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DE LA LENGUA ESPAÑOLA
Tercera parte: Adverbios, preposiciones y conjunciones.
Relaciones interoracionales
volumen 1
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Concepción Company Company
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Volumen 1
Advertencia editorial IX
Introducción, por Concepción Company Company XI
Volumen 2
Volumen 3
Índices
Corpus base en orden cronológico LXIII
Corpus base en orden alfabético LXXXVII
Índice de autores y obras citados CXI
Índice de conceptos, materias y términos CLXXI
Índice de contenidos de los tres volúmenes CCIX
Capítulo 2
Índice
[127]
2.12. Conclusiones 230
2.13. Corpus bibliográfico 232
2.13.1. Corpus base 232
2.13.2. Corpus adicional 233
2.14. Referencias bibliográficas 233
[128]
Capítulo 2
2.1. Introducción.
Identificación de la clase, caracterización y objetivos
Las formas aquí, ahí, allí, acá, allá y acullá son los únicos adverbios de la
lengua española que constituyen una clase cerrada dentro de la multiforme,
compleja y huidiza clase de palabra adverbio. Los cinco primeros (1a-e) gozan
de plena vitalidad en todo el ámbito panhispánico, si bien existen entre ellos
notables diferencias de frecuencia y de especialización dialectal, mientras que
el último (1f) es una forma en franco retroceso, aunque, en realidad, nunca fue
verdaderamente productiva en el español, ya que tuvo siempre una escasísima,
casi nula, frecuencia de uso.
[129]
2.1 adverbios demostrativos de lugar
El grupo adverbial aquí, allí, ahí, acá, allá, acullá se conoce en las gramáticas
con diversas denominaciones: adverbios demostrativos, adverbios demostrativos
locativos, adverbios pronominales, adverbios deícticos, adverbios deícticos es-
paciales. Nosotros hemos optado por adverbios demostrativos de lugar porque
en su significado establecen correlatos directos con los pronombres-adjetivos
demostrativos, este, ese, aquel, y porque, esencialmente, refieren al espacio
o locación: aquí / acá ‘en este lugar’, ahí ‘en ese lugar’, allí / allá ‘en aquel lugar’,
sea una locación per se, las más de las veces, sea locación metaforizada en tiem-
po: aquí / acá ‘en este momento’, sea en una progresión temporal en el discurso:
de ahí que ‘por lo anteriormente dicho’ ‘a partir de lo anteriormente dicho’. El
señalamiento deíctico paralelo que hacen estos adverbios y los pronombres de-
mostrativos surge una y otra vez en la lengua española, como se aprecia en (2).
(2) a. Escoge cualquier otro. Mira, éste de aquí promete [Carlos Ruiz
Zafón, La sombra del viento, 2001, España, crea]
b. Le pregunté a Consu cuál era la habitación de Laverde, y ella la
señaló frunciendo los labios e indicando con la cabeza como un potro
incómodo, “esa de allá”, dijo [Ruido de las cosas al caer, 74]
130
introducción 2.1
mitad del siglo xiv, si bien quedan residuos de ý como adverbio pleno hasta
bien entrado el siglo xvi, que convive al lado del morfema -y (véase infra §2.8).
(3) a. paso por un camino que es ý en tierra de Çesaria çerca del pie de
una sierra do Sant Basilio fazie vida [Anónimo, Traducción de las
Cantigas de santa María, ca. 1284, corde]
b. Ego Munno Roizi do la eredad que eh en Bariolo & en Ribiella; & en
sancte Fagund & en Barrio quanto heo i, en mont & en font [Anónimo,
Carta de donación, 1196, corde]
c. ni el seynnor de la casa cerquana será leixado de fazer hy alguna
obra por la quoal aqueilla finiestra sea tornada oscura [Anónimo,
Vidal Mayor, ca. 1250, corde]
d. Otrosi me enbiaron dezir que ha hi algunos de uos que fazedes ayu-
da et que prestades armas a los escolares peleadores que son hi en
uuestra villa [Anónimo, Carta de Alfonso X el Sabio, 1252, corde]
otrossi roguamos a don Gonçal Yuannes alcalde de Toledo que sean
testimonjos desta carta & pongan hij sus seellos [dle, 1274, 286.389]
131
2.1 adverbios demostrativos de lugar
Los adverbios aquí, ahí, allí, acá, allá y acullá se suelen dividir internamente
en dos series, acorde con su terminación morfológica: la terminada en -í: aquí,
ahí, allí, y la terminada en -á: acá, allá, acullá. De hecho, la terminación es la
base para su identificación y reconocimiento tradicional en muchos trabajos:
serie en -í y serie en -á. El reparto dialectal de cada una está, al parecer, bastante
acotado: la serie en í se emplea, sobre todo, en el español peninsular, la serie en
á, se emplea, sobre todo, en el español americano, pero los seis adverbios, como
muestran los ejemplos de (1) arriba, tienen uso en todo el ámbito hispánico
a uno y otro lado del Atlántico (véase infra §2.7.1).
El hecho de que existan tres miembros de la serie en -í y tres de la serie en
-á produce la impresión estructural de que los adverbios demostrativos de lugar
constituyen en el español actual una clase adverbial equilibrada con dos series
en oposición y un paradigma de tres formas en cada una de las series. Nada más
lejos de que esa impresión sea acertada. Es, desde hace mucho tiempo, desde su
propia formación posiblemente, un sistema paradigmáticamente desequilibrado,
porque acullá, como ya dijimos, nunca fue productivo, de manera que, en pers-
pectiva sincrónica, la oposición es dos a dos: aquí ~ acá y allí ~ allá, por lo cual
el adverbio ahí queda paradigmáticamente mal integrado y aislado. La mala
integración paradigmática produjo que ahí haya sido el adverbio demostrativo
con mayor dinamismo diacrónico y haya experimentado el mayor número de
cambios, desde el nivel fonético hasta el pragmático (véase infra §2.11), además
de ser, probablemente, el más complejo en cuanto a etimología y datación (véase
infra §2.6.2). Además, frente a los otros adverbios de la serie en -í y frente a allá,
ahí siempre tuvo un empleo mucho menor (véase infra §2.7).
Desde el punto de vista sintáctico, suelen usarse solos, que es, por mucho, el
empleo más común a lo largo de toda la historia del español, como se ve en la
gran mayoría de ejemplos de este capítulo, aunque admiten cierta, limitada,
combinatoria sintáctica, tanto en las formas que los modifican, como en las que
los seleccionan como término. 1) Pueden ir precedidos de una preposición (5a); las
132
introducción 2.1
(5) El sendero desciende desde allí hasta el fondo del Infierno [Boletín
a.
de Ardillas, 11-2000, España, crea]
y la posición del presidente del Gobierno es aún peor porque no ha
abierto la boca, porque por aquí ha pasado un jefe de Estado extran-
jero que ha insultado a un Gobierno de España y nadie le ha dicho
nada [La Razón, 01-12-2004, España, crea]
En las cercanías se encontraba otro peñón de más fácil acceso, y hacia
allá se dirigió [Juan Miralles, Hernán Cortés, 2001, México, crea]
b. Estamos porque la vida en allí nos ha puesto y por eso buscamos
[Martínez Salguero, Combate, Bolivia, apud rae-asale 2009:§17.8l]
c. y cualquier gobierno debe procurar que su déficit no sobrepase el
3% y que la deuda pública no vaya más allá del 60% con respecto al
Producto Interno Bruto [El Salvador Hoy, 24-10-2000, El Salvador,
crea]
Llegó todo acá, se sentía único [habla espontánea, México]
‘haciéndose el importante’
Los postres no te salen muy allá que digamos [habla espontánea,
España y México]
133
2.1 adverbios demostrativos de lugar
d.
que Pemex sea un ciudadano que si genera riqueza en un municipio
o en un estado, ahí mismo deje parte de esa riqueza [Programa de
radio Fox contigo, 16-08-2000, México, crea]
e. Aquí, precisamente aquí, es donde tiene su base esa opinión uná-
nime [El País, 31-08-1977, España, crea]
f. —¿Cómo vas? —Pues aquí tu amiga sufriendo, intentando acabar
este monstruo [habla espontánea, México]
g. Es curioso, allá afuera yo era un hombre honesto [Julio Cabrera,
Cine, 1999, España, crea]
h. Allí donde saber y verdad no pueden unirse va a hacer falta, nece-
sariamente, una ciencia conjetural [Ajayu, 2000, Bolivia, crea]
i. porque seres humanos, los de acá y los de allá, viven bajo la misma
tiranía [Ángel Augier, Prosa varia, 1982, Cuba, crea]
el que está del lado de acá de la pantalla [El País, 20-10-1997,
España, crea]
Posiblemente por constituir una clase adverbial cerrada, los adverbios demos-
trativos de lugar tienen un comportamiento peculiar en cuanto que se sustraen
a las posibilidades léxicas y morfológicas de otros adverbios. Por ejemplo, nunca
tienen correlatos en adverbios en -mente, frente a, por ejemplo, sólo o lejos: sólo
~ solamente, lejos ~ lejanamente, pero *allámente; tampoco tienen correlatos
en adjetivos adverbiales, frente a, por ejemplo, obvio ~ obviamente, y tampoco
admiten la -s adverbial analógica que suelen tomar otros adverbios: quizá ~
quizás, cerca ~ cercas, pero *aquís, *allís.
El empleo mayoritario de estos adverbios es con su forma base simple, como
muestran los ejemplos anteriores, pero algunos de ellos admiten derivación
diminutiva, allacito, ahicito, aquicito, usados con frecuencia en fórmulas casi
fijas: más allacito, ahicito nomás. La derivación diminutiva de los adverbios
demostrativos es un caracterizador dialectal del español americano, en algunas
de sus variedades, ya que sólo es conocida en América. Resulta particularmente
productiva en registros orales populares y subestándares de esos dialectos, aso-
ciada muchas veces a hablantes de español cuya lengua materna es una lengua
amerindia; sin embargo, también se documentan en la literatura, como dejan
ver los ejemplos de (6), pero siempre en situaciones narrativas caracterizadas
por su elevada coloquialidad y siempre en reproducción de diálogos.
134
introducción 2.1
135
2.1 adverbios demostrativos de lugar
(9) presente foy & escriuj esta carta... & fiz y meu sinal [Documento de
La Coruña, 1281, apud Azevedo 1997:47]
136
introducción 2.1
137
2.1 adverbios demostrativos de lugar
(12) Esta sigue en manos del grupo que comanda el PPT. De allí que las
fricciones entre los grupos y... [El Universal, 27-12-2004, Venezuela,
crea]
2
Para no transcribir fonéticamente las oraciones completas, hemos acentuado, conscientes
de la anomalía, la a de este adverbio para resaltar su carácter fonético grave.
138
introducción 2.1
(14) a. Otrosi me enbiaron dezir que ha hi algunos de uos que fazedes ayuda
[Anónimo, Carta de Alfonso X el Sabio, 1252, corde]
b. fuera saccado ende puerco & oueja & cabra & las otras semeiables
[Anónimo, Fuero de Soria, ca. 1196, corde]
c. Et los alcalldes non consientan que se destoruen los pleytos por bozes
njn por bueltas, & por ende mande a aquellos que estidieren antellos
139
2.1 adverbios demostrativos de lugar
que njnguno non razone, si non aquellos cuyo fuere el pleyto o sus
bozeros [Anónimo, Fuero de Soria, ca. 1196, corde]
Así que su Majestad es rey y señor de estas islas y tierra firme, por
virtud de la dicha donación. Por ende, como mejor puedo, vos ruego
y requiero que entendáis bien esto que os he dicho [Yolanda Arenales,
Desde el Arauco, 1992, España, crea]
Los objetivos de este capítulo son tres: a) realizar un análisis diacrónico, sintác-
tico y semántico, de los adverbios demostrativos de lugar de la lengua española,
aportando para ello datos cuantitativos de frecuencias relativas de uso extraídas
de corpus, cuando estas aportan información de interés; b) ubicar tipológicamen-
te estos adverbios en un panorama general de lenguas romances, tanto para
examinar las semejanzas y diferencias del español con sus lenguas hermanas,
como, sobre todo, vía la comparación, para lograr una mejor comprensión de la
compleja etimología y datación de estas formas adverbiales de la lengua española,
y c) examinar brevemente algunos cambios particulares que atañen a estos ítems
léxicos, tales como la morfologización de ý o la pragmatización de ahí.
Este capítulo, además de la presente introducción, está organizado en once
apartados generales. En §2.2 especificamos el corpus base del análisis y mos-
tramos las frecuencias generales relativas de empleo de los ítems léxicos que
integran la clase de los adverbios demostrativos. El apartado 2.3 es un breve
estado de la cuestión, en el que exponemos los aspectos, sincrónicos y diacróni-
cos, que, a nuestro modo de ver, han constituido los problemas centrales en el
análisis de estos adverbios. En §2.4 examinamos los adverbios demostrativos
latinos, para ver cuáles de estos ítems del español son herencia de la lengua
madre y cuáles son creación romance. El apartado 2.5 es un examen de los ad-
verbios demostrativos de lugar en otras lenguas romances. En §2.6 abordamos
el problema nodal, y polémico, de la etimología y primeras dataciones de estas
formas adverbiales. En §2.7 mostramos el sistema de los adverbios demostra-
tivos de lugar en su uso cuantitativo frecuencial real y revisamos la aparente
especialización dialectal, peninsular y americana, de, respectivamente, las series
en -í y en -á. El apartado 2.8 está dedicado a analizar el empleo medieval del
anafórico ý y los contextos que propiciaron su morfologización en la forma verbal
hay. En §2.9 y §2.10 analizamos, respectivamente, la sintaxis y la semántica
de los adverbios demostrativos de lugar, centrados ya en las cinco formas que
han pervivido con productividad hasta el español actual. El apartado 2.11
resume la diacronía general de la clase, con especial atención a la adquisición de
valores deícticos y a la pragmatización de algunos de estos adverbios. Cierran
unas conclusiones en §2.12.
