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INTRODUCCION

La realidad laboral en México, era verdaderamente terrible: largas y agotadoras


jornadas, de 14 horas o más, a cambio de un salario miserable que por lo
mismo hacía necesario el que mujeres y menores pasaran a engrosar la fuerza
de trabajo, desde luego en peor situación que el hombre adulto en franca lucha
contra éste por los puestos a desempeñar, ya que, como es de comprenderse
fácilmente, el afán de lucro de los empresarios los llevaba a emplear la mano
de obra más barata y menos exigente; además carecían absolutamente de
prestaciones por riesgo o enfermedad del propio trabajador; ausencia de
medidas de higiene y seguridad en los centros de labores; no se tenía derecho
al descanso semanal remunerado; el salario, de por sí poco, no se paga
siempre en efectivo, sino que existían las tiendas de raya en las que se
proporcionaba al trabajador mercancías cuyo precio de descontaba de su paga,
etc.

En la actualidad, se reconoce el derecho de los trabajadores a asociarse en


defensa de sus intereses, ya que el trabajador aislado no puede luchar contra
el patrón, necesita de la unión de sus iguales para igualar fuerzas, a efecto de
conseguir mejores condiciones de vida. Así la asociación profesional constituye
una garantía a favor de los trabajadores.

Se reconoció también a los trabajadores el derecho de huelga, bajo las


condiciones que la propia Constitución y la Ley Federal del Trabajo señalan.
LA HUELGA EN MÉXICO

ANTECEDENTES HISTORICOS DE LA HUELGA


Mario Cueva, en su libro “el nuevo derecho mexicano del trabajo” distingue tres
etapas, por las que paso la huelga: la era de la prohibición, en la cual la huelga
es considerada como un delito.
Tipificada en el Código Penal de 1871 en su artículo 925, que prescribía lo
siguiente: “se impondrá de ocho días a tres meses de arresto y multa de
veinticinco a quinientos pesos, o una sola de estas dos penas, a los que formen
un tumulto o motín, o empleen de cualquier otro modo la violencia física o
moral, con el objeto de hacer que suban o bajen los salarios o jornales de los
operarios o impedir el libre ejercicio de la industria o del trabajo”
Este mismo doctrinario nos señala que no eran las huelgas que prohibía este
precepto, sino los actos violentos que podían acompañarlas (tumulto, motín,
violencia física o moral). No obstante ello otros doctrinarios entre los que
encontramos a Trueba Urbina, Néstor de Buen, Sánchez Alvarado han
señalado que el artículo en comento si tipificaba a la huelga como un delito.
la era de la tolerancia, en la cual las huelgas ya no están prohibidas ni son
consideradas delitos, pero de ninguna manera están reguladas ni protegidas
por las leyes.
Se suscitaron dos importantes acontecimientos que fueron la Huelga de
Cananea de 1906 en la que los trabajadores exigían la obtención de mejores
salarios y la suspensión de privilegios que se otorgaban a los empleados
norteamericanos por parte de la empresa. La huelga fue aplastada con lujo de
violencia con intervención de tropas americanas.
Un segundo suceso fue la huelga de los trabajadores de la industria textil en
Puebla, los que se declararon en huelga por imposición de un reglamento de
fábrica, que pasaba sobre la libertad y dignidad de los trabajadores.
El 31 de Julio de 1916 la Federación de Sindicatos de Obreros del Distrito
Federal declaro una huelga general, reclamando que el pago de sus jornales se
haga en oro , pues el papel emitido por el gobierno perdía rápidamente su
valor. Suspendiendo los servicios de energía eléctrica, agua potable, tranvías,
funerarias, transporte.
Venustiano Carranza (Jefe del ejercito constitucionalista) ante la situación
anterior, expidió un Decreto el 01 de Agosto de 1916 (este fue calificado como
monstruoso e inaudito), el artículo 1° se castigará con pena de muerte, ademas
de los transformadores del orden público que señala la Ley de 25 de Enero de
1862:
Primero: A todos los que inciten a la suspensión de trabajo en las fabricas o
empresas destinadas a prestar servicio público o la propaguen, a los que
presidan las reuniones en que se proponga, discute o apruebe; a los que la
defiendan y sostengan; a los que la aprueben o suscriban, a los que asistan a
dichas reuniones o no se separen de ellas tan pronto como sepan su objeto, y
a los que procuren hacerla efectiva una vez que se hubiera declarado.
Segundo: A los que con motivo de la suspensión de trabajo en las fabricas o
empresas mencionadas o en cualquier otra, y aprovechando los trastornos que
ocasiona, o para agravarla o imponerla destruyeren o deterioraren los efectos
de la propiedad de las empresas a que pertenezcan los operarios interesados
en la suspensión o de otros cuyos operarios se quieran comprender en ella; y a
los que con el mismo objeto provoquen alborotos públicos, sea contra
funcionarios o contra particulares o hagan fuerza en las personas o bienes de
cualquier ciudadano, o que se apoderen o destruyan bienes públicos o de
propiedad privada.
Tercero: A los que con amenazas o por la fuerza impidan a otras personas
ejecuten los servicios que prestaban los operarios de las empresas contra las
que se haya declarado la suspensión de trabajo.
La era de la reglamentación legal , que se caracteriza porque se incluye en las
leyes ordinarias, y aun en las de mayor jerarquía, el derecho de huelga.
Por considerar a la huelga como un medio eficaz de los trabajadores para
obtener el mejoramiento de sus condiciones de trabajo cuando los patrones no
acceden a sus justas demandas, se decidió incorporarla al texto de la
Constitución.
El Constituyente de Querétaro, por voluntad de la nación, decidió elevar al más
alto rango jurídico los derechos de los trabajadores en el artículo 123 de la
Constitución. Es el punto de arranque de la lucha de los trabajadores para
alcanzar una serie de beneficios en la contratación individual, en la contratación
colectiva y en el contrato ley, con base a los derechos de sindicalización y de
huelga.
Las Legislaturas estatales quedaron facultadas para expedir leyes de trabajo a
partir de 1917.
El Estado de Veracruz fue el primero de la República en legislar en materia
laboral, el 14 de Enero de 1918 se expidió la Ley de Trabajo.
Se dio una reforma al artículo 123, porque estableció que la legislación laboral
sería unitaria y por tanto sólo podría ser expedida por el Congreso, sin que las
legislaturas de los Estados pudieran legislar en materia de trabajo.
Se expidió la Ley Federal de Trabajo el 18 de Agosto de 1931

