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Di Tullio, A. (2012). Manual de gramática del español. Buenos Aires:


Introducción
Waldhuter.
La enseñanza de la gramática

Reivindicar hoy la enseftanza de la gramática parece de antemano una


causa perdida. Su nulidad pedagógica ha sido proclamada -insistenternente
por docentes y pedagogos, por lo que ha sido prácticamente eliminada y sus­
tituida, al menos en nuestro medio, por otros contenidos y métodos de ense­
fümza. Sin embargo, las sucesivas crisis en los sistemas educativos nos alertan
contra estos periódicos reemplazos que no siempre cuentan con un respaldo
suficientemente sólido y que conducen a menudo a experiencias frustrantes.
Por eso, hemos incluido aquí algunas reflexiones sobre la función que le com­
pete a la gramática en el amplio terreno de la enseíianza de la lengua.
Tradicion;:dmente se confiaba en la eficacia pedagógica de la gramática.
De hecho, buena parte de las obras clásicas de nuestra tradición gramatical
-por ejemplo, las gramáticas de Vicente Salvá, Andrés Bello, Amado Alon­
so y Pedro Henríquez Ureña, adem{ls de la gramátlca escolar de la Real Aca­
demia- fueron diseñadas precisamente corno instrumentos didácticos. Cla­
ro está que la gramática se concebía en función del uso correcto de la lengua:
el propósito normativo justificaba la descripción gramatical al entenderse la
gramática como un arte, un conjunto de reglas tendientes a un fin, el de es­
cribir y hablar correctamente,
La gramática actual ha adquirido el estatus de ciencia que pretende no só·­
lo describir sino también explicar el funcionamiento del sistema lingüístico.
Esto supone reconocer mediante criterios formales las unidades de análisis,
sustentar las reglas que se postulan en principios generales, conectar explíci·­
tamente los varios componentes de la descripción lingüística. Tales exigencias
la alejan, por supuesto1 de los objetivos y metodología de la enseñanza de la
gramática.
Descartada la grarnática tradicional y alejada de la formalización que re-­
quiere la gramática teóri.ca1 la escuela parece haberse quedado sin gramática,
'T'al evaluación, sin embargo, dista de ser justa. La descripción de la lengua
contenida en la gramática tradicional proporciona una excelente base para la
reflexión sobre los mecanismos que operan en el funcionamiento del sisterna
lingüístico. La gramática actual, a su VC'l, ubica este conocimiento necesario
en un marco teórico más amplio y exigente. Precisamente en esta introduc­
ción hemos intentado dar cuenta de las posibilidades que permite el cuerpo
de conocimientos reunido por la tra<lición gramatical, ampliado con instru­
mentos de análisis de la gramática actual que lo refinan y lo 11accn más po­
tente.
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0.1. La supuesta nulidad del conocimiento gramatical yado en la intuición de! hablante y en la formación teórica que paulati-
namente irá adquiriendo.
El antiguo optimismo ha retrocedido hoy frente a una actitud escéptica
con respecto a la gramática. Se coincide, por lo general, en que del conoci-
miento de sus reglas no se sigue necesariamente la capacidad de usar la len- 0.3. ¿Para qué enseñar gramática?
gua adecuadamente. Sin embargo, resulta difícil probar que la incidencia del
conocimiento gramatical sea nula a la hora de ejercitar habilidades complejas Esta pregunta recibirá diferentes respuestas según la concepción que de
como las implicadas en la comprensión o producción de un texto. la lengua se tenga. En la lingüística actual, e! formalismo y el funcionalismo
Ante todo, convendría precisar el alcance de tal supuesta inocuidad: se oponen, entre otros aspectos, en el énfasis relativo que asignan al compo-
a. en un sentido fuerte supone que el conocimiento explícito y conscien- nente cognitivo y al comunicativo, respectivamente, como función básica del
te que proporciona la gramática es inocuo para desarrollar una cierta lenguaje humano. El primero destaca su relación con el pensamiento. El se-
habilidad lectora y productiva y, por lo tanto, se prescinde de tal apren- gundo lo entiende prioritariarnente como el instrurnento privilegiado de la
dizaje fatigoso. comunicación. Tal disidencia se asocia con la posición que uno y otro le asig-
b. en un sentido débil implica que este conocimiento no basta pero con- nan al sistema léxico-gramatical: central en el primero como vínculo entre la
tribuye, de manera directa e indirecta, a tal objetivo. expresión fónica y el significado; dependiente en el segundo ya que se en-
