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ÍNDICE

I. Introducción
II. Definición
III. Origen
IV. Dorsales oceánicas
V. Zonas de subducción
VI. Fallas de transformación
VII. Fosa Oceánica
VIII. ¿Por qué se mueven las placas?
IX. Consecuencias geológicas
X. Bibliografía
COLEGIO SAN VICENTE DE PAÚL
¿Por qué se mueven las placas?
Este movimiento se produce porque el interior del planeta está caliente. El calor
de la Tierra crea una lenta y continua circulación de los materiales en el manto.
Son las corrientes de convección. El magma más caliente y menos denso
asciende por las dorsales y se solidifica dando lugar a la litosfera oceánica.
Continúa por debajo de las placas alejándose de la dorsal y, después de enfriarse
y hacerse más denso, desciende, reintegrándose de nuevo al manto en las zonas
de subducción. En su descenso, el magma arrastra la placa oceánica, que se
hunde y destruye lentamente.
Consecuencias geológicas.
Como consecuencia del continuo movimientodel manto superior, la litosferaes
arrastrada y obligada a moverse, y en su movimiento cambia de rostro y, a veces,
hasta se enfurece.
Los continentes, como grandes y viejos pasajeros sobre las placas, se desplazan
para colisionar unas veces y separarse otras (deriva continental). Pero no sólo los
continentes se mueven; también cambia el aspecto de los océanos, pues el
crecimiento del fondo oceánico a ambos lados de la dorsal hace que los oceános
sean cada vez más grandes (expansión oceánica). En las zonas donde chocan dos
placas litosféricas los sedimentos se pliegan y fracturan, luego se elevan y surgen
grandes cordilleras montañosas (orogénesis). Durante años, la energía de choque
se va acumulandoy, de forma inesperada, se libera: se ha producido un terremoto
que hace vibrar la tierra. La corteza agrietada deja escapar violentamente gases y
magma del interior hasta la superficie: así se forma un volcán.

Fosa Oceánica
Depresión larga y muy profunda abierta en el fondo oceánico. Lejos de la
corteza y el talud continental, la profundidad común del fondo marino oscila
entre 4.000 y 6.000 m. Las regiones centrales de los océanos suelen estar
cubiertas por el gran sistema de dorsales oceánicas, de modo que las mayores
profundidades no se encuentran a la máxima distancia de la costa, como cabría
esperar, sino más cerca de tierra firme.
Las fosas son valles estrechos de lados pendientes que llaman la atención por
su longitud y su continuidad y por su enorme profundidad. Son accidentes
largos, estrechos, de pendientes muy acusadas con fondos estrechos, planos,
ricos en sedimentos, próximos y más o menos paralelos al borde de algunos
continentes. A veces reciben el nombre de fosas marginales y casi todos se
encuentran en el borde occidental del océano Pacífico.
El agua de las fosas es fría, con una temperatura por lo general comprendida
entre 0 ºC y 2 ºC, aunque aumenta lentamente con la profundidad a
consecuencia de la presión. Pese a la escasez de oxígeno, las fosas son hábitats
de vida marina en los que viven holoturias, anémonas, gusanos poliquetos y
algunos moluscos y crustáceos. Aunque las fosas y los arcos de islas cubren
sólo cerca del 1% de la superficie terrestre, son esenciales para comprender la
tectónica de placas, al igual que las dorsales oceánicas. Así como éstas se
forman cuando se separan dos placas de corteza, las fosas marcan los lugares en
que dos placas chocan y una se sumerge por debajo de la otra.
Cuando una placa oceánica choca con una continental, la primera, más densa,
se sumerge o subduce por debajo de la segunda y forma una fosa en el mar a la
vez que una cadena montañosa volcánica en tierra. Cuando chocan dos placas
oceánicas, la que se sumerge se funde en el manto y da lugar a una fosa y un
arco de islas volcánicas más o menos concéntricos.