140
el corpus 2.2
2.2. El corpus
El análisis está basado en dos corpus: uno base y uno adicional. Sobre el primero
hemos realizado algunos análisis cualitativos y cuantitativos, y el segundo nos
ha servido para completar muchos aspectos del análisis que no estaban suficien-
temente representados en el corpus base, sobre todo, para obtener información
cuantitativa general, así como información detallada de estas formas en estados
tempranos de la lengua y en otras lenguas romances, y para poder analizar con
mayor precisión los cambios experimentados por algunos adverbios demostra-
tivos, tales como la morfologización de ý o la pragmatización de ahí, acá o allá.
El corpus base fue realizado con un control diacrónico, diatópico, textual y
cuantitativo. Está constituido por diez textos en prosa correspondientes a la se-
gunda mitad de tres siglos: xiii, xvi y xix.3 El corpus inicia en la segunda mitad
del siglo xiii, porque sólo a partir del periodo alfonsí contamos con producción
textual suficiente y diversa temáticamente; por ello, la selección de todas las
obras corresponde a la segunda mitad de cada siglo.
Los textos analizados son: siglo xiii, Calila e Dimna, la General estoria de
Alfonso X, en la Primera parte, y los Documentos lingüísticos de España de
Menéndez Pidal (1919/1966) correspondientes a la segunda mitad de esta
centuria. Siglo xvi: el anónimo Lazarillo de Tormes, en la edición de Amberes,
la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España de Bernal Díaz del
Castillo y los Documentos lingüísticos de la Nueva España de Company (1994)
correspondientes a la segunda mitad de esta centuria. Siglo xix: la novela es-
pañola Pepita Jiménez de Juan Valera, la mexicana Los bandidos de Río Frío
de Manuel Payno, las crónicas y artículos periodísticos del mexicano Manuel
Gutiérrez Nájera Crónicas y artículos sobre teatro, y los documentos legales
españoles recogidos por Fernando Díaz-Plaja (1983) en Historia de España en
sus documentos: siglo xix.
El corpus está integrado por textos producidos en la zona castellano-leonesa en
el primer corte cronológico y por textos castellanos y mexicanos en proporciones
similares a partir del segundo corte, siglo xvi, ello con el fin de controlar dife-
rencias dialectales que pudieran surgir, dignas de ser analizadas o comentadas.
Con el fin de obtener cierta comparabilidad cuantitativa entre las diferentes
etapas, el muestreo está realizado sobre un universo base de 64 000 palabras
por texto, que es aproximadamente el total de palabras contenidas en el Calila
e Dimna; sobre este texto fueron escogidas por muestreo al azar 64 000 palabras
para cada uno de los textos que conforman el corpus; cuando el texto no alcan-
3
Los datos cuantitativos del corpus base para los siglos xiii, xvi y xix y dos zonas del análisis
cualitativo, están tomados, en parte, del estudio de García y Colomé (2012).
141
2.3 adverbios demostrativos de lugar
zaba este universo de palabras, como es el caso de Pepita Jiménez, fue fichado
en su totalidad.
El corpus contiene únicamente textos en prosa, que pueden ser adscritos
a diversos géneros textuales: prosa historiográfica, prosa cronística, prosa
sapiencial, documentos legales, novela y ensayo periodístico. La diversidad
textual y dialectal permite garantizar, en alguna medida, que los resultados del
análisis constituyan generalizaciones sobre el comportamiento de los adverbios
demostrativos de lugar en la lengua española y no en unas obras específicas.
El total de fichas que integra el corpus base es de 992 adverbios demostra-
tivos, repartidos de la siguiente forma: 475 del siglo xiii, 340 del xvi y 177 del
xix. Las cifras son ya, en sí mismas, bastante informativas de dos hechos: uno,
que el mayor número de adverbios demostrativos en el siglo xiii se debe a que la
forma ý todavía era un adverbio demostrativo pleno y productivo en esta época,
pero que en los dos cortes cronológicos siguientes ya había desaparecido de la
clase de adverbios demostrativos; sin embargo la presencia de ý en el siglo xiii
tampoco es la causa de una diferencia cuantitativa tan grande entre este primer
siglo y los siguientes; dos, que los adverbios decrecen en frecuencia a través de
los siglos, al menos en los textos escritos, puesto que el universo de palabras
fichado es similar en cada periodo.
Nos hemos valido además, a manera de corpus adicional, de algunas obras
de latín clásico, a partir del corpus electrónico Corpus Scriptorum Latinorum
(csl), de los corpus electrónicos de la Real Academia Española Corpus Diacró-
nico del Español (corde) y Corpus de Referencia del Español Actual (crea),
de algunos textos en prosa de los siglos xiv y xv para analizar la pérdida de ý
como adverbio pleno y su progresiva integración morfológica en hay, así como
de ejemplos de habla espontánea. Los casos que a partir de aquí carecen de
referencia final entre corchetes, los menos, corresponden a ejemplos de habla
espontánea y a adverbios elicitados a partir de nuestra propia competencia de
hablantes nativas del español.
Para los textos del corpus base y adicional, así como para las ediciones críticas
empleadas, véase el corpus bibliográfico final en §2.13.
142
aspectos sincrónicos 2.3.1
143
2.3 adverbios demostrativos de lugar
entre otros). Todos estos trabajos hacen mención del carácter deíctico de estos
adverbios, al tiempo que analizan sus empleos fóricos.
El privilegio de que goza el análisis del significado deíctico está basado, sin
duda, en la centralidad del espacio como parámetro cognitivo (Cifuentes 1989:cap.
1; Kaplan 1991; varios de los trabajos reunidos en Jarvella y Klein eds. 1982;
Levinson 1996) y no tanto en la evidencia diacrónica que aportan los textos
sobre la evolución de estos elementos en español, ya que siempre fue mayor su
uso anafórico —como es lógico por tratarse de textos escritos—, además de que
alguno se desplazó, como ya dijimos, de anáfora hacia deixis. Bien es cierto que
las evidencias en la lingüística histórica están condicionadas por los corpus y
que la lengua escrita puede opacar hechos de la lengua oral.
c) Propiedades sintácticas. Todas las gramáticas y la mayoría de trabajos
señalan la combinatoria sintáctica de estos adverbios, ya anticipada en la
introducción de este capítulo: su capacidad de ser modificados por algunos
adverbios en -mente y por algunos adjetivos adverbiales, sus limitaciones para
tomar cuantificadores, su combinatoria con mismo, su capacidad, como cualquier
adverbio, para funcionar como una predicación plena: —¿Dónde vives? —Aquí,
su capacidad de tomar aposiciones o su capacidad para tomar una oración de
relativo, especificativa o explicativa (García-Miguel 2006:§14.7; Pérez Saldanya
y Rigau 2011; rae-asale 2009:§17.8, entre otros).
144
antecedentes latinos 2.4
(15) a. quo in loco? Hic in aedibus ubi tu habitas [Plauto, Amphitruo, csl]
‘¿en qué lugar? Aquí, en la casa donde vives’
jam huc adveniet miles [Plauto, Bacchides, csl]
‘ya llega aquí el soldado’
hac atque illac perfluo [Terencio, Eunuchus, csl]
‘reboso por aquí y por allá’ = ‘no guardo los secretos’
atque is repente abiit a me hinc ante lucem [Plauto, Mostellaria,
csl]
‘y de repente se fue de aquí antes de que amaneciera’
b. Quid istic agitis? [Plauto, Mostellaria, csl]
145
2.4 adverbios demostrativos de lugar
(16) a. in eo flumine pons erat. Ibi praesidium ponit [César, De bello civili,
csl]
‘el puente estaba en ese río. Allí coloca la guarnición’
b. qua re incumbamus... ad illa praeclara studia et eo, unde discedere
non oportuit, revertamur [Cicerón, Epistulae ad Atticum, csl]
‘por ello inclinémonos hacia esas nobles aficiones y volvamos allí, de
donde no hubiéramos debido desviarnos’
Gallisque ad visenda loca praemissis, postquam comperit transitum
ea non esse... [Tito Livio, Ab Urbe condita, csl]
‘y enviados por delante los galos a inspeccionar los lugares, tras
descubrir que no había paso por allí...’
ut in provinciam exirent, atque inde in Italiam contenderent [César,
De bello Gallico, csl]
‘que se fueran a la provincia, y de allí se dirigieran a Italia’
146
antecedentes latinos 2.4
Esquema 1
Adjetivos, pronombres y adverbios demostrativos en latín clásico
hic ‘este’ hic ‘aquí’ huc ‘hacia aquí’ hac ‘por aquí’ hinc ‘de aquí’ Deícticos y
iste ‘ese’ istic ‘ahí’ istuc ‘ahí’ istac ‘por ahí’ istinc ‘de ahí’ anafóricos
ille ‘aquel’ illic ‘allí’ illuc ‘hacia allí’ illac ‘por allí’ illinc ‘de allí’
is ‘este’, ibi ‘aquí’ eo ‘allí’ ea ‘por ahí’, inde ‘de ahí’, Sólo
‘aquel’ ‘allí’ ‘por allí’ ‘de allí’ anafóricos
4
En occitano, por ejemplo, también se utilizaron, junto a ecce, que sufrió aféresis, las variantes
populares *accu y *acce, como se observa en los adjetivos (e)cce iste > cist, *accu iste > aquest,
147
2.4 adverbios demostrativos de lugar
ecce hic, ecce hac, ecce hinc (18), y los tres restantes quizá se emplearon, como
se afirma tradicionalmente, en complementos con la preposición ad: *ad illic,
*ad illac, *ad illinc —no hemos documentado ejemplos en latín clásico—, como
hizo la fp ad huc, origen del adverbio adhuc, aun en castellano, para manifestar
más claramente el significado de dirección o límite: ‘hasta aquí’ > ‘hasta ahora’ >
‘incluso’ (19) (→ Capítulo 5). Nótese que illic, illac e illinc no señalaban direc-
ción, sino ubicación, vía y origen, respectivamente, pero pasaron a denotarla
gracias a su empleo en el contexto adecuado, esto es, con verbos de significado
direccional (→ Capítulo 11).5
*acce iste > aicest; (e)cce ille > cel, *accu ille > aquel, *acce ille > aicels; (e)cce hoc > so, *accu
hoc > aco, *acce hoc > aisso (Hamlin, Ricketts y Hathaway 1967:31-32).
5
Cabría pensar que la a- de allí y de allá no procede de la preposición ad, sino que tiene
su origen en una analogía con los adverbios aquí, acá, aquén y con los adjetivos-pronombres
demostrativos aqueste, aquese, aquel. Incluso podría pensarse en el paso illac > *ellá, con
asimilación de la vocal átona inicial a la tónica, y en el paso illic > *ellí, con una evolución
analógica de la primera vocal, pero, desafortunadamente, no hay pruebas de esa etapa evolutiva
que, de existir, podría haberse considerado intermedia. Si dejamos aparte los casos del Cantar
de mio Cid, los primeros ejemplos de allí, que veremos en el cuerpo del texto en (21), nos llevan
a la Vida de santa María Egipciaca (ca. 1215) y a las obras del Mester de Clerecía (algunas
de Berceo y el Libro de Alexandre), de mediados del siglo xiii, y a la Traslación del Psalterio,
fechada entre ca. 1240 y 1272, de Herman el Alemán o Hermann de Carintia, intelectual
que pasó por la corte de Alfonso X, trabajó en la Escuela de Traductores de Toledo, estuvo
relacionado con el Estudio Palentino y fue obispo de Astorga entre 1266 y 1271 (Valdeón
2003:15, 80, 169; Hernández 1995); en esta traducción del Psalterio no faltan términos tan
marcadamente occitanos, como fascas / fasquas (→ Capítulo 9). Asimismo, los primeros casos
de allá, que veremos en (26), también se encuentran en la Vida de santa María Egipciaca, en
las obras del Mester de Clerecía (algunas de Berceo, el Libro de Apolonio, el Poema de Fernán
González y el Libro de Alexandre) y el poema Roncesvalles (anterior a 1250), que presenta
rasgos navarros —recuérdese la estrecha relación de Navarra con la cultura occitana (Lleal
1990:281)—. En una investigación más profunda sobre la cronología de las variantes del
occitano y su distribución geográfica, que sobrepasa los límites de este capítulo, no habría que
descartar, entre otras opciones, la importancia que pudiera tener la forma con a-, alai ‘allá’,
para esclarecer problemas todavía pendientes de etimología y forma de algunos de los adverbios
demostrativos de lugar en castellano.
148
antecedentes latinos 2.4
‘No dirán “aquí está” ni “allí está” porque el reino de Dios está dentro
de vosotros’
quomodo illac hoc uocor, quia sum; et ecce hac aliud nomen [San
Agustín, De Trinitate, apud Giola 2008:56]
‘como por allá soy llamado esto, porque lo soy; y acá (tengo) otro
nombre’
Et ecce hinc radix alta Christianae humilitatis [Enrico a Sancto
Ignatio, Ethica amoris, I.676b]
‘y de aquí (sale) la profunda raíz de la humildad cristiana’
(19) et erat adhuc impudens [Cicerón, Epistulae ad familiares, csl]
‘y era incluso desvergonzado’
e aun las ferraduras quitargelas mandava [Cid, 1553]
Esquema 2
Adverbios demostrativos de lugar en latín vulgar
y resultados en castellano medieval
149
2.4 adverbios demostrativos de lugar
6
Dejamos la a entre paréntesis porque, si bien no es necesaria esta preposición ante aquí
y allí, se utiliza hasta la fecha en la lengua hablada y desde antiguo en obras en las que no
se cuida excesivamente el estilo: “y esto es de tardar muncho de allí a aquí” (Fray Bartolomé
de las Casas, Historia de las Indias, ca. 1527-1561, España, corde); “Cuando a allí llega...
no se puede vadear” (Fray Bartolomé de las Casas, Apologética historia sumaria, 1527-1550,
España, corde).
