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amarillo; las ideas fundamentales, con rosado y los detalles, con gris.

PAULO FREIRE: ALGUNOS ELEMENTOS DE LA PEDAGOGÍA DE LA


CONCIENTIZACIÓN

Luz Elena Rojas


Pontificia Universidad Javeriana
Maestría en Educación
Modelos Pedagógicos contemporáneos

Sin duda alguna, Paulo Freire ha marcado un hito en el ámbito educativo latinoamericano
del siglo XX, y aun en la actualidad sus postulados son considerados estandarte de la
pedagogía humanizante, debido a su gran compromiso y a su acción transformadora.
Básicamente, su pensamiento tiene como punto de partida el potencial humano para
alcanzar la libertad en medio de una realidad socio-histórica represiva e ideológicamente
castrante. De esta manera, propone un enfoque pedagógico-social que aporta alternativas
liberadoras para los actores educativos; esta propuesta se denomina concientización. El
presente ensayo presenta los aportes de Freire a este respecto más allá del aspecto
meramente teórico, como guía para la práctica cotidiana del docente, pues son elementos
clave para todo modelo que pretenda hacerse partícipe de la concientización, paso
fundamental para contrarrestar el pensamiento bancario de las reformas educativas de los
últimos tiempos.

En primera instancia, la pedagogía de la concientización como participación crítica del


estudiante en su propio proceso educativo tiene como base el diálogo, elemento que
posibilita el establecimiento de una relación con el otro y construye verdaderos actos de
conocimiento. Esto porque anula la imposición de un pensamiento único, el del profesor.
Reconoce al estudiante como sujeto cognoscente y abre la posibilidad hacia el
establecimiento de entendimientos, a reflexiones de las que nace el conocimiento. De esta
manera, el diálogo es la piedra angular en la formación democrática, base para un
conocimiento real del estudiante, de su entorno, de sus intereses, de sus vivencias. Esto se
hace muy evidente en la experiencia de los docentes en Brasil, pues a partir del diálogo se
establece cuál es el contexto de los aprendices; con base en él se establecen las palabras
generadoras, a partir de las cuales los individuos finalmente serían alfabetizados. “El
diálogo es la relación que hace posible el acto cognoscente […] Ahora, ya nadie educa a
nadie, así como tampoco nadie se educa a sí mismo, los hombres se educan entre sí,
mediatizados por el mundo”. 1

De la misma forma, Freire reflexiona acerca de la concientización en el nivel del yo y de la


interacción social, al poner de manifiesto los vínculos entre lenguaje, política y conciencia2.
En este sentido, formula que el diálogo debe partir por el respeto a los saberes de los
educandos, el cual se proyecta hacia la superación de las desigualdades. También observa
cómo el uso del lenguaje transforma las percepciones del mundo: de ahí la imperante
necesidad de hacer del diálogo un proceso transversal a la alfabetización, pues al estar la
palabra estrechamente ligada a la experiencia existencial de las personas, existe la
oportunidad de ampliar la visión del oprimido frente a su realidad, al integrar al proceso
dialéctico elementos críticos enfocados hacia la acción, ausentes en el modelo de
educación bancaria.

Otro aspecto de suma relevancia es aquél que afirma que la educación concienciadora no
puede llevarse a cabo sin una labor reflexiva del docente. Así, éste considerará una y otra
vez, según las necesidades de sus estudiantes, las condiciones que les faciliten aprender
críticamente, desde una perspectiva utópica –en el sentido freireano del término-,

1
Freire, Paulo. Pedagogía del oprimido. México: Siglo XXI, 1985, pág. 45.

2
Villalobos, José. “Educación y concientización: Legados del pensamiento y acción de Paulo Freire”. En:
Educere, Universidad de los Andes, Año 4, No. 10, julio-agosto, septiembre, 2000, pág. 18.
esperanzada y positiva con respecto a la posibilidad de un futuro real de justicia e igualdad.
Freire afirma que la concientización estimula una toma de posición profética y esperanzada,
que mantiene el futuro abierto para aquellos que se comprometen con el proceso de
transformación3. Sin embargo, esto no será posible a menos que se realice
concienzudamente una reconstrucción social, la cual implica preparar a los educadores
para ser sujetos críticos; éstos, a su vez, formarán críticos en sus educandos. Es por esto que
para Freire los procesos dialécticos entre el hacer y el reflexionar sobre el hacer son tan
relevantes, pues la realidad educativa es siempre dinámica y cambiante, por lo cual son
necesarios docentes capaces de asumir críticamente su labor “no sólo para modificar la
práctica a partir del pensamiento, sino para generar nuevos pensamientos a partir de la
práctica”. 4

