You are on page 1of 4

La sociedad Cashless en una breve descripción.

Escrito por Daniel Arriola.

Imagínese por un momento querido lector que de un día a otro usted amanece en una
pequeña cabaña de un discreto poblado a las afueras de Estocolmo la capital de Suecia.
Como usted seguramente sabe, Suecia es un país septentrional con un clima bastante frío
la mayor parte del año, usted verá en ese momento los bosques cubiertos de nieve y los
ríos a punto de congelarse.

Pues bien, al despertar en un lugar de esas condiciones gélidas, usted sentirá que el frío
le recorre toda la piel y necesitará por lo menos una bebida caliente acompañada de un
crujiente pan tradicional escandinavo. Se levanta usted querido lector y se dirige a
revisar el refrigerador de la casa y se percata que está vacío. Lo normal -piensa usted si
estuviera en su casa en la Ciudad de México- sería que personalmente se dirigiera a la
tienda más cercana a comprar lo que necesita. Aplica el mismo razonamiento y con
botas, guantes y abrigo en mano camina unos 10 minutos con rumbo al 7-eleven para
después buscar una panadería tradicional, todo eso lo tiene perfectamente planeado,
incluso antes de salir tomó un fajo de dólares de la mesita de la sala. Todos sabemos que
el dólar es la moneda universalmente aceptada en cualquier parte y para cualquier
situación y usted confía en eso y en su habilidad para comunicarse con su básico inglés
con los empleados de la tienda.

Llega usted estimado lector al 7-eleven y toma unos botes de leche, un frasco con café y
sobres de azúcar. Al entrar a la tienda se percata de la presencia de unos letreros a los
cuales usted no pone atención:
Los letreros no le dicen nada y marcha paso seguro a la caja para pagar con los dólares
que lleva en mano.

¡Sorpresa querido lector! El empleado en la caja le comunica en un perfecto inglés que


usted puede entender, que el establecimiento hace tiempo no recibe pagos en efectivo.
Le indican que usted puede pagar con tarjeta de crédito o débito, usted le explica al
empleado que no dispone de una tarjeta y que solo tiene dólares que cualquier
establecimiento debería de aceptar; el empleado le dice que en ese local no se aceptan
monedas ni billetes de ningún tipo. Usted -como buen mexicano- se hace el sufrido y le
pide al empleado que haga una excepción. Muy amablemente pero con voz firme el
empleado le reitera que no es posible atenderle si no cuenta con un “medio de pago
electrónico” y le pide que se retire de la tienda.

Sale del local algo extrañado y se pregunta así mismo: chale ¿cómo es posible que no
me aceptaran billetes de los verdes? ¿quien se creen que son éstos para sacarme así
como así?. Camina unos minutos y se dirige a una pequeña plaza comercial donde puede
usted divisar más tiendas y se acerca a una de ellas; con la experiencia ya vivida
pregunta en la caja si le reciben sus billetes y explica que está dispuesto a dejar una
buena y sustancial propina.
La misma respuesta: “no recibimos efectivo, solo dinero digital”. Usted se rehace y está
seguro que en la panadería de la plaza se apiadarán de usted y le venderán algo que
pueda comer y algo caliente para beber.
Llega a la susodicha panadería y le invade el olor a pan recién horneado pero para su
pesar obtiene la misma respuesta de los empleados “No cash is accepted only digital
payments”. Usted camina con pasos rápidos fuera de la panadería; se siente por dentro
algo descompuesto y le recorre una sensación de molestia, frustración y extrañeza, ya se
siente algo desesperado porque no puede hacer uso de sus preciados billetes verdes del
tío Sam. Se percata que está en medio de la plaza y que son pocos los ciudadanos suecos
que ahí se encuentran con usted.

