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y miden su alcance, evalúan los resultados principales e identifican los obstáculos de su
implementación, en especial los de naturaleza institucional.
del Estado
“El estado de las reformas del Estado constituye el esfuerzo con mayor éxito y rigor
en América Latina
M
hasta la fecha, para que la discusión sobre la reforma de las instituciones pase de los
Y
clichés vacíos a la acción… Es posible reformar el Estado y en este libro se muestra
CM
cómo hacerlo”.
MY -Moisés Naím, Editor en jefe, Foreign Policy Magazine, Washington, DC.
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“Este importante libro proporciona un recuento ilustrativo e informativo de las refor-
CMY
mas que están cambiando el paisaje institucional del sector público de los países la-
K tinoamericanos. Es una mina de oro con información sobre muchas de estas reformas y
debería ser lectura obligada para las autoridades de gobierno y los académicos serios”.
-Vito Tanzi, Ex Director, Departamento de Asuntos Fiscales
Fondo Monetario Internacional, Washington, DC.
“El hallazgo más notable en este libro es el hecho de que se ha llevado a cabo en toda la
región una silenciosa revolución institucional que ha pasado inadvertida por muchos
observadores”. Prólogo de
-Francis Fukuyama, Profesor Bernard Schwartz de Economía Política Francis Fukuyama
Internacional y Director del Programa de Desarrollo Internacional de la
Escuela Paul H. Nitze de Estudios Internacionales Avanzados de
Johns Hopkins University, Washington, DC.
Editado por
Eduardo Lora
ISBN 978-958-8307-14-5
BANCO INTERAMERICANO
DE DESARROLLO
4
I II
Profundidad de las reformas
(¿cuán profundo es el cambio
en los componentes?)
+ III IV
Brasil (1995-98) • Las ideas de reforma ingresan de manera • Débil compromiso directo del • Inicio de nuevos modelos
inesperada en la agenda presidente: reformas dependieron organizativos y de gestión
del Congreso y en menor grado por medidas provisionales
del ejecutivo (antes de sanción legislativa)
• Alta visibilidad • Oposición de algunos miembros • Resistencia de
del gabinete organizaciones al cambio
• Entidad promotora: nuevo ministerio que • Gran necesidad de cambios • Se otorgaron poderes
compite con otras entidades legislativos (y necesidad de de ejecución a un nuevo
• Equipo con formación y cierta experiencia cambio constitucional) ministerio pero poco
después desaparece
• Vínculo débil con políticas económicas
• Rápido desarrollo de propuestas
Chile (1990-2003) • Las ideas de reforma ingresan de manera gradual • Decisiones muy dependientes del • Implementación gradual:
en la agenda ejecutivo experiencias específicas
previas a la expansión de los
cambios
• Baja visibilidad • Creciente necesidad de cambios
legales: fueron necesarios al final
del proceso
• Entidad promotora: comité interministerial, en
el que el Ministerio de Finanzas juega el papel
decisivo
• Sólido y estable vínculo con políticas económicas
• Propuestas de desarrollo muy gradual
EL ESTADO DE LAS REFORMAS DEL ESTADO EN AMÉRICA LATINA
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(Continuación cuadro 4.1)
Perú (1995-97) • Las ideas de reforma ingresan de manera • El proceso dependió • Implementación de cambios
inesperada en la agenda completamente de la decisión menores e insignificantes
• Alta visibilidad presidencial
• Entidad promotora: comité asesor con poca • Resistencia en el gabinete a las
experiencia reformas
• Conflictiva vinculación con políticas económicas • Gran necesidad de decisiones
legislativas (uso de poderes
• Propuestas preparadas con extrema rapidez delegados al ejecutivo en la Ley
• Propuestas con marcado carácter legal de Presupuesto para enmendar la
Ley de la Rama Ejecutiva)
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150 EL ESTADO DE LAS REFORMAS DEL ESTADO EN AMÉRICA LATINA
Venezuela
Panamá
Argentina
México
Costa Rica
República Dominicana
Brasil
Ecuador
Bolivia
El Salvador
1995
Nicaragua
1999
Colombia
Chile
0 1 2 3 4 5 6 7 8
Porcentaje de la población total
El nuevo gobierno electo de Perú en 1990 halló una situación crítica en las
cuentas fiscales. La recaudación tributaria había caído del 13% al 4,9% del
PIB en los últimos cinco años, generando un creciente déficit fiscal. Dado que
la nómina pública representaba el 26% del gasto corriente total, reducirla se
convirtió en un importante objetivo. Las preocupaciones fiscales del gobierno
condujeron así a identificar el sobredimensionamiento del personal del aparato
público como un tema prioritario en la agenda económica.
