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INDICE
UNIDAD 1: EDUCACIÓN SEXUAL 2
SEXUAL 10
UNIDAD 5: PREVENCIÓN DE LA
VIOLENCIA SEXUAL 27
UNIDAD 6: DENUNCIAR LA
VIOLENCIA SEXUAL 39
Y ADOLESCENTES SOBRE
VIOLENCIA SEXUAL 42
BIBLIOGRAFIA 114
UNIDAD 1: EDUCACIÓN SEXUAL
Los padres son los iniciadores de la educación sexual de los
niñ@s; realizan su tarea en forma espontánea y natural;
también en forma dirigida a través de preguntas y respuestas, y
por medio de conversaciones o reuniones familiares. Los padres
para este efecto tienen que prepararse para poder dar
orientación sexual a sus hijos. Se está dando educación sexual
desde el momento en que se recibe al niñ@, en la forma con
que se le agarra o recibe en brazos; en el modo cómo se le
brindan las caricias, en la voz de arrullo, el calor maternal, el
baño, los olores, etc.
SEXO
Conjunto de características físicas, biológicas, anatómicas y
corporales que tienen las personas desde que nacen.
GENITALIDAD
Son las características que diferencian a nivel biológico el
aparato reproductor masculino y femenino.
GÉNERO
Es la suma de valores, actitudes, roles, prácticas o
características culturales que distinguen a varones y mujeres.
COMO VIVIR UNA SEXUALIDAD SANA Y PLENA:
Disfrutar y conocerse como varón y mujer con
QUE ES EMOCION
Son los cambios que notamos en nuestro cuerpo, por ejemplo
algo que nos sorprende, el corazón que se acelera, etc.
QUE ES SENTIMIENTO
Es la manera en la que aprendemos a nombrar y expresar como
nos afecta nuestro entorno, tristeza, alegría, consuelo,
desconsuelo, etc.
QUÉ ES ENAMORAMIENTO
Es la atracción emocional, sexual y física que surge hacia otra
persona, una experiencia que nos sorprende, es soñar
despierto, y nos motiva para continuar y establecer una relación
amorosa.
¿QUÉ SON LAS RELACIONES SEXUALES?
es el contacto íntimo entre dos personas, en el cual las personas
se acarician, se tocan y estimulan sus cuerpos, sintiendo y
produciendo placer, llegando a la penetración y/o al orgasmo,
hay muchas personas que tienen relaciones, porque se atraen,
se quieren, y confían el uno al otro, o también por búsqueda de
placer.
UNIDAD 3: HABLAR DE EDUCACIÓN SEXUAL A
NIÑ@S Y ADOLESCENTES DE 0 A 18 AÑOS.
¨Educar es anticipar… La anticipación es la esencia de la
prevención. En sexualidad es fundamental no llegar tarde. El
llegar tarde trae consecuencias y complicaciones muy difíciles
de resolver en los niños, niñas y adolescentes en lo que se
refiere a sus vínculos, convicciones, conductas, etc...¨
La educación sexual comprende el desarrollo de las niñas, los
niños y adolescentes como seres sexuados de una forma sana,
libre, feliz y responsable.
De 5 a 8 años
De 9 a 12 años
De 12 años en adelante
Pueden hacer Comienza la pubertad.
Se producen cambios emocionales fuertes:
alegría y tristeza.
Pre-adolescencia. Frente a lo sexual
reaccionan diferente. A veces se niegan a
escuchar cualquier cosa relativa al tema de
boca de sus padres. No así cuando el mensaje
viene de líderes respetados por ellos.
Insista en la importancia de tomar decisiones
basadas en información y considerando los
valores en los que han sido educados; en el
amor como parte de la sexualidad, en la
responsabilidad para evitar embarazos o SIDA
y otras infecciones.
Recuérdeles que nadie debe tocar su cuerpo
de manera que les parezca indigna o inmoral,
que nadie debe obligarlos a hacer cosas que
los avergüencen o que les parezca que son
incorrectas.
Deles la confianza para que denuncien si
alguien ha abusado de ellos o los está
acosando.
Se hacen más reservados y manifiestan
deseos de tener vida privada.
De 13 a 18 años
La importancia de
denunciar a quienes
abusan de ellos o los
molestan.
TIPOS DE VIOLENCIA
Violencia Es todo acto que provoque lesión física a una
física persona a través de golpes, puñetazos,
empujones, jalones de cabello, mordeduras,
patadas, apretones, pellizcos, bofetadas,
arañazos, quemaduras, estrangulamiento,
etc. O por privación de cuidados médicos.
¿QUÉ ES UN DELITO?
El delito es la desobediencia a las reglas de comportamiento
social impuestas por una comunidad o una infracción a una
norma jurídica, civil o penal en este caso, al estado plurinacional
boliviano.
SI PIERDE LA PACIENCIA
Sólo usted puede controlar su propia violencia. Cuando se
sienta a punto de perder el control recuerde:
TU CUERPO TE PERTENECE
Mensaje sugerido: Todos los niños y niñas tienen derechos que
deben ser respetados por los adultos. Uno de tus derechos es
decidir sobre tu cuerpo ya que tu cuerpo te pertenece. Nadie
tiene el derecho a tocarte o mirarte si tu no quieres. Debes
sentirte cómodo, seguro y feliz cuando alguien te acaricia o te
mira con afecto. Si te sientes incómodo o desconfías cuando
alguien te pide que te desvistas para mirarte, tienes todo el
derecho a decir NO y a contarle a alguien de confianza lo
sucedido para que te proteja.
DECIR NO
Mensaje sugerido: Todas las personas tenemos derecho a decir
NO, aun cuando sea alguien mayor quien nos pide u ordena
algo. Los mayores no tienen todos los derechos sobre los niños.
Si nos piden que hagamos algo que no queremos hacer o que
sabemos que no está bien hacerlo, entonces tenemos derecho
a decir NO. Si no te atreves a decir NO porque tienes miedo que
te hagan daño, intenta arrancar lo más pronto posible y buscar
a alguien que te proteja o también puedes gritar y hacer mucho
ruido para que alguien te escuche. Nadie te puede obligar a
hacer algo que no quieres. También hay situaciones en las que
es difícil decir NO, sobre todo cuando es un familiar o un amigo
quien nos pide algo, o porque no sabemos cómo dar una
negativa o no queremos herir los sentimientos de los demás.
Pero existen formas de decir NO sin herir a los otros, por
ejemplo: “lo siento pero NO quiero hacerlo”; “NO, no creo que
sea correcto”; “Lo siento pero NO me interesa”; “Prefiero NO
hacerlo”; “NO, no me gusta hacer esto”. Decir NO tiene
ventajas, como por ejemplo evitar que se aprovechen de
nosotros, que los demás sepan cuáles son nuestros
sentimientos y por lo tanto, que no nos vuelvan a hacer esa
petición. ¿De qué otra forma podemos decir NO?
PEDIR AYUDA
Mensaje sugerido: Todos tenemos problemas. A veces los
podemos solucionar solos o se los podemos contar a nuestros
amigos, pero otras veces son tan grandes que sentimos que
nadie puede ayudarnos o que los demás se van a preocupar
demasiado por lo que nos está pasando. En estos casos, lo
mejor es compartir nuestro problema con alguien de confianza
que pueda ayudarnos. Cuando los niños reciben alguna
agresión, ya sea sexual o física, se sienten solos y muchas veces
no acuden a nadie. Pero siempre habrá alguien que pueda
escucharlos y protegerlos. El recurso principal de un niño son
sus padres, ellos son quienes deben protegerlo y ayudarlo. Pero
si por alguna razón un niño no tiene padres, sus padres no le
creen, o son ellos mismos quienes le hacen daño, entonces NO
debe darse por vencido. Un niño que no tiene padres o cuyos
padres no le creen o no lo protegen, puede buscar a otros
adultos de confianza y contárselo hasta encontrar a alguien que
le crea. Puede ser alguien de la familia, un tío o tía, abuelito o
abuelita, o también un profesor, un carabinero, un médico, un
psicólogo, etc. ¿Cómo lo harías tú?
SOBORNOS Y REGALOS
Mensaje sugerido: Cuando una persona nos hace un regalo nos
sentimos contentos ya que éstos son una muestra de afecto.
Generalmente recibimos regalos de nuestros familiares y
amigos en nuestro cumpleaños, en navidad, cuando nos
portamos bien o tenemos buenas notas, cuando estamos
enfermos, etc. Incluso, hay ocasiones en las que sin ser un día
especial, alguien nos regala algo y nos hace sentir bien. Sin
embargo, a veces alguien nos da un regalo y nos pide algo a
cambio, y esto es lo que llamamos soborno. Los regalos son
buenos pero los sobornos NO, pues un regalo se hace
incondicionalmente y sin pedir nada a cambio. Por esta razón
debemos aprender a decir NO a los sobornos ya que nadie
puede obligarnos a hacer algo que no queremos a través de
sobornos. ¿Puedes nombrar otros ejemplos de soborno?
CULPA / AGRESOR
Mensaje sugerido: Los adultos deben proteger a los niños, sin
embargo, en ocasiones éstos pueden hacerles daño. A los
adultos que abusan de los niños y niñas obligándoles a hacer
cosas sexuales se les llama agresores sexuales. Estos adultos a
veces son personas conocidas, familiares o amigos, y pueden
ser hombres o mujeres, jóvenes o viejos. Los adultos que
abusan de los niños, pueden hacerlo obligándolos a través del
uso de la fuerza o intentando engañarlos usando frases como:
“no es nada malo”; “lo vamos a pasar muy bien”; “va a ser
nuestro secreto”; “yo sé que esto a ti también te gusta”.
También pueden amenazarlos diciéndoles por ejemplo, “si no
haces lo que te digo le haré daño a alguien que tú quieres”. O
quizás los obliguen a no contarle a nadie a través de frases
como: “si cuentas lo que pasa tu mamá te abandonará o se
volverá loca”; “si cuentas nadie te va a creer”; “si cuentas todos
creerán que es tu culpa”; “por tu culpa se destruirá la familia”.
Lo importante es que tengas claro que un niño NUNCA TIENE
LA CULPA de las acciones de los adultos abusadores. Ellos son
los únicos responsables de sus actos y deben aprender que lo
que hacen no está bien. Si un niño es abusado por un adulto,
tiene derecho a decir NO y a contarle a alguien para que lo
proteja.
JUEGOS SEXUALES
Mensaje sugerido: Todos los niños tienen derecho a jugar,
incluso los más grandes. Tanto niños como niñas pueden jugar
con pelotas, muñecas, autos, legos, juegos de casa, juegos de
salón, etc. Sin embargo hay juegos que no son apropiados para
los niños porque afectan su desarrollo normal y pueden
provocarles problemas en la vida adulta. A estos juegos los
llamamos juegos sexuales inapropiados, y son aquellos que se
producen entre niños con bastante diferencia de edad, o entre
niños de la misma edad pero que los mantienen ocupados gran
parte del tiempo dejando de lado otros juegos que antes les
gustaban o han llegado a extremos como desvestirse y tocarse
las partes privadas.
Es importante que aprendamos a conocer nuestras partes
privadas, para lo cual es necesario que de vez en cuando nos
toquemos. Pero eso lo podemos hacer nosotros solamente,
nadie tiene derecho a tocar nuestras partes privadas. Cuando
un niño de tu edad o mayor que tú, insiste en ver o acariciar tus
partes privadas, aun sin tu consentimiento, es importante que
lo hables con un adulto, pues lo niños que se comportan de ese
modo, es decir, son muy insistentes respecto a temas y juegos
sexuales, probablemente son o han sido víctimas de una
situación abusiva de la que probablemente nunca han hablado,
y si tú le cuentas a un adulto responsable, probablemente
estarás ayudando a ese niño.
CARICIAS BUENAS
Mensaje sugerido: Cuando una persona nos hace cariño para
demostrar su afecto, nos sentimos bien, seguros, felices y
cómodos. Las caricias buenas generalmente las recibimos de
parte de nuestros padres, familiares, profesores, amigos o
amigas y algunos ejemplos de éstas son: un abrazo, un cariño en
la cabeza, un beso en la frente, un golpe suavecito en la espalda,
unas cosquillas, etc. Si alguien te acaricia y te sientes bien, es
bueno decir lo que sientes ya que así las personas te conocerán
mejor y podrán complacerte con más frecuencia. Los vínculos
sanos o seguros, se caracterizan por una comunicación abierta
y espontánea de necesidades, sentimientos y emociones. No
tengas miedo de decir lo que sientes o de pedir algo que
quieres, quien te aprecia agradecerá tu franqueza.