Dorsales oceánicas
Término que designa las extensas cadenas montañosas submarinas,
normalmente muy alejadas de los continentes. El sistema de dorsales oceánicas
agrupa las mayores cadenas montañosas de la Tierra.
Una exploración con sonar característica de una cuenca oceánica, como la del
Atlántico norte, revela una cadena más o menos central que se alza hasta unos
3.000 m por encima del nivel medio del fondo oceánico a una profundidad de
4.000 a 5.000 m. La cadena presenta un relieve muy accidentado, con laderas
amplias y crestas marcadas a menudo por una profunda hendidura longitudinal,
llamada valle de hundimiento o rift, a lo largo de la cual se producen
numerosos sismos superficiales y erupciones volcánicas que vierten lavas de
basalto. A los lados de la dorsal va aumentando poco a poco el grosor de la
corteza volcánica y el espesor de los sedimentos; la actividad sísmica se atenúa
más rápidamente. Fuera de las crestas no hay sino volcanes dispersos que
forman montañas aisladas. Las crestas de la dorsal pueden estar desplazadas
lateralmente a lo largo de tramos extensos que corresponden a zonas de
fractura.
Las dorsales oceánicas son centros de formación de fondo marino, el fenómeno
mediante el cual se crea la corteza oceánica. Tiene lugar en los límites entre dos
placas de corteza oceánica, donde la lava ardiente fundida asciende hasta la
superficie, se enfría y se solidifica al tiempo que la corteza más antigua se va
separando a ambos lados de la dorsal. En algunos puntos del Atlántico medio la
dorsal se desplaza unos 2 cm al año, mientras que en el Pacífico oriental se
mueve más deprisa, a razón de unos 14 cm anuales. El cambio gradual del
volumen sumergido de las dorsales oceánicas provoca modificaciones muy
ligeras del nivel del mar a una escala geológica de tiempos.
En las crestas de las dorsales hay también fumarolas o grietas hidrotermales de
las que brota vapor rico en minerales a una temperatura de hasta 350 ºC a través
de las grietas del fondo marino. Estas fuentes de agua depositan estructuras
columnares de sulfuros metálicos que mantienen colonias de animales poco
comunes. Los compuestos que emiten estos manantiales de agua caliente
desempeñan una importante función en el mantenimiento de la composición del
agua marina.
El principal sistema de dorsales oceánicas es fundamental para nuestro
conocimiento de la tectónica de placas. Pero no todas las cordilleras oceánicas
tienen actividad sísmica.

Origen
Aunque la revolución de la tectónica de placas en el pensamiento geológico ha
ocurrido hace poco (en las décadas de 1960 y de 1970), las raíces de la teoría
fueron establecidas por observaciones y deducciones anteriores. En uno de
estos descubrimientos, James Hall, geólogo neoyorquino, observó que los
sedimentos acumulados en cordilleras montañosas son al menos diez veces más
gruesos que los del interior continental de la Tierra. Este hecho estableció las
bases de la teoría geosinclinal posterior que afirma que la corteza continental
crece por acumulaciones progresivas originadas como geosinclinales antiguos y
plegados, endurecidos y consolidados en placas. Esta teoría quedó bien
establecida en el siglo XX. Otro descubrimiento del siglo XIX fue la existencia
de una dorsal en medio del océano Atlántico; hacia la década de 1920, los
científicos llegaron a la conclusión que esta dorsal se extendía dando casi una
vuelta completa a la Tierra.
En el periodo entre 1908 y 1912, las teorías de la deriva continental fueron
propuestas por el geólogo y meteorólogo alemán Alfred Wegener y otros, que
descubrieron que las placas continentales se rompen, se separan y chocan unas
con otras. Estas colisiones deforman los sedimentos geosinclinales creando las
cordilleras de montañas futuras. Los trabajos geofísicos sobre la densidad de la
Tierra y las observaciones de los petrólogos habían mostrado con anterioridad
que la corteza terrestre se compone de dos materiales bien distintos: el sima,
formado por silicio y magnesio, por lo general basáltica y característica de la
corteza oceánica; y el sial, de silicio y aluminio, por lo general granítica y
característica de la corteza continental. Wegener creía que las placas
continentales siálicas se deslizaban sobre la corteza oceánica simática como
hacen los icebergs en el océano. Este razonamiento era falaz, porque la
temperatura de fusión del sima es mayor que la del sial. Después los geólogos
descubrieron la llamada astenosfera, capa semisólida, situada en el manto
terrestre debajo de la corteza, a profundidades entre 50 y 150 km. Primero se
conjeturó y luego se demostró sísmicamente que era un material plástico que
podía fluir despacio.
Uno de los argumentos más fuertes de Wegener para justificar la deriva
continental era que los bordes de los continentes tenían formas que encajaban.
Para defender su teoría, indicó que las formaciones rocosas de ambos lados del
océano Atlántico —en Brasil y en África occidental— coinciden en edad, tipo
y estructura. Además, con frecuencia contienen fósiles de criaturas terrestres
que no podrían haber nadado de un continente al otro. Estos argumentos
paleontológicos estaban entre los más convincentes para muchos especialistas,
pero no impresionaban a otros (en su mayor parte geofísicos).
Los mejores ejemplos dados por Wegener de las fronteras continentales
hendidas, como se ha mencionado, estaban en ambos lados del océano
Atlántico. De hecho, Sir Edward Bullard probó el encaje preciso mediante una
computadora y presentó sus resultados a la Sociedad Real de Londres: el ajuste
era perfecto. El error medio de estos límites es menor de un grado. Sin
embargo, a lo largo de otras márgenes oceánicas, no se encuentra una
complementariedad similar: por ejemplo, en el cinturón que circunvala el
Pacífico o en el sector de Myanmar (Birmania) e Indonesia del océano Índico.
Estos puntos de discrepancia subrayan una característica de los bordes
continentales señalada por el famoso geólogo vienés Eduard Suess, hacia 1880.
Reconoció un ‘tipo atlántico’ de margen, identificado por el truncado abrupto
de antiguas cadenas montañosas y por estructuras hendidas, y un ‘tipo
pacífico’, marcado por montañas dispuestas en cordilleras paralelas, por líneas
de volcanes y por terremotos frecuentes. Para muchos geólogos, las costas de
tipo pacífico parecen estar localizadas donde los geosinclinales se deforman y
se elevan para formar montañas.

