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III.

Análisis de novelas actuales de Literatura infantil chilena desde una perspectiva de


género

Metodología de análisis
La siguiente investigación emplea un análisis cualitativo, pues lo que intenta
evidenciar son las prácticas de feminidad y masculinidad, que estarían presentes en la
narrativa infantil chilena. Así, la investigación se construye de la lectura de cuatro novelas
infantiles, todas ellas analizadas desde una perspectiva de género, para así cumplir con los
objetivos de ésta. Esta metodología de análisis se construyó a partir de las lecturas revisadas
en el marco teórico, es decir, con lo mencionado por Lamas, Bourdieu y Bonino. Lo que ellos
proponen, permitirán revisar en detalle lo escrito por las autoras y los autores chilenos, en
relación a las prácticas de feminidad y masculinidad que representan y reproducen en sus
líneas.

El corpus que se analizó corresponde a literatura infantil actual y son textos que se
enmarcan en un Chile contemporáneo, además relatan historias en donde la familia y las
relaciones de amistad tienen un rol fundamental.
Verónica la niña biónica, Mauricio Paredes

Acerca del autor

Mauricio Paredes, nació en Santiago de Chile en 1972. Es Ingeniero Civil eléctrico


de la UC y ejerció hasta el 2001, año en que decidió seguir su vocación por las letras. Ha sido
profesor universitario, colaborador del Ministerio de Educación y presidente de la sección
chilena de la Asociación Internacional del Libro Infantil, IBBY.

Es autor de más de una decena de libros, que han sido publicados en Argentina, Chile,
Colombia, El Salvador, España, México, Perú, Uruguay y Venezuela. Entre los más
reconocidos se encuentran La cama mágica de Bartolo (2002); ¡Ay, cuánto me quiero!
(2003); Verónica la niña biónica (2005); La familia Guácatela (2011), etc.

Acerca de Verónica la niña biónica

Verónica la niña biónica, fue publicado en el año 2005 y trata sobre el encuentro de Verónica
y de Mauricio, dos niños muy diferentes; una increíblemente excepcional y otro
absurdamente normal. Superpoderes y artefactos de la más alta tecnología dan pie para que
vivan interesantes aventuras en un tranquilo pueblo. Sin embargo, no todo es color de rosas,
juntos deberán superar las problemáticas que surgen en una amistad verdadera.
Análisis COLOCAR TÍTULO INTERESANTE!

En primer, considero que es importante hablar desde lo evidente, desde que se


empieza la lectura de la obra de Paredes, nos podemos dar cuenta que se relata desde la
perspectiva de Mauricio, es él quien se encuentra con Verónica y quien realiza las acciones
que producen el encuentro. Por ejemplo, La primera vez que Mauricio vio a Verónica la niña
biónica, le pareció la persona más misteriosa y saltarina que jamás había conocido en su
vida (pp.9), más adelante, la descripción de las acciones no varía demasiado, si bien se
menciona continuamente a Verónica como responsable de lo que acontece, el protagonista
de la historia sigue siendo Mauricio. Todo el relato se muestra desde su perspectiva y nunca
desde Verónica.

Es notable ver como aparece en estas primeras líneas el protagonismo varonil, aún
cuando las acciones más interesantes son hechas por Verónica y, además, se podría esperar
que el protagonismo total fuera de ella, considerando que su nombre está en el título (quizás
sea mucho pedir).

Desde este protagonismo varonil, empiezan a surgir las masculinidades hegemónicas


en el relato ARREGLAR ESTO, NO SON PLURAL. En primer lugar, en relación con las
creencias matrices se pueden mencionar las actitudes que tiene Mauricio. Es el protagonista
de la historia y como se mencionó anteriormente el relato es contado desde su perspectiva.
Al principio de la historia Mauricio empieza su gran aventura al ir de pesca al río de su
pueblo, lo que se condice con la heroicidad belicosa. Esta heroicidad se hace presente en
tanto nos es posible identificar a Mauricio como un niño que busca la aventura e intenta
validarse a través de ella. En palabras de Paredes (pp.13)

(…) al final nadie del curso había querido acompañarlo. Porque era
demasiado temprano, porque a esa hora el río Porrazo soplaba un viento
congelante, porque no iban a pescar nada… <<Puras excusas>>, pensó
al emprender el paso. << ¿Cómo saben que no van a encontrar peces si
ni siquiera prueban suerte?>>
La validación de sí mismo ante los demás se realiza en el momento en que es capaz de
enfrentarse a su aventura, a enfrentarse a lo que los demás consideran un imposible, como
lo sería ir de pesca un domingo por la mañana a un río hostil o luchar junto a Verónica contra
los Malosos. De esto último, es importante enfatizar que Mauricio jamás se niega a los planes
de su amiga, aún cuando le parecen de lo más particulares. Por ejemplo, cuando el profesor
Godoy y la señorita Begoña están el río, los niños actúan de la siguiente forma:

– ¡Ahí está! ¡La va a atacar! – exclamó la niña superpoderosa.