UNIDAD 8: CUENTOS TERAPEÚTICOS
Los cuentos transmiten una educación moral, se dirigen a todos
los aspectos de la personalidad, y van directo al hemisferio no
racional del cerebro, (hemisferio derecho) lo que facilita en los
niños, niñas y adolescentes la incorporación de pautas de
comportamiento basadas en valores sin necesidad de
analizarlas y utilizando esas pautas tan pronto se da la
circunstancia que lo amerita. Además, reflejan las
profundidades de la psique humana, sus conflictos, ansiedades
y aspiraciones, estimulan la confianza del niño y les enseñan
cómo superar sus dificultades de crecimiento,
empoderándolos. Las angustias de separación, de abandono,
la avidez oral, los celos fraternos, renunciar a la dependencia
infantil etc. son partes de las problemáticas que podrían tocar
los cuentos infantiles y los cuentos terapéuticos (Paliza, R. M.
2007).
Los cuentos terapéuticos se definen como aquel cuento en el
que se cuenta una situación conflictiva o traumática, llevando
elementos simbólicos y que al final se resuelve de forma feliz o
positiva.
El cuento lleva a la mente del niño, a adentrarse en un mundo
de fantasía, donde su imaginación se está desarrollando y
enriqueciendo de una forma espectacular. Piensa en colores,
formas, personas, sonidos, voces, etc., que solo puede ver en su
mente y así desarrollar su inteligencia.
Los cuentos terapéuticos es una técnica terapéutica con la que
a través de la relación entre el cuento y el sujeto, produce la
recuperación de un trastorno o malestar psicológico-emocional-
sexual-existencial-espiritual. De esta disciplina, pueden
beneficiarse tanto niños, niñas, adolescentes como personas
adultas. Los aspectos positivos que aportan los cuentos son los
siguientes:
ü Enseñar a los más pequeños el gusto por la literatura.
ü Potenciar la imaginación.
ü Aumenta la creatividad.
ü Enseñan a resolver problemas de la vida cotidiana.
ü Se establecen mejores relaciones con los padres.
ü Fomenta la madurez.
ü Enseña buenos valores.
ü Enseña hábitos saludables.
ü Los cuentos terapéuticos curan trastornos.
ü Consuela en aspectos negativos de la vida.
ü Ayudan al adulto a mantener relaciones con su “yo”
niño.
ü Facilitan la comunicación. (Paliza, R. M. 2007).
Los cuentos terapéuticos pueden usarse en el aula; en terapia
individual, de grupo o familiar; o al preparar a los/las niño/as
para que testifiquen. También pueden usarlo padres, madres,
tutores y otras personas que están a cargo de menores. (Nancy
Davis, 1996).
Para utilizar los cuentos terapéuticos haga las siguientes
preguntas o pasos, al finalizar la lectura del cuento y solo
escuche al niño/a o adolescente, no juzgue, ni critique sus
respuestas:
1. ¿Qué entendiste del cuento?
2. ¿Quién era el personaje principal?
3. ¿Cuál era el problema del personaje principal?
4. ¿Cómo se sentía el personaje principal?
5. ¿Te identificas con el personaje principal?
6. ¿Cuál crees que era el mensaje o moraleja del cuento?
7. ¿De qué te diste cuenta?
8. ¿Cómo te sientes ahora?
9. Gracias por abrirte y confiar.
Cuentos Terapéuticos:
1
El problema que aborda: distorsiones perceptuales por algún trauma, las
peleando, ¨mama dice: ¨no es cierto, debes haber estado soñando¨ Distorsión
del juicio: niña: ¨mi profesora es mala. Siempre humilla a todos y lastima sus
no ven: aunque los ojos pueden ver y describir los objetos que ven. El
para sanar.
2. El hueco en el corazón.
(Para Niños/as de 5 a 12 años y adolescentes de 12 a 14 años de
edad)
Había una vez un niño llamado Juan. De bebé y de bien
pequeñito, Juan no tuvo una vida muy buena. Como las cosas
no le fueron bien en la vida, tenía un hueco en su corazón. El
amor es la comida que necesita el corazón para funcionar y para
crecer. Como él no tenía mucho amor para alimentar su
corazón, se le hizo un hueco grande que habitualmente le dolía.
Cuando Juan se hizo un poquito mayor, se mudó a un lugar muy
lindo pero las cosas aún no iban muy bien porque se llevó al
hueco que tenía en el corazón. Sentía que el hueco debía ser
llenado así que constantemente trataba de llenarlo. Tomaba
cosas y se las llevaba con él. Solía ocultar cosas. Incluso tomaba
comida y trataba*de alimentar su corazón de esa manera - pero
la comida que necesitaba para llenar su corazón era amor. Así
que aunque tomó muchas cosas, ninguna le llenó el hueco en su
corazón. El hueco en su corazón siguió doliéndole y siguió
tratando de llenarlo para que se fuera el dolor.
A veces el hueco le dolía y el dolor hacía que Juan no pudiera
pensar bien. Otras veces el hueco le dolía y el dolor hacía que no
pudiera hablar bien. Algunas veces el hueco le dolía tanto que
no podía dormir.
En esas ocasiones el hueco en su corazón le daba pesadillas así
que estaba tan adolorido como asustado.
El hueco en el corazón de Juan le causaba tanto problema que
un día lo dijo en voz alta, “Estoy cansado de este hueco en mi
corazón. Ya es hora de arreglarlo.” Le dijo a mamá, “Quiero ir a
un doctor que pueda arreglar este dolor en mi corazón." Ella
hizo una cita con un doctor del corazón. Cuando Juan fue a su
cita, le dijo al doctor del corazón, “Tengo un hueco en mi
corazón y quiero que lo arregle porque me está metiendo en
muchos problemas. Me hace tomar cosas y luego me castigan.
Hace que mi pensamiento se enrede y hace que mis palabras se
enreden. El hueco en mi corazón me hace tener sueños feos y
se me hace difícil dormir. Eso no es lodo, este hueco me causa
problemas en la escuela y ya me harté. Estoy cansado de este
hueco en mi corazón y no lo quiero.”
De manera que el doctor tomó fotos del corazón de Juan pero,
cuando miró las fotos, no pudo ver el hueco. A Juan no le
importaba que el doctor viese fotos del hueco o no las viese.
“Está ahí, se lo estoy diciendo, está ahí,” insistió.
“Bueno remarco el doctor." Creo que sé lo que está mal. Tienes
el tipo de hueco que no aparece en las fotos. Tienes el tipo de
hueco que se abre cuando no obtienes suficiente amor o lo que
tu corazón necesita para crecer justo en la forma correcta.
Apuesto a que has estado mucho tiempo tratando de llenar tu
corazón y nada funciona."
“Así es,” dijo Juan. “Siempre estoy en problemas y eso hace que
me duela aún más mi corazón.”
“Sé cómo llenar el hueco en tu corazón." le tranquilizó el doctor.
El doctor lo llevó a una sala especial de tratamiento; allí sacó una
bola de luz de una caja fuerte. La luz le pareció a Juan como un
pequeño sol. El doctor le dijo, “Aunque muchas cosas te pueden
sanar el corazón, la luz es lo que mejor me funciona." Dicho
esto, el doctor puso la bola de luz frente al pecho de Juan.
Cuando el doctor soltó la luz, esta flotó como un globo lleno de
helio y se entró al corazón de Juan. Juan pensó que la luz era
extraña porque nunca había experimentado esta clase de
tratamiento médico.
“Esto es raro. ¿Son rayos equis?" preguntó.
El doctor contestó, “No, no son rayos equis pero la luz entra a
tu cuerpo como rayos equis. Esta es mi forma de sanar el tipo
de hueco que tienes en el corazón." Luego le dijo que se fuera a
casa pero le recomendó que mantuviera la bola de luz en su
corazón para que el hueco siguiera reparándose.
Juan tenía sus dudas pero decidió confiar en el doctor. El doctor
había sido el primero en reconocer que él tenía un hueco en el
corazón y que tenía sugerencias sobre cómo librarse del hueco.
Así que Juan volvió a casa. Pronto notó que se estaba sintiendo
y comportando de otra manera. En lugar de tomar cosas y
ocultarlas en su cuarto, jugaba con ellas y las devolvía. A la hora
de comer, ya no sentía la necesidad de comer lodo lo que estaba
en la mesa para llenarse. De noche, comenzó a dormir más y
más. Estaba asombrado. La luz en su corazón le ayudó a dormir
tan pacíficamente que ya no tenía pesadillas atemorizantes.
Al despertar cada mañana, Juan se sentía mejor todavía.
Comenzó a hablarles a la mamá que le había acogido y a sus
profesores/as, y hablaba de otra manera. Decía lo que estaba
pensando y lo que estaba sintiendo. Usaba palabras difíciles y
oraciones largas. Los/las adultos/as le preguntaban. “¿Estás
seguro que eres Juan?”
Juan contestaba orgullosamente, “Sí, soy Juan.”
“¿Qué fue lo que te pasó?” le preguntaron sus profesores/as y
su mamá. “Realmente has cambiado.
Estás haciendo tu trabajo y hablando mucho mejor.”
Juan no dijo cosa alguna, sólo sonrió. Decidió que sólo él sabría
sobre la luz. De modo que dejó la luz en su corazón para que
siguiera sanando el hueco. Cada día se ponía mejor y mejor.
Encontraba más y más paz al dormir y le iba mejor y mejor en la
escuela. Hablaba más y más y comenzó a hacerse de buenos
amigos.
Un día Juan no volvió a lomar cosas ajenas y a ponerlas bajo su
cama o en su bolsillo. Sonrió el día en que esto pasó. “Estoy tan
contento de que el linceo en mi corazón se haya ido porque en
realidad no quería llevarme todas esas cosas,” se dijo a sí
mismo. “Sólo estaba tratando de llenar mi corazón pero,
tomando cosas, no funcionaba.”
Juan se puso mejor y mejor y le fue tan bien en la escuela que
sorprendió a todos. Incluso se sorprendió a sí mismo. Fue
entonces que un nuevo niño vino un día a vivir a su hogar de
albergue. Cuando Juan se dio cuenta que tomaba cosas y las
ocultaba, le rodeó con su brazo y le dijo, “Yo sé lo que está mal
contigo. Tienes un hueco en el corazón y yo conozco justo al
doctor que te puede ayudar a sanar.” 2 (Nancy Davis, 1996)
2
El/Los problema/s que aborda: Los síntomas causados por la agresión infantil
y la falta de cuidados, como el robar, el comer constantemente, la dificultad para
dormir y los problemas en el colegio. Mensaje: Se puede hallar una forma de
sanar el trauma de la agresión sufrida y soltar los síntomas. Símbolos: Hueco en
el corazón: el trauma causado por la falta de amor y cuidados. Doctor/a del
corazón: cualquier adulto/a que puede entender y ayudar a sanar Luz: la
curación, el conocimiento, lo opuesto a la oscuridad: el abrirse al conocimiento
para poder sanar. Los elementos del cuento que se puede cambiar: El sexo del
personaje principal: los síntomas, el sexo del/de la médico.
3. El monstruo en el espejo.
(Niños/as de 5 a 14 años de edad)
Había una vez un niño muy especial que se llamaba Jack y que
se hacía más alto cada día. Mucha gente le decía, “Eres tan
apuesto y tan inteligente” pero él se miraba al espejo y veía un
cocodrilo o un tiburón o un monstruo feo.
“No soy apuesto para nada. Deben estarme diciendo eso sólo
para que me sienta bien. ¿Por qué no pueden verme como yo
realmente me veo?” Kevin se susurraba a sí mismo. Una voz
dentro de él le decía constantemente que no tenía valor y que
era un fracaso. Esto le hacía sentirse mal consigo mismo. Se
sentía como si fuera un cocodrilo y mordiera a la gente. Se
sentía como si fuera un monstruo y asustara a la gente. Tenía
mucho enojo adentro, tal como un tiburón.
Jack trató de que la gente que lo rodeaba viese el mundo como
él lo veía. “No soy apuesto ni inteligente, soy un monstruo,”
decía. Como nadie creía que él fuera un monstruo, Jack
comenzó a actuar como monstruo. Gruñía, pegaba y se
mostraba enojado todo el tiempo. Atacaba a la gente y hacia
muchas cosas malas o raras.
Muy pronto la gente se puso a decir, “¿Por qué es que un
muchacho tan inteligente y apuesto está actuando como si
tuviera un monstruo dentro de él?” Entonces Jack sonreía
porque finalmente estaban entendiendo - él era un monstruo.