CONCEPTOS
Para el Profesor Brasileño Mozart Víctor Russomano la huelga es una
suspensión transitoria del servicio, provocada por la mayoría de los
trabajadores de una empresa o de una categoría profesional teniendo por
finalidad la alteración de las condiciones de trabajo.
El derecho de huelga se configura como un derecho que pretende la defensa
de los intereses de los trabajadores. Se trata de un derecho que permite a los
trabajadores ejercer el derecho a huelga por medio de instrumentos
participativos, es decir, la participación de los trabajadores en la configuración
del derecho es básica, ya que el derecho de huelga es de titularidad individual,
se atribuye a todos los trabajadores, pero el ejercicio que se realice, se hará
por unos instrumentos participativos donde jugarán un papel activo los
sindicatos y las representaciones unitarias de los trabajadores en las
empresas y en sus centros de trabajo.

DATOS TRASCENDENTALES

En la etapa histórica en que se consuma la Independencia de México, después


de una larga dominación Española en la que quedó en la pobreza, misma que
se reflejaba notoriamente en las clases más débiles, situación de la que se
aprovechó la burguesía, por lo que a su favor sometía a largas jornadas a los
trabajadores mismas que oscilaban entre doce y dieciséis horas diarias,
agravándose la situación al pagarles sueldos raquíticos que lejos de permitirles
alcanzar una vida digna, ni siquiera les permitían sobrevivir, tampoco había
alguna garantía para la clase obrera, por lo que no parecía haber solución
alguna al problema.
Antes de 1917 no estaba expresamente mencionada en el derecho mexicano la
huelga, el Código Penal del Distrito y Territorios Federales de 1871 castigaba
con arresto de ocho a tres meses y multa de 25 a 500 pesos a quienes
pretendieran modificar los salarios o impidieran el libre ejercicio de la industria
o el trabajo.
La primera huelga había sido declarada en 1865 por la Sociedad Mutualista del
Ramo de Hilados y Tejidos del Valle de México, como protesta por la reducción
de los salarios, los despidos injustificados, las excesivas jornadas de trabajo,
los malos tratos y los descuentos a cargo de la tienda de raya.
A partir de 1870 la población obrera empezó a aumentar como consecuencia
del fomento industrial. Los patrones no permitían a sus obreros la formación de
agrupaciones, se oponían a reconocer el derecho de huelga, así mismo se
oponían a otorgar aumentos del salario y reducir la jornada de trabajo.
Hacia 1875 se empezaron a escuchar los primeros gritos de protesta de los
trabajadores mexicanos, exigiendo mejores condiciones de vida y trabajo.
También empezaron a surgir las primeras asociaciones mutualistas de obreros.
El régimen porfiriano actuó decididamente en apoyo de los patrones,
reprimiendo con la fuerza del ejército los actos de protesta y desesperación de
los trabajadores. Algunos de estos casos fueron el ocurrido en Cananea y el
de Río Blanco. Esta situación de opresión era sólo en parte producto del
gobierno personalista establecido por Díaz, realmente sus orígenes están en la
aplicación de los principios liberales en materia económica vigentes en ese
momento, puesto que el liberalismo aconsejaba la no-intervención del estado
en asuntos de orden económico y social.
Los años en que se produjeron el mayor número de huelgas fueron 1181, 1884,
1889, 1890, 1891, 1895 y de 1905 a 1907; las ramas industriales
principalmente afectadas fueron la textil, ferroviaria, la cigarrera, la del pan y la
minera.

LA HUELGA DE CANANEA

A CIEN AÑOS DE CANANEA: EL PROTAGONISMO MINERO BAJO EL


ACOSO DEL ESTADO MEXICANO es un breve Informe de coyuntura –primer
semestre del año 2006- sobre las violaciones a los derechos humanos
laborales de los trabajadores mineros del país.

Consideramos que no hay precedente en los últimos doce años del


protagonismo de los trabajadores minero metalúrgicos como el desplegado en
esta administración: en el sector minero metalúrgico hubo 27 huelgas del 2000
al 2006. 18 de ellas encabezadas por el Sindicato Nacional de Trabajadores
Mineros Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana (SNTMMSRM).
Durante el sexenio de Zedillo, sólo 13 huelgas se registraron y sólo una la
encabezó el SNTMMSRM.

Planteamos el análisis de cuatro situaciones que manifiestan la vulneración de


los derechos humanos laborales de los mineros del país. Acoso u Omisión, el
saldo es la disminución de la calidad de vida y el menoscabo de la integralidad
de los derechos humanos laborales de estos trabajadores. Los 4 casos son: la
siniestralidad acontecida en 6 minas del país; la destitución de Gómez Urrutia;
los obreros asesinados en Sicartsa, en Michoacán, y la eliminación del contrato
colectivo de trabajo en la mina La Caridad, en Nacozari, Sonora.

Los siniestros registrados en las minas Pasta de Conchos, Autlán, La Florida,


Mina la Luz, y la Escondida Americana, se deben, como ha quedado
evidenciado, a la falta de previsión de accidentes tanto de las empresas como
de las autoridades del trabajo. Estos accidentes han costado la vida de 65
trabajadores en Pasta de Conchos, uno en la mina La Luz, 3 en Autlán, 7
mineros heridos en La Florida, 2 indígenas en una Mina de ámbar, ubicada en
el municipio de Chapayal, Chiapas, y 3 heridos graves, de nuevo en Coahuila,
en la explosión de la mina La Escondida Americana.

