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Además de contar con una pared celular, cuando las condiciones ambientales se
tornan hostiles muchas bacterias forman en su interior estructuras de protección
llamadas endosporas, las cuales contienen el material genético y las sustancias
necesarias para poder sobrevivir. Algunas son tan resistentes que permiten a la
bacteria sobrevivir a altas temperaturas e incluso a largos periodos de tiempo.
Son prácticamente omnipresentes ya que habitan casi todos los hábitats de la Tierra,
los científicos las consideran como los seres más numerosos del planeta. Una de las
razones por las cuales son tan exitosas es porque pueden utilizar una amplia variedad
de fuentes de alimento. Algunas bacterias llevan a cabo la fotosíntesis, proceso
mediante el cual utilizan la energía lumínica y el dióxido de carbono para sintetizar su
alimento (autótrofas), algo parecido a lo que realizan las plantas. Otras obtienen su
energía de moléculas inorgánicas como azufre, amoniaco o nitritos (quimiolitótrofas)
y algunas más se alimentan de la materia orgánica en descomposición
(quimioorganótrofas).
Las bacterias desempeñan funciones que son importantes para otras formas de vida.
Muchas son endosimbiontes, esto quiere decir que viven dentro de otros organismos
o en estrecha asociación con ellos. Por ejemplo, existen bacterias que habitan en el
tracto digestivo de los animales, incluyendo el ser humano, y les ayudan a procesar
los nutrimentos que por sí solos serían incapaces de digerir.
A pesar de las ventajas que obtenemos de
las bacterias, principalmente en la
obtención de alimentos, medicamentos e
inclusive en la industria, muchas son
causante de enfermedades, algunas con
importantes repercusiones en la historia
humana. Por ejemplo, la “peste bubónica”
en la cual murieron 100 millones de
personas en Europa en el siglo XIV, fue
causada por una bacteria.
Fundamento
Las paredes celulares de ciertas bacterias contienen ácidos grasos (ácidos micólicos) de
cadena larga (50 a 90 átomos de carbono) que les confieren la propiedad de resistir la
decoloracíón con alcohol-ácido, después de la tinción con colorantes básicos. Por esto se
denominan ácido-alcohol resistentes. Las micobacterias como Mycobacterium tuberculosis y M.
marinum se caracterizan por sus propiedades de ácido-alcohol resistencia. La coloración clásica
de Ziehl-Neelsen requiere calentamiento para que el colorante atraviese la pared bacteriana
que contiene ceras. Al suspender el calentamiento y enfriar con agua, provoca una nueva
solidificación de los ácidos grasos de modo que el colorante ya no puede salir de las bacterias.
Por otro lado, el calentamiento aumenta la energía cinética de las moléculas del colorante lo
cual también facilita su entrada a las bacterias. Las bacterias que resisten la decoloración son
de color rojo y las que no, se ven de color azul ya que se utiliza azul de metileno como tinción
de contraste. Debido a esto, está que esta muy influenciado con la enfermedad de tuberculosis.
Técnica
Esta técnica puede realizarse tanto en muestras histológicas (variante histológica) como
citológicas (variante clásica).
Variante histológica
Para demostrar la presencia de BAAR en cortes de tejido en parafina. Los reactivos necesarios
para su realización son los siguientes:
Los antibióticos
Un antibiótico ha sido definido como una sustancia química producida por un
microorganismo capaz de inhibir el desarrollo de otros microorganismos. Los antibióticos
modificados por manipulaciones químicas aun se consideran como tales. Un agente
antimicrobiano es activo contra los microorganismos y puede ser producido en forma
natural por microorganismos o sintéticamente en el laboratorio. El término agente
quimioterápico ha sido empleado para referirse a agentes antimicrobianos sintéticos o
no y también se refiere a agentes que actúan contra células humanas como
inmunomoduladores y drogas antitumorales. Los términos agente antiviral y agente
antimicótico son términos más especificos, incluidos dentro de la categoría más general
de agentes antimicrobianos.