–¿Y qué hacemos?

– Tirémosle el balde con los pescados.

–Es que no sé, quizás es sólo un juego

Mauricio no podía convencerse, pero todo indicaba que su superamiga tenía


la razón. Entonces, el hipnotizador (profesor Godoy)1 se quedó quieto y se
paró derecho. Metió la mano en el bolsillo de su chaqueta y sacó un objeto
oscuro.

– ¡Oh no! ¡Tiene un arma!

No cabía duda, estaban presenciando el ataque de un maloso. Debían salvar


a Begoña (…) Mauricio arrojó todo el contenido del balde. Agua, pescados
y unos cuantos gusanos cayeron sobre las cabezas del malhechor y de la
tutora. (pp. 146-147)

La cita anterior explica la valentía que Mauricio debe adquirir en todo momento al
actuar junto a Verónica, aún cuando siente muchas dudas respecto a las acciones que ella le
incita a realizar. La problemática radica aquí en que él no expresa su sentir y simplemente
acata para, posiblemente, seguir con la proyección de un niño aventurero y valiente.

Además de la heroicidad belicosa es posible identificar otro modelo de masculinidad


hegemónica en el relato, la autosuficiencia prestigiosa también se circunscribe en Mauricio.

1
Paréntesis mío para hacer posible la comprensión total de la cita.
En algunas ocasiones él intenta mostrarse como un sujeto independiente, eficaz y
protector de los demás. Por ejemplo, “Le había dicho a su mamá que él mismo se las iba a
arreglar en la mañana, que no se preocupara” (pp.10). Sin embargo, esta actitud no es algo
permanente, ya que en la mayoría de las ocasiones sólo accede a las peticiones de Verónica
y clama la protección de ella: “(…) Mauricio tiritaba (…) – Protégeme, Verobiónica –
Suplicó Mauricio” (pp.57). En este sentido, se podría decir que su masculinidad hegemónica
sufre una dualidad con una masculinidad de ruptura, entonces, sería un personaje que muta
en algunas ocasiones.

Otras actitudes que también se condicen con la masculinidad hegemónica se pueden


encontrar en los amigos de Mauricio, ellos también acceden a participar de ciertas aventuras,
aún cuando les produce temor, entonces se puede inferir que su valentía parece estar por
sobre sus deseos reales.

En relación a los adultos de la historia, sólo se podría realizar una somera revisión,
ya que sus apariciones son mínimas. Sólo el profesor Godoy y el padre de Verónica están en
algunas páginas de la obra, mientras que el padre de Mauricio está completamente ausente
y sólo aparece en una ocasión.

Por un lado, el profesor Godoy es más bien típico y responde a lo que se espera de
él: es un hombre heterosexual, que tiene interés en formar un hogar, esto se puede decir ya
que él decide pedirle matrimonio a la señorita Begoña y se casa posteriormente con ella. Lo
que sí es relevante destacar, es que tiene una posición privilegiada respecto a la señorita
Begoña, él trabaja en un espacio público y se valida en él, como diría Bonino, se encontraría
en un lugar de mayor valor. En tanto, Begoña se encuentra en el espacio doméstico, y si
bien es profesora, más parece estar enfocada en ser una dueña de casa a la cual se le asignan
múltiples tareas: limpiar, pelar papas y además cumplir con el rol de profesora de Verónica.

Por otro lado, del padre de Verónica, se puede mencionar algo muy similar, es un
hombre que sigue las reglas de la masculinidad y actua de acuerdo a lo que se le exige, ser
un padre típico. Sin embargo, algunas veces presenta una dualidad con una nueva
masculinidad, ya que menciona que los niños son seres en igualdad de condiciones en
relación con los adultos. Se dice que esto es rupturista ya que, de acuerdo con Bonino, la
masculinidad hegemónica anula tanto a la feminidad como la infancia, al considerarlos como
seres inferiores.

Entonces, de acuerdo a lo revisado, es posible indicar que la masculinidad


hegemónica persiste dentro del relato, aún cuando presenta algunos matices que nos podrían
sugerir que sí intenta instalar una nueva masculinidad; una que se intenta conectar con la
emocionalidad y otra que ubica a los infantes en un lugar de igualdad.