Sólo tenía que convencer a más gente, así que hizo todo lo
posible para que la gente pensara que era un monstruo feo. No
pasó mucho tiempo antes de que la gente dijera, “¡Jack
realmente es un monstruo!”
Un día Jack estaba sentado solo en la cancha de basquetbol
porque nadie quería jugar con él. Un niñito llamado John se
acercó y le dijo, “Oye, ¿por qué quieres que todos piensen que
eres un monstruo?”
Jack gruñó, “Grr… porque soy un monstruo, por eso. Aléjale.”
Pero Hugo era muy especial y vio a través de este gruñido y de
la maldad, “¿No te sientes solo tratando de ser un monstruo?”
preguntó.
Jack tuvo que admitir, si quería ser honesto consigo mismo, que
se sentía muy solitario siendo un monstruo. También se sentía
muy solo sintiéndose como un monstruo y que lodos lo trataran
como un monstruo. También se tuvo que admitir que lo peor de
ser un monstruo eran las cosas malas que se decía a sí mismo.
“¿Estás listo para dejar de tratar de ser un monstruo?” preguntó
Hugo.
“No sé cómo dejar de hacerlo,” replicó Jack.
“Déjame llevarle a mi espejo,” dijo Hugo, “es un espejo que
muestra la verdad.”
“Bueno, voy,” dijo Jack, sintiéndose un tanto esperanzado de
que su vida pudiera ser diferente. Para su sorpresa, cuando se
miró en este nuevo espejo que reflejaba la verdad, no halló ni
señas de un monstruo. Allí estaba un muchacho muy
inteligente, apuesto y fornido.
“¿Y qué si no me veo como un monstruo por fuera?” balbuceó
Jack, “sigo siendo un monstruo por dentro.”
“No tienes que seguir sintiendo que eres un monstruo por
dentro por mucho más tiempo,” afirmó Hugo, “¿Por qué no
pides un sueño especial que te pueda ayudar a entender cómo
dejar de ser un monstruo?”
Así que esa noche, cuando Jack estaba por irse a dormir, decidió
intentarlo. “Necesito un sueño muy especial que me muestre
que no soy un monstruo," se murmuró a sí mismo. Como había
decidido que quería un cambio, una persona muy sabia vino a su
sueño y le habló por un largo rato. Esta persona sabia le hizo
saber lo especial que era, lo inteligente que era y el hecho de
que en verdad no era un monstruo: sólo era un truco que le
estaba haciendo su corazón. En ese momento, la parle de Jack
que sabía que no era un monstruo, un tiburón o un cocodrilo se
hizo muy fuerte y halló una voz que le habló toda la noche. Esta
voz dijo, “Te estás volviendo más inteligente cada día. Estás
hallando formas de hacerte de muchos amigos buenos. Te está
yendo mejor en la escuela. Estás recordando todo lo que
estudias y te va cada vez mejor en los exámenes. Te estás
gustando cada vez más. Estás probando cosas nuevas y
descubriendo quién eres realmente.”
Cuando Jack pensaba que era un monstruo, la voz dentro de él
le decía cosas malas y negativas. Le convencía de que las cosas
siempre le resultarían mal en su vida y que continuaría
sintiéndose como un monstruo para siempre. Ahora supo que
esa voz no volvería a ser fuerte. La parte de Jack que tenía cosas
positivas que decirle había tomado el control y lo dirigía hacia
rumbos nuevos y gratificantes.
Cuando Jack se despertó, el sueño seguía pareciéndole muy
real; la voz positiva aún le hablaba. Fue a mirarse al espejo y se
dio cuenta que era diferente. En los días que siguieron dejó de
actuar como un monstruo. Dejó de gruñir y de pegar. Dejó de
odiarse a sí mismo y de estar enojado como un monstruo.
No pasó mucho tiempo antes de que su vida cambiara en
muchas formas. Halló modos de hacerse de amigos y de ser un
amigo. La voz positiva le seguía hablando así que aun cuando
cometía errores, se daba cuenta que era normal - no tenía nada
que ver con ser un monstruo. Cuanto más le decía la voz que
podría manejar su enojo, expresaba su enojo mejor y más
apropiadamente.
Un día cuando Jack estaba pasando por el corredor de la
escuela, un niño de primer grado salió corriendo del baño
mientras gritaba, “Hay un monstruo allá adentro.” Jack sonrió y
abrazó al tembloroso niño. “Los monstruos no existen,” le dijo
y en ese momento sintió que su corazón sonreía.3 (Nancy Davis,
1996)
3
El/Los problema/s que aborda: Una imagen negativa cíe uno/a mismo/a
que tiene una forma muy mala, enojada y/o agresiva. Mensaje: Puede hallar
una forma de verse a sí mismo/a como una persona valiosa y digna de
consideración; de decir cosas positivas y optimistas de sí mismo/a y de
comportarse apropiadamente. Símbolos: Monstruo: un/a niño/a que cree
que no tiene valor y es horrible Voz interior: las actitudes repetitivas hacia
uno/a mismo/a Los elementos del cuento que se puede cambiar: El sexo
del personaje principal.
4. Las flores del campo.
(Cualquier niño/a de 4 a 12 años y adolescente que por ser
diferente, es el hazmerreír de otros/as niños/as)
Había una vez un campo lleno de magníficas flores de colores
brillantes. Las flores en este campo eran silvestres; nadie las
había plantado; brotaron y crecieron por su cuenta. Algunas
surgieron de semillas que el viento acarreó. A otras las
plantaron ardillas para su alimento y luego las olvidaron. Otras
incluso brotaron tic semillas que habían dejado caer los pájaros
que sobrevolaban el campo. También los animalitos las trajeron
enganchadas en su pelaje.
Como había tantos animales y pájaros por el campo y como
también traían semillas los fuertes vientos, crecieron flores de
todo color y variedad hasta donde se perdía la vista. Había
margaritas altas y amarillas y florecitas moradas. Había
margaritas de centro negro y nomeolvides azules que crecían
cerca al riachuelo que recorría el campo. Todos/as los/as que
pasaban por el campo comentaban sobre su belleza.
Un día, un pájaro que venía de lejos soltó dos semillas al pasar
por el campo, listas semillas crecieron hasta hacerse dos bellas
flores rosadas que no se parecían a ninguna otra flor en todo el
campo. Como eran inusuales, las flores comenzaron a decir
entre ellas, “Somos diferentes. No hay ninguna otra flor como
nosotras en ninguna parte de este campo.”
Las otras flores también notaron la diferencia. Pronto se
pusieron a mofarse de las flores rosadas. “Hay algo mal en
ustedes. No se parecen a nosotras,” dijo una. “No tienen el
color correcto,” dijo otra. “Su forma es diferente,” dijo una
tercera, “y sus hojas son demasiado verdes.”
A las dos llores rosadas no les gustaba que las rechazaran. Y
entonces ocurrió la cosa más extraña...las flores comenzaron a
creer las cosas malas que las otras flores les decían. Pronto las
flores rosadas se estaban repitiendo las crueles burlas. “Somos
horribles. No somos tan buenas como esas llores. No somos tan
bonitas. No somos tan coloridas ni olemos tan bien.” Creyendo
que eran diferentes y, por ende, feas, las flores rosadas se
ocultaron para que ningún visitante al campo las viera.
Un día, una profesora trajo a su clase de ciencias a este campo.
Los/as estudiantes teman que encontrar flores de muchas
variedades. Encontraron margaritas, irises y nomeolvides.
Descubrieron margaritas y rosas.
Notando que los/as estudiantes estaban por allí escudriñando,
las llores rosadas se pusieron a temblar de miedo de que, si las
descubrían, notarían cuán feas y diferentes eran.
Lo que ocurrió fue que una estudiante muy curiosa se puso a
buscar muy afanosamente una flor inusual. Descubriendo a las
dos flores rosadas, anunció a viva voz, “¡Miren lo que encontré!
¡Miren lo que encontré! Encontré unas orquídeas zapatilla de
dama. No se supone que crezcan por aquí. Son tan poco
comunes y hermosas.”
Todos/as los/as estudiantes de la clase corrieron a ver las nuevas
flores descubiertas. Las miraron asombrados/as. “¡Uau! estas
(lores son tan inusuales,” comentó una estudiante. “Es
extraordinario que estén creciendo aquí; son llores tan
especiales y tan raras. Me alegra tanto que las hayas
descubierto."
La profesora les aconsejó que no arrancaran las flores rosadas,
tan poco comunes, para que produjeran semillas que formaran
más plantas. Muchos/as fotografiaron a las bellas llores rosadas
para mostrárselas a sus mamas y sus papás.
Después de que la clase se hubo ido hacia la escuela, las dos
llores rosadas comenzaron a hablar. “¿Qué dijeron?” preguntó
una.
Dijeron que somos inusuales y valiosas y que no se supone que
estemos creciendo aquí,” replicó la otra flor rosada, “Dijeron
que somos flores bellas e incluso nos fotografiaron."
Una de las flores que crecía cerca de ellas, tratando de que las
orquídeas zapatilla de dama rosadas se olvidaran de los
cumplidos de los/las estudiantes, dijo, “Yo no les escuché decir
eso, debes haberte equivocado.” Sin embargo, las flores
rosadas tenían muy buen oído y recordaron y aprendieron.
No tardaron en verse de otra forma. Ya no se escondían detrás
de las otras llores. Como se velan de otra manera, las llores
rosadas crecieron rectas y produjeron más y más capullos.
Pronto sus capullos eran los más hermosos del campo. Los
visitantes podían notar, por como las flores rosadas se erguían,
que habían llegado a entender que eran especiales. Un día, una
de las flores rosadas le comentó a la otra, “¿No es sorprendente
que pensáramos que no teníamos valor y que éramos feas solo
porque éramos tan diferentes de las otras flores aquí? Somos
diferentes a las otras flores solamente porque el pájaro que
trajo nuestras semillas venía de muy lejos.”
Después de la visita de la clase tic ciencias, las flores rosadas se
sintieron muy bien consigo mismas, sin importarles lo que
cualquiera de las otras flores les decían. Cuando en la siguiente
primavera brotó una nueva flor que era muy diferente, las flores
rosadas se aseguraron de que esta nueva flor entendiera que el
ser diferente tiene poco que ver con el valor. 4 (Nancy Davis,
1996)
4
El/Los problema/s que aborda: Una baja autoestima; el ser humillado/a y
degradado/a por pares. Mensaje: Ser diferente no tiene nada que ver con el valor
que tenga uno/a; se puede hallar el propio valor aun cuando los/las demás nos
bajo las hojas: la tendencia que tiene un/a niño/a cuya autoestima es baja a ocultar
sus fuerzas, aún de sí mismo/a. Los elementos del cuento que se puede cambiar:
5
El/Los problema/s que aborda: Los/las niños/as pequeños que deben
testificar en la corte se asustan tanto que no pueden hablar de lo que les pasó.
Mensaje: Diga la verdad. El hablar le libra de su temor y permite a los/las
adultos/as protegerle; su voz es su poder y su amiga. Símbolos: Voz perdida:
el miedo Los elementos del cuento que se puede cambiar: El sexo de la niña
del cuento; el sexo del/de la fiscal o coordinador/a de las víctimas que
testifican (de aquí en adelante, oficial de la corte); se recomienda insertar el
nombre y el cargo del/de la oficial de la corle en el cuento, en los lugares en
los que aparecen corchetes.
6. Silvia, la niña que aprendió a controlar sus sueños.
(Niños/as de 10 años y menores)
Había una vez una niña llamada Silvia que tenía sueños
atemorizantes cada noche. Solía soñarse con tiburones y
monstruos y gente lastimando a otra gente. Cuando tenía estos
sueños se asustaba tanto que se levantaba de su cama de un
salto y salía corriendo. Se iba a la cama de alguien de la familia
que la ayudara a sentirse segura. Como a nadie en la familia le
convencía que ella pasara la noche en cama ajena, siempre tenía
que volver a su cama la noche siguiente. No había noche en que
Silvia no se asustara y sintiera insegura al tratar de dormir.
Una noche estaba echada en su cama realmente asustada
cuando se le apareció la princesa de “La Bella Durmiente” para
hablar con ella. Esta princesa sabía mucho sobre el sueño
porque había dormido por muchísimo tiempo sin tener una sola
pesadilla. La princesa le dijo, “Te puedo ayudar con tus
pesadillas. La próxima vez que veas a un monstruo, quiero que
le claves un alfiler para que te des cuenta que solamente es un
globo en forma de monstruo, se reventará y desaparecerá.”
