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YHWH Y SUS MUJERES

Un divorcio no deseable

La imaginería femenina utilizada en la Biblia y relacionada con hipóstasis divinas, por


ejemplo la personificación de la Sabiduría en la literatura sapiencial y la de la Gloria divina
en la literatura profética, son fruto de la evolución teológica hacia el monoteísmo en Israel
que pretendió subsumir en YHWH atributos que en períodos previos eran propios de
deidades femeninas como Asherah (la diosa consorte de YHWH), proscriptas por las
sucesivas reformas teológicas. Este proceso se acentúa en el período post-exílico y continúa
en la literatura de Qumrán e Intertestamentaria y obliga a replantear cierto tipo de exégesis
bíblica que reposa en interpretaciones demasiado literales de dichas figuras femeninas, a la
vez que exige la reincorporación semiológica de la simbología propia de dichas imágenes
femeninas. El uso de dicha imaginería continúa en los textos Neotestamentarios y debe
también ser tenida en cuenta para una adecuada interpretación de los mismos.

1. El comienzo del proceso


En su lento camino hacia el monoteísmo, Israel desarrolló uno de los procesos más
silenciados en los textos bíblicos: el divorcio que impone entre YHWH y sus mujeres
(Asherah, El Shaddai1, la Reina de los Cielos). Fue un proceso que tuvo su impulso durante
la Reforma Deuteronomista y el período exílico pero que continuó en el post-exilio. 2 Pero
esta pretensión de subsumir en YHWH todos los atributos masculinos de una deidad y
excluir todos aquellos que mostraran algún rasgo de debilidad o feminidad tuvo
consecuencias teológicas y litúrgicas que continúan hasta nuestros días.
En el período prexílico, y siguiendo las consignas de la Reforma Deuteronomista, comienza
en el ámbito cultual una modificación de la liturgia que proscribe los cultos a Asherah y la
1
H. LUTSKY, “Shadday as a Goddess Epithet”, VT 48 (1998) 15-36, 36.
2
M. DIJKSTRA, “Women and Religion in Old Testament”, en: B. Becking y otros, Only One God?
Monotheism in Ancient Israel and the Veneration of the Goddess Asherah, London – New York, Sheffield
Academic Press, 2001, 164-188, 188; J. E. WRIGHT, The Early History of Heaven, Oxford – New York,
Oxford University Press, 2000, 69-70.
Reina de los Cielos, e incluso los que en la corte eran desempeñados previamente por la
reina consorte.3 Se busca así crear una imagen de YHWH con rasgos poderosos y evitar
cualquier atisbo de multiplicidad y debilidad en torno a su persona.
Pero, como sucede también en los procesos psicológicos, todo lo que se reprime termina
aflorando de algún modo, y esto fue lo que sucedió en la elaboración teológica postexílica
donde aparecen imágenes fragmentadas de esos aspectos femeninos divinos que perviven
en la literatura profética, sapiencial, en Qumran y en la mística judía. La Sabiduría, la
Gloria de YHWH, su Shekinah, su Memra, todas dan testimonio de esta supervivencia. Sin
embargo, estos motivos femeninos son reelaborados puntillosamente con la finalidad de
evitar cualquier pretensión de recuperar su antiguo status. Algunos autores denominan a
este proceso “sublimación” de la diosa.4
Moshé Weinfeld reconoce que este proceso de transformación-sublimación de las imágenes
femeninas divinas tuvo importantes consecuencias en el culto posterior de Israel desde el
postexilio hasta la actualidad. Llega a afirmar que existe una gran distancia entre la fe de
Israel y su práctica religiosa actual. Mientras el matrimonio sagrado y el culto a las
imágenes de Asherah fueron condenados por la Reforma Deuteronomista, tanto el hieros
gamos de YHWH y su diosa, como así también el árbol sagrado (símbolo de Asherah) han
continuado en la memoria y la práctica popular y perviven, espiritualizados en la Kabbalah
hasta nuestros días.5
Otro rastro de este proceso de censura y sublimación se encuentra en la caracterización de
YHWH como madre amamantando a su pueblo con sus pechos de Gloria y mimándolos
como niños en su regazo (cf. Is 66,10-13), que coordinado con otro pasaje cercano donde se
lo describe como padre (cf. Is 63,16), muestran cuan presentes estaban estas ideas en el
post-exilio.
2. La personalización femenina de la Sabiduría divina

