Tratamiento hospitalario en mordeduras de serpiente
Manejo de la vía aérea, si fuera necesario. No es frecuente afectación de la
misma, temprana en caso de edema facial, cervical o en vías aéreas. (1) Oxígeno y ventilación cuando es necesario. (Disnea e hipoxia severa), depresión del SNC. (1) Punto crítico en la reanimación por: extraversión masiva y acumulación en tercer espacio, vías periféricas. (1) Incapacidad, confusión y convulsiones. (1) Exposición total y ambiente. (1)
Se considerará también como grave una mordedura por bothrops en las
siguientes circunstancias: a) Mordeduras en extremidad cefálica. b) Niños de baja estatura, débil complexión o corta edad c) Síndrome local que muestre, a los pocos minutos, edema y equimosis extensas. (1) d) Rápida tendencia al colapso a poco de producido el accidente. e) Demora en la iniciación del tratamiento, más allá de los 30min de producida la mordedura. (1) En cualquiera de estas contingencias se aconseja aplicar no menos de 30 a 50ml de suero antibothrópico. (1)
Tratamiento coadyuvante
Tomar funciones vitales, canalizar una vía periférica estabilizando
hemodinámicamente al paciente. (2) Hidratación conveniente, preferiblemente oral (o parenteral) según lo que demuestre el balance de ingreso y egreso de líquidos (cada 24 horas). Córticoesteroides: en ausencia de shock circulatorio, la dosis oscilará entre 0,15 y 0,45 mg por kg/peso de dexametasona o betametasona. Esta dosis se repetirá cada (seis) horas, utilizando, de ser posible, la vía intravenosa. En su defecto, se aplicará en forma intramuscular. Aplicar durante dos días. (2) Antihistamínicos (en caso de no disponer de córticoesteroides): Difenhidramina 1 a 2 ml cada cuatro a seis horas por vía intravenosa o intramuscular. Se considera esta medicación de dudosa eficiencia y conviene señalar que los agentes antihistamínicos pueden inducir a la hipotensión arterial. (2) El tratamiento con córticoesteroides se mantendrá, a la dosis consignada, hasta la resolución conveniente del síndrome local edematoso o remisión tóxica del cuadro. (2) En el accidente crotálico se aconseja, como coadyuvante, la administración de córticoesteroides a las dosis convencionales, a pesar de no existir criterio de aceptación unánime. En cambio, se duda sobre su eficacia en los accidentes por víbora de coral. (2) Si hay dolor, administrar ácido acetil salicílico o dipirona a dosis usuales, por vía oral o parenteral. (2) Antibióticos. El tratamiento antibiótico se hace imprescindible. Se recomienda usar combinaciones de antibióticos: clindamicina con ciprofloxacina, metronidazol con ciprofloxacina. (2) Tratamiento profiláctico del tétanos, con vacuna y gamma globulina hiperinmune. (2) Tratamiento hospitalario de mordeduras de animales domésticos
Herida con compromiso de tendones o articulaciones, la presencia de manifestaciones
sistémicas, lesiones que requieran cirugía reparadora
Microbiología. La mayoría de las infecciones tienen una etiología polimicrobiana. Los
agentes aerobios aislados con mayor frecuencia son: Pasteurella multocida y Staphylococcus aureus. Pueden encontrarse Pasteurella septica, Pasteurella canis, que se recuperó en un estudio en 18% de las mordeduras infectadas, Pasteurella dagmatis, Streptococcus sp, Moraxella sp, Neisseria sp, Corynebacterium sp,Eikenella corrodens, Capnocytophaga canimorsus, Bergeyella zoohelcum y bacterias NO-1. Entre los agentes anaeróbicos estrictos se encuentran Bacteroides fragilis, Fusobacterium sp y Veillonella párvula
Profilaxis antimicrobiana. La antibioprofilaxis no está indicada en todos los