Silvia no estaba del lodo convencida. “No sé si eso vaya a pasar;
no sé si creerle,” dijo. La princesa respondió, “Sólo
intentémoslo. Estaré contigo, al lado de tu cama y en tus
sueños. Te ayudaré a alejar a todos los monstruos.”
De modo que Silvia se durmió y no tardó mucho en comenzar a
soñar. Se le apareció un gran monstruo. La princesa entró a su
sueño y le alcanzó un alfiler que tenía en la mano. “Aquí está un
alfiler,” dijo. “Clávaselo al monstruo para que se aleje.”
Silvia estaba un tanto asustada pero la princesa le tomó la mano
y le ayudó a pinchar al monstruo y “PUM,” desapareció. “¿Ves?”
le dijo la princesa, “tú tienes el poder de librarte de los
monstruos de tus sueños.”
“Esto es fantástico,” dijo Silvia “pero yo me sueño con otras
cosas que me asustan.” La princesa le dijo. “Me quedaré
contigo y te ayudaré a librarle de lodo lo que te asusta en tus
sueños.”
Así que Silvia se volvió a dormir. Pronto estaba soñando que
alguien a quien ella amaba trataba de lastimarla. Cuando
apareció la princesa, Silvia exclamó “No quiero clavarle alfileres,
estoy asustada.” La princesa estuvo de acuerdo. “Tú y yo nos
vamos a enfrentar a esta persona y a decirle que ya no trate de
lastimarte. Le diremos que no se supone que la gente que te
ama te lastime. Le hablaremos con tanta firmeza y tanta fuerza
que no te va a lastimar en tu sueño.”
Con lo que la princesa y Silvia se pararon frente a la persona que
iba a lastimar a Silvia pese a que se suponía que la amaba.
Ambas le exigieron, “Deja ya de hacer esto. No se supone que
uno/a lastime a quien ama. Deja ya de hacer esto.” Entonces la
persona simplemente se desvaneció: era tan sorprendente. El
resto del sueño fue feliz porque Silvia se soñó que ella y sus
amigas se iban al cine y la pasaban muy bien.
Cuando Silvia se despertó por la mañana estaba en su propia
cama. No sólo estaba sorprendida ella sino toda su familia. Les
anunció, “Me estoy haciendo más grande y más inteligente y
más poderosa y puedo pensar en cómo hacerme cargo de mis
propios sueños.”
Esa noche, Silvia no tuvo miedo de irse a dormir. Su madre no lo
podía creer. Cuando los monstruos y los tiburones se
aparecieron en sus sueños, Silvia llamó a la princesa para que la
ayudara. Silvia les pinchó con una aguja y “PUM,”
desaparecieron. Cuando en sus sueños la gente que se suponía
que la amaba estaba tratando de lastimarla, ella halló una forma
de hacerla desaparecer.
Pronto Silvia estaba teniendo mejores sueños y más
placenteros y no veía la hora de irse a dormir. Dejó de ir a la cama
de su madre porque se estaba haciendo tan poderosa que era
capaz de tener sueños agradables en su propia cama. Después,
cada vez que la necesitaba en sus sueños, llamaba a la princesa
para que la ayudara. Entonces ella y la princesa se deshacían de
los monstruos o de cualquier cosa atemorizante en sus sueños.
Y aprendió algo más de sus sueños: aprendió que era inteligente
y que era poderosa. También había descubierto la forma de
decirles lo que quería y necesitaba a quienes la rodeaban y a
decirse cosas en su mente que la ayudaban a sentirse mejor
consigo misma.6 (Nancy Davis, 1996)
6
El/Los problema/s que aborda: Pesadillas, especialmente aquellas en las
que una persona conocida es quien lastima. Mensaje: Puede hallar la fuerza
para hacer placenteros sus sueños atemorizantes. Símbolos: Bella durmiente:
la parte del inconsciente que es sabia y útil. Los elementos del cuento que
se puede cambiar: Este cuento suele tener más éxito cuando se añade el
nombre del/de la niño/a al personaje principal. Otros elementos que se puede
cambiar para personalizarlo son: la edad y el sexo del/de la niño/a; los temas
de las pesadillas; la gente a cuya cama va el/la niño/a cuando está
asustado/a.
7. Roger el niño que se deshizo de sus pesadillas.
(Para Niños/as de 10 años y menores)
Había una vez un niño llamado Roger que estaba teniendo
pesadillas realmente atemorizantes. A veces sus pesadillas eran
tan feas que no podía dormir. En otras ocasiones tenía
pesadillas sobre una bruja vieja, Fea, cruel y malvada, y se
despertaba y corría a meterse en la cama de su hermano.
Bueno, a su hermano esto no le gustaba mucho porque lo
despertaba. La gente le decía a Roger, “¿Por qué no puedes
simplemente volver a dormir?” Él no lo sabía. No quería estar
despierto, simplemente no lo podía evitar.
Una noche, Roger se soñó con esa vieja bruja. Y de pronto un
ángel entró a su habitación y le dijo, “Roger te voy a mostrar
cómo librarte de esa vieja bruja malvada de tus sueños para que
no tengas que soñarte con ella otra vez.” Le dio un alfiler
enorme. Luego le entregó una vara con una clase especial de
rayo láser y le dijo, “Puede usar cualquiera de estas dos cosas.
Puedes poner el rayo láser sobre la bruja y simplemente se
derretirá o puedes pincharla con una aguja y simplemente se
reventará como un globo.”
Roger dijo “Me asusta un poco hacer cualquiera de esas dos
cosas, ¿me puedes ayudar?”
Muy bien, hagámoslo,” consintió. “Apunta hacia allá con ese
rayo láser.”
Roger apuntó hacia allá y “uush,” la bruja desapareció. “Oye,
esto está muy bien, me gusta,” le dijo Roger al ángel “¿Te vas a
quedar conmigo cada noche para ayudarme a librarme de las
brujas y los monstruos de mis sueños?”
Dijo, “No tengo que quedarme contigo cada noche. Te voy a
dejar el rayo láser y la aguja y lo puedes hacer tú mismo.”
Bueno pues, Roger no estaba del todo seguro de lo que
afirmaba pero decidió que hacer lo que él le decía era mejor que
tener pesadillas. A la noche siguiente se soñó con un monstruo
horrible, verde y viscoso. Agarró la vara de láser y apuntó el rayo
de luz al monstruo y desapareció el horrible monstruo.
Roger dijo feliz, “Esto es buenísimo, me encanta. Puedo
controlar mis sueños. Esto es excelente.” Comenzó más bien a
soñar que iba al Centro de Convenciones y veía un partido de
básquetbol. Ese fue un sueño muy agradable.
…Aquí coloque el nombre del superhéroe favorito del/de la
niño/a.
A la noche siguiente, volvió a tener un nial sueño. El sueño
comenzó con unos ladrones que le perseguían. Entonces Roger
sacó su vara de láser y la apuntó a los ladrones, haciendo brillar
un rayo de luz directamente sobre ellos. Se convirtieron en
ratones y comenzaron a dar vueltas dando los gritos agudos
que dan los ratones. Roger se rio y dijo, “listo es excelente, me
encanta, realmente soy inteligente.”
Luego tuvo un sueño sobre un gran monstruo. Roger se había
envalentonado con sus éxitos en librarse de sus pesadillas, así
que agarró el alfiler y pinchó al monstruo. Reventó como un
globo y salió disparado por el aire, volando muy pero muy lejos.
“Tengo tantas formas de librarme de las pesadillas se dijo Roger
que nunca más me voy a asustar de irme a dormir.”
Bueno, después de esa noche, tuvo menos pesadillas y sabía
que si en verdad aparecía una pesadilla, podría librarse de ella
fácilmente. Podía usar su rayo láser o su alfiler. Sabía cómo
hacer desaparecer a cualquier monstruo. Dejó de irse a la cama
de su hermano y comenzó a tener más y más sueños
buenos...sueños en los que era feliz y jugaba y se iba a un parque
de diversiones. Tenía sueños que le ayudaban a que le fuera bien
en la escuela y a sentirse seguro. Cada día se sentía mejor y
mejor consigo mismo. Mejoró tanto que podía hablar mejor,
pensar mejor y ser más y más feliz.
Después de eso, cuandoquiera que alguien venía a clase
diciendo que había tenido una pesadilla, Roger se sonreía
porque él sabía cómo librarse de las pesadillas y sabía que eso
lo hacía muy inteligente. 7 (Nancy Davis, 1996)
7
El/Los problema/s que aborda: Pesadillas, terrores nocturnos. Mensaje: Se
puedo uno/a deshacer de las pesadillas, sentirse seguro/a y dormir
tranquilo/a. Símbolos: Superhéroe: la sabiduría del inconsciente. Les iluminó
y desaparecieron: el conocimiento le ayuda a uno/a a deshacerse de sus
viejos temores. Vara de láser: se usa en lugar de una pistola debido a la
creciente violencia que causan las pistolas en nuestra sociedad. Los
elementos del cuento que se puede cambiar: Ponga el nombre del/de la
niño/a en el cuento; también ponga el nombre de su superhéroe favorito/a:
el sexo del/de la niño/a; los lemas de las pesadillas; el comportamiento
causado por las pesadillas o la incapacidad de dormir; ejemplos específicos
de cómo mejora la vida para que sean apropiados para el/la niño/a que
escucha el cuento. Por ejemplo, “Un niño tenía sueños que le ayudaban a que
le vaya bien en la escuela o que le ayudaban a entender la manera de hacerse
de amigos/as o de gustarse a sí mismo/a.
8. El sueño encontrado.
(Para niños/as, adolescentes de todas las edades y adultos)
En el presente había un príncipe soñador que vivía en un planeta
muy lejano y muy parecido al nuestro; con montañas, ciudades,
flores y mariposas.
A este príncipe le gustaba soñar y decía: ¨habrá tiempos
mejores, algún día se cumplirá mi sueño de viajar… algún día
podre tener ese casco para manejar mi bicicleta, mi sueño es
tener más dinero para comprarme los libros que me gustan y
poder leerlos¨.
Un día el príncipe estaba caminando por un sendero en las
montañas cerca de su casa y se encontró con un joven muy raro
a primera vista. Y le dijo: ¨tu eres muy raro, pareces un mago,
pero eres muy joven y no tienes barba¨, ese joven raro en
realidad era un mago y le contesto: ¨ciertamente soy un mago,
pero no soy joven y no necesito la barba para parecerme a un
mago experimentado como tú crees¨, ¨solo deseo y mis sueños
se hacen realidad, por eso no necesito parecerme a nadie ni una
barba, ¨. Luego el mago le pregunto al príncipe: ¨te veo
preocupado, y se cuál es tu preocupación, quieres hacer de tus
sueños realidad… y cuál será ese tu deseo más grande que
quisieras hacer realidad¨, el príncipe le respondió: ¨ si me
preocupa eso¨. Yo sé cómo puedes logarlo, primero haz una
lista de cuatro de tus sueños más importantes (soñar), luego
escoge el que es más fácil de lograr, planifica como puedes
alcanzar este sueño, pon una fecha límite, quienes te pueden
ayudar a lograrlo y tus metas, luego empieza a actuar, es decir
realizar tus metas una a una y verlas si funcionan… sin darte
cuenta estas haciendo tu sueño realidad… y pues bueno lo
último que harás es celebrar tu triunfo. (Dragon Dreaming,
2016)
El príncipe escuchando atentamente al mago estaba muy
sorprendido y desde ese momento empezó a planificar sus
sueños y actuar, para que sus deseos se hagan realidad…
agradecido con el mago… se fue a casa alegre y cantando.8
(Ballivián, Franz. 2016)
8
El/Los problema/s que aborda: Hacer que los deseos se hagan realidad, que
todo deseo es posible. Los elementos del cuento que se puede cambiar: El
nombre del niño y del mago. Mensaje: Todo es posible, si organizas tus deseos.
Símbolos: El mago: uno mismo, que puede apoyarse y dar un paso para mejorar
en la vida.
9. Pepo y la cueva.
(Para niños/as muy pequeñitos y adultos para encontrar
traumas del pasado)
Había una vez un niño muy especial, llamado Pepo, que reía y
jugaba. Pepo, era feliz casi todo el tiempo hasta el día en que
comenzó a ir a una cueva. Resulta que la cueva era un lugar muy
oscuro y atemorizante. Algo le pasó a Pepo estando en el
sótano que hizo desvanecer su felicidad. Comenzó a llorar
mucho y tenía problemas para dormir. Quizás vio cosas que los
niños no están listos para ver. Y como, por alguna razón, cuando
estaba en la cueva comenzó a creer que las cosas que allí
ocurrían eran secretas, no contó lo que le ocurría allí abajo.