A iniciativa de las autoridades económicas, el gobierno puso en marcha en
1991 un proceso de compra de renuncias de los empleados públicos, que fue
seguido por un proceso de reorganización de las entidades públicas con el fin
de eliminar plazas de trabajo. Como resultado de este proceso, el volumen del
empleo público se redujo drásticamente en 1992. Una consecuencia indeseada
fue el traslado al sector privado de buena parte del personal profesional más
capacitado con el que contaba el sector público.
600
500
400
300
200
100
0
1990 1992 1993 2003
Promedio de países
latinoamericanos
Brasil
México
Argentina
Paraguay
Bolivia
Ecuador
El Salvador
Nicaragua
República Dominicana
Uruguay
Colombia
1995
Chile
1999
Perú
Guatemala
0 2 4 6 8 10 12 14 16
Porcentaje del PIB
0 10 20 30 40 50 60 70 80
Índice (escala de 0 a 100)
Brasil
Chile
Costa Rica
Uruguay
Argentina
Colombia
México
Venezuela
Bolivia
Paraguay
República Dominicana
Guatemala
Perú
Ecuador
Honduras
Nicaragua
El Salvador
Panamá
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100
Índice (escala de 0 a 100)
40
35
30
25
20
15
10
5
0
Índice de mérito Índice de flexiblilidad
0 10 20 30 40 50 60 70
Índice (escala de 0 a 100)
Les sigue un grupo de países con índices entre 35 y 50, formado por
Argentina, Colombia, Costa Rica, México, Uruguay y Venezuela. El grupo
con peores resultados presenta índices de entre 10 y 25, y está formado
por Bolivia, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala,
Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay y Perú.
Este índice de capacidad funcional resulta de la combinación de tres
atributos. El primero –expresado mediante el índice de competencia– alu-
de a la eficacia con que se aseguran niveles de calificación profesional
adecuados en los servidores públicos. El segundo –al cual se refiere el
índice de eficacia de incentivos– mide el grado en que las políticas y
prácticas de gestión de los recursos humanos contienen estímulos a la
productividad, el aprendizaje y la calidad del servicio. Entre las prácti-
cas de gestión consideradas destacan las de gestión de remuneraciones
y gestión del rendimiento. Finalmente, el tercero –que se refleja en el
índice de flexibilidad– alude al grado en que las políticas y prácticas de
servicio civil facilitan la adaptación a los cambios y la adopción de inno-
vaciones. El gráfico 4.7 muestra el comportamiento de estos subíndices
para cada uno de los tres grupos de países que hemos distinguido en el
párrafo anterior.
Los puntajes de los países del primer grupo (Brasil y Chile) reflejan
sistemas de servicio civil capaces de influir e incentivar positivamente el
80
Competencia
70
Efectividad de los incentivos
Flexibilidad
Índice (escala de 0 a 100)
60
50
40
30
20
10
0
Primer grupo Segundo grupo Tercer grupo
Grupos de países
Uruguay
6
Venezuela
Panamá
Tamaño de la burocracia (%)
5 México Argentina
Costa Rica
4
República Dominicana
Perú Brasil
3 Paraguay
Ecuador Chile
Bolivia
2 El Salvador
Guatemala
Honduras
Colombia
1 Nicaragua
pequeña
0
0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8
disfuncional funcional
Índice sintético de servicio civil (escala de 0 a 1)
(Bolivia – PRI)
La burocracia clientelista
Se caracteriza por baja autonomía y baja capacidad. Este grupo está
conformado por funcionarios que ingresan temporalmente al gobier-
no según criterios de confianza o afiliación partidaria. Las rotaciones
ministeriales o los cambios de gobierno influyen en la conformación
de las plantas y pueden implicar cambios masivos de funcionarios. Un
subconjunto de estas burocracias se produce cuando el control del acce-
so y la permanencia no están en manos del sistema de partidos, sino de
organizaciones sindicales o gremios. Los casos más acentuados se dan
en los países centroamericanos (véase el recuadro 4.6), con la excepción
de Costa Rica, en Bolivia (salvo en algunos enclaves con sistemas por
méritos), República Dominicana y Paraguay. En México, el control del
aparato gubernamental se ha dividido tradicionalmente entre el partido
gobernante para los conjuntos de jefes (hasta la recientemente aprobada
Ley de Carrera) y los sindicatos para los restantes puestos de trabajo.