En el desconocimiento de Napoleón Gómez Urrutia, estamos ante la


intervención directa de la STPS, o a través de la oficina del Registro de
Asociaciones, en la autonomía y libertad sindical del sindicato minero, en
perjuicio de sus trabajadores, violando el derecho de libertad de asociación,
reconocido tanto en la Constitución como en los artículos 16 de la Convención
Americana sobre los Derechos Humanos y 22 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, firmados y ratificados por el Estado Mexicano, así
como ante la agresión al derecho a la libertad sindical.
Lo acontecido en Sicartsa, como los siniestros relatados, fueron hechos
previsibles que podían haberse evitado. El señalamiento de “paros locos”,
inexistente en la legislación laboral mexicana y no es motivo para solucionar los
conflictos con el uso de la fuerza pública. El Comité de Libertad Sindical de la
OIT, estipula claramente que el asesinato, la desaparición o las lesiones graves
de dirigentes sindicales y sindicalistas exigen la realización de investigaciones
judiciales independientes, con el fin de esclarecer en el más breve plazo, los
hechos y circunstancias en las que se produjeron, y así, determinar las
responsabilidades, sancionar los culpables y prevenir la repetición de los
mismos. Es de advertir que la sección 271, protagonizó la huelga más larga del
año 2005, donde de hecho, no se acató la declaración de inexistencia de la
huelga, por considerársele infundada y el conflicto terminó en una revisión
exitosa para los trabajadores.

Llamamos la atención sobre lo ocurrido en Nacozari por el tratamiento que


empresa y autoridad laboral aplicaron a quienes decidieron ejercer el derecho
de huelga: denuncias penales contra dirigentes sindicales y trabajadores de
base por los delitos de asociación delictuosa, delincuencia organizada, despojo
en despoblado y robo contra los trabajadores. Ello inició una serie de
violaciones a los derechos humanos, con la complacencia de las autoridades
laborales: vulneración de derechos políticos y la existencia de una campaña de
persecución con 25 órdenes de aprehensión giradas y 4 ejecutadas; fue
sumado después el delito de extorsión, avisos de rescisión, baja en el IMSS,
presión a las familias retirándoles el derecho a la escuela y finalmente, el cierre
inexplicable de la mina La Caridad, sin contar los innumerables casos de acoso
y hostigamiento contra los mineros.

Queremos recalcar que nos basamos para hablar de omisión en la reciente


Recomendación 26/2006 de la Comisión Nacional de Derechos Humanos
sobre el siniestro ocurrido en la mina 8, Unidad Pasta de Conchos, que
pertenece al Grupo México, ubicada en el Estado de Coahuila. Lo asienta y
establece muy claramente: “queda plenamente acreditada la omisión en que
las autoridades de la referida STPS incurrieron durante el procedimiento
administrativo de inspección periódica de condiciones generales de seguridad e
higiene…”). Hay negligencia evidente del personal de la Secretaría de Trabajo
y Previsión Social (STPS), integrante del poder ejecutivo de la nación.

Concluímos que los hechos señalados dan clara muestra de cómo se han
violentado de manera sistemática los Derechos Humanos Laborales de los
trabajadores mineros. Concluímos diciendo que:

a) hay Ineficiencia y denegación de Justicia: las omisiones y la parcialidad nos


muestran un patrón deliberado de ineficiencia y denegación de justicia por
parte de las autoridades del Trabajo en perjuicio de los derechos de los
trabajadores. La ineficacia de la autoridad laboral se ha erigido como política de
Estado (el artículo 8, fracción I de la Ley Federal de Responsabilidades
Administrativas de los Servidores Públicos, establece textualmente que todo
servidor público tendrá la obligación de: “cumplir el servicio que le sea
encomendado y abstenerse de cualquier acto u omisión que cause la
suspensión o deficiencia de dicho servicio o implique abuso o ejercicio indebido
de un empleo, cargo o comisión”);

b) hay conflicto de intereses: hablamos también de acoso porque alcanzamos a


ver que en el fondo, esta ineficacia y denegación de justicia está motivada por
la parcialidad hacia un par de las principales empresas del sector, de las cien
que conforman la rama industrial. Nos referimos a Grupo México, propietaria de
Minera México, la compañía minera más grande de México, y del Grupo
Villacero, propietario de SICARTSA, contribuyente con AHMSA y MITTAL
STEEL, en la producción del 50% de la producción del acero nacional. De
modo que se incurre en lo descrito en el Art. 8 XII, segundo párrafo, de la Ley
Federal de Responsabilidades Administrativas de los servidores públicos:
“Habrá intereses en conflicto cuando los intereses personales, familiares o de
negocios del servidor público puedan afectar el desempeño imparcial de su
empleo, cargo o comisión”; Y

c) hay, finalmente, deshonestidad y deslealtad: esta parcialidad hacia dos


grupos industriales ha llevado a las autoridades laborales a incurrir en
deshonestidad y deslealtad, con cada vez mayor cinismo. Baste evidenciar las
mentiras pronunciadas por el Secretario del Trabajo durante la conferencia de
prensa el día 27 de julio, con respecto a la situación de los familiares de Pasta
de Conchos: “ Pero a los trabajadores, a las familias no les está yendo mal,
porque están recibiendo el salario íntegro del trabajador, como si estuviera
trabajando los tres turnos…. “.
Para desmentirlo, hay que enterarlo que la familia de Felipe de Jesús Reyna,
cuyo cuerpo ya fue rescatado, ya se le ha suspendido dicho pago, a pesar de
que el compromiso firmado fue el otorgarlo hasta que se les empezara a pagar
las pensiones del IMSS a los beneficiarios (se viola además la obligación
específica del artículo 8, fracción VII de la misma ley: “Observar buena
conducta en su empleo, cargo o comisión, tratando con respeto, diligencia,
imparcialidad y rectitud a las personas con las que tenga relación con motivo
de éste”).