Después de que Pepo empezara a ir a la cueva, comenzó a
actuar como un niño mucho mayor. Pareció perder su alegría y
se sentía asustado y enojado.
Llegó el día en que fue a la cueva por última vez. Conforme
avanzaba vio que había muchas puertas por las que pasar. Así
que tras pasar por cada puerta, la cerraba con llave. Cerró todas
las puertas con llave porque la cueva lo ponía muy triste y lo
asustaba mucho y no sabía cómo poner esos sentimientos en
palabras.
Aun cuando había cerrado las puertas con llave, pasó algo
extraño. Seguía sintiéndose triste y enojado pero no recordaba
por qué. Quería recordar lo que había pasado pero las puertas
de la cueva estaban cerradas con llave. Creía que no tenía la
llave para abrirlas otra vez.
Una noche, mientras dormía, se soñó con la llave y se vio
abriendo puertas. Su sueño le ayudó a ver cómo encontrar la
llave. Cuando se despertó en la mañana, se acordó de su sueño.
Halló la llave que necesitaba y abrió todas las puertas de la
cueva para explicarse por qué estaba tan asustado y enojado.
Encontró las palabras para decir, a todos/as los que necesitaban
saber, lo que había pasado en la cueva.
Después de eso, cuandoquiera que Pepo se siente triste y
enojado, usa su llave para ayudarse a explicar sus sentimientos
y se asegura de siempre mantener la llave como una parte de su
vida.9 (Nancy Davis, 1996)
9
El/Los problema(s) que aborda: Trauma que no se recuerda. Mensaje: Se puede
hallar la llave para recordar lo que es importante en el pasado, poner ese recuerdo
en palabras y usarlo para sanar. Un/a niño/a puede describirle su trauma a un/a
adulto/a que le puede proteger y ayudarle a sanar. Símbolos: Sótano: el lugar en
donde ocurrió el trauma; el lugar en donde los recuerdos residen en la mente.
Echando llave a las puertas: olvidando eventos traumáticos del pasado. Llave: lo
que se necesita para recordar. Los elementos del cuento que se puede cambiar: El
sexo del/de la niño/a; lo que ocurre cuando la memoria se despierta.
10. El Monito Feliz.
(Para Niños/as de 5 a 12 años y adolescentes de 12 a 14 años de
edad)
Había una vez un monito enojado y triste que decía: Nadie me
quiere porque soy violento y agresivo, pero a mí no me gusta
ser peleón yo no quiero ser malo…
Cuando los otros monitos lo llamaban a jugar él se ponía muy
contento… Pero luego, se enojaba, peleaba con los otros, les
hacía daño… Ninguno entendía por qué se enojaba.
Triste, el monito pensaba: “Yo no quiero ser malo, quiero tener
muchos amigos que les guste jugar conmigo”…”¡si eso quiero!”
El monito quería ser amistoso y valiente, pero tenía mucho
miedo. Tenía miedo de la oscuridad, de estar solo y tenía miedo
de que los otros se dieran cuenta que él tenía miedo. Deseaba
tanto cambiar que inventó esta canción: Quiero tener muchos
amigos que vengan a jugar conmigo, No quiero estar solito.
Quiero ser amistoso y valiente, quiero ser un gorila, no quiero
ser más un monito…
Un día una lora lo escuchó cantar y le preguntó: “¿por qué
quieres ser un gorila?”
“Porque si soy fuerte y grande como los gorilas ya no voy a
tener miedo de nada, con sólo gruñir todos huirán de mí…”
respondió el monito.
“Pero los gorilas también tienen temor!” dijo la lora. “¿Gorilas
con susto? No lo creo!” dijo el monito sorprendido. “Es verdad.
El miedo se esconde dentro de una persona, no importa cuál sea
su tamaño. Se instala adentro y asusta todo el tiempo. Es como
una enfermedad y tenemos que luchar contra él.” Respondió la
lora. “¿Y cómo se lucha contra el miedo?” “Es difícil, pero es
posible hacerlo. Hay que pensar en aquello que nos asusta y
darnos cuenta que debemos vencerlo. Lentamente el temor va
saliendo de nosotros.” Explicó la lora. “¿Cómo sabes eso?”
preguntó el monito. “Así curé mi temor!, Invente una canción
que te voy a enseñar.” Dice así: Puedes ser un grandulón y tener
miedo en el corazón, y ser un valiente porque la valentía y la
confianza viven en el corazón.
Después de despedirse de la lora el monito se puso a pensar en
lo que ella le había dicho. En cierto momento vio una mamá
mona que jugaba con su hijito y los dos reían felices. Cómo sería
de bueno tener una mamá que nos abrazara con cariño. El
Retorno a la Alegría que jugara con nosotros. Si tuviera una
mamá nunca volvería a tener miedo, a enojarme, nunca más me
pondría triste… “¿Y si pidiese a esa mamá de allá que fuera mi
mamita también?”. Pensó en voz alta el monito.
“Escuché lo que dijiste y quiero contarte esto” dijo la lora. “Es
verdad que todas y todos, las y los pequeñitos tienen derecho a
una madre, pero una mamá no es una fruta que cogemos de un
árbol y podemos quedarnos con ella.”
“¿Entonces cómo podemos conseguir una mamá cuando no la
tenemos?” preguntó el monito a la lora.
Y ella respondió: “Primero, tenemos que conquistar el corazón
de los que nos rodean. Tener amigos, ayudar a los que necesitan
ayuda, jugar, reír, compartir la alegría con los otros. Y también
trabajar para mostrar a las otras y a los otros que somos valiosos
y que podemos dar muchas cosas. Sólo así vamos a conquistar
el corazón de las personas y vivir en paz.”
“¿Y así voy a conseguir una madre?” preguntó el monito. “No
vas a ganar una madre, sino muchas madres, muchas hermanas
y muchos hermanos, muchas amigas y muchos amigos. Voy a
enseñarte una canción que me gusta cantar:” Todos tenemos
que ser amigos, ayudar a las y los que necesitan, reír, jugar,
perdonar y compartir lo que tenemos.
El monito se hizo muy amigo de la lora que le enseñó muchas
cosas.
El monito ya no era un monito furioso porque tenía un amigo
que le enseñaba todas las cosas que no entendía. Un día el
monito dijo: “Ahora entiendo muchas cosas, puedo vivir alegre
y sin miedo y ya tengo muchos amigos porque ya sé jugar sin
enojarme. Pero siempre se necesita aprender más, como dice la
canción: “Tenemos que aprender y descubrir todo lo que no
conocemos porque el miedo se esconde en lo que no
entendemos. Como al monito le gustaba ayudar a otros, todas
y todos en la región empezaron a llamarlo amiguito.
Y un día el monito se dio cuenta que todas las mamás monitas
lo trataban como a un hijo, que las monitas y los monitos lo
trataban como a un hermano y que todas y todos los otros
animales lo trataban como amigo.
Y se dio cuenta que había ganado una familia grande, tan grande
como la región donde vivían, él sentía a todas y todos en su
corazón…
Entonces inventó una nueva canción: Soy fuerte y valiente
porque toda la gente está en mi corazón. Me gusta ayudar,
jugar, aprender, cantar, bailar. Yo soy constructor de paz
porque en mi corazón cabe toda la gente.10 (Programa Retorno
de la Alegría, Colombia 2007)
10
El/Los problema/s que aborda: niños/as con baja autoestima. Los
elementos del cuento que se puede cambiar: el sexo y nombre del monito,
y los otros animales del cuento. Mensaje: los niños/as pueden vivir sin miedo
y con alegría, y sentirse aceptados si ellos expresan sus emociones y
sentimientos.
11. La mariposa Bella.
11
El/Los problema/s que aborda: no tomar en cuenta y tomarse apecho los
comentarios de otras personas. Mensaje: reconocer la sinceridad y la amistad
de los verdaderos amigos/as. Símbolos: flores: diferentes situaciones. Los
elementos del cuento que se puede cambiar: los nombres de las mariposas.
12. Daniel y las palabras mágicas.
(Para Niños/as de 5 a 12 años y adolescentes de todas las edades)
Te presento a Daniel, el gran mago de las palabras. El abuelo de
Daniel es muy aventurero y este año le ha enviado desde un país
sin nombre, por su cumpleaños, un regalo muy extraño: una
caja llena de letras brillantes.
En una carta, su abuelo le dice que esas letras forman palabras
amables que, si las regalas a los demás, pueden conseguir que
las personas hagan muchas cosas: hacer reír al que está triste,
llorar de alegría, entender cuando no entendemos, abrir el
corazón a los demás, enseñarnos a escuchar sin hablar.
Daniel juega muy contento en su habitación, monta y desmonta
palabras sin cesar.
Hay veces que las letras se unen solas para formar palabras
fantásticas, imaginarias, y es que Daniel es mágico, es un mago
de las palabras.
Lleva unos días preparando un regalo muy especial para
aquellos que más quiere.
Es muy divertido ver la cara de mamá cuando descubre por la
mañana un buenos días, preciosa debajo de la almohada; o
cuando papá encuentra en su coche un te quiero de color azul.
Sus palabras son amables y bonitas, cortas, largas, que suenan
bien y hacen sentir bien: gracias, te quiero, buenos días, por
favor, lo siento, me gustas.
Daniel sabe que las palabras son poderosas y a él le gusta jugar
con ellas y ver la cara de felicidad de la gente cuando las oye.
Sabe bien que las palabras amables son mágicas, son como
llaves que te abren la puerta de los demás.
Porque si tú eres amable, todo es amable contigo. Y Daniel te
pregunta: ¿quieres intentarlo tú y ser un mago de las palabras
amables?12
12
El/Los problema/s que aborda: cuento sobre la amabilidad y las palabras
mágicas. Los elementos del cuento que se puede cambiar: el nombre del
niño y las palabras mágicas. Mensaje: convertirse en una persona amable,
usando las palabras mágicas.
13. Telas de araña.
(Niños/as de 5 a 12 años y adolescentes de 12 años a 16 años de
edad; y puede ser efectivo con cónyuges maltratados)
Había una vez una niñita que se llamaba María y que vivía en una
casa grande. En esa casa había muchas telas de araña que
colgaban por doquier - de las puertas y ventanas, bajo las
escaleras y encima de las camas.
Las telas de araña se enredaban por toda esta casa porque uno
de los habitantes de la casa era un monstruo. Este monstruo era
particularmente dañino e hiriente y no le preocupaba en lo más
mínimo el daño que les causaba a otras personas en la casa,
especialmente a María.
María vivía en esta casa porque no tenía a donde más ir o así lo
creía ella. Estar cerca al monstruo le causaba mucho dolor y
mucho miedo. Cada día que vivía cerca al monstruo, el dolor de
María se hacía mayor y su temor se convirtió en pánico. Su dolor
y su miedo aumentaron con el pasar del tiempo y llegaron a ser
tan insoportables que María tuvo que probar varias cosas para
hacerse sentir mejor. Como el monstruo seguía en su casa, nada
de lo que intentó funcionó, hasta que probó con las telas de
araña.
Las telas de araña no fueron su primera elección; las probó por
desesperación cuando no tuvo éxito con otras técnicas. María
cubrió sus ojos con las telas de araña; luego se taponó los oídos
con telas de araña. Se envolvió el corazón con telas de araña y
envolvió las telas de araña alrededor de su mente. Le cambiaron
sus ojos así que aunque miraba no veía. Le cambiaron sus oídos
así que oían pero no escuchaban y su mente, así que pensaba
pero no entendía. Las telas de araña le permitían contestar,
“¡No!” cuando la gente le preguntaba, “¿No te asusta vivir con
un monstruo?" Las telas de araña le permitían refutar, “¿Por qué
me asustaría si es un monstruo muy bueno?”
Las amigas de María le decían. “Escuché al monstruo
gruñéndote y pegándote,” y María replicaba, “¡Oh, no! el
monstruo nunca me ha pegado. De eso yo no me acuerdo.”
Su prima decía, “Escuché que lloraste hasta quedarte dormida,”
y Amy contestaba, “Debes haberle equivocado. No recuerdo
haber llorado hasta quedarme dormida."
Un día, unas amigas la visitaron cuando el monstruo estaba de
muy mal humor. El monstruo rompió sus libros de la escuela y
su tarea. Dijo cosas muy malas y crueles y la lastimó de otras
formas también. Las amigas de Amy estaban sorprendidas v
asustadas. “¿No estás enojada con este monstruo?” una amiga
le preguntó suavemente. “¿Cómo se atreve a tratarte de esta
manera?” dijo otra amiga en voz alta.
