You are on page 1of 4

Taller de Pneumatología

Ricardo Antonio Granados Roque1

 ¿Cuáles son los autores, elementos (de inicio doctrinal) y conceptualización en los
siglos II al IV a nivel Pneumatológico?

Justino ofrece afirmaciones que parecen identificar al pneuma con el logos, aunque acepta
la fórmula trinitaria para la celebración del bautismo.
Teófilo de Antioquía, es el primero en usar la expresión trinidad
Hipólito de Roma afirma una concepción semejante del Espíritu Santo: es la fuente del
conocimiento de Dios y es Aquel que está en todo.
Orígenes hace una reflexión más amplia y sistemática sobre el Espíritu Santo. Los problemas
que se debatían en ese entonces tenían que ver con el ser o no generado del Espíritu Santo o
si se trataba o no de una sustancia. Orígenes concibe la Trinidad como un trío de círculos
concéntricos, donde el Espíritu Santo es el más pequeño e interior y que, afirma, tiene
dominio sobre las realidades espirituales y realiza su santificación. Llama al Padre, al Hijo y
al Espíritu Santo, «hipóstasis intelectuales» subsistentes de por sí siendo el Espíritu Santo
originado por medio del Hijo y una realidad inferior en cuanto a su relación con aquello de
lo que procede.
Novaciano, afirma que es el Espíritu Santo quien da dones a su Iglesia para adornarla y
perfeccionarla sobre todas las cosas y en todo. Y afirma su carácter personal.
Concilio de Constantinopla I (381): se completa el Credo de Nicea y se formula la divinidad
del Espíritu Santo y su labor de dador de la gracia.

 ¿Cuáles son las dos corrientes conceptuales (Occidente y Oriente -autores-) que
ayudaron a la creación del dogma Pneumatológico? mencionarlos y en breve

En Oriente:
San Basilio en primer lugar se centra en la distinción de las siguientes fórmulas:

 «De quien todo fue hecho», referido al Padre.


 «Por quien todo fue hecho», referido al Hijo.
 «En quien todo fue hecho», referido al Espíritu Santo.

1
Estudiante de V semestre de Teología.
Estas formulaciones eran utilizadas por los pneumatómacos para establecer la distinción de
naturalezas entre las personas divinas.
Él decía: “si de cada persona se habla de forma distinta, es que son distintas”.
En segundo lugar, su argumentación se basa en los usos litúrgicos tradicionales. Al hilo de
la fórmula bautismal de Mateo: “Id y bautizad a todas las naciones en el nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo”, argumenta que, si en esa fórmula el Padre no desdeña la
comunión con el Hijo y el Espíritu, separarlos en naturalezas distintas es ir contra la voluntad
del Padre, hecho del que luego afirma que es la verdadera “blasfemia contra el Espíritu
Santo”. Afirma que el Espíritu merece el mismo honor que se tributa al Padre y al Hijo pues
están en el mismo nivel y que se enumeran juntos.
Gregorio de Nisa en sus polémicas contra Eunomio y los macedonios, aporta la definición
doctrinal de mayor éxito en los textos sucesivos: a partir de las operaciones (de las personas
trinitarias –que serían distintas, pero de una sola sustancia – afirma que el Espíritu Santo
proviene del Padre y fue recibido por el Hijo. Por ello, al Padre se le llama «Omnipotente»,
el Hijo es el poder del Padre y el Espíritu Santo es el espíritu del poder del Hijo. Por todo
ello, al Espíritu Santo también corresponde la máxima adoración.
Gregorio de Nacianzo también mantuvo fuertes polémicas contra los detractores de la
divinidad del Espíritu. Parte de sus argumentaciones las tomó de los otros capadocios. Suya
es sin embargo su consumada habilidad como polemista y comunicador que demostró en los
cinco discursos teológicos donde trata el tema. En su obra fue donde acuñó la expresión
«procesión del Espíritu» para nominar la relación entre el Padre y Espíritu.

En Occidente:
Tertuliano define al Espíritu Santo como quien nos muestra a Dios, fuente de toda revelación
y las relaciones entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo como un tipo de unión que no es
identificación sino más bien como las de la raíz, el tronco y el fruto de un árbol y otras
comparaciones semejantes. Él también acuñó la fórmula tres personae, una substantia.
Por todo ello, es presentado como uno de los primeros teóricos de la Trinidad. Su posición
podría ser considerada como subordinacionista dado que aun cuando reconoce la divinidad
de las tres personas, propugna una cierta jerarquía entre ellas.
San Agustin, reflexionaba sobre el Espíritu Santo, reconociendo la dificultad de poder
establecer con precisión su realidad más propia.
En su obra De fide et symbolo, escrita hacia el año 393, establece ciertos aspectos
fundamentales que permitan una ulterior reflexión. Ante todo, ha de afirmarse la divinidad
del Espíritu Santo, que es Dios al igual que el Padre y el Hijo. Pero al mismo tiempo ha de
quedar muy clara la diferenciación entre Padre, Hijo y Espíritu Santo: siendo un sólo Dios,
son tres distintos. No son tres dioses, se trata de un solo Dios. Nos encontramos de lleno en
la problemática trinitaria, con toda la agudeza y complejidad propias del misterio.
 ¿Cuáles fueron las corrientes contradictorias o heréticas (autores y conceptos dados)?

Arrio: fue un asceta, presbítero y sacerdote en Alejandría.

Arrianismo consiste en considerar al Hijo como la primera y más excelsa de las criaturas o,
dicho de otra forma, como el primero de los ángeles. El dilema que plantea el arrianismo es,
por tanto, si el hijo es creado o engendrado. Ambos términos expresan una procedencia del
principio Padre creador, pero en un caso dicha procedencia se produce inmersa en la
existencia temporal y en el otro no. La criatura supone que el tiempo ha comenzado. No así
en el otro caso donde la procedencia se realiza en un estado que la liturgia y la literatura
cristianas han descrito con la fórmula: antes de todos los siglos. Dicho estado atemporal sería
previo a la creación misma del tiempo.

Sabelismo: es una forma de monarquianismo modalístico.

Basilio de Ancira, era semi-arriano, es decir, partidario de la fórmula 'semejante


(homoiousios) según la esencia' en lo que respecta a la relación del Hijo con el Padre.

 Definir los conceptos dados en medio de estos siglos, que se dieron de manera
definitiva en los concilios ecuménicos de la época.

Concilio de Nicea, se compusieron nuevas fórmulas de fe, la mayoría de ellas variaciones


del Símbolo Niceno, para hacer frente a nuevas fases del arrianismo.
Concilio de Constantinopla, se define al Espíritu Santo como Dios cuando se dice que es
“Señor y dador de vida”, se afirma su doble procedencia y se confirma su misión particular.
Bibliografía:

* AA.VV. El Concilio de Constantinopla I. El Espiritu Santo, Secretariado Trinitario,


Salamanca 1983.
* CONGAR, Y. El Espíritu Santo. Herder 1992.
* MOLTMANN, J. La Iglesia, fuerza del Espíritu. Sigueme, Salamanca 1978
* San Basilio. El Espíritu Santo, Madrid, Ciudad Nueva 1996

You might also like