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Trabajo Práctico
LA PEDAGOGÍA DE JESÚS
SEGÚN MARIO PERESSON
Resumen: LA PEDAGOGÍA DE JESÚS - MARIO L. PERESSON T., S.D.B.
CAPÍTULO V: LA PEDAGOGÍA DE JESÚS
Si Jesús es el “maestro”, ¿Cuál es su pedagogía?
La pedagogía es una disciplina, prioritariamente proyectiva, tendiente a dar sentido, redefinir y
ofrecer una refundamentación permanente al conjunto de prácticas educativas. Es una ciencia dinámica
que evoluciona constantemente. La pedagogía es una práctica y una ciencia profética, se inspira en la
labor educativa de los profetas y, por otro lado, señala la misión profética de los educadores.
La pedagogía responde permanentemente a aquellos interrogantes que constituyen y definen sus mis-
mos fundamentos y su razón de ser: ¿Dónde se educa? ¿Para qué? ¿A quiénes? ¿Cómo se educa? Para
responder tenemos que afirmar que en cuantos más nos acercamos a los evangelios, más riquezas
ofrecen desde una perspectiva pedagógica.
El verdadero maestro debe tener una meta definida que inspira y atrae todos sus mensajes y da sentido
a todos sus actos. Todo proyecto educativo permite ordenar, a partir de la meta, los pasos y niveles
siguientes del método.
Jesús tenía muy claramente definida su misión y también su plan educativo: la implantación del Reino
de Dios. Por esta razón, el elemento central de la originalidad de Jesús como Maestro reside en la
intencionalidad y el contenido de su enseñanza y práctica educativas. Jesús centra la totalidad de su
vida, de su misión y de su actuar en proclamar y hacer presente la utopía de Dios, expresada en la
imagen del Reino.
No podemos, entonces, comprender la pedagogía de Jesús fuera de ese proyecto evangelizador. La
Pedagogía de Jesús es evangelizadora: mediación, signo e instrumento de la Buena Noticia de libera-
ción, de la comunión y de la vida en plenitud para la humanidad.
Al plantear cualquier proyecto pedagógico es indispensable responder: ¿En dónde se educa? ¿Para
qué se educa? Toda acción evangelizadora es liberadora, se da dentro de unas coordinadas espacio-
temporales muy precisas y pretende dar un respuesta oportuna y eficaz a la realidad y las condiciones
concretas en que viven una determinada población.
La región de Galilea y el pueblo de Nazaret son los lugares en donde se originó y se desarrolló la
mayor parte de la vida de Jesús. Ahora bien, estas ciudades no pertenecían a la historia ni a la geografía
“santa”. Galilea era considerada como alejada del auténtico Israel por su contacto con el mundo de los
gentiles. Igualmente Nazaret no figuraba en ninguna parte del Antiguo Testamento, ni se hace ninguna
alusión a algún episodio histórico allí.
Era un territorio indigente, habitado por los más pobres de Israel. Con la ocupación romana, el
excesivo cobro de impuestos por parte del nuevo imperio aumentó aún más el desequilibrio social.
Había hambre, pobreza y muchas enfermedades. Después de la muerte de Herodes el Grande, Roma
decidió aumentar su control sobre Palestina. Para ello, instituyó un gobierno ejercido por los
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procuradores. Ante la ocupación extranjera, había muchos conflictos y tensiones sociales con represión
sangrienta.
En medio de este profundo conflicto se sitúa el proyecto de Jesús. Él convive con aquellos que no
tenía lugar dentro del sistema social y religioso. La llamada de Dios hecha por Jesús es clara: no es
posible acoger la Buena Noticia y continuar apoyando un sistema que margina y explota tanta gente
en nombre de Dios. Esto le trae problemas, ya que entra en conflicto con los grupos de poder de la
sociedad judía: los fariseos y los escribas. […]
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Hacia un crecimiento continuo:
Jesús propone a sus discípulos un dinamismo de constante crecimiento: hay que “convertirse”, “nacer
de nuevo”. La medida del amor es la sin medida de la gratitud, la donación y el servicio. Jesús pone el
máximo ideal del amor como proyecto y realización de la vocación cristiana.
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REFLEXIONES PERSONALES
La Pedagogía de Jesús está compuesta por cuatro principios fundantes:
La educación centrada en la persona
La educación como ejercicio de la libertad
La educación en el amor
La educación para la práctica
A partir de lo estudiado en clase, puedo descubrir que el primer principio es asumido perfectamente
por las nuevas corrientes pedagógicas, que consideran al alumno como el centro de la educación y al
que hay que mirar en todo momento. Personalmente, puedo agregar que además de lo propuesto, se
debe atender a la integridad de la persona: su dimensión humana, espiritual, intelectual y comunitaria-
social. Hoy en día existen muchas herramientas y estrategias pedagógicas para llegar a abarcar a la
persona en su totalidad.
El segundo aspecto a considerar es la educación para la práctica. Puedo relacionar esto con una
palabra muy nombrada en clase: “coherencia”. Seré un educador coherente en tanto viva lo que enseñe.
Si realmente comprendo, me apropio del contenido y dejo que este me interpele, podré llevarlo a mi
vida, y así ser un testimonio para los demás.
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