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KEESE, ALEXANDER

Construyendo una nueva imagen de África. Los “Estados disidentes” y
la emergencia del neocolonialismo francés en el período posterior a la
descolonización1

(Building a New Image of Africa. "Dissident States" and the Emergence of French Neo-
colonialism in the Aftermath of Decolonization, Éditions de l'EHESS, « Cahiers d'études
africaines », 2008/3 n° 191 | pages 513 à 530)
Traducido por Luciana L. Contarino Sparta para uso interno de la cátedra de Historia de
la Colonización y la Descolonización


Un poder intervencionista regional que no interviene

En la segunda mitad de septiembre de 1958, la administración territorial francesa en
Guinea se transformó en puro caos. El referéndum constitucional estaba cerca. Cada uno
de los funcionarios franceses que eran en algún punto realistas sabían que en Conakry el
juego estaba perdido. Al menos debían considerar que se llegaría a este resultado si la
administración francesa, de un modo u otro, no intervenía directamente en el proceso
(Bart 1992: 378-378; Benoist 1982: 410-411, 413-417; Chafer 2002: 173-177; Charles
1997: 111-113; Mortimer 1969: 314-318; Schmidt 2007: 17-172).
De hecho, los servicios administrativos franceses habían puesto en marcha algunas
actividades. Si alguien hubiera observado lo que sucedía en la sede central de los
servicios postales locales en Conakry, probablemente se habría sorprendido ante la
considerable cantidad de actividades. Los funcionarios públicos en la oficina postal
territorial estaban desarrollando un ingenuo programa elaborado por el director de los
servicios postales, Bidault. En una suerte de acción nocturna, los empleados africanos y
franceses de la oficina se llevaron estampillas por un valor de 250 millones cfa*. De este
modo se prevenía que estas estampillas cayeran en las manos del nuevo régimen
independiente venidero, el cual se vería así privado de un pequeño activo financiero2.
Pero eso fue todo. Aparte de tan irrisoria actividad, los funcionarios franceses no
hicieron nada más en esos días turbulentos. Sin dudas, podrían haber existido otros
campos en los cuales los franceses hubieran podido llevar la voz cantante. Un telegrama
de Koundara, trece días antes del referéndum, reportaba ataques severos de las fuerzas
de choque del partido gobernante contra los partidarios de la oposición en esa región.
Sékou Touré, futuro dictador y hombre fuerte del territorio, mostró que no aceptaría
ninguna oposición a su programa de acción. “Todas las chozas de los habitantes fula
están ardiendo”, observaba secamente el gobernador francés Jean Maubena. Esto habría
sido un buen pretexto para intervenir con la policía armada francesa y dispersar a los
agitadores. A quienes defendían la permanencia futura de Guinea dentro de la órbita de
Francia, el gobierno territorial francés podría haberles demostrado que el subsistente

1 Una versión anterior de este artículo fue presentada en mayo de 2005 como clase magistral en
* Francos de la Comunidad Financiera Africana (N. del T.).
2 Archivos diplomáticos del Ministerio de Relaciones Exteriores francés, París (MAE), Dirección

África-Medio Oriente (DAL), Guinea 9, Patault, miembro del Gabinete del Ministerio de Ultramar
francés. Nota para el Señor Ministro [Cornut-Gentille] (sin número), sin fecha.
2

poder colonial no habría dejado desprotegida a la población “leal”. Sin embargo, los
funcionarios franceses a cargo en Conakry y en Dakar decidieron no actuar3.
A algunos miles de millas de distancia, en el estrecho territorio de Togo en el África
Occidental, la situación era similar, al menos a primera vista. Togo había sido, desde
1919, un territorio bajo tutela de la Liga de las Naciones y las Naciones Unidas, pero
administrado por los franceses, a quienes no les importaba mucho el control
internacional y gobernaban el territorio de acuerdo con los estándares de la
administración directa en práctica en los otros territorios franceses de ultramar. En la
primera mitad de la década de 1950, las presiones internacionales en reclamo de
mayores niveles de autogobierno en Togo estaban creciendo, pero los franceses no
cedieron a ellas. Un punto de quiebre crucial fueron las elecciones del 27 de abril de
1958, en las que el gobierno territorial de Nicolás Grunitzky, visiblemente pro-francés,
fue derrotado por el partido de oposición Comité de la Unión Togolesa (CUT). El CUT
había demandado durante años la autonomía e, inclusive, la independencia, y su éxito
electoral, cinco meses antes del referéndum sobre el futuro de los otros territorios
franceses en el África subsahariana, fue un importante precedente (Michel 1988: 313-
314). En consecuencia, el mundo contenía la respiración y esperaba ver si el gobierno
francés aceptaría la derrota de su amigote Grunitzky. Tres días después, resultó obvio
que tanto los servicios franceses de ultramar como la diplomacia francesa reconocerían
la legitimidad del resultado4.
Obviamente, los funcionarios franceses no tenían muchas opciones. El público
internacional observó con atención la situación de Togo durante algún tiempo en 1958,
por lo que una mayor intervención francesa en los asuntos de gobierno de Lomé no
hubiera podido justificarse fácilmente. No obstante, después que la atención
internacional sobre el ahora territorio autónomo decayó, los administradores franceses
que permanecieron en el terreno podían haber socavado la autoridad del CUT. Esto no
sucedió. Los franceses estuvieron muy lejos de intentar el derrocamiento del gobierno
de Olympio en favor de sus clientes anteriores.
Por el contrario, el 2 de enero de 1959, el general del ejército francés en Cotonou,
Dahomey, decidió enviar paracaidistas a Lomé para defender el régimen contra un
posible golpe de Estado de grupos de izquierda apoyados desde Ghana. Mientras que la
revista estadounidense Time, que obviamente obtenía datos que se filtraban a través del
Alto Comisionado francés en Cotonou, informaba de una “invasión” francesa al estilo
colonial, lo verdadero era lo opuesto. El propio Sylvanus Olympio había invitado a las
tropas francesas a Lomé. Por lo tanto, destacamentos militares franceses estaban
ayudando a un hombre de Estado que el Ministerio de Ultramar francés había
considerado un elemento peligroso poco tiempo antes5.
Estas dos historias referidas a los “territorios disidentes” se encuentran en franca
contradicción con lo que afirmaban los académicos al realizar comentarios acerca de la
transferencia del poder por parte de Francia en el África subsahariana. Cuando escribían

3 Centro de los Archivos de Ultramar, Aix-en-Provence (CAOM), Fondo Ministerial (FM) 1 A

ffPol/2181/6, Telegrama de Mauberna, gobernador francés de Guinea, a Cornut-Gentille,


Ministro de Ultramar francés (n. 341), 15 de septiembre de 1958.
4 MAE, DAL, Togo 5, Ministerio de Relaciones Exteriores francés, Dirección de África-Medio