En segundo lugar, quiero referirme a la representación de feminidad que hay en el


relato. Como se mencionó en el marco conceptual la mujer se ha visto presionada
históricamente a seguir un modelo, el cual se ve configurado por la dominación masculina,
esto se conocería como la feminidad hegemónica. Bajo esta dominación se espera que las
mujeres sean pacientes, discretas, sumisas, etc. Todo esto con la finalidad de satisfacer las
expectativas masculinas. Entonces, bajo este primer paradigma podemos empezar a hablar
de las mujeres que están presentes en la obra y en la construcción de feminidad que
manifiestan.

En primer lugar, en relación con esta feminidad hegemónica se pueden hallar varios
personajes que la representan, sin embargo, hay uno
en especial que destaca sobre los otros: la madre de
Mauricio (ilustración 1). De ella se puede decir que
es una mamá modelo – tanto, que aún remienda
calcetines (pp.183) –, es acogedora, muy maternal,
siempre está en su casa y viste con un delantal de
cocina. Sin embargo, no parece representar una
figura de autoridad para él, ya que en una ocasión
cuando Mauricio llega tarde a su casa, intenta
castigarlo, pero se queda dormida, ella “trataba de
ser estricta, pero no le resultaba” (pp.81). La
imagen que se proyecta es de una madre
comprensiva y amigable, una buena madre.
Ilustración 1
Otro personaje que encarna esta feminidad
hegemónica es Begoña (ilustración 2), la institutriz
de Verónica. Si bien es descrita como “una
institutriz2” (pp.72) durante el desarrollo de la
historia más bien actúa como una empleada
doméstica o una madre sustituta; es quien cuida de
Verónica, le prepara sándwiches, limpia su
desorden y, además, le enseña diversas materias
escolares. Como se mencionó anteriormente, lo que
es importante destacar de este personaje, es que,
aunque ella es profesional, se valida en el mundo
doméstico, a diferencia de su pareja, el profesor
Godoy, que se desenvuelve en un lugar público.
Ilustración 2

Las ilustraciones 1 y 2 muestran tanto a la madre de Mauricio como a la señorita


Begoña, en ambas es posible ver un rostro dulce y amable, que se condice con las
características del deber ser de una mujer para perpetuar el orden social de las cosas. La
imagen que proyectarían, entonces, es que está bien seguir incurriendo estas prácticas, es
decir, está bien mantenerse en el hogar, ya sea para cuidar de los niños o asear la casa, dejando
de lado el éxito que podría haber fuera de ese espacio y dan a entender que esas son las
buenas mujeres.

2
El DRAE indica que institutriz es “f. Mujer encargada de la educación o instrucción de uno o varios niños en
el hogar doméstico.”
En relación a las niñas, por un lado, están las compañeras de colegio de Mauricio, su
hermana y, por otro, está Verónica. Las niñas del colegio si bien no representan con exactitud
un modelo hegemónico sí tienen algunas características como el ser validadas por su aspecto
físico, por ejemplo, de Silviana se realiza la siguiente descripción cuando Mauricio se queda
embobado observándola:

Silviana era la bonita del curso, la que a todos les gustaba. Tenía el pelo largo y
liso, y una trenza delgada que le caía sobre la frente y que se la acomodaba detrás
de la oreja cuando escribía. (pp.32)

La cita anterior se condice con la feminidad hegemónica, ya que la descripción se


enfoca en alabar características propias de ese tipo de feminidad: ser bonita, delicada, etc.
La hermana de Mauricio no tiene, características tan evidentes, pero si se puede mencionar
que participa de las aventuras (un poco asustada) junto a su hermano y Verónica.

Verónica en cambio, representa el otro lado de la moneda, es un personaje muy


distinto a ellas y rompe el esquema de lo que se ve en una niña común. Ella es una
superheroína, es quien maquina diferentes aventuras y aunque en muchas de ellas se
equivoca, se atreve a soñar y a ser valiente. En palabras de Paredes, “no era una niña común
y corriente, sino una superniña” (pp.9). No obstante, esta impresión de “superniña” se ve
opacada cuando nos damos cuenta de que sus artilugios son falsos y sus enemigos no son
reales, en el sentido que no son realmente malévolos, sino que son sus padres: el señor
almohadón y la mujer pesadilla.

La obra, a través de diferentes descripciones y diálogos nos da a entender que


Verónica no tiene una relación cercana o común con sus padres, por ejemplo, ella le menciona
a Mauricio que sus padres son demasiado comprensivos con ella y por eso nunca la retan o
castigan (pp.108), el énfasis en la palabra demasiado es lo que llama la atención de Mauricio
y es lo que podría indicar que existe una preocupación por eso, de parte de ella.

El conflicto que Verónica, posiblemente, tiene con sus padres es lo que la lleva a
mentir e idear planes para acabar con ellos. En el relato se menciona que llegaron a este
pueblo para intentar salvar su matrimonio y para hacerle un bien a Verónica, creían que en
ese lugar ella podría “tranquilizarse” (pp.174).

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