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Albert Fontaine
' “ Del paso de texto” , “ Del no hay texto” , “ El engañado (dup/e) tiene texto” ,
“ Del giro de texto” . . .
2Arret, en francés.
4 Puntuación y estilo en psicoanálisis
• • •
Notas al texto de Albert Fontaine realizadas por Rodolfo Marcos, Antonio Montes de
Oca, Alberto Sladogna y Jan William, a partir de la traducción y discusión que hicieron
del mismo.
impropiedad. . .*
La transmisión
Administrar el goce
b) la cosa
El derecho romano dio un paso para definir la propiedad
al conseguir definir la cosa sobre la que se ejerce. “ Se ha afir
mado que las cosas, en el lenguaje jurídico, son los objetos (cor
póreos o incorpóreos) susceptibles de un patrimonio” 12.
Estos objetos tienen una clasificación: la Res Divini Iuris,
llamada también Res nullius porque ningún ser humano puede
apropiársela; y por otro lado encontramos la Res Humani Iuris,
que comprendía la Res communes; aquélla cuya propiedad no
pertenece a nadie y su uso es común a todos los hombres (vgr.
el aire).
La Res nullius, elemento integrante del conjunto de las
cosas divinas, no puede caer bajo la apropiación humana; no in
tegra su patrimonio. El legislador romano establece que el pro
pietario era divino (los dioses). El lapsus, el chiste, el síntoma
(con su marca corpórea), y el sueño, ¿no comparten esta impro
piedad?
Las formaciones del inconsciente se enlistan de forma par
ticular: están entre la Res nullius y la Res communes-, particula
ridad que marca una barrera a levantar, dado que no es necesario
(y posible) tener la propiedad de un pensamiento para usufruc
tuarlo.
c) la propiedad
Sabino V. Silva dice que la propiedad es “ la facultad que
corresponde a una persona de obtener directamente de una cosa
determinada toda la utilidad jurídica que es susceptible de pro
porcionar” . A la propiedad se le articulan tres componentes:
1 Ius utendi: facultad de servirse de la cosa y de aprove
charse de los servicios que pueda rendir fue
ra de sus frutos
2 Ius fruendi: derecho de recoger todos los frutos
3 Ius abutendi: el poder de consumir la cosa y, por exten
sión, de disponer de ella —vgr. enaje
narla—
Recordemos que para los romanos la propiedad no tenía
carácter absoluto, preveían limitaciones. Los intérpretes —glo
sadores y comentaristas— distinguen entre los modos origina-
12Silva, Sabino, Op. cit., p. 137.
16 Puntuación y estilo en psicoanálisis
La edición pirata
No hablaré aquí de los avatares específicos que llevaron a
la extensión del campo semántico de pirata a otros terrenos. Se
habla y se escribe sobre aeropiratas, piratas del aire, piratas
aéreos; inclusive el llamado “ plagio” se cataloga de piratería.
También encontramos los términos “ piratería editorial” o “ edi-
22Dahl, Svend, en Historia del llhro, Alianza Editorial, Madrid, 1972, p. 178.
impropiedad. . . 29
Unas conclusiones
La lectura de la actividad llamada piratería editorial arroja
una serie de resultados: a) la persona del autor enmascara la fun
ción, función que desborda a la persona; máscara que posibilita
el ejercicio de una “ propiedad intelectual” que, como todo do
minio se muestra débil; b) la expropiación del tesoro, por parte
de la edición pirata, redistribuye el goce del texto al colaborar
a su transmisión; c) esta acción se da al precio de mantener in
tacto el carácter de tesoro vinculado a la propiedad, precio que
no ocupa al pirata editorial; d) la piratería editorial está conde
nada a la clandestinidad, condición que la debilita frente al can
to de sirena de la legalidad; e) la edición pirata está supeditada
a la edición legal —al reproducir sus logros e irresponsabilida
des—, en tanto que pirata no tiene otra salida; f) los piratas edi
toriales se ven envueltos en una batalla a muerte contra un
enemigo afectado de muerte natural; esto está articulado con
un “ sueño de Freud” (Lacan): el complejo de Edipo.
30 Puntuación y estilo en psicoanálisis
•l *lr trabajo fue inicialmente expuesto en forma oral, no escrita, y opté por con
servar »n la transcripción d estilo original, al cual sólo incluí algunas correcciones de
redacción
36 Puntuación y estilo en psicoanálisis
ínula con sus respectivas culturas y, por lo tanto, con sus formas
ilc abordaje de la locura.