Oriente, Subdirección de Asuntos Africanos, Ayuda-Memoria; las recientes elecciones en Togo y


sus eventuales consecuencias sobre las responsabilidades del departamento (n. 76(AL), 30 de
abril de 1958), pp. 1-2.
5 MAE, DAL, Togo 5, Embajada de Francia en Ghana a Sébilleau, Dirección África-Medio Oriente,

Ministerio de Relaciones Exteriores francés (sin número), 21 de enero de1959, pp. 1-3.
3

acerca del compromiso francés en el África subsahariana después de la independencia


de las antiguas colonias, muchos investigadores tenían en mente la manipulación, la
intervención, el interés económico y el patrocinio a dictadores brutales (Péan 1983;
Michel 1999). De hecho, estos elementos son inclusive aspectos de lo que es llamado
“neocolonialismo” francés en el África subsahariana. Sin embargo, la no-intervención de
los funcionarios franceses en los dos casos mencionados previamente es llamativa
debido a que el desafío a los intereses franceses era muy obvio. El tema es, en su
conjunto, más complejo de lo que parece a primera vista, e intentaremos por lo tanto
comprender lo que los ejemplos del encuentro francés con los “Estados disidentes” no
dice acerca de la mentalidad de los especialistas franceses en política africana durante la
primera década después de la descolonización. Estos también clarifican cuál era la
naturaleza de las relaciones entre los miembros de la élite africana y los funcionarios
franceses y nos ayudarán a describir más en general los mecanismos del
neocolonialismo francés en su fase temprana.


Procesos involuntarios: estrategias, pánico y miedo al comunismo

Para comprender el comportamiento francés en las crisis de Togo y de Guinea en 1958 y
en el período posterior, es necesario resaltar dos aspectos del proceso de reforma en el
interior del imperio francés en el África subsahariana que se encontraba en vías de
descolonización. Estos dos aspectos habían sido interpretados previamente de una
forma relativamente simplista, por lo que la interpretación estándar no explica muchos
procesos de la década de 1950, o sea, del período que llevó a la descolonización.
Muchos investigadores aseguran que los franceses, como resultado de lo aprendido en
Indochina y en África septentrional, simplemente decidieron dejar ir a los africanos
negros. Sin embargo, habrían llevado adelante su retirada como parte de un proceso de
descolonización manipulada, lo que habría dejado a las antiguas colonias débiles y
dependientes de la ayuda francesa (Nugent 2004: 48-49)6 .
No obstante, para el funcionario francés promedio, lo más importante en la década de
1950 era prevenir lo que esos funcionarios veían como un “apoderamiento soviético” de
África. Inclusive después de las revueltas que tuvieron lugar en algunos territorios del
África Occidental a fines de la década de 1940, causadas frecuentemente por las
actividades de un partido regional entonces conectado con el Partido Comunista
Francés, los funcionarios públicos franceses veían comunistas por todas partes. Esto no
era mera retórica. Para los administradores franceses en el terreno, incluidos muchos
administradores negros, la amenaza comunista era simplemente una realidad7. Por lo
tanto, era necesario encontrar formas de convencer a los políticos africanos de que era
más provechoso para su carrera cooperar con los gobernadores franceses locales que
“trabajar para Moscú” (Keese 2007: 140-144).
La ley-marco de 1956 parecía ser una respuesta al problema. Los sucesivos decretos
ampliaron el poder de las asambleas territoriales en cuestiones locales y promovieron la
creación de consejos del gobernador, consejos ejecutivos a los cuales los diputados de la
asamblea enviaban a sus propios representantes electos. Estos consejos ejecutivos se
formaban en particular para dar a los potenciales socios negros puestos satisfactorios.


6 Ver la contra-argumentación más importante en Chafer (2002: 297-299).
7 Este aspecto de la influencia de la Guerra Fría juega tan solo un papel menor en el nuevo

importante estudio de caso sobre Guinea-Conakry de Elizabeth Schmidt (2007: 34)


4

Muchos administradores franceses consideraban discutibles las implicaciones de la ley.


Sin embargo, admitían que reformar la legislación era una medida razonable en la lucha
contra la infiltración comunista en el África negra francesa8. Lo que los autores de la ley-
marco y los administradores franceses no veían era que la ley no daba al gobernador
francés ninguna autoridad legal para comandar a sus consejeros expertos. No podía
forzarlos a que compartieran sus opiniones. La totalidad del sistema fue construido
sobre la base de la creencia de que los africanos negros obedecerían al gobernador de
todos modos9.
Esta suposición fue un error crucial. Los nuevos partidos africanos gobernantes no
obedecerían a las autoridades francesas para nada. Los vicepresidentes de los consejos
del gobernador intentaron crear ellos mismos sus propias esferas privadas, lucharon
por controlar los servicios públicos. En muchos territorios, hasta 1958 la policía quedó
en sus manos y podían utilizarla o, al menos, neutralizar esta fuerza, cuando
aterrorizaban a la oposición a través de milicias partidarias rápidamente creadas
(Charles 1992: 367-369). Bajo tales circunstancias, las autoridades francesas no se
atrevían con frecuencia a confrontar directamente a los hombres fuertes de los partidos
africanos. El más comprometido de los que desafiaban el poder francés era Sékou Touré,
aunque es posible que él en particular haya sido empujado a esta posición por los
activistas y las bases de su partido, como lo señala Elizabeth Schmidt10.
Otros líderes africanos eran menos agresivos en su retórica y en la manera en que
trataban al gobernador francés. Intentaban convencer a los altos administradores
franceses para que cooperaran con ellos, ahora que la ley había revertido
inesperadamente el equilibrio del poder. Uno de estos líderes “amables” era Nicolás
Grunitzky, quien se convirtió en el primer ministro inicial de Togo, lo que era similar al
papel del vicepresidente del consejo de un territorio otorgado en fideicomiso a las
Naciones Unidas con un estatuto particular (Ameneumey 1989)11. No obstante, por su
supuesta lealtad, Grunitzky y su círculo de amigos demandaban más y más derechos a
los franceses. Además, trataban de asegurar que el partido de oposición relacionado con
Sylvanus Olympio jamás volviera a poner un pie en Togo12. Cuando el comisionado
distrital a cargo, Humann, intentó proteger a los partidarios del CUT que habitaban en
los alrededores de Atakpamé de las actividades de los merodeadores pro-gobierno, el
gobierno de Grunitzky presionó a los franceses para que removieran al joven


8 Ver, en particular, las observaciones del gobernador del Chad, Ignace Colombani, en CAOM,

FM1 AffPol/493, Colombani a Chauvert, gobernador general del África Ecuatorial Francesa (Nº
393/AG.AP.CF), 27 de octubre de 1953, p. 3. Sobre los equívocos franceses en el proceso de
elaboración de la ley-marco; ver también Keese (2003: 40-41).
9 CAOM, FM 1 AffPol/493, Nota de Plantey, asesor técnico del Ministerio de Ultramar francés, a

Pignor, Director de Asuntos Políticos, Ministerio de Ultramar francés (sin número), 5 de agosto
de 1958.
10 Las ideas de Schmidt son desafiantes, pero los fundamentos de su interpretación descansan

casi exclusivamente en material oral, recogido durante la situación muy particular de 1991. Se
podría discutir si hay bases suficientes para construir una oposición entre el antiguo moderado
y colaboracionista Sékou Touré y el “hombre joven impaciente” de lo que Schmidt considera la
izquierda partidaria; esto seguido de la renuencia a cambiar su posición por parte de Sékou
Touré (Schmidt 2007: 143-144).
11 Sobre la evolución legislativa de Togo bajo el régimen francés, ver Luchaire (1957).
12 CAOM, FM 1AffPol/1012, Reunión del 27 de julio de 1954 con M. de Villelongue (sin número y

fecha, sin firma), p. 3.