LA HUELGA TEXTIL Y RIO BLANCO

A principios de Diciembre de 1906 los empresarios de la industria textil del área


Puebla-Tlaxcala implantaron un nuevo reglamento de trabajo que establecía la
jornada de 14 horas.
Descontentos con esto, para el día 6 se habían suspendido ya sus labores
6800 trabajadores de 34 fábricas. Tres mil de ellos se reunieron en el Teatro
Guerrero de la ciudad de Puebla y formularon una contraposición del
reglamento.
La respuesta de los patrones, que al igual que los obreros actuaban ya en
ámbito nacional, consistió en cerrar las fábricas, 93 en total, con el pretexto de
estar en balance y tener productos almacenados en exceso. Por esta causa
quedaron sin empleo 57 mil hilanderos.
A mediados del mes los huelguistas decidieron someterse al arbitraje de
Porfirio Díaz, con quien se reunieron al empezar el año de 1907. El 4 de enero
se produjo el laudo presidencial. El 7 de enero se abrirían todas las fábricas de
Puebla, Veracruz, Jalisco, Querétaro, Tlaxcala y el Distrito Federal.
Los términos de esta resolución fueron generalmente aceptados, salvo por una
fracción de los obreros de la fábrica Río Blanco, en las inmediaciones de
Orizaba. En Junio de 1906, habiéndose reunido un grupo de trabajadores en la
vivienda del tejedor Andrés Mota, Manuel Ávila propuso constituir el Gran
Círculo de Obreros Libres, afiliado en secreto a la Junta Organizadora del
Partido Liberal Mexicano.
Sus objetivos consistían en oponerse a los abusos del capitalismo, en luchar
contra la dictadura y en ayudar a quienes eran perseguidos o encarcelados.
La resolución presidencial que ponía término a la huelga les fue transmitida a 2
mil obreros, reunidos en el Teatro Gorostiza de Orizaba, el 6 de mayo de 1907,
por José Morales, presidente del Gran Círculo, quien se mostró conforme con
el laudo. Rafael Moreno y Manuel Juárez, en cambio, dirigentes de la sucursal
de Santa Rosa, encabezaron a los descontentos.
El día 7 los trabajadores volvían a sus labores, mientras los desafectos
apedreaban el edificio. A las 9 de la mañana llegaron fuerzas del 13° Batallón,
dispararon contra la multitud, mataron a 17 obreros e hirieron a 80. Los
huelguistas marcharon entonces a Santa Rosa y Nogales, donde saquearon
establecimientos comerciales. En la tarde, regresaron a Río Blanco, se
apoderaron de armas en las casas de empeño y llegaron a dominar en
combate con los federales algunas estaciones ferroviarias entre Orizaba y
Maltrata. Esta ciudad estaba protegida por 800 infantes, 60 rurales y 150
policías, y se habían movilizado contra los obreros los batallones 12, 13, 17 y
24.
Al terminar ese día, había 200 detenidos en la fábrica de Río Blanco, a muchos
de los cuales se les fusiló ahí mismo. Veinticuatro horas después eran ya 140
los trabajadores muertos.
El día 9 hubo un encuentro en Santa Rosa, con saldo de otras cinco víctimas, y
más tarde se ordenaron otras 10 ejecuciones. El día 11 se ordenó fusilar a 10
rurales y a su teniente, acusados de complicidad con los saqueadores, y de un
total de 7083 operarios, 5512 se presentaron a reanudar su trabajo.
Las fábricas de Río Blanco, Nogales, Santa Rosa, El Yute y Cerritos quedaron
custodiados por el Ejercito, y centenares de obreros fueron desterrados a Valle
Nacional y a Quintana Roo.
MARCO NORMATIVO

CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS DE


1917
Las leyes reconocerán como un derecho de los obreros y de los patronos, las
huelgas y los paros.
XVIII.- las huelgas serán licitas cuando tengan por objeto conseguir el equilibrio
entre los diversos factores de la producción, armonizando los derechos del
trabajo con los del capital. en los servicios públicos será obligatorio para los
trabajadores dar aviso, con diez días de anticipación, a la junta de conciliación
y arbitraje, de la fecha señalada para la suspensión del trabajo. las huelgas
serán consideradas como ilícitas únicamente cuando la mayoría de los
huelguistas ejerciere actos violentos contra las personas o las propiedades, o
en caso de guerra, cuando aquellos pertenezcan a los establecimientos y
servicios que dependan del gobierno;
XIX.- los paros serán lícitos únicamente cuando el exceso de producción haga
necesario suspender el trabajo para mantener los precios en un limite
costeable, previa aprobación de la junta de conciliación y arbitraje.
El artículo 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que
establece por primera vez en el mundo los derechos sociales en beneficio de
una clase determinada, se divide en dos apartados: el apartado A y el apartado
B.
En el apartado A, se incluyen a los trabajadores que prestan sus servicios en
empresas privadas, organismos públicos descentralizados y empresas de
participación estatal, en tanto que en su apartado B, se establecen las bases
para regular la relación laboral entre los poderes de la Unión, así como del
Gobierno del Distrito Federal, es decir, se tutelan los derechos laborales de los
trabajadores al servicio del Estado, comprendiendo a los servidores públicos
quienes son regidos por el Derecho laboral burocrático; su función está
catalogada como un trabajo de carácter especial, por sus fines y naturaleza,
esto es, su trabajo personal subordinado lo realizan a favor del Estado, que de
esta manera se convierte en un patrón sui géneris.
Dentro del apartado B, en su fracción XIII, se contempla asimismo a los
trabajadores de regulación jurídica diversa, y que son aquéllos servidores
públicos que se encuentran excluidos del régimen jurídico de la Ley Federal de
los Trabajadores al Servicio del Estado, pero que sin embargo, su relación con
los órganos del Estado se encuentra regulada por leyes específicas o como lo
dispone literalmente la fracción XIII del apartado B del artículo 123
constitucional, "se regirán por sus propias leyes".
Conforme a tal precepto, los militares, marinos, personal del servicio exterior,
agentes del Ministerio Público y los miembros de las instituciones policiales se
regirán por sus propias leyes, con el propósito de crear un régimen legal de
excepción para regular el trabajo de quienes, por las funciones que
desempeñan, su régimen laboral puede poner en peligro la seguridad nacional
o la seguridad pública.
Así las cosas, el concepto "marinos" a que se refiere la fracción XIII del
apartado B del artículo 123, se refiere precisamente a los marinos militares
aunque expresamente no lo refiera así la citada fracción.
En efecto, si bien es cierto que el espíritu de la norma se refiere a los marinos
militares, quienes tienen un conjunto de disposiciones jurídicas en las que se
establecen los derechos y obligaciones de carácter social y laboral, también lo
es que la fracción en cita no especifica a qué marinos se refiere, esto es, en su
redacción incluye a todos los marinos mexicanos.
Dicha fracción señala literalmente que "los militares, marinos, personal del
servicio exterior, agentes del Ministerio Público y los miembros de las
instituciones policiales, se regirán por sus propias leyes".