Por otra parte, Freire considera vital el desarrollo de la creatividad en el estudiante en el


marco de la pedagogía de la concientización, pues uno de sus propósitos fundamentales es
posibilitar el emerger humano, oponiéndose a las estructuras internas o externas que
reprimen al ser por medio del jalonamiento del espíritu creativo de las personas. De hecho,
la obra La educación como práctica de la libertad (publicada en 1970), es la muestra de
que el propio Freire puso en marcha acciones creativas contra la opresión de los regímenes
educativos de la época. Así, propuso un programa que sería, en sí mismo, un acto de
creación, “capaz de liberar otros actos creadores” 5, pues la producción propia, es la mayor
expresión de la libertad. Éste fue precisamente el factor determinante del éxito del proyecto
alfabetizador en Brasil (los alumnos aprendían grafías en el primer día de clase, y a escribir
en cuestión de semanas), pues la escritura venía como resultado de la estimulación de la
capacidad creadora de los estudiantes.

3
Citado por Villalobos, José. “Educación y concientización: Legados del pensamiento y acción de Paulo
Freire”. En: Educere, Universidad de los Andes, Año 4, No. 10, julio-agosto, septiembre, 2000, pág. 21.

4
Duhalde, Miguel Ángel. “Pedagogía crítica y formación docente”. En publicación: Paulo Freire. CLACSO,
Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, Buenos Aires. Enero 2000, pág. 10.

5
Villalobos (op. Cit.)
En este orden de ideas, la estimulación de las habilidades creativas tiene en Freire, algunas
condiciones previas: La primera de ellas es rescatar el valor intrínseco de la pregunta como
expresión de la curiosidad. Un maestro no puede suprimir el deseo de saber de un
estudiante, sino despertarlo, con el fin de que su mente se abra a nuevas posibilidades, a sus
propias posibilidades. Por ende, el maestro liberador elimina la arrogancia, la intolerancia y
el afán de masificación. De igual manera, es imperante dejar atrás la tradición memorística;
esta vía de la enseñanza agota todo medio de aprendizaje y desarrollo creativo. En el mejor
de los casos, prepara al educando a la simple adaptación del mundo, en vez de su
transformación. Lo anterior pone de manifiesto el papel fundamental de la creatividad en la
concientización de los estudiantes: crear implica la capacidad de reinventar, a partir de una
reflexión crítica, no sólo palabras y textos, también modos de pensar, de actuar y de
intervenir en el mundo, generando propuestas de acción alternativas a situaciones sociales
desfavorecedoras, antes asumidas con actitud fatalista.

En síntesis, un viaje al interior de las propuestas de Freire es siempre un encuentro con los
ideales de un pensador políticamente comprometido, orientado hacia la reconstrucción
social por medio de la educación racionalmente encaminada a la dignificación del hombre.
Dicha labor implica necesariamente un cambio en los modos de concebir al mundo y su
organización. Sin embargo, “el cambio de la comprensión no significa, todavía, el cambio
de lo concreto”6. Es decir, en palabras de Freire, la concientización es un paso vital, pero es
apenas el comienzo, pues el sujeto oprimido, sólo será capaz de lograr su emancipación, al
materializar sus posibilidades de convertirse en el hombre nuevo, que se resignifica
constantemente, enseñando al aprender y aprendiendo al enseñar. Así, los aportes del
pedagogo brasilero constituyen elementos orientadores de una práctica docente en el marco
de la cual el yo y el otro pueden emerger en tanto agentes transformados y transformadores.

6
Freire, Paulo. La educación como práctica de la libertad. Traducción de Lilian Ronzoni. Siglo XXI editores,
México, 2005, pág. 25.

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