7
Tampoco es necesaria la preposición a ante acá y allá, pero se documenta desde textos
medievales muy tempranos, tanto en contextos de significado locativo como en extensiones
metafóricas de sentido temporal, como se aprecia en el primer ejemplo de esta nota, señal de
que esta “innecesaria” a debía estar presente y viva en la lengua desde tiempo atrás: “desde’el
tiempo del Diluuio a acá” (Abraham de Toledo, Moamín, 1250, corde); “porque ay de aquí
donde él agora está a allá más de .800. leguas” (Anónimo, Relación del tercer viaje de Colón,
1498, España, corde).
8
Aunque tampoco es necesaria su presencia, también se documentan usos de la preposición
a ante aquende y allende: “quando pasaron a aquende el mar” (Anónimo, Crónica de 1344,
1344, corde); “E que los moros de la cibdad que quisiesen yr a allende los mandase passar
seguramente” (Diego de Valera, Crónica de los Reyes Católicos, 1487-1488, España, corde).
150
antecedentes latinos 2.4
allende. Los adverbios que sólo tenían, en principio, usos anafóricos: y, ende,
serán analizados infra en §2.6.1.2.
Esquema 3
Adverbios demostrativos de lugar en español medieval
aquí / acá (a) aquí / acá (por) aquí / acá (de) aquí / acá
/aquen(de) /aquen(de) /aquen(de) /aquen(de)
Deícticos y
anafóricos
allí / allá (a) allí / allá (por) allí / allá (de) allí / allá
/allen(de) /allen(de) /allen(de) /allen(de)
151
2.4 adverbios demostrativos de lugar
camente después a los adverbios de esta familia, sino también en romance pri-
mitivo, como en lat. aeramen ‘bronce’ > cat. aram o en lat. ilicina ‘encina’ > cat.
alzina (Moll 1952:93) y en palabras de todo tipo en distintas épocas y zonas de
España como ancina ‘encina’, anganyo ‘engaño’ o avangelios ‘evangelios’ (Pascual
2009:187, 194-195). Si se parte de eccu, tendríamos en latín eccu-iste, eccu-ipse
y eccu-ille. Una primera fase de su evolución daría los resultados [ekwéste],
[ekwése] y [ekwéle], respectivamente, y después [ekéste], [ekése] y [ekéle], con
pérdida de la labiovelar, por lo que sería fácil pensar que o bien se opta por
eliminar la vocal inicial —recuérdese la aféresis en italiano: questo, questa,
codesto, quello, quella, o en francés: ce, cet, cette, ces— o bien por disimilar una
de las tres vocales iguales en la misma palabra; en este caso, la primera, e- >
a-: aqueste, aquese, aquel, como ocurrió también en casos de concurrencia en un
mismo término de tres vocales iguales de la otra serie vocálica, la velar, como
en formosu > hermoso.
Podría pensarse que la a- tiene que ver con el uso en complementos de dirección
de la preposición a, que acaba fundiéndose con el demostrativo, *[a ekél] > [akél],
pero serían contextos demasiado específicos. En nuestra opinión, si no es una
evolución desde ecce, con una extrañísima disimilación de la vocal tónica, sería
más razonable explicar *acce a partir del empleo del adverbio ad en composi-
ción: *adce > *acce. Es un hecho sobradamente conocido que, en compuestos, por
simple fonética sintáctica, el adverbio ad presenta la variante ac ante palabras
que comienzan por c-: ac-cedere ‘aproximarse’, ac-clamare ‘gritar a’, ac-crescere
‘crecer’, ‘añadirse por incremento’, etc. El occitano sirve para probar no sólo un
posible *acce, sino también un posible *accu, tanto por la presencia de la vocal
a- en los resultados, *acce hic > aici y *accu hoc > aquo, como por la vocalización
de la consonante velar de la coda de la primera sílaba: *acce hic > aici, al igual
que ocurrió en el sustantivo acqua > aiga ‘agua’. Asimismo, el rumano prefiere
*acce en los adjetivos demostrativos acest, acel < *acce iste, *acce ille, y *accu
en el adverbio aici ‘aquí’ < *accu hic.
Refuerza nuestra hipótesis de un étimo *acce —y también *accu en otros ca-
sos—, el hecho de que *acce podría haber formado parte del étimo del adverbio
de modo en algunas lenguas románicas: *acce sic > ant. prov. aissi; fr. ainsí; cat.
així. Sin embargo, el italiano cosí remite a eccu(m) sic.
Los resultados con a- relacionados con la primera persona, aquí, acá,
aquen(de), se ven favorecidos por la existencia de a-, de otro origen, en los de
tercera persona, allí, allá, allen(de), formados a partir de *ad illic, *ad illac y *ad
illinc. La presión para una mejor integración paradigmática, usual en muchos
cambios lingüísticos, ha unificado un sistema que seguirá sufriendo cambios,
pero esta vez de otro tipo: la distribución de usos de la serie en -í y de la serie
152
los adverbios demostrativos de lugar en las lenguas romances 2.5
153
2.5 adverbios demostrativos de lugar
Esquema 4
Adverbios demostrativos de lugar en las lenguas romances
*ad illic > *ad illuc > *ad illac > *ad ill nc >
it. lì, lici port. y gall. aló it. là cast. allén
tosc. alì oc. alai, lai, la port. além
cast. allí fr. lai, là cat. allèn(s)
cat. allí cat. lla, allà
port. alí, elí, allí cast. allá
ast. aší port. alá, lá
*accu illuc > *accu illac >
rum. acoló it. colà
port y gall. acolá
cast. acullá
154
los adverbios demostrativos de lugar en las lenguas romances 2.5
Nótese la diferencia entre la pronunciación [kwí] del qui italiano y [kí] del
toscano para el adverbio relacionado con la cercanía, además de la presencia de
a- en la variante toscana alì, que no aparece en la italiana lì, pero que permite
defender la hipótesis de una posible aféresis de a- en italiano, tanto si hubiera
existido *ad illic como si a- tuviera otra procedencia. En cuanto a illac, tuvo dos
resultados: illac > là y *eccu illac > colà.
Esquemas 5
Adverbios demostrativos de lugar en italiano
*eccu istic > costí istuc *eccu istac > costá istinc
tosc. costì
Esquema 6
Adverbios demostrativos de lugar en rumano
155
2.5 adverbios demostrativos de lugar
Esquema 7
Adverbios demostrativos de lugar en gallego-portugués
*accu hic > *accu huc > *accu hac > *accu h nc >
aqui, eiqui, aiqui acó cá aquén
*ad illic > alí, *ad illuc > *ad illac > là, *ad ill nc >
elí aló alá além
*accu illac >
acolá
156
los adverbios demostrativos de lugar en las lenguas romances 2.5
Esquema 8
Adverbios demostrativos de lugar en occitano
*acce hic > aici huc *acce hac > aiça, çai, ça h nc
157
2.5 adverbios demostrativos de lugar
Esquema 9
Adverbios demostrativos de lugar en francés
Esquema 10
Adverbios demostrativos de lugar en catalán
ecce / *acce hic > ací huc ecce/*acce hac > ça ecce / *acce h nc > acèn(s)
*eccu / *accu hinc > aquèn
*ad illic > allí illuc *ad illac > lla *ad ill nc > allèn(s)
Esquema 11
Adverbios demostrativos de lugar en español medieval
*ad illic > allí illuc *ad illac > allá *ad ill nc > allén
158
deícticos y anafóricos 2.6.1.1
159
2.6 adverbios demostrativos de lugar
Los primeros testimonios de aquí (21), dejando fuera el Cantar de mio Cid,9
se encuentran en el Auto de los Reyes Magos y en la Fazienda de ultramar (21a),
obras en las que no faltan rasgos occitanos. La fecha y el tipo de textos10 podrían
hacernos sospechar que aquí se tomó de otra lengua románica, el occitano, posi-
bilidad que sugerimos, con la correspondiente evidencia, infra en §2.6.2. Sea cual
sea su origen, esta forma solucionó los problemas de homofonía que mostraba
el adverbio ý (hi ~ hy) con la conjunción copulativa y, procedente del latín et, y
con el adverbio anafórico procedente de ibi (Espinosa 2008:1254-1255; Malkiel
1964:667; Wright 1982/1989:43). Desde el siglo xiii aquí se documenta ya con
significado temporal (21b).
(21) a. Pus andad i buscad / i a el adorad / i por aquí tornad [Anónimo, Auto
de los Reyes Magos, ca. 1180, corde]
Mios fijos son, quem dio Dios aquí [Almerich, La fazienda de ultramar,
ca. 1200, corde]
9
El Cantar para este problema puede oscurecer los hechos reales de lengua dado que, como
se sabe, se conserva en un codex unicus con una datación aceptada muy posterior, del siglo xiv.
10
Aunque el texto del Auto de los Reyes Magos es de base castellana, no han pasado
desapercibidos los rasgos occitanos que contiene (Ariza 2009:52; Lapesa 1942/1981:200, 1954;
Solà-Solé 1975). En lo que se refiere a la Fazienda de ultramar, se maneja una hipótesis muy
general: la de que pudo haber existido anteriormente un texto latino, lemosín o gascón (Lapesa
1942/1981:233), o una más concreta, que llevaría a un romanceamiento ultrapirenaico, occitano,
del que se hace la traducción al castellano, cuya copia, muy próxima a la fecha del original, se
data en 1220 (Martínez 2002-2004:613).
160
deícticos y anafóricos 2.6.1.1
b. e todo quanto gano depuse e lo que ganara daqui adelante que todo...
[Anónimo, Documento del monasterio de las Huelgas, 1233, apud
Martín Criado 1993:588]
161
2.6 adverbios demostrativos de lugar
Allá se origina en *ad illac, siendo illac el adverbio que señala trayecto o
vía ‘por allá’. Corominas (1980-1991:s.v. allá) lo documenta por primera vez en
el Cid y afirma que “se ha diferenciado siempre de allí por referirse a un lugar
más amplio... o localizado más vagamente. También se nota que la relación de
movimiento a o hacia un lugar se expresa normalmente con allá y raras veces
con allí”, pero este adverbio también perdió muy pronto su significado originario
y adoptó el de ubicación (26a), dirección (26b) y origen (26c).
(26) a. fizo enviar por la tienda que dexara alla [Cid, 624]
b. las moncluras del yelmo todas gelas cortava, / alla levo el almofar,
fata la cofia llegava [Cid, 3652-3653]
162
deícticos y anafóricos 2.6.1.1
Cuadro 1
Acullá desde el siglo xiii en textos castellanos
xiii 8
xiv 5
xv 32
xvi 297
xvii 168
xviii 24
xix 144
xx 57
163
2.6 adverbios demostrativos de lugar
(27) e tod esto assi fue acullá e aquí [Alfonso X, General estoria. Primera
parte, ca. 1275, corde]
mas que las echassen acullá [Alfonso X, General estoria. Primera
parte, ca. 1275, corde]
(28) Aqui habla como catequista, alli como Guardian, acullí como Obispo
[Fray Francisco Alvarado, Cartas críticas del Filósofo Rancio, 1811-
1813, corde]
ni yo estaba aquí, ni allí, ni acullí [Bartolomé José Gallardo, Zapatazo
a zapatilla y a su falso buscapié, 1851, corde]
164
deícticos y anafóricos 2.6.1.1
Aquén se forma desde *accu hinc, siendo hinc el adverbio latino que significaba ‘de
aquí’. Los primeros testimonios se datan en el siglo xiii (29a). Su uso habitual con
un complemento encabezado por la preposición de (29b) produce su fusión
con esta: aquen de > aquende (29c) (Corominas 1980-1991:s.v. aquí; Terrado
1990b:58); en opinión de Sánchez Lancis (1990:161), aquende sería el resultado
de un reanálisis por resegmentación. Como el proceso de cambio en la formación
de palabras es recurrente (→ Capítulo 1), el adverbio aquende vuelve a emplearse
seguido de una frase preposicional encabezada por la preposición de (29d), que
puede elidirse, prueba sin duda de que el adverbio se reanalizó como preposición
desde el siglo xi, tal como se observa en el ejemplo más antiguo (29e), en el que la
a que sigue al adverbio es el artículo femenino. Desde muy pronto se refuerza su
significado originario de procedencia / origen en el compuesto con la preposición
de (29f). Sin embargo, en gallego-portugués “la aglutinación no se ha producido
y sigue diciéndose aquêm ‘do lado de cá’” (Corominas 1980-1991:s.v. aquí).
(29) a. Et la parte de los Godos que finco aquen con el rey Philimer [Alfonso
X, Estoria de España, ca. 1270, corde]
b. a aquen de las alpas que es entre las españas & galljzia [Anónimo,
Crónica de 1344, 1344, corde]
c. ni alende de Taio nin aquende [Anónimo, Fuero de Plasencia, ca.
1300, corde]
d. pixota fresca en Castilla quinse dineros alfonsis, aquende de Duero
vna quarta de mr [Anónimo, Ordenamiento, 1268, corde]
e. et alia menea aquende a nostra casa [Anónimo, Documento de Sa-
hagún, 1057, apud Martín González 1999:61]
f. Ante lo compraredes qe d’aqend vos vayades [Berceo, Milagros,
1246-1252, corde]
165
2.6 adverbios demostrativos de lugar
“también pudo haber influencia de ende, como apuntó Correas: de este ende
salieron aquende, allende” (Alvar y Pottier 1983:331-332). A nuestro parecer, y
con base en los datos del corde, es una interpretación carente de fundamento,
aunque casi natural; se trata de una etimología popular de la que han sido
víctimas numerosos autores, desde Menéndez Pidal (1904/1940:§128), pasando
por Hanssen (1913/1945:§623) o García de Diego (1951/1981:393) hasta Cuevas
(2008:83-84), quien, a pesar de manejar la propuesta de Corominas (1980-
1991:s.v. aquí) y de las pruebas textuales, afirma: “nos parece más razonable
suponer una etimología del siguiente tipo: aquende < hinc inde, allende < illinc /
illic inde. Sólo la presencia del adverbio ende en el compuesto justifica la necesidad
de un elemento que constituye el origen / límite de los espacios que señalan
allende y aquende”. Para este investigador, aquende se generaliza entre los siglos
xiii y xv, centuria esta última en la que precisamente retrocede, justo cuando
parece incrementarse el empleo de allende.