El aislamiento de un agente infeccioso a partir de un paciente no es con frecuencia
suficiente para establecer la terapia adecuada. Muchas bacterias y algunos hongos
presentan resistencia a los agentes antimicrobianos y algunos virus han desarrollado
resistencia a los agentes antivirales más actuales. Los patrones de resistencia cambian
en forma constante y no importa lo rápidamente que se introduzcan los nuevos agentes
terapéuticos porque los microbios parecen siempre dispuestos a superarlos. Incluso
entre los neumococos, que por décadas han permanecido invariablemente susceptibles
a niveles de penicilina G menores de 0.04 U/ml , han aparecido cepas que han
desarrollado resistencia a esta droga.
En la práctica diaria, una buena parte de los tratamientos efectuados tanto a nivel
hospitalario como ambulatorio, se establecen con arreglo a unos criterios derivados del
estudio in vitro del comportamiento de las distintas especies bacterianas frente a un
determinado grupo de antibióticos (tratamiento empírico). Ello se debe a que en muchas
ocasiones, no puede disponerse de la bacteria aislada del proceso infeccioso y la elección
terapéutica, en esos casos, responde a criterios de empirismo derivados precisamente
del conocimiento del comportamiento de distintos tipos de antibióticos frente a las
bacterias presuntamente responsables de la infección.
Por otra parte, cada vez se hace más necesario contar con un diseño de un programa de
vigilancia de la resistencia a los antimicrobianos, a nivel general, basado precisamente
en el conocimiento que tanto a nivel hospitalario como ambulatorio se tiene del
comportamiento de los distintos aislamientos de bacterias frente a los antimicrobianos
para poder diseñar las actuaciones que tiendan a superar la resistencia de las mismas a
los antibióticos.
El antibiograma
Por qué realizar un antibiograma?
Interpretación de un Antibiograma
Resistencia bacteriana
Cada antibiótico se caracteriza por un espectro natural de actividad antibacteriana. Este
espectro comprende las especies bacterianas que, en su estado natural, sufren una
inhibición de su crecimiento por concentraciones de su antibiótico susceptibles de ser
alcanzadas in vivo. A estas especies bacterianas se les dice naturalmente sensibles a
dicho antibiótico. Las especies bacterianas que no se encuentran incluidas dentro de
dicho espectro se denominan naturalmente resistentes.
El antibiótico no crea resistencia, pero selecciona las bacterias resistentes eliminando las
sensibles. Es lo que se conoce con el nombre de presión de selección. El aumento de la
frecuencia de las cepas resistentes va unido casì siempre al uso intensivo del antibiótico
en cuestión.
- una modificación del blanco del antibiótico. Ejemplo: Modificación de las Proteínas de
Enlace con la Penicilina (PBP) de los estafilicocos resistentes a la oxacilina (llamados
estafilococos "Meti-R"). Neumococos resistentes a la penicilina.
- una impermeabilidad de la pared bacteriana por modificación o por disminucion
cuantitativa de las porinas. Ejemplo: Pseudomonas aeruginosa resistente a la imipenem.
En un primer momento, el método estándar utilizado para las pruebas in vitro fue el de
dilución en caldo, que proporcionaba un resultado cuantitativo de la concentración de
agente antimicrobiano necesaria para inhibir el desarrollo de un organismo dado.
Un tubo de caldo se mantiene sin inocular como control negativo de crecimiento. Luego
de la incubación adecuada (usualmente de un día para el otro) se observa la turbidez de
los tubos que indicará desarrollo bacteriano. El microorganismo crecerá en el tubo
control y en todos los otros que no contengan suficiente agente antimicrobiano como
para inhibir su desarrollo. La concentración de antibiótico que presente ausencia de
crecimiento, detectada por falta de turbidez (igualando al control negativo), se designa
como la Concentración Mínima Inhibitoria (CMI) (ver esquema ampliado).
Al mismo tiempo que la suspensión inicial del microorganismo es inoculada en los tubos
de caldo, se toma una alícuota del tubo de control de crecimiento, inmediatamente
después de ser sembrado, y se inocula también en una placa de agar para determinar
el número real de unidades formadoras de colonias (UFC) del inóculo. Este número se
obtiene al contar las colonias presentes luego de la incubación de la placa de agar hasta
el día siguiente y por multiplicación por el factor de dilución. Por ejemplo, usando un asa
calibrada de 0,01 ml para sembrar la placa y contando unas 250 colonias, en 1 ml del
tubo original habrá 250/0,01.