3
Omer Sergi considera que la historia deuteronomista organizó la lista de reyes de Israel y Judá en base a un
criterio cultual. Los reyes eran evaluados negativamente si sus consortes habían practicado cultos foráneos,
siendo ésta la causa de la ruina de sus dinastías. En: “Foreign Women and the Early Kings of Judah Shedding
Light on the Historiographic Perception of the Author of Kings”, ZAW 126 (2014) 193–207, 206.
4
M. GERHART , J. P. HEALEY, A. M RUSSELL, “Sublimation of the Goddess in the Deitic Metaphor of Moses”,
Semeia 61 (1993) 167-184, 173.
5
M. WEINFELD, “Feminine Features in the Imagery of God in Israel: The Sacred Marriage and the Sacred
Tree”, VT 46 (1996) 515-529, 528.
Por un tema de brevedad en la exposición, tomaremos como ejemplo algunos rasgos de esta
sublimación que se observan en la personalización de la Sabiduría divina ( ‫חכ כ ממה‬
‫ ) ח‬en el
libro de Proverbios (cf. Pr 1-9), un desarrollo postexílico que la presenta como una
hipóstasis divina femenina que obra como agente de la revelación desde la creación del
mundo. Doña Sabiduría se ofrece al hombre para guiarlo en sus caminos hacia Dios, al
decir de Von Rad es la “forma en que Dios se hace presente y desea que los hombres lo
busquen”.6 Para Albright el origen de esta personalización es foráneo a Israel y sería una
asimilación de otras diosas veneradas en la región (como la cananea Astarté, la diosa
egipcia de la sabiduría Ma’at y su par babilónica Ishtar, entre otras). 7 Esta personalización
de la Sabiduría divina tan íntimamente ligada a YHWH y sin embargo distinta a él,
continúa en los desarrollos teológicos posteriores de los libros de Sirácida y Baruc donde se
la identifica con la Ley (cf. Sir 24; Ba 3-4) y en el libro de Sabiduría donde su rol es
eminentemente salvífico (cf. Sb 9-10).
Frente a esta construcción teológica de la figura de la Sabiduría divina, aparece otro
personaje femenino antitético que actúa en contrapunto con sus acciones salvíficas, “otra
mujer” que conduce a los hombres por los caminos de perdición. A veces se la identifica
como la “mujer ajena”, o también como “Doña Necedad”, la “mujer foránea”, la
“prostituta” y otros epítetos, dependiendo de la interpretación de los textos. Si bien no hay
‫סיל ו‬
consenso en la traducción de los términos que se usan para describirla (‫ות‬ ‫ א מאשששת כככ ס‬y
‫א משה‬
‫ס‬ ‫ נ ח וכ כר ס יימה‬, ‫א משה ז חרמרה‬
‫ ) ס‬hay una tendencia a interpretarlos literalmente como estereotipos
de mujeres perversas y/o prostitutas aplicando una hermenéutica sesgada de prejuicios
contra la mujer.
Sin embargo Gustav Bostrom8 y Gerard Von Rad9, entre otros, reconocen que el sentido
más propio de los términos hebreos aplicados a la enemiga de la Sabiduría es el de “mujer
extraña” o “mujer extranjera” (entendiendo esta figura de modo metafórico cuyo accionar
remite a prácticas cultuales no yahvistas). También Ralph Marcus10, Norman Habel11,

