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Enfermedades de Transmisión Sexual

A veces referidos como infecciones de transmisión sexual (ITS), las enfermedades de


transmisión sexual (ETS) son infecciones que se transmiten a través de contacto sexual. Las
ETS son de las infecciones más comunes en los Estados Unidos. Cada año, millones de
personas se infectan con una ETS. Si usted tiene sexo con una persona que tiene una ITS–
aunque ellos no lo sepan–usted también podría tener una.
Hay muchos diferentes tipos de ETS, y varios pueden causar problemas importantes,
especialmente si usted no sabe que tiene uno. Por ejemplo, la clamidia y la gonorréa pueden
dificultar o imposibilitar la capacidad de una mujer para tener un bebé. Algunos tipos del virus
del papilomavirus humano (VPH) causan verrugas genitales. Otros tipos de VPH pueden
contribuir a la causa de cáncer cervical en las mujeres. El VIH, el virus que causa el SIDA,
daña las células del sistema inmunológico, las defensas del cuerpo que luchan contra
infecciones y enfermedades.
Las ITS son normalmente transmitidas a través de sexo—vaginal, oral o anal. Algunas ETS se
pueden propagar a través de cualquier contacto entre el pene, la vagina, la boca o el ano–
aunque no haya penetración. Las ETS pueden ser transmitidas a través de cualquier tipo de
sexo: de un hombre a una mujer, una mujer a un hombre, un hombre a otro hombre o una
mujer a otra mujer. Algunas ETS también pueden ser transmitidas de otras formas. Por
ejemplo, el VIH y la hepatitis B también pueden ser transmitidos a través de compartir agujas
inyectables para drogas o medicinas. No podría decir quién tiene una ETS simplemente
mirándole.
Podría ser que usted no sepa que tiene una ETS o que ha sido expuesto a una ETS porque se
siente bien o no reconoce los síntomas. Pero aún podría transmitir la ETS a su pareja y su
pareja le podría dar una ETS.
Enfermedad del VIH.
Es un virus que afecta las células inmunitarias, encargadas de protegernos de las enfermedades.
Cada vez más personas CON VIH PUEDEN NO DESARROLAR SIDA. Hoy en día, incluso habiendo
tenido sida, se pueden recuperar las defensas y llevar adelante una vida normal teniendo VIH
gracias a la eficacia de los medicamentos.

Gonorrea:
También denominada blenorragia, blenorrea y uretritis gonocócica, es una enfermedad de
transmisión sexual provocada por la bacteria Neisseria gonorrhoeae o gonococo. En el varón este
germen provoca uretritis y prostatitis. En la mujer, vaginitis y cervicitis, pero también
endometritis, salpingitis (inflamación aislada de las trompas de Falopio) y enfermedad inflamatoria
pélvica aguda. Caracterizada por enrojecimientos en el area genital.
Herpes genital:
Causada por dos virus que pertenecen al grupo herpesvirus hominus, el HSV-1 y el HSV-2,
conocidos, respectivamente, como herpes simple tipo 1 (HSV-1) y como herpes simple tipo 2 (HSV-
2). Erupción de pequeñas ampollas, generalmente dolorosas, sobre los genitales o ano
produciendo demasiado ardor o rasquiña (picazón) desesperante. La piel se erupciona haciendo
más difícil su curación.

Sífilis:
Producida por la espiroqueta Treponema pallidum. Si no se trata a tiempo, puede ocasionar
demencia, problemas circulatorios, ceguera, parálisis, trastornos nerviosos y hasta la muerte. En
algunos casos, las personas que supuestamente ya han obtenido la cura todavía pueden infectar a
los demás.

Tricomoniasis:
Por la infección del aparato urogenital del hombre y de otros animales por protozoos del género
Trichomonas. En las mujeres es habitual encontrarlo en la vagina, donde con frecuencia origina
sensación de quemazón, prurito y exudado irritativo; en los hombres puede afectar a la próstata; y
en ambos sexos irritar la uretra y la vejiga.
Higiene personal
Tener una buena higiene personal depende de uno mismo. La autoestima juega un papel
fundamental frente a este aspecto, pues quien se aprecia y valora se esfuerza por verse y
mantenerse bien.
A continuación se describirán los principales hábitos de higiene personal y su importancia:
1. La ducha es la mejor forma de aseo
Con esta práctica se controlan olores naturales de nuestro cuerpo que son producidos
básicamente por la transpiración o el sudor. De igual forma evitamos la presencia de gérmenes y
bacterias que pueden afectar la salud de nuestra piel.
El lavado del cabello debe realizarse por lo menos dos veces por semana, teniendo
cuidado de usar un champú acorde al tipo de cabello. La caspa no es necesariamente
sinónimo de desaseo, puede darse por sequedad en el cuero cabelludo.

Cuidado con los piojos


Los piojos son parásitos que se adhieren al cuero cabelludo, pero a medida que
crecemos es menos frecuente que tengamos piojos. Se propagan fácilmente,
especialmente en lugares donde hay muchos niños que pasan mucho tiempo juntos.

2. El aseo de las uñas evita la presencia de gérmenes


La limpieza y corte de las uñas de manos y pies evita la adquisición de gérmenes y bacterias así
como infecciones.

3. El cuidado de los ojos previene de enfermedades e infecciones


Los ojos son órganos muy delicados. Por lo tanto no deben tocarse con las manos
sucias ni con pañuelos u otros objetos. Su mecanismo propio de limpieza son las
lágrimas.
Al estudiar, leer o ver la televisión es importante mantener buena iluminación de los
espacios evitando así un mayor esfuerzo de la vista.
4. La higiene de la nariz es fundamental para lograr una buena respiración
La nariz deja entrar el aire para que llegue a los pulmones con la temperatura y
humedad adecuadas y libres de partículas extrañas. La producción de mocos es un
proceso natural que sirve como lubricante y filtro para el aire. Sin embargo, es
necesario retirarlos varias veces al día, pues además de la incomodidad que
representan, contienen partículas y microorganismos filtrados que pueden propiciar
enfermedades.