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funcionario13 . Aunque el régimen de Grunitzky no era “pro-comunista” y utilizaba


mayormente una retórica pro-francesa, las autoridades francesas no estaban totalmente
felices con el comportamiento de los miembros del gobierno. No quedaba
completamente claro si eran “verdaderos amigos de la República Francesa”.


De estratega a archienemigo: Sékou Touré y la interpretación negativa de la
rebeldía

Como lo vimos, los resultados del referéndum en Guinea constituyeron un golpe serio a
la creencia francesa en un lazo renovado y reforzado entre la república francesa y sus
colonias africanas. Para los funcionarios franceses involucrados, la cuestión era cómo
interpretar este acontecimiento en particular. En este contexto, recién se formaron una
opinión clara durante el transcurso de los dos primeros años posteriores al referéndum.
Este hecho retrasó la formulación de un plan consistente para elegir la estrategia a
seguir.
En primer lugar, para los franceses había algunas razones para derrocar a Sekou Touré
como presidente del nuevo Estado independiente. La que prevaleció fue la sensación de
que había actuado como un traidor frente a las generosas ofertas de la república
francesa. Entre los especialistas en política francesa en África, se conocía en general que
el régimen de Sékou Touré había aterrorizado a la oposición para ganar el referéndum y
que muchos habían sido arrestados sin ningún procedimiento legal apropiado ni el
consentimiento del gobernador francés 14 . Por lo tanto, la intervención habría sido
defendible. Sin embargo, no se dio. Es llamativo que medidas de tal naturaleza ni
siquiera hubieran sido planteadas.
La intervención militar francesa directa era imposible debido a que el mundo tenía sus
ojos puestos en Conakry durante los días del referéndum. Pero la desestabilización del
régimen desde adentro habría sido factible. En N’Zérékoré, los pueblos guerze ya habían
mostrado signos de descontento en noviembre de 1958 15 . Macenta y las regiones
mineras también se encontraban inmersas en conflictos internos16. En el distrito Pita, las
primeras protestas se hicieron manifiestas en noviembre de 1958 y nuevamente en
enero de 1959, con muchos habitantes de la región que huyeron más allá de las
fronteras 17 . Liberia en particular recibiría a una gran comunidad de inmigrantes
guineanos cuya actitud hacia el nuevo régimen no había sido normalmente amistosa y se


13 CAOM, FM 1AffPol/3322/1, Telegrama de Spénale, comisionado francés de Togo, a Jacquet, el

Ministro de Ultramar francés (nº 166), sin fecha (anotado como “1958”).
14 Archivos nacionales franceses, París (ANF), Fondos Foccart “Fonds Privé” 197, de Prost a

Foccart, asesor técnico de Charles de Gaulle (sin número), 15 de junio de 1958, p. 1; ANF, Fondos
Foccart, “Fonds Privé” 197 (sin número), 16 de noviembre de 1958, p. 3.
15 MAE, DAL, Guinea 11, Farret, Comandante Militar Francés en Guinea, Tropas AOF-Togo,

Estado Mayor, Departamento 2º, Boletín de informaciones sobre la situación en Guinea (Nº
5/2/CHG./RENS), 7 de noviembre de 1958, p. 1.
16 MAE, DAL, Guinea 11, Servicio de Espionaje y Contraespionaje (SDECE), Guinea:

Informaciones sobre el interior (sin número), sin fecha, p. 1.


17 MAE, DAL, Guinea 11, Ministerio de Ultramar francés, Departamento de Estudios, Informes

sobre Guinea (Nº 2492/B.E.), 21 de noviembre de 1958, pp. 1-2; MAE, DAL, Guinea 14, de
Noyelle, Secretario de Asuntos Comunitarios, Ministerio de Ultramar francés, La República de
Guinea y Francia (sin número), 16 de enero de 1959, p. 5.
6

hizo todavía peor a tres meses de la independencia18 . Parte de este grupo estaba
formado por exiliados recientes, algunos tan notables como Guéckedou, quien preparó
activamente la guerrilla en el oeste del país19. Cerca de Fouricariah, las poblaciones
locales se rehusaron a pagar los impuestos aumentados; en la ciudad minera de Fria, los
trabajadores se rebelaron contra la introducción de una escala salarial inferior; en Beyla,
los propietarios de ganado estaban furiosos con los nuevos impuestos sobre el rebaño20.
Una tendencia a resistir al nuevo régimen se esparció, pero fue por una necesidad
urgente de apoyo financiero y logístico del exterior21. Sin embargo, mientras que el Alto
Comisionado francés en Dakar, Pierre Messmer, y el Ministro de Ultramar francés,
Bernard Cornut-Gentille, consideraron dar apoyo a los grupos “pro-franceses” en el país,
esos planes nunca fueron efectivamente implementados22. La oposición resistió sola.
Ni siquiera las amenazas del régimen de Touré contra los colonos franceses provocaron
una acción decisiva francesa. En diciembre de 1958, el director político del Ministerio de
Ultramar francés, Léon Pignon, planificó una potencial invasión masiva de las tropas
francesas, que habrían tenido como fin proteger a los ciudadanos franceses. No obstante,
al final estas medidas no fueron necesarias. En el último momento posible, el régimen de
Touré aceptó poner en práctica una política más conciliadora, haciendo que los
funcionarios franceses renunciaran a la acción coercitiva23.
La explicación de este comportamiento francés contradictorio debe encontrarse en el
hecho de que los franceses tenían, al comienzo, dificultades para interpretar la
naturaleza del nuevo régimen. Más aún, se rehusaban a admitir la pérdida del territorio
africano negro. ¿Acaso el referéndum no había logrado un éxito aplastante en toda el
África subsahariana? Mientras que algunos funcionarios franceses ya habían anunciado
el avance de Guinea hacia una toma de poder comunista, otros todavía tenían la
esperanza de reconciliarse con una Guinea independiente, que, de “algún modo” seguiría
siendo una parte del conjunto francés. Al comienzo, muchos observadores interesados
directamente en la cuestión guineana veían a Sékou Touré como un simple autócrata,
quien aparecía jugando con ideas radicales, pero solamente como un vehículo para
poner en regla a las tropas 24 . También confiaban en la influencia de los jóvenes
moderados, políticos educados al modo francés como Nabi Youla, quien era en ese


18 MAE, DAL, Guinea 11, SDECE, Guinea-Liberia: Opiniones de las fuerzas de seguridad guineanas

sobre ciertas reacciones provocadas en Liberia por el acceso de Guinea a la independencia (Nº
13190/A), 24 de noviembre de 1958.
19 MAE, DAL, Guinea 6, Katz, cónsul francés en Freetown y Bathurst, al Ministerio de Relaciones

Exteriores de Francia, Dirección África-Medio Oriente (Nº29/AL), 27 de enero de 1959.


