Permite a las partes disponer tanto del proceso -monopolizando su
iniciativa e impulso y determinando su objeto- como del derecho sustantivo controvertido. La disposición del derecho sustantivo controvertido se puede llevar a cabo a través de actos unilaterales (como el desistimiento o el allanamiento) o bilaterales (como la transacción). El poder de disponer del proceso deriva, precisamente, de la disponibilidad que las partes tienen sobre el derecho material controvertido. Fix-Zamudio sostiene que el principio dispositivo no es sino la expresión, en el campo procesal, del principio de la libertad de estipulaciones o de la “autonomía de la voluntad" que predomina en el derecho privado. Con la evolución se transformo el papel del juzgador, pasando de mero receptor pasivo de las instancias de las partes, al de un verdadero director del proceso. Dentro del derecho procesal dispositivo se suele ubicar a dos disciplinas procesales especiales: el derecho procesal civil y el derecho procesal mercantil.