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Generación Post-Alfa – Franco Berardi Bifo

A través de su texto, el autor revela algunas de las consecuencias más


importantes concernientes a la difusión de los medios y tecnologías de la
información y la comunicación respecto a diversos ámbitos de la vida humana:
desde las formas en que el lenguaje se ha visto alterado por la velocidad con que
los mensajes pudieron comenzar a difundirse por el planeta (señales, cartas,
telégrafo, radio, televisión y ahora internet), haciendo que la dimensión del
espacio, en cuanto obstáculo para la transmisión de información y la dificultad que
este suponía pudiese ser bordeada, tanto así que ahora puede haber
comunicación de un extremo del planeta a otro sin mayor dificultad temporal. Por
otra parte, de este modo, ocurre que la información ahora puede llegar tan rápido
y navegar a tal velocidad que ocurre un desfase entre el avance de la tecnología y
la emisión de mensajes, a diferencia de la lentitud del sistema receptor que, según
Berardi, son los seres humanos, y cuya capacidad de procesamiento de la
información no puede ni podrá dar abasto a la inmensa cantidad de información
que los bombardea desde todas partes y (ahora) todo el tiempo.

El autor plantea entonces como efectos a largo plazo de esto una dislexia, una
devaluación cognitiva y de la capacidad de atención. Aunado a esto, por otra
parte, también está la alta demanda de energías físicas y ahora psíquicas, mismas
que se desgastan y empalidecen ante la excesiva exigencia laboral y el poco
tiempo que queda destinado a la afectividad o a la relajación. Se comenta incluso
el hecho de que, debido al poco tiempo que pasaron las últimas generaciones de
niños y jóvenes con sus madres (por el ingreso de estas al campo laboral y el frío
sustito tecnológico que se apoderó de los niños) estos son ahora la población
donde se han registrado mayores afectaciones emocionales-psicológicas, como la
ansiedad y la depresión.

Berardi también plantea que ante la alta demanda de competitividad hay un


descenso de la atención y, además de esto, también existe una hiper-
sexualización debido a que el sexo ocupa el centro de la escena en los discursos,
y todavía más: hay una pérdida del objeto de deseo, una banalización de este y el
sexo se convierte en el único medio por el cual acceder a las experiencias con la
alteridad, con el otro, no obstante, he aquí un terrible factor más; parece que se
trata de una obligación y la antigua forma en que se realizaba el acto sexual como
medio de profundizar un vínculo, hoy queda vacío y hay una especie de “autismo
sexual”. El autor propone que hay una pérdida de la esfera emocional, y así como
la sobrecarga de estímulos afecta a la comunicación y la capacidad de atención,
un efecto más es, a resumidas cuentas: entre menos palabras, más sexualidad.
Para Berardi, ante el cambio en la estructura social, la falta de represión (fuente de
deseo) no puede sino producir que este se desconozca y con esto, el consumo (de
lo que sea) aumenta.

En la era actual, la patología, a diferencia de la modernidad, ya no se expresa en


el ámbito de la privacidad, sino en la hiper expresividad. Por otra parte, y
siguiendo la línea de las patologías en auge de la actualidad, la demanda abismal
y la falta de capacidad personal para lograr con los ideales de la época, en medio
de una sociedad que ya no provee de base o sustento, sino de una ideología y
una apuesta (malintencionada) por la autonomía y la independencia, por la
autoconstrucción y la auto referencia, colocan al sujeto en una constante y ardua
labor de dar sentido a su vida y de ser “lo suficientemente bueno” para el ideal
actual, no obstante, esto sólo ha conseguido dos fenómenos directamente
proporcionales; el aumento de la depresión y el aumento del consumo de drogas
(legales e ilegales).

Berardi, F. (2007). “Quinta bifurcación: Infósfera”, “Sexta bifurcación: Psicósfera”, y


“Útima bifurcación: A modo de epílogo.” En Generación post-alfa. Patologías e
imaginarios en el semiocapitalismo (pp. 159-258). Argentina: Tinta limón.

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