del chat, en estos momentos en la reunión del chat se
hablaba de la peña de Adrián, de la niña adoptada y Adrián se enteró de que
Rigoberta había perdido el brazo derecho, entonces vino el momento más
importante el sicario Luís entró con ese nick y dentro de la pantalla general dijo

185
que quería más dinero o por el contrario confesaría todo de que él había
matado a Carlos con toda frialdad de ordenes vuestras, Alfonso le dijo que se
tranquilizará que han habido unos cambios y que ahora él era el jefe de esa
peña, lo citó en una zona alejada para darle el dinero, Adrián por fin se enteró
de quien mató a su primo y como se organizaron, se apuntó en una libreta a
donde habían quedado para entregar el dinero, se cogió una pistola que tenía
escondida en un cajón de una de las habitaciones de invitados dispuesto a
matarlo y se dirigió a esa zona, cuando llegó sacó la pistola y Adrián dijo:
-¡Eres un maldito asesino Luís!
-Adrián ¿Qué pasa? ¿Os conocéis? – Preguntó Alfonso disimulando.
-¡Qué si lo conozco! Es Luís el ayudante del policía Miguel de Rivera –
Respondió Adrián.
-¿Me has mentido a mí? – Preguntó Alfonso furioso.
-¡Nos ha mentido a todos! – Exclamó Adrián.
Los gritos alertaron a los demás narcotraficantes y a las personas que vivían
por allí y decidieron llamar a la policía y enseguida vino un coche patrulla,
casualmente salía el policía Miguel de Rivera y observó la escena de que
Adrián tenía una actitud muy violenta y empezó a pegarle patadas y recalcó:
-¡Eres un maldito asesino!
-¡Adrián! ¿Qué pasa? – Preguntó Miguel intentando que se calmará
-Que tú acompañante Luís mató a mi primo Carlos y yo quiero matarlo a él de
la misma manera – Respondió Adrián.
-¡Eso no es cierto! ¡Es una calumnia! – Dijo Luís haciéndose la víctima.
-¡No mientas asesino! Esta tarde te he visto chateando con los de la peña de
Manuel diciendo que querías más dinero o por el contrario confesarías – Dijo
Adrián enseñando la hoja que la había imprimido – Y me gustaría saber ¿Qué
te hizo mi primo para que lo matarás de esa manera?
-¡Tranquilo Adrián! Están rodeados, no pueden escapar, Luís atrapado cogió su
pistola de policía, empezó a disparar y Adrián devolvió el disparo y consiguió
herir a Luis hasta ocasionarse la muerte pero sin darse cuenta que al acercase,
los narcotraficantes también empezaron a disparar por la zona y a una de las
balas le dio en el corazón de Adrián, Miguel asustado exclamó:
-¡Noooo Adrián!

186
Adrián no conforme con eso y bañado de sangre mientras que Alfonso y los
narcotraficantes se fugaron, Miguel corrió a donde estaba Adrián y le dijo:
-¿Por qué has hecho esto? ¿Sabes lo que esto significa?
-¿Qué me he convertido en un asesino? Ya no te preocupes voy a morir siendo
malo.
-Puedes arrepentirte – Dijo Miguel.
-No quiero, por fin he hecho justicia sabiendo quien es el asesino de mi primo
Carlos.
-Pero no era la forma, no puedes hacer justicia por tu propia mano – Le
recriminó Miguel.
-La desesperación, el alcohol y la rabia de averiguar el sicario me han hecho
actuar de esta manera, así que moriré en paz.
-No digas eso – Dijo Miguel.
Los periodistas de la zona también se habían enterado del tiroteo y todos los
amigos de Adrián se quedaron sorprendidos de lo que habían hecho. Todos
incluyendo Sara se acercaron a la zona, Ana llorando fue la primera en
preguntarle:
-¿Por qué lo has hecho Adrián?
-Porqué era un asesino y tenía que pagar de esta manera – Respondió Adrián
agonizando – Mató a mi primo Carlos.
-¿Luís el ayudante del policía Miguel? – Preguntó Alberto.
-Sí – Respondió Adrián agonizando.
-¡Adrián! ¡No te mueras! Ahora necesito que estés a mi lado – Dijo Sara
llorando
-¿Para qué quieres que esté a tu lado teniendo un amante? Ya no puedo estar
contigo, sé feliz Sara y perdón por todas mis borderías, tú tenías razón que la
obsesión, el vicio y el alcohol son malos para la salud – Dijo Adrián
agonizando.
-¿Ya sabes que tengo un amante? – Preguntó Sara llorando
-Sí, los sms que me mandaron no eran ningún ingreso, alguien me alertó de
que tú me ponías los cuernos y me he dado cuenta de que has hecho bien en
tener un amante para que te quiera mucho – Dijo Adrián agonizando.
-Estoy embarazada y tú eres el padre – Dijo Sara llorando.
-También puede ser el de tu amante – Dijo Adrián agonizando.

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-¡No! El hijo es tuyo, cogí un pelo tuyo y lo lleve hacer un ADN y salió positivo –
Dijo Sara cada vez llorando fuerte.
-¿Sabéis amigos que me voy a morir? – Preguntó Adrián agonizando – Tío
perdóname por favor, no me merezco vivir.
-Ojala hubieras reaccionado de otra manera – Dijo Javier llorando.
-Amigos ser fuertes y muy felices – Dijo Adrián agonizando.
-¡No quiero que te vayas! – Dijo Daniel entre lágrimas - ¡Eres mi mejor amigo!
¿Me vas a dejar solo?
-No estás solo, tienes a Natalia y a mis amigos, antes de morirme te regaló mi
reloj que siempre te ha gustado y me gustaría que lo llevarás tú – Dijo Adrián
agonizando – Natalia cuídale mucho y que tengáis muchos de hijos,
prométemelo.
-Te lo prometo, me hubiera gustado mucho que fueras el padrino de unos de
ellos – Dijo Natalia llorando.
-Patricia, cuida de tu hermano que tanto nos ayudado – Dijo Adrián agonizando
– Miguel sé muy feliz y encuentra a una chica que te quiera de verdad que
seguro que te harás muy feliz, Natalia a mi ya no me da tiempo de seguir
viviendo, búscate a otro padrino que no sea tan loco como yo.
Acto seguido Adrián cierra los ojos y se gira, todos sus amigos y familiares
empezaron a llorar, Javier con el corazón roto dijo:
-¡Me he quedado sólo!
-No estás solo, me tienes a mí y a tu primer nieto – Dijo Sara abrazándole.
-¿Por qué siempre las personas que quiero, se van? – Dijo Daniel llorando.
-Nosotros le vamos a echar de menos, ya no será igual sin él – Dijo Natalia
llorando
-¿Por qué nos pasa estas cosas a nosotros? – Dijo Ana llorando.
-No lo sabemos, al menos descansará en paz y no sufrirá – Dijo Patricia
llorando – Era muy unido a su primo Carlos.
-Chicos lamentó mucho lo ocurrido, quiero que sepas que yo lo tenía un gran
apreció, pero vamos a taparlo – Dijo Miguel.
-Espera – Dijo Sara – Me gustaría darle un beso para despedirme de él.
-Está bien – Dijo Miguel.

188
Cada uno de sus amigos dieron un beso de despedida de Adrián, los del
Samur taparon el cadáver, mientras lo llevaban al Tanatorio para certificar su
muerte y desgraciadamente el instituto se vio involucrado en otro escándalo.
La peña de Adrián antes de irse de lugar pusieron rosas y una foto para
recordarle.
-¿Qué va pasar con el cuerpo Adrián? – Preguntó Daniel llorando.
-A lo mejor lo llevan a Argentina – Respondió Ana.
-Vamos a intentar ser felices como él nos han podido – Dijo Natalia.
Miguel se marchó muy triste de la actitud tan violenta que había tenido Adrián,
él sabía que tenía un cariño especial a su primo, pero la obsesión le cegó,
pensó en dar la noticia a Alfredo.

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TERCERA PARTE:

-Hola Alfredo – Dijo Miguel.


-Hola ¿Por qué traes esa cara?
-Ha pasado una tragedia – Respondió Miguel.
-¿Qué ha pasado?
-Adrián ha muerto – Respondió Miguel.
-¿Has dicho que Adrián ha muerto? ¿Qué ha sucedido?
-Sí Adrián ya no estará más con nosotros, averiguó quién mató a su primo e
hizo justicia por su propia mano – Respondió Miguel.
-Está mañana me ha venido a verme, quería saber a dónde chateaban la peña
de Manuel para la organización, pero yo no sabía que iba a cambiar de actitud.
-Adrián cambió mucho desde que murió su primo, antes era un chico alegre y
bromista, ahora la obsesión de su primo lo cegó hasta el punto de matar a un
prójimo, también era muy creyente en Dios y mira ha cometido un pecado –
Dijo Miguel – Estoy muy triste por lo que he presenciado.
-Miguel, me gustaría ir a dar el pésame a los familiares y amigos, mi hija Ana
también estará destrozada ¿Crees que se pueda hacer alguna cosa por favor?
-Hablaré con el director de la comisaría y con tu abogada Almudena, no te
prometemos nada porque las normas han de cumplirse aquí y veré lo que
puedo hacer – Respondió Miguel.
-Tranquilo, otra cosa Miguel.
-Dime Alfredo – Dijo Miguel.
-Ahora que ya no tienes ayudante, me ofrezco, no soporto estar aquí encerrado
y no poder hacer nada, quiero entretenerme con alguna cosa.
-Sé muy bien que tú en cierta forma ayudaste a Adrián que averiguará el
asesino de su primo, esto también hablaré con el director de la comisaria – Dijo
Miguel.
-Me parece bien, sé que estás haciendo tu trabajo.
Miguel se dirigió hacia la puerta del director, tocó la puerta, entró y dijo:
-Hola Rafael.
-Pasa Miguel ¿Cómo estás?
-Muy mal y triste – Respondió Miguel.
-Por favor siéntate ¿Qué tienes?

190
-Adrián ha muerto – Respondió Miguel.
-¿Adrián el que te ayudaba con el caso de su primo Carlos?
-Sí – Contestó Miguel.
-¿Cómo han sucedido las cosas?
-Adrián vino esta mañana a hablar con Alfredo y le pidió que le diera la página
web de donde se organizaban la peña de Manuel y parece ser que Adrián entró
en ese chat y lo averiguó todo, quiero que sepas que Alfredo no provocó todo
esto, está muy arrepentido y se está esforzando mucho para cambiar –
Respondió Miguel.
-¿Y qué pasó más?
-Cuando Adrián se enteró y aparte de que estaba ebrio, se dirigió a la zona esa
a donde murió porque según he leído en el chat que había imprimido como
prueba que ha habido unos cambios de jefe en esa peña – Explicó Miguel.
-¿Y quién estaba en esa zona?
-Alfonso el hermano gemelo de Alberto y mi ayudante Luís – Respondió Miguel.
-Así que Luís resultó ser un asesino, esto es un escándalo por parte nuestra,
un policía no tiene que pasarse al otro bando, es todo lo contrario debe y tiene
que dar ejemplo.
-Entiendo Rafael, pero Luís no actuó como policía si no como hombre – Dijo
Miguel.
-En eso te doy la razón ¿Y quién mató a Luís?
-Fue Adrián – Respondió Miguel.
-¿Adrián lo mató?
-Sí, me horroricé ver esa escena, Adrián ebrio con una pistola, le hizo caer al
suelo y justamente cuando Luís empezaba a correr para escaparse y luego los
narcotraficantes le dispararon a Adrián y le causó la muerte Luís – Explicó
Miguel.
-¡Jolines! Menuda movida y ¿Eso es todo?
-Lo de Adrián sí, pero quiero hablarte de Alfredo – Dijo Miguel.
-Dime.
-Verás, como te he dicho antes Alfredo se está forzando mucho por cambiar y
ha solicitado dos cosas – Dijo Miguel.
En ese justo momento, entra la abogada de Alfredo, Almudena dijo:
-Buenas tardes.

191
-Mira, estás justo a tiempo, Miguel estaba hablando de Alfredo – Dijo Rafael el
director.
-¿A si? ¿De qué habláis? – Preguntó Almudena.
-Le estaba diciendo que Alfredo se está forzando mucho para cambiar y que ha
pedido dos cosas – Respondió Miguel.
-¿Y cuáles son esas dos cosas que ha solicitado? – Preguntó Rafael.
-La primera quiere ir al Tanatorio para dar el pésame a sus familiares y a sus
amigos, de paso quiere ver a su hija para pedirle perdón y la segunda se ha
ofrecido como mi ayudante, él necesita trabajar y opino que sería muy bueno
para él – Explicó Miguel.
-¿Tú qué opinas Almudena siendo su abogada? – Preguntó Rafael.
-Por mí no hay ningún problema, creo que todos nos merecemos tener una
segunda oportunidad porque nadie es perfecto, todos cometemos errores y
quien esté libre de pecado que tire la primera piedra, si Alfredo se ha portado
muy bien y se está esforzando mucho para ser otra persona hay que darle
recompensa – Dijo Almudena – Además va a ver a su hija y no le hará daño, yo
también le he visto llorar en su celda y me ha conmovido.
-También piensa que es muy difícil solo estar encerrado en una celda sin hacer
nada y que solo salga para comer, cenar y ducharse sin ver la calle – Dijo
Miguel.
-Entonces estamos de acuerdo, se le conceden 48 horas de libertad bajo
vigilancia y serás tú Miguel quien lo vigile en esas horas ya que te lo ha pedido
a ti y también se le dará el puesto de trabajo que solicitó, va a ser tu ayudante –
Dijo Rafael.
-Gracias – Dijeron Miguel y Almudena a la vez.
-Miguel ve a buscar a Alfredo y dile que el director quiere verle, mientras
Almudena y yo vamos hacer la autorización conforme que le doy 48 horas libre
bajo vigilancia y así firmaremos todos conforme que estamos de acuerdo –
Recalcó Rafael.
-A sus órdenes jefe – Dijo Miguel en broma.
Miguel se dirigió de nuevo a la celda y dijo:
-Alfredo, el director quiere verte.

192
Miguel que tenía las llaves de la celda, le abrió y Alfredo tenía la mirada
pérdida mirando hacia el suelo, cuando llegó a la puerta del director se dio
cuenta de que también estaba Almudena, Rafael dijo:
-Pasa Alfredo y siéntate por favor.
-Gracias director – Dijo Alfredo aceptando órdenes.
-¿Y a mí no me saludas? – Preguntó Almudena dándole un beso y
acariciándole su melena.
-Almudena por favor no me toques el pelo que no me gusta – Dijo Alfredo –
Perdón director pero mi abogada es muy especial.
-No te preocupes haces bien en decir que no a las cosas que no te gustan que
te hagan, así que Almudena tienes prohibido tocarle el pelo a su cliente, una
cosa es defenderlo y la otra es molestarlo – Dijo Rafael en broma
-Pero bueno ¿Qué es esto? – Dijo Almudena también en plan broma.
Alfredo sacó una sonrisa tímida y dijo:
-Miguel me dijo que querías verme.
-Así es – Dijo Rafael.
-Últimamente dos pajaritos me han hablado muy bien de ti, de lo que bien te
comportas en tu celda, no te metes con ningún compañero y déjame decirte
que eso para mí es muy admirable, también sé que lloras todas las noches por
tu hija – Dijo Rafael.
-Gracias director – Dijo Alfredo.
-Sí lo prefieres, me puedes llamar Rafael – Dijo el director.
-Está bien Rafael – Dijo Alfredo moviendo la cabeza.
-Verás, antes de que vinieras, hemos estado hablando de tus dos peticiones –
Dijo Rafael.
-Dime – Dijo Alfredo tosiendo.
-¿Quieres agua? – Se ofreció Rafael.
-Sí, gracias – Respondió Alfredo.
-Almudena dale un vaso de agua a su cliente – Ordenó Rafael.
-Claro que sí – Dijo Almudena levantándose y ponerle un vaso de agua –
Toma, aquí la tienes.
-Gracias – Dijo Alfredo.
Alfredo bebía agua pero hacía cara de no poder tragar porque le dolía la
garganta y Rafael se dio cuenta de eso, le preguntó:

193
-¿Te duele la garganta?
-Sí, un poco – Respondió Alfredo.
-Miguel ve a buscar un médico y dile que lo revise – Ordenó Rafael – Bien
Alfredo, te estaba diciendo que hemos estudiado tus peticiones y lo hemos
aceptado.
Alfredo cuando escuchó eso empezó a toser cada vez más fuerte, se puso rojo
de la emoción, enseguida vino el médico, le atendió, le miró la pulsación, la
temperatura, no tenía fiebre pero si tenía la garganta inflamada y mucha tos.
-¿Qué es lo que tiene? – Preguntó Rafael – Éste chico me preocupa mucho.
-No se preocupe, no es nada de cuidado, tiene anginas y bronquitis porque al
toser le sale sangre – Dijo el médico – Dentro de quince días se le pasará,
mientras tanto que se tomé estos medicamentos y sobre todo miel que va bien
para suavizar la garganta.
-Gracias doctor – Dijo Rafael - ¿Cuánto le debo?
-No se preocupe por el dinero, ya me cobra por trabajar aquí – Dijo el médico.
El médico se fue y Rafael le preguntó:
-¿Te encuentras mejor?
-Sí – Dijo Alfredo pasándose la mano por la garganta y rascándose el pelo.
-Bueno, te decía que hemos aprobado las dos peticiones que habías pedido,
en el primer punto se te conceden 48 horas de libertad bajo vigilancia que eso
se encargará Miguel de vigilarte, podrás ir a tu casa e ir a ver a tu hija para
pedirle perdón y también serás el ayudante de Miguel en su despacho – Dijo
Rafael.
-Gracias, te prometo que no te defraudaré – Dijo Alfredo.
-Estoy seguro de eso – Dijo Rafael – Por favor firma está carta de permiso.
Alfredo firmó la carta a donde le daban permiso y luego el contrato laboral para
ser el ayudante de Miguel.
Miguel, su abogada Almudena y el director Rafael también firmaron para que
no hubieran problemas luego con sus superiores.
Alfredo se dirigió a su celda para vestirse, se puso un traje negro para ir al
Tanatorio.
Rafael el director de la comisaría dio la orden que dejará salir Alfredo que le
habían coincidido dos días de libertad bajo vigilancia, Alfredo estaba un poco
enfermo, los cambios de tiempo y de estar encerrado le había provocado esa

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tos tan fuerte, salió de la celda y de la cárcel, miró el cielo todo despejado, una
calor que casi te ahogabas, Miguel abrió la puerta de su coche patrulla y se
dirigió hacía el Tanatorio.
Alfredo se acercó a Javier para darle el pésame y le dijo:
-Lo siento mucho Javier.
-Gracias Alfredo – Dijo Javier - ¿Qué haces aquí y no estás en la cárcel? ¿No
me digas que te has escapado?
-No tranquilo, me han concedido 48 horas de libertad, a fuera está Miguel de
Rivera – Dijo Alfredo.
-No puede ser que Adrián esté muerto.
-Adrián vino esta mañana a verme, quería saber que chat entraba en la peña
de Manuel y si llegó a saber lo que iba a pasar, no le hubiera dicho nada – Dijo
Alfredo.
-No te preocupes Alfredo, sé muy bien que estás esforzando mucho para
cambiar, Adrián no reaccionó así por lo del chat si no porque se enteró de
quien fue el asesino, gracias a ti se ha descubierto la verdad y te lo voy
agradecer siempre, a parte Adrián cayó en el vicio del alcohol y su obsesión de
hacer justicia al final pecó y murió, lo que más lamento que Sara tenga que
criar a su niño sola.
-¿Sara está embarazada? – Preguntó extrañado Alfredo.
-Sí, todos esos síntomas que ella tenía lo hacían sospechar.
-¿Y mi hija Ana? – Pregunto Alfredo – Quiero verla porque sé que le tenía
mucho aprecio a Adrián.
-Está dentro, velando el cuerpo de Adrián, yo es que no puedo mirarlo me
destroza el corazón verlo en el ataúd.
-No te preocupes – Dijo Alfredo empezando a toser fuerte.
-¿Te encuentras bien?
-Sí, solo es tos – Respondió Alfredo – Bueno voy a ver a mi hija, de verdad que
lo lamento muchísimo, si necesitas alguna cosa ya sabes a dónde estoy Javier.
-Muchas gracias Alfredo.
Alfredo entró dentro del Tanatorio y Alberto se quedó sorprendido y dijo a Ana:
-Cariño, mira quien está allí.
-¿Qué hace mi padre aquí? – Se preguntó Ana.
Alfredo se acercó a ella y le dijo:

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-Hija siento mucho la muerte de tu amigo, sé muy bien el aprecio que le tenías.
-Gracias papá – Dijo Ana - ¿Qué haces aquí?
-Me han coincidido 48 horas de libertad para poder dar el pésame a la familia –
Respondió Alfredo – Ya sé que no es el mejor momento pero me gustaría
hablar contigo a solas.
-Está bien, vamos a fuera – Dijo Ana – Amor ahora vuelvo le dijo a Alberto.
Alfredo y Ana se dirigieron a fuera para poder hablar tranquilamente.
-Dime ¿De qué quieres hablar? – Preguntó Ana.
-¿Quisiera saber si has leído la carta que te dio Adrián?
-Lo siento, aún no he podido leerla ¿Qué contiene esa carta? – Preguntó Ana.
-En esa carta te explico lo que pasó hace mucho tiempo, cuando tengas tiempo
léela, es importante.
-¿No me digas que solo has venido a preguntarme si he leído esa carta? –
Preguntó Ana.
-No, claro que no, he venido para pedirte perdón y para decirte que te quiero
mucho – Dijo Alfredo acariciándola en la mejilla ¿Por qué no has venido a
verme en la cárcel?
-No sé como afrontar esto, primero me enteró que soy adoptada, luego que tú
eres mi verdadero padre ¿Y quién es mi madre? – Preguntó Ana.
En ese justo momento suena el móvil de Alfredo, era Almudena su abogada.
-Hola Almudena – Dijo Alfredo.
-Hola Alfredo ¿A dónde estás?
-Estoy al tanatorio de Adrián, estoy con mi hija - Respondió Alfredo.
-Perdona que te rectifique, también es mi hija.
-Tienes razón – Dijo Alfredo - ¿Vas a venir?
-Lo siento, no puedo ir, tengo una reunión importante de abogados dentro de
cinco minutos y no se puede cancelar.
-Entiendo – Dijo Alfredo.
-De todas formas dile que la quiero mucho.
-De acuerdo – Dijo Alfredo.
Alfredo colgó y Ana preguntó:
-¿Quién era?
- Tú madre – Dijo Alfredo sonriendo.
-¿Mi madre? – Preguntó extrañada Ana - ¿A qué se dedica?

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-Tú madre es mi abogada.
-¿Y cómo se llama? ¿Cómo es? – Preguntó Ana.
-Se llama Almudena, es una mujer muy guapa, nunca cambió de aspecto, es
rubia, pelo largo, ojos azules.
-¿Tienes fotos de ella? – Preguntó Ana
-No las rompí todas por lo que te escribí en la carta, pero tú madre viene todos
los días a verme a la cárcel, pero ahora tengo dos días de libertad y me
gustaría mucho que la conocieras.
-¿Tú quieres a mi madre? – Preguntó Ana.
-Sí, me he dado cuenta de que aún la sigo queriendo como el primer día.
Alberto se acercó y dijo:
-Perdón que interrumpa pero ya van a enterrar a Adrián en el cementerio.
-Gracias amor – Dijo Ana.
-¿Sigue siendo tu novio? – Preguntó Alfredo.
-Sí, siempre le he querido muchísimo, fue el amor de mi infancia – Respondió
Ana a su padre.
-Y yo a su hija también le quiero muchísimo, aunque a veces discutimos por
tonterías pero luego la reconciliación es lo más bonito que puede pasar – Dijo
Alberto.
-Eso es muy normal en una pareja, Alberto a ti también quiero pedirte perdón
por todo el daño que te he causado y déjame decirte que acepto vuestra
relación, quiero que mi hija sea feliz y si lo es a tu lado me parece magnífico –
Dijo Alfredo.
-Muchas gracias suegro – Dijo Alberto.
Todos se fueron al cementerio y enterraron a Adrián, todos pusieron tierra y
rosas en el ataúd, luego Ana se acercó a su padre y dijo:
-Gracias por venir, quiero que sepas que yo también te quiero mucho.
-¿Me dejas darte un abrazo hija?
Acto seguido se enfundaron en un abrazo cariñoso, todos regresaron a su
casa, Ana quería pasar estos dos días con su padre, quería aprovechar el
tiempo perdido que la vida le había quitado. Ana se quedó sorprendida de su
casa, estaba hecha un desastre, había un montón de polvo acumulado, las
ropas arrugadas de cualquier manera, las toallas mojadas y sucias encima del
sofá, la nevera medio abierta y los ingredientes que contenían pasadas de

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fecha de caducidad, su habitación estaba la cama sin hacer, en su sábana
había migas de comer, su ventana cerrada y la persiana bajada que no corría
aire y todas las luces, sobre todo las del lavabo encendidas, Alfredo se quedó
con cara de vergüenza al ver que su hija le aconsejaba:
-Papá, no entiendo cómo puedes vivir así, yo aquí veo un montón de suciedad
¿No lavas nunca nada?
-Perdón hija, tienes razón, soy un desastre, lo que pasa que yo nunca he hecho
limpieza, tampoco se coger una escoba y un recogedor, tampoco sé poner las
lavadoras, en definitiva no sé hacer nada, a veces pienso que soy un inútil.
-Papá no digas eso, la gente no nace sabiéndolo todo, sino que poco a poco
las personas aprendemos a hacer cosas, me imagino que la cocina debe estar
igual de sucia, de platos llenos en la pica ¿Verdad? – Dijo Ana.
-Sí, de verdad que estoy muy avergonzado contigo hija.
-No pasa nada, vamos a cambiarle la cara a esta casa – Dijo Ana.
-¿Por dónde empezamos?
-En primer lugar sube todas las persianas y abre todas las ventanas para que
se ventile toda la casa, luego quitas las sábanas de tú cama y la pones al lado
de la lavadora que te voy a enseñar cómo se pone una – Ordenó Ana.
Alfredo obedeció a su hija, subió todas las persianas y abrió las ventanas para
que hubiera mucha luz del sol, también quitó las sábanas de su cama y cuando
terminó dijo:
-Hija, ya estoy ¿Qué hago?
-Ahora sal al balcón y espolsa las sábanas que tienen migas de comida.
-¿Así se hace? – Preguntó su padre Alfredo.
-Sí, muy bien papá.
-¿Y ahora qué? – Volvió a preguntar su padre Alfredo.
-Déjalas en el cubo ese de plástico de color azul, será para poner siempre la
ropa sucia ¿Oyes papá?
-Sí, te oigo – Respondió Alfredo.
-Ahora vienes y te vas a apagar todas las televisiones, radios, que esto parece
la casa que habla papá, también apagas el ordenador de sobre mesa que no
es bueno que este todo el año encendido y de cualquier manera – Dijo Ana.
Alfredo apagó todas las tecnologías. Se pasaron toda la tarde limpiando y
arreglando las cosas, cuando ya habían terminado de hacerlo todo Alfredo dijo:

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-¡Estoy muerto!
-¡Está casa ya parece otra cosa! Qué sea la última vez que la vea así.
-Sí, te prometo que voy a ser más cuidadoso – Dijo Alfredo.
-No me tienes que prometer nada, simplemente estas cosas hay que hacerlas
que luego puedes coger enfermedades.
Alfredo empezó a toser sangre cada vez más fuerte, Ana se preocupó y
preguntó:
-¿Te encuentras bien papá?
-Sí, solamente tengo anginas y bronquitis.
-¿Quieres que llamé a un médico? – Preguntó Ana.
-No te preocupes, ya estoy en tratamiento, el médico de la comisaría me ha
recetado unas pastillas y dentro de unas semanas se me irá, pero esta tos es
puñetera y las anginas no me dejan apenas tragar.
Ana se rió, había conocido el lado cariñoso de su padre Alfredo.
-Oye papá ¿Cuándo conoceré a mi madre?
-Muy pronto – Respondió Alfredo – De verdad que muy pronto.
Acto seguido Ana le dio un abrazo cariñoso a su padre Alfredo.
Mientras tanto Alfonso había desaparecido, Eduardo recibió un email de
Fabrice diciendo que su hijo estaba metido en asuntos de narcotraficantes y de
drogas, de repente empezó a gritar:
¡Alberto! ¡Alberto! ¡Alberto!
-¿Qué pasa papá?
-Mira lee este email – Respondió Eduardo.
-A ver.
Hola Eduardo y Alberto:
Soy Fabrice y me he puesto en contacto con vosotros porque tengo que daros
una mala noticia sobre Alfonso y prefiero que lo sepáis por mi y no por terceras
personas que solo quieren hacer daño. Lamentablemente tengo que deciros
que Alfonso está metido en asuntos terbios de narcotraficantes, él mismo
compra, vende la droga y además es el jefe que lo organiza todo.
Se despide con afecto,
Fabrice.
Alberto al terminar de leer el email dijo:

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-¡No puede ser! ¡Mi hermano metido en el mundo de las drogas! ¿Por eso
gritabas?
-Sí, por eso, no comprendo en que he podido fallar en la educación de Alfonso,
os he dado el mismo cariño.
-Papá, no te preocupes, no es culpa tuya sino de mi hermano, en vez de
cambiar como yo porque robábamos por necesidad por tú enfermedad y
prácticamente no puedes hacer muchos esfuerzos ni tampoco salir en la calle.
Papá te puedo hacer una pregunta – Dijo Alberto.
-Por supuesto que sí.
-Papá, me gustaría saber qué enfermedad tienes que te causa todo esto y
porque nunca has querido hablar de esto como el abandono de mi madre y
creo que tengo derecho a saber las cosas que yo ya soy mayorcito para
entender las cosas – Dijo Alberto.
-Tienes razón, sabía que este día iba a llegar y por eso te lo voy a contar todo
sin dejar ningún detalle.
-Me alegra saber de que por fin sabré toda la verdad y que ya no vas a tener
ningún secreto conmigo – Dijo Alberto.
-No hijo, eso no es así, verás que no es un secreto sino una protección. Por
ejemplo tú cuando entregaste a tu hija a una familia millonaria ¿Por qué lo
hiciste?
-Tienes razón, lo hice para que tuviera mejor vida, yo no podía ofrecerle nada,
no teníamos ningún dinero ahorrado, pero ahora no estamos hablando de mi
hija o de mí, sino de ti papá – Dijo Alberto.
-De acuerdo, sé que estamos hablando de mí pero quería darte una
comparación ¿Tú no protegerías a tu hija para no verla sufrir?
-Sí claro, por eso la adopté – Dijo Alberto.
-Verás hijo, mi enfermedad es leucemia.
-¿Qué es leucemia? – Preguntó Alberto.
-Es una enfermedad que pasa por la sangre, es muy complicado de explicar,
pero te puedo decir que cada día que pasa, me encuentro peor, estoy más
cansado y no tengo fuerzas de nada.
-¿Tiene cura esta enfermedad? – Preguntó Alberto.
-Verás cuando descubrí que estaba enfermo, los médicos como siempre son
muy optimistas, decían que la leucemia se había cogido antes de que fuera

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muy grave y que tengo que operarme de una médula y pienso yo que cada día
que pasa pierdo las esperanzas.
-Papá, no me gusta verte triste – Dijo Alberto - ¿Sabes que me gustaría
hacerme esas pruebas para ver si soy compatible para ser tú donante?
-Gracias cariño, pero tú no puedes hacer eso.
-¿Por qué no? – Preguntó Alberto.
-Porque tienes 17 años y eres menor de edad y aquí en Francia está prohibido
porque primero es el derecho del niño.
-¿Y te puedes morir? – Preguntó Alberto de nuevo.
-Sí no tengo un donante pronto, sí me puede causar la muerte.
-Papá – Dijo Alberto – Cambiando de tema, ahora me gustaría que habláramos
de mi mamá y porque nos abandonó.
-Verás hijo, yo conocí a tu madre Elena en una discoteca en la Ciudad de
México, cuando la conocí era muy guapa, tenía el pelo negro, melena toda lisa,
ojos marrones claro y de piel también morena. La conocí en la pista de baile,
ella sin querer me pisó en el pie y me dejé que me invitará a una copa, cuando
ya hacía horas y horas que hablábamos, nos dimos nuestros números de móvil
y yo me enamoré de ella enseguida, empecé a llamarla y tuvimos un romance
muy bonito, nunca la olvidaré, al mes de conocernos anunciamos nuestra boda
por todo lo alto y nos casamos en una playa de México, días después Elena me
anunciaba que estaba embarazada de mí y meses más tarde, el ginecólogo
dijo que iba a tener gemelos. Yo creía que ella iba a querer a sus hijos pero veo
que me equivoque, llegó el día del parto y me parece que lo tuvo solamente
una vez en los brazos en la habitación del hospital, hasta que una mañana a
primera hora se fue y desapareció, no dejó ni siquiera una carta a donde decía
que se iba para no volver, los nombres los elegí yo, pedí la custodia y me la
dieron porque ella no apareció por el juicio. Luego nos vinimos aquí a Francia
en este apartamento será tuyo si el día de mañana me llegará pasar eso,
cuando erais mayorcito, confíe en vosotros y os deje solo en el apartamento
porque tenía que regresar a México al hospital porque me había hechos unos
análisis a donde confirmaban las leucemia y así fue como sucedieron las
cosas.
-Es increíble papá, fue un amor muy bonito pero de repente se truncó – Dijo
Alberto – Ahora comprendo que en realidad no nos quería ni a ti ni a nosotros.

201
-Hijo, no digas eso, los adultos nos complicamos mucho la vida.
-Papá, tengo curiosidad de cómo era – Dijo Alberto.
-Ven conmigo a mi habitación, te enseñaré una foto de ella que es la única que
tengo.
Subieron las escaleras y se dirigieron hacia la habitación, Eduardo abrió las
puertas del armario, cogió una caja de cartón a dónde guardaba todos los
recuerdos de su infancia, la puso encima de la cama y la abrió, removió sus
cosas y encontró la foto y dijo:
-Mira, aquí la tienes ¿Qué te parece?
-Tienes razón, es muy guapa pero por lo visto era una mala persona.
-Te la puedes quedar – Dijo Eduardo.
-¿Y tú papá? No tendrás recuerdo de ella.
-Prefiero que el recuerdo lo tengas tú, yo siempre me acordaré de ella y no
necesito ninguna foto – Dijo Eduardo.
-Gracias papá, ahora por lo visto también hemos sido abandonados por mi
hermano Alfonso.
-Lo de tu hermano es diferente – Dijo Eduardo – Alfonso no quiere ir a la cárcel
y en parte lo entiendo, pero lo que ha hecho está mal y tiene que pagar por
esas consecuencias, primero tiene que pagar por ser narcotraficante y luego
por ser prófugo de la justicia.
-Papá ¿Te importaría que intentará localizar a mi madre?
-No, claro que no, tienes el derecho a hacerlo y tendrás todo mi apoyo – Dijo
Eduardo.
-Gracias papá, te quiero muchísimo.
-Yo también te quiero mucho – Dijo Eduardo.
Los dos se abrazaron fuertemente.
Justamente en ese momento se instalaba en Francia Elena una mujer muy
guapa y arrepentida por sus errores del pasado, tenía ganas de reencontrarse
con Eduardo al quien le hizo tanto daño. Se había trasladado a Francia porque
había aceptado una oferta de trabajo de doctora muy buena, estaba cansada
del viaje y aguantar más de 12 horas de avión, lo bueno, se había comprado
una mansión grande. Entró por la puerta principal, había un recibidor muy
amplio, había dos escaleras estrechitas, había un perchero de color gris claro
para colocar los abrigos, chaquetas, gorros y bolsos, el suelo era negro con

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dibujitos blancos que contrastaban el color de la pared que eran blancas al
igual que las ventanas y unas cortinas amarillas de marca, las puertas eran de
madera de color marroncito clarito para que le diera color y un sofá grande que
ocupaba la mitad del comedor y una televisión plasma de esas alargadas
encima de un mueble bajito, dejó el bolso encima del sofá y se dirigió a su
baño, era enorme había un jacuzzi con hidromasaje, estaba el lavabo corría
bien el agua y era muy limpia, estaba el bidet y el váter tapado con un plástico
que ponía “no usado”. En las plantas de arriba tenía más de 10 habitaciones de
lujo con baño incorporado incluyendo a las habitaciones de los criados, en cada
ventana se veía una piscina alargada con agua clara y vistas a la montaña. La
cocina era muy moderna, tenía un congelador muy grande y muy alto, a su lado
estaba la nevera de igual tamaño de un gris oscuro, luego le seguía el
microondas y el horno debajo, el fuego era vitro cerámica, un lavaplatos y
también había una mesa redonda con un sofá blanco a su alrededor. En el
sótano tenía la lavadora y los trastos que quería poner, también tenía una
terraza enorme que allí invitaba a sus amigos muy adinerados para comer y
jugar al póker.
Elena cuando vio toda su mansión con sus cajas fuertes dijo:
-¡Hogar dulce hogar!
Elena vio que tenía mucha faena por hacer, comprar la comida, platos, vasos,
tenedores, cuchillos, cucharas, ollas, sartenes, copas de vino, de champán,
cervezas, sábanas, nórdicos para adornar las camas de todas las habitaciones,
lámparas y se acordaba perfectamente que le faltaba sus bebidas alcohólicas,
refrescos y sobre todo el agua.
Por otra parte, pensaba que tenía que contratar a cinco cocineras que sean
buenas, un chófer que le acompañé a todos los sitios con su limosina, tres que
se dedique a la limpieza de la casa y cuatro policías camuflados para hacer
vigilancia las 24 horas, ya que su mansión no tenía alarma, un fallo muy grande
de la inmobiliaria.
Cuando salió de la casa por la noche empezó a llover fuerte con relámpagos,
cogió su coche y se fue a dar una vuelta para conocer su barrio pero un rayo
impactó en el medio de la carretera y al asustarse se desvió a una terraza de
un bar que allí casualmente se encontraba Ana y Alberto pero Elena frenó en
seco para evitar atropellarlos, cuando bajo del coche preguntó:

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-¿Estáis bien?
Alberto impresionado de la belleza de aquella mujer, se quedó pensativo
recordando que era igual como su padre describió a su madre y al final dijo:
-Sí, estoy bien – Dijo Alberto.
-¿Y tú señorita? – Preguntó Ana.
-Sí, estoy bien, lamento mucho lo ocurrido, soy nueva aquí y un relámpago me
ha venido casi encima y me he asustado – Dijo Elena.
-No te preocupes, lo importante que todos nosotros estamos bien – Dijo Ana.
-¿A dónde vivís? – Preguntó Elena.
-En el barrio del campo – Dijo Alberto.
-¿Queréis que os lleve? – Preguntó Elena – Me siento tan mal por no haberos
visto.
-Tranquila señorita, no pasa nada – Dijo Ana.
-Me puedes llamar Elena.
-¿Te llamas Elena? – Preguntó Alberto sorprendido.
-Sí, es así y acabó de llegar a Francia – Dijo Elena - ¿Y vosotros cómo os
llamáis?
-Yo me llamo Alberto y ella es mi novia Ana.
- De momento ha dejado de llover, pero no hay que fiarse – Dijo Ana.
-Está bien, nos dejamos que nos lleves a casa – Dijo Alberto.
Cuando entraron en el coche, sonó el móvil de Alberto, lo descolgó y dijo:
-Hola papá.
-¿Alberto a dónde estáis?
-Ya vamos a casa, hemos tenido un buen susto con la lluvia, si quieres
esperarnos a fuera hazlo – Dijo Alberto.
-Es que estoy a fuera, he ido a buscar una cosa al coche y se me ha cerrado la
puerta y no puedo entrar porque las llaves están dentro.
-Enseguida llegamos y te cuento – Dijo Alberto.
-De acuerdo.
Cuando el coche de Elena llegó a casa de Eduardo, todos bajaron, Eduardo se
quedó sorprendido a ver a su ex mujer pero no dijo nada, su corazón latía a mil
por hora.
-Hola papá – Dijo Alberto.
-Hola hijo –Dijo Eduardo - ¿Qué te ha pasado que vienes todo mojado?

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-La culpa ha sido mía, estaba conduciendo y de pronto empezó a llover y a
relampaguear y me desvié por poco los atropello y me ofrecí llevarlos – Dijo
Elena.
-Hijo, vete a dar un baño con agua caliente puedes coger un resfriado – Dijo
Eduardo.
-Sí, eso mismo iba hacer – Dijo Alberto.
-Yo te acompañó amor – Dijo Ana sonriendo.
Alberto cogió sus llaves y abrió la puerta dejándola entornada, cuando entraron
dentro Eduardo dijo:
-Qué pequeño es el mundo ¿Verdad?
-Sí, yo no sabía que tan pronto iba a dar contigo Eduardo.
-¿No me dirás ahora que estás arrepentida? – Dijo Eduardo.
-No tengo ninguna justificación y lo comprendo pero nunca es tarde para pedir
perdón a ti y sobre todo a mis gemelos.
-De Alfonso llegas tarde, pasa, te invito a un café, tenemos que hablar – Dijo
Eduardo.
-Gracias, agradeceré esa taza de café.
-Aquí tienes el café – Dijo Eduardo – Te decía que Alfonso llegas tarde porque
está metido en asuntos de narcotraficantes y es prófugo de la justicia.
-Yo no quería esto, me hubiera gustado verlo para pedirle perdón, si lo hubiera
sabido antes lo hubiera evitado dándole amor de madre.
-Olvídalo, no vengas diciendo que quieres dar tu amor de madre y más que
ahora ya no te necesitan porque son mayores a punto de iniciar la universidad
– Dijo Eduardo.
-Entiendo ¿Y de Alberto?
-Alberto es muy diferente a su hermano, a principio robaba por necesidad pero
cuando reencontró a su novia lo dejo por ella y ahora son muy felices.
-¿Y él me podrá perdonar por no haber estado a su lado?
-Tienes la suerte que Alberto perdona a todo el mundo, nunca es rencoroso, en
ese sentido se parece a mí – Dijo Eduardo.
-Yo no quería hacerte daño, estoy muy avergonzada por todo el daño que te
hice.
-Elena que a mí me hagan daño me es igual pero heriste más a tus hijos que te
necesitaban más que nunca – Dijo Eduardo.

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-Entiendo, no puedo borrar el pasado pero si puedo rectificar mis errores.
-Quiero que sepas que hoy Alberto se enteró de la verdad, lo sabe todo hasta
nuestro romance – Dijo Eduardo.
-¿Y tú cómo estás?
-Yo cada día que pasa me encuentro más débil, me noto como cansado y es lo
que tiene la leucemia – Respondió Eduardo.
-Lo siento mucho todo lo que has tenido que pasar y en parte ha sido culpa mía
¿Tienes cura?
-Yo ya he perdido la esperanza de curarme pero los médicos son optimistas –
Dijo Eduardo.
-La esperanza es lo último que se pierde, tú has demostrado a tu hijo que hay
que luchar y seguir en esta vida que nos da muchas complicaciones, ahora
más que nunca tienes mi apoyo, amistad y amor incondicional, porque yo
nunca te olvidé y quiero volver a conquistarte.
-Yo tampoco te he olvidado, siento los mismos síntomas cuando me enamoro
de una persona tan especial como tú a parte de los defectos y virtudes que
tengas y además yo no tengo nada que perdonarte porque éramos muy
jóvenes que no sabíamos nada de la vida – Dijo Eduardo.
-¿Me lo dices enserio?
-Sí, déjamelo demostrarte como te quiero – Dijo Eduardo.
-¿Así cómo?
Eduardo se levantó de la silla de la mesa del comedor, la empezó a besar por
el cuello, Elena se levantó y terminaron por darse un beso en la boca del
verdadero amor de enamorados. En ese mismo momento bajaban Alberto y
Ana y se quedaron sorprendidos por la actitud tan cariñosa de ellos, Alberto se
imaginaba que ella era su verdadera madre y ambos aplaudieron la escena
sonriendo.
-Hijo, me avergüenzo de besar delante tuyo – Dijo Eduardo.
-No tienes por qué avergonzarte, el amor es un sentimiento que no lo puedes
evitar, es hermoso – Dijo Alberto.
-Hijo quiero que conozcas a tu madre Elena, no quiero ocultarte nada más –
Dijo Eduardo.
-¿Es tú madre amor? – Pregunto Ana a Alberto.

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-Sí, me lo imaginaba, mi padre me contó todo con lujo de detalle hasta la
descripción y me dio esta foto – Respondió Alberto enseñando la foto.
-Hijo perdóname, yo no quería hacerte daño ni mucho menos abandonarte –
Dijo Elena.
-No tengo nada que perdonarte porque nosotros dos también cometimos el
mismo error por las imprudencias cometidas – Dijo Alberto.
-Hijo, te quiero mucho ¿Puedo darte un abrazo? – Preguntó Elena.
-Claro, yo también te quiero mucho mamá, aunque extraño la presencia de mi
hermano Alfonso – Dijo Elena.
Alberto y Elena se dieron un abrazo de madre e hijo, en ese mismo momento a
Eduardo le entró una crisis de su enfermedad en el momento menos oportuno y
se desmayó en el suelo del comedor con convulsiones y Alberto dijo:
-¡Papá! ¡Papá!
-Voy a llamar a una ambulancia – Dijo Ana.
Elena cogió un cojín del sofá y lo puso en la cabeza de Eduardo, le tomó el
pulso e iba adelantado, justamente cuando Ana iba a llamar a la ambulancia
por teléfono se va la luz por la lluvia y dijo:
-¡Maldita sea! ¡Alberto trae el móvil que tiene linterna!
Alberto obedeció enseguida a su novia, y llamó a la ambulancia.
-Hospital principal ¿Dígame?
-Necesito una ambulancia urgentemente – Dijo Ana – Mi suegro está enfermo.
-¿A dónde estáis? – Preguntaron los del hospital principal.
-En el barrio del campo número 12 – Respondió Ana – Por favor no tardéis que
no tenemos luz.
Colgó el móvil y enseguida se presentaron al salón a donde estaba Eduardo y
Alberto preguntó:
-¿Cómo está mi padre?
-Mal, cada vez tiene más convulsiones y su corazón va más deprisa – Dijo
Elena - ¿Y la ambulancia?
-Viene en camino – Dijo Ana – Voy a abrir la puerta de la calle así oiremos la
ambulancia.
La ambulancia vino enseguida, le pusieron una mascarilla de oxígeno y un
collarín en el cuello y entró en la ambulancia y un chico de la ambulancia dijo:
-Lo siento solo puede entrar uno.