Allén (30a) se pudo originar en *ad illinc o directamente desde illinc ‘de allí’ >
*ellén, con una disimilación de la vocal átona inicial o con una a- analógica con la
de otros adverbios y pronombres-adjetivos demostrativos que comienzan por esta
vocal. Al igual que aquén, se funde con la preposición de que encabeza la frase
preposicional que lo sigue: allén de > allende (30b). El nuevo adverbio también
puede utilizarse seguido de un complemento con de (30c). Cuando el complejo
allende de se interpreta como forma encabezadora del sintagma, allende se rea-
naliza como preposición y, en consecuencia, se elide de. Existe documentación
temprana de este reanálisis, ya en el siglo xiii (30d). Allen(de) pierde pronto
en castellano el significado etimológico de origen y este puede hacerse expreso
mediante la preposición de, de allen(de) (30e).
(30) a. passó allén la sierra a agosto coger [Gonzalo de Berceo, Vida de santo
Domingo, ca. 1236, corde]
b. & fueronse a unos desiertos que auie allen de la Ribera del Nilo
[Alfonso X, General estoria. Cuarta parte, ca. 1280, corde]
altera fazola allende, in sulco don Guterre [Anónimo, Documento
del monasterio de Las Huelgas, 1230, apud Martín Criado 1993:571]
c. & enuio allende de los montes por los prelados que fuessen a Roma
[Anónimo, Gran conquista de ultramar, 1293, corde]
d. Otrosi nenguno non aduga su pastor depues que passare el ganado
allende Taio fata su uenida [Anónimo, Fuero de Usagre, 1242-1275,
corde]
e. Et mando a las de Sant Estevan de allende la puente çinco mora-
betinos pora pitançia [Anónimo, Carta de donación, 1285, corde]
166
anafóricos ý y ende 2.6.1.2
El adverbio anafórido ibi suele utilizarse en latín clásico con un significado eti-
mológico espacial sin movimiento, pero en el bajo latín reemplazó al adverbio de
dirección eo (Ernout y Meillet 1951:s.v. ibi). En su evolución, pudo haber tenido
una forma *iue antes de dar el resultado medieval ý, con las variantes gráficas
i, hi, hy, hij ya mencionadas (Menéndez Pidal 1904/1940:§128).
Es opinión generalizada que ibi e hic se confundieron en iberorromance
(Corominas 1980-1991:s.v. y) y de ello podría haber pruebas en la documentación
notarial medieval (32), pero recordemos que hic era un adverbio que, además de
deíctico, era anafórico y, en casos de confusión, tanto hic como ibi reaccionaron
y dieron lugar a nuevas expresiones.
167
2.6 adverbios demostrativos de lugar
del referente. Junto a este uso, desde muy temprano se emplea junto al verbo
haber ya (casi) gramaticalizado (34a), sin referencia anafórica a un lugar pre-
viamente mencionado (Badia 1947:228; Douvier 1978:49-50; Hernández Díaz
2006:§12.6.6; Sánchez Lancis 1990, entre otros), y buena prueba de ello es que
la forma verbal ay se emplea junto al adverbio ý (34b) (véase infra §2.8). Res-
pecto a las causas de la pérdida de este adverbio, además de los problemas de
homonimia con el resultado de hic y con la conjunción copulativa procedente
de et, se han apuntado otras razones: de tipo fonético, como la confusión átono /
tónico; de tipo semántico, como su indefinición de sentido; y de tipo morfológico,
como la lucha con los adverbios allí o allá y posteriormente con ahí.
168
anafóricos ý y ende 2.6.1.2
allí, como muestra el Libro de la montería: Et deuen tomar tiento alli do enten-
dieren los monteros que (los canes) dexaren (el venado) (apud Douvier 1978:35).
Ende procede del latino inde, mantiene el significado etimológico de origen y
siempre fue tanto tónico como locativo (Badia 1947:85-86). Presenta las variantes
ende, end, ent, en y ne (36a). Desaparece en castellano a partir del siglo xv, casi a
la vez que ý, pero se conserva “en asturiano (con sentido locativo) y en aragonés
(con un uso muy parecido al del catalán)” (Zamora 1960/1974:284-285), si bien
sufre un notable desgaste en estas dos lenguas por el intento de nivelación que
impone el español. Las variantes románicas en, ne o ‘n, como no’n viengo ‘no vengo
de allí’, han sufrido asimilación: nd > nn > n (Badia 1947:33; Moll 1952:202).
En documentación notarial latina medieval se atestigua el simple inde (36a),
pero ya en el propio latín, inde reforzaba el significado de origen con las prepo-
siciones de o ex: de inde, ex inde (Badia 1947:35). En castellano, con de, y así de
ende > dende (36b), documentado con mucha frecuencia con apócope del núcleo
silábico y con o sin ensordecimiento del margen consonántico oclusivo, dend ~
dent (36c) muy pronto entra en contextos de sentido temporal (36d). Dende
desbanca a ende en el último cuarto del siglo xiii (Martín Criado 1993:671),
pero ende sigue vivo en la expresión por ende, totalmente lexicalizada hoy (37a),
habitualmente con el significado de ‘por ello’, y así conformada desde el más
temprano español medieval (37b).
169
2.6 adverbios demostrativos de lugar
Llegados a este punto y vistos los problemas de homofonía entre las formas
originadas en hic y en ibi, además de las peculiares evoluciones en occitano y en
catalán, hemos de centrarnos en las formas aquí y a(h)í, porque, como ya dijimos,
estos dos adverbios tienen una especial complejidad etimológica y de datación.
Desde el Cantar de mio Cid aparecen ejemplos de aquí con valor deíctico
(38a) y con valor fórico: catafórico (38b) y anafórico (38c). Esta obra literaria,
que ha llegado a través de una copia muy posterior, nos pone sobre la pista del
uso tardío de aquí en castellano, dato que confirman plenamente los documen-
tos notariales originales, en los que este adverbio no se utiliza con regularidad
hasta finales del siglo xiii (38d).
170
la especial complejidad de aquí y de ahí 2.6.2
Esquema 12
Evolución del anafórico procedente del latín ibi en occitano
aqu-í ‘allí’
171
2.6 adverbios demostrativos de lugar
Esquema 13
Evolución del anafórico procedente del latín ibi en catalán
aqu-í ‘ahí’
Aunque pudiera parecer una hipótesis arriesgada, sería posible postular que
aquí podría ser occitanismo en una etapa temprana, con el cambio semántico ‘ahí’ >
‘aquí’ cumplido, aunque siga manteniendo los dos significados. Esta hipótesis
se sustenta no sólo en la forma: los varios problemas fonético-morfológicos ya
examinados, sino también en la datación: las no tempranas, o “tardías”, fechas
de aparición en los textos iberorromances. Veamos. En occitano se obtuvo el
sentido de ‘proximidad al emisor’, ‘aquí’, desde el de media distancia, ‘ahí’, en
contextos favorables al cambio, como se observa en diversas obras tempranas:
a finales del siglo xii en un texto de Bertran de Born, Mon chan fanis ab dol et
ab maltraire, en cuyos versos 68 y 69 se puede leer: e Flandres de Gan / d’aquí
a Guizan (Paden 1998:201); en el Roman de Flamenca, del siglo xiii, en versos
como el 2948: Per aquí mos amix vengues, que traduce Covarsí (2010:193) como
Venid aquí a mis brazos, bello amigo; en cartas provenzales antiguas: el casal
d’aiqui meteis detrás lo castell, que Jensen (1986:139) recoge de Brunel (1962)
y traduce como and the farm-house right here behind the manor; y en algún
ejemplo que ofrece Guilhem Anelier, trovador del Languedoc, en el poema épico
La guerra de Navarra, que ha llegado a través de un manuscrito de finales
del siglo xiii, obra de la que existe una edición trilingüe —occitano, castellano
y vasco— (Berthe, Ciérbide, Kintana y Santano 1995:223): Ladoncs diss l’un
a l’autre: “—Aquí fa mal estar”, verso 68, traducido como entonces se dijeron
unos a otros: “No podemos permanecer aquí”. Poco después, en una traducción
catalana del Evangelio según san Juan, anterior a 1310, volvemos a encontrar
aquí con el mismo significado que en el texto castellano (Riiho y Eerikäinen
1993:168): E d’aquí avanti, vós lo conexerets e veurets aquell, correspondiente
a e daqui adelantel connoçredes, e uiestes le.
Ahí presenta muchos más problemas. Podría pensarse que es una creación
propia del castellano y del gallego-portugués, lenguas que formaron un sistema
paralelo al de los pronombres y adjetivos demostrativos aqueste, aquese, aquel,
172
la especial complejidad de aquí y de ahí 2.6.2
12
Pérez Saldanya y Rigau (2011:470-471) defienden el uso de ahí como castellanismo en
catalán, con un uso esporádico en los siglos xvi y xvii en esta lengua para marcar media
distancia.
13
Manuel Pérez Saldanya (comunicación personal) nos ha proporcionado esta valiosa
información. Los ejemplos están extraídos del Corpus Informatizat del Català Antic (cica).
173
2.6 adverbios demostrativos de lugar
174
la especial complejidad de aquí y de ahí 2.6.2
Esquema 14
La evolución de ci en italiano: deixis-anáfora > anáfora
Esquema 15
Adverbios del catalán en el siglo xiii
Deícticos Anafóricos
ací
aquí
allí hi
175
2.6 adverbios demostrativos de lugar
Esquema 16
Adverbios del castellano y del portugués antiguo
Esquema 17
Adverbios del español del siglo xiv
Deícticos Anafóricos
aquí
ahí
allí ý
Esquema 18
Adverbios del español del siglo xv
Deícticos Anafóricos
aquí
ahí
ahí
allí (ý)
176
la especial complejidad de aquí y de ahí 2.6.2
177
2.7 adverbios demostrativos de lugar
178
sistema de adverbios demostrativos de lugar. frecuencia de empleo 2.7
Cuadro 2
Frecuencias de uso de adverbios demostrativos de lugar en los textos
179
2.7 adverbios demostrativos de lugar
Cuadro 3
Aquí + allí vs. resto de adverbios demostrativos de lugar: xiii-xix
180
sistema de adverbios demostrativos de lugar. frecuencia de empleo 2.7
181
2.7 adverbios demostrativos de lugar
16
Cf., entre otros, los trabajos de Biber (1995), Bustos (1993), Cano (2003), Company (2008,
2012), Koch y Oesterreicher (1990/2007:cap. 1), López Serena (2007), y los trabajos reunidos
en Oesterreicher, Stoll y Wesch (eds.) (1998), en Jacob y Kabatek (eds.) (2001) y en Kabatek
(ed.) (2008).
182
sistema de adverbios demostrativos de lugar. frecuencia de empleo 2.7
183
2.7 adverbios demostrativos de lugar
(43) esta presente carta que me obligo de dar e pagar a vós, Mateo Magno,
vezino de la dicha civdad qu’está ý presente..., ocho ducados [Anónimo,
Carta de donación, 1566, España, corde]
17
Incluso este “último” caso parecería también dudoso, ya que podría ser interpretado como
un caso de fusión por fonética sintáctica: “qu’está [a]ý”. De hecho, en dos casos de ý, que no
han sido tomados en cuenta para los conteos del cuadro 1 arriba, el editor de las Comedias de
Lorenzo Sepúlveda (1563-1565, España) repone [a]ý.
18
Se registra algún caso en el corde en siglos posteriores, pero todos corresponden a
reproducciones de textos medievales incluidos en obras de historiadores. Todos estos contextos
dudosos y las dificultades de interpretación permiten acotar algo más las fechas de la pérdida
del adverbio anafórico ý; debió producirse, en nuestra opinión, a finales del siglo xv o, quizá,
en las dos o tres primeras décadas del siglo xvi, quedando algunas conservaciones residuales
en documentación jurídica y notarial.
184
sistema de adverbios demostrativos de lugar. frecuencia de empleo 2.7
tipo acullí documentadas en el siglo xix, como vimos en los ejemplos de (28)
arriba, que otorgan paralelismo a esta “rara” forma adverbial. Por último, el
cuadro 2 arriba nos informa que acá siempre ha sido de muy escaso empleo en
el conjunto de adverbios demostrativos, aunque tiene un repunte no desdeñable
en el siglo xvi: siglo xiii 3% > xvi 8% > xix 4% > xxi 2%.
Detengámonos unas líneas en acá porque su uso es particularmente intere-
sante para observar la dependencia de la gramática respecto del uso, en general,
y respecto de los géneros textuales, en particular. Acá, al igual que su par aquí,
es un adverbio de empleo esencialmente deíctico en los textos. En el siglo xvi el
corde incorpora crónicas de Indias, libros de viajes, teatro y epistolarios que pro-
pician más la deixis y que permiten que el narrador-hablante-escritor codifique
con este adverbio las coordenadas espacio temporales en que él se encuentra, por
ello, el incremento de acá. Los datos proporcionados por el corpus base para el
siglo xvi son reveladores porque confirman el incremento de acá en el siglo xvi,
pero arrojan una frecuencia de empleo mucho mayor que el corde para este siglo,
aunque similar al corde para los cortes cronológicos precedente y subsecuente:
siglo xiii 2% > xvi 19% > xix 3%. El llamativo incremento a 19% en el siglo xvi
(64 ocurrencias de 390) tiene como protagonista las cartas de emigrantes a Indias
que forman parte de la colección Documentos lingüísticos de la Nueva España.
