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WIE! ER ¢ oh siglo SP Benita Galeana: Politicas ;Qué hable la de las trenzas! “Crees que soy amiga de las feministas y nunca les he dicho lo que pienso?” Benita Galeana e ee Beers 92 aos devi ae pon Ca periaaaee tud que los carac- terizaron? Quizais todas y ninguna, 0 quizis solo dos: Benita Galeana. Y es que sélo hubo una Benita Galeana, Ja valiente, la de las trenzas. La que se contagio del mar embravecido que rodea a su tierra, Jernimo, Guerrero, y que se Fortalecié de la orfandad que vivi6 desde pequefia, Pudo haber sido 1907 cl afio en que la aunque yo dirfa que su verdadero nacimiento fue en la Gran, Ciudad, en el D.F. de los veintes y los treintas, del que y6 hablar por primera vez a los acho afios y al que se lanz6 sin saber leer y con el amor de Guadalupe su Gnica hija, Lilia, encima y como fortaleza. Pastora; acompai militante comunista; det legales de los trabajadores; pre veces por sus actividades proselitistas; amante nsora de los derechos mis de 50. centregada, nunca sumisa; madre comprometida ¥y amorosa, aunqué slo fuera por corto tiempo. a que su hija murié cuando tenia 27 anos Jenuneiante de la injusticia: la mujer mas feliz... todo eso fue Benita. Conocid a muchos hombres y tuvo cinco, maridos: el Mezcalero, el general, cl Gobernador, Manuel y Humberto; amo a algunos y quiso a la mayoria, a otros s6lo los Rodr comuni fue detenido y Benita ‘comenzé a partivipar en mitines para exigir la libertad de los presos politicos: 2 Nos fuimos al mitin. Por el camino me fueron explicando qué cosa era el Partido Comunista: por qué luchaba Manuel; por qué Io habian aprehendido; por qué teniamos que hablarle a la gente y lo que teniamos que decirle. Llegamos a ta plaza Hidalgo. All hici- ‘mos wn mitin. Hablaron varios oradores y Juego yo. Casi ni se to que dije. Era la primera vez que hablaba en piiblico. Cuando estaba hablando yo, Weg6 la “julia” y se armé et lo. Me agarraron y me Hlevaron al bote, dizque por alterar el orden piiblico. De ahi para adelante, comenz6 una lucha sin tregua, ni deseanso, para hacer evi dente una injusticia que ella haba sentido en ‘carne propia. A la par de su vida, estaba su mi- litancia en el Partido Comunista, aunque solo fuera para echarse un discurso de esos que todos entendian en un mitin, para repartir pro- paganda o el rgano informative del Partido (Et Machete), para ser detenida frecuentemente y conocerse la carcel al derecho y al revés, para recibir poco 0 mucho apoyo de los dirigentes del partido, 0 para hater su subversién desde lo cotidiano, desde donde todo toma un verdadero sentido Los mayores compromisos de Benita, sus principales amores: Ia lucha dentro de! par- {ido y su hija, los asumié de manera incon- sciente, sin saber bien a bien de qué se trata- ban, sin pensarlos, ni medirlos, de una manera tan ingenua como limpia, sin mas interés que el de volearlos de amor y volvertos sus mas dig- ‘nos compromisos. Lo que si es que sin darme cuenta fomé un camino justo, luché por mi partido (aunque) no fuera una mujer preparada, con ‘educaci6n, no tenia nada, era muy inocente Yo no desee a mi hija, ni siquiera la concebi con gusto, porque yo ni lo sabia {Qué hubo de feminista en Benita Galeana” Todo, aunque su lucha fue discreta, sin etiquetas 0 teorfas, s6lo por dignidad Asumié lo que de su género debfa asumir y transgredi6 aquello que éste mismo imponia. Benita a to mejor no hablé mucho det abort, de la violencia hacia las mujeres o en términos de género, pero hizo su revolucion desde abajo, sin pedir més espacios que aquellos que le co- rrespondian. "Se seguia hablando de que pronto iba 4 salir la cuerda para las Islas Marias y que nosotras, las comunistas, tbamos a ir en esa ‘cwerda (...) Yo propuse que para dar tiempo a que los compaeros hicieran algo por noso- tras, cuando fueran a sacarnas, nos desnudéramos todas para provocar wn escéin- dato (...) Y me puse a desnudarme répida- ‘mente, Las dems no sabian qué hacer, pero al ver la resolucién con que yo lo hacia, se pusieron también a desnudarse (...) Nos pusieron en libertad. Nosotras estdbamos encantadas, porque les habfamos hecho com: render que nosotras, las comunistas, no ne sitdbamos nada, ni le pediamos nada al presi- dente asesino de trabajadores. Les demostramos que nosotras, sabemos imponer- nos y hacer valer nuestros derechos en cualquier parte." A los ochenta afios ocup6 varios cargos puiblicos (dentro del PRD y el PSUM), que en realidad, nunca le hicieron falta. Con etiqueta 0 sin ella, Benita volvi6 su reclamo contra la injusticia, un habito de vida. Ya para ese tiem po habfa escrito su autobiogratia Benita, su casa la haba convertido en Hogar para Mujeres, habia adoptado a seis hijos y ya existfa una radionovela sobre su vida, que transmitié Radio Educacién. Tres afios antes de morir, cuando yo {uve la oportunidad de conocerla, se echaba sus piquitos de tequila, estaba enamorada y bailaba en el Salén México. Y como toda alma plea e ingenua, segusa‘conservando sus més preciados, deseos, esos que nunca se le agotaron: conocer al general Noriega (victima del imperialismo yanqui, como ella lo vefa), ver su biblioteca terminada, regresar a Cuba, y “una muerte ra- ida, que diga la gente: pues si ayer la vi ran bien, cémo es que ya se murié.”* Puc haber sido el arrojo con el que se movia, la fidelidad que mantenia a sus iamovibles valores, sus 92 aflos arremetien- dole a la injusticia, las condiciones en las que se encontraba nuestro pais y que a ella le tocaron vivir, 6 la poca 0 mucha ayuda que pudo haber recibido de los demas. El hecho es que Benita tuvo una vida distinta, una vida que a cada momento estuvo hecha de plenitudes y entregas, eternizada por un dnimo contagioso y rebelde, que incluso ahora, a tres afios de su ‘muerte, todavia se respira. 1 Fragmento extrafdo del libro Benita, de Benita Galeana. Editorial Extempordneos, 1974. 2 Fragmento extraido de la entrevista realizada en ‘mayo de 1993 y publicada en fem No. 124 y 125 3 Fragmento exirafdo del libro Benita, de Benita Galeana. Editorial Extemporineos, 1974 4 Fragmento extraido de la entrevista realizada en mayo de 1993 y publicada en fem No, 124 y 125, 10

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