INTRODUCCIÓN

Parece increíble, pero no existe en la superficie de la Tierra ningún lugar que


sea inmóvil.
Este trabajo estudia más ampliamente que en el libro acerca de la tectónica de
placas. En este trabajo se reflejan algunos puntos como:
- El origen
- Las partes (3 partes)
- Consecuencias
- Las causas del movimiento
- Fosas Oceánicas

Fallas de Transformación
La falla es una línea de fractura a lo largo de la cual una sección de la corteza
terrestre se ha desplazado con respecto a otra. El movimiento responsable de la
dislocación puede tener dirección vertical, horizontal o una combinación de
ambas. En las masas montañosas que se han alzado por movimiento de fallas,
el desplazamiento puede ser de miles de metros que representan el efecto,
acumulado a largo plazo, de desplazamientos pequeños e imperceptibles en vez
de un gran levantamiento único. Sin embargo, cuando la actividad en una falla
es repentina y abrupta, se puede producir un fuerte terremoto e incluso una
ruptura de la superficie formando una forma topográfica llamada escarpe de
falla. Tras millones de años, el movimiento horizontal a lo largo de la falla de
San Andrés ha desplazado una sección de las zonas costeras del estado de
California (EEUU) hacia el noroeste y ha producido poderosos terremotos. Las
fallas más grandes, como esta última, que forman las fronteras entre las
distintas placas de la corteza terrestre, se activan por las fuerzas que causan la
deriva continental. El movimiento en fallas locales menores puede ser debido a
tensiones, como en las fallas que definen algunas cordilleras montañosas (por
ejemplo, en el océano Pacífico), o a compresión, como en fallas donde se apilan
estratos sedimentarios para formar también cordilleras de montañas.
A veces, se desplazan los bloques horizontalmente, es el caso de las fallas de
desgarre o en cizalla. Si pasa tiempo suficiente, la erosión puede allanar las dos
paredes destruyendo cualquier traza de ruptura de la superficie del terreno; pero
si el movimiento de la falla es reciente o muy grande, puede dejar una cicatriz
visible o un escarpe de falla con forma de precipicio.

Zonas de subducción

El fondo de los océanos desaparece en las zonas de subducción a la misma


velocidad que se forma en las dorsales: la litosfera oceánica se enfría
paulatinamente conforme se aleja del eje de la dorsal, se hace más densa y se
carga de sedimentos, por lo que acaba hundiéndose debajo de otra placa, siendo
"engullida" en la astenosfera. Por esta razón, las zonas de subducción se
denominan bordes destructivos o convergentes, ya que son zonas en las que la
litosfera oceánica se está destruyendo continuamente y la dos placas convergen
y colisionan al desplazarse en sentidos contrarios. En el proceso de subducción
se pueden dar tres situaciones:
- Subducción de litosfera oceánica bajo litosfera oceánica.
- Subducción de litosfera oceánica bajo litosfera continental.
- Colisión intercontinental.
Definición

En geología, modelo dinámico de la corteza terrestre (llamado también


tectónica de zócalo) que encuadra en una única teoría la expansión de los
fondos oceánicos y la hipótesis de la deriva de los continentes esbozada en el
siglo XIX por A. Sneider Pellegrini y O. Fisher y más orgánicamente
formulada en el 1915 por el geólogo alemán A. Wegener, según la observación
de la correspondencia entre los perfiles de la costa occidental africana y la
oriental de América meridional. En realidad, Wegener extendió la analogía de
la forma a consideraciones de carácter geológico, como, por ejemplo, la
continuidad de numerosas fajas de rocas plegadas de diversas edades sobre los
continentes actualmente separados por el océano Atlántico. Por otra parte, se
adoptaron argumentos de tipo paleontológico, que se apoyaban en la identidad
o en la afinidad de ejemplares de la flora y la fauna de los diversos continentes,
ya que, dada la carencia de puentes emergidos continentales, este hecho hace
pensar en su pasada unión.
Bibliografía

- Biología y Geología 3º ESO Ed. Bruño


- Biología y Geología 4º ESO Ed. Bruño
- Enciclopedia Multimedia Encarta 99
- Enciclopedia Multimedia La Aventura de la Ciencia.

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