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Luis J. Prieto 087475 Estudios de lingtiistica y semiologia generales B GOITORIAL NUEVA IMAGEN jos y de no tener en cuenta para esto mas que sus rasgcs pertinentes el hablante “llega a ser comple- tamente inconsciente” de la presencia de los demas. Pero en todo caso Troubetzkoy mismo habla ya? como si el hecho de reconocer una oposicién {6- nica! fuera algo que va de suyo, y esto es sufi- ciente a mi criterio para poder afirmar que el pro- cedimiento esti marcado por el empirismo. Mas exactamente, éste reposa sobre lo que denuncio en tro lato! como la ilusion empirista “en inten- én’, que consiste on creer posible una aprehension del objeto que reconociera todas las caracteristicas que presenta y en consecuencia todas ias oposiciones de las cuales el mismo constituye uno de los tarmi- nos, jo, en consecuencia, abandonar la con- n Pero es necesario admitir que, al menos pare e! hablante, la conmutacién no es un procedimiento que permita establecer de forma in- ductiva —como to deja entender mi presentacion— las clases de fonias y las clases de sentidos, sino verificar © invalidar cierta hipstesis, que la precede necesaria- mente, roferida a una correspondencia entre una clase determinada de fonias y una clase determinada de sentidos. 9 Por ejempl ew Principes, pp. 33 y 56. 10 Sea © ne distintiva: precisamente, es por el hecho ce que se las recanoce & todas que es posible distinguir unas de otras Ht En “La Déessverte du phoneme, Interprétation épistemolo- gique”, La Pensee, n° 148, pp. 35-53, esp. pp. 51 y ss. Cf. también Enciclopedia del Noveeento, s, v. “Lingua” 130 4LA ESCRITURA, CODIGO SUSTITUTIVO? * &. Buyssens, explicitamente,! y otros autores, sobre todo los que estudian especialmente la escritura, explicitamente o no, establecen una clasificacion de los cédigos que distingue, por una parte, los cédigos “di- rectos” y, por otra los cédigos “sustitutivos”. Los ejemplos clisicos estén constituidos por la lengua hablada —cédigo directo— y la lengua escrita —cédigo sustitutivo. De acuerdo con Buyssens, la lengua escrita serfa un cédigo sustitutivo porque “el lazo [entre la sefial escrita y el sentido] es indirecto: cuando se lee [. ..] se sustituye los sonidos del habla por los carac- ogling por pemers vex como parte del etfeuo “Sémio- logie” en et volumen Le Langage de Ta Bneycionedie se Piéiade, Par‘s, Editions Gallimard, 1968, pp. 137144, Hh an teulo mencionado y, en consecueneia, el texto repsed io agut, han sido redsctados en 1961, Chundo em 1007 Cones eee finalmente publiear el volumen, ef manson ho se modifica mis que en au paragrafo de mvodeeee Ge 93-95) para hacer alli mencién de la obra de R. Barthes, de la Cual los “Eléments de sémiologie” habian sido publicados du. rante ese perfodos 1 E, Buyssens, Les Langoges et le discours, Bruxelles, Offi de publicité, 1943, pp. 49 y ss. abs melee 131 teres cscritos, y es a partir [de los sonidos] del habla que se pasa a la significacion.”? No hay duda que muchas personas, al leer hacen lo que dice Buyssens, es decir que pasan por los fone- mas antes de llegar al sentido, y que escribiendo recorren el camino inverso e intercalan los fonemas entre el sentido y las letras. Pero es cierto que hay también —o, en todo caso que puede haber perfecta- mente personas que, de la misma manera que ha- blando o escuchando hablar pasan directamente del sentido a los sonidos, escribiendo 0 leyendo no ten- gan necesidad de ningin intermediar‘o entre el senti- do y las letras; y atin personas que hablando o escuchando hablar intercalen los grafemas entre los sonidos y el sentido —por ejemplo, personas que hablan o escuchan hablar una lengua extranjera, que han utilizado hasta ese momento sobre todo bajo su forma escrita. De lo que se sigue que la insercién de los fonemas entre el sentido y las letras, que es el fundamento de la clasificacion de la lengua escrita como cédigo sustitutivo, no es de ninguna manera una condicién necesaria para el funcionamiento de ésta, sino sdlo un habito de ciertos usuarios —por cierto la mayor parte, debido, como lo veremos, a Ja forma en que la lengua escrita es aprendida. Esto no quiere decir que la clasificacién que nos ocupa no sea valida. Pensamos incluso que con las reservas que se harén mis adelante, se puede continuar lamando “sustitutivo” o “directo” a un cédigo segin que entre sus significantes y el sentido se intercalen o no los significantes de otro cédigo, Pero es necesario subri'var el hecho de que, dado que un cédigo no es directo 0 sustitutivo por si mismo, sino segin el objeto por el que se utilice, esta clasificacién no podria ser una de las que definen tipolégicamente un codigo. Desde el punto de vista semiologico, son mucho més interesantes otras relaciones existentes entre la 2 Ibid., p. 49, 132 lengua hablada y la lengua escrita. Una lengua habla- da y la lengua escrita correspondiente constituyen en efecto lo que llamaremos codigos “paralelos”, es de- cir codigos tales que a cada entidad de uno —sema, signo o figura— corresponde en el otro una entidad andloga, y viceversa. Este paralelismo no es perfecto mas que si la escritura es “fonematica”’: en este caso a cada sema, cada signo o cada figura (fonema) de la lengua hablada corresponde uno y solo un sema, signo o figura (grafema) de la lengua escrita, y reci- procamente. Pero, aun traténdose de una escritura que se encuentre tan lejos del “fonematismo” como la del francés, se puede siempre establecer correspon- dencias entre grafemas y fonemas, es decir entre figuras de la lengua escrita y figuras de la lengua ha- blada y, en consecuencia, entre los signos y entre los semas de una y otra. Entre las imperfecciones que pueden existir en el paralelismo entre una lengua hablada y la lengua escrita correspondiente, merece una atencién especial la que se presenta cuando la escritura es “‘sildbica’”’. Entre una lengua y su escritura en caracteres silébicos el paralelismo es imperfecto desde el momento que a una figura de} cédigo que constituye la escritura, es decir a un caricter silébico, corresponde en la otra, en la lengua hablada, no una figura, sino una combi- nacion de figuras (una combinacién’ de fonemas). En otros términos la lengua escrita estd en este caso, en cuanto a la segunda articulacién, “sub-articulada” en relacion con la lengua hablada correspondiente, Des- taquemos que la misma relaciOn que existe entre una lengua escrita en caracteres sildbicos y la lengua hablada ‘correspondiente existe, por ejemplo entre una lengua escrila en caracteres latines y la misma lengua escrita en caracteres Braille o en alfrbeto Mor- se: a una figura de la lengua escrita en caracteres latinos (un grafema) corresponde, en efecto en la lengua escrita en caracteres Braille o en alfheto Mor- se, no una figura, sino una combinacion de figuras (una combinacién’ de puntos y ausencias de puntos 133

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