El corpus base no contiene una documentación equiparable en los otros perio-
dos. Los viajeros al continente americano emplean con relativa abundancia el
adverbio acá (44) para describir su nueva situación, el nuevo mundo al que han
arribado y hacerles llegar a sus familiares o a las autoridades los sentimientos,
los usos y las nuevas costumbres desde unas nuevas coordenadas espaciales a
las que han de adaptarse. En resumen, acá aflora casi exclusivamente en ciertos
géneros textuales, aquellos que permiten que el hablante se sitúe en el espacio
nuevo que acaba de conocer y narre la experiencia de ese espacio al otro; un
espacio que se estima muy amplio, a partir de los contenidos de las cartas, y
que aparece referido constantemente con un adverbio, acá, el cual no expresa en
esos textos proximidad inmediata propiamente, sino una cierto carácter espacial
genérico, esto es, acá es, sin más, ‘el nuevo lugar donde estoy’. El género epistolar
es particularmente idóneo para ello; por lo tanto, acá es una forma ligada a la
oralidad y a las cartas en el siglo xvi.
(44) Seria gran piedad que pues que Dios a multiplicado aca muchos
cavallos, que mandase vuestra magestad que los trujesen en recua
[dlne, 1550, 24.130]
Y todabia tengo esperança de bellos aca en esta tierra antes que
Dios me lleve desta vida [dlne, 1572, 40.171]
185
2.7 adverbios demostrativos de lugar
(45) a.
no nos osamos enbarcar junto al pueblo donde avíamos desenbarca-
do por el gran número de indios que allí estaban aguardándonos
[Bernal, 14.29]
Permaneceré, pues, aquí el tiempo que él quiera [Pepita, 168]
b. Y si a b. m. no se le haze de mal, me enbie aca a un hemano mjo
[dlne, 1578, 70.220]
Lejos de dejar de ir a casa de Pepita, voy más temprano todas las
noches. Se diría que los demonios me agarran de los pies y me llevan
allá sin que yo quiera [Pepita, 254]
186
aparente especialización dialectal de españa y américa 2.7.1
(46) a.
Et tú eres noble et de buena parte, et yo he menester tu amor et
aquí estaré a tu puerta, que non comeré nin beveré fasta que me
otorgues tu amor [Calila, 207]
Et en esse seteno día quedo otrossí de toda la obra que acabara.
E esto es, segund diz Beda en la glosa, que de alli adelante que non
fizo Dios creatura ninguna de nuevo [gei, 1.7]
pusolas junto a sus pies, y tornose a poner en el pulpito con cara
alegre, y arrojar desde alli de diez en diez, y de veynte en veynte de
sus bullas [lt, 72]
187
2.7 adverbios demostrativos de lugar
Esta distinción, que sólo funciona en parte en los datos del corpus base
(véase infra §2.10.2), puede ponerse en relación, a nuestro modo de ver, con la
iconicidad y el simbolismo fonético que incide en algunas zonas de la gramática:
dado que el fonema /a/ del español es la vocal baja central, en cuya articulación
queda libre un amplio espacio fónico en la cavidad bucal, es posible asociar la
serie adverbial demostrativa acabada en esta vocal con una locación amplia; por
el contrario, dado que la /i/ es un fonema vocálico anterior alto, el articulador
lengua está casi pegado al paladar anterior, el espacio para la articulación de
esta vocal es mucho más pequeño, de ahí que se pueda asociar la serie en -i
a un espacio pequeño o un punto.
Esta misma distinción es la que ha operado para que las gramáticas y estudios
especializados establezcan una diferencia dialectal entre España y América en
el empleo de los adverbios demostrativos de lugar, discriminación realizada en
términos de tendencia más que de una isoglosa absoluta: España emplea mucho
más la serie en -í frente a América que emplea más la serie en -á (Allen 1963:105;
Alvar y Pottier 1983:331-332; Kany 1945/1969:319; rae-asale 2009:§17.8cd;
Sedano 2000). Es decir, los hablantes españoles tenderían a conceptualizar el
espacio y el tiempo de manera más acotada, los hablantes hispanoamericanos
suelen conceptualizarlo como coordenadas menos precisas o más amplias.19
Ya vimos en el cuadro 2 (supra §2.7) que la serie en -í multiplica con creces
a la serie en -á en todos los periodos y países, por lo cual, es obvio que América
emplea también mucho más -í que -á. Examinemos ahora con detalle los datos
arrojados por el crea para la búsqueda que hicimos para 2000-2001 en cuatro
países, Argentina, España, México y Uruguay, en todos los géneros textuales.
De nuevo, las diferencias en número de documentos no deben incidir en el
resultado, porque el español de España está considerado como un 100% en sí
mismo e, igualmente, los tres países americanos están considerados en conjunto,
para efectos de frecuencias, como un 100%. Con todo, no debe ser pasado por
19
Sería motivo de una investigación lingüística, en diálogo con la psicología cognitiva,
examinar si el mayor espacio geográfico abarcado por Hispanoamérica frente al más restringido
de la península ibérica motiva, icónicamente, que los hablantes americanos conceptualicen el
espacio en términos más amplios y de ahí el mayor uso de adverbios demostrativos de lugar
en -á en el español de ese continente.
188
aparente especialización dialectal de españa y américa 2.7.1
alto que España tiene más documentos subidos en este corpus electrónico que
los que suman los tres países americanos juntos: 1 219 documentos frente a
1 150, respectivamente, no obstante que España tiene 40 millones de hispano-
hablantes y los tres países americanos suman 155 millones. Pudiera ser que
este desequilibrio documental y de número de hablantes pudiera incidir en los
resultados, pero aún así consideramos que la información arrojada por el crea
es muy significativa. Los resultados generales de España frente a América
aparecen en el cuadro 4 abajo.
Cuadro 4
Diferencias España vs. América en adverbios demostrativos
Serie -í Serie -á
Los datos cuantitativos del cuadro 4 arriba indican que en los cuatros países,
como ya vimos, la serie en -í es la privilegiada en el uso real de la lengua porque
quintuplica o cuadruplica a la serie en -á, lo cual informa, una vez más, que
hablar español es un hecho integral común a 500 millones de hablantes. Pero
el cuadro también muestra que América dobla a España en el empleo de adver-
bios de la serie -á: 25% vs. 13%, respectivamente. Este mayor empleo empieza
a tomar carta de naturaleza en los textos desde las primeras décadas del siglo
xvi (García y Colomé 2012), por lo cual pareciera ser un americanismo llevado
a América como rasgo dialectal de algunos hablantes peninsulares emigrantes
a Indias, procedentes en su mayoría de Extremadura y Andalucía, acrecentado
en ese continente con el paso del tiempo y aminorado en España también con
el paso del tiempo.
El sentimiento lingüístico de muchos hablantes hispanoamericanos nativos es
que cuanto más se baja en el continente americano más se emplean las formas
en -á, y ciertamente, muchos hispanohablantes americanos tienen conciencia
de que el mayor empleo de los adverbios acá y allá, sobre todo el primero, es un
rasgo identitario del español de América, pero sobre todo es un caracterizador
del Cono Sur, muy al sur. Los resultados del cuadro 5 abajo parecen confirmar
este sentimiento lingüístico. El cuadro 5 sólo toma en cuenta los tres países
americanos pero une Argentina y Uruguay porque, como ya dijimos, constituyen
una sola zona dialectal, español rioplatense. De nuevo, para efectos del análisis
cuantitativo, México constituye un 100% y Argentina con Uruguay un 100%.
189
2.8 adverbios demostrativos de lugar
Cuadro 5
Diferencias México vs. Río de la Plata en adverbios demostrativos
Serie -í Serie -á
190
desaparición del adverbio ý. su morfologización en haber 2.8
191
2.8 adverbios demostrativos de lugar
(47) Si algún omne es rogado que sea testimunia de algún escripto, non
meta ý su sennal por ninguna manera [Anónimo, Fuero juzgo, ca.
1250-1260, corde]
E quando la uio, marauillos ella e todos los que ý estauan [Alfonso
X, General estoria, Segunda parte, ca. 1280, corde]
Parescieron el concejo de los christianos de Coreylla et me fizieron
entender que muchos pobladores verrian hy a morar si la pecha...
[Anónimo, Exención de un impuesto, 1284, corde]
Qualicumque que... et en la uilla fuere,... et ponga sus uozeros, et los
alcaldes denles II fieles con que se uaya encerrar. Et hi diga en qual
casa... [Anónimo, Fuero de Usagre, 1242-1275, corde]
192
desaparición del adverbio ý. su morfologización en haber 2.8
(48) a. & faga fazer enmienda de la casa que quemó & del danno que ý ouo
de la buena de aquel que la quemó [Anónimo, Fuero juzgo, ca. 1250-
1260, corde]
E por esto era muy mal quisto de todas las gentes, mas no osauan
yr contra el por que non auie y qui los defender [Alfonso X, General
estoria, Segunda parte, 1275, corde]
seyendo la tierra de suso sana & entera que nunqua ouiera y poblança
ninguna [Alfonso X, General estoria, Segunda parte, 1275, corde]
e despoiaronle el palio e echaronle en el pozo. E este pozo era bazio
e no y auia agua [Almerich, Fazienda de ultramar, ca. 1200, corde]
b. nin aquel escripto non deue ualer, pues que alguna testimonia ý non
ha que uala [Anónimo, Fuero juzgo, 1250-1260, corde]
Otras yslas y a menores, que son de la pertenencia de europa [Alfonso
X, Estoria de España, ca. 1275, corde]
c. Et aun hay otra ssignifficança que ha en ssí el alua [Alfonso X, Se-
tenario, ca. 1252-1270, corde]
En termino d’Allielet ha x rahales, et hay casas sanas et derribadas
[Anónimo, Repartimiento de Murcia, 1257-1271, corde]
En sus orígenes, por tanto, la forma ý funciona como un tipo peculiar de pala-
bra plena, un adverbio locativo anafórico y adyacente al verbo; tenía movilidad
posicional y, en consecuencia, podía aparecer antepuesto o pospuesto a haber,
como muestran los ejemplos de (48bc) arriba, lo cual es muestra de que el adverbio
no era parte integral del verbo, sino una palabra locativa independiente. Podía,
asimismo, aparecer no sólo con presente de indicativo, sino con otros tiempos
verbales, como ejemplifica (48a) arriba. Con el transcurso del tiempo, el adver-
bio locativo pierde la limitada libertad distribucional originaria, se cohesiona
con la base verbal y se reanaliza como afijo del verbo: palabra > morfema, es
ya un afijo integrado a una base verbal de carácter único: sólo en presente de
indicativo, la forma, por tanto, se ha degradado, se ha decategorizado, pasando
de sintaxis > morfología y de forma libre > forma ligada. Se opaca, asimismo,
su valor locativo, de ahí que pueda aparecer en la oración otro adverbio demos-
trativo de lugar, allá, allí, aquí, etc., como se ve en (49). El hecho de que hay
pueda concurrir con otros adverbios demostrativos de lugar es la prueba de que
el antes adverbio demostrativo de lugar ý está totalmente morfologizado y no
193
2.8 adverbios demostrativos de lugar
(49) porque alla ay mucha abundancia y aca falta curar [dlne, 1525, 1.3]
y que saldrán para Carrion á ver una monja que hay allí tenida por
santa [Luis Cabrera de Córdoba, Relación de las cosas sucedidas en
la corte de España, 1599-1614, España, corde]
Hánle visitado los señores y caballeros, que aquí hay, y los presi-
dentes [Luis Cabrera de Córdoba, Relación de las cosas sucedidas en
la corte de España, 1599-1614, España, corde]
La afijación de un morfema locativo es, sin duda, evidencia del alto grado
de espacialidad que entrañan las construcciones existenciales en español, y, en
general, en las lenguas del mundo, ya que, al ser la existencia una predicación
sumamente abstracta, se requiere concretarla o precisarla en unas coordenadas
espaciales específicas, de ahí la congruencia de la integración de adverbios de-
mostrativos de lugar en estas expresiones (Hernández Díaz 2007): ý en español,
de manera idéntica en francés y catalán: fr. il-y-a, cat. hi ha, aunque estas dos
lenguas mantienen la partícula locativa, y, hi, en los otros tiempos verbales: il
y avait, hi havia; ci en italiano, ci sono, etc. La incorporación de un adverbio
locativo para la expresión de una predicación existencial es una muestra de la
metáfora la actividad es espacio, porque en él, lógicamente, se vive, se existe, y se
realizan todas las actividades, concretas y abstractas, requeridas para la vida.21
20
Es bastante complicado determinar el estatus morfológico de -y en la forma hay en el
español actual. No es morfema, porque no conmuta con nada y no tiene significado, posiblemente
ni gramatical, sino que parece ser un simple índice de que la forma hay es presente del
existencial haber. Si atendemos al sistema, sería un morfema porque conmuta con Ø, dado que
existe la fórmula jurídica “su pregunta no ha lugar”, todavía vigente en el español actual, pero
si atendemos al uso, esa aparición de ha como verbo pleno es un hapax en todo el sistema de la
lengua española, por lo cual no parece muy razonable establecer el estatus gramatical de una
forma con base en la conmutación con un residuo único. Lo consideraremos forma ligada afijo,
a falta de una más afinada categorización. En español medieval sí era morfema ligado porque
alternaba con Ø, dada la convivencia de ha ~ hay por varias centurias. Una vez desaparecido ha
del uso real, surge el problema de asignación categorial. Pérez Saldanya (comunicación personal)
nos sugiere que -y podría ser caracterizado en el español actual como un segmento integrado en
la raíz verbal, concretamente en uno de los alomorfos de la raíz; este estatus es, a nuestro modo
de ver, interesante porque supondría un paso más en el proceso de gramaticalización: palabra
plena (ha ý) > morfema ligado (hay, en contraste con ha) > segmento final de la raíz verbal.