En su interior se pregunta ¿cómo diablos hacen sus compras más básicas la gente de éste
país? ¿acaso pagan un simple café y unas donas con su tarjeta? Con la curiosidad que le
invade se acerca a una de las tiendas y observa que las personas portan en su muñeca
derecha un brazalete que pasan por un lector que con una luz en color verde les autoriza
la compra y pueden salir tranquilos con las bolsas llenas de aquello que necesiten.
También se percata que otros ciudadanos desde sus celulares introducen un número que
está a la vista dentro de las tiendas y lo acompañan de la cantidad que van a pagar;
segundos después el empleado recibe la confirmación y la compra se realiza.
Los menos, hacen lo que usted ya conoce y le es familiar, pasar la tarjeta Visa por el
lector y terminan sus compras. Durante esos 15 minutos que usted permaneció en la
tienda jamás escuchó el ruido característico que hacen las monedas cuando salen del
bolsillo y cambian de manos, no vio un solo billete saliendo de las carteras de los que
ahí se congregaban, ni escuchó el kichink que hacen las cajas registradoras, es más,
nunca vio una de esas cajas. En el pasillo principal de aquella plaza usted se da cuenta
que no hay cajeros automáticos ni las filas enormes de individuos que casi siempre les
acompañan prestos a retirar algunos billetes. Usted se preocupa y se angustia porque no
ve en el ambiente algo que en su ciudad es muy característico y básico para obtener
bienes, usted no ve la presencia del dinero en las formas físicas que conoce pero sabe
que está ahí.

De pronto, una voz que le habla en español le hace voltear. Es un ciudadano sueco que
está deseoso de practicar el español que sabe con usted. Haciendo a un lado las
formalidades y sin presentarse, le pregunta a Olle -así se llama el ciudadano- ¿por qué
no hay una sola moneda o billete en las manos de las personas?. Olle le contesta que
desde hace unos años el gobierno sueco y los ciudadanos decidieron abandonar el uso
del dinero físico y confiar sus transacciones diarias en el uso de la tecnología y de la
moneda digital del país que es la E-krona ó corona electrónica.

Olle le explica que su sociedad concibió nuevas formas de pago; que los diezmos en las
iglesias se hacen con una aplicación, las limosnas a los sin techo se pueden hacer vía
transferencia entre números de celulares; que poco más de cuatro mil ciudadanos de ese
país ya portan chips bajo su piel y les facilita el pagar el transporte o los alimentos en las
universidades ó restaurantes de comida rápida. Los niños suecos -explica Olle- desde
muy temprana edad ya cuentan con una tarjeta que les permite ir a la tienda y pagar sus
golosinas. También le explica que existe una aplicación de pago sueca llamada Swish, es
tan popular que la palabra“swishing” se ha incorporado completamente al vocabulario
como sinónimo de pagar. Son las generaciones menores a 45 años las que están
impulsando estos cambios en su sociedad, comenta Olle. Y, ¿si no hay dinero físico qué
hay con los bancos de su país? a lo cual Olle aclara que la mayor parte de los bancos han
decidido cerrar sus sucursales en todo el país junto con los cajeros automáticos y solo
conservan algunas sucursales en las principales ciudades. Otro efecto beneficioso de este
cambio es que los asaltos a ciudadanos y bancos literalmente ya no existen, comenta
Olle, pero también aclara -con un tono serio y de preocupación- que todo lo que los
ciudadanos hacen dentro del país escandinavo queda registrado de alguna manera y no
hay forma de ocultarse a los ojos del gobierno y de las corporaciones financieras.

Olle expone que si toma el autobus del trabajo a su casa, si pide una pizza por envío, si
se enferma y va al doctor o si hace una donación. Su gobierno y los bancos saben quien
es él, a qué hora sale de laborar y cuántos kilómetros recorre y la hora de llegada a su
casa, saben qué fue lo que comió y tienen conocimiento de su estado de salud y de las
personas con quien se relaciona. También nos dice que en su país hay una base de datos
que es pública y ahí todos los suecos pueden saber cuánto percibe de sueldo al año y en
qué se gasta ese dinero y donde está invertido. Dice que siente que ha perdido algo de
libertad y anonimato como consecuencia de la adopción del dinero digital.

Querido lector, lo escrito y descrito en este espacio es algo real y sucede en Suecia, y se
comienza a implementar en Noruega, Dinamarca, Bélgica y China. Le formulo la
siguiente pregunta: ¿está usted preparado para vivir en un mundo sin dinero donde lo
que usted haga deje un registro permanente? ¿está usted preparado para que su vida
cotidiana sea escrutada, monitoreada en tiempo real por su gobierno y las grandes
corporaciones?

Se lo dejo a su consideración.

You might also like