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Textos de psicología/3 Isabel Caro Gabalda

(compiladora)
l. A. Garnham y]. Oakhill - Manual de psicología del pensamiento
2. A. Fierro (comp.) - Manual de psicología de la personalidad
3. I. Caro (comp.) - Manual de psicoterapias cognitivas MANUAL DE PSICOTERAPIAS
COGNITIVAS:
Estado de la cuestión y procesos terapéuticos

~
PAIDÓS
Para Ana Caro Vázquez, dos años de conocer...

Traducción de Vicente Monsalve Dolz (Caps. 1, 5, 7, 9, 11, 12, 15, 17, 18, 23, 24, 27 y 28)
Revisión técnica de Isabel Caro
Cubierta de Ferran Cartes y Montse Plass

Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los tirulares del «Copyright»,
bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción toral o parcial de esta obra por
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ISBN: 978-84-493-0411-8
Depósito legal: B-4.646/2008

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Botitnica, 176-178 - 08908 L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona)

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SUMARIO

PRÓLOGO, Elena Ibáñez Gue"a . II


COLABORADORES . . . . . . . . 17
PREFACIO, Isabel Cdro Gabalda . 19

PRIMERA PARTE
UNA INTRODUCCIÓN HISTÓRICA Y CONCEPTUAL

1. La evolución de las psicoterapias cognitivas, E. Thomas Dowd. . 25


1. Las poicoterapias cognitivas: modelos básicos, Isabel Caro Gabalda 37
3. Taxonomía cognitiva, psicopatología y psicoterapilO cognitivas,
Cannelo Vázquez y Catherine Cameron . . . . . . . . . . . . . . 53
4. La evaluación cognitiva, José Soriano Pastor y Doroteo García Riaño 71

SEGUNDA PARTE
ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS

5. El estado de la cuestión en la terapia racional-emotiva-conductual,


Albert El/is . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91
6. El proceso terapéutico en la terapia racional-emotiva-conductual,
Leonor l. Lega . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . IOJ
7. El estado de la cuestión en la teoría y la terapia cognitiva, David A.
Clark y Aaron. T. Beck .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 119
8. El proceso terapéutico en el tratamiento de una depresión unipolar,
Francisco Bas Ramal/o . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . 131
9. El estado de la cuestión en la modificación cognitivo-conductual,
Donald Meichenbaum . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149
10. El proceso terapéutico en la inoculación de estrés, Mª Ángeles Ruiz 157
u. El estado de la cuestión en los enfoques en n!!Jolucl6n de problemas,
Arthur M. Nezu, Chnstine M. Nezu, Stephanie L. Deaner y Thomas
]. D'Zunlla. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171
12. El proceso terapéuticQ en el enfoque de resolución de problemas,
!O MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS

Christine M. Nezu, Arthur M. Nezu, Stephanie L. Deaner y Stephanie


H. Friedman . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 181
13. El estado de la cuestión en el tratamiento del trastorno de pánico,
Cristina Botella Arbona y Rafael Ballester Arna/ . . . . . . . . . . 195 PRÓLOGO
14. El proceso terapéutico en el tratamiento del trastorno de pánico,
Rafael Ballester Arna/ y Cristina Botella Arbona . . . . . . . . . . 207
15. El estado de la cuestión en la terapia centrada en esquemas,Vicki L.
Gluhoski y ]e/frey E. Young. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 223
16. El proceso terapéutico en la terapia centrada en esquemas, Lydia Ti-
neo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 235
17. El estado de la cuestión en la terapia de valoración cognitiva, Richard
L. Wessler . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 251
18. El proceso terapéutico en la terapia de valoración cognitiva, Sheenah Cuéntame un cuento, abuelito,
Hankin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . para que pueda dormir,
19. El estado de la cuestión en la terapia lingüística de evaluación, Isabel que sin un cuento bonito
Caro Gabalda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 279 no quiere el sueño venir.
20. El proceso terapéutico en la terapia lingüística de evaluación, Isabel
Caro Gabalda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Coma el año 1952, Hans Jurgen Eysenck, en su laboratorio del Maudsley
21. El estado de la cuestión en la terapia de constructos personales, Robert Hospital de Londres, lanzaba su anatema contra la Psicoterapia Psicoanaliti-
A. Neimeyer y Guillem Feixas . . . . . . . . . . . , . . . . . . . ca. El psicoanálisis, decía Eysenck, no ha demostrado su eficacia de una ma-
22. El proceso terapéutico en la terapia de constructos personales, Gui- nera «científica>>. Los conceptos aparecían en su cabeza, como si se tratara de
1/em Feixas y Robert A. Neimeyer . . . . . . . . . '· • . . . . . . una pizarra, «remisión espontánea>>, <<eficacia terapéutica», nada; a pesar de
23. El estado de la cuestión en la psicoterapia cognitivo-narrativa, Óscar que se hubiese sometido al Yo durante dos largos años a psicoterapia, aun
F. Gon~lves . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 339 cuando a través de la interpretación, le hubiesen adentrado por los vericuetos
24. El proceso terapéutico en la psicoterapia cognitivo-narrativa, Óscar de su pasado, después de que le habían hecho afrontar su destino y, al igual
F. Gon,alves . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 351 que Edipo, desafiar a su terapeuta/padre, después de que se había visto obli-
25_ El esQldo de la cuestión en la terapia cognitiva posracionalista, Vitto- gado a dejar de saludarse a sí mismo de tanto conocerse, a pesar de todo eso,
rio F. Guidano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 371 y aunque el Yo afirmase estar curado, la cura-tipo psicoanalítica no había lo-
26. El proceso terapéutico en la terapia cognitiva posracionalista, Juan grado garantizar ante la nueva Verdad su eficacia.
Balbi . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Los terapeutas, esos hombres y mujeres que habían dedicado su tiempo al
27. El estado de la cuestión en la psicoterapia constructiva, Michael análisis de ellos mismos y de los demás, que habían creído en la palabra y en
]. Mahoney . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 399 la técnica que les había sido dada, se miraban y murmuraban sorprendidos
28. El proceso terapéutico en la psicoterapia constructiva, Michael]. Ma• ¿Qué dice el hombre de ciencia?, ¿cómo se atreve ª' desafiar al maestro?,
honey y James L. Oyler . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4" ¿cómo es posible que nosotros y nuestros enfermos. estemos equivoca-
dos?, ¿cómo se atreve a pedir que midamos el cambio· terapéutico de algo que
TERCERA PARTE está oculto, que es profundo, único, que a veces ni nosotros· mismos llegamos
LA FORMACIÓN DE LOS PSICOTERAPEUTAS COGNITIVOS a comprender? En definitiva, ¡cómo se atreve a negar la «eficacia>> de nuestro
conocimiento!
29. La formación del terapeuta cognitivo en Sudamérica, Sara Baringoltz 433 El hombre de ciencia retaba a los terapeutas a demostrar «SU verdad>>; él
30. La formación del terapeuta cognitivo en España, Manuel Vi/legas Be- había podido comprobar empíricamente la suya y su conclusión era un vere-
sara y E mpar Torres Aixala . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 443 dicto: la cura-tipo psicoanalítica no era cura y, muy probablemente, ni tan si-
quiera era una terapia basada en los conocimientos científicos de la Psicología.
ÍNDICE ANALÍTICO • . . . • ·- . 459 Los terapeutas comenzaron a dividirse, unos se adhirieron al nuevo credo y
12 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS PRÓLOGO 13

modificaron sus creencias convirtiéndose en terapeutas de «otra cosa>>, otros Si el Yo seguía los principios del razonamiento científico no sólo podría
retaron al científico y comenzaron a intentar demostrar empíricamente la efi- lograr un auténtico Estado de Bienestar, sino que además todos sus males, in·
cacia de su teoría, lo que les llevó a crear nuevas hipótesis y nuevas técnicas, duso los psíquicos, le serían aliviados con el nuevo credo. No en vano Skinner
ya no psicoanalíticas sino psicodinámicas; en fin, otros siguieron fieles al había publicado su utopía científica. Walden dos era el auténtico Estado del
maestro e intentaron mejorar su doctrina y sus prácticas, ajenos a las vicisitu- Bienestar y éste sólo era alcanzable si se seguían fielmente los principios de la
des de los tiempos. Ley del Refuerzo, si se aprendía, eso sí de modo converuente, a responder de
. La polémica estaba servida. El psicoanálisis, que había logrado que los forma adecuada a los estímulos que estaban en el amhiente; en definitiva si se
hombres creyesen qu~ muchos de sus males tenían causas psíquicas, fue ex- convertía en un ser racional capaz de controlar su conducta. Las percepcio·
pulsado, una vez más, de la academia científica. Los psicoanalistas se convir- nes, las emociones, los pensamientos, los recuerdos, todo aquello que él creía
tieron, por un lado, en los marginados de la ciencia; por otro lado, en profe- intimo y privado, oculto e interno y que nadie podía conocer mejor que él, se
sionales con cierto éxito que guardaban celosamente las claves del secreto que tomaban, gracias a la ciencia, en algo superfluo, sólo importaba su conducta,
les había sido confiado a través de su propio análisis. El Yo empezaba a to- su manera de responder a las contingencias ambientales y éstas, cómo no, po-
mar decision~ a veces en aras de la nueva ciencia, en otras ocasiones, proba- dían ser controladas y dominadas por él, gracias a su científico terapeuta.
blemente buscando su nuevo destino, seguía las directrices psicoanaliticas y
permanecía fiel a sus principios, necesi~aba conQCerse, comprenderse, no que-
ría modificar su conducta sino a su persona, quería volver a ser él mismo.
Mientras, en otros continentes lejanos al europeo, dos hombres proceden-
tes de culturas distintas. y con distinta formación intentaban dar una solución
«científica» a la psicoterapia y, con ello, al Yo moderno que. acudía de nuevo
' Pero los terapeutas, embriagados por los resultados producidos por sus
técnicas, decidieron que era hora de ampliar al mundo «normal>> la aplicación
de las mismas. La «modificación de conducta>> entra en escena. Ya no es ne-
cesario que el Y o presente algún úpo de trastorno para acudir a ver a su tera-
peuta, basta con que se sienta incómodo consigo mismo, o con que quiera es-
tar mejor, o con que desee aprender algo nuevo. Puede consumir terapia para
a ella en busca de ayuda. Wolpe, médico psiquiatra que residía en Suráfrica, mejorar su autoestima, para modificar sus habilidades sociales, para solucio-
cansado de sus repetidos fracasos psicoterapéuticos y de no encontrar expli- nar sus problemas en las relaciones interpersonales y, también, para quitarse
cación para aquellos que había curado, dirigía sus ojos a la neurología e inten- sus miedos, sus fobias, sus ansiedades y todo aquello que perturbe su Bienes-
taba concatenar las ideas de Sherrington y las de Pavlov para lograr un nuevo tar. El Yo comienza a tornarse débil, no sabe vivir bien sin su terapeuta. Al fin
tipo de tratamiento. La combinación produjo resultado y, así publica, en 1958, y al cabo, piensa, la ciencia está ahí para mi utilidad, para mi beneplácito, no
los principios y técnicas en los que se fundamenta su psicoterapia: Psychothe- hay nada malo en que yo busque en el conocimiento científico la solución a to-
rapy by reciproca/ inhibition es el libro mediante el que da a conocer al mundo dos mis males.
su concepción. Allende los mares, en el continente americano, Sleinner había Como siempre ocurre, el Yo vivía alejado de los problemas que, en esos
a<;uiiad~ el t<:múno de «Tenq>ia de Conducta>> para agrupar a todas aquellas momentos, se estaban planteando los científicos. Popper había puesto en en-
técnicas que, derivadas directamente de los principios del aprendizaje y del tredicho la «Verdad» de la comprobación empiricay solicitaba a los científicos
ambientalismo americano, permitían modificar la conducta del Yo que busca-
ba ayuda por sus problemas psicológicos.
La metodología científica les permitía demostrar. a estos nuevos psicote-
rapeutas, la eficacia de sus procedimientos. Al fin y al cabo, el Yo no era más
l
¡
que intentasen «falseaD> sus hipótesis en lugar de verificarlas; Lakatos habla-
ba de «!>f0li'e<:l"6 de iiivestigación» y sffialaba la existencia, en toda teoría
~ de un~~'! un «<:intuIÓn protectOD>; Feyerabend afir-
maba que «tOÓ<> wlo. '! Kuhn, con su concepto de «paradigma>>, hacía des-
''
canSSt' en la comunidad cientílica )a verdad de sus descubrimientos. Estaba
que un inveato romántico, babia que re-construirlo y considerado como algo
que respondía a las demandas del ambiente en un intento desesperado por
¡ deipejada la ruta para: el «no justificacionismo,.., para plantearse cuál era la
«realidad» de lo empírico. El concepto de realidad come «construcción so-
adaptarse al mismo. Vencedor en una guerra ya no quería enfrentarse a sus
ideales «románticos», ya no creía en el destino, se había.dado cuenta de que él
¡ ciabt. comienza a abrirse camino.
era el creador de su propia historia, de que gracias a su razón podía transforc Por otro fado, los propios terapeutas de conducta habían comenzado a
mar el mundo y conver!irlo en un autéatico Edén para él. y sus semejantes; se descubrir sus limitaciones y debilidades. El Yo, aun cuando ellos le hubiesen
iniciaba así el camino para el fin de la historia, donde sólo se buscaba la felici- convencic:h de- que era conducta simplemente, estaba empeñado en !bar a la
dad y el poder compartirla con los suyos. La ciencia había demostrado, gra- terapia sus pensamientos, sus e~ y su peculiar forma de ser, por lo
cias a la bomba atómica, su auténtico poderío y su propio final, consciente de que era necesario ocuparse, también,. de todos esos procesos. La terapia de
su propia evolución veía cómo comenzaba la era de la técnica. conducta se transforma en Cognitivo-Conductual. El control de pensamientos
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS PRÓLOGO 15

se asocia con las prácticas de control de estímulos; el saber manejar el propio Isabel Caro. Cierto que en él no se remonta a los comienzos de la psicoterapia,
tiempo se alía con los errores de procesamiento; la identificación de estímulos no se habla de psicoanálisis, ni tan siquiera de conductismo, sin embargo, capí-
aversivos se asocia a la tolerancia e inoculación hacia los mismos y así, un in- tulo a capítulo nos vamos dando cuenta de que lo que se nos narra es el pro-
gente número de prácticas terapéuticas, hacen su aparición en el campo plu- ducto de una evolución sociohistórica, similar a la que aquí se ha contado.
ral, ahora más que nunca, de la psicoterapia. En la primera parte el escenario está repleto de conceptos y teorías susten-
Se suele decir, en los ambientes psicológicos, que hay tantas definiciones tadas en modelos científicos, en investigación empírica y con un lenguaje ra-
de Personalidad como científicos están trabajando en el campo. Algo similar cionalista típico de la «era de la ciencia». Así comienza, también, la segunda
se podría decir en la actualidad de las prácticas psicoterapéuticas. La diferen- parte. Sin embargo, en ésta tenemos dos visiones de los personajes: por un
cia estriba, sin embargo, en que mientras que en Psicología de la Personali- lado, el actor principal nos expone, de forma concisa, clara y precisa, cuál es
dad, las definiciones y teorías intentan describir y explicar el funcionamiento el fundamento de su teoría, cuáles son las investigaciones en las que se susten-
del ser humano en su totalidad múltiple, en psicoterapia la práctica parece ha- ta y cuál es, en definitiva, el estado de la cuestión actual de su doctrina; por
berse quedado sin teoría. La utilidad y el pragmatismo de la sociedad post- otro lado, sus seguidores nos enseñan a poner en práctica esos fundamentos
modema, la urgencia del Yo en resolver sus problemas en el momento pre- teóricos y, al hacerlo, descubrimos algunas de las debilidades de la teoría, así
. sente aquí, ahora y ya en que se le plantean, la creencia en que la técnica y no
la ciencia puede dar solución a los problemas sociales, la falta de fundamentos
sólidos en los que sustentar el conocimiento práctico han acabado con las po-
1 como los «engaños» que se producen entre teoría y práctica.
Pero hay algo más en esta segunda parte. A medida que avanzamos en la
lectura del texto observamos cómo empieza a difuminarse la Ciencia y co-
lémicas teóricas y científicas en el campo de la psicoterapia. mienzan a hablar sus críticos. Así, hasta el capítulo I?, observamos cómo la
El Yo se ha aliado con los suyos, con sus semejantes, se ha convertido en teoría intenta basarse en una visión «ligera>> de la psicología del Procesamien-
usuario de los servicios terapéuticos, al mismo tiempo que encuentra alivio, to Humano de la Información, cómo la meta de la psicoterapia es hacer que el
para su sufrimiento, en sus iguales. Los manuales de autoayuda proliferan; co- Y o se convierta en un buen pensador; es decir, se le ayuda para que no come-
noce, casi también como su terapeuta, que es lo qué le pasa y cuáles son las ta errores en su forma de procesar la información procedente de su medio am-
técnicas existentes en el mercado, útiles para él; su preocupación primordial biente, y lograr así, no sólo encontrarse mejor, sino además aprender a pensar
es ser ¡:orno los demás y busm en el terapeuta y sus prácti1:as, el principio ru- de una forma lógica, racional y conveniente para él. Además, la terapia inten-
rativo que le hará ronvertirse en uno más. Ha visto, principalmente en pelíru- ta justificarse con investigaciones empíricas que demuestran no sólo su efica-
las, 1:ómo funcionaba el pskoanálisis y también ha visto las 1:ríti1:as que se le cia sino también la bondad de sus hipótesis. El proceso terapéutico es lineal y
hadan; también ha visto 1:ómo se aplican las térnicas de modifi1:ación de con- directivo y el Yo sólo tiene que seguir las indicaciones del terapeuta, hacer
ducta y ruáles son sus resultados; en definitiva, se considera un experto en caso a sus instrucciones y, de este modo, conseguirá la tranquilidad.
«psicología» y sus artes. Sin embargo, a partir del capítulo 17 el texto cambia de tono. Los psico-
Los terapeutas, por otro lado, han empezado ha esrudiarse a sí mismos. terapeutas se dan cuenta de que el Yo no está solo, vive en sociedad, se rela-
Conocen la evolución que ha sufrido el Yo y saben que está 1:asi tan bien pre· ciona con otros a los que tiene en cuenta, tanto o más que a su terapeuta, y
parado romo ellos. Ya no sustentan su prácti1:a en eJ «principio de autori- además quiere ser igual que ellos. La práctica terapéutica introduce a <<los
dad>>, porque ellos mismos dudan de él; tamporo enruentran en las investiga- otros» dentro de su escenario. El terapeuta facilita su versión del mundo al
ciones psicológicas ideas en las que basarse;. se dan cuenta de que han sufrido, Yo y éste le narra la suya, se trata de un. intercambio de opiniones; la versión
aun sin quererlo, la misma evolución que el Yo; que ellos mismos y su conoci- del terapeuta puede ayudar a que el Yo se vea libre de sus sufrimientos y, al
miento son fragmentos de la realidad social en la que viven. No les queda nada hacerlo, un fragmento del terapeuta se va con su cliente. Por otro lado, pen-
más que el sentirse útiles y, al intentar serlo convierten en mera actividad prag-
mática sus conocimientos. Intentan convencer, persuadir al Yo de que el 1 samiento, afecto y conducta se perciben como interdependientes dentro de la
personalidad del cliente que, en forma de diversas dimensiones «auto», ha
«pienso;. luego existo» se puede sustituir por el «quiero, luego puedo vivir hecho· su aparición. La justificación de la técnica está no sólo en su eficacia
como quiera, dentro de un orden». Contraponen la visión que el Yo tiene so-
bre el mundo a la que tienen ellos mismos y, al hacerlo, pierden algo de su Yo
1 sino también en su utilidad. El terapeuta descubre «de nuevo» viejos con-
ceptos, y aglutina e integra fragmentos de teorías para construir la suya pro-
al dárselo al otro, pero, al fin y al cabo, ellos saben que son un producto de pia: la gestalt, el psicoanálisis, el conductismo y los nuevos tipos de procesa-
consumo más en la denominada «sociedad terapéutica>>. miento de la información- aparecen en el texto a lo largo y ancho de las nuevas
Es esto y mucho más Jo. que podemos aprender en. el libro compilado por formas de hacer terapia.
16 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS

La narración llega a su fin. No hay psicoanalistas ortodoxos en el libro,


pero se sigue hablando de «lo inconsciente>>, aunque éste se interprete de otra
manera, o de <<mecanismos de defensa>>, aunque ya sean otros. Tampoco hay
conductistas, pero el cambio o la modificación de la conducta del sujeto sigue COLABORADORES
estando en primer plano, aun cuando lo que se pretenda tiatar sean sus pen-
samientos o su visión del mundo. Todo es «cognitivo» pero, casi sin darse
cuenta, las nuevas terapias se centran en ese Yo postmodemo que se encuen-
tra tan fragmentado, tan difuso, tan relativizado como todas ellas.
Por último, la tercera parte del libro se centra en la Formación de los Psi-
coterapeutas Cognitivos. Se recupera la palabra psicoterapeuta, pero en la era l
de la técnica es necesario el calificativo: «cognitivos», la especialización, la
cualificación profesional se convierte en un requisito indispensable para el
ejercicio profesional. Los psicoterapeutas actuales ya han encontrado su pro- 1 JUAN BALBI, Centro de Terapia Cognitiva Posracionalista, Buenos Aires, Ar-
gentina.
pia identidad. No necesitan de teorías psicológicas en las que fundamentar sus
prácticas, se consideran mayores de edad para .poder crear ellos, por sí mis-
RAFAEL BALLESTER ARNAL, Universidad J aume I, Castellón, España.
mos, sus propias teorías. Tampoco están preocupados por la eficacia desuco-
nocimiento, saben que casi «todo vale», esto se lo enseñó el conocimiento SARA BARINGOLTZ, Centro de Terapia Cognitiva, Buenos Aires, Argentina.
científico. Sólo parecen buscar difundir sus conocimientos y convencer a sus
seguidores de que su técnica, la creada por ellos, es la más perfecta. Además, FRANCISCO BAS llAMALLO, Centro de Psicología «Bertrand Russell», Madrid,
dado que se encuentran inmersos en la denominada sociedad de servicios, se España.
dedican a formar a los novicios en las nuevas prácticas. La exigencia de un tí-
tulo, de una experiencia clínica parece ser, por el momento, la garantía actual AARoN T. BECK, University of Pennsylvania Medica! School, Filadelfia, EE.UU.
de su conocimiento.
Son muchos los méritos del libro y de su compiladora, pero quizá si tu- CRISTINA BOTELLA ARBONA, UniversidadJaume I, Castellón, España.
viese que resaltar alguno de ellos, señalaría que su estructura y su ordenación
CATHERINE CAMERON, University of Sussex, Brighton, Inglaterra.
nos permiten ir viendo la evolución actual de la Psicoterapia. Nos introduce
en la «era científica» de la misma, para poco a poco ir alejándose de ella y pa- ISABEL CARO GABALDA, Universidad de Valencia, Valencia, España.
samos a la «era técnica»; nos implica luego, de lleno, en el contexto de la na-
rrativa y de la construcción social, para terminar remitiéndonos a la sociedad DAVID A. CLARK, University of New Brunswíck, Fredericton, Canadá.
postmodema en la que la educación de los psicoterapeutas se ha transforma-
do en un bien de consumo (piénsese en los distintos masters existentes) y ha STEPHANIE L. DEANER, Allegheny University of the Health Sciences, Filadel-
sustituido al análisis didáctico que pretendía el psicoanálisis. fia, EE.UU.
El Yo puede dormir tranquilo; los psicoterapeutas, tal y como podemos
observar en el libro compilado por Caro, siguen tras sus pasos intentando E. TaoMAS Dowo, Kent State University, Ohio, EEUU.
nuevas soluciones y nuevas alternativas para la resolución de sus problemaS.
THOMAS J. D"ZURILLA, State University of New York at Stony Brook, Nueva
Han evolucionado con él y, al hacerlo se han visto enfrentados a la necesidad
York, EE.UU.
de crear nuevas teorías y nuevas formas de tratarlo, aun cuando para ello les
fuese necesario salir de la «torre de marfil»· en la que habían estado gracias al ALBERT En1s, Institute for Rational-Emotive Therapy, Nueva York, EE.UU.
conocimiento científico.
GUILLEM FEIXAS, Universidad de Barcelona, Barcelona, España.
ELENA lBÁÑEZ
Valencia, noviembre de 1996 STEPHANIE H. FRIEDMAN, Allegheny University of the Health Sciences, Fila-
delfia, EE.UU.
18 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS

DoROT•o GARCÍA llIAÑo, Universidad de Valencia, Valencia, España.

V1cK1 L. GLUHOSKI, Comell University Medica! Center, Comell, EE.UU.


PREFACIO
ÜSCAR F. GoN<;;ALVES, Universidade do Minho, Braga, Portugal.

VITTORIO F. GurnANo, Centro de Psicoterapia Cognitiva, Roma, Italia.

SHEENA HANKIN, Cognitive Psychotherapy Services, Nueva York, EE.UU.

LEONOR l. LEGA, Saint Peter's College, Nueva Jersey, EE.UU. 1"'


M1cHAEL J. MAHONEY, University of North Texas, Texas, EE.UU.
Podemos considerar a las psicoterapias cognitivas como uno de los mode-
DONALD MEICHENBAUM, University ofWaterloo, Ontario, Canadá.
los más firmemente asentados en la actualidad, junto a modelos de tipo psico-
RoBERT A. NEIMEYER, Memphis State University, Memphis, EE.UU. dinámico, humanista, conductual, sistémico e integrador. Desde finales de los
50 y principios de los 60, donde empezaron las primeras publicaciones cogni-
ARTHUR M. NEZu, Allegheny University of the Health Sciences, Filadelfia, tivas, hasta hoy, han pasado 40 años, tiempo más que suficiente para su desa-
EE.UU. rrollo, ampliación y evolución.
Por este motivo son muchos los manuales que se publican sobre terapias
CHRISTINE MAGUTH NEzu, Allegheny University of the Health Sciences, Fila- cognitivas. Indican que el campo interesa a muchos y que se puede abordar
delfia, EE.UU. desde distintas vertientes. Presentamos un libro extenso donde se hace una re-
flexión teórica, experimental y clínica: tres facetas clave para entender la si-
]AMES L. ÜYLER, Center for Constructive Change, Id.ilio, EE.UU. tuación actual del campo de las psicoterapias cognitivas. Además, el libro es
en cierta medida, un ejemplo multicultural de lo que significa hacer terapia
M" ÁNGELES Rmz, UNED, Madrid, España.
cognitiva. Además de los españoles tenemos trabajos de vecinos cercanos,
}OSÉ SORIANO PASTOR, Universidad de Valencia, Valencia, España. Portugal e Italia, de hermanos de lengua, Argentina, y de compañeros en in-
tereses de Estados Unidos y Canadá.
LYDIA TINEO, Centro de Terapia Cognitiva, Buenos Aires, Argentina. Nos interesaba, en primer lugar, diferenciar las distintas formas de hacer
terapia cognitiva, desde los primeros modelos, los denominados de reestruc-
EMPAR TORRES AIXALÁ, Universidad de Barcelona, Barcelona, España. turación cognitiva (por ejemplo los de Ellis y Beck), pasando por los cogniti-
vo comportamentales (por ejemplo, los de Meichenbaum y los del grupo de
CARMELO V ÁZQUEZ, Universidad Complutense, Madrid, España. Nezu) y llegando a los más recientes, es decir, a la propuesta construccionis-
ta (por ejemplo, los de Gon~alves, Mahoney y Guidano). Además, queríamos
MANUEL V1LLHGAS BESORA, Universidad de Barcelona, Barcelona, España.
presentar enfoques muy actuales, que representan evoluciones importantes
RICHARD L. W•SSLER, Pace University, Nueva York, EE.UU. de los primeros modelos cognitivos (por ejemplo, los trabajos de Botella y su
grupo, los de Wessler y el de Young), o de otros no exclusivamente cogniti-
}EFFRHY E. YouNG, Center for Cognitive Therapy of New York & CT, Con- vos, por ejemplo, derivados de la teoría de la semántica general (el modelo
necticut, EE.UU. lingüístico de Caro), o del modelo fenomenológico de Kelly (el modelo cons-
tructivista de Feixas y Neimeyer, con indicaciones postmodernas e integra-
doras).
En segundo lugar, considerábamos importante seguir una estructura más
o menos semejante en Ja que los fundadores de cada enfoque revisaran-su-mo-
delo, señalando lo conseguido hasta la fecha y lo que aún está por venir; Pedi-
20 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS PREFACIO 21

mos para ello a los principales proponentes de cada modelo que reflexionaran proyecto tenga la calidad y vigencia buscadas. Como siempre, estoy en deuda
sobre lo alcanzado desde su creación, a través de los denominados capítulos so- con la profesora Ibáñez que prologa no sólo este libro, sino muchas ideas que
bre el estado de la cuestión. Creo que los lectores pueden juzgar cada uno de construyo como propias.
los modelos perfectamente, desde los más «Viejos» hasta los más «jóvenes», Gracias a todos ellos por colaborar en este libro ofreciendo un excelente
el trabajo desarrollado en cada uno de ellos, así como los intereses principa- ejemplo de la riqueza y complejidad de nuestros mundos cognitivos.
les pasados, presentes y futuros.
En tercer lugar, queríamos que se mostrara la forma más «ortodoxa» de ISABEL CARO GABALDA
trabajar en cada uno de los enfoques. Cada Mno de los capítulos sobre el esta- Valencia, noviembre de 1996

i'
do de la cuestión se complementa con otro dedicado a plantear el proceso tera-
péutico desde una vertiente lo más estructurada posible, sin perder de vista la
riqueza, diversidad y la idiosincrasia de hacer terapia. Los autores invitados, o
bien son los mismos proponentes de cada modelo, o bien destacados especia-
listas de diversos países, España, Argentina y Estados Unidos, formados en
dichos modelos.
f
Finalmente, dada la mulátud de perspecávas nos interesaba hacer llegar a
los lectores las posibilidades de formación en psicoterapias cogniávas.
El libro, pues, se compone de 3 partes. En la primera parte se hace una re-
visión histórica, conceptual y diferenciadora del campo cognitivo, a través de
los trabajos de Dowd, Caro, Vázquez y Cameron, y Soriano y García Riaño.
En la segunda parte, la más amplia, se enéuentran los capítulos sobre el es-
tado de la cuesáón y el proceso terapéuáco. Tenemos, pues, respecávamente,
el capítulo de Ellis, junto al de Lega, sobre la terapia racional-emotiva-conduc-
tual; el de Oark y Beck, junto al de Bas, sobre la terapia cognitiva; el de Mei-
chenbaum, junto al de Ruiz, sobre la inoculación de estrés; el de Nezu, Nezu,
Deaner y D'Zurilla, junto al de Nezu, Nezu, Deaner y Friedman, sobre el en-
trenamiento en solución de problemas.
A parár de aquí entramos en modelos más actuales comenzando por el de
Wessler, junto al de Hankin en la terapia de valoración cognitiva, al que le si-
gue el de Gluhoski y Young, junto al de Tineo, sobre la terapia centrada en es-
quemas. A continuación tenemos los de Botella y Ballester, sobre el estado de
la cuestión y el proceso terapéutico en el tratamiento cognitivo-comporta111en~
tal del pánico. Les siguen los dos capitulas de Caro en la tera(1ia ting~ de
evaluación, los dos de Neimeyer y Feixas, en la terapia de constmctes f!e"8""-
les, y los dos de Gon~alves sobre la psicoterapia cognitivo-nam:1tit!a. A conl;i-
nuación, tenemos el de Guidano, junto al de Balbi coues¡ot-iia I< ,.¡ pmce--
so terapéuáco, en la terapia cognitiva postracionalista. Pan terntiaar con el de
Mahoney, junto al de Mahoney y Oyler sobre la terapia C<Jnstructiua.
En la úláma parte; fa tercera, se revisa el ápo de furma.ciói:t en psic<i>t!i$a-
pias cogniávas dado en la Argentina, con el capítulo d., Baringdtz y en Espa-
ña, con el capítulo de Villegas y Torres. ,
Estamos pues ante un libro extenso sobre el que ~ deci!, '!!"' si
no están todos los que son, sí que son todos los que están. Debo agradeialts
su esfucrrzo, incluso su superación de circunstancias adversas paca que· est'e
J
PRIMERA PARTE

UNA INTRODUCCIÓN HISTÓRICA


Y CONCEPTUAL

1
CAPÍTULO 1

LA EVOLUCIÓN DE LAS PSICOTERAPIAS COGNITIVAS

Edmund Thomas Dowd

La naturaleza recursiva de la actividad humana es una constante. Así lo ex-


presan los antiguos proverbios. Como se ha dicho, uno no se puede bañar dos
veces en la misma agua de un río, ni la rueda de una bicicleta gira dos veces
por la misma carretera. El Eclesiastés dijo: «No hay nada nuevo bajo el sol».
Estos refranes populares reflejan un atributo universal de la mente humana;
su habilidad para clasificar y reclasificar datos sensoriales dentro de catego-
rías conceptuales sucesivas que son diferentes e, incluso, iguales. Más aún, los
seres humanos utilizan a menudo metáforas para describir ideas que son difi-
ciles de expresar directamente. La evolución de las psicoterapias cognitivas
ilustra, con exquisitez, esos atributos fundamentales del ser humano. Este ca-
pítulo describirá dicha evolución, de dónde se derivan las psicoterapias cog-
nitivas, las metáforas más utilizadas para describirlas, y sus diferencias y se-
mejanzas conceptuales.

«EN EL PRINCIPIO FUE FREUD ... ,.

Aunque en muchos círculos de la actualidad las ideas de F reud no están de


moda, es dificil negar la influencia continua de su pensamiento. En efecto, dis-
tintas generaciones de psicoterapeutas, en algo así como una formación reac-
tiva teórica, desarrollaron sus ideas, bien apoyando o desarrollando sus- inno-
vadoras temías, o bien oponiéndose a ellas. Filosóficamente, Freud fue un
determinista biológico, así como un dualista (Ford y Urban, 1963), entendien-
do las actividades humanas como genéticamente determinadas, canalizadas
por la evolución, y limitadas por fuerzas opuestas. Conceptos tales como la
energía psíquica, sustitución de síntomas, sublimación y reducción del im-
~ pulso, están basadas en la ciencia del siglo x1x; un modelo hidráulico de la
personalidad, con la máquina como metáfora de guía.
Dos de los conceptos centrales de Freud, la teoría de los procesos y lamo-
tivación inconsciente y los antecedentes evolutivos de la conducta (incluyen-
do la sexualidad infantil) fueron verdaderamente revolucionarios y le causa-
26 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS UNA INTRODUCCIÓN HISTÓRICA y CONCEPTUAL 27

ron considerables problemas con las autoridades eclesiásticas de su tiempo. el condicionamiento clásico, basado en el aprendizaje por asociación y el con-
En particular, lo primero supuso una ruptura radical con las ideas de la Ilus- dicionamiento operante, basado en el aprendizaje por las consecuencias (re-
tración, donde se asumía que los individuos pensaban y actuaban racional y fuerzos). La psicoterapia conductual desarrolló intervenciones desde ambos
conscientemente, y que siempre conocían por qué actuaban de la forma que principios. Por ejemplo, la desensibilización sistemática, en la cual se condu-
lo hacían. Freud argumentó que la mayor parte de la actividad humana no es- ce a los clientes hacia escenas progresivamente más ansiógenas en estado de
taba dirigida conscientemente, sino que era el resultado de conflictos incons- relajación, se basó en el condicionamiento clásico. El refuerzo positivo se uti-
cientes. La teoría de la motivación inconsciente fue particularmente influyen- lizó en una gran variedad de contextos y situaciones para condicionar con-
te, y se introdujo en la cultura popular como explicación y como excusa. Igual ductas apropiadas mientras que la extinción (ausencia de refuerzo) fue utili-
de importante fue la relevancia que se dio a las fuerzas evolutivas sobre la
conducta, porque supuso que las vivencias de la infancia tenían un poderoso
impacto en las subsecuentes conductas y actitudes -y que el cambio psicoló-
1 zada para eliminar conductas no deseables. Una implicación importante de la
terapia de conducta fue su carácter relativamente ahistórico. Puesto que todas
las conductas eran aprendidas, también se podían extinguir y adquirir un nue-
gico del adulto era, por tanto, lento e inciertir-. Básicamente, Freud era pe- vo aprendizaje. Por tanto, no era necesario preguntar sobre. el pasado, sólo so-
simista sobre la posibilidad de lograr un cambio rápido y extenso en el fun-
cionamiento psicológico humano.
1 bre las contingencias reforzadoras presentes mantenedoras de los problemas
de conducta. La filosofía occidental de la causalidad linear es la metáfora guía
La represión y la resistencia fueron otros importantes conceptos freudianos del conductismo.
(Ford y Urban, 1963). Se creía que los impulsos inaceptables se reprimían y, por La psicología y la psicoterapia conductista se convirtieron en una fuerza
tanto, se resistían a entrar en la conciencia. Para Freud, había un objetivo tera- importante en la psicología clínica americana durante 30 años; y desde luego,
péutico central -hacer consciente lo inconsciente (Prochaska, 1979) mediante en algunos ámbitos todavía mantiene su influencia en nuestros días. Sin em-
la superación de la resistencia--. La asociación libre y la interpretación fueron bargo, diversos factores fueron responsables de su paulatina pérdida de im-
las dos intervenciones terapéuticas más importantes utilizadas para conseguir ese portancia. En primer lugar, mientras las técnicas conductistas demostraban su
objetivo. La primera permitía que el material reprimido entrara en la concien- eficacia, no lo hacían por regla general por encima de otras estrategias alter-
cia y la segunda ayudaba al cliente a asignar distintos significados a sus pensa- nativas. Precisamente porque los psicólogos conductistas defendieron e hicie-
mientos, sentimientos y conductas. Se ha denominado a la asociación libre el ron investigaciones empíricas, se desconcertaron cuando sus resultados mos-
«trabajo del cliente», porque ésta se lleva a cabo mediante la actividad del mis- traron diferencias no significativas con otras intervenciones. En segundo
mo, mientras que la interpretación ha sido denominada trabajo del terapeuta lugar, mientras que las técnicas conductistas funcionaban la mayoría de las ve-
porque la forma y el contenido específico de la interpretación es responsabili- ces, no lo hacían siempre -contrariamente a las predicciones derivadas de las
dad del terapeuta (Prochaska, 1979). Es importante señalar que el contenido leyes del aprendizaje-. En otras palabras, ¡la «caja negra» entre los estímulos
específico de la interpretación fue crucial en el psicoanálisis de Freud y que las y las resptiestas o entre las respuestas y sus consecuencias parecía ser respon-
discusiones analíticas sobre las interpretaciones correctas de los fenómenos in- sable de mucha más varianza de lo que podóa pensarse! Por tanto, empezó la
trapsíquicos fueron, a menudo, muy intensas. búsqueda de una explicación para _esa variabilidad.

«DoNDE ESTABA LA MENTE, ESTARÁ LA.CONDUCTA ...» «LA RECIPROCIDAD DEL CONDICIONAMIENTO ... »

Mientras que en la psicoterapia europea ha predominado una orientación A comienzos de los años 60,. Albert Bandura desarrolló su teoóa del
psicodinámica, la psicoterapia americana.ha estado muy influida por la psico- aprendizaje social, basada en el principio de la influencia recíproca o contra~
logía conductual. Empezando por John Watson e Ivan Pavlov, y continuan- condicionamiento (Bandura, 1969; Bandura y Walters, 1963)_ Esencialmente,
do por Thorndike y B. F. Skinner, el centro de estudio se desplazó desde la Bandura pudo demostrar mediante la investigación empírica que las contin-
introspección y el estudio de la mente, hacia el desarrollo y examen de los gencias ambientales no sólo influyen en la conducta humana, sino que los se-
principios de la adquisición y cambio de la conducta. En este proceso, lamen- res humanos también pueden a su vez influirse contingentemente a sí mismos
te se redujo a la condición de epifenómeno (la «caja negra>>), no porque no y a los demás. Por tanto, la influencia es ejercida de manera recíproca. En se-
fuera importante o inexistente, sino porque no-podía observarse por otros in- gundo lugar, la investigación de Bandura mostró que los refuerzos percibidos
dividuos (Skinner, 1953)_ El conductismo subraya dos principios explicativos: eran más reforzadores que los refuerzos reales que no eran percibidos como
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS UNA INTRODUCCIÓN HISTÓRICA Y CONCEPTUAL 29

tales. En tercer lugar, pudo demostrar que los individuos no tenían que ser re- fase de ensayo de las técnicas de afrontamiento y una fase práctica de esas nue-
forzados directamente para realizar una conducta con el objetivo de aumentar vas habilidades en su entorno. Estos programas formaron la base de su teoría
su probabilidad de ocurrencia; para el individuo era suficiente obsefVar a otra
persona (un modelo) siendo reforzada para realizar una conducta. Ilsta de- • de la modificación cognitivo-conductual. De acuerdo con esta teoría, primero
los clientes se dan cuenta de su conducta y de su diálogo interno sobre su con-
mostración del aprendizaje vicario (o «efecto del modelado») es una ·de las i ducta. Entonces se les entrena para emitir conductas incompatibles y diálogos
contribuciones más signifkativas de Bandura. fuos tres hallazgos indi,,aron
que lo que ocurría en la «caja negra» era de una importancia crucilll para el
propio condicionamiento operante y que no era un proceso automático, sino
t internos (hablándose a sí mismos de manera distinta) y finalmente se les entre-
na en exhibir esas nuevas conductas en su entorno y a pensar de forma dife-
rente sobre su nueva conducta (Meichenbaum, 1977).
un proceso mediado por la cognición humana. Lo que es especialmente signi-
ficativo es que la investigación del modelado supuso un efecto opuesto a lo
que el psicoanálisis pudiera pronosticar como resultado de la catarsis. Por
1 Hay dos aspectos importantes en la modificación cognitivo-conductual de
Meichenbaum. Primero, ésta es esencialmente una teoría de la conducta. Asu-
me que la gente actúa primero y luego piensa y (re)conceptualiza esa conduc-
ejemplo, se comprobó que el modelado de la conducta agresiva incrementaba ta. El trabajo del terapeuta consiste en entrenar al cliente a darse cuenta de la
esa conducta, mientras que la expresión catártica de la agresión podía postu- conducta, a pensar sobre ésta y cambiarla, y luego reconstruir el diálogo in-
. lar una reducción en la agresión a medida que se expresaban esos sentimien- terno sobre esa conducta. Por tanto, aunque d diálogo interno es un regula-
tos. El modelo de la máquina empezó a ser reemplazado por un modelo del dor importante de la conducta, es la conducta en sí misma la que va a ser cam-
procesamiento de la información. Los principios conductuales tales como re- biada. Segundo, asume que los diferentes sistemas terapéuticos no son más o
fuerzo, extinción y (de)sensibilización fueron aplicados ahora a situaciones menos verdaderos (como si hubiera un estándar objetivo de la verdad) sino
privadas tales como pensamientos e imágenes, en lo que ha llegado a ser co- que simplemente son constructos explicativos diferentes que ayudan a los
nocido como condicionamiento encubierto (Jacobs y Sachs, 1971). Mientras el clientes a pensar sobre sus problemas de manera diferente, en otras palabras,
foco del problema cambió de la conducta externa a la conducta interna, la a cambiar la naturaleza y el contenido de su diálogo interno.
conceptualización básica del problema y las estrategias de intervención apli- Señala este autor:
cadas seguían siendo de tipo conductual.
... como resultado de la_ terapia tiene lugar un proceso de traducción ... La
traducción se da desde el diálogo interno del cliente anterior a la terapia, a un
nuevo sistema de lenguaje que surge durante d curso del tratamiento (Mei-
«LA GENTE SE HABLA A SÍ MISMA... »
chenbaum, r977, pág. 217).
A principios de los años 70, Donald Meichenbaum, formado originalmen- Por tanto, la <<Verdad» de un sistema de terapia, no está en su realidad ob-
te en la psicología conductual, realizó un importante descubrimieneo. Basán- jetiva, sino en si es útil para el cliente. En este sentido, Meichenbaum fue un
dose en el trabajo de los psicólogos soviéticos Lucia y Vigotsky, encontró que precursor de lo que se ha denominado el constructivismo.
cuando los niños abordaban una tarea, se hablaban a sí mismos robre cómo rea-
lizar dicha tarea. Este discurso privado sirve como un regulador importante de
la conducta. Desde un punto de vista evolutivo, Meichenbaum llegó a la con- «Es EL PENSAMIENTO LO QUE CUENTA. ... »
clusión de que esas autoverbalizaciones, inicialmente externas, a medida <¡ne
los niños crecían llegaban paulatinamente a encubrirse formando un diálogo He descrito la evolución de la terapia de conducta desde la perspectiva ex-
interno. Meichenbaum utilizó estas ideas para desarr-Ollar un prognma de en' clusiva de la teoría del aprendizaje a la perspectiva más mediada cognitiva-
trenamiento para niños impulsivos que; como describía él mismo, mostraban mente. Sin embargo, la conceptualización fundamental y muchas de las inter-
déficit en su habilidad para regular sus conductas mediante autoinstrucciones. venciones seguían siendo conductuales. Paralelamente a la evolución de la
Su programa de entrenamiento consistía en diversas etapas, comenzando con terapia de conducta, se desarrollaron sistemas de terapia cognitiva que se ba-
un modelo adulte realizando una tarea mientras que hablaba en voz alta sobre saban en una conceptualización e inteivenciones cognitivas. Las dos figuras
cómo desarrollarla, siguiendo con el niño realizando la tarea y hablando en voz más influyentes dentro de este movimiento fueron Albert Ellis y Aaron Beck.
alta, y acabando con el niño realizando la tarea pero hablándose de manera en- Pasaremos a considerar sus trabajos.
cubierta. Posteriormente, Meichenbaum desarrolló un modelo en tres etapas Albert Ellis es un psicólogo clínico, inicialmente entrenado como psico-
de entrenamiento de inoculación de estrés, que incluía una fase educativa, una analista. Impacientándose por la lentitud del psicoanálisis y con la inactividad
30 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS UNA INTRODUCCIÓN HISTÓRICA Y CONCEPTUAL 31

de sus practicantes, buscó una vía más rápida para ayudar a cambiar a sus como la aplica Ellis y sus colaboradores más cercanos, la TRE(C) conlleva un
clientes. Se dio cuenta de que a menudo comprendía las causas de los problemas terapeuta altamente activo y directivo, que identifica y ayuda al cliente a dis-
de los clientes antes que ellos y que esas dificultades generalmente incluían pa- putar intensamente su pensamiento irracional. Ésta es una terapia muy ahis-
trones distorsionados de pensamientos específicos que eran comunes en sus tórica, dado que Ellis cree que no es necesario preguntar por acontecimientos,
clientes (algunas veces conocidos como la «sucia docena»). Su original TR (te- pensamientos o sentimientos pasados. Todo lo necesario consiste en identifi-
rapia racional) se desarrolló para capacitar a los clientes a reconocer esas dis- car y discutir las creencias irracionales actuales. Implícitamente, esta teoría es
torsiones en el pensamiento y para «disputarlas vigorosamente». La terapia de naturaleza causal-linear, ya que el modelo A-B-C se presenta como unidi-
racional pronto se convirtió en la terapia racional-emotiva (Ellís, 1962) y más reccional (esto es, A-->B-->C).
· recientemente en terapia racional-emotiva-conductual. Dado que las ideas de Aaron T. Beck es un psiquiatra que originalmente fue (como Ellis) for-
Ellis han cambiado a lo largo del tiempo ya que ha sido un escritor prolífico, mado como psicoanalista. Sin embargo, al contrario de Ellis, que primero fue
es difícil describir éstas correctamente en un momento. A pesar de los cam- clínico, Beck ha sido fundamentalmente un teórico e investigador. Dado su
bios a lo largo de los años, sin embargo, hay distintas generalidades que po- interés por estudiar la depresión, principalmente desde la perspectiva psico-
drían ser denominadas como lo «Esencial· de Ellis». . analista, intentó mostrar que la depresión estaba relacionada con la ira y la
U na de las contribuciones más importantes de Ellis fue su distinción entre hostilidad invertida (Weishaar, 1993; Weishaar y Beck, 1986). En cambio, en-
creencias «racionales» y creencias <<irracionales» (Dryden y Ellis, 1986). Aun- contró que los sueños de los sujetos depresivos se caracterizaban por temas
que la definición de las dos ha variado algo, las creencias racionales son pre- de pérdida o tristeza. Partiendo de esto, Beck desarrolló el modelo cognitivo
ferenciales y son útiles para ayudar a los individuos a obtener lo que quieren. (tríada) de la depresión, que se caracterizaba por el contenido negativo de las
Por otro lado, las creencias irracionales son de naturaleza más dogmática y cogniciones (pensamientos automáticos) sobre uno mismo, el mundo y el fu-
absolutista y pueden impedir o evitar que los individuos consigan lo que quie- turo. Más aún, la depresión conlleva un proceso cognitivo distorsionado, tal
ren. Por tanto, hay un fuerte aspecto hedonista en su teoría y la asunción táci- como la inferencia arbitraria, la abstracción selectiva, y la sobregeneralización.
ta de que las creencias racionales suponen menos afectos negativos que las Estas distorsiones cognitivas son concepniaimente similares a las creencias
creencias irracionales. Partiendo del trabajo de Karen Homey, Ellis argumen- irracionales de Ellis, pero están más orientadas al proceso y son más idiosin-
tó que los individuos se perturban por sus «debería» absolutistas («debería crásicas que la lista de Ellis, más estándar y orientada al contenido. Más tarde,
hacer eso») y sus «tener que>> («tengo que hacer eso»), que les lleva a conde- Beck amplió la terapia cognitiva a la ansiedad y las fobias, donde los temas
narse a sí mismos y a tener afecto negativo cuando intentan satisfacer sus exi- cognitivos eran la percepción del peligro (orientado al futuro) más que la pér-
gencias imposibles. dida o la tristeza (orientada al pasado).·
Otra de las contribuciones importantes de Ellis fue el desarrollo del méto- Desde el principio la terapia cognitiva fue una terapia de tiempo limitado,
do A-B-C para el análisis y cambio cognitivo y conductual. Siguiendo al filó- que requería normalmente unas 16 sesiones para el tratamiento de la depre-
sofo griego Epicteto, que decía «los hombres no se perturban por las cosas sión. Mientras que fue desarrollando gradualmente una serie completa de téc-
sino por la visión que tienen de ellas», Ellis argumentó que la creencia («B>>l nicas (Freeman, Pretzer, Fleming y Simon, 1990). en la terapia cognitiva es
sobre un acontecimiento activador («A») conduce a la consecuencia («C»), en central el proceso de identificar y cambiar los pensamientos automáticos, y
vez de emitir una conexión directa A-C. Por tanto, podríamos cambiar «C» constituye la técnica más comúnmente utilizada. Sin embargo, al contrario
cambiando <<B», incluso si «A>> no cambiara. Aunque Ellis utiliza muchas ta- que Ellis que utiliza generalmente la discusión directa con ese fin, Beck confía
reas para casa, su teoría es en gran parte de naturaleza cognitiva, puesto que en la asociación/descubrimiento guiado, así como en una variedad de interven.
insiste en una nueva visión de las cosas. El cambio de la conducta·está al, ser- clones relacionadas. Por tanto, la terapia cognitiva es menos directiva y más
vicio del cambio cognitivo y el objetivo final es producir un profundo cambio idiosincrásica que la TRE(C), aunque ambas parten de una estrategia común
filosófico más que un simple alivio del síntoma. de identificación y corrección de las distorsiones cognitivas. La terapia cogni-
La TRE(C) es simultáneamente optimista y pesimista sobre· la condición tiva, al igual que la TRE(C), fue originalmente de naturaleza ahistórica, aun-
humana. Es optimista porque asume que uno puede cambiar sus pensamien- que ha llegado a serlo menos a lo largo de los años.
tos, incluso bajo circunstancias adversas, y por tanto mejorar su salud mental. Una de las notas distintivas de la teoría cogniriva ha sido el constante per-
Es pesimista en cuanto que Ellis cree que las personas tienen una tendencia feccionamiento teórico y su gran insistencia en recoger datos empíricos, y en la
biológica a pensar irracionalmente que sólo pueden superar parcialmente. En utilización de estos últimos para la modificación de la teoría y la práctica. Por
este sentido, es similar al determinismo biológico de Freud. Al menos, tal y tanto, esta teoría se ha ampliado y profundizado a lo largo de los años. Un ejem-
32 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS UNA INTRODUCCIÓN HISTÓRICA Y CONCEPTUAL 33

plo es el importante discurso teórico sobre la etiología de la depresión de Beck sistemas complejos en los que pensamiento, sentimiento y conducta son expre-
(Beck, 1987). Aunque explícitamente basándose todavía en una conceptualiza- siones interdependientes del curso vital, consecuencia de las interacciones entre
ción del procesamiento de la información cognitiva, el autor habla de seis mo- el sí mismo y sistemas (pág. 8).
delos, separados aunque solapados, de la depresión. Estos modelos incluyen al-
gunos que son claramente de natural= evolutiva y progresiva. El aspecto Por tanto, el constructivismo supone un cambio fundamental desde la va·
progresivo de la terapia cognitiva fue todavía más real2ado por su reciente am- !oración y modificación de cogniciones irracionales (mediante definiciones
pliación al tratamiento de los trastornos de la personalidad, que dan un papel funcionalmente definidas) al examen de las suposiciones y reglas tácitas (es-
central al esquema cognitivo. Los esquemas son estructuras cognitivas que inte- tructuras de significado) y una co-creación de nuevas estructuras de significa-
gran y asignan significados a acontecimientos mediante el rastreo, codificación y do. Pero el principio director fundamental es que nadie, ya sea el terapeuta o
evaluación del estímulo captado (Beck, Freeman y otros, 1990). Por su naturale- el cliente, tiene ningún monopolio sobre la Verdad. En efecto, el concepto to-
za, tienen sus orígenes en la infancia y se construyen a lo largo del tiempo; por tal de verdad está en sí mismo socialmente construido. El trabajo de Mahoney
tanto, son sin duda de naturaleu evolutiva. En efecto, incluso nos referimos a al- en los acercamientos constructivistas de terapia representa una ruptura epis·
gunos de ellos como «esquemas desadaptativos tempranos» (Young, 1990). temológica radical con los modelos terapéuticos cognitivos anteriores. La bús·
queda de significado tiene ahora la mayor importancia.
· Thomas Dowd y sus colegas han explorado algunos de los mismos temas
«EL NiÑO ES UN PADRE PARA EL HOMBRE ... » evolutivos y constructivistas, pero desde un punto de vista diferente. Dowd y
Pace (r989) utilizaron los primeros trabajos sobre las intervenciones paradóji-
Los aspectos evolutivos de la terapia cognitiva cobraron una gran relevan-
cas y la reactancia del cliente para argumentar que los modelos terapéuticos
cia en el trabajo de Vittorio Guidano (1987), que introdujo dos conceptos adi-
son esencialmente sistemas de creación de significados y que el intento de
cionales que pronto se convirtieron en importantes: las teorías motoras de la
cambio terapéutico a menudo fracasa porque atacan el problema (cambio
mente y el conocimiento tácito. Las teorías motoras asumen que la mente no es
de primer orden). Dowd y Pace sugieren que un cambio de segundo orden pue-
un simple órgano de procesamiento de la información, sino un constructor ac-
de favorecerse atacando la solución que ahora constituye el problema y que el
tivo de la realidad mediante sus interacciones con los estímulos que llegan y su
nivel de reactancia del cliente (conducta resistente) es una variable diferencial,
interpretación y clasificación de esos estímulos, basándose en una organiza-
individual del cliente que media en el resultado. Dowd y Courchaine (en pren-
ción prevía de constructos cognitivos. El conocimiento tácito consiste en reglas
sa) investigaron los escritos de psicología experimental sobre el aprendizaje
no verbales, profundas y abstractas que organizan la percepción individual del
implícito y el conocimiento tácito, y extrajeron implicaciones para la práctica
sí mismo y del mundo. Guidano postula la existencia de una organización
de la terapia cognitiva. En resumen, encontraron evidencia de que d conoci-
cognitiva personal (0.C.P.), la organización especifica del proceso de conoci-
miento tácito es a menudo más comprensivo, detallado y rico que el cono·
miento personal, y aplica este constructo al análisis de la organización cogni-
cimiento explícito, y que el aprendizaje más importante ocurre implícitamen·
tiva de distintos problemas psicológicos.
te. Especialmente, las experiencias tempranas de la vida son probablemente
Simultáneamente, Michael Mahoney elevó el constructivismo a un lugar
aprendidas de forma implícita y, en el proceso terapéutico, es particularmen-
prominente dentro de la psicoterapia cognitiva. El alcance del constructivís-
te importante la identificación de temas cognitivos tácitos. Seibel, Pepper,
mo es grande y complejo, y se escapa a la finalidad de este capítulo. Dado que
Dowd y MacCarthy (r995) investigaron los antecedentes de la reactancia psi-
se profundiza con más detalle en este mismo libro en otro capítulo (Caro, ca-
cológica y encontraron que la reactancia estaba relacionada con la autonomía,
pítulo 2), hablaré brevemente aquí sobre el mismo. Esencialmente, el cons-
aislamiento, ausencia de generatividad y ausencia de confianza. No se- en con·
tructivismo es un punto de vista filosófico que argument<i que la realidad, más
traron, como se había hipotetizado; relaciones curvilíneas entre reactancia e
que representacional, esrá socialmente construida. Por tanto, la realidad se
identidad.
crea más que se aprehende y comprende. El modelo constructivísta tiene dis-
¿Qué podemos aprender del examen de la evolución de las psicoterapias
tintas implicaciones para la terapia cognitiva, y para la psicoterapia en general.
cognitivas? Primero, es evidente que los:modelos explicativos han cambiado
Como indica Mahoney (1995):
considerablemente -del modelo de la máquina, al modelo causal-linear, al
La metateoria constructiva, por un lado a) adopta una visión más proactiva modelo del procesamiento de la información y finalmente (si bien probable-
(v.r. reactiva o representacional) de la cognición y dd organismo, b)·destaca los mente no de forma concluyente) al modelo cognitivo estructuralmente dife-
procesos tácitos (inconscientes), centrales, de orden, y e) fomenta un modelo de renciado-. En el proceso, esta evolución terapéutica parece correr paralela a
34 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS UNA INTRODUCCIÓN HISTÓRICA Y CONCEPTUAL 35

cambios en el punto de vista general del mundo científico. En segundo lugar, Dowd, E. T. y Courchaine, K. E. (en prensa), «lmplícit learning, tacit knowledge, and
los modelos son circulares desde varios puntos de vista -de una exploración implications for stasis and change in cognitive psychotherapy>>, ]ournal o/ Cogniti·
de las estructuras cognitivas y mentales, al examen de la conducta manifiesta, ve Psychotherapy: An International Quarterly.
a examinar la conducta encubierta, y volver al examen de las estructuras cog- Dryden, W, y Ellis, A. (1986), «Rational-Emotive Therapy (RET)», en W. Dryden y
W. Golden (comps.), Cognitive·behavioural approaches to psychotherapy, Londres,
nitivas-, si bien con constructos explicativos significativamente distintos.
Harper y Row.
Tercero, se puede deducir que todos los modelos explicativos son esencial- Ellis, A. (1962), Reason and emotion in psychotherapy, Secaucus, N. J., Lyle Stuart,
mente metáforas -«guías ficticias» para ayudar al terapeuta a explicar y cate- Freeman, A., Pretzer, J., Fleming, B., y Simon, K. M. (1990), Clinical applications
gorizar los fenómenos-. Por tanto, las estructuras de organización personal o/ cognitive therapy, Nueva York, Plenum.
de Guidano (1987) y los procesos centrales de orden de Mahoney (r99I) no son Ford, D. H. y Urban, H. B. (1963), Systems o/ psychotherapy: A comparative study,
ni más ni menos reales que el concepto de Freud de los procesos inconscien- Nueva York, Wiley.
tes. Asimismo, la tríada cognitiva de Beck no es ni más ni menos real que el yo, Guidano, V. F. (1987), Complexity o/ the sel/: A developmental approach to psychopa-
el ello y el superyó de F reud. Los constructos explicativos cambian porque la thology and therapy, Nueva York, Guilford.
Jacobs, A. y Sachs, L. B. (comps.), (1971), The prychology o/pn'vate events, Nueva York,
cultura cambia -y las viejas metáforas no son tan fácilmente comprendidas
Academic Press.
como las nuevas metáforas-. Cuarto, parece que la habilidad de los humanos Mahoney, M.J. (1991), Human change processes, Nueva York, Basic Books.
para categorizar y recategorízar datos es infinita, de manera que la única cues- Mahoney, M. J. (comp.) (1995), Cognitive and constructivistic psychotherapies: Theory,
tión es qué nuevos constructos explicativos aparecerán en un futuro. Como ha research, and practice, Nueva York, Springer.
señalado Mahoney (1995), los humanos son criaturas que dependen del con- Meichenbaum, D. (1977), Cognitive·behaviOr modification, Nueva York, Plenum.
traste. Sólo cambia el contraste específico. Prochaska, J. O. (1979), Systems o/ prychotherapy: A transtheoretical analysis, Home-
Mahoney (1995) ha proporcionado una señal de futuras direcciones. Seña- wood, IL, The Dorsey Press.
la (pág. 199) que <<Se han reconocido como inevitables cuestiones de valor in- Seibel, C. A., Pepper, H., Dowd, E. T., y McCartby, J. (1995, julio), «Developmenta!
cluyendo (pero no limitadas por) aspectos espirituales o de la religión, dentro antecedents of psychological reactance and ímplications for cognitive therapyn»,
trabajo prese_ntado en el World Congress of Behavioural and Cognitive Therapies,
de la psicología en general y en la psicoterapia en particular>>. La religión y la Copenhague, Dinamarca.
espiritualidad, en otro tiempo centrales al pensamiento humano, han sido re- - Skinner, B. F. (1953), Science and human behavior, Nueva York, The Free Press.
legadas a la periferia desde la Ilustración. Quizá, con el reciente declinar en la Weishaar, M. E. (1993), Key figures in counselling and prychotherapy: Aaron T. Beck,
hegemonía de la visión epistemológica occidental del mundo científico-empí- Londres, Sage.
rica, y el creciente interés en cuestiones de significado en psicoterapia y en Weishaar, M. E. y Beck, A. T. (r986), Cognitive therapy, en W. Dryden y W. Golden
otros campos, vuelvan a ser centrales para el pensamiento del hombre y para (comps.), Cognitive.behavioural approaches to psychothera¡ry, Londres, Harper y
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Agradecimientos: el autor quiere agradecer a Luis Felipe Amunategui y


Margaret Petrone sus comentarios a un primer borrador de este trabajo.
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(comps.), Comprehensive handbook o/ cognitive therapy. Nueva York, Plenum.
CAPÍTULO 2

LAS PSICOTERAPIAS COGNITIVAS: MODELOS BÁSICOS

Isabel Caro Gabalda

En este capítulo, que nos servirá de breve introducción teórica para los
principales modelos cognitivos, nos interesa, fundamentalmente, distinguir
entre las distintas formas de hacer terapia cognitiva, y plantear un atisbo de
su futuro. Remitimos al lector a la segunda parte donde se expone con mayor
detalle cada uno de los modelos desde una perspectiva teórica, experimental
y clínica.

INTRODUCCIÓN: LA IMPORTANCIA DE «LO COGNITIVO»

En la actualidad parece que muchos se sienten a gusto bajo la etiqueta de


cognitivo, lo cual hace que se pueda augurar a las terapias cognitivas un futu-
ro prometedor.
Las terapias cognitivas se plantearon en sus orígenes preguntas que las
distinguían de otros enfoques, que intentaron responder lo mejor posible.
Se desarrollaron como un proceso dialéctico, en un movimiento que se
alejaba de los excesos teóricos y las limitaciones prácticas del psicoanálisis
clásico y del conductismo (Liotti y Reda, 1981; consúltese Dowd en este vo-
lumen).
Sin embargo, la situación actual, con la notable influencia de lo cognitivo,
no nos debe llevar a confundir los distintos modelos. Plantearemos, por tan-
to, a continuación el significado conceptual de la etiqueta «cognitivo» y las di-
ferencias entre las distintas formas de abordar el tratamiento cognitivo.

¿COGNITIVA, COGNITIVO-COMPORTAMENTAL, DE QUÉ ESTAMOS HABLANDO?

Cuando hablamos de cognitiva, ¿a qué nos referimos? Es decir, empieza


a existir una cierta confusión en el campo respecto a lo que podemos consi-
derar «psicoterapias cognitivas». De forma general, disponemos de moddos de
reestructuración cognitiva, modelos cognitivo-comportamentales y modelos
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS UNA INTRODUCCIÓN HISTÓRICA Y CONCEPTUAL 39

construccionistas (Caro, 1995). 1 Se usan, como veremos, dos etiquetas para lfAcIA UNA DEFINICIÓN DE. PSICOTERAPIA COGNITIVA
clasificarlos, indistinguibles e intercambiables la mayoría de las veces. Es
decir, terapias cognitivas y cognitivo-comportamentales. Estas etiquetas repre- . Como es lógico, habiendo tantas definiciones no dejan de ser las que aquí
sentan historias diferentes pero, sobre todo,. modelos epistemológícamente recogemos. siguiendo los tres bloques anteriores, una visión sesgada.
distintos. Las terapias de reestructuración cognitiva se desarrollaron por teóricos
Es decir, las primeras terapias cognitivas, o lo que es lo mismo, los en- con entrenamiento psicodinámico, y tendían a destacar el papel del significa-
foques de Ellis y de Beck, surgieron del psicoanálisis, mientras que la tera- do. Se caracterizan por defender que lo que una persona piensa (o dice) no es
pia cognitivo-comportamental parte de la terapia de conducta. Aunque hoy tan importante como lo que cree. Su tarea consiste en desarrollar estrategias
en día se señala que no existen prácticamente diferencias entre ellas (Ho- para examinar la racionalidad o validez de las creencias disponibles (Hollon y
llon y Beck, 1994), esto no deja de ser curioso puesto que sí que existen di- Beck, 1994).
ferencias conceptuales ofrecidas, incluso, por los mismos que las toman por El trabajo estándar en terapia cognitiva descrito por Rush, Beck, Kovacs y
iguales (Hollon y Beck, 1994). Podemos apreciar en muchas publicaciones Hollon (1977) y sintetizado por Clark {¡995) entiende la terapia cognitiva como
una inclusión un tanto al azar, sin hilo conductor, de muchos autores y en- «una psicoterapia estructurada, con límite de tiempo, orientada hacia el pro-
foques. blema y dirigida a modificar las actividades defectuosas del procesamiento
Así por ejemplo, y voy a citar sólo revisiones más recientes, hay autores de la información evidentes en trastornos psicológicos como la depresión.
(Meichenbaum, 1995) que incluyen bajo la etiqueta de cognitivo-comporta- Ya que la terapia cognitiva considera a un grupo hiperactivo de conceptos de-
mental a todos los modelos, es decir, a la terapia racional emotivo-conductual, sadaptativos como la característica central de los trastornos psicológicos, en-
a Beck, la solución de problemas, las habilidades de afrontamiento, los traba- tonces, corregir y abandonar estos conceptos mejora la síntomatología. El te·
jos de Kendall con niños, y el constructivismo. rapeuta y el paciente colaboran en identificar las cogniciones distorsionadas,
Otros (Dobson y Shaw, 1995) incluyen todos los modelos bajo la etiqueta que se derivan de los supuestos o las creencias desadaptativas. Estas cognicio-
de cognitiva (Beck, Ellis, habilidades de automanejo; solución de problemas nes y creencias están sujetas al análisis lógico y la comprobación empírica de hi-
y constructivismo), aunque en un momento llegan a hacer iguales cognitivo y pótesis, lo que conduce a los individuos a realinear su pensamiento con la rea-
cognitivo-comportarnental. Mahoney (1995) incluye como terapias cognitivas lidad» (pág. 155).
a Ellis, Kelly, la modificación de la conducta cognitiva, Beck y el constructi- Estas terapias utilizan como marco conceptual explicativo la metáfora del
vismo. procesamiento de la información (Meichenbaum, 1995) y sus dos modelos más
Otros (Hollon y Beck, 1994) distinguen entre modelos cognitivos que in- representativos son, sin ninguna duda, los de Beck y Ellis por citar sólo algu-
cluirían a Beck y a Ellis y cognitivo-comportarnentales que incluirían la solu- nos autores recogidos en este volumen.
ción de problemas y los trabajos de Meichenbaum, Rehm, Barlow, Marlatt y Por su parte las terapias cognitivo-comportarnentales, desarrolladas por
Lineharn. teóricos con entrenamiento conductual, conceptualizan d pensamiento de
Creemos que tiene más sentido (y esperarnos poder demostrarlo) que cuan- forma más concreta, es decir, como un conjunto de autoenunciados encubier-
do hablamos de terapias cognitivas debemos empezar asumiendo tres modelos tos (conductas privadas) que puede verse influido por las mismas leyes del
básicos: a) los modelos de reestructuración cognitiva, claramente identifica- condicionamiento que influyen en otras conductas- manifiestas. Su tarea- con-
dos con las primeras terapias cognitivas, b) modelos cognitivo-comportarnen- siste en desarrollar estrategias para enseñar habilidades cognitivas específicas
tales, con un origen más claro en la terapia de conducta y c) modelos cons- (Hollon y Beck, 1994).
truccionistas, con orígenes un tanto diversos. Siguiendo el trabajo de Meichenbaum (1995) asociaríamos dicho modelo
con la metáfora del condicionamiento. Aquí quedaría bien representado, por
ejemplo, los trabajos de Meichenbaum en inoculación de estrés, o de Nezu y
Nezu en solución de problemas (consúltese capítulos correspondientes a estos
autores, en este volumen).
1. Como ya hemos señalado en otro trabajo (Caro, 1995) nos parece más apropiado deno-
Existe una gran cercanía entre estos dos modelos (consúltese Pérez, 1996)
minar estos modelos «construccionist~ en lugar de «constructivistas», aunque la cuestión no
deja de estar abierta (consúltese, nota a pie de página n. 1 del capírulo 27 de Mahoney, en este
pues comparten las siguientes características (en Arnkoff y Glass, 1992): 1) Una
volumen). Utilizaremos la etiqueta «constructivista» cuando citemos el trabajo de algún autor relación de colaboración entre terapeuta y cliente. z) El supuesto de que los
que la utilice, en todos los demás casos, optaremos por la denominación de «construccionismo». trastornos emocionales y la conducta son en parte una función de los trastor-
40 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS UNA INTRODUCCIÓN HISTÓRICA y CONCEPTUAL

nos en los procesos cognitivos. 3) El foco está en cambiar cogniciones para Qué debe hacer un terapeuta para ser considerado cognitivo:
producir los cambios deseados en el afecto y la conducta. 4) Son formas de
tratamiento, generalmente, de tiempo limitado y educativas que se centran en La terapia cognitiva busca alterar las construcciones que hace un paciente so-
problemas-meta específicos. bre sus experiencias. Implica al paciente en un proceso mediante el cual se plantea
Hay diferencias entre esta forma de entender lo cognitivo en estos enfo- la influena·a que tienen los sistemas cognitivos, emoaOnales, lingüísticos y con-
ductuales, de organización de la experienad en su visión de las cosas, y se buscan
ques y el enfoque construccionista, que correspondería a una tercera metáfo.
formas alternativas, válidas y viables de conocer el mundo, y de aportar nuevos sig-
ra: la de la na"ativa constructiva (Meichenbaum, 1995). nificados, transformando todos los sistemas de /unaOnamiento personal.
La relativamente corta historia del construccionismo y su «afán por el
descubrimiento» hace que su definición sea más complicada. Como señala Como hemos señalado la aparición de los modelos construccionistas sugi-
Anderson (citado en Neimeyer, 1993, pág. 137) <<la terapia constructivista no rió nuevas formas de hacer terapia cognitiva, en las que vamos a profundizar
es tanto una técnica como un contexto filosófico dentro del cual se hace te- diferenciando entre las principales formas de trabajo cognitivo, para terminar
rapia, y es más el producto de un zeitgeist que el parto del ingenio de un úni- con las principales críticas y cuestiones que tiene planteadas en la actualidad
co teórico ... ». d campo de los tratamientos cognitivos.
El constructivismo acoge a una familia de teorías o terapias que destacan
los siguientes principios (Mahoney, 1995; Neimeyer, 1993): a) los seres huma-
nos son participantes proactivos (y no pasivos de forma reactiva) en su propia DIFERENCIAS ENTRE LOS MODELOS: MODERNISMO VS. POSTMODERNISMO
experiencia -es decir, en toda su percepción, memoria y conocimientcr-. El
conocimiento humano es interpersonal, evolutivo y proactivo; b) la casi tota- Desde hace algunos años se ha utilizado una dicotomía para clasificar las
lidad de procesos de orden que organizan la vida humana opera a niveles tá- formas de entender los principales modelos cognitivos. Bajo la dicotomía mo-
citos (in o super-consciente) de conciencia; c) la experiencia humana y el de- delos racionalistas vs. los llamados modelos construccionistas o evolutivos han
sarrollo psicológico personal reflejan la operación continua de los procesos sido clasificados la mayoría de los modelos cognitivos de la actualidad.
individualizados, autoorganizadores que tienden a favorecer el mantenimien- El origen de esta clasificación parte de las críticas construccionistas a las
to (sobre la modificación) de los patrones experienciales. Los sistemas huma- terapias cognitivas. El embrión está en las críticas que hizo Mahoney a las te-
nos son sistemas caracterizados por un desarrollo autoorganizativo, que bus- rapias cognitivas en sus escritos de los años 70 y So (consúltese Caro, 1995, para
ca proteger y mantener la coherencia y la integridad interna (Guidano, 1991); una revisión) que comenzaron a articular algunas de las diferencias básicas en-
d) estos modelos asumen parte de los presupuestos del construccionismo so- tre las terapias cognitivas.
cial y sobre todo aquel en el que se afirma la constitución social de los sistemas Por tanto, esta clasificación era una vía de una sola dirección. Las contra-
de creencias y de lo que podemos llamar nuestras «realidades». Partiendo de criticas de algunos autores negando las etiquetas que se les adscribían (Beck,
esto, se asume que diversas culturas, subculturas, momentos históricos, etc., 1984; Ellis, 1984, 1985; Kovacs y Beck, 1978) no fueron muy tenidas en cuenta y,
van a contribuir a esta constitución social. En este sentido, se emplaza al sí por algún tiempo, la diferencia original (Mahoney y Gabriel, 1987) fue am-
mismo en un contexto social. Conocemos d mundo y a nosotros mismos en pliamente utilizada (Mahoney, 1988, 1991) llegando incluso a ser medida (Di
un marco de relaciones, en un marco interpersonal, siempre en conexión con Giuseppe y Linscott, 1993).
nuestra relación con los otros (véase al respecto, Gergen, 1991); finalmente, e) Pero para qué nos sirve, en este momento, una- dicotomía- que aún sin
uno de los presupuestos básicos mantiene que no podemos afirmar la validez cumplir 10 años desde su formulación es rechazada, Como dice Mahoney
del conocimiento, sino su viabilidad. Una construcción es viable en función (1995, pág. 54) recientemente, para qué separar «racionalismo» y «constructi-
de las consecuencias que tiene para el individuo o el grupo que la mantiene en vismo» cuando nadie quiere reconocerse como «racionalista>> hoy en día.
un momento determinado, al igual que está en función de su grado de cohe- Por este motivo se- están planteando alternativas. Es decir, mientras que
rencia respecto al sistema personal o social en el que se incluye. unos señalan que esta diferenciación nos sirve como «una dimensión para me-
Son ejemplos de modelos construccionistas, en este volumen, los trabajos dir desarrollos dentro de una escuela concreta de terapia, y no como un prin-
de Guidano, Mahoney o Gon~ves. cipio clasificatorio que establezca límites entre enfoques» (Neimeyer, 1993),
Ofrecemos, pata cerrar este apartado, la siguiente definición de terapia otros como Mahoney (1995) sugieren un cambio de etiquetas, oponiendo, en-
cognitiva, planteada en función de lo que hace el terapeuta, no de cómo cam- tonces, los modelos simples a los modelos complejos.
bia el cliente. Desde nuestro punto de vista, estas formas distintas de trabajar «cogniti-
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS UNA INTRODUCCIÓN HISTÓRICA Y CONCEPTUAL 43

vamente» se entienden mejor asumiendo que las terapiás cognitivas no son Elementos definitorios de la pos/modernidad
ajenas, al igual que cualquier otra cosa, al paso del tiempo. Si asumimos este
paso del tiempo, situaremos a cada uno en su lugar sin levantar barreras in- . Las características más representativas de la postmodernidad en psicote-
franqueables. rapia se pueden resumir en cuatro principios clave (Polkinghome, 1992): 1)
Los diversos modelos de terapia han surgido en un particular zeitgeist Ausencia de base: no existe una base epistemológica en la que basar la verdad
(Ávila, 1994; Caro, 1996a). La psicoterapia, tal y como la entendemos hoy en indudable de los enunciados de conocimiento. 2) Fragmentariedad: un cuer-
día, es deudora de la época modernista, al igual que lo es el concepto de «lo- po de conocimiento consiste en fragmentos de comprensión, no en un sistema
cura» (Ibáñez, 1993). El énfasis modernista en las posibilidades de renovación, de enunciados integrados lógicamente. 3) Constructivismo: el conocimiento es
en los derechos humanos, la ciencia y la tecnología (Parry, 1993) propició la una construcción construida sobre esquemas cognitivos e interacciones en-
asistencia psicológica. El psicoanálisis, el conductismo y las primeras terapias camada en el ambiente. 4) Neopragmatismo: la prueba de un enunciado de co-
cognitivas se beneficiaron de planteamientos modernistas, sobre todo del po- nocimiento está en su utilidad pragmática para lograr una tarea, no en su de-
sitivismo lógico (lbáñez, 1993; Robinson, 1985). rivación de un grupo aprobado de reglas metodológicas.
¿Cómo se sustentan dichos principios? En primer lugar, se asume que el
lenguaje modela nuestras vidas y que es el medio por el que damos sentido a
Sobre evoluciones y revoluciones cognitivas lo que nos rodea y a nosotros mismos. Ahora bien, al ser un determinado gru-
Las terapias cognitivas (de reestructuración) surgieron como una revolu- po social quien da significado a las palabras, éstas son convenciones sociales.
ción, sobre todo porque viniendo del psicoanálisis, obligaban a una visión dis- A consecuencia de este supuesto, se plantea en el postmodernismo una refle-
tinta sobre la psicopatología. Paralelamente, la terapia de conducta estaba xión contextual que nos lleva a considerar la «Verdad>> como_ una cuestión de
evolucionando hacia los modelos que, sin dejar de garantizar unos mínimos re- perspectiva, y lo «objetivo» como un sinsentido (Gergen, 1992). Lógicamen-
quisitos experimentales, empezaban a centrarse en las conductas encubiertas. te estos principios afectan claramente al tipo de enfoque a seguir en el estudio
Una serie de nombres son clave en esta historia. Así, el afán experimental de de cualquier fenómeno. Si bajo el modernismo el método hipotético-deducti-
unos (por ejemplo, Beck) y el afán «multimodal» de otros (por ejemplo, Ellis) vo, como medio para alcanzar y esclarecer la verdad, tuvo una apoteosis vir-
les llevó a acercarse con facilidad al campo conductual, que estaba teniendo tual, en el postmodemismo el método (hipotético-deductivo) se margina. En
su propia evolución (por ejemplo, Meichenbaum) y que poco a poco se fue este sentido, los métodos de investigación tradicionales se contemplan, en el
viendo englobado por lo cognitivo. Otros terapeutas se plantearon las insu- peor de los sentidos, como dispositivos justificatorios equivocados. Operan
ficiencias del modelo de reestructuración cognitiva y cognitivo,comporta- como garantes de la verdad de obligaciones apriorísticas hacia formas par-
mental, decantándose o bien por el construccionismo (por ejemplo, Maho- ticulares de descripciones saturadas de valores (Gergen, 1992).
ney) o rompían moldes y se acercaban a otros modelos, vía la integración (por Además la metodología experimental asume un punto de vista sobre el
ejemplo, Goldfried). funcionamiento humano que se critica en la postmodemidad. Tal metodolo-
Los enfoques construccionistas son muy variados y no todos pueden ser gía hace que el individuo juegue el papel de un autómata cuya conducta es el
considerados cognitivos, por su origen psicodinámico, humanista, hennenéuti- producto de inputs ambientales, denegando sus posibilidades de ser agente y
co, etc. (véase Neimeyer y Mahoney, 1995 para una revisión), por lo que en vir- de tener responsabilidad personal. Además, tal metodología apoya una sepa-
tud de sus planteamientos no sería correcto plantearlos como una evolución, ración artificial entre el que conoce/cientifico y el sujeto, sugiriendo que el co-
sino más bien como una primera revolución en el campo cognitivo. Los mode- nocimiento superior se gana a través de relaciones alienadas.
los de reestructuración cognitiva y los cognitivo-comportamentales surgieron
con unas metas muy concretas, es decir, intentando dar cabida y explicar cons- La práctica modernista y postmoderna de la psicoterapia cognitiva
tructos psicológicos desde otra perspectiva, asutniendo una epistemología de
corte modernista; éste no fue el caso dela mayoría de los modelos de la prime- Para empezar ambos tipos de práctica asumirían que los seres humanos
ra revolución, los construccíonistas, más cercanos por cuestiones histórico-con- conocemos de_ forma activa (constructivismo). Sin embargo, empiezan a apa-
ceptuales a una perspectiva postmodema. recer diferencias en cuanto a nuestros supuestos sobre «qué hacemos cuando
conocemos» y «qué conocemQs». Para un terapeuta modernista cognitivo la
mente es un sistema activo (más bien reactivo) que al descubrir la realidad hace
invenciones poco válidas. Por eso, le enseña al paciente a descubrir formas
44 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS UNA INTRODUCCIÓN HISTÓRICA Y CONCEPTUAL 45

mejores, más válidas, de ver las cosas. Para un terapeuta postmoderno cogni- Un último aspecto diferencia a los dos bloques y es el tratamiento dado
tivo, la mente es igualmente un sistema activo {más bien proactivo) que in- al lenguaje. Para un terapeuta modernista cognitivo, el lenguaje refleja la rea-
venta, no descubre, la realidad. Por eso, le enseña al paciente a inventar for- lidad, mientras que para un terapeuta postmoderno, el lenguaje produce la
mas alternativas, más viables de conocer. Siguiendo a Vaihinger, un terapeuta realidad. Siguiendo a Fisher (en Russell, 1991) ambos llevan implicitos dos
modernista cognitivo trata las ficciones de un paciente como hipótesis, un te- paradigmas distintos. Los terapeutas cognitivos modernistas asumen un pa-
rapeuta postmoderno cognitivo las trata como ficciones. Es decir, las hipóte· radigma racionalista sobre el lenguaje, es decir: 1) Los seres humanos son
sis (enunciados sobre algo, quizás objetivamente correctos) se validan o inva- esencialmente seres racionales. 2) La argumentación a través de estructuras
lidan, con las ficciones (ideas que ayudan a pensar, pero que no se cree que claramente inferenciales (implicativas) es el modo paradigmático de toma de
correspondan a la realidad) se «juega>>. decisiones y de comunicación. 3) La racionalidad se determina por el cono-
Más diferencias aparecen cuando consideramos si conocernos sobre algo, cimiento del objeto de estudio, la habilidad argumentativa y la habilidad de
o no. Un terapeuta cognitivo modernista asume un punto de vista mecanicis- emplear las reglas de la defensa en campos dados. 4) El mundo está com-
ta. El que conoce es una máquina activa que procesa datos. La realidad es algo puesto de una serie de puzzles lógicos que se pueden resolver a través del
externo a nosotros, a la que conocemos niás o menos bien. Para un terapeuta análisis apropiado y la aplicación de la razón concebida como un construc-
cognitivo postmoderno la realidad, como algo totalmente externo al sujeto que to argumentativo.
conoce, no existe, o es un sinsentido. No existe la realidad, sino nuestras «rea- Por otro lado, caracterizaría a los enfoques postmodernos la defensa de un
lidades» que son constituidas socialmente, por la interacción o la evolución paradigma na"ativo, en el que: 1) Los seres humanos son esencialmente con-
continua de la dinámica persona-ambiente. tadores de historias. 2) Las «buenas razones» que varían entre situaciones, gé-
Ambas formas de abordar el trabajo cognitivo difieren en otro aspecto neros y medios, son el modo paradigmático de toma de decisiones y de comu-
central relacionado con su forma de estudiar los fenómenos, y que queda nicación. 3) La racionalidad se determina por la naturaleza de las personas
bien representada con la distinción de Weimer (1979) entre justificacionismo como seres narrativos -su conciencia inherente de probabilidad narrativa, lo
y no justificacionismo. Un modelo modernista cognitivo es justi/icacionista, que constituye una historia coherente, y su hábito constante de comprobar la
mientras que un modelo postmoderno es no justi/icacionista. El campo más fidelidad narrativa, si las historias que experiencian suenan a verdaderas con
claro en el que podemos deducir esta distinción es del tipo de investiga- las historias que saben que son verdad en sus vidas. 4) El mundo es un con-
ciones realizadas. Un terapeuta modernista cognitivo asume el método em- junto de historias que se deben elegir para poder seguir viviendo una buena
pirico, recoge datos con los que se validan hipótesis, datos que son objetivos, vida, en un proceso de recreación continua.
impersonales, puesto que existe una separación entre el científico y los suje- ¿Sitúa esta distinción un muro infranqueable entre ambos bloques? No,
tos/objetos estudiados. El interés está en estudiar qué ocurre. Un terapeuta puesto que ningún modelo está en principio libre de contradicciones o de evo-
postmoderno cognitivo sigue un enfoque radicalmente distinto de investiga- lución. Es decir, algunos modelos modernistas están empezando a asumir
ción, más preocupado por estudiar el cómo (neopragmatismo). Entonces el principios de corre postmodemo, mientras que algunos enfoques postmoder-
método consiste en el descubrimiento de argumentos. Al asumir que la ver- nistas realizan investigaciones típicamente justifícacionistas, y por tanto, mo-
dad como tal no existe sino que ésta es más bien una cuestión de perspecti- dernistas. Aunque se sigan percibiendo diferencias básicas, ontológicas, epis-
va, consecuencia del intercambio social, la separación artificial entre cientí- temol6gicas y, sobre todo, clínicas, entre ellos.
fico y sujeto/objeto es inviable, asumiéndose que los resultados de nuestros Puesto que como decía Alfred Korzybski (r924) no existen «hechos» libres
estudios son personales, plenos de valores, incompletos (ausencia de base; de doctrina, aliento al lector/a a que, a tenor de los comentarios y diferencias
/ragmentariedad). modemismo/postmodemismo, revise cada uno de los capítulOs, «escuche» lo
Vemos esta idea en la conceptualización del papel del terapeuta postmo- básico de cada enfoque y saque sus propias conclusiones. Tres- ejemplos: un
derno, en el espacio que ocupa en relación al cliente. En la postmodernidad, enfoque claramente modernista podría ser el de Beck, otro enfoque que sur-
el cliente no es un ente pasivo, sino un sujeto activo que habla de tú a tú al te- gió del modernismo pero que como dice su creador en su capítulo corres-
rapeuta. Se asume que cualquier construcción es válida, al no existir criterios pondiente en este volumen, ha evolucionado hacia el postmoderriismo es el
para determinar absolutamente la <<Verdad>> de nada. En terapia se encuentran de Ellis, mientras que uno de tipo postmoderno sería el de Mahoney, por
dos sujetos con la misma posición epistemológica que llevan a cabo una «ne- ejemplo.
gociación» con la meta puesta en lograr un conocimiento más viable, más fun-
cional para uno de ellos, el cliente.
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS UNA INTRODUCCIÓN HISTÓRICA Y CONCEPTUAL 47

LA CRÍTICA A LAS PSICOTERAPIAS COGNITIVAS: UN ATISBO DE SU FUTURO una postura individualista, aunque formulaciones más recientes se caracteri-
zan pür adoptar un modelo interacciona! ambiental-cognitivo (Clark, 1995).
La historia y evolución de las terapias cognitivas está muy relacionada con
Sin embargo, esta interacción ambiente-cognición no tiene nada que ver des-
las críticas que se le han hecho y con el tratamiento dado a determinados te-
de nuestro punto de vista con una postura interacciona!. Es decir, la impor-
mas. Es decir, los propios autores que criticaban las insuficiencias de las tera-
tancia de entender el marco situacional (por ejemplo, en la técnica de registro
pias cognitivas tradicionales (TCT, incluimos aquí los modelos de reestructu-
de pensamientos) para entender las cogniciones y creencias de un paciente,
ración cognitiva y los cognitivo-comportamentales) lo hacían ofreciendo su
o el modelo ABC, es muy distinta a asumir, por ejemplo, el desarrollo de los
plinto de-vista, es decir, su propio modelo, normalmente el construccionista
procesós cognitivos en un contexto interpersonal (Safran y Sega!, 1990) o en
(TCC). Creemos que entender el futuro del campo pasa necesariamente por
función de las experiencias de apego (Guidano y Liotti, 1983). Igualmente,
resolver las críticas que desde dentro y desde fuera se están haciendo a todos
ninguna TCT ha hecho suyos los principios del construccionismo social que,
!Os modelos. Estas críticas y su «resolución» marcan importantes diferencias
llevados a la práctica, significan un planteamiento radicalmente distinto de la
entre los modelos que se añaden a las ya planteadas. Organizaremos estos co-
psicopatología humana. Es decir, asumir en diversos grados la influencia de
mentarios por bloques.
un contexto social, no convierte a las terapias cognitivas tradicionales en tera-
pias «sociales».
1 ª tema: diferencias sobre el papel de la emoción. Se ha criticado que la TCT
toma la emoción como un fenónemo postcognitivo centrándose, exclusiva- 3~tema: diferencias en cuanto a la relación terapéutica. Se ha criticado a la
mente, en controlar estados negativos afectivos como la ansiedad y la depresión TCT que entienda la relación terapéutica como algo excesivamente técnico y
(Safran y Sega!, 1990). Esta cuestión del afecto es un tema todavía no resuelto y no como un factor de cambio. Esto es cierto en las primeras versiones de la
en el que se están dando posturas bastante contrapuestas. Por ejemplo, Oark TCT, donde se postulaba una relación de colaboración entre paciente y tera-
(1995) señala que la TC nunca ha defendido un enfoque de tratamiento total· peuta, basada en la calidez, empatía y el ser genuino. Además el foco del tra-
mente intelectual, al margen de cualquier experiencia emocional, desde el mo· tamiento estaba en el cambio y en la acción del paciente fuera de la sesión. Los
mento en que han aconsejado a los terapeutas que busquen los sentimientos de críticos de la TCT, por este motivo, hacen recaer la fuerza del tratamiento en
los clientes durante la terapia, o 1o que es lo mismo, «cogniciones calientes» o la propia relación terapéutica (Safran y Sega!, 1990).
«cargadas de afecto». Los modelos de reestructuración y los cognitivo·com- Sin embargo, la TCT tradicional ha variado bastante en sus más recientes
portamentales buscan controlar las emociones cambiando habilidades o proce- formulaciones que corren asociadas al tratamiento de los trastornos de perso-
samientos cognitivos. Otro autor que no estaría de acuerdo con esta crítica se- nalidad y que plantea un tipo distinto de relación terapéutica. Beck, Freeman
ría Ellis, que siempre ha defendido que su terapia estaba totalmente alejada de y cols. (1990) llegan incluso a hablar de la transferencia y de su impottancia.
posturas racionalistas, motivo por el cual añadió la etiqueta de emotivo a su te-
rapia y también se preocupó de desarrollar una serie de técnicas que afectaban 4 º tema: se da un papel excesivo al procesamiento consciente~ controlado.
al componente emocional. Sin embargo, por más que asuman una interacción Esta crítica no es del todo cierta en opinión de Oark {1995), puesto que el con-
cognición-emoción, estas críticas tienen su parte de verdad. cepto de pensamientos automáticos, central en la TCT, supone que éstos no
La TCT no asume, como hace la TCC, que las emociones sean fuentes po- están bajo control consciente. En este sentido los terapeutas cognitivos tradi-
derosas de conocimiento, y que se deba alentar su expresión y no su control. cionales se guían por los últimos datos y resultados ofrecidos por la psicología
Dar primacía a lo emocional frente a lo cognitivo supone una nueva forma de experimental cognitiva, que demuestran la existencia de una actividad cogni-
hacer terapia cognitiva, alejada de los modelos tradicionales. Por este motivo, tiva, no consciente, automática y un procesamiento preatencional en los tras-
podemos predecir que la respuesta dada a este punto marcará importantes di- tornos emocionales.
ferencias, como ya lo está haciendo, entre modelos cognitivos, pero también Sin embargo, hay que señalar la imposibilidad de acercar la TCT a otras
su acercamiento a otros, como por ejempfo, los modelos humanistas/expe- nociones sobre el inconsciente, como el concepto construccionista de conoci-
rienciales (Greenberg, Rice y Elliott, 1993). miento tácito y de núcleo metafísico central, aunque- sería importante explo-
rar la cuestión del inconsciente, rdacionada con los trabajos en modelos
2º tema: el papel de los factores interpersonales. Esta cuestión se entiende en evolutivos, con poblaciones infantiles y adolescentes (Dobson, 1988). En este
función de qué entendamos por factores interpersonales. En sus inicios los sentido, una de las predicciones que se le hace a la terapia cognitiva es que
modelos de reestructuración y los cognitivo-comportamentales adoptaron apreciará cada vez más el papel de los procesos tácitos de conocimiento y sen-
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS UNA INTRODUCCIÓN HISTÓRICA Y CONCEPTUAL 49

timiento, con la implicación práctica de que, al igual que nuestros clientes, los gay que ha sido revisado en otro trabajo (Caro, 1995). En primer lugar, porque
terapeutas sabemos más de lo que es descrito en símbolos (Mahoney, 1995). la terapia cognitiva surgió con la intención de ser un nuevo sistema y sigue man-
teniendo sus diferencias con los principales sistemas de la actualidad. En se-
5º tema: ampliaciones del modelo. Todo lo anterior supone una importan- gundo lugar, la terapia cognitiva ha mejorado o ha formulado su teoría de
te revisión teórica, aunque al margen de ésta, algunos autores (Dobson, 1988) diversas fuentes, como por ejemplo la psicología del procesamiento de la in.
señalan que es importante plantearse a niveles aplicados cuestiones tan rele- formación, algo inevitable en la formación de cualquier modelo, pues «nin-
vantes como: a) el desarrollo de nuevas técnicas de tratamiento junto con la gún sistema surge de la nada>>, pero que no implica una integración. En tercer
expansión de la terapia a otras poblaciones e investigaciones controladas que lugar, a niveles clínicos es más bien ecléctica, que no integradora, en el sentido
certifiquen dicha posibilidad; b) trabajos experimentales de eficacia terapéu- de que suma técnicas de otros modelos. Por ejemplo, técnicas conductuales
tíca comparando la terapia cognitiva con diversas terapias psicológicas, y no (caso del modelo de Beck) o técnicas humanistas (caso del modelo de Maho-
psicológicas, por ejemplo farmacológicas; c) habrá una mayor apreciación del ney). Finalmente, el hecho de que sea una terapia muy utilizada y fácil de utili-
papel central de la identidad personal en la vida real y en la experiencia coti- zar en conjunción con otros modelos (Norcross y Newman, 1992) significa un
diana (Mahoney, 1995). dominio de paradigma más bien contrario al espíritu de la integración, que se
aleja de «imperialismos conceptuales» (Goldfried, Castonguay y Safran, 1992).
6° tema: el estudio y la medición del cambio. Por regla general, la TCT ha
asumido el paradigma de la investigación de resultados (Caro, 1993b). Según
Dobson y Shaw (1995), se plantean cuatro desafíos a la evaluación de resulta- EL FUTURO DE LAS TERAPIAS COGNITIVAS
dos, puesto que a pesar de la evidencia en favor de algunos enfoques, por
ejemplo, el modelo de Beck o el de Meichenbaum, no disponemos de tanta ¿Qué podemos esperar del modelo cognitivo en un futuro? Resumiremos
evidencia a favor de otros modelos como el de Ellis, o los modelos construc- lo ya mencionado en el trabajo, para hacer una apuesta «interesada>>, que bien
cionistas. Cuestiones importantes por responder serían, entonces, a) resultado puede salir mal, como tantas otras apuestas.
absoluto (¿cuánto cambio produce cada tipo de terapia?); b) cambio diferen- 1) Se olvidarán cuestiones relacionadas con la integración. El problema, des-
cial (¿cuál tiene el mejor resultado?); e) relación costo-eficacia (¿cuál tiene el de nuestro punto de vista, es que cada vez surgen más terapias denominadas «in-
mejor resultado a un costo menor?); d) si es la TCT igual de eficaz en el trata- tegradoras», tan diversas, que empieza a ser difícil saber «qué se conoce por
miento de otros trastornos que no sean la depresión. integración», o se olvidan los principios fundacionales de ésta (Norcross y
Sin embargo, existe un interés creciente en el estudio de cuál es el proce- Newman, 1992). Desde nuestro punto de vista, el movimiento hacia la integración
so del cambio y las variables implicadas en éste. Algunos terapeutas cognitivos de las psicoterapias tiene dos elementos básicos. Uno de raíces clarainente post-
se están empezando a interesar por él (Caro, 1993, 1996b; consúltese Gon~al­ modernas: el respeto hacia otros modelos, influido por la asunción del principio
ves en este volumen) pero existen pocos trabajos en los que se hayan estudia- de la/ragmentariedad. El segundo se refiere al desarrollo teórico/experimental se-
do los mecanismos o la secuencia del cambio, son más frecuentes los estudios rio de enfoques coherentes, complejos que provienen de enfoques diversos, me-
sobre qué variables predicen el cambio. Pocos estudios existen en los que se jOr cuanto más diferentes epistemológicamente sean. Suponemos que si el movi~
haya desmantelado el tratamiento o se hayan buscado sus componentes prin- miento hacia la integración sigue creciendo y fundamenta sus límites o sus señas
cipales <Whisman, 1993). de identidad, enfoques que alegan un cierto <<integracionismo», simplemente por
En este sentido, podemos predecir que la TCT se abritá a formas más cua- adoptar conceptos de otros paradigmas, tendrán que desistir de esta etiqueta.
litativas de estudio; con un énfasis especial en demostrar cómo se producen clí- 2) Se adoptarán perspectivas más procesuales sobre la explicación y la
nicamente los cambios postulados, experimental y conceptualmente. Pero este medición del cambio terapéutico. Buscando, sobre todo por la información
cambio será paralelo al que se dé en la psicología como disciplina científica. que ofrecen, la explicación de los resultados negativos.
3) Serán cada vez más centrales, como hemos señalado en otro trabajo
7º tema: la terapia cognitiva y la integración. En diversos momentos se ha re- (Caro, 1996c), cuestiones relacionadas con los valores y con la religión y la es-
lacionado la terapia cognitiva con la integración de las psicoterapias (Amkoff y piritualidad. Por ejemplo, la terapia cognitiva se está empezando a interesar
Glass, 1992; Meichenbaum, 1988) llegando a considerarla la terapia integradora por incluir creencias religiosas en su formato de tratamiento (Propts, Ostrom,
(Beck, 1991, pág. 191). Este supuesto está, desde nuestro punto de vista, escasa- Watkins, Den y Masburn, 1992) con vistas a facilitar el trabajo clínico en pa-
mente justificado, si seguimos el propio trabajo de Beck, en donde esto se ale- cientes que mantienen valores religiosos.
50 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS UNA INTRODUCCIÓN HISTÓRICA Y CONCEPTUAL 51

4) El futuro de los modelos modernistas parece prometedor, a tenor de lo que Caro, l. (1995), «Pasado, presente y futuro de las terapias cognitivas», Boletín de Psico-
ya han alcanzado. Aunque existen diversas formas de evaluarlos, no nos cabe duda logía, n.º especial, marzo, 115-160.
que están plenamente asentados. Sin embargo, creemos que es necesario para su Ca~o, I. (1996a), «La psicoterapia en una sacie.dad postmodema>>, Revista de Psicote-
rapia, 24, 29-44.
mejora, que se abran a estudios de tipo procesual. Además, podemos predecir que
Caro, l. (1996b), «Il proceso valuatativo: La sua importanza perle prospettive cogniti-
observarán con curiosidad los enfoques postmodernos. Sin embargo, aunque el ve», Psicoterapia, 617, págs. 5-26.
acercamiento hacia el construccionismo y los modelos postmodernos sea cada Caro, l. (1996c), «A walk through time: what you should have read by now or will read
vez más evidente, no presenciaremos ningún cambio «espectaculao> (ruptura soon about psychotherapf», Counselling Psychology Quarterly, 9, 4, 399-418.
de paradigma) en ningún modelo modernista, sólo pequeñas evoluciones. Clark, D. A. (1995), «Perceived limitations of standard cognitive therapy: A considera-
5) Seguirán desarrollándose los enfoques postmodernos, que por el mo- tion of efforts to revise Beck's theory and therapy», Journal o/ Cognitive Psycho-
mento, teniendo en cuenta sus muy recientes orígenes, no están dando de sí todo therapy, 9, 3, 153-172.
DiGiuseppe, R, y Linscott, J. (1993), «Philosophical differences among cognitive be-
lo que podrían. Además, los modelos construccionistas, precisamente por la in-
havioral therapists: Rationalism, constructivism, ar both?», ]ournal o/ Cognitive
clusión de formas de hacer terapia distintas, por ejemplo, los modelos sistémi- Psychotherapy, 7, 2, 117-130.
cos, y por su acercamiento a otros modelos, por ejemplo, los humanistas, debe- Dobson, K. S. (1988), «Present and future of cognitive-behavioral therapies», en K. S.
rán plantear sus límites y sus posibilidades, así como desarrollar investigaciones Dobson (comp.), Handbook ofcognitive-behavioural therapies, Londres, Hutchinson.
que, siguiendo una metodología coherente con su planteamiento epistemológi- Dobson, K. S., y Shaw, B. F., (1995), «Cognitive therapies in practice», en B. Bongar y
co, hagan patentes sus aportaciones clínicas. Es decir, creemos que la aparición L. E. Beutler (comps.), Comprehensive texthook ofpsychotherapy, Oxford, Oxford
o la defensa de perspectivas metodológicas procesuales, con una insistencia en University Press.
Ellis, A. (1984), Humanistic psychotherapy, Nueva York, McGraw-Hill.
lo cualitativo y lo hermenéutico, frente a lo cuantitativo y paradigmático, puede
Ellis, A. (1985). «Cognition and affect in emocional disturbance», American Psycholo·
representar para estos modelos el marco metodológico que guíe sus investiga- gist, abril, 471-472.
ciones, sustentando con ello sus complejos sistemas teóricos. Por el momento, y Gergen, K.J. (1991), The saturated se/f. Nueva York, Basic Books (trad. cast.: El yo sa-
confiando en la inteligencia de sus proponentes, estamos a la expectativa... turado, Barcelona, Paidós, 1993).
En definitiva, parece que la terapia cognitiva es un campo que está bien Gergen, K. J. (1992), «Toward a postmodem psychology», en S. Kvale (comp.), Psy-
vivo. Evoluciona y se amplía. Sí podemos estar satisfechos con su presente, lo chology and postmodernism, Londres, Sage.
mejor aún está por venir. Goldfried, M., Castonguay, L., y Safran, J. (1992), «Core issues and future directions
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52 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS

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El ámbito de aplicación de las terapias cognitivas se ha expandido enor-
Neimeyer, R A. (1993), «An appraisal of consrructivist psychotherapies», Joumal o/
Consulting and Clinical Psycholagy, 61, 2, 221-234. memente en los últimos años. A las conocidas áreas del tratamiento de los
Neimeyer, R y Mahoney, M. (comps.), Constructivism in psychotherapy, Washington, trastornos depresivos y de ansiedad (Beck, Rush, Shaw y Emery, 1979), se
American Psychological Association. han ido sumando nuevas y prometedoras aproximaciones para el tratamien-
Norcross,J. C. y Newman, C. F. (1992), «Psychotherapy integration: Setting the con- to cognitivo de problemas tan dispares como los trastornos de personalidad
text», en J. N. Norcross y M. R Goldfried (comps.), Handbook o/ psychotherapy (Beck y Freeman, y cols. 1990), trastornos de alimentación (Fairburn y Coo-
integration, Nueva York, Basic Books. per, 1988) e incluso, más recientemente, el tratamiento de síntomas psicóti-
Parry, T. A. (1993), «Without a net: Preparations for postmodern living», en S. Fried- cos (Fowler, 1996).
man (comp), The new language o/ change, Nueva York, Guilford Press.
No obstante. en este capítulo prácticamente toda la información que va-
Pérez, M. (1996), La psicoterapia desde el punto de vista conductista, Madrid, Biblioteca
Nueva. · mos a exponer la articularemos en tomo a la depresíón y la ansiedad. Esto es
Polkinghorne, D. E. (1992), «Postmodem epistemology of practice», en S. Kvale así no sólo por ser los síndromes más comunes en la práctica clínica sino por
(comp.), Psychology and postmodemism, Londres, Sage. d hecho fundamental de que la investigación cognitiva experimental en psi-
Robinson, D. N. (1985), «Science, psychology, and explanation: Synonyms and An- copatología ha girado tradicionalmente alrededor de estos dos grandes pro-
tonyms», en S. Koch y D. E. Leary (comps.), A century o/ psycholagy as science, blemas y, por lo tanto, se dispone de un bagaje informativo y teórico realmen-
Nueva York, McGraw-Hill. te grande (Mathews y Macleod, 1994).
Propst, L. R. Ostrom, R, Watkins, P., Dean, T., y Mashbum, D. (1992), «Comparati- En este capítulo vamos a revisar, en primer lugar, dos de los principales
ve efficacy of religious and non-religious cogríitive-behavioral therapy for the
asuntos que se plantean como punto de partida en la psicología clínica cogni-
treatment of clini_cal depression in religious individuals», Journal o/ Consulting and
tiva: a) la existencia de información no consciente y, b) la existencia de dife-
Clinical Psycholagy, 60, 94-103.
Rush, A. J., Beck, A. T., Kovacs, M. y Hollon, S. (1977). «Comparative efficacy of cog- rentes niveles de significado que conlleva la información procesada. En se-
nitive therapy and pharmacotherapy in the treatment of depressed outpatients», gundo lugar, intentaremos· demostrar que el empleo de una clasificación
Cognitive Therapy and Research, r, 1, 17-37. teórica (o taxonomía) de la actividad cognitiva humana puede ser útil para or-
Russell, R. L. (1991), «Narrative in views of humanity, science, and action: Lessons for denar y comprender nuestro conocimiento de la psicopatología y, conse-
cognitive therapr», Joumal o/ Cognitive Psychotherapy, s, ,¡, 241-256. cuentemente, de las psicoterapias cognitivas y sus procesos. Por último, anali-
Safran, J. D. y Sega!, Z. V. (1990), Interpersonal process in cognitive therapy, Nueva zaremos la evidencia existente sobre el papel causal de las cogniciones en el
York, Basic Books (trad. cast.: El proceso interpersonal en la terapia cognitiva, Bar- cambio terapéutico.
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54 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS UNA INTRODUCCIÓN HISTÓRICA Y CONCEPTUAL 55

EL ESTADO DE LAS COGNICIONES EN LA PSICOLOGÍA CLÍNIC~.-COGNITIVA (Beck y cols., 1979; Bas y Andrés, 1994), desde la psicología cognitiva parece
claro que muchas operaciones mentales importantes tienen efecto por debajo
dela conciencia (Marce!, 1983; Kihlstrom, Bamhardt y Tataryn, 1995).
Procesamiento consdente e inconsciente
La existencia de estos dos tipos de procesamiento es incluso importante
Desde los años 60, comenzaron a irrumpir en el ámbito de la psicología bá- para explicar fenómenos clínicos aparentemente tan poco complicados como
sica y experimental conceptos como «expectativas», «predicciones», «atri- las fobias. En efecto, el caso de las fobias es paradigmático en este sentido
buciones causales», o «autorregulación», que claramente desbordaban el cons- puesto que el fóbico con frecuencia no recuerda ningún suceso traumático
treñido marco teórico del conductismo, basado en insuficientes esquemas particular (Sosa y Capafóns, 1995; Sandín, 1995) y, a pesar de ello, existe una in-
explicativos de aprendizaje por contigüidad (Echeburúa y Del Corral, 1987). tensa respuesta emocional. Pero no hay que apelar a oscuros conceptos como
Las terapias cognitivas, cuyo denominador común es la idea de que la con- el dela «represión» para explicar este hecho. Como ban sugerido Jacobs y Na-
ducta y las emociones están mediadas cognitivamente, emergieron en un mo- del (1985), la existencia de experiencias traumáticas de aprendizaje temprano
mento de insatisfacción con el pensamiento psicoanalítico y conductista. Des- sobre las que no hay ningún recuerdo autobiográfico consciente es perfecta-
de ambas perspectivas se asumía que las auténticas causas de la conducta mente normal dada la propia inmadurez evolutiva, hasta los 4 o 5 años de
anormal (y la normal) se hallan fuera de la condencia. Como han expuesto ra- edad, de las áreas hipocámpicas encargadas de «archivar>> la información au-
zonadamente Tataryn, Nade!, y Jacobs (1989), quizá la innovación más radi- tobiográfica. En definitiva, admitir la existencia de un procesamiento no cons-
cal de la terapia cognitiva fue el reto a esa idea comúnmente aceptada al pro- ciente de la información es necesario para poder ofrecer explicaciones cientí-
poner que resulta relativamente /ádl el acceso consciente a los pensamientos y ficas de muchos fenómenos normales y de la clínica.
procesos cognitivos cruciales en nuestro comportamiento y emociones. De Aunque ha habido algún interés por el papel de las cognidones no cons-
modo que, aun suponiendo que los factores que rigen nuestra conducta nor- dentes en psicoterapia (Meichenbaum y Gilmore, 1984), este crucial asunto es
malmente no están al alcance inmediato de nuestra conciencia, la nueva idea curiosamente ignorado en el ámbito de la intervención cognitiva,. como puede
rupturista es que se puede acceder a ellos con técnicas de observación adecua- apreciar el lector de cualquier manual de TCC.' Naturalmente éste es un reto
das (autorregistros) y, si es necesario, cambiarlos con técnicas específicas.' _ que, basándose en modelos teóricos basados en datos empíricos, la investiga-
Es muy importante tener en cuenta que el concepto de cognidón que se ción clínica y las terapias cognitivo-conductuales deberían afrontar sin más
instala en las terapias cognitivas y cognitivo-conductuales está casi exclusiva- demora (Brewin, 1989).
mente referido a verbalizaciones conscientes o de fácil acceso a la conciencia.
Por «cognición», los terapeutas cognitivos normalmente entienden «Un pen-
Códigos proposidonales e implicadonales
samiento específico, tal como una interpretación, una autoinstrucción, una
autocrítica, o incluso un deseo (como el deseo suicida) que tenga un conteni- Otro aspecto que nos parece muy revelador de insuficiencias conceptuales
do verbal» (Beck, 1963, pág. 326). Más tarde esta definición se ampliaría para es el hecho de que las teorías y terapias clínicas cognitivas se centren casi ex-
incluir «sucesos» no verbales como, por ejemplo, imágenes, que irrumpen en clusivamente en un conocimiento de tipo proposicional (ideas, esquemas cog-
la «corriente de conciencia» (Beck y cols., 1979). Pero, como se puede apre- nitivos, pensamientos, imágenes ... ), ignorando que existen otros significados
ciar, el énfasis se sitúa en d terreno de las cogniciones conscientes, asumiendo de la experiencia no aprehensibles de un modo racional o fácilmente verbali-
que en el escenario de la conciencia es el más imporrante en la determinación zable. El complejo modelo de los Sistemas Cognitivos Interadivos (Interacting
de nuestros actos y la planificación de nuestras acciones (Bandura, 1986). Cognitive Subsystems, ICS) de Teasdale y Bemard (1993) justamente hace re-
Pero aunque no hay duda de que el epicentro de las intervenciones en las ferencia a este problema.
terapias cognitivas está en el manejo de_ pensamientos e imágenes conscientes Lo que Teasdale y sus colegas plantean es que en la representación delco-
nocimiento intervienen diferentes códigos: sensoriales (información acústica),
1. La mayor parte de los clínicos cognitivos han coincidido en señalar dos tipos de conteni-
intermedios (reconocimiento de morfemas o lexemas), y de significado (reco-
dos cognitivos. Unos estarían más cerca de la conciencia y serían más observables; los otros se· nocimiento de una palabra completa y la correspondiente activación de pala-
rían más difícilmente accesibles y, en general, los primeros se derivarían de estos últimos. Esta
dicotomía se expresa con una terminología diferente segU.n los autores: «Pensamientos automá·
ricos., Supuestos subyacentes (o actitudes disfuncionales)» (Beck, 1976); «Autoafumaciones/ 2. Resulta una obviedad señalar aquí que la actividad cognitiva inconscientemente es un he-
Creencias irracionales» (Ellis, 1962); «Diálogo interno/Estructuras cognitivas» (Meichen- cho psicológico que no tiene nada que ver con la existencia del «inconsciente» psicoanalítico. Se
baum, 1977) pueden ver algunas reflexiones al respecto en Power y Brewin (1991), y Kihlstrom y cols. (1995).
56 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS UNA INTRODUCCIÓN HISTÓRICA Y CONCEPTUAL 57

bras o significados asociados). Ahora bien, los significados tienen dos niveles di- cos como Beck y Clark (!988). Una de las potenciales ventajas de un sistema ta-
ferentes. Además del típico código proposicional (normalmente elementos ex- xonómico es que permite ordenar el cúmulo de hallazgos sobre el funciona-
presables verbalmente), se admite la existencia de un código implicacional de sig- miento cognitivo, orientar la investigación, y también poder distinguir las ca-
nificados (es decir, significados subjetivos aparentemente no mediados por racterísticas comunes y diferenciales de diferentes trastornos.
códigos verbales). Por ejemplo, cuando escuchamos unas palabras, éstas no sólo El sistema taxonómico de lngram y Kendall (¡986) distingue cuatro catego-
conllevan información de significados concretos sino que también son capaces rías cognitivas: a) estructuras cognitivas, b) contenido de la información almace-
de suscitar oscuros significados a través de elementos como el volumen, tono, y nada en las estructuras, e) operaciones efectuadas dentro de esas estructuras y
timbre en el que son emitidas. Según estos autores, sólo los significados implica- con esos contenidos y, finalmente, d) los productos cognitivos resultantes. Estas
cionales están directamente ligados a las emociones (incluyendo la depresión). En categorías se pueden definir del siguiente modo (Sanz y Vázquez, •99I):
otro orden de información sensorial, la información propioceptiva (la postura
con la que estamos sentados o la tensión de los músculos faciales)-Teasdale y Productos Cognitivos: los productos se refieren al resultado final de las ope-
Bemard (1993)- también comporta significados implicacionales directos. raciones que el sistema cognitivo realiza sobre la información; son las cognicio-
Estos significados implicacionales están claramente ignorados en todas las nes y pensamientos que el individuo experimenta y de las que puede tener
conciencia, como resultado de la interacción de la información entrante con las
terapias psicológicas actuales (cognitivas y no cognitivas) y modelos como el de
estructuras, las proposiciones y las operaciones dd sistema. Las atribuciones o
T easdale y Bemard (1993) podrian ayudar a sugerir técnicas específicas de inter- los pensamientos automáticos son dos de los constructos que se incluyen en esta
vención y proporcionar un marco teórico plausible. No obstante, conviene no categoría, y la mayor parte de la investigación habitual en «Psicología Clínica
perder de vista que el modelo ICS no es timocéntrico o emocionalista. Se trata Cognitiva» se circunscribe desgraciadamente a este ámbito.
de un riguroso modelo cognitivo (que conlleva incluso elementos computacio- Operaciones Cognitivas: se refieren a los procesos mediante los cuales d sis-
nales) pero integrador o, en términos de Teasdale, Sega!, y Williams (1995), «ho- tema opera, e incluyen conceptos como la codificación y recuperación de infor-
lístico», de diferentes niveles de significados del conocimiento humano. mación, o los procesos atencionales.
En definitiva, el ejemplo del papel incierto que juegan los procesos no Proposiciones Cognitivas: se refieren al contenido de la información que es
almacenada y organizada dentro de alguna estructura. Incluye conceptos como
conscientes en psicopatología o el reto de integrar aspectos cognitivos más
los de conocimiento episódico o conocimiento semántico.
complejos (como el de la existencia de códigos no proposicionales) sirve para
Estructuras Cogni'tt'vas: las variables estructurales se refieren a la «arquitec-
poner de relevancia que, a pesar del auge espectacular de las TCC en los últi- tura» del sistema, es decir, la manera en que la información se almacena y seor-
mos 15 años, hay muchas Preguntas sin responder respecto a su relación con ganiza internamente dentro de algún tipo de estructura. La memoria a corto
las teorías y los hallazgos empiricos de la psicología cognitiva. plazo y la memoria a largo plazo son- dos conceptos que pertenecen a esta cate·
goría (págs. 786-787).