De acuerdo con este segundo alcance, al que adherimos, la gramática no tiende que la gramática es, en última instancia, reductible a la semántica y a
es una condici.ón suficiente pero si probablemente necesaria para lograr los la pragmática.
objetivos generales de la educación lingüística. En el terreno de la enseñanza estas dos posturas teóricas no son incompa-
tibles e incluso pueden ser complementarias: la gramática da cuenta de los me-
canismos formales y el enfoque comunicativo de la función -pragmático-dis-
0.2. Las reducciones de la gramática escolar cursiva- que el hablante les asigna.
El desplazamiento de la gramática del currículum no siempre ha ido
Para que 10 sea cabalmente, sin embargo, se requiere plantear y revisar los acompañado de una evaluación de los efectos de tal pérdida, entre los cuales
objetivos que se proponen para su enseüanza, la forma en que se la enseüa e enumeraremos los siguientes:
incluso la concepción de lengua c¡ue la sustenta. En este sentido, es necesario ejercicio intelectual: el descubrimiento y formulación de los mecanismos
evitar dos identificaciones incorrectas en que ha incurrido a menudo la gra- formales operantes en el complejo sistema de la lengua requieren un con-
mática escolar: siderable esfuerzo de abstracción y de deducción. Como señala 1. Bosque
la enseñanza de la lengua y la enseñanza de la gramática: la enseilanza de (1994), tratándose de un "'corpus de conocimientos' que puede conside-
la gramática constituye sólo una parte de la formación lingüística del es- rarse en lo fundamental objetivo, sistemático y sin contradicciones inter-
tudiante. ¿QLién puede dudar de que el objetivo prioritario de la ense- nas" (p. 12), la gramática permite practicar la argumentación en un terre-
ilanza de la lengua es que el estudiante se exprese, oralmente o por escri- no poco sujeto a la opinión o a la intervención de factores externos. La
to, con fluidez, que comprenda textos y que sostenga sus argumentos co-· capacidad formativa que puede llegar a proporcionar la gramática en esta
herente y, en lo posible, eficazmente? Lo que resta probar, sin embargo, línea es similar a la de las matemáticas o de la lógica, sólo que se realiza a
es si estas habilidades se adquieren sólo ((haciendo)) o si, alcanzado un de- partir de un sistema que el estudiante conoce y usa cotidianamente.
terminado nivel de desarrollo cognitivo, la reflexión metódica sobre el medio de adquisición de habilidades metalingüísticas: una conducta
funcionamiento de la lengua, no acelera y profundiza tal adquisición. metalingüística es una conducta de control del lenguaje. Las habilidades
la gramáfica y el análisis sintáctico de las oraciones: frecuentemente la en- metalingüísticas se proyectan, deliberadamente, a la reflexión del lengua-
seilanza de la gramática se reduce al análisis sintáctico de las oraciones, je, a su adecuada producción y a la supervisión de su comprensión. Esta
que se realiza a menudo como un ejercicio mecánico de identiftcación y consciencia metalingüística no proviene enteramente del conocimiento
rotulación. Cualquiera sea la modalidad que se adopte (cajas, arbolitos, implícito que corno hablantes nativos tenemos de nuestra lengua sino
corchetes), el análisis sólo puede llegar a constituir un medio útil de re- que requiere un aprendizaje. La gramática, correctamente enseñada y
flexión sobre el funcionamiento del sistcrna lingüístico cuando está apo- practicada, puede llegar a resultar en este sentido un instrumento eficaz.
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base para el conocimiento de lenguas extranjeras: aun cuando actual- concepto amplio de análisis sintáctico como medio de reconocer el fun-
mente se ha favorecido el enfoque comunicativo en la enseñanza de cionamiento del sistema lingüístico;
las lenguas segundas y extranjeras, se comprueba habitualmente que propuestas de análisis alternativos, sostenidos a través de la argumenta-
se gana un tiempo y un esfuerzo considerables si el estudiante cuen- ción;
ta con un conocimiento de la gramática de su propia lengua, que le descubrimiento de ambigüedades;
permitirá advertir los posibles contrastes y los puntos críticos en que ejercicio de paráfrasis que, aunque mantienen el significado proposicio-
ambas gramáticas presentan divergencias. La realidad, en camblo, es nal, introducen variaciones en la estructura sintáctica, en el léxico, en la
gue los alumnos suelen aprender gramática a partir del estudio de distribución de la información;
otros idiomas. establecimiento de distinciones semánticas pertinentes al contextualizar
sustento del análisis transoracional: si bien el análisis del discurso fue las oraciones;