20 MAE, DAL, Guinea 6, Jean Rolin, miembro del Departamento de Estudios, Ministerio de

Ultramar francés; Transmisión de informes: República de Guinea, período del 5 al 14 de febrero


(Nº 353/B.E.), 27 de febrero de 1959, p. 34.
21 MAE, DAL, Guinea 6, Huré, Alto Comisionado francés en funciones en Conakry, al Ministerio

de Relaciones Exteriores Francés, Dirección África-Medio Oriente (Nº 109/AL), 16 de marzo de


1959, p. 4.
22 MAE, DAL, Guinea12, Telegrama de Messmer, Alto Comisionado francés en África Occidental,

a Cornut-Gentille, Ministerio de Ultramar francés (Nº 808), 4 de octubre de 1958.


23 CAOM, FM 1AffPol/2181/7, Pignon, Director de Asuntos Políticos, Ministerio de Ultramar

francés, a Cornut-Gentille (Nº 314), 23 de diciembre de 1958, p. 2.


24 ANF, Fondos Foccart, “Fonds Privé” 197, Ministerio de Ultramar francés, Nota de información:

Sékou Touré (Nº 82/B.E.), 10 de enero de 1958, p. 1.


7

momento el enviado de Guinea a París 25 . Los colonos franceses en el territorio


protestaban contra lo que ellos consideraban un optimismo ingenuo en los círculos
gubernamentales franceses26 . Este optimismo era de hecho lo que prevalecía en el seno
del equipo enviado a Conakry para negociar los términos de la independencia efectiva
de Guinea. Paul Risterucci, el nuevo Alto Comisionado francés, destacaba que los líderes
del nuevo régimen en Conakry eran “simples autocrátas”, como los que podían
encontrarse en todos los Estados africanos, inclusive en los que no eran comunistas en
lo absoluto27. Risterucci era tan conciliador con respecto al régimen de Touré que
inclusive sus superiores directos lo criticaban a veces por ser más un “embajador” de la
buena voluntad francesa que un representante que tenía que negociar en términos
duros con el régimen de Conakry 28 . Raymond Bargues, quien lideraba la misión
diplomática en Conakry, era más firme, pero estaba mayoritariamente ausente de
Guinea29. En contraste, el que era de hecho el representante oficial de las relaciones con
el gobierno de Guinea, Brouin, consideraba que era inevitable un programa de acción
“realista”. Tal programa realista implicaba concentrarse en cuestiones de comercio e
infraestructura y aceptar que el régimen de Touré era simplemente tan autócrata como
cualquier otro gobierno africano que recibiera las mismas oportunidades30. La Mission
d’aménagement, un cuerpo francés-guineano conjunto que debía elaborar un programa
de actividades que conviniera a ambas partes, fue la prueba visible de un accionar
francés pragmático31.
Sin embargo, este programa pragmático se fue erosionando de a poco y con ocasionales
altibajos entre los años 1958 y 1960. Esto se dio sobre todo debido al comportamiento
del propio presidente Sékou Touré, quien tenía que neutralizar de alguna forma las
sombrías perspectivas económicas, lo que podía lograr más fácilmente a través del
discurso político (Barry, 2002). En sus discursos y, particularmente, en el contexto de
una conspiración alegada o real contra el régimen, atacó a los franceses como
conspiradores neocoloniales32. En diciembre de 1959, la Mission d’aménagement fue


25 ANF, Fondos Foccart, “Fonds Privé” 197, Allegret a Foccart, asesor técnico del Primer Ministro

Charles de Gaulle (sin número), 13 de diciembre de 1958, p. 2; CAOM, FM 1AffPol/2181/7,


Telegrama de Youla, sustituto de Touré, al Gabinete de De Gaulle, 13 de enero de 1959.
26 ANF, Fondos Foccart, “Fonds Privé” 197, Prost a Foccart (sin número), 4 de octubre de 1958,

pp. 1, 3.
27 CAOM, FM 1AffPol/2181/7, Telegrama de Risterucci, Alto Comisionado francés en Guinea

Cornut-Gentille (Nº 480-483), 15 de octubre de 1958, pp. 1-2.


28 ANF, Fondos Foccart, “Fonds Privé” 197, Cornut-Gentille, Instrucciones para el alto comisario

en A.O.F. (sin número), 10 de octubre de 1958, pp. 1-2.


29 MAE, DAL, Guinea 10, Bargues, Director de la Misión Francesa en Guinea, a Cornut-Gentille

(sin número), 4 de octubre de 1958, p. 4.


30 ANF, Fondos Foccart, “Fonds Privé” 197, Brouin, miembro de la Misión Francesa en Guinea,

responsable de las relaciones con el gobierno de Guinea, a Foccart (sin número), 6 de octubre de
1958, p. 2.
31 MAE, DAL, Guinea 14, Hessel, Cooperación franco-guineana (sin número), 18 de mayo de

1959, pp. 1-2; MAE, DAL, Guinea 10, Ministerio de Relaciones Exteriores francés, Dirección
General de Asuntos Culturales y Técnicos, Nota sobre la situación actual de la Mission
d’Aménagement Régional de Guinea (M.A.R.G.) (sin número), julio de 1959, p. 1, pp. 4-5.
32 MAE, DAL, Guinea 6, Ministerio de Relaciones Exteriores francés, Dirección África-Medio

Oriente, Subdirección de Asuntos Africanos, Nota: Guinea (sin número), 8 de abril de 1959, p. 4;
MAE, DAL, Guinea 14, Telegrama de Huré, Embajador de Francia en Guinea, al Ministerio de
Relaciones Exteriores de Francia, Dirección África-Medio Oriente (Nº 297), 6 de mayo de 1959,
8

expulsada del territorio de Guinea 33 . El personal y los maestros franceses debían