TAXONOMÍA COGNITIVA Vamos a considerar cada una de estas áreas de modo breve, señalando la
información empírica y teórica más relevante.
¿Cuál es la estructura de la cognición humana? Teóricos de la cognición
humana como G. Bower,Johnson-Laird, Anderson, Rumelhart, etc., han efec- Productos
tuado diversos tipos de propuestas, basadas en datos de la ciencia cognitiva,
para responder a esta pregunta fundamental (Vega, 1985). Pero también desde El ampliamente empleado término clínico de «Pensamientos Automáticos
el ámbito de las psicoterapias hay un gran interés por disponer de un esquema Negativos» (PAN) hace referencia a aquellas imágenes y contenidos verbales
teórico que permita orientar el trabajo terapéutico (Meichenbaum y Gilmore, que emergen de un modo habitualmente consciente y que constituyen el prin-
1986; Feixas y Miró, •993). cipal «reto» para el terapeuta. En general, los resultados de los estudios que
Dada la gran cantidad de variables cognitivas que son objeto de interés en han analizado explícitamente los PAN, sobre todo las rumiaciones y los pensa ·
psicología clínica (pensamientos automáticos, atribuciones causales, esque- mientos generados espontáneamente, apoyan la idea de que tales PAN tienen
mas cognitivos, etc.), se hace necesario algún sistema taxonómico que permi- un papel en la génesis de estados emocionales negativos. Por ejemplo, diversos
ta comprender mejor los diferentes elementos presentes en la actividad men- procedimientos efectivos de inducción de estado de ánimo logran su objetivo
tal humana. Para ello nos serviremos de la taxonomía cognitiva originalmente simplemente dando instrucciones a la gente para que piensen o lean frases ne-
propuesta por lngram y Kendall (1986), y posteriormente utilizada por clíni- gativas o positivas (Velten, I968; Gerrards-Heese, Spies, y Hesses, •994).
58 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS UNA INTRODUCCIÓN HISTÓRICA Y CONCEPTUAL 59

Obviamente los informes de los pacientes no pueden utilizarse como una vamente ajustarse a cómo, en ciertos tipos de procesamiento, pueden producir-
prueba válida de que los PAN son causa de las emociones negativas puesto se sesgos. Pero hay varios problemas. En primer lugar, aún no se ha demostra-
que los humanos tienen serias limitaciones para poder acceder a estas sutile- do que tales distorsiones del procesamiento sean especificas de individuos con
zas en el procesamiento de la información (Nisbett y Wilson, 1977). Sin em- problemas mentales; de hecho, existe cada vez más evidencia de que las perso-
bargo, los estudios experimentales sobre los efectos positivos de las técnicas nas «normales» muestran notables sesgos y distorsiones en el procesamiento de
de distracción en el pensamiento rumiativo apoyan la idea de que estos PAN la información de la realidad (Haaga y Beck, 1993, 1995; Vázquez, 1995a). En se-
pueden jugar un papel importante al menos en el mantenimiento de estados gundo lugar, la explicación de Beck no da cuenta muy adecuadamente de cómo
de ánimo negativos (Fennell y cols., 1987). surgen y se mantienen tales errores (Sanz y Vázquez, 1991).
¿Son realmente «automáticos» estos pensamientos? Ésta es una pregunta El papel del procesamiento se ha convertido en un área fundamental de la
cuya respuesta no puede darse por sabida, como la mayor parte de los clínicos investigación en psicopatología cognitiva experimental, especialmente en el
creen. Aqui existe un conflicto entre las teorías clinicas y las teorías de la cien- área de investigación de la atención, la memoria y el estado de ánimo. Un ha-
cia cognitiva. Los clínicos denominan «automáticos» a los PAN porque se llazgo consistente es el de la existencia de sesgos atencionales en sujetos ansio-
presentan inesperadamente al paciente, siri que éste sea consciente de que haya sos, de tal modo que, ante dos estímulos competidores, los ansiosos procesan
existido ningún procesamiento previo. Además, los PAN aparentemente son preferente o prioritariamente información con contenidos amenazantes o rela-
automáticos porque son difíciles de controlar una vez iniciados; en efecto, los cionados con la ansiedad (véase una revisión en profundidad en Mathews y
experimentos de «parada de pensamiento» (Wegner y cols., 1993) claramente Macleod, 1994, o Eysenck, 1992). En contraste con los hallazgos en el área de
demuestran que tratar de no pensar en determinados pensamientos conduce la atención, los estudios sobre la memoria de los sujetos ansiosos para proce-
a un efecto de «rebote» por el cual, paradójicamente, dichos pensamientos se sar información de material amenazante han producido resultados menos
hacen más frecuentes y más llamativos para el sujeto. Sin embargo, aunque los consistentes (Watts y Coyle, 1992) pero, en general; los resultados indican una
PAN son unos buenos candidatos a ser considerados como productos basa- ausencia de sesgos de memoria en los sujetos ansiosos (Mathews y Macleod,
dos en operaciones automáticas, como hemos indicado en otro lugar, estas 1994; Williams y cols., 1988).
analogías no agotan los significados de lo que se entiende por «automático» En cuanto a la depresión, el patrón de resultados cambia, pues aquí son
en psicologia cognitiva (Hartlage, Alloy, Vázquez, y Dyckman, 1993). · evidentes los sesgos de memoria: los sujetos deprimidos recuerdan más infor-
Los procesos automáticos son aquellos disparados por un conjunto de es- mación negativa que positiva, cuando es personalmente relevante (Matt, Váz-
tímulos externos o internos-y no necesitan esfuerzo o atención para su inicio o quez y Campbell, 1992). Aunque estos sesgos son más consistentes en pacien-
mantenimiento; parecen no depender de las limitaciones de recursos del siste- tes deprimidos, la inducción experimental de un estado de ánimo positivo o
ma cognitivo y tienen una flexibilidad reducida (Bargh, 1992; Wells y Matt- negativo en personas normales puede producir sesgos en la dirección prevista
hews, 1994). Aunque puede que los PAN se ajusten bastante al concepto cog- (Matt y cols., 1992), lo que parece indicar que el estado de ánimo pudiera cau-
nitivo de «automaticidad», queda por demostrar empíricamente, con técnicas sar los sesgos de recuerdo y no ser un mero resultado de tales sesgos cogniti-
de la psicología experimental, en qué medida cumplen adecuadamente los vos. Sin embargo, la existencia de sesgos atencionales depresivos es mucho
mencionados requisitos formales de un auténtico procesamiento automático de menos concluyente (Mathews y Macleod, 1994; Williams y cols., 1988).
la información (Hartlage, Vázquez, Alloy y Jiménez, 1995). Otra interesante Para explicar el patrón de resultados hallado, Mathews and Macleod
posibilidad, todavía no explorada, es que diferentes tipos de PAN (rituales (!994) han sugerido que resulta úril el empleo de los conceptos de procesa-
mentales, rumiaciones obsesivas, pensamientos autodescalificantes, recuerdos miento automático y controladó (véase la sección de productos cognitivos más
intrusivos, etc.) cumplan diferentes criterios de automaticidad·. arriba): la ansiedad conduciría básicamente a sesgos relacionados con el pro-
cesamiento de material amenazante en etapas tempranas y automáticas del
procesamiento, lo que conduciría a sesgos automáticos atencionales más que
Procesos
a sesgos en procesos controlados (como requieren, en buena medida, muchas
En general, los modelos clínicos cognitivos de psicopatología no han sido operaciones de memoria); la depresión, por d contrario, afectaría más a ope-
muy específicos respecto a cómo posibles anomalías en el procesamiento de la raciones de procesamiento controlado, lo que se reflejaría en sesgos de memo-
información contribuyen a la génesis de los trastornos emocionales. La explica- ria pero sin efectos paraldos en la atención.
ción de Beck de cómo los denominados «errores lógicOS>> (véase Sanz y Vázquez, En cualquier caso, este patrón de resultados en ansiedad (sesgos atencio-
1991, 1995)-por ej.: pensamiento dicotómico- conducen a PAN puede efecti- nales pero no mnésicos) y en depresión (sesgos mnésicos pero no atenciona-
60 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS UNA INTRODUCCIÓN HISTÓRICA Y CONCEPTUAL

les), parece ir en contra de las afirmaciones de teóricos como Beck y sus cole- Aunque ha habido algunas investigaciones que han intentado resolver este
gas (Beck y Clark, 1988), para quienes existen sesgos generales en todo tipo de asunto analizando los contenidos del material sujeto a sesgos de procesamien-
procesamiento (atención o memoria), tanto en la depresión como en la ansíe· to (Greenberg y cols., 1988), no hay en realidad datos que demuestren nítidas
dad. Para estos autores, la diferencia cognitiva entre ambos trastornos estaría diferencias en el contenido esquemático de diversos trastornos. No obstante
simplemente en los contenidos de lo que se procesa, pero no en el tipo de pro- hay algunas líneas de investigación de interés. Resulta claro que en la depresión
cesos alterados implicados. los sesgos en el procesamiento se dan cuando d individuo procesa informa-
No obstante, esta conclusión general no ha de admitirse sin ninguna críti· ción relacionada con temas depresivos personalmente relevantes (Matt, Váz-
ca (Wells y Matthews, 1994; Vázquez, en prensa) pues hay algunos resultados quez y Campbell, 1992; Vázquez, 1987); de ahí que se sugiera que el conte-
contradictorios con ese perfil general.' Por ejemplo, Mathews y cols. (1996) nido del esquema depresivo probablemente gira en tomo a elementos
han hallado que tanto los sujetos deprimidos como los ansiosos atendían se- relevantes para el sí mismo. Si bien la existencia de un autoesquema con pro-
lectivamente a material socialmente amenazante. Además, otros experimentos piedades diferentes a los de otros esquemas cognitivos es una idea sometida a
han hallado sesgos de memoria en pacientes con ansiedad generalizada cuan- debate (Vázquez, 1986; Sega!, 1988),' parece claro que la investigación en el
do se trata de recuerdos autobiográficos (Burke y Mathews, 1992), y en estu- área de la representación cognitiva del sí mismo y del procesamiento de mate-
diantes con ansiedad social respecto a material socialmente amenazante (Wa- rial relevante para el sí mismo es crucial para un mejor entendimiento de la de-
rren y.Mansell, 1995). presión (véase la sección sobre estructuras cognitivas).
Así pues, cada vez es más evidente que los sesgos en el procesamiento no ¿Qué características tienen los esquemas cognitivos desadaptativos? Beck
responden a un patrón sencillo, de modo que, por ejemplo, es probable que di- ha apuntado las siguientes caracteñsticas: ser rígidos, impermeables, sobrein-
versos subtipos de ansiedad se caractericen por tipos de sesgo diferentes en el clusivos y concretos (Beck, 1967; Beck y Oark, 1988). Desafortunadamente, la
procesamiento de la información.' Además, se está llegando a la posición de mayor parte del trabajo efectuado sobre los esquemas desadaptativos se ha
consenso de.que las diferencias ansiedad/depresión pueden vertebrarse bien centrado en su contenido y no en el análisis de este tipo de propiedades. Lo ti-
en tomo al concepto automaticidad/control siempre que este último no se en- pico ha sido utilizar cuestionarios y, por consiguiente, es un tipo de trabajo su-
tienda como una dicotomía sino_ como más bien un continuo. jeto a todos los problemas que hemos advettido anteriormente sobre este tipo
de aproximación de «papel y lápiZ>>.' Una perspectiva algo más innovadora es
Contenidos o proposiciones la utilizada por T easdale y cols. (1995) en un reciente estudio en el que evalua-
ron si el empleo de términos absolutistas, más que el mero contenido negati-
Los esquemas desadaptativos y las actitudes disfuncionales son conceptos vo de esos términos. es una característica del pensamiento depresivo. Para
centrales en las teorías clínicas cognitivas. En linea con la psicología cognitiva ello, se pidió a los depresivos que completasen una serie de frases inacabadas
general, la definición de «esquema>> en la obra de Beck es la de un cuerpo al- («Si siempre me aparto de otros para satisfacer a los demás, la gente me va
macenado de conocimientos que interactúa con d procesamiento de nueva in- a............... »). El resultado fue que las personas deprimidas se caracterizaban
formación (Williams y cols., 1988). Como ya hemos explicado, en la diferen- por una mayor elección de contenidos absolutistas, fuesen de contenido posi-
ciación de la ansiedad y la depresión, Beck se ha centrado en la hipótesis del tivo o negativo.
contenido específico, prácticamente ignorando potenciales diferencias en tér-
minos de estructuras o procesamiento (véase más arriba). Así pues, Beck pro-
Estructuras
pone que en la ansiedad el contenido del esquema está integrado por temas re-
lacionados con. la percepción de amenazas a la propia integridad física o Como se ha señalado más arriba, esta área ha sido relativamente ignorada
psicológica. En el caso de la depresión, por el otro lado, los temas nucleares en las teoñas clínicas cognitivas. Sin embargo, dos lineas recientes de trabajos
harían referencia a asuntos de pérdida y deprivación (Beck y Oark, 1988). han intentado analizar la naturaleza estructural dd esquema más que su con-
tenido. Los resultados son interesantes. Showers (1992) ha usado una medida
3. Algunos estudios han demostrado sesgos preatencionales (utilizando P300) en personas
depresivas cuando se presentan adjetivos con un contenido depresivo. 5. De hecho, los estudios experimentales de procesamiento autorreferente de la información
4. Por ejemplo, mientras que la presencia del objeto fóbico afectad rendimiento atencional para demostrar la existencia del autoesquema (Greenberg, Vázquez y Alloy, 1988; Greenwald y
en una tarea Stroop en sujetos fóbicos (Mathews y K.lug, 1993), se puede esperar que los sujetos Ptatnakis, 1985) han sido criticados por insuficiencias metodológicas (Rudolph, 1993).
con ansiedad.social recuerden de un modo sesgado infonnación relacionada con situaciones de 6, Por ejemplo, es probable que escribir cosas fuerce artificialmente a los sujetos a pensar o
amenaza social personalmente ,relevante (Mansell y Oark, 1995). decir cosas en las que no han pensado (Nisbett y Wilson, 1977). '
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS UNA INTRODUCCIÓN HISTÓRICA Y CONCEPTUAL

derivada de las autodescripciones de los estudiantes para predecir depresión. los problemas es que las medidas de la efectividad del cambio terapéutico tí-
Para cada individuo se obtiene un índice de agrupamiento que evalúa hasta picamente consisten en inventarios de síntomas acompañados, en el mejor de
qué grado los sujetos mezclan adjetivos autorreferentes positivos y negativos. los.casos, de algunos sencillos cuestionarios (véase una revisión de métodos
Según Showers este índice refleja el grado en el que existen asociaciones de de.medida de cogniciones en Vázquez, 1995b).
atributos autorreferentes positivos y negativos en la representación cognitiva Según Barber y DeRubeis (1989), los datos sobre la existencia de cambios
del sí mismo. En concreto, los resultados de la autora sugieren que las perso- reales tras las terapias cognitivas en las estructuras, procesos y contenidos, son
nas con contenidos mixtos (positivos y negativos) muestran una atenuación bastante desalentadores. Siguiendo el esquema de estos autores, revisaremos a
del estado de ánimo negativo. La explicación de este fenómeno, según Sho- continuación el estado de esta cuestión que, sin duda, es central para la vali-
wers, es que cuando se activa un atributo negativo autorreferente en una si- dación de los modelos clínicos cognitivos.
tuación dada el atributo positivo asociado se hace igualmente accesible para el
sujeto.
1. Cambios en creencias (o esquemas) y/o procesos cognitivos
Una segunda línea de estudios se ha aproximado al análisis de aspectos es-
tructurales de los esquemas y cómo tales aspectos, en concreto la complejidad del a. Cambios en el esquema. ¿Se producen cambios en los contenidos depre-
sí mismo, se relacionan con la psicopatologia del individuo (Linville, 1985, 1987). sogénicos? Éste es el supuesto con el que trabajan muchos terapeutas y, de he-
Esta autora propone que una representación compleja del sí mismo posiblemen- cho, es un concepto básico sostenido por muchos autores (Beck y cols., 1979).
te sea capaz de moderar los efectos de los estresores sobre la salud mental. De Un modo típico de evaluar estos cambios es el análisis de las creencias de los
este modo, aquellas personas con un mayor número de representaciones o do- pacientes mediante cuestionarios como el DAS (Dysfunctional Attitudes Sca-
minios en su representación del sí mismo y, en particular, con dominios no sola- le, de Weissman y Beck, 1978).
pables, serán más capaces de manejar el estrés. Linville núde la complejidad del Una de las primeras paradojas con que nos encontramos es que la terapia
autoesquema pidiendo a la gente que nombre diferentes áreas de su vida y sitúe farmacológica (TF) produce cambios cognitivos semejantes a los de la TC (Si-
autodescriptores en cada área en donde sean relevantes. Como cada descriptor mons y cols., 1984; DeRubeis y cols., 1988). En segundo lugar, los estudios con
puede utilizarse más de una vez, pueden potencialmente aparecer en todos los pacientes remitidos muestran que las puntuaciones en el DAS son similares a
dominios (lo que supondña un caso de total solapanúento). Cuanto mayor sea el las de las personas normales (véase una revisión en Sanz y Vázquez, 1993.
número de descriptores que son únicos a un área, mayor complejidad muestra 1994). Sin embargo, y aquí subyace una segunda paradoja, la mayor parte de
el individuo en su representación del sí mismo. En algunos estudios, se ha ha- estos datos proceden de estudios efectuados con terapias farmacológicas y no
llado que esto es predictivo de la depresión (Linville, 1987). terapias cognitivas (véase Barber y Rubeis, 1989). Por lo tanto, la posible aco-
Como puede concluirse de esta breve revisión sobre el estudio de la cogni- modación que sugieren los cambios en el DAS, parece inespecífica a la TC.'
ción en los trastornos emocionales, hemos aprendido mucho a partir de los da- b. Cambios en el procesamiento. ¿Produce la terapia cognitiva cambios en
tos de la literatura experimental en estos últimos años. Esta aproximación teó- el ptocesamiento de la información? En principio se han señalado tres posibi-
rica y experimental está demostrando ser muy fructífera no sólo para el estudio lidades de cambios procesuales (Ingram y Hollon, 1986): a) cambios en los
de la psicopatología sino también de las posibles vías de cambio terapéutico. En procesos (básicamente disminuyendo respuestas automáticas y aumentando
la próxima sección intentaremos comprobar hasta qué punto existe evidencia respuestas controladas; b) cambios en una disminución en los· procesos de au-
precisamente sobre la existencia de cambios cognitivos tras la terapia. tofocalización; y c) un cambio hacia el uso de esquemas alternativos. Al menos
con la información de que disponemos hasta. ahora; resulta difícil saber si los
cambios que se observan tras la terapia se deben a cambios reales de procesa-
MECANISMOS DE CAMBIO TERAPÉUTICO: ¿CAMBIO ALGO COGNITIVO? miento o más bien a cambios en los contenidos cognitivos o en el empleo o
aprendizaje de habilidades compensatorias.
¿Tiene la TCC un efecto directo, como proponen los autores originales En realidad los cambios que se han evaluado en la inmensa mayoria de los
como Beck, Meichenbaum, etc., sobre las cogniciones del individuo o son
efectivas por otra serie de razones? Desgraciadamente, a pesar de llamarse te-
7. No obstante, hay que considerar que una medida como el DAS es realmente insatisfacto-
rapias cognitivo-conductuales, o terapias cognitivas, ha habido muy pocos es- ria pues, por definición, los esquemas disfuncionales serian estructuras más bien latentes, de di-
tudios que hayan intentado medir adecuadamente si el cambio de cogniciones fícil acceso, y no parece que cuestionarios como el DAS sean técnicamente apropiados para eva-
es realmente necesario para el cambio durante el proceso terapéutico. Uno de luar cogniciones de esta naturaleza (Vázquez y Ring, 1993; Sega!, 1988; Segal y Swallow, 1994).
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS UNA INTRODUCCIÓN HISTÓRICA Y CONCEPTUAL

estudios existentes se refieren al contenido, más que a la atitomaticidad u otras depresión, el 80% de la mejoña se alcanza a las pocas semanas de haber co-
caracteñsticas del procesamiento. Por ejemplo, la pretensión de que la TC au- menzado la TC (Dobson, 1989). Si tenemos en cuenta que la TC y la TF son
menta de algún modo la proporción de procesos controlados frente a los au- igualmente efectivas al final del tratamiento en este tipo de problemas (Oei y
tomáticos (Ingram y Hollon, 1986) está aún por demostrar y, en el caso de que Shuttlewood, 1996), este efecto diferencial del aprendizaje sostenido y repeti-
ocurra, posiblemente se debe a la sobreimposición de habilidades cognitivas do a través de la terapia de habilidades cognitivo·conductuales podría expli-
aprendidas (enseñar al paciente técnicas específicas que, en principio, no in- car por qué hay una menor tasa de recaídas en la TC.
cidirían sobre la automaticidad de los pensamientos negativos que aparezcan En último término, el reto de la investigación ha de ser el determinar em-
en su pensamiento: «Veamos, ¿cuál es la evidencia de estas ideas negativas píricamente estas hipótesis que, repetimos, son esenciales para poder caracte-
que tengo?»). rizar científicamente como «cognitivos» los cambios que se producen con las
TC. Para ello se necesitará emplear instrumentos y metodologías adecuados,
que permitan evaluar los cambios cognitivos o de habilidades que se van pro·
2. Cambios en el nivel de activación/desactivación de los esquemas existentes
<luciendo en el transcurso de la terapia.
De acuerdo a esta hipótesis, ligada a las teoñas de redes cognitivas y de
propagación de la activación (véase Sanz y Vázquez, 1991), lo que se produci-
ría en Ja TC es una desactivación de los esquemas negativos y un incremento CONCLUSIONES
en la activación de esquemas positivos. En cierto sentido, lo que se produciña
sería un «apaciguamiento» del esquema negativo, incrementando así su um- La aproximación experimental al estudio de la psicopatología está contri-
bral de activación. Como indican Barber y DeRubeis (1989) es posible que este buyendo enormemente a la comprensión científica de los trastornos psicoló-
mecanismo sea el que, de algún modo, opere en las terapias farmacológicas re- gicos. El uso de las estrategias y conceptos de la psicología cognitiva para eva-
duciendo, al igual que lo hacen las TCC, las cogniciones negativas. Sin em- luar las propuestas de los modelos clínicos cognitivos no ha proporcionado un
bargo, el hecho de que las terapias cognitivas disminuyan más las recaídas pa- apoyo claro a la versión fuerte de estos modelos (es decir, que las cogniciones
rece indicar que esta hipótesis es insuficiente para explicar la naturaleza de los causan inicialmente la patología)-véanse Beck, 1987; Coyne, 1989; Sanz y Váz-
cambios que se producen en estas terapias. quez, 1991; Costello, 1993-. No obstante, es cada vez más creciente el apoyo
experimental sobre el papel causal que tienen las cogniciones en el manteni-
miento de los trastornos emocionales (Teasdale, 1988; Costello, 1993).
3. Hipótesis de las habilidades compensatorias
De cualquier modo, si las psicoterapias han de tener como punto de mira
Según esta hipótesis el cambio que generan las terapias cognitivas se cen- el alivio eficaz del sufrimiento, este trabajo no puede desconectarse de la psi-
tra básicamente en que el paciente aprende una serie de habilidades (meta- cología científica. A lo largo de este capítulo hemos intentado demostrar que
cognitivas y de solución de problemas) que le ayudan a reducir los pensa- desgraciadamente se observa una brecha evidente entre los conceptos y técni-
mientos negativos. El cambio se produciría no tanto en la tendencia a generar cas utilizadas en las psicoterapias cognitivo-conductuales y el estado de cono-
pensamientos negativos frente a situaciones negativas sino al hecho de que la cimientos de la ciencia cognitiva. Sin embargo, esperamos haber sabido expo-
TC inserta un conjunto de habilidades en el paciente para afrontar con más ner que nuestro conocimiento de la psicopatología y, por ende, sobre los
éxito esas situaciones y esas cogniciones. Por ejemplo, el aprendizaje de cier- mecanismos de funcionamiento del cambio terapéutico, se puede iluminar ex-
tas habilidades metacognitivas, como inculcar la necesidad de buscar eviden- traordinariamente con las teorías y procedimientos de la. ciencia cognitiva.
cia o de generar pensamientos alternativos, serían aprendizajes básicos pata Algunas de las insuficiencias actuales de los métodos de intervención se
afrontar eficazmente cogniciones negativas. No obstante, el aprendizaje de centran, en nuestra opinión, en la ausencia de técnicas contrastadas para el ma-
habilidades puede que no actúe de modo tan sencillo como habitualmente se nejo de significados implicacionales (no verbales), y para el manejo de elemen-
supone. De hecho, se ha demostrado que la efectividad de las TCC puede que tos no conscientes (véase una interesante excepción en Brewin, 1989). Además,
resida en el uso de tareas para casa y ejercicios conductuales, aunque el pa- las estrategias de cambio en las psicoterapias, y los métodos de medida de dicho
ciente no las utilice nunca (véase Teasdale y cols., 1995). cambio, se han centrado en los contenidos. Es hora de poner un mayor énfasis
Un último elemento de reflexión sobre la existencia, o la posibilidad, de en el análisis de las estructuras y los procesos a través de medidas y estrategias
cambios cognitivos de importancia en las TCC es el hecho de que los cambios que vayan más allá de los simples cuestionarios (Sega! y Swallow, 1994) pues és-
en procesos y estructuras parecen difíciles si pensamos que, en áreas como la tos difícilmente pueden capturar la naturaleza de estos elementos cognitivos.
66 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS UN.A INTRODUCCIÓN HISTÓRICA Y CONCEPTUAL 67

En definitiva, el atributo de «cognitiv0>> aplicado a la terapias cognitivas Coyne, J. C. (1989), «Thinking postcognitivdy about depression», en A. Freeman, K.
debe asentarse más en el análisis científico de la naturaleza de los cambios que M. Simon, L. E. Beucler, y H. Arkowitz (comps.), Comprehensive handbook of cog-
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Agradecimientos: este capítulo ha sido escrito gracias a la Acción Integra-


da HB 1995-181 del programa conjunto Hispano-Británico del British Council
y el Ministerio de Educación y Ciencia, concedida a ambos autores. Agrade- INTRODUCCIÓN
cemos los comentarios efectuados por Richard Bentall y Jesús Sanz a borra-
dores previos del escrito final. Adentrarse en el campo de la evaluación cognitiva, y tratar de las técnicas
propias de este marco, no siempre resulta fácil aun considerando que, si bien
desde un punto de vista teórico representa un enfoque claramente diferencia-
do de los enfoques psicométrico, clínico y/o conductual, no siempre ocurre lo
mismo desde Ja práctica donde-con gran frecuencia se utilizan combinaciones
de dos o más de ellos, planteando la incertidumbre de cuál es el sistema teóri-
co en que se basa, e incluso cuál es el predominante. Es fácil encontrar en un
miSmo instrumento de evaluación diversos contenidos claramente conductua·
les, junto con otros específicos del campo cognitivo, lo que implicaría la justi-
ficación de denominarse conductual-cognitivo o cognitivo-conductual, y al
ínismo tiempo figurar en el campo de la evaluación cognitiva.
No es ésta la única cuestión que debemos planteamos, ya que parece obliga-
do recordar la diferencia conceptual entre diagnóstico y evaluación psicológica,
ante los criterios de algunos autores, quienes sostienen que determinados ins·
tiumentos no son válidos para el diagnóstico, sino solamente para determinar la
intensidad o frecuencia de las variables, dimensiones, estados o rasgos ya consi-
derados, lo que parece incongruente en cuanto existirían unas técnicas para po·
ner de manifiesto lo cualitativo y otras exclusivamente lo cuantitativo, siendo lo
ideal y necesario, desde un punto de visra práctico, que las técnicas de evalua-
ción abarcaran tanto lo cualitativo como lo cuantitativo. No se· puede perder de
vista que los objetivos de la evaluación son describir, explicar y predecir; lo que
lleva implícito esrablecer las diferencias tanto intersujetos como intrasujetos, y
todo ello con finalidades concretas, bien sean de investigación, bien de terapias.
Y es desde esta última finalidad donde principalmente es obligado considerar la
diferencia conceptual entre los términos diagnóstico y evaluación psicológica;
teniendo el término diagnóstico un sentido transversal, y la evaluación psicoló-
gica longitudinal, de tal manera que desde el término evaluación puede, y es ne-
cesario, conocerse tanto la línea base como las alteraciones.producidas a lo largo
del tiempo en la frecuencia y/o intensidad de la variable considerada.
72 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS UNA INTRODUCCIÓN HISTÓRICA Y CONCEPTUAL 73

Sean estos planteamientos precedentes un adelanto a lo que acaso el lector constructos, destacando el marco general que opera en todos ellos. De esta
pueda llegar por sí mismo, y que en cualquier caso deberían considerarse para manera en la evaluación más que hacer referencia a un momento específico en
una mejor comprensión de lo tratado en este tema. No vamos a dar respuesta el tiempo, se intenta reconstruir la etiología y d desarrollo de una experiencia
aquí a estas cuestiones puesto que existen diversos manuales tanto de diag- determinada. La unidad de análisis no es la proposición (entendida como
nóstico como de evaluación donde han sido tratadas con amplitud (por ej., !teml. sino las diferencias, distinciones fundamentales o constructos bipolares
García Riaño, 1995). Nos limitamos aquí exclusivamente a la evaluación cog- que los individuos utilizan para ordeaar sus experiencias. Esta estructura cog-
nitiva, estableciendo el marco teórico y las correspondientes categorías, para nitiva se encuentra organizada jerárquicamente, de manera que hay construc-
concluir con la referencia de las principales y más usuales técnicas de evalua- ciones que desempeñan papeles más centrales, mientras que hay otras que son
ción, seleccionadas de entre la multiplicidad existente. más periféricas. El resultado de la evaluación se interpreta desde un punto de
vista amplio intentando evitar los diagnósticos específicos. El formato de eva-
luación es de entrevistas interactivas que, de manera intencionada, se encuen-
Dos ENFOQUES EN LA EVALU.ACIÓN tran menos definidas que los cuestionarios, pretendiendo resaltar las particu-
laridades de los constructos personales del individuo evaluado. Aquí interesa
La evaluación de las creencias, sentimientos y autoafumaciones ha sido . tanto una puntuación cuantitativa como cualitativa, existiendo constructivís-
abordada por el cognitivismo desde una doble aproximación: la cognitivo-con- tas a favor y en contra de la utilización de criterios psicométricos, consideran-
ductual y la constructivista. Así, Neímeyer y Neimeyer (1993) establecen las do que cualquier estrategia de evaluación constructivista debe ser predomi-
principales diferencias entre las dos aproximaciones de la siguiente manera: nantemente interpretativa y fenomenológica más que normativa y estadística.
La evaluación cognitivo-conductual se ha caracterizado por intentar man- En este capítulo se pretende ofrecer al lector una guía sobre los «princi-
tener la objetividad de sus procedimientos evaluativos, entendiendo que pro- pales instrumento"" de evaluación utiliZ2<1os en terapia cognitiva. Hemos in-
ducen un efecto neutro y que no alteran el proceso de pensamiento del indi- cluido aquellos instrumentos más significativos y utilizados en la práctica de
viduo y considerando que las técnicas reactivas pueden ver limitada su cada enfoque. Lógicamente, la gran cantidad de instrumentos hace imposible
utilidad. La evaluación se realiza sobre frecuencias de respuesta o grado de el que puedan ser todos recogidos, resultando evidente que no se puede ofre-
creencia de un conjunto de ítems (referidos a pensamientos, creencias) indi- cer un análisis pormenorizado de los mismos, pues ello implicaría un libro ex-
viduales, sin valorar, generalmente, la interacción o diálogos internos que clusivo sobre este aspecto. En cualquier caso, para cada uno de los instru-
puedan establecerse entre los mismos. El momento evaluado suele ser o el mentos que incluimos hemos procurado indicar la utilidad del mismo,
presente o un pasado cercano. El resultado de la evaluación suele ser un muestra sobre la que se ha aplicado y tipificado, fiabilidad, validez, estructu-
diagnóstico específico (determinados trastornos de ansiedad o de depresión, ra, etc., siempre que las hubiere, ya que de algunos de ellos sólo resulta posi-
etc.). En cuanto a los formatos de la evaluaci6n suelen ser cuestionarios auto- ble encontrar algunos estudios aislados realizados con muestras muy reduci-
administrados (aunque hay variaciones en las que el tipo de respuesta es más das y con poco impacto de los aspectos que acabamos de mencionar.
abierto), los cuales suelen estar estandarizados y elaborados con cuidadosos
criterios de fiabilidad y validez, realizando una interpretación de los resulta-
dos predominantemente cuantitativa según la adecuación de criterios psico- LA ORIENTACIÓN COGNITIVO-CONDUCTUAL
métricos.
La aproximación constructivista establece un claro solapamiento entre el
Inventario de Depresión de Beck (BDI)
proceso evaluativo y el terapéutico, considerando que cualquier evaluación
implica un proceso que genera cambio, el cual debe ser dirigido para promo- Es un inventario elaborado por Beck y colaboradores (1961) para evaluar la
ver la reconstrucción personal, último objetivo del consejo psicológico y la depresión, con 21 ítems, correspondientes a otras tantas manifestaciones o sín-
psicoterapia. El proceso evaluativo no está dirigido hacia determinadas pro- tomas de la depresión. En su versión original, nacido desde el campo de la clí-
posiciones más o menos aisladas, sino que se pretende evaluar el sistema de nica desde la terapia de pacientes deprimidos, estuvo orientado para la hete-
constructos entendido como _sistemas interconectados; se considera que cual- roaplicación por los terapeutas con la finalidad de establecer los niveles de
quier creencia debe ser interpretada desde el sistema total que la sustenta. Así, depresión de los pacientes y, por tanto, determinar las diferencias intraindivi-
no interesa tanto la frecuencia de respuesta de un ítem o proposición deter- duales en base a la eficacia de los diferentes programas terapéuticos; Los dife-
minada, sino que se pretende establecer la relación existente entre diferentes rentes aspectos que evaluar son Tristeza, Desánimo, Sentimiento de fracaso, In-
74 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS UNA INTRODUCCIÓ-N HISTÓRICA Y CONCEPTUAL 75

satisfacción, Culpa, Sentimiento de castigo, Desprecio de sí mismo, Autoculpa- las características demográficas de los pacientes. La consistencia interna es tam-
bilidad, Pensamientos suicidas, Lloro, Irritabilidad, Aislamiento, Indecisión, bién positiva alcanzando un coeficiente alfa de .83 (Vázquez, 1991).
Imagen corporal, Trabajo, Sueño, Cansancio, Apetito, Sentimiento de pérdida Su validez factorial se reduce a cuatro factores principales que explican un
de peso, Hípocondríasis y Sexualidad. 42% de la varianza. El Factor I comprende: fracaso, culpabilidad, indecisión
Desde esta perspectiva de heteroaplicado se convertiría en una entrevista y culpabilidad; el Factor II: insatisfación, aislamiento y pérdida de interés por
estructurada, basada en el autoinforme del paciente y la valoración por parte el sexo; el Factor III: hipocondría, sueño, irritabilidad, cansancio, trabajo e in-
del terapeuta en una escala de cuatro niveles, no debiéndose entonces calificar seguridad; y el Factor IV: sentimiento de pérdida de peso y apetito. Sorpren-
de técnica estrictamente objetiva, a pesar del alto grado de estructuración. de que algunos de los ítems que parecen significativos, como el desánimo y la
Posteriormente, el inventario fue modificado estableciendo diferentes gra- tristeza, se diluyan en los demás factores y no constituyan otro factor relacio-
dos en cada uno de los ítems o manifestaciones sintomáticas, convirtiéndose, nado con el estado de ánimo.
así, en técnica autoaplicada, en cuanto el paciente puede señalar en una esca- Su capacidad discriminante, entre sujetos deprimidos y no deprimidos, al-
la nominal de cuatro u ocho manifestaciones la que mejor refleje su estado o canza un valor del 95 %, tomando la puntuación 16 como punto de corte, si
siruación en la actualidad. No obstante esta diversidad de manifestaciones re- bien no todos los ítems lo hacen con la misma eficacia, destacando, como los
lativas a los ítems, la valoración es realizada de o a 3 (cuatro nivdes), en cuan- mejor discriminantes, los sentimientos de castigo y fracaso, llanto e indecisión
to, según la clave establecida, dos o más manifestaciones reciben la misma va- (Vázquez, 1991). La afirmación de este autor de la no existencia de diferencias
loración de acuerdo con la clave preestablecida. Una valoración que no sigue, entre sexos parece, al menos, sorprendente, solamente explicada, entende-
en algunos casos, el orden numérico, ascendente o descendente, de acuerdo mos, en base a la muestra, con predominio excesivo de uno de los sexos, y
con la sucesión de los enunciados, evitando, de esta manera las posibles e ina- gran homogeneidad respecto a la edad, no citada en su estudio.
decuadas tendencias a que los evaluados señalen un.determinado lugar de or- Ya en 1974, Beck y cols. habían desarrollado una nueva forma, respecto a
den, que acaso no se corresponda con la realidad del estado. la de 1961, reduciendo el número de ítems a 13, por eliminación de los menos
Esta versión del BDI ofrece las ventajas sobre la anterior de ser más obje- significativos, que son valorados en una escala de o a 4 puntos (tristeza, desá-
tiva en cuanto no interviene la subjetividad del evaluador, y éste no requiere nimo, fracaso, insatisfacción, culpabilidad, desprecio de sí, daño, aislamiento,
una formación especial para utilizarla. imagen corporal, trabajo, cansancio y apetito).
En 1978, aparece la nueva versión con modificaciones respecto a la original A pesar que la correlación de esta forma corta con la más amplia de 1961 es
de 1961, reformulando ítems, modificándolos o suprimiendo afirmaciones, de de .96, según los estudios del propio autor, y que ofrece una mayor facilidad
tal manera que cada ítem contiene cuatro alternativas perfectamente gradua- de cumplimentación y corrección, requiriendo un menor tiempo, debe consi-
das, que permiten la valoración de cada uno de los ítems de o a 4, y la pun- derarse, que por regla general, una disminución en cuanto a longitud implica
ruación total viene determinada por la suma de los valores correspondientes a también una disminución respecto a la capacidad discriminativa, tanto res-
cada ítem, con un rango teórico de o a 84. pecto a íntersujetos como intrasujeto. Lo que se gana en tiempo, se pierde en
Los índices de fiabilidad hallados en diversos esrudios están oscilando entre efiéacia, al no considerar determinados aspectos o síntomas que fueron supri-
. 53 y .93, si bien debe considerarse que ha sido obtenida por procedimientos di- midos del inventario .
ferentes y con diferentes muestras de población. Beck (1961) obtiene un índice
de -93 por el procedimiento de las dos mitades, mientras que Weckovicz (x967)
Cuestionario de Ideas Irracionales (IBTJ
no logra más que .53, por este mismo procedimiento. Utilizando el procedi-
miento test-retest, Rehm (1976) obtiene un índice de .75, y Vázquez {x99¡) .72 El cuestionario de ideas irracionales fue elaborado inicialmente por Jones
con un- intervalo intertest. de un mes, y superiores a .60 a !Os tres meses, utili- (1969) quien extrajo 15 factores de los que 10 se aproximaban al sistema de
zando muestras de población española. Estos valores, a excepción del de Beck, creencias irracionales desarrollado por Albert Ellis. Los 100 ítems de los que
nos parecen excesivamente bajos, aunque otros autores afirman que la fiabili- consta el cuestionario original poseían poca fiabilidad y validez por haber sido
dad del BDI es aceptable, acaso al considerar que el tiempo intertest es lo sufi- obtenidos de una muestra muy pequeña. Lohr·y Bonge (r982), con una mues-
cientemente amplio para que las variables moduladoras intervinientes surtan tra de 897 individuos no clínicos, realizaron una revisión del cuestionario in-
efectos significativos. Mejores son los índices de validez, encontrados en diversos tentando replicar los resultados obtenidos por Jones. Tras la realización de un
esrudios, con valores superiores a .60, y al mismo tiempo se ha puesto de mani- análisis de componentes principales y aplicando un criterio de rotación orto-
fiesto su sensibilidad al cambio de niveles de depresión, independientemente de gonal se retienen diez factores, con los que se explica el 32 o/o de la varianza
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS UNA INTRODUCCIÓN HISTÓRICA Y CONCEPTUAL 77

(demandas de aprobación, elevadas autoexpectativas, propensión a la culpa, incluso en sujetos normales con elevado nivel cultural. Asimismo establecen
irresponsabilidad emocional, preocupación ansiosa excesiva, evitación del su validez, encontrando una alta correlación con otras escalas, ya validadas, de
problema, dependencia, desamparo y perfcccionismo). Estos factores coinci- uso corriente en la evaluación de la depresión, como la BDI de Beck.
den con 9 de los 10 obtenidos por Jones, salvo el cuarto (frustración reactiva) Estudios posteriores (Conde y Esteban, 1974) se orientan a la estandariza-
que no se replica. Los índices alfa de fiabilidad son relativamente bajos y osci- ción de la escala, mediante la realización de estudios diferenciales probables,
lan entre .35 y .73, mientras que los de test-retest lo hacen entre .57 y .80. considerando la edad, sexo, estado, nivel cultural y residencia de los sujetos;
se llega a la conclusión de que algunas de estas variables son significativas, es-
pecialmente la edad y el sexo, al igual que se ha puesto de manifiesto en múl-
Escala de Depresión Autoaplicada (SDS)
tiples estudios, utilizando técnicas de evaluación diferentes y en distintas
La SDS, es una escala elaborada por Zung (1965) para la evaluación cuan- muestras de población.
titativa de la depresión, trastorno o desorden depresivo, en base a la frecuen- La SDS ha sido utilizada también como entrevista estructurada, con las mis-
cia con que aparecen los síntomas depresivos, no considerando la intensidad mas aseveraciones o contenido de los ítems, si bien seguidas de breves explici-
de los mismos. Consta de veinte ítems, referidos a las siguientes tres áreas o taciones del contenido, desde las que el evaluador-entrevistador puede valorar
Factores: FI, Afectivo (i ítems); Fil, Fisiológico (8 ítems); y FIII, Cognitivo (8 en una escala de cuatro puntos {I-4), en función de la frecuencia. Esta forma ha
ítems), si bien, en este último, Conde (1969) encuentra un nuevo factor (Fac- sido nominada Escala Heteroaplicada para la Depresión.
tor IV) con contenido psicosocial, compuesto por los ítems 14, 18 y 19.
La valoración de los ítems nos viene dada por una escala de 1 a 4, corres-
Inventario de Cogniciones (Cognition Checklist) (CCL)
pondientes a cuatro niveles temporales (raramente, algunas veces, muchas ve-
ces, siempre o casi siempre), o de 4 a 1, dependiendo del signo negativo o po- La escala de pensamientos fue desarrollada por Beck y colaboradores
sitivo del contenido del ítem, por lo que el rango de puntuaciones totales de la (1987) para medir la frecuencia de pensamientos automáticos presentes en los
SDS, obtenido por la suma de los valores correspondientes a cada ítem, es de trastornos de ansiedad y depresión. En esta escala se incluyen, además de las
20 - 80, si bien, en la práctica, n_o suelen aparecer las puntuaciones extremas. cogniciones típicas de la depresión de pérdida y error, las cogniciones referi-
Para la interpretación de las puntuaciones directas, se dispone ya de pun- das al pasado y las negativas referidas al futuro, mientras que en relación a la
tuaciones centiles tomando como criterio, en base a los estudios realizados por dimensión de ansiedad se incluyen las referidas a la amenaza, al peligro y a
el propio autor, y corroborados más tarde por otros, que las puntuaciones cen- la incertidumbre, características de los trastornos de ansiedad. El rango de pun-
tiles inferiores a 50 pertenecen a la población normal (no depresiva), si bien pue- túación de la escala es de cinco puntos (o a 4) y, tras diversas reducciones del
den encontrarse sujetos con depresión subclínica (Pe. entre 40 y 50); los sujetos Conjuflto de ítems iniciales, se consigue una escala que contiene 26 ítems, 14
con p\llltwiciones superiores a 50 e inferiores a 70 estarían comprendidos en la para la dimensión de depresión y 12 para la de ansiedad.
categoría de depresión media, y los sujetos con una puntuación mayor que 70 · • Esta escala posee una alta fiabilidad (coeficientes alfa de .90 para ansiedad
estarían incluidos en la categoría de depresión grave. Estas puntuaciones y cate- y .92 para depresión, así como un test-retest, tras seis semanas, de .79 y .76 p<
gorías deben tomarse como marco de referencia que permite establecer un ma- .001 respectivamente), y también una buena validez, discriminando correcta-
yor número de categorías, y facilita los diagnósticos diferenciales individuales. mente al 79 % de la muestra de pacientes ansiosos y al 83 % de los depresivos.
La validez (validez discriminante) ha sido determinada en base a las dife- Por otra parte, consideramos importante indicar que en la estructura fac·
rencias entre las puntuaciones medias obtenidas por un grupo control (no de- torial resultante del conjunto, 8 de los 24 ítems saturan en las dos dimensiones,
presivos) y un grupo de depresivos. No obstante se ha cuestionado su validez lo·cual contribuye a la obtención de las altas correlaciones existentes entre di-
dado que la diferenciación entre sujetos ansiosos y depresivos no es correcta, chas dimensiones.
ya que se solapan las puntuaciones de un buen número de sujetos; se trata de
un problema que aparece en la mayoría de las escalas, cuestionarios o inven-
Cuestionario de Pensamientos Automáticos (ATQ)
tarios, de ansiedad y depresión, dado la correlación entre ambas dimensiones.
La adaptació~· ~astellana ya fue realizada en 1969 por Conde y Sánchez de El Cuestionario de Pensamientos Automáticos (ATQ) procede de un estu-
Vega, y revisada de nuevo en 1970 (Conde, Escriba e Izquierdo, 1970), su- dio realizado por Hollon y Kendall (1980) sobre la frecuencia de aparición de
friendo algunos cambios en los ítems, respecto a su redacción, para su mejor los pensamientos automáticos negativos asociados con la depresión en estu·
comprensión, ante las dificultades que presentaba para algunos pacientes, e diantes. Este cuestionario tiene 30 ítems que se contestan en una escala de· 5
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS UNA INTRODUCCIÓN HISTÓRICA Y CONCEPTUAL 79

puntos que discriminan bien entre sujetos depresivos y no depresivos, no en- Inventario de Ansiedad de Beck (BAI)
contrándose diferencias entre varones y mujeres.
El BAI es un cuestionario de 21 ítems resultante de la simplificación de
Para su validación se utilizaron los cuestionarios BDI, la escala de depresión
otr·as escalas de ansiedad que refleja bien lós criterios del trastorno de pánico
del cuestionario MMPI y la escala de ansiedad rasgo del STAl. Dada la alta co-
del DSM-III-R. Desarrollado en 1988 por Beck y cols. (Beck, Epstein, Brown
rrelación observada entre ansiedad y el ATQ no resulta posible establecer una
y Steer, 1988) este cuestionario, derivado de una muestra de pacientes psiquiá-
interpretación de especificidad de las cogniciones asociadas con la dimensión
tricos no hospitalizados, obtiene una consistencia interna de .92 y una corre-
de depresión. El cuestionario posee una alta fiabilidad (.97 p< .001).
lación test-retest de .75. El cuestionario utiliza una escala de 4 puntos y mues-
Tras la realización de un análisis de componentes principales con rotación
tra una estructura bífactorial con un factor de sintomatología somática (13
varimax y reteniendo aquellos factores con valores propios superiores a la
ítems) y otro de ansiedad subjetiva y de síntomas de pánico (8 ítems). La co-
unidad se obtienen 4 factores que dan cuenta del 58,9% de la varianza total.
rrelación que muestra con medidas de depresión (BDI) es moderada (.48),
Los factores hacen referencia a Desajuste personal y deseo de cambio (45,9%),
pero, en definitiva, menor de lo que lo hacen otros cuestionarios (Soriano y
Autoconcepto y expectativas negativos (p%), Baja autqestima (4,4%) y, por
Salavert, 1996), por lo que discrimina un poco mejor la sintomatología ansiosa
último, Desánimo/Desamparo (3,¡%).
de la depresiva de lo que lo hacen otros.
Posteriormente, Harrell y Ryon (1983) realizaron un estudio similar utilizan-
Su máxima utilidad está dirigida a aquellos casos en que interesa estable-
do muestra clínica, obteniendo unos resultados muy similares a los obtenidos
cer la máxima separación entre la sintomatología ansiosa y la depresiva en po-
por los autores del cuestionario (93,1% de los sujetos correctamente clasificados
blación psiquiátrica, sin olvidar que ésta no es total.
como depresivos y no depresivos y medidas de fiabilidad superiores a .9 para
En un estudio posterior (Fydrich, Dowdall y Chambless, 1992) se estable-
los sujetos depresivos y entre .89 y .59 para los no depresivos). Si utilizamos los
cieron 3 subgrupos de individuos en tratamiento con régimen ambulatorio:
valores de las puntuaciones medias de este último trabajo y las obtenidas por
trastorno de pánico con agorafobia (X=28,29), trastorno de pánico sin agorafo-
los autores del cuestionario_puede obtenerse una guía para~u ulterior interpre-
bia (X=22,22) y otros trastornos de ansiedad (X=16,3), en donde los subgrupos
tación: dep"':'ivos clínicos Xi=88,9; estudiantes depresivos X=79,64; no depresi-
11~-pánico puntúan más alto que el resto de trastornos de ansiedad de manera
vos clínicos Xi=42,35 y estudiantes no depresivos X=48,57.
;ilinificativa (p=.04). Los resultados obtenidos en este estudio corroboi:an, en
~u'mayor parte, los obtenidos por los autores del cuestionario, obserlándose
Cuestionario de pensamientos automáticos positivos (ATQ-P) 'que el BAI enfatiza la sintomatología ansiosa de carácter físico frente a la con-
'ductual o cognitiva, aspecto en el que parecen puntuar más alto los individuos
Es un cuestionario de 30 ítems, con una escala de 5 puntos que evalúa la
con trastorno de pánico que los diagnosticados como ansiedad generalizada o
frecuencia de pensamientos positivos. Desarrollado por Ingram y Wisnicki
,como trastorno obsesivo-compulsivo, pudiendo mejorarse la validez de conte-
(1988) diferencia pacientes depresivos de los no depresivos y, también, estu-
nido de la escala con un número mayor de ítems de contenido cognitivo.
diantes con elevada sintomatología depresiva de los estudiantes normales.
Además, los estudios no clínicos muestran relaciones negativas entre el cues-
Cuestionario de Preocupación del Estado de Penn (PSWQ>
tionario y la ansiedad social o la ansiedad rasgo.
Kendall y cols. (1989) revisan el cuestionario permitiendo distinguir pa- Dada la relación existente entre el rasgo de preocupación y el diagnóstico
cientes depresivos de aquellos con esquizofrenia crónica, trastorno esquizo- de ansiedad generalizada, Meyer y cols. (1990) desarrollan un cuestionario diri-
afectivo, trastorno bi¡)olar y trastorno de pánico. gido a la medida del rasgo de preocupación. Utilizando una muestra de estu-
Ene un estudio realizado por Burgess y Haaga (1994) se comparan los re- diantes de psicología y con una amplia batería de ítems, la reducen hasta obte-
sultados obtenidos con este cuestionario y el cuestionario de pensamientos ner un cuestionario de 16 ítems con un índice de fiabilidad de .93. De los 16
automáticos revisado (ATQ-RP). Utilizando estudiantes universitarios de psi- ítems,_ 5se encuentran formulados en sentido inverso para evitar la aquiescencia.
cología obtienen coeficientes alfa de .91 para el ATQ-RP y de .95 para el En- este cuestionario se aprecian diferencias significativas entre varones
ATQ-P, lo cual evidencia una alta consistencia interna, encontrándose, ade- (X=46.1) y mujeres (X=51.2), observándose correlaciones entre el STAl rasgo
más, ambos altamente correlacionados (.74), demostrando, de esta manera, (.64) y estado (.49), así como con el BDI (.36). Utilizando un número reduci-
una alta validez convergente. Como conclusión puede establecerse que los re- do de sujetos se obtiene una fiabilidad test-retest de .92. En el articulo original
sultados tienden a ser bastante equivalentes, con lo que su uso dependerá de de los autores se ofrecen diversos estudios con diferentes muestras en donde
las preferencias del investigador. los valores que acabamos de mencionar sufren ligeras-alteraciones. También
So MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS UNA INTRODUCCIÓN HISTÓRICA Y CONCEPTUAL 81

se aportan relaciones con otros cuestionarios como estrategias de afronta- La utilidad de la escala parece demostrada cuando se espera encontrar al-
miento, características de personalidad y relaciones con otros cuestionarios tas puntuaciones, pero no es un instrumento adecuado en aquellos casos en
relacionados con ansiedad y depresión. Utilizando individuos diagnosticados donde el nivel esperado sea bajo, por ejemplo en muestras no clínicas, ya que
con trastorno de ansiedad generalizada se encuentra ausencia de correlación la .escala no los detecta correctamente.
entre el rasgo de preocupación y las dimensiones de ansiedad y depresión, lo En un estudio de Beck y cols. {r985) en el que se utilizó 207 pacientes hospi-
cual hace plantear a los autores que dicho rasgo de preocupación sea un cons- talizados con ideas de suicidio sólo el 9,1 % de los que llevaron a cabo el intento
tructo independiente de ansiedad y depresión. suicida con resultados fatales obtuvo una puntuación de 9 o inferior, mientras
Recientemente Sandín y cols. (1995) han realizado un estudio en el que se que el 90,9% había obtenido una puntuación de Io o superior. Siivan estos re·
ha aplicado dicho cuestionario, junto con otros, a una doble muestra españo- soltados a título informativo acerca de las puntuaciones que debemos esperar.
la: la primera de 210 estudiantes y la segunda de m individuos clínicos diag-
nosticados de trastorno de ansiedad primario. Los índices de fiabilidad osci-
lan entre .87 y .93 en la muestra de estudiantes y entre .92 y .91 en la muestra LA ORIENTACIÓN CONSTRUCTIVISTA
clínica (según sexo). Además, tras la realización de un análisis de componen-
tes principales con rotación ortogonal (varimax) replican la dimensión de preo- Desde una perspectiva práctica puede resultar útil distinguir entre méto-
cupación como un constructo unitario, considerando su relativa separación dos de evaluación que pretenden establecer la estructura implicita u organiza-
de la ansiedad somática y apareciendo como un componente cognitivo central ción del sistema de creencias de un individuo y aquellos que se centran en el
en el trastorno de ansiedad generalizada. proceso, flujo y cambio de las construcciones a través del tiempo.
En este trabajo se realiza únicamente una descripción de las técnicas, así
como de los objetivos que persiguen. Para una mayor descripción véase Nei-
Escala de Desesperanza (Hopelessness Sea/e)
meyer {r993).
El sentimiento de desesperanza se refiere a las expectativas negativas hacia
uno mismo y hacia el futuro y ha sido identificado como una de las caracterís- ·'Métodos estructurales
ticas principales de la depresión, encontrándose implicado en aspectos tales -té~

como el suicidio, la esquizofrenia, la sociopatía y la enfermedad física, La im- Escalamiento


portancia de esta variable podemos verla en el trabajo de Minkoff y cols.
(1973), en donde se observó que la intensidad del intento de suicidio estaba co- Siguiendo los planteamientos de Bannister y Mair (1968), la técnica fue in-
rrelacionada en mayor grado con la desesperanza que con la depresión. Esta troducida por un estudiante de George Kelly, Hinkle, en 1965. El procedi-
dimensión sirve de unión entre la depresión y el suicidio llegando a explicar el miento de escalamiento consiste en una entrevista estructurada simple que
76o/o de la asociación existente entre depresión e intentos de suicidio. pretende examinar los constructos supraordinales o las implicaciones de or-
Beck y cols. (1974) desarrollaron la Escala de Desesperanza para evaluar den superior de aquellos constructos personales importantes que el respon-
este sentimiento a través de 20 ítems que se contestan en una escala de verda- dente utiliza para construir el mundo.
dero (11 ítems) y falso (9 ítems). La puntuación es de o ó 1 y la puntuación má- Ejemplo: cuando un individuo realiza una aserción o afirmación que puede
xima posible es 20. La fiabilidad obtenida por los autores con una muestra de ser determinante o importante el terapeuta intenta que la persona reflexione sobre
pacientes hospitalizados (294 sujetos) que habían tenido intentos de suicidio ella con preguntas como ¿por qué?, ¿cuál puede ser la ventaja de opinar de ese
fue de .93. modo?; ¿qué se opone o cuál es el lado opuesto de esta afirmación? El proceso se
El resultado de la factorización con rotación ortogonal (varimax) arroja va repitiendo extrayendo las ventajas, preferencias y/o contrastes ddas siguien-
tres factores siguiendo el criterio de Kaiser. De ellos, el primero explica el tes afirmaciones, hasta que el individuo no puede establecer más implicaciones
41,7% de la varianza y se refiere a sentimientos sobre el futuro; el segundo fac- supraordinales de sus elecciones. El resultado es la elaboración de una especie
tor denominado como pérdida de motivación explica sólo el 6,2 % de la va- de escalera de implicaciones de una aserción y su elemento opuesto, o de los
rianza, mientras que el tercer factor referido a expectativas futuras explica el constructos personales que el individuo utiliza ante un determinado problema.
5,6% de la varianza. Sin embargo, investigaciones posteriores (Young y cols., Cuando el individuo no puede argumentar más implicaciones, preferen-
1992), han demostrado la unidimensionalidad de la escala, explicando entre el cias o contrastes, quiere decir que se ha llegado a un último objetivo para.él, lo
53% y el 55,5% y obteniendo una fiabilidad superior a .9. cual sugiere que se ha aproximado al núcleo del constructo que se encuentra
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS UNA INTRODUCCIÓN HISTÓRICA Y CONCEPTUAL 83

tácitamente representado más que explícitamente discutido en el curso de su Por último, además de identificar las distorsiones cognitivas en cada nivel,
vida cotidiana (Neimeyer, 1981). desde una perspectiva estrictamente terapéutica, se critican o debaten los ne·
Esta técnica, al igual que el escalamiento dialéctico, se muestra especial- xos existentes entre los pensamientos, haciendo que el individuo sea conscien-
mente efectiva cuando se trata de aclarar valores del individuo o en aquellos te .de la incorrección de sus conclusiones.
casos de toma de decisiones, en los que el individuo necesita explorar todas Su utilidad se manifiesta en los casos en que se intenta explorar las reac-
las implicaciones {conflictos o sentimientos ambivalentes) que tiene una de- ciones emocionales sobrevaloradas de un determinado evento tales como es-
terminada elección. tados depresivos, ansiosos u otros trastornos emocionales.

Escalamiento dialéctico Técnica de rejilla

Hay casos en los que la sensación de conflicto de un individuo es tal que La técnica de rejilla es, probablemente, la técnica de evaluación más utili-
no resulta posible emplear el procedimiento de escalamiento, ya que el sujeto zada por los psicólogos constructivistas. Bel! (1990), desde un punto de vista
se encuentra incapaz para poder identificar algun valor preferencial. En estos estadístico, la define como un conjunto de representaciones de las relaciones
casos, resulta útil un procedimiento alternativo al escalamiento, denominado existentes entre el conjunto de cosas que una persona construye (dementas} y
escalamiento dialéctico, el cual consiste en un conjunto de implícaciones su- el conjunto de formas de construcción de dicha persona (los constructos).
praordenadas en que los constructos contrapuestos se unen en un orden de Desde un plano de procedimiento representa una manera de elicitar una cons·
síntesis o de integración superior. Cuando esta integración tiene éxito, la téc- trucción de algún dominio de la experiencia, normalmente comparando y
nica, además de aportar la evaluación de la estructura, también ofrece guías contrastando las representaciones de dicho dominio y describiendo sistemáti·
sobre nuevos potenciales susceptibles de ser explorados. Una forma de aplí- camente cada una de ellas en su propio repertorio de dimensiones de evalua-
car la técnica puede consistir en indicar al individuo que intente, partiendo de ción, o constructos personales. La «rejilla>> resultante de las descripciones de
los primeros constructos, encontrar alguna nueva alternativa que suponga una los elementos a través de las dimensiones de los constructos puede ser anali·
integración de los constructos aparentemente contrapuestos. Esto puede ha- zada formal o informalmente sugiriendo formas en que el individuo realiza los
cerse con todos los constructos contrapuestos de manera· jerárquica, de forma constructos.
que todos los sucesivos constructos queden unidos por algún sentido perso- Esta técnica puede ser especialmente útil en los casos en los que el indivi·
nal que los integre, el cual, en palabras de McWilliams (1988), es un nuevo duo muestra una especial dificultad con la ambigüedad, por las caracteristicas
constructo más abarcador que integra varios eventos y los organiza en térmi- organizadoras y estructuradoras de la técnica. Su limitación puede encontrar-
nos de un principio de orden superior. se en lo poco que nos dice acerca del proceso actual de construcción del indi-
viduo, aspecto que se puede resolver utilizando técnicas de análisis del dis-
curso o análisis del contenido.
Sentido hacia abajo
Métodos orientados al proceso
Mientras que las técnicas de escalamiento establecen las relaciones si-
guiendo el sentido de lo específico a lo general o abstracto, esta técnica se uti- Autocaracterización
liza para establecer las relaciones de cadenas implícitas en una situación dada.
El inicio suele ser estableciendo los pensamientos automáticos que aparecen La autocaracterización es una técnica de evaluación de la terapia de rol fijo de
en la mente de un individuo cuando se encuentra ante una situación estresan- Kelly (1955), en la que se emplean significados narrativos con fines terapéuticos.
te, intentando extraer las creencias y conclllsiones asociadas a los mismos. Es- Desde una perspectiva evaluativa la_ técnica de autocaractenZación. supone
tos pensamientos suelen poseer un bajo grado de conciencia. Una vez se han plantear al individuo que describa su carácter en tercera persona, como si un
detectado estos pensamientos se procede preguntando al individuo el signifi- buen amigo, que nos conociera perfectamente, lo hiciese de manera íntima y
c11do y la repercusión del mismo para él, repitiendo el proceso en cada una de desenfadada. Con ello se pretende ver el papel que tiene el individuo en rela-
las respuestas que realice. Con ello se consigue establecer los nexos existentes ción a la estructura del mundo que él mismo realiza.
entre las premisas iniciales y las conclusiones finales. Esta técnica es especialmente útil en las primeras sesiones terapéuticas,
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS UNA INTRODUCCIÓN HISTÓRICA Y CONCEPTUAL 85

cuando el terapeuta intenta entender al individuo en sus propios términos o, tos conectados directamente con dichas construcciones y que hacen que los
también, en aquellos momentos en los que interesa saber cuál es la propia vi- individuos confirmen sus hipótesis acerca de uno mismo y de los otros miem-
sión interna del individuo. Dadas las características de este método puede bros.
observarse que es una técnica con grado medio de directividad, en la que in- . Este método requiere un alto grado de directividad, en donde el terapeu-
teresa más el flujo de exposición del individuo que el poder establecer cuál es ta pregunta acerca de las construcciones y acciones asociadas de cada miem-
la estructura del conocimiento personal. Por ello, resulta útil con aquellos in- bro que toma parte en un determinado problema. Esto hace que se produzca
dividuos que presentan problemas conflictivos con otras personas como re- un zigzagueo de preguntas hacia cada miembro que manifiesta sus pensa-
sultado de un problema de su propia personalidad. mientos y comportamientos que los justifican.
Aunque el método resulta bastante flexible no es apropiado cuando las ac-
ciones del individuo pueden ser peligrosas o destructivas (ante amenazas cla-
Fluir de la conciencia ras de suicidio), en las que se necesita un comportamiento más directivo por
parte del terapeuta. Resulta extremadamente útil en terapia de pareja o tera-
Esta técnica, desarrollada por Mahoney (1991), se refiere a la asociación pia de familia, en donde se pueden romper círculos viciosos mostrando el sis-
que realizan los individuos sobre sus pensamientos, sensaciones, imágenes, tema de funcionamiento familiar a todos sus miembros.
memorias y sentimientos. Se parece a la técnica de asociación libre, que em-
pleara Freud, o a la cadena de asociaciones de Kelly, sin embargo es algo más
permisiva con el individuo, considerando que las defensas poseen un carácter REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
de defensa, más que de ocultación o engaño. Además, aquí se pone menos én-
fasis en la interpretación que realiza el terapeuta de los relatos del individuo. Bannister, D. y Mair,J. M. (1968), The evaluation o/personal constructs, Londres, Aca·
Algunos autores utilizan conjuntamente técnicas de relajación que faciliten demic Press.
ese «fluir>> de los pensamientos (Neimeyer, 1988). Beck, A. T. (1976), Cognitive therapy and the emotional disorders, Londres, Penguin.
Beck, A., Brown, G., Steer, R, Eidelson, J. y Riskind, J. (1987), «Differentiating an-
Esta técnica es la menos directiva de las que aquí se relacionan y su máxi-
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ma aplicación se presenta cuando se pretende conseguir un mayor desarrollo nal o/ Abnormal Psyhology, 96, n. 3, 179-183.
de la apreciación de las complejidades y conflictos del individuo. En esta téc- Beck, A., Epstein, N., Brown, G., Steer, R (1988), «An inventory for measuring clini-
nica el terapeuta debe evitar el interpretar o desafiar al individuo sobre los as- cal anxiety: psychometric properties», ]ournal o/ Consulting and Clinica/ Psycho-
pectos que éste mencione. Se pretende mantener una actitud de tranquilidad, logy, 56, n. 6, 893-897.
invitando de manera no directiva a entrar profundamente en su fluir de sus Beck, A. T., Ward, C. H., Mendelson, M., Mock,J., y Erbaugh,J. (1961), «An inven-
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En esta técnica se requiere un alto grado de confianza por parte del clien- Beck, A., Weissman, A., Lester, D., y Trexler, L. (1974), «The measurement of pessi-
te hacia el terapeuta con lo que no resultará una buena elección si ambos no mism: the hopelessness scale», ]ournal o/ Consulting and Clinical Psychology, 42,
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han alcanzado este grado de relación en el momento de utilizarse.
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acción. Es decir, por una parte, lo que uno piensa sobre sí mismo, en relación Conde, V., Escribá,J. A., Izquierdo, J. A. (1970), «Evaluación estadística y adaptación
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86 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS UNA INTRODUCCIÓN HISTÓRICA Y CONCEPTUAL

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SEGUNDA PARTE

ESTADO DE LA CUESTIÓN
Y PROCESOS TERAPÉUTICOS
CAPÍTULO 5

EL ESTADO DE LA CUESTIÓN
EN LA TERAPIA RACIONAL-EMOTIVA-CONDUCTUAL

Albert El/is

EL ESTADO TEÓRICO DE LA CUESTIÓN


EN LA TERAPIA RACIONAL-EMOTIVA-CONDUCTUAL

Éste va a ser un breve resumen del estado de la cuestión en la terapia racio-


nal-emotiva-conductual (TREC), que se centrará en sus principales diferencias
con otras terapias cognitivas descritas en este libro. Creé la TREC en enero de
1955; después de ser, entre 1943 y 1947, un terapeuta activo-directivo ecléctico y,
entre 1947 y 1953, un psicoanalista. Al convencerme en 1953 de que todas las for-
mas de psicoanálisis eran tristemente ineficaces y. en gran parte, anticientíficas,
investigué en 1953 y 1954 entre las principales formas de psicoterapia, integran-
do, en 1955 en la TREC, lo que pensaba que eran sus mejores métodos. De esta
manera, desde su inicio, la TREC fue una forma integrativa y multimodal de te-
rapia, con sólo unos pocos antecedentes, como, por ejemplo, los trabajos de
Alexander Herzberg, Andrew Salter y Frederick Thome.
Es bastante curioso que no haya inferido la teoría de la TREC de los psico-
terapeutas cognitivos, tales como Pierre Janet o Alfred Adler, sino de los pri-
meros filósofos, especialmente de los antiguos asiáticos -fundamentalmente
Gautama Buda- y de los antiguos griegos y romanos, como Epicuro, Epicteto
y Marco Aurelio. Todos estos filósofos, a los que seguirían después Kant, Tho-
reau, Russell, Heidegger y otros, creían que Acontecimientos acrivadores exter-
nos (As) vividos contribuían significativamente a nuestras Consecuencias con-
ductuales y emocionales (Cs), pero que la otra causa principal de nuestras
perturbaciones emocionales (Cs) eran las firmes Creencias (Bs)' que tenemos
sobre las Adversidades (As) por las que nos preocupamos, de forma especial.
De esta manera obtuve, en gran parte, los ABC de la neurosis humana de
los filósofos antiguos y modernos; y también obtuve parcialmente de filósofos
y científicos las D -los debates de nuestras creencias irracionales creadoras

1. Nota de los traductores. Con el fin de igualar traducciones y presentaciones del modelo
A-B-C se mantiene la inicial B de Beliefs, para representar a Creencias (Bs), lbs para representar
a creencias irracionales y Rbs para representar a creencias racionales.
92 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 93

de perturbación-. Pero creé el Debate emotivo y conductual a partir de los dades (As). Sus Rbs negativas tienden a llevarlos a enfrentarse de manera efec-
métodos de otros terapeutas, especialmente de los terapeutas experienciales y tiva con las Adversidades, mientras que sus lbs negativas les incitan a enfren-
conductuales. Porque, como dije en mi primer artículo sobre la TREC en 1956, tarSe ineficazmente a las mismas.
pensamientos, sentimientos y conductas no suelen ser dispares, sino que inte- En primer lugar la TREC agrupa todas las lbs incluyendo, en.primer lu-
ractúan significativamente unos con otros. Las «perturbaciones emocionales» gar. las inferencias negativas y los pensamientos automáticos -tales como
son, por tanto, cognitivo-emotivo-conductuales; y para realizar cambios signi- «IDe está riñendo, luego no le gusto» o «He fracasado en este examen, lo que
ficativos en la personalidad, casi siempre hemos de realizar una variedad de demuestra que no soy bueno para examinarme»--. En segundo lugar, la
cambios persistentes e importantes en nuestros propios pensamientos, nues- TREC agrupa las lbs comunes, las filosofías básicas autoperturbadoras de
tras emociones y en nuestras propias acciones (Dryden, l995a, 1995b; Ellis, la gente -tales como «Como él me tiene antipatía, eso hace de mí una persona
l9t'2, 1988, 1994, 1996; Ellis y Dryden, 1996). indeseable», o «Si yo no soy bueno en esta prueba, o para examinarme en ge-
La TREC fue la pionera y casi la única terapia cognitivo-conductual hasta neral, soy una persona inútil que no se merece las cosas buenas de la vida».
la mitad de los años 60, cuando otros terapeutas cognitivos empezaron a de- Sin embargo, después de utilizar la TREC durante algún tiempo, caí en la
sarrollar sus teorías y técnicas principales, incluyendo entre éstos a Beck, Ma- cuenta de que los pensamientos automáticos y las inferencias autoperturba-
xie Maultsby Jr., y Donald Meichenbaum. Las terapias cognitivo-conductua- doras casi siempre estaban profundamente relacionadas y en su mayor parte
les llegaron a ser bastantes populares en la década de los 70, desarrollándose se derivaban de un núcleo disfuncional de Creencias. Para mi sorpresa, vi
mucho desde entonces, y produciendo cientos de estudios y miles de historias que casi todas sus lbs estaban íntimamente relacionadas y se derivaban, en su
clínicas, la mayoría de las cuales solían justificar mis dos hipótesis originales: mayor parte, de tres básicos «tener que>> o «debería>> absolutistas: ¡) «Estoy
I) Las personas que se aferran fuertemente y de manera persistente a Creen- absolutamente obligado a hacerlo bien y a conseguir la aprobación de los de-
cias irracionales o disfuncionales (Bs) están más perturbadas que aquellas que más, o si no yo soy (toda de mi persona lo es) un inútil». 2) «Los demás tienen
lo hacen con menor fuerza y con menor frecuencia. 2) Cuando es utilizada la que tratarme absolutamente de forma amable y justa, o si no ellos son detes-
TREC y terapias cognitivo-conductuales similares para enseñar a los dientes tables». 3) «Las condiciones de mi vida deben ser absolutamente conforrables
cómo pensar y cómo actuar con_trs. sus Creencias contraproducentes, éstos y sin dolor ni sufrimiento, o si no el mundo es tremendo y terrible, ¡y no pue-
tienden, de manera significativa, a encontrarse menos perturbados que cuan- ~-resistirlo!».
do se utilizan otras formas de terapia o cuando no se utiliza ninguna. . . Aunque la mayoría de las demás terapias cognitivas aceptan la importancia
Las técnicas originales de la TREC fueron adoptadas por la mayoría de las de esos tres debería básicos, les dan la misma importancia que a otras irracio-
terapias cognitivo-conductuales (TCC) más importantes, y muchas de sus nove- nalidades que describí originalmenre en los años 50, rales como el catastrofis-
dosas teorías y métodos también han sido utilizadas, aunque a menudo con di- mo, el pensamiento todo-o-nada, el salto a las conclusiones, el razonamiento
ferente tenninología, por otras TCC. De esta manera, mi BUgerencia de que la emocional, la personalización o el perfeccionismo. La TREC busca esas formas
gente perturbada tiene «profundas filosofías irracionales» ha sido traducida por de pensamiento disfuncional, y enseña a sus clientes cómo Discutir y actuar
otros terapeutas cognitivos como «UD esquema central disfuncionai». Por tanto, contra éstos. Pero también y de manera especial les muestra a los clientes la im-
en la actualidad ¿la TREC es totalmente similar a otras terapias rales.como la te- porrancia y la fuerza de sus exigencias y de sus órdenes básicas, y les muestra que
rapia cognitiva de Beck o la terapia de modificación cognitiva de la conducta de si- se quedan con sus objetivos importantes, deseos, y preferencias, y que si se
Meichenbaum? No, no totalmenre. A menos que me equivoque, la TREC es sig- abstienen de sus comunes y exageradas exigencias, raramente se perturbarán
nificativamenre diferenre de orras TCC en aspectos importantes. Dado que el es- excesivamente ante nada -¡sí, ante nada!- y además, harán uso con menor
pacio en este capítulo es limitado, déjenme describir brevemenre algunas de sus frecuencia de sus comunes inferencias irracionales y de sus pensamientos auto-
características únicas actuales, tanto teóricas como prácticas. máticos.
La TREC, por lo tanto, utiliza autoafirmaciones y visualización positiva
--como lo hacen otras terapias cognitivas-. Sin embargo, la TREC intenta,
Filosofías básicas de autoperturbación
principalmente, ayudar a sus clientes a conseguir un cambio filosófico profundo,
Primero, la TREC teorizó que cuando en la vida de las personas se produ- que supone ser conscientes de sus fuertes tendencias de necesidad de pertur-
cen Adversidades (As) -o cuando éstas las provocan- éstas tienen casi siem- bación y seguir cambiándolas -sí, para el resto de sus días-- en deseos y pre-
pre y al mismo tiempo, Creencias Racionales negativas de Autoayuda (Rbs) y ferencias de autoayuda.
Creencias Irracionales negativas contraproducentes (lb.) sobre esas Adversi-
94 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 95

Fundamentos biológicos de las creencias i"acionales ra en los años 70, y en la actualidad soy en algún sentido un construccionista
y postmodernista. La TREC sostiene, en la actualidad, que las Creencias ra-
Donde otras terapias cognitivas, siguiendo en parte al psicoanálisis, acen-
cionales e irracionales no existen en sí misrnas, sino que van unidas a los obje-
túan la manera en que la gente adquiere sus Creencias disfuncionales históri-
tivos y valores humanos, que no son, de nuevo, intrínsecamente «buenos)> o
ca y evolutivamente de su familia, de su cultura, y de su historia experiencia!,
«malos», sino que en su mayoría son elegidos. Por lo tanto, la gente elige man-
la TREC acepta esta «causación» y algunas veces explora los «orígenes» de
tenerse vivo y disfrutar de distintas cosas -tales como el amor, el sexo, el di-
esas lbs de sus clientes. Sin embargo, no duda en postular y señalar las pode-
nero, o la salud-; y sus ideas pueden ser denominadas «racionales» y sus con-
rosas tendencias biológicas e innatas de los seres humanos para crear e inven-
ductas «funcionales», cuando les ayudan a conseguir sus objetivos. La TREC,
tar lbs abrumadoras, tales como las de necesidad de perturbación, condena, ho-
por consiguiente, no proporciona al cliente objetivos y valores «racionales»,
rrorizarse o la sobregeneralización. Por lo tanto, muestra a los clientes cómo,
sino que intenta ayudarle a comportarse con más «racionalidad» para cumplir
de- manera natural y /ácilinente, conservan sus pensamientos, sentimientos o
con sus propios objetivos individuales y sociales.
conductas contraproducentes, y de qué manera deben trabajar duro-¡por el
La TREC es particularmente constructivista en el sentido de que asume
resto de sus días!- para seguir pensando y_ actuando, con fuerza, contra ellos.
que la gente está predispuesta, social y biológicamente, para aceptar ciertos
objetivos -especialmente seguir vivo, evitar el dolor y buscar el placer-y de
Sentimientos negativos saludables y perjudiciales . que ésta, por tanto, construye vías de afrontamiento ante las Adversidades y
La mayoña de las terapias cognitivas y conductuales representan los senti- vías para conseguir sus objetivos. La gente tiene tendencias innatas construc-
mientos negativos de las personas en un continuo, distribuido desde uno (leves tivas y destructivas. A diferencia de otros animales, el ser humano tiene una
sentimientos perturbadores) hasta cien (sentimientos sumamente perturbado- tendencia constructiva especial para poder pensar, para pensar sobre sus pen-
res). La TREC parece set una·de las pocas terapias que los sitúa en dos escalas samientos, y para pensar sobre los pensamientos de sus pensamientos. La
algo distintas; una escala de sentimientos sanos o de autoayuda, y una segunda _TREC teoriza que si los seres humanos utilizan sus capacidades cognitivas
escala de sentimientos poco saludables o contraproducentes. Esta teoña hipo- únicas, así como sus tendencias constructivas para crear nuevos sentimientos
tetiza que casi todos los seres humanos, cuando hacen frente a las Adversida- y nuevas conductas, podrían en primer lugar disminuir sus tendencias des-
des, primero tienden a lamentarse de esos problemas, deseando que no existie- tructivas perturbadoras. En segundo lugar, podrían utilizar sus pensamientos,
ran, y mediante esos deseos y preferencias crean ligeros, moderados o fuertes sentimientos y acciones para realizarse y disfrutar de sí mismos más de lo que
sentimientos negativos saludables -tales como la tristeza, la desilusión, el re- normalmente lo hacen. De esta manera, la TREC intenta desarrollar métodos
mordimiento, la frustración o la irritación-. La TREC también hipotetiza que terapéuticos que sean antidesmoralizadores y proautorrealizadores.
cuando ocurren Adversidades semejantes casi toda la gente a veces exige y or-
dena que esas cosas «malas» no existan, creando, por lo tanto, ligeros, mode- Trabajando para una solución elegante: menor perturbabilidad
rados o fuertes sentimientos negativos perjudiciales -tales como el pánico, la
depresión, la rabia, el odio hacia sí mismo o la compasión de sí mismo--. Por La TREC, así como otras terapias cognitivo-conductuales, siempre ha in-
ello, la TREC anima a sus clientes a tener buenos sentimientos y malos senti- tentado ayudar a la gente para que sufra menos con sus síntomas emocionales
mientos -mientras estos últimos no sean saboteadores de uno mismo--. En (es decir, pánico y desesperación) y con sus síntomas conductuales (es decir,
consecuencia, la TREC incluye, como expondré más adelante, distintos méto- compulsiones, adicciones y fobias). También se ha preocupado por ayudarles
dos emotivo-evocadores de sentimientos y difícilmente quita importancia o es a que superen sus síntomas secundarios (ansiedad por la ansiedad,. autodespre-
contraria a lo emocional como pueden hacerlo otras terapias cognitivo-conduc- cio por la depresión). Pero algo único en la TREC es que anima a muchos de
tuales -tales como las terapias de resolución de problemas. sus clientes a conseguir un resultado terapéutico «elegante»: adquirir una es-
pecie de profundo cambio filosófico de modo que, después de finalizada la te-
rapia, raramente se perturben seriamente por ninguna de las Adversidades
La TREC y el constructivismo que puedan experimentar; y si vuelven a recaer, puedan utilizar rápidamente
Como han señalado algunos constructivistas y posmodernistas, original- los procedimientos de la TREC para resurgir de nuevo. La TREC asume que,
mente la TREC siguió la postura del positivismo lógico sosteniendo que se si sus clientes adquieren una filosofía básica que incluya grandes deseos y pe-
puede comprobar empíricamente la falsedad de las Creencias Irracionales y queñas exigencias, y si simultáneamente continúan rechazando la autoconde-
validarse las Creencias Racionales y sus consecuencias. Abandoné esta postu- na y el odio hacia sí mismos y hacia otras personas, y si siguen luchando con-
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PRÜCESOS TERAPÉUTICOS 97

tra la impotencia ante condiciones frustrantes, se sentirán mucho menos per- Utilización de métodos conductuales
turbados, y también claramente menos perturbables, siendo éste uno de los
objetivos más importantes de la TREC. Aprendí los métodos conductuales de terapia de los experimentos deJohn
B. Watson y de sus discípulos a comienzos ·de los años 20, así como de los pri-
meros sexólogos -tales como !van Bloch y August Forel-quienes prescribían
Actividad-directividad tareas activas para casa a sus pacientes, en las primeras dos décadas dd siglo xx.
Muchas de las terapias cognitivo-conductuales son activo-directivas, e inclu- A principios de los años 30, antes incluso de que pensara en llegar a ser un tera-
yen, en gran medida, la enseñanza, la estimulación y la asignación y supervisión peuta, seguí los métodos de Watson y practiqué conmigo mismo la desensibili-
de tareas para casa. A menudo, la TREC supera todo eso en función de lo si- zación en vivo, superando totalmente mis fobias relacionadas con hablar en pú-
guiente: I) Asume que algunos clientes pueden aprender y aplicar algunos de blico y con los encuentros con mujeres atractivas. Progresivamente, desde 1943,
sus métodos más relevantes, rápida y eficazmente, de manera que van al grano practiqué la terapia sexual y de pareja activo-directiva y utilicé gran cantidad de
pronto y activamente, y les animan a hacerlo de esa manera. 2) La TREC asume tareas en vivo para casa, con mis clientes reprimidos, fóbicos y con otros que su-
que muchos clientes pueden beneficiarse de actividades entre sesiones, de la frian ansiedad de ejecución o de inhibiciones sociales, De esta manera, cuando
lnisma manera que lo hacen de sus experiencias en las sesiones. De esta manera, en 1953 abandoné el psicoanálisis y comencé a crear la Terapia Racional-Emoti-
se les anima con frecuencia a leer y escuchar material de la TREC, a grabar y es- va-Conductual, incluí en la misma un número de tareas para casa cognitivas,
cuchar sus propias sesiones de terapia, utilizar lecturas y trabajos apropiados, y emotivas y conductuales. Mientras que algunas veces utilizo la desensibilización
recoger, de distintas maneras, la información relacionada con la TREC. 3) Asu- en imaginación deJoseph Wolpe, así como la imaginación racional emotiva de
me, como ya se mencionó anteriormente, que los clientes pensarán por ellos mis- Maultsby, la TREC siempre ha favorecido la desensibilización en vivo o la ex-
mos, adaptando los métodos de la TREC de una forma especial. Pero, además, posición a situaciones irracionalmente temidas. Además, también anima a sus
la TREC asume que no todos los pacientes empezarán de forma automática, dientes a mantenerse temporalinente en situaciones difíciles -tales como un
sino que tienden a posponer y resistirse a trabajar por d cambio, y que lo mejor mal matrimonio o un trabajo difícil- hasta que ellos mismos dejan de preocu-
que se puede hacer es incitarlos y empujarlos a ello, en lugar de que d terapeu- parse por ello, decidiendo entonces si vale la pena continuar o no.
ta espere eternamente hasta que lo hagan por ellos mismos. La TREC también precedió al movimiento del entrenamiento asertivo
popularizado por Alberti y Emmons en 1970. La edición en 1963 de mi libr~
más vendido Guía inteligente para mujeres a la hora de relacionarse y com-
Utilización de métodos intensivos y experiencia/es prometerse, animó firmemente a las mujeres, en un capítulo pionero titulado
Me di cuenta, poco después de haber utilizado la TREC con mis clientes, de «Cómo ser asertiva sin ser agresiva>>, a cortejar activamente a los hombres.
que muchos de ellos mantenían sus Creencias Irracionales de forma muy rígida Desde el principio, la TREC insistió en el entrenamiento en habilidades
y enérgica. Por lo tanto, incluso cuando podían reconocerlas rápidamente y ver especialmente en temas tales como el sexo, el amor y el matrimonio. Mis ma~
cuán perjudiciales eran, sólo debatían y actuaban contra ellas ligeramente, y nuales populares en estas áreas, tales como Sexo sin culpa y el arte y la ciencia
sólo sustituían ligeramente sus lbs por Creencias Racionales. A pesar de ello, to- del amor, fueron muy utilizados por terapeutas y por el público en general en
davía se aferraban fuerte y poderosamente a sus lbs y a sus sentimientos y con- los años 60, En la actualidad, la TREC es, desde distintas perspectivas, más
ductas autodestructivas. A partir de aquí empecé a incorporar en la TREC un conductual que la mayoría de los demás tipos de terapias cognitivas.
número de técnicas enérgicas, intensas, evocadoras y dramáticas -incluyendo
ejercicios contra la vergüenza, d debate intenso de las lbs, la imaginación ra- La TREC y los métodos de resolución de problemas
cional emotiva y d cambio de roles en d que d terapeuta adopta rígidamente
algunas de, las Creencias disfuncionales dd cliente y éste debe convencerle para La TREC siempre ha considerado una pobre resolución de problemas
que las abandone-. Yendo todavía más allá, en los años 60, añadí varios ejer- como una parte importante de la perturbación emocional y conductual. La
cicios experienciales a la TREC individual y a la terapia de grupo y les enseñé a teoría sostiene que los individuos neuróticos se toman las Adversidades de sus
los practicantes de la TREC cómo dirigir seminarios, maratones y sesiones in- vidas demasiado en serio y a menudo se preocupan demasiado por los proble-
tensivas (Ellis, 1985, 1988, 199.¡, 1996; Ellis & Dryden, 1996). mas de la vida. Por esta razón, saltan frecuentemente a conclusiones erróneas
La TREC, por tanto, es más emotiva-evocadora y experiencia! que casi to- Y en consecuencia idean y a menudo se ciñen rígidamente a «soluciones» d~
das las demás terapias cognitivas. bajo nivd para sus dificultades, Así, con la mayoría de clientes, los terapeutas
MANUAL OB PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO OB LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 99

intentan primero ayudarles a que se despreocupen de sus dilemas prácticos. La TREC también utiliza tareas seleccionadas de intención paradójica
Pero a medida que se procede en esta resolución de problemas, se consideran para ayudar a las personas a darse cuenta de algunos de sus pensamientos y
los dilemas prácticos a los que se enfrentan los clientes, y se discute con ellos las conductas disfuncionales, rígidamente adquiridas. Por ejemplo, los clientes
maneras mejores y más apropiadas de resolver esos problemas. En consecuen· que temen el rechazo social o profesional comprueban que soportan ser re·
cia, la TREC utiliza, y a veces origina, un número de métodos útiles, incluyendo chazados varias veces, y de esta manera ven que pueden conseguir aceptación
algunos de los destacados por George Spivack, Thomas d'Zurilla, Arthur y y que pueden sobrevivir al «horror>> del rechazo. Sin embargo, los practican·
Christine Nezu, y por otros terapeutas cognitivos especializados en métodos de tes de la TREC utilizan la intención paradójica selectiva y cuidadosamente, y
resolución de problemas. Pero la TREC insiste, particularmente, en enseñar a no de la manera algo imprudente en que algunos terapeutas, tales como los
las personas cómo descubrir, Debatir, y actuar contra sus Creencias Irraciona- ericksonianos, la utilizan algunas veces.
les mientras que idean mejores soluciones a los problemas prácticos de sus vidas.
Adquisición de intereses vitales centrales o continuidad
La utilización del humor y la paradoja en la TREC
Desde los inicios de mi investigación en la psicología de la felicidad, una
La TREC sostiene que cuando las personas están «emocionalmente» per- década antes de que decidiera llegar a ser psicoterapeuta, señalé que los huma-
turbadas, a menudo pierden su perspectiva inteligente y su sentido del humor, nos, incluyéndome a mí mismo, funcionaban mejor cuando se negaban a preo-
tomándose las Adversidades y los problemas en exceso y exagerando su «ho- cuparse innecesariamente, pero todavía mejor cuando conseguían adoptar uno
rror>>. Por lo tanto, la TREC suele ironizar sobre los pensamientos y las accio- o varios intereses vitales. Si, por ejemplo, se comprometían, mejor a largo pla-
nes de los clientes --sin, por supuesto, reírse de ellos-. En este sentido, en la zo, en un gran proyecto --como formar una familia o poner un negocio o pro·
clínica psicológica del Instituto para la Terapia Racional-Emotiva de Nueva mover una causa política o social- iban a disfrutar más claramente de ellos
York damos a nuestros clientes un conjunto de canciones humorísticas racio· mismos a causa de su fuerte compromiso y, aceptando más fácilmente, e inclu·
nales para cantárselas a sí mismos cuando sienten mucha ansiedad, depresión s0 ignorando, muchas de las preocupaciones y dificultades de sus vidas. Más
u odio hacia sí mismos. He aquí, como ejemplo, una de.las que encuentran úti· aún, como Mihaley Csikszentmihalyi empezó a mostrar en una serie de estu-
les las personas deprimidas por el rechazo sexual: Clios en los años 80, las personas vitalmente centradas tienen, a menudo, un
keritido de «continuidad»; esto es, un sentimiento de pleno bienestar por lo que
¡ÁMAME, ÁMAME, SÓLO A MÍ! ellos están haciendo, y no necesariamente por cómo lo están haciendo de bien.
(Melodía: Yanlcee Doodle Dandy) Llegan a verse absorbidos por el mero hecho de estar absorbidos por algo, sin-
tiéndose menos perturbados y más felices que otras personas.
¡Ámame, ámame, sólo a mí
Robert A. Harper y yo proporcionamos a los clientes y a otras personas in-
O yo moriré sin ti!
tereses vitales centrales en la primera edición del libro Una nueva guía para
¡Haz de tu amor una garantía
Así nunca podré dudar de ti! la vida racional, que fue publicado en 1961 y en la edición revisada en 1975. La
¡Ámame, ámame totalmente -realmente, realmente- TREC siempre hizo de este concepto y de este compromiso un aspecto Íin-
Inténtalo amada/o mía/o! portante de la terapia. Y todavia lo hace. La TREC anúna, insistentemente a
¡Pero si tú también exiges amor las personas perturbadas -¡y no perturbadas!- a que se involucren intensa-
Te odiaré hastamorir,.cariño! mente en alguna área de la vida que hayan elegido personalmente y en la cual
¡Ámame, ámame todo el tiempo deciden sumergirse. Por lo que se refiere a esto, la TREC va más allá que la
A fondo y completamente! mayoría de las demás terapias cognitivas.
¡La vida se convierte en un sucio lodo
Menos cuando me amas!
¡Ámame con gran ternura
Sin síes ni peros, cariño CLÍNICA E- INVESTIGACIÓN. EL ESTADO DB LA CUESTIÓN
Si alguna vez me amas menos
Odiaré tus malditas entrañas., cariño! Disponemos de estudios clínicos de la TREC que han mostrado su eficacia al
compararla con grupos no tratados o con grupos tratados con otras fonnas de te·
(Letra de Albert Ellis, Instituto para la Terapia Racional-Emotiva ©1976) rapia (Lyons y Woods, 1991; McGovern y Silverman, 1984; Silverman, McCarthy
100 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS IOI

y McGovem, 1992). También tenemos una serie de estudios que muestran que la Ellis, A. (!962), Reason and emotiOn in psychotherapy, Secaucus, NJ, Citadel.
TREC es eficaz cuando se utiliza en el campo educativo, empresarial, y en otros Ellis, A. (1979), The intel!igent woman's guide to dating and mating, Secaucus, NJ, Lyle
campos (Hajzlet y Bemaid, 1991). Sin embaigo, al igual que muchos estudios de Stuart, ed. orig. 1963.
resultados con la TCC, los investigadores han mostrado, sobre todo, que los mé- ElliS, A. (1985), Overcoming resistance: Rationai-emotive therapy with di/ficult clients,
' Nueva York, Springer.
todos cognitivos de la TREC son eficaces, aunque hasta ahora se han hecho po-
Ellis, A. (1988), How to stubbornly re/use to make yoursel/ miserable about anything-
cos estudios que midan su eficacia cuando se utiliza, también, un extenso rango
yes, anything! Secaucus, NJ, Lyle Stuart.
de sus técnicas emotivas y conductuales. Tales estudios son difíciles de llevar a Ellis, A. (1994). Reason and emotion in psychotherapy, Revised and updated, Nueva
cabo, porque la TREC, de la misma manera que otras formas de TCC, incluyen, York, Birch Lane Press.
por lo general, un acercamiento multimodal e interactivo que oscurece la posible Ellis, A. (1996), Better, deeper, and more endun'ng brie/ theraf>y, Nueva York, Brun-
eficacia de cualquieta de sus métodos en particular. La investigación futura ha de ner/Mazel.
medir mejor la efectividad de los distintos métodos de la TREC y de las TCC, Ellis, A., Y Dryden, W. (1996), The practice o/ rationa/.emotive therapy, edición revisa-
para descubrir cuáles son sus aspectos con mayor o menor eficacia. da, Nueva York, Springer.
Ellis, A., Y Harper, R. A. (1975), A new guide to rationa/ living, Nocth Hollywood, CA,
Wilshire Books.
DESARROLLOS FUTUROS DE LA TREC Hajzler, D., y Bemard, M. E. (1991), «A review of rational·emotive outcome studies»,
School Psychology Quarterly, 6(1), 27-49.
Lyons, L. C., y Woods, P.J. (1991), «The efficacy of rational-emoti~e therapy: A quan·
La TREC ha sido utilliada con éxito con clientes en terapia individual y en
titative review of the outcome research», Clinical Psychology Review, II, 357-369.
terapia de grupo, con esrudiantes, en la empresa y en la industria, en los de- McGovem, T. E., y Silverman, M. S. (1984), <<A review of outcome studies of rational-
portes, en instituciones correccionales, en grupos de autoayuda y en otros emotive therapy from 1977 to 1982», Journal o/Rational-Emotive Therapy, 2(1), 7-18.
muchos maicos de aplicación. En la actualidad, se han incorporado varios as- Silverman, M.S., McCarthy, M., y McGovern, T. {¡992), «A review of outcome studies
pectos de la TREC y de la TCC a otros tipos de terapia -tanto es así que pro- of rational-emotive therapy from 1982·1989», Journal o/ Rationa/. Emotive and Cog·
nostico que en una década la mayoría de las terapias efectivas utilliarán mu- nitive-Behavior Therapy, ro(3), n1-186.
chos de ellos y muchos de los acercamientos multimodales de las TCC a la
terapia-. Pero el futuro más importante de la TREC se encuentra, creo, en el
campo de la educación y de la prevención de las perturbaciones emocionales
y conductuales. Los materiales y los ejercicios de la TREC pueden adaptarse a
materiales impresos, audiovisuales o a software paia ordenadores que pueden
ser utilizados en cursos para niños, adolescentes y adultos. Pronostico que
todo ello será utilliado cada vez más y será rápidamente aplicado en cursos y
grupos de autoayuda. Si es así, la educación pública y privada será el provee-
dor más importante de la información y de la formación de la TREC. La asis-
tencia y la psicoterapia, tanto individual como de grupo de la TREC, seguirá
existiendo y quizá será más popular que en la actualidad. Peto la TREC que
se divulgue por los medios de comunicación y los medios de enseñanza y
que insista en la prevención tanto como en el trabajo terapéutico con la per-
turbación puede llegar a ser fácilmente tan importante como la psicoterapia.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Alberti, R., y Emmons, R. (1995), Your per/ect right, 7" ed, San Luis Obispo, CA, Im-
pact, ed. orig. 1970.
Dryden, W. {1995a), Brief rational emotive bebaviour tberapy, Londres, Wiley.
Dryden, W. (comp.), (I995b), &tional emotive behavinur therapy: A reader, Londres, Sage.
CAPÍTULO 6

EL PROCESO TERAPÉUTICO
EN LA TERAPIA RACIONAL-EMOTIVA-CONDUCTUAL

Leonor I. Lega

El presente caso está basado en el tratamiento de una paciente en práctica


privada, cuya duración fue de un año y cuatro meses, y tuvo lugar en la ciudad
de Nueva York, Estados Unidos. Por razones obvias, nombres e información
personal sobre la paciente y otras personas involucradas en el caso han sido
cambiados.

DESCRIPCIÓN INICIAL DEL CASO

:_.__ -, Antonia acudió a mi consultorio después de una entrevista con uno de sus
profesores en la universidad donde estudiaba su doctorado. Tenía una serie
de problemas académicos y deseaba encontrar un terapeuta con orientación
cognitiva. También, de ser posible, prefería un terapeuta bilingüe, pues, aun-
que llevaba mucho tiempo en los Estados Unidos, creía tener menor dificul-
tad en terapia si pudiese hablar de sus asuntos íntimos en castellano en lugar
de en inglés.
Fue una coincidencia que hubiera supervisado a este profesor en el Insti-
tuto de Terapia Racional-Emotiva-Conductual (TREC) de Nueva York unos
años atrás. Él sabía que mi experiencia clínica incluía, también, países hispa-
noparlantes y, por este motivo, decidió referirla a mí.
Antonia era una mujer hispano-estadounidense de 24 años, soltera, que vi-
vía. en ese momento con dos compañeras en un piso cercano al campus uni-
versitario.
Su preocupación inicial era su problema de tardanza por posponer las co-
sas indefinidamente, particularmente en el área académica. Tenía dos asigna-
turas sin terminar, provenientes de su primer semestre en el programa de cloc·
torada, estaba atrasada en la mayor parte de su trabajo académico actual y su
ansiedad al respecto aumentaba día a día en forma considerable.
Un segundo problema era el de inseguridad en sus relaciones de pareja.
Durante sus primeros años universitarios en d estado de Florida, Antonia
tuvo una relación relativamente larga con Robert, un estudiante de medicina
104 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 105

proveniente del noroeste de los Estados Unidos, que se terminó poco tiempo Diagnóstico: TREC
después de la graduación. Robert escogió para su especialización un centro
médico cercano a la residencia de sus padres en el estado de Oregón, y Antonia .Durante la primera entrevista e inicialmente ·en el contexto académico,
no se sintió preparada para establecerse junto a él en ese momento y decidió Antonia presentaba dos de las inferencias irracionales derivadas de exigencias
aceptar su admisión a un programa de doctorado en Nueva York. Al iniciar absolutistas descritas por Ellis (1994): I) autodevaluación/autocondena y 2)
terapia, Antonia había comenzado a frecuentar la compañía de Eduardo, pero baja tolerancia a la frustración, verbalizadas de la siguiente forma:
tenía dudas sobre lo adecuada que podría ser esta nueva relación «a largo pla- 1) «Tengo que desempeñarme en forma adecuada (exigencia absolutista)
zo», por provenir él de un nivel educativo y ocupacional bastante inferior al para ser considerada una persona valiosa, ya que mi comportamiento define
suyo, además de ser tres años menor que ella. Antonia comparaba a ambos quién soy» (inferencia: autocondena).
honlbres con cierta frecuencia y se angustiaba como consecuencia de ello. 2) «La vida tiene que ser justa conmigo y el mundo debe de ser un lugar
cómodo (exigencia absolutista) o no puedo soportarles, pues merezco obtener
lo que deseo con poca o ninguna dificultad para poder ser realmente feliz>>
EVALUACIÓN Y DIAGNÓSTICO (inferencia: bája tolerancia a la frustración).
Estas inferencias o pensamientos irracionales (lb)' generaban respectiva-
Por lo general, en terapia racional-emotiva-conductual (TREC) se hacen mente las consecuencias emocionales (Ce) de ansiedad del ego y ansiedad si-
dos tipos de diagnósticos: uno, de acuerdo al Diagnostic and Statistics Manual tuacional y, en forma inicial, la evasión de responsabilidades académicas como
(DSM) y otro, al propio modelo psicoterapéutico de la TREC consecuencia conductual (Ce), por ser la baja tolerancia a la frustración la idea
irracional (lb) más aparente. Dichas inferencias eran también reflejo de una
forma de pensar rígida y absolutista en la esencia filosófica básica de Antonia.
Diagnóstico: DSM-N En sesiones posteriores y con la utilización del Formulario de Autoayuda
De acuerdo a la información recogida en la entrevista inicial, Antonia pre- de la TREC (Lega, 1991), diseñado, inicialmente, como el RET Sel/-help In-
sentaba síntomas de ansiedad y preocupación y dificultad en controlarlos, por ventory (Sichel y Ellis, 1984), ambas inferencias también emergieron en el con-
un período de más de seis meses. También experimentaba dificultad en con- texto de sus rdaciones íntimas:
centrarse y, con frecuencia, su mente «quedaba en blanco» durante su tiempo 1) «Si no soy amada y aceptada por quienes son importantes para mí, soy
de estudio en la biblioteca. un ser indeseable, una persona sin valia>> (autocondena).
Los resultados del examen médico requerido antes del comienzo del doc- 2) «No puedo soportar que no me amen, es intolerable que me rechacen
torado no presentaban ningún motivo para sospechar que este síntoma pu- quienes son importantes para mí» (baja tolerancia a la frustración).
diese estar relacionado con algún tipo de trastorno neurológico como epi- Depresión moderada e inquietud fueron, entonces, añadidas a la lista de
lepsia, petit mal (ICD-9-CM) o con algún problema endocrinológico o de consecuencias emocionales (Ce) y, como fue descrito en la sección anterior, su
metabolismo (por ej., hipoglucemia). diagnóstico del DSM también fue modificado.
Antonia no presentaba trastornos de sueño, ni síntomas somáticos, ni ata- Es importante anotar que ya que tanto paciente como terapeuta éramos
ques de pánico o preocupación por llegar a tenerlos. Tampoco existía ningu- bilingües, permití a Antonia la selección de inglés o de castellano durante
na razón para sospechar la necesidad de referirla para ser evaluada como can- cualquier momento del proceso terapéutico, en muchas de las ocasiones sim-
didata potencial a: tratamiento psicofarmacológico. plemente respondiendo en el idioma utilizado por ella y cambiando automáti·
Su diagnóstico inicial fue Trastorno de Ansiedad Generali'l.tlda (Eje I: Tras- camente de lengua cuando ella decidía hacerlo. También pude facilitarle la
torno de Ansiedad Generali'l.tlda, DSM-VI 3000.02) pero fue cambiado poste- misma opción al tratarse del uso de materiales que he podido preparar en
riormente a Trastorno de Ansiedad No Especificado (Eje I: Tras torno de Ansie- la experiencia adquirida por varios años con pacientes anglos e hispanoparlan-
dad No Especificado,. DSM-IV 300.00), al ser aparentes algunos síntomas de tes (Lega, 1993; Lega, Caballo y Ellis, en prensa).
depresión que no cumplían los requisitos para diagnosticar un cuadro depre· Además del diagnóstico previamente descrito, que podría considerarse el
sivo (DSM-IV, Apéndice B). paso inicial para la etapa «remediah> de la terapia, el modelo de la TREC en·
Su Evaluación Global de Funcionamiento (Eje V) inicial fue: 55, Síntomas
Moderados. 1. lb corresponden a las siglas en inglés de i"ational belie/s. Consultar explicación del mo-
delo ABC en el aparcado de «palabras clave». [N. del t.]
106 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 107

fatiza la importancia de la obtención de un cambio profundo en la filosofía ria en lugar de autodevaluarme por ella. También parece ser que he comenza-
básica del paciente, como ha sido discutido por Albert Ellis en la sección co- do a desarrollar más tolerancia a la frustración, pues fui capaz de soportar la
rrespondiente de este libro. Por esta razón, una etapa posterior de «creci- incomodidad que me ocasiona presentarme así a terapia, en lugar de cancelar
miento» es relativamente frecuente en el proceso psicoterapéutico de la mi sesión».
TREC y requiere la recolección de nueva información.
En este caso, utilicé con Antonia el Formulario para el Establecimiento de
Metas (Lega, Caballo y Ellis, en prensa) durante los últimos meses de terapia. HISTORIA PSICOSOCIAL
Dicho formulario ha sido diseñado con el propósito de asistir a los pacientes
en la identificación y establecimiento de metas específicas y cuantificables a Antonia nació en el estado de Florida, Estados Unidos, de padres latino-
tres, seis y doce meses de iniciada esta segunda etapa del proceso psicotera- americanos, quienes emigraron a este país durante los años 60 como refugiados
péutico. El primer informe, que tuvo lugar cuando Antonia estaba todavía en políticos. Ambos tenían títulos universitarios en su país de origen. Después de
terapia, indicó que la meta a tres meses había sido alcanzada. Una llamada te- varios años de lucha y dificultades durante los cuales nacieron Antonia y su
lefónica descrita al final de esta sección, confirmó también la obtención de la hermana, su madre pudo validar sus credenciales y obtener un trabajo dentro
meta a seis meses. del sistema educacional del país de asilo. Su padre, quien comenzó a trabajar
en una fábrica poco tiempo después de su llegada a los Estados Unidos para
poder mantener a su esposa, sus dos hijas, su madre y dos hermanos peque-
DESCRIPCIÓN DE LA PACIENTE ños, continuó ejerciendo labores manuales por el resto de su vida. Antonia
mencionó en varias ocasiones durante su psicoterapia, que su padre nunca se
había quejado por haber tenido que trasplantarse a un medio sociocultural
Apariencia física
menos alto, que manifestaba a menudo cuán orgulloso se sentía por los logros
Antonia tenía 24 años al iniciar su terapia. Vestía de forma sencilla y pul- de su esposa y que enfatizaba frecuentemente, frente a sus hijas y sus hermanos
cra, llevaba muy poco maquillaje y mantuvo el mismo estilo durante la mayor menores, la importancia de la educación formal y de la unión familiar. Estos
parte de las sesiones. valores eran también compartidos por la madre de Antonia, quien, a su vez,
Un ejemplo interesante de la importancia del uso de una perspectiva hablaba frecuentemente de su buena fortuna por haber encontrado una pare-
transcultural en pacientes que, como Antonia, crecen bajo la influencia de ja tari especial como su marido.
dos culturas, en este caso la hispana y la estadounidense, se refleja en una ., Antonia vivió con su familia hasta el momento de asistir a la universidad
anécdota ocurrida después de varios meses de iniciada su psicoterapia: An- cuando, por requisito de la institución, se mudó a la residencia universitaria
tonia llegó a mi consultorio visiblemente incómoda, pero tratando de utili- para estudiantes de primer año. Sin embargo, permaneció muy unida a sus fa-
zar su sentido del humor, estrategia muy favorecida por la TREC (Ellis, 1991; miliares, pasando en casa muchos de los fines de semana durante su pregra-
1994): «Estoy vestida como un papagayo», dijo. «Perdona, pero estoy mu- do, hasta que viajó fuera del estado de Florida para comenzar su programa de
dándome a una nueva residencia y no he tenido tiempó de ducharme y de doctorado en Nueva York.
cambiar este atuendo deportivo amarillo, verde y rojo por otro más presen- El grado de adhesión familiar es otra variable que presenta diferencias
table.» transculturales interesantes ya que mientras la cultura angloamericana tiende
Durante la sesión, Antonia reveló que, meses antes, hubiese sido incapaz a enfatizar la independencia y la migración de los jóvenes fuera del hogar pa-
de presentarse a terapia luciendo esta indumentaria que, en un país como los terno, la hispanoamericana, particularmente en círculos tradicionales, auspi-
Estados Unidos y, más aún, en una ciudad como Nueva York, no es nada fue- cia el apego a la familia. Estas diferencias podrían hacer que desde el punto
ra de lo común, pero que en países Hispanoparlantes sería para muchos un de· vista anglo, el comportamiento de Antonia fuese visto como signo de una
motivo de burla o de crítica. Esta diferencia transcultural en la importancia dependencia algo extrema, mientras que desde la perspectiva hispana fuese
que anglos e hispanos dan al sentido del ridículo y su influencia en los resul- considerado como algo normal en una adolescente.-Como se mencionó ante-
tados de la aplicación de algunas técnicas de la TREC en ambas poblaciones riormente, la comprensión y el manejo adecuado del marco de referencia et-
ha sido observada previamente (Lega, 1993). nocultural juega un papel muy importante en el éxito del proceso psicotera-
Antonia atribuyó este cambio a su proceso terapéutico: «Creo que empie- péutico de pacientes biculturales como Antonia (Rogler y cols., 1987; Sue y
zo a progresar en mi autoaceptacíón, al reír y tomar en broma mi indumenta- Zane, 1987; Sewell, 1989; Szapocznic y cols., 1982).
108 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPEUTICOS

Otro ejemplo donde la perspectiva transcultural jugó un papel importan- 1. Identificación de la relación B-C, como se explica en el siguiente ejemplo:
te se manifestó en el contexto de las relaciones amorosas de Antonia: durante Terapeuta: «Al pensar en las relaciones sexuales que has tenido con tus
su preuniversitario en Florida, frecuentó por varios años la compañía de parejas, has expresado sentirte de forma distinta sí las analizas como hispana
Robert, un estudiante de Medicina del estado de Oregón, quien fue la prime- o si lo haces como estadounidense. Analicemos esto para poder entender me·
ra persona con quien Antonia mantuvo relaciones sexuales. La segunda per- jor la relación entre la B, que son tus pensamientos o ideas al respecto y la C,
sona fue Eduardo, a quien Antonia conoció varios años después en Nueva que son tus sentimientos derivados· u ocasionados por dichos pensamientos.
York, como se explicó previamente en este capítulo en la descripción inicial ¿Qué piensas como hispana?».
del caso. Durante su terapia, Antonia expresó ambivalencia al respecto: tener Paciente: «Que he sido "fácil", que no soy una mujer buena ... ».
relaciones sexuales con tu pareja es algo muy normal en mi generación en los Terapeuta: «¿Qué sientes, entonces?».
Estados Unidos, pero se ve con reserva en el contexto cultural bispanoameri- Paciente: «Culpa>>.
cano de mi familia, particularmente si sucede con más de un hombre», dijo. Y Terapeuta: «Y como estadounidense, ¿qué piensas al respecto?».
añadió: <<Cuando pienso como hispana, me siento culpable pues me digo a mí Paciente: «Que soy una mujer adulta y que el sexo es algo normal en la
misma que no soy una mujer buena y que por haber sido "fácil" las cosas se conducta de los adultos».
malograron con Robert y seguramente se estropearán también con Eduardo. Terapeuta: «Y en ese caso, ¿qué sientes?».
Sin embargo, cuando pienso como estadounidense, me digo que soy una mu- Paciente: «Algo muy distinto. Me siento bien al respecto».
jer adulta normal, que el sexo es parte de la conducta normal de los adultos y Terapeuta: «Muy bien, Antonia. ¿Ves como la By la C se relacionan? Tu
me siento bien al respecto». manera de pensar influye mucho en tu fonna de sentir.... ».

2. Utilización del Debate, preferiblemente el filosófico, que es exclusivo


PROCESO PSICOTERAPÉUTICO del modelo TREC y se ilustra en detalle en el segmento posterior de este capí-
tulo que proviene del diario de la paciente.
Por lo general, en pacientes como Antonia, donde el problema inicial pre-
senta consecuencias emocionales (Ce) como la angustia y consecuencias con- 3. Asignación al final de cada sesión de una tarea para hacer en casa, y re-
ductuales (Ce) como la evasión de responsabilidades académicas, existen dos ni- visión de la misma al comienzo de la sesión siguiente, proceso explicado tam-
veles de intervención en las etapas iniciales de la TREC: 1) la identificación y el bién a continuación.
Debate (D) de Ideas Irracionales (lb) y 2) el desarrollo de destrezas en áreas de
tipo práctico como manejo y utilización del tiempo. A continuación, las estrate- Un contrato de psicoterapia por ocho semanas fue elaborado por ambas
gias de Debate (D) adquiridas en el área inicial comienzan a aplicarse a otras durante la primera sesión, como estrategia terapéutica para definir y evaluar el
áreas, en este caso, a las relaciones de pareja, donde posiblemente se manifiestan progreso de Antonia, ya que un componente importante de su problema ini-
otras consecuencias emocionales (Ce) como la depresión. Por último, recalcan- cial era su tendencia a posponer las cosas indefinidamente.También fue acor-
do nuevamente que la meta final de la TREC es el cambio filosófico profundo, dado que los términos del mismo se revisarian conforme fuese progresando.
es decir, la erradicación y reemplazo de los «tengo que»/«debo de» por una De ser satisfactorios, se renovaría el contrato nuevamente de mutuo acuerdo,
filosofía básica más lógica y funcional (E), pueden emplearse varias sesiones en o se cambiarían sus términos por otros más adecuados. Durante la etapa ini-
ejercicios como el establecimiento y la evaluación de metas a corto y largo plazo, cial de terapia,.este proceso se repitió una segunda vez. Sin embargo, Antonia
para reforzar esta nueva filosofía del paciente. En esta última etapa, el paciente decidió cambiar el tercer contrato de ocho a doce semanas, basándose en los
puede también asistir a grupos especializados, unirse a terapia de grupo y/o re- logros obtenidos. Al cumplirse este último, ambas estuvimos de acuerdo en
ducir su número de sesiones individuales de una vez por semana a una vez cada que- la estrategia no era ya necesaria y que podríamos continuar la terapia- sin
quince días, como se ilustrará posteriormente en el caso de Antonia. O puede, necesidad de especificar su tiempo de duración.
simplemente, discutir la posibilidad de darse de alta sin necesariamente partici- Las tareas para hacer en casa (Ellis y Grieger, 1977; 1986) son una técnica uti-
par err estas actividades. De ser así, el paciente notifica al terapeuta su intención lizada con frecuencia en la TREC, de gran utilidad para pacientes que, como
de terminar su psicoterapia con un mínimo de dos semanas de antelación. Antonia, presentan resistencia o dificultad para trabajar en áreas que requieren
En términos muy generales, una sesión <<IÍpÍCa>> TREC incluye los siguien- gran esfuerzo (Ellis, 1994). Por lo general, una «tarea>> se asigna al final de cada
tes elementos: sesión y se revisa al comienzo de la siguiente, basándose también en un acuer-
110 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS lII

do mutuo entre paciente y terapeuta. Además del Formulario de Autoayuda de Pensamiento racional (Rb) filosófico:
la TREC (Lega, 1991) mencionado previamente en este capítulo, se utilizó la bi- Sería preferible terminar mi trabajo, pero aun en el caso de no hacerlo, esto
blioterapia (Ellis y Grieger, 1977; 1986) para desarrollar e implementar las des- sólo sugeriría que soy una estudiante horrible, lo que también podría some-
trezas de Debate (D) con lecturas que incluyeron Cómo aplicar algunas reglas terse a debate.
básicas del método científico al cambio de ideas irracionales sobre uno mismo, las Empírico:
otras personas y la vida en general (Ellis y Lega, 1993), A new guide to rational li- ¿Qué evidencia tengo para concluir que si no termino un trabajo soy una es-
ving (Ellis y Harper, 1975), Un estudio de caso en la terapia racional emotiva tudiante horrible que, probablemente, jamás será capaz de tener éxito acadé-
(Lega y Ellis, 1991) y Overromingprocrastination (Ellis y Knaus, 1977). mico?
Antonia también aprendió a llevar un diario con ayuda del diario de deba- Idea/pensamiento racional (Rb) empírico:
te (Lega, Caballo y Ellis, en prensa) para recopilar elementos importantes de Una golondrina no hace verano.
la TREC. Los ejemplos incluyen algunas de las frases específicas más eficaces ¿Cómo me siento ahora? (nueva Ce):
para el debate empírico y/o el debate filosófico, acompañadas de información Menos ansiosa (3 o 4 Unidades Subjetivas de Aflicción)
sobre sus correspondientes cambios emociOnales cualitativos y/o cuantitati- Debate de la lb #2:
vos. La medición de estos últimos se hizo en Unidades Subjetivas de Aflicción. Filosófico:
Es importante recalcar que los cambios en las consecuencias emocionales (Ce) ¿Por qué debo tener su aprobación o moriré de incomodidad?
son un indicativo importante de un cambio cognitivo real, ya que si esto no su- ¿Puedo realmente probar que una cosa lleva a la otra?
cede, es muy probable que el paciente esté memorizando frases sin internali- Empírico:
zarlas. Podría decirse que la angustia y la depresión, como la fiebre alta, son Sé que me he sentido así de incómoda en ocasiones pasadas y, sin embargo,
síntomas que deben disminuir o desaparecer si el tratamiento está atacando aún-continúo viva.
eficientemente el problema de base, ya sea filosófico o médico. Pensamiento racional (Rb):
El siguiente segmento proviene de su diario y ha sido reproducido con su Sería preferible si contase con su aprobación. Sin embargo, aunque no sea así,
consentimiento: no es horrible enfrentarme a él. Es solamente algo muy incómodo, y yo puedo
soportar esta incomodidad. También puedo utilizar mi energía en terminar el
¿Qué sucedió (A)? trabajo y dar una solución real al problema, en lugar de emplearla en tratar de
Vi al profesor a quien debo un trabajo desde el semestre pasado. _escapar.
¿Qué sentí (Ce)?
Angustia y culpa. Después de un tiempo, Antonia fue capaz de concertar una cita con su
Intensidad: 8 Unidades Subjetivas de Aflicción (del 1al10). profesor e ir a su oficina a discutir su situación. Acordaron cuál sería el traba-
¿Qué me dije a mí misma al sentir Ce? (Pensamiento Irracional #I) jo necesario para finalizar su curso, y comenzamos en terapia su entrenamien-
Soy una persona horrible por no finalizar el trabajo para este profesor quien to en el desarrollo de destrezas para la utilización del tiempo en forma efi-
ha sido siempre tan amable y bueno conmigo; ciente, además de continuar con la identificación, debate y reemplazo de su
Jamás podré terminar este trabajo y sé que debería hacerlo. pensamiento irracional por una filosoña básica más empírica y más lógica.
¿Qué hice (Ce)? Dicho entrenamiento en el manejo eficiente del tiempo es parte de la
Me di la vuelta antes de ser vista y utilicé las escaleras de incendio en lugar del TREC General, pues tiene varios componentes en común con otras teorías
ascensor. cognitivas y cognitivo-conductuales, como el debate empírico descrito ante-
¿Qué me dije a mí misma al actuar así (Ce)? (Idea Irracional #2) riormente, o d uso de premios y multas que explicaré a continuación. Además
Más vale que salga corriendo pues moriría de incomodidad si tengo que en- de estas técnicas, existen otras ya mencionadas, como los ejercicios para atacar
frentarle. No debo tener su desaprobación. la vergüenza, la biblioterapia y el debate filosófico, consideradas TREC pre-
Debate de la lb # r. ferencial por ser del uso exclusivo de este modelo psicoterapéutico.
Filosófico: Una estrategia utilizada para el manejo del tiempo en forma eficiente es la
¿Por qué debo terminar este trabajo? elaboración de un plan de trabajo diario por un período de tiempo específico.
¿Cómo puedo probar que no terminarlo me hace una persona horrible? En este caso, el número de horas necesarias para completar los requisitos aca-
¿O que soy un ser humano horrible si no cuento con su aprobación? démicos acordados con el profesor se dividió por el número de horas dispo-
112 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS IIJ

nibles hasta la fecha de su plazo. Esta cantidad de horas se incorporó a las ac- A: « ...Hoy tuve una conversación con Eduardo sobre la posibilidad de pa-
tividades cotidianas de Antonia, incluyendo otros deberes académicos, tiem- sar juntos las Navidades, lo que implicaría que viniese a Florida a conocer a mi
po de expansión, etc. Además, se establecieron una serie de premios, como un familia» (Situación Activante).
trozo de su postre favorito, y de castigos, como fregar nuevamente el baño o
Ce (inicial): culpa (7 unidades de aflicción).
lb (inicial): « ... ¿Qué pensará mi familia sí tengo un novio menor que yo, sin
la cocina después de que ya estuviesen limpios, designados para reforzar la im~
título universitario ... ? Seguramente que les estropearé la cena y todos pasare-
plementación de dicho plan de trabajo diario (Skinner, 1971}. mos una velada muy desagradable por mi culpa (implícito: debo obrar de acuer-
Paso a paso fue lográndose progreso, con algunas caídas ocasionales, en do a sus expectativas) o seré (inferencia} un mal miembro de la familia, una per-
que revisábamos los motivos del fallo y decidíamos si continuar con la tarea sona egoísta y desconsiderada con quienes han sido tan buenos conmigo.
establecida o reemplazarla por otra alternativa mejor dentro del plan para lb #1 (inmediatamente después): ¡Sería horriblemente incómodo! (inferen-
alcanzar la misma meta. Por ejemplo, cuando Antonia no terminó su trabajo cia} i No podría soportar una situación tan tensa... ! (implícito: las cosas tienen
académico por dos semanas consecutivas, utilizamos una sesión completa y que ser como yo quiero). .. o no podré sentirme bien y ser feliz ... ».
parte de las siguientes, analizando si quería, verdaderamente, finalizar su doc- Ce#.: Ansiedad (7-8 unidades).
torado, usando ejercicios como el balance costo-beneficio (Lega, Caballo y
D:
(Para la lb inicial): «SOy una persona adulta, con ideas propias. ¿Cómo
tllis, en prensa) para identificar otras opciones con sus ventajas y desventajas prueba esto que soy mala y desconsiderada ... ?» (Filosófico}
correspondíentes, y continuamos también con la identificación y debate de los «¿Cómo puedo estar segura de que arruinaré la cena? ... ¿O de que Eduardo
pensamientos irracionales al respecto. Sin embargo, el único aspecto de la ta- va a caerle mal a mi familia? ... ¿O de que su edad y nivel educativo van a estro-
rea donde se permitió muy poco cambio, fue el dírectamente relacionado con pear una velada agradable... ?» (Empírico).
el trabajo académico, por tres razones: 1) dado que el horario académico es Nueva Ce: culpa (1-2 unidades); preocupación (6 unidades).
fijo, la situación de Antonia en ese momento no le proporcionaba la posibili- D:
dad de extender su trabajo incompleto indefinidamente; 2) Antonia había fir- (Para la lb #i,): «Aunque fuese wia situación tensa, ¿cómo puedo compro-
mado anteriormente un contrato de terapia por ocho semanas para trabajar en bar que todo tiene que ser perfecto para poder disfrutar de la cena de Navidad?
¿No sería mejor permitirme a mí misma apreciar otros aspectos agradables,
este problema en particular y, de llegar a concluir que era poco práctico o
c?mo un menú suculento, en lugar de gaStar mi energía en preocuparme e, iró-
poco razonable para lograr la meta establecida, podía simplemente no reno- rucamente, incrementar la probabilidad de pasarlo mal .. ?».
varlo al cumplir su término; 3) en pacientes que, como Antonia, tienden a pos- Nueva Ce: ansiedad (1-2 unidades); incomodidad (7-8 unidades).
poner las cosas indefinidamente, planes fijos y específicos ayudan a evitar el
uso de mecanismos o estrategias para evadír quehaceres que no desean finali- ' · Un punto crítico durante la psicoterapia es el análisis cuidadoso de las po-
zar, como el cambio frecuente de un área a la otra en psicoterapia. sibles implicaciones éticas en el cuestionamiento y cambio de la escala de va·
Poco tiempo después de renovar su contrato por segunda vez, Antonia fue ca- lores del paciente. Como es obvio, reemplazar los valores propios de Antonia
paz de dar un vuelco de 180 grados a su situación académica, al completar el tra- por mis valores personales hubiese constituido una violación ética seria (APA,
bajo para las dos asignaturas del semestre anterior y encontrarse en situación de 1990). Sin embargo, éste no es necesariamente el caso cuando algunos valores
finalizar también sus deberes presentes. En ese momento, aunque ya habíamos del paciente se sustituyen por otros derivados del modelo psicoterapéutico
discutido el tenla anteriormente, comenzamos a emplear gran parte dd tiempo y que está siendo utilizado, en este caso la TREC, y que están encaminados a
de los ejercicios psicoterapéuticos en el área de sus relaciones personales. mejorar su sentido de bienestar personal.
Las inferencias irracionales de autocondenación y baja tolerancia a la - -En general, la TREC promueve el cambio filosófico profundo del pacien-
frustración volvieron a emerger, esta vez en el contexto de un área diferente y te (Ellis, 1973; 1976). En particular, la TREC favorece la evaluación de con-
más compleja que la académica anterior, con variables como familia, pareja y ductas-, actos y obras como «buenas» o «malas» para el logro de metas y valo-
factores etnoculturales estrechamente interrelacionadas. Sin embargo, su en- res escogidos, incluyendo aquellos derivados de un contexto religioso. Sin
trenamiento psicoterapéutico previo fue de gran utilidad. Antonia trabajó du- embargo, desanima al paciente a que juzgue o mida su esencia, su totalidad o
ramente para aprender a reconocer y aceptar sus propios deseos en lugar de, su valor como ser humano, en términos de «bueno» o «malo» (Ellis, 1994).
simplemente, someterse a las expectativas de su familia. Después de varios Analicemos, por ejemplo, las relaciones prematrimoniales que, como fue
meses, redujo considerablemente su tendencia a autodevaluarse e incrementó expresado por Antonia en una sección previa de este capítulo, se pueden ver
su tolerancia a situaciones frustrantes e incómodas, como lo ilustra el siguien- de forma díferente, dependiendo de si el contexto etnocultural es angloameri-
te párrafo de su diario: cano o hispanoamericano. Como terapeuta, e independientemente de cuál fue-
114 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 115

se mi opinión personal al respecto, mi papel fue el de asistir a Antonia en la de- la posibilidad de terminar el tratamiento y de permitir a Antonia que funcio-
finición y clarificación de sus propias actitudes, y a decidir por sí misma si esta- nase en forma independiente. Di de alta a Antonia un mes después, al co-
ba de acuerdo o no con dichas relaciones. Sin embargo, es importante recalcar mienzo del verano. Al finalizar d mismo, tuvimos una sesión por tdéfono,
que, al mismo tiempo, atacamos fuertemente su tendencia a pensar que un solo donde informó estar bien, sintiéndose ansiosa o deprimida sólo en raras oca·
aspecto, en este caso el sexo fuera del matrimonio, podría ser suficiente para siones y siendo capaz de cambiarlas con d uso de «SU» TREC. También había
evaluar la esencia humana y para valorarse a sí misma y a los demás de acuerdo sido capaz de lograr su meta a seis meses, y añadió que experimentaba una
a ello. En otras palabras, que el tener o no relaciones sexuales prematrimoniales idea clara de la dirección futura en importantes aspectos de su vida, como tra-
puede evaluarse como una acción «correcta» o <<lncorrecta>>, pero que no es bajo y relaciones, y de formas específicas para implementar sus planes.
criterio suficiente para juzgar a quienes la ejecutan como «buenas» o «malas» En algunas ocasiones, he visto a Antonia como miembro de talleres o con-
personas, sin sufrir también las consecuencias emocionales de depresión, an- ferencias en el Instituto de Terapia Racional-Emotiva-Conducrual de Nueva
gustia y culpa innecesarias. Aun en el caso de actuar en contra de sus propios va- York. También he recibido un par de llamadas ocasionales, donde ha expre-
lores en un momento determinado, lo racional sería evaluar d comportamiento sado sentirse bien. El motivo de una de ellas fue el querer compartir conmigo
y no la esencia del individuo, pues esto le llevaría a consecuencias emocionales su satisfacción por haber logrado su meta a un año.
Como tristeza y preocupación que, aunque negativas, son funcionales.
Al cumplir, aproximadamente, un año de psicoterapia, comenzamos a tener
las sesiones individuales cada quince días, en lugar de semanalmente. Llegamos SEGUIMIENTO
a esta decisión de común acuerdo, por las siguientes razones: 1) alrededor de esa
fecha comencé a impartir un taller de ocho semanas, únicamente para mujeres Al comenzar a escribir este capítulo, quise poner su caso al día, ya que
con dificultades sexuales, y Antonia quiso participar en él; 2) Antonia también hace un par de años que Antonia vino a terapia por última vei:.
había logrado terminar todos sus requisitos en la universidad y sus calificacio- Ha finalizado todas sus asignaruras y aprobado su examen para el docto-
nes estaban por encima del promedio académico de su clase. rado y se encuentra, actualmente, trabajando en su tesis.
El taller, limitado a un total de diez mujeres, comenzó a reunirse una vez Hace algunos meses decidió irse a vivir con Eduardo. Siente que la rela-
por semana, por cuatro horas consecutivas. La oportunidad de poder explorar ción es satisfactoria para ambos, pero quieren esperar un tiempo más para de-
el área de la sexualidad fue muy beneficiosa para Antonia, particularmente cidir sí casarse y tener hijos.
para darse cuenta de que sus dificultades eran también comunes en otras mu- Expresó satisfacción con las opciones tomadas aunque, bromeando, me
jeres, incluyendo la falta de información sobre su propio cuerpo y la necesidad dijo que hubiese deseado que durante su niñez y adolescencia alguien le hu-
de desarrollar destrezas de comunicación más abiertas y directas. Aprendió, biese advertido que el logro de la felicidad iba a requerir ¡tanto trabajo!
además, a poder hablar de asuntos íntimos sin temor a ser juzgada y a que es
posible lograr cambios, si se trabaja duramente. Su mayor beneficio fue, pro-
bablemente, el darse cuenta de su carencia del sentido de responsabilidad por CONCEPTOS A DESTACAR
la obtención de su propio placer, ya que había tendido siempre a adjudicárse-
la a su pareja en lugar de a sí misma, olvidando que las habilidades sexuales, Pensamiento irracional: manera de interpretar la realidad en forma «abso-
como cualquier otra destreza, son adquiridas. También pudo practicar la iden- lutista>>, rígida y poco funcional que, de acuerdo a Ellis, es el centro de la per-
tificación y debate de sus exigencias absolutistas en d área de la sexualidad. turbación emocional humana; evaluación poco funcional que hace el indivi-
Unas semanas más tarde, Antonia informó, en terapia individual, que ha- duo de sí mismo, de los demás y/o de la siruación que lo rodea.
bía sido capaz de discutir su vida sexual con Eduardo, y que la relación entre Tareas para hacer en casa: empleadas frecuentemente por la TREC, e ini-
ambos, incluyendo la física, había mejorado bastante. También mencionó los cialmente desarrolladas por Ellis, con el propósiro de ayudar al paciente a ge-
resultados del viaje a Florida para las Navidades, reconociendo que un factor neralizar su trabajo terapéutico más allá de la consulta del terapeuta, inclu-
importante de su éxito había sido su esfuerzo permanente en disfrutarlo y per- yendo entre las más frecuentes, el «Formulario de Autoayuda de la TREC», y
mitir que las cosas se desenvolvieran con naruralidad, en lugar de dejarse con- la «Biblioterapia>>.
sumir por pensamientos llenos de angustia y preocupación. Debate: técnica utilizada por la TREC para enseñar al paciente a identifi-
Un mes después de haber finalizado el taller y de haber logrado la meta a car, cuestionar y cambiar sus ideas o pensamientos irracionales, por creencias
tres meses, mencionada previamente en este capítulo, comenzamos a discutir y percepciones lógicas y realistas. Existen dos tipos: el empírico, en común con
116 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS Il7

otras terapias cognitivas como la de Beck, donde se aplica el' método científi- Ellis, A. YLega, L. (1993), «Cómo aplicar algunas reglas básicas del método científico
co al análisis del pensamiento irracional, recolectando evidencia en términos al cambio de ideas irracionales sobre uno mismo, otras personas y la vida en gene-
de su «probabilidad» objetiva, y el/ilosófico, propio únicamente de la TREC, ral», Psicología Conductual, I (1), 101-110.
donde se cuestiona la lógica, la secuencia correcta o incorrecta entre premisas Lega, L. (1991), «La terapia racional emotiva: Una conversacion con Albert Ellis», en
· Caballo, V. E. (comp.), Manual de técnicas de terapia y modificación de conducta,
y conclusión, utilizada por el paciente en su pensamiento o interpretación de
Madrid, Siglo XXI.
la realidad. Lega, L. (1993), «Diferencias transculturales en el uso de algunas técnicas de terapia ra-
Modelo del ABC: modelo de perturbación emocional que constituye el as- cional-emotiva: ejercicios para atacar la vergüenza», Psicología Conductual, I (i),
pecto central de la TREC, enfatizando su orientación cognitiva. En él, A es el 283-288.
«acontecimiento activante», Bes la interpretación que se da a A, las creencias o Lega. L., Caballo, V. y Ellis, A. (en prensa). Aspectos teóricos y prácticos de la terapia
«idea&> en relación a la situación activante, ye las «consecuencias», que inclu- de conducta racional emotiva, Madrid, Siglo XXI.
yen emociones y conductas, generadas por dichas B o interpretaciones de A. Lega, L. y Ellis, A. (1991), «RET: A case srud}'», en Corsini, R. (comp.), Five therapists
Ejercicios para atacar la vergüenza: técnica cognitivo-conductual también and one client, Iraca, Illinois, F. E. Peacock.
desarrollada por Ellis, donde el paciente actúa públicamente de una forma de- Rogler, L., Malgady, R., Constantino, G. y Blumenthal, R. (1987), «What do culturally
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liberadamente vergonzosa, tratando al mismo tiempo de aceptarse a sí mismo giSt, 42, 565-570.
a pesar de su comportamiento y a tolerar la incomodidad producida por ello. Sewell, D. (1989), «Knowing people: An mexican american community's concepto/ a
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1.¿Qué diferenda existe entre el debate filosófico y el debate empírico? rap}'», American Psychologist, 42, 37-45.
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riva de su forma de pensar rígida y absolutista? enhancement counselling: A psychosocial model for services for Cuba elders», en
3. ¿Cuál es la diferencia entre ejerddos que pertenecen a la TREC preferen- Jones, E. E. y Korchin, S. J. (comps.), Minority mental health, Nueva York, Prae-
ger.
cial vs. la TREC general? Dé ejemplos.
4. ¿Cómo podría utilizarse la consecuenda emodonal (Ce) como indicativo
de cambios en el pensamiento i"acional (lb)?
5. Explique cuáles son los componentes básicos del modelo ABC.

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CAPÍTULO 7

EL ESTADO DE LA CUESTIÓN EN LA TEORÍA


Y LA TERAPIA COGNITIVA

David A. Clark y A.aron T. Beck

Han pasado 30 años desde que Beck propusiera por primera vez una teo-
ría y una terapia cognitiva (TC) para la depresión (Beck, 1961, 1963, 1964). En
este intervalo de tiempo la psicología clínica, y la psicoterapia en particular,
han sido testigos de un cambio paradigmático que se alejaba de la compren-
sión y tratamiento, sobre todo de tipo psicodinámico o conductual, de los
trastornos psicológicos hacia una perspectiva más cognitiva o cognitivo-con-
ductual. En este ambiente más receptivo, la teoría y la terapia cognitiva han lo-
grado interesar a los investigadores clínicos y profesionales por igual.
Dentro de la psicología clínica experimental numerosos estudios empíricos
han examinado la validez del modelo cognitivo comprobando sus hipótesis
respecto al papel de las disfunciones cognitivas en la psicopatología (para una
revisión véase Clark y Beck, 1989; Haaga, Dyck y Ernst, 1991). Al mismo tiem-
po, se ha investigado, mediante ensayos clínicos controlados, la eficacia del tra-
tamiento cognitivo con varios_ estudios ·que desmantdaban el tratamiento in-
tentando delinear los ingredientes activos de la terapia (Hollon y Beck, 1994).
Como resultado de esta extensa setie de investigaciones, se ha elaborado y per-
feccionado la base teórica de la TC, revisando su tratamiento, aplicándose en
un amplio rango de trastornos tales como los trastornos alimentados (Fairburn
y cols., 1991; Wilson y Fairburn, 1993); trastornos de pánico (Beck, Sokol, Clark,
W right y Berchick, 1992; Clark y Salkovskis, 1991; Clark y cols., 1994), ansiedad
generalizada (Butler, Fennell, Robson y Gender, 1991; Chambless y Gillis,
1993), trastornos obsesivo-compulsivos (Van Oppen y Amtz, 1994), trastornos
de personalidad (Beck, Freeman y cols., 1990), depresión bipolar (Newman y
Beck, 1992), problemas familiares y de pareja (Epstein, Schlesinger y Oryden,
1988) y esquizofrenia (Arford y Beck, 1996; Perris, 1988).
En este capítulo nos vamos a centrar en el estado de la cuestión de la teo-
ría y de la terapia cognitiva. En la primera parte; describiremos distintos de-
sarrollos teóricos que nos permiten disponer de un modelo cognitivo de la psi-
copatología más preciso y generalizable. En particular, presentaremos las
hipótesis derivadas del modelo cognitivo que describen las características cog-
nitivas de la depresión, así como otras hipótesis que pueden jugar un papel
J20 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 121

causal en la etiología y mantenimiento de trastornos tales como la depresión. vanees del ambiente. Esos esquemas desadaptativos tienden a ser rígidos, im-
Concluiremos esta parte del capítulo con una visión muy breve de la base em- permeables, sobreinclusivos y concretos (Beck, 1967). En los estados psicopa-
pírica del modelo cognitivo. La segunda parte del capítulo está dedicada· al es- tológicos y en los desórdenes de personalidad puede verse una excesiva ac-
tado de la cuestión de la terapia cognitiva. Aquí describiremos los ingredien- tivación de esquemas relacionados con cuestiones primarias tales como la
tes básicos de la TC, resumiendo brevemente la investigación de resultados y supervivencia, la reproducción, la dominancia y la sociabilidad, así como una
de proceso, sugiriendo qué cuestiones requieren una mayor investigación. activación inadecuada de esquemas secundan.os, más constructivos, racionales
y solucionadores de problemas relacionados con el incremento de recursos vi-
tales del individuo (Beck, en prensa; Beck y cols., 1990; Clark, Alford y Beck,
EL ESTADO DE LA CUESTIÓN: EL MODELO COGNITIVO 1996). Los esquemas se eslabonan en suborganizaciones más amplias cogniti-
vo/afectivo/conductuales, de personalidad, denominadas modos (Beck, en
prensa). En psicopatología, los modos primarios y sus esquemas constituyen-
Conceptos y supuestos básicos
tes, desadaptativos, dominan el sistema de procesamiento de la información,
El enfoque cognitivo asume que existe una fuerte relación entre teoría, in- produciendo distorsiones cognitivas características (por ej .. inferencia arbitraria,
vestigación y práctica. De hecho, al ser un sistema de psicoterapia, lo que ca- abstracción selectiva, sobregeneralización, magnificación, minimización, per-
racteriza a la terapia cognitiva, no es un conjunto particular de técnicas tera- sonalización y pensamiento dicotómico) y pensamientos negativos automáticos
péuticas, sino, más bien, los supuestos básicos teóricos derivados del modelo ya descritos en los primeros trabajos sobre el modelo cognitivo (Beck, 1963,
cognitivo, que guían la organización de la terapia (Beck, 1991; Oark, 1995). Por 1964; Beck, Rush, Shaw y Emery, 1979). Por tanto, el tratamiento de los desór-
tanto, la investigación y la validación de las hipótesis que se deducen de esos denes psicológicos incluye la modificación de estructuras de dar significado
supuestos teóricos, juega un papel crucial en el establecimiento de la validez mediante la desactivación de modos primarios y de sus esquemas disfunciona-
de la terapia cognitiva. les, y de la activación de modos constructivos más racionales (Beck, en prensa).
El modelo cognitivo asume que nuestra habilidad para procesar informa- A partir del modelo cognitivo de la psicopatología podemos derivar dis-
ción y para formar representaciones mentales de uno mismo y de su entorno tintas hipótesis. Algunas de esas hipótesis son de tipo descriptivo, relacionadas
es central para la adaptación y la supervivencia del ser humano. Sin embargo, con las características cognitivas de los trastornos, mientras que otras hacen
esas representaciones cognitivas o estructuras de la realidad, personalmente referencia a los factores causales implicados en la etiología y mantenimiento
significativas, pueden ser, en el mejor de los casos, aproximaciones a la expe- del trastorno psicológico. Resumimos esas hipótesis con referencia específica
riencia real. Las estructuras de asignación de significado o esquemas se ela- a la depresión. Sin embargo, con ciertas modificaciones muchas de esas hipó-
boran mediante interacciones repetidas entre el ambiente y estructuras pree· tesis se pueden aplicar a otras formas de trastornos psicológicos.
xistentes, innatas e indiferenciadas denominadas protoesquemas (Beck, en
prensa). Los esquemas son estructuras funcionales de representaciones de co-
Hipótesis descriptivas
nocimiento y de la experiencia anterior, más o menos permanentes, que guían
la búsqueda, codificación, organización, almacenaje y recuperación de la in- El modelo cognitivo propone nueve hipótesis que describen la disfunción
formación (Beck, 1967, 1987). Por tanto, el modelo cognitivo propuesto por cognitiva que caracteriza los estados depresivos (Beck, 1987; Haaga y cols., 1991).
Beck es esencialmente un modelo basado en esquemas, considerándose la
asignación de significado la actividad primaria del sistema del procesamiento 1. Hipótesis de la negatividad: la depresión se caracteriza por un incremento
de la información. En consecuencia,. en este modelo lo que los individuos de pensamientos autorreferidos negativos absolutos y generalizados sobre uno
creen y comprenden es mucho más importante que los pensamientos que en- mismo, sobre el mundo y sobre el futuro, resultado de la activación de esquemas
tran en su flujo de conciencia (Hollon y Beck, 1994). Por tanto, los esquemas idiosincrásicos disfuncionales representados dentro de un modo primario,
juegan un papel fundamental, guiando nuestros pensamientos, sentimientos y i.. Hipótesis de la exclusividad: la depresión se asocia a una disminución
conductas, mediante la interpretación de las demandas ambientales que nos dd pensamiento autorreferente· positivo o constructivo, resultado de la desac-
afectan. tivación de esquemas positivos incluidos en un modo constructivo o racional.
De acuerdo con el modelo cognitivo, el trastorno psicológico se caracteriza 3. Hipótesis del procesamiento selectivo: la depresión se caracteriza por un
por esquemas idiosincrásicos desadaptativos que dominan el sistema del pro- procesamiento selectivo, sesgado, de la información autorreferente negativa
cesamiento de la información cuando son activados por las circunstancias rele- que es relevante para nuestros intereses actuales.
122 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 123

4. Hipótesis de la primacía: esas cogniciones negativas y ese procesamien- terpersonales estrechas, destacando el hecho de ser amado y la aceptación por
to sesgado de la información influirá de forma crítica en los síntomas conduc- los demás. La dimensión de autonomía refleja el gran valor que se da a la inde-
ruales, afectivos, somáticos y motivacionales de la depresión. La primacía de pendencia personal, el logro y la libertad de elección.
síntomas cognitivos no significa que el pensamiento negativo causa otros sín- 2. Hípótesis de la congruencía: los individuos procesarán selectiva y ses-
.tomas de depresión, sino_ más bien que los síntomas cognitivos· son un rasgo gadamente la información autorreferente que sea congruente con su dimen-
integral de la experiencia depresiva, y que un cambio en d pensamiento pro- sión cognitiva de personalidad. Por tanto, los individuos sociotrópicos tienen
ducirá .una reducción en los síntomas <<no cognitivos» de la depresión (Beck, un sesgo selectivo para la información interpersonal, mientras que los indivi-
1987; Clark y Steer, en prensa). duos autónomos exhiben un sesgo para la información relacionada con la
5. Hipótesis de la especi/ícidad del contenido: cada trastorno psicológico tie- independencia.
ne un perfil cognitivo distintivo que es patente a nivd de esquemas, de procesa- 3. Hipótesís de la autoevaluación: la información congruente con nuestro
núento sesgado y de pensamientos negativos automáticos. El contenido dd pen- propio modo cognitivo de personalidad tendrá un fuerte impacto sobre las
samiento en la depresión incluirá temas tales como la pérdida y d fracaso autoevaluaciones (ser valorado como más importante) que la información
personal, núentras que en la ansiedad d tema principal hará referencia a amena- que es incongruente o irrelevante para la dimensión dominante de persona-
zas físicas o psicológicas, a peligro y a vulnerabilidad personal (Beck, 1967, 1987). lidad. -
6. Hipótesis de la universalidad: ese pensamiento negativo autorreferente 4. Hipótesis de la relación: cualquier dimensión cognitiva de personalidad
y d procesamiento sesgado de la información es patente en todos los estados se asocia con un estilo característico interpersonal que determinará nuestras
depresivos, con independencia de su gravedad. rdaciones con los demás. Los individuos sociotrópicos exhibirán un estilo de
7. Hipótesis de la gravedad: d alcance dd pensanúento negativo autorre- apego ansioso, mientras que una persona autónoma exhibirá soledad e indife-
ferente y d procesamiento sesgado está rdacionado con la gravedad dd esta- rencia hacia los demás.
do psicológico. 5. Hipótesis del afrontamiento diferencial: los individuos tendrán mayor
8. Hipótesis del esquema: en estados psicopatológicos tales como la depre- dificultad en afrontar acontecimientos negativos personalmente significativos
sión, d procesamiento de la información está dirígido primariamente por esque- y congruentes que acontecimientos negativos, personalmente incongruentes.
mas disfuncionales que son rígidos, impermeables, simplistas y condicionales. Por tanto, los individuos sociotrópicos serán menos eficaces afrontando estre-
9. Hipótesis del procesamiento primario: d procesamiento sesgado de la sores negativos interpersonales significativos, mientras que los individuos au-
información asociado a perrurbaciones psicológicas tiende a ser automático y tónomos serán menos eficaces afrontando acontecimientos que amenacen su
menos accesible al control de la conciencia porque la mayor parte dd mismo sensación de dominio e independencia;
ocurre de forma preconsciente bajo la dirección de un modo primario. 6. Hipótesís de la diátesís cognítiva-estrés: los individuos son más suscep-
tibles a la depresión cuando se enfrentan con acontecimientos estresantes ne-
Hipótesis causales gativos, personalmente significativos, congruentes con sus dimensiones cog-
nitivas de personalidad dominantes. Es más probable que los individuos
Se han propuesto distintas lúpótesis para articular cómo las variables cog- sociotrópicos se depriman cuando experimenten un acontecimiento en el que
nitivas pueden estar rdacionadas con d conúenzo y mantenimiento de trastor- perciben una pérdida de recursos sociales, mientras que una persona autó-
nos psicológicos tales como la depresión. El moddo cognitivo reconoce, explí- noma tiene una mayor probabilidad de deprimirse en respuesta a aconteci-
citamente, que- ciertos factores cognitivos pueden interactuar con- o mediante mientos percibidos como derrota o pérdida de independencia o control per-
otras variables para incrementar d riesgo de un futuro episodio depresivo. Una sonal.
vez más, proponemos distintas lúpótesis que describen los procesos cognitivos 7. Hipótesis de la especificidad de los síntomas: la manifestación de sínto-
que pueden ser variables antecedentes de ciertos tipos de depresión. mas en la depresión no endógena estará influida por nuestros modos cogniti-
vos de personalidad. Para los individuos sociotrópicos los síntomas predonú-
l. Hipótesis de la consistencia: las diferencias individuales estables y rda- nantes incluirán emocionalidad elevada y privación, mientras que síntomas
tivamente duraderas se evidencian en d contenido dd procesamiento de la in- tales como anhedonia, autocrítica, hostilidad y abandono serán más evidentes
formación autorreferente. Dos suborganizaciones o dimensiones cognitivo- en individuos depresivos autónomos.
personales, la sociotropía y la autonomía han sido definidas en la depresión 8. Hipótesis del tratamiento diferencial: la respuesta al tratamiento de la
(Beck, 1983). La dimensión de la sociotropía valora mucho las relaciones in- depresión se verá influida por nuestras dimensiones dominantes cognitivas
124 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 125

de personalidad. Los individuos sociotrópicos serán más reactivos a una in· alcance del procesamiento sesgado de la información negativa depende de la
tervención terapéutica de apoyo/ayuda, mientras que los individuos autóno· gravedad del estado depresivo. Otras hipótesis, como la de primacía y la de
mos responderán más a un acercamiento terapéutico de resolución de pro· universalidad, no han sido sistemáticamente investigadas.
blemas. A nivel causal la mayoría de las investigaciones se han centrado en la posi -
bilidad de demostrar la existencia de características cognitivas estables y du-
raderas que persisten más allá del episodio depresivo. De acuerdo con la
Estado empírico del modelo cognitivo
teoría de los esquemas depresotípicos latentes, los estudios no han sabido
Está fuera del alcance de este capítulo revisar la extensa literatura empíri- demostrar la existencia de esquemas disfuncionales permanentes u otras ca-
ca relevante para el modelo cognitivo. En su lugar, remitimos al lector a las racterísticas de la vulnerabilidad cognitiva fuera del episodio depresivo agu-
distintas revisiones publicadas (Clark y Steer, en prensa; Dalgleish y Watts, do, a no ser que se produzca una manipulación preparatoria antes de la eva-
1990; Engel y DeRubeis, 1993; Haaga y cols., 1991; Mathews y Macleod, 1994; luación cognitiva. Cuando se preparan individuos vulnerables (pacientes
McNally, 1994, 1995; Williams, Watts, Macleod y Mathews, 1988; Nietzel y Ha- depresivos recuperados), normalmente mediante la inducción de un estado de
rris, 1990; Sega! e lngram, 1994). Sin embargo, pueden extraerse varias obser- humor depresivo negativo, los estudios han conseguido resultados más positi-
vaciones generales sobre el estado empírico del modelo cognitivo. vos sobre variables cognitivas depresotípicas duraderas (Sega! e Ingram, 1994;
En primer lugar, la mayoría de las investigaciones se han centrado en los véase también Hedlund y Rude, 1995). Otra serie de estudios han examinado
factores cognitivos de la ansiedad y la depresión. Aunque algunos estudios han la diátesis cognitiva-estrés como predictora de síntomas depresivos. En gene-
investigado el procesamiento de la información en otros trastornos, el escaso ral, la evidencia empírica ha sido más consistente para la congruencia entre la
número de investigaciones nos impide concluir que el modelo cognirivo es tan dimensión de sociotropía y las situaciones interpersonales negativas, mientras
adecuado para otros trastornos como lo es para la ansiedad y la depresión. En que la evidencia ha sido menos consistente para la congruencia entre la auto-
segundo lugar, las hipótesis descriptivas del modelo han recibido mayor so- nomía y las situaciones de logro negativas (Clark, Purdon y Beck, 1996; Clark
porte empírico consistente que las hipótesis causales. No hay duda de que esto y Steer, en prensa). Los pocos estudios que han investigado la especificidad de
se debe en parte a los grandes problemas metodológicos implicados en demos- los síntomas y la respuesta diferencial al tratamiento han encontrado alguna
trar qué variables juegan un papel causal en la eriología de un trastorno. En ter- evidencia en la dirección sugerida (por ej., Peselow, Robins, Sanfilipo, Block y
cer lugar, ciertas hipótesis han recibido un soporte empírico considerable, con Fieve, 1992; Robins, Hayes, Block, Kramer y Villena, 1995; Zettle, Haflich y
otras se han obtenido resultados variables, mientras que un tercer grupo de hi- Reynolds, 1992}. Otras hipótesis causales no han sido adecuadamente investi-
pótesis no han sido estudiadas, científicamente, por el momento. gadas, como las que relacionan modos cognitivos de personalidad con proce-
A un nivel descriptivo, podemos apoyar empíricamente las hipótesis de la sos de autoevaluación, afrontamiento y estilos interpersonales.
negarividad, la exclusividad, el procesamiento selectivo y la hipótesis de la gra-
vedad. Sin embargo, en relación a estas hipótesis descriptivas aún tenemos que
resolver cuestiones, tales como: a) sí los pensamientos negativos aparecen en EL ESTADO DE LA CUESTIÓN DE LA TERAPIA COGNITIVA
todas las depresiones o sólo en un tipo de desórdenes depresivos, b) si los in-
dividuos depresivos exhiben una distorsión negativa en el procesamiento de la La terapia cognitiva (TC) es una terapia estrucrurada, con límite de tiem-
información o si los individuos sanos no depresivos muestran una predisposi- po y orientada al problema que pretende aliviar el malestar psicológico me-
ción al procesamiento de la información positiva, e) si el procesamiento de la diante la modificación de los esquemas disfuncionales (creencias) y del proce-
información sesgada en la depresión es fundamentalmente automática y pre- samiento de la información sesgado tal y como postula el modelo cognitivo
consciente o el reflejo de un procesamiento consciente, deliberado, d) si el (Beck y cols., 1979). Para conseguir un cambio cognitivo, la TC utiliza una
contenido del pensamiento negativo telacionado con la pérdida y el fracaso es gran variedad de técnicas de intervención de otras escuelas psicoterapéuticas,
específico de la depresión o si representa el componente cognitivo de un esta- en una forma de eclecticismo técnico (Alford y Norcross, 1991), aunque las for-
do menos específico, como malestar general o la afectividad negativa, e) qué mas principales de inteivención en la TC son la persuasión verbal y la com-
papel juega en la depresión una disminución en los pensamientos positivos, así probación empírica de hipótesis (Hollon y Beck, 1994). Los siguientes ele-
como el incremento en el pensamiento negativo, Osi el procesamiento selecti- mentos terapéuticos pueden ser identificados como característicos de la TC
vo de la información para material negativo ocurre en procesos específicos o si estándar (J. Beck, 1995; Beck y cols., 1979; Clark y Beck, 1989):
es evidente en todos los niveles del procesamiento de la información, y g) si el
126 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 127

l.Formulación cognitiva del malestar psicológico. resultado se han centrado en la depresión y la ansiedad. Por tanto, la eficacia
2.Identificación de problemas actuales asociados al malestar. de la TC para otros trastornos psicológicos aún tiene que ser demostrada. En
3. Especificación de metas para-la intervención terapéutica. seg~ndo lugar, se necesita más investigació_n sobre el efecto profiláctico de la
4. Creación de una relación terapéutica basada en la colaboración, el TC, tal como han sugerido algunos estudios de seguimiento sobre la depre-
~uestionamiento socrático y d descubrimiento guiado. sión. En tercer lugar, todavía no están claras qué variables del paciente y que
5. Educación del paciente en el modelo cognitivo. variables clínicas predicen una respuesta positiva a la TC, o si la TC puede ser
6. Identificación y autoobservación de pensamientos disfuncionales y eficaz con pacientes que no pueden tomar fármacos o con aquellos resistentes
creencias que están asociadas con estresores y contratiempos de la vida diaria. al tratamiento. En cuarto lugar, todavía no esta claro cuál es el mecanismo de
7. Distanciamiento, en el que el paciente aprende a tratar los pensamien- cambio en la TC. ¿Es la desactivación de los esquemas disfuncionales hiper-
tos y l.s. creencias como hipótesis que necesitan ser comprobadas. activos el principal proceso de cambio en la TC, o es la activación o fortaleci-
8. Disputa verbal de pensamientos y creencias disfuncionales. miento de esquemas positivos compensatorios el ingrediente más eficaz de la
9. Ejercicios de comprobación empírica de hipótesis con la pretensión de misma? Y finalmente, ¿es necesario conseguir un cambio en el núcleo «pro·
recoger evidencia relacionada con el pensamiento disfuncional. fundo» de los esquemas disfuncionales, que tienen sus raíces en el desarrollo
ló. Desarrollo de creencias y explicaciones alternativas, más adecuadas y temprano, para asegurar la persistencia de la efectividad del tratamiento? A
adaptativas, que serán confirmadas mediante ejercicios de comprobación em· pesar del soporte empírico que puede obtenerse para las hipótesis y los pro-
pírica de hipótesis. cesos postulados por la teoría y la terapia cognitiva, también es evidente que
n. Estrategias conductuales de afrontamiento que incrementan la efecti- quedan para futuras investigaciones distintas cuestiones importantes, tanto
vidad y el dominio personal. conceptuales como metodológicas.
12. Retroalimentación del paciente y evaluación de las sesiones terapéuticas.
13. Asignación de tareas para casa entre sesión y sesión.
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CAPÍTULO 8

EL PROCESO TERAPÉUTICO EN EL TRATAMIENTO


DE UNA DEPRESIÓN UNIPOLAR

Francisco Bas Ramal/o

El tratamiento cognitivo de la depresión fue presentado, en su modalidad


más clásica y validada, por el manual que al respecto escribieron Beck, Rush,
Shaw y Emery (1979). Los fundamentos de este manual pueden encontrarse en
varios trabajos anteriores del propio Beck (Beck, 1967; Beck, 1976).
En síntesis, el proceso terapéutico podría implicar las siguientes fases:

1. Dar a leer Coping with Depression antes de la primera sesión.


2. El terapeuta, en el principio de ésta, presenta el fundamento teórico de
la terapia cogniriva (TC) tras la exploración de los síntomas del paciente.
Aclara o discute la reacción del paciente ante el modelo. Evalúa desesperanza
o ideas suicidas si las hay.
3. Hace hincapié en la relación entre pensamiento y emoción o conducta,
refiriéndose al Coping with Depression.
4. Inicialmente, se centra la atención en los síntomas conductuales y mo-
tivacionales, explorando el nivel de actividad.
5. Pide trabajos para casa y da cuestionarios a rellenar fuera de la sesión.
6. A lo largo de las sesiones se van buscando los supuestos básicos del pa·
ciente, a fin de discutirlos sucesivamente, conceptualizándolos como el fun-
damento de su predisposición a la depresión.