21
Metáfora manifestada en muchas otras zonas del español; por ejemplo, para citar sólo un
conocido caso, el sustantivo orchestra que refería a un espacio, el lugar donde danzaba el coro
en el teatro griego, dio lugar al sustantivo dinámico orquesta, y al verbo de actividad orquestar.
194
desaparición del adverbio ý. su morfologización en haber 2.8
(50) Ca en las cosas en que tan gran mal ha, que se non pueden cobrar si
se fazen [Don Juan Manuel, El conde Lucanor, 1325-1335, corde]
Ca tantos somos nos e tanto poder avemos, que non ha oy rrey en
el mundo que nos osase fazer un pesar [Anónimo, Historia troyana,
1270, corde]
195
2.8 adverbios demostrativos de lugar
196
desaparición del adverbio ý. su morfologización en haber 2.8
197
2.8 adverbios demostrativos de lugar
Esquema 19
Actualización del reanálisis fv ha + ý > hay
198
sintaxis de los adverbios demostrativos de lugar 2.9
Este apartado de sintaxis, así como el siguiente (§2.10) de semántica, están ba-
sados en los datos del corpus base y, en lo fundamental, en el análisis realizado
por García y Colomé (2012), pero con modificaciones al análisis cuantitativo y
cualitativo llevado a cabo por esta autora. Prescindimos de acullá por su bajísi-
ma, casi nula, aparición en el corpus base (dos casos, uno en el siglo xiii y uno
en el xvi), por lo que el análisis será realizado a partir de aquí sobre 990 casos
de adverbios demostrativos de lugar.
Analizamos ahora, en §2.9, la combinatoria sintáctica de estos adverbios, su
alcance, la copresencia cercana de dos adverbios demostrativos de lugar haciendo
referencia al mismo referente, la frecuencia con que aparecen frases nominales
encabezadas por demostrativos en un contexto próximo y los correlatos de perso-
na que estas establecen con los adverbios demostrativos de lugar, y, finalmente,
cuáles son los verbos concurrentes con estos adverbios.
199
2.9 adverbios demostrativos de lugar
Los adverbios demostrativos de lugar, tanto en sus usos fóricos como deícticos,
se emplean mayoritariamente solos, sin construirse con alguna otra forma,
87% en promedio en los tres cortes cronológicos del corpus, y en sólo 13% de los
casos aparecen construidos con alguna forma, porcentajes realizados sobre un
total de 990 ocurrencias del corpus y con mínimas variaciones cuantitativas
entre los tres siglos que forman el corpus base. En (54) se ejemplifican usos de
adverbios solos y en (55) usos con combinatoria sintáctica. En este último caso
es casi siempre una preposición (55a), menos frecuentemente una fp en aposi-
ción (55b), menos frecuentemente aún una oración relativa especificativa (55c),
y, aún más ocasionalmente, una frase adverbial, casi siempre constituida sólo
por el adverbio, aquí afuera (55d). El corpus base no contiene fn en aposición,
del tipo aquí su admirador de siempre, que son posibles en la lengua española,
aunque restringidas a sustantivos humanos poseídos, y tampoco contiene la
construcción adverbio demostrativo de lugar + mismo, aquí mismo, acá mis-
mo, también posibles en el español (véase supra §2.1 e infra §2.10.2). Estos
porcentajes indican que la combinatoria sintáctica de estos adverbios es muy
reducida, que no necesitan complementación interna y que entablan una débil
o casi nula relacionalidad sintagmática, si bien su capacidad en el sistema en
abstracto parece ser mayor que en su uso real en los textos, tal como pudimos
comprobar en la caracterización sintáctica general realizada en la introducción
de este capítulo (véase supra §2.1).
(54) a. con todo aquesto non le mengua ý de aver algunas yervas de que se
ayude et se aproveche [Calila, 105]
b. malo esta de ver, que la desdicha de esta biuienda lo haze, como ves
es lobrega triste, obscura, mientras aqui estuuieremos hemos de
padecer [lt, 52]
et aquel cauallo touo lo aqui fasta yer sabado que lo embio con don
Manuel [dle, 1272, 368.487]
c. y si todavja usan entre clerjgos las yeguas, como solja quando yo ay
estava, [dlne, 1583, 76.233]
d. Cómo entramos en Çenpoal, que en aquella sazón era muy buena
poblazón, y lo que allí pasamos [Bernal, 110.8]
pudo venir a México y se dirigió a una famosa casa de empeño; allí,
después de una hora de disputa y de haber desarmado la espada y
pesado la plata, sacó cuarenta pesos líquidos [Bandidos, 1.124]
e. Mas vayamos a un lugar que yo sé do ay muchas truchas et començe-
mos ý, et desí vengamos acá et abarrerlas emos [Calila, 144]
200
concurrencia con preposiciones 2.9.1.1
201
2.9 adverbios demostrativos de lugar
(56) a. Yo quiero ir a tal aldea alexos de aquí a labrar con un rico omne
[Calila, 241]
b. No se oye un viva, ni un muera, no hay turbas, ni escándalos, ni
insultos por las calles. Ayer anduve por ahí en coche, en la berlina
[Historia, 1868, 316]
c. y que no pretendemos otra cosa sino sólo el bien de sus ánjmas. Y
esto an vjsto asta aquj en todos los rreligiosos [dlne, 1550, 24.129]
Cuadro 6
Adverbios demostrativos de lugar con preposición
El cuadro 6 arriba confirma que los adverbios tienen una muy baja combi-
natoria sintáctica, ya que, en promedio, en 77% de los casos, ocurren sin pre-
posición, es decir, en tres cuartas partes del corpus los adverbios expresan el
espacio-tiempo sin ayuda de una preposición. El cuadro, sin embargo, también
muestra un incremento interesante de usos prepositivos entre los siglos xiii y
xvi, 19% > 25%, y deja ver que a partir de ese siglo se estabilizan las frecuen-
cias prepositivas y no prepositivas. Considerados los usos prepositivos como un
todo, se observa en el corpus que en el siglo xiii los adverbios aquí y allí son las
formas que en más ocasiones se hallan antecedidas por una preposición, 69% y
68%, respectivamente, de usos prepositivos en ese siglo. En el xvi sobresale el
caso de ahí con 63% de ocurrencias con una preposición, seguido por allá con
27%. En el xix destaca acá con 60% de ocurrencias, seguido por aquí con 33%.
La diferencia por serie es significativa, ya que la serie en -í es más flexible
que la serie en -á para admitir preposición, particularmente en el siglo xiii, ya
que los adverbios de aquella serie concurren en los tres textos analizados para
este periodo con preposición en 20% de los casos del total de adverbios en -í,
mientras que los de la serie en -á sólo lo hacen en 2% de los casos. Es decir, la
preposición es requerida en mayor número de ocasiones para aportar direccio-
nalidad, origen o trayecto en la serie en -í. A partir del siglo xvi las diferencias
se nivelan bastante, aunque se mantienen las preferencias de la serie en -í por
concurrir con preposición: 25% vs. 19% en -á.
202
concurrencia con preposiciones 2.9.1.1
Las preposiciones documentadas en el corpus base son cinco: de, desde, hasta,
para y por, ejemplificadas en (57). En los dos primeros cortes cronológicos la
preposición con mayor número de registros es de (57a), pero disminuye su fre-
cuencia casi a la mitad en el tercero: 71% > 66% > 39%. Sobresale el porcentaje
de desde (57b) en el siglo xvi. La preposición por (57c) disminuye su frecuencia
del xiii al xvi, pero la eleva considerablemente en el xix: 16% > 10% > 43%. Las
preposiciones que señalan la meta o el límite de un movimiento, para (57d) y
hasta (57e), se utilizan en pocos casos en los tres siglos. De y por concurren con
las dos series de adverbios; desde sólo antecede a adverbios en -í en el corpus;
por es la preposición de mayor empleo con ambas series; hasta y para sólo con-
curren con adverbios en -í, aunque está bien atestiguado en el corpus adicional
el empleo de estas dos preposiciones, así como desde, con formas en -á (57f). Al
respecto, Sedano (2000) constata que en español actual americano para y hacia
seleccionan mayoritariamente formas en -á, porque aquellas, en opinión de la
autora, se avienen bien con el significado de locación amplia o imprecisa de esta
serie, de manera que las preposiciones aportan cierta indeterminación espacial
al movimiento directivo progresivo referido por la construcción con preposición
más adverbio. Esta selección de para con formas en -á parece ser también la más
frecuente en el español peninsular actual; en esta variedad son más frecuentes
expresiones como vete un poco más para allá, que vete un poco más para allí,
que incluso suena extraña a algunos hablantes peninsulares. Al respecto la rae-
asale (2009:§17.8g) señala: “Es poco habitual utilizar aquí o allí, a diferencia de
acá o allá, con la preposición para”. En cambio, el español peninsular, a diferen-
cia del americano, no hace un uso extensivo de la serie en -á con la preposición
hacia, sino que esta selecciona preferentemente la serie en -í: se fue hacia allí.
(57) a. Yo quiero ir a tal aldea alexos de aquí a labrar con un rico omne
[Calila, 241]
Y si binierdes, escribime luego de la Villa Rica con el primero que de
alla biniere [dlne, 1574, 43.176]
b. con mucho acato se las enbiamos a dar y entregar con nuestros
enbaxadores a Castilla y desde allí a Flandes [Bernal, 6.11]
Cansado, desalentado, enfermo, volvió a España. Desde allá escribía
preguntando por la tumba de Pilar [Nájera, 14.83]
c. Dizen que un león estava en un valle çerca del camino... Et pasaron
por ý unos mercadores [Calila, 158]
Mujeres y chiquillos, por aquí y por allá, volvían de coger verbena,
ramos de romero u otras plantas [Pepita, 321]
d. Et puso en su coraçón de mudar su fenbra et su nido para allí [Calila,
338]
203
2.9 adverbios demostrativos de lugar
La capa del infeliz cesante barrió el suelo de aquí para allí, y aún
tuvieron las ordenanzas que ponerle el sombrero [Historia, 1888, 413]
e. Yo procuraré escrebir. Y si hasta aquj no le embiado a b. m. dineros,
es que compré una recua y unas casas [dlne, 1578, 70.220]
dando lugar a que las autoridades locales tomaran precauciones
para la conservación del orden y evitar coacciones... Hasta aquí la
relación del periódico indicado [Historia, 1873, 355]
f. Voy para Las Acacias, le dije, si sabe dónde es, lo llevo hasta allá
[Ruido de las cosas al caer, 98]
(58) a. Y los cojos y los mancos enbian aqui a sus hijos [dlne, 1578, 71.222]
y el lunes sin falta, antes de las doce, estaré aquí con el doctor
[Bandidos, 38]
b. e deseado yr en persona a besar los pies a vuestra magestad y dar
quenta de las cosas de aca, como quien tiene tanta spiriencia dellas
[dlne, 1578, 73.225]
El pueblo, como ya te he dicho, está juiciosísimo, pero cierta gentecilla
de levita trata de soliviantarlo... La junta de aquí no tiene gran
energía [Historia, 1868, 314]
c. ¡Qué aplausos cuando Peón salió a la escena! Allá, en la sala, un gran
chaleco blanco: don Nicolás Azcárate [Nájera, 9.50]
dando lugar a que las autoridades locales tomaran precauciones para
la conservación del orden y evitar coacciones sobre los individuos
dispuestos a seguir trabajando. Hasta aquí la relación del periódico
indicado [Historia, 1873, 355]
204
repetición de adverbios demostrativos 2.9.3
23
La repetición de adverbios no es el mismo fenómeno que las frases adverbiales con
concurrencia en un mismo sintagma de dos adverbios que están, de alguna manera,
sintácticamente encadenados, del tipo: “no soy ni de aquí ni de allá”, “me traen todo el día de
aquí para allá”; son estas expresiones idiomáticas en las que el adverbio ha debilitado e incluso
perdido autonomía sintáctica. Algunos adverbios son más susceptibles que otros para entrar
en estas expresiones, y aún más lo son los de la serie en -á. Acá, allá y ahí forman parte de
expresiones idiomáticas más a menudo que aquí y allí (Nilsson 1984:233-234; Sacks 1954:263-
265; Sedano 2000:931-932). La selección preferente de adverbios demostrativos en -á en estas
expresiones casi fijas puede deberse a que tienen rasgos inherentes de direccionalidad y de
vaga delimitación, los cuales favorecerían estas construcciones idiomáticas que no indican ni
direccionalidad ni espacio preciso.
205
2.9 adverbios demostrativos de lugar
206
copresencia de adjetivos demostrativos 2.9.4
el caso que nos ocupa. Se documenta algún caso aislado en el siglo xvi (61), y
para el siglo xix no existen en el corpus adverbios repetidos.
(61) llegamos a una fuente qu’estava en una ladera; y allí estavan unas
como çercas y manparos de tienpos viejos. Y dixeron nuestros amigos
los tascaltecas que allí partían términos entre los mexicanos y ellos
[Bernal, 361.13]
207
2.9 adverbios demostrativos de lugar
Cuadro 7
Adverbios demostrativos con copresencia de adjetivos demostrativos
Los adverbios que más frecuentemente concurren con demostrativos son allí
e ý. El primero entra en correlación con ese y menos con aquel, y es el adverbio
más frecuente con demostrativo considerados en conjunto los siglos xiii y xvi.