Paralelamente, es posible encontrar núcleos de estas características en
otros países, como Argentina (designaciones transitorias), Colombia
(designaciones provisionales), Uruguay (contratados) o Perú (servicios no
personales), al amparo de regímenes transitorios o especiales de empleo
que conceden al gobierno una mayor flexibilidad en nombramientos y
desvinculaciones.
Los papeles de esta configuración se vinculan a su carácter de recurso
político del partido gobernante que los intercambia por votos o apoyos
políticos. Esta burocracia es una extensión más del actor político par-
tidario, pudiendo tener alguna capacidad de veto frente a segmentos
40
35
Índice (escala de 0 a 100)
30
25
20
15
10
0
Mérito Consistencia Capacidad
estratégica funcional
La burocracia paralela
La forman equipos “técnicos” o de “proyectos”. Lo propio de esta
modalidad es la baja autonomía y alta capacidad. Está conformada por
conjuntos de jefes que se han incorporado bajo formas contractuales
flexibles, que se han expandido en la mayoría de los países de América
Latina desde principios de los años noventa, mostrando tendencias a
consolidarse. Su régimen laboral suele estar regido por normas relativas
a contratos de servicios u otras formas jurídicas. No forman parte de
las estructuras permanentes aunque en varios países la renovación de
estos cuerpos se realiza sucesivamente. Estos grupos de funcionarios no
responden estrictamente a un partido político y presentan conocimiento
experto en algún área temática de política. En la mayoría de los casos
se han incorporado para cubrir determinadas necesidades técnicas y en
algunos casos han desarrollado habilidades técnico-políticas. Suelen
configurar instituciones paralelas, o lo que se ha denominado “ministe-
rios paralelos”, fuera o al interior de las dependencias ordinarias. Estas
estructuras pueden ser más o menos exitosas y encontrar resistencia por
parte de los otros actores burocráticos internos.
Su participación en el ciclo de las políticas públicas es diferente, según
la posición que ocupen. Una versión está representada por los equipos
de asesores técnicos que desempeñan un papel clave en el diseño de las
alternativas de política cerca a la cabeza del poder ejecutivo. Otra versión
Para enfrentar la crisis fiscal, hacia finales de la década de 1980 los gobiernos
empezaron a realizar importantes esfuerzos por incrementar la recaudación
tributaria (véase el capítulo 6). A la par que introdujeron cambios en sus políticas
tributarias, emprendieron significativas reformas de las entidades recaudado-
ras de tributos internos. Hasta los años ochenta la gran mayoría de entidades
recaudadoras eran organismos de línea de los ministerios de finanzas, regidas
por las normas generales de gestión del empleo público. A finales de los años
noventa, como resultado de esfuerzo reformador, en diez países (Argentina,
Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Perú y
Venezuela) las administraciones tributarias gozaban de algún tipo de autonomía
presupuestaria, financiera o administrativa.