4Safouan, M., Estudios sobre el edipo, Siglo XXI Editores, México, 1977.
40 Puntuación y estilo en psicoanálisis
6Lacan, J., Versión: E! Seminario, Libro 3, Las Psicosis, 1955-1956, texto esta
blecido por Jacques-Alain Millcr, Paidós, Barcelona, 1984, p. 116.
Idem, p. 28.
La escritura de las psicosis 43
Jan M. William
Runas
Dice Tácito que las tribus germánicas solían hacer lectura
del futuro echando en una blanca tela las runas de los adivinos;
46 Puntuación y estilo en psicoanálisis
Sorpresa
La presa es sorprendida. Súbitamente es capturada. Quie
re liberarse y tropieza; quiere morder y se ahorca; quiere hablar
y ruge. ¡Espectáculo grotesco, hilarante! Toda una vida, una his
toria para fraguarse y un instante para prenderse, la sorpresa es
siempre mirar ahí donde los ojos nada ven. Angulo muerto o
punto de fuga. Los niños juegan a alcanzar su propia sombra
poniendo un pie encima. La sorpresa es también falta de presa,
manos vacías, perplejidad: pareciera como si la vaca bebiera la
luna cuando ésta se refleja en el charco. ¡No se ha ido! ¡Qué
alegría!
Síntoma
Voltear la cara, ahí donde la exhalación se detiene; durante
ese instante antes de la inhalación, en el límite de mi cuerpo, ahí
donde yo termino y el mundo empieza, en esa franja o borde
vuelvo a encontrar el filo de la hoja: dos espacios diferenciados
por lo muy sutil y penetrante de la espada. Posible mella. Des
fallezco. El golpe y yo coincidimos, caemos juntamente como
un solo cadáver, ruina y desecho de saliva cuando la vocal expi
ra y se agota. Silencio y extenuación.
\ Asíntota es aquella línea que se acerca infinitamente a una
curva sin jamás tocarla. Es decir el contrario del síntoma en el
sentido de un colapso, de un encuentro, un coincidir, un caer
juntamente como cuando tropezamos sobre un cadáver en la os
curidad. En griego, para no olvidar la mella, symptosis es, en
sentido hostil, un ataque.
Fetialis
Frontera, borde, límite, extensión máxima.
La frontera es la línea más sutil entre dos estados. Ahí el
derecho y la propiedad están en su punto más débil. Aquí cual
quier corte hace mella. Cruzar la frontera pone en juego la iden
tidad. ¿Seré o no reconocido por el otro? Así, para abrir un
espacio a la comunicación, para poner en circulación un texto,
un mensaje, una misiva que no sean menguados por el filo de
la frontera, los romanos mandan por los caminos del imperio
a sus embajadores o fetialis. A través de ellos podrá o no darse
un diálogo. Mientras el pater patratus negocia la paz o anticipa
la guerra, el Verbenarius ofrece su ramo de verbena como sím
bolo del territorio romano. Si la guerra es inevitable, larga una
jabalina por encima de la frontera o, merced a una ficción legal,
la jabalina será clavada en la Columna Bélica, símbolo del te
rritorio enemigo.
Por el contrario, si de firmar la paz se trata, la deputación
de los fetialis, con sendos cuchillos de pedernal, inmolará una
víctima —generalmente un puerco— y se procederá a la lectura
del tratado. Es la institución del *foedus ferire’ en cuya lectu
ra literal el herir y cortar con un cuchillo, inscribe el tratado-víctima.
48 Puntuación y estilo en psicoanálisis
Sintaxis
(H)apax legomenon
bien. . . De niño oí eso que hoy interroga; pero sobre todo, sobre
el diván, sobre el sobre postal, ahí el apax legomenon inscribe un
decir indiviso, como la aparición fugaz de la novia velada, de
la mujer prometida, toda en blanco, entrevista por la rendija
de la puerta o en la reflexión de la ventana. Palabra anhelada,
buscada, escuchada en duermevela, suspendida en las musara
ñas, palabra susurrante, cuya mera existencia es garantía de un
saber a futuro. Hoy no sé, pero mientras el apax legomenon circu
le por el diván, puedo decir: “ Mañana sí sabré” ; promesa de
saber velado.
Isonomía
Enigma
En el mar y no me mojo
en las brasas y no me abraso
en el aire y no me caigo
y me tienes entre tus brazos
¿Quién soy? (La a).
La última soy del cielo
y en Dios, el tercer lugar
siempre me ves en navio
y nunca estoy en el mar
¿Quién soy? (La o).