LEY DEL TRABAJO DE LOS SERVIDORES PÚBLICOS DEL ESTADO Y


MUNICIPIOS

Ley del trabajo de los servidores públicos al servicio del estado y de los
municipios
ARTÍCULO 42. Son derechos de los trabajadores del Estado y de los
ayuntamientos:
V. Asociarse para la defensa de sus intereses, y los demás derivados de la
presente ley.

Capítulo Primero
De la Huelga
ARTÍCULO 86. La huelga es la suspensión temporal del trabajo como
resultado de una coalición de trabajadores, decretada en la forma y los
términos que esta ley establece.
ARTÍCULO 87. Declaración de huelga es la manifestación de la voluntad de la
mayoría de los trabajadores de una dependencia de suspender las labores de
acuerdo con los requisitos que establece la ley.
ARTÍCULO 88. Los trabajadores podrán hacer uso del derecho de huelga en
los siguientes casos:
I. Cuando se violen de manera general y sistemática los derechos que
consagra esta ley;
II. Cuando se violen de manera general y sistemática las condiciones generales
de trabajo que correspondan a cada dependencia, y
III. Cuando se exija la firma de las condiciones generales de trabajo.
ARTÍCULO 89. La huelga sólo suspende los efectos de los nombramientos de
los trabajadores por el tiempo que dure, pero sin terminar o extinguir los efectos
del propio nombramiento.
ARTÍCULO 90. La huelga deberá limitarse al mero acto de la suspensión del
trabajo.
ARTÍCULO 91. Los actos de coacción o de violencia física o moral sobre las
personas o de fuerza sobre las cosas, cometidos por los huelguistas, tendrán
como consecuencia, respecto de los responsables, que se deje sin efecto su
nombramiento.