enfrentar constantemente una extendida hostilidad, la que normalmente era producto
directo de la retórica del régimen34. La totalidad del partido único de Guinea, el Partido
Democrático de Guinea, fue construido sobre la base de la propaganda anticolonial y
anti-francesa35. Cuando en abril de 1960 residentes senegaleses en Conakry fueron
arrestados por la policía guineana, se los acusó de formar parte de un complot
financiado por la Embajada de Francia para llevar adelante un golpe de Estado contra el
régimen de Touré36 . Los servicios secretos de Guinea enviaron inclusive un agent
provocateur a las tropas francesas en la vecina Costa de Marfil, cuyas actividades
consistían en aportar pruebas acerca de la voluntad del ejército francés de apoyar
complots antigubernamentales en Conakry37.
El comportamiento anti-francés del gobierno de Touré dio la delantera a esos elementos
de la administración francesa que desde el comienzo creyeron en la naturaleza
comunista del régimen. El radicalismo retórico y la represión fueron abordados de la
misma forma que la creación de la República Popular. En 1959, los funcionarios
franceses informaron cada vez más sobre lo que ellos veían como infiltraciones
soviéticas en Guinea. Apuntaron sobre todo a la existencia de un número -
presuntamente- peligroso y en aumento de especialistas del Bloque del Este dentro del
país y a la reconstrucción de la economía local sobre la base de formas de organización
comunistas38.
Se esparcieron rumores sobre Guinea y lo que los franceses en el país describieron como
el programa de gobierno de Touré no era muy alentador. El país fue reestructurado

pp. 1-2; MAE, DAL, Guinea 14, Huré al Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia, Dirección
África-Medio Oriente (Nº 205/AL), 13 de mayo de1959, pp. 1-2.
33 MAE, DAL, Guinea 14, Telegrama de Siraud, Embajador de Francia en Guinea, al Ministerio de

Relaciones Exteriores de Francia, Dirección África-Medio Oriente (Nº 911), 18 de diciembre de


1959.
34 MAE, DAL, Guinea 50, Telegrama de Siraud al Ministero de Relaciones Exteriores de Francia,

Dirección África-Medio Oriente (Nº 76), 29 de enero de 1960, pp. 1-2, p. 4.


35 MAE, DAL, Guinea 7, Siraud a Ministerio de Relaciones Exteriores francés, Dirección África-

Medio Oriente (Nº 418/AL), 11 de septiembre de1959, p. 2; MAE, DAL, Guinea 7, Siraud al
Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia, Dirección África-Medio Oriente (Nº 424/AL),15
de septiembre de 1959, p. 1.
36 MAE, DAL, Guinea 43, Telegrama de la Embajada de Francia en Conakry al Ministerio de

Relaciones Exteriores francés, Dirección África-Medio Oriente (Nº 367), 21 de april de 1960;
MAE, DAL, Guinea 43, Telegrama de Siraud al Ministerio de Relaciones Exteriores francés,
Dirección África-Medio Oriente (Nº 368/373), 21 de abril de 1960; MAE, DAL, Guinea 43,
Telegrama de Siraud al Ministerio de Relaciones Exteriores francés, Dirección África-Medio
Oriente (Nº 377/378), 22 de abril de1960; MAE, DAL, Guinea 43, Extractos concedidos por
Radio Guineana del discurso del señor Sékou Touré del 20 de abril y texto de la moción del
Departamento Político Nacional del mismo día (sin número), sin fecha, pp. 1-2.
37 MAE, DAL, Guinea 43, Siraud al Ministerio de Relaciones Exteriores francés, Dirección África-

Medio Oriente (Nº 614/AL), 24 de junio de 1960, p. 2; MAE, DAL, Guineae 43, Agencia Guineana
de Prensa, Noticias de la República: Revelaciones sobre el affaire del complot anti-guineano (sin
número) 28 de julio de 1960.
38 MAE, DAL, Guinea 7, Max, asesor político del Gobierno General del África Occidental Francesa,

al Secretariado General de la Comunidad (Nº 01126/C.P.) África Occidental Francesa, 8 de abril


de 1959, p. 1; MAE, DAL, Guinea 6, Henry, miembro del staff del Secretariado General de la
Comunidad. Nota: Guinea(sin número), 19 de junio de 1959, p. 1; MAE, DAL, Guinea 43,
Ministerio de Relaciones Exteriores francés, Dirección África-Medio Oriente, Nota: Guinea (sin
número), 3 de octubre de 1960, p. 1.
9

mediante la centralización y la nacionalización de las redes de comercio, el sector


bancario y la industria productiva39. El partido usaba su milicia contra los maestros
huelguistas de las escuelas y sus alumnos, quienes eran golpeados severamente 40 .
Ocasionalmente, Touré tenía uno de sus estallidos de rabia contra el Occidente
capitalista41. Estas cuestiones fortificaron la imagen de Guinea como una vanguardia
comunista hasta 1965.
En la realidad, el régimen se mantuvo tan contradictorio como antes. Cada tanto, un
embajador francés comprometido intentaba mejorar las relaciones con el gobernante de
Guinea42 . El embajador en funciones, Koenig, informó en 1964 sobre las relajadas
conversaciones con Sékou Touré en la mansión suburbana del presidente e inclusive
buscó restablecer una comisión mixta para negocios conjuntos por algunos meses43. Sin
embargo, todos estos proyectos fueron respectivamente dejados sin efecto por los
guineanos poco tiempo después. Normalmente, en la siguiente crisis interna importante,
el gobierno reforzaba su propaganda anti-francesa para satisfacer a los militantes
partidarios que todavía esperaban un milagro socioeconómico que jamás llegó. En
última instancia, lo que necesitaba desesperadamente era un chivo expiatorio frente a la
falta de éxito económico del régimen44.
Por el otro lado, los administradores franceses también necesitaban desesperadamente
un chivo expiatorio para lo que había pasado en 1958. Con el comportamiento del
régimen de Sékou Touré, finalmente tenían la explicación de por qué había sido
derrotado el proyecto de la Comunidad. No era la falta de lealtad de los africanos hacia
las virtudes de la República de Francia y, en consecuencia, a la mission civilisatrice
francesa, sino sobre todo una pérfida subversión comunista que había costado a los
franceses parte de su viejo imperio. Se había perdido Guinea por la infiltración soviética.
Más aún: este escenario de la Guerra Fría –que también hacía difícil imaginar la invasión
francesa a un “Estado completamente perdido”-, dio un significado a los errores en la
transferencia del poder. Esto colocó a los antiguos administradores que seguían
trabajando en asuntos africanos frente a una clara misión: prevenir que otros países
africanos francófonos se vieran infectados con el mismo virus, luchar contra la
subversión soviética en África por todos los medios e identificar a aquellos amigos en los

39 MAE, DAL, Guinea 6, MAE, Dirección África-Medio Oriente, Nota: La Guinea—Situación interior

(sin número), 24 de septiembre de 1959, pp. 1-2; MAE, DAL, Guinea 43, Embajada de Francia en
Conakry al Ministerio de Relaciones Exteriores francés, Dirección África-Medio Oriente (Nº
698/AL), 5 de agosto de 1960, p. 2.
40 MAE, DAL, Guinea 43, Telegrama de Pons, embajador de Francia en Guinea, al Ministerio de

Relaciones Exteriores francés, Dirección África-Medio Oriente (Nº 788/90), 25 de noviembre de


1961; MAE, DAL, Guinea 43, Telegrama de Pons al Ministerio de Relaciones Exteriores francés,
Dirección África-Medio Oriente (Nº 791-793), 27 de noviembre de 1961.
41 MAE, DAL, Guinea 43, Ministerio de Relaciones Exteriores francés, Dirección África-Medio

Oriente. Nota: la crisis guineana (sin número), 27 de diciembre de 1961, p. 4.