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-Iré yo que soy doctora – Dijo Elena.
-Nosotros os seguimos con mi coche – Dijo Alberto.
-Está bien – Dijo Elena.
-¡Vamos amor! – Dijo Ana.
La ambulancia se hacía oír más que contrastaba con la lluvia, había muchos
coches pero estos dejaban paso, una vez en el hospital, lo llevaron a
urgencias, le hicieron una radiografía.
-Este paciente necesita una operación urgentemente – Dijo el doctor Martínez.
-Buenas noches doctor Martínez, yo soy la doctora Elena y precisamente soy
de cirugía ¿Cómo se encuentra?
-La verdad que está muy grave – Dijo el doctor Martínez – No me imaginaba
que iba a suceder esto ¿Ha hecho mucho esfuerzo?
-Mi padre no ha hecho ningún gran esfuerzo, creo que ha sido las emociones
fuertes – Dijo Alberto.
-¿Se salvará? – Preguntó Ana.
-La verdad si encontramos a alguien que su órgano fuera compatible no habría
problemas pero está en lista de espera – Dijo el Doctor Martínez.
-Quiero hacer yo la prueba, porque también es mi pareja – Dijo Elena.
-Muy bien, ven conmigo – Dijo el doctor Martínez.
Elena se fue hacer las pruebas correspondientes para saber si era compatible
con su amado Eduardo, mientras Alberto estaba muy nervioso y le dijo a Ana:
-Están tardando mucho para esas pruebas.
-Ten paciencia ¿Quieres algo para tomar?
-No gracias, sólo espero que todo vaya bien – Dijo Alberto.
-Ya verás que sí, no pierdas las esperanzas que es lo último que se pierde.
-Gracias amor, tú como siempre subiéndome la moral – Dijo Alberto.
-Acuérdate que siempre vamos a estar juntos y los problemas tuyos también
son los míos y a mí me duele verte así.
El doctor Martínez se tardó un buen rato en hacer esas pruebas, pero su
sorpresa fue inmediata que cuando leyó el impreso vio “No compatible”, Elena
que lo estaba observando preguntó:
-¿Pasa alguna cosa?
-Lo siento Elena, tengo malas noticias.
-¿No me digas que no soy compatible? – Preguntó Elena.

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-Sintiéndolo mucho así es.
-¿Qué va a pasar?
-Pues a seguir buscando a alguien que sea compatible, pero es que tiene una
sangre AB que no es muy normal que digamos.
-Entiendo – Dijo Elena.
-Voy a comunicárselo a su hijo – Dijo El doctor Martínez.
El Doctor Martínez y Elena se dirigieron hacia la sala de espera, Elena al ver a
su hijo se puso a llorar.
-¿Qué pasa doctor Martínez? – Preguntó Alberto -¿Cómo se encuentra mi
papá?
-Lamentándolo mucho tengo que daros una mala noticia – Dijo el doctor
Martínez.
-¿Qué pasa? – Preguntó Ana.
-Los resultados de las pruebas hechas a tú madre es “no compatible” – Dijo el
doctor Martínez – Aunque tú padre está fuera de peligro pero su estado es
bastante grave.
-Gracias por todo doctor Martínez – Dijo Elena.
-No hace falta agradecer nada, este es mi trabajo y lo hago con mucho gusto,
sí necesitáis alguna cosa por aquí estaré – Dijo el doctor Martínez.
-Gracias – Dijo Alberto.
El médico se fue a mirar a otros pacientes por todo el hospital, mientras Ana le
dijo a Alberto:
-Amor, tengo que ir al supermercado con mi padre a comprar.
-Está bien – Dijo Alberto – Pero no tardes amor.
-Intentaré no tardar cariño – Dijo Ana – Hasta luego Elena.
-Adiós Ana – Dijo Elena.
Ana se dirigió a la salida del hospital, observó que el tiempo se había calmado
y que estaba a punto de amanecer, las calles estaban solitarias, no habían
ruido de coches, ni el murmullo de la gente, sólo veía conducir a las patrullas,
se asustó cuando alguien le habló por la espalda.
-Hola Ana – Dijo Miguel de Rivera.
-Hola Miguel, me asustaste.
-Perdona no era mi intención ¿Qué haces por aquí? – Dijo Miguel de Rivera.
-Hace un rato he salido del Hospital Principal.

209
-¿Qué ha pasado? – Preguntó Miguel de Rivera.
-Eduardo el padre de mi novio está ingresado.
-¿Y cómo está? – Volvió a preguntar Miguel de Rivera.
-El doctor Martínez ha dicho que necesitan operarlo de urgencias y que están
buscando a alguien que sea compatible y aunque está fuera de peligro su
estado es grave ¿Y tú qué haces por aquí?
-Yo estoy poniendo multas a los coches, trabajos de policías, termino en diez
minutos, luego voy al hospital a hacerme esas pruebas para ver si soy
compatible con Eduardo – Dijo Miguel de Rivera.
-Muchas gracias Miguel, mi novio te lo agradecerá.
-¿A dónde vas? – Preguntó Miguel.
-Con mi padre a comprar en el supermercado.
Miguel y Ana se despidieron correctamente, pero a pesar de que la calle estaba
tranquila Ana se encontró con el director Julián y dijo:
-Hola Ana ¿Cómo estás?
-Hola Julián.
-¿Te noto cansada? ¿Pasa alguna cosa? – Preguntó Julián.
-Sí, Eduardo el padre de mi novio está ingresado en el hospital principal.
-¿Y cómo está? – Preguntó Julián.
-Está grave pero no hay peligro, lo que si urge es operarlo pero está en lista de
espera y estamos buscando a alguien que sea compatible, Elena la madre ya
se le han hecho las pruebas y salió no compatible, ahora dentro de diez
minutos irá Miguel de Rivera para saber si es compatible.
-Yo también iré, por si acaso Miguel no resultara compatible – Dijo Julián.
-Mi novio te lo va agradecer mucho, este gesto tan generoso.
-Hay que ser solidario, yo intento ayudar a todas las personas que lo necesiten
y más si se trata de un amigo – Dijo Julián.
-Mi novio es muy agradecido, aunque él robaba por necesidad pero no es mala
persona, lo sé porque lo conozco.
Julián recordó que a principio de curso hubo un robo en el instituto, justamente
a donde pusieron la carta antigua encima del pupitre de Ana, Julián dijo a Ana:
-Ana, ahora que recuerdo quiero preguntarte una cosa.
-Dime.

210
-Antes de que se montará el escándalo de que tú eras la niña adoptada, no sé
si te acuerdas que coincidió el robo con la carta –Dijo Julián.
-Sí coincidió.
-Perdona, sí te ofendo por preguntarte esto ¿Es posible que el que haya
robado es tu novio Alberto? – Preguntó Julián.
-Mira Julián, no quiero ser mala educada contigo porque te admiro como
director del instituto y como persona, pero pienso que esta pregunta se la
tendrías que hacer a él personalmente, porque yo no soy quien por responder,
de todas formas hay mucha delincuencia y podía había sido cualquiera.
-Tienes razón, perdona Ana – Dijo Julián – Por cierto ¿Sabes quien puso la
carta en tu pupitre?
En ese mismo momento apareció Fabrice y respondió:
-Fui yo quien puso la carta encima de la mesa de Ana.
-¿Se puede saber porque lo hiciste? – Preguntó Ana.
-Eso mismo quiero saber yo – Dijo Julián.
-Cómo sabéis yo soy periodista y doy información a todo el mundo, en el
instituto, en la calle, en empresas – Dijo Fabrice.
-Pero eso no responde a la pregunta – Dijo Ana.
-Lo hice por órdenes de una persona que tengo mucho en común y la quiero
muchísimo, daríamos la vida mutuamente – Dijo Fabrice.
-¿De quién hablas? – Pregunto Julián intrigado.
-De Roberto – Respondió Fabrice.
-¿Qué tiene que ver Roberto en esto? – Preguntó Ana.
-Roberto es mi hermano mayor – Respondió Fabrice.
-¡Qué! – Exclamaron a la vez Ana y Julián.
-Sí, así es, Roberto es mi hermano mayor y trabaja como detective privado, por
eso se viste de negro para que nadie lo pueda reconocer, como vosotros
sabéis protege a la gente buena y hace todo lo posible para luchar contra las
injusticias – Explicó Fabrice.
-Entonces, quien me está buscando a mi hija es él – Dijo Ana.
-Sí, Ana, es mi hermano quien lo está investigando, él aparte de ser detective
privado, tiene una empresa que ayuda a encontrar gente que en estos
momentos están desaparecidas – Dijo Fabrice.
-Entonces ¿En la empresa se quita su traje negro verdad? – Preguntó Ana.

211
Fabrice sonrío y le respondió:
-Sí, en el trabajo se lo quita porque nadie lo conoce, somos una familia muy
reservada – Respondió Fabrice.
-Quién lo diría, sois muy diferente para ser hermanos – Dijo Julián – Tú eres
más extrovertido y simpático.
-Director Julián todos somos diferentes, sería muy aburrido que todas las
personas fueran iguales ¿No crees? – Preguntó Fabrice.
-Tienes razón – Dijo Julián.
-Ya me tengo que ir, he quedado con mi padre para ir al supermercado a
comprar y luego regresar al hospital – Dijo Ana.
-¿Por qué tienes que ir al hospital? – Preguntó Fabrice.
-Eduardo está ingresado, tiene leucemia y necesitan operarle de inmediato,
pero la madre de Alberto no es compatible – Respondió Ana.
-No te preocupes, mi hermano y yo también nos haremos esas pruebas – Dijo
Fabrice.
-Te lo agradezco, no soporto ver a mi novio sufrir – Dijo Ana – Bueno chicos,
nos vemos en otra ocasión.
Ana se marchó del lugar, cogió su móvil y llamó a su padre Alfredo, éste lo
descuelgó y dijo:
-Hija ¿A dónde estás?
-Voy de camino, el padre de Eduardo está en el hospital y me he encontrado al
policía Miguel de Rivera, al director Julián y a Fabrice.
-¿Eduardo está en el hospital? ¿Qué le pasa? – Preguntó Alfredo.
-Sí, ahora te lo cuento, es un tema un poco delicado para hablarlo por teléfono.
-Está bien, te espero – Dijo Alfredo.
Ana no tardó en llegar a casa de su padre y le dijo:
-Hola papá.
-¿Cómo estás hija?
-Estoy muerta, hace mucho calor a fuera – Dijo Ana.
-Dime ¿Qué le ha pasado a Eduardo?
-Está enfermo, tiene leucemia y urge operarlo pero necesita que una persona
sea compatible – Dijo Ana.
-Yo mismo me ofrezco a hacerme estas pruebas.

212
-Papá, que buen detalle de tu parte, pero te recuerdo que estás enfermo – Dijo
Ana.
-No te preocupes hija, ya estoy mejor de mi enfermedad y ya no toso como
antes.
-¿Estás listo para ir a comprar al supermercado? – Pregunto Ana – Cuando
regresemos, me daré un baño y regresaré al hospital.
-Y yo iré contigo, quiero darle mi apoyo a mi yerno e insisto que quiero hacer
esas pruebas.
Ambos se fueron al supermercado a comprar todo lo necesario para los dos
días que iba a estar Alfredo, antes de volver a la cárcel.
Mientras que el policía Miguel de Rivera, se dirigió hacía el Hospital Principal,
una vez entró en recepción dijo:
-Hola Alberto, lamento mucho lo que le ha pasado a tú padre.
-Hola Miguel, gracias – Dijo Alberto triste – Mira, te presento a mi madre Elena.
-Tú novia Ana, me contó que tu padre necesita un donante para operarlo y yo
me ofrezco a hacérmelas – Dijo Miguel.
-Gracias señor de Rivera, mi pareja estará agradecido – Dijo Elena.
-No hay nada que agradecer, siempre me ha gustado ser solidario y ayudar a
las personas que lo necesiten – Dijo Miguel – Por cierto ¿A dónde tengo que ir
para realizar las pruebas de compatibilidad?
-Mira, allí viene el doctor Martínez – Dijo Elena.
-Buenos días doctor Martínez, vengo a realizarme esas pruebas de
compatibilidad – Dijo Miguel.
-Muy bien, por favor ven conmigo – Dijo el doctor Martínez.
-Hasta ahora – Dijo Miguel.
Miguel se alejó dirigiéndose hacia la habitación para realizarse las pruebas,
mientras en la sala de espera, Elena dijo a su hijo Alberto:
-Qué generoso es el policía Miguel de Rivera.
-Sí, es una magnífica persona, no sabes cuánto le admiro.
-Esperemos que sea compatible – Dijo Elena.
-No me gusta nada los hospitales, no es posible que tarden tanto.
-Estás cosas suelen ser así, van lentas pero llegan no te desesperes – Dijo
Elena.
-Mamá ¿Por qué decidiste ser doctora?

213
-Muy buena pregunta hijo – Dijo Elena – Creo que siempre me gustó la idea de
operar a los enfermos.
El doctor Martínez estuvo mucho tiempo haciendo las pruebas de
compatibilidad, pero el destino se negaba de que la hoja analítica le pusiera de
nuevo “no compatible”.
-¿Todo bien? – Preguntó Miguel.
-No, lo lamento Miguel pero no eres compatible, Eduardo tiene una sangre
bastante rara y es difícil encontrarla.
-Gracias por todo doctor Martínez – Dijo Miguel.
Miguel se volvió a la sala de espera, Alberto le preguntó:
-¿Cómo te ha ido?
-Mal, lo siento Alberto no soy compatible – Dijo Miguel – No te desesperes,
seguro que al final encontrarás alguien que lo sea, acuérdate que la esperanza
nunca se pierde.
-Esto parece una pesadilla – Dijo Alberto – No puede ser que me esté pasando
esto.
-Me tengo que ir – Dijo Miguel – Mucho gusto conocerla señorita Elena.
-Igualmente – Dijo Elena.
Miguel se volvió a su trabajo de policía, tanto Alberto como su madre Elena
estaban muy triste porque no encontraban un donante que fuera compatible
con Eduardo.
Pasaron las horas, Julián también se presento al hospital, Alberto le presentó a
su madre Elena y el director se fue hacer las pruebas, estuvo otro buen rato y
el doctor de nuevo vio “no compatible” en la hoja de la analítica, cuando el
director Julián lo comunicó a Elena y a Alberto, se pusieron aún más triste
porque sabían que no era fácil de encontrar una persona con la misma sangre
que Eduardo, lo mismo sucedió con Fabrice y Roberto y también le dijeron que
no eran compatible, en ese mismo instante llegaban Alfredo y su hija Ana, ésta
dijo:
-Amor, ya estoy aquí ¿Cómo ha ido todo?
-Mal, la verdad que la cosa está muy difícil, han venido Miguel, Julián, Fabrice y
Roberto hacerse las pruebas pero no tenemos suerte y yo me voy a
desesperar, si alguna cosa sucede a mi padre, yo me muero – Dijo Alberto
llorando.

214
-Amor, no me gusta verte llorar, ya verás que pronto tu papá se recuperará –
Dijo Ana.
-Ahora yo voy hacerme esas pruebas y con un poco de suerte salgo compatible
con el ADN – Dijo Alfredo.
-Muchas gracias Alfredo, pero cada minuto que pasa voy perdiendo las
esperanzas – Dijo Alberto.
-Alberto, la esperanza nunca muere, debes de tener fe – Dijo Alfredo - ¿Dime a
cuál doctor tengo que ir?
-Gracias Alfredo, tienes que preguntar por el doctor Martínez – Dijo Elena.
-No me tienes que agradecer nada, lo hago con mucho gusto – Dijo Alfredo.
-Papá ¿Quieres que te acompañé a ver al doctor? – Preguntó Ana.
-No hace falta, quédate con tu novio que te necesita – Respondió Alfredo.
Alfredo se alejó de la sala de espera del hospital principal y se fue directamente
a una puerta que estaba cerrada con una placa escrito doctor Martínez, tocó la
puerta.
-Adelante pase – Dijo el doctor Martínez.
-Buenas tardes, doctor.
-¿Con quién tengo gusto de hablar? – Preguntó el doctor Martínez.
-Mi nombre es Alfredo y vengo aquí para hacerme las pruebas de ADN para
saber si soy compatible con Eduardo.
-Bien, empecemos – Dijo el doctor Martínez – Espero que tú tengas más suerte
que los otros que han venido, te quiero advertir que en caso que seas
compatible, la operación es bastante delicada y también se puede poner tu vida
en peligro ¿Has tenido alguna enfermedad?
-Hace varios días tuve bronquitis y anginas, pero gracias a los medicamentos
ya estoy bien.
-¿Eres alérgico a alguna cosa? – Preguntó el doctor Martínez.
-No soy alérgico, y asumo todas las responsabilidades de la operación.
El doctor Martínez acompañó a Alfredo al laboratorio y allí le pincharon en el
brazo para extraerle sangre, inmediatamente se la llevaron a examinar.
Pasaron mucho tiempo, pero mereció la pena, cuando al doctor vio la hoja de la
analítica “compatible” sonrió y dijo:
-Enhorabuena Alfredo, eres compatible.
-¿Enserio?

215
-Claro, es lo que muestra el análisis – Respondió el doctor Martínez.
-Me alegro mucho de que pueda ayudar a salvar una vida ¿Cuándo es la
operación?
-Cuando antes es mucho mejor porque Eduardo cada minuto que pasa está
perdiendo su vida – Respondió el doctor Martínez.
-Voy a contárselo a Alberto, se va a alegrar mucho.
-Por supuesto, es un buen chaval que está sufriendo mucho por su padre
¿Usted de que lo conoces? – Preguntó el doctor Martínez.
-Es el novio de mi hija.
-¿Entonces sois familia? – Preguntó el doctor Martínez.
-Más o menos, pero acabaremos siéndolo, muchas gracias doctor.
Alfredo regresó sonriendo hacía la sala de espera, allí estaban todos nerviosos.
-Papá ¿Cómo te ha ido? – Preguntó Ana.
-Muy bien, Alberto quiero que sepas que el resultado me ha salido compatible –
Dijo Alfredo.
-¿Me lo dices enserio? No me estarás engañando – Dijo Elena sonriendo.
-No, eso es lo que me ha dicho el doctor – Dijo Alfredo.
-Por fin se ha hecho justicia – Dijo Alberto emocionado – Alfredo muchas
gracias por tu solidaridad, mi padre te lo va a agradecer.
-Amor ¿Por qué estás llorando? – Preguntó Ana.
-Lloro de felicidad porque sé que mi padre se va a salvar y se pondrá bien.
Elena se acercó a Alfredo y le dio un beso de agradecimiento, éste sorprendido
preguntó:
¿Y eso?
-Es para darte las gracias por ayudar a mi pareja – Dijo Elena.
-Créeme es un placer ayudar y rectificar mis errores a tiempo – Dijo Alfredo.
-Papá hay que avisar a tú abogada y a Miguel – Dijo Ana.
En ese mismo momento sonó el móvil de Alfredo y respondió:
-Hola ¿Cómo se encuentra mi abogada favorita?
-Estoy en el bufet que estoy liada, hay mucho trabajo ¿A dónde estás amor?
-Estoy en el Hospital Principal – Respondió Alfredo.
-¿Y qué ha pasado?
-El padre del novio de nuestra hija tiene leucemia y he ido hacerme las pruebas
para saber si era compatible o no y el resultado es que sí – Dijo Alfredo – Amor

216
¿Le podrías avisar al director de la cárcel a Rafael para que me dé unos días
más por favor?
-Por supuesto, es un gesto tan noble el tuyo el ayudar a la gente, por cierto
¿Cómo está mi hija?
-Está muy bien, tiene muchas ganas de conocerte y más feliz con su novio,
pronto nos vendrán con la noticia que se van a casar – Dijo Alfredo.
-Discúlpame con ella pero me acaban de avisar que hay una junta dentro de
dos minutos, si termino pronto iré al hospital.
-No te preocupes, es lo que tiene ser una abogada de éxito – Dijo Alfredo – Te
quiero mucho.
-Y yo a ti también.
Ambos colgaron y Ana preguntó:
-Papá ¿Era mi madre verdad?
-Así es – Respondió Alfredo.
-¿Y qué te ha dicho? – Preguntó Ana.
-Me ha dicho que te disculpe por no hablar contigo porque iba a entrar en una
junta y también le he pedido que hable con Rafael el director de la cárcel para
que me dé unos días de prórroga – Respondió Alfredo.
-¿Por cierto sabes en que bufete trabaja mi madre? – Preguntó Ana.
-Mira por donde, pero aún no se lo he preguntado – Respondió Alfredo – De
todas formas me ha dicho que si termina pronto pasaría por el hospital.
-Está bien, papá, me adelantó y voy hablar con el policía Miguel para explicarle
lo sucedido – Dijo Ana.
-¿Quieres que te acompañé amor? – Preguntó Alberto.
-Cariño, no hace falta, quédate con tú padre que te necesita, yo intentaré no
tardar – Dijo Ana dándole un beso a su novio de despedida.
-Adiós Ana, ves con cuidado – Dijo Elena.
Ana se fue del hospital y cogió un taxi, le dijo al conductor:
-Llévame a la comisaría.
El conductor del taxi obedeció y la llevó a la cárcel, Ana le pagó por su trabajo y
entró por la puerta, justo más entrar, se dio cuenta de que estaba su hermana
Rigoberta que había venido a poner una denuncia a Alfonso y ésta dijo:
-Hola niña adoptada.

217
-¿Aún sigues con ese mote Rigoberta? Dijo Ana sonriendo y desafiando la
mirada.
-Veo que ya no te afecta ¿Te acuerdas cuando llorabas? – Preguntó Rigoberta
en tono burlón.
-Claro que me acuerdo, pero yo ahora soy muy feliz porque me da gusto de no
tenerte como hermana por lo sangrona que eres. Dime ¿Qué haces aquí en la
cárcel?
-Eso no es asunto tuyo – Respondió Rigoberta borde.
-Tienes razón.
-¿Y tú qué haces aquí? – Preguntó Rigoberta.
-Lo mismo te digo, no es asunto tuyo, por suerte no eres mi hermana y no
tengo que darte explicaciones.
-Eres una latosa, no vales para nada, eres hija de un preso – Dijo Rigoberta
para provocarla.
-Sí, soy hija de que le ordenasteis que pusiera las avispas en el alfeizar de la
ventana de Alberto.
Rigoberta ofendida le dio una bofetada en la mejilla y dijo a Ana:
-Esto te lo debía de hace mucho tiempo.
Ana no se quedó atrás y le devolvió la bofetada y le dijo:
-Esto para que aprendas a respetarme, no seré tu hermana pero me defiendo
de personas tan crueles como tú, un día todo el daño que estás haciendo lo
pagarás caro.
Se acercó Miguel y preguntó a Ana:
-¿Está todo bien?
-Sí, Miguel, aquí aclarando unas cosas con Rigoberta – Respondió Ana.
-¿Qué haces aquí Rigoberta? – Preguntó Miguel.
-Vengo a poner una denuncia – Respondió Rigoberta.
-Pasa a mí despacho – Dijo Miguel – Dime Rigoberta.
-Quiero poner una denuncia a Alfonso, al hermano gemelo de Alberto.
-¿Cuál es el motivo? – Preguntó Miguel.
-Tengo muchos motivos para ponerle denuncias, el primero porque fue él quien
me atropelló y por su culpa perdí mi brazo y segundo porque está metido en el
mundo de las drogas.
-Explícame ¿Cómo fue el atropello? – Preguntó Miguel.

218
-Yo salía del apartamento, estaba bastante pensativa, justo cuando estaba
cruzando la mitad del paso cebra de la carretera, venía un motorista que sobre
pasaba el límite de velocidad, caí y me quedé inconsciente, luego ya en el
hospital me dijeron que había perdido un brazo y que me lo emputaron.
-¿Por qué no pusiste una denuncia cuando sucedió? – Preguntó Miguel.
-Porque no tenía pruebas de que fuera Alfonso.
-¿Y cómo te enteraste? – Preguntó Miguel.
-Estábamos todos en el apartamento de Manuel, Silvia, Susana y yo nos
fuimos a comprar ya que Manuel y Alfonso tenían que hablar de sus negocios,
yo estaba muy cansada de ir a las compras pero necesitaba relajarme y salí a
que me tomará el aire, allí estaban hablando Alfonso y Manuel y yo para que
no supieran que yo les seguía me fui a una tienda de disfraces y me disfracé de
vieja.
-Ahora que recuerdo Alfredo mencionó el tema de que te atropellaron y tuvieron
que amputarte el brazo – Dijo Miguel.
-No sé si me creerás pero si quieres pruebas puedes pedir el informe al
Hospital Principal me atendió el doctor Vicente.
-Alfredo ya me contó que te habían atropellado, pero una simple conversación
no es ninguna prueba – Dijo Miguel.
-Es posible que no, pero la moto de Alfonso esta bollada.
-Entonces, sería tú palabra en contra de la tuya, una guerra sin tregua – Dijo
Miguel.
-¿Y qué me dices que es él líder de los narcotraficantes?
-Allí te puedo decir que estamos haciendo todo lo posible para detenerlo, pero
es como si se lo ha tragado la tierra – Dijo Miguel.
-Bueno, de todas formas gracias Miguel.
-Espera Rigoberta quiero hablar contigo de otra cosa – Dijo Miguel.
-Me imagino que querrás de hablar sobre Alfredo.
-Veo que eres una chica muy inteligente – Dijo Miguel.
-¿A caso lo dudas?
-Alfredo cuando se entero de que Ana era su hija, vino directamente a la
comisaría para confesarse que se había aliado a vosotros con el fin de hacer
daño a tu hermana pequeña Ana y me contó que tú fuiste la de la idea de
ponerles avispas en el alféizar y que también me contó que en una noche de

219
tormenta fuiste a buscar la carta en su diario personal y cuando te enteraste de
que no era tu hermana, la empezaste a odiar ¿Es cierto? – Dijo Miguel.
-¿Y qué quieras que te responda?
-Quiero que por una vez en tú vida digas la verdad ¿Es cierto lo que dijo
Alfredo de ti? – Preguntó Miguel.
-Más o menos es cierto, lo de las avispas en el alféizar estábamos aliados
todos.
-¿Quién son todos? – Preguntó Miguel.
-Manuel, Silvia, Susana, Alfredo y yo.
¿Y por qué hacer una cosa tan baja? – Preguntó Miguel.
-Por la simple razón de que la odio y ha estado abusando nuestro dinero.
-De todas formas ves con cuidado que tarde o temprano la vida te puede pasar
factura – Dijo Miguel.
-Qué yo recuerdo, tú antes me has dicho que lo que yo haya oído sobre
Alfonso no es ninguna prueba y quiero preguntarte ¿Alfredo las tiene?
-Tienes razón, de momento no hay pruebas, pero ten por seguro que se van a
conseguir – Dijo Miguel.
-Cuando llegué ese momento volveremos hablar tú y yo.
Acto seguido Rigoberta salió y le dijo a Ana:
-Adiós niña adoptada.
Ana la ignoró y entró en el despacho de Miguel.
-Hola Miguel.
-Hola Ana.
-¡Qué insoportable es!
-¿Rigoberta? – Dijo Miguel.
-Sí, ella misma.
-¿Cómo estás Ana? – Preguntó Miguel.
-Estoy muy contenta.
-¿Y eso? – Preguntó Miguel.
-Porque Eduardo ya encontró un compatible.
-¿Ah sí? Dime ¿Quién es? – Preguntó Miguel.
-Mi padre Alfredo.
-Me alegro mucho por vosotros y respeto Alfredo no te preocupes, yo mismo
hablaré con Rafael y le diré todo lo sucedido – Dijo Miguel.

220
-Muchas gracias – Dijo Ana – Me regreso al hospital.
-Por cierto ¿Cuándo le trasplantan el órgano a tu padre?
-Cuanto antes mejor para mi futuro suegro – Respondió Ana.
Ana salió de la comisaría y se regresó de nuevo al hospital, cuando llegó dijo:
-Ya llegué mi amor.
-¿Qué te ha pasado por qué te has tardado tanto? – Dijo Alberto.
-¿No sabes lo que me ha pasado? – Dijo Ana.
-¿Qué te ha pasado hija? – Dijo su padre Alfredo.
-Cuando he entrado en la comisaría para hablarle al policía Miguel de que te
iban a operar, estaba allí Rigoberta – Dijo Ana.
-¿Qué hacía tu hermana allí? – Preguntó Alberto.
-Doy gracias a esta vida de que no es mi verdadera hermana – Dijo Ana.
-Pero bueno ¿Qué hacía allí? – Volvió a preguntar Alberto.
-La verdad no sé que hacía allí, solo la vi en el pasillo y se dedico a insultarme,
pero yo le planté cara y hasta nos dimos un par de bofetadas – Explicó Ana.
-Mi amor ya sabes como es Rigoberta a ella lo que más le duele es que la
ignores – Dijo Alberto.
-Tú novio tiene razón – Dijo Alfredo.
-A ver que me diga que sea una niña adoptada no me importa pero quien me
agrede se lo devuelvo, es una manera de defenderse – Dijo Ana.
-No te preocupes amor, ella tarde o temprano acabarán pagando toda su
maldad – Dijo Alberto.
-Hija, recuerda que los buenos siempre triunfan después de tanto sufrimiento –
Dijo su padre Alfredo.
-Tienes razón, pero a veces me desespero con tanta maldad – Dijo Ana.
-Lo mejor que puedes hacer es pensar en cosas agradables, ahora mi pareja
va ser operado y se recuperará gracias a tu padre – Dijo Elena.
-No hay nada que agradecer, la vida me está dando la oportunidad de rectificar
los errores del pasado – Dijo Alfredo.
Justo en este mismo instante apareció el doctor Martínez y se acercó a la
familia de Eduardo:
-Hola, vengo a informaros que la operación se hará a las 11:30 de la mañana,
así Alfredo está noche te vamos a ingresar

221
-Doctor Martínez, no sé si sabrás que yo también soy doctora de cirugía y me
gustaría estar con él en la dicha operación, es mi pareja pero antes que nada
soy médico – Dijo Elena.
-Por supuesto que lo sabía que eras doctora, tienes una trayectoria increíble
has curado a muchos enfermos a punto de morir y han seguido viviendo
gracias a ti – Dijo el doctor Martínez – Y no tengo ningún problema en que
estés en la operación.
-Muchas gracias doctor Martínez – Dijo Elena.
Mientras en la comisaría Miguel de Rivera se dirigió hacía la dirección y llamó a
la puerta, Rafael dijo:
-Adelante.
-Hola Rafael, vengo hablar contigo ¿Estás ocupado?
-No, pasa, tranquilo ¿Dime quieres tomar un café? – Dijo Rafael.
-Sí, te lo agradecería, llevo un día de locos.
-¿Sacarina o azúcar? – Preguntó Rafael.
-Tres cucharadas de azúcar.
-¿Tres? – Preguntó Rafael extrañado.
-Sí, he dicho tres cucharadas, la verdad es que soy muy goloso con el café.
-Bueno ¿Dime de qué quieres hablar? – Preguntó Rafael, mientras daba el café
a Miguel de Rivera.
-Antes que nada te voy a dar las gracias por el café, bueno, quiero hablarte
sobre Alfredo.
-Dime ¿Qué pasa con Alfredo? – Pregunto Rafael.
-Te voy a pedir que alargues unos días más la libertad de Alfredo concebidos.
-¿Y eso por qué? – Preguntó de nuevo Rafael.
-Resulta que el padre del novio de la hija de Alfredo está ingresado en el
Hospital Principal y necesitaba un donante y resulta que Alfredo es compatible.
En ese mismo momento sonaba el teléfono del director de la comisaria, éste lo
descolgó y preguntó:
-Sí
-¿Está el director Rafael? – Preguntó el doctor Martínez.
-Sí soy yo.
-Habla el doctor Martínez del Hospital Principal.
-¿Sí dime? – Preguntó Rafael.

222
-Te informo que el preso Alfredo va a donar un órgano y va necesitar un par de
días más – Dijo el doctor Martínez.
-¿Quién es? – Intervino Miguel.
Rafael puso la mano al teléfono y dijo:
-Es el doctor Martínez.
-Sr Rafael ¿Te encuentras? – Preguntó el doctor Martínez.
-Sí, perdona, me estaban comunicando una cosa – Respondió Rafael – Está
bien, le doy todos los días que sean necesarios para la operación y la
recuperación, dile Alfredo que tiene mi permiso y que cuenta con todo mi
apoyo.
-Muchas gracias Rafael – Dijo el doctor Martínez
-Es un gesto muy noble de parte de Alfredo – Comentó Rafael.
-Lo siento Rafael, tengo que dejarte que me acaban de informar que tengo una
reunión – Dijo el doctor Martínez.
-Tranquilo no pasa nada – Dijo Rafael.
Cuando Miguel vio que había colgado Rafael, le preguntó:
-¿Qué te ha dicho el doctor Martínez?
-Cómo ya habrás oído que ya le he dado permiso para alargarse los días que
necesita antes de que vuelva.
-Por lo visto hemos coincidido pero de todas formas muchas gracias Rafael –
Dijo Miguel.
-Miguel, quería hablar contigo de otro asunto.
-¿Dime de qué quieres hablar? – Preguntó Miguel extrañado.
-Bien, como ya sabes estamos teniendo a narcotraficantes en la costas
francesas y lo que sucedió con Luís y Adrián ha hecho que nuestra comisaria
se haya visto en un escándalo, tenemos que limpiar nuestro nombres, porque
antes de todos somos policías y tenemos que dar ejemplo a todos los
ciudadanos.
-Entiendo perfectamente ¿Y qué quieres que haga?
-Para no llevarme con otra sorpresa de mal gusto, quiero que investigues que
fue lo que realmente sucedió para que secuestraran a Carlos y lo mataran de
esa forma tan cruel –Dijo Rafael.
-Tienes razón, cuando Alfredo se recuperé y regresé de nuevo a la cárcel, le
pediré que me ayude.

223
-Me parece una buena idea, ojala que todos los presos tuvieran la misma
actitud de Alfredo, es curioso, el cambio que ha hecho y eso que hay el dicho
“la gente no cambia en dos días” – Dijo Rafael.
-Pero también está el dicho “la excepción confirma la regla”, yo prefiero ser
más optimista y creer que una persona que haya hecho cosas malas y que
cambie, para mí es admirable.
En Nueva York Víctor estaba ultimando sus últimos detalles en su instancia del
hotel, no se podía creer que su negocio de toda una vida estaba prácticamente
en la ruina, tuvo que despedir a todos los trabajadores pagando los
correspondientes finiquitos, ese día estaba solo en el despacho y empezó a
recordar todos los momentos buenos, él estaba en un abismo de caer en una
depresión, empezó a recoger las cosas, su ropa seguía intacta en el despacho,
la vida se había ensañado con él y se decía una vez y otra que era un
fracasado, al abrir el cajón vio una carpeta clasificadora a donde estaban todos
los huéspedes y clientes del hotel y nostálgico recordó el problema que tuvo
con el grifo de la bañera y que las tres hermanas habían arreglado. Cuando
acabó de recogerlo todo, cerró el hotel con llave y se dirigió hacía su casa para
hablar con su mujer, tocó el timbre y Gabriela le abrió la puerta y dijo:
-Hola Víctor.
-Hola, es importante que tú y yo hablemos.
-Sí, pasa ¿Quieres tomar alguna cosa? – preguntó Gabriela.
-No gracias, no te preocupes seré breve.
-¿Y esa maleta? – Preguntó Gabriela.
-Vengo a decirte que quiero el divorcio y como soy todo un caballero pasaré
todas mis propiedades a tu nombre, quiero que sepas que el hotel está
cerrado, si quieres derrumbarlo y hacer un negocio lo puedes hacer y también
quiero que sepas que me voy a Francia una larga temporada.
-¿Con tu amante? – Preguntó Gabriela.
-Sí, con ella, porque ella siempre me ha dado la comprensión y el cariño que tu
nunca me has dado.
-¿De verdad te he tratado tan mal? – Preguntó Gabriela haciéndose la víctima.
-Sí te soy sincero es que ni siquiera me has tratado, has pasado de mí
totalmente y sin ningún motivo me echaste de la casa, a ti lo único que te
importa es el dinero reconócelo.

224
-Tienes razón, me casé contigo por amor al dinero y ahora que lo has perdido
todo te concedo el divorcio y no te preocupes que de tus propiedades las voy a
cuidar muy bien – Dijo Gabriela.
-Me alegro que lo reconozcas.
-¿Por cierto cuando te vas a Francia? – Preguntó Gabriela.
-Cuando terminé con los papeleos y espero no verte más.
-Lo mismo te digo – Dijo Gabriela – Víctor ¿Cuándo irás arreglar los papeleos?
-Cuando venga mi abogada que en estos momentos se encuentra de
vacaciones en Barcelona.
-¿Te refieres a tu abogada Mariela? – Preguntó Gabriela – Pues que no sea
otras de tus amantes.
-¡Caray Gabriela! Siempre pensando mal de mí, para tú información está
casada con el psicólogo Rodrigo del Hospital Principal del Campo en Francia.
Gabriela le miro con cara de pocos amigos y le preguntó:
-¿Sabes cuándo regresará?
-Te lo repetiré por última vez, cuando venga habrá llegado.
Mariela se encontraba de vacaciones en Barcelona con su marido Rodrigo y
con su hija adoptiva, ellos estaban casados de hace varios años y su amor lo
disfrutaba cada día como si fuera el primer día en que se conocieron, entre los
dos decidieron adoptar a una niña porque Rodrigo era estéril. La hija adoptiva
era Lucía, tenía 7 años, era simpática, agradable, cariñosa, era muy idéntica a
su madre biológica.
Mientras en Francia en el Hospital Principal del Campo aún estaban en la
espera de que a Eduardo le hicieran el trasplante, todo estaba silencioso solo
se oía las secretarias de las enfermeras tecleando el ordenador y los ruidos
que hacían el ascensor cuando alguien subía o bajaba, Elena fue la primera
que rompió el hielo y dijo a su hijo Alberto:
-Cariño, sería conveniente que fueras a descansar, no has dormido nada desde
que tú padre ha estado aquí ingresado y te irá bien.
-No sé si podría ir a descansar por eso prefiero quedarme aquí – Dijo Alberto.
-Mi amor, tú mamá tiene razón ¿Por qué no nos vamos a la casa, nos damos
un baño, dormimos y al despertar regresamos al hospital? Te tienes que cuidar
amor, no quiero que el próximo en que pise el hospital seas tú el que esté
ingresado – Dijo Ana.

225
-Está bien, tenéis razón – Dijo Alberto.
-Elena ¿Le podrías decir a mi padre que he ido a descansar por favor? –
Preguntó Ana.
-Por supuesto, ir a descansar yo le daré el aviso a tu padre – Dijo Elena.
-Gracias – Dijo Ana.
Alberto y Ana salieron del hospital cogidos de la mano hacía el apartamento, ya
había anochecido, era prácticamente de noche, cuando llegaron al
apartamento, estaban cansados se dieron un baño y se fueron a descansar
porque el día de mañana iba a ser muy largo y pesado, los dos estaban igual
de preocupados porque los dos padres estaban al hospital.
Mientras que Susana la hermana pequeña de Silvia, estaba profundamente
enamorada de Fabrice y él se lo imaginaba. Esa misma madruga Susana
consiguió su número de móvil y lo llamó para decirle que tiene que cosas que
decirle, cosas muy importantes pero que no podía ser en su casa porque le
costaría la vida. Entonces Fabrice le dijo que quedarían a la puerta del instituto
y que luego ya veríamos a dónde se dirigían, Susana le dijo que se trajera una
grabadora para que la grabe y tenga pruebas para destruir a la peña mala, los
dos colgaron.
En casa de Eduardo, Ana se despertó en plena madrugada y no pudo conciliar
el sueño, así que abrió su diario personal y encontró la carta que escribió su
padre cuando estaba en la cárcel y mientras la leía en el baño, se le caía las
lágrimas de los ojos y sintió un escalofrió por todo su cuerpo.
Susana ya estaba esperando en la puerta del instituto del Campo y Fabrice
llego tan puntual como la aguja del reloj, Susana entrando en su coche le dijo:
-Gracias Fabrice por venir.
-¿Qué me tienes que decir que es tan importante?
-Muchas cosas – Dijo Susana.
-Espera enciendo la grabadora.
-No, espera antes de empezar con esto quiero decirte una cosa que no puedo
aguantar más – Dijo Susana.
-¿Qué me quieres decir?
-Verás, la verdad ha pasado mucho tiempo de la forma que te conocí, desde
ese día supe que eras mi chico ideal, pero no he sido una buena persona y sé
que he cometido muchos errores y por eso quiero que sepas que estoy

226
enamorada de ti y no soporto este tormento y el sentimiento de culpa y me
estoy debatiendo entre el amor o mi vida – Dijo Susana.
-Susana yo ya lo sabía, sé que en el fondo no eres mala y que estás
influenciada por tu hermana, Rigoberta, Manuel y Alfonso. Una pregunta
¿Cómo supiste que yo era periodista si era un secreto a voces?
-Cuando una persona me interesa, averiguó todo y me resultó fácil, una vez
cometiste un error y te vi que entrabas en la sala de informática y me quedé allí
hasta que salieras y cuando saliste te vi con un montón de revistas que tenias
en la mano – Respondió Susana con mala cara.
-¿Te encuentras bien? – Dijo Fabrice tocando la frente – Tienes mucha fiebre,
es mejor que nos vayamos al hospital, es importante que te pongan una
inyección.
-A parte de tener fiebre, me siento muy mareada, tengo frió en el cuerpo y
estoy muy cansada – Dijo Susana – Por favor enciende la grabadora, esto es
muy importante para mí.
-Espera en el maletero tengo una manta a lo mejor te irá bien.
Fabrice abrió la puerta, bajó del coche, se fue directamente al maletero, lo
abrió, cogió la manta y lo cerró, entro de nuevo y arropó a Susana que poco a
poco se estaba desvaneciendo, cerró la puerta del conductor y puso la
calefacción para que el coche se calentara pronto y dijo:
-Ahora te sentirás mejor y te vas a recuperar ya lo verás.
-Gracias Fabrice, pero quiero confesarte cosas de la peña mala.
Fabrice cogió la grabadora que estaba en el cajón del copiloto y pulsó la tecla
de grabar y dijo:
-Ya puedes hablar.
Susana que apenas podía hablar de lo enferma que se había puesto,
carraspeó y dijo:
-Al principio de todo, cuando ellos se acababan de instalar aquí mi hermana me
dijo que me tomará una pastilla y que provocará un enfrentamiento con ella y
me fuera de la casa para vigilarlos e intentará hacer la vida imposible, por
suerte al día siguiente se publicó la historia en portada que seguramente
escribiste tú. Luego hicimos el plan de las avispas aliándonos con el profesor
de Alfredo y también hicimos el escándalo de ponerle el mote a Ana “Niña
adoptada” y de pasó aprovechando de la circunstancia le tendimos una trampa

227
a Natalia porque Carlos le dio una buena golpiza en el estomago a Manuel y
como Natalia es muy ingenua nos aprovechamos de ella y ella empezó a correr
para escaparse pero le hice la zancadilla y cayó, enseguida le maniatamos las
muñecas, la llevamos a una clase y la terminamos de atarla pero no nos dimos
cuenta de que la puerta no cerraba bien y luego alguien que entró la desató –
Susana volvió a carraspear.
-¿Puedes continuar?
Susana asintió moviendo la cabeza y dijo:
-Continuemos, también organizamos el secuestrar de Carlos, yo solamente me
encargué de contratar el sicario pero no sé como lo planearon tan perfecto, no
hay ninguna prueba al menos que yo lo sepa y también le enviamos notas
anónimas a Adrián diciéndole que Sara le estaba poniendo los cuernos, eso es
todo lo que sé.
Fabrice paro la grabadora y le agradeció todo lo que había hecho por hacer
justicia y también le confesó que había sido él que había liberado a Natalia y se
la llevó varias días a su casa para protegerla y que luego le pagó los billetes
para que se fuera a Nueva York con Daniel y allí se casaron en secreto.
Susana se puso la mano derecha al corazón porque le hacía mucho daño y le
daba pinchazos fuertes y Fabrice que lo vio le preguntó:
-¿Qué te pasa?
-Me duele el corazón, me dan pinchazos muy fuerte ¿Te puedo pedir un favor?
Fabrice sabía que le estaba pareciendo era un infarto y para no contradecirle le
respondió:
-¿Qué favor quieres?
-Necesito que me des un beso de amor porque te quiero más que a mi propia
vida.
Fabrice accedió y le dio un beso de amor, cuando terminaron de besarse
Susana cerró los ojos y giró la cabeza, acababa de fallecer de un ataque al
corazón. Fabrice se puso triste y la tapó con la manta y llamó a Miguel de
Rivera y éste dijo:
-¿Sí?
-Hola Miguel, soy Fabrice te llamo porque ha pasado una tragedia.
-¿Qué ha pasado? – Preguntó Miguel.
-Acaba de fallecer Susana la hermana de Silvia.

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-¿Qué? Enseguida voy para allá ¿A dónde te encuentras?
-En la entrada del Instituto – Dijo Fabrice.

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CAPÍTULO 10:
UN BONITO FINAL BRINDAN POR LA AMISTAD:

PRIMERA PARTE:

Miguel de Rivera llegó al instituto del Campo y al ver a Fabrice se dieron el


respectivo saludo con apretón de manos y Miguel le preguntó:
-¿Qué ha pasado?
-Estoy muy triste de la forma en que ha muerto Susana, ella era una persona
muy joven y tenía toda una vida por delante, lástima que ha estado muy
influenciada por su hermana Silvia.
-Fabrice ¿Me puedes explicar que hacía Susana contigo en el coche? Porque
la verdad no lo entiendo – Dijo Miguel.
-Ahora lo entenderás pero hay que llamar a la ambulancia para que se la lleven
a la morgue para que le hagan la autopsia
-Tienes razón – Dijo Miguel.
Miguel llamó a la ambulancia con el móvil de trabajo y se llevaron el cuerpo de
la difunta tapado, cuando estos se fueron, Miguel le dijo a Fabrice:
-A ver explícame que no entiendo nada.
-Verás Miguel, ella me llamo al móvil y me dijo que quería hablar conmigo, que
era muy importante que no podía esperar más y la cité en la puerta del instituto.
-¿Qué eran esas cosas tan importantes? – Preguntó Miguel mientras se
sacaba su libreta pequeña para apuntar los datos.
-Te puedo asegurar que Susana en sus últimos momentos ha hecho una cosa
muy buena, en está grabadora tenemos la confesión de todos los planes
malvados que han hecho la peña mala.
-¿Te refieres a Manuel, Silvia, Rigoberta y Alfredo ? – Preguntó Miguel.
-Así es, esto es una prueba única para que ellos paguen todas sus maldades.
-Tienes razón Fabrice, me tengo que llevar la grabadora como prueba para la
investigación – Dijo Miguel.
-Sí tranquilo llévatela, es muy importante que averiguamos todo el daño que
nos han causado esa gente, además en casa tengo otra grabadora.
-Has hecho muy buen trabajo Fabrice – Dijo Miguel.
-Yo no he hecho nada ha sido Susana que ha traicionado su propia hermana.

