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- PH: En suelos con pH altos (>8,4), la materia orgánica puede reducirlo indirectamente, al
favorecer la infiltración y la percolación y el lavado.
- Sodicidad: Materia orgánica cultivada o mezclada en los 15-30 cm superiores reduce los efectos
del sodio. La dosis a plicar en este caso es de hasta 4,2 t/ha en los 20 cm superficiales.
- Nivel de materia orgánica: La materia orgánica puede separarse en dos fracciones generales:
estable y dinámica. La materia orgánica dinámica se puede incrementar mediante el cultivo o la
enmienda. La materia orgánica adicionada ha de tener una relación C/N de acuerdo con el objetivo
de la revegetación. Las leguminosas tienen relaciones C/N más bajas. La paja y los residuos
forestales muy altas (hasta 2000:1). Las cantidades de enmienda para aportar nutrientes y mejorar
las propiedades físicas de los suelos empiezan a partir de 0,5 t/ha. Los métodos mecánicos de
aplicación son los mejores. El material debe ser incorporado en los 15 cm superiores del suelo.
Una técnica reciente consiste en cortar y trocear la biomasa vegetal antes de retirar la tierra
vegetal, la cual se incorpora a la misma, descomponiéndose y mejorando sus condiciones.
TIPOS DE MATERIA ORGÁNICA QUE SE PUEDE APLICAR
- Residuos urbanos: Contienen un 50% de materia orgánica, por lo que pueden ser importantes
para construir y mantener la fertilidad de los suelos. Pueden ser aplicados en forma líquida o
sólida. Existen algunas reservas para su aplicación derivadas del contenido en metales pesados,
tóxicos para las plantas, que pueden ser así introducidos en las cadenas tróficas. También pueden
aumentar la salinidad.
- Residuos forestales: En teoría puede causar un efecto depresivo sobre el crecimiento vegetal al
inmovilizar el N. Pero parece que la inmovilización es ligera. No obstante se recomienda añadir N
con el residuo forestal.
MEDIDAS DE MANEJO PARA LA RECUPERACIÓN DE LOS SUELOS
El suelo es uno de los elementos que presenta mayor dificultad para su recuperación, debido a la
gran pérdida de los materiales fino granulares como los limos, arenas limosas, limos arenosos y la
materia orgánica que existen en las capas superficiales de los suelos y que son removidos y
lavados en el desarrollo de la actividad minera, además de la pérdida de nutrientes. En este
sentido las medidas de mitigación en este componente deben ser contempladas durante la
extracción minera y una vez esta actividad haya terminado.
En el momento de la remoción del suelo, para extraer los metales, se recomienda la destinación
de un área para el depósito de la materia orgánica y los limos para su posterior reutilización. La
capa de tierra vegetal y la capa mineral alterada (Horizontes A y B), deben necesariamente
retirarse y almacenarse de manera adecuada, para emplearse en la restauración final, para lo cual
se requiere tener en cuenta las siguientes recomendaciones (véase Tabla 2):
Realizar estudios previos para determinar las características y condiciones del suelo natural:
a) Lo ideal es que el tiempo entre la retirada del suelo y su reutilización sea el mínimo y de ser
posible que la restauración se aplique de manera simultánea.
b) Cada tipo de suelo retirado debe acopiarse por separado para preservar sus características
originales. Esta operación es especialmente importante, ya que de su éxito dependerá la
disposición de materiales adecuados para la restauración.
c) Para garantizar las características de los suelos, se deben construir pilas de acopio retiradas de
corrientes de agua que puedan inundar el suelo y por ende perder sus propiedades, para el caso
de la capa orgánica se recomienda el establecimiento de una cobertura vegetal que reduzca la
compactación y mejore la composición. Además debe cubrirse de la intemperie tapándolos para
protegerlos de los rayos solares, de la precipitación y el viento (Figura 11). Cabe mencionar que las
medidas propuestas corresponden al cálculo realizado para una explotación de 1 hectárea, sin
embargo para áreas más grandes, estas dimensiones deben ser proyectadas de manera
proporcional.
d) La altura de los depósitos no debe superar los 2.5 m, con un ángulo de reposo que impida el
derrumbe del material acopiado.