casos, en heridas limpias y superficiales sólo se recomienda controlar su evolución. Hay pocos estudios evaluando el uso de antibacterianos profilácticos, en un meta-análisis del uso de amoxicilina/ácido clavulánico se encontró que el riesgo relativo de infección con el uso de este antimicrobiano fue de 0,56 (IC 95% 0,38-0,82). En una revisión de Cochrane Library que comprendió ocho trabajos randomizados, comparando antibioprofilaxis versus placebo o no intervención, se concluyó que el régimen profiláctico no parece disminuir la tasa de infección en mordeduras causadas por perros o gatos, y que el tipo de heridas, ya sea punción o laceración, no tiene influencia en la eficacia de la profilaxis. Sin embargo, se encontró una diferencia estadísticamente significativa en la disminución de la tasa de infección en mordeduras localizadas en las inferidas por humanos La profilaxis está indicada en presencia de heridas profundas, localizadas en mano y en aquellas que requieren cirugía. De acuerdo a los hallazgos microbiológicos el tratamiento de estas mordeduras debe ser dirigido a agentes tanto aerobios como anaerobios estrictos y que incluya P. multocida, por lo que se recomienda el uso de amoxicilina/ácido clavulánico para una amplia cobertura de estos agentes, por un plazo de 3 a 5 días, dependiendo de las condiciones y evolución de la herida; en caso de una celulitis debe tratarse por un plazo de 10 a 14 días. En pacientes alérgicos a penicilina puede usarse clindamicina, que cubre a anaerobios estrictos, C. canimorsus, Streptococcus sp, S. intermedius y S. aureus, pero no a P. multocida, así que debe asociarse a cotrimoxazol, que } incluye a P. multocida y E. corrodens. Doxiciclina puede ser indicada en niños a contar de los 8 años de edad y en mujeres no embarazadas. El uso de macrólidos está limitado por la resistencia de P. multocida, que tiene ~ 20% de susceptibilidad a estos antimicrobianos. Otra alternativa de manejo es ceftriaxona en uso intramuscular. Se debe hospitalizar a los pacientes que tengan una infección causada por Pasteurella que presenten fiebre, calofríos, celulitis rápidamente progresiva y lesiones con compromiso articular, tendíneo y óseo. Profilaxis de rabia. El último caso de rabia humana transmitido por la mordedura de un perro en nuestro país se registró en el año 1975. Como se expone más adelante, los murciélagos insectívoros han pasado a representar el principal reservorio del virus en el país con transmisión al humano. Vacunación anti-rábica. La profilaxis pre-exposición de rabia está indicada a personas con alto riesgo de adquisición, como el personal de laboratorio que trabaja en la elaboración de vacunas anti-rábicas, en áreas de diagnóstico e investigación del virus rábico, en personal veterinario, manipuladores de animales y en viajeros a zonas endémicas. (3) En el manejo profiláctico de heridas post exposición (PPE) se debe realizar un lavado profundo de la herida con agua corriente y jabón (que por su efecto detergente destruye el manto lipídico del virus) y aplicación de un desinfectante. La conducta a seguir en relación a vacunación anti-rábica dependerá de factores como localización de la herida y su profundidad, las características del animal (observable o no, con vacuna anti-rábica vigente o no), circunstancias de la mordedura (provocada o no) y la historia de vacunación anti-rábica previa del sujeto mordido. Si el perro es ubicado y se acredita que cuenta con su esquema de vacunación anti-rábica al día, que incluye una primera dosis al tercer mes de vida, una segunda dosis 6 a 12 meses después y revacunación anual (cada dos años con las nuevas vacunas), está indicado solamente la observación del animal. (3)
Trabajo citado 1. AguileraI DJAQ, Aguilera LEQ. Tratamiento hospitalario en mordeduras de serpiente. AMC [online]. scielo cuba. 2015 mayo 12; vol.16.
2. Araujo FAA SLMCR. tratamiento coadyudantes. tratamientos hospitalrios de serpiente.