Por su parte, el adverbio ý es el más frecuente en el siglo xiii, ya que él solo se
lleva la tercera parte de todas las correlaciones con demostrativos en ese pe-
riodo; se correlaciona con este y con aquel. Sigue en frecuencia aquí que tiene
208
verbos concurrentes con adverbios demostrativos de lugar 2.9.5
209
2.9 adverbios demostrativos de lugar
Si en estas piezas hay arte, más lo hay todavía en los sitios de coches.
Allí se oyen chistes más originales [Teatro, 24.128]
c. Et vete tú al piélago, et si es tan viçioso et tal commo tú dizes, irme
he yo allá, et faré yo mi nido allí [Calila, 341]
Yo le suplicaré que si alguna cosa ubieren menester y si quixeren
benir, que se lo dé, porque yo le pagaré acá todo lo que en ello se
enteresare [dlne, 1572, 40.171]
d. en aquel cu y adoratorio,... hezimos una iglesia... y van agora allí
en romería y a tener novenas muchos vezinos y señoras de México
[Bernal, 356.1]
No vengas, pues, por aquí hasta que yo te diga [Historia, 1868, 314]
por que, si su marido viniese asoras, que pusiese aí su amigo et lo
çerrase dentro [Calila, 111]
aca señor nos lo traen [lt, 54]
Y si a b. m. no se le haze de mal, me enbie aca a un hemano mjo
[dlne, 1578, 70.220]
e. porque muchos de los que aca estavan entendiendo en esta obra
apostolica han falleçido de poco tiempo a esta parte [dlne, 1564,
31.150]
Mas vayamos a un lugar que yo sé do ay muchas truchas et començe-
mos ý, et desí vengamos acá et abarrerlas emos [Calila, 144]
Cuadro 8
Tipos de verbos concurrentes con adverbios demostrativos
xiii 30%
9% 30% 29% 2%
xvi 31% 12% 26% 27% 4%
xix 38% 18% 18% 21% 5%
210
usos fóricos y usos deícticos 2.10.1
211
2.10 adverbios demostrativos de lugar
212
usos fóricos y usos deícticos 2.10.1
Cuadro 9
Empleos de los adverbios demostrativos de lugar: deixis / foricidad
Deícticos Fóricos
Considerados los dos empleos por serie, se refuerza la diacronía foricidad >
deixis reflejada en el cuadro 9 arriba. Las dos series, con excepción de ý, tenían
más usos deícticos en el siglo xiii y las dos se movieron hacia foricidad, unos
adverbios más que otros, y algunos casi nada, como es el caso de aquí, que fun-
ciona en todas las épocas mayoritariamente como deíctico y refuerza su deixis.
En los siglos xvi y xix la situación está muy equilibrada para los adverbios de
ambas series. La diacronía de cada serie en cuanto al incremento de foricidad
fue la siguiente: serie en -í, 30% > 53% > 59%; serie en -á, 28% > 66% > 53%.
El debilitamiento de la foricidad y refuerzo de usos deícticos estuvo protago-
nizado por ciertos adverbios más que por otros: básicamente estuvo a cargo de
ahí y allí, y en menor medida de allá. El cuadro 10 abajo presenta la diacronía
por adverbio considerando sólo los casos de deixis, para mostrar con mayor ni-
tidez las respectivas diacronías. No incluimos ý porque tenía, como ya dijimos,
un empleo casi categórico como anáfora. Se observa en el cuadro que todos los
adverbios en general, con la excepción de acá, incrementaron la frecuencia de
empleos deícticos, algunos en el paso del siglo xiii al xvi y otros en el paso de
este al xix. Se observa también en el cuadro que el incremento mayor de deixis
tuvo lugar en el paso del siglo xiii al xvi. Y, finalmente, se observa, que el ad-
verbio que más aumentó su deixis —mejor dicho, la adquirió— fue ahí, ya que
al parecer nació como fórico y se movió hacia deíctico, lo cual explicaría, en gran
parte, junto con su significado general poco preciso, la acelerada adquisición de
213
2.10 adverbios demostrativos de lugar
Cuadro 10
Empleos deícticos de los adverbios demostrativos de lugar
(65) a. Cómo bolvimos a nuestra Villa Rica de la Vera Cruz, y lo que allí
pasó [Bernal, 128.9]
b. —Sabes, Casilda —le contestó Evaristo—, que debe estar en el jacal
de junto, allí lo dejé yo escondido entre el zacate [Bandidos, 1.123]
c. por que esta carta sea mas firme mandamos poner en ella nuestros
seellos colgados, & pusieron hy los nonbres por escripto los que non
auian seellos [dle, 1258, 345.461]
214
usos fóricos y usos deícticos 2.10.1
Pueden referir locaciones reducidas, esto es, un lugar puntual del texto, un
tiempo o momento puntual del día, un libro, una carta, un hecho, un árbol, el
lugar donde están situados el hablante o el oyente, un cuarto, un puesto del
mercado (67a), y pueden referir locaciones más amplias, como una casa, una
iglesia, una sala de conciertos, una ciudad, un pueblo o un país (67b). El corpus
muestra que en general, en los tres siglos estudiados, los adverbios suelen referir
locaciones amplias y mucho menos locaciones muy puntuales.
215
2.10 adverbios demostrativos de lugar
216
usos fóricos y usos deícticos 2.10.1
(69) a. Pues el que este libro leyere sepa la manera en que fue conpuesto,
et quál fue la entençión de los filósofos et de los entendidos en sus
enxenplos de las cosas que son aí dichas; ca aquel que esto non sopiere
non sabrá qué será su fin en este libro [Calila, 91]
Y dexallo e aquí y diré lo que más pasamos [Bernal, 362.17]
Y todabia tengo esperança de bellos aca en esta tierra antes que Dios
me lleve desta vida [dlne, 1572, 40.171]
b. Mas vayamos a un lugar que yo sé do ay muchas truchas et començe-
mos ý, et desí vengamos acá et abarrerlas emos [Calila, 144]
Como estuuimos en Salamanca algunos dias, paresciendole a mi amo
que no era la ganancia a su contento, determino yrse de alli [lt, 6]
c. Mas no para aquí, señora, la rapacidad y desbordamiento de los mi-
nistros responsables; llevan aún más allá la vanalidad y la ambición
[Historia, 1854, 262]
Hemos de estar preparados cuando surjan acá y allá resistencias al
cambio [Socorro Entrena, Animar a desanimados, 2001, España, crea]
Los datos del corpus indican que el hablante o narrador por lo regular crea
el escenario, el evento o la predicación que contiene adverbios demostrativos
de lugar más en términos de distancia próxima que de distancia no próxima,
lo cual es lo esperado porque son formas deícticas cuya distancia se “mide” o se
conceptualiza a partir del ‘yo’. Asimismo, una lectura amplia de los contextos
donde aparecen adverbios demostrativos de lugar confirma que uno de los ras-
gos primordiales involucrado en estos adverbios es la distancia que el hablante
establece en relación con él mismo: ‘cerca del hablante’ vs. ‘lejos de él mismo’.
Esto es, el sistema de adverbios demostrativos del español está en gran medida
estructurado por el grado de distancia —geográfica, temporal, visual, mental,
psicológica— que el hablante o narrador establece respecto de su entorno y, en
menor medida, respecto del interlocutor. Las referencias de proximidad / no
proximidad constituyen la base para una variedad de extensiones metafóricas
a otros dominios.
217
2.11 adverbios demostrativos de lugar
Son muchos los cambios que experimentó el complejo sistema de adverbios de-
mostrativos de lugar del latín clásico, que estaba integrado por doce elementos
deíctico-anafóricos y cuatro solamente anafóricos repartidos en cuatro series,
si lo comparamos con el sistema del latín vulgar, con una serie menos, con mo-
dificaciones formales, *accu- o *ad-, y con la mitad de los adverbios anafóricos.
En el siglo xiii se producen innovaciones en el español peninsular: la forma-
ción de los adverbios aquende y allende, a partir de aquén de y allén de, respec-
tivamente, y su temprana gramaticalización como preposiciones. Asimismo, el
sistema se incrementa con la forma novedosa ahí, presente en textos literarios
de la primera mitad de ese siglo, posiblemente obra de los copistas del xiv
o posteriores; con aquí, adverbio hallado en algún documento de principios del
siglo xiii, si bien no se utiliza con cierta frecuencia hasta finales de la centuria;
y con acullá, que data de la segunda mitad del siglo xiii. En el xiv se produce la
plena morfologización de ý en la forma verbal existencial hay, pero ý deja rastro
como adverbio pleno hasta el xvi. En el siglo xv desaparece ende, aunque todavía
sigue vivo en asturiano y en aragonés. Desde entonces, como atestigua Nebrija
en su Gramática (1492/1989:209), disponemos de un sistema trimembre, que
es el que más se ha utilizado a ambos lados del Atlático: aquí, ahí, allí, si bien
—recordemos— el empleo de ahí siempre ha sido muy escaso.
Por su especial relevancia, en los dos apartados siguientes nos detendremos
en dos procesos evolutivos particulares: 1. un tipo de gramaticalización “ines-
perado”, posible teóricamente pero al que los especialistas han prestado escasa
atención: el paso anáfora > deixis, y 2. la pragmaticalización o pragmatización
de los adverbios acá, allá y ahí, que pierden el significado de locación específica,
pasan a mostrar una deixis vaga e incluso pueden llegar a perderla.
218
un camino de gramaticalización “inesperado” 2.11.1
por la cual es necesario formular otra distinción mas efectiva: acto de habla /
discurso. De este modo, la creencia tan extendida de que la deixis es conceptual
y cronológicamente anterior a la anáfora podría carecer de fundamento (Pieroni
2010:423-425, 478-479).
¿Qué contextos son los más favorables para que se produzca la evolución aná-
fora > deixis? Resulta iluminador el tratamiento que proporciona la bibliografía
del llamado empleo de reconocimiento (recognitional use) (Diessel 1999:105;
Himmelmann 1996:230) de adjetivos demostrativos que sólo se utilizan como
adnominales, que no tienen un referente en el discurso previo y que permiten
activar un conocimiento anterior compartido por los interlocutores, como se
puede observar en el siguiente ejemplo: anoche no pude dormir. Ese perro me
despertó, en el que el adjetivo demostrativo ese indica que el sustantivo al que
acompaña contiene una información que le resulta familiar al oyente debido
a una experiencia previa compartida con el hablante. El oyente debe conocer cierta
información, que se encuentra desactivada pero pragmáticamente presupuesta,
aunque no se haya mencionado antes.
Si aplicamos esta propuesta a los adverbios demostrativos de lugar anafóricos
que no hacen referencia a elementos del discurso, sino que indican que el oyente
es capaz de identificar el referente basándose en un conocimiento compartido
previo, podemos suponer que alguno de esos adverbios demostrativos puede con-
siderarse candidato idóneo para convertirse en deíctico discursivo, cuya misión es
hacer referencia a proposiciones (Halliday y Hasan 1976:57-76). De acuerdo con la
idea de la inferencia que invita al oyente (invited inference), la gramaticalización
comienza cuando un elemento empleado en un contexto determinado da lugar
a una inferencia de este tipo, esto es, da lugar a que el hablante-oyente realice
una implicatura conversacional motivada por el uso de la forma en cuestión
en contextos particulares; en otras palabras, una proposición cuyo significado
depende del contexto genera ciertas inferencias que terminan por convenciona-
lizarse (Nicolle 2011:402, 411; Traugott 1999, 2002). Habría, pues, cuatro fases
evolutivas: a) en la primera, cuanta más información encierre el locativo ana-
fórico, más fácil le resultará al oyente identificar el referente (Lyons 1977:648)
y cuanto menor sea la distancia anafórica, mayor será el grado de accesibilidad
(Ariel 2002:35-40; Lichtenberk 1996:382), de donde se deduce que habría un
continuum de anaforicidad en este tipo de adverbios —unos serían más anafó-
ricos que otros, dependiendo del adverbio de que se trate y de la distancia que
medie entre él y el referente en el enunciado—. Esta fase de elevada información
fórica y alta accesibilidad se confirma en el corpus por el hecho de que en el
siglo xiii, pero no después, algunos adverbios demostrativos de lugar aparecen,
con frecuencia, repetidos en un contexto muy próximo, y, con menor frecuencia,
los adverbios aparecen asociados a adjetivos demostrativos que introducen el
219
2.11 adverbios demostrativos de lugar
(70) a.
e fallaron en el camino un saco lleno de trigo que cayera de una bestia.
E dixo el justo al pecador: —“Toma de ahí”. E echaron amos mano
del saco [Anónimo, Libro de los gatos, ca. 1400, corde]
b. Pues en aquellos tales te habías de avezar y de probar, de cuantas
veces me lo has visto hacer. Si no, ahí te estarás toda tu vida, hecha
bestia sin oficio ni renta [Fernando de Rojas, La Celestina, ca. 1499-
1502, España, corde]
c. Pluguiese a Dios que así me aconteciese, que yo daría por bien em-
pleado mi trabajo. Ahí me paresce que hubo para un traidor dos
alevosos [Juan Arce de Otárola, Coloquios de Palatino y Pinciano,
ca. 1550, España, corde]
d. —Ahí está mi tía, con quien podrás pasar esse puerto como açor con
gavilán [Feliciano de Silva, Segunda Celestina, 1534, España, corde]
—¡Hola! ¿Está ahí algún paje? [Anónimo, Diálogos de John Minsheu,
1599, España, corde]
Otro contexto propicio sería aquel en el que se utiliza como catafórico: ahí en
Madrid está el museo del Prado. Con la elisión del consecuente, en Madrid, el
adverbio carece de anclaje para ser interpretado como fórico y pasa a sentirse
como deíctico. Ya hay ejemplos catafóricos de ahí en el siglo xv (71).
220
pragmaticalización de algunos adverbios demostrativos: acá, allá, ahí 2.11.2
221
2.11 adverbios demostrativos de lugar
la que tiene que ver con el hablante; es decir, los deícticos incluyen información
pragmática en su estructura semántica (Diewald 2011:458).