Como las telas de araña ceñían sus sentimientos tan
apretadamente, María contestó cortésmente. “Oh, no, es un
monstruo muy bueno. No fue tan malo."
Cuando María fue al colegio al día siguiente, la profesora notó
que su tarea estaba rota y que su maletín de libros estaba
destrozado. También había señales de que el monstruo la había
estado atacando otra vez. La profesora estaba muy preocupada
y se sentó cerca a María y le preguntó, “¿Qué es lo que te está
pasando? háblame del monstruo. ¿Cómo.es vivir con un
monstruo?”.
María sonrió dulcemente y replicó, “Yo amo al monstruo y
nunca me lastima de ninguna manera.”
Ahora, quienes amaban a María se sentían cada vez más
afligidos/as y asustados/as por ella. Aunque ella seguía
manteniendo que el monstruo era bueno, las señales de que no
lo era eran bastante claras para quienes tenían telas de araña en
sus ojos y en su mente. Aquellos/as que amaban a María
armaron un plan. Entraron quedamente a su casa y ocultaron
una cámara de video. Se aseguraron de que la cámara pudiese
grabar la forma en que el monstruo la trataba. Sus amigas
sacaron luego la cinta y la llevaron a su escuela. Entonces, la
profesora, la consejera y las amigas de María la sentaron en un
cuarto con una pantalla grande y comenzaron a mostrarle la
cinta que habían filmado del monstro. María vio al monstruo
siendo muy malo y cruel con ella en la cinta. La profesora le
preguntó, “¿Cómo está actuando ese monstruo?”
La gente en el cuarto no se sorprendió cuando María siguió
sosteniendo la misma idea, “Está actuando bien. Es un
monstruo muy bueno.” Ante eso, la profesora anunció. “Es hora
de quitar todas las telas de araña de tu mente y de tus ojos y de
tus oídos. Si no se hubiese dejado que las lelas de araña
estuvieran colgando en tu casa, nunca le habrías enredado en
ellas.”
Ante la idea de perder la protección de las telas de araña, María
comenzó a llorar. “No te lleves mis telas de araña; ellas me
quitan mi dolor."
Más la profesora estaba al tanto. “Estas lelas de araña le están
manteniendo en peligro,” declaró. “Tenemos que destruirlas
para que encuentres una forma de librarte de tu dolor en lugar
tic esconderlo.” Dicho esto, la profesora comenzó a quitar las
telas de araña de los ojos de María. Luego quitó las telas de
araña de sus oídos, de su corazón, de su mente y de sus
sentimientos. Al principio fue difícil, las telas de araña realmente
no querían desprenderse. Se habían enredado en muchas
formas y en todas partes. Mas la profesora estaba decidida y
siguió quitando y quitando y una a una las telas de araña se
soltaron y la dejaron libre.
La profesora entonces volvió a mostrar la cinta del monstruo,
hablándole a María mientras ella veía. “Verás, este monstruo es
muy cruel contigo y tú no mereces que alguien te trate así.
Ninguna niña merece ser tratada así. Ahora que tus ojos no
tienen telas de araña, mira y entiende. Escucha las palabras del
monstruo con oídos que pueden escuchar y usa tu mente para
pensar en cómo alejarte del monstruo, así no vas a tener que
ocultar tus sentimientos.”
Conforme María observaba la cinta con ojos nuevos y una
comprensión diferente, los sentimientos que habían estado
enterrados dentro de ella por mucho tiempo comenzaron a
resurgir con fuerza e intensidad. Sintió enojo y una sensación de
poder y entendió que no merecía ser tratada de esta forma por
nadie, especialmente por alguien que viviera en su casa. Cuanto
más veía, más crecía su enojo, hasta que encontró formas de
hablar de las cosas que habían pasado mientras vivía con el
monstruo. María comenzó a ver todas las escenas en su mente
que le habían causado tanto dolor y puso estas escenas en
palabras. No había hablado de su dolor por tanto tiempo que
habló y habló y contó y contó. Y mientras contaba notó que su
dolor se hacía menor. Fue entonces, sin todas las telas de araña,
que pudo ayudar a quienes la rodeaban a asegurarse de que el
monstruo nunca más la lastimara.
Una noche, después de que el monstruo se hubo ido y ella se
sintiera segura, María se sentó en su cama y pensó en lo que
había aprendido. Había aprendido de monstruos y de contar.
Aprendió que sus amigas y su profesora pudieron ayudarla aún
cuantío ella no sabía que necesitaba ayuda. Y por sobre lodo,
aprendió que las telas de araña no se deshacen del dolor, sólo
lo amarran en un fuerte nudo. 13 (Nancy Davis, 1996)
13
El/Los problema/s que aborda: Niños/as que viven con la persona que les
agrede pero que niegan haber sido agredidos/as como una forma de
protegerse de sus sentimientos. Niños/as adoptados/as que han sido
separados del padre o la madre debido a la brutal agresión sexual o física pero
que siguen negando el impacto de esta agresión en su comportamiento.
Mensaje: Puede hallar una forma de “soltar" las distorsiones en su
funcionamiento que le impiden protegerse. Símbolos: Telas de araña:
distorsiones en cualquier sentido o en los sistemas de pensamientos y
creencias. El monstruo: cualquier agresor/a - puede ser el padre o la madre,
un/a hermano/a, quien le cuida, un/a pariente. Quitar las telas de araña:
cualquier técnica que aclara las distorsiones. Ver las escenas en su mente y
ponerlas en palabras: el desafío de trasladar el trauma del lado derecho al
lado izquierdo del cerebro y narrar el trauma. Los elementos del cuento que
se puede cambiar: El sexo del/de la niño/a; al monstruo se le puede dar un
sexo en lugar de que sea “eso”; los tipos de cosas que el monstruo le hace
al/a la niño/a; si quien escucha es un/a adulto/a entonces cambie el cuento
para que se adecúe más a su vida.
14. Disgustos en el cole.
(Para Niños/as de 8 a 12 años y adolescentes de 12 a 14 años de
edad)
Los rayos de sol entraban a la clase por la ventana, dándole
calor. Corrían alegremente asomándose a casi todos los
rincones de la sala. Saltaban de un mueble a otro y festejaban
con el danzante polvo de tiza junto a la pizarra. No llegaban, sin
embargo, al sitio en el que estaba sentada. Había ocupado la
última silla. No recuerdo qué clase era. Apretaba nerviosamente
el bolígrafo en mi pequeña mano, cuya tinta azul se paseaba
tímidamente por la hoja del cuaderno creando diferentes
formas – pero estaba claro que no eran letras ni números.
No entiendo por qué mis amigas han dejado de jugar
conmigo y dicen cosas tan desagradables sobre mí. Yo
siempre fui amable con ellas. – pensé.
No me preocupaba eso hasta el momento en que Amanda,
con la que me encontraba siempre después del colegio, me
dijo que ya no quiere jugar conmigo, puesto que debido a mi
comportamiento, papá se marchó de casa. Sabía, que eso
no era verdad, y, sin embargo, daba vueltas sobre ello esta
mañana. Un minuto después la voz de la profesora me sacó de
mis pensamientos diciendo: Queridos niños, como resumen
de nuestro tema su tarea será crear un Código del alumno
del buen compañero. Los dividiré en grupos, en los que van a
trabajar.
Todos los niños con alegría y ganas se pusieron manos a la obra.
Cada uno de ellos tenía millones de ideas para la creación del
nuevo código. Yo, sin embargo, no lo entendía, para qué crear
un código con reglas de cómo es un buen compañero, si de
todas formas a nadie le caigo bien. Estaba sentada poniendo
malas caras y hacía comentarios malévolos sobre las ideas de
los demás. No pienso escribirlo, que lo hagan otros. – pensé.
Solamente esperaba a que se acabara la clase y así poder salir
del aula. Las niñas de mi grupo habían escrito ya casi todo el
código, pero a mí no me interesaba en absoluto. No quería
hablar con ellas, porque no me caían bien.
Valeria, ¿Por qué no estás trabajando con tus compañeras?-
preguntó la maestra… porque ellas no me dejan. – tartamudee
entre dientes. – ¡No voy a escribir con ellas este código!
La maestra negó con la cabeza y añadió enfadada: No sé qué
está pasando contigo últimamente Valeria. No trabajas con tus
compañeros en clase, no hablas con nadie y a menudo estás
triste. Creo que tengo hablar con tus padres.
No tiene usted que hablar con mis padres. No pasa nada, sólo
que a veces me duele la barriga, pero mamá me da una medicina
para eso. – añadí de manera algo más amable.
La maestra me miró sospechosamente por encima de sus
gafas, como si no se creyera mi mentira, por lo que dije: Papá
está muy atareado por trabajo y se fue, por motivos de trabajo,
al extranjero, y a mamá le duele a menudo la cabeza después
del trabajo y no hay necesidad de preocuparla.
Todo va bien. – anuncié sonriente.
Giré la cabeza al otro lado porque de repente mis ojos se
llenaron de lágrimas, pero aguante sin llorar hasta final de la
clase. Cuando sonó la campana para anunciar el final de la clase
sentí un gran alivio. Por fin puedo irme a casa. Con prisa recogí
mis libros y lapiceros, y los metí en mi mochila. Cuando salí
Amanda, que estaba al lado de la puerta, se me acercó.
¿Valeria, qué hiciste que tu papá te dejó de querer? – me
pregunto. ¡Nada! Mi papá me sigue queriendo y no sé por qué
estás contando tonterías – no quería escuchar tapé mis orejas y
empecé a cantar – ¡lalalalalalala!
Ella sin embargo, no se alejó e ignorando el hecho de que yo
tapaba fuertemente mis orejas continuó: Pero si tú misma has
contado que ya no vive con ustedes y que solo a veces les hace
visitas como mi tía Juanita. Seguramente te has comportado
muy mal. No me extraña que ahora nadie quiera jugar contigo.
se río a carcajadas mientras dio la vuelta y se dirigió hacia
la puerta grande de la salida del cole. Destapé mis orejas y grite
tan fuerte que me pareció que se oía por toda la escuela: ¡Eres
tonta!
Amanda giró hacia mí y me miró sorprendida. Corrí hacia
ella y agarré con fuerza su mochila, para que finalmente se
cayera.
¡Lo tienes merecido! ¡Siempre supe que eras una lloricona!
– añadí viendo que Amanda estaba a punto de llorar.
Tenía la esperanza de que me sentiría mejor después de
descargar toda mi frustración, mi rabia y mi tristeza sobre mi
compañera, pero me equivoqué. Me sentí todavía más triste.
Pensé: - Pero si Amanda hasta hace poco era mi mejor amiga.
¿Por qué ahora nos peleamos tanto? Di media vuelta y cuando
ya nadie estaba a mi lado, unas pequeñas lágrimas
aparecieron en mis ojos. Cuando iba andando por la calle el sol
brillaba mandando sus rayos calentitos, pero eso no me ayudó
a mejorar mi malestar. Así otra vez más volvía del colegio triste
y llorando silenciosamente para que no me viera nadie. Mientras
andaba, vi a Albertito. Su compañía pronto me quitará mi
malestar – pensé. Sequé mis mejillas llenas de lágrimas y me
acerqué hacia mi amigo. ¡Hola Albertito! – grité con toda la
alegría que era capaz de expresar en ese momento. ¡Valeria! Me
alegro de verte – dijo mandándome una amplia sonrisa
mientras movía sus grandes orejas. Para qué necesito otros
compañeros si tengo un amigo tan maravilloso como Albertito.
– pensé.
¿Me acompañas hacia mi casa?
¡Claro que sí! ¿Pero Valeria qué te pasa? Se nota que has llorado
hace poco.
Estaba claro que Albertito era un elefantito demasiado listo
como para ocultarle algo. Verás -suspiré fuertemente- mis
compañeras no quieren jugar conmigo y encima me peleé con
Amanda. Dicen que mi papá se marchó de casa por mi culpa y
que no quieren pasar tiempo con alguien como yo. ¿Tú también
piensas así? ¡Valeria, tonta! ¿Cómo puedes pensar así? Pero si tú
sabes perfectamente que no es culpa tuya. Yo te adoro más que
nadie y nada podrá cambiar eso, mientras lo decía, estiró su
larga trompa para atraerme hacia él y envolverme con sus
orejas, como tenía costumbre. Le adoro porque siempre es
atento y también, porque sabe cómo ponerme de buen humor
rápidamente.
