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Los cenotes son pozos de agua dulce creados como consecuencia de la erosión del
a piedra caliza. Se encuentran en México.
El cenote Zaci estaba ubicado dentro de una ciudad con el mismo nombre. Allí vivía
una joven llamada Sac-Nicte, que era nieta de una bruja, que enamorada de Hul-Kin,
hijo del cacique del pueblo. Sin embargo, las familias de la bruja y del cacique eran
enemigas, por lo que los jóvenes se veían a escondidas. Cuando el padre se enteró,
envió a Hul-Kin a otro pueblo, a casarse con otra joven. Debido a la tristeza de su
nieta, la bruja hizo rituales para que Hul-Kin regresara, pero fue en vano.
La noche anterior de la boda de Hul-Kin, Sac –Nicte se arrojó al cenote con una
piedra atada a su cabello. En el momento de la muerte de la joven, Hul-Kin sintió un
dolor en el pecho que lo obligó a volver a Zaci. Al enterarse de lo sucedido, se Hul-
Kin se arrojó también al cenote y se ahogó. Finalmente los sortilegios de la bruja
habían obtenido una respuesta, y Hul-Kin había regresado para permanecer siempre
con Sac-Nicte.
La leyenda sostiene que este es el farol de Mandinga (el Diablo con forma humana) y
que su aparición indica sitios donde se esconden tesoros. La luz sería también el
espíritu del difunto dueño de los tesoros, intentando alejar a los curiosos.
Al ver que esta situación no se solucionaba, el rey celestial los castigó separándolos
y convirtiéndolos en estrellas. Sin embargo, los enamorados pueden volver a verse
una noche en el año, el séptimo día del séptimo mes.
Leyenda de la Mojana
Según la leyenda colombiana, la Mojana es una mujer diminuta que rapta a los niños
que se acercan a sus dominios. Vive en una casa de piedra, debajo del agua, es
blanca y tiene larguísimos cabellos dorados.
Leyenda de la Sallana
Esta es una leyenda mexicana de época colonial.
Esta es una leyenda urbana japonesa. Aka Manto significa “capa roja” en japonés.
Según la leyenda, Aka Manto era una joven humillada por sus compañeras de
colegio. Luego de morir, permaneció en los retretes de mujeres. Cuando una mujer
va sola al baño escucha una voz que le pregunta “¿papel rojo o azul?” Existen
diferentes versiones sobre la muerte que le toca a la mujer si elije rojo o azul, pero en
todos los casos es imposible librarse.
El Baca es una criatura en forma de sombra que los hacendados hacían aparecer
gracias a pactos con los demonios. La criatura protege las propiedad, atemorizando y
ahuyentando a ladrones.
Si bien existe la leyenda del hombre lobo en Europa, la leyenda del lobisón tiene
origen guaraní y tiene particularidades que la distinguen de su versión europea.
El lobizón es el séptimo hijo varón de una pareja, que en las noches de luna llena, los
viernes o martes, se transforma en un ser similar a un perro grande y negro, con
grandes pezuñas. En su forma humana, el lobizón siempre es desgarbado,
demasiado delgado y antipático. Su aspecto en general y su olor son desagradables.
Una vez transformado, el lobizón ataca gallineros y ronda los cementerios buscando
carroña. También ataca a los niños, según versiones más recientes ataca a los niños
que no han sido bautizados.
Robin Hood es un personaje del folclore inglés, inspirado en una persona real,
probablemente Ghino di Tacco, forajido italiano. Si bien, como todas las leyendas, su
historia fue originalmente de transmisión oral, existen menciones escritas a Robin
Hood desde 1377.
Según la leyenda, Robin Hood era un rebelde que defendía a los pobres y desafiaba
el poder. Se escondía en el Bosque de Sherwood, cerca de la ciudad de Nottingham.
Se caracterizaba por su destreza como arquero. Se lo conoce también como “el
príncipe de los ladrones”.
Había una vez una familia de ratones que vivía en la despensa de una casa. Eran
felices, pero vivían con miedo de ser atacados por un enorme gato, de manera que
nunca se atrevían a salir ya que sin importar que fuera de día o de noche ese terrible
enemigo siempre les vigilaba. Un buen día decidieron poner fin al problema, por lo
que celebraron una asamblea a petición del jefe de los ratones, que era el más viejo
de todos. El jefe de los ratones dijo a los presentes: – “Os he mandado reunir para
que entre todos encontremos una solución. ¡No podemos vivir así!” – “¡Pido la
palabra!”, dijo un ratoncillo muy atento. – “Atemos un cascabel al gato, y así
sabremos en todo momento por dónde anda”.
Tan interesante propuesta fue aceptada por todos los roedores entre grandes
aplausos y felicidad. Con el cascabel estarían salvados, porque su campanilleo
avisaría de la llegada del enemigo con el tiempo para ponerse a salvo. – “¡Silencio!”,
gritó el ratón jefe, para luego decir: – “Queda pendiente una cuestión
importante: ¿Quién de todos le pone el cascabel al gato?” Al oír esto, los ratoncitos
se quedaron repentinamente callados, porque no podían contestar a aquella
pregunta. Y corrieron de nuevo a sus cuevas, hambrientos y tristes. Moraleja: Es más
fácil proponer ideas que llevarlas a cabo.
2. El bobo y la grulla
3. El caballo viejo
Un caballo que ya estaba muy mayor fue vendido por su amo a un molinero que lo
empleó para que diera vueltas a la piedra de un viejo molino. El caballo no hacía otra
cosa desde la mañana hasta la noche que girar y girar alrededor de aquella rueda, lo
cual no solo le cansaba mucho sino que lo ponía muy triste. Y es que el viejo
caballo recordaba lo veloz y famoso que había sido en sus años de juventud, en los
que había vivido infinidad de aventuras y también cómo se burlaba de los otros
caballos que eran más viejos y lentos que él.