En medio del cielo estoy
sin ser lucero ni estrella
sin ser sol ni luna bella
a ver si aciertas quién soy (La é).
“ Acontece que, a la hora de los grandes adioses, entreguen
ciertas realidades su definición; como los amantes, su retrato” .
Eugenio d ’Ors
“Oceanografía del tedio”
Sucede también que, en ciertos momentos, los enigmas li
beran su respuesta bajo forma de letras aprisionadas. No hay
duda de que la respuesta está contenida en el enigma porque un
enigma insoluble no es enigma. Existe la certeza de que la solu
ción puede y debe darse. No ya en el cosmos ni en la naturaleza
profunda de las cosas. En el enigma, la pregunta te concierne,
lector; es un cuestionamiento dirigido a ti y formulado de tal
manera que te fuerza a dar cuenta de un saber. El que pregunta
posee el saber, presente desde el momento en que la pregunta ha
sido planteada. De repente me vivo como ser cuestionado; el
enigma es coerción y opresión. Según la vieja palabra germáni
ca tunkel, la cosa tenebrosa que nos envuelve a todos es como
manto nocturno de un saber ya ahí y sin embargo, invisible por
que en nuestra cultura occidental, el saber siempre ha sido una
metáfora de la luz. Ahora veo, dice el que ya entiende.
El enigma no es trivialidad. Es cosa muy seria. Cuando en
otros tiempos los novios se iban a casar (Sansón-Jueces, XVl),
cuando el muerto va a ser sepultado, cuando las cosechas están
52 Puntuación y estilo en psicoanálisis
Carpanta
Punto
por punto. Porque a punto fijo, por un solo punto Martín per
dió su asno. En vez de escribir:
Porta patens esto.
Nulli claudaris honesto (Puerta, permanece abierta; no te
cierres a persona honrada); puso a la entrada del convento:
Porta patens esto nulli.
Claudaris honesto (Puerta: no te abras a nadie. Estáte
cerrada para toda persona honesta).
Así, un pro puncto cariut Martinus Asello.
Los romanos que, en jurisprudencia se complacían, formu
laron que Cui cadit virgula, caussa cadit. O sea que, el que pier
de la coma, pierde la causa.
El control: una dificultad
de nominación
17
ínt. J. PsA. 1935, 16, 245-246 (la traducción es mía).
E l control: una dificultad de nominación 67
'L at. scando, -is, scandere: subir, trepar. Ernout, A. et Meillet, A., 1951:
Dictionnaríe Etymologique de la Langue Latine. Librairie C. Klincksieck, Paris.
Tome 11, p. 1057.
2Preminger, A., Warnke, F.J. & Hardison Jr., O.B., 1974: Prínceton Encyclo-
pedia o f Poetry and Poetics. 2nd. ed. Princeton University Press. New Jersey, p. 52.
3Carreter, F.L., 1984: Diccionario de términos filológicos. Biblioteca Románica
Hispánica. Editorial Gredos. Madrid, p. 278.
72 Puntuación y estilo en psicoanálisis
• • •
En el original se lee:
“ Young Robert could read, but he gabbled so fast; A n d ran on with such speed
that all meaning he tosí. Till one Morning he met Mr. Stops by the way, Who advised
him to listen to, what he should say. Then ent'ring the house, he a riddle repeated To
show, W ITHOUT STOPS, how the ear may be cheated”
74 Puntuación y estilo en psicoanálisis
12Moliner, M., 1983: Diccionario de uso del español, Gredos, Madrid, Tomo II
(A-G), p. 286 (cursivas en el original). En lengua inglesa tenemos el juego entre to cut
short (atajar) y short-cut (atajo).
13Callero, R., 1942: Diccionario de modismos de la lengua castellana. Librería
“ El Ateneo” . Buenos Aires, p. 163.
14Disparatar es la consigna. Disparate'. “Decir, Ensartar, Escribir, Soltar” : Mo-
liner, M.: Op. cit., p. 1018.
l5Lacan, J., 1953: Función y campo de la palabra y el lenguaje en psicoanálisis.
Escritos 1 (10a. edición, 1984). Siglo XXI Editores. México. P. 242.
16Corominas, J. y Pascual, J.A ., 1980: Diccionario crítico etimológico castellano
e hispánico, Gredos, Madrid, Tomo 11 (CE-F), p. 458.
Corte y puntuación 75
'Las nociones de sujeto y autor, a partjj; de las preguntas que hizo el público,
actualmente son motivo de reflexión, y con posterioridad serán expuestas a debate.