230
-Entre ellos era normal que alguna cosa así pasará – Dijo Miguel.
Justo en ese preciso momento le suena el móvil a Miguel, era precisamente el
forense que le comunicó que Susana había muerto de tifoidea, cuando Miguel
colgó, se lo comunicó a Fabrice y éste le dijo:
-Ahora que pienso tendríamos que dar la mala noticia a Silvia de todas formas
es su hermana.
-Tienes razón – Dijo Miguel.
-Te sigo.
Miguel y Fabrice se subieron en sus respectivos coches, en el apartamento
donde vivía Ana se oían el escandaloso ruido de las sirenas y tanto Alberto
como Ana y los vecinos se fueron a la calle para averiguar qué sucedía.
-Hola Miguel – Dijo Ana.
-Hola Ana – Dijo Miguel.
-¿Qué ha pasado? – Preguntó Alberto.
-No te preocupes Miguel yo me encargo de los chavales – Dijo Fabrice.
-¿Qué ha pasado Fabrice? – Volvió a repetir Alberto.
-Entremos dentro de casa y lo explicaré detalladamente – Dijo Fabrice.
Una vez dentro del apartamento de ellos, Ana preguntó a Fabrice:
-¿Quieres tomar alguna cosa?
-No quiero nada, gracias – Respondió Fabrice.
-¿Y tú mi amor? – Preguntó Ana a Alberto.
-Tampoco – Respondió Alberto - ¿Qué ha pasado? ¿Por qué está Miguel de
Rivera aquí?
-Veréis acaba de fallecer Susana – Respondió Fabrice.
-¡Qué! – Dijeron a la vez Alberto y Ana.
-¿De qué ha muerto? – Preguntó Ana.
-De tifoidea – Respondió Fabrice.
-¿Pero qué ha podido pasar para que le sucediera esto? – Preguntó Alberto.
-Os voy a contar lo que ha pasado pero hay que ser discreto con esto porque
están haciendo la investigación correspondiente – Dijo Fabrice.
-De acuerdo, lo prometemos que no se lo diremos a nadie hasta que sea el
momento – Dijeron Ana y Alberto.
-Veréis, Susana me llamó está madrugada para quedar porque ella tenía que
decirme cosas muy interesantes – Dijo Fabrice.

231
-¿Qué cosas tan interesantes eran? – Preguntó Alberto.
-Quizás no lo creeréis pero Susana ha confesado todo lo que la peña mala ha
hecho – Dijo Fabrice.
-¿Quieres decir que Susana ha traicionado a su propia hermana? – Preguntó
Ana.
-Así es, Susana explicó de que cuando vosotros os instalasteis aquí, se tomó
una pastilla para luego fingir una pelea entre dos hermanas y luego para
teneros vigilarlos – Dijo Fabrice.
-¡Ah! Ya me acuerdo fue cuando me perdí por primera vez en el parque y me
dijo la mentira de los hombres – Dijo Ana.
-También confesó que Manuel, Silvia y Rigoberta organizaron el secuestro de
Carlos y que ella solo contrató al sicario – Dijo Fabrice.
-Pues agradezco que de verdad que Adrián no esté aquí porque si se llega a
enterarse de esto capaz de que también la hubiera matado – Dijo Alberto.
-Yo también estoy de acuerdo contigo, si fue capaz de matar al asesino de su
primo por venganza, no entiendo como se pudo obsesionar tanto con esto
nuestro mejor amigo Adrián – Dijo Ana.
-¿Qué más te ha dicho? – Preguntó Alberto.
-También dijo que fueron culpables de poner el pote de avispas en vuestra
ventana para atacar a Ana y también lo de tu apodo “Niña adoptada” – Dijo
Fabrice.
-Sí, me acuerdo perfectamente menos mal que llegué a tiempo y que no llegó
abrir la ventana si no la atacan a mi amor – Dijo Alberto.
-La verdad que esto no es todo, Susana también confesó que cuando tuviste la
época de tu apodo “Niña adoptada”, pues no sé si te acordarás de que Carlos
te defendió y le dio una tremenda paliza en todo el estomago, para luego
hacerle la vida imposible a Natalia, ella estaba ajena a lo ocurrido y ella vio a
Manuel tendido en el suelo, él le pidió ayuda y como ya sabéis Natalia es muy
ilusa y cayó en las trampas de ellos – Dijo Fabrice a Ana y mirando a los ojos a
Alberto.
-Ese día no lo recuerdo muy bien, sé que José y Carlos me defendieron en el
medio del pasillo, antes de entrar en clase y sufrí un estado de shock y caí
desmayada, al ver el tremendo golpe que se dio José en la cabeza en el
radiador, ya luego no me acuerdo que pasó – Dijo Ana.

232
-Luego ya no pasó nada más, no me acuerdo bien si se llegó a suspender las
clases por el escándalo, por lo menos todos tus amigos estuvieron allí
pendiente de tu estado de salud y de José – Dijo Alberto.
-Pero ¿No te dijeron nada los médicos? – Preguntó Ana – Porque ese día,
como ya te he dicho que no lo recuerdo muy bien, es como tuviera lagunas.
-Tranquila, a ti no te dijeron nada porque estabas dormida – Dijo Alberto – El
médico que te atendió te dijo que habías sufrido un estado de shock por todo lo
que te ha pasado y también dijo que sería recomendable que fueras hablar con
un psicólogo para desahogarte.
-Tal vez lo haga, creo que me irá bien – Dijo Ana – Oye Fabrice, cuando
Susana te confesó que organizaron el secuestro de Carlos ¿Te contó cómo
fue?
-Como te he dicho antes, solo confesó que ella había contratado al sicario pero
el resto no sabe nada, también dijo que ella no sabía si existía pruebas para
desenmascararlos ¿Por qué lo preguntas? – Dijo Fabrice.
-Lo preguntó porque tiene que haber algún móvil que lo hayan asesinado de
esta forma tan escalofriante – Dijo Ana – También lo digo porque Adrián
averiguó quien fue el asesino de su primo y pocos días después Susana
confiesa haber contratado el sicario, Fabrice ¿No te dio a dónde guardó la
prueba de contrato?
-La verdad que no, no porque no quiso, sino porque no hubo más tiempo,
Susana ya no estaba en condiciones para seguir hablando, lo único que me
pidió era que le besara y fue cuando murió – Dijo Fabrice.
-Espera ¿Qué es eso de que le besarás? – Preguntó Ana sorprendida.
-Susana ha estado enamorada de mí desde que inició el curso – Respondió
Fabrice.
-¿Susana enamorada de ti? ¡No me lo creo! Ella es tan mala como su propia
hermana – Dijo Ana.
-Allí te equivocas, Susana en el fondo no era tan mala, solo estaba influenciada
por su hermana y por los demás, si como tú dices hubiera sido igual de mala
que ellos, cuando vivía con vosotros os hubiera hecho mucho daño, pero no lo
hizo porque no quiso y creo que fue por amor a mí y prefirió confesar todo y
morir que seguir siendo mala – Explico Fabrice.

233
Miguel llamó al timbre del apartamento de Silvia, pero fue Manuel quien le abrió
la puerta, sorprendido le preguntó:
-Hola Miguel ¿Qué haces aquí?
-¿Está Silvia? Tengo que darle un comunicado urgente.
-Sí, pasa por favor ¿Quieres alguna cosa para tomar? Fingió Manuel en ser
educado.
-No, gracias.
-¡Silvia! Tienes visita – Dijo Manuel con voz fuerte para que su novia se
enterara ya que estaba en la segunda planta.
Silvia bajaba por las escaleras con chándal de ir por casa y también se
sorprendió al ver a Miguel de Rivera con su uniforme de policía y dijo:
-Buenos días Miguel ¿A qué se debe tu visita?
-Tengo que darte una mala noticia – Respondió Miguel.
-¿Cuál es esa mala noticia? – Preguntó Manuel.
-Siento ser yo quien tenga que deciros que tu hermana Susana acaba de
fallecer – Dijo Miguel.
-¿Susana muerta? Esto debe ser intrigas de los vecinos – Dijo Silvia llorando
porque estaba muy afectada.
-No, ellos también se acaban de enterar – Dijo Miguel.
-¿De qué ha muerto? – Preguntó Silvia.
-De tifoidea – Respondió Miguel.
-Perdona, no entiendo que significa esa palabra – Dijo Silvia desconcertada.
-Tifoidea, es una fiebre amarilla que te produce tos, fiebre y sudor – Dijo
Miguel.
-¿Pero qué le ha pasado para que de repente le haya pasado alguna cosa así?
– Preguntó Manuel.
-Había quedado con Fabrice – Respondió Miguel.
-¿Qué hacían juntos a esas horas? – Preguntó Silvia.
-Susana lo llamó porque quería hablar con él – Respondió Miguel.
-¿Y de qué hablaron? – Preguntó Silvia.
-Susana le confesó que estaba enamorada de él – Respondió Miguel, aunque
no le dijo que su propia hermana le había traicionado, no era porque no quería,
sino porque era un secreto profesional y tampoco era el momento adecuado
para hacerlo.

234
-¿A dónde está el cuerpo? – Preguntó Silvia.
-En la morgue – Respondió Miguel – Tienes que ir para confirmar que es el
cuerpo de tu hermana.
-Entiendo, voy a cambiarme de ropa Dijo Silvia.
Manuel y Silvia subieron a su habitación y se pusieron ropa negra,
concretamente Silvia se puso un vestido de color negro largo conforme estaban
de luto porque Silvia aunque era mala quería mucho a su hermana pequeña y
su novio se puso una camisa negra y unos pantalón negro, bajaron al comedor
y el policía Miguel de Rivera se los llevo a la morgue para que confirmen si era
el cuerpo de Susana.
Silvia le tocó entrar, estaba muy nerviosa y no era la primera vez que cogía
este tipo de nervios, entró en una de las habitaciones, allí tumbado había un
cadáver tapado con una sábana blanca y el forense le preguntó:
-¿Estás lista?
Silvia asintió y el forense destapó el cuerpo del difunto, Silvia empezó a llorar y
se fue corriendo lejos de allí, era su propia hermana pequeña y no podía creer
que le había pasado todo esto, cuando Manuel la vio hecha un mar de lágrimas
le preguntó:
-¿Era tu hermana?
-Sí, es una sensación horrible pisar estos sitios por favor sácame de aquí,
necesito aire siento que me ahogo – Dijo Silvia.
-Tienes todo mi pésame – Dijo Miguel de Rivera.
Silvia y Manuel se fueron en la calle a respirar aire, ni siquiera agradecieron el
gesto tan noble que le había dicho Miguel de Rivera.
-¿Qué vas hacer con el cuerpo? – Preguntó Manuel.
-Lo enterraremos en el cementerio del Campo.
El médico forense se los encontró a la salida y le dijo a Silvia que su hermana
la llevarían al Tanatorio del Campo y que tenía que ir a buscar el certificado de
defunción al Juzgado del Campo. Silvia asintió y vio pasar a su lado el coche
fúnebre que llevaba consigo el baúl vació, metieron el cuerpo dentro y a los
pocos segundos se lo llevaron al tanatorio y Silvia fue testigo de todo esto, no
se lo podría querer, ellos también cogieron un taxi y también se fueron al
tanatorio, solo estaban ellos solos como si la vida les empezaba a castigar por
todo el daño que han hecho a mucha gente.

235
Pasaron muchas horas y luego el cuerpo se lo llevaron al cementerio, no hubo
discurso ni nada por el estilo ni en el tanatorio ni en el cementerio, la enterraron
directamente y le pusieron dos flores rojas a cada lado del baúl para que se
vieran y la taparon con un cristal.
Silvia y Manuel regresaron a casa, había sido un día muy duro, descolgaron
sus respectivos móviles y teléfonos, no querían que nadie les molestarán y se
fueron a dormir durante todo el día.
En el hospital principal del campo estaba todo listo para hacer la trasplantación
de la médula ósea de Eduardo y de Alfredo, entró Almudena que lo vio que ya
se lo llevaban al quirófano y Alfredo le dijo al camillero:
-Espera unos minutos por favor quiero hablar con mi mujer.
-Está bien.
-Cariño, estoy muy orgullosa de ti has tenido mucha fuerza de voluntad por
haber cambiado tanto y quiero que estés tranquilo que la operación te irá muy
bien – Dijo Almudena.
-Lo sé mi amor, hablamos luego de que salga del trasplante, pero no quiero
entrar hasta que me des un beso de esos tuyos que son tan dulces.
Justo en el momento en que Almudena y Alfredo se besaron, Ana y Alberto
entraron, presenciaron la escena y Ana dijo:
-Hola papá ¿Cómo te encuentras?
-Hola hija, pues ya me voy al quirófano y estoy un poco nervioso – Respondió
Alfredo.
-No te preocupes papá todo va a salir muy bien, vas a salvar la vida de una
persona que lo necesita mucho y que da la casualidad que es mi futuro suegro
– Dijo Ana.
-Yo también quería agradecerte lo que haces por mi padre, estaba muy
desesperado al ver que estaba en lista de espera y cada día estaba peor de su
enfermedad y ahora se va a curar gracias a ti – Dijo Alberto.
-Alberto lo hago porque necesito ayudar, quiero demostrar a la gente que he
cambiado y que estoy haciendo el bien a las demás personas – Dijo Alfredo.
Justo en ese momento entró el camillero y le dijo que ya se tenía que ir al
quirófano que ya faltaba poco para que empezará el trasplante, ya que a
Eduardo le habían puesto anestesia y que es cuestión de segundos que se
quedaría dormido y se lo llevaron.

236
Almudena le dijo a Ana:
-Quiero que sepas que soy tu madre y he venido a Francia a recuperar a los
dos amores el de tu padre y el tuyo, me gustaría que algún día me dieras la
oportunidad de explicarte cómo sucedieron las cosas.
-No hace falta mamá, ya me sé la historia, leí la carta que me escribió mi padre
en la cárcel – Dijo Ana.
-Lamento mucho el daño que te causé, espero que algún día me puedas
perdonar.
-No te preocupes, por mi está olvidado no puedo juzgarte si yo hice lo mismo,
entregué a mi hija en adopción y hemos contratado a un detective privado para
que investigue que fue de ella – Respondió Ana.
-¿Puedo darte un abrazo hija?
-Claro que sí mamá.
Las dos se abrazaron y el quirófano estaba a punto de iniciar con la operación,
la sala de operaciones era toda verde, cortinas e incluyendo las sábanas que
estaban en la camilla y las batas de los doctores, entre ellos estaba Elena la
novia de Eduardo, el padre de los gemelos y los residentes que estaban de
prácticas de medicina. Justamente al lado tenían sus utensilios dentro de una
bandeja pequeña y rectangular de color plateada, empezaron con la operación.
En la camilla de Alfredo estaba en posición de lado, le abrieron la parte de la
pelvis y con una jeringa aspiraron la médula ósea, mientras que a Eduardo le
pusieron mirando hacía el techo y le abrieron la parte de la pierna derecha
cerca de la cadera, le hicieron un agujero y le inyectaron la médula ósea de
Alfredo y luego le volvieron a coser tanto la pelvis a Alfredo como la pierna
derecha de Eduardo.
Las personas que estaban esperando que ya era una familia grande Almudena,
Alberto y Ana estaban muy nerviosos por la situación tan desagradable e
incómoda que estaban viviendo ya que la duración de esa operación del
trasplante era de una hora, pero la espera era interminable y los minutos
pasaban muy lentamente.
Cuando llegó la hora, Elena le pidió al doctor que si podía darle ella misma la
noticia de que todo había salido bien y que la operación había resultado ser un
éxito porque Alberto era su hijo y el doctor le dijo que sí, Elena se quitó los

237
guantes se lavó las manos y abrió la puerta de las operaciones y se dirigió a
donde estaban ellos, Alberto impaciente le preguntó:
-¿Mamá cómo ha ido el trasplante?
-Ha ido bastante bien la operación ha resultado un éxito – Respondió Elena.
-¿Se va a curar mi futuro suegro? – Preguntó Ana.
-Bueno, aún hay que esperar unas 24 horas para saber cómo evoluciona y
luego ha de pasar un mes aislado para que no entren ningún germen, ya
sabéis que estás cosas son muy delicadas y que se pueden dar el caso de que
Eduardo pueda rechazar esa médula ósea y tengamos de volver a operarlo.
Pero también hay un alto nivel de posibilidades de que se recuperé al cien por
cien y pueda hacer y disfrutar de una vida normal – Respondió Elena.
-¿Puedo verlo? – Preguntó Alberto.
-Cariño, aún no puedes verlo porque está en cuidados intensivos y aún está
anestesiado pero luego cuando le pasen a un cuarto de aislamiento lo podrás
ver. – Respondió Elena.
-¿Y mi padre cómo está? – Preguntó Ana.
-Tú padre se encuentra bien, ya lo van a pasar al cuarto para que se recuperé,
ha hecho un gesto muy generoso, si quieres puedes ir al cuarto 202.
-Gracias – Dijeron Almudena y Ana a la vez.
Ana y su madre se dirigieron a la habitación de Alfredo, cuando las dos
entraron en la habitación observaron que no tenía ningún compañero de
habitación y le dijo:
-Hola papi ¿Cómo te encuentras?
-El proceso ha sido muy molesto y doloroso pero se tolera bastante bien –
Respondió Alfredo.
-Estoy muy orgullosa de ti, me ha gustado mucho este cambio tan radical que
has hecho, antes papá me dabas miedo – Dijo Ana.
-Cariño, yo antes no sabía que tú eras mi verdadera hija, si lo hubiera sabido
antes te juro que no te hubiera hecho la vida imposible en el instituto y no
hubieras corrido ningún riesgo ni ningún peligro –Dijo Alfredo.
-Y en parte fue mi culpa, porque yo lo conquisté y lo dejé por ser pobre, por
tener una buena posición en la alta sociedad y sin darme cuenta hice mucho
daño tanto a mi amor como a mi hija – Dijo Almudena.

238
-Nadie tiene la culpa de nada, todos somos humanos y cometemos errores,
pero nadie se escapa en la piel de la vida – Dijo Ana.
-¿En la piel de la vida? – Preguntaron extrañados a la vez Elena y Alfredo.
-Sí, he aprendido que las cosas siempre pasan por alguna razón y hay un dicho
que dice “no hay mal que por bien no venga” – Respondió Ana.
-Hija no te entendemos – Dijeron los padres de Ana.
-Es muy sencillo, mirar por ejemplo, mi padre en el instituto y en la calle se
ensañó conmigo, me hizo mucho daño y ahora en la piel de la vida me ha dado
una gran recompensación por tener a mi verdadera familia – Dijo Ana.
-Tienes razón cariño, la gente buena y amable siempre triunfan y serán felices
para siempre como tú dices en la piel de la vida y la gente mala como yo
acabamos bastante mal, me alegro que tu hayas sido buena y que no hayas
cometido ningún error como los míos – Dijo Alfredo.
-No habré cometido ningún error de los tuyos pero ninguno tan grave de
abandonar a mi propia hija, como lo hizo mi madre – Dijo Ana.
-Cariño lo tuyo son circunstancias diferentes, tú la entregaste en adopción para
que pueda disfrutar de tener un futuro mejor, lo mío no tiene perdón, yo te
abandoné a ti porque no te quería y ahora ya ves ahora lo mucho que te quiero
– Dijo Almudena.
-No te preocupes mamá, el pasado quedó atrás, ahora solo queda vivir y
disfrutar el presente y lo que queda del futuro y quiero que sepáis que os quiero
muchísimo a los dos – Dijo Ana.
-Nosotros también te queremos mucho – Dijeron Almudena y Alfredo.
En Barcelona, Mariela y Rodrigo estaban descansando de un día bastante duro
en el Hotel Rivas de Barcelona hasta que Lucía le dijo a su madre Mariela:
-Mamá, no me encuentro bien.
-Cariño ven, siéntate aquí a mi lado y dime que es lo que te duele.
-Me duele mucho la cabeza, la garganta y la barriga – Respondió Lucía.
Mariela observó que su marido Rodrigo estaba hablando por el móvil y cuando
terminó éste le dijo:
-Cariño tenemos que regresarnos a Francia, me han llamado para decir que
tengo trabajo en el hospital del campo ¿Te pasa alguna cosa?
-Sí, Lucía se encuentra muy mal, se queja mucho de que le duele la cabeza, la
garganta y la barriga ¿Crees que aguantará otro viaje más?

239
-Pobre hija mía siempre es tan delicada y sensible, mira hacemos una cosa
amor, si a Francia no se recupera la ingresamos en el hospital a donde trabajo
– Respondió Rodrigo.
-Lo que más me preocupa es que no ha comido prácticamente nada desde que
aterrizó a Barcelona.
-Si se encuentra mal es normal que no coma, no hay que forzar al estomago
que entonces si es cuando pueda tener ganas de vomitar – Dijo Rodrigo.
-Supongo que tienes razón, yo cosas de médico no entiendo nada.
-Ni yo cosas de abogados – Dijo Rodrigo.
-Es curioso siempre se ha dicho que las cosas opuestas se atraen.
Rodrigo y Mariela se dieron un beso en la boca e hicieron el amor en su cama y
se quedaron dormidos, pero a la madrugada Lucía empezó a vomitar en el
suelo de la habitación del hotel y se despertaron rápido:
-Tranquila cariño échalo a fuera te vas a sentir mejor – Dijo Mariela.
-Voy a recepción para preguntar si hay algún médico aquí en el hotel para que
revisen a nuestra hija – Dijo Rodrigo.
-Me parece muy bien, yo mientras voy abrir ventanas para que le dé el aire un
poquito, creo que le sentará bien y de paso dile a la recepcionista que suba la
chica para que limpie el vómito de nuestra hija.
Rodrigo se cogió la llave de la habitación, cerró, llamó al ascensor y picó la
planta baja, salió del ascensor y le dijo:
-Buenas días, mira necesito saber si hay un médico hospedado aquí en el hotel
porque mi hija se encuentra muy mal y está vomitando en nuestra habitación y
también dígale a alguien que limpie el suelo de nuestra habitación.
-Esperé un segundo por favor – Dijo la recepcionista del hotel.
-Está bien – Rodrigo consultó el reloj e indicaba las cuatro y media de la
mañana.
-Señor Rodrigo, tenemos buenas noticias para ti se encuentra el doctor
Nicandro Vera y que está bajando a recepción – Dijo la recepcionista.
-Muchas gracias señorita – Dijo Rodrigo.
Nicandro tuvo que bajar por las escaleras ya que el ascensor lo estaban
usando y estaba hospedado en la segunda planta y cuando llegó a recepción y
dijo:
-¿Eres usted Rodrigo el padre de la criatura que se ha puesto enferma?

240
-Sí, gracias por bajar señor Vera – Dijo Rodrigo – Estoy muy preocupado por
mi hija se ha empezado a quejar.
-Por favor llámame Nicandro y te acompañó a tú habitación para poder
examinar a tu hija.
Rodrigo y Nicandro se subieron por el ascensor ya que cuando Nicandro bajó
por las escaleras, era porque la chica de la limpieza iba a limpiar el vómito de
Lucía y justo cuando había terminado de pasar la fregona Rodrigo y el doctor
Nicandro entraron y Rodrigo dijo:
-Cariño te presento al doctor Nicandro Vera.
-Mucho gusto – Dijo Mariela.
-Voy a examinarla – Dijo el doctor Nicandro.
Nicandro dejó su maletín encima de la mesa y lo abrió para coger el fonendo y
le dijo a Lucía:
-Buenos días, soy el doctor Nicandro Vera ¿Dime qué te pasa?
-Me duele mucho la cabeza, la garganta y la barriga?
-¿Has vomitado? – Preguntó el doctor Nicandro.
-Sí y mucho ¿Qué es eso que llevas en las manos?
-Esto se llama un fonendo y lo que te voy hacer es escuchar tus pulmones y el
corazón – Respondió Nicandro.
Nicandro se puso el fonendo y escuchó los pulmones y el corazón de Lucía
pidiéndole a ella que aspira y respira, luego le tomó el pulso y un poco más
tarde cogió de su maletín médico un termómetro para medirle la temperatura
debajo del hombro y le tocó la barriga para a ver dónde le hacía más daño,
Lucía era una niña muy valiente a pesar de que era muy delicada como un rosa
del jardín, cuando sonó el termómetro indicó que tenía 38 de fiebre.
-¿Qué tiene mi hija? – Preguntó Mariela.
-Tiene gastroenteritis – Respondió el doctor Nicandro.
-¿Se pondrá bien? – Preguntó Rodrigo - ¿Hay que tener alguna especie de
cuidado?
-Sí se pondrá bien, la gastroenteritis dura más o menos una semana, el tipo de
cuidado que debéis de tener es que coma alimentos ligeros y suaves como
ahora jamón dulce, que beba aquarius, le podéis hacer arroz hervido que sea
bastante caldoso con poco arroz o incluso sopa – Respondió el doctor
Nicandro.

241
-¿Puede viajar? Precisamente dentro de unas horas tenemos que ir a Francia
que trabajo en el hospital – Dijo Rodrigo.
-¿Hospital principal del Campo? – Preguntó el doctor Nicandro.
-Sí ¿Lo conoces? – Preguntó Rodrigo.
-Claro que lo conozco tengo muchos amigos que trabajan en ese hospital ¿Y
qué función haces? - Preguntó el doctor Nicandro.
-Soy psicólogo, ayudo a niños que tienen problemas y enfermedades de todo
tipo – Respondió Rodrigo.
-Decía que sí puede ir de viaje pero sobre todo no la hagáis caminar mucho
tiene que descansar y hacer reposo lo más tiempo que pueda y no estaría nada
mal que le echaran un vistazo los médicos del hospital a dónde trabajas
Rodrigo y siempre tenerlo todo preparado por si tiene algo de hambre – Dijo
Nicandro.
-Así será seguiremos tus indicaciones lo importante es que se recuperé nuestra
niña – Dijo Rodrigo.
-Muchas gracias doctor Nicandro ¿Cuándo le debo? – Pregunto Mariela.
-No me deben nada soy socio de ese hospital y trabajo para ellos los meses de
verano – Dijo Nicandro.
-¿También vives en Francia? – Preguntó Rodrigo.
-Sí tengo una casa pequeña cerca del hospital – Respondió Nicandro – Ya me
despido.
-Te acompaño hasta la puerta –Dijo Rodrigo.
-Gracias – Dijo Mariela.
Rodrigo acompañó al doctor Nicandro a la puerta y se volvieron a despedirse
mutuamente, después Rodrigo se fue a ver como estaba su hija Lucia y la vio
como se quedó dormida y le acurrucó con la sábana y el edredón y se fue a su
habitación y le dijo a su mujer:
-Nuestra princesa se ha quedado dormida.
-Le irá bien dormir para recuperar fuerzas, ya cuando fuimos a lo de la
adopción dijeron que ella era una persona muy delicada y se ponía enferma
cada dos por tres.
-Hay que empezar a preparar la maleta porque dentro de unas horas nos
vamos al Hospital Principal de Francia y quiero que le hagan todo tipo de
pruebas a nuestra hija – Dijo Rodrigo.

242
-Está bien, si lo prefieres voy a comprar el aquarius y jamón dulce al
supermercado y lo guardamos en la nevera del hotel.
-No hace falta, hablaremos con el camarero del restaurante del hotel y como
somos socios estoy seguro de que nos va ayudar – Dijo Rodrigo.
-Como tu veas amor, pues entonces voy a empezar a preparar la maleta, por
cierto ¿Sabes cuánto tiempo nos vamos a tardar en Francia? Lo pregunto
porque tengo asuntos importantes en Nueva York.
-No lo sé y ahora es lo menos que tendrías de preocuparte por eso – Dijo
Rodrigo.
-Amor no seas injusto, no puedo despreocuparme por estas cosas, tengo un
asunto de divorcio de Víctor y de Graciela.
-¡Ah sí! Perdona amor ya no me acordaba de eso pero ¿Puedo darte una
sugerencia? – Preguntó Rodrigo.
-Sí claro.
-Lo que podrías hacer es llamar a Víctor y le preguntas si quiere que miréis los
papeles del divorcio aquí en Francia y que se lo harían llegar a su esposa por
correo certificado – Dijo Rodrigo.
-Ay mi amor, eres un genio – Dijo Mariela – Claro si no cambian las cosas.
-Lo sé – Dijo Rodrigo con una sonrisa en la boca.
Mariela abrió el armario y empezó a colocar la ropa en las maletas tanto de
Lucía como la de ella y de Rodrigo.
-Amor, voy a bajar al restaurante para pedirle al camarero que nos dé comida
para los tres y también iré a recepción para que venga un taxi en la puerta del
hotel para nuestra hija y que nos lleve al aeropuerto.
-Vale cariño, yo prácticamente he terminado de preparar las maletas – Dijo
Mariela – Ahora empezaré a despertar a Lucía para que se bañe ya que está
sudada y le irá bien el baño caliente.
Rodrigo cogió su llave de la puerta de su habitación la número 102 y cerró la
puerta de un golpe, bajó por las escaleras y se dirigió hacía el restaurante del
hotel y le dijo a un camarero de nombre Antonio:
-Antonio ¿A dónde está tu jefe Marcial?
-Dentro de la cocina.
-¿Sabes si puedo hablar con él? – Preguntó Rodrigo.
-Espera que entró en la cocina y ahora te digo.

243
Antonio entró a la cocina que era muy bonita, limpia, ancha y con mucho
espacio, tenía muchas estanterías de color grises que ocupaban las ollas,
sartenes grandes y en la pared que era toda blanca con cuadrados estaban
colgados los utensilios de cocina, tenía una puerta que era la repostería que
estaba la sal, el azúcar, la harina, todo lo necesario para hacer las comidas, en
esa cocina como el resto del hotel destacaban su higiene.
-Hola Marcial, Rodrigo está a fuera esperando quiere hablar contigo.
-Muy bien dile que entre en la cocina, ya sabes Antonio que Rodrigo es socio
de este hotel y tiene que tener un trato muy especial.
Antonio se fue de nuevo a fuera y le dijo a Rodrigo:
-Puedes pasar.
-Gracias – Dijo Rodrigo.
-Hola Rodrigo ¿Cómo te va todo? – Dijo Marcial estrechándole la mano.
-La verdad que las cosas no están nada bien – Respondió Rodrigo.
-¿Qué ha pasado?
-Mi hija Lucía ha cogido gastroenteritis – Respondió Rodrigo – Quería hablar
contigo porque necesito que nos des comida, ya que el médico doctor Vera me
ha dicho que mi hija solo puede comer sopa, arroz hervido, jamón dulce y para
beber aquarius y además dijo que no era aconsejable de hacerle caminar
mucho.
-Por supuesto que sí, Antonio ponle en varios tapers comida de todo tipo – Dijo
Marcial.
-Enseguida lo hago, jefe – Dijo Antonio - ¿Qué quieres que te guarde de
comida Rodrigo?
-¿Qué tienes comida?
Antonio abrió un frigorífico muy grande para enseñar a Rodrigo toda la variedad
de comida que estaba guardada.
-Sí tienes sopa, arroz hervido y cosas suaves para el estomago te lo
agradecería – Dijo Rodrigo.
-Por supuesto que sí ¿Cuánto quieres?
-Lo suficiente para que llegue a tres personas – Dijo Rodrigo.
-Perfecto, enseguida te lo preparo, en todo caso si tienes que parar en algún
sitio para comer seguro que te dejaran calentar esto al microondas.

244
-Gracias, lo tendré en cuenta Antonio, creo que iremos a comer en el parque a
que nos dé el aire a los tres creo que lo vamos a necesitar – Dijo Rodrigo –
Mientras preparas la comida en los tapers yo voy a llamar desde recepción que
venga un taxi en la puerta del hotel y a pagar la cuenta del hotel que ya me
voy.
-Perdona por mi incumbencia Rodrigo ¿Pero quién se enfermó?
-Mi hija Lucía, la pobre le ha pasado factura de tanto viaje – Respondió
Rodrigo.
-¿De dónde vienes?
-Pues primero de Francia a Estados Unidos y luego de Estados Unidos a
España y ahora tenemos que regresar a Francia – Respondió Rodrigo.
-Te aconsejo que ya no hagáis tantos viajes por el bien de vuestra hija y espero
que se recupere pronto.
-Te lo agradezco mucho que te preocupes por nosotros – Dijo Rodrigo.
Rodrigo se fue a recepción y le dijo a la recepcionista:
-Buenos días señorita, necesito que llame un taxi y que venga en la puerta del
hotel.
-Sí con mucho gusto Rodrigo, enseguida le llamo uno y te aviso cuando llegué.
-Gracias – Dijo Rodrigo.
Rodrigo subió las escaleras rápido porque el ascensor estaba ocupado, llegó a
su planta, abrió la puerta de su habitación y entró, lo primero que vio era que la
luz del baño estaba encendida y que se estaba oyendo el ruido del agua de la
ducha y Mariela lo escuchó y le dijo:
-¡Mi amor! Estoy duchando a Lucía.
-Hola papá – Dijo Lucía saliendo de la ducha y secándose con una toalla azul
oscura.
-Hola cariño ¿Cómo te encuentras ya del estómago y de la garganta? –
Preguntó Rodrigo a su hija mientras le daba un beso en la mejía.
-Tengo un poco el estómago revuelto, pero el baño me ha ido muy bien – Le
respondió Lucía a su papá.
-De todas formas cuando lleguemos a Francia quiero que te hagas unas
pruebas médicas para saber si todo está bien – Dijo Rodrigo a su hija Lucía.
-De acuerdo papá.

245
Mientras Mariela ayudaba a Lucía arreglarse, Rodrigo fue a atender el teléfono,
era la recepcionista diciendo que el taxi ya estaba aparcado en la puerta del
hotel, Rodrigo agradeció la llamada y bajaron a la planta baja por el ascensor y
se fue a buscar la comida que había encargado a su amigo Marcial.
Los tres se despidieron de todos los trabajadores que había en ese hotel y el
taxista ayudó poniendo las maletas en el capó del coche, Rodrigo se sentó
como copiloto y Mariela y su hija en la parte de atrás, siempre cumpliendo las
reglas de conducción entre ellos ponerse el cinturón de seguridad, Rodrigo le
dijo al taxista que lo llevaran al aeropuerto El Prat y el taxista asintió y empezó
el viaje.
Las vistas de Barcelona eran impresionante, Lucía nada más empezar el viaje
se quedó dormida y un tiempo después llegaron al aeropuerto, Mariela
despertó a su hija y todos entraron por la puerta principal, Rodrigo fue a sacar
los billetes destino a Francia, el avión para averiar iba con retraso de tres horas
y Lucía le dijo a su madre Mariela:
-Mamá quiero ir al baño.
-Está bien, mi amor voy a acompañar a nuestra hija al baño – Dijo Mariela a
Rodrigo.
-De acuerdo yo mientras voy terminado de pagar con los billetes – Dijo
Rodrigo.
Al cabo de varios minutos Mariela y su hija Lucía regresaron del baño y
Rodrigo ya había pagado los billetes de avión, se sentaron en la sala de espera
del aeropuerto hasta el momento de embarcar y nada más sentarse anunciaron
que el próximo avión era destino a Francia, embarcaron enseñando el DNI y
sus billetes correspondientes a los vigilantes de seguridad, entraron en el
avión, se sentaron y obedecieron las normas, como permanecer sentados,
ponerse los cinturones de seguridad, etc. El avión comenzó a despegar y se
veía las hermosas vistas de Barcelona, Rodrigo explicó a las azafatas que ellos
habían encargado la comida porque su hija se había puesto enferma en el hotel
y que no iban a comer nada dentro del avión, al cabo de una hora y media
aterrizaron a Francia se fueron a buscar las maletas dentro del aeropuerto y
salieron por la puerta principal, cogieron un taxi y se fueron camino a su casa,
cuando llegaron el taxista ayudó a bajar las maletas del taxi y Rodrigo le dio las
gracias y pagó al taxista diciéndole que se quedase con el cambio, más tarde,

246
abrieron la puerta de la casa y dejaron las maletas dentro de casa, Mariela le
preguntó a su hija Lucía:
-Cariño ¿Cómo te encuentras?
-Sigo igual de mal, me duele todo y muchísimo, tengo muchas ganas de
vomitar.
-Ahora mismo vamos a llevarte al Hospital Principal del Campo a que te revise
el médico – Dijo Rodrigo el padre de Lucía.
-Esperarme voy a ir al baño – Dijo Lucía.
Lucía se fue al baño y como sus padres observaron que su hija se demoraba
mucho, Mariela se acercó al baño, llamó a la puerta y le preguntó:
-Cariño ¿Estás bien? Te estamos esperando cielo a que salgas.
-Mamá no puedo salir porque estoy con cólicos y me lo estoy pasando muy mal
– Respondió Lucía.
-Tranquila cariño hay tiempo – Dijo Mariela.
-¿Qué le pasa a nuestra hija? –Preguntó Rodrigo.
-Nuestra hija tiene cólicos – Respondió Mariela.
-Vaya pues hay que llevarla de inmediato al Hospital Principal del Campo, voy
a buscar el coche para tenerlo en la entrada de la puerta – Dijo Rodrigo.
-Me parece muy bien ¿A dónde lo tienes aparcado? – Preguntó Mariela.
-A dos cuadras de la casa – Respondió Rodrigo – Ahora vendré.
-Está bien – Dijo Mariela.
Rodrigo cogió la cartera, las llaves del coche como las de la casa se lo puso en
el bolsillo de los pantalones, cerró la puerta de la casa y se fue en busca de su
coche, cuando llegó a donde estaba el coche, entró, metió las llaves al volante,
lo puso en marcha y levantó el freno de manos, se dio cuenta que tenía que
poner gasolina ya que el indicador se lo indicó y se fue a una gasolinera y se
puso gasolina, pagó y regresó a su casa, Mariela le preguntó:
-Amor ¿Por qué has tardado tanto en llegar?
-Tuve que ir a poner gasolina al coche – Respondió Rodrigo - ¿A dónde está
nuestra hija?
-Aquí estoy papá – Dijo Lucía.
Cerraron la puerta de la casa con llave, se subieron el coche y se fueron al
Hospital Principal del Campo, aparcaron delante de la puerta de emergencias y

247
Mariela y Lucía bajaron del coche y entraron por la puerta, mientras le hacían la
ficha a la pequeña Lucía para ingresarla, Rodrigo se fue aparcar el coche.
Cuando regresó al hospital, lo primero que hizo fue a ponerse la bata blanca de
los médicos y agilizó todo para que su hija Lucía fuera atendida lo más rápido
posible, la llevaron a una habitación y le pusieron la bata blanca para que luego
se acostara en la cama del hospital.
-Papá, me encuentro muy mal ¿Por qué tarda tanto en venir el doctor? –
Preguntó Lucía malhumorada.
-Cariño, debes de tener paciencia y has de ser muy valiente, ahora vendrá el
Doctor Vicente, te tomará el pulso y luego te pincharán para ver el análisis de
sangre – Respondió Rodrigo.
-Piensa cariño que yo estoy aquí a tu lado – Dijo Mariela a Lucía.
En ese mismo instante, el Doctor Vicente entró en la habitación y dijo:
-Buenos días Rodrigo.
-Buenos días – Respondió Rodrigo estrechando la mano para saludarlo – Mira
te presento a mi mujer Mariela y a la princesa de la família a Lucía.
-Mucho gusto en conocerla señorita, con razón Rodrigo no para de hablar de ti
– Dijo el Doctor Vicente.
-¿Para bien o mal? – Preguntó Mariela intrigada.
-Para bien señorita, siempre es para bien – Respondió el Doctor Vicente -¿Qué
ha pasado?
-La princesa de la familia se ha puesto enferma – Dijo Rodrigo.
-Hola Lucía, soy el Doctor Vicente ¿Cómo te encuentras?
-Me encuentro muy mal, estoy muy cansada – Respondió Lucía.
-¿Qué te hace daño? – Preguntó el Doctor Vicente.
-La barriga, he vomitado en el hotel, estoy con cólicos, me duele mucho la
garganta y la cabeza – Respondió Lucía.
-Mira Lucía te voy a poner primero el termómetro para saber si tienes fiebre,
luego te voy a tomar el pulso, te miraré la garganta con una linterna y con un
palo y por último te haré una analítica ¿Estás de acuerdo? –Dijo el Doctor
Vicente.
Lucía asintió y el doctor Vicente hizo su trabajo como buen profesional que era.
Trabajaba en ese hospital hacía muchos años y se había convertido en un
médico de éxito, era muy importante para la dirección del hospital.

248
-Ahora vendrá la enfermera y te pincharán – Volvió a repetir el doctor Vicente a
Lucía.
-Está bien – Respondió Lucía.
El doctor Vicente se fue de la habitación para continuar haciendo su trabajo,
definitivamente el ser médico exigía mucho sacrificio y mucho estrés, tenía que
ir a un lado para otro, eso lo sabía muy bien Mariela, tanto por ella como su
marido tenían mucho trabajo pendientes y la mayoría de veces estaban
viajando por carretera con el coche o por el aire en avión.
Entró la enfermera con la jeringa y le inyectó al brazo de la pequeña Lucía,
cuando salió no dijo nada, ni siquiera ninguna palabra.
Lucía se durmió profundamente, Rodrigo dijo en voz baja.
-Amor, mientras nuestra princesa duerme y se recupera, yo me voy a trabajar
tengo cosas pendientes y de seguro algunas ya van con retraso.
-Entiendo cielo, yo más tarde llamaré a Víctor para solucionar el divorcio con su
esposa – Dijo Mariela.
Mariela y Rodrigo se dieron un beso y Rodrigo se fue a su despacho y se cerró
la puerta que precisamente había una placa que ponía Rodrigo Valencia.
Al salir de la habitación de su padre Alfredo, Ana le dijo a su novio:
-Amor ¿Sabes si en este hospital hay algún psicólogo?
-Supongo que sí cielo, yo de tu preguntaría a recepción seguro que te lo dirán
sin problemas.
-Tienes razón, vamos – Dijo Ana.
Los dos se dirigieron a recepción, Ana dijo a la recepcionista:
-Buenas tardes.
-Hola ¿Qué desea? – Preguntó la recepcionista.
-Verás quería preguntarle si en este hospital disponéis de algún psicólogo.
-Efectivamente, está el psicólogo Rodrigo Valencia.
Al oír ese nombre tanto Ana como Alberto se quedaron sorprendidos porque
los dos lo conocían de una forma diferente. Alberto lo conoció cuando le dio a
su hija en adopción y Ana leyó su nombre mientras estaba leyendo la carta
escrita de su padre cuando estaba en la cárcel y le daba tristeza que una vez le
dieran de alta y estuviera recuperado tendría que regresar a la cárcel por haber
cometido los delitos y lo más duro que no tenía acceso a finanza y al final le
digo a la recepcionista:

249
-Perdona ¿Sabes cuando le van a dar de alta a mi padre Alfredo? – Preguntó
Ana.
-Déjame ver – la recepcionista miró su ordenador, el expediente de Alfredo – le
digo el doctor la está tramitando, en un par de minutos o en cuestión de una
hora tu padre podrá salir del hospital.
-Por cierto se me olvidaba ¿Me podrías decir en que planta la consulta el
psicólogo Rodrigo Valencia? – Preguntó de nuevo Ana.
-En esta misma planta, en el fondo en el pasillo verás que en la puerta del
despacho tiene su placa con su nombre.
-Gracias de nuevo.
Los dos se dirigían de nuevo para la habitación del padre de Ana y ella le dijo:
-El psicólogo Rodrigo Valencia debe ser muy bueno para que esté en este
hospital trabajando.
-¿Lo conoces?
-De conocerlo no, pero mi padre me escribió una carta en la cárcel y puso su
nombre explicándome lo que había sucedido – Respondió Ana - ¿Y tú?
-La verdad que no lo conozco, solamente me extrañó que tú lo conocieras –
Dijo Alberto mintiendo - ¿Cuándo piensas hablar con él?
-Creo que hablaré con él cuando mi padre este de vuelta a la cárcel, estoy
segura que al hablar con él me hará muy bien y de verdad lo necesito – Dijo
Ana.
Pasó una hora y el padre de Ana, Alfredo le dieron de alta y de enseguida tuvo
que regresar a la cárcel acompañados por sus seres queridos su novia
Almudena y su hija Ana con su novio Alberto, pero esta vez fue diferente, todos
los presos le aplaudieron y le aclamaron su nombre, quedó como un héroe.
Ana y Alberto se despidieron de Alfredo y regresaron al hospital para ver cómo
estaban de salud el padre de Eduardo, al ver que el médico decía que todo iba
bien y que muy pronto le daría el alta.
-Voy a dar un paseo, necesito un poco de aire – Dijo Ana – No te importa
verdad amor.
-Está bien cariño, si me permites un consejo vete a casa a descansar que lo
necesitas.
Ana se dirigió a recepción para pedirle una cita para el psicólogo Rodrigo Rivas
y le dieron para al día siguiente a primera hora de la mañana, tenía que

250
madrugar pero no le importaba, quería desahogarse de su pasado, de tanto
sufrimiento y dolor. Quería ser feliz y vivir al día a día sin tener que
preocuparse por nada, se fue a casa, se hizo un vaso de leche con cola-cao y
se dirigió a su habitación, cogió su diario personal y volvió a leer la carta que le
escribió su padre estando en la cárcel pagando por sus delitos que habían
cometidos con la peña mala del instituto y se quedó dormida sin cerrar ninguna
puerta abierta. Más tarde regresó Alberto a su casa y la vio dormida en el sofá
de la habitación con todas las luces encendidas del comedor y de la cocina, la
arropó con una manta que estaba en el sofá. A la madrugada Ana se despertó
y vio que Alberto también se había quedado dormido en el sofá pero con la
televisión encendida con la voz apagada, prácticamente siempre hacía lo
mismo, aprovecho la última luz de la luna para darse un buen baño ya que el
tiempo anunciaban que haría mucho calor en Francia ya que estaba en alerta
amarilla, desayunó y se fue al hospital para desahogarse con el psicólogo
Rodrigo Rivas. Al llegar al hospital se espero a la sala de espera y cuando la
llamaron, entró en su despacho.
-Buenos días, cuénteme que le pasa.
-Buenos días Rodrigo – Dijo Ana – He pedido cita con usted porque la verdad
necesito desahogarme de tantos problemas que he tenido y tengo, no entiendo
porque solo me pasa a mí todas las desgracias.
-Ana quiero que sepas que la vida es caprichosa y que cada día nos pone un
obstáculo para saber si somos fuertes para superar circunstancias de la vida.
También quiero añadir que todo el mundo están sometidos a pruebas y algunas
son más difíciles. ¿De qué quieres hablar?
-De mi pasado y mi presente – Dijo Ana.
-Adelante, creo que si te desahogas te sentirás mejor, cuéntame cómo fue tu
infancia.
-Mi vida ha sido muy dura e injusta conmigo, no tuve una infancia y
adolescencia bonita, cuando era pequeña siempre estaba al cuidado de mis
hermanas mayores, Más tarde encuentro el amor de mi vida, al principio de la
relación me ocultaba que robaba comida para alimentar a su padre enfermo y a
su hermano gemelo y en una noche loca de pasión hicimos el amor sin
precauciones y las consecuencias como se puede imaginar me quede
embarazada, estaba asustada, no sabía qué hacer, así que llamé a mi novio y

251
le dije, al ver que no le podíamos mantenerla económicamente y porque
éramos niños, decidimos que cuando diera a luz la íbamos a dejar en un
orfanato para que alguien la adoptara y cuidaran de ella y así sucedió, luego
ironías de la vida mi novio y yo nos distanciamos por muchos años – Dijo Ana.
-Vaya lo que me has contado, son situaciones muy difíciles.
-Luego, cuando vine a Francia en una fiesta en el apartamento de lado a donde
vivía me lo encontré y me desmayé por la sorpresa porque no me esperaba
verlo de nuevo, luego descubro que soy adoptada y tuve que soportar insultos
de compañeros del instituto llamándome “Niña Adoptada”, me recuerdo que
hubo muchas peleas en el instituto entre mis amigos con la peña mala –Dijo
Ana.
-¿Quién es la peña mala?
-La peña mala es un grupo de gente que hacen muchas travesuras para
molestar a los débiles, a mi me estuvieron molestando una buena temporada
porque mi hermana mediana se alió con esa gente, ya sabes Rodrigo que son
los de siempre, si van en grupo son muy valientes pero si van solos son unos
cobardes –Respondió Ana.
-Cuéntame ¿Qué más te ha pasado?
En ese preciso momento Alberto toca en la puerta del despacho de Rodrigo y
éste dice:
-Adelante.
Alberto entró y ambos se vieron la cara y se conocían porque él sabía que
Rodrigo era el padre de su hija.
-Amor, mira te presento al psicólogo Rodrigo Rivas –Dijo Ana.
-Mucho gusto de conocerlo –Dijo Alberto estrechando la mano.
-Lo mismo digo, tienes una belleza de novia, cuídala – Dijo Rodrigo.
-¿Cuál será mi próxima terapia? Necesito contarte más cosas – Preguntó Ana.
-Venga la semana que viene, ya nos pondremos en contacto – Respondió
Rodrigo.
-De acuerdo, entonces ya vendré por aquí –Dijo Ana.
Ana y Alberto salieron del despacho camino hacia la habitación de Eduardo.
-¿Cómo te ha ido con el psicólogo? –Preguntó Alberto.
-Bastante bien, me he quitado un peso de encima, ahora me siento más
desahogada.