6
G. VON RAD, Teología del Antiguo Testamento, Salamanca, Sígueme, 1993, 525.
7
W. F. ALBRIGHT, “The Goddess of Life and Wisdom”, The American Journal of Semitic Languages and
Literatures 36 (1920) 258-294, 285,
8
G. BOSTROM, Proverbiastuden, Lund, Gleerup, 1935.
9
G. VON RAD, Teología del Antiguo Testamento, 526.
10
R. MARCUS, “On Biblical Hypostases of Wisdom”, HUCA 23 (1950-1951) 157-171.
11
N. HABEL, “The Symbolism of Wisdom in Proverbs 1-9” Interpretation 26 (1972) 131-157.
Joseph Blenkinsopp12 y Leo Perdue13, entre otros, relacionan la imaginería femenina de la
mujer ajena o perversa con las ideas religiosas y los cultos foráneos a Israel. Serían
construcciones teológicas que elaboran un arquetipo femenino moralmente despreciable
ante los ojos masculinos y que sirve además como metáfora de las prácticas cultuales
condenadas por la Reforma Deuteronomista. Según estos autores las figuras femeninas de
la Sabiduría y su acérrima enemiga (a la que denominamos genéricamente Doña Necedad
ya que no consideramos que se trate de distintas mujeres sino de distintos aspectos de una
misma construcción teológica) no deberían ser entendidas como mujeres reales sino como
arquetipos que obligan a leer los textos en un clima de debate y condena a los cultos a otros
dioses distintos de YHWH. Norman Habel comenta que, dado el prestigio que tenía la
prostitución sagrada en las culturas antiguas y el rol pedagógico que se les asignaba las
sacerdotisas en la literatura afín, es muy probable que esta Mujer Extraña fuese una
formidable rival de Doña Sabiduría, representando las excitantes posibilidades que ofrecía a
quienes la prefiriesen como compañera de camino.14
Pese a esto, no son pocos los comentaristas bíblicos que interpretan la imaginería femenina
de Doña Necedad en términos literales, entendiendo su accionar en el sentido de
intercambio sexual extramarital y/o prostitución. Para esta corriente de interpretación, la
imaginería femenina que se opone a la Sabiduría son mujeres de carne y hueso y su
comportamiento es perverso y de bajos instintos. Los textos serían utilizados como
literatura propagandística postexílica para condenar los matrimonios con mujeres
extranjeras, siguiendo la teología de Esdras y Nehemias.15
Por último, otros autores interpretan de modo metafórico ciertos pasajes y de modo literal
otros donde aparece Doña Necedad, siguiendo criterios propios y sin mucha coherencia en
los planteos semiológicos.16

12
J. BLENKINSOPP, “The social context of the "outsider woman" in Proverbs 1-9”, Biblica 72 (1991) 457-473.
13
L. PERDUE, Proverbs, Louisville, John Knox Press, 2000.
14
N. HABEL, “The Symbolism of Wisdom in Proverbs 1-9”, 143.
15
Para un resumen actualizado de estas interpretaciones ver: N. N. H TAN, The 'Foreignness' of the
Foreign Woman in Proverbs 1-9: A Study of the Origin and Development of a Biblical Motif, W de
Gruyter, 2008, 3-11.
16
N. SHUPACK, “Female Imagery in Proverbs 1-9 in the Light of Egyptian Sources”, VT 61 (2011) 310-323,
323.
Considero que estas dos formas de entender la imaginería femenina, la mal llamada
metafórica (que remite al debate cultual) y la literal (que se posiciona en una actitud de
desprecio frente a la mujer) son mutuamente excluyentes. Es cierto que en ambas está
presente el rechazo a los cultos foráneos pero, en el primer caso, y gracias a la
interpretación de las figuras femeninas, es posible el debate con otras creencias o culturas y
el ser humano es libre de elegir o no el camino de la Sabiduría. Mientras que en el segundo
caso (en la interpretación literal) no hay espacio para el discernimiento ni diálogo con otras
creencias y plantea el desprecio absoluto a estas mujeres foráneas que encarnan lo extraño y
distinto.
Como lo hicieran notar George Lakoff y Mark Johnson, “ya sea en política como en la vida
cotidiana, la gente que está en el poder es la que impone sus metáforas… y las metáforas
tienen el poder de definir la realidad”.17 Esto se aplica cabalmente al lenguaje metafórico
sobre YHWH y sus mujeres. El divorcio celestial ideado por la Reforma terminó siendo el
modelo y justificación de los divorcios terrenales obligados por los continuadores de las
mismas políticas (Esd 9-10). Pero el proceso de divorcio no terminó allí ya que la metáfora
pervivió y sirvió como herramienta teológica para evitar el diálogo con otras creencias
justificando la condena a quien pensase (y piense en la actualidad) distinto a la ideología
dominante.

3. Algunos desarrollos posteriores de Doña Sabiduría y Doña Necedad


Aunque los consejos de divorcio de Esdras y Nehemías (Ne 10,11) gozaron de larga vida,
hubo sin embargo ciertos grupos que conservaron en la memoria las antiguas tradiciones
sobre lo masculino y femenino en Dios como así también las tradiciones de interpretación
de la imaginería femenina divina.
En Qumram (4Q184 y 4Q185) el contrapunto entre la Sabiduría divina y Doña Necedad
continúa según el modelo de arquetipos antitéticos. La polarización entre ambas mujeres se
acentúa y su rivalidad adquiere dimensiones cósmicas. En 4Q184 Doña Necedad adquiere
rasgos demoniacos personificando el caos que se opone al orden divino.18