Más recientemente, J. S. Beck (1995, págs. 5 a 9) subraya diez principios


que están en la base de la terapia cognitiva:

1. La TC se basa en una formulación, siempre en desarrollo, del paciente


y su problema en términos cognitivos. Desde un principio se establece esa
conceptualización, completándose y reformulándose, si es necesario, a la vista
de los datos acumulados.
2. La TC requiere una sana alianza terapéutica.
3. Se enfatiza la colaboración y la actividad.
4. La TC está orientada hacia objetivos y se focaliza en problemas concretos.
5. Al menos inicialmente, la TC enfatiza los problemas del presente.
132 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 133

6. Este tipo de terapia es educativa, tiene como objetivo enseñar al pa- ploramos áreas esenciales, señalando de continuo la relación entre pensamien-
ciente a ser su propio terapeuta, enfatizando la prevención de recaídas. to y emoción. Algo antes de acabar ésta y teniendo en cuenta que ella dispo-
7. La TC tiende a ser de tiempo limitado. nía. de un buen nivel cultural, presenté nuestra hipótesis provisional explicati-
8. Las sesiones de la TC están estructuradas. va de su problema:
9. Esta terapia enseña al paciente a identificar, evaluar y responder a sus
éreencias y pensamientos disfuncionales. T. Te felicito por llegar a ver claro la relación entre pensamiento y emoción.
10. La TC usa una variedad de técnicas para cambiar el pensamiento, la Un pensamiento es una hipótesis acerca de las cosas. Un supuesto. Debemos
conducta y el estado de ánimo. distinguir entre conocer y creer. Las hipótesis, como tú sabes, para transformar-
las en conocimientos deben ser probadas, contrastadas con la realidad. Ése será
Uffconocimiento extenso de los distintos enfoques expresados dentro de el objetivo más importante de nuestra terapia. Trabajaremos juntos para formu-
lo que ha venido en llamarse terapias cognitivo-conductuales parece un requi- lar hipótesis y probarlas. Has aprendido a mantener varias hipótesis sobre ti mis-
sito necesario para ejercer este tipo de terapias (Bas, 1981, 1992). ma y sobre los otros que pueden estar en la base de tus problemas emocionales.
Vamos a tratar de ilustrar a través del caso de la señorita A el proceso te- A la vista de tu historia y de los datos presentes que me has señalado podtia ten-
rapéutico así como los principios anteriormente señalados. tativamente formular tu problema actual de la siguiente manera: en algún mo-
La paciente, de 28 años de edad, es la menor de tres hermanos de una fa- mento de tu pasado pudiste vivir experiencias que te llevaron a creer firmemen-
milia acomodada. Su padre, abogado de prestigio, que había conseguido éxi- te que no valías. Antes hablaste de la influencia de tu padre a este respecto. Esta
to profesional tras un gran esfuerzo, trató a sus hijos con rigor, manteniendo idea debió quedar asociada a sentimientos de infelicidad y desesperanza. Desde
una clara preferencia por su hija mayor, muy inteligente y con muchos éxitos entonces, cualquier acontecimiento que guarde alguna relación semántica con
en los estudios. La madre se volcó en proteger a la pequeña y al otro herma- esa idea puede generarte emociones y sentimientos similares. La idea original,
no, pero manteniéndose, a la vez, muy dependiente del marido. Cuando salió <<110 valgo», puede tener ideas derivadas, también asociadas originalmente, muy
de casa la mayor, el padre empezó a interesarse más por la paciente, pero esto importantes para ti. Por ejemplo, una idea condicionada a la anterior podría ser
fue visto por ella como un gesto interesado de él, porque se sentía solo y en- del tipo: «Si no rindo, no voy a ser querida o aceptada», o esta otra «Si pido ayu-
fermo. A su muerte, hace diez años, la paciente se volcó en su madre. Unos da en mi trabajo, soy débil e incompetente>>. Un conjunto de reglas implícitas
meses antes de venir a terapia empezó a presentar claras señales de depresión también puede formar parte de la constelación inicial: «Necesito rendio>, «Ne-
(excesiva pasividad y abulia, agresividad, tristeza, etc.), por lo que su madre cesito sobresalir>>, y en relación con los demás: «La gente vale según su produc-
decidió traerla. Aunque su historia escolar no es sobresaliente, la paciente es tividad, su inteligencia>>. «Necesito entender todo lo que dice Paco», «Si me cri-
culta e hizo una carrera con probada suficiencia. tü:an quizá piensen que soy tonta>>, etc. La ansiedad, si uno piensa preocupado
que finalmente no podrá dar la talla, o los sentimientos depresivos si efectiva·
mente no logra el estándar autoimpuesto, pueden ser correlatos normales de es-
SESIONES INICIALES tos aprendizajes. ¿Qué piensas de todo lo que te he comentado?
P. Que puede que tengas razón. Lo veo un poco complicado para mí,
Solícita y muy amable, acompañada de su madre, en la primera sesión la pero me gusta.
señorita A cuenta sus problemas con una sonrisa mantenida y cara aniñada: T. Por todo lo anterior, la ansiedad y la depresión podrían quedar ínti-
«Mi problema es la inseguridad, la depresión, la desmotívación. No me valo- mamente ligadas al modo de pensar que tuviste al principio de las experien·
ro, no me estimo ... ». cias negativas. Me gustarla que trataras de resumirme lo que te he explicado
T. ¿Desde cuándo te sientes así? anteriormente.
P. No recuerdo haber sido de otra manera; desde muy pequeña siempre P. Sí, veamos. Que en un momento de mi vida aprendí a pensar de deter-
me sentí de ese modo. minada manera y por esto me sentí mal. Ahora, cada vez que pienso así, me
T. ¿Hay alguna razón especial por la que requieres ahora de nuestra ayuda? siento igualmente mal. ¿Es algo así, no?
P. He pasado últimamente un período muy deprimida Los problemas con mi T. Bien. Has dado en la diana. Trabajaremos juntos a lo largo de latera-
novio se han incrementado. También he empezado a trabajar y no me siento bien. pia todas esas ideas que hemos comentado y aquellas que tú misma vayas en-
contrando y que se presenten cada vez que te sientes mal ...
Así, con este conjunto básico de datos, la paciente iniciaba la sesión. Ex -
134 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 135

Las líneas anteriores corresponden a parte de los diálogos mantenidos por Al finalizar la sesión entregamos a la paciente un ejemplar de la Escala de
el autor con la paciente en 1982 durante la entrevista. Fue diagnosticada como Actitudes Disfuncionales (DAS, versión de 35 ítems de Burns, 1980, de la Es-
presentando un Trastorno de Depresión Mayor acompañado por un Trastor- cala de Weissman, 1978, en versión castellana de Bas, Andrés y Gil, 1982), un
no de Personalidad por Dependencia, según criterios del DSM-ffi (1980). El Listado de Creencias Comunes (LCC) de Bas (1983), la Escala de Desesperan-
nivel de severidad de la depresión dado por el BOJ fue de 29. Se abordaron za de Beck, Weissman, Lester y Texler {¡974), el Inventario de Asertividad de
varios objetivos prioritarios en cualquier terapia cognitiva y especialmente en Gambrill y Richey (1975), el STAI-R de Spielberger y cols. {¡970) y la Historia
depresión (para consideraciones adicionales, véanse Beck, y col., 1979, y Bas Clínica de Lazarus {¡972). Le dimos para su lectura una versión castellana de
y Andrés, 1993). Algunos de ellos fueron: Coping with Depression (Beck y Greenberg, 1974) y le recomendamos que le-
yera el libro Cuando digo no me siento culpable (Smith, 1977). A veces el escri-
r. Formulación del caso de manera provisional, en términos cognitivos. to Coping with Depression lo damos antes de la primera entrevista. Todo ello
Ilustramos el concepto de esquema como un patrón cognitivo estable de res- para que lo leyera en casa y trajera cumplimentados los cuestionarios en la si-
puestas que impregna de significado a un conjunto de experiencias. Este es- guiente entrevista.
quema, en general, se ha formado en la infancia. La segunda sesión presentó algunos de los siguientes diálogos:
2. A través de tres situaciones, del pasado remoto, del pasado reciente y del
presente, tratamos de que la paciente viera la clara relación entre emoción y pen- T. Bien. ¿Cómo te has sentido durante la semana?, ¿qué has pensado en
samiento, así como entre emoción y creencias. Facilitamos este conocimiento a relación a lo que hablamos en la sesión anterior?
través de un «descubrimiento guiado», habilidad básica del terapeuta cognitivo. P. Me siento igual. Pero espero que esto pueda funcionar ...
3. Evaluamos las áreas de problemas así como las situaciones que preceden T. Muy bien. Trabajando juntos verás cómo te sientes cada vez mejor. De-
al malestar (críticas del novio, problemas del trabajo, etc.). searía preparar la agenda para esta sesión. Me gustaría, después de ver lo que
4. Se conceptual.izaron las creencias como hipótesis a contrastar con la rea- has podido hacer por ti esta semana, que precisáramos mejor los objetivos de
lidad. Se hizo hincapié en la diferencia entre creer y conocer. la terapia, que habláramos más del presente (ya que esta terapia se centra más
5. Evaluamos la presencia de la tríada cognitiva: la visión negativa de sí en el presente y el futuro que en el pasado) y desearía introducirte en distintos
mismo, de sus circunstancias actuales y de su futuro. modos de aprender a registrar tus pensamientos y conductas problemáticas.
6, Se apreciaron algunas dificultades singulares de la paciente para el ¿Quieres añadir algo?, ¿piensas que tienes algún tema urgente o importante
cambio: no cree que pueda cambiar de modo de pensar, no cree entender lo que tratar ahora?
que se le explica (respuesta congruente con su problema básico, <<DO valgo»), P. No. Me parece bien.
parece depender mucho de su madre y de su novio.
7. Se exploró el nivel de desesperanza y el nivel de actividad. Ilustramos la El terapeuta y la paciente examinaron conjuntamente los cuestionarios así
relación entre nivel de actividad y estado de ánimo. En base a ejemplos de su como la Historia Clínica. Mientras que el terapeuta veía los documentos, la
pasado y subrayando que la actividad es en sí misma antidepresiva, al margen paciente rellenó otro BOJ para que reflejara cómo se había sentido en la últi-
del nivel de satisfacción original que pueda reportamos, se le invitó a que re- ma semana. En total esto pudo llevar una media hora, al cabo de la cual, una
gistrara el nivel de satisfacción y de dominio autopercibido e~ las tareas que vez tomado nota de los extremos más significativos, y comprobado que los ni-
realiza, todos los días y hora a hora. Que intentara llevar a cabo el registro del veles de desesperanza no eran graves, se continuó el diálogo de este modo:
modo más contingente posible a cada actividad.
8. Cuidamos mucho la calidez, la empatía, la consideración y el respeto más T. ¿Me dijiste al principio de la sesión que esta semana habías hecho algo
genuino hacia el paciente. Beck, en reiteradas ocasiones, ha señalado la nece- de lo que yo te sugerí?
sidad, con este tipo de pacientes, de profundizar en estas dimensiones (Beck, P. Sí. Aquí están los registros que me pedistec Supongo que habrá mu-
1983; Beck y Freeman, 1990). Se terminó la sesión tratando de recibir feedback chos errores.
del paciente de cómo ve la relación terapéutica, así como de los objetivos T. Te felicito. Estaba convencido de que los podrías cumplimentar.
planteados y cómo entiende el proceso terapéutico. Se le presenta como un
proyecto activo del equipo formado por paciente y terapeuta a la búsqueda de El análisis de los registros de placer (P) y de dominio (0) indicó: 1) Que
explicaciones más fundadas, realistas y adaptativas que las que hasta ahora ha durante las mañanas la satisfacción y el dominio eran bajos, puntuando en ge-
mantenido en sus áreas de conflicto. neral más bajo el dominio que la satisfacción en las tareas laborales. Ella traba-
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 137

jaba sólo por las mañanas. 2) Que los fines de semana pasaba la mayor parte a cabo un trabajo Jocali1.11do sobre alguna de las cogniciones que la paciente
del tiempo durmiendo. 3) Que su repertorio de actividades fuera del trabajo había tenido en la semana anterior. Desde la primera sesión debemos intentar
era muy limitado, centrándose en estar en casa con el novio, salir alguna vez lleyar a cabo estas acciones a través de un diálogo socrático, en donde d sujeto
con amigos con los que en general se llevaba bien, leer, ver la 1V y oír músi- aprende a interrogarse acerca del fundamento de sus pensamientos y supues-
'ª· La mayor parte de las actividades eran de rutina y cuando había algún cam-
bio siempre eran los demás los que lo habían propuesto y decidido. Ella asen-
tos. Las bases empíricas, lógicas y adaptativas de estos fundamentos (esque-
mas, creencias básicas) son analizadas, haciendo especial hincapié en ver si la
tía. Su temor a la crítica y al rechazo la empujaba a silenciar su opinión, realidad los sustenta o no.
aunque con su novio podía llegar a ser muy crítica con los desacuerdos y siem- Debido a que no conocíamos con precisión el factor precipitante del epi-
pre que pensaba que tenía la razón. La falta de asertividad nos empujó a pen- sodio depresivo actual, y deseando aliviar alguno de sus síntomas presentes,
sar en la conveniencia de incluirla, algo más adelante, en un grupo de entre- llevamos a cabo un diálogo dd que recogemos a continuación una parte:
namiento asertivo. Cosa que hicimos a partir de la cuarta sesión, cuando el
proceso de socialización en la terapia se había completado, el «cómo» cambiar T. ¿Recuerdas cómo analizamos en la última sesión la relación entre pen-
lo tenía más claro y empezaba a presentar evidentes signos de mejoría en la samiento y emoción o conducta?, ¿podrías narrar algún ejemplo que haya te-
sintómatología depresiva. Esta decisión facilitó un «tirón» muy considerable nido lugar en esta semana, a fin de trabajarlo desde ese punto de vista; algún
en el proceso de mejora de la paciente. momento malo que hayas tenido?
Teniendo en cuenta la cronicidad de sus problemas y su profundo sentido P. Sí. Cuando me quedé sola en casa porque mi novio estaba de viaje.
de incompetencia en áreas intelectuales, tratamos de precisar del mejor modo Tampoco estaba mi hermano.
los objetivos a perseguir, de manera realista, a fin de ir creando en ella un sen- T. ¿Qué ocurrió exactamente?
tido de mayor competencia y controlabilidad sobre las cosas que hacía. Otra P. Me hice la comida, yo sola. No había nadie en casa. Me sentí deptimi-
dimensión que consideramos clave en la selección de los objetivos era que im- da. Pensé que terminaría estando sola en la vida. Mi hermano llegó a las r2 de
plicasen algún nivel de iniciativa, de autonomía respecto a los puntos de vista la noche.
de otras personas, tales como la madre y el novio. Había que trabajar las dos T. ¿Y tu madre?
caras de la misma moneda, que podían quedar expresadas a través de un su- P. Estaba con un amigo que creo que le gusta mucho. No iba a venir a
puesto condicional básico del tipo: «Si yo no valgo, necesito a los demás». Así doanir. Se había ido de Madrid. No volvería esa noche.
dependencia y depresión caminaban juntas. T. ¿Desde cuándo conoces la existencia de esa relación?
En principio se decidieron los siguientes objetivos generales: P. Desde hace unos pocos meses. La verdad es que nunca pude pensarlo.
r) Pagar su terapia (hasta ahora lo hacía su madre). 2) Pagarse sus capri- Con 58 años esas cosas ya no suceden, ¿no? Parece que va en firme ...
chos (ropa, cine, regalos, etc.). 3) No recurrir a su madre si llegaba al fin de T. ¿Cómo te sentiste cuando supiste que esa relación iba en serio?
mes sin dinero. 4) Hacerse siempre la cena y el desayuno. 5) En el caso de es- P. Al principio alegre por ella, pero después muy angustiada.
tar su novio en casa, ser ella la que preparase todo lo que él pudiera necesitar T. ¿Qué interpretación automática, qué pensamiento espontáneo tuviste
(merienda, cena, etc.). 6) Tomar el mayor número de decisiones sin consultar que te llevó a la angustia?
a su novio ni a su madre. 7) Incrementar el número de actividades intelec- P. No sé. Quizá que me iba a abandonar. Yo siempre he vivido con ella.
tuales que podían gustarle (tenía ilusión por participar en un taller literario Mi padre murió hace ro años y nunca pensé.que ella fuera a marcharse de casa.
pero no se atrevia), así como una mayor diversificación de las actividades en T. ¿Encuentras alguna relación entre la interpretación que le diste a la si-
general, incluyendo una práctica deportiva moderada y frecuente. 8) Asumir tuacíón y el modo que tuviste de sentirte?
más iniciativas en las relaciones sociales, pidiendo a los demás hacer cosas y P. Sí. Pero, ¿cómo me voy a sentir contenta por una cosa así?
tomando decisiones. 9) Extender lo anterior al área laboral. ro) Incrementar el T. Volvamos al suceso de la semana pasada. Cuando te sentiste sola. ¿En-
número de autovaloraciones positivas ante actividades intelectuales, las críti- cuentras alguna rdación entre cómo te sentiste y lo que pensaste?
cas de los otros o la toma de decisiones autónomas. P. Sí. Pensé que me quedaría sola para siempre.
Decidimos llevar gráficos para algunos de estos objetivos, a fin de compro- T. ¿Ves claro aquí que tu sentimiento depresivo tuvo que ver directa-
bar a lo largo del tiempo si la evolución del cambio iba en la dirección deseada. mente con tu modo de pensar?
Debido a la importancia que le asignamos a intervenir sobre los síntomas, P. Creo que sí. Pero no creo ser capaz de pensar de otro modo.
desde el princípio de la terapia, y a fin de aliviarlos lo antes posible, llevamos T. De nuevo te felicito. Ver la relación entre depresión y modo de pensar
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 139

representa un avance enorme en tu recuperación, aunque aún no· hayas apren- SESIONES INTERMEDIAS
dido a debatir adecuadamente tus ideas para poder pensar de otro modo. Eso
es otra cosa. Veamos ¿siempre te sentiste así en el pasado cuando te viste sola? . Entre la cuarta y la decimocuarta sesión se mantuvo en el grupo de entre-
P. Supongo que a veces no. Otras sí. namiento asertivo a la vez que acudía a la sesión semanal individual. Este he-
T. ¿Qué puede distinguir un modo de pensar del otro, de cuando te sen- cho facilitó mucho la mejoría de la paciente, al llegar a sentirse más segura en
tiste angustiada a cuando te sentiste tranquila? las relaciones con los demás y ver incrementada su autoestima.
P. Supongo que en un caso pensé que estaba sola y en el otro que podría Tres objetivos mantuvimos a partir de la decimosegunda sesión: r) Dar
contar con alguien. una versión lo más acabada posible de los supuestos básicos, que se habían es-
T. Pero de hecho estabas sola en ambos casos. ¿Cambiaba la realidad tus tado elaborando desde el principio, añadiendo y modificando las hipótesis de
pensamientos?, ¿o sólo cambiaba tus emociones y sensaciones?, la idea de que partida conforme aparecían nuevos datos. 2) Haciendo que fuera ella la que
pudieses ser abandonada, ¿cambiaba la realidad?, ¿había alguien que te que- determinara los objetivos a tratar en cada sesión, teniendo que implicarse en
ría y se preocupaba por ti al margen de tus pensamientos? preparar ella misma a lo largo de la semana los contenidos de la agenda para
P. Sí. Varias personas. Mi madre y varios amigos. Mi hermano. Mi novio. la sesión siguiente. Realmente este proceso fue gradual, y ya desde la 5" o la 6'
T. ¿Reflejaban entonces tus pensamientos de un modo adecuado la reali- sesión le fui señalando y reforzando su participación activa en la .confección
dad?, ¿describían bien la realidad?, ¿o estaban distorsionándola?, ¿reacciona- de la agenda. 3) Entrenar a la paciente en prevención de recaídas.
bas ante una interpretación alterada de la realidad, es decir, lo que tú pensa- La acumulación de información nos permitió confeccionar el mapa cogni·
bas, o a la realidad tal cual era?, ¿de qué hechos dispones para pensar que tivo que adjuntamos (figura 1).
estabas abandonada por los demás?
P. Bueno... , hechos no. Lo creía así...
T. ¿Puedes aquí de nuevo distinguir entre pensamiento y realidad?
CREENCIA AUTOVALIDACIÓN PENSAMIENTOS NEGATIVOS
P. Sí, te entiendo ... BÁSICA DE LA CREENCIA REGISTRADOS
T. ¿De qué otro modo tú, así com_o otras muchas personas en estos mo-
mentos, podrías interpretar el hecho de estar sola en casa?
P. No sé. Quizá como una oportunidad para hacer tareas que no puedo
- ~ l
hacer cuando hay gente: ordenar cosas, limpiar... , también para descansar, oír ,¡•No hay futuro bueno si depende de mi•
música o hacer un plan para la semana. Es verdad que estar sola no es estar
abandonada pero es que yo lo he sentido así...
T. ¿Senrido?
P. Bueno, quizá lo haya pensado equivocadamente... •
¿Cómo lo sé en
relación a mi misma? --- ./·No sé tomar decisiones•
./-Si no rindo seré una fracasada•
./•NO S<1'i capaz•
,/·No tengo - d ·
,/•Estoy desequi-·
,/·No tengo motivación; "'I apática•

-
./"'Tengo miedos•
A partir de aquí seguimos ilustrando en ésta y en las sesiones siguientes
SOY
el papel de las distorsiones cognitivas en el mantenimiento de las ideas bási- INFERIOR ,¡•Los demás tendnin éxito, yo no•
cas problemáticas. Le pedimos que registrara en un formato que le dimos ./•No me compr91 lden, me siento víctima•
,/•Me veo lntranSigente y agresiva con los
(Técnica de Tres Columnas de Beck y cols., 1979) pensamientos negativos,
p- otros•
distorsiones cometidas y pensamientos alternativos, evaluando sus niveles
de credibilidad. Le dimos a leer un material elaborado por nosotros para
ilustrar las distorsiones cognitivas, y volvimos a comentar el folleto Coping
with Depression. Tras tres o cuatro sesiones, en las que el estado de ánimo
de la paciente nq pareció mejorar de modo claro, se pudo observar un de-
¿Cómo to sé en
relación a mi entorno?
-- ./•Me veo depeiidia1te de los otros•
,/•Si no hago lo que los demás, no siM,.
,¡·SI "1f independiente me da miedo.
quizá me abanck>nen•
,/•Si alguien dice una cuaildad mala,
enseguida me doy por aludida•
,/•Me siento culpable cuando oo hago las
cremento de los índices del BDI y de los niveles de severidad de su estado cosas como ella (la madre) las hace•
afectivo expresado a través de los autorregistros. El fuego cruzado del en- -
trenamiento en reestructuración cognitiva y de la programación de actividades
parecían estar dando sus frutos. FIGURA 1. Esquema del mantenimiento de la creencia central.
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 141
,- ria» que pudiera influir tanto en la realización de la prueba como en la inter-
DISTORSIONES COGNITIVAS pretación de los datos. Si es posible debemos llevar a cabo «diseños ciegos» tan-
CONSECUENCIA 1 CONSECUENCIA 2
JMPLICITAS EN ESOS PENSAMIENTOS to de realización de la prueba como de análisis de la información obtenida.
En una ocasión tratamos de contrastar el «no valgo» en el ámbito laboral.

+ + + Parte del diálogo fue así:

,(Adivinación del pensamiento y del futuro T. ¿Qué significa para ti no valer en tu trabajo?

-
.IDicotor'nizació reSpecto al rendimiento
y la autonomía
,/Absolutos: Nmtekfed de ser amada y
ap.-
o l ' P - (•SO)' culpabla de todo•)
.IRazonamtento emocional (ocsi me
encuentro mal, '8s cosas me van mal•)
- Valldación espirea
de la creencia centml
de cara al SlielO
Fortaleciniento y
111a11teniniento de la
aeencia bésica
P. No hacer las cosas bien.
T. ¿Qué es exactamente eso?
P. No hacerlas tan bien como las hacen los demás.
T. ¿De qué manera sabes cómo lo hacen los demás?
P. Porque esas cosas se comentan y sabemos las personas que lo hacen
bien y las que no.
T. ¿Cuántas formas habria entonces de hacer las cosas?
P. Bueno. Quiero decir que hay personas que cometen muchos más erro-
1SOY INFERIOR 1 res que los demás, o que hacen las cosas en general peor que los demás.
T. ¿Cómo podríamos saber eso?, ¿cuál sería según tú el perfil de un tra-
bajador «que cumple»?
FIGURA 1. Esquema del mantenimiento P. Este trabajador, normalmente, cumple con su horario, toma iniciativas,
de la creencia central (continuación). le señalan un mínimo de errores, le felicitan de vez en cuando, es reconocido
como valioso por los compañeros, le consulta el jefe cuando tiene proble-
mas ... , no sé, cosas así.
Con todos los pensamientos registrados y las distorsiones cognitivas, le pre- T. ¿Cómo podríamos saber si tú cumples algunos de esos requisitos?
sentamos ese modelo explicativo a través del cual la creencia central no valgo se P. Supongo que preguntando, pero no me atrevo.
autorreforzaba y perpetuaba. La paciente encontraba en sí misma experiencias y T. ¿En dónde reside tu dificultad para hacerlo?
emociones, así como en la relación con los demás, para «demostrarse» conti- P. Haría el ridículo.
nuamente que no valía. El conjunto del proceso generaba un efecto de «JJrofe- T. ¿De qué modo podríamos presentar las preguntas para evitar ese pro-
cía autocumplida» que posibilitaba su mantenimiento e incluso generalización a blema? Piensa.
esferas en que antes no se expresaba esa creencia central. La comprensión de P. No se me pasa nada por la cabeza ...
este esquema tuvo efectos terapéuticos muy importantes. La paciente tomó T. Veamos. Se me ocurre esta idea. A ver qué te parece. Favorece el ano-
muy buena nota de él y lo colocó en su casa, en su habitación. Sin duda que le nimato y así los resultados serán más válidos. Podrías dejar encima de la mesa
facilitó un trabajo de reestructuración frecuente y eficaz, característica que se del escritorio de un número de compañeros una encuesta con un sobre para
ha visto asociada a una mejor adhesión a la terapia (Bums, 1980). Durante va- que la metieran en él después de rellenarla. Los podrías dejar a primera hora
rios años de seguimiento, también_ mantuvo activamente este hábito, lo que sin dda mañana antes de que entraran en la oficina. En el papel señalarías breve-
duda debió influir en la eliminación de recaídas (al menos hasta donde nosotros mente que una amiga socióloga está haciendo una investigación sobre imagen
pudimos seguirla, concretamente hasta cinco años después). La práctica asidua social y necesita que respondan a las preguntas que has señalado en el perfil
de los aprendizajes terapéuticos se asocia a la disminución del número de recaí- anterior de manera anónima pero refiriéndose a ti. Deben cerrar el sobre-y no
das, segón hemos tenido ocasión de comprobar en varios estudios previos (Bas poner su nombre. Tu amiga lo recogerá, digamos a mediodía, y les agradece-
y Andrés, 1986, 1989a, 1989b, 1991). Con la paciente se trabajó cognitiva, con- rá su colaboración. Tu amiga lo está haciendo con todos sus conocidos a fin
ductual y socialmente su idea de «no valgo». Las pruebas de realidad implica- de poder efectuar la investigación. Ahora sólo necesitas una buena amiga que
ban una definición precisa de la idea a contrastar y analizar los datos aportados quiera recoger los sobres. ¿Qué te parece?
por la prueba. Se puede llevar a cabo a través de encuestas o de otros procedi- P. Bueno. Así quizá me atreva ... Puedo decírselo a mi amiga Ana, que no
mientos «desapasionados», cuidando de controlar la «desviación confirmato- me importa que lo sepa.
142 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 143

T. Estupendo. Me encanta que asumas retos. Redactemos juntos el escri- La posibilidad de perder el empleo, de que la dejara el novio y de que se
to que les vas a pedir que rellenen con el perfil de un trabajador que según tú marchara su madre de casa fueron analizadas minuciosamente. Cómo se sen·
cumple. tirí;i, qué pensaría y qué haría fueron reexaminados para buscar opciones y al -
temativas realistas y adaptativas.
El análisis de las respuestas señaló que el 80 % eran positivas. Así lo vieron Después de veintitrés sesiones, la paciente no cumplía los criterios diag-
dos personas de nuestro gabinete psicológico, elegidas al azar, a las que se les nósticos del DSM-III para la depresión mayor, presentaba en el BDI una pun-
pidió que valoraran las respuestas, sin saber a quién se referían los datos. Otra tuación de 5, y había evolucionado en las variables evaluadas por cuestionarios
terapeuta de este mismo gabinete presentó los datos de la encuesta a estas dos como se indica en el gráfico 1.
personas a fin de que efectuaran este análisis. De este modo, también asegu-
ramos el anonimato en la valoración de los resultados. Todo el proceso loco-

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STAl-E
noció en detalle la paciente. Los resultados señalaban una imagen laboral muy
positiva, siendo la «toma de iniciativas» el área en donde la valoración era más
baja. Pero era felicitada a veces por su jefe, los compañeros no pensaban que 30
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D.t.Sa "
cometería más fallos que la mayoría (cosa que ella sí temía), creían que cum- "~
plía con sus compromisos laborales y además algunos señalaban, por su cuen-
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ta, que era querida por los demás y que la veían muy trabajadora. La distor-
sión <<todo o nada» intentó aflorar en los labios de la paciente pero fue
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autocorregida enseguida. Aceptó que según su definición original de «Valía 01S •
profesional>>, ella era considerada válida, aunque tenía que seguir trabajando ¡'.j
la toma de decisiones, tal y como habíamos acordado en los objetivos de la te- a
rapia. Curiosamente, comprobar que ese último extremo no era una distor-
,:!;
' .......
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sión, actuó como un acicate para tomar, a partir de entonces, más iniciativas
que antes. Saberse valorada le dio mucha fuerza para ello. o
Sin embargo, y en la medida en que los criterios utilizados para verse váli-
da implicaban casi exclusivamente la valoración de los demás (favoreciendo 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20 22 SEMANAS
esto su dependencia social) trabajamos la conveniencia de mantener criterios
personales, no necesariamente compartidos con los otros, para definir la va-
lía personal, que, en el caso de esta paciente, podía identificarse con la valía GRÁFICO l.
profesional.
De acuerdo a los planes acordados, el terapeuta fue haciéndose más y más
pasivo en la determinación de los contenidos de la agenda diaria de las sesio- Si bien los instrumentos para la valoración del proceso terapéutico en la
nes. Así pudo reforzar numerosas veces la toma de iniciativa de la paciente. depresión pueden revestir varias modalidades (para un análisis más detallado
Los pacientes con trastornos de personalidad dependiente se ven muy favore- véase Bas y Andrés, 1996a y b), los cuatro señalados en el gráfico podríamos
cidos por esta estrategia terapéutica (Beck y Freeman, 1990). considerarlos como mínimos e indispensables.
La paciente se mantuvo en sesiones quincenales durante cuatro meses, pa-
sando a entrevistas mensuales durante otros tres meses más. A partir de en-
SESIONES FINALES. SEGUIMIENTO tonces, los encuentros fueron aleatorios, pero, al menos durante cinco años,
nos vimos una vez al año. A veces hablaba con ella por teléfono. En general
Antes de pasar las sesiones a periodicidad quincenal, creamos varios escena- mantuvo las mejorías alcanzadas con la terapia, si bien tuvo una ligera recaída;
rios de riesgo y, haciendo role-p/aying y role-reversa!, ensayamos opciones de que superó sin recurrir al terapeuta y sin fármacos, cuando rompió con d no-
respuesta ante distintas eventualidades futuras, a fin de entrenar en prevención vio que tenía. Al poco conoció a otra persona con la que se casó y tuvo dos hi-
de recaídas (para un programa más detallado véase Bas y Andrés, 1993, págs. 114- jos, Un formato de seguimiento puede verse en Bas y Andrés (1993).
120).
144 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTA.DO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 145

CONSIDERACIONES FINALES. ERRORES MÁS FRECUENTES 5. Cuando hay problemas de personalidad y el terapeuta no señala en nin-
gún momento que la terapia durará probablemente más que en un caso están-
Con un paciente depresivo, y a lo largo de la terapia, podemos cometer dar de trastorno del estado de ánimo.
muchos errores, de los cuales, en función de nuestra propia experiencia, po- 6. El terapeuta nunca trabaja con los familiares en el diseño del tratamiento.
dpamos subrayar los siguientes: 7. Si el depresivo es crónico, el terapeuta olvida un entrenamiento en Ha-
bilidades Sociales y Asertividad como complemento básico de la Terapia Cog-
1. Al prindpio de la terapia nitiva.

1. El terapeuta se centra excesivamente en un aspecto particular de los pro-


blemas del paciente, no buscando aspectos básicos comunes. 3. Al final de la terapia
2. El terapeuta no soporta la pasividad o crítica frecuente del paciente.
3. Carece de las habilidades cognitivas, de motivación y refuerzo selectivos r. Olvidamos subrayar el estilo de atribudón de causalidad entre el traba-
necesarios para generar esperanza de mejoría en·d paciente. jo terapéutico y la mejoría. Si no es asumido por el paciente, en el fururo no
4. Lefa/ta empatía, calidez y no sabe transmitir el apoyo y aceptación que utilizará las estrategias aprendidas cuando de nuevo pueda sentirse mal.
el paciente cree necesitar. 2. No comprobamos que el paciente domina con un mínimo de eficacia
5. Utiliza una estrategia estándar para un caso que quizá requiere una in- las técnicas de reestructuradón cognitiva y que las usa de modo habitual. Que
tervención focalizada y en crisis. experimenta buenos resultados al aplicarlas.
6. No valora adecuadamente las expectativas iniciales del paciente hacia la 3. No hay entrenamiento en recaídas ni seguimiento prolongado.
terapia (fracasos anteriores con otras terapias o terapeutas, cronicidad, inter-
namientos, etc.). El terapeuta cognitivo del trastorno depresivo debe poseer habilidades y
7. No tiene en cuenta que la antigüedad de los síntomas es un buen pre- actitudes especiales para resolver las dificultades específicas de esta población
dictor del abandono voluntario (Bas y Andrés, 1989). y un conocimiento profundo de la fenomenología, la clinica y la terapéutica de
8. Presenta un modelo agresivo, crítico o sumiso ante el paciente, facili- estos pacientes, así como una formación rigurosa de las diversas opciones
tando transferencias de aprendizaje antiterapéuticas. ofrecidas por las terapias cognitivo-conducruales.
9. No se centra sobre los síntomas del paciente, haciendo elucubraciones
demasiado abstractas, vagas e inespecíficas. Se centra más en el pasado que en
el presente. CONCEPTOS A DESTACAR

Esquema: ciertos patrones cognitivos relativamente estables que constitu-


2. Sesiones intermedias yen la base de la regularidad de las interpretaciones acerca de un determina-
do conjunto de siruaciones.
l. El terapeuta falla al no saber utilizar la pedagogía adaptada al nivel del Triada Cognitiva: consiste en tres patrones cognitivos principales que con-
paciente para que vea la estrecha relación entre cognición y emoción. La pasi- ducen al paciente a considerarse a sí mismo,.su futuro y sus experiencias de un
vidad suele ser el subproducto natural de no ver esa relación o de verse im- modo idiosincrásico. El primer componente de la tríada se centra en la visión
potente para manejarla. negativa acerca de sí mismo. El segundo, en la tendencia del depresivo a in-
2. Igualmente falla al no hacer ver la relación entre actividad y estado de terpretar sus experiencias de manera negativa y d tercero en la visión negati-
ánimo. va acerca del fururo.
3. El terapeuta no logra objetivar el progreso de la terapia a través de grá- Distorsiones Cognitivas: errores sistemáticos del depresivo que se dan en
ficos a fin de contrabalancear la tendencia pesimista del paciente para no ver el procesamiento de la información y que mantienen la creencia del paciente
el cambio positivo. en la validez de sus conceptos negativos, incluso a pesar de la existencia de
4. ·El terapeuta «justifica» los padecimientos del paciente, no logrando el evidencia contraria.
«distanciamiento terapéutico» preciso y reforzando sus ideas y sentimientos Pensamientos automáticos: pensamientos típicos dd depresivo y otras psi-
negativos. copatologías que forman parte de un determinado patrón de pensamientos y
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 147

que son interpretados por el sujeto como representaciones objetivas de la rea- Bas, F. y Andrés, V. (1989b}, «Estudio de resultados de 64 depresivos unipolares tra·
lidad y, por tanto, se toman como verdaderos. Dado que las cogniciones son tados con terapia cognitivo-conductuab>, comunicación presentada en el I Con-
automáticas, habituales y creíbles, el sujeto raramente se detiene a probar su greso Internacional «Latini Dies» de Psicoterapia Cognitivo-Conductual, Roma,
·abril.
validez.
Bas, F. y Andrés, V. (1991), «Predictores del abandono voluntario de la terapia en de-
Pruebas de realidad: en este tipo de prueba, cada pensamiento negativo se presivos unipolares», comunicación presentada en el II Congreso Internacional
define como una hipótesis a confirmar, diseñándose una serie de tareas enca- «Latini dies», Sitges, mayo.
minada~ a comp_robar el apoyo empírico de estos pensamientos, aplicando las Bas •. F. y Andrés, V. (1993), Terapia cognitivo-conductual de la depresión: un manual de
pautas que emplean las petsonas no depresivas a la hora de emitir un juicio. Se tratamiento, Madrid, Fundación Universidad Empresa.
recoge la información disponible después del experimento para evaluar si las Bas, F. y Andrés, V. {¡996a), «Diagnóstico, evaluación de la severidad y análisis funcio-
creencias han sido confirmadas por los hechos, sacándose una conclusión nal de la Depresión», en G. Buela-Casal, V. E. Caballo y J. C. Sierra (comps.l, Ma-
acerca de si éstas deben modificatse o no, cuidando el efecto negativo de las nual de evaluaaón en psicología clínica y de la salud, Madrid, Siglo XXI Editores,
profecías autocumplidas y de"las distotsiones cognitivas. S.A.
Bas, F. y Andrés, V. (1996b), «Evaluación de procesos y constructos psicológicos de la
Depresión», en G. Buela-Casal. V. E. Caballo y J. C. Sierra (comps.). Manual de
evaluación en psicología clínica y de la salud, Madrid, Siglo XXI Editores, S.A.
CUESTIONES SOBRE LAS QUE REFLEXIONAR
Beck, A. T. (1967), Depression: Causes and treatment, Filadelfia, Universiry of Pennsyl-
vania Press.
1. ¿Qué objetivos principales trata de abordar el terapeuta en la primera se- Beck, A. T. (1976}. Cognitive therapy and the emotional disorders, Nueva York, In-
sión? ¿En cuál de ellos hace más hincapié? temational U niversities Press.
2. ¿Qué técnicas principales utiliza? Beck, A. T. (1983), «Cognitive therapy of depression, New perspectives», en J. Clayton
3. ¿Cómo utiliza la técnica de «descubrimiento guiado» para indagar el fac- y J. E. Barret (comps.), Treatment o/ depression, old controversies and new appro-
tor principal precipitante del episodio depresivo actual? ach», Nueva York, General Raven Press.
4. ¿Por qué el terapeuta trata de evaluar permanentemente la calidad de la Beck, A. T., Freeman, A., y asociados {I990), Cognitive therapy o/personality disorders,
Nueva York, Guilford Press (trad. cast: Terapia Cognitiva de los trastornos de per-
re/adán terapéutica?
sonalidad, Barcelona, Paidos, 1995).
5. ¿Cuál es el papel de la profecía autocumplida en el mantenimiento de la Beck, A. T.. y Greenberg, R L. (1974), Coping with depression (a booklet), Nueva
sintomatología del paciente? York, Institute far Rational Living.
Beck, A. T., Rush, J. A., Shaw, B. F. y Emery, G. (1979), Cognitive therapy of depres-
sion, Nueva York, Guilford Press, 1983.
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simism, The Hopeiessness Scale», Journal o/ Consulting and Clinical Psychology,
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logía, 7, 92-114. Beck, J. S. (1995), Cognitive therapy: Basics and beyond, Nueva York, Guilford Press.
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Bas, F., Andrés, V. y Gil, E. (1982), Versión castellana de la Escala de Aditudes Dís/un- and research», Behavior Therapy, 6, 550-561.
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Russell. Smith, M. ]. (1977), Cuando digo no me siento culpable. Madrid, Grijalbo.
Bas, F. y Andrés, V. (1986), «Estudio de resultados de 21 sujetos depresivos tratados con Spielberger, G. D., Goursch, R L. y Lushene, R E. (1970), Manual for the State-Trait
Terapia Cognitivo-Conductuab>, ponencia presentada en el Congreso Internacional Anxiety Inventory (SelfEvaluation Questionnaire), Palo Alto, California, Consul-
de Diagnóstico y Gasificación de las Depresiones, Facultad de Medicina, UCM, ting Psychologists Press.
Madrid, abril.
Bas, F. y Andrés, V. {i989a}, «Abandono voluntario de la terapia y recaídas en el se-
guímiento de 64 depresivos unipolares tratados con terapia cognitivo-conduc-
tual», Giornale Italiano di Scienza e Terapia del Comportamento, 22123, 133-139.
CAPÍTULO 9

EL ESTADO DE LA CUESTIÓN
EN LA MODIFICACIÓN COGNITIVO-CONDUCTUAL

Donald Meichenbaum

Es duro creer que hace sólo veinte años que entró en escena el enfoque te-
rapéutico cognitivo-conducrual (véase Mahoney, 1974; Meichenbaum, 1977).
Mientras que tenemos muchos antecedentes del tratamiento cognitivo-con-
ductual (TCC) en el campo de los «psicoterapeutas semánticos» (p. ej., Du-
bois, Adler, Horney, Kelly, Ellis; pata una revisión, véase Raimy, 1975), fue con
la introducción de la TCC cuando los investigadores clínicos desarrollaron
una serie de manuales de tratamiento empíricamente validados para un con-
junto amplio de problemas psiquiátricos y médicos. Éstos incluían el trata-
miento de distintas formas de trastornos de ansiedad (ataques de pánico, tras-
torno de ansiedad generalizada, fobia social, trastorno obsesivo-compulsivo,
trastorno de estrés postraumático), depresión, problemas de pareja, problemas
de salud, disfunción sexual y agresiones sexuales, conductas adictivas, tras-
tornos alimentarios, trastornos de personalidad limítrofe y problemas de la
infancia. Una reciente revisión de Cbainbless y sus colegas (1996) revela que
de 68 ejemplos de tratamientos empíricamente validados, el 75% podrían di-
rectamente vincularse al enfoque cognitivo-comportamental.
Representativa de esos resultados es la investigación relacionada con los
trastornos de ansiedad y depresión. Por ejemplo, resumiendo los resultados
de la terapia cognitiva con depresivos, Hollon y Beck (1993) concluyeron que
«los pacientes en remisión tratados con la terapia cognitiva mostraron un ín-
dice de recaída del 26% versus un 64 % de recaídas para aquellos que se tra-
taron· con farmacoterapia>> (pág. 90). Thase, Simons, Calahone y McGeary
(1991) informaron que los resultados de seguímiento a un año indicaban que
en pacientes deprimidos tratados con la terapia cognitiva la tasa de recaídas se
redujo a un 30 % mientras que las recaídas en pacientes deprimidos tratados
con farmacoterapia eran del 70 % . El índice de recaídas para una combinación
entre medicación antidepresiva y la terapia cognitiva era del 25o/o, mientras que
para la terapia cognitiva a solas el índice era de un 27o/o. El tratamiento com~
binado de terapia cognitiva y medicación es ligeramente mejor que la modali-
dad, individual (sobre un cuarto de desviación estándar). En resumen, «hay
un efecto duradero para la terapia cognitiva (de los depresivos) con solamente un
150 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 151

índice de recaída (o búsqueda de rratamiento adicional) del 20% dentro de procesos de afrontamiento con técnicas que surgían de la modificación cogni-
los primeros 12-24 meses de seguimiento, comparado con un índice del 5oo/o tiva del comportamiento (Meichenbaum, 1977). Como forma de tratamiento,
con el uso único de la farmacoterapia» (Hollon y Beck, 1993, pág. 15). el EIE se ha empleado para ayudar a que las personas afronten las consecuen-
Mientras que estos resultados iniciales con clientes deprimidos son alenta- cias de la exposición a situaciones estresantes, y como un modelo preventivo,
dores, los terapeutas cognitivo-conductuales están trabajando en variantes te- para «inoculao> a las personas ante estresores presentes y futuros.
rapéuticas que se aplican a clientes cuya depresión está superpuesta a desórde- El EIE es una forma flexible, multifacética, de terapia cognitivo-conduc-
nes crónicos de personalidad, cuya depresión se acompaña de problemas de tual, adaptada individualmente. A fin de mejorar los repertotios individuales
pareja o de dificultades interpersonales (Robins y Hayes, 1993). El desafío futu- de afrontamiento y de facilitar el uso de estilos de afrontamiento ya existentes
ro será desarrollar intervenciones efectivas para estas poblaciones clínicas. se emplean tres fases superpuestas de intervención. En la fase inicial de con-
Resultados igualmente favorables aparecen en el tratamiento de pacientes ceptualización, se establece una relación colaboradora entre los clientes y el te-
con trastornos de ansiedad. Barlow (1992), dark y Salkovskis (!991) y Magraf, rapeuta (entrenador). Se utiliza el diálogo socrático para educar a los clientes
Barlow, Clark, y Telch (!993) concluyeron que del 81% al 90% de los pacien- sobre la naturaleza y el impacto del estrés y el papel tanto de los procesos de
tes con trastornos de pánico que recibieron tratamiento cognitivo-conductual estimación como de la naturaleza transaccional del estrés (es decir, cómo pue-
se veían libres de síntomas en el seguimiento entre uno y dos años, frente al den los clientes aumentar el nivel de estrés que experimentan inadvertida, in-
50%, 55% para los pacientes con ansiedad tratados farmacológicamente, y el voluntariamente, y quizás, incluso sin darse cuenta). Se anima a los clientes a
25% que mejoraban recibiendo terapia de apoyo. Resultados semejantes apa- ver las amenazas percibidas y las provocaciones como problemas que se deben
recen en el tratamiento de pacientes con ansiedad generalizada y fobias socia- resolver e identificar aquellos aspectos de las situaciones y sus reacciones que
les (Hollon y Beck, 1993). Hay un alto índice de ~xito del 80%, en pacientes son potencialmente modificables y aquellos aspectos que no lo son. Aprenden
con ansiedad, que estaban libres de síntomas después de 1-2 años, a menudo cómo «ajustaD> estilos de afrontamiento focalizados en problemas o emo-
acompañado de una mejora importante en otras dimensiones. Como conclu- ciones a las demandas percibidas de la situación estresante (véase Folkman,
yen Magraf y cok (!993): «No hablamos ya de tratamientos experimentales Chesney, McKusik, Ironson, Johnson y Coates, 1991). Aprenden cómo des-
que todavía tienen que ser probados. Es decir, los tratamientos cognitivo-con- componer estresores globales en objetivos de afrontamiento específicos a cor-
ductuales tienen una base experimental flrme que justifica su aplicación en la to, medio y largo plazo.
práctica cotidiana» (pág. 6). Como resultado de la entrevista, de los cuestionarios psicológicos, de la
Una vez más, aunque estas conclusiones son esperanzadoras, Chambless y autoobservación del cliente, y de los materiales de lectura, se reconceptualiza
Gillis (!993) señalan que todavía se necesitan intervenciones de tratamiento la respuesta de estrés de los clientes como estando formada por diferentes
más poderosas que produzcan un cambio importante a largo plazo y un mejor componentes que pasan por fases predecibles de preparación, de construc-
estado final de funcionamiento del paciente. «Por tanto, la TCC puede ser ción, de enfrentamiento y reflexión sobre sus reacciones a los estresores. La
efectiva, pero como se practica en ensayos de investigación, no es ninguna pa- reconceptualización específica que se ofrece se adapta individualmente a los
nacea>> (Chambless y Gillis, 1993, pág. 257). «los problemas específicos» que presentan los clientes (inquietud, ira, dolor
Este punto de vísta es secundado por J. Gayle Beck y Zebb (!994) que tam- fisico, etc.). Como resultado de un proceso colaborador se formula un mode-
bién señalan que «la terapia de control del pánico no es una panacea. Por ejem- lo más esperanzador y útil; un modelo que conduce a una intervención espe-
plo, a pesar del énfasis de la investigación en la condición de ausencia de sínto- cífica.
mas al final del. tratamiento, muchos pacientes continúan informando de La segunda fase del EIE se centra en el ensayo y adquisición de habilidades
limitaciones relacionadas con la ansiedad, indicadas por medidas secundarias ta- que sigue, naturalmente, a la fase inicial de conceptualización. Los estilos de
les como el miedo social y fobias específicas; Además, aunque en muchas in- afrontamiento que se enseñan y se practican al principio en la clínica, y que
vestigaciones de la terapia de control de pánico se señalan cambios pre-post gradualmente se ensayan en vivo, se adaptan a los estresores especificos de
significativos, comparaciones con normas comunitarias revelan, frecuentemen- los clientes (enfermedad crónica, estresores traumáticos, estrés laboral, ciru-
te, la necesidad de un tratamiento continuado (págs. 600-601, cursiva añadida). gía, competición deportiva, combate militar, etc.). Los estilos de afrontamien-
Resultados igualmente prometedores se evidencian para otro enfoque to específicos pueden incluir la autorregulación emocional, el consuelo de sí
cognitivo-conductual denominado el entrenamiento en- inoculación de estrés. mismo· y la aceptación, el entrenamiento en relajación, entrenamiento auto-
El entrenamiento en inoculación de estrés (EIE) surgió en un intento de inte- instruccional, reestructuración cognitiva, resolución de problemas,.entrena-
grar la investigación sobre el papel de factores cognitivos y afectivos en los miento en habilidades interpersonales de comunicación, procedimientos de
152 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 153

desviación de la atención, utilización de sistemas sociales de apoyo y fomento 1975; Ross y Berger, 1996; Wells, Howard, Nowlin y Vargas, 1986); y evaluación
de actividades relacionadas con los objetivos. de la ejecución (competición atlética, hablar en público -Altmaier y otros,
La fase final de aplicación y seguimiento proporciona a los clientes oportuni- 1982; Hussain y Lawrence, 1978;Jaremko, 1980, 1983; Smith, 1980).
dades para aplicar la variedad de estilos de afrontamiento a lo largo de niveles 2. Estresores crónicos intermitentes tales como combates militares (Mei-
crecientes de estresores (concepto de inoculación utilizado en el sentido médico chenbaum, 1994; Novaco y otros, 1983) y condiciones físicas episódicas, corno
de inmunización o en el de la psicología social de preparación de los individuos dolores de cabeza recurrentes (Holroyd y otros, 1977).
para resistir el impacto de mensajes persuasivos). Se emplean técnicas como la 3. Estresores crónicos continuos tales como una enfermedad médica
imaginación y los ensayos conductuales, moldeado, el juego de roles y la exposi- (asma, hipertensión, conducta tipo A, dolor crónico, cáncer, quemados, artri-
ción gradual en vivo en forma de «experimentos personales». A fin de consoli- tis reumatoide) (Moore y Alcmaier, 1981; Randich, 1982; Roskies, 1983; Turk y
dar más. esras habilidades, se puede incluso pedir a las personas que ayuden a otros, 1983) y enfermedades psiquiátricas (Holcomb, 1986; Long, 1984); estrés
otros con problemas similares (Fremouw y Harmatz, 1975; Meichenbaum, 1994). laboral prolongado como el trabajo de policía, la enseñanza, o los combates
En el EIE se crean procedimientos de prevención de recaídas (es decir, identifi- (Forman, 1982; Meichenbaum, 1993; Novaco y otros, 1983; Wernick y otros,
cación de situaciones de alto riesgo, señales de adVertencia y formas de afronta- 1981).
miento a las recaídas), procedimientos de atribución (es decir, asegurarse que los 4. Secuencia estresante resultado de la exposición a sucesos estresantes
clientes se atribuyen y se adscriben, con sus propias palabras, los cambios que (p. ej., desastres naturales, divorcio, desempleo, violaciones) que puede
han tenido lugar) y seguimiento (es decir, sesiones de mantenimiento). provocar una serie de reacciones estresantes y ajustes transicionales -Mei-
El EIE también reconoce que las experiencias individuales de estrés son chenbaum, 1993; Foa y otros, 1991; Vernon y Best, 1983-. (Con respecto al tra-
frecuentemente endémicas, institucionales e inevitables. Como resultado, el tamiento de las victimas de violación, el EIE produce una mejora significativa
EIE ayuda frecuentemente a que los clientes alteren ambientes y/o trabajen sobre los síntomas dd trastorno por estrés postraumático, inmediatamente
con personas significativas para alterar estresores ambientales (personal después del tratamiento, aunque en el seguimiento, el tratamiento con expo-
hospitalario para pacientes orgánicos, Kendall, 1983; entrenadores de atleras, sición prolongada produce un resultado superior, evidente en una reducción
Smith, 1980; instructores de reclutas, Novaco, Cook, y Sarason, 1983; etc.). El de síntomas del trastorno por estrés postraumático.)
EIE reconoce que el estrés es de naturaleza transicional y que se necesita no
solamente trabajar con cüentes para reforzar y enseñar repertorios flexibles de Otro problema clínico que ha tenido resultados positivos es la aplicación
afrontamiento, sino que también es necesario, en algunas ocasiones, ir más allá del EIE al tratamiento de adolescentes y adultos con problemas de control de
de las intervenciones individuales y de grupo y focaüzarse en la comunidad. ira (Deffenbacher y otros, 1988; Feindler y Ecton, 1986; Hains y Szyakowski,
El EIE se ha aplicado de forma individual, en parejas, y grupos pequeños 1990). En una revisión Meichenbaum {¡993) proporciona un amplio resumen
o grandes. La duración de la intervención varía, desde algo tan breve como 20 de cómo se ha utilizado el EIE para prevenir y tratar, y cómo puede verse des-
minutos de preparación de pacientes para cirugía (Langer, Janis y Wolfer, de una perspectiva narrativa constructiva (Meichenbaum, 1994).
1971), a 40 sesiones de una hora una vez a la semana, y bisemanales adminis- El trabajo sobre el EIE subraya que las intervenciones cognitivo-conduc·
tradas a pacientes psiquiátricos o a individuos con problemas médicos cróni- tuales pueden utilizarse para la prevención, así como también para el trata-
cos (Meichenbaum, 1994; Turk, Meichenbaum, y Genest, 1983). En la mayoría miento. Se necesitan más trabajos para ampliar y validar estos enfoques cog-
de los casos, el EIE consiste en entre 8 a 15 sesiones, más sesiones de segui- nitivos conductuales de tratamiento. En los últimos veinte años se han visto
miento y de mantenimiento, realizadas en un período de 3 a 12 meses. muchos progresos. Los próximos veinte años se presentan muy prometedores.

RESUMEN DE ESTUDIOS DE APOYO DE LA EFICACIA DEL TRATAMIENTO


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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M" Ángeles Ruiz

DESCRIPCIÓN DEL CASO CLÍNICO

Paciente varón de ¡8 años. Casado con tres hijos de u, 14 y 15 años. Eco-


nomista de profesión, trabaja en una empresa de auditoñas. Hace un año que
sufrió varios episodios de pérdida de conocimiento precedidos de una sensa-
ción de malestar general y aura auditiva. El electroencefalograma que se le
realizó mostró anomalías epileptiformes en estructuras del lóbulo temporal
derecho, por lo que las pérdidas de conocimiento se consideraron como crisis
comiciales del lóbulo temporal con fenómenos auditivos como aura El trata-
miento pautado ha sido de 200 mg de Carbamazepina tres veces al día, dormir
ocho horas diarias, no consumir alcohol y no permanecer sin compañía en
parajes solitarios. Salvo estas indicaciones específicas se le recomienda que
haga una vida absolutamente normal.
Si bien en la actualidad el EEG es normal y los niveles de Carbamarepina en
sangre son los adecuados, el paciente señala que sigue teniendo, con frecuencia,
malestar general y auras auditivas, fundamentalmente los fines de semana.
El neurólogo le ha señalado que el estrés ha podido ser un desencadenan-
te de la aparición de las crisis comiciales y que la presencia clínica de auras
puede explicarse porque los niveles de estrés no sólo se mantienen sino que se
han incrementado desde el diagnóstico de epilepsia focal. Como tratamiento
adicional encaminado a la reducción del estrés le ha pautado 5 mg de Dia:r.epan
(Valium) tres veces al día. Le ha recomendado igualmente que acuda a un psi-
cólogo para aprender a reducir su estrés y asusnir su problema epiléptico.

EVALUACIÓN

El proceso de evaluación se llevó a cabo mediante entrevistas semiestruc-


turadas realizadas con el paciente y contrastando y ampliando información
con su· mujer. El análisis detallado de las interrelaciones entre situaciones am-
bientales, emociones y pensamientos se realizó mediante registros.
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 159

En la entrevista semiestructurada el paciente se reconoce cOmo una per- gún tipo de discusión se maneja mal en los conflictos interpersonales y porque
sona que siempre ha sido nerviosa, si bien desde que le diagnosticaron la suelen ponerle muy nervioso tres hechos fundamentales: r) «los compañeros no
epilepsia se encuentra muy alterado, nervioso e irritable. A pesar de las reco·
mendaciones médicas que quiere seguir al pie de la letra, no consigue estar
nanquilo. Le preocupa no poder dormir las horas prescritas puesto que tiene
il hacen las cosas como "deberían., hacerlas», 2) <<los clientes no son lo serios que
"deberían" serlo» y 3) «yo ya no soy tan "eficaz" y "rápido" como debería ya
que estoy perdiendo memoria, agilidad y capacidad intelectual».
insomnio de conciliación y se levanta 5 veces durante la noche para ir al baño,
costándole mucho recuperar el sueño. Tiene igualmente una sensación per-
manente de prisa y falta de tiempo que le impide tomarse las cosas con tran-
ti
~1
Los registros aportados sobre las actividades realizadas a lo largo del día,
así como sobre sus emociones y pensamientos, indican un alto nivel de activa-
ción y estrés que se mantiene desde las primeras horas de la mañana.
quilidad. Se percibe a sí mismo como hipervigilante y atento a cualquier sen· Según los registros, la secuencia de un día laborable era la siguiente. Nada
sación corporal que pueda indicar la inminente presencia de aura y posterior más levantarse evalúa como negativo el nivel de situaciones de tensión que
crisis. El hecho de no poder cumplir con la pauta de descanso recomendada tendrá a lo largo del dia debido a que no se ha dormido pronto y se ha levan-
le lleva a temer aún más la aparición de nuevas crisis. De hecho, aunque no ha tado cinco veces en el transcurso de la noche. Considerando que estará muy
tenido ninguna desde que toma la medicación, suele tener aura cada fin de se- atontado y lentificado por el efecto del ansiolitico y la falta de descanso, co-
mana. No reconoce los síntomas que le indicarían que está activándose dema- mienza la mañana corriendo para que así le cunda más el día. Se ducha depri-
siado o que padece estrés, ni sabe qué hacer para manejarlo. Esto le angustia sa, desayuna un café de pie y coge el coche para ir a trabajar en lugar del me-
especialmente porque, además de la medicación para la epilepsia, ha de tomar tro (transporte habitual antes de las crisis) con la consiguiente tensión y mal
medicación adicional para controlarlo, lo que le hace sentirse aún más enfer- humor durante la larga media hora que tarda en aparcar. Al entrar en su des-
mo, le agudiza los sentimientos de desmoralización y le reafirma sus pensa- pacho, revisa la agenda y se propone cada dia revisar 7·8 expedientes a pesar
mientos negativos sobre su incompetencia e inutilidad, sin expectativas de de que nunca consigue finalizar más de cuatro. Anticipa las interrupciones
mejoría para el futuro. que tendrá por culpa del teléfono y se enfada con los posibles clientes que se-
En casa está muy irritable y permanentemente provoca broncas con su guro romperán su ritmo de trabajo. Para evitar perder tiempo, no hace pausa
mujer y sus hijos por cosas que considera intrascendentes (por ejemplo, que para desayunar como d resto de sus compañeros, pero se levanta al menos
los hijos dejen sus cosas sin recoger, pongan alta la música, no hagan los de- cuatro veces en el transcurso de la mañana para tomar un café de máquina.
beres cuando él dice, discutan entre ellos, etc.), sintiéndose posteriormente Llegada la hora de comer, va con algún compañero y procura hablar de tra-
culpable por ello. Esta actitud en casa le lleva a pensar que es verdad lo que se bajo para que la comida sea productiva. Se queda trabajando posteriormente
dice en cuanto a que «la epilepsia cambia la personalidad». Con su mujer dis- hasta las 6 de la tarde. Cuando regresa a casa se siente muy cansado y frustra-
cute igualmente con frecuencia porque se pone de parte de los hijos o porque do por no haber podido terminar el trabajo. Duerme la siesta para descan-
continuamente le está pidiendo que controle su «esti-és» o excesiva activación sar durante una hora, experimentando por ello un profundo malestar y senti-
cuando él no se percibe como estresado. También el hecho de no querer rea- miento de decadencia e inutilidad porque nunca había necesitado dormir
lizar actividades fuera de casa le lleva a depender demasiado de su mujer, con después de trabajar. Al levantarse, se pone a trabajar en los informes que se ha
el consiguiente cansancio de ella que protesta y no entiende por qué tiene que traído de la empresa, enfadándose con los hijos si hacen ruido o algo que le
acompañarle a todo cuando el médico no lo ha indicado. Estas discusiones es- parece inconveniente, o con la mujer si reclama su ayuda para salir a realizar
tán afectando la buena relación que mantenían entre ellos hasta que comen- alguna compra. Después de cenar ve la TV mientras revisa la correspondencia
zaron a ocurrir las crisis. y ojea algún articulo novedoso relacionado con su profesión. Esta última acti-
En el ambiente laboral se detectan igualmente importantes focos de ten- vidad le produce gran inquietud al percibir que no es capaz de concentrarse
sión. Si bien su actividad profesional nunca le ha parecido estresante porque le en el tema tratado ni tampoco de entender algunos de los conceptos que, se-
gusta, reconoce que despliega una excesiva actividad desde que entra a las 8 de gún su criterio, debería conocer. Considera que tampoco puede retener la in-
la mañana a la oficina hasta que sale a las 6 de la tarde. Este alto nivel de activi~ formación más rdevante, lo que le lleva a pensar, que, efectivamente, la enfer-
dad se ha incrementado desde que tuvo las crisis comiciales por su temor de no medad y la medicación están haciendo estragos en sus facultades intelectuales,
ser ya tan competente profesionalmente como debería de serlo. Una fuente de y,_ por tanto, a sus 38 años puede considerarse una persona acabada. Con an-
tensión adicional son las discusiones que provoca con su secretaria ante la que- siedad y un estado de ánimo negativo se acuesta abatido y neivioso y después
ja de ésta de sobrecarga laboral a la que la viene sometiendo. Igualmente, reco- de leer dos o tres hojas de una novela, cierra los ojos sin poder dejar de pen-
noce generarle mucho estrés las reuniones de trabajo porque, si se produce al- sar en alguno o varios de los siguientes temas: pérdida de capacidades intelec-
160 MANUAL DE PSICOTERAPlAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS

tuales, falta de competencia profesional, mal carácter y cambio de su persona- de evaluación señalan que existe una evidente relación entre factores estre·
lidad, miedo a no dormirse pronto y despertarse muchas veces por la noche. sores externos (número de horas de trabajo, actividades realizadas durante el
Durante los fines de semana trata de dormir más horas, se levanta a desayu- día,, etc.) e internos (problema epiléptico) y una percepción excesivamente
nar, lee el periódico, acompaña a su mujer a realizar alguna compra y se sienta amenazante de los mismos por parte de V porque cuestionan su autoeficacia,
eo un sillón el resto del día. Por la noche, si no ha tenido aura, sale a cenar con su valía, su autoestima y su identidad personal.
alguna pareja amiga. Si le aparece el aura, se mete en la cama y ya no se levanta Esta percepción amenazante viene sostenida fundamentalmente por las
hasta pasadas dos o tres horas. Se levanta con dolor de cabeza, sequedad en la creencias erróneas que mantiene sobre la epilepsia y sus consecuencias que ha
boca y ansiedad por temor a que le vuelva a repetir y se produzca una crisis. An- activado numerosos autoesquemas negativos, favoreciendo, con ello, un pro-
tes de las crisis se iba a jugar al tenis por la mañana, ahora no se atreve por mie- cesamiento de la información que sesga los datos de la realidad hacia la con-
do a que le dé un ataque. Los sábados por la tarde se iba a hacer gestiones o a firmación de estos autoesquemas. Su interpretación sesgada le lleva a poner en
comprar libros o alguna cosa que necesitara o le apeteciera, ahora no se atreve a marcha estrategias de afrontamiento cognitivas y conductuales que, en lugar
salir solo. Tampoco lleva a sus hijos a casa de amigos en el coche porque le da de reducir estas transacciones estresantes, las incrementa. Como consecuencia
miedo. Durante la tarde del domingo comienza a· preparar la agenda de trabajo su nivel de activación general se eleva, los sesgos confirmatorios y el diálogo
de la $emana, cena y se acuesta pensando en los mismos temas de falta de com- interno negativo aumentan y los autoesquemas negativos se confirman ..
petencia profesional y personal que le ha originado su enfermedad.
Las principales creencias sobre la epilepsia que avalan su baja autoestima
son las siguientes: PROBLEMAS A TRATAR: DISEÑO DE TRATAMIENTO

1. La epilepsia es una enfermedad que se produce en las personas poco in- Los datos procedentes de la evaluación nos llevan a considerar que V pre-
teligentes. senta un problema de estrés.
2. La epilepsia produce deterioro mental grave debido a la muerte de neu- Elegimos como procedimiento terapéutico la inoculación de estrés por
ronas, por tanto, seguro que tendré trastornos serios de la personalidad, locu- considerar que en el caso que nos ocupa d objetivo de nuestra intervención no
ra o demencia senil en breve. poclia ser «eliminaD> el estrés que padece V, por no estar producido por
3. La epilepsia es una enfermedad incurable. factores estresantes circunstanciales ni por deberse únicamente a una inter-
4. La epilepsia es una enfermedad maldita que provoca rechazo social. pretación inadecuada de la realidad o falta de estrategias apropiadas. En este
5. La epilepsia incapacita a la persona que la padece para llevar una vida caso hay factores internos (epilepsia) y externos (tipo de trabajo) estresantes
normal ya que depende constantemente de otra persona para garantizar su se- que forman parte consustancial de la vida del sujeto. Por consiguiente, consi-
guridad personal. deramos riiás oportuno enseñar a V estrategias de afrontamiento cognitivas y
6. La medicación que se toma para controlar las crisis tienen efectos irre· conductuales que le permitan reducir el impacto de estos estresores en su
versibles sobre la memoria, la agilidad mental y la inteligencia. vida.
7. Si tengo estrés por ser ejecutivo, deberla tener infarto de miocardio Como objetivos terapéuticos específicos nos propusimos los siguientes:
como varios de mis compañeros, pero no epilepsia, que es una enfermedad
humillante. 1. Desarrollar estrategias cognitivas y conductuales que permitan reducir
8. Si me da una crisis por la calle, seguro que la gente no me atiende y se el nivel de activación general.
aparta de mi por miedo. 2. Reducir el impacto de los factores estresantes internos:

2.1. Reducir el valor estresante de la epilepsia mediante la eliminación de


CONCEPTUALIZACIÓN DEL CASO CÚNICO aquellas creencias erróneas que facilitan que V interprete la mayor parte de las
SEGÚN LOS CONCEPTOS MANEJADOS EN LA TERAPIA situaciones de su vida como amenazantes para su autoeficacia percibida y para
su valía personal.
El problema que presenta V podemos definirlo como un problema de es- 2.2. Generar estrategias cognitivas y conductuales que permitan a V afron·
trés claramente explicable desde una perspectiva transaccional (Lazarus y tar las auras y las posibles crisis comiciales con-menor coste emocional, detri-
Folkman, 1984; Meichenbaum, 1985). Los datos recogidos durante el proceso mento de su autonomía y cuestionamiento de su valía personal.
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS

3. Reducir el impacto de los factores estresantes ambientales: estaba experimentando. Por último, se explicó la importancia de las cognicio-
nes no sólo en d desarrollo de problemas de estrés, sino en el malestar emo-
p. Promover estrategias de resolución de problemas que faciliten una or- cional general, señalándole cómo en sus propios registros se ve el efecto que
ganización racional y realista de las actividades profesionales diarias. determinadas creencias, pensamientos absolutistas (p. ej., «Los empresarios
. 3.2. Introducir pautas de descanso durante la jornada laboral que permitan "deberían" ser honestos», «Yo no "debería" tener esta enfermedacl>>, etc.), dis-
reducir la acumulación de tensión debido al exceso de actividad. torsiones cognitivas (p. ej., «No he conseguido hacer nada durante toda la jor-
H· Analizar las situaciones laborales que percibe como conflictivas y de- nada laboral», etc.) y valoraciones negativas (p. ej., «Estoy acabado», etc.) tie-
sarrollar estrategias de afrontamiento que permitan reducir su carácter ame- nen en su conducta y en su estado emocional.
nazante. Antes de finalizar la sesión, se le explicó que el proceso de tratamiento
3.4:Analizar las situaciones familiares que son interpretadas como conflic- consistiría en ir revisando detalladamente las estrategias cognitivas. conduc-
tivas y desarrollar estrategias de afrontamiento adecuadas. tuales y emocionales que utilizaba para afrontar las situaciones de su vida
3.5. Realizar actividades que permitan una mayor autonomía personal. cotidiana que, como se mostraba en los registros, estaban repercutiendo ne-
gativamente en un excesivo nivel de_ activación general y estrés o malestar
emocional. Igualmente revisañamos las estrategias que estaba utilizando para
SECUENCIA BÁSICA DE TRATAMIENTO afrontar aquellas situaciones que, por su carácter conflictivo, amenazante o re-
tador, él mismo calificaba como altamente estresantes. Todas las estrategias
El tratamiento se llevó a cabo en doce sesiones de una hora semanal. Se inadecuadas podña ir sustituyéndolas por otras más apropiadas que iña
dedicaron dos sesiones al proceso de evaluación del problema, una a la fase de aprendiendo durante el tratamiento. El registro y/o anotaciones sobre situa-
conceptualización, cinco a la fase de adquisición de habilidades y cuatro a la ciones, emociones y pensamientos sería el instrumento que utilizaríamos para
fase de aplicación y prevención de recaídas, si bien hay que señalar que las fa- analizar sus estrategias y la utilidad y pertinencia de las mismas en los diferen-
ses de adquisición de habilidades y aplicación estuvieron entremezcladas du- tes momentos o situaciones.
rante todo el proceso. Si se señalan como separadas en este punto es porque En la cuarta sesión se inició la fase de adquisición de habilidades, propia-
durante las cuatro últimas sesiones, el paciente aplicaba las estrategias que le mente dicha, si bien, explicaciones o aclaraciones sobre determinados aspec-
parecían adecuadas a distintas sil;Uaciones de la vida real y en la sesión co- tos relacionados con el estrés, la epilepsia o la importancia de las cogniciones,
mentaba al terapeuta cómo le habían funcionado, revisándose aquellos aspec- se repitieron a lo largo del tratamiento siempre que se consideró necesario.
tos en los que se habían presentado problemas por inadecuación de la estra- Esta sesión de adquisición de habilidades de afrontamiento se dedicó a
tegia al momento o por no haber podido realizarla correctamente. aprender a detectar e identificar «distorsiones cognitivas» y pensamientos au-
Después de dos sesiones dedicadas a la evaluación del problema mediante en- tomáticos relacionados inicialmente con la epilepsia y sus consecuencias. Se
trevista semiestructurada y registros, se ioició el tratamiento propiamente dicho. puso también especial énfasis en entrenar al paciente en autoobservación de
En la Jase de conceptualización las explicaciones dadas al paciente se cen- conductas, sensaciones y pensamientos indicadó'res de activación fisiológica
traron en tres temas fundamentales. En primer lugar, se explicó en qué con- elevada.
sistía el estrés desde una perspectiva transaccional haciendo especial hincapié El entrenamiento en autoobseIVación de síntomas de activación fisiológi-
en la importancia de los procesos de interpretación como mediadores entre el ca se eligió en primer lugar por la conveniencia de poner en marcha estrate-
individuo y su entorno social, apoyándome para ello en todo momento en sus gias de control de la ansiedad, estrés o activación no sólo ante los nivdes altos,
propios datos recogidos durante la entrevista y en los registros por él realiza- sino también cuando comienzan a aparecer dichos síntomas. Se le pidió que
dos ante situaciones específicas. durante una semana se observara y, teniendo siempre presente las sensaciones
En.segundo lugar; se proporcionó información contrastada que contrade- ñsicas que experimentaba en una situación de relax como oír música o leer el
cía las creencias erróneas del paciente sobre la epilepsia y sus consecuencias. periódico después de desayunar el domingo, fuera anotando todos aquellos
Por ejemplo, se dio información sobre los distintos niveles de gravedad, las di- síntomas que le pudieran indicar que se incrementaba su nivel de activación,
ferencias existentes entre crisis generalizadas y crisis comiciales, Jas diferentes aunque éstos no fueran acompañados de una emoción negativa. Se le sugirió
repercusiones neurológicas según el número de crisis y la intensidad de las que preguntara a las personas que con frecuencia le indicaban que le notaban
mismas. Se le indicó, igualmente, que muchos de los síntomas que estaba atri- <<nervioso» cuando él no lo percibía. Estas personas eran dos compañeros y
buyendo a la epilepsia y su medicación eran debidos al estrés y la ansiedad que amigos del trabajo y su mujer. Las anotaciones y registros le llevaron a evaluar
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 165

como signos de activación: hablar deprisa, devar el tono de voz; moverse en la mas, autorrefuerzo, exposición, ensayo de conducta, juego de roles y mode-
silla repetidamente, ir al baño con excesiva frecuencia, cambiar continuamen- lado. Para el afrontamiento adecuado de las situaciones con mayor valor es-
te de actividad, mover la pierna izquierda y dar vueltas al anillo del dedo. Sen- tresante para el paciente (p. ej., reunión de trabajo, discusión con la mujer,
saciones de ahogo y tensión en las cervicales son otros de los síntomas que presencia de aura) se trabajaron estrategias específicas para los cuatro mo-
descubrió al sentirse acelerado o estresado. mentos: antes de que ocurriera, cuando ya estaba ocurriendo, en el momento
· Las siguientes cuatro sesiones se dedicaron al entrenamiento en distintas crítico y cuando finalizaba. Entrenamos durante las sesiones situaciones con-
técnicas de relajación, estrategias cognitivas y de resolución de problemas, así flictivas relacionadas con el ambiente laboral, con el ambiente familiar y con
como al entrenamiento en diversas técnicas conductuales, entre las que cabe re- la aparición de auras los fines de semana.
saltar ensayo de conducta, modelado y role-playing, búsqueda de actividades La fase de aplicación de las habilidades adquiridas, última del entrena-
gratific;antes y técnicas de exposición para afrontar las situaciones evitadas. miento en inoculación de estrés se solapó con la fase de adquisición de habili-
Entre las estrategias entrenadas para reducir los niveles de activación, ade- dades. A medida que se iba entrenando una o varias habilidades o estrategias
más de distintos procedimientos de relajación, incluimos diversos procedi- en las sesiones terapéuticas, se analizaba su utilidad para distintas situaciones
mientos cognitivos y conductuales como: organización racional del tiempo de mediante ensayo imaginado y/o juego de roles. Durante el periodo intersesio-
trabajo, incluir pausas de descanso programadas durante la jornada laboral, nes el paciente aplicaba las estrategias entrenadas a las situaciones reales que
autoinstrucciones, realización de actividades gratificantes, autorrefuerzo, etc. habían sido trabajadas durante la sesión. A medida que avanzaba el entrena-
Con ello pretendíamos que el paciente viera que, aunque la activación es un miento (sesión novena}, la elección de estrategias y las situaciones en las que
componente fisiológico, la interrelación existente entre conducta, emoción y ponerlas a prueba eran elegidas por el paciente sin programación ni entrena-
cognición requiere revisar las estrategias que se están poniendo en marcha en miento previo.
los tres sistemas de respuestas. Ya en la octava sesión, V había adaptado muy bien pautas de descanso en
Entre las técnicas inicialmente entrenadas se incluyeron distintos procedi - su actividad laboral sin reducir su rendimiento, realizaba diariamente distintos
mientos de relajación, entre ellos, relajación muscular, respiración profunda y procedimientos de relajación, había incorporado nuevamente actividades pla-
abdominal y distracción externa y en imaginación. También se buscó en el re- centeras a su vida, había recobrado su autonomia y los conflictos familiares se
pertorio habitual del paciente aquellas actividades o pensamientos que pudie- habían reducido. Igualmente, había dejado de tomar los ansiolíticos, dormía
ran ser de utilidad para facilitar la relajación (por ejemplo: oír música clásica, adecuadamente las 8 horas recomendadas y no tenía auras los fmes de semana.
leer cómics, leer d periódico, pasear, construir maquetas de aviones).
Al tiempo que se iban poniendo en marcha estrategias para reducir el ni-
vel de activación fisiológica fuimos trabajando la modificación de creencias FORMATO DE UNA SESIÓN TÍPICA DEL PRIMER SEGMENTO DE LA TERAPIA
erróneas sobre la epilepsia y de autoesquemas negativos, la corrección de ses-
gos y distorsiones cognitivas y la sustitución de autoverbalizaciones negativas La distribución del tiempo de las sesiones, así como las actividades realiza-
por otras más adaptativas o positivas. Para ello utilizamos técnicas de rees- das durante las mismas, no fue similar durante todo el proceso terapéutico. En
tructuración cognitiva entre las que cabe resaltar: «reatribución», «concep- el primer segmento de la terapia, puesto que se correspondia con la/ase de ad-
tualización alternativa», «análisis y evaluación empírica>>, «ánálisis y evalua- quisición de habilidades, la mayor parte del tiempo de las sesiones se dedicaba a
ción lógica>> y «contradicción con el valor apreciado». Igualmente, utilizamos entrenar distintas técnicas de relajación o estrategias cognitivas y conductuales,
estrategias de resolución de problemas para una mejor percepción de eficacia Por ejemplo, el trabajo que se realizó durante la quinta sesión fue el si-
laboral, para un mejor rendimiento en el estudio de temas de interés y para guiente. Durante los 10 primeros minutos se analizaron los registros traídos
analizar y resolver situaciones de manera más efectiva. El entrenamiento en por el paciente. En ellos se recogían los indicios de incremento del nivel de ac-
autoinstrucciones se llevó a cabo fundamentalmente para favorecer la puesta tivación, las distintas actividades realizadas, así como conductas, pensamien-
en marcha de estrategias de afrontamiento en los momentos pertinentes, para tos y emociones ante situaciones particulares (especialmente conflictivas-o es-
sustituir d diálogo interno negativo por otro más positivo o más relevante se- tresantes) de cada día de la semana. A partir de esta información se discutió la
gún la situación o actividad, y para facilitar el autorrefuerzo. conveniencia de comenzar por reducir el nivel de activación mediante dife·
Por último, en el grupo de estrategias encaminadas a reducir el impacto de rentes técnicas de relajación.
estresores ambientales (familia y trabajo) e internos (epilepsia) se incluyeron Se dedicó media hora a entrenar en relajación muscular tipo Jacobson y a
técnicas de relajación, distracción, autoinstrucciones, resolución de proble- realizar ejercicios de respiración abdominal. Posteriormente, se seleccionó
166 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS

uno de los pensamientos automáticos que apareda con mayor frecuencia en etc.) o internas (p. ej., pensar en los paseos que se da en verano en barca, re-
los registros diarios: «Mi deterioro intdectual va en aumento porque no con- cordar los úlrunos chistes que le han contado). Cuando se presente el aura res-
sigo hacer nada bien» y se enseñó a debatirlo mediante técnicas tales como: pirar profundamente, sentarse en un sillón y utilizar distracción interna (pen-
análisis y evaluación empírica de los datos en los que se apoya, contradicción sar en el barco). En el momento de máxima intensidad dd aura: respirar y
con el valor apreciado y conceptualización alternativa. repetirse a sí mismo «pronto pasará, seguro que no me da el ataque porque
Los úlrunos cinco minutos se dedicaron a perfilar las tareas que debería desde que tomo medicación nunca ha ocurrido». Por último, cuando desapa-
realizar durante la semana. Además de seguir realizando el registro de activi- rece d aura decirse a sí mismo: «Estupendo, no me ha dado el ataque», «he
dades, pensamientos, conductas, emociones y nivd de activación, se pidió que conseguido no ponerme nervioso», «puesto que ya ha pasado el mal momen·
todos los días realizara en casa, dos veces, la relajación muscular entrenada to, voy a darme un paseo para despejarme».
durante la sesión de terapia y los ejercicios de relajación, preferentemente al Por último, se revisa lo tratado en la sesión y se propone la puesta en prác·
llegar a casa después de trabajar y antes de acostarse por la noche. Para faci- rica en las situaciones reales de estas estrategias ensayadas, con la indicación
litar el entrenamiento se le proporcionó una cinta de casete con ambos tipos que anote con detalle todo lo ocurrido.
de relajación. Por úlruno, se le indícó que cada vez que apareciera el pensa-
miento automático sobre su deterioro intelectual, se lo debatiera por escrito
utilizando las mismas técnicas que se habían practicado durante la sesión. TERMINACIÓN DEL TRATAMIENTO, PREPARACIÓN DEL PACIENTE
PARA DARLE DE ALTA Y SEGUIMIENTO

foRMATO DE UNA SESIÓN TÍPICA DE TRATAMIENTO (FA.SE INTERMEDIA) Las dos úlrunas sesiones fueron dedicadas fundamentalmente a analizar po-
sibles recaídas que pudieran producirse tanto en relación con un aumento ex-
Consideramos, en este caso, una sesión en la que se entremezcla clara- cesivo de los niveles de estrés, como en relación a la aparición de auras y crisis.
mente la fase de adquisición de habilidades y la fase práctica puesto que en Se hizo especial hincapié en revisar las estrategias que podía aplicar en el
ella lo que se trabaja fundamentalmente es la eficacia de las estrategias entre- caso de que se presentaran nuevamente las auras y tuviera alguna crisis comí·
nadas para situaciones estresantes específicas. cial, ya que no estaban poniéndose en práctica, por s~ ausencia, en el último
Al igual que en d resto de las sesiones se analiza durante IO minutos las rela- mes. En cuanto al estrés se destacó la importancia de mantener pautas de des-
ciones entre situaciones, conductas, emociones y cogniciones de la semana, así canso durante la actividad laboral e introducir actividades placenteras y grati-
como el nivel de dificultad encontrado en la realización de las tareas para casa. ficantes en su estilo de vida, así como no dejar de autoobservar adecuada-
Con los datos proporcionados por el registro se discute la conveniencia de mente sus propios indicios conductuales, emocionales o cognitivos que le
comenzar a aplicar distintas estrategias para reducir el estrés y el nivel de acti- indican aumentos en su nivel de estrés. Se programó que durante 3 días deja-
vación en el trabajo. Para ello, el paciente va comentando qué tipo de estrate- ra de realizar las pautas de descanso durante la jornada laboral y se organiza-
gias, de las entrenadas en sesiones anteriores, pueden ser más oportunas según ra en un día más actividades laborales de las que ya estaban siendo habituales
los momentos. Discute la conveniencia de realizar una programación más ra- {p. ej., ver a un cliente en otra empresa, revisar 7 trabajos, realizar en un día las
cional y ajustada al tiempo real de que dispone teniendo en cuenta las inte- gestiones telefónicas programadas para dos, llevarse trabajo a casa, etc.). Du-
rrupciones que habitualmente se producen. Selecciona hacer pausas de respi' rante este período debía autoobservar muy especialmente los indicadores
ración abdominal aproximadamente cada hora, interrumpir el trabajo a media cognitivos, conductuales y emocionales de activación que aparecieran a lo lar·
mañana para ojear el periódíco, no hablar durante la comida de temas labora- go del día. Los registros relacionados con el nivel de activación y de estrés in-
les y hacer relajación muscular abreviada y leer los artículos de fondo en la me- dicaron incrementos considerables. Nuevamente se presentaron problemas
dia hora de descanso establecida después de comer. de insomnio de conciliación y necesidad de levantarse durante la noche. Este
Analizamos, igualmente, las estrategias que va a utilizar durante el fin de ejemplo de relajar los hábitos adquiridos en cuanto a organización y planifica-
semana para afrontar de una manera menos estresante la posible presencia ción de trabajo y control de la activación le permitió comprobar la facilidad
de aura. Antes de que se produzca considera que puede serle de utilidad no con que podía volver a tener síntomas negativos de estrés que a su vez;
estar pensando en cuándo le llegará, por ello, ante estos pensamientos antici- podrían repercutir como factores desencadenantes en la aparición de posibles
patorios, recurrirá a estrategias distractivas externas (p. ej., hablar con su mujer auras y crisis comiciales. Se comentó cómo en épocas de mucho trabajo; cuan·
de algún tema, grabar cintas de vídeo que tiene pendientes, oír música clásica, do surgieran problemas laborales o familiares o por tener nuevamente auras o
168 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS

crisis (por desajuste de la medicación o por otros motivos), podría volver a ex- CONCEPTOS A DESTACAR
perimentar síntomas de estrés. Repasamos todas las estrategias que podía uti-
lizar para reducirlo y cómo generar otras nuevas si fuera necesario. _Perspectiva «transaccional» del estrés: defiende una relación dinámica en-
Hubo dos sesiones de seguimiento al mes y a los tres meses de finalizado tre la persona y el entorno. El «estrés» sería el resultado de la interpretación que
d tratamiento sin que se hubieran producido cambios negativos en relación el individuo hace de las demandas o exigencias del entorno social y de la valo-
con los objetivos conseguidos durante el tratamiento. En la llamada de control ración que hace de sus recursos y estrategias para afrontarlas adecuadamente.
realizada al año los resultados se mantenían. Autoinstrucciones: verbalizaciones internas (automáticas o controladas)
que utiliza el individuo para guiar su conducta o para afrontar situaciones o
acontecimientos.
RESUMEN Y CONCLUSIONES Autoeficacia: hace referencia al término «expectativas de autoeficacia
percibida>> (Bandura, 1977). Es la convicción de poder llevar a cabo con éxito
El caso que hemos presentado se ha conceptualizado como un problema la conducta o conductas necesarias para obtener los resultados deseados.
de estrés elevado cuyas repercusiones en la vida de V no sólo afectaban a su Autoesquema: estructura de conocimiento que funciona como un organi-
nivel de activación general, sino también a la remisión de las auras epilépticas. zador activo de información autorreferente. Incluye constelaciones estructu-
Los problemas en conciliar el sueño de V, debidos a su alto nivel de activa- rales de conocimiento y atributos sobre uno mismo, derivados de la experien-
ción, se habían convertido en un estresor adicional al impedirle cumplir con cia prevía y acompañadas de una especial actividad afectiva y evaluativa.
todas las prescripciones facultativas relacionadas con su enfermedad. La pre- Distorsiones cognitivas: errores en el procesamiento de la información que
sencia de auras todos los fines de semana le hacían preveer nuevos ataques y, facilitan los sesgos que se producen a la hora de percibir la información del me·
con ello, temer por su seguridad perdiendo autonomía y anticipar un consi- dio externo y permiten mantener la validez de los esquemas o autoesquemas.
derable deterioro intelectual. Este posible deterioro le llevaba a vivir la situa-
ción como más estresante de lo que realmente exigía su perfil laboral al cues-
tionar su valía, su capacidad y, por consiguiente, su futuro profesional, CUESTIONES SOBRE LAS QUE REFLEXIONAR
generándose, para contrarrestar estos temores, una enorme sobrecarga labo-
ral. Esta situación de tensión en el trabajo le llevaba, igualmente, a estar más 1. ¿Cómo fue considerado el problema epiléptico de este paciente a la hora
irritable en su hogar provocando continuas discusiones que, a su vez, se con- de plantear el tratamiento?
vertían en un foco de tensión adicional. 2. ¿Sobre qué temar fundamentales se centró la /are de conceptualiwción?
El objetivo fundamental del tratamiento fue, por tanto, proporcionar al 3. ¿Qué estrategias se entrenaron para reducir los niveles de activadón?
paciente un marco conceptual que le permitiera entender lo que le estaba ocu- 4. ¿Qué técnicas de reestructuración cognitiva se utilii.aron?
rriendo y a partir de ahí desarrollar habilidades de afrontamiento efectivas 5. ¿Cómo re trabajó el tema de lar recaídas?
para reducir su estrés, tanto ante los factores desencadenantes internos como
ante los externos.
Consideré el procedimiento de la inoculación de estrés por la imposibi- REFERENClAS BIBLIOGRÁFICAS
lidad de eliminar de la vida del paciente dos de los principales estresores: su
problema de epilepsia y su trabajo. Bandura, A. (1977), «Self-efficacy: Toward a unifying theoryofbehavior change», Psy-
El entrenamiento en inoculación de estrés ha permitido a V, en primer Ju, chological Review, 84, 191-215.
gar, reducir considerablemente su problema de estrés y favorecer que remi- Lazarus, R S. y Folkman, S. {¡984), Stress, appraisal and roping, Nueva York, Springer.
Meichenbaum, D. O. (1985), Stress inoculation training, Nueva York, Pergamon Press.
tieran sus auras epilépticas. En segundo lugar, aprender a analizar las interre-
(trad. cast.: Manual de inoculación de estrés, Barcelona, Martínez Roca, 1987).
laciones entre su conducta, sus emociones y sus pensamientos ante situaciones
estimulares internas y externas. Por último, le ha permitido incrementar su re-
pertorio de estrategias de afrontamiento y, lo más importante, saber cómo am-
pliarlo ante los nuevos estresores que vayan apareciendo en su interacción con
las distintas situaciones que se le presenten en la vida.
CAPÍTUW 11

EL ESTADO DE LA CUESTIÓN DE LOS ENFOQUES


EN RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS

Arthur M. Nezu, Christine M. Nezu, Stephanie L. Deaner


y Thomas]. D'Zurilla

INTRODUCCIÓN

Nuestro acercamiento a la terapia de resolución de problemas se basa


en el modelo conceptual de D'Zurilla, Nezu, y colaboradores (D'Zurilla y
Goldfried, 1971; D'Zurilla y Nezu, 1982; Nezu y D'Zurilla, 1989; Nezu, Nezu
y Perri, 1989). Definimos la resolución de problemas sociales como un pro-
ceso metacognitivo mediante el cual las personas comprenden los problemas
de la vida y se esfuerzan por: a) alterar la naturaleza problemática de la si-
tuación, b) sus reacciones hacia éstas, o e) ambas cosas a la vez (Nezu, 1987).
De acuerdo con este enfoque, una resolución eficaz de los problemas impli-
ca cinco procesos interactivos, cada uno de los cuales realiza una contrihu·
ción distinta a una buena resolución del problema. Nos referimos a la ocien·
tación hacia el problema, la definición y formulación del problema, la
búsqueda de alternativas, la toma de decisiones, y la ejecución y verificación
de la solución.
La orientación hacia el problema incluye un proceso motivacional, mien-
tras que los restantes procesos consisten en habilidades específicas que per-
miten a las personas resolver eficazmente sus problemas estresantes. La
orientación hacia el problema representa las reacciones cognitivo·afectivas
inmediatas de un individuo cuando se enfrenta por primera vez a un proble-
ma~ Incluye creencias, atribuciones Y- expectativas acerca de los problemas
de la vida en general y a nuestra habilidad para resolverlos eficazmente. Una
orientación individual puede ser tanto positiva, facilitando la resolución
efectiva del problema, o negativa, que impide el éxito en la solución del pro-
blema.
Los restantes cuatro componentes de la resolución de problemas consti-
tuyen una amplia dimensión que puede definirse como la aplicación racio-
nal, deliberada, sistemática y hábil de un conjunto de tareas dirigidas hacia
unos objetivos que permiten a los individuos resolver los problemas satisfac·
toriamente -definición y formulación del problema, búsqueda de alternati-
vas; toma de decisiones, y ejecución y verificación de las soluciones.,--. La
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 173

meta de la formulación y definición del problema es aclarar y comprender la selección de problemas meta, selección de intervenciones terapéuticas, aplica-
naturaleza del problema y especificar metas y objetivos realistas. La búsque- ción del tratamiento y evaluación del tratamiento.
da de alternativas implica pensar creativamente en la mayor cantidad posible . Tal enfoque sistemático en la toma de decisiones clínicas es aconsejable
de soluciones utilizando distintas estrategias de tormenta de ideas con el ob- p<)r tres razones (Nezu, Nezu, y Houts, 1993). En primer lugar, no existe un
j,tivo de incrementar la probabilidad de definir las soluciones más efectivas. «libro de recetas» donde el profesional de la salud mental pueda consultar
La meta de la toma de decisiones es realizar un análisis de costo-beneficio un listado que le permita identificar la intervención clínica. Las diferencias entre
para cualquiera de las soluciones propuestas para identificar la(s) más efec- los individuos se manifiestan a lo largo de muchas dimensiones, incluyendo
tiva(s) para ponerla en acción. La ejecución y verificación de soluciones im- variables demográficas, psicosociales, biológicas, e incluso factores relaciona-
plica poner a prueba la solución elegida, observar sus consecuencias y eva- dos con trastornos. Además, cada una de estas dimensiones tiene un impacto
luar su efectividad. significativo en la eficacia del protocolo de tratamiento. En segundo lugar,
creemos que no existe nada que se parezca a un «caso único». Por ejemplo, las
metas del tratamiento cambian, sin duda, o se redefinen a través de la terapia.
EL ESTADO DE LA CUESTIÓN TEÓRICA En tercer lugar, la investigación ha demostrado algunos impedimentos que in-
ciden negativamente en las decisiones, en general, de las personas. Estos im-
En general, la terapia de resolución de problemas se ha utilizado con in- pedimentos afectan, igualmente, a las decisiones hechas por los profesionales
dividuos o grupos de clientes para disminuir su malestar emocional (Nezu, de la salud mental. Por ejemplo, la investigación señala que incluso clinicos
1986; Nezu y Perri, 1989). Más recientemente, los principios inherentes del bien entrenados no prestan atención a la evidencia que contradice realmente
modelo de la resolución de problemas se han aplicado en dos nuevas dimen- su juicio inicial (Nezu y Nezu, 1989, 1993).
siones clínicas: la toma de decisiones clínicas y el entrenamiento de cuidado- Cuando aplicamos el esquema de la resolución de problemas a la toma
res. En ambos se utiliza de forma innovadora el modelo de resolución de pro- de decisiones clínicas, es útil caracterizar la terapia como compuesta de cua -
blemas (Nezu, Nezu y Houts, 1993). tro etapas principales: selección, análisis del problema, diseño del trata-
miento, y ejecución y evaluación del tratamiento (Nezu y Nezu, I989; Nezu,
Nezu, Friedman y Haynes, en prensa). Cualquiera de estas etapas está rela·
Resolución de froblemas y toma de decisiones clínicas
cionada con una serie de tareas y decisiones clínicas específicas. Por ejem -
Recientemente, hemos propuesto un modelo de juicio clínico y de toma plo, durante la etapa de selección, el clinico intenta identificar y resolver «las
de decisiones para los terapeutas cognitivo-conductuales, basado en la es- dificultades iniciales». Ejemplos de dificultades iniciales son la pobre moti-
tructura de la resolución de problemas (Nezu y Nezu, 1989, 1995). En este vación del cliente, o los sesgos del terapeuta. Durante la etapa de análisis del
modelo, el clínico se define como el solucionador central del problema. El problema, la tarea del clínico consiste en identificar factores que están rela-
clínico se «enfrenta con un problema» cuando se encuentra con un proba- cionados etiológica y funcionalmente con las dificultades del diente, y ar-
ble cliente. Esta situación es un problema porque « ... el estado actual de ticular los objetivos del tratamiento. Durante la etapa de diseño del tratamien-
asuntos (la presencia de quejas) representa una discrepancia con el estado to, el clínico intenta identificar estrategias de intervención que tienen una
deseado del individuo (las metas). Existen distintos impedimentos (obs- alta probabilidad de conseguir con éxito esos objetivos. Durante la última
táculos o conflictos) que impiden o hacen difícil que el cliente alcance en la etapa, la ejecución y evaluación del tratamiento, el clínico lleva a cabo el tra-
actualidad sus metas sin la asistencia de un terapeuta. Cualquiera de los im- tamiento y evalúa sus efectos. Nosotros defendemos el uso del modelo de re-
pedimentos puede incluir variables relevantes tanto del paciente como de solución de problemas para cualquiera de las tareas y de las decisiones to-
su entorno ... Por tanto, el tratamiento representa el intento del clínico por madas en esas etapas. En otras palabras, d clínico se dedica a distintas tareas
identificar y poner en marcha una solución a una situación problemática» de resolución de problemas (definición del problema, búsqueda de solucio-
(Nezu y Nezu, 1989, pág. 36). En este contexto la solución se representa por nes) con objeto de designar ideográficamente y ejecutar un plan terapéutico
las intervenciones clínicas que conducen a la reducción de las quejas efectivo para el cliente.
presentadas.
Además, existen una variedad de «subproblemas» que requieren una acti-
va toma de decisiones por parte del clínico, incluyendo el diagnóstico dife-
rencial, la identificación de problemas del paciente, establecimiento de metas,
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 175

El cuidador familiar preparado al modelo básico de Nezu y cols. (1989) de entrenamiento en resolución de pro-
blemas, y se centra en obtener directrices de información específica sobre el
Otro importante desarrollo teórico incluye la aplicación de los principios de «ci?mo» cuando ayudamos a resolver probl!!mas de los pacientes.
la resolución de problemas para el entrenamiento de cuidadores. Hemos argu- Los datos iniciales de evaluación del programa sobre los programas de en-
mentado, recientemente, que el contemplar las responsabilidades y las necesida- trenamiento a cuidadores, empleando el enfoque COPE, apoyan su utilidad y
des del cuidador familiar desde una perspectiva de resolución de problemas nos eficacia.
ofrece un enfoque útil para comprender las necesidades del cuidador familiar y
del paciente que recibe dichos cuidados, así corno desarrollar intervenciones
que manejen de forma eficaz estas necesidades (Houts, Nezu, Nezu y Bucher, EL ESTADO DE LA CUESTIÓN CLÍNICA
1996). El término cuidador familiar hace referencia al miembro de la familia o la
persona significativa que es responsable de cuidar diariamente al individuo con La terapia de resolución de problemas (TRP) se ha aplicado a distintos
una enfermedad crónica, como por ejemplo, incapacidad física, trastornos del grupos clínicos. En el cuadro 1, recogemos una lista de estudios que docu-
desarrollo, problemas severos emocionales o psiquiátricos, diabetes, amputacio- mentan la eficacia de la TRP. Dado que una revisión reciente (Nezu y Nezu,
nes, problemas del corazón, síndromes neurológicos, o enfermedad autoinmu- 1991) describe estudios previos al principio de esta década, incluimos única-
ne. Nuestros trabajos en este campo se han realizado, especificamente, con cui- mente aquellas investigaciones publicadas desde 1991.
dadores de pacientes con cáncer (Houts, Nezu, Nezu, Bucher y Lipton, 1994).
Existen dos áreas principales de problemas experimentados por los cuida-
dores (Nezu Y cols., 1993; Houts y cols., 1996). Estos problemas son una conse- CuADRO I. Estudios de resultado sobre la terapia de resolución de problemas
cuencia de servir en muchos papeles paraprofesionales, como el de terapeuta, publicados desde 1990.
amigo, maestro, cocinero/a, dietista, enfermero/a, chacha, taxista y manejador
de casos. Los papeles del cuidador están muy influidos por el tipo y la grave- Área Estudios
dad de la enfermedad del paciente. Otros problemas son una consecuencia de
las propias dificultades del cuidador en afrontar las exigencias de sus múltiples Depresión Arean, Perri, Nezu, Schein, Christopher y Jo-
papeles. Estos problemas incluyen sentimientos de tristeza, aislamiento, cólera, seph (1993)
miedo, confusión y culpa. Mynors-Wallis, Gath, Lloyd Thomas y Tornlin-
Los cuidadores pueden aplicar el modelo de solución de problemas como son (199¡)
un medio para resolver ambos tipos de problemas. Para la primera categoría,
Ideas suicidas Lemer y Clum (1990)
el cuidador puede emplear el modelo de solución de problemas como un ele-
Salkovskis, Atha y Storer (1990)
mento decisorio, al igual que se señala en la sección anterior. Además, el cui- McLeavey, Daly, Ludgate y Murray (1994)
dador puede enseñar a la persona a su cuidado habilidades de solución de
problemas, de forma que la persona pueda afrontar de forma más eficaz su Fobia social DiGiuseppe, Simon, McGowan y Gardner
trastorno. Además, de forma más tradicional, el cuidador puede usar los prin- {1990)
cipios de solución de problemas como medios para manejar el estrés asociado
con el papel de cuidador. Esquizofrenia Bradshaw (1993)
Para hacer esfo, hemos desarrollado un modelo que destaca cuatro compo-
nentes representados por el acrónimo COPE -Creatividad, Optimismo, Plani- Personas con retraso Nezu, Nezu y Arean (1991)
mental y problemas Cunningham, Davis, Bremner,
ficación, e información Experta- (Houts y cols., 1996). La creatividad implica
psiquiátricos Dunn y Rzasa {¡993)
la necesidad de ser original, flexible y adaptable cuando se hace frente a los
problemas, como suele ser en las estrategias de búsqueda de alternativas (tor- Carey, Carey y Meisler (1990)
Abuso de sustancias
menta de ideas). El optimismo se relaciona con el componente de la orienta- Magura, Kang y Shapiro (1994)
ción hacia el problema, y se aplica a los aspectos emocionales del cuidado. La Platt, Husband, Hennalin, Carter y Metzger
planificación destaca la naturaleza totalmente ordenada, sistemática y racional (1993)
de resolver los problemas de la vida. La información experta es una ampliación
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 177

EL ESTADO DE LA CUESTIÓN EN LA INVESTIGACIÓN xuales (Nezu, Nezu y Spangler, 1995). Más aún, el TRP parece ser de ayuda en
los cuidados primarios de los pacientes, como se mostró en el estudio de My-
Son cruciales los instrumentos psicométricamente bien construidos, con no.rs-Wallis y cols. (1995). Ésta podría ser una población especialmente impor-
el objeto de valorar adecuadamente las habilidades de resolución de proble- tante de estudio, dados los cambios económicos en los cuidados de salud que
mas, tanto en un marco clínico (para valorar la habilidad de los pacientes subrayan el recorte de costos y la prevención. Podría aplicarse la TRP dada su
para afrontar con efectividad problemas estresantes), como de investigación naturaleza de terapia breve y su atención al desarrollo generalizado de estilos
(como medida de validez de los efectos del tratamiento de la TRP). Un impor- de afrontamiento (Nezu y cols., 1989).
tante desarrollo reciente en la investigación en esa línea, implica la revisión del
Inventario de Resolución de Problemas Sociales (IRPS). El IRPS es un au-
toinforme desarrollado por D'Zurilla y Nezu (1990), de 70 ítems que mide re- REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

solución de problemas. Recientemente, el IRPS recibió una revisión conside-


rable mediante una serie de análisis factoriales exploratorios y confirmatorios Arean, P. A., Perri, M. G., Nezu, A. M., Schein, R L., Christopher, F., y Joseph, T. X.
(Maydeu-Olivares y D'Zurilla, 1996). (1993), «Comparative effectiveness of social prohlem-solving therapy and remi-
niscence therapy as treatments for depression in older adults», ]ourna/ o/ Consul-
Este estudio factorial encontró que el IRPS medía dos dimensiones de ting and Clinical Psychology, 6r, 1003-1010.
orientación hacia el problema diferentes, aunque relacionadas, y tres dimensio- Bradshaw, W. H. (1993), «Coping-skills training versus a problem-solving approach
nes conductuales y de habilidades parcialmente independientes. Basándose en with schizophrenic patients», Hospital and Community Psychiatry, 44, 1102-1104.
esos resultados, D'Zurilla, Nezu y Maydeu-Olivares (en prensa) construyeron Carey, M. P., Carey, K. R, y Meisler, A. W. (1990), «Training mentally ill chemical
el Inventario de Resolución de Problemas Sociales Revisado (IRPS-R) de 52 abusers in social problem solving», Behavior Therapy, 21, 511-518.
ítems, que incluía cinco escalas principales: orientación positiva hacia el proble- Cunningham, C. E., Davis, J. R, Bremner, R., Dunn, K. W., y Rzasa, T. (1993), «Co-
ma (respuesta cognitivo-emocional constructiva de resolución de problemas); ping modeling problem solving versus mastery modeling: Effects on adherence,
orientación negativa hacia el problema (respuesta cognitivo-emocional disfun- in-session process, and skill acquisition in a residential parent-training program»,
]ournal o/ Consulting and Clinical Prychology, 6r, 871- 877-
cional); resolución racional de problemas (patrón que refleja la aplicación siste-
DiGiuseppe, R, McGowan, L., Simon, K. S., y Gardner, F. (1990), «A comparative
mática y hábil de las distintas estrategias de resolución de problemas); impul- outcome study of four cognitive therapies in the treatment of social anxiety»,
sividad/estilo de Jaita de atención (intentos impulsivos o descuidados en la Journal o/ Rational-Emotive y Cognitive-BehaviOr Therapy, 8, i:z.9-146.
resolución de problemas); y estilo de evitación (estilo disfuncional caracterizado D'Zurilla, T. J., y Goldfried, M. R (1971), .Problem-solving and behavior modifica-
por la evitación y la dilación). tion», Journal of Abnormal Psychology, 78, 107-126.
El IRPS-R posee propiedades psicométricas firmes (D'Zurilla y cols., en D'Zurilla, T. J., y Nezu, A.M. (1982), «Social problem solving in adults», en P. C. Ken-
prensa). El Coeficiente Alfa para las cinco escalas oscila entre .76 y .92. La dall (comp.), Advances in cognitive-behavioral research and therapy, Nueva York,
fiabilidad test-retest oscila entre .72 y .88. La estimación Alfa para el total de Academic Press.
D'Zurilla, T. J., y Nezu, A.M. (1990), «Development and preliminary evaluation of the
las puntuaciones es de .95, mientras que la fiabilidad test-retest es .93. Tam-
Social Problem Solving lnventory», Prychological Assessment, 2, 156-163.
bién existe una evidencia significativa que apoya la validez convergente y D'Zurilla, T. J., Nezu, A. M., y Maydeu-Olivares, A. (en prensa), Social Problem-Sol-
discriminante del IRPS-R (D'Zurilla y cols., en prensa). También hemos de- ving Inventory-Revised, North Tonawanda, Nueva York, MHS.
sarrollado una forma breve del IRPS-R que contiene 25 ítems (D'Zurilla y Houts, P. S., Bucher, J. A., Nezu, A. M., y Nezu, C. M., (1996, julio), «Evaluación
cols., en prensa). del entrenamiento de solución de problemas para cuidadores de personas con
cáncer», trabajo presentado en la Conference of the European Society for
Psychosocíal Oncology, Amsterdam, Holanda (resumido en Psychooncology,
RESUMEN Y DESARROLLOS- FUTUROS r. 144).
Houts, P. S., Nezu, A.M., Nezu, C. M., y Bucher, J. A. (1996), «The prepared family
caregiver: A problem-solving approach to family caregiver educatíon», Patient
Creemos que d futuro se caracterizará por el incremento en la aplicación
Education and Counseling, 27, 63-73.
de la TRP con poblaciones clínicas nuevas. Por ejemplo, actualmente tenemos Houts, P. S., Nezu, A. M., Nezu, C. M., Bucher, J. A., y Lipton, A. (1994), Home care
varios estudios a gran escala que evalúan la eficacia de la TRP con pacientes guide for cancer, Filadelfia, American College of Physicians.
oncológicos (Nezu y cols., en prensa). Además, recientemente hemos adapta- Lemer, M.S., y Clum, G. A. (1990), «Treatment of suicide ideators: A problem-sol-
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MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 179

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CAPÍTULO 12

EL PROCESO TERAPÉUTICO EN EL ENFOQUE


DE RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS

Christine M. Nezu, Arthur M. Nezu, Stephanie L. Deaner


y Stephanie H. Friedman

INTRODUCCIÓN

En este capítulo, describiremos la aplicación de la terapia de resolución de


problemas (TRP) (descrita en el capítulo n) para el tratamiento de la depre-
sión. Hemos elegido este trastorno para ilustrar el proceso terapéutico de la
TRP dado que ha sido el más evaluado (Nezu, Nezu y Perri, 1989)_

PRESENTACIÓN DEL CASO

Descripción
La señora Jones O.) era una mujer de J8 años, caucásica, que aparentaba
su edad y tenía un sobrepeso moderado. Llegó a la clínica quejándose de humor
depresivo, ideación pasiva de suicidio, y una incapacidad para «hacer cual-
quier cosa>>. J. se había divorciado recientemente de su marido tras 20 años de
matrimonio, aunque continuaba manteniendo una relación con él. Copropie-
taria de un pequeño establecimiento de suministros alimentarios, J. informó
que había dejado sus responsabilidades laborales- Como resultado, tenía in-
gresos insuficientes para hacer frente a sus gastos diarios. Sus estrecheces eco-
nómicas fueron un problema adicional, dado que ayudaba al mantenimiento
de su madre quien padecía la enfermedad de Alzheimer y residía en una resi-
dencia de ancianos.

EVALUACIÓN

En general, la conducta terapéutica requiere primero decidir si es apro-


piada la TRP para un paciente depresivo particular, dadas sus caracterísricas
únicas, sus fuerzas, sus déficit y sus circunstancias específicas de su vida
(para consideraciones exhaustivas sobre la decisión clínica en la terapia· cog~
1
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 183

nitivo-conductual, véase Nezu y Nezu, 1989). Es aconsejable identificar défi- CONCEPTUALIZACIÓN DEL CASO
cit de resolución de problemas asociados a la depresión para recalcar la efi-
cacia potencial para un individuo depresivo. Sin embargo, sugerimos que in- . De acuerdo con el modelo de la resolución de problemas de la depresión,
cluso en ausencia de déficit de resolución de problemas identificados, este existen tres niveles de análisis conceptual y clínico. El primer nivd se centra
~nfoque terapéutico es apropiado como ayuda en el tratamiento de la depre- en las relaciones transaccionales entre cuatro variables importantes: a) acon-
sión en cuanto que incrementa, en su totalidad, el sentido de control y la com- tecimientos negativos de vida importantes; b) problemas actuales; c) estra-
petencia social (Nezu, 1987; Nezu, y cols., 1989). tegias de resolución de problemas; y d) síntomas depresivos (Nezu, Nezu, y
Perri, 1989, 1990). Dicho en pocas palabras, la investigación recalca el papel
causal que juegan en la depresión los acontecimientos negativos de vida im-
Entrevistas clínicas
portantes y los problemas diarios (Nezu, 1987). El grado en el que uno es ca-
J. indicó que llegó a terapia como «la última esperanza para arreglar mi paz de enfrentarse a alguna situación estresante, vía la resolución de proble-
vida>>. Describió una serie de estresores recientes, comenzando con su traba- mas, determina la probabilidad de que se experimenten síntomas depresivos
jo. Su socia había ido compensando cada vez más los fracasos de J. en planifi- en función de ese estrés. Más aún, la depresión experimentada, a menudo,
car la preparación, la distribución y servicio de la comida. Se invitó a la co- puede generar nuevos problemas e incluso nuevas situaciones vitales estresan-
propietaria a participar en una parte de las entrevistas para ofrecer otra fuente tes negativas importantes, que pueden llevar a un incremento en la depresión.
de información sobre los niveles actuales de funcionamiento de J. Aunque Por ejemplo, la persona que se siente deprimida debido a dificultades con su
ésta admitió que la ausencia de dientes era un inconveniente, no creía que J. jefe en el trabajo puede funcionar peor, y esto hacer que la despidan, lo que
fuera capaz de mantener el alto nivel que sus negocios requerían. Como resul- le puede llevar a incrementar su malestar, etc. Además, al mismo tiempo, la
tado, sufrían una pérdida de ingresos. La socia refirió que J. se había vuelto ol- gravedad o el trauma asociado con la situación estresante pueden ser tan in-
vidadiza y desmotivada. La diente, consciente de sus reducidas contribucio- tensos que impacten negativamente en las habilidades de resolución de pro-
nes, expresó sentimientos de culpa e inutilidad blemas que habían sido eficaces, situación que sirve para reducir la habilidad
El humor de la diente durante las primeras entrevistas era de tristeza y de- para enfrentase al nuevo y consiguiente estrés. La TRP se desarrolla para pa-
sesperación. Describió sentimientos de desesperanza, soledad y algo de núedo. rar esta espiral descendente -es decir, el incremento de las habilidades de re-
Admitió pensanúentos de suicidio sin ningún plan establecido, y no tenía una his- solución de problemas sirve para incrementar la habilidad para afrontar satis-
toria de intentos de suicidio. Sus estrategias de afrontanúento más comúnmente factoriamente situaciones estresantes, reduciendo, por tanto, la depresión.
utilizadas incluían la evitación de situaciones estresantes y sobrealimentación. J.
negó el abuso de cualquier sustancia (alcohol o drogas). Además de la entrevis-
Relevancia para J.
ta clínica, J. completó dos inventarios de autoinforme -el Inventario Revisado
de Resolución de Problemas Sociales (IRPS R; D'Zurilla, Nezu y Maydeu-Oliva- Durante el pasado año, J. experimentó importantes situaciones vitales
res, en prensa) y el Inventario de Depresión de Beck (BDI; Beck y cols., 1961). traumáticas. Su reciente divorcio le había dejado con un sentimiento de sole-
dad; con un escaso apoyo y oportunidades para la interacción social. Además,
el proceso de su divorcio, en combinación con el descenso de la productivi-
Inventarios de autoin/orme
dad en el trabajo, había producido un descenso en sus finanzas, afectando
Los resultados de J. en el IRPS-R (véase capítulo 11) indicaron que tenía sensiblemente a su habilidad para afrontar los problemas diarios, como por
deficientes habilidades racionales de resolución de problemas per se (es decir, ejemplo, ser capaz de pagar nuevas facturas. En parte, los recursos financieros
definición de problemas, búsqueda de soluciones, toma de decisiones), una limitados le impidieron buscar actividades sociales. Al núsmo tiempo, la ma-
fuerte orientación global negativa, en general, hacia el problema, una fuerte dre de J. ingresó en una residencia de ancianos dado su deterioro en su salud
tendencia a evitar los problemas, pero sin déficit particulares en cuanto a im- mental y en su habilidad para cuidarse a sí misma. J. había cuidado de su ma-
pulsividad. La puntuación de J. en el BDI fue de «J7>» habiendo elegido ele- dre durante los últimos años. Se vio forzada a enfrentarse a la inminente muer-
mentos tales como «Me siento tan triste o tan desgraciada que no puedo so- te de su madre, así como a los aspectos financieros de su cuidado. Se hipote-
portarlo», «Me siento desanimada de cara al futuro», «Tengo pensamientos tizó que la combinación de esas situaciones, y los problemas relacionados que
de suicidio, pero no lo haría>>. Todas las puntuaciones indican síntomas de- éstos produjeron, estaban causalmente relacionados con el comienzo de su
presivos de nivdes clínicamente significativos. depresión.
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 185

De acuerdo con las puntuaciones en el IRPS-R, nos apareció que era típi- ficativos para una mejor comprensión causal de su trastorno depresivo. J. des-
co de J. ver los obstáculos para resolver problemas como cargas irresolubles e cribió una infancia en aislamiento de otros niños de su edad, en parte a causa
~nsuperables. Frecuentemente conversaba consigo misma de forma negativa de .las bromas que le hacían por su peso. Además, su familia se mudó tres ve-
perpetuando su creencia de que no era capaz de superar situaciones difíciles. ces antes de que llegara al sexto grado -por tanto, a menudo fue incapaz de
Cuando se enfrentaba a los problemas, evitaba activamente hacerles frente establecer ninguna relación duradera-. Es decir, J. tuvo pocos modelos
ºcentrándose en las razones por las que no podía hacer algo para rectificar el de roles desde los que aprender y practicar habilidades pro-sociales. J. también
proble~a. En cambio, su orientación negativa mantenía su creencia en que no creció con un estilo atribucional sesgado -se culpaba a menudo de las situa-
valía la pena esforzarse en adelante porque al final fracasaría. Otros ejemplos ciones negativas en su vida.
incluían no abrir la correspondencia o no contestar al teléfono para evitar los
cobradores de facturas. A menudo, cuando escuchaba canciones románticas o
pensaba en la situación de su madre, J. comía envases de helado. En general, Tercer nivel de análisis
era incapaz de afrontar con eficacia el estrés generado por los distintos cam- Esta última área se centra en la relación entre depresión y cualquiera de los
bios y problemas de su vida. principales componentes de la resolución de problemas. De acuerdo con
J. indicó que tenía una baja autoestima, que atribuía a su obesidad desde que nuestra teoría, y según la investigación (Nezu, y cols., 1989), la depresión pue-
era una niña. Además, la imagen negativa de sí misma había aumentado desde su de estar en función de las deficiencias, o la disminución en la efectividad, en
divorcio. J. se sentía inútil e indeseable, y a menudo obsesionada por hechos de algunos o todos de los cinco componentes principales de la resolución de pro-
su relación, que le llevaban a considerarse culpable de su divorcio. Otras mani- blemas (orientación hacia el problema, formulación y definición del proble-
festaciones de su depresión incluían labilidad, sentimientos de desesperanza, ma, búsqueda de alternativas, toma de decisiones y aplicación de la solución
pérdida de motivación y falta de atención. Aunque no tenía planes activos de y verificación).
suicidio, a menudo deseaba morirse para que desaparecieran sus problemas. Los individuos depresivos se suden caracterizar por una fuerte orientación
negativa, teniendo poca confianza en su habilidad para afrontar problemas es-
Segundo nivel de análisis tresantes, creyendo que la mayoría de los problemas son catástrofes, a menudo
culpándose de ser la causa de ellos, y llegando a frustrarse cuando éstos apare-
· El segundo nivel de análisis dentro del modelo de resolución de proble- cen. Colectivamente, tales creencias reducen eldeseo o la motivación de dedi-
mas de la depresión, considera varios factores de vulnerabilidad, tales como carse a cualquier intento de afrontamiento significativo. La habilidad para de-
variables biológicas y genéticas, así como la historia de aprendizaje y desarro- finir y formular los problemas eficazmente, y emprender objetivos realistas,
llo. Está fuera del alcance de este capítulo (véase Nezu y cols., 1989) la discu- también se reduce cuando estamos deprimidos, por tanto, es muy dificil identi-
sión sobre los aspectos bioquímicos de la depresión y su relación con la reso- ficar soluciones efectivas. A menudo los individuos deprimidos buscan objetivos
lución de problemas de afrontamiento. Sin embargo, con respecto a J., un altamente irreales -mando no se consiguen aparece la autoculpabilidad--. Los
examen físico previo indicó la ausencia de problemas médicos especificos, re- individuos depresivos también tienden a generar menos alternativas, y menos
forzando la idea de que la psicoterapia podía ser apropiada. efectivas, ante las situaciones problemáticas. Una orientación negativa hacia el
Desde un modelo transaccional, los aprendizajes primarios y la historia del problema y la ausencia de alternativas predispone a la persona deprimida a
desarrollo pueden tener fuertes influencias sobre variables importantes (es de- atender selectivamente situaciones negativas,en vez-de las positivas y a centrarse
cir, situaciones destacadas de vida, problemas, resolución de problemas, y sín- en las consecuencias inmediatas en vez de en las consecuencias a largo plazo. Los
tomas depresivos). Por ejemplo, la historia previa puede afectar a la importan- individuos deptimidos también pueden tener dificultades reales para llevar a
cia percibida de un estresor particular, a su fuerza y su impacto, asi como a la cabo su plan, debido tanto a conductas especificas como a déficit en habilidades
eficacia global de la habilidad del individuo para la resolución de problemas. sociales. Además, la orientación negativa hacia el problema puede influir en la
habilidad del individuo de ser objetivo sobre los resultados de la aplicación de
nna solución. Por tanto, el individuo depresivo está insatisfecho con los intentos
Relevancia para J.
de afrontamiento y puede sentir que no se han conseguido los objetivos.
Aparte del diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer de su madre, no
existía en la familia de J. ninguna historia de trastorno mental o emocional. Sin
embargo, su historia de aprendizaje y desarrollo proporcionaron datos signi-
186 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS

Relevancia para]. Entrenamiento en la orientación hacia el problema


Basándonos en sus puntuaciones en el IRPS-R, así como en el material re- Se proporcionó el entrenamiento en este componente para ayudar a que
cogido de las entrevistas clínicas, se llegó a la conclusión de que]. tenía los si- J.:-a) identificara y reconociera correctamente los problemas cuando éstos
guientes déficit en la resolución de problemas: 1) una fuerte orientación ne- ocurrieran; b) adoptara una visión más racional hacia los problemas de la vida
·gativa hacia el problema; 2) una tendencia a evitar los problemas en lugar de (es decir, que éstos son una parte «normal>> de la vida); c) incrementara sus
identificarlos objetivamente; 3) una incapacidad de generar soluciones alter- expectativas de que sería capaz de resolver realmente cualquier problema de
nativas a sus problemas; 4) habilidades sociales pobres que la desanimaban de forma satisfactoria; y d) inhibiera la tendencia a actuar impulsivamente cuando
llevar a cabo otras soluciones; y 5) una tendencia a minimizar cualquier inten- intentaba resolver los problemas (sólo señalar que la evaluación inicial indi-
to de afrontar sus problemas. caba que esto no parecía ser un déficit específico paraJ .).
Para ayudar a J. a reconocer y etiquetar exactamente los problemas cuan-
do ocurrían, se le pidió que completara un listado de problemas, que sirvió
PROBLEMAS TRATADOS Y SECUENCIA BÁSICA DEL TRATAMIENTO
como base para la discusión de los problemas vitales a lo largo de una amplia
variedad de categorías (trabajo, amigos, profesión, fmanzas, etc.). Esta discu-
sión le ayudó a estar más sensibilizada ante la posibilidad de problemas en
Se eligió la TRP después de una evaluación completa cuyo resultado fue la
general
identificación de déficit específicos en la resolución de problemas. En general
Además, se le enseñó a utilizar sl.15 sentimientos como indicadones o seña-
los objetivos de la TRP son: I) ayudar a identificar situaciones vitales previas y
les de problemas. Se le enseñó a utilizar la imagen visual de una señal de tráfi-
actuales (principales situaciones vitales y problemas diarios) que preceden al
co luminosa cuando experimentara humor o pensamiento negativos, en forma
episodio depresivo; 2) minimizar el grado negativo de impacto de sus síntomas
de PARAR y PENSAR. J. encontró particularmente útil este ejercicio, pero
depresivos en los intentos de afrontamiento; 3) incrementar la efectividad en los
sólo después de algunas sesiones de práctica.
intentos de afrontamiento en la resolución de problemas; y 4) enseñar habilida-
Para ayudarle a combatir su orientación negativa general hacia d proble-
des generales que les permitan enfrentarse mejor a problemas futuros, aumen-
ma, el terapeuta utilízó la estrategia de juego de roles de defensa invertida para
tando el sentido de control, y proporcionando una mejoría global de su calidad
«plantar las semillas» de una orientación más positiva. De acuerd~ con esta
de vida (Nezu y cols., 1989). Esos objetivos se consiguen mediante el entrena-
técnica, el terapeuta en la TRP finge adoptar una creencia particular sobre los
miento de los clíentes en cualquiera de los cinco componentes de la resolución
problemas y pide al paciente que proporcione una lísta de razones por las que
de problemas{véase capítulo u). Los objetivos específicos que llegarán a ser el
esas creencias son irracionales, ilógicas, incorrectas, y/o desadaptativas. Para
centro de la terapia, además de proporcionar habilidades generales en la reso-
J., tales
creencias fueron: «Todos mis problemas están causados por mí» y
lución de problemas, se elígen en base a la identificación individual de situacio-
«Nunca seré capaz de cambiar>>. Cuando J. tuvo dificultades en generar argu-
nes principales vitales específicas y de problemas diarios, a la constante evalua-
mentos en contra de la posición del terapeuta, entonces éste adoptó una for-
ción del terapeuta y a la toma de decisiones clínicas.
ma más extrema de la creencia («No importa lo que pase, incluso pensando
Como parte del proceso del entrenamiento del TRP, cualquier compo-
que otras personas cambian, yo nunca mejoraré, no importa lo que pase... »).
nente se refiere a déficit específicos (así como posibilidades) que son consi-
Además, se utilizaron varias estrategias de reestructuración cognitiva para
derados «SUbobjetivos» o metas. Por ejemplo,. durante el· entrenamiento en la
ayudar a cambiar las distorsiones cognitivas de J. en cuanto a los problemas de
orientación hacia el problema (y durante todo el tratamiento), el terapeuta su-
la vida.
braya las distorsiones cognitivas del paciente o los estilos atribucionales en los
que se basa¡. deforma que el paciente aprende a combatir esos procesos con-
traproducentes. Además, con la TRP pueden tratarse simultáneamente, o jun-
Entrenamiento en la definición delproblema
to a otras estrategias de tratamiento, dificultades coexistentes que se inte- J. tenía dificultades en identificar exactamente por qué son pcoblemáti-
rrelacionan (autocontrol insuficiente, manejo pobre de la ira) o la presencia cas las situaciones. El entrenamiento en esta habilidad de resolución de pro-
de un diagnóstico paralelo. Sin embargo, la totalídad de la terapia deberla te- blemas se consideró particularmente importante para J. y se centró en cinco
ner lugar dentro de un esquema general de resolución de problemas (D'Zuri- tareas: r) búsqueda de todos los hechos disponibles sobre un problema; 2)
lla, 1986; Nezu y q¡ls., 1989), donde se incorporan técnicas adicionales para fa- descripción de esos hechos en términos claros y objetivos; 3) separación de
cilitar el entrenamiento en distintas habilidades de resolución de problemas. los hechos de las suposiciones (y especialmente de las distorsiones); 4) iden-
188 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS

tificación de obstáculos y conflictos que hacen de la situación un problema; Entrenamiento en toma de decisiones
y 5) establecimiento de objetivos reales. En general, la TRP anima al pacien- Para facilitar las habilidades de la toma de decisiones, J. aprendió a eva-
te a adoptar un estilo particular cuando buscan información sobre los pro- luar las opciones que previamente había generado para un problema dado,
blemas, al igual que un periodista de investigación que ha de ser objetivo y mediante el análisis de coste-beneficio, con el objetivo de identificar una solu-
cauteloso en la interpretación de los hechos. Dada la afición de J. a los libros ción que maximizara las consecuencias positivas y minimii.ara las consecuena"as
'de misterio, adoptó fácilmente la sugerencia de verse a sí misma como una negativas. Inicialmente, J. tenía la guía del terapeuta para ayudarle a ev~uar
detective preguntando por cuestiones (buscando hechos y separándolos de las consecuencias personales, sociales, a corto y a largo plazo, de cualquiera
las suposiciones) y anotándolas (utilizando un lenguaje claro y objetivo). de las opciones. Se le enseñó a utilizar un sistema de valoración simple (es decir,
También se enseñó a J. a plantear metas objetivas y reales mediante la for- valoración positiva, negativa o neutra), donde evaluaba cada opción según
mulación de una serie de objetivos que eran pasos hacia la consecución de esas categorías generales. Además, se le enseñó a estima~ la probabilidad de
una meta más grande. Dado que tenía una tendencia previa a plantear metas que cualquier solución consiguiera la meta planteada, as1 como su habilidad
inalcanzables, su terapeuta le hizo practicar esas habilidades a menudo. Ade- para llevar a cabo la alternativa en su forma más óptima. Basándose en esas va-
más, se le enseñó a diferenciar entre metas centradas en el problema y metas loraciones, J. aprendió a identificar opciones que parecían eficaces y a desa-
centradas en la emoción. Las metas dirigidas hacia el problema incluyen ob- rrollar un plan de solución global.
jetivos que se relacionan con cambios en el problema en sí mismo, lo que se-
ría apropiado para situaciones que se pueden cambiar. Por otra parte, las
metas dirigidas hacia la emoción, se relacionan con objetivos dirigidos a Entrenamiento en aplicación de la solución y verificación
reducir el impacto del malestar asociado con la experiencia del problema. Teniendo en cuenta comentarios de J. de que evitaba las situaciones pro-
Éstas están más relacionadas con situaciones que son inalterables (por ej., la blemáticas, llevar a cabo la solución planificada se vio como un cambio par-
muerte de un familiar). ticular relevante para ella. En este punto de la TRP,J. aprendió técnicas para
El último escalón en el entrenamiento en la definición del problema inclu- automotivarse en poner en práctica su solución elegida. Primero, reconoció la
ye la identificación de los obstáculos que existen en un problema dado que mayoría de las consecuencias potencialmente positivas de resolv~r su pro~le­
impiden conseguir las metas. Tales factores pueden incluir la novedad (apren- ma. Por otra parte, realizó un listado de las diversas consecuenctas nega~vas
der a ser soltera de nuevo), indecisión (buscar un nuevo trabajo), demandas que probablemente ocurrirían si no aplicaba su solución. Preparar esas listas
conflictivas (menos dinero versus el incremento de los costes de la residencia le ayudó a comprobar que le interesab.a más aplicar la solución planificada.
de ancianos), o ausencia de recursos (menos dinero). Con el paso del tiempo, Además, se entrenó a J. para que desarrollara un sistema que supervisara los
J. aprendió a enfrentarse a problemas complejos mediante su descomposición resultados. de su solución (por ej., anotando todos sus gastos y siguiendo el es-
en partes más pequeñas y comprender mejor por qué cualquier situación era tado de sus finanzas). La supervisión del resultado de su solución le propor-
un problema. cionó la oportunidad de reforzar sus esfuerzos e identificar sus éxitos. Por
otro lado, si la solución no era eficaz, tales datos le penniúan conocer cuándo
Entrenamiento en búsqueda de alternativas tenía que comenzar una vez más por el proceso de resolución de problemas,
para identificar un mejor plan de solución. Este punto fue importante para
En este punto de la TRP, J. aprendió a ampliar sus posibles opciones. So- J. dada su tendencia a quitarle importancia a los resultados positivos.
lía evitar cualquier intento de resolver sus problemas, creyendo que nada fun- Como resultado de la TRP, J. aprendió a enfrentarse mejor a los proble-
cionaría. Consideraba una o dos alternativas, pero las rechazaba rápidamente. mas estresantes y fue capaz de identificar problemas potenciales para preve-
Como parte del entrenamiento en este proceso de resolución de problemas, se nirlos antes de su ocurrencia. Como- consecuencia, J. disminuyó significativaw
animó a J. a evitar juiciosamente las alternativas que había generado. Además, mente su depresión después de cuatro meses de TRP, y mejoró su habilidad
se le enseñaron varias estrategias de tormenta de ideas para desarrollar nuevas global de afrontamiento de resolución de problemas.
alternativas. Dado que solía admirar la habilidadopara tomar decisiones de su
socia, se le enseñó a visualizar o imaginar cómo resolvería su socia un proble-
ma concreto. Combinar y cambiar ideas en tamaño o cantidad también le ayu-
dó a elaborar ideas iniciales.
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 191

FORMATO DE UNA SESIÓN BÁSICA AL INICIO DE LA TRP fORMATO DE UNA SESIÓN BÁSICA DE LA PARTE INTERMEDIA DE LA TERAPIA

Sesiones iniciales . La parte «intermedia>> de la TRP incluye el entrenamiento y la práctica en


las cuatro operaciones restantes de resolución de problemas (definición y for-
Dicho en pocas palabras, las sesiones iniciales son extremadamente im- mulación del problema, búsqueda de alternativas, toma de decisiones, aplica-
portantes. Es entonces cuando el terapeuta trata de presentar un retrato com- ción de la solución y verificación). Los primeros aspectos de este entrenamien-
prensivo de la base de la TRP dentro de un contexto terapéutico. Dicha in- to se centran ante todo en instrucciones referentes al propósito, justificación,
formación se da utilizando un lenguaje que el cliente entienda fácilmente. El metas, aplicaciones e importancia para la depresión de cualquiera de las ope-
paciente necesita no sólo comprender la filosofía subyacente, sino también raciones de la resolución de problemas. A menudo la mala aplicación de una ta-
aceptarla. Mediante esas sesiones iniciales, el terapeuta de la TRP se esfuerza rea de resolución de problemas puede estar causada por la escasa atención del
por establecer una relación positiva con el cliente utilizando habilidades «bá- terapeuta a la necesidad que tiene el cliente de recibir la información de mane·
sicas» de asesoramiento (comunicación cálida, veracidad, cariño, ser genuino, ra clara, concisa y comprensible. Para facilitarlo, recomendamos suministrar al
y respeto por el cliente). También se transmite la confidencialidad y sus lí- cliente notas que reflejen una «lección» dada en la sesión.
mites. Para incrementar la generalización y el mantenimiento, se anima a los
dientes a realizar un amplia variedad de tareas para casa entre sesiones referi-
Consideraciones clínicas generales das a una tarea particular de resolución de problemas (por ej. generar una
lista de soluciones potenciales a un problema dado). A lo largo del entrena-
Durante el entrenamiento en la TRP, los terapeutas debeñan no sólo pro- miento se debe destacar el ensayo conductual de las distintas tareas de la re-
porcionar explicaciones didácticas de cualquiera de los distintos componen- solución de problemas. El cliente debe tener suficientes y frecuentes oportu-
tes del enfoque terapéutico general, sino también debeñan planear la manera nidades de práctica en las sesiones y entre sesiones.
en la que se pueden utilizar. Más aún, se deberían utilizar, tanto como fuera Dependiendo de la naturaleza y gravedad de los problemas del cliente, el
posible, muchos problemas relevantes de la vida real como ejemplos que ilus- tratamiento puede durar entre seis semanas o varios meses. Puede aplicarse en
tren los distintos componentes. Los terapeutas deberían tener cuidado en no un formato muy estructurado o de forma más informal (Nezu y cols., 1989).
presentar este enfoque como un proceso de pensamiento fño, racional o es- Durante esta fase de la TRP, el terapeuta también puede enseñar al pa-
téril. Inicialmente, los pacientes pueden reaccionar a este enfoque siendo ciente estilos de afrontamiento adicionales identificados previamente como
demasiado simplistas (<<No tengo dificultades para resolver problemas -pen- déficit concretos en sus habilidades durante el proceso de toma de decisiones
saba que hablaríamos sobre mis cuestiones bien establecidas-»), o dema- o la aplicación de la solución. Por ejemplo, durante la evaluación de ideas al-
siado «frío» («¿Cómo podría ser tan racional cuando me siento tan perturba- ternativas en el proceso de toma de decisiones, el terapeuta y el cliente, juntos,
do?»). Proporcionar un análisis detallado, basado en la evaluación comprensiva pueden identificar un déficit en habilidades asertivas. Si es necesario, se pue-
de los problemas del cliente, ayuda a minimizar esas reacciones negativas ini- de aplicar ese entrenamiento dentro del proceso general de la TRP.
ciales.