Una vez determinada la CMI, se siembra una cantidad conocida de inóculo de cada uno
de los tubos de caldo que no presentaban turbidez en placas de agar (la pequeña
cantidad del agente antimicrobiano que es llevada junto con el inóculo se elimina por
dilución en el agar), y el número de colonias que crece en estos subcultivos, después de
incubar durante la noche, se compara con el número de UFC/ml del cultivo original. Dado
que incluso las drogas bactericidas no siempre esterilizan totalmente una población
bacteriana, la mínima concentración del agente antibacteriano que permite sobrevivir a
menos de 0,1 % del inóculo original se denomina concentración bactericida mínima
(CBM) o concentración letal mínima (CLM).
Las CMI y las CMB de un agente antimicrobiano pueden ser determinadas, con este
método o con alguna variante, para cualquier bacteria que crezca en un medio liquido.
Actualmente son varios los métodos que se utilizan para llevar a cabo los estudios de
sensibilidad a los antibióticos y todos ellos se realizan en los laboratorios de microbiología
bajo condiciones entandarizadas por organismos internacionales. Entre todos, tres son
los que, por su sencillez y fiabilidad, se han impuesto como sistemática de rutinaria en
la mayoría de los laboratorios:
Pruebas de sensibilidad bacteriana in vitro
Método de difusión en agar
Una vez demostradas las grandes ventajas de las técnicas de dilución en caldo, el paso
siguiente, pensando sobre todo en poder realizar fácilmente pruebas de sensibilidad de
un microorganismo frente a múltiples antibióticos a la vez, consistió en buscar la manera
de aplicar la idea directamente a las placas de agar.
Las primeras pruebas se realizaron inoculando la superficie de una placa de agar con el
microorganismo en estudio, colocando pequeñas cubetas (de metal o vidrio) sobre el
agar y agregando las soluciones de los diferentes antimicrobianos dentro de dichas
cubetas. Los agentes antimicrobianos difundían en el medio en forma radial alrededor
de la cubeta e inhibían el desarrollo del microorganismo en la zona donde su
concentración era suficientemente alta. Las áreas de inhibición grandes indicaban una
actividad antimicrobiana más efectiva.
Este método fue modifcado en 1947 por Bondi y col. incorporando el agente
antimicrobiano a discos de papel de filtro. Fue un paso adelante gigantesco ya que el
uso de los discos de papel permitía preparar un gran número de pruebas idénticas y
almacenarlas para uso futuro.
En 1966, después de los estudios realizados por Bauer, Kirby, Sherris y Turk, ensayando
diferentes cepas bacterianas, el empleo de los discos de papel de filtro para las pruebas
de sensibilidad fue estandarizado y correlacionado definitivamente con las CMI
correspondientes.
Durante muchos años, y a pesar de ser una técnica puramente cualitativa, el método de
difusión por disco (o método Kirby-Bauer), en función sobre todo de su comodidad,
economía y fiabilidad, ha sido, y aun es, uno de los más utilizados en los laboratorios de
todo el mundo.
En la imagen de la izquierda se muestra una vista general de una placa con crecimiento
bacteriano y con seis discos de antibióticos. La zona de color claro que ocupa la mayor
parte de la placa es el crecimiento bacteriano en las zonas no inhibidas. Los círculos
negros que rodean a cinco de los seis discos marcan las zonas en que los respectivos
antibióticos han inhibido, con mayor o menor eficacia, el crecimiento del microorganismo
a estudio. El sexto disco (AM-10) no tiene a su alrededor halo de inhibición lo que indica
la resistencia del microorganismo a ese antibiótico.
Es uno de los métodos más recientes que se han presentado en el mercado y resulta de
una curiosa combinación de características de los métodos anteriores. Se trata de una
técnica cuantitativa en placa que permite obtener una lectura directa de CMI en µg/ml,
ya que se emplean tiras plásticas impregnadas en concentraciones crecientes de
antibiótico indicadas en una escala graduada sobre la propia tira.