252
-Me alegro mucho que te haya ido bien, tengo unas ganas de que mi padre
salga de este hospital y que este en la casa, me sentiría más tranquilo – Dijo
Alberto.
-Normal ¿Sabes alguna cosa de tu hermano?
-La verdad ha desaparecido para que la policía no lo detuviera, ahora seguro
que se habrá cambiado de nombre para evitar esas cosas – Respondió Alberto.
-No entiendo la verdad que seáis gemelos y ser tan diferentes, yo sabía que tú
robabas por necesidad, pero supiste reaccionar a tiempo y te fuiste por el buen
camino, en cambio tu hermano se ha ido destruyendo cada día más, no
entiendo cómo puede haber tanta maldad.
-Ha pasado una cosa similar con tu hermana Rigoberta, antes te quería mucho
y ahora sin duda al enterarse de que eres adoptada y de que se enteró de que
el profesor Alfredo es tu padre seguro que debe estar odiándote más – Dijo
Alberto.
Mientras en la cárcel, Alfredo se encontraba hablando con Rafael:
-Pasa Alfredo, quiero hablar contigo.
-Gracias.
-¿Quieres café?
-Sí, te lo agradecería.
Rafael se levantó de su silla para irse a la máquina de café y se lo entregó en
mano a Alfredo.
-Aquí tienes.
-Gracias ¿Dime de qué quieres hablar conmigo?
-Quiero decirte que como director de esta prisión, estoy muy orgulloso de ti,
llegaste siendo el más malo de todos y ahora has vuelto como un héroe, los
demás presos te admiran.
-Hice lo que tenía que hacer, ayudar al futuro suegro de mi hija, tenía una
enfermedad muy agraviada, además Rafael, tú sabes muy bien que estoy muy
arrepentido por todo el daño que hice y confesé toda la verdad, ahora soy otro
y te lo aseguro que quiero ser otra persona e ir por el buen camino –Dijo
Alfredo.
-Lo sé, además el amor cura todas las heridas.
-Si lo dices por mi novia Almudena, déjame decirte que me hice malo por su
culpa, porque jugó con mis sentimientos y me engañó – Dijo Alfredo.

253
-Pero ella también está arrepentida y ha hecho lo posible para que te
encuentres relativamente cómodo aquí, ella se nota que te quiere mucho.
-Sí, lo sé, ahora sí puedo decir que tengo una familia grande que me quiere
mucho, mi novia y mi hija que son mis dos amores de la vida – Dijo Alfredo.
-Cambiando de tema, tanto el policía Miguel y Almudena me han comentado
que querías trabajar y dime ¿De qué quieres trabajar?
-Lo tengo muy decidido, quiero ser investigador privado para ayudar y
colaborar con la justicia, quiero ayudar a Miguel a resolver los casos que aún
no se han resuelto, así yo también aclararía dudas que tengo con mi pasado,
porque así una vez que lo descubra podré dejarlo en el pasado y empezar una
nueva vida con Almudena y con mi hija – Dijo Alfredo
-Me parece muy bien, pero déjame decirte que para ser investigador privado
tienes que estudiar el grado de criminología, has de ser consciente y tener
mucha fuerza de voluntad.
-¿A qué te refieres? – Preguntó Alfredo.
-Me refiero que aquí dentro de la cárcel, solo se puede estudiar a distancia
¿Cómo manejas el ordenador?.
-Me defiendo, pero con paciencia y práctica todo se llega. Pero ¿Cómo voy a
estudiar a distancia si aquí en la cárcel no hay ordenadores y tampoco
internet? Además, imagino que los demás presos también querrán estudiar –
Dijo Alfredo.
-No te preocupes, ya hemos hecho la reunión y nos han autorizado usar la
biblioteca para poder acceder a los ordenadores para que todos los presos
puedan estudiar vigilados por un vigilante-tutor y también estamos buscando
una contratación de una compañía de internet que sea rápida pero también
económica.
-Me parece muy buena idea, pero ¿Qué pasa si queremos imprimir apuntes del
ordenador? – Preguntó Alfredo.
-No te preocupes, en la biblioteca contarás con todo el material necesario,
ordenadores con conexión a Internet, impresoras, folios, bolígrafos, etc.
-¿Y los exámenes? – Preguntó de nuevo Alfredo.
-Ese punto ya lo veremos y hablaremos en su momento. Ahora regresa a tu
celda y luego cuando tenga los papeles de matriculación te vuelvo a llamar.

254
-Está bien, por cierto Rafael ¿Cuándo empiezo a trabajar con Miguel? –
Preguntó Alfredo.
-Supongo que empezarás hoy o mañana, ya te lo dirá él exactamente.
-Gracias por todo – Dijo Alfredo.
Alfredo se regresó a su celda acompañado de su vigilante, desde el principio
de la cárcel congeniaron muy bien, los demás compañeros de la cárcel se
sorprendían que uno podría tener buena relación con los vigilantes de
seguridad, policías, abogados tanto el de él como de sus compañeros presos,
pero ahora Alfredo era el héroe y la admiración de sus propios compañeros.
En esa cárcel hacía muchos años que no se vivía con una tranquilidad, no
había peleas violentas como antes y esa prisión estaba muy criticada por la
gente de la ciudad, ahora era todo al revés y la gente hablaba maravillas de
Alfredo y de esa prisión, porqué habían cambiado de director y Rafael a pesar
de ser estricto, que obligaba a cumplir las normas tanto de la cárcel como las
conductas de los presos y de los profesionales que trabajan allí pero también
era muy liberal porque dejaba tener cierta libertad a los demás presos y todos
eran tratados iguales, cosa que el anterior director no lo hacía, era todo el
contrario.
Rafael después de revisar unos papeles que tenía pendiente sobre las nuevas
normas y leyes aprobadas por los jefes superiores de vigilancia continuada,
cogió su ordenador portátil y el lápiz USB para buscar información de diferentes
carreras universitarias por Internet. Encontró la E.U.N.E.D.A.F. (Escuela
Universitaria Nacional de Estudios a Distancia Abierta de Francia) y llamó por
teléfono para asesorarse que el precio era económico y la universidad bastante
buena. Encontró el plan de estudios del Grado de Criminología, la solicitud de
matrícula y sobre todo conocer el entorno virtual de la universidad. Imprimió
todos los documentos necesarios y cogió el teléfono para dar la orden al
vigilante de seguridad de que Alfredo pasé por su despacho.
Cuando Alfredo volvió al despacho de Rafael, éste le dijo:
-Alfredo pasa, tengo buenas noticias que darte.
-No me digas ¿Qué ya has conseguido la información que necesitabas?
-Sí, para eso te he llamado, para explicarte el funcionamiento de las
universidades a distancia – Dijo Rafael.

255
-Adelante, pero déjame decirte que eres muy rápido en encontrar la
información por Internet, yo a veces me paso horas y horas buscando una
información y no hay manera de encontrarla.
-Es cuestión de tener paciencia, te recuerdo que el mundo no se hizo en un
día ¿Estás listo? – Dijo Rafael.
-Sí, ya tengo muchas ganas de empezar.
-Perfecto, siéntate y empecemos. En primer debes de saber el nombre de la
universidad online, se llama EUNEDAF (Escuela Universitaria Nacional de
Estudios a Distancia Abierta de Francia). Cuando, entras a Internet, tienes dos
opciones para entrar al campus virtual. La primera es escribir el nombre de esta
universidad mediante los buscadores y le das intro y ya te sale en la lista como
primer resultado, o bien, ya te vas a la ventana de navegación y escribes la
página web oficial de la universidad que es la siguiente:www.eunedaf.fr y como
observas ya estás dentro de la página de la universidad, para que la
reconozcas fácilmente, te digo que tiene este diseño del fondo es de color
verde claro, con letras rojas y negras. Sí, te fijas, aquí tienes las siguientes
pestañas: historia, grados universitarios oficiales, masters, localización,
contacto con secretaría y matrícula.
Dentro de la pestaña de historia, verás la historia de esta universidad, como se
fundó y en qué año empezó a funcionar, como también, puedes ver el
organigrama de los directivos. Volvamos hacía atrás, en la segunda pestaña
están todos los grados universitarios: grado de administración y fianzas, grado
de criminología, grado derecho, grado de periodismo, etc. A ti te interesa ir al
grado de criminología y accedemos a la presentación de este curso. Dentro de
la presentación, tienes los objetivos de la titulación, el plan de estudios que son
las materias que vas hacer a lo largo de estos cuatro años, para saber más de
cada materia, tienes que hacer click en una de ellas y verás toda la información
que necesitas saber, por ejemplo, de que va la materia, los temarios, que tipos
de actividades hay, el sistema de evaluación, modelos de exámenes y la fecha
que corresponden para hacerlos y también el precio, quiero decir que puedes
pagar el grado a través de la cuenta bancaria por Internet, haciendo un ingreso
a su número de cuenta.

256
Te puedes matricular de los másters, una vez que hayas finalizado y aprobado
todas las materias del grado, el precio es un poco más caro porque es un
especialidad más y el modo de pago es el mismo ingreso bancario.
En la pestaña de la localización como puedes ver pone a donde está situada y
ubicada, dirección, número de teléfono, fax y correo electrónico.
Dentro de la pestaña de contacto con secretaría he decirte que es online, tu
puedes hablar con las secretarias mediante webcam, micrófono o bien por chat
privado para ayudarte con los temas relacionados con la matrícula.
Y en la pestaña de la matricula tienes un modelo de cómo matricularte, has de
seguir los pasos, vas a tener un nombre de usuario con una contraseña, y te
matriculas del grado que quieres hacer y se lo mandas a secretaria. Una vez
que ya estés matriculado, según, me han dicho que entrarás al campus virtual,
dentro de él verás la secretaria virtual de la universidad que es donde estará
relacionado todos los papeleos con tus datos personales, matrículas de
materias que los verás en tu itinerario, cada semestre tendrás que marcarlos
para seguir adelante con el curso, se recomienda coger entre dos o tres
materias, pero, si quieres más también las puedes hacer, quiero que sepas que
también vas a tener que confirmar las materias a donde quieras presentarte y
ya una vez que estés totalmente matriculado, en la página principal del
campus, verás las materias para acceder a ellas, vas a tener un calendario –
agenda para que te digan cuanto tiempo tienes de entrega y aparte de los
profesores y profesoras que puedas tener en las materias, vas a tener un tutor
que te va ayudar en dudas que puedas tener respecto al entorno virtual o algún
problema o malentendido con algún profesor o profesora y por último, decirte
que también tienes un foro de temas libres, puedes hablar de cualquier cosa.
Dime ¿Qué te parece? – Dijo Rafael.
-Muy interesante, pero quiero hacerte una pregunta ¿Cómo estás distribuidas
las materias a lo largo del curso?
-Las materias están distribuidas en semestres, es decir, son cada seis meses –
Respondió Rafael.
-Gracias por todo.
-Quiero que sepas que en la biblioteca ya tienes Internet para conectarte para
empezar a estudiar cuando quieras y otra cosa, el policía Miguel no tiene
inconveniente en que le ayudes a investigar los casos que aún no se han

257
resuelto, es más, él piensa que eres la persona ideal de conseguir las pruebas
necesarias de la peña de Manuel – Dijo Rafael.
-¿Y cuándo empiezo?
-Luego, lo hablas con él y llegáis a un acuerdo – Dijo Rafael.
-Perfecto, han sido todas muy buenas noticias. ¡Ah! Por cierto una pregunta
más ¿En el entorno virtual hay algún diccionario que pueda usar?
-Sí, pero, también la biblioteca de esta cárcel lo prestará, vas a tener todas las
facilidades, hojas, libretas, bolígrafos, calculadoras, etc. – Dijo Rafael.
-Tengo la sensación de que voy a tener una experiencia muy bonita y
agradable estudiando por Internet y ayudando a Miguel.
-Lo creo – Dijo Rafael.
Justamente, después de salir del despacho de Rafael, Alfredo se encontró en
el pasillo al policía Miguel de Ribera y éste le dijo:
-Alfredo, menos mal que te encuentro aquí, necesito que vengas a mi oficina,
es para ponernos de acuerdo con el contrato de trabajo, imagino que tienes
muchas ganas de empezar a investigar y aclarar dudas ¿Verdad?
-Sí, en eso tienes razón, hay que aclararse todos los casos pendientes.
Llegaron a la oficina de Miguel y dijo:
-Por favor, toma asiento.
-Gracias.
-¿Qué quieres para beber?
-Coca-cola con cafeína.
-Por favor, sírvete tú mismo, en la nevera hay varias latas de coca-cola, nos irá
muy bien para mantenernos despierto los días que estemos trabajando aquí –
Dijo Miguel.
-Gracias Miguel ¿Cuál será mis obligaciones para el trabajo?
-Mira, tenemos varios casos pendientes por resolver en nuestro país, por
ejemplo, el secuestro de Carlos y la manera en que falleció, el robo que se
produjo en el inicio de curso al Instituto del Campo, el accidente de coche de
Daniel y el asesinato o venganza que hizo Adrián. Y a nivel internacional,
estamos colaborando el accidente de avión que sufrieron los que viajaban de
Nueva York hasta Australia – Explicó Miguel.
-Por lo que veo, voy a estar entretenido con tanto trabajo ¿Por dónde quieres
que empiece?

258
-Hay que resolver los casos más importantes y para mí es el secuestro de
Carlos, la obsesión de Adrián y el robo que se produjo en el instituto, ya que
creo que están relacionados, así mi amigo Julián estará tranquilo – Dijo Miguel.
-Sí, y sobre todo también quiero encontrar a mi nieta pérdida, sería un
verdadero regalo para mi hija Ana y quiero decirte que cuando te confesé que
yo había sido que me robé el poste de cristal pues recibía anónimos de una
persona llamada “El Misterioso”, no sé como lo hizo pero consiguió mi número
de móvil y sabía a dónde chateaba.
-Perfecto, empecemos ahora, quiero que sepas que te voy a pagar porque así
requiere la ley, ya que nadie trabaja por amor al arte, también tendrás permisos
de salidas con algún policía que puede ser conmigo o cualquier otro para
asegurarse de que estás cumpliendo con el trabajo, si haces esto más los
estudios, es posible que se te rebaje la condena – Dijo Miguel.
-Me parece muy bien, ojala que me puedan bajar la condena, sé que cometí
muchos errores en el pasado, pero, ahora estoy pagando por ellos. Por cierto
¿Cuánto me vas a pagar por trabajar?
Miguel de Rivera se dirigió en una estantería para buscar la carpeta de los
contratos para firmar y le dijo:
-Alfredo, lee las cláusulas con mucha atención y luego lo firmas. Mientras, te
adelanto que el salario son de 400 euros, más el 20% de comisiones y añade la
posibilidad de rebajar la condena para poder salir ¿Estás de acuerdo?
-Perfecto, si estoy de acuerdo.
Alfredo firmó el contrato conforme habían llegado a un acuerdo y preguntó:
-Por cierto ¿A dónde tienes el caso relacionado con Carlos?
-En el armario hay unas cajas de cartón y dentro hay un carpesano que pone
con rotulador negro en mayúsculas caso Carlos – Respondió Miguel.
-Vale, ya lo tengo, voy a leer estos informes.
-Sí quieres beber o comer alguna cosa allí tienes la nevera, no hace falta decir
que las comidas son congeladas y que no son tan buenas como lo hacemos en
nuestra casas – Dijo Miguel.
Alfredo sonrío y se sentó en una mesa para leer con mucha atención los
informes y dijo al policía Miguel:

259
-Veo que aquí hay muchas personas involucradas y sospechosas por decirlo
de alguna forma, claro que lo digo de forma profesional y también varios
objetos que nos pueden dar pistas, para saber que pasó exactamente.
-Cuénteme, tus impresiones de este caso.
-Verás, en primer lugar tendríamos que ir a buscar el diario personal de Carlos
para enviarlo al laboratorio para que analicen las huellas dactilares y averiguar
quién y porque se lo llevó. Luego habrá que leerlo detenidamente para obtener
más pistas sobre este asesinato y también es importante encontrar esos
informes que tenía Alfonso de la peña mala – Explicó Alfredo.
-Buena observación ¿Qué más?
-Se supone que la desaparición de Carlos se produjo minutos después de
haber cenado con sus amigos y tendríamos que interrogar a todos sus amigos
Ana, Alberto, Daniel, Natalia, María, Santiago, Patricia, Fabrice, Diego, José y
Javier – Continuó explicando Alfredo.
-Estoy de acuerdo contigo, pero, veo que estas un poco retrasado de noticias
¿Sabías qué Diego y José están viviendo en Suecia? ¿Y María en Inglaterra?
Va a ser muy difícil por no decir casi imposible de interrogarlos.
-En esta vida todo tiene solución menos la muerte, seguro que vamos a
encontrar la manera de localizarlos y de interrogarlos – Dijo Alfredo.
-¿Se te ocurre alguna idea?
-Sí, podríamos empezar a mirar por Internet, en el buscador y poner los
nombres entre comillas. También, le puedo preguntar a mi hija si mantiene
contacto con ellos por correo electrónico, cartas, o teléfono – Respondió
Alfredo.
-Veo que estás demostrando mucho interés en este caso y en el trabajo,
seguro que esto lo sabes porque lo estás estudiando ¿Sabes que se necesita
para poder investigar una casa o cualquier otro lugar?
-Sí, hay que pedir una orden judicial, porque si no lo hacemos estaríamos
incumpliendo la normativa porque sería allanamiento de morada – Respondió
Alfredo.
-Muy bien, manos a la obra.
Alfredo y Miguel se fueron al despacho de Rafael y tocaron a la puerta:
-Adelante – Dijo Rafael.
Alfredo y Miguel entraron y se sentaron delante de él y Miguel preguntó:

260
-¿Tendrás unos minutos para hablar?
-Sí, claro, dime ¿En qué puedo ayudarlos? – Preguntó Rafael.
-Vengo a darte esta carpeta, es el contrato de Alfredo conforme está trabajando
conmigo para resolver los casos pendientes – Respondió Miguel.
-Veo que ya os habéis puesto de acuerdo, me sorprendes cada vez más
Alfredo de lo lejos que has llegado – Dijo Rafael.
-Gracias Rafael – Dijo Alfredo.
-¿Y en qué más puedo ayudar? – Preguntó Rafael.
-Necesito que le des permiso de salir a Alfredo, estamos investigando el caso
de Carlos y tenemos que hacer unas cosas en la calle, en teoría, es ir a buscar
un diario personal de él para leerlo y analizarlo y también encontrar unos
informes que tenía Alfonso sobre la peña mala – Dijo Miguel – Pero, antes
hemos de ir a los juzgados para pedir la orden judicial y ya sabes cuando
entras pero nunca sabes cuándo vas a salir.
-De acuerdo – Dijo Rafael.
-Gracias Rafael – Dijo Alfredo.
Rafael cogió el teléfono de su despacho y llamó al vigilante de la entrada para
confirmar que el preso Alfredo tenía permiso para salir y que iba acompañado
con Miiguel de Rivera, el vigilante obedeció la orden y Alfredo y Miguel estaban
ya en la calle, se subieron en un coche patrulla y se fueron camino a los
juzgados.
Cuando llegaron a los juzgados, estuvieron dos horas y media para hacer el
trámite correspondiente de una orden judicial para poder hacer bien su trabajo,
salieron y dentro del coche patrulla, se dirigieron a la casa de Eduardo.
Tocaron al timbre de la puerta, pero nadie respondía, esperaron un cuarto de
hora y vieron que se acercaba un vehículo y era precisamente la familia
completa a Eduardo ya le habían dado el alta, pero, con la condición que
estuviera en constante reposo, bajaron del coche, todos se quedaron muy
sorprendidos y Eduardo le dijo a Alfredo:
-Menos mal que lo localizo, quería agradecerte todo lo que has hecho por mí,
no voy a olvidar que me salvaste la vida.
-No tiene que agradecerme, lo hice con mucho gusto.
-Papá ¿Qué haces aquí? – Preguntó Ana.

261
-Cariño, tenemos que hablar de un asunto muy importante – Respondió
Alfredo.
-¿De qué trata? – Preguntaron a la vez Alberto y su madre Elena.
-Quiero que sepan que Alfredo está trabajando como mi ayudante para resolver
casos muy importantes, como el de Carlos –Explicó el policía Miguel.
-Disculpen un momento, voy a acostar a mi marido en la habitación, no puede
estar mucho tiempo de pie – Dijo Elena.
-De acuerdo – Dijo Miguel.
-Papá pasa vamos hablar dentro en el comedor que todos estaremos más
cómodos ¿Queréis alguna cosa para tomar? – Preguntó Ana.
-Quiero un café con leche y tres cucharadas de azúcar – Dijo Miguel.
-¿Y tú papá? – Preguntó Ana.
-Yo también quiero un café con leche pero con dos de sacarina – Respondió
Alfredo.
-Que hombres tan golosos –Dijo Elena.
Elena ya volvía con su bandeja de cafés y dijo:
-Aquí lo tenéis.
-Gracias – Dijeron a la vez Alfredo y Miguel de Rivera.
-Dime papá ¿De qué quieres hablar? – Preguntó Ana.
-Como antes ha dicho Miguel, estamos investigando el asesinato de Carlos y
lamento mucho decirte Alberto, tenemos una orden judicial para revisar la
habitación de tu hermano Alfonso – Explicó Alfredo.
-Mira, para que no haya duda que todo está legal, te dejo esta carpeta
conforme que estamos autorizados – Dijo Miguel entregándolo a Alberto.
-Perfecto, os acompañó en la habitación – Dijo Alberto.
Subieron al piso de arriba y entraron en la habitación, era una habitación doble
con dos camas que le separaban la mesita de noche, un armario empotrado a
la izquierda, un tocador, una lámpara arriba colgada en el techo y una ventana
en la parte derecha. Los colores de los muebles eran marrones claros, las
cortinas eran blancas transparente que se balanceaban por una ráfaga de
viento.
Alberto dijo tanto a Alfredo como a Miguel:

262
-Antes de que empecéis a revolverlo todo, aquí tenéis el ordenador portátil de
mi padre, quiero que sepan que yo sé que mi hermano es narcotraficante,
porque Fabrice nos escribió un email días antes de que Adrián falleciera.
-Gracias Alberto – Dijeron a la vez Miguel y Alfredo.
Alberto se marchó al comedor para estar con su novia Ana, mientras en el
cuarto de Alfonso, Alfredo le preguntó a Miguel:
-¿Por dónde empezamos?
-Tú buscas en los cajones de la mesita de noche yo mientras busco en los
cajones del tocador.
Alfredo asintió y obedeció, abrió el primer cajón de la mesita de noche, se
encontró con muchos bolígrafos sin ningún tipo de marca que llamará la
atención ya que todas eran muy conocidas, lápices, estuches, etc. Abrió el
segundo cajón, estaba lleno de calcetines negros, los quitó todos y se
sorprendió encontrar un CD que no tenía etiqueta y dijo a Miguel:
-¡Qué raro! Acabo de encontrar un caja de CD para ordenador y no tiene
ninguna etiqueta y generalmente las personas que grabamos le ponemos una
etiqueta para saber que es lo que hay dentro del contenido. Estoy seguro que
este CD tiene información muy importante para aclarecer este caso.
-Buen trabajo, guárdalo en la bolsa de las pruebas.
-De acuerdo – Dijo Alfredo.
Alfredo guardó el CD en la bolsa de pruebas y abrió el tercer cajón, lo que vio
en ese cajón era ropa interior, pero debajo del todo encontró una llave y dijo:
-Miguel, he encontrado esta llave y no es de ninguna puerta.
Miguel se gira la cabeza y le respondió:
-Tienes razón, está todo muy raro, en el segundo cajón de la mesita encuentras
un CD que no tiene etiqueta que tampoco es su lugar y ahora encuentras una
llave que tiene el estilo de pertenecer a una caja fuerte.
-¿Una caja fuerte? Que yo sepa las cajas fuertes están en los despachos y eso
lo tienen la gente adinerada.
-Me refiero a una caja fuerte portátil barata que usamos los de nuestra clase –
Respondió Miguel.
-¿Te refieres a una especie de hucha?
-Más o menos, pero en esa caja fuerte puede haber otras cosas importantes y
no tiene porque ser dinero precisamente – Respondió Miguel.

263
-Quizás tengas razón –Dijo Alfredo – Voy a echar un vistazo al armario ¿Y tú
has encontrado alguna cosa?
-Sí, en el segundo cajón he encontrado una navaja de bolsillo y un sobre con
dinero, pero lo más curioso que en este nombre hay dos tarjetas personales,
una de un banco y la otra de una agencia de detectives. ¿Hay alguna cosa en
el armario?
-Sí, mira aquí está la caja fuerte – Dijo Alfredo alargándose para coger la llave
que había dejado en la mesita de noche para abrirla y quitó de encima una caja
pequeña de color negra y se sorprendió al ver tantos papeles doblados por la
mitad.
-¿Qué pasa Alfredo? Te quedaste callado y serio ¿Qué has encontrado?
-Por lo visto Alfonso sabía muchas cosas que estaban ocultas. Miguel, vamos
por el buen camino, acabo de encontrar hojas que tiene pinta de ser informes
sobre la peña mala, fotocopias incompletas del Diario Personal de Carlos y una
pistola de 9 milímetros – Respondió Alfredo – Míralo por tu mismo.
-Te creo y has hecho un magnífico trabajo. Ahora es importante entrar en el
ordenador portátil de Alfonso, pero veo que aquí no está.
Miguel y Alfredo bajaron las escaleras y observaron a Alberto, Ana y a Elena
que estaban viendo las noticias nacionales en la televisión, a donde la
periodista confirmaba que en las próximas horas o días podría haber un
terremoto en todo el país. Cuando se acabó la noticia Miguel dijo:
-Perdona Alfonso que te moleste ¿Me puedes decir a dónde se encuentra el
ordenador portátil de tu hermano?
-No te preocupes para mí no es molestia que me interrumpas, entiendo que
hagas tu trabajo, generalmente, mi hermano guardaba el portátil en un armario
de la cocina – Respondió Alberto.
-¿En la cocina? – Preguntó Alfredo extrañado – No creo que sea un buen lugar
para guardar ordenadores, además aquí se pueden mojar con cualquier cosa y
se pueden romper o estropearse.
-Sí, siempre le decíamos que se fuera a la habitación o al jardín, pero, su sitio
favorito era la cocina porque siempre decía que era a donde había más luz –
Dijo Alberto cogiendo el ordenador portátil y ponerlo encima de la mesa de la
cocina.
-¿Te importa qué nos los llevemos arriba en la habitación? – Preguntó Miguel.

264
-Por supuesto que no me importa, además repito que estáis haciendo vuestro
trabajo – Dijo Alberto – Perdonar una curiosidad ¿Habéis encontrado pruebas
contundentes sobre el caso de Carlos?
-Así es, hemos encontrado muchas cosas que tenía guardado tu hermano –
Dijo Miguel.
-¿Qué habéis encontrado? –Preguntó Alberto – Claro sí se puede saber.
-Hemos encontrado en la mesita de noche un CD que no tiene etiqueta de
información, una llave de acceso a una caja fuerte que estaba en el armario y
dentro de ella había informes de la peña mala, reportajes del asesinato de
Carlos y una pequeña pistola y en el tocador había una navaja de bolsillo, un
sobre con dinero y junto a él había dos tarjetas, en una de ellas pertenece al
banco y la otra de una agencia de detectives – Respondió Alfredo - ¿Tú sabías
alguna cosa?
-La verdad es que no sabía nada, nunca me hubiera imaginado que sabe
muchas verdades que nosotros desconocemos y que ni mucho menos me
hubiera imaginado que le apasionaba coleccionar reportajes de periódicos
sobre el caso Carlos y que tenía guardada una pistola y navaja –Dijo Alberto –
Pero cuenten conmigo para colaborar en este caso.
-Gracias Alberto –Respondió Miguel – Ten por seguro que lo vamos tener en
cuenta.
Miguel y Alfredo salieron de la cocina para dirigirse hacia la planta de arriba y
regresar de nuevo a la habitación de Alfonso para encontrar pistas nuevas que
ayuden a esclarecer los hechos, se sentaron en la cama y Alfredo se apoyó el
portátil entre sus piernas y pulsó el botón de encender y se encontraron con la
sorpresa de encontrarse con una contraseña, Alfredo le dijo a su amigo y
compañero Miguel:
-Que listo resultó ser Alfonso, hizo muy bien en poner una contraseña para que
nadie pudiera entrar en su ordenador portátil.
-¿Y ahora qué hacemos?
-Intentar adivinarla – Respondió Alfredo.
-Pero ¿Cómo? ¿Eso no es delito?
-Sí te refieres a los hackers sí es delito, pero nuestro caso y según mi punto de
vista de ser una investigador privado no porque es una prueba para esclarecer
los hechos –Respondió Alfredo.

265
-Entonces, tú eres de los que dices el fin justifica los medios.
-Más o menos – Dijo Alfredo.
-Entonces ¿Qué hacemos para investigar la contraseña?
-Tú ves buscando en todos los rincones de la habitación y si hace falta por toda
la casa, yo mientras intentaré adivinarla poniendo los nombres fáciles, a lo
mejor doy en el clavo – Respondió Alfredo.
-De acuerdo – Dijo Miguel – Manos a la obra.
Elena subió a la habitación de la primera planta para saber cómo se
encontraba su novio Eduardo y preguntó:
-Amor ¿Cómo te encuentras?
-Estoy cansado de estar todo el día tumbado de la cama, me gustaría
levantarme – Dijo Eduardo.
-Debes de tener paciencia, recuerda que también soy médico y debes de
guardar reposo unos días.
-Es que parece una eternidad que no pueda hacer nada estando en la cama,
no sabes lo aburrido que llega a ser.
-Imagino que debe ser aburrido, pero te aburres porque tú quieres, mira,
puedes leer un buen libro, ver una película en la televisión, usar el ordenador
portátil, puedes hacer mil cosas.
-¿Qué hacen Alfredo y Miguel de Rivera? – Preguntó Eduardo.
-Buscar pruebas relacionadas con el asesinato de Carlos, en la habitación de
nuestro hijo Alfonso.
-¿Han encontrado alguna cosa?- Preguntó Eduardo.
-Imagino que sí, pero ya sabes qué cosas de investigaciones y todo ese ámbito
de policías no entiendo.
-Yo tampoco entiendo las cosas que hacen los médicos.
Elena sonríe y le da un beso en los labios:
-Por cierto, se me olvidaba que en las noticias han confirmado que en las
próximas horas o días que habrá un terremoto, en una de esas se te va a
cumplir el sueño de levantarte de la cama.
-Mírala que graciosa eres, gracias por avisar por el terremoto, pero ya estoy
enterado – Dijo Eduardo.
-De acuerdo, quiero que sepas que te quiero mucho.
-Y yo a ti también – Dijo Eduardo.

266
Elena salió de su habitación y se dirigió a la habitación de Alfonso:
-Perdonad que os interrumpa ¿Queréis tomar alguna cosa?
-No gracias – Dijeron a la vez Miguel y Alfredo.
-Solamente quiero decir que estáis en vuestra casa, que sí tenéis hambre
podéis entrar a la cocina sin pedir permiso.
-Muchas gracias – Dijeron a la vez Miguel y Alfredo.
Recién empezada la madrugada, Alfredo y Miguel se turnaban para averiguar
la contraseña, no había manera de saber cual era y Miguel dijo:
-Esto es desesperante, mira la hora que es y aún no hemos logrado entrar en
su ordenador.
-No te desanimes, estas cosas hay que tenerlas paciencia.
-Como si fuera tan fácil tener paciencia, tenemos mucho trabajo por delante y
esto es un obstáculo más que nos atrasa –Dijo Miguel.
-Miguel no entiendo cómo puedes ser tan pesimista, precisamente te recuerdo
que el mundo no se hizo en un día.
-Tienes razón hay que darle caña a esto – Dijo Miguel – Voy a la cocina a por
café ¿Quieres?
-No gracias.
-De acuerdo.
Miguel cuando terminó del café dejó el vaso en la mesa de la cocina y se
percató de la presencia del terremoto, observó cómo se movía el suelo y los
objetos que habían en la cocina se iban de un lado a otro, dio la orden de
alarma gritando:
-¡Terremoto!
Miguel, Ana y Alberto fueron los primeros en salir de la casa, por suerte vivían
en una zona de campo, a donde todo era de color verde. Elena ayudó a
Eduardo a bajar las escaleras ya que el terremoto se hacía aún con más
fuerzas, también salieron ilesos.
En el hospital y en el instituto del campo también fueron víctimas del terremoto,
por fortuna en el instituto estaba cerrado, pero el hospital tuvo que desalojar a
todos sus enfermos.
-¿Mamá, qué está pasando por qué se mueve el suelo? – Preguntó Lucía.
-Lucía hija mía no tengas miedo, es un terremoto, hay que hacerle caso a los
médicos para indicarnos la salida. – Dijo Mariela.

267
-De acuerdo mamá, pero me dan mucho miedo.
-No te preocupes, mientras estés conmigo no voy a permitir que te pase nada
malo – Dijo Lucía.
Mariela ayudó a Lucía a levantarse de la cama y obedecieron las órdenes de
los médicos y lograron su objetivo de salir a la calle ilesos.
Mientras en la casa de Eduardo, Alfredo no corrió con la misma buena suerte,
el terremoto sonaba todavía más fuerte, empezaba a caerse y romperse las
cosas, paredes y justo cuando se dirigió hacía al marco de la puerta de la
habitación de Alfonso, tropezó con un maleta que se tumbó al suelo con tanta
mala suerte que se cayó y se dio un tremendo golpe en la cabeza en el marco
de la puerta y se desmayó.
Afuera de la casa, Ana al ver que su padre no salía de la casa, empezó a gritar:
-¡Papá, papá! Mi papá está dentro.
Alberto intentó consolarla pero no había manera.
Y en la casa de al lado, Rigoberta que recién se había despertado por el
terremoto aprovechó para entrar en las habitaciones de Silvia y de Manuel para
robarle el juego de llaves, bajó como pudo las escaleras hasta llegar a la puerta
en silencio y cerró la puerta con llave para deshacerse de ellos. Por casualidad,
Cinta la profesora de dibujo del instituto del campo paseaba por allí en pleno
terremoto y se escondió detrás de un árbol para presenciar la escena. Silvia
logró mantenerse en pie hasta la puerta de la casa y se dio cuenta de que
estaba cerrada con llave y le dijo a Manuel gritando:
-¡La puerta está cerrada con llave!
-¡Maldita sea! No encuentro las llaves y Rigoberta no está en la habitación.
-¡Nos vamos a morir! –Gritó Silvia.
En la casa de Sara también luchaba por conseguir salir viva de este terremoto,
ella estaba en su habitación leyendo y estaba bajando las escaleras como
podía ya que se movían mucho y estaba embarazada de unos meses, cuando
le quedaba unas cinco escaleras para bajar, tuvo tanta mala suerte de que el
terremoto sonó el triple de fuerte y se cayó por las escaleras de su propio
hogar, con la fortuna que salió disparada a la urbanización de la calle ya que el
terremoto provocó que la puerta se abriera de golpe y rompió aguas. Alberto
vio como Sara salió disparada gritó:
-¡Sara! ¿Estás bien?

268
-¡Ay! Mi niño va a nacer, acabo de romper agua.
-Voy por mi madre que es médico.
Cada minuto que pasaba el terremoto duplicaba su fuerza y los nervios eran
estremecedores y angustiosos, Ana gritaba llorando:
-¡Papá! ¡Papá! Miguel mi papá está dentro y no ha salido sálvalo.
-No podemos hacer nada hasta que se pare el terremoto, pero seguro que tu
padre está bien, es un hombre fuerte.
-¡Mamá! Ven conmigo rápido mi amiga Sara ha caído al bajar las escaleras y
ha salido disparada y va a dar luz – Dijo Alberto.
-¡Vámonos! –Dijo Elena.
-¡Papá, no me dejes! – Dijo Ana.
Por casualidades de la vida la familia de Rodrigo también llegaron a ese lugar
porque el hospital se estaba cayendo en pedazos porque era muy viejo. Lucía
enferma como estaba, se acercó a Ana y le tocó el hombro y dijo para
consolarla
-No se preocupe, su papá estará bien, hay que tener esperanza.
Ana se volteó y al ver esa niña tan dulce, le dijo sonriendo:
-Muchas gracias princesa, tienes razón.
Sara estaba dando luz y en la casa de Silvia, ella le gritó histéricamente a
Manuel:
-¡Qué vamos hacer! ¡No podemos salir! ¡Vamos a morir!
-¡Ya tranquilízate! Intentemos salir por la ventana de la cocina.
Justo cuando Manuel y Silvia empezaban a cruzar la cocina, se oyó un
tremendo estruendo a causa de otro terremoto más grande y grave que
provocó la muerte de Silvia aplastada por una nevera. Manuel se quedó tan
impactado al ver la trágica muerte de su novia y no le dio tiempo a reaccionar,
pero él logró su objetivo salir vivo.
Todo en la calle eran nervios y gritos, los terremotos aún parecían más fuertes
y de golpe el peor de todos hizo que derribaran esas casas viejas. Ana al ver
como se cayó en pedazos la casa de Eduardo, se angustió aún más al no ver
salir a su padre Alfredo y empezó gritar:
-¡Papá! ¡No te mueras!

269
Sara tuvo a un niño prematuro precioso, gracias a la intervención de la doctora
Elena, corto el cordón umbilical porque ella tenía siempre a mano su maletín de
emergencias y Sara le puso de nombre Víctor Adrián.
Pasaron las horas y de repente los terremotos pararon, pero desgraciadamente
ya el daño estaba hecho, hubo muchas víctimas, muchas personas vivas
atrapadas y daños materiales.
Miguel cogió su radio de policía y pidió refuerzos a los bomberos, ambulancias
y luego a sus compañeros de trabajo de la prisión del pueblo más cercano ya
que por suerte a ese pueblo no fue víctima del terremoto
Al cabo de segundos, empezaron a sonar sirenas y llegaron muy rápido los
equipos de emergencia, primero llegaron los bomberos y se estremecieron al
ver el desastre natural causado por el terremoto, luego vinieron las
ambulancias y por último los policías junto con Almudena que estaba
angustiada por no poder comunicarse con su hija, al ver que ella estaba en el
barrio sin ninguna herida que lamentar empezó a gritar su nombre, Ana se
volteó la cabeza y al ver a su madre empezó a correr, ambas se abrazaron y
Ana dijo llorando:
-¡Mamá! Mi papá está dentro atrapado, no quiero perderlo. ¿Qué voy hacer si
está muerto?
-No digas eso, tu papá es un hombre muy fuerte y ya verás que va a estar bien,
debes de tener esperanza.
-Eso mismo le dije yo –Dijo Lucia.
-¿Y esta niña tan guapa quién es? – Preguntó Almudena sonriéndola.
-Soy Lucia ¿Y usted cómo se llama?
-Almudena y soy la mamá de Ana.
-Lucia amor, no molestes tanto a la gente, de verdad discúlpala – Dijo Mariela.
-No se preocupe señora, su hija no es ninguna molestia, nos está ayudando
mucho a sobrevivir esta situación tan horrorosa –Dijo Almudena.
-Gracias, lamento mucho lo sucedido, aquí dejo mi tarjeta para cualquier cosa
que necesitéis – Dijo Mariela.
-¿Es usted es abogada? –Preguntó Almudena.
-Sí ¿Le ocurre alguna cosa? – Preguntó Mariela.
-Da la casualidad que yo también soy abogada – Dijo Almudena.
-Me alegro saberlo señora… - Dijo Mariela.

270
-Soy Almudena, encantada de conocerla.
-Mariela, lo mismo digo – Lucia vámonos con tu papi Rodrigo.
-Mamá espera un momento por favor – Dijo Lucia acordándose a Ana – Mira,
esta rosa es la prueba viva que ha sobrevivido durante el terremoto y quiero
que usted la tenga.
Ana se emocionó tanto que al olerla le puso la piel de gallina y su madre
Almudena:
-Lo que más me gusta de ti que seas tan especial, ya sabes que te quiero
mucho.
-Y yo a ti mamá.
Miguel entró en la casa de Eduardo, observó que estaba todo para el arrastre
todo roto y destrozado, por fortuna las escaleras de esa casa sobrevivieron y
Miguel pudo subir a la planta de arriba e ir a la habitación de Alfonso, todo
estaba caído y encontró a Alfredo desmayado, lo primero que hizo fue tomarle
el pulso y dijo gritando de alegría ¡Estás vivo! Menuda suerte que tienes.
En ese momento Alfredo se despertó y preguntó desconcertado:
-¿Qué ha pasado?
-Ha habido un terremoto increíble.
-Ya me acuerdo, pensé que de esta no salía – Dijo Alfredo.
-¿Qué te pasó?
-Con el terremoto me tropecé con la maleta que estaba de pie de la habitación
y caí dándome un golpe en la cabeza contra el marco de la puerta y te puedo
decir que me duele mucho – Respondió Alfredo.
Alfredo se levantó con la ayuda de Miguel y vio todo el desastre que había
provocado el terremoto, pero, en realidad ese mismo terremoto que provocó
tantos daños materiales y muchas muertes, también hizo un gran favor a
Miguel y Alfredo, cuando vieron que el portátil de Alfonso estaba de pie justo en
el marco de la puerta y en perfecto estado, nada más cogerlo del sitio se cayó
una fotografía gracias a un cuadro de arte que se había caído de la pared y
Alfredo dijo:
-¿Qué es esto?
-Una foto ¿No lo ves?
-Que extraño está todo esto ¿Verdad?– Dijo Alfredo.

271
Alfredo le dio la vuelta a la fotografía y allí encontró la contraseña del portátil y
dijo:
-¡No puede ser!
-¿Qué pasa?
-Detrás de esta fotografía se encuentra la contraseña de acceso de su
ordenador portátil – Explicó Alfredo.
-¿Estás seguro? ¿Cómo lo sabes?
-Por las abreviaturas que pone –Dijo Alfredo.
-Ya me lo explicarás luego, recojamos las pruebas, que te revise Elena y que te
vea tu familia sano y salvo sin ningún peligro.
Miguel ayudo a bajar a Alfredo por las escaleras ya que no había barandas, al
salir de la casa. Almudena y Ana gritaron abrazándolo:
-¡Amor! ¿Estás bien?
-¡Papá! ¡Estás vivo! Tenía mucho miedo de perderte.
-Pensé que no salía vivo – Dijo Alfredo.
-¿Qué te pasó amor?
-Me tropecé con una maleta, caí dándome un golpe en la cabeza contra el
marco de la puerta de la habitación y me desmayé –Respondió Alfredo -¿Y esa
rosa?
-Una niña muy dulce me la regaló y al ver lo triste que estaba al pensar que te
había pasado alguna cosa mala, me dijo unas bonitas frases – Respondió Ana.
-¿Y qué dijo?
-Está rosa es la prueba viva que ha sobrevivido durante el terremoto – Dijo
Ana.
Elena se acercó y le preguntó a Alfredo:
-¿Cómo estás?
-Estoy con un dolor de cabeza impresionante –Respondió Alfredo.
-Tenemos que llevarte al hospital de la cárcel para examinarte que estés bien –
Dijo Elena –Por cierto Ana tu amiga Sara ha dado luz a un hermoso niño y la
están trasladando en el hospital del siguiente pueblo.
Miguel salía con una cara de pena, de rabia del apartamento de Silvia y Ana le
preguntó:
-¿Estás bien Miguel?

272
-Definitivamente no estoy bien con estos destrozos, me acabo de enterar de
que vuestra compañera Silvia acaba de fallecer.
-¡Qué! – Dijeron a la vez Ana y Alberto - ¿Cómo ha sido?
-Ha sido aplastada por la nevera de su cocina a causa del terremoto, Manuel
estaba allí dentro con ella y el logró salir por la ventana de la cocina. Cuando lo
encuentre hablaré con él, por si hay otra posible hipótesis.
-¿Es posible que haya sido otra causa la muerte de Silvia? – Preguntó Ana.
-¿Crees que ha podido ser un asesinato? –Preguntó Alberto.
-En esta vida todo es posible, las investigaciones están abiertas – Respondió
Miguel.
-Es una pena que Silvia haya fallecido de esta manera tan cruel, aunque fue
una persona mala, no le deseo la muerte – Dijo Ana.
-Estoy de acuerdo con mi amor, pero la vida le ha castigado por ser tan mala –
Dijo Alberto.
-Tú eres demasiado buena y noble, Alberto créeme que has elegido a una
buena chica –Dijo Miguel.
-Estoy totalmente de acuerdo, fue su nobleza lo que me enamoró de ella – Dijo
Alberto – Ahora, estoy muy triste porque no sé a dónde vamos a vivir, nuestra
casa con tanto esfuerzo.
-Mi amor no te preocupes saldremos adelante – Dijo Ana.
Miguel, Almudena y Alfredo junto con el portátil de Alfonso que se lo había
dejado en su casa se dirigieron a la cárcel para seguir investigando pruebas
para resolver el asesinato de Carlos.
Alberto, Ana, Elena y Eduardo se fueron a ver a Sara en el hospital para ver a
su niño recién nacido.
Cuando Miguel, Almudena y Alfredo llegaron a la cárcel, entraron al despacho
de Miguel, éste dijo:
-Buen trabajo Alfredo, estamos avanzando mucho con el caso de Carlos.
-¿Habéis encontrado pruebas? –Preguntó Almudena.
-Gracias Miguel, es de lo que se trata resolver en un tiempo récord este caso –
Dijo Alfredo – Cielo, sí hemos encontrado muchas pistas interesantes.
-¿Cómo cuáles? –Preguntó Almudena.
-Como esta fotografía de una niña recién nacida prácticamente –Dijo Alfredo
enseñándola a Almudena.