Capítulo Segundo
Del Procedimiento de Huelga

ARTÍCULO 92. Antes de suspender las labores, los trabajadores dirigirán un


escrito petitorio al titular de la dependencia que se trate, por conducto del
presidente del tribunal de conciliación y arbitraje, anunciando su propósito de ir
a la huelga y señalando las violaciones concretas que la motivan.
El escrito petitorio se presentará por duplicado y deberá ir acompañado de los
documentos necesarios para acreditar la representación de la coalición y el
acuerdo mayoritario de los trabajadores para ir a la huelga.
El presidente del tribunal, con las copias del escrito petitorio y los demás
documentos, dentro de las setenta y dos horas siguientes a su recepción,
emplazará al titular de la dependencia que se trate, para que presente su
contestación por escrito ante el tribunal de conciliación y arbitraje, en un plazo
no mayor de setenta y dos horas a partir del emplazamiento.
ARTÍCULO 93. El tribunal de conciliación y arbitraje citará a las partes a una
audiencia de conciliación, la que deberá celebrarse por lo menos cinco días
antes de la fecha señalada para el estallamiento, en el pliego petitorio, en la
que procurará avenirlas, pero sin manifestar anticipadamente su criterio de las
decisiones del conflicto.
Nunca podrá estallarse una huelga si no se ha verificado previamente la
audiencia de conciliación, ni podrá estallarse antes de los quince días
siguientes a la presentación del pliego petitorio ante el presidente del tribunal.
ARTÍCULO 94. Si la representación de los trabajadores no asiste a la
audiencia conciliatoria, no correrá el plazo para el estallamiento de la huelga. Si
la representación de la dependencia emplazada no asiste, se le imputará la
responsabilidad del conflicto.
Solamente una vez los trabajadores podrán diferir la fecha del estallamiento de
la huelga. Pero las partes de común acuerdo lo podrán hacer varias veces.
ARTÍCULO 95. La huelga, una vez estallada, será declarada existente, si
cumple con los requisitos siguientes:
I. Si la motivación se ajusta a lo señalado en el artículo 88.
II. Si se han cumplido con las formalidades reguladas en los artículos 92, 93 y
94, y
III. Si la respalda la mayoría de los trabajadores de la dependencia emplazada.
ARTÍCULO 96. La calificación de huelga se hará de oficio por el tribunal de
conciliación y arbitraje, dentro de las setenta y dos horas siguientes al
momento del estallamiento.
ARTÍCULO 97. Si el tribunal declara la inexistencia legal de la huelga:
A) Fijará a los trabajadores un término de veinticuatro horas para que regresen
a su trabajo;
B) Los apercibirá de que si no acatan la resolución, terminarán los efectos de
su nombramiento, salvo causa justificada, y declarará que la dependencia no
ha incurrido en responsabilidad y que está en libertad para nombrar nuevos
trabajadores, y
C) Dictará las medidas que crea convenientes para la reanudación del trabajo.
ARTÍCULO 98. La huelga será declarada ilegal y en consecuencia inexistente,
cuando la mayoría de los huelguistas ejecuten actos violentos contra las
personas o los bienes.
ARTÍCULO 99. La huelga terminará:
I. Por declaración de inexistencia legal;
II. Por avenencia de las partes en conflicto;
III. Por allanamiento de la dependencia emplazada;
IV. Por perder el respaldo de la mayoría de los trabajadores de la dependencia;
V. Por laudo arbitral de la persona o tribunal que de común acuerdo elijan las
partes, y
VI. Por laudo dictado por el tribunal de conciliación y arbitraje si los
trabajadores someten el conflicto a su decisión.
ARTÍCULO 100. Si las partes designan un árbitro para dictar el laudo que
ponga fin a la huelga, aquél podrá acordar y realizar las diligencias necesarias
para conocer los motivos del conflicto, por lo que podrá nombrar peritos, revisar
documentos, recabar pruebas, recibir declaraciones y ejecutar cualquier acto
que proceda para percatarse de la verdad y determinar la solución.
ARTÍCULO 101. Si el tribunal de conciliación y arbitraje es el facultado para
resolver el fondo de la huelga, tendrá las mismas facultades que el árbitro, pero
citará a las partes a una audiencia para ser oídas, ofrecerán pruebas y
presentarán oportunamente sus alegatos.
ARTÍCULO 102. El laudo que ponga fin a una huelga determinará la
imputabilidad del conflicto. Si es imputable a los trabajadores no tendrán
derecho a los salarios caídos. Si es imputable a la dependencia emplazada, se
le condenará al pago total de los salarios caídos.
La huelga legalmente inexistente nunca será imputable a la dependencia
emplazada.
ARTÍCULO 103. Antes de estallar la huelga, el tribunal de conciliación y
arbitraje, escuchando a las partes, fijará el número indispensable de
trabajadores que deberán continuar en sus labores, para que persistan
aquellos servicios cuya suspensión pueda dañar irreparablemente las
instalaciones, o se pueda perjudicar la estabilidad de las instituciones o pueda
significar un peligro para la salud o seguridad pública.
Para estos trabajadores no hay suspensión de los efectos de sus
nombramientos.
ARTÍCULO 111. La Procuraduría de la Defensa del Servidor Público, tendrá
como funciones asesorar y, en su caso, representar a los trabajadores, siempre
que lo soliciten, ante cualquier autoridad, en las cuestiones que se relacionen
con la aplicación de las normas de trabajo; asimismo, procurará la conciliación
entre las partes en conflicto.
ARTÍCULO 115. El tribunal de conciliación y arbitraje será colegiado y se
integrará con un representante del Gobierno del Estado, un representante de
los ayuntamientos, un representante de los trabajadores al servicio del estado,
un representante de los trabajadores al servicio de los municipios y el
presidente que será designado por el pleno del Supremo Tribunal de Justicia, a
propuesta del gobernador del estado, el día primero de octubre del año a que
corresponda la instalación de dicho tribunal.
ARTÍCULO 123. El tribunal de conciliación y arbitraje será competente:
I. Para conocer y resolver los conflictos individuales y colectivos que se
susciten entre trabajadores y las dependencias;
II. Para conocer y llevar el registro de sindicatos y, en su caso, dictar la
cancelación de dichos registros;
III. Para efectuar el registro de las condiciones generales de trabajo;
IV. Para dirimir las controversias sobre titularidad de la representación sindical
en los términos de la ley, y
V. Para ejercer las demás facultades que se deriven de esta ley.
ARTÍCULO 124. El procedimiento para resolver las controversias que se
sometan al tribunal de conciliación y arbitraje, se reducirá: a la presentación de
la demanda respectiva que deberá hacerse por escrito; una audiencia de
conciliación, contestación de la demanda y ofrecimiento de pruebas y a una
audiencia de recepción de pruebas y alegatos salvo cuando a juicio del propio
tribunal se requiera la práctica de otras diligencias, en cuyo caso ordenará que
se lleven a cabo.
ARTÍCULO 131. Durante la etapa de conciliación, el tribunal procurará avenir a
las partes, si llegaren a un arreglo, se dará por terminado el conflicto. El
convenio respectivo, aprobado por el tribunal, producirá todos los efectos
jurídicos inherentes a un laudo.
La LFT establece en su artículo 920 que tratándose de empresas de servicios
públicos el aviso para la suspensión de las labores deberá darse por lo menos,
con diez días de anticipación. A su vez el artículo 925 califica a los servicios
públicos considerando como tales a los de comunicaciones y transportes, luz y
energía eléctrica, aprovechamiento y distribución de agua destinada al servicio
de las poblaciones, sanitarios, hospitales, cementerios y los de alimentación,
cuando se refieren a los artículos de primera necesidad “siempre que en este
ultimo caso se afecte alguna rama completa del servicio”.
Por otra parte dada la naturaleza de los huelguistas a continuar prestando los
servicios en buques, aeronaves, trenes, autobuses y demás vehículos de
transporte que se encuentren en ruta, con la obligación de conducirlos a su
propio destino.

CLASES DE HUELGA
Según la Ley Federal de Trabajo

 Existentes
 Inexistentes
 Lícitas
 Ilícitas
 Justificadas, y
 Por solidaridad
Mencionadas, casi todas, de manera expresa dentro de la Constitución federal,
en las fracciones XVII y XVIII del apartado A del artículo 123, más que especies
de huelga se trata de diversos tipos de incidentes procesales. En efecto, por su
función y sistema son diferentes figuras de procedimientos breves, vinculadas
subsidiariamente, al procedimiento principal de huelga, para tramitar y resolver
la calificación de la procedencia de la misma.

Huelga existente
El artículo 444 de la Ley Federal del Trabajo dispone que "la huelga legalmente
existente es la que satisface los requisitos del artículo 451 y persigue los
objetivos señalados en el artículo 450". Cueva la define, por su parte, como "la
suspensión de labores efectuada por las mayorías obreras, previa observancia
de las formalidades legales y para alcanzar las finalidades asignadas por la
Constitución a estos movimientos".

Huelga inexistente
Dentro del derecho patrio, con este nombre se indica la huelga que se realiza
sin cubrir, de manera completa, total o tan sólo parcialmente, los requisitos de
fondo, forma y mayoría que la ley establece expresamente. En tal virtud
constituye la limitación más importante al derecho irrestricto de huelga, que en
contraste con su reconocimiento en el marco de la Ley Suprema lo neutraliza y
altera a través de la ley reglamentaria.
A juicio de Mario de la Cueva "huelga legalmente inexistente es la que no
satisface las condiciones que implica, la legalmente existente".
En su marco positivo, dentro del derecho patrio, la huelga es, en concreto,
inexistente cuando la misma se estalle por un número inferior de trabajadores
al señalado, para tal efecto, en la fracción II del artículo 451 de la Ley Federal
del Trabajo. Tal formalidad es conocida como el requisito de mayoría de la
huelga.