Me despedí de mi amigo y entré a casa, corrí hacia mamá y la
abracé muy fuerte. No le dije nada sobre mis penas, tal vez,
porque en ese momento no pensé en lo que me preocupaba
antes de mi encuentro con Albertito. Fui a mi habitación para
hacer los deberes que mandó la maestra y me recordé que no
había terminado de escribir el código del alumno, entonces otra
vez sentí pena y tristeza por no tener amigos. Me sentí mal,
pero, en ese preciso momento sentí un fresco olor a flores y oí
el agradable y suave aleteo de unas alas de mariposa. Ese era mi
amigo Timoteo que vino a verme. Él siempre sabía cuándo le
necesitaba… Bienvenido Timoteo. Buenas tardes Valeria. ¿Por
qué veo esa carita tan triste? Ya te he dicho en varias ocasiones
que una osita tan hermosa como una flor no debería
preocuparse por nada. – intentaba consolarme Timoteo.
No sé qué hacer. Mis compañeros del cole se ríen de mí y me
fastidian desde que papá no vive con nosotras. Dicen que fue
por mi culpa y por eso ya no les caigo bien. Y la maestra también
dice que me comporto muy mal. – le dije desamparada.
Querida Valeria, eres una niña que sabe mucho y comprende
que todo lo que dicen esos niños no es verdad. – Sonrió y añadió
con tranquilidad – ¿Y la maestra me parece que tiene la razón,
verdad mi pequeño osito? – me miró Timoteo. No quiero que me
molesten – dije con firmeza y sentí rencor hacia mis compañeros
del cole – Creo que en realidad me comporté como una
niña traviesa. – cuando dije estas palabras sentí que eran
verdaderas.
Tiene que ser difícil vivir sin papá y sin amigas…yo me sentiría
solo…pero si estuviera en tu lugar intentaría hablar con tus
amigas y pediría disculpas a Amanda por tus hechos
malvados. Tienes que explicar cómo te duelen sus comentarios
sobre tu familia y, sobre todo sobre tu persona. Invita a esas
niñas a casa para comer galletas, o propón una salida al
parque con tu papá para tomar helados e ir a los columpios.
Las niñas entonces, verán que tu papá te quiere mucho y que tú
eres su querida hijita. Comprenderán que no tienen ninguna
razón para alejarse de ti porque tú, al igual que antes, eres una
niña agradable y muy atenta. Pero intenta dejar esos
comportamientos malévolos y no molestes a otros niños. –
añadió con su cara seria Timoteo moviendo su dedo hacia mí –
explica bien a tus compañeros – siguió – que desde que tus
padres se separaron ya no discuten tanto y te dedican más
tiempo. Diles que también necesitas una amiga para compartir
tus preocupaciones – me sonrió con tanta comprensión que
sentí alivio – tienes que recordar Valeria que tus compañeras no
tienen ni idea lo que significa un divorcio de los padres y
tampoco que esto no es culpa de los niños.
Tengo miedo Timoteo, que Amanda y otras niñas no me
comprendan – dije triste. Pero si no lo intentas nunca sabrás que
ocurriría – Timoteo movió la cabeza como un viejo sabio. Sigue
mi consejo y verás cómo tu situación en el cole mejorará. Pero
tienes que recordar que nunca estás sola. Sin embargo, tienes
unos maravillosos padres que te quieren con todo su corazón,
también a Albertito y a mí. Gracias. Tú siempre sabes cómo
ayudarme. – dije alegremente.
Timoteo, con orgullo, se puso sus lentes y su sombrero y se
despidió de mí, acto seguido, se fue aleteando con suavidad sus
maravillosas alas llenas de colores. Ese día me acosté en mi
camita muy cansada, pero dentro de ella me siento tan bien y
tan segura. Me envolví en mi suave mantita como una pelusa y
me dejé llevar hacia un mundo de fantasía. Soñaba solo sobre
cosas agradables y por la mañana me desperté feliz y
descansada.
En el colegio hablé con Amanda y otras compañeras y las
invité a jugar juntas el sábado próximo. Me sorprendió que las
niñas me dijeran que sí y luego me preguntaron qué es
exactamente un divorcio entre los padres. Yo se los expliqué lo
mejor que pude. Amanda me pidió disculpas por su
comportamiento y siguió como mi compañera hasta final del
curso. Yo también pedí disculpas a todas las compañeras
con quienes me había portado mal y también a mi maestra por
mi mal comportamiento en la clase. Y una vez, los consejos de
Timoteo habían funcionado.14 (Lewicka-Zelent, Agnieszka. 2015)
14
El/Los problema/s que aborda: cuando el niño/a se porta mal en el colegio
por el divorcio de sus padres. Los elementos del cuento que se puede
cambiar: el nombre de la niña y el amiguito. Mensaje: aunque los padres de
un niño/a se estén divorciando siempre habrá gente que la quiera y la
entienda, los padres no dejan de querer a sus hijos aunque se estén
divorciando.
15. Cuando los padres siempre discuten.
(Niños/as de 5 a 12 años y adolescentes de 12 años a 16 años de
edad)
Llegó el otoño. El verde de los árboles y la hierba dejaba
paso a otros colores, transformando un paisaje monótono
en una obra de arte como de un pintor. Me gustaba esta
época del año porque salía con mis padres a pasear por un
cercano camino donde crecían lindos robles. De cada paseo
traía diferentes tesoros, que luego me recordaban todos los
momentos alegres. A veces, traía un ramo de hojas coloridas y
en otras algunas semillas de árboles.
Como una osita panda pequeña (acabo de cumplir 6 años)
sentía que algo estaba cambiando en mi familia. Mis padres
cada vez tenían menos tiempo para mí. Los paseos en familia
muy a menudo se convertían en paseos solo con mamá y
mientras andábamos yo le contaba como pasé el día con todo
detalle. Justo ahora empecé a ir al cole, para mí era un nuevo
reto – nuevos amigos, nuevas cosas que aprender. Por
desgracia mi mamá respondía a mis preguntas con pocas
ganas, a menudo se limitaba a asentir con la cabeza mirando
al vacío. Papá cada vez volvía más tarde a casa. Eso lo
comprendía, como era un excelente médico le necesitaban en
el hospital, pero yo echaba de menos esas tardes que
pasábamos juntos sin hacer nada.
Ese día cuando volvimos a casa con mi mami, empezamos a
preparar mi mochila para el día siguiente del cole. Entonces nos
dimos cuenta de que no cerré bien el frasco de pintura rosa y se
me manchó mi mandil. Me sentí avergonzada. Sentí tristeza y
mis ojos se llenaron de lágrimas.
Escarlet, cariño, no te preocupes. Déjame el mandil y yo lo lavo
rápido y mañana antes de que te levantes estará seco. – dijo
mamá con voz tranquila.
Ni siquiera me di cuenta cuando papá entró en la habitación.
¡Escarlet, otra vez no has cerrado bien las pinturas! – Dijo
enfadado - ¿Cuántas veces tengo que repetírtelo? ¡Todo lo haces
mal! – gritó.
¡Pero Zenón! ¡Qué está pasando! – gritó mamá. ¡Esto le puede
pasar a cualquiera y no puede ser un motivo para que le grites
a Escarlet! – dijo mirándome.
Tú siempre la consientes en todo. De esta manera nunca
aprenderá nada. Debería ir mañana al cole con el mandil
manchado, así aprendería algo, contestó enfadado.
Ya no oí, lo que contesto mamá. Tenía la sensación de quedarme
sorda. Deje de sentir la vergüenza que me invadió al principio.
Solo sentía que mis lágrimas, como unos arroyos corrían por mis
mejillas. ¡Ya estaba harta! Esa no era la primera vez.
Últimamente muchas de las conversaciones de mis padres
terminaban de esta misma manera. Quería hacer algo, gritarles
que no lo aguanto más. El enfado se mezclaba con la rabia.
¡No sabía cómo ayudarles! Me sentí tan impotente. Tenía
tantas ganas de decirles algo: Paren... dije en susurro, pero
nadie me oyó – Paren... dije con un poco más de
firmeza…pero nada – ¡Paren! – grité con toda la fuerza que
tenía en la garganta y salí corriendo de la habitación.
Corrí tan rápido como me permitían mis piernas para escaparme
de mis padres. No podía aguantar más, ese ambiente en mí
casa y tampoco podía comprender por qué mis padres de
repente no pueden entenderse. Mientras estaba pensando
vi a lo lejos unas alas de color azul. Enseguida entendí que
era mi amigo Timoteo que como siempre viene a ayudarme
cuando estoy triste. Hola Escarlet. – empezó Andrés. Sabes qué,
como tu amigo siempre te observo, a ti y a tu familia. Y desde
hace unos meses, lo que veo con mis gafas empieza a
preocuparme. Tus padres cada vez discuten más delante de ti.
Eso me preocupa. ¿Cómo te sientes con esto? Andrés, tengo
mucho miedo, qué va ser de mí. Pienso mucho en eso, pero en
mi cabeza en vez de respuestas encuentro cada vez más
preguntas. ¿Y si ya no me quieren? ¿Cómo puedo ayudarles?-
solté sin coger aire.
A ver, no sé cómo será tu familia en el futuro, pero tienes que
saber que todo lo que está pasando entre los adultos no
cambia en absoluto sus sentimientos hacia ti – siguen
queriéndote mucho. – dijo poniendo énfasis en cada palabra.
A veces, ocurre que los padres no se ponen de acuerdo y
entonces discuten, pero eso no es tu culpa y tampoco tú les
puedes ayudar. En algunas cosas, ellos mismos tienen que
encontrar las soluciones. En vez de ponerte nerviosa y llorar por
esa situación que no puedes cambiar, te puedes comportar de
otra manera. ¿Qué piensas, qué podrías hacer en esta situación?
– preguntó mirándome con atención. Creo, que mientras ellos
discuten yo podría ir a mi habitación, o salir al jardín, dejándoles
espacio para que hablen y solucionen sus problemas. – propuse
tímidamente. – Creo que, también podría intentar ponerme
menos nerviosa en estas situaciones. – contesté poco
convencida.
Estoy muy orgulloso de ti, Escarlet. Tus ideas son muy buenas y
muy maduras. No te puedo prometer que la situación en tu casa
no te entristecerá, pero te puedo confirmar que tus propuestas
dan a tus padres la oportunidad de hablar entre ellos, y a ti, el
tiempo para tranquilizarte – explicó. Merece la pena intentarlo.
Ahora estoy más tranquilo por ti… Entonces decidí volver a casa
para ver si mis padres habían hecho las paces. Tampoco quería
que se preocupasen por mí.
Cuando entré, en la casa reinaba el silencio. Encontré a mamá
en la cocina, que era el sitio preferido de cada uno de nuestra
familia. Lo asociaba con un ambiente de familia, me traía
recuerdos de cuando comíamos juntos y esas interminables
conversaciones. Siempre me ha gustado estar en la cocina, por
los olores de la comida y los queques que prepara mi mamá.
Hablé un ratito con mamá que me explicó que papá tenía que
volver al hospital por una urgencia. Como una sorpresa para
papá propuse que preparemos unas galletitas de chocolate, sus
preferidas. Lo hice también, para distraer a mamá porque
sus ojos parecían muy tristes. Sinceramente no me esperaba
disfrutar tanto haciendo las galletas juntas. Yo inventaba
diferentes formas para nuestras galletas y me imaginaba su rico
sabor y la alegría de papá cuando vuelva del trabajo. Mamá me
sonreía pero sus ojos seguían tristes. Cuando metimos las
galletas al horno, mamá dijo que quería contarme algo. Me
sorprendí pero también sentí inquietud. Mamá no sabía bien
cómo contármelo, así que le pregunté: ¿Mamá, ha pasado algo?
Escarlet, papá vuelve a casa por la noche, muy tarde, por eso
quería hablar contigo. – dijo con una voz tranquila – Creo que
ya eres una niña mayor y sobre todo que ya sabes mucho,
por eso me parece que vas a entender – hizo una pausa y me
miró con tristeza. Sabes que papá y yo siempre te vamos a
querer mucho. Como te has dado cuenta, últimamente tenemos
algunos problemas. A menudo discutimos o no nos hablamos…
– trajo tres moldes de galletas que estaban en la mesa – Papá y
yo somos como estos moldes estamos juntos uno al lado del
otro. Por desgracia, a veces nosotros, los mayores dejamos de
entendernos y querernos y entonces, seguimos como amigos.
Continuamos pasando tiempo juntos, hablando, intentamos
comprendernos y confiar el uno en el otro. La amistad tiene
muchísimo valor en la vida, Escarlet. Ahora mismo tu papá y yo
estamos en una situación parecida a esta. – Mamá alejó los
moldes.