273
Almudena recordó en el momento que dio a luz a su hija antes de abandonarla
y dijo:
-Cariño, esta niña es idéntica a nuestra hija, al ver esta fotografía me recordé
del nacimiento de mi hija y tenían la misma cara.
Alfredo se quedo pensando y al final le preguntó:
-¿Estás seguro de que se parece a nuestra hija?
-Sí, estoy segura, una madre nunca se olvida como nace un hijo y más si es el
primero – Dijo Almudena.
-Permítame – Dijo Miguel – Creo que este dato que nos dice Almudena puede
ser una pista para encontrar a vuestra nieta pérdida.
-¿A dónde la encontraste? – Preguntó Almudena.
-Pues mira es lo más curioso gracias al terremoto se cayó un cuadro que se
rompió y esa fotografía apareció al lado de mi portátil.
-Que coincidencia, parece que este terremoto os hace un favor a vosotros y a
otros les perjudican mucho ¿Y estás abreviaturas que son? – Preguntó
Almudena tras haber girado la fotografía.
-Ahora que me acuerdo también me lo tenías que explicar a mi– Dijo Miguel.
-Sí, a los dos les voy a explicar – Dijo Alfredo – Las abreviatura que pone
detrás de la fotografía es CAOP y significa Contraseña Acceso Ordenador
Portátil y justo debajo hay unos números que son la contraseña para acceder a
ello.
Alfredo se levantó de su silla y se fue a buscar a donde estaba el ordenador
portátil, lo puso encima de la mesa y enchufó la batería al enchufe, después
encendió el ordenador y puso la contraseña que había detrás de la fotografía y
pulso la tecla intro y salió el escritorio del ordenador portátil.
-¡Caray! Este es mi hombre, cada vez me sorprendes más con estas cosas –
Dijo Almudena.
-Buen trabajo –Dijo Miguel – eres todo un artista en esto internet.
-No es para tanto, cuando se estudia por internet aprendes muchas cosas –
Dijo Alfredo – cielo ¿Me puedes pasar el CD que está en la estantería por
favor?
-Por supuesto – Dijo Almudena levantándose hacía la estantería a coger el CD
– Aquí lo tienes amor.
-Gracias.

274
Alfredo abrió la tecla para abrir el lector de CD e introdujo el CD que había en
la cajita y lo cerró, se le abrió una carpeta con el nombre de Alfonso, clicó y
apareció un documento Word sin título, volvió a clicar y le salió muchas
informaciones. La primera era todo lo relacionado con la peña mala, había
escrito un informe de vida, empezando por poner una fotografía y debajo los
nombres completos de Manuel, Silvia, Susana, Alfredo y Rigoberta, sus fechas
de nacimiento, en la ciudad que nacieron junto con la provincia, también
facilitaba la edad para no tener que calcularla, estaba puesta las direcciones de
las casas a donde vivieron y donde vivían, sus números de contacto como
teléfonos, correos electrónicos y explicaba el detalle de sus propias vidas, las
experiencias buenas y malas que habían vivido tanto en la infancia,
adolescencia y adultos estaba explicado detalladamente la vida de esta
persona y Alfredo dijo preocupado:
-¡No puede ser! ¿Cómo ha sabido todo esto de mí? Estás cosas son privadas y
me duele que alguien lo publique como si fuera una novela sin interés y
además esto me puede perjudicar.
-No te preocupes amor, yo como abogada sé muy bien cómo eres tú y Alfonso
–Dijo Almudena – tú tienes unas ventajas que él no la tiene.
-¿A qué ventaja te refieres? – Preguntó Alfredo.
-Una de ellas fue que tú mismo te entregaste para ir a la cárcel y confesaste lo
mal que habías hecho –Dijo Almudena – esto un criminal ya sea un ladrón,
violador, sicario o asesino no lo hacen porque no están arrepentidos y se le
acumulan las condenas. Por ejemplo, Alfonso cuando era niño robaba por
necesidad porque su padre estaba enfermo y no tenía dinero suficiente para ir
a comprar comida, a medida que va creciendo esas secuelas psicológicas hizo
que se ajuntará con malas compañías y ahora él mismo tiene muchos más
delitos graves que tú, uno de ellos es ser narcotraficante, prófugo de la justicia,
complicidad de la peña mala y tiene una denuncia por Rigoberta por
atropellarla.
-Entiendo – Dijo Alfredo – Pero entonces hay alguna cosa que no entiendo.
-Dime – Dijo Almudena.
-Tengo entendido que Alberto también robaba por necesidad junto con su
hermano gemelo y él también tendría que tener esa secuela psicológica – Dijo
Alfredo.

275
-Quiero que sepas que Alberto cambió por amor, porque nuestra hija se lo pidió
y él al ajuntarse con buenas compañías rectificó el error como tú – Explicó
Almudena.
-Sí y con creces estoy pagando el estar aquí encerrado – Dijo Alfredo.
-Como si te tratáramos tan mal en esta estancia – Dijo Miguel.
-No es eso – Dijo Alfredo – Pero no me gusta esta etapa de mi vida.
- Pero como tu abogada déjame decirte que aunque tengas esos delitos,
también tienes pruebas a tu favor, como ya he dicho antes que tú te entregaste
por voluntad propia, que tienes un comportamiento ejemplar y no te metes con
los demás compañeros y la relación con los superiores como los vigilantes de
seguridad y director del centro son muy buenas y satisfactorias y la justicia lo
tendrá en cuenta.
-De acuerdo – Dijo Alfredo – eso espero.
-Por favor continúenos con la investigación – Dijo Miguel.
-Tienes razón – Dijo Alfredo.
Alfredo volvió a la vista a la pantalla del ordenador portátil y fue bajando con el
ratón con la barra de flechas que estaba situada en la parte derecha de la
pantalla. La segunda información que encontró fue una conversación con
Fabrice y Roberto.
-Miguel – Dijo Alfredo – Tenemos que investigar a una nueva persona.
-¿A quién? – Preguntaron a la vez Miguel y Almudena.
-A Roberto – Respondió Alfredo – él tenía contacto con Alfonso y me estoy
recordando que el día que puse el dichoso examen sorpresa estaba allí y fue
quien me dijo que Ana era nuestra hija.
-Apuntado está el nuevo sospechoso – Dijo Miguel.
-Muy bien cariño – Dijo Almudena.
Alfredo siguió pasando las hojas y también encontró todas las reuniones del
chat que hacían la peña mala. También encontró unas listas enormes, en una
era todo relacionado con los narcotraficantes y la otra era relacionada con los
colegios de adopciones.
-¡Vaya! – Dijo Alfredo – Miguel, tenemos que imprimir esto ya que este caso se
está poniendo muy interesante.
-¿Para qué querría tener una lista de adopciones? – Preguntó Almudena.

276
-No sé, está todo muy raro – Dijo Alfredo – oye cariño, empiezo a pensar que
sean pistas para encontrar a nuestra nieta.
-¿Tú crees que la fotografía de la niña recién nacida y esta listas de colegios de
adopciones estén relacionados? – Preguntó Almudena.
-Sí cariño – Respondió Alfredo.
En ese momento a ese despacho llega un fax, Miguel lo cogió y lo leyó.
-¿Pasa alguna cosa Miguel? – Preguntó Alfredo.
-Acabamos de recibir el fax el informe de la autopsia de Silvia – Respondió
Miguel.
-¿Y qué dice? – Volvió a preguntar Alfredo.
-Lo que suponíamos, según este informe que la fallecida murió aplastada por la
nevera de su propia cocina, esto se reduce que es a causa del terremoto –
Respondió Miguel.
-No te veo muy convencido – Dijo Almudena.
-La verdad es que no – Dijo Miguel – Se me hace muy extraño que nosotros
que estábamos allí cuando sucedió todo lo del terremoto logramos salir por la
puerta y da la casualidad que Silvia y Manuel no, pienso que hay gato
encerrado.
-Cuidado Miguel lo que estás diciendo puede ser muy grave – Dijo Alfredo –
Estás hablando de un posible asesinato premeditado. Habrá que ponerlo a la
lista de investigaciones.
-Las investigaciones siguen abiertas – Dijo Miguel – pienso que sería mejor
volver a esa urbanización y encontrar la puerta para poder examinarla.
-¿Y si está rota? – Pregunto Almudena.
-Entonces habrá que encontrar el paño de la puerta en los escombros –
Respondió Miguel.
-¿Y luego qué procede? – Preguntó Almudena.
-Una vez que tengamos el paño de la puerta, hay que llevarlo al laboratorio
para que lo examinen las huellas dactilares – Respondió Alfredo.
-Eso mismo – Dijo Miguel – Tienes un novio muy inteligente.
-Por eso me enamoré de él – Dijo Almudena.
-Bromas aparte – Dijo Alfredo – Pongámonos manos a la obra que hay mucho
trabajo que hacer.

277
Miguel y Almudena se intercambiaron las miradas y sonrieron, los dos le
hicieron caso, se fueron a la urbanización a donde vivían antes sus amigos y
cuando llegaron Almudena preguntó:
-¿Estáis seguro de que vas a encontrar el paño de la puerta con todo este
desastre?
-Para eso hemos venido para intentarlo encontrar – Dijo Alfredo.
Miguel y Alfredo se pusieron los guantes en las manos y empezaron a apartar
los trozos que habían allí esparcidos. Almudena estaba tranquila esperándolos
caminó un poco por esa zona, cuando de repente el brillo de un rayo de sol se
percató que había unas huellas de una persona en el suelo, regresó al lugar y
dijo:
-Cariño.
-Dime – Dijo Alfredo.
-Acabo de encontrarme unas huellas de zapato como si alguien hubiera
caminado de antes de que se produjo el desastroso terremoto – Dijo Almudena.
-¿Estás segura? – Preguntó Miguel.
-Sí – Respondió Almudena – Tendrías que venir que lo enseño.
-Yo me encargo – Dijo Alfredo.
-De acuerdo – Dijo Miguel.
Almudena le enseñó a Alfredo el camino a donde estaban situadas las huellas,
él sacó un lector biométrico de pisadas, lo pasó por encima de las huellas y lo
puso en una bolsa de plástico pequeña. Luego siguió el camino de las pisadas
pero por desgracia no hubo suerte porque se acabaron, regresaron al lugar y
Alfredo dijo:
-Miguel. Almudena tenía razón había unas pisadas y ya lo he cogido unas
muestras para que se vayan a analizar al laboratorio ¿Y tú cómo vas?
-Ya encontré el paño de la puerta, es increíble que esté intacto con tantos
escombros – Respondió Miguel.
Miguel, Alfredo y Almudena regresaron a la cárcel y se fueron directamente a
que examinaran las huellas dactilares de las huellas pisadas y del paño de la
puerta.
-¿Cuánto tiempo tenemos que esperar para los resultados? – Preguntó
Almudena.
-Horas – Dijo Miguel.

278
-Me refería a cuantas horas – Dijo Almudena.
-Generalmente suelen tardar más de 6 horas – Dijo Alfredo.
-¿Y ahora qué vas hacer? – Dijo Almudena – Esto está parado.
-Seguir trabajando y estudiando la carrera – Respondió Alfredo – Pero antes
voy a comer para recuperar fuerzas, tenemos un día muy largo y duro.
-De acuerdo – Dijo Almudena
-Voy contigo Alfredo a comer –Dijo Miguel.
Almudena y Alfredo se despidieron dándose un beso en la boca, ella salió por
la puerta principal y se metió en su coche para dirigirse a su oficina para
trabajar duro, cuando entró le dijo a su secretaria Elvira:
-Buenos días Elvira, por favor tráeme un café con leche con dos azúcar.
-Ahora mismo se lo traigo.
-¿Tengo alguna cosa importante para hoy? – Preguntó Almudena.
-Ha llamado la abogada Mariela, dice que quiere hablar contigo y que es muy
importante.
-De acuerdo localízamela y dile que venga lo antes posible – Dijo Almudena.
-De acuerdo.
Elvira llamó a la abogada Mariela para que viniera lo más pronto posible y ella
se presentó.
-Almudena, aquí está la licenciada Mariela – Dijo Elvira.
-Tome asiento por favor – Dijo Almudena
-Gracias – Dijo Mariela.
-¿Quieres tomar alguna cosa? – Preguntó Almudena.
-Café con leche con una de azúcar – Respondió Mariela.
-Enseguida se lo traigo – Dijo Elvira.
Elvira salió del despacho de Almudena y se fue a la máquina de café, cogió un
vaso de plástico y pulsó el botón para que se pusiera en marcha la máquina,
una vez hecho, cogió un sobrecito pequeño y le puso muy poco azúcar,
regresó al despacho de Almudena y dijo:
-Aquí lo tienes, sí necesitas más azúcar me lo haces saber.
-Gracias, así ya está bien – Dijo Mariela.
-Sí me necesitan para alguna otra cosa estaré aquí a fuera – Dijo Elvira.
-Puedes retirarte Elvira – Dijo Almudena – No me pases llamadas porque está
reunión va para largo.

279
-De acuerdo – Dijo Elvira.
Elvira regresó a su sitió de recepcionista cerrando la puerta del despacho de
Almudena.
-¿Dime en que le puedo atender? – Preguntó Almudena.
-En primer lugar quiero agradecerle que me hayas permitido verla y en
segundo lugar quiero preguntarle una cosa – Dijo Mariela.
-Le escucho.
-Como usted sabe que mi bufete de abogados pertenece a otro país y me
gustaría trabajar con usted, pienso que podríamos hacer más grande este bufet
con más clientes – Dijo Mariela.
-Por supuesto que sí. Bienvenida a mi bufete.
-Muchas gracias, no se va arrepentir de contratarme. Quiero que sepas que le
tengo muchas propuestas – Dijo Mariela.
-Estaré encantada de leerlas.
-¿Cuánto empiezo? – Preguntó Mariela.
-Hoy mismo sí quieres. Pero, ahora que vamos a trabajar juntas sería mejor
que nos tratáramos de tú y no de usted.
-Estoy de acuerdo – Dijo Mariela.
-Déjame decirte que si pones la mitad de dinero del bufete pasas a ser socia
del 50%.
-Muchas gracias Almudena.
-De nada.
Almudena llamó a Elvira por teléfono, le dijo que imprimiera unos contratos de
nueva asociación. Elvira enseguida se los trajo y Mariela leyó las cláusulas del
contrato y como estaba de acuerdo lo firmó. Luego Elvira lo archivó.
Mientras en la cárcel, cuando Alfredo y Miguel habían comido y habían
recuperado las fuerzas, entraron de nuevo al despacho y Alfredo dijo a Miguel:
-Hoy estaba más buena la comida.
-Eso parece.
En ese momento le llega un fax conforme daban los resultados de la huella del
paño y de las pisadas.
-Alfredo, tenemos los resultados de las huellas del laboratorio – Dijo Miguel.
-¿Buenas noticias?

280
-Sí. Los resultados del ADN del laboratorio confirman que Rigoberta fue quien
cerró la puerta con llave – Dijo Miguel.
-De nuevo Rigoberta, hasta donde será capaz de llegar su maldad.
-Eso no es todo, según las huellas de las pisadas pertenecen a dos personas,
a uno es Rigoberta y la otra es Cinta que es la profesora del instituto del campo
– Dijo Miguel.
-Vaya esa sí que es una sorpresa lo que pasa que no entiendo qué hacía allí
Cinta en nuestro barrio cuando pasó el terremoto.
-Entonces Rigoberta tiene varios delitos que tiene por cumplir, asesinato
premeditado por ser la que creó el plan de avispas, complicidad de la muerte
de Carlos y de robo – Dijo Miguel.
-No lo va a tener nada fácil si la conseguimos arrestar.
-Sí, pero ahora está desaparecida – Dijo Miguel.
-Hay que avisar a todos los policías que den la orden de aprensión en contra
de Rigoberta.
-De acuerdo – Dijo Miguel.
-Y cambiando de tema he localizado por internet la agencia de datos para
adopciones.
-¿Qué noticias tienes? – Preguntó Miguel.
-Esa agencia de datos para adopciones se trata de una agencia de detectives
privados y sería conveniente que le hiciéramos una visita, a lo mejor nos
llevamos una gran sorpresa.
-No esperemos más y vámonos que me muero de la curiosidad quien hay
detrás de la agencia de detectives privados – Dijo Miguel.
-Vamos que yo también estoy intrigado.
Alfredo y Miguel cogieron el coche patrulla, se dirigieron a la dirección a donde
estaba situada la agencia de detectives privados. Cuando llegaron se
percataron que estaban en el segundo piso, tocaron el timbre y entraron, se
fueron directamente a buscar el ascensor pero con tan mala suerte de que
había un cartel colgado que ponía no funciona, subieron por las escaleras,
volvieron tocar el timbre y la puerta se abrió.
Fabrice fue quien los atendió y dijo:
-Miguel, Alfredo ¡Qué alegría de veros!
-Fabrice, lo mismo digo yo – Dijo Miguel.

281
-Yo también me alegro mucho de verte – Dijo Alfredo.
-¿A qué se debe la visita? – Preguntó Fabrice.
-Verás Fabrice nos hubiera gustado que fuera una visita de cortesía, pero
lamentablemente, venimos por trabajo, tenemos una orden judicial para
inspeccionar esta agencia y de paso aprovechar para haceros unas preguntas
– Dijo Miguel.
-Comprendo, no tengo ningún problema en colaborar con vosotros. Pero no
entiendo que hace Alfredo aquí contigo – Dijo Fabrice.
-Estoy trabajando con él a resolver los casos más importantes que todavía no
se han resuelto y está a punto de descubrirse todo – Dijo Alfredo – Aprovecho
para decirte que estoy estudiando la carrera de criminología y quiero
especializarme en investigador privado.
-Ahora lo entiendo todo – Dijo Fabrice – Por favor tomad asiento ¿Queréis
beber alguna cosa?
-No gracias – Dijo Miguel.
-Tampoco gracias – Dijo Alfredo.
-Dime ¿De qué queréis hablar? – Preguntó Fabrice.
-Verás, estamos investigando el caso del secuestro de Carlos y hemos
buscado evidencias en la casa de Eduardo y me gustaría preguntarte ¿Qué
relación tenías con Alfonso? ¿Y qué tiene que ver la agencia de detectives
privados con vosotros dos? – Preguntó Miguel.
-Perdón, no entiendo la pregunta – Dijo Fabrice.
-En la casa de Eduardo encontramos unas pistas que nos han traído en esta
agencia de detectives privados – Dijo Alfredo.
-¿Podéis ser más claro? ¿A qué pruebas os réferis? – Preguntó Fabrice.
-Por caprichos de la vida el terremoto que causó tantos desastres, a nosotros
nos ayudó mucho en el labor de la investigación. En el ordenador portátil de
Alfonso encontramos una lista de agencia para adopciones y descubrimos que
esta agencia resulta ser para detectives privados y lo encontramos junto con
una fotografía de una niña recién nacida ¿Qué tiene que decir sobre esto? –
Preguntó Miguel.
-Es la primera noticia que tengo porque no sabía absolutamente nada y
respondiendo a la pregunta sobre Alfonso que no he tenido ninguna relación,
solo lo conocía de vista de unas dos o tres veces me lo habré cruzado y como

282
mucho hemos intercambiados los saludos de una manera educada –
Respondió Fabrice.
-Según también encontramos unos papeles que tuviste una reunión con él
porque tenía información sobre la peña mala – Dijo Alfredo.
-¿Fue ese día que viniste con Adrián verdad? – Preguntó Fabrice.
-Sí cierto allí estábamos Adrián, Natalia, Alfonso, Fabrice y yo – Dijo Miguel –
Nos enteramos gracias a Alfonso que la difunta Silvia y Manuel contrataron a
un sicario para que mataran a Carlos y que ellos fueron los creadores de poner
las avispas en el alféizar y también está el famoso chat de esa peña.
-¿Qué? ¿Silvia muerta? – Preguntó Fabrice.
-Sí – Dijo Alfredo.
-¿De qué murió? – Preguntó Fabrice.
-Los informes de forenses dijeron que murió aplastada por la nevera de la
cocina a causa del terremoto, pero los resultados del laboratorio indicaron que
las huellas del paño de la puerta son de Rigoberta y sospecho que se robó las
llaves de la casa a Manuel y a Silvia con la intención de matarlos. Ya dimos la
orden de búsqueda y captura– Respondió Miguel.
-Vaya, que muerte tan fea que ha tenido Silvia, primero Susana y ahora la
hermana, sin duda que la vida le ha puesto en su lugar – Dijo Fabrice – Yo
mismo te entregué la grabadora de lo que fallecida Susana confesó antes de
morir.
-Sabemos lo que han hecho la peña mala – Dijo Miguel – Pero no entendemos
la relación de Alfonso y de ti con esta agencia de detectives privados que ni
siquiera no hay ningún nombre.
-Este es mi segundo trabajo – Dijo Fabrice – Está agencia de detectives
privado es una empresa familiar. Por más que lo piense no logró entender que
relación pueda tener Alfonso con esta agencia al menos que mi hermano
Roberto lo sepa.
-Vaya resulta que Roberto es tu hermano mayor – Dijo Alfredo - ¿Se encuentra
aquí en estos momentos?
-No, tiene una misión y no sé cuando tardará – Respondió Fabrice.
-De acuerdo – Dijo Miguel – Otra pregunta más ¿Cómo se llama esta agencia?
-Agencia FR – Respondió Fabrice – Como comprenderás llevan las iniciales de
nuestros nombres.

283
-Entiendo – Dijo Miguel.
-Por lo que se ve que Manuel es el verdadero planificador y organizador del
secuestro de Carlos y Rigoberta fue quien creó el plan de las avispas para
matar a mi hija Ana y ahora que estoy acordándome de que cuando yo tenía
ese carácter tan malo y participé en ese plan, alguien me estuvo observando y
me mando unos mensajes tanto por el chat como en el móvil diciéndome que
había fracasado y a estas alturas no sé quien fue – Dijo Alfredo.
-Fui yo – Dijo Roberto.
-¿Tú? El que le llamán el misterioso porque siempre vas con ropa negra – Dijo
Alfredo.
-¿Le conoces Alfredo? – Preguntó Miguel.
-Sí, fue quien hizo que recapacitara de mi mal comportamiento y gracias a él
me enteré de que Ana sea mi hija – Respondió Alfredo – Pero no sabía su
nombre y ni mucho menos que era familiar de Fabrice un periodista bastante
bueno.
-Como son las cosas, sin duda habéis descubierto mi gran secreto – Dijo
Roberto quitándose la ropa negra.
-¿Conocías a Alfonso? – Preguntó Miguel.
-Así es, Alffonso y yo nos aliamos para boicotear el examen sorpresa que
había puesto Alfredo como castigo de una pelea entre Alberto y Manuel –
Respondió Roberto.
-¿A cambio de qué? – Preguntó Alfredo.
-A cambio que le ayudará a su hermano a encontrar la hija perdida –
Respondió Roberto.
-¿Está fotografía pertenece a este agencia de detectives privados? – Preguntó
Miguel enseñándole la fotografía.
-Sí que pertenece – Dijo Roberto – Estamos a punto de saber quién es tu nieta
Alfredo.
-Eso sería una magnífica noticia – Dijo Alfredo.
-De acuerdo, quiero recordaros que no podéis salir del país hasta que se
resuelva los casos pendientes y por si necesitamos de nuevo hablar con
vosotros – Dijo Miguel.
-Entendido – Dijo Fabrice.
-Ahora si no os importa tenemos que inspeccionar la agencia – Dijo Miguel.

284
-Adelante, estáis en vuestra casa – Dijo Roberto.
-Gracias – Dijo Alfredo.
-Miguel espera me acabo de acordar una cosa – Dijo Fabrice.
-Dime – Respondió Miguel.
-Perdona Alfredo que lo diga pero coincidió con el plan de las avispas – Dijo
Roberto.
-No te preocupes, di lo que tengas que decir – Dijo Alfredo.
-Cuando el día que Alfredo se robó el pote de avispas en el laboratorio en el
instituto, confirmé mis sospechas de que hay un camino secreto que lleva
directamente al instituto – Dijo Fabrice.
-¿Camino secreto? – Preguntó extrañado Miguel de Rivera.
-Es cierto – Dijo Alfredo.
-¿Por qué no me lo dijiste Alfredo? – Preguntó Miguel.
-Perdón, pero ya no me acordaba de ese camino secreto – Respondió Alfredo.
-Me tienes que llevar allí – Dijo Miguel.
-Por supuesto que te llevaré – Dijo Alfredo.
-Más te vale - Dijo Miguel – Fabrice perdona que te hayamos interrumpido
pero antes habías dicho que confirmaste el camino secreto.
-Así es – Dijo Fabrice – Te lo voy a contar porque tú no estabas en ese tiempo,
llegaste justo cuando habían asesinado a Carlos.
-Soy todo oído – Dijo Miguel.
-Cuando estaba empezando el curso pasó dos cosas. La primera es que yo
entré al instituto vestido de negro por órdenes de mi hermano Roberto para
cumplir una misión de dejar una carta al pupitre de Ana y justo cuando salí
entraron a robar – Dijo Fabrice.
-Hay una cosa que no logro entender, se supone que tú eres periodista y no
entiendo qué relación tienes con esta agencia – Dijo Miguel.
-Yo tampoco entiendo esta relación – Dijo Alfredo.
-Soy periodista y mi especialidad es el periodismo de investigación y ese día mi
hermano estaba enfermo y yo me ofrecí a cumplir con esa misión – Dijo
Fabrice.
-¿Periodismo de investigación? – Preguntó extrañado Alfredo.
-Así es – Dijo Fabrice – Como puedes ver tu y yo tenemos muchas cosas en
común.

285
-Ya lo veo – Dijo Alfredo.
-Retomando el tema ¿Cómo entraste tú en el instituto, para dejar la carta a
Ana? – Preguntó Miguel.
-Por la puerta principal porque yo tengo un juego de llaves, ya que Julián me
las dio – Dijo Fabrice.
-¿Qué tiene que ver Julián? – Preguntó Alfredo.
-Él me dio permiso para que hiciera la revista del instituto allí y que podía entrar
y salir libremente – Respondió Fabrice.
-¿Y quiénes fueron los ladrones? – Preguntó Miguel.
-Se rumoró durante mucho tiempo que los ladrones eran los gemelos Alfonso y
Alberto, pero yo no puedo afirmar que ellos fueran porque no vi nada, además
yo ya había salido y cerré todas las puertas – Respondió Fabrice.
-¿Y se sabe que se robaron? – Preguntó Alfredo.
-Robaron el diario personal de Carlos – Respondió Roberto.
-Parece que todo este cuadrando ¿Verdad Alfredo? –Dijo Miguel.
-Eso parece, precisamente encontramos una copia del diario personal de
Carlos en la habitación de Alfonso – Dijo Alfredo.
-Habrá que leerlo de principio a final, porque el diario puede ser la pieza clave
de su secuestro – Dijo Miguel.
-Estoy de acuerdo ¿Pero el original a donde está? – Preguntó Alfredo.
-Lo siento en eso no podemos ayudar – Dijo Roberto.
-No lo sabemos, quizás algún amigo de Carlos lo sepa – Dijo Fabrice.
-Perfecto, vamos a inspeccionar la agencia – Dijo Miguel.
-De acuerdo – Dijo Roberto.
Miguel y Alfredo empezaron a investigar la agencia, pero lo único que
encontraron eran papeles de facturas, también investigaron los ordenadores
pero no encontraron nada, se despidieron y se regresaron de nuevo a la cárcel
para seguir investigando el caso de Carlos.
-¿Es increíble que esa fotografía perteneciera a esa agencia de detectives
privado – Dijo Miguel.
-Ya ves, así es la vida. Yo en cambio me sorprendí a ver a Roberto, nunca
pensé que fuera él “el misterioso” por su vestimenta negra que se tapaba hasta
la cara y solo se veía los ojos.
-¿Ahora por dónde continúanos? – Preguntó Miguel.

286
-Tenemos que seguir con las investigaciones y descubrir a dónde se encuentra
el diario personal. Pienso que sería muy bueno hacer una visita a Javier y de
paso a inspeccionar la habitación de Carlos.
-Tienes razón, ahora que me acuerdo Fabrice oyó los disparos cerca de la
zona a donde tenían secuestrado a Carlos y también vio el incendio – Dijo
Miguel.
-También se sabe que fue tu ex compañero Luís quien lo mató por ganarse
más dinero, pero he visto que su sueldo era bastante bueno para vivir.
-¿Y qué vamos hacer respecto al chat de la peña mala? – Preguntó Miguel.
-Podríamos intentar entrar, pero a estas alturas seguro que lo habrán
desactivado.
-¿Hay alguna forma de que si lo desactivaron recuperar todos los chats que se
hicieron por internet? – Preguntó Miguel.
-Sí, con un informático especializado.
-Caray como se nota que estas estudiando mucho – Dijo Miguel.
Alfredo se sentó delante del ordenador y entró la página de internet para
acceder al chat de la peña y pulsó la tecla intro, pero desafortunadamente
aparecía las letras “página no encontrada” hizo cuatro intentos más pero salió
lo mismo. Entonces le dijo a Miguel que llamara al técnico informático de la
prisión para que hiciera lo que tuviera que hacer para recuperar archivos.
Miguel dio la orden de llamada y el informático se apareció enseguida, pasaron
horas y horas hasta conseguir recuperar todo lo del chat. Miguel y Alfredo le
agradecieron el gesto por ayudarlos y el informático se fue.
Alfredo y Miguel leyeron desde el principio al final todas las reuniones que
tuvieron la peña mala pero lo que habían puesto era lo que todo se sabía, no
había ninguna novedad y Miguel dijo:
-¡Vaya! No hemos encontrado nada, tanto esfuerzo para recuperar en el chat
para luego nada..
-Tranquilo, estas cosas hay que tener paciencia, vamos a la casa de Javier.
-Tienes razón – Dijo Miguel.
Ambos se dirigieron a la casa de Javier, cuando llegaron se percataron de que
la puerta de la entrada estaba abierta y entraron. La casa estaba desordenada
y sucia, Javier que era el tío de Carlos se había sumido en una terrible
depresión y lo había descuidado todo, no paraba de llorar.

287
-Pero esto que es, la casa esta desordenada y sucia, nunca había visto nada
igual – Dijo Miguel.
-Yo también era un dejado cuando iba con la peña mala.
-¿Y la puerta de la entrada que hacía abierta? – Preguntó Miguel.
-No lo sé, vamos a averiguar lo que está pasando.
Miguel y Alfredo miraron con atención todos los rincones de la casa y
encontraron a Javier llorando en su habitación abrazando un marco de
fotografía a donde salían sus sobrinos Carlos y Adrián, no estaba en
condiciones de ser interrogado y lo consolaron.
-No puedes seguir así – Dijo Miguel.
-Tú no sabes cómo se siente el hecho de estar solo, en pocos meses perdí a
mis sobrinos que eran mi única familia – Dijo Javier.
-Tienes razón, no lo sé cómo se siente, pero imagino debe ser muy feo – Dijo
Miguel.
-Venimos aquí para verte y ayudarte como buenos amigos, estás mal y
necesitas ayuda – Dijo Alfredo.
-Nada ni nadie me puede ayudar a superarme de este dolor – Dijo Javier.
-Porque no te das un baño y te vienes a vivir a mi casa el tiempo que haga falta
– Dijo Alfredo.
-Gracias pero ya estoy bien aquí en mi casa – Dijo Javier.
-Quiero que sepas que estamos aquí para ayudarte, al menos permíteme que
venga mi hija Ana a cuidar de la casa – Dijo Alfredo.
Javier asintió y se fue a dar un baño, Miguel le ayudó en todo lo que pudo y
Alfredo aprovechó para llamar a su hija que se encontraba en el hospital y le
explicó todo lo que sucedía con Javier y colgó. Entró en la habitación de
Carlos, empezó a abrir los cajones del tocador y solo veía ropa y más ropa.
Después abrió los cajones de la mesita de noche, solo tenía la ropa intima y
por último abrió el armario que estaba empotrado y no había ninguna pista de
su diario personal. Alfredo pensó “que raro que el diario personal no está aquí”.
En ese momento apareció Javier y le preguntó:
-¿Alfredo que buscas en la habitación de Carlos?
-Su diario personal, pero no está aquí ¿Sabes alguna cosa?
-¿Para qué lo quieres? – Preguntó Javier.

288
-Verás amigo, no te queríamos decir nada por tu estado de salud, pero
estamos resolviendo el caso de Carlos y hemos encontrado en la habitación de
Alfonso unas fotocopias de su diario personal, pero lamentablemente no están
todas las páginas – Explicó Miguel.
-No me extraña nada, la verdad se me hizo muy extraño que Carlos tuviera un
diario personal y que se lo llevara al instituto. Nunca he visto ese diario – Dijo
Javier.
-Me gustaría preguntarte ¿Qué pasó esa noche a donde Carlos desapareció? –
Preguntó Alfredo porque ignoraba los detalles.
-Yo esa noche no estaba con él, habíamos quedado para la cenar al día
siguiente pero no apareció ¿Por qué? – Respondió Javier.
-Porque sospechamos de que su diario personal es el motivo de su
fallecimiento – Dijo Miguel.
-No entiendo, se supone que cuando hay un secuestro llaman para pedir
rescate pero esto fue secuestrarlo y luego asesinarlo – Dijo Javier.
-Tienes razón, por eso es muy importante encontrar su diario – Dijo Alfredo.
-Yo no tengo ningún problema en que echéis un vistazo a toda la casa, a ver si
tenéis suerte y lo encontráis pero creo que aquí no está – Dijo Javier.
-¿A dónde esconderías un diario personal? – Preguntó Alfredo.
Alberto acompañó a Ana a la casa de Javier, los dos le querían mucho y
siempre estaban dispuestos a ayudar. Ana había escuchado la pregunta que
hizo su padre Alfredo y le respondió:
-En un lugar secreto que nada ni nadie debe saber, pero en la casa no sería un
buen escondite y te lo digo por propia experiencia.
-¿Por qué lo dices cariño? – Dijo Alfredo, se acercó y la abrazó.
-Por el escándalo que se montó por ser una niña adoptada – Respondió Ana.
-¿Por qué no nos cuenta que pasó exactamente ese día o esa noche? ¿Sabéis
por qué mi sobrino Carlos desapareció esa noche que iba con vosotros? –
Preguntó Javier que con la depresión le había hecho perder los sentidos de la
vida.
-¿Qué le pasa? – Preguntó Alberto.
-Está muy mal desde que fallecieron sus dos sobrinos, ya no es la sombra de lo
que era – Respondió Alfredo.
-¿Qué tiene? – Preguntó Ana.

289
-Depresión, pero si sigue así con esta actitud va a acabar con locura – Volvió a
responder a Alfredo.
-Lamento mucho lo que está pasando, era un profesor alegre que siempre reía
y animaba a sus alumnos. A todos nos caía muy bien porque se dejaba querer
y era muy tolerante con tantas personas – Dijo Alberto.
-Son cosas que pasan – Dijo Miguel.
-Parece papá que me vas a tener que ayudar a limpiar esta casa – Dijo Ana.
-Me temo que no va a poder ser – Dijo Alfredo.
-¿Y eso? – Preguntó Ana.
-Estoy aquí ayudando a Miguel a resolver el caso de Carlos – Respondió
Alfredo.
-¿Sabes Ana qué tu padre está estudiando la carrera de Criminología por
Internet? -.Preguntó Miguel.
-¿Enserio? – Respondió Ana.
-Sí cariño, estoy ayudando por la mañana a Miguel a resolver los casos que
aún no se han esclarecidos y por la noche estudio antes de irme a dormir –
Respondió Alfredo.
-¿Qué importancia tiene el diario personal de Carlos? – Pregunto Ana.
-Sospechamos que fuera el motivo de su secuestro para terminar con él –
Respondió Miguel.
-Es muy extraño porque su diario personal lo tenía en su mesa de nuestra
clase, yo le vi varias veces en la biblioteca o en el patio escribiendo su propio
diario– Dijo Ana.
-¿Y qué pasó luego? – Preguntó Miguel.
-Cuando empezó el curso, entraron a robar en el instituto y justo el día
siguiente pues vi a Carlos llorando porque se lo habían robado – Respondió
Ana.
Justo cuando Ana terminó de hablar, Alberto recordó ese momento tan amargo
y doloroso de su vida, robaba por necesidad porque su papá siempre estaba
enfermo y no tenían dinero al ser menor de edad, eso le hizo sentir un
remordimiento de consciencia insoportable y dijo llorando:
-Perdóname amor, quien entró a robar en el inicio de curso fuimos mi hermano
Alfonso y yo.

290
-¿Por qué lo hiciste? ¿Qué importancia tiene ese diario personal? – Preguntó
Alfredo.
-Entramos por el camino secreto que lleva al instituto, lo encontramos todo
cerrado y rompimos los cristales del edificio para poder entrar. Robamos cosas
muy valiosas porque mi padre en ese tiempo estaba muy enfermo casi no se
podía levantar de la cama y nosotros al ser menor de edad no contábamos con
dinero – Explicó Alberto.
-Por favor, puedes responder a la pregunta que ha hecho Alfredo ¿Qué tanta
importancia tiene ese diario personal para robarlo? – Volvió a preguntar Miguel.
-Supongo que lo robé por celos, había oído rumores de que Carlos estaba muy
enamorado de Ana y lo quería confirmar, leí el diario personal suyo y entonces
caí en la cuenta de que nuestras vidas eran muy similar. Luego, Alfonso se
encargó hacer fotocopias de varias páginas destacadas del diario personal de
Carlos, pero mi hermano no me quiso decir a dónde la habían escondido y el
diario personal había desaparecido de lo que era nuestra casa – Explicó
Alberto.
-Esto es increíble, no puede ser que me haya enamorado de ti – Dijo Ana.
-Cambié por ti, mi amor, soy consciente de que he cometido muchos errores en
esta vida y quiero enmendarlos. Créeme que estoy muy arrepentido y
perdóname por favor – Dijo Alberto.
-Las fotocopias del diario de Carlos estaban guardadas en una pequeña caja
fuerte dentro del armario – Dijo Alfredo.
-¿Y te dijo en qué sitio había escondido el diario personal? – Preguntó Miguel.
-Sí, me lo dijo tiempo después que lo había escondido en un baúl pequeño
enterrado en un parque que estaba cerca del instituto – Respondió Alberto.
-¿Estarías dispuesto a llevarnos a ese parque a dónde se escondió su diario
personal? – Preguntó Alfredo.
-Por supuesto que sí – Respondió Alberto.
-Quedas detenido por robo y por allanamiento de morada. Puedes contactar
con tu abogado o pedir uno de oficio – Dijo Miguel.
-¿Le vas a poner las esposas a mi amor? – Preguntó Ana.
-No hace falta porque sé que no se va a escapar – Respondió Miguel.
-Por lo visto te voy hacer compañía un tiempo en la cárcel – Dijo Alberto a
Alfredo.

291
-Tarde o temprano se sabe la verdad, no hay mentiras que se queden ocultas –
Dijo Alfredo.
-Tienes razón – Dijo Alberto.
Ana se quedó ayudando a Javier para hacer las tareas domésticas y Alfredo,
Miguel y Alberto se fueron al parque en busca del diario personal de Carlos.
Alberto los guió y al final encontraron el baúl pequeño enterrado en un sitio de
tierra y dijo:
-¡Qué raro!
-¿Qué pasa Alberto? – Preguntó Miguel.
-El baúl tendría que estar cerrado y está abierto – Respondió Alberto.
-En este caso hay muchas cosas muy raras – Dijo Alfredo.
-Porque no mejor lo abres y averiguas que pasó con el diario de Carlos – Dijo
Miguel.
Alberto asintió y terminó de abrir el baúl, la sorpresa que se llevó al ver una
nota dentro poniendo “Gracias Santiago por haber recuperado mi diario”. Se lo
enseñó a Miguel y Alfredo.
-Parece que todos querían tener el diario de Carlos y me preguntó el porqué –
Dijo Alfredo.
-Pienso que sería una buena idea de visitar a Santiago y luego ir al camino
secreto del Instituto a ver si tenemos suerte y lo encontramos – Dijo Miguel.
-Creo que todo el mundo aquí guarda secretos suyos íntimos que poco a poco
se van descubriendo – Dijo Alfredo.
-Alberto ¿Sabes a dónde vive Santiago? – Preguntó Miguel.
-Sí, a dos manzanas de este parque– Respondió Alberto – Se supone que se
mudó aquí para poder entrar más tarde a clase, pero hace mucho tiempo que
no ha vuelto a entrar en clase.
Se dirigieron los tres a la casa de Santiago, tocaron el timbre y entraron, se
saludaron mutuamente. La casa por dentro era muy bonita, era grande y muy
espaciosa, tenía de todo.
-Tienes una casa muy bonita – Dijo Alberto.
-La verdad no me quejo, siempre he querido tener una así – Respondió
Santiago – Pero decirme ¿A qué se debe la visita de los tres?
-Verás, estamos investigando a fondo el porqué el secuestro y asesinato de
Carlos y queremos hacerte unas preguntas – Dijo Miguel.

292
-Miguel quiero que sepas que estoy a tu disposición, pero no entiendo que
tiene que ver Alfredo y Alberto aquí – Dijo Santiago.
-Los dos están detenidos por robo. Alfredo hace mucho tiempo que está en la
cárcel y déjame decirte que el encierro le sienta muy bien porque está
estudiando la carrera de criminología y también está ayudando a resolver los
casos más importantes que aún tenemos pendientes. Y Alberto lo acabo de
detener porque hace cuestión de unos minutos ha confesado que fue él junto
con su hermano Alfonso que se robó el diario personal de Carlos – Explicó
Miguel.
-¿Lo detienes por robar un diario? – Preguntó Santiago extrañado.
-Por el diario no, si no por el delito de allanamiento de morada con violencia.
Dime Santiago ¿Qué tienes que decir al respecto? – Preguntó Miguel.
-Yo llegué nuevo hace unos meses, el primer día que estuve aquí estaba
buscando un piso económico a donde quedarme y por casualidades de la vida
vi un parque que me atrajo la atención y caminando tropecé con algún objeto,
bajé la mirada y vi que había un baúl mal enterrado y lo abrí, sin querer rompí
la cerradura y allí estaba el diario de Carlos – Respondió Santiago.
-¿Leíste su diario? – Preguntó Miguel.
-Así es, me llamó la atención y no pude evitar abrirlo, lo leí todo de principio
hasta el final, su vida era como una novela, siempre escribía las cosas que le
pasaban. Entonces, decidí matricularme al instituto y entregárselo
personalmente e incluso le dije que tenía un mal presentimiento de que alguna
cosa mala iba a pasar y al día siguiente desapareció misteriosamente – Explicó
Santiago.
-¿Hablaba de ti en su diario? – Preguntó Alfredo.
-Sí, claro, pero muy poco porque no pudimos llegar a ser amigos – Dijo
Santiago.
-¿Y qué ponía? – Preguntó Alberto.
-Que estaba agradecido conmigo por haberle recuperado su diario – Dijo
Santiago.
-¿Y alguna cosa más? – Preguntó Miguel.
-Poca cosa más, pero sin nada de importancia – Respondió Santiago.
-Santiago ¿Por qué no has vuelto más al instituto? No sabes como se extraña
las bromas que hacías – Dijo Alberto.

293
-Porque me cambié a estudiar por internet – Respondió Santiago.
-¿Y eso? – Preguntó Alfredo.
-Porqué conseguí trabajo y estudiar por internet me resulta mucho más cómodo
– Respondió Santiago.
-Estoy totalmente de acuerdo, el estudiar por internet es muy cómodo,
distribuyes las materias como tú quieras, no hace falta madrugar y tampoco ir
de prisa – Dijo Alfredo.
-Y dime ¿De qué trabajas? – Preguntó Miguel.
-Trabajo de guardaespaldas – Respondió Santiago.
-¿Qué? – Dijeron Alberto y Alfredo a la vez.
-Así es, una de las razones que me compré esta casa porque tiene gimnasio
bastante grande y allí puedo entrenar las tácticas de defensa personal –
Respondió Santiago.
-¿Tienes que añadir alguna cosa más respecto al caso de Carlos que se te
haya olvidado? – Preguntó Miguel.
Santiago se quedó pensativo recordando dos cosas muy importantes que
estaba escrito en el diario de Carlos. La primera era que tenía una relación
amorosa con María a distancia y la segunda que Carlos siempre sabía quién
era su hija.
-¿Qué te pasa Santiago? – Preguntó Alberto.
-Te quedaste muy callado – Dijo Alfredo.
-Perdón – Dijo Santiago – Ahora que me acuerdo, tengo que confesar dos
cosas relacionadas con Carlos.
-Estoy intrigado por saberlas – Dijo Miguel.
-La primera deciros que tengo una relación amorosa con María, la hermana
mayor de Ana a distancia – Dijo Santiago.
-Vaya, esto sí que es una verdadera sorpresa – Dijo Alfredo.
-Por lo visto vamos a ser familia todos – Dijo Alberto.
-¿Cuánto tiempo hace que tienes un romance con ella? – Preguntó Miguel.
-Desde que empecé a estudiar por internet, encontré un chat para estudiantes
y nos reencontramos. Un sábado estaba tan aburrido, que entré en el chat y allí
estaba conectada y entre los dos nos pusimos la cámara web y eso se hizo tan
costumbre que al final los dos nos enamoramos.
¿Y a dónde se encuentra en estos momentos? – Preguntó Miguel.