2Rainer Maria R ilke,£7 Testamento, Alianza Editorial, Madrid, 1979.
78 Puntuación y estilo en psicoanálisis
3Véase nota 1.
4 Rilke op. cit.
El escritor, el acto de la escritura. . . 79
9J. Lacan, Seminario III, Las Psicosis. Año 1955-1956. Fecha: 11 de enero de
1956 (Versión Ateneo Psicoanalítico de Córdoba. Traducción Henoch Bringas). Buenos
Aires, Argentina.
10J. Lacan, Seminario XV, El acto psicoanalítico. Año 1967-1968. (Versión “ Dis
curso Freudiano” . Traducción: Silvia García E sdíI). Buenos Aires, Argentina.
82 Puntuación y estilo en psicoanálisis
tigiando a este último. Y como si esto fuera poco hay una con
fusión entre acto y motricidad, es decir, como si el acto estuviera
emparentado necesariamente con el hacer físico, cuando en rea
lidad hay una hiancia central entre el hacer y el actuar.
Como dije, Lacan acentúa el acto en su carácter de instau
ración de un comienzo, instauración en la que se privilegia un
significante, a partir del cual el sujeto inaugura una nueva rela
ción simbólica con el mundo.
Así, al volver a lo que decíamos antes, si Freud favorece
la confusión entre el acto y lo motor, es evidente que en los ejem
plos de su Psicopatologia de la vida cotidiana, estos actos apa
recen con un carácter eminentemente simbólico. Justamente, la
pregunta de Freud en relación con las operaciones fallidas, gira
alrededor de un cuestionamiento, en el sentido de si pueden de
cirse que son actos (akt) psíquicos que persiguen su meta propia
como una exteriorización de contenido y significado. Así, mu
chas veces la acción fallida aparece como una acción cabal que
no ha hecho sino reemplazar a la esperada o intentada. Casi to
dos los actos, aunque no tengan el carácter de fallidos, partici
pan de este mismo mecanismo, a saber que existe otra verdad
que subyace a la de la intención consciente15.
En ese funcionamiento del acto reside su verdadera estruc
tura, y por otra parte deja marcado el mito de la fecundidad.
Este acto instaura el comienzo y al mismo tiempo la posibilidad
del corte, y por supuesto deja puntuada la posibilidad de un
cambio.
Sería bueno recordar, en este punto, el planteo de Lacan
en relación con el sujeto: que éste es engendrado por el efecto
de un significante y que éste a su vez representa a un sujeto ante
otro significante. Aparece el sujeto en el mundo como causado
por un cierto efecto de significante. A su vez, habla de trazo una-
rio, marca simbólica que a un tiempo señala y se borra, provo
cando la incesante búsqueda en la repetición de esa primera marca
que se desliza fuera de alcance.
Advertencia:
Este escrito forma parte de un trabajo más amplio titula
do: Con la escritura a cuestas. En las Jornadas del 12 y 13 de abril
presenté solamente lo correspondiente al capítulo II: Jorge Cuesta,
alquimista de la palabra. El Capítulo I, En el principio era el
verbo, parte de un comentario do Jorge Luis Borges sobre su poe
ma “ El golem” , acerca de las relaciones entre la divinidad y el
hombre y del poeta con su obra. Lo común entre ambas es la
creación y el acto creativo mismo que, en el caso del poeta, es
un acto simbólico en tanto que persigue, busca y encuentra un
sentido. Planteo allí, a partir de la revisión de algunos sistemas
teogónicos tomados de la historia de las religiones, que el acto
de la preación del hombre por la divinidad adquiere su eficacia
por medio de la palabra divina; al crear al hombre, Dios lo nom
bra y le permite nombrar todo lo demás; por este segundo acto
de nominación el hombre otorga un sentido a lo creado por su
creador.
'Rimbaud, Arthur. Delirios. En: Obra Poética. Ediciones del Siglo. Buenos
Aires. 1970, p. 221.
Con la escritura a cuestas 91
6Neher, André. La Filosofía Judía Medieval. Capítulo del libro: Del Mundo Ro
mano al Islam Medieval. Vol. 3 de Historia de la Filosofía. Siglo XXI. México. 1982.
p. 230.
Con la escritura a cuestas 95
7Gorostiza, José. Notas sobre Poesía. En Poesía. F.C.E. México. 1977, p. 10.
8Arredondo, Inés. Acercamiento a Jorge Cuesta. SEP setentas. México. 1982,
p. 117.