Sesiones de orientación a/problema fINAL DE TRATAMIENTO

Las sesiones iniciales son apropiadas para centrarse en el entrenamiento en


Las últimas sesiones deben estar relacionadas con cuestiones de termina-
la orientación del problema. Como estructura, cualquier sesión incluye una
ción e independencia del paciente. Dada la filosofía general de la TRP,.centra-
revisión de la semana anterior del cliente,. presentación de la justificación que
está detrás de la sesión de entrenamiento, conducir ejercicios de entrenamiento da en la enseñanza de habilidades que los individuos pueden aplicar por sí mis-
(juego de roles de defensa invertida), discusión de la importancia del entrena- mos a problemas futuros, toda la intervención anima a la independencia.
Proporcionarles a los pacientes notas recordatorias del tratamiento les ayuda a
miento para la vida del cliente y asignación de tareas para casa. Esta estructura
sentirse menos inquietos al finalizar la terapia. Animarles a consultar esas notas
refleja el plan general seguido en todas las sesiones restantes de fa TRP.
regularmente también puede facilitar la utilización futura de su entrenamiento.
Si un paciente particular está molesto por la finalización, se puede considerar
esto como un problema final que requiere la utilización del modelo.
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 193

Otra vía mediante la que el terapeuta puede facilitar el mantenimiento de 5. El terapeuta utiliza el humor imprudentemente.
las ganancias es mediante la anticipación de los cambios de vida. El cliente 6. El terapeuta sólo se centra en problemas superficiales.
puede centrarse en la prevención de problemas. En el caso de una situación de . 7. Se presta poca atención a la aplicadQn de una solución.
emergencia que requiera una solución inmediata, el terapeuta puede dar al 8. La evaluación de las ventajas y las limitaciones del paciente es inade-
.diente una versión abreviada de las habilidades básicas. Aunque se generali- cuada.
zan las habilidades de resolución de problemas y proporcionan al diente nue-
vas herramientas de afrontamiento para aplicar a situaciones futuras, puede
haber un momento en que el paciente necesite ayuda adicional. El terapeuta (ONCEPTOS A DESTACAR
debería ofrecer al cliente la oportunidad de llamarle en el futuro si se necesi-
taran s.esiones adicionales. Las sesiones auxiliares o de mantenimiento de la Resolución de problemas sociales: el proceso metacognitivo mediante el
resolución de problemas pueden facilitar la generalización y prevenir las re- cual la gente comprende la naturaleza de los problemas de la vida y dirige sus
caídas. Esas sesiones son adecuadas en el seguimiento a largo plazo del pro- esfuerzos para cambiar la naturaleza del problema en sí mismo, cambiando
greso del cliente. En esas sesiones se debería valorar la aplicación del cliente sus reacciones ante éstos, o las dos cosas a la vez.
de las habilidades aprendidas durante el entrenamiento. Orientación hacia el problema: la tendencia cognitivo-emocional que in-
cluye las reacciones generales de la persona cuando se enfrenta por primera
vez con un problema.
REVISIÓN Y CONCLUSIONES Problema: situación específica de la vida, tanto real como percibida, que
exige respuestas para un funcionamiento adaptativo, pero para la que la per-
La TRP es un enfoque sistemático y metódico para la resolución de proble- sona carece de respuestas de afrontamiento eficaces a causa de varios obs-
mas. Nuestro modelo se compone de cinco componentes. El primer componen- táculos para los que no hay una respuesta automática inmediata disponible.
te, la orientación hacia el problema, se refiere a cómo piensan y abordan las per- Solución eficaz: respuesta de afrontamiento que consigue las metas espe-
sonas los problemas en general. Los otros componentes son las habilidades de cíficas de resolución de problemas, así como aumenta las consecuencias posi-
resolución de problemas. La definición y formulación del problema incluye su tivas y disminuye las negativas.
análisis objetivo y detallado, determinando nuestras metas. El tercer componen- Inventario de resolución de problemas sociales: inventario de autoinforme
te es la búsqueda de alternativas, donde se enseña al diente a pensar en tantas so- que mide cinco componentes de la resolución de problemas: orientación ne-
luciones como sea posible mientras se aplaza enjuiciarlas. La toma de decisiones gativa hacia el problema, orientación positiva hacia el problema, habilidades
incluye el análisis de las COllSCCUalcias y de la probabilidad de éxito de cualquier de resolución racional del problema, evitación, e impulsividad.
solución propuesta Por último, la aplicación y verificación de soluciones inclu-
ye la ejecución de la solución propuesta y supervisión de sus resultados.
CUESTIONES SOBRE LAS QUE REFLEXIONAR

PRECAUCIONES 1. ¿Cuál es el propósito de la asignaa"ón de tareas para casa en la TRP?


2. ¿Cuáles son las metas de la TRP?
Al margen de lo efectivo que sea un enfoque psicoterapéutico particular, 3. é." Por qué es importante una orientación positiva hacia el problema?
como consecuencia de los resultados experimentales, la aplicación actual del 4. ¿Cuáles son las cuatro habilidades en la resolución racional de problemas?
enfoque puede no ir sobre ruedas. A contiouación ofrecemos algunos comen- 5. ¿Por qué es importante tener sesiones prácticas?
tarios sobre lo que el terapeuta no debería hacer (Nezu, y cols., 1989):
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1. Presentar la TRP de manera mecánica.
2. La TRP no es relevante para un paciente en particular.
Beck, A. T., Ward, C. H., Mendelson, M., Mock, J., y Erbaugh,J. (1961), «An inven-
3. No incorporar las tareas para casa en el tratamiento. tory for measuring depression», Archives o/ General Psychiatry, 5, 462-467.
+ El terapeuta se centra más en la aplicación del tratamiento que en los D'Zurilla, T. J. (1986), Problem-solving therapy: A social competence approach to clini-
sentimientos generales del paciente dentro de una determinada sesión. cal intervention, Nueva York, Springer.
194 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS

D'Zurilla, T. J., Nezu, A. M. y Maydeu-Olivares, A. (en prensa), Social Problem-Sol-


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problem-solving framework: Focus on depression», Journal o/ Cognitive Psycho- Cristina Botella Arbona y Rafael Ba/lester Arna/
therapy: An International Quarterly, 4, 247-156.

INTRODUCCIÓN

Como resultado del interés y del esfuerzo que distintos investigadores han
invertido en el trastorno de pánico (TP), actualmente disponemos de acerca-
mientos terapéuticos de gran eficacia (McNally, 1996). En el presente capítulo
ofrecemos una sucinta visión general del estado actual del tratamiento del TP
y analizamos en detalle la evolución de nuestra aportación a este problema.

EL TRATAMIENTO DEL TRASTORNO DE PÁNICO

En la última década hemos asistido a un gran avance en el desarrollo del


tratamiento del TP (McNally, 1994). A diferencia de los primeros acercamien-
tos, centrados en la agorafobia (Mathews, Gelder y Johnston, i98I), los actua-
les programas están diseñados especlficamente para tratar el 1P (Barlow y
Craske, 1989). Barlow (1988) realizó una clasificación de los diferentes enfo-
ques terapéuticos, en función del énfasis que se ha dado a determinados as-
pectos del TP: I) Una línea estaña representada por Lum (1976) y Ley (1985)
quienes consideran que los ataques de pánico se producen por los efectos de
la hipeiventilación y, por tanto, insisten en que d tratamiento se centre en el
entrenamiento en un ritmo de respiración lenta opuesto a la hiperventilación.
2) La segunda tradición, representada originalmente por Beck y desarrollada
en mayor profundidad por otros autores como Clark y Salkovskis (Beck,
Emery y Greenberg, 1985; Clark, Salkovskis y Chalkley, 1985), defiende que
los ataques de pánico son el resultado de la interpretación catastrófica que el
sujeto hace de sus sensaciones corporales; por ello, el tratamiento se basa en la
identificación y modificación de estas interpretaciones catastróficas. 3) Por úl-
timo, la orientación encabezada por el mismo Barlow (Barlow, 1988; Barlow y
Cemy, 1988) parte de la importancia que tiene el condicionamiento interocep-
tivo en el pánico y postula que el núcleo fundamental del tratamiento debe es-
tar constituido por la exposición a las sensaciones somáticas que experimenta
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 197

el paciente. Más recientemente, McNally (1996) también ha diferenciado los se acercan más a algunas de las sugerencias que plantean Barlow y Cerny (1988)
principales componentes que se incluyen en los distintos programas de trata- para el tratamiento del TP. De esta manera, nuestro programa quedó delimita-
.miento: 1) reestructuración cognitiva y entrenamiento para reducir la sensibili- do como tal en función de los siguientes apartados (para un mayor detalle véa-
dad ala ansiedad y la tendencia a reaccionar con miedo ante las sensaciones cor- se .Botella y Ballester, 1991; Ballester y Botella, 1992b): sesión/') evaluación. del
porales; 2) técnicas de manejo de los síntomas (por ej., control de la respiración, pánico; sesión 2") presentación del modelo cognitivo y papel de la hiperventila-
·relajación); 3) exposición sistemática interoceptiva ante las sensaciones corpo- ción; sesión 3ª) dudas y entrenamiento en respiración lenta~ sesión 4ª) dudas y
rales temidas; y 4) experimentos conductuales planificados con el objetivo de entrenamiento en técnicas de distracción; sesión j) dudas y discusión cogniti-
crear situaciones que permitan refutar las creencias catastrofistas. La combi- va; sesiones tt a la K') discusión cognitiva y experimentos conductuales; y se-
nación de todos estos componentes en los programas cognitivo-comporta- siones 9ª a la Ioª) prevención de recaídas y finalización del tratamiento.
mentales para el TP no sólo consigue que un buen porcentaje de pacientes Posteriormente, realizamos una serie de adaptaciones para su aplicación
(aproximadamente el 85%) dejen de experimentar el sufrimiento asociado a en grupo (Ballester y Botella, 19920). Concretamente tuvimos que modificar
sus ataques de pánico, sino que además el cambio que producen se generali- el modo de aplicación de algunas técnicas durante las sesiones, para evitar el
za a otras variables clínicas de interés y se mantiene a largo plazo (Clum, Clum contagio de los síntomas, y por supuesto, la agenda para cada sesión, que, ade-
y Surls, 1993; Gould, Otto y Pollack, 1995; Margraf, Barlow, Clark y Telch, más de tener que ser más breve por el mayor tiempo que requieren las sesio-
1993; Michelson y Marchione, 1991). nes grupales, permitía la introducción de alguna dinámica posible gracias a la
De entre todas estas alternativas, subrayaremos el programa desarrollado situación de grupo. El número de sesiones se mantuvo en 10 (de aproximada-
por Oark y Salkovskis (1987), dado que es en este acercamiento en el que más mente 2, 5-3 horas), además de una sesión inicial de presentación del grupo.
hemos trabajado en los últimos años y del que parte nuestro programa de tra-
tamiento. El núcleo fundamental del modelo de Clark y Salkovskis es heredero
directo del planteamiento de Beck, con la única originalidad de enfatizar como NUESTRA INVESTIGACIÓN
aspecto esencial el proceso de feedback positivo entre las sensaciones y las cog-
niciones, que, a nuestro juicio, alcanza en el pánico su máximo exponente. Des- En la última década hemos realizado una serie de investigaciones sobre el
de un punto de vista teórico, el modelo postulado por Oark y Salkovskis tam- TP_ A continuación describiremos someramente las mismas y comentaremos
bién recoge las aportaciones de otros autores tan relevantes como Lum y Ley brevemente los principales resultados obtenidos.
(papel concedido al proceso de hiperventilación dentro del círculo vicioso del
pánico) y de Barlow (importancia del condicionamiento interoceptivo reflejada 1. úz puesta a prueba del protorolo de tratamiento. Aplicamos nuestro pro-
en el lugar que pueden ocupar los estímulos desencadenantes internos en el grama de tratamiento (Botella y Ballester, 1991) de forma individual a 16 sujetos
proceso del pánico). Esta ttiple influencia a nivel teórico, lógicamente, también con diagnóstico de TP (Ballester y cols., 1991; Botella, 1992). Se establecieron
queda reflejada en los componentes terapéuticos que se incluyeron en el pro- cuatro momentos de evaluación: antes del tratamiento (línea base de tres sema-
grama de Oark y Salkovskis (1987): 1) técnicas cognitivas a través de las cuales nas), después del tratamiento y en dos seguimientos a los 2 y a los 6 meses. Los
el terapeuta ayuda al paciente a identificar y poner a prueba las cogniciones ca- datos ponen de manifiesto un excelente resultado de la intervención, se obser-
tastróficas; 2) entrenamiento en un ritmo de respiración lenta; y 3) experimen- van diferencias significativas antes frente a después de la terapia en: frecuencia
tos conductuales que permiten la reatribución de las sensaciones. de los ataques de pánico; cogniciones catastróficas; ansiedad y depresión; grado
de interferencia en la vida del paciente; evitación y temor agorafóbico; y mejo ria
obtenida en terapia valorada tanto por el paciente como por el terapeuta. Ade·
NUESTRA APORTACIÓN AL TRATAMIENTO más, los datos de los seguimientos indican que estos resultados no sólo se
consolidan, sino que incluso mejoran (Botella, 1992). Por otra parte, resultados
Nuestro equipo de investigación desarrolló en 1991 una adaptación del pro- provinientes de estudios de caso indican que las mejorías logradas respecto al
grama propuesto por Clark y Salkovskis (1987), estructurándolo para ser apli- pánico pueden mantenerse a muy largo plazo (Ballester y Botella, 1996).
cado de forma individual en diez sesiones. En esta estructuración seguimos de
cerca los elementos terapéuticos desarrollados por estos autores, si bien incor- 2. úz aplicación en grupo. Después de un período de línea base de tres sema-
poramos un importante componente educativo en las primeras sesiones y una nas, aplicamos nuestro formato de grupo (Ballester y Botella, 1992a) a u pacien-
programación para la prevención de recaídas en las dos últimas sesiones, que tes con diagnóstico de TP y los resultados son superponibles a.los obtenidos con
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 199

la aplicación individual: disminuyen de forma significativa los aspectos directa- te más elevados de introspección, autoconciencia pública, ansiedad social,
mente relacionados con el pánico así como la ansiedad y la depresión. En cuan- conciencia corporal privada y conciencia corporal pública. Al comparar entre sí
to a la evaluación subjetiva del paciente y el terapeuta, ambos realizan una valo. las tres submuestras se observa que d grupo control obtiene las medias inferio-
ración muy positiva de la mejoria. Al analizar los resultados del post-test frente a res en todas las variables. El grupo de TP obtiene las medias más elevadas en
los del seguimiento a los 6 meses, prácticamente todas las variables siguen evolu· variables de contenido «privado» (introspección, autoconciencia privada y
·donando favorablemente y todos los pacientes mantienen el estatus de libre de conciencia corporal privada); mientras que el grupo de TA presenta puntua-
pánico. Un comentario especial merece la cuestión farmacológica,' ya que todos ciones más elevadas en las variables de contenido «público» (autoconciencia
aquellos pacientes que en d momento en que comenzó a aplicarse la terapia es- pública, ansiedad social y conciencia corporal pública). Ahora bien, no se ob-
taban tomando alprazolam, eliminaron gradual y voluntariamente el fármaco. servan diferencias significativas entre las dos submuestras clínicas.
Como conclusión a estos dos subapartados señalaremos que el programa El mayor nivel de introspección encontrado en los pacientes está de acuer-
que diseñamos para el tratamiento del TP ha demostrado tener utilidad y, tan- do con la literatura existente, ya que se ha observado que la introspección está
to si se aplica de forma individual como en grupo, se consiguen resultados si· positivamente relacionada con la ansiedad (Hansell y Mechanic, 1985). También
milares a los informados en la literatura sobre el tema (Margraf y cols., 1993). se ha señalado una rdación positiva entre ansiedad y autoconciencia y que un
alto nivel de autoconciencia parece estar asociado con estados clínicos de ansie-
3. Conducta de enfermedad y Autoconciencia. Se compararon tres grupos dad (Wells, 1985). La literatura también indica que los sujetos con alta concien-
de sujetos: un grupo (N;31) con diagnóstico de TP, otro grupo (N;31) con un cia corporal privada son más sensibles a los cambios corporales y los interpretan
diagnóstico de trastorno de ansiedad distinto al trastorno de pánico (TA) y un de forma más negativa (Miller y cols., 198!) y, finalmente, utilizando distintos
grupo control normal (N;31). nombres, cada vez son más los estudios que subrayan la importancia que tiene
3.1. Por lo que respecta al patrón de conducta de enfermedad, a todos los la tendencia a dirigir la atención hacia aspectos corporales internos en los pa·
sujetos se les pasó el IBQ (Pilowsky, 1975) y los resultados (Ballester y Botella, cientes con TP. En suma, nuestros datos apoyan la conveniencia de prestar
1993a) ponen de manifiesto que los pacientes con TP presentan un perfil de atención a los factores atencionales y también apuntan a que puede ser útil di-
conducta de enfermedad peculiar que los diferencia de pacientes con otros ferenciar entre el contenido privado o público de estas tendencias atencionales.
problemas de ansiedad y de los controles normales, ya que puntúan significa-
tivamente más alto que los otros dos grupos en los factores de hipocondría ge- 4. Cogniciones, sensaciones y TP. A partir de un modelo cognitivo del pá-
neral, índice Whiteley de hipocondría, convicción de enfermedad y perturba- nico (Oark, 1988) seria de esperar que una característica fundamental de los
ción afectiva. Los pacientes con TA presentan un grado intermedio en las episodios de pánico, frente a los episodios de ansiedad que no culminan en
variables de conducta de enfermedad, situándose entre el grupo de pánico y pánico, fuera la presencia de pensamientos catastróficos acerca de las sensa-
el grupo control. Estos resultados están en la línea de los obtenidos por Gran- ciones que se están experimentando. Además, sería previsible que estas cog-
di, Fava y Lucia (1987) y Borden, Clum y Broyles (1989) y apoyan la tesis acer- niciones guardaran una relación lógica (en cuanto a contenido) con el tipo de
ca de la existencia de un alto grado de hipocondría en pacientes con TP. sensaciones corporales que el paciente experimenta. Analizamos esta cuestión
3.1. En cuanto a la Autoconciencia, todos los sujetos cumplimentaron la es- en un estudio llevado a cabo con 16 pacientes con TP que iban a comenzar un
cala de Introspección de Mechanic (1983), el cuestionario de Autoconciencia tratamiento psicológico (Botella y Ballester, 1993). Dado que todos ellos evita-
Privada y Pública de Fenigstein y cols., (1975) y el cuestionario de Conciencia ban algún tipo de actividad por miedo a tener un ataque de pánico, a lo largo
Corporal Privada y Pública de Miller, Murphy y Buss (1981). Los resultados dd tratamiento se les animó para que afrontaran tales situaciones y registraran
(Ballester y Botella, 1993b) ponen de manifiesto que los pacientes con trastornos sus cogniciones y sensaciones. Nos ajustamos al procedimiento descrito por
de ansiedad frente a los controles normales presentan niveles significativarnen- Rachman, Levitt y Lopatka (1987). Los pacientes realizaron 74 afrontamientos.
En ellos se observó un claro predominio de las crisis cognitivas frente a las no
cognitivas, aunque apareció un episodio de estas características. También hay
1. De los u paciences que componían la muestra 7 estaban tomando alprazolam en d mo- que destacar el elevado número de no crisis cognitivas.' Un análisis de las cog-
mento en que se inició el estudio {las dosis oscilaban entre 1,5 a 3 miligramos diarios). Ninguno
Je ellos quería dejar la medicación, pero todos se comprometieron a no cambiar el fármaco ni a
.iumentar las dosis mientras-durara d estudio. Comparamos los dos subgrupos (fármaco vs. no 2. Hablamos de «no crisis cognitivas» en aquellos casos en los que no se produjo una crisis
fármaco) antes de comenzar la terapia psicológica y no se observaron diferencias significativas ni de pánico y, sin embargo, los sujetos informaron de haber tenido, al menos, un pensamiento ca·
en la frecuencia de pánico, ni en las cogniciones catastróficas relacionadas con el pánico. tastrófico.
200 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 201

niciones y sensaciones indica que ni el tipo de cognición y/o de sensación, ni de estos resultados podría pensarse que el TP es un problema fácil de abordar
el número de cogniciones diferencian un afrontamiento que culmina en una que remite, prácticamente, sin intervención alguna. Bien al contrario, datos
.crisis, frente. a otro en el que la crisis no se produce. Sin embargo, sí que re- recientes (Eblers, 1995) indican que si no hay tratamiento la mayoría de los pa-
sulta importante el número de sensaciones (significativamente mayor en las ci~ntes (92o/o) continúan teniendo el problema .
. crisis). Estos resultados son algo distintos a los obtenidos por Rachman y cols.
(1987), ya que estos autores observaron más episodios de pánico y mayor nú- 6. El coste-beneficio terapéutico. A partir de los resultados obtenidos en el
mero de cogniciones de temor y sensaciones corporales en las crisis compara- estudio anterior nos planteamos la posibilidad de diseñar un programa de tra-
das frente a las no crisis. Un resultado importante, obtenido tanto por Rach- tamiento abreviado, igualmente eficaz, que pudiera aplicarse de forma rutina-
man como por nosotros, es la existencia de afrontamientos en los que, a pesar ria desde una perspectiva de salud pública. Con ello intentábamos dar res-
de observarse cogniciones catastróficas, no se produce un ataque de pánico puesta a las recomendaciones establecidas en la reunión del NIH de 1991
(esto es, no crisis cognitivas). Esto puede suponer un problema para el mode- acerca de diseñar alternativas de tratamiento que ayudaran a superar algunas
lo cognitivo del pánico y, dada la imposibilidad de explicar este hecho a par- de las barreras actualmente existentes en los programas cognitivo-comporta·
tir del tipo o número de cogniciones necesario para experimentar una crisis, mentales para el TP, que impiden a muchas personas poder beneficiarse de
cabe argumentar que para que se produzca una crisis la cognición catastrófica los mismos (Coté, Gautbier, Laberge, Cormier y Plamondon, 1994). Estructu-
debe alcanzar un determinado grado de intensidad y/o de certeza para el pa- ramos un programa que contenía los siguientes componentes: un componen-
ciente. En cuanto a las correlaciones entre cogniciones y sensaciones, apare- te educativo, terapia cognitiva (no focal y focal), entrenamiento en respiración
cen relaciones significativas entre éstas, siendo las relaciones mucho más acu- lenta y prevención de recaídas. También diseñamos un manual de autoayuda
sadas en el caso de los afrontamientos en los que se produce una crisis; pero pensado para reforzar los distintos componentes. Creíamos que esto nos per-
las corrdaciones no se ajustan a un patrón defrnido y, muchas, no están direc- mitiría reducir el tiempo de contacto entre paciente y terapeuta, por lo tanto,
tamente relacionadas con la amenaza. nuestro objetivo fue comparar la eficacia diferencial del programa estándar
anteriormente mencionado (Botella y Ballester, 1991) que se aplica en 10 sesio-
5. Lz eficacia diferencial de algunos de los componentes del programa. Qui- nes (a lo largo de 10 semanas), con este nuevo programa abreviado que se apli-
simos someter a prueba la eficacia diferencial de algunos de los elementos que ca en 5 sesiones (a lo largo de 5 semanas). Para ello contamos con una muestra
se suelen incluir en los programas de tratamiento y esrudiamos los siguientes de 20 sujetos con diagnóstico de TP, asignados al azar a los dos grupos expe-
componentes: terapia cognitiva no focal' o general, terapia cognitiva focal, rimentales, teniendo en cuenta la presencia o no de agorafobia y la gravedad
esto es, centrada en las interpretaciones catastróficas acerca de las sensaciones del problema. Los resultados (García-Palacios, Botella y Quero, 1996; Botella
corporales que experimenta el paciente y entrenamiento en respiración lenta y García-Palacios, remitido para su publicación) indican que ambos progra-
y con ellos estrucruramos dos módulos de tratamiento (Botella y Ballester, mas resultan eficaces, ya que se observan diferencias significativas antes, fren-
1993). Para su aplicación contamos con una muestra de 16 pacientes con diag- te a y después del tratamiento en todas las variables contempladas. Además,
nóstico de TP. Seguimos un diseño de línea base múltiple entre sujetos, en el estas diferencias se mantienen (o incluso se'incrementan) en los seguimientos
que se aplicaba cada uno de los componentes en dos sesiones (total de cuatro realizados a los 6 meses y al año de haber terminado la terapia. Respecto a la
sesiones para cada módulo). En un módulo (N=8) sólo se incluyó terapia cog- eficacia diferencial entre el tratamiento estándar y el abreviado, sólo se obser-
nitiva (no focal y focal). En el otro módulo (N=8) se aplicó la terapia cogniti- va una diferencia significativa entre ellos: d número de síntomas que experi-
va focal más el entrenamiento en respiración lenta. Nuestros resultados (Ba- mentan los sujetos en las crisis (en ambos grupos disminuyen los síntomas de
llester y cols., 1995; Carrió, 1996) ponen de manifiesto que los dos módulos son forma significativa, pero se observa un menor número de síntomas en d trata-
igualmente eficaces, ya que se observan diferencias significativas, antes, frente miento largo). Una cuestión que consideramos de gran interés es que las ca-
a y después del tratamiento, en todas las variables estudiadas y, sin embargo, racterísticas de nuestra muestra respecto a la gravedad del pánico (no se trata
no se observan diferencias significativas entre módulos; además, las mejorías de voluntarios reclutados para el estudio, sino que la mayoría eran remitidos
logradas se mantienen en- IOs distintos seguimientos. Nuestros resultados nos por el médico de cabecera) y el nivel de estudios (la mayoria sólo tenían estu-
parecen bastante espectaculares, sobre todo, si tenemos en cuenta el escaso dios primarios o medios) hacen pensar que estos resultados son generalizables
tiempo (sólo 4 sesiones) en que se aplicó cada uno de los módulos. A la vista a gran parte de los pacientes que presentan TP. En suma, nuestros datos están
en la misma línea que los obtenidos en otros estudios recientes que someten a
3. Tomamos esra terminología del trabajo de Salkovsk.is, Clark y Hackman (1991). prueba la utilidad de diverso material de autoayuda y la viabilidad de reducir
202 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 203

el tiempo de contacto entre paciente y terapeuta (Cóté y cols., 1994; Gould y ajustar nuestros tratamientos a los distintos tipos de pacientes; obviamente, en
cols., 1993; Gould y Clum, 1995; Lidren, Watkins, Gould, Clum, Asterino y función de los resultados obtenidos en este punto habría que establecer las
Tulloch, 1994). oportunas variaciones en los protocolos de evaluación. En cuarto lugar, tam-
bién creemos que es necesario seguir profundizando en la línea del coste-bene-
ficio terapéutico. En un mundo en el que los recursos son escasos, no podemos
.NUESTRO TRABAJO ACTUAL permitimos el lujo de malgastar o infrautilizar los limitados recursos disponi-
bles. Si queremos que más gente viva mejor es necesario encontrar modos de
La investigación psicológica sobre los trastornos de ansiedad llevada a poner en marcha distintas estrategias de prevención y, no sólo de prevención
cabo desde el enfoque del procesamiento de la información ha hipoteti2ado la terciaria, sino también de prevención secundaria y primaria.
importancia de los sesgos atencionales como factor de vulnerabilidad y/o de
mantenimiento de diversos trastornos de ansiedad (Mathews y Macleod,
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1985). Una de las tareas más utilizada en la literatura para evaluar sesgos aten-
cionales es una versión modificada de la tarea de nombrar el color de Stroop
Ballestee, R., Botella, R., Gil, M. y Ferrer, R. (1991), «La eficacia terapéutica del trata·
(Macleod, 1991). Existen ya estudios de este tipo llevados a cabo en el TP
miento cognitivo de pánico», Congreso Internacional Stress, Ansiedade e Desor-
(Ehlers, Margraf, Davies y Roth, 1988) cuyos resultados apoyan la hipótesis de ders Emocionais, Universidad do Minho, Braga, 1 al 3 de julio.
que los individuos con TP muestran un sesgo atencional selectivo que favorece Ballester, R y Botella, C. (199ut), «Aplicación en grupo dd programa cognitivo-com-
el procesamiento de estímulos de amenaza física. En general, los tratamientos portamental de Clark y-Salkovskis: una alternativa para el tratamiento dd pánico»,
cognitivos están diseñados para lograr cambios en las emociones y en la con- Análisis y Modificación de Conducta, 18, 291-321.
ducta a través del efecto que producen en estas variables cognitivas; sin em- Ballester, R y Botella, C. (1992b), «Aplicación del programa terapéutico de Clark a un
bargo, hoy por hoy, no se conoce con precisión qué sesgos cognitivos perma- caso con trastorno de pánico», Psicothema, 4, 69-88.
necen y cuáles desaparecen después del tratamiento. Ballester, R y Botella, C. (1993a), «Perfil de conducta de enfermedad en pacientes con
crisis de angustia», Análisis y Modificaa·ón de Conducta, 19, 151-304.
Nuestro interés en estos momentos se centra en delimitar una línea de tra-
Ballestee, R y Botella, e. (1993b), «Autoconciencia y Conciencia corporal en pacientes
bajo en dos direcciones que tienda un puente entre la psicopatología experi- con trastorno por angustia», Análisis y Modificación de Conducta, 19, 613-642.
mental y la terapia. Desde esta perspectiva, estamos reali2ando una investiga- Ballester, R y Botella, C. (1996), «Curso clínico y resultados a largo plazo en el trata-
ción que pretende cubrir distintos objetivos: 1) El estudio de los sesgos miento del trastorno por angustia con agorafobia», Revista de Psicopatología y Psi-
atencionales en los trastornos de ansiedad y, de modo más específico, en el cología Clínica, 1, 49-72.
TP. 2) El diseño de instrumentos de medida (tareas experimentales) que pue- Barlow, D. H. (1988), Anxiety and its disorders, Nueva York, Guiliord.
dan ser útiles para evaluar el cambio de esos sesgos que se puede lograr por Barlow, D. H. y Craske, M. G. (1989), Mastery o/your anxiety and panic, Albany, Nue·
medio de la terapia psicológica. 3) Estudiar el grado de cambio en los sesgos va York, Graywind.
cognitivos que se puede alcanzar por medio de un tratamiento psicológico. Barlow, D. H. y Cemy, J. A. (1988), Psychological treatment o/ pan.ic, Nueva York,
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NUESTRO INTERÉS FUTURO
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nic attacks», Journal o/ Anxiety Disorders, 3, 107-n5.
En primer lugar, estamos sumamente interesados en consolidar ese puente Botella, C., Ballesrer, R. Carrió, C. y Benedito, C. (1993), «El desmantelamiento de los
de unión entre la psicopatología experimental y la terapia. Estamos convenci- programas cognitivo-comportamentales para-d.tratamiento del trastorno por an-
dos de que si progresamos en esa dirección obtendremos resultados promete- gustia», AnáliJis y ModificaaOn de Conducta, 19, 882-905.
dores que nos ayudarán a comprender y a vencer el TP. En segundo lugar, pen- Botella, C. {¡992), «Las crisis de angustia», proyecto de investigación oposición a cáte-
samos que una mejor comprensión del TP (o de otros trastornos emocionales) dra, manuscrito no publicado, Universidad de Murcia.
Botella, C. y Ballester, R. {¡991), «Tratamiento psicológico del trastorno de pánico,
nos ayudará a diseñar componentes específicos, en función de las alteraciones adaptación del programa cognitivo-componamental de Clark y Salkovskis», Aná-
detectadas, que puedan resultar más eficaces que los actualmente existentes. En lisis y Modificación de Conducta, 17, 871-894.
tercer lugar, creemos que es fundamental delimitar qué factores son los res- Botella, C. y Ballestee, R (1993), «Análisis experimental del fenómeno del pánico, d
ponsables del éxito-fracaso, abandono, recaída, rebote... en terapia para poder papel de las cogniciones en las crisis de angustia», Psicología Conductual, I, 255-270.
204 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 205

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t
CAPÍTULO 14

EL PROCESO TERAPÉUTICO EN EL TRATAMIENTO


DEL TRASTORNO DE PÁNICO

Rafael Bal/ester Arna! y Cristina Botella Arbona

INTRODUCCIÓN"

En el presente capítulo nos proponemos exponer las directrices básicas para


la aplicación de nuestro programa de tratamiento para el pánico (basado en el de
Clark y Salkovskis) así como su ejemplificación en un caso clínico tratado con
éxito por uno de nuestros terapeutas (el primer firmante de este trabajo).

DESCRIPCIÓN DEL CASO CLÍNICO

Nuestro paciente, al que llamaremosJ.E., era un varón de 39 años de edad,


casado y con dos hijas de 14 y 9 años. En cuanto a su nivel de estudios, había
obtenido el Certificado Escolar y en el momento de acudir a consulta trabaja-
ba como agente comercial de una importante firma.
J.E. acudió a nuestro Servicio de Asistencia de la Universidad de Valencia
en marzo de 1990, quejándose de episodios en los que sentía una gran ansiedad,
acompañada de mareo, dolores en el pecho, frío y temblores. En esos momen-
tos, no podía evitar pensar que le iba a suceder algo malo, como un ataque car-
díaco. J.E. valoraba su problema como bastante grave (un 7 en una escala de o
a 10), aunque su confianza en lograr un cambio con la terapia era máxima. Has-
ta llegar a nuestro Servicio, el paciente había visitado a tres médicos_ por este
mismo· problema. Los tres le dijeron que su problema era psicológico, aunque
le aconsejaron un cambio en su estilo de vida y en algunas conductas de salud,
como el fumar, beber y la dieta. No tomaba ningún fármaco excepto el tranxi-
lium (5 mg) de forma esporádica y nunca había recibido tratamiento psicológi-
co por ningún otro problema con anterioridad a nuestro contacto.
Su historia familiar nos permitió ver que J.E. nunca había llegado a cono-
cer a-su padre, fallecido dos meses antes de su nacimiento. La relación con su
madre, de 75 años de edad, era bastante buena. Siempre lo había sido. En la
actualidad, su madre pasaba temporadas en su casa. Recordaba una educa-
ción normal, algo relajada en las costumbres y también algo sobreprotectora.
208 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 209

La relación con sus tres hermanos (todos mayores que él: 42, 45 y 48 años) DIAGNÓSTICO
también había sido, y seguía siendo, buena, aunque uno de ellos se encontra-
. ba en el extranjero desde hacía unos años. Se apreciaban problemas psicoló- . Para el diagnóstico del paciente se utilizó la Entrevista estructurada SCID-
gicos en la familia de origen. Concretamente su hermano padecía problemas p .de Spítzer, Williams y Gibbon (1987) con los criterios del DSM- III-R. J.E.
de alcoholismo y una de sus hermanas estaba bajo tratamiento psiquiátrico cumplía los criterios para el diagnóstico de Trastorno de Pánico sin agorafobia.
por depresión. A pesar de la ausencia de agorafobia, de la moderada frecuencia de sus ataques
En cuanto a su familia nuclear, J.E. vivía desde hacía 16 años con su mujer de pánico y de la escasa antigüedad del problema (unos meses desde el primer
que tenía su misma edad. La relación con ella siempre había sido «maravillo- ataque de pánico intenso), otras variables clínicas como el altísimo grado de
sa>> en palabras del paciente, a excepción de una crisis de pareja que habían preocupación somática y de autoatención corporal, llevó al terapeuta a valorar
supei:ado con éxito cuatro años antes. Calificaba a su mujer como una perso- el caso como «bastante perturbado». Por lo demás, descartada la influencia de
na estupenda a pesar de su gran genio. Asimismo, las relaciones sexuales con alguna lesión orgánica a partir de la historia clínica, se realizó el diagnóstico di-
ella eran muy satisfactorias. Personalmente, ].E. confesaba una actitud positi- ferencial respecto de la ansiedad generalizada y la hipocondría.
va respecto al sexo y no haber experimentado nunca dificultades en este sen-
tido. Con sus dos hijas de 14 y 9 años no había problemas de relación impor-
tantes. Únicamente cabía destacar los problemas de estudio de la hija mayor y EL PROCESO DE EVALUACIÓN DEL PACIENTE
los ataques de asma de la hija pequeña. ·
Desde el punto de vista laboral, como hemos dicho anteriormente, J.E. Una vez delimitado el diagnóstico del paciente, como es habitual en nues-
trabajaba como agente comercial de una importante marca. Su puesto de tra- tro Servicio de Asistencia, se llevó a cabo una amplia evaluación en la que se
bajo le exigía viajar continuamente por todo el territorio nacional, con apenas tomaron en consideraciórl no sólo las variables directamente relacionadas
los fines de semana para estar en casa. Sin embargo, el paciente se mostraba con la manifestación de los ataques de pánico, sino también otras variables
muy satisfecho con su puesto de trabajo, manifestaba que le encantaba viajar de relevancia clínica, como el neuroticismo, la ansiedad --estado y ansie-
y además disfrutaba de la ausencia de horarios estrictos y del control de sus dad-, rasgo, el grado de depresión, la conducta de enfermedad (hipocon·
superiores en el trabajo cotidiano. No relataba tener ningún tipo de problema dría, conciencia corporal privada ... ) y otras variables que tienen que ver con
laboral, ni económico, y su única preocupación en el trabajo era ascender de la valoración que hace el paciente de su malestar subjetivo, la interferencia
puesto, aunque si eso implicaba no viajar no sabía si lo preferiría. del problema en su vida y la valoración de paciente y terapeuta sobre la evo·
Socialmente, J.E. manifestaba tener una actividad moderada. Los múlti- lución del problema.
ples contactos a los que le obligaba su trabajo hacían que el fin de semana pre- Dado que el objetivo del presente capítulo es sobre todo exponer el pro-
firiese quedarse en casa. No obstante, no tenía ningún problema en relacio- ceso terapéutico llevado a cabo en un caso, no entraremos en d detalle de los
narse con los demás, independientemente de su sexo. Su principal afición era datos obtenidos por nuestro paciente en las distintas variables evaluadas y en
la pesca, que practicaba los veranos, con su familia principalmente. Su mujer los diferentes momentos. Por lo que respecta a la información recabada con los
y sus dos hijas eran las personas más importantes de su vida, y sentía un espe- cuestionarios, simplemente diremos que J.E. informó haber experimentado
cial apoyo social por parte de su mujer y su cuñado, qtÚenes, pensaba, le po- cuatro ataques de pánico en el último mes, de una gran intensidad. El grado
dían. ayudar a solucionar su problema. de creencia de que iba a morir de un infarto en sus ataques era dd 100 %. La
Por último,J.E. aseguró en la entrevista no haber padecido nunca ningu- ansiedad entre crisis también era muy intensa. Lo mismo cabe decir de la· hi-
na enfermedad grave, ni intervenciones quirúrgicas. Su único problema médi- pervígilancia continua de sus variables fisiológicas y de su preocupación so-
co eran los niveles moderadamente altos de colesterol en sangre. El embarazo mática, que superaba el punto de corte de la conducta anormal de enferme-
y parto de su madre sucedieron sin dificultades médicas, sí bien la enfermedad dad de tipo hipocondríaco. A pesar de queJ.E. informó que su problema no
y muerte del padre se produjeron mientras su madre estaba embarazada de él. le interfería en ninguna de sus actividades, el malestar subjetivo que le causa-
Informó de un accidente de automóvil importante hacía tres años que no pro· ba su trastorno era muy alto. Por último, su ánimo era bueno, siendo ine-
dujo ninguna lesión en el paciente. Por lo demás, no se evidenciaron proble- xistente o nulo el grado de depresión evaluada por medio del BDI.
mas relacionados con el sueño y su apetito fue calificado como normal. Su
consumo de alcohol se reducía a dos o tres cervezas a la semana y sólo fuma-
ba puros muy esporádicamente.
210 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 2ll

CONCEPTUALIZACIÓN DEL CASO CLÍNICO to: ¡>Qr un lado, cree que necesita ir a urgencias para evitar un mal mayor; por
otro lado, los hospitales le generan mucha ansiedad. Por lo tanto, ante esta si-
Los datos obtenidos a partir del proceso de evaluación de nuestro paciente J
tu~ción, .E. se pone cada vez más ansioso y, al vestirse para ir al hospital, sien-
nos permitieron hacemos la siguiente formulación del caso. J.E. había manifes- te un intenso mareo. Es entonces cuando J.E. piensa, por primera vez, que sus
tado desde su infancia un alto grado de preocupación somática. Además, la re- se~saciones van a tener una consecuencia inmediata: el desmayo. Esta interpre-
º lación estrecha con su suegro podía haber constituido un factor exacerbador de tación catastrófica cambia cualitativamente la situación percibida por el pa-
su hipocondría. Aproximadamente un año y medio antes de acudir a consulta, ciente. No se trata de la amenaza que haya podido generar el estímulo desenca-
J.E. había cambiado de trabajo, hecho que le había producido un incremento de denante inicial, ni siquiera la posibilidad de que en el hospital le digan que
ansiedad importante. Las sensaciones corporales derivadas de la manifestación padece una enfermedad grave. Se trata más bien de algo más inminente, se va a
de la ansiedad del paciente eran interpretadas por él como un «encontrarse desmayar ahora mismo, va a perder el conocimiento y va a caer al suelo. Es jus-
mal» o «con mala salud>>. En este marco, J.E. padece su primer ataque de páni- tamente ese pensamiento el que precipita un brusco incremento de la ansiedad
co intenso cuatro meses antes de venir a nuestro Servicio. En este ataque (véase que desemboca en la sensación de pánico. Finalmente en el hospital tranquili-
cuadro n.° 1), el paciente comienza percibiendo una molesta ·sensación de falta zan al paciente y le dicen que no tiene <<llada malo», que lo suyo son netvios.
de aire y opresión de pecho mientras ve la televisión junto con su mujer. El fac- Así ocurrió el primer ataque de pánico de nuestro paciente. Su extrema
tor desencadenante de estas sensaciones puede provenir de cuatro aspectos que preOcupación somática, el alto grado de autoatención corporal y la evitación
no se excluyen entre sí. En primer lugar, estar en casa es estresante para nuestro de actividades que pudieran generar sensaciones corporales son los factores
paciente porque las responsabilidades faniiliares le angustian. En segundo lu- que podrían explicar el mantenimiento del problema.
gar, podría ser que encontráramos en J.E. un patrón más o menos habitual de
hiperventilación que le produce sensaciones desagradables continuas y que, en CUADRO 1. Esquema explicativo del primer ataque de pánico.
un momento dado, como el del ataque, pueden ser intensas. Las sensaciones de
falta de aire y opresión de pecho son típicamente resultado de la hiperventila- Preocupación por Imagen o asociación Percep. de cambio
ción ansiosa. En tercer lugar, en nuestro caso, parece que partimos de una dis- responsabilidad de ideas a partir del fisiológico nonnal o
posición hipocondríaca previa al inicio de los ataques de pánico que puede fa- familiar o problema programa de por hiperventilación
laboral (1a) (1c)

.
cilitar un grado de autoatención corporal elevado, así como una tendencia a televisión (1b)

interpretar de modo catastrófico las sensaciones corporales. Esta combinación


puede llevar a un ataque de pánico desencadenado por cualquier mínimo cam- 1 Amenaza ¡_
bio en una función fisiológica. En este sentido, son muchos los estudios que evi- ¡ percibida (2, 7) ¡
dencian el alto grado de hipocondría que suelen presentar los pacientes con ata-
ques de pánico y que destacan el importante papel de la hipocondría como
antecedente o consecuente de las crisis (Vanvalkenburg, 1983; Fava, Grandi, Sa-
+
1 Miedoo 1
aprensión (3, 8)
viotti y Conti, 1990). El carácter inminente de la amenaza en el pánico, así como
la singularidad de ésta, son las principales diferencias respecto a la preocupa-
ción hipocondríaca. En cuarto lugar, pudo ocurrir que hubiera algún estímulo +
externo que resultara amenazante para d sujeto en la situación en que se en- 1Hiperventilación
(4, 9)
1
contraba. Aunque el paciente asegura que estaba viendo tranquilamente un
programa de televisión con su mujer, cualquier pensamiento automático, cual- ~ ~
quier imagen o asociación de imágenes que pudiera haber aparecido en la pan- Falta de aire
Inestabilidad y
talla de la televisión o cualquier comentario o suceso que el paciente no proce- opresión de
Mareo (10)
pecho (5)
só de una forma totalmente consciente o en todo caso; que no recuerda en el
momento de la evaluación, pudo ser suficiente para alterar fisiológicamente al ~ ~
paciente. La autoatención y la preocupación somática pondrían el resto.
~1 Debo ir a urgencias 1 Voy a desmayarme
Ante las sensaciones corporales intensas de falta de aire y opresión de pe-
cho, la mujer deJ.E. le propone ir al hospital. J.E. se encuentra ante un conflic-
al hospital (6)
1 (11)
212 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 213

DISEÑO DEL TRATAMIENTO O PLAN TERAPÉUTICO E. Técnicas de distracción que tenían como objetivo enseñar al paciente a
focalizar la atención en estímulos internos o externos diferentes a los pensa-
A partir de la formulación de nuestro caso, nos planteamos el programa mientos y sensaciones generadores de la ansiedad y el pánico. En nuestro pro-
terapéutico que íbamos a seguir para hacer frente a los problemas y factores grama, estas técnicas se enseñan en la sesión s. tras un experimento conduc-
más importantes en el origen y mantenimiento de los ataques de pánico que tual en el que el paciente puede darse cuenta del importante papel de la
·experimentaba nuestro paciente y seguimos nuestro programa estructurado autoatención (muy relevante en el caso deJ.E.) en la ansiedad.
para su aplicación en 10 sesiones de aproximadamente una hora de duración. F. Experimentos conductuales que permiten crear situaciones experi-
Básica~ente, los componentes que incluye son los siguientes: mentales en las que es posible poner a prueba las creencias irracionales del pa-
ciente. Los experimentos conductuales pueden incluir ejercicios muy variados
A.. Evaluación detallada del problema. Se realiza en la sesión número uno. como la hiperventilación, el ejercicio físico, el cambio postura! y la sobrein-
B. Componente educativo. En la sesión número dos del tratamiento, el pa- gesta de cafeína. En nuestro tratamiento, se realizan en la sesión 2 (con el fin
ciente tiene la oportunidad de aprender de una forma muy interactiva qué es de comprobar el papel de la hiperventilación), en la 5 (papel de la autoa·
la ansiedad, cómo se manifiesta, cuáles son sus consecuencias, cómo se pro- tención), pero sobre todo, a partir de la sesión 6 hasta el final de la terapia.
ducen los ataques de pánico (modelo cognitivo del pánico) y el papel de las Hay que enfatizar las diferencias existentes entre estos experimentos conduc-
cogniciones y la hiperventilación en las crisis. Dado el alto grado de hipocon- tuales y la aplicación de una forma estructurada y sistematizada de la técnica
dría de nuestro paciente, en esta sesión teníamos que tener buen cuidado en de exposición. El objetivo de los experimentos conductuales es doble: por un
informar al paciente sin caer en la tranquilización o reaseguración que suelen lado, se trata de crear situaciones que posibiliten que el paciente ponga a
buscar de forma continuada y recurrente este tipo de pacientes. prueba sus propias cogniciones; por otro lado, se pide a los pacientes que
C. Entrenamiento en respiración lenta, como ritmo de respiración opues- realicen estos experimentos como un modo de comprobar la eficacia de las
to al patrón de hiperventilación asociado a la ansiedad. El entrenamiento en técnicas aprendidas en la terapia. En nuestro paciente, los experimentos con-
las distintas posiciones corporales (tumbado, sentado y de pie) se realiza en las ductuales fueron especialmente útiles por su evitación y miedo hacia cual-
sesiones 3, 4 y 5. Aunque la hiperventilación no juega un papel central idénti- quier estímulo interno o interoceptivo.
co para todos los pacientes con trastorno de pánico, en el caso de J.E. sus sín- G. Prevención de recaídas. Se dedican a este aspecto las dos últimas se-
tomas de opresión de pecho y falta de aire, muy presentes no sólo en los mo- siones del programa, con el fin de detectar la existencia de un grado residual
mentos de pánico, nos hicieron pensar que el entrenamiento en respiración de creencia en las cogniciones catastróficas y planificar el mantenimiento e in-
lenta podía resultarle útil. cremento del cambio alcanzado con el tratamiento.
· D. Técnicas cognitivas para identificar y combatir los pensamientos catastrófi-
cos asociados a las sensaciones corporales de ansiedad. La idenáficación de las En cuanto al estilo de la terapia, y siguiendo las directrices básicas de
cogniciones catastróficas se trata desde la primera sesión de evaluación, aunque Beck (Beck, Emery y Greenberg, 1985), todas las sesiones se llevan a cabo si-
es a partir de la presentación del modelo cognitivo (círculo vicioso del pánico) guiendo un estilo socrático, en el que el paciente ocupa un papel eminente-
cuando se enfatiza la importancia de detectar estos pensamientos como un primer mente activo y participativo, tanto por lo que respecta a su interacción con el
paso para poderlos combatir. Un modo de hacerlo es dar al paciente Wl registro terapeuta dentro de la sesión, como por la importancia que se da a la realiza-
de pánico ampliado donde se incluyen los pensamientos que aparecieron duran- ción de las tareas para casa en todas y cada una de las-sesiones. Paciente y te-
te el ataque. El reto de los pensamientos se lleva a cabo a través de la discusión rapeuta trabajan en un empirismo colaborador en el que ambos participan en
cognitiva de los mismos, en la que paciente y terapeuta utiliian la infonnación el proceso de identificar y someter a prueba las cogniciones del paciente. El
proviniente de la experiencia pasada del paciente y la que puede proporcionar la terapeuta-se asegura de mantener un feedback continuo con el paciente a tra-
terapia para poner a prueba la veracidad de las interpretaciones catastróficas. En vés de resúmenes realizados a lo largo de la sesión. Por lo demás, todas las se-
nuestro caso, éramos bien conscientes de que las cogniciones catasttóficas de las siones están altamente estructuradas, con una agenda preestablecida, en la
sensaciones cotporales que experimentaba nuestro paciente eran manteni~ con que la revisión y la prescripción de tareas ocupa el primer y-último lugar den-
un alto grado de firmeza, pues provenían de una persona caracterizada por una tro de cada sesión.
gran preocupación somática y un alto grado de hipocondría. Era de esperar, por En el cuadro número 2, presentamos el diseño del programa de tratamien-
tanto, que el reto de estas cogniciones fuese más costoso que en otros pacientes. to aplicado a JE. con el contenido diferencial de cada una de las sesiones.
Esta tarea se realizó a lo largo de las sesiones 4, 5, 6, 7 y 8.
214 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 215

CUADRO 2. Agenda y contenido de las sesiones de terapia. CuADRO 2. Continuación.

SESIÓN AGENDA SESIÓN AGENDA

* Descripción del último ataque (situación, sensaciones corporales, * Problemas aparecidos con la respiración lenta de pie.
pensamientos y comportamiento). * Discusión cognitiva en tomo a la cognición catastrófica: «Me va a
* Delimitación de otras situaciones en las que han ocurrido ataques. dar un infarto» cuando siente opresión de pecho y falta de aire. In-
* Detalle de las situaciones o actividades evitadas por miedo a un cluye experimento conductual de subir y bajar escaleras para pro-
ataque de pánico. vocar taquicardia.
* Reacción habitual del paciente y de otras personas ante las crisis. * Experimento conductual para analizar el papel de la autoatención
* Existencia de moduladores de los ataques. {con ojos cerrados fijarse en su pulso cardíaco) y entrenamiento en
* Comienzo y curso del problema. técnicas de distracción.
* Tratamientos psicológicos y farmacológicos que ha recibido. * Tare a: practicar respiración lenta, las técnicas de distracción y re-
* Causa percibida. gistrar y retar las cogniciones catastróficas en el diario de pánico.
* Tarea: registrar las crisis de la semana.
6 * Posibles problemas o dudas respecto a las técnicas de distracción.
2 • ¿Qué es la ansiedad? * Planteamiento de la necesidad de afrontar los estímulos internos y
• Valor adaptativo de la ansiedad. externos asociados a las crisis con el fin de poner a prueba sus
* Ausencia de consecuencias perjudiciales de la ansiedad para el or- creencias y las técnicas aprendidas para combatir la ansiedad.
ganismo. * Introducción de un cuestionario destinado a evaluar la exactitud
* Manifcstaciooes de la ansiedad (Triple Sistema de Respuesta). en la predicción de las crisis.
* Papel central de los pensamientos en el desencadenamiento de la * Tarea: aplicar todas las técnicas aprendidas hasta el momento en
.ansiedad. los momentos de ansiedad y pánico. El terapeuta anima al pacien·
* Presentación del modelo cognitivo del pánico. te a hacer algún tipo de ejercicio físico todos los días para perder
* Prueba de hlperventilación. el miedo a la activación de su organismo.
* El lugar de la hiperventilación en los ataques. * Conclusiones a partir de los datos registrados en el cuestionario de
* Tarea: registrar las interpretaciones catastróficas durante los at3- 7
afrontamiento introducido la semana anterior. El paciente com-
ques de la semana, así como el grado de firmeza de la creencia.
prueba su tendencia a sobrepredecir la posibilidad e intensidad de
sus ataques, así como el miedo experimentado en ellos.
l * Dudas dd paciente respecto al modelo cognitivo del trastorno de * Discusión cognitiva respecto al miedo al desmayo.
pánico y el papel de la hiperventilación. El paciente presenta las si·
* Experimento conductual para seguir enfatizando el papel de la au-
guientes dudas: «¿Por qué casi siempre me dan las crisis en casa y
toatención corporal y la preocupación somática en la ansiedad. El
no cuando estoy fuera?», «¿por qué me levanto bien y cuando se
terapeuta presenta al paciente unos artículos sobre el SIDA en el
acerca la noche voy estando peor?».
marco de un comentario aparentemente inintencionado. Después,
* Formas de cortar el círculo vicioso del pánico. se extraen conclusiones.
* Entrenamiento en respiración lenta (tumbado o sentado). * Tarea: practicar las técnicas de control de la ansiedad y seguir
* Tarea: práctica de la respiración lenta (2 veces de media· hora al afrontando.
día).
8 * Discusión acerca de la normalidad de experimentar sensaciones
4 * Problemas con la respiración lenta. Por-miedo a respirar demasia- corporales ante-un esfuerzo físico y cómo la evitación refuerza el
do poco, J.E. aceleraba poco a poco su ritmo de respiración, de miedo y las cogniciones catastróficas.
modo que en lugar de hacer respiración lenta, hipeiventilaba y se * Discusión cognitiva de los pensamientos que tuvo en un amago de
encontraba peor. crisis los días previos a la comunión de su.hija. Las sensaciones eran
* Experimento conductual (intentar no respirar) y discusión cogni- principalmente dolor de sien y opresión de pecho. La cognición era,
tiva en tomo al miedo a la asfixia. aunque con un bajo grado de creencia, «meva a dar un infarto».
* Entrenamiento en respiración lenta en posición de pie. * E1 paciente plantea la duda: «¿Qué pasaría si tuviera un ataque de páni-
* Tarea: práctica de la respiración lenta de pie. co y no lo pudiera cortar con alguna técnica de las que he aprendido?».
216 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 217

CUADRO 2. Continuación. A. Entrenamiento en respiración lenta. Para realizar el entrenamiento en


respiración lenta, en primer lugar se recordó al paciente la prueba de hiper-
SESIÓN AGENDA veQtilación realizada en la sesión anterior, en la que se produjeron sensaciones
corporales muy similares a las que solía tener en sus crisis. Se le recordó, asi-
9 * Valoración de la evolución del paciente a lo largo de la terapia.
* Repaso del contenido de las sesiones anteriores.
mismo, los efectos fisiológicos de la hiperventilación. Y se le propuso un
* Atribución de la mejoría por parte del paciente. modo alternativo de respiración opuesto a la hiperventilación que podía ser
.* Refuerzo del terapeuta. útil para contrarrestar sus efectos y disminuir la intensidad de las sensaciones,
* Valoración de la creencia residual en las interpretaciones catastró- teniendo muy claro que no eran las sensaciones, sino su interpretación, lo que
ficas de las sensaciones corporales. El paciente presenta las dudas: causaba el pánico. Este modo alternativo consistía en inspirar poco aire por la
«Si convencerme de que voy a tener un ataque de pánico puede nariz y expulsar mucho por la boca. Este proceso, realizado de forma lenta, ha-
provocármelo, ¿no sería posible que yo mismo también me provo- cía que el exceso de oxígeno provocado por la hiperventilación fuese volvien-
cara un ataque cardíaco?» y <<Aunque no me pueda morir de un
do a la normalidad, con lo que las sensaciones corporales se iban equilibran-
ataque de pánico, a largo plazo_ la ansiedad que me crean los ata-
ques puede dañarme de algún modo». do. El terapeuta modeló cómo debía hacerse esta respiración y entonces le
* Expectativas futuras del paciente con respecto a las crisis. dijo al paciente que le iba a poner dos grabaciones con distintos ritmos de res-
* Conveniencia de generalizar el contenido de la terapia a otras sen- piración lenta, uno de 8 respiraciones por minuto y otro de 12 respiraciones
saciones corporales distintas a las habituales, que pudieran apare- por minuto. El paciente debía indicar cuál le resultaba más cómodo. Después
cer en futuras crisis. de esto, el terapeuta colocó d casete con el ritmo de respiración escogido du-
* Conveniencia de seguir practicando las técnicas aprendidas a lo rante cinco minutos y el paciente debía intentar seguirlo. Una vez hecho esto,
largo de la terapia. el terapeuta hizo que el paciente hiperventilase de nuevo durante dos minutos
* Tarea: realizar el «examen de las crisis de angustia». para crear sensaciones corporales. ·Af terminar, le pidió que realizase la respi-
ro *- Comentario de las respuestas dadas por el paciente a las cuestiones ración lenta para que pudiese comprobar si le era útil para combatir los efec-
dd examen: a)¿Qué son las crisis de angustia y cómo se produ- tos de la hiperventilación. La tarea asignada en esta sesión consistía en practi-
cen?. b)Pensamientos q-Ue tenía en una crisis, evidencias a favor y car durante 20 minutos, dos veces al día, la respiración lenta, ayudándose de
en contra, datos de la terapia que han sido especialmente útiles. c) un casete grabado de 5 minutos. Después de esos 5 minutos, el paciente debía
¿Cómo puedo afrontar una crisis de angustia? seguir por sí solo para favorecer la intemalización de la técnica hasta comple-
* Valoración final de la terapia. tar los 20 minutos.
* Emplazamiento para el postest y los ulteriores seguimientos.
B. Entrenamiento en técnicas de distracción. Para llevar a cabo d entrena-
miento en técnicas de distracción, se comenzó realizando un experimento con-
foRMATO DE UNA SESIÓN TÍPICA DE LA ETAPA INTERMEDIA DE LA TERAPIA ductual que resulta útil para observar el papel de la autoatención en la ansie-
dad. Se le pidió al paciente que, con los ojos cerrados, intentara centrarse
En el proceso de la terapia, son varios los momentos clave que sería intere- únicamente en su corazón, que imaginase cómo se contraía y se dilataba, que
sante reflejar en este capítulo. Por ejemplo, la sesión en que se. hace hiperventilar sintiera sus laridos y su pulso. Cuando después de un minuto, aproximadamen-
al paciente como paso previo para hacer el entrenamiento en respiración lenta te, el paciente dijo estar sintiendo su corazón, el terapeuta le pidió que abriese
(sesión 3), la sesiones en que se. realizan discusiones cognitivas de las principales rápidamente los ojos y describiese con todo detalle el cuadro que había en el
cogniciones catastróficas registradas por el paciente en su diario (sesiones 4, 5, 7 y despacho. Segundos después de comenzar a hacerlo, el terapeuta le preguntó
8), la sesión en que se enfatiza el papel de la autoatención y se entrena al pacien- acerca de su corazón y el paciente afirmó que ya no sentía sus latidos. El tera-
te en técnicas de distracción (sesión 5) y los distintos experimentos conductuales peuta preguntó a qué creía que se debía eso y el paciente acabó concluyendo 13
planteados a lo largo del tratamiento como apoyo para la discusión cognitiva. importancia de la autoatención y de ser capaz de focalizar la atención hacia un
Dado que excedería la extensión de este capítulo reseñar cómo se llevó a estímulo ajeno a la amenaza. Entonces, el terapeuta entrenó al paciente en dis-
cabo todo esto con nuestro paciente, describiremos muy brevemente el pro- tintas formas de distracción: centrarse en un objeto, conciencia sensorial, ejer-
ceso que.se siguió para entrenar al paciente en respiración lenta y en técnicas cicios mentales como contar de 3 en 3 de o a 100, actividades absorbentes, como
de distracción. charlar con alguien por teléfono, y recuerdos y fantasías agradables. El modo de
218 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 219

hacedo consistió simplemente en explicar la técnica, analizar las posibilidades en una crisis, y nula (oo/o) respecto al miedo a morir. Por otra parte, el paciente
de aplicación en el caso de nuestro paciente y practicarla durante unos segun - presentó las siguientes dudas: «Si convencerme de que voy a tener un ataque de
.dos en la sesión. Al finalizar, el terapeuta hizo ver al paciente que, en cada si- pár;rico puede provocánndo, ¿no sería posible que yo mismo también me provo-
tuación, las posibilidades de distracción podían ser distintas y que se trataba de cara un ataque cardíaco?» y «Aunque no me pueda morir de un ataque de páni-
elegir técnicas que a él le fuesen útiles. La tarea consistió en practicar cada día co, ¿a largo plazo la ansiedad que me crean los ataques puede dañarme de algún
· alguna de estas técnicas. modo?». El terapeuta analizó junto con el paciente la respuesta a esas preguntas,
especialmente la que se refería al carácter nocivo de la ansiedad a largo plazo.
C. Discusión cognitiva. Las discusiones cognitivas son el principal compo- A continuación se analizaron las expectativas futuras del paciente con res-
nente terapéutico dd programa cognitivo que presentarnos para el tratamien- pecto a las crisis. El paciente manifestó cierto temor respecto a la posibilidad
to del pánico. Su objetivo es que el paciente, ayudado por el terapeuta, bus- de que los ataques volvieran y a sufrir un empeoramiento al finalizar la tera-
que todos los datos que le ofrece su experiencia previa y las oportunidades que pia. En este sentido, el terapeuta tranquilizó al paciente diciéndole que ése era
le brinda la terapia para poner a prueba sus cogniciones catastróficas acerca un miedo frecuente cuando alguien estaba terminando un tratamiento y le
de las sensaciones corporales que experimenta en los ataques de pánico. Los preguntó qué tendría que ocurrir para que volviera a padecer ataques de pá-
pasos que seguimos para la discusión cognitiva son los siguientes: nico. El paciente recordaba que esto sólo ocurriría en el caso de que, de nue-
vo, creyese que algo terrible le podía ocurrir ante las sensaciones corporales de
1. ¿Qué me preocupa? ¿Qué temo que pueda sucederme? ansiedad y justamente consideraba tener claro que esto era muy poco proba-
2. ¿Qué evidencias tengo a favor y en contra de este pensamiento? ble. Además, J.E. contestó que, en cualquier caso, no tendría más que aplicar
3. ¿Qué probabilidad hay de que este pensamiento sea cierto? las técnicas que había aprendido en este tratamiento. El terapeuta aprovechó
4. ¿Existen otras explicaciones alternativas para mis sensaciones? para indicar al paciente la conveniencia de seguir practicando todas estas téc-
5- Aun en el caso de que lo que temo fuera cierto, ¿sería tan horrible? nicas y de intentar generalizar el contenido de la terapia a otras sensaciones
6, Y aunque realmente lo fuera, ¿me ayuda en algo pensar así? corporales distintas a las habituales, que pudieran aparecer en futuros ata-
ques. En la medida en que J .E. siguiera poniendo en práctica lo aprendido en
el tratamiento, los resultados de la terapia no sólo se mantendrían a largo pla-
FINALIZACIÓN .DEL TRATAMIENTO zo, sino que se verían incrementados.
Por último, el terapeuta le pidió al paciente que realizara una última tarea
Las sesiones número 9 y 10 de nuestro programa están dedicadas a la pre- para la sesión próxima. Se trataba de·intentar responder por escrito a tres
vención de recaídas. En la sesión número 9, el terapeuta comenzó haciendo un cuestiones en tomo a los ataques de pánico («examen de pánico»), a saber:
repaso de la evolución de J.E. a lo largo de la terapia. En las últimas cinco se-
manas, no había sufrido ningún ataque de pánico. Sólo en una ocasión estuvo l. ¿Qué son las crisis de angustia y cómo se producen?
a punto, pero logró controlarlo con las técnicas aprendidas en terapia. Tam- 2. Pensamientos que tenía en una crisis, evidencias a favor y en contra, da-
bién la ansiedad general había descendido de forma significativa, así como el tos de la terapia que han sido especialmente útiles.
malestar subjetivo experimentado por el problema. El terapeuta pidió al pa- 3. ¿Cómo puedo afrontar una crisis de angustia?
ciente que hiciera una valoración del: cambio experimentado. J.E. informó en-
contrarse.muchísimo mejor que en el momento en que acudió a nuestro servi- Las contestaciones a estas preguntas fueron comentadas en la última se-
cio. Seguidamente, el terapeuta repasó el contenido de las ocho sesiones de sión, en la que se emplazó al paciente para el postest y los ulteriores segui-
que se había compuesto el tratamiento hasta el momento y preguntó al pa- mientos.
ciente acerca de la atribución que hacía de la mejoría que· se había producido.
J:E. atribuyó su mejoría a la información de que ahora disponía respecto a su
problema; así como a las técnicas de control de la ansiedad. El terapeuta re- RESUMEN Y CONCLUSIONES
forzó el esfuerzo y el trabajo del paciente a lo largo de todo el tratamiento.
El siguiente paso fue realizar una valoración de la creencia residual del pa- Como decíamos anteriormente, al finalizar el tratamiento nuestro pacien-
ciente en las interpretaciones catastróficas de las sensaciones corporales. }.E. afir- te estaba libre de ataques de pánico. Realizamos un seguimiento del caso eva-
mó mantener una creencia del 5% respecto al miedo a sufrir un ataque cardíaco luando a los 3, 6, 12 meses y 4 años después de haber finalizado la terapia.
220 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 22!

Durante todo este tiempo los ataques de pánico no habían vuelto a aparecer. Por otra parte, a pesar de que en algunos casos hemos encontrado que con la
Por tanto, las dos primeras conclusiones que podríamos extraer son, primero, sola aplicación de este programa terapéutico disminuía significativamente la evi-
. que el tratamiento aplicado fue totalmente eficaz para combatir el objetivo tatj_ón/temor agorafóbicos, en otros, en los que la evitación está muy asentada y
principal, a saber, los ataques de pánico; y, segundo, que los resultados obte- afecta a muchas conductas, a veces de un modo muy sutil, puede resultar necesa-
nidos con este tratamiento aplicado en apenas diez sesiones, se mantienen a rio aplicar el componente de exposición a estúnulos externos e internos de un

tl
· muy largo plazo. Si además tenemos en cuenta que la mejoría del paciente se modo estructurado y sistematizado (Ballester y Botella, 1996). Otra cuestión dis-
extendió a todas las variables clinicas evaluadas (ansiedad general, grado de tinta en la que no entramos, en este momento, es si en los pacientes con pánico, la
depresión, grado de hipocondría, conciencia o autoatención corporal, males· exposición actúa principalmente por la habituación del paciente a los estímulos
tar subjetivo ... ), obtendremos una idea de la capacidad de generalización de internos y externos desencadenantes del pánico, o por el cambio cognitivo que fa-
los efectos de este tratamiento. Precisamente, uno de los aspectos que nos in- cilita al permitir que el propio paciente ponga a prueba sus propias creencias.
teresa subrayar del caso que hemos presentado aquí es que la hipocondría y En cualquier caso, parece que disponemos de muchos datos que nos ha-
autoatención corporal de nuestro paciente no sólo no dificultó su mejoría en blan de la bondad del tratamiento cognitivo del trastorno de pánico. Actual-
las variables relacionadas directamente con d pánico sino que se vieron mo· mente, estamos trabajando intensamente en tomo a cuáles son los ingredien-
dificadas con nuestro tratamiento. tes más activos o eficaces dentro de los programas cognitivos, así como en el
desarrollo de tratamientos breves que maximicen su eficacia con la contribu-
ción de manuales de autoayuda. El interés de los investigadores por seguir
INNOVACIONES, RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS CONCRETOS, dando respuesta a muy. distintas preguntas garantiza que los avances en el
PRECAUCIONES GENERALES A SEGUIR campo del tratamiento del pánico van a seguir siendo tan espectaculares como
lo han sido hasta el momento.
Aunque los resultados del tratamiento para este paciente fueron realmente
óptimos, hemos de hacer una llamada de atención respecto a la aplicación de
CONCEPTOS A DESTACAR
este mísmo programa terapéutico en los pacientes que presentan un alto grado
de lúpocondría o una evitación agorafóbica muy generalizada y consolidada. Ataque de pánico: episodio de intenso miedo o malestar en el que aparecen
Si bien, en general, el tratamiento cognitivo del pánico produce también
súbitamente síntomas como: palpitaciones, taquicardia, temblor, sudoración,
cambios significativos en la preocupación hipocondríaca característica en es- ahogo, sensación de atragantamiento, opresión de pecho, náuseas, mareo, des-
tos pacientes, la discusión cognitiva de los pensamientos catastróficos presen-
personalización, miedo a morir o miedo a volverse loco o perder el control.
tes en los ataques de pánico puede resultar más dificil en aquellos pacientes
Trastorno de pánico: trastorno de ansiedad que se caracteriza por la pre·
cuya hipocondría añade un alto grado de creencia a las interpretaciones catas-
sencia de ataques de pánico inesperados y recurrentes, sin que éstos sean de-
tróficas de las sensaciones de ansiedad. Además, este tratamiento en algunos
bidos a los efectos fisiológicos directos del consumo de sustancias psicoacti-
casos no es capaz de alterar de forma significativa la fuerte creencia acerca del
vas, a una enfermedad médica o a otro trastorno mental.
carácter nocivo a largo plazo, de las sensaciones provinientes de la respuesta
Interpretación catastrófica: cognición frecuente en los ataques de pánico
de ansiedad o, en general, la tendencia a interpretar cualquier manifestación
cuyo contenido consiste en la intensa creencia de que algo terrible o desastro-
somática en términos de enfermedad. Desconocemos si, a muy largo plazo, es-
so le va a ocurrir al paciente, considerando las sensaciones corporales como
tos pacientes se mantienen resistentes o protegidos contra los ataques de pá-
indicadoras de tal desastre.
nico, a pesar de mantener un alto grado de lúpocondría, o si bien, la lúpocon-
dría queda como un residuo inalterado por este tratamiento que con el tiempo
lleva a que d paciente experimente nuevos ataques de pánico desencadenados CUESTIONES SOBRE LAS QUE REFLEXIONAR
por sensaciones corporales distintas. De cualquier modo, en estos casos espe-
cíficos, en aras de una mejoría clínica más global, y dada la estrecha relación 1. ¿Cuáles son las preguntas fundamentales en la entrevista de evaluación

entre el pánico y la hipocondría, entendemos que puede resultar conveniente del trastorno de pánico?
dedicar algunas sesiones adicionales a la modificación de las interpretaciones 2. ¿Cómo se produce un ataque de pánico según el modelo cognitivo?
catastróficas de las sensaciones corporales en general, y no sólo de las provi- 3. ¿Cuáles son las principales estrategias terapéuticas de que se compone el
nientes de los ataques de pánico. programa cognitivo del pánico?
222 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS

4. ¿Cuáles son los puntos que se han de seguir para hacer la discusión cog-
nitiva de un pensamiento catastrófico?
5. ¿Qué pasos se deberían seguir en la sesión de prevención de recaídas para
un caso con trastorno de pánico? CAPÍTULO 15

EL ESTADO DE LA CUESTIÓN
REFE~ENCIAS BIBLIOGRÁ~ICAS EN LA TERAPIA CENTRADA EN ESQUEMAS

Ballester, R y Botella, C. (1996), «Curso clínico y resultados a largo plazo en el trata- Vicki L. Gluhoski y Jeffrey E. Young
miento cognitivo-comportamental del trastorno por angustia con agorafobia», Re-
vista de Psicopatología y Psicología Clínica, vol. !, n. º 1, págs. 49-72.
Beck, A. T., Emery, G. y Greenberg, R (1985), Anxiety disorders and phobias: a cogni-
tive perspectiVe, Nueva York, Basic Books.
Fava, G., Grandi, S., Saviotti, F. y Conti, S. (1990), «Hypochondriasis with panic at- La terapia centrada en esquemas de Y oung (1994) representa una nueva e
. tacks», Psychosomatics, vol.55(2-4), págs. 114-119. innovadora ampliación del modelo de la terapia cognitiva de Beck (1979). Ori-
Spitzer, R. L.,Williams,J. B. W. y Gibbon, M.(1987), lnstruction manual/or the struc- ginalmente desarrollada para la conceptualización y el tratamiento de pacien-
tured ciinical interview /or the DSM-Ill-R (SCI-D), Nueva York, Biometrics Re- tes con trastornos de personalidad, se ha adaptado rápidamente a otros casos
search Department, New York State Psychiatric Institute. problemáticos. Se ha aplicado a distintas áreas tales como la distimia, la ansie-
Vanvalkenburg, C. {¡983), «Depression ocurring in chronically anxious persons», dad crónica, la recaída en la prevención de abuso de sustancias, pacientes no
Comprehensive Psychiatry, vol. 24 (3), págs. 285-289.
cooperadores, consejo de pareja y terapia de grupo. En este capítulo, perfila-
remos el modelo centrado en esquemas. En la primera parte, discutiremos el
trabajo teórico de la terapia centrada en esquemas. En segundo lugar, descri-
biremos los métodos de valoración y educativos. Finalmente, describiremos
los componentes del cambio del modelo focalizado en esquemas.

MODELO FOCALIZADO EN ESQUEMAS DE YOUNG

Cuando Y oung comenzó a tratar casos crónicos, difíciles con el protocolo


de tratamiento original de Beck, llegó a la conclusión de que las técnicas tra-
dicionales de la terapia cognitiva eran con frecuencia ineficaces para clientes
con trastornos de personalidad (1994). Empezamos a reconocer que esos
clientes con trastornos crónicos a menudo no alcanzaban los requerimientos
básicos del modelo cognirivo tradicional en varias áreas: 1) tienen dificultades
para identificar emociones y cogniciones; 2) pueden no articular sus proble-
mas de forma centrada; 3) pueden no asumir las tareas para casa; 4) pueden re·
sistirse a una relación terapéutica colaboradora; 5) los clientes pueden tener
dificultades para modificar creencias rígidas.
El movimiento constructivista (Mahoney, 1993) también cuestionó el mo-
delo tradicional de terapia cognitiva, influyendo más en el desarrollo de la te-
rapia centrada en esquemas.
El modelo focalizado en esquemas contiene varias modificaciones impar·
tantes al trabajo original de Beck. Esos cambios incluyen un mayor énfasis en
la relación terapéutica, el funcionamiento interpersonal y las emociones. El
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 225

modelo de Y oung presta también una mayor atención a los acontecimientos peño refleja ambientes de la infancia complicados y sobreprotectores. En las
de la primera infancia como determinantes de los problemas del adulto. Esos relaciones de adulto, estos individuos son demasiado dependientes de los de-
. factores serán perfilados y discutidos más adelante. m~s y no creen que tengan habilidades adecuadas de afrontamiento. Los indi-
viduos incluidos en la dimensión de límites inadecuados, normalmente, fueron
criados por padres permisivos y demasiado indulgentes. Pueden haber apren-
Definición de los esquemas desadaptativos tempranos
dido un sentido de superioridad. Como adultos, carecen de autodisciplina y
Los esquemas desadaptativos tempranos (EDT) son temas amplios, con- pueden tener un sentimiento de autoridad. Pueden ser insensibles hacia las
cernientes al sí mismo y a sus relaciones con los demás. Se desarrollan prema- necesidades y deseos de los demás. La tendencia hacia el otro está fomentada
turamente en la infancia y se extienden desde el principio hasta el final de por experiencias tempranas en las que las necesidades del niño son secunda-
nues~ra vida, y son disfuncionales por significativas razones. Son multifacéti- rias a las necesidades de los demás. En las interacciones de adulto, se preocu-
cos, con componentes cognitivos, emocionales, interpersonales y conductua- pan por el bienestar de los demás y por ganar su aprobación, mientras que le
les. Los EDT están generalmente fuera de la conciencia, aunque las personas abandonan sus propias necesidades. La última dimensión sobrevigilancia e in-
pueden ser entrenadas para identificarlos mediante un amplio rango de técni- hibición, se desarrolla cuando se cría a los niños en el perfeccionismo, en una
cas terapéuticas. Los EDT tienen varios rasgos que los definen: familia rígida. Llegan a ser adultos demasiado controlados, con reglas extre-
madamente elevadas.
1. Se Originan prematuramente en la vida y son crónicos a menos que sean
tratados. Normalmente se desarrollan por la acumulación de interacciones
Esquemas desadaptativos específicos tempranos
negativas tempranas con otras personas significativas (padres, hermanos,
miembros de la familia y amigos), más que por un único acontecimiento trau- Como se indicó anteriormente, cualquiera de los esquemas desadaptativos
mático. tempranos puede encontrarse dentro de una de las dimensiones descritas
2. Llevan a emociones intensas y disfuncionales, conductas autodestructi- anteriormente. Cualquier esquema impide al niño la búsqueda de necesidades
vas, experiencias interpersonales negativas, o perjudicar a los demás. básicas dentro de la dimensión asociada.
3. Interrumpen poderosamente la habilidad de los individuos para lograr Dímensión de desconexión y rechaza. La configuran cinco esquemas, e in-
sus necesidades básicas incluyendo: autodeterminación, independencia, rela- terfiere con las necesidades del niño de aceptación y relación. El abandonolines·
ción interpersonal, validación, espontaneidad y límites realistas. tabilidad hace referencia a la creencia en que la capacidad de los demás para
4. Los EDT se mantienen rigidamente y son difíciles de cambiar, dado damos apoyo será poco fiable e inestable. La desron/ianllllabuso incluye la ex-
que abarcan el núcleo individual del sentido del sí mismo. Se perpetúan me- pectativa de que el individuo será herido o los demás se aprovecharán de él. La
diante patrones autodestructivos, y normalmente- no son susceptibles de cam- pérdida emodonal refleja la creencia en que no lograremos nuestras necesidades
bio mediante las estrategias cognitivo-conductuales tradicionales. de apoyo emocional. Las tres formas particulares de pérdida comprenden la ali-
mentación, la empatía y la protección. El cuarto esquema incluido aquí, imper-
/ección/vergüenz.a, recoge la visión de sí mismo como antipático e indeseable
Dimensiones de los esquemas
socialmente. El último esquema en esta área, aislamiento social/alienación, des-
Los dieciocho esquemas desadaptativos tempranos se agrupan en cinco di- cribe la creencia en que uno no es parte del grupo o la comunidad, que uno está
mensiones. Cualquiera de las dimensiones refleja una necesidad crítica de los solo y es diferente de los demás.
niños para el funcionamiento adaptativo. Las dimensiones describen a la vez Perjuicio en autonomía y desempeño. Este esquema dominante incluye
relaciones tempranas disfuncionales con padres y amigos; donde radican los cuatro esquemas que impiden al niño llegar a ser independiente y alcanzar
orígenes del esquema, así como del funcionamiento interpersonal adulto. algo fuera de la familia. Dependencia/incompetencia supone la creencia en que
Describiremos, aquí estas cinco dimensiones. En la siguiente sección, expon- el individuo es incompetente y está desamparado, y por tanto necesita la asis-
dremos los esquemas incluidos en cada dimensión tencia de los demás para funcionar. Los individuos con un esquema de vulne-
La dimensión de desconexión y rechazo comprende individuos que fueron rabilidad al daño o la enfermedad esperan tener experiencias negativas que no
criados en entornos que carecían de alimentación, afecto, aceptación y esta- controlarán, tales como crisis médicas, emocionales o naturales. Esos indivi-
bilidad. Como adultos, asumen que no encontrarán sus deseos de amor, acep- duos tienen la creencia extrema de que cualquier suceso ocurre aleatoriamen-
tación, seguridad y empatía. La dimensión de perjuicio en autonomía y desem- te y les puede afectar en cualquier momento. El sí mismo inmaduro/complica-
226 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 227

ct"ón se encuentra en individuos que se relacionan demasiado coh personas sig- mente el esquema. Por ejemplo, una mujer con un esquema de desconfían-
nificativas, al coste de su propio desarrollo. No desarrollan una identidad in- -za/ abuso puede casarse con un hombre. que tenga aventuras amorosas conti-
dividual segura. Finalmente, el fracaso refleja la visión de que el individuo ha nu!lillente. Entonces, se confirman sus creencias de que la traicionarán y que
fracasado en el pasado y continuará haciéndolo, debido a una ausencia inhe- no se puede confiar en la gente.
rente de inteligencia, talento u otras habilidades. La evitación del esquema ocurre cuando el individuo se dedica a evitar
. Dimensión de límites inadecuados. Dos esquemas bloquean al niño a desa- cogniciones, afectos o conductas de manera que no se active el esquema. Me-
rrollar sus límites. El derecho/grandiosidad recoge la creencia de que el indivi- diante este proceso, el individuo está intentando evitar el malestar que apare-
duo es superior a los demás. Esos individuos pueden ser extremadamente ce con la activación del esquema. Un ejemplo de evitación del esquema podría
competitivos o dominantes. El esquema de autocontrol insu/icientelautodisci- ser el individuo con un esquema de dependencia/incompetencia que nunca
plina Se encuentra en individuos que no demuestran un autocontrol adecua- emprende tareas difíciles. Mediante la evitación de situaciones desafiantes, la
do. Pueden ser impulsivos, tener dificultad con la autodisciplina y tener pro- persona puede evitar sentirse incompetente.
blemas para controlar sus emociones. Se evidencia la compensación del esquema cuando el individuo compensa
Dimensión de tendencia hacia el otro. Tres esquemas impiden que los ni- en exceso por un esquema temprano. En consecuencia, no se experimenta el
ños expresen sus propias necesidades y sentimientos. El esquema de subyuga- afecto desagradable asociado con el esquema. Por ejemplo, una mujer influi-
dón supone abandonar el control a causa de sentimientos externos de coer- da por un esquema de imperfección/vergüenza puede fanfarronear sobre sus
ción. Estos individuos esperan que los demás sean agresivos, revanchistas, o habilidades y parecer arrogante. Éste es un intento de superar su creencia de
los abandonen si expresan sus necesidades o sentimientos. Típicamente sus imperfección, la cual al final se debilita.
necesidades o emociones son suprimidas. El autosacri/icio aparece en indivi-
duos que descuidan sus propias necesidades de manera que puedan ahorrar el
Estilos de afrontamiento
dolor a los demás. La búsqueda de aprobación/búsqueda de reconocimiento in-
cluye centrarse en ganar la aceptación de los demás, a costa del desarrollo de Recientemente, se han perfilado los procesos de los tres esquemas en estilos
nuestra propia identidad. de afrontamiento específicos. Los estilos de afrontamiento hacen referencia a las
Dimensión de sobrevigilancia e inhibición. En este campo, dos esquemas in- conductas reales que la gente utiliza para arreglárselas cuando se activan sus es·
terfieren con el sentido de los niños de satisfacción y espontaneidad. La negati- quemas. Por ejemplo, un individuo con un esquema de imperfección/vergüen-·
vidad/vulnerabilidad al error refleja la atención sobre los aspectos negativos de la za puede compensar en exceso mediante el empleo del estilo de aftontamiento
vida, así como la expectativa de que nada irá bien para ellos. Éstos se desentien- de búsqueda de reconocimiento. Esta persona puede intentar superar los senti-
den de los aspectos positivos de las situaciones. Esos individuos se caracterizan mientos centrales de no ser amado intentando impresionar a los demás. Se cree
por un pesimismo omnipresente, tristeza y preocupación. El control excesivo/in- que estos estilos son crónicos, desarrollados en la infancia como resultado del
hibición emocional se encuentra en individuos que evitan la espontaneidad para temperamento innato y del modelado de los padres.
mantener un sentido de previsibilidad y controlabilidad en sus vidas, o evitar la
vergüenza. Reglas implacables/hipercrítica recoge la creencia en que uno debería
Modos de esquemas
cumplir con reglas rigurosas de actuación, autoimpuestas, normalmente para
evitar la crítica. El último esquema, condena, recoge la visión de que los indivi- Los modos de esquemas representan otro desª1'rollo reciente en la terapia
duos deberían ser fuertemente castigados por sus errores. Estos individuos no centrada en esquemas. Los modos de esquemas son como los estados de hu-
toleran sus propios errores rú los de los demás. mor o el ego; también se asemejan a las personalidades disociadas que vemos
en el trastorno de personalidad múltiple (pero de forma menos extrema). Los
modos hacen referencia a las partes del sí mismo que naturalmente lo compo-
Procesos de los esquemas
nen -incorporando esquemas específicos y estilos de afrontamient~ que
Los esquemas se asocian con tres procesos: mantenimiento, evitación, y no han sido integrados con consistencia en una personalidad estable. Los mo·
compensación. Esos procesos pueden conceptualizarse como estilos de afron- dos consisten en pensamientos, emociones y conductas relacionados.
tamiento desarrollados en respuesta al esquema y posteriormente reforzados. Los modos específicos son particularmente rdevantes para cualquier tras~
El mantenimiento del esquema se manifiesta cuando el individuo mantiene torno de personalidad. Por ejemplo, los narcisistas típicamente experimentan
pensamientos y creencias, y se comporta de tal manera, que perpetúa directa- tres modos primarios: el modo de niño solitario, el sí.mismo engrandecedor, y
228 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 229

el sí mismo tranquilizador independiente. Los modos específicos para el pa- cuestionarios de autoinforme como tarea para casa. que el terapeuta puntúa
ciente limítrofe incluyen el modo de niño abandonado, el niño enfadado, el más tarde y discute con el cliente. Con el Cuestionario de Esquemas de Young
. padre castigador y el protector independiente. (2.' ed., Young y Brown, 1994), se pide a los clientes que digan con qué firme-
Los modos son temporales y se activan normalmente mediante algún tipo za asumen los ítems asociados con cada uno de los esquemas desadaptativos
. de estresor. Los individuos pueden cambiar de modo rápidamente, o puede tempranos. Este cuestionario permite al terapeuta identificar los esquemas re·
predominar uno de ellos. El modo específico que se experimenta puede refle- levantes de cualquier cliente.
jar aspectos del estresor. Por ejemplo, en el trabajo el narcisista puede ir al Schmidt, Joiner, Y oung y Teech (1995) demostraron recientemente que la
modo de sí mismo engrandecedor alentándose a sí mismo a actuar con autori- estructura factorial del Cuestionario de Esquemas de Young apoya la validez
dad y arrogancia. Sin embargo, esos mismos individuos pueden cambiar al de constructo de la mayoría de los_ esquemas desadaptativos tempranos tanto
modo de niño solitario en el contexto de una relación romántica, si son recha- en muestras clínicas como no clínicas. Además, cuando se examinó la gravedad
zados en sus intentos para buscar atención y afecto. Por tanto, d contexto de diversos esquemas, incluyendo la subyugación, autoridad y aislamiento so-
ayuda a determinar qué modo exhibirá el individuo. cial, pudo distinguirse la muestra de pacientes de la muestra no clínica. Final-
mente, el Cuestionario de Esquemas mostró una relación significativa con los
diagnósticos del eje I y el eje II, así como la predicción de malestar psicológico.
TRATAMIENTO FOCALIZADO EN ESQUEMAS También se han utilizado otros cuestionarios. El Inventario de Evitación
de Young-Rygh (1994) y el Inventario de Compensación de Young (1995a) eva-
Cuando el tiempo disponible es limitado, la terapia centrada en esquemas lúan los estilos de afrontamiento. En el Inventario Parental de Young {r994b),
puede ser breve, de 15 sesiones, o significativamente más larga para pacientes Jos clientes valoran a sus padres en ítems asociados con cada uno de los es-
difíciles o cuando se dispone de tiempo. En algunos casos, la terapia puede quemas. El Inventario Multimodal de Historia de Vida (Lazarus y Lazarus,
extenderse de los nueve meses al año, o incluso alargarse más con pacientes li- 1991) incluye un amplio rango de cuestiones diversas para valorar distintas
mítrofes. La mayoría de los pacientes son vistos una vez a la semana, aunque áreas como la historia familiar, los síntomas actuales, la visión de sí mismo y
los clientes acuden, inicialmente, dos veces a Ja semana. el funcionamiento psicosocial.
Daremos más cktalles sobre las estrategias terapéuticas asociadas al mode- También se les pide a los clientes que lean capítulos relevantes de Rein-
lo centrado en esquemas. El tratamiento consiste en dos fases: evaluación y ventando tu vida. En este libro de autoayuda, se describen todos los esquemas,
educación, y cambio. Describiremos esas dos fases en el resto de este capítulo. así como sus raíces, patrones de mantenimiento y estrategias de cambio. El li-
bro les permite comprender mejor sus esquemas y a menudo es un catalizador
para una discusión más profunda en la terapia de los esquemas.
Evaluadón y educadón en la terapia centrada en esquemas Finalmente, los clientes, durante algunas sesiones, trabajan en ejercicios
Los objetivos de evaluación en esta fase son la identificación y activación de imaginación. Se les pide que imaginen una escena de la infancia inquietan-
de los esquemas desadaptativos tempranos que son particularmente relevan- te con uno de sus padres. Describen Ja escena cuidadosamente, con una espe-
tes para el cliente, y educarle sobre el papel de esos esquemas en el manteni- cial atención a sus afectos y sus pensamientos. Crean un diálogo con sus pa-
miento de patrones de vida desadaptativos. dres, en el que expresan sus necesidades y sentimientos. El ejercicio se repite
Esos objetivos se consiguen mediante distintas estrategias: 1) hacer una re- con el otro progenitor. Entonces el terapeuta y el cliente vinculan sus temas y
visión de vida en la que se identifican patrones que siguen funcionando, y se experiencias tempranas en la imaginación con esquemas específicos~
relacionan los problemas actuales con sus orígenes históricos; 2) adiestrar a los Después< que se han completado los cuestionarios y los ejercicios de ima-
clientes sobre sus esquemas refiriéndolos a recursos tales como reinventando tu ginación, el terapeuta desarrolla una concep~ualización del cliente, incluyen-
vida (Young y Kiosko, 1994); 3) examinar sus respuestas a una variedad de in- do los esquemas relevantes y los estilos de afrontamiento. Esta conceptualiza-
ventarios de esquemas; 4) activar esquemas mediante técnicas experienciales, ción se presenta al cliente para su armonización. Entonces el foco de atención
tales como la imaginación; 5) discutir los patrones conducidos por esquemas en de la terapia se dirige al cambio de los esquemas desadaptativos y de los esti-
la relación terapéutica; y 6) descubrir modos de esquemas disfuncionales, de los de afrontamiento.
larga duración, estilos de afrontamiento y ottas conductas desadaptativas que
interfieren con la satisfacción en las relaciones y profesiones.
En la sesión inicial de la terapia, se pide a los dientes que contesten varios
230 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 231

Estrategias de cambio en la terapia centrada en esquemas al cliente en este aspecto, ayudándole a generar afirmaciones que debiliten el
esquema. Gradualmente, a medida que el cliente cree más en la visión saluda-
El objetivo del cambio terapéutico es alterar los esquemas desadaptativos ble, pueden atacar fácilmente los esquemas por ellos mismos.
tempranos y los estilos de afrontamiento. Esto se consigue mediante cuatro ti- Técnicas experiencia/es. Las técnicas experienciales, como las desarrolla-
pos de estrategias: 1) técnicas cognitivas, que se desarrollan a partir de aquellas das por los terapeutas de la gestalt y revisadas para la terapia centrada en es-
· desarrolladas originalmente por Beck; 2) ejercicios experiencia/es, para au- quemas, también se utilizan para facilitar el cambio de los esquemas. La lógi-
mentar la activación afectiva y el cambio; 3) centrarse en la reladón terapéuti- ca de esas técnicas es provocar el lado emocional del cliente en sincronía con
ca, para identificar y discutir el impacto de los esquemas en esa relación; y 4) los cambios intelectuales facilitados por las estrategias cognitivas. Mediante
romper los patrones de conducta que refuerzan los esquemas. Más adelante esos ejercicios comienzan a sentir que lo que se dicen cognitivamente es real-
describiremos esas estrategias. mente verdadero. Con posterioridad comienzan a experimentar sus relaciones
Estrategias cognitivas. Las técnicas cognitivas son bastante útiles para pro- de formas distintas. Esas intervenciones incluyen la imaginación, los juegos de
ducir cambios en los esquemas. El propósito de la utilización de estas técnicas roles, aireación del afecto y trabajo del niño interior.
es demostrar, lógica y racionalmente, que las creencias no tienen sentido a ni- En los ejercicios de imaginación, los clientes pueden recrear escenas dolo-
vel empírico. Los clientes aprenden que sus esquemas no se apoyan en ningu- rosas de su niñez en las interacciones con sus padres. Entonces la escena se
na evidencia. Una estrategia incluye enseñar a los clientes a buscar evidencia puede alterar corrigiéndola, para facilitar el cambio en el esquema. Por ejem-
empírica para y en contra de sus EDT. Los clientes aprenden a exanúnar ra- plo, un hombre con un esquema de deprivación emocional puede recordar
cionalmente sus esquemas, viendo que ya no son adecuados. Por ejemplo, a primero una situación en la que quería el cariño de su madre, pero que le fue
clientes con un esquema de fracaso se les puede pedir que hagan una lista de denegado. En la imagen corregida, puede expresar ira hacia su madre y en-
todos sus méritos. Esta tarea se convierte en la evidencia tangible de lo que tonces, en la siguiente imagen, pide y recibe afecto de su mujer. Este tipo de
han conseguido y de que no son un fracaso. ejercicios facilita la solicitud de apoyo en su vida adulta fuera de las sesiones,
También se anima a los clientes a generar respuestas alternativas a sus pen- que en cambio reduce el esquema.
samientos negativos y sistemas de creencias. Aprenden a reestructurar las si- El juego de roles se utiliza frecuentemente para producir un cambio en el
tuaciones del pasado y reconocer que el pasado no tiene influencia en su fu- esquema. En contraste con la imaginación, los ojos del cliente pennanecen
turo. En particular, reatribuyen los comportamientos negativos de sus padres abiertos durante el juego de roles. Por ejemplo, el juego de roles podría con-
a otras causas, tales como los problemas de sus padres, más que por algún de- sistir en el diálogo entre el cliente y su padre o su madre, centrado en las rela-
fecto de sí mismos. ciones actuales entre ellos. El cliente actúa en ambas partes, cambiando de un
Otra técnica efectiva es la del desarrollo de tarjetas de aviso de los esque- rol a otro, y el terapeuta puede dirigirle en el caso de que el cliente se parali-
mas (Young, 1995b). Esas tarjetas de aviso incluyen afirmaciones escritas, ge- ce. Por ejemplo, una cliente con un esquema de Imperfección podria empezar
neradas por el terapeuta y el cliente, que desafían directamente el esquema de- jugando el papel de su padre crítico. Entonces, cambia de papel y hace de sí
sadaptativo. Los clientes llevan esas tarjetas con ellos y las leen cuando los misma respondiendo de manera asertiva, hablando a su padre e insistiendo
esquemas se activan, para disminuir la intensidad del esquema. Por ejemplo, que no dejará que él la critique, y en lugar de eso necesita su apoyo y sus ala-
una mujer con un esquema de abandono/inestabilidad puede creer que su banzas. Este ejercicio disminuye el peso de la visión negativa de su padre so-
marido la dejará en cualquier momento en que discrepen. En su tarjeta de avi- bre ella y fortalece un esquema adaptativo.
so de esquema podría leerse: «Temo que él me deje a causa de mi esquema de A menudo los esquemas y procesos desadaptativos inhiben una expresión
abandono. Sin embargo realmente sé que él siempre ha sido de fiar y que ver- adaptativa del afecto. Los clientes pueden ser incapaces de expresar sus emo-
daderamente me quiere. Mi esquema es erróneo». Leyendo esas tarjetas, los ciones o las pueden dirigir de manera inapropiada. Mediante los ejercicios de
clientes pueden ver su situación de manera más real, y se reduce el afecto ne- aireación emocional, el terapeuta prescribe expresiones emocionales apropia-
gativo .. das, estructuradas y contenidas. Estos ejercicios se pueden acompañar de
Finalmente, el diálogo de esquemas es otra técnica cognitiva para ayudar otros, tales como hacer que los clientes escriban cartas a sus padres expresan-
a alterar los esquemas desadaptativos. En este ejercicio, el cliente desarrolla do sus sentimientos negativos con todo detalle. Normalmente esas cartas no se
una «VOZ saludable>> que argumenta en contra de la «VOZ del esquema». Ini- envían a sus padres; el hecho de escribir, y de leerlas en voz alta al terapeuta,
cialmente, para cambiar el esquema desadaptativo, los clientes pueden tener a menudo es suficiente para generar un efecto beneficioso y para reafinnar los
alguna dificultad en generar alternativas positivas. El terapeuta puede dirigir derechos del cliente.
232 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 233

Atención a la relación terapéutica. La relación terapéutica puede utilizarse ginalmente fue desarrollada para el tratamiento de los trastornos de persona-
de dos maneras para producir un cambio en el esquema: I) para una «recrian- lidad, está siendo aplicada en distintas áreas .
za limitada», o 2) para corregir esquemas cuando surjan en la interacción in- . Tanto los esquemas desadaptativos como los estilos de afrontamiento se
terpersonal. Algunos clientes necesitan una experiencia correctiva con una fi- pueden alterar de manera efectiva mediante las técnicas centradas en esque-
gura paterna. Para esos individuos, el terapeuta puede proporcionar una mas. La terapia es multifacética y cambia los esquemas mediante distintos me-
«recrianza limitada», que podría consistir en apoyo, estabilidad, aceptación, o canismos. Mediante la terapia son modificados todos los aspectos de los es-
cualquier otra experiencia que sea necesaria para contrarrestar d impacto ne- quemas -conductual, interpersonal, cognitivo y emocional-. Una minuciosa
gativo de su educación inicial. Los clientes aprenden mediante la experiencia valoración inicial, en la que se identifiquen, se activen y se expliquen al cliente
con el terapeuta que sus esquemas y expectativas no son correctas. La «re- los esquemas relevantes, es un aspecto importante de la terapia centrada en es-
cri~za limitada» es una experiencia emocional correctiva que les ayuda a creer quemas. Más tarde, se produce un cambio en el esquema mediante diversas
en la parte saludable en un nivel emocional. técnicas tales como las estrategias cognitivas, experienciales o la atención a la
Además, el terapeuta puede señalar de qué manera los esquemas desadap- relación terapéutica.
tativos están afectando la relación terapéutica diádica. Cuando el terapeuta Disponemos de una primera investigación validando el constructo del es-
demuestra cómo surgen los esquemas en la sesión, los clientes ven cómo pro- quema según Y oung. Sin embargo, aunque un gran número de terapeutas
cede el esquema y aprenden a reinterpretar sus interacciones. La relación en- centrados en esquemas han acumulado un cuerpo sustancial de evidencia
tre los estilos interpersonales negativos en la sesión, y las interacciones fuera clínica descriptiva de que la terapia centrada en esquemas es efectiva, todavía
de la sesión, ayudan al cliente a ver de qué manera afectan a los demás sus es- son necesarios resultados empíricos. Están en su fase inicial distintos estudios
quemas y sus estilos de afrontamiento. importantes para examinar la efectividad del tratamiento, aunque los resulta-
Ruptura de patrones de conducta. Tan importante es el cambio de los as- dos pueden no estar disponibles en algún tiempo.
pectos conductuales de los esquemas como cambiar los componentes emo- Por el momento, la terapia centrada en esquemas puede ser descrita como
cionales y cognitivos. A menudo esas conductas son automáticas y habituales, una promesa, un tratamiento integrador que ya ha conseguido un alivio signi-
y continúan reforzando las partes cognitivas y emocionales de los esquemas. ficativo en un extenso rango de clientes difíciles, aunque sean necesarios estu-
El objetivo es cambiar los patrones de conducta que perpetúan el esquema. dios empíricos que apoyen esas observaciones.
Típicamente, los clientes exhiben unos patrones de conducta crónicos de
autorrechazo tales como: elección inapropiada de compañeros, abusar de sus-
tancias ilícitas, utilizar un juicio pobre, ser demasiado agresivo cuando se es REFERENCIAS BlBLlOGRÁFICAS
criticado, y no implicarse en desafíos por miedo al fracaso. El cliente, junto al
terapeuta, identifica esos patrones, acordando las tareas conductuales. Beck, A.T., Rush, A. J., Shaw, B. F., y Emery, G. (1979), Cognitive therapy Jor depres-
sion, Nueva York, Guilford.
Generalmente, se asigna a los clientes una lista jerárquica de tareas para
Lazarus, A., y Lazarus, C. (199¡), Multimodal life history inventory, Champaign, IL, Re-
cambiar sus viejos patrones. Por ejemplo, una mujer con un esquema de de-
search Press.
pendencia/incompetencia que se apoya en su marido para tomar todas las de- Mahoney, M. (1993), «Theoretical developments in the cognitive psychotherapies»,
cisiones gradualmente puede asumir más responsabilidades. Podría empezar ]ourna/ oJConsultúzg and Clinica/ Psychology, 6r, 187-19).
haciendo planes sociales, y gradualmente asumir algún papel en el manejo de Schmidt, N.B., Joiner, T. E., Young,J. E., y Telch, M. J. (1995), «The Schema Ques-
las finanzas familiares, y finalmente un trabajo a tiempo parcial. Ese tipo de ta- tionnaire: Investigation of psychometric properries and the hierarchical structure
reas permite un cambio específico de conducta, con la que neutralizar los es- of a measure of maladaptive schemas», Cognitive Therapy and Research, 19, 295-321.
quemas y aumentar la satisfacción. Young,J. E. (1993), Schema Diary. (Disponible en el Cognitive Therapy Cencer ofNew
York, 3 East Soth Street, Penthouse, Nueva York, NY 10021.)
Young, J. E. (19943), Cognitive therapy for persona/ity disorders: A schema·focused ap-
proach (ed. rev.), Sarasota, Florida, Professíonal Resource Press.
RESUMEN Y CONCLUSIONES
Young,J. E. {I994b), Young Parenting lnventory. (Disponible en el Cognitive Therapy
Center of New York, 3 East Soth Street, Penthouse, Nueva York, NY 10021.)
El modelo focalizado en esquemas argumenta que los esquemas y los esti- Young, J. E. (1995a), Young Compensation Inventory. (Disponible en el Cognitive
los de afrontamiento desadaptativos están en el centro de un extenso rango de Therapy Center of New York, 3 East Soth Street, Penthouse, Nueva York, Nue-
trastornos psicológicos crónicos. Aunque la terapia centrada en esquemas ori- va York 10021.)
234 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS

Young,J. E. (r995b), Schema Flashcard. (Disponible en el Cognitive Therapy Center of


New York, 3 East Soth Street, Penthouse, Nueva York, NY 10021.)
Young,J. E., y Brown, G. (1994), «Young Schema Questionnaire» (segunda edición),
· en J. E. Young (1994), Cognitive therapy Jor personality disorders: A schema-/ocused
CAPÍTULO 16
approach (ed. rev.), Sarasota, FL, Professional Resource Press. ,
· Young, J. E., y Kiosko, J. S. {¡994), Reinventing your lije, Nueva York, Plume.
Young, J. E., y Rygh, J. (1994), Young-Rygh Avoidance lnventory. (Disponible en el i EL PROCESO TERAPÉUTICO
Cognitive Therapy Center of New York, 3 East 8oth Street, Penthouse, Nueva
York, NY 1002I.)
t EN LA TERAPIA CENTRADA EN ESQUEMAS

Lydia Tineo

DESCRIPCIÓN DEL CASO CLÍNICO

Susana, de 33 años, soltera, bioquímica, docente universitaria, acude a


consulta porque no está satisfecha consigo misma. Se veía como demasiado in~
segura, con problemas en las relaciones interpersonales, solitaria y angustiada.
Nacida en el seno de una familia de destacada actuación pública, era «la del
medio» entre dos hermanas. La mayor, considerada la preferida de su padre,
descrita como muy celosa y competitiva, y la menor, preferida de la madre, des-
crita como muy simpática, que siempre lograba todo lo que quería. Recuerda a
su padre como muy exigente, de principios muy sólidos en cuanto a disciplina,
ética y moral, con poca tendencia a demostrar afectos. A su madre, muy crítica
en cuanto al cumplimiento de los principios religiosos y el «deber ser» social, a
cargo de la organización del hogar y los principios de educación de las hijas,
dadas las habituales ausencias del padre por razones laborales.
Acerca del t~ma que identifica como su problema principal, escribe: «Me
cuesta mucho relacionarme con los demás, me pongo tensa, nerviosa ... inse-
gura y torpe. Aunque me gustaría hablar como los demás de cualquier cosa,
no sé qué decir, me quedo callada o contesto con monosílabos porque siento
que no tengo nada interesante para comentar. Escapo a las relaciones nuevas
y tengo muy pocas amigas y amigos, que ya me conocen, y me toleran cuando
desaparezco por un tiempo. Sé que los voy a terminar perdiendo si sigo así, y
no es que no me importe; pero es más fuerte que yo, no puedo hacer nada. No
soporto que me critiquen o me digan lo que tengo que hacer, me pongo muy
mal y puedo ser agresiva o arrogante. Después me arrepiento. Si noto el me-
nor gesto de desaprobación, sé que voy a echarlo todo a perder y prefiero de-
saparecer por un tiempo, entonces evito salir con ellos, no contesto las llama-
das telefónicas, etc.».
Susana recuerda que sus hermanas le gastaban bromas acerca de lo que
llamaban «la timidez de la petisa» desde que finalizó el colegio secundario (17-
18 años). Ahora se da cuenta de que se ha incrementado progresivamente des-
de entonces, generándole mayores conflictos para mantener regularidad en
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 237

vínculos antiguos o comenzar nuevos, ya sea en el área social, laboral o perso- durante la adultez y las alteraciones en el logro de sus necesidades evolutivas
nal. Esto lo vive como un esfuerzo que la agota. Aun en momentos mejores, evidenciadas en las cinco dimensiones: desconexión y rechazo; perjuicio en au-
,necesitó estar alerta al peligro de merecer alguna crítica negativa, rechazo o fOf!Omía y desempeño; límites inadecuados; tendencia hacia los otros; sobrevi-
desaprobación. gilancia e inhibición, identificando los esquemas desadaptativos tempranos
En su vida sentimental, ha puesto .fin a relaciones de pareja significativas (EDT) resultantes.
por este motivo, cuando la intimidad se hacía más estrecha y mayor el peligro 2. El desarrollo de la primera fase del tratamiento, compuesta simultá-
de desacuerdos, vívidos como claros indicios de la percepción del otro de sus neamente de evaluación y educación tendente a la identificación y reconoci-
defectos y preludio de críticas que culminarían indefectiblemente en ser aban- miento de los EDT, de los estilos característicos que usa para manejarse con
donada. ellos, de las situaciones típicamente disparadoras de las secuencias de mante-
H;i rehusado y renunciado en varias ocasiones a trabajos económica y cu- nimiento, evitación y compensación de los mismos y de los lazos que esto tie-
rricularmente ventajosos y actualmente está a punto de renunciar a un lucra- ne con sus problemas actuales.
tivo trabajo privado, en el que está a cargo de una fase de la investigación, so-
bre un tema que le interesa. Motivaría su renuncia la progresiva preocupación En Susana, la visión de sí misma, la descripción detallada de lo que consi-
ante el riesgo a ser criticada y el inminente descubrimiento de su supuesta dera su problema principal, y el resumen de su historia sentimental y laboral,
ineptitud laboral y torpeza social. muestran como tema esena"al recu"ente: dificultades en las relaciones inter-
personales asociadas al peligro a ser humillada y rechazada en cuanto descu-
bran su inadecuación, torpeza o incapacidad; como estilo patrón de CC?mporta-
EVALUACIÓN miento para hacer frente a esas situaciones: alejamiento o evitación.
De las caracteristicas relatadas de las figuras parentales y sus hermanas co-
Evaluar el problema que trae a Susana a consultar desde la perspectiva de menzamos a investigar posibles enlaces entre los problemas actuales y su origen
la búsqueda de un diagnóstico estadístico, como el propuesto porel DSM, im- histórico. En este caso, la indagación necesaria fue realizada en sesión, adies- ·
plica revisar el cumplimiento de los criterios diagnósticos.especificados en el trándola mediante preguntas a evaluar áreas como: historia familiar, historia de
mismo. vida, síntomas presentes, visión de sí misma y funcionamiento psicosocial.
Según éstos, los de la CIE-10 y el DSM IV, el problema que presenta Su- Como cierre de la segunda sesión explicamos brevemente a Susana los
sana configuraría un trastorno de personalidad por evitación. (F 60.6 fundamentos de la terapt"a coi,nitiva centrada en esquemas: qué son los esque-
(301.82].) Cumple con los criterios generales y seis de los siete específicos re- mas, qué funciones cumplen y cómo actúan, cuándo son funcionales y cuán-
queridos en su definición, como medios para hacer frente a su principal preo- do no lo son. Le facilitamos el Cuestionario de Esquemas para que lo comple-
cupación: evitar la. humillaáón y el rechaza. te (YSQ-SI YSQ-L2).
El proceso de evaluación del problema del cliente desde la perspectiva de La evaluación y posterior revisión de resultados facilitó la etapa de educa-
la terapia cognitiva centrada en esquemas desarrollada por J. Young tiene ción necesaria para el trabajo futuro acerca de los esquemas. Adjuntamos las
como objetivos: respuestas con puntajes 5 (Casi siempre verdadero en mí) y 6 (Me describe
perfectamente) del Inventario de esquemas de]. Young:
l. Reunir los datos para el diagnóstico de los patrones característicos del
desarrollo evolutivo del cliente que aunque adaptativos en su contexto infan- Abandono: (Activado sólo en relaciones de pareja sentimental)
til, resultan disfuncionales hoy, determinando sus dificultades actuales al esta- 6 Me preocupa que la gente que yo siento cercana me deje o abandone.
blecer los estilos estereotipados y rígidos con que responde a las situaciones 6 Cuando siento que alguien que yo quiero se aleja de mí, me desespero.
de vida. Estos estilos resultan predeterminados por los aprendizajes primiti- 5 A veces estoy tan preocupado/a por que las personas me abandonen que
vos sintetizados como esquemas desadaptativos tempranos. los llevo a que me dejen.
Estos datos se configuran en una conceptualización del caso clinico que
toma en cuenta tanto los problemas actuales como la historia de vida del clien- Imperfección/vergüenza:
te, rastreando cuidadosamente las consistencias características de los últimos 5 Ningún hombre que yo desee podría amanne una vez que viera mis defectos.
diez años en cuanto a: los rangos de temperamento o disposición emocional; 6 Nadie que yo desee podría quedarse junto a mí, si realmente me conociera.
el nivel de disfunción global actual; el nivel global promedio de disfunción 6 No merezco el amor, el respeto y la atención de los demás.
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 239

6 Siento que no soy querible. fASE DE EVALUACIÓN DEL MODELO DE TRATAMIENTO PROPUESTO
5 Soy básicamente demasiado inaceptable para mostrarme ante los demás. DE LA TERAPIA CENTRADA EN ESQUEMAS DE Y OUNG
6 Uno de mis mayores temores es que mis defectos queden expuestos.
. El número de sesiones dedicadas a la evaluación varía proporcionalmente
Inhibición Emocional: según el tratamiento sea breve o regular. En el caso de Susana, tomando en
5 Siento que tengo que controlar mis emociones e impulsos o algo malo va a cuenta el tiempo disponible y el grado de dificultad del cliente, en particular
pasar. en área interpersonal, se decidió un tratamiento regular o estándar.
5 Me da vergüenza expresar mis sentimientos haci'a otros. Dado que en la terapia focalizada en esquemas la etapa de evaluación im-
6 Me cuesta ser cálido y espontáneo. plica también la educación del paciente en el modelo, vamos a transcribir un
6 'l..a gente me veía como rígida o distante. fragmento de la tercera sesión del caso clínico Susana, que da cuenta de este
interjuego entre evaluación y educación mencionado, en que se aprecia la
Normas inalcanzables/hipercrítica: identificación y gatillado de esquemas, identificación de procesos de manteni-
6 Trato de hacer lo mejor, no me conformo con «bastante bien». miento, evitación y compensaa·ón de esquemas.
· 6 Debo hacerme cargo de todas mis responsabilidades.
6 Siento que hay una presión amstante sobre mípara tener logros y hacer cosas. Terapeuta: Voy a pedirle que trate de identificar alguna situación, durante
5 No me dejo estar fácilmente ni perdono mis errores. esta semana, en la que se haya sentido molesta, o enojada con otra persona.
Elija una en que la emoción haya sido muy intensa y no agradable. Tómese un
La facilitación de la Guía para el paciente de terapia cognitiva centrada en momento para recordar y cuando la tenga me lo comunica.
esquemas contribuyó a lograr d mismo objetivo. Susana: Con una persona ... ¿cualquier persona?
Durante esta etapa, el terapeuta recomienda a Susana como tarea entre se- Terapeuta: Sí, cualquiera .. ., amigo, familiar, vecino, como usted quiera. Es
siones la lectura de libros, poemas y cuentos, o d ver películas cuya temática importante que la emoción haya sido no agradable e intensa.
tenga relación con los logros evolutivos cuyo dominio se evidencia como inter- Susana: No... no ... sé ... No ... No se me ocurre... Eh ... No, no recuerdo.
ferido en su desarrollo evolutivo infantil, y promuevan la aparición de EDT que Terapeuta: Tómese su tiempo. Sólo recuerde... emoción no agradable e in-
comienzan a hacerse claros para ella como resultado del proceso de evalua- tensa. Puede ser con una persona o varias. Puede ser alguna situación laboral
ción y educación de esta fase de la terapia. que comentó como tensionante...
En d caso de Susana, películas como El Oso, dd National Geographic, El Susana: Es que no ... tuve. No ... Bueno, podría ser ... Sí, ... tengo una que ...
país de las sombras (con Anthony Hopkins y Deborah Winger); Lo que queda puede ser, sí, algo que pasó ayer.
del día (con Emma Thompson y Anthony Hopkins); algunos cuentos como La Terapeuta: Bien, ahora trate de meterse en la situación, como si estuviera allí
casa tomada de Julio Cortázar y poemas como «Instantes» atribuido a Jorge otra vez, céntrese en la imagen, y cuando la vea con claridad, comience a relatar.
Luis Borges, facilitaron la aparición de EDT prevalentes. Susana: Ayer volvía a la oficina después de retirar unas evaluaciones, y las
Los datos se reúnen combinando sesiones dedicadas específicamente a la otras dos personas que trabajan conmigo estaban comentando algo, y se que-
evaluación donde trabajan juntos paciente y terapeuta con este objetivo y da- daron en silencio cuando entré. Me puse tensa, incómoda. Marta me pregun-
tos recogidos mediante los inventarios específicos, como : tó si quería revisar con ellas el material nuevo. Sentí que lo hacía por compro-
miso, que-en realidad no tenían ganas. No acepté. Me sentí tan notoriamente
1. Inventario multimodal de historia de vida (Lazarus y Lazarus, 1991) .. torpe. Hubiera querido desaparecer.
z. Cuestionario de Esquemas: YSQ-SI ó YSQ-L2 y sus rejillas de inter- Terapeuta: Céntrese en el momento en que se quedaron calladas. Qué
pretación. siente en ese momento, qué piensa ...
3. Inventario parental de Young (1994). Susana: (muy angustiada): Es que... ya se deben estar dando cuenta que
4. Inventario de Compensación de Young (1995). soy... Ay... me parece que me está dando un mareo ... me siento mal ...
Terapeuta: No se preocupe por eso, trate de volver a la situación eri que es-
tábamos. Decía que ya se deben estar dando cuenta .. .
Susana:... Que soy ... torpe, que no sé manejarme ... Siempre surgen comen-
tarios personales y siento que nada de lo que diga va a parecer interesante.
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS

Me pongo tan tensa que siempre termino diciendo tonterías.-Finalménte los toderrotante de conducta que la aleja de las personas y la empuja a una sole-
demás también se ponen tensos y se quedan callados. dad no deseada.
Terapeuta: Céntrese en Ja emoción que la invade en ese momento. Trate de El tipo de activación e identificación de esquemas que se llevó a cabo has-
reconocerla ... sólo qué sentía ... ta aquí es primariamente cognitivo, es decir que apunta más a un reconoci-
Susana: Angustia ... y bronca por ser tan torpe... vergüenza también, mucha miento intelectual y racional que emocional. Otras técnicas como las expe-
· vergüenza ... Ahora siento lo mismo aquí, frente a usted; me imagino que debe rienciales y las centradas en la relación terapéutica se aplican en la segunda
estar pensando: qué plomo de paciente y quisiera salir corriendo cuanto antes. fase terapéutica, dedicada al cambio de EDT y estilos de afrontar.
Terapeuta: En la situación. de la oficina, se puso en marcha el esquema de
defectividad!vergüenza, del que ya habíamos hablado; igual que aquí, ahora.
Por esto se siente así: enojada y avergonzada. Enojarse contra usted no le ayuda CONCEPTUALIZACIÓN DEL CASO CLÍNICO SEGÚN LOS CONCEPTOS
a resolver, sino todo lo contrario. Es contra el esquema que le sería útil eno- MANEJA.DOS EN LA TERAPIA COGNITIVA FOCALIZADA EN ESQUEMAS
jarse, ya que es quien la hace sentir y actuar así.
Ahora vamos a centramos con más detalle en lo que estaba pasando cuando La estructuración de datos que detallamos sigue los lineamientos del mo-
no recordaba: el esquema es tan fuerte y doloroso para usted que la empuja a delo de conceptualización típico resultante del proceso de evaluación.
evitar trabajar contra él. De este modo el esquema persiste y como comentó en
la sesión anterior, se veía a sí misma una y otra vez como repitiendo la misma Dimensiones:
película en su vida. Desconexión y rechazo:
Susana: Pero me sentí mal, mareada. Las variaciones en la actividad pública de su familia, que implicaron brus-
Terapeuta: Ése fue otro momento en que el esquema trató de forzarla a cos e impredecibles cambios tanto en la presencia/ausencia de las figuras signi-
que lo deje tranquilo. Otro proceso de evitación. Seguramente vamos a ir des- ficativas proveedoras de sostén, aceptación, seguridad, estabilidad y respeto,
cubriendo otros recursos que tiene el esquema para sobrevivir. En sesión usted como en la situación económico-social de la familia, que afectaron a la seguri-
va a ir aprendiendo a oponerse al esquema. dad, estabilidad, aceptación y respeto social de que gozaban facilitaron el de-
sarrollo de los EDT: imperfección/vergüenza, abandono e inestabilidad.
La comprobación experimental del funcionamiento de este esquema, sus-
citó como feedback su comentario: «Entonces es como si hubiera estado toda Inhibición y sobrevigilancia:
mi vida durmiendo con el enemigo». Las características sobreexigentes de los padres, la rigidez de las normas
El enemigo se transformó en la metáfora a partir de la cual fuimos identi- educativas y éticas y d excesivo énfasis en el control de los sentimientos es-
ficando los diferentes esquemas, calificándolos como enemigos avezados, res- pontáneos, impulsos y elecciones para evitar cometer errores, dado que la ac-
ponsables de sus dificultades actuales, contra los que debería luchar dura- tuación pública del padre convertía en figuras públicas al resto de la familia,
mente para expulsar de su vida. propició en Susana la tendencia a inhibir la natural expresión de:
Después de esta experiencia en sesión, se incentiva la posibilidad del pa-
ciente para conocer más acerca de los EDT. La Guía para el paciente de tera- a) enojo y agresión;
pia /oca/izada en esquemas tiende a producir el. mismo efecto. El libro de re- b) impulsos positivos (diversión, juego);
cientemente aparición: Reinventando su vida (Young y Kiosko, 1994), libro de e) expresión de sus vulnerabilidades o libre comunicación de sus senti-
autoayuda donde se describen los diferentes EDT como trampas de vida, pue- mientos, necesidades.
de ser en algunos casos otro valioso auxiliar terapéutico.
Finalmente, practicamos la identificación del mismo esquema puesto en Estas inhibiciones que le permitían sentirse segura, evitando el temor de
juego en la relación terapéutica, reconociendo en ella los patrones cognitivos, cometer errores y ser humillada por esto, propició la estructuración dd EDT:
emocionales, comportamentales e interpersonales derivados de este EDT que inhibición emocional!sobrecontrol.
se manifestaron, y las estrategias de evitación, mantenimiento y compensación También consolidó la convicción de tener que alcanzar los muy altos es-
que subyacen como finalidad en los estilos que Susana tiende a poner en jue- tándares internalizados de comportamiento y realización, para lograr valora-
go en Ja interacción personal. Por ejemplo, cuando expresa que en sesión se sien- ción y evitar ser criticada, sacrificando a cambio sin mucha pena el disfrutar.
te igual y quiere salir corriendo cuanto antes, mostramos a Susana d patrón au- La subestimación de sus realizaciones en relación a los modelos internos de lo-
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 243

gros, las rígidas reglas obligatorias en cuanto a moral, ética y culturales y su Reglas implacables/hipercrítica:
exacerbada preocupación por tiempo y eficiencia se manifiestan en el EDT: Situaciones en que se considera ante un desafío científico o intelectual, en
. reglas inexorables/hipercrítica. que va a ser evaluada de algún modo o presume tener que dar cuenta ante al·
guna figura reconocida por ella como valiosa.
Grupo de esquemas:
1. Imperfección/vergüenza. Severidad de esquemas y riesgo de descompensación
2. Reglas implacables/hipercritica. Alta: En imperfección/vergüenza y reglas implacables/hipercrítica.
3. Inhibición emocional/sobrecontrol. Factores biológicos y temperamentales
4. Abandono/inestabilidad. Labilidad emocional.
Recuerdos esenciales:
Problema i: Recuerdos infantiles donde el afecto y la valoración de personas significa-
Evitación y retraimiento de vínculos sociales e interpersonales debido a tivas eran consecuencia de logros tanto positivos como negativos: cumpli-
sentimientos de inadecuación e inferioridad. miento de normas y logros: escolares, a'cadémicos, evolutivos, etc. El afecto y
Esquema enlazado: imperfección/vergüenza aceptación espontáneo de sus padres lo recibían sus hermanas, mientras ella
recuerda recibir críticas y/o rechazo que vivía como una humillación.
Problema 2:
Imposibilidad para permanecer en nuevos trabajos y actividades por mie- Distorsiones cognitivas
do a crítica, no hacerlo perfecto, cometer errores, o estar perdiendo el tiempo Inferencia arbitraria.
en proyectos poco importantes. Maximizar-Minimizar.
Esquema enlazado: reglas implacables/hipercrítica. Abstracción selectiva.
Personalización.
Problema 3:
Inhibición de la espontaneidad en el actuar, hablar, como modo de sentir- Conductas de mantenimiento
se segura y evitar cometer errores. Conductas autoderrotantes: elección de parejas pasivas, depresivas o críti-
Esquema enlazado: inhibición emocional/sobrecontrol. cas y exigentes.
Condescendencia o tendencia a hacer lo que los otros quieren en las esca-
Problema4: sas situaciones en que se encuentra con familiares, amigos o compañeros de
Inhibición actual para iniciar relaciones de pareja debido a la convicción trabajo para evitar conflictos que confirman el EDT.
de que siempre terminarán abandonándola y que su destino deberá ser vivir
completamente sola. Estrategias de evitación
Esquema enlazado: abandono/inestabilidad. Cognitivas: Dificultad para recordar eventos perturbadores actuales o del
pasado, o tipo «mente en blarico».
Disparadores de esquemas: Emocionales o Retiro psicológico: Bajo la forma de adormecimiento o ma-
Imperfección/vergüenza: reos en situación conflictiva, o mediante la disociación del afecto suscitado
Situaciones interpersonales, sociales y laborales, en especial las nuevas. por la situación.
Ocasiones en que compara sus logros con los de amigas, aunque los de éstas Conductuales: Retiro social y desconexión, exagerando la independencia y
nunca hayan sido un objetivo en su vida. autonomía más que depender de otros en alguna actividad adoptando el cri-
Abandono/inestabilidad: terio: lo hago más rápido o mejor sola. Tiende a engancharse a ver la T. V. ha-
Cualquier cambio de frecuencia en encuentros, presencia o llamadas telefó- ciendo «zapping>> por horas, o con los juegos del ordenador.
nicas, aunque estén relacionados con trabajo, viajes, estudios, enojos pasajeros.
Inhibición emocional/sobrecontrol: Estrategias de compensación
Situaciones de acercamiento, empatía, o demostración de afecto de parte Agresión y hostilidad bajo la foríiia de críticas implacables, descalificacio-
del otro, o conciencia de su propio impulso espontáneo a expresarlos a otros. nes, cuyas consecuencias confirman el EDT subyacente.
244 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 245

Actitudes pasivo-agresivas en las que aparece como que consiente y acepta sión semanal en la que se abordaron según la estrategia planificada los proble-
una norma, regla o procedimiento pero luego discute, dilata, demora o no reali- mas 1 a 3 señalados en la conceptualización. Luego de 5 meses de interrupción,
.za lo acordado, o muestra critica o desacuerdo mediante gestos de desaproba- Su~ana inicia la segunda etapa de su tratamiento, para resolver d cuarto proble-
ción o comentarios descalificantes, o dubitativos tipo: <<Si, pero no...»; «tal vez ...». ma pendiente. En esta etapa hubo algún periodo en el que además de la sesión
semanal se hacía una sesión telefónica extra de media hora, considerando que
RelaaOn terapéutica este último problema implicaba un peligro considerable para su estabilidad.
Impacto de esquemas en la conducta en sesión: Aparición de estrategias de El timming fue considerado esencial dada la característica de su trastorno.
compensación, evitación y mantenimiento en la interacción con el terapeuta. Hecha la planificación en dos etapas respondió en este caso a necesidades de
Reacciones personales: Basadas en las distorsiones cognitivas señaladas timming. Cada uno de los problemas tratados fueron introducidos en una se-
arriba.que perturban el vínculo y trabajo terapéutico. cuencia gradual, regulada tomando en cuenta los principios de la desensibili-
Contratransferencia: Ocasional surgimiento de sentimientos de frustra- zación sistemática. Atendiendo a la posibilidad de Susana de acceder al nuevo
ción, desconcierto e inhibición en el terapeuta. conocimiento acerca de sí misma que el procedimiento propuesto en ese mo-
mento del proceso terapéutico le ofrecía, el monto de ansiedad y el afianza-
miento de los nuevos recursos de control sobre ésta.
PROBLEMAS A TRATAR (DISEÑO DEL TRATAMIENTO) Las técnicas empleadas siguieron la secuencia básica descrita por Gluhos-
ki y Young en el capítulo que antecede sobre el estado de la cuestión.
La elección de los problemas a tratar en este caso fue configurada entre el
terapeuta y el cliente tomando en cuenta: la relación entre los principales pro- Formato de una sesión típica del primer segmento de la terapia
blemas inmediatos y los esquemas, la jerarquía de esquemas, los disparadores Tomando en cuenta que la primera fase del proceso terapéutico es la de
de éstos más sensitivos en su vida cotidiana y su incidencia en las consecuen- evaluadón y educación, las sesiones son estructuradas con ese objetivo, admi-
cias a corto y a largo plazo que podían resultar más problemáticas y costosas nistrando d tiempo para cubrir las tareas que se detallan a continuación. El
para la vida de Susana. tiempo asignado a cada una de ellas es figurativo y variable, no así las tareas a
Diseñamos la siguiente jerarquía de problemas a tratar: cubrir que son fijas, debiendo cumplirse entre el inicio y el fin de la sesión.