La Huelga Ilícita
Siempre al tenor de la ley y en claro detrimento de la libertad sindical, es
considerada ilícita la huelga que se proclama y estalla por la mayoría de los
trabajadores de la empresa, en dos supuestos:
Si se realiza mediante la comisión de actos violentos contra la persona o
propiedades del patrón o sus representantes, si es que aquéllos se realizan por
la mayoría de los trabajadores huelguistas, o
Si la misma se estalla, suspendiendo las labores de empresas o servicios
dependientes del gobierno, en el caso de que la nación se encontrara en
estado de guerra, según se desprende de las fracciones I y II del artículo 445
de la ley
La huelga no lícita
En forma convencional, al margen del texto del legislador, y tan sólo para
efectos didácticos, se afirma que entre las huelgas lícita e ilícita, cabe hablar de
la no lícita. Se trata de aquella a la que hemos aludido algunas líneas arriba y
que se utiliza por las coaliciones de trabajadores, sin ajustarse al dictado de
obtener el equilibrio entre el capital y el trabajo, como fórmula de autodefensa o
estrategia reivindicatoria.
Se podría tratar del caso de huelgas irreflexivas, otrora llamadas locas, y que
por su cercanía o identificación con la venganza, la justicia privada o la presión
arbitraria, para un avasallante sector de la dogmática, deben proscribirse. Es el
supuesto, también, de aquellas suspensiones unilaterales de labores, por obra
de los huelguistas, sin intención de acudir a la autocomposición profesional ni
al arreglo razonable del conflicto colectivo.

OTROS TIPOS DE HUELGA ECONÓMICA


1. Huelga justificada
Dentro del ordenamiento mexicano, el legislador define la huelga justificada
como aquélla que se lleva a cabo, por motivos imputables al patrón. Sus
efectos más señalados consisten en que de calificarse de esta suerte, obligan
al patrón a que cubra a los huelguistas el monto integral de los salarios
caídos,30 de los cuales fueron privados hasta la normal reanudación de las
labores.31 Trueba Urbina32 considera, por su parte, que la huelga imputable o
justificada "es aquélla en la que se comprueba cualquiera de los objetivos de la
huelga que hubiere sido declarada existente o lícita; en tanto que la huelga
inimputable al patrón es aquélla en que no se logró comprobar cualquiera de
los objetos de la huelga; la base para la declaración de la imputabilidad e
inimputabilidad es la resolución en que la huelga se hubiere declarado lícita o
existente".

2. La huelga solidaria
En contra de la dogmática, dentro del derecho mexicano es reconocida
expresamente la huelga por solidaridad, reconocida dentro de la fracción VI del
artículo 450 de la Ley Federal del Trabajo, si bien en la práctica ha resultado
nugatoria, merced a la predisposición del sistema para propiciar su práctica y a
la propia negligencia de los trabajadores o de sus agrupaciones que jamás la
han realizado. De la misma habré de ocuparme con mayor profundidad al
hablar de la lucha sindical y la acción directa del trabajo, marco dentro del cual
es tratada por la mayoría de los autores, a la luz del derecho comparado. Por
ahora, y en virtud de formar parte de las huelgas que en principio tienen un
reconocimiento y régimen expreso dentro de nuestro derecho positivo, aunque
éste sea nugatorio como sucede en la especie, realizaré una semblanza sobre
su idea y eficacia
LA HUELGA DEL EMPLEADO PÚBLICO EN EL PERÚ

Como en otros sistemas jurídicos, y aunque nuestra carta magna reconoce el


derecho de huelga para todos los trabajadores, amén de que la jurisprudencia
determine que su acopio es irrestricto, su ejercicio se regula exageradamente y
se excluye a diferentes especies de actividades, como aquéllas de los jueces,
magistrados y ministros, o los miembros de los cuerpos militares, policíacos y
de seguridad pública.

 La constitución de 1979, por primera vez reconoce el derecho de


sindicalización y huelga de los servidores públicos, lo que estaba prohibido
en anteriores cartas políticas. Según el artículo 17º de las disposiciones
transitorias de la carta de 79, se ratifica el Convenio 151 de la OIT sobre
protección del derecho de sindicalización y procedimientos para determinar
las condiciones de empleo en la Administración Pública.
 La Constitución reconoce los derechos de sindicación y huelga para los
trabajadores, derechos que también son aplicables a los empleados
públicos con las limitaciones que la propia Constitución establece.
 Las limitaciones del ejercicio del derecho de huelga 42. La Constitución
señala textualmente que se encuentran impedidos de ejercer el derecho de
huelga: - Los funcionarios de la Administración Publica con poder de
decisión o con cargo de confianza o de dirección (articulo 42 º de la
Constitución).
 Según la Constitución vigente, en el Artículo 28° se establece que: "El
Estado reconoce los derechos de sindicación, negociación colectiva y
huelga. Cautela su ejercicio democrático:
1. Garantiza la libertad sindical.
2. Fomenta la negociación colectiva y promueve formas de solución
pacífica de los conflictos laborales.
3. La convención colectiva tiene fuerza vinculante en el ámbito de lo
concertado.
4. Regula el derecho de huelga para que se ejerza en armonía con el
interés social. Señala sus excepciones y limitaciones.

ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DE TRABAJO (OIT)

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) insta al Gobierno mexicano a


que resuelva el conflicto con el Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros,
Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana (SNTMMSRM) y considera
que el Gobierno ha actuado de manera incompatible con el Convenio núm. 87
sobre libertad sindical de la OIT.
La OIT publicó el 26 de marzo las recomendaciones provisionales de su Comité
de Libertad Sindical al Gobierno de México en respuesta a una queja sobre
injerencia en la autonomía del sindicato, presentada por el SNTMMSRM y la
Federación Internacional de Trabajadores de las Industrias Metalúrgicas en
marzo de 2006, Caso No. 2478 de la OIT.

En la queja se documenta cómo Napoleón Gómez Urrutia, el secretario general


del SNTMMSRM elegido democráticamente fue destituido por la fuerza de su
cargo, después de hablar contra el Gobierno mexicano y la compañía minera
como reacción a un trágico accidente minero en Pasta de Conchos, que causó
la muerte de 65 mineros, muchos de ellos miembros del sindicato. En la queja
se documenta también cómo el Gobierno ha intervenido ilegalmente en las
actividades del sindicato independiente, forzado el despido de sus dirigentes,
incautado los bienes sindicales y designado para cargos de elección del
sindicato a personas nombradas por él.