Ahora viéndose en esta situación en la que pasaba sus días atado y dando vueltas a
dicho molino, se arrepentía de aquella actitud que había tenido cuando era poderoso:
“Después de las grandiosas vueltas que di en las carreras durante mi juventud, mira
las vueltas que tengo que dar ahora. Este es un justo castigo por burlarme de
aquellos a los que veía más débiles e inferiores”. Moraleja: Mejor ser humilde cuando
tienes poder, porque un día u otro lo has de perder.
Cansadas las ranas del propio desorden y anarquía en que vivían, mandaron una
delegación a Zeus para que les enviara un rey. Zeus, atendiendo su petición, les
envió un grueso leño a su charca. Espantadas las ranas por el ruido que hizo el leño
al caer, se escondieron donde mejor pudieron. Por fin, viendo que el leño no se
movía más, fueron saliendo a la superficie y dada la quietud que predominaba,
empezaron a sentir tan grande desprecio por el nuevo rey, que brincaban sobre él y
se le sentaban encima, burlándose sin descanso. Y así, sintiéndose humilladas por
tener de monarca a un simple madero, volvieron donde Zeus, pidiéndole que les
cambiara al rey, pues éste era demasiado tranquilo. Indignado Zeus, les mandó una
activa serpiente de agua que, una a una, las atrapó y devoró a todas sin compasión.
Moraleja: A la hora de elegir los gobernantes, es mejor escoger a uno sencillo y
honesto, en vez de a uno muy emprendedor pero malvado o corrupto.
6. La corneja fugitiva
Tras mucho tiempo intentando cazar a una corneja, un hombre consiguió al fin su
premio. Para evitar que se escapara su tan codiciada pieza, le anudó un filo hilo a
una de sus patas y se la llevó a su hijo como regalo. A pesar de que su pequeño
dueño se desvivía por darle los mejores cuidados del mundo, la corneja no acababa
de sentirse cómoda en su nuevo hogar. Una tarde, mientras el pequeño limpiaba la
jaula que le servía como hogar, la corneja aprovecho que nadie la vigilaba para salir
por la ventana y volar hacia el lugar en que estaba construido su nido.
Tan emocionada estaba por recobrar su libertad, que al posarse sobre su árbol, el
hilo que colgaba de una de sus patas se enredó terriblemente en varias ramas. Al
darse cuenta de la situación, comenzó a aletear con todas sus fuerzas, enredándose
cada vez más. Prisionera en el lugar que tanto añoraba, dijo con resignación: – “¡Que
tonta he sido! Por culpa de querer vivir de nuevo en libertad, voy a terminar mis días
en el árbol que me vio nacer”. Moraleja: Cuanto más grande sea lo que deseamos,
más grandes son los riesgos.
Cuando vio al gallo encima, le gritó desde abajo que deseaba poder verle más de
cerca y besar la cabeza del intérprete de tan encantadora melodía. Pero en vez de
bajar, el gallo le pidió que le hiciera antes el favor de despertar al portero que había
debajo del árbol. Antes de que la zorra pudiera decir nada, el perro se lanzó sobre
ella y no le dejó nada más que el rabo. Moraleja: Si no puedes vencer a un enemigo
poderoso, busca a alguien más fuerte que quiera ayudarte.
Dos mulas bien cargadas con paquetes andaban con dificultad por el camino. Una
cargaba sacos con dinero y la otra llevaba granos. La mula que llevaba el dinero
andaba con la cabeza erguida, como si supiera del valor de su carga, y movía de
arriba abajo las campanas sonoras sujetadas a su cuello. Mientras tanto, su
compañera seguía con el paso tranquilo y silencioso. De repente unos ladrones se
precipitaron sobre ellas desde sus escondrijos, y en la riña con sus dueños, la mula
que llevaba el dinero fue herida con una espada, y avariciosamente tomaron el
dinero sin hacer caso del grano. La mula que había sido robada y herida se lamentó
sus desgracias. La otra contestó: – “Estoy en efecto muy contenta de que fui
despreciada, pues no he perdido nada y tampoco me hicieron daño”. Moraleja: La
ostentación bulliciosa de la riqueza solo trae desventuras.
El viento del norte y el sol disputaban sobre sus poderes, y para ver quién era el más
fuerte decidieron conceder una palma al que despojara a un viajero de sus vestidos.
El viento del norte empezó primero, sopló con violencia, pero el hombre apretó contra
sí sus ropas, el viento del norte asaltó entonces con más fuerza, pero el hombre,
molesto por el frío, se colocó otro vestido. El viento del norte, vencido, se lo entregó
al sol. Este empezó a iluminar suavemente y el hombre se despojó de su segundo
vestido, luego lentamente le envió sus rayos más ardientes, hasta que el hombre, no
pudiendo resistir más el calor, se quitó sus ropas para ir a bañarse en el río vecino.
Moraleja: Es mucho más poderosa la persuasión que la violencia.
Vagaba cierto día un lobo por lugares solitarios a la hora en que el sol se ponía en el
horizonte, y, viendo su sombra bellamente alargada, exclamó: – “¿Cómo me va a
asustar el león con semejante talla que tengo? ¡Con treinta metros de largo, bien fácil
me será convertirme en rey de los animales! Y mientras soñaba con su orgullo, un
poderoso león le cayó encima y empezó a devorarlo. Entonces el lobo, cambiando de
opinión se dijo: – “La presunción es causa de mi desgracia”. Moraleja: Nunca valores
tus virtudes por la apariencia con que las ven tus ojos, pues fácilmente te engañarás.