294
-Sigue en Inglaterra – Respondió Santiago.
-Bonita historia de amor – Dijo Alfredo – Pero, cuéntanos cuál es la segunda
confesión.
Santiago respiró hondo y dijo:
-Alberto, necesito confesarte una noticia que siempre has esperado tenerlas.
-¿A qué te refieres? – Preguntó Alberto.
-Me refiero a la hija que tuviste con Ana – Respondió Santiago.
-¿Qué sabes de mi hija? – Preguntó Alberto.
-Alberto, quiero que sepas que Carlos encontró a tu hija, él siempre iba un paso
delante de la Agencia de detectives FR, que se encargan a buscar gente que
están en adopción – Respondió Santiago.
-Es cierto, acabamos de estar allí y trabajan Fabrice y Roberto – Dijo Alfredo.
-Por favor Santiago continúa – Dijo Miguel.
-Alberto, tú hija se llama Lucía y vive en esta ciudad con sus padres Mariela y
Rodrigo – Dijo Santiago.
Alberto le retumbó el nombre de las palabras que había dicho Santiago “Lucía
es tu hija”.
-No puede ser – Dijo Alberto llorando - ¿Qué sabes de los padres?
-Mariela es abogada y Rodrigo era el psicólogo del hospital – Respondió
Santiago.
-¿Por qué nunca lo dijiste? Sabías que mi novia y yo estábamos desesperados
al no saber nada de nuestra hija – Dijo Alberto llorando.
-Perdóname Alberto, en esas circunstancias no era el mejor momento para
tratar un tema delicado, además tú tenías la preocupación de tu padre que
estaba muy enfermo de la leucemia – Respondió Santiago.
-¿Te callaste por ese motivo o por alguna cosa más? – Preguntó Alberto
llorando.
- Me callé por todo, en ese tiempo no era mejor revelar nada porque la peña
mala estaba acechando con lo de la “niña adoptada” y sé que hice mal en
callarme, pero todas las verdades tienen su momento para ser reveladas –
Respondió Santiago.
-¿Sabes a dónde viven Mariela y Rodrigo? – Preguntó Alfredo – Como ya
sabes que también estamos hablando de mi nieta.

295
-Tienes razón, Lucía es tu nieta – Dijo Santiago – Lamentablemente no sé a
dónde viven y menos ahora que cayó el terremoto.
-Una última pregunta ¿Está fotografía está en el diario de Carlos? – Dijo Miguel
sacándole la fotografía de su bolsillo a Santiago.
-Efectivamente sí que estaba esa fotografía en su diario y no era la única –
Respondió Santiago.
-Gracias – Dijo Miguel.
-Alberto, espero que algún día me puedes perdonar por ocultarte la verdad
acerca de tu hija, ahora que lo sabes búscala y a pesar de que erais rivales por
conquistar el amor de Ana, Carlos siempre te quiso como un hermano – Dijo
Santiago.
Alberto no soportaba más el dolor y se marchó de la casa de Santiago
corriendo a llorar a la calle.
-¡Alberto! – Gritó Miguel.
-Miguel déjalo, ahora él necesita estar solo y tranquilo, está revelación le ha
cogido por sorpresa – Dijo Alfredo.
-Tienes razón hay que dejarle su espacio y sé que él no se va a escapar de sus
errores – Dijo Miguel - ¿Santiago te importa que echemos un vistazo a tu casa?
-Adelante estáis en vuestra casa, espero que sea de vuestro agrado – Dijo
Santiago.
Miguel y Alfredo investigaron de arriba a abajo toda la casa de Santiago y lo
que encontraron eran libros de seguridad privada y muchos apuntes
imprimidos. En su ordenador encontraron unas fotografías de su novia María
que ella misma le había mandado por correo electrónico.
Alberto siguió llorando mientras paseaba por las calles francesas de la ciudad,
sin darse cuenta llegó al mar, se sentó a la orilla y empezó a tirar piedras
dentro del agua, mientras anochecía oyó la voz de Lorena que dijo:
-Qué bonito anochecer ¿Verdad?
Alberto giró la cabeza y le respondió bordemente:
-Ahora no prefiero hablar quiero estar solo.
Lorena al ver que había llorado mucho prefirió no hablarle y se sentó a la orilla
contemplando el anochecer y dijo:
-No si no te molesto, yo vengo a esta hora a ver como brilla la luna.

296
El ambiente que había en la playa era muy tranquilo, relajado, sin hablar, solo
se escuchaba el silencio y las olas del mar. Lorena se quitó las zapatillas y se
acercó a la orilla para mojarse los pies con el agua mientras caminaba por la
arena.
Pasaron las horas, Alberto suspiró hondo, se levantó de la arena y se dirigió
hacia donde estaba Lorena y le dijo:
-Te debo una disculpa, no quería hablarte mal, perdona si te ofendí.
-No te preocupes, entiendo que te está afectando alguna cosa, si quieres me lo
puedes contar.
-No quiero hablar de eso, estoy muy triste ¿Qué haces aquí? – Dijo Alberto.
-Entiendo, vivo aquí.
-¿En la playa? – Preguntó extrañado Alberto.
-Sí, en la casa de enfrente es donde vivo ¿Quieres entrar?
-No gracias, debo de irme a la cárcel – Respondió Alberto.
- ¿En la cárcel? Alberto ¿Dime qué está pasando?
-¿Puedo usar tu teléfono por favor? – Preguntó Alberto.
-Por supuesto que sí.
Ellos caminaban por encima de la arena, hasta llegar a la casa de Lorena,
Alberto se quedó muy sorprendido al ver que el continente era muy grande a
donde se observaba que había dos plantas y dedujo que el interior iba a ser del
mismo modelo. La parte de afuera de la casa tenía un color gris, en la entrada
había tres pequeñas escaleras del mismo color, la puerta de la entrada era de
color marrón. Una vez dentro lo primero que vio era el comedor con sus
paredes lilas, se dio cuenta de que el suelo era de color negro, había una
alarma y una cámara de seguridad, justo debajo en la parte derecha del
comedor, había una mesa alargada de color marrón que allí estaba el
ordenador con sus periféricos correspondientes. Justo en el centro estaba
situada la mesa a dónde comía de color negra junto a sus sillas naranjas y
rojas. En la parte izquierda del comedor, estaba el sofá de color verde
acompañados de dos sillones de color naranja, detrás había un mueble blanco
a donde era una estantería a donde ponía los libros tanto de leer novelas como
los de estudiar y al lado estaban las escaleras sin barandilla de color gris a
donde conducía a la segunda planta. Delante del sofá estaba el mueble de un
color marrón y encima estaba la televisión plana de un color gris y encima

297
había un gran balcón a donde podía salir a tomar el aire. Al fondo estaba la
cocina era muy moderna con placa de vitrocerámica y los muebles estaban
combinados en rojos y blancos, tenía una ventana pequeña, una nevera y un
congelador grandes y altos, también tenía otro balcón de salida. Observó que
había un pequeño pasillo entre la sala de estar y el comedor que conducían a
un lavabo pequeño para las visitas, la habitación que era Lorena junto otro
lavabo con su particular bañera y ducha. Justo al lado de la cocina estaba la
habitación de visitas. Alberto se quedó muy sorprendido
-Tienes una casa muy bonita.
-Muchas gracias – Dijo Lorena – Aquí tienes el teléfono.
Alberto llamó a Miguel de Rivera para decirle que se encontraba en casa de
Lorena que sí querían mandar un coche patrulla para regresar. Miguel le dijo
que descansará esta noche y que mañana a primera hora iría un coche de
policía, Alberto agradeció el gesto y cuando colgó el teléfono, Lorena preguntó:
-¿Todo bien?
-Nada está bien.
-¿Qué ha pasado? Perdona, no te he ofrecido nada de tomar – Dijo Lorena.
-No te preocupes, no tengo hambre.
-Tienes los ojos muy triste – Dijo Lorena acariciándole la mejía – Dime ¿Qué te
pasa? ¿Por qué tienes que ir a la cárcel?
Alberto suspiró y se sentó en el sofá en el comedor y le respondió:
-Estoy detenido porque confesé a Miguel de Rivera que yo junto a mi hermano
gemelo robamos al inicio de curso en el instituto.
-¿Tú eres un ladrón?
-Lo fui, pero ahora ya no – Respondió Alberto.
-¿Por qué robabas?
-Por necesidad, mi padre en aquel tiempo estaba enfermo de Leucemia y no
podía trabajar, mi madre nos había abandonados y nosotros éramos menores
de edad, la única forma que pude conseguir dinero era robando cosas muy
valiosas para luego venderlas y tener un poco de comida en la boca – Explicó
Alberto.
-¿Pero qué te robaste del instituto?
-Cosas valiosas, pero sobre todo el diario personal de Carlos – Respondió
Alberto.

298
-Sí, en el instituto se dicen muchas cosas de ese diario ¿Es cierto que ha
desaparecido por arte de magia? ¿Y qué también Carlos sabía muchos
secretos ocultos? Por favor ¿Dime llegaste a leer su diario?
-El diario no ha desaparecido por arte de magia, simplemente que alguien se lo
llevo, yo cuando se lo robé mi hermano lo dejo en un baúl en un parque que
tiene un poco de tierra, hoy cuando le enseñé a donde estaba el baúl, me
sorprendí al ver la cerradura forzada y rota, dentro había una nota diciendo
“gracias Santiago por haber recuperado mi diario” y sí leí algunas hojas de su
diario pero no todo – Explicó Alberto.
-¿Una nota? Parece que ese diario si es de interés de todo el instituto.
¿Imagino que fuisteis a casa de Santiago? ¿Qué ha pasado allá?
-Estábamos Miguel, Alfredo y yo que nos fuimos a la casa de Santiago nos
confesó que había dejado el instituto para dedicarse exclusivamente a estudiar
por internet porque había conseguido trabajo de guardaespaldas, que tenía una
relación amorosa con María la hermana mayor de Ana – Explicó Alberto.
-Vaya, Santiago de guardaespaldas, nunca me lo hubiera imaginado. Pero
¿Qué tiene que ver Alfredo el ex profesor de música?
-Alfredo está estudiando Criminología y está ayudando a Miguel a resolver
estos casos porque él quiere dedicarse a ser investigador privado – Respondió
Alberto.
-¿Pasó alguna cosa más? Nunca imaginé que Santiago se iba a enamorar de
la noche a la mañana y eso que decía en el instituto “que los enamoramientos y
el romanticismos eran de las chicas”.
-Sí, también me confesó que Carlos sabía a dónde estaba mi hija y me confesó
que se llama Lucía y que vive aquí en esta misma ciudad, sus padres son
Mariela y Rodrigo – Dijo Alberto.
-Ahora lo entiendo todo, por eso te encontré llorando en la playa, has tenido un
día lleno de emociones, pero, me alegra que hayas confiado en mí para
desahogarte.
-Eres una buena amiga, me inspiras mucha confianza y también paz – Dijo
Alberto.
-Eso mismo me lo dice mucha gente, cada día me convenzo más de que
estudiaré Psicología dentro de 2 años si todo sale bien.
-Vas a ser una excelente psicóloga – Dijo Alberto.

299
-Gracias, voy a prepararte la cama para que descanses.
Lorena se fue a la habitación de visita y preparó la cama con sus sábanas y
alguna manta porque la noche hacía bastante frío, más viviendo cerca del mar.
Era una noche tranquila, se oía el ruido de las olas de la playa. Los dos se
habían ido a dormir porque empezaba hacerse tarde. Alberto se despertó en
plena madrugada, últimamente tenía problemas de insomnio, se levantó a la
cocina de Lorena y se hizo un vaso de leche para calmar el hambre, se volvió
hacía la habitación para dormir pero se paró a mitad del camino porque le llamó
la atención una libreta verde encima de la mesa, la abrió y vio que eran
apuntes de la escuela y justamente cuando llegó a la tapa final de la libreta, vio
dibujado un corazón a donde arriba ponía Lorena y abajo Alberto te amo en
letras grandes de color rojo.

300
SEGUNDA PARTE:

Alberto se quedó sentado hasta el amanecer, cuando Lorena se despertó, se


puso una bata y se fue a prepararse el desayuno, cuando vio Alberto le dijo:
-Buenos días ¿Quieres desayunar?
-¡No! –Exclamó Alberto -¿Me puedes explicar qué significa esto? Le preguntó,
mientras le mostraba su libreta con el dibujo.
Lorena al ver que lo descubrió, se puso muy nerviosa y temblorosa. Alberto le
preguntó:
-¿Qué te pasa? ¿No me vas a decir nada?
Lorena empezó a llorar y le dijo:
-Lo que ves en esta libreta es la realidad, Alberto siempre he estado
enamorada de ti del primer momento que te vi cuando pasó lo del examen
sorpresa de tu suegro cuando antes era malo.
-No puedo creerlo.
-¿Estás enfadado conmigo? –Preguntó Lorena.
-Enfadado no, pero sí molesto porque no me lo habías dicho antes.
-Me callé, porque sé que tú quieres mucho a Ana y sé que eres feliz a su lado –
Dijo Lorena.
-Así es, la quiero mucho y cuando menos se lo espere le voy a pedir que se
case conmigo.
-Lo entiendo, por eso no quise decirte nada porque sé de todas formas iba a
perder porque nunca te iba a tener, por eso esa libreta y al ser tu amiga era mi
único consuelo – Dijo Lorena.
-Espera un momento, ahora que me acuerdo ¿Fuiste tú quién publicó mi
número de móvil que estaba escrito en la pizarra?
Lorena bajo la mirada al suelo y asintió:
-Sí, fui yo quién lo hizo.
-Entonces ¿Por qué ese día no me lo dijiste?
-Lo siento, te dije una mentira piadosa, al principio era una travesura pero al
conocerte cada vez más pasó lo que me pasó –Respondió Lorena.
-Cuéntame ¿Cómo conseguiste mi número de móvil?
-Fue fácil, un día a la hora de descanso entré en el despacho del director
Julián, se había dejado la puerta entornada y aproveche en que no estaba para

301
ir directa a su ordenador, tuve la gran suerte de que estaba encendido su
ordenador y me dirigí a una carpeta que había en el escritorio que ponían
alumnos y estaba allí todo el listado de todos que estaban inscritos en este
curso y cuando encontré el tuyo, no pude resistir a la atención de curiosear y
ahí estaba publicado tus datos personales y lo apunté tú número de móvil en
un papel adhesivo y luego para animar a los compañeros del instituto lo
publiqué en la pizarra para que te hicieras delegado de la clase y al parecer lo
hemos logrado – Explicó Lorena.
-Así es, pero lo que hiciste no estuvo bien, recuerda que mi número de móvil es
un derecho a la intimidad.
-Sí, lo sé, pero lo hice como una travesura – Dijo Lorena – Ahora entiendo que
tarde o temprano siempre se sabe la verdad.
-Así es, será mejor que llamé a Miguel para que me venga a buscar y vaya a la
cárcel.
Alberto llamó a Miguel para que le vinieran a buscar, pasó varios minutos ya
estaba un coche patrulla, se encendieron las luces de colores y se fueron a la
comisaría.
Miguel le dijo a Alberto:
-Siéntate por favor ¿Cómo te encuentras?
-La verdad que tengo sentimientos encontrados, por una parte estoy triste por
estar en la cárcel y cansado de los secretos ocultos, pero por otra parte estoy
contento al saber que estoy a un paso de recuperar a mi hija que adopté y sé
que vive aquí en Francia.
-Entiendo ¿A qué te refieres con los secretos ocultos?-Preguntó Miguel.
-A parte de la confesión de Santiago, descubrí otro secreto hoy que me ha
dejado muy sorprendido.
-¿De qué hablas? – Preguntó Miguel.
-De Lorena.
-¿Qué pasa con Lorena? – Preguntó Miguel.
-Ha confesado que siempre ha estado enamorada de mí.
Justo en ese momento llegó Ana que lo había oído todo y dijo:
-¿Qué? ¿Lorena está enamorada de ti?
-Mi amor – Dijo Alberto – Así es, Lorena se enamoró de mí.
-Es mejor que os deje hablar solo – Dijo Miguel.

302
-¿Qué fue lo que pasó?
-Amor he de contarte varias cosas después de que confesé que fui yo quién se
robó el diario personal de Carlos – Dijo Alberto.
-¿Qué me tienes que contar?
-Ayer descubrí un secreto que nos va hacer muy felices pero más a ti, pero
ahora no es lugar adecuado para hablar del tema y quiero que sea una
sorpresa. Cuando supe de este secreto, me puse a llorar de alegría y me fui
corriendo hasta llegar a la playa, ahí me encontré a Lorena y me invitó a pasar
la noche en su casa. Me fui a dormir y en plena madrugada me desperté y
como no conseguía dormir, fui al comedor y vi una libreta justamente en la tapa
final había un corazón con una flecha dibujado y ponía Lorena & Alberto.
-¿Qué te dijo?
-Antes que nada quiero que sepas que le obligué a que me lo dijera, Lorena no
quería que yo lo supiera y se puso a llorar como una magdalena y además
también me dijo que fue ella quien puso el móvil a la pizarra cuando pasó lo del
examen sorpresa – Explicó Alberto.
-Vaya con Lorena pero en verdad la entiendo porque es muy fácil enamorarse
de ti.
-¿No estás enfadada ni celosa?- Preguntó Alberto.
-No estoy enfadada, porque sé que tú eres solo mío y confío plenamente en ti.
Justamente cuando Ana y Alberto se van a besar entra Miguel diciendo:
-Perdonad chicos, tenemos que hablar de tu caso.
-Dime Miguel – Dijo Alberto.
-Por favor tomad asiento porque tengo que daros una magnífica noticia – Dijo
Miguel a Ana y a Alberto.
-Cuéntanos – Dijo Ana.
-Verás acabo de informarme que el robo del diario es un delito menor y podrás
salir de la cárcel pagando una fianza – Dijo Miguel.
-¿Qué es lo que hay qué hacer? –Preguntó Ana.
-Lo primero que tiene que hacer Alberto es contratar a un abogado y si no
puede tendrá uno de oficio.
-No hace falta, seguramente que mi madre Almudena también lo defenderá a él
y a mi padre juntos porque los asuntos están muy relacionados – Dijo Ana.
-Está bien – Dijo Miguel – Localiza a tú suegra cuando antes.

303
-¿De cuánto se trata la fianza? – Preguntó Alberto.
-De unos 2.000.000 euros – Respondió Miguel.
-¡Qué! Eso es mucho dinero – Dijo Alberto.
-Lo mismo digo – Dijo Ana.
-Quiero hacer una llamada – Dijo Alberto.
Alberto llamó a la oficina de Almudena, Elvira responde el teléfono:
-¿Dígame?
-Hola Elvira ¿Por favor me podrías pasar con la abogada Almudena?
-La abogada Almudena tiene una reunión y no sé cuando terminará.
-Necesito hablar con ella es muy importante – Dijo Alberto.
-¿De parte de quién?
-De Alberto, soy el novio de su hija.
-Está bien, voy a ver si puede atenderte.
Elvira llamó a través de su extensión y Almudena apretó el botón para
descolgar:
-Dime Elvira ¿Qué se te ofrece?
-Tienes una llamada de Alberto que dice ser el novio de tu hija y que quiere
hablar contigo ya que es muy importante.
-De acuerdo pásamelo – Dijo Almudena.
Elvira de inmediato pasó la llamada telefónica al despacho de Almudena y dijo:
-Hola Alberto, dime ¿En qué puedo ayudarte?
-Futura suegra, te llamo para decirte que estoy detenido a la misma cárcel que
Alfredo y necesito que me defiendas.
-¿Detenido? ¿Qué ha pasado Alberto? –Preguntó Almudena.
-Me han detenido por haber confesado que mi hermano gemelo y yo nos
robamos el diario personal de Carlos.
-¿Y cómo están las cosas? – Preguntó Almudena.
-Puedo salir de la cárcel pagando una fianza de 2.000.000 euros
-Está bien, cuenta con toda mi ayuda, a mí también me interesa que se
resuelva todo este problema de Carlos – Dijo Almudena.
-Muchas gracias.
Ambos colgaron y Almudena retomó el contacto con Elvira:
-Perdona ¿Te importa qué dejemos está reunión para otro momento?
-¿Qué ha pasado?

304
-Alberto, el novio de Ana está detenido – Respondió Almudena.
-Entonces, voy contigo porque Alberto es mi hijo.
-¿Es tú hijo? – Preguntó Almudena muy sorprendida.
-Así es – Dijo Elena – Me parece que tú y yo tenemos una historia de amor
muy similar.
Las dos se subieron al coche y llegaron hasta la comisaria, Miguel le explicó
todo lo que había pasado a Almudena y a Elena y que tanto Alberto como
Alfredo estában compartiendo celda, pero que él necesitaba una fianza de
2.000.000 euros, esto para quitarle el delito menor del diario personal, pero
tendrá libertad con cargos hasta el juicio por el allanamiento de morada.
-No hay ningún problema – Dijo Elvira – Voy al banco a pagar la fianza de mi
hijo, no quiero que pase ningún minuto más en la cárcel.
-De acuerdo – Dijo Miguel – Es mejor que vaya a comunicárselo a tu yerno.
-¿Puedo pasar a ver a mi amor? – Preguntó Almudena.
Miguel sonrío y le dijo en plan broma:
-¿Por qué no? Se nota que os amáis mucho.
-Ay Miguel ¿Nunca te cansas de hacer bromas?
-La verdad es que no.
Miguel abrió la celda y Almudena le dio un fuerte abrazo y un tremendo beso
en la boca y le dijo:
-Te amo.
-Yo también a ti, por lo visto tu tampoco cambias, siempre has sido de carácter
impulsiva.
Se vuelven a besar y en eso momento llega Ana sonriendo dijo:
-¡Qué bonito! Mi papá está enamorado.
-Al igual que tú cariño – Respondió Alfredo.
Ana también entró dentro de la celda y también se fundió en un largo y
apasionado beso con su novio Alberto.
-Vaya, luego hablan de nosotros – Dijo Alfredo.
-No sé vale amor, ellos nos ganan en besos largos y apasionados – Dijo
Almudena.
-No sé sí lo podemos superar, ellos son jóvenes cielo – Dijo Alfredo.
Alberto y Ana se rieron pensando en lo que habían dicho, se giraron y vieron de
nuevo a Alfredo y a Almudena besándose.

305
-Por lo visto, se lo están pasando bien – Dijo Alberto.
-Sí, mi madre siempre le toca el pelo cuando lo besa – Dijo Ana.
-Esa es una manera de abrazarle ¿No crees? – Preguntó Alberto.
-Tienes razón – Dijo Ana.
Miguel que estaba observando la escena dijo:
-El amor que os tenéis es demasiado bonito ya me está entrando envidia sana,
Alberto quiero que sepas que hoy mismo saldrás de la cárcel, tú madre va a
pagar la fianza por el delito, pero quedas en libertad condicional, eso significa
que tendrás que pasar todos los jueves al juzgado para firmar
-Entiendo – Dijo Alberto – Ya sabes Miguel que estoy dispuesto a colaborar con
vosotros.
Elena se dirigió al banco para sacar esa misma cantidad y se volvió para pagar
la fianza, una vez hecho Miguel se acercó a la celda y le dijo a Alberto:
-Estás libre, espero que hayas aprendido la lección.
-Ten por seguro que sí la he aprendido, el robar se quedó en el pasado y ahora
empieza una nueva vida – Dijo Alberto.
-Y yo estoy orgullosa de que sea mi novio – Dijo Ana.
-Me imagino – Dijo Miguel.
Alberto se fue a vivir en la casa de su madre ya que la casa que tenía con su
padre Eduardo pues quedó en ruinas a causa del terremoto.
Cuando Alberto entró en su nueva casa se quedó muy sorprendido y le dijo a
su madre Elena:
-Tienes una casa muy bonita, nunca había estado en una casa tan grande
como está.
-Cariño, perdona que te rectifique pero tenemos una casa muy bonita.
-¿Y mi papá?
-Aquí estoy – Respondió Eduardo mientras bajaba las escaleras.
-Con cuidado amor – Dijo Elena.
-Me encanta como me cuidas –Dijo Eduardo dándole un beso y abrazando a su
hijo también.
-Hijo ¿Quieres comer alguna cosa? Imagino que debes estar muriéndote de
hambre – Dijo Elena.
-No mamá – Dijo Alberto – no tengo hambre, prefiero ir a dormir un rato que ha
sido unos días llenos de emociones fuertes.

306
-Está bien – Dijo Elena – elige la habitación que quieras de las de arriba,
porque en la cocina es para el servicio.
-De acuerdo mamá – Dijo Alberto.
Alberto subió casi corriendo las escaleras hasta llegar a la primera planta
quería elegir una habitación muy bonita y a donde se sentará cómodo, abrió
una en una, hasta que eligió la habitación más bonita de la casa, no era muy
grande pero tampoco pequeña, pero si era diferente porque tenía cocina
equipada con la nevera llena de comidas y de bebidas diferentes, la cama era
de matrimonio, la pared era de color verde claro y tenía balcón que accedía a la
piscina por unas escaleras, el tocador era blanco y verde como sus cortinas
que eran tan largas como la puerta del balcón, un armario conjuntado con sus
dos mesitas de noche del mismo color y de su tocador con su propio baño.
Alberto se dirigió hacia su cama, la destapó y se metió para dormirse, se
durmió en media hora y empezó a soñar cosas del pasado, cuando él robaba
por necesidad, cuando se entero que su hija pérdida estaba en esa misma
ciudad y que estaba tan cerca de ti “Lucía es tu hija”, la declaración de amor de
Lorena y de repente el sueño se transgirió, soñó en un espejo de una casa que
estaba entre las montañas escondidas, veía la sombra de los brazos que
quitaba el espejo para poner una cosa detrás y lo volvía a colocar el espejo en
su sitio y Alberto se despertó sudando desde este sueño incómodo, se dirigió a
la ducha para refrescarse y le tuvo muy mortificado, se dirigió hacía su cocina
de la habitación y se hizo tila con un buen bocadillo de tortilla con tomate,
cuando acabó, bajó las escaleras y vio que sus padres estaban dormidos en el
sofá viendo la televisión, se dirigió al despacho de su propia casa y llamó a
Miguel.
-¿Sí? – Preguntó Miguel.
-Hola Miguel soy Alberto, te llamo porque necesito veros a ti y a Alfredo es muy
importante lo que quiero decir.
-¿A dónde estás?
-Estoy viviendo en casa de mi madre, creo que tienes la dirección en tu
programa informático – Respondió Alberto.
-Está bien, dentro de unas horas estamos por allí cuando salgamos de trabajar.
-De acuerdo – Dijo Alberto.

307
Alberto colgó el teléfono, encendió su portátil y empezó a mirar las noticias que
tenía relación con el caso de Carlos. Al cabo de unas horas, Miguel y Alfredo
se presentaron a la casa de Alberto.
-Buenas tardes a todos – Dijo Miguel - ¿Está Alberto? Hemos quedado con él,
según nos tiene que hablar de un asunto muy importante.
Elena se dirigió hacia el despacho y le dijo a su hijo que Miguel y Alfredo
estaban aquí, él respondió a su madre que pasen al despacho. Elena regresó
al comedor y les dijo:
-Podéis pasar al despacho.
-Gracias – Dijeron Miguel y Alfredo.
En el despacho:
-Por favor pasar y sentaros – Dijo Alberto - ¿Quieres tomar alguna cosa?
-No gracias, estoy bien así – Dijo Miguel.
-Te lo agradezco pero no solemos tomar nada cuando estamos trabajando –
Dijo Alfredo.
-Veo que te lo has tomado muy enserio, la cárcel te ha sentado muy bien – Dijo
Alberto de broma irónica.
-Es verdad, todos cometemos muchos errores, pero también dicen que
rectificar son de sabios – Dijo Alfredo devolviéndole la broma irónica
-Bromas aparte, cuéntanos porque la urgencia de la llamada – Dijo Miguel.
-Como ya te dije antes cuando estaba detenido que quería colaborar con
vosotros dos – Dijo Alberto.
-Sí, es cierto yo también lo escuché que querías colaborar con nosotros – Dijo
Alfredo.
-¿De qué asunto quieres colaborar con nosotros? – Preguntó Miguel.
-De Carlos – Dijo Alberto – Hace un momento he tenido un sueño bastante
extraño, quizás os parezca una tontería, pero todo lo que sueñas se puede
hacer realidad.
-¿Qué sueño has tenido? – Preguntó Alfredo extrañado.
-No me acuerdo exactamente del sueño, pero lo que sí me pareció bastante
real, soñé que había una casa escondida que estaba entre las montañas, vi
una sombra de brazos que quitaba como un espejo y me dio la sensación de
que escondía alguna cosa detrás – Explicó Alberto.
-Vaya sueños que tienes –Dijo Alfredo.

308
-Lo mismo digo – Dijo Miguel.
-Quiero haceros una pregunta, ya sé que lo último que hicimos fue ir con
nuestro amigo Santiago y ahí descubrí que Lucía es mi hija que entregué en
adopción cuando era un niño y también sé que ese diario personal de Carlos
era de mucho interés tanto por los amigos y la peña mala – Dijo Alberto.
-Dime ¿Cuál es tu pregunta o duda que tenga relación con este caso? –
Preguntó Miguel.
-¿Hay alguien qué vive o haya vivido en una casa que está escondida entre las
montañas? – Preguntó Alberto.
-Fabrice vive cerca de la montaña, pero ya lo hemos interrogado y registrado
su casa y no encontramos nada sospechoso – Dijo Alfredo.
-Está bien ¿Y tú Miguel? – Preguntó Alberto.
Miguel se quedó pensativo durante varios segundos y al final respondió:
-Como no había caído antes, Luís mi ex ayudante es posible que tuviera su
casa allí entre las montañas ¿Me prestas un momento tu ordenador por favor?
–Preguntó Miguel.
-Claro, imagino que vas a buscar a dónde vivía tu ex ayudante, pero la verdad
no entiendo ¿Por qué se pasó al bando de los malos? –Preguntó Alberto
extrañado.
-No te lo imaginas – Dijo Alfredo – fácil por dinero.
-No en todos los casos, te recuerdo que Adrián también se pasó al bando de
los malos y no fue precisamente por dinero – Dijo Alberto.
-Fue por vengar la muerte de su primo, según Sara me contó que Adrián
estaba muy obsesionado con este caso, se le pasó la mano y empezó a tener
problemas de alcohol – Explicó Miguel.
-¿Cuándo pasó esto que yo no me enteré? – Preguntó Alfredo.
-Días antes de que Adrián asesinará a Luís y cuando se enteró de que estaba
embarazada – Respondió Miguel.
-Menos mal que tú estabas allí para llevarla al hospital – Dijo Alfredo de broma.
-Tan oportuno como siempre, nunca fallas a nadie, eres muy buen amigo – Dijo
Alberto.
-Muchas gracias a los dos, ya encontré la dirección donde vivía Luís y
precisamente demasiada casualidad que su casa está escondida entre las
montañas –Dijo Miguel.

309
-Habrá que pedirle autorización al director Rafael para ir a esa zona –Dijo
Alfredo.
-Tienes razón, encárgate tu mismo de pedir autorización y yo me ocupo de
imprimir esta información porque sirve como prueba del asunto de Carlos, si no
es molestia a Alberto – Dijo Miguel.
-Alberto ¿Me podrías decir el número de tu fax por favor? – Preguntó Alfredo.
-No es molestia Miguel, puedes usar la impresora y Alfredo el número de fax lo
tienes en la pantalla digital arriba a donde están los números y recuerdo que
estáis en vuestra casa – Dijo Alberto.
-Te lo agradezco – Dijo Miguel.
-Yo también te lo agradezco –Dijo Alfredo.
-Hay que llevarse bien con la familia – Dijo Alberto de broma.
-En eso te doy la razón – Dijo Alberto sonriendo.
Miguel imprimió las hojas para guardarlas como prueba para el caso de Carlos,
cogió una funda de plástico para que no se arrugara, mientras Alfredo llamó por
teléfono a Rafael y le explicó la situación, esté les dio la autorización y dijo que
enseguida tendrían el fax. Cuando ya lo habían conseguido, los tres se fueron
al sitio donde secuestraron a Carlos, exactamente a la casa de Luís,
empezaron a buscar por el comedor, en los cajones y armarios del mueble, en
las mesas de adornación a dónde habían cajas grande a donde podría ocupar
un diario personal, debajo del sofá, retiraron el mueble y no había nada de lo
que buscaban, lo volvieron a dejar en su sitio.
Luego entre los tres decidieron separarse para investigar, Miguel dijo:
-Es mejor separarnos, Alfredo investiga en el despacho: ya sean armarios,
carpetas, archivadores, etc. Alberto ves a inspeccionar en las habitaciones y
más de lo mismo de lo que he dicho armarios, cajones, estanterías, etc. Yo me
encargo de la cocina y luego iré a ver el garaje.
Alfredo y Alberto obedecieron las órdenes de Miguel y los tres empezaron a
investigar carpetas, archivadores, cajones, muebles, detrás de los marcos
fotográficos y de los espejos, etc.
Pasaron horas y horas, al terminar de revisar todas las plantas de la casa de
Luís, se volvieron a reunir al comedor.
-¡Qué mala suerte! – Dijo Alberto – No he encontrado nada, ese Luís era muy
inteligente porque los armarios de las habitaciones eran empotrados.

310
-Yo tampoco he encontrado nada interesante, solo documentos de facturas
pero nada más – Dijo Alfredo.
-Ni yo tampoco – Dijo Miguel – Pero no vamos a irnos de aquí hasta que lo
logremos de encontrar el diario personal de Carlos.
-¿Y cómo lo hacemos? – Preguntó Alfredo – Hemos revisado de punta a punta
esta casa.
-Tengo una idea de que pueda resultar – Dijo Alberto.
-Cuéntanosla – Dijo Miguel.
-Ya sé que estamos en hora de servicio – Dijo Alberto – pero mi novia es una
mujer muy inteligente y ella sabría decir a donde podría haber un tipo de
escondite en la casa.
-Me parece una buena idea – Dijo Miguel – Llámala por teléfono y pon el
altavoz para que los tres la oigamos ¿Y tú qué opinas Alfredo?
-También considero que es una buena idea – Dijo Alfredo – Solamente hemos
de esperar a que funcione su plan.
Alberto llamó con su móvil a Ana, está descolgó y dijo:
-Mi amor, me alegra de que me hayas llamado, no sabes cómo te extraño,
acabo de llegar de la cita con el psicólogo Rodrigo Rivas.
-Cielo, escúchame un momento por favor – Dijo Alberto con tono muy serio.
-Dime amor.
-Quiero que sepas que estoy reunido en la casa de Luís que fue el ayudante de
Miguel y con tú papá intentando resolver el misterio del diario personal de
Carlos – Dijo Alberto.
-¿En qué te puedo ayudar, cielo? – Preguntó Ana.
-Te voy a preguntar una cosa – Dijo Alberto – Quiero que sepas que voy a
poner la tecla de altavoz para que lo oigan.
-De acuerdo, cielo – Dijo Ana.
Alberto pulsó la tecla del altavoz de su móvil y le preguntó a su novia:
-¿Me oyes bien?
-Sí, dime –Dijo Ana.
-Necesito que nos digas a los tres ¿A dónde hay un posible escondite en una
casa? – Preguntó Alfredo.
-Déjame que piense un momento – Dijo Ana - ¿Habéis mirado en la caja
fuerte?

311
-Sí – Dijo Alberto – pero no hay nada.
-Ana, soy Miguel, sí hemos revisado en cada rincón de la casa y no hemos
encontrado nada sobre el diario personal.
-Entonces lo que se me ocurre que esa casa tenga un sótano, imagino que
habréis encontrado los planos de la casa ¿Es así?
-Sí – Dijeron a la vez Alberto y Alfredo.
-Alberto por favor hazme una foto y mándamela a través del whatsapp – Dijo
Ana.
Alberto hizo la foto a los planos de la casa de Luís y se lo mandó a Ana a
través del whatsapp y dijo:
-Ya lo tienes ¿Lo has recibido?
-Sí – Dijo Ana – Esperar un momento que está pensando para poder abrirlo.
-De acuerdo – Dijo Alfredo.
-Ya está – Dijo Ana – Por lo que veo es una casa muy grande, pero veo una
cosa muy rara.
-¿Qué pasa? – Preguntó Miguel extrañado.
-¿Tenéis los planos allá mismo? – Preguntó Ana.
-Sí – Dijo Alberto.
-Mirar, sí os fijáis la gran mayoría de casas el sótano está situado por la parte
de atrás del jardín – Dijo Ana.
-Cierto – Dijo Miguel.
-Por lo que veo, en esta casa el sótano está debajo de la nevera – Dijo Ana –
parece más bien una trampilla – sótano.
-Muchas gracias cielo – Dijo Alberto ya quitando la tecla del altavoz – Ahora
miraremos como tú dices debajo de la nevera.
Colgaron y Alberto, Alfredo y Miguel se fueron a la cocina, Miguel y Alfredo
movieron la nevera y descubrieron que Ana tenía razón había una especie de
sótano – trampilla. Alberto se animó a abrirla y enseguida se deslizó una
escalera de cuerda y bajo para poner la luz.
-Ya podéis bajar – Dijo Alberto – Cuidado con la escalera de cuerda que se
mueve.
-Ahora vamos – Dijo Miguel.

312
Primero bajó Miguel y luego Alfredo, descubrieron que el sótano era bastante
grande porque había un sofá – cama, un mueble con televisión, un tocador, las
paredes estaban sin pintar y tenía grietas.
-¡Ufff! Que mal huele – Dijo Alfredo.
-La verdad este sótano está muy descuidado – Dijo Miguel – Las paredes están
sin pintar y tienen grietas.
-Huele a tuberías viejas – Dijo Alberto.
-Aquí es el último sitio a donde no hemos buscado – Dijo Miguel – Espero que
tengamos más suerte.
-Que cosa más extraña – Dijo Alfredo – un espejo de tela.
-La verdad que tu ex ayudante resultó ser una caja de sorpresa – Dijo Alberto –
Yo sí que era malo hace tiempo pero lo mío fue por necesidad, pero nunca
llegaría a los extremos estos.
-Tenéis razón – Dijo Miguel – Es mejor que miremos detrás de ese espejo.
Alfredo como era el más alto de los dos, fue quien se dirigió a sacar el espejo
de su sitio, pesaba lo suficiente, era rectangular con adornos grises y bastante
sucio, era muy viejo para una casa muy moderna. Por la parte de detrás su
tacto era áspero, era de tela.
-¿Alguien tiene un cuchillo o un cutex, para poder abrir este espejo? – Preguntó
Alfredo.
Alberto era siempre un chico muy prevenido, se metió la mano en el bolsillo del
pantalón y se sacó una pequeña navaja.
-¿Te sirve esto? – Preguntó Alberto - ¿Puedo abrirlo yo por favor?
-Claro – Dijo Alfredo – Esto es un trabajo de tres.
Alberto abrió la navaja y la introdujo con mero cuidado para que la tela no se
rompiera, la apartaron y encontraron una especie de libro, Miguel fue quien lo
sacó, espolsó el polvo que tenía acumulado y giró el libro y ponía “Diario
personal” abrió la tapa y el nombre que lo identificaba era de Carlos.
-¡Lo logramos, chicos! – Dijo Miguel.
-¡Qué ilusión! – Dijo Alberto.
-¡Por fin! – Dijo Alfredo – Estoy muy contento con el resultado obtenido, es
mejor regresar al despacho de la comisaria y leerlo bien a fondo, aquí seguro
que hay mucho más secretos revelados.
Alberto se volvió a dirigirse hacia el espejo y vio que había otra capa de tela.

313
-Esperar chicos, aquí hay otra capa de tela, creo que la misión no se ha
acabado aún – Dijo Alberto.
Al abrirla de nuevo se encontró con un sobre con mucho dinero con una hoja
doblada que era la copia del contrato conforme que Luís estaba de acuerdo por
el trabajo sucio que tenían planeado para Carlos.
En ese mismo instante, Patricia que había salido de un centro médico que
curaba de la depresión, llamó a su hermano Miguel.
-Miguel ¿A dónde estás? – Preguntó Patricia.
-Hola hermanita, que alegría oírte ¿Has salido ya del centro médico? –
Preguntó Miguel.
-Miguel de eso ya hablaremos cuando nos veamos – Dijo Patricia – Necesito
que vengas, es urgente.
-¿Qué pasa? – Preguntó Miguel.
-Saliendo del centro médico, por casualidad me he encontrado a Manuel y lo
estoy persiguiendo – Dijo Patricia – Esta es tu oportunidad de detenerlo, ya sé
a dónde se esconde Manuel.
-Dime ¿A dónde estás? – Preguntó Miguel.
-En el río – Respondió Patricia.
Miguel colgó el móvil y dijo:
-Tenemos que irnos, es algo urgente.
-¿Qué ha pasado? – Preguntó Alfredo extrañado.
-Patricia está persiguiendo a Manuel – Dijo Miguel – Esta es nuestra
oportunidad de detenerlo y que pague por todo el daño que ha hecho.
Alberto abrió la última capa de tela y vio en una funda de plástico con muchos
recortes de prensa relacionado con la peña de ellos.
-Alberto ¿Qué estás haciendo? – Preguntó Miguel - ¿Nos estás escuchando?
Tenemos que irnos.
-Sí, claro que los escucho – Respondió Alberto – Ese espejo tenía tres capas,
en la primera hemos encontrado el diario personal de Carlos, en la segunda he
encontrado un sobre lleno de dinero con una hoja doblada que resultó ser la
copia del contrato conforme Luís estaba de acuerdo con el trabajito sucio y en
la última me encontré con una funda de plástico con muchos recortes de
prensa relacionadas con nosotros.
-Buen trabajo –Dijo Miguel – Pero vámonos ya.

314
Alfredo volvió a dejar el espejo en su sitio, primero salió Miguel, luego Alberto y
por último Alfredo. Los tres se subieron al coche patrulla, poniendo sus sirenas
ruidosas y escandalosas, llamaron para solicitar refuerzos a través de la radio y
dijo:
-¡Atención! Somos Miguel de Rivera, Alfredo y Alberto. Necesitamos refuerzos,
vamos a detener a Manuel, se está escondiendo en la zona del rio.
Todos los coches policía alertaron a toda la ciudad con sus ruidosas y
escandalosas sirenas, Manuel no tenía ninguna arma para defenderse y
cuando se vio alertado dijo:
-¡Maldita sea! ¡Vienen a por mí! ¡No quiero ir a la cárcel!
El primer coche patrulla que llegó fue el de Miguel de Rivera y éste le preguntó
a Patricia:
-¿A dónde está Manuel? – Por ahí dentro creo que está por el desconocido
camino secreto del instituto.
-Yo sé cómo llegar – Dijo Alfredo.
-Y yo también – Dijo Alberto.
-Miguel ves con cuidado – Dijo Patricia – Por lo que he visto Manuel no tenía
ningún arma para defenderse.
-De acuerdo, te esperas aquí que esto puede ser muy peligroso para ti – Dijo
Miguel – Venga vámonos, el trabajo nos espera.
Acto seguido se giraron y vieron más coches patrullas con su equipo y se
dirigieron hacia la orilla del rio, pasando árboles y hierbas, habían muchas
cuestas para poder llegar al camino, de repente un policía cogió el megáfono y
dijo:
-¡Manuel! Estás rodeado, es mejor que te entregues.
-¡Nunca me veréis preso! – Respondió Manuel.
-¡No tienes escapatoria! – Dijo el policía.
Mientras el policía lo llamaba a través del megáfono, entre Miguel, Alfredo y
Alberto escuchaban atentamente por donde venía la voz de Manuel.
Manuel para defenderse tiró una lanzada de piedras grandes y Alfredo dijo:
-¡Cuidado, al suelo todos! Manuel está tirando piedras para defenderse.
Pasaron al menos quince minutos cuando Manuel se le habían acabado las
piedras grandes, se subió por el camino por el camino secreto que llegaba a
instituto por la parte de la escaleras de emergencia.

315
-Alberto quédate aquí por si acaso baja de nuevo por el mismo camino – Dijo
Miguel.
-De acuerdo – Dijo Alberto.
-Alfredo, tú sube por estás escaleras por dónde ha subido y persíguelo – Dijo
Miguel.
-De acuerdo – Dijo Alfredo.
-Yo iré por la otra parte del camino secreto, la entrada del instituto – Dijo
Miguel.
Miguel entró por la entrada del instituto, se encendió la alarma y otros policías
la desconectaron para que no alertaran a Manuel del ruido, subieron por las
escaleras y miraron plantas por plantas y no encontraron nada.
Alfredo subió por las escaleras de emergencias y encontró a Manuel al borde
del precipicio y dijo:
-¡No lo hagas!
-¡No te acerques o me tiro! – Dijo Manuel – Veo que no se te ha olvidado el
camino secreto y me has sabido encontrar.
-Sí por eso decidí pagar mis errores y te aconsejo que tú hagas lo mismo – Dijo
Alfredo.
-Lo siento, en eso no te puedo complacer, no quiero ir a la cárcel – Dijo
Manuel.
-Sí te entregas por voluntad propia se te puede rescindir la pena – Dijo Alfredo.
En ese momento llegó Miguel y Alfredo le puso una mano para frenarlo.
-Veo que vienes acompañado ¡No os acerquéis que me tiro! – Dijo Manuel.
-Tranquilo – Dijo Alfredo – Vamos hablar, podemos negociar – Dijo Alfredo.
-No quiero negociar, lo único que diré es que Susana dijo toda la verdad y que
la cinta de vídeo de cómo secuestramos y matamos a Carlos está escondida
en el rio en un aguacero pero en el techo – Dijo Mnauel.
-¡Estás loco! – Dijo Alfredo – Como has podido llegar tan lejos con tu bajeza.
-¿Tú me lo preguntas? – Dijo Manuel – Tú has hecho cosas peores, podías
haber matado a tu propia hija por las avispas. Además que no soy ningún tonto
me di cuenta que Patricia me persiguió.
-¿Y por qué no atentaste contra ella? – Preguntó Miguel.
-Por que no quise – Dijo Manuel – Tú hermanita estaba muy enamorada de
Carlos y se contaban muchos secretos. Yo llegué a mi final y a ver si tenéis la

316
misma suerte de encontrar a Rigoberta. Por cierto, Alfredo a tú hija le hice la
vida imposible porque desde el inicio de curso siempre me cayó mal pero dile
que me perdone por todo el daño causado.
Justo en ese momento, Manuel no calculó que tan cerca estaba del precipicio,
tropezó con el bordillo del edificio y se lanzó al vacío encontrándose su muerte.
Alberto vio como se cayó desde una altura muy alta y se quedo impactado.
-Ya no hay nada que hacer, Manuel está muerto – Dijo Miguel.
-Pobre chico tan joven y acabó así con maldad – Dijo Alfredo.
-Es mejor que nos regresemos a donde está Patricia, va a tener que explicar
muchas cosas – Dijo Miguel.
Los paramédicos taparon a Manuel con una sábana y lo llevaron a la salida del
instituto del campo.
Alberto, Alfredo y Miguel regresaron a la orilla del río a donde estaba Patricia.
-Tú y yo cuando lleguemos a casa tenemos que hablar muy seriamente – Dijo
Miguel.
-Sí, tienes razón tenemos que hablar pero antes déjame decirte que Manuel
escondió una cosa en ese aguacero – Dijo Patricia.
-Eso ya lo sabemos, Manuel lo ha confesado todo – Dijo Miguel.
-Perdón por interrumpir, Miguel te pido permiso para de irme al hospital tengo
cita con el psicólogo Rodrigo, es muy importante he de hablar con él – Dijo
Alberto.
-Está bien, puedes irte ya has hecho tú trabajo, te doy el resto del día libre –
Dijo Miguel.
Alberto se fue y justamente en ese momento Alfredo recibe un mensaje de
texto a su móvil “Cuando termines el operativo y estés de regreso a la cárcel,
pásate por mi despacho quiero hablar contigo y con tú abogada Almudena.
Rafael”.
-¿Quién te mandó el mensaje de texto? – Preguntó Miguel a Alfredo.
-Rafael.
-¿Qué quería? - Volvió a preguntar Miguel.
-Que cuando regresemos a la cárcel quiere hablar conmigo y con Almudena.
-Muy bien, vamos a buscar el vídeo que escondió Manuel y nos regresamos a
la cárcel y tú Patricia vete a casa que ya hablaremos – Dijo Miguel.
-De acuerdo –Dijo Patricia.

