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EJE

III:
ESTRATEGIAS DE ENSEÑANZA
La actividad en el aula, examinada en términos globales, debe regirse por un modelo de enseñanza
no transmisivo acorde con un modelo de aprendizaje compartido que permita explorar, reconocer,
formular hipótesis, buscar información, poner en marcha procedimientos de organización de la
información, reestructurar el conocimiento mediante aproximaciones sucesivas al saber y elaborar
estrategias de almacenamiento y comunicación del conocimiento adquirido.
(Ortells i Renau, 1996:122)

Si bien los planes o estrategias para que los estudiantes aprendan han estado siempre presentes
en los procesos de enseñanza-aprendizaje, aquellos destinados a desarrollar competencias aún no
terminan de hacerse efectivos en las aulas.
Para comprobarlo, deténgase a pensar en el desarrollo de su última clase. ¿Fueron los
estudiantes el centro del proceso? ¿Interactuaron con usted y sus compañeros? ¿Pusieron en juego
operaciones cognitivas y metacognitivas variadas que les posibilitaran construir saberes de manera
integral y contextualizada? ¿Ajustó su propuesta de acuerdo con el progreso de la actividad
constructiva de sus alumnos? ¿Planificó instancias en las que ellos se apropiaran de saberes,
desarrollaran destrezas y habilidades, pusieran en juego valores, reflexionaran sobre sus actitudes
y se hicieran responsables de las decisiones tomadas?
Cabe citar a Séneca quien en: “Diálogo sobre la firmeza del sabio” expresa:
Los lugares por los que se nos llama son escarpados y peligrosos. ¿Y qué? ¿Se llega a las alturas
a pie llano?
Y ni si quiera son tan abruptos como algunos creen. Solamente la primera parte tiene rocas y
piedras y apariencia de inviable, tal como muchos caminos, que cuando se miran de lejos suelen
parecer cortados y tortuosos, porque la lejanía engaña la vista, y después, cuando uno se
aproxima, las cosas, que el error de la vista había acumulado hasta hacerles formar una sola
imagen, se destacan poco a poco; entonces lo que se les aparecía como precipicios debido a la
distancia, se transforma en ligeras pendientes.
Diseñar estrategias favorecedoras del desarrollo de competencias dista mucho de ser una tarea
escarpada y peligrosa. Tal como plantea Séneca “la lejanía engaña la vista”. Sí, requiere acercarse
a “mirar de cerca”; salir de lo conocido y colocarse los cristales de reflexión, flexibilidad y apertura.
Apertura para animarse a explorar caminos desconocidos; flexibilidad para adaptarse a las diversas
circunstancias o para reorganizar lo planeado según posibles emergentes; y reflexión para analizar
las nuevas propuestas implementadas, formarse una opinión sobre ellas y tomar decisiones sobre
lo que se considera pertinente afianzar o necesario de desacartar, según cada caso.

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La tarea es más sencilla de lo que parece. Para comenzar, vuelva sobre su última clase piense, solo
piense tomándose el tiempo necesario para cada ítem. No avance hasta haber podido construir al
menos un enunciado para cada uno delos siguientes ítems:

§ Qué se propuso que sus estudiantes lograran;


§ Un desafío, tarea o problema relacionado con el tema a trabajar que posibilite a los
estudiantes darse cuenta de que lo que aprende es útil para la vida.
§ Una o varias consignas destinadas a la recuperación de saberes previos;
§ Actividades destinadas a profundizar e incrementar esos saberes;
§ Actividades destinadas al desarrollo de habilidades.
§ Actividades concretas en las que los estudiantes pongan en juego valores.
Si traspasara ordenadamente lo que termina de pensar a un papel y lo cohesionara estaría
frente a un diseño preliminar de una propuesta didáctica destinada al desarrollo de una
competencia. No era tan difícil, ¿o sí?
Los aspectos anteriores formar parte de una estrategia destinada a desarrollar competencias.
Asimismo, existe un gran número de estrategias favorecedoras del desarrollo de competencias tales
como: juego de roles, trabajo por proyecto, análisis de casos, debates, etc. con las que tomará
contacto leyendo el texto de Frola &Velásquez con el que deberá realizar la actividad la tarea 8 o
explorando la Web.
Sin embargo, ninguno de las estrategias en sí misma desarrolla competencias. Hacen falta algo
más. El aula debe convertirse en una comunidad en la que el enseñar y el aprender conformen una
red que dé lugar a procesos de participación y acuerdo, en la que se potencien la colaboración y
cooperación entre sus miembros para resolver situaciones propias de la “realidad social” compleja
y dinámica; se aprenda del otro y con el otro; y los estudiantes y los docentes y los estudiantes entre
sí se “entreayudan”. Es decir, en un espacio propicio para un “interaprendizaje” en el que los
involucrados se propongan lograr un objetivo común, y el diálogo, la confrontación de ideas y
experiencias, la crítica, la autocrítica y la auto y coevaluación se interrelacionen sistémicamente.

¿Qué estrategia elegir?

Es imposible dar una respuesta. Cada realidad educativa es ella misma. El grupo de estudiante
con el que se trabaja, sus inquietudes, el tema y el contexto determinan la opción de una u otra.
También, influye el momento de la clase en que se hará uso de ellas: en el inicio (estrategia
preinstruccional), en el desarrollo (estrategia instruccional) o en el cierre (estrategia
postinstruccional)
Finalmente, es importante tener en cuenta que muchas veces, el empleo de una estrategia
adecuada no deviene en la competencia deseada de manera inmediata. Pero, con seguridad,
contribuirá a su desarrollo a mediano o largo plazo.
Si queremos ser docentes capaces de promover y acompañar el desarrollo de una ciudadanía
competente, detengámonos en nuestras estrategias didácticas, decidamos mejorlas cambiando el

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qué enseñamos y la manera en que nos relacionamos con los estudiantes, analicemos lo logrado y
volvamos a empezar.

Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos. La identidad no es
una pieza de museo, quietecita en la vitrina, sino la siempre asombrosa síntesis de las
contradicciones nuestras de cada día.

(Galeano, 2006: 111)

Bibliografía:

Ortells Renau, T. (1996). Lenguaje verbal y elaboración del conocimiento científico. ¿Textos? ¿Qué textos?,
122
Díaz Barriga, F. & Hernández, R. G. (2002). Estrategias docentes para un aprendizaje significativo. Santa Fe de
Bogotá: McGraw-Hill
Frola, P. & Velásquez, J. (2011). Estrategias didácticas por competencias. Diseños eficientes de intervención
pedagógica. México D.F.: Centro de Investigación Educativa y Capacitación Institucional S.C.
Galeano, E. (2006). El libro de los abrazos. México D. F.: Siglo XXI
Sánchez, M. (1995). Manual del curso Didáctica de los procesos cognitivos. Monterrey. México: Monterrey:
ITESM.

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