9García Ponce, Juan. La noche y la llanta. En: Cinco Ensayos. Universidad de
Guanajuato, Guanajuato. 1969, p. 60.
96 Puntuación y estilo en psicoanálisis
l8Cuesta, Jorge. Apuntes sobre André Bretón. 1936. En: Poemas, Ensayos y Tes-
limonios. Tomo V. UNAM. México. 1981, p. 79.
102 Puntuación y estilo en psicoanálisis
l9Cuesta, Jorge, Varios. En: Poemas y Ensayos. Tomo I. UNAM. México. 1964,
pp. 105, 107, 108 y 110.
Con la escritura a cuestas 103
que en ese año fue internado por vez primera en una institución
psiquiátrica con “ delirios de persecusión” y sometido a comas
msulínicos. Al parecer Cuesta acudió obligado a consultar al mé
dico y a la mitad de la entrevista el poeta la interrumpe brusca
mente y abandona el consultorio después de haber escuchado el
diagnóstico del psiquiatra. Una vez en casa escribe la famosa carta
que, por cierto, al parecer nunca llegó a su destinatario. El diag
nóstico del médico fue el siguiente: “ una inclinación homosexual
reprimida causante de una manía u obsesión mental’’20.
En la carta, Cuesta sostiene y defiende los argumentos que
horas antes había enunciado al psiquiatra: “ yo le expuse a usted
que el carácter que habían tomado unas hemorroides que me
afligen desde hace 16 años me habían dado el temor de que se
lrutara de una modificación anatómica, que tuviera caracteres
de androginismo, como se acostumbra llamar a esas modifica
ciones, o de estado intersexual, como también se acostumbra lla
marle. Ahora bien, sin hacerme un examen anatómico, usted
calificó que la exposición de mi padecimiento y no mi padeci
miento mismo, era lo que constituía mi enfermedad, la cual era
una obsesión o manía, y por consecuencia tenía un carácter ner
vioso o mental. Pues (juzgó usted) lo que yo pretendía era ab
surdo. . . este absurdo no deriva de una imaginación mía. No
soy yo quien imagina que hay estados ínter sexuales, que se mani
fiestan anatómicamente. Ni soy yo quien expresa que la forma de
esta manifestación anatómica puede ser, en unos casos, una des
viación o degeneración de la próstata. . ,” 21 Según Panabiére,
Cuesta “ luego de sufrir una crisis de hemorroides imaginó que
estaba cambiando de sexo y que podía tratarse de menstruacio
nes’’22. El resto de la carta es conmovedor: además de reclamarle
al médico por su diagnóstico “ a priori, intuitivo’’ (sic), Cuesta,
con su escritura química encima, trata de demostrar la veraci
dad de su temor. Relata con cierto detalle el desarrollo de sus
investigaciones sobre las funciones enzimáticas en las que apoya
sus argumentos. Dice que éstas son a su vez hormonales y que
20Cuesta, Jorge. Carta al Dr. Lufora. En: Revista Vuelta. No. 6. México. Mayo
tic 1977, p. 22.
21Cuesta, Jorge. Op. cit. p. 23.
22 Panabiére. Louis. Itinerario de una Disidencia. Jorge Cuesta (1903-1942). F.C.E.
México. 1983, p. 81.
104 Puntuación y estilo en psicoanálisis
Marcelo Pasternac
6Freud, S., Obras Completas, Santiago Rueda, Buenos Aires, 1956, Tomo XXII,
p. 363.
1Ibid., p. 365.
P u n tu a ció n e ins(des)titución 117
8Q ueda para la pequeña historia de esle asunto el hecho de que no sólo se trata-
i>.t de una copia desvergonzada de la traducción y de las n otas de Rosenthal, sino que
además era tan descuidado el ardid del rey del plagio que no tuvo la precaución de co-
negir las remisiones de las páginas de la edición de lal m odo que, por ejem plo, en la
nula de la página 586 dice “ véase la nota de la página 14’’. . . que corresponde a una
advertencia de Rosenthal que figura efectivamente en la página 14 del tom o XXII de
..mtiago Rueda y que no fue copiada por Rey Ardid en ninguna página de su propia
■lición.
¡ ¡8 Puntuación y estilo en psicoanálisis
111
'"Subrayado nuestro. Freud, S., Obras C om pletas, Am orrortu Ed., Buenos Aires,
omo I, p. 214.
120 Puntuación y estilo en psicoanálisis
1
Puntuación e ins(des)titución 123
IV
nIbid., p. 21.