Un elemento común en los procesos de reforma de las administraciones
tributarias fue dotarlas de marcos normativos que les permitieran gestionar sus
recursos humanos con algún grado de autonomía respecto a los sistemas regula-
res de empleo público. Una de las reformas más radicales fue la que experimentó
la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (Sunat) de Perú,
mediante la cual se permitió incluso que los funcionarios fueran contratados
bajo el régimen laboral privado. En la mayoría de casos se incluyeron cambios
o regímenes especiales dentro del marco general de gestión de los recursos
humanos, que permitieron a las entidades recaudadoras incorporar nuevo
personal mediante concursos públicos, implementar carreras administrativas
internas y mejorar significativamente los niveles salariales. Es importante tener
en cuenta que estos cambios no fueron adoptados de manera provisional o
temporal, puesto que formaron parte de un paquete de medidas de reforma
sustantiva de entidades permanentes y de línea –como son las administraciones
tributarias– mediante las cuales se implantaron marcos administrativos que
aunque son diferentes a los de buena parte de las administraciones públicas
en general, gozan de estabilidad hasta la fecha.
Las administraciones tributarias que fueron reformadas lograron conformar
plantas de personal con un elevado componente profesional, reclutado por
mérito, vinculado a los objetivos estratégicos de la organización y con capacidad
para participar en el proceso de elaboración de la política tributaria y para
mejorar sustantivamente los procesos de fiscalización, recaudación y servicio
al contribuyente. El diagnóstico del servicio civil peruano muestra que la Sunat
obtiene puntajes superiores a los del resto de la administración pública en los
índices de mérito y capacidad funcional, constituyendo así una buena muestra
de una burocracia basada en méritos en funcionamiento.
Fuente: Compilación de los autores.
Conclusiones
En los últimos años las administraciones públicas en América Latina han
sido objeto de numerosas transformaciones, la mayoría como resultado
de reformas económicas y fiscales, pero en ocasiones como producto
de estrategias de reforma directamente enfocadas en la gestión pública.
Como resultado, se ha reducido el empleo público directo, aunque no se
ha moderado el costo de la nómina pública. El éxito y la sostenibilidad
de las estrategias de recorte del empleo público ha sido muy variado. Un
fenómeno habitual ha sido la aparición de burocracias paralelas y empleos
con diversas formas contractuales. También ha habido transferencia de la
actividad empleadora a los gobiernos subnacionales, todo lo cual puede
restar validez a las estadísticas disponibles.
Aunque los reformadores parecen haber sido conscientes de la ne-
cesidad de mejorar la calidad del desempeño de las administraciones
públicas, infortunadamente, salvo en algunos países (como Brasil y Chile)
y en algunos sectores (burocracias fiscales y regulatorias) no se constatan
progresos notables. Las administraciones de la región siguen fuertemente
caracterizadas por su falta de autonomía y capacidad técnica, por su escasa
capacidad para incentivar a los trabajadores públicos y por la falta de
coherencia entre los recursos humanos disponibles y los necesarios para
enfrentar los desafíos de política de los países. Idealmente, la reforma
de las administraciones públicas ha perseguido reducir el tamaño de la
burocracia y mejorar su calidad, combinación que sólo han conseguido
Brasil y Chile. Otros países, como México y Uruguay, han conseguido
elevar el desempeño, pero a un costo mayor. En general, la reforma de
las administraciones públicas en los demás países ha sido promovida por
una orientación fiscalista que no ha producido los recortes esperados de
gasto y que no ha mejorado el desempeño.
Las transformaciones de las administraciones públicas de las dos
últimas décadas han dado origen a las más diversas configuraciones
burocráticas. Incluso dentro de un mismo país, en algunas áreas de po-
lítica ha mejorado sustantivamente la gestión de los recursos humanos,
mientras que otras se hallan sumidas en los tradicionales problemas de
escasa autonomía y baja capacidad técnica. Aunque esto implica mejoras
parciales, también configura un escenario más complejo de reforma, dado
que conlleva plantearse distintas rutas de intervención sobre diversos
sectores de la administración. Una implicación importante de esta situa-
ción es que deben mirarse con extrema cautela los enfoques de reforma
de carácter uniforme, pues se corre el riesgo de poner en peligro los
avances logrados en determinados sectores (como las administraciones
tributarias) por un afán homogenizador. Una aproximación más selectiva
y contingente de los esfuerzos de reforma debe equilibrarse con procesos
Referencias
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pública en Chile”, en: Reforma y modernización del Estado. Experiencias
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