Una de sus grandes ventajas, dadas sus características, es que resulta un método ideal
para estudiar cualquier tipo de microorganismo, aerobio o anaerobio, incluyendo
aquellos llamados "fastidiosos" o los que tengan requerimientos especiales para crecer.
En la fotografía de la izquierda se muestra una vista general de una placa con crecimiento
bacteriano y con dos tiras de E-test. La zona de color más claro que ocupa la mayor
parte de la placa es el crecimiento bacteriano en las zonas no inhibidas. Las elipses más
oscuras que rodean la parte superior de las tiras E-test marcan las zonas en que los
respectivos antibióticos han inhibido, con mayor o menor eficacia, el crecimiento del
microorganismo a estudio.
Bacteriemia
Por Allan R. Tunkel, MD, PhD, Professor of Medicine and Medical Services; Associate
Dean for Medical Education, Warren Alpert Medical School of Brown University
(ver Sepsis neonatal; ver Bacteriemia oculta y fiebre sin foco aparente en lactantes y niños
pequeños).
Etiología
La bacteriemia tiene muchas causas posibles, que incluyen
La bacteriemia por gramnegativos secundaria a una infección suele proceder del tubo digestivo o del
aparato urogenital, o de la piel en los pacientes con úlceras por decúbito. Los pacientes con
enfermedades crónicas y los inmunocomprometidos tienen un riesgo aumentado de bacteriemia por
gramnegativos. También pueden desarrollar bacteriemia por cocos grampositivos y anaerobios y
presentan un riesgo elevado de fungemia. La bacteriemia por estafilococos es común entre adictos a las
drogas inyectables y en pacientes con catéteres venosos. La bacteriemia por Bacteroides puede aparecer
en pacientes con infecciones del abdomen y la pelvis, especialmente del tracto genital femenino. Si una
infección del abdomen causa bacteriemia, es muy probable que el microorganismo implicado sea un
bacilo gramnegativo. Si la bacteriemia está causada por una infección que se ubica por encima del
diafragma, la causa más probable es un microorganismo grampositivo.
Fisiopatología
La bacteriemia transitoria o prolongada puede causar la infección metastásica de las meninges o de las
cavidades serosas, como el pericardio o las articulaciones grande. Los abscesos metastásicos pueden
producirse prácticamente en cualquier lugar. La formación de abscesos múltiples es especialmente
frecuente en la bacteriemia por estafilococos.
La bacteriemia puede causar endocarditis, que es más común en aquella por enterococos, estreptococos o
estafilococos, y menos común en la bacteriemia por gramnegativos o en la fungemia. Los pacientes con
enfermedades cardíacas estructurales (enfermedades valvulares, ciertas anomalías congénitas), con
prótesis valvulares o con otras prótesis intravasculares tienen predisposición a sufrir endocarditis. Los
estafilococos pueden causar endocarditis bacteriana, especialmente en adictos a drogas inyectables, y
suelen afectar la válvula tricúspide.
Signos y síntomas
Algunos pacientes son asintomáticos o sólo tienen una fiebre moderada.
Diagnóstico
Cultivos
Si se sospecha una bacteriemia, una sepsis o un shock séptico, se obtienen hemocultivos y cultivos de
otras muestras adecuadas.
Tratamiento
Antibióticos
En los pacientes con sospecha de bacteriemia, se administran antibióticos empíricos una vez obtenidas
las muestras adecuadas para los cultivos. El tratamiento temprano de la bacteriemia con un régimen de
antimicrobianos adecuado parece mejorar la supervivencia.
La terapia posterior debe ajustar el régimen de antibióticos de acuerdo con los resultados de los cultivos
y las pruebas de sensibilidad, e incluir el drenaje quirúrgico de cualquier absceso ,y por lo general, la
extracción de cualquier dispositivo implantado que sea el origen sospechado de la infección bacteriana.
Conceptos clave
La bacteriemia a menudo es transitoria y sin secuelas, pero la bacteriemia sostenida puede
causar infecciones metastásicas focales o sepsis.
La bacteriemia es más común después de los procedimientos invasivos, especialmente aquellos
que involucran dispositivos o materiales permanentes.
Si se sospecha de bacteriemia, dar antibióticos empíricos se obtienen después de las culturas de
las fuentes y la sangre potenciales.
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