42 MAE, DAL, Guinea 50, Ministerio de Relaciones Exteriores francés, Dirección África-Medio

Oriente, Nota: Relaciones franco-guineanas (Nº 11/AL), 4 de junio de 1963, p. 7.


43 MAE, DAL, Guinea 50, Telegrama de Koenig, embajador francés en Guinea, al Ministerio de

Relaciones Exteriores francés, Dirección África-Medio Oriente y Dirección de África y Asuntos


Malgaches, (Nº 261/262), 4 de mayo de 1965; MAE, DAL, Guinea 50, Ministerio de Relaciones
Exteriores francés, Nota: Trabajos de la Comisión mixta franco-guineana (sin número), 25 de
mayo de 1965, pp. 1, 6.
44 MAE, DAL, Guinea 50, Telegrama de Koenig al Ministerio de Relaciones Exteriores francés,

Dirección África-Medio Oriente y Dirección de África y Asuntos Malgaches (Nº 730-733), 16 de


noviembre de 1965, p. 1.
10

cuales la República de Francia podía confiar45. Que “los soviéticos” tenían planes para el
resto del África francófona era evidente para los franceses a partir de las iniciativas
guineanas en la antigua África Occidental Francesa. Dado que Sékou Touré controlaba
todavía el antiguo sindicato federal, la Unión General de Trabajadores del África Negra,
los funcionarios franceses querían asegurar que esta organización quedara neutralizada
en los otros países ahora independientes. Para lograr este objetivo, buscaron satisfacer
los intereses de los líderes africanos poscoloniales. Todos ellos se sentían muy contentos
de poder deshacerse de los potenciales movimientos de oposición en sus propios
países46. La interpretación del error garrafal de Guinea, que se fue consolidando en
forma creciente en 1959 y 1960, dio a los franceses un modelo para comprender los
acontecimientos en “su” parte de África y a quién mirar como amigo o enemigo.


Amigos poco confiables: Sylvanus Olympio, Nicolas Grunitzky y los límites de la
veneración africana hacia París

Togo se transformó en uno de los primeros casos de prueba para este modelo.
Publicaciones más recientes, de una forma bastante polémica, aseguraban que los
franceses eran hostiles al régimen de Olympio desde el comienzo. Inclusive especulaban
que los “neocolonialistas” franceses estaban detrás del asesinato de Olympio en 1963 y
de la toma de poder militar en 1967 (Labarthe 2005: 41-49; Verschave 1998). La
realidad era más compleja. Era el modelo diseñado a partir de la experiencia guineana el
que jugó para los franceses un papel decisivo en la interpretación de la experiencia
togolesa.
Con la toma de poder por el gobierno del CUT, los franceses se manifestaron inseguros
acerca de cómo tratar a Sylvanus Olympio. Diferentes factores complicaban la
interpretación de las circunstancias togolesas. Los franceses veían a Olympio como un
instrumento de Kwame Nkrumah, el jefe del gobierno independiente, considerado un
comunista convencido47. Consecuentemente, la Dirección de la División de Economía del
Ministerio de Ultramar francés se preguntaba en 1958 si, bajo tales circunstancias, se
justificaba hacer una gran contribución al presupuesto del ahora autónomo Togo. El
financiamiento francés ascendía a las dos terceras partes del producto bruto interno.
Funcionarios en París criticaban que esos fondos fueran a los bolsillos de un régimen de

45 Ver también CAOM, FM 1AffPol/2245/3, Conferencia de informes sobre África—Reggan—25 o

19 de enero de 1961 (Nº 377/EMGDN/REN/DIF/S), Tomo 1 –Teniente Coronel y Jefe del


Segundo Departamento del Estado Mayor General de la Defensa Nacional (EGMDN) del
Comando General de la Zona OM 1, Situación dentro de la ex A.O.F. y Togo, pp. 25-26; de
Pourichkevitch, jefe del batallón EMGDN, La acción soviética en África, pp. 2, 14.
46 MAE, DAL, Guinea 6, Oficina del Primer Ministro de Francia, EMGDN, División de

Informaciones, Ficha sobre Guinea (no 4.352/EMGDN/REN/CER/D/S), 7 de abril de1959, p. 3;


MAE, DAL, Guinea7, Max al Secretario General de la Comunidad (Nº 01126/C.P.), 8 de abril de
1959, p. 2; Centro de Archivos Diplomáticos de Nantes (CADN), Fondo de las antiguas colonias,
Fondo Dakar 42, Siraud, Alto Comisionado en funciones en Guinea, al Ministerio de Relaciones
Exteriores de Francia, Dirección África-Medio Oriente (Nº 579/AL), 10 de noviembre de 1959,
pp. 3-4.
47 MAE, DAL, Togo 5, Dejean, embajador francés en la Unión Soviética, al Ministerio de

Relaciones Exteriores francés, Dirección África-Medio Oriente (Nº 850 Al), 4 de julio de 1958, p.
5; MAE, DAL, Togo 5, Embajada de Francia en Ghana a Henry, Subdirector de Asuntos Africanos,
Dirección de África-Medio Oriente, Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia (sin número),
1º de agosto de 1958, p. 1.
11

compañeros de viaje comunistas48.


Esta primera conclusión negativa se vio reforzada por el hecho de que el Alto
Comisionado francés seguía en contacto con las figuras líderes del antiguo gobierno
togolés, Nicolás Grunitzky y Pierre Ajavon, como los principales amigos del país y
aliados de los intereses de París. El Alto Comisionado Spénale estaba ansioso por dar a
Grunitzky material de apoyo para que continuara con su actividad política49. En 1962, el
ex primer ministro togolés y antiguo funcionario público Grunitzky, ahora en el exilio,
luchó inclusive para lograr que el presupuesto francés le asignara una pensión más
alta50.
Sin embargo, en los años 1958 y 1960, los especialistas en política africana comenzaron
a revisar sus interpretaciones sobre el régimen del CUT. Gran parte de este cambio tuvo
que ver con lo que ellos veían de la personalidad de Olympio. Informes secretos sobre el
jefe de Estado togolés continuaban presentándolo como anglófilo y pro-independencia,
pero también lo describían como estrictamente anti-comunista51. Los observadores
franceses estaban completamente sorprendidos por las hostilidades entre Olympio y el
gobierno de Ghana desde fines de 1958. En este conflicto, el gobierno togolés suplicaba
el apoyo francés; y los franceses reconocían a Olympio como un aliado contra las
demandas de la Ghana “respaldada por los soviéticos”52. Por otra parte, los miembros
más jóvenes, más radicales y retóricamente marxistas de Juvento, participante de la
coalición de Olympio, rompieron con él a fines del mismo año. Desde este punto de vista,
los funcionarios franceses remarcaban que eran los “comunistas” de Juvento agrupados
en torno a Aithson los que constituían el verdadero peligro para los intereses franceses
en Togo53. Por el contrario, el gobierno en sí mismo ya no resultaba sospechoso54. En
consecuencia, mientras que en 1959 los hacedores de la política de Francia en África se
fueron convenciendo cada vez más de que Sékou Touré y el nuevo régimen guineano
eran comunistas y hostiles, la visión de Sylvanus Olympio y del régimen togolés cambió
en la dirección opuesta.
Henri Mazoyer, el nuevo embajador francés en Togo en 1961, lo expuso de esta forma:

48 MAE, DAL, Togo 5, Moussa, Director de Asuntos Económicos, Ministerio de Ultramar francés.

Nota al ministro: Relaciones económicas y financieras franco-togolesas (sin número), 22 de


mayo de 1958, pp. 3-5.
49 CAOM, 23APOM/1, Documentos de Guillaneuf, Spénale, Alto Comisionado francés de Togo, a

Debré, Primer Ministro francés (Nº 524/PEF), 2 de Septiembre de 1959, p. 2; CAOM, 23APOM/1,
Documentos de Guillaneuf, Spénale a Administración General de Servicios del Ministerio de
Ultramar francés (Nº 25/CAB), 22 de enero de 1960.
50 ANF, Fondos Foccart, “Fonds Privé”, 285, Grunitzky, ex primer ministro de Togo, nota al sujeto

de derecho a pensión a la ancianidad del señor Grunitzky Nicolas (sin número), 17 de abril de
1962, p. 1.
51 ANF, Fondos Foccart, “Fonds Privé”, 285, anónimo (probablemente SDECE), Nota: M. Sylvanus

Olympio (sin número), sin fecha[1959/1960], pp. 2-3.


52 MAE, DAL, Togo 5, Spénale, Síntesis de los eventos políticos acontecidos dentro de la

República de Todo en el mes de octubre (sin número), sin fecha [1958], p. 1.


53 Lo que era una vieja posición, dado que el particular peligro procedente de la Juvento había

sido ya observado por los funcionarios franceses en el período inicial de Grunitzky como primer
ministro, ver CAOM, FM 1AffPol/2182/6, Géorgin, Funcionario en Jefe de Seguridad Externa de
Togo, a la Dirección del Gabinete del Comisionado de Togo (Nº 875/SE), 8 de noviembre de
1957, pp. 2-3.
54 MAE, DAL, Togo 5, Spénale, Síntesis de los eventos políticos acontecidos dentro de la

República de Togo en el mes de agosto (sin número), sin fecha (llega el 2 de diciembre de 1959),
pp. 1-2.
12

como en cualquier lugar de África, la democracia no era posible, ni siquiera con Sylvanus
Olympio, quien no era para nada un comunista, sino un “burgués liberal”. De acuerdo
con esta visión los jóvenes (potencialmenteq1) comunistas se escondían en el fondo y
trataban de infiltrar el partido único, con éxito:

“Inclusive en este Togo gobernado por un burgués liberal, la lista única, la intimidación, las
presiones hasta llegar al asesinato, no dejan mucho lugar a la oposición, la que se
refugiará en la clandestinidad, o bien en el seno del partido único y triunfante para
infiltrarse. A esto tienden ciertos jóvenes turcos ganados al “socialismo africano”. Estos
jóvenes, al madurar, teniendo ya en sus manos palancas administrativas poderosas, no son
comunistas, pero las estructuras económicas de sus propuestas se armonizarán más
fácilmente con aquellas de los países del Este que con las nuestras. Si no damos muestras
de imaginación para ajustar las estructuras que recepten este “socialismo africano”, se
encaminarán hacia el comunismo55.

No hay pruebas reales de que los franceses estuvieran detrás de la crisis en la que quedó
sumergido Togo a comienzos de 1963. En enero de 1963, un golpe de Estado derrocó al
régimen de Olympio. Oficiales amotinados asesinaron al presidente que había huido a la
Embajada de Estados Unidos. Las sospechas apuntan a Francia, pero no hay ningún
indicio concreto de que el Ministerio de Relaciones Exteriores o la Secretaría de Asuntos
Africanos intentaran activamente derribar al gobierno togolés, como tratan de probarlo
estudios basados en investigaciones periodísticas. No podemos estar seguros de que el
embajador de Francia, Henri Mazoyer, no alentara a los oficiales líderes del ejército a
deshacerse de Olympio, pero no hay documentación que indique que el embajador
hubiera recibido instrucciones o apoyo del Quai d’Orsay o de Jacques Foccart para eso.
No obstante, lo que resulta todavía más llamativo es que los partidarios de Olympio, que
se organizaron a sí mismos en el comité de salut public después de que las fuerzas
armadas amotinadas arrestaran a la mayoría de los ministros, no mencionaran ningún
tipo de involucramiento francés en los incidentes. Los líderes del CUT acusaron a Ghana
de pagar a los amotinados para que sabotearan al país y aterrorizaran a los miembros
del antiguo partido gobernante56. Si se creía que Mazoyer era la eminencia gris detrás
del golpe, ¿no habría sido severamente atacado por los seguidores de Olympio?
Los funcionarios franceses no estaban totalmente felices con la diversificación
económica que el gobierno de Olympio trataba de promover y habían atacado lo que
ellos veían como el esfuerzo perdido de los togoleses para articularse a sí mismos con la
política francesa en África57. Sin embargo, no tenemos pruebas de que los franceses
intentaran forzar activamente a Togo en otro dirección, mediante la eliminación del
gobierno en funciones. Además, la influencia de su antiguo cliente Grunitzky, aunque
este se encontraba protegido por los franceses y Francia le había proporcionado algunos
privilegios monetarios, era relativamente pequeña. Luego del intento de asesinato
contra el anterior primer ministro togolés y su familia en abril de 1962, los franceses
consideraron sospechosos a los “comunistas”, lo que significa que no veían ninguna
necesidad de entrar en confrontación con el gobierno de Olympio en lo que concierne a


55 ANF, Fondos Foccart, “Fonds Privé”, 285, Mazoyer, Embajador de Francia en Togo, a Foccart

(sin número), 21 de marzo de 1961.