reivindicado como una superación de la gramática, en muchos aspec- reconocimiento de los factores que alteran la grama ti calidad de una ora-
tos la presupone y la necesita. Así, por ejemplo, lo reconoce M.A.K. Ha- ción;
lliday, quien, a pesar de oponerse a la gramática como comienzo y fin formulación de reglas;
de la enseüanza de la lengua cuando la tendencia dominante de la lin- recolección de los juicios de los hablantes sobre un cierto fenómeno.
güística era la sintáctica, sin embargo, plantea la necesidad de procla- Estas actividades requieren un ejercicio constante de reflexión intelectual
mar la prioridad de la gramática como fundamento del análisis del dis- y de argumentación. El estudiante cuenta para ello con su intuición de ha-
curso: liSin la gramática no hay manera de hacer explícita nuestra in- blante nativo y con la formación lingüística que la escuela le irá proporcionan-
terpretación del significado". Lejos de una oposición entre gramática do paulatinamente.
oracional y gramática textual, la relación que se establece es de comple- Enfocada desde esta perspectiva, la gramática fomenta el desarrollo de las
mentaridad entre ambas, asentada en el carácter básico de la primera. habilidades metalingüísticas, gue son necesarias para el control de la com-
conocimiento "per se": la gramática ha formado parte de la educación prensión y la producción. En efecto, a través de un ejercicio sostenido de es-
básica desde los orígenes mismos de la civilización sólo occjdental tas actividades se adguierc el hábito de analizar textos y de monitorear la pro-
sino también de otros pueblos (hindú, chino, árabe). Sus conocimientos ducción propia, se desautomatizan procesos, en gran medida inconscientes, y
forman parte, pues, de un patrimonio cultural compartido. Aunque se- se reconoce que el estudiante está dotado de un conocimiento no trivial y
cundaria, esta razón no es enteramente desdeñable ya que permite en- acrecentable. Incluso, en el terreno espedflcamente gran1atícal, se combate así
tender la gramática como un producto cultural, condicionado por len- el principal obstáculo para la incidencia de la reflexión metalingüística en el
guas -en la tradición occidental, el griego clásico y cllatín- y por una desempeüo efectivo: la disociación entre el lenguaje objeto yel metalenguaje.
cultura particular. Es frecuente observar que el estudiante no reconoce la identidad referencial
entre la descripción gramatical y su uso efectivo de la lengua. Cuando se da
tal "esquizofrenia", no se advierte siquiera que el objeto presentado y ejempli-
0.4. La gramática y la enseñanza de la lengua ficado se corresponde, a veces aproximativamente es cierto, con las construc-
ciones habituales de su propio idiolecto.
La asignatura Lengua se ha convertido en una asignatura omnicompren- 'Tal "renovación" no está reñida, sin embargo, con la gramática tradicional.
siva que se hace cargo de los problemas más arduos de la escuela media al ir Por el contrario, coincide) en gran parte, con Jos procedimientos habituales
incorporando sucesivamente una serie de nuevas perspectivas inexistentes en que propugnaban los gramáticos del espaiíol, que no siempre fueron atendi-
la enseñanza tradicional: análisis del discurso, pragmática, sociolingüística, dos por la gramática escolar. Como lamentaba Andrés Bello, la gramática ha
teoría de la comunicación, técnicas de estudio, entre otras. En cambio, cuan- estado "bajo el yugo de la venerable rutina". El desafío es combatirla. S" tra-
do se la incluye, la gramática, por lo general, no se ha renovado. Y es necesa- ta de gue a través ·de la gramática se comprenda mejor el significado de una
rio que 10 haga para que la lengua se convierta en un objeto interesante de ob- construcción, se reconozca su inserción en el sistema de la lengua y se selec-
servación y de estudio. Esto supone que la reflexión sobre el lenguaje pase a cione y defienda un análisis entre las varias propuestas alternativas. Esto exi-
ser la práctica habitual de la clase de lengua. Son varias las actividades ten- girá a menudo partir de los conceptos de la gramática tradicional, confirma-
dientes a tal objetivo: dos pero integrados en una perspectiv"l rnás amplia¡ a veces ref()fffiularlos y
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otras, en fin, pla11tear nuevos problemas ni siquiera antes entrevistos. Esta es


precisan1ente la tarea que en este librito pretendemos abordar a partir de
nuestra experiencia en la enseñanza de .la gramática en el primer año de estu­
dios universitarios.

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