1. Evitación y retraimiento social e interpersonal debidas al EDT imper-


fección/vergüenza. Período/Tarea
2. Inhibición de la espontaneidad en la manifestación de los sentimientos oo'-10' min. Revisión junro a Susana de las situaciones problemáticas ocu-
positivos vinculada al EDT inhibición emocionallsobrecontrol. rridas desde la sesión anterior hasta la actual, emociones, pensamientos y con-
J. Dificultades en el área laboral relacionadas con los EDT reglas implaca- ductas asociados a cada una. (Tarea asignada en la sesión anterior.) Identifi-
bles/hipercrítica e imperfección/vergüenza. cación de estilos de manejo de esas situaciones.
4. Inhibición en el desarrollo de relación de pareja o sentimental debida a 10'-15' min. Clasificación de temáticas y contenidos de las situaciones, se-
efectos del EDT: abandono/inestabilidad. lección de las emocionalmente más significativas para poder identificar el EDT
enlazado a la situación.
Secuencia básica dd tratamiento: timming, problemas tratados, introduci- r5'-3o' min. Búsqueda regresiva hacia la infancia de recuerdos de expe-
dos en qué momento, con qué técnicas, etc. riencias vivenciadas como semejantes en cuanto al mismo tipo de afectos y
La secuencia básica del tratamiento se desarrolló en dos fases: pensamientos. (La primera vez que se rastreó el EDT, la regresión se hizo gra-
dualmente: en la semana pasada, hace un mes, el año pasado, cuando usted te-
l. Evaluación y educación. nía alrededor de 20 años, en su adolescencia, su infancia, hasta llegar a identi-
2. Cambio de esquemas y de estilos para afrontarlos, abordando primaria- ficar una escena especialmente molesta con alguno de sus padres en esa etapa.
mente los más severos y con mayor riesgo de descompensación en l<? ~-otidiano. Con los siguientes EDT el proceso puede ser directo: la misma emoción y pen-
samientos en una escena infantil con alguno de sus padres.)
Por otra parte el tratamiento completo se desarrolló en dos etaplís:Dna pri- 30' min. Activación del EDT mediante la técnica cognitiva de imaginería,
mera etapa de un año y tres meses de tratamiento, con una frecuencia de una se- focalizando la escena como diálogo con el padre en cuestión, en el que le diga
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 247

lo que siente y lo que necesita. El terapeuta le ayuda a expresar los sentimien- tuación social con personas no muy conocidas. Sé que en estos casos suele apa-
tos y pensamientos que no ha tenido entonces la posibilidad de expresar. Lue- recer mi enemigo imperfección/vergüenza que tiende a hacerme aumentar el
.go que repita lo mismo con el otro padre. valor de los demás y minimizar el mío .
En este ejercicio, Susana recuerda una escena, cuando tenía 7 años, previa . Aunque ahora creo que los demás son más inteligentes, agradables y diver-
a la llegada a almorzar de invitados que conocía de verlos en T.V. y a los que tidos que yo, es cierto que también puedo serlo. Lo comprobé en el viaje a Ca-
· esperaba ansiosa. Recuerda a su madre respondiéndole apresuradamente: taratas, el juego de medalla .al mérito de la reunión de la facultad y en el cum-
¿Creía.s que almori.abas con los invitados? Ni en sueños, con lo torpe y salvaje pleaños de Vicky. Aunque me suelo encerrar evitando que me conozcan, puedo
que eres, no sabes comportarte adecuadamente, ni aparezcas por el comedor. proponerme conocer a los que están aquí, dejándome conocer un poco.
También lo mucho que lloró cuando supo que sus hermanas de u y 2 años se
fueron a saludarlos y ella no. La escena con el padre (a sus 8 años), quien lle- Un formato típico de sesión de esta etapa del tratamiento de Susana se
vaba a caballito a su hermana menor sobre la espalda y cuando ella creyó que configuró de la siguiente forma:
era su tumo en el juego e intentó hacer lo mismo, su padre la apartó enojado
diciendo delante de los presentes: Pero, esta chica, cuándo va a aprender a com- Periodo/Tarea
portarse como una señorita en lugar de como un marimacho. Ya te dije (diri- oo'-15' mifz. Revisión de su registro semanal de situaciones disparadoras del
gzendose a su madre), que debes disciplinarla más, que sea bajita no signzfica que EDT reglas implacableslhipercritica y el resultado del uso de las tarjetas re-
no tenga edad para portarse como una señorita. Susana recuerda que todos la cuerdo. Discriminación de las más fáciles y las más difíciles de manejar. Qué
miraban, se puso muy colorada y salió corriendo a su habitación, donde se en- pensó-sintió en las más fáciles. Ídem con las más difíciles. Recordar situación
cerró angustiada y permaneció sola por horas. de origen del EDT con padres.
4f-60' min. Conceptualizamos la situación como probable origen de su EDT 15' -30' min. Técnica experiencia! de imaginería correctiva del EDT, donde dia-
imperfecciónlvergüem.a, incluyendo el posible inicio del estilo de manejo. Lo logando como niña con sus padres, exprese y pida lo que siente y necesita de ellos.
compararnos con su respuesta habitual actual en situaciones que despiertan 30' -45' min. Técnica experiencia! de juego de papeles con padres en diálogo ac-
emociones semejantes. Susana confirma: «Es cierto, en esas situaciones siento tual, donde Susana responde asertivamente. (Terapeuta auxilia en las difirultades.)
como si fuera igual de chiquita». El terapeuta propone como tarea hasta la pró- 45' -55' min. Ruptura del patrón de conducta actual. (Tiempo sólo para es-
xima sesión que haga un registro diario de situaciones problemáticas en que el tudiar, trabajar, autoexigencia y crítica si lo que hace no es sobresaliente.)
EDT se dispara, registrando qué siente, piensa y hace en cada situación, para Tarea comportamental: durante esta semana, el logro que el terapeuta le pro-
trabajarlo en la próxima sesión. pone alcanzar es permitirse repartir su tiempo, en lugar de 1ooo/o trabajo y es-
tudio y o% relax y diversión, al menos repartir 80% y zoo/o. Aunque sólo lo
Este formato típico de sesión se mantiene a lo largo de toda la fase dedi- tome como un trabajo más, haga la experiencia para trabajar luego en sesión.
cada a evaluación y educación, procediendo de este modo hasta verificar los 5{-60' min. Resumen y cierre. En ésta vimos cómo aún hoy este enemigo
EDT, orígenes y estilos de manejo hipotetizados. la sigue molestando; pudo experimentar, aún como pequeña, responder a sus
Formato de una sesión típica del tratamiento (fase intermedia). padres oponiéndose al esquema. También la forma en que hoy, como adulta,
La etapa intermedia del tratamiento corresponde a la fase dedicada al puede responder a situaciones con sus padres, oponiéndose al esquema. La ta-
cambio de EDT y los estilos de afrontar derivados de éstos. En esta etapa las rea que tiene para esta semana es otra batalla que le daremos al enemigo.
tarjetas recuerdo, que funcionan como instrucciones de ayuda elaboradas al fi-
nal de la fase de evaluación y educación, toman en cuenta la emoción, la si-
tuación disparadora, el EDT identificado, su origen, las distorsiones, la com- TERMINACIÓN DEL TRATAMIENTO, PREPARACIÓN
probación de realidad para confrontarlas y la conducta alternativa cuando se DEL PACIENTE PARA EL ALTA, SEGUIMIENTO, ETC.
gatilla. el EDT. Permiten quebrar el patrón típico de respuesta de pensamien-
to-emoción-conducta automático del cliente. La tarjeta de Susana para en- Esta etapa, que viene preparándose desde la etapa del cambio de EDT,
frentar en lo cotidiano la aparición de su EDT contenía: suele limitarse a un cierre de refuerzo de los métodos que al cliente le resulta-
ron más operativos para resolver los problemas que lo tr.ajeron a consulta y
Imperfección/vergüenza una anticipación explicativa. A Susana se le explicitó que1os EDT han gene-
En es~e momento me siento torpe y avergonzada porque estoy en una si- rado algo así como hábitos que, en momentos especiales de situaciones vitales
248 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 249

difíciles, estrés, etc., pueden intentar reaparecer. Simplemente, debe estar de los EDT y los estilos inherentes para interactuar con el mundo le permitie-
atenta y usar todo lo que ahora sabe acerca de cómo vencerlos. ron sentirse satisfecha, segura de sí misma, gratificada tanto con su trabajo
En algunos casos, también puede resultar conveniente dedicar dos o tres coi:no con los regulares encuentros con amigos y compañeros de trabajo, a los
sesiones extras a preparar al cliente para el alta. Los objetivos: a) reforzar el que puede expresar espont3neamente tanto sus afectos como sus enojos. En
cambio logrado; b) anticipar futuras dificultades; e) ensayar alternativas de re- su vida sentimental, las modificaciones le permitieron sentirse en un vínculo
. solución posibles; y d) ampliar sus recursos, además de las tarjetas de ayuda, de este tipo sin el «fantasma del abandono persiguiéndome para atraparme»,
para facilitarle la posibilidad de detectar y actuar rápidamente ante el hipoté- según lo expresó en la última sesión de seguimiento.
tico resurgimiento del EDT. El ejercicio clínico de la terapia centrada en esquemas tiende a poner al te-
En el cierre del tratamiento de Susana, estos objetivos se lograron me- rapeuta en contacto con recursos particularmente diferenciados y efectivos
diante técnicas de imaginería, juego de papeles, examen de ventajas y desven- para el desarrollo de su tarea cotidiana y al cliente con un método esencial-
tajas, etc. mente coherente y eficaz para los problemas que afectan su vida.
El tema de facilitarle elementos para detectar el hipotético surgimiento de
algún EDT, fue expresado por ella como la necesidad de «encontrar algo que
me-ayude a darme cuenta, como si fuera una "vacuna"». INNOVACIONES, RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS CONCRETOS,
Resultó útil para ella el asociar cada esquema con algunos de los recursos PRECAUCIONES GENERALES A SEGUIR
usados en el proceso terapéutico. Algunos enlaces fueron:
Una de las innovaciones actuales, planteadas en el capítulo del estado de
lmperfecdónlvergüem:a... La casa tomada de Julio Cortázar, Edición Mi- la cuestión, es la propuesta actualmente en desarrollo relacionada con los mo-
notauro, España. dos de esquemas que los autores describen como estados del ego y su rele·
lnhihidón emocional... Lo que queda del día. Filme. vancia para discriminar finamente el trastorno de personalidad específico, en-
Reglas implacables... El fragmento del poema «Momentos» atribuido a riqueciendo la comprensión del caso y, consecuentemente, su resolución en el
Jorge Luis Borges que dice: proceso terapéutico.
Si pudiera vivir nuevamente mi vid.a ... En el modelo de la terapia focalizada en esquemas, la cuidadosa y especifica
En la próxima trataría de cometer más e"ores. evaluación del diente y la conceptualización final de su problemática y caracte-
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más. rísticas, incluyendo sus estilos de enfrentar, son una importante contribución
Sería más tonto de lo que he sido ... para la resolución de los problemas concretos de la terapia, al permitir rescatar
la forma específica en que cada individuo particular actúa cuando sus esquemas
Pero ya ven, tengo 85 años y sé que me estoy mun'endo. son activados. Este aspecto independiza al cliente de ser visto a través de un es-
tereotipo diagnóstico externo, rescatando la singularidad particular.
Seguimiento

Se planteó una entrevista al mes de finalizada la terapia y otras dos a los 6 CONCEPTOS A DESTACAR
meses y al año. También se le recomendó sentirse en la libertad de comuni-
carse por teléfono si tenía alguna duda o pregunta. Dimensiones: cada uno de los cinco dominios descriptivos implican nece·
sidades críticas que el niño no ha podido desarrollar y satisfacer adecuada-
mente durante su desarrollo evolutivo en d contexto de su entorno infantil,
RESUMEN Y CONCLUSIONES para alcanzar un funcionamiento adaptativo posterior. Cada uno de ellos pue-
de dar lugar a distinto EDT. Cuando definimos un dominio estamos aludiendo
El caso clínico de trastorno de personalidad que se desarrolló en este ca- tanto a la relación temprana disfuncional con padres y pares como al funciona-
pítulo, aunque sintetizado por razones de espacio, pretende mostrar práctica- miento adulto interpersonal resultante de dicha experiencia de aprendizaje.
mente la aplicación del modelo. EDT: son esquemas desarrollados en las primeras interacciones con sus
En las entrevistas planteadas como seguimiento se pudo comprobar la es- padres, cuidadores y pares que constituyen el núcleo de los vastos temas que
tabilidad de los cambios que se planificaron durante el tratamiento. El cambio implican al sí mismo y las relaciones con los demás. Comprenden los compo-

ít
250 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS

nentes cognitivos, emocionales, interpersonales y comportamentales implica-


dos en dichas relaciones, los que aun habiendo resultado adaptativos y fun-
donales en el entorno humano primitivo del individuo, resultan en un domi-
nio de experiencia interferido en su evolución. Por ello carecen de la CAPÍTULO 17
flexibilidad, variabilidad y creatividad necesarias para ser funcionales en su
· vida actual. EL ESTADO DE LA CUESTIÓN EN LA TERAPIA
Estilos de afrontar: son los estilos típicos de conducta resultantes de los DE VALORACIÓN COGNITIVA
proceSos que se ponen en marcha en el individuo para afrontar las situaciones
en el que un EDT es activado. Richard L Wessler
Pr~cesos de mantenimiento, evitación y compensación: son los mecanis-
mos automáticos asociados a los EDT a partir de los cuales dichos esquemas
son reforzados sistemáticamente a lo largo de la vida del individuo. Hay tres
tipos de procesos diferenciados según su objetivo. Procesos de mantenimiento: La terapia de valoración cognitiva (TVC) fue conceptualizada a partir del
con el objetivo de mantener y perpetuar. Procesos de evitación: cuyo objetivo acercamiento cognitivo-conductual y ha evolucionado hacia un enfoque inte-
es evitar que el EDT en cuestión se active. Procesos de compensación: cuyo ob- grado de la psicoterapia ·para los trastornos de personalidad. Asume que el
jetivo es eludir el afecto doloroso que la creencia central que configura el es- afecto, la conducta y la cognición son interdependientes, son componentes
quema en cuestión desata en el individuo. psicológicos que se influyen mutuamente, y que una fuente significativa de
motivación para la persona es la búsqueda de seguridad psicológica mediante
la repetición de experiencias familiares. La TVC contiene elementos de dis-
CUESTIONES SOBRE LAS QUE REFLEXIONAR tintos acercamientos cognitivo-conductuales y de otros enfoques terapéuticos.
Su teoría se configura sobre el aprendizaje social y la teoría interpersonal (An-
1. ¿Qué dimensiones resultaron afectadas en este caso clínico? drews, 1991), y sus procedimientos incluyen elementos de la terapia centrada
2. ¿Cuáles fueron los EDT resultantes? en el cliente y la terapia gestalt junto a la terapia racional-emotiva (TRE). La
3. ¿Cuáles fueron los procesos de evitación, mantenimiento y compensación teoría de Millon (1996) sobre la personalidad influye notablemente en cómo
que muestra el cliente? conceptualiza la TVC los trastornos de personalidad.
4. ¿Qué características distintivas muestran la evaluación y la conceptuali- La TVC no es un conjunto de procedimientos específicos, sino más bien
zación del caso clínico desde la terapia foca/izada en esquemas? una forma especial de comprensión teórica sobre el afecto, comprensible para
5. ¿En cuantas fases se desarrolló el proceso terapéutico y qué características un paciente, que puede cambiarla con ayuda. Un exceso de afecto conduce a
diferenciales tiene cada una de ellas? tratamiento, a un trastorno de personalidad limítrofe histriónica, de la misma
manera que la pérdida de afecto es la queja que acompaña al paciente aislado,
pasivo-agresivo. Ninguno de ellos se presenta en terapia quejándose de cogni-
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ciones irracionales o distorsionadas. Hasta la fecha, los psicoanalistas y enfo-
ques afines han reivindicado su énfasis en el tratamiento del afecto, aunque es-
Lazarus, A., y Lazarus, C. (1991),Multimoda/ life history inventory, Champaign, IL, Re- tos enfoques son en realidad sorprendentemente cognitivos-y racionalmente
seasch Press. intelectuales.
Young, J. E. (1994), Young Parenting Inventory. (Disponible en d Cognitive Therapy La TVC puede ser el enfoque a seguir cuando la terapia no progresa. Aun-
Center of New York, J East 8oth Street, Penthouse, Nueva York, NY 10021.)
que los profesionales suelen guiarse por sus conceptos teóricos habituales y
Young, J. E. (1995), Young Compensation Inventory. (Disponible en d Cognitive The-
rapy Center of New York, J East 8oth Street, Penthouse, Nueva York, NY 10021.) los pacientes por hábitos afectivos familiares, es útil que los clínicos estudien
Young, J. E y Klosko, J. S. (1994), Reinventzng your life, Nueva York, Plome Books. lo desconocido y practiquen con el acercamiento de la TVC, especialmente en
trastornos de personalidad y con pacientes más difíciles, para los que este en-
foque fue creado.
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 253

ÜRÍGENES DE LA TVC rales. (El término emoción hace referencia a los cambios fisiológicos así como a
acciones manifiestas, y manifestaciones faciales y posturales.) Con conducta nos
La TVC comenzó como una versión alternativa de la TRE (Wessler, 1984, referimos a patrones más que a sucesos aislados, especialmente aquellos que se
1987). La teoría de la TRE asume que hay dos procesos paralelos de emoción, da~ entre la gente-las conductas interpersonales son más significativas para la
uno mediado por las creencias racionales y otro proceso distinto mediado por
1
comprensión de la personalidad que los tics individuales--. La cognición se re-
creencias irracionales (Ellis, 1977), y que las creencias racionales producen fiere al contenido de la actividad mental, y puede consistir en frases lógicas o
emociones <<Saludables» y las creencias irracionales emociones «insalubres». ilógicas, información de hechos o fantasías, e imágenes o dibujos mentales, y
La teorla del procesamiento en paralelo de las emociones, que no ha sido to- principalmente, cogniciones evaluativas o valoraciones.
mada en serio por teóricos e investigadores en el campo de las emociones, y la La teoría de la disonancia cognitiva apoya la interdependencia entre afec-
teoría de la TRE, donde los «debes» son factores causantes de psicopatología, to, conducta y cognición. La investigación inspirada en ésta muestra que los
carecen de evidencia en la que apoyarse (Wessler, 1996). Habiendo omitido la cambios en la conducta manifiesta resultan ·en cambios internos en el afecto y
piedra teórica angular que distingue la TRE de otras formas de terapia cogni- la cognición, oponiéndose al sentido común que dice que si cambias tu men-
tivo-conductual, esta versión ya no podía denominarse TRE. Empleamos la te actuarás de manera distinta.
frase «terapia de valoración cognitiva>> para destacar el hecho de que la cogni- Muchas formas de terapia cognitivo-conductuales reconocen la interde-
ción evaluativa (un sinónimo para valoración) continuaba siendo un objetivo pendencia de esos tres componentes, pero en la práctica no los emplean mu-
de Ja intervénción terapéutica. cho. Podemos explicarlo por la adopción de un modelo mediacional, estímu-
Es cada vez más evidente que la gente, por regla general, no es consciente lo-respuesta, de las emociones. Se considera a la emoción como el resultado
de algunas de sus valoraciones más significativas; éstas funcionan como algo- del procesamiento cognitivo de ciertos estímulos externos e internos. Por
ritmos no conscientes, rutinas almacenadas para el procesamiento de infor- ejemplo, en la TRE las creencias median entre un estímulo y una respuesta
mación social (Wessler y Hankin-Wessler, 1989a). (Los algoritmos son reglas emocional, y se consiguen resultados terapéuticos cambiando las creencias
específicas y separadas para evaluar experiencias, no asumiéndose que se or- para tener nuevas respuestas emocionales. Podríamos llamarlo modelo del
ganicen en grupos como esquemas; el concepto de esquemas ya no es utiliza- «animal asustado» sobre la emoción -un animal reacciona huyendo con mie-
do en la TVC.) Este descubrimiento supone también pasar de interesarse por do ante un estímulo que percibe y evalúa como peligroso.
las cogniciones conscientemente mantenidas (o lo que la gente puede decir so- En la TVC, este modelo denomina el episodio emocional (Wessler, 1986) y
bre sus pensamientos) a las cogniciones no conscientes que deben inferirse a consiste en los siguientes pasos: l) estímulos; 2) detección de estímulos; 3) des-
partir de lo que la gente hace y dice. cripción encubierta de estímulos observados; 4) inferencias sobre estímulos
Como la mayoría de las forinas de psicoterapia a principios de los 80, la percibidos, incluyendo atribuciones, expectativas y otras elaboraciones; 5) va-
TVC fue utilizada principalmente para tratar la ansiedad y la depresión. Al- loraciones; 6) respuestas emocionales determinadas por las valoraciones; 7)
gunos pacientes no mejoraron, o no mantuvieron su mejoría, o continuaron la decisiones sobre cómo reaccionar y responder; 8) retroalimentación (refuer-
terapia después de haber mejorado (Wessler y Hankin-Wessler, 199!). ¿Por 20) sobre la respuesta conductual. Además de los estímulos externos, los seres
qué? Encontramos la respuesta en sus características predísposicionales de humanos reaccionan a los estímulos internos de sus propios pensamientos y
personalidad. Como dice Millon (r996), las condiciones clínicas son el resulta- sentimientos.
do de estresores psicosociales que interactúan con variables de personalidad. Según la TVC, las inferencias y valoraciones se basan sobre lo que s,e ha
La TVC respondió rápidamente atendiendo casi exclusivamente al tratamien- denominado reglar perrona/es de vida (Wessler y Hankin-Wessler, 1990). Estas
to de las vulnerabilidades de la personalidad (Wessler, 1993a, 1993b). son versiones personales de relaciones correlacionales y de causa-efecto que
existen en el mundo natural y social, así como versiones personales de princi--
pios morales y valores sociales. Por ejemplo, se puede asumir la regla inferen-
SUPUESTOS BÁSICOS DE LA TERAPIA DE VALORACIÓN COGNITIVA. cia! de que todos los perros muerden si nos acercamos demasiado, y una regla
evaluativa como que el dolor físico es malo y se debería evitar. Basándonos en
La TVC toma de la teoría general de sistemas el supuesto de la interdepen- esas-reglas, la conclusión lógica es que evitando a los perros·se evitará el dolor,
dencia entre los componentes. En la TVC los componentes son los procesos y esto es lo que hacen exactamente las personas fóbicas.
psicológicos de afecto, conducta y cognición. El término afecto hace referencia, Este mode1o de mediación cognitiva de la emoción episódica justifica las
fundamentalmente, a sentimientos emocionales subjetivos y sensaciones corpo- reacciones de las personas en situaciones específicas, y es especiahnente apli-
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cable y útil para comprender y aliviar el estrés emocional asociado con las cri- mérica) por el que sentirse bien es bueno. Conscientemente nos esforzamos
sis. Sin embargo, muchos de los pacientes de la psicoterapia no son candida- por tener buenos sentimientos y estamos motivados para ocuparnos de activi·
tos para la intervención en crisis, y no se les puede aplicar un modelo media- dades agradables y de relaciones interpersonales satisfactorias.
cional estímulo-respuesta de la e1:J1oción. La emoción humana es raramente Cuando los afectos personotípicos son negativos -ansiedad, ira-, éstos
reactiva a una situación particular, excepto en crisis. El trastorno emocional motivan a la gente a buscar experiencias que producen esos sentimientos
por el que la gente busca tratamiento es más habitual que reactivo, más cróni- negativos. La persona está hambrienta de afectos negativos, pero familiares, y
co que episódico. El episodio emocional fue disminuyendo en importancia a los busca. Al mismo tiempo, la persona conscientemente aprueba la norma
medida que la TVC se centró por completo en los trastornos de personalidad. cultural de que sentirse bien es bueno. Cualquier discrepancia entre lo que
La tercera dirección de influencia es la del afecto sobre la conducta y la conscientemente queremos y lo que, al mismo tiempo, inconscientemente
cognición. Asume que la gente tiene hábitos emocionales, esto es, están acos- buscamos, puede confundir a la persona y dirigirla hacia la psicoterapia. El
tumbrados a ciertas emociones. Para sustentar sus hábitos emocionales, éstos tratamiento, sin embargo, estará limitado por lo que d paciente necesita sen-
deben armonizar pensamientos y acciones con sus sentimientos. Por ejemplo, tir, contrario a lo que él/ella (y el terapeuta) cree deseable. Las tendencias con-
como indica Beck (1976), las personas depresivas realizan interpretaciones ne- servadoras de los afectos personotípicos impiden el progreso hacia las metas
gativas sobre las afirmaciones y las acciones de ellos mismos y de los demás, de la terapia.
pero cuando adoptan interpretaciones más positivas,.se sienten menos depri- Decir que ciertas personas, fuera de su conciencia, prefieren sentirse mal
midos. Para sustentarse y reproducirse, las emociones habituales dependen de que bien, parece ir en contra de un apreciado principio en la teorización psi-
las conductas y de las cogniciones. cológica. Un principio resaltado por la mayoría de los acercamientos psicoló-
Las personas no sólo se acostumbran a ciertos sentimientos emocionales, gicos sobre la naturaleza humana es el principio del hedonismo -las criaturas
sino que para tener una sensación de seguridad psicológica necesitan re-expe- vivas, incluyendo los humanos, parecen buscar el placer y evitar el dolor-. La
rimentar esos sentimientos. Las personas se sienten más cómodas y seguras en búsqueda de afectos negativos personotípicos parece ser una excepción al
ambientes familiares, con personas familiares y con sus propias posesiones principio del placer-dolor. ¿Cómo se puede reforzar la experiencia de un afec-
(objetos familiares). La TVC postula que cualquier persona tiene reglas per- to negativo? La respuesta es que la familiaridad es más reforzante que el pla-
sonales no conscientes de vida que configuran cómo se debería sentir: éstas se cer o que la evitación del dolor, bajo ciertas condiciones. Las condiciones son
conocen como puntos fijos emocionales. las mismas que las requeridas para el refuerzo-privación hedonista.
Cuando los sentimientos emocionales subjetivos fracasan en armonizar No reforzar es absolutamente reforzante. Su fuerza procede del estado del
con sus puntos fijos emocionales, se activan procesos automáticos que recon· organismo de privación o saciación. La comida refuerza cuando el organismo
ducen los sentimientos de la persona hacia la línea prescrita por los puntos fi- está privado y hambriento, pero no tiene propiedades reforzadoras cuando el
jos. Las desviaciones por debajo de los puntos fijos, esto es, cuando uno se organismo está saciado y no está hambriento. De igual manera, cuando una
siente peor de lo que prescriben los puntos de inflexión, se corrigen median- persona es privada de sentimientos faffiiliares, los buscará -sin conciencia y
te ciertos pensam.ientos y acciones elevadoras del estado de ánimo -<:onoci- sin tomar una decisión consciente para hacerlo--. El punto fijo emocional es
das comúnmente en psicoterapia como «defensas»--. De acuerdo con la igualado cuando la persona se sacia de sentimientos familiares, y tiene un sen-
TVC, las defensas psicológicas son simples procesos automáticos que recon- timiento de seguridad psicológica.
ducen el estado emocional de la persona hacia un punto conocido. Por el con- Para completar el vocabulario especial utilizado en la TVC, las conductas
trario, cuando nuestros sentimientos exceden el punto fijo, es decir, cuando que sirven a los afectos se denominan conductas buscadoras de seguridad. Típi-
uno se siente demasiado bien, los procesos automáticos trabajan para recupe- camente, éstas son conductas interpersonales que «arrastran» respuestas pre-
rar el estado individual acostumbrado (y por tanto seguro). visibles en otras personas, y estas respuestas estimulan en el actor sentimien-
El punto fijo emocional varía entre los individuos de acuerdo a su desa- tos previsibles. Por ejemplo, si la ira es un afecto personotípico, el actor puede
rrollo histórico personal. La familiaridad proviene de la exposición repetida a realizar acciones provocativas que seguramente tendrán como resultado res-
ciertas situaciones, usualmente dentro de la familia, pero también a ciertos puestas que le harán sentirse enfadado. Los pensamientos que sirven a los
modelos de interacción y respuesta emocional. En la TVC, las experiencias afectos personotípicos se denominan justificaciones cognitivas porque propor-
emocionales familiares que proporcionan un sentimiento de seguridad se de- cionan racionalidad a los sentimientos. Por ejemplo, si la ansiedad es un afec-
nominan afectos personotípicos (Wessler, 1988). Ctiando éstos son positivos, no to personotípico, una persona podría creer que algo horrible sucederá. Cuan-
se les presta mucha atención porque hay un valor cultural (al menos en Nortea- do no hay evidencia de que nada terrible puede suceder y la persona continua
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 257

pensando que ocurrirá, ésta es una justificación cognitiva -el pensamiento VERGÜENZA, AUTOCOMPASIÓN Y AUTORRESPETO
justifica d sentimiento.
El plan de tratamiento en la terapia cognitivo-conductual convencional es _Dos sentimientos importantes pero fácilmente olvidados a los que se les
especificar ciertas conductas y pensamientos como objetivo del cambio. Se lo- presta mucha atención en la TVC son la vergüenza y la autocompasión. Re-
gran esos objetivos de forma lógica: se asignan tareas para casa para estimular cientemente, se ha prestado mucha atención a la vergüenza mediante la publi-
nuevos patrones de conducta, y se cambian pensamientos mediante la eviden- cación, la pasada década, de una docena de libros sobre el tema. La vergüen-
cia no .confirmatoria de su validez. Cualquier terapeuta ha tenido pacientes za es un sentimiento de deficiencia personal, de imperfecciones personales y
que no hacen precisamente aquello que reconocen como más adaptativo, o no defectos, tan malos que deben ser mantenidos en secreto. A diferencia de la
cambian su mente cuando reconocen que sus creencias son falsas o desadap- culpabilidad, que hace referencia a acciones que violan las reglas del grupo,
tativas. ¿Por qué actúan los pacientes en contra de sus mejores intereses ra- las normas sociales o los mandamientos religiosos, la vergüenza representa el
cionales, especialmente cuando-reconocen que ni sus acciones ni sus creencias sentimiento personal de indignidad o incapacidad. Es una forma de autocriti-
son juiciosas? ¿Qué es lo que el terapeuta puede hacer cuando un paciente ca y autocondena, tan grande, que uno se siente como un marginado en la
está de acuerdo con sus intervenciones cognitivas pero no cambia? compañía de familiares y amigos. Esos sentimientos pueden acompañarse de
En la TVC, el terapeuta asume que la gente que actúa en contra de sus soledad y alienación autoimpuesta para evitar exponerse a más críticas. La an-
propios intereses está buscando la seguridad de la familiaridad. Lo que el te- siedad aparece cuando se teme que sus debilidades secretas sean descubiertas
rapeuta no hace es continuar debatiendo las creencias o presentar evidencia por los demás. Las consecuencias de la vergüenza deben ser tenidas en cuen-
para desconfírmar las ideas erróneas del paciente. Lo que hace el terapeuta en ta en el tratamiento de la ansiedad social.
la TVC es inferir la presencia de afectos personotipicos, las conductas busca- Nos defendemos de la vergüenza mediante una variedad de formas, esen-
doras de seguridad, y las justificaciones cognitivas, y explicárselo todo al pa- cialmente la huida, la ira, la negación o el humor (Nathanson, 1992). Sin em-
ciente. bargo, cuando la vergüenza es uno de los afectos personotípicos, la buscamos
La táctica más importante de la TVC es penetrar en nuestros·patrones cog- más que la evitamos aunque no tenga sentido, racionalmente hablando, bus-
nitivos, afectivos y conductuales, para que el paciente también pueda entender- car la humillación y la mortificación. ¿Por qué actúa una persona como si bus-
los. La autocomprensión -o el insight de nuestra propia personalidad- es el cara la vergüenza? Por que éste es un estado emocional familiar, y con él se
fundamento del cambio. Entonces, el paciente puede trabajar conscientemente consigue un sentido de seguridad. (No es sorprendente que éstas sean per-
contra esas tendencias suyas tan poderosas. Avisamos al paciente del poder de la sonas que experimentaron, frecuentemente, vergüenza en la infancia y en la
familiaridad -la fuerza que trabaja contra el cambio-. Cuando los pacientes lo adolescencia, a menudo humillados por sus familiares, y habiendo padecido
saben, buscan conscientemente la novedad del cambio y esperan sentirse psico- muchos de ellos abusos sexuales.) Mientras conscientemente aborrecen la ver-
lógicamente inseguros, están preparados para la disonancia y la incomodidad. güenza, sus repetidas actuaciones como si la buscaran proporcionan una evi-
Es entonces cuando pueden trabajar en su autocuidado emocional. dencia confirmatoria de que el sentimiento es un afecto personotípico y que sus
El autocuidado emocional consiste en apaciguar los propios sentimientos, acciones corresponden con un patrón de conducta de búsqueda de seguridad.
reducir su intensidad, y tranquilizarse uno mismo. Para algunas personas, la La autocompasión está omnipresente en la Norteamérica de hoy, al igual
espiritualidad y las creencias religiosas son factores legítimos e importantes en quizá, que en cualquier otro sitio. Se refiere al sentimiento· de que uno es dé-
el mantenimiento del'afecto. Otras vías para reducir los sentimientos inclnyen bil y está en desventaja, sin culpa alguna por su parte -una víctima-. La
fármacos y sustancias que pueden tener efectos secundarios y pueden ser adic- pena que la gente siente por los menos afortunados los motiva a ayudarles, y
tivas, o el excesivo uso de la distracción, que puede producir déficit atencio- la técnica utilizada para obtener ayuda de los demás es mostrarse como un mi-
nales. Algunos de los mejores métodos para el autocuidado emocional están serable, víctimas merecedoras de injusticia e indiferencia. Sin embargo, la
en la terapia tradicional cognitivo-conductual, especialmente autoafírmacio- compasión ante uno mismo no crea iniciativas para la autoayuda, porque los
nes que crean tranquilidad. Tanto si son denominadas autoinstrucciones o sentimientos confirman la incapacidad. Cuando la autocompasión es un afec-
inoculación del estrés, éstas intentan reducir el exceso afectivo y mantener a la to personotípico, las personas se comprometen con las conductas de búsque-
persona en contacto con la realidad. da de seguridad que tienen como resultado que los demás se aprovechen de
ellos, justificando su autocompasión, viéndose a ellos mismos como víctimas.
Dado que se imaginan como débiles pero merecedores de ayuda, se muestran
pasivos, dependientes, y poco dispuestos a tomar responsabilidades o iniciati-
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 259

vas que satisfagan sus propios deseos y necesidades. Las personas depresivas APLICACIONES ACTUALES DE LA TERAPIA DE VALORACIÓN COGNITIVA
se ven a sí mismas, generalmente, como víctimas, y la autocompasión debe te-
.nerse en cuenta al tratar la depresión. La TVC fue desarrollada para la psicoterapia individual, aunque sus con·
Tanto la vergüenza como la autocompasión se implican a menudo con la cePtos también han sido aplicados satisfactoriamente a grupos (Wessler, 1991;
. rabia, un sentimiento extremo de ira. Guiado por la vergüenza y la autocom- Wessler y Hankin-Wessler, 1989b). Hemos desarrollado un formato de aplica-
pasión, el objetivo de la rabia es normalmente personas que avergüenzan o ción de la TVC de diez sesiones, semiestructuradas y con límite de tiempo
victim.izan a la_persona enfurecida, o que rechazan ayudarla. Dado que uno se (Wessler, 1993c), pero habitualmente el formato es libre y no tan delimitado.
siente débil siempre que se avergüence o autocompadezca, la rabia es im- En la TVC de grupo, hay un gran nivel de interacción entre los miembros del
potente, y rara vez se expresa directamente hacia el objetivo apropiado debi- grupo, que frecuentemente obtienen retroalimentación de cualquiera de los
do al miedo a las represalias. En el tratamiento de problemas de ira, es acon- participantes. El líder es activo pero no dominante, y no presenta material di-
sejable buscar la vergüenza y/o autocompasión, y las autopercepciones de que dáctico; la TVC de grupo es psicoterapia y .no educación, y sus miembros no
uno es inferior y/o una víctima en desventaja. son estudiantes que aprenden una teoría, sino pacientes que presentan pro-
Algunas formas de terapia cognitivo-conductual se preocupan por corre- blemas y manejan honestamente sus emociones.
girautoevaluaciones negativas al tratar la depresión y la ansiedad. Beck (1976) En la terapia de pareja y consejo matrimonial, Jos esposos o las parejas apren-
habla sobre los sesgos contra uno mismo, y Ellis (r977) habla de autocondena; den las reglas personales y los afectos personotípicos mutuos (Wessler, 1993c).
uno y otro hablan de los beneficios de los sentimientos positivos sobre uno Las relaciones proporcionan excelentes oportunidades para cumplir con nues·
mismo. Para Beck, se recoge evidencia para rechazar las actitudes negativas tros objetivos emocionales no conscientes. La gente reaviva, en cada relación,
hacia uno mismo, mientras que Ellis mantiene la posición filosófica de que muchos patrones de pensamiento, sentimiento, e interacción que aprendieron
uno necesita simplemente aceptarse a sí mismo sin ninguna autoevaluación. en sus fanúlias de origen. Esos patrones armonizan o chocan con los patrones de
La TVC también defiende autovaloraciones menos negativas y más positi- la pareja o esposo. La TVC proporciona un método para que cualquier parte co·
vas, y trabaja en aumentar el autorrespeto del paciente. La TVC propone que nozca la otra, y para que negocien y reconcilien sus diferencias.
el autorrespeto se basa, solamente, sobre las propias decision.es y las acciones Recientemente, la TVC se ha aplicado a niños y en las relaciones niño-adul-
individuales que son consistentes con sus reglas personales de vida. La gente to (Stem, 1996). Se tratan problemas de apego, así como la preparación básica
debería respetarse a sí misma cuando hacen lo que está bien ya que compren- en habilidades paternales. Los padres descubren sus propias reglas y expecta-
den lo bueno y lo malo al mismo tiempo. El autorrespeto, por tanto, está ente· tivas sobre las conductas de los niños, y qué afectos personotípicos están bus·
ramente bajo el control de las personas; sólo necesitan hacer lo que está bien. cando.Tanto si lo saben como si no, los padres buscan crear un ambiente en el
El individuo, y no otras personas, tiene el poder sobre las autovaloraciones que puedan sentirse psicológicamente seguros, lo que puede significar que per-
-cómo se siente con él mismo es una cuestión de hacer elecciones morales, mitan o animen sutilmente a sus hijos a portarse mal. Por ejemplo, si el padre y
no de ganar la aprobación de los demás, aunque el autorrespeto exija que los de- la madre se sienten víctimas autocompasivas, buscarán algún medio para que
más nos traten con respeto. El terapeuta no decide lo que es morahnente rec- sus hijos los victimicen, y les enseñarán también a ser víctimas.
to para el paciente-, esto es labor del paciente, de acuerdo con sus principios Y a que la TVC es una perspectiva teórica sobre la personalidad y la moti-
morales y de los valores sociales. vación, se puede adaptar a otras formas de psicoterapia relacionadas sólo con
Para combatir la vergüenza y la autocompasión es necesario d autorres- las condiciones clínicas del Eje I del DSM-IV. Cuando la terapia fracasa, sus
peto. Es difícil sentirse avergonzado cuando haces lo correcto, y difícilmente conceptos pueden ser de ayuda al ofrecer una perspectiva nueva sobre los fac-
puedes sentir pena por ti mismo. El enfoque de las autovaloraciones de la tores que resisten d cambio y que mantienen el estado de la cuestión. La fa-
TVC -el autorrespeto basado en acciones morales- da poder a la persona. miliaridad es una fuerza poderosa en la vida de la gente.
Una persona que se siente fuerte no· puede sentir realmente vergüenza o au-
tocompasión, porque la persona se siente adecuada y útil, no inferior y vul-
nerable. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Wessler, R L. (1987), «Listening to oneself: Cognitive appraisal therap}7», en W. Dry-
Este caso ilustra la aplicación de los principios de la terapia de valoración
den (comp.), Key cases in psychotherapy, Londres, Croom-Helm. cognitiva (TVC) para cambiar adecuadamente patrones existentes durante lar-
Wessler, R L. (1988), «Affect and nonconscious processes in cognitive psychothe- go tiempo de afecto, conducta y cognición que constituyen la personalidad. El
rapy», en W. Dcyden y P. Trower (comps.), Developments in rognitive psychothe- objetivo es la modificación de la personalidad (Mod-P), no el cambio total de la
rapy, Londres, Sage Publications. personalidad. Más concretamente, el objetivo es modificar esos patrones de per·
Wessler, R L. (1991), «Terapia de grupo cognitivo-conductual», en V. Caballo sonalidad que están o han estado implicados en episodios de ansiedad actuales
(comp.), Man1J4/ de técnicas de terapia y modificación de conducta, Madrid, Siglo o pasados, depresión y otras condiciones clínicas. En la TVC se asume que los
XXI de España Editores. patrones de personalidad predisponen al individuo a la vulnerabilidad ante es-
Wessler, R L. (1993a), «Cognitive appraísal therapy and dísorder5 of personality», en
tresores psicosociales y otros estresores, y que en esos casos, donde sólo se trata
K. T. Kuehlwein YH. Rosen (comps.), Cognitive therapies in action: Evoly_ing in-
nova/e practice, San Francisco,Jossey·Bass .. la condición clínica sin producir los resultados permanentes esperados, es esen-
Wessler, R L: (I993b), «Enfoques cognitivos para los trastornos de personalidad», Psi- cial centrarnos en las variables de personalidad.
rologfa Conductual, r, 35-50. Carolina era una mujer de 46 años, ·soltera, maestra de escuela. Tenía un
Wessler, R L. (199¡c), «Groups», en G. Stricker y J. R Gold (comps.), Comprehen- hermano mayor psiquiatra, y un hermano cinco años menor que ella, que es-
sive handbook o/ psychotherapy integration, Nueva York, Plenum. taba en pato y con quien tenía una relación muy estrecha. Sus padres vivían a
Wessler, R L. (1996), «ldiosyncratic definitions and unsupported hypothesís: Rational varios kilómetros de distancia y estaba bastante implicada en su cuidado. Su
emotive behavior therapy as pseudoscience», ]ournal o/ Ratíonal-Emotive and hermano menor todavía vivía con sus padres, y era alcohólico y depresivo.
Cognitíve-Behavior Therapy, IO, 30-50.
Éste cuidaba de sus padres, pero al igual que Carolina, no tenía relaciones so-
Wessler, R L. y Hankin-Wessler, S.W. R (I989a), «Nonconscious algorithms in cog-
ciales. Su hermano mayor no mantenía contacto con sus padres; estaba casa-
nitive and affective processes», ]ournal o/ Cognitive Prychotherapy: An Internatio-
na{ Quarter{y, 3, 243-254. do y vivía en otro lugar de los Estados Unidos. Ella describía a su padre como
Wessler, R L. y Hankín-Wessler, S.W. R (I989b), «Cognitive group therapy», en A. verbalmente abusivo y exigente -un individuo muy hostil, temido por sus ve-
Freeman, H: Arkowitz, L. Beutler, y K. E. Simon (comps.), Comprehensive hand- cinos por sus violentos arranques-. Su madre era histérica. y sufridora, teme-
book o/ cognitive therapy, Nueva York, Plenum. rosa de su marido, y acudía regularmente al psiquiatra del hospital para ser
Wessler, R L. y Hankin-Wessler, S.W. R {¡990), «Emotion and rules ofliving», en R tratada de su depresión crónica. Sus padres exigían constantemente los servi-
Pluschik y H .. Kellerman (comps.), Emotion: Theory, research and experience (vol. cios de sus dos hijos más jóvenes ya que habían hecho mucho por ellos edu-
5), Nueva York, Academic Press.
cándolos y criándolos -un sistema familiar que conduce a la culpabilidad.
Wessler, R L. y Hankin-Wessler, S.W. R (1991), «La terapia de valoración cognitiva>>,
En la entrevista inicial, Carolina, que era agradable y atractiva, parecía estar
en V. Caballo (comp.), Manual de técnicas de terapia y modificación de conducta,
Madrid, Siglo XXI de España Editores. muy ansiosa. Se describió a sí misma como depresiva. Había sido remitida por
un endocrino con cuya ayuda y estímulo había perdido 27 kilos. Había tenido
problemas de sobrepeso desde los 12 años y ahora era la primera vez en su vida
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que se sentía atractiva. Presentó un trastorno alimentario y ciclos severos de En el FIP, al igual que en la entrevista inicial, Carolina informó de expe-
atracón-purgas hasta dos años antes de la entrevista inicial, cuando empezó a riencias de depresión y de ausencia de alegría, remontándose a episodios de
.controlar su alimentación y a hacer ejercicio regularmente. Le entristecía darse ansiedad en la infancia. Recordó que 30 años antes su madre había estado
cuenta de que su depresión no había desaparecido después de perder peso y a i. deprimida durante tres años y que el médico también le había- prescrito
pesar de los 12 años de terapia analítica con un psiquiatra al que acudía todavía. ¡ medicación a Carolina para que no llegara a ser «como su madre». Durante
·Se sentía desesperanzada por su futura felicidad -atrapada como enfermera y • su infancia su padre la golpeaba a menudo con una correa, lo suficiente
ama de llaves de sus padres, y harta de su trabajo-. Los únicos logros que ella
describía en su vida eran la pérdida de peso y la adquisición de su propia casa
que ella había decorado de forma atractiva y a la que describía como «un refu-
gio del mundo». Cuando se le preguntó el porqué había elegido entrevistarse
' como para que le tuviera miedo y hacerle sentir vergüenza y rabia. Su madre
dependía de ella para obtener apoyo emocional como lo haría un niño -lo
contrario de una relación normal madre-hija-. Ambos padres la controla-
ban haciéndole sentirse culpable; su padre criticándola y castigándola, y
conmigo y cambiar de terapeuta, replicó que el médico de sus trastornos ali- su madre aparentando ser débil y necesitando el apoyo y la atención de Ca-
mentarios le había dado mi nombre, indicándole que necesitaba un nuevo en- rolina.
foque. Estaba demasiado asustada para decirle a su psiquiatra que quería dejar- Se describía a sí misma sin vida social y sin experiencias sexuales durante
lo. Carolina sonreía bastante a pesar de su obvia ansiedad y tenía muchas ganas los últimos 10 años, cuando terminó una relación de nueve años con un hom-
de agradarme siendo una paciente agradable -una «buena chica»--. No mos- bre casado. Las relaciones anteriores con los hombres habían sido «desafortu-
tró otras enlociones y no parecía estar tan depresiva como se describía. nadas», y algunas veces acabaron en rechazo. Los hombres de su vida fueron
En las siguientes sesiones surgió una trágica historia familiar. Carolina ha- «inalcanzables» y frecuentemente fantaseó sobre el hombre ideal, creyendo
bía sido víctima de la violencia física y verbal de su padre. Despertaba a los ni- que su psiquiatra de toda la vida era lo más parecido al hombre perfecto.
ños en mitad de la noche y les golpeaba duramente con una correa de cuero, (Descripciones posteriores de su conducta dan la impresión de que él actuó
sin ninguna razón que Carolina pudiera recordar. Su madre estaba extrema- con ella de una manera seductora muy inapropiada.)
damente centrada en sí misma, gritando a su marido por ponerla nerviosa y . En el FIP indicó que sus afectos predominantes eran el miedo y la ansie-
chillando a sus tres hijos por poner nervioso a su marido. Éste nunca pegó a dad, la tristeza y la depresión, el lamento y la culpabilidad; esos afectos se
su mujer, pero se dedicaban continuamente a pdearse a gritos, aterrorizando acompañaban de sentimientos de tensión y fatiga, y de incapacidad para rela-
a sus hijos~ En contraste con su conducta, sus padres manifestaban constante- jarse. El miedo más importante que ella identificaba era la muerte de un
mente a sus hijos lo afortunados que eran por tener unos padres tan afectuo- miembro de su familia, lo que era consistente con los vínculos afectivos inten-
sos, y les decían lo ingratos y egoistas que eran por estar alterados y sentirse sos pero insatisfactorios en su familia.
mal frecuentemente. Nunca se le permitió a ninguno de ellos expresar ira. Entre los problemas de conducta que ella identificó estaba la sobrealimen-
A los .¡6 años, Carolina era una sirvienta no retribuida de sus padres, que iba tación, el trabajo en exceso, el gasto excesivo, demorar las cosas y la impulsi-
a su casa todas las noches para cocinar y limpiar y era ridiculizada por no hacer vidad. Fue significativo que no informara de ninguna relación interpersonal
aún bastante. Nunca se había casado pero había tenido dos relaciones sexua- duradera, aunque ella aseguraba poder hacer amigos fácilmente. Se veía a sí
les prolongadas con hombres casados que la trataban mal, ridiculizándola a misma como necesitada de agradar a la gente, negando sus verdaderos senti-
menudo por estar tan gorda. Ella cumpüa con todo lo que ellos le pedÍan y to- mientos a los demás, probablemente en un intento de asegurarse las relacio-
leraba sus críticas mientras que padecía en privado -culpándose a sí misma nes y evitar el rechazo.
por su falta de atractivo, sin sentir ira hacia ellos, sino sólo hacia sí misma. El FIP pregunta por ciertas cogniciones, aunque la mayoría de la informa-
ción sobre los afectos y las cogniciones del paciente surgen durante d curso-de
la terapia. Aqui se incluían sus ideas sobre deber agradar a los demás y hacer-
EVALUACIÓN les felices, y deber esforzarse por hacer perfectamente cualquier cosa. Más
aún, se veía a sí misma como fracasada, atrapada e incapaz de ayudarse a. sí
Los pacientes que comienzan la TVC completan el Formulario de Informa- misma, temiendo poder perder el control en cualquier momento.
ción Personal (FIP), un cuestionario de historia de vida. Este formulario permi- La mayoría de los datos de evaluación en la TVC se obtienen durante cada
te al terapeuta obtener una gran cantidad de información sobre el paciente con sesión de terapia, especialmente durante la entrevista inicial, y el proceso de
sus propias palabras. Éste no es necesariamente un documento de hechos; es la evaluación continúa actualizándose durante todo el curso de la terapia .. Sin
narrativa personal individual, las autopercepciones y la autopresentación. embargo, siempre se administra un instrumento psicométrico -norrnalmen:-
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te el Inventario Clínico Multiaxial de Millon (ICMM)- y un cuestionario de 2. Ira, de la que ella se disocia, un hábito que desarrolló como protección
autoinforme -normalmente el Inventario de Depresión de Beck (BDI)-. cuando su padre la golpeaba y la amenazaba y cuando se aterrorizaba por las
Las puntuaciones de Carolina en el BDI fueron relativamente bajas (15), don- fre~uentes y violentas discusiones de sus padres.
de tres ítems -aquellos que hacían referencia a la culpa, a la expectativa de 3. Culpabilidad, resultado de la constante letanía de advertencias de sus
ser castigada y a la propia culpabilidad- contribuyeron de forma significati- padres, cuyo mensaje era «debes estar eternamente agradecida porque te ha-
Va al total. Estos resultados son consistentes con sus afirmaciones verbales y yamos criado, alimentado, educado, y porque te hayamos pagado la universi-
sus respuestas escritas en el FIP. dad. Sólo tienes un padre y una madre, y si no los cuidas te arrepentirás cuan·
Las puntuaciones en el ICMM indicaron un estilo de respuesta a la defensi- do mueran». (Más tarde en la terapia Carolina llegó a darse cuenta y fue capaz
va, consistente con su autoinforme en el FIP de que ella nunca debería revelar in- de expresar odio hacia su madre y sentimientos mezclados de disgusto, odio y
formación personal. No obstante, hubo puntuaciones significativas en tres esca- amor hacia su padre.)
las: depresión, autoderrota y ansiedad. (Los datos del ICMM consisten en 4. Miedo a las represalias si expresaba su ira e insatisfacción. Tenía miedo
puntuaciones en escalas diagnósticas empleando la terminología del DSM-IV. de que su padre le pudiera hacer daño-lo que no creía de manera racional-
De ahí que «depresión» es la abreviatura de <<trastorno depresivo de la persona- y que sus padres pudieran morir por _ser «mala>> con ellos y sentirse eterna·
lidad», etc. Sin embargo, el significado de esas escalas puede ser algo diferente mente culpable y arrepentida. Carolina indicó tener «ataques de angustia>>.
del significado sugerido por los criterios diagnósticos del DSM-IV. Las escalas 5. La autocompasión fue la AP más fuerte de Carolina y era la base de su
son continuas, lo que pemúte considerar las dimensiones de personalidad como desorden alimentario. En su expresión, este sentimiento es esencialmente pa-
rasgos más que como tipos o categorías.) Los datos del ICMM describen un in- sivo. Carolina rumiaba en privado sobre cuán miserable e insoportable era su
dividuo constantemente autocriticado, que se siente inútil, y que cree que a pe- vida y entonces tenía sentimientos de vergüenza. Cognitivamente expresaba
sar de los esfuerzos que pudiera hacer, nunca podría conseguir sus sueños. La in- estos sentimientos diciendo que «dado que soy una inútil tengo lo que me me-
terpretación de la escala de ansiedad es clara. Además, hay pequeñas subidas en rezco». Personalmente Carolina conceptualizó su desgracia de manera infan.
escalas (escala esquizotípica y trastorno del pensamiento) que reflejan caracterís- til y concreta: «Si la vida es buena y me trata bien, entonces yo soy buena; si
ticas no psicóticas en el proceso del pensamiento, tal como aparece en personas no lo hace es porque soy mala>>.
socialmente aisladas y propensas a un pensamiento idiosincrásico.
Observen que en la teoría de la TVC, la depresión no se considera como
una AP, sino como resultado de nivdes altos de emociones angustiosas que so-
CONCEPTUALIZACIÓN DEL CASO brecargan la capacidad corporal para mantener el equilibrio -homeostasis
emocional- y para el sistema. (Aunque Carolina no tiene un trastorno bipolar,
La mayoría de las terapias cognitivo-conductuales conceptualizan los ca- vale la petia señalar que, en nuestra opinión, existen niveles altos de emoción
sos utilizando el proceso psicológico del afecto, la conducta y la cognición. La agradable-manía elevada-; sobrecarga y dispara la misma respuesta.) La de-
TVC emplea para describir la personalidad conceptos como afectos persono- presión de Carolina se ve como una escapatoria desesperada e ineficaz de un
típicos, conductas buscadoras de seguridad y justificaciones cognitivas. dolor emocional insoportable. Sus ataques de pánico son interpretados como
El afecto personotípico (AP) es un patrón familiar emocional experimenta- la rabia no expresada que satura su habilidad para calmarse. (A medida que
do por el cliente mediante conductas, percepciones y distorsiones cognitivas. progresó el tratamiento, fue capaz de manejar su ira directamente, desapare-
El cliente puede no tener una conciencia inmediata de las experiencias afecti- ciendo sus así llamados ataques de angustia-rabietas internas de mal genio-.)
vas, y puede no darse cuenta de la naturaleza recurrente de ciertas experien- Las conductas buscadoras de seguridad (CBS) son patrones de acción que
cias hasta que el terapeuta las señala <feedback terapéutico). Carolina presen- son consistentes con los AP, y pueden restaurar o mantener experiencias emo·
taba una historia de depresión y no podía describir otros sentimientos. Por cionales familiares mediante respuestas emocionales. Las CBS predominantes
ejemplo, ella no era consciente de experimentar ira. Quedó claro, después de de Carolina fueron:
la entrevista inicial y el análisis del ICMM y el BDI, que las experiencias emo-
cionales familiares eran: 1. Trastornos alimentarios. Se atracaba y se purgaba, consumiendo cantida·
r. Vergüenza -sentimiento de inferioridad e incapacidad por su soltería y des de comida con elevado nivel de azúcar y carbohidratos. Había sido obesa
obesidad la mayor parte de su vida-. El correlato cognitivo de la vergüenza antes del tratamiento y había perdido mucho peso con la ayuda de un excelen-
es la autocrítica, y ver a los demás como superiores a ella. te especialista que la ayudó a comer con normalidad y a evitar los atracones. Su
266 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS

patrón de ser completamente complaciente con los deseos de la autoridad le Otra forma de cognición es la regla personal de vida (RPV), que es una
había ayudado a cumplir con ese objetivo, un ejemplo del beneficio ocasional creencia duradera, a menudo no consciente, sobre la naturaleza de las cosas y
de ser dependiente de los demás; funciona cuando el otro es una figura benig- de_cómo se debe de comportar uno. Caroli_na pensaba que la ira era mala, tan-
na y benevolente. to en respuesta a los arranques tiránicos de su padre como a los mensajes de
2. Pasividad. Carolina nunca se mantuvo firme, se defendió a sí misma, o sus padres de que sería una ingrata si osaba incluso sentir ira hacia ellos. Esta
fijó límites a los demás. Trabajaba compulsivamente, confiando en el perfec- regla mediaba y reforzaba sus hábitos de vergüenza y culpabilidad; llegó a du-
cionismo para evitar la censura, y llegaba muy lejos para agradar y calmar a los dar de la validez de sus reglas como resultado de la terapia, y en esos momen-
demás debido al miedo a sus críticas o a su rechazo. Mantuvo durante tiempo tos no creía exactamente que sus creencias funcionaran como CJ.
dos rdaciones sexuales secretas con hombres casados que se comportaron de También creía que era demasiado débil y estaba demasiado asustada para
forma que no pudo rechazarlos, a pesar de los sentimientos de culpa y ver- cambiar nada y que su vida siempre sería de la misma manera que lo había
güenza al seguir en una situación que moralmente no aprobaba. Ella reexperi- sido. Este pensamiento también cambió de una RPV a una CJ, pero cuando
mentó todas sus AP descritas anteriormente como resultado de esas relaciones creyó que ella era víctima de su propia vida, el pensamiento mantuvo sus sen-
abusivas y explotadoras, y por tanto, consideramos esos patrones repetidos de timientos de autocompasión, privación e impotencia.
conducta como conductas buscadoras de seguridad. Como cualquier otra persona, Carolina tenía aparentemente un intermi-
nable suministro de cogniciones que apoyaban sus afectos. Las descritas aquí
La evitación puede parecer solamente una maniobra de defensa, pero tam- son suficientes para ilustrar de qué manera los clientes confirman sus emocio-
bién le sirvió a Carolina como un patrón de búsqueda de seguridad. Evitó el nes y mantienen su punto de vista idiosincrásico sobre el mundo.
contacto social excepto con dos amigas que, como sus padres o sus amantes,
eran extremadamente criticas y egocéntricas. Tenía poco en común con ellas,
pero estaba disponible y a sus órdenes, siempre hacía lo que ellas querían ha- PROBLEMAS TRATADOS
cer sin expresar nunca por sí misma sus preferencias. Este patrón de conduc-
ta reforzó sus AP. Para Carolina se plantearon los siguientes objetivos de tratamiento:
Igualmente, nunca se quejó a su psiquiatra de su conducta explotadora y
conquistadora (extrañamente. éste era el psiquiatra de su madre). Por- ejem- -Comprender, reevaluar y cambiar las interacciones entre Carolina y su
plo. mantenía largas conversaciones telefónicas durante sus sesiones de tera- familia, sus amigos y sus colegas con el objetivo de sentir menos autocompa-
pia, dándole una revista para leer durante esos intervalos. Disfrutaba de los sión y abandonar la culpabilidad (vergüenza y culpa) para afirmarse a sí mis-
detalles sexuales de sus aventuras, y aunque avergonzada, obedecía contándo- ma (había sido criada para creer que la autoafirmación era mala).
los de nuevo. Se veían dos veces por semana durante once años, pero nunca le -Examinar sus valores y promover el pensamiento independiente sobre
expresó que no estaba progresando o consiguiendo superar sus problemas. las cosas buenas o malas. Siendo adoctrinada por sus padres hasta en su pro-
Las cogniciones justificadoras (CJ) son justificaciones de nuestros propios pia madurez, Carolina simplemente no había reflexionado sobre los méritos
sentimientos o percepciones de los sentimientos y acciones de los demás. Esas de su código ético de conducta. Esas RPV eran objetivos para modificar. El
cogniciones no se creen al pie de la letra, y los clientes a menudo dicen «sé que autorrespeto está basado en lo que las personas hacen creyendo que está bien,
no es verdad, pero lo pienso de todas formas>>, mientras dudan entre creerlas y si los valores de los clientes no son culturalmente normativos e idiosincrási-
o no creerlas dependiendo de su humor. Las CJ de Carolína incluian: cos, pueden llevarles a una confusión emocional y a un conflicto interperso-
«Soy una inútil, un fracaso en la vida-no soy bueni>-». Cuando le pregun- nal. Ayudándole a pensar por sí misma, Carolína pudo desarrollar un sí mis-
té cómo lo explicaba y qué la hacía no ser buena, ella decía que realmente no mo individualizado, en lugar de seguir dependiendo de sus padres para
creía en su propia descripción -que de hecho era bondadosa y bien intencio- proporcionarle un libro de reglas de vida. Los adultos necesitan desarrollar
nada y que intentaba agradar a los demás-. Aunque creía que era inútil por- sus propias RPV con el objetivo de definirse a sí mismos de forma madura y
que sus padres se lo decían, y por tanto ella se «sentía>> así. A diferencia de la hacer lo que está bien en un momento o en una circunstancia dada, y no ser
terapia cognitiva clásica en la que esas cogniciones centrales se cambian basán- gobernados por otras creencias o sentimientos --0 por sus propios hábitos
dose en la evidencia y que luego se supone que el cliente las modifica o las aban- irreflexivos de sentimientos.
dona teniendo como resultado el alivio de la culpa, la vergüenza y la depresión; -Ayudarle a reducir los niveles de intensidad emocional, especialmente
la TVC señala la manera en que la cognición apoya las AP del cliente. el miedo, la vergüenza, la autocompasión y su rabia no reconocida, que ha-
268 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS

bían precipitado tanto los episodios depresivos como un serio trastorno ali- El terapeuta es positivo, y expresa su creencia en la capacidad del cliente para
mentario. realizar cambios positivos.
-Asegurar en general que las acciones de Carolina fueran activas y en su Desde el principio, Carolina habló fácilmente de su situación -<lespués de
propio interés y no pasivas y basadas en los deseos y preferencias de los de- todo, había estado en terapia durante más de una década y estaba acostumbra·
más. La pasividad invita a la indiferencia y la falta de respeto de los demás y da a hablarle a un terapeuta-. Después de conocer lo de su padre, recíproca-
·de uno mismo. La indiferencia y la falta de respeto dispara la autocompasión, mente, le revelé información sobre mi propio padre-alcohólico y camorrista--.
la vergüenza y Ja rabia. Al contrario, el autorrespeto y la negativa a tolerar la La autorrevelación adecuada es una táctiCa continua utilizada en todo momento
indiferencia y la falta de respeto de los demás fomenta un sentido de satisfac- en la TVC. Mediante este método honesto compartimos brevemente experien-
ción y de aceptación no critica, objetivo de esta terapia para Carolina. Obser- cias, sentimientos y semejanzas que vemos que existen entre el paciente y el te-
ve que el objetivo de la TVC es el autorrespeto y no la autoestima, el amor por rapeuta. La idea no es competir con el cliente, como la madre de Carolina lo ha-
sí mismo o la propia admiración. cia con ella, sino promover un sentido de comunalidad y comprensión (empatía),
Un aspecto crucial del tratamiento supone el intento de comprender me- y un sentimiento de una adecuada cercanía entre el diente y el terapeuta. La re-
jor a los padres de Carolina y sus problemas psicológicos para desarrollar con velación del terapeuta parece incrementar el grado de revelación del cliente, es-
ellos nuevas relaciones interpersonales. Planeé demostrarle que el trato a Ca- pecialmente en las primeras sesiones. Al final de la primera sesión, Carolina me
rolina y a sus hermanos era consecuencia de sus perturbaciones psicológicas, contó que se sentía cercana a mí, y que me había contado más de lo que le había
y que sus prácticas parentales no eran normales. Por tanto, ella pudo ver que contado a su psiquiatra, con el que todavía mantenía cosas en secreto.
su sufrimiento no era un defecto propio y que ella no tenía la culpa de la des- (Todavía lo veía en el momento de la primera sesión. Parecía haber co-
dicha de sus padres. Su padre era un sádico, una visión que estaba de acuerdo queteado excesivamente con ella y parecía estar interesado sexualmente en
con la del hermano de Carolina que era psiquiatra. Disfrutaba golpeando a sus ella. Recordaba varios incidentes, que apoyaban esta idea: él le había pedido
hijos y atormentando a su mujer. Sus vecinos le odiaban y evitaban a la fami- darle clases particulares de su especialidad académica, mostrándole sus foto-
lia; constantemente estaba intentando crear conflicto entre ellos. Tuvo ante- grafías de una mujer que él pensaba que se parecía a ella, ante la que se sentía
cedentes criminales en su juventud. Él también se quejaba de manera auto- atraído sexualmente, y le había exigido que le contara cualquier fantasía se-
compasiva, diciendo que había hecho mucho por su familia -que a veces era xual que le pudiera surgir. Cuando le dijo que no tenía ninguna fantasía sexual
bastante generoso- y que ellos le apreciaban muy poco. hacia él, se enfadó y la acusó de mentir.)
Su madre era narcisista y dependiente, así como pasivo-agresiva. De un Le animé a que le dijera que no volvería a verlo otra vez. Pasiva y asusta-
modo u otro cualquier conversación con su madre se dirigía al tema de sus ne- da, practicó conmigo con juego de roles respuestas a sus objeciones anticipa-
cesidades y sus sentimientos. Cuando de niña Carolina le decía a su madre das y estaba claro que se hundiría si la presionaba -tenía mucho miedo a la
lo asustada que es.taba de su padre, ésta le replicaba con suficiencia: «¿Es- crítica y la confrontación-. Por eso, escribió una carta aplazando un mes su
tás asustada? Intenta estar casada con él. Mira cómo estoy sufriendo». Suma- próxima cita, en la que esperaba poder ser más honesta (lo fue). Mi apoyo a
dre reclamaba que una enfermedad no diagnosticada le impedía cocinar, lim- Carolina en este esfuerzo --otros terapeutas que ella había consultado ocasio-
piar y cuidar a los niños, a los que convirtió en sirvientes cuando eran jóvenes. nalmente habían etiquetado su conducta como fantasía o como insensibilidad
A medida que Carolina empezó a comprender a sus padres en términos de sus y le habían sugerido que se impusiera ante él cuando claramente no podia ha-
propios problemas y que los niños no eran malos sino que abusaban de ellos, cerlo-- logró un ambiente de seguridad y el inicio de la confianza sobre la que
empezó a sentir y a expresar una ira largamente dormida. pudimos construir una relación sólida y cálida de trabajo.
Las relaciones con dientes pasivos pueden ser difíciles porque están incli-
nados a seguir sus percepciones sobre lo que creen que el terapeuta espera
SECUENCIA BÁSICA DEL TRATAMIENTO que digan, y a ocultar información vital que podria disgustar al terapeuta o que
no coincida con los supuestos del terapeuta. Por tanto, tuve mucho cuidado
La evaluación y d proceso terapéutico son simultáneos en la TVC. En la en no ser dominante o demasiado locuaz, permitiéndole ser el centro de la
sesión inicial, se comienza a construir la alianza terapéutica. El terapeuta pre· atención y que me viera como una aliada y no como una figura autoritaria o
tende establecer una relación respetuosa y cálida en la que el cliente no se vea una sustituta de sus padres.
como un enfermo o fuera de lo normal sino como poseedor de fuerzas y atri- La terapia procede. de alguna manera, dirigida por el cliente. En la TVC no
butos de los que él o ella podrian no ser conscientes o no desear reconocerlos. hay un conjunto de secuencias o técnicas especiales y el formato de cualquier se-
270 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 271

sión es muy flexible. La intención es promover la autocomprensión del paciente En la parte final de la sesión inicial, me centré en la moderación del afec-
-ser consciente de sus patrones afectivos. condU.ctuales y cognitivos, sus ínte· to de Carolina, de manera que pudiera «sobrevivir» a discusiones con su pa-
.rrelaciones y sus funciones--; y utilizar la autocomprensión para trabajar contra dre. Planeamos que ella tenía que I) realizar una·afirmación clara («No seré
esos patrones y cambiarlos por patrones más adaptativos. En la secuencia de te- por mucho tiempo tu limpiadora y tu planchadora. Puedes enviarlo a un ser-
rapia, hay pequeñas diferencias entre la primera y la última sesión, y no se presu- vicio de limpieza»), y 2) no tenía que discutir con él su decisión -sus límites
. poned número de sesiones necesarias para conseguir los objetivos de la .terapia. serían defendidos, no negociados-. Calmar sus sentimientos fue para noso·
tras una tarea difícil, y la más desafiante hasta el momento.
Cambiar su conducta y su cognición fue mucho más simple que ayudarle
INICIO DE LA TERAPIA a manejar sus emociones.
De niña nunca estaba a gusto, ni tranquila (su padre era demasiado explo-
En la sesión inicial, es importante conseguir un pequeño cambio específi- sivo y su madre demasiado centrada en sí misma para atender su bienestar
co muy rápido. Le pregunté a Carolina lo que más o menos le gustaría hacer: emocional). Había desarrollado únicamente dos métodos para cuidar sus pro-
pios sentimientos. Primero, en la illfancia había empezado a pegarse atraco-
Carolina: Me gustaría tener más tiempo para mí misma. Estoy harta de ser nes. Ahora que su alimentación estaba controlada, se desahogaba con otro
una sirvienta. La noche anterior pasé dos horas planchando las camisas de mi método: llorar hasta la extenuación. Para los clientes es duro entender que la
padre. autocompasión puede ser agradable (también muchos terapeutas, en forma-
Sheena: ¿Es eso lo que te gustaría dejar de hacer? ción, lo encuentran difícil), pero dar rienda suelta a este patrón es un hábito,
C: Sí, pero no puedo. A él le daría un ataque. y en muchos casos ésta subyace a las adicciones. Es como si nadie pudiera
S: ¿Cómo te sentirías si lo tuviera? ofrecer simpatía, de manera que la persona angustiada se la diera a sí misma.
C: Asustada -y culpable. Para ayudarle a mejorar su afecto, le pedí que no llorara. Este requeri-
S: ¿De qué? ~De que te golpeara? · miento de no expresar sentimientos es exactamente lo contrario a lo que mu-
C: ¡Oh, no! El sólo se enfadaría y gritaría y me diría lo ingrata que soy. Y chos clientes esperan hacer en terapia, y lo que defienden muchos enfoques de
lo mucho que él ha hecho por mí. tratamiento. La expresión de la emoción puede ser esencial para el proceso te-
S: ¿Siempre reacciona de esa manera? rapéutico siempre y cuando se haga apropiadamente, poniendo palabras a los
C: Siempre. ¡No puedo enfrentarme a ello! sentimientos. Simplementé sollozando o enfureciéndose -tan popular en las
S: Veamos si puedes. Hagamos un juego de roles. Tú serás tu padre y yo terapias de los años 60 y 70- se incrementan los niveles de emoción y la suma
seré tú. de CJ histriónicas que sirven para justificarlo. De esta manera, en la TVC nos
oponemos al llanto prolongado. En su lugar, con Carolina practiqué nuevos
Durante el juego de roles pudo responder exactamente como ella creía que métodos de autocontrol emocional:
su padre lo haría -eon mucho rencor y mucha culpabilidad-. Cuando le su-
gerí que mandara sus camisas a la tintorería, Carolina (como su padre) gritó: Cuestionar las CJ: Evitar todas aquellas CJ que no se atienen firmemente a
«No eres buena -¡perra perezosa! Si me muero lo sentirás. Noto que me va a la verdad mediante una validación consensuada. La realidad subjetiva no es
dar otro ataque al corazón». Ella temía verdaderamente que él pudiera morir- una prueba adecuada de que una creencia sea verdadera, a pesar de lo que di-
se si lo disgustaba, esperando como resultado sentirse eternamente culpable. cen los terapeutas cognitivos constructivistas. Igualmente, «sentir>> que· una
Utilizando las intervenciones típicas de la terapia cognitiva, buscamos evi- afirmación es verdadera no es lo mismo que comprobarlo; los sentimientos no
dencia de que Carolina pudiera causar, al inquietarle, la muerte a su padree ponen a la persona en contacto con la realidad consensuada. Por ejemplo, en
Por supuesto, no había ninguna, y le divirtió que ella pudiera ponerse en el pa- el mundo idiosincrásico de Carolina, podría ser una persona desagradable y
pel de Dios, matando gente con un conflicto verbal. Al aceptar que podía ser horrible si perjudica a su padre (una CJ), pero ya me había admitido que era
capaz de decir «no» sin que le causara una culpa indebida, logró ponerse en una mujer muy bondadosa que hacía mucho por sus estudiantes.
contacto con un alto grado de rabia, de la que sólo era vagamente consciente: No autocrítica: Le dije a Carolina: «Si traicionas tus valores, espera y vive
«jLe odio! Él nos hizo sentir (a los tres niños) miedo y culpabilidad y nos hizo de acuerdo con tus RPV». Hacer lo que es bueno para uno mismo ~1 axio-
sus esclavos. Me gustaría poder cambiarlo pero creo que puedo tener un ata- ma central del autorrespeto-- no puede causar autocrítica porque los demás
que de angust.Ía si lo intento». .¡··"~'-
.• •
no puedan compartir o aprobar la acción. De esa manera, Carolina practicó
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 273

cambiando su autocrítica por el bienestar y la tranquilidad para que estuviera PARTE INTERMEDIA DE LA TERAPIA
motivada a ser más activa y no pasiva como postura normal en su vida~
Firme auto"eguladón: Busqué afirmaciones para Carolina relacionadas Más difícil para Carolina fue ver el papel de su madre en su psicopatolo-
con contener su afecto. «No me aterrorizaré --estoy enfadada y puedo ex- gí~. Su madre siempre había estado enferma, débil y había sido muy infantil.
presarlo-.» «No lloraré.» «Temo encararme con mi padre pero ninguno de Llena de envidia y autocompasión, la trataban en hospitales psiquiátricos des-
. nosotros morirá -puedo superarlo--.» Estas autoinstrucciones de afronta- pués de sus peores peleas con su marido. Carolina la veía como enferma y me-
miento intentaron ayudarle a contener su afecto y. mantenerse conductual- lancólica y había pasado su vida intentando animarla sin lograrlo, y de hecho
mente sobre el objetivo. cuidando maternalmente de ella y sintiéndose demasiado culpable para ex-
Al final de la sesión le di una nota que había escrito durante la misma. presar sus resentimientos.
Siempre lo hago. Ésta refuerza todo el trabajo realizado en la sesión y los clien- Utilicé el mismo formato que con su padre para hacer frente a esta relación.
tes lo conservan como un tipo de libro personal de autoayuda. La nota de Ca- Cognitivamente, llegó a ver que después de 48 años de matrimonio sus padres
rolina decía: estaban atados entre sí y a sus relaciones hostiles. De alguna manera, aunque
no aparente a primera vista, habían_ desarrollado una relación satisfactoria,
· «La culpabilidad se basa en la maldad, no en la desilusión de tu padre. La pero no agradable. Cuando Carolina entendió este hecho, pudo aceptar que los
ira no mata a las personas». problemas de sus padres no eran sus problemas. Más tarde, se dio cuenta de
«A menudo, el pánico es la ira no expresada. Cuando te asustas de él, re- que su madre evitaba responsabilidades estando enferma y al sentirse psicoló-
cuerda lo enfadada que estás, lo enfadada que has estado toda tu vida.» gicamente débil. (Su diagnóstico actual parecía vago y poco específico.) Caro-
«Lavandería ---encararse con tu padre.» lina vio cuán centrada en sí misma-narcisista- era esa postura, llegó ala con-
«I. Afirmar tu intención.» clusión de que todo lo que su madre quería era «simpatía, atención y servicio».
«2. No discutirla.» Planeó no darle nada de eso. En su lugar, limitó su interacción consuma-
«3. Retirarse e irse de casa cuando él abuse o insulte.» dre a lo que ella consideraba más apropiado y de mayor autorrespeto. Por
«4. Recordar calmar los sentimientos.» ejemplo:

«Sentimientos»: C: Mi madre me ha llamado a medianoche para que la visitara. Mi padre


le ha gritado y se ha negado a hacerle la cena. Estaba hambrienta.
«Animarse y no ser critica.» S: ¿Qué decidiste hacer?
«No llorar.» C: Pensé en nuestra última sesión. Ella no presta atención ni a mí ni a mis
«No aceptar los miedos de la infancia. Él no puede herirte.» sentimientos. De manera que he decidido que no se morirá de hambre -ella
misma podría tomar cualquier cosa.
Carolina dejó la sesión sintiéndose animada. Dijo que había tenido pocas S: ¿Cómo te sentiste?
experiencias positivas en su anterior terapia. Volvió a la semana siguiente. C: De dos formas. Culpable, pero me calmé diciéndome: «Me puedo
(Veo a los clientes una vez a la semana durante 50 minutos.) Había cumplido acostumbrar a ser un adulto y desilusionar a la gente». Enfadada -aunque
su, misión y no fue tan terrible como había esperado. Su padre dio marcha ahora la ira me ayudó--. Pensé: «Déjame en paz. Esto es ultrajante>>.
atrás y no volvió a hacer mención de la ropa. Hubo varias sesiones en las que S: ¿Qué decisión tomaste?
Carolina trabajó de esta manera y replanteó su relación con su padre. Como le C: Le dije: «No me llames para esto. Es ofensivo. Nunca me llames des-
pasa a la máyor parte de personas pendencieras; cuando él no pudo dominar- pués de las 10 p.m. Y no discutiré tus peleas con tu marido>>.
la por más tiempo no supo qué hacer. Fueron necesari¡,s tres meses de traba- S: ¿Qué pasó?
jo para que Carolina se sintiera independiente y respetada. Realmente su pa- C: Intentó hacerme sentir culpable. Entre sollozos me dijo: «No te im-
dre la apreciaba y podía ser generoso con ella. Su relación mejoró bastante, sin porta que esté hambrienta. ¡Él abusa de mí!». ¡Le pedí que parara! Le di las
que ella tolerara sus quejas, especialmente sobre su mujer (su madre). Ya no buenas noches y colgué el teléfono.
le permitió que la utilizara como solucionadora de sus problemas o como ne- S: ¿Cómo calmaste tus sentimientos?
gociadora entre ellos. C: Me tranquilicé a mí -misma, pero ya no me sentí tan mal. ¡Me sentí
bien!
274 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 275

FIN.AL DE LA TERAPIA to estar presente en la vida de mis clientes y estar a su servicio tanto tiempo
como sea necesario. De esta manera, no tuvimos un final formal. Ella, corno lo
También trabajamos de forma activa y colaboradora con todas las relacio- hacen mis otros clientes, empezó gradualmente a vivir una vida mejor. No
nes de Carolina. Tenía algunos amigos centrados en sí mismos con los que tenía creo que los sentimientos del terapeuta, normalmente de afecto y satisfacción

t
poco en común y con los que diferia. Los dejó y encontró otros nuevos que eran viendo la mejoría de un paciente conocido sea cosa del cliente. Es responsabi-
respetuosos y no exigentes. También trabajamos su hábito de gastar excesiva- lidad única del terapeuta moderar esos sentimientos.


mente, una forma de autoindulgencia que había reemplazado a los atracones de
comida. Desarrolló reglas de autocontrol y llegó a ver la responsabilidad como
una forma importante de autorrespeto. A medida que se incrementó el auto- REVISIÓN Y CONCLUSIONES
rrespeto, la autocompasión y la vergüenza decrecieron, y la necesidad de indul-
gencia sobre ella misma también, a medida que había que manejar menos sen- La TVC puede ser utilizada junto a otros acercamientos de tratamiento
timientos negativos. psicológico, y es especialmente válida cuando falla la terapia. En el caso de Ca-
Por supuesto, hubo recaídas. El proceso de cambio desafía nuestros hábi- rolina, no se utilizó ningún otro tipo de terapia o se trataron directamente los
tos no conscientes de afecto personotípico. Debido a los puntos fijos emocio- síntomas depresivos. En otros casos, la TVC puede utilizarse para asegurar la
nales las personas que buscan un cambio vuelven una y otra vez a sus antiguas continuidad de los beneficios del tratamiento. Por ejemplo, la ansiedad o la
formas de comportarse y a los sentimientos familiares que éstas les producen. depresión podrían tratarse utilizando procedimientos de la terapia cognitiva
Las recaídas se interpretan como reacciones a los intentos satisfactorios de convencional y emplear los conceptos de la TVC utilizada para fomentar la
cambio -como un indicador del progreso--. Compartí con ella mi creencia conciencia y la autocomprensión de los pacientes. (Así como la-gente quiere
de que podíamos esperar las recaídas y que propiciaban el cambio. Cualquier aliviar sus síntomas, también quiere comprenderse a sí misma mejor.) Ade-
desafío a una AP debilita el hábito emocional, y proporciona una nueva sen- más, ellos pueden anticipar recaídas, comprenderlas, y sentirse- preparados
sación de seguridad. Mi papel fue de estimulo, motivación, apoyo. Fue de mu- para no alarmarse, sino para verlas como naturales y predecibles. (Predecibles
cha ayuda el humor; le tomaba el pelo sugiriéndole que por qué no actuaba porque la teoría del punto fijo emocional predice la repetición de sentimien-
realmente como la sirviente de sus padres. ¿Por qué no te compras un unifor- tos desagradables, y de cogniciones y conductas relacionadas con és_tos, cuan-
me de criada? Reírse en compañía es una verificación de la realidad. do la persona se siente «demasiado bien».) Es especialmente importante pre·
En la última sesión, utilizando el mismo formato, su atención se dirigió al pararse para las recaídas cuando se trata el abuso de sustancias, comida u
desarrollo de una nueva vida personal. Era muy intelectual y le gustaba la ópe- otros trastornos adictivos.
ra. Ahorró para sacarse un bono para una serie de funciones, y le encantaba. La TVC es una terapia integradora que comparte elementos comunes con
No tenía amigos que compartieran este interés, peto acudió a una reunión de otros acercamientos. La TVC se centra en el afecto como motivador primario
amantes de la ópera y conoció un hombre con el que empezó a citarse. (Esta de la conducta y la cognición. Asume la operación de procesos no conscientes
vez un hombre soltero.) Fue muy clara con él respecto a sus preferencias y de los que la persona necesita ser consciente para conseguir el control cons-
opiniones. Trabajó para mejorar la relación con su hermano que todavía vivía ciente. (En el caso de Carolina, llegó a tomar conciencia de sus hábitos emo-
en casa. Sin amigos y solitario, servia a sus padres, un sirviente como ella lo ha- cionales y de su «necesidad» de reexperimentar sentimientos familiares de
bía sido. Sólo le influyó con. su ejemplo, sin intentar reformarle o darle conse- autocompasión, etc.) La TVC destaca la comprensión de otras personas y la
jo, lo que a menudo es una forma de crítica. También informó sobre su ante- comprensión de cómo uno «provoca» las conductas de los demás; las dos co-
rior terapeuta a una organización profesional para que sus colegas revisaran su sas son esenciales para mejorar las conductas interpersonales. La TVC enseña
conducta ética. que las acciones (nuevas conductas) deben acompañarse de la comprensión
Empezó a verme menos a menudo, a medida que iba transformando sus de sí mismo para que la terapia sea efectiva. La TVC es cognitiva en el sentido
patrones Y superaba su depresión, al principio cada dos semanas, y luego cada que las acciones deberían estar basadas en las decisiones conscientes, raciona-
tres. No tengo una regla fija a seguir sobre la terminación. Es más, la finaliza- les, en lugar de lo habitual, es decir que sean dirigidas por el sentimiento e
ción es un proceso dirigido por el diente. Una relación valiosa no se termina, irreflexivas.
normalmente. Los sentimientos de vínculo y afecto todavía están presentes
cuando los encuentros regulares ya no son tan necesarios. Como otros muchos
clientes, Carolina viene a verme una vez cada seis meses para revisión. Inten-
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 277

PRECAUCIONES 3. ¿De qué manera enseñó Sheena a Carolina que su conceptualización de sí


misma era una cogniciónj'ustificadora?
La TVC es, más que un conjunto de téCnicas terapéuticas, un conjunto de 4. ¿Cómo explicó Sheena la elección de Carolina de amigos y amantes?
supuestos sobre Ja naturaleza humana. Su supuesto más importante es que Jos 5. ¿Cómo trabajó Carolina contra sus p~trones afectivos, cognitivos y con-
seres humanos no están sólo motivados por consideraciones hedonistas, sino ductuales?
· también, y a menudo con más fuerza, por la necesidad de sentirse psicológi·
camente seguros. La TVC también asume que el autorrespeto es el resultado
de hacer lo que está bien, tal y como entiende el individuo lo que está bien y
mal, y que hacer lo que está bien puede ser incompatible con el objetivo he-
donista de sentirse bien. La adherencia a nuestros principios puede provocar
ansiedad y depresión, y desviamos de ellos puede provocar sentimientos de
culpabilidad y vergüenza. El abandono de nuestros principios, con el objetivo
de sentirse bien, no tiene cabida en la terapia psicológica; sin embargo, siem·
pre es apropiado la revisión racional de nuestros principios y valores. Para uti-
lizar la TVC, es necesario adoptar estos supuestos.

CONCEPTOS A DESTACAR

Punto fijo emocional: regla personal de vida, no consciente, que prescribe


la manera de sentir de una persona. Las desviaciones a ese punto fijo activan
procesos cognitivos y conductuales automáticos para acercar los sentimientos
de la persona al rango prescrito alrededor del punto fijo etnocional.
Afecto personotípico: experiencias emocionales familiares que proporcio-
nan una sensación de seguridad psicológica; hábitos emocionales adquiridos
dentro de la familia durante la infancia y con posterioridad.
Conductas de búsqueda de seguridad: conductas, normalmente interper-
sonales, que promueven o mantienen afectos personotípicos; lo que uno hace
para sentirse de alguna forma y le hace volver al puntó fijo emocional.
Cogniciones justificadoras: pensamientos que proporcionan racionalidad
a los afectos personotípicos; lo que uno piensa para sentirse de cierta manera
y volver al punto fijo emocional.
Reglas personales de vida: algoritmos conscientes, aunque principalmente
no conscientes, para el procesamiento de la información social; pueden ser
versiones personales de relaciones causales o correlacionales, o versiones per·
sonales de principios morales y valores sociales.

CUESTIONES SOBRE L\.S QUE REFLEXIONAR

1. ¿Qué evidencia utiliw Sheena para determinar los afectos personotípicos


de Carolina?
2. ¿Qué conductas de búsqueda de seguridad de Carolina apoyaban sus afec-
tos personotípicos?
CAPÍTULO 19

EL ESTADO DE LA CUESTIÓN EN LA TERAPIA


LINGUÍSTICA DE EVALUACIÓN

Isabel Caro Gabalda

La terapia lingüística de evaluación (TLE) es una terapia reciente, puesto


que su primera publicación es de 1990 (Caro, 199oa). Intentaremos sintetizar,
a continuación, sus principales elementos y resultados.

EL ESTADO DE LA CUESTIÓN TEÓRICA

Relaciones con la teoría de la semántica general


La deuda que tiene la terapia lingüística de evaluación con la semántica
general es total. De ella hemos extraído conceptos teóricos, y elementos para
desarrollar las técnicas terapéuticas básicas. Todos y cada uno de los concep-
tos empleados son propios de la semántica general y no hemos importado ele-
mentos de otros modelos. Es decir, el sustrato teórico del modelo terapéuti-
co es la teoría de la semántica general. De esta teoría, consideramos de mayor
relevancia-terapéutica los siguientes elementos:

1. Evaluación: cuando conocemos las cosas, hacemos evaluaciones que


implican por igual al «pensamiento» y a la «emoción».
2. Papel del lenguaje: como postulaba Korzybski (1933) nuestra «sanidad»
depende de cómo usemos el lenguaje. Con el lenguaje, que posee una estructu-
ra determinada, intentamos conocer el mundo de lo no verbal, lo no traducible
a palabras, que posee una estrucrura totalmente distinta a la del lenguaje. Las
relaciones entre lo no verbal y lo verbal son descritas en las tres premisas no
aristotélicas.
J. Tres premisas no aristotélicas: representan el núcleo de la teoña y son: a) el
mapa no es el territorio, o no podemos identificar palabras con «hechos»;
b) el mapa no cubre todo el territorio, o conocer supone abstraer; c) podemos hacer
un mapa sobre otro mapa, sobre otro mapa, etc., o el lenguaje es autorre/lexivo.
4. Proceso de abstracción: cuando conocemos abstraemos y estas abstrac-
ciones se hacen sobre los niveles no verbales y sobre los verbales.
280 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS

5. Órdenes de abstracción: formaban parte del entrenamiento no aristoté- ciados con verbos en tiempo futuro, por ejemplo, «no quiero salir de excur-
lico desarrollado por Korzysbki {1933) como medio de enseñanza de la semán- sión con mi familia, pues vamos a tener un accidente».
tica general y representan gráficamente el proceso de abstracción. . C. Intensionalización que en cierta medida incluye a los otros dos, aunque
6. Extensionaliwr: significa entrar en contacto con los <<hechos». Korzybski lingüísticamente se manifiesta cuando utilizamos un lenguaje sin matices, ab-
. {1941) llegó a asumir que las terapias funcionaban porque lograban que los pa- solutista, rígido. Hacemos intensionalizaciones cuando nos dejamos llevar por
cientes extensionalizaran. palabras, cuando nos movemos más en un nivel verbal de abstracción muy ele-
7. Dispositivos extensionales: desarrollados por Korzybski {1933) y por vado. Por ejemplo, cuando decimos, «todo lo que he hecho lo he hecho mal»
Johnson (1946) como método para enseñar a las personas a ajustar la estructu- (el «todo» co_nvierte a la frase en típicamente intensional).
ra del lenguaje a la estructura del mundo no verbal. La orientación intensional califica el tipo de evaluaciones que hacemos con
más frecuencia. Al ser evaluaciones, no podemos olvidar que tienen un com-
A partir de nuestro trabajo clínico hemos elaborado algunos de los con- ponente no verbal y otro verbal. El aislar estos tres tipos de intensionalizacio-
ceptos anteriores. nes no significa que con la TLE los pacientes aprendan a clasificar aquello que
se dicen a ellos mismos. Intentamos que se den cuenta de cómo aportan signi-
1. LA evaluación entendida como un proceso clínico. Toda reacción psicoló- ficado a los «hechos», por regla general de forma intensional, para lo que es
gica es una evaluación. Cuando conocemos evaluamos y nuestras evaluaciones necesario señalarles, a veces, en las tareas que traen por escrito o bien al ana-
tienen dos vertientes. Una no verbal y otra verbal. Por ejemplo, un paciente con lizar situaciones por ellos vividas, qué significa hacer una identificación, o una
diagnóstico de <<fobia» puede tener miedo ante muchas situaciones, cuando antici"pación, por ejemplo. Es decir, nos importa más que entiendan cómo se
experimenta el miedo, estamos hablando de una evaluación no verbal, cuan- dejan llevar por las palabras, buscando como meta terapéutica que los pa-
do piensa o habla sobre lo que siente, tenemos una evaluación verbal. Tanto cientes desarrollen una orientación extensional.
una como la otra dependen del uso que hace el paciente del lenguaje. Clínica- 3. La orientación extensional. Tenemos una acritud extensional cuando no
mente trabajamos con las evaluaciones verbales (y la orientación intensionaf) identificamos, no anticz"pamos y hacemos extensionalzZaciones, es decir, entra-
para afectar a las no verbales. Entendiendo siempre que el organismo funciona mos en contacto con los «hechos» de forma continua. La meta terapéutica
como un todo y al describir la evaluación como un proceso complejo estamos principal radica en hacer que el paciente desarrolle una actitud distinta frente
separando «cosas» que no se.separan-cuando se experimentan. al uso del lenguaje reconociendo, sobre todo, lo que suele ser una saludable
2. La orientación intensional. Se manifiesta en lo que el paciente siente, diferenciación: aquella que se establece entre palabras y «hechoS». La bús-
se dice y nos comunica. Es el ejemplo más claro de cómo usamos el lengua- queda de esta diferenciación se fundamenta en que la estructura del lenguaje
je y de cómo esto se relaciona con problemas. En nuestro análisis de tareas es diferente de la estructura de lo no verbal. Es decir, el lenguaje es elementa-
(véase el apartado del estado de la cuestión en investigación) y a través de los lista, separa cosas que no se pueden separar (por ejemplo, «cognición» de
comentarios de los pacientes hemos encontrado tres tendencias básicas que «emoción»), y tiene un menor grado de diferenciación, riqueza y variabilidad
representan cómo aportamos significado, cómo conocemos a través del len- que el mundo de lo no verbal, de los «hechos». En semántica general se asu-
guaje. me que no existen <<hechos» en un sentido objetivo, sino que dependen de
A. Identificar, es decir, convertir palabras en «hechoS». Se asume una ac- quién los experimenta, del contexto que les rodea, del marco social. Los «he-
titud nominalista, confundiendo las palabras con los «hechos». Lingüística- chos» son abstracciones, y por tanto, incompletos, variables, asuntos persona-
mente se manifiesta, ante todo, y de forma más clara a través del verbo «ser», les (Johnson, 1946), es decir, bien distintos en estructura a la estructura del me-
cómo nos aparece en etiquetas que un paciente se puede adscribir a sí mismo~ dio mediante el cual los conocemos e intentamos darles sentido.
como «SOY un fracaso», etc. 4. La configuración de las técnicas de la terapia: las técnicas fundamentales,
B. Antidpar o seguir un orden equivocado de evaluación, es decir, ante- intra y extrasesión, son los órdenes y los dispositivos. Aunque su empleo como
poner palabras a «hechos». En lugar de centramos en el «aquí y ahora», sal- marco de debate con el paciente no ha variado desde el comienzo, ni lo
tamos a las conclusiones, trayendo el futuro al presente y convirtiéndolo en una que sus elementos significan difiere del sentido dado en la teoria de la semán-
certeza (identificadón). Es obvio recordar la inevitabilidad de hacer inferen- tica general, hemos ido acoplando su estructura, en forma de tarea, a lo que la
cias, de anticipar, de adelantarnos a los acontecimientos, pero muchos de experiencia cünica nos dictaba. Es característico también del procedimiento
nuestros problemas son consecuencia de tomar las anticipaciones como certe- analizar, en forma de debate, siguiendo las ideas básicas de la teoría (sobre
zas y no como tales anticipaciones. Lingüísticamente, se manifiesta en enun- todo las tres premisas no aristotélicas) situaciones que el paciente vive como
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 283

problemáticas, con la misma finalidad, el desarrollo de una onentación exten- Resumimos, a continuación, siguiendo clasificaciones previas (Caro, 199oa,
sional (Caro, 1994). 1995) los niveles de cercanía y separación con los modelos de corte modernista y
En definitiva, la terapia lingüística de evaluación es la teoría de la semán- postmodernista (consúltese Caro, capitulo 2, en este volumen). Cada uno de los
tica general aplicada clínicamente siguiendo planteamientos más actuales. diversos modelos cognitivos tiene su propio planteamiento en múltiples áreas,
Pero como siempre ocurre, las terapias dependen en su origen y desa- aunque se puede encontrar una mayor cercanía entre la TLE y los modelos mo-
rrollo del tipo de muestras con las que se trabaja y del modelo del que parte dernistas en cuanto al tipo de relaaón terapéutica (educativa y reeducativa) que
el terapeuta. Los pacientes (de forma general, pacientes con problemas de postulan y el énfasis de la intervención (ahistórico, centrado en problemas).
«ansiedad» y «depresión») que nos llegaban y que conformaron la muestra Mientras que la cercanía entre la TLE y modelos postmodernos es más de tipo
experimental eran altamente sintomáticos, algunos con más de ro años en teórico, puesto que algunos de los conceptos de la semántica general, que seña-
trataritiento, casi todos con una media de entre 3 y 5 años con problemas, y laban incipientemente una crítica al modernismo, son el núcleo central del
en función de ello con fuertes exigencias para conseguir un rápido alivio de postmodernismo. Me refiero a su epistemología de base (es decir, la realidad no
sus síntomas. EllOs nos enseñaron qué hacer clínicamente con la teoría. es algo externo, singular y estable, sino un fenómeno conjunto observador-ob-
Igualmente, el factor terapeuta/investigador puede explicar una buena par- servado) y en cuanto a su conceptualización de las relaciones entre conducta,
te de la varianza, en la que influyó, sin duda, nuestra formación como tera- cognición y afecto, y a su visión balística, ambas claramente reflejadas en las pri-
peutas cogriitivos. meras formulaciones de la teoría semántico-general, sobre todo en la noción del
organismo-como-un-todo-en-un-ambiente-neutolirigüístico y neurosemántico
(Korzybski, 1921). Finalmente, estaría más cercano a modelos postmodernistas,
Relaciones entre la TLE y otros modelos cognitivos
por su insistencia en el lenguaje como productor de nuestras «realidades».
La teoría de la semántica general ha influido, en mayor o menor escala, en
otros modelos de terapia. Asi algunos de sus elementos han aparecido en en-
foques tan diversos como la terapia de constructos personales (Kelly, 1955; EL ESTADO DE LA CUESTIÓN CLÍNICA
Neimeyer, 1993a; Stewart y Barry, 1991), la terapia gestalt (Castanedo, 1988; Pe-
tit, 1987), la terapia racional-emotivo-conductual (Ellis, 1993), primeras formu- La terapia ha demostrado su eficacia y posee una estructura definida, mo-
laciones de modelos construccionistas (Guidano y Liotti, 1983) y los enfo- dificada a lo largo de los años.
ques de comunicación (Bateson, 1972). Más recientemente, se ha asociado la
semántica general con el constructivismo y con la revolución cognitiva (Nei-
El procedimiento clínico
meyer, 1993b; Mahoney, 1991) y con alguoos enfoques en los que el lenguaje
juega un papel fundamental (Efran y Heffner, 1991). El procedimiento está diseñado para que el paciente de forma progresiva
Hemos señalado en otros trabajos (Caro, 199oa) las relaciones y diferen- vaya practicando los elementos terapéuticos, viendo cómo puede resolver si-
cias entre la TLE y otros modelos cognitivos, por lo que, por motivos de es- tuaciones/problemas cambiando el uso que hace del lenguaje. Para la semán-
pacio señalaremos, brevemente, que: 1) la terapia es una terapia cognitiva en tica general, la vida tiene lugar en los niveles no verbales. Éstos son los más im-
cuanto al «espíritu de la época>>; 2) sin embargo, la terapia haciendo honor a portantes según Korzybski. Consecuentemente, buena parte de la semántica
su nombre, da una explicación no cognitiva de los problemas emocionales. De general se dedica a entrenar a las personas a entrar en contacto con lo no ver-
hecho, el termino «cognición» (al igual que el de «emoción») es según la se- bal, con métodos de visualización, relajación, trabajo corporal, etc. Sin em-
mántica general, elementalista. Preferimos usar en su lugar el término evalua- bargo, un crítico atento podría darse cuenta de que en lo que atañe-a la tera-
ción que como hemos visto, integra, por igual, aspectos del funcionamiento pia lingüística, esto no es del todo así. Es decir,. tanta importancia (sino más)
humano que sólo se pueden separar lingüísticamente, aquello que llamamos tienen los niveles verbales como los no verbales. En honor a la verdad, esto es
«cognición» y· aquello que llamamos «emoción»; 3) el cambio se produce por una justificación «post hoc» con la que explicamos algo que nos hemos en-
medios lingüísticos, es decir, por un distinto uso del lenguaje; 4) el cambio que contrado sin buscarlo de forma deliberada. Dicho de otra manera, en lugar de
se produce afecta al tipo de evaluaciones que hacen los pacientes. Es decir, a trabajar con los pacientes para que verbalicen menos, les enseñamos a que ver-
su funcionamiento como un todo; 5) por motivos de investigación se emplean balicen mejor, ajustando la estructura de lo que dicen a la estructura de lo que
exclusivamente técnicas semántico-generales. No se han importado técnicas experimentan. Ya hemos mencionado d tipo de pacientes sobre los que se
de otros modelos, o enfoques, aunque podría hacerse. construyó el procedimiento. Nuestro interés, desde un principio, fue lograr
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 285
que este tipo de pacientes <<Validara» los dementos de la semántica general, que Estudios sobre eficacia
considerábamos importantes, y a través de su uso, refrendara la teoría y d gra-
do de aplicación de la terapia. Creemos, entonces, que es más fácil para el pa- El trabajo principal sobre la eficacia de la terapia fue publicado en 1992 y
ciente que primero se dé cuenta del papel del lenguaje en su sanidad, y que recogía la muestra de pacientes tratados desde el comienzo del estudio es de-
luego pase a practicar con técnicas terapéuticas semántico-generales, tal y cir, 1987. Los resultados alcanzados nos permiten afirmar: '
como queda representado en el capítulo sobre d proceso terapéutico.
1. La terapia lingüística de evaluación es una forma eficaz de tratamiento
La terapia lingüística de evaluación no es un simple conjunto de técnicas,
sino una conceptualización particular de la «sanidad» derivada de la semánti- para pacientes que presentan problemas «emocionales», «depresión» y «an·
siedad>>.
ca general, y de las formas de lograr un cambio terapéutico y mantenerlo.
2. No hay diferencias en su eficacia en función del tipo de muestra tratada.
Es ·decir, consideramos muy importante: 1) que d paciente logre lo que en
principio era una meta de la semántica general, aprender un método general, 3· No hay diferencias en su eficacia en función de la técnica o tipo de pro-
cedimiento empleado.
en el sentido de aplicable a toda situación en la que hace uso del lenguaje; 2)
4. Es tan eficaz de forma individual o en grupo.
este esfuerzo en modificar el uso que se hace del lenguaje, da al paciente sus
5. Es tan eficaz en muestras clínicas como en análogos.
primeros logros terapéuticos, y esto, no nos cabe duda, lo motiva en la conti-
nuación del tratamiento, afianzando, desde luego, la alianza terapéutica; 3)
permite al paciente entender mejor, primero, el tipo de tratamiento que se le A partir de esa fecha, se trató a un grupo de pacientes que también obtu-
está haciendo, y segundo, las técnicas terapéuticas que luego va a utilizar, vo res~tados altamente satisfactorios. Estos datos aparecen publicados aquí,
cuya meta es lograr que d paciente mejore sus evaluaciones, es decir, desa- por pnmera vez, y se ofrecen en forma resumida en la tabla 1.
rrolle una orientación extensional; 4) de hecho, hemos comprobado que en
pacientes con un menor nivel de deterioro, con puntuaciones menores en los TABLA 1. Algunos datos sobre la eficacia de la terapia lingüística de evaluación
cuestionarios pre-test de ansiedad y depresión, a veces suele bastar con este correspondientes a la fase V de tratamiento (prueba de rangos de Wilcoxon). '
trabajo. Es decir, al margen de que se use alguna técnica terapéutica en las Pretest Postest
sesiones para analizar acontecimientos que el paciente quiere trabajar en se- Prueba Mediana Mediana z
sión, la tarea extrasesión, que representa el esfuerzo que hace el paciente
aplicando elementos terapéuticos, se fundamenta en distinguir el tipo de eva- HAO-A 14 11 2.25 *
luaciones que hace de las situaciones, discriminando básicamente entre pala- HAD-D 14 6 2.54**
BDI 23 12 2.60***
bras y «hechos», evitando la identificación entre estos niveles, y las anticipa-
BAI 40 19 2.48**
ciones. Y con esto, practicado en todos aquellos momentos en los que el uso STAI-E 42 18 2.25*
del lenguaje le está causando algún problema al paciente suele ser bastante, y STAI-R 41 29 2.36**
se logran buenos resultados clínicos. . PENN ¡2 2.72***
24
p*<.05; p**<.01;p ***<.001
Niveles de aplicación _N=9; ~-A (Subescala de ansiedad de la Escala Hospitalaria de Ansiedad y Depresión, de
Snatth ~-Zigmond).' H~-0 (Subescala de depresión de la Escala Hospitalaria de Ansiedad y
La terapia surgió en el contexto de muestras de tratamiento, con proble- De~reston, de Snatth y Zigmond), BDI (Inventario de depresión de Beck.}, BAI (Inventario de
mas de «ansiedad» y «depresión». Forman parte de nuestra muestra experi' ans1e~ad de Beck), STAI-E (Ansiedad Estado, en el Inventario de Ansiedad Estado.Rasgo
mental (Caro, 199:za), pacientes con los siguientes diagnósticos: a) Trastorno de _Sp1elbergery otros), STAI-R (Ansiedad Rasgo, en el Inventario de Ansiedad Estado-Rasgo de
Sptelherger y otros), Penn (Inventario de Preocupación de Meyer y otros) (algunas de estas
dd Estado de Ánimo: trastorno depresivo mayor, episodio depresivo mayor, pruebas están descritas en el capírulo 4, de Soriano y García Riaño, en este mismo volumen).
trastorno distímico; b) T rastomo de Ansiedad: trastorno de pánico con ago-
rafobia, agorafobia sin pánico, trastorno de ansiedad generalizada (Echevarría
y De Corral, 1992).
Posibilidades de aplicación
Además la terapia se ha aplicado a pacientes con trastorno obsesivo com- En principio, la semántica general es aplicable a todo aqud campo huma-
pulsivo (Caro, i986; Caro e Ibáñez, 1993) y con análogos (Caro, 1992a). no en el que juegue un papel importante la simbolivición. Teniendo en cuenta
que la teoría de la semántica general surgió para ser aplicada en toda aquella
286 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS

área del funcionamiento humano en el que juega un papel importante el uso ciona con inejoría terapéutica. Este trabajo, en su vertiente más clínica nos
del lenguaje, las posibilidades de aplicación del procedimiento son muy gran- aparece en el capítulo siguiente sobre el proceso terapéutico.
des. Es decir, la semántica se ha aplicado con éxito en pacientes con problemas . Además, estamos analizando el tipo de lenguaje, en concreto los actos de
«emocionales», neurosis de guerra, entrenamiento en comunicación y asertivi- habla, empleados por pacientes y terapeutas en la terapia (Caro, i993b). Una
.dad, tabaquismo, y en psicoterapia en general. Se ha utilizado en campos no te- derivación de estos trabajos consiste en establecer qué tipo de «escuela tera-
rapéuticos, como estudios sobre la paz, organización de empresas, educación, péutica» parece representar la terapia lingüística de evaluación. Utilizando la
pensamiento crítico y creativo, etc. (véase Caro, 199ob para una revisión). taxonomía de los modos de respuesta verbal de Stiles (1992). hemos encontra-
Sin embargo, hay poblaciones clínicas en las que sería importante explo- do que la terapia es, a la vez, una terapia directiva (terapias que se centran en
rar cómo se puede ajustar el procedimiento y las técnicas a ellas. Lógicamen- el marco de referencia del terapeuta) y no directiva (terapias que se centran
te, aquellos diagnósticos que aparecían en los dos grandes bloques en los que en el marco de referencia del paciente), analítica (terapias que se centran en la
ha demostrado su eficacia, y que sin embargo no se han visto representados experiencia del cliente) y exhortatoria (terapias que se centran en la experien-
por el tipo de pacientes que nos fueron remitidos en su día, podrían ser fuen- cia del terapeuta) (Caro, remitido para su publicación). Un resultado único
te de nuevos datos. Es decir, fobias específica8, ataques de pánico, fobia so- por lo que concierne a lo encontrado con otros modelos terapéuticos que se
cial, etc. Igualmente, por el tipo de etiquetado que hacen de sus síntomas o de ven mejor representados con uno solo de estos conceptos, y difícilmente a tra-
las situaciones que experimentan, así como por la frecuencia de anticipaciones vés de los cuatro. También hemos intentado describir cómo los tres principios
recurrentes y catastróficas sobre daño y muerte, sería interesante aplicar d de clasificación de la taxonomía: fuente de experiencia, presunción sobre la
procedimiento en trastorno de estrés postraumático, o en pacientes con cán- experiencia y marco de referencia, se pueden utilizar como una variable que
cer, por ejemplo. describe o caracteriza la mejora terapéutica, encontrando unos primeros re-
Tal y como está diseñada la terapia, no se podría aplicar a pacientes con sultados sobre una mayor complementariedad de papeles terapéuticos (por
trastornos psicóticos. No significa esto que no se pueda aplicar la 11..E en este ejemplo, el paciente informa y el terapeuta atiende en determinados momen-
campo, sino que hacerlo supondría una remodelación total del procedimiento. tos) favorece el proceso terapéutico (Caro, 1996c; Caro y Coscollá, 1997).
C Principales estudios en curso. Seguimos ampliando la muestra de pa-
cientes (siguiendo un diseño de N=1), con la finalidad básica de profundizar
EL EST AOO DE LA CUESTIÓN EN INVESTIGACIÓN en el estudio del cambio terapéutico.

Los avances logrados se han hecho. desde dos perspectivas: la de investi- Todo ello corre paralelo a nuestra meta central de investigación: explicar,
gación de resultados y de procesos. demostrar y predecir el cambio terapéutico conseguido en la terapia y relacio-
narlo con los principales elementos y técnicas terapéuticas.
A. Investigación de resultados. Como hemos señalado en el punto ante- Al mismo tiempo seguimos trabajando con los modos de respuesta verbal
rior, el procedimiento es eficaz e incluso tiene un excelente nivd de manteni- intentando replicar los resultados ya señalados.
miento en el seguimiento (Caro, 1991, 199>a).
B. Investigación de procesos. Nuestros trabajos actuales se centran en bus-
DESARROLLOS FUTUROS
car la explicación de cómo se producen los cambios terapéuticos. El estudio
gira alrededor del concepto de evaluación. En este sentido hemos analizado, y Siguiendo una de las ventajas que subyacen al uso de la metodología de in-
estamos analizando, siguiendo la metodología del análisis de tareas (Rice y vestigación de procesos, creemos que los cambios en el procedimiento tera-
Greenberg, 1984). acontecimientos terapéuticos en los que los pacientes mues- péutico van a venir de la mano de los resultados que nos demuestren cómo se
tran evaluaciones resueltas o no (Caro, 199w; i993a; 1996a). La mayoría de los consigue el cambio, qué lo potencia, y qué lo mantiene. La finalidad es,. ante
comentarios anteriores sobre el papel de la evaluación y el empleo delas téc-
todo, conectar proceso con resultado.
nicas terapéuticas se fundamentan en el análisis intensivo de acontecimientos
Lo que encontremos en los estudios en curso dictará los pasos a seguir.
terapéuticos. De forma más concreta, se han analizado los acontecimientos de
Pero. ¿cuáles son nuestras expectativas?:
resolución de una paciente ofreciendo un primer modelo del cambio (Caro,
1996b) en el que hemos comprobado cómo se produce un cambio a lo largo 1. Perfilar según el tipo de orientación intensional el modo más eficaz de
del tratamiento de una orientación intensional a otra extensional, que correla- resolverlo.
288 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS

2. Encontrar qué bloquea a un paciente en la consecución dd cambio. foque para el tratamiento de los trastornos obsesivo-compulsivos», trabajo pre-
3. Pero sobre todo dar contexto al cambio. Es decir, d análisis cuantitati- sentado en el III Congreso Latini Dies, T oulouse (Francia).
vo y cualitativo, debe ser tanto transversal como longitudinal. Castanedo, C. (1988), Terapia gestalt, Barcelona; Herder.
4. Describir las muestras de tratamiento, fundamentalmente, las díferen- Echeburúa, E. y de Corral, P. (1992), «Clasificación de los trastornos de ansiedad», en
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Caro, I. e Ibáñez, E. (1993, mayo), «La terapia cognitiva de evaluación: Un nuevo en-
CAPÍTUL020

EL PROCESO TERAPÉUTICO EN LA TERAPIA


LINGUÍSTICA DE EVALUACIÓN

Isabel Caro Gabalda

El proceso terapéutico es un día a día, sesión a sesión, momento a mo-


mento. En él no hay elementos aislados, sino que por utilizar un término se-
mántico-general es un todo en d que se multiplican un conjunto de piezas.
Hemos podido ofrecerlo de forma tan detallada por dos motivos: I) la pa-
ciente formaba parte de la muestra experimental de la primera fase de trata-
miento, en la que intentábamos comprobar la aplicación clínica de la teoría se-
mántico-general, siendo una condición experimental seguir un procedimiento
estructurado, logrando el necesario equilibrio entre investigar y lograr aquello
que los pacientes buscaban en terapia; 2) la metodología de investigación de
procesos que seguimos en nuestras investigaciones más recientes nos facilita
delinear el proceso del cambio.

DESCRIPCIÓN DEL CASO

La paciente, a la que llamaremos María G., de 50 años, estaba casada y te-


nía 2 hijas y 2 hijos. Fue tratada con la terapia lingüística de evaluación (TLE)
durante 14 sesiones (sin contar la primera entrevista) y a lo largo de 4 meses.
En la primera entrevista nos hizo una descripción exhaustiva de sus proble-
mas que le habían aparecido 7 años antes de acudir a tratamiento psicológico.
Sus principales quejas se referían al ámbito físico: mareo, sensación de inesta-
bilidad, dolores de cabeza y cuello, palpitaciones, cansancio generalizado. Re-
lacionado con ellos presentaba síntomas comportamentales tales como inca-
pacidad para trabajar (de hecho estaba de baja laboral) y para realizar las
tareas de casa. Esto le suponía evaluarse como una carga para su familia, y eva-
lúa situaciones con anticipaciones constantes de tipo negativo.
El comienzo de sus problemas se· relaciona con una situación económica
familiar muy difícil que los llevó a todos los de su casa a ponerse a trabajar (hi-
jos e hijas incluidos, durante una temporada) para poder seguir adelante. Ma-
ría rdató en la primera entrevista que, aunque por esa _época tenían muchos
problemas, la familia estaba muy unida, e incluso estaban satisfechos y orgu-
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 293

liosos de ser capaces de seguir adelante. Relata que esa situación fue bastante CONCEPTUALIZACIÓN DEL CASO
semejante a otra que experimentó durante su infancia y de la cual pudieron sa-
lir satisfactoriamente («más unidos que antes»). Para ella era inexplicable que . Partimos de la base de que cuando hacemos terapia no estamos sino po-
los primeros síntomas físicos, mareo, etc., aparecieran cuando todo era «nor- niendo en marcha una conceptualización específica, dictada por el modelo ele-
mal» y estaba «bajo control». Al comienzo los síntomas eran muy-fuertes pero gido, y que nos lleva a construir el caso clínico de una forma concreta. Puesto
solían ser intermitentes, durando entre unas semanas o unos meses. A pesar que esto es inevitable, lo que es deseable es ser conscientes de dicha concep-
de ellos, María siguió trabajando y fue tratada con tranquilizantes que le faci- tualización e integrarla como una parte importante del proceso terapéutico.
litaron el recuperar un estado más o menos normal. Sin embargo. sus síntomas Por ejemplo, en el caso que describimos partimos de que los seres huma-
se fueron haciendo cada vez más frecuentes, mientras que el tratamiento far- nos evaluamos, es decir, ponemos en marcha un proceso que implica, por
macológico iba dejando de ser eficaz. En el momento de la primera entrevista igual, lo emotivo y Jo cognitivo. Al evaluar valoramos, estimamos, damos sen-
estaba de baja laboral provisional por dos años. tido y significado a nuestras experiencias. Aunque la línea de separación es
María se describía a sí misma como una mujer muy activa y «capaz de ha- muy tenue, estas evaluaciones pueden ser de dos tipos: no verbal, por ejemplo,
cer frente a todo». Le gustaba «ayudar y hacer felices a los demás» por lo que la sensación de mareo e incluso la sensación de desagrado ante un mareo, y
era iina persona muy querida y respetada por todos los que la conocían. verbal, el rechazo a este mareo, con pensamientos del tipo: «por qué me tiene
El diagnóstico que recibió fue: trastorno de ansiedad generalizada. En la ta- que pasar esto a mí», «cuándo se me irá>>, «soy una carga para mi familia», etc.
bla 1 tenemos las puntuaciones obtenidas con diversos instrumentos, en el Tanto unas como las otras representan el significado que para María tiene
pretest, el postest y en el seguimiento. aquello que vive o experimenta.
El procedimiento se diseñó siguiendo la teoría de la semántica general; cu- Detrás de estas evaluaciones nosotros asumimos que está una fonna espe-
yas metas, en este caso, fueron que María modificara el uso que hacía del len- cial de usar el lenguaje. Es decir, desde la perspectiva de la semántica general,
guaje (mapas/teorías) al referirse a lo que experimentaba y a cómo se etique- la orientadón extensional corrdaciona con nuestra <<Sanidad», mientras que la
taba a ella misma; ajustando para ello estructuralmente sus mapás a «hechos» intensional correlaciona con nuestros problemas, psicológicos o de otro tipo.
tales como: un importante deterioro en su salud, dificultades en recobrar ni- En nuestro caso buscamos en el material verbal que aportó María, en lo
veles previos de actividad y poder volver a trabajar y aportar dinero a casa, etc. que relató y cómo lo hizo, el tipo de evaluaciones que hacía, suponiendo que
María estaba muy motivada y colaboró y se implicó mucho en la terapia, al comienzo del tratamiento éstas son de tipo intensional, y a medida que pro-
evaluando todas las sesiones (a través de un inventario postsesión) como muy gresa el tratamiento van apareciendo evaluaciones más ajustadas en estructu-
útiles. La primera pregunta del inventario utilizado pide al paciente que dé su ra a <<hechos», es decir, más extensionales. A continuación, presentamos (véa-
impresión sobre la sesión eligiendo una entre seis posibilidades, desde «perfec- se cuadros 1 y 2) algunas de las principales evaluaciones verbales de María a lo
ta» hasta «bastante mala>>. Doce sesiones fueron evaluadas como «excelentes», largo del tratamiento extraídas de la transcripción completa de sus 14 sesiones
una como «muy buena>> (la 2• sesión) y otra como «perfecta» (la 4' sesión). de tratamiento.
Recordando brevemente aspectos ya tratados (consúltese capítulo anterior
TABLA l. Puntuaciqpes en el pretest, postest y seguimiento (un año tras el alta). sobre el estado de la cuestión) la intensionalización y la extensionalizacíón se
rdacionan con cómo usamos el lenguaje. Cuando diferenciamos entre lo ver-
Pruebas Pretest Postest Seguimiento bal y lo no verbal estamos extensionalizando, y cuando no lo hacemo• estamos
intensionalizando. Las consecuencias de una y otra orientación se reflejan en
HAD-A 10 4 o el tipo de evaluaciones que hacemos, es decir, básicamente, en cómo nos sen-
HAD-D l timos y en lo que decimos sobre lo que-experimentamos.
BDI 20 2 l
STAI-E ¡6 !O lO
Para detectar las evaluaciones, el terapeuta (y el paciente en su momento)
STAI-R 42 14 lO debe preguntarse el tipo de proceso por el que pasa el paciente y las conse-
cuencias parad paciente. Es decir, el terapeuta debe conocer la manifestación
HAD: Escala Hospitalaria de Ansiedad y Depresión; BDI: Inventario de Depresión de Beck; verbal del proceso evaluador, así como su parte no verbal. Las evaluaciones
STAI: Inventario de Ansiedad Estado-Rasgo de Spidberger y cols. que aparecen en los cuadros 1 y 2 reflejan de forma verbal el significado que la
paciente aportaba a sus síntomas de ansiedad y el cambio significativo que se
dio en las evaluaciones de ·María a lo largo de las sesiones.
294 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 295

CUADRO 1. La orientación intensional: ejemplos lingüísticos de las principales ORIENTACIÓN EXTENSIONAL TIPOS SESIÓN
evaluaciones.
«No me siento culpable si no puedo hacer todo No identificación 12'

ORIENTACIÓN INTENSIONAL TIPO SESIÓN • lo que quiero»

«No debo molestar a los demás» Intensionalización t "¡ «Pensaba en el pasado que era incapaz de No identificación

«Debo ayudar siempre a los demás»


«Si salgo a la calle todo d mundo verá que
Intensionalización
Anticipación
¡'
2'
f trabajar y un fracaso, ahora pienso que haré lo
que pueda, pero teniendo en cuenta mis propias
limitaciones»
estoy erlferma»
«Me encuentro triste cuando salgo y me doy Anticipación 2' ,~

cuenta. de que no puedo hacerlo tal y como Asumimos, pues, que un paciente acude a terapia con evaluaciones de tipo
quiero; es decir, sola, sin mareos; etc.» intensional que le hacen estar más orientado hacia niveles elevados de abstrac-
«Si salgo me voy a desmayar en la calle» Anticipación 2' ción. Lo que intentamos, a lo largo de la terapia, es que el paciente baje a nive-
«Soy un fracaso»
«No puedo hacer nada»
Identificación
lntensionalización
3'
3
. les más bajos de abstracción, poniendo en marcha un proceso circular que le lle-
ve a ajustar la estructura de lo que dice a la estructura de lo que experimenta.
«Me debo de recuperar más rápidamente» Anticipación 3'
«Soy una carga para mi familia» Identificación 4'
«No hago las cosas como antes» Intensionalización 4' DISEÑO DE TRATAMIENTO
«Debe ser muy fácil salir sola>>
«Yo era una mujer muy activa, y qué soy ahora.
Anticipación
Intensionalización
5'
5
. Diseño básico, general
Estoy triste»
«Sólo le doy importancia a lo que hago mal» Intensionalización 6' Con todos los pacientes tratados en la TLE, paciente y terapeuta trabajan, en
«Todo recae sobre mis hombros» lntensionalización 6' primer lugar, en entender cómo el uso que hacemos del lenguaje incide en los
«Me pone muy nerviosa no tener respuesta lntensionalización · 6' problemas emocionales, o de otro tipo, que podemos tener. Desarrollamos esta
para lo que me pasa» idea, sobre todo, a través del concepto de evaluación y de los tipos de evalua-
ciones verbales más frecuentes que hace un paciente siguiendo la clasificación
que queda reflejada en los cuadros 2 y 3. Posteriormente (alrededor de la 3• o 4'
CuADRO 2. La orientación extensional: ejemplos lingüísticos de las principales sesión, annque a veces se emplean desde el principio), se pasa a enseñarle al pa-
evaluaciones.
ciente algunas de las técnicas de la semáritica general, con vistas a trabajar intra-
ORIENTACIÓN EXTENSIONAL TIPOS SESIÓN sesión situaciones que el paciente considera como problemáticas, y para ense-
ñarles uná herramienta extrasesión con la que reconstruir los significados que
«No puedo evitar ese mareo, tengo que Extensionalización 3'
aportan a sus experiencias. Las técnicas básicas intrasesión son el debate semán-
aceptarlo y tan pronto como pueda resolverlo»
«No soy un fracaso, sino que estoy enferma, No identificación 3'
tico general, los órdenes de abstraca'ón y los dispositivos extensionales. Los órde-
y esto se debe a toda la ansiedad y nerviosismo nes y los dispositivos son, además, las técnicas básicas extrasesión. Intrasesión
que experimenté» terapeuta y paciente van analizando con cada uno de sus elementos situaciones
«Hago muchas cosas en casa, al menos, tantas No identificación que el paciente comenta. A modo de información podemos decir que revisar
como puedo, luego no soy un completo fracaso» una situación con los órdenes suele durar entre 20 y 30 minutos, mientras que
«Estoy cansada. Está aquí, luego no puedo decir Extensionalización t con los dispositivos la tarea se alarga y puede llegar a ocupar unos 45 minutos.
que "no estoy cansada", pero no voy a empezar No anticipación Combinamos las técnicas y principios anteriores hasta el final de la tera-
a pensar en lo que puede ser, le preguntaré
a Ja doctora y que me dé su opinión». pia, todas con la misma meta: modificar el uso del lenguaje.
«Necesito descansar, por lo que voy a intentarlo. Extensionalización u'
Si tengo que estar en la cama hasta las 9 a.m. Diseño básico, esped/ico
lo haré»
«He decidido no hacer tareas muy pesadas, Extensionalización u' María formaba parte del grupo de pacientes tratados en la priJneta fase de
y hacer lo que puedo realmente hacer» investigación en la que el diseño de tratamiento supuso empezar explicándo-
le el uso que hacía del lenguaje y cómo eso le afectaba, para pasar después a
MANUAL DE PSICOTERAPIAS (:OGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 297

utilizar intra y extrasesión la técnica de los órdenes de abstracción, y hacia el van a aprender en terapia es un método para cambiar d tipo de discurso que es-
final del tratamiento se le introdujo la técnica de los dispositivos extensiona- tablecen con ellos mismos y que nos facilitará evaluar de forma más ajustada los
les (consúltese Caro, capítulo anterior, en este volumen). Fue tratada, por tan- «h~chos». Para ello, debemos cuestionar .nuestros pensamientos, dudar de
to, con las principales técnicas de la TLE,' ya que el debate semántico se em- nuestras afirmaciones, y sólo adoptadas como conclusión, una vez que estamos
pleó a lo largo del tratamiento como marco para la resolución de algunas seguros de que recogen la estructura del hecho al que se refieren. A María se le
situaciones y de práctica de las ideas básicas del modelo. Puesto que todas las explicó en esta sesión el tipo de evaluaciones que hacía sobre los «hechos», ha-
sesione~ de María fueron grabadas y transcritas para su análisis podemos, a ciendo un hincapié especial en sus anticipaciones y en las ventajas de seguir el
coritinuación, describir temas, aspectos terapéuticos, comentarios y la evolu- orden más ajustado de evaluación: primero «hechos» y luego palabras. Todo
ción de María a lo largo de las 14 sesiones de tratamiento. ello acompañado siempre de ejemplos relevantes para ella.
Dado su nivel de comprensión fue posible introducirle, brevemente, la ta-
Descripción de las sesiones rea de los órdenes de abstracción (consúltese cuadro 3) que representa un pro-
ceso inductivo en el que hacemos que el paciente discrimine entre los niveles
Nuestras sesiones suelen durar una hora y son semanales hasta la fase final
no verbales y verbales de abstracción, y dentro de los verbales vaya siguiendo
y de. seguimiento en la que acostumbramos a espaciar 2 sesiones en 15 días y
un proceso que le permita sacar conclusiones más ajustadas estructuralmente
hacer una última un mes después, que suele ser la sesión del alta. Es con-
a «hechos».
veniente hacer seguimientos, 6 meses después, y un año después (consúltese
Antes de terminar se dedica un tiempo (entre 5 y rn minutos) a explicarle
tabla 1).
la tarea para casa. El terapeuta decide el número de hojas que entrega al pa-
Por supuesto que no existen «sesiones típicas» en terapia. El paciente clis-
ciente. Aunque disponemos de formatos estructurados, el terapeuta puede cli-
pone, sugiere y se acuerdan metas y temas entre paciente y terapeuta. Aunque
señar uno propio o bien ninguno, si al paciente le es más fácil anotar lo que le
lo conveniente es disponer de una agenda (consecuencia de la conceptualiza-
ocurre durante la semana en forma de diario. María recibió 2 hojas de registro
ción del caso) con temas o aspectos que son relevantes y a los que conviene de-
de pensamientos, emociones, etc., y 3 hojas para que empezara a practicar con
dicarles un tiempo, y que se van eligiendo en función de la fase terapéutica.
los órdenes de abstracción.
Primera sesión. La mitad de la sesión se dedícó a repasár o completar as-
pectos tratados en la primera entrevista, sobre todo, sus reacciones y preocu-
Cwm~o 3. Ejemplo de la tarea de órdenes de abstracción (tal y como se utili-
paciones ante su estado de ansiedad y síntomas físicos. Comenta como aspec-
zaba en la primera fase de tratamiento).
tos más destacados de ella misma sus continuas preocupaciones por los suyos
(anticipaciones negativas) y por gente ajena a la familia. En su opinión sufre NOMBRE: FECHA: Sesión 6'
por todo y por todos, evitando preocupar a los demás por lo que evita decir- &criba en no más de 10 líneas un hecho o situación que haya vivido. Después,
les cómo se encuentra. Por ejemplo, si se pone enferma le preocupa más los ponga una etiqueta, descnbalo, infiera sobre él, saque una conclusión y, finalmente,
problemas que puede causar a los demás que su enfermedad en sí. Se define valórelo. Comience por la columna A, y si comete algún error corríjalo en la B.
como una «organizadora» y «controladora» nata.
En esta sesión se le dan las primeras explicaciones de la terapia. En concre- HECHO: El médico de oído quiere hacerme la prueba del TAC. Pienso que el me~
to, se explica a los pacientes el porqué y el cómo de sus problemas emocionales terme en el tubo me va a producir ahogo y sólo el pensarlo ya siento sensación de asfixia.
dentro del marco de la Semántica General. La idea básica es que entiendan que
para los seres humanos es inevitable el «ponerle palabras a fas cosas», pero A B
que un funcionamiento más adecuado se relaciona con lograr una mayor dife-
renciación entre lo que decimos/pensamos y lo que experimentamos. Lo que Etiqueta Me van a hacer una prueba para el oído
Descripción Me van a poner en un tubo
Inferencias ¿Me producirá ahogo?, ¿sentiré claustrofobia?
r. Existen algunas diferencias en cuanto al uso de las técnicas en las distintas fases de investi- Conclusión Estoy anteponiendo las palabras-a los hechos.
gación. Los ejemplos de la paciente que aquí presentamos (consúltese cuadros 3 y 4) tienen una Cuando llegue la hora lo pasaré como todo el mundo
estructura que ha sidQ modificada. Básicamente, hemos quitado el nivel de valoraciones de los ór-
y no debo ponerme nerviosa
denes añadiendo en su lugar un termómetro de valoración, que aparece al final y antes de empezar
a usar la técnica, tanto en las órdenes como en los dispositivos (para más ejemplos de su uso ac-
Valoración Negativa, me estoy anteponiendo, eso no es correcto
tual, consúltese Caro, 1994, La práctica de la terapia /ingüistica de evaluaa'ón, Salamanca, Arnaní).
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 299