56 CAOM, 23APOM/1, Documentos Guillaneuf, Comité de salut public, Plan de Defensa (sin

número), sin fecha [1963], firma borrada, pero probablemente del líder del comité, p. 1.
57 ANF, Fondos Foccart, “Fonds Privé”, 285, Mazoyer, Nota (sin número), 19 de agosto de 1963.
13

este tema58. Finalmente, el comportamiento de Grunitzky en la década de 1950 había


sido lo bastante ambiguo como para que muchos funcionarios franceses dudaran de que
se encontrara calificado para ser considerado un amigo confiable de la nación francesa.
Nicolás Grunitzky tuvo su segunda oportunidad de ganar la gracia francesa como jefe de
Estado de Togo desde enero de 1963 e intentó convencer lo mejor que pudo a los
franceses y, en particular, al presidente De Gaulle y al “hombre en las sombras”, Jacques
Foccart, de que tenía que ser contado entre los amigos más confiables de la República de
Francia. Grunitzky necesitaba también que continuaran las contribuciones francesas al
presupuesto togolés y el apoyo militar francés 59 . Sin embargo, el Ministerio de
Relaciones Exteriores de Francia y el Ministerio de la Cooperación mantuvieron sus
dudas con respeto a Grunitzky y no mostraron ningún entusiasmo en conservar el
número de magistrados y especialistas franceses en el país y, menos aún, en financiar los
costosos proyectos industrializadores del régimen60. El presidente Grunitzky y Méatchi,
presidente de la coalición asociada con el partido gubernamental, protestaron ante
Foccart porque los dos ministerios franceses involucrados se mostraron renuentes a
brindar ayuda a los asociados togoleses61.
El clivaje entre la Secretaría de Foccart y el Ministerio de Relaciones Exteriores se hizo
más visible cuando a fines de 1966 resutlaron evidentes los primeros signos de
inestabilidad en el interior del gobierno de Grunitzky. Jacques Foccart se declaró a favor
de Grunitzky y aseguró al presidente que protegería su régimen62. Claude Roustain, el
embajador francés en Lomé, no era en lo absoluto optimista con respecto a estos
acontecimientos. Era mucho más escéptico sobre la personalidad de Grunitzky y se
rehusaba a requerir tropas francesas contra los agitadores en las calles de la capital.
Finalmente, en enero de 1967, el embajador aceptó un golpe de Estado del general del
ejército togolés Etienne Eyadéma contra el presidente. De acuerdo con la interpretación
del funcionario francés, Grunitzky era un amigo poco confiable de la nación francesa (o
en realidad un amigo en lo absoluto) y no preferible frente a un líder del ejército
considerado abiertamente pro-francés 63 . En consecuencia, el general del ejército
“Gbassindje” Eydéma se convirtió en el hombre de Francia en Lomé.

*

Las actitudes francesas contra los “Estados secesionistas” muestran que los funcionarios
franceses involucrados –aquellos que “se mantenían en los asuntos africanos” después
de la transferencia del poder- necesitaban desesperadamente una explicación de por
qué la asociación colonial bajo el liderazgo francés había fracasado. Encontraron su

58 Ver ANF, Fondo Foccart, “Fonds Privé”, 285, Raymond Grunitzky a Nicolas Grunitzky (sin
numero), 10 April 1962.
59 ANF, Fondos Foccart, “Fonds Privé”, 285, Grunitzky, Presidente de Togo, a Foccart (sin

número), 7 de julio de 1963, pp. 1-2.


60 ANF, Fondos Foccart, “Fonds Privé”, 285, Foccart, Entrevista con el presidente Méatchi el 6 de

octubre de 1965 (sin número), sin fecha; ANF, Fondos Foccart, “Fonds Privé”, 285, Foccart, Nota
a la atención del señor Plantey (sin número), 23 de febrero de 1965.
61 ANF, Fondos Foccart, “Fonds Privé”, 285, Foccart, Comunicación del presidente Grunitzky (sin

número), 21 de junio de1966.


62 ANF, Fondos Foccart, “Fonds Privé”, 285, Foccart a Grunitzky (sin número), 23 de noviembre

de 1966.
63 ANF, Fondos Foccart, “Fonds Privé”, 285, Foccart. Entrevista con el vicepresidente Méatchi y

el ministro Aquereburu, 28 de julio de 1967 (sin número), 31 de julio de 1967.



14

explicación luego de esfuerzos iniciales en los primeros meses posteriores al


referéndum. Sobre la base de la experiencia en Guinea, los funcionarios franceses
elaboraron una hipótesis por la cual consideraban que lo que había sucedido en el África
subsahariana había sido una lucha entre buenos y malos., pro-franceses y anti-franceses,
anti-soviéticos y pro-Moscú. El criterio final para juzgar si uno de los nuevos gobiernos
africanos debía ser considerado amigo o enemigo era la relación personal de su líder
africano con los funcionarios líderes franceses, sumado a la interpretación francesa
acerca de su confiabilidad y su comportamiento antes de la independencia.
Por lo tanto, Guinea sirvió como el caso negativo ideal. En el futuro, cada “diablura” en
las antiguas colonias del África subsahariana debía ser interpretada como actividad
soviética, ejecutada por el régimen comunista de Conakry. De este modo, el
comportamiento hostil francés solamente servía para reforzar la posición de Sékou
Touré. Podía proclamarse víctima del necolonialismo francés y entonces justificar las
actividades de una de las más brutales dictaduras del continente africano.
En Togo, el desarrollo de los acontecimientos fue diferente. Esto se debió al hecho de
que la oposición “de izquierda” emergió exactamente durante la fase en la que los
franceses finalmente tomaron una decisión acerca de cómo percibir al régimen de
Olympio en Lomé. El conflicto entre Olympio y sus antiguos aliados de Juvento y las
tensiones entre la Ghana “comunista” y el Togo “burgués liberal” ayudaron al presidente
a lograr algún tipo de crédito como amigo de Francia. Sin embargo, esta amistad era
demasiado ambigua para garantizar una protección efectiva del régimen en el momento
de la crisis de comienzos de 1963 que desembocó en el asesinato del Jefe de Estado. La
“amistad” entre la República de Francia y el sucesor de Olympio, Grunitzky, era
igualmente incómoda debido a que Grunitzky había ejercido una fuerte presión sobre
los franceses y ocasionalmente había amenazado con llevar a Togo a la independencia
en 1957. Los franceses no perdonarían esto. Finalmente, en 1967, prefirieron como
presidente a un general educado en Francia frente a los políticos “pendencieros”, “poco
confiables”. La dictadura de Eyadéma tuvo por lo tanto sus orígenes en el hecho de que
ninguno de los candidatos posibles en Togo podía proclamar una amistad con Francia
que fuera lo bastante fuerte como para hacer que los franceses lo ayudaran en
situaciones de crisis.

Universidad de Berna (Suiza)/ Centro de Estudios Africanos, Universidad de Porto
(Portugal)

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16

ABSTRACT
En 1958, el Estado francés perdió el control de dos de sus antiguos territorios africanos,
Guinea y Togo. Esta pérdida de control fue, al comienzo, completa, aunque los líderes
togoleses establecieron rápidamente una relación de trabajo con París. En este período
entre la ley-marco y el establecimiento del nuevo gobierno de Charles de Gaulle, tales
acontecimientos resultaron una conmoción para los funcionarios franceses. Sin
embargo, tenían que enfrentar las circunstancias políticas y lo hicieron formulando
lentamente una nueva política en lugar de intervenir en forma directa. La experiencia
francesa en tales “Estados disidentes” influenció fuertemente la forma en que aquellos
funcionarios interpretarían en el futuro la situación en el África subsahariana. Los
hacedores de la política francesa comenzarían a ver al África como un campo de batalla
entre amigos y enemigos, entre pro-comunistas traidores y socios leales.

Palabras clave: Francia, Guinea, Togo, descolonización, neocolonialismo, percepciones
políticas.

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