317
Miguel y Alfredo se dirigieron hacia el acueducto y vieron que arriba en el techo
había un maletín cerrado, se pusieron los guantes y lo sacaron para regresar al
despacho de la policía.
Cuando llegaron, Alfredo dejó el maletín encima de su mesa y se dirigió al
despacho del director Rafael.
-¿Se puede? – Preguntó Alfredo.
-Pasa Alfredo, por favor siéntate –Dijo Rafael.
-¿Cómo ha ido el operativo? – Preguntó Almudena.
-Regular – Respondió Alfredo.
-Cuéntanos ¿Qué ha pasado? – Preguntó Rafael.
-Patricia la hermana pequeña de Miguel, hoy salía del centro rehabilitador de
depresiones por el caso de Carlos y por casualidades de la vida vio a Manuel y
lo persiguió hasta que llegó el camino secreto que lleva al instituto. Luego, para
no hacer la cosa muy larga estuve hablando con Manuel, estaba tan histérico
que tropezó con la pared y se cayó al vacío. Pero minutos antes nos confesó
que Susana tenía razón en todo lo que dijo y que había un maletín en el techo
de un acueducto y lo hemos traído – Explicó Alfredo.
-¿Qué contiene el maletín? – Preguntó extrañada Almudena.
-Imagino que el video de cómo secuestraron a Carlos y lo asesinaron –Dijo
Alfredo.
-Qué mentes tan perversas y crueles – Dijo Almudena.
-¿Y a dónde está el maletín? – Preguntó Rafael.
-En mi despacho – Dijo Alfredo – Sí quieres voy a por él y lo vemos en un
momento en la sala de videos.
-No te preocupes –Dijo Rafael cogiendo el teléfono:
*Miguel por favor trae el maletín del despacho de Alfredo y nos vemos en la
sala de video:
-Enseguida voy jefe.
Rafael colgó el teléfono y dijo a Alfredo y a Almudena:
-Vamos a la sala de videos, Miguel nos está esperándonos.
Una vez dentro, la sala de video era bastante ancha, oscura, apenas entraba la
luz del sol, tenía una mesa alargada de color negro, encima había unas
carpetas con los informes del caso de Carlos, también había vasos de plásticos

318
que contenían agua y en otros café, las sillas eran altas, cómodas, negras, con
respaldo.
Alfredo abrió el maletín y sacó la cinta de video del plástico, la introdujo en el
video de la televisión. Observó toda la sala y vio que todos estaban sentados
para prestar atención y le dio a la tecla play.
Efectivamente, la cinta de video reflejaba lo que todos intuían de cómo sucedió
todo el secuestro y el asesinato de Carlos. Se veía la semana de la
planificación a través de su chat privado, el contrato de sicario y la sobornación
que le hicieron a Luís el ayudante de Miguel, la manera de cómo lo
secuestraron, como lo ataron, lo torturaron y al final de cómo lo asesinaron.
Cuando se acabó el video, Alfredo se levantó y le dio a la tecla stop y dijo:
-Como hemos visto en esta cinta de video es una evidencia clara de quienes
son los verdaderos culpables del asesinato de Carlos, el caso le falta muy poco
para que se quede resuelto ya que hemos dado la alerta de detener a
Rigoberta.
-Es increíble a donde puede llegar una mente perversa de una persona – Dijo
Almudena.
-Alfredo, Almudena volvamos a mi despacho, Miguel gracias por prepararlo
todo – Dijo Rafael.
-De nada jefe – Dijo Miguel.
Regresaron al despacho y Rafael dijo:
-Alfredo, imagino que este caso ha sido muy duro, de muchas horas de trabajo,
de investigación, de buscar pistas, de hablar con los sospechosos, ha habido
obstáculos que se te han puesto en el camino pero ya prácticamente el caso
está cerrado, solo falta que detengan a Rigoberta y que cumpla su castigo en la
cárcel ¿Cómo te sientes?
-La verdad estoy muy cansado, la verdad que tienes mucha razón que ha sido
muchas horas de trabajo y de dedicación, pero te diré una cosa me siento muy
satisfecho porque pude hacer algo más por el país y por cambiar mi actitud –
Dijo Alfredo.
-Mi amor, tú ya cambiaste para bien desde hace mucho tiempo atrás y quiero
que sepas que estoy orgullosa de ti – Dijo Almudena.
-Verás Alfredo, como sabía que estabas en el operativo, te envié un mensaje
de texto para que vinieras a verme – Dijo Rafael.

319
-Sí, lo vi ¿Qué querías? – Preguntó Alfredo intrigado.
-Tengo un regalo para ti que te va a gustar mucho – Dijo Rafael.
Rafael abrió el cajón de su escritorio y saco un sobre de color marrón, se lo
entregó a las manos de Alfredo, él lo abrió intrigado, sacó una hoja y se quedó
leyendo la carta se quedo sorprendido al leer que estaba en libertad.
-¿Estoy en libertad? – Preguntó Alfredo.
-Sí, está mañana hemos hablado con tu abogada y como has tenido una
conducta intachable, de estudiar una carrera universitaria, de ayudar en los
casos más complicados como el secuestro de Carlos, de no meterte en líos con
tus compañeros de la prisión y como toda recompensa tiene su merecido y la
tuya precisamente es la libertad – Dijo Rafael.
-Enhorabuena amor, por fin limpiaste tu nombre como querías – Dijo Almudena
dándole un beso en la mejía y tocándole el pelo.
-¿Hay algo entre ustedes? – Preguntó Rafael.
-Sí, somos novios, al final le pude volver a conquistar, al principio era muy duro
conmigo y muy esquivo, pero con tiempo y paciencia se consigue todo lo que
uno se propone ¿Verdad amor? – Dijo Almudena.
-Así es, pero mi felicidad estará completa cuando localice a mi nieta – Dijo
Alfredo.
-Todavía hay más noticias Alfredo – Dijo Rafael.
-Dime – Dijo Alfredo.
-Verás, como sé que aún te falta un par de años para terminar la carrera de
criminología, hemos decidido darte una placa provisional como regalo de todos
tus compañeros y además tienes un contrato de trabajo para este organismo,
así que te doy mi enhorabuena – Dijo Rafael.
Alfredo se puso a llorar de la emoción y de la satisfacción, Almudena su novia
lo miraba con cariño y lo abrazó, le dijo:
-Mi amor ya eres libre.
-Estoy que no me lo creo - Dijo Alfredo.
-Créetelo porque ya eres libre, te están esperando afuera para devolverte tus
pertenencias y que firmes el registro de salida - Dijo Rafael.
-Tengo que llamar a mi hija Ana, para decirle que vuelvo a ser una persona
libre - Dijo Alfredo.

320
-No te preocues, Migues se encargó de llamarla y está afuera esperándote -
Dijo Rafael.
-Quien lo iba a decir que Miguel iba a ser mi mejor amigo en la estancia en la
cárcel -Dijo Alfredo.
-Amor, todo esfuerzo tiene su recompensa como bien lo dijo nuestro director
Rafael y tú hoy lo has logrado - Dijo Almudena.
Alfredo y Almudena se besaron, ambos se dijeron que se querían mucho.
-Cielo, espérame voy a cambiarme.
-Te espero en la salida - Dijo Almudena.
-Muchas gracias Rafael por toda la ayuda que me has brindado, nunca lo
olvidaré, siempre recordaré que de los errores se aprenden - Dijo Alfredo
sonriendo.
-Aquí tienes un amigo para siempre - Dijo Rafael sonriendo.
Ambos se abrazaron como buenos amigos, Alfredo se fue a los vestuarios a
cambiarse de ropa, salió al pasillo para que el policía le devolviera sus
pertenencias y firmo el registro de la salida. Le abrieron la puerta de la salida y
lo que vio era la calle, respiraba aire puro y fresco, era un hombre libre.
Cuando Ana vio a su padre salir de la cárcel, empezó a correr para abrazarlo y
dijo:
-Papá, estoy muy contenta de que al final estés en libertad. Esto hay que
celebrarlo, en la casa de Almudena hemos hecho una sorpresa para ti.
-Imagínate yo que hacía tiempo que no pisaba la calle, como un hombre libre,
para mí ha sido un regalo - Dijo Alfredo.
-Has salido libre por buena conducta y por ayudar a resolver los casos, nadie
podía imaginar que el secuestro de Carlos fue muy planificado y yo estoy muy
contenta de ti, cielo - Dijo Almudena.
-Pero, no hablemos de cosas tristes por lo menos hoy no, es día de celebrar
por todo lo alto, ya que mi padre está libre - Dijo Ana sonriendo.
-Tienes razón - Dijo Almudena.
-Vámonos - Dijo Alfredo.
Los tres se dirigieron a la casa de Almudena, ella había preparado una cena
muy especial a su novio, había hecho pasta con verduras y carne, el plato
favorito de Alfredo y dijo:
-¿Te acuerdas muy bien de lo que me gusta?

321
-Eso no lo dudes nunca.
-Te quiero amor – Dijo Alfredo
-Yo a ti cielo.
Los dos se abrazan y se dan un beso de enamorados, Ana que había ido a la
habitación a cambiarse para estar cómoda los vio y dijo:
-¡Cuánto amor!
Alberto y Almudena se separan y sonríen, en ese mismo momento Ana recibe
un mensaje al móvil, era su novio Alberto que le decía “cariño, no puedo ir a
cenar, llegaré más tarde, te quiero mucho.
-¿Ocurre alguna cosa preciosa? – Preguntó Alfredo.
-Alberto dice que no puede venir a cenar y que llegará más tarde – Respondió
Ana - ¿Sabes a dónde fue?
-¿No te lo ha dicho?- Pregunto Alfredo extrañado.
-No lo he visto en todo el día – Respondió Ana.
-Se fue a ver a Rodrigo Rivas tenía una cita – Dijo Alfredo.
-Esto está muy raro – Dijo Ana – Le pregunté si le conocía y me dijo que no.
-No te preocupes – Dijo Alfredo – Seguro que tendrá una buena explicación.
Ana por un impulso cogió las llaves del coche de su padre y se fue
directamente al Hospital Principal del Campo, se fue directamente hacía el
despacho de Rodrigo, la puerta estaba entreabierta y no estaba la secretaria ya
que ella había pedido el día libre. Escuchó la conversación de Alberto y
Rodrigo:
-¿Qué te pasa? ¿Te veo cansado? – Preguntó Rodrigo.
-Sí, hoy ha sido un día muy duro de trabajo – Dijo Alberto.
-¿Quieres contármelo? – Preguntó Rodrigo.
-He presenciado un operativo para atrapar a un chico del Instituto del Campo,
era una persona muy mala y acabó por suicidarse desde la planta alta del
Instituto – Dijo Alberto.
-Imagino que te refieres a Manuel – Dijo Rodrigo.
Ana se quedó sorprendida al enterarse que Manuel se había suicidado y
continuó escuchando la conversación.
-¿Lo conocías? – Preguntó Alberto extrañado.
-No, pero ha salido publicado en los periódicos – Respondió Rodrigo – Perdón,
no te he ofrecido nada de tomar ¿Quieres alguna cosa?

322
-Gracias, pero no te preocupes no quiero nada – Respondió Alberto.
-Hace días que vienes a hablar conmigo, sé que me quieres decir alguna cosa
pero por un motivo u otro no lo dices ¿Qué pasa Alberto? – Dijo Rodrigo.
-Tienes razón – Dijo Alberto – Por lo visto no me has reconocido en estos días.
¿Te conozco? – Preguntó Rodrigo.
-Sí – Dijo Alberto.
-¿De qué? – Preguntó Rodrigo.
-De un tema muy delicado y muy triste para mí.
-Te escucho – Dijo Rodrigo.
-No sé si te acordarás, pero hace muchos años, cuando yo era pequeño dejé
embarazada a mi novia, ella dio a luz a una hermosa niña, pero por falta de
dinero la di en adopción. Un amigo me ha comentado que tú tienes a mi hija
¿Es cierto?
-Vamos a ver si te entiendo, tú has venido a estos días aquí para saber si yo
tengo a tu hija – Dijo Roberto.
-Así es.
-¿Por qué no me lo preguntaste el primer día? –Preguntó Rodrigo.
-Porque quería conocerte, saber cómo era tu personalidad.
-Vamos a ver ¿Tienes una foto de tu hija? – Preguntó Rodrigo.
-¿Por favor, puedo usar tu ordenador para enseñártela?
-Claro – Respondió Rodrigo.
Alberto se sentó delante de la pantalla del ordenador, entró a su cuenta de
correo electrónico y bajó una fotografía de su hija recién nacida y le dijo:
-Está es mi hija.
-No puede ser.
-¿Qué pasa? –Preguntó Alberto.
-Esta foto la tengo yo en la entrada de mi casa, tienes razón, Lucía es tu hija.
-¿Cómo? – Dijo Ana entrando en el despacho de Rodrigo.
-¿Qué haces aquí? – Preguntó Alberto.
-Mi padre me dijo que estabas aquí y te vine a buscar – Dijo Ana – Lo siento, vi
la puerta entre abierta y no pude evitar escuchar la conversación detrás de la
puerta.
Rodrigo se levantó de la silla y cerró la puerta del despacho:
-Tomar asiento por favor.

323
Ana y Alfredo asintieron y se sentaron.
-Nunca imaginé que vosotros dos eráis novios – Dijo Rodrigo.
-Así es – Dijo Ana – Nos hemos querido desde pequeños..
-Esto es un tema muy complicado – Dijo Rodrigo – Yo sabía que Lucía era tu
hija, intenté localizarte de mil maneras y no obtuve ningún éxito, ni siquiera te
encontré por Internet.
-¿La adoptaste tú? – Preguntó Ana.
-Sí, ella es una niña tan dulce, buena y sensible, yo sé que no es mi hija
biológicamente pero la quiero como si fuera mía. Tiene una voz hermosa – Dijo
Rodrigo.
-Quiero verla y conocerla como es ahora – Dijo Ana.
-Tú ya la conoces de vista ¿Te acuerdas del día del terremoto? Una niña te
regalo una rosa que iba con mi mujer – Dijo Rodrigo.
-Claro que me acuerdo de ese día tan catastrófico – Dijo Ana.
-Esa niña es vuestra hija – Dijo Rodrigo – Ella es una niña muy lista para su
edad, es muy estudiosa pero como saben ella no sabe que es adoptada.
-Entiendo – Dijo Ana – La verdad yo te agradezco de que tú me lo hayas
cuidado.
-Yo también te agradezco que hayas cuidado a nuestra hija haya podido tener
un mejor futuro del que nosotros les hubiéramos poder dado y también me
gustaría agradecer a tu mujer por esto – Dijo Alberto.
-Me alegro que no nos guardáis rencor, mi mujer tiene una reunión importante
de trabajo – Dijo Rodrigo –Siempre he querido lo mejor para mi hija y sí sé muy
bien que hay que explicárselo tranquilamente, a pesar de que es una niña muy
estudiosa e inteligente que saca muy buenas notas en el colegio, no deja de
ser una niña y no sé muy bien como lo vaya a tomar cuando se enteré de que
nosotros no somos sus padres biológicos.
-No te preocupes que lo entendemos como también imaginamos que has de
hablar con tu mujer – Dijo Ana.
-Cierto, cuando ya hemos hablado me pongo en contacto con vosotros – Dijo
Rodrigo.
-De acuerdo – Dijo Alberto y muchas gracias por todo.
-.Lo mismo digo – Dijo Ana.

324
-No hay que agradecer nada yo hubiera actuado igual que vosotros si hubiera
dado una hija en adopción – Dijo Rodrigo.
Se despidieron dándose la mano, Ana y Alberto se marcharon del hospital de
regreso a casa.
Cuando falleció Adrián, Daniel y Natalia se fueron a vivir temporalmente a
Nueva York. Ya que Daniel quería investigar la muerte de su gran amigo Jorge.
Daniel se había sacado la carrera de criminología al igual que Alfredo, él
estaba a punto de acabar la carrera universitaria y solo le quedaba las
prácticas. Por casualidad, el detective privado Roberto se encontraba en Nueva
York ya que tenía asuntos pendientes por arreglar y así Daniel aprovechaba la
oportunidad de hacer las prácticas en su despacho.
En la agencia Daniel le dijo a Roberto:
-Quiero agradecerte el que me hayas dado una oportunidad en tu despacho.
-Te voy a ser muy sincero Daniel, quiero que sepas que aquí se viene a
trabajar, soy una persona muy exigente y me gusta hacer el trabajo lo mejor
posible – Dijo Roberto.
-Entiendo, te aseguro que no tendrás ninguna queja de mí.
-Eso espero – Dijo Roberto.
-¿Qué normativa tengo que cumplir laboralmente?
Roberto abrió el primer cajón de su escritorio y sacó un tocho de libro, dijo:
-En este libro encontrarás lo que ha de hacer un buen detective privado y lo
que no debe hacer. Así, tómatelo con calma que todo esto es un proceso muy
largo y lo irás adquiriendo con la práctica – Dijo Roberto.
-¿Y tú cómo jefe que normas pones?
-Ser puntual en el trabajo, no se permite chatear ni jugar en los ordenadores al
menos que sean motivos justificados – Respondió Roberto – Otra cosa Daniel,
aquí tienes el contrato de prácticas y a pesar de que no estoy en la obligación
de pagarte, he hecho una excepción contigo, así que aprovecha muy bien la
oportunidad.
-Muchas gracias Roberto.
Daniel leyó todas las condiciones del contrato y al estar de acuerdo firmó. Se
puso muy contento al saber que tenía un contrato de prácticas cobrando.
Una vez firmado el contrato Daniel le preguntó:
-¿Por dónde se empieza la investigación?

325
-Primero de todo, me has de explicar que fue lo que recuerdas de ese día y
cómo fue que te enteraste de su muerte.
-Lo último recuerdo que tuve con mi amigo Jorge fue que me llamó por el móvil,
para decirme que su mujer Elisabeth había perdido a su bebé y que ella se
había refugiado en el alcohol y que me invitaba a pasar unos días en su casa –
Respondió Daniel.
-¿Qué pasó para que no fueras a verlo?
-No llegué porque tuve un accidente de coche por ser tan bruto y aventurero,
estuve en el hospital durante mucho tiempo y casi quedo paralítico. Con el
tiempo me enteré que mi amigo Jorge había fallecido en un accidente de avión
y que su mujer se había suicidado – Respondió Daniel.
-¿Tuviste un accidente de coche? ¿Cómo fue? – Preguntó Roberto.
-En un día de invierno justamente en un fin de semana, me fui al pub a tomar
unas copas de Martini, como debes imaginar me pasé de copas y acabé ebrio.
Ya sabes el famoso refrán “Sí bebas no conduzcas” pero yo como iluso no hice
caso, cogí el coche, para empezar no me puse el cinturón de seguridad, luego
me animé a aventurar con la velocidad, puse el volumen de la radio muy alta
para las horas que eran las cuatro o las cinco de la mañana. Pasé un semáforo
en rojo, a los pocos minutos me persiguió la policía y en vez de parar para que
me pusieran la multa apreté aún más el acelerador. De repente, empieza a
llover con truenos y relámpagos, justamente después de una curva y de pasar
una gasolinera me estampé con un tractor que salió de no sé dónde y salí
disparado de la carreta dando vueltas de campanas por un barranco y me
quedé inconsciente y ya no me acuerdo que más pasó, por lo que me contaron
mis amigos estuve en coma varios meses y poco me faltó para quedarme
paralítico.
-Imagino que habrás aprendido la lección – Dijo Roberto.
-Efectivamente, la vida me dio otra segunda oportunidad y ahora la estoy
aprovechando al máximo. Como perdí medio año de estudio hablé con el
director del instituto Julián y me di de baja, continúe los estudios por Internet,
hasta ya acabar con la carrera de criminología.
-Eso está muy bien que aproveches las oportunidades en esta vida porque solo
se presentan una vez – Dijo Roberto.
-Estoy totalmente de acuerdo.

326
En la otra punta de la ciudad de Nueva York, Mariela se reunió con Víctor y
Gabriela para firmar los papeles del divorcio. Víctor lo dejó todo atrás, hizo su
maleta y se fue directamente al aeropuerto a comprar el billete de avión de ida
a Francia para ver a su prometida Sara. Su viaje era vuelo directo de unas siete
horas y media, estaba tan ansioso por llegar que su viaje se le hizo muy largo y
pesado. No había llamado a Sara porque quería hacerle una sorpresa muy
bonita.
Cuando llegó a Francia lo primero que hizo fue visitar el desastre provocado
por el terremoto, justamente por ahí pasaba Ana y Alberto que habían
comprado rosas para dejarla en su antigua casa destruida por el terremoto.
Víctor habló en voz alta:
-Esto es un desastre, todas las obras de construcción ha sido en un momento
derribadas.
Ana al oír esa voz tan familiar se volteó hacía atrás y dijo:
-Víctor ¿Eres tú?
-¡Ana qué alegría verte! – Dijo Víctor.
-¡Cuánto tiempo! – Dijo Ana – Mira mi amor te presento a Víctor el director del
hotel de Nueva York y él es mi novio Alberto.
-De hecho ya no soy director tuve que cerrar el hotel.
Los dos se saludaron estrechándose la mano y Víctor le dijo a Alberto:
-Quiero que sepas que eres un hombre muy afortunado al tener una mujer así.
-Lo sé – Dijo Alberto.
-Ana ¿Cómo se encuentran tus hermanas María y Rigoberta? – Preguntó
Víctor.
-Víctor, desde que nos fuimos del hotel me ha cambiado mucho la vida desde
que llegamos a Francia, pero te adelantaré que no soy la hermana ni de María
ni de Rigoberta – Respondió Ana.
-¿Qué? ¿Cómo es eso que no son tus hermanas? – Preguntó de nuevo Víctor.
-Te contaré toda la historia porque es bastante larga y cuéntame que ha sido
de ti – Dijo Ana.
-Acabo de firmar los papeles de divorcio – Dijo Víctor – También es una historia
larga.
-Lo siento – Dijo Alberto – Por qué no pasas a mi casa y comes con nosotros.
-No quiero ser molestia – Dijo Víctor.

327
-No eres ninguna molestia y así recordamos viejos tiempos – Dijo Ana
sonriente.
-Está bien – Dijo Víctor – Gracias por la invitación Alberto.
Antes de ir a la casa de Alberto, Víctor se paró a comprar un ramo de flores
amarillas y a una joyería para comprarle un anillo cuando llegaron a casa de
Alberto:
-Hola papá y mamá.
-Hola cariño ¿Cómo estás? – Preguntó Elena.
-Hola a todos – Dijo Eduardo – Mirando a ese hombre desconocido.
-Elena y Eduardo os presento a Víctor, fue el director del hotel de Nueva York,
estuve allí cuando creía que mis hermanas eran María Rigoberta.
-Encantado – Dijo Eduardo.
-Lo mismo digo – Dijo Víctor.
-Encantada – Dijo Elena.
-Lo mismo – Dijo Víctor – Los dos tenéis buen gusto para tener mujeres
guapas.
-Lo sé – Dijo Eduardo.
-Gracias – Dijo Elena – Imagino que te quedas a comer verdad sr Víctor.
-Así es – Tú hijo y mi amiga me han invitado – Dijo Víctor – Ah por favor
tutéame.
-De acuerdo Víctor – Dijo Elena.
Elena se fue a cocinar una riquísima tarta salada llamada Quiche lorraine que
consistía en tener una base de pasta quebrada o brise y usó ingredientes como
nata para montar, jamón york, champiñones, huevos, los mezcló, batió y lo
introdujo en el horno. Se procuró que la pasta quebrada no se quemara y
cuando salió al comedor Eduardo dijo:
-Mi amor, esta comida huele muy bien.
-¿Qué es? – Preguntó Víctor.
-Quiche lorraine – Respondió Elena – Cuéntanos que haces aquí en Francia.
-Cielo no seas tan curiosa – Dijo Eduardo.
-No te preocupes – Dijo Víctor – He venido para hacerle una sorpresa a mi
novia.
-¿Quién es? – Preguntó Ana.

328
-Una chica que se llama Sara que va al Instituto del Campo, también hace
segundo bachillerato.
-¿Tienes una foto de ella? – Preguntó Alberto.
-Sí – Dijo Víctor sacando el móvil del bolsillo de la chaqueta, entró en galerías y
la enseñó.
-¡Es nuestra amiga! – Dijo Ana – Que sorpresas dan la vida.
-¿Sabéis a dónde vive? – Preguntó Víctor – Quiero verla cuanto antes.
-Haremos una cosa mejor la llamamos y que venga aquí a comer para que se
llevé la sorpresa – Dijo Alberto.
-Gracias – Dijo Víctor.
Ana cogió su móvil, llamó a Sara para que viniera a comer, ella aceptó
enseguida y le dijo que ahora iba para allá con su niño, dijo:
-Ya viene hacía aquí.
Sara tardó unos quince minutos en llegar a casa de Alberto, cuando tocó el
timbre de la puerta, Víctor cogió su ramo de rosas amarillas y la escondió
sujetada con la mano derecha mientras que la izquierda abrió la puerta. Sara al
verlo dijo:
-¡Mi amor! ¿Qué haces aquí?
-Quería darte una sorpresa – Dijo Víctor – Y darte esto, mientras cerraba la
puerta.
-Mi amor que bonitas y son mis favoritas – Dijo Sara dándole un beso en la
boca.
Cuando al agachar la mirada vio una cosa que brillaba dentro de la rosa
amarilla dijo a Víctor:
-Mi amor está precioso.
-Quizás este no sea un lugar bonito y romántico, pero quiero que sepas que te
voy amar siempre y delante de todos digo ¿Quieres casarte conmigo?
Eduardo, Elena, Alberto y Ana se levantaron de la mesa y se fueron al recibidor
a unirse con ellos al oír esa pregunta.
Víctor puso el anillo en el dedo anular de Sara de la mano derecha y ella
respondió:
-Sí quiero casarme contigo, he esperado mucho tiempo y no voy a desperdiciar
mi vida sin ti. Te quiero mucho amor.

329
Víctor y Sara se abrazaron y la levantó al aire dando vueltas mientras que la
familia de Alberto aplaudieron sonrientemente.
-Esto hay que celebrarlo con una botella de champagne Louis Roderer Cristal –
Dijo Eduardo.
Eduardo abrió el armario a donde tenía todas las bebidas alcohólicas, cogió el
champagne y lo abrió, repartió las copas a cada uno de sus invitados y dijo:
-Enhorabuena a los dos, deseo de todo corazón de que seáis muy felices.
-Siempre seré feliz al lado de ella, es la mujer que más quiero en esta vida –
Dijo Víctor.
-Víctor es una magnífica persona, Sara tienes suerte de tener a un hombre
como él – Dijo Ana sonriente – Te recuerdo que tenemos una conversación
pendiente de hablar de nuestras vidas.
-Lo sé, Víctor me ha devuelto esa ilusión de vivir amando – Dijo Sara.
-¿Brindamos? – Dijeron a la vez Alberto y Elena.
Todos alzaron las copas y brindaron por el compromiso de Sara y Víctor,
comieron y se lo pasaron muy bien.
En Nueva York en la agencia de detectives seguían trabajando en el caso del
amigo de Daniel:
-Es mejor que volvamos al trabajo que ya hemos perdido demasiado tiempo
hablando – Dijo Roberto.
-Tienes razón. He pensado que podríamos ir a su casa con un orden de
registro para saber cómo vivían y de paso hablar con los vecinos.
-Me parece una buena idea – Dijo Roberto – También sería conveniente hablar
con el aeropuerto para que te explicará que ocurrió ese día en ese accidente
de avión.
-Estoy de acuerdo. También sería conveniente mirar por Internet los periódicos
locales a ver si sale noticias acerca del accidente de avión.
-Cuando entres en la página web de los periódicos visita la sección de
hemeroteca – Dijo Roberto.
-De momento ya no se me ocurre nada más – Dijo Daniel.
-Bien. A ponerse a trabajar.
Daniel y Roberto se fueron a los juzgados a pedir una orden de registro con la
autorización de la policía americana y en unas horas la consiguieron, se fueron

330
directamente a la casa de Jorge, se encontraron con el portero del edificio y
dijeron:
-Buenos días señor, somos Roberto y Daniel investigadores privados – Dijo
Roberto.
-Buenos días ¿En qué puedo ayudarlos? – Dijo el señor que estaba detrás del
mostrador.
-Tenemos una orden de registro para ver la casa del señor Jorge y de su mujer
Elisabeth – Dijo Daniel enseñándole la notificación.
-¿Puedo saber qué relación tiene con el señor Jorge? – Pregunto el portero.
-Era mi mejor amigo y quería averiguar que le pasó exactamente – Respondió
Daniel.
-Está bien – Dijo el portero – Vivía en un tercero primera.
-¿Qué nos puede decir de ese matrimonio? – Preguntó Roberto intrigado.
-Era un matrimonio muy raro, Jorge se la dedicaba trabajando todo el día y
llegaba tarde a casa y su mujer estaba todo el día metida en casa según los
vecinos decían que siempre estaban discutiendo y ella tenía problemas de
alcohol y drogas – Dijo el portero mientras abrió la puerta de la casa.
Al entrar en casa de Jorge, los dos se quedaron muy sorprendido al ver que
todo estaba patas arriba.
-¡Vaya! Esto no me lo esperaba– Dijo Roberto a Daniel.
-Ni yo tampoco – Preguntó Daniel al portero – Todo está muy desordenado
¿No venía nadie a limpiar la casa?
-Que yo recuerde no venía nadie ni tenían amigos – Dijo el portero – Como dije
antes era un matrimonio muy raro.
-¿Cómo era la relación con los vecinos? – Volvió a preguntar Daniel al portero.
-Jorge era educado sí veía alguien en el edificio o en la calle saludaba pero no
hablaba nada. Tú amigo era muy reservado – Respondió el portero.
-Una última pregunta ¿Des de cuánto está vacío este piso? – Preguntó Daniel.
-Desde que pasó lo del accidente del avión y el suicidio de su mujer –
Respondió el portero – Hemos puesto este piso en alquiler y en venta pero
cuando pasan estas cosas nadie quiere saber nada por prevención.
-Gracias por todo – Dijo Daniel.
Roberto estaba inspeccionando el piso, mientras Daniel estaba haciendo las
preguntas correspondientes para aclarar la muerte de Jorge. Encontró entre

331
sus cosas personales una foto de su antigua novia y una bolsita de joyería que
contenía una cajita de anillo de matrimonio.
-Daniel, mira a ver esto – Dijo Roberto.
Daniel se acercó a donde estaba Roberto y se quedó muy sorprendido al ver
que tenía una foto de María y el anillo de compromiso con los nombres de
Jorge y María.
-Cada vez entiendo menos – Dijo Daniel – Se supone que sí se casó fue por
amor y ahora veo esto aquí.
-Mira – Dijo Roberto – Esto te solucionará parte de tus dudas.
-¿Una prueba de embarazo? – Preguntó Daniel girándose para hablar con el
portero.
-Sí, Elisabeth estuvo embarazada pero perdió en el bebé justo el día del parto –
Respondió el portero.
-¿Sabes en qué hospital dio a luz? – Preguntó Roberto.
-Ni idea – Respondió el portero.
-Otra cosa, antes has dicho que este piso está en alquiler o en venta ¿Por
cuánto está el alquiler? – Preguntó Daniel.
-Sí la alquilas está en 2550 pesos y sí la compras por 7400 pesos – Volvió a
responder el portero.
-Muchas gracias ¿Te molestaría que nos lleváramos estas cosas? – Preguntó
Daniel.
-No para nada – Dijo el portero – Para mí sería un gran alivio que alguien
viniese a vaciar las cosas de este piso para poder ocuparlo.
-De acuerdo – Dijo Daniel – es hora de irnos ¿Verdad Roberto?
-Por supuesto – Dijo Roberto – Gracias por su ayuda.
Los dos salieron del edificio a dónde vivía su amigo Jorge y se regresaron a la
agencia.
-Por lo visto todos tenemos problemas – Dijo Daniel lamentando por lo ocurrido
a Jorge.
-Veo que te afecta mucho su pérdida.
-Sí es cierto – Dijo Daniel – Mis dos mejores amigos murieron y sus vidas
fueron un desastre.
Daniel y Roberto entraron en todas las páginas web de los periódicos de Nueva
York y encontraron titulares interesantes como “Avión accidentado en pleno

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vuelo al mar”, “Trágico accidente de avión de viaje Nueva York a Australia sin
supervivientes” en una de muchas noticias parecidas encontraron el nombre de
la compañía, se dirigieron allí y ellos confirmaron todo lo que ellos querían
saber, el jefe de la compañía le enseñó incluso el programa de cámaras que
tenían en el ordenador y vieron como se produjo el accidente de avión fue a
causa de una avería que se incendió el ala del avión la partió en dos y cayeron
al mar. Roberto y Daniel dieron las gracias y se regresaron a su oficina de
trabajo.
-¿Qué te ha parecido lo qué has visto? – Preguntó Roberto a Daniel.
-Esto me confirma más de que en verdad murió en un accidente de avión.
-¿Creías que era otra cosa? – Preguntó Roberto.
-Pensé en todas las cosas en un sabotaje, en otro suicidio, pero lo que no
entiendo después de tanto tiempo no hayan encontrado el cuerpo.
-Piensa que el mar es tan grande como inmenso debemos ponerle punto y final
– Dijo Roberto.
-Aún no, tengo que confirmar si María la hermana de Ana tenía una relación
con Jorge y de paso aprovechar para darle está información a Miguel de Rivera
y a Alfredo.
-De acuerdo – Dijo Roberto.
Daniel miró el reloj para saber qué hora era en Francia, al ver que era la hora
de la comida, envió un mensaje al móvil de Ana diciendo que tenía que hablar
con ella era muy importante.
Ana cuando le sonó el móvil lo cogió y cuando vio el mensaje le dijo:
-Perdonad he de salir un momento a la calle, he recibido un mensaje de Daniel.
Todos asintieron y ella se fue a la calle con el móvil porque dentro no había
cobertura. Se conectó al skype y Daniel le mandó para hacer la cam.
-Buenos días, gracias Ana por conectarte – Dijo Daniel.
-Buenas tardes. Acabo de ver el mensaje ¿Qué pasa y a dónde estás?
-Estoy en Nueva York, estoy investigando el caso de la muerte de mi mejor
amigo Jorge – Respondió Daniel.
-¿Qué tiene que ver un caso de asesinato conmigo?
-Tú misma nos has explicado que estuvisteis en Nueva York con tus hermanas
María y Rigoberta. Quería preguntarte ¿Conociste a Jorge? – Preguntó Daniel.

333
-Daniel me tendrías que dar más información para que te pueda decir sí o no,
por ejemplo, dime ¿A qué se dedica?
-Es camarero ¿Te suena? – Preguntó Daniel.
-Sí, lo conozco. Tengo entendido que murió en un accidente de avión pero
¿Por qué me preguntas por él?
-He ido con Roberto a su casa y hemos encontrado una fotografía y una cajita
con dos anillos de compromiso con el nombre de María y esto no entiendo
nada si estaba casado con Elisabeth – Dijo Daniel enseñando las pruebas a
través de la cámara web del skype.
-Sí es cierto mi hermana María tuvo un noviazgo muy intenso con Jorge pero la
noche de despedida de solteros, Jorge tuvo una aventura con Elisabeth y
quedó embarazada. Entonces decidimos entre las tres comenzar de cero a otro
país que fue aquí a Francia.
-¿Sabes si volvieron a hablar algún día? – Preguntó Daniel.
-Jorge la llamó para comunicarle que su mujer había perdido a su hijo
justamente el día que dio a luz.
-¿Sabes a dónde se encuentra tú hermana? –Preguntó Daniel.
-Está viviendo en Inglaterra – Dijo Alberto saliendo de la puerta de su casa y
saludando a Daniel con la mano.
-Hola Alberto ¿Todo bien? – Preguntó Daniel.
-Sí claro, estamos de fiesta. Puedo saber ¿Por qué le preguntas tantas cosas a
mi princesa? – Preguntó Alberto.
-Quería que me aclarase unas dudas que tenía sobre mi amigo Jorge y María,
pero ya me lo ha aclarado ¿Tú sabes alguna cosa Alberto? –Preguntó Daniel.
-Mi princesa solo sabe que tuvo un noviazgo con Jorge y que por eso se
mudaron aquí a Francia, pero yo te puedo decir que está saliendo con nuestro
amigo Santiago – Respondió Alberto.
-¿Qué? ¿Por qué no me lo dijiste cariño? – Preguntó Ana.
-Perdóname cielo – Dijo Alberto – No te lo podría contar porque estaba
detenido por el robo del diario personal de Carlos y fue cuando me enteré
gracias a Santiago que Lucía era nuestra hija.
-Cuéntanos ¿Por qué estáis de fiesta? – Preguntó Daniel.
En ese mismo instante aparecen Sara y Víctor besándose.
-Estamos de fiesta porque nuestros amigos Sara y Víctor se casan – Dijo Ana.

334
-Y como ya sabes que es tradición abrir el champagne en la entrada de la casa
para celebrarlo por todo lo alto – Dijo Alberto.
-Por cierto Daniel ¿Cuándo regresas? – Preguntó Sara delante del skype.
-En primer lugar enhorabuena te mereces ser feliz, seguro que Adrián estaría
orgulloso de ti y segundo vendré muy pronto, no pienses que me voy a perder
la fiesta – Dijo Daniel.
Daniel se despidió de la cámara web y Eduardo aprovechó para abrir la botella
de champagne, salió toda la espuma derretida y todos brindaron por la boda de
Sara y Víctor.

335
TERCERA PARTE

En Nueva York, Daniel le explicó todo a Roberto lo que había hablado con sus
amigos Ana y Alberto.
-Ya no puedes hacer nada más, queda confirmado como murió tu amigo Jorge
– Dijo Roberto.
En ese momento llega un fax con el informe de la autopsia de Elisabeth que
había caído de un tercer piso y que había sido un suicidio.
-Ahora sí que está todo está confirmado, la muerte de Elisabeth se suicidó
cuando se enteró de la muerte de su marido Jorge – Dijo Daniel.
-¿Qué vas hacer?
-Quiero vivir en el piso de mi mejor amigo Jorge, yo sé que se alegrará de que
yo cuide su casa como si fuese mío – Respondió Daniel.
-¿Vas alquilarla o comprarla?
-Primero la alquilaré con opción de compra. Pero no puedo dejar de pensar en
mi cielo Natalia ha de estar de acuerdo conmigo – Respondió Daniel.
-Estoy de acuerdo contigo. Te autorizo para que vayas hablar con tu cielo.
-Gracias Roberto.
Daniel se fue a la habitación del hotel para hablar con su mujer Natalia:
-Mi amor, ya estoy aquí – Dijo Daniel.
-Cariño ¿Y está sorpresa de llegar tan pronto del trabajo?
Los dos se besaron y Daniel respondió:
-Roberto me ha dado un par de horas libres. Tenemos que hablar de una cosa
muy importante.
-Dime ¿Qué ocurre?
-Verás, he confirmado que Jorge lamentablemente murió de esa forma tan
trágica del accidente de avión y luego el suicidio de su mujer Elisabeth – Dijo
Daniel.
-Vaya lo siento ¿Encontraron el cuerpo?
-No, él se hundió en las aguas profundas del inmenso mar – Respondió Daniel
–Quiero hablarte de una cosa relacionada con Jorge.
-Dime.
-Pienso que ya es hora de dejar está habitación del hotel y ¿Qué te parecería si
nos vamos a vivir al piso de Jorge? –Preguntó Daniel.

336
-Me parece una idea genial, seguro que será bonito.
-Bonito es pero está todo patas arriba – Dijo Daniel.
-Eso tiene solución se limpia la casa a fondo y listo.
-Perfecto, no se hable más – Dijo Daniel – Empieza a preparar las maletas que
voy a la inmobiliaria para que nos alquilen el piso que va ser nuestro nido de
amor y de pasó me queda cerca de la oficina del trabajo.
-De acuerdo mi amor.
Daniel se marchó a la inmobiliaria para firmar el contrato de alquiler del piso de
Jorge, le entregaron tres llaves en un llavero, la primera llave era la del portal
de la entrada del edificio, la segunda era muy pequeña para el buzón de la
correspondencia y la última era de su nueva casa. Se dirigió hacía el hotel y
ayudo a su mujer Natalia a llevar todas las maletas en el ascensor del hotel,
bajaron a recepción, pagaron la estancia del hotel y entregaron las llaves.
Cogieron el coche de Natalia y pusieron las maletas en el maletero, entraron y
se dirigieron al piso, entraron con el coche al parking y subieron a por el
ascensor. Abrieron la puerta de su piso y Natalia se quedó asombrada de lo
sucio y desordenado que estaba todo.
Así que colocó las maletas en un rincón del piso de pie y mientras Daniel
regresaba al trabajo con Roberto ella aprovechó para hacer una limpieza a
fondo para que quedara como nuevo. Después colocó la ropa entre los cajones
del tocador de la habitación del matrimonio y en los armarios. Cuando regresó
su marido Daniel se sorprendió del gran trabajo que hizo su mujer y después se
marcharon a su habitación dándose besitos tumbados en la cama,
acariciándose el cuerpo del uno al otro.
En Francia, Rodrigo salió de su despacho del Hospital del Campo, se subió a
su coche y con las manos libres llamó a su mujer Mariela y está dijo:
-Mi amor ¿Cómo estás?
-Estoy saliendo del hospital ¿Te falta mucho para acabar la jornada?
-De hecho estaba por salir a comprar en el supermercado – Respondió Mariela
– Amor ¿Te pasa alguna cosa? Te veo muy preocupado.
-Vente directo a la casa tenemos que hablar es muy importante.
-De acuerdo cielo – Dijo Mariela.
Rodrigo aparcó su coche en la entrada de su casa en forma de batería, Mariela
tardó diez minutos en llegar.

337
-Mi amor ¿Qué pasa? – Preguntó Mariela.
-Cielo, siéntate, he de explicarte una cosa muy importante – Dijo Rodrigo –
Sabía que este día tenía que llegar a enfrentarlos.
-¿Enfrentar a quién? No te entiendo.
-Está mañana he hablado con los padres biológicos de Lucía que son Alberto y
su novia Ana – Explicó Rodrigo.
-¿Te han tratado mal o te han recriminado?
-No, todo al contrario, al principio pidieron cita para desahogarse de sus
problemas personales. Pero después Alberto me confesó que era el padre
biológico de Lucía, justo en ese momento Ana había seguido a su novio a
donde se dirigió y escuchó toda la conversación – Dijo Rodrigo haciendo una
pausa – están muy agradecidos con nosotros por haberla cuidado y me han
pedido que les dejará a conocer a nuestra hija ¿Tú qué opinas cielo?
Mariela se levantó del sofá poniéndose la mano en la cabeza tocándose su
pelo largo, ella estaba entre dos conflictos, la mujer que no quería que esto
pasara pero por el otro lado la de abogada de hacer justicia y dijo a Rodrigo:
-Aunque no me guste mucho la idea porque quiero mucho a Lucía y siempre he
sido su madre, creo que le irá bien conocer a sus verdaderos padres porque si
no accedemos a esto ellos nos pueden demandar y ¿Sabes a lo que nos
enfrentamos?
-Al escándalo público y el puesto de nuestros trabajos que tanto hemos
luchado por estar aquí.
-Exacto – Dijo Mariela – Que tal si le invitamos a cenar.
-Perfecto, ahora les llamó.
Rodrigo llamó por el móvil a Alberto esté lo vio y dijo:
-Hola Rodrigo ¿Qué se te ofrece?
-¿Esta tu novia Ana? – Preguntó Rodrigo.
-Sí está conmigo – Respondió Alberto.
-Por favor dile que venga y pon el altavoz– Dijo Rodrigo.
-De acuerdo – Dijo Alberto mirando a Ana y haciendo señas con la mano para
que viniera, le explicó que era Rodrigo que tenía que decirnos una cosa
importante.
Ella asintió y dijo:
-Buenas tardes Rodrigo ya estoy aquí ¿Qué ocurre?

338
-Acabo de hablar con mi mujer y queremos invitarlos a cenar para que
empezáis a ver a vuestra hija ¿Qué decís? – Preguntó Rodrigo.
-Por supuesto que sí – Dijeron a la vez Alberto y Ana mirándose los dos
fijamente en los ojos.
-¿A qué hora quedamos? – Preguntó Alberto.
-A las 21:00 horas ¿Os parece bien? – Preguntó Rodrigo.
-Perfecto, ahí estaremos – Dijo Ana – Rodrigo muchas gracias.
Los dos colgaron, Mariela había escuchado toda la conversación estaba
confusa por una parte molesta, enfadada porque no querría perder a su hija
Lucía pero por otro lado tenía que acceder y ser comprensiva. Mariela se fue a
buscar a su hija en su habitación para explicarle que venían unos amigos pero
cuando entró se la encontró dormida con su lámpara encendida y abrazando
un osito de peluche, le dio ternura, se acercó, le tapó con su sábana y le dio su
beso de buenas noches y regresó al comedor.
-Nuestra hija se ha quedado dormida – Dijo Mariela.
-No me extraña está cansada de tanto viajar.
Rodrigo había encargado unas pizzas para cenar de jamón y queso, carbonara,
cuatro quesos y la pizza de pepperoni, para beber cogieron 2 botellas de coca-
cola y otra de fanta de limón.
Llegó la hora, Alberto y Ana llegaron puntual y tocaron el timbre de la puerta,
Rodrigo abrió dijo:
-Bienvenidos a mi casa, os presento a mi mujer Mariela.
-Ya tengo gusto de conocerla – Dijo Ana.
-No sabía de qué os conocías – Dijo Rodrigo.
-Sí, del famoso terremoto que causó muchos desastres, Lucía se acercó a mí a
darme una flor para que no me preocupará por mi padre porque estaba
atrapado en una casa – Dijo Ana –Muchas gracias por la invitación.
-Mucho gusto conocerla – Dijo Alberto.
-Lo mismo digo Alberto – Dijo Mariela – Por favor tutearme los dos.
-Lo mismo digo – Dijo Rodrigo.
-De acuerdo – Dijeron a la vez Ana y Alberto.
-Por favor sentaros – Dijo Mariela estáis en vuestra casa.
-Gracias – Dijeron a la vez Ana y Alberto.
Los dos se miraron fijamente a los ojos y se sonrieron.