Me di cuenta que mamá iba a decir algo más, entonces, con un
movimiento brusco tiré con la mano los moldes que colocó ella
y me fui corriendo a mi habitación. Es cierto que a Timoteo, le
prometí que me iba a comportar de diferente manera, sin
ponerme nerviosa, pero cómo, después de todo lo que me
contó mamá. A menos que no sé comportarme como una niña
mayor. – estaba pensando todo el rato.
Mamá sin saber cómo reaccionar en esta situación corrió detrás
de mí. Pero cerré de golpe la puerta de mi habitación para
impedir que entrase. Hundí mi cara en la almohada y empecé a
llorar. Mamá no sabía qué hacer, unos minutos más tarde
vinieron mis padres. Se sentaron encima de mi cama, muy
cerquita de mí. Primera habló mamá: Escarlet, el amor entre tu
padre y yo ha desaparecido, por eso tantas veces hablamos
entre nosotros con falta de cariño. Esta situación pone triste
a todos. Ahora estamos intentando ponernos de acuerdo y
arreglar nuestros asuntos de tal manera para mejorar el
ambiente de la casa, pero eso necesita el tiempo. Muchas
veces, muy enfadados decimos el uno al otro algunas cosas
feas, inconscientes de que hacemos daño al otro y sé que a ti
también. Decimos esas cosas pero eso no quiere decir que lo
estamos pensando. Está claro, que a nuestra familia le esperan
grandes cambios pero una cosa no cambiará nunca, nuestro
amor hacia ti – te queremos mucho – y vamos a intentar
arreglar las cosas de alguna manera posible para que no te
preocupes tanto. Mamá se acercó a mí y me abrazó muy fuerte.
Hijita, – dijo papá – como ha dicho mamá, vamos a seguir
pasando mucho tiempo juntos.
Vamos a seguir paseando, tomando helado, seguiré
recogiéndote del cole e intentaré estar siempre a tu lado
cuando me necesites. Y recuerda lo más importante: Mamá y
yo siempre te amaremos y esto no cambiará nunca. Añadió
abrazándome muy fuerte por otro lado.
Paso un rato largo pero nosotros seguimos abrazándonos. No
sabía bien qué pensar sobre todo esto, entonces decidí pensar
solo en tres cosas: no estoy sola, mis padres me aman y en esta
situación nueva encontrarán una solución buena para todos.15
(Lewicka-Zelent, Agnieszka. 2015)
15
El/Los problema/s que aborda: cuando un niño/a ve a sus padres pelear
y se confunde Mensaje: todo tiene solución al final, y los problemas de los
padres solo lo pueden resolver ellos, los niños/as no tienen ninguna
responsabilidad sobre esos problemas. Los elementos del cuento que se
puede cambiar: el nombre de la niña, su sexo y edad.
16. Paula se entera de que sus padres decidieron divorciarse.
(Niños/as de 5 a 12 años y adolescentes de 12 años a 16 años de
edad)
El principio de este mes de otoño era especialmente bonito
y bueno. Cuando me desperté aquel día, sobre el cual te quiero
hablar, el azul del cielo no estaba cubierto por ninguna nube. El
sol calentaba vagamente, sus rayos hacían brillar las gotas del
rocío en las otoñales flores de nuestro jardín. El viento cálido
arrojaba sobre la hierba las primeras hojas doradas del
castaño que, cayendo, bailaban con hermosura en el viento.
Enfrente de la casa, el jardín estaba incendiado por los
colores: rojo, amarillo, verde, naranja y el viento acuñaba con
suavidad las ramas de los árboles frutales. Detrás del viejo roble
se halla un camino hacia una pequeña casita de madera de color
amarillo. Era muy humilde, pero tenía su encanto. Precisamente
en esta pequeña y acogedora casita vivía mi familia –
desgraciadamente ya no completa…
Mis padres llevaban una vida tranquila y yo era feliz, me sentía
querida. Me gustaba mirar cuando mi madre abrazaba a mi
padre, como se reían y hablaban con ternura. Siempre hacían
todo junto. Me encantaba cuando mi padre obsequiaba a mi
madre con flores y regalos.
Todas las mañanas nos sentábamos a desayunar juntos después
de lo cual papá abrazaba y besaba a mamá… a mí, me
acariciaba la oreja y decía – Paula pórtate bien, estudia mucho y
haz caso a mamá. A menudo íbamos al parque y después nos
tomábamos helados de frutilla, nuestros preferidos.
Lo que más me gustaba era pasar tiempo en mi habitación
que era muy grande y luminosa, dominada por el color rosa
pálido. La ventana estaba invadida por los rayos del sol, los
cuales, al reflejarse en los diamantes de la pantalla de la
lámpara, iluminaban miles de colores en las paredes en un
movimiento parecido al baile. En el suelo se extendía una
enorme alfombra tan mullida que parecía un papá oso
durmiendo la siesta.
En este precioso día de otoño no había señales de que dentro
de poco pasaría algo malo. Como siempre, mi mamá vino a
recogerme al colegio, pero esta vez estaba muy nerviosa y
con la cara de haber llorado y me dijo - ¡Paula, ve rápido a
cambiarte los zapatos que nos vamos!
¿Mamá, que ha pasado? ¿Por qué lloras? – pregunté preocupada.
Cariño, simplemente me duele la cabeza – enseguida respondió
mi madre. ¿Entonces por qué estás tan triste? ¡Paula, deja de
hacerme preguntas y entra rápido al auto!- respondió nerviosa.
No entendía nada, pero presentía que había pasado algo
horrible. Me sentía aterrada. Durante todo el camino hacia
casa estaba observando a mi madre, ella de vez en cuando se
sorbía los mocos, pero no estaba resfriada. Estaba llorando.
Quise consolarla de alguna manera entonces, le pregunté si le
podía contar cómo me ha ido hoy en el cole. Me contestó
nerviosa que mientras conducía no debía molestarla. Eso me
preocupo aún más. No entendía nada de lo que estaba
pasando, pero si todos los días mi mamá me preguntaba por
el cole. Solía hacerme preguntas: ¿Con quién has jugado? ¿Qué
has hecho hoy? ¿Han salido con la clase a pasear? ¿Comieron
algo? ¿Tienes alguna nueva tarea?
Salí del auto muy triste y, sin entender lo que estaba ocurriendo
me fui directa a mi cuarto. Mamá se quedó en la cocina y se puso
a cocinar. Me sentía incapaz de hacer cualquier cosa, ni siquiera
estudiar o jugar. Tumbada en la cama miraba por la ventana.
Pasó un rato y se escuchó el ruido del motor del auto de papá.
Cogí los dibujos que hice en el colegio y salí corriendo de la
habitación para poder enseñárselos a mis padres. Pero cuando
me asomé a la escalera, me di cuenta de que mis padres
estaban discutiendo. Me sentí invadida por la tristeza. No me
gusta nada cuando mis padres se gritan. Muy nerviosa bajé
rápidamente las escaleras y empecé a enseñarles mis dibujos,
con la intención de que cambiasen de tema.
Papá muy nervioso me gritó - ¡Muy bonitos los dibujos, pero
no es el momento!, ¡Estoy hablando con tu madre!, Tú no estás
hablando – dije tímidamente en voz baja pero después con más
fuerza añadí: ¡Estás discutiendo! ¡Siempre están discutiendo, ya
no me quieren! Me tapé los oídos y empecé a llorar. A pesar de
los oídos tapados escuche la voz de mamá que me decía: Paula,
cariño, claro que te querremos y siempre te vamos a querer.
Quite las manos de las orejas y pregunté enfadada: ¿Qué
significa el divorcio? ¿Dónde has oído esta palabra?- me
pregunto papá todavía muy nervioso. Tú has dicho que querías
el divorcio, lo he oído todo.
Te lo explico luego pero ahora quiero terminar de hablar con
mamá. Vete a jugar al jardín. No reconocía a mi papá. Era tan
frío y distante. Salí de casa y me senté en las escaleras.
Estaba muy triste y no me sentía querida. Hasta nuestro
precioso jardín pintado de otoño ya no me parecía gran cosa.
Mis ojos se llenaron de lágrimas… Y entonces pensé en
Osvaldo, él siempre sabía que hacer frente a un problema. Entré
en el jardín, por donde estaba paseando mi sabio amigo.
Cuando le vi, me acerqué corriendo hacia él y le dije con una voz
muy triste: Osvaldo, querido amigo, ha pasado algo terrible. -
casi no pude aguantar las lágrimas.
Paula, ¿Qué ha pasado? – preguntó. Yo…, yo… – no pude decir
ni una palabra- no entiendo nada… Mi mamá estaba llorando.
No sé si le dolía la tripa, pero creo que no, porque hasta
cuándo se encuentra mal siempre está cariñosa y habla
conmigo. Pero hoy no quiso hablar conmigo, solo estaba
llorando. Papá tuvo una discusión muy fuerte con ella y habló de
algún divorcio. ¿Por qué nada es tan fácil como antes? – Se lo
conté todo muy rápido, sin pausa - ¡Me siento muy mal por todo
esto, no quiero que sea así! - grité - Cuando estoy sola con mamá
o con papá todo es tan bonito, pero cuando estamos todos
juntos cambia todo, mis padres discuten o no se hablan.
Osvaldo me escuchó con atención y cuando terminé dijo muy
seriamente: Verás Paula, tus padres a pesar de que discuten
entre ellos, te quieren muchísimo. Hasta cuando están tristes o
preocupados, también te quieren mucho. No lo olvides.
Osvaldo, ¿Por qué los padres de mi amiga Inés no discuten
nunca, y los míos discuten cada vez más? Tal vez sus padres se
llevan mejor por tener más cosas en común. - respondió Paula
muy pensativa. ¿Y qué significa un divorcio? – pregunté. Es una
pregunta muy difícil Paula. Un divorcio significa, que tus padres
han decidido dejar de vivir juntos, porque ya no se llevan bien,
pero eso no significa que no puedan tener una relación
amistosa.
Me quedé de piedra. No era capaz de decir ni una sola palabra.
Lo único que pensé era: ¿Cómo qué vamos a vivir separados?
¿Quién? ¿Cuándo? Y no sé cuánto tiempo me quede así, al final
pregunté: ¿Osvaldo, se divorciaran también de mí? No Paula, de
ti no se divorciaran nunca, tus padres te quieren demasiado. El
padre que se muda de casa, normalmente viene de visita para
poder pasar tiempo con sus hijos.
No pude hacer nada con todo lo que sentía. Estaba triste,
aterrorizada y enfadada. Las lágrimas se me caían como ríos.
Entonces, oí como me llamaba mi mamá. ¡Ya voy mamá! – grité.
Ve Paula y pide a tus papás que te lo expliquen todo - dijo
Osvaldo.
Entré en casa muy triste y con la cabeza agachada. ¿Paula, qué
pasa? – pregunto mi mamá cuando me vio.
Ven aquí y hablamos. Siéntate sobre mis rodillas – dijo papá
y cuando me senté, me abrazó tan fuerte, como si quisiera
decirme con esto, que soy su mayor tesoro.
Paula – dijo papá – hemos decidido juntos con mamá, que
nos vamos a separar y que viviremos en casas distintas. Yo
me mudaré a una casa cerca de aquí y cuando quieras podrás
visitarme. Y los fines de semana, como siempre, te voy a llevar a
tomar tus helados favoritos. - Sonrío tristemente, y sus ojos se
llenaron de lágrimas - También, de vez en cuando, te recogeré
del colegio, acordándolo antes con mamá. Todas las fiestas
las pasaremos juntos, te lo prometo Paula - papá volvió a
abrazarme con mucha fuerza y me besó tiernamente.
¿Papi, pero por qué te tienes que ir? ¡Yo no quiero! ¡No quiero!-
todo mi mundo se cayó de golpe. Paula, te prometo que
siempre estaré contigo, cuando me necesites ¿Me oyes hijita?
Ahora todos estaban llorando. Mami, ven aquí y abrázame – le
pedí entre lágrimas. Mi querida Paula, será tal y como lo dice
papá. No te preocupes tanto. Todo irá bien. Ya no digas más,
solo abrázame.- otra vez le pedí.16 (Lewicka-Zelent, Agnieszka.
2015)
16
El/Los problema/s que aborda: la confusión de los niños/as cuando sus
padres se están por divorciar. Mensaje: los padres aunque se divorcien, no
dejan de querer a los hijos. Los elementos del cuento que se puede cambiar:
el sexo y el nombre de la niña.
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