Antes de llegar a pragmaticalizarse, algunas expresiones sufren un proceso
de gramaticalización de tipo metafórico, por el cual se pasa del ámbito de lo
concreto al ámbito de lo abstracto, como se verá a continuación en el inciso a),
y el segundo proceso es fruto de otra clase de gramaticalización con elipsis de
determinados elementos de la construcción, como constatan los ejemplos del
inciso b) más abajo. Veamos.
a) Existen cambios en los que se parte de la señalización de un lugar concreto
(deixis precisa) y se pasa a la de un lugar abstracto (deixis imprecisa), como les
ocurrió a muy acá y muy allá, para cuyo análisis hemos de tomar como base la
metáfora espacial los estados son lugares —states are locations (bounded regions
in space), según Lakoff y Johnson (1980:14-19, 1999:180)—, que, combinada
con las metáforas orientacionales lo malo es cerca y lo bueno es lejos, da origen
a dos nuevas metáforas: los estados negativos son lugares cercanos, como en la
expresión del español mexicano Juan se siente muy acá ‘Juan se muestra en
una posición superior respecto a los demás’, ‘en actitud arrogante’, y los estados
positivos son lugares lejanos, como muy allá ‘muy bien’, siempre atenuada con
negación, en la expresión del español general no me encuentro muy allá ‘no
me encuentro muy bien’. Es decir, entendemos los estados como posiciones en
el espacio y, debido a las estrechas relaciones existentes entre el espacio, el
movimiento, la cantidad y el modo, concebimos una mayor distancia como una
cantidad más elevada, lo que siempre se percibe o conceptualiza como algo po-
sitivo (Santos y Espinosa 1996:100-103).
Se sostiene en el capítulo 9 de esta obra, concretamente en §9.3.2, que en las
expresiones de grado es crucial el esquema de imagen de la escala, entendiendo
por esquemas de imagen (image schemata) las estructuras abstractas definidas
como complejos de propiedades que organizan nuestra experiencia y comprensión
y manifiestan una pauta repetida que emerge de nuestros movimientos en el
espacio y de nuestra experiencia con la manipulación de objetos, de las interac-
ciones perceptivas y del hecho de vivir en una determinada sociedad (Johnson
1987:cap. 4). Cuando decimos que una entidad presenta una propiedad graduable,
“identificamos dentro de la escala de grado el punto en el que dicha entidad se
sitúa: a ese punto podemos denominarlo valor real. Los dos puntos en la escala
(el valor real y el valor estándar) determinan un intervalo. Las expresiones de
grado cuantitativas miden dicho intervalo, es decir, miden la distancia entre
el valor estándar y el valor de referencia” (Sánchez López 2006:21). Existen
cuantificadores precisos, que marcan un punto concreto de la escala, como nada,
medio o harto, indicadores del punto más bajo, del punto medio y del punto
más alto de una escala vertical, respectivamente, y cuantificadores imprecisos,
222
pragmaticalización de algunos adverbios demostrativos: acá, allá, ahí 2.11.2
que no especifican un punto, sino una zona, como es el caso de muy acá y muy
allá, expresiones que pueden entenderse en una dimensión vertical o en una
dimensión horizontal. En el concepto de escala en una dimensión vertical opera
la metáfora más es arriba / menos es abajo (Lakoff y Johnson 1980:52): cuanto
mayor sea el desplazamiento hacia arriba en la escala, mayor será la cantidad,
el grado o la intensidad, de manera que lo positivo es arriba / lo negativo es
abajo. En el concepto de escala en una dimensión horizontal, opera la metáfora
más es lejos / menos es cerca; a mayor distancia, mayor cantidad y grado, luego
lo positivo es lejos / lo negativo es cerca. En el esquema 20 siguiente marcamos
la ubicación relativa de estas expresiones en una escala horizontal.
Esquema 20
Ubicación escalar de adverbios de lugar que expresan grado
– +
... ... ... muy acá... ... ... ... ... muy allá... ...
223
2.11 adverbios demostrativos de lugar
‘poco segura’ y mal bicho, referido a una persona, significa en español peninsular
‘muy bicho’, y de ahí ‘mala persona’.
(72) a. Sí, los Ford Fiesta no han salido muy allá, la verdad [Oral, 10-08-
1991, España, crea]
me da que no va a durar mucho, porque según las postales de mi
tío, como que no se lo está pasando muy allá que digamos allí, ¿sa-
bes? [Oral, Mójate, 09-10-1995, España, crea]
ella quería un reconocimiento general porque no se encontraba muy
allá, le dolía un dedo [Época, 10-02-1997, España, crea]
—Yo, regular. Me parece que ninguna cosa la hago muy allá [Carmen
Martín Gaite, Fragmentos de interior, 1976, España, crea]
b. y conocí a una chica, una mujer hecha y derecha con la cual empe-
zamos una amistad ni muy acá ni muy allá, sino compañeros de
trabajo [Descubriendo, 100]
c. Hombre, mi Teología, ya sabe, como la de todos. Ni muy allá, allá,
ni muy acá, acá. En fin, las cuatro verdades, los diez mandamientos
y algo sobre los misterios divinos [Miguel Murillo Gómez, Dogma de
fe, 1986, España, crea]
d. Porque Pepe jamás se dejó sorprender por el dogmatismo de los más
acelerados, aunque motivos todos los tenemos, ¿no? ¡Y de sobra!
muchas veces nos mareaban gacho, pero él siempre muy acá: “Quí-
tenle un huevo a su licuado maixtros, irrumpan en el desacelere, el
desescale...” [Enrique Espinosa, Jesús el bisabuelo y otros relatos,
1995, México, crea]
Venían tipejos que ¡uy!, desde peladitos hasta pípirisnais que se
bajaban de sus carrazos; algunos muy acá, con chofer y toda la
cosa... aunque lo duden. Más adornados que un arbolito navideño, y
exageraban sus ademanes a propósito [Jenny E. Hayen, Por la calle
de los anhelos, 1993, México, crea]
224
pragmaticalización de algunos adverbios demostrativos: acá, allá, ahí 2.11.2
(73) Supongo que Orzowei y las series de los 80’s estarían ahí ahí en
la pole de cosas que tenía en la cabeza [popcorn-cine-musica.blogs.
fotogramas.es/tag/clave]
En cuanto a Literatura, creo que la caza ha dado más de si que el
boxeo. En el cine gana el box por K.O., las largas esperas no pueden
competir con la rapidez e inmediatez de los asaltos. En cuanto a
controversia estarán allá allá, aunque estos días... [www.ciao.es/
Escenas_Opinion_1181472]
225
2.11 adverbios demostrativos de lugar
Esquema 21
Expresiones aproximativas con adverbios de lugar en español
excesivos
allá, allá
neutros
*x allá, x acá defectivos
ahí, ahí
b) El segundo tipo de cambio no tiene que ver con la metáfora, sino con la
elipsis, gramaticalización que tiene otras repercusiones, como observaremos en
varios ejemplos con ahí: ¡vete por ahí!, ¡ahí te dejo!, ¡ahí te quedas!, ¡ahí te ves!, y
en uno con allá: ¡allá tú!, ¡allá ustedes! Analicemos algunas de estas expresiones.
Vete por ahí. En origen, en esta expresión hay un verbo de movimiento y un
sintagma prepositivo que indica trayecto no determinado con un adverbio de
lugar deíctico, acompañado de una serie de circunstanciales de tiempo (74a)
o de modo / finalidad (74b), que marcamos en cursivas en los ejemplos. En los
contextos pertinentes, la construcción se despoja de estos circunstanciales (74c)
y llega a equivaler a cállate o a déjame en paz (74d), cambio que no sólo tiene
consecuencias semánticas, sino también fónicas: el adverbio, como ya señalamos,
pasa a grave y se pronuncia [ái] e incluso se vuelve monosilábico [á0]. De nuevo,
la deixis se ha ido debilitando hasta llegar a perderse.
(74) a. Toma tu capa y vete por ahí un rato, hasta que hierva aquella ira
[Fray Alonso Cabrera, Consideraciones sobre los Evangelios de los
domingos, ca. 1598, España, corde]
b. Llamaba a Felipe, y echando mano al bolsillo, le daba un par de
cuartos, diciéndole: “Toma, hombre, vete por ahí de paseo y com-
pra alguna golosina” [Benito Pérez Galdós, El doctor Centeno, 1883,
España, corde]
c. Oye, pues: horada la tierra hacia la parte de atrás de la cabaña, y
vete por ahí. Camina toda la noche; haz de modo que tus huellas
no se puedan seguir fácilmente [Juan León Mera, Cumandá o un
drama entre salvajes, 1879, Ecuador, corde]
d. A alguien que nos hubiese preguntado si nos amábamos, le hubiéra-
mos dicho: “Anda, vete por ahí, qué cosas más raras se te ocurren”
[Antonio Gala, Los invitados al jardín, 2002, España, crea]
226
pragmaticalización de algunos adverbios demostrativos: acá, allá, ahí 2.11.2
(75) a.
—Mira, Tula, yo me muero y me muero sin remedio. Ahí te dejo mis
hijos, los pedazos de mi corazón, y ahí te dejo a Ramiro, que es
como otro hijo [Miguel de Unamuno, La tía Tula, 1921, corde]
b. Toma... Y ahí te dejo con el abuelo... [Jacinto Benavente, El nie-
tecito, 1910, España, corde]
—Quítate de delante, mojigata; ahí te dejo con tus santos [Ramón
Sarabia, ¿Cómo se educan los hijos?, 1945, España, corde]
c. —¡Jorge! —dijo el marqués al Capitán Veneno, penetrando en la alcoba
con aire de despedida. —¡Ahí te dejo! [Pedro Antonio de Alarcón, El
capitán veneno, 1881, España, corde]
d. —Te dejo, voy arriba un rato [José Manuel Caballero Bonald, Dos
días de setiembre, 1962, España, corde]
(76) a.
conque ajústame tú estas cuentas que tengo que dar a Dios, por tu
mediación mesma de lo mucho que le debo y de lo poco y mal que
le he pagado... y ahí te quedas, viejo y solo, hasta que te llegue la
tuya [José María de Pereda, Peñas arriba, 1895, España, corde]
Cuando eres mayor, todo es distinto. Tu mujer se va a trabajar, tus
hijos al colegio. Y ahí te quedas tú solo, con tu gripe, viendo
a María Teresa Campos [aa. vv, El club de la Comedia, 2001, España,
crea]
—Pues ahí te quedas, con tu realidad caprichosa; ya me tienes
aburrida. Voime [Ramón Pérez de Ayala, Tigre Juan, 1926, España,
corde]
—Pues ahí te quedas con tu Menéndez Pidal del alma. Podéis
iros todos al infierno [Max Aub, La calle de Valverde, 1961, España,
corde]
b. Mi mujer te contará. Ahí te quedas, pues, charlen ustedes [Mariano
José de Larra, Traducción de Partir a tiempo, de Scribe, 1835, España,
corde]
227
2.11 adverbios demostrativos de lugar
(77) a. ¡Lloro por tu destino, Traductor, que ata tus ojos a las palabras,...! ¿Por
qué Atenea, de ojos de lechuza, brindarnos quiso el luminoso conoci-
miento? ¡Ahí te ves, infortunado, intentando, como Tántalo, alcanzar la
fútil... [José Carlos Somoza, La caverna de las ideas, 2000, Cuba, crea]
b. Me voy. ¡Ahí se ven! [Habla espontánea, México]
Distinto es el caso de ¡nos vemos!, surgido a partir del uso de ahí nos vemos con
sintagmas que especifican un lugar (78a), un tiempo (78b) o ambas circunstan-
cias. En el mismo siglo, el xx, estos sintagmas se eliden y se obtiene la expresión
de despedida ¡nos vemos!, ya sin el adverbio demostrativo de lugar ahí (78c).
228
pragmaticalización de algunos adverbios demostrativos: acá, allá, ahí 2.11.2
229
2.12 adverbios demostrativos de lugar
cambio tuvo lugar en contextos donde los interlocutores compartían una serie
de conocimientos previos, se pudieron producir las correspondientes inferencias
conversacionales con un éxito tal que llegaron a convencionalizarse muy pronto
y aumentaron notablemente su frecuencia de uso en registros orales coloquiales
en un lapso muy corto. La subjetivización, además de ser un cambio semántico-
pragmático, constituye en sí mismo un cambio sintáctico específico cuyas
consecuencias extremas llevan a la pérdida de capacidad sintáctica (Company
2006). En efecto, los adverbios ahí, acá y allá, como consecuencia del proceso de
pragmaticalización, perdieron capacidades sintácticas, y algunos se despojaron
casi por completo de su sintaxis originaria, al punto de que varias expresiones
se fijaron en fórmulas con un alto grado de lexicalización, motivo por el cual la
construcción subjetiva toda, adverbio + forma acompañante, es la que debe ser
consignada en los diccionarios como una unidad.
2.12. Conclusiones
230
conclusiones 2.12
231
2.13 adverbios demostrativos de lugar
¡Vete por ahí!, expresión de rechazo; ¡ahí te ves!, ¡(ahí) te dejo!, ¡ahí te quedas!,
¡(ahí) nos vemos!, expresiones de despedida; o ¡allá tú!, expresión de desdén.
Este capítulo ha corroborado que, como afirmó Levinson (1996:356), el espacio
es una dimensión cognitiva básica de los seres humanos. Pensamos de modo
espacial: partimos de nociones relacionadas con el lugar para expresar otras más
elaboradas, como las de tiempo, y otras mucho más abstractas, como las de modo.
Utilizamos las expresiones deícticas espaciales dentro del acto comunicativo, pero
también tomamos el texto como espacio, lo que, como hemos intentado acreditar,
ha tenido significativas repercusiones en la evolución lingüística.
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