339
-¿Queréis alguna cosa de beber? – Preguntó Rodrigo.
-¿Qué tenéis? – Preguntó Alberto.
-Disculpa esta tarde iba a comprar pero por el trabajó se me acumuló y solo
tengo dos botellas de coca-cola y de fanta de limón – Dijo Mariela.
-No te preocupes yo tomaré coca-cola – Dijo Alberto.
-Yo fanta de limón – Dijo Ana.
-Yo quiero lo mismo fanta de limón – Dijo Rodrigo.
-De acuerdo, enseguida lo traigo – Dijo Mariela.
-Tienes una casa muy bonita – Dijo Ana.
-Muchas gracias – Dijo Rodrigo – La primera vez que la vi me enamoré de ella
porque era una casa grande con jardín y parque para la princesa de la casa.
Mariela entró en el comedor con las bebidas, luego regresó a la cocina a por
las bandejas de pizzas ya cocinadas y se sentaron a la mesa.
-Por cierto ¿Lucía no cena? ¿A dónde está? – Preguntó Ana palpitándose su
corazón.
-Una hora antes he subido para explicarles que venías pero cuando entré en su
habitación la encontré dormida profundamente y no quise despertarla – Dijo
Mariela.
-No te preocupes – Dijo Ana – Suele pasa que los niños se queden dormidos
antes de la cena.
-Perdonar que cambie de tema – Dijo Alberto – Estas pizzas están muy
buenas.
-Me alegro que te gusten – Dijo Rodrigo.
Habían pasado dos horas, todos ayudaron a retirar los platos de la mesa,
mientras que Lucía se despertó de su cama encendió la luz porque tenía
mucha sed pero le costaba levantarse de la cama y cuando lo consiguió bajó
por las escaleras y escuchó cuando Ana dijo:
-Bueno ya nos vamos, por favor despídeme de nuestra hija Lucía.
-¿Qué? ¿Tengo otra mamá? – Preguntó Lucía.
-Mi amor ¿Qué haces despierta? – Preguntó Mariela.
-Me desperté porque tenía sed y quería beber un vaso de agua o de leche y sin
querer escuché a la señorita decir de que se despidiera de mi – Respondió
Lucía.

340
-Tienes razón señorita tenemos que hablar pero será mañana – Dijo Rodrigo le
dio su vaso de agua se lo bebió.
-Discúlpame Mariela metí la pata – Dijo Ana.
-No te preocupes esto tenía que pasar – Dijo Mariela – Mañana hablaremos
con ella y le diremos la verdad.
-De acuerdo, vámonos – Dijo Alberto.
Ya en su casa Ana estaba triste por la metedura de pata en casa de Rodrigo.
-Mi amor ¿Qué estás pensando? – Preguntó Alberto.
-Estoy triste porque nuestra hija Lucía se ha enterado así de repente de quién
es su madre.
-No te preocupes, tú no sabías que estaba allí bajando las escaleras para ir a la
cocina y lo escuchó – Dijo Alberto.
-¿Y si nos odia?
-No, piensa que Lucía es una niña muy inteligente. Me parece que es hora de
irnos a dormir y mañana ya veremos que hacen.
Al día siguiente en Francia, en la casa de Rodrigo, Lucía se despertó se
preparó su tazón de leche con colacao con azúcar y galletas. Cogió su cuchara
favorita y troceó las galletas para mojarlas en la leche. Mariela se levantó y
bajó a la cocina:
-Buenos días mi amor ¿Cómo está la princesa de la casa?
-Buenos días mamá. He tenido un sueño muy raro.
-¿Qué has soñado? – Preguntó Rodrigo dándole un beso de buenos días.
-He soñado que tuvisteis gente a cenar y que yo me había quedado dormida y
que me enteré de que tenía otra mamá.
-Mi amor – Dijo Rodrigo sentándose a su lado – No fue un sueño, pasó ayer
por la noche. Eres una niña muy inteligente y tu mamá y yo te lo vamos a
explicar.
-¿Es cierto que tengo otra mamá? – Preguntó Lucía.
-Sí es cierto tienes otra mamá y otro papá – Explicó Mariela.
-No entiendo ¿Se supone que los hijos son de una familia? – Preguntó Lucía
triste.
-Mi amor, nosotros no somos tus verdaderos padres, tu padres biológicos eran
muy pequeños cuando supieron de tu existencia y no podían cuidarte, así que
te entregaron a mí para que vivieras como una princesa – Explicó Rodrigo.

341
-No me gusta nada esto, me pone muy triste al saber que mis papás no lo son
y que sean otros – Dijo Lucía triste.
-Entiendo, es normal que te sientas así eso se llama confusión – Dijo Mariela.
-¿Y a dónde están mis padres verdaderos? ¿Quiénes son? – Preguntó Lucía.
-¿Te acuerdas del día del terremoto? – Dijo Mariela.
-Sí – Respondió Lucía.
-¿Te acuerdas de que una jovencita guapa estaba llorando porque su papá
estaba atrapado en una casa por el terremoto y tú le diste la flor? – Preguntó
Mariela.
-Sí, claro que me acuerdo ¿Esa jovencita es mi mamá? – Preguntó Lucía.
-Sí mi amor, tú mamá se llama Ana y ella te quiere mucho como nosotros dos –
Dijo Mariela.
-¿Y mi papá? ¿Quién es? – Preguntó Lucía.
-Tú papá se llama Alberto y también te quiere muchísimo ¿Te gustaría
conocerlos? – Preguntó Rodrigo.
-Sí quiero conocerlos pero no me gustaría veros triste – Dijo Lucía triste.
Rodrigo y Mariela se miraron los dos fijamente en los ojos, sonrieron y
abrazaron a Lucía, diciéndole lo mucho que la quería. Rodrigo se dirigió en
busca de su coche para irse a trabajar al hospital, atendiendo pacientes y más
pacientes. Justo en la hora de descanso, Rodrigo llamó por el móvil a Alberto,
cuando lo cogió para responder la llamada, Rodrigo le explicó que ya había
hablado con Lucía y que entendió perfectamente quien era sus verdaderos
padres y que le haría mucha ilusión de conocerlos. Ana que lo escuchó toda la
conversación telefónica, se puso muy contenta.
Rodrigo dijo a Alberto en mitad de la conversación telefónica:
-Mariela me acaba de enviar un mensaje en el móvil diciendo que se tiene que
ir a trabajar y no sabe a quién dejar a la princesa de la casa ¿Qué os parece sí
la lleva con vosotros y pasáis el día juntos?
-Me parece muy bien – Dijo Alberto.
-Lo mismo digo – Dijo Ana.
Rodrigo le respondió el mensaje a su mujer Mariela para que llevara a la
princesa de la casa con sus verdaderos padres, Lucía que era una niña muy
inteligente le preguntó a su mamá Mariela:
-¿A dónde vamos?

342
-Voy a llevarte con tus otros papás.
-¿Por qué? – Preguntó Lucía.
-Porque he de ir al trabajo y tu papá Rodrigo terminará muy tarde. Además las
princesas no se quedan solas en casa – Respondió Mariela.
-Vale mamá.
Mariela y Lucía se subieron al coche, se dirigieron a la vivienda de Elvira, para
encontrarse con Ana y Alberto.
Ana oyó el ruido del motor de un coche se asomó a la ventana y dijo:
-Cielo, nuestra hija ya ha llegado.
Ana y Alberto se apresuraron en abrir la puerta para recibir a su princesa,
Mariela bajó del coche y ayudó a Lucía a bajar del coche, le cogió de su mano
y se fue justamente a encontrarse con Ana y Alberto.
Ana se agachó y dijo cariñosamente:
-Hola cariño ¿Cómo está mi princesa favorita?
-¿Es cierto que tú eres mi mamá verdadera? – Preguntó Lucía.
-Sí cielo – Dijo Ana – Ahora despídete de tu otra mamá Mariela que se va a
trabajar.
Lucía obediente le dio un beso y un abrazo a su madre Mariela.
-Mira princesa te presento a tu papá Alberto – Dijo Ana.
Lucía se quedó mirándole cariñosamente, él se agachó y ella preguntó.
-¿Tu eres mi papá?
-Sí cielo – Dijo Alberto - ¿Me das un abrazo?
Lucía dio un abrazo a Alberto y luego a Ana. Por una parte la princesa de la
casa estaba triste pero por otra estaba alegre.
-¿Qué quieres hacer princesa? – Preguntó Alberto.
-Quiero ir al parque y a comer un helado de nata con fresa – Respondió Lucía -
¿Puedo?
-Sí mi amor claro que puedes – Dijeron a la vez Alberto y Ana.
Los tres se fueron al parque y compraron un helado para la princesa de la
casa, ella se divirtió jugando, corriendo, columpiándose y subirse en todas las
cosas que existen en un parque.
Cuando Rodrigo la fue a buscar enseguida que lo vio y lo abrazó, Lucía le
explicó que lo había extrañado mucho al igual que su mamá Mariela y le
explicó que había ido al parque con sus otros papás a comer un helado.

343
-¿Estaba bueno el helado princesa? – Preguntó Mariela.
-Sí – Respondió Lucía.
-¿De qué era el helado? – Preguntó Rodrigo.
-De nata con fresa – Respondió.
Los días siguientes Mariela hacía la misma rutina dejaba a su princesa en la
casa de Ana y Alberto. Lucía enseguida que los vio corrió hacía ellos para
abrazarlos.
-Princesa – Dijo Ana – Hoy tenemos una sorpresa para ti.
-¿Qué es? – Preguntó intrigada Lucía.
-Hoy vas a conocer a tus abuelos míos como los abuelos de tu papá Alberto –
Respondió Ana.
-¡Qué bien! – Dijo Lucía saltando de alegría - ¿Y a dónde vamos?
-¿Qué te parece si vamos a comer al Mcdonald’s? – Preguntó Alberto.
-Perfecto – Dijo Lucía – Es una lástima que mis otros papás no estén por el
trabajo.
En ese momento llegó Alfredo y cuando lo vio enseguida se abrazó a él al igual
que a Almudena Lucía preguntó:
-¿Vosotros sois los papas de mi mamá Ana?
-Sí cielo – Dijo Alfredo cogiéndola en el brazo.
-¿Y mis otros abuelos los que son de mi papá Alberto?
-Ya hemos llegado – Dijeron Elena y Eduardo a su nieta consentida.
A Lucía le explicaron como se llamaban sus abuelos maternos y paternos.
Mientras Alberto llamó a Rodrigo para invitarles a comer en el Mcdonald’s y
que estuvieran más tiempo con su hija. Rodrigo y Mariela se apuntaron
enseguida porque querían ver la cara que pondría su princesita al llegar ellos.
Se fueron todos al Mcdonald’s de paseo, Lucía corría por las calles y era muy
obediente.
-Que niña tan inteligente ¿Verdad cielo? – Dijo Ana.
-Sin duda ha salido a ti mi amor – Dijo Alberto.
Lucía cuando vio llegar a sus otros papás, se puso muy contenta que los
abrazó.
-Muchas gracias mamá Ana y papá Alberto – Dijo Lucía abrazándolos.

344
Todos entraron y juntaron las mesas para estar todos juntos. Todos cogieron
hamburguesas con patatas fritas, unos querían kétchup, otros mayonesas. De
beber bebían fantas de limón, de naranja, coca-cola, nestea, etc.
-¿Te lo pasas bien cielo? – Pregunto su abuela Almudena.
-Sí yaya – Dijo Lucía – Mamá Ana y mamá Mariela, papás Alberto y Rodrigo.
-Dime princesa – Dijeron los cuatro a la vez.
-Estoy muy contenta – Dijo Lucía.
-¿Y eso por qué? – Preguntó Alfredo.
-Porque tengo dos familias a las que les quiero muchísimo – Respondió Lucía.
Todos se rieron y disfrutaron de un día familiar.
Al otro extremo de la ciudad francesa Rigoberta se escondió en un bosque de
difícil acceso por carreteras así la policía no la podría detenerla.
Cinta había alquilado un helicóptero que contenía una cámara para grabar a
Rigoberta y aprovechar para chantajearla.
Cuando aterrizó el helicóptero, lo apagó y salió del aparato. Caminó entre
bosques y dijo:
-Rigoberta ¿A dónde estás? Sé que estás escondida entre los árboles.
-Aquí me tienes ¿Cómo me has encontrado?
-Vi como cerrabas la puerta para deshacerte de Manuel y Silvia y te seguí –
Dijo Cinta.
-¿Qué quieres? – Preguntó Rigoberta.
-Aliarme contigo.
-¿Qué me puedes ofrecer? – Preguntó Rigoberta.
-Dime lo que quieres y lo tendrás aquí en un par de horas.
-Quiero que me traigas a Ana – Dijo Rigoberta – Quiero que le tiendas una
trampa. Quiero acabar mi venganza contra ella y que mejor con su muerte.
-De acuerdo, veré lo que pueda hacer.
Cinta se subió de nuevo en el helicóptero y Rigoberta se regresó a su nido a
donde vivía en una cabaña con chimenea. Cinta estaba pensando en cómo
podría secuestrar a Ana y llevarla junto a Rigoberta, se le ocurrió varias ideas.
Se fue a dar un paseo y observó bien como vivía Ana y sintió envidia como la
de Rigoberta.
En Inglaterra María preparó sus maletas para regresar a Francia, su novio
Santiago le había informado de las noticias recibidas en los últimos tiempos.

345
Sabía que existía el peligro de Rigoberta pero se tranquilizaba al saber que
tanto Manuel, Silvia y Susana había fallecido y ya no la podían hacer daño.
También estaba muy preocupada porque le debía una explicación a su
hermana pequeña Ana, no sabía cómo reaccionaría y mucho menos sí la iba a
perdonar después de abandonarla cuando más la necesitaba.
Se dirigió al aeropuerto a comprar el billete de avión de Inglaterra a Francia en
la ventanilla y cogió vuelo directo. Se subió al avión, envió un whatsapp a su
novio Santiago para decirle que dentro de unas horas estaba de regreso a
Francia y espero hasta que el avión llegó.
Cuando aterrizó María bajó del avión por las escaleras desplegables que tenía
el avión, se fue a buscar su maleta y bajó por las escaleras mecánicas eran de
aquellas lisas, su novio Santiago le esperaba ansiosamente, pensaba que por
fin se le había cumplido su sueño, entonces se abrió la puerta y apareció
María. Los dos se abrazaron y Santiago la levantó al aire dándole un par de
vueltas, se dieron muchos besos en la boca.
-Mi amor ¿Cómo te ha ido el viaje? – Preguntó Santiago.
-Eterno cielo, pero por fin estoy de vuelta a Francia, tenía muchas ganas de
estar contigo.
-Me lo imagino ¿Qué quieres hacer? – Preguntó Santiago.
-Comer tengo mucha hambre.
-¿A dónde te apetece comer? – Preguntó Santiago.
-Tengo antojos de comer una hamburguesa. Aquí en Francia la hacen muy
buenas.
-¿Te parece bien que comamos al Mcdonald’s? – Preguntó Santiago.
-Perfecto, nos queda cerca.
-Pero antes vamos un momento a nuestro piso, dejamos allí la maleta y nos
volvemos al Mcdonald’s – Dijo Santiago.
-Perfecto.
Santiago cogió las maletas como todo un caballero, salieron del aeropuerto y
se fueron en busca de su coche Wolksvaguen 4x4 de color blanco de cuatro
puertas, abrió el maletero y puso dentro las maletas que llevaba María. Se
dirigieron hacia el apartamento, subieron al ascensor hasta el cuarto piso y
abrieron la puerta de su casa para dejar las maletas, ya que estaban en el piso
María aprovechó para ir al servicio. Después salieron de su piso, cerraron la

346
puerta con llave con dos vueltas y volvieron a bajar hasta el parking a donde
había dejado el coche y se fueron al Mcdonald’s.
Cuando entraron al Mcdonald’s las miradas de Ana y María se encontraron
después de mucho tiempo.
María y Santiago se sentaron en otra mesa y pidieron hamburguesas con
tomate y lechuga y de bebida una coca-cola, pagaron y le sirvieron enseguida.
-Cariño, voy un momento al lavabo ¿Quieres venir conmigo? – Preguntó Ana a
su hija.
-No mamita, iré más tarde sino se me enfría la hamburguesa – Dijo Lucía.
-De acuerdo cariño – Dijo Ana.
Cuando María observó que Ana se dirigía al lavabo, dijo a su novio Santiago:
-Mi amor voy al lavabo.
-De acuerdo cielo.
Ana entró al lavabo a lavarse la mano y María entró segundos después.
-¿No me saludas hermanita pequeña? – Preguntó María.
-Lo de hermanita te queda demasiado grande ¿Qué haces aquí María? – Dijo
Ana recriminándole su actitud.
-Vengo a pedirte perdón por todo el daño que te hecho y explicarte porque me
fui sin ninguna explicación.
-Me abandonaste cuando más te necesitaba, creía que eras diferente pero yo
me equivoque – Dijo Ana.
-Tenemos que hablar de este tema.
-El problema es que yo no quiero hablar contigo – Dijo Ana – No hay ninguna
justificación que abandones a una hermana a la que quieres.
-No me fui por ti, mi vida estaba en peligro y Carlos me ayudó a escapar. Te
ruego por favor que me escuches solo serán cinco o diez minutos como mucho.
-Está bien – Dijo Ana esta tarde a las 18:30 al parque de las flores.
-Perfecto.
Ana se iba del lavabo pero María le frenó el paso con la mano:
-Aunque no lo creas te he echado de menos.
-Un poco tarde para preocuparte de mí. Siempre haces lo mismo cuando las
cosas salen mal te vas pero cuando ya están bien regresas como si nada – Dijo
Ana.

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Horas más tarde María se encontraba esperando a Ana en el parque de las
flores.
-Perdona por el retraso – Dijo Ana.
-Tranquila no pasa nada.
-Te escucho ¿Qué fue lo que pasó exactamente? – Preguntó Ana.
-Tienes razón al estar enfadada conmigo. Pero quiero que sepas que no fue mi
intención hacerte daño.
-Pero lo hiciste – Le dijo Ana.
-No soportaba ver como Rigoberta te maltrataba de esa manera cuando se
enteró de que eras niña adoptada.
-¿Por eso te fuiste? – Preguntó Ana.
-No exactamente. Como te dije antes mi vida estaba en peligro ¿Me dejas
explicártelo por favor?
-Está bien para eso he venido a escucharte – Dijo Ana.
-Gracias – Dijo María haciendo un suspiro fuerte y continúo explicando – Una
mañana de clase Sara y yo fuimos hablar con Susana para que traicionará a su
propia hermana. Ella llevaba una carpeta con fotografías de serpientes. Ese
mismo día escuché por casualidad en la cafetería cuando decidían el nombre
de su banda. No sé cómo se enteraron, pero Carlos días después me hizo
subir en su moto y me llevo directamente al aeropuerto para que me fuera a
Inglaterra ya que me explicó que iban a por mí. Si no llega a ser por él me
hubieran matado.
-¿Qué nombre tiene la peña mala? – Preguntó Ana.
-Se pusieron de acuerdo con serpientes venenosas ¿No me crees?
-La verdad es que parece una película de acción – Dijo Ana.
-Sí no me crees pregúntaselo a tu padre Alfredo o al propio de Miguel de
Rivera. Tengo entendido que él tiene el diario de Carlos.
-Mi padre intentó entrar en el chat de la peña mala, pero le salió página no
encontrada – Dijo Ana.
-Claro así no iba a encontrar nada, pero Susana me envió un día una fotografía
de serpientes venenosas pero por detrás me dijo que había guardado un lápiz
de memoria.
-¿A dónde? – Preguntó Ana intrigada.
-Eso quisiera saber yo ¿Ahora me crees?

348
-Por supuesto que te creo, pero sigo molesta contigo porque me abandonaste
cuando me enteré de que era adoptada, de que la peña mala ha intentado
matarme con avispas, en fin ha hecho de todo lo que no te puedas imaginar –
Dijo Ana.
-Ya solo quedan dos para terminar con la plaga Alfonso y Rigoberta no
tardarán en hundirse.
-Alfonso está metido en asuntos de drogas y Rigoberta está prófuga de la
justicia de varios delitos – Dijo Ana.
-¿Cómo es posible que una persona cambie tanto?
-Dímelo tu a mí que bien te marchaste sin ninguna explicación – Dijo Ana – En
fin he de irme.
-Espera Ana, sé que estás molesta contigo y te entiendo pero aunque no seas
mi hermana siempre te voy a querer.
Ana se distanció para irse pero luego se giró y volvió acercarse a su hermana y
se abrazaron.
-Yo también te quiero mucho – Dijo Ana – He comprendido que no he de
guardar rencor y tengo que dar ejemplo a mí hija Lucía.
Se fueron juntas a la casa a donde estaba toda la familia tanto de Ana como de
Alberto.
Ana presentó a su hermana mayor a toda la familia y a su hija que era muy
bonita.
-Mamita ¿Tengo una tía? – Dijo Lucía.
-Sí mi amor, es tu tía María – Dijo Ana.
Lucía era una niña muy cariñosa al igual que sus dos madres y enseguida le
abrazó y le dio un beso.
-Santiago, aprovechó la ocasión para darte las gracias de que hayamos podido
encontrar a nuestra hija – Dijo Alberto dándole un abrazo grande de amigos.
-Siempre es un placer ayudar a los amigos – Dijo Santiago.
Todos se regresaron a sus respectivas casas.
-Papá, María y yo hemos de hablarte de un asunto muy importante y a solas
sobre la peña mala – Dijo Ana.
-Vamos al despacho – Dijo Alfredo.
Alfredo dejo pasar a María y a su hija dentro de la casa hasta llegar al
despacho como todo un caballero. Cuando entraron se sentaron María explico

349
de la existencia de un lápiz de memoria que contenía el programa del chat y del
nombre de la peña mala era “Serpientes Venenosas”.
-Vaya historia que me has contado parece una película de acción – Dijo
Alfredo.
-Yo le he dicho lo mismo - Dijo Ana.
-Tenéis telepatía – Dijo María.
-Tenemos que encontrar a dónde está ese lápiz de memoria – Dijo Alfredo.
-¿Pero a dónde? – Preguntó María.
-Papá en tu ordenador puedes acceder a los informes de la muerte de Susana
¿A dónde murió y con quién estaba ese día? – Preguntó Ana
-No puedo acceder porque este es mi ordenador personal y de los informes son
de la policía pero son confidenciales – Dijo Alfredo – Pero Miguel lo ha de
saber.
Alfredo llamo a Miguel por teléfono a través del fijo y cuando Miguel lo descolgó
ya que estaba con Patricia, puso el altavoz para que se escuchara toda la
conversación. Alfredo le explicó lo mismo que le había dicho María y ya al final
de la conversación preguntó:
-¿Te acuerdas a dónde estuvo Susana cuando murió, Miguel?
-Estaba con Fabrice dentro del coche – Respondió Miguel.
-¿Sabes a donde esta ahora Fabrice? – Preguntó Ana.
-No, pero no será difícil encontrarlo está en la agencia o haciendo el periódico
del instituto – Respondió Miguel.
-¿Tienes a mano su número de móvil? – Preguntó Alfredo.
-Lo siento Alfredo, el número está en la base de datos en la policía –
Respondió Miguel.
-No hay tiempo que perder – Dijo Alfredo – Voy al instituto.
-¿Te puedo acompañar por favor? – Dijo Ana.
-De acuerdo hija – Dijo Alfredo – Pero no te entrometas en la investigación.
Se subieron al coche rápido, se pusieron el cinturón de seguridad y marcharon
hacia al instituto del campo, cuando llegaron justamente al aparcar a la entrada
de forma batería y en sentido prohibido pero con los cuatro intermitentes
puestos, tuvieron la suerte de que Fabrice saliera del instituto.
-Buenas noches Fabrice – Dijo Alfredo desde la ventanilla del coche.
-Buenas noches – Respondió Fabrice.

350
-Queremos hablar contigo de un asunto muy importante – Dijo Ana.
-¿De qué se trata? – Preguntó Fabrice.
-De Susana – Dijo Alfredo bajando del coche – Tenemos sospecha de que hay
la existencia de un lápiz de memoria y tú fuiste la última persona que estuvo
con ella.
-Sí, es cierto pero nunca vi ese lápiz de memoria pero sí vi la carpeta con fotos
de serpientes – Dijo Fabrice.
-¿Puedo mirar tu coche? – Preguntó Alfredo.
-Está a dos manzanas de aquí ¿Vienes conmigo hasta el coche? – Preguntó
Fabrice.
-Hija, ahora vendré no te muevas, voy al coche de Fabrice a buscar la
existencia del lápiz de memoria – Dijo Alfredo.
-No te preocupes. No me moveré – Respondió Ana.
Cuando su padre Alfredo y Fabrice se alejaron, a Ana le entró un
presentimiento y llamó a su novio Alberto pero este no le respondía, lo intentó
de nuevo durante varios minutos. Cogió la chaqueta y salió del coche,
justamente en ese momento apareció Cinta la profesora del instituto y dijo:
-Ana ¡Han secuestrado a tu novio!
-¿Qué? No puede ser ¿A dónde está? – Preguntó Ana dando un salto para
ponerse de pie.
-Estaba esperando a que tu padre se alejará de ti con ese señor, pero tu
hermana Rigoberta lo ha secuestrado.
-¿Cómo lo ha secuestrado? – Preguntó Ana.
Cinta saco su teléfono móvil y le enseñó un video falso como lo secuestraba.
-¿Y ese paisaje que es? – Preguntó Ana.
-Es el escondite de Rigoberta ¿Has de venir ahora conmigo te llevaré?
-Voy a llamar a mi padre – Dijo Ana.
-No, no hay tiempo ¿Vas a dejar que tu novio muera a manos de tu hermana
Rigoberta?
Ana se marchó con Cinta creyendo que decía la verdad a mitad de la calle se le
cayó su móvil y decide subirse en el helicóptero para buscar a su novio Alberto.
De pronto Alberto siente como un mal presentimiento, se fue a buscar el móvil
y se dio cuenta de que no tenía batería, se lo llevo al enchufe para cargarlo.

351
Cuando Cinta y Ana llegaron al escondite de Rigoberta que ya había
anochecido Rigoberta apareció, le dio un golpe por detrás a Ana y quedo
inconsciente, aprovechó para atarla las manos y llevarla a una cabaña.
Cuando Fabrice y Alfredo llegaron al coche, Fabrice cogió la llave de coche y
pulsó el botón para que se abrieran las puertas. Buscaron por el cajón del
co-piloto, luego por los asientos, debajo de las alfombras y no encontraron
nada.
-Vamos a ver, estamos dando palo de ciego. Sí tú quisieras esconder un lápiz
de memoria ¿A dónde lo esconderías? – Pregunto Fabrice.
-Hemos buscado en todo lo sitios. No, espera hay un sitio a dónde no hemos
mirado – Dijo Alfredo levantando la cabeza.
-¿A dónde?
-En los visores del coche – Dijo Alfredo.
-Buena idea.
Alfredo y Fabrice abrieron los visores al mismo tiempo y dijeron a la vez:
-¡Bien!
-Que joya tan valiosa hemos encontrado. Ahora, cuando llegué a mi casa con
mi hija entenderemos mejor a la peña mala alías “Serpientes venenosas” – Dijo
Alfredo – Gracias Fabrice.
-De nada, para eso están los amigos para ayudarse mutuamente.
Cuando Alfredo regresó al coche después de veinte minutos, al no ver a su hija
Ana, se alarmó enseguida. Cogió su móvil y la llamó, oyó el ruido a unos cinco
pasos de su coche, lo cogió y preguntó:
-¿A dónde te metiste, hija mía?
Alfredo llamó por teléfono a Alberto:
-Alberto, una pregunta ¿Está allí Ana?
-¿No estaba contigo?
-Estaba, pero ahora ya no está. Me temo lo peor – Dijo Alfredo.
-¿Qué crees?
-Que su hermana Rigoberta la haya secuestrado para hacerle daño –
Respondió Alfredo.
-Dime ¿A dónde estás? Y voy para allá de inmediato.

352
-Estoy delante del instituto – Dijo Alfredo – Necesito que vayas a mi habitación
y detrás de la mesita de noche hay una pistola. Yo mientras llamaré a Miguel
para que haga un operativo de búsqueda urgentemente.
-De acuerdo.
Alberto dijo a la familia que Ana estaba desaparecida y que sospechan que
Rigoberta le haya secuestrado. Se fue directamente a la habitación y sacó la
pistola que le había mandado Alfredo y se marchó con su moto para llegar más
rápido al sitio a donde habían quedado.
Alberto y la policía llegaron al mismo tiempo con el sonido de las sirenas.
Miguel les ordenó que se pusieran un chaleco antibalas por precaución.
En la casa, María dijo:
-Ya no aguanto más estar sin noticias de mi hermana ¿No se puede hacer
nada?
-Amor tranquila ya verás que todo se va a solucionar – Dijo Santiago.
-Se trata de mis dos hermanas. No quiero que mi hermana Rigoberta le haga
daño – Dijo María.
Lucía se acercó y ella entendía que su madre estaba con una persona mala y
le dijo:
-Tía, no te preocupes. Todo va a salir bien y tendremos a mi mamá Ana de
regreso.
-Eres un cielo – Dijo María dándole un abrazo grande.
-¿Qué podríamos hacer? – Preguntó de nuevo María – Ojalá se podría ir hasta
allá.
-María, sí me permites una sugerencia – Dijo Rodrigo.
-Por supuesto – Dijo María.
-Verás ¿Tienes el teléfono del móvil de tu hermana Rigoberta? – Preguntó
Rodrigo.
-Sí – Respondió María.
-Tengo un plan para coger a esa arpía venenosa. Necesito un ordenador
portátil con acceso a Internet – Dijo Rodrigo.
Lucía se fue a la habitación de sus padres y cogió el ordenador portátil de su
padre Alberto, lo bajó y dijo:
-Papá Rodrigo, este es el ordenador de mi papá Alberto tiene acceso a
Internet.

353
-Muchas gracias cielo – Dijo Rodrigo.
Rodrigo abrió la tapa del portátil y al encenderlo se encontró con su primer
obstáculo, era poner la contraseña, dijo:
-¡Vaya!
-¿Qué pasa papá? – Preguntó Lucía.
-Cariño, tú que eres una niña lista ¿Sabes cuál es la contraseña del ordenador
portátil?
-Papá, el otro día escuche sin querer que su contraseña era “Miamor206” –
Respondió Lucia.
Rodrigo tecleó esa contraseña y se le abrió el escritorio de Windows 10, dijo:
-Muy bien cielo.
-Papá ¿Ahora qué vas hacer? – Preguntó Lucia refiriéndose al plan de su
padre Rodrigo.
-Ahora mismo voy a entrar a Internet ¿Tienes un cable de USB para conectar el
móvil al ordenador por favor María? – Preguntó Rodrigo mientras accedía al
Google Maps.
Mariela cogió de su bolso un cable USB y dijo:
-Toma mi amor.
-Gracias.
María le dejó el móvil, Rodrigo puso un enchufe al móvil y otro al ordenador, le
apareció en la pantalla pequeña un icono de hardaware, vamos a esperar unos
minutos y cuando te diga llama tiene que haber buena señal y quiero que
largues todo lo que puedas en la llamada ¿De acuerdo? – Dijo Rodrigo.
-De acuerdo.
En la cabaña, Ana se despertó y vio a Rigoberta apuntándola con una pistola.
-¿A dónde estoy?
-A punto de irte de este hermoso mundo. Me haces gracia que siempre seas
tan inocente que te creas todo lo que te dicen – Dijo Rigoberta – Sí no te has
dado cuenta esto es una trampa y tú eres la secuestrada – Dijo Rigoberta.
-¿Cómo puedes ser tan mala? No entiendo qué te pasa por la cabeza con el
afán de hacer daño a otras personas – Dijo Ana.
-Digamos que una persona mala siente placer que otras personas sufran – Dijo
Rigoberta – Sí te contará todo lo que he hecho te sorprenderías de tu ex –
hermana.

354
-No cal que me lo cuentes porque ya me lo imagino. Todo lo que venga de ti es
malo – Dijo Ana.
-¡Cállate! – Dijo Rigoberta.
Cinta entró para saber que estaba sucediendo y Rigoberta le ordenó que se
quedara a vigilar a Ana para que no intentara hacer nada.
En la casa de la familia de Ana, Rodrigo le dijo a María.
-Llama ahora a tú hermana.
María llamó a su hermana Rigoberta ella lo descolgó y dijo:
-¿Diga?
-Hola hermanita. Cuanto tiempo sin verte ni oír tu dulce voz – Dijo María.
-¿María? – Preguntó Rigoberta.
-Así es, soy tu hermanita mayor y ya estoy de regreso a Francia ¿A dónde
estás? – Preguntó María.
-Sí crees que soy tonta para decírtelo vas bien, veo que quieres saber de tu
hermana Ana pues sí la tengo yo secuestrada y nadie sabe a dónde está y yo
me voy a encargar de que eso pase – Dijo Rigoberta.
-Estás haciendo las cosas mal, la policía te está buscando y tarde o temprano
te cogerán – Dijo María.
-¡Cállate! – Dijo Rigoberta histérica - ¡La policía de Miguel de Rivera nunca me
cogerán!
Rodrigo le hizo un gesto con la mano para que siguiera hablando hasta
conseguir el objetivo.
-¿Cuánto dinero quieres para rescatar a mi hermana Ana? – Preguntó María.
-No voy a negociar, entérate de una vez por todas que tú hermanita va a morir
esta tarde – noche – Dijo Rigoberta y colgó el teléfono.
-¡Rigoberta! – Dijo María – Ha colgado ¿Has encontrado la localización a
dónde está?
-Está pensando, puede tardar segundos, minutos u horas – Respondió
Rodrigo.
-Mira papá sale fotos de una cabaña – Dijo Lucía.
Rodrigo amplió la foto y dijo:
-Está en la Cabaña de los lagos a una media hora de aquí – Dijo Rodrigo.
-Vámonos ¿A qué esperamos?

355
-Lucía cariño necesito que te quedes con mamá Mariela y Elena para cuidarlas.
Mientras que yo marcho con María, Santiago y Eduardo al lugar a dónde tiene
secuestrada tu mamá Ana – Dijo Rodrigo.
-Está bien – Dijo Lucía.
-Mi amor ve con cuidado – Dijo Mariela.
-Siempre lo tengo amor – Dijo Rodrigo.
Cuando subieron todos en el coche, Rodrigo con sus manos libres llamó a
Miguel de Rivera para decirle que Rigoberta y Ana estaba en la cabaña de los
lagos.
Rigoberta volvió a entrar en la cabaña y le ordenó a Cinta que saliera a fuera a
vigilar y si encontrará alguna cosa extraña que le mande un aviso.
-Llegó tu hora querida ex – hermanita de decirle adiós a este hermoso mundo.
-No te vas a salir con la tuya ¿Crees que mi familia no se ha dado cuenta de mi
desaparición? – Preguntó Ana.
-¡Cállate! – Dijo Rigoberta – Agradece que no te pegué aquí un tiro y con esto
me quito un problema. Levántate y vamos a fuera a dar un hermoso paseo.
-De acuerdo – Dijo Ana – Pero he de avisarte de una cosa. Tú cómplice te puso
en tu móvil un micrófono a dónde te pueden localizar mediante GPS.
-¿De qué estás hablando? – Preguntó Rigoberta – Seguro que esto es una
trampa tuya para salir de aquí, pero de noche no lo vas a lograr – Dijo
Rigoberta tirando tres tiros hacía el cielo.
-¿No me crees? – Preguntó Ana – Entonces vete a su avioneta privada y verás
que hay como una especie de cámara pequeña detrás del volante.
-Vamos a ver si dices la verdad, iremos juntas hasta la avioneta privada – Dijo
Rigoberta apuntándola con la pistola.
Se fueron caminando hacía la avioneta y cuando llegaron Rigoberta dio un par
de disparos para romper el cristal del coche y abrió la puerta delante, se subió
y encontró detrás del volante la grabación.
-¡Maldita sea! Eres una traidora Cinta pero no te preocupes que me la vas a
pagar.
Bajó de la avioneta y le manipuló el motor para que no pudiera escapar.
-¡Vámonos de paseo! – Dijo Rigoberta.
En ese mismo momento se oyeron las sirenas de la policía, pasaban entre
árboles y Rigoberta dijo:

356
-¡Maldición!
-Te dije que la policía iba a venir en cualquier momento por el GPS – Dijo Ana.
-¡Cállate! ¡Me tienes harta de tanta habladuría! – Dijo Rigoberta histérica.
Minutos después apareció el coche de Rodrigo con varios intrigantes de la
familia de Ana, dispuesta a ayudar para defender a Ana.
Miguel de Rivera cogió su altavoz y dijo:
-Rigoberta estás rodeada, es mejor que te entregues.
Cinta al escuchar la voz de Miguel y el disparo de alerta de Rigoberta huyó
hasta la avioneta, cuando llegó se subió y cuando vio que no arrancaba dijo:
-¡Maldita sea! ¡No está mi grabación detrás del volante!
En ese mismo momento la policía de Miguel de Rivera la acorralaron a la
avioneta apuntándola con sus pistolas grandes.
-Cinta baja de la avioneta con las manos en alto estás detenida – Dijo Miguel
de Rivera.
Cinta al no querer morir ni a manos de la policía ni de Rigoberta, bajó de la
avioneta con las manos en alto.
-Cinta estás detenida por secuestro y cómplice de Rigoberta. Vas a pasar unas
bonitas vacaciones en la cárcel – Dijo Miguel - ¿Dime a dónde está Rigoberta y
Ana?
-Se fueron hacía el río a dónde está la cascada – Respondió Cinta.
-¡Vamos! ¡No hay tiempo que perder! ¡Hay que rescatar a Ana! La cascada
puede resultar muy peligrosa – Dijo Miguel.
Rodrigo, María y Santiago se fueron por la parte contraria del bosque de Los
Lagos.
-¡Rigoberta! Entrégate a la policía, te evitaras muchos problemas – Dijo María.
-¡Eso nunca! – Respondió Rigoberta.
Rigoberta se quedó parada porque descubrió a su hermana María, Santiago y
a Rodrigo:
-¡No den un paso más! – Dijo Rigoberta histérica apuntándoles con una pistola
enfrente de sus caras – Porque no dudaré en mataros a todos de un plomazo.
De repente empezó hacer un viento muy fuerte de 70 kilómetros por hora que
hacían mover los árboles muy fuertes.
La policía también se paró al otro lado de la cascada cuando uno de los árboles
estaba a punto de caerse dijo Miguel de Rivera:

357
-¡Cuidado!
Rigoberta se asustó y vio como el árbol cayó justo detrás suyo.
-Rigoberta es mejor que te rindas, no lo hagas más difícil – Dijo Miguel.
-¡Nunca me verán en la cárcel! – Dijo Rigoberta.
Rigoberta se giró para hacer dos tiros hacía la policía, ellos se agacharon.
-Hermana por favor entrégate y no compliques más las cosas – Dijo María.
Rigoberta al verse tan acorralada por la policía y por los familiares de Ana que
al no acordarse de la rama del árbol y del viento tan fuerte que soplaba la
empujó tropezó hacía atrás y cayó en la cascada ocasionándole la muerte.
-¡Rigoberta!
La policía pasó al otro lado de la cascada mediante unas piedras que estaban
cerca de la cascada.
-Mi amor ¿Estás bien? – Preguntó Alberto- Desatándola.
-Estoy bien – Dijo Ana.
Ana y Alberto se dieron un beso en la boca.
-Ha sido una tragedia la muerte de Rigoberta – Dijo Ana.
-Ana, quiero que sepas que la cómplice de Rigoberta, ya está detenida – Dijo
Miguel.
-Muchas gracias a todos por estar conmigo – Dijo Ana.
-Déjame revisarte – Dijo Rodrigo.
-No hace falta – Dijo Ana – Estoy bien. Lo único que tengo ganas es de llegar a
casa.
María se le acercó, la abrazó y dijo:
-Por fin se acabó la pesadilla. Ahora seremos felices todos sin odios ni
rencores.
Todos se fueron a casa, Lucía vio entrar a su mamá Ana, corrió hacía ella, la
abrazó y dijo:
-Te quiero mucho mamá.
-Y yo también – Dijo Ana.
-Me alegro que estés bien hija mía – Dijo Almudena emocionada por volver a
verla y la abrazó.
-Yo también me alegro que todo haya salido bien – Dijo Mariela.
-Cuéntanos cariño como ha acabado todo – Dijo Almudena.

358
-Ha sido horrible la muerte de Rigoberta, el viento la golpeó hacía atrás que
tropezó con una rama de árbol que había y cayó hacía atrás directo a la
cascada – Explico Ana.
-Lamento mucho la muerte de Rigoberta – Dijo Elvira.
-Aunque me duela, ese era su castigo por ser como era – Dijo María.
-Ya no hablemos más de cosas tristes – Dijo Alberto – Por fin la pesadilla ha
terminado y ahora nos queda un futuro feliz juntos porque recuerdo que dentro
de dos días es la boda de Sara y Víctor.
-Tienes razón – Dijo Ana – Hermanita tengo que decirte que Víctor el del hotel
de Nueva York que conocimos es el novio de Sara.
-Vaya que pequeño es el mundo – Dijo María.
Llego el día tan esperado la boda de Sara y Víctor, se casaron por lo civil, lo
festejaron por todo lo alto comieron, bebieron y bailaron.
-Mi amor es hora de que demos el ramo de flores – Dijo Sara.
-Estoy de acuerdo, para mí ya es un sueño de que seas mi esposa – Dijo
Víctor.
Sara y Víctor se acercó a la mesa a dónde estaban Alberto y Ana, dijo:
-Te entrego este ramo de rosas para que tú seas la próxima en casarse con tu
amorcito.
-Muchas gracias amigos – Dijo Ana dándole un beso y un abrazo de amistad.
-Ya sabes lo que debes hacer Alberto – Dijo Víctor.
-Por supuesto – Dijo Alberto dándole unas palmadas en la espalda.
-Ya que estamos toda la familia unida, queremos comunicaros que Santiago y
yo nos vamos a casar – Dijo María.
Todo el mundo aplaudió y le dieron la enhorabuena a los novios.
Días después:
-Estoy muy contenta porque ahora si se puede decir que se respira aire de
vacaciones – Dijo Ana.
-Por fin ha sido un año muy duro pero también muy bonito porque te recuperé –
Dijo Alberto – No me quiero perder ningún detalle de la fiesta de final de curso
organizado por Julián.
-Ni nosotros tampoco la vamos a perder – Dijo María refiriéndose también a su
amorcito Santiago y a Sara.

359
Todos los novios se besaron de felicidad y amor, más tarde se arreglaron para
irse a la fiesta de final de curso del Instituto del Campo.
Cuando entraron al instituto se fueron directos a la sala de actos, allí Julián les
dio la enhorabuena por haber finalizado Bachillerato y le deseaba mucha suerte
en sus próximos estudios, que nunca dejaran de estudiar porque es lo único
que vale para una persona para superarse y poder trabajar en el oficio que más
guste. También quiero decir que durante cinco años trabajando como el
director de este instituto he de decir que me jubilo y paso a mi cargo de director
a Javier. Todos los alumnos se levantaron y aplaudieron fuertemente al nuevo
director.
-Muchas gracias por vuestros aplausos que me motivan mucho para iniciar mi
carrera como director en este instituto, prometo que intentaré hacerlo igual de
bien como Julián – Dijo Javier.
-Ahora vamos hacer entregas de los diplomas con la ayuda de dos alumnos
que estuvieron aquí una corta temporada y que han regresado desde Suecia
demos la bienvenida a José y a Diego – Dijo Julián.
Todos de la peña se pusieron muy contentos al verlos de nuevo, el director
llamó uno por uno para que subieran a la tarima conforme entregaban los
diplomas. Cuando le tocó a Ana y después de haber abrazado a sus dos
amigos, se apagaron las luces y se encendió la pantalla del vídeo con esta
frase “Ana, desde el día que te conocí me enamoré de ti. Quiero agradecerte
que hayas estado siempre conmigo y con toda la dulzura que tienes ¿Quieres
casarte conmigo?”.
Alberto le tembló las manos y sacó el anillo de compromiso y Ana dijo:
-Acepto ser tú mujer ya sabes que te quiero muchísimo y deseo estar siempre
a tu lado, disfrutando de una vida juntos llenos de amor con nuestra hija –
Respondió Ana.
Alberto le puso el anillo en su dedo y se besaron. Todo el instituto aplaudió y
dijeron:
-¡Vivan los novios!
Al salir de la sala de actos se fueron directamente al patio de detrás a hacer
una merienda – cena y se encontraron con otra gran sorpresa Daniel y Natalia
vinieron de Nueva York

360
Se hicieron una foto de recuerdo, brindaron por la amistad mientras
observaban los hermosos petardos reflejados en el cielo.
FIN

361
CUATROS AÑOS DESPUÉS:

-María se graduó de guía turística ya que su pasión era viajar por todo el
mundo. Se casó con Santiago y tuvieron dos niñas. Por su parte Santiago se
graduó de entrenador de defensa personal enseñando a otras personas
técnicas para defenderse.

-Ana se graduó de maestra en la Universidad del Campo, hizo oposiciones,


encontró plaza en el Colegio del Campo. Se casó con Alberto y tuvieron otros
dos niños junto a Lucía. Por su parte Alberto se presentó a oposiciones para
policía y consiguió plaza en esa misma ciudad.

-Natalia se especializó en escribir novelas y guiones de TV. Vive en Nueva


York con Daniel y está embarazada de 6 meses de una niña.

-Daniel, Alfredo y Roberto trabajaron juntos en la agencia de detectives


privados para ayudar a familias a encontrar a sus hijas o viceversa. Las
reuniones se hacían una vez a Francia y la otra en Nueva York.

-Víctor y Fabrice montaron una empresa de periódico a nivel nacional,


superando la media de ventas en todos los kioscos y librerías.

-Sara se diplomó de cursos de cocina especialmente a su pasión por los


postres, vivió muy feliz con su marido Víctor y su hijo.

-Diego y Patricia se enamoraron y están viviendo a Suiza terminando sus


estudios de Administración y Finanzas.

-José se graduó de fotógrafo, haciendo fotos a los edificios más bonitos de todo
el mundo. Tiene una web a donde las tiene publicadas.

-Elvira y Miguel se enamoraron y se fueron a vivir juntos a casa de Miguel


había ascendido a jefe de la policía en Francia a nivel nacional y Elvira siguió
siendo la secretaria de Almudena y de Mariela.

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-Almudena y Mariela siguen creciendo con nuevos clientes para ayudar a los
presos que son inocentes en su bufet de abogadas.

-Eduardo el padre de los hermanos gemelos se dedicó a disfrutar del campo,


plantando verduras y recoger frutas.

-Alfonso es prófugo de la justicia, nadie ha sabido nada más de él.

-Cinta siguió cumpliendo su condena por diversos delitos.

-Laura, Rodrigo, doctor Martínez, Rafael, el doctor Nicandro y el doctor Vicente


siguieron con sus mismos trabajos aumentando sus alumnos, presos y
enfermos.

-Lucía terminó la primaria e iba a estudiar la secundaria en el instituto del


campo ya que Javier consiguió el objetivo como director de poner nuevos
estudios.

-Lorena está estudiando tercero de la carrera de psicología en la Universidad


del Campo, sacando las mejores notas para conseguir matrícula de honor y dar
un buen ejemplo a su país.

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