17
G. LAKKOFF – M. JOHNSON, Metaphors We Live By, Chicago, University of Chicago Press, 1980, 157.
18
S. CRAWFORD, “Lady Wisdom and Dame Folly at Qumran”, Dead Sea Discoveries 5 (1998) 355-366, 361.
“Su [ ] son las cimas de la noche. Sus vestidos son la penumbra del ocaso, y sus adornos las
plagas del abismo. Sus camas son lechos del abismo [ ] profundidades del inframundo. Sus
albergues son lechos de oscuridad y en las honduras de la noche están sus dominios. De los
cimientos de la oscuridad ella toma su morada, y reside en las tiendas del Infierno, en medio
del fuego eterno, y ella no tiene herencia entre los que brillan luminosos”. (4Q184 1,4-8) 19

Hay autores que sostienen una interpretación literal de los pasajes de Doña Necedad en los
textos de Qumrán y afirman que se trata de mujeres reales. Si bien Doña Necedad tiene un
rol pedagógico como antítesis de la Sabiduría divina, en 4Q184 la oposición entre ambas
figuras es tan marcada que produce efectos adversos: minimiza la capacidad de opción del
discípulo, reduciendo la posibilidad de ejercer su discernimiento frente a los variados
obstáculos que la vida real le presenta.20
Joseph Baumgarten cuestiona este lugar común de asociar la Mujer Extraña con una
prostituta en 1Q184, y se pregunta al respecto por qué los miembros de una comunidad tan
sectaria y de vida alejada de las ciudades (como era la comunidad de Qumrán) tendrían
interés en desarrollar un tipo de literatura sobre problemas morales urbanos, problemas que
por otra parte les serían completamente ajenos, como aquellos que pueden devenir del trato
con prostitutas callejeras. Según el mismo autor, Doña Necedad sería una verdadera
encarnación de los poderes siniestros que residen en la oscuridad del Infierno. Un ser
demoníaco que surge sigilosamente de las tinieblas para conducir a los “hijos de los
hombres” a la apostasía y perdición. Al adquirir dimensiones demoníacas, Doña Necedad
deviene la antítesis cabal de la personificación de Doña Sabiduría.21
Pese a los diferentes modos de interpretación de 1 Q 184, hay consenso en reconocer que
estos desarrollos no son propios de la secta sino que reflejan tradiciones previas, y cómo la
comunidad entendía y usaba dichas tradiciones en la interpretación de las Escrituras al
aplicarla a su vida cotidiana.22 La polarización de la imaginería femenina sapiencial, las
dimensiones cósmicas que adquiere la rivalidad entre la Sabiduría divina y Doña Necedad,

19
Traducción de: M. LESLEY, “Exegetical Wiles: 4Q184 as Scriptural Interpretation”, The Scrolls and Biblical
Traditions: Proceedings of the Seventh Meeting of the IOQS in Helsinki, G. BROOKE- D. FALK-E.
TIGCHELAAR - M. ZAHN (eds.), Leiden, Brill, 2012, 107-142, 113.
20
S. JONES, “Wisdom's Pedagogy: A Comparison of Proverbs VII and 4Q184”, VT 53 (2003) 65-80, 80.
21
J. BAUMGARTEN, “On the Nature of the Seductress in 1Q184”, Revue de Qumran 57-58 (1991) 133-143.
22
P. DAVIES, “Biblical Interpretation in the Dead Sea Scrolls” en A History of Biblical Interpretation (ed. A.
Hauser et al.), Grand Rapids, Eerdmans, 2003, 144-166.
y la demonización de esta última, son algunos elementos que señalan que la comunidad de
Qumrán no interpretaba literalmente los textos.

En la versión griega del libro de Proverbios también se refleja la interpretación simbólica


de la imaginería femenina sapiencial. La LXX presenta sugestivas diferencias respecto de
los textos hebreos alusivos a Doña Necedad. Un ejemplo se presenta en Pr 2,16-18 donde el
hebreo menciona a la Mujer Extraña ( ‫שה ז חרמרה‬
‫א מ‬
‫מ ס‬
‫ ) מ‬y la LXX desarrolla ese motivo usando
la categoría ética de “malos consejos” (κακὴ βουλὴ). Además expande notablemente el
texto de Pr 9,18 asociándolo con la simbología del agua, otra metáfora sapiencial
desarrollada en Pr 6.