5. La higiene de las manos es la mejor barrera para evitar muchas enfermedades


Gracias a las manos nos es posible desarrollar todas las actividades que realizamos día
a día. El contacto permanente de las manos con los papeles, alimentos, objetos,
animales, etc. Favorece el transporte de gérmenes y bacterias causantes de
enfermedades como la conjuntivitis o infecciones gastrointestinales (infecciones en el
estómago).
Debemos mantenerlas limpias porque con ellas nos tocamos la cara, los ojos, la boca,
cogemos algunos alimentos y tocamos a otras personas.
Un hábito fundamental deber ser el lavado de las manos después de ir al baño y
también antes de tocar o consumir los alimentos, tanto en casa como en la escuela y en
cualquier otro lugar.
Una buena alimentación para adultos mayores
Una buena alimentación es fundamental en cada una de las etapas de nuestra vida desde la
infancia hasta la vejez. Los aspectos básicos de una dieta son los mismos a lo largo de
nuestra vida, pero las necesidades nutricionales individuales cambian a medida que vamos
envejeciendo. Además, la correcta absorción de los alimentos puede verse afectada por
alguna enfermedad.

Los adultos mayores necesitan los mismos nutrientes (proteínas, carbohidratos,


grasas, vitaminas, minerales) que los jóvenes, pero en cantidades diferentes. Algunos
pueden ser más necesarios que otros. Además, para los adultos mayores la fibra es esencial
para mejorar la digestión y evitar el estreñimiento.

Conforme envejecemos, requerimos menos energía (calorías) que cuando éramos jóvenes.
Esto se debe a que los procesos naturales del organismo requieren menor energía cuando
disminuye la actividad física y hay una menor masa muscular.

Aunque los requerimientos calóricos varían de acuerdo a la edad y al nivel de actividad, un


adulto mayor requiere alrededor de mil 600 caloríasdiariamente. Éstas deben elegirse
cuidadosamente procurando que aporten los nutrientes necesarios. La recomendación es
dividir las mil 600 calorías en porciones de cada uno de los grupos incluidos en la pirámide
nutricional:
1. Pan y cereales: seis porciones
2. Vegetales: tres porciones
3. Frutas: dos porciones
4. Leche y sus derivados: dos porciones
5. Proteína: dos porciones
6. Grasas: Usar con moderación
En tanto, los adultos mayores necesitan incluir dos porciones o 90 gramos de proteína
diariamente en su dieta. Algunas opciones son carne, pollo, pescado y si éstos resultan
difíciles de masticar puede suplirlos por huevos o frijoles.

Además, en la medida que vamos envejeciendo, aumentan nuestros requerimientos de


calcio. Para mantener la masa ósea y reducir el riesgo de osteoporosis las recomendaciones
de calcio deben incrementarse en un 20%.

Tanto los hombres como las mujeres mayores de 50 años deben consumir al menos mil 200
mg. de calcio al día. La leche y sus derivados (queso, crema, yogurt) son las mejores
fuentes de calcio, al igual que los vegetales de hoja verde y las sardinas.

Nunca es demasiado tarde para consumir más calcio, aunque también es necesario
consumir suficiente vitamina D para poder absorberlo y realizar al menos 30 minutos
de ejercicio diariamente.

La deficiencia de hierro es un problema común a medida que envejecemos y esto por lo


general provoca anemia, cuyos síntomas son debilidad, fatiga y deterioro de la salud.
La vitamina C, contenida en frutos cítricos, ayuda a nuestro organismo a absorber el hierro
de los alimentos que lo contienen. Además es un excelente antioxidante lo contribuye a
retrasar el proceso de deterioro del organismo.

Los expertos recomiendan el consumo diario de entre 20 y 35 gramos de fibra (para un


adulto) para mejorar el movimiento del tubo digestivo, moderar los cambios de azúcar y
de colesterol en la sangre que se producen después de las comidas e incrementar la
eliminación de las sustancias cancerígenas producidas por las bacterias en el intestino
grueso. Se encuentra principalmente en los granos enteros, algunas frutas y verduras.

La vitamina A contenida en vegetales de hoja verde y los de color amarillo y naranja, ayuda
a los ojos a adaptarse a una luz tenue, protege nuestra piel, así como otros tejidos.

El ácido fólico participa en la formación de glóbulos rojos y su carencia puede


provocar anemia. Lo contienen los vegetales de hoja verde, algunas frutas, los frijoles y los
productos de grano enriquecidos.

La vitamina B12 participa con los folatos en la elaboración de glóbulos rojos; la ausencia
de ésta provoca anemia y en algunos casos se le relaciona con problemas neurológicos. La
carne, el pescado, el pollo los huevos y los productos lácteos son una buena fuente.

El zinc ayuda al organismo a combatir infecciones y a reparar los tejidosenfermos. Sus


principales fuentes son: carne, mariscos, productos de grano y la leche.

Los adultos mayores necesitan tomar abundantes líquidos: de 8 a 12 tazas por día. Algunos
alimentos proveen líquidos, pero aun así es necesario tomar todo tipo de bebidas, jugos,
leche, sopa, té o café, que pueden incluir además otras sustancias nutritivas, sin olvidar la
mejor opción que es el agua pura.

Cada persona es diferente, por lo que es recomendable consultar con el médico cuáles son
sus requerimientos alimenticios para su caso en particular tomando en cuenta su edad,
estado de salud y la actividad que realiza diariamente.

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