De forma general, en sesiones posteriores se acostumbra a darle a los pa- los síntomas. Se pregunta continuamente por qué estará enferma y por qué no
cientes entre 5 y 7 hojas de tarea para practicar las técnicas {ya sea los órdenes se pone bien. Siguiendo las ideas de la teoria se empieza a debatir con ella la
o los dispositivos). Se sigue manteniendo-entre 2 y 3 hojas de registro de pen- cuestión de «estarle fallando a los suyos».
samientos. Cuarta sesión. A partir de esta sesión suele revisarse en primer lugar la ta-
Segunda sesión. De nuevo, el comienzo de la sesión se dedicó a repasar si- rea traída, haciendo mucho hincapié en si el paciente mejora al emplear las
tuaciones que María había vivido durante la semana. Surgen, de nuevo, co- ideas y técnicas de la terapia. En esta sesión María manifiesta tener un mayor
mentarios sobre sus anticipaciones y que según reconoce las ve necesarias control sobre lo que piensa", haciendo mejores evaluaciones al diferenciar ante
para prepararse ante lo que pueda pasar. Sin embargo, por situaciones de la todo entre palabras y hechos y controlar sus anticipaciones. Empieza a no
semana vuelve a reconocer que no quiere preocupar a los demás y que evita preocuparle qué puede estar causando los mareos. Al aparecer de nuevo, en
decirles cómo se encuentra realmente y qué es lo que le preocupa. la tarea la idea de ser «una carga» se debate satisfactoriamente en sesión (con-
Por regla general, se pasa después a repasar la tarea que haya traído el pa- súltese cuadros 1 y 2, evaluaciones en la 4ª sesión).
ciente, aunque esto, en d caso de los registros de pensamiento, se suele hacer Manifiesta una gran motivación y una gran aceptación de la terapia. Se da
de forma simultánea al repaso de cómo le ha ido la semana. Lógicamente, se cuenta de que ha aprendido un proceso que le lleva a separar y analizar las co-
dedica un tiempo a resolver dudas que haya tenido con la tarea y a utilizar la sas mejor. Reconoce que antes de empezar el tratamiento hacía una montaña
técnica empleada, los órdenes en el caso de María, para analizar situaciones de cualquier problema que pudiera tener y que ahora se frena y empieza a se-
problemáticas no resueltas por el paciente. Dedicamos buena parte de la se- parar lo que se dice sobre las cosas, controlando, ante todo, sus anticipaciones.
sión a hablar de sus evaluaciones sobre el mareo, en concreto el que le hubie- Quinta sesión. De nuevo se revisan las hojas de tarea hechas por la paciente
ran metido en la cabeza que se los causaba ella. y cómo va aplicando la terapia. Es una sesión bastante parecida a la anterior don-
Seguimos explicando en qué consiste el tratamiento insistiendo más en el de se debate, o bien se trabaja con los órdenes, evaluaciones de los pacientes.
concepto de evaluación y en los tipos de evaluaciones que hacen los pacientes María siguió manifestando que la terapia le funcionaba, que con ella lograba
y cómo mejorarlas. A María se le explicaron en esta sesión, analizando situa- controlar situaciones que antes le ponían nerviosa, la mayoría de ellas rdaciona-
ciones rdevantes para ella, las tres premisas no aristotélicas: I) El mapa no es das con las anticipaciones y el dejarse llevar por palabras que hacía de forma
el territorio o la palabra no es el objeto. Con esto qué aprendemos: a no fiar- continua. Empieza a generar expectativas positivas de futuro y a dejar de preo-
nos de lo que decimos. Y a ver los hechos antes, y después a hablar sobre ello, cuparse por los mareos {aunque no le hayan desaparecido, sólo disminuido).
es decir, a no anticipar. 2) Nunca podremos conocer todas las características Sexta sesión. Sigue manifestando ganancias terapéuticas, controlando situa-
de un objeto, ya que el lenguaje y las palabras son incompletos. Con esto qué ciones que antes no podía controlar. Comenta que antes de recibir tratamiento
aprendemos: a pensar que siempre que estamos conociendo algo, lo hacemos estaba en alerta continua por las cosas que podían pasar y que ahora esa sensa-
de forma incompleta. 3) El lenguaje es autorreflexivo. Es decir, que podemos ción le ha desaparecido. Respecto a la incertidumbre, acostumbraba a hacer
hablar a distintos niveles de abstracción sobre los hechos. Debemos saber que continuos «árboles» saltando de una idea negativa a otra sin frenarse ni sacar
el nivel más cercano al hecho es la etiqueta, y el más lejano la conclusión. Si conclusiones, ahora se controla mejor, haciendo «arbolillos». Es decir, se preo-

j
confundimos los órdenes nos creamos problemas emocionales, que implican cupa de lo que se tiene que preocupar ante las cosas negativas que le pasan,
básicamente una mala evaluación del mundo de los hechos. pero éstas no le ponen tan neiviosa. Se dice continuamente, «cuando pase, ya
Tercera sesión. Se dedican 10 minutos, aproximadamente, a repasar la ta- actuaré». Ha practicado los órdenes sobre todo controlando las anticipaciones
rea que haya traído y a resolver sus dudas, así como a conocer cómo le ha ido «me ahogaré» que le han surgido al darle fecha para hacerle un TAC.
la semana o el tiempo transcurrido entre sesión y sesión. Se sigue insistiendo Pasamos a debatir y hablar sobre evaluaciones n1ás básicas, sobre sus teo-
en cómo evaluamos las c?sas, haciendo hincapié en el tipo especial de «erro- rías sobre cómo debía comportarse cara a los demás, su alto nivel de exigen-
res de evaluación» más frecuentes de un paciente. Trabajamos especialmente
con María sus anticipaciones y el tipo de etiquetado (en forma de identifica-
ciones) que hacia sobre ella misma (consúltese cuadro 1).
En esta sesión María.comentó que le empiezan a funcionar los órdenes de
abstracción que le sirven para no dejarse llevar por las palabras, anticipándo-
se a los hechos y saltando a conclusiones. Sin embargo, tiene remordimientos
''
f
cia y perfeccionismo y cómo reconoce en esta acritud las enseñanzas de suma-
dre y momentos dramáticos de su vida en la que esta actitud le sirvió para
hacer frente a las cosas. La finalidad del debate es que reconozca qué papel es-
tán jugando estas evaluaciones y las mejore discriminando entre palabras y he-
chos, utilizando un lenguaje menos absolutista, matizando sus palabras, etc.
Séptima sesión. Empieza a manifestar que está menos preocupada por los
por no poder trabajar y sigue presentando problemas de 2° orden, al rechazar mareos, los va controlando, aunque sigue teniéndolos, asumiendo una actirud de
JOO MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 301

resignación ante ellos. En su opinión se deben a que se sobrecarga de trabajo y Use el condicional: ¿Puede usar estas palabras: pero, bajo ciertas condiciones, en este
que esto es algo que debe modificar. Se hace patente que ha automatizado por momento, etc.?: En estas condiciones me resulta difícil atender las dos casas.
completo la tarea de los órdenes, en el sentido de que suele poner una etiqueta a
la situación que sea y automáticamente salta a una conclusión más ajustada es- Conciencia de proyección: ¿Puede usar estas palabras: para mí, desde mi punto de vis-
ta, etc.?: En mi opinión debemos buscar una mujer que haga el traba/o de casa
.tructuralmente a <<hechos». Reconoce los cambios producidos, sobre todo que
está empezando a ser más flexible con ella misma, no tan perfeccionista ni tan
CONCLUSIÓN FINAL: Llamar a una mujer que haga los trabajos más pesados y yo
exigente. Casi le ha desaparecido su remordimiento por no poder trabajar, y cuidarla a ella.
aportar dinero a casa. Aunque ha dejado de considerarse culpable. Ha sido una
semana muy agradable y positiva, encontrándose muy animada e incluso alegre.
Oétava sesión. En esta sesión se le introduce la técnica de los dispositivos De todas maneras, ha estado muy cansada y agotada durante toda la se-
extensionales (consúltese cuadro 4) como ayuda para que aprenda a «hablar- mana, como consecuencia, en su opinión, de la tensión, de sus esfuerzos por
se>> de otra manera. Es decir, a utilizar un lenguaje más cercano en estructura resolver el problema familiar, aunque en su opinión lo aprendido en la terapia
a la estructura del mundo de los «hechos». Sigue notándose una mejoría, al le ha servido para no ponerse peor.
iguá.l que su familia que la encuentra mucho mejor. Ha tenido muchas ocasio- Novena sesión. En esta sesión se repasa, sobre todo, la tarea hecha con los
nes de practicar la terapia por problemas con un familiar muy cercano al que dispositivos y si éstos le funcionan. Nota un bache en su estado físico, que no
ha intentado ayudar en lo posible. Se revisa cómo ha usado la tarea de órde- psicológico, y ella lo achaca a su interés por querer ayudar y darse a los demás,
nes y cómo ha resuelto evaluaciones relacionadas con el tema del familiar. y aunque no se ha obsesionado por el problema de su familiar sí la ha hecho es-
tar preocupada e intentar resolverlo lo más satisfactoriamente posible. Sigue
CUADRO 4. Ejemplo de tarea de dispositivos extensionales (tal y como se uti- automatizando la tarea de los órdenes, aunque no acaba de dominar la de los
lizaba en la primera fase). dispositivos, por lo que se trabaja, repasando las situaciones traídas a consulta.
Décima sesión. Se sigue revisando el uso que ha hecho de las técnicas, o
NOMBRE: FECHA: recogida en sesión 11ª por escrito o de forma automática (en el caso de los órdenes). Empiezan a fun-
PENSAMIENTO: No puedo ayudar a mi hija cionarle los dispositivos, logrando sacar conclusiones más extensionales. Si-
HECHO ANTECEDENTE: Estoy enferma gue preocupada por los problemas de su familia. Está convencida de que se va
CONSECUENCIAS DE PENSAR ESO: Me entristece a encontrar mejor y tiene ganas de «vencer» sus síntomas. Relata como más
Fechas: ¿Puede afirmar lo mismo en el pasado, en este momento, o en un futuro: La significativo el haber logrado controlar sus anticipaciones al hacerle el TAC
ayudé en el pasado, en este momento no tengo fuerzas para ayudar a mi hija que está en durante esa semana.
estado, espero poder ayudarla en el futuro? Decimoprimera sesión. Se revisa el uso que ha hecho de las técnicas, sobre
todo su trabajo con los dispositivos, puesto que los órdenes los hace men-
Índices: busque la persona concreta, diferencia lo que está haciendo. Recuerde que no talmente, de forma automática. Se encuentra muy bien, muy activa y muy ani-
hay dos cosas iguales: Mi hij'a me necesita, está en estado, tiene mareos, trabaja, etc. ~. mada, sobre todo psicológicamente, aunque sigue cansándose mucho y tiene
mareos de vez en cuando. María los achaca a que intenta hacer más de lo que
Etc: ¿Has dicho todo?, ¿has visto todo?, ¿te has dejado algunas cosas por conocer?,
puede físicamente, por lo que va asumiendo que debe nivelar sus expectativas,
¿pueden pasar más cosas?: Puedo ayudarla en todo lo que no sea trabajo físico, prepa-
rando ropita para el bebé, etc. acercándose más a lo que sus experiencias cotidianas le aconsejan. Sigue con-
trolando situaciones, mejorando el tipo de evaluaciones que hace sobre ellas,
Plurales: ¿Qué palabras estarían mejor en plural?: Encontraremos, entre todos la ma- sobre todo, las anticipaciones que hace sobre los posibles resultados del TAC.
nera de ayudarla. Vuelve a comentar las ganancias por la terapia, que le ha enseñado a discrimi-
nar, «a· no desbordarse», o sea, a no dejarse llevar por sus palabras, distin-
Cuantificar: ¿Cuántas veces, cuántas personas, en qué medida, etc?: Cada uno le ayu- guiendo palabras de «hechos». Para ella el hacer las hojas de tarea le sirve
daremos las veces que sea necesario. como si estuviera hablando con alguien que la ayudara a sacar conclusiones
que la dejan más relajada.
Definir la acción: Diga lo que hizo o hicieron, olvide el «es»: A"eglarle la casa, hacer-
le la compra diana, etc. Decimosegunda sesión. Revisamos la tarea, sobre todo los dispositivos,
puesto que sigue automatizando el empleo de los órdenes. Le sigue preocu-
J02 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS JO)

pando el cansarse mucho, pero se encuentra muy animada, y hace evaluacio- J. ¿Le fue útil la terapia para resolver sus problemas emocionales?: Muchí-
nes ajustadas (no anticipaciones, sobre todo) a situaciones problemáticas que simo.
le han surgido durante la semana. En su opinión, le preocupan muy pocas co- 7. c·Sigue utilizando la terapia?: Siempre.
sas. Respecto a su estado físico, intenta aceptar el que no puede hacer tantas 8. ¿Qué aspectos continúa utilizando?: No podría decir qué utilizo. Apren-
. cosas como antes, y que debe dosificar sus fuerzas, pero piensa que se le irá dí a razonar, a ver las cosas con tranquilidad. Volví a ser la que era .
con el tiempo o encontrará una solución. Acordamos espaciar las sesiones, 9. ¿En qué situaciones emplea esos aspectos recién mencionados?, ¿los utili-
cada quince días, para ir organizando el alta definitiva. za en situaciones que no se trabajaron en las sesiones de terapia?: Los utilizo en
Decimotercera sesión. Revisamos la tarea que ha hecho durante 15 días. De todo momento y sobre todo cuando he de tomar decisiones.
todas maneras, manifiesta encontrarse muy bien psicológicamente, y que la te-
rapia le funciona muy bien para no preocuparse por nada, especialmente por
sus mareos. EL PROCESO TERAPÉUTICO: UN PRIMER MODELO DEL CAMBIO
Decimocuarta sesión. Un mes después de la sesión anterior manifiesta las
mismas ganancias. Se encuentra bien, animada, con fuerzas, y con expectati- Siguiendo la metodología del análisis de tareas hemos logrado un primer
vas positivas de futuro. En su opinión está preparada para llevar una vida diseño de cómo se producen los cambios terapéuticos (consúltese Caro, capí-
«11onnal» ..Cuando tiene algún problema busca soluciones rápidas, evitando tulo anterior) y que queda representado en la figura 1.
cualquier tipo de error de evaluación (anticipaciones, en su caso). Afirma que
tiene tan asimilada la terapia que la hace «sin darse cuenta» y que eso le ha su-
1• sesión 2ª sesión 3ª -4~ sesión 5• ·6ªsesión 7"-14ªsesión
puesto un cambio importante de actitud y comportamiento. Soporta bien sus
mareos cuando los tiene y va haciendo frente a las cosas que le van pasando. Saber por qué
Ha asumido que no va a poder volver a trabajar fuera de casa y que con llevar .... .... .... Control
su casa tiene más que suficiente. En su opinión ha asimilado la terapia, apren- del lenguaje
diendo una forma de comportarse que antes no sabía y a la que se ha habitua- ....
Obligaciones Rechazo Aceptación Aceptación
do. Es decir, lo que más le beneficia es el no hacer anticipaciones y esperar a del sí mismo de «hechos» de «hechos» de «hechos»
que vengan las cosas. Está segura, en función de cómo le ha ido todo, de que
no la va a olvidar nunca. Dice que la prueba la tiene en que ha pasado por ba- .... Críticas al Aceptación Aceptación
ches y la terapia le sigue funcionando. sí mismo del sí mismo del sí mismo

FIGURA 1. Diagrama preliminar de resolución


de problemas de evaluación.
SEGUIMIENTO

Se hizo un seguimiento, telefónico, de María en J ocasiones. 6 meses des- La metodología del análisis de tareas nos permite validar un modelo del
pués de la 14' sesión que coincidió en el tiempo con un año después de su pri- cambio, al seguir un proceso en el que se aíslan aquellas operaciones terapéuti-
mera entrevista. Un año después de este primer seguimiento, y un año después cas que aparecen en los acontecimientos que d paciente resuelve satisfactoria-
de este segundo seguimiento. En todas las ocasiones manifestó encontrarse mente y aquellas que parecen dificultar su resolución. Para ello transcribimos
muy bien. Como podemos apreciar en la tabla 1, las puntuaciones en las prue- las 14 sesiones de María, seleccionando aquellos acontecimientos terapéuticos
bas clínicas, en el tercer seguimiento, fueron excelentes, totahnente ausente de que eran significativos, y en los que o bien aparecían evaluaciones ajustadas es-
síntomas en todos y cada uno de los cuestionarios. tructuralmente (orientación extensional) o evaluaciones no ajustadas estructu-
En este último contacto, se pasó, junto a los cuestionarios, una entrevista ralmente (orientación intensional). La muestra total se compuso de 34 aconteci-
de seguimiento con nueve preguntas. Éstas son algunas de las respuestas a cin- mientos: 17 de resolución (evaluaciones ajustadas) y 17 de no resolución
co de las nueve preguntas: (evaluaciones no ajustadas).
En los acontecimientos no resueltos vimos que las evaluaciones no ajusta-
1. Desde el punto de vista psicológico cómo se encuentra actualmente: De das estaban compuestas, ante todo, de «obligaciones del sí mismo» («debo
maravilla. ayudar, darme, etc., a los demás»), «saber por qué» («esto no me había pasa-
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MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS
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EST J\DO DI:: LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 305

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do nunca, tengo que saber lo que me pasa para poder resolverlo>>), «críticas ha- paciente emplea d lenguaje y en el contenido de sus teorias. Cuando empeza-
cia d sí mismo» («soy una carga para mi familia»), y «rechazo de "hechos"» mos a debatir con un paciente, la meta es que desarrolle una orientación ex-
(«estoy muy triste porque no puedo salir sola a la calle»). En los acontecimien- te~sional, es decir, más cercana a «hechos», y comprenda el papel que juega el
tos resueltos las evaluaciones ajustadas a hechos se referían a: «aceptación de i lenguaje en cómo conoce las cosas. Consideramos que un paciente tiene éxito
."hechos"» («si me canso me vuelvo a la cama. Hacerlo no significa nada 1 o empieza a beneficiarse de la terapia cuando manifiesta mejores evaluaciones,
malo»), «aceptación del sí mismo» (<<no soy una carga puesto que hago cosas ' más cercanas a «hechos» (extensionalízaciones, propiamente dichas), no anti-
en casa>>), «control lingüístico» (todas sus no anticipaciones: «no voy a pensar cipa y no identifica palabras con «hechos».
en lo que pueda tener, sino que esperaré a lo que me dice el médico») y «re- Al margen de lograr hacer un primer diagrama de lo más relevante acon-
chazo de teorías» («Sé que lo que me digo sobre mí misma no es cierto, inten- tecido en las sesiones, disponemos, en este caso, de datos que demuestran que
taré nO volverlo a pensar»). Otras dos categorías, «Condicional» («si estoy can- la resolución de situaciones problemáticas, mediante evaluaciones más exten-
sada no es porque tenga algo malo, sino porque he hecho un esfuerzo extra») sionales, y la no resolución de ellas, mediante intensionalizaciones, corrdacio-
y«control/afrontamiento» («Sé que resolveré mis problemas»), aparecieron por na en la dirección esperada con la evaluación que hizo María de su progreso y
igual en acontecimientos de resolución y de no resolución. Las categorias de la bienestar alcanzado a consecuencia de la terapia (en Caro, 1996).
figura 1 son aquellas para las que se encontró una diferencia significativa (prue- ¿Qué cambió durante los cuatro meses que duró la terapia? Imaginemos,
ba de rangos de Duncan) entre el grupo de acontecimientos resueltos y no re- por un momento, las teorías que tenía María sobre ella misma, y sobre su re-
sueltos. Con esta figura podemos sintetizar lo más relevante del proceso, el ar· lación con los demás. Como manifestó en la primera entrevista, era una mujer
mazón de lo sucedido a lo largo de las 14 sesiones ya descritas. activa, con una gran capacidad de decisión y de resolución, premisas éstas que
María acudió a tratamiento manifestando en la primera sesión necesidad no habían sido invalidadas en ningún momento. Pero qué ocurre cuando hay
de saber por qué tenía esos sintomas y qué significaban con vistas a controlar- una disparidad entre lo que experimentamos y lo que decimos sobre las cosas.
los. Al mismo tiempo manifiesta su alto nivd de exigencia con ella misma, res- Normalmente aquí surgen problemas. María intentaba seguir llevando su vida
pecto a lo que ella consideraba que debían ser sus obligaciones para con los «normal», pero no podía, y se dejaba llevar más por palabras (orientación in-
demás, sobre todo. A consecuencia de los temas introducidos en la sesión pri- tensional) que por «hechos». Logró aceptar <<hechos», aunque esto supusiera
mera, en la segunda sesión sobresale.n lo que podríamos considerar <<conse- un cambio radical con sus teorías previas.
cuencias» de lo anterior, es decir, el rechazo de su situación física y psicológi- Por ejemplo, observemos cómo cambió en su evaluación de los síntomas
ca, así como su elevado criticismo por no lograr llevar el ritmo de vida que ella físicos. Al principio, los evaluaba de una forma claramente intensional, con la
quería. Durante la tercera y la cuarta sesión, aparecen sus primeros logros te- consecuencia de que incidía en su visión de ella misma. Desde una negación y
rapéuticos. Comienza a aceptar lo que le está pasando, sus síntomas de ansie- mucho malestar por lo que le pasaba, hasta una aceptación de lo que le pasa-
dad y las consecuencias que de ellos se derivan, y paralelamente logra una me- ba, sin magnificarlo por usar un lenguaje de un orden devado de abstracción.
jor aceptación de ella misma. Recordemos que, en su evaluación de sesiones, Por ejemplo, en lugar de seguir etiquetándose como «una carga», fue capaz de
le dio a la sesión cuarta la máxima estimación, que fue la sesión en la que se modificar esta etiqueta a lo que le estaba pasando, «mareos», etc., viendo las
debatió la identificación, «Soy una carga». A partir de la sesión quinta y de la condiciones de ello, etc.

i
sexta manifiesta un mayor control del lenguaje que toma la forma de no an-
ticipaciones, desapareciendo casi por completo sus exigencias para con ella
misma y su necesidad de saber por qué. A partir de la séptima hasta el final dd CONCLUSIÓN Y RECOMENDACIONES FINALES
tratamiento la resolución de situaciones se relaciona con la aceptación de «he-
chos» y de sí misma. Es decir, empieza a aceptar su situación física, aceptan- La TLE es una terapia que se puede aplicar perfectamente con pacientes
do su deterioro y el hecho de que no va a poder volver a trabajar fuera de casa, altamente sintomáticos y que llevan tiempo en tratamiento, como la paciente de

'
lo cual no le repercute en su autoestima, pues sigue aceptándose como perso- este caso. Aunque la terapia se centra en d presente (en ese sentido es ahistóri-
na con lo que le pasa. ca), es conveniente que el paciente se dé cuenta, ayudado por el trabajo realiza-
El diagrama muestra, sobre todo, cómo María va haciendo poco a poco do en terapia, de cómo su orientación intensional no surge de la nada, sino que
mejores evaluaciones y empezando a resolver situaciones, justo después de la es una consecuencia de que los seres humanos construimos teorías sobre lo
tercera sesión. El diagrama refleja, en cierta medida, la estructura de la terapia que experimentamos. Durante las- sesiones terapéuticas se le señala a los pa-
que tal y como hemos comentado, al principio, se centra en explorar cómo el cientes cómo teorías pasadas (en forma de orientacz6n intensiona{) están jugan-
306 MJ\NUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS

do un papel en la construcción del presente y del futuro. Por ejemplo, María G.


se fue dando cuenta de cómo esa actitud de <<hiperresponsabilidad», que siempre
le habían inculcado, podía explicar parte de sus intensionalizaciones actuales.
Finalmente, es importante señalar que no se deben intelectualizar los debates, CAPÍTUL02!
.ni convertir la terapia en la práctica de técnicas, simplemente. La estructuración
de las guías terapéuticas facilita un trabajo que va mucho más allá de todo esto. EL ESTADO DE LA CUESTIÓN EN LA TERAPIA
La idea que puede resumir el proceso terapéutico implícito en una terapia DE CONSTRUCTOS PERSONALES
de corte semántico-general es que nos vamos a encontrar mucho mejor cuan-
do desarrollemos una nueva acritud que nos lleve a darnos cuenta de cómo co- Robert A. Neimeyer y Guillem Feixas
nocemos a través del lenguaje, sus consecuencias y la mejora que no la perfec-
ción en nuestros procesos de conocimiento. Es, pues, una terapia cognitiva
con una conceptualización lingüística de los problemas de los pacientes, cen-
trada en conseguir que cambios lingüísticos mejoren las evaluaciones que ha- Si examinamos al ser humano a través del prisma de la información histó-
cemos, es decir, que cambie el funcionamiento del individuo como un todo. rica o cultural más que a través de la mira microscópica desde la que obsetvaw
mos al individuo en psicoterapia, quedaremos inmediatamente impresionados
por la inmensa diversidad de creencias y costumbres culturales, así como por
CONCEPTOS A DESTACAR
las variaciones que se han dado con los años. Por supuesto hay innumerables
posibilidades de teorizar sobre estas diferencias. ¿Son el resultado de factores
Orientación intensional: decimos que un paciente sigue una orientación inten-
ambientales o de líderes visionarios? ¿Inspiración religiosa o predetermina-
sional cuando se deja llevar más por las palabras que por los hecbos. Verbalmente
ción genétiat? ¿Progreso científico o influencia social? Sea como sea, la gran
se manifiesta a través de intensionalizaciones, identi/iaicinnes y anticipaciones.
cantidad de posibles explicaciones acerca de los distinros sistemas de creen-
Orientación extensional: decimos que alguien ha desarrollado una orien-
cias existentes refuerza la idea de que, a pesar de sus limitaciones, d ser hu·
tación extensional cuando está orientado hacia los niveles rio verbales y hacia
mano es un teórico empedernido, un constructor de narrativas que explican,
el mundo procesual en el que vivimos. Verbalmente se manifiesta con exten-
limitan y dan forma a sus experiencias en los contextos físico y social. Ade·
sionalizaciones, no identifi"caciones y no anticipaciones.
más, la aparente infinidad de los sistemas de creencias y su inrerminable ela-
Evaluación: la evaluación es un proceso muy complejo que representa, por
boración, revisión o reconstrucción nos impiden concluir de forma simplista
igual, los niveles verbales y no verbales del proceso de abstracción, implican-
que únicamente una forma de creencia puede ser aclamada confortablemente
do por igual al «pensamiento» y al «sentimiento».
corno verdadera, mientras que todas las demás son consideradas en algún gra·
Órdenes de abstracción: dan formato, en forma de tarea intra y extrase-
do erróneas. Nos guste o no, parece ser que somos la única especie que puede
sión, a la representación gráfica del proceso de abstracción.
plantearse la vida basándose en visiones alternativas, todas ellas frecuente-
Dispositivos extensionales: dan formato, en forma de tarea intra y extrase·
mente cambiantes, provisionales, y a menudo inconsistentes con respecto a las
sión, a la diferenciación básica entre la estructura del lenguaje, y la estructura
de otros miembros de nuestra especie.
del mundo de los «hechos».
En cierto modo, la terapia de los constructos personales es la aplicación
clinica de la postura filosófica básica según la cual «todas nuestras interpreta-
CUESTIONES SOBRE L\S QUE REFLEXIONAR ciones actuales del universo están sujetas a la revisión o sustitución» (Kelly,
1955, pág. 15). Como modelo psicológico, la teoría de los constructos persona-
1. ¿Cómo explicaria los problemas de ansiedad presentados por la paciente? les (TCP) pretende entender e investigar la tendencia humana a atribuir signi-
2. ¿Cuáles son los elementos básicos del tratamiento? ficados a las cosas mediante el estudio de la estructura del sistema de creencias
3. ¿Cuáles serian las principales intensionalizaciones de la paciente? y ¿por personales, sus procesos constantemente cambiantes, y la naturaleza social de
qué se asume su relevancia para nuestra «sanidad»? incluso nuestras convicciones más privadas.
4. ¿Cuáles serian las principales extensionalizaciones de la paciente? y ¿por Como enfoque de psicoterapia, la TCP infunde en el terapeuta un respeto
qué se asume su relevancia para nuestra «sanidad»? fundamental ante las limitaciones estructurales que aparecen al intentar cam~
5. ¿Qué y cómo cambió la paciente a lo largo del tratamiento? biar la construcción del sí mismo del cliente y sus circunstancias. Este respeto
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS

ayuda tanto al terapeuta como al cliente a establecer un mapa de los significa- de sus experimentos conductuales y revisar consecuentemente sus sistemas de
dos que constituyen el mundo experiencia! del cliente; señala las condiciones comprensión .
y estrategias que pueden facilitar la experimentación de visiones alternativas . Desde entonces, varias terapias racional-emotivas y cognitivas también han
del mundo; e implica inextricablemente al terapeuta en la renegociación de la utilizado la analogía del ser humano como científico, diluyendo así la aparente
. realidad interpersonal del cliente. diferencia entre el modelo de los constructos personales. Pero, con una mirada
Nuestro objetivo en este capítulo es revisar algunos de los conceptos más más atenta, la concepción constructivista de esta «ciencia personal» difiere
importantes de este enfoque relacionados con la psicoterapia, y considerar apreciablemente de las asunciones objetivistas que sostienen esta metáfora des-
cómo éstos han continuado desarrollándose durante los 40 años posteriores a de el enfoque más tradicional de la terapia cognitivo-conductual. Mientras que
su primera presentación formal que hizo George A. Kelly en 1955. Como se las escuelas objetivistas de la terapia cognitiva enfatizan el objetivo de supe-
verá, la terapia de los constructos personales viene a ser un modelo de psico- rar las «Creencias irracionales», «asunciones disfuncionales» y «errores cogniti-
terapia en desarrollo que ha demostrado ser útil para los terapeutas construc- vos» mediante el debate lógico y empírico, los constructivistas han renunciado
tivistas de Europa, Norteamérica, América Latina, y Oceanía. La TCP ha ge- a creer en una realidad única, estable y universal, presupuesta por la autoridad
nerado una serie de técnicas de intervención y de aplicaciones especializadas de tales posiciones (Botella, 1995; Feixas y Villegas, 1993; Mahoney, 1991; Nei-
qué difícilmente podremos abarcar debido a las limitaciones de este breve ca- meyer, R., 1995a). Por el contrario, los constructivistas apoyan la versión afir-
pítulo. Por esta razón, nos concentraremos más en los principios abstractos mativa de la epistemología postmodernista, la cual enfatiza la búsqueda de los
que fundamentan el actual modelo de constructos personales más que en los sistemas de creencias personales socialmente justificados en un mundo que no
procedimientos concretos que podrían ser aplicados a la psicoterapia. Reco- ofrece fácilmente la garantía de que una perspectiva sea inherentemente más
mendamos a los lectores consultar otras fuentes que tratan con mayor deta- correcta, adaptativa o funcional que cualquier otra (Neimeyer, R., 1993). Las
lle y amplitud las bases de la teoría (Botella y Feixas, en prensa, Kelly, 1955), implicaciones de esta posición filosófica respecto a la práctica psicoterapéutica
historia (Neimeyer, R., 1985; Neimeyer, R. y Martin, 1996), técnicas de evalua- destronan al terapeuta de su presumible posición de objetividad o autoridad
ción (Feixas y Cornejo, 1996; Neimeyer, G., 1993), estudios de casos (Feixas, para diagnosticar los defectos en el sistema de significado del cliente y en pre-
1994; Neimeyer, R. y Neimeyer, G., 1987), aspectos clínicos (Dunnet, 1988; tender reemplazarlos por una alternativa más <<Válida». En su lugar, tanto el
Leitner y Dunnet, 1993) y de investigación (Winter, 1992) asociados con esta cliente como d terapeuta son contemplados por igual como expertos en su
perspectiva. aventura común~ el cliente posee una mayor pericia en relación a las ventajas y
limitaciones de su sistema de constructos, y el terapeuta la posee en cuanto que
ofrece especiales habilidades para la facilitación del cambio (Feixas, 1995; Fei-
PRIMER PRINCIPIO: LA PERSONA FUNCIONA xas y Villegas, 1993). En consecuencia, la terapia se convierte en una búsqueda
COMO UN CIENTÍFICO (POSTMODERNO) colaborativa y respetuosa en pos de una revisión del sistema de significado per-
sonal, capaz de permitir mantener a los clientes en su esfuerzo por anticipar y
Al sentar las bases para su teoría, Kelly (1955) propuso como metáfora participar de un mundo social que ellos también pueden ayudar a construir.
fundamental del funcionamiento humano que las personas funcionan como
si fueran científicos que intentan formular teorías (que la TCP llama siste-
mas de constructos) que les permiten organizar, predecir y negociar su SEGUNDO PRINCIPIO: LOS SIGNIFICADOS PERSONALES
vinculación experiencia! con el mundo. Si nos situamos en el contexto de la psi- GOBIERNAN LOS PROCESOS PSICOLÓGICOS
cología americana de los años 50, esta metáfora fue una afirmación atrevida ,,
y casi herética que desafiaba los dos modelos dominantes que veían el com- Participando de la filosofía postmoderna, la teoría de los constructos perso-
portamiento humano gobernado o bien por la motivación inconsciente y el nales se diferencia de las terapias cognitivas tradicionales por su énfasis en la es-
conflicto (el enfoque psicodinámico prevaleciente) o por los refuerzos am- tructura de los sistemas de creencias y en su naturaleza radicalmente social. La
bientales (la alternativa conductual). Por el contrario, Kelly invitó a la co- TCP posrula que el «acto de conocimiento» elemental es el formular una distin-
munidad científica a ver tanto a los «Sujetos» como a los «pacientes» en los ción que puntúa el flujo de experiencia distinguiendo los acontecimientos de
mismos términos en los que ellos se ven a sí mismos: como teóricos que in- acuerdo con contrastes que son significativos para el observador. Por ejemplo, a
tentan conseguir un marco explicativo adecuado para dar cuenta de los «da- nivd sensoriomotor, el niño en proceso de crecimiento puede empezar a articu-
tos» de sus vidas, contrastar estas hipótesis explicativas con los resultados lar distinciones entre él y los demás; entre aspectos de sí mismo (p. ej., «bueno-
JlO MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 311

malo», «seguridad-inseguridad>>) respecto a las figuras protectoras. A medida 1. Anticipación


que madura, estas distinciones rudimentarias pueden ser elaboradas en una in- de la experiencia

trincada red de sutiles discriminaciones respecto al sí mismo y a los otros, cuya


parte más central puede continuar organizando (para bien o para mal) el proce- 5. Revisión 2. Implicación
. so de construcción a lo largo de la vida de la persona. Es importante notar que en el resultado
Kelly (1955) no contempló estos constructos bipolares como altamente verbales o del sistema

etiquetas cognitivas sino como discriminaa"ones sentidas que pueden o no ser ar-
ticuladas en un lenguaje simbólico pero que canalizan y limitan la construcción
que hace fa persona del sí mismo y de sus interacciones con los demás.
No hay que confundír un constructo con un concepto, ni con un simple 3. Encuentro
producto cognitivo. La diferencia no radica sólo en que el constructo es bipo- con el
acontecimiento
lar y puede ser no verbal. De hecho la TCP es cognitiva sólo si entendemos este
4. Validación / Invalidación
término como enfoque comprometido con aquello que atañe al acto de cono-
de la anticipaciÓn
cimiento. Conocer no es una actividad sólo intelectual, pero tampoco única-
mente emocional o conductual. Es un proceso complejo que implica la cons-
trucción (y sucesiva reconstrucción) del significado. Y es en el curso de este FIGURA 1. El ciclo de experiencia.
proceso cognitivo donde se dan fenómenos psicológicos como el pensamiento,
la emoción, la conducta, las imágenes, los sueños, etc., que son los constituyen-
tes de nuestra experiencia. En la TCP no tienen sentido las distinciones entre TERCER PRINCIPIO: El SIGNIFICATIVO SE ESTRUCTURA. JERÁRQUICAMENTE
pensamiento (o cognición) y emoción, o entre mente y cuerpo, ya que estos y
otros fenómenosforman parte de este proceso central que es la construcción (y A un nivel más molar, la teoría de los constructos concibe estas discrimina-
continua reconstrucción) del significado. De este modo, la conducta es, entre ciones como entrdazadas en un amplio sistema de constructos personales, al-
otras cosas, una acción que surge colno forma de poner a prueba nuestra cons- gunos de los cuales son más supraordenados o centrales que otros con respecto
trucción, y la percepción (y valoración) del resultado obtenido permite revisar al sentido del sí mismo y del mundo que tiene el individuo (Kelly, 1955). Estos
nuestro conocimiento (véase figura 1). La emoción acompaña nuestra expe- constructos nucleares {p. ej., de uno mismo como padre, esposo, persona sensi-
. rienda de validación (con sensaciones como el placer, la satisfacción, los senti- ble, o terapeuta constructivista) son centrales, ya que representan nuestro sen-
mientos amorosos, etc.) y de invalidación (tristeza, ansiedad, rabia, ira, etc.) de tido del rol o identidad más fundamental. Los constructos nucleares tienden a
nuestras construcciones más centrales dependiendo del resultado subjetiva- resistirse al cambio y limitan otros cambios permisibles en nuestros sistemas
mente construido (véase Feixas y Villegas, 1993). De hecbo, todo cambio signi- personales. Por ejemplo, para un cliente que se construye a sí mismo funda-
ficativo en nuestro sistema de construcción implica necesariamente estos pro- mentalmente como una persona «heterosexual», al ser atraído por una relación
cesos de (in)validación. Por tanto, podemos concluir que todo cambio es homosexual puede sentirse profundamente perturbado debido a la aparente in-
emocional , o de lo contrario no es significativo. consistencia de su conducta respecto a sus constructos centrales de identidad,
Las implicaciones del ciclo de experiencia para la relación terapéutica son mientras que para otras personas, cuyo constructo nuclear está organizado en-
cruciales. El terapeuta ha de devenir un agente validador que mantiene un de- torno a la idea de ser «libre» o «explorador>>, la bisexualidad puede ser con-
licado equilibrio entre la validación del sistema actual del cliente (el único que sistente con sus estructuras nucleares y, de hecho, servir para elaborar su pro-
posee, sin el cual seria incapaz de construir ningún acontecimiento) y la inva- pio sistema. Por tanto, conocer la estructura nuclear particular y única de un
lidación que se proporciona en un grado progresivamente mayor para permi- sujeto nos permite entender la coherencia de su sistema de construcción, desde
tir los procesos de revisión constructiva. Esta validación inicial permite esta- la cual fenómenos como el síntoma, la «resistencia>> y las emociones perturba·
blecer una base segura desde la que explorar y revisar de forma cada vez más doras tienen un sentido, aunque éste no sea aparente para el sujeto.
sustanciosa el sistema de construcción. Todo este proceso adquiere una natu- Las características jerárquicas de los sistemas de constructos constituyen
raleza enormemente emocional, puesto que, si como decíamos al acabar el pá- redes de implicaciones cuya estructura y contenido pueden ser evaluados clínica-
rrafo anterior, todo cambio es emocional, entonces toda relación terapéutica mente mediante una variedad de índices fiables de la técnica de rejilla (Feixas,
que no lo sea no producirá cambios relevantes. López-Moliner, Navarro, Tudela y Neimeyer, R.. 1992), como pretendemos
312 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 313

ilustrar en el estudio del caso que sigue a este capítulo. La técnica de rejilla y la TCP ofrece una amplia gama de respuestas a estas preguntas, dependiendo de
otras formas de evaluación constructivista (Neimeyer, G., 1993) pretenden ex- la clase de dificultad encontrada por el sistema de constructos (Neimeyer, R y
plorar las sutiles implicaciones y conexiones en la red de constructos indivi- Feixas, 1989), en general las dificultades clínicas representan perturbaciones del
duales con el fin de facilitar la empatía terapéutica, definida como «el intento sistema de significado del cliente haciendo que su construcción en un dominio
del terapeuta de construir un puente hacia la experiencia vivida dd paciente determinado se convierta en estancada, fragmentaria, restringida; o dicho de
para experimentar "en su propia piel" los significados a menudo idiosincrási- otro modo, incapaz de acomodarse a los desafíos de la experiencia, dando salida
cos que el cliente atribuye a los acontecimientos, y comunicar una comprensión a una multitud de emociones perturbadoras (Kelly, 1995; Feixas y Villegas, 1993).
de la visión que tiene el cliente del problema» (Neimeyer, R., 1996, pág. 387). Un ejemplo particularmente impactante es el del trastorno por estrés pos-
traumático que, en términos constructivistas, se produce cuando los sujetos se
enfrentan a acontecimientos que no pueden ser asimilados por sus sistemas de
CUARTO PRINCIPIO: LOS PROCESOS DE (RE)cONSTRUCCIÓN significado y que, a su vez, parecen invalidar sus más fundamentales cons-
SE DESARROLLAN EN LA INTERACCIÓN SOCIAL trucciones de sí mismos, el mundo y los demás. Esta arrolladora perturbación
de las presunciones del mundo puede precipitar al individuo traumaiizado a
Una característica todavía más particular de la TCP es el énfasis que otorga una severa y constante ansiedad (definida como la conciencia de que estos
a la natural= social incluso de nuestras construcciones más privadas. Tal como acontecimientos se hallan fuera de los rangos de aplicabilidad del propio sis-
Kelly (1955) apuntó, nosotros anclamos nuestros constructos en un mundo so- tema de constructos), amenaza (conciencia de un cambio inminente y amplio
cial, encontrando validación para nuestras construcciones en las acciones y acti- de un sentido básico del sí mismo) y la culpa, (conciencia del desplazamien-
tudes de los demás; estableciendo «realidades>> determinadas socialmente, a ni- to del sí mismo de la propia estructura habitual de identidad, según Kelly,
veles que abarcan desde las relaciones íntimas hasta la totalidad del sistema 1955).Estudios recientes constructivistas han documentado cómo las limita-
cultural de significados compartidos. Los teóricos contemporáneos de la TCP ciones estructurales en el sistema de constructos median en el impacto trau-
han dedicad<> un considerable esfuerzo a entender la, a veces problemática, bús- máiico del combate (Sewell y otros, 1996) y asesinatos en masa (Sewell, 1996),
queda de la validación consensuada en contextOS que abarcan desde la terapia y se han empezado a desarrollar programas de tratamiento y técnicas para tra-
familiar (Feúcas, Procter y Neimeyer, G., 1993) y la formación de amistades (Nei- tar varios tipos de trauma, desde estos efectos nocivos del combate (Stewart,
meyer, R., Brooks y Baker, 1995) hasta los marcos otganizacionales (Kalekin, 1995) y los asaltos (Neimeyer, R. y Stewart, 1996), hasta el incesto (Harter y
Fishman, 1995) y ecologías de significado más amplias (Oxley y Hort, 1995). Neimeyer, R., 1995) y otras formas de trauma infantil (Ronen, 1996).
En el marco clínico, intervenir en el significado a menudo requiere un de-
licado balance entre la exploración de las construcciones profundamente per-
sonales y la consideración del grado en el que éstas pueden ser compartidas, SEXTO PRINCIPIO: LA PSICOTERAPIA SUPONE UNA DELICADA

apoyadas, o invalidadas por otras personas o grupos significativos del mundo (RE)NEGOCIACIÓN DE SIGNIFICADOS (INTER)PERSONALES

del cliente. Por ello, en nuestro trabajo no dudamos en entrevistar familias,


parejas o grupos más amplios como formato de terapia, antesala, o en el curso En términos clásicamente kellianos una buena psicoterapia podría seme-
del trabajo individual con una persona. jarse a una buena «Ciencia personal>>. Enfrentado a experiencias anómalas
para las que el cliente no tiene una explicación viable, ni constructos predicti-
vos, d terapeuta se vudve un colaborador en ayudar al cliente en la recons-
QUINTO PRINCIPIO: LOS PROBLEMAS CLÍNICOS PROVIENEN trucción de su vida en unos nuevos términos, y luego valorar la utilidad de
DE UNA PERTURBACIÓN SIGNIFICATIVA DEL MUNDO esas nuevas construcciones mediante la experimentación de sus consecuen-
CONSTRUCTIVO DEL CLIENTE cias en circunstancias de la vida real (Kelly, 1963/!969). En una definición más
extensa y actual, la psicoterapia constructivista es vista como
Si las personas pueden ser vistas como procurando desarrollar teoáas perso- ... un complejo y sutil proceso de intercambio de significados (interpersona-
nales o narrativas factibles para organizar y dar sentido a sus vidas, y si estas teo- les) al servicio de la articulación, elaboración y revisión de aquellas construccio-
áas pueden ser contempladas como completamente interdependientes de las nes que el diente usa para organizar su experiencia y conducta. Tal definición
construcciones sociales en las cuales nosotros buscamos validación, entonces enfatiza algunas de las características propias del proceso psicoterapéutico, in-
¿cómo podemos entender el trastorno o problema psicológico? Mientras que cluyendo: la delicadeza con la que el terapeura debe captar los matices expe-
Jl4 MANUAL DE- PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 315

rienciales del mundo vivencia! del cliente, la base dialógica y discursiva de su in- EPÍLOGO y PRÓLOGO
teracción, y la contribución de cada uno de sus mutuos cuestionamientos (Nei-
meyer, R, 1995b, pág. 2.). Al ser una breve introducción a los fundamentos conceptuales de la
TCP, en este abreviado capítulo se han omitido muchos aspectos. Solamente
A pesar de que la concepción de psicoterapia reflejada en estas líneas pue- el manifiesto original de la teoría de Kelly {¡955) ya cuenta con más de 1.200 pá-
. de tener objetivos concretos muy diferentes, a un nivel abstracto consiste en ginas, sin mencionar los miles de libros, capítulos y artículos post-kelliano~
animar a los clientes a desarrollar junto al terapeuta un mapa más preciso y que han aplicado, discutido, investigado y ampliado su postura original. Así,
evoluCionado de las construcciones, a menudo poco articuladas, en las que es- más que intentar abarcar una exposición muy detallada de los corolarios es-
tán emocionalmente implicados. Estas construcciones determinan qué líneas pecíficos de la teoría de los constructos personales, revisar la voluminosa li-
de acción se han de considerar viables. Más adelante hay que ampliar o com- teratura empírica sobre la estructura y funcionamiento del sistema de cons-
plementar estas construcciones, de forma que se incremente el número de tructos, discutir con detalle la conceptualización de trastornos específicos, o
mundos posibles en los que el cliente podría habitar, lo que redunda en una intentar realizar un esmerado compendio de las distintas estrategias y técnicas
mayor posibilidad de elección, y un incremento de la capacidad predictiva o usadas por los terapeutas de los construcros personales, nosotros hemos opta-
complejidad de su sistema de constructos. do por ofrecer al lector una introducción temática de la teoría y su aplicación
¿Qué tipo de práctica es apropiada para esta sutil interacción terapéutica? clínica. Esperamos que este capítulo pueda proporcionar un prólogo útil para
¿De quién es la responsabilidad de aportar los nuevos significados alternati- la ilustración del caso incluido en el capítulo siguiente, y para que el lector in-
vos que permitan una nueva experimentación con los viejos problemas? teresado acepte nuestra invitación a explorar las posibles contribuciones de la
Mientras que ayudas técnicas tales como la técnica de rejilla (Feixas y Corne- perspectiva de los constructos personales en su práctica terapéutica.
jo, 1992) o la terapia del rol fijo (Feixas y Villegas, 1993; Epting y Nazario, 1987)
algunas veces pueden ser útiles para elucidar o trampear los callejones sin sa-
lida en los sistemas de los individuos o faniilias, la terapia constructivista es
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
fundamental y profundamente personal. Desprovistos de. cualquier garantía
externa de lo que constituye un sistema de creencias «real» o universalmente
Botella, L. (1995), «Personal construcr theory, constructivism, and postmodem thought»,
válido para guiar nuestras vidas e interpretaciones, terapeuta y cliente deben,
en R. A. Neimeyer y G. J. Neimeyer (comps.), Advances in personal construct the-
por igual, procurar crear un ·conjunto de construcciones que sean apropiadas ory (vol. 3), Greenwich, NJ,JAI Press.
para las exigencias únicas y personales del cliente; y que al mismo tiempo pro- Botella, L. y Feixas, G. (en prensa), Teoría de los constructos personales: Apltcaciones a
porcionen suficiente coherencia a un sistema que trata de evitar niveles into- la práctica psicológica, Barcelona, Laenes.
lerables de conflicto interno. Además, la terapia a menudo requiere prestar Dunnet, G, (comp.) (1988), Working wzth people, Londres, Routledge.
atención a los sistemas extensos en los que la construcción del cliente está in- Epting, F. y Nazario, A. (1987), «Diseñando la terapia de rol fijo», en R A. Neimeyer
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maneras metafóricas o idiosincrásicas de captar y configurar los matices de la Feixas, G. (1995), «Personal constructs in systemic practice>>, en R A. Neimeyer y M.
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explorado las características poéticas y discursivas de este tipo de intercambio Feixas, G. y Cornejo, J. M. (1996), Manual de la técnica de rejilla mediante el programa
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*~'
CAPÍTUL022

EL PROCESO TERAPÉUTICO EN LA TERAPIA


DE CONSTRUCTOS PERSONALES

Guillem Feixas y Robert A. Neimeyer

No hay ninguna forma particular de relación psicoterapéutica ... que


sea una panacea, ni tampoco ningún conjunto de técnicas que sean las
técnicas a elegir por el terapeuta de constructos personales. Las relacio-
nes entre terapeuta y cliente, así como las técnicas que se emplean pue-
den ser tan variadas como lo es todo el repertorio humano de relaciones
y técnicas.

Desde esta perspectiva parece cuando menos paradójico intentar ddimi-


tar el proceso de la terapia desde una óptica de constructos personales. En
el hecho de plantear un enfoque de la psicoterapia sin un proceder metódi-
co y sistematizado radica la gran complejidad y riqueza, pero también mu-
chas de las desventajas de la propuesta que nos ocupa. La terapia de cons-
-._.¡
tructos personales es, por este motivo, difícil de transmitir tanto a los
colegas interesados como a los estudiantes que desean emprender una for-
mación terapéutica en este sentido. George A. Kelly podía haber optado por
divulgar un método estandarizado de tratamiento como el que elaboró en
sus primeros años en Fort Hays (Kansas) cuando tuvo que organizar la asis-
tencia clínica de una amplia área de población rural. Pero después de quin-
ce años de reflexión y de 'mayor elaboración clínica y teórica, ya como di-
rector del programa clínico de la Universidad de Ohio, decidió elaborar una
propuesta que plantea una revisión más fundamental de la psicología y de la
psicoterapia (Kelly, 1955).
En efecto, el eclecticismo propuesto por Kelly no es un «todo vale», como
a menudo se atribuye a algunas propuestas constructivistas (o a las eclécticas).
Ni el hecho de que muchas formas de relación o de que una amplísima vatie-
dad de técnicas puedan ser legítimas dentro del enfoque de constructos hace
que todas sean válidas en las mismas circunstancias. El eclecticismo de Kelly
no es teórico, puesto que la teoría de constructos es su mayor aportación, sino
técnico. Pero se diferencia de otros eclecticismos técnicos (Lazarus, Beucler,
etc.) precisamente por el criterio de selección de las técnicas. Este criterio es
de orden teórico por lo que en la sistematización de Feixas y Miró (1993) acer-
320 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 321

ca de los eclecticismos técnicos se ha catalogado la terapia de cOnstructos per- En la primera sesión el cliente muestra signos evidentes de ansiedad rela-
sonales como eclecticismo técnico de orientaa·ón. cionados con la expectativa de un nuevo ataque y con el temor a no poder
El enfoque de constructos personales no se concreta en un método de tra- «curarse» y <<Volverse loco», además de presentar serias dificultades para el
bajo clínico sino en una flexibilidad muy compleja, que lejos de responder a la funcionamiento básico cotidiano (p. ej., incapacitación para conducir), ha-
. desorganización responde a una lógica jerarquizada mucho más sutil. Desde llándose de baja médica laboral. Dada esta situación, se acuerda hacer una se-
nuestro punto de vista (Feúcas y Villegas, 1993) la posición epistemológica sión más intensiva, de aproximadamente tres horas incluyendo pausas.
adoptada orienta el tipo de teoría psicológica desde la que se conciben los pro- La primera crisis se produce aproximadamente tres meses antes de la se-
cesos humanos y la naturaleza del cambio. Esta teoría delimita el tipo de en- sión inicial. Estando Daniel resfriado se le taponan los oídos con un dolor y
foque dínico que tiene la psicoterapia, las actitudes del terapeuta, el estilo de una especie de silbido muy agudos. Reacciona inmediatamente con palpita-
relación terapéutica, y todo ello de acuerdo con la conceptualización del clien- ciones, sudoraciones, opresión en el pecho y sensación de que ya nunca vol-
te y de sus problemas. De este enfoque clínico se derivan una serie de objeti- vería a ser el mismo, como si se estuviera volviendo loco. La desesperación es
vos para los que la terapia de constructos dispone de una serie de estrategias tal que, afirma, se hubiera tirado del balcón de no ser que su mujer se hallaba
(véase Feixas y Villegas, 1993; Neimeyer, G., 1987). Y es de acuerdo con estas cerca para calmarlo. Una vez curado el resfriado y solucionado el problema de
estrategias y con otros aspectos circunstanciales, como se delimita el rango de taponamiento con varias consultas al especialista, la angustia no desaparece y
técnicas a utilizar. Como se ve, la elección de la técnica, en el enfoque de cons- se dan nuevos ataques de diversa intensidad, alguno de ellos incluso más in-
tructos personales, es bastante secundaria. Lo que importa es la lógica segui- tenso que el primero.
da para seleccionarla. Por este motivo no podemos presentar un método o Aparte de explorar el problema, tanto en su dimensión objetivable como
proceso sistematizado y estandarizado de psicoterapia de constructos perso- en su vivencia subjetiva, al terapeuta constructivísta le interesa investigar las
nales, ni que sea ddimitado a un trastorno específico. Ni tan siquiera la técni- causas atribuidas al problema desde el punto de vista particular del cliente, lo
ca de rejilla o la del rol fijo, dementes a veces considerados emblemáticos de que denominamos la teoría del problema. En efecto, no sólo los profesionales
este enfoque, son condición sine qua non para este enfoque de la psicoterapia. y teóricos elaboramos teorías acerca de los problemas sino que también cada
En el planteamiento teórico y clínico de la terapia es donde radica su princi- cliente intenta encontrar una «teoría>> personal que dé cuenta de su sufri-
pal riqueza y su característica distintiva. Es por ello que si se observa a un te- miento. Y esto para el constructivista es tan central como explorar el síntoma.
rapeuta de constructos con un cliente puede parecer conductual, y luego con Daniel centra su problema en la «desesperación» que siente (su forma de lla-
otro cliente diferente puede parecer humanista (o cognitivo, o existencial, o marle a la angustia, y ansiedad anticipatoria con respecto a las crisis de páni-
sistémico), e incluso con el mismo cliente en otro momento de la terapia. Pero co). Pero al preguntar por las causas que atribuye a su problema dice que vie-
ello no es por falta de coherencia ni por desorganización sino que responde a ne ya de la infancia, que nunca ha «pisado con los pies en el suelo» y que, por
una lógica compleja que, en este capítulo, quizás sólo seremos capaces de ha- otro lado, sus problemas empiezan con el inicio de la masturbación culpabili-
cer vislumbrar a nuestro lector. zada que él sitúa entre los cinco y siete años. Además afirma que sus padres es-
peraban una niña. Esto nos da la oportunidad de explorar su entorno familiar.
Tiene una hermana cinco años más joven y un hermano, Nani, cinco años ma-
DERIVACIÓN, DEMANDA E INTERVENCIÓN INICIAL yor que él, que ahora está casado y con dos hijos. Queda por explorar en una
próxima sesión qué rdación percibe Daniel entre su angustia actual y estas
Daniel,' un maestro de 27 años de edad, casado y con un hijo de dos años, pinceladas que nos ha ofrecido acerca de su infancia. Nos informa también en
es derivado a un centro privado de asistencia psicológica por un terapeuta en este momento de la realización previa de una terapia psicoanalítica que aban-
formación en dicho centro. En el momento de su admisión, Daniel informa dona después de nueve meses, y de una terapia grupal de tipo corporaVanalí-
haber sufrido una serie de ataques de angustia recurrentes durante un perio- tico que se lleva a cabo en formatos intensivos de una semana, en la que había
do de tres meses, cumpliendo los criterios establecidos por el DSM-III-R para participado en cuatro ocasiones. Pocos días antes del inicio de las crisis de an-
el diagnóstico de trastorno por ataques de angustia sin agorafobia (aunque se gustia había-terminado el último grupo. En la actualidad Daniel toma ansiolí-
empiezan a dar indicios de evitación agorafóbica), de gravedad moderada. ticos recetados por el médico de cabecera.
Como parte de la evaluación inicial se le administró una rejilla interperso-
1. Este caso ha sido ya descrito (parcial y escuetamente) para ilustrar el procedimiento de nal (véase más addante) en la que apareció un constructo muy idiosincrásico
administración y análisis de la técnica de rejilla (feixas y Cornejo, 1996). («no hombre-hombre social») que mereció la atención inmediata del terapeu-
322 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 323

ta (primer autor de este capítulo) ya en la fase de administración. Al comentar naturales», es decir, provenientes de las sugerencias del terapeuta: llevar re-
con Danid este constructo resultó que Daniel no se veía a sí mismo como gistros o un diario, entrenamiento en relajación (ver si lo que había aprendido
<<hombre», o al menos un hombre socialmente aceptable. Al interesarnos más podía mejorarse), y otras técnicas cognitivas clásicas como d trabajo con los
por esta visión, nos dice que esto tiene que ver con algo que no tenía previsto pensamientos automáticos y actitudes «disfuncionales». Y aunque esta línea
. contar. Daniel explica que desde algún momento que no puede precisar, antes de trabajo hubiera sido sólo una vertiente colateral a la terapia de constructos,
de los diez años, y hasta que su hermano Nani se marchó de casa para casarse, de hecho nunca se llevó a cabo.
éste lo incitó (y a veces obligó) a tener un contacto sexual en el que Nani mar- La segunda linea de trabajo, propuesta a Daniel como secundaria a haber
caba las «reglas del juego», y hacía el papel de mujer. Esta posición generó en avanzado un poco en la disminución de la ansiedad, es la comprensión de la
Daniel un fuerte deseo por adoptar ese papel, puesto que era su hermano quien «X>> que generó el primer ataque de pánico, según él relacionada con su his-
más disfrutaba. Reconoce que aún hoy persiste este deseo transformista con toria personal. Dada la complejidad de esa historia es evidente que va a tomar
cierta intensidad, y que es por este motivo por lo que no se considera «hombre un cierto protagonismo en la terapia. Desde nuestro enfoque, no se pueden
de verdad». generar construcciones alternativas a la realidad actual sin reconstruir la his-
Dado el alto grado de ansiedad existente durante toda la entrevista, el te- toria del cliente y la forma que ha sido integrada como visión del sí mismo. Re-
rapeuta creyó oportuno acabar esta primera sesión con una intervención. sulta obvio, ya en este momento de la terapia, que es necesario estudiar el im-
Como decíamos en el capítulo anterior, en la teoría de constructos personales pacto en la construcción del sí mismo que tuvo su vivencia de la sexualidad, la
la ansiedad se define como la dificultad del sistema de construcción por dar experiencia repetida y prolongada de abuso sexual por parte del hermano, en-
sentido, construir o explicarse la situación actual. Por ello el terapeuta adop- tre otras cosas. Ciertamente, Daniel muestra mucho interés por esta segunda
ta temporalmente el rol de experto en ansiedad muy congruente con las ex- línea de trabajo, y de hecho eclipsó casi totalmente la primera, en contra de las
pectativas y atribuciones de Daniel, tal como manifestó con su actitud y res- previsiones iniciales.
puesta a la pregunta por las expectativas de la terapia realizada durante la Al acabar la sesión Daniel expresa la ansiedad que le genera tener que
sesión. Desde este rol psicoeducativo el terapeuta le propone a Daniel una ex- abandonar la sala de terapia y tener que conducir para volver a su casa, don-
plicación cognitiva clásica de los mecanismos implicados en la ansiedad, ade- de le esperan su mujer y su hijo, antes quienes debe adoptar el rol de padre y
cuada a su nivd de comprensión. Concretamente le presenta un esquema grá- esposo. Y añade:
fico donde aparece una «X>> como posible precursor de un ciclo que se inicia
en el primer ataque de pánico, con sus componentes cognitivos y somáticos, le Y hoy a1 hacer la biografía ha empezado a aparecer, en un momento, el de-
sigue la valoración sobreamenazante de los estímulos y se cierra con la ansie- seo de la transformación ésta de la que te hablaba. Y este mismo deseo también
dad anticipatoria. Esta explicación se entiende desde la perspectiva construc- me provoca angustia ... , o sea que me siento como un bebé, como un niño pe-
tivista como el proporcionar construcciones con las que poder integrar esta queño, y me cuesta mucho, mucho, mucho, tener que salir ...
nueva e intensa experiencia que supone la ansiedad elevada y los ataques de
pánico. Con ello se intenta también movilizar los recursos propios del cliente Este comentario, a la luz del proceso posterior, da ya una primera pista
y aminorar el sentimiento de indefensión, y la propia ansiedad, que genera el de uno de los elementos cruciales de la ansiedad de Daniel: la imposibilidad de
«no entender» o la única explicación disponible cuando no se entiende lo que compenetrar su vida como padre y esposo responsable con sus deseos trans-
pasa: «me estoy volviendo loco»; que sólo contribuye a aumentar la intensidad formistas, el angustiante legado de su historia de abuso sexual. Por otro lado,
del círculo vicioso. Por otro lado, la presentación de este esquema permite esta especie de «ansiedad de separación» que aparece inesperadamente al fi-
plantearle a Daniel dos líneas de trabajo diferenciadas. La primera, y más in- nal de la sesión, nos indica la necesidad de un vinculo protector y la posibili-
mediata, se centra en el síntoma, es decir, pretende la disminución de la an- dad de que la terapia, y particularmente d terapeuta, sean vistos en función de
siedad, y se relaciona con la ya citada articulación de recursos. En esta prime- esta necesidad.
ra sesión se intenta activar sus recursos naturales a partir de explorar las cosas Ya terminado el tiempo de sesión, y ante esta dificultad, el terapeuta de-
que ya ha hecho y le han servido a la hora de aminorar la ansiedad: pasear por dica unos minutos a elaborar una re/ormuladón de las necesidades afectivas y
los alrededores del pueblo en el que vive (en bicicleta y a pie), la relajación de protección como necesidades legítimas (se trata en este momento de no in-
,;;-
(había hecho un curso de sofrología), la oración (durante esta época había fre- validar sus sentimientos), pero a la vez la imposibilidad de tenerlas siempre sa-
cuentado la iglesia), la distracción, la medicación, etc. En este momento se veía ciadas. Ello permite redefinir la tolerancia a la frustración como necesaria
como posible y adecuado para próximas sesiones sugerir otros recursos «no para el crecimiento. El terapeuta también señala que esta vivencia de sí mismo
MANUAL DE PSICOTERAPlAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 325

como un bebé desprotegido forma parte de las percepciones alteradas por la emocional es construida desde la perspectiva de la ansiedad. El enriquecimiento
ansiedad, tal como se muestra en el esquema cognitivo clásico que se ha tra- de su sistema de construcción para que pueda discriminar entre distintas tonali-
.bajado en la sesión. Y despide a Daniel incitándolo a adoptar una actitud de da~es emocionales es uno de los ingredient~ necesarios en estos casos.
lucha ante la ansiedad, en base a sus propios recursos. Llama la atención la inclusión de dos constructos de contenido sexual (5 y
8), lo que supone un 2oo/o de los constructos, proporción nada corriente. Esto
se explica en este caso por el papel preponderante de la sexualidad en la vida
UNA PRIMERA CONCEPTUALIZA.CIÓN DE DANIEL Y SUS PROBLEMAS de Daniel, especialmente por su experiencia de abuso sexual. Puede ser útil
ver este conjunto de constructos como una muestra significativa de los ejes
Al formular una hipótesis en base al sistema y procesos de construcción de con los que Danid construye su experiencia (incluido su problema y sí mis-
un caso es importante tener en cuenta la estructura del sistema cognitivo del mo), y plantearse cómo se ve (y cómo se vive) el mundo desde estas «gafas»
cliente, sus contenidos y el proceso que los ha generado dando lugar a la pro- particulares.
blemática actual. La técnica de rejilla puede ser un buen instrumento para es- Pero un análisis más enriquecedor puede provenir del estudio de la red
tudiar el sistema de constructos de Daniel. En la figura 1 se puede ver su reji- de interconexiones entre constructos y elementos, para lo que utilizamos el
lla focalizada (véase Feixas y Cornejo, 1996), es decir, los constructos y los análisis factorial de correspondencias, ya sugerido por Rivas (1981), e incor-
elementos .elicitados reordenados de acuerdo con la coherencia que le otorga porado en el programa RECORD (véase Feixas y Cornejo, 1986). Su aplica-
un análisis de conglomerados tanto de filas como de colunmas (two-way clus- ción en d caso de Danid nos permite analizar un primer eje (o factor) que ex-
ter ana/ysis). De esta manera se pueden apreciar mejor las proximidades entre plica el 46% de la varianza, dentro de los márgenes habituales. Cada eje debe
elementos y las conexiones semánticas entre los constructos. interpretarse como una dimensión de significado definida por los polos de
los constructos (y representada por los dementas} que figuran en sus extre-
mos. En la parte inferior de este eje confirmamos que los elementos ideal y te-
OJRSDWCIOi Iz A JI e D • r G • I J K J. K • cuuumczoa Dll &IW1'0I: rapeuta anterior están muy cercanos, y además cargan en el mismo sentido
1-z.lajadi:J 7 5 5 1 5 1 7 4 1 7 7 7 4 1 1-.-rvioao -YO que los constructos «feliz», «relajado» y «responsable», lo que sugiere una
2-fali• 7 7 t 1 S 5 7 t 1 5 t 3 5 5 2-hiU'119 c.Mza -l'ON-GllATA
3-Uanqa.tlo
t-intol•r-t.
43555172543323
3 3 2 3 t t 1 3 1 2 t 1 2 t
3-~Uda
t-C0111p--ivo
c-YO-AN'ftS
~
cierta tendencia a idealizar al terapeuta (y quizá también al bienestar}. No
5-d9- p.rv.r- t 1 2 t t t 4 3 2 t 1 1 2 1 S-.S-990 ••no -o1'aOS muy lejos de este extremo del eje hallamos el elemento pareja y los construc-
t:-irre9JIOn•abl• 1 1 2 S 5 7 7 ti 5 2 1 C 5 C 1-re~••abl• F-~
7-DO bcmbre 1tststccct1t11 7-aoci&l G-Naca tos «comprensiva» y «deseo sano». En el extremo opuesto dd eje encontra-
•-•1• d9~ a.Je.
P-idlMlli•ta
7t11ttt7735454 1-cond.•90•.XB-PADD
mos fuertemente ligados los elementos yo y «non grata>>, asociados a «irres-
5 .. ' ' ' 1 2 ti ' 7 7 ., ., ' 9-ut.:ri&li•ta 1-~
........
---
10-reali•ta 7 '1 '1 4 t 5 6 1 1 t 2 2 4 t 10-aollackir J-ABUZl..O
_,,....,,. ponsable>>, «intolerante» y «deseo perverso>>. En cuanto al resto de los elementos
y constructos, resultaría especulativo inferir su significado en función de este
-m....
eje, puesto que no han contribuido (ni son explicados) significativamente por
este eje.
FIGURA l. La rejilla de Daniel focalizada En síntesis, la estructura que refleja este primer eje de la rejilla nos su-
con el programa RECORD v. 2.0. giere que Daniel tiene una imagen muy negativa de sí mismo. Por un lado,
se sitúa en el extremo opuesto a lo que considera que debería ser (ideal), ca-
racterizándose por su irresponsabilidad, intolerancia y perversidad en lo se-
Dada la breve extensión y foco terapéutico de este capítulo no vamos a anali- xual. Por otro lado, el sí mismo se halla asociado al elemento «non grata»
zar la rejilla de Daniel de forma exhaustiva (véase Feixas y Cornejo, 1996), sino que representa precisamente a una persona que no le gusta. En rdación al
que vamos a dar unas pinceladas que sirvan para la formulación de una hipótesis elemento «yo-antes-de-la-crisis-de-angustia» vemos que se halla más cerca
clínica. En concreto, al mirar los constructos proporcionados por Daniel vemos del ideal que el yo actual, lo que indica que la aparición de las crisis de an-
que tiene dos referidos a la ansiedad (1 y 2) y ninguno relacionado con otras emo- gustia ha modificado un poco la construcción de sí mismo, aunque a gran-
ciones. Se confirma también en este caso la visión constructivista de la ansiedad des rasgos ya parecía ser una construcción negativa o insatisfactoria (al me-
de Lorenzini y Sassaroli h987}, yen cierta medida también la de Guidano (!991), nos tal como es vista retrospectivamente por el sujeto, y se refleja en el
según la cual los sujetos con trastornos de ansiedad disponen de pocos construc- hecho de haber buscado ayuda psicológica anteriormente y participado en
tos para elaborar su experiencia emocional. De forma que cualquier activación
ti grupos terapéuticos).
326 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 327

-irrespona 74 15 62 Otro aspecto que nos indica la presentación gráfica de un eje son las aso-
ciaciones existentes entre constructos, entre dementas y entre elementos y
constructos_ Aunque ello ya ha quedado en parte reflejado en el párrafo ante-
ri~r, cabe añadir que, por ejemplo, los constructos «relajada>>, «responsable»
y «feliz» forman una constelación de constructos, de la misma forma que se
48 18 65 YO-
46 16 77 NON-GRATA- asocian «irresponsable», «intolerante» y «deseo perverso». Resultan curiosas
algunas de estas asociaciones. Por ejemplo, podemos pensar que la irrespon~
-into1•ran 68 8 42 sabilidad, tal como la ve Daniel, está en gran parte relacionada con un deseo
-deseo per 61 7 37
perverso, lo cual nos da una pista acerca de cuál ha sido el estado de invalida-
ción de sus sistema de construcción en el que se ha dado el primer ataque de
-no hombre 49 s 34
31 7 SS ASUELO- -tranqui1o 35 4 31 pánico. ¿Por qué Daniel se ve tan negativamente? Esta pregunta se puede
30 7 36 YO-ANTES- -hierve ca 60 6 32
contestar, al menos hipotéticamente, a la luz dd constructo que más varianza
-so.ftadora 26 3 26 explica «responsable-irresponsable». ¿Qué es lo que hace sentir a Daniel tan
-nervio•a 45 3 23 irresponsable? La respuesta dentro de la rejilla es la perversidad sexual. Si in-
tentamos elaborar una hipótesis procesual podemos pensar que en Daniel
-mat•ria1i 17 l 16 (quizás por su trabajo terapéutico en el grupo o por otro motivo) va tomando
L cuerpo el deseo perverso (transformista), lo que le invalida como maestro, es-
:<'
poso y padre responsable_ No es difícil entender que en ese estado de invali-
7 o 4 MADRE- dación se dé un ataque de pánico, y desde luego mucha ansiedad_ Observa-
mos también al acabar la primera sesión su necesidad de protección ante la
-sin deseo o ·o l ansiedad que genera el deseo transformista que nos ha desvelado en la sesión,
-2 o o MnGO- -con de•eO o o -1 incompatible con la responsabilidad_
-3 o l AMIGA-
-4 o 1 RERMllNO- Esta hipótesis deberá ir verificándose en las sesiones venideras, y de confir-
-5 o 1 PADRE-
-8 o s HERMJl.NA- marse parece que reducir la ansiedad (con técnicas cognitivas, conductuales o
\~{
medicación) va a ser necesario pero sólo como paso para poder trabajar a nivel
de significados. Y ese nivel va a tener el ·deseo transformista como protagonista.
-ideali•ta
-compromet
17
35 2
l -18
-19 1

-32 8 51 PAREJA-
-•ocia1

-realista

-comprensi
-deseo san
49

26

68
61
3

6
6
-23

-28

-34
-36
'
'~

~
NARRATIVAS Y RITUALES AL RITMO DEL CLIENTE

En la segunda sesión, que se lleva a cabo en la semana siguiente, Daniel in-


forma de una notable disminución de la ansiedad (p_ ej., ha podido reincor-
porarse al trabajo), que atribuye inicialmente a la atención psicológica recibi-
da_ Sin embargo, al examinar con más detalle cuáles han sido los recursos que
-relajada 45 6 -42 ha utilizado, el terapeuta señala que en realidad ha sido el cliente quien los ha
-r•fionaab 74 11 -44
-fel z 60 8 -45 llevado a cabo, intentando generar una atribución interna de estos cambios.
4;~
Por ejemplo, ya no es su mujer quien lo lleva a la escuela en coche sino que ha
ido dando un paseo en bicicleta. El propio Daniel elabora este aspecto desta-
-54 22 84 TER.-ANT- cando no sólo el efecto beneficioso del ejercicio moderado, sino también «el
-55 22 80 IDEAL-
demostrarme que no era tan frágil». Resulta importante para el terapeuta
consrructivista hacer explícito el significado, no sólo de las conductas proble-
FIGURA l. La rejilla de Daniel focalizada máticas, sino de las alternativas saludables. Y este significado, si tiene cierto
·~
con el programa RECORD v. 2.0_ nivel jerárquicO, implica la construcción del sí mismo.
~~
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS J29

El resto de la sesión se dedica a comentar las dificultades qué experimenta- No nos llevamos demasiado bien, es cierto, pero también es cierto que no pode-
ba Danid en su trabajo, en contacto con niños problemáticos en la escuda, an- mos pasar el uno sin el otro. Sí, han sido muchos años de convivencia y yo le quiero,
tes de la baja médica. Y al reincorporarse ha introducido una serie de cambios aunque a veces le he hecho padecer mucho.
-Es una persona que se preocupa mucho por cierta~ cosas, dándoles demasiada im-
que quiere explicar, y que indican un cambio de planteamiento, en el sentido portancia y, al mismo tiempo, pasa de otras, de aquell.1s qui: forman parte de la vida
de hacer un trabajo más realista con los niños, y por lo que cuenta, más satis- diaria de una persona. Así, siempre le puedes ver amargado, más bien deprimido,
factorio. Y al acabar la sesión Daniel explica que en estos días ha sentido con preocupado, angustiado, ansioso por cosas que pasan y a veces sólo están dentro de su
gran intensidad el deseo de llevar a cabo juegos sexuales en los que él tuviera el cabeza y su corazón; le cuesta ver las cosas positivas de la vida. Siempre está descon-
rol de mujer, hasta el punto de ir a casa de su hermano para pedirle que los lle- tento de todo. Pero no siempre es así ... no. Yo le he visto contento, satisfecho, orgu-
varan a cabo. Al explorar un poco dice que ha ido a verlo a él porque con su lloso de su casa, de su familia, de su mujer y su hijo. Es incapaz de vivir tranquilo, de
hermano sería más fácil, pero que su deseo es más genérico: adoptar el rol de pasar una temporada larga sin dar vueltas .a las cosas. Quizá se tendría que pl,antear la
mujer. Puesto que su hermano Nani no estaba en casa, el hecho no ha tenido vida como un presente y un futuro y dejar el pasado para que se lo coman los gusanos.
Ahora tengo ganas de hablar de sus aspectos sexuales, ya que es casi lo que más me
una trascendencia práctica, pero lo cuenta con un gran sentido de culpabili-
atañe a nú ¿no? Es un «Viejo verde» (quitando lo de viejo), es un baboso. Se le cae la
dad, incluso hacia el terapeuta, que si no se lo contase sentirla que lo está en- baba cuando ve un culo, unos pechos, unas· piernas ... un cuerpo de mujer atractiva que
gañando. Sin embargo, reconoce que en el momento en que siente el deseo y enseña o insinúa alguna cosa. El sexo es para é1 como un vicio, le encanta, le encantan
busca la forma de realizarlo no se siente culpable, nisiente ninguna angustia. las mujeres. Pero, ¿sabes qué pasa?, que él no quiere que eso sea así, no lo quiere hasta
Pero cuando sale de ese estado es todo lo contrario, incluso se pregunta si no el punto de que nunca lo reconocerá si no es ddante de mí. Le dice a su mujer que no
estará en la puerta de entrada de la esquizofrenia, o bien se está volviendo in- le atrae el sexo más de lo «normal~. Y lo malo ¿sabes qué es?, que él mismo se lo cree.
moral o perverso. El terapeuta evita comportarse como moralizador y propone Por otra parte, sé que cuando está cerca de mí su deseo se enciende hacia todas las
intentar comprender mejor estos deseos en sesiones posteriores. mujeres, cualquiera que no sea la suya. Entonces es un pornográfico.
Por lo que respecta a sus relaciones sexuales la cosa cambia un poco. Con su mu-
Es bastante habitual que al finalizar la primera sesión, o como en este caso
jer pasa fases:
en la segunda, el terapeuta de constructos solicite una autoctmrcterización al
cliente como tarea para casa (véase Feixas y Villegas, 1993) que permite tener 1. Si está lejos de mí, en momentos bastante esporádicos, ha sido capaz de sentir
una visión del cliente en sus propias palabras y estructura narrativa. Se trata deseo por ella. Una vez iniciada la relación sexual ¡caramba!, se ha comportado, ha
de una descripción que tiene que realizar el cliente de sí mismo pero en tercera disfrutado bastante (aunque casi nunca ha sido capaz de entregarse de lleno, sin de-
persona, como si describiera a un amigo muy querido y al que conoce muy in- jarse ir del codo). Sé que a veces se le ha pasado por la cabeza aquella historia con su
timamente. En respuesta a nuestra petición, Daniel realizó un escrito muy pe· hermano.
2. Cuando está cerca de mí. Se transforma, el sexo ocupa prácticamente toda su
culiar y atípico por el hecho de hacerlo desde dos «personalidades». Reprodu-
cimos un extracto de este escrito, que titula «Dos amigos», en la tabla 1. vida, el deseo es casi constante e hirviente, además él se esfuerza por mantenerlo.

Me desea constantemente y d deseo es de verme cada vez más atractiva, hasta que
TABLA 1. Autocaracterización presentada por Daniel. me obtiene y entonces ya no puedo decir nada más porque nos confundimos y él deja
de existir cuando está conmigo para convertirse en mí misma.
DOS AMIGOS Aparte de la historia sexual puedo hablar de otros aspectos de Daniel. Es infantil,
Me has dicho que tenía que hablar de un amigo mío, pero me cuesta hacerlo sin irresponsable. No es capaz de preocuparse de las cosas de cada día. Es totalmente un
hablar también de una-amiga. Personas diferentes, personas iguales, misteriosos por- crío, un egoísta, y no lo acaba de reconocer ni de aceptar.
que de alguna manera se pertenecen mutuamente, en cierta manera se quieren a la vez Escribo desde mí: Todo esto que ha explicado Daniela de Daniel es verdad, yo
que se odian, pero son intrínsecos el uno al otro. Te hablaré de Daniel y Daniela. Da- también lo conozco, aunque quizá Je ha faltado decir algo bueno de él. Daniel también
niel es un individuo inmaduro, inseguro, muy inseguro y, sobre todo, atormentado. Es tiene buenos sentimientos, a veces es capaz de ser valiente. No sé, quizá es más cierto
un soñador. lo que decía Daniela.
Hablo desde Daniela: Es de estatura más bien baja, estrecho de espaldas, más Hablo desde Daniel de Daniela: Daniela es una puta, es una mujer que no es mujer
bien poca cosa y poco atractivo para nosotras las mujeres. No puedo decir que sea de verdad y se esfuerza idiotamente en serlo: se lo cree. Es una puerca, una guarra
el ideal de hombre y él tampoco se siente demasiado hombre. Ni yo tampoco le sien- creída y nada más ver unos pantalones cerca suyo .... La tía ha hecho de todo y con
to demasiado hombre aunque juntos hemos hecho el amor (él siempre enmascarado todo el mundo. Empezó con su hermano a los r3 años más o menos. Desde entonces
bajo otros nombres y otras apariencias, como en un juego) y me lo ha hecho pasar ya no ha parado. Se ha hecho hacer de todo. Y cuanto más bajo y puerco es Io que hace
muy bien a veces. más disfruta.
~
..'Rf'·:·.·.·i
~.
330 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 331

Desde hace un tiempo ha cambiado un poco, la veo como más serena, como un Daniel acude a la cuarta sesión con un nuevo aumento de la ansiedad, sen-
poco más respetuosa consigo misma. No tanto con su cuerpo como con su persona. Sí, saciones de taponamiento en los oídos, opresión en el pecho, dificultades para
quizá le veo una diferencia fundamental con antes, y es que antes sólo era un cuerpo tragar los alimentos y, en particular, un gran desasosiego. A nivel psicológico,
'mientras que ahora este cuerpo empieza a tener una persona detrás. Su existencia es
no sabe qué hacer con su deseo de dar vida a Daniela, y ello parece ser lo que
un poco más entera que antes, que casi se limitaba a un sexo indiscriminado y única-
más le angustia. Dada esta situación, el terapeuta le plantea a Daniel explorar
. mente genital, mientras que ahora es toda ella quien interviene.
Se qué busca, busca algo y quizá es sentirse plenamente una mujer. Y para eso la posibilidad de integrar a Daniela en su vida actual y para hacerlo utiliza la
creo que necesita un hombre pero no los de siempre sino un hombre de carne y hue- técnica guestáltica del diálogo de las dos sillas para las escisiones (reciente-
so. Y este hombre es su propio hermano. mente sistematizada, como parte de un enfoque experiencia! y constructivista
Creo qµe Danie}a está reclamando cada yez más fuerte s11 existencia en un mundo más amplio, por Greenberg, Rice y Elliott, 1993). La idea con que se plantea
real s~ existencia plena como m_ujer. Sentir que su feminidad Ja llena (en el aspecto de este ejercicio es explorar si es posible la integración, y de no ser así el terapeu-
sentimiento sexual de saber que tiene una sexualidad plenamente femenina). Creo ta anuncia que se tendrá que trabajar para «eliminar y enterrar>> a Daniela. Se
que tiene ganas de dejarse ver de saljr de su mundo cerrado en la fantasía. la oscuri- trata de poner a prueba, en un ambiente protegido, el propio planteamiento
dad lo prohihido y pecaminoso y mostrar al mundo que ella también existe que es
de Daniel para que esta experiencia le lleve a tomar una decisión, y una vez to-
una. mujer de verdad (subrayado en el manuscrito original).
mada ayudarle a llevarla a cabo.
Siento un poco que sólo depende de mí darle la existencia pero yo, Daniel, no se
la puedo dar, quizá porque fuera, en el mundo real, ella y yo somos incompatibles, o En la técnica del diálogo de las dos sillas, Daniel debe adoptar alternativa-
es ella o soy yo, pero no podemos ser los dos. O quizá sí. Mi hermano dice que sí sería ;~ mente su propio rol y el de Daniela, y dialogar desde cada una de estas posi-
posible coexistir con Daniela, aunque siempre desde el mundo del secreto. Pero esta ciones. Se trata, en cierta manera, de representar lo que el propio Daniel ha-
coexistencia con ella en el mundo de la oscuridad y el pecado me resulta dificil, como bía planteado por escrito en la autocaracterización. Pero a Danid le resulta
sé que le resulta difícil a ella. Quizá lo único que he de hacer es quererla de verdad y muy difícil representar el papel de Daniela, lo hace por unos minutos pero
dejarla que viva, dejar de prohibirle su sexualidad y su feminidad y, sencillamente, debe interrumpir el ejercicio por la gran ansiedad que le genera. La sesión ter-
aprender a convivir con ella, quererla y puede que también fuera una_ forma de que- mina con intentos por aminorar esa ansiedad pero también con el convenci-
rerme a mí mismo.
miento de que hasta que esta cuestión no esté resuelta no se habrá avanzado
P. D.: A lo mejor no la tengo que matar sino al contrario, darle-vida.
realmente. El terapeuta reitera su disponibilidad para ayudar a Daniel a seguir
su camino una vez haya tomado una decisión, pero que no puede tomarla por
Lógicamente, al traer Daniel este escrito se dedica la tercera sesión a tra- él. Daniel acepta este planteamiento pero al mismo tiempo manifiesta que en
bajar sobre este tema. La lectura de la autocaracterización y los comentarios el único espacio que se siente seguro es en el terapéutico.
que por su parte hace Daniel ocupan gran parte del tiempo. La cuestión es que Esa misma noche Daniel acude al servicio de urgencias del hospital de su
el deseo de llevar a la realidad el personaje de Daniela se hace muy patente. localidad ante su incapacidad para tolerar la situación. Le administran un an-
De hecho Daniel habla de dos episodios, el primero hace varios años y el se- siolítico y lo remiten de nuevo a su tratamiento médico habitual y a su psico-
gundo hace un mes, en los que «Sentí cómo este rol se apoderaba de mí, y un terapeuta. En retrospectiva podemos hipotetizar que no era posible en este
poco sentir que he desaparecido y he pasado a ser otra persona>>. En las dos caso la integración que pretende el diálogo de las dos sillas dada la rigidez con
ocasiones Daniel se encontraba solo y ha tenido la vivencia de transformarse la que se consideran incompatibles las dos partes y las características concre-
en Daniela, vistiéndose con prendas femeninas sexualmente provocativas, tas y peculiares expuestas. Pero la toma de contacto coa Daniela, por breve
acordes con la actitud de este personaje. A nivel psicopatológico, todo ello in- que fuera, puso en evidencia la necesidad de tomar una decisión, con la an-
dica que no se trata de una simple fantasía sino que nos podemos encontrar gustia adicional que supone esta premura.
con un incipiente trastorno disociativo de la identidad. A la mañana siguiente pide consulta urgente y se le atiende en 24 horas.
Lo que se trabaja en esta sesión sigue el hilo de lo planteado por el pro- Sorprendentemente, Daniel se presenta con una decisión tomada y un «docu-
pio Daniel en el último párrafo de la autocaracterización: la incompatibili- mento de juicio» de siete páginas escrito espontáneamente por él mismo. Se
dad del personaje de Daniela con su vida actual y las alternativas que plan- trata de un escrito muy formal titulado «Daniel contra Danida» que mimeti-
tea este conflicto. El terapeuta señala que en este punto Daniel tiene que za el proceder judicial. El propio Daniel se atribuye el papel de acusador y
tomar alguna decisión. La elevada angustia que sufre indica que es momen- juez. En la persona del terapeuta (con los apellidos completos en el documen-
to de decidir si hay que integrar o «enterrar» a Danida. La sesión termina to) recaen las funciones de «testigo, apoyo del juicio, sentencia, ejecución y
,_,.
con este planteamiento. ·.·. '11
trámites posteriores», presenta la denuncia la «vida pasada, presente y futura
~.¡
'I'
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 333

de Daniel {con apellidos completos)», y comparecen «Daniela y el pasado de se de muchas maneras distintas. Este enfoque de la terapia contrasta con las
Daniel» por una parte y «Nani, o alguna cosa de él» por otra. Después de este psicoterapias cognitivas y conductuales de corte más racionalista que dan
planteamiento marco, el documento prosigue {leído solemnemente en la se- prioridad al juicio del clínico como experto_ que enseña al cliente a detectar los
sión por Daniel) con los datos biográficos de Daniel (incluyendo detalles pensamientos y creencias «erróneos» o «irracionales» .
.como las escuelas en las que ha estudiado) desde el nacimiento hasta la actua- En la sesión siguiente, la quinta, Daniel aparece con ánimo renovado por su
lidad {puesto de trabajo, DNI, etc.), y declara haber decidido, después de un decisión y firme propósito. Ha utilizado efectivamente todos los recursos a su
tratamiento psicoanalítico, uno grupal, y del trabajo iniciado con el terapeuta alcance para disminuir la ansiedad y para recordarse a sí mismo la decisión to-
actual, «Someter a juicio, sentencia, condena y ejecución ... a Daniela, a mi pa- mada y el proceso seguido. A un nivel más simbólico, ha cambiado algunos de
sado tumultuoso, a determinadas circunstancias y a una parte de ti, Nani». A sus signos externos: se ha dejado barba, lleva un encendedor que para él es es-
esta declaración le sigue una presentación de cargos contra Daniela que con- pecial, etc. Atendiendo al valor simbólico que tiende a otorgar Daniel a algu-
cluye acusándola de haber anulado su vida en muchos aspectos (que detalla en nos objetos, y su predisposición al trabajo con rituales (Imber-Black, Roberts y
el documento) y que ya ha hecho su propio ciclo vital por lo que decide: Whiting, 1988), el terapeuta le propone completar el proceso iniciado con el ri-
tual de juicio de la sesión anterior, con un ritual de entierro. A pesar de que la
Sentenciarte y condenarte de forma irreversible, y sin lugar a apelaciones de idea sorprende inicialmente a Daniel, la va aceptando por hallarse plenamente
ningún tipo, a la pena capital. Tendrás que morir y desaparecer definitivamen- dentro de su marco de referencia. Concretamente, se le pide que busque aque-
te hasta el final de los tiempos, desde hoy y para siempre jamás. Seré yo, Daniel
(y apellidos), tu propio verdugo, y con la ayuda de Dios, del doctor (nombre del llos objetos (p. ej., ropa interior femenina) que tuvieran relación con Daniela,
terapeuta) y sobre todo de mi propia voluntad se ejecutará la sentencia a la ma- los ponga en una caja de cartón, y busque un lugar adecuado (en las afueras de
yor brevedad posible. (. .. ) Y por tanto, decido a partir de hoy renunciar a ti y su población o en el monte) para enterrarla. Con esto se pretende aprovechar el
todo lo que comportas, y comenzar una nueva vida en la que el único amo y se- empuje de esta buena semana para generar una nueva experiencia de contacto
ñor seré yo ... con Daniela que tennine con una confirmación de las nuevas construcciones
probablemente aún tambaleantes. Asimismo, se le sugiere la conveniencia de
Este ritual judicial concluye, después del «visto para sentencia», con la fir- escribir notas personales en un diario para que pueda construir con mayor de-
ma del documento por parte de Daniel, su esposa (como <<testimonio ocular») talle su experiencia desde el nuevo rol adquirido por decisión propia.
y el terapeuta. Finalmente, Daniel requiere al terapeuta para que guarde el so-
bre precintado en el expediente. Desde entonces Daniel ha sido fiel a su com-
promiso. ELABORACIÓN CONTROLADA: DANDO SENTIDO A LA COTIDIANIDAD
Se puede observar que en este proceso el terapeuta no se ha pronunciado
sobre la pertinencia del planteamiento y las vivencias de Daniel, ni sobre su En la sexta sesión sabemos que el ritual de entierro ha ido bien y Daniel ha
adecuación o funcionalidad, ni ha emitido ninguna valoración. Ha aceptado estado tranquilo hasta el domingo, día en que se cdebró una reunión familiar
el marco de referencia del cliente y lo ha instado a experimentar, dentro de donde estaba su hermano. En su diario escribe:
este marco, la validez de sus planteamientos. Este proceso, tal como sugiere el
ciclo de experiencia, lleva a la revisión del propio sistema de construcción. En Estoy raro, intranquilo, situado en aquel punto de angustia flotante que es la
definitiva, esta actitud responde a lo que Kelly denominó el «enfoque crédu- base de todo d círculo.( ... ) Este miedo se va apoderando de mí, ... es el miedo a
lo» según el cual se considera que el marco referencial del cliente «posee una la angustia, de que pueda crecer a los nivdes a los que ya llegó antes. (. .. ) Quizás
ha sido el fin de semana que me ha recordado demasiado mi debilidad. (. .. ) He
verdad intrínseca que el clínico no debe ignorar» {Kelly, 1955, pág. 322). Como
de reunir fuerzas ahora que aún las tengo conmigo ... para levantarme, distraer-
comenta G. Neimeyer {1987), este enfoque transmite al cliente un sentimiento me, trabajar. (. .. )Quizá me he precipitado a creer que era más fuerte de lo que
auténtico de aceptación, definida por Kelly como la «disponibilidad a utilizar soy. Tú me lo dijiste, GuiUem, «ahora necesitas ir un tiempo con muletaS>>, y yo
el enfoque del cliente, su sistema de coordenadas, sus puntos de referencia, su quizás añadiría «no quieras dejarlas antes de hora», y es eso lo que he hecho: que-
forma de enfocar los problemas» {pág. ¡87). Acruar así proporciona un senti- rer dejarlas antes de hora. Encontrarme con Nani ... no estaba preparado ...
miento de validación en el cliente que le permite establecer una vinculación
segura con el terapeuta que es crucial cuando la ansiedad es muy intensa, En este mismo escrito, y en el del día siguiente, se puede ver cómo la com-
como en este caso. Como decíamos anteriormente, se trata fundamentalmen- prensión de qué es lo que le angustia le ayuda a sentirse mejor, y ver más cla-
te de acompañar al cliente en su proceso de exploración, y esto puede hacer- ro lo que debe hacer. Y esto se subraya en la sesión. Trabajar con el diario per-
334 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 335

mite que el propio cliente realice lo que Kelly (1995) denominó «elaboración CAMINANDO SIN MULETAS
controlada», en la que los pensamientos y sensaciones se van elaborando con
más cuidado y precisión que en el transcurrir natural de la vida. Se da la auto- _-A los cuatro meses de sesiones semanales no se ha dado ningún nuevo ata-
observación (Guidano, 1991), es decir, no sólo un yo que vive la experiencia que, y los niveles de ansiedad han sido altos sólo momentáneamente. El trabajo
sino también un «mÍ» que la observa y construye (distinción entre la expe- en la terapia sigue por los cursos descritos y sus notas en el diario reflejan que se
. riencia inmediata y su evaluación). En otro lugar (Feixas y Villegas, 1993), tam- siente más fuerte, «tranquilo y sereno». Incluso reconoce que «al final del pro-
bién hablamos de la inducción del rol de observador para referimos a este me- ceso no encontraré el "nirvana" sino a mí mismo» con sus dificultades cotidia-
canismo de cambio. nas1 y su historia personal (ya reconstruida, elaborada y asumida). Con respecto
El trabajo realizado en esta sesión y las siguientes se centra en unos pocos al hermano, ha sido capaz de hablar con él expresando todo lo que sentía (in-
ejes. El primero es la constatación de que las fantasías y la excitación sexual es- cluida la rabia) y al mismo tiempo ha sido posible restablecer la relación familiar
taban fundamentalmente ligadas a Daniela, y ahora que no está casi no exis- con él. Ahora lo vive de forma muy diferente en base a su relación adulta actual,
ten. Esto nos lleva a examinar su vivencia de la sexualidad con respecto a su -i- incluso pueden hacer alguna actividad de ocio juntos de forma satisfactoria.
mujer, hacia la que no siente atracción. De hecho este trabajo supone recons- Al ritmo de estos indicadores positivos Daniel ha ido reduciendo la dosis
truir, a lo largo de varias sesiones, toda su historia sexual, desde el significado de ansiolítico, de forma lenta y progresiva. Asimismo, se plantean las sesiones de
atribuido a la masturbación hasta su vivencia de la penetración y el orgasmo, forma quincenal en lugar de la cadencia semanal habitual. Todo ello se defi-
incluyendo.la experiencia de abuso. Con ello se consigue establecer un diálo- ne como indicador de su progreso y le ayuda a verse mejor a sí mismo. Pero
go con su esposa sobre este tema y compartir algunas fantasías, a la vez que di- es un proceso que dura dos mes~s más, hasta la llegada del verano, puesto que
versificar las fuentes de excitación sexual. al mismo tiempo que el distanciamiento de las sesiones le sirven para confir-
Otro eje de trabajo tiene que ver con la ansiedad. Aunque no se da ya nin- mar su avance, generan un cierto sentimiento de desprotección. Este momen-
gún episodio formal de ataque de pánico, Daniel se pone ansioso en relación to de la terapia no es trivial y puede dar lugar a muchas <<recaídas». Es impor-
a situaciones «normales» de la vida (p. ej., decidir si compra o no una enciclo- tante explorar el significado y negociar conjuntamente la conveniencia de este
pedia) y se siente mal por este hecho. Trabajamos el papel de la ansiedad en la distanciamiento de sesiones para poder ir al ritmo del cliente, ni más deprisa
vida «normal» y parte de este trabajo queda reflejado en su diario: ni más despacio. Esta negociación del significado, y en realidad de todo lo que
se hace en la sala de terapia, es un aspecto clave de la psicoterapia constructi-
Si no hubiera tenido esta crisis de angustia, la sensación de intranquilidad vista basada no en la idea de una relación de autoridad sino en la colaboración
que tengo ahora también la tendría, sólo que ahora cualquier malestar {mala «de experto a experto» (véase capítulo anterior). La sensibilidad para captar
conciencia, intranquilidad, dolor físico, narcisismo, cabreo, aburrimiento, ma-
el significado del cliente y la adecuación de los pasos dados a su ritmo de avan-
lestar, ere.) que cualquier persona normal vive en cualquier momento de su vida,
sin darle más importancia, yo le doy el valor del miedo, del riesgo, ... y esto que ce es una característica esencial del terapeuta constructivista.
de entrada era algo normal pasa a convertirse en estado de angustia flotante. Me Una nueva administración de la rejilla (los mismos constructos y elemen-
ayuda a recordar lo que me decías: «Existe el peligro de que ahora quieras pasar tos pero con nuevas puntuaciones) al final de este período de seis meses nos
del infierno al cielo». Y esto no es posible porque el cielo no existe. permite verificar estos cambios. Aunque la estructura básica del primer eje es
muy similar, el yo se sitúa alejado del extremo de la irresponsabilidad donde
Este ajuste de las expectativas acerca de la vida «normal» es un tema cen- antes se ubicaba, y aumenta la distancia entre terapeuta anterior e ideal. Re-
tral y recurrente en las sesiones siguientes que reviste cierta importancia teóri- sulta impresionante el cambio entre la correlación yo-ideal (un indicador de la
ca. En el fragmento de diario que acabamos de transcribir podemos ver tam- autoestima) que antes de la terapia era de -0,84 y que ahora es de 0,40. Tam-
bién la «digestión» que hace Daniel de este trabajo realizado en el sentido de bién disminuye d índice de puntuaciones extremas (el grado en que tiende a
aumentar la capacidad para discriminar entre varias formas de malestar (in- utilizar las puntuaciones exrremas} que pasa dd 31% al no/o. Reíreramos que
tranquilidad, cabreo, aburrimiento, ... ) en contraste coi:i una única emoción un análisis exhaustivo de los cambios observados al analizar y comparar am-
negativa preponderante: la ansiedad. Como comentan los autores del grupo bas rejillas puede consultarse en Feixas y Cornejo (1986).
de Roma de constructos personales (Lorenzini, Sassaroli, Mancini, Semerari), Con respecto al seguimiento de este caso, sabemos que transcurridos cin-
el trabajo con las antes llamadas neurosis supone en muchas ocasiones ayudar co años no ha sufrido nuevos ataques de pánico, y la ansiedad se ha manteni-
al cliente a aceptar el sufrimiento como un ingrediente natural de la vida, y no do a niveles aceptables. En una ocasión, un año más tarde, necesitó consultar
como algo enfermizo o invalidante. de nuevo sobre otras cuestiones durante unas pocas sesiones. En estos con-
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 337

tactos posteriores ha expresado satisfacción por los cambios obtenidos, y por 3. ¿Qué interés puede tener, de cara a la reconstrucción del significado, algo
saber que en caso de problemas contaba con un centro de asistencia psicoló- tan subjetivo como la escn·tura de un diario por parte del cliente?
gica donde se le podría ayudar. Tenninar un proceso terapéutico sin haber lle- 4. ¿Qué significado_ tiene la conducta dentro del enfoque constructivista?
gado al «nirvana>> ni a cualquier otro ideal de salud tiene la ventaja de que la ¿Qué es lo que se pretende modificar?
.Posibilidad de volver a consultar si se da una nueva crisis (ya sea una recaída 5. ¿Qué aporta el análisis de la rejilla de Daniel a la hora de formular una
u otro problema vital) no se vive como un fracaso de la terapia ya realizada, hipótesis del caso?
sino co.mo un acompañamiento puntual en el trayecto vital.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
CONCEPTOS A DEST A.CAR
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Rejilla interpersonal: aplicación habitualmente clínica de la técnica de re- RECORD ver. 2. o (2'' ed.), Barcelona, Paidós.
jilla, en la que se parte de las personas significativas del mundo del cliente, y Feixas, G. y Miró, M.T. (1993), Aproximaciones a la psicoterapia: Una introducción a los
tratamientos psicológicos, Barcelona, Paidós.
de aspectos dd sí mismo. Estos elementos sirven para la elicitación, mediante
Feixas, G., y Villegas, M. (1993), Constructivismo y psicoterapia (2• ed.), Barcelona,
un procedimiento de entrevista, de una muestra de constructos personales re- Promociones y Publicaciones Universitarias.
levantes, y finalmente, el sujeto tiene que puntuar cada elemento de acuerdo Guidano, V. (1991), The sel/ i'n process, Nueva York, Guilford Press (trad. cast.: El sí
con cada constructo. mismo en proceso, Barcelona, Paidós, 1994).
Elaboración controlada: estrategia terapéutica en la que se explicitan en Greenberg, L., Rice, L. y Elliot, R. (1993), Facilitating emotional change, Nueva York,
detalle y se valoran los pasos del proceso de construcción. Para ello se hace ex- Guilford Press. (trad. cast.: Facilitando el cambio emocional, Barcelona, Paidós,
plícito el significado de cada acción, a la luz de los constructos de los que se 1996).
deriva y de la valoración de las consecuencias y resultados que ha tenido el en- Imber-Black, E., Roberts, J., y Whiting, R. (1988), Rituales en familias y terapia famz'
liar, Barcelona, Gedisa, 1992.
cuentro con los acontecimientos.
Kelly, G. A. (1955), The psychology ofpersonal constructs (2 vols.), Nueva York, Norton
Autocaracterización: procedimiento textual de evaluación en el que el su- {reimpresa por Routledge, Londres, en 1991).
jeto tiene que describirse a si mismo como si fuera el personaje principal de Kelly, G. A. (1958/1969), «Man's construction of bis altematives», en B. Maher
una obra de teatro, en tercera persona, desde la perspectiva de un amigo del (comp.), Clinical psychology and personality: The selected papers of George Kelly
personaje que lo conoce muy íntimamente, quizá mejor que ningún otro, y le (págs. 66-93), Nueva York, Krieger/Wil<::y.
tiene mucha simpatía. Kelly, G. A. (1965/i969), «The psychotherapeutic relationship», en B. Maher (comp.),
Eclecticismo técnico de orientación: forma de eclecticismo en el que se Clinical psychology and personality: The selected papers o/George Kelly (págs. 216-
combinan técnicas procedentes de distintos enfoques, sin importar su origen, 223), Nueva York, Krieger/Wiley.
pero de acuerdo con las estrategias y conceptualización del caso que se deri- Lorenzini, R. y Sassaroli, S. (1987), La paura della paura, Roma, La Nuova Italia Scien-
tifica.
van de una teoría clínica y psicológica determinada.
Neimeyer, G. (1987), «Evaluación de constructos personales: Estrategia y técnica», en
Enfoque crédulo: actitud de aceptación de la versión de las cosas, de los R Neimeyer y G. Neimeyer (comps.), Casos de terapia de constructos personales
demás y de si mismo que da el cliente puesto que se considera que tiene signi- (págs. n-50). Bilbao, DDB, t989.
ficado para él, dentro de su marco de referencia o sistema de construcción. Rivas, F. (19B1), «La rejilla como técnica psicométrica de medida de la ejecución típica
individual», Análisis y Modi/icaaón de Conducta, 7 (I5), 171-246.

CUESTIONES SOBRE LAS QUE REFLEXIONAR

1. ¿Cómo describiría la relación terapéutica dentro de un enfoque construc-


tivista? ¿Qué metáfora utilizaría?
2. ¿Cómo puede afectar clínicamente el hecho de que una persona tenga po-
cos constructos emocionales, es decir, que construya toda activaaOn emocional
sólo desde unas pocas perspectivas?
CAPÍTUL023

EL ESTADO DE LA CUESTIÓN EN LA PSICOTERAPIA


COGNI11VO-NARRATIVA

Óscar F. Gonralves

Entre los distintos objetivos perseguidos por los protagonistas de la revo-


.<-- lución cognitiva en psicología estaba el de la humanización de la propia cien-
cia (Bruner, 1990). Es precisamente mediante la revolución cognitiva cuando
los seres humanos volvieron a ser reconocidos como constructores de signifi-
•.¡. :.·.-
_, .- cado volviendo éste a ser, una vez más, tema de estudio en psicología.
Centrarnos en el proceso de construcción de significados implica nece-
sariamente elegir el lenguaje como objeto central de nuestro estudio y de
nuestra intervención. Actualmente, reconocemos que d lenguaje constituye
un proceso central en la construcción de significados. Harré (1994) conside-
ró como una segunda revolución cognitiva este esfuerzo por retomar el len-
guaje como elemento central de la construcción del conocimiento. Durante
décadas el lenguaje fue siempre entendido por los psicólogos como un mero
'. epifenómeno de estructuras o procesos psicológicos que-le eran subyacen-
tes. Este regreso al lenguaje como fenómeno psicológico de primer orden,
como elemento central del propio proceso de significación, constituye la
base de este cambio hacia el discurso, lo conversacional y la na"ativa que re-
cientemente afronta la psicología (véase Harré, 1995; Murray, 1995; Shotter,
1995). No obstante, el lenguaje no puede ser entendido como una justifica-
ción atomista de palabras asumiendo el papel esencial de la realidad última
(Gonc;alves, en prensa). El carácter significador del lenguaje es el resultado
del modo en que las palabras se van relacionando unas con otras mediante
-<>, el establecimiento de una matriz narrativa. Es precisamente en esta matriz
.,
donde el sujeto construye una multiplicidad de significados de su experien-
cia. No es extraño que la narrativa haya surgido como una nueva metáfora
utilizada por los cognitivistas para concebir la ciencia y la práctica clínica
(véase Gonc;alves, 1993; 1995a; Howard, 1991; Polkinghome, 1998; Rusell,
1991; Terrell y Lyddon, 1996).
En resumen, que las exigencias impuestas por comprender cómo los seres
humanos construyen, organizan y transforman el conocimiento, impone al sig-
nificado como objeto central de la psicología e implica recurrir a la narrativa
como matriz de esta organización de significados.
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS .- ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 34I

La psicoterapia cognitiva no podía dejar de exprimir los efectos de esta se-


gunda revolución cognitiva, de ahí que en los últimos años estas psicoterapias
hayan testimoniado una considerable evolución (véase Caro, 1995; Gon~alves,
t
-

.
{'.'-'
.
EL ESTADO DE LA CUESTIÓN CLÍNICA

La psicoterapia cognitivo-narrativa nace del esfuerzo conciliador entre los


1989; 1995a; Mahoney, 1991; i995a; Neimeyer y Mahoney, 1995). Entre sus desa- abordajes cognitivos más clásicos y otras perspectivas que destacaban la im-
.rrollos más recientes sobresale el papel atribuido a la narrativa como elemen- portancia de la utilización de metáforas y narrativas en el proceso terapéutico
to central de la construcción del conocimiento y sus implicaciones clínicas (véase Gon\alves y Machado, 1987; Gon,alves y Santos, 1987; Gon\alves y
(Bamberg, 1991; Gon~alves, 1994a; 1994b; 1994c; 1995b; 1995c; 1995d; 1995e; Craine, 1990). Se intentaba recurrir a métodos más analógicos y menos racio-
Hermans Y Hermans-Jansen, 1995; Leahy, 1991; Meichenbaum y Fong, 1993; nalistas que permitiesen un acceso más fácil y la modificación de los niveles
Russell, 1991; Russell y Van Den Broek, 1992). más tácitos de la organización del conocimiento.
La terapia cognitivo-na"atzVa, tal y como hemos venido formulándola en En las formulaciones iniciales del modelo, era el terapeuta el que utilizaba
los últimos años, tiene como objetivo llevar al cliente a construir, en el curso cuidadosamente sus metáforas y narrativas de modo intencional para posibili-
de su interacción con el terapeuta y con su comunidad conversacional, una tar cambios en el cliente. A medida que el proceso se fue desarrollado, se fue
realidad múltiple de experiencias sensoriales, emocionales, cognitivas y de reconociendo progresivamente que, más irriportante que intentar un modo na-
significación. De este modo, se intenta que el cliente construya un discurso rrativo de expresión del terapeuta, era proporcionar condiciones para una ela-
narrativo rico en términos de multiplicidad, complejidad y coherencia, adap- boración narrativa más coherente, compleja y diversa de los clientes. En otras
tado a las exigencias impuestas por una sociedad que es esencialmente mul- palabras, si se entendía el conocimiento como el resultado de un discurso na-
tivocal, multicultural y multifrénica (Rigazzio-DiGileo, Gon~ves e Ivey, en rrativo, tal vez el modo más eficaz de intervención supondría ayudar al cliente
prensa). Desde esta perspectiva, el trastorno psicológico está provocado por en la construcción de su propia narrativa. Así surgió lo que hoy designamos
esta incapacidad de dar cuenta de la diversidad y potencialidad de la expe- como la psicoterapia cognitivo-narrativa. Cognitiva, porque consideramos que
riencia a través de la organización de un discurso narrativo que sea, simultá- todo problema existencial es un problema de conocimiento; y narrativa, por-
neamente, diverso, complejo y coherente. En lugar de ver la realidad como que defendemos que a través de la narrativa se organiza y se transforma este co-
un proceso de negociación entre las múltiples posibilidades del mundo y la nocimiento (Gon\alves, 19951).
multiplicidad de sus propias experiencias, el cliente asume la existencia de El proceso terapéutico, sus objetivos, su estructura y metodología funda-
una realidad externa o interna absolutas y, en gran medida, insustituibles. En mentales se han mantenido básicamente iguales a medida que se iba aplican-
segundo lugar, el cliente en vez de ver la realidad como un proceso de nego- do a los más diversos tipos de perturbaciones psicológicas en adultos (véase,
ciación interpersonal de múltiples posibilidades, disponibles por la variedad Gon\alves, 1994a) y adolescentes (véase, Gon~ves, 1995d).
de una matriz social, asume la responsabilidad de constructor único de esa La psicoterapia narrativa procura responder a Ias exigencias de una socie-
realidad. Estos dos procesos tienen como consecuencia los habiruales senti- dad postmodema a través del desarrollo en el cliente de una actitud narrativa.
mientos de desánimo y singularidad que experimentan nuestros clientes. De- Esta actitud narrativa se divide en cinco dementos esenciales que estructuran,
sánimo, precisamente por esta incapacidad de poder prever múltiples posibi- -:;;:__ a su vez, otras tantas fases del proceso terapéutico: recuerdo, objetivación, sub-
-'i-
lidades para su experiencia sensorial, emotiva, cognitiva y de significados. jetivación, meta/oril.acíón y proyección.
Singularidad por la extrañeza de verse diferente de los demás en esta cons- El recuerdo está caracterizado por esa capacidad, tan común en el narra-
trucción de la experiencia. t-,,_ dor, de anotar circunstancias episódicas de la vida como elemento importan-
La psicoterapia cognitivo-narrativa procura responder a estos problemas a te para la construcción de significados. Se trata de una actirud no sólo dirigi-
través de la facilitación de Ja construcción narrativa. Esta construcción narra- da al pasado, sino también dirigida hacia el futuro. El individuo no sólo
tiva busca proporcionar al cliente una elaboración múltiple de contenidos, desarrolla esta capacidad para anotar circunstancias específicas de su día a
procesualmente más compleja y estructuralmente más coherente, todo ello en día, y ofrecer episodios de su pasado, sino también para hacer intencional su
un contexto de elaboración discursiva y conversacional con el terapeuta o con futuro en busca de experiencias significativas que constituyan dementas para
otros elementos significativos de la comunidad lingüística dd cliente. pensamientos de futuro. En el narrador, esta actitud es habitualmente carica-
turizada como «memoria de elefante» para ilustrar esta forma de reconocer la
multiplicidad de experiencias en el movimiento caleidoscópico de la vida.
La objetivación constituye, igualmente, un elemento esencial para una acti-
tud de creación narrativa. Aquí. se. dirige al cliente a que experimente múltiples
_.;i;-- i
J42 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 343

realidades externas a través de toda una dinámica disponible por las capacida- todo su proceso de conocimiento a través de la adquisición de un discurso
des sensoriales. Una realidad constituye un inconmensurable menú del que el narrativo abierto a la complejidad, la multiplicidad y la coherencia. Las fases
cliente, en situación de perturbación, raramente disfruta. Preocupado por su de_recuerdo, objetivación, subjetivación, metaforización y proyección corres-
atención selectiva a signos fisiológicos cardíacos o a la sudoración de la piel, el ponden a otras tantas actitudes narrativas que el cliente ejercitará en la cons-
cliente con un trastorno de angustia, por ejemplo, es incapaz de entregarse a trucción de nuevos significados de su realidad pasada, presente y futura.
toda la variedad de experiencias sensoriales que le pueden llegar al atravesar un
puente-diferentes tonalidades de colores y variedad de formas; una multipli-
cidad de sonidos que se mezclan; diversidad de olores y sabores; infinitas ex- EL ESTADO DE LA CUESTIÓN EN LA INVESTIGACIÓN
periencias táctiles y cinestésicas--. La sensorialidad es la puerta de entrada
para la· construcción creativa y múltiple de la experiencia, y como tal, constitu- Las cuestiones de investigación fundamentales para la conceptualización y
ye una forma inicial de dar a cada recuerdo una multiplicidad de variedades. práctica de la psicoterapia cognitivo-narrativa, podrían resumirse alrededor
A través de la subjetivación continúa el trabajo de la construcción múltiple. -!f'.- de cuatro interrogantes fundamentales: 1) ¿tendemos a organizar el conoci-
Aquí se procuran una variedad de experiencias emocionales y cognitivas. Al miento de un modo narrativo a lo largo de nuestro proceso de desarrollo?; 2)
contrario del depresivo, que funciona exclusivamente con una emocionalidad ¿existen narrativas patológicas prototípicas?; 3) ¿cuál es el efecto terapéutico
bipolar de tristeza y rabia y un pensamiento caracterizado por la unidad temáti- resultante de la elaboración narrativa? y finalmente, 4) ¿qué elementos o me-
ca de autodesprecio, se contrapone la actitud narrativa de posibilitar una diver- canismos de la narrativa potencian su eficacia terapéutica? A continuación,
sidad de experiencias emocionales del pasado, del presente y de su logro activo vamos a referirnos, de forma muy resumida, a algunos estudios que han con-
en un futuro, así como de multiplicar las formas diversas de pensar sobre un tribuido al esclarecimiento de cada una de estas cuestiones.
acontecimiento. El resultado es una realidad subjetiva enriquecida por una di-
versidad de experiencias emocionales y cognitivas, que logran hacer de cada re-
El desa"ollo na"ativo
cuerdo objetivado sensorialmente un acontecimiento de múltiples resonancias.
Las metáforas son los acumuladores de significado por excelencia. Con Se reconoce actualmente que el desarrollo narrativo corresponde a un fe-
ellas darnos sentido a cada uno de los recuerdos que vamos experimentando nómeno epigenético. En otras palabras, el desarrollo psicológico es correlativo
sensorial, emocional y cognitivamente. En la meta/onZación el cliente es capaz a una capacidad de elaboración narrativa cada vez más compleja. No obstante,
de producir múltiples significados para cada memoria episódica que vive o in- los niños desarrollan muy pronto una capacidad y una necesidad de represen-
temaliza. Al contrario del obsesivo, que rumía de forma circular, dando a tar los significados de su día a día a través de una trama narrativa (véase Sutton-
cada experiencia un significado absoluto e inflexible, el cliente con una acti- Smith, 1986). La investigación en el campo de la psicología evolutiva tiende a
tud narrativa va construyendo una diversidad de significados, no para enta- confirmar que los niños desarrollan una gramática narrativa (Mandler, 1984) a
blar una disputa dialéctica entre ellos, sino con el objeto de preservar esa mis- través de la cual se va imponiendo una forma de comprensión estructurada de
ma diversidad como forma de hacer de cada experiencia un posibilitador de los episodios reales o simbólicos de su vida cotidiana. Por ejemplo, Stein y Nez-
múltiples aprendizajes significativos. worsky (1978) mostraron a través de sus estudios que la eficiencia cognitiva
Finalmente, la proyección hace referencia a la idea de un individuo en cons- (por ej., memoria) depende de la estructuración de una gramática narrativa.
tante movimiento en el espacio y el tiempo, que también están en cambios ace- En resumen, la investigación tiende a señalar que tendemos precozmente
lerados. La proyección consiste en esa capacidad de hacer intencional de un a dar significados a los episodios de la realidad mediante la imposición de una
modo narrativo las experiencias del futuro. Se le pide al cliente que, de al- gramática narrativa, y que el desarrollo del conocimiento acompaña al desa-
gún modo, cree sus propias memorias de futuro, intencionalizando nuevas metá- rrollo de este proceso de estructuración (véase Gárate-Larrea, 1994).
foras de sí mismo y de su día a día, de modo que se actualizan nuevos significados,
nuevas emociones, nuevas cogniciones y nuevas sensaciones. En este proceso, d
Narrativa y patología
cliente construye y desconstruye en todo momento, intencionalizando experien-
cias que, a su vez, originan nuevas posibilidades de construcción narrativa y de La segunda cuestión de investigación a la que nos referiremos es la de sa·
las que se desprenden nuevas posibilidades de hacer intencional la experiencia. her si existen narrativas típicas del trastorno psicopatológico. Desde el enfo-
En reswnen, d proceso de la psicoterapia cognitivo-narrativa consiste en que narrativo, la psicopatología se considera como sinónimo de una incapaci-
una secuencia estructurada de fases que procuran que el cliente logre alterar dad para tener una visión multifacética de la experiencia, caracterizada por la
344 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 345

existencia de prototipos narrativos específicos. Estos prototipos constituyen El paradigma típico seguido en estos estudios es pedir como tarea que los
invariantes organizativos de la experiencia que la limitan. En lugar de la di- sujetos escriban acerca de experiencias personales altamente significativas,
versidad y la flexibilidad, el individuo está sometido a un conjunto de inva- por un periodo de tres a cinco días seguidos, entre 15-20 minutos al día, com-
riantes temáticos que aquí designamos como prototipos. En este sentido, se parando sus resultados con sujetos control a los que se les pide que escriban
puede deducir fácilmente que diferentes tipos de psicopatología, como siste- acerca de asuntos superficiales. Distintos estudios apoyan consistentemente la
mas específicos de significación que son, corresponden a diferentes prototi- conclusión de que los sujetos a los que se les pide que escriban acerca de asun-
pos narrativos. El individuo está ligado a una narrativa prototipo como un sis- tos personales altamente significativos presentan efectos altamente significati-
tema invariante de significación y el conjunto de sus narrativas, presentes, vos en una serie de medidas clínicas relevantes, tales como: disminución de la
pasadas o futuras, adquiere su significado desde esta unicidad prototípica. El tasa de visitas a centros de salud en un periodo de seis meses, mejoria dd sis-
prototipo narrativo es, en este caso, sinónimo de una autoría narrativa inflexi- tema inmunológico, reducción del absentismo y mejoría de la función enci-
ble, una identidad marcada que disocia o restringe todas las experiencias que mática a los dos meses, mejoría de salud física y de la media escolar.
ahora se encuadran dentro de un molde prototípico. En resumen, varios estudios en curso apuntan hacia el hecho de que la ela-
Varios estudios realizados en nuestro proyecto de investigación sobre na- boración narrativa tiene efectos significativos en distintas medidas de salud fí-
rrativas prototipo y psicopatología aportan evidencia sustancial para la hi- sica y psicológica, subrayando el poder terapéutico de la utilización de estra-
pótesis de in.variantes prototípicos en psicopatología, demostrando que es po- tegias narrativas de inteivención.
sible la identificación de narrativas prototipo en individuos con diferentes
tipos de psicopatología, en concreto: drogodependientes (véase Al ves, 1993),
Procesos narrativos y eficacia terapéutica
alcohólicos (Duarte, 1993), anoréxicos (Soares, 1993), agorafóbicos (Henri-
ques, 1995), depresivos (Maía, en preparación), obsesivo-compulsivos (Poci- Finalmente, la última cuestión que interesa esclarecer es la identificación
nho, en preparación). De hecho, en todo este tipo de patologías fue posible, a de los procesos narrativos que pueden estar relacionados con una mayor
través de procesos de análisis de justificación, construir prototipos narrativos eficacia terapéutica. Una vez más es importante que recordemos los resulta-
mediante la identificación de las comunalidades de narrativas de diferentes dos del programa de investigación dirigido por James Pennebaker {¡993).
pacientes y de validar convergentemente estas narrativas prototipo de sujetos Procurando aclarar la causa de los efectos positivos de la narrativa, Penneba-
con el mismo tipo de patologías. En resumen, estos estudios sugieren que el ker y sus colegas llevaron a cabo una serie de estudios explorando el tipo de
trastorno psicológico correlaciona con formas típicas de elaboración narrati- palabras utilizadas por los sujetos en sus narrativas. Para ello, los autores se-
va. Los estudios actualmente en curso en nuestro laboratorio procuran identi- leccionaron, de muestras de estudios previos, los sujetos que tendían a mejo-
ficar el contenido y otros aspectos estructurales y procesuales relacionados rar en todas las medidas de resultados, comparándolos con los sujetos que
con las narrativas psicopatológicas. mostraban menos mejoría. Los autores comprobaron que aquellos sujetos más
mejorados reflejaban un aumento de la coherencia narrativa a lo largo de los
distintos días de escritura, un aumento progresivo de palabras emocionales,
Efecto terapéutico de las na"ativas
causales, de insight o reflexivas.
La tercera cuestión sobre la que vale la pena reflexionar es la de saber cuál En un contexto diferente, Angus y Hardtkae (1994) encontraron resulta-
es el efecto terapéutico de la elaboración narrativa. Varios estudios han de- ,,' dos consistentes con los anteriores. Los autores procuraron contrastar los modos
mostrado que, cuando los individuos escriben o cuentan sus narrativas, ocu- narrativos utilizados en seis parejas de psicoterapia, tres de los cuales tuvieron
rren importantes transformaciones biológicas ya sea a nivel del sistema ner- resultados positivos y otros tres resultados negativos. Las parejas con resulta-
vioso vegetativo, ya sea a nivel del sistema nervioso central (véase Pennebaker, ·• dos terapéuticos positivos evidenciaron un aumento progresivo de secuencias
1995). Por ejemplo, en d curso de una producción narrativa, se asiste a un au- narrativas reflexivas a lo largo dd proceso terapéutico.
mento de la actividad alfa frontal (Schwartz y Kline, 1995), y a importantes al- En resumen, una terapia más eficaz parece estar asociada a la evolución de
teraciones del sistema inmunológico (Petrie, Both y Davison, 1995). Tal vez el un proceso narrativo evolucionando de dimensiones más externas hacia mo-
programa de investigación de James Pennebaker (véase Pennebaker, 1990; dos más emocionales, cognitivos de insight y significación. Asimismo, los re-
1993; 1995) sea el más ilustrativo de los efectos terapéuticos que escribir y ha- sultados de estos estudios parecen ofrecer un soporte inicial para las metodo-
blar acerca de las narrativas personales significativas tiene en una serie varia- logías de elaboración narrativa secuencial (por ej., objetivación, subjetivación,
da de medidas de salud física y psicológica. metaforización) utilizadas en la psicoterapia cognitiva-narrativa.
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 347

En su conjunto, los datos de investigación acerca del proceso narrativo pa- método narrativo en el contexto de la psicología de la salud, observando los
recen dar algún apoyo a cuatro ideas centrales sobre las que se asienta, con- resultados de la evolución física de los pacientes. El objetivo central de este
ceptual y metodológicamente, la psicoterapia cognitivo-narrativa: proyecto de investigación es el de medir los resultados de la aplicación de un
método derivado de la psicoterapia cognitivo-narrativa en la recuperación fí-
. 1. La narrativa constituye un proceso por medio del cual, a lo largo de su sica y emocional de los pacientes víctiinas de un infarto de miocardio. De for-
epigénesis, los individuos construyen significados de su experiencia. ma más concreta, se investigan dos cuestiones: 1) ¿puede contribuir a la mejo-
2. La psicopatología como ciencia de significado podrá ser entendida en tér- ría del bienestar físico y emocional de los pacientes cardiovasculares la
minos de dificultades específicas de elaboración narrativa, correspondiendo dife- daboración narrativa, estructurada, de los aspectos psicotraumáticos del in-
rentes tipos de psicopatologia a prototipos específicos de organización narrativa. farto de miocardio?; 2) ¿qué características de esta elaboración narrativa se
3. La proclucción de narrativas parece producir alteraciones significativas han convertido potencialmente en más eficaces en pacientes víctimas de in-
en cuanto al sistema nervioso central y neurovegetativo, desencadenando farto de miocardio?
efectos daros en variables relevantes para la salud física y psicológica. En resumen, los estudios llevados actualmente a cabo en la Universidad de
4. Fmalmente, los pacientes que más se benefician de un proceso narrati- Minho y en el Centro de Psicoterapia Cognitiva procuran aumentar nuestra
vo son aquellos cuyas narrativas evolucionan en el sentido de un aumento pro- comprensión acerca del papel desempeñado por la elaboración narrativa en la
gresivo de la coherencia y de un proceso secuencial en el sentido de una ela- evolución de la condición física y psicológica de pacientes con las más diver-
boración progresiva de aspectos emocionales, cognitivos y de significado. sas perturbaciones físicas y psicopatológicas. Así esperamos que los resultados
de la investigación y de la práctica cünica puedan contribuir al esclarecimien-
to de variables fundamentales en el proceso de cambio, potenciando, asimis-
DESARROLLOS FUTUROS mo, la utilización de estrategias narrativas en psicoterapia.
Desde tiempos inmemoriales los seres humanos se han entregado a com-
Hemos visto algunos de los presupuestos teóricos y clínicos de la psicote· partir narrativas en un proceso de desarrollo social y personal (véase Georges,
rapia cognitivo-narrativa así como algunos datos de investigación que apoyan, 1995) y desde los inicios de la psicoterapia se reconoce el papel fundamental
en alguna medida, los fundamentos conceptuales y clínicos del modelo aquí desempeñado por la narrativa en el proceso de tratamiento, alivio sintomático
presentado. Nos resta finalizar señalando algunas líneas de investigación ac· y construcción personal del paciente (véase Mahoney, 1995b). De un modo
tualmente en curso en la Universidad do Minho y en el Centro de Psicotera- más o menos directo, si en todas las psicoterapias se utiliza la narrativa como
pia Cognitiva, procurando extender las aplicaciones de la psicoterapia cogni- instrumento de cambio aceptaremos la psicoterapia como un acto discursivo
tiva-narrativa para facilitar una mejor comprensión de su proceso y resultados: (véase Stiles, 1995). Es pues tiempo de dar a la narrativa un papel de mero epi-
fenómeno de un proceso terapéutico, reconociéndole un estatuto de pleno de-
1. Investigación sobre la interconexión entre modos na"ativos, aconted- recho, admitiendo que hay un cambio de significados y, por encima de todo,
mientos emocionales y respuestas interpersonales en la psicoterapia cognitiva- un cambio del discurso narrativo.
na"ativa (Machado, Gon~alves, Soares, Femandes, Pereira y Pinho, 1995).
Este proyecto de investigación, actualmente en curso, pretende explorar los
mecanismos de eficacia de la psicoterapia cognitivo-narrativa en diferentes REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
poblaciones a través de un estudio de relaciones y coocurrencias entre modos
narrativos, acontecimientos emocionales y respuestas interpersonales en las Angus, L. E. y Hardtke, K. (1994), «Narrative processes in psychotherapy», Canadian
cinco fases de la secuencia terapéutica cognitivo-narrativa. Estos estudios per- Psychology, 35, 190-203.
mitirán, a la vez que un mayor control sobre la eficacia de la psicoterapia cog· Alves, A. (1993), «Organiuu;ao cognitiva e narrativa protótipo em toxicodependentes. Es-
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nitiva-narrativa en diferentes trastornos, identificar el papel de diferentes me-
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canismos del proceso corresponsables de una mayor eficacia terapéutica. negations, and voice in the construction of the story realm»,]ournal o/Cognitive
2. Investigación acerca del impacto na"ativo de los aspectos pszCotraumáti- Psychotherapy, 5, 275-290.
cos del infarto de miocardio en la recuperación física y emocional de los pacien- Bruner,J. (1990), Acts o/ meaning, Cambridge, MA, Harvard University Press.
tes (Gon~ves. Machado, Soares, Femandes, Pereira y Pinho, 1995). Este pro- Caro, l. (1995), «Pasado, presente y futuro de las terapias cognitivas», Boletín de Psico-
yecto de investigación, igualmente en curso, pretende medir los efectos del logía, 46. u5-160.
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 349

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La terapia cognitivo-narrativa tiene como objetivo llevar al cliente a cons-
Agradecimientos: la preparación de este capítulo estuvo parcialmente truir una realidad múltiple de experiencias sensoriales, emocionales, cogniti-
subvencionada por la Bolsa de la JNICT PCHS/C/PSI/io75/95 y PCHS/ vas y de significación. Desde esta perspectiva, el trastorno psicológico está
C/PSI/noo/95. provocado por la incapacidad de dar cuenta de la diversidad y potencialidad
de experiencias a través de la organización de un discurso narrativo que sea si-
multáneamente diversificado, complejo y coherente (véase Gon~alves, 1993;
19940; 1994b; 1995a;1995b; 1995c; 1995d; 1995e; 199¡f).
La psicoterapia cognitivo-narrativa procura responder a estos problemas
facilitando la construcción narrativa. Esta construcción narrativa va a propor-
cionar al cliente una elaboración narrativa múltiple de contenidos, procesual-
mente más compleja y estructuralmente más coherente, todo ello en un con-
texto de elaboración discursiva y conversacional con un terapeuta y otros
elementos significativos de la comunidad lingüística del cliente.
~- El proceso terapéutico sigue una secuencia de cinco fases, cada una de las
cuales consiste en un trabajo terapéutico en dos direcciones: sincrónica y dia-
crónica. En el nivel sincrónico el enfoque de trabajo terapéutico se sitúa en
el desarrollo de actitudes narrativas enriquecedoras del proceso narrativo en el
contexto de cada una de las experiencias singulares y diarias del cliente; a ni-
vel diacrónico, d terapeuta y el cliente aplican estas actitudes a los temas cen-
trales de sus historias de vida. Así, el trabajo sincrónico permite, desde luego,
una alternativa a las dimensiones sintomáticas de la narrativa del cliente,
mientras que el trabajo diacrónico centra su perspectiva en términos de cons-
trucción de un nuevo proceso de autoría.
Pasaremos, a continuación, a cada una de las fases del proceso psicotera-
péutico, que ilustraremos, posteriormente, con un caso clínico.