Puntuación e ins(destitución 127
l7Freud, S., Obras Completas, Amorrortu Ed., Buenos Aires, Tomo VII, p. 53.
130 Puntuación y estilo en psicoanálisis
I R S R I
RESTO RELATO INTER- BORDE REELA-
DIURNO DEL PRETA- BORA-
SUEÑO CION CION
“ una mujer “ un niño se “ Quise des- “ . . . de “ indepen-
olvida un me muere” prenderme mí, niño” dizarme”
niño” de mi niño”
1RADUC- TRANS- TRANS- TRANS- TRADUC-
CION CRIP- LITERA- CRIP- CION
CION CION CION
P u n tu a ció n e ins(des)titución 135
VI
Considero que el privilegio dado a una lectura hecha con
una escritura dominada por la reflexión sobre el ternario RSI en
la experiencia analítica; la preocupación por las cuestiones de la
letra en general, la escritura y la puntuación en particular y sus
consecuencias en la transmisión de la enseñanza de Lacan, en
especial en el caso de la cuestión del establecimiento de sus se
minarios, la aplicación de esta reflexión para producir una trans
posición de las versiones de la proposición de 1967 en la escritura
de la proposición del 17 de noviembre de 1985 con su correlato
en la fundación de la escuela lacaniana de psicoanálisis (ELP)
son solidarios con un estilo del lazo social que apela a una res
ponsabilidad ética en la experiencia analítica y sintoniza con una
posición doctrinaria sobre la cuestión del fin del análisis como
destitución/instauración subjetiva, como caída del supuesto saber.
Esta posición se diferencia nítidamente de otras que hemos
visto caracterizadas por una interminabilidad del análisis que si
túa el “ amordio” (hainamoration ) de transferencia como la ba
se estructural que responde a las demandas imaginarias del Padre
con variadas manifestaciones de censura:
1) En el caso de la IPA: su estilo está marcado por su estandari
zación ortodoxa de textos y profesionales del oficio analítico y
se funda en una puntuación que excluye el saber textual de la
obra freudiana del alcance de quienes se acercan a ella con un
respeto distinto al de la ortodoxia reverente. Con todo hay que
decir que las cartas mutiladas exhibían puntos suspensivos y
que Strachey explicitaba sus exclusiones.
2) En el caso de la ECF su estilo está fundado sobre una censu
ra del texto de Lacan que, por un lado, posterga el acceso al mis
mo haciéndolo depender de una elaboración unipersonal, hundida
¡36 Puntuación y estilo en psicoanálisis
Rodolfo Marcos
A Laila
I) Hacia un encuadre
1 Lacan, J., Escritos 1. 10a. ed., Siglo XXI Editores, 1984, p. 456.
140 Puntuación y estilo en psicoanálisis
• • •
9 Moliner M., Diccionario de uso del español. Gredos. Tomo II: H-Z. Madrid,
1983.
Historia de la institución: ¿cantar de Gesta? 145
4) Causa o institución
La IPA, que comenzó como una Causa, devino en institu
ción. Y en ese pasaje perdió algunas cosas a cambio de consoli
dar otras.
Max Weber hacía una distinción fundamental entre un ‘‘po
der carismático, extraordinario, fundado en la fe, en la revela
ción y que actúa sobre los hombres desde su interior con una
metanoia, y el poder patrimonial y burocrático, perteneciente,
en cambio, al orden de la estabilidad y de la vida cotidiana” 23.
A cada uno de estos poderes corresponde un tipo de orga
nización social. O, en palabras de Francesco Alberoni, a un tipo
de estado social. Al primero lo denomina “ estado naciente” y
al segundo “ organización patriarcal y burocrática” . El estado
naciente sólo puede definirse en relación con otro estado de lo
social al que el mismo Alberoni llamará “ Estado institucional
y de la vida cotidiana” . Este estado naciente tiene varias carac
terísticas:
—representa un momento de discontinuidad que se puede
dar en el aspecto institucional o en el de la vida cotidiana,
—tiene una cierta duración que se agota cuando es asimi
lado por el sistema que lo regresa al ámbito de la vida
cotidiana o de las formas institucionales
Me parece que la Causa —como con frecuencia la llamó
Freud, el movimiento, como lo atestigua su Contribución a la his
toria del Movimiento Psicoanalítico— este “ estado naciente” se
transformó en una Institución, en un estado de la vida cotidiana,
lo que no carece de consecuencias. Porque cuando se da ese trán
sito, cuando un movimiento (pensemos la enseñanza de Lacan)