“Pero él sabe que los hombres poderosos mueren a causa de ella, y cae en una trampa del
infierno. Por eso apártate, no te detengas en el lugar, ni poses tus ojos sobre ella: para que
no pases por aguas extrañas; sino que abstente de aguas extrañas, y no bebas de fuentes
ajenas, para que puedas vivir mucho tiempo, y se te añadan años a tu vida”. (Pr 9,18 LXX)

Para Johann Cook es claro que estos pasajes deben ser entendidos metafóricamente y
aluden a los peligros de sabidurías foráneas a Israel. 23 Aunque Matthew Goff no concuerda
con la lectura metafórica de Cook, reconoce que tanto en 4Q184 como en la versión griega
de Proverbios hay un esfuerzo consistente por transformar a la Mujer Extraña en un
símbolo abstracto que remite a tradiciones comunes de interpretación de los textos. 24 Por su
parte para Melisa Aubin, Doña Necedad es un símbolo herético que sirve para legitimar los
modelos femeninos en la Biblia hebrea.25

4. Cuestiones abiertas
Los pocos ejemplos presentados hasta ahora sirven para ilustrar la evolución que han tenido
algunas imágenes femeninas de Dios en el postexilio. La recepción de las tradiciones
sapienciales en Qumran y en la LXX muestra que la imaginería femenina continuó siendo
23
J. COOK, “‫א משה ז חרמרה‬
‫( ס‬Proverbs 1-9 Septuagint): A Metaphor for Foreign Wisdom?”, ZAW 106 (1994) 458-
476, 474.
24
M. GOFF, “Hellish Females: The Strange Woman of Septuagint Proverbs and 4QWiles of the Wicked
Woman (4Q184)”, Journal for the Study of Judaism 39 (2008) 20-45, 44.
25
M. AUBIN, ““She is the beginning of all the ways of perversity”: Femininity and Metaphor in 4Q184”,
Women In Judaism: A Multidisciplinary Journal 2 (2001) 1-23, 22.
configurada y entendida metafóricamente dentro de las líneas de interpretación de
tradiciones previas, y continuó así hasta los albores del cristianismo.
Algunos autores sugieren que las ideas de la Sabiduría, la Memra, la Shekinah y la Yekara
están presentes en la mente del redactor del Evangelio de Juan y asociadas con el Logos. 26
Por eso cabe preguntarse cuál fue la suerte que corrió la figura de Doña Necedad en la
literatura neotestamentaria, particularmente en el Cuarto Evangelio.
Si bien hubo una tendencia en la tradición alejandrina de los primeros siglos de la era
común a interpretar los textos del Cuarto Evangelio en clave tipológica, estas lecturas
cayeron en desuso. Sin embargo el lenguaje sapiencial del Cuarto Evangelio permite
interpretar ciertos personajes no como individuos reales sino como personajes simbólicos,
entre ellos Nicodemo, Natanel, la mujer samaritana, María la madre de Jesús, el discípulo
amado e incluso Tomás.27

Considero particularmente sugestiva la elaboración de la figura de la samaritana en su


diálogo con Jesús. Allí el Logos se ofrece como la fuente de agua que brota para la vida
eterna (Jn 4,14), se revela como el Mesías (Jn 4, 25-26) y se desarrolla el tema del
verdadero culto (Jn 4,20-24). Resuenan así algunos elementos del contrapunto entre la
Sabiduría divina y una mujer que representa un tipo de creencias y cultos foráneos a
Israel.28 Imponer una lectura literal a este texto desluce las posibilidades semióticas del
mismo a su mínima expresión.

Olga Gienini

26
D. BOYARIN, “The Gospel of the Memra: Jewish Binitarianism and the Prologue to John”, The Harvard
Theological Review 94 (2001) 243-284, 252-261; R. MIDDLETON, “Logos and Shekinah in the Fourth
Gospel”, The Jewish Quarterly Review 29 (1938) 101-133,130.
27
R. F. COLLINS, “John’s Characters”, en: These Things Have Been Written: Studies on the Fourth Gospel,
Luovain, Eerdsman, 1990, 1-86; C. SKINNER, Characters and Characterization in the Gospel of John,
London - New York, Bloomsbury T&T Clark, 2013.
28
E. FREED, “Did John Write His Gospel Partly to Win Samaritan Converts?”, NT 12 (1970) 241-256; D.
LEE, “In the Spirit of Truth: Worship and Prayer in the Gospel of John and the Early Fathers”, Vigiliae
Christianae 58 (2004) 277-297, 278-282; J. PURVIS, “The Fourth Gospel and the Samaritans”, NT 17 (1975)
161-198.

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