-f¡o_:
352 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 353
El recuerdo narrativo recurrente que puede ser definido corno prototípico. De ahí que los
elementos diacrónicos del proceso terapéutico puedan organizarse alrededor
No hay narrativa sin recuerdo. Es la capacidad de singularizar episodios de _un trabajo de construcción y posterior_ deconstrucción de este prototipo
significativos de la vida que hacen de cada individuo un autor de su propia na- narrativo que, en la mayoría de las situaciones clínicas, tematiza formas infle-
rrativa. Tener una existencia narrativa es, en gran medida, ser capaz de recor- xibles de construcción de conocimiento acerca de sí mismo y de la realidad.
dar, sincrónica y diacrónicamente, múltiples episodios de vida. Es esta multi- En resumen, a través del recuerdo se procura capacitar al cliente para la
plicidad de episodios lo que asegura las condiciones para una diferenciación y apertura a la experiencia y para el desarrollo inicial de un sentido mayor de
complejidad de experiencias sensoriales, emocionales, cognitivas y de signifi- coherencia en su elaboración narrativa. Este proceso se realiza a través de ejer-
cación. Pero recordar es también sinónimo de una construcción de sentido de cicios de recuerdo de episodios narrativos diarios, revisión de episodios signi-
coherencia a través de esta diversidad de la experiencia, con los múltiples epi- ficativos a lo largo de la vida, e identificación de una narrativa prototipo. Al fi-
sodios de existencia que va construyendo el autor que los protagoniza. Así, el nal de esta fase del proceso se espera que el cliente sea más consciente del
recuerdo cumple desde el punto de vista narrativo esta doble función: por una sentido de autoría que ha construido a medida que se va abriendo a explorar
parte asegura la diferenciación de la experiencia y por otra organiza una es- los episodios de su vida diaria como condición de diferenciación de su propia
tructura de coherencia. narrativa y por consiguiente del respectivo autor que la escribe.
Entonces, definimos d recuerdo como la capacidad para anotar circuns-
tancias episódicas de la vida como elemento importante para la diferenciación
y estructuración coherente de las experiencias de vida del individuo. ¡¡
La objetivación
A medida que se va desarrollando esta actitud del recuerdo como elemen- La objetivación constituye, igualmente, un elemento esencial para el desa-
to básico de la construcción narrativa, el individuo, mediante el reconocimien- rrollo de una actitud de construcción narrativa. Aquí, el cliente es dirigido a
to de la multiplicidad de posibilidades de la experiencia que el día a día le apor- experimentar la multiplicidad de la realidad exterior a través de toda la diná-
ta, va a reconocer la emergencia progresiva de una mayor coherencia de sus
narrativas, facilitando así la aparición de un sentido intencional de autoria.
Desde un punto de vista procesual, se intenta desde la fase inicial que el
cliente seleccione episodios de su vida diaria y que los estructure de un modo
narrativo. Esto es, en lugar de partir para la descripción de la vida de un pro-
ceso de redundancia semántica, d cliente es animado a anotar episodios con-
1
i
-~
mica disponible gracias a las capacidades sensoriales. La realidad constituye
un inconmensurable menú del que d cliente, en una situación de perturba-
ción, raramente disfruta. La sensorialidad es la puerta de entrada para una
construcción creativa y múltiple de la experiencia que como tal constituye
una forma inicial de dar a cada recuerdo una variedad múltiple. Un enriqueci-
miento del proceso narrativo del cliente pasa, ante todo, por explorar su sen-
cretos y específicos de su día a día, facilitando el desarrollo de una nueva me- sorialidad como puerta de entrada a una construcción de una multirrealidad.
moria episódic'a que se muestre posibilitadora de- la emergencia de nuevas Asimismo, en el curso de esta fase del proceso terapéutico, el clínico ani-
construcciones semánticas. Esta fase, designada como recuerdo de narrativas ma al cliente a que objetive cada uno de sus recuerdos episódicos diarios, a
diarias, va a posibilitar una actitud de apertura a las experiencias de lo coti- través de la disgregación de experiencias sensoriales. El objetivo es, en todo
diano y una disponibilidad para la integración de narrativas que eran previa- momento, hacer que el diente se dé cuenta de la complejidad y versatilidad de
mente ignoradas o dísociadas. las experiencias en su riqueza sensorial -aquello que ve, que oye, los olores y
A medida que el cliente desarrolla esra actitud para el recuerdo, el terapeu- sabores que es capaz de identificar así como una multitud de experiencias tác-
ta extiende este proceso de recuerdo episódico a toda la narrativa de vida del tiles y cinestésicas que la experiencia le proporciona.
cliente, en un proceso de revisión episódica de la vida, en el que se solicita al La práctica clínica demuestra que este aspecto constituye uno de los mo-
cliente la identificación de narrativas episódicas para cada año de su vida. De mentos cruciales de apertura del diente a la complejidad de la experiencia. El
nuevo, la apertura narrativa a la experiencia y el desarrollo progresivo de una cliente, a través de la disgregación de cada episodio en una gran variedad de
coherencia narrativa son objetivos centrales del proceso terapéutico a este nivel. sensaciones, progresivamente se va dando cuenta de que la realidad es un con-
Finalmente, el.proceso de recuerdo termina con la identificación, entre los texto posibilitador de una gran diversidad de experiencias. Por ejemplo, un
distintos episodios de la vida recogidos por el diente, de una narrativa proto- paciente con un trastorno de pánico encuentra en este ejercicio la posibilidad
típica de su funcionamiento. En otras palabras, se solicita al cliente que iden- de desvincular las sensaciones hipervalorizadas de la amenaza física. A su vez,
tifique una narrativa que ilustre la recurrencia temática de sus experiencias. el paciente obsesivo va abandonando progresivamente su embotamiento na-
En situaciones clínicas, la vida del cliente tiende a centrarse_en un contenido rrativo a medida que se enfrenta a la diversidad de la experiencia. Por otro
354 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS
ESTADO DE LA. CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS

lado, para un paciente depresivo es la oportunidad para iniciar el reconoci- ciones clínicas se caracterizan por un discurso cognitivo unitemático, inflexible y
miento de una variedad de experiencias sobre las que pueden comenzar a redundante. Mediante los ejercidos de explorar el pensamiento (por ej., lista de
construirse nuevas formas de significado.
pensamientos, pelar la cebolla, flecha descendente), el cliente tiene la oportuni-
. A medida que el cliente es capaz de integrar en su día a día esta acritud de dad, en la sesión y con los ejercicios diarios, de expandir progresivamente la
objetivación, el terapeuta procura generalizar diacrónicamente esta actitud a flexibilidad de sus cogniciones en una situación determinada, abriéndose a una
·través de un trabajo de objetivación, ya no en términos de todas las narrativas variedad de discursos cognitivos que la experiencia le proporciona. El objetivo
de la vida del cliente, sino de una narrativa seleccionada como narrativa pro- no es, en modo alguno, el de enseñar al cliente a pensar de un modo determi-
totipo.
nado, sino capacitarlo para el desarrollo de un proceso que posibilite una ex-
Sintetizando, a través de los ejercicios de objetivación de las narrativas día- tensión creativa de las dimensiones encubiertas de la conversación que consigo
rias )f de la objetivación correlativa de la narrativa prototipo, se intenta que el mismo va manteniendo.
cliente se int~o_duzca en una dimensión de complejidad sensorial de la expe- La fase de subjetivación termina con la generalización diacrónica con-
nencta, pemut1endo que surja una conciencia progresiva de narrativas diarias sistente en ejercicios de subjetivación emocional y cognitiva de la narrativa
Y de vi~a que no están predeterminadas por su significación, sino que, por el prototipo.
contrano, pueden verse fácilmente como menús ricos y diversificados para En su conjunto, la fase de subjetivación persigue, a través de los ejercicios
una elaboración narrativa.
de subjetivación emocional y cognitiva, fuera y dentro de la sesión y de su ex-
tensión a la narrativa prototipo, ampliar el campo experiencia! del cliente me-
La subjetivación diante la construcción de un discurso narrativo que simbolice una variedad de
emociones y pensamientos. Vivir una realidad compleja impone una capaci-
El trabajo de_ construcción múltiple continúa con la subjetivación. Aquí dad de diferenciación subjetiva. Sólo a través de una flexibilizadón de su ex-
se busca una vanedad de experiencias emocionales y cognitivas. A diferen- periencia emocional y cognitiva, el cliente podrá ser capaz de asegurar la via-
cia del depresivo, que funciona con exclusividad en una emocionalidad bi- bilidad de sus mecanismos de adaptación. Dicho de otro modo, vivir una
polar de tristeza y rabia y con un pensamiento caracterizado por la unidad realidad múltiple es estar capacitado para construir múltiples versiones de
temática de autodesprecio, se contrapone una actitud narrativa de posibili- esa realidad. El proceso de subjetivación pretende capacitar al cliente precisa-
tar la díve_rsidad de e~p~riencias emocionales del pasado, del presente y del mente para explorar esa realidad diversa.
futuro, ast como muluplicar las formas diversas de pensar un acontecimien-
to. De aquí resulta una realidad subjetiva enriquecida por una diversidad de
experiencias emocionales y cognitivas, posibilitadoras para hacer de cada La metaforiwción
recuc;rdo objetivado sensorialmente un acontecimiento de múltiples reso- Las metáforas son los condensadores de significado por excelencia. Me-
nancias. ~-
diante las mismas damos sentido a cada uno de los recuerdos que vamos ex-
. A ~ravés de c;jercic~os _de a~vadón emocional realizados en sesiones y en perimentando sensorial, emocional y cognitivamente. En la meta/oriución el
e¡eraaos de registro diano, se intenta que el cliente vaya ampliando el abani- cliente es capaz de producir múltiples significados para cada memoria episó-
co de su experiencia emocional, de modo que sea capaz, para cada situación dica que vive o intencionaliza. Al contrario dd obsesivo, que rumía circular-
de su vida, de elaborar matices diferenciados de resonancia emocional. Estos mente dando a cada experiencia un significado absoluto e inflexible, el clien-
eje~cici?~ se """!2an a través de tareas de intensificación, focalización y sim- te con una actitud narrativa va construyendo una diversidad de significados,
bolizaaon emocional. Se trata, por tanto, de ejercicios terapéuticos que tienen no con el objetivo de una disputa dialéctica entre ellos, sino con la finalidad
como objetivo no sólo lograr que identifique una diversidad de emociones, de preservar esa misma diversidad de modo que haga de cada experienci_a una
sino igualmente facilitar su construcción intencional y su respectiva simboli- diversidad de significados. A medida que es capaz de hacerlo en una dunen-
zación narrativa. El cliente aprende a darse cuenta de las emociones que antes sión sincrónica, se intenta que el cliente extienda diacrónicamente esta capa-
no r~cono_cía, a produci~ y expresar otras emociones y, finalmente, a ser capaz cidad de metaforización, a través de la construcción de una metáfora raíz. Esta
de sunbolizarlas en su discurso narrativo. metáfora raíz no es más que una forma prototípica idiosincrásica de organiza-
De igual manera, en la subjetivación cognitiva se intenta animar al pacien- ción de los significados de su vida, realizada clínicamente a través de un pro-
te a que disgregue su experiencia cognitiva en una gran variedad de posibilida- ceso de metaforización de su propia narrativa prototipo. En esta fase del
des. Como siempre se ha reconocido en la psicopatología cognitiva, las situa- proceso terapéutico, el cliente se da cuenta de que su vida había estado su-
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 357

mergida en una forma limitada de significación y autoría y como tal se impo- EVALUACIÓN, CONCEPTUALIZACIÓN Y TRATAMIENTO
ne Ja necesidad de explorar nuevas formas de significación y autoría a través DE UN CASO CLÍNICO: EL CASO DE LA SEÑORA ALFA
dd trabajo de la proyección.
Alfa viene a consulta motivada por quejas de ansiedad generalizada, algu-
. La proyección nas rumiaciones de carácter obsesivo acompañadas de rituales compulsivos de
alimentación. Presenta síntomas de ansiedad, particularmente exacerbados en
Finalmente, la proyección remite a la idea de un individuo en constante relación a Ja preocupación por problemas eventuales de salud de su hija más
movimiento en un espacio y en un tiempo, también de sí mismo, en acelerada joven. Aunque razonablemente sana, la señora Alfa sentía la necesidad de
mutación. La proyección consiste en esa capacidad de intencionalizar de un controlar cuidadosamente la salud de su hija alarmándose rápidamente ante
modo narrativo las experiencias dd futuro. Se le pide al cliente que, de algu- cualquier indicación eventual de una condición clínica, por pequeña que fue-
na manera, cree sus propias memorias de futuro, intencionalizando nuevas ra. Siempre que surge un síntoma físico digno de atención, la cliente tiene una
metáforas de sí mismo y de su día a clia, de modo que actualice nuevos signifi- reacción de ansiedad, caracterizada por taquicardia, dificultades de concen-
cados, nuevas emociones,-nuevas cogniciones y nuevas sensaciones. En este tración, insomnio, rumiaciones obsesivas y algunos rituales compulsivos de
proceso, d cliente se construye y se deconstruye en todo momento, intencio· verificación. Gran parte de sus rumiacíones obsesivas se centran alrededor
nalizando experiencias que, a su vez, originan nuevas posibilidades de cons· de preocupaciones como las posibles dolencias y sus consecuencias que originan
trucción narrativa y de la cual parten nuevas posibilidades de intencionali- frecuentes rituales compulsivos de control de la alimentación que, en su opi-
zación de Ja experiencia. nión, cumplen una función mágica de protección de sus hijas. A consecuencia
En esta fase dd proceso terapéutico se solicita al cliente que construya una de este hecho, la cliente tiene, en relación a su hija, una actitud de sobrepro-
metáfora alternativa a Ja metáfora raíz que ha venido orientando sus sistemas tección ansiosa y, en relación a sí misma, un comportamiento alimentario de-
conversacionales y de significación. Construida esa metáfora, d cliente pasa a ficitario resultante de una reducción sustancial de la serie de «alimentos per-
revisar su historia de vida de modo que encuentre y fundamente en su pasado mitidos» .
histórico episodios caracterizadores de esa nueva forma de significación. De Los primeros síntomas surgieron cuando nació su primera hija. El parto
esta manera, d cliente aprende también a reconocer que d pasado es un espa- fue complicado causando a la hija un episodio único de posible convulsión
cio abierto a múltiples significados y que, partiendo de un punto metafórico, que fue hipervalorizado por la madre desencadenando de inmediato una gran
podemos construir no sólo diversos futuros, sino también múltiples pasados. ansiedad. Desde ese momento fue tratada por varios psicólogos y psiquiatras
Es además poco probable que seamos capaces de construir futuros alternati- aliviándose, en algunos momentos, los síntomas. En el seguimiento dd último
vos si no somos capaces de enraizar estas alternativas en nuevas construccio- tratamiento psiquiátrico, donde fue medicada con fluvoxamina y alprazolam,
nes de nuestro pasado. informa de un mayor alivio de sÚltomas y, aconsejada por su psiquiatra, recu-
Ahora, en los ejercicios de la actividad diaria dd cliente se le solicita que rre a nuestra clínica con el objetivo de conseguir aquello que refiere como
identifique narrativas ejemplificadoras de metáforas alternativas, de modo «transformaciones más comprensivas en términos de funcionamiento» y pre-
que se dé cuenta de que, en d contexto de su realidad cotidiana, están presentes venir recaídas futuras.
múltiples episodios de cambio. Finalmente, d cliente iniciará una producción Alfa tiene una presencia particularmente cuidada. No había un cabello
intencional de narrativas sobre d designio simbólico de la metáfora alternativa, fuera de su lugar, un detalle de su ropa que no combinara cuidadosamente
a través dd planteamiento de episodios, de su ejercitación sensorial, emocional con otro, toda dla parece estar perfectamente organizada, habla en voz baja y
y cognitiva y dd correspondiente ensayo in vivo de esos episodios. Consecuen- se relaciona con el terapeuta de una forma contenida, midiendo cautelosa-
cia de estos episodios serán nuevas narrativas que, como experiencias que son, mente cada una de las palabras.
tendrán valor al incrementar d conocimiento. En otras palabras, los proyectos Alfa está casada, es profesora y tiene dos hijas. Tiene una rdación satisfac-
lo son verdaderamente cuando las realidades que se construyen van más allá de toria con su marido y con sus hijas (de 13 y 6 años), aunque relatando una re-
la propia proyección, devolviéndonos un mayor sentido de creatividad. lación de sobreprotección con estas últimas, particularmente con la más pe-
queña. La cliente es la mayor de dos hermanos, de una familia de clase media.
Vivió su infancia y adolescencia con fuertes conflictos entre los padres deb1do
a las aparentes relaciones extraconyugales del padre. Alfa sentía siempre la ne-
cesidad, como hija más mayor, de ponerse de parte de su madre Y su herma-
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 359

no, obligándose a proteger a la madre y en algunos casos, a salvar la relación. el abandonar esa actitud de control. Finalmente, como difícilmente no podría
Los padres acabaron divorciándose cuando la cliente tenía 20 años. Su histo- ser de otra manera, el contenido narrativo también se ilustra por una cierta in-
rial médico no informaba de ninguna dolencia de tipo psiquiátrico o neuroló- flexibilidad, donde emergen como principios temáticos organizadores las
.gico en la familia, ni de cualquier historia de dolencia grave en la infancia o en preocupaciones tales como el control, los peligros o las enfermedades.
su madurez, haciendo referencia únicamente a la existencia de una hiperfun· En resumen, el caso de Alfa ilustra de forma típica las dificultades de un
· ción del bocio. cliente con una organización cognitivo-narrativa de tipo obsesivo. Una actitud
1 de control de sí misma y de la realidad hecha a causa de un embotamiento del
discurso narrativo que fuerza un proceso de coherencia de la experiencia a
CoNCEPTUA.LIZA.CIÓN Y OBJETIVOS DEL TRATAMIENTO través de una reducción sustancial de la multiplicidad y variedad de la cali-
dad y contenido de las narrativas. De esta forma, la psicoterapia cognitivo-na-
Desde el abordaje cognitivo-narrativo, la perturbación psicológica se en- rrativa busca conseguir, junto a Alfa, tres objetivos centrales:
tiende como provocada por la incapacidad de dar cuenta de la diversidad y
potencialidad de la experiencia a través de una organización de un discurso na- 1. Abrir a la cliente de forma progresiva a la variedad y multipotencialidad de
rrativo que dé cuenta de la variedad, complejidad y multipotencialidad de la ex- la experiencia a través de la capacitación en diferentes procesos narrativos que
periencia. permitan-explorar diversas sensaciones, emociones, cogniciones y significados.
En este sentido, la forma obsesiva en la que Alfa organiza la realidad cons- 2. Flexibilizar la imagen excesivamente compuesta que la cliente presenta
tituye un fenómeno típico de embotamiento narrativo. Al igual que otros mu- ante los demás y ante sí misma a través de la confrontación con la diversidad
chos clientes en el contexto socio-cultural de la postmodernidad, Alfa busca y multiplicidad de experiencias pasadas, presentes y futuras, permitiendo que
una actitud de control sobre una realidad que se muestra insistentemente la diente comprenda que una mayor viabilidad está ligada no a la existencia
inestable (relaciones familiares) y de difícil previsión (enfermedades). Los ri- de un sistema rígido más, sino por el contrario a la flexibilidad que nos es pro-
tuales y rumiaciones presentados por la cliente se entienden, desde el enfoque porcionada por una narrativa plena de diversidad.
narrativo, como formas «mágicas» para forzar un control sobre las situaciones 3. Finalmente, se busca el enriquecimiento del contenido narrativo a tra·
de la realidad y una actitud de control sobre su propio aspecto físico y su com- vés de la proyección de las experiencias de la vida que sean complementarias,
portamiento como forma de defenderse de una realidad cuya multiplicidad alternativas o comrastadoras.
resulta particularmente amen112adora.
Todo ello tiene como consecuencia la producción de un discurso narrati-
vo que asume características específicas a nivel de proceso, estructura y con- EL PROCESO PSICOTERAPÉUTICÜ
tenido.
En términos de procesos narrativos en Alfa parece ser evidente una difi- Teniendo en cuenta una presentación más didáctica dd proceso psicote-
cultad en abrirse a la multiplicidad de la experiencia, sea a través de la senso- rapéutico seguido con Alfa, describiremos, en cada fase del proceso, esque-
rialidad, de la emocionalidad, del pensamiento o de los significados. Particu- máticamente, los objetivos y técnicas utilizadas e ilustraremos la evolución de
larmente ilustrativos de estas limitaciones son el control excesivo y riguroso la cliente con notas recogidas de su propio proceso clínico.
ejercido por la señora Alfa sobre sus procesos emocionales. Esta actitud de
control hace que el espacio de vida y el funcionamiento del cliente se encuen-
tren sustancialmente limitados de modo que la cliente consiga algún senti- 1' Fase- Trabajo del recuerdo
miento de estabilidad y previsibilidad en detrimento claro de apreciar una va- 1. Presentar los objetivos y modelar el trabajo del recuerdo:
riedad y un carácter abierto a la experiencia. De estas dificultades procesuales 1.1. Iniciar al cliente en la búsqueda de acontecimientos diarios en térmi-
resultan narrativas diarias y de vida dominadas por un proceso de coherencia nos episódicos.
forzada. No obstante, esta hipercoherencia se hace a expensas de una nega- 1.2. Darse cuenta y adquirir una nueva y más diferenciada comprensión de
ción y reducción de la apertura a la experiencia como si la cliente viviese o se su funcionamiento diario.
guiara por la protección de un núcleo rígido. Alfa se esfuerza por presentar 1.3. Comenzar a prestar atención a otros episodios y aspectos de la vida
una narrativa bien compuesta, positiva y sensata a sí misma y de sí misma, lle- anteriormente no valorados.
gando ella misma a afirmar el recelo ante los peligros que podría un día traer 1.4. Dar ejemplos del tipo de trabajo de recuerdo pretendido.
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS

2. Realización de ejercicios de imaginación guiada a través de la vida: tante tiempo para ir deconstruyendo la hipercoherencia de su narrativa. La clien-
2.1. Del cliente con los ojos cerrados. te mani/i"esta, en este proceso, un sentimiento de «resaca» al abandonar cada una
2.2. Regreso temporal a través de la vida identificando episodios en prime· de las sesiones semanales, que ella misma atribuye al centrarse en esa narrativa
ra persona y en el aquí y ahora. de. sí misma sobre la que siempre ha ejerddo una actitud de control. A medida
2.3. Discusión de los ejercicios de la imaginación guiada. que el proceso progresa, comienzan a surgir algunos temas particularmente ilus-
trativos de las temáticas narrativas de la existencia: hipercontrol, actitud obsesi-
3. Registro de narrativas diarias: va hacia la realidad, aprensión ansiosa. A medida que el trabajo de recuerdo a
3.1. ·Registro de episodios narrativos para cada día de la semana. través de la vida se va aproximando al final, Alfa comenta que siempre procuró
3.2. Discusión de los registros diarios. dar de sí misma y a sí misma la idea de que todo transcurría positivamente y de
manera controlada, ocurriendo en el curso del proceso de la revisión de vida, tal
4. Recuerdo a través de la vida: vez por primera vez, la oportunidad de asumir públicamente el derecho a las co-
4.i. Identificación de episodios para cada año de la vida. sas buenas y a las cosas malas y de no tener que controlar a la per/ecdón toda su
4.2. Discusión de los ejercicios de recuerdc>a través de la vida. vida. En la séptima sesión, la cliente informó de que «siento que la casa está de-
masiado desastrada y todavía estoy demasiado lejos de ver las alternativas», por
Desde luego, Alfa parece comprender los objetivos e importancia del proceso lo que, a veces, llega a cuestionar el propio proceso terapéutico. El terapeuta y la
de recuerdo aunque, como sería fácil de esperar dada la actitud de control preva- cliente discuten la importando de desmontar esa actitud de control como condi-
/ente en su estructura na"ativa, refiere, desde luego, algún miedo en relación al ción del desarrollo de una mayor flexibilidad.
hecho de tener que confrontarse públicamente con una imagen diferente de la Finalmente, la fase de recuerdo termina con la elección de la na"ativa pro-
que, desde siempre, eligió dar de sl a los demás y a sí misma. totipo. La cliente elige como proceso z1ustrativo del funcionamiento na"ativo el
Encontramos algunas primeras dificultades al centrarnos en una dimensión episodio de la apendicectomía de urgencia de su hija mayor. De acuerdo con
episódica de las experiencias como una insistente fuga en dirección hacia elabo- Alfa, esta narrativa re/leja algunos elementos centrales de su vida: la preocupa-
raciones de natura/a.a semántica en detrimento de una confrontación directa ción ansiosa hacia el cuerpo y hacia la enfermedad,· la necesidad de mantener una
con los episodios concretos. Se entendieron estas dificultades en el contexto de la actitud de control sobre los peligros que siempre son inminentes; la necesidad de
dificultad de apertura a la experiencia, realzando una vez más la necesidad de proteger a sus hijas que de manera signzficativa llama «crías».
que el trabajo de recuerdo explore la dimensión episódica de la experiencia.
En respuesta al ejercicio de la imaginación guiada a través de su vida, la
2ª Fase- Trabajo de objetivación
cliente relata, una vez más, alguna incomodidad en tener que revelar dimensio-
nes menos «interesantes» de su expen"enda que le producen una sensación de z. Presentar los objetivos y modelar el trabajo de objetivación:
pérdida de control. En respuesta, el terapeuta insiste en la importancia de estos 1.2. Búsqueda de otros lados de la experiencia anterionnente no valorados.
aspectos como una forma de ir progresivamente ablandando sus actitudes de hzC 1+ Darse cuenta de la diversidad y multiplicidad de las experiencias me-
perrontrol, asegurando, no obstante, a la cliente el derecho a la privacidad y la diante la exploración sensorial.
progresión lenta del proceso. 1+ Facilitar el proceso de distanciamiento de sí mismo y de formas habi-
A/fa siguió rápida y fácilmente el trabajo de recuerdo de narrativas diarias, tuales de funcionamiento.
verificándose, desde luego, una concreción episódica de las experiencias, acom- 1.5. Modelar el trabajo de objetivación a través de la presentación de una
pañada de su progresiva diferenciación temática. A medida que progresaba el tra- diversidad de ejemplos.
bajo diario del recuerdo, estas narrativas fueron desarrollándose en términos de
diversidad, apertura y profundidad, asistiendo a una disminución de las actitudes 2. Realización de ejercicios de objetivación de narrativas diarias:
de hipercontrol y a.un conjunto nCo y variado de asociaciones con otras na"ati- 2.1. Se instruye al cliente para que, con los ojos cerrados, elija una de las
vas de vida. narrativas de la semana para, en el aquí y ahora, explorar las dimensiones
El recuerdo a lo largo de la vzda del cliente revela algunas dificultades im' visuales, auditivas, olfativas, gustativas y táctiles/cenestésicas de la expe-
ciales al relatar los acontecimientos de varios años de su vida en términos episó- riencia.
diCos. Adicionalmente, el proceso es bastante lento en algunas sesiones en las 2.2. Discusión del ejercicio de la ímaginación guiada.
que es di/íal progresar más de 5 o 6 años por sesión. Al/a parece necesitar debas- 2.3. Repetición del ejercicio para otras narrativas.
MANUAL DE PSICOTERAPIAS .COGNITIVAS
ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 363

3. Objetivación de las narrativas diarias:


3' Fase- Trabajo de subjetivación emocional
3.I. A. lo lar~? de la semana se instruye al cliente para proceder al registro
de ob¡et1vac1on de narrativas diarias. 1. Presentar los objetivos y modelar el trabajo de subjetivación emocional:
3.2. Exploración y discusión de los registros del cliente. 1.1. Mayor toma de conciencia de las dimensiones emocionales y afectivas
de la experiencia.
· 4. Objetivación de la narrativa prototipo: I.2. Explorar otros lados de la experiencia emocional anteriormente no va-
4.1. Objetivación de la narrativa prototipo. lorados.
4.2: Discusión del proceso de objetivación de la narrativa prototipo. 1.3. Explorar la multiplicidad y diversidad de las experiencias emocionales
proporcionada por cada situación.
. Alfa r~accionó muy favorablemente al introducir dos objetivos de trabajo de 1.4. Modelar el trabajo de subjetivación emocional a través de una diversi-
ob;etivacion, sobre todo a la posibilidad de explorar lados de la experiencia sen- dad de ejemplos.
sorial Y a la necesidad de construir una multiplicidad de experiencias que semos-
traran capaces de favorecer una /lexihilizadón de una actitud existencial. 2. Realizar ejercicios de subjetivación emocional de narrativas diarias:
La cliente realiza el ejercicio de objetivaa·ón de las na"ativas diarias mos- 2.1. Con los ojos cerrados se instruye al cliente a escoger una narrativa de
trando. únicamente algunas dificultades en términos de explorar las experiencias la semana y a explorar la diversidad de emociones a través de una secuen-
gustativas. ~e discute en qué medida sus rituales de control alimentario de aque- cia terapéutica de activación, focalización y simbolización.
llo ~ue designa ws «frutos prohibidos» iban limitando la exploración de las ex- 2.2. Discusión del ejercicio de subjetivación emocional.
periencias gustativas. A/fa confiesa que de tanto restringir su abanico de opcio- 2.3. Repetir el ejercicio con otras narrativas.
nes alimentarras, ha acabado por tener dificultades en decidir fu que de hecho le
gusta. El terapeuta sugiere la lectura del libro Como agua para chocolate como 3. Subjetivación emocional de narrativas diarias:
forma de facilitar la experiencia de diferenciación de sabores y como forma de 3.i. Se instruye al cliente para proceder al registro diario de la subjetiva-
metaforizar la expwración del gusto como exploración de la realidad. ción emocional de las narrativas a lo largo de la semana.
En la primera semana de realización del ejercicio de objetivación de las na- 3.2. Discusión del ejercicio de subjetivación de las narrativas diarias.
"ativas diaria! la cliente refiere, utilizando una metáfora sugerida en el libro,
que tiene algun miedo de que «sus cerillas» se hayan humedecido eternamen- 4. Subjetivación emocional de la narrativa prototipo:
te y que jamás sean capaces de encenderse propora"onando nuevamente «calor» 4.1. Subjetivación emocional de la narrativa prototipo.
a su vida. El terapeuta y la cliente discuten en qué medida la objetivación puede 4.2. Discusión del proceso de subjetivación emocional de la narrativa pro-
ayudar a «secar las cerillas». A fu largo de las semanas, Alfa fue presentando una totipo.
gran variedad de objetivaciones con una gran diversidad de experiencias senso-
nales. A_ me~~da que el proceso avanza, comienza a notarse una influencia crucial Alfa comprendió y se adhirió a fus objetivos del trabajo de subjetivación
de los t!]ercrcios de objetivación en su funcionamiento diario. La propia cliente emocional, debiéndose resaltar, sobre todo, cómo amplió algunas de las polari-
re_fi~re un sentido de apertura progresiva a la experi"enaO acompañada de un sen- dades emocionales en relación a las que utilizaba para organizar gran parte de sus
ttmien~o de mayor flexibilidad. Alfinal de la décima sesión, A/fa relata que hace na"ativas (por ej. culpa, miedo).
ya algun tiempo que se s'.ente impactada por el trabajo de recuerdo y que hoy sus El ejerddo de subjetivadón emodonal se realiza, a lo largo del pn·mer e1"er-
actit~des de control. estan considerablemente disminuidas en favor de la apre- cii:io, sin gran dificultad con la cliente, capaz de identificar una gran variedad de
ciacron de la diversidad y del movimiento. En el transcurso de esta sesión la emociones polarizadas en diferentes partes del cuerpo.
cliente también relata que algunos alimentos «Prohibidos» comienzan a ser ex- No obstante, al contrario de la facilidad mostrada en el ejercicio realizado du-
perimentados.
rante la sesión, a lo largo de la semana la cliente siente una gran dificultad para
En la objetivación de la na"ativa prototipo, A/fa refiere la existencia de un discn1ninar sentimientos y emociones, identificándose gran parte de las tonali-
considerable i"!pacto emocional. Particularmente en el momento en que revive dades emocionales en un espacio vectorial «bueno-malo» o «agradable-desagra-
cuando se cerro la puerta de la enfermería y sintió, a partir de ahí, que su hija es- dable». Se discutieron estas dificultades y se exploró en qué medida estas dificul-
taba entregada a sí misma en un proceso que desde ese momento ella ya no po- tades reflejaban una concepción de expresión de emociones como pérdida de
dría controlar más.
control Se realizaron algunos e1"erdcios de subjetivadón emoct"onal en la sesión,
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 365

refiriendo la cliente sentirse poco motivada con esos ej'ercicios como si cons· El ejercicio de subjetivación emocional tuvo lugar a través de la exploración
tantemente estuviese en una «¡;osidón de vulnerabilidad». A medida que fueron de sus reacciones a una película que acababa de ver en el cine y que la dejó en es·
transcurn"endo las semanas la cliente progresó significativamente en la simboli· tado de cierta perplejidad. Surgieron un conjunto de pensamientos que luego fa
. zación de una diversidad de experiencias emodonales. En la decimoquinta se· c!t:ente organizó en unidades temáticas y que ayudaron a esclarecer sus senti·
s16n relata que ya se siente perfectamente y motivada en la consulta y que está mientos de perplejidad.
mucho más «espontánea», «liberada» y «suelta». Al/a progresó muy rápidamente en la subjetivación cognitiva de las narrati·
Al/a presenta todavía una subjetivación detallada de fa na"ativa prototipo vas diarias, presentando una gran variedad de pensamientos para cada episodio
dondé prevalecen de un modo persistente dos organizaciones emocionales: «cu!· diario escogido. Al final de fa decimoséptima sesión y en respuesta a la solicitud
pa» y «miedo». de evaluadón de este trabajo, afirma «que se siente mucho más liberada en dis·
tintos contextos. Siente, no obstante, que sólo ha aprendido a andar y que su de·
1 seo es llegar a co"er».
4 Fase· Trabajo de sub¡"etivación cognitiva
Tal como daba a entender el trabajo de subjetivación cognitiva, la narrativa
r. Presentar los objetivos y modelar el trabajo de subjetivación cognitivo: prototipo se subjetivó con gran facilidad y en profundidad. En respuesta a este
.1.1.Mayor toma de conciencia de las dimensiones cognitivas de la expe· trabajo la cliente relata que comienza ya a distandarse de la narrativa prototipo
riencia. y que, tal vez por primera vez en muchos años, comienza a sentir que existe es·
1.2. Explorar otros lados de la experiencia cognitiva anteriormente no va· pacio para comenzar a pensar más en su vida.
!orados.
1.3. Explorar la multiplicidad y diversidad de las experiencias cognitivas
5' Fase- Trabajo de metaforización
proporcionada por cada situación.
1+ Modelar el trabajo de subjetivación cognitiva a través de una diversi- 1. Presentar los objetivos y modelar el trabajo de metaforización:
dad de ejemplos. 1.1. Mayor toma de conciencia de los significados de la experiencia Y del
papel de las metáforas en esta significación.
2. Realizar ejercicios de subjetivación cognitiva de narrati~as diarias: 1.2. Explorar otros aspectos del significado anteriormente no valorados.
2.1. Con los ojos cerrados se instruye al cliente a escoger una narrativa de 1.3. Explorar la multiplicidad de significados proporcionada por cada si-
la semana y a explorar la diversidad de cogniciones a través de una lista aso- tuación.
ciativa de pensamientos. 1.4. Modelar el trabajo de meraforización a través de una diversidad de
2.2. Discusión del ejercicio de subjetivación cognitiva. ejemplos.
2.3. Repetir d ejercicio con otras narrativas.
2. Realizar ejercicios de metaforización de narrativas diarias:
J. Subjetivación cognitiva de las narrativas diarias. _t. 2.1.· Con los ojos cerrados se instruye al cliente a escoger una narrativa de

3-J. Se instruye al cliente para proceder al registro diario de la subjetiva- la semana y a explorar la diversidad de cogniciones a través de la objetiva-
ción cognitiva de las narrativas a lo largo de la semana. ción_ y subjetivación emocional y cognitiva de la experiencia, completada
p. Discusión del ejercicio de subjetivación cognitiva de las narrativas diarias. con una exploración de las múltiples metáforas que la experiencia propor-
ciona.
4. Subjetivación cognitiva de la narrativa prototipo. 2.2. Discusión del ejercicio de metaforización.
4.1. Subjetivación cognitiva de la narrativa prototipo. 2.3. Repetir el ejercicio con otras narrativas.
4.2. Discusión del proceso de subjetivación cognitiva de la narrativa pro-
totipo. 3. Metaforización de narrativas diarias:
3.1. Se instruye al cliente para proceder al registro diario de la metaforiza·
A Alfa se le presentaron los objetivos de trabajo de subjetivación cognitiva a - 1 ción de las narrativas a lo largo de la semana.
través de una variedad de ejemplos, comprendiendo fácilmente fa cliente fa uti- 3.2. Discusión del ejercicio de rnetaforización de las narrativas diarias.
\
lidad de este trabajo como forma de flexibilizar su forma de pensamiento hacia
fa realidad y hacia sí misma.

' '
ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS
366 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS

4. Construcción de una metáfora raíz: 3.2. El terapeuta propone cuestiones para profundizar en la relación entre
4.1. Con los ojos cerrados se instruye al cliente a recordar el proceso de ob- esos episodios y la metáfora alternativa.
jetivación y subjetivación de la narrativa prototipo y de encontrar una me-
táfora que la simbolice en t~rminos de un proceso de significación. 4. Proyección de las narrativas alternativas:
4.2. Enraizamiento histórico de la metáfora raíz a través de la búsqueda de 4.1. Selección de un episodio en el que al cliente le gustaría desempeñar la
episodios de la vida del cliente ilustrativos de esa misma forma de signifi- metáfora alternativa.
cado. 4.2. Se instruye al cliente a proyectar en la imaginación los aspectos de ob-

4.3. Discusión del ejercicio de metalorización de la narrativa prototipo. jetivación, subjetivación emocional y cognitiva de ese episodio.
4.3. Discusión del ejercicio de proyección de las narrativas alternativas.
Alfa percibe rápidamente los objetivos de la metaforización y es capaz de 4.4. Implantar y registrar la narrativa alternativa seleccionada.
construir una serie de ejemplos a propósito de películas y libros. La cliente es,
desde luego, capaz de, para cada narrativa seleccionada, construir una gran di- 5. Evaluar el trabajo de implantar la metáfora alternativa:
versidad de significados. p. El diente presenta el registro de un episodio.
5.2. Discusión de la relación entre el episodio y la metáfora alternativa. -
Desde las primeras semanas de trabajo, en esta fase, la cliente fue capaz de,
para cada na"ativa de la semana, trazar una gran variedad de metáforas y signi- 5.3. Profundizar en otros aspectos nuevos e imprevistos que proporciona la
ficados. La variedad de metáforas surgidas sugiere a A/fa la necesidad de explo- experiencia (en términos sensoriales, emocionales, cognitivos y de signifi-
rar, no únicamente nuevas formas de significado, sino igualmente de hacerlas cado).
coincidir con nuevas /onnas de existenda.
La cliente escoge como metáfora raíz «Juana de Arco» para ilustrar no sólo la 6. Proyección de nuevas narrativas alternativas:
na"ativa prototipo, sino también gran parte de las narrativas de vida. La metá- 6.1. Selección, proyección en la imaginación y establecimiento de nuevas
fora ilustra en la cliente una actitud de tomar la realidad bajo su propio control narrativas alternativas.
y protección. 6.2. Discusión y profundización de esas experiencias (hasta que el cliente Y
el terapeuta acuerden que hay evidencia suficiente en que el cliente ya está
operando considerablemente en formas alternativas, más flexibles y diver-
6' Fase- Trabajo de proyección sificadas de funcionamiento).
1. Presentar los objetivos y modelar el trabajo de proyección:
1.r. Preparar al cliente para la construcción intencional de narrativas. 7. Fin del proceso:
1.2. Llevar al cliente a implantar una diversidad de experiencias indicativas 7.r. Registro y evaluación por el cliente de la narrativa del propio proceso
de modos alternativos de significado. terapéutico.
1.3. Modelar el trabajo de proyección a través de una diversidad de ejemplos. 7 .2. Revisión y discusión de la narrativa del cliente.

2. Construcción de la metáfora alternativa: La cliente comprende y se adhiere rápidamente a los objetivos de la fase del
2.r. Se instruye al cliente a seleccionar episodios en que funcionó de modo trabajo de proyeca"ón, una vez que espontáneamente comenzaba ya a surgir, por
alternativo a la metáfora raíz. su parte, una de/inia"ón de algunos trayectos alternativos bien para su funciona-
2.2. El cliente metaloriza esos episodios alternativos. miento diana, bien para su funcionamiento a medio y largo plazo.
2.3. De esas metáforas, el cliente elige una que le gustaría implantar como Partiendo de algunos episodios en que la cliente sintió que funcionaba de
metáfora alternativa. una forma controlada, construyó una metáfora alternativa -«mariposa»--.
2.4- El terapeuta propone cuestiones para profundizar en esa metáfora al- Esta metáfora simboliza para ella el «[Joder volar a favor de la comente, con pla-
ternativa. cer, ligereza y sin necesidad de control».
Alfa selecciona un conjunto de na"ativas de vida ilustrativas de esa metáfo-
J. Enraizamiento histórico de la metáfora alternativa: ra de «mariposa» reconaa·endo que, aunque de una forma menos exp/ídta, la
3.r. Se instruye al cliente a identificar episodios de vida en los que esa me- «mariposa» siempre ocupó una parte de su vida.
táfora alternativa sea particularmente operativa. La cliente va realizando varios ejercicios en los que representa ese papel de
368 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS

«mariposa», sintiendo, no obstante, que esa «mariposa» va operando en alter- CONCEPTOS A DESTACAR
nanda dclica con «Juana de Arco»_, una vez que ambas constituyen parte"S im-
portantes de su experienda. Reconoce que, de forma ideal debería procurar una Recuerdo: capacidad para anotar circunstancias episódicas de la vida
síntesis entre esas dos metáforas. No obstante comienza a tener menos dudas, y como elemento importante para la diferenciación y estructuración coherente
ri Al/a unas veces va oscilando entre esas dos metáforas, otras veces éstas se en- de las narrativas de vida del individuo.
cuentran en un curioso proceso de armonía «una espea·e de mariposa con alguna Objetivación: capacidad para explorar las múltiples sensorialidades de la ex-
intención de Juana de Arco». periencia que posibilite una elaboración narrativa más compleja y diversificada.
A medij,, que se van multiplicando los ejercicios de proyección comienza a Subjetivación: capacidad para desmultiplicar la experiencia emocional y
transparentarse que Al/a vive hoy un proceso de síntesis creativa entre sus dis- cognitiva en una variedad de posibilidades enriquecedoras de la experiencia
tintas metáforas y que su espíritu de control ya está templado por una flexibili- interna del cliente.
dad, espontaneidad y sentido de la multiplicidad de alternativas mucho más Metaforización: capacidad para construir significados múltiples de la di-
adaptativa y viable. versidad de experiencias sensoriales, emocionales y cognitivas.
La terapia termina tras veintitrés sesiones, Cerca de seis meses después de Proyección: la proyección consiste en la capacidad de intencionalizar de
haberla iniciado. Algunos meses más tarde recibo una carta de la cliente con un modo narrativo las experiencias del futuro.
un regalo de un marcador de libro configurado con una fotografía de Juana de
Arco enmarcada en una mariposa multicolor. Al ilustrar el diálogo entre sus
dos iconos narrativos, surge un significativo poema de Ana Luisa Arnaral, que ,, CUESTIONES SOBRE LAS QUE REFLEXIONAR
aquí reproduzco:
1. ¿Cuáles son los principales objetivos de la psicoterapia cognitivo-na"a-
Una misma hoja tiva?
Por un lado, analizar 2. ¿Cómo y de qué manera se entiende, desde el enfoque cognitivo-na"ati-
por otro, yo. vo, la disfunción psicológica?
3. ¿Cuáles ron las fases del proceso terapéutico desde este en/oque?
Más del primer lado
4. ¿Qué y cómo se entiende el trabajo terapéutico sincrónico?
también yo. Otro yo. 5. ¿Qué y cómo se entiende el trabajo terapéutico diacrónico?

Y el que vacila
entre los dos lados
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
(que no es el que escribe, no queriendo,
ni malqueriendo, mueve la mano)
Gonc;alves, O. F. (1993), «Narrativas del inconsciente. Las terapias cognitivas: Regreso
-también yo. Otro yo.
al futuro», Revista de Psicoterapia, 3, 29-48
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Yo, tercero y secante nitive narrative psychotherapy», Journal o/ Constructivist Psychology, 7, 107-118.
como los otros dos lados. Gonc;alves, O. F. (1994b), «Cognitive narrative psychotherapy: The hermeneutic cons-
Mal me quiero. Me quiero mal. truction of altemative meanings», Journal o/ Cognitive Psychotherapy, ~ 105-126.
Gonc;alves, O. F. (I995a), «Hermeneutics of the cognitive-behavioral therapies: From
Sin final de los pétalos, the object to the project», en R Neimeyer y M. J. Mahoney (comps.), Constructi-
y siempre la misma hoja vism in psychotherapy, Washington, D.C, APA.
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(en el otro el Purgatorio conhecimiento», Viver Psicoterapia, 3, 26-27.
ni el infierno ni un cielo). Gonc;alves, O. F. {I99sd), «Psicoterapia cognitivos narrativa na adolescencia. Tudo
menos o silencio!», Revista Portuguesa de Pedopsiquiatna, 9, u~17.
370 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS

Gonc;alves, O. F. {I995e), «Psicoterapia cognitivo-narrativa», Revista de Psicoterapia,


7, IOI·UZ.
Gon~alves, O. F. (I995f), «Cognición, constructivismo y narrativa: En busca de un sen-
. udo para las sílabas», Revista de Psicoterapia, 7, 45-52.
CAPÍTULO 25
Agradecimientos: la preparación de este capítulo estuvo parcialmen-
te subvencionada por la Bolsa de la JNICT PCHSICIPSiho75/95 y PCHS/ EL ESTADO DE LA CUESTIÓN EN LA TERAPIA
C/PSI/1100/95c COGNITIVA POSRACIONALISTA

Vittorio F. Guidano

NIVELES DE LA EXPERIENCIA HUMANA

Dado que sólo podemos percibir la realidad en la que vivimos desde den-
tro de nuestro orden perceptivo, como seres humanos siempre nos encontra-
mos en la inmediación de nuestra praxis continua de vida, que en este sentido
representa la condición ontológica primaria absolutamente ineludible.
La experiencia humana, por lo tanto, aparece como el producto emergen-
te de los procesos de regulación mutua en continua alternancia entre experi-
mentar y explicar, a través de la cual los patrones de actividad en curso (ex-
periencia inmediata), mediante las capacidades lingüísticas, llegan a quedar
sujetos a distinciones y referencias y generan un reordenamiento en términos
de proposiciones distribuidas en redes conceptuales; este reordenamiento
(explicación) hace posible un nuevo nivel de experiencia tal como werdade-
ro/falso», «subjetivo/objetivo», etc. Esta interdependencia entre lo subjetivo
y lo objetivo, emoción y cognición, vivencia y explicación, etc., es constitutiva
de cualquier proceso de conocimiento humano, tal corno sentirnos vivos y la
explicación continua de este hecho es constitutiva de nuestra experiencia de
tener un sentido de nosotros mismos.
En los seres humanos, como en todos los organismos vivientes, el sistema
afecrivo-emocional corresponde a una percepción inmediata e irrefutable del
mundo. De ahí que, desde un punto de vista ontológico, los sentimientos nun-
ca pueden estar equivocados, dado que a través de ellos podemos experimen-
tar directamente nuestra manera de ser, de modo que siempre somos como
sentimos que somos. Como enfatiza Maturana (1986), en el nivel de experien-
cia inmediata no es posible distinguir entre la percepción y la ilusión; por
ejemplo, el sentimiento perturbador de haber visto un fantasma es para el su-
jeto que lo experimenta una experiencia irrefutable; sólo saltando al nivel de
coordinación de pensamientos y acciones mediante el lenguaje podrá el indi-
viduo explicar la experiencia vivida en términos, digamos, de un truco de luz,
haciéndola consistente con su evaluación presente del mundo. En otras palaM
bras, los errores sólo pueden adverrirse a posteriori, y dependen del punto de
372 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 373

vista que adoptemos como observadores al reordenar nuestra experiencia. DINÁMICAS DE LA IDENTIDAD PERSONAL
Cualquier reordenamiento racional-cognitivo (explicación) consiste en operar
con las coherencias de las reglas lógico-semánticas para hacer consistente el El ciclo vital individual debería considerarse como una progresión ortoge-
flujo de la experiencia inmediata y la continuidad de nuestra evaluación del né.tica, es decir, un proceso abierto y en espiral en el que el reordenamien-
mundo. Así, si bien la vivencia parece ser una restricción necesaria para cual- to continuo de la dinámica de la identidad personal genera la emergencia dis-
'quíer explicación, la explicación es, a su vez, crucial para dar coherencia y sig- continua de patrones de coherencia de significados más estructurados e inte-
nificado al flujo de la experiencia inmediata. . grados.
De aquí que, más que representar una realidad ya «dada>> de acuerdo con La capacidad autorreguladora en el curso de la direccionalidad ortogenéti-
la lógica de la correspondencia externa, el conocimiento es la construcción y ca es expresado por ese particular equilibrio-dinámico conocido como «orden a
recons~rucción continua de una realidad capaz de hacer consistente Ja expe- través de las fluctuacioneD> (Brent, 1978; Dell y Goolishian, 1981; Prigogine,
riencia en curso con el ordenamiento del individuo (Bruner, 1990; Mahoney, 1976); es decir, los cambios continuos -tanto progresivos como regresivos-
Míller y Arciero, 1995; Maturana, 1988; Miró, 1994; Winograd y Flores, 1986; del punto de equilibrio en la dinámica«Yo»l«MÍ>> son la única forma de man-
V arela, 1987). tener la coherencia en que se construye la continuidad de la propia experiencia,
El entorno humano evolucionista y evolutivo se corresponde esencialmente mientras que a la vez se asimilan las perturbaciones que emergen de tal expe-
con una dimensión intersubjetiva (es decir, una realidad interpersonal estructu- riencia. Consideremos las variables esenciales implicadas en el proceso: el papel
rada y hecha consistente por el lenguaje), donde cualquier conocimiento de uno de la autoconciencia en la regulación y modulación de las perturbaciones desa-
mismo y del mundo está siempre en relación con el conocimiento de los otros. fiantes, y el papel de la afectividad en gatíllarlas.
La dimensión humana de la intersubjetividad articuló aún más las capaci- En términos estrictamente ontológicos, ser consciente de uno mismo sig-
dades ya existentes de individualización y autorreconocimiento (véase Gallup nifica llegar a una explicación de la experiencia en curso de ser un «Yo» úni-
y Suárez, 1986), acarreando la diferenciación de un sentido de uno mismo, co, irreductible y, a menudo, impredecible. De aquí que, más que una imagen
como sujeto y como objeto. El lenguaje, de hecho, permite la capacidad de es- de uno mismo vista objetivamente desde fuera, la autoconciencia sea un pro-
tablecer distinciones y referencias en el flujo de la experiencia inmediata, ha· ceso reflexivo de autorreferir la experiencia inmediata («Yo») que intenta am-
ciendo posible distinguir entre la vivencia y su evaluación mediante interac- plificar los aspectos consistentes del «Mí» percibido, mientras que inhibe los
ciones con los otros, refiriendo lo segundo a lo primero. que discrepan.
La experiencia de «Ser uno mismo» es algo entretejida con el flujo inter- Dado que el «Yo» que actúa y vivencia está siempre un paso más allá de la
minable de nuestra praxis de vida, y emerge de ella, de forma que Gadamer evaluación del «Mí», todos estamos en la posición de vivenciar mucho más de
(1976) dice: «El sentido que tenemos de nosotros mismos no se posee: se pue- lo que se requeriría en cada inomento para mantener nuestra propia consis-
de decir que sucede» (pág. 55). En otras palabras, la interdependencia viven- tencia en la situación. En consecuencia, la capacidad de manipular la expe-
cia/evaluación que subyace a la comprensión de sí mismo va unida a un pro- riencia inmediata a medida que se autorreferencia y reordena se vuelve esen-
ceso inacabable de circularidad entre la vivencia de uno mismo (el «Yo» que cial para impedir la aparición en la conciencia de datos irrdevantes o que
actúa y experimenta)' y el sentido de uno mismo que emerge como resultado contrasten con la evaluación escogida de la situación. En este sentido, se po-
de la autorreferencia abstracta a la experiencia en curso (el «Mí» que observa dría decir que no hay autoconciencia viable sin un nivel adecuado de autoen-
y evalúa) (James, 1890; Mead, 1934; Smith, 1978, 1985). Uno mismo como suje- gaño. Así, el autoengaño excesivo incrementa la incapacidad de decodificar la
to («Yo») y como objeto («Mí») emergen, por lo tanto, como dimensiones experiencia inmediata a niveles críticos incontrolables, mientras que d auto-
irreductibles de una dinámica de la identidad personal cuya direccionalidad engaño reducido incrementa desproporcionadamente los procesos de auto-
depende del flujo continuo de nuestra praxis de vida. De hecho, el «Yo» que rreferencia, alcanzando niveles de complejidad en las dinámicas de la identi·
actúa y experimenta está siempre un paso más allá de la evaluación de la si- dad personal que sería difícil de manejar. De aquí que cualquier individuo, a
tuación, y d «Mí» que evalúa se convierte en un proceso continuo de reorde- la vez que se caracteriza por tonalidades emotivas críticas de la experiencia in-
namiento del sentido de uno mismo. mediata, también esté dotado de procedimientos efectivos de autoengaño di-
señados para manipular su decodificación de forma que sea consistente con la
calidad de la conciencia alcanzada; mediante tales procedimientos, los senti-
r. El«Yo que actúa y experimenta» es 1a traducción dd inglés the expen'enci'ng «[»ye] «Mí» mientos críticos pueden evaluarse y hacerse intdigibles sin poner en cuestión
que observa y evalúa, 1a de the apprairiftg «Me». En lo sucesivo se habla de «Yo» y de«Mí». la aceptabilidad de la autoimagen estructurada hasta ese momento.
374 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LJ\ CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 375

ESTRUCTURA Y DINÁMICA DEL CAMBIO TERAPÉUTICO exceder un ci.erto umbral, cuando entra y sale del foco de la conciencia, las po-
sibilidades efectivas de que se reconozca y se evalúe como de uno mismo cons-
. El enfoque ontológico que hemos intentado esbozar hasta aquí implica ciente («Mí») dependen de las capacidades abstractas de autorreferencia que
una transformación notable en la conceptualización del cambio y de la meto- se hayan estructurado hasta el momento. En este sentido, una modificación
dología terapéutica con respecto a la perspectiva racionalista imperante (Bal- terapéutica significativa coincide con un cambio en la evaluadón del «Mí» res-
·bi, 1994; Guidano, 1987, 19913, 1991b, 1995; Mahoney, 1988, 1991, 1995; Neimeyer pecto al« Yo» que experimenta --es decir, un reordenamiento de la experiencia
y Mahoney, 1995; Safran y Greenberg, 1991). inmediata en el que los afectos negativos que se percibían como «extraños» e
En los enfoques cognitivos racionalistas, que aún consideran el conocimien- «irreales» pasan a ser evaluados como emociones personales «reales» y auto-
to como la representación de un orden objetivo y unívoco que existe indepen- rreferidas al propio sentido consciente de continuidad y unicidad.
dientemente de nuestro ser en el mundo, los trastornos emocionales se derivan La estructura y calidad del cambio depende en gran medida del nivel y la
de una correspondencia insuficientemente válida entre las creencias individua- calidad de la autoconciencia que el sujeto aporta al proceso de reordenamien-
les Yla realidad externa; es decir, los sentimientos displacenteros son meramen- to. De hecho, más que un rayo de luz que revela una configuración ya bien dis-
te indicativos de un pensamiento distorsionado de acuerdo con el bien conoci- puesta de elementos, reconociendo simplemente su presencia, la conciencia es
do dicho «tal como pienses, así te sentirás». La evaluación se dirige a identificar un ordenamiento constructivo autorreferente que limita la forma en que asu-
creencias «erróneas» y pensamientos automáticos irracionales, comparando Ja mirá la experiencia personal. Por lo tanto, para llegar a un cambio en la eva-
condueta del cliente con un conjunto de axiomas racionales normativos acepta- luación del «Mí» respecto al «Yo» vivencia! capaz de producir una asimila-
dos como universalmente válidos, y el principio básico gira en tomo a este tema: ción viable de los sentimientos perturbadores, es necesario producir cambios
para modificar las emociones perturbadoras es suficiente cambiar las corres- progresivos en los patrones de autoconciencia, incrementando la compren-
pondientes creencias irracionales a medida que salen gradualmente a la luz. sión del cliente de la forma en que ordena el flujo de la experiencia.
Una supremacía racional de este estilo deriva en el establecimiento de una La autoobservación es el método esencial para llevar a cabo tanto la eva-
estrategia de autocontrol centrada en la persuasión: el entorno operacional de luación como la intervención en cuanto permite la reconstrucción de los acon-
este procedimiento es una confrontación dialéctica más o menos declarada en tecimientos de interés terapéutico, operando en la interfase entre la experien-
la que el terapeuta intenta por todos los medios a su alcance convence~ al cia inmediata y su reordenamiento explícito. Permite, en este sentido, el
cliente de que adopte creencias más racionales y actitudes más convenientes análisis de ambos niveles de procesamiento así como de la relación existente
a la vez que le instruye en el control y eliminación de las emociones negativas'. entre ellos. En este sentido, por lo tanto la autoobservación se diferencia cla-
Es más, si la perspectiva adoptada se centra en un orden externo objetivo e in- ramente de la introspección (por ejemplo, asociación libre) en la que se privi-
mutable que regula inequívocamente las tendencias y el sentido de las empre- legia el primer nivel, y de las técnicas de automanejo (por ejemplo, detección
sas humanas, la relación terapéutica no puede ser otra cosa que un instru- de pensamientos automáticos) en las que se privilegia el segundo nivel.
mento, más o menos autoritario, para el restablecimiento de este orden. El rasgo crucial que caracteriza la actitud del terapeuta en el método de
Por otra parte, si el reordenamiento de la realidad en la experiencia per- autoobservación está constituido por la capacidad de diferenciar entre expe-
sonal es ontológicamente una construcción autorreferente, no podernos espe- riencia inmediata y su explicación.
rar identificar ningún punto de vista objetivo externo desde el cual evaluar el En consecuencia, mientras evalúa una situación determinada (por ejem-
grado de racionalidad y validez de la condueta problemática mostrada. Más plo, una disputa conyugal), el terapeuta no deberia focalizarse sólo en la for-
que tratarse de un criterio absoluto para juzgar una actitud en sí misma, la ra- ma en que el cliente habla de lo que sucedió; al contrario, mientras reconstru-
cionalidad es, en cambio, intrínsecamente relativista y, como tal, simplemente ye el acontecimiento con la misma meticulosidad con que se construiría la
permite una definición del grado de adecuación de una actitud dada si ésta es escena de una película, debería ser capaz de cambiar continuamente su foco
referida al significado personal espedfico que la generó o al que pertenece. de un nivel al otro:
En términos de la perspectiva ontológica que se presenta, podemos decir
que mediante el proceso continuo de reordenamiento de la experiencia inme- 1. Cómo se produjo la experiencia del cliente en la situación (por ejemplo,
diata («Yo») en un sentido consciente de sí mismo y del mundo («Mi»), cada la percepción de la discrepancia en la actitud del cónyuge, cómo se sintió l~
su¡eto es capaz de estructurar una demarcación estable y a la vez dinámica en· discrepancia para que provocase cólera, la experiencia de la cólera Y sentl-
tre lo que es real y lo que no lo es en su praxis de vida. Sin embargo, mientras mientos asociados, los efectos emocionales de llegar a darse cuenta de estar
que la modulación emocional aportada por el «Yo» que experimenta puede con cólera).
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 377

2. Cómo se autorrefiere y explica el cliente lo que sucede en la situación tonalidades de sentimiento. Así, mientras que dicha flexibilidad aumenta, se va
(por ejemplo, razones contingentes adoptadas para la disputa que excluyan o desafiando el punto de vista usual sobre uno mismo («lvlí»), de forma que entran
al menos reduzcan la propia responsabilidad en ella; explicaciones de su con- en escena los aspectos del« Yo» que experimenta (Guidano, 1991a, págs. 105·1o6).
ducta agresiva en términos de rasgos de personalidad o disposiciones; interfe-
rencias sobre las intenciones y estados anímicos del cónyuge). El proceso de autoobservación se lleva a cabo, progresivamente, a lo largo
de tres fases terapéuticas:
Una distinción básica entre los dos niveles es que el segundo tiene valor de Durante la primera fase -enfoque y reordenamiento de la experiencia emo-
verdad, mientras que el primero no. Es decir, la experiencia inmediata sim- donal continua-, el terapeuta utiliza la técnica de la moviola para guiar la ob-
plemente expresa la forma inevitable de ser-en-el-mundo y, como tal, nunca servación del cliente de sus experiencias vitales presentes, preocupantes. A tra-
puede ~er errónea, mientras que las explicaciones, al pertenecer a un metani- vés de este proceso, y paso a paso, el cliente comienza a diferenciar entre el
vel semántico, pueden resultar erróneas al compararse con la experiencia in- «cómo» («experienciar>>) y el «porqué» (explicar) de sus acontecimientos
mediata que intentan explicar. Así que en el ejemplo de la disputa, incluso si perturbadores, pudiendo incluso empezar a referir el último al primero. La
las explicaciones y razones adoptadas resultan ser irrelevantes e inconsistentes meta de esta fase es alcanzar un reordenamiento significativo de las experiencias
con respecto a la situación vivencial, el terapeuta no debería limitarse a criti- perturbadoras del cliente que le permite conocer como propio un gran espectro
car la irracionalidad de ciertas actitudes y a sugerir otras más adecuadas. De de tonalidades de sentimientos así como las dinámicas de su coherencia interna.
hecho, experimentar cólera como respuesta a una provocación mínima es un La segunda fase -reconstrucción del estilo afectivo del cliente- consiste
«hecho», y debería conducir al terapeuta a una investigación más profunda de en una autoobservación detallada (técnica de la moviola) de la historia afecti-
la estructura de la relación y la calidad de la reciprocidad emocional. va del cliente, destacando tres aspectos centrales: a) la experiencia del
«debut sentimental»; b) la secuencia de relaciones afectivas significativas a
lo largo del curso vital; y c) el proceso que medió en el inicio, mantenimiento
EL PROCESO TERAPÉUTICO y terminación de cada relación. Obviamente, todos estos aspectos se elabo-
ran en términos de la experiencia del cliente, su evaluación y su autorreferen-
Se entrena al cliente a que utilice el método de la autoobservación para que ciación. En este punto, el cambio en el punto de vista de uno mismo produce
discrimine entre la experiencia inmediata y las reflexiones cognitivas y evalua- la aparición de nuevos niveles de autorreferenciación abstracta para ordenar
ciones post hoc, así como para que establezca un patrón de comunicación con- experiencias pasadas y presentes, y una nueva actitud hacia la realidad con el
sistente y coherente entre el «Yo que experiencia>> y el «Mí que evalúa». descubrimiento de nuevos campos experienciales. Este proceso permite una
Utilizarnos una métafora cinematográfica para estructurar el proceso de autoorganización mucho más integrada y se acompaña usualmente por una
observación del sí mismo -la técnica de la moviola-. Como si estuviera en total desaparición de los trastornos originales.
una sala de edición, se entrena al cliente para dividir una experiencia par- La fase fmal del trabajo terapéutico --llevando a cabo el análisis evolutivo--
ticular en una secuencia de escenas («Visión panorámica»), enriqueciendo se plantea ampliar el proceso de autoobservación a todo el curso vital para po-
los detalles de cada escena con aspectos sensoriales y emocionales («reduc- der reconstruir el sendero personal de la organización actual de significado per-
ción»), y finalmente, reinsertar la escena, ya enriquecida, en la secuencia de la sonal. Esto se logra a través de cuatro periodos de vida: a) la infancia y años pre-
historia («ampliación»). Cuando el cliente se ve a sí mismo, tanto desde un , escolares; b) niñez; e) primera adolescencia y pubertad; d) adolescencia tardía y
punto de vista subjetivo (al analizar la escena en primera persona) y la pers- juventud. En primer lugar, el terapeuta desarrolla, para cada periodo de vida,
pectiva objetiva (analizar la escena en tercera persona, desde la perspectiva una reconstrucción general de ese periodo; después, tras identificar las escenas
de un observador), el cliente comienza a construir nuevas abstracciones sobre específicas prototípicas emocionales, el terapeuta somete esas escenas, de nue-
el sí mismo: vo, a la técnica de la moviola.
Hacer que los clientes vayan hacia delante y hacia atrás a lo largo de su his-
... ver de forma repetida la misma escena cargada de afecto, en cámara lenta, toria evolutiva inicia un reordenamiento significativo de las experiencias críti·
avanzando y retrocediendo desde muchos puntos de vista, modifica cómo la si- cas inmediatas. Este proceso tiene como consecuencia un reordenamiento del
tuación es evaluada y autorreferida, con el cambio consiguiente en la relación ac- recuerdo de esas experiencias y un mayor nivel de distanciamiento y descen-
tual entre la memoria «episódica» y la «semántica>> ... todo esto se traduce inevi- tramiento de las tonalidades afectivas recurrentes que son una parte integral
tablemente en un replanteamiento de la misma escena que hace surgir otras de los patrones continuos de autoobservación.
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 379
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CAPÍTUL026

EL PROCESO TERAPÉUTICO EN LA TERAPIA COGNITIVA


POSRACIONALISTA

Juan Balbi

LAS FASES DEL PROCESO PSICOTER.APÉUTICO.


DESARROLLO DEL TRATAMIENTO DE UN CASO CLÍNICO

Fase 1: Evaluación y preparación del contexto clínico e interpersonal


Esta fase inicial dura entre una y ocho sesiones; la extensión depende del
nivel de conciencia que tiene el paciente acerca de su problema (es decir,
cuánto puede autorreferírselo por sí mismo al momento de la consulta) y de
su predisposición a colaborar en la tarea de autoobseivación que el terapeuta
le propone implícitamente con sus preguntas y con su actitud.
En el caso de Gisela, una joven de veinte años que consultó por un tras·
torno alimentario, por ejemplo, este periodo inicial requirió un mes y medio
de tratamiento -seis sesiones a una por semana- debido a:

1. Su alto nivel inicial de desconfianza hacia el terapeuta, típica en todas


las personas que tienen una organización de significado tipo DAP' con un ni·
.T
vd tan bajo de abstracción narrativa. En este caso, su desconfianza resultó re·
forzada por las sucesivas decepciones que le ocasionaron los diversos trata·
mientas e internaciones con los que desde que comenzaron sus dificultades,
hacía cinco años, se la había intentado ayudar.
2. Su pleno convencimiento de que su problema radicaba en «L. bulimia»
(explicación también reforzada a través de los tratamientos anteriores) que,
según ella, «es una enfermedad cuya característica principal consiste en la
compulsión irresistible a comer en exceso». En consecuencia, «d terapeuta
debería asumir como tarea principal el brindarle un método eficaz para evitar
los atracones y enseñarle a alimentarse correctamente».

f. La organización de significado personal tipo DAP (desórdenes alimentarios psicogénicos)


es una de las cuacro organizaciones de significado personal que V. Guidano propone como una
nueva nosografía explicaciva, evolutiva y procesal sistémica, alternativa a las clásicas nosografías
descriptivas (tipo DSM IV).
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 383

Es importante señalar lo cuidadoso que deberá ser el terapeuta en esta eta- ros, salia sólo de noche, no quería salir con su familia (especialmente a comer
pa y desde el primer momento ya que cualquier error que cometa en esta fase fuera), evitaba concurrir a cualquier fiesta a la que se la invitara. Comía mu-
.se reflejará en la estructura emocional-relacional que se está construyendo y cho y a escondidas, ingería muchas golosinas y, paralelamente, hablaba todo
esto tendrá consecuencias a lo largo del tratamiento. Al igual que en cualquier el tiempo de hacer dieta; a veces lo intentaba, pero por poco tiempo. Co-
vínculo afectivo significativo, en esta fase se van definiendo de manera gradual mienza a decir que le gustaría morirse. Cada tanto toma pastillas, cualquiera
·e implícita las funciones y reglas que limitarán de ahí en más la estructura de que encuentre en la casa, y comienza a manifestar una especie de obsesión por
la relación. En cambio, en las fases posteriores del tratamiento el terapeuta los laxantes. Empieza a faltar al colegio, se compara con sus compañeras a las
pcx:lrá «equivocarse» sin que esto acarree demasiados problemas dado que ya que veía como más flacas y más bonitas que ella; se siente muy desvalorizada.
se habrá establecido el vínculo en los térmínos del contexto clínico e interper- Gisela, que hasta ese momento había sido muy buena en los deportes, deja de
sonal que facilita la autoobservación del paciente. practicarlos. Cuando vamos a la playa en el verano no quiere sacarse la ropa y
La primera sesión suele abrirse con una pregunta clásica: «¿Qué problema quedarse en traje de baño. Está muy agresiva, especialmente con su madre. a
le trae aquí?», a Ja que el paciente contesta, en general, describiendo su cua- quien hasta hoy en día reclama que no la ayuda con su problema».
dro clínico, el conjunto de sus trastornos. El terapeuta debe formular (para sí En la primer entrevista Gisela cuenta que algunas veces intentó vomitar des-
mismo) lo antes posible una hipótesis sobre la probable organización de sig- pués de los atracones pero que como nunca lo logró desistió de hacerlo y recu-
nificado personal del paciente. Esta hipótesis le servirá como llave explicativa rrió a los laxantes. Dice que sus problemas comenzaron bastante antes de que
de los procesos de identidad que están en la base de la sintomatología que ob- sus padres lo notaran, alrededor de los doce o trece años, cuando su cuerpo
serva, y le dará la posibilidad de contar con una estrategía de perturbación efi- cambió en forma notable. Empezó a sentirse muy rara. En sesiones posteriores
caz y congruente con las características del paciente desde la primera sesión. recuerda que esas sensaciones extrañas de sí misma las experimentaba con ma-
Gisela, quien vive con sus padres y dos hermanas mayores, se presenta a la yor intensidad después de reuniones en su casa donde los amigos de su padre la
primera consulta con una reseña, escrita por su madre, de Ja historia de su miraban de un modo que la perturbaba; también le molestaba, y todavía le mo-
trastorno y de sus tratamientos. Dice que viene porque sus padres se lo han lesta en el momento de la consulta, la actitud de su padre, orgulloso del atractivo
pedido Yque, aunque no confía en absoluto en las posibilidades de este trata- físico de su hija. Muchas veces sintió que hubiera preferido ser varón.
miento, tiene la remota esperanza de que el terapeuta la ayude a controlar su Aunque sus dificultades comenzaron en aquella época, Gisela señala que
ingesta para poder bajar los doce kilos de peso que aumentó en los últimos su «enfermedad» empeoró notablemente («me descontrolé mucho más con la
dos meses; incluso trae escrita la dieta que le gustaría cumplir durante un mes comida», dice) cuando la familia se mudó, hace dos años, de la ciudad de pro-
como mínimo. Dice: «Mi sueño seria poder cumplir con esta alimentación por vincias donde ella había sido criada a Buenos Aires. En el momento de la
un mes ... estoy mal porque nada de mi ropa me entra, pero yo sé que en mi consulta Gisela mantenía una relación afectiva con Diego, un joven de su mis-
casa no puedo cumplir con ninguna dieta, porque mi casa es sinónimo de atra- ma edad que seguía viviendo en aquella ciudad.
1f_
cón. Y a estuve internada en clínicas y allí dejaba de comer y adelgazaba, pero En los últimos dos años Gisela había sido internada de urgencia varias ve-
al mes volvía exactamente a Jo mismo». ces por haber ingerido altas dosis de cualquier fármaco que encontraba en su
Relata que su padre tuvo que llevarla en coche hasta la puerta misma de casa, incluso aspirinas. Otra vez se arrojó de un primer piso con la conse-
nuestro centro de terapia ya que hace varias semanas que no sale de su casa cuencia de quebrarse una pierna; todos estos episodios fueron interpretados
porque le da vergüenza su aspecto. Además, durante la entrevista se siente por su familia y por algunos de los profesionales que la atendieron en tales
avergonzada frente al terapeuta por su gordura y su indumentaria; como su ocasiones como intentos de suicidio.
ropa no le entra viene vestida con ropa de su madre. (Gisela es una muchacha Durante las sesiones iniciales Gisela muestra desconfianza hacia el tera-
es~ta, que en el momento de la consulta pesa aproximadamente 63 kilos y peuta, al mismo tiempo que se la nota alerta a la aprobación de éste a sus cons-
tmde 1,70 metros.) Ha dejado de concurrir, una vez más, al colegio secundario tantemente oscilantes atribuciones acerca de lo que le pasa y de lo que cree
donde estaba intentando cursar el cuarto año, por los mismos motivos: verse sentir. Buena parte del tiempo aparece confusa o perdida emocionalmente
«gorda, deforme y con la cara hinchada después de comer en exceso». pero aun en esos momentos sus explicaciones son correctas en su estructura
Cito a continuación un fragmento de la reseña de su madre: formal. Ante las preguntas del terapeuta manifiesta que en esos momentos es
«Sus problemas comenzaron poco antes de cumplir los quince años. Cam- cuando se siente especialmente «Vacía interiormente, como si fuera hueca»,
bió su carácter y comenzó a tener constantes peleas con sus hermanas y con sensación que en mayor o menor medida la acompaña casi todo el tiempo.
sus amigas. Se aislaba, no contestaba las llamadas telefónicas de sus compañe- Otra sensación permanente que tiene de sí misma es la de ser una persona sin
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voluntad. Sólo una vez esta sensación fue reemplazada por una·experiencia di- Gisela resultaba evidente la necesidad de reconstruir aquellas situaciones en
ferente de sí misma: durante un periodo anoréxico en el que llegó a pesar 40 las que se manifestara su hipersensibilidad al juicio de otras personas sobre
kilos se veía como alguien capaz de lograr metas y objetivos. Dice la paciente: ella. En este caso, la primera dificultad radicaba en que Gisela había suspen-
«Mi momento de mayor plenitud lo tuve en la clínica donde fu¡ internada dido desde hacía prácticamente dos meses todo tipo de exposición, sólo salía
cuando sentí que había vencido la compulsión a comer, mi cuerpo no tenía de su casa para venir a la consulta.
curvas y tampoco tenía sensaciones sexuales». Por otro lado, como es habitual en este tipo de personas, durante las se-
Como conclusión de esta primera fase de la terapia, la tarea del terapeuta siones Gisela, a pesar de su notable nivel intelectual. no podía precisar lo que
consiste en reformular el problema presentado por el paciente en términos que había sentido en cada situación, contestando siempre con expresiones vagas
p_ermira_n operar, mediante el método de autoobservación, en la interfaz expe- como «me sentía mal», «Sentía que me quería ir de ahí», «estaba incómoda»,
nenaa mmediata/explicación o imagen consciente de si. En otras palabras, el etc. Y si el terapeuta insistía pidiendo una aclaración sólo aumentaban la sen-
terapeuta debe redefinir el problema que motiva la. consulta como «interno al sación de aturdimiento y el sentimiento de fracaso. Por esto, es sumamente
pa~ente>>, relacionado con «SU modo de ser», y esta redefinición debe ser tal que importante que el terapeuta apoye al paciente en esta etapa y que nunca mues-
al tiempo que crea el contexto clínico e interpersonal del método autoobserva- tre una actitud crítica hacia los resultados del trabajo de autoobservación.
cional descarta la atribución causal externa, criterio de enfermedad con que el. A pesar de las dificultades, después de seis sesiones Gisela pudo comenzar
paciente viene a la consulta. Por ejemplo, en el caso de Gisela la reformulación a percibir y autorreferirse su hipersensibilidad al juicio de los otros al recons-
básica consistió en redefinir el problema de: bulimia-compulsión a comer en truir lo que le había ocurrido en los últimos seis u ocho meses en la relación con
exceso (enfermedad) a hipersensibilidad al juicio de las otras personas hacia jóvenes de su edad a los que había conocido en los distintos institutos a los que
ella (característica de su modo de estar y sentirse con los otros). había concurrido con la intención de terminar sus estudios secundarios.
El terapeuta no debe poner en tela de juicio la corrección o veracidad de Todas las situaciones eran más o menos similares; ella concurría a un ins-
lo que cuenta el paciente ya que esto no cambiaría lo que éste experimenta. En tituto donde después de dos o tres clases conocía a un compañero que le ha-
este caso, por ejemplo, de nada serviría confrontar a Gisela respecto a su pun- cía notar que ella le gustaba; Gisela le daba su teléfono e, independientemen-
to de vista sobre su imagen corporal o respecto a su explicación de la causa de te de la impresión que le hubiera causado el muchacho, dejaba de ir a ese
su trastorno. Si el terapeuta entrara en discusiones acerca de esto estarla esta- instituto. Empezaba a comer en exceso, se sentía deforme e inaceptable y su
bleciendo desde el principio, implícitamente, un contexto interpersonal com- sensación de vacío e ineficacia personal aumentaba hasta límites intolerables.
petitivo Yde confrontación 1rerbal. Por el contrario, el terapeuta postraciona- Después de una crisis familiar en la que su familia volvía a asistirla como «d
lista debe definir un contexto interpersonal de colaboración reciproca y miembro enfermo» lograba algún tipo de reorganización que le permitía in-
utilizar la relación terapéutica como una herramienta de exploración para tentarlo en otro instituto.
construir junto con el paciente una comprensión del problema de éste. Esta En el momento de la consulta había en la casa de Gisela, al lado del teléfo-
actitud del terapeuta desbarata la expectativa usual de los pacientes de obte- no, una lista hecha por ella con los nombres de los cinco últimos «admiradores»,
ner en la terapia un lugar donde se le brinden consejos o soluciones técnicas que seguían llamándola, y las respectivas excusas que les había dado para no
que resuelvan su problema sin que él se exponga a la autoobservación. Lo que verlos (hepatitis, viaje, problemas familiares, etc.). Si su madre se equivocaba
esperaba Gisela, por ejemplo, era que el terapeuta le diera una técnica para de excusa dla se enojaba muchísimo y se consideraba no tenida en cuenta e in-
controlarse con la comida. comprendida. Además, tenía registrado en su mente el peso exacto que tenía
El terapeuta postracionalista, en ese contexto de colaboración reciproca cuando cada uno de esos muchachos la había visto por última vez. Reconstru-
que va creando, en lugar de e1raluar si los contenidos expuestos por el pacien- yendo estos episodios en la movíola, Gisela comienza a integrar los intensos
te son o no válidos, propone a éste investigar juntos el significado global, emo- sentimientos perturbadores, insoportables, que le generaba imaginar la de-
cional, experiencial, que éstos tienen para aquél, a fin de construir puntos de cepción de esos muchachos cuando la volvieran a ver. Incluso por el hecho de
vista alternativos y más comprometidos que permitan al paciente cambiar el que ella hubiera aumentado 250 gramos.
foco de atención hacia otros aspectos de sí mismo. Se puede ilustrar cómo se desencadenaban en ella intensos sufrimientos
El procedimiento básico por el cual se lleva a cabo este paso de la terapia con el siguiente episodio. Uno de los jóvenes que la llamaban le dijo que de-
consiste en enfocar situaciones vividas por el paciente que sean ejemplo de la seaba volver a verla y que no podía olvidar sus «enormes y hermosos ojos ver~
aparición de aquellos sentimientos y emociones perturbadoras que el pacien- des». A partir de ese momento Gisela comenzó a mirarse compulsivam<:_nte al
te vive como ajenos a sí mismo, y proceder a su reconstrucción. En el caso de espejo y a ver que sus ojos estaban cada vez más hinchados y más pequenos, lo
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que la angustió mucho. Finalmente su padre tuvo que llevarla al oculista para, do en la misma sus ingredientes: emociones, sentimientos, sensaciones e imá-
según sus palabras, «tratarme de esa enfermedad que me estaba estropeando genes, así como el modo en que se experimenta a sí mismo como persona mien-
.los ojos». tras esto le ocurre. También debe entrenar al paciente para que empiece a dis-
Al reconstruir estas situaciones Gisda no sólo pudo comenzar a redefinir tinguir el modo en que estos «estados intefnos» se disparan, es decir, a partir
su problema en términos internos como hipersensibilidad al juicio de los otros de la percepción de qué acontecimientos o circunstancias, o en qué contextos.
·sino que encontró además una especificidad: en ese momento de su vida le re- Se puede percibir que los pacientes están aumentando su capacidad de di-
sultaba imposible tolerar (ni siquiera podía imaginar algo así) que su aspecto ferenciar la experiencia de la explicación de ésta cuando, autoobservándose
pudiera decepcionar a alguna persona, incluso si se trataba de alguien no muy durante la semana empiezan a incrementar el foco en su experiencia inmedia-
significativo. ta y extienden espontánea y gradualmente esa capacidad de diferenciación a
otros ámbitos y dominio de experiencia diferentes de aquel que comenzó sien-
Fase 2: Construcción del setting terapéutico do el problema principal.
A las pocas semanas de comenzar esta tarea Gisela pudo darse cuenta de
Una vez constituido el contexto clínico e interpersonal y reformulado «en que la sensación de vacío y el sentido de ineficacia personal se disparaban en
términos internos» el problema por el que el paciente consulta, éste está en ella, aunque en menor intensidad que con personas más significativas, ante la
condiciones de ser guiado por el terapeuta en la autoobservación sistemática mirada de cualquiera, aun si un desconocido la miraba mientras caminaba por
y focalizada de su experiencia inmediata. la calle. Pasando varias veces por la moviola cada situación, Gisela pudo dar-
Esta fase está formada por dos etapas, cada una de las cuales comprende se cuenta de que las emociones perturbadoras que le habían impedido salir de
un periodo de entre 3-4 y 7-8 meses. Durante el desarrollo de las mismas se su casa se gatillaban en diversas circunstancias que tenían un patrón común:
produce, en general, la remisión de los trastornos que motivaron la consulta. eran todas situaciones donde ella evaluaba defecto que producía, con su pre-
sencia, en las otras personas, especialmente en los hombres.
A. Enfoque y reordenamiento de la experiencia inmediata. Aún más impresionante fue para ella darse cuenta de que prácticamente to-
(Después de la primera fase y hasta el 4º-8ºmes.) das las situaciones conducían al mismo tipo de experiencia desorganizante ya
. Al comenzar esta etapa el terapeuta solicita al paciente que enfoque y re- que si pasaba desapercibida o notaba que otra chica llamaba la atención
gistre los hechos de la semana que considere significativos en base a la refor- más que ella se experimentaba como fea y hasta deforme e imaginaba que estaria
mulación del problema inicial realizado en la primera fase. De esta manera, sola por el resto de su vida, mientras que cuando recibía miradas o comentarios
por ejemplo, Gisela, que estaba intentando retomar otra vez sus estudios, te- elogiosos sobre su aspecto éstos eran vividos como de contenido erótico o las-
nía ahora la oportunidad de autoobser\>arse en las situaciones donde se en- civo y se sentía como una persona sin contenido, como «Una cáscara atractiva
contrara expuesta al juicio de sus nuevos compañeros de clase y de cualquier pero vacía», como alguien incomprendido que en realidad no le interesa a na-
otra persona con la que interactuara. die y, por lo tanto, definitivamente sola. Además, en todos los casos Gisela atri-
Al principio es de vital importancia que el terapeuta, utilizando la movio- btúa estos «fracasos» a cierta característica de su cuerpo: demasiado gordo, de-
la, entrene al paciente para que focalice, en cada escena, la diferencia entre la masiado volup~oso o exuberante, según las circunstancias, y se le imponía
experiencia inmediata y su explicación tanto durante la escena como después como única solución una mayor voluntad (que no lograba tener) en el control
de ella. En general a los pacientes les resulta difícil hacer esta diferenciación de su ingesta. Verificar esa falta de voluntad en el control de su apetito le pro-
ya que no coincide con la manera habitual de vivir y pensar que los humanos veía una explicación consistente de la suma de sus problemas y, al mismo tiem-
tenemos sobre nosotros mismos. Por eso, el terapeuta deberá aportar todas las po, le daba un sentido de sí misma: ella era una persona enferma, tenía una fa-
explicaciones y aclaraciones que sean necesarias para realizar la reconstruc- lla constitutiva y vergonzante.
ción paso a paso, ayudando a los pacientes a cambiar el punto de vista del En esta etapa fue necesario que Gisela se autoobservara durante la semana
«porqué>> al «cómo». Es decir, mientras que el paciente tenderá en. cada si- y reconstruyera en sesión, con ayuda de su terapeuta, los episodios perturbado-
tuación examinada a centrarse en el «porqué» (la explicación), el terapeuta res relacionados con el acto de comer. Al examinar en cámara lenta enlamo-
debe guiarlo a examinar y distinguir los distintos matices del «cómo» (su ex- viola cada secuencia de estas escenas, Gisela pudo distinguir el devastador es-
periencia inmediata). tado emocional que surgía en ella ante la percepción del hambre. La secuencia
El terapeuta debe, pacientemente, conducir al paciente a autoobservar era más o menos la siguiente: al percibir hambre Gisela sentía inmediatamen-
cómo está constituida en cada momento su experiencia subjetiva, distinguien- te una sensación de pdigro; la imagen era que ahora, al no poder controlarse,
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS

quedaría una vez más evidenciado, en especial ante su familia, que ella era una Aplicando este nuevo punto de vista sobre su propio funcionamiento al
persona enferma. Entraba en un estado de obnubilación y vacilación acerca análisis de otras situaciones de interacción, Gisela pudo darse cuenta de que
del comportamiento a seguir: «¿qué comer? y ¿qué cantidad?». este modo de sentirse según cómo se sentía visto por otra persona con el con-
Se sentía observada con aire de superioridad por una de sus hermanas, que seCuente sentimiento de fracaso y temor a la descalificación, era su modo de
cumplía con las expectativas de sus padres en todas las áreas (aunque ella era «estar en el mundo» y la causa de su sufrimiento.
·más bonita) y por su madre, a quien en ese momento sólo le atribuía la expec- Llegado este punto, al igual que en otros momentos de la terapia donde las
tativa de que ella dejara de una vez por todas de ser un problema, una enferma. personas toman conciencia de alguna regla básica de su propio funciona-
Desde el punto de vista de Gisela, a su madre, durante estos episodios cotidia- miento, es frecuente que durante las sesiones se produzcan los estados emo-
nos, no le importaba nada de lo que a ella le pasara o sintiera. Generalmente, cionales más intensos. Incluso es habitual que al autorreferirse esa modalidad
junto a la rabia hacia su madre y su hermana, surgía en ella una sensación de de funcionamiento que han empleado durante toda su vida se decepcionen de
desafíó y «lograba» no comer nada, lo cual le daba un sentido consistente de sí sí mismos y, con cierta desesperación, se pregunten y pregunten al terapeuta:
misma aunque se sintiera sola e incomprendida. Al cabo de algunas horas, y ya «¿Si soy así, cómo voy a dejar de sufrir?».
a solas, no tolerando más el hambre, iba a la cocina y comía lo primero que en- Especialmente en los tratamientos con pacientes DAP, aunque no sólo con
contraba, en general algo fuertemente calórico. Cuando se veía haciendo esto ellos, es fundamental que en esta etapa del tratamiento el terapeuta entrene a
se sentía inmediatamente invadida por una sensación. de angustia, se experi- su paciente en el ejercicio de la «heterorreferencialidad». La misma consiste en
mentaba nuevamente como una fracasada y comenzaba a comer desordenada- la estructuración de un mecanismo de autoobservación que tiende a aumen-
mente y hasta el hartazgo mientras imaginaba que, ahora, cuando su madre la tar la flexibilidad del paciente en el modo de ordenar un sentido de sí mismo
viera hinchada y enferma se iba a sentir culpable por no haberla cuidado bien. (¿quién me siento ser?) al independizarlo del parámetro externo (¿cómo me ve
Al reconstruir estas escenas Gisela pudo darse cuenta también de la forma la otra persona?). El procedimiento es simple: cuando se ha examinado la se-
en que se relacionaba con su madre, a quien veía como una mujer pasiva, su- cuencia crítica donde el paciente ha podido reconstruir y autorreferirse la ex-
bordinada y dependiente del marido; estas características desilusionantes de periencia subjetiva de sí mismo que tuvo ante d juicio crítico de la otra perso-
su madre eran la causa última de todo su sufrimiento ya ql!e al ser así su ma- na, el terapeuta le propone volver a observar la escena desde un punto de vista
dre no había sido capaz de enseñarle bien y la había transformado en alguien alternativo, un punto de vista donde la conducta de la otra persona es tomada
como ella, pasiva y sin voluntad. Ahora ella reclamaba a su madre que le solu- como información sobre dicha otra persona, sus sentimientos y emociones en
cionara su problema -lo mismo que había intentado con el terapeuta-, que ese momento, y sus características. Se puede, continuando con la metáfora ci·
la ayudara a controlar sus compulsiones. Ésa habría sido la prueba de que ella nematográfica, proponer al paciente que imagine ver una película donde hay
era verdaderamente importante para su madre. un personaje que tiene las características de la persona por la cual el paciente
A medida que Gisela iba adquiriendo una capacidad creciente para dis- se sintió definido y pedirle que trate de ver, cambiando su punto de vista habi-
tinguir los distintos matices de su experiencia inmediata y los patrones de co- tual, qué información sobre la otra persona le da lo que está observando.
herencia con los que espontáneamente y momento a momento intentaba ha- De modo que el terapeuta entrenará al paciente durante las sesiones en el
cerlos consistentes con la imagen de sí misma, fue posible para el terapeuta ejercicio de la heterorreferencialidad y le propondrá que lo lleve a cabo du-
guiarla estratégicamente, durante la reconstrucción de escenas críticas, a apre- rante la semana, entre sesiones, según el siguiente esquema (tomado de Vitto·
ciar el rasgo crucial de su funcionamiento personal. El mismo consistía, como rio Guidano (¡991)):
ocurre en las personas con una organización de significado personal tipo
DAP, en el hecho de que el sentido experimentado de sí misma que Gisela te- ENFOQUE DE LA CONDUCTA DEA
nía en cada momento estaba siempre regulado por el punto de vista crítico so- C -PERCEPCIÓN DE LA CONDUCTA DE A
bre ella desde el que se sentía vista por algún miembro de su familia. Guiando A COMO INFORMACIÓN SOBRE UNO MISMO
a la paciente a observarse desde dentro y fuera en cada escena, avanzando y M (por ejemplo, si A se comporta así, ¿qué ocurre conmigo?)
retrocediendo en cámara lenta a través de cada secuencia, d terapeuta ayudó B
a Gisela a apreciar que cada vez que se había experimentado como fallada y I -PERCEPCIÓN DE LA CONDUCTA DEA COMO
enferma, este sentido de sí había sido disparado por la percepción de un jui- O INFORMACIÓN SOBRE A
cio crítico hacia ella o, aún más, por el solo hecho de que ella misma pudiera (por ejemplo, si A se comporta así, ¿qué ocurre con A?)
anticiparlo al ver que no podtía cumplir con ciertas metas y/o expectativas.
390 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 391

Así fue como en esta etapa de la terapia Gisela pudo comenzar a indepen- ta aunque, como veremos, sumamente significativa. El análisis de esta historia
dizar el sentido experimentado de sí misma de la opinión de las otras personas en los pacientes de más edad y con una trayectoria afectiva más larga involu-
hacia ella y ver que, por ejemplo, la mirada de superioridad de su hermana era cra_ los siguientes pasos:
la expresión de la forma interna en que aquélla intentaba atenuar los profun-
dos sentimientos de inseguridad personal al compararse con ella. Y que aque- 1. Reconstrucción del debut sentimental. Se entiende como debut senti-
llos «comportamientos indiferentes» de su madre hacia ella en sus momentos mental la primera relación afectiva significativa que la persona ha tenido, en
de vacilación, que la hacían sentir poco importante, devaluada y enferma, eran general en la adolescencia. Como el debut sentimental constituye una especie
la manera en que se manifestaba el miedo paralizante y la sensación de fraca- de ensayo general de la carrera amorosa que la persona inicia, los ingredientes
so que provocaba en su madre el no saber qué hacer para ayudarla y cumplir básicos que formarán parte del estilo afectivo que reconstruiremos depende-
con la expectativa de su marido, el padre de Gisela, de que fuera ella quien re- rán de cómo haya sido este estreno y de la forma en que el paciente haya eva-
solviera este problema. luado el resultado de esa primera experiencia.
Es sumamente importante que d terapeuta reconstruya con el paciente to-
B. Reconstrucción del estilo afectivo. das las variables subyacentes a ese debut, es decir: el contexto evolutivo y la
(Esta etapa dura entre 2 y 7 meses, y va desde el 4º-8" mes al 7º-15º mes.) red social en la que se encontraba d paciente en ese momento, corno así tam-
Esta etapa comienza cuando los pacientes, quienes ya pueden reconocer y bién la forma en que esta relación fue experimentada, evaluada y autorreferi-
autorreferirse emociones y sentimientos antes excluidos de su conciencia, em- da. Para lograr estos objetivos el terapeuta conducirá al paciente a la recons-
piezan a estar en condiciones, además, de reconocer la conexión de los esta- trucción, en la moviola, de los recuerdos significativos (cargados de afecto) de
dos emocionales más críticos, aquellos que motivaron la consulta, con eventos escenas del comienzo de la relación, de los momentos críticos durante el cur-
afectivos relacionados con las personas significativas. En especial, es de suma so de la misma y de la ruptura.
importancia para enfocar esta etapa de autoobservación que el paciente pue- 2. Se debe pedir al paciente una lista con la secuencia de las relaciones sig-
da distinguir y autorreferirse, en alguna medida, la relación existente entre sus nificativas que ha vivido desde aquel debut y hasta el momento. Es importan-
estados emocionales críticos y la discrepancia que pueda estar percibiendo en te que el paciente refiera cuáles son sus criterios, en cada caso, para conside-
la imagen de la persona con la cual tiene la relación afectiva más significativa. rar o no una relación que ha vivido como significativa. Conocer estos criterios
Esta nueva etapa, que implica un cambio en el foco de la autoobservación de clasificación ayudará al terapeuta a distinguir cuáles son los patrones de
propuesta al paciente, comienza cuando el terapeuta, al darse las condiciones clasificación de las parejas que son más coherentes con el estilo vincular que el
antes señaladas, puede hacer explícita esa reformulación que vincula el trastor- paciente ha ido estructurando a lo largo de su vida.
no emocional con el desequilibrio afectivo que el paciente está viviendo y des- 3. Por último, la tarea consiste en pasar por la moviola las escenas más sig-
taca con la reformulación la relación que puede observarse entre ese desequili- nificativas de cada una de las relaciones, de manera que se reconstruya de qué
brio afectivo y el cambio que la persona percibe en la imagen de supartenaire. modo estas relaciones se han formado (cómo las personas se volvieron signifi-
A medida que se va haciendo más claro cómo el problema original coinci- cativas para el paciente), se han mantenido (a través de qué mecanismos de
de con la exclusión y el reordenamiento autoengañoso de los senrimientos dis- autoengaño eJ paciente excluyó los sentimientos y emociones discrepantes en
crepantes disparados por la oscilación afectiva, se hace también posible cam- cada situación de oscilación de la imagen de la persona significativa) y de qué
biar el foco hacia la forma habitual en que el paciente construye la imagen de manera se disolvió el vínculo (con qué mecanismos de autoengaño y exclusión
una figura significativa coherente con el sentido de sí mismo, y ver cuáles son mantuvo un sentido coherente de sí mismo mientras se producía la ruptura y
los mecanismos que utiliza para enfrentar las discrepancias cuando éstas ocu- después de ella).
rren. Es decir, llegado este punto, el terapeuta propone al paciente la autoob-
servación de su estilo afectivo mediante la reconstrucción de escenas signifi- Pasar una y otra vez por la moviola las secuencias más significativas de la vida
cativas de su historia senrimental de modo tal que alcance una comprensión afectiva mientras se reconstruye la forma en que estos eventos fueron experi-
del modo en que empieza, mantiene y termina los vínculos afectivos y, espe- mentados, evaluados y autorreferidos permite poner de manifiesto una coheren-
cialmente, de la relación existente entre ese estilo afecrivo personal y su sufri- cia (que el terapeuta debe señalar con sus reformulaciones) en el estilo afectivo
miento actual. del paciente que cuando éste puede observar y autorreferirse le ayuda a tomar
La reconstrucción del estilo afectivo comienza con un análisis detallado de conciencia de la forma en que con este estilo produce experiencias emocionales
la historia afectiva del paciente. En el caso de Gisela esta historia era muy cor- recurrentes que tienden a estabilizar su sentido de sí mismo. Esta comprensión
392 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 393

provoca un cambio notorio en el punto de vista del paciente sobre sí mismo: un encuentro le generaba una gran ansiedad y temor, la satisfacción que sentía
cambio en la evaluación del <<MÍ» respecto del «Yo». El paciente puede ahora re- cuando lo veía la llevaba a buscar nuevos encuentros. Un día descubrieron que
conocer, apreciar y autorreferirse cómo sus diferentes estados emocionales se tenían el mismo libro en la mano, casualmente ambos estaban leyendo la mis-
combinan y recombinan a lo largo de un vínculo afectivo, al igual que cómo la ma novela. Eso hizo que la conversación entre ellos se extendiera por más tiem-
percepción de otro significativo llega a regular su propia autopercepción. po y que él se animara a proponerle que cuando la terminaran de leer se llama-
· Es frecuente que durante esta etapa los pacientes, en forma espontánea, ran para seguir comentándola. Así fue como a los pocos días se vieron a solas y
empiecen a vivenciar esta modalidad de combinación y recombinación de sus conversaron durante varias horas; cuando se despidieron y él le dio un beso en
propios estados emocionales en relación a la percepción de los otros significa- la mejilla, ella sintió que ya eran novios. Los encuentros empezaron a ser más
tivos como una experiencia recurrente cuya calidad y estructura pueden re- frecuentes; caminaban tomados de la mano y casi sin hablarse. Todos comen-
cordar como propias de su modo de sentirse desde los primeros años de vida. zaron a verlos juntos y a hablar de ellos como de una pareja.
Gisda había comenzado su relación con Diego hacía cuatro años; para esa Autoobsetvándose mientras reconstruía estas escenas, Gisda pudo darse
época, con dieciséis años, se sentía extraña, diferente de sus amigas de la mis- cuenta cómo fue que Diego llegó a ser alguien tan significativo; la confirmaba
ma edad: todas habían tenido ya alguna relación afectiva, la mayoría con mu- como persona: estando con él, ella se sentía normal como las demás chicas.
chachos algo mayores que ellas, e incluso algunas ya habían comenzado a Fundamental en este proceso había sido la imagen que ella construyó de Die-
mantener relaciones sexuales. Si bien los varones le resultaban atractivos, los go como alguien a quien no le interesaba ni mirar ni tocar su cuerpo sino sólo
veía como lin problema ya que no sabía bien qué hacer en una situación ínti- descubrir su mundo interior, lo cual disparaba en ella el sentido de ser una
ma con ellos; además, si apenas toleraba que la miraran, no podía ni siquiera persona que merecía ser valorada. También pudo notar que este proceso en el
-!f.
imaginar lo que sentiría en una aproximación de tipo sexual. que se fue involucrando afectivamente se había llevado a cabo con un estilo
En las épocas en que se sentía más segura de su aspecto podía notar que a consistente con su modo de ser, logrando el máximo de confirmación con el
algunos varones le resultaba atractiva, pero aun en esos momentos seguía sin- mínimo de exposición posible.
tiendo que ninguno de ellos la conocía en su interior ni la valoraba verdadera- En cuanto a la forma en que mantenía su vínculo con Diego, Gisela dife-
mente; iba a ser muy difícil que alguien llegara a comprenderla, todos miraban renció dos etapas: una primera etapa, mientras vivía en su ciudad natal, donde
y veían únicamente su cuerpo. Esta situación la angustiaba y le producía una lo característico era que ella volvía a reconfirmar en cada encuentro aquella
sensación permanente de ser anormal; ocultaba su vergüenza ante sus amigas imagen de Diego que lo había hecho significativo. Aun más, su sentido de ser
adoptando una pose distante y asumiendo un aire de persona interesada en valorada por él aumentaba a medida que veía que siendo Diego tan buen mozo
cuestiones intelectuales y culturales. También debía tolerar las miradas expec- podía acceder a muchas chicas hermosas, que incluso se le insinuaban, pero él
tantes de sus familiares, quienes imaginaban, según ella, que el día que tuviera prefería estar con ella. Además, Diego siguió con su actitud inicial hacia su
un novio se resolverían los trastornos que en esa época comenzaban a notarse. cuerpo, y en esos dos años sólo la había besado en la boca tres o cuatro veces.
Conoció a Diego en la casa de una amiga; él era un año mayor que Gisela y Reconstruir la segunda etapa, que estaba ocurriendo durante el tratamien-
era compañero de colegio del hermano de esta amiga. Ya había oído hablar de to, fue fundamental para la paciente ya que disparó cambios muy significati-
él porque todas las chicas que lo habían visto alguna vez lo consideraban muy vos en los puntos de vista sobre sí misma. Cuando Gisela se mudó a vivir a
atractivo aunque sumamente tímido. A Gisela también le pareció muy agrada- Buenos Aires empezó lo que ella había referido al principio del tratamiento
ble físicamente, y no pudo conocer más nada de él ya que cuando los presenta- como la época en que empeoró. La relación con Diego se mantuvo a través de
ron parecía un poco turbado; prácticamente no la miró y no emitió ninguna pa- extensas conversaciones telefónicas casi diarias. Sólo se habían visto cinco o
labra. Sin embargo, desde ese momento Gisela empezó a pensar mucho en seis veces en dos años, cuando él viajaba para visitarla a pesar de sus excusas
Diego. Una semana después su amiga le comentó que Diego le había dicho a su para que no lo hiciera.
hermano, en secrero, que había quedado muy impresionado con ella, especial- Pasarido por la moviola las escenas más críticas de los últimos dos años,
mente con su actitud y con su forma de mirar, dulce y serena. Gisela recuerda quedó muy claro que todos aquellos episodios en los que Gisela había ingeri-
que cuando escuchó esto sintió una gran alegría aunque no mostró ante su ami- do medicamentos en dosis que la llevaban a la hospitalización y al lavado de
ga nada de lo que le estaba pasando. A partir de entonces Gisela comenzó a ir estómago estaban relacionados con una posible visita de Diego; y que no eran
a la casa de su amiga casi todos los días, para ver a Diego. El solo hecho de que vividos por ella como intentos de suicidio sino como «una manera de contra·
se saludaran y cambiaran algunas palabras le bastaba para sentirse feliz, ya lar la compulsión a comer». El proceso que se desencadenaba ante la posible
que notaba que Diego tenía un interés genuino en ella. Aunque cada posible visita de Diego era siempre, más o menos, el siguiente: Gisela se ponía ansia-
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sa e imaginaba la decepción que Diego sentiría al verla, esto aumentaba la an- La tarea de autoobservación anterior se llevó a cabo sobre experiencias
siedad y el característico sentimiento de vacío que la llevaban a comer en presentes o del pasado reciente, vivas y ricas en detalle y, por consiguiente, fá-
exceso. empezaba a ver su cuerpo como deforme e inaceptable y veía como ciles de reconstruir; en esta fase, en cambio, se trabaja con recuerdos mucho
Única posibilidad, si no podía evitar la visita, interponer algo -una hospitali- máS vagos, superpuestos entre sí y con menos detalles. Es importante que el
zación por intoxicación o una pierna rota- entre ella y la nevera. Además, si terapeuta ayude al paciente a comprender que no se espera de él que recons-
Diego estaba en Buenos Aires durante la hospitalización, ella estaría en la truya «la historia en sí misma>>, lo cual podría hacer que se sienta exigido a te-
cama y podrían conversar sin que él viera su cuerpo. ner recuerdos con mayor grado de precisión; por d contrario, debe hacérsele
Había otro aspecto importante de la experiencia personal de Gisela que notar que a partir de un recuerdo vago e impreciso en los detalles pero afecti-
ésta no se había animado a contar al terapeuta hasta esta etapa del tratamien- vamente significativo se pueden reconstruir las tonalidades emocionales con
to: d s~ntimiento de verse a sí misma como una puta, visión de sí misma que que aquella situación ha sido experimentada por él, y la forma en que en ese
la sumía en una profunda angustia. Pasando por la moviola, secuencia por se- momento él la ordenó en una narrativa consistente con el significado personal
cuencia, cada escena en la que se disparaba en la paciente ese sentido de sí que comenzaba a organizar.
misma, pudo verse que esto ocurría en diversas situaciones que tenían algo en En esta fase, la principal dificultad radica en que el paciente, como toda
c~mún; en todas veía a un muchacho que tenía con las mujeres un comporta- persona, ha construido una versión de su historia vital ordenada a lo largo de
miento más audaz que el de Diego hacia ella. Esto podía ocurrir cuando veía los años con explicaciones consistentes con la imagen de sí mismo. Es por esto
la actitud de aquellos que insistían en invitarla a salir, o al ver cómo trataban que la capacidad del paciente para enfocar su pasado desde un nuevo nivel de
los novios a sus primas o amigas. Gisela pudo darse cuenta de que en esos mo- autoevaluación y autorreferencia, basado en la conciencia de su propio fun-
mentos aparecía, fugazmente, la imagen de Diego como la de un muchacho tí- cionamiento que alcanzó en las fases anteriores, es la ·variable decisiva para
mido, pasivo y temeroso de las mujeres, una imagen muy discrepante con el que se pueda llevar a cabo la reconstrucción del pasado con un nivel aprecia-
sentido de sí misma que ella venía experimentando en relación a él desde que ble de reordenamiento. Teniendo esto en cuenta se comprenderá por qué no
lo había conocido. Su modo de mantener el vínculo consistía en desfocalizar puede iniciarse esta fase de autoobservación de la experiencia inmediata en la
la imagen discrepante de Diego y los sentimientos asociados a ella para con- historia del desarrollo hasta que el paciente no haya alcanzado nuevos puntos
servar una imagen positiva y consistente de él; para lograr esto debía atribuir- de vista sobre sí mismo. De otro modo se corre el riesgo de que, antes que en
se a un defecto de sí misma, «Ser una puta», lo que estaba experimentando. un análisis evolutivo, esta tarea se transforme en un recuento biográfico que
Gisela, que había desarrollado en la etapa anterior del tratamiento su ap- conduciría al resultado no deseado de legitimar y reconfirmar la versión habi-
titud para diferenciar el sentido de sí misma de la conducta de los otros hacia tual que el paciente tiene sobre sí mismo.
ella, pudo ahora aplicar esa aptitud de autoobservación a su relación con Die- En primer lugar, hay que-reconstruir con el paciente su historia evolutiva
go; esto Ja llevó a nuevos puntos de vista sobre sí misma que dispararon nue- para identificar los hechos significativos; a su vez, éstos se dividirán en escenas
vas formas de sentirse más segura de sí misma y de sus sentimientos, que no que se pasarán luego por la moviola una y otra vez. Durante la reconstrucción
había experimentado nunca antes. En los hechos, la consecuencia fue que Gi- de la historia, d terapeuta puede identificar los eventos significativos a re-
sela terminó su relación con Diego y, al poco tiempo, inició una relación con construir en la moviola teniendo en cuenta: a) su conocimiento de las etapas
un joven algunos años mayor que ella que le presentó el novio de una prima. de desarrollo y los problemas específicos caracteristicos de cada organización
de significado personal (depresiva, fóbica, tipo DAP, obsesiva) en esas etapas;
Fase 3: Reconstrucción de la historia del desarrollo; b) la reacción emocional y el nivel de discrepancia entre ésta y su explicación
análisis evolutivo del significado personal que genera en el paciente cada recuerdo; e) los modos específicos de autoen-
gaño que d terapeuta ya conoce en d paciente y que puede anticipar como
La tercera fase dura como mínimo tres meses y como máximo seis. En ge- propios, también, del proceso personal que está en juego en cada recuerdo.
neral es suficiente con clarificar el trabajo de autoobservación que se va a rea- El análisis se realiza teniendo en cuenta tres etapas madurativas que se re-
lizar ya que a esta altura los pacientes han aumentado considerablemente su construyen cada una de ellas, primero, como una visión panorámica que permi-
capacidad para diferenciar entre su experiencia inmediata y la explicación de te ubicar los recuerdos signíficativos, y luego, focalizando en cada uno de éstos.
ésta, Y comprenden rápidamente que el objetivo es reconstruir la forma en Estas etapas madurativas son: infancia y años preescolares (de o a 6 años), niñez
que su propio camino evolutivo los llevó a estructurar el significado personal que (de alrededor de 7 a 12-13 años) y adolescencia y juventud (de 13 a 20-21 años).
descubrieron en sí mismos durante la segunda fase. Una vez desplegada una visión panorámica de la etapa (como si fuera una pe-
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lícula donde el paciente se ve a sí mismo desde, por ejemplo, su nacimiento has- día del regreso, y ya listos para partir, Gisela, que sabía que no volvería a ver
ta sus seis años, se eligen las escenas contenidas en los recuerdos significativos y a sus abuelos por mucho tiempo, empezó a sentirse triste, angustiada y conga-
se las reconstruye con el procedimiento habitual poniendo el foco especialmen- nas de llorar mientras veía a sus padres y a sus hermanas mayores despidién-
te en: a) la secuencia de interacciones, a fin de reconstruir los patrones vincula- do~e de los abuelos con gran compostura. Cuando su padre advirtió su cara de
res con los que se daba la relación entre el paciente y sus cuidadores; b) la expe- tristeza y las lágrimas que empezaban a brotar de sus ojos, le dijo por lo bajo,
riencia subjetiva del niño del modo de reconstruir el sentido de sí mismo y del severamente: «¿Qué estás haciendo? ¡No seas tarada! ¿No ves que los abue-
mundo que el paciente experimentaba en aqud entonces en cada situación. los se van a poner tristes?». Con esta advertencia, se obligó a recomponerse.
En esta fase -aprovechando el entrenamiento que el paciente ha hecho Gisela recuerda que durante todo el viaje de regreso, mientras nadie reparaba
en la autoobservacíón- se le pide a éste que se observe en la misma escena en ella, se sintió confundida, como vacía y con un sentimiento de ineficacia
desde dos puntos de vista objetivos, es decir, dos puntos de vista alternati- que la hacía verse como una niña inadecuada para esta vida que por ser de-
vos d.,Sde los cuales él es ahora «espectador» de su propia escena. Estos dos masiado tonta podía hacer daño a las personas que quería.
puntos de vista son: a) cómo se ve él desde afuera con «los ojos de un niño de A los nueve años Gisela cursaba el cuarto grado de su escuela y figuraba
la misma edad>> que la que tiene en la escena; b) cómo se ve él desde afuera, en el cuadro de honor del colegio. Una compañera suya, que a la vez era su
en esa escena, con «los ojos del presente>>. mejor amiga, figuraba también en ese cuadro con una puntuación levemente
Esta tarea de autoobservación permite ampliar la gama de sensaciones y más alta que la de ella. Al finalizar el curso, la relación de puntuaciones entre
emociones que se reconstruyen y se autorrefieren a partir de observarlas desde ella y su amiga se mantuvo; fue en ese tiempo cuando Gisela, que había nota-
el nuevo punto de vista sobre sí mismo que el paciente alcanzó en las fases an- do que su padre estaba disgustado y era distante con ella, escuchó a éste hacer
teriores. El cambio continuo en los puntos de vista con que se observa duran- d siguiente comentario a un amigo: «No es que no le dé para más, es que sa-
te la reconstrucción- de su desarrollo evolutivo es lo que permite al paciente re- lió a su madre, no pone suficiente empeño». Gisela se dio cuenta de que había
ordenar su pasado de tal modo que deja de dar por sentado su significado decepcionado a su padre, sintió una profunda angustia y empezó a experi-
personal y comienza a experimentarlo como el proceso autoconstructivo de su mentarse como una niña fallada, como un verdadero fracaso; ella era una per-
propia forma de ser en el mundo. A su vez, esta ampliación de la conciencia le sona sin voluntad que nunca llegaría a nada.
dispara nuevos puntos de vista actuales sobre sí mismo, lográndose de este Durante el análisis evolutivo una instancia crucial se reveló como dispara-
modo el objeúvo de la terapia: la reestructuración del significado personal del dora del comienzo de los trastornos que después de siete años la habían lleva-
paciente en un mayor nivel de flexibilidad y abstracción narrativa. do a la consulta: una separación de varios meses de sus padres cuando ella te-
El terapeuta debe tener presente que no se está buscando «un recuerdo nía trece años. Su padre, un abogado de éxito, mantenía una relación con una
que lo explica todo» sino que las escenas nucleares contenidas en los recuer- joven y exitosa colega que trabajaba con él; su madre descubrió el engaño y so-
dos significativos son representativas de situaciones vinculares recurrentes en brevino la separación, que duró seis meses. Al regreso del padre al hogar, nun-
las que el niño, al sentirse siempre del mismo modo, organizó su significado ca más se mencionó nada respecto a aqudla situación, como si no hubiera
personal en un sistema de coherencia interna, también recurrente, que consti- existido. Gisela experimentó un cambio notable en la forma de sentirse con su
tuía ya en esa época su modo especifico de mantener un sentido viable de uni- padre; evitaba estar frente a él debido a que pennanentemente se sentía vista
dad y continuidad personal. como una hija que no cubría sus expectativas; mientras el sentido de ser al-
Para Gisela fue evidente que ella había organizado su sentido de sí misma, guien ineficaz y falto de voluntad comenzó a ser casi constante.
desde la más temprana edad, a partir de la sintonía o correspondencia con las ex- Gisda terminó su tratamiento después de completar el análisis evolutivo
pectativas hacia ella que percibía en las personas significativas, en especial en su de su etapa adolescente; lo que en su caso, debido a su edad, implicó la re-
padre. A manera de ejemplo, tomaré sólo dos recuerdos de su análisis evolutivo. construcción del vínculo con sus padres en d pasado reciente.
Cuando tenía cuatro años, Gisela había pasado un mes de vacaciones con Muchos pacientes no realizan la última fase del tratamiento debido a que
su familia en la casa de sus abuelos paternos en la ciudad natal de su padre, al final de la fase dos, ya sin síntomas y sintiéndose muy diferentes que al mo-
una zona de montaña en el otro extremo del país. Había sido para ella una ex- mento de la consulta, deciden interrumpir el tratamiento. El terapeuta no
periencia maravillosa que aún recordaba con una sensación de calidez y cari- debe oponerse a esa decisión sino que debe dejar, una vez más, que sea el pro-
ño que nunca más se había repetido. Su abuelo la llevaba a hacer las compras, pio paciente quien decida sobre su propia vida. En todos los casos, además de
a pasear por los cerros y a pescar; su abuela le preparaba sus comidas y pos- pautar algunas sesiones de seguimiento que se irán espaciando en el tiempo
tres preferidos y disfrutaba junto a ella el placer de comerlos. Cuando llegó el -primero una vez por mes y luego una sesión cada tres o cuatro meses- du-
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS

r~nte Jos próxim~ dos año_s, d ~erapeuta debe comunicar a su paciente que d
fin de este trat~m1ento no Implica el fin del vínculo terapéutico y que, por lo
t~to, en cada mstanaa en que Jo sienta necesario pueden juntos poner nue-
vamente en marcha un trabajo de autoobservación.
CAPÍTUL027

CoNCEPTos A DEST A.CAR EL ESTADO DE LA CUESTIÓN EN LA


PSICOTERAPIA CONSTRUCTIVA
.Aut?"~servación: método por el cual el paciente, al observar su propia ex-
pene~aa mmed1ata, accede al conocimiento del modo con el que organiza su Michael J. Mahoney
s1gmf1cado personal.
. Pe~urbador emocional: papel asumido por el terapeuta en el contexto clí-
nico e Interpersonal de la terapia cognitiva posracionalista con el fin estratégi-
co d~ crear discrepancia en d paciente. Los comienzos de la psicoterapia constructiva se remontan al menos hasta
. Reconstrucción: procedimiento terapéutico mediante el cual el paciente, el siglo xv111 a la aparición de una nueva respuesta a los debates imperantes
gu1~do p~r e] ter~peuta, reconstruye durante las sesiones el modo en que ex- sobre cómo y qué «conocen» las personas. Esos debates tuvieron lugar en la
penmento, evaluo y se autorrefirió un evento emotivo. epistemología, una especialización dentro de la filosofía que se centra en las
Técnica d~ la moviola: procedimiento por el cual, a través de una metáfo- teorías del saber y del conocimiento. La polaridad prevalente en ese momen-
ra cmematográftca, el terapeuta guía al paciente durante las reconstrucciones to estaba entre el racionalismo clásico y el recién nacido empirismo. Aún ha-
de experiencia inmediata. bía otro enfrentamiento entre los leales a la mente o al cuerpo. Los racionalis-
Heterorreferencialidad: procedimiento autoobservacional alternativo que el tas estaban a favor de la mente, con las matemáticas como Ja forma más pura
terapeuta propone al paciente durante la segunda fase de la terapia con el fin de de lenguaje. Los empiristas eran defensores de la experiencia y de las sensa-
aumentar la flexibilidad de éste en el modo de ordenar su significado personal. ciones del cuerpo. Sus debates han llegado a ser referencia clásica en la histo-
ria del pensamiento sobre el conocimiento.
Los racionalistas creían que el pensamiento y la razón eran la cumbre del
CUESTIONES SOBRE LAS QUE REFLEXIONAR conocimiento humano, y que una <<Vida recta» era la expresión de un «recto
pensamiento». Su legado se extiende desde Descartes y Platón hasta Pitágo-
1. ¿Cuáles son las fases del proceso psicoterapéutico propuesto p01" Vittorio ras, y tcxlavía se están elaborando formas racionalistas de psicoterapias cogni-
Guidano? tivas o cognitivo-conductuales. El empirismo también aparece en esas tera-
2. ¿Cuáles son los pasos y objetivos esped/icos de la primera fase? pias, cuando asumen que las comprobaciones en la experiencia son los
3· ¿En qué etapas se divide la segunda fase de la terapia y en qué consiste árbitros principales de las creencias. El empirismo fue la tradición epistemo-
cada una de ellas? lógica que surgió en los siglos xv1 y xvn como desafío al dominio único de
4· ¿En qué consiste el ejercicio de la hetero"e/erencialidad? la razón en la determinación de la acción racional. Francis Bacon declaró que
5· ¿_Cómo s~ lleva a cabo la recr:nstrucción del estilo afectivo del paciente? «d conocimiento es poder», argumentando que la observación sistemática, la
6. ~Por que se recomienda, alfinal del tratamiento, realizar la reconstrucción experimentación y la inducción llegarían a ser «nuevos instrumentos» que su-
de experiencia inmediata, en la historia del desarrollo? plementarían la deducción lógica inicialmente formalizada por Aristóteles. A
_7· ¿Dónde _debe ponerse el foco durante la reconstrucción de escenas en el principios del siglo xx hubo un intento tardío y consensualmente fracasado
analms evolutwo del paciente? de integrar racionalismo y empirismo en lo que llegó a ser denominado el «po-
sitivismo lógico» y el «empirismo lógico» (Weimer, 1979). Pero mientras todo
esto ocurría, algo más estaba surgiendo. A principios del siglo xv111 comen-
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
zó a divisarse una tercera perspectiva en la civilización occidental, una pers-
pectiva que parece exhibir paralelismos importantes con las antiguas filoso-
Guidano, V: F: (I99I}, The sel/ in process, Nueva York, Guilford Press fías clásicas orientales. Este tercer acercamiento está empezando a convertirse
(trad. cast.: El si mismo en proceso, Barcelona, Paidós, 1994).
en un contendiente viable en los debates sobre qué y cómo conocemos, sin
400 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS

mencionar quién y cómo somos como conocedores colectivos· e individuales cesariamente el único de los sistemas humanos, pero es evidente que ha sido
{Goldberg y otros, 1996). constante en psicoterapia durante más de un siglo.
. Esta tercera tradición se ha denominado «constructivismo» por su énfasis En el constructivismo no se ve a los seres humanos desde una distancia ob-
en la participación activa del sistema de conocimiento individual en la estruc- jetivadora, sino desde una actitud de respeto fenomenológico. El terapeuta y el
turación (autoorganización) y, por tanto, en Ja posible dirección de sus pro- cliente, por igual, son sistemas complejos que se mantienen y se elaboran a sí
·pias actividades. Giambattista Vico (1668-1744) es considerado generalmente mismos en el contexto de sus continuas interacciones entre ellos mismos, sus
como el creador de esta posición por su énfasis en el papel omnipresente del contextos vitales, y otros sistemas. Sin embargo, una de las cosas que hace la
proceso constructivo en el conocimiento. Más tarde Immanud Kant {1724- autoorganización humana considerablemente más compleja es la capacidad de
1804) postuló que la mente humana es un órgano activo que moldea los datos procesamiento simbólico. Las actividades humanas de autoorganización están
senso~ales en categorías de experiencia. Más tarde se incluyeron como cons- inmersas en contextos sociales y simbólicos. Los sistemas simbólicos tales como
tructivistas Albert Bandura, Frederic Bartlett, Jerome S. Bruner, Friedrich el lenguaje son expresiones de la fábrica social de la experiencia. El constructi-
Hayek,Jean Piaget, Hans Vaihinger, y Wilhelm Wundt. El constructivismo es vismo recalca la importancia de las relaciones humanas y de su papel tanto en las
hoy ~n enfoque cada vez más popular en la filosofía, la psicología y la psico- experiencias personales como colectivas. Más aún, la experiencia de la identi-
terapia (Mahoney, 1991, 19% Neimeyer y Mahoney, 1995). dad personal -la complejidad, la coherencia histórica, y la naturaleza siempre
en proceso del sí mismo (Guidano, 1987, 1991)- se ve como inseparable del
campo interpersonal. El desarrollo de la identidad tiene lugar necesariamente
PRINCIPIOS BÁSICOS DEL CONSTRUCTIVISMO
en el contexto de las relaciones humanas. El individuo surge de {y no separado
de) sus vincules humanos. Por tanto, el sí mismo no es la entidad aislada, reve-
La esencia de la filosofía constructivista se puede resumir en cinco puntos renciada en las imágenes masculinas occidentales del individualismo. Más
interdependientes: t) actividad, 2) orden, 3) identidad, 4 ) procesos simbólico- concordante con las visiones feministas y orientales, el sí mismo constructivista
soaales, Y 5) desarrollo dinámico. La actividad es un tema central. El sistema es un complejo de procesos continuos de autoorganización, dinámico, altamen-
de ~da se considera como un agente proactivo que participa en su propia di- te diversificado y cuidadosamente «conectado». El sí mismo se inserta en los sis-
námica vital. Esta descripción se contrapone a los paradigmas de Galileo y temas sociales, y los sistemas sociales se impregnan del sí mismo de modo que el
1:'1ewton en los que las personas son objetos pasivos y reactivos que se mueven desarrollo de uno de ellos necesariamente influye en el otro.
untcamente por fuerzas externas. En el constructivismo, los sistemas son ca- El quinto tema que se subraya en el constructivismo es d desarrollo de la
!'aces_ de moverse por sí ~ismos. En los sistemas humanos esto significa que el autoorganización. Cualquier desarrollo se configura y cambia por una multi-
tndiVIduo co-crea la realidad personal a la que responde. Por tanto los siste- tud de circunstancias, muchas de las cuales están más allá de la conciencia o el
mas humanos participan en una reciprocidad entre ellos mismos y su entorno control de la persona que intenta gobernarlas. Sin embargo, reflejando los
así como en distintos niveles de sus propias actividades. ' cuatro temas expuestos anteriormente, el desarrollo de la autoorganización se
El constructivismo defiende que el sistema de vida trabaja para establecer, considera el proceso principal de dinámicas no lineares. El lenguaje utilizado
mantener, Yelaborar un orden normalizado en su experiencia. Piaget destaca por los constructivistas para describir este proceso se inspira en el trabajo de
esta cues..tió? subrayando que la niña organiza su mundo organizándose pri- autores tales como Gottfried Leibniz (1646-1716) que introdujo el término «di-
mero ~ SI misma. Este proceso de autoorganización activa continúa a lo largo námico», y Johann Friedrich Herbart (1776-1841), quien subrayó la primera
de la VIda en respuesta tanto a dinámicas externas como internas. Dar orden a teoría del equilibrio dinámico en los procesos psicológicos. La teoría de Jean
la experiencia llega a ser algo muy complejo y único para cada individuo. Piaget del equilibrio se basó en el trabajo anterior de Herbart, en el que se
Muchos constructivistas creen que el orden de la experiencia humana se describe todo aprendizaje y desarrollo como una coordinación dinámica de
compone de contrastes dicotómicos o polarizados. Temas comunes en cual- procesos de asimilación y acomodación. Según Herbart, el individuo experi-
quie~ aut°?rganización parecen ser la realidad (por ej., constancia perceptual y menta «perturbaciones» como resultado de desafíos nuevos o desconocidos.
predict1bilidad), poder {incluyendo cuestiones de control y posibilidad), iden- Como un complejo «sistema de sistemas» el individuo presenta oscilaciones
tidad {estabilidad dinámica que proporciona continuidad temporal), y valor (que Herbart den~minó «respiraciones intelectuales») que podrían describir-
(cuestiones morales y emocionales). se en función de una dominancia periódica de procesos dicotómicos u
En los humanos la inmensa mayoría de esos procesos de ordenación ope- <<Opuestos»: contracción y expansión, separación e integración, o acomoda-
ran a niveles más allá de la conciencia. El problema de la conciencia no es ne- ción y asimilación {Mahoney, 1991; en prensa, a,b,; Weimer, 1987). Así enten-
ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 403
402 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS

elido, el desarrollo es un proceso fundamentalmente dialéctico en el que el or- Entre las diferencias que pueden ser importantes al distinguir la psicote-
den surge de los intentos continuos, activos, dd sistema para conseguir o da- rapia constructiva de otros acercamientos están la conceptualización del tras·
borar un balance dinámico ante distintos contrastes dinámicos e interactivos. tomo y, por tanto, la definición de los problemas personales. Para los tera-
Berbart también escribió sobre la resistencia al cambio sistémico en la línea petltas constructivos, el trastorno no es necesariamente el problema del
que hoy en día se sigue en los trabajos de Jos constructivistas contemporá- cliente o la fuente de ese problema. Esto es, los episodios tanto agudos como
heos. Desde este punto de vista, la resistencia al cambio no es un fenómeno crónicos de desorganización personal no son necesariamente enemigos de la
patológico o autofrustrante. En cambio, es una expresión natural, autopro- salud mental y del bienestar general. Éste es un mensaje extremadamente im-
tectora; que representa el intento por mantener Ja integridad de un sistema portante, sobre todo porque las tradiciones occidentales de p~icoter~pia han
que se experimenta a sí mismo como siendo empujado muy rápido o muy ale- asumido que el trastorno es el culpable -la causa y/o la mamfestac1on de la
jado, más allá de los límites de su funcionamiento familiar. disfunción individual y colectiva-. De ahí la amplia preocupación por el tras-
torno en nuestras teorías de psicopatología, nuestros sistemas de clasificación
diagnóstica y nuestras intervenciones profesionales ..El supuesto lsuby~c~nte
PRÁCTICA TERAPÉUTICA es que el trastorno es peligroso y que nuestros tratamientos deberian eliminar
]a causa y/o la expresión del trastorno del cliente tan rápida y completamente
Por tanto, en conjunto, el constructivismo describe al individuo como un como sea posible. Las estrategias de tratamiento varían signiftcativ3:111~n~e a
complejo activo de sistemas dentro de sistemas que procuran preservar y elabo- través de los principales modelos psicoterapéuticos (conductual, b1ologico,
rar su viabilidad y coherencia ante los retos de la vida. Por supuesto, esta des- cognitivo, humanista, y psicodinámico). Con exce~ciones. r~ra~ Y notables
cripción es general y abstracta, y no nos debe sorprender que existan construc- (por ej., en los acercamientos constructivistas, humanistas y ststem1cos), se pre-
tivistas dentro y fuera de las tradiciones psicodinámica, cognitiva y humanista supone que hay algo erróneo en el cliente. . .,
en psicoterapia (Neimeyer y Mahoney, 1995). Todavía quedan por resolver cues- Lo que ofrece d constructivísmo, entre otras cosas, es una vis1on del t:as·
1 .-'-
tiones de definición del constructivismo. La psicoterapia constructjva no es una <,
tomo que respeta el papel de los torrentes siempre presentes de desorgaruza-
empresa simple y no puede reducirse a técnicas específicas. Ni es probable que ción en el sistema dinámico de vida y del desarrollo vital. Ese desarrollo es la
sea recogida adecuadamente, paso a paso, en un manual o én una receta tera· reorganización continua del sistema de sus propias actividades. Todos los sis·
péutica, aplícada exactamente de la misma manera a diferentes petsonas. Desde temas existen, casi literalmente, en el límite del trastorno (Kaufman, 1993, 1995;
la perspectiva constructiva, la diversidad y la creatividad se sitúan en el corazón de Kelso, 199 5) --esto es, en las fronteras de sus propias capacidades para. man-
la conceptualización y la práctica de la psicoterapia. Esto significa, entre otras tener su integridad como sistema-. Por así decirlo, co?1o s~st.ema .d: VI.da, ~a
cosas, que cualquier cliente se considera como una expresión única de procesos persona sobrevive y se desarrolla de acuerdo a su propia «log1ca» icliosmcra·
continuos de autoorganización. Sus problemas se consideran con respeto y sica. Cuando los clientes son críticos consigo mismos y con sus problemas, pa·
compasión, y la persona se trata como si fuera un experto «en directo» de sí mis· sados y presentes, el terapeuta constructivo puede ayud~rles_ a ace~tar Y apre·
mo. Esto no implica que se comprendan a sí mismos totalmente, sino solamen· ciar formas anteriores de organización de sus expenencias mientras que
te que tienen un acceso futimo a la información y a la experiencia que es rele- exploran posibles alternativas. .
vante para el proyecto de la terapia que tienen que comenzar. En la psicoterapia Cualquiera de nosotros se compromete siempre_ en gestos activos de ba-
constructiva, la alianza terapéutica -una relación de trabajo afectiva, veraz, y lance dinámico. El equilibrio estático nunca se consigue. Y el balance reque-
de respeto mutuo- es un vehículo central de cambio. rido es mucho más complejo que andar sobre un alambre o una barra de
equilibrios. No nos podemos mantener alejados del caos. Nos rodea: Y. nos
J. La utilización del término «constructivisme»> se ha inaementado de manera exponencial en pertenece, en parte. Las personas tienen capacidades totalment~ ~tintas
los últimos veinte años, y ya existen múltiples propuestas de diferentes formas de constructivismo. Se para estar y mantenerse «juntas» de manera aceptable, u_n estado ficu~~ que
diferencia, por ejemplo, entre constructivistas «radicales» y «criticos o evolutivos» según los gra- se defme de manera totalmente distinta a lo largo del tiempo y en distmtos
dos de libertad de los que disfruta d sistema en la construcción de su propio orden. Asimismo, se
han hecho distinciones entre «constructivismo» y «construccionismo». Este último ténnino tiene
contextos culturales. Y los desafíos a los que se enfrentan son únicos. Desde
diferentes significados en matemáticas, economía y derecho. En la psicología contemporánea se ha esta perspectiva, una «persona trastornada>> es aquella cuyas activi_?ades inte·
asociado con d «constructivismo social», una perspectiva que subraya la «intersubjetividad» y la gradoras están limitadas por sus actuales desafíos. Nor~alrnent: ~tas no es·
fabricación social de toda la experiencia humana. Así como esas distinciones puedan suponer de- tán ni enfermas ni perturbadas (patologizadas) en el sentido tradicional de los
safíos para comprenderlos, también sugieren las posibilidades provocadoras y productivas de este
nuevo acercamiento a los misterios dd conocimiento.
términos. Un resultado involuntario, pero potencialmente importante, canse·
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DEL\ CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS

cuencia de cambiar de una metáfora patológica a una de sistemas complejos al riesgo excesivo para la integridad del sistema. Es obvio que esto es más fácil
conceptualizar el trastorno humano, puede ser disminuir en los individuos clí- de decir que de hacer, y no se puede recoger en una estrategia algorítmica ma·
i:iicamente perturbados los sentimientos de pena, culpa y estigmatización. nualizada.
Desde la perspectiva constructivista, la supuesta estrategia de intervención - La psicoterapia puede considerarse como una forma especial de relación
que busca moderar o eliminar rápidamente las expresiones de desorganiza· humana que se centra en proteger o mejorar el bienestar y el funcionamiento
·ción sistémica conlleva un riesgo importante de peligro en cuanto que tal de· dd que busca nuestro servicio (cliente). La relación llega a ser una «hase se~
sorganización es esencial para continuar la reorganización. Por supuesto, esto gura» protegida, afectuosa, e informativa en y desde la que el cliente puede
no sigriifica negar que algunas personas se «queden atascadas» en el trastorno. experimentar, explorar e investigar con patrones alternativos de actividad.
El desorden, en el sentido de disminución del funcionamiento psicológico y Fundamentalmente, d terapeuta y la relación terapéutica sirven como proce·
del bienestar, llega a ser lo habitual para estas desafortunadas personas, lu- sos de estabilización durante los trastornos y la inestabilidad que les acompa-
chando durante años -y a veces toda la vida- en los mismos dolorosos pa- ña. Esto puede crear fuertes demandas sobre el psicoterapeuta, quien puede
trones. Esta tragedia supone un misterio central sobre el desarrollo humano. tener una función estabilizadora en las vidas de muchos individuos a la vez.
¿Cómo y por qué llegan los episodios de trastorno a ser importantes y a ser Esto está documentado en las investigaciones sobre las exigencias psicológicas
«escalones» educativos para algunos individuos y prisiones dolorosas para de ser un terapeuta (Guy, 1987; Mahoney, 1991). Más aún, para distintos clien-
otros? ¿Y qué sabemos, como profesionales, de la ayUda si un cliente se com- tes y en momentos imprevistos, el mismo terapeuta debe servir como desesta·
promete en-episodios potencialmente constructivos vs. episodios destructivos bilizador en el sentido de presentar desafíos que puedan llevarles al (o por lo
de desorganización personal? menos «proporcionar» la posibilidad del) desarrollo.
Sospecho que estas cuestiones están enormemente simplificadas. Sin em- Además de servir como un «puerto en una tormenta>>, seguro y accesible, el
bargo, éstas tocan aspectos prácticos de la ayuda. ¿Cómo ayudamos? o ¿qué y terapeuta frecuentemente busca tranquilizar al cliente por lo que está expeti-
cómo es aquello en que ayudamos cuando somos totalmente- útiles a nuestros mentando. Los episodios de emocionalidad intensamente negativa y los patro-
clientes? Cada vez más, la respuesta constructivista a preguntas como éstas su- nes variables de experiencia a menudo asustan a los clientes, quienes pueden
pone un respeto reverente por la sabiduría del sistema vivo por haber logrado describirse a sí mismos como <<fracasados», «desequilibrados», «fragmenta·
su propia manera de enfrentarse con sus circunstancias de vida. Aunque esa -_f dos», etc. En la terminología de los sistemas complejos, éstos manifiestan su
sabiduría puede tener costos significativos de energia y bienestar, es todavía sensación de que su coherencia ( integridad del sistema) o su núcleo se pueden
una sabiduría de autoprotecci6n y de valor de vida. De ahí que se respete la desintegrar. Además -en contra de las descripciones populares de los clientes
lógica de vida de la persona, y se tome a sus realidades personales como solu- en los libros de texto- es raro que los individuos expetimenten inestabilidad en
ciones creativas a una historia compleja de desafíos de vida. Esa lógica de vida campos aislados de sus vidas. Es frecuente que presenten problemas en múl-
puede necesitar ser explorada y estar abierta para acomodar nuevas posibili- tiples campos de su funcionamiento, tales como el sueño, apetito, humor, ca·
dades de experiencia, aunque todavía sea la atadura de pies y manos desde la pacidad para atender, etc. Son comunes los sentimientos de miedo, temor y
que parten tales exploraciones y expansiones. La responsabilidad ptincipal de intensa vulnerabilidad. En respuesta a la expresión de tales sentimientos, es
del padre, profesor, y terapeuta está en ayudar a otro ser humano a funcionar aconsejable que el terapeuta respete la fenomenología de sus clientes.
de forma viable mientras también se le desafía a desarrollarse. Aunque el terapeuta crea que hay poca justificación para un sentimiento
Éste es otro acto equilibrador, parecido a los cuidados de la comadrona al concreto, éste no deja de ser una realidad psicológica para el cliente en un mo·
recién nacido. Las funciones protectoras son muy importantes, pero también mento dado. Puede ser importante que en las etapas intermedias de terapia se
puede haber fases en las que deban estimularse o acelerarse la coordinación desafíe la justificación de esos sentimientos, aunque tales desafíos sean nor~
entre la madre y el niño. En psicoterapia la función protectora comienza pron- malmente más efectivos en el contexto de una relación en la que d cliente se
to y permanece a lo largo de la relación. En episodios agudos del trastorno, es sienta entendido y respetado. Además, es probable que el terapeuta sea capaz
probable que el cliente retroceda a viejos patrones de afrontamiento. La resis- de mayores niveles de alivio hasta el punto de que ellos no se perturben exce·
tencia al cambio es mayor cuando se desafía los procesos ordenadores centra- sivamente, se asusten o se desestabilicen por expresiones de variabilidad e in·
les, y episodios agudos de perturbación sacuden el mismo corazón del siste- tensidad emocional. La investigación comparando terapeutas de mayor o me·
ma. Después de centrarse en los puntos urgentes y establecer una base segura, nor éxito ha sugerido que estos últímos, a menudo, van demasiado rápidos o
los desafíos del terapeuta hacia el núcleo del sistema psicológico de la perso- con demasiado enfrentamiento dada la capacidad adaptativa real de los clien-
na deben estructurarse y organizarse con el fin de fomentar el desarrollo, sin tes. Tal es terapeutas renuncian, por miedo, cuando los clientes muestran una
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 407

inestabilidad significativa, dejando a sus clientes fundamentalmente perturba- y la utilidad de focalizarse en un ritmo corporal básico, tal como la respira-
dos y en consecuencia abandonados (Mahoney, 1991). Por tanto, para el tera- ción. Durante episodios más prolongados de inestabilidad, los clientes se pue-
peuta son objetivos importantes la autoconciencia emocional, los estilos de den beneficiar de una seguridad generosa y paciente combinada con la prácti-
afrontamiento, la armonía interpersonal, y el sentido bien desarrollado del ca. de rutinas diarias que contribuyen a una sensación familiar de orden.
tiempo. Centrarse en <<lo que se necesita hacer cuando», también puede ayudar al
Uno de los reconocimientos necesarios en la práctica de la psicoterapia cliente inestable a sentirse, en su actual episodio de malestar, más como un
constructiva es que no se garantizan los finales felices. Desde luego, tanto la participante que como una víctima. No es preciso decir, que es importante
teoría, como la investigación, y la experiencia clínica, convergen sobre la ine- que estas rutinas de «asentamiento>> o estabilización mantengan un orden, Y
vitable conclusión de que nosotros ni podemos predecir ni controlar lo que en sean, inicialmente, fáciles de lograr.
la vida está por venir. Ni podemos saber siempre y completamente las conse- La cuestión del desafío terapéutico es compleja. La mayoría de los clientes
cuencias de un curso particular de la acción. Podemos sentir que comprende- se encuentran en terapia porque tienen dificultades con los desafíos de sus vi-
mos los principios operativos y los procesos que éstos describen, pero hay un das. Es importante la cantidad de desafío. Poco desafío puede fomentar «más
mundo de diferencias entre los principios y los particulares. Los psicotera- de lo mismo», y ni satisfacer ni funcionar para el individuo. Un exceso de de-
peutas, entre muchos otros, aprenden que los planes bien razonados de acción safío y nos podemos encontrar con que los clientes desplegan patrones de ale-
a menudo tienen consecuencias y posteriores decciones que nunca se antici - jamiento, forzados por el malestar extremo. Si se sienten abrumados, los clien-
paron. El aspecto que estamos destacando es que esos períodos de inestabili- tes probablemente exhibirán ciclos de actividades más frecuentes e intensos
dad no son siempre· preludios de la aparición de un sistema más saludable y que pueden dificultar su funcionamiento. Sin embargo, más importante que la
más feliz. A muchos niveles, la investigación indica que esa variabilidad en la cantidad absoluta de desafío puede ser su oportunidad y su significado (rela-
actividad es, al menos, un prerrequisito para el cambio y, a menudo, un ele- ción) para los procesos ordenadores centrados del individuo. El terapeuta
mento integral en las soluciones o expresiones creativas que pueden surgir. hábil intenta estar sintonizado con las oscilaciones dinámicas de los clientes
Esto se ha ilustrado en estudios que engloban desde el desarrollo motor de los -sus ritmos de desarrollo-- y animar y desafiar en su momento para lograr su
niños a los procesos en psicoterapia (Hayes, 1996; Thelen y Smith, 1994). La elaboración. Esto es, para decirlo brevemente, más fácil de decir que de hacer.
investigación de Hayes es particularmente relevante a este respecto. En su es-
tudio preliminar, los niveles de inestabilidad (después de controlar en el pre-
tratamiento los niveles de depresión) justificaron más de un veinte por ciento RELACIONES DE LA TERAPIA CONSTRUCTIVA CON OTROS ACERCAMIENTOS
de la varianza en el ajuste postratamiento. Éste es un porcentaje considerable.
La inestabilidad se midió en términos de desorganización cognitiva, malestar De lo expuesto anteriormente debe quedar claro que la psicoterapia cons-
afectivo Yquejas somáticas. Como se esperaba, «la carga afectiva» estaba sig- tructiva es «transteórica» en, por lo menos, dos sentidos de este término. El
nificativamente relacionada con la inestabilidad (r=.66, p<.001). Más aún, los constructivismo y las variedades constructivas de servicios profesionales son
desafíos terapéuticos que incluyeron múltiples aspectos del funcionamiento, inusuales por su interés manifiesto en explorar y ampliar sus horizontes teóri-
antecedentes históricos, y tareas para casa experienciales se rdacionaron posi- cos. Por definición, los contructivistas no sienten que tengan las respuestas
tiva_~ significativamente con los informes de inestabilidad del cliente. La asig- «verdades», «finales», o necesariamente los «mejores acercamientos» a las
nacton de tareas para casa parecía ser particularmente rdevante, así como «el cuestiones perpetuas de la experiencia humana y de su cambio evolutivo. Los
cuándo» de las sesiones desafiantes vs. sustentadoras con d psicoterapeuta. constructivistas están fascinados por los patrones, procesos y principios que
De particular importancia para el profesional es la apreciación de diferen- son inmanentes a la complejidad dinámica de la experiencia individual, y de
cias temporales e individuales en las necesidades de apoyo y desafío de los forma especial en su implicación en la maraña de relaciones (sociales, simbó-
clientes. Éstos pueden necesitar, durante períodos de intensa inestabilidad, licas y otras). Los constructivistas sostienen que tales patrones, procesos o
experiencias altamente estructuradas que les ayuden a hacer frente a su caos principios son importantes debates para los temas de investigación futura so-
fenomenológico. Por ejemplo, en momentos de pánico o histeria, los clientes bre la adaptación y desarrollo humano.
pueden necesitar directrices muy simples, especificas y claras, tales como La relación entre la psicoterapia constructiva y las otras tradiciones no es
«mírame, escucha mi voz, y respira lentamente como yo lo estoy haciendo». una simple cuestión de clasificación super o subordinada, tanto como una
Los aspectos estabilizadores de tales instrucciones se basan en el sistema vi- cuestión de temas paralelos o de armonía conceptual. Por ejemplo, d énfasis
sual como fuente primaria de orden perceptual, el poder potencial de la voz, constructivista en la actividad es acorde con el de las terapias conductuales Y
ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 409
408 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS

con los enfoques experienciales. La importancia del ordenamiento o del sig- vos, y la importancia de las diferencias individuales. A medida que continúen
nificado personal es asimismo evidente en la logoterapia, las terapias cogniti- apareciendo valoraciones de terapia constructiva, se puede es~erar ~ue ~~fle­
vas y los enfoques fenomenológicos. El hecho de que tal orden sea creado por jarán nuevas combinaciones de antiguos y_nuevos métodos de 1nvest1gac1on.
·procesos predominantemente tácitos, sugiere asociaciones con la psicología
profunda y algunos enfoques psicodinámicos. Esto también sucede con el én- ÜBSERVACIONES FINALES
. fasis en la identidad o <<mismidad». Así concebidas en esta presentación, las te-
rapias constructivas son inherentemente terapias de y con el sí mismo (o siste- Aunque la psicoterapia constructivista ha sido sólo recientement~ recono-
ma del sí mismo) siempre emergente del cliente. Finalmente, los temas de cida como un nuevo acercamiento, su historia puede remontarse a mas de dos
procesos sociosimbólicos y el desarrollo dinámico se relacionan con suposi- siglos de desarrollo en la filosofía, psicología y psic~t~rapia. Más aún, conti·
ciones básicas compartidas por una variedad de enfoques. Por tanto, no de- núa surgiendo como perspectiva en disciplinas prov1n1entes de la _anrropol~­
bería sorprendemos que hayan comenzado a describirse a sí mismos como gía, la economía y la educación para la crítica li.teraria y los_ estud1os femeni-
constructivistas algunos conductistas, cognitivistas, humanistas, psicoanalistas nos. En 1996 se fundó la Sociedad para el Cambzo Constructivo para apoyar la
y terapeutas sistémicos (Neimeyer y Mahoney,.1995). comunicación entre aquellos que comparten una visión del .«ser humano
como activamente complejo, socialmente configurado, y como sistemas de au·
toorganización de desarrollo dinámico». 1 Los pri~eros colaborado.res de ho-
APLICACIONES CLÍNICAS Y EVALUACIÓN nor de esa sociedad reflejan su diversidad y porvenir como perspectiva: Albert
Bandura Jerome S. Bruner,James F. T. Bugental, Donald H. Ford, Viktor E.
A causa de su esencia abierta y exploratoria, la terapia constructiva no pue- Frankl, Humberto Maturana, Joseph F. Rychlak, Heinz von Foerster: Ernst
de definirse desde el punto de vista de técnicas o de un «estilo» uniforme de von Glasersfeld, y Walter B. Weimer. En este capítulo y en el e;cnto ¡unto a
trabajo. Desde la visión de la relación terapéutica como el contexto en el que se James L. Oyler, espero, al menos, haber transmitido algo de la t1queza de esa
trabaja y donde todos los terapeutas (así como también los clientes) se recono- diversidad y d entusiasmo de esta promesa.
cen como seres únicos, se plantea que todas las presentaciones de la terapia
constructiva son necesariamente diferentes unas de otras. Dependiendo de su
estilo personal y las necesidades diferentes y cambiantes de cada cliente, el te- REFERENCIAS BlBUOGRÁFICAS

rapeuta puede ser relativamente directivo y estructurado o relativamente no di- Goldberger, N., Tarule,]., Clinchy, B. y Belenky, M. (comps.) {¡996), Knowledge, dif
rectivo y socrático. Puede emplear una amplia gama de técnicas, tanto en las se- ference and power: Essays inspired by women' s ways ofknow1ng, Nueva York, Ba·
siones de terapia como en las tareas para casa. Lo más importante es que esas sic Books.
técnicas están acopladas individualmente al funcionamiento actual y la prepa- Guidano, V. F. (1987), Complexity of the sel/: A deve/opmental approach to psychopat·
ración para el desarrollo de cada cliente. Un tema clave es el énfasis en la par- hology and therapy, Nueva York, Guilford. . . ..
ticipación activa del cliente para elaborar el conocimiento de sí mismo y expe- Guidano, V.G. (1 9 91), The sel/ in process: Toward a post-ractonalist cognttwe the~a~y,
Nueva York, Guilford (trad. cast.: El sí mismo en proceso, Barcelona, Pa1dos,
rimentar con vías alternativas de experimentarse a sí mismos y sus mundos.
Dado este énfasis, no es sorprendente que algunas de las técnicas elaboradas ¡994). . y k Wiil ( d
Guy,]. D. (1987 ), The personal life of the psychotherapzst, _N~eva or , ey tra .
por los terapeutas constructivos se hayan centrado en la autoconciencia y en las cast.: La vida personal del psicoterapeuta, Ba:rcelona, ~a.idos, 1995) ..
relaciones del sí mismo (véase Guidano, y Mahoney y Oyler, en este volumen). Rayes, A.M. (199 6), «Dynamic systems th~ry as a parad1~ far studymg the process
La valoración de la psicoterapia constructiva está todavía en etapas preli- of change in psychotherapy far depress1on», Constru.ct1~e Change, I, ~-n..
minares. Esto se debe parcialmente a la novedad de los desarrollos en este en- Kauffman, S. A. (199 3), The on"gins of order: Self-organ1zatron and selectzon zn evolu-
foque y parcialmente a causa de cuestiones epistemológicas (Mahoney, 1991, tion, Oxford, Oxford University Press. . .
1995; Neimeyer y Mahoney, 1995). Los constructivistas no aceptan los supues- Kauffman, S. A. (1995),At home in the universe, Oxford, Oxford Un1~ers1ty Press ..
tos del objetivismo o del positivismo lógico, y han sido críticos con los méto- Kelso J. A. S. (¡ 995), Dynamic patterns: The se/forganization of bratn and behavtor,
dos «dentistas» (en contra de lo genuinamente «científico») con los que se ha Cambridge, MA, MIT Press.
dirigido la investigación en psicoterapia. Sin negar la importancia de una eva-
luación cuidadosa, cuestionan la adecuación de metodologías tradicionales 2
• Para más información, escribir a P. O. Box 13587. Denton, TX 76203 USA o véase en la
página del World Wide Web (http://www.psyc.unt.edu/-sewellk!SCC.HTML).
que ignoran aspectos del proceso, las limitaciones de instrumentos cuantitati-
MJ\NUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS

Mahoney M. J. (1991), Human change processes: The scientific foundations of psychot-


herapy, Nueva York, Basic Books. . '{i
Mahoney M.J. (comp.) (1995), Cognitive and constructive psychotherapies: Theory, re-
search, and practice, Nueva York, Springer.
Mahoney, M. ]. (en prensa, a), Constructive psychotherapy, Nueva York, Guilford CAPÍTUL028
Press.
Mahoney, M. J. (en prensa, b), The body zn psychotherapy, Nueva York, Guilford EL PROCESO TERAPÉUTICO
Press. EN LA PSICOTERAPIA CONSTRUCTIVA
Neimeyer~ R A. Y Mahoney: M. ]. (comp~. 1995), Constructivism ilt psychotherapy,
Washington, D.C., Amencan Psychological Association.
Michael]. Mahoney y James L. C>yler
Thelen: E. YSmith, L. B. (1994), A dynamú: systems approach to the development ofcog-
nztzon and actzon, Cambridge, MA, MIT Press.
Weimer, W. B. (1979), Notes on the methodology of scientz/ic research Hillsdale NJ
Erlbaum. ' ' '
Weimer, W. B. (r9~7), en «Spontaneou~ly ordere"d complex phenomena and the unity Eva R era una mujer de 26 años bien vestida remitida por un colega ante
of the moral sctences», en G. Radrutzky (comp.}, Centripetal forces in the sciences sus quejas de que éste no parecía apreciar la seriedad de su dilema. Cuando
Nueva York, Paragon House. ' _,,_-.
llegó a mi consulta para nuestra primera cita' pareció estar bien organizada y
funcionando perfectamente. Después de disponer cuidadosamente su bolso,
abrigo y maletín sobre la otra silla, se sentó a mi lado. Con un pequeño im-
pulso, empezó a hablarme sobre su «crisis nerviosa>>, que se caracterizaba por
un reciente «ataque de ansiedad» que le sobrevino cuando se sintió inmovili-
zada por los cambios en su vida. Cuatro meses antes, yendo hacia su trabajo,
se quedó «paralizada repentinamente por una fuerte reacción de mi cuerpo
que me paró los pies». El pensamiento que le surgió fue: «No puedo hacerlo
nunca más». En ese momento, no tenía ni idea de qué era «eso» que no podía
hacer por más tiempo.
En los meses siguientes, su vida llegó a ser cada vez más ambigua, ansiosa y
complicada. Desarrolló miedos <<Sobre cualquier cosa>>. Cuando le pregunté so-
bre las circunstancias de su vida los meses que precedieron a su ataque de ansie-
dad, Eva refirió que su madre había muerto inesperadamente seis meses antes.
«Fue bastante inesperado, y nunca llegué a hablar en privado con ella an-
tes de que se fuera. No sé lo que quería decir o escuchar, exactamente ... yo ...
sólo sentí que había cosas no dichas ni escuchadas. Pero se fue antes de que
pudiera empezar a aclararlas ... »
El hecho de que Eva no incluyera inicialmente la muerte de su madre
como un posible factor de sus recientes episodios de ansiedad, era digno de
tener en cuenta. Resistí múltiples tentaciones de interpretar su omisión y con·
tinué escuchando su historia.
El padre de Eva no se adaptó bien a la muerte de su mujer. Eva era la me-
diana de tres hermanos (un hermano más mayor y una hermana más peque-

1. Para transmitir la fenomenología más común en la psicoterapia construcáva, hablamos


desde la perspectiva de un único terapeuta con un único paciente. Nuestra descripción se com·
pone de nuestras experiencias compartidas y de las de nuestro diente, hacia el que expresamos
nuestro más profundo respeto y gratitud.
ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 413
412 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS

ña). Su padre, una persona emocionalmente distante, se había jubilado años que no tenía ideas o intenciones suicidas expresas, le pregunté por ello y reci·
antes de su profesión de toda Ia vida, la de mecánico. No tuvo un buen ajuste bí el compromiso verbal que se pondría en contacto conmigo si experimenta-
a su jubilación, con frecuentes enfados y encerrado en sí mismo. Por reco- ba cualquier tentación de herirse a sí misn:ia.
mendación de su médico de cabecera, su padre empezó a tomar una variedad Para comprender mejor su pasado y su vida presente, le pedí que empeza.
cada vez mayor de medicación para muchas y distintas complicaciones físicas ra a cumplimentar un diario en el que recogiera cualquier cosa que considera-
-ansiedad, depresión, fatiga, pérdida de apetito, mal sueño nocturno, etc.-. ra importante. También le pedí que completara algunos cuestionarios de aut~­
En pocas semanas, empezó con desmayos frecuentes y llegó a tener amnesia y infonne y una hoja de consentimiento para iniciar Ia terapia. Eva se hab1a
disforia repentina. sometido, recientemente, a un completo examen médico, y los resultados no
Eva describió su infancia como «tensa, pero casi feliz». Describió a sus pa- revelaron ninguna anomalía médica aparente. Antes de su ataque de ansiedad,
dres como personas religiosas y trabajadoras que parecían paradójicamente com- su sueño y su apetito habían sido normales. Desde entonces, las dos cosas se
prometidas con su «aventura familiar» y, con todo, muy infelices uno con el otro. desequilibraron -tenía dificultades para dormir, se despertaba a menudo, Y
La causa de su infelicidad nunca estuvo clara, aunque E va comentó que sospe- estaba comiendo cada vez menos-. Informó de pesadillas ocasionales, pero
chaba que era consecuencia de problemas de comunicación. Eva continuó lu- no pudo describir d contenido de ninguno de sus sueños. Le sugerí que ano-
chando con el miedo de haber sido la causa de la infelicidad de sus padres. Eva tara cualquier sueño que pudiese recordar en su diario personal. También re-
era una buena estudiante y una hija responsable. Asumió el papel de «amorti- salté la importancia de nuestro mutuo compromiso para comunicamos el uno
guador» de las tensiones familiares, y rápidamente usurpó el papel de su herma- con el otro. Le dije: «Por favor, siéntete libre para preguntar cualquier cosa Y
no mayor como «encargada» de las negociaciones padres-hijos. Comentó que para compartir tus sinceros sentimientos». Ella asintió con la cabeza Yentonces
trabajó duro, lo suficiente para «que ellos no se sintieran infelices por nada miís>>. preguntó: <<Bien, ¿qué crees que va mal en mí?».
En un momento del relato de su historia, Eva comenzó a responder emocional-
mente -aparecieron algunas lágrimas en sus ojos-- pero rápidamente se re-
compuso y terminó su propia narración en un tono de distanciamiento medido. CoNCEPTUALIZACIÓN DEL CASO
«Basta con esto», dijo. Su cara cambió de manifestar vulnerabilidad a
«responsabilidad>>. «Supongo que lo que más me importa es mi trabajo. No Su pregunta podía no ser una petición directa para una conceptualización
creo que mi jefe esté contento con mi trabajo.» Esto lo dijo con un tono serio, formal de su caso, pero fue claramente una súplica de clarificación y tranquilidad.
estratégico. Entonces, se suavizó de nuevo. «Temo perder mi trabajo.» Se Hasta el momento, la información que había recogido era mínima en el sentido
quedó en silencio durante varios segundos. «Si pierdo mi trabajo, no podré técnico, y aún no me había hecho una impresión de Eva como persona. C~:mdo
ayudar a papá, y desilusionaría a mi madre.» Mientras pronunciaba esas pala- preguntó lo que iba mal en ella, entonces respondi con franqueza y tranquilidad.
bras, Eva comenzó a temblar. Casi era como si se asustara al oírse a sí misma «No pienso que haya nada malo en ti, Eva. Eres una mujer muy sana Y
decir esas cosas. Su cara se puso blanca primero y luego roja, y empezó a llo- fuerte. (Hice una pausa.) Has pasado por algunas experiencias muy difíciles
rar silenciosamente en su pañuelo. recientemente, y es comprensible que tu cuerpo como totalidad, reaccione.»
Ella bajó la mirada hacia sus manos y momentáneamente pareció olvidar-
se de lo que iba a decir. <<Pero, ¿por qué fue tan repentino? Estaba bien hasta
EVALUACIÓN esa mañana.»
«Ocurre de esa manera a menudo. Puede ocurrir tanto lentamente como re-
Eva mencionó dudas sobre su sanidad cuando inicialmente describió sus pentinamente, y de las dos formas es señal de un desafío importante.» Estaba
sentimientos de estar abrumada por todo lo que estaba ocurriendo en su vida. atenta y enlentecí mis palabras para enfatizarlas. «Cuando es repennno -como
Había momentos en los que se sentía que «no podía continuaD>. Con gentile· lo ha sido contigo (mi mirada le dio un énfasis)- es a menudo aterrador... e tn-
za, pero firmemente, le pregunté sí había pensado en autolesionarse o poner cluso terrible.» Eva, con esta última palabra, agachó un poco su cabeza y su cara
fin a su vida. Dijo: «No, pero ha habido momentos en los que me he pregun- '''· se aflojó.
tado cuánto tiempo puedo soportar este dolor». Me preguntó sí eso significa- «Terrible.» Casi susurró la palabra.
ba que era débil, y respondí que su deseo de poner fin a su dolor era un deseo Pasamos algún momento en silencio. «Terrible», repetí suavemente. Pasa-
sano. Le comenté que necesitábamos supervisar su nivd de compromiso en ron más momentos en silencio, y entonces ella ocultó su cara con sus manos Y
actividades dirigidas para ayudarla a sobrevivir y a fortalecerse. Además, aun- empezó a llorar silenciosamente. Se controlaba incluso llorando.
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 415

«;Supongo que simplemente tengo que perderlo!», gritó. Recuerdo ver «Eva ... No hay ninguna manera fácil para mí de decirte que pienso que
sus hombros subir y bajar mientras gritaba. Sentí el deseo de tocar su hombro puedes también cambiar en cosas de las que todavía no eres consciente.»
o sus manos, pero también temí aventurarme demasiado cerca de sus propios Eva me miró fijamente en lo que parecieron minutos, e intenté mantener-
límites personales, en un momento tan temprano de nuestra relación. m~ tranquilo y centrado en su mirada.
Me indiné hacia delante para enfatizar lo que estaba diciendo. «No pien- Finalmente, dijo: «¿Qué otras formas? ¿Qué orros cambios?». Mis co-
so que lo hayas perdido, Eva. De hecho, mi sensación es que estás en el proce- mentarios habían abierto la puerta de su interés e inquietud.
so de encontrar algo, no de perderlo. Puede ser difícil de creer o incluso de «No estoy enteramente seguro, por supuesto, pero mi sensación es que es-
imaginar en este momento, pero pienso que eso puede ser verdad.» tás en medio de una "revolución" o al menos en una·"evolución" significativa
Ella gritó un poco más y entonces se secó sus lágrimas y me miró. Me pre- en la manera de ser de ti misma.»
guntó: «¿Qué voy a hacer? ;Estoy aterrorizada de todo. Temo ir a trabajar Eva me miró fijamente durante otro minuto.
mañana. Temo levantarme de la cama. Temo salir de casa!». Sus ojos eran «¡Estás loco!», espetó. Frunció el ceño. Esperé.
grandes y lastimeros. «Puede ser.» Me miró, y simplemente le devolví la mirada. Entonces em-
Tomé aire profundamente y le dije: «Sé que tienes miedo, Eva. Y sé que pezó a mirar fijamente sus zapatos.
sentir miedo es doloroso para ti>>. (Me miró perpleja, y le dije: <<Algunas personas «Pero ¿qué pasa con esta noche?» Su tono no era desesperado, sino que-
lo tienen más fácil sintiendo miedo».) «Incluso por duro que pueda ser, pienso jumbroso. «¿Qué hago sobre el mañana?»
que hiciste bien en venir aqUÍ». (Bajó la vista al suelo.) Esperé un momento an- «Sí», le dije. «Son las primeras cosas con las que necesitamos enfrentar-
tes de decirle: «No es fácil para nadie>>. Hubo momentos de silencio antes de nos. Estás en lo cierto.» Me miró con curiosidad. «Necesitamos planificar
que buscara mi mirada. «Conozco el miedo, Eva. No pretendería conocer tus cómo puedes sobrevivir mientras cambias.» Apartó la mirada otra vez y de
temores. Pero conozco mi miedo. Y espero que mi conocimiento y mi expe- nuevo se fijó en mí.
riencia te puedan ayudar.» (Hice una pausa.) «Pienso que podemos hacerlo.» «¿Evolucionando?», dijo en un tono de incredulidad. Se hizo el silencio.
Sus labios comenzaron a abrirse a medida que me miraba, pero no dijo Entonces dijo: «Me siento como si estuviera al borde de la disolución».
nada excepto con sus ojos, su expresión facial y su postura. Estaba claramen- Permanecí en silencio con su comentario. Entonces, sin dudarlo, le dije:
te confundida, temerosa, optimista y curiosa. Intenté recibir por igual ésas y «No pienso que sean tan diferentes».
otras formas de interacción conmigo. Después de lo que parecieron minutos, Dedicamos el resto de nuestra primera sesión a considerar sus inmediatas
Eva preguntó:«¿ Ya conoces tanto sobre mí?». crisis, las opciones que tenía y algunos planes concretos para sobrevivir en las
Esta pregunta me desarmó -no se me hace a menudo. primeras horas. Practicamos un ejercicio breve de relajación y le di una cinta
«No lo sé», contesté, desviando la mirada. de audio con instrucciones más amplias para la práctica en casa- Informó sen-
Pareció cambiar su porte, y pensé que había una cierta coquetería en su si- tirse «algo mejoD> al final de la sesión, aunque también expresó el deseo de
guiente pregunta. «restituir las cosas de la manera más rápida posible». Recuerdo estar preocu-
«Bien, entonces, ¿qué es lo que tú piensas de mí?» pado tanto con su objetivo como con su sentido de urgencia.
Hice una pausa y respiré profundamente. Éste era uno de esos primeros Mi «conceptualización dd caso» de Eva todavía estaba en las primeras
momentos de trabajo terapéutico donde se hace el primer contacto con mi etapas. La vi como una mujer muy competente e inteligente a quien la diná-
nuevo diente. Ella parecía compleja, inteligente, afortunada y posiblemente mica de su desarrollo y las circunstancias de la vida le habían forzado a un mo-
seductora. Yo tenía que tomar algunas decisiones inmediatamente. Era atrac- mento de cambio acelerado. Estaba en medio de un cambio de vida impor-
tiva, lo que añadía alguna complejidad a mi reflexión. En menos microsegun- tante que se relacionaba con su identidad y su forma de ser en el mundo.
dos de los que un modelo matemático puede explicar, decidí, o al menos mis Parecía haber complejas mezclas de problemas que incluían control, miedo a
verbalizaciones así lo sugirieron. sentir, sexualidad, culpa, responsabilidad y una dialéctica entre la auto-
<<Eva», dije. «Pienso que tienes mucho dolor. Pienso que puedo ayudarte... conciencia y la autoestima. Sabía que me caía bien, y sabía que el curso de
Así lo espero.» En ese momento nuestros ojos se encontraron. Entonces me nuestro trabajo era impredecible. Cuando la acompañé a la puerta, al final
arriesgué. Me arriesgué en algo que raramente intento en las primeras sesiones. de nuestra primera sesión, puse mi mano derecha en su hombro izquierdo y
«Pero, Eva, también necesito decirte algo sobre mi primera impresión de con cuidado maniobré de manera que nos pusimos cara a cara en la puerta.
ti como persona en proceso.» Cuando dije esto, ella pareció estar muy atenta. «Eva», dije. «Espero ansiosamente volver a verte.» Y lo estaba; y ella lo sabía.
Me quedé en silencio por unos segundos y le dije:
416 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 417

DISEÑO DE TRATAMIENTO El hecho de decirle que no estaba seguro de hasta dónde llegaria nuestro
trabajo refleja el ser consciente de que muchos clientes y terapeutas desarro-
Palabras tales como «diseño» y «plan» sólo se utilizan en un sentido muy llan rápidamente primeras impresiones el uno del otro que colorean su rela-
provisional en la psicoterapia constructiva -no porque la terapia constructi- ción en desarrollo (Strupp, 1996). Antes de que haya pasado la primera mitad
va no tenga dirección, sino porque la direccionalidad del trabajo está siempre de la primera sesión, cualquier participante puede haber decidido ya si se
y necesariamente en vías de desa"ollo--. Entre otras cosas, esto significa que siente seguro o preparado para la tarea. Esas primeras impresiones no son eva-
el curso de la terapia no puede estructurarse fácilmente de acuerdo a un pro- luaciones simplemente impulsivas o irracionales. Anticipan y dirigen podero-
blema concreto. Los problemas en los que los pacientes se centran, a menudo, samente la dinámica de la relación de trabajo entre paciente y terapeuta. Esto
cambian el curso de la terapia. Más de lo que muchos libros de texto admiten, no quiere decir que las primeras impresiones proyecten un matiz inalterable
los dientes de la psicoterapia no son simples seres con problemas fácilmente para el curso de la psicoterapia. Sólo significa que, en las relaciones humanas,
resolubles. Sus problemas no se adaptan con pulcritud a las clásificaciones ofi- las evaluaciones abstractas, globales e inconscientes son inevitables, y que és-
ciales que supuestamente utilizarnos, y sus problemas «presentes» son rara- tas son particularmente poderosas y comunes en psicoterapia.
mente simples, sencillos e inalterables. Sesión a sesión, nos damos cuenta de
otros problemas y otras conexiones que son imposibles de ignorar. Esperaba
que ése fuera d caso con Eva. PRINCJPIO DEL TRATAMIENTO Y FORMATO DE LA SESIÓN
Algunas tradiciones terapéuticas insisten en una definición del problema
explícita y «operativa» al principio de tratamiento. Como dice el refrán médi- Eva decidió continuar en la terapia después de nuestra primera sesión. Re-
co: «Primero debes conocer lo que estás tratando, antes de conocer cómo lo llenó las hojas que le había dado y empezó a traer su diario personal a las se·
estás tratando». No estoy de acuerdo con esta antigua epistemología de la pa- siones. Nos vimos una vez por semana en mi consulta privada. Después de sa-
tología. Con respeto profundo hacia la epistemología evolutiva (la evolución ludarnos, empezaba todas las sesiones invitando a Eva a que nombrara dos o
de los sistemas de conocimiento), la anticipación de resti.ltados es una meta tres cosas que le gustaría trabajar conjuntamente en nuestro tiempo. Esto me
próxima importante pero raramente predecible con exactitud. Los estudios ayudó a mantenerme informado sobre cuestiones nuevas y en vías de desarro-
cientificos y la aparición reciente de las «ciencias de la complejidad» ofrecen llo de urgencia o importancia fenomenológica. A veces no elegía una agenda,
un amplio testimonio del hecho de que la predicción de particulares es una y lo aprovechaba como una oportunidad para realizar ejercicios exploratorios
conclusión fallida; lo más que podemos esperar predecir son patrones abs- de conciencia del cuerpo, relajación, trabajo de imaginación y meditación.
tractos generados por procesos múltiples, complejos, dinámicos y abstractos Sin embargo, la mayoría de las veces, nuestras sesiones iniciales se centraron
(Burrell, 1987; Kauffman, 1995; Kelso, 1995; Mahoney, 1991; Mahoney y Moes, en la inseguridad de Eva respecto a su trabajo.
en prensa). Nunca estamos en una posición pará reclamar un conocimiento o La preocupación principal de Eva continuaba siendo su ansiedad por no
comprensión irrebatible (certera). Hasta el punto en el que nuestros servicios rendir bien en el trabajo y que su supervisor estaba pensando en despedirla.
profesionales se basan sobre supuestos respecto a diferencias entre el conoci· Cuando empezamos con ejercicios breves de relajación y de «mente plena re-
miento del consumidor y del proveedor del servicio, ésta es una comprensión lajada» -un estado de conciencia en la que se asiste (con un juicio mínimo) a
humilde. la sucesión espontánea de pensamientos, imágenes, sensaciones, recuerdos e
Con Eva, pareció claro que su ansiedad -y su preocupación sobre su se- inclinaciones que se originan momento a momento--. 1 Los ejercicios de rela-
guridad en el trabajo--- era, probablemente, su más inmediata prioridad. És- jación parecieron ser de mucha ayuda, y Eva los practicó en su casa y en el tra-
tos eran los sentimientos y fenomenología que motivaron su búsqueda conti- bajo con la cinta de audio que le había dado. En las primeras semanas de tra-
nua del terapeuta. Su rechazo al primer terapeuta podria significar varias tamiento informó de una reducción sustancial en la ansiedad ante el trabajo,
cosas, y repetidamente me tuve que acordar de posponer cualquier conjetura los problemas de sueño y la tensión general. Llegó a cada sesión informando
sobre ello hasta que la conociera mejor. Sin embargo, en el fondo de mi ser, de nuevos éxitos, y parecía estar «en el camino» de un desarrollo progresivo.
había un sentimiento inmediato de que Eva estaba llena de vida, una persona Yo estaba muy contento por ella, pero también tenía la sensación de que to-
perceptiva cuyas tendencias intuitivas le habían servido bien. La relación de davía quedaba «alcanzar más cosas».
Eva con su padre enfermo y su hermanos también fue centro de nuestro tra-
bajo, pero -más allá de esos dos temas- no estaba seguro de hasta dónde lle- 2. En otra variante, d cliente hace lo que puede describiendo verbalmente en vivo ese torren·
garía nuestro trabajo. te de experiencia. Este método de <eflujo de conciencia>• se describe en Mahoney (en prensa, a).
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTlCOS 419

PARTE INTERMEDIA DEL TRATAMIENTO ques de ira golpeaban duramente. Éstos agitaban mis propias dudas sobre lo
que estaba haciendo y si realmente sabía lo que era mejor para ella. Eva no
El «más por alcanzar» empezó a aparecer en forma de conflictos entre Eva queáa escuchar mis reencuadres de sus bruscas oleadas de cólera. No quería
Y sus hermanos sobre el cuidado de su padre enfermo. Eva siempre había pre- es¡uchar mi formulación de que este «tiempo tormentoso» era sólo una etapa
sumido de liderar el grupo, y los demás parecían relativamente distanciados de en su desarrollo. No quería consuelo ni consejo. Empezó llegando tarde a sus
la aflicción, sufrimiento, y lucha que el padre de Eva estaba experimentando. sesiones y saliendo pronto -abandonando mucho antes de que acabara nues-
El centro de atención de nuestra terapia empezó a cambiar de la ansiedad en el tro tiempo. Empezó fallando a sesiones.
trabajo a la dinámica familiar. Es interesante que después de ese cambio, Eva Y yo empecé a sentir que la estaba perdiendo. No sabía cómo llegar a ella
hablara son su supervisor del trabajo pidiéndole información sobre su rendi- en su tormentoso dolor, y ella se estaba alejando cada vez más. Temí que de.
miento. Este no sólo la tranquilizó, sino que le dio un merecido aumento. jara de venir a la terapia. Y entonces empecé a abrigar dudas sobre mis mie-
Su identidad estaba cambiando a saltos y botes. Sus emociones eran volá- dos. ¿Estaba asustado por si le fallaba? ¿Temía que lo pudiera hacer sin mi
tiles. Se hizo miembro de un gimnasio y empezó a hacer ejercicio. Empezó consejo? ¿Cuántos de mis temores estaban relacionados con mis propias ne-
dándole vueltas a la posibilidad de citarse con hombres. Acudía a la iglesia cesidades del ego? Y así sucesivamente. Me habían importunado miedos que
-una diferente cada fin de semana-. Eva comenzó explorando. Era un au- acompañan largos años en la profesión de ayuda. Era un momento difícil para
téntico privilegio ser testigo de ese baile a través de una serie impredecible de los dos. Intenté dar lo mejor de mí para seguir abierto a los cambios en las tor-
contradicciones y expansiones. Los hombres se acercaban a ella. Ella se inhi- mentas de Eva, y frnalmente las tormentas comenzaron a alejarse. Se vislum-
bía. Se acercaba a otros hombres. Algunos se marchaban. Otros respondían. braba mar en calma; se vislumbraba una nueva manera de configurar lo que
Cuando respondían, se inhibía inmediatamente o en cuanto llegaban a intimar había ocurrido, lo que estaba pasando, y dónde podría llegar.
sexualmente.
Eva comenzó a hablar de su cuerpo. Empezó hablando sobre tocar y ser
tocada, sobre recuerdos de su infancia y del sexo superficial. Oscilaba en sus PARTE FINAL DEL TRATAMIENTO
niveles de revelación de sí misma. El punto relevante de su narrativa también
pareció oscilar entre dentro y fuera de su cuerpo y su experiencia. Imaginó al- Los primeros cambios llegaron en breves destellos y en momentos de
gIB:' ':".quivo «sí m~mo verdade~» en el centro de sus actividades, y comenzó _;i cuestionamiento crédulo. Eva quería considerar o luchar con alguna crisis ac-
ding1endose con dificultad hacta él. Eva estaba cambiando. Estaba cambian- tual o algún asunto repetido en su vida -la pérdida de valoración de su padre
do dramáticamente. Podía verlo en su cara y en el cambio de su pelo y sus ves- por todo lo que estaba haciendo por él, el desinterés de sus hermanos por .su
tidos. Eva estaba mudando. Y además de los cambios superficiales, había un situación, las imperfecciones -de sus pretendientes-. Entonces, a veces, su .1ra
«núcleo» de revoluciones en proceso. parecía volverse contra ella misma. Llegó a ser crítica e implacable consigo
•¿Por qué debería ser la responsable de la felicidad de sus padres? ¿Por misma. Empezó a renunciar a las confrontaciones con su supervisor y terminó
que estaban sus hermanos tan distantes de las necesidades de su padre? bruscamente dos relaciones recién empezadas con hombres. Pudo mostrarse
¿~or qué estaba experimentando de repente tanta vulnerabilidad? ¿Qué sig- más calmada y arrepentida conmigo.
nificaba todo esto? ¿Qué debía hacer? ¿Qué significaban esos hombres que Finalmente, un día empezó nuestra sesión con una cuestión que había pre-
habían entrado de repente en su vida como pretendientes? ¿Dónde habían es- guntado meses antes: ¿Qué me está pasando? ¿Qué está mal en mí? Más que
tado antes?¿Por qué ahora? Y, ¿por qué estaba teniendo tantas dificultades repetir mi respuesta anterior, coloqué mi mano suavemente sobre su antebra-
en relacionarse con ellos? El centro de preocupación de Eva cambiaba de se· zo y le dije: «Puedes no ser capaz de ver todos los detalles y patrones, Eva,
sión en sesión, Y en distintos momentos dentro de cada sesión. La ira llegó a pero siento firmemente que estás creciendo desde alguna vieja materia que ha
ser un sentimiento frecuente. Estaba enfadada con su padre, enfadada con sus dominado la mayor parte de tu vida». Me miró atónita. «Por supuesto, podría
h~rmanos, enfadada con su supervisor en el trabajo, enfadada con sus preten- estar equivocada, pero eso es lo que siento.»
dientes. Sobre todo, estaba enfadada conmigo. ¿Por qué no estaba ayudándo- Corrí mi silla lo más cerca de mi mesa y me puse directamente en frente de
la? ¿Por qué estaba haciendo las cosas mal? ¿Por qué había aparentado estar ella. «Eva», le dije, «esto te ofrece un punto de decisión.» Ella me miró de
siempre tan «en control>> y tan superior a ella? nuevo fijamente. «Podemos seguir trabajando en d nivel que hemos estado ...
Este fue un momento difícil para los dos. Yo estaba intentando dar lo me- el nivel de los problemas específicos semanales ... o podemos sumergimos ha-
jor de mí para permanecer centrado y asequible para ella, pero a veces, sus ata- cia la comprensión de algunos patrones y procesos más profundos en tu for-
'

420 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS 421

ma de experiencia.» Ante estas últimas palabras arrugó el ceño. Estuvimos los Lenta y suavemente, le pedí a Eva que se pusiera de pie y se mirara en un es-
dos en silencio durante varios segundos. Por alguna razón, continué: «No pejo que estaba colgado en la parte trasera de la puerta de mi consulta. Normal-
. puedo ofrecerte ninguna garantía sobre cualquier clase de trabajo». «Lo mente está cubierto por abrigos y sombreros, que eché sobre una silla cercana.
profundo es mucho más difícil y quizá mucho más peligroso ... puede ser por- . «Eva, mírate a ti misma. Mira fijamente.»
que toques el material de quién y cómo te experimentas a ti misma. Es tam- Primero estaba asustada por ese cambio brusco y por la repentina con-
bién lo más poderoso porque se centra en el núcleo de los procesos que dan frontacion con su pr0pia imagen en el espejo. Permaneció allí quieta casi un
continuidad a tu vida, para mejor o para peor. Podemos quedarnos en el nivel minuto, como si se hubiera quedado atrapada en un momento extraño y pri-
de tus problemas», le dije, «y pienso que puedes aprender habilidades impor- vado. Entonces sus ojos empezaron a humedecerse, y se aproximó al espejo.
tantes para su manejo.» Hice una pausa, buscando las palabras adecuadas que Paró sólo a unos milímetros de distancia y parecía estar mirándose a sus ojos.
expr~saran lo que estaba sintiendo. «Lo que sería más seguro de hacer, pro- Inconscientemente una mano se levantó tocando d espejo, trazando el cami-
bablemente.» Hice una pausa otra vez. «Debes ser tú quien decida.» Terminé no de una lágrima -sobre el espejo- que estaba cayendo por su mejilla.
y me quedé sentado en silencio sólo mirándola. Hubo algunos momentos de silencio más. Internamente, luché preguntándo-
Eva alternaba sus miradas entre sus manos cerradas y mis ojos. Intenté es- me sobre si debía decir algo, lo que podía decir, y así sucesivamente. Ahora
tar presente en todo lo que estaba pasando en ella. El tiempo pasaba. Había creo que, afortunadamente, fui capaz de suprimir mi necesidad de entrar en el
un silencio agradable, algo así como una mutua genuflexión metafórica ante el primer encuentro profundo de Eva con su propia imagen. Ahora la mano que
significado de lo que estábamos discutiendo. Entonces, con una voz comedi- había trazado el camino de la lágrima en el espejo se movía hacia su cara, y vi-
da, Eva dijo: «Es hora de asumir algún riesgo con respecto a quién SOY»· Yo siblemente temblorosa, como si sintiera que el mismo dedo seguía el húmedo
simplemente la miré. «Riesgos seguroS», enfatizó. Asentí. camino de su lágrima. De repente volvió la cara al espejo y puso ambas manos
En nuestra siguiente sesión, Eva llegó vestida con chandal. Constrastaba sobre su cara. Eva empezó a Uorar.
con la vestimenta formal que previamente había llevado. Dijo que se había ins- Me puse de pie y la abracé. Lloraba intensamente. Lloraba, lloraba y llora-
crito en un nuevo gimnasio y que había decidido buscar un nuevo apartamen- ba. Finalmente se sentó y yo me senté a su lado. Agarró una de mis manos. «Está
to. También cambió su pelo y su perfume. Me di cuenta de mi propia fasci- bien>>, dijo, «estoy preparada para ir más allá.» Había algo en sus ojos que yo no
nación por lo rápida y completamente que estaba cambiando. Cuando dijo que había visto antes. Entonces Eva sonrió y sus ojos se encontraron con los míos.
no tenía una agenda concreta para nuestra reunión, sugerí que utilizáramos Ambos sabíamos que estábamos entrando en una nueva dimensión de rdación
nuestro tiempo en un ejercicio experimental. En seguida lo aceptó. El ejercicio y colaboración. Nuestro abrazo, damos la mano y nuestros contactos visuales
que tenía en mente era el «tiempo del espejo», un procedimiento individuali- dejaron claro que a partir de entonces estábamos en una peregrinación que to-
zado en el que se pide al cliente que describa su experiencia al verse reflejado davía no se había planeado. Nuestros contactos fueron vínculos de veracidad y
en el espejo (Mahoney, 1991). Es un ejercicio que se ha corroborado, tanto en la confianza·. Veracidad en nuestra conexión, confianza en el proceso de Eva.
experiencia clínica como en Ja investigación de laboratorio, como un acto po- Nuestro trabajo durante el siguiente año estuvo marcado por situaciones
derosa y potencialmente evolutivo de relación con uno mismo. Se lo describí importantes y de todo tipo de dinámicas en nuestra relación. Eva dijo, en di-
brevemente a Eva y le expliqué que su propósito principal era «darme una me- ferentes momentos, que yo le recordaba a su padre, a su tutor de la escuela, a
jor sensación de lo que sería ser tú>>. Eva estaba visiblemente nerviosa, pero su ginecólogo, a su supervisor en el trabajo, su conciencia superior, al demo-
también impaciente. Le aseguré que ella tenía un control total sobre el experi- nio y a varios de sus amantes. Continuó con su diario de trabajo e hizo un ex-
mento. Podia cambiarlo, pararlo, o hacer cualquier otra cosa que quisiera. tenso «proyecto de repaso de vida» para contextualizar su pasado y sus re-
¿Quieres alguna ayuda para relajarte y centrarte antes de que empece- cientes experiencias (Mahoney, 1991). Compartió conmigo una cinta de audio
mos?, le pregunté. Eva hizo una pausa. Mi pregunta le pedía que se diera de su música favorita y personalmente más significativa (una tarea para casa
cuenta de la sabiduría de «exigirse y asentarse» ella misma antes de empezar. común), y empezó acudiendo regularmente a su gimnasio donde se impartían
Dijo: «Sh>. clases de aerobic, artes marciales, entrenamiento de musculación, natación, y
Le pedí que buscara una postura cómoda y que dejara a su cuerpo decidir yoga, además de servicios de masaje, sauna y baños de vapor. Le invité a que
cuándo y cómo se podáa encontrar mejor desperezándose, cambiando supo- explorara esas oportunidades. Dadas sus preocupaciones prevías con la ansie-
sición, o moviéndose de otra manera en una postura que sintiera cómoda, se- dad, también le invité a que experimentara con ejercicios personalizados en
gura y apoyada. En unos minutos, pareció centrada y segura. Entonces decidí balance (centrarse) y en la esfera del movimiento (libertad y flexibilidad) (Ma-
pasar a nuestro ejercicio. honey, en prensa, b).
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Además de continuar su diario de trabajo, escritura creativa, el tiempo y su experiencia de bienestar. Mientras me sentaba allí en un ensueño rápido
del espejo y sus rutinas de corporalización, la invité a experimentar con el y anticipador, Eva pareció estar disfrutando de mi enmudecimiento.
~<flujo de conciencia>> -un ejercicio que incluye el autoínforme espontáneo Quizá debería resaltar que la espiritualidad no ha sido un tema muy ajeno
de los cambios en vivo en el flujo de la experiencia personal-. La inves- en mi fenomenología personal -llevo tiempo interesado por las dimensiones
. tigación anterior con clientes y sujetos en experimentos de deprivación sen- «espiritual» y «transpersonal» en el proceso de cambio personal-. No soy
sorial me han convencido de que éste puede ser un ejercicio particularmente una persona «religiosa>> en términos de rituales institucionales organizados.
poder9so para acelerar las oscilaciones entre episodios de apertura (expan- Sin embargo soy una persona espiritual, en la tradición de las ideas de perso-
sión, acomodación) y de cierre (contracción, asimilación) en las dialécticas nas tales como Martin Buber,Joseph Campbell, Viktor Frankl, Soren Kierke-
metafóricamente respiratorias del desarrollo. En términos menos abstrac- gaard, Abraham Maslow, Friederich Nietzsche, Paul Tillich, Rain Dass, y mu-
tos, mi sentido del desarrollo psicológico humano reconoce que los proce- chos otros. Cuando Eva declaró la importancia central de su «espíritu» por
sos más poderosos incluidos en el cambio personal reflejan una «tensión encima de cualquier cosa en su vida, sentí que sus exploraciones podían esti-
esencial» entre procesos de mantenimiento del orden y de cambio del or- rar mis «proporciones conceptuales del momento» -lo que es tanto como
den. La dialéctica dinámica entre esos procesos está en el centro de los mis- decir los límites de mi conocimiento disponible-. Lo hicieron.
terios que contienen el porqué, cómo y cuándo cambian las personas. Esto Finalmente, le dije: «Bien, eso suena como si fuera el momento de hablar
es lo que estaba intentando resguardar en Eva. Quería que ella fuera capaz sobre tu espíritu».
de experimentar con sus expansiones en la sensación de sí misma y sus po- Eva sonrió suavemente. Siguieron meses de discusión y demostración de
sibilidades. Pero me di cuenta de que demasiada expansión, demasiado rá- cómo su espíritu se «manifestaba» en su vida. Lo que significaba «espíritu»
pidamente, podría poner a prueba los limites de su sistema actual de desa- para Eva, no estaba fácilmente representado por las múltiples religiones po-
rrollo de organización de su vida. pulares en la actualidad. Para Eva, su «espíritu» era una sinergia única de su
Al principio de una de nuestras últimas sesiones, Eva anunció que había propio organismo y la «trayectoria de los poderes universales» que motivaron
decidido dejar su trabajo y esrablecer por su cuenta una pequeña oficina. que su vida se desplegara en luchas e inicios, surgiendo en años recientes del
Efectivamente, estaba sorprendido. Mis inclinaciones protectoras me hicieron «sótano existencial» de agonía predominante para, más recientemente, expe-
preguntarme cuestiones sobre lo acertado de ese paso. «¿Has hablado con rimentar un «nivel de asentamiento» marcado por destellos de paz y éxtasis.
otro? ¿Has hablado con tu conrahle? ¿Has planeado detalladamente los gastos En los meses que siguieron, Eva compuso una de ~us más compasivas des-
Y el tiempo que podrías necesitar para establecer tu propio negocio?» Eva cripciones de su propia infancia -una infancia que muchos hubieran clasi-
sonrió tranquilamente ante mis preguntas. «¿Piensas que no puedo hacerlo?» ficado como trágica-. Pudo comprender la infelicidad de su madre en el
«No es eso», tartamudeé. «Sólo es que me gustaría conocer si has pensado en contexto de su familia de origen y el papel que las mujeres jugaban en la ge-
todas las posibilidades.» neración del compañerismo y cuidado de los hijos. Eva también pudo com-
Eva sonrió de nuevo. Ahora era diferente. Su pelo era diferente y su cara prender que la crítica de su padre y sus expectativas para recibir cuidados,
era más suave. Su voz era menos tensa y sonreía más. procedían de una larga historia de lo que ella denominó «derecho vulnera-
«No importa>>, dijo silenciosamente. ble», una forma de arrogancia distante que ocultaba una inseguridad profun-
Sólo la miré, probablemente con incredulidad. damente asentada que se expresaba de forma que evitaba que los cuidadores
«Realmente no importa», repitió con énfasis. No sé lo que estaba pensan- sintieran o se pusieran en contacto con la persona dañada más allá de la arro~
do en ese momento. Mi brújula clínica giraba, y no sabía qué decir. Quizá por gancia presuntuosa. Lentamente, comenzó dialogando con su padre-por su-
costumbre le dije: «Entonces, ¿qué es lo que importa?». puesto, a su ritmo y con su lenguaje- y eso le permitió ver algunos aspectos
No hubo demora en su respuesta. La hizo saltar como si esperara la pre- agradables de él que habían quedado escondidos en la mayor parte de su vida
gunta. «Mi espíritu», dijo suavemente. «Mi espíritu ... », repitió. juntos. Es relevante que empezara elaborando un diálogo imaginado con su
Yo no sabía cómo responderle. Nunca habíamos tratado el tema de la es- padre y con su madre. Informaba de sueños en los que tenía confrontaciones
piritualidad. Estaba luchando por encontrar algo que decir. ¿Qué quería de- con alguno de ellos individualmente o juntos como unidad parental. Los con-
cir Eva con su «espíritu»? ¿Había encontrado la religión o descubierto algún tenidos de la confrontación se extendían desde cuestiones sensibles a pre-
«sistema espiritual» que, para ella, explicara y le ayudara en la negociación de ferencias insignificantes. En el curso de esos intercambios imaginados y soña-
su pasado y sus experiencias presentes? Para una serie de clientes, éste había dos, Eva empezó afirmando sus diferencias de forma menos desafiante e
sido un elemento importante y a menudo duradero en su desarrollo personal irritada, moviéndose hacia una elaboración más respetuosa y aun así asertiva
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN y PROCESOS TERAPÉUTICOS 42 5

de las diferencias entre su «SÍ mismo» verdadero y sus padres. -En sus sueños, Hice lo que pude por escuchar y respetar lo que Eva me decía. Había vi-
empezó a informar que se experimentaba a sí misma como más <<ligera» y más vido una vida única y sus circunstancias actuaJes también eran inusuales. Más
.«flexible». En los informes de varios sueños, cambió su «forma de vida>> bási- allá de los contenidos concretos de sus problemas, sin embargo, estaba mi sen-
ca -por ej., del humano al pez, pájaro, simio, etc ...- . Al principio Eva se so- saCión de que era una mujer fuerte y sensible que estaba buscando soporte y
bresaJtó por esos cambios, pero más tarde logró verlos como ricamente sim- guía para sus esfuerzos activos y continuos para comprender y organizar su
. bólicos del incremento en sus grados de libertad desde sus orígenes. vida de manera que sirviera para alcanzar sus actuales necesidades de un buen
El cambio personal de Eva no fue ni muy rápido ni muy completo. En balance en sus actividades vitales. En palabras más sencillas, intenté recono-
nuestras múltiples visitas de seguimiento durante varios años informó de mo- cer y respetar lo que Eva estaba sintiendo mientras, al mismo tiempo, le ofre·
mentos ocasionales donde «luchaba>> con viejos patrones de sentimientos y de cía algunas sugerencias sobre cosas que podría intentar. Algunas de esas
autopercepción. Fue interesante la naturaleza de esas denominadas «.luchas», «pruebas» tuvieron lugar en nuestras sesiones. Otras (la gran mayoría) tuvie·
con el sentido de que las primeras descripciones sugerían «batallas con el pa- ron lugar «en casa>> y «en el mundo», donde Eva estaba continuamente más
sado», mientras que las representaciones emergentes actuales se acercaban comprometida con su propia vida pública y privada.
más a una naturaJeza de desafío «actuaJ» y «casi siempre presente>>. A veces Uno de los cambios más reseñables que noté fue la redefuúción constructiva
parecía y actuaba como una niña asustada. En el otro extremo estaba el adul- de Eva de su eterna y antiguamente amenazante ansiedad. De distintas maneras,
to encerrado en sí mismo «en control» que pasó po_r los vaivenes de estar en expresó el hecho de que ya no veía su ansiedad y «propensión a la preocupa-
una sesión de psicoterapia. En tales ocasiones, era distante y calculadora, sus- ción» como su enemigo. Ésta llegó a ser su aliada, y una fuente rica de energía, y
picaz y fundamentalmente autoprotectora. La niña asustada pasaba varias ho- llegó a sentir que su única responsabilidad real era simplemente darle forma. En
ras durante muchos meses llorando, gritando y necesitando apoyo. Esas nece- una previsión cautivadora y expansiva de desarrollos ficticios, Eva comenzó a ju-
sidades eran poco sorprendentes dada su experiencia. Hice lo que pude para gar con sus «posibles sí mismoS>> (Markus y Nurius, 1986) y las posibilidades del
oír sus historias, respetar sus sentimientos, y para ofrecer mezclas siempre va- ser. Se sorprendió repetidas veces y a menudo se fustró al encontrar antiguas ba-
riables de reflexión y presencia ante su experiencia inmediata. Esas historias rreras evolutivas a su camino más fácil de desarrollo. Pero aprendió a ser pa-
se expandían más allá de su época e incluían cuatro version_es de generaciones ciente y a autoafinnarse, y eso fue más que suficiente como logros a largo plazo.
anteriores, así como contornos levemente visibles de futuras experiencias de
vida y generaciones de generaciones que de alguna manera su vida había to-
cado. Eva empezó a elaborar una nueva manera, creativa y alternativa de ex- TERMINACIÓN
perimentarse a sí misma y a su mundo como profundamente conectado, y-aun-
que a menudo era difícil- como una empresa privilegiada. Entonces llegó la fatídica sesión en la que Eva decidió explorar la posiJ;>ili-
Logró apreciar más en profundidad que su propia historia emocional -<¡ue dad de que podría no necesitar continuar sus sesiones regulares conmigo. Este
era inseparable dd desarrollo de su identidad- había comenzado por direccio- fue un paso importante, y había estado pensando en él durante muchos meses.
nes que no fomentaban la veracidad, la honestidad y la libertad emocional. Em- Eva ya lo estaba haciendo muy bien. Mediante criterios externos, había pro-
pezó a reconocer que sus expediciones románticas estaban tomando una forma gresado en su trabajo y estaba ganando más dinero que nunca. Más importan-
caracteristica repetida expresada en términos como, <<Ven aquVmárchate». Ani~ te, se sentía auténticamente segura de sí misma sobre sus competencias y su va-
maba a una serie de pretendientes potenciales a que se comprometieran muy rá- lor, de manera que Jas sombras de sus inseguridades eran menos frecuentes y
pidamente en una relación compartida. Tan pronto como lo hacían, encontraba rasgos menos dominantes en la iluminación de su vida personal. Había estado
«defectos fatales» en ellos y les ordenaba que se marchasen. Mientras que refle- viéndose con el mismo hombre durante más de seis meses, y no había experi-
xionaba sobre esas relaciones, Eva habló sobre aspectos más diversificados y mentado ansiedad seria o ataques de pánico en el último año. Eva sabía que to-
más profundos de la ansiedad. Admitió que la intimidad, en sí misma, era una davía tenía una vida de cambios frente a ella, y aún se sentía más capaz de en~
experiencia terrible para ella, y que dejar que cualquiera la conociera -sexual- frentarse a su potenciales incógnitas y castigos en su futuro personal.
mente o de otra manera- era una empresa difícil. Parte del tiempo -espe- Yo sabía que la echaría de menos, pero me alegraba de que Eva estuviera
cialmente cuando llegaba a niveles mayores de intimidad con sus preten- considerando terminar. Había trabajado duro y ganado mucho sus habilida-
dientes- se sentía fea, indigna y poco amada. Nunca se lo había dicho a nadie, des para afrontar sus sentimientos, para considerar perspectivas distintas en
y me lo dijo a mí al principio sólo mediante su diario personal. Estaba asustada sus conflictos fenomenológicos, y para sentirse auténticamente bien consigo
por cómo se estaba «abriendo» en algunos momentos de nuestras sesiones. misma en momentos que experimentaba vulnerabilidad. Eva me había ense-
Mlt.NUlt.L DE PSICOTERAPIAS COGNITIVlt.S EST AOO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS

ñado mucho en el proceso, y yo estaba más que agradecido. Cuando final- Encerrado en su poema estaba un ruego de que compartiera con ella mis
mente_ dijo que se sentía bien para dejar de venir a terapia, sonreí. experiencias de nuestro trabajo juntos. Estaba emocionado por su poema y
«Bien. Me alegra que sientas que estás preparada. (Me miró burlonamente.) por su ruego. Respondí con un poema que ha crecido considerablemente con
Yo también pienso que lo estás.» (Su expresión empezó a cambiar a una sonrisa los años. Éste transmite mi respeto constante por los cambios del consejo
conocida.) Nos miramos el uno al otro en lo que parecieron largos momentos. constructivista así como mi profunda apreciación de la complejidad de los
«Pero primero tenemos que verificar algunas cosas», le dije. Lo que yo itn- procesos de desarrollo. Concluyo, pues, con «El peregrino en proceso»:
plicaba se reflejó en que dejó de sonreír y empezó a fruncir el ceño.
«¿Como qué?» me preguntó. Ella parecía algo defensiva e impaciente. Mi- El peregrino en proceso
rándola a la cara, «leí» sus mensajes de ira y frustración. ¿De qué arrieSgada
manera le sugiero que no es la mejor juez sobre cuándo es el momento para Es la época del cambio y te está moviendo de nuevo
dejarlo? ¿Quién me dio el derecho de «Verificarla» y enjuiciar si estaba prepa- En un sendero hacia algo que no puedes desconocer;
rada para hacerlo?
Buscando tu ser en los laberintos del corazón
«¿Como lo que ha pasado aquí? ¿Qué harías? ¿Qué no harías? ¿Qué Y sintiendo, mientras tanto! que no estás solo.
aprendiste de la vida .... y de ti misma?» Ella se calló por un momento. Enton-
ces dijo: «Sí. Sería conveniente que atáramos cabos». Sí, parece que continúas cambiando para bien o para mal
Aceptó venir a la siguiente sesión con una bre~e sinopsis de lo que sentía Y sueñas con los santuarios que todavía tienes que encontrar;
que había ocurrido. Y reconoces tu anhelo como una bendición y una maldición
Cuando Eva llegó a nuestra última sesión formal, yo no estaba preparado. Mientras que te confundes en las prisiones de tu mente.
Había anotado algunas cosas, pero sentía que eran superficiales, y sólo eran
unas pocas líneas. Eva estaba animada cuando me dio un sobre pastel. «¡Lée- Porque por mucho que busques la libertad de tus agonías y miedos
lo!», me dijo. Y lo hice. Lo leí lentamente y a conciencia. Había escrito un bo- Y por más que intentes ver la luz;
nito poema sobre nuestro proceso: Existe un terror tembloroso que tu liberación acerca
Y luchas con los limites de la noche.
Me has pedido que escriba
Y eso es lo que he hecho Puesto que tu Razón es escéptica y rechaza lo que desea,
Mi pena y mi progreso Jugando duro para alcanzar milagros y signos;
¿No son lo mísmo? Hasta que un Testigo gana ímpetu y surge de dentro
He exprimido mi corazón Para manifestar los patrones más allá de lo evidente.
He liberado mi rabia
Y tú has estado junto a mí Entonces se abre una ventana y te permites observar
Parte amigo, en parte sabio Cómo el material de tu Ser está ahí esperando;
Sé que he cambiado Y rú quieres gritar de rabia y quieres llorar de alegria
De formas que no puedo expresar Y te preocupa que sea demasiado tarde.
Sé que soy más
De lo que era ayer Ya que la montaña rusa cae con una fuerza que te vuelve loco
Gracias amigo mío Y te agarras fuerte a verdades que te aguanten;
Por ser tan honesto Sin entender nunca por completo que necesitas sentirte seguro
Gracias, supongo Es lo que te mantiene en marcha
Por ser simplemente Tú
Por ser simplemente Tú Sobrevives a las oscilaciones y comienzas a sentir su parte
Me has ayudado a ver En un proceso cuya dirección es más clara
Que puedo lograr la paz Y te maravillas mientras tu punto de equilibrio se convierte en un hogar habitual,
Siendo solamente Yo Y tu destino de toda la vida se siente, «aquí».
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ESTADO DE LA CUESTIÓN Y PROCESOS TERAPÉUTICOS

Entonces, con cuidado y admiración, con preguntas y búsquedas (UESTIONES SOBRE LAS QUE REFLEXIONAR
Continúas en el sendero que es tu camino;
Sabiendo que has alcanzado las orillas de tu vida interior, 1. ¿Cómo mostró el terapeuta respeto a!~ fenomenología personal del cliente?
Y excursiones más allá no pueden estar lejos. 2. ¿En qué sentido «surgió» el plan de tratamiento del mismo tratamiento?
3. ¿Qué sería una interpretación constructiva de los ci'clos de la cliente sobre
Habrá muchos momentos en los que un punto de vista antiguo parezca muy su estado de ánimo y su aparente «resistencia» al cambio?
fuerte, 4 . ¿Qué importancia tenía prestar atención a metas concretas y abstractas en
Y te preguntes si puedes ·cambiar, realmente; este caso?
Y ahora, desde tu interior, tienes la sensación de que aún quedan cosas por venir 5. ¿Qué representa este caso respecto a cuestiones relaci'onadas con la com-
Y tu viejo punto de vista es d que ahora parece extraño. plejidad de la psicoterapia?

Cuídate mi amigo y escucha los susurros de tu corazón


Mientras que marca su precioso ritmo a través de tus días; REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Estos pensamientos y esperanzas calurosas están contigo en tus jornadas a tra-
vés de todo ... Burrell, M.J. (¡987), «Cognitive psychology, epistemology, and psychotherapy: Amo-
tor-evolutionary perspective», Psychotherapy, 24, 225-232.
Y los senderos de la vida en proceso encuentran sus caminos.
Kauffman, S. A. (1995), At home in the universe, Oxford, Oxford University Press.
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Entonces, estáte sereno, Peregrino en Proceso; aprende a confiar que confiar Cambridge, MA, MIT Press.
es apreciable, Mahoney, M. ]. (1991). Human change processes: The scienttfic foundations o/ psycho-
Y lo mismo podemos decir de lo alegre y dd resto; therapy, Nueva York, Basic Books.
Y recuerda que vivir es un amor en sí mismo Mahoney, M. J. (I995a), Cognitive and constructive psychotherapies, Nueva York,
Y d secreto radica en estar siempre de búsqueda... Springer.
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CONCEPTOS A DESTACAR
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Epistemología evolutiva: la evolución o desarrollo de los sistemas de co- dialogues and practica! issues», en F. Masterpasqua y A. Perna (comps.), The psy-
nocimiento. chologica/ meaning o/ chaos: Selforganization in human development and psycho-
Trabajo del diario personal: una forma de escrito terapéutico en d que los tberapy, Washington, DC, American Psychological Association.
clientes mantienen un diario privado que contiene importantes reflexiones, Markus, N., y Nurius, P. (1986), «Possible selves», American Psychologist, 4I, 954~969.
Neimeyer, R. A. y Mahoney, M. J. {comps.) (1995), Constructivism in psychotherapy,
observaciones y otras experiencias.
Washington, DC, American Psychological Association. .
Tiempo de espejo: un ejercicio en d que d cliente pasa riempo frente a un Strupp, H. H. (1996), «Sorne salient lessons from research and pracnce», Psychothe-
espejo, ya sea en privado o en presencia del terapeuta, mientras describe los rapy: Research and Practice, 33, 135-138.
pensamientos, sensaciones y sentimientos que tiene.
Ejercicios de corporalización: ejercicios diseñados para aumentar la con-
ciencia corporal, el rango de movimientos, el equilibrio y las dimensiones re-
lacionadas de lo corporal.
Oscilaciones: ondas o ciclos de la experiencia que pueden reflejar la cam-
biante «apertura» o «cerrazón» del cliente a lo que está experimentando en un
momento dado.
·~­
·~ ·

TERCERA PARTE

LA FORMACIÓN
DE LOS PSICOTERAPEUTAS COGNITIVOS
CAPÍTUL029

LA FORMACIÓN DEL TERAPEUTA


COGNITIVO EN SUDAMÉRICA

Sara Baringoltz

La terapia cognitiva en Sudamérica tiene desarrollos importantes en Chile


y Argentina, y más recientemente en Brasil. El resto de los países sudamerica-
nos tiene una tradición comportamental importante que ha evolucionado en
.los últimos años hacia un enfoque cognitivo-conductual. Por supuesto que
en cada uno de los países coexisten, con diverso predominio, otros enfoques.
En este capítulo me dedicaré a desarrollar las características dd entrena-
miento del terapeuta cognitivo en el Centro de Terapia Cognitiva de Buenos
Aires, Argentina .

..1·.··l·,.·

)~1
DESARROLLO HISTÓRICO

Quisiera en principio ubicar el surgimiento de la terapia cognitiva en Ar-


gentina dentro del contexto histórico y- social de este país. Buenos Aires, su ca-
pital, y otras ciudades importantes se han caracterizado durante las décadas del
40, 50 y 60 por la jerarquización del enfoque psicoanalítico. Tanto es así que nu-
-~-- merosas publicaciones han señalado que Buenos Aires es la ciudad del mundo
que mayor cantidad de psicoanalistas tiene en relación con el número de habi-
tantes. Durante más de 30 años se incrementa el número de terapeutas con esa
orientación y los psicoanalistas argentinos son reconocidos en el país y en el ex-
terior por su trabajo serio e intenso. A fines de la década del 50 se crea la carre·
ra de Psicología en la Universidad de Buenos Aires, con una orientación clara-
mente psicoanalítica, lo cual influye en la adhesión a este marco teórico de los
-.e· alumnos y profesionales que ingresan al campo laboral clínico. Simultáneamen·
te, la Asociación Psicoanalítica Argentina con sus estudios de postgrado va asen-
tando su presrigio. Se suceden desarrollos de enfoques psicoanalíticos diversos
según las épocas: Freud, Klein, Lacan, etc. Los tratamientos se desarrollaban
durante varios años, con una frecuencia de 3 a 5 sesiones semanales, y el objeti-
vo implicaba cambios en la estructura de personalidad del paciente. El trabajo
entusiasta y sistemático del grupo psicoanalítico tuvo una respuesta positiva en
la amplia clase media argentina. Obsetvadores extranjeros se asombraban de la
LA FORMACIÓN DE LOS PSICOTERAPEUTAS COGNITIVOS 435
434 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS

cantidad de personas que accedían a un tratamiento psicoanalítico {ya sea en gos y psicopedagogos. El punto de partida se sintetiza y simboliza en la famo:
hospitales, clínicas, consultorios privados) y demostraban reconocimiento y va- sa frase de Maslow: «Si la única he"amienta con la que se cuenta es un martr-
loración del mismo. Asimismo fue notoria la presencia del psicoanálisis en el llo, uno tiende a disponer de todo como si fuera un clavo». En otras palabras, el
lenguaje cotidiano, en la temática popular y en los medios de difusión. objetivo del Centro es una actualización científica en psicoterapia desde una
En la década del 70 la siruación política provocó seria inestabilidad en el tra- postura antidogmática. En este sentido, la elección por desarrollar los aportes
bajo universitario y en las instituciones públicas. Muchos profesionales se reple- cognitivos no es casual ya que consideramos a los mismos como algunas de las
garon en su consulta privada, o nudeándose en grupos de esrudio. La posibili- herramientas psicoterapéuticas más valiosas de la actualidad, dentro de un
dad de seguir esrudiando fue una forma de balancear el clima de tensión social marco teórico integrativo y técnico ecléctico.
que se vivía. Algunos se sumergieron a través de la bibliografía en los desarro- Además, la diversidad en la formación psicológica previa de los miembros
llos psicológicos que se estaban produciendo en el resto del mundo y otros via- del grupo, provee un marco de estimulante enfoque multiconvergente. Es de
jaron en búsqueda de aquéllos. La siruación económica del país durante los resaltar que incluimos el aporte cognitivo a una conceptualización más amplia
años 70 y 80 va en creciente deterioro, lo cual hace cada vez menos posible el ac- de la psicoterapia, y que consideramos que trabajamos en forma integrativa en
ceso a tratamientos privados intensivos y prolongados. Las obras sociales y sis- el sentido de que cada terapeuta trata de lograr una síntesis personal. Conside-
temas prepagos se van imponiendo. La amplia franja de la clase media que po- ramos que la psicoterapia es un proceso de ca-construcción entre terapeuta Y
día acceder al psicoanálisis se va estrechando. A la problemática económica se paciente, teniendo en cuenta que cada paciente es único y cada relación tera-
le suma la necesidad de los pacientes de resolver sus problemas con mayor ur- péutica es distinta a otra. No nos ceñimos a un aporte espeáfico dentro del
cognitivismo. Cada paciente es una experiencia singular en la que d terapeuta
gen_cia Yla aceleración del ritmo cotidiano que hace difícil dedicar a la terapia
vanas horas en la semana. La problemática individual se enmarca en un clima elabora una estrategia diferente para llegar a objetivos compartidos.
social de ansiedad por el futuro del país. Después de varios años de gobierno El Centro de Terapia Cognitiva incluye tres áreas: investigación, asistencia
militar, en el año 1983 retoma el poder la democracia. En el mundo psicológico, y docencia. Dedicaremos especial interés a los proyectos de entrenamiento de
emergen con fuerza múltiples abordajes psicoterapéuticos que venían gestándo- profesionales.
se en los últimos años, y otros de larga historia en el país florecen con mayor es-
plendor. Surgen instiruciones y asociaciones que desarrollan distintos enfoques fORMACIÓN DE TERAPEUTAS
psicoterapéuticos con abordajes individuales, vinculares, familiares, y gropales.
Las psicoterapias focalizadas comienzan a ser jerarquizadas. La psicoterapia sis- A partir de 1988 iniciamos un curso de posgrado con una duración de dos
témic~ en sus distintos modelos adquiere un lugar importante en poco tiempo, años dirigido a profesionales de la salud mental que han finalizado su carrera
consnruyendo en la acrualidad un grupo numeroso y con aportes reconocidos universitaria. Este curso denominado «Enfoque cognitivo en psicoterapia
en el país y en el exterior. Otras líneas encuentran un lugar frente a la demanda contemporánea» se desarrolla entre abril y noviembre.
de la gente: gesralt, psicodrama, técnicas corporales, entre otras.
Junto con la diversificación y diferenciación de teorías y técnicas psicote- Pn·meraño
rapéuticas se inicia un movimiento generalizado que cuestiona la rigidez en la
• Características del enfoque cognitivo en psicoterapia, su relación con la
adhesión a teorías y técnicas, apoyando una actitud clínica de mayor flexibili- 1
dad~ int~gración, intercambio creativo y apertura frente a nuevos aportes yac· filosofía y la psicología. .
2. Evolución del conductismo y del psicoanálisis. El concepto de cogni-
tualizactones. En este contexto, la terapia cognitiva surge en el panorama ac-
tual como una alternativa valiosa. ción como puente entre ambos.
3. Distintos aportes en psicoterapia cognitiva.
4. Modelo cognitivo de la depresión. .,
. Empirismo colaborativo. Autoterapia ampliada. Escalas de evaluac1on.
CREACIÓN DEL CENTRO DE TERAPIA COGNITIVA EN BUENOS AIRES 5
6. Esquemas.
En el año 1987 se crea el Centro de Terapia Cognitiva en Buenos Aires. El 7. Planificación de objetivos.
grupo fundador está compuesto por profesionales provenientes de diversas lí- 8. Abordaje del paciente suicida.
n~las t~ri~as y técnicas: terapia sistémica, psicoanálisis, psicodrama, rdaja- 9. Psicofarmacologia.
c1on, tecn1cas corporales, entre otras. En d grupo trabajan médicos, psicólo- 10. Problemas técnicos.
LA FORMACIÓN DE LOS PSICOTERAPEUTAS COGNITIVOS 437
M.l\NV.l\L DE PSICOTERAPf.AS COGNITIVAS

Segundo año te elige una técnica de relajación para aplicarla a los participantes, combinándo-
la con una de imaginería hacia el final del proceso de relajación. La consigna en
1. Niños, adolescentes, familia. ese momento es: «Traten ahora, en este estado de relax, de visualizar imaginaria-
2. Trastornos de ansiedad. mente, tal como si fueran distintas películas, distintas posibilidades de vida en
3. Trastornos de personalidad. esa pequeña ciudad; imaginen cómo sería la vida allí, qué sentirían, qué pensa-
4. La persona del terapeuta. rían ... ». Al terminar el periodo de relajación e imaginería, se pide a los partici-
pantes que anoten en sus registros alternativas de conducta a seguir antes de to-
Algunos autores que forman parte de la bibliografía son A. Beck, A. Ellis, mar la decisión de aceptar o no la propuesta laboral. Finalmente, se vuelve a
D. Meicbenbaum, A. Freeman, M. Goldfried, M. Mahoney,J. Safran, L. Green- evaluar, siguiendo la escala de o a 100, la intensidad de la emoción inicial en el
berg,J. Young, V. Guidano, G. Feixas, Ó. Gon,alves, por citar algunos. momento actual: «Traten ahora de evaluar el estado actual de la emoción que
Partiendo de la base de que el aprendizaje es un proceso dinámico y acti- sentían al principio y ubicarla nuevamente en la escala de o a 100». En el cuadro
vo entre el que enseña y d que aprende tratamos de integrar la teoría cogniti- 1, nos aparece un registro degido al azar entre los participantes.
va con la aplicación clínica y la participación vivencia!. De esta manera el cur-
so se desarrolla a través de: El comentario acerca de los registros de los participantes permite al do-
I. Clases teóricas con posibilidad de planteamiento de preguntas. cente explicar la íntima conexión entre una emoción y las cogniciones. Así, si
2. Juego de roles de entrevistas (con casos clínicos traídos por docentes o alguien piensa en un futuro desempeño con posibilidad de fracaso: se imagi-
alumnos). na solo, y no sabe qué será de su vida y la de sus familiares en una ciudad des-
. 3. Análisis de entrevistas grabadas. Trabajo en pequeños grupos con obje- conocida, el correlato esperable es el miedo. No aparecería esta emoción si al-
tivos (por ej., planificación de estrategia psicoterapéutica de un caso clínico). guien piensa: «Qué suerte; es la propuesta que esperaba en ~¡ vi~~· Me veo
feliz, ésta es la solución para los problemas económicos de m1 familia».
·~·
4. Utilización de vídeos (por ej., primera entrevista, fragmentos de un tra-
tamiento completo, etc.). . La vivencia de los participantes permite experimentar el modo en que una
5. Utilización de cámara Gesell (observación de entrevistas).
6. Discusión de casos clínicos.
~: serie de técnicas tales como la relajación, la imaginería, las escalas, el registro,
las alternativas, entre otras, puede cambiar el enfoque de un problema y co-
7. Supervisión de casos. rrelativamente la intensidad de una emoción. Desde luego esta combinación
8. Trabajo con el estilo cognitivo del profesional. de técnicas es variable según las situaciones planteadas y depende en gran me-
9. <9uegos cogrútivos»: su objetivo es vivenciar a través de ellos: a)qué es la dida de la formación del docente o terapeuta y de su capacidad creativa.
terapia cognitiva, cuáles sus bases teóricas; b) cómo se la aplica. A partir de estos
juegos el participante puede vivir la experiencia de cómo las emociones se mo- CUADRO 1. Un ejemplo de «juego _cognitivo» realizado por un terapeuta.
difican en interacción constante con ideas y conductas. Notamos que partir de EMOCIÓN
EMOCIÓN PENSAMIENTOS ALTERNATIVAS
la experiencia para llegar a una conceptualización del modelo constituye una DE CONDUCTA
E IMÁGENES
excelente vía de acceso al entrenamiento. Detengámosnos en un ejemplo de jue- A SEGUIR ANTES
go para conceptualizar el modelo teórico de las emociones, la relación entre DE LA DECISIÓN
pensamiento-emoción y conducta y una combinación múltiple de técnicas. Se Miedo
dramatiza con los participantes una situación en la que reciben una carta. Ésta Pedir más información Miedo
puntuación: 90 Pienso en que no voy a
proviene de Australia y contiene un ofrecimiento laboral para trabajar en una poder desempeñarme sobre las características puntuación: 45
pequeña ciudad a 200 km de la capital. El sueldo ofrecido triplica el que ac- bien. de la ciudad, el tipo
tualmente recibe la persona destinataria de la carta. El contrato es por 5años. La Me veo sin amigos. de gente, de ambiente
¿Qué haré con mi familia? laboral, posibilidades
decisión de aceptar o no el ofrecimiento debe ser tomada en 15 días. Se pide a las
¿La podré llevar? para mi familia.
personas desde el papel del que está leyendo la carta que efectúen un registro Consultar la propuesta
Pienso que es una
por escrito de la emoción o emociones predominantes que sienten al leer la car- con mi familia.
oportunidad de vida
ta, el monto de la/s mismaís en una escala de o a 100, considerando que 100 es que vale la pena.
el máximo de intensidad. A continuación, se les pide que anoten los pensa-
mientos o imágenes que aparezcan. El paso siguiente consiste en que d docen-
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS LA FORMACIÓN DE LOS PSICOTERAPEUTAS COGNITIVOS 439

Hemos desarrollado una serie de «juegos cognitivos» adecuados para d turo. Algunas frases típicas y significativas de asombro y duda que la terapia
entrenamiento en distintos puntos del programa: técnicas específicas, manejo cognitiva produce en los pacientes son: «Me sorprende que usted me hable»,
de las emociones del terapeuta, manejo de situaciones críticas (por ej., el peli- «¿Si no sufro me voy a curar?», «Menos mal que usted no insiste sobre mi pasa-
gro de suicidio). dÓ», «¿Con una vez por semana podría mejorar?», «Usted me trata como a una
Si bien esta técnica no es totalmente novedosa, y se acerca en parte al uso persona, no como si fuera un caso», «Si me vuelvo a deprimir creo que sabría
de la dramatización y/o técnicas guestálticas para la posibilidad de entrenar en cómo hacer para que no sea tan doloroso como lo fue anteriormente».
eXperiencias, consideramos que Ja idea de «juego cognitivo» tiene que ver con
el concepto de «aprender jugando» aplicado a la autopercepción acerca de
cómo se van produciendo los cambios en los procesos cognitivos y en las emo- DIFICULTADES CULTURALES
ciones involucradas.
En general nos encontramos con algunas dificultades propias de la cultu-
ra de nuestro medio:
TIPO DE PROFESIONALES QUE SE FORMAN EN EL CENTRO
DE TERAPIA COGNITIVA Y TIPO DE PACIENTES A. Los pacientes no están acostumbrados a focalizar y resolver proble-
mas. Creemos que esto tiene que ver con que están inmersos en una sociedad
Es interesante considerar d tipo de profesionales que se acercan a nuestra que no está orientada a resolver problemas de un modo sistemático, organiza·
~stitución para formarse. También es interesante d tipo de pacientes que reci- do y con planes a corto y largo alcance. También debemos considerar la in-
bunos. La cultura psicológica predominante en Argentina, y especialmente en fluencia de la cultura psicoanalitica tradicional que promueve el discurso libre
Buenos Aires, tanto en los terapeutas como en los pacientes (inmersos en ella a y no la focalización.
través de los medios de comunicación masivos: TV, revistas, periódico8, radio) B. A los pacientes les cuesta realizar tareas terapéuticas fuera de las horas
valora los «cambios profundOS». Sería esperable de acuerdo con esta cultura de entrevista. La actitud es de dependencia y pasividad esperando recibir cura
que los profesionales que lleguen al Centro de Terapia Cognitiva fuesen psico- durante la sesión. Les resulta difícil hacer el esfuerzo de seguir trabajando te-
terapeutas novatos que buscasen técnicas rápidas para responder a las deman- rapéuticamente durante la semana. Si bien no se puede generalizar, es de con-
das de los pacientes. Sin embargo, la realidad es muy distinta. Nos encontramos siderar que este rasgo caracteriza a la población en general, manifestándose en
con que llegan profesionales de larga trayectoria y experiencia que han ido cam- distintas áreas como por citar un ejemplo en el ámbito político-económico en
biando de enfoque teórico, gente con interés en nuevos aportes psicológicos y d que se esperan soluciones mágicas sin mucho esfuerzo. Desde luego esta de-
que siguen a la búsqueda de un enfoque teórico y técnico que los satisfaga en su manda exacerbada responde a frustraciones reiteradas y esfuerzos poco pro-
nivd científico y que sea acorde con su estilo personal. Algunos buscan nuevos ductivos. Volviendo al plano psicoterapéutico es de destacar que en otras for-
aportes que puedan integrar a su forma de trabajo y que impliquen respuestas a mas de terapias también aparece como típica la actitud pasiva y demandante
ciertas patologías Ymotivos de consulta. Si bien buscan terapias de mayor foca- del paciente. La diferencia con la terapia cognitiva estaría en que es en este
lización que d psicoanálisis, no estan fascinados por la brevedad de una terapia, tipo de enfoque donde se pone más de manifiesto por la índole de la tarea.
sino que más bien jerarquizan d mantenimiento de resultados y la prevención
de recaídas. Muchos terapeutas tienen una formación y un entrenamiento en te-
rapias focalizadas tal como las corrientes sistémicas, y buscan aportes que com- IMPLEMENTACIÓN DE LA TERAPIA COGNITIVA
pleten en un trabajo intrapsiquico d manejo de lo interacciona!.
Hemos observado que d tipo de pacientes derivados al centro, en su ma- A partir de las dificultades planteadas en los puntos A y B tenemos .en
yoría han pasado por más de una experiencia terapéutica con poco éxito. Por cuenta algunas consideraciones en la implementación de la terapia cognitiva
lo tanto, se acercan buscando un aporte distinto para su problemática. Pare- en nuestro medio:
ciera que en d transcurso de la terapia los pacientes se muestran muy motiva-
dos por las ·Características dd terapeuta que trabaja en uoo línea cognitiva: la 1. El periodo de socialización de los pacientes es bastante prolongado.
no pasividad, el compromiso personal, d vfuculo empático y cálido, y por Enfatizamos en la socialización: a) la focalización y la jerarquización de pro-
ciertas características de las sesiones en cuanto al trabajo en equipo y a la ad- blemas a ser tratados, y b) la autoterapia ampliada, o sea las tareas terapéuticas
quisición de autonomía por el paciente para afrontar sus problemas en un fu- más allá de la hora de consulta.
LA FORMACIÓN DE LOS PSICOTERAPEUT AS COGNITIVOS 441
440 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS

. Consideramos fundamental desarrollar la capacidad creativa de los te·


Utilizamos la ejemplificación y entrenamiento durante la sesión de las
2. 4
tareas sugeridas para el intervalo entre una entrevista y la siguiente. rapeutas utilizando la combinación técnica más adecuada dentro de una ex·
3. Los contenidos informativos, como por ejemplo bibliografía para pa- periencia emocional vincular específica para el logro de objetivos.
cientes son leídos y/o comentados con el terapeuta, ya que el paciente por sí 5. El terapeuta no es un observador ni un conductor neutral del proceso.
mismo difícilmente lo leerá. Su persona está involucrada en el vínculo y en la dirección del cambio. Esta
4. La colaboración del paciente a los fines de investigación es muy difícil. premisa nos ha llevado a introducir en el entrenamiento de prof~~;ionales. un
5. El tratamiento estándar de 16 a 20 sesiones es sólo aplicable a un núme-
tipo de supervisión especial centrada en el terapeuta. Este trabajo lo realiza-
ro reducido de pacientes. Tratamientos más prolongados son requeridos, no mos en grupo. La temática central de estos grupos e~ el eje de intersección en
sólo por trastornos de personalidad que lo hacen indispensable, sino también el cual se cruzan las creencias del terapeuta y las del paciente. El objetivo es, a
por características de una población que tiene un ritmo más lento para llegar a través de la dinámica grupal, provocar en el terapeuta una disonancia que le
los objetivos terapéuticos, y una cosmovisión distinta de la psicoterapia. permita desempantanar aspectos del caso supervisado y una reestr.ucturació?
de aspectos de su sistema de creencias. La modalidad grupal permite la apan-
ción de alternativas teniendo en cuenta la visión de los distintos integrantes
A través de los años el entrenamiento de profesionales fue variando de acuer-
que aportan sus propias construcciones. El papel del coordinador es el de
do a dos variables: las características de los pacientes que demandan ayuda y la
configuración de una identidad más específica en los profesionales del Centro de orientar el trabajo, manteniéndolo en el punto óptimo de balance entre un tra-
bajo terapéutico y uno de supervisión clásica, centrándose en la ~rofu~diza­
Terapia Cognitiva. Según estas variables realizamos todos los años una actualiza-
ción y movilización de aquellos esquemas del terapeuta que se activan e mflu·
ción de nuevos aportes cognitivos y tratamos de adaptarlos a las características de
nuestra población y de cada caso en particular. Para ello no sólo renovamos los yen en el trabajo clínico.
programas de postgrado sino que también realizamos un entrenamiento cons-
tante con la gente que luego de esa formación se incorpora como miembro de la Considero que este tipo de trabajo es uno de los aportes más originales que
institución. Semanalmente funcionan espacios de: supervisión de casos, actuali- hemos desarrollado en el tema de entrenamiento de profesionales. Dado
que múltiples investigaciones señalan que la incidencia de la persona del tera·
zaciones teóricas y clínicas, grnpos de entrenamiento sobre temas específicos
{trastornos de alimentación, ataque de pánico, mediación en pareja y familia, pa- peuta en el proceso terapéutico es varias veces superior a la ~in~idencia del ~n­
foque teórico y técnico utilizado, considero que las caractensucas de este upo
cientes con compromiso somático, trastornos psicopedagógicos, grupos con pro-
blemáticas específicas, etc.). Sistemáticamente invitamos a profesionales de pres- de supervisión brindan la posibilidad de ser más conscientes de nu.estra per-
sona como herramienta de trabajo, más consistentes entre nuestra vida perso-
tigio internacional que realizan seminarios sobre distintos aportes cognitivos.
nal y profesional, y más flexibles en el posicionamiento terapéutico.

PREMISAS

Algunas premisas importantes que tratamos de transmitir en el entrena-


miento de profesionales son las siguientes:

1. Tenemos como meta que los terapeutas tengan una formación amplia
en los distintos enfoques, valorando tanto las terapias de reestructuración cog-
nitiva como los enfoques más constructivistas.
2. La modalidad de trabajo es integrativa ya que se incorporan los aportes
cognitivos al estilo personal y a la experiencia previa. La integración se realiza
desde el terapeuta.
3. Representamos el proceso terapéutico con una metáfora: un viaje. Lo
planeamos, consideramos la posibilidad de que incluya distintas etapas, con
distmtos abordajes según los objetivos y con la posibilidad de cambiar el iri-
nerario si lo consideramos adecuado.
CAPÍTUL030

LA FORMACIÓN DEL TERAPEUTA


COGNITIVO EN ESPAÑA

Manuel Vi/legas Besora y Empar Torres Aixa!a

INTRODUCCIÓN

¿Qué hay que hacer para formarse como terapeuta cognitivo en España?
Podríamos contestar a esta pregunta indicando simplemente que seguir unos
cursos de postgrado de formación en psicoterapia de orientación cognitiva,
después de haber obtenido una licenciatura en Psicología o Medicina, y acre-
ditarse posteriormente como psicoterapeuta en una Asociación de Terapias
Cognitivas reconocida por la FEAP (Federación Española de Asociaciones de
Psicoterapeutas).
Ahora bien, una constatación sorprendente en el panorama de la psicote·
rapia española es la escasez de asociaciones, centros de formación, departa·
mentas universitarios, consultorios públicos o privados que tengan como mo-
delo de referencia las terapias cognitivas. Como ejemplo paradigmático baste
decir que la primera Asociación de Terapeutas cognitivos de ámbito nacional
(ASEPCO), como se verá más adelante, no se constituyó legalmente hasta 1992.
Diversas son las razones, a nuestro juicio, que pueden explicar d escaso
arraigo que las terapias cognitivas tienen en España. Por una parte d predo-
minio del psicoanálisis tanto en el ámbito cultural, como en el de intervención
y formación. Predominio compartido con el modelo conductual, particular-
mente potenciado por la enseñanza universitaria, al considerarse el único ba-
sado en el método experimental. Por otra, la simplificación con la que han lle-
gado al gran público, y también a los profesionales, los postulados básicos de
las terapias cognitivas.
Aunque hoy día se están corrigiendo algunas de estas deficiencias con la pu-
blicación en castellano de las obras originales de los autores más representativos
de la terapia cognitiva, así como con trabajos posteriores más específicos y da-
borados, y con la impartición de seminarios a cargo de representantes mundia-
les de este paradigma, persiste todavía un gran desconocimiento y confusión.
Para paliar en la medida de lo posible estas deficiencias conviene, proba-
blemente, en primer lugar, empezar por ampliar el concepto de terapia cogni-
tiva. Hoy en día podemos incluir una vasta gama de tendencias bajo esta deno-
444 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS LA FORMACIÓN DE LOS PSICOTERAPEUTAS COGNITIVOS 445

minación. Las terapias conductuales, por ejemplo, han evolucionado paulati- ta a los significados, más que a las reglas de la lógica, donde no se habla de
namente hacia una integración de los aspectos cognitivos, de modo que se ha- errores, sino de construcciones alternativas de la realidad y la experiencia.
bla de un nuevo modelo «cognitivo-conductuah>, lejos ya de las rigideces de los Cinco congresos internacionales (dos de ellos en España, Barcelona 1992, Te-
planteamientos skinnerianos, en los que no se admitía mediación cognitiva en- nerife 1996) y la creación reciente de una asociación internacional, promovida
tre ambiente y respuesta. Autores como Bandura (1996) o Meichenbaum (1994) por Michael Mahoney (1996) bajo el nombre genérico de Constructivist Chan-
· han contribuido decisivamente a ello. Por su parte, las terapias cognitivas ra- ge, avalan esta tendencia que se conoce con el nombre genérico de «Cons-
cionales, como la de Ellis {¡995), insisten también últimamente en considerarse tructivismo en Psicoterapia».
de alguna manera cognitivo-conductuales, puesto que Ellis ha propuesto ac- Algunos como Mahoney y Gabriel (1987) han establecido dentro del ám-
tualizar la designación de su método como: «Terapia Racíonal-Emotivo-Con- bito de las terapias cognitivas una división entre terapias racionales y terapias
ductual». constructivistas. Se trata, evidentemente, de una división posible; pero en la
Recientemente se ha celebrado en Copenhague entre el 10 y 15 de julio de actualidad tal vez no pueda llevarse a cabo de un_ modo tan nítido, puesto que
1995 el Congreso Mundial de Terapias Cognitivas y Conductuales que ha reu- autores tan representativos de las primeras, como Beck (Beck y Freeman,
nido a las dos principales asociaciones internacionales de ambas tendencias. 1992; Haaga y Beck, 1993), o incluso Meichenbaum (Meichenbaum, 1994; Mei-
No significa esto que se haya llegado a una especie de ecumenismo ideológi- chenbaum y Fritzpatrick, 1993), tiñen sus últimos tr~bajos de una coloración
co, pero sí, al menos, que existe una predisposición a la consideración mutua constructivista, por la importancia que dan a las narrativas, a los significados
y una aceptación implícita de una tendencia integradora. que los sujetos otorgan a su experiencia, etc.
Igualmente en el seno de la FEAP (Federación Española de Asociaciones En este trabajo de presentación de las psicoterapias cognitivas en España
de Psicoterapeutas) y de acuerdo con el Título IV, articulas 16, 17 y 18 de sus tomaremos una perspectiva amplia y abierta como la que hasta ahora hemos
Estatutos se ha constituido la Sección de Terapias Cognitivas y Conductuales, seguido, de modo que nos referiremos a los enfoques hasta aquí considerados:
que agrupa a Asociaciones de Terapeutas de ambas orientaciones, que tiene cognitivo-conductual, cognitivo-racional y cognitivo-constructivista. Hare-
como principales objetivos: mos mención en primer lugar de la Asociación Española de Psicoterapias
Cognitivas (ASEPCO) que las acoge a todas. Describiremos, a continuación,
-Potenciar el desarrollo científico y profesional de las terapias cognitivas los distintos programas formativos que se pueden seguir en España, indican-
y conductuales en sus diferentes orientaciones teóricas, técnicas y prácticas y do sus características más específicas. Las limitaciones de espacio y de datos
en sus distintos ámbitos de aplicación. disponibles no harán probablemente justicia a todas las iniciativas en este
-Elaborar estándares de cualificación para los psicoterapeutas de la sec- campo. Nos excusamos ya desde este momento, al tiempo que agradeceremos
ción, de acuerdo con las normas de la FEAP, y coordinar los criterios especí- cualquier información complementaria que pueda enriquecer en un futuro
ficos que sobre la acreditación de psicoterapeutas cognitivos y conductuales este texto.
desarrollen las asociaciones miembro de la sección.
-Avalar los programas de formación en psicoterapia cognitivas y con-
ductuales que así lo soliciten y que cumplan los estándares de cualificación Asoc1Ac10NES
exigidos.
Denominación: ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE PSICOTERAPIAS
Dentro del arco de las terapias cognitivas consideramos también a las te- COGNITIVAS (ASEPCO)
rapias constructivistas, aunque el constructivismo afecte en la actualidad
como metateoría igualmente a otros paradigmas, por ejemplo al sistémico. No Historia: La Asociación Española de Psicoterapias Cognitivas (ASEPCO)
resulta fácil definir las terapias constructivistas. Tal vez la psicología de los nace en Barcelona en mayo de 1992 y presenta sus estaturos a la aprobación del
constructos personales de Kelly, cuya asociación celebró en Barcelona, entre Ministerio del Interior, siendo reconocida por éste en fecha 27 de octubre de 1992,
el J y el 7 julio de 1995 su XI Congreso Internacional, configure el corpus teó- e inscrita en d Registro de Asociaciones con el número 113.710. Admitida como
rico y técnico mejor deftnido en este campo. miembro ordinario de la FEAP en fecha 10 de julio de 1995. Sus promotores son
Pero junto a ella se consideran otras terapias que toman básicamente su los profesores Manuel Villegas y Guillem Feixas de la Universidad de Barcelona,
inspiración metodológíca del diálogo socrático resucitado por Beck (Beck, que juntamente con Ignacio Preciado médico psicoterapeuta, instituyen la prime-
Rush, Shaw y Emery, 1979) aunque con una actitud menos racionalista, abier- ra Junta Directiva provisional. Surge de la necesidad de otorgar un marco institu-
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIV.AS LA FORM.ACJÓN DE LOS PSICOTER.APEUTAS COGNITIVOS 447

cional a quienes se forman como terapeutas cognitivos en España o en el extran- De forma más especifica en la Asociación Española de Psicoterapias Cog-
jero y promover su acreditación en el seno de la FEAP (Federación Española de nitivas (ASEPCO) se considera titulación de acceso la licenciatura en Psicolo-
. Asociaciones de Psicoterapeutas). Mantiene lazos institucionales con algunas aso- gía o Medicina. Con posterioridad a la licenciatura los recién titulados debe-
ciaciones extranjeras, particularmente con la Societit Italiana di Terapia Cogniti- ráÍl completar un ciclo formativo de 800 ·horas teórico-prácticas, de las que
va e Comportamentale y en la actualidad lleva a cabo los contactos necesarios 600, por lo menos, deben ser de orientación cognitiva. Las otras 200 pueden
· para asociarse con la Intemational Association for Cognitive Psychotherapy. ser de distintas orientaciones. Dentro del total de horas de formación se con-
sidera la elaboración de una memoria del trabajo clínico realizado con un en-
Objetivos: De acuerdo co11 cuanto se establece en el articulo 2º de los Es- foque cognitivo (que tendrá un valor equivalente a 5 créditos o 50 horas del
tatutos de la Asociación Española de Psicoterapias Cognitivas (ASEPCO), los periodo formativo) y que será evaluada por el Comité Científico de la Aso-
objeti.vos de la asociación pueden resumirse en los siguientes: ciación a fin de acceder a Ja acreditación como psicoterapeuta.
Para los profesionales de la psicoterapia que ya tienen cinco años de acti-
-Fomentar la investigación y el estudio en psicoterapia cognitiva. vidad en el ámbito clínico y que desean ser acreditados en la Asociación Es-
-Promover la formación permanente de los miembros acreditados y po- pañola de Psicoterapias Cognitivas (ASEPCO), se requiere la elaboración
sibilitar la acreditación de los miembros adherentes. igualmente de una memoria del trabajo clínico realizado con un enfoque cog-
-Organizar actividades de divulgación científica, tales como conferencias nitivo. Si además, la formación de postgrado que han recibido los aspirantes
y congresos. no se ha basado en la orientación cognitiva se deberá completar con cuatro-
-Colaborar con entidades afines, tanto en España como en el extranjero, cientas horas teóricas y .técnicas en psicoterapias cognitivas.
y establecer lazos institucionales con asociaciones homólogas de ámbito na- De acuerdo con los criterios consensuados con las asociaciones que inte-
cional e internacional. gran la Sección de Terapias Cognitivas y Conductuales de la FEAP, aunque
no se exige para llegar a ser psicoterapeuta, se recomienda una formación ex-
Actividades: Entre las actividades más destacadas de la Asociación Espa- periencia! a través de la propia terapia personal (individual o en grupo) o, bien
ñola de Psicoterapias Cognitivas (ASEPCO) está la formación de sus propios con la supetvisión personalizada de los primeros años de ejercicio profesional.
miembros, orientada, en una primera fase, a proporcionar los recursos nece-
sarios para que los candidatos a ingresar en la asociación puedan llevar a cabo
su proceso formativo, de acuerdo con las exigencias de acreditación y la orien- CURSOS
tación de tipo cognitivo en psicoterapia. A este fin se ha establecido una cola-
boración estrecha con algunos cursos universitarios de postgrado y otros cen- Máster en terapia cognitivo-social
tros donde se practica docencia y supervisión. Se prevé, igualmente, la
promoción de otras actividades científicas, tales como congresos, conferencias Organismo: Departament de Personalitat, Avaluació i Tractament Psi-
y publicaciones, destinadas a la investigación y estudio de las modalidades cológics. Facultat de Psicologia, Universitat de Barcelona.
teóricas y técnicas propias de las terapias cognitivas, así como a la difusión de
las actividades propiamente asociativas. Descripdón: El máster en terapia cognitivo-social se inició en el curso 1989-
1990 con una duración de dos años y una titulación de diploma de postgrado.
Criterios específicos de acreditación: En el articulo 22 de los Estatutos de la En su sexta convocaroria, con inicio en el curso 1995-1996, amplió sus conteni-
Asociación Española de Psicoterapias Cognitivas (ASEPCO) se especifica que dos y duración hasta llegar a los tres años. En la actualidad, a partir de la sép-
la asociación <<Se adhiere a los criterios de acreditación establecidos por los tima convocatoria, curso 1996-I997, ha sido reconocido como máster por el
Estatutos de la FEAP (Federación Española de Asociaciones de Psicotera- Consejo Social de la Universitat de Barcelona.
peutas) en sus articulos 20, 21 y 22 y a las modificaciones que puedan experi-
mentar en el futuro, aceptando como criterios mínimos los que establezca di- Programa de formación: El curso ofrece un programa completo de forma-
cha federación. En consecuencia exigirá su cumplimiento a cuantos deseen ción en psicoterapia desde una perspectiva cognitivo-constructivista y sisté-
ser admitidos como socios ordinarios de la asociación, sin prejuicio de otros mica, orientado a desarrollar los conocimientos y las habilidades terapéuticas
criterios adicionales que puedan ser acordados por la Junta Directiva, a pro- básicas en el ámbito individual, de pareja y de familia. El programa del curso
puesta de la Comisión Científica». máster en terapia cognitivo-social está constituido por cuatro áreas: epistemo-
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS LA FORMACIÓN DE LOS PSICOTERAPEUTAS COGNITIVOS 449

logía, metodología, psicopatología y ambitos de intervención que configuran Máster en psicología clínica y psicoterapia
el plan de estudios. La concepción didáctica del programa contempla una for- Organismo: Facultat de Psicologia i Pedagogia <<l3lanquema>>, Universitat
iriación básica, orientada al entrenamiento y profundización teórico·práctica Ramon Llull.
de las técnicas de intervención terapéutica, una formación especializada, inte·
grada por seminarios monográficos, desarrollados por destacados autores y Descripción: Creado dentro del marco de las enseñanzas de tercer ciclo de
profesionales de prestigio internacional, y una formación clínica, basada en el la Faculta! de Psicología i Pedagogia «Blanquema» de la U niversitat Ramon
seguimiento de_prácticas in vivo en diversos centros públicos y privados y la Llull, se convoca por primera vez durante el curso 1995.1996.
superviSión de los primeros años de práctica de la psicoterapia.
El curso tiene una duración de 3 años. El programa trienal se desarrolla Programa de formación: El programa ofrece una triple perspectiva: cogni-
durante el primer semestre de cada año de enero a junio. El curso ofrece, ade- tiva. constructivista y sistémica, tanto en el ámbito individual como de grupo,
más de. las prácticas en centros de salud mental, un total de 600 horas. Cons- pareja y/o familia. Tiene una duración de 2 años, con un total de 5oohoras, de
ta de asignaturas básicas que se desarrollan entre semana y de seminarios mo· las cuales cien pertenecen al practicum. El título de máster que ofrece cumple
nográficos de especialización quincenales, en fines de semana. los criterios de formación y acreditación de psicoterapeutas establecidos por
la Comunidad Europea (EAP) para homologar y acreditar el ejercicio profe-
Docencia: Las clases semanales son impartidas por profesores universitarios sional de la psicoterapia.
y por otros profesionales, psicólogos o psiquiatras, especialistas en cada mate- Como actividades didácticas se organizan: clases semanales, seminarios de
ria. Los seminarios de fin de semana son impartidos por profesores invitados fin de semana, prácticum I (habilidades terapéuticas básicas y conceptualiza-
provenientes de diversas universidades o centros españoles o extranjeros. ción de casos), practicum II (estrategias y técnicas de intervención) y supervi-
Los centros de prácticas, tanto públicos como privados, han firmado con- sión de casos.
venios con la Universitat de Barcelona y se hallan distribuidos por todo el te-
rritorio catalán e incluso algunos ofrecen la posibilidad de llevar· a cabo prác- Docencia: El cuadro docente básico que imparte las clases semanales· a lo
ticas residenciales en el resto de España y en el extranjero.. largo del curso está formado por profesores de la Universitat Ramon Llull Y
profesores de la Universitat de Barcelona. Este máster tiene establecido un
Dirección del curso: Doctores Guillem Feixas Víaplana y Manuel Villegas convenio con el máster en terapia cognitivo·social de la Universitat de Barce-
Besora, Profesores Titulares de la Facultar de Psicología (Universitat de Barce- lona con el cual comparte parte de los contenidos del programa.
lona).
Dirección: Doctor Lluis Botella García del Cid, Profesor Tirular de la Fa-
Criterios y requ~sitos de admisión: El curso recoge en sus planteamientos cultar de Psicología i Pedagogía «Blanquema» (Universitat Ramon Llull).
las directrices indicadas por la European Association for Psychotherapy (EAP)
y la Federación Española de Asociaciones de Psicoterapeutas (FEAP).
Criterios y requisitos de admisión: Destinado a licenciados en Psicología,
Medicina o Psicopedagogía exige la tirulación previa correspondiente
Está dirigido exclusivamente a psicólogos clínicos y médicos psiquiatras
que deseen especializarse en este enfoque o iniciarse en la práctica de la psi-
Titulación: Los titulados que superen las pruebas de evaluación obtienen
coterapia. El requisito indispensable para la admisión en el curso y obtención
título propio de la Universitat Ramon Llull.
del título de máster en terapia cognitivo-social es el de estar previamente en
posesión de una titulación superior (doctor, licenciado) en Psicología o Medi- Curso de experto universitario en terapias cognitivas
cina (Psiquiatria).
Organismo: Fundación Empresa-Universidad de La Laguna.
Titulación: Al final de los tres cursos, el rector de la Universitat de Barce-
lona otorga el diploma de máster en terapia cognitivo-social. Para acceder a él 1
¡ Descripción: Creado dentro del marco de los estudios de tercer ciclo que
es necesario haber superado las evaluaciones correspondientes, consistentes ofrece la Facultad de Psicología de la Universidad de La Laguna, se convoca
en la redacción de una memoria de trabajo clínico y los ejercicios individuales por primera vez durante-el curso 1993-1994.
o grupales indicados.
---..

LA FORMACIÓN DE LOS PSICOTERAPEUT AS COGNITIVOS 451


450 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS

Programa de formación: El programa tiene una duración de·1 año, con un cognitiva). El objetivo básico de formación es la adquisición de conocimien-
total de 200 horas. Está destinado a principalmente a psicólogos clínicos y psi- tos, destrezas y actitudes suficientes para indicar, conducir y evaluar un trata-
quiatras, pero también pueden acceder otros profesionales de la relación de miento psicoterapéutico (sea psicodinámico o cognitivo). La psicoterapia psi-
ayuda. En el planteamiento del curso se ha tenido en cuenta las directrices in- codinámica ocupa el primer año y la mitad del segundo y la terapia .cognitiva
dicadas por la European Association for Psychotherapy (EAP) y la Federa- ocupa el segundo año; para ambas modalidades se organizan actividades di-
ción Española de Asociaciones de Psicoterapeutas (FEAP), a fin de homolo- dácticas que incluyen aspectos teóricos, teoría de la práctica y práctica. Las
gar y acreditar el ejercicio profesional de la psicoterapia en el ámbito de la prácticas comprenden sesiones de diagnóstico y de tratamiento y se realizan
Unión Europea, así como los criterios de formación propuestos por ia Aso- con historias clínicas de pacientes aportados por los alumnos.
ciación Española de Psicoterapias Cognitivas (ASEPCO). El objetivo básico
del curso es desarrollar un ciclo inicial de formación en psicoterapia desde la Docencia: El programa cuenta con la colaboración-de terapeutas profesio-
doble perspectiva cognitivo-conductual y cognitivo-constructivista. nales psicoanalistas y terapeutas cognitivos, además de la participación de
profesores de diversas universidades españolas.
Docencia: Se desarrolla en seminarios teórico-prácticos, de 10 horas, im-
partidos quincenalmente en régimen de fin de semana (viernes-sábado). El Dirección: Doctor Manuel Gómez Beneyto, Catedrático de Psiquiatría de
cuadro docente está compuesto básicamente por profesores de la Universidad la Universitat de Valencia.
de La Laguna y profesores de otras universidades o centros españoles, con-
tando también con la participación de docentes extranjeros, como Robert Criterios y requisitos d~ admisión: Está destinado a licenciados en Medici-
Neimeyer (Memphis State University, EE.UU.), y Jeremy Safran (New School na o Psicología, a los cuales se le pide una experiencia clínica en servicios de
of Social Research, EE.UU.). salud mental mínima de dos años y que tengan la posibilidad de hacer trata-
mientos psicoterapéuticos en su trabajo actual.
Dirección: Doctores M' Teresa Miró Barrachina y Juan I. Capafons Bonet,
profesores titulares de la Facultad.de Psicología (Universidad de la Laguna). Titulación: Los titulados que superen las pruebas de evaluación obtienen
título propio de la Universitat de Valencia.
Criterios y requisitos de admisión: Se requiere estar en posesión de alguna
titulación superior por una universidad española o extranjera (en este último Máster en psicología clínica y de la salud
caso la titulación debe estar homologada), realizándose un proceso de selec-
ción en función del currículum académico y profesional presentado. Organismo: Instituto Superior de Estudios Psicológicos (ISEP)

Titulación: Los alumnos que superen las pruebas de evaluación obtienen Descripción: El Instituto Superior de Estudios Psicológicos (ISEP) fue uno
título propio de la Universidad de La Laguna. La evaluación contempla la ela- de los primeros centros de postgrado que ofreció estudios de psicología en Es-
boración de una memoria bajo la supervisión de los directores del curso. paña. Actualmente se vislumbra como una de las instituciones docentes de ma-
yor difusión de nuestro país, con sede central en Barcelona y delegaciones en
Madrid, Valencia, Palma de Mallorca y San Sebastián. ISEP imparte cursos de
Máster en psicoterapia individual postgrado y másters en psicología clínica y de la salud, formación de psicólogos
Organismo: Departament de Medicina de la Universitat de Valencia. en servicios sociales, asesoramiento psicopedagógico y logopedia.

Descripción: Creado dentro del marco de las enseñanzas de tercer ciclo Programa de formación: El programa, de orientación cognitivo-conductual, se
que ofrece el Departamento de Medicina de la Universitat de Valencia, se estructura en 2 cursos con una duración total de 540 horas. El objetivo del primer
convoca por primera vez durante el curso 1995-1996. curso es formar al alumno en las estrategias de evaluación y tratamiento utiliza-
das en los trastornos del comportamiento más frecuentes en la práctica clínica.
Programa de formación: El programa, compuesto de dos líneas teóricas
psicodinámica y cognitiva, tiene una duración de 2 años, con un total de 400 Docencia: Los docentes españoles pertenecen a ISEP, institución que
horas (de las cuales 300 son de psicoterapia psicodinámica y too de terapia mantiene un estrecho contacto con el Center for Therapy (Filadelfia), diri-
l
.

452 MANUAL DE PSICOTERAPlAS COGNITIVAS LA FORMACIÓN DE LOS PSICOTERAPEUTAS COGNITIVOS 453

gido por el doctor A. T. Beck, fundador de la terapia cognitiva·, y con el Insti- Los programas de los dos másters se desarrollan desde el punto de vista
tute for Rational-Emotive Therapy (Nueva York), cuya figura más destacada teórico y al mismo tiempo de forma práctica, con la presentación de grabacio-
_es el doctor A. Ellis, fundador de la RET. Además tiene un convenio de cola- nes y vídeos de situaciones terapéuticas, así como la participación de los alum-
boración con la University of Health Sciences, The Chicago Medica! School, no~ en role-playing y gra~aciones de situaciones terapéuticas simuladas Y en
del cual es máximo representante el doctor L. Perlmuter. Con una periodici- trabajos en grupos reducidos .
. dad anual, ISEP organiza un seminario de fm de semana impartido por un
profesional de prestigio internacional. Por orden cronológico han intervenido Docencia: Los cursos están organizados por el Departamento de Forma-
los doctores Albert Ellis, Donald Meichenbaum, Paul M. Salkovskis y K. ción y cuentan con la participación de otros profesores y colaboradores del
Hawton. centro, especialistas en distintas áreas de la psicología clínica y de la salud. A
los cursos son invitados numerosos profesionales especialistas y profesores de
Dirección: Doctor Raimon Gaja, Psicólogo Clínico. Director de ISEP. diversas universidades.

Criterios y requisitos de admisión: Licenciados en Psicología, currículum y Dirección: Doctores Francisco Bas Ramallo y Verania Andrés Navia, psi-
entrevista personal. cólogos clínicos y terapeutas; socios fundadores de la Asociación Española de
Terapia Cognitivo-Conduerual-Social.
Titulación: Diploma de ISEP, reconocido de interés sanitario por el Insti-
tut d'Estudis de la Salut (Departament de Sanitat i Seguretat Social de la Ge- Criterios y requisitos de admisión: Estar en posesión de la licenciatura en
neralítat de Catalunya). Psicología.

Titulación: Títulos propios del centro. Tras la superación de las evaluacio-


Máster en terapia cognitivo-ronductual nes pertinentes, el centro expedirá un título de máster al fmalízar el curso. La
Organismo: Centro de Psicología Bertrand Russell. asistencia a las clases y la realización de las prácticas terapéuticas oportunas
son condiciones necesarias para la obtención del título. Se expide un certifi-
Descripción: El Centro de Psicología Bertrand Russell se funda a princi- cado que refleja el número de sesiones de supervisión realizadas por cada
pios de 1985, y representa la continuidad de los esfuerzos del antiguo Centro alumno.
de Terapia y Modificación de Conducta (C.T.M.C.).
Durante el periodo 1986/i995 se han impartido más de 40 cursos mono- Curso de formación en psicoterapia cognitivo-analítica
gráficos sobre ansiedad, depresión, anorexia-bulimia, habilidades sociales, se-
xualidad, etc., 12 cursos máster anuales (de 248 horas cada uno) sobre terapia Organismo: Instituto de Estudios Psicoterapéuticos y Policlínica de Salud
cognitivo-conductual y, desde el periodo 1992/1993, un máster de dos años de Mental, Santander.
duración (560 horas) sobre el mismo tema.·
En 1989 el centro promovió la creación de una Asociación de Profesiona- Descripción: Se trata del primer curso de formación en psicoterapia cogni-
les (ASETECCS) cuyo objetivo es la divulgación de la terapia cognitivo-con- tiva-analítica que se realíza en España, impartido por el Instituto de Estudios
ductual, la prevención de diferentes trastornos psicológicos y la formación Psicoterapéuticos con la colaboración de la Policlínica de Salud Mental, am-
permanente de los psicólogos clínicos de esta orientación. Ha llevado a cabo bos centros con sede en Santander.
ya la realízación de dos Jornadas Cientifico-Profesionales, en Madrid (1994,
1996). Programa de formación: La psicoterapia cognitivo-analítica, es un modelo
de psicoterapia breve, epistemológicamente cercana al constructivismo, pu-
Programa de formación: Las actividades formativas que imparte el centro diendo considerarse una terapia cognitiva postracionalista. El programa se
se enmarcan en la línea cognitivo-conductual de psicoterapia. El máster en propone como objetivos: desarrollar una capacidad integradora de pensamien-
terapia cognitivo-conductual presenta dos modalidades: máster anual (curso to; conocer la psicopatología y los criterios de selección terapéutica individual;
general) con una duración de 275 horas, y máster bianual con una duración de y la adquisición de las habilidades terapéuticas necesarias para la práctica de la
560 horas. psicoterapia en general y de la psicoterapia cognitivo-analítica en particular.
454 MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS
LA FORMACIÓN DE LOS PSICOTER!t..PEUTAS COGNITIVOS 455
.. El curso se estructura en 3 años estando el primero destinado a la adquisi- Docencia: El profesorado está compuesto por jefes de servicio y miembros
c1on de_ unos fundamentos básicos de una concepción integradora de la psi· facultativos de hospitales públicos y privados de Cataluña, catedráticos y pro-
. ~oterapta; Y el segundo y tercero al entrenamiento básico y avanzado (respec· fesores de universidad.
ttvamente) en psicoterapia cognitivo-analítica.
Dirección: Doctores Josep M. Farré, Diana Guerra y Óscar Waisman.
Docencia: En su mayor parte el curso es impartido por el doctor Carlos
~irapeix, _e~ colaboración con otros docentes (psiquiatras, psicoanalistas, psi- Criterios y requisitos de admisión: Licenciatura en Medicina, Psicología o
cologos chn1cos, profesores universitarios) españoles y extranjeros.
Psicopedagogía y haber cursado un mínimo de 15 créditos (150 horas) de estu-
dios de postgrado en «psicoterapia cognítivo-conductuab> o en «teoría y clíni-
J?i_recció'!: Doctor Carlos Mirapeix, psiquiatra. Psicoterapeuta cognitivo ca psicoanalítica>>. Entrevista de admisión.
analítico. Director del Instituto de Esrudios Psicoterapéuticos. Presidente de
la Asociación de Psicoterapeutas del Norte (miembro de la FEAP).
Titulación: Máster en altos estudios en salud mental otorgado por la Fun-
dació Bosch Gimpera, Universitat de Barcelona.
. Criterios y requisitos de admisión: El curso está reservado a licenciados en
Medicina Y Psicología. Son requisitos de admisión: acreditar la titulación exi-
gida así como una sólida experiencia o conocimient;,. en psicopatología clíni- COMENTARIOS FINALES
ca básica, un dominio del inglés y la realización previa de un seminario de in-
troducción a la psicoterapia cognitivo-analítica. Aunque hemos intentado recopilar la información más actualizada posi-
ble de las distintas iniciativas formativas existentes en nuestro país en d ám-
Titulación: ~a titulación obtenida permite la acreditación como psicotera- bito de las terapias latu sensu cognitivas, no podemos garantizar la continui-
peuta al cumplir el curso con los estándares de formación exigidos por Ja dad de los programas, ni prever eventuales cambios en su orientación,
~~- Pasa la obtención de esta titulación se exige la presentación de un caso duración, dirección, cuadro docente, etc. Hemos intentado simplemente
clímco tratado y finalizado.
ofrecer a nuestros lectores un directorio lo más documentado posible, omi-
tiendo expresamente aquellas informaciones que por su naturaleza resultan
Programa de altos estudios clínicos en salud mental más variables, como precio de matrícula, disponibilidad de ayudas o becas,
lugar y horario de las actividades lectivas o prácticas, etc. Para obtener las in-
Organismo: Formació Continuada-Les Heures formaciones complementarias sugerimos al lector interesado que se ponga en
(Fundació Bosch i Gimpera, Universitat de Barcelona) contacto directo con los organismos responsables de los programas de for-
mación.
DescripaOn: De reciente creación, se convoca por vez primera en octubre Por razones de espacio y de homogeneidad hemos tenido que omitir,
del curso 1996. Aparecen como promotores la Clinica Quirón y el Instirut De- iguahnente, en algunos casos, informaciones complementarias que nos han
xeus ~e Bascelona: Se plantea como una enseñanza de alta especialización sido suministradas por los distintos organismos o centros de formación. Pedi-
profes1".n~'. postenor a cursos de formación continuada, postgrados y más- mos disculpas por ello a los interesados, a la vez que agradecemos la colabo-
ters. ~e IIllCla con dos orientaciones de especialización distintas: «psicoterapia ración que nos han prestado en la redacción de este capítulo.
cogmttvo-conductuai» o «clínica psicoanalítica» y está abierto a nuevas orien-
taciones en el fururo. La conjunción distributiva «O» indica que puede seguir-
se una orientación u otra, indistintamente. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Programa de formación: El programa de la orientación cognitivo-conduc- Bandura, A. (1996), «Re:flections on self-agency: Part l>>, Constructive change, I, 2, 3-12.
tual, que es el que nos interesa señalar, está concebido para dos cursos, con un Beck, A. T. y Freman A. (1992), Cognitive terapy o/ personality disorders, Nueva York,
total de 410 horas. Comprende un total de 50 créditos, 15 de ellos de clases Guilford Press.
teóncas, 6 de sesiones clínicas, 20 de prácticum y una monografía de investi- Beck, A.T., Rush, J., Shaw, B., y Emery, G. (1979). Cognitive therapy of deprenion,
gación con valor de 9 créditos. Nueva York, Guilford Press.
Ellis, A. (¡995), «Fundamentals of rational emotive behaviour therapy (REBT) far the
LA FORMACIÓN DE LOS PSICOTERAPEUTAS COGNITIVOS 457
MANUAL DE PSICOTERJ\PIAS COGNITIVAS

199os», en W. Dryden (comp.), R4tional emotive hehaviOur therapy.A reader, Lon- La Laguna (Tenerife)
dres, Sage Publications. Tel. (922) 60.39.93 y fax: (922) 63.37.59
Haaga, D. A. y Beck. A. T. (1993), «Perspectiva constructivista dd realismo depresivo: Máster en psicoterapia individual . . r .
implicaciones para la teoáa y la terapia cognitivas», Revista de Psicoterapia, IJ, 29-40. .
rganzsmo:
Departament de Medicina de la Untversttat de Va encta.
.
O
Mahoney, M. (1996), «Constructivism and the study of complex self-organízation», Sede: Fundación Universidad-Empresa de Valencta
Constructive Change, r, 3-8. Plaza del Ayuntamiento, 19, 1°
Mahoney, M. y Gabriel T. {1987), «Psychotherapy and the cognitive sciences: an evol-
46002-Valencia
ving allianc<», Journal o/ Cognitive Psychotherapy, r, 39-59. Tel. (96) J51 06 63 y fax: (96) 351 28 18
Meichenbaum, D. {1994), «Tratamiento de dientes con trastornos por estrés postrau-
mático. Un enfoque cognitivo-conductual.», Revista de Psicoterapia, IJ, 5-84. Máster en psicología clínica y de la salud . . • .
Organismo: Instituto Superior de Estudios Pstcologtcos (ISEP)
Meichenbaum, D. y Fritzpatrick, D. (1993), «A constructionist narrative perspective
·9n stress and coping. Stress inocularion applications», en L. Goldberger y S. Brez- Sede: CI Balrnes, 32. Pral., 2º
nitz (comps.), Handbook o/ stress: Theoretical and clinical aspects (segunda edi- o8007-Barcelona
ción). Nueva York, Free Press. Tel. (93 ¡ 487.n.77 y fax: (93) 488.15.34
Máster en terapia cognitivo-conductual
Organismo: Centro de Psicología Bertrand Russell
Sede: Marqués de Urquijo, JO, ¡º-Centro
Anexo: Sedes
28008-Madrid
Asodadón Española de Psiroterapias Cognitivas (ASEPCO) Tel.: (91) 5481577 .. , .
Curso de formación en psicoterapia cogntttvo-anal~tt~a . , .
Sede: C.! Nwnancia 52, 2-2 Organismo: Instituto de Estudios Psicoterapeuttcos y Poltchmca de Salud
08029-Barcelona
Tel. y fax: (34) (93) 321.75.32 Mental, Santander.
Máster en terapia rognitivo-social Sede: CI Pedrueca, 5, 1B.
Organismo: Departament de Personalitat, Avaluado i Tractament Psi- 39003-Santander
cologícs. Facultat de Psicología, Universitat de Barcelona. Tel. (942) 22.33.01 y fax: (942) 22.38.94
e-mail: mirapeix@sollube.sarenet.es
Sede: Facultat de Psicología, Universitat de Barcelona.
Passeig de la Vall d'Hebron, 171
08035-Barcelona
Tel. (34) (93) 402.10.72 (ext. 3109) y fax. (34) (93) 402.13.62
e-mail: mvillegas@psi.ub.es, gfeixas@psi.ub.es
Máster en psicología clínica y psiroterapia
Organismo: Faculta! de Psicología i Pedagogía «Blanquerna», Universitat
Ramon Llull.
Sede: Faculta! de Psicología i Pedagogía «Blanquerna».
C/ Císter, 34
08022-Barcelona
Tel. (93) 253.30.00 y fax: (93) 253.30.31
Curso de experto universitario en terapias cognitivas
Organismo: Fundación Empresa-Universidad de La Laguna
Sede: Facultad de Psicología
Universidad de La Laguna
Campus de Guajara
Fundación Empresa-Universidad de La Laguna
CI Viana, 50.
ÍNDICE ANALÍTICO

ABC, 30, 31, 47, 91, u6 - definición, 169


- abstracción: Autoobservación, 126, 151, 163, 375-377, 381,
- naÍ'rativa, 381,396 382, 384-386, 389, 390, 394-396, 398
- proceso, 279 Autoorganización, 3n, 400-402, 409
- selectiva, 31 Autoverbalizaciones, 28
Acreditación de terapeutas cognitivos, 444,
446, 447, 449, 454 Base segura, 310, 404
Afecto personoápico, 255, 257, 264, 274, 276 Biblioterapia, no, 1n, n5
Afrontamiento:
- estilo de, ip., 177, 191, 226, 230, 232, 233, 406 Cambio:
- estrategias de 80, 126 ,161-165, 182 - de significados, 347
- habilidad de, 38 168, 189 - emocional, 337
- hipótesis del afrontamiento diferencial, 123, - medición del, 48, 49
'25 - terapéutico, 11, 33, 49, 53, 62, 65, 230, 284,
- patrones de, 404 z87, 374
- procesos de, 151 Centro de Terapia Cognitiva, 434-435
- técnicas de, 29 Ciclo de experiencia, 310, 3n, 332
Agenda, 135, 139, 142, 159, 16o, 197, 213-216, 296, Ciencia personal, 309, 313
w . .µo Código implicacional, 56
Alianza terapéutica, 70, 126, 131, 268, 284, Código proposicional, 56
402 Cognitivas:
Análisis evolutivo, 377, 394, 395, 397, 398 - categorías, 57
Ansiedad y depresión, 76, n, So, 49, 197, 276, - distorsiones, 31, 83, 121, 138, 140, 145, 146, 163,
284, 285, 292 169, 186, 187, 243, 244, 264
Anticipación: Cognitivo:
de resultados, 416 - cambio, 30, uo, 125, 221
- como orientación intensional, 281, 294 - modelo, 33, 49, 56, 119-122, 124, 126, 197, 199,
- y cambios de vida, 192 - 200, 212, 214, 221, 223, 435
Apego 47, 107, 123, 259 - terapeuta, 41
ASEPCO, 443, 445, 446, 447, 450, 456 Comprobación de hipótesis, 246
Aura, 157, 158, 160, 165-167 Condicionamiento:
Autocaracterización, 83, 328, 330, 331, 336 - clásico, 27
Autocomprensión, 256, 270, 275 - enrubierto, 28
Autoconciencia, 198, 199, 203, 373, 375, 406, - interoceptivo, 195, 196
408, 415 Conducta de enfermedad, 198, 203, 209
Autoeficacia, 161, 169 Construcción narrativa, 340, 342, 351-353, 356
Autoesquema, 61, 62, 169 Construccionismo, 40, 42, 47, 50
Autoevaluación, 123, 125, 258, 395 Constructivismo:
Autoinstrucciones, 28, 164, 256 - características, 33
- afrontamiento, 272 - conceptualización de trastornos, 403
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS ÍNDICE ANALÍTICO

- definición, J:Z., 40 Entrenamiento en inoculación de estrés: Insomnio, 158, 167, 357 - de respuesta verbal, 287
- principios básicos, 400-401 - conceptos básicos, 169 Integración: - narrativos, 345, 346
- versus racionalismo, 41 - estudios de eficacia, 152-153 - de constructos, 82 - y esquemas, 121, 227, 228, 229
- y construccionismo, J8, 402 - fases, 29, 151-152 - de narrativas, 352 Moviola:
- y posmodernidad, 43 - objetivos terapéuticos, 160 - y terapia cognitiva, 48, 49 técnica de la, 376, 377, 385-387, 391, 393-395,
- yTREC,94 - origen, 150 Intención paradójica, 99 ¡98
Contrato terapéutico, 109, 112, 436 - proceso de tratamiento, 162-165 lntensionalización, 281, 293, 294
COPE, 174, 175 - sesiones de tratamiento, 165-167 Intersubjetividad, 372 Narracíva:
Crédulo: Entrenamiento en respiración, 197, 212, 214 217 Introspección, 26, 198, 199, 375 - alternativa, 367
- cuestionamiento, 419 Epilepsia, 157, 158, 160-164, 168 - construcción, 340, 342, 351-353, 356
- enfoque, 332 1 336 Episodio emocional, 253, 254 Juego de roles, 152, 165, 187, 190, 231, i.69, 270, 436 - constructiva, 40, 153
Creencias: Epistemología evolutiva, J78, 4J6, 428 Juegos cognitivos, 436, 438 - prototipo, 344, 347, 353-355, J62-364, J66
irracionales, 30, 31, 75, 91-94, 96, 98, 252, Escalamiento, 81, 82 Justificación cognitiva, 256 Neopragmatismo, 43, 44
. 309, 374 Esquema: Juscificacionismo, 13, 44 Neurosis, 91, 286, 334
racionales, 30, 92, 94, 96, 252 - cambios en, 63, 64, 230-232 No anticipación, 294
- cognitivo, 32, 56, 324 Labilidad emocional, 243 No identificación, 294, 295
Debate - definición, 134, 145 Lenguaje: No justificacionista, 44
. - emotivo y conductual, 92 - desadaptarivo, 6o, 61, 233 - autorreflexivo, 298 Núcleo metafísico central, 47
- filosófico, 110, 111, n6 - desadaptativo temprano, 224, 230, 237, 238, - como sistema simbólico, 401
- lógico_ y empírico, 309 240-250. - control del, 303, 304, 306 Objetivación, 341, 343, 345, 353, 354, J61, J62,
- semántico general, 295 - hipótesis, 122 - de las matemáticas, 399 365-367, J69
Desafio terapéutico, 407 - y creencia central, 139, LfO. - estructura del, 300 órdenes de abstracción, 280,295-298,306
Desarrollo: Esquizofrenia, 66, 67, 78, 80, 119, 175, 328 - paradigmas sobre el, 45 Organización cognitiva personal, J2
- dinárnico,400,409 Estilo afectivo, 3n, 390, 391, J98 - papel del, 279, 283, 284, 2.86, 305 Orientación cognitiva, 116, 443, 447
- narrativo, 343 Evaluación: - racionalista, 15 Orientación extensional, 281, 282, 284, 286,
Descubrimiento guiado, 31, 126, 134 1 146 - cognitivo-conductual, n-81 - simbólico, 310 293-295, JO}, JOS, 306
Desensibilización sistemática, 245 - constructivista, 81-85 . - uso del lenguaje, 280-282, 292, 293, 295 Orientación intensional, 280, 281, 286, 287,
Determinismo biológico, 30 - no verbal, 280, 303 - y actos de habla, 287 293-295, 303, 305, J06
Diacrónico, 351, 369 - verbal, 280, 291, 29_5 - y conocimiento, 3o6 Oscilaciones:
Diálogo socrático, 137, 151, 444 Experimentos conductuales, 196, 197, 213, 216, - y posmodernidad, 43 - definición, 428
Dimensión episódica, J6o ¡09 - y realidad interpersonal, 372 - dinámicas, 401
Directividad, 8.¡, 8¡, <¡6 Extensionalización, 293, 294 - y significado, 339
Disonancia cognitiva, 253 Pensamiento disfuncional, 93, 126
Dispositivos extensionales, 280, 295, 300, Jo6 Farmacoterapia, 149, 150 Metáfora: Posmodernidad, 43, 44, 358
Docencia, 435, 446, 448-451, 453-455 FEAP, 443, 444. 445, 446, 447, 448. 450, 454 - alternativa, 356, 362, 367 Pos modernista:
Feedback, 134, 196, 213, 264 - cinematográfica, 376, 389, 198 - epistemología, 309
Eclecticismo, 125, 319, 320, 336 Fluir de la consciencia, 84 - definición, 355 Premisas:
Ejercicios de corporalización, 428 Flujo de conciencia, 120 - de la narrativa constructiva, 40 - del entrenamiento a terapeutas cognitivos, 440
Elaboración: Focalización, 354. J63, 438, 439 - del procesamiento de la infonnación, 39 - no aristotélicas, 279, 281, 298,
- controlada, JJ3, 334. 336 Fragmentariedad, 43, 44, 49 - del condicionamiento, 39 Procesamiento:
- elaboración narrativa, 341, 343-347, 351, 353, - del proceso terapéutico, 440 - automático, 58, 59
354. J69 Hiperventilación, 195-197, 210, 212-214. 217 - del ser humano como científico, 308, 309 - consciente, 54
Empatía 47, IJ4. 144, 224. 225, 242, 269, J12 Hipocondría, 75, 198, 209, 210, 212, 220 - guía, 27 - controlado, 59
Empirismo: Hostilidad, 31, 123, 243 - narrativa, 339 - inconsciente, 54
- colaborador, 213, 435 Humor: - patológica, 404 Protoesquemas, 120
- filosófico, 399 - depresivo, 125, 181, 182, - raíz, 166 Proyección, 301, 341-343, 356, 359, 366~369
Enfoques de resolución de problemas: - empleo del, 98, 193, 274 Metaforización, 341-343, 345, 355. 365, 366, 369 Pruebas de realidad, 146
- componentes, 171-172 - negativo, 187 Método hipotético·deductivo, 43 Psicoanálisis, n, 12, 14~16, 26, 28, 29, 37, 38, 42,
- conceptos básicos, 193 - sentido del, 106 Modernista: 91, 94, 97, 434, 435, 438, 443
- el cuidador familiar, 174-175 - modelo, 44. 45, 50, 283 Psicoterapia cognitiva:
- estado de la cuestión clínica, 175 Identidad: - terapeuta, 44, 45 - críticas, 46-49
- estado de la cuestión en investigación, 176 - desarrollo de la, 401, 424 Modificación cognítivo-conductual: - evolución histórica, 25-35
- estado de la cuestión teórica, 172-175 - narrativa, 344 - origen histórico, 28-29, 150 - modelos básicos, 37-38
- precauciones, 192-193 - personal, 48, 161, 373, 401, 415, 418 Modos: Psicoterapia cognitivo-narrativa:
- proceso de tratamiento, 186-190 - procesos de, 382 - alternativos de significado, 366 - conceptos básicos, 351-356, 369
- sesiones, 190-192 Identificación, 280, 281, 284. 294. 295, 304 - cognitivos de personalidad, 123, 125 - conceptualización de un caso, 357-358
ÍNDICE ANALÍTICO
MANUAL DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS

Transferencia, 47
- estado de la cuestión clínica, 341-3..3 Simbolización emocional, 354 - conceptos básicos, 276
- conceptualización de un caso, 264-267 Trastorno:
- estado dela cuestión eninvestigación,343-346 Sincrónico, 351, 369 - alimentario, 262
- investigaciones futuras, 346-347 Sobrepeso, 181, 261 - evaluación, ¡62·264 _ de ansiedad, 80, 104, 149, 198, 221, 284, 292
- fases de tratamiento, 359-368 Subjetivación, 341-343, 345, 354. 355. 363-367, 369 - .orígenes, 252 _ de pánico, 4, 78, 79, 126, 195, 198, 203, 204,
- finalidad, 340 Suicidio, So, 81, 85, 181, 182, 184, 383, 393, 438 - precauciones, 276
209, 212, 214, 221, 222, 284, 353
Psicoterapia cognitiva posracionalista: Supervisión: - principios básicos, 251. -256 - de personalidad, 134, 227, 236, 248, 249, 251
- conceptos básicos, 398 - de resultados, 189,192 - proceso de tratamiento, 26~--275
- depresivo, 145, 185, 284 , .
- dinámica dd cambio terapéutico, 374-376 de tareas, 96 Terapia lingüística de evaluac1on: Tratamiento del trastorno de pan1co:
- fases de tratamiento, 381-398 - de terapeutas, 436, 440, 441, 446-450, 453 - conceptos básicos, 306 _ conceptos básicos, 221
- proceso terapéutico, 376-377 - conceptualización de un caso, 293-295
_ conceptualización, 210·21_2 . .,
- rdaciones Yo-Mí, 372 T arca para casa, 229, 297, 328 - estado de la cuestión clínica, 283-286 _ estado de la cuestión en mvesugac1on, 197-
Psicoterapia constructiva: Taxonomía cognitiva, 56-62 _ estado de la cuestión en investigación, 286-287
202
~ aplicaciones, 4o8·409 Técnicas de distracción, 197, 213, 215-217 _ estado de la cuestión teórica, 279-283
- líneas futuras, 202-203
..:. conceptos básicos, 428 Técnicas experienciales, 228, 231 _ modelo del cambio, 303-305 _ precauciones de tratamiento, 210-221
- conceptuaHzación de un caso, 413-415 Tema esencial recurrente, 237 - precauciones, 305-306 _ principales orientaciones, 195-196
- evaluación, 412-.µ3 Tensión esencial, .µ2 - sesiones, 296-302 _ proceso terapéutico'. 212-213
Terapia racional-emotivo-conductual:
- orígenes, 399 Terapeuta: _ programa de trata~1ento, 196-197
- práctica terapéutica, 402-407 - ciendfico posmodemo, 308 - conceptos básicos, 115-116
- sesiones de tratamiento, 214-219
- principios básicos, 400-402 - como perturbador emocional, 398 - desarrollos futuros, 100
_ diagnóstico racional-emotivo-conductual, 105 Triada cognitiva, 34, 134, 145
- proceso de tratamiento, 416-426 - modernista, 44, 45
- tclaciones con otros modelos, 407-408 - posmodemista, +h 45 - estado de la cuestión teórica, 91-99
- estado de la cuestión clínica, 99-100 Valores:
- punto fijo emociona] 254, 255, 275, 276 Terapia centrada en esquemas: - cambio de, 113, 114
- conceptualización de un caso 241-'244 - origen histórico, 30
- proceso psicoterapéutico, 108-115 - estudio de, 49
Racioruilismo, .µ, 399 - dimensiones de esquemas, 224-225, 241-244 - examen de, 267
Recaida: - estrategias de cambio, 230·232 Tiempo dd espejo, 420
- humanos, 95
- índice de, 149-150 - evaluación, 228, 236 Tormenta de ideas, 172, 174
- influencia de los, 43, 44
- prevención, 132,' 139, l<j.2, 152, 162,196, 197, - origen, 223 Trabajo dd diario personal, 428
- familiares, 107
201, 213, 218, 222., 438 - precauciones, 249 Transaccional: - sociales, 253, 258
RECORD, 315, 324-326, 337 - proceso de tratamiento, 2#·245 - perspectiva, 151, 160, 162, 169, 184
Vínculo afectivo, 382, 392
Recuerdo, w-343, J52-354, 359-362, 369, 3n. - sesiones, 245-247 T ranscultural: Vulnerabilidad cognitiva, 125
395, 396, ~ 4I5 Terapia cognitiva: - perspectiva, 106, 108
Reestructuración cognitiva, J7-J9, 42, 46, 138, - asociaciones, #5-447
Lf.5, 151, 164, 169, 196 - conceptos básicos, 145-146
Refuerto, 13, 27, 28, 144, 216, 247, 253, 255 - cursos, 447-455
Rejilla interpersonal, 321, 336 - descripción de sesiones, 132-143
Relación terapéutica, 47, 126, 134, 146, 223, 228, - dilku!Iades culturales, 439
230, 232, 233, 240, 24J, 244, 283, 288, 3to, Jl.O, - errores más frecuentes, 144-145
336, 374. 384, 405, <fOS, 435 - estado de Ja cuestión clínica, 125-127
Relajación, 27, 84, 151, 164-166, 196, 283, 322, - estado de la cuestión teórica, 120-124
323, 415. 417, 434. 437 - estado empírico, 124-115
Reorganización, 38~-, 403, 404 - fases, IJI
Repaso de vida, 421 - futuro, 49-50
Resistencia, 16, 109, JU, 402, 404, 429 - origen histórico, 31
Role-playing, r..µ, 164, 453 - premisas de formación 4-40-441
- principios básicos, 131
Semántica general, 279, 281-285, 288, 292, 293, 296 - rango de aplicación, 119
Sentido hacia abajo, 82 Terapia de constructos personales:
Sesgos atencionales, 59, 202 - conceptos básicos, J36
Sí mismo: - conceptualización de un caso, 324-327
- oomplejidad del, 62 - elaboración controlada, 333-335
Significación: - finalidad, 307
- proceso de, 339. 366 - finalización, 335-336
s;gnificado: - narrativas y rituales, 317-333
- creación de, 33 - principios básicos, 308-315
- estructuras de, 33 Terapia de valoración cogniriva:
- personal, J09, 374. 382, J88, 394-396, 398, 4oB - aplicaciones, 259

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