En comunicaciones subsiguientes sobre el Caso No. 2478, el sindicato y la


FITIM también han documentado la injerencia y actos de violencia continuos de
Grupo México y el Gobierno mexicano, incluidos la utilización del ejército
nacional y de la policía federal para romper huelgas, matar a trabajadores y
detener a líderes sindicales que luchan por condiciones de trabajo seguras en
las minas propiedad de Grupo México.

En sus recomendaciones al Consejo de Administración de la OIT, el Comité de


Libertad sindical declara que «considera que las autoridades laborales
intervienen en actos incompatibles con el Artículo 3 del Convenio núm.97, que
establece el derecho de los trabajadores a elegir libremente a sus
representantes".

"El Comité deplora la excesiva lentitud de los procedimientos judiciales en


relación con varios aspectos del caso y el grave perjuicio que ha causado esto
al sindicato demandante” e “insta a una rápida conclusión de los
procedimientos judiciales”.

El Comité solicita información adicional del Gobierno sobre varios puntos, y en


particular sobre la cuestión de la muerte del trabajador Reynaldo Hernández
González, el uso de la fuerza por las fuerzas de seguridad pública en la mina
de Cananea, las continuas órdenes de detención, la congelación de las cuentas
bancarias, las amenazas y los actos de violencia, lo que comprende
sindicalistas muertos y heridos.
El Comité pide a todas las partes interesadas que sigan haciendo esfuerzos en
la ronda de negociaciones actual para resolver el conflicto colectivo a que se
refiere este caso.

Comparación entre México y Perú, sobre el Derecho de Huelga de los


Servidores Públicos

En primer lugar debo señalar, que la huelga en el Perú si bien no fue


reconocida hasta la dación de la Constitución de 1979, no fue considerada
como un delito, ni mucho menos se ordenaba la pena de muerte a quien ejercía
la huelga, como en México en el que fue considerada como un delito, aunque
existen dos posiciones doctrinarias que señalan que no se consideraba delito a
la huelga, sino a los actos violentos, sin embargo mas adelante se dio un
Decreto que aplico la pena de muerte hecho que fue considerado insólito.

Tanto en la Constitución Mexicana como en la Constitución Peruana, se


prescribe el derecho a la huelga de los servidores públicos, en nuestro país en
el artículo 42°, y en el de la Constitución Mexicana en el apartado B del artículo
123.

No obstante en nuestro país la regulación y el ejercicio de este derecho se han


aplicado las normas de la actividad privada la Ley de Relaciones Colectivas de
Trabajo, que en su artículo 86° señala “La huelga de los trabajadores sujetos al
régimen laboral público se sujetará a las normas contenidas en el presente
Título en cuanto le sean aplicables.
La declaración de ilegalidad de la huelga será efectuada por el sector
correspondiente.
Por lo cual para el ejercicio de este derecho se tiene que seguir el
procedimiento señalado en la norma acotada.
En México sucede todo lo contrario, no se regulan por las normas del sector
privado, sino que tienen una regulación propia, la Ley del trabajo de los
servidores públicos al servicio del estado y de los municipios, norma que
implementa la creación de la Procuraduría de la Defensa del Servicio Público,
quien puede representar a los trabajadores, siempre que lo soliciten, ante
cualquier autoridad, en las cuestiones que se relacionen con la aplicación de
las normas de trabajo; asimismo, procurará la conciliación entre las partes en
conflicto.
El tribunal de conciliación y arbitraje será competente, para resolver tanto los
conflictos individuales como colectivos de trabajo.
Esta regulación Mexicana, resulta una novedad ya que en nuestro país ello no
existe, siendo quizás deficiente la regulación del servidor público en nuestro
país.
CONCLUSIONES

En nuestra investigación hemos visto la evolución del derecho de huelga,


desde que dicha figura era consideraba delictiva, por que el gobierno protegía a
los patrones y sus empresas, y las personas que intentaban llevarla a cabo,
perdían desde su libertad e incluso hasta la vida, llegando hasta la época
actual donde la huelga es una institución reconocida jurídicamente, establecida
a favor de los trabajadores, quienes para poder llevarla a cabo deben cumplir
con los requisitos que la propia Constitución de los Estados Unidos Mexicanos
establece, así como también las formalidades que estipula la Ley Federal del
Trabajo.
Es preciso subrayar, que la huelga es una institución a favor de la clase obrera,
para poder lograr un equilibrio entre el capital y el trabajo, y para ejercitar dicho
derecho, los obreros deben unirse ya sea en una coalición o en un sindicato,
toda vez que así lo establece la ley de la materia.
Precedentemente la huelga implicaba el incumplimiento de cada contrato
individual de trabajo, por lo que el patrón los podía dar por concluidos, además
de que la mayoría huelguista no podía, legalmente, impedir el trabajo de la
minoría no huelguista o la continuación de las labores de la empresa.
Gracias al reconocimiento efectuado por la constitución, las minorías no
huelguistas tienen prohibido reanudar las labores y ejecutar acto alguno que
vaya contra el derecho de la mayoría. Por su parte, el patrón debe abstenerse
de realizar actos que atenten contra el ejercicio del derecho de huelga. Este
derecho debe continuar en México como un derecho irrenunciable a efecto de
proteger a la clase social más débil. Y por otra parte, la Huelga, como derecho
de la clase trabajadora, no debe pretender controlar por sí sola el poder de los
empresarios capitalistas en nuestro país.
Finalmente, la huelga es un derecho, y como tal este deberá ejercitarse con
justicia para ambos sectores económicos y no convertirlo en un instrumento de
terrorismo empresarial, por eso es necesario que tanto los patrones, los
trabajadores y las autoridades mismas, respeten los lineamientos establecidos,
tanto en nuestra Carta Magna, como en la Ley Reglamentaria del Artículo 123
Constitucional
BIBLIOGRAFÍA

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Enciclopedia de México,